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Integrante 1 (Fonseca Valle Erika Kelly)

Integrante 2 (Fonseca Valle José Verty)

INGRESO LIBRE A LAS UNIVERSIDADES

La educación superior está compuesta por programas educativos que se practican de forma
posterior a la educación básica regular, y es impartida por centros universitarios u otros
establecimientos habilitados por autoridades competentes de cada nación con el propósito
de que los estudiantes perfeccionen y adquieran habilidades complejas en un campo de
estudio especializado. Sin embargo, en la realidad latinoamericana, uno de los principales
temas de discusión es la desigual distribución de oportunidades para los jóvenes (SITEAL,
2019). Frente a ello, el Poder Ejecutivo en el Perú propuso bajo Proyecto de Ley 0047-2021-
CR, el “ingreso libre de estudiantes a las universidades públicas” (Dávila, 2021), lo cual
generó rechazo en las autoridades de dichos establecimientos argumentando la no existencia
de condiciones para acoger a nuevos estudiantes de forma masiva. Empero, lo establecido
en la ley alude a respetar lo dispuesto en el artículo 13° de la Carta Magna y el artículo 16°
de la Constitución de 1993, los cuales respectivamente, exponen que el fin de la educación
es que la persona humana se desarrolle integralmente, y que nadie debe ser impedido de
recibir educación por limitaciones mentales o físicas, o por razones económicas (artículos 17°
y 18°). Por tal, la moción procura dar cumplimiento a dicho deber del Estado peruano, además
porque en la práctica, el ingreso libre se viene aplicando en otros países como Argentina,
España, Reino Unido, Portugal, Nueva Zelanda, Polonia, República Checa y Japón (La
República, 2022). Ahora bien, la polémica de su aplicación en el país aborda el tema de los
recursos que dicha implementación requiere, no solo a nivel económico, sino de
infraestructura y recurso humano calificado; y aunque la estrategia explica el aumento de
presupuesto y un cambio progresivo y planificado, surge la disyuntiva de si se debe o no,
brindar acceso libre a las universidades en el Perú.

En ese sentido, cabe resaltar que la tesis del presente ensayo alude a que sí se debe admitir
el ingreso libre a las universidades. En primer lugar, porque aún persiste en el país,
desigualdad en el acceso a educación superior pese a que la educación es un derecho
humano universal. Tan solo el 21.3% de la población cuenta con educación superior, de los
cuales el 13,2% cuenta con estudios universitarios y el otro 8.1% con estudios técnicos (INEI,
2017); siendo solo tres de cada 10 jóvenes peruanos los que tienen acceso, convirtiéndose
en una de las tasas más preocupantes de Latinoamérica (La República, 2023; Andina, 2022).
La educación es un derecho humano básico y clave para alcanzar los demás derechos, así,
con el ingreso libre se respeta el inciso 1) del artículo 13° del Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales del cual el Perú es Estado Parte y dónde se reconoce que
todo individuo tiene derecho a educación, pero en cumplimiento de cuatro características
esenciales: disponibilidad, accesibilidad, aceptabilidad y adaptabilidad (TC, 2022). Esto se
alinea con el principio de la inclusión social, esto es, acceso a educación sin discriminación o
exclusión de ningún tipo en universidades, institutos, escuelas, entre otros, por clase social,
raza, género, sexualidad, origen étnico o discapacidades (IESALC, 2020). Sin embargo, hasta
el año 2021 se evidenció que en promedio el 20% de la población más pobre estudia 7.8 años
en comparación con el 20% más rico que estudia en promedio 12 años (INEI, 2021). Con el
acceso libre a universidades se coadyuva a lograr el objetivo de la UNESCO para el 2030
que busca el acceso igualitario para personas vulnerables en todo nivel de enseñanza y
formación profesional.

El segundo argumento refiere a que, la brecha de pobreza se amplía en países con menor
inversión en educación. La evidencia empírica y científica sugiere que una mayor inversión
en educación impulsa el crecimiento económico, la competitividad global y niveles más bajos
de delincuencia (Murphy et al., 2019), lo que conlleva a una disminución del nivel de pobreza
(Cavero et al., 2023). Cada año de educación adicional tiene un rendimiento aproximado de
5% a 8%, hasta el 20% en ciertos países, siendo la educación superior la de rendimientos
más altos (Patriños, 2016), y en Perú específicamente, dicho retorno es del 11% anual (IPE,
2023). En ese contexto, países que han invertido en brindar mayor acceso a educación a sus
ciudadanos, han tenido un desarrollo importante en su economía y política (IESALC, 2020).
Entonces, en salvaguarda del artículo 14° de la Carta Magna, es el Estado quien debe
promover el desarrollo científico y tecnológico del país (Dávila, 2021).

Por otro lado, un tercer argumento alude a que con el pasar del tiempo se está incrementado
el costo de la educación superior universitaria. Solo el costo de ingresar a una universidad
pública duplica el ingreso a una privada debido a que en promedio, son 10 meses de
preparación para postular y en general, son múltiples las veces en que postulan, a lo que se
aúna el que en el caso de una familia pobre, es más caro estudiar tres o cinco años que
trabajar para ayudar a la familia en ese tiempo (Muñoz, 2022). Al respecto, entre la educación
secundaria y la universitaria ha proliferado en los últimos años, la creación de “academias pre
universitarias” formales e informales como un nivel educativo no oficial pero que cobra una
mensualidad, y que a final de cuentas, no son garantía de que los estudiantes accedan a una
vacante universitaria, por lo que en el camino muchos de ellos se desaniman y deciden, unos,
abandonar los estudios (lo que en otras palabras significa tiempo, interés y dinero perdido);
mientras que otros recurren a universidades privadas “accesibles”, pero cuya oferta
académica es de mala calidad y solo derivan en subempleo de los egresados y escasez de
técnicos para los sectores productivos. Lo expuesto coadyuva a confirmar que con el ingreso
libre se beneficiaría un sector importante de la población que no ha gozado de educación
hasta el momento y que en muchas ocasiones se niega inclusive a jóvenes que sí demuestran
potencial pero que no tienen la economía suficiente para pagar los derechos de postulación
o para prepararse para el examen de admisión (cerca de 300 mil jóvenes pobres que fueron
tercio superior en sus escuelas, no están estudiando una carrera profesional, según Muñoz,
2022); por lo que cerrando la brecha de acceso, las preocupaciones del estudiante se reducen
a dar cubrimiento a otros gastos que mantener una carrera universitaria implica (alimentación,
traslado, etc.), de modo que se da garantía a su vez, de la permanencia del estudiante.

En conclusión, se debe brindar acceso libre a las universidades. Esto en base a tres
importantes argumentos: primero, que la educación es un derecho humano universal,
segundo, porque la brecha de pobreza se amplía en países con menor inversión en educación
y tercero, porque el costo de la educación superior universitaria se está incrementando. En
consecuencia, una educación inclusiva y accesible para todos traería consigo la formación
de ciudadanos más capacitados para acceder a mejores puestos de trabajo, con mayores
oportunidades y herramientas para competir con otros profesionales y que brinden una mayor
contribución al país, aunado a un mayor empoderamiento a nivel personal porque con
educación se permite la democracia, la emancipación de la mujer y la protección de los más
vulnerables y marginados contra los actos de explotación sexual y laboral; lo que en el largo
plazo, gracias a la educación, se derivaría en desarrollo social y económico del país.

Referencias:

Andina. (5 de julio de 2022). Ingreso libre será nueva modalidad de ingreso a universidad e
instituto público [video]. Andina. https://bit.ly/3nAWkd1

Cavero, S., Esteban, J., Rios, F., & Vicente, A. (2023). Relación entre la educación y el
desarrollo económico. Economía del Desarrollo., 1-23. https://bit.ly/3HmIQZ0

Dávila, P. N. (2021). Proyecto de Ley que establece el ingreso libre y gratuito a las
universidades públicas. Congreso de La República. https://bit.ly/41k0P9n

IESALC. (2020). Hacia el acceso universal a la educación superior. UNESCO-IESALC.


https://bit.ly/3AAGC4w

INEI. (2017). En el país existen 3 millones 209 mil 261 personas con discapacidad. INEI.
https://bit.ly/3Hk8SvU

INEI. (2021). Indicadores de educación según departamento 2011-2021. Instituto Nacional de


Estadística e Informática. https://bit.ly/3HlztZH

IPE. (04 de marzo de 2023). Matrícula en universidades privadas se cuadriplicó entre 2005 y
2019. El Comercio. https://bit.ly/3B46FkL

La República. (21 de marzo de 2022). Ingreso libre a universidades: ¿cómo funciona el


modelo argentino? La República, Mundo. https://bit.ly/41hjXFb

La República. (01 de marzo de 2023). ¿Hay ingreso libre a universidades en Perú este 2023?:
las 7 claves para entender el proyecto de ley. La República, Sociedad.
https://bit.ly/41dmG2q

Muñoz, M. (25 de octubre de 2022). ¿Acceder a la educación superior? Otra Mirada.


https://bit.ly/418VLEY

Murphy, R., Scott-Clayton, J., & Wyness, G. (2019). The end of free college in England:
Implications for enrolments, equity, and quality. Economics of Education Review, 71,
7-22. https://doi.org/https://bit.ly/3nJbTiD

Patriños, H. (2016). Estimación del retorno a la escolaridad utilizando la ecuación de Mincer.


IZA WORLD OF LABOR: https://bit.ly/3Hj2Qf3

SITEAL. (2019). Educación Superior. UNESCO. https://bit.ly/3Lgm8Ty

TC. (2022). Derecho a la educación. Fondo Editorial del Centro de Estudios Constitucionales.
https://bit.ly/3VaF4rm

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