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INSTRUMENTOS DE EVALUACION FORENSE CON NIÑOS PEQUEÑOS (3-6 años)Evaluación

Psicológica a niños y

adolescentes víctimas de agresiones sexuales

Psicología forense y peritaje psicológico

INSTRUMENTOS DE EVALUACION FORENSE CON NIÑOS PEQUEÑOS (3-6 años)“A los niños hay que
tratarlos como niños y darles la oportunidad de que se expresen y se desarrollen libremente, quizá
allí empieza la verdadera justicia.” (Peña, K., psiquiatra forense, 2009)

La evaluación forense infantil, es específica para menores dentro de un contexto legal,


generalmente son víctimas de un delito y se encuentran en procesos de investigación, en el cual se
establece el daño, afección, consecuencias, psicopatología, credibilidad, entre otras, por la
agresión a la que fue expuesto. Esta evaluación lleva como fin, la pericia.

La evaluación de un bebé (menos de 12 meses), un niño pequeño (12-36 meses) o un niño en edad
preescolar requiere de técnicas más especializadas y de un entrenamiento más asiduo por parte
del Entrevistador.

Lo fundamental en el caso de niños muy pequeños (hasta 3.5 años o dependiendo del lenguaje)
son: la observación y las Entrevistas colaterales con los padres o cuidadores, quienes deben dar
información adecuada para elaborar la historia del desarrollo, se incluyen: las percepciones y
actitudes de los padres, así como el papel del niño en la familia.

A los niños más pequeños, o a los que presentan dificultades de comunicación, se les puede
facilitar el proporcionar un relato mas claro cuando se valen de apoyos (dibujos, juegos o
muñecos), en relación a las explicaciones puramente verbales. Como ejemplo, los muñecos
pueden permitir a un niño indicar partes del cuerpo o representar un episodio de agresión sexual.

Existe mucha controversia en cuanto a la aplicación de muñecos sexuados durante la Evaluación


forense, por lo que estos instrumentos solo deberían usarse una vez que el niño ha revelado
verbalmente un delito o cuando haya sospechas que se ha cometido un delito que el niño es
incapaz de poner en palabras.

La evaluación infantil tiene modos peculiares de abordaje, es importante brindarle al niño un


ambiente seguro, adecuado para su edad y con materiales que puedan proporcionarle confianza y
control del medio. Es evidente que una evaluación en donde el niño se sienta en su ambiente de
juego infantil, será mucho más efectiva en el ámbito pericial.

Sin duda la Entrevista sigue siendo la herramienta fundamental, incluso con niños pequeños,
durante la Evaluación Forense, las demás técnicas son implementos de ayuda para que el niño
pueda poner palabras de aquello que no ha sido verbalizado, y que hacerlo causa temor no solo
por el hecho en sí, sino por la falta de lenguaje o de evocación de recuerdos en un niño menor de
5 años de edad.

A partir de 1996, Saywitz, L., Snyder L., y Camparo L., publican en el Journal of Consulting and
Clinical Psychology, 1996; Child Maltreatment, 1996 y Child Abuse and Neglect, 1998, estudios
acerca de las variables que intervienen en las narraciones incompletas de niños pequeños.
Los autores proponen que la riqueza de las narraciones de eventos pasados fluctúa según
evolutivamente se van adquiriendo ciertas destrezas cognitivas, por lo tanto consideran que la
información entregada por los niños pequeños adolece la precisión exigida dentro del contexto
judicial.

Para superar esta dificultad los autores sugieren que es posible a través de herramientas como
dibujos, muñecos anatómicamente correctos y juegos, ayudar a los niños particularmente
pequeños a superar una serie de limitaciones implicadas. (Cantón y Cortés, 2003).

Las limitaciones en la Entrevista con niños pequeños, de acuerdo a estos autores (Cantón y Cortés,
2003) son las siguientes:

Los niños pequeños tienen y emplean menos estrategias de recuperación de recuerdos y las
estrategias que emplean son menos eficaces para la elaboración y producción de detalles.

Las narraciones espontáneas que dan los niños pequeños brindan escasas señales contextuales
(quién, qué, cuándo, cómo, dónde y porqué), sirviéndose principalmente de las señales externas
que puedan encontrar en la pregunta del entrevistador para construir el relato.

Los niños pequeños no son conscientes de las implicancias y consecuencias de lo que informan en
una entrevista, ni de la importancia del nivel de detalles solicitado.

Los niños pequeños tienen habilidades de comunicación limitadas.

Las recomendaciones comunes generadas por los diferentes autores, se resumen en la eliminación
de preguntas sugestivas o directivas que puedan contaminar el relato de lo que el niño recuerda, y
en generar procedimientos que faciliten la narración.

Por lo general, las herramientas que se utilicen con niños pequeños, deben buscar minimizar el
trauma, al aumentar la habilidad del entrevistador para determinar qué herramienta utilizar y en
qué momento.

A pesar de las carencias cognitivas y sociales de los niños pequeños, las inexactitudes en la
información aportada suelen ser más un problema del profesional que realiza la entrevista que del
niño entrevistado. (Garrido y Masip, 2004)

Las investigaciones que han tratado la validez de algunas técnicas de entrevista han demostrado,
también, que los niños, correctamente interrogados, hacen declaraciones precisas (Garrido y
Masip, 2001; Holliday, 2003).

De hecho, los niños, desde edades muy tempranas (desde 3 años) son testigos válidos, siempre y
cuando se les entreviste adecuadamente.(Garrido y Masip, 2004)

El problema no está en que los niños tengan ciertas limitaciones, sino en interrogar a los niños de
forma que no puedan mostrar sus capacidades.

Es necesario hacer bien la entrevista, evitando todos los procedimientos sugerentes. En palabras
de Saywitz y Camparo (1998): “las declaraciones de los niños pueden contener omisiones,
inconsistencias y distorsiones que son más función de la incompetencia del entrevistador que de la
incompetencia del niño” (p. 826)

Por lo tanto, incluso con niños pequeños, los autores recomiendan la Entrevista como herramienta
fundamental, y el empleo de otras herramientas (juegos, muñecos, dibujos) como un
complemento de la Entrevista, una vez que el niño haya verbalizado el delito vivido.

El objetivo fundamental de la entrevista consiste en obtener el máximo de información sobre lo


sucedido que el niño pueda ofrecer, y que esta información sea lo más exacta posible.

Se trata fundamentalmente de aprovechar al máximo las capacidades del niño y evitar los
problemas derivados de sus limitaciones. Para ello es necesario tener en cuenta los aspectos que
se describen a continuación:

Hay que proceder con este tipo de entrevista cuando es el propio niño quien hace saber por
iniciativa propia que ha sido abusado, no cuando alguien lo sospecha pero éste no ha dicho nada.
Ésta no es una entrevista terapéutica, y no debe realizarla el terapeuta, sino un entrevistador
adecuadamente entrenado y con experiencia, sin ninguna relación preexistente con el niño.

Habría que hacer la entrevista cuanto antes, pues si el niño ya ha sido entrevistado con
anterioridad, es muy probable que el recuerdo infantil esté ya alterado. La entrevista se grabará,
preferiblemente en vídeo.

Esta grabación permitirá: (a) examinar si realmente la entrevista se ha hecho de forma correcta,
(b) disponer de un registro literal de lo dicho por el niño (con lo que se podrá efectuar la
transcripción sobre la cual aplicar el CBCA( Análisis de Contenidos basados en Criterios:
credibilidad de testimonio), y (c) eximir al niño de ser sometido a sucesivos interrogatorios.

En la evaluación pericial con niños pequeños, es conveniente que antes de empezar la entrevista
se disponga de información sobre: (a) todo lo que se haya recogido en los archivos del caso, pues
ello posibilita una exploración sistemática en una única entrevista no-sesgada, explorando las
contradicciones y omisiones en la declaración del niño y maximizando la información que éste nos
vaya a dar; (b) el nivel de desarrollo emocional, lingüístico y cognitivo del niño, lo cual permite que
el entrevistador pueda adaptarse a sus capacidades (Saywitz y Camparo, 1998); y (c) información
proporcionada por personas próximas al niño sobre cómo llama él a las diversas partes del cuerpo,
sus intereses y actividades (para poder romper el hielo al principio de la entrevista), etc.

FASES DE LA ENTREVISTA CON NIÑOS PEQUEÑOS

Contexto Físico de la Entrevista con niños pequeños:

La entrevista debe hacerse en una sala especialmente diseñada para ello, con una atmósfera
acogedora pero al mismo tiempo neutral.

Es también esencial que no se produzca ningún tipo de interrupción. Nadie más que el
entrevistador y el niño deben estar presentes: la presencia de adultos significativos y/o con
intereses en el caso, especialmente si éstos tienen algún poder y/o lazo afectivo con el niño
(padres, cuidadores...), puede condicionar las respuestas del pequeño.
Creación del Rapport.

Antes de empezar a obtener información del niño es importante “romper el hielo” y lograr una
buena confianza con él. Se trata de empezar a conocerse mejor para que el niño se relaje, se
sienta cómodo y confíe en el entrevistador

Lenguaje. Saywitz y Camparo (1998) señalan que el vocabulario empleado por los entrevistadores
al preguntar a niños testigos a menudo está más allá del nivel de adquisición lingüística de los
mismos.

Es muy importante ser conscientes de que uno está hablando con un niño y no con un adulto. Se
deben emplear frases y palabras cortas, construcciones gramaticales muy simples y términos
concretos.

Los acontecimientos significativos para el niño (por ej., “la hora de comer”) son preferibles a los
marcadores temporales establecidos (“las dos de la tarde”).

Hay que evitar el empleo de frases largas, subjuntivos, condicionales, dobles negaciones, frases
hipotéticas, la jerga legal o psicológica, referencias poco claras (“esto”, “aquello”, etc.), palabras
cuyo significado varía en función del tiempo o espacio (“aquí”, “allí”, “ayer”, “mañana”), etc.

Suele ser útil decir expresamente al niño que si no entiende alguna pregunta o comentario del
entrevistador que lo diga.

Inicio de la Entrevista. Al principio de la entrevista es importante decir al niño: (a) que el


entrevistador no estaba presente durante los hechos, así que no puede saber lo que pasó, por lo
que debe contar lo sucedido en detalle; (b) que cuente absolutamente todo aquello que pueda
recordar, aunque a él le parezcan detalles poco importantes; (c) que no debe intentar adivinar las
respuestas que desconoce; (d) que si ignora una respuesta, que diga que no lo sabe; y (e) que si el
entrevistador dice algo equivocado o que se aleje de lo que pasó, él debe interrumpirle y
corregirle.

Ritmo de la Entrevista. Es el entrevistador quien debe dirigir la entrevista, pero es esencial


acomodarse al ritmo del niño.

No hay que apresurarse, ni atosigar al menor, ni mostrar impaciencia. Hay que formular las
preguntas de una en una, dejando que el niño responda antes de pasar a la siguiente. Si el niño no
responde de inmediato, hay que esperar a que lo haga. Si aún así no contesta, se reformulará la
cuestión con otras palabras (por si no la ha entendido).

Nunca hay que interrumpir. Si el niño hace una pausa hay que esperar un poco, para cerciorarse
de que realmente ha terminado, y luego preguntarle si pasó algo más. Si el niño se detiene en
medio de una explicación, hay que animarle a seguir de forma no sugerente, por ejemplo
repitiendo sus últimas palabras, o diciendo “¿mmmm?”, o “¿y entonces?”, etc. Nunca se debe
repetir una pregunta que el niño ya haya respondido, pues puede asumir que su respuesta es
incorrecta y cambiarla.
Estructura de la Entrevista. Éste es uno de los elementos más definitorios de este tipo de
entrevista. Debe seguirse una serie de “pasos sucesivos” (Yuille y cols., 1993). Estos varían en
número y denominación según los diversos autores, pero en todos los casos se parte de los
mismos principios:

Hay que empezar con preguntas lo más abiertas posibles, evitando dar al niño información que
pueda indicar la respuesta que se espera oír, para lograr que ofrezca una narración libre, según sus
propias palabras, de todo cuanto pueda recordar.

Con esto se pretende: (a) obtener el máximo de información, (b) que ésta no esté sesgada por las
preconcepciones del entrevistador, y (c) evitar contaminar la memoria del niño.

Cuando el niño haya terminado su narración, se le pregunta si hay algo más que quiera contar.

Si tras dicha narración libre quedan datos sin esclarecer, o hay contradicciones en la declaración o
entre ésta y otra información de que se disponga, se irán introduciendo preguntas cada vez más
cerradas, pero tan abiertas como sea posible.

Incluso cuando se emplee una pregunta cerrada debe concluirse de forma que se genere una
narración libre del niño (por ej., “Has dicho que te dio un beso. Háblame de esto, cuéntamelo lo
mejor que puedas”). Las preguntas cerradas nunca se introducirán antes que las más abiertas,
para evitar el riesgo de contaminar así la memoria del niño.

Cierre de la Entrevista. Es inaceptable dejar al niño en un estado emocional negativo al término de


la entrevista. Hay que agradecerle su colaboración, incluso en caso de que no haya ofrecido
información relevante (Saywitz y Camparo, 1998).

Incluso si durante el curso de la sesión el menor admite haber hecho una alegación falsa no se le
debe culpar por ello bajo ningún concepto, sino que hay que agradecerle su sinceridad y hacer que
se sienta bien por haber dicho finalmente la verdad.

También es adecuado preguntar al niño sus impresiones sobre la entrevista, y disipar sus posibles
percepciones erróneas o malentendidos. Para evitar miedos e incertidumbres sobre el futuro, es
útil informarle de cuál será el próximo paso e indicar qué otras cosas se esperan de él.

Para liberar al menor de la carga emocional negativa con que pueda haber llegado a esta fase,
suele ser útil la introducción de un tema positivo y gratificante, como los planes para sus próximas
vacaciones, un cumpleaños, etc.

GUIA DE BUENAS PRACTICAS DURANTE LA EVALUACION FORENSE CON NIÑOS PEQUEÑOS, (APAC,
2004)

Para el trabajo forense con niños y niñas víctimas del delito, el Examinador debe poseer un
mínimo de atributos (APSAC, 2014):
El conocimiento especializado es necesario y de gran importancia al entrevistar niños pequeños.
Este conocimiento puede ser adquirido a través de una combinación de entrenamiento,
experiencia, supervisión, y aprendizaje independiente.

El entrevistador eficaz puede ser hombre o mujer. El sexo del entrevistador suele ser menos
importante que la habilidad. Sin embargo, si el niño muestra una clara preferencia por un
entrevistador hombre o mujer, esta preferencia debe ser acomodada cuando sea posible.

Adáptese al niño como individuo: Si es posible, averigüe lo qué se le ha dicho al niño y cómo está
reaccionando antes de la entrevista.

Deje que el niño establezca el compás de la entrevista y ajústese de acuerdo.

Escuche al niño; permita que las respuestas del niño guíen el proceso interrogatorio y utilice el
vocabulario del niño en lo posible en interrogatorios sub-siguientes.

Ajuste el vocabulario, la estructura de la oración, y la complejidad de los señalamientos que


provee al niño a su nivel evolutivo. B. Evalúe y clarifique de manera continua el entendimiento y
uso de lenguaje del niño a lo largo de la entrevista.

Demuestre Respeto por la Diversidad Cultural y Aspire a Ser Culturalmente Competente.

Las semejanzas raciales no necesariamente significan que dos personas comparten normas
culturales; por otro lado, las diferencias raciales entre un entrevistador y un niño pueden originar
desconfianza inicial.

Desarrolle la habilidad de acomodar las necesidades de diferentes niños.

No dependa de nociones estereotipadas sobre miembros de ningún grupo cultural; más bien,
mantenga la expectativa de que miembros de un grupo dado manifestarán su cultura en formas
variadas.

Recuerde que la cultura es algo fluido; La manera en que individuos y grupos viven su cultura
cambia regularmente dentro del contexto del cambio social en general.

Manténgase al tanto de barreras potenciales cuando hay diferencias religiosas, étnicas, de clase
social, y/o diferencias lingüísticas entre el niño y el entrevistador.

Si un entrevistador bilingüe no está disponible, utilice intérpretes cuando el niño sea sordo o tenga
limitaciones auditivas o cuando no sea competente en el idioma español.

Acomode Cualquier Necesidad Especial que el Niño Presente, Incluyendo Incapacidades Físicas y
de Desarrollo.
Averigüe si el niño tiene alguna necesidad especial que deba tomarse en cuenta antes de que la
entrevista comience.

Averigüe si el niño está tomando algún medicamento que pueda afectar su conducta,
comunicación, y/o su capacidad de relacionarse, quizás en consulta con personal médico y
programe la entrevista de acuerdo.

Ya que todo equipo de adaptación en general es considerado como una extensión del cuerpo del
niño (por ejemplo, silla de ruedas, casco, audífono, computadora), pida permiso antes de tocar o
ajustar el mismo.

Esté al tanto de que algunos niños con rezagos evolutivos pueden tratar de ser complacientes,
respondiendo a preguntas de la manera que ellos entienden es de agrado al entrevistador.

Olguín, A., (2007). Entrevista psicológica forense con niños menores de 14 años en el ámbito
penal. Universidad Autónoma de Barcelona. España.

CANTÓN, J y CORTÉS, M. (2003). Guía para la evaluación del abuso sexual infantil. 2ºEdición.
Madrid. Pirámide.

Garrido, E., Masip, J., (2004). La Evaluación del Abuso Sexual Infantil. Primer Congreso de
Psicología Jurídica y Forense. Salamanca. España

Masip, J., Garrido, E. y Herrero, C. (2003). El Análisis de Contenido Basado en Criterios (CBCA).
Revista Iberoamericana de Diagnóstico y Evaluación Psicológica, 15(1),

Saywitz, K. (1995). Improving children’s testimony: The question, the answer and the environment.
En M. Zaragoza, G. Graham, G. N. Hall, R. Hirschman, e Y. Ben-Porath (Eds.), Memory and
testimony in the child witness (pp. 113-140). Thousand Oaks, CA: Sage.

Asociación Profesional Americana Sobre el Maltrato Infantil (APSAC). (2014). La Entrevista Forense
en casos de Sospecha de Abuso Infantil. Guía de Prácticas. Pag. 25. Tomado de www.apsac.org

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