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REPÚBLICA DOMINICANA

UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE SANTIAGO (UTESA)


ESCUELA DE MEDICINA, CAMPUS CENTRAL, SANTO DOMINGO

Facilitador:
Juan Solis Bocio

Sustentante:
Michelle Segura Espinosa

Matricula:
2-19-5478

Asignatura:
Hematología

Sección:
005

Tema:
Hematopoyesis

26 de Mayo del 2023


Descripción de los diferentes procesos de diferenciación de la hematopoyesis
con sus diferentes líneas
Cuando hablamos de "sangre" se engloba al tejido hematopoyético y a la sangre
periférica. La sangre periférica es una suspensión de células en plasma que se
encuentra en los vasos sanguíneos y en el corazón. El tejido hematopoyético genera
todas las células sanguíneas, entre ellas: glóbulos rojos (eritrocitos), glóbulos blancos
(leucocitos) y plaquetas; en un proceso que lleva el nombre de hematopoyesis.

La hematopoyesis se define como la producción de células sanguíneas. En el ser


humano se lleva a cabo en la médula ósea durante toda la vida. El término
hematopoyesis es empleado para describir la formación y desarrollo de las células
sanguíneas. La diferenciación, proliferación y maduración de dichas células se lleva a
cabo en el tejido hematopoyético, el cual se encuentra principalmente en la médula
ósea. Sólo las células maduras son liberadas hacia la sangre periférica.

El sistema hematopoyético incluye una variedad de tejidos y órganos involucrados en


la proliferación, maduración y destrucción de células sanguíneas. Estos órganos y
tejidos se refieren al sistema fagocítico-mononuclear, bazo, ganglios linfáticos, timo,
hígado y médula ósea. En condiciones normales, el único tejido hematopoyético de
las personas adultas es la médula ósea.

El lugar donde se lleva a cabo la formación de dichas células sanguíneas cambia a lo


largo del tiempo. En las fases iniciales de la vida del embrión, la hematopoyesis se da
principalmente en el saco vitelino del embrión humano desde el decimonoveno día
después de la fertilización. Cerca del tercer mes de vida embrionaria, el hígado fetal
se convierte en el principal sitio de producción de células sanguíneas, mientras que el
saco vitelino termina su participación en el proceso hematopoyético. Después se
concentra predominantemente en la médula ósea, donde continúa hasta la vida
adulta.
Estos se mantienen como un sitio importante de linfopoyesis a lo largo de la vida; sin
embargo, la producción de células sanguíneas en hígado, bazo, riñón y timo se
disminuye o termina cuando la médula ósea interviene activamente en el proceso.

Los diferentes tipos de células sanguíneas (eritrocitos, leucocitos y plaquetas) se


originan de un precursor común, una célula madre hematopoyética. La diferenciación
en cada tipo celular se da a través de procesos conocidos como eritropoyesis
(eritrocitos), granulopoyesis (granulocitos), monopoyesis (monocitos), linfopoyesis
(linfocitos) y trombopoyesis (plaquetas). Aunque los leucocitos y los precursores
plaquetarios pudieran estar presentes en el saco vitelino, la mayor parte de la
actividad hematopoyética en este sitio se limita a la eritropoyesis (formación de
eritrocitos).

DESARROLLO HEMATOPOYÉTICO: fases de la hematopoyesis en la vida


intrauterina:
● Fase mesoblástica
● Fase hepática
● Fase medular

Fase mesoblástica: La hematopoyesis inicia en el saco vitelino, alrededor de la


segunda semana de gestación. El nombre de esa fase viene dado por el mesodermo
del saco vitelino, que es el lugar donde se da este proceso. Este período es
denominado también con el nombre de hematopoyesis extraembrionaria.

Fase hepática: Entre las semanas de gestación 4-5, grupos de eritroblastos,


granulocitos y monocitos aparecen en el hígado fetal. Este permanece como el sitio
principal de hematopoyesis durante la vida fetal. La producción de células sanguíneas
en el hígado va disminuyendo gradualmente durante el resto de la gestación, hasta
que acaba completamente alrededor del momento del nacimiento. Sólo en
condiciones patológicas el hígado y el bazo pueden recuperar su función
hematopoyética después del nacimiento.

Los eritrocitos provienen de células endoteliales que revisten a los sinusoides y de los
eritroblastos estrechamente asociados con ellos. Al final del tercer mes estas células
primitivas desaparecieron por completo. Al poco tiempo se observa el desarrollo
megacariocitos, junto con la actividad esplénica de eritropoyesis, granulopoyesis y
linfopoyesis. En menor grado, la actividad hematopoyética comienza en los ganglios
linfáticos y el timo. La actividad esplénica disminuye en forma gradual y concluye la
granulopoyesis.

Fase medular: Alrededor de la onceava semana de gestación o quinto mes, las células
hematopoyéticas colonizan un importante punto de formación celular que es la
médula ósea. A medida que avanza la osificación del esqueleto, este lugar se vuelve
cada vez más importante en la producción de células sanguíneas, siendo el principal
sitio hematopoyético después del nacimiento.

La actividad de la médula ósea aumenta, lo que genera una médula roja en extremo
hiperplásica. Al cabo del sexto mes la médula se convirtió en el sitio primario de
hematopoyesis. Entre los productos medibles en este momento se incluyen
representantes de las diversas etapas de maduración de todas las líneas celulares,
eritropoyetina (EPO), hemoglobina fecal y formas adultas de hemoglobina.

● Líneas celulares:
Las células sanguíneas se originan de un precursor común indiferenciado,
denominado célula madre hematopoyética.

Cuando las células madres hematopoyéticas se diferencian, dan origen a dos líneas
celulares principales, las células mieloides, que eventualmente darán origen a los
eritrocitos, granulocitos, monocitos y plaquetas, y las células linfoides, que forman
los linfocitos.

Al darse la división, las células progenitoras pueden formar nuevas células


progenitoras, para mantener su población, o diferenciarse en células precursoras,
llamadas blastos. Es en estas células que se observan por primera vez las
características que diferencian cada línea celular sanguínea. Los blastos no tienen la
capacidad de producir nuevos blastos y, por lo tanto, de mantener su población, sino
que simplemente son células que se volverán maduras hasta convertirse en células
sanguíneas.

● Eritropoyesis
El proceso de formación de los eritrocitos, la eritropoyesis, comienza a partir de una
célula madre hematopoyética.

Las células mieloides poseen potencial para diferenciarse en eritrocitos, granulocitos,


monocitos y plaquetas. El principal estímulo para la formación de eritrocitos es la
presencia de una hormona llamada eritropoyetina, secretada por los riñones en
respuesta a la reducción de la cantidad de oxígeno en la sangre.

Después de iniciar el proceso de transformación en un eritrocito, una célula mieloide


pasa por diferentes etapas de maduración. Esta recibe un nombre diferente para
cada una de esas etapas: proeritroblasto, eritroblasto basófilo, eritroblasto
policromatófilo, eritroblasto ortocromatófilo (normoblasto), reticulocito y finalmente,
eritrocito, también denominado glóbulo rojo o hematíe.

Conforme los eritroblastos basófilos se diferencian, el tamaño de las células


disminuye, así como el número de polisomas. El resultado son los eritroblastos
policromatófilos, cuyo citoplasma posee áreas basófilas (polisomas restantes) y áreas
acidófilas (áreas de deposición de hemoglobina).

● Granulocitopoyesis
Este comprende el proceso de maduración de los granulocitos. Estas células se van a
caracterizar por la presencia de dos tipos de gránulos que contienen proteínas: los
gránulos azurófilos y los gránulos específicos. Los gránulos azurófilos se tiñen con los
colorantes básicos de las mezclas habituales (Giemsa, Wright) y los gránulos
específicos contienen diferentes proteínas, conforme el tipo de granulocito
(neutrófilos, eosinófilos o basófilos).

Los gránulos específicos de los basófilos contienen histamina y otros agentes


inflamatorios que promueven una respuesta inflamatoria en los locales de la lesión o
infección. Los gránulos específicos de los eosinófilos contienen catepsina y otras
proteínas tóxicas que actúan en la destrucción de parásitos.

El mieloblasto es una célula más inmadura que está destinada a convertirse en un


granulocito. Posteriormente esta célula pasa por diversas etapas de maduración:
promielocito, mielocito, metamielocito, granulocito con núcleo en bastón y
finalmente granulocito maduro (neutrófilo, eosinófilo y basófilo).

El mieloblasto contiene un gran núcleo con uno o dos nucléolos y un citoplasma


basófilo conteniendo gránulos azurófilos. Cuando se convierte en un mielocito, el
citoplasma pierde su basofilia y adquiere gran cantidad de gránulos específicos. Por
eso existen diferentes tipos de mielocitos: los mielocitos neutrófilos, o mielocitos
basófilos y los mielocitos eosinófilos. Sus núcleos pueden ser esféricos o reniformes
(en forma de riñón).
Los metamielocitos corresponden a la próxima etapa de maduración de los
granulocitos y poseen núcleos con una hendidura profunda, indicando el inicio de la
lobulación, característica de las células maduras. En la siguiente fase estas células
poseen núcleos alargados, por lo cual son también conocidas como granulocitos con
núcleos en bastón o bastonetes.

● Trombopoyesis o megacariocitopoyesis
La trombopoyesis, también conocida como trombocitopoyesis o
megacariocitopoyesis, es el proceso que da como resultado la formación de las
plaquetas. La célula más inmadura que dará origen a las plaquetas es el
megacarioblasto, una célula con núcleo grande de forma oval o reniforme,
numerosos núcleos y citoplasmas intensamente basófilos.

Durante el proceso de diferenciación de los megacarioblastos en megacariocitos


ocurre la formación de numerosos gránulos citoplasmáticos en el aparato de Golgi,
que contienen sustancias como el factor de crecimiento derivado de las plaquetas, el
factor de Von Willebrand y el factor IV de la coagulación sanguínea.

En determinado momento, el citoplasma de los megacariocitos sufre fragmentación,


dando origen a las plaquetas, que son justamente los fragmentos citoplasmáticos de
los megacariocitos.

● Linfopoyesis
Los linfocitos se originan a partir de células de línea linfoide. La primera célula de esa
línea es conocida como linfoblasto. Se trata de una célula relativamente grande,
redondeada, con citoplasma basófilo. La ausencia de gránulos azurófilos permite
diferenciar esa célula de los mieloblastos. A partir de las células madre resultantes de
la linfopoyesis, se forman las líneas de linfocitos B, linfocitos T y linfocitos NK.
El proceso de maduración de los linfocitos sucede en el timo (linfocitos T) y en la
médula ósea (linfocitos B). En los tejidos periféricos los linfocitos B se diferencian en
plasmocitos, células productoras de inmunoglobulinas.

Hay un tipo de células, las dendríticas, que no encaja en la división en mielo- y


linfopoyesis. Estas células se producen tanto por mielopoyesis (células dendríticas
tipo I, producidas en la macrofagopoyesis) como por linfopoyesis (células dendríticas
tipo II, producidas en la linfopoyesis T).
BIBLIOGRAFÍA:
1. Hoffbrand, A. and Moss, P. (2016). Hoffbrand 's Essential Hematology. 7th ed.
Hoboken, NJ: John Wiley & Sons. pp.20, 22-23.

2. Prchal, J. T., Levi, M., Kaushansky, K., Kipps, T. J., & Lichtman, M. A. (Eds.).

(2011).

3. Williams Manual of Hematology, Eighth Edition. McGraw-Hill Education.

4. McKenzie, S. B. (2000). Hematología clínica (J. A. Mérigo Jane, Trans.). Editorial

El Manual Moderno.

5. Hematopoyesis - A. Fisiología - Enfermedades hematológicas - Medicina

Interna Basada en la Evidencia. (n.d.). empendium.com. Retrieved May 25,

2023, from https://empendium.com/manualmibe/tratado/chapter/B76.VI.A.1.

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