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VII
“Este es mi mandamiento: Que se amen unos a otros como yo los he amado. No hay amor más grande que dar la vida por sus amigos,
y son ustedes mis amigos si cumplen lo que les mando… Los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que aprendí de mi
Padre”… Ustedes no me eligieron a mí, he sido yo quién los eligió a ustedes y los preparé para que vayan y den frutos permanezca…
Amanse los unos los otros: esto es lo que les mando”(Juan 15, 12-17) PALABRA DEL SEÑOR. TODOS: GLORIA A TI,
SEÑOR, JESÚS.
¿Qué nos qué nos quiere decir Jesús cuando nos pide que nos amemos?
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LA IGLESIA NOS DICE…
ACCIÓN DE GRACIAS A DIOS
“Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido con todo a clase de bendiciones en
la persona de Cristo. El Dios de la alianza, rico en
Misericordia, nos ha amado primero; inmerecidamente
nos ha amado a cada uno de nosotros; por eso, lo
bendecimos, animados por el Espíritu Santo, Espíritu
vivificador, alma y vida de la Iglesia- Él, que ha sido
derramado en nuestros corazones, gime e intercede por
nosotros.
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3.- Cuando logramos unir aquellos pedazos que se han roto por el pecado logramos la armonía con Dios, consigo mismo, con los demás y la
creación. Es importante que hoy nos sintamos cada vez más hermanos, hermanos de todos y de todo. Cuando Dios creo, “(…) Vio que todo cuanto
había hecho era muy bueno” (Gén. 1,31).
En nuestro interior se encuentra la opción de construir la fraternidad, sentirnos hijo de Dios.
Por lo tanto, todos hemos nacido del amor materno-paterno de Dios. Y sólo podemos vivir y desarrollarnos bajo el calor de este amor. Así lo
entendió el jefe indio en la historia de “El hermano del jefe indio”.
“Un joven misionero, predicando a los indios, les dijo que Dios era amor, era nuestro Padre.
Cuando terminó de hablar, el jefe de la tribu le pregunto:
“¿Usted llamó “Padre” al gran Espíritu?
Sí, dijo el misionero
“Nosotros nunca llamamos al gran Espíritu “Padre”, dijo el viejo jefe. Nosotros lo oímos en el
trueno, en el relámpago, en la tormenta y sentimos mucho, mucho miedo. Cuando usted lo
llama “nuestro Padre” suena muy bien a nuestros oídos. Así que, misionero, ¿Dios es Padre
de Usted y Padre de los indios?”
Sí, le contestó el misionero.
“Entonces, exclamó el viejo jefe, como quien despierta a una gran alegría, entonces usted y yo
somos hermanos”. (Félix Jiménez, escolapio).
Reflexiona: ¿Sientes verdadero amor por los demás? ¿Cuándo te cuesta amar?
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4.- Ser cristianos nos llena el corazón de alegría y a pesar de las dificultades que podamos tener en nuestra vida, la fe y la esperanza siempre nos
acompañan. ¿Cómo es la alegría que viene de Dios?
Esta alegría no es superficial ni inestable. El mandato del amor será como una fuente continua de alegría. Con el amor de Jesús tendremos un
cristianismo más abierto, entusiasta, cordial, alegre, sencillo y amable, donde podamos vivir como “amigos” de Jesús.
La alegría de Jesús es la alegría que surge de una obra cumplida. Es una alegría creativa, como la alegría que siente el artista al completar su
obra. Es la alegría de una vida disciplinada, como la alegría de un atleta después de ganar una carrera difícil. Ese atleta puede tener callos en
los pies o músculos doloridos; pero, al experimentar la alegría de la victoria, todo importa poco.
Reflexionar:
Detente un momento e intenta pensar en todo lo bueno que tienes o que te rodea. Recuerda. Todo aquello que alegra tu corazón. Recuerda, si
fuiste feliz recordando, ¿Por qué darías las Gracias?
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MI COMPROMISO:
DURANTE ESTA SEMANA ME COMPROMETO A
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ORAMOS
Gracias Jesús enseñarme a amar sin pretexto ni
condiciones, gracias por amarme con todo lo que soy y
vivo. Gracias por demostrarme tu amor. Enséñame a
mirar a todos con amor, enséñame a aceptar a todos los
que me rodean con amor. Amén.