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CONTINGUTS ASSIGNATURA
ÍNDEX
1 INTRODUCCIÓN ..................................................................................................................................................... 2
2 LOS TRASTORNOS MUSCULOESQUELÉTICOS ............................................................................................ 2
2.1 ¿QUÉ SON LOS TME? ......................................................................................................................................... 2
2.2 ¿POR QUÉ SE PRODUCEN LOS TME? ................................................................................................................... 3
2.3 SÍNTOMAS DE LOS TME ..................................................................................................................................... 3
2.4 CAUSAS DE LOS TME ......................................................................................................................................... 4
3 CARGA FÍSICA DE TRABAJO ............................................................................................................................. 4
3.1 POSTURAS FORZADAS ......................................................................................................................................... 4
3.2 MOVIMIENTOS REPETITIVOS ............................................................................................................................... 4
3.3 MANIPULACIÓN MANUAL DE CARGAS ................................................................................................................ 5
3.4 OTROS FACTORES DEL TRABAJO ......................................................................................................................... 5
3.5 FACTORES INDIVIDUALES ................................................................................................................................... 6
3.6 PREVENCIÓN DE LOS TME.................................................................................................................................. 6
3.6.1 Obligaciones para la empresa ..................................................................................................................................................7
3.6.2 Papel de los trabajadores ...........................................................................................................................................................7
4 EVALUACIÓN DE LA CARGA FÍSICA DE TRABAJO .................................................................................... 8
4.1 TIPOS DE CONTRACCIÓN MUSCULAR Y EFECTOS EN EL ORGANISMO ................................................................... 8
4.2 EVALUACIÓN DEL TRABAJO DINÁMICO ............................................................................................................... 9
4.3 EVALUACIÓN DEL TRABAJO ESTÁTICO .............................................................................................................. 11
5 NORMATIVA APLICABLE SOBRE LA CARGA FÍSICA DE TRABAJO .................................................... 12
6 MANIPULACIÓN MANUAL DE CARGAS ....................................................................................................... 12
6.1 INTRODUCCIÓN ................................................................................................................................................. 12
6.2 REAL DECRETO 487/1997 ................................................................................................................................ 13
6.3 GUÍA TÉCNICA DE MANIPULACIÓN MANUAL DE CARGAS .................................................................................. 16
CONTINGUT
1 Introducción
Uno de los temas típicos de estudio en Ergonomía es la Carga de Trabajo, especialmente, la
derivada del trabajo físico, para cuya evaluación han sido propuestos diversos procedimientos y
criterios, algunos de los cuales, los propuestos para la evaluación del trabajo dinámico, tienen ya
muchos años de existencia y no por ello han dejado de tener validez.
Sin embargo, no todo tipo de trabajo físico resulta igualmente sencillo de evaluar. Nos estamos
refiriendo al trabajo estático o al que se realiza empleando sólo una pequeña masa muscular, como
la de las manos. Es precisamente este tipo de trabajo el que constituye una de las principales
causas de los trastornos musculoesqueléticos en nuestro país.
En este tema se pretende dar una visión de conjunto a esta problemática, si bien, estos temas se
desarrollarán con mayor profundidad en las unidades correspondientes de la asignatura de
Especialización en Ergonomía.
Según los datos de la VI Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo, elaborada por el Instituto
Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT) en 2007:
Los trastornos músculoesqueléticos se definen como los problemas de salud que afectan al aparato
locomotor, o sea, a los músculos, tendones, esqueleto óseo, cartílagos, ligamentos, nervios y vasos
sanguíneos del cuerpo.
Los TME son un conjunto heterogéneo de alteraciones o lesiones inflamatorias o degenerativas del
aparato locomotor, que afectan a todas las partes del cuerpo siendo las más comunes el cuello, la
espalda, las extremidades superiores y con menor frecuencia las extremidades inferiores. En el
presente curso nos referiremos particularmente a aquellos TME inducidos, causados o agravados
por la actividad laboral.
Las características principales de estos trastornos músculoesqueléticos son:
El sistema músculoesquelético nos permite la realización de las actividades físicas diarias, tanto las
cotidianas como las laborales. En general, la realización de actividad física resulta beneficiosa para
las personas. Sin embargo, cuando el esfuerzo físico realizado supera la capacidad de los
componentes del sistema músculoesquelético se producen los TME.
En algunas ocasiones los TME pueden ser el resultado de un accidente de trabajo. Ocurren de
forma súbita y aguda, provocando daños para la salud como, por ejemplo, las fracturas o las
dislocaciones. Comúnmente se denominan sobreesfuerzos.
No obstante, la mayor parte de los TME aparecen gradualmente (por ejemplo, las tendinitis) tras
largos periodos de exposición a unas condiciones de trabajo demasiado exigentes.
En los primeros estadios los TME aparecen en forma de dolor o molestias. Si este esfuerzo físico
excesivo se mantiene a lo largo del tiempo pueden aparecer lesiones de mayor gravedad, que
obligan a solicitar la baja laboral e incluso a recibir tratamiento médico. En los casos más crónicos, el
tratamiento y la recuperación suelen ser insatisfactorios, pudiendo llegar a incapacitar a la persona
para la ejecución de su trabajo.
La aparición de estos síntomas acostumbra a ser gradual. Inicialmente suelen ser leves y transitorios
(el dolor desaparece al abandonar el trabajo), pero evoluciona hacia el empeoramiento si no se
detectan precozmente y se aplican las medidas correctoras adecuadas.
Estas lesiones pueden tener larga y difícil curación, y en muchos casos requieren un largo período
de rehabilitación, originando grandes costes económicos y humanos, ya que el trabajador queda
muchas veces incapacitado para realizar su trabajo habitual y su calidad de vida puede quedar
deteriorada.
Es importante tener en cuenta que los TME, inofensivos en apariencia, se suelen ignoran hasta que
se hacen crónicos. Por consiguiente, la pronta detección de episodios de dolor por parte de los
trabajadores y su posterior notificación a la empresa, son de vital importancia para su prevención.
Los TME se originan a partir de múltiples factores. Aunque en algunas ocasiones los TME pueden
tener un origen extra-laboral, e incluso deberse a características individuales (edad, sobrepeso,
etc.), son las condiciones de trabajo las que suelen originar la mayor parte de ellos.
Dentro de las condiciones de trabajo, las exigencias físicas a las que están sometidos los
trabajadores en un puesto de trabajo tienen una clara relación con la aparición de los TME. Existen
otros factores de riesgo de origen laboral que, en menor medida, pueden influir en la aparición de
dichas patologías, como son las condiciones ambientales (temperatura, humedad, etc.) o los
aspectos psicosociales.
La postura se refiere a la posición de diferentes partes del cuerpo. Las posturas forzadas ocurren
cuando una articulación del cuerpo deja de estar en una posición natural de confort para pasar a una
posición forzada o extrema (cuello o espalda inclinada o girada, brazos elevados, trabajos en
postura agachada, etc.). En esta situación, los músculos, tendones y ligamentos se sobrecargan. Si
la postura se mantiene en el tiempo se produce dolor y posibles lesiones. Afecta a profesiones
como: mecánicos, personal de mantenimiento, trabajadores de la construcción (albañiles,
electricistas, pintores...), personal de limpieza, instaladores de parket, etc.
También se refiere a aquellas actividades en postura natural donde se mantiene dicha postura de
forma prolongada produciendo una carga estática en la musculatura corporal implicada, como ocurre
cuando el trabajador debe permanecer mucho tiempo de pie o sentado en una silla inadecuada.
Afecta, entre otras, a profesiones como: Conductores de vehículos (camiones, taxis, etc.); trabajos
con ordenador (administrativos, informáticos, etc.); trabajos de precisión (relojeros, joyeros, etc.);
venta al por menor, etc.
Hace referencia a todas aquellas actividades de tipo repetitivo que implican la realización de
esfuerzos o movimientos rápidos de pequeños grupos musculares, generalmente de las
extremidades superiores, agravado por el mantenimiento de posturas forzadas y una falta de
recuperación muscular. Los principales factores de riesgo ligados a este tipo de tareas son:
Ciclos de trabajo repetitivos: Se consideran como altamente repetitivas todas aquellas actividades
cuyo ciclo de trabajo sea inferior a 30 sg.
Las tareas con movimientos repetitivos afectan a las extremidades superiores (muñeca, codo y
hombro) produciendo enfermedades como: síndrome del túnel carpiano, epicondilitis, etc.
Puestos de trabajo donde se realizan tareas repetitivas son: matarifes, carniceros, cajeras,
cosedoras, músicos, trabajos con ordenador (durante el uso del teclado y del ratón), trabajos en
cadena de montaje, conserveras, peluqueros, entre otros.
A modo de resumen, se presenta la siguiente tabla que clasifica los principales TME en función del
sistema al que afecta, del tipo de lesiones y de las causas que los provocan:
La prevención de los TME requiere de un enfoque integral en el que participen tanto la empresa
como sus trabajadores.
Las medidas de re-diseño ergonómico tienen por objeto adaptar el puesto de trabajo al trabajador.
Para ello, debe tenerse en cuanta que:
El espacio de trabajo debe ser suficiente para evitar que los trabajadores realicen actividades
que requieran aplicar mucha fuerza en posturas incómodas y estáticas.
El diseño del puesto de trabajo debe favorecer el cambio postural de los trabajadores.
El diseño del puesto de trabajo debe adaptarse a las dimensiones de sus ocupantes.
Los equipos o herramientas utilizados deben eliminar o reducir la fuerza que exige la tarea.
B- Medidas organizativas
C- Medidas de formación
La formación es necesaria para la prevención de los TME y debe permitir a los trabajadores:
Adquirir los conocimientos necesarios para identificar y reconocer las condiciones de trabajo con
riesgo de TME.
Conocer las ventajas que presenta la adopción de unos hábitos de trabajo correctos para evitar
los TME o disminuir sus efectos.
Adquirir los hábitos posturales saludables correctos dentro y fuera del puesto de trabajo.
D- Otras medidas
Además de las medidas de diseño, organizativas y de formación para la prevención de los TME, no
se deben olvidar otros aspectos preventivos de gran importancia, como son el control periódico de
las condiciones de trabajo y la vigilancia de la salud de los trabajadores.
• Reconocer e identificar, en sus puestos de trabajo, los factores de riesgo que dan origen a los
TME.
• Aplicar hábitos posturales saludables en sus puestos de trabajo y en la vida cotidiana.
• Realizar ejercicio físico de forma regular.
Para responder a estas demandas, nuestro cuerpo pone en marcha complejos mecanismos que
finalizan en la contracción muscular, la cual permite que realicemos la actividad o ejercicio
demandados. Estos mecanismos tienen lugar en muy diversos órganos: cerebro, sistema nervioso,
pulmones, corazón, vasos sanguíneos y en los músculos.
Determinadas demandas físicas, como andar o correr, obligan a que el músculo se contraiga
(acorte) y estire (alargue) rítmicamente. A este tipo de contracción muscular se la denomina
isotónica. El trabajo o ejercicio realizado recibe el nombre de dinámico.
Ejemplos: Andar (trabajo dinámico para los músculos de las extremidades inferiores); Levantar un
peso de una mesa (trabajo dinámico para la espalda).
Ejemplos: Sostener un peso en brazos varios minutos (trabajo estático para estos músculos);
Mantener el tronco en la misma postura varios minutos (trabajo estático del tronco).
En principio, un trabajo dinámico puede ser realizado durante horas, siempre que se ejecute a un
ritmo adecuado a la persona y al esfuerzo, y éste no sea de excesiva intensidad. Además, la
contracción rítmica del músculo favorece el riego sanguíneo a la zona que trabaja.
Sin embargo, durante el trabajo estático, la contracción prolongada del músculo comprime los vasos
sanguíneos provocando un menor aporte de sangre al músculo contraído (y a los huesos y
articulaciones de la zona), de modo que llega una menor cantidad de nutrientes y oxígeno,
necesarios para el trabajo muscular. Esto origina la aparición de la fatiga muscular, que limita el
mantenimiento de la contracción.
Es muy raro que una actividad laboral sea completamente dinámica o completamente estática;
siempre nos encontraremos componentes de ambos tipos de trabajos musculares. Así pues, antes
de plantearnos la evaluación de la carga física de una actividad, el primer paso será analizar las
exigencias de la tarea para ver cuál de los dos tipos predomina.
Cuando la actividad es muy dinámica, los métodos de evaluación más indicados son los que estiman
la energía consumida o demandada durante la actividad a partir de la medición de parámetros
fisiológicos como el consumo de oxígeno durante la actividad o la frecuencia cardiaca. Al conjunto
de métodos basados en parámetros fisiológicos se los denominaremos métodos bioenergéticos.
La determinación del consumo de oxígeno es el más exacto de los dos, pero también el más costoso
pues requiere tomar muestras del aire espirado mientras la persona trabaja y analizar la
concentración de oxígeno. La determinación del consumo de oxígeno requiere, además, de equipos
de muestreo fijos (no portables), lo que en la práctica supone que únicamente se utilizan en estudios
de laboratorio y raramente en los puestos de trabajo.
Por ello, se suele emplear más la frecuencia cardiaca (FC) para la estimación del coste de la
actividad física realizada.
En la figura siguiente podemos ver una simplificación del comportamiento de la FC en una actividad
plenamente dinámica (andando, subiendo escaleras, etc.). Según la figura, la FC que tenemos en
reposo comienza a aumentar cuando iniciamos el ejercicio o actividad hasta que se estabiliza tras
unos cuantos segundos, manteniéndose en ese valor hasta que cesa la actividad. A partir de ese
momento comienza a descender hasta que alcanza los valores que teníamos en reposo.
Cuanto más intensa sea la actividad más elevado será el valor alcanzado por la FC en el ejercicio y,
también, más largo será el periodo de recuperación (es decir, más tardará en recuperar los valores
de reposo).
Basándose en este principio, han sido propuestas diversas clasificaciones de las actividades
laborales en función de la FC media alcanzada durante la jornada de trabajo. Estas clasificaciones
varían mucho de unos autores a otros por lo que sirven de orientación pero no deberíamos
emplearlas como criterios de referencia. Una de las clasificaciones más sencillas propuestas es la
siguiente:
Hay otros indicadores cardiacos que representan mejor la carga física de trabajo que la FC media: el
coste cardiaco absoluto (CCA) y el coste cardiaco relativo (CCR), que se definen de la siguiente
manera:
FC actividad – FC reposo
Coste cardiaco relativo (CCR) = X 100
FC máx t – FC reposo
(Donde, FC máx.t es la Frecuencia Cardiaca Máxima Teórica de la persona que realiza la actividad y
se calcula restando de 220 la edad que tenga):
Muchos autores han propuesto clasificaciones del trabajo basadas en estos indicadores, como por
ejemplo Chamoux, que propone los siguientes criterios:
Para aplicar alguno de los criterios anteriores, debemos antes comprobar que la actividad sea
dinámica, que afecte a un gran número de músculos y que no haya estrés térmico, pues la
frecuencia cardiaca es mayor cuanto menos músculos participan en el trabajo, cuanto más estático
sea éste y, especialmente, cuanto más caluroso sea el ambiente.
Cuando la actividad es muy estática (o afecta a poca masa muscular; por ejemplo, sólo a la
extremidad superior), la evaluación de la carga física derivada es más complicada, ya que no se ha
hallado un parámetro que la describa con tanta precisión como en el caso de la dinámica. Esto es
especialmente difícil cuando se presentan combinaciones de trabajos estáticos, por ejemplo, el
mantenimiento de posturas junto al mantenimiento de pesos, lo cual no es tan infrecuente. Por ello,
no existe un único método válido para todo tipo de situaciones, sino que vamos a tener que emplear
distintos métodos o técnicas que se complementen entre sí.
Los métodos propuestos para la estimación de la carga de un trabajo estático incluyen técnicas
biomecánicas, mediciones de la actividad muscular (mediante electromiografía), mediciones de los
ángulos articulares y otros métodos interpretativos desarrollados a partir de resultados obtenidos en
estudios epidemiológicos (como los métodos que estiman los efectos derivados de las posturas de
trabajo, o de la manipulación manual de cargas).
A los métodos objetivos para la evaluación del trabajo estático habría que añadir aquellos subjetivos,
basados en el registro del grado de fatiga, molestia o dolor muscular sentido por el trabajador.
(Recordemos que uno de los indicadores del trabajo estático es la fatiga muscular que se manifiesta
por medio de signos muy identificables por quienes la padecen). Estos, generalmente, consisten en
un cuestionario en el que se va preguntando sobre el grado de dolor (molestia o fatiga) sentido en
distintas zonas del cuerpo.
Estos métodos también han sido utilizados en la evaluación del riesgo de trastornos
musculoesqueléticos (TME). La mayor parte de las metodologías existentes para la evaluación del
riesgo de TME se verán en la Especialidad de Ergonomía.
Para la evaluación de otros aspectos, como las posturas forzadas o los movimientos repetitivos,
tendremos que acudir a lo que recojan las normas técnicas españolas o internacionales, tal como
establece el Reglamento de los Servicios de Prevención (R.D. 39/1997).
En la actualidad ISO y CEN tienen sendos grupos de trabajo sobre Antropometría y Biomecánica
encargados de la elaboración de normas sobre, entre otros temas, la evaluación de las posturas de
trabajo, los límites recomendados para la aplicación de fuerzas, la manipulación manual de cargas,
etc.
Por último, mencionar que existen multitud de métodos para la evaluación de los distintos factores
de riesgo de la carga física (manipulación manual de cargas, movimientos repetitivos y posturas
forzadas), que si bien no son normas UNE, han estado creados en Universidades de reconocido
prestigio y cuya difusión y utilización es muy amplio dentro de la disciplina de la Ergonomía. Este
podría ser el caso, entre otros, de los métodos NIOSH, OWAS, RULA y REBA. En muchas
ocasiones estos métodos de evaluación han sido recogidos en Normas Técnicas de Prevención
(NTP) del INSHT.
Es responsable, en muchos casos, de la aparición de fatiga física, o bien de lesiones, que se pueden
producir de una forma inmediata o por la acumulación de pequeños traumatismos aparentemente sin
importancia. Pueden lesionarse tanto los trabajadores que manipulan cargas regularmente como los
trabajadores que manipulan cargas de forma ocasional.
Las lesiones más frecuentes son entre otras: contusiones, cortes, heridas, fracturas y sobre todo
trastornos músculo-esqueléticos. Se pueden producir en cualquier zona del cuerpo, pero son más
sensibles los miembros superiores, y la espalda, en especial en la zona dorsolumbar. Estas lesiones
dorsolumbares pueden ir desde un lumbago a alteraciones de los discos intervertebrales (hernias
discales) o incluso fracturas vertebrales por sobreesfuerzo.
Estas lesiones, aunque no son mortales, pueden tener larga y difícil curación, y en muchos casos
requieren un largo período de rehabilitación, originando grandes costes económicos y humanos, ya
que el trabajador queda muchas veces incapacitado para realizar su trabajo habitual y su calidad de
vida puede quedar deteriorada.
Sensible a esta problemática, la Unión Europea adoptó en 1990 la Directiva 90/269/CEE, que se
transpone al derecho español por medio del R.D. 487/1997, de 14 de abril sobre las disposiciones
mínimas de seguridad y salud relativas a la manipulación manual de cargas que entrañe riesgos, en
particular dorsolumbares, para los trabajadores.
Este Real Decreto, en su Disposición final primera, encomienda al INSHT la elaboración de una
Guía Técnica para la evaluación y prevención de los riesgos derivados de la manipulación
manual de cargas, que permita clarificar los contenidos del Real Decreto 487/1997 e identificar las
tareas o situaciones donde exista un riesgo no tolerable, y por tanto deban ser mejoradas o
rediseñadas, o bien requieran una evaluación más detallada realizada por un experto en Ergonomía.
Artículo 1. Objeto.
1. El presente Real Decreto establece las disposiciones mínimas de seguridad y salud relativas a la
manipulación manual de cargas que entrañe riesgos, en particular dorsolumbares, para los trabajadores.
2. Las disposiciones de la Ley 31 / 1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales, se
aplicarán plenamente al conjunto del ámbito contemplado en el apartado anterior.
Artículo 2. Definición.
A efectos de este Real Decreto se entenderá por manipulación manual de cargas cualquier operación de
transporte o sujeción de una carga por parte de uno o varios trabajadores, como el levantamiento, la
colocación, el empuje, la tracción o el desplazamiento, que por sus características o condiciones ergonómicas
inadecuadas entrañe riesgos, en particular dorsolumbares, para los trabajadores.
de prevención y protección que hayan de adoptarse en aplicación del presente Real Decreto.
En particular, proporcionará a los trabajadores una formación e información adecuada sobre la forma correcta
de manipular las cargas y sobre los riesgos que corren de no hacerlo de dicha forma, teniendo en cuenta los
factores de riesgo que figuran en el Anexo de esta Real Decreto. La información suministrada deberá incluir
indicaciones generales y las precisiones que sean posibles sobre el peso de las cargas y, cuando el contenido
de un embalaje esté descentrado, sobre su centro de gravedad o lado más pesado.
Disposición final primera. Elaboración de la Guía Técnica para la evaluación y prevención de riesgos.
El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo elaborará y mantendrá actualizada una Guía
Técnica para la evaluación y prevención de los riesgos relativos a la manipulación manual de cargas. En dicha
Guía se considerarán los valores máximos de carga como referencia para una manipulación manual en
condiciones adecuadas de seguridad y salud, así como los factores correctores en función de las
características individuales, de la carga y de la forma y frecuencia de su manipulación manual.
ANEXO
1. Características de la carga.
La manipulación manual de una carga puede presentar un riesgo, en particular dorsolumbar, en los casos
siguientes:
Cuando la carga es demasiado pesada o demasiado grande.
Cuando es voluminosa o difícil de sujetar.
Cuando está en equilibrio inestable o su contenido corre el riesgo de desplazarse.
Cuando está colocada de tal modo que debe sostenerse o manipularse a distancia del tronco o con torsión
4. Exigencias de la actividad.
La actividad puede entrañar riesgo, en particular dorsolumbar, cuando implique una o varias de las exigencias
siguientes:
Esfuerzos físicos demasiado frecuentes o prolongados en los que intervenga en particular la columna
vertebral.
Periodo insuficiente de reposo fisiológico o de recuperación.
Distancias demasiado grandes de elevación, descenso o transporte.
Ritmo impuesto por un proceso que el trabajador no pueda modular.
El Real Decreto 487/1997 de 14 de abril, sobre las disposiciones mínimas de seguridad y de salud
relativas a la manipulación manual de cargas que entrañe riesgos, en particular dorsolumbares, para
los trabajadores, encomienda en su disposición final primera, al I.N.S.H.T. la elaboración de una
Guía Técnica para la evaluación y prevención de los riesgos relativos a la manipulación manual de
cargas y a mantenerla actualizada.
Esta Guía tiene por objeto facilitar la aplicación del R.D. 487/1997.
La Guía Técnica propone el siguiente diagrama de decisiones para analizar una posible situación de
manipulación manual de cargas:
Primer paso:
Comprobar si las tareas pueden ser susceptibles de suponer un riesgo. Si las cargas son muy
pequeñas, no se seguirá el proceso de evaluación, pues no existirán riesgos dorsolumbares por su
manipulación, aunque podrían existir posiblemente riesgos de lesiones en los miembros superiores,
debidos fundamentalmente a la repetitividad. Por tanto, la evaluación de estos riesgos debería
efectuarse utilizando algún método que evalúe estos riesgos.
Segundo paso:
Eliminar la manipulación manual de cargas, como la forma más segura de eliminar los riesgos (y
como primera obligación del empresario), mediante la automatización o mecanización de los
procesos.
Por ejemplo, la paletización de las cargas permite el uso de carretillas elevadoras, cintas
transportadoras o de rodillos, grúas, etc., de forma que se pueda automatizar la manipulación.
Tercer paso:
Si no se pueden automatizar o mecanizar los procesos, se pueden usar ayudas que faciliten la
manipulación (carretillas manuales, carros, etc.).
Cuarto paso:
Si no ha sido posible eliminar la MMC, o reducirla a niveles despreciables, el empresario, según el
R.D. 487/1997, estaría obligado a realizar una evaluación de los riesgos, teniendo en cuenta los
factores del Anexo y sus posibles efectos combinados.
Riesgo tolerable:
En estas tareas no se necesita mejorar la acción preventiva, llegando por tanto al "Fin del proceso".
Sin embargo, siempre se pueden buscar soluciones más rentables o mejoras que no supongan una
carga económica importante. Se debería revisar la evaluación si cambian las condiciones de trabajo.
Riesgo no tolerable:
En este caso, las tareas se deben rediseñar, implantándose las medidas correctoras necesarias
para que el riesgo se reduzca a un nivel de "riesgo tolerable".
El Método que en ella se expone permitirá identificar las tareas o situaciones donde exista un riesgo
no tolerable, y por tanto deban ser mejoradas o rediseñadas, o bien requieran una valoración más
detallada, utilizando, para ello, metodologías de evaluación que se abordarán en la Especialización
en Ergonomía.
Bibliografía