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Oportunidades y las limitaciones de la economía digital en Bolivia

Dentro del diario vivir, el servicio de transporte público en nuestra ciudad, nunca llego a ser
objeto de innovación y menos de creatividad. Inicio mi participación con esta situación,
puesto que, gracias a diferentes oportunidades llegue a conocer la ciudad de Medellín, sitio
donde el transporte público innovó en su movilización, que, desde mi punto de vista, refleja
un conjunto de la digitalización económica y la economía naranja.

Uno puede movilizarse en la ciudad de Medellín, ya sea tomando un clásico transporte


público como el ómnibus, tranvía o tren, hasta por las nuevas modalidades cómo
descargarse una pintoresca aplicación móvil de la Alcaldía de Medellín, que indica al
usuario dónde dirigirse para encontrar una bicicleta o monopatín en plena vía pública,
propiedad del municipio, que uno puede utilizar cancelando un crédito por medio de la
aplicación mencionada-

Una vez llegado al destino, uno deja el vehículo utilizado en plena cera, donde otro
transeúnte puede utilizarlo aplicando el método mencionado y; en caso de no ser utilizado,
existe gente cuya actividad laboral se sustenta llevando las bicicletas o monopatines al sitio
correspondiente. Es así cómo, utilizando ambas economías, dicha metrópoli soluciona el
problema de congestionamiento vehicular, genera fuentes de trabajo, implementa medios
eco friendly y promueve un ejercicio locomotor saludable para su población.

Las oportunidades de economía digital en Bolivia son extensas y comprometedoras, por


ello comparto las diferentes empresas existentes que demuestran la demanda que se tiene de
profesionales especializados en el área. Actualmente, tengo entendido que las diferentes
redes de programadores de Cochabamba se encuentran en constante contacto con otros
profesionales del ámbito en Medellín, justamente para cimentar las ideas de una ciudad
inteligente, todo esto más los nuevos emprendimientos que surgen constantemente.

Los límites: visión del Estado y miedo de la sociedad, considero yo; puesto que todavía
sigue siendo un miedo en la población optar por servicios electrónicos; por lo que todavía
se sirven de medios tradicionales. Menciono visión del Estado, puesto que se limita a
promulgación de leyes como la 1080 de ciudadanía digital, y no procede con una
comunicación masiva y menos ejecución de la misma. En conclusión, las oportunidades son
diversas, y las limitaciones considero que son dos, como ciudadanos y de la misma forma
representados en los diferentes ordenamientos del Estado, sería idóneo fomentar y
aprovechar esta economía digital y naranja en conjunto como otras ciudades de nuestra
región ya están haciendo.

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