Está en la página 1de 7

 

                                                           1º cuatrimestre de 2016.- 


A 40 años del Golpe Militar.  
  
 ¨Memoria, Verdad Y Justicia¨  
  “Desde la madrugada del 23 de octubre de 1976 en la que un grupo de tareas se llevó de
nuestra casa a nuestro hijo Pablo, no sólo aprendimos a convivir con el dolor más extremo
sino también con el despojo de ciudadanía con el que quería arrinconarnos la dictadura.
Ni Pablo ni nosotros, su familia, teníamos derechos. Las agencias e
instituciones gubernamentales que debían garantizárnoslos los habían confiscado y nos
enfrentaban, una y otra vez, a esa realidad. La policía no recibía nuestras denuncias, los
jueces rechazaban nuestros hábeas corpus. Como otros miles de desaparecidos y sus
familiares éramos NO ciudadanos en nuestro país (…) Las “madres locas” o los
agitadores del exterior inventaban las denuncias para desprestigiar a la Junta Militar que
se esforzaba por demostrar que los argentinos y su gobierno de entonces éramos
“derechos y humanos”1
 
Siendo las 3:21 horas del miércoles 24 de marzo de 1976, por medio de la Cadena Nacional
de Radiodifusión, se difunde el primer comunicado donde la Junta  militar que informaba a
la población que el país se encontraba bajo control operativo de las Fuerzas Armadas (dicho
comunicado es firmado por el teniente general Jorge Rafael Videla, el almirante
Eduardo Massera y el brigadier general Orlando Agosti). De esta forma se anuncia el fin de
la democracia. Por primera vez, las tres fuerzas armadas (ejército, marina y aviación) van a
actuar en conjunto y a dividirse en partes igual los ministerios, gobernaciones y
dependencia estatales.
  Se inicia el autodenominado por la dictadura militar, Proceso de Reorganización Nacional,
que impuso en la República Argentina un régimen de terrorismo de Estado que duró casi
ocho años.  
Durante este periodo, para las Fuerzas Armadas, todo aquel que no se alineara con sus
posiciones podía ser considerado un subversivo,  y debía ser disciplinado y controlado. Para
esa disciplina se instaló un sistema de terror controlado por el Estado.   
La metodología que usaron consistían en que comandos militares o grupos de tareas
secuestraban a los que consideraban subversivos, los trasladaban a los centros clandestinos
de detención siendo la estructura principal del terrorismo estatal, para llevar adelante
los crímenes más aberrantes:   torturas,  desapariciones forzosas y robos de bebes.   
Los distintos centros clandestinos de detención, entre otros: La Escuela de Mecánica de la
Armada, ESMA, Campo de Mayo, La Perla, El Vesubio, El pozo de Banfield, El pozo de
Quilmes, El Campo de Ribera, El Olimpo se convirtieron en centro de exterminio y tortura.

Graciela Fernández Meijide "El Nunca Más que algunos quieren olvidar" Diario Clarín 22/03/2015

1
Llegaron a instalarse más de 500 centros en todo el país. Los mismos funcionaban en
dependencias policiales, asentamientos de las Fuerzas Armadas y locales civiles.  
Las personas detenidas eran expuestas a constantes torturas físicas y psicológicas que
comprendían simulacros de fusilamientos, exposición a la electricidad, violaciones
y amenazas de muerte a familiares libres, entre otros tormentos.  
La mayoría de los secuestrados fueron asesinados en fusilamientos masivos, otros, aún con
vida eran arrojados al mar o a ríos en los denominados "vuelos de la muerte".  
Tanto dentro como en las cercanías de los centros clandestinos de detención se organizaron
maternidades clandestinas con médicos y enfermeras bajo mando militar. En estos lugares
se mantenían con vida a las mujeres embarazadas detenidas hasta el momento del parto,
pero luego eran asesinadas y sus hijos fueron o siguen siendo apropiados. Se les
confeccionaban documentos falsos y, de esta manera, se suprimía la verdadera identidad
del recién nacido. Esos niños eran entregados a parejas,  en la mayoría de los casos,
cómplices o encubridores del asesinato de los padres biológicos. Se realizaban adopciones
ilegales, y hasta algunos fueron inscriptos como hijos propios.  
Los crímenes cometidos por los militares son hoy denominados en el derecho internacional
como “delito de lesa humanidad”.
No se puede pasar por alto que golpe de Estado conto con el apoyo de importantes sectores,
sobre todo de los grandes grupos económicos, nacionales y extranjeros, medios de prensa
que colaboraron en la preparación de la sociedad para aceptar el golpe como única
alternativa para salir de la crisis, la Iglesia Católica y dirigentes políticos y sindicales que
aunque no dieron un apoyo explícito tampoco se pronunciaron en contra
En el país desde finales de los ´60 hasta principios de los ´70 se sucedieron diferentes
crisis, cambios y/o destrucción institucional en los planos: económico, político, cultural y
social. Estas múltiples crisis dieron lugar a reformar o reorganizar a la Argentina para
volver a convertirla en un país agro-exportador con participación política restringida para
unos pocos.   
Es decir, que hubo una transición del modelo de Estados de Bienestar al Estado Post
Liberal; si antes el Estado representaba a los ciudadanos que estaban vinculados a los
trabajadores, ahora apuntalaban a corporaciones económicas vinculados al mercado. Por
ende, el estado terrorista y el modelo económico neoliberal van de la mano; el primero a
través del terror se encargó de desaparecer estudiantes y/o profesionales, sindicatos,
organizadores de izquierdas, entre otros, y  el segundo, a acabar con las fuentes de
alimentación y/o de sustento “el estado benefactor y la industria´´ 
 El Plan económico de la dictadura, que fue ideado por José Alfredo Martínez de Hoz,
generó consecuencias como: la caída del salario real, desocupación, desindustrialización,
concentración económica, etc.
El nefasto periodo que transcurrió desde 1976 hasta 1983 marcó y seguirá marcado de por
vida en nuestra tan adorada Argentina, la desaparición de 30.000 compañeros,
profesionales, compatriotas, argentinos, sobretodo, CIUDADANOS, siendo sometidos a
semejantes tormentos, torturas, asesinados sin ningún tipo de justificación.  

2
¿Por qué se instaló el 24 de marzo de 1976 una dictadura sangrienta, o mejor dicho, un
terrorismo de Estado, que se extendió en todo el territorio argentino? ¿Con qué derecho
usurparon el aparato estatal imponiendo un conservadurismo ideológico, reforzando al
centralismo, implementando un plan de disciplinamiento y/o control, produciendo
violaciones de los derechos humanos a través de secuestros, torturas, detenciones, privación
ilegal de la libertad, desaparición forzada de personas y  asesinatos?  
  Por este motivo, es primordial conmemorar el “Día Nacional de la Memoria por la Verdad
y la Justicia” (Ley Nacional 25633). Porque hace 40 años fuimos protagonistas de una
historia difícil de contar. El 24 de marzo de 1976 ocurrió, en nuestro país un hecho que
inició uno de los períodos más dolorosos de nuestra historia.
 Un grupo de personas que tenían el poder de las armas, ocupó por la fuerza el gobierno de
nuestro país, persiguió, mató y encarceló a todos aquellos que pensaban diferente. Nos
queremos quedar con esta última palabra, DIFERENTE, porque ¿acaso las sociedades no
son grupos complejos donde conviven muchas ideas, muchas costumbres y muchas
tendencias? Lo que para algunos puede llegar a ser bueno, para otros resultará perjudicial,
otros pensarán en que ciertas cosas pueden ser la solución a determinados problemas y sin
embargo habrá quienes encuentren otras soluciones. Vivir en Democracia significa vivir
CON el otro –a veces con el adversario que no piensa igual, que piensa DIFERENTE- y
respetarlo. No sucedía esto en aquellos años, por el contrario, se escuchaban frases como
estas: “primero mataremos a todos los subversivos, luego mataremos a los colaboradores,
después… a sus simpatizantes, enseguida… a aquellos que permanecen indiferentes, y
finalmente a los tímidos”. Los militares tenían como meta acabar con cualquier tipo de
oposición y resistencia. Todos los seres humanos nacemos con derechos iguales e
inalienables los cuales deben ser amparados por las leyes. 
 En la Declaración Universal de Los Derechos Humanos, las Naciones Unidas han
expresado de un modo sencillo los derechos que tenemos todas las personas en condición
de igualdad.  Ahora bien, los derechos pertenecen a cada uno de nosotros, pero realmente si
somos todos iguales, ¿Qué pasa con nuestros derechos? Nos remontamos hacia el período
que va desde 1976 hasta el ´83, éste significó un proceso de secuestros, torturas,
desapariciones, y asesinatos los cuales la humanidad no ha de olvidar. Con la vuelta a la
democracia se reivindicarían y se cuidarían los derechos de cada ser humano.  
Las grandes calamidades son siempre aleccionadoras, y sin duda el más terrible drama que
en toda su historia sufrió la Nación durante el período que duró la dictadura militar iniciada
en marzo de 1976 servirá para hacernos comprender que únicamente la democracia es
capaz de preservar a un pueblo de semejante horror, que sólo ella puede mantener y salvar
los sagrados y esenciales derechos de la criatura humana. Únicamente así podremos estar
seguros de que NUNCA MAS en nuestra patria se repetirán los hechos que nos han hecho
trágicamente famosos en el mundo civilizado..." Ernesto Sabato. Nunca más a la violación
de los derechos humanos, nunca más a la desaparición de personas, nunca más a todo
aquello que nos daña como sociedad, que nos daña a cada uno como personas.  
Cada uno de nosotros tiene que empezar a decir: Nunca más en cada acto cotidiano de
nuestras vidas, cada uno tiene que respetar y hacer respetar lo que nos corresponde porque
si no lo hacemos nosotros nadie nos va ayudar, porque a la gente solo la ayuda la gente.  

3
Durante una dictadura militar el poder se encuentra concentrado y se eliminan todos
los resguardos institucionales de protección de DDHH. Esto facilitó la violación planificada
y sistemática de los derechos, ejercida por la junta militar del 76. Entre los derechos que se
violaron incluyen.   
- El derecho a la vida: donde el acusado no tenía ninguna garantía legal y se juzgaba,
condenaba y ejecutaba la sentencia en tan solo unas horas.  
 - A la integridad física y a no sufrir torturas.  
 - Libertad de opinión. 
 - Derecho a una identidad 
El reconocido escritor  y periodista argentino Rodolfo Walsh que tuvo la audacia de enviar
una carta abierta a la Junta militar, había perdido a su hija y amigos queridos expresaba que
el verdadero cementerio es la memoria, ahí es donde se guardan los recuerdos, se acunan,
se celebran. Decía quizá tener envidia de la partida de su hija ya que le quedaba  llevarla en
su memoria. La libertad de expresar su ser nacional en su carta abierta no lo acallaron los
golpes al alma. 
 Estos hechos políticos y culturales dieron fuerza a las prácticas simbólicas  características
de las Madres de plaza de Mayo, como el pañuelo, la marcha circular frente a plaza de
Mayo, enriquecido por su vida voz de sus demandas, posteriormente organizadas en
consignas a partir de los años ´77 y ´78 este movimiento social no ha cesado de proveer el
patrimonio cultural de la resistencia contra la opresión. Interactúan con la adopción del
pañuelo blanco, un símbolo de una Madre que pide aparición con vida de su hijo, burlando
la pretensión dictatorial de interrumpir definitivamente el proceso histórico a través de
la muerte colectiva. Aparición con vida se dispone solamente cuando más vidas se
disponen a la lucha. 
 Causa ESMA (27/05/10)
Por A.L.P.
El caso de Osvaldo Rubén Cheula puede resultar insólito. Este hombre relata que siendo un
joven que sólo iba a la facultad en Ciudad Universitaria terminó en la ESMA. Era
estudiante de arquitectura, llegaba tarde a su clase en el Pabellón II y al subir las escaleras,
en el entrepiso que estaba en construcción, se cruza con un miembro de las FFAA;
presencia naturalizada en la época. Como llegaba tarde estaba insultando a medida que
aceleraba el paso. Durante la clase se escucha un estruendo. En el entrepiso había explotado
una bomba que disparó panfletos por todas partes. Todos los que se encontraban en el
interior del edificio fueron evacuados. Cuando él sale lo agarran varios hombres
uniformados y lo llevan a planta baja a un baño que –dice Osvaldo– usaban de comisaría.
Allí se le piden los datos y documentos. Lo sacan del edificio para llevarlo en auto al
Pabellón I y de allí, lo trasladan a la comisaria Nº 33. El padre de Osvaldo sale a buscarlo
acompañado por algunos estudiantes, compañeros suyos. Al llegar a la comisaría N°33 son
detenidos junto con Osvaldo, encerrados y posteriormente trasladados a la ESMA. Allí
fueron torturados. Osvaldo cambia la voz y deja sus descripciones y explicaciones
detalladas y amplias para responder a la pregunta de Querella sobre lo que consistió lo que
él llama tortura: “Picana”. Cautelosamente Querella busca ahondar en ello pero el testigo

4
no acompaña. No se lo obligará, es duro y su rostro parece reavivar esas escenas que muy
probablemente haya buscado enterrar durante estos 34 años. En el breve tiempo en el que
estuvo en la ESMA fue interrogado en dos ocasiones: en una con medios violentos (picana)
y en otra sin violencia, solamente con preguntas. Siempre en relación con lo acontecido en
Ciudad Universitaria. Claro, estuvo en el lugar, momento y ejerciendo la acción
equivocada. Cruzarse a uno de ellos insultando y caminando rápido justo donde estalló la
bomba minutos después. En el lugar y tiempo equivocado. Pero qué hay del muchacho que
no quería más que volver a su casa, ese amigo del amigo. A él también lo alcanzó la
experiencia de la ESMA. ¿Y el padre y el amigo? El querer encontrarlo “les costó ESMA”.
Los cuatro detenidos son liberados juntos; los alcanzan a un lugar del que más o menos
pueden volver a sus casas, vistiendo ropas ajenas. Les hacen mirar el piso y contar. Osvaldo
recuerda la frase que le dijeron para su liberación: “Se le otorga la vida por no tener entidad
para ser matado”. No tiene entidad para ser matado. Existe un tipo de ente para la muerte,
ellos la crearon. Dieron las pautas para la vida y para la muerte.
La segunda testigo del día fue Silvia Wikinski.Ella fue torturada cuando tenía 22 años; a
diferencia de otros testigos, cuando la torturaban no le realizaban ninguna pregunta. Silvia
sostiene que no parecía haber otro motivo para la tortura que el placer que sentían los
torturadores al ejercerla. Explicó que a sus criterios, sus secuestradores no estaban
obligados a torturar, lo hacían porque gozaban mientras accionaban, “parecían excitados”.
Cuando le pregunta Querella qué es lo que ella denomina tortura, responde: “corriente
eléctrica”, “amenaza de muerte” y “amenaza constante de violación”. Dentro de los ocho
meses que estuvo en la ESMA se le asignó la actividad de recortar las noticias del día de los
periódicos. Ella fue liberada el 11 de febrero, habiendo cumplido años el 3 de ese mes en
cautiverio. Con tal motivo una compañera le hizo con migas de pan el signo de acuario.
Posteriormente, en su exilio, se encontró con la madre de esa compañera a quien entregó
ese objeto que su hija había hecho. Esa entrega significaba que su compañera seguía (y
sigue) desaparecida. Silvia había sido secuestrada del andén del tren con quien hoy es su
esposo, y fue liberada con él. Una vez liberados son presionados para dejar el país. Al
relatar esto aclara que aunque no lo hubiesen hecho se pensaba ir.
Por A.L.P
Lilia Ferreyra fue la pareja de Rodolfo Walsh hasta el momento del secuestro del escritor.
Lilia detalla algunas obras de él que a pesar de resultar inéditas en el momento de su
desaparición, fueron leídas por algunos detenidos, durante sus cautiverios en la ESMA.
Intenta hacer citas lo más textuales posibles, o por lo menos comentar las ideas de algunos
textos que Rodolfo le había leído. Cuenta la rutina con él y, con exhaustivo detalle, el día
en que fueron a la quinta de San Vicente con Patricia Walsh, la pareja y la hija de Patricia,
y descubrieron que la casa había sido irrumpida. Cuando estaban por llegar notaron que no
había humo y se suponía que Rodolfo debía estar haciendo el asado. Narra cómo había
ansiado ese día, ese almuerzo. Lilia dice al resto que se queden en el auto y entra a la casa;
no había nada, ni muebles, sólo algunos papeles en el piso. El marido de Patricia la busca y
ambos salen de allí. La casa parecía ametrallada por fuera. “El panorama era escalofriante”,
describe la testigo. Lilia menciona que Rodolfo tenía un arma pequeña porque, como se lee
en la “Carta Abierta a La Junta Militar”, estaba al tanto de las torturas. Él le había dicho
que no dejaría que lo lleven con vida. Testigos del barrio dicen haber escuchado un tiroteo
el día de su desaparición. Sobrevivientes de la ESMA aseguran haber visto el cuerpo de

5
Rodolfo tirado sobre una escalinata, con una suerte de línea de balas de una ametralladora
que iba desde la cadera hasta el hombro; prácticamente, todo su cuerpo estaba baleado. Lo
que nadie ha podido confirmar aún hoy es si efectivamente lo mataron en aquella quinta o
si lo llevaron con vida a la ESMA y fue torturado. Tampoco se conoce el paradero de los
restos de Rodolfo Walsh (como los de tantos otros).
 
 
 
 

6
 
 
 

También podría gustarte