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SONETO XI

Hermosas ninfas, que en el río metidas,


contentas habitáis en las moradas
de relucientes piedras fabricadas
y en columnas de vidrio sostenidas,

5 agora (1) estéis labrando embebecidas


o tejiendo las telas delicadas,
agora unas con otras apartadas
contándoos los amores y las vidas:

dejad un rato, la labor, alzando


10 vuestras rubias cabezas a mirarme,
y no os detendréis mucho según ando,

que o no podréis de lástima escucharme,


o convertido en agua aquí llorando,
podréis allá despacio consolarme.

Garcilaso de la Vega

(1) vv. 5, 7, agora, ahora.

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SALMO IX

Cuando me vuelvo atrás a ver los años


que han nevado la edad florida mía;
cuando miro las redes, los engaños
donde me vi algún día,
5 más me alegro de verme fuera dellos,
que un tiempo me pesó de padecellos (1).
Pasa veloz del mundo la figura,
y la muerte los pasos apresura;
la vida nunca para,
10 ni el Tiempo vuelve atrás la anciana cara.
Nace el hombre sujeto a la Fortuna (2),
y en naciendo comienza la jornada
desde la tierna cuna
a la tumba enlutada;
15 y las más veces suele un breve paso
distar aqueste (3) oriente de su ocaso (4).
Solo el necio mancebo,
que corona de flores la cabeza,
es el que solo empieza
20 siempre a vivir de nuevo.
Pues si la vida es tal, si es desta (5) suerte,
llamarla vida agravio es de la muerte.

(Francisco de Quevedo)

(1) v. 6, padecellos, padecerlos.


(2) v. 11, Fortuna, la diosa Fortuna ordena y dispone la vida de los hombres
imponiéndoles su voluntad.
(3) v. 16, aqueste, este.
(4) vv. 15-16, aqueste oriente, su ocaso, nacimiento y muerte, respectivamente, del
hombre.
(5) v. 21, desta, de esta.

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(FRAGMENTO)

Cruzan tristes calles,


plazas solitarias,
arruinados muros,
donde sus plegarias
5 y falsos conjuros,
en la misteriosa
noche borrascosa,
maldecida bruja
con ronca voz canta,
10 y de los sepulcros
los muertos levanta,
y suenan los ecos
de sus pasos huecos
en la soledad;
15 mientras en silencio
yace la ciudad,
y en lúgubre son
arrulla su sueño
bramando Aquilón (1).

20 Y una calle y otra cruzan,


y más allá y más allá;
ni tiene término el viaje,
ni nunca dejan de andar.
Y atraviesan, pasan, vuelven,
25 cien calles quedando atrás,
y paso tras paso siguen,
y siempre adelante van;
y a confundirse ya empieza
y a perderse Montemar,
30 que ni sabe a dó camina,
ni acierta ya dónde está;
y otras calles, otras plazas
recorre, y otra ciudad,
y ve fantásticas torres
35 de su eterno pedestal
arrancarse, y sus macizas,
negras masas caminar,
apoyándose en sus ángulos,
que en la tierra en desigual,
40 perezoso tranco fijan;
y a su monótono andar,
las campanas sacudidas
misteriosos dobles dan,
mientras en danzas grotescas,
45 y al estruendo funeral,
en derredor cien espectros
danzan con torpe compás;

3
y las veletas sus frentes
bajan ante él al pasar,
50 los espectros le saludan,
y en cien lenguas de metal,
oye su nombre en los ecos
de las campanas sonar […].

(José de Espronceda, El estudiante de Salamanca)

(1) v. 19. Aquilón: Viento que sopla del polo ártico.

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LXVI

¿De dónde vengo?... El más horrible y áspero


de los senderos busca;
las huellas de unos pies ensangrentados
sobre la roca dura,
5 los despojos (1) de un alma hecha jirones (2)
en las zarzas agudas,
te dirán el camino
que conduce a mi cuna.
¿A dónde voy? El más sombrío y triste
10 de los páramos (3) cruza,
valle de eternas nieves y de eternas
melancólicas brumas.
En donde esté una piedra solitaria
sin inscripción alguna,
15 donde habite el olvido,
allí estará mi tumba.

(Gustavo Adolfo Bécquer, Rimas)

(1) despojos: restos mortales, cadáver;


(2) jirones: pedazos desgarrados del vestido o de las ropas;
(3) páramos: terrenos llanos, incultivables y fríos.

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UN SONETO

Puerto de Gran Canaria sobre el sonoro Atlántico,


con sus faroles rojos en la noche calina (1),
y el disco de la luna bajo el azul romántico
rielando (2) en la movible serenidad marina...

Silencio de los muelles en la paz bochornosa,


lento compás de remos en el confín (3) perdido,
y el leve chapoteo (4) del agua verdinosa
lamiendo los sillares del malecón (5) dormido...

Fingen, en la penumbra, fosfóricos (6) trenzados


las mortecinas luces de los barcos anclados,
brillando entre las ondas muertas de la bahía;

y de pronto, rasgando la calma, sosegado,


un cantar marinero, monótono y cansado,
vierte en la noche el dejo (7) de su melancolía...

(Tomás Morales, Las Rosas de Hércules)

(1) v. 2, calina: accidente atmosférico que enturbia el aire, y suele producirse por
vapor de agua. En Canarias fenómeno atmosférico consistente en polvo en
suspensión.
(2) v. 4, rielando: temblor con el movimiento del agua que produce una luz que se
refleja en ella.
(3) v. 6, confín: término o raya que divide las poblaciones, provincias o reinos y
señala los límites de cada uno. Último término que alcanza la vista.
(4) v. 7, chapoteo: acción de sonar el agua batida por los pies o las manos (es voz
onomatopéyica).
(5) v. 8, malecón: murallón que se hace para defensa de los daños que puedan
causas las aguas.
(6) v. 9, fosfóricos: se aplica a lo que tiene luz fosforescente.
(7) v. 14, dejo (o deje): modo particular de acentuar los finales de las palabras
algunas personas y especialmente los naturales de ciertas regiones o provincias.

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Si mi voz muriera en tierra,
llevadla al nivel del mar
y dejadla en la ribera.
Llevadla al nivel del mar
y nombradla capitana
de un blanco bajel de guerra.
¡Oh mi voz condecorada
con la insignia marinera:
sobre el corazón un ancla
y sobre el ancla una estrella
y sobre la estrella el viento
y sobre el viento la vela!

(Rafael Alberti, Marinero en tierra)

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SONETO XCIV

Si muero sobrevívime con tanta fuerza pura


que despiertes la furia del pálido y del frío,
de sur a sur levanta tus ojos indelebles,
de sol a sol que suene tu boca de guitarra.

No quiero que vacilen tu risa ni tus pasos,


no quiero que se muera mi herencia de alegría,
no llames a mi pecho, estoy ausente.
Vive en mi ausencia como en una casa.

Es una casa tan grande la ausencia


que pasarás en ella a través de los muros
y colgarás los cuadros en el aire.

Es una casa tan transparente la ausencia


que yo sin vida te veré vivir
y si sufres, mi amor, me moriré otra vez.

(Pablo Neruda, Cien sonetos de amor)

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EL JUEGO DE HACER VERSOS

El juego de hacer versos


−que no es un juego− es algo
parecido en principio
al placer solitario.

Con la primera muda (1),


en los años nostálgicos
de nuestra adolescencia,
a escribir empezamos.

Y son nuestros poemas


del todo imaginarios
−demasiado inexpertos
ni siquiera plagiamos (2)−

porque la Poesía
es un ángel abstracto (3)
y, como todos ellos,
predispuesto a halagarnos.

El arte es otra cosa


distinta. El resultado
de mucha vocación
y un poco de trabajo.

Aprender a pensar
en renglones contados
−y no en los sentimientos
con que nos exaltábamos−,

tratar con el idioma


como si fuera mágico
es un buen ejercicio,
que llega a emborracharnos.

Luego está el instrumento


en su punto afinado:
la mejor poesía
es el verbo hecho tango.

Y los poemas son


un modo que adoptamos
para que nos entiendan
y que nos entendamos.

Lo que importa explicar


es la vida, los rasgos
de su filantropía (4),

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las noches de sus sábados.

La manera que tiene


sobre todo en verano
de ser un paraíso.
Aunque, de cuando en cuando,

si alguna de esas noches


que las carga el diablo (5)
uno piensa en la historia
de estos últimos años, Tópico de la creación literaria. Un poema que hace referencia a la poesía
podemos hablar que es un texto de carácter meta poético, es decir, habla de
sí misma.

si piensa en esta vida Introducción para el autor:


Generación del 50. En esa década comienza a escribir.
que nos hace pedazos Podemos decir de su obra es que entre sus obras poéticas podemos
destacar según sentencia el tiempo, compañeros de viaje 1959. El favor de
de manera podrida, venus 1965. Moralidades 1966.
Otro libro suyo es "poemas póstumos" 1968. Despues de estas fechas dejó
perdida en un naufragio, de interesarse por la poesía. En 1975 publica Las personas del verbo, una
recopilación de sus poemas.
Este poema que leímos está incluido en su obra "Moralidades".
Es influenciado por Antonio Machado, Luis Cernuda, César Vallejo, T.S
la conciencia le pesa Elliot, W.H Auden. Lsa caracteristicas generales de él son:
- Gusto por lña perfección formal.
−por estar intentando - El anti sentimentalismo. Prefiere lo intelectual
- El distanciamiento intelectual de los temas.
- El humor, la ironía.
persuadirse en secreto - La dicción coloquial.
- Las referencias autobiográficas.
de que aún es honrado.

El juego de hacer versos,


que no es un juego, es algo
que acaba pareciéndose
al vicio solitario.

(Jaime Gil de Biedma, Moralidades)

(1) v. 5, muda: cambio de pluma o de piel de ciertos animales; cambio del timbre de
voz de los muchachos cuando entran en la pubertad.
(2) v. 12, plagiamos: plagiar, copiar obras ajenas, dándolas como propias.
(3) v. 14, abstracto: que significa alguna cualidad con exclusión del sujeto.
(4) v. 39, filantropía: amor al género humano.
(5) vv. 45-46, esas noches / que las carga el diablo: según la voz popular, “las
escopetas las carga el diablo”. Gil de Biedma atribuye esa peligrosidad a ciertas
noches, en las que la conciencia del poeta evoca su vertiente más turbia.

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