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DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA

INTRODUCCIÓN
Tras la crisis de 1917 una cosa era evidente: los partidos liberal y conservador no eran más
que un vago recuerdo de lo que fueron en su momento y el sistema creado por Cánovas ya no
daba más de sí. La conflictividad social, el caos político y el descontento militar se unían a la
gravísima situación en Marruecos. Frente a esta desorganización, el capitán general de
Cataluña, Miguel Primo de Rivera, dio el golpe de Estado de 1923. La dictadura iniciada obtuvo
un gran consenso en un principio, al resolver los problemas del terrorismo y de Marruecos. La
economía creció al compás de la favorable coyuntura internacional. Pero el régimen parecía
perpetuarse y la oposición iba en aumento. Tras la caída de Primo, se intentó la vuelta al
régimen parlamentario. Pero gran parte del país lo consideraba inviable. Las elecciones
municipales del 12 de abril de 1931, planteadas para salir del atasco institucional, dieron la
victoria a los republicanos y socialistas en las grandes ciudades. Se crea un Comité
revolucionario que dio un ultimátum al rey, el cual decide abandonar el país. El 14 se proclama
la II República.
DESARROLLO
El pronunciamiento fue recibido con entusiasmo. Presentó la Dictadura como un régimen
transitorio cuyo objetivo era acabar con los males de la restauración, por lo tanto eliminaría
el caciquismo, liberar el país de la vieja política que venían desplegando los partidos del turno,
puso fin al desgobierno, al orden social y a la amenaza del separatismo catalán.
El directorio militar adoptó las siguientes medidas: suspendió la Constitución de 1876,
disolvió las Cortes y estableció la censura de prensa. Los Ayuntamientos y las Diputaciones
provinciales fueron disueltos y sus miembros fueron sustituidos por gente adicta al nuevo
régimen. Creó su propio partido, la Unión Patriótica, donde se daba cita la burguesía de
comerciantes, industriales, terratenientes y antiguos caciques. El partido duró lo que la
dictadura, y cumplió el papel de aportar el personal político que necesitó la Dictadura.
Sobre el problema regional, se mostró muy duro con el catalanismo. Se prohibió el uso del
himno y de la bandera catalana y la utilización del catalán en los actos oficiales. Por lo que se
creó enemigos en Cataluña.
La pacificación de Marruecos fue el logro más indiscutible de la dictadura. El problema
marroquí pudo por fin resolverse. El líder de los rifeños, Abd-el-Krim, facilitó las cosas. En
1924 atacaba a las tropas españolas, causando bajas y heridos, y después decidía avanzar en
el Marruecos francés. Ante esta situación, Francia y España acordaron una ofensiva conjunta
por mar y tierra. España protagonizó el desembarco de Alhucemas en septiembre de 1925,
que fue un éxito; Abd-el- Krim, derrotado, se entregó a los franceses (1926). En 1927
Marruecos dejó de ser un problema para España.
Tras el éxito en Marruecos, muy bien valorado por la opinión pública, se decidió
transformar el Directorio Militar en un gobierno en el que incluía hombres civiles, el llamado
Directorio Civil. El objetivo ahora era institucionalizar el régimen, la Dictadura, y para ello
hacía falta una norma que hiciera las veces de marco constitucional. Con ese objetivo final se
convocó, en 1927, una Asamblea Nacional Consultiva, con el fin de elaborar una nueva
constitución. Esta reunión se hacía en medio de un estado de excepción, sin libertad de
prensa y de asociación. Se dibujaba una constitución claramente autoritaria, constitución que
nunca llegó a elaborarse, pero este intento de mantenerse en el poder originó la aparición de
una oposición activa a la Dictadura que fue endureciendo sus posiciones a medida que
avanzaba el proceso. Inició sus trabajos en 1928 y terminó siendo un fiasco sin llegar a
cumplir sus objetivos.
En cuanto a la política económica, la Dictadura se benefició de la oleada de prosperidad
mundial de estos años llevando a cabo una política intervencionista. La economía española
creció. Se extendió la electrificación y aumentó la producción de hierro, acero, hulla… Se
impulsaron las obras públicas. También se crearon las Confederaciones Hidrográficas para el
aprovechamiento de los ríos, tanto para el regadío como para la producción de energía
eléctrica. Para relanzar la capacidad recaudatoria se constituyeron monopolios en sectores
claves: petróleo, ferrocarriles, etc. El más importante de ellos fue C.A.M.P.S.A.
En política social, el Estado también se mostró muy activo. Construyó “viviendas baratas”,
también institutos, escuelas y servicios sanitarios. Para la solución de los conflictos laborales
se instituyeron “comités paritarios”, formados por representantes de patronos y obreros, a
quienes se sumaba un delegado gubernamental. En ellos se fijaban salarios, condiciones de
trabajo y se hacían labores de mediación y arbitraje en caso de conflictos laborales. En los
“comités paritarios” participaron los socialistas al considerar que era positivo para el
mantenimiento del partido y del sindicato (la UGT).
Además, hubo una oposición. Los líderes de los viejos partidos liberales se opusieron a la
política autoritaria y arbitraria. Se negaron a colaborar en la Asamblea Consultiva e incluso
participaron en la organización de diferentes conspiraciones. Parte de la oficialidad del
ejército por su política africanista y por los ascensos por mérito de guerra. A partir de 1926
son numerosos los intentos conspirativos en diferentes unidades militares, que si bien no
triunfaron mostraban a las claras que la situación había cambiado. Los partidos republicanos
mantuvieron su oposición no sólo al dictador, sino a la monarquía que había “aceptado” el golpe
de Estado. A partir de 1928 experimentaron un crecimiento considerable, sobre todo
Izquierda Republicana de Manuel Azaña. Los sindicatos y partidos obreros. La C.N.T. se
manifestó contraria al golpe militar y fue perseguida con saña, sobre todo por el ministro de
Gobernación Martínez Anido; con la formación de la F.A.I. y la crítica situación económica a
partir de 1929 se convirtió en la principal fuerza sindical de España. El P.S.O.E. y la U.G.T.,
que habían mantenido una postura ambigua, cambiaron sus planteamientos a partir de 1927
cuando el dictador intentó perpetuarse. Los intelectuales y los estudiantes. Era un grupo
dinámico y que tenía gran influencia social. La llegada al poder de Miguel Primo de Rivera fue
recibida con esperanza por su programa regeneracionista. Pero pronto esta esperanza se
trocó en lucha abierta.
Finalmente, cansado, desilusionado, con un monarca que también empezaba a marcar sus
distancias, Primo de Rivera, el 30 de enero de 1930, decidió presentar su renuncia al rey y
marchó a París, donde falleció dos meses más tarde.
CONCLUSIÓN
La dictadura de Primo de Rivera forma parte de las llamadas “dictaduras mediterráneas”,
que siguen el ejemplo del fascismo italiano. Las nuevas tendencias autoritarias son apoyadas
por la burguesía ante el peligro de una revolución comunista en la Europa de entreguerras.
Su fracaso hizo que el rey Alfonso XIII intentara volver entre 1930 y 1931 al sistema
político de la Restauración, a través de los gobiernos del General Berenguer y del Almirante
Aznar. Ambos fracasan debido a la desestructuración de los partidos dinásticos y al
crecimiento de las fuerzas políticas al margen del sistema, que acusan al rey de haber
apoyado al régimen dictatorial. El fracaso de la dictadura lleva a corto plazo a la proclamación
de la II República el 14 de abril de 1931, un nuevo régimen democrático cuyo reformismo puso
en peligro el predominio político, económico y social de las clases altas, que optan por un nuevo
golpe de Estado militar que será el origen de la Guerra Civil (1936-1939).

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