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RESUMEN
El estudio tuvo como objetivo identificar las representaciones sociales de hombres y mujeres
con diferentes formaciones académicas sobre la belleza y la cirugía estética. Investigación de
carácter descriptivo y comparativo, con diseño transversal, con la participación de 120
estudiantes universitarios; plan de investigación multimétodo diseñado por AS de Rosa a través
de un cuestionario autoadministrado semiestructurado, dividido en cinco partes; involucrando
análisis descriptivo, relacional y textual de redes asociativas. Los resultados destacan
diferencias significativas en las representaciones sociales de los grupos en relación a los
objetos sociales, la belleza y la cirugía estética, en términos de contenido, valoraciones y
dimensiones sociopsicológicas.
ABSTRACTO
El estudio tuvo como objetivo identificar las representaciones sociales de hombres y mujeres
con diferentes formaciones académicas, acerca de la belleza y la cirugía estética. Este estudio
es una investigación descriptiva y comparativa, con diseño transversal, basada en la
participación de 120 estudiantes universitarios; Plan de investigación multimétodo diseñado
por AS de Rosa a través de un cuestionario autoadministrado semiestructurado, dividido en
cinco partes; involucrando análisis estadístico descriptivo y relacional, y análisis textual de
redes asociativas. Los resultados destacan diferencias significativas en las representaciones
sociales de los grupos en relación a los objetos sociales, la belleza y la cirugía estética, en
cuanto a contenidos, valoraciones y dimensiones sociopsicológicas. La proximidad
RESUMEN
El estudio tuvo como objetivo identificar las representaciones sociales de hombres y mujeres
con diferentes formaciones académicas, en términos de belleza y cirugía estética. Este estudio
es una investigación descriptiva y comparativa, con capacidades transversales, con la
participación de 120 estudiantes universitarios; Plan de investigación multimétodo diseñado
por AS de Rosa a través de un cuestionario autoadministrado semiestructurado, dividido en
cinco partes; que involucra análisis estadístico, descriptivo, relacional y textual de redes
asociativas. Los resultados muestran diferencias significativas en las representaciones sociales
de los grupos en relación a los objetos sociales, la belleza y la cirugía estética, en cuanto a
contenidos, valoraciones y dimensiones sociopsicológicas.
Introducción
La realidad social actual sugiere que la excesiva valoración y difusión del cuerpo joven y
delgado han influido en la forma en que hombres y mujeres afrontan la imagen corporal
(Fisher, 1968; Legenbauer, Rühl, & Vocks, 2008). Inherentes a las prácticas corporales están las
nociones culturalmente definidas de “belleza” que establecen el tamaño y la forma ideales del
cuerpo. Vivimos así un momento marcado por la apelación a la buena apariencia.
El término imagen corporal se utiliza para describir las formas en que un individuo
conceptualiza y experimenta su cuerpo conscientemente o no. Para Fisher (1968), esto incluye
actitudes colectivas, sentimientos y fantasías sobre el propio cuerpo, así como la forma en que
una persona aprende a organizar e integrar sus experiencias corporales. La imagen corporal es
entonces, adquirida por el individuo como parte del crecimiento en un determinado grupo y
cultura, para lo cual existen variaciones individuales en la imagen dependiendo de cada
sociedad (Helman, 2003). Este concepto tiene componentes perceptuales, cognitivos,
emocionales y conductuales que influyen en los actores, con constantes intercambios entre la
imagen de uno mismo y la de los demás (Legenbauer et al., 2008).
Entre las formas de obtener el cuerpo considerado ideal y de dimensiones atractivas, como
metas que corresponden a estándares de belleza impuestos socialmente, las personas recurren
al uso de adornos, vestimenta, dietas, cosméticos, actividades físicas,
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Residencia enclasificacióncirugía estética, que presenta a Brasil como un gran consumidor del
segmento, es importante comprender las razones por las que cada vez más personas quieren
cambiar su autoimagen y los principales aspectos relacionados con estas elecciones. Sobre
todo, comprender qué conocimientos compartidos están presentes en el pensamiento social,
cómo influyen en las actitudes y comportamientos relacionados con cuestiones corporales,
especialmente en lo que respecta a la realización de cirugías estéticas. Para ello, se utilizó,
además del enfoque estructural, la teoría de las representaciones sociales (Moscovici, 1978)
para comprender el pensamiento social y los comportamientos relacionados con las prácticas
corporales, al esclarecer el papel del conocimiento compartido por los individuos en los
conceptos de belleza y cirugía estética. incluyendo la dimensión individual y psicológica
presente en estas representaciones. La teoría de las representaciones sociales es un enfoque
teórico dedicado a la investigación de los procesos cognitivos relacionados con la forma de
pensar de las personas en la vida cotidiana (Guimelli, 1999).
El enfoque estructural aclara dos características de las representaciones sociales, a saber: “las
representaciones sociales son al mismo tiempo estables y móviles, rígidas y flexibles” y “las
representaciones sociales son al mismo tiempo consensuales, pero también marcadas por
fuertes diferencias interindividuales” ( Sá, 2002, p. 72). A través del proceso de representación
resultan teorías del sentido común, elaboradas y socialmente compartidas, vinculadas a las
inserciones específicas de los grupos sociales, cuya función es explicar aspectos relevantes de
la realidad, definir la identidad grupal, orientar las prácticas sociales, justificar acciones y tomar
posiciones frente a ellas. terminado (abril,
La intervención quirúrgica en partes del cuerpo está de moda. El creciente número de cirugías
estéticas en el mundo confirma la difusión e importancia del tema, y del conocimiento
existente en el pensamiento social, compartido por los individuos y sus grupos, que incluye a
los jóvenes. Con respecto a los jóvenes, el cuerpo es un objeto de mayor importancia social,
debido a la etapa de desarrollo que atraviesan, interfiriendo considerablemente en sus
interacciones sociales (Camargo, Justo, & Jodelet, 2010). Al ser un objeto de mayor relevancia
social, los jóvenes están más dispuestos a hablar de este tema, en todas las clases sociales. En
este sentido, la belleza de los objetos y la cirugía estética justifican la existencia de
representaciones sociales y su espesor social, porque surgen de prácticas vigentes en la
sociedad y la cultura, que alimentan estas representaciones, las perpetúan o contribuyen a su
transformación en el tiempo. Por lo tanto, los objetos sociales relacionados con el cuerpo y la
belleza son consistentemente implicados en las prácticas de los grupos sociales, difundidos a
través de la conversación y exposición a los medios de comunicación masiva, como un saber
efectivamente practicado, fácilmente detectable en comportamientos y comunicaciones que
ocurren sistemáticamente (Sá, 1993) .
Los crecientes datos de la cirugía estética entendida bajo la lógica de la teoría de las
representaciones sociales revelan, además de la difusión de la cirugía estética en los medios de
comunicación, a través de los medios impresos, principalmente la importancia que asume la
imagen corporal en las relaciones sociales. En ese sentido, pueden ser vistos como un producto
y proceso en la formación y transferencia de las representaciones sociales del cuerpo y la
belleza en la sociedad pensante, al respecto: el 86% de los procedimientos estéticos realizados
a nivel nacional son quirúrgicos y merecen ser destacados. para el número expresivo, mientras
que los procedimientos no quirúrgicos representan sólo el 14%. El aumento de senos (21%) es
el procedimiento más comúnmente realizado en Brasil, seguido de la liposucción (20%) y la
cirugía de abdomen (15%), entre las personas que optan por la cirugía,
Método
Participantes
Como extensión de un proyecto de investigación lanzado en Europa por de Rosa y Holman
(2011) y extendido desde tres países europeos (Italia, España, Rumanía) y hasta el
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Brasil y China (de Rosa, & Holman, 2017), el estudio contó con la participación de estudiantes
universitarios, de diferentes formaciones académicas, estudiantes de Artes, Educación Física y
Ciencias Exactas (término asignado para denominar las carreras de Ingeniería Sanitaria y
Ciencias de la Vida). Informática), investigado en una institución de educación superior.
La elección de los encuestados siguió los criterios establecidos por un proyecto de alcance
internacional, en el que se inserta el estudio brasileño. Se preservó la similitud en el formato
del instrumento con el estudio más amplio, excepto por la quinta parte del cuestionario,
elaborado para el estudio en Brasil.
La elección de los cursos buscó contemplar diferentes tipos de relación entre la educación
superior y el “cuerpo”, como objeto social y simbólico. Este aspecto apoyó la siguiente hipótesis
de investigación: la carrera de Artes establece una mirada más contemplativa del cuerpo,
preferentemente en su relación con la estética; el curso de Educación Física enfatiza el cuerpo
en su acción corporal, en relación con la salud y el bienestar.
- ser, además de la práctica del deporte; y la carrera de Ciencias Exactas no tiene el objeto
“cuerpo” como algo tan presente en su formación, lo que implicaría un alejamiento de
cuestiones de prácticas corporales. Se piensa en representaciones diferentes de la belleza y la
cirugía estética para los grupos investigados, debido a la proximidad que se establece entre los
estudiantes universitarios y los objetos representacionales investigados, experimentados de
diferente manera por cada curso. Así, el estudio tiene como objetivo identificar las
representaciones sociales de hombres y mujeres con diferentes formaciones académicas sobre
la belleza y la cirugía estética.
instrumento y procedimiento
Para la recolección de datos se utilizó un cuestionario semiestructurado autoadministrado
colectivamente. La aplicación en las aulas de la universidad tuvo una duración promedio de 30
minutos. Los estudiantes universitarios encuestados autorizaron su participación en el estudio
mediante la firma del Formulario de Consentimiento Libre e Informado (TCLE). Antes de
contestar el cuestionario, los participantes fueron informados sobre los objetivos del estudio y
sobre la garantía del anonimato. La investigación fue sometida al Consejo del Comité de Ética
en Investigación con Seres Humanos (CEPSH) de una institución pública de enseñanza superior
y obtuvo dictamen favorable bajo el número 1799/2011. El instrumento de recolección de datos
contenía información sociodemográfica (sexo, edad y curso) para la caracterización de la
muestra y se dividió en cinco partes, a saber:
La aplicación de esta técnica consta de cuatro fases, así: 1Elorden de evocación de las palabras
pensadas a partir del estímulo/término inductor ubicado en el centro de la página/instrumento;
dosElconexión entre palabras o grupos de palabras según el orden de aproximación que
tengan, mediante el uso de flechas; 3Elatribución de valencia positiva (+), negativa (-) o neutra
(0) a las palabras evocadas; y 4Elorden de importancia de las palabras, mediante el uso de letras
en orden alfabético.
4ª Técnica – Mapa corporal en cirugía estética: técnica utilizada con el objetivo de conocer las
partes del cuerpo elegidas por los participantes para la realización de una posible cirugía
estética, bajo la justificación de la mejora de la apariencia. Se presentó una figura ilustrativa,
indicando diferentes partes del cuerpo, numeradas del uno al dieciséis, como opciones de
cambio. La elección realizada por el participante se clasificó mediante una escalaMe gusta(1 a 6
puntos), que varió de "imposible" a "definitivamente".
5ª Técnica – Preguntas sobre prácticas corporales: parte final del instrumento, compuesta por
preguntas abiertas y cerradas con el objetivo de describir la realización de prácticas corporales
por parte de los encuestados, tales como: dietas restrictivas, ejercicios físicos y cirugía estética,
además de preguntas relacionado con el nivel de satisfacción con la imagen corporal y principal
fuente de información de los participantes sobre cirugía estética.
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Para los datos provenientes de las redes asociativas, se realizó un análisis lexicográfico,
considerando la frecuencia y el orden de frecuencia promedio de las palabras, utilizando el
programa informáticoevocación2000. Así, fue posible aprehender el contenido de las
representaciones sociales de objetos, belleza y cirugía estética, al identificar los elementos más
frecuentes y considerados más importantes, candidatos al núcleo central de la representación
social (Abric, 2003).
Los datos referentes a la tercera fase de construcción de las redes asociativas, referentes a la
valoración (positiva, negativa o neutra) atribuida a las palabras evocadas, esclarecen los valores
del Índice de Polaridad (PI), indicador sintético de la evaluación y actitud implícita del campo
representacional de los participantes, este índice va de -1 a +1; posible a partir de la resta entre
el número de palabras positivas y el número de palabras negativas, dividido por el número
total de palabras asociadas con el término.
Resultados
Se trata de una encuesta realizada con una muestra equivalente, por sexo y curso, compuesta
por (n = 120) estudiantes universitarios. Con relación al género de los participantes, (50,0%)
fueron hombres y (50,0%) mujeres, cada curso representó (33,3%) de la muestra. La edad
media de los participantes oscila entre los 18 y los 33 años (METRO=
22,45;DP=3.07). El promedio de edad más alto es para los estudiantes de Educación Física (
METRO=23.20;DP=3.62), seguido de Ciencias Exactas (METRO=22,55;DP=2.28) y la más baja a las
Artes (METRO=21,60;DP=3.03). Las edades de los participantes masculinos no difirieron
significativamente entre los cursos [F(2) = 0,36; p = 0,055; NS] y lo mismo se observó en relación
con las mujeres [F(2) = 0,53; p = 0,589; NS].
Los promedios del poder inductivo del término “belleza femenina” no mostraron una diferencia
estadísticamente significativa por género [t(118) = 0,791;PAG=0,430; NS]. Sin embargo, hubo
una diferencia por curso [F(2, 117) = 10,85;PAG<0,001]. comparacionesposteriormente, entre
pares de medias, realizado mediante la prueba depavo post hoc (DHS), reveló que los
participantes en el curso de Educación Física tenían un número significativamente mayor de
evocaciones para el término inductor belleza femenina que el curso de Artes (PAG=0.009) y
exacta (PAG<0,001).
Según el número de evocaciones para el término inductor cirugía estética, no hubo diferencia
estadísticamente significativa entre las medias por género [t(118) = 0,615; PAG=0,540; NS]. Sin
embargo, hubo una diferencia por curso [F(2, 117) = 7,02;PAG=0,001]. Los participantes de
Ciencias Exactas se destacan por el número significativamente menor de palabras evocadas
para el término inductor cirugía estética, en comparación con los estudiantes de Educación
Física (PAG=0.001) y Artes (PAG=0,05).
Según los datos de la Tabla 1, los resultados de los índices de polaridad del término “belleza
masculina” revelan que las mujeres le atribuyen valores más positivos (METRO=0.66,DP=0,37)
que los hombres (METRO=0,47;DP=0,34), en la escala los valores estaban muy cerca de (+1).
Existe una relación entre el índice de polaridad atribuido a las palabras y el género de los
participantes, verificado en la diferencia estadísticamente significativa entre los promedios [t
(118) = -2.864;PAG=0,005;d=0,52]. El efecto de esta diferencia de los resultados (dCohen es la
distancia entre las medias de las desviaciones estándar, con un intervalo de confianza del 95%
en la muestra) indica una fuerte relación (d≥ 0,50) de la variable explicativa (género) sobre la
variable explicada (índice de polaridad). No hubo un efecto real en la muestra (PAG=0.350), en
relación a la variable explicativa (curso).
Para las medias atribuidas a los índices de polaridad, del término inductor belleza femenina, no
se encontró diferencia estadísticamente significativa por género (PAG=0.169),
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solo por cursoF(2.117) = 3.318;PAG=0,040]. Los resultados de la prueba tukeysugieren que los
estudiantes universitarios en el curso de Artes (PAG=0,040) tienen una actitud más favorable y
atribuyen una valoración más positiva al inductor “belleza femenina” que la asignatura de
Ciencias Exactas (PAG=0,032). No hubo diferencia estadísticamente significativa por sexo (PAG=
0.363) y por curso (PAG=0, 496), entre los promedios atribuidos al inductor “cirugía estética”.
En la primera corona, las evocaciones están escritas en mayúsculas y negrita. Los elementos
fueron evocados puntualmente, ocupan los primeros puestos en la (OME), tienen la mayor
frecuencia y son candidatos al núcleo central de la representación social. Los elementos
centrales se confirmaron a través de la proporción entre el número total de evocaciones y el
número de evocaciones de las palabras más importantes (Sá, 2002). En la segunda corona, los
elementos se muestran en mayúsculas. Esta es la periferia cercana o primera periferia, cuyas
evocaciones tienen una frecuencia menor (OME) y mayor que la media. La tercera corona,
ilustrada por elementos con minúsculas y negritas, se considera contrastante, o periferia
cercana, ya que concentra los términos evocados pocas veces, pero considerados importantes
por la descarga (OME). La cuarta corona, o periferia lejana,
El análisis lexicográfico referente al término inductor belleza masculina obtuvo 559 evocaciones
con 73 palabras diferentes. La frecuencia media de evocaciones fue de siete por participante y
el orden medio de evocación (OME) cuatro.
Al pensar en la belleza masculina, los elementos centrales que componen las representaciones
se relacionan con aspectos cognitivos como “inteligencia”, aspectos físicos/estéticos como
“sonrisa, salud, belleza y cuidado” y aspectos subjetivos como “amabilidad y estilo”. , Figura 1.
Al pensar en la belleza femenina, los elementos centrales que componen las representaciones
se relacionan con aspectos cognitivos como “inteligencia”, aspectos físicos/estéticos como
“cuerpo, ojos, salud, sonrisa, rostro, delgadez, bello, físico y natural”. , y subjetivos como
“simpatía, delicadeza, sensualidad, vanidad y encanto”, como se muestra en la Figura 2.
metrosexuales 5 carisma 6
personalidad 5 virilidad 6 hombre 6
BARBA 11 FUERZA 31
CUERPO 26
Masculinidad 5
INTELIGENCIA 37 SONRISA 23
SALUD 19 MÚSCULOS 23
cara 6
ESTILO 9 SIMPATÍA 16
BELLEZA
ATLÉTICO 12 OJOS 23
MASCULINO
Estética 5
PELO 14 DEPORTE 19
encanto 6
vanidad 6
Feminidad 5 cariñoso 5
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Empresa 5 exageración 5
Deseo 5 INSEGURIDAD 5
PELIGROSO 6
REVISIÓN 13
CIRUGÍA INNECESARIO 12
FELICIDAD 6
NARIZ 8 ESTÉTICA FUTILIDAD 13
CAMBIO 7 QUERIDO 11
grasa 5
SALUD 11
MEJORA 7
CUERPO 7 BIENESTAR 10 VANIDAD 13
plastico 5 FALSO 8
SATISFACCIÓN 8 INSATISFACCIÓN 9
MUJER 8
PERFECCIÓN 11 ARTIFICIAL 11
imposición 5
Patrón 5
moda 5
red de autoidentificación
Los resultados obtenidos de la segunda técnica muestran los elementos cuyos análisis
estadísticos resultaron estadísticamente significativos, en los promedios por género, los
elementos con los que más se identifican las mujeres son: cirugía estética [t(118) = -2.765;PAG=
0,007; d = 0,58], maquillaje [t(118) = 3,916;PAG<0,001; d = 0,87) y mujeres [t(118) = -4.866;PAG<
0,001; d = 0,89]. De acuerdo con los resultados de la d de Cohen, se encontró una fuerte
relación (d ≥ 0.50) entre la medida de identificación con los elementos de la red y el factor sexo,
para las tres dimensiones mencionadas.
Según los promedios masculinos, los elementos más identificados fueron: cuerpo [t(118) =
2,162;PAG=0,033; d = 0,40], hombre [t(118) = 2.190;PAG=0,030; d = 0,40], deporte [t(118) =
2.740;PAG=0,007; d = 0.46] y felicidad [t(118) =2.498; PAG=0,014; d = 0,50). En los resultados
atribuidos a los elementos cuerpo, hombre y deporte, las diferencias entre las medias indican
un efecto moderado en la relación entre la variable explicativa (género) y la medida de
identificación con los elementos de la red (0,21 ≤ d ≤ 0,49). Y, en las medias atribuidas a la
dimensión felicidad, un efecto fuerte (d ≥ 0,50). Es posible inferir que el género de los
participantes representa una categoría fundamental en la elección de ciertas dimensiones
relacionadas con el cuerpo.
De acuerdo con los resultados, se puede inferir una mayor identificación y una actitud más favorable
de los estudiantes universitarios de Educación Física con el elemento deporte 3,60 (DP=2.33).
Mientras que Ciencias Exactas presenta una mayor identificación y una actitud más favorable hacia
el elemento realidad [F(2, 117) = 5.530;PAG=0,005] en comparación con el curso de Educación Física (
PAG=0,005).
mapa corporal
Los resultados obtenidos con la cuarta técnica del instrumento muestran la elección de partes
del cuerpo por parte de los sujetos para realizar una posible cirugía estética. Las mamas fueron
señaladas como la parte del cuerpo en la que las mujeres más quieren operarse con este fin.
Según la prueba t de Student, la diferencia entre medias fue estadísticamente significativa [t
(117) = 8,88; PAG<0,001; d = 1.66] con puntajes femeninos más altos que los masculinos. Lo
mismo sucedió en relación con los glúteos [t(116) = 4,81;PAG<0,001; d = 0,89], al abdomen [t
(118) = 3,10;PAG=0,002; d = 0,57], a los brazos [t(113) = 3,99;PAG<0,001; d = 0,78], a calzones [t
(116) = 2,77;PAG<0,007; d = 0,57]. Las diferencias entre las medias indican el fuerte efecto (d ≥
0,50) de la variable sexo en las elecciones de partes del cuerpo, ante una posible intervención
quirúrgica estética, siendo las mujeres las más interesadas.
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Los hombres realizan actividad física con mayor regularidad que las mujeres (50,0% y 31,7%),
respectivamente. La diferencia entre medias por sexo, asociada a esta regularidad, fue
estadísticamente significativa [χ²(1, N = 120) = 4,17,PAG>0,041], así como por curso [χ²(1, N =
120) = 25,11,PAG>0,001]. Los estudiantes de Educación Física (72,5%) practican ejercicios físicos
con más asiduidad que los estudiantes de Artes (22,5%) y de Ciencias Exactas (27,5%).
Entre los participantes por sexo, la proporción de mujeres que ya han realizado una o más
veces una dieta restrictiva es mayor que la de los hombres (38,3% y 11,7%) respectivamente,
esta diferencia fue significativa [χ²(1, N = 120) = 11.3,PAG>0,001]. No se encontró diferencia
estadísticamente significativa entre las medias por sexo asociadas a realizarse una cirugía
estética [χ²(1, N = 120) = 0,78,PAG>0,378; NS]. Sin embargo, se constató que esa práctica
corporal, visando mejoras estéticas en la imagen, tuvo mayor adhesión entre las mujeres
(13,3%), frente a los hombres (8,3%). Pero la mayoría de los participantes nunca se había
sometido a una cirugía estética (89,2%).
Discusión
De acuerdo con los resultados del poder inductivo, los varones y el curso de Ciencias Exactas
tienen un menor número de evocaciones en comparación con los tres inductores. Lo contrario
lo demostró el género femenino y la carrera de Educación Física, que tiene un mayor repertorio
de palabras evocadas por término. Esto permite inferir mayor proximidad entre la carrera de
Educación Física y los objetos sociales belleza femenina, belleza masculina y cirugía estética;
posiblemente como resultado de la influencia que ejerce la formación académica, en la relación
con el cuerpo y el surgimiento de estas representaciones en el contexto investigado. El término
inductor cirugía estética tuvo un menor repertorio de palabras evocadas entre los participantes
por curso, sin diferencias significativas en los resultados. Sin embargo, considerando el escaso
repertorio (campo semántico) presentado,
La actitud u orientación global adoptada por el sujeto en relación con los objetos sociales se
midió en este estudio a través de índices de polaridad (de Rosa, 2005). Los resultados indicaron
que la actitud de las mujeres hacia el término inductor “belleza masculina” es más positiva y
favorable que la posición adoptada por los hombres. Respecto al estímulo “belleza femenina”,
los estudiantes universitarios de Letras le atribuyen una valoración más positiva que el resto de
cursos.
Los resultados aquí presentados corroboran el estudio de Jodelet (1994), cuando encontró que
tanto hombres como mujeres tienen exigencias normativas respecto a sus cuerpos. Sin
embargo, los hombres se guían más por criterios personales y las mujeres son más
susceptibles al juicio de los demás. El cuidado femenino del cuerpo es adaptarse a la norma,
mientras que los hombres buscan ampliar su autoconciencia.
Resultados similares a los de esta investigación, encontrados por Camargo, Goetz y Barbará
(2005) en el estudio de las representaciones sociales del cuerpo, indican el sentido de inclusión
en las representaciones del cuerpo, según la idea de que sentirse bello sugiere una visión
favorable del cuerpo otro, y esto contribuiría a la aceptación social. Otros estudios (Goetz et al.,
2008; Camargo et al., 2010) refuerzan la existencia de estas representaciones y destacan la
preocupación por la apariencia frente a otras personas.
Entre los sujetos investigados, es posible inferir la importancia que asumen las características
físicas observables en las representaciones de la “belleza femenina”, como respuesta a la
norma social que incide en el contexto de las participantes, a través de la comunicación masiva.
El medio televisivo juega un papel central en la difusión, formación y consolidación de
representaciones corporales, que luego asumen un carácter colectivo normalizador en la
constitución de una identidad y subjetividad específicas (Goetz et al., 2008; Bertolin, Conti, &
Peres, 2010).
Los resultados de las redes asociativas permiten suponer que la cirugía estética es tanto una
práctica corporal guiada por un momento sociocultural como un objeto de representación
social, a partir de la noción de belleza y salud corporal en las interacciones sociales en un
contexto determinado. En un estudio con estudiantes universitarios de la carrera de Moda y
Educación Física, Camargo, Goetz, Bousfield y Justo (2011) observaron que la representación
social del cuerpo está relacionada con la salud estética, el movimiento y la forma; y esa belleza
se evidencia en un estándar rígido socialmente estipulado, en el que priman las posiciones
favorables a la cirugía plástica.
Los resultados de este estudio avanzan los propuestos por Camargo, Goetz, Bousfield y Justo
(2011) al demostrar elementos que caracterizan la presencia de aspectos normativos en las
representaciones de belleza y cirugía estética de los estudiantes universitarios de los cursos
investigados y, más allá de la imposición de el modelo ideal, revelan la belleza generalizada, la
preocupación por la salud, en la posición adoptada por los participantes, especialmente al
demostrar conciencia de los riesgos inherentes a las intervenciones quirúrgicas estéticas, en la
búsqueda de una mejor imagen, como representaciones sociales de la cirugía estética.
La elección hecha por los participantes, por elementos de la red de identificación, demuestra la prominencia de
los objetos sociales relacionados con el cuerpo y la belleza. Los estudiantes universitarios de
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Bôas LMSV, Camargo BV, por Rosa AS
Educación Física, reveló mayor identificación con los elementos salud y deporte. Este aspecto
supone la mayor implicación y proximidad del curso con el cuerpo. Para los estudiantes
universitarios de Ciencias Exactas, la mayor identificación fue con el elemento de la realidad, sin
conexión con el cuerpo o la belleza, lo que permite inferir la distancia del curso en relación a los
objetos sociales investigados en ese contexto.
Los resultados permiten suponer las elecciones femeninas por términos más relacionados con
la belleza, adquiridos a través de prácticas corporales, como las cirugías estéticas. Mantener
una apariencia física juvenil ocupa un valor social destacado, haciendo de la búsqueda del
rejuvenecimiento una preocupación común entre mujeres de diferentes grupos de edad,
reflejada en la excesiva demanda de técnicas de embellecimiento (Teixeira et al., 2007).
A partir de los resultados, se observa que las mujeres y los estudiantes de Educación Física
están más interesados en realizar un procedimiento quirúrgico estético. Entre las partes del
cuerpo escogidas para un posible cambio están: senos, glúteos, abdomen, brazos, calzones,
párpados, labios y mentón. Por el contrario, los estudiantes de Ciencias Exactas mostraron un
menor interés por este tipo de procedimiento. Entre las prácticas corporales desarrolladas por
las mujeres, además de la cirugía estética, se destacan la adherencia a dietas restrictivas, el uso
recurrente del espejo en diferentes situaciones y la poca regularidad de la actividad física.
Según los hallazgos, la mayoría de las mujeres afirman haber realizado dietas restrictivas en
varias ocasiones. Esta conducta es motivo de preocupación, ya que las conductas alimentarias
manifestadas a través de dietas de control de peso, ejercicios físicos extenuantes, uso
indiscriminado de laxantes, diuréticos y anoréxicos, pueden señalar trastornos psíquicos,
entendidos en el contexto de valores e influencias más amplios, especialmente a la forma
corporal “ideal” y favorecen efectos negativos en la salud de las personas (Oliveira, Bosi,
Vigario, & Vieira, 2003). Para Douglas (1973), la combinación de influencias biológicas,
psicológicas, culturales y sociales tiene un impacto significativo en la imagen corporal,
fomentando conductas de riesgo en la búsqueda del embellecimiento.
El cuerpo puede ser percibido como un objeto idealizado, alejado de sus dimensiones reales,
este aspecto repercute en la insatisfacción personal. Un estudio realizado por Secchi, Camargo
y Bertoldo (2009) complementa esta discusión, al señalar la existencia de incompatibilidades
entre las representaciones sociales y las experiencias subjetivas de la imagen corporal
femenina. Según los autores, aunque las mujeres de diferentes grupos universitarios tienen un
índice de masa corporal (IMC) normal, se sienten insatisfechas con su apariencia. Por lo tanto,
hay un distanciamiento en la comprensión de la realidad física del cuerpo y la constante
preocupación por la imagen ideal, en la que la insatisfacción femenina encuentra justificación.
Diferentes estudios han discutido la insatisfacción de las mujeres con su cuerpo (Brasileiro, &
Tavares, 2003; Camargo et al., 2005; Cunha et al., 2002; Malysse, 2003), a través de ellos es
posible considerar que a pesar del ideal de belleza El cuerpo femenino cambia a lo largo de la
historia, un hecho permanece constante a lo largo de las décadas: las mujeres, más que los
hombres, se ven incitadas a cambiar sus cuerpos de acuerdo con el concepto de imagen ideal.
En este sentido, la cirugía estética puede utilizarse como estrategia adaptativa para mejorar el
estado emocional y reducir la insatisfacción con la imagen corporal (Grossbart, & Sarwer, 2003;
Sarwer, & Crerand, 2004).
Dado lo anterior, es posible afirmar que el curso de Educación Física está más centrado en la
acción corporal, la salud y el bienestar, pero también relacionado con cuestiones estéticas de la
imagen corporal, sus representaciones sociales demuestran mayor proximidad a los objetos
sociales investigados, la belleza y la la cirugía estética, que tiene al cuerpo como principal
referente. Cabe destacar que la carrera de Ciencias Exactas mostró mayor distanciamiento en
esta relación. Sin embargo, la carrera de Artes resultó menos cercana al cuerpo ya la estética de
lo que se pensaba inicialmente, como hipótesis de este estudio.
Una visión enriquecedora de los resultados presentados en este estudio es proporcionada por
el programa de investigación más amplio en el que se contextualiza este estudio, extendido a
comparaciones transculturales de resultados basados en una población de investigación
similar en tres países europeos, América Latina (Brasil) y China ( Vilas Boas, Camargo & de Rosa,
2017).
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Bôas LMSV, Camargo BV, por Rosa AS
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II. Maestro. Programa de Posgrado en Psicología. Universidad Federal de Santa Catarina (UFSC).
Estado de Santa Catarina. Brasil.
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