Está en la página 1de 12

Materia: MÉCANICA DE SUELOS

Maestro: Octavio Enrique Cárdenas Díaz

03503-Facultad De Ingeniería Civil

Alumno: John Brandon De La Cruz Campos

Grado Y Sección: 6A FECHA:07/Febrero/2022


Generalidades
En los granos gruesos de los suelos, las fuerzas de gravitación predominan
fuertemente sobre cualesquiera otras fuerzas; por ello, todas las partículas
gruesas tienen un comportamiento sirnilar. El comportamiento anico e
hidráulico de tales sueios está definido por características incunstanciales, tales
como la compacidad del depósito y la orientación lr sus partículas individuales,
En los suelos de grano muy fino, sin embargo, fuerzas de otros tipos rprcen
acción importantisima; ello es debido a que, en estos grans, la rlación de área a
volumen akanza valores de consideración y fuerzas electromagnéticas
desarrolladas en la superficie de los compuest0s mínenles cobran significación.
En general, se estima que esta actividad en la superficie de la partícula
individual es fundamental para tamaños menos que dos micras (0.002 mm).
Mecánica de suelos
funcionan como pequeños dipolos permanentes por su carga (), el polo de
carga queda como origen de atracción naturaleza polarizada de snes atraen
mo i en posibilidad de poseer un volumen de agua entorno al agua adsorbida
por cada catión aumenta ios la carga eléctrica de éste y con su radio iónico.
Por lo anterior. Cuantas partículas del suelo atraen a los cationes, e ve
reforzada la película del agua ligada a la partícula El espesor de la película de
agua adherido por el cristal de suelo es así funciona, no solo de la naturaleza
del mismo sino también del üpo de los cationes atraídos La magnitud de las
presiones de adsorción existentes en la pei ae agua que rodea a un cristal de
arcilla, fue reportada por intetk Baver quienes dan un valor de 20,00 g/Cm".
Bridgman estudio la variación de punto de congelación del agua, cuando esta
sujeto a grandes presiones, encontrando que a dicho punto corresponde ene u
a V naos respecto a valor normal de , a medida la presión incrementa a partir
de b,00 kg/cm*; en particular, señaló que a 10 ,000 ke/cm" la congelación del
agua ocurre a + 30°C.

IM-2. Intercambio catiónico


Los cristales de arcilla pueden cambiar los cationes adsorbidos en película
superficial; por ejemplo, una arcilla hidrogena (con cationes Hf puede
transformarse en sódica, si se hace que circule a través de su mas agua con
sales de sodio en disolución. En realidad lo qué ocurre es intercambio de
cationes entre el agua y las películas adsorbidas por 1 partículas minerales,
algunas veces en reacción rápida. Los cationes intercambiables más usuales
son: Na', K, Ca*, Mg*, H* y (NH,)".
Fisicoquímica de las arenillas
Las caolinitas son menos susceptibles de intercambiar sus cationes que lan
montmorilonitas y las ilitas poseen la propiedad en grado intermedio. La
capacidad de intercambio crece con el grado de acidez de los istales, es decir
es mayor si el pH del suelo es menor; la actividad cationes hace notable, en
general, para valores del pH menores que 7. La acidad de intercambio también
crece con la velocidad y concentración le la solución que circule por la masa de
suelo. Tas propiedades mecánicas de una arcilla pueden cambiar al variar lm
cationes contenidos en sus complejos de adsorción, pues a diferentes ationes
ligados corresponden distintos espesores de la película adsorbida, Io cue se
refleja sobre todo en las propiedades de plasticidad y resistencia lel suelo. Por
esta razón el intercambio catiónico forzado se ha usado usa para tratar suelos
con fines de mejorar su comportamiento mecánico.
En general, los cationes pueden disponerse según su efecto benéfico creciente
en la resistencia de las arcillas de acuerdo con la lista: (NH), H, K', Fe*, Al*,
Mg'", Ba*, Ca**, Na', Li.

I13. Identificación de minerales de arcilla


Existen hoy varios procedimientos al alcance del investigador a fin de identificar
los minerales constituyentes de una arcilla; los métodos de investigación por
Rayos X y el conocido como "Balance Térmico de las Arcillas" son los más
conocidos; el microscopio electrónico proporciona latos útiles también, sobre
todo en lo referente a forma y tamaño de las artículas minerales. Los Rayos X
se difractan a su paso a través de una Imuestra de arcilla y cada trayectoria de
difracción es una imagen de listintos planos atómicos; el conjunto de
trayectorias retrata la estrucra interna de la arcilla. Así se revela un promedio
de 2 x 107 láminas eticulares por centímetro de material.
El efecto de las altas temperaturas sobre una arcilla es extraer el agua de sus
retículas laminares, transformando un mineral de arcilla en otro compuesto
químico. La caolinita por ejemplo, permite la remoción de su agua estructural a
partir de 500°C y el mineral puede transformarse en óxido de aluminio amorfo y
sílice. Los demás minerales de arcilla presentan también efectos típicos al ser
altamente calentados; estos efectos permiten su identificación. El análisis
químico también se ha usado ampliamente como medio ara cubrir las mismas
finalidades mencionadas.
Fisicoquímica de las arenillas
a) Nexos iónicos
Se establecen entre dos átomos que tengan incompleto el número de los
electrones en sus bandas más exteriores. Así, un átomo pierde los electrones
de su banda extrema, que pasan a ocupar los lugares de los electrones
faltantes en la banda extrema del otro. El ejemplo clásico qué ilustra este
mecanismo es el cloruro de sodio; el sodio, con un solo electrón en su última
órbita, lo cede al cloro, qué tiene únicamente siete electrones en su órbita
extrema, completando el número ocho, lo que transforma al cloruro de sodio en
una molécula estable. Los átomos que pierden o ganan uno o más electrones
por este tipo de mecanismo se denominan iones y poseen carga eléctrica
desbalanceada, positiva o negativa según que hayan perdido (catión) o ganado
(anión) electrones. El nexo iónico es precisamente debido a las fuerzas
eléctricas originadas entre esas cargas desbalanceadas
b) Nexos covalentes
Ocurren entre dos átomos a cada uno de los cuales les falta uno o más
electrones en sus bandas extremas; en estos casos dichos átomos pueden
combinarse para compartir un par o más de electrones de manera que un
átomo suple con algunos de sus electrones la deficiencia del vecino, en tanto
que éste completa al primero compartiendo con él algunos de sus propios
electrones. Como ejemplos de este nexo pueden citarse la molécula del
oxígeno (O) y la del agua (H,0).

c) Nexo a través de un núcleo de hidrógeno


En ocasiones un átomo de hidrógeno se puede combinar con un átomo de
oxígeno, de flúor o de nitrógeno_ principalmente, cediendo su único electrón al
átomo más pesado. De esta manera, el núcleo del átomo de hidrógeno, con su
carga positiva, puede ejercer fuerzas de cierta consideración sobre átomos,
iones o moléculas vecinos. Esta liga así establecida a través del núcleo de
hidrógeno resulta mucho más débil que la iónica o qué la covalente, estudiada
más atrás y cuando se establece entre dos láminas de las que constituyen un
cristal de arcilla, producen nexos de unión relativamente débiles y no muy
estables.
I-a.2. Nexos secundarios
Como se ha indicado, se conocen por este nombre aquellos que se establecen
entre las moléculas y a ellos corresponden niveles energía relativamente bajos
en comparación con los que ocurren entre los átomos. De los nexos que ahora
se trata el más importante es el que resultado de la existencia de las llamadas
fuerzas de Van der Waals. Estas fuerza son hasta cierto punto una
consecuencia de la naturaleza polar de 1= moléculas de muchas sustancias,
entre ellas las del agua; en estas moléculas, los centros de carga positiva y
negativa no coinciden, de manera que la molécula en conjunto funciona como
un pequeño dipolo permanente. Cuando dos moléculas están próximas, el
campo de cada una orienta a la otra de manera que el centro de carga positiva
de una queda próximo al contrario de la otra, ejerciéndose entre ambas
moléculas ur fuerza neta de atracción. Fuerzas de Van der Waals pueden
ejercerse entre las moléculas que forman dos láminas de un cristal de arcilla,
dando lugar a un nes especial entre ellas que depende del medio que pueda
existir entre l= láminas.

II-a3. Relaciones entre las partículas cristalinas de arenilla y el agua


En esta sección se tratarán someramente algunas ideas modernas qué
explican las relaciones que existen entre los cristales de arcilla que forma la
estructura sólida del suelo y el agua que las rodea. Estas relaciones d carácter
químico-eléctrico están hoy muy lejos de ser comprendida totalmente, y es
mucho lo que falta por dilucidar en torno a ellas, al grado de que es posible ver
interpretaciones diferentes y aun contradictorias d los pocos hechos
experimentales disponibles, en el relativamente escás número de
investigadores en estos campos. El esquema que a continuación se presenta
peca de simplista y no trata de dar una visión científica repleta de las
concepciones actuales, sino únicamente de comunicar en fora didáctica
algunas inquietudes al lector, en torno a un campo que, por complicado, deja
de ser considerado en el momento presente como l rasfondo fundamental
sobre el cual es necesario ver todos los fenómenos os del comportamiento
mecánico de los suelos, si se desea tener conocimiento científico serio de ellos.
Cuando una partícula cristalina de arcilla queda rodeada de agua, los átomos
de oxigeno del cristal quedan en las superficie de éstos, como consecuencia de
su constitución interna, a la que ya se ha hecho referencia en el cuerpo de este
capítulo. Si el cristal se considerase como un Pne ideal sería eléctricamente
neutro, con todas sus cargas eléctricas positivas y negativas balanceadas.
Aunque la realidad es olra y en los vértices y aristas de los cristales se rompe
de hecho la continuidad de I estructura, por lo que verdaderamente se tiene,
por lo menos en estas wwws, cargas desbalanceadas, es una hipótesis
razonable y muy simplifica en un análisis elemental el considerar que el cristal
en conjunto eutro. Las cargas negativas de los átomos de oxigeno en
consecuencia, ran en la superficie del cristal real, un campo eléctrico hacia el
exterior, ron lo cual las moléculas del agua vecina se ionizan, de manera que
los iones de hidrógeno positivos resultan captados por el cristal, así como
también lo hacen los cationes que pudiera haber en disolución en el agua.

Se supone una distribución uniforme de la carga eléctrica en la superficie del


cristal lo cual no es tampoco del todo correcto. La atınóslera cationes muy
cercanos fuertemente unidos al cristal por vínculos electicos, así como el grupo
de cationes ya ligeramente más desvinculados r su mayor lejanía a la superficie
de la partícula, suelen considerarse no dos estratos diferentes, de manera que
al sistema en conjunto se le AIU le llamar sistema de la doble capa difusa. La
teoría de la electrostática rite calcular expresiones matemáticas para cuantificar
al potencial eléctrico en la doble capa como una función de la distancia a la
partícula

Cuando dos cristales de arcilla quedan suficientemente próximos un del otro,


sus respectivas atmósferas de adsorción se interaccionan de manera que entre
ellas aparece una fuerza neta de repulsión. Los cálculo demuestran qué la
energía libre de los sistemas de doble capa aumenta cuando la superficie se
acerca, de forma que es preciso realizar un trabajo exterior para disminuir la
separación entre los dos cristales. Se ha visto también que la fuerza repulsiva
entre las partículas disminuye aproximadamente en forma exponencial cuando
la distancia entre ellas aumenta, pero de nuevo el fenómeno está influido por la
concentración, la valencia y el tamaño de los cationes en la solución, as como
por la densidad superficial de carga en la partícula, por la cortante dieléctrica
del fluido y por la temperatura. La fuerza repulsiva existente entre los dos
cristales próximos no es si embargo, la única que actúa, pues, según ya se
discutió, entre las moléculas de ambos cristales y las moléculas de agua entre
ellos se ejerce también fuerzas atractivas, como consecuencia del efecto Van
der Waals La fuerza neta actuante entre dos partículas de arcilla será, por lo
tarto, la suma algebraica de las dos fuerzas opuestas mencionadas. Las
fuerzas de Van der Waals son independientes de la naturaleza del medio que
exista entre las partículas, por lo que, para un tipo de aroilla, la fuerza neta
entre partículas vecinas puede hacerse varia
Fisicoquímica de las arcillas
moliendo cantidades convenientes de electrólito en una suspensión.
Nanamente que, en este caso, cambia únicamente el potencial repulsivo l las
partículas. Cuando en una suspensión de arcilla la fuerza neta es le repulsión
las partículas permanecen separadas y si se depositan lo n en forma de un
sedimento relativamente denso, en el que, sin embargo, las partículas
continúen separadas unas de otras por el efecto rpulsivo de sus atmósferas
catiónicas, Esto da lugar a una estructura inmensa, del tipo de las que se
mencionan en el cuerpo de este libro. El nentar la concentración de cationes en
la suspensión hace disminuir l otencial repulsivo entre las partículas de arcilla,
con lo que aumenta la eonderancia relativa de las fuerzas de atracción, de
modo que la po ililiclad de que dos partículas al acercarse dentro de su
movimiento Iowniano se atraigan en lugar de repelerse, aumenta; de hecho, en
ste AMD la fuerza de atracción entre dos partículas aumenta al disminuir
distancia. Si se llega a esta situación, se dice que el suelo se flocula, Iruómeno
que produce, cuando la sedimentación tiene lugar, un depóilo de agrupaciones
de partículas muy suelto, ya que cada unidad de- wsitada posce una alta
proporción de vacíos. Se ve así que la arcilla resultante de un proceso de
sedimentación (y muchas arcillas tienen tal origen) que el ingeniero encuentre
en un lugar determinado, depende en gran medida de las propiedades electrolí
tiras del agua en la cual ocurrió el depósito; la arcilla será más floculada y or lo
tanto más compresible cuanto mayor haya sido la riqueza electrólito del medio
en que se sedimentó. Así, las arcillas marinas, por ejemplo, son altamente
floculadas en tanto que los sedimentos de agua dulce tenderán a estructuras
más dispersas. El proceso de floculación luce que las agrupaciones de cristales
de arcilla, que llegan a ser relativamente pesadas, se depositen al mismo
tiempo que otras partículas de puyar tamaño que puedan existir en el medio; en
la sedimentación l suelos dispersos, en que los pequeños cristales se
depositan individualmente , por el contrario, funcionará un proceso de
selección, de manera pne si hay partículas gruesas de diversos tamaños, el
sedimento tenderá a estratificarse, de acuerdo con la velocidad de caída de los
granos individuales.
CHAPTER 5

Soil Fabric and Its Measurement

5.1 INTRODUCTION

Although soils are composed of discrete soil particles and particle groups, a soil mass is almost
always treated as a continuum for engineering analysis and design. Nonetheless, the specific
values of properties such as strength, permeability. and compressibility depend on the size and
shape of the particles, their arrangements, and the forces between them. Thus, to understand
a property requires knowledge of these factors. Furthermore, new theories of particulate
mechanics and computational methods based on these theories are now becoming available.
With these theories and methods it may ultimately be possible to predict the mechanical
behavior of soil masses in terms of the characteristics of the particles themselves, although at-
taining this goal appears somewhat far off. Particle arrangements in soils remained largely un-
known until suitable optical, X-ray diffraction, and electron microscope techniques made direct
observations possible starting in the mid-1950s. Interest then centered mainly on clay particle
arrangements and their relationships to mechanical properties. In the late 1960s, knowledge
expanded rapidly, sparked by improved techniques of sample preparation and the de-
velopment of the scanning electron microscope. In the early 1970s attention was directed also
at particle arrangements in cohesionless soils. From this work came a realization that
characterization of the properties of sands and gravels cannot be done in terms of density or
relative density alone, as had previously been thought. Particle arrangements and stress
history must be considered in these materials as well. In the 1970s and 1980s, micromechanics
theories were developed that aimed to relate microstructure to macroscopic behavior. Various
homogenization tech niques that incorporate small-scale features such as inhomogeneity and
microfractures into continuum models became available (Mura, 1987; Nemat-Nasser and Hori,
1999). Increased computational speeds allowed simulation of an assembly of individual soil
particles by modeling particle contact behavior, and this led to the development of numerical
methods such as the discrete/distinct element method and contact dynamics (Cundall and
Strack, 1979; Moreau, 1994; Cundall, 2001). In the carly developments, simulations were
limited to an assembly of two-dimensional circular disks. However, it is now possible to
perform Simulations with various three-dimensional particleshapes, complex contact models,
and pore fluid interactions. These "digital"-type studies offer possibilities for systematic
investigation of soil fabric effects on mechanical properties in comparison to "laboratory""-
type studies, which contain inherent errors associated with measuring soil fabrics of different
specimens.

Furthermore, mechanical responses under the stress paths that are difficult to apply in the
laboratory can be investigated using distinct element methods. Other innovations in the past
two decades have led to improved material measurement techniques and their interpretation
using computers. These include the environmental scanning electron microscopy (ESEM),
nanoindentation and probing, complex digital image analysis, magnetic resonance imaging
(MRI), X-Ray tomography, and laser-aided tomography. Some of them have been used to
characterize the microscopic properties of soils (Oda and Iwashita, 1999). The more
established methods for studying and, where possible, quantifying the arrangements of par-
ticles, particle groups, and voids in different soils are described and illustrated in this chapter.
Some ele ments and applications of the newer methods are introduced in later chapters.

5.2 DEFINITIONS OF FABRICS AND FABRIC ELEMENTS


The term fabric refers to the arrangement of particles, particle groups, and pore
spaces in a soil. The term structure is sometimes used interchangeably with
fabric. It is preferable, however, to use structure to refer to the combined effects
of fabric, composition, and in- terparticle forces. Methods for determination of
soil fabric are described and examples of different fabric types are given in the
following sections. The importance of soil fabric as a factor determining soil
properties and behavior is discussed and illustrated in Chapter 8. In practice,
special problems, unusual soils, and the need to ensure that measured
properties properly reflect the in situ conditions may require application of these
testing and interpretation methods.
It is necessary to consider the size, the form, and the function of different fabric
units and to keep in mind the scale at which the fabric is of interest. For
example, a carefully compacted clay liner for an impoundment may have
uniformly and closely packed particle groups within it, thus giving a material with
very low hydraulic conductivity. If, however, the liner becomes broken into
sections measuring a meter or so in each direction as a result of shrinkage
cracking, then leakage through it will be dominated totally by filow through the
cracks, and the small-scale fabric is unimportant. Similarly, the strength of
intact, homogeneous soft clay will be influenced greatly by the particle
arrangements on a microscale, whereas that of stiff fhssured clay will be
controlled by the properties along the fissures. Particle Associations in Clay
Suspensions Many soil deposits are formed by deposition from flowing or still
water. Accordingly, knowledge of particle associations in suspensions is a good
starting point for understanding how soil fabrics are formed and changed
throughout the history of a soil. Clean sands and gravels are usually comprised
of single grain arrangements, and these are discussed in Section 5.3. Particle
associations in clay suspensions may be more complex. They can be described
as follows and as illustrated in Fig. 5.1 (van Olphen, 1977):

Particle Associations in Soils


Particle associations in sediments, residual soils, and compacted clays assume
a variety of forms; however, most of them are related to combinations of the
configurations shown in Fig. 5.1 and reflect the difference in water content
between a suspension and a denser soil mass. Fine-grained soils are almost
always composed of multiparticle aggregates. Overall, three main groupings of
fabric elements may be identified (Collins and McGown, 1974):
1. Elementary Particle Arrangements Single forms of particle interaction at the
level of indi- vidual clay, silt, or sand particles 2. Particle Assemblages Units of
particle organization having definable physical boundaries and a specific
mechanical function, and which consist of one or more forms of the elementary
particle arrangements
3. Pore Spaces Fluid and/or gas filled voids within the soil fabric Schematic
illustrations of each of the fabric features in these three classes are shown in
Figs. 5.2 through 5.4. Electron photomicrographs illustrating some of the
features are shown in Fig. 5.5. Figure 5.6 shows the overall fabric of
undisturbed Tucson silty clay, a fresh water alluvial deposit. The features shown
in the figures are sufficient to describe most fabrics, although a number of
additional terms have also been used to describe the same or similar features.
Cardhouse is an edge-to-face arrangement forming an open fabric similar to the
edge-to-face flocculated but dispersed arrangement of Fig. 5.lc (Goldschmidt,
1926). A domain (Aylmore and Quirk, 1960, 1962) or packet or book (Sloane
and Kell, 1966) is an aggregate of parallel clay plates. An array of such fabrics
is termed a turbostratic fabric and is similar to the inter weaving bunches of Fig.
5.3h. An edge-to-face association of packets or books is termed a bookhouse
and is similar to the arrangement of Fig. 5.1e. A cluster is a grouping of particles
or aggregates into larger fabric
Fabric Scale
The fabric of a soil may be viewed relative to three levels of scale. From
smallest to largest they are: 1. Microfabric The microfabric consists of the
regular aggregations of particles and the very small pores between them.
Typical fabric units are up to a few tens of micrometers across. 2. Minifabric The
minifabric contains the aggregations of the microfabric and the interassem
blage pores between them. Minifabric units may be a few hundred micrometers
in size.
3. Macrofabric The macrofabric may contain cracks, fissures, root holes,
laminations, and the like that correspond to the transassemblage pores shown
in Fig. 5.6. may contain
Soil mechanical and flow properties depend on dels of these three levels of
fabric to varying degrees.
Fox example, the hydraulic conductivity of a finegrained soil is aamost totally
dominated by the macro and minifabrics. Time-dependent deformations such as
creep and secondary compression are controlled most strongly by the mini- and
microfabric.
5.3 SINGLE-CRAIN FABRICS
Sand and gravel particles are sufficiently large and bulky that they ordinarily
behave as independent units. Attempts to describe the stress-deformation
behavior of granular soils using particulate mechanics theories
Direct Observation of Cohesionless Soil Fabric
The study of the fabric of a cohesionless soil is usually done by optical means.
The particles are large enouggh to be easily seen in the petrographic
microscope. Thin sections can be made after impregnation of a sample by a
suitable resin or plastic. Water-soluble materials are available for use in initially
saturated sands. After the resin or plastic has hardened, thin sections can be
prepared.
Packing of Equal-Sized Spheres
Regular packing of spheres of the same size provides insight into the maximum
and minimum possible densities, porosities, and void ratios that are possible in
single-grain fabrics. Five different possible packing ar rangements are shown in
Fig. 5.7, and properties of the arrangements shown are listed in Table 5.1. The
range of possible porosities is from 25.95 to 47.64 percent, and the
corresponding range of void ratios is from 0.35 to 0.91.
Random packings of equal size spheres can be considered to be composed of
clusters of simple packings, each present in an appropriate proportion to give
the observed porosity. The relationship between coordination number N and
porosity n in such systems is

Glass balls allowed to fall freely form an anisotropic assembly, with the balls
tending to arrange themselves in chains (Kallstenius and Bergau, 1961). The
number of balls per unit area in contact with a vertical plane can be different
from the number in contact with a horizontal plane. The same behavior is
observed for sand pluviated through air and water. Spontaneous segregation
and stratification has been observed when granular mixtures of particles of two
different predominant sizes are dumped into a pile (Makse et al., 1997;
Fineberg, 1997). When a mixture of sizes is poured into a pile, the larger
particles tend to accumulate near the base. Makse and co-workers (1997)
experiments produced the interesting additional result that if the large grains in
a binary mixture have a greater angle of repose than the small grains, then the
mixture stratifies into alternating layers of small and large grains. If the small
grains have a larger angle of repose than the large grains, then segregation
with- out stratification results. This type of behavior is relevant to such
geoengineering problems as the stability of dumped mine waste piles,
geological formations susceptible to static liquefaction, and the processing and
transport of granular materials.
Particle Packings in Granular Soils
Particle sizes in soil vary, and as a result, smaller particles can occupy pore
spaces between larger particles.
This results in a lendency toward higher densities and lower void ratios than for
uniform spheres. On the other hand, irregular particle shapes produce a
tendency toward lower densities and higher porosities and void ratios. The net
result is that the range of porosities and void ratios in real soils with single-grain
fabrics may not be much different trom that for unitorm spheres shown by the
values in Table 5.1, that is, porosity in the range of 26 to 48 percent and void
ratio in the range of 0.35 to 0.91. This is illustrated by the data in Table 5.2. The
lower values of porosity and density and higher unit weight for silty sand and
gravel can be attributed to silt filling the large voids between the gravel particles.
Many studies have shown that a given cohesionless soil can have different
fabrics at the same void ratio or relative density. Characterization of this fabric
can be done in terms of grain shape factors, grain orientations, and interparticle
contact orientations (Lafeber, 1966; Oda. 1972a: Mahmood and Mitchell, 1974;
Mitchell et al., 1976). More recently, application of image analysis techniques
(Section 5.8) has led to better understanding and quantification of fabric
features.
The orientation of grains in a sand deposit can be described in terms of the
inclination of the particle axes to a set of reference axes. For example, the
orientation of the particle shown in Fig. 5.8 can be described by the angles a
and B. In most studies, however, a thin section is studied to give the
orientations of apparent long axes. The long axes of particles are referred to a
single horizontal reference axis by an angle 6. The spatial orientation of the thin
section it self with respect to the sample and to the field deposit is also an
essential part of the fabric description. Orientations of long axes for a large
number of grains can be expressed by a histogram or rose diagram. A
frequency histogram for a sand having a mean axial ratio equal to 1.65 and
placed by tapping the side of a vertical, cylindrical mold is shown in Fig. 5.9.
The orientation of each grain was assigned to one of the 15 intervals between 0'
and 180'. The V-section refers to a thin section from a vertical plane (oriented
parallel to the cylinder axis). The H-section refers to orientations in the
horizontal plane. Orientations of long axes in the vertical plane for two samples
of well-graded crushed basalt [mean (length)/(width) = 1.64] are shown by the
rose diagrams in Figs. 5.10 and 5.11. In this study, the orientations of at least
400 grains were measured for each sample, and the orientation of each was
assigned to

También podría gustarte