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EL RENACIMIENTO: LA POESÍA

ÍNDICE

1. Contexto histórico – cultural


2. Etapas del Renacimiento
3. Poesía del Renacimiento
I. Estilos poéticos: poesía de cancionero y poesía italianizante.
II. Innovaciones métricas y lenguaje poético.
III. Tendencias poéticas: poesía petrarquista, ascético – moral, mística,
patriótica y épica culta.
4. Autores:
I. Garcilaso de la Vega
II. Fray Luis de León
III. San Juan de la Cruz

1. Contexto histórico – cultural

Se denomina Renacimiento al movimiento artístico que abarcó los últimos años


del siglo XV y todo el siglo XVI.

El Renacimiento fue una época de grandes cambios, entre los que podemos
citar los siguientes:

- El nacimiento de los estados modernos, con un poder centralizado en la


figura del rey.
- El desarrollo de la burguesía, que gana influencia en la economía, la
sociedad y la política.
- Es una época de grandes progresos técnicos e inventos, como el papel, la
brújula, la imprenta…
- El descubrimiento de nuevos mundos: África, Asia, América…
- Gracias a la imprenta, la cultura sale de los monasterios y de las cortes para
llegar a la población.

Una nueva época necesita una nueva forma de pensar: el Humanismo. Con
este término nos referimos a la corriente ideológica que impregnó toda la actividad
intelectual y artística de este período, y cuyos principios fundamentales fueron los
siguientes:

- Antropocentrismo frente al teocentrismo medieval.


- Optimismo y confianza en la razón.
- Recuperación de la cultura clásica greco – latina.
2. Etapas del Renacimiento

En España se consideran dos etapas en el Renacimiento que coinciden con los


reinados de Carlos I (1516 – 1556) y Felipe II (1556 – 1598).

- 1ª etapa: Renacimiento pagano (1ª mitad del siglo XVI, reinado de Carlos I).
Es un período de apertura al exterior y entrada de corrientes culturales
europeas. Destacan poetas como Garcilaso de la Vega, Boscán, Diego
Hurtado de Mendoza, Gutierre de Cetina y Hernando de Acuña.

- 2ª etapa: Renacimiento cristiano (2ª mitad del siglo XVI, reinado de Felipe
II). Es un periodo de cierre a las influencias extranjeras y de una fuerte
censura motivado por el miedo a la entrada del protestantismo. Sobresalen
el sevillano Fernando de Herrera (poesía petrarquista), Fray Luis de León
(poesía ascético – moral) y San Juan de la Cruz (poesía mística).

3. Poesía del Renacimiento

I. Estilos poéticos: poesía de cancionero y poesía italianizante


A lo largo de los siglos XVI y XVII van a convivir dos estilos poéticos distintos: la
vieja escuela de los cancioneros cortesanos (con su lenguaje alejado de lo cotidiano,
su ingenio y sus juegos de palabras) y la nueva poesía italianizante que se asentará
definitivamente en España gracias a Boscán y Garcilaso de la Vega.

Si bien las formas métricas italianas acaban imponiéndose, ciertos rasgos de la


poesía cancioneril tradicional se mantienen, como los juegos conceptistas de que
hacen gala muchos autores de este periodo.

II. La lengua literaria y las innovaciones métricas


El Renacimiento trajo consigo una serie de cambios que afectaron a la lengua
literaria y a la métrica.

En cuanto a la lengua literaria, durante la primera mitad del siglo XVI, se


intenta conseguir una lengua hermosa, sencilla y clara, alejada de la artificiosa poesía
cortesana del siglo anterior. Este ideal de lengua es defendido por Juan de Valdés en
su Diálogo de la lengua.

Los poetas del Renacimiento persiguen un estilo marcado por la sobriedad


expresiva, la naturalidad y la elegancia, como podemos ver en Garcilaso de la Vega,
Fray Luis de León o San Juan de la Cruz.

En la segunda mitad del siglo XVI, el lenguaje evoluciona hacia una búsqueda de
la belleza por encima de la claridad y la sencillez, anticipando lo que sucederá
posteriormente en el Barroco (predominio de la belleza frente al contenido). Así, en
torno a Fernando de Herrera, los poetas de la escuela sevillana inician la ruptura del
equilibrio clásico entre expresión y contenido, dando lugar al manierismo, precursor
del culteranismo barroco.

En cuanto a la métrica, se introducen en España nuevos metros, estrofas y


composiciones procedentes de Italia.

 Nuevos versos:

- El heptasílabo (7 sílabas).
- El endecasílabo (11 sílabas).

 Nuevas estrofas:

- El terceto: a menudo encadenado (11A/11B/11A/ 11B/11C/11B…) y


rima consonante.
- La octava real: 11A/11B/11A/11B/11A/11B/11C/11C. Rima consonante.
- La lira: 7a/11B/7a/7b/11B. Rima consonante.

 Nuevos poemas:

- El soneto: dos cuartetos y dos tercetos encadenados. Rima consonante.


- La estancia: composición formada por una serie de estrofas que deben
seguir el esquema métrico de la primera. Es decir, una vez hecha la primera
estrofa, el resto debe seguir el mismo patrón. La estrofa puede tener el
número de versos que desee el poeta, siendo estos de 7 y 11 sílabas,
distribuidos libremente por el poeta y con rima consonante en el orden que
quiera.
- La canción: constituida por un número variable de estancias.
- La silva: poema no estrófico formado por una serie indeterminada de
versos heptasílabos y endecasílabos que riman entre sí, aunque pueden
quedar versos sueltos.

Todas estas innovaciones fueron introducidas en España por el poeta Juan


Boscán, quien a su vez convenció a su amigo Garcilaso de la Vega para que imitase el
estilo italiano, dando lugar a la renovación poética del Renacimiento en España.

No obstante, el primer poeta castellano que probó con el soneto, y por tanto
con el verso endecasílabo italiano, fue don Íñigo López de Mendoza, el Marqués de
Santillana, en sus Sonetos fechos al itálico modo, no muy logrados desde el punto de
vista rítmico.
III. Tendencias poéticas: poesía petrarquista, ascético – moral, mística,
patriótica y épica culta

1. Poesía petrarquista:

El Cancionero de Francesco Petrarca (1304 – 1347) se convierte en el modelo


de la lírica amorosa del Renacimiento. En su obra se incluyen los sonetos a Laura, su
amor platónico, donde analiza con total sinceridad los distintos estados por los que
atraviesa su alma enamorada: alegría, dolor, angustia o resignación.

La poesía petrarquista representa una evolución del amor cortés, que se


enriquece de componentes neoplatónicos; entre sus rasgos principales, destacamos
los siguientes:

- La amada se percibe como un reflejo de la divinidad: su belleza y su bondad


son destellos de la belleza y bondad divinas.
- El amor, por tanto, se considera como un acto de adoración, de culto casi
religioso que impulsa al poeta a proclamar las perfecciones físicas y espirituales
de la dama.
- El amor se concibe como el destino del poeta, del que es imposible escapar.
- La respuesta de la amada ante la insistencia del poeta es una actitud de
desdén, esquiva y distante. El enamorado experimenta un dolor insufrible pero
gozoso a la par y reacciona con reproches a la amada, buscando la soledad y el
refugio de la naturaleza.
- La búsqueda de la autenticidad / sinceridad en la poesía se convierte en uno de
los ideales perseguidos por el artista del Renacimiento.

Vinculados al tema amoroso, aparecen tres motivos recurrentes:

1. El tópico del carpe diem (aprovecha el día): el poeta se dirige a una joven,
instándola a gozar de la juventud antes de que el tiempo marchite su belleza.
2. La naturaleza: siempre idealizada y en perfecta armonía, da lugar al tópico
locus amoenus (lugar ameno o deleitoso).
3. La mitología: vuelven los dioses paganos (Júpiter, Venus, Marte, Apolo…) como
referente cultural o directamente como protagonistas de las composiciones
literarias.

Los poetas más representativos de esta tendencia son Boscán, Garcilaso de la


Vega, Fernando de Herrera…

2. Poesía ascético – moral:

Es, junto a la mística, una de las manifestaciones poéticas de carácter religioso


que surgen a partir de la segunda mitad del siglo XVI, favorecida por el clima de
espiritualidad de la época.
El contenido de esta poesía se articula en torno a la idea de que el hombre vive
encarcelado en la prisión del mundo, donde imperan el caos, la discordia, los intereses
materiales, los vicios y bienes engañosos… Para liberarse de esta cárcel terrenal, la
poesía ascético – moral propone un recorrido purificador a través de:

- La práctica de la virtud (fortaleza, prudencia, templanza).


- La dedicación al estudio y al trabajo intelectual, en busca del conocimiento
último de las cosas (el llamado ocio santo, según Fray Luis de León)
- El contacto directo con la naturaleza, que constituye un refugio acogedor
(locus amoenus) que permite encontrar el sosiego y la paz interior, espiritual,
apartándose de las intrigas y ambiciones mundanas.

El poeta más representativo de esta tendencia es Fray Luis de León.

3. Poesía mística:

Se desarrolla, al igual que la poesía ascético – moral, en el clima de


espiritualidad de la segunda mitad del siglo XVI.

La poesía mística describe la experiencia inefable (difícilmente expresable con


palabras) de la unión del alma con Dios. La unión mística se caracteriza por:

- Exigir un proceso previo de purificación (ascética) para que el alma se


desentienda del mundo y pueda iniciar ese proceso de unión con Dios.
- Ser una gracia divina: solo unos pocos elegidos están llamados a vivir la unión
mística con Dios (no depende de la voluntad humana).
- Ser extática (de éxtasis): el alma, al fundirse con la divinidad, se sumerge en un
estado de arrobamiento o embelesamiento en el que cesa la actividad de los
sentidos y se desconecta del mundo circundante.
- Ser inefable, por lo que, para expresar las sensaciones vividas en el estado de
enajenación mística, deberá recurrir al símbolo, la alegoría, la paradoja y la
síntesis.

Los poetas más representativos son Santa Teresa de Jesús y San Juan de la
Cruz.

4. Poesía patriótica y épica culta:

La lírica patriótica exalta los ideales nacionalistas a través de los héroes y sus
gestas nacionales.

Destacan Fernando de Herrera (Canción al Señor don Juan de Austria y Canción


a la batalla de Lepanto) y Hernando de Acuña.

La épica culta renacentista es un género que forman extensos poemas


narrativos inspirados en las grandes epopeyas de la Antigüedad clásica grecolatina (La
Ilíada, La Odisea…).
Destacan Alonso de Ercilla (La Araucana) y Juan Rufo (La Austríada).

4. Autores

I. GARCILASO DE LA VEGA (c. 1498 – 1536)

a) Biografía

Es el poeta más importante de la primera mitad del siglo XVI, con el que se
consolida la renovación lírica del Renacimiento en España.

Nació en Toledo en el seno de una familia noble a finales del siglo XV y murió
en el sur de Francia en 1536 a causa de unas heridas sufridas en el ataque a la fortaleza
de Muy.

Fue soldado y poeta, es decir, un hombre de armas y de letras, por lo que es


considerado como prototipo de noble cortesano.

Viajó a Italia, lo que le permitió entrar en contacto con los poetas renacentistas
italianos y conocer de primera mano su poesía. Junto a ellos y leyendo a los clásicos,
aprendió a suavizar su lenguaje buscando una nueva armonía con la que expresar sus
sentimientos de forma sencilla y elegante.

Su obra poética es escasa y fue publicada póstumamente por Boscán.

b) Obra poética

El conjunto de la obra poética de Garcilaso de la Vega se compone de:

- Tres églogas.
- Cuarenta sonetos.
- Cinco canciones.
- Dos elegías.
- Una epístola a Boscán.

A pesar de lo escaso de su producción poética, su influencia fue enorme en la


literatura española, ya que asimiló perfectamente las nuevas ideas estéticas y fue
considerado el mejor poeta de la corriente innovadora de raíz petrarquista.

- Las églogas

Son un subgénero lírico en el que aparecen unos pastores refinados y cultos en


medio de una naturaleza idealizada expresando sus penas amorosas.
 Égloga I

El pastor Salicio se queja de que su amada lo ha abandonado por otro hombre.


Salicio comparte sus sentimientos con una naturaleza que se enternece ante su dolor.

Tras su lamento, Nemoroso llora la temprana muerte de su joven esposa, Elisa,


en el parto de su hijo, utilizando el tópico del ubi sunt.

Está escrita en estancias.

 Égloga III

Garcilaso presenta a cuatro ninfas que están bordando unas telas en las que se
representan cuatro historias de amor truncado por la muerte prematura de uno de los
amantes. Tres de esas historias son de tema mitológico, mientras que la última cuenta
la muerte de Elisa.

La égloga III tiene como escenario las orillas del Tajo a su paso por Toledo, un
espacio ideal que le sirve a Garcilaso para recrear el tópico del locus amoenus.

Está escrita en octavas reales.

- Los sonetos

Reflejan su trayectoria vital y su aprendizaje poético, pues en ellos se percibe la


evolución de una poesía cancioneril a una poesía más armoniosa y equilibrada propia
del Renacimiento.

En ellos desarrolla otros tópicos, tales como descriptio puellae o carpe diem…

II. FRAY LUIS DE LEÓN (1527 – 1591)

a) Biografía.

Nació en 1527 en Belmonte (Cuenca). A los 14 años ingresó en la orden de los


agustinos. Fue profesor universitario en Salamanca. Estuvo en la cárcel entre 1572 y
1576 por traducir al castellano directamente del hebreo un libro de la Biblia, el Cantar
de los Cantares.

En la cárcel compuso algunos de sus mejores poemas. Cuando al fin fue


absuelto y puesto en libertad al cabo de cinco años, se dice que comenzó su primer día
de clase diciendo: “Decíamos ayer…”. Murió en 1591.
b) Obra poética.

Fray Luis de León es heredero de la poesía de Garcilaso.

Emplea la lira (7a/11B/7a/7b/11B) como estrofa para escribir muchos de sus


poemas.

Su lenguaje poético está caracterizado por el equilibrio, la armonía y la


naturalidad.

Tradujo obras clásicas (de Virgilio y Horacio) y religiosas al castellano. También


compuso varias obras en prosa. Se conservan apenas 30 poemas suyos, suficientes
para que sea considerado uno de los mayores líricos de la literatura española, siendo
los temas de carácter moral y ascético los dominantes en su obra.

Una de sus composiciones más hermosas es la Oda a la vida retirada, en la que


alaba la vida del que abandona los sinsabores y las envidias del mundo para retirarse al
campo y disfrutar de la vida sencilla. En esta obra confluyen los tópicos del beatus ille
(Dichoso o feliz aquel), locus amoenus (lugar ameno) y aurea mediocritas (dorada
medianía).

El tópico beatus ille es una alabanza de la vida en el campo, apartada de lo


material, en contraposición a la vida de la ciudad, llena de peligros e intrigas.

El tópico aurea mediocritas expresa el gusto y la satisfacción por una vida


sencilla, conforme con lo que se posee, frente al deseo desmesurado de riquezas.

III. SAN JUAN DE LA CRUZ (1542 – 1591)

1) Biografía.

Su nombre seglar fue Juan de Yepes, nació en Fontiveros (Ávila) en 1542 en el


seno de una familia humilde.

Entró en la Orden del Carmen en 1563, estudió en Salamanca y fue ordenado


sacerdote; conoció a Santa Teresa de Jesús en 1567, quien lo convenció para que
reformase la rama masculina de los carmelitas, lo que le provocó más de un problema,
por ejemplo, en 1577 fue apresado y encarcelado en Toledo por los adversarios de la
reforma.

Murió en Úbeda (Jaén) el año 1591.

2) Obra poética.

La obra poética de san Juan de la Cruz es el resultado de sus experiencias


místicas. En ellas, su alma (la esposa) busca y encuentra a Cristo (el Esposo) para
unirse a Él, tras superar las distintas etapas de un proceso purificador.
Las etapas de este proceso reciben el nombre de caminos o vías:

1. La vía purgativa: en ella, el alma se despoja de todas sus necesidades


terrenales, incluidas la memoria, el entendimiento y la voluntad.
2. La vía iluminativa: el alma, ya libre, inicia el tránsito luminoso que la
conducirá a Dios.
3. La vía unitiva: en la que el alma se une a Dios en el éxtasis místico.

Ha sido definido como poeta máximo de obra mínima. Compuso tres grandes
poemas místicos que han sido más que suficientes para que san Juan alcance un lugar
de primer orden en la poesía universal.

1) El Cántico espiritual: lo componen cuarenta liras escritas en 1577; es un diálogo


entre la amada (el alma) y el Amado (Dios), a quien ella ha buscado por valles y
montañas hasta encontrarlo.
Es un poema de amor que se desarrolla en una naturaleza idealizada (locus
amoenus), como sucede en las églogas de Garcilaso.
San Juan se inspira en un texto de la Biblia, el Cantar de los Cantares, para
describir la unión mística del alma con Dios.

2) Noche oscura del alma, ocho liras escritas en 1584, en las que la amada, tras
salir disfrazada de su casa por la noche, se une plenamente al Amado.
San Juan utiliza elementos cotidianos o naturales como símbolos (la casa es el
cuerpo, la amada es el alma del poeta, el Amado es Dios).
En este poema aparecen reflejadas claramente las tres vías del proceso místico.

3) Llama de amor viva, cuatro estrofas de seis versos muy similares a las liras con
el siguiente esquema métrico: 7a / 7b / 11C / 7a / 7b / 11C, escritas en 1584 en
las que el autor expresa el preciso instante de la unión espiritual del alma con la
divinidad: el arrobamiento o éxtasis místico.

Aquí tenéis una de estas cuatro estrofas:

¡Oh cauterio suave!

¡Oh regalada llaga!

¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado

que a vida eterna sabe

y toda deuda paga!

Matando, muerte en vida has trocado.

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