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Las uvas en la tierra

1. la noción de la misma como conformitas mentís cum re. Tal noción, dice, es consecuencia de
haberse sustituido la realidad del ser por su concepto o idea; que según él es el grave,
trastrueque de la metafísica de Occidente. Esta metafísica ha sustituido el ser por el ente y, en
definitiva, por un conjunto de conceptos. Es menester rescatar el primitivo sentido de la verdad,
que no es sino el de develación del ente, de la presencia o ser que confiere realidad al ente. Sin
embargo, tal desocultación no puede efectuarse sin el pensar o función des-ocultante del
Dasein.
No otro tampoco es el sentido del fundamento del ente en Heidegger: el ser que des-oculta o
confiere patencia al ente en el Dasein.
2. los diversos entes logran en ese ente singular y único, que es encuentro o des-cubri- dor del
ente: el Dasein o ser del hombre. El ser no puede ser de-velado sino en el Dasein; así como el
Dasein no tiene sentido sino por el ser que en él se manifiesta o quita el velo o, en otros
términos, que en él muestra su verdad, o lo que es lo mismo, que lo hace pasar de ente a ser, de
óntico a ontológico.
En sus primeros escritos, Heidegger había puesto el énfasis en este Dasein o ex-sistencia, en la
cual los entes logran de-velar su ser. Sólo en esta ex-sistencia son el mundo y los entes
mundanos; la espacialidad y mundanei- dad y el ser del mundo no son algo trascendente o
más allá del Dasein, sino solo sus notas existenciales. Todo parecía configurar un subjetivismo
de tipo irracionalista, según lo señalamos en los capítulos YII y VIII de nuestra

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