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CREEPYPASTA

PIKAMENA:
El aire era cálido y el sol brillaba, todo los ponies
en Ponyville estaban teniendo un día glorioso. El
centro de la ciudad se encontraba lleno de
multitud de ocupados ponies que llenaban las
calles. Cada uno de ellos parecía tener un lugar
específico a donde ir. Todos excepto Raimbow
Dash; su lugar estaba en el cielo. Ella volaba
libremente por el aire, acelerando de un lado a
otro, agitando las copas de los árboles y
perturbando el aire. La pegaso azul pasó por
encima del patio de la escuela, tan solo para
impresionar a los pequeños ponies, luego subió
varios cientos de pies y comenzó a caer picada
tan rápido como pudo. Segundos antes de golpear
el suelo, su alas se abrieron y ella regresó a claro
azul del cielo. Rainbow se sentía viva.  De
pronto, Dash recordó que ella debía estar en otro
lugar, se suponía que debía encontrarse con
Pinkie Pie en 5 minutos. Dash había tan sumida
en sus ejercicios que casi se le olvida que Pinkie
le había pedido encontrase con ella en Sugarcube
Corner a las tres. Pinkie no le había dicho porqué
ni qué iban a hacer, pero Dash sabía que con
Pinkie, podía esperarse cualquier cosa. Dash no
estaba segura si realmente quería ir. Se
encontraba tan feliz con sus acrobacias que pensó
que podría dejar plantada a Pinkie y seguir
volando. Pero su conciencia no se lo permitió.
Ella sabía que eso podría lastimas los
sentimientos de Pinkie; después de todo, Pinkie le
dijo que iba a ser algo muy especial tan solo para
ambas. Dash consideró esto y pensó “¿Por qué
no?” ¿Qué tenía que perder? De seguro debían ser
más bromas. Pinckie debía haber encontrado un
puñado de cosas graciosas que hacerle a la gente,
y ellas se habían divertido bastante la última vez.
Dash se apresuró para ganar el tiempo perdido y
aceleró hacia su cita.  Cuando Dash entró a la
tienda, fue inmediatamente bienvenida por su
amiga, quien saltaba de emoción. “Yey, ya estás
aquí! Te estuve esperando tooodo el día” dijo el
pony saltarín.  “Disculpa si estoy un poquito
tarde, Pinkie. Estaba haciendo mis ejercicios de la
mañana y perdí la noción del tiempo” se excusó
Dash.  Pinkie ser rió y respondió en un tono
alegre, “Oh, está bien, estás quí ahora, ¿qué son
un par de minutos adicionales? He estado taaan
emocionada pensando en todas las cosas
divertidas que vamos a hacer, no he parado de
saltar desde que me levanté osea casi se me
olvida respirar, he estado tan feliz.”  Dash soltó
una risa algo incómoda. Siempre había apreciado
el estilo de vida feliz y despreocupado de Pinkie
Pie, pero la sobreexcitación de Pinkie la estaba
asustando un poco. Pero Dash mantuvo su rostro
relajado. Si Pinkie estaba así de emocionada, lo
que fuese que tuviera planeado tenía que ser
bueno.  “Entonces, lista para comenzar, Raimbow
Dash? Ya tengo todo listo,” dijo la pony
rosada.  Dash se emocionó “Puedes apostarlo,
Pinkie. ¿Entonces que tienes planeado? ¿Le
haremos una broma a alguien? Ya tengo un buen
par en las que he estado pensando. O tal vez tu
tengas algunas que quieras que pruebe o
podemos…”  “¡HACER CUPCAKES!” Pinkie
anunció alegremente.  “¿Cocinar?” Dash estaba
desilusionada. “Pinkie, sabes que no soy buena
cocinando. ¿Recuerda la última vez?”  “No hay
ningún problema. Solo necesito tu ayuda
haciéndolos. Yo haré casi todo el trabajo,”
explica Pinkie.  Dash pensó esto por un segundo
“Ah bueno. Supongo así está bien. ¿Qué es lo que
necesitas que haga?”  “Esa es la actitud. Toma,
aquí tienes.” Pinkie le entrega a Dash un
cupcacke.  Dash estaba confundida “Pensé que te
iba a ayudar a cocinar.”  “Así es. Hice este para ti
antes de que llegaras.”  “Entonces, ¿seré como
una catadora o algo así?”  “Algo así,” dijo
Pinkie.  Dash tomó el pastelito y lo puso en su
boca. Lo masticó un poco y se lo tragó. Nada mal.
“Ok, ¿ahora qué?” Dash preguntó.  “Ahora,” le
dice Pinkie, “tú tomas una siesta.”  Confundida,
Dash abrió la boca, pero instantáneamente sintió
su cabeza más ligera. Una ola de mareo le
comenzaba afectar, y segundos después se
colapsó en el suelo.  Cuando Dash recuperó la
conciencia, se vio a sí misma en una habitación
oscura. Intentó mover su cabeza, pero se dio
cuenta de que unos seguros de cuero la mantenían
firmemente en su lugar. Intentó mover su cuerpo,
pero unas correas en su pecho y extremidades que
se conectaban a un aparejo hecho de una serie
planchas a su alrededor la mantenían quieta,
además, mantenían sus piernas bastante
separadas. Tan solo sus alas estaban libres, y se
agitaban fuertemente mientras Dash se forcejeaba
por escapar. Mientras ella se movía, Pinkie entró
de súbito a su línea de visión.  “Linda, estás
despierta. Ahora podemos comenzar” Pinkie dice
graciosamente. Se sumergió en la oscuridad, y
rápidamente surgió empujando un pequeño
carrito cubierto con una manta.  “Pinkie, ¿qué
está pasando? ¡No me puedo mover!” Dash dice
desesperada.  “Pues obvio, eso es porque está
estada,” respondió Pinkie. “Es por eso que no te
puedes mover. No creía que necesitabas que te lo
dijeran.”  “Pero ¿Por qué? ¿Qué está sucediendo?
Pensé que habías dicho que te iba a ayudar a
hacer cupcakes.”  “Estás ayudando. Verás, ya me
quedé sin mi ingrediente especial y te necesito
para conseguir más.”  “¿Ingrediente especial?”
Dash tenía la respiración pesada y comenzaba a
entrar en pánico. “¿Qué ingrediente
especial?”  Pinkie se ríe y responde “Tú,
tontita”  Los ojos de Dash se abrieron totalmente
y su gesto se transformó en pánico. Luego
comenzó a reírse y dijo, en un tono que bordaba
la histeria, “Wuu, realmente me atrapaste, Pinkie
Pie. Quiero decir, ¿engañarme para creer que me
ibas a transformar en un cupcake? Tengo que
admitirlo, la mejor broma hasta ahora. Tú ganas,
eres la mejor.”  Pinkie simplemente rió más.
“Aw, gracias Dash. Pero hoy no he hecho
ninguna broma, por eso no puedo aceptar tal
honor.”  Dash se estremeció de nuevo. “Vamos
Pinkie, esto ya no es gracioso.”  “¿Entonces por
qué nos estamos riendo?” Antes de que Dash
pudiera contestar, Pinkie tomó la manta y la
apartó del carrito. En el carrito había un
contenedor lleno de varios afilados instrumentos
médicos y cuchillos cuidadosamente organizados
y afilados, junto con una enorme bolsa
médica.  Dash estaba ahora en modo pánico puro.
Se comenzaba a hiperventilar. Su mente se
desesperó e intentó razonar con la pony rosada.
“¡No puedes hacer esto Pinkie! ¡Soy tu
amiga!”  “Ya sé que lo eres y es por eso que estoy
tan contenta que estés aquí. Podremos compartir
tus últimos momentos, solas tú y yo” Pinkie se
estaba llendo nuevamente.  “Pero, los otro ponies
se preguntarán donde estoy. Cuando las nubes se
acumulen, vendrán a buscarme y te descubrirán.”
Exclamó Dash desesperadamente.  “Oh, Dash,”
dijo Pinkie. ”No te preocupes, hay varios pegasos
adicionales que pueden encargarse de unas
cuantas nubes. Y además, nadie se dará cuenta.
Quiero decir, ¿Cuánto tiempo crees que he estado
haciendo esto?” Y con esta ominosa declaración,
las luces se prendieron de repente y el resto de la
habitación quedó revelado.  “Oh no.” Dash se
llenó de terror ante la imagen que se presentaba
frente a ella. La habitación estaba decorada con el
loco gusto de Pinkie Pie. Intestinos coloridos
colgaban por las paredes como guirnaldas,
cráneos de distintos tamaños y colores brillantes
se encontraban incrustados en las paredes y
órganos inflados con helio amarrados al respaldar
de las sillas. Las mesas y sillas estaban hechas
con huesos y la piel preservada de ponies
muertos. Dash se sobresaltó al fijarse en la pieza
central de la mesa más cercana e ella. Las cabezas
de 3 potrillos, sus ojos estaban cerrados como si
estuvieran dormidos, usaban gorros de fiesta
hechos con su propia piel. Con estremecimiento
de terror, Dash reconoció a una de ellas como la
compañera de clase de Applo Bloom Twist. Los
ojos de Dash se fijaron en una pancarta encima de
la habitación. Hecha con cuero de varios ponies,
las palabras “La vida es una fiesta” estaban
escritas en ella con rojo sangre.  La atención de
Dash fue traída de regreso con silbato de fiesta
que golpeaba su nariz. Ella miró a Pinkie Pie,
quién estaba parada justo frente de ella. La pony
fiestera estaba usando vestido hecho de piel, con
varios cutiemarks en él. En su espalda colgaban 6
alas de pegaso, todas de diferentes colores.
Mientras la pony terrestre se llenaba de emoción,
su collar compuesto de varios cuernos de
unicornios sonaba estruendosamente.  “¿Te
gusta?” Preguntó Pinkie “Lo hice yo
misma.”  Desesperadamente, Dash le ruega a la
pony sonriente que tiene en frente. “Pinkie please,
lo siento si te hice algo. No quiese hacerlo, Por
favor déjame ir. Te prometo que no se lo diré a
ningún pony.”  “Oh Dash, no hiciste nada.
Simplemente tu número salió, y bueno, yo no
hago las reglas. No podemos retroceder
ahora.”  Dash comenzó a llorar. ¿Cómo esto
podía estar pasando?”  “Aww, no te pongas triste
Dash,” dijo Pinkie ” Mira, esto te animará. Te
traje una amiga.”  Aparentemente de la nada,
Pinkie sacó un cráneo pintado de azul y amarillo.
Era del tamaño del de un pony, pero tenía otra
forma, la de un halcón.  Dash entró en shock.
“¿Esa… es… ella es?”  “Hey, Dash vámonos de
aquí, estos ponies son tontos. Dweeb dweebs
dweebs,” fingió Pinkie. “La atrapé justo antes de
que se fuera de la villa. ¿Recuerdas cuando dejé
la fiesta por unos 20 minutos? Ese no era tiempo
suficiente para jugar con ella por supuesto; tuve
que esperar hasta después de la fiesta para
hacerlo. Pero amiga, valió la pena. Tan solo el
sabor pagó el trajín. Los grifos saben a 2 animales
a la vez, es increíble. Sé que ella no tenía un
número pero ¿hubiese habido otra oportunidad
para probar un grifo? Probablemente debí haberle
preguntado de donde venía para poder conseguir
más, pero se me olvidó. Pero debo decir, ella fue
una gran contrincante. Duró bastante, lo que fue
muy divertido. Tuve la oportunidad de jugar con
alguien que no era un pony y probé nuevas cosas.
Es una lástima que tuviera una boquita tan sucia.
Dijo tantas cosas malas, que tuve que arrancarle
la lengua. Tú sabes, malas palabras causan malos
sentimientos, Rainbow Dash.”  Dash no tenía
nada que decir. Ella simplemente descansó en sus
adoloridos huesos.  “Bueno” dijo Pinkie con aire
de haber concluido, “es suficiente calentamiento.
Es hora de comenzar.”  Dejando en el suelo el
cráneo de Gilda, el pony rosado tomó un
escalpelo en su pezuña y caminó hasta el flanco
derecho de Dash. Sin ningún miramiento, Pinkie
posó el filo una pulgada por encima de la cutie
mark de Dash e inició un corte circular a su
alrededor. Dash gritó de dolor e intentó
desesperadamente de safarse, pero las correas se
lo impidieron. Terminada la incisión, Pinkier
tomó cuchillo de hoja curva del carrito. Poniendo
gesto de concentración, apartó el músculo de la
piel y logró sacar el pellejo. Dash apretó los
dientes y entre las lágrimas observó como se le
arrancaba la piel. Pinkie se dirigió al otro lado del
pony y repitió el proceso en el flanco izquierdo.
Una vez que había terminado, Pinkie tomó ambas
marcas en frente de su amiga y comenzó a
moverlas como si fueran pompones. Dash
simplemente miró. Sus costados ardían como
nada que ella hubiese sentido antes.  Dejando los
parches de piel a un lado, Pinkie tomó un enorme
cuchillo de carnicero y caminó hacia la espalda
del pegaso azul. “Espero que no te importe, pero
creo que estirarás el ala.” Pinkie se rió. Ella tomó
la ala izquierda en su boca y jugó con ella por
unos cuantos segundos, moviéndola tanto que el
dolor de los costados de Dash se intensificó de
nuevo. Luego, apartando el ala, golpeó con el
cuchillo la base de esta. Instantáneamente, Dash
gritó y dobló el ala. El movimiento hizo que le
fallara la puntería a Pinkie por lo que le hizo una
herida profunda en al espalda de Dash.  “Te
tienes que quedar quieta Dash, o seguiré
fallando.”Le advirtió Pinkie mientras Dash
luchaba.  Pinkie tomó otro impulso y golpeó de
nuevo la base. Lo hizo una y otra vez. La sangre
salpicaba por el aire, pero Pinkie se dio cuenta de
que no iba a ninguna parte. El cuchillo no iba a
atravesar el hueso.  “Hmmm, supongo que olvidé
afilarlo. Intentaré otra cosa,” dijo decidida Pinkie
mientras tiraba el cuchillo por encima de su
hombro. Entre el dolor y las lágrimas, Dash
escucho el sonido de una caja de metal
abriéndose y cerrándose.  “¡Lo tengo! Dime
Dash, ¿Por qué le llaman aserradora? Porque
cierra; y eso no lo puedo hacer con
cuchillo.”  Pinkie puso la herramienta en la ya
abierta herida del último intento. Parada en sus
cuartos traseros, aserró el ala con sus cuartos
frontales. Sin mucho esfuerzo, la sierra pasó por
el hueso y la piel. El solo sentimiento de los
dientes de la sierra hizo que Dash quisiera
vomitar. Miró débilmente mientras se le retiraba
el ala y la ponía en una mesa. Pinkie se dirigió a
la siguiente ala y comenzó a aserrar. Dash no se
resistió esta ves; ella se había rendido ya no
luchaba ni gritaba de agonía. Abruptamente, el
aserrado se pasó. Pinkie no había terminado, el
ala estaba colgando de un pedazo.  “Oye Dash,”
Pinkie dijo “¡Piensa rápido!”  De improviso,
Pinkie jaló el ala con toda su fuerza. El hueso se
rompió y quedó solo la piel, luego esa ser rompió.
Este forcejeo había arrancado un buena parte de
la piel de su espalda. Su cuerpo se estremeció
ante la inesperada herida. Su pelvis se tensionó,
Dash sintió un tibio líquido por sus piernas, y su
fuerte e interminable sinfonía de dolor llenó la
habitación. Sin capacidad de contener el aliento,
se desmayó.  Dash se despertó sorpresivamente.
Un hilo de orina llenaba el suelo. Mientras su
visión se acostumbraba de nuevo a la luz, ella
notó a una muy decepcionada Pinkie Pie quitando
enorme jeringa de adrenalina de su pecho.
Cruzando los brazos, la frustrada Pinkie Pie se
paró en frente de su víctima.  “¿Acaso nadie te ha
enseñado modales? Es de mala educación
quedarse dormido cuando alguien te invita a pasar
el tiempo que él. ¿Acaso te gustaría que yo
entrara a tu casa y me fuera a dormir? Oh, lo
siento Dash, eres tan aburrida que creo que me
tomaré un descanso. ¿Acaso crees que me gusta
hacer esto sol? Te dije lo emocionada que estaba
cuando me enteré que sería la última. Estaba tan
feliz de tener una amiga conmigo mientras
trabajaba. Pero NOOOO. Tenías que ser
desconsiderada. Sabes, yo pensé que eras fuerte.
Pensé que podrías soportar cualquier cosa. ¡He
tenido a potrillos que ha soportado más que tú!
¿Quieres que sea niñera? ¿Ah? ¿Así es como
quieres que te recuerde, como una
bebé?”  Mientras Pinkie descansaba para tomar
un respiro, Dash parpadeaba y gemía débilmente.
Su espalda estaba en agonía, sus costados le
ardían y había un intenso dolor en una de sus
piernas. Mientras parpadeaba de nuevo, notó que
Pinkie se ponía algo rojo en la boca y comenzaba
a masticar. Notando esto, Dash la miró, Pinkie
rápidamente tragó lo que tenía en la
boca.  “¿Qué?” Preguntó Pinkie “Ah, ¿esto?” Ella
tomó otro pedazo. “Bueno, mientras TÚ estabas
dormida, me impacienté un poco y me conseguí
una pequeña muestra. La tomé de tu pierna, no
estás mal. ¿Quieres un poco?”  Sin esperar
respuesta, Pinkie metió el pedazo de carne en la
boca del pegaso. Dash se asqueó y lo escupió
inmediatamente. Pinkie se agachó y tomó el
pedazo de carne. “Si no lo querías, pudiste haber
dicho que no.” Pensó por un momento y se tragó
el pedazo de carne “Como si nunca hubieras
probado mis cupcakes antes.”  Comiendo, se fijó
en la pequeña lata en el carrito. Quitó la tapa,
revelando que estaba llena de carbón al rojo vivo.
Descansando encima de los carbones, había
varias agujas de tamaño grande. Mientras la
adrenalina llenaba sus venas, Dash fue invadida
por el pánico otra vez. Tomando la lata, Pinkkie
se posó a la izquierda de Dash. Con unas pinzas
en su boca, Pinkie cuidadosamente tomo una
aguja y la posiciona en la comisura entre la pierna
y la pezuña. Luego tomó un martillo y comenzó a
apuntar cuidadosamente.  “¡No Pinkie!” gritó
Dash. “NO NO”  El martillo bajó y la aguja
atravesó su piel. El ardiente dolor fue
simplemente demasiado. Dash gritó y jaló de las
correas, causándose heridas. Pinkie intentó poner
otra aguja, pero no podía apuntar bien, y dejó
salir un gruñido de frustración. Cuando Pickie
puso el martillo por detrás de su cabeza para
hacer dar un buen golpe, Dash estalló en
llanto.  “¡PORFAVOR PARA! ¡PORFAVOR
PORFAVOR PARA!”  Pinkie giró sus ojos.
Dejando a un lado el martillo y las pinzas, regresó
al frente de su amiga y miró al quebrado pegaso.
Gilda no lloró tanto cuando tenía un parasprite
vivo atracado en su garganta. Pinkie reflexionó
por un minuto que debía hacer después, de la
nada, tuvo un rayo de inspiración.  Rotando el
engranaje del aparejo, Pinkie apoyó a Das en su
espalda, se dirigió a las piernas, llevando consigo
sus herramientas y clavó una púa ardiente en la
base de las pesuñas de la pegaso. Mientras Dash
gritaba de dolor, Pinkie regreso a su carrito y sacó
una enorme batería un controlador, que llevó a
donde estaba trabajando. Puso los cables de cobre
en las púas que es encontraban en las pesuñas de
Dash, luego le hizo un guiño a Dash y activó el
interruptor.  La electricidad atravesó el cuerpo de
Dash. El pony azul reaccionó de inmediato, su
cuerpo tembló y sus músculos se tensionaron. Su
cintura quedó suspendida en el aire y sus ojos se
voltearon y dejó salir un profundo grito de su
garganta. Pinkie rió y bailó en su lugar, se agachó
y aumentó la potencia. Dash convulsionó
incontrolablemente y su vejiga se vació de
nuevo.  Después de unos 5 minutos, Pinkie apagó
el aparato. Hebras rosadas se tallaban en el pelo
alrededor de sus pesuñas y carne cocinada
comenzaba a humear. Pinkie volvió a poner a
Dash de cabeza e intentó que el delirante pony le
prestara atención.  “¿Dash? ¡Dash! Raimbow
Dash, ¡Despierta!” Dash gimió y se las arregló
para recuperar débilmente su conciencia. Pinkie
estudió su obra, luego sacó su maleta médica y
saca una enorme jeringa, “Muy bien, tiempo del
último round.”  Dash se concentró en la aguja, lo
que Pinkie tomó como una pregunta sobre qué era
eso.  “Esto solo es una cosita para quitarte el
dolor,” Informó Pinkie mientras caminaba hacía
la ya arruinada espalda de su víctima. Dash se
quejó mientras Pinkie clavaba una aguja en la
espalda baja del pony. Regresando al frente de su
amiga otra vez, Pinkie se sentó y aclaró.  “En
unos cuantos minutos, no podrás sentir nada por
debajo de tu tórax. Entonces podrás estar
despierta para ver la cosecha.”  Dash comenzó a
llorar de nuevo “¿Pinkie?”  “¿Sí?”  “Quiero ir a
casa,” Dash gimió.  “Sí, puedo ver que eso
quieres,” le respondió el pony fiestero. “A veces,
simplemente quisiera rendirme y decir ‘ya me
casé de esto’ e irme a dormir. Pero, ¿sabes algo?
No puedes huir de tus responsabilidades. Tienes
que obligarte a ti misma a afrontar los nuevos
desafíos que se presenten. Es la única forma en la
que se puede avanzar en la vida.”  Dash inclinó su
cabeza y lloró.  Los minutos pasaron y la droga
hizo efecto. Eventualmente, Dash se adormeció
completamente desde su pecho hasta sus piernas.
En este punto Pinkie se acercó con un escalpelo.
Sonriendo a Dash, Pinkie hizo un enorme corte en
la pelvis, justo por encima de su entrepierna.
Volteando el cuerpo de Dash, Pinkie hizo una
incisión similar por debajo de sus costillas.
Finalmente, Pinkkie hizo un largo corte vertical
por el estómago de Dash que conectaba ambas
incisiones. Pinkie cuidadosamente abrió el
abdomen y cogió sus intestinos. Mientras ella
separaba los órganos del resto del tracto digestivo
y los sacaba por la nueva cavidad, Pinkie estaba
llena de júbilo. Riendo mientras destripaba a su
amiga, ella comenzó a hacer bromas. Dash, cada
vez más cansada por la pérdida de sangre, trataba
desesperadamente de no mirar el macabro acto de
comedia.  “Mírame, ¡Soy Rarity!” dice riendo
Pinkie, poniendo un intestino alrededor de su
cuello salpicando sangre por todas partes.
“¿Acaso esta bufanda no es
hemosíiiiiiisima?”  Regresando al interior, cortó
un pedazo más pequeño de intestino delgado.
Sacando el exceso de excremento, Pinkie se puso
el órgano entre los dientes, moviéndolo de un
lado a otro. “Los dentistas dicen que debes usar
hilo dental todos los días, Dash.”  Dash ya no
podía notar lo que sucedía. El shock estaba
causando que se desvaneciera. Decepcionada,
Pinkie regresó a lo órganos de su compañera,
deteniendo su rutina.  “Aw, todavía no te vayas
Dash.” Pinkie comenzó a sacar el resto de los
órganos de Dash, deteniéndose cada vez “Sé que
puedo ser un verdadero páncreas, pero solo me
hago hígado por ti. Tienes que aprender a
animarte. Muchacha, estos chistes se ponen
mejor, hay que tener estómago para
ellos.”  Pinkie puso los restos del cuerpo
descartados en un balde, deteniéndose un poco en
el último “Oh una gaita” dijo, poniendo el final
de esófago en su boca y el estómago en su brazo.
Sopló y algo de ácido tocó su lengua. “¡Eww! Oh
mira, ahí están tu cupcake, Dash.”  Dash ya no
oía a su torturadora. Había perdido la consciencia
minutos atrás. Pinkie, insatisfecha, inyectó a Dash
otra dosis de adrenalina. Dash despertó por última
vez, su corazón palpitaba, sangre tibia caía sobre
su pecho en grandes cantidades. No duraría
mucho esta vez.  Pinkie volteó de nuevo a Dash,
acercándose al pecho del pony azul, con el
escalpelo listo.  “Sabes, Raimbow Dash, estoy
decepcionada. Pensé que durarías más. Realmente
quería pasar más tiempo contigo antes de que
llegáramos aquí. Pero supongo que es mi culpa,
debía tomar las cosas un poco más despacio. ¡Fue
un verdadero placer conocerte Dash!”  La hoja
atravesó la piel de su azul garganta y subió hasta
su barbilla. Y de nuevo abajo. Lo último que
sintió Dash fue el dolor de la piel de su garganta
siendo arrancada de su cráneo y el metal de la
hoja en sus dientes.  Luego de esto, se había ido. 

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