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Introducción
En el contexto creado por los autores de “El Principio de Oz” (Connors, Smith, Hickman:
2015) accountability posee una connotación positiva. El término debe ser entendido como:
La
Ladecisión
decisiónpersonal
personalde
deser de querer
querer ser mejor.
ser mejor. ApuntaApunta a la superación
a la superación de las de las dificultades
dificultades que se
que se presenten, a ser una persona excelente en su vida y en su trabajo, una persona
presenten, a ser una persona excelente en su vida y en su trabajo, una persona que actúa que
actúa inteligentemente,
inteligentemente, que persevera
que persevera e insiste
e insiste hastahasta alcanzar
alcanzar los resultados
los resultados esperados.
esperados.
¿Quiénes permanecen debajo de la línea? Aquellos que caen en «el juego de la culpa»,
juego que consiste en adoptar actitudes que conducen a la inacción, en culpar a otros de
los fracasos o falta de resultados y no asumir responsabilidades individuales, a no enfrentar
los problemas, a no aceptar la realidad y esperar que pase el tiempo y los problemas se
resuelvan solos o las situaciones conflictivas se estabilicen por sí mismas.
Los pasos para estar arriba de la línea que separa al fracaso del éxito, de acuerdo al Principio
de Oz, son: Verlo; Adueñárselo; Resolverlo; Hacerlo.
Verlo implica desarrollar una evaluación honesta de las dificultades, de los errores
cometidos en una planificación o en la ejecución de esa planificación o en las diversas etapas
de un trabajo. La honestidad y el coraje para enfrentar a la realidad, por dura que ésta sea,
resultarán fundamentales para dar este paso hacia la excelencia.
Hacerlo implica asumir el compromiso y tener el valor para proseguir con las soluciones
identificadas aun cuando hay que correr riesgos considerables.
Trabajar con “El principio de Oz…” significa dejar de lado las excusas creativas que justifican
el deterioro de una organización o empresa y – en lugar de gastar energías para
justificar lo que no hemos hecho o los fracasos - gastar nuestros recursos en alcanzar
resultados concretos, tangibles.
Hacer lo necesario para alcanzar resultados no significa la violación de límites éticos básicos,
nos recuerdan los autores, pero sí de poner todas nuestras fuerzas en tensión para superar
obstáculos y dificultades. La accountability posee un evidente poder transformador, puesto
que apunta a modificar la realidad; para lograrlo debemos reemplazar actitudes que se
pueden sintetizar como «Por qué no se puede hacer» por «Qué más puedo hacer». Ahora
bien, no se trata de negar la existencia de situaciones adversas que no dependen de
nosotros, pero si se trata de no dejarse paralizar por esas circunstancias.
¿Cuáles son las actitudes que caracterizan a la accountability? Actitudes que conducen a la
excelencia son, p. ej., las que apuntan a preguntarse « ¿Con qué puedo contribuir?» « ¿Qué
puedo hacer para estar arriba de la línea…?» « ¿Cómo podemos tener un manejo de costos
más efectivo? » « ¿Cómo podemos tener mejores resultados más rápidamente?». Otros
rasgos propios de la accountability son – entre otros - empoderar a la gente, armar equipos
de trabajo para mejorar la calidad, desarrollar nuevos productos, maximizar la efectividad,
mejorar la calidad. Esto va unido a la superación de actitudes autodestructivas y a aprender
a valorar lo que significa «estar arriba de la línea».
Un ejemplo muy concreto de esta actitud de verse a sí mismo como una víctima fatal de
circunstancias que no manejamos, son las demandas en contra de las compañías
productoras de comida chatarra por haber afectado la salud de sus consumidores. Nadie
puede hoy negar que la comida chatarra realmente es perjudicial para la salud. Pero,
además, existe suficiente información sobre esto al respecto. ¿No debería una persona
informarse sobre la calidad de los alimentos que consume, más aun cuando esa información
existe? ¿No es una elección personal el consumir «comida rápida»? ¿Se trata realmente de
víctimas de un cierto tipo de comida o de malas decisiones individuales? Desde el punto de
vista de la accountability, que enfatiza la actitud activa de las personas, quienes han sufrido
perjuicios en su salud producto del consumo de «comida rápida» no
Otros ejemplos que ilustran el quedar debajo de la línea se pueden encontrar en procesos
productivos, cuando hay indicios de que ciertos materiales usados en la producción
adolecen de fallas y no se le da la importancia debida a estas fallas. O bien los encargados
de entregar el producto se desentienden del proceso productivo como totalidad y sólo se
enfocan en respetar y cumplir un determinado cronograma sin alterarlo. O quienes conocen
el problema no se atreven a comunicarlo a la dirección de la empresa y se elige la estrategia
de esperar a que las cosas se arreglen solas.
1) Ignorar/Negar
Una etapa característica del ciclo de la víctima consiste en no reconocer que hay
un problema. O bien se carece de conciencia del daño que causa el problema o
bien sencillamente se niega rotundamente la existencia del problema.
Si se escucha (o no) a las necesidades de los clientes es vital para subir (o bajar) de la línea
que marca la diferencia entre el éxito y el fracaso.
Otro ejemplo de negación, esta vez del ámbito educativo, lo encontramos en la aplastante
cifra de que 90 millones de ciudadanos estadounidenses mayores de 16 años no están
suficientemente alfabetizados para aspirar a un empleo actual; por ejemplo, pueden leer
un artículo periodístico, pero no están en condiciones de sintetizarlo, o bien conocen las
operaciones matemáticas elementales pero no se encuentran en condiciones de resolver
problemas comunes y corrientes, tales como en qué consiste una oferta de precios en un
supermercado. O se encuentran en condiciones de entender los recibos de cuentas pero
no de escribir una apelación a la compañía que envió la cuenta. Aunque quizás lo peor es
que, al autoevaluarse, la mayoría se muestra convencida de que lee muy bien y tiene un
alto nivel de comprensión de lectura y que posee competencias matemáticas que distan de
ser reales. Las Universidades no preparan para la vida laboral real, y las escuelas
Desde la perspectiva del accountability habría que hacer un esfuerzo extra y pensar en
términos de colaboración. Volviendo a nuestro ejemplo anterior ˗ cuando en una tienda hay
clientes desconcertados y sin atender˗ la actitud adecuada sería atenderles, aunque en lo
inmediato no haya una recompensa económica por ese esfuerzo adicional. La
Un ejemplo interesante es la utilización de una evaluación imprecisa del trabajo propio por
parte de un superior, y que es usada para justificar la inacción: puesto que no tengo del
todo claro en qué fallé, según la evaluación, y cuáles son mis fortalezas, pues no hago nada
hasta que me digan qué debo hacer. Otro factor que contribuye a cultivar el “dígame qué
hacer” consiste en dar paso al resentimiento, o bien por una evaluación negativa o bien por
discrepancias con otros colegas.
Alcanzar una ubicación sobre la línea exige desarrollar iniciativas propias, preguntarse qué
puedo hacer para mejorar nuestro trabajo. Exactamente lo opuesto lo constituye la actitud
de: “Dígame con exactitud qué hacer y lo hago…”. La actitud que conduce a la excelencia
es no depender de otras personas y atreverse a asumir responsabilidades. El lema debe
ser: “Asumir la propia accountability…”. El denominado “fordismo” fomentó en la vida
laboral la división de las actividades en fragmentos y de allí se derivó la actitud paternalista
que podemos sintetizar como: “Haga lo que le decimos y hágalo bien…” Lo
radicalmente opuesto es la actitud de propia del accountability: “Esto es lo que voy a hacer…
¿qué le parece?”.
6) “Esperar a ver…”
Una conducta que deja inmerso en el ciclo de la víctima es la elección de la estrategia de
“esperar a ver…”; inmersos en el ciclo de la victimización seremos incapaces de subir sobre
la línea y alcanzar excelencia. Si optamos por la estrategia de “esperar a ver si las cosas
mejoran”, comprobaremos que lo que normalmente sucede es que las cosas empeoren. La
comodidad es enemiga de la accountability, el no atreverse a innovar, la repetición de lo ya
conocido nos puede dar aparente tranquilidad, pero nos llevará bajo la línea.
Las estrategias que hemos descrito (Ignorar/Negar; No es mi trabajo; Señalar a otros como
culpables; Confusión/Dígame qué hacer; Cubrirse las espaldas; Esperar a ver) constituyen –
como podemos ver – lo opuesto al “Principio de Oz”, que plantea que la excelencia será
producto de desarrollar la habilidad y la capacidad de superar las circunstancias adversas y
lograr los resultados esperados.
ACTIVIDAD ASOCIADA: