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SOBRE LA CRISIS ECONÓMICA EN LA UMSS

Claudia Montaño Q.

Habiendo observado el video adjunto, en primera instancia debo manifestar que es importante
el debate en relación a los temas que nos aquejan. Sin embargo, debo también expresar mi total
desacuerdo con los posibles caminos que se han considerado, con miras a resolver la crisis
económica al interior de la universidad.

1ro. Debe descartarse por completo la posibilidad de disminución de sueldos, o lo que el


panelista hablaba de la necesidad de “ajustarse los pantalones”. En primer lugar, porque los
sueldos son inflexibles hacia abajo. En segundo lugar, porque ello significaría un despido
indirecto. En tercer lugar, porque esa disminución ha sido una constante a lo largo de los últimos
años. Para ejemplificar, debemos recordar que el año 2003 el Rector de la Universidad ganaba
Bs. 23000 y en la actualidad gana el mismo monto. Lo cual significa que en términos nominales
es el mismo valor, pero que en términos reales, hubo una gran pérdida de poder adquisitivo, por
el incremento de precios acumulado a lo largo de 18 años.

Nótese, la diferencia, frente al hecho de que el Salario Mínimo Nacional se incrementó en 382%
entre el año 2005 y 2021. Éste indicador es positivo para el conjunto de trabajadores. Empero,
no debe descuidarse la inversión en el sector de la Educación Superior.

A ello se suma, que desde el año 2019, tanto el personal docente como administrativo de la
UMSS, no tuvo incremento salarial alguno. Por tanto, no hubo una reposición a la pérdida de
poder de compra, en respuesta a las tasas de inflación.

En suma, en los últimos años el docente ya se “ajustó los pantalones”, con una pérdida
sustancial, en poder de compra.

2do. Se habla de jubilación de docentes mayores a 65 años, como una salida a la crisis
universitaria, ante tal afirmación no tengo más que expresar mi total rechazo, debido a que son
precisamente estos colegas que se constituyen en el “Capital Conocimiento de la institución”,
su contribución es en extremo valiosa y sería una decisión anti-económica prescindir de ellos,
luego de la inversión que ha hecho San Simón en su formación y continúa capacitación y
especialización a lo largo de los años. No debemos perder de vista, que la jubilación es voluntaria
y nadie puede obligar a un colega a acogerse a esta medida. Por tanto, no se puede normar,
sobre algo que no se puede controlar.

3ro. Tampoco es viable pensar en la reducción del Bono de Antigüedad, porque es una conquista
en materia laboral, y por ende, cualquier acción legal, no podría anularlo.

4to. También el video, insinúa la aplicación de la permanencia estudiantil e incremento de pagos


de parte de los estudiantes, aspecto que desconoce los objetivos de una universidad Pública,
más aún considerando la difícil situación económica de los estudiantes. Parecería que vamos en
contra ruta de la tendencia mundial, que busca incrementar la inversión en educación para hacer
frente a las asimetrías generadas en el acceso a la educación desde marzo 2020, por efecto de
la pandemia (Véase Coeficiente de Gini de la Educación).

5to. El hablar de una Universidad Pública, no conlleva el cumplimiento de criterios de eficiencia,


al igual que una universidad privada, tiene un rol específico estipulado en la Constitución Política
del Estado. En relación a ello, me pregunto ¿A qué se refiere con “Garantizar el
FINANCIAMIENTO de planillas salariales”? -Véase matriz de compromisos- Ello se determina a
través de los recursos que se reciben del TGN y la Coparticipación Tributaria.

Finalmente, considero que se trata de un falso debate, San Simón siempre tuvo déficit. La
solución en el corto plazo es:

Para el pago del mes de Noviembre y Diciembre: Acogernos a lo que establece la Ley Financial,
que sólo por este año, y en el marco de la Pandemia para evitar que las familias, tengan
problemas en el cobro de sueldos y salarios autoriza el traspaso de recursos -en todas las
entidades públicas y privadas del país- de otras partidas para el ítem 100, para garantizar el pago
oportuno de sueldos.

Luego, declararnos en estado de emergencia y propiciar a la brevedad posible un debate interno


y profundo, para que el próximo año se estructure un presupuesto austero, que no afecte la
remuneración de la razón de ser de la institución que son los DOCENTES, quienes a partir de
marzo 2020, han demostrado una capacidad de adecuación rápida a un nuevo sistema de
educación virtual, con un número elevado de estudiantes por aula, y cuya inversión para contar
con condiciones óptimas para impartir clases, recayó en la economía de cada docente (gastos
relativos a la adquisición de computadoras, contratación de internet, entre otros).

Complementariamente, solicitar al Gobierno Central, el incremento de recursos destinados a la


inversión en Educación Superior. Bajo la premisa de que alcanzar mayores niveles de desarrollo,
implica invertir en Educación y Salud, tal como reza la Constitución Política del Estado (Véase el
siguiente gráfico la tendencia de Inversión en salud, frente a la del gasto público en nuestro
país).

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