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AMPARO

Señor Juez Federal:

I.- OBJETO.

Que vengo a entablar acción de amparo, consagrada en el art. 43 de la


Carta Magna y Ley Nº 16.986, en contra de la ADMINISTRACIÓN NACIONAL DE LA
SEGURIDAD SOCIAL (ANSeS), con domicilio en calle Rivadavia Nº 6/8/10 de esta ciudad
de Córdoba, a fin de demandar la declaración de inconstitucionalidad y nulidad del Art.
22 de la Ley N° 27.260 y de las Circulares de ANSeS DP N° 49/16 y N° 5/2017 y la
inaplicabilidad del Art. 7 de la Ley N° 26.970; y cualquier otra norma, reglamento,
circular o instructivo que se dictare en concordancia con las citadas, y en consecuencia
ORDENE a la ANSeS dictar resolución ajustada a derecho por la que se me permita la
adhesión al Régimen de Moratoria dispuesto por la Ley N° 26.970 y consecuentemente
me otorgue el beneficio de JUBILACION ORDINARIA, ordenando asimismo el pago de las
diferencias entre lo que percibo en concepto de PUAM y lo que debería haber percibido
como beneficiarios de PBU-PC-PAP, desde la fecha de interposición de la presente
acción, con más actualización, intereses y costas, fijándose el plazo de cumplimiento de
30 días, todo ello con fundamento en que en forma inminente se lesionan con
arbitrariedad e ilegalidad manifiestas derechos reconocidos por la Constitución
Nacional, por Instrumentos Internacionales sobre Derechos Humanos y de la Seguridad
Social incorporados a nuestro derecho, como el de igualdad ante la ley, acceso a la
seguridad social y derecho de propiedad, lo que me perjudica atento a encontrarme en
condiciones de acceder a la moratoria inicialmente dispuesta por la Ley N° 26.970 y
luego modificada en forma discriminatoria por la ley cuestionada, ya que excluye a los
hombres de la posibilidad de acogerse a la misma, quedando condenado a vivir de una
pensión no contributiva inferior a la mínima, entre otras cuestiones.

II.- COMPETENCIA.

Que V.S. es competente para entender en la presente acción de


amparo, en virtud de lo dispuesto por el art. 116 de la Constitución Nacional; además

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del art. 2, inc. 6° de la ley 48, y del art. 4 de la ley 16.986, en tanto se dirige contra un
acto lesivo producido por la ADMINISTRACIÓN NACIONAL DE LA SEGURIDAD SOCIAL,
que vulnera derechos fundamentales de igualdad ante la ley, acceso a la seguridad
social, jerarquía normativa y derecho de propiedad (todos de rango y jerarquía
constitucional) derechos que desde la reforma de 1994 gozan de una protección
especial, por pactos y tratados internacionales con jerarquía supranacional conforme lo
normado por el art. 75 Inc. 22 de nuestra Carta Magna.

Que, en este sentido, V.S. debe tener en cuenta que la reforma


constitucional de 1994, ha introducido variantes de amparo. Así se ha expedido la
jurisprudencia: “…El texto vigente de la ley 16.986 se ha visto sensiblemente modificado
por la reciente reforma constitucional, tanto en función de lo normado por su art. 43,
cuanto por las respectivas cláusulas insertas en los tratados internacionales que, en
razón del principio consagrado por el art. 75, inc 22 de la Carta Magna, revisten jerarquía
constitucional. Esta nueva interpretación, ha llevado a ampliar los supuestos de
admisibilidad del amparo con los alcances de la citada normativa; razón por la cual la
cuestión a dilucidar en el actual estado, se circunscribe a la procedencia sustancial del
amparo, mas allá de la inadmisibilidad del requisito del agotamiento de la vía
administrativa previa, que no es exigible…”.- (CNCiv., Sala A, 29.3.96, ED, T°169, Pág.81).

III. HECHOS.

Que con fecha 23/07/2016 entró en vigencia la Ley Nº 27.260, la que


en su artículo 22 dispuso: “… Las mujeres que durante el plazo previsto en el artículo 12
cumplieran la edad jubilatoria prevista en el artículo 37 de la Ley 24.241 y fueran
menores de la edad prevista en el artículo 13 de la presente, podrán optar por el ingreso
en el régimen de regularización de deudas previsionales previsto en la ley 26.970 en las
condiciones allí establecidas. El plazo mencionado en el artículo 12 podrá ser prorrogado
por igual término para los fines previstos en el presente artículo. Para el caso de los
hombres, restablécese la vigencia del artículo 6 de la Ley Nº 25.994 y el decreto 1454/05
por el término de un (1) año, el cual puede ser prorrogable un (1) año más… ”.

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Que con posterioridad a la entrada en vigencia de la mencionada ley,
se sancionó el Decreto 894/2016, el cual la reglamenta. En su artículo 15 establece: “…El
plazo referido en el primer párrafo del artículo 22 de la Ley Nº 27.260 vencerá el 23 de
julio de 2019…”.

Que actualmente, por Resolución de ANSES 158/2019 de fecha


27/06/2019, se procedió a prorrogar el régimen de moratoria por tres años más,
siempre reservando tal facilidad al universo de mujeres.

Como puede observarse, la situación de los hombres en condiciones


de jubilarse se vio perjudicada a partir de la modificación de la ley 26.970. Asimismo, el
tercer párrafo del Art. 22 de la ley Nº 27.260 regula vagamente el caso, ya que restablece
la vigencia del artículo 6 de la Ley Nº 25.994 y el decreto 1454/05, por el término de un
(1) año, el cual puede ser prorrogable un (1) año más.

Por su parte, el artículo 6 de la ley 25.994 textualmente reza: “…Los


trabajadores que, durante el transcurso del año 2004, cumplan la edad requerida para
acceder a la Prestación Básica Universal de la Ley 24.241, tendrán derecho a inscribirse
en la moratoria aprobada por la ley 25.865 y sus normas reglamentarias; con los
intereses y en las condiciones dispuestas hasta el 31 de julio del corriente año…”. El
decreto 1454/05, en el artículo 3 dice: “…Sustituyese el artículo 8º del Capítulo II de la
Ley Nº 24.476 por el siguiente texto: “ARTÍCULO 8º - Los trabajadores autónomos a los
fines de cumplir con los requisitos exigidos para acceder a los beneficios instituidos por
los incisos a), b), e) y f) del artículo 17 de la ley Nº 24.241, tendrán derecho a inscribirse
en el régimen de regularización voluntaria de la deuda instrumentando en este Capítulo
y podrán solicitar y acceder a dichos beneficios a los que tengan derecho. De igual modo,
tendrán derecho a inscribirse en el precipitado régimen los derechohabientes
previsionales del trabajador autónomo fallecido, con el objeto de lograr la pensión por
fallecimiento enunciada en el inciso d) de dicho artículo.”…

Cabe concluir con certeza que pese a la vaguedad innecesaria en la que


incurrió el poder legislativo al redactar el 3er párrafo del mencionado artículo, la
voluntad del legislador al remitir al artículo 6º de la Ley Nº 25.994 y el decreto 1454/05,
fue sencillamente “fijar un plazo diferente” para los hombres que opten por el ingreso
en el régimen de regularización de deudas previsionales, remitiendo a artículos y/o

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normas fuera de vigencia o que poco tiene que ver y al solo efecto de establecer la
posibilidad de adhesión al régimen de regularización de deuda, que en el caso que nos
ocupa, versa sobre la Ley Nº 26.970.

Ante esta confusa parte de la norma, la demandada lejos de aclarar la


cuestión la oscurece, dictando la Circular DP 49/16 “Ley 27.260 - Pautas a Considerar a
partir del 19/09/2016 para la aplicación de la regularización de aportes autónomos y
monotributistas Ley Nº 26. 970”, mediante la cual hace una serie de exclusiones no
previstas en la Ley Nº 27.260, respecto a la posibilidad que poseían los hombres
interesados en optar por acogerse al régimen de regularización instituido por la Ley Nº
26.970, prohibiendo dicha adhesión a la moratoria y en consecuencia, quitando la
posibilidad de acceder a un beneficio previsional a un gran universo de personas o
derechohabientes de causantes de sexo masculino de forma absolutamente ilegal.

Que, en efecto, la accionada abusa de su poder de reglamentación y


con dicha circular procede a legislar (facultad reservada al poder legislativo), ya que
regula cuestiones que la norma no había previsto. Asimismo, acentúa la distinción
sexista efectuada por el legislador mediante la Ley Nº 27.260.

De esta forma, por el solo hecho de pertenecer a este segmento de


personas, (los hombres) nos vimos perjudicados por el dictado de la circular de fecha
19/9/2016 ya que, a partir de ese momento nos prohíbe la adhesión al régimen
ocurriendo lo mismo en el caso de pensiones, si el causante falleció después de la
mencionada fecha.

La Circular en cuestión DP Nº49/16, establece en su parte pertinente:


“… 1. Hombres: Solo podrán regularizar deuda por Moratoria Ley 26.970: -En el caso de
Jubilaciones, todos aquellos hombres que al 18/09/2016 hubieran cumplido con la edad
y servicios requeridos para acceder a la prestación, independientemente que la solicitud
se realice con posterioridad a esa fecha. - En el caso de una Prestación de Retiro por
Invalidez, todos aquellos hombres que hayan solicitado el beneficio hasta el 18/09/2016
y acrediten derecho a la prestación. - En el caso de pensiones, aquellos solicitantes de
prestaciones cuyo causante (hombre) hubiera fallecido hasta el 18/09/2016 y haya
tenido afiliación autónoma o monotributista…”.

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Repárese V.S que lo reglamentado por la Circular 49/16 emitida por la
accionada en relación a los hombres no tiene ningún asidero legal y que viola de modo
flagrante el derecho constitucional de jerarquía normativa como asimismo el derecho
que me asiste de igualdad ante la ley, acceso a la seguridad social, derecho a la salud,
derecho de propiedad; todos derechos de protección especial.

● Ante esta circunstancia, y teniendo en cuenta el neto carácter


alimentario de la prestación que se niega discriminatoriamente,
es que con fecha 10/03/2020 (CD047667548) efectué ante la
ANSES reclamo administrativo solicitando se me otorgue el turno
necesario para la presentación de la solicitud de la jubilación.

Que en consecuencia, y atento a no haber recibido a la fecha


respuesta alguna por parte de la Anses respecto al requerimiento oportunamente
remitido, ni tampoco haberse caratulado ningún expediente administrativo, habiendo
transcurrido en exceso los plazos legales estipulados, y considerado la naturaleza y
esencia del amparo, la cual es una vía rápida y expedita, es que solicito se provea a la
presente demanda confiriéndose el trámite previsto por Ley 16.986, posibilitando a la
accionada dar respuesta a la petición en el informe circunstanciado del Art. 8.

Que, así las cosas, y habiéndose agotado la vía administrativa ante el


silencio de la Anses, no queda más solución que la de requerir la urgente intervención
del Poder Judicial, en tanto la situación es de extrema gravedad dada la delicada
situación económica que poseo.

IV. PROCEDENCIA FORMAL

Que para el presente caso corresponde la vía del amparo atento la


verosimilitud de la lesión a los derechos, en atención a los daños que afectan a la propia
subsistencia y que solo podrían alcanzar una protección ilusoria por las vías ordinarias.

Que así lo tiene entendido la Corte Suprema de Justicia de la Nación,


conforme Sentencia dictada con fecha 29/05/2012 en autos “Recurso de Hecho: Toloza
Raúl Omar c/ Administración Nacional de la Seguridad Social s/Materia Previsional -
Amparos y sumarísimos” (T. 57. XLVI), en cuanto dispone (remitiendo al dictamen de la

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Procuración General de la Nación) “…En primer término, es importante advertir que la
sentencia que rechaza el amparo es asimilable a definitiva cuando se demuestra que lo
decidido causa un agravio de imposible o muy dificultosa reparación ulterior, situación
que se advierte si el apelante acreditó la verosimilitud de la lesión a sus derechos que, en
atención a la naturaleza de los daños invocados que afectan, al de su propia subsistencia,
sólo podrán alcanzar una protección ilusoria por las vías ordinarias…Sobre esa base, los
agravios del pretensor justifican su examen en esta excepcional instancia pues, si bien la
acción entablada no está destinada a reemplazar medios ordinarios, excluirla por la
existencia de otros recursos no puede fundarse en apreciaciones meramente rituales e
insuficientes, toda vez que la institución tiene por objeto proteger en forma efectiva los
derechos más que ordenar o resguardar competencias (Fallos: 320:1339, 2711;
321:2823, etc.)…Pienso que ello es precisamente lo que ocurre en autos, por cuanto se
aprecia con claridad que el tribunal no ponderó, con el rigor que es menester, los
planteos llevados por el actor para su consideración dado que, desde que se interpuso la
demanda, siempre hizo saber que el planteo de inconstitucionalidad llevado adelante
tiene estrecha conexión con sus posibilidades de subsistencia…”.-

Recientemente y citando dicho precedente, el Juzgado Federal Nº1 de


Córdoba, en autos “K.R., N.M c/ANSES s/AMPARO LEY 16986 – EXPDTE Nº 35249/2018”,
Sentencia de fecha 26/11/2018, en un caso similar al presente dispuso que: “… Teniendo
en cuenta que la posibilidad de acceso al beneficio de pensión objeto de la presente es
una prestación de origen alimentario destinada a cubrir elementales necesidades de la
actora, no parece que la cuestión inicial pueda ser excluida de los lineamientos del art.
43 de nuestra Constitución… y continua diciendo “…Es por lo expuesto con anterioridad
que se considera ajustada a derecho la vía intentada por la accionante…”. Que dicha
postura, fue posteriormente ratificada por la Cámara Federal de Apelaciones de
Córdoba con fecha 12/06/2019.

En idéntico término se pronunció recientemente con fecha


25/06/2019 en autos “CARDOZO JOSE GERARDO C/ANSES S/AMPARO LEY 16.986”-
EXPDTE Nº FCB - 94272/2018.

Que en este mismo orden de ideas la Sala II de la Cámara Federal de la


Seguridad Social se ha expedido en autos “Espíndola Roxana B. y otros C/ ANSES s/

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Amparo” donde sostuvo: “…el amparo resulta la vía idónea elegida para el
esclarecimiento de la cuestión de debate a la luz de los derechos presuntamente
afectados, de naturaleza alimentaria y preferente tutela constitucional.”

Con posterioridad, esa misma Sala II en autos “Rossi Falcone, Damián


Eduardo C/ Anses y ot. s/ Amparos y Sumarísimos” (Sentencia del 18/04/2011), sostuvo
que “En primer lugar cabe analizar si es procedente la vía procesal elegida por el
accionante a fin de que se reparen los derechos que cree vulnerados. Respecto de ello,
esta Sala ha tenido oportunidad de señalar mediante voto mayoritario que, en
situaciones análogas a la presente, corresponde al ejercicio de la acción de amparo a
tenor del nuevo artículo de la Constitución Nacional, destacando que tal remedio
procesal no puede tener ya un carácter residual sino que debe considerárselo la vía
procesal y excluyente de otras carente de celeridad cuando se advierte la existencia de
un accionar arbitrario o ilegítimo (Sent. 70.434 del 21/11/96 “Belmar Carrasco c/
ANSES”).”.

En idéntico sentido, la Sala I en el caso “Fragueiro, Juan Manuel c/


ANSes – Binaria Seguros de Retiro S.A. – Arauca Bit AFJP s/ Amparos y Sumarísimos”
confirmó el 27/08/2007 el fallo que sostenía: “Es irrefutable que la vía elegida resulta
admisible por cuanto entiendo acreditada la existencia del requisito de la urgencia. En
efecto, lo alimentario no puede esperar, razón por la cual la vía excepcional del amparo
deviene idónea para el reclamo de autos, tal cual lo prevé el art. 43 CN, compartiendo
de esta manera lo dictaminado por la fiscal interviniente.”.

Que, asimismo, dispone el art. 43 de la Constitución Nacional “Toda


persona puede interponer acción expedita y rápida de amparo, siempre que no exista
otro medio judicial mas idóneo, contra todo acto u omisión de autoridades publicas o de
particulares, que en forma actual o inminente lesione, restrinja, altere o amenace, con
arbitrariedad e ilegalidad manifiesta, derechos y garantías reconocidos por esta
Constitución, un tratado o ley. En el caso el juez podrá declarar la inconstitucionalidad
de la norma en que se funda el acto u omisión lesiva”.

Vemos que la acción de amparo en la actualidad ha sufrido mutaciones


respecto a su admisibilidad formal. En efecto, con la consagración en el texto de la
Constitución Nacional se eliminan las barreras de tipo formal de la legislación nacional

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de la acción de amparo. Por lo que cualquier escollo de este tipo que pudiere hallarse
en la presente (que no hay) deberá ser allanado y requerirse el informe del art. 8 Ley
16.986.

Que debe tenerse presente que el art. 25 punto 1 del Pacto de San José
de Costa Rica (integrante del texto de la Constitución Nacional en función de lo
dispuesto por el art. 75 inc. 22 C.N.) expresamente establece que “Toda persona tiene
derecho a un recurso efectivo ante los jueces o tribunales competentes, que la ampare
contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, la
ley o la presente Convención, aun cuando la violación sea cometida por personas que
actúen en ejercicio de funciones oficiales”.-

La claridad de los dispositivos transcriptos, me exime de mayores


comentarios respecto a la procedencia formal de la presente, ya que como se explicara
mas adelante, este es el único recurso que puede ampararme.

Que en este caso no existe otra vía judicial que reúna los requisitos
constitucionales (idoneidad, prontitud y eficacia) que puedan paliar la particular y
extremadamente delicada situación que me encuentro atravesando. En realidad, –como
se apreciará en el tratamiento de la cuestión de fondo- NO EXISTE VIA ALGUNA (ni
judicial ni administrativa) que pueda ser intentada por el actor con la más mínima
efectividad. Esto es neutralizar la gravísima omisión que me aqueja, en tanto cualquier
demora puede significar el desconocimiento de los derechos que me asisten.-

Que vemos que no existe otra vía apta más que la presente por lo que
se satisface la exigencia del art. 2 inc. a) de la Ley 16.986.-

La jurisprudencia es clara en cuanto a este requisito: “autorizan la


procedencia del recurso de amparo, las siguientes circunstancias: a) restricción a alguna
de las libertades humanas o derechos esenciales de la persona, tutelados en la
Constitución; b) que esa amenaza o lesión –ya provenga de una autoridad o de un
particular- sea manifiestamente arbitraria, y c) la irreparabilidad del perjuicio por
inexistencia de otra vía para lograr adecuada protección jurisdiccional” (CNCiv., Sala F,
7/5/83, in re: “Marcos Oscar”, LL, T° 112-796).

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En efecto, no existen otras vías procesales ordinarias para impugnar la
legislación mencionada, no existe una vía con efecto tan rápido como el que se precisa.
Además, como la ley está en vigencia, la demora de años en producirse una resolución
definitiva utilizando otra vía, haría de imposible reparación ulterior del cúmulo de daños
causados. Solo este amparo resulta idóneo, para lograr la protección oportuna de los
derechos constitucionales conculcados.

Así lo ha entendido la C.S.J.N. al establecer que: “la tutela preventiva


del derecho que se pretende por vía del amparo es procedente desde que la normal
duración de un proceso ordinario haría que, en caso, se produjera una verdadera
denegación de justicia, que no es acorde con la garantía de defensa en juicio si pudiera
prevalecer aquel excesivo ritualismo sobre la verdad sustancial que no podría ser acogida
en tiempo propio” (in re: Ventura Alberto y Otra c/B,C.R.A., ED, T° 66, Pág. 502).

Más recientemente, la jurisprudencia ha dicho: “Resulta borrada la


posibilidad de enervar el amparo por la exigencia de vías previas o paralelas, ya que las
condiciones de admisibilidad formal solo pueden supeditarse a la exigencia de un
remedio judicial alternativo, si es más expeditivo y más rápido que el amparo” (CNCiv.,
Sala E, 30.10.95, ED, T° 167, Pág. 404).

Que en última instancia esta restricción del art. 2 inc. a) (en realidad
de todos los requisitos del art. 2 Ley 16.986) ha devenido en inconstitucional en tanto
vulnera el principio de supremacía constitucional (art. 31 C.N. en relación con el
mentado art. 43 C.N.), por lo que se deja planteada la inconstitucionalidad de todo el
art. 2 mencionado y se formula reserva del Recurso Extraordinario del art. 14 Ley 48.-

Pero como la declaración de inconstitucionalidad es la última ratio de


todo orden jurídico debe interpretarse el art. 2 de forma congruente con el resto del
ordenamiento.

Así vemos que este dispositivo constitucional es el que, en definitiva,


impone la interpretación propiciada en el último párrafo del punto precedente. Ello así,
desde que el art. 1 de la ley 16.986 dispone la procedencia de la presente acción frente
a todo acto u omisión de autoridad pública que, en forma actual o inminente lesione,
restrinja, altere o amenace con ilegalidad manifiesta las libertades, los derechos y

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garantías explicita o implícitamente reconocidas por la Constitución Nacional. Y, a su
vez, el art. 2 impone las distintas limitaciones que tienen que sortearse para lograr la
admisión formal, estableciendo la inadmisibilidad para los supuestos que tengan
“a)...recursos o remedios judiciales o administrativos que permitan obtener la protección
del derecho o garantía constitucional de que se trata.”.-

Que para el hipotético supuesto de que se interpretara que existe otra


vía apta (lo que se niega pero que se desarrolla a los efectos de la defensa) debe tenerse
en consideración que esta norma ha sido derogada por el art. 43 de la Constitución
Nacional, en tanto esta norma posterior sólo exige una ACCION JUDICIAL QUE SEA MÁS
EFICAZ, como causa de exclusión de la vía del amparo.

En cuanto a la presentación de la acción de amparo, el art. 2°, inc e),


de la ley 16.986 prescribe que el plazo de 15 días para interponer la acción de amparo,
corre “a partir de la fecha en que el acto fue ejecutado o debió producirse”.

Que en este caso particular, nos encontramos ante la presencia de


“actos lesivos de ejecución continua”, por lo tanto y como lo tiene dicho la
jurisprudencia: “No se produce la caducidad de la acción de amparo si la conducta lesiva
del estado se repite mes a mes, pues se está ante un incumplimiento continuado, que
traslada sus efectos a la última mensualidad” (Cámara de Apelaciones Civil y Comercial
de Santa Fe, del 7.4.87, J.A. T° 80, Pág. 207).

La lesión a mis derechos se produce “mes a mes, o día a día” al negarse


la accionada a permitirme la adhesión al régimen de regularización dispuesto por la ley
26.970 a los fines de la obtención del beneficio de JUBILACIÓN ORDINARIA, lo que hace
que el planteo del amparo sea tempestivo.-

En relación a la ilegalidad y arbitrariedad manifiesta que debe darse


para que proceda la acción, enseña Néstor Sagués: “La legalidad a que se refiere el art.
1° de la ley 16.986, es legalidad material, en sentido amplio: es decir, que puede discutir
por vía de amparo tanto un hecho contrario a una ley del Congreso, como a una
resolución ministerial, un decreto o una ordenanza, etc., todo ello naturalmente, cuando
se den los demás recaudos que exige la ley 16.986, lo importante, en efecto es que se

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haya vulnerado un derecho o garantía constitucional, sea actuando de manera
manifiestamente contraria a una ley, o a una ordenanza, etc.”(SAGUÉS, op.cit, Pág. 120).

Vemos que aquí también se dan estos supuestos, ya que ANSES


unilateralmente con fecha 6/2/2017 dicta la Circular 5/17 – ANSeS (DP) disponiendo que
los hombres no podrán regularizar servicios al amparo de la moratoria Ley 26.970 por lo
que existe un grave perjuicio sufrido al cercenar directamente la posibilidad del acceso
a los beneficios de la seguridad social por el sólo hecho del sexo de la persona
solicitante. De ser mujer podría acceder al beneficio de JUBILACIÓN ORDINARIA y no a
una PENSION NO CONTRIBUTIVA que resulta en un porcentaje de aquella y que tiene
claramente otra naturaleza jurídica. Se evidencia de manera palmaria la ilegalidad, la
arbitrariedad de la normativa cuestionada y su oposición a normas concretas de
nuestra carta magna como asimismo del derecho convencional, ya que sin más motivo
o razón que el sexo del sujeto EXCLUYE lisa y llanamente de la posibilidad de acceso a
la moratoria ley 26.970 a todo el universo masculino.

De esta forma, advertimos que se cumple el requisito exigido por la ley


16.986, para que se atienda el problema por vía de amparo, es decir, que el acto
cuestionado tenga una arbitrariedad o ilegalidad manifiesta. Debe tratarse pues, de algo
descubierto, patente, claro, según explica el diccionario de la lengua. La doctrina y
jurisprudencia nacionales, en el mismo sentido, han exigido que los vicios citados sean
inequívocos, incontestables, ciertos, ostensibles, palmarios, notorios, indudables, etc.”
(SAGUÉS), op. cit., Págs. 122/3).

La letra de la Constitución es la que da la tesis correcta para la


interpretación de la norma en cuestión; así, si el agravio constitucional es actual e
inminente (art. 1, b), entonces el remedio judicial o administrativo alternativo –
excluyente de esta acción- tiene que ser, necesariamente, rápido y eficaz, por lo que,
como se demostrará, la presente acción de amparo resulta plenamente procedente.-

Por demás, la exégesis efectuada por el máximo organismo


internacional instituido por el Pacto de San José de Costa Rica, que sostuvo “...Lo
establecido por la Corte Interamericana se extiende a la obligación de los Estados de
cumplir con todo instrumento internacional que les sea aplicable. Sin embargo, es
importante señalar que, al referirse a esta obligación estatal, este Tribunal considera que

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no solo se debe adecuar toda normativa interna al respectivo tratado, sino que, además,
las prácticas estatales relativas a su aplicación deben adecuarse al derecho
internacional. Es decir, no basta con que el ordenamiento jurídico interno se adecue al
derecho internacional, sino que es menester que los órganos o funcionarios de cualquier
poder estatal, sea ejecutivo, legislativo o judicial, ejerzan sus funciones y realicen o
emitan sus actos, resoluciones y sentencias de manera efectivamente acorde con el
derecho internacional aplicable...” (CIDH O/C 18/03 punto 171).-

Es el orden jurídico el que garantiza a los Ciudadanos una serie de


derechos que obligan a la Administración a actuar de acuerdo a los siguientes principios:
a) Impulsión de oficio de las actuaciones, b) celeridad, economía, sencillez y eficacia, c)
derecho a una decisión fundada.-

Estas garantías se complementan con una serie de cláusulas que se


extraen de los Tratados Internacionales de Derechos Humanos con Jerarquía
Constitucional.- De ese Bloque Constitucional podemos extraer:

Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre Art.


XXIV “Toda persona tiene derecho de presentar peticiones respetuosas a cualquier
autoridad competente, ya sea por motivos de interés general, ya de interés particular, y
el de obtener pronta respuesta”.-

Convención Americana de Derechos Humanos; Art. 2 “Los Estados


Partes en esta Convención comprometen a respetar los derechos y libertades
reconocidas en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona que este sujeta
a su jurisdicción sin discriminación alguna...”; Art. 8 “Toda persona tiene derecho de ser
oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal
competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la
sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la
determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier
otro carácter”.

Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos Art. 14 “Todas las


personas son iguales ante los tribunales y cortes de justicia. Toda persona tendrá

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derecho a ser oída públicamente y con las debidas garantías por un Tribunal competente,
independiente e imparcial, establecido por la ley...”.

Estas garantías de carácter supranacional, son derecho vigente en


todo el territorio de la Nación y fuente de interpretación de las normas locales, en tanto
los derechos reconocidos en los Tratados constituyen un plus que se adiciona a los
declarados en el orden interno, o por el contrario, el del tratado que otorgue mayor
protección.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso “Cantos v.


Republica Argentina” ha dicho que “...Esta disposición de la Convención consagra el
derecho de acceso a la justicia. De ella se desprende que los Estados no deben interponer
trabas a las personas que acuden a los jueces o tribunales en busca de que sus derechos
sean determinados o protegidos, cualquier norma o medida del orden interno que
imponga costos o dificulte de cualquier otra manera el acceso de los individuos a los
tribunales, y que no este justificada por las razonables necesidades de la propia
administración de justicia, debe entenderse contraria al precitado articulo 8.1 de la
Convención...”.

Que la acción de amparo resulta plenamente procedente, porque va


dirigida en contra de un actuar de la demandada (autoridad pública), que configura una
situación de flagrante afrenta a derechos y garantías del actor consagrados en la
Constitución Nacional, en tanto lesiona los mismos en forma actual e inminente. Todo,
conforme se desarrollara en la parte sustancial de la presente demanda.-

En la presente causa, el agravio constitucional lo configura el


“arbitrario” e inconstitucional accionar de la demandada que me excluye, de modo
antojadizo, e ilegal de la posibilidad de acceder al beneficio de JUBILACIÓN ORDINARIA
y como tal de naturaleza alimentaria, atento a encontrarme en condiciones de
acogerme a la moratoria inicialmente dispuesta por ley 26.970, sin embargo al ser
modificada de manera sexista y segregacionista por la ley cuestionada, lo que hace que
el accionar de la Administración de manera notoria y arbitraria afecte directamente la
dignidad de mi persona.

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Por lo hasta aquí expuesto, la acción de amparo que se intenta resulta
formalmente procedente, puesto que concurren los requisitos impuestos por el art. 1
de la Ley Especial, como se verá seguidamente; y porque no se configura ninguna de las
causales del art. 2 del mismo ordenamiento. Por otra parte, la norma debe ser
interpretada conforme las modificaciones constitucionales (Ley Suprema de la Nación)
ya que de lo contrario debe prosperar el planteo de inconstitucionalidad efectuado más
arriba.-

V. PROCEDENCIA SUSTANCIAL

Que la Circular DP Nº 49/16 estableció pautas para la regularización de


aportes de la Ley Nº 26.970. En efecto, dispuso que los hombres podían acogerse a la
moratoria hasta el 18/06/2016 (por aplicación del art. 2 de la Resolución Conjunta
533/2014 ANSES y 3673/2014 AFIP que disponía sin ningún tipo de distinción que el
plazo de la ley 26.970 vencía en esa fecha) mientras que las mujeres podían hacerlo
hasta el 23/07/19 (por aplicación del artículo 15 del Decreto 894/2016).

Posteriormente, las circulares ANSES DP 4/17 y DP 5/17 (que deroga la


anterior), ratifican el criterio prorrogando el plazo solamente para mujeres hasta el
23/07/19, y excluyendo de tal posibilidad a los hombres.

Que actualmente, por Resolución de ANSES 158/2019 de fecha


27/06/2019, se procedió a prorrogar el régimen de moratoria por tres años más,
siempre reservando tal facilidad al universo de mujeres.

Como puede observarse, mi derecho a ser adherido al régimen de


regularización de pagos dispuesto por la ley 26.970 a los fines de la obtención del
beneficio de Jubilación Ordinaria, fue coartado vía reglamentaria por la normativa
cuestionada (cuya reglamentación, también cuestionada, fue dictada por la
demandada), efectuando una exclusión por razón del sexo, discriminando al universo
masculino respecto del acceso a la Moratoria y manteniéndolo para el universo
femenino.

Que, en efecto, la Ley 27.260 extiende el plazo para la adhesión al


régimen de regularización de deuda dispuesto por Ley N° 26.970, haciendo una

14
distinción para el acceso a la moratoria en razón del sexo del titular, disponiendo su
prórroga para las mujeres y excluyendo de tal posibilidad a los hombres.

Que conforme la Historia Laboral registrada en ANSeS (la cual se


acompaña como documental) ostento años de servicios en relación de dependencia. Sin
embargo, los mismos son insuficientes para poder obtener el beneficio jubilatorio, por
lo tanto para completar los 30 años de servicios requeridos, es necesaria mi adhesión al
régimen de regularización de deuda dispuesto por Ley N° 26.970 (cálculo conforme
cronológico de aportes que también se acompaña como documental). El actuar de otro
modo resultaría asimismo en un enriquecimiento sin causa a favor del Estado; atento a
que habrían ingresado a sus arcas aportes por sin éstos redundar en la posibilidad de
obtención de un beneficio de neto carácter alimentario.

Que, si bien podría considerarse que las moratorias para regularizar


situaciones previsionales poseen el carácter de excepcionales, por lo que no podrían
mantenerse indefinidamente, sin embargo, el límite que se les imponga de ninguna
manera puede vulnerar derechos constitucionales, y mucho menos discriminar a
segmentos que antes se encontraban amparados, como ocurre en este caso particular.

Que en este sentido se pronunció recientemente el Juzgado Federal


Nº 2 de Córdoba en autos “PALERMO, JORGE OMAR JAVIER C/ANSES S/AMPARO LEY
16.986 – EXPDTE Nº FCB 315/2017”, Sentencia de fecha 26/03/2018, en donde se
dispuso: “…En el caso concreto puede advertirse que la Circular DP 49/16 por un lado
vino a imponer una distinción arbitraria y lesiva entre hombres y mujeres para fijar ese
límite temporal para acceder al beneficio de regularización de deuda previsional
analizado. Para meritar esa objetividad debe evaluarse el bien jurídico que la ley que
dispuso la excepción ha tenido a proteger. Bien jurídico que – en el caso de la ley 26.970-
está dado por la protección de trabajadores autónomos inscriptos o no en el Sistema
Integrado Previsional Argentino (SIPA) que, por su situación patrimonial o
socioeconómica no puedan acceder a otro regímenes de regularización vigente. Va de
suyo que esa situación de vulnerabilidad es un atributo que pueden tener tanto
mujeres como hombres de manera que no hay razones para privar a estos últimos de
la posibilidad de acogerse al beneficio en cuestión mientras ello sea temporalmente
posible para aquellas. Del mismo modo es dable entender que la circular atacada se

15
extralimita en sus facultades reglamentarias e interpretativas dado que para hacer esa
distinción de plazos, según se trate de mujeres u hombres, se basa en dos normas
reglamentarias de las cuales no se sigue necesariamente esa consecuencia…”. (El
resaltado me pertenece).

Que, en efecto, tal como se manifiesta en el citado fallo, es la situación


de vulnerabilidad en la que se encuentran tanto hombres como mujeres que cumplen
con la edad jubilatoria mínima exigida para acceder al beneficio, pero que por diversas
cuestiones de la vida no pudieron completar la cantidad de aportes necesarios, lo que
fundamenta la existencia de la Ley de Moratoria. Dicha vulnerabilidad es sufrida de igual
manera por el universo femenino como el masculino, por lo que es, a todas luces,
evidente que la Circular DP 49/16 impuso una distinción arbitraria y lesiva entre ambos
sexos al fijar el límite temporal para acceder al beneficio.

Es así que la accionada extralimitándose en su poder de


reglamentación y en violación a principios constitucionales y convencionales dicta las,
circulares cuestionadas (ANSES DP 49/16 y 5/17), prohibiendo lisa y llanamente el
acceso de los hombres en general y en mi caso en particular.

Estas exclusiones creadas por la normativa impugnada colisionan en


forma directa con el Art. 16 de nuestra Carta Magna y con los Pactos y Tratados
Internacionales incorporados a nuestro derecho interno con jerarquía constitucional, lo
que hace que el planteo por esta vía sea procedente.

Este es el criterio seguido por la Corte Suprema de Justicia de la


Nación, que con fecha 20/08/2014 en la causa “Recurso de hecho deducido por la actora
en la causa Zartarian, Juan Jorge c/Caja de Jubilaciones, Pensiones y Retiros de Córdoba
s/plena jurisdicción”, expresó que: “Que esta Corte ha interpretado que la igualdad
establecida en el art. 16 citado, impide que se establezcan excepciones o privilegios que
excluyan a unos de lo que en iguales circunstancias se concede a otros (Fallos: 153:67)”.
En dicho fallo, el Máximo Tribunal ha aplicado un escrutinio riguroso sobre las normas
que establecen clasificaciones basadas en criterios específicamente prohibidos (también
llamados sospechosos de inconstitucionalidad), tales como la raza, color, sexo (como
sucede en este caso particular), idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier otra
índole, origen nacional o social, posición económica o cualquier otra condición social

16
(art. 1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y art. 26 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos y Fallos 329:2986). Es así que, cuando la
Corte ha tenido que expedirse sobre la validez de las leyes que utilizan como en el caso
alguno de esos criterios de clasificación expresamente prohibidos, lo ha hecho
partiendo de una presunción de inconstitucionalidad (Fallos: 327:5118 “Hooft”;
329:2986 “Gottschau” y 331:1715 “Mantecón Valdés”).

En este sentido se pronunció recientemente el Juzgado Federal Nº1 de


Córdoba, en un caso similar al presente en autos: “CARDOZO JOSE GERARDO c/ANSES
s/AMPARO LEY 16.986” – EXPDTE. Nº 94272/2018, Sentencia de fecha 25/06/2019,
donde se dispuso: “…Que resulta irrazonable, ilegítimo y arbitrario establecer una
diferenciación para la posibilidad de acceso a la moratoria en caso de que el solicitante
fuera hombre, pues sólo se le estaría vedando el acceso al beneficio por el hecho de ser
tal. Esta regulación no tiene razón de ser y resulta manifiestamente contraria a lo
dispuesto en el art. 16 de la Constitución ya que el hecho de que el causante sea un
hombre no modifica en lo más mínimo la situación de la solicitante…” y continúa
expresando: “…se han generado distintas categorías de solicitantes, sin razón alguna,
excluyendo en los hechos de manera arbitraria y discriminatoria al universo masculino
que cumple la edad para jubilarse, o a sus derechohabientes que, como en el caso bajo
análisis, pretenden acceder a un beneficio previsional. Más aun teniendo en cuenta que
la ley 26.970, no realizaba, como es lógico, diferenciación alguna y solo supeditaba la
posibilidad de acceso al beneficio a los requisitos fijados por esa ley…”.

En idénticos términos se había pronunciado en autos: “K.R.,N.M


c/ANSES s/AMPARO LEY 16.986” – EXPDTE. Nº 35249/2018, Sentencia de fecha
26/11/2018.

Que con fecha 20/02/2020 y a través de Telegrama (CD 643700633)


efectué ante la ANSES reclamo administrativo solicitando se me otorgue el turno
necesario para la presentación de la solicitud de mi beneficio jubilatorio.

Que en consecuencia, y atento no observarse pronunciación expresa


por parte de la Anses, ni haberse caratulado expediente administrativo alguno,
corresponde interpretar el silencio de la Administración, como una respuesta negativa

17
y por lo tanto tener por agotada la vía administrativa, posibilitando a la accionada dar
respuesta a la petición en el informe circunstanciado del Art. 8.

Cabe destacar que la seguridad social es un derecho humano


fundamental consagrado por nuestra Carta Magna, enriquecida por los Tratados
Internacionales que la integran y que cubre las contingencias de los riesgos sociales tales
como la enfermedad, la vejez, la invalidez y la muerte, acompañando a la persona desde
su nacimiento.-

En este sentido, es oportuno citar lo dispuesto recientemente en la


Convención Interamericana Sobre Protección de los Derechos Humanos de las Personas
Mayores - Ley 27.360, donde se establece en su artículo 17 que: “…Toda persona mayor
tiene derecho a la seguridad social que la proteja para llevar un vida digna. Los Estados
parte promoverán progresivamente, dentro de los recursos disponibles, que la persona
mayor reciba un ingreso para una vida digna a través de los sistemas de seguridad social
y otros mecanismos flexibles de protección social…”.-

Desde hace muchos años la seguridad social ha sido consagrada


jurídicamente en el concierto de las naciones, la Declaración de los Derechos del
Hombre aprobada por la Organización de Naciones Unidas en 1948 sostiene que “Toda
persona tiene derecho a un nivel de vida suficiente a efectos de asegurar su salud, su
bienestar y el de su familia especialmente para la alimentación, la vestimenta, la
vivienda, los cuidados médicos, así como los servicios en caso de desocupación, de
enfermedad, de invalidez, de viudez, o en los otros casos de perdida de sus medios de
subsistencia como consecuencia de circunstancias independientes de su voluntad”.-

El esquema y contenido de la Seguridad Social en Argentina, se


describe en el artículo 14 bis de la actual Constitución Nacional, que expresa: “El Estado
otorgará los beneficios de la seguridad social, que tendrá carácter de integral e
irrenunciable. En especial, la ley establecerá: el seguro social obligatorio, que estará a
cargo de entidades nacionales o provinciales con autonomía financiera y económica,
administradas por los interesados con participación del Estado, sin que pueda existir
superposición de aportes; jubilaciones y pensiones móviles; la protección integral de la
familia; la defensa del bien de familia; la compensación económica familiar y el acceso a
una vivienda digna.”.-

18
También es oportuno recalcar el carácter alimentario de todo
beneficio previsional, que tiende a cubrir las necesidades primarias de los beneficiados
y su reconocida naturaleza de subsistencia, lo que obliga a sostener el “principio de
favorabilidad” y a rechazar toda fundamentación restrictiva.-

VI. CUESTIÓN DE PURO DERECHO.

El objeto litigioso resulta ser una cuestión de puro derecho, por cuanto
se discute, si corresponde la aplicación al actor del artículo 22 de la Ley 27.260, de la
circular 49/16 y de la circular 5/17 (ambas dictadas por la demandada), debiéndose
analizar si la aplicación de las mismas es razonable o arbitraria y si colisiona con derechos
fundamentales de raigambre constitucional como son: el derecho de igualdad (art. 16
C.N.), derecho a la seguridad social (art. 14 bis C.N), de propiedad, de integralidad,
libertad y dignidad consagrados todos en nuestra Carta Magna y en los Pactos y
Tratados internacionales suscriptos por nuestro País e incorporados al derecho interno
con jerarquía constitucional (Art. 75, inc. 22 C.N).

Como se advierte, la discusión versa sobre la normativa aplicable al


caso en particular, la cual me excluye arbitrariamente y de manera injustificada y
confronta con preceptos constitucionales y convencionales, impidiendo al actor la
posibilidad de jubilarse, la cual es otorgada a otros en razón del sexo.

Para echar luz sobre la cuestión resulta necesario efectuar algunas


aclaraciones sobre el sistema previsional argentino. El Régimen Previsional Argentino
(SIPA) se encuentra basado en un sistema de contingencias y beneficios. En virtud de
dicho régimen, producida una determinada contingencia (por ejemplo vejez,
fallecimiento, invalidez temprana) el Sistema debe actuar. Su respuesta se materializa a
través de un beneficio previsional (jubilación ordinaria, pensión o Retiro por Invalidez).

Dicho sistema previsional vigente, fue creado por la Ley 24.241 luego
modificada –entre otras- por Ley 26.425 que crea el SIPA (SISTEMA INTEGRADO
PREVISIONAL ARGENTINO).

La Ley 26.970, prevé un régimen de MORATORIA, por el cual los


interesados en acceder a los beneficios previsionales previstos en el Art. 17 de la Ley
24.241 y que cuentan con la edad requerida a tal efecto, pueden regularizar cotizaciones

19
previsionales fijas con destino a la Seguridad Social hasta el período 12/2003 inclusive.
Vale decir que dicha ley no otorga ningún beneficio previsional, sino que la misma
establece un mecanismo (moratoria impositiva) para que los ciudadanos que se
encuentren dentro de su ámbito de aplicación personal conforme su art. 1°, puedan
acceder a los beneficios previstos en el art. 17 de la Ley 24.241: a) Prestación básica
universal, b) Prestación compensatoria, c) Retiro por invalidez, d) Pensión por
fallecimiento, e) Prestación adicional por permanencia y f) Prestación por edad
avanzada.

Por otro lado, la Ley 24.241 establece a la edad como única distinción
entre hombres y mujeres para acceder a una JUBILACIÓN, sin distinguir en razón del
sexo y mucho menos por la condición socioeconómica del solicitante. Son las Leyes
26.970, 27.260 (como instrumentos impositivos) y sus respectivas reglamentaciones
(Circular 49/16 – ANSeS DP y Circular 5/17 – ANSeS DP), las que introducen esas
distinciones, y con ello pretenden modificar el régimen de incompatibilidades de
beneficios.

La distinción que establece la normativa y que afecta al actor en el caso


concreto, es la relacionada con el sexo del titular, que según sea hombre o mujer, puede
adherir a la moratoria y con ello acceder al beneficio previsional, o no. Puntualmente
la Ley 27.260 trata de manera desigual, dispar, a grupos humanos que sufren la misma
contingencia. Ante idéntica contingencia (vejez), las mujeres gozan de la plena vigencia
de la Ley 26.970, en cambio el hombre que alcanza la edad jubilatoria no tiene la
posibilidad de acceder a los beneficios previstos en dicha normativa.

Ahora bien, frente a la confusión normativa, la demandada al


reglamentar, no solo oscurece el panorama, sino que restringe aún más su ámbito de
aplicación al punto de tornar irrisorias ciertas disposiciones. Por lo tanto, se evidencia
con claridad el exceso en el poder reglamentario, el cual altera el espíritu de la norma
reglamentada, impidiendo en forma determinante el acceso a la moratoria dispuesta
por Ley 26.970 al universo masculino por el sólo y único motivo de pertenecer a dicho
segmento.

La improlijidad reglamentaria y el desatino jurídico en que se ha


incurrido por la vía reglamentara se evidencian por si solos. En la Circular DP N° 49/16

20
respecto de los hombres se dispuso: “Sólo podrán regularizar deuda por Moratoria Ley
26.970: … En el caso de jubilaciones, todos aquellos hombres que al 18/09/2016 hubieran
cumplido con la edad y servicios requeridos para acceder a la prestación,
independientemente que la solicitud de la misma se realice con posterioridad a esa
fecha…”. Luego se dicta la Circular 5/2017 en la cual de manera tajante y sin dar ningún
fundamento, establece: “Por Dictamen DGAJ N° IF-2017-01337746, a partir del
02/02/2017 los hombres no podrán regularizar más deuda por Moratoria Ley 26.970.”

Que en consecuencia, y sin ánimos de ser sobreabundantes, la


normativa sin dar fundamento alguno, aparta discriminatoriamente al universo
masculino del ámbito de aplicación personal de la ley, por la simple y única razón de
pertenecer al mismo, por lo que a todas luces surge la INCONSTITUCIONALIDAD de la
normativa atacada, la cual se encuentra en franca colisión con nuestra Ley Suprema y
con el derecho convencional que tiene jerarquía supranacional.

VII. ANTECEDENTES NORMATIVOS.

Resulta oportuno efectuar un análisis de la evolución de la normativa


aplicada y que es cuestionada por la presente acción a los fines de echar luz sobre este
tema.

Con fecha 18/09/2014 entró en vigencia la Ley 26.970 que establece


un régimen especial de regularización de deudas la cual permite regularizar cotizaciones
previsionales fijas con destino al SIPA y con ello la posibilidad de acceder a los beneficios
dispuestos por el art. 17 de la ley 24.241. En su art. 1 al determinar el ámbito de
aplicación dispone: “…Los trabajadores autónomos inscriptos o no en el Sistema
Integrado Previsional Argentino (SIPA), y los sujetos adheridos al Régimen Simplificado
para Pequeños Contribuyentes (RS), en adelante monotributistas, que hayan cumplido a
la fecha o cumplan la edad jubilatoria prevista en el artículo 19 de la ley 24.241 dentro
del plazo de dos (2) años desde la vigencia de la presente, podrán regularizar sus deudas
previsionales conforme el régimen especial establecido en la presente ley….” (Sin lugar a
dudas el art. 1 se refiere a los sujetos que soliciten el beneficio de Jubilación Ordinaria -
PBU).

21
Respecto de los beneficios a los que se puede acceder utilizando la
moratoria creada, la norma en su artículo 2 dice: “…El trabajador autónomo o el
monotributista que se inscriba en el régimen de regularización podrá acceder a las
prestaciones instituidas por los incisos a), b), e) y f) del artículo 17 de la ley 24.241 y sus
modificatorias…”. De igual modo tendrán derecho a inscribirse en el régimen los
derechohabientes previsionales del trabajador autónomo o monotributista fallecido
mencionados en el artículo 53 de la ley 24.241 y sus modificatorias, que pretendan
acceder a la prestación prevista en el inciso d) del artículo 17 de la referida ley, siempre
que existiera inscripción del causante previa al deceso en calidad de trabajador
autónomo o monotributista formalizada y registrada ante la Administración Nacional de
la Seguridad Social (ANSES) o la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP),
según el período que corresponda.

Asimismo el Art. 10 dispone: “…Para la evaluación de la condición de


aportante prevista en el artículo 95 de la ley 24.241 y la aplicación de las previsiones del
decreto 460/99, se podrán considerar servicios reconocidos por el presente régimen de
regularización de deuda sólo en el supuesto que el trabajador autónomo o
monotributista acredite el mínimo de años de servicios con aportes exigidos en el
régimen común o diferencial en que se encuentren incluidos para acceder a la Prestación
Básica Universal, en cuyo caso se considerará aportante regular. Asimismo, se
considerará aportante irregular con derecho quien acredite, doce (12) meses de aportes
dentro de los sesenta (60) meses anteriores a la fecha de solicitud del retiro por invalidez
o la fecha de fallecimiento del afiliado en actividad, siempre que acredite el cincuenta
por ciento (50%) del mínimo de años exigido para el goce de la Prestación Básica
Universal...”

Posteriormente la demandada dicta la PREV-16-31 el 06/11/2014 que


reglamenta la ley 26.970 a los fines operativos de ANSES, estableciendo en el título IV
los requisitos para el acceso a los beneficios. Concretamente en el inc. a) dice: “…en los
casos de Retiro Transitorio por Invalidez y Pensión por Fallecimiento los requisitos
pertinentes para cada una de las prestaciones (porcentaje y calidad de aportante), o
reunir el porcentaje de invalidez para el caso de solicitudes de Retiro Transitorio por
Invalidez.”

22
Con fecha 29/06/2016 (BO 22/07/2016) se dicta la Ley 27.260 de
“REPARACIÓN HISTÓRICA PARA JUBILADOS Y PENSIONADOS”, la que (entre otras
muchas cosas) realiza una extensión de la vigencia temporal de la moratoria dispuesta
por Ley 26.970. Esta ley dispone en su Art. 22: “…Las mujeres que durante el plazo
previsto en el artículo 12 cumplieran la edad jubilatoria prevista en el artículo 37 de la
ley 24.241 y fueran menores de la edad prevista en el artículo 13 de la presente, podrán
optar por el ingreso en el régimen de regularización de deudas previsionales previsto en
la ley 26.970 en las condiciones allí previstas…”. De esta manera arbitraria y
discriminatoria, extiende solamente su vigencia para las mujeres, excluyendo al
universo masculino de esta extensión.

Respecto de los hombres, imprecisa y vagamente la ley establece:


“Para el caso de los hombres restablécese la vigencia del artículo 6° de la Ley 26.994 y el
Decreto 1454/05 por el término de un (1) año, el cual puede ser prorrogable por otro año
más.” Es claro, pese a la vaguedad en la que se incurrió, que fue voluntad del legislador
establecer un plazo diferente para los hombres que opten por el ingreso al régimen de
regularización de deudas previsionales establecido por ley 26.970, remitiendo a
artículos y normas fuera de vigencia que nada tienen que ver con la situación que
pretenden regular.

Atento la dispersión legislativa y como consecuencia de las dificultades


para interpretar la extensión efectuada por la Ley 27.260, el 20/09/2016 ANSES dicta la
Circular 49/16 – ANSeS (DP), estableciendo pautas a considerar a partir del 19/09/2016
para la aplicación de la regularización de aportes autónomos y monotributistas de la Ley
26.970. En dicha circular de manera anacrónica, discriminatoria, segregacionista,
antojadiza y arbitraria, distingue cómo se aplicará la misma ley, para los mismos
supuestos, pero diferenciando si el solicitante fuera hombre o si fuera mujer.

Así, respecto del universo masculino dice: “1. Hombres - Solo podrán
regularizar deuda por Moratoria Ley 26.970: - En el caso de jubilaciones, todos aquellos
hombres que al 18/09/2016 hubieran cumplido con la edad y servicios requeridos para
acceder a la prestación, independientemente que la solicitud de la misma se realice con
posterioridad a esa fecha. -En el caso de una Prestación de Retiro Transitorio por
Invalidez, todos aquellos hombres que hayan solicitado el beneficio hasta el 18/09/2016

23
y acrediten el derecho a la prestación. - En el caso de Pensiones, aquellos solicitantes de
prestaciones cuyo causante (hombre) hubiera fallecido hasta el 18/09/2016 y haya
tenido una afiliación autónoma o Monotributista.”.

Una vez más y atento a la confusión jurídica suscitada (que cada vez
resulta peor, ya que se dictan normas que en lugar de aclarar, modifican el contenido
de las leyes que pretendían dilucidar o reglamentar), el 06/02/2017 ANSES dicta una
nueva reglamentación, y con ello completa el laberinto jurídico en el que convirtió la
moratoria Ley 26.970.

Así la Circular 5/17 – ANSeS (DP), modifica la normativa anterior en


una clara extralimitación de sus facultades reglamentarias, modificando por completo
el espíritu de la norma que proyecta reglamentar. En esta circular y de manera aún más
segregacionista y extremadamente arbitraria, dice: “Por Dictamen DGAJ N° IF-2017-
01337746, a partir del 02/02/2017 los hombres no podrán regularizar más deuda por
Moratoria Ley 26.970.”

Por último la accionada dicta la Resolución General Conjunta N°


4222/2018 y reglamenta –entre otras cosas- el tercer párrafo del art. 22 de la Ley 26.990
estableciendo: “…Que podrán acceder al régimen del art. 6° de la Ley N° 25.994 y el
Decreto 1454/05 a efectos de regularizar períodos comprendidos hasta el 31 de
diciembre de 2003 los varones que durante el transcurso del año 2004 hayan cumplido
la edad de SESENTA Y CINCO (65) años en al carácter de trabajadores autónomos –
inscriptos o no- o de monotributistas. Que la opción referida en el párrafo anterior regirá
por el término de UN (1) año contado a partir de la vigencia de la presente
reglamentación…”

Con esto ANSES agrega una normativa más al desprolijo esquema y


termina de desvirtuar la moratoria dispuesta por ley 26.970, restableciendo una norma
para un universo (hombres) que al día de la fecha tendrían más de 80 años (y que por lo
tanto casi con seguridad accedieron a otros regímenes de regularización de deuda
previsional) excluyendo concreta y definitivamente al universo masculino que al día
de hoy cumple con la edad para jubilarse, vedándole la posibilidad de la adhesión a la
moratoria en cuestión, sin más fundamentos que el sexo de la persona.

24
VIII. DERECHOS CONCULCADOS

Los derechos de rango constitucional violados por la legislación


mencionada, son:

●Jerarquía Normativa: Receptado en el Art. 31 de la C.N. el que


dispone “Esta Constitución, las leyes de la Nación que en su consecuencia se dicten por
el Congreso y los tratados son ley suprema de la Nación y las autoridades de cada
Provincia están obligadas a conformarse a ellas…”

La accionada abusa del poder reglamentario extralimitándose en su


función de facilitar la aplicación de la norma, modificando su espíritu. Con las Circulares
cuestionadas ANSES pretende legislar, ya que se pronuncia y avanza sobre cuestiones
que la norma no legisló, violando claramente el principio constitucional de jerarquía
normativa.

De igual forma, la ley 27.260 desconoce derechos constitucionales


como el de igualdad ante la ley, creando distintas categorías de ciudadanos en razón del
sexo.

El marco normativo insoslayable del Derecho Argentino surge de la


Constitución Nacional y los pactos y tratados internacionales con jerarquía
supranacional. De allí se deriva toda la normativa que no puede ser contraria a dicho
vallado legal. Por lo tanto, las leyes, decretos, resoluciones, circulares, etc. que se dicten
por el Poder legislativo o por la Administración, no pueden desconocer el marco
normativo, ya que, de desconocerlo, esos actos resultan inconstitucionales.

●Seguridad social: el derecho a la seguridad social, ha sido


receptado por nuestra Constitución Nacional en su art. 14 bis estableciendo: “el estado
otorgara los beneficios de la seguridad social, que tendrá carácter de integral e
irrenunciable...”. Los derechos de la seguridad social constituyen una expresión de la
justicia social, calificada por la Corte Suprema como “la justicia en su más amplia
expresión” y cuyo contenido según el Tribunal, “consiste en ordenar la actividad ínter
subjetiva de los miembros de la comunidad y los recursos con que esta cuenta con vistas

25
a lograr que todos y cada uno de sus miembros participen de los bienes materiales y
espirituales de la civilización”

Además de la norma constitucional citada, el derecho conculcado


está reconocido por normativa supranacional (en atención al art. 75. Inc. 22 de la CN),
es decir, que está protegido por normas de jerarquía superior a las Leyes Nacionales,
receptado efectivamente en la “DECLARACION AMERICANA DE LOS DERECHOS Y
DEBERES DEL HOMBRE” Articulo XVI. “Toda persona tiene derecho a la seguridad social
que le proteja contra las consecuencias de la desocupación, de la vejez y de la
incapacidad que, proveniente de cualquier otra causa ajena a su voluntad, la imposibilita
física y mentalmente para obtener los medios de subsistencia.”

El “PROTOCOLO ADICIONAL A LA CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE


DERECHOS HUMANOS EN MATERIA DE DERECHOS ECONOMICOS, SOCIALES Y
CULTURALES, “PROTOCOLO DE SAN SALVADOR”, dispone en su Articulo 9: “…Derecho
a la seguridad Social. Toda persona tiene derecho a la seguridad social que lo proteja
contra las consecuencias de la vejez y de la incapacidad que la imposibilite física o
mentalmente para obtener los medios para llevar una vida digna y decorosa...”.

Asimismo el art. 3 del mencionado Protocolo, le impone una clara


obligación de no discriminación a los Estados que suscribieron el mismo, en donde se
comprometen a garantizar el ejercicio de los derechos que en él se enuncian, sin
discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones
políticas o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica,
nacimiento o cualquier otra condición social.

● Igualdad ante la ley: el art. 16 de la Constitución Nacional consagra


la igualdad ante la ley de todos los habitantes de la Nación Argentina. Respecto de esta
norma la Corte Suprema de la Nación en fallos 16:118 (“Guillermo Olivar”), del año
1875, dejo sentada la siguiente Formula de interpretación: “...el principio de igualdad de
todas las personas ante la ley, según la ciencia y el espíritu de nuestra Constitución, no
es otra cosa que el derecho a que no se establezcan excepciones o privilegios que
excluyan a unos de lo que concede a otros en iguales circunstancias, de donde se sigue
forzosamente que la verdadera igualdad consiste en aplicar en los casos ocurrentes la

26
ley según las diferencias constitutivas de ellos, otra inteligencia o aceptación de este
derecho es contraria a su propia naturaleza e interés social...”.

A partir de la reforma constitucional de 1994, en especial el art. 31 y


75 inc. 22 de la C.N., se han incorporado con jerarquía constitucional los siguientes
cuerpos normativos: Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (art.
II); la Declaración Universal de Derechos Humanos (art. 2 1 y 7); la Convención
Americana de Derechos Humanos (art. 24); el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales (art. 9); y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos y su Protocolo Facultativo (art. 26), entre otros. Todas estas convenciones y
tratados internacionales gozan de jerarquía constitucional, prohíben todo tipo de
discriminación. Por otra parte se reconoce el derecho de toda persona a la seguridad
social.

En nuestro caso particular, la normativa cuestionada efectúa una clara


distinción entre iguales, -en razón del sexo-, al prorrogar la vigencia de la moratoria
respecto de las mujeres y vedándoles el acceso a los hombres por el solo hecho de ser
tales, en franca y evidente contradicción con el artículo 16 de la C.N. y el derecho
convencional.

Llegado a este punto resta señalar que la Seguridad Social es un


derecho humano fundamental consagrado por nuestra Carta Magna enriquecida por los
Tratados Internacionales que la integran y que cubre las contingencias de los riesgos
sociales tales como la enfermedad, la vejez, la invalidez y la muerte, acompañando a la
persona desde su nacimiento.

Como antes lo mencionara, otro de los principios que se vinculan con


la seguridad social además de los básicos de solidaridad y subsidiariedad son los de
integralidad, universalidad e igualdad; todos ellos se traducen el respeto a los principios
de dignidad y libertad rectores de nuestra ley fundamental.

Por tales razones, V.S. debe admitir el amparo interpuesto en virtud


de lo señalado por nuestro cimero Tribunal en el sentido que los jueces deben guiarse
con la máxima prudencia en la interpretación de las leyes previsionales, especialmente
cuando el ejercicio de esa función pueda conducir a la pérdida de algún derecho (Fallos

27
271:139; 330:2786) y que siempre en caso de duda, debe estarse a la postura que
concede y no a la que deniega la prestación jubilatoria (Fallos 280:75, 294:94; 303:857)
(sentencia Nº 141769 de la Sala II de la CFSS ya citada anteriormente).

IX. INAPLICABILIDAD DEL ART. 7 DE LA LEY N° 26.970 Y FECHA A LA


QUE DEBE RETROTRAERSE EL PAGO DE LA PRESTACIÓN

El Art. 7 de la Ley 26.970 establece: “…La fecha inicial de pago de las


prestaciones que se otorguen por aplicación de la presente ley, será el primer día del mes
siguiente a la fecha del cumplimiento del requisito de la cuota mínima previa abonada
establecido en el artículo 3°…”.

La demandada, de esta manera, impidiendo el ingreso del trámite y en


virtud de la aplicación de este artículo, evita pagar (en el caso que las acciones en su
contra prosperen) haberes equivalentes a todo el tiempo que dure el pleito y en el que
le vedó el ingreso a la moratoria a los titulares, es decir que su actuar vuelve a perjudicar
a los titulares y no le carga responsabilidades pecuniarias a la ANSES. En definitiva, es
una forma más de violentar el derecho de igualdad, el de propiedad y el de acceso a la
seguridad social, todos de jerarquía constitucional.

Como se dijo, la ley 26.970 no otorga beneficios sino que establece un


plan de regularización de pagos que permite la tramitación de beneficios establecidos
en la Ley 24.241 (art. 17).

Es la normativa interna del organismo demandado, la Prev. 11-08/11


en la que se determinan las fechas iniciales de pago para las prestaciones contempladas
en el art. 17 de la Ley 24.241. En el punto a) dispone: “…PBU-PC-PAP Y Prestación por
edad avanzada: 1. Relación de dependencia exclusivamente: se devenga desde la
presentación de la solicitud ante ANSES, siempre que a tal fecha, el peticionario fuere
acreedor a la prestación. 2- Servicios autónomos exclusivamente: Es la fecha de solicitud
de beneficio que se formaliza con la presentación de los formularios 558/A, 558/B y
558C/ y con el pago oportuno de la deuda autónoma, tal como lo establece el punto IV
del anexo I de la Resolución Conjunta General ANSES y AFIP Nº 1616 y 1415/2003 o la
que en el futuro la reemplace. A dicha oportunidad el interesado debe acreditar todos

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los requisitos legales (artículos 19, 37 y 38 de la Ley Nº 24.241 y artículo 3º del Decreto
Nº 679/95). 3- Servicios mixtos: si los últimos servicios son en relación de dependencia,
la FIP es la fecha de solicitud de beneficio que se formaliza con la presentación de los
formularios 558/A, 558/B y 558/C y con el pago oportuno de la deuda autónoma, tal
como lo establece el punto IV del anexo I de la Resolución Conjunta General ANSES y AFIP
Nº 1616 y 1415/2003 o la que en el futuro la reemplace (artículo 3º del Decreto Nº
679/95). 4- Si no obstante ser los últimos servicios en relación de dependencia, existiesen
servicios autónomos anteriores pendientes de determinación de deuda y de pago, la FIP
será la indicada en el punto A. 2. 5- Si los últimos servicios son autónomos o existiesen
períodos autónomos anteriores pendientes de determinación de deuda y de pago,
procede estar a lo prescripto en el punto A) 2…”.

El problema radica en que no se permite abonar la cuota


correspondiente al primer pago de la moratoria, ya que, a tales efectos, es preciso que
ANSES genere un número que valide el SICAM, y por la normativa cuestionada, ello no
es factible. Por ese motivo acompañamos SICAM efectuado a los fines que V.S. ordene
practicar liquidación conforme dicho cálculo de deuda autónoma y le ordene a la
demandada que, al momento de incluirlo en la moratoria solicitada, efectúe el pago
retroactivo a la fecha en que se efectuó dicha liquidación a través de aplicativo SICAM,
o la de interposición de la presente demanda.

Por todo ello, solicito la inaplicabilidad del Art. 7 de la Ley 26.970 y se


ordene a la ANSeS que al momento de proceder a la liquidación del beneficio en
cuestión, lo haga en aplicación de la normativa citada, reconociendo el correspondiente
retroactivo desde la fecha de solicitud del beneficio, tomando como tal la fecha de
interposición de la presente acción y se practique, en consecuencia, liquidación ya que
la administración se niega a recibir formal pedido de jubilación.

X. IMPOSICIÓN DE COSTAS

Que se solicita expresamente la imposición de costas a la demandada


-conforme lo dispone explícitamente la Ley 16.986- y no la aplicación al presente del art.
21 de la ley 24.463.

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Que si bien el art. 21 de la ley 24.463 dispone que “En todos los casos
las costas serán por el orden causado” ello no es aplicable en procesos especiales como
lo es el amparo, dado que no es posible inferir del texto de la norma aludida que la
voluntad del legislador haya querido extender la aplicación de la norma aludida a un
proceso especial, abreviado y sumarísimo como lo es la acción de amparo.-

Que la voluntad del legislador al dictar la ley 24.463 ha sido la de


instituir un proceso especial de impugnación de los actos administrativos emanados de
la ANSeS pero esta norma (en especial el art. 21) nada dice respecto de las costas
devengadas con motivo de la interposición de la extraordinaria acción de amparo, que
con mas razón justifica la imposición de costas a la perdidosa ya que por la omisión
arbitraria de la Administración (en el caso puntual la denegatoria al pago de un haber
acorde con el mínimo jubilatorio) no existe razón para apartarse del principio general de
imposición de costas según lo establecido por la ley 16.986.-

En efecto, como lo sostuvo nuestro más Alto Tribunal en autos


“Recurso de Hecho deducido por la actora De la Horra, Nélida c/ ANSES” (Fallos:
322:464) que deberá entenderse como trascripto en su totalidad, ratificado en el fallo
“Recurso de Hecho en autos: Pagani, Alberto Pedro c/ ANSeS” (sentencia del 14/11/06),
la mencionada disposición no se aplica a los procesos de amparo, en cuanto el art. 21
de la ley 24.463 constituye una disposición excepcional y la ley de solidaridad previsional
no ha derogado (ni expresa ni cabe admitirlo tácitamente) la ley 16.986. En efecto, la ley
16.986 regula el restringido ámbito del amparo y no resulta incompatible con lo
establecido por el art. 21 de la ley 24.463, de aplicación al resto de los procesos
enumerados en el art. 14 de la misma norma.-

También resulta imprescindible recalcar lo dicho por la Cámara Federal


de la Seguridad Social en autos “Arena, Alfredo c/ ANSeS”: “...la norma del art. 21 de la
ley 24.463, en cuanto dispone que las costas serán en todos los casos por el orden
causado, cualesquiera fuere el resultado del juicio, entroniza un privilegio inadmisible a
favor del Estado que la da de bruces con las garantías de la igualdad de las partes en el
proceso, inviolabilidad de la defensa en juicio y el derecho de propiedad...”. Todo esto
pone en evidencia la injusticia de la desigualdad en el proceso a favor de la
Administración y el perjuicio ocasionado al actor que en búsqueda de lograr el cobro de

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la acreencia (de naturaleza alimentaria) que por derecho le pertenece, ve debilitadas sus
posibilidades en cuanto carga en sus magros bolsillos con las costas del proceso, aún
habiendo triunfado su pretensión se ve compelida a soportar también los gastos, todo
ello con el fin de disuadirlo de acudir a la justicia para defender sus derechos.” Criterio
reafirmado en pronunciamiento “Castagnino” del 25.09.07.-

Que se hace presente que la ley aplicable a los fines de la regulación


de los honorarios en el presente pleito es la 27.423 de HONORARIOS PROFESIONALES
DE ABOGADOS, PROCURADORES Y AUXILIARES DE LA JUSTICIA.

El art. 64 de dicha ley establece: “La presente ley entrará en vigencia a


partir de su publicación y se aplicará a los procesos en curso en los que no existiera
regulación firme de honorarios”.

Ahora bien, determinada la norma aplicable, corresponde hacer


algunas consideraciones respecto a cómo se deben determinar los honorarios en este
tipo de procesos. El art. 48 de la nueva ley de regulación de honorarios dispone que:
“Por la interposición de acciones de inconstitucionalidad, de amparo, de hábeas data, de
hábeas corpus, en caso de que no puedan regularse de conformidad con la escala del
artículo 21, se aplicarán las normas del artículo 16, con un mínimo de veinte (20) UMA.”.-

El art. 16 a su vez establece: “ Para regular los honorarios de los


profesionales intervinientes se tendrá en cuenta lo siguiente: a) El monto del asunto, si
fuera susceptible de apreciación pecuniaria; b) El valor, motivo, extensión y calidad
jurídica de la labor desarrollada; c) La complejidad y novedad de la cuestión planteada;
d) La responsabilidad que de las particularidades del caso pudiera derivarse para el
profesional; e) El resultado obtenido; f) La probable trascendencia de la resolución a que
se llegare, para futuros casos; g) La trascendencia económica y moral que para el
interesado revista la cuestión en debate. Los jueces no podrán apartarse de los mínimos
establecidos en la presente ley, los cuales revisten carácter de orden público…” (El
resaltado me pertenece).

Es decir que, la nueva Ley Arancelaria estableció que los montos


mínimos establecidos son de orden público (art. 16 “in fine”) y, por lo tanto, los jueces
no pueden apartarse de ellos cuando regulen honorarios.

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En este sentido, y como resultado de una comprensión armónica del
articulado de la ley, es más que evidente que no podrán regularse honorarios por debajo
del mínimo legal, que resulta ser de 20 (veinte) UMA.

XI. ACTUALIZACIÓN MONETARIA

Se solicita la actualización monetaria de los importes devengados


como haberes retroactivos desde la primera liquidación del beneficio y hasta la fecha
del efectivo pago.

En lo que se refiere a los intereses solicito la aplicación de la tasa


activa, conforme lo resuelto por la Cámara Federal de la Seguridad Social en autos
“HARTMANN GABRIEL LEONIDIO C/ANSES S/REAJUSTE VARIOS” – EXPDTE- N°
79740/2014, Sentencia de fecha 19/09/2018, donde se dispone: “… con respecto a la
tasa de interés que corresponde aplicar sobre las diferencias adeudadas, la imposibilidad
legal de utilizar mecanismos de actualización monetaria en períodos de alta inflación,
sumado a ello la naturaleza alimentaria que ostenta el crédito previsional reclamado,
toma necesario establecer una tasa de interés que compense razonablemente la
imposibilidad del uso del dinero, la pérdida de su poder adquisitivo por el transcurso
del tiempo y asegure al acreedor la integridad de su crédito, lo cual solo puede lograrse
mediante la tasa activa de la cartera general (préstamos) nominal anual vencida a
treinta días, que publica el Banco de la Nación Argentina...”.-

XII. OFRECE PRUEBA

Que, siendo la etapa procesal oportuna, ofrezco la siguiente prueba:

A/ Documental:

1.- Fotocopia del Documento Nacional de Identidad.

2.- Telegrama de emplazamiento N° CD , de fecha xx/xx/xxxx, dirigido


a ANSES.

3.- Constancia de “Consulta de estado de expediente administrativo”


N° xxxxxxx.

4.- Último recibo de haberes previsionales (PUAM).

5.- Historia Laboral registrada en ANSES.

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6.- Liquidación SICAM, detalle de deuda, Situación de Revista y
pantalla de SICAM.

XIII. CASO FEDERAL

Que encontrándose en juego las garantías y derechos de rango


constitucional que se mencionan; el de igualdad (art. 16 C.N.); los derechos previsionales
y demás principios mencionados con anterioridad, (arts. 14, 14 bis, 18 y 33 C.N. y Art. 8
y 25 del Pacto de San José de Costa Rica, de rango constitucional en atención a lo
dispuesto por el art. 75 inc 22 C.N.), se deja planteada la inconstitucionalidad (federal y
local) y formula reserva del Recurso Extraordinario correspondiente.-

XIV. PETITUM:

Por lo expuesto pide a este Tribunal:

1) Me tenga por presentado, por parte y con el domicilio


constituido.

2) Se exima del pago de la tasa de justicia y/o aportes de ley.

3) Otorgue a la presente el trámite de ley (amparo).

4) Por ofrecida la prueba que se expresa.

5) Tenga presente el planteo y las reservas formuladas.

6) Oportunamente se dicte sentencia haciendo lugar a la demanda


de amparo, declarando la inconstitucionalidad y/o inaplicabilidad del Art. 22 de la Ley
N° 27.260, de la Circular de ANSeS DP N° 49/16; Circular ANSeS 5/2017 y asimismo la
inaplicabilidad del Art. 7 de la Ley N° 26.970 y en consecuencia ORDENE a la ANSeS a
adherirme a la Moratoria Ley N° 26.970 y me otorgue el beneficio de JUBILACIÓN
ORDINARIA –PBU-PC-PAP-, ordenando el pago del beneficio desde la fecha de la
interposición del presente amparo, fijándose el plazo de cumplimiento de 30 días, con
la correspondiente actualización monetaria, intereses y costas.

Provea de conformidad y SERA JUSTICIA.

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