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Calienta los dedos

1
Calienta los dedos. Calentar es una parte importante de cualquier rutina de ejercicios. Esto incluye los
ejercicios para los dedos.
2
Masajea la parte superior y la palma de tu mano. Usando el pulgar, haz movimientos circulares y lentos
con una presión media. No hagas presión hasta sentir dolor.
Masajea por 1 a 2 minutos para aflojar y calentar los músculos de las manos. Esto te permitirá aprovechar
al máximo la rutina de ejercicios.
3
Dobla cada dedo. Dobla cada dedo hacia atrás hasta que sientas un ligero estiramiento. Luego, dobla cada
dedo hacia adelante. No lo hagas hasta sentir dolor.
4
Remoja las manos en agua caliente. Remojar las manos por aproximadamente diez minutos antes de
empezar con los ejercicios puede calentarlas e incrementar la flexibilidad.
Hacerte un tratamiento en sus manos con un baño de cera de parafina caliente también puede ser muy útil.
1
Mantén el puño cerrado. Mantén el pulgar a lo largo de los dedos y no lo escondas. Mantén esta posición
entre treinta segundos y un minuto. Deja esa posición y separa los dedos ampliamente.[1]
Si no puedes hacer cuatro repeticiones de cualquiera de estos ejercicios al principio, no te preocupes. Haz
lo que puedas sin forzar demasiado tus músculos. Notarás que poco a poco podrás hacer más repeticiones.
Asegúrate de consultar con un médico o con un terapeuta físico antes de añadir más de la cantidad
recomendada de repeticiones para evitar la posibilidad de sufrir una distensión en las manos.
2
Aplana cada mano contra una superficie plana. Coloca la palma de tu mano sobre una tabla. Aplana la
mano contra la superficie de la tabla todo lo que puedas. Mantén esa posición entre treinta segundos a un
minuto. Luego deja esa posición. Si es posible, empieza con cuatro repeticiones.
3
Aprieta una pelota de sóftbol. Como un ejercicio de fortalecimiento del agarre, sostén una pelota de
sóftbol en la palma y apriétala fuertemente por cinco segundos antes de soltarla. Practica hasta hacer 10 a
15 repeticiones, 2 a 3 veces a la semana. Es importante que tengas un descanso de dos días entre las
sesiones de fortalecimiento del agarre.
4
Haz “estiramientos de garra”. En este ejercicio, llamado el “estiramiento de garra”, mantén las manos
enfrente de ti, de manera que puedas visualizar tus palmas. Luego, dobla los dedos, de manera que las
puntas descansen contra la base de las articulaciones de tus dedos. Tu mano parecerá la pata de un gato.
Mantén esta posición por treinta segundos a un minuto antes de dejarla. Si es posible, haz cuatro
repeticiones.
5
Toca tu pulgar con cada uno de tus dedos. Una a la vez, toca la yema del dedo pulgar con la punta de cada
dedo. Asegúrate de hacer cada toque formando una “O”. Si es posible, haz cuatro repeticiones de este
ejercicio.
También puedes hacer este ejercicio tocando tu dedo pulgar con la almohadilla de cada dedo. La forma
hecha por los dedos será más como una forma ovalada o de huevo.
6
Haz fortalecedores de pellizco. Para realizar este ejercicio, pellizca un poco de plastilina o una pelota
suave con las puntas de los dedos y el pulgar. Mantén el pellizco por treinta segundos a un minuto. Si es
posible, aumenta las repeticiones entre 10 a 15. Puedes realizar este ejercicio 2 a 3 veces cada semana con
un periodo de dos días de descanso entre las sesiones.
7
Haz elevaciones de dedos. Coloca las manos sobre una mesa con las palmas hacia abajo. Levanta un dedo
a la vez, luego bájalo. Al final, levanta los cuatro dedos y el pulgar y luego bájalos. Si es posible, haz
cuatro repeticiones de este ejercicio.
8
Incorpora una banda elástica. Envuelve una banda elástica alrededor de tu mano, en la base de los dedos.
Extiende el pulgar y mantenlo así antes de hacer que vuelva a su posición original. Si es posible, practica
hasta alcanzar entre 10 a 15 repeticiones. Es seguro hacer estos ejercicios 2 a 3 veces a la semana, pero
dale a tus manos un descanso de dos días entre las sesiones.
9
Haz toques de pulgar y meñique. Pon tu mano enfrente de ti. Extiende el pulgar hasta donde sea cómodo.
Dobla el pulgar a lo largo de la parte inferior de tu mano para tocar la base de tu dedo meñique. Mantén
esta posición por treinta segundos a un minuto. Practica hasta llegar a hacer 4 repeticiones para empezar.
10
Haz ejercicios de abducción y de aducción de dedos. Esto implica apretar los dedos para juntarlos y tirar
de ellos para separarlos. Entrelaza los dedos y trata de halar una mano mientras los dedos de la otra mano
se aprietan entre sí para tratar de mantenerse entrelazados.
Para fortalecer el pulgar a la yema de tus dedos, puedes poner un trozo de papel entre el pulgar y la yema,
aprieta, y con la mano opuesta trata de tirar del papel entre el pulgar y el dedo.
1
Empuja la moneda hacia el dedo índice. Mientras reposa en el lado de tu dedo, utiliza el dedo pulgar para
empujarla hacia arriba, encima del dedo índice. De esta forma, debe reposar encima de la falange del dedo
índice.
Mientras esté en esta posición, levanta ligeramente el dedo medio por encima del dedo índice.
El dedo medio elevado actuará como una barrera para que la moneda no se te caiga de los dedos, pero
también será instrumental para voltearla encima del siguiente dedo.
2
Voltea la moneda del dedo índice al dedo medio. Con el dedo medio ligeramente elevado, jálalo
simultáneamente hacia abajo y empuja el dedo índice hacia arriba. El movimiento opuesto causará que la
moneda se agarre del lado del dedo medio, caiga en el espacio entre el dedo índice y el dedo medio y se
voltee encima de la falange de este último dedo.
Cuando empujas hacia arriba con el dedo índice, empujas la moneda hacia arriba y lejos de modo que
puede voltearse sobre el dedo medio. Cuando bajas este último dedo, brindas una plataforma más baja en
la que la moneda se puede voltear fácilmente.
Cuando la moneda repose encima de la falange de tu dedo medio, levanta ligeramente el dedo anular para
alistarte para la próxima vuelta
3
Voltea la moneda del dedo medio al dedo anular. Cuando repose sobre tu dedo medio, harás la misma
acción que hiciste con los dedos anteriores. Con el dedo anular ya ligeramente levantado, bájalo mientras
empujas simultáneamente el dedo medio hacia arriba. La moneda se fijará en el lado del dedo anular,
caerá en el espacio entre los dos dedos y se volteará a medida que empujas hacia arriba con el dedo medio.
La moneda debe voltearse y caer encima de la falange del dedo anular.
Cuando la moneda repose encima de la falange del dedo anular, levanta ligeramente el dedo meñique.
4
Aprieta la moneda entre el dedo anular y el dedo meñique. Con la moneda reposando en la falange del
dedo anular, empújalo simultáneamente hacia arriba y baja el dedo meñique. Trata de agarrar tanto de la
moneda como sea posible cuando bajes el dedo meñique.
En lugar de levantar el dedo anular muy arriba para voltear la moneda, solo deja que caiga en el espacio
entre los dos dedos. Aprieta y sujeta la moneda en dicho espacio.
5
Deja que la moneda se deslice por tus dedos. Con una parte de la moneda en el espacio en la parte inferior
de la mano, aflójala y deja que se deslice por el espacio hasta que la mayoría de la moneda se encuentre en
la parte inferior de tu mano.
Mantén una parte pequeña y destacada de la moneda todavía apretada entre los dedos.
6
Vuelve a deslizar la moneda hacia el dedo índice. Estira el dedo pulgar, debajo de la palma de la mano,
hacia la parte lejana de la moneda, más cerca del dedo meñique. Afloja la moneda y utiliza el dedo pulgar
para empujarla y colocarla encima de la palma de la mano. Mientras mantienes el dedo pulgar encima de
la moneda, deslízala encima de los dedos y hacia arriba al lado del dedo índice de modo que puedas volver
a comenzar.
Con suficiente práctica, podrás equilibrar la moneda sobre el lado del dedo pulgar y devolverla a la
posición inicial, en vez de deslizarla por la parte inferior de los dedos.
En algún momento, podrías ser capaz de rodar la moneda de vuelta al dedo índice desde el dedo meñique,
en vez de deslizarla debajo de la mano.
1. Cada dedo está conectado a diferentes órganos y con su correspondiente emoción y actitud.
Consulte en
el gráfico un área problemática específica o podrá dar el equilibrio que su cuerpo necesita.
2. Mantenga el dedo en correlación con el órgano que desea curar o emoción que desea
calmar. Mantenga ese dedo presionado por unos 35 minutos mientras mantiene la respiración
profunda.
3. Si usted desea hacer una armonización total del cuerpo debe ir a través de todos los dedos
como lo indica el gráfico.

A. PULGAR
Órganos: Estómago y Bazo
Emociones/Actitudes: Ansiedad, Depresión y Preocupación
Síntomas físicos: dolores de estómago, problemas de la piel, dolor de cabeza, nerviosismo.
B. DEDO ÍNDICE
Órganos: Riñón y vejiga
Emociones/Actitudes: frustración, miedo y confusión mental
Síntomas físicos: molestias superior del brazo, codo, muñeca, dolores musculares y de espalda,
dolor de muelas y encías, problemas adicciones de cualquier tipo de problemas digestivos.
C. DEDO MEDIO
Órganos: hígado y la vesícula biliar
Emociones/Actitudes: Indecisión, ira, irritabilidad
Síntomas físicos: problemas de circulación, problemas menstruales, problemas de los ojos,
visión, fatiga, migraña,
dolores de cabeza frontales.
D. DEDO ANULAR
Órganos: pulmones y el intestino grueso
Emociones/Actitudes: La negatividad, la tristeza, miedo al rechazo, Pena
Síntomas físicos: un problema digestivo, zumbido en los oídos, problemas respiratorios como el
asma, la piel profunda.
E. MEÑIQUE
Órganos: corazón y el intestino delgado
Emociones/Actitudes: La inseguridad, nerviosismo, depresión mental, baja autoestima
Síntomas físicos: la presión arterial, enfermedades del corazón, dolor de garganta, hinchazón, problemas
óseos y nerviosos

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