Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia

Cada 24 de marzo no vamos a la escuela, es feriado, pero ¿sabemos

por qué esta fecha es parte del calendario de feriados nacionales?
Como feriado ¿qué conmemoramos ese día? El 24 de marzo de 1976
no fue un día má s en la historia argentina. En esa fecha las Fuerzas
Armadas (los militares) de nuestro país sacaron por la fuerza de su
cargo a la entonces presidenta constitucional María Estela Martínez
de Peró n.

Desde ese día gobernaron los militares hasta el añ o 1983 y

comenzaron a perseguir a todas las personas que reclamaban
mejores condiciones de trabajo y de educació n.
Se llama dictadura a esa forma de gobierno que no fue elegida por
el pueblo y que impuso sus ideas por la fuerza de las armas.
La Constitució n Nacional –es decir, la ley que contiene todos los
derechos de las personas –, dejó de regir la vida política del país y
los ciudadanos quedaron subordinados a las reglas establecidas
por los militares. Se inició entonces una dictadura que se instaló en
el gobierno por la fuerza, por medio de lo que se denomina golpe
de Estado.

El gobierno militar controló a las personas a través de la

persecució n, represió n y desaparició n de personas que protestaban
en contra de las medidas que tomaban los militares.
Uno de los modos en que los militares buscaban controlar las
maneras de pensar y sentir de los ciudadanos era la censura.
Aparecieron las famosas “listas negras” donde se prohibieron
libros, canciones, películas, revistas, etc. y se persiguió a escritores,
artistas, educadores, poetas, periodistas e intelectuales en general. Cuentos
para chicos traviesos, de Jacques Prevert, y Un elefante ocupa mucho espacio,
de Elsa Bornemann, fueron algunos de los libros prohibidos y sacados de
circulació n.
Muchos cantantes,
actores y escritores
que se oponían al
gobierno se
exiliaron en esa
época, es decir,
tuvieron que irse del país porque eran amenazados o porque la
situació n de violencia ponía en peligro su vida
Entre ellos, Osvaldo Soriano, escritor y periodista, que desde el
exilio escribió frases como estas…

“Recuerdo aquel día del golpe de Estado que me tocó vivir desde
Bruselas. Esa mañana que supe que había perdido la Argentina de mi
infancia, la de mi escuela y mi primer trabajo. Perdía, como millones
de compatriotas, cosas íntimas e intransferibles;
La dictadura ha significado, para mí, el mal absoluto. Destruyeron la
educación, los sindicatos combativos, la cultura, la salud, la ciencia, la
conciencia. Desterraron la solidaridad, el
barrio, la noche populosa.”

… fui a vivir en un enorme caserón con un

grupo de gente [...] Ninguno de nosotros tenía
documentación para quedarse en Bélgica, de
modo que los trabajos que teníamos eran
esporádicos. Yo, por ejemplo, trabajaba
limpiando oficinas o barriendo iglesias. La
única compañía que tuve fue la de mi gato negro Vení, que me
acompañó durante el exilio.