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Campañas terrestres[editar]

Artículo principal: Campañas terrestres de la guerra del Pacífico

Foto que muestra al minero de Copiapó Tránsito Díaz, cabo 2.º del Ejército de Chile, mutilado en el
Desembarco de Pisagua. La foto pertenece al Álbum de inválidos de la guerra del Pacífico, una serie
de 130 registros fotográficos ordenados por el gobierno de Domingo Santa María para demostrar el
otorgamiento de pensiones y prótesis a los heridos de guerra. 43 4081 soldados chilenos regresaron
inválidos, 10 % del total de la movilización.nota 7 En el año 2008, 280 mujeres recibían pensión estatal
en Chile por ser hijas o viudas de veteranos de la guerra. 44: 20, 30 

Con la extensa costa peruana sin protección naval desde octubre, excepto puntualmente
por su poderosa artillería costera, las fuerzas chilenas pudieron elegir el lugar donde
continuar la guerra. Según Carlos Dellepiane, 45: 76  existían tres alternativas, la zona de
Lima, Arica-Tacna y Pisagua-Iquique. Lima era el centro político del Perú, pero su
ocupación no garantizaba la rendición. Arica-Tacna era un centro de las comunicaciones
con la zona sur, puerto usado por Bolivia y daba acceso a la zona de Arequipa. Tarapacá,
es decir, Pisagua-Iquique, era la fuente de la riqueza peruana, de donde se extraía el
guano y el salitre y donde los aliados habían concentrado sus fuerzas militares. Las zonas
de Arica e Iquique eran, cada una, compartimientos estancos sin acceso expedito por
tierra al resto del Perú.46 J. Basadre cita la posibilidad de un desembarco chileno cerca de
Lima ya en 1879 y señala al historiador chileno Wilhelm Ekdahl que hubiera aconsejado
abandonar el sur del Perú y fortalecerse en Lima hasta restablecer el equilibrio naval o
encontrar nuevos aliados. Pero, contradice Basadre, hubiese sido «tremendo y humillante»
rendir esas regiones, además de una pérdida económica enorme y por lo demás inútil,
pues Chile se interesaba por los ingresos salitreros provenientes de Tarapacá, y su
ocupación sin resistencia hubiese significado probablemente el fin de la guerra. 47: 15  Debe
agregarse, por el lado de Chile, que al comienzo de la guerra, la organización,
conocimiento y experiencia estaban todavía lejos del nivel alcanzado en 1881.
La guerra terrestre puede ser dividida en cuatro campañas, donde las tres primeras
llevaron sucesivamente a la ocupación chilena de las regiones de Tarapacá, Arica-Tacna,
y Lima y la cuarta, la campaña de la Breña, desarticuló la última resistencia peruana. Sin
embargo, existen otros hechos militares de la guerra terrestre que no están
necesariamente incluidas en esas cuatro campañas, como la resistencia boliviana en el
litoral, la expedición de Lynch a la costa norte del Perú y la ocupación de Arequipa, que
algunos la consideran aparte.

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