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Este volumen contiene algunos artículos de la Revue Spirite del año 166, #11 - abril

2023. No es una versión completa. Las traducciones son responsabilidad del


traductor.

TRADUCTORES Y EDITORES EN ESTE NÚMERO

VÍCTOR RUANO REGUEIRO


Revue Spirite
Journal d`Études Psychologiques
Fondée par ALLAN KARDEC le 1er janvier 1858

Propiedad del Consejo Internacional de


Espiritualidad (CEI)
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EUIPO (Oficina de propiedad intelectual de la Unión
Europea)
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Nacional de Propiedad Intelectual) en el número
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Editado por
Federação Espírita Portuguesa
Praceta do Casal Cascais 4, r/c, Alto da Damaia,
Lisboa
ISSN 2184-8068
Depósito Legal 403263/15
© copyright 2023
Año 166
Nº11
CEI | Trimestral | abril 2023
Distribución gratuita

Dirección (CEI)
Jussara Korngold

Coordenación (FEP)
Vitor Mora Féria

Coordenación Editorial
Sílvia Almeida

Edición e revisión de texto


Cláudia Lucas
José Carlos Almeida

Web

Marcial Barros
Nuno Sequeira
Sandra Sequeira

Arte y diseño
Sara Barros

revuespirite@cei-spiritistcouncil.com
www.cei-spiritistcouncil.com
Índice
JUSSARA KORNGOLD EDITORIAL
JORGE ELARRAT RESPONSABILIDAD PERSONAL Y LEY DE
CAUSA Y EFECTO
HELIO BLUME LA LEY DE ACCIÓN Y REACCIÓN EN LA
EVOLUCIÓN DEL SER HUMANO
BRUNO LINS QUINTANILHA ¿QUÉ ES LA CARIDAD?
UNA PROPUESTA PARA MIRAR
FRANCISCO RIBEIRO REVISITANDO LA REVISTA ESPÍRITA
FRAUDES ESPÍRITAS - abril 1859
DAVID LIESENBERG PLANO HISTÓRICO
BREVE HISTORIA DE LAS IDEAS ESPÍRITAS
EN SUECIA
DARCY NEVES MOREIRA LA NUEVA GENERACIÓN
¿SABÍAS QUE TUS HIJOS SON ESPÍRITUS
QUE VUELVEN A LA ENCARNACIÓN?
DIVALDO PEREIRA FRANCO CONFERENCIAS FAMILIARES DE
ULTRATUMBA
ENTREVISTA ENTREVISTA A MARIA APARECIDA
BERGMAN
EDITORIAL

JUSSARA KORNGOLD

Traducido por:
Víctor Ruano Regueiro

Hay en la humanidad quienes se autoproclaman jueces de la divinidad. Muchos


son feroces en sus evaluaciones y se arrogan el derecho de condenar sin freno,
utilizando la crítica mordaz, actuando más como inquisidores que como seres
humanos perfectibles, pero aún lejos de la perfección.
Nos damos cuenta de esta característica por el hecho de que carecen de una de
las virtudes más importantes enumeradas por Jesús en su Sermón de la Montaña,
la misericordia. En las dos balanzas de la justicia, una de ellas debería ser la
misericordia.
No olvidemos la advertencia del Maestro: "Con la misma medida que midáis,
también seréis medidos" (Mc 4,24). La medida será siempre la misma, porque el
Juez Supremo es nuestra conciencia.
Por eso, cuando ejerzamos nuestro libre albedrío al juzgar, no olvidemos la ley
de Causa y Efecto, porque cosecharemos lo que lancemos al mundo, y lo que
más necesitamos en este momento es misericordia. Que acojamos a los que se
equivocan en los matices de la vida y que, en lugar de ser nombrados jueces de
la vida ajena, seamos reconocidos por Dios como sus emisarios de misericordia.
RESPONSABILIDAD PERSONAL Y LEY DE CAUSA Y EFECTO

JORGE ELARRAT

BIO:
Jorge Elarrat - Jorge Elarrat es espírita desde 1980, activo en
las actividades de la Juventud, trabajador en las áreas de
Estudio y Doctrina y de la Unificación del Movimiento Espírita
en la Federación Espírita de Rondônia (FERO).

TRADUCIDO
POR:
Víctor Ruano Regueiro

RESUMEN:
Las informaciones de la Doctrina Espírita sobre la cuestión
de las responsabilidades y la discusión sobre la Ley de Causa
y Efecto exigen reflexionar sobre el proceso de evolución de
la criatura humana - fenómeno por el cual el Espíritu va
desarrollando sus diversas potencialidades, hasta llegar al
ser humano responsable por sus actos y evaluados por su
propia conciencia, asumiendo la responsabilidad personal
ante la Ley y comenzando a amar.

PALABRAS
CLAVE:
Ley de Causa y Efecto, Responsabilidad, Libre albedrío,
instinto, inteligencia.

Las informaciones de la Doctrina Espírita sobre la cuestión de las


responsabilidades y la discusión sobre la Ley de Causa y Efecto exigen una
reflexión sobre el proceso de evolución de la criatura humana - fenómeno a través
del cual el Espíritu va desarrollando sus diversas potencialidades.
En verdad, el fenómeno de la criatura humana, en términos espirituales, no
comienza en el momento en que somos Hombres. Tenemos una historia mucho
más temprana, donde ya habitamos formas mucho más primitivas que las que
habitamos hoy.
Según las enseñanzas espíritas, existe un período anterior a la existencia humana,
en el cual estuvimos en reinos anteriores y en formas más primitivas. Los libros de
biología nos hablan de la evolución de las especies, en un proceso
extremadamente lento, a través del cual una criatura se transforma en otra. Este
es un proceso sobre el cual el Espiritismo también ofrece una serie de
informaciones.
Es, como dijimos, un fenómeno muy lento, por lo que nadie puede imaginar que
esta transformación de animal a hombre, esta transformación que sucederá en
nuestras disposiciones más profundas, sucederá de un momento a otro. ¡No
podemos imaginar que nuestro gato “inteligente” nacerá en un cuerpo humano en
una próxima vida!
Según Herculano Pires, este proceso tiene lugar dentro de las especies. Dentro de
la especie en la que se encuentra, cada ser promueve su proceso evolutivo.
Entonces, el fenómeno de construir nuestra condición de seres humanos lleva
mucho tiempo. Podríamos decir que somos una gran victoria del proceso
evolutivo. Imagínese la obra magistral de nuestro Gobernador planetario, que
toma inerte la Tierra, sin absolutamente ninguna forma de vida y, en el silencio del
paso de los milenios, Él va pacientemente, trabajando las formas físicas, para que
los cuerpos se vuelvan cada vez más complejos, permitiendo progresivamente,
una manifestación más objetiva de aquello que es nuestra parte espiritual. Por lo
tanto, no se forma con la conciencia que tenemos hoy. Atravesamos por un largo
período actuando sólo por instinto, según nuestras condiciones más inmediatas.
En reinos anteriores, en las primeras etapas de nuestra evolución, vamos
aprendiendo a huir, a escondernos de los depredadores, a cazar, a protegernos
del frío, a fabricar algún tipo de instrumento para sobrevivir, a vivir colectivamente
de forma gregaria, aprendiendo que tenemos que cazar en grupo, porque
cazando solos tenemos menos éxito. Vamos a tener una serie de maravillosas
experiencias a lo largo de este crecimiento.
Lo que predomina en la criatura en este período son los instintos. Lo que mueve a
un animal a huir de un depredador no es la inteligencia sino el instinto. Él actúa de
acuerdo con el condicionamiento que ha acumulado durante las varias existencias
que ha tenido.
En esta etapa, ¿qué se puede esperar de nuestra parte espiritual, que aún no se
llama Espíritu? ¿Qué se puede esperar de este principio espiritual que tenemos,
pero que aún no es consciente de sí mismo? Que simplemente ejercite sus
instintos, para que la inteligencia comience a aparecer progresivamente.
Entonces, desde el principio, los animales actúan solo por instinto, ¡ya que no
tienen otra cosa! A medida que estos animales se vuelven más y más complejos,
sus cerebros se desarrollan y notamos que comienzan a tener destellos de
inteligencia. Es muy curioso, porque ellos comienzan ocasionalmente a tomar
decisiones basadas en la inteligencia y no exclusivamente instintiva. Van
lentamente, pasando a tener experiencias en que la inteligencia toma el control
de sus acciones en determinados momentos, como si fuera una luz que se
enciende cuando es inteligente y se apaga cuando solo queda el instinto.
En el libro La Evolución Anímica, Gabriel Delanne narra el caso de un zorro que vino
con un animal en la boca, un pájaro que había cazado. El intenta saltar un muro,
pero el muro es demasiado alto. Con el peso del pájaro no puede saltar. Después
gana distancia, corre, salta y no lo consigue. Lo intenta tres veces y se da cuenta
de que no tiene fuerzas suficientes para cargar al animal y escalar el muro.
Entonces este zorro, que en principio actúa por instinto, toma una decisión
inteligente: mira para el muro, se da cuenta de que tiene un agujero, toma
distancia, corre y salta de tal manera que clava el pico del pájaro en el agujero del
muro y cae al suelo. El pájaro se queda allí colgado y ahora, sin el peso del pájaro,
el zorro toma distancia y salta de nuevo, quedándose encima del muro. Desde lo
alto del muro, se baja, se estira, toma el pájaro que estaba colgado en el hueco
cerca de la parte superior del muro, toma el pájaro, salta y se va1. Este ejemplo, no
fue por instinto que tomó esa decisión. Ocurrió un destello de inteligencia. Él tomó
una decisión, evaluando la situación. En ese momento el instinto dio paso a la
inteligencia.
Observamos que a medida que los seres se acercan a la condición de ser
humanos, su caja craneana se va ampliando, va desarrollando habilidades
manuales (como sucedió con nosotros), y comienzan a promover un cambio
significativo en su historia.
Desde el punto de vista de la historia natural, hemos llegado en este momento a
un período llamado Paleolítico, el primer período de la prehistoria, que es el
período de la piedra lejana. Palio es anterior, es el primero, en el que el Hombre
utiliza herramientas: comienza a coger la piedra y a golpearla con otra, a astillarla,
para que quede afilada y nazca una herramienta, fruto del uso de la inteligencia
que comienza a desarrollarse. Por supuesto, todavía es una pequeña inteligencia,
la piedra solo ha sido astillada, solo estamos en el Paleolítico.
Después de un cierto tiempo, el Hombre desarrollará otras habilidades: frotará
varias veces por hora esta piedra, con una piedra más dura, hasta que tome la
forma que desea. En ese momento, se pasa de la edad de la piedra tallada, a la
edad de la piedra pulida, que es el llamado Neolítico. Neo – nuevo. El Hombre del
Neolítico ya confeccionaba ropa, andaba con bolsas atadas a la cintura, ya no vivía
en cuevas, ya tenía un lenguaje articulado y un modelo de culto, la religión.
Los científicos afirman que el Hombre del Neolítico hablaba porque en los
yacimientos arqueológicos donde vivió, se pueden observar vestigios de rituales
y prácticas religiosas que allí se desarrollaban. La religión habla de cosas
abstractas, por lo que es imposible que exista sin un lenguaje articulado. Una vez
que hay vestigios que indican la práctica religiosa, se demuestra la existencia de
la comunicación oral, del habla. Sólo así se justifica que pudieran tener una
expresión religiosa en una época tan remota.
Entonces, este ser se vuelve cada vez más inteligente y en este proceso de
transformación llegará a la condición de tener un pensamiento continuo. Es
cuando, en la historia de la Humanidad, nace el homo sapiens, que según la
mayoría de los científicos habrá ocurrido hace unos 60 mil años, en una época en
la que ya no tenemos un ser que actúa por instinto y tiene destellos de inteligencia,
sino un ser en el que la inteligencia se hizo tan frecuente que el instinto fue
desapareciendo poco a poco. El predominio de la inteligencia, del pensamiento
continuo, es el indicio de que el ser pasó de la animalidad a la hominalidad. Y como
tiene pensamiento continuo, ahora puede llamarse Espíritu. ¡Aquí está el
nacimiento del Hombre!

1
Delanne, “La Evolución Anímica”, Cap. II.
Mientras el ser esté en condición de animal, aunque esté en proceso de transición,
pero no haya alcanzado la condición de homo sapiens, no podemos decir que es
Espíritu. Sólo se está ensayando, acercándose a la condición de Espíritu, pero sigue
siendo un principio espiritual.
Llamamos principio inteligente al principio espiritual en la etapa que precede a la
condición de Espíritu. En esa etapa el ser es un principio inteligente que, tras
adquirir un pensamiento continuo, continúa su evolución ahora llamado Hombre
(Espíritu).
Es un proceso idéntico al que transforma al niño en adulto. La persona es la misma,
sólo que, en un momento dado pasa a ser considerada adulta, en razón de su
grado de madurez. Ocurre lo mismo con el principio inteligente, que adquiere
gradualmente características de Espíritu cada vez con más frecuencia, hasta que
se convierte en Espíritu a causa del pensamiento continuo, porque comienza a
razonar permanentemente.
En este momento, muchas cosas cambian: su pensamiento deja de estar
fragmentado; pasando a llamarse Espíritu en lugar de principio inteligente, porque
actúa principalmente por inteligencia; su parte espiritual, llamada protoforma (que
es el nombre que la literatura espírita da al cuerpo espiritual anterior al
periespíritu), ahora se llama periespíritu, que es lo que está alrededor del Espíritu;
y, finalmente, comienza a tener libre albedrío, algo que antes no tenía, porque
actuaba por instinto, impulsado únicamente por las cosas que tenía almacenadas
en su interior. Ahora, en la condición de Espíritu, adquiere el poder de decidir.
Es por esta razón que no podemos considerar que el caballo o el perro tengan
libre albedrío. Tienen destellos de inteligencia, pero no se les puede llamar
Espíritus. Como consecuencia de no tener libre albedrío, no tienen responsabilidad
bajo la Ley de Causa y Efecto.
Todos los seres que aún no tienen la inteligencia completamente desarrollada no
pueden ser considerados responsables ante esta Ley, lo que significa, en la
práctica, que cuando el león se come a una cebra, no tiene la culpa, porque no
actuó con inteligencia, actuó por instinto. Si actuó por instinto, la Ley de Causa y
Efecto no le alcanza, no le ofrece castigo. Por eso no hay animales espiritualmente
comprometidos, endeudados, etc.
Ningún animal sufre consecuencias ni tiene responsabilidad espiritual por las
cosas que le suceden, porque aún no tiene la condición de responsabilizarse de
su existencia. Como consecuencia de este fenómeno de animalidad, si no tiene
responsabilidades ante la Ley de Causa y Efecto, tampoco tienen experiencias
expiatorias. Los animales tienen terribles enfermedades, sufren accidentes,
pueden quedar mutilados, pero ninguna de estas experiencias está ligada a otras
existencias anteriores. Son solo experiencias de prueba, relacionadas con su
aprendizaje y le darán una percepción que contribuye al desarrollo de ciertos
puntos de crecimiento en cuanto a su comprensión de las cosas.
Cuando, por ejemplo, un animal intenta cruzar un riachuelo y de repente se le
acerca un cocodrilo y se lo come durante la travesía, estamos ante una experiencia
de prueba, que le permitirá empezar a darse cuenta de que cuando llega al borde
del riachuelo para cruzarlo, tiene que ver si hay cocodrilos y calcular la distancia a
la que se encuentran, el tiempo que le lleva para cruzarlo, para saber si merece la
pena cruzarlo o no. Entonces, este cálculo que tiene que hacer entre distancia,
velocidad y tiempo es parte de su desarrollo. Las experiencias de cáncer, de dolor,
por las que pasan algunos animales, no tienen ningún fundamento espiritual
anterior. Ocurren debido al aprendizaje. El animal sufre, pero no es infeliz. La
infelicidad sólo existe en el ser humano porque razona sobre su dolor. El
sufrimiento no es señal del castigo de Dios, es inherente a la vida misma. El animal
tiene sufrimiento, pero no reflexiona sobre su dolor dentro de sí mismo.
El hombre, habiendo cruzado la frontera de la condición animal para la humana,
comienza a mostrar la capacidad de reflexionar sobre su dolor. Antes solo era
necesario que el animal desarrollara el instinto, que el animal ganara la capacidad
de defenderse, de correr y saltar. Cuando alcanzamos la condición hominal, ya
empezamos a tener reflexiones diferentes, una nueva etapa con inteligencia y
libre albedrío. En consecuencia, surge la responsabilidad por las acciones
cometidas.
Un hombre primitivo que mata a otro, al que todavía nadie ha enseñado a no matar,
que ha sido un animal durante miles de años y nunca ha tenido que rendir cuentas,
no tiene la misma responsabilidad que un hombre civilizado que comete el mismo
acto.
La responsabilidad del individuo le alcanza en la medida en que comprende lo
que hace. Es necesario que comprenda los errores que comete para ser
sancionado por ellos.
En El Libro de los Espíritus, en el capítulo dedicado a la “Ley Divina”, podemos leer:
“un hombre civilizado que comete una simple injusticia es mucho más culpable
que un salvaje que se entrega a sus instintos”. (Kardec 2014, 301)
Esto se debe a que el salvaje que se entrega a sus instintos acaba de salir de la
vida animal donde no era responsable de sus actos. Él está en su infancia espiritual
y todavía tiene una noción limitada de las cosas, pero ya no está completamente
exento, él recibe una pequeña observación por lo que hace. Nótese que el libro
dice “es más culpable”, lo que quiere decir que el otro también es culpable, pero
menos, porque sabe poco.
Ahora, en la condición de humanos, ya no tenemos solo experiencias de prueba.
Para que aprendamos, tenemos que tener experiencias expiatorias, que son
aquellas en que repetimos experiencias pasadas en las que no actuamos
correctamente, para ver si ahora acertamos.
Por ejemplo, en el pasado alguien ve una comunidad más primitiva y decide
explotarla. Cuando decide hacerlo, lo hace con inteligencia y no con ingenuidad.
Este individuo es un alma vieja, inteligente y egoísta. Entonces, el necesita
aprender que no puede hacer eso. Que está mal.
Puede suceder que reencarne en la misma comunidad que explotó, destruyó,
degradó sus condiciones de salud, puso en entredicho su permanencia en ese
lugar. Cuando renazca, entre sus explotados, estará en esa comunidad como si
también fuera un Espíritu principiante, sólo que no lo es. Es mucho más inteligente
y la comunidad no sigue su razonamiento y rápidamente se convierte en el líder
de este grupo. Ahora, en la piel de aquellos a los que explotó, querrá defender sus
intereses.
No sirve de nada querer tener ventajas sobre los demás. La Ley de Causa y Efecto
trae responsabilidad. El animal no tiene responsabilidad; el hombre recién salido
de la animalidad, en la infancia espiritual, tiene una pequeña responsabilidad. Pero
a medida que aprende y desarrolla la inteligencia, que se vuelve más capaz, las
responsabilidades se vuelven mayores. Sabe más, entonces puede ser alcanzado
por la Ley de manera más intensa, para que se dé cuenta de que no puede seguir
por el mismo camino.
Cuando comenzamos a entender estas cosas, nos damos cuenta de que Jesús
tenía razón cuando dijo: "A quien mucho se le ha dado, mucho se le exigirá".
Es interesante que algunas personas digan que quieren permanecer ignorantes,
para seguir haciendo lo que quieran sin tener que rendir cuentas.
Sólo la frase correcta sería: A quien mucho se le dará, mucho, mucho más rápida
será su evolución, pero si se equivoca, ¡se le cobrará! ¡Al final, vale la pena!
Negarse a aprender para que no te cobren cuando cometes un error es como
querer volver a casa a oscuras. ¿Qué sería mejor? ¿Ir andando a oscuras hasta
llegar o ir con una lámpara encendida para llegar más rápido? Con la lámpara
encendida vemos los huecos, evitamos los peligros y llegaremos más rápido a
casa.
Si nos equivocamos, se nos cobrará, pero eso es, si nos equivocamos. Si
aprendemos, si tenemos más conocimiento, caminaremos con mucha más
velocidad en la vida.
Hay otra reflexión que es interesante, que es cuestionarse ¿quién nos cobrará si
nos equivocamos? La Doctrina Espírita indica que es nuestra propia conciencia.
Fijémonos: si no lo supiéramos, nuestra conciencia no nos acusaría, pero ahora que
lo sabemos, somos conscientes de lo que hacemos, por lo tanto, nuestra
conciencia nos acusa. Entonces, nuestras responsabilidades ante la Ley de Causa
y Efecto son resultado de nuestro proceso de desarrollo. Y no hay ninguna
posibilidad de ser realmente bueno si antes no hemos tenido estas experiencias.
Por eso El Libro de los Espíritus nos dice que el conocimiento intelectual viene
primero y sólo después el conocimiento moral2. Cuando se habla de conocimiento
intelectual en esta pregunta, no se trata del conocimiento de la escuela, de los
libros o de la academia, se trata del conocimiento del animal que está
aprendiendo, del hombre sencillo que se está desarrollando, adquiriendo
experiencias, conviviendo, teniendo muchas encarnaciones.
En la pregunta 108 de la misma obra se describen los Espíritus benévolos, que son
la primera clase de los buenos Espíritus, “los que han avanzado más en el campo
moral que en el intelectual”. (Kardec 2014, 97)
¿Cómo se explica esta respuesta si antes se decía que el desarrollo intelectual
debe venir primero y la moral después? Es porque anteriormente de lo que
hablamos es de experiencia de vida. En la pregunta 108, la idea es diferente. El
Espíritu ha experimentado, vivido, pero no tiene academia, le falta conocimiento
técnico y científico. Con eso él puede convertirse en un Espíritu benévolo,
tendiendo al bien, haciendo el bien y disfrutando haciéndolo, pero no avanzará

2
Kardec, “El Libro de los Espíritus”, preg.108.
más en la escala espírita. En adelante, los Espíritus sabios, los Espíritus de sabiduría
y los Espíritus superiores tienen este conocimiento técnico para poder ayudar a la
espiritualidad a hacer la correcta obra del bien. Para ser verdaderamente bueno,
se debe adquirir el conocimiento técnico de la vida, lo que implica una
aproximación a las verdades científicas.
Lo que estamos explorando aquí son las diferentes etapas de crecimiento de las
personas con sus responsabilidades. Recapitulando:
- Primera etapa – la etapa animal – etapa del instinto;
- Segunda etapa - Es la de la inteligencia, el conocimiento y la razón. Como el
Hombre tiene razón y no sabe cómo usarla, se vuelve egoísta, orgulloso,
ambicioso y la inteligencia termina trayendo una serie de experiencias negativas
que son experiencias expiatorias, que llevan al aprendizaje de que el mal no hace
el bien y es necesario pasar a la siguiente etapa;
- Tercera etapa - es la fase del desarrollo intelectual - aquí el crecimiento que se
le pide al Hombre no se limita a la inteligencia. Es necesario también el
conocimiento moral. La puerta del futuro ahora solo se abre con dos llaves. Antes,
para abrir la puerta del futuro bastaba una llave, la de la inteligencia. Ahora, para
abrir la puerta del futuro, necesitamos dos llaves: una para la inteligencia, y otra
para la moral. Sólo entonces se abrirá la puerta del futuro. Cualquiera que no haya
desarrollado la moral no entrará. No necesitas una moral gigantesca, basta sentir
que necesitas cambiar.
Esta es la belleza de la lectura que la Doctrina Espírita nos ofrece sobre el mundo
de la regeneración. No se exige que seamos espíritus trascendentes. Solo que,
para pasar a la siguiente fase, desarrollamos el entendimiento de que es
realmente necesario comenzar a desarrollar el campo moral.
En El Evangelio según el Espiritismo leemos que el hombre en su inicio sólo tenía
instintos, más avanzado y corrompido tiene sensaciones, emociones, es
apremiado por el goce de las cosas materiales, y más adelante desarrolla el
sentido moral, cuando aparece el florecimiento de los sentimientos y las
cuestiones espirituales3. Esta sería la relación entre la responsabilidad del Hombre
y la Ley de Causa y Efecto - cuanto más me elevo; más me pongo espiritualmente
ante la Ley, más entiendo, más me exige la Ley, pero, como resultado, estoy
mucho, mucho más feliz con el conocimiento que tengo. Esta es la grandeza y la
belleza de la Ley en la que estamos insertos. Dios nos creó para la felicidad
completa y esta felicidad sucederá a medida que usemos nuestra responsabilidad
para actuar bien frente a la Ley de Causa y Efecto. Cuando hacemos esto,
ejercitando el amor, somos libres.
En resumen, estamos en la vida para aprender a amar y ese es el objetivo de las
etapas de instinto e inteligencia que ya quedan atrás.
El llamado de hoy es para desarrollar el amor, superar nuestra pequeñez y seguir
adelante con decisión, porque Dios quiere darnos la felicidad, pero la felicidad sólo
llega cuando amamos.

3
Cf. Kardec, “El Evangelio según el Espiritismo”, 192.
Este es el llamado: ¡asumir nuestra responsabilidad personal ante la Ley,
comenzar a amar para ser plenamente felices!

Bibliografía
DELANNE, Gabriel. 1889. La Evolución Anímica. Brasilia: FEB.
KARDEC, Allan. 2013. El Libro de los Espíritus. Brasilia: FEB.
KARDEC, Allan. 1988. El Evangelio Según el Espiritismo. Brasilia: FEB.
LA LEY DE ACCIÓN Y REACCIÓN EN LA EVOLUCIÓN DEL SER
HUMANO

HELIO BLUME

BIO:
Helio Blume es director de la FEB desde 2008, coordina los
cursos y actividades de educación de adultos y el área de
Asistencia Espiritual por el Consejo Federativo Nacional de
la FEB. Es Tesorero del Consejo Espírita Internacional,
secretario general del Consejo Federal de Medicina
Veterinaria, vicepresidente de la Asociación Panamericana
de Ciencias Veterinarias y consejero de América Latina en la
Asociación Mundial de Medicina Veterinaria.

TRADUCIDO
POR:
Víctor Ruano Regueiro

RESUMEN:
La Doctrina Espírita nos ayuda a comprender los diferentes
conceptos y concepciones de la Ley de Causa y Efecto y las
diversas interpretaciones religiosas de la Justicia Divina que
están vinculadas al libre albedrío individual y colectivo, y a la
ley de amor, justicia y caridad. También nos hace reflexionar
sobre la evolución del ser humano, su voluntad, la libertad
de elección, el determinismo, dejándole la responsabilidad
de sus actos, donde es imprescindible que el desarrollo de
la inteligencia vaya acompañado de un progreso moral.

PALABRAS
CLAVE:
Ley de Causa y Efecto, Justicia Divina, Libre albedrío,
Voluntad y Libertad.

1- Causa y Efecto
Objetivos
La expresión "causa y efecto" se utiliza para especificar las consecuencias
(efectos) generadas por las acciones humanas (causas). Tiene similitudes con la
tercera ley de gravitación universal y del movimiento, conocidas como "las leyes
de Newton", que fueron definidas por el científico inglés Isaac Newton (1643-1727).
Esta ley se rige por los siguientes principios:
1. Cuando un cuerpo A ejerce una fuerza sobre un cuerpo B, simultáneamente el
cuerpo B ejerce una fuerza sobre el cuerpo A, de la misma intensidad, pero en
sentido contrario, constituyendo el llamado par acción-reacción de la interacción
de contacto. Tales fuerzas tienen, en principio, la misma intensidad, dirección, pero
actúan en sentidos opuestos.
2. Ambas fuerzas tienen la misma naturaleza, de lo contrario no habría contacto.
3. La interacción de fuerzas se produce en el mismo campo y entre dos cuerpos.
4. Durante el contacto y la interacción, las fuerzas no se equilibran ni se anulan
entre sí, ya que se originan de cuerpos diferentes (cada cuerpo conserva su propia
fuerza).
Como ejemplo, recordemos el acto de nadar. El nadador se desliza en la piscina
porque aplica una fuerza (acción) sobre el agua, con la ayuda de sus manos y pies;
a continuación, desplaza un volumen de líquido hacia atrás, haciendo que el agua
imprima otra fuerza (reacción) al líquido, hecho que permite al nadador
desplazarse. Se observa, por tanto, que la fuerza aplicada por el nadador sobre el
líquido, llamada acción, se encuentra con la fuerza procedente del agua, llamada
reacción. El resultado final (nadar) sólo se produce porque ambas fuerzas, la del
nadador y la del agua, tienen la misma intensidad, aunque en direcciones
opuestas. En otras palabras, la fuerza que el nadador aplica sobre el agua es
similar a la fuerza que le empuja hacia delante, ejercida por el agua.
El principio newtoniano de acción y reacción guarda una relación simbólica con
los conceptos de Pena del Talión, Karma (o carma), Justicia Divina y Ley de Acción
y Reacción.
Pena del Talión
Consiste en la estricta reciprocidad que existe entre delito y castigo, denominada
apropiadamente represalia. Esta ley, frecuentemente expresada por la máxima ojo
por ojo, diente por diente, es una de las más antiguas que se conocen, cuyos
indicios fueron encontrados en el Código de Hammurabi (un antiguo conjunto de
leyes escrito en Babilonia en 1780 a.C.).
La Pena del Talión prescribe que el castigo sea de la magnitud exacta del delito,
basándose en el principio de reciprocidad. Es decir, si una persona causó la muerte
de alguien, este asesino debe ser asesinado por ese crimen de la misma manera
que se cometió el asesinato. Por ejemplo, si alguien matara a una persona por la
espada, también moriría por la espada. Si fuera por lapidación, la muerte del
asesino sería por lapidación.
Para la Doctrina Espírita la Ley del Talión es considerada implacable, ya que no
considera las causas ni los atenuantes y tampoco el perdón. Para Emmanuel, se
trata de una ley que: "[...] prevalece para todos los Espíritus que aún no han
construido el santuario del amor en sus corazones, y que representan a casi todos
los seres humanos. Atrapados, todavía, en los milenios del pasado, no han
pensado en aceptar y aplicarse a sí mismos el Evangelio, permaneciendo
prisioneros en círculos viciosos de dolorosas reencarnaciones expiatorias o
purificadoras. Moisés presentó a la Revelación el rostro divino de la Justicia; pero,
con Jesús, el hombre del mundo recibió el código perfecto del Amor. Si Moisés
enseñó 'ojo por ojo, diente por diente', Jesucristo aclaró que 'el amor cubre
multitud de pecados'" (Xavier 2008, 221-2)
Karma o carma
Es un término que se centra en las acciones humanas y sus consecuencias, de uso
común en distintas doctrinas religiosas de concepción orientalista, como el
budismo, el hinduismo y la teosofía, aunque cada una de estas religiones tiene su
propia interpretación.
Algunos espíritas utilizan inadecuadamente la palabra karma, de la misma forma
que la Pena del Talión, aplicándola como sinónimo de la Ley de Causa y Efecto,
hecho que debe ser evitado, ya que, para el Espiritismo, ambas leyes no están
necesariamente ligadas al libre albedrío, individual y colectivo, y a la ley de amor,
de justicia y caridad.
Para el hinduismo y el budismo, el hombre es esclavo de los renacimientos
sucesivos, es decir, nunca puede escapar a la reencarnación, debido a la
existencia de un karma individual y particular, impulsado por sus propios
pensamientos, palabras y acciones, que se manifiesta inexorablemente en el ciclo
nacimiento-muerte-renacimiento. Para estas religiones "el hombre recoge lo que
ha sembrado". No existe "destino ciego" ni "providencia divina". El resultado fluye
automáticamente de las propias acciones. Por lo tanto, es tan imposible escapar
de tu karma como de tu propia sombra..." (Hellen, Notaker y Gaarder 2001, 54)
Justicia divina
La Ley de Causa y Efecto está directamente relacionada con la noción que se tiene
de la justicia y, más aún, de la justicia divina.
Justicia significa, en sentido estricto, respeto a la igualdad de todos los
ciudadanos. Es el principio básico que pretende mantener el orden social
mediante la preservación de los derechos individuales y colectivos, expresados
en forma jurídica.
Platón interpreta la justicia como el sentido que el hombre justo da a su vida,
aunque no posea muchos bienes.
Aristóteles presenta un concepto de justicia centrado en el contenido de las leyes,
donde el principio de igualdad se entiende de dos maneras, lo que origina dos
especies de justicia: Distributiva y Correctiva. La justicia distributiva que tiene como
ámbito fundamental la división de los bienes y honores de la comunidad, según la
noción de que cada uno perciba la ventaja adecuada a sus méritos. La justicia
correctiva se dirige a los objetos, relegando los méritos, pero midiendo
impersonalmente el beneficio o daño que cada uno puede soportar4.
La comprensión de la justicia divina está sujeta a diferentes interpretaciones
religiosas; sin embargo, hay unanimidad en que Dios quiere el bien para todos sus
hijos, brindándoles infinitas condiciones para su perfeccionamiento espiritual. De
esa manera, Emmanuel enseña cómo entender la justicia divina: "No digas que
Dios condena a alguien a suplicios eternos. En la medida en que podemos percibir
el Pensamiento Divino, inmanente en todos los seres y en todas las cosas, el

4
Cf. Nunes, “El concepto de justica en Aristóteles”, 24-32.
Creador se manifiesta a nosotros -criaturas conscientes pero imperfectas- a través
de leyes que expresan sus objetivos hacia el Bien Supremo. Es inútil que los
dignatarios de tal o cual principio religioso te presenten al Todo-Perfecto como un
soberano purpurado, susceptible de encolerizarse ante la falta de vasallaje o de
exultar ante la adulación. […] Dios es amor. Amor que se extiende desde el átomo
a las estrellas. Pero Él también es justicia. Justicia que Él atribuye a cada Espíritu
según su propia elección. Siendo amor, concede a la conciencia errante tantas
experiencias como desee para rectificarse. Al ser justicia, ignora cualquier
privilegio que se le pueda imponer. Por tanto, no afirmes que Dios halaga o
condena. […] El Creador ha creado a todas las criaturas para que todas se
engrandezcan. Por eso, siendo amor, llenó su camino de bendiciones y luces, y,
siendo justicia, determinó darnos a cada uno, voluntad y raza”. Xavier 2008a, 175-
7).
Ley de Acción y Reacción según el Espiritismo
También llamada Ley de Causa y Efecto, presenta las siguientes características:
a. El ser humano tiene libre albedrío para construir su destino.
b. Como resultado de la ley de libertad y del nivel evolutivo en el que se encuentra,
el Espíritu hace elecciones correctas o incorrectas, que se incorporan a su
patrimonio espiritual y sirven de referencia para nuevas elecciones. Las elecciones
desafortunadas causan sufrimiento al Espíritu porque, aunque no comprenda
mejor el proceso de acción y reacción, la repercusión de sus actos, la voz de su
conciencia le alerta de que ha cometido una ofensa contra la Ley de Dios.
c. Las equivocaciones o errores cometidos se reparan a través de las sucesivas
reencarnaciones, por medio de pruebas, siempre basadas en el divino amor-
justicia-misericordia.
d. Los procesos de reparación y los nuevos aprendizajes se definen en la
planificación reencarnatoria, que no es inflexible ni infalible.
La manifestación de la Ley de Causa y Efecto representa la elección de pruebas
definidas o aceptados por el reencarnante. Y tales pruebas están siempre
relacionadas con las faltas que deben ser expiadas. Si triunfa en ellas, se eleva; si
sucumbe, debe empezar de nuevo.
Aunque el Espíritu encarnado no se acuerde de los males cometidos, el olvido de
las faltas cometidas no es obstáculo para el perfeccionamiento del Espíritu,
porque, aunque no las recuerde con precisión, el hecho de haberlas conocido en
la erraticidad y el deseo de repararlas, le guían por intuición y le dan el
pensamiento de resistir al mal. Este pensamiento es la voz de la conciencia,
secundada por los Espíritus que le asisten, si escucha las buenas inspiraciones que
le sugieren. Aunque el hombre no conozca los mismos actos que realizó en sus
existencias anteriores, siempre puede conocer de qué clase de faltas fue culpable
y cuál fue su carácter dominante. Basta con estudiarse a sí mismo, y juzgar lo que
ha sido, no por lo que es, sino por sus tendencias. Las vicisitudes de la vida corporal
son, al mismo tiempo, expiación de las faltas pasadas y pruebas para el futuro, y
pueden esclarecernos sobre lo que hemos sido y lo que hemos hecho, del mismo
modo que en este mundo, juzgamos los actos de un culpable por el castigo que
la ley le inflige.
La reparación de las faltas, desencadenada por la Ley de Causa y Efecto, según la
interpretación espírita, no se manifiesta como la única elección, ni como una
"camisa de fuerza" de pruebas. El ser humano que ya revela tener alguna
comprensión de la Ley de Dios, puede perfectamente optar por pagar sus deudas
ejerciendo la ley del amor.
2. LIBRE ALBEDRÍO
Según los diccionarios, el libre albedrío es la "posibilidad de decidir, de elegir
según la propia voluntad, libre de todo condicionamiento, motivo o causa
determinante".5
Todo indica que la expresión "libre albedrío" fue utilizada por primera vez por San
Agustín (354-430), pero desde la antigüedad el libre albedrío ha sido objeto de
análisis y debate, convirtiéndose en una cuestión central en la historia de la
filosofía y de la ciencia, ya que el concepto de libre albedrío tiene implicaciones
religiosas, morales, psicológicas y científicas.
Para la Doctrina Espírita, el libre albedrío está necesariamente relacionado con la
cuestión de la evolución y de las responsabilidades individuales y su desarrollo
acompaña al de la inteligencia y aumenta la responsabilidad de nuestros actos.
Sin embargo, para que las acciones humanas se consideren beneficiosas, no basta
con el desarrollo de la inteligencia, sino que es necesario que vaya acompañado
de un progreso moral.
El progreso completo es la meta, pero los pueblos, como los individuos, sólo lo
alcanzan gradualmente. Mientras no se desarrolle en ellos el sentido moral, puede
ocurrir incluso que utilicen su inteligencia para la práctica del mal. La moral y la
inteligencia son dos fuerzas que sólo se equilibran con el paso del tiempo.
La vida en sociedad es una conquista evolutiva de la Humanidad y la mejora de
las relaciones personales que conducen a una vida armoniosa y solidaria se basa
en principios universalmente aceptados, especificados por la ética y la moral.
Hacer a los demás lo que nos gustaría que nos hicieran a nosotros es una regla
universal de conducta y de relaciones humanas, enseñada por Jesús.
El Espiritismo considera que "el libre albedrío es, por tanto, la expansión de la
personalidad y de la conciencia. Para ser libre es necesario querer serlo y
esforzarse por serlo, liberándonos de la esclavitud de la ignorancia y de las bajas
pasiones, sustituyendo el imperio de las sensaciones y de los instintos por el de la
razón" (Kardec 2008, 473)
Libre albedrío, voluntad y libertad
En sentido genérico, podemos decir que hay libertad individual cuando la persona
piensa y actúa por sí misma, por decisión propia. Sin embargo, al considerar los
valores éticos y morales, nos damos cuenta de que el hombre tiene una libertad
relativa, no absoluta, porque el límite de manifestación de la voluntad individual
termina cuando comienza la libertad de los demás.
La libertad, en sentido filosófico, tiene dos conceptos: a) ausencia de sumisión y
servidumbre, condiciones opuestas a la opresión y la esclavitud humanas; b)

5
Cf. “Diccionario Houaiss de la lengua portuguesa”, 1190.
autonomía y espontaneidad en la manifestación de la voluntad o los deseos
humanos.
En el binomio libertad-voluntad, se observa que la voluntad de ser libre es la
fuerza que impulsa a obtener la libertad, haciendo al individuo independiente. Sin
embargo, si este binomio no se entiende bien, surgen conflictos relacionados que
pueden desembocar en procesos patológicos o incluso hasta de naturaleza
delictiva.
La mayoría de los filósofos, desde la antigüedad hasta nuestros días, admiten que
ningún hombre tiene una libertad ilimitada y total. Afirmaba Aristóteles (384-322
a.C.) que "tanto la virtud como el vicio dependen de la voluntad del individuo".
(Aranha y Martins 2003, 318)
Tomás de Aquino (1227-1274), filósofo católico medieval, admitió que el libre
albedrío es la causa que determina la acción del individuo. "Esto se debe a que los
seres humanos actúan según su juicio, esa fuerza cognitiva por la que pueden
elegir entre direcciones opuestas". (Aranha y Martins 2003, 318)
Para René Descartes (1596-1650), una persona actúa con más libertad cuando
comprende las alternativas que implica una elección.
Para la Doctrina Espírita, la voluntad es gestión esclarecida y vigilante, rigiendo
todos los sectores de la acción mental. La Divina Providencia se lo concedió como
una aureola luminosa a la razón, luego del laborioso y multimilenario periplo del
ser por las oscuras provincias del instinto. Para apreciar su importancia, basta
recordar que es el timón de todo tipo de fuerza incorporado a nuestro
conocimiento. “El cerebro es el dínamo que produce la energía mental, según su
capacidad de reflexión; sin embargo, en la voluntad tenemos el dominio que la
dirige en tal o cual dirección, estableciendo causas que comandan los problemas
del destino.
Sin ella, el deseo puede comprar al engaño siglos de aflictiva reparación y
sufrimiento, la inteligencia puede quedar aprisionada en el pantano de la
criminalidad, la imaginación puede generar peligrosos monstruos en la sombra, y
la memoria, no obstante, fiel a su función registradora, según el destino que le
asigna la naturaleza, puede caer en deplorable relajación. Sólo la voluntad es
suficientemente fuerte para sostener la armonía del espíritu". (Xavier 2008b, 13-15)
Libre albedrío y determinismo
Muchas escuelas filosóficas del pasado, remotas o recientes, especialmente las
que asociaban el libre albedrío a prácticas religiosas, defendían la idea de que los
actos humanos estarían guiados por un determinismo impuesto por Dios. No hay
nada absurdo en esta forma de pensar, siempre que no se considere un
determinismo ciego e inexorable, en el que el hombre no tendría la menor
posibilidad de opinar sobre los acontecimientos de su vida, puesto que éstos ya
estarían definidos por la divinidad. Muchos fanáticos religiosos y pensadores
radicales han seguido este camino, obviamente equivocados.
A la luz de la Doctrina Espírita es posible aceptar que algunos actos de la vida
sigan un determinismo relativo, relacionado con la planificación reencarnatoria, sin
embargo, tal planificación es pasible de cambio, no es rígida o inflexible. Todo
depende de la forma en que el individuo conduce su existencia y de cómo se
posiciona ante los desafíos de la vida.
El determinismo fue útil a la ciencia, especialmente para la física, la química y la
biología para determinar sus leyes básicas y establecer relaciones entre la
ocurrencia de los hechos y los mecanismos que los rigen. El problema, sin
embargo, era extender el concepto determinista a las acciones humanas, que son
todas realizadas por un ser pensante.
Los filósofos materialistas, y en particular los de la escuela positivista de Auguste
Comte (1798-1857), concluyeron que la libre elección es una mera ilusión y que
todos los actos humanos son simples eslabones de una cadena causal universal.
El Espiritismo, a su vez, considera que nada ocurre sin el conocimiento de Dios,
pero no significa que exista un control divino absoluto, que impida la manifestación
de la voluntad del Hombre. De hecho, Dios da al Espíritu libertad de elección,
dejándole la responsabilidad de sus actos.
Según la Doctrina Espírita, el Hombre desarrolla su capacidad de hacer elecciones
más correctas, de saber utilizar correctamente el libre albedrío, a medida que
evoluciona espiritualmente, por medio de la adquisición de conocimientos y de la
moral. En estas condiciones aprende a distinguir el bien del mal. Léon Denis, el
admirable filósofo espírita, escribe:
"La libertad es la condición necesaria del alma humana que, sin ella, no podría
construir su destino".
"La libertad y la responsabilidad son correlativas en el ser y aumentan con su
elevación; es la responsabilidad del hombre la que hace su dignidad y su
moralidad. Sin ella, no sería más que un autómata, un peón de las fuerzas del
entorno: la noción de moralidad es inseparable de la de libertad".
"La responsabilidad se establece por el testimonio de la conciencia, que nos
aprueba o censura según la naturaleza de nuestros actos. La sensación de
remordimiento es una prueba más demostrativa que todos los argumentos
filosóficos."
"El libre albedrío es, por tanto, la expansión de la personalidad y de la conciencia.
Para ser libres es necesario querer serlo y hacer el esfuerzo de llegar a serlo,
liberándonos de la esclavitud de la ignorancia y de las bajas pasiones,
sustituyendo el imperio de las sensaciones y de los instintos por el de la razón."
(Denis 2008, 477-8)
Bibliografía
ARANHA, Maria L. e Maria H MARTINS. 2003. Filosofando: introdução à filosofia. [Filosofando:
introducción a la filosofía] São Paulo: Moderna.
DENIS, Léon. 2008. El problema del ser, del destino y del dolor. Colección Léon Denis. Rio de Janeiro:
FEB.
HELLEN, Victor, Henry Notaker e Jostein Gaarder. 2001. O livro das religiões. [El libro de las religiones]
[Tradução de Isa Mara Lando]. São Paulo: Companhia das Letras.
HOUAISS, Antônio, Mauro Sales e Francisco M. Franco. 2009. Dicionário Houaiss da língua
portuguesa. [Diccionario Houaiss de la lengua portuguesa] Rio de Janeiro: Objetiva.
KARDEC, Allan. 2008. El Libro de los Espíritus. [Tradução de Evandro Noleto Bezerra]. Rio de Janeiro:
FEB.
NUNES, Cláudio Pedrosa. 2000. “O conceito de justiça em Aristóteles”. Revista do Tribunal Regional
do Trabalho da 13ª Região. [El concepto de justicia de Aristóteles”. Revista del Juzgado Regional del
Trabajo de la 13ª Región] Joao Pessoa. (v. 8, n. 1: 24-32).
XAVIER, Francisco C. (Emmanuel, Espírito). 2008. El Consolador. Rio de Janeiro: FEB. 2008, pregunta
272, p. 221-222.
XAVIER, Francisco C. (Emmanuel, Espírito). 2008a. Justica divina. Rio de Janeiro: FEB.
XAVIER, Francisco C. (Emmanuel, Espírito). 2008b. Pensamiento y vida. Rio de Janeiro: FEB.
¿QUÉ ES LA CARIDAD?
UNA PROPUESTA PARA MIRAR

BRUNO LINS QUINTANILHA

BIO:
Bruno Lins Quintanilha trabaja en Sociedade Espírita
Sorella y en la Casa Espírita Eurípedes Barsanulfo, ambas
en la ciudad de Río de Janeiro, Brasil.

TRADUCIDO POR:
Víctor Ruano Regueiro

RESUMEN:
El objetivo de este artículo es reflexionar sobre el
significado de la caridad, principio que es un pilar de la ética
espírita y que sirve también como una especie de síntesis
de la doctrina. Defiendo la tesis de que la caridad necesita
ser vista de manera amplia y profunda, siendo no sólo un
acto puntual de generosidad, sino una forma de mirar,
sentir y relacionarse con la vida y la sociedad. En definitiva,
la forma en que propongo ver la caridad tiene el potencial
de transformar el mundo cultural y socialmente, hacia una
sociedad menos violenta, más justa y generosa...

PALABRAS
CLAVES:
Caridad; Amor; Espiritismo; Sociedad.

Cuando se menciona el término Espiritismo, ¿cuál es la primera idea que viene a la


mente de las personas? En mi percepción personal, evalúo que actualmente, en
Brasil, la palabra caridad sería probablemente uno de los términos más citados.
Creo que es fácil estar de acuerdo en que la idea de caridad tiene un valor
profundo para el Espiritismo y para el Movimiento Espírita, tanto en Francia en el
siglo XIX como en Brasil en los siglos XX y XXI. El lema fuera de la caridad no hay
salvación, presente en la obra El Evangelio según el Espiritismo, constituye una
verdadera bandera para los espíritas. Realizar la caridad sería como un pilar de la
ética espírita, un elemento central en el sistema de valores de la Doctrina.
Sin embargo, considero que siempre es un importante ejercicio filosófico pensar
y definir con claridad qué significa exactamente cada palabra o cómo nos
apropiamos de ella. Y para este ejercicio es fundamental saber cuestionar.
Preguntar -sin miedo ni vergüenza- es un acto imprescindible para avanzar en la
comprensión, elaboración y reelaboración de ideas. La obra fundacional de la
filosofía espírita es El Libro de los Espíritus, producto del diálogo entre seres
encarnados y desencarnados, a partir de los más diversos tipos de interrogantes
e indagaciones de Allan Kardec. Una buena pregunta es capaz de apalancar y
estimular innumerables razonamientos, reflexiones y percepciones.
A partir de esto –sin pretender dar cuenta de todo– cabe preguntarse: ¿en qué
consiste la caridad? ¿Qué no es caridad? ¿Qué elementos se necesitan para
clasificar una actitud o postura como caritativa? ¿Es importante la caridad? ¿Por
qué? Creo que estas preguntas son relevantes porque, dependiendo de lo que
concibamos por caridad, nuestras posturas y cosmovisiones pueden tener
direcciones y efectos muy diferentes. Consultando el diccionario, se encuentra la
siguiente definición para el término caridad:
1 TEOL. Cualidad moral y espiritual que conduce al amor a Dios y al prójimo;
2 Amor al prójimo, que consiste en ayudar a los desfavorecidos;
3 Ayuda o donación dada a los pobres; limosna;
4 Compasión hacia alguien que está en una situación difícil; benevolencia.
(Michaelis 2022)
Básicamente, existe la idea de ayuda material o compasión hacia alguien que está
en necesidad o sufrimiento material. Creo que esta es quizás, la percepción más
común de la mayoría de las personas. La caridad se concibe como una donación
económica a una institución que acoge a personas mayores; como la entrega de
alimentos o ropa a personas sin hogar; como el envío de canastas básicas de
alimentos a familias afectadas por un desastre natural; como darle una moneda a
un niño que está vendiendo dulces en un semáforo.
Ninguna de esas acciones mencionadas anteriormente, son malas en sí mismas.
Todos, de alguna manera, tienen como objetivo ayudar o aliviar a las personas que
están pasando por situaciones difíciles y tienen su parte de utilidad, satisfaciendo
temporalmente alguna necesidad de alguien que está sufriendo. Mejor eso que
no hacer nada y permanecer totalmente indiferente6. Sin embargo, vale la pena
seguir preguntándose: ¿la caridad es sólo eso? ¿Es sólo con estos gestos cuando
surgen demandas de ayuda y nos salvamos desde el punto de vista espiritual?
¿Este tipo de caridad por sí solo construye un mundo socialmente más justo,
menos violento, menos desigual?
Si la caridad se reduce sólo a gestos de ayuda ocasionales – que incluso pueden
hacerse de mala gana y hasta sin amor, en algunas situaciones –, el Espiritismo
pierde mucha potencia moral y relevancia social.
Personalmente, me gusta ver la caridad desde otra perspectiva. Esto sería el amor
en movimiento. Y el amor es, en esencia, desear, actuar y felicitarse por el bien del
otro. Así que, para mí, la caridad sería el ejercicio del amor, asumiendo las más
diversas posibilidades. La caridad, de esta forma, no se limitaría a gestos, acciones

6
Vale la pena señalar que incluso el individuo que entiende la caridad como estas actitudes
específicas de compasión o ayuda, aún se beneficia de alguna manera, ya que muchas veces se
le anima a empezar a prestar atención al dolor, a la miseria, a las desigualdades y, con ello, puede
llegar a sensibilizarse, a pensar en aspectos de la vida y de la sociedad en los que antes no había
pensado, puede incluso cambiar en algunas actitudes y pensamientos y convertirse en alguien un
poco más sensible, humanista y ético.
concretas o trabajo voluntario únicamente, sino que sería una forma de ver y
relacionarse con el mundo donde el respeto, la no violencia, la empatía y el
altruismo serían los valores fundamentales7.
De esta forma, ejercer mi labor profesional con honestidad, buscando
relacionarme de forma humanista y ética, sería caridad; escuchar y acoger a un
amigo que necesita desahogarse, llorar juntos y apoyarlo en su reconstrucción
sería caridad; tratar a los miembros de mi familia y a los que viven conmigo con
educación, con amabilidad, como me gustaría que me tratasen, sería caridad; ser
padre o madre presente, acogedor y amoroso sería caridad; extinguir la cultura
del machismo y la violencia contra la mujer sería caridad; extinguir cualquier tipo
de racismo sería caridad; acabar con la lgbtfobia sería caridad; actuar para reducir
las desigualdades sociales sería caridad; actuar política y socialmente por más
democracia e inclusión sería caridad; actuar por la preservación del medio
ambiente y el respeto a todas las formas de vida sería caridad; extinguir –a través
de la no violencia– todas las formas de explotación, opresión y violencia sería
caridad.
En mi opinión, la justicia social es también caridad8. Considero una disminución del
Espiritismo que veamos la caridad sólo como gestos ocasionales, disociados de
las cuestiones macroestructurales de la sociedad. No me gusta ver la caridad
como una especie de favor, sino como un acto de amor en sus múltiples
expresiones. La caridad no debe ser solo un día que reservamos para ser
voluntariado; ella debe ser una forma de mirar, sentir, actuar y relacionarse con la
vida, las personas y la sociedad.
La caridad en el primer sentido aquí presentado tiene efectos positivos pero
limitados, sin llegar a los temas y problemas centrales de la sociedad. Además,
esta concepción muchas veces puede acabar, incluso inconscientemente,
estimulando la alienación o la acomodación. La segunda concepción de la caridad,
en cambio, es amplia y tiene el potencial de cambiar el estado de las cosas,

7
Cabe señalar que el mismo Kardec discutió también, en el primer artículo de la Revista Espírita de
diciembre de 1868, sobre diferentes acepciones del término caridad: “La caridad es el alma del
Espiritismo; resume todos los deberes del hombre para consigo mismo y para con sus semejantes,
por lo que se puede decir que no hay verdadero espírita sin caridad.
Pero la caridad sigue siendo una de esas palabras con múltiples significados, cuyo alcance
completo debe ser bien entendido; y si los Espíritus no cesan de predicarlo y definirlo, es porque
probablemente reconocen que todavía es necesario.
El campo de la caridad es muy vasto; comprende dos grandes divisiones que, a falta de términos
especiales, pueden designarse con las expresiones caridad benéfica y caridad benevolente.
El primero es de fácil comprensión, que es naturalmente proporcional a los recursos materiales
disponibles; pero la segunda está al alcance de todos, tanto de los más pobres como de los más
ricos. Si la beneficencia se limita por la fuerza, nada más que la voluntad podría poner límites a la
benevolencia.
¿Qué se necesita, entonces, para practicar la caridad benevolente? Amar al prójimo como a uno
mismo. Pues si amas a tu prójimo como a ti mismo, te amarás mucho; actuarás con los demás como
querrías que los demás actuaran contigo; no querrás hacer daño a nadie, porque no querrías que
te lo hicieran a ti.” (KARDEC, sin fecha, p. 492-493)
8
Entiendo aquí por justicia social: que todas las personas tengan la oportunidad de trabajar y vivir
en condiciones dignas; que tengan acceso a alimentos de calidad, servicios sanitarios, educación,
seguridad y ocio; que tengan la posibilidad de desarrollar al máximo todas sus potencialidades y
capacidades.
Promover la justicia social sería respetar y promover los derechos humanos, tal y como se recogen
en la Carta de la ONU (véase la Declaración Universal de los Derechos Humanos).
haciendo cambios más profundos hacia la construcción de un mundo donde no
exista el hambre, la violencia, la opresión, la explotación.
En El Libro de los Espíritus hay claridad por su parte sobre la indiferencia:
642. Para agradar a Dios y asegurar tu posición futura, ¿será suficiente que el
hombre no haga el mal?
"No; debe hacer el bien hasta el límite de sus fuerzas, porque responderá de
cualquier mal que haya resultado por no haber practicado el bien. (Kardec 2012,
387)
Todavía en la misma obra, los Espíritus y Kardec apuntan a una concepción amplia
y profunda de la caridad:
886. ¿Cuál es el verdadero significado de la palabra caridad, tal como la entendió
Jesús?
“Benevolencia para con todos, indulgencia por las imperfecciones de los demás,
perdón de las ofensas”.
El amor y la caridad son el complemento de la ley de justicia, porque amar al
prójimo es hacerle todo el bien que nos es posible y que nos gustaría que nos
hicieran. Tal es el significado de estas palabras de Jesús: Amaos unos a otros como
hermanos.
La caridad, según Jesús, no se limita a la limosna, abarca todas las relaciones en
las que nos encontramos con nuestros semejantes, sean nuestros inferiores,
nuestros iguales o nuestros superiores. (...) (Kardec 2012, 497)
Se puede ver en la pregunta anterior que los Espíritus no señalan ningún acto
estrictamente material como caridad: “Benevolencia para con todos, indulgencia
por las imperfecciones de los demás, perdón de las ofensas” son todos actos y
posturas independientes de los recursos materiales y, en cierta medida, son
accesibles a todas las personas de buena voluntad, independientemente de sus
creencias, culturas o religiones.
Kardec (2005, 86) afirma en su viaje de 1862 por Francia que “sin caridad no hay
institución humana estable; (...)”. Es decir, sin esta mentalidad de respeto, no
violencia, empatía y altruismo, las relaciones humanas, políticas, sociales e
institucionales carecen de estabilidad, serían como la casa construida sobre la
arena, a la que se refiere Jesús en uno de sus discursos 9.
Además, cabe señalar que, a mi modo de ver, la caridad no consiste en poner en
movimiento el amor sólo en relación con los demás, sino también en relación con
nosotros mismos. La caridad también significaría cuidarnos física y
psicológicamente, respetando nuestros límites, practicando el autoamor, el
autocuidado. Vale recordar que el principio de amar al prójimo como así mismo es
de doble sentido, porque para hacer circular el amor al otro, yo también necesito
estar bien; ¿cómo puedo dar luz a alguien si yo mismo estoy, en este momento,
en sombras? Hay momentos en los que necesitamos recibir cariño y acogimiento.
Es necesario que el amor esté diseñado para nosotros y para los demás para que
pueda haber equilibrio, salud.

9
Evangelio de Mateo, capítulo 7, versículo 24.
También vale la pena recordar que el amor es una construcción, un esfuerzo, una
siembra gradual, y no solo un regalo gratuito, fácil, rápido. Henrique Vieira señala
que:
“El amor no es destino, suerte y no puede ser una idealización, es ante todo un
camino que se recorre, una decisión y una forma de vivir. Pensar en el amor como
un camino es pensar en el amor como una actitud, una construcción artesanal, un
hacer cotidiano. Debe manifestarse concretamente en nuestra vida diaria”. (Vieira
2019, 41)
Por último, pero no menos importante, creo que nadie tiene derecho a imponer
ideas y actitudes a los demás. No tengo derecho a imponer mi visión de la caridad
a los demás como si tuviera toda la razón, porque eso también sería falta de
caridad. Cada uno tiene su momento, sus exigencias, sus contextos y, a veces,
querer imponer al otro lo que me conviene puede ser desastroso. De esta forma,
es muy importante saber respetar, dialogar, escuchar, intercambiar de forma sana,
equilibrada, sin violencia. Al fin y al cabo, esto también es amor en movimiento,
que, a su vez, también es caridad.

Bibliografía
KARDEC, Allan. 2012. El Libro de los Espíritus: principios de la Doctrina Espírita [traducción de Guillón
Ribeiro]. Rio de Janeiro: FEB.
KARDEC, Allan. [s.d.]. Revista Espírita – Jornal de Estudios Psicológicos. [traducción de Evandro
Noleto Bezerra]. Brasilia: FEB. (1867).
KARDEC, Allan. 2005. Viaje Espírita em 1862 y otros viajes de Allan Kardec. [traducción de Evandro
Noleto Bezerra]. Rio de Janeiro: FEB.
MICHAELIS. Dicionário. Verbete “caridade”. Disponível em:
<https://michaelis.uol.com.br/moderno-portugues/busca/portugues-brasileiro/caridade/>
Acesso em 27 jan 2022.
VIEIRA, Henrique. 2019. O Amor como Revolução. [El amor como revolución] Rio de Janeiro: Objetiva.
REVISITANDO LA REVISTA ESPÍRITA
FRAUDES ESPÍRITAS - abril 1859

FRANCISCO RIBEIRO

BIO:
Francisco Ribeiro es licenciado en Medicina Tradicional
China. Fue monitor de Estudios Espíritas y
conferenciante. Actualmente colabora como
conferenciante con la Federación Espírita Portuguesa.

TRADUCIDO POR:
Víctor Ruano Regueiro

PALABRAS CLAVE:
Fraudes Espíritas, Estudio, Fe Raciocinada.

En la obra Hacia el Mundo de Regeneración de Manuel Philomeno de Miranda,


psicografiada por Divaldo Pereira Franco, el autor espiritual nos deja la siguiente
frase sobre los días actuales:
“Espíritus desencarnados ociosos y falsos empezaron a dar comunicaciones
falsificando las enseñanzas de las doctrinas éticas, y particularmente cristianas,
con refinada ironía y chocante burla”. (Franco 2017, 249)
Esta alerta nos lleva a un artículo publicado en abril de 1859 en la Revista Espírita
titulado “Fraudes Espíritas”, en el que Allan Kardec, más que intentar convencer a
los incrédulos o refutar los fraudes de los que el Espiritismo había sido blanco,
intenta dotar a los lectores de los recursos necesarios para poder identificar tales
fraudes y protegerse de ellos.
La palabra fraude tiene dos significados generales: algo que se hace con el
propósito de engañar y perjudicar y/o algo que es falso. Por extensión, los fraudes
espíritas serán manifestaciones que se dicen espíritas pero falsas, realizadas con
el propósito de engañar a otros.
Desde que existe la historia, ha habido ejemplos en los que alguien ha intentado
aprovecharse de la ingenuidad de los demás, llegando algunos ejemplos al
extremo de engañar a los dioses. Así es el mito de Prometeo, el Titán amigo de la
humanidad.10

10
Cuenta la mitología griega que Zeus, después de haber conquistado el Olimpo, determinó que
cada vez que los hombres mataran un animal debían ofrecer a los dioses una parte de ese animal,
una parte que él elegiría. Ambicioso y egoísta, Zeus siempre elegía las mejores partes, dejando la
grasa, los huesos y los tendones para los hombres. Prometeo, que era amigo de los hombres, ideó
un plan para engañar a Zeus. Viendo que algunos hombres acababan de matar un buey, les sugirió
que metieran toda la carne buena en un saco y el resto, incluidos los huesos, las grasas y los
El éxito o el fracaso de los intentos de fraude estarán estrechamente ligados a dos
factores: el primero será la astucia de quien pretende engañar; su habilidad para
utilizar las palabras, para crear ilusiones y convencernos de que esas ilusiones son
la verdad. Se trata de un factor que escapa a nuestro control. El segundo factor es
la preparación del interlocutor. Y esta está en nuestras manos.
También hay un factor a tener en cuenta, que es el interés.
Allan Kardec nos dice en el artículo en cuestión que: “el fraude siempre tiene un
objetivo, algún interés material; donde no hay nada que ganar, no habrá ningún
interés en engañar”.
Este interés puede manifestarse de diversas formas, desde la obtención de dinero
o bienes materiales hasta el prestigio social, aunque sea dentro de una pequeña
comunidad. En este último caso, como el fraudulento no busca, al menos
ostensiblemente ventajas materiales, a veces se descuida un análisis cuidadoso
de lo que dice y hace, con la justificación de que no tiene ningún interés material.
Allan Kardec, en el artículo en cuestión, examina más atentamente cómo pueden
producirse ciertos fraudes, cómo identificarlos y cómo identificar a los verdaderos
médiums.
El Codificador refiere que “hay [fenómenos] que evidentemente desafían toda la
habilidad de la prestidigitación, como son, en particular, el movimiento de objetos
sin contacto, la suspensión de cuerpos pesados en el espacio, los golpes desde
distintos lados, las apariciones, etc., y sin embargo, para algunos de estos
fenómenos, se podría, hasta cierto punto, simularlos, hasta tal punto ha
progresado el arte de la imitación”.
Pero la ciencia ha avanzado enormemente en los últimos 200 años, haciendo
posible hoy simular acontecimientos que, de ser reales, pondrían en tela de juicio
todo lo que sabemos sobre física, química, biología, etc. Tal es el arte del
ilusionismo, que hace desaparecer la Estatua de la Libertad o un crucero; que
permite a un hombre transformarse en mujer en una fracción de segundo; etc.
En el campo de la ciencia actual contamos con innumerables investigaciones en
el ámbito del magnetismo, que permiten a los objetos flotar en el espacio sin
ningún punto de apoyo o, mediante la manipulación del campo magnético,
desplazándose vertical u horizontalmente.
Todo esto para concluir que ciertos fraudes que habrían sido muy difíciles en la
época de Allan Kardec, hoy serían fáciles y baratos de realizar.
Entonces, ¿qué podemos hacer para evitarlos?
El primer paso será aceptar que si hoy no hay manifestaciones físicas como en la
época de Allan Kardec, es porque cumplieron su función en su momento y hoy ya

tendones, en otro. Luego presentó ambos sacos a Zeus para que eligiera. El saco que contenía los
huesos era más grande que el que contenía la carne buena. Lleno de codicia, Zeus elige el saco
más grande. De este modo, Prometeo engaña a Zeus para que elija el saco que sólo contenía los
huesos y la grasa del buey.
https://www.theoi.com/Titan/TitanPrometheus.html consultado el 4 de enero de
2020.
no es necesario que continúen con la misma intensidad. El fenómeno ha dado
paso a consecuencias morales.
Pero los fraudes espíritas no se limitan a los efectos físicos, extendiéndose
también a los efectos intelectuales. Este es otro problema que se presenta a
cualquier persona interesada en la Doctrina Espírita.
Los fraudes de manifestaciones intelectuales pueden tomar varias formas. La
primera, y la más fácil de comprender, envuelve un médium ostensivo y uno o más
Espíritus mistificadores.
Este tipo de situación muchas veces suele involucrar a un médium que ejerce su
mediumnidad a cambio de dinero. El cliente lo busca para obtener una solución a
un problema específico; el médium recurre a los Espíritus que trabajan con él para
obtener las respuestas necesarias y casi siempre estos Espíritus, a través del
médium, revelan informaciones verdaderas que serían imposibles de ser
conocidas por el médium, reforzando la falsa creencia en su poder. Es importante
destacar que estos casos no pueden ser incluidos en las manifestaciones
mediúmnicas orientadas por los preceptos espíritas, por lo tanto, no nos referimos
a médiums espíritas, aunque se autodenominen como tales.
Sucede que los Espíritus no están sujetos a las mismas leyes físicas que rigen
nuestros cuerpos materiales, por lo que pueden moverse libremente por la
corteza terrestre, entrar en los hogares y obtener las informaciones que necesitan.
También pueden leer en la mente los deseos más secretos de cada persona y así
revelarlos, a través del médium. Por supuesto, estos aspectos no definen todas las
capacidades que los Espíritus tienen y que pueden utilizar para engañar al
reencarnado. Y, en consecuencia, estas mistificaciones pueden ocurrir también en
grupos serios, que no tienen el propósito de obtener cualquier tipo de
remuneración material y que no encuentran otro interés que la práctica del bien.
En esos casos, se dan para ponerlas a prueba. Las comunicaciones pueden
aparecer aparentemente confiables, pero con conceptos erróneos o
distorsionados, o incluso con consejos y orientaciones impositivas y muy
específicas, tratando de explotar la credulidad y la buena voluntad de los
reencarnados, ciertamente, en este caso, desconocedores en profundidad de
todos los aspectos de la fenomenología mediúmnica tan bien explorada por Allan
Kardec en El Libro de los Médiums y, posteriormente, desenvuelta por varios otros
autores reencarnados y desencarnados. De ahí que el estudio, ya sea del dirigente
de la reunión, de los médiums ostensivos o de los médiums que los apoyan, tenga
que ser continuo.
Dejando de lado los casos de simulación de la mediumnidad propiamente dicha,
ligados a un fraude consciente de quien pretende ser médium ostensivo11, la
cuestión es: ¿Cómo podemos protegernos contra tales fraudes?

11
Innegablemente, hay personas dotadas de varios tipos de recursos que consiguen simular la
existencia de facultades mediúmnicas de forma muy creíble. Por ejemplo, cuando poseen amplios
conocimientos sobre el cliente, lo que hoy en día, con los recursos digitales disponibles, no es
difícil de conseguir. Están los “especialistas” en lectura de microexpresiones, capaces de hacer una
lectura más o menos precisa del cliente. Están los estudiosos del comportamiento humano, que
pueden hacer ciertas predicciones con mayor o menor exactitud, nada de esto tiene que ver con
la mediumnidad.
Como ya se dijo, el primer punto es que la mediumnidad con Jesús, la
mediumnidad ejercida según los parámetros de la Doctrina Espírita, no se paga;
no cobra nada y se ejerce en recogimiento y respetuosamente.
El punto siguiente es el estudio. El estudio puede parecer aburrido, irrazonable e
injustificado. Pero es nuestra única defensa contra la mistificación.
Como afirma Léon Denis: “Aquel que, descuidándose del estudio de la ciencia y
de la filosofía de los Espíritus, penetra bruscamente en el dominio de lo invisible y
se entrega, sin reservas a sus manifestaciones, se encuentra inmediatamente en
contacto con millares de seres cuyos actos y palabras no tiene ningún medio de
comprobar. Su ignorancia lo entregará desarmado a su influencia (...) Sin saber
nada de leyes morales, aislado en el seno de un mundo donde alucinación y
realidad se confunden, tendrá todo que temer: la mentira, la ironía, la obsesión”
(Denis 1990, 237).
También debemos recordar que nuestra existencia material, por muy larga que
sea, es sólo un destello ante la Eternidad. Nuestra condición natural es la de
Espíritus desencarnados, por lo tanto, estudiar las ciencias del Espíritu es
comprender la sociedad invisible en la que también nos movemos y prepararnos
para el día en que retornaremos a nuestro estado natural. Ese conocimiento nos
ayuda a comprender de forma más racional la dimensión espiritual y a quienes la
habitan, además de las verdaderas causas de nuestros dolores y dificultades y lo
transitorias que son, contribuyendo para que ya no nos rebelemos contra la Divina
Providencia, sino que aceptemos como justos todos los contratiempos, no
buscando en la mediumnidad soluciones que ella no puede traernos.
En El Evangelio según el Espiritismo, capítulo VI, punto 5, el Espíritu de Verdad nos
da la famosa recomendación: “¡Espíritas! Amaos, esta es el primer mandamiento;
instruíos, este es el segundo”. Nótese que “instruíos” puede extenderse a las
diversas áreas del conocimiento Humano.
La invitación al conocimiento que los Espíritus nos dejan no se limita al Espiritismo.
Un espírita muy culto relativamente a los conocimientos doctrinarios, pero poco
conocedor de las ciencias humanas, será fácilmente engañado por un hábil
prestidigitador que utilice recursos tecnológicos para sus “artes”. De la misma
forma, un espírita muy versado en ciencias humanas, pero poco dedicado al
estudio de la Doctrina, será fácilmente engañado por un mistificador reencarnado
o desencarnado.
Para concluir, presentamos las palabras intemporales de Allan Kardec:
“Lo que es preciso hacer, (...), es observar cuidadosamente las circunstancias, y
sobre todo tener en cuenta el carácter y la posición de las personas, el objetivo y
el interés que puedan tener en engañar: ahí reside el mejor de los controles,
porque son esas circunstancias las que suscitan todos los motivos de sospecha.”12
Analizar bien los fenómenos, someterlos todos al tamiz de la razón; tener espíritu
crítico y no tener miedo a evaluar incluso las fuentes que otros nos dicen que son
las más reputadas. Estudiar continuamente y llegar a nuestras propias
conclusiones sobre los hechos.

12
Kardec, “Revista Espírita”, abril 1859.
“Reconocemos en la charlatanería una gran habilidad y fructíferos recursos, pero
aún no conocemos en ella el don de dar el conocimiento a un ignorante, o el
espíritu a quien no lo tiene.”13

Bibliografía
DENIS, Léon. 1990. Después de la Muerte. Rio de Janeiro: FEB.

FRANCO, Divaldo P. (Manoel Philomeno de Miranda, Espíritu). 2017. Hacia el Mundo de


Regeneración. Kindle Edition.

KARDEC, A. 1944. El Evangelio según el Espiritismo. Rio de Janeiro: FEP


KARDEC, A. 2004. Revista Espírita. Brasília: FEB.
Theoi. (n.d.). “Prometheus”. Retrieved Janeiro 04, 2020, from www.theoi.com:
https://www.theoi.com/Titan/TitanPrometheus.html

13
Ídem
PLANO HISTÓRICO
BREVE HISTORIA DE LAS IDEAS ESPÍRITAS EN SUECIA

DAVID LIESENBERG

TRADUCIDO POR:
Víctor Ruano Regueiro

Contar la historia del Espiritismo en Europa es un desafío aún por cumplir.


Además de Francia, donde Allan Kardec sentó las bases del Espiritismo, podemos
observar episodios diferentes y esporádicos en cada época, y en cada país.
Lo que se observa en varios países europeos, con raras excepciones, es que
existieron grupos espíritas en diferentes épocas. En gran medida, se observan
alternancias entre distintas corrientes espiritualistas, donde destacamos el
Espiritualismo, el Espiritismo y la Teosofía. Independientemente de la línea de
pensamiento, identificamos algo en común: personas interesadas en comunicarse
con los Espíritus.
En Suecia no fue diferente.
El Espiritualismo, el Espiritismo y la Teosofía tuvieron sus momentos en la historia.
Podemos empezar citando a Emanuel Swedenborg (1688-1772), sin duda uno de
los más destacados cuando hablamos de personalidades que se dedicaron al
ejercicio de la mediumnidad en Suecia.
Swedenborg fue un científico, inventor, filósofo y espiritualista sueco, habiendo
publicado obras en varias áreas de la ciencia, como la geología, la biología, la
astronomía y la psicología.
Dotado de una inteligencia superior a la media y una mediumnidad única, Emanuel
creó una nueva religión llamada Swedenborgianismo.
Cuando estaba encarnado, Swedenborg tenía la capacidad de describir las
diversas esferas espirituales, representando los grados de luminosidad de los
Espíritus. Para él, los ángeles y los demonios eran simplemente seres humanos en
otro nivel existencial. Y, sin embargo, afirmó que no había penas eternas que
imponían un castigo interminable para todos los pecadores.
Como Espíritu, Swedenborg tuvo presencia registrada en los "Prolegómenos" de
El Libro de los Espíritus, como participante de la falange del Espíritu de Verdad,
siendo esencial para la creación de las obras de la Codificación Espírita.
Del siglo XVII podemos pasar directamente al siglo XIX, para centrarnos en las
obras y personajes espíritas del país escandinavo.
El primer registro de literatura relacionada con el Espiritismo en Suecia es del año
1862.
El jurista Tage Ludvig Sylwan (1801-1879) tradujo del idioma francés al sueco el
folleto “En kort Sammanfatning om Andeläran” (Resumen de la Doctrina de los
Espíritus), basado en la obra de Allan Kardec.
Es de 1877 la publicación de “Andarnes Bok”, El Libro de los Espíritus traducido al
sueco, por Erik Sparre. El traductor utilizó la 17ª edición francesa de la primera
obra básica publicada por Allan Kardec. Erik puede haber sido un erudito solitario
de la Doctrina, como tantos otros, o puede haber sido parte de un grupo que la
historia aún no ha identificado.
El libro “Evangelium enligt Spiritismen” (El Evangelio según el Espiritismo) fue
traducido al sueco en 1880 por el profesor Carl Henrik Walter af Jochnick (1825-
1899).
Cabe señalar que, en Suecia, los asuntos relacionados con la espiritualidad
circulaban en un ámbito muy limitado a personas eruditas, miembros de la
masonería y estudiosos, quienes en su mayoría preferían no identificarse. No todos
querían comprometerse con un tema tan controvertido como comunicarse con
los llamados “muertos”. Muchos utilizaron las iniciales de sus nombres o apellidos
para no ser identificados. Este cuidado en no presentarse terminó convirtiéndose
en un obstáculo para la investigación.
A principios de la década de 1870, el periodista Johan Carl Hellberg (1815-1877)
dio conferencias y escribió sobre el Espiritismo en Suecia. Hellberg fundó un grupo
en su propia casa llamado Spiritistiska Lånebiblioteket, que traducido al portugués
significa Biblioteca Espírita.
La asociación fundada por Hellberg organizaba reuniones mensuales, realizando
conferencias, debates e investigaciones sobre temas espíritas/espiritualistas.
En esta Asociación pudimos identificar algunas figuras destacadas, como Alfred
Elis Törnebohn (1838-1919), profesor de geología, doctor honoris causa por la
Universidad de Uppsala y presidente de la Real Academia Sueca de Ciencias; y el
editor de música Johan Albert Schildknecht (1833-1919), L. Schubert y CG
Lindmarck.
En 1885 la asociación fundada por Hellberg pasó a estar presidida por el coronel
Erik Klingenstierna, profesor de la escuela de guerra.
La biblioteca del grupo proporcionó una vasta literatura espiritualista, incluidas
publicaciones periódicas, tanto suecas como extranjeras, y con su expansión, la
asociación pasó a llamarse Spiritistiska Litteraturföreningen (Asociación de
Literatura Espírita).
Esta Asociación, que se dedicaba a los estudios serios, inició la práctica de
sesiones mediúmnicas. Quien se destacó en este período fue la médium escritora
Aurora Albertina Valérius, más conocida como Bertha Valerius (1824-1895).
Bertha fue una de las pioneras de la fotografía en Suecia. Debido a su
competencia, fue la primera mujer nombrada fotógrafa oficial de la Familia Real
Sueca.
Otra personalidad femenina que se destacó en la actividad espírita fue Marie
Louise Smith (1868-1943), hija de L. O. Smith, audaz empresario, político, fundador
de la industria de destilados, actualmente conocida como Vodka Absolut.
Marie se casó a los 19 años con el príncipe y diplomático turco Jean Karadja,
entonces de 53 años (1887). Con el matrimonio, Marie pasó a ser conocida como la
princesa Mary Karadja.
Mary produjo varias obras a través de la psicografía, especialmente poemas, y
también la publicación del periódico XX:e seklet (Século XX) entre 1902 y 1904.
Por su privilegiada condición material, Mary Karadja patrocinó el viaje de
conocidos médiums extranjeros a Suecia. Tras mudarse a Inglaterra, continuó
divulgando las ideas espíritas. Fundó la Alianza Gnóstica Universal.
En 1895 se formó la Asociación para la Investigación Psíquica, bajo la presidencia
del Dr. Carl von Bergen. El principal objetivo de la asociación era estudiar el
Espiritismo de forma práctica, realizando sesiones con diferentes médiums.
Una persona que debe figurar en este relato histórico del Espiritismo en Suecia es
Oscar Adolf Busch (1844–1916). Oscar era militar, jefe de la Compañía de
Ferrocarriles (Estocolmo – Saltsjön). Participó activamente del Movimiento Espírita
en Suecia, entre finales del siglo XIX y principios del XX. Médium psicográfico,
publicó libros y mantuvo una importante revista mensual espírita Efteråt (Después).
El periódico se produjo desde junio de 1891 hasta diciembre de 1922, con un total
de 379 ediciones.
Dos nombres que apoyaron a Busch en la producción de Efteråt fueron Mathilda
Nilsson, quien proporcionó su propia residencia como editora del periódico,
incluido el mantenimiento de una biblioteca; y también Anna Wallenberg, que
ofreció el apoyo económico necesario para la existencia de Efteråt.
Oscar Busch participó del Congreso Espírita en Ginebra en 1913, junto con los
consagrados espíritas Léon Denis y Gabriel Delanne. El relato de Oscar Bush sobre
el Movimiento Espírita en Suecia quedó registrado en el acta del evento 14.
Con la desencarnación de Oscar Busch, en 1916, notamos un alejamiento del
público en relación al Espiritismo, ya que hasta entonces la investigación había
promovido el crecimiento del movimiento Espiritualista, buscando una mirada más
enfocada a los fenómenos espirituales.
Hasta la década de 1970, no encontramos más registros de grupos espíritas. En
esa década, nuevos aires comenzaron a soplar en las tierras nórdicas, anunciando
la reanudación del Espiritismo15.

14
Proporcionado amablemente por Charles Kempf, que sirvió en gran medida como base para este
texto.
15
El Lector podrá seguir estos desarrollos en este Número de la Revue Spirite, en la Entrevista.
(Nota de la Coordinación Editorial)
LA NUEVA GENERACIÓN
¿SABÍAS QUE TUS HIJOS SON ESPÍRITUS QUE VUELVEN A LA
ENCARNACIÓN?

DARCY NEVES MOREIRA

BIO:
Darcy Neves Moreira es educadora, formada en
orientación educativa y con un curso de extensión en
Violencia Doméstica. Es espírita desde la adolescencia y
actualmente participa de las actividades del Centro
Espírita Jorge Niemeyer, en Vila Isabel, Rio de Janeiro -
Brasil. Forma parte del Consejo de Administración del
Consejo Espírita del Estado de Río de Janeiro - CEERJ.

TRADUCIDO POR:
Víctor Ruano Regueiro

RESUMEN:
En este artículo, se invita a padres responsables, tutores,
educadores y evangelizadores a reflexionar sobre una
nueva forma de mirar a los niños y jóvenes; Espíritus que
vuelven a la experiencia carnal en espera de cuidados y
orientación.

PALABRAS CLAVE:
cuna, renacimiento, educación del espíritu, reflexión,
educadores.

Los periódicos ofrecen materiales que pueden utilizarse en los grupos de estudio
de nuestros centros espíritas. He aquí una de ellas, publicada en los periódicos de
Luanda, municipio de Viana, África. Un bebé de sólo un mes y veinte días causaba
asombro, porque pronunciaba palabras como "mamá, vamos ahora… padre".
Algunas personas miraban y lo calificaban de maravilla, otros miraban con miedo
y curiosidad. Era extraordinario. El cura decía: "Bendigamos a este niño. Tengo la
esperanza de ver su futuro".
Es una rara noticia, pero quizás podamos decir que este caso no es único. Su
característica nos hace apelar a los contenidos liberadores de la Doctrina Espírita,
que orienta de la siguiente manera: el bebé, lejos de ser alguien que inicia un
camino en esta vida, es un ser que vuelve a la experiencia carnal para continuar
su proceso de crecimiento espiritual, no sólo consigo mismo, sino abriendo
espacios para el crecimiento de la comunidad en la que actuará.
El caso mencionado al principio se refiere a lo ocurrido en un pequeño pueblo,
con poca divulgación, pero hay mucha información sobre niños que, desde
pequeños, se manifiestan aportando detalles de sus vidas pasadas. Hay
testimonios que están siendo confirmados por innumerables investigaciones,
como las del Dr. Ian Stevenson, en su libro 20 casos sugestivos de reencarnación.
Ante este hecho, volvemos a las fuentes doctrinales, con Hermínio Miranda, en su
precioso libro Nuestros hijos son Espíritus, entendiendo que ese ser que renace
es único, trae un bagaje acumulado de experiencias y renace en estas tierras para
crecer. De ahí la necesidad de que quienes les sirven de "guías" - sus padres y
tutores - se apropien de esta preciosa información divulgada por el Espiritismo,
para ayudarles y apoyarles. Ellos se presentan con la apariencia de inocencia,
trayendo características de su propia herencia espiritual - las "semillas del destino",
como dice André Luiz en su libro Evolución en dos mundos.
La propuesta de la Doctrina Espírita, al traer contenido sobre la inmortalidad del
alma, es presentar informaciones sobre esta fase de la vida del Espíritu, buscando
ayudar a padres, madres, abuelos, tutores y evangelizadores en la compleja pero
divina tarea de la educación del Espíritu.
Emmanuel, siempre atento al programa de evangelización del ser, afirma: “Cada
niño y joven del mundo es un proyecto de la Sabiduría Divina al servicio de la
Humanidad (...)”16. Son las provisiones que Dios establece en el Mundo para
estructurar una nueva humanidad y que, con la mirada puesta en el “devenir”,
transita por la Tierra buscando crecer en la comprensión de su misión y
enriqueciendo a los que aún están en la retaguardia en los caminos de la evolución
espiritual.
Se destacan por sus ideas innatas y su deseo en el bien, que es necesario
incentivar desde temprana edad.
Así, seguimos acompañando el regreso de Espíritus más avanzados, historiadores,
filósofos, escritores, artistas; Espíritus que vibran en el bien, que llegan envueltos
en cuerpos tan sutiles, pidiendo guía y acogida.
De esta manera se concluye que nuestra misión es de gran relevancia, incluso
entre aquellos cuyos cuerpos tienen deficiencias - marcas que se traducen en
dolor, y con regularidad dolor severo.
De ahí el llamado a comprometernos en la búsqueda de información y recursos
espirituales, llenando sus almas con las investiduras del Evangelio de luz, para que
superen las carencias del alma y del cuerpo, retratos de semillas mal cuidadas en
siglos que se pierden en el tiempo, pero que la bondad del Señor nos permite
reencontrarnos con un nuevo rumbo.
Hablar con nuestros hijos mientras duermen y el tiempo semanal del Evangelio en
Casa son buenas prácticas en el camino de la educación del espíritu.

16
Ver Xavier, Religión de los Espíritus, Cap. 54-Jóvenes.
¡Saludamos, pues, a nuestros queridos amigos, a nuestros hijos, confirmando la
tarea definida en el plano espiritual, en ser agentes, intermediarios de las falanges
que actúan en el programa de evangelización de las almas en la Tierra!

Bibliografía
MIRANDA, Hermínio. 2000. Nossos Filhos são Espíritos. [Nuestros hijos son Espíritus] [s.l.]: Lachâtre.
XAVIER, Francisco C. (Emmanuel, Espíritu). 2012. Religión de los Espíritus. Brasília: FEB
XAVIER, Francisco C. e Waldo Vieira (André Luiz, Espíritu). 1987. Evolución en dos Mundos. Rio de
Janeiro: FEB.
CONFERENCIAS FAMILIARES DE ULTRATUMBA

TRADUCIDO POR:
Víctor Ruano Regueiro

“¡Hijos míos, que Jesús nos bendiga!


Volvemos al recipiente carnal, para iniciar el camino de la redención. No somos
otros que antiguos viajeros que naufragaron en las playas terrestres.
Imbuidos del ideal de la Ilustración cristiana, nos dejamos llevar por las ilusiones y
confundimos la verdad con la tiranía, la bondad con la ostentación, la fraternidad
con el soborno, el amor con la disolución de las pasiones.
Hemos recurrido a sufrimientos y aflicciones sin nombre que han marcado las
tristes páginas de la historia de nuestro pasado.
Ahora, hijitos, comenzamos de nuevo iluminados por la propuesta redentora de la
Buena Nueva, develada por la Doctrina Espírita. Nos encontramos comprometidos
con ella, teniendo como meta su divulgación en el árido suelo de los corazones
humanos.
Llegan momentos en que, ante una tierra ingrata, surge ese sentimiento
desesperado de darse por vencido. Las pocas respuestas parecen una noche que
amenaza la siembra y sentimos el impulso de huir, de abandonar.
¿Hacia dónde iremos, hijos míos, si Jesús nos llama hacia adelante, sin dejarnos
otra orientación que seguir el camino que Él recorrió, dejando marcas sangrientas
como señal de que abrazar una cruz es una experiencia de ascensión?
Cualquiera que lo viera, en ese fatídico día, con los brazos abiertos a través de dos
vigas, diría:
"- Es un perdedor, ha caído".
Pero si miramos hoy, veremos que fue el vencedor, porque Él estaba de pie. Su
cruz fue vertical, de la Tierra a Dios.
Él, no pudo ver florecer la siembra de su palabra en aquellos días porque era un
tórrido verano de pasiones. Pero la primavera se ha anunciado a través de los
tiempos y hoy llegan las primeras flores, anunciando frutos de paz y semillas de
luz.
¡Luchad! Insistid, cada vez más, hijos del alma, porque os habéis comprometido y
no estáis aquí por casualidad. Regresas al mismo suelo que una vez pisaste,
dejando espinas y guijarros, y ahora debes recogerlos, con las manos heridas, pero
el alma cantando un himno de esperanza para el futuro.
El amor es lento para florecer. Mira que el verano se anuncia en la tierra de este
país: las flores están en capullo, esperando el cálido beso de la primavera y el sol.
Y de vez en cuando el invierno, obstinado, vuelve, para aplazarlo... Sin embargo,
ya hay sonrisas florales por doquier, y un perfume balsámico envuelve a la
Naturaleza.
Considéralo así. Aún es pronto para recoger resultados. En esta Casa Espírita, aquí,
el Señor anota programas. En esta Casa Cristiana la lámpara está encendida. Pon
combustible y siembra ternura y esperanza. Lleva aliento de palabra, de gesto, de
pensamiento, de acción, a los golpeados por el vendaval de las pruebas.
El Señor no nos promete un viaje fácil, porque el premio sólo se concede después
de la batalla. Quien lo disfruta antes, no tendrá nada que recibir después, como es
natural. Por tanto, seguid cantando hosannas y sirviendo fieles a Jesús y a la
Revelación kardeciana, que nos lo revela, para que nosotros mismos nos sintamos
bien en nuestra conciencia, y el mundo sea más justo.
Hemos estado con vosotros, rogándole a Él, que nos bendiga y nos guarde, soy la
humilde y maternal sierva de siempre:
Juana de Ângelis
Mucha paz, hijos míos
(Mensaje recibido por medio de la mediumnidad psicofónica de Divaldo Pereira
Franco, el 10 de junio de 1998, en la casa de los Bergman, en la sala de estudio del
“Grupo de Estudios Espíritas Allan Kardec–Suecia, en Hässelby, Estocolmo)
ENTREVISTA A MARIA APARECIDA BERGMAN

En este número, la Revue Spirite entrevista a Maria Aparecida Bergman, más


conocida por su cariñoso apodo Cidinha. Nacida en una ciudad del estado de São
Paulo – Brasil, sería en la lejana Suecia donde la esperaba su compromiso con la
Doctrina Espírita. Una de las pioneras del Espiritismo en los países nórdicos, hoy
nos comparte su experiencia.
Cidinha, muchas gracias, es un placer conocer, en primera persona, el relato de
los orígenes ya lejanos del Espiritismo en Suecia. ¿Podrías contarnos un poco
sobre tu historia? ¿Cómo una niña nacida en el interior de Brasil terminó
viviendo en la lejana Suecia, un país tan distante geográfica y culturalmente?
Nací en la ciudad de São José dos Campos, Estado de São Paulo, y estaba por
cumplir 15 años cuando mi padre falleció a la edad de 56 años. Corría entonces el
año 1962. Pocos meses después, vi partir por la desencarnación a mi querido
abuelo materno, Francisco Velloso, uno de los devotos trabajadores de la Seara
Espírita en Brasil, amigo y compañero de Cairbar de Souza Schutel, en las labores
espírita a principios del siglo XX.
Mi madre, yo y otros familiares vivíamos en la ciudad de São Paulo, entre 1964 y
1966. Durante ese período, junto con mi madre, asistía a encuentros de estudios
evangélicos y práctica mediúmnica realizados en la residencia de una médium,
doña Anita, amiga íntima de mi familia. Su mentor espiritual siempre me aconsejó
que me instruyera lo más posible en los postulados de la Doctrina Espírita, lo que
realmente hice desde niña. Una vez me dijo que en el futuro tendría una tarea que
hacer, asociada con un esposo e hijos.
Una tarde, cuando mi madre y yo visitábamos a doña Anita, estábamos sentadas
en su sala, ella, con dedos ágiles, haciendo su lindo crochet y hablando con mi
madre, y yo perdida en mis pensamientos de niña-joven, cuando ella interrumpió
la conversación y dirigiéndose a mí me dijo: “aquí aparece un espíritu, pidiéndome
que te diga, Cidinha, que no pienses tanto en ese joven en el que estás pensando
ahora, porque él no formará parte de tu vida en esta existencia presente. Antes de
eso, prepárate para las tareas que vendrán, porque en un tiempo más conocerás
a otro chico, que será tu compañero en esta vida. Juntos tendrán mucho que
lograr”.
Desde hace un tiempo, mi madre había estado soñando muchas noches seguidas
con un joven de cabello rubio, ojos azules y barba roja, y decía ver mi matrimonio
con este joven hecho realidad.
Al año siguiente de estos hechos, mi familia y yo nos mudamos a la ciudad de
Araraquara.
Allí, en la “Morada do Sol”, junto a los queridos hermanos espíritas que se
convirtieron en mis amigos de por vida, participando en grupos de estudio,
actividades y trabajos doctrinarios, y en diversas concentraciones y encuentros
regionales de jóvenes espíritas, se consolidó en mí el feliz propósito de adelantar
las conquistas futuras de mi espíritu eterno, bajo la guía segura de las directrices
y luces de la Doctrina Consoladora.
Uno, entre los diversos programas doctrinales en los que participé en la Sociedade
Beneficente Obreiros do Bem (Sociedad Benéfica Obreros del Bien), fue un curso
de educación mediúmnica, que en ese momento estaba supervisado por el
difunto Sr. Damiano Masotti. Una noche, justo al comienzo del curso, me sentí de
repente parcialmente desprendida del cuerpo físico, tomada de la mano de un
amigo espiritual y volando sobre un océano. El amigo me dijo que no tuviera
miedo, que él me guiaría. Pronto me vi entrando en un lugar desconocido, en
cuyas paredes vi varios cuadros muy grandes, eran cuadros antiguos, retratando
a personas desconocidas para mí hasta entonces. Fui arrastrada a una habitación
estrecha y oscura, donde me encontré con un amigo espiritual a quien
cariñosamente llamé papá. Él me abrazó, se movió y empezó a decirme muchas
cosas que después no pude recordar.
Por lo tanto, mi destino era mudarme en 1970 a Suecia, donde me casé con Olof
Gustaf Bergman, en el pintoresco pueblito de Sigtuna, en un lugar muy antiguo
(Sigtunas Rådhus). Al entrar me encontré con cuadros de grandes marcos, que
representaban figuras de la nobleza sueca, y los reconocí, pues eran los que había
visto en aquel trance experimentado en la reunión mediúmnica, en Araraquara,
tres años antes.
No debió de ser fácil empezar, porque al parecer aún quedaba casi todo por
hacer en este nuevo lugar, ¿verdad?
En mi casa recién formada comencé a realizar, aparentemente sola, el Estudio del
Evangelio en la intimidad del hogar. A medida que aprendía más y más el idioma
sueco, traté de traducir los mensajes de El Evangelio según el Espiritismo y las otras
obras básicas de la Codificación, para atraer a mi esposo y a otros a este
maravilloso conocimiento. Todo, sin embargo, sucedió muy lentamente. Muy
pocos brasileños vivían en Estocolmo en esa época, y ninguno era como yo,
seguidora del Espiritismo. Un día, en 1972 durante el Estudio del Evangelio en el
Hogar, “escuché” al Mentor Espiritual decirme: “- Trabaja, ora, espera y confía. Un
día, cuando conozcas a cierta mujer, los libros serán traducidos”.
Establecí también otro día de la semana para los estudios doctrinarios, siempre
con el aliento de queridos compañeros de Araraquara, en especial de Luís Parreira
y Wallace Rodrigues, este último, entonces director de la Revista Internacional de
Espiritismo, editada por la Casa Editora O Clarim. Constantemente recibía
correspondencia de ellos, quienes me enviaban libros, periódicos y revistas
espíritas, dejándome bien informada sobre el Movimiento Espírita Brasileño.
En 1973 fui invitada a participar en las reuniones semanales de un grupo de
“espiritualistas” suecos y finlandeses que se reunían para “meditar”. Poco a poco,
sentí apertura en este grupo de nórdicos, para discutir mis conocimientos y
experiencias dentro de la Doctrina Espírita, codificada por Allan Kardec. Les hablé
de la ciencia, la filosofía y las consecuencias religiosas del Espiritismo,
demostrándoles que era el Consolador prometido por Jesús.
Unos años más tarde, algunos de los integrantes de este grupo de meditación,
principalmente su líder, la finlandesa Irma Hilonen, se interesaron por conocer la
doctrina codificada por Kardec, y pudimos formar con estas personas, el primer
GEEAK- Suecia- Grupo de Estudios Espíritas Allan Kardec, comenzando a reunirse
semanalmente en mi casa para estudiar el Espiritismo.
Entonces, ¿continuó el trabajo en el GEEAK de Estocolmo, con sencillez y sin
más expansión?
En realidad, en diciembre de 1978, mi esposo, yo y nuestra pareja de niños
pequeños nacidos en Suecia tuvimos que mudarnos de residencia a Brasil, y
GEEAK en Estocolmo se disolvió. En Brasil, mi pequeña familia y yo nos
beneficiamos de asistir a cursos y diversas actividades en Centros Espíritas en São
Paulo, en la capital y en otras ciudades del Estado, durante un período de casi
once años. En ese período, nos nació otra niña, en 1981 en la ciudad de São Paulo.
En los últimos dos o tres años que vivimos en Brasil, vivíamos en São Bernardo do
Campo, toda nuestra familia empezó a participar de las actividades espíritas en el
Centro Espírita Dr. Bezerra de Menezes, en la vecina ciudad de Santo André. Junto
a los compañeros Therezinha y Miguel de Jesus Sardano, empezamos a tener un
contacto más directo con Divaldo Pereira Franco.
En aquella ocasión, en uno de nuestros encuentros con Divaldo, tuvimos ocasión
de hablarle de nuestra necesidad de regresar a Suecia, debido a problemas
familiares que el deber filial nos imponía. Le dijimos que ahora que nuestra familia
había pasado más de diez años en Brasil, siempre en contacto con las actividades
espíritas, intentaríamos reactivar el Grupo de Estudios Espíritas Allan Kardec, en
Estocolmo, para seguir trabajando por la unificación del Movimiento Espírita en el
mundo.
Antes de regresar a Escandinavia, en agosto de 1989, visitamos en junio a amigos
en Brasilia, trabajadores activos de la FEB-Federación Espírita Brasileña, quienes
nos ofrecieron varios folletos sobre la “Campaña de Estudios Sistematizados de la
Doctrina Espírita” y direcciones de algunos brasileños residentes en Europa
suscriptores de la revista O Reformador.
Ya se había sembrado la primera semilla, pero era necesario establecer nuevos
contactos en Suecia. ¿Volvieron entonces allí?
Sí, y al llegar a Suecia pronto comencé junto con nuestra hija mayor, Sonia Lisa,
los estudios doctrinarios, y los domingos como de costumbre, continuamos con el
Estudio del Evangelio en el Hogar. Unos meses después, otros amigos brasileños
estaban con nosotros realizando estudios doctrinarios y así reactivamos el GEEAK
en Suecia, en febrero de 1990, registrándolo en el país algunos años después, en
1995.
La compañera Ilda Cursi Hansson, casada con Nils Hansson, amigos nuestros
desde 1973, se interesaron en participar de nuestros estudios espíritas, y nosotros,
de la familia Bergman, comenzamos a colaborar con el matrimonio Hansson en
una obra de ayuda a las instituciones de asistencia brasileñas, de promoción social
y filantropía, que Ilda y Nils venían desarrollando desde hacía algunos años.
Algunos otros amigos también contribuyeron en los primeros días de la fundación
de GEEAK-Suecia, como Ivany Marcondes Käärkenen y la joven Therese Falk.
Teresa vivió su infancia y juventud en Brasil, aprendiendo allí la Doctrina Espírita.
Aquí se unió a los jóvenes: Sonia Lisa, Frans y Sibeli Bergman y, en 1992, fundaron
MEAK-Mocidade Espírita Allan Kardec, que se convirtió en un departamento de
GEEAK-Suecia.
Y, veinte años después de haber escuchado a mi amigo espiritual decir que un día,
cuando conociera a cierta mujer, los libros espíritas serían traducidos al sueco,
nuestro encuentro se produjo en Madrid con cierta mujer, exactamente en la
misma ocasión en que ella acordó con Divaldo su primera visita a Suecia.
Esto sucedió en el Congreso Mundial de Espiritismo de 1992, gracias también a
su disponibilidad y deseo de participar en el Movimiento Espírita Internacional.
¿Puedes hablarnos de este episodio?
Fue así: En los últimos y emocionantes momentos del histórico CME-92, cuando
los representantes de las agrupaciones espíritas de los diferentes países
presentes eran llamados por el entonces Presidente de la Federación Espírita
Española, el difunto hermano, Rafael González Molina. quien también había sido
elegido Secretario General del CEI – Consejo Espírita Internacional, que acababa
de ser fundado en esa misma ocasión, sentí claramente la presencia de mi querido
amigo, Wallace L. V. Rodrigues, que ya estaba desencarnado hacía cuatro años, y
escuché su voz, diciéndome, con el mismo cariño con que me trataba cuando nos
reuníamos en actividades espíritas en Araraquara: “Querida, pida permiso para
cantar la Oración a María, la Madre Santísima, la misma que cantabas en
Araraquara”. Me resistí, porque pensé que el queridísimo señor Molina no me daría
permiso para hacerlo. Simplemente tendría que decir unas pocas palabras en
nombre del GEEAK sueco, como estaban haciendo todos los representantes de
los demás países, y nada más. Pero el amado Espíritu insistió: “No, él sí te permitirá
cantar. ¡Cante mi querida! ¡Es importante que cantes!” Se llamó al representante
de Suecia. Subí los escalones que conducían al escenario, aun sintiendo el
llamado del Espíritu resonar en mis oídos psíquicos. Hablé unas palabras en
nombre de GEEAK-Suecia y le pedí al presidente y a otros representantes de la
junta directiva si me permitían cantar, en ese momento, la Oración a María. Para mi
sorpresa, el Sr. Molina, después de mirar a sus compañeros de mesa, respondió
que sí.
Cuando terminé, miré hacia el salón, donde había unos 800 participantes, y la gran
mayoría discretamente se secó los ojos llenos de lágrimas. Se formó una enorme
cola al pie de la escalera de gente que, emocionada, venía a saludarme, a
abrazarme. Al final de la fila estaba cierta mujer de quien veinte años atrás, el
Amigo espiritual me había hablado. Solveig Nordström vino sonriente, hablando
sueco, abrazándome feliz, porque hasta ese momento no sabía que en su país de
origen había un grupo espírita. Hacía treinta años que residía en España, donde
recientemente había conocido la Doctrina Espírita y se había maravillado de su
belleza y lógica. Nos dijo que le gustaría comunicarse con nosotros y visitarnos en
Estocolmo. Encantada de encontrarme con ella en ese final de la conferencia,
después de haber estado tres días bajo el mismo techo que ella, sin conocernos,
lógicamente aún no me había dado cuenta de que sería la mujer a la que se refería
en esa revelación que había recibido hace veinte años, más bien, la mujer que
conocería en el futuro y que nos ayudaría a completar la tarea de traducir los libros
de Allan Kardec. Empezamos a correspondernos.
Después de eso, ¿empezó finalmente la tarea ligada al libro espírita?
Sí, en respuesta a mi pedido, Solveig inició la traducción de El Libro de los Espíritus,
de Allan Kardec. Mientras Solveig traducía, me enviaba las hojas mecanografiadas,
que poco a poco iba digitando en el ordenador. Todo fue muy lento debido a
nuestros numerosos compromisos profesionales y familiares. Después solicité
también la colaboración de mi colega Nils Hansson, que ese año comenzaba a
participar en los trabajos de GEEAK-Suecia, y los tres formamos el equipo de
traducción del grupo.
Nils, que es sueco y conoce bien su lengua materna, así como el portugués,
además de ser técnico informático, y yo, que estudié la Doctrina Espírita desde mi
niñez, estuvimos revisando, corrigiendo y completando los vacíos existentes en la
traducción de Solveig. Hicimos un trabajo minucioso, con el objetivo de dejar la
menor cantidad de errores posible, ya que no existe una traducción
completamente perfecta. Nos llevó ocho años revisarlo y complementarlo.
Solveig y yo también trabajamos en la traducción del folleto de Allan Kardec
titulado: El Espiritismo en su más simple expresión. En 1995 producimos 200 copias,
que GEEAK-Suecia distribuyó al público en general.
Pero ese contacto con “cierta mujer” no fue el único gran beneficio que resultó
de su participación en el Congreso de Madrid…
A partir del congreso de Madrid, el discurso del GEEAK-Suecia pasó a ser
publicado en la Revista Internacional de Espiritismo y en otros periódicos espíritas
de Brasil, lo que resultó en una gran cantidad de correspondencias que
empezaron a llegarnos de todo Brasil y de otros lugares del mundo, además de
llamadas telefónicas, especialmente de espíritas o simpatizantes brasileños.
Entre las direcciones que nos dieron los amigos de la FEB estaba Maria Cristina
Xavier Latini, quien vive en Oslo, capital de Noruega.
Ella nos contó que realizó su “Estudio del Evangelio en el Hogar”, junto a su esposo
y dos amigas, sin embargo, aún no había considerado formar un grupo espírita.
Con mucho gusto vendría para la primera visita de Divaldo.
Divaldo fue una personalidad esencial en la expansión del Espiritismo en
Suecia y otros países Escandinavos...
Sí, Divaldo y Nilson viajaban a Europa para iniciar el ciclo de conferencias del año.
También vendrían a Suecia. Un gran número de personas empezaron a llamarnos,
escribirnos y ponerse en contacto con nosotros, deseando conocer más detalles
e información sobre el esperado acontecimiento.
Con Divaldo y Nilson también viajamos a Oslo. Cristina fundaría GEEAK-Noruega,
que se oficializó en 1995.
Cada año, más y más personas se interesan por las palabras iluminadoras de este
misionero de la Tercera Revelación y por su mensaje de consuelo, esperanza y
amor. GEEAK-Suecia (Estocolmo), en colaboración con GEEAK-Noruega (Oslo), y
con colegas brasileños con sede en las ciudades de Gotemburgo y Copenhague,
Dinamarca, se programó una serie de conferencias para Divaldo en estas
importantes ciudades nórdicas.
Muchas gracias Cidinha, por la oportunidad de este compartir. ¿Quiere dejarnos
unas palabras finales sobre el trabajo realizado en Suecia?
Imploramos a los compañeros que iniciaron y están iniciando tareas en el suelo de
Escandinavia, y de los países nórdicos, que nos cuidemos de mantenernos firmes
en los cimientos de los postulados de la Codificación Kardeciana, poniendo
nuestro mejor esfuerzo en la divulgación de estos postulados, para que no
fallemos ante los emisarios de Jesús, que por misericordia nos han permitido
participar en esta obra. Que nos unamos en el mismo ideal de fraternidad, respeto
y amor recíprocos, buscando conocer cada vez más los principios espíritas en el
estudio serio e ininterrumpido de las obras básicas, así como de las
complementarias, y conocer también los procesos históricos del Movimiento
Espírita de Unificación para el trabajo sobre bases seguras.
Sólo nos resta agradecer a Dios, nuestro Creador y nuestro Padre, Bueno y Justo,
a Jesús, nuestro Maestro y Redentor, Modelo y Guía. Al Espíritu Joanna de Ângelis,
nuestra venerable hermana, materna y abnegada junto a nosotros, al Espíritu
Cairbar Schutel, nuestro amado e intrépido hermano, que no escatima sacrificios
en esta obra de difusión de la Doctrina Espírita en el mundo, y a todos los
compañeros que nos apoyaron y sostuvieron en esta primera etapa de los trabajos
espíritas en Escandinavia. Y terminamos, sin palabras para expresar nuestro eterno
agradecimiento, nuestro cariño y nuestro amor por los dos Sublimes Peregrinos
de Jesús, los amados Divaldo Pereira Franco y Nilson de Souza Pereira.

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