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CATALINA INFANTE
2014-01
En el artículo 565 del Código Civil se señala que los bienes consisten en cosas
corporales o incorporales, de modo que es posible establecer un símil entre “cosa” y
“bien”, lo que inevitablemente origina tres preguntas:
¿Es lo mismo cosa y bien? Dentro del Código Civil de Bello se tratan a ambos, a
cosa y a bien, de forma indistinta, diciendo cosa cuando el autor se refiere a bien y
viceversa, así es el caso del artículo 1460.
Contrario al Código Civil, la doctrina ha entendido que la relación que existe entre una
cosa y un bien es una relación de género/especie, es decir, todo bien es una cosa, pero
una cosa no será necesariamente un bien, para que lo sea deben concurrir dos
características:
¿Es lo mismo bien y objeto del acto jurídico? El objeto es definido en el artículo
1460 del Código Civil como una o más cosas que se trata de dar, hacer o no hacer, una
cosa que dar podrá ser un vehículo, mientras que una cosa de hacer será la reparación
del mismo. Cuando el objeto de la obligación consista en un “dar” estaremos en presencia
de un bien, en cambio, cuando el objeto de la obligación consista en un “hacer o no
hacer” estaremos frente a un hecho.
- Cosas corporales: las que tienen un ser real y pueden ser percibidas por los
sentidos, como un libro o la electricidad.
- Cosas incorporales: las que consisten en meros derechos, como los créditos y
las servidumbres activas.
A. Cosas corporales:
De acuerdo a la clasificación hecha por el artículo 566 las cosas corporales
corresponden a los bienes y pueden ser tanto muebles como inmuebles. El mismo
artículo los define como aquellos que pueden transportarse de un lugar a otro, sea
moviéndose a sí mismas
a. Bienes muebles:
b. Bienes inmuebles:
Los bienes inmuebles de acuerdo al artículo 568 y ss. son tales por tres motivos:
B. Cosas incorporales:
De acuerdo a la distinción hecha por el artículo 576 los bienes incorporales pueden
ser, por un lado derecho reales y, por el otro derecho personales.
a. Derechos reales:
Concepto. El derecho real se concibe como una relación persona-cosa (iuris in re),
inmediata y absoluta, de modo que es el derecho que tenemos sobre una cosa sin
respecto a determinadas personas (art. 577)2. La forma más fácil de entender el derecho
real es verlo como un señorío del individuo sobre la cosa.
1
¿Los derechos son bienes muebles o inmuebles? Los derechos y acciones se reputan bienes
muebles o inmuebles, según lo sea la cosa en que han de ejercerse, o que se debe, de acuerdo al
artículo 580. ¿Y los hechos? De acuerdo al artículo 581 los hechos que se deben se reputan como
muebles.
2
Se objeta que es impropio concebir una relación entre una persona y una cosa, en circunstancias
que en Derecho las relaciones jurídicas se establecen entre sujetos, y es el objeto de la esa relación
el que podrá recaer sobre una cosa. Lo que realmente sucede en este caso es que la relación jurídica
se encuentran tan mediatizada por un objeto, que se tendió a concluir que se trataba de un derecho
directo sobre la cosa. Estrictamente hablando lo que el derecho real concede es la potestad de
excluir a cualquier otro de la utilización de la cosa, una facultad oponible a cualquiera y no solo al
personalmente obligado como ocurre en los créditos.
Acciones. Las acciones3 reales o absolutas tutelan el derecho real sobre la cosa y por
ende pueden imponerse sobre cualquier persona que lo haya afectado, la acción real por
antonomasia es la acción reinvicatoria.
Reserva legal. La reserva legal consiste en que solo el legislador tiene la potestad
suficiente para crear derechos reales (contrario a los derechos personales, los que si
pueden ser creados por los particulares).
b. Derechos personales:
Concepto. Este derecho se caracteriza porque solo puede reclamarse de una persona
que por un hecho suyo o por la sola obligación de la ley ha adquirido la obligación legal
(art. 578). Los derechos personales también se denominan créditos, en cualquier caso es
la facultad para exigir un acto en mi favor.
Cosas
Corporales Incorporales
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Las acciones son aquello que se ejerce para que un derecho sea reconocido, satisfecho o
respetado.
A. Bienes consumibles y no consumibles:
Esta clasificación tiene especial importancia cuando tenemos en cuenta ciertos actos
como el muto (2196), el que solo procede de bienes consumibles, o el comodato (2174) el
cual, por el contrario, solo puede celebrarse sobre objetos bienes no consumibles. Un
tercer ejemplo es el usufructo, el cual es posible constituir sobre las dos clases de bienes
mencionados.
Dentro de los bienes consumibles existen, también, los denominados corruptibles, los
que deben consumirse en breve tiempo, pues pronto pierden su aptitud para el consumo;
como el caso de frutas o medicamentos.
Esta clasificación, al igual que la anterior, es solo aplicable a los bienes muebles. Son
fungibles las cosas que por presentar entre sí una igualdad de hecho, se les considera
como de igual poder liberatorio. Es decir, de acuerdo al artículo 575 del Código Civil por
bien fungible se entenderá aquel que puede ser remplazado por otro equivalente en el
cumplimiento de una obligación, mientras que el bien no fungible será aquel que no
puede ser remplazado por otro equivalente en el cumplimiento de esta.
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Lo dicho aquí sobre los bienes fungibles y no fungibles es también aplicable a los hechos. Así,
habrá hechos que se consideran fungibles (como aquel cuya ejecución no requiere de condiciones ni
destrezas especiales), y otros no (como la pintura de un cuadro, en que tiene importancia la persona
que lo pinta). Al respecto se debe recurrir al artículo 1553 del C.C.
Del mismo se desprende que estas dos características se encuentran íntimamente
ligadas, a tal punto que Andrés Bello los hizo términos sinónimos, pero hoy en día la
doctrina hace las distinciones necesarias de acuerdo a las definiciones entregadas acá. La
confusión de Bello llego al punto que cuando el artículo 575 del C.C. afirma “en cuanto
perece para el que las emplea como tales, son cosas fungibles”, debe enmendarse el
ultimo termino y concluir “consumibles”.
Los bienes genéricos son aquellos que se determinan en cuanto a genero y de acuerdo
al artículo 1508 del C.C. solo generan obligaciones de género, en cambio, los bienes
específicos se determinan de forma íntegra y producen obligaciones de especie o cuerpo
cierto.
Además de lo recién dicho, en el caso de los bienes genéricos el deudor puede pagar
con cualquier bien de calidad a lo menos mediana y en el evento de perdida por caso
fortuito no se extingue la obligación (art. 1520 C.C.), mientras que en el caso de los bienes
específicos el acreedor no está obligado a recibir otro bien en pago y el deudor tiene la
obligación de conservarlo hasta la entrega (arts. 1548, 1549 C.C.), por esta razón en el
evento de perdida por caso fortuito se extingue la obligación (arts. 1560, 1670 C.C.)
Gracias a los avances científicos es bien sabido que todos los bienes son divisibles, de
modo que esta categoría es estrictamente jurídica y no material. Visto así, jurídicamente
los bienes se pueden clasificar en las siguientes dos categorías:
Son bienes singulares los que constituyen una unidad, sea natural o artificial, debido
a que sus partes se encuentran tan íntimamente cohesionadas que si se dividen pierden
su indivisibilidad. Los bienes compuestos son aquellos que se encuentran formados por
una pluralidad de elementos, a causa de los siguientes acontecimientos:
- Para dar nacimiento a un nuevo bien, como un auto, un reloj o una casa.
- Para darle utilidad a cosas que de otro modo prácticamente no tendrían valor
económico.
- Para compartir un destino común en torno a una cosa principal, como la finca y
los muebles por adherencia o destinación (art. 1830 C.C.), o aquella y las cosas de
comodidad y ornato (art. 572 C.C.).
- Para dar un destino común, pero no en torno a una cosa principal, a esto se le
denomina universalidad, la que requiere de una explicación en profundidad.
Son bienes universales las agrupaciones de bienes singulares que no tienen entre sí
una conexión física pero que, relacionados por un determinado vinculo, forman una
unidad funcional. Las universalidades pueden ser de hecho o de derecho.
- Los bienes que la componen pueden ser de la misma naturaleza (como los
animales de un ganado o los libros de una colección) o de naturaleza distinta
(como los bienes de un establecimiento de comercio).
- Los bienes que la componen mantienen su propia individualidad, función y valor,
por lo que no se consideran universalidades de hecho las meras partes o
fracciones de un bien singular. Lo mismo ocurre con ciertos objetos que adquieren
valor solo apareados, como un par de zapatos.
- El vínculo que une a las cosas singulares para formar la universalidad de hecho es
el de un común destino o finalidad, generalmente económica.
- La doctrina entiende que la universalidad de hecho solo comprende bienes, es
decir, solo elementos activos y no pasivos.
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Se hace necesario aclarar que establecer una clasificación a priori es sumamente difícil, ya que en
cada caso obran diversas circunstancias como lo son la ubicación, validad, substancia, destinación,
etc., que influirán decisivamente en la calificación del objeto.
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Por disposición legal los siguientes derechos son intelectualmente indivisibles: derecho real de
servidumbre (arts. 826, 827); prenda (art. 2405 C.C.); e hipoteca (art. 2408 C.C.).
- Dentro de las universalidades de hecho es posible distinguir dos categorías: las
colecciones (compuestas por bienes singulares de naturaleza homogénea) y las
explotaciones (constituidas por bienes de diferente naturaleza y muchas veces
también por bienes incorporales)
Esta distinción se realiza sobre los bienes según sean o no susceptibles de propiedad.
Son inapropiables las cosas comunes a todos los hombres (antes clasificadas como
incomerciables en razón a su naturaleza)7. Dentro de los bienes apropiables pueden
distinguirse las siguientes dos subclasificaciones:
Bienes apropiados y bienes inapropiados. Bienes apropiados son los que actualmente
poseen un dueño, en cambio los bienes inapropiados son los que carecen del mismo, ya
sea que nunca tuvieron dueño (res nullius) o que el mismo las abandono con la intención
de desprenderlas de su patrimonio (res derelictae). De acuerdo al derecho chileno, los
bienes muebles inapropiados se denominan “mostrencos”, mientras que inmuebles serán
“vacantes”, es útil aquí ver el artículo 590 del C.C.
Los bienes privados o particulares son los que pertenecen a los particulares, bienes
públicos o nacionales son “aquellos cuyo dominio pertenece a la nación toda” (art. 589
C.C.). Estos últimos a su vez pueden ser:
Bienes nacionales de uso público. Son aquellos cuyo dominio pertenece a la nación toda
y su uso a todos los habitantes (art. 589 C.C.), se caracterizan además, por estar fuera
del comercio entre particulares, pero la autoridad puede otorgar a estos permisos y
concesiones sobre aquellos. Es el caso de playas, lagos, puentes, caminos, calles, etc.
Bienes fiscales o del Estado. Son aquellos que constituyen el patrimonio privado del
Estado, a partir de la lectura del mismo artículo 589 del C.C. se entiende que son los
bienes nacionales cuyo uso no pertenece a toda la nación, como es el caso de los bienes
7
Estrictamente hablando los bienes, para ser tales, deben ser susceptibles de apropiación y dado
que no es el caso de los bienes inapropiables, estos no serian bienes.
de servicios públicos, las herencias yacentes (art. 995 C.C.), las islas nuevas (art. 597
C.C.) y los inmuebles que carecen de dueño (art. 590 C.C.). En teoría el régimen jurídico
de estos bienes sería el de las normas del Derecho privado. Sin embargo, siempre se han
dictado leyes especiales que reglamenten la adquisición, administración y disposición de
estos bienes.
A. Roma:
B. Edad Media:
Uso: El propietario tiene el derecho a servirse de la cosa para sus intereses y de acuerdo
con la función social del derecho, siempre y cuando esas conductas no violen preceptos
legales ya establecidos o causen lesiones a los derechos de otros propietarios
Absoluto: Esta característica implica que el dominio otorga la más amplia gama de
facultades sobre la cosa en que se ejerce, en tanto permite disponer de ella
arbitrariamente.
Perpetuo: Implica que el dominio durara tanto como dure cosa. Esta característica tiene
una clara limitación en la propiedad fiduciaria, esta es la que está destinada a pasar a
otro propietario si se cumple una determinada condición.
Elástico: Lo que significa que el dominio podrá estirarse o restringirse según se
constituyan o extingan derechos reales sobre la cosa en que recae.
Exclusivo: Es decir, permite excluir a cualquier otro sujeto del dominio de la cosa.
Abstracto: Lo que implica que el derecho de dominio existirá con independencia de las
facultades que lo componen, podría renunciar el ejercicio de todas ellas y el dueño
seguirá siendo propietario. Esta ultima característica es propia de la concepción sintética
de la propiedad, de modo que no es recogía en el Código de Bello.
Partiendo del supuesto de que siempre habrán de existir bienes de propiedad privada
y bienes de propiedad colectiva (perteneciente al Estado o a la nación), la decisión se
reduce a establecer el límite. Se adopta la decisión de que cierto bien quede en dominio
colectivo y a la sazón está en propiedad particular, para lograrlo habrá de extraerse
acudiendo al instrumento jurídico disponible que es la expropiación por causa de utilidad
pública. Estos bienes que quedan en dominio del Estado a veces son excluidos de toda
negociación con los particulares y otras son objeto de algunas limitadas actuaciones con
ellos, mediante permisos y concesiones.
Equidad en el reparto. Creados los bienes para servir a todos los hombres, con ellos
también debe realizarse aquel valor. Y se desenvuelve en una equidad en el reparto, de
modo que todos tengamos acceso a ello, al menos en lo más indispensable para una
aceptable calidad de vida
c. Función social
La función social, de acuerdo al art. 19 n°24 in. 2 de la CPR, comprende cuanto exijan
los intereses generales de la Nación, la seguridad nacional, la utilidad y salubridad
pública y la conservación del patrimonio medioambiente.
Su importancia radica en que el dominio debe ser ejercido con consideración de los
intereses de la sociedad y no sólo del de los propietarios. Se manifiesta en la introducción
de limitaciones (restricciones) y obligaciones a la propiedad privada y llega a su extremo
con la privación del dominio.
En suma la Constitución autoriza a la ley para imponer restricciones y deberes, por cierto
sin indemnización con base a la función social, y para privar del dominio, integral
(expropiación en su sentido tradicional), o parcialmente (por privación de un atributo o
facultad esencial), aquí mediante ley expropiatoria y, por tanto, con la consecuente
indemnización. Asegura que la ley no podrá afectar al derecho en su esencia.
d. ¿Limitaciones o restricciones?:
Respecto del dominio, lo primero que hay que aclarar es que comprenderlo como un
derecho absoluto es erróneo, esto, a pesar de lo sostenidito por el art. 582, el que lo
defino como el “derecho real en una cosa para gozar y disponer de ella arbitrariamente;
no siendo contra la ley o contra derecho ajeno”. La consecuencia práctica de esta
aclaración es que el derecho real de dominio se encuentra sometido a la posibilidad de
una intervención legislativa.
Cabe preguntarse cuál es la protección otorgada por el art. 19 n°26, cuando indica
que el derecho en su esencia no podrá ser afectado. El llamado aquí es bastante
completo, ya que no solo se refiere a las facultades del dominio, sino también a sus
atributos esenciales. Por lo tanto, el “contenido esencial” del domino no solo contendrá,
en principio, elementos de las facultades de uso, goce y disposición, sino que también la
de su carácter absoluto, su perpetuo y elástico, etc.
e. Vías de acción:
¿Cómo pueden los particulares enfrentarse a las medidas privativas impuestas por el
Estado? Tienen dos posibilidades: solicitar un recurso de inaplicabilidad de la ley por
infringir el articulo 19 N° 24 y el artículo 26 de la CPR; una segunda posibilidad es
solicitar una indemnización, siempre que no estemos en un caso comprendido artículo 19
N° 2410, para esto debe invocarse el art. 19 N° 2611 que, si bien no contempla la
indemnización, tampoco la niega y se ha aceptado implícita dentro del precepto
constitucional.
Las causales serían la infracción al artículo 19 n°24 y/o al artículo 19 n°26. En
ambos casos el bien jurídico afectado es la PROPIEDAD.
Las medidas pueden ser
i. PRIVATIVAS: cuándo realmente se afecta la esencia del bien sobre que
recae. Puede alegar infringidos los n°24 y n°26 del artículo 19 de la
CPR e interponer un recurso de inaplicabilidad por
inconstitucionalidad. Si se quiere evitar recurrir al TC, se puede
solicitar una indemnización por la transgresión del n°26 del art 19.
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Si bien por disposición constitucional (art. 19 n°24 in.2) las limitaciones no conllevan una
indemnización de naturaleza compensatoria, esta siempre podrá ser solicitada por quien ve afectado
su derecho de propiedad sobre la base de la igual reposición de las cargas públicas o la equidad.
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En principio no el 19 Nº24, porque éste da derecho a una indemnización sólo si se cumplen los
requisitos de la expropiación, sólo si faltara la indemnización, y concurrieran todos los demás
requisitos, podría pedirse esto.
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Se recurre a este numeral ya que es más genérico y se refiere a la vulneración en su esencia.
ii. RESTRICTIVA: cuándo solo se ve “rasguñada” la facultad, es una
medida cuyo fundamento es la función social. En principio no da
derecho de indemnización. Se puede alegar infringidas la igual
repartición de las cargas públicas señaladas en el numeral 20 del art
19 y la igualdad ante la ley (art 19 n°2). Sin embargo en estas medidas
no se ve afectada la propiedad como bien jurídico.
La determinación del objeto del dominio, en cuanto a sus límites materiales, es decir,
en los sentidos horizontal y vertical, para el caso de los bienes muebles no presente
problemas, esto debido a que la capacidad de desplazarse les otorga un cuerpo aislado y,
por tanto, perfectamente diferenciado del resto.
Teoría de los glosadores: esta es la primera teoría que surge en relación a las
limitaciones de la propiedad en el plano vertical. Afirma que se extiende, por un lado,
hacia el cielo, mientras que por el otro, hasta el centro de la tierra. La principal crítica a
esta teoría es que es absurdo concebir un derecho cuyo uso o ejercicio sea imposible para
el sujeto poseedor del mismo.
Teoría restrictiva: esta teoría es radicalmente opuesta a la anterior, más aun, reduce los
límites del derecho de propiedad solo a la superficie del suelo. Se objeta que el uso de la
superficie del suelo implica, necesariamente, el uso de las capas del subsuelo y del
espacio aéreo más próximo al primero.
Teoría ecléctica: esta teoría fija los límites del derecho de dominio en el interés práctico
del propietario. Manifiesta que la extensión de tal derecho se mide por su fin, y este es
garantizar el ejercicio de la actividad económica. En consecuencia, el dueño de la
superficie extiende su dominio tanto como necesite y sea capaz de utilizar.
El caso del Derecho Chileno se subsume de mejor forma dentro de la teoría ecléctica,
se debe apreciar la siguiente distinción:
Espacio aéreo. En nuestra legislación no hay ninguna disposición expresa que declare
que el derecho del propietario del suelo se extiende al espacio atmosférico que se
encuentra sobre su fundo. Pero de algunas disipaciones, como el artículo 931 del CC se
desprende que se reconoce el uso o aprovechamiento exclusivo del espacio aéreo a quien
posea la propiedad sobre de la superficie del mismo.
Subsuelo. Al igual que en el caso anterior no hay ninguna disposición legal que señale
cual es el límite del derecho del propietario en relación al subsuelo, de modo que es
posible establecer, siguiendo la teoría ecléctica, que el subsuelo pertenece al dueño del
suelo hasta al profundidad requerida por el interés que determine el uso del inmueble.
Por todo lo expresado es posible sostener que el dominio es el más amplio señorío que
puede tenerse sobre una cosa; pero la libertad y la exclusividad de las facultades que
otorga al titular sobre esta no son ilimitadas. Hay ciertas restricciones, se conocen como
inmanentes y no inmanentes, se entienden del siguiente modo:
- Limitaciones a la exclusividad:
Derecho de uso inocuo: Este derecho se otorga a un tercero con el objeto de poder hacer
uso útil de la cosa ajena en beneficio propio, pero deberá hacerlo con la condición de no
causar daño. Por regla general no es un simple permiso o una tolerancia, realmente es un
derecho sobre cosa ajena, aunque nuestro C.C. no tal carácter y lo considera de forma
implícita en, por ejemplo, el artículo 620 y el 2499 del C.C.
Principio del mal menor: Conforme a este principio se concede derecho a un extraño
para aprovechar una cosa ajena a fin de salvar de un peligro inminente un bien o un
interés jurídico de mayor valor que aquella. El propietario carece de facultad para
oponerse al acto del tercero; su facultad de excluir queda, pues, limitada. Así lo expresa el
art. 36 de la Ley 19567.
Es normal que todas las legislaciones sancionen al que sin derecho alguno causo
daño a otro, pero ¿Que sucede cuando en el legítimo uso de un derecho, del cual se es
titular, se lesiona un interés ajeno? ¿Es posible sancionar al que elevase un muro, dentro
de su propiedad, con el único objetivo de oscurecer la del vecino? Para la pregunta
anterior, y otros casos similares, existen dos posibles respuestas, son las siguientes:
¿Cuándo se está en frente de un derecho abusivo? Para esta pregunta existen dos
posturas desde las cuales es posible responder, dependiendo de qué tipo de
responsabilidad otorgan a quien ha abusado de su derecho.
- Una segunda postura sostiene que el abuso del derecho debe regularse por la
responsabilidad extracontractual, así, habrá abuso del derecho cuando los actos que
importa su ejercicio son contrarios a los fines económicos o sociales del mismo o cuando,
sin una apreciable utilidad propia, se realizan solo o principal mente para causar mal a
otro, en este punto se habla de actos de emulación o de chicanearía. Al criterio de los
fines económicos y sociales se le reprocha su falta de precisión y el dar margen a la
arbitrariedad juridicial.
Esta ultimo criterio es el que tiende de a imperar en las legislaciones más modernas, y es
de advertir que en ellas el abuso del derecho se mira como un concepto objetivo, porque
es el comportamiento real y externo del individuo el que se toma en cuenta y no los
motivos subjetivos que lo dirigen a actuar.
- Naturaleza jurídica:
¿Qué concepción recoge Chile? Nuestro país recoge, exceptuando dos salvedades, la
concepción romana. Las salvedades son que: i) e efecto declarativo, y no constitutivo, de
la adjudicación; y ii) La no comunicabilidad de los bienes que componen una
universalidad a la cuota.
- En chile:
- Según el objeto sobre el que recae: Puede caer tanto sobre una cosa singular como sobre
una universalidad. En el primer caso es fácil determinar que el carácter de la cosa se
trasmitirá a la respectiva cuota, es un simple hecho de comunicabilidad. El problema
surge, y se discute, respecto de las universalidades.
Si bien en principio esto podría parecer solo una discusión doctrinaria respecto, la verdad
es más compleja, ya que el optar por una u otra decisión tendrá implicancias decisivas al
momento de llevar a cabo una tradición o para el caso de las formalidades habilidades,
ejemplo de esta situación es el art 402 del C.C.
- Según su funcionamiento: Según este criterio la copropiedad puede ser tanto pasiva
como activa. Pasiva es la copropiedad que solo espera su división, esta es la lógica del
Código Civil en relación a los cuasicontratos de comunidad. Copropiedades activas son
aquellas que se encuentran encaminadas a un fin productivo. En Chile, en el hecho,
existen comunidades hereditarias que versan sobre una empresa productiva, estas pasan
a tener vocación de permanencia.
- Derechos respecto de la cuota: De acuerdo a los artículos 1098 inc. 3 y 2307 inc. 2
siempre que no se establezca expresamente lo contrario se entenderá que cada comunero
tiene un igual porcentaje de la cuota. Asimismo, cada comunero puede vender, ceder o
hipotecar su respectiva cuota, en los términos establecidos, respectivamente, por los
artículos 1812, 1320 y 2417 del Cód. Civil. Además puede legarse (art. 1110 inc. 1),
reinvicarse (art. 892), embargarse (art. 524) y, también, defenderse de un embargo (art.
519 CPC)
- Derechos respecto de la cosa: Cada comunero puede usar la cosa común según su uso
ordinario, de acuerdo al artículo 2305 en relación con el artículo 2081 N°2, pero jamás
entrabando el uso de los otros comuneros. Además cada comunero podrá gozar de los
frutos de la cosa en la correcta proporción a su cuota.
b. Copropiedad inmobiliaria:
- Antecedentes generales:
En 1937 se dicta la ley n°6071 (“Ley de pisos”) que regula un contenido nunca antes
regulado y en donde no había experiencia. Alessandri advirtió en el mensaje de la ley que
aunque no contraviniera el resto de normas de nuestro ordenamiento jurídico sería un
tema que causaría debate y discusión en sus características esenciales. Posteriormente
hubo debate en su discusión y en su interpretación, varias de sus disposiciones
fundamentales fueron cambiadas y otras debatidas. El DS n°880 fija la ley general de
urbanismo y construcción y el texto definitivo de la ley de pisos. Respecto a la misma
materia, luego de diversos estudios se dicta la ley n°19537 de 1997, “Ley de copropiedad
inmobiliaria” que moderniza la legislación a las nuevas realidades, estableciendo las
reglas vistas a continuación.
¿Qué pasa con los edificios o condominios anteriores a 1997? Se rigen por la Ley de
copropiedad inmobiliaria, sin perjuicio de que en principio, en lo relativo a los porcentajes
en los bienes comunes, en los gastos comunes y otras materias, se rigen por su
Reglamento dictado bajo el amparo de la Ley 6071 de 1937. Esta ley inicialmente sólo
aplico a edificios, pero posteriormente, también a condominios, aunque siempre sin la
posibilidad de poseer un suelo privado más allá de la unidad construida.
Definición de condominio. Art 2°: “las construcciones o los terrenos acogidos al régimen
de copropiedad inmobiliaria regulado por la ley”. El condominio se compone de: i)
unidades o sea de inmuebles, sobre los cuales se puede constituir un dominio exclusivo;
y ii) Bienes de uso común, que son aquellos que pertenecen a todos los copropietarios y
son necesarios para la existencia, seguridad y conservación del condominio. Sobre los
bienes de uso común los copropietarios tienen derechos de uso y de goce, pero en relación
a las reglas de la copropiedad no pueden disponer de la cosa.
Gastos comunes.
remuneración
Administración
del personal
mantenimiento
Mantención
del uso común
Ordinarios
Reparación arreglo
- Normas complementarias:
Con la ley n° 6071 jamás se pensó el inmenso desarrollo que tendría la propiedad
inmobiliaria. Era una legislación dirigida a un pequeño sector de la población. La realidad
actual es muy diferente (expansión urbana) por lo que es imperioso contar con un nuevo
texto legal que regule todas las situaciones no previstas anteriormente, esto se consigue
con la dictación de la ley 19357 y su reglamento.
Derechos Reales
Catalina Infante
2014-01
Clase 15.
CAPITULO IV
LOS MODOS DE ADQUIRIR EL DOMINIO EN GENERAL12
12
Alessandri Arturo, “Tratado de los Derechos Reales”, pp. 133-141.
1) Teoría que exige un titulo y un modo para la adquisición del dominio y los demás derechos
reales.
Esta teoría, que tiene sus origines en el Derecho romano, exige para la adquisición y
transmisión de los derechos reales un titulo (causa remota de adquisición) y un modo de adquirir
(causa próxima de adquisición). Visto así, el titulo es el hecho que posibilita la adquisición del
dominio u otro derecho real; y el modo de adquirir es el medio a través del cual se concreta la
adquisición del mismo.
De acuerdo a estas teorías para transferir el dominio se requiere, únicamente, del título, esto
debido a que el modo se toma como innecesario o, al menos, implícito en aquel. De acuerdo, en un
contrato de compraventa, la tradición perdería su calidad de modo de transferir el dominio y no
sería más que la sola ejecución de la obligación del vendedor de poner la cosa a disposición del
comprador.
Esta teoría es propia del Código francés, de acuerdo al cual la propiedad se transfiere y adquiere
por el solo efecto de la convención. El fallo de una teoría radica en que no brinda protección a los
terceros, de ahí que sol reciba una aplicación plena en cuanto a las partes contratantes y sufra
atenuaciones más o menos intentas respecto de terceros en forma de normas complementarias del
Código Civil francés.
El artículo 588 de nuestro Código Civil, que no es una disposición taxativa, enumera los
siguientes modos de adquirir:
1) La ocupación, por la cual se adquiere el dominio de las cosas que no pertenecen nadie, y
cuya adquisición no es prohibida por las leyes chilenas, o por el Derecho internacional (art. 606).
2) La accesión, que según la definición legal “es un modo de adquirir por el cual el dueño de
una cosa pasa a serlo de lo que ella produce, o de lo que se junta a ella” (art. 653).
3) La tradición, modo de adquirir el dominio de las cosas que “consiste en la entrega de que el
dueño hace de ellas a otro, habiendo por una parte la facultad o intención de transferir el dominio, y
por otra la capacidad e intención de adquirirlo” (art. 670).
4) La sucesión por causa de muerte, que es un modo de adquirir el dominio de los bienes y
derechos transmisibles dejados a su muerte por una persona (art. 951).
5) La prescripción adquisitiva, que es un modo de adquirir el dominio de las cosas ajenas por
haberlas poseído durante cierto lapso, y concurriendo los demás requisitos legales (art. 2492).
Es a titulo universal el modo por el cual se adquiere la universalidad de los bienes de una
persona o una parte alícuota de ella, es decir, se adquiere todo el patrimonio o una cuota de este. Es
a titulo singular el modo por el cual se adquieren bienes y derechos determinados. La accesión y la
ocupación son siempre a titulo singular; la sucesión por causa de muerte, la tradición y la
prescripción puede ser tanto a titulo singular como universal.
3) Modos de adquirir a título gratuito y a titulo onerosos, según el sacrificio pecuniario que
importen al adquirente.
El modo de adquirir es a título gratuito cuando el que adquiere el dominio no hace sacrifico
pecuniario alguno (la ocupación, la sucesión por causa de muerte, la accesión y la prescripción). Es
a titulo oneroso cuando ala adquirente la adquisición del dominio le significa un sacrifico
pecuniario. La tradición puede ser tanto a título gratuito como a titulo oneroso.
4) Modos de adquirir entre vivos y pro causa de muerte, en cuanto requieren la muerte de la
persona de la cual se origina el derecho transmitido.
Modo de adquirir por causa de muerte es el que para operar presupone el fallecimiento de la
persona de la cual se deriva el derecho14. Modos de adquirir entre vivos son los que presuponen la
existencia de la persona de la cual otra deriva su derecho a exigir la cosa, o no presuponen ni su
existencia ni su muerte. Esto permite distinguir entre modos de adquirir entre vivos originarios (la
ocupación, la accesión y la prescripción) y derivativos (la tradición).
Mediante los modos de adquirir se puede adquirir toda clase de derechos y no solo el de dominio.
La tradición y la sucesión por causa de muerte habilitan para adquirir cualquier derecho real o
personal, como el dominio, el usufructo, servidumbre, créditos, etc. Por el contrario la accesión y la
ocupación son modos que se aplican solo al dominio y la prescripción sirve para adquirir todos los
derechos reales, menos las servidumbres.
13
Si bien en este caso la cosa pertenecía anteriormente a otro dueño, este la perdió por prescripción
adquisitiva del tercero, el prescribente, y automáticamente cesa el dominio antiguo, naciendo el nuevo sin
relación con el primero.
14
El derecho que se adquiere debe haber pertenecido al difunto, por ello el derecho a cobrar un seguro de
vida no es un derecho que se adquiere por sucesión por causa de muerte, ya que es un derecho propio del
beneficiario y no del difunto, de modo que este último no podría trasmitirlo.
Se puede adquirir un derecho solo por un modo de adquirir.
Sostener que una persona adquiere un derecho por dos modos de adquirir implica incurrir en
una falta de lógica, esto debido a que cuando opera un modo, por definición, no podrá operar otro.
Al respecto diversas sentencias de la Corte suprema y de Cortes de Apelaciones han declarado que
“si bien se puede poseer una cosa por varios títulos, el dominio se adquiere por uno solo.
Para adquirir el dominio cuando opera la tradición, se requiere que haya también un titulo
traslaticio de dominio. Desde este punto de vista, puede decirse que el titulo es la causa que habilita
para adquirir el dominio, la causa remota de la adquisición del dominio. Y en este caso se requiere
un titulo, por las siguientes razones:
Algunos doctrinarios como Arturo Alessandri Rodríguez sostienen que, de acuerdo al sistema
chileno, el requisito del título debe aplicarse a todos los modos de adquirir enumerados en el
artículo 588. Así, en los casos de la ocupación, la accesión y la prescripción, el titulo se confunde
con el modo de adquirir. Mientras que en el caso de la sucesión por causa de muerte el titulo será el
testamento o la ley, según si sea una sucesión testamentaria o una sucesión abintestato.
Por el contrario los profesores Guillermo Correa, Manuel Somarriva, entre otros, sostienen que
la postura de Alessandri generaliza la exigencia de un titulo a todos los modos, cuando aquel es
propio de la tradición. Para esto argumentan la presencia del artículo 675 en relación al artículo 588
del Código Civil.
Derechos Reales
Catalina Infante
2014-01
Clase 16 y 17.
PARRAFO II
LA OCUPACIÓN
Concepto.
Elementos.
Ambos elementos deben concurrir copulativamente, razón por la que quienes carecen de
voluntad, como los dementes y los infantes, no puedan adquirir por este modo.
Campo de aplicación.
a) La cosa aprehendida carezca de dueño (art. 606). Son las denominadas res nullius, sea que
nunca han tenido propietario, o que han tenido dueño pero dejaron de tenerlo, o que han
sido abandonadas por su dueño al primer ocupante15.
b) La adquisición no esté prohibida por las leyes o el Derecho internacional, siendo este
requisito no exclusivo de la ocupación, si no transversal a toda actuación jurídica.
Reglas particulares.
En esta materia nuestro Código ofrece una vasta variedad de normas que regulan aquellos que
es susceptible de apropiación por medio de la ocupación:
PARRAFO III
LA ACCESIÓN
Concepto.
El artículo 643 del Código Civil declara que “la accesión es un modo de adquirir por el cual el
dueño de una cosa pasa a serlo de lo que ella produce, o de lo que se junte a ella”.
15
Si la aprehensión recae sobre una cosa que tiene dueño no operara la ocupación como modo de adquirir
el dominio, pero permitirá al ocupante entrar en posesión de la cosa, y podrá, después de un tiempo, llegar
a adquirir el dominio por medio del modo prescripción. En la tal caso la ocupación se entenderá a modo de
titulo.
La doctrina ha objetado, acertadamente, la inclusión de la accesión como un modo de adquirir
el dominio, sobre la base de los siguientes dos argumentos:
En todo caso en la sistematización del Código está tratada como un modo de adquirir el
dominio (arts. 642-669) y debe ser entendida como tal.
Del artículo 643 de entiende que existen dos formas de accesión, la accesión de frutos y la
accesión continua.
Accesión de frutos.
1) Concepto
También denominada accesión discreta o accesión por producción. En virtud de esta accesión,
el dueño de una cosa lo es también de sus frutos o productos. Fruto es lo que una cosa da
periódicamente y sin detrimento de su substancia, como los frutos y las flores de los arboles;
mientras que es producto lo que una cosa da sin periodicidad o con detrimento de su estructura,
como las piedras de una cantera.
Los frutos pueden ser tanto naturales como civiles. Son frutos naturales los que da la naturaleza,
ayudada o no de la industria humana (art. 644), de acuerdo a esta definición se entienden
comprendidos tanto los frutos naturales propiamente tales como los frutos industriales, como el vino
o el aceite. Estos frutos naturales pueden encontrarse, de acuerdo al artículo 645 en tres estados:
pendientes, percibidos y consumidos, tal distinción toma importancia cuando el propietario celebra
negocios con un tercero sobre la cosa que los produce.
En segundo lugar, corresponde a fruto civil la utilidad equivalente que el dueño de una cosa
obtiene al conferir a un tercero el uso y goce de ella, como sucede con la renta en el caso del
arrendamiento. En cuanto al estado en que pueden encontrarse estos frutos, el art. 647 dispone que
se llaman pendientes mientras se deben, y percibidos, desde que se cobra, aunque doctrinariamente
se sostiene que serán percibidos una vez pagados.
Sobre el dominio de los frutos se ha entendido regularmente que pertenecen, por regla general,
al dueño de la cosa que los produce, así se entiende a partir de los arts. 646, 648 y el 1816. Pero se
entiende que en determinados casos, ya sea por disposición legal o por voluntad del propietario, los
frutos pertenezcan a un tercero. Ejemplo del primer caso son los llamados frutos legales, mientras
que el segundo caso se presenta cada vez que el dueño así lo estime.
4) Reglas especiales
Las reglas especiales en materia de accesión de frutos son relativas, por ejemplo, al usufructo,
la reivindicación, la anticresis, la sociedad conyugal, el arrendamiento, etc., pero toman especial
importancia en lo relativo a las reglas de la comunidad.
Entonces, mientras el artículo 1338 dispone que los frutos de las cosas comunes son comunes,
mientras que el artículo 655 permite que cualquier comunero pueda gozar gratuitamente de la cosa
común, solamente que otro comunero también podrá pedir, en cualquier momento, el cese de ese
goce gratuito.
La solución doctrinaria para este conflicto es entender que el texto del CPC. al usar el término
“goce” está tomando en sentido de “uso” y, que de este modo, la regla del dominio común ce los
frutos no es alterada; mientras no haya oposición, cualquier puede usar la cosa común, pero los
frutos (naturales o civiles) son inevitablemente comunes.
Accesión continúa.
1) Concepto
Es la accesión propiamente tal, o por incorporación; es la unión permanente de dos o más cosas
originariamente separadas, que pasan a formar un todo indivisible, ya sea como consecuencia de la
acción del hombre o de la naturaleza. Los objetos unidos pueden ser tanto de un mismo dueño,
como de dueños diferentes y solo en este último caso la accesión continua adquiere relevancia
jurídica, en relación a la interrogante sobre a quién debe pertenecer la cosa formada.
Para resolver la preguntar sobre a quién pertenece la cosa formada la doctrina nacional
diferencia tres tipos posibles de accesión continua, cada uno con sus propias características:
b) Accesión de mueble a mueble: se origina cuando se unen dos cosas muebles pertenecientes
a distintos dueños (arts. 657 a 667). Para resolverse la situación la pregunta sobre quién es el dueño
de la cosa se debe acudir al principio de que lo accesorio sigue la suerte de lo principal, de modo
que en este punto la función del código es establecer los parámetros para determinar qué es lo
accesorio y que es lo principal. Las formas en que puede presentarse la accesión mueble a mueble
son tres: adjunción (arts. 657 a 661); especificación (art. 662) y mezcla (art. 663). Además, como
reglas comunes deben considerarse los artículos 664 a 667 del C.C.
c) Accesión de mueble a inmueble: también denominada accesión industrial, se encuentra
regulada por los artículos 668 y 669 del C.C., siempre en relación a la edificación y a la plantación.
El problema jurídico se presenta cuando se edifica o planta con materiales o semillas que
pertenecen a una persona distinta del dueño del suelo. Al igual que en el caso de la accesión mueble
a mueble el Código regula esta situación por medio del principio de que lo accesorio sigue la suerte
de lo principal y, en esta materia, se entiende que el suelo será siempre lo principal, de modo que el
dueño del predio adquiere por accesión lo edificado, plantado o sembrado.
Clase 18 – 21.
La tradición. La tradición de los derechos reales, personales y derecho real
Tema
de la herencia.
Peñailillo, Arévalo Daniel, “Los Bienes, la Propiedad y otros Derechos
Lecturas
Reales”, Edit. Jurídica, pp. 208-240; 294-323.
LA TRADICIÓN
I. DESCRIPCIÓN GENERAL
a) Concepto y textos
El CC chileno establece la dualidad Título-Modo. El régimen de la tradición tiene lugar en el modo.
TRADICIÓN es “un modo de adquirir el dominio de las cosas y consiste en la entrega que el dueño
hace de ellas a otro, habiendo por una parte la facultad e intención de transferir el dominio, y por
otra la capacidad e intención de adquirirlo” (art 670, inciso 1 del CC).
Su regulación se encuentra en los artículos 670 a 699. Además debe considerarse las disposiciones
del Reglamento de RCBR para la tradición de inmuebles; artículos 1901 y ss. para tradición de
derechos personales; y disposiciones del CComercio para la tradición de créditos mercantiles.
b) Caracteres
Modo de adquirir derivativo: el que adquiere deriva su dominio a otro sujeto, el tradente. Esta
característica determina los derechos que el adquiriente obtiene de ella. No transfiere más derechos
de los que el tradente tenía.
Es una convención: carácter convencional, es un acuerdo de voluntades que produce consecuencias
jurídicas. Se extinguen obligaciones (no se crean como en el contrato) contraídas con el título
precedente.
Es consecuencia de un título: con este acto voluntario y convencional se extingue la obligación
contraída, se cumple. Puede ser a título gratuito o a título oneroso, según lo sea la causa que le sirve
de antecedente16. Es, por regla general, a título singular; excepcionalmente se admite la tradición a
título universal respecto del derecho de herencia (no se transfiere el patrimonio del tradente, sino el
16
Frecuentemente se dice que la tradición es un modo que puede serlo a título gratuito u oneroso, sin
embargo, más propiamente se debe expresar que el título del que es consecuencia puede ser gratuito u
oneroso.
del causante, que ha pasado a manos del heredero).
Opera entre vivos.
c) Aplicación
Su vigencia en la vida jurídica es intensa. La aplicación diaria de la compra venta tiene como
consecuencia directa la tradición. Mediante este medio puede obtenerse el dominio como otros
derechos reales (art 670 inciso 2°) y derechos personales (artículo 699). La ocupación y la accesión
aparecen como modos de aplicación más limitada.
El tenor del art 670 inciso 2° termina siendo matizado porque lo que se dice del dominio no puede
extenderse pura y simplemente a las cosas incorporales, por su naturaleza. La amplitud de este
artículo es menor17, por esto no es correcto cuando el artículo 686 inciso 2° se refiere a la tradición
del uso, se trata más bien de una inscripción para su constitución.
La tradición funciona también como modo de adquirir la posesión, tal ocurre cuando el tradente no
es el verdadero dueño, con esto el adquiriente no adquiere el dominio, pero la tradición le sirve para
entrar a poseer la cosa y llegar a adquirirla por prescripción.
Suele agregarse que es un modo de adquirir a título singular, señalándose la excepción de la
tradición del derecho de herencia. Esto es consecuencia del carácter del título.
d) Entrega y tradición
En el artículo 670 se utiliza el término de entrega, efectivamente el elemento central es la entrega
del objeto traído. Hay casos en los que la entrega material de un objeto no constituya una tradición,
ya que la entrega debe ser con la intención de transferir el dominio (u otro derecho real), se
configura la tradición. La tradición es consecuencia de un título traslaticio de dominio. Este título
traslaticio se contrapone al “título de mera tenencia” que se da en casos de arrendamiento, prenda,
hipoteca, etc.18
II. REQUISITOS
a. Que la parte final del art. 675 muestra que la regla parece
estar dirigida al traslado del dominio, sin referirse a la
materia posesoria.
b. El artículo 704 tiene por títulos injustos para poseer al nulo
(n°3) y el aparente (n°4), allí se considera que el sujeto
tiene título “para poseer”, este título es irregular pudiendo
llegar al dominio por prescripción ordinaria.
c. El código considera la ocupación de un título para poseer,
es decir, admite la posesión sin título, porque posee por
ocupación (posee porque ocupa).
d. Con el título o sin él (concebida la posesión como un
hecho) el que recibió la cosa inició su tenencia con ánimo
de señor, las vicisitudes que afecten al ceso de este ánimo
no podrán eliminarla.
Si luego de la tradición se descubre que no hay título o que es nulo, no se transfiere
el dominio, nuestra tradición carece de efecto traslativo 24; en este caso el
adquiriente entra en posesión, el dueño puede pedir la restitución por una condición
24
Si se realiza una compraventa que después es nula, el vendedor sigue siendo dueño.
resolutoria que confiere la nulidad (1687) y ante terceros puede reivindicar su
dominio (1689), pero todo esto sólo hasta que el poseedor logre prescribir 25.
En Chile entonces la tradición es un acto causado, que requiere un título
justificante, conectado a ella y por lo que su eficacia traslativa depende de la
validez del título26.
Nos plegamos a la opción de tradición causada, pero atenuándola para proteger a
ciertos terceros. Mientras el objeto se mantiene en posesión del adquiriente parece
apropiado aplicar el carácter de tradición causada, con esto la ineficacia del título
traiga la de la tradición y el objeto debe enajenarse.
Respecto de terceros hay que diferenciar la ineficacia del título por ciertas causales
(nulidad, resolución, resciliación, declaración de falso heredero por acción de
petición de herencia) no debería afectar a los terceros que adquieren de buena fe el
título oneroso.
d) Entrega
Es el hecho material presente en la tradición.
III. EFECTOS
b) Otras particularidades
i. Cuándo puede pedirse la tradición.
Art. 681 CC. “Se puede pedir la tradición de todo aquello que se deba, desde que no
25
Ya que desde este momento pasa a poseer)
26
La jurisprudencia no es totalmente clara en este tema, sin embargo suele responder a este principio.
haya plazo pendiente para su pago; salvo que intervenga decreto judicial en
contrario.” En consecuencia, se puede pedir inmediatamente después de celebrado
el contrato, salvo: (1) Si el título es condicional, (2) Si hay plazo pendiente para el
pago, (3) Si ha intervenido decreto judicial en contrario (se refiere a la retención
del pago del Art. 1578 CC, y al embargo del Art. 1464 N° 3 CC).
ii. Tradición sujeta a modalidades
Art. 680 inc.1º CC. “La tradición puede transferir el dominio bajo condición
suspensiva o resolutoria, con tal que se exprese.”
a) Tradición bajo condición resolutoria: en realidad, la
condición existe en el título que precede a la tradición, lo que
se extiende a ella, pues en sí misma no puede ser bajo
condición resolutoria. Según Alessandri, también puede
transferirse bajo condición resolutoria tácita (la del Art. 1489
CC que está envuelta en los contratos bilaterales), aunque
algunos opinan que no.
b) Tradición bajo condición suspensiva: la entrega hecha con
anterioridad al cumplimiento de la condición no transfiere el
dominio. Cumplida la condición, la transferencia opera de
pleno derecho. Art. 680 inc. 2º CC. “Verificada la entrega
por el vendedor, se transfiere el dominio de la cosa vendida,
aunque no se haya pagado el precio, a menos que el vendedor
se haya reservado el dominio hasta el pago, o hasta el
cumplimiento de una condición.” Esta disposición, que se
refiere a la cláusula de reserva del dominio, está en
contradicción con los Arts. 1873 y 1874 CC, que señalan que
esta cláusula no produce otro efecto el de la condición
resolutoria tácita27, operando de todos modos la tradición,
pero sujeta a condición resolutoria. La solución está dada por
el principio de especialidad: priman las disposiciones
ubicadas en el título de la compraventa.
a) Distinción
Al encontrar normas de diverso contenido respecto de formas de efectuar la tradición, es necesario
diferenciarlas especialmente para muebles e inmuebles.
b) Referencia a la evolución
Los orígenes de nuestro sistema de títulos y de modo surgen del derecho romano, influye en su
desarrollo las tradiciones fictas, las cuales inevitablemente siempre han estado presentes en el
funcionamiento del sistema.
El Código Civil chileno permite variadas formas de ejercer al tradición (no sólo es la entrega
material de la cosa).
Las tradiciones fictas pueden debilitar el sistema llevándonos a la idea de la transferencia sólo por
contrato.
i. Tradición de derechos reales sobre muebles
Tradición real
27
Ambos libros dicen “cualquier condición resolutoria”, pero el Art. 1873 CC concede el derecho alternativo
de exigir el cumplimiento o la resolución, efecto que no se produce en la condición resolutoria ordinaria.
Art. 684 CC. “La tradición de una cosa corporal mueble deberá hacerse significando una de las
partes a la otra que le transfiere el dominio, y figurando esta transferencia por uno de los medios
siguientes:
1. º Permitiéndole la aprensión material de una cosa presente; 2. º Mostrándosela;…”
Para Alessandri, este N° 2 es una tradición ficta, pues la real consiste en entregar la cosa o permitir
su aprehensión material.
Principio
En virtud de la tradición ficta el adquiriente queda en la posibilidad de
disponer de inmediato de la cosa traída. Si está en posesión del tradente,
éste es sólo mero tenedor28.
Prueba
Demostrar que se efectuó la tradición de cierto objeto es algo importante.
Este hecho no exige formas documentadas, conviene dejar constancia
escrita de su realización. Existe una conveniente presunción de haberse
efectuado la tradición, consignada en las normas de la posesión (art. 702
inciso final).
Valor comparativo
Se discute el valor que se le otorga a la tradición real y simbólica.
En la tradición ficta, la ausencia del desplazamiento de la cosa provoca más
problemas.
Caso: un tardente efectúa tradición ficta y luego la real de la misma cosa y
a diferentes personas.
Soluciones: art 1817 soluciona el problema de la venta, se dispone que en
tal situación el comprador que primero entre en posesión será el preferido.
El segundo sólo tiene una acción de indemnización.
Sólo en principio se soluciona el problema, ya que se discute en doctrina
cuando suscitan conflictos de dos tradiciones al darle igual valor por el
1817. En realidad esta norma no distingue asigna igual valor, puede
estimarse que en la colisión atribuye más valor a la real por el principio de
protección a terceros.
Sin embargos los verdaderos problemas suscitan en los contratos diferentes
a la compraventa que no están cubiertos por esta disposición, esto es tema
de constante discusión.
29
No hay contradicción entre ellos ya que regulan materias diferentes.
y como tal, no tiene el carácter de mueble o inmueble. En consecuencia, la tradición del derecho de
herencia se hace de acuerdo a las reglas generales del Art. 684 CC. Este es el criterio que en general
ha seguido la jurisprudencia.
José Ramón Gutiérrez: el derecho de herencia es mueble o inmueble según lo sean las cosas
singulares en que ha de ejercerse. Por tanto, si la herencia comprende sólo muebles, se aplican las
reglas generales del Art. 684 CC; si comprende sólo inmuebles, se aplica la regla de los inmuebles
del Art. 686 CC; y si comprende ambos, se aplica también esta última regla.
1. Nominativo: Art. 1902 CC. “La cesión no produce efecto contra el deudor ni contra
terceros, mientras no ha sido notificada por el cesionario al deudor o aceptada por éste.”
(Esto es adicional a la entrega del Art. 1901 CC) Es la tradición que está regulada en el
Título XXV Libro IV CC.
2. A la orden: por medio del endoso. Se regula en el CCom.
3. Al portador: basta la sola entrega. También se regula en el CCom.
V. OTRAS CONSIDERACIONES
a) Tradición de muebles registrables, vehículos motorizados
Existen nomas especiales al respecto. Su registro se hace en vista de la organización y el
control del tráfico.
Al exigirse inscripción, se discute si la inscripción desempeña la función de tradición.
En cuanto a vehículos terrestres, la legislación somete la constitución del dominio, su
transmisión, transferencia y gravámenes a las normas del derecho común. Por lo que el
título no se somete a normas especiales (compraventa consensual), la tradición se rige por
el art. 684. La inscripción exige ciertas formas al título.
Las inscripciones no son requisito de los respectivos actos, pero se PRESUME
POPIETARIO a la persona cuyo nombre figure en el registro, salvo prueba contraria.
d) La inscripción en la prescripción
Art 689 y 2513 del CC y art. 55 del reglamento, requieren que la sentencia que declara la
prescripción adquisitiva relativa a inmuebles se inscriba en el CBR. La prescripción es un
modo de adquirir el dominio por lo que la inscripción no desempeña el rol de tradición,
funciona para mantener la historia de la propiedad, dar publicidad y hacerla oponible a
terceros, es decir, obtener las ventajas de la posesión inscrita.
31
Concepción discutida
e) Tradición del derecho real de herencia
Fallecido el causante, el heredero puede disponer de la herencia o de su cuota de herencia.
Si lo hace antes del fallecimiento del causante adolece de nulidad 32.
El término de cesión empleado por nuestro CC es equívoco, debe entenderse como
tradición. En el libro de sucesión por causa de muerte se regulan los títulos de la
transferencia, pero no como ha de efectuarse dicha transferencia. Deben configurarse por
título y modo (regla general de nuestro derecho), el título más frecuente es la
compraventa33.
¿Cómo se efectúa la tradición del derecho real de herencia? Se sostiene lo siguiente:
*artículo 580 clasifica a la herencia como mueble o inmueble según los bienes: mueble, art
684; mita e inmuebles, reglas de los inmuebles requiriéndose la inscripción conservatoria
(686).
*argumentos en contra plantan que la herencia es una universalidad jurídica que escapa de
la clasificación del art. 580, siendo la tradición una manera excepcional, debiéndose aplicar
las reglas generales del art. 684.
La jurisprudencia se inclina por la última postura, es decir, hay tradición efectiva de bienes
inmuebles sin la inscripción en el CBR34.
Para el CC hay dos derechos reales distintos el de DOMINIO y el de HERENCIA (577). Se
considera la sucesión por causa de muerte un modo de adquirir el dominio, por lo que los
herederos tienen el derecho real de herencia que recae sobre la universalidad jurídica; al
operar la sucesión como modo de adquirir el dominio el heredero adquiere el dominio. Es
por eso que si el heredero cree poseer un derecho real de herencia (1909) su tradición se
efectuará por las normas del art. 684; pero si lo cedido es el conjunto de bienes o la cuota de
la comunidad de dominio, se debe examinar la naturaleza de los bienes, necesitándose la
inscripción en el CBR para inmuebles.
El art. 1909dispone que no solo se puede transferir el derecho de dominio, sino que el
derecho al legado ¿Cómo se transfiere? La doctrina mayoritaria considera que al
fallecimiento del causante el legatario de especie o cuerpo cierto adquiere el dominio de la
cosa por sucesión por causa de muerte, y adquiere un crédito contra los herederos. Debemos
distinguir: el legado de especie o cuerpo cierto, el legatario pretende transferir su derecho a
legado, transfiere el dominio de la cosa y se efectúa como impone la naturaleza del mueble
o inmueble (684 y 686); si es legatario de género, él si tiene por lo que puede transferir su
derecho a legado, se efectúa por las reglas de transmisión de los derechos personales o
créditos.
32
Nulidad absoluta, artículos 1463, 1466, 1204, 1683.
33
Artículo 1802 compraventa de cesión hereditaria.
34
Es conveniente para las partes realizar la inscripción en el CBR, sin embargo no es condición para que se
efectué la tradición.
ii. En cuanto al legado: por regla general puede afirmarse que el legatario
puede disponer de su derecho de legado o e la cosa legada, prescindiendo
de las disposiciones del art. 688, pues ellas están exigidas para el
heredero35.
Derechos Reales
Catalina Infante
2014-01
Clase 22
Registro es empleado en diversos sentidos: como institución (el Registro), como constancia o
asiento (mi registro), como actividad (yo registro). Institucionalmente, se entiende por Registro el
conjunto organizado de instrumentos en que se va dejando constancia de la titularidad de ciertos
bienes o de derechos y de las mutaciones jurídicas que se van produciendo en o respecto de ellos.
Cuando es referido a los bienes inmuebles se denomina Registro inmobiliario. En otras palabras,
podemos entender por Derecho registral inmobiliario el conjunto de principios y normas que
35
Ambos puntos son objetos de una amplia discusión doctrinaria, hay diversas consideraciones que influyen
en la aplicación del art. 688, como por ejemplo si el legado es un derecho (constitución de un derecho
personal) o una cosa, etc. Pág. 315, último párrafo, hasta pág. 321, Peñailillo, Arévalo Daniel, “Los Bienes,
la Propiedad y otros Derechos Reales”.
36
Si antes de la notificación o antes de la aceptación paga al 1° deudor, éste paga bien.
37
Peñailillo Daniel, “Los bienes, la propiedad y otros Derechos Reales”, pp. 240-291
regulan la organización y funcionamiento del Registro, la determinación de los objetos y actos
inscribibles y la forma y efectos de la inscripción.
Ahora bien, para la facilidad del trafico, el negocio puede celebrarse en cualquier lugar, pero su
registro es centralizado en el lugar en donde esta ubicado el predio. Allí se presenta la primera
utilidad del Registro: para averiguar la titularidad y, en general, el estado jurídico de un predio, ya
no hace falta una búsqueda universal, sino que solo hace falta acercarse al Registro correspondiente
de acuerdo a la ubicación del inmueble.
Por otra parte, al irse practicando los asientos que dejan constancia de las mutaciones, los datos
precedentes van quedando superados, pero –como es de suponer- se conservan. Así, con aquella
integración y conservación, el Registro puede llegar a erigirse en un retrato jurídico del inmueble:
actual, histórico y completo.
Con lo expuesto ha ido quedando de manifiesto que esta concentración instrumental presta
simultáneamente varias utilidades38; sin embargo, es la seguridad del tráfico inmobiliario, mediante
la publicidad de la titularidad y del estado integral del predio, el objetivo fundamental de un
Registro predial; comunicando al grupo social (los terceros) esa situación del predio.
a) Registro personal o Registro real. Registro personal es el que se organiza en base al nombre
de las personas a quienes afectan las constancias que se asientan en el. Registro real es el que se
organiza en base a los predios, que se individualizan con un numero de orden u otro signo y algunos
otros datos materiales del inmueble, en una caratula inicial; a continuación, formando un cuerpo
individual.
38
Existen posiciones, aunque ya abandonadas, que otorgan al Registro una función jurisdiccional (incluso
cuasijudicial), también se le ha atribuido una función administrativa. De modo que cada Ordenamiento
deberá dar su particular clasificación de la función registral de acuerdo al conjunto de elementos incidentes.
a) La publicidad. Los registros y demás instrumentos del sistema son de libre acceso a los
usuarios y el funcionario debe extender los certificados que se le soliciten.
b) La rogación. El funcionario solo actúa en virtud de una petición de los usuarios (no de
oficio).
d) La prioridad. Los conflictos de titularidad son dirimidos por el orden en que se ha acudido a
requerir la actividad registral.
e) El tracto sucesivo. Las inscripciones relativas a un predio van vinculadas entre sí, en
términos que, salvo la primera, cada una deriva de la anterior y es el sustento de la siguiente.
Puede percibirse que un alto grado de seguridad registral constituye una característica cuya
implantación puede resultar compleja y costosa; pero es de gran utilidad para un país, al dar
seguridad y certeza a los derechos sobre inmuebles, facilitando y agilizando su negociación y
desarrollando el crédito con garantía territorial. Es, en definitiva, mediante una intensa seguridad es
como un Registros e acerca masa cumplir las finalidades que justifican su instauración.
126. El sistema registral chileno. El Registro Conservatorio de Bienes Raíces. Las reglas
relacionadas al sistema de registro chileno son los artículos 686 y siguientes del Código Civil,
además del Reglamento del Registro Conservatorio de Bienes raíces. Además se han dictado
numerosos textos legales que establecen normas registrales especiales para inmuebles que se
encuentran en situación registralmente irregular; se trata de las leyes denominadas “de saneamiento
de títulos”. Por último, leyes especiales han encomendado al Conservador otras funciones aparte de
las originarias, para llevar el registro de actos relativos a otros bienes que los inmuebles.
a) Funciona como una oficina en cada comuna o agrupación de comunas que constituya el
territorio jurisdiccional juzgados de letras, a cargo de un funcionario denominado Conservador de
Bienes Raíces.
b) Los libros fundamentales que allí se llevan son el Repertorio, el Registro y el Índice General.
Pero el Registro es el centro del sistema; los otros constituyen (importantes) complementos. El
Registro es anual, creado originariamente para los inmuebles, leyes posteriores han entregado al
Conservador el mantenimiento de otros Registros para ciertos bienes o actos, como el de comercio,
el de prenda agraria, el de prenda industrial o el de prenda de cosa mueble vendida a plazo.
El Repertorio es el libro de ingreso de la oficina en el se deben anotar todos los títulos que se
presentan al Conservador, por orden cronológico de llegada (arts. 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 30 y 38
del Reglamento).
c) El Registro es público, y el Conservador está obligado a dar las copias certificas que se le
soliciten (arts. 49, 50 y 51 del Reglamento). Por ser publico cualquier interesado en adquirir el
dominio u otro derecho real puede examinar personalmente los libros, pero esta libertad también
deslinda responsabilidades. Si el asesor del interesado examina y comete error, él le responderá, si
se pide el certificado y contiene un error, la responsabilidad será del funcionario.
Conforme a estas causas sus atribuciones de control de validez y eficacia de los títulos no son
muy amplias; y en cuanto a la correspondencia entre la descripción del predio en el titulo y sus
reales características, simplemente carece de poder controlador. Por esta razón, el no garantiza ni la
congruencia entre el titulo y la realidad del predio; ni la calidad de autentico propietario que puede
o no tener quien aparece como dueño en la inscripción.
e) En cuanto a la remuneración, no percibe sueldo fiscal sino derechos arancelarios que cobra a
los interesados en las diligencias que allí se efectúan (con ello paga igualmente a los empleados que
le colaboran).
El art. 52 del Regl. enumera los títulos que deben inscribirse en el registro:
a) Primero se refiere a la traslación del dominio y otros derechos reales y luego a la
constitución de los mismos derechos.
b) En cuanto a la sentencia que declara la prescripción adquisitiva, deben considerarse los arts.
689 y 2513 del C.C.
d) Sobre el supuesto de que el derecho al que se renuncia está inscrito, la renuncia debe
inscribirse.
En cada una de las situaciones contempladas en el art. 52 y en los demás textos citados, la
inscripción cumple una determinada función (o función principal). La consecuencia por la falta de
inscripción dependerá del rol que en cada situación le corresponda desempeñar.
129. Agrupación (o agrupación) en que debe practicarse. Es aquella de la ubicación del predio
(arts. 54 del Regl., y 687 del C.C.). Si se practica en una comuna (o agrupación) que no
corresponde, ella será inútil, teniendo aplicación el art. 696 del C.C.
130. Quien puede requerir la inscripción. Necesidad de la petición (arts. 60 y 61). El Regl. no
contiene una regla general que expresamente disponga que la inscripción debe ser pedida, sin que el
funcionario pueda actuar de oficio, pero en diversas disposiciones se desprende así; por ejemplo., de
los arts. 12, 15, 21, 24, 25, 57, 51, 57, 58, 60, 61, 65 a 69, 74, 78, 79, 81, 85. Está facultado para
actuar de oficio en rectificaciones de errores, omisiones o cualquier modificación equivalente (art.
88). Y en las cancelaciones expresamente se le niega la actuación de oficio (art. 92).
131. Categoría de instrumentos con los que se requiere la inscripción. Referencia a las
minutas. La inscripción debe ser solicitada exhibiendo copia autentica del título o del decreto
judicial en su caso (art. 690 del C.C. y 57 del Regl.).
Aunque el Regl. no lo dispone expresamente, debe concluirse que se admiten a inscripción solo
instrumentos públicos. Así se concluye por: a) la mayor seguridad que confiere esta categoría de
instrumentos, y b) por los artículos 13, 57, 62 y 65 del Regl. que así lo dan a entender.
El Regl. agrega que “se exhibirán también los demás documentos necesarios, sean públicos o
privados” (art. 57). Esta disposición desarrolla el concepto de minuta, por esta se entiende un
instrumento privado, suscrito por los interesados y relativo a inscripciones en el Registro. Su
función es suplir designaciones defectuosas o insuficientes de los títulos, con el requisito de estar
firmadas por quienes tengan interés en su contenido.
132. La anotación en el Repertorio. Es el asiento o constancia que se deja en este libro, de la
presentación y recepción de un titulo para su inscripción. Estas anotaciones se van efectuando por
estricto orden de presentación al Conservador y contienen las menciones indicadas en el art. 24.
133. Obligación de inscribir y causales de negativa. La regla general es que el Conservador está
obligado a inscribir los títulos que se le presenten (arts. 12, 13, 14, 25 y 70). Y debe hacerlo sin
retraso (art. 13 y 70).
Solo excepcionalmente podrá negarse por alguna de las causales presentes en los artículos 13 y
14. En tal caso estampara el motivo en el titulo (art. 14 inc. final), dejando constancia en el
Repertorio (art. 25). El perjudicado puede reclamar (art. 18).
134. Inscripción por avisos. Respecto de los inmuebles que no han sido antes inscritos, se
establece un proceso especial para incorporarlos al sistema (arts. 68 del C.C. y 58 del Regl.). Se ha
discutido la sanción que general el incumplimiento de las formalidades establecidas para esta
inscripción en el art. 58; se ha sostenido, a la nulidad absoluta, ya la inoponibilidad al tercero a
quien dicha inscripción pudiere perjudicar.
a) Cuando se trata de la inscripción de un titulo traslaticio deben firmarla las partes o sus
representantes (arts. 78). Esto porque la tradición consiste en una convención. Pero también esta
permitido actuar por apoderado, tal estipulación facilita la diligencia registral, evitando la
concurrencia personal de las partes.
b) Con el fin de mantener el encadenamiento de las inscripción del inmueble, y por lo mismo su
historia, se exige, cuando procede, la mención de la inscripción precedentes (con los datos de foja,
N°, año y nombre del Registro en que esta (arts. 692 del C.C., 80 del Regl). No obstante, si dicha
mención no se incluye en la inscripción, no parece justificado estimarla nula, y podría ser el caso de
aplicar el art. 696 del Código.
137 bis. Ausencia de menciones en el titulo. El Regl. dispone también la forma como debe
suplirse la falta, en los títulos, de las designaciones que ha de contener la inscripción: la falta
absoluta, mediante escritura pública; los defectos e insuficiencia mediante minutas (art. 82)
a) Los linderos. Exigidos por los arts. 78 N°4 y 81 N° 3, su designación constituye un elemento
de la substancia del acto de que se trata; es una forma de determinación del objeto; por ejemplo, si s
rata de una compraventa, ese dato determinara que es lo vendido, con la responsabilidad que se
deriva. Frente a su ausencia o defecto procede la negativa del Conservador, por la causal del art. 13,
con el último ejemplo que la ilustra unido al art. 78 N° 4.
138. Subinscripciones. Los errores, omisiones y otras modificaciones que sea necesario efectuar
una vez practicada la inscripción se salvan a su margen derecho, mediante las llamadas
subinscripciones. Las subinscripciones son, pues, anotaciones escritas al margen (derecho) de la
inscripción, en la forma y para las finales que el Regl. señala (arts.88, 89 y 91).
Lo que no precisa el Regl. es si cuando se debe practicar nueva inscripción (porque la enmienda
se basa en nuevo título), lo que se inscribe es solo un extracto del título corrector, quedando el
inmueble con dos inscripciones que se complementan (la practicada antes y esta segunda, que
enmienda aquella) o queda solo con una (la segunda, la nueva enmendada). Nos parece que debe
considerarse la primera alternativa, debido a que la segunda implica toda una cancelación de la
anterior inscripción.
139. Cancelaciones. Cancelar una inscripción es dejarla sin efecto. El Regl. ha dispuesto que las
cancelaciones de inscripciones se efectúen mediante subinscripciones. Para esta materia debe
tenerse presente el artículo 728 del Código, según el cual para que cese la posesión inscrita es
necesario que la inscripción se cancele por voluntad de las partes, por una nueva inscripción en que
el poseedor inscrito transfiere su derecho a otro, o por sentencia judicial.
139 bis. La conexión de las inscripciones y la historia de la titularidad de los inmuebles. Con lo
expuesto hasta aquí puede comprenderse que el sistema va configurando una cadena de
inscripciones de dominio por cada predio, sol que con eslabones diseminados en los diversos
volúmenes anuales del Registro. Ubicado el observador frente a una inscripción, constatara que
cierto predio esta inscrito a nombre de cierta persona. Poco o mucho tiempo antes o después vera
que aparece inscrito a nombre de otra, luego a nombre de otra, etc.
El avance y retroceso presenta es posible gracias a dos datos que se incorporan (y que siempre
deben consignarse): a) numero, fija y año de la inscripción anterior, que se consigna en el cuerpo de
la inscripción, y b) numero, foja y año de la inscripción posterior, que se consigna en el margen
derecho, como su subinscripciones. Lamentablemente, los defectos del sistema posibilitan dos
accidentes: la ruptura de la cadena y la formación de cadenas paralelas.
139 ter. Las inscripciones paralelas. La inscripción por minuta. Se denomina inscripción
paralela a la situación en la cual en el Registro aparecen dos (o más) inscripciones con apariencias
de estar vigentes (son nota de cancelación al margen) o respecto de un mismo inmueble. Puede
originarse debido a las siguientes causas:
a) Debido al art. 728, por la sola nueva inscripción en que el poseedor inscrito transfiere su
derecho a otro queda sin efecto la anterior, aunque no se tome nota al margen de que está cancelada
por la posterior, así, si un poseedor inscrito transfiere su derecho a otro, la nueva inscripción deja
candelada de pleno Derecho a al anterior, entonces, si nos e toma la precaución de efectuar nota
marginal en la anterior, la nueva es al vigente, pero al antigua mantiene su apariencia de estar
vigente.
d) Debido a la inscripción por minuta. En un sentido amplio se ha entendido por “minuta” una
presentación escrita que un interesado efectúa al Conservador para algún efecto en el Registro. En
un sentido más restringido, se trata de una presentación escrita que formula un interesado al
Conservador, relatando su situación de dueño y usualmente respaldada con algunos antecedentes
documentales para lograr que un inmueble se inscriba a su nombre (en la actualidad esta inscripción
por minutas en general no es aceptada en el Registro).
a) Cuando un heredero ha enajenado un inmueble sin cumplir con las inscripciones prescritas en
los arts. 688 del C.C. y 55 del Regl.
Cuando la inscripción constituye tradición, puede concluirse que es “la forma” (solemnidad” de
la tradición de los inmuebles; entonces se trata de un acto jurídico (la tradición) substantivo, cuya
forma resulto defectuosa; si el defecto tiene la suficiente envergadura como para conducir a la
nulidad, entonces el acto tradición será nulo por defecto de forma , aplicando las reglas de la
nulidad, puede concluirse que la nulidad es absoluta porque se trata de requisitos establecidos en
consideración a la naturaleza del acto (del acto tradición). Si la inscripción no constituye tradición,
entonces aquí no hay acto substantivo, hay solo forma (o, si se prefiere, “acto formal”). En estos
casos, dependiendo de la envergadura de la infracción, podrá derivar desde la nulidad hasta la
inexistencia.
142. Reconstitución de inscripciones. En caso de destrucción total o parcial de los Registros del
Conservador, tiene lugar la denominada “reconstitución de inscripciones”. El procedimiento para
esta reconstrucción esta señalado en la ley especial 16.665.
d) Ostenta una escasa legalidad. Se ha visto que, conforme al Regl., las atribuciones del
Conservador son limitadas en cuanto al examen de los títulos que se le presentan a inscripción; y
frecuentemente hay desajustes en los datos del predio consignados en la inscripción y sus
características materiales.
e) La inscripción es bastante vulnerable, bien susceptible de ser alterada o dejada sin efecto; por
tanto, su legitimación y su fe pública registrales son débiles. Por una parte, por la recién aludida
escasa legalidad; por otra, por la relación causal con el título.
Clase 23 – 26
Tema La Posesión
1. Peñailillo, Arévalo Daniel, “Los Bienes, la Propiedad y otros Derechos
Lecturas
Reales”, Edit. Jurídica, pp. 323-368
“Arévalo López, Ismael contra agrícola Inmobiliaria Montolín” ROL
Jurisprudenci 4819-2008; “Villarroel, Enrique y otras con Importadora Imco Ltda.”
a ROL 3194-2009; “Sociedad Inmobiliaria y de Inversiones Sierra verde
con Alfaro, Juan” ROL 2341-2011
LA POSESIÓN
I. DESCRIPCIÓN GENERAL
a) Apreciaciones generales.
Dentro del derecho civil es la institución que más controversias doctrinarias ha tenido. Los
principales temas controversiales son (a) la concepción de la posesión objetiva o subjetiva, (b) su
autonomía o dependencia con la propiedad, (c) su naturaleza jurídica como hecho o derecho y (d) el
fundamento de la protección posesoria.
Está reglamentada en el código en el artículo 700 y ss.
b) Definición y elementos (estructuras).
i. Concepción subjetiva: (base en fuentes romanas y Savigni) es la concurrencia
copulativa de dos elementos la tenencia de la cosa (corpus) y el ánimo de dueño
(animus).
A) Corpus: es el elemento materia, la aprehensión, el contacto físico con la
cosa. Disposición material de la cosa. Debe entenderse en términos no
materializados (excepción con los inmuebles)
B) Animus: es el elemento intelectual, psíquico. Consiste en tener la cosa
como dueño, sentirse propietario. Es diferente a la convicción de
titularidad, es simplemente comportarse como dueño. (distinción entre
posesión y simple detentación).
ii. Concertación objetiva: (Ihering) se considera suficientes para la posesión del
corpus, admite presencia de un elemento intencional, pero no con la exigencia de
una concepción precedente. Existen procesión cuando se vincula un hecho a la
voluntad de querer conservar. El elemento es intencional no es independiente del
elemento corporal. Es difícil diferenciar entre posesión y detentación.
A) Animus: propósito, voluntad de servirse de la cosa.
B) Corpus: exteriorización del animus.
La distinción hecha previamente es relevante para diversas consecuencias como la
capacidad para poseer, prueba de la posesión (concepción objetiva: basta probar el corpus,
el titular goza de la protección; concepción subjetiva: cuándo son atacados los meros
tenedores, debe acudirse al titular para protección).
Doctrina chilena (considerando definición del artículo 700) sigue una concepción
subjetiva de posesión39. El ánimo del dueño consiste en la voluntad de tener la cosa para
sí, comportarse como dueño, actuar como propietario; no es la convicción de serlo.
39
Artículo 714 distingue entre posesión y mera tenencia.
40
Admite la existencia de dueños que no tienen la posesión.
41
Es la última de las tres situaciones en que se puede encontrar un sujeto ante la cosa.
g) Cosas susceptibles de posesión.
La posesión debe recaer sobre cosas determinadas. No es concebible posesión sobre cosa
incierta. Sin embargo, esta exigencia no impide la posibilidad de que dos o más personas
posean en común una cosa singular, teniendo cada comunero la posesión en cuotas.
42
Usucapión: Adquisición de un derecho mediante su ejercicio en las condiciones y durante el tiempo previsto
por la ley (RAE), es decir, no se puede adquirir el derecho de servidumbre, solo poseer.
43
Por ejemplo, es poseedor del derecho de usufructo pero sólo mero tenedor de la cosa fructuaria.
i) Clases de posesión.
La distinción más difundida es entre:
Posesión regular
Art. 720
Distinción más común.
Posesión irregular
Art. 708
Posesión
Posesión útil
Posesión viciosa (709):
(presta la utilidad de
Violenta (710) y
conducir a la
clandestina (713)
prescripción)
Según sus defectos
Posesión inutil
Posesión no viciosa
i. Posesión regular44
Definida en el artículo 702, constituye la síntesis del elemento técnico (el título)
con el elemento ético (la buena fe). Elementos:
A) JUSTO TÍTULO45
El CC no define ni justo título ni título. Por “titulo” entendemos el hecho
o acto en el cuál se funda la posesión, es su antecedente justificante, es la
respuesta que ha de dar el poseedor cuando se le pregunta por qué ha de
ser dueño. Por “título justo” entenderemos el que por su NATURALEZA
es apto para atribuir el DOMINIO, debiendo ser real, auténtico y válido.
Observaciones: (a) esta definición está orientada al dominio, la posesión
importa una convicción de dominio, el poseedor se comporta como
dueño. El CC divide entre títulos “constitutivos de dominio” y
“traslaticios de dominio”; su rol es transmitir el dominio, si reúnen los
requisitos correspondientes transmiten dominio, y por esto tratándose de
los títulos traslaticios no es necesario que el título emane del verdadero
dueño para que sea justo; (b) Las características del título (autentico, real
y válido) se agregan teniendo presentes las que según el artículo 704
convierten los títulos en injustos46.
44
Cuando el poseedor carece de dominio, conduce a él mediante prescripción.
45
Íntimamente relacionado con la Buena Fe
46
El falsificado, el conferido por un mandatario, el que adolece de un vicio de nulidad, el meramente
putativo cuyo legado ha sido revocado.
Sub-clasificación47:
Art. 703 "el justo título
es constitutivo o
traslaticio de dominio"
47
Doctrinariamente se agrega el título declarativo, dentro de los títulos justos, pero es aplicable también a
los injustos. Por ejemplo: una venta nula es un título injusto y traslaticio de dominio.
¿Qué clase de título es el del inc. 4º? Art. 703 inc. 4º CC. “Pertenecen a
esta clase las sentencias de adjudicación en juicios divisorios, y los actos
legales de partición.” La adjudicación es el acto por el cual el derecho de
cada comunero sobre la cosa o cosas, se singulariza en forma exclusiva
con relación a un bien. Según la disposición, estos actos son títulos
traslaticios. Pero de otras disposiciones resulta que la adjudicación tiene
un carácter meramente declarativo (Arts. 718 y 1344 CC), y no sería un
título de posesión. Hay 3 explicaciones para lo dicho por el Art. 703 CC:
(a) El legislador quiso decir que era un título derivativo, que supone un
dominio antes existente, en contraposición a los títulos constitutivos. (b)
El legislador se refiere al caso en que el adjudicatario es un tercero, y no
uno de los comuneros. (c) En el precepto del proyecto original se aludía a
una adjudicación en juicio ejecutivo, en que efectivamente hay título
traslaticio. Pero hay autores que sostienen que efectivamente la
adjudicación es título de posesión.
B) BUENA FE
Art. 706 inc. 1º CC. “La buena fe es la conciencia de haberse adquirido el
dominio de la cosa por medios legítimos, exentos de fraude y de todo
otro vicio.” Basta que la buena fe exista al momento de adquirirse la
posesión, aunque después se pierda.
Art. 706 inc. 1º CC. “La buena fe es la conciencia de haberse adquirido el
dominio de la cosa por medios legítimos, exentos de fraude y de todo otro
vicio.” Basta que la buena fe exista al momento de adquirirse la posesión,
aunque después se pierda.
Efectos que produce el error en la buena fe: Art. 706 inc. 3º y final CC.
“Un justo error en materia de hecho no se opone a la buena fe. Pero el
error en materia de derecho constituye una presunción de mala fe, que no
admite prueba en contrario.” Justo error de hecho: aquel que tiene un
fundamento de razón o aceptable conforme a los principios de justicia. En
cuanto al error de derecho, la presunción es consecuencia del Art. 8º CC,
y se refiere sólo a la posesión, no es de aplicación general. Prueba de la
buena fe: Art. 707 CC. “La buena fe se presume, excepto en los casos en
que la ley establece la presunción contraria. En todos los otros la mala fe
deberá probarse.”Casos en que se presume la mala fe: (1) Cuando se alega
error de derecho (Art. 706 inc. final CC) (2) Cuando se tiene un título de
mera tenencia (Art. 2510 regla 3ª 3 CC). (3) Respecto de los poseedores
de los bienes del desaparecido, cuando han sabido y ocultado la verdadera
muerte de éste o su existencia (Art. 94 regla 6ª CC).
La presunción de buena fe es general: La jurisprudencia ha establecido
que esta presunción es general: en el CC se presume siempre la buena fe,
no sólo respecto de la posesión. Incluso se sostiene que se aplica a todo el
campo jurídico. Razones: (1) El dolo no se presume, sino que debe
probarse (Art. 1459 CC). Puede equipararse el dolo a la mala fe. (2) En
cuanto a la ubicación, no es el único caso en que una regla general se
ubica en un párrafo especial. Ej. Normas de la prueba (está en las
obligaciones).
D) Ventajas:
ii. El poseedor regular se hace dueño de los frutos siempre que esté de
buena fe a la época de la percepción (Art. 646 CC).
iii. El poseedor regular está amparado por la acción de dominio, la
reivindicatoria, que en este caso toma el nombre de acción publiciana.
Pero no se puede entablar contra el verdadero dueño o un poseedor con
igual o mejor derecho (Art. 894 CC).
iv. La posesión regular conduce a la prescripción ordinaria: 2 años para
los muebles y 5 años para inmuebles (Art. 2508 CC).
i. Posesión irregular48
Art. 708 CC. “Posesión irregular es la que carece de uno o más de los requisitos señalados
en el artículo 702.”Las ventajas que otorga son pocas: (1) La presunción del Art. 700 inc. 2º
CC se aplica a ambos poseedores. (2) Puede conducir a la prescripción extraordinaria, de 10
años (Art. 2510 CC).
CUADRO
COMPARATIVO Regular Irregular
Ambas llevan al dominio 2 o 5 años 10 años
por prescripción
Acción Acción plubiciana o acción
reivindicatoria , recuperar la
cosa
Dueño? Presunción de que el Presunción de que el
poseedor se reputa dueño poseedor se reputa dueño
Es intransferible:
Art. 717 CC: no distingue si quien sucede a título singular lo hace por causa de muerte o
por acto entre vivos.
Art. 2500 inc. 1º CC. “Si una cosa ha sido poseída sucesivamente y sin interrupción por dos
o más personas, el tiempo del antecesor puede o no agregarse al tiempo del sucesor, según
lo dispuesto en el artículo 717.” Si se le dé la opción de agregar el tiempo, es porque ambas
posesiones son distintas.
Art. 683 CC. “La tradición da al adquirente, en los casos y del modo que las leyes señalan,
el derecho de ganar por la prescripción el dominio de que el tradente carecía, aunque el
tradente no haya tenido ese derecho.”
l) Posesiones contiguas
Para que proceda la agregación es necesario que la posesión del poseedor que agrega sea
continua con la anterior, y si son varias, todas deben ser contiguas, sin solución de
continuidad. Tampoco procederá la agregación si en la cadena de poseedores tuvo lugar una
interrupción de la posesión, natural, que sea civil.
La agregación se efectúa con las calidades y vicios.
n) La intervención de la posesión
Es la transformación de la posesión en mera tenencia o de ésta en aquella.
*Transformación de la posesión en mera tenencia: artículos 684 n°5 y 2494: Se contempla
en el denominado “constituto posesorio” (art 684 n°5). La situación en que el poseedor
efectúa un reconocimiento de propietario al que verdaderamente lo es, en tal caso, se
transforma en mero tenedor.
*Para la transformación de la mera tenencia en posesión: artículos 716 y 2510 regla 3°, 730,
719 inc. 2°: el puro lapso de tiempo es insuficiente para la transformación. (Excepciones:
730 y 2510 regla 3°. En ambos casos se observa que son necesarios otros antecedentes.
Si el tenedor adquiere el dominio de la cosa de parte de quien había entregado la mera
tenencia (traditio brevi manu) o de un tercero (dueño) más que intervención se estaría en
presencia de una adquisición de posesión por tradición.
49
La sucesión por causa de muerte siempre transmite (y no transfiere) el dominio,
independiente del título. Posesión de la herencia:
1. Legal
2. Efectiva: depende si es por resolución judicial (por Testamento) o
resolución administrativa del registro civil cuán el causante fallece
sin testamento.
3. Real: el heredero detenta las cosas, ya las tiene como propias.
Pueden haber herederos Putativos (herederos que detentan la
herencia, pero que no son herederos.
La herencia puede ser transmitida por:
1. Herencia como universalidad:
Cuando el heredero falso o putativo aún no adquiere la herencia
definitiva, no hay título, puede prescribir en 10 años. Si el heredero
puede demostrar la posesión efectiva, por sentencia judicial o
administrativa, puede prescribir en 5 años.
2. En cuanto a bienes específicos:
El causante puede estar en 3 situaciones, con lo que se puede
distinguir en heredero o falso heredero.
a. Causante es dueño, heredero es dueño.
b. Causante es poseedor, heredero será poseedor. (si la
detenta como poseedor irregular, el heredero mejora su
título y queda con una posesión regular)
c. Causante como mero tenedor, heredero como poseedor
siempre que no supiera la condición de mero tenedor del
causante (mejora la condición del heredero).
49
Clase ayudante, 07.05.2014
Resumen:
Prescripción
(Transcurso del
tiempo)
Posesión
Regular Irregular
(Ordinaria: mueble (Extraordinaria:
Viciosa
2años, muebles o inmuebles
inmuebles 10 años) 10 años)
Derechos Reales
Catalina Infante
2014-01
Clase 27-29
730. La posesión puede adquirirse no solo personalmente sino también por intermedio de
otra.
De acuerdo al art. 720 puede tomarse la posesión no solo por el que trata de
adquirirla para sí, sino por su mandatario, o por sus representantes legales.
a) Pero las personas que tienen el suficiente discernimiento para darse cuenta del
hecho que ejecutan, puede adquirir la posesión de las cosas muebles, sin autorización
alguna (art. 723, inc. 1°), el caso anterior es el de los impúberes mayores de 7 años (art.
26).
b) La adquisición de la posesión de las cosas inmuebles exige en el sujeto adquirente
la plena capacidad de ejercicio o la autorización que corresponda tratándose de los
incapaces que tienen suficiente discernimiento.
732. Momento en que opera la adquisición de la posesión realizada por término de otro.
En todos los casos es necesario que quien obra a nombre de otro tenga la capacidad
para adquirir la posesión en el momento de tomar esta y que su voluntad este dirigida a
realizar la adquisición para la persona en cuyo nombre obra.
733. Principio general relativo a la adquisición de la posesión.
Quien pierde la posesión pierde al mismo tiempo el corpus y el animus. Este resultado
se produce en dos series de casos diferentes:
a) Cuando otro se apodera de la cosa poseída con ánimo de hacerla suya (art. 726).
b) Cuando sin pasar la posesión a otras manos, se hace imposible el ejerció de actos
posesorios. Artículos relacionados: 2502, N° 1; 619 y 608.
Esta situación supone un caso en el que el sujeto deje de tener la intención de poseer
la cosa, pero aun así siga ejecutando los actos materiales de la posesión. Esto se produce,
por ejemplo, en los casos de constituto posesorio, donde el poseedor, al vender la cosa,
consiente en conservarla a nombre y lugar del comprador.
Los que aceptan que la ocupación pueda servir de titulo de la posesión de inmueble
no inscrito, concluyen que esta posesión es irregular, porque adquiriría de mala fe (arts.
590, 708 y 8°); los que niegan que la ocupación pueda servir de titulo de la posesión de
un inmueble no inscrito sostienen que, en estos casos, se adquiriría por la concurrencia
de los dos requisitos que constituyen la posesión y en tal caso habría una posesión
irregular, no solo por la mala fe, sino que también por la ausencia de un titulo.
No hay duda, pues, que para adquirir la posesión regular de los bienes raíces no
inscritos (y también los inscritos), cuando se invoca un titulo traslaticio, es menester
realizar la inscripción conservatoria, así lo exige el art. 686. Además, como en este caso se
trata de la primera inscripción, deben cumplirse con las formalidades propias de ella
(arts. 693 del C.C. y 58 del Regl.).
Primero. El tenor literal del art. 724. Esta norma no distingue en cuanto a la
naturaleza de la posesión y, por tanto, la exigencia de la inscripción debe aplicarse tanto
para adquirir la posesión regular como para adquirí la posesión irregular.
Segundo. Como la ley no hace esa distinción, resulta que la inscripción, cuando se
invoca un titulo traslaticio de dominio, no es un simple elemento de la posesión regular,
sino un requisito indispensable para adquirir toda clase de posesión de propiedades
raíces inscritas o no.
Tercero. El espíritu del legislador es lograr que todas las propiedades se inscriban
para que llegue una época en que inscripción, posesión y propiedad sean conceptos que
se identifiquen. Si fuera posible adquirir la posesión de un bien raíz no inscrito sin la
correspondiente inscripción cuando se invoca un titulo traslaticio de dominio, el espíritu
del legislador quedaría en gran parte frustrado.
La teoría de la posesión inscrita está formada por una serie de disposiciones que,
diseminadas través del Código, son perfectamente armónicas:
a) Art. 686. Expresa que la tradición de los inmuebles o derechos reales constituidos
en ellos, se hace por la inscripción en el CBR.
b) Art. 696. Dice que los títulos cuya inscripción se señala en los artículos anteriores,
no darán o transferirán la posesión efectiva del respectivo derecho, mientras la
inscripción no se efectué de la manera que en los dichos artículos se ordena.
c) Art. 702, inciso final. Expresa que el que tiene la cosa a ciencia y paciencia del que
se obligo a entregarla, hace presumir la tradición, salvo que se trate de la inscripción de
inmuebles.
d) Art. 724.Dice que “si la cosa es de aquellas cuya tradición deba hacerse por
inscripción en el Registro del Conservador, nadie podrá adquirir la posesión de ella sino
por este medio”.
e) Art. 728. Según el cual “para que cese la posesión inscrita, es necesario que la
inscripción se cancele, sea por voluntad de las partes, o por una nueva inscripción en que
el poseedor inscrito transfiere su derecho a otro, o por decreto judicial (…)”.
f) Art. 730. Afirma que “si el que tiene la cosa en lugar y nombre de otro la usurpa
dándose por dueño de ella, no se pierde por una parte la posesión, no se adquiere por
otra (…)”.
g) Art. 2505. Manifiesta que no hay prescripción contra titulo inscrito, sino a virtud
de otro título inscrito, y la prescripción comienza a correr desde esta inscripción.
h) Art. 924. Según el cual “la posesión de los derechos inscritos se prueba por la
inscripción, y mientras esta subsista, y con tal que haya durado un año completo, no es
admisible ninguna prueba de posesión con que se pretende impugnarla”.
746. Inaplicabilidad de las disposiciones sobre posesión inscrita a los inmuebles por
destinación.
Del tenor literal de los arts. 724, 728 y 924 en conjunto con el contexto de los arts.
568, 570 y 686 se entiende que la posesión inscrita solo procede de los inmuebles por
naturaleza y no de aquellas cosas que siendo muebles se entienden inmuebles por su
destinación.
Primero. Sin una nueva inscripción no se adquiere ninguna clase de posesión sobre
un inmueble inscrito cuando se invoca un titulo traslaticio de dominio, pues las
disposiciones 728, 729, a contrario sensu, 730 y 2505 declaran que el poseedor inscrito
conserva su posesión mientras la inscripción en su favor no se cancele.
Tercero. El Mensaje del C.C. afirma que “la inscripción es la que da la posesión real,
efectiva; mientras ella no se ha cancelado, el que no ha inscrito s titulo no posee: es un
mero tenedor”. Se refuerza, pues, que el que no inscribe el título no siquiera poseedor
irregular, puesto que se le califica como mero tenedor.
Cuarto. Todo el sistema del Código tiende a que los inmuebles se incorporen al
régimen del Registro del CBR, y sería absurdo pensar que el legislador dejara abiertas las
puertas para que, después que un inmueble ha entrado a ese régimen, pudiera salir de el
mediante la adquisición de la posesión del bien raíz sin inscripción.
En relación a este punto se debe mencionar el inciso 1° del art. 730, el cual la verdad
es casi redundante, pues solo consagra principios ya establecidos en los artículos 716 y
719, inciso 2°; reafirma si, la característica de indeleble que tiene la mera tenencia.
752. Necesidad de cancelar la inscripción para que cese la posesión inscrita; eficacia de
los actos físicos de apoderamiento
De modo que los propios términos del art. 728 están demostrando que los actos
materiales de apoderamiento no constituyen interrupción de la posesión (art. 2052, N° 2):
porque la interrupción surge cuando se ha perdido la posesión y otro ha entrado en ella; y
el art. 728 afirma expresamente que el poseedor inscrito, mientras subsista su
inscripción, no pierde la posesión por el apoderamiento físico que un tercero haga del
inmueble a que se refiere el titulo inscrito.
En suma, podemos llegar a esta conclusión: frente a una posesión inscrita, no valen
absolutamente de nada los actos materiales de apoderamiento de la cosa que haga un
tercero; ellos, por un lado, no hacen perder la posesión del poseedor inscrito, n tampoco,
por otro, le dan posesión alguna al tercero.
El art. 728 dice, claramente, que “Para que cese la posesión inscrita, es necesario que
la inscripción se cancele”. El mismo art. indica las formas de cancelación, que son tres:
Esta cancelación debe ser efectuarse materialmente en el Registro del CBR. Sin
embargo, ocasionalmente, la Corte Suprema ha aceptado la cancelación virtual.
Las cancelaciones voluntarias por decreto judicial se hacen materialmente por medio
de una subinscripción al margen de la inscripción (art. 88 y 89 Regl.). La cancelación
material se opone a la cancelación virtual, la que será tratada a continuación.
757. c) Cancelación por una nueva inscripción en que el poseedor inscrito transfiere su
derecho a otra persona.
a) De acuerdo al art. 2510 N°1 puede prescribirse sin título alguno, con mayor razón
podrá prescribirse con un titulo injusto, este dará lugar a la posesión irregular y,
eventualmente, a la prescripción extraordinaria.
b) Los artículos 728 y 2505 no distinguen entre el titulo justo y el titulo injusto.
c) El art. considera, precisamente, un caso de cancelación de inscripción
mediante la inscripción de un titulo injusto, como es el que deriva del usurpador.
Para que una inscripción ponga fin a la posesión anterior y de origen a una nueva ¿es
necesario que esta nueva inscripción guarde relación aunque sea solo aparente, con la
anterior? Pero si la inscripción nueva ni siquiera guarda relación aparente con la antigua,
¿puede aquella cancelar esta y permitir la posesión del titular de la nueva inscripción?.
Supongamos el siguiente caso: A tiene inscrito a su nombre un inmueble; B es
arrendatario de ese inmueble y, dándose por dueño lo vende a C. La cuestión es ¿la
inscripción de C produce o no el efecto de cancelar la inscripción de A?
El inciso 1° del art. 730 da a entender que un mero tenedor que, precisamente, es el
que tiene la cosa a nombre de otro, aun cuando la usurpe, no mejora su título: porque la
mera tenencia es inmutable, y porque es un principio universalmente reconoció que nadie
puede mejorar su propio título. Pero, en cambio, si el mero tenedor enajena a su propio
nombre la cosa, según el art., se pone fin a la posesión anterior y se da nacimiento a una
nueva: porque el art. 717 establece que la posesión es personal, que no se trasmite ni se
transfiere.
En vista de que el inciso 1° del art. 730 no distingue entre bienes muebles y bienes
inmuebles no inscritos, se debe aplicar a ambos. Respecto del inciso 2° se debe decir que
aplica a los caso en que B, arrendatario de A, dándose por dueño de la cosa la vendiese a
C. En este caso C no adquirirá la posesión, ni A perderá la suya, sino en virtud de la
“competente inscripción”, pero ¿Qué se entiende por competente inscripción? Al respecto
existen dos posibles interpretaciones:
Los seguidores de esta doctrina se afirman en tres puntos: i) el del poseedor inscrito
que ratifica la venta hecha por el usurpador del inmueble (art. 1818); ii) el del usurpador
que, después de enajenar el inmueble, lo adquiere por acto entre vivos o por sucesión por
causa de muerte, validándose entonces retroactivamente la venta (art. 1819) y iii) el caso
del usurpador que, tomando el nombre del verdadero dueño, vende el inmueble usurpado
inscrito.
Estos tres casos han sido refutados, sosteniendo que i) y ii) tienen más relación con el
dominio que con la posesión y que en el caso de la iii) está expresamente excluido por la
letra de la disposición citada, que se refiere al usurpador que, dándose por dueño de la
cosa raíz, la enajena a su propio nombre.
La segunda doctrina afirma que la competente inscripción a que se refiere el art. 730,
inciso 2°, necesaria para que la persona que adquiere un inmueble de manos del
usurpador que se da por dueño de él entre en posesión y ponga término a la posesión
anterior inscrita, es la inscripción de la enajenación en el Registro del CBR
correspondiente.
La ley admite que el poseedor inscrito pueda perder la posesión como consecuencia de
la enajenación de la cosa por el usurpador, seguida de la competente inscripción, y, por
consiguiente, esta inscripción no puede ser otra que la del título de enajenación derivado
del usurpador.
La competente inscripción de que habla el inciso 2° del art 730 no puede ser otra que
la que se efectúa con las solemnidades legales por el funcionario competente, en el
Conservador del Departamento de la ubicación del inmueble que se transfiere. La nueva
inscripción así practicada tiene la virtud de cancelar la inscripción anterior que existe
sobre la misma propiedad.
En el caso del art. 730 la nueva inscripción practicada de acuerdo con los requisitos
exigidos por el Reglamento del CBR tiene la virtud de cancelar la inscripción anterior
existente sobre la misma propiedad. No es necesaria la cancelación material de la
inscripción anterior, pues ella no podría ser válidamente cancelada por el que enajeno la
cosa.
731. Aplicación restrictiva de la disposición del inciso 2° del art. 730 al caso que
contempla.
El inciso 2° del art. 730 es una disposición excepcional y, por tanto, debe aplicarse
restrictivamente al caso que contempla.