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Manual de Historia de las

Instituciones Argentinas

Vfctor Tau Anzoátegui 1 Eduardo Martiré

Librería ·Editorial
HISTORICA
Emilio J. Perrot
Tau Anzoátegul, Víctor
Manual de historia de las Instituciones argentinas 1Víctor Tau Anzoátegul y Eduardo
Martlre. • 7a ed. • Buenos Aires : Llbrerfa Histórica, 2005.
868 p. ; 23x18 cm. Prólogo a la séptima edición
ISBN 987-12Q6.02..X
Presentamos una nueva ed.ición del Manual public~do'_por primera vez
1. Historia lnstltuclonat Argentina.!. Martlre, Eduardo, 11. Titulo en 1967. En ediciones y reimpresiones posteriores hubo reVisiones del
CD0982 texto y actualizaciones bibliográficas. Pero -como lo dijimos en el pró·
Fecha de catalogación: 0610512005 logo de la última de ellas- nuestro propósito fue siempre respetar la
estrncntra de la obra y aun su propio estilo, salvo modificaciones indis·
pensables, porque consid.eramos que, princip-almente como ll1Strumen-
to didáctico, el libro :fi.re adquiriendo 1.u1a trayectoria propia y tUl elenco
de lectores, en cuya relación no deseamos interferir.
En esta edición decidimos incorporar una cuarta parte, dedicada a las
instituciones entre 1930 y 1983, que aproxime al lector a los tiempos
presentes, sin perder por ello la distancia temporal que el historiador
debe observar en la apreciación del pasado. Esto mismo nos ha llevado
a realizar algunas modificaciones y ampliaciones en capíntlos correlati-
vos de la tercera parte.
Durante la larga vida literaria de este libro, los esn1dios históricos han
sido enriquecidos no sólo por el crecimiento de la labor de llwesti-
gación específica, sino y principalmente por los nuevos planteos teóri-
cos, ya en el orden general, ya en las diversas historias especiales que lo
Libren';~· Editorial i.ntegrall. La Historia del Derecho y de las Instituciones se ha beneficia-
HlSTORICA do de esos planteas; y en su interior se han sucedido exposiciones y
Emilio J. Pem>r
debates sobre métodos y enfoques renovadores que le han otorgado
una mayor complejidad científica y que han modificado o matizado
parciahnente sus visiones más tradicionales. Así, por ejemplo, cuando
© Th: esta edj<.:ión emprendimos la redacción originaria del Manual, era corriente que los
Librería Histórica S.R.L.
Azcuénaga 1846 estudiosos mirasen el pasado a través de la imagen y estructura del Es-
CP 1128 Buenos Aires • República Argentina tado contemporáneo y exaltasen de modo particular las tendencias na-
Telefax: 480 l..Q2S71480:l-5591
E·mail: info@libreriahilltorica.com.ar
cionales, centralistas y uniformadoras que se daban en aquel. En cam-
bio, desde hace unos aüos, las concepciones historiográficas críticas y
revisionistas en esta materia han empezado a revalorar el significado
Discilo de colección: Juan Pablo Ribeiro
político de lo local y del auto-gobiemo, y el fi.rerte sentido consuetudi-
ISBN: 987·1206-02·X nario y casuista qtte envuelve al Derecho y a la Política. Se impone así
repensar cuestiones que parecían haber encontrado explicaciones defi·
Hecho el depósito que indica la ley 11.723
llllJ'f"S(l enArgentioa Printed in Argentina nitivas e 1ncluso revisar periodificaciones históricas petrificadas que
Primera edición de esta colección: noviembre del2003 suponían cortes temporales más o menos abruptos. Como estas revisio-
Todos los derechos. reservados.
nes sólo han alcanzado la etapa de los primeros resultados, con muchas
Esta publicación no puede ser reproducida, en todo ni en parte, ni r<.:gistrada en o trasmitida hipótesis aun por desarrollar, es prematuro valerse de ellas para aplicar-
por un sistema de recuperación de información, en ninguua fonna ni por ningünmedio, sea las en la elaboración de visiones panor.ímicas. Si11 embargo, el lector
mecánico, fotoquimico, electrónic~ magnético, electroóptioo, por fotocopia, o por
cualquier otro, sin el permiso por escrito de esta editorial.
podrá aproximarse a esa tarea renovadora a través de la nueva bibliogra·

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MANUAL Dil HiSTORIA Dil LAS INST1TUClONIIS A&GJ>NTlNAS

fia que, a esos flnes, se ha incorporado a esta obra en algw1os temas


significativos.
La misma imagen del Estado contemporáneo, ut:ilizada como único Prólogo a la primera edición
modelo para mirar el pasado, llevó a una noción estrecha de la historia
instirucional, refiriéndola con carácter exclusivo a los podert:S y meca- El Manual que presentamos está dirigido a quienes se inician en los
nismos estatales. Desde la primera edici6n, nosotros adoptamos una estudios jurídicos y tiene un origen cierto: los cursos que dictamos en
noción más amplia, considerando a la.institución como un elemento de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos
la vida social, lo que llevó a observar su existencia en diversos campos. Aires. Aunque suponemos que la utilidad de este libro puede extender-
Esta estructura de la obra es la que hoy seguimos manteniendo, sin se a otros campos intelectuales, señalamos la flllalidad y el origen para
olvidar que, en ese orden, nociones y esquemas son nada más que instru- que de esta manera no se pretenda encontrar en el mismo desarrollos
mentos destinados a aprehender el pasado historiable, haciéndolo com- ajenos al objetivo propuesto.
prensible a través de su articulación conceptual, principalmente a quie- El plan de la obra ha seguido la orientación del programa de la materia
nes se inician en estos estudios. vigente desde 1960 en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la
La bibliografia elemental que se acompaña por materia, al pie de pá- Universidad de Buenos Aires, no sólo porque es el que hemos 'utilizado
gina, ha sido actualizada con nuevos aportes, tal como lo hicimos ya en en la enseñanza, sino porque consideramos que su contenido está de
edicioues anteriores. Pero en esta. ocasi6n hemos agregado por separa- acuerdo wnla moderna concepción de la disciplina. Las modificacio-
do, en algw1as materias o puntos que lo requieren, libros, artículos y nes introducidas, especialmente en la segunda y la tercera parte, respon-
ensayos recientes que, por su enfoque, interpretación o información den más que nada al deseo de obtener una mejor sistematización del
aportada, pueden ser de particular ayuda para el lector interesado en material expositivo.
ampliar conocimientos o perspectivas que, por las razones explicadas, Siguiendo, pues, esa orientación hemos procurado dar a las instirucio-
no se hayan incorporados o suficientemente desarrollados en el texto. tres argentinas su campo inteligible de acción. Así, en los siglos XVI y
Esta nueva bibliograf't.a se ha colocado en párrafo separado. XVII, el estudio comprende todo el imperio hispánico, con una escasa
Nos es grato manifestar que la presente edición aparece bajo el nuevo atención al Río de la Plata. En el siglo XVIII el lente se aproxima a
sello editorial de un prestigioso editor y lib~ don Emilio J. Perrot, observar este territorio, que empieza a ser realmente valorado dentro
antiguo amigo a quien hemos confiado con anterioridad otros libros del imperio. Finalmente después de 1810 el enfoque se reduce a nuestro
nuestros. Se reproduce el prólogo que escribimos para la primera edi- país, aunque sin omitir las uaturales concomitancias de los sucesos que
ción porque explica el origen y destino inicial de este libro, que fue ocurren fuera del mismo y que se hallan estrechamente vinculados a la
adquirieudo con posterioridad nuevos espacios en las aulas universita- evolución institucional argentina.
rias y en otros ámbitos culturales. Existen dificultades acerca de lo que debe contener una historia de las
instituciones. Algunos manuales suelen confundirla con la historia COllS·
titucional y refieren a aquélla sólo a una evolución de los textos COllStitu-
V. T. A. y E.M. cionales y sus refonnas. A veces, también bajo la denominación de histo-
Buenos Aires, abril de 2005. ria de las instituciones, se agrupa un conjunto de hechos que se a<>emeja a
la clásica cronología político-militar. Es frecuente asimismo que se utili-
cen métodos diversos para el tratamiento de las diferentes épocas. Así,
mientras la época hispánica o colonial (tres siglos) se estudia bajo un
insatisfactorio enfoque ll1Stirucional, la época nacional (un siglo y me·
dio), en cambio, se expone con un criterio exclusivamente cronológico.
El contenido de esta obra se sustenta en el concepto que damos sobre
instituciones (§§ 5-9), cuya importancia es de orden metodológico, es
decir, destinado a fijar el rumbo de nuestro curso y no simplemente a
furmular vanas especulaciones.
MANUAL DR HISTORIA DB LAS lNSTITUCIONBS AltGBNTlNAS

Al ajustarnos estrictamente al punto de vista institucional hemos omi*


tido la relación cronológica de los hechos en cuanto no af~ctan directa*
mente a_quel enfoque. Suponemos el conocimiento de esos hechos por Advertencia
el estudtante y el lector común, y en todo caso una relación de los mis*
mos se halla fácilmente a su alcance en los numerosos ma.1males u obras Son necesarias algunas indicilciones relativas al modo de utilizar el li-
especializadas. Nuestra preocupación, sobre esta base conocida ha sido bro. A fm de evitar repeticiones de correlacionar los distintos temas o
la de brindar en forma clara y sistemática las estructuras institu~iona.les. épocas y de posibilitar la consulta por separado de ca& temil., nos servi*
Esperamos haberlo logrado. mos de la numeración corrida de parágrafos. De esta manera se facilita
la remis-ión a otras p-artes del libro donde se traen antecedentes, refor-
Abril de 1967 mas posteriores, anotaciones conexas, o cualquier otro aspecto de inte-
v.T.A y E.M. rés vinculado con el tema que se estudia. El número entre paréntesis
precedido del signo § indica esa circw1Stancia.
Al pie de la página donde comienza cada tema se indica la bibliogra*
fta principal utilizada, a fm de remitir a esas obr-as a quienes deseen
obtener w1a información más completa. Cierta desproporción cuan-
titativa en la bibliografía citada se debe a que en algunos temas nos
hemos visto obligados a trabajar con w1a más abtmdante para il.lcan-
zar la síntesis adecuada. Hemos prescindido en casi todos los casos
de la mención de las fuentes éditas documentil.les o ·de l.ts coleccio-
nes de leyes, para no recargar aw1 más las ya extei1Sas nóminas bi-
bliográficas.
En esta edición hemos colocado en algunos temas, en párrafo separado,
precedida del número correlativo y la letnl. "a" la nueva bibliografía,
que no necesariamente se halla incorporada o reflejada en el texto.
Incluimos también tUl índice de abreviaturas, destinado a aclarar las
siglas con que aparecen las publicaciones más citadas en la bibliografía
correspondiente.
La contribución realizada por cada autor en la elabomción de la presCll·
te obra es la siguiente:
Al doctor TAU A.NroÁTEGUI corresponden la Introducción (párrafos 6-
15); y los c•pírulos I (16-32 y 34-55), II, IIl (93-ll9 y 121), IV (146-
152), V (153-I61), VII (197-205), VIII, IX, X, XII, XIII, XIV; XV,
XVI, XVII, XVIII, XIx, XXII, XXIll, XXIV, XXVI (686-699), XX-
VIII, XXX (785-791 y 800-817), XXXI, XXXII (846 y 848), XXXIV,
XXXV, XXXVII, XXXVIll, XXXIX, XL, XLI, XLII, XLIII y XLIV
Al doctor Ñ.L\RTIRÉ perteneco1los capítulos I (párrafo 33), III (120),
IV (122'145), V (162-164), VI, VII (189-196 y 206-236), XI, XX,
XXI, XXV, XXVI (700-704), XXVII, XXIX, XXX (792-799), XXXII
(837-845 y 849-863), XXXIII y XXXVI.
De elaboración conjtmta son los párrafos 1-5 de la Introducción.

9
'
Abreviaturas
A. Archivum. Revista de la Junta de Historia Eclesiástica Argentina.
Buenos Aires.
A.D.H. Anuario del Departamento de Historia. Facultad de Filosofía y
Humanidades de la Universidad Nacional de C6rdoba,
A.E.A. Anuario de Ertudios Americams. Sevilla.
A.H.D.E. Anuario ik Himma ikl Derecho Español. Madrid.
A.H.J.E. Anuario Histórico ]urúiico Ecuatoriam. Quito.
A.I.E.H.S. Anuario del Instituto de Estudios Histórico-sociales. Tandil.
B.A.N.H. Boletín de la Academia Nacional de Historia. Buenos Aires.
B.I.I.H. Boletín del Instituto de Investigaciones Históricas. Fácultad de
Filosofía y Letras. Buenos Aires.
B.I.H.E.R. Boktin tú/ Imti,_ ik Himma Argentina y Americtma Dr.
Emilio Rnvignani. Facultad de Filosofia y Letras. Buenos Aires.
C.C.I.H.A. Academia Nacional de la Historia. Cuarto Congreso Inter-
nacional de Historia de América. Buenos Aires, 1966.
H. Historia. Revista trimestral de Historia argentina, americana y es·
pañola. Buenos Aires.
H. A. Historia Argentina, planeada y dirigida por RoBERTO LEVILLIER.
Buenos Aires, 1968.
H.A.C. Academia Nacional de la Historia. Historia Argentina Omtem-
pordnea: 1862-1930. Buenos Aires.
H.Ch. Historia. Instituto de Historia. Universidad Católica de Chile.
Santiago de Chile.
H. N.A. Academia Nacional de la Historia. Historia de la NacWnArgen-
tina. Buenos Aires.
Hum. Humanidades. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educa·
ción. Universidad Nacional de la Plata.
l. C. Ius Commune. ZeitschriftJUr Europtiische Rechtsgeschichte. Frankfurt
amMain.
I.E. Investigaciones y Ensayos. Academia Nacional de la Historia. Bue·
nos Aires.
J. G.L. Jahrbuch for Geschichte Lateinamerikas. Kóln.
N.H.N.A. Academia Nacional de la Historia. Nueva Historia de la
Nación Argentina. Buenos Aires, 1999-2002.
P. Prohistoria. Rosario.
Q.R Qpaderni FWrentini perla Storiadel pensierogiuridico moderno. U ni·
versitá de Firenze. Milano.
R.C.H.A Revista Complutense de Historia de América. Madrid.
MANUAL Dll H!STOIUA Dll I..ti.S INSTITUCIONES AllGBNTINAS

R.Ch.H.D. Revista Chilena de Histvria del Derecho. Seminario de His~


toria y Filosofia del Derecho de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la 1 •
Universidad de Chile. Sru.1tiago de Chile.
R.E.H.J. Revista de ErtudWs Histórico.¡urúiicos. Valparaíso.
Indice
R.E.P Revista de Estudios Ebliticos. Madrid.
R.F.D.C.S. Revista de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. Bue~
nos Aires.
R.H. Revista Histórica. Instituto Histórico de la Organización Nacio-
nal. Buenos Aires. ' l 'a' ae
Prólogo d 'tcton
septuna " .......•.•.•.......................................... 5
R.H.A. Revista de Historia de América. México. Prólogo a la pritnera. edición ........•.•..................•.•...................... 7
R.H.A.A. Revista de Historia Americana y Argentina. Facultad de Filo- Advertencia .......•.................•...................•........................•...... 9
sofi'a y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo. Mendou_ AbreviatlJras .....................•.................•........•.•.................•..... 11
R.H.D. Revista de Historia del Derecho. Instituto de Investigaciones de
Historia del Derecho. Buenos Aires. Introducción .................................................................... 27
R.!. Revista de Indias. Madrid.
R.I.H.D. ·· R.l.H.D.R.L. · R.H.D.R.L. Revista del Instituto de Histo- Concepto de la historia (1 a 5)
ria del Derecho RicardtJ Levene. Buenos Aires. (Las distintas abreviaturas Las instituciones ( 6 a 9)
corresponden al cambio de denominación de la publicación). Metodología histórica (lO a 15)
S.C.I.H.A. Academia Nacional de la Historia. Sexto Congreso Interna- La heurística (12)
cional de Historia de América. Buenos Aires, 1982. La crítica (13)
T.C. 'JJ'abajosy Comunicaciones. La Plata. El ordenamiento y la exposición (14)
T.C.I.H.A. Academia Nacional de la Historia. Tercer Congreso Interna~ Métodos en la ensefunza (15)
cionat de Historia de América. Buenos Ai=, 1961.
U. Universidad. Universidad Nacional del Litoral. Santa Fe. Primera parte
LA ÉPOCA HISPÁNICA

Capítulo 1 .......... ........... ..................... ................ .. ...... ......... 43

La perúusula ibérica a fines del siglo XV ( 16 a 33)


Organización política (20 a 23)
Ordenamiento legal824 a 28)
Evolución social y económica (29 a 33)
La conquista de América: títulos (34 a 41)
Los fines de la empresa (42) -
El carácter de la colonización española (43 a 49)
La coudíción política de las Indias (50 a 55) .
Incorporación de las Indias a la Corona de Castilla (55)

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"
MANUAL OS H!STO!UA OS lAS INSTITUOIONSS ARGENTINAS

Capítulo n ............................................................................ 69 La propiedad de la tierra (131 y 132)


La minería (133 a 136)
La organización política indiana hasta fines del siglo XVII (56 y 57) La indusrria (137 y 138)
El gobiemo indiano desde la península (58 a 67) El comercio (139 a 143
El rey (59 y 60) El contrabando (144)
Origen del poder político (61 a 63) Los consulados (145)
La Casa de la Contratación de Itidias (64) La Real Hacienda (146 a 152)
El Consejo Real y Supremo de Indias ( 65 y 66) Las regalias (147)
Las junras especiales (67) Los monopolios o estancos (148)
El gobierno local de las Itldias (68 a 94) Los impuestos (149 y 150)
Geueralidades ( 68 y 69) La administración fiscal (151 y 152)
Las capitulaciones (70)
Los adelantos (71) Capítulo V .......................................................................... 145
Los virreyes ( 72 a 74)
Los gobemadores (75 y 76) El Río de la Plata durante los siglos XVI y XVII (153 a 164)
Los corregidores y alcaldes mayores (77) El sentido colonizador y la organización poütica (153 a 159)
Otros funcionarios (78) La organización judicial (160 y 161)
El control de los funcionarios llldia.nos (79 a 84) El desarrollo comercial (162 a 164)
Los cabildos y el gobiemo de las ciudades (85 y 92)
Capítulo VI ........ ......... ........................ ............................ 155
Capítulo ill ......................................................................... 99
El despotismo ilustrado. Sus manifestaciones en lo político, religioso,
El derecho indiano (93 a 103) económico y social (165 a 178)
La orga.ttiza.cióu judicial ( 104 a 121) El libre comercio (179 a 188)
Jueces capitulares (106)
Jueces reales ( 107) Capítulo Vil .................................................................... 171
Jueces eclesiásticos (111)
Las audiencias (112 a 115) El Río de la Plata durante el siglo XVIII (189 a 236)
Los fiScales (116) Creación del virreinato (191 a 193)
Jueces mercantiles (117) La audiencia y la organización judicial (194 a 197)
El protomedicato (118) El régimen de las llttendcncias (198 a 205)
El fuero wt.iversitario (119) El consulado de Buenos Aires (206)
El fuero minero (120) Situación económica (207 a 221)
Letrados y abogados (121) Las nuevas ideas económicas (222 a 228)
La apertura del puerto de Buenos Aires (229 a 236)
Capítulo IV ........................................................................ 119
Capítulo VIll ..................................................................... 199
La política económica de las Indias bajo los Austrias. El mercantilismo
(122a 145) La sociedad estamental en Ittdias (237)
La agricultura (126) Los blancos: españoles y criollos (238 y 239)
La ganadería 8127 a 130) La condición de los indios (240 a 255)
MANUAL DE HisTORIA DE LAS lNST!TUCfONHS ARGENTINAS

Las encomiendas (247 a 252) Capítulo XII ...................................................................... 273


Reducciones y pueblos indígenas. (253 y 254)
Las misiones jestúticas (255) La crisis del régimen indiano (343 a 360)
E1 mestizaje (256 a 259) La conducción gubernativa (344y 345) .
La esclavitud: la trata de negros (260 a 268) Tensiones, ideas e intentos de independencia (346 a 352)
La familia (269 a 275) Los acontecimientos desencadenantes ( 353 a 360)
Los extranjeros (276 y 277)
Los derechos personales (278) Segunda parte
lA ÉPOCA PATRIA
Capítulo IX .. ................................................................. 229

La Iglesia (279 a 289) Capítulo XIII ...................................................................... 291


La organización eclesiástica (279 a 284)
Lt predicación religiosa (285 y 286) La Revolución de Mayo: fundamentos políticos y jurídicos ( 361 a 383)
La influencia social del clero (287 a 289) Las corrientes ideológicas influyentes (372 y 383)
E1 Real PatroThtto (290 a 296) El ejercicio del gobierno propio (374 a 383)
Hada la declaración de la Independencia (384 a 390)
Capítulo X ........................................................................ 241 El carácter continental de la lucha por la emancipación (391 ·a 395)

La enseñanza (297 a 300) Capítulo XIV ...................................................................... 317


Las universidades (301 a 308)
La Universidad de Córdoba (305 y 306) El constitucionalismo (396 a 404)
La U.úversidad de Charcas (307 y 308) Los derechos y deberes de las personas (405 a 414)
La enseñanza del derecho (309 a 313)
La medicina y el protomedicato (314 a 317) Capítulo XV ................. .............................................. ····· 331
La imprenta (318 y 319)
Los libros e impresos (320 a 325) La forma de gobiemo (415 a 439)
E1 periodismo (326 a 329) E1 Poder Legislativo (418)
ElPoderEjecutivo(419a424) . . . .
Capítulo XI ....................... ............................................... 261 La correlación de las funciones leg¡slanvas y qecunvas (425)
Requisitos para ocupar la función pública (426)
La organización militar durante la conquista y la colon.izadón (330 a 342) Los secretarios de Estado (427)
La hueste (330 a 333) Órganos consultivos (428) . .
El ejército defensivo 8334 a 338) La organización judiciaL Orígenes del Poder. Judt~ial (~2~ a 437)
La autoridad militar (39) Las residencias y la responsabilidad de losfiulCtonanos publicas (438)
Las fuerzas militares del Río de la Plata (340 a 342) Intentos monárquicos (439)

17
l6
MANtiAL DE HISTORIA DI! LAS INSTITUCIONES AR.GENl"INJI.S

Capítulo XVI ..................................................................... 349 Capítulo XX ....................................................................... 415

Ll forma de Estado: federalismo y wtitarismo (440 a 448) La econonúa (541 a 578)


Las causas del federalismo ( 443 a 448) Librecambio y proteccionismo (1810-1829) (541 a 546)
Ll organización territorial 8449 a 452) La ley de aduana de 1835 (547 a 551)
El régimen de las 11.utononúas provinciales (453 a 471) El movimiento comercial8552)
El Poder Legislativo (457) La ganadería (553 a 562)
El Poder Ejecutivo (458) El saladero (563 a 566)
Ll organiución judicial (459 a 465) La agricultura (567 a 573)
Carácter y aplicación de los ensayos constitucionales (566 y 467) Las indu<triru; (574y 575)
El caudillo (468 y 469) La minería (576 a 578)
Las faculrndes extraordiuanas y la suma dd poder públiro (470 y 471) La tierra pública (579 a 590)

Capítulo XVII ...................................................................... 371 Capítulo XXI ...................................................................... 441


Los pactos interprovinciales (472 y473) Las finanzas (591 a 615)
El p11.cto federal de 1831 y las tentativas constitucionales (474 a 480) La política fmanciera nacional (1810-1820) (591 a 595)
El encargo de hts relaciones exteriores. El jefe supremo de la Confedera- La política fmandera provincial (1820-1852) 5961l 601)
ción Argentina (481 a 488) La moneda (602 a 605)
La generación de 1837 (489 11. 494) Los bancos (606 a 615)

Capítulo XVIII ................................................................ 387 Capítulo XXI .................................................................. 457


Las segregaciones territoriales (495 a 500) Las reformas sociales de la RevolUClón (616 a 628)
Ll política exterior (501 a 506) Los espaítoles peninsulaces (617 a 620)
El reconocimiento de la independencia ( 501) La esclavitud ( 621 a 623)
La guerra con el Brasil: causas y consecuencias (507 a 510) Los indígenas (624)
Conflictos durante d período 1835-1852 ( 511 a 519) Los extranjeros ( 625)
Bolivia (512) La familia (626)
Paraguay (513) La abolición de títulO-<i (627 y 628)
Las Islas Malvi1laS (514)
Ll Banda Oriental y la intervención anglo-francesa (515 a 518) Capítulo XXIII .................................................................. 465
Chile (519)
La enseñanza elerrental (629 a 633)
Capítulo XIX ..................................................................... 403 Fw1dación de ht Universidad de Buenos Aires (634 a 641)
La enseñanza dd derecho ( 642 a 645)
La representación política (520 a 532) La libertad de imprenta (646 a 654)
El ciudadano (522 a 525) La circulación de libros ( 653)
Carácter de la representación (526 a 529) La Biblioteca Pública de Buenos Aires (654)
El acto electoral ( 530 a 532) El periodismo (655 y 656)
El derecho patrio precodificado (533 a 540)
MANUAL Dll H!STOlUA DB LM INSTITUCIONES ARGENTINAS

Capítulo XXIV .............................................................. 479 Capítulo XXVIli .............................................................. 533

La Iglesia ante la emancipación americana (657 a 665) El sistema político constitucional (722 a 752)
En el Río de la Plata (658 a 661) Los derechos y deberes de las personas en la Constintción Nacional
La posición de la Santa Sede (662 a 665) (n7 y 735)
Origen del Patronato Nacional ( 666 a 670) El Poder Legislativo Nacional (736 a 740)
La reforma eclesiástica (671 y 672) El Poder Ejecutivo Nacional ( 741 a 744)
El Poder Judicial Nacional (745 a 747)
La Corte Suprema de justicia (748 y 749)
Capítulo XXV .. ........................................................... 49! Los gobiernos de las provincias (750 a 752)
La práctica constitucional (753 a 765)
El ejército patrio (673 a 685) Las intervenciones federales (763 a 765)
Las tropas veteranas (675 y676)
Las milicias (677 a 680)
Las armas y elementos bélicos (681 a 683)
Capítulo XXIX ................................................................. 555
La marina de guerra (684) Las tendencias políticas predominantes (766 a 784)
El ma.ndO de las armas (685) El testamento político de Mitre (766 a 768)
La política de conciliación (769)
'Thrcera parte La época de Roca (770 a 772)
lA ÉPOCA CONSTITUCIONAL La revolución de 1890 (773 y 774)
La política del Acuerdo (775 y 776)
La segunda presidencia de Roca (777 y 778)
Capítulo XXVI ................................................................... 503 La termllución del predomllúo roquista (779 y 780)
El radicalismo en el poder (781 a 783)
La organización constitucional ( 686 a 704) La revolución de 1930 (784)
El Acuerdo de San Nicolás (690 a 692)
La Constitución Naci01ul de 1853 (693 y 694) Capítulo XXX .................................................................... 573
La formación del Estado de Buenos Aires (695)
El conflicto entre la Confederación y Buenos Aires ( 696 a 698) La sanción de los códigos tucionales (785 a 791)
La reforma de 1860 (699) La cuestión capital (792 a 799)
La unión definitiva (700 a 704) Los territorios nacionales (800 a 802)
El sistema electoral (803 a 818)
Capítulo XXVll ............................................................. 519 Régimen anterior a 1912 (804 a 814)
La ley Sáenz Peíu (815 a 818)
Aspectos económico~fma.ncieros de la organización constintcional (705
a ni) Capítulo XXXI ...... .............. .................. ......... ........ ..... 591
La libre navegación de los ríos ( 706 a 708)
Factores económicos en la separación de Buenos Aires (709) La política exterior (819 a 830)
Las finanzas de la Confederación (810 a 716) La guerra con el Paraguay (820 a 822)
Los bancos de la Confederación ( 717 y 718) Las cuestiones limítrofes (823 a 828)
Las fmanzas del Estado de Buenos Aires (719 a 721) Relaciones con las naciones europeas (829 a 833)
La política continental (834 a 836)

21
20
MANUAL DB HISTORIA DB LAS lNSTITUCIONBS Alt.GBNTINAS

Capítulo XXXII ................................................................ 601 La organización eclesiástica (948 a 950)


La acción política y social del catolicismo (951 a 953)
La conquista del desierto (837 a 848)
I.a Patagonia (388 a 845) Capítulo XXXVI ............................................................... 671
El Chaco (846 a 848)
Inmigración y coloniución (849 a 859) El ejército nacional (954 a 961)
La ley de 1876 (853 a 856) La marina de guerra (962 a 964)
El desarrollo ferroviario (860 a 863) La aviación militar y naval (965 y 966)

Capítulo XXXIIII ............................................................ 619 Cuarta Parte


El desarrollo económico (864 a 881)
LAS INSTITUCIONES ENTRE 1930 Y 1983
La ganadería (864 a 869)
Los frigoríficos (870 a 874)
La agricultura (875 a 877) Capítulo XXXVII ............................................................ 683
El comercio de exportación (878)
La minería (879) Las teudencias políticas predominantes (967 a 982)
Las industrias (880 y 881) Entre gobientos civiles y militares. Los presidentes de la
Las fmanzas (882 a 898) Concordancia (967 a 969)
La monedll (889 a 891) La Revolución de 1943 y las presidencias de Perón (970 y 971)
Los bancos (892 a 898) La Revolución Libertadora (972)
La cuestión obrera (899 a 907) La presidencia de Frondizí (973 y 974)
La presidencia de Tilia (975)
Capítulo XXXIV ............................................................. 643 La Revolución Argentina (976 y 977)
La enseflanza elemental y media (908 a 914) El retorno de Perón y su tercera presidencia (978 y 979)
Los estudios tuúversítarios (915 a 925) El Proceso de Reorganización Nacional (980 a 982)
La ley Avellaneda (919)
Ftmdación de la Universidad de La Plata (920 a 922) Capítulo XXXVIII ......................................................... 713
Annx:edentes de la creación de la Universidad Nacional del Litnral (923)
La Universidad Nacional de Thcumán (924) El fi.mcionam.iento del sistema político (983 a 10ll)
La reforma de 1918 (925) La vigencia de la Constitución de 1853 y sus reformas (983 a 989)
La enseúanza del derecho (926 a 929) Los poderes ejecutivo y legtslativo: su funcionamiento (990 a 992)
Las acadenuas nacionale') (930) El poder judicial (993 y 994)
El periodismo (931 a 934) La Corte Suprema de Justicia (995 a 997)
La legislación nacional (998 a 1001)
Capítulo XXXV ................................................................. 661 Los gobiernos provinciales ( 1002 a 1006)
El constitucionalismo provincial (1007)
La Igles.a y el Estado (935 a 950) Los territorios nacionales y su conversión etl provincias (1008 a 1010)
La libertad de culta') (937) El régimen mtuticipal (10ll)
El Patronato Nacional (938 a-942)
Relaciones con la Santa Sede (943 y 944)
El matrimonio civil (945 a 947)
MANUAL DI! HlSTORIA Dll LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS

Capítulo XXXIX .............................................................. 743 Capítulo XLIV .................................................................. 825


Las Fuerzas Armadas: Ejército, Marina y Aeronáutica (1083 a 1094)
Lineamientos de la economía y las fmanzas en sus marcos instituciona- El desarrollo científico e industrial (1089)
les (1013 a 1029) La seguridad continenml y la lucha contra la subversión (1090 a 1094)
La producción agraria (1020 a 1023) Las Fuerzas de Seguridad (1095 a 1097)
La industria (1024 y 1025) La Prefecurra Naval Argentina (1095)
La modernización del transporte: vías férreas y carreteras; lúreas La Gendarmería Nacional (1096)
fluviales, marítimas y aéreas (1026 a 1029) La Policía Federal Argentina (1097)

Capítulo XL ...................................................................... 765

Población, inmigración y estructura social (1030 a 1033)


El mundo del trabajo (1034 a 1040)
Legislación laboral (1034 a 1037)
Organización sindical (1038 a 1040)

Capítulo XLI .......... ................... .......... ....................... .... 777

La política exterior (1041 a 1051)


Europa y los Estados Unidos (1041 y 1042)
La Segunda guerra mtmdial y el nuevo orden internacional
(1043 a 1045)
Diplomacia, política y comercio en la posguerra (1046 y 1047)
Las relaciones con Iberoarnérica (1048 y 1049)
Las Malvinas: negociación diplomática y conflicto bélico (1050 y 1051)

Capítulo XLII .................................................................. 793


La enseñanza elemental y media (1052 a 1057)
Los estudios universitarios (1058 a 1064)
La erueÍlanza del Derecho (1068 y 1069)
Las academias nacionales (1065)
La investigación científica (1066 y 1067)
El periodismo: prensa gráfica, radio y televisión (1068 a 1072)

Capítulo XLID ................................................................ 815

La Iglesia y la cultura católica (1073)


El Concilio Vaticano II y la renovación religiosa (1074 y 1075)
La relación con el Estado. El Acuerdo de 1966 sobre Patronato (1076 a
1081)
La organización eclesiástica (1082)
25
Introducción

Concepto de la historia (I)


l. La primera tarea consistirá en aclarar los vocablos que sirven para
denominar nuestra disciplina. Como ocurre con otros vocablos de las
ciencias sociales, el significado de la voz "historia" ha sido atentamente
estudiado a través del tiempo, y las conclusiones que pueden extraerse
al respecto no son concordantes en cuanto a su objeto.
Si observamos a un científico trabajando en su laboratorio, advertire·
mos que realiza sus estudios sobre la base de experimentos efectuados
con objetos físico,s accesibles. Trabaja en el presente, y personalmente
puede seguir el desarrollo del experimento en todas sus fases. Si no ha
captado con precisión algún aspecto del proceso, puede repetirlo cuan-
tas veces quiera y dar luego sus conclusiones. Ese estudioso se encuen-
tra ante lUl objeto real, que existe, y le es permitido presenciar el desa-
rrollo del experimento o hecho físico hasta que su reiteración pueda
dar lugar a la formulación de w1a ley fisica.
Con la historia no ocurre lo mismo. Se ocupa, sí, de objetos reales, pero
inexistentes, y pretende llegar a conocer cada objeto tal cual existió, no
tal cual pudo ser o tal cual debió ser.
El objeto sobre el cual versa la historia es un hecho pasado e írreversi·
ble, ha estado en el tiempo y en el espacio, pero ahora no existe, no
actúa.
En la historia no se da la lógica de la misma manera que en los fenóme-
nos fistcos. Ello se debe especialmente a que el agente promotor del
hecho histórico es la voluntad humana, la que no responde de igual

(1) MA&c BLOCH, Imrcduccúfn a la hi.rtoria, MéxicO+Buenos Ail-e.~, 195Z; JoaGE Lms ~-.;;y
M-romo J. PtaEz .1\MucHi\sn:c;m, Del epos a la hi.mJria címtljíca, Una Písúin de la bístcrí<!gmfta a
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21,1972.
(la) I'lrru. Bmn: (ed-), FiJrm;M de hacer histuría, Madrid, 1993; Eowuo H. Cux, ¿Qjoi es la
Hísturia?, Barcelona, 1993; FI.DU.IcO SuAu:z, La HísWría y el mitodo de ím>estígMWn hi.rtórica,
Madrid, 1987,
MANUAL Dll HJSTOIUA Dll LAS INSTITUCIONES ARGIINTINAS ÜONCBPTO DB LA HISTOIUA

manera ante dos incitaciones idénticas. La voluntad del hombre se halla La expresión "re-creación intelectual" es rica Cl'l contetlido. Ella, por sí,
en permanente luch~ para J:11tXlificar la nantraleza, y tampoco puede defme el alcance de la historia. Seíl.aia su objetivo y coloca los límites
este aspecto correlactoturse con los hechos fisicos. nantrales a su dom.Ulio. Todo debe reducirse a tma re-creación intelec-
tual. El hecho haocmridoun.a vez, sólo una. Ha sido captado de alguna
2. ~la ~regunta <qué es la historia?, podemos responder utilizando las manera por otro u otros hombres, trasmitiéndose a la posterioridad
exphcaClones que ha dado el historiador francés HENRI IRENE MARRou: bajo la forma de testimonio. Gracias a ello, el historiador advierte el
la historia es el conocimiento del pasado humano. Un conocimiento válido, hecho y sobre la base de esas huellas procede a la re-recreación intelec-
ver:J~dero, opuesto a lo qu: podría haber sido, al resultado de la imagi- tual del mismo. Hay; naturalmente, una gran diferencia et1tre la recrea·
~taaon, de la novela, del nuto, de las leyendas pedagógicas, de aquellas ción intelectual y el hecho real. Aquélla depende exclusivamente de la
aleluyas" de la .escuela primaria, conocimiento que será culminación existCllCia de testimonios, pues en caso de no existir o no conocerse
de un esfi.terzo nguroso y sistemático por hallar la verdad de lo sucedi- éstos, el hecho no puede ser conocido. Además, conviene señalar que ~
do. Al hablar de pasado humano entendemos por tal todas las acciones intervenir en esta re-creación la mente del historiador, los hechos analt·
los pensamientos, los sentimie11tOs y las obras (materiales y espiritua: zados reciben it1evitablemente un impacto subjetivo, ya sea por los ele-
les) del hombre o de los hombres de ayet; susceptibles de comprensión mentos utilizados en la operación intelectual o por el enfoque que el
por el hombre de hoy, que es el hi'ltoriador. estudioso tiene interés et'l dar a los mismos.
El pasado, que por obra del historiador vuelve a la vida en su concien- Al decir que la historia tiene por objeto el pasado humano, no se qui~re
cia, se convierte en alguno distinto -continúa MARRou- de lo que fue significar que ha de acumularse desordenadamente todo lo que ha dqa-
en realida~. pues por lo pronto no se lo conoce como presente (tal do de ser preset1te. Esto será el pasado, pero la historia tiene que supe-
como lo VlVteron los hombres del pasado), sino como pretérito, como rar una visión tan simple. En efecto, la historia, como ciencia, aspira a
algo que fi.te y no que es. Por otra parte, el historiador tiene una visión dar una siste!Thltización de sus conocimientos que impida que la marea
mucho más amplia de esos hechos investigados, conoce sus anteceden- de los hechos -cada día más complejos y más numerosos- termine por
tes (tal vez mejor que quie11 vivió el pasado de que se trata) y sus conse- anonadarla. Es así como ese pasado humano debe etlrel1derse no e11 su
cuencias., es decir, sabe qué pasó después, cosa que el hombre de ayer, el totalidad, que dificilmet1te pueda ser abarcada, sit10 et1 sus parcialidades
hombre del pasado, nunca pudo sabe~: También el historiador que co- y en su estructura. .
nOCe, que comprende el pasado, vuelca en ese conocimiet1to todo el Debe acentuarse también esa idea de pasado humano Cll el senttdo de
ba~je de otros COnocimientos, impresiones y e~rie11Cias que no sólo que la historia es una disciplina netame11te retrospectiva, que necesita
~' suro todos los hombres que han sucedido a aquel que vivió en tm una cierta distancia temporal para apreciar los hechos. Esta manera de
ttempo y lugar determinados, le han trasmitido. ver es distinta para el historiador, que .ul.aliza el pasado, que para el
Por eso la hlstoria está inseparablemente unida al historiador. "Para que espectador, que contempla el mundo en que vive. Mienn:as aquél _puede,
p~amos conocer un sector del pasado, no sólo es preciso que queden en cierta med~ desprenderse de las ataduras de todo ttpo que hgan al
de él docume11tos significativos, sino también que haya un historiador hombre a "su mundo" e11 cambio, esa misma disposición espirintal no
capaz de~ con ellos y, sobre todo, de comprenderlos", pues para co- se le presetlta a quien 'pretende juzgar su época con criterio hist?rico.
nocer el ot;eto de sus estudios el historiador "debe poseer en su cultura Esta diferencia de e1úoque puede asimilarse al caso de quien aprena tuu
personal y en la ~~cntr~ misma de su espíritu las afulidades psicológi- obra de arte desde una distancia recomendable y quiet'llo hace, et1 c.un-
c~ que le per~tan rmagmarse, volver a set1tir y comprender los senti- bio, sobre la ~' advirtiendo los trazos del pincel, pero anulando la
nuentos, 1as tdeas, la conducta de los hombres del pasado que vaya visión artística de la obra. AsimiSmo, este pretérito debe ser humano, es
rastreando e11los docume11tos". decir, debido a la acción del hOmbre. A la historia sólo le interesan los
Entre nosotros, CASSANI y 'l>t.REZ AMuCHAsTEGUI han elaborado tma hechos del hombre; le son indiferentes los fe11Ómenos de la naturaleza. Thn
defmición que es convetlie11te conocer. Para estos autores la historia es sólo se ocupa de éstos cuando de alguna mar:tera han modificado, impulsa-
la re-creación intelectual del pasado humano mediante la búsqueda de los do, detenido o de aulquier forma motivado una acción humana. .
hechos, realizada wbre la base de testimonios y la exposición congruente Para que se pueda alcanzar el conocimiet1to histór~co debemos. tr tm
de sus resultados. poco más allá. Se trata de tU1a larga y fatigosa pesqmsa, que reqmere la

"
MANUAL DB .HISTORIA DB LAS INSTlTUCtONBS AII.GIINTINAS ÜONCEPTO DE LA lUSTOlUA

aplicación de un método apropiado (§§ 10-14), a fin de llegar a un La historia, en primer lugar, satisface la necesidad del hombre que de·
resultado satisfactorio. sea conocer el pasado de su especie y explicar el origen del tiempo en
Los elementos de que se vale el historiador para conocer el pasado hu- que VlVe.
mano y que constituyen el fin de su pesquisa reciben el nombre de Como bien ha dicho MARRou, la función de la historia es s1.11ninistrar a
testimonios, y son ellos propiamente los residuos o huellas que ha dejado la co!lCiencia del hombre de hoy una abundatu:ia de materiales sobre los
el hombre en su paso por la Tierra. Este trabajo exige una información cuales ejercer su juicio y su volw1tad, "su fecundidad reside en esta ex-
previa, wta búsqueda ordenada, una €c;>rrelación de los testimonios, con tensión prácticamente indefmida que ella realiza de nuestra experiencia,
la consiguiente crítica y valoración. de nuestto conocimiento del hombre. Es ésta su grandeza, su utilidad"
Una vex superada esta etapa, el conocimiento adquirido debe ser ex- También la historia apoya a las ciencias sociales en el estudio de los
puesto o presentado en forma adecuada e inteligible a los demás, y no fenómenos sociales. Mientras éstas analizan el hecho en w1 momento
debe limitarse a \Ula enunciación de los testimonios hallados, sino que dado del presente, la historia los estudia en su dinámica a través del
cabe al historiador referir y explicar ese pasado, señalando el encadena- tiempo. A través de la historia es posible advertir cómo se producen las
miento de los sucesos. trat1Sfonnaciones sociales, cómo se suceden las instituciones y cuáles
Para esta dificil tarea -que algunos limitan a wta cronología de los he· han sido los ststemas de derecho vigentes. De alú la necesidad del juris-
chos y ottos extienden hasta convertir al historiador en un juez supre- ta de recurrir a la historia. Como el derecho no es U11 conjunto de nor-
mo- es necesario que el historiador disponga de elemeutos que permi- mas abstractas dictadas por el legislador, sino que, en mayor o menor
tan valorar o interpretar esos testimonios. medida, es una resultante de diversos factores sociales, políticos, econÓ·
micos, geográficos, raciales y religiosos, tanto el jurista como el legisla-
3. El historiador debe adquirir y aplicar un criterio histórico, es decir, dor deben frecuentemente recurrir al conocimiento de esos factores,
la facultad de interpretar los hechos con la unidad de medida apropiada, que tienen su raíz histórica, para dictar el derecho positivo.
y de.'>pojarse al mismo tiempo de todos los prejuicios que puedan_ ose u· La historia cot1Stituye asimismo Ull instrumento cultural en varios sentí~
recer su libre reflexión e interpretación. Los hechos deben ser analiza- dos. Es un instnunento de solidaridad que ayuda a comprender y valo-
dos a la luz del "'ambiente histórico" en que ocurrieron, evitando el tan rar la existencia de otras sociedades; a apreciar la rapidez con que trans-
común trastrocamiento de hechos, ambientes e ideas. Es así frecuente curre la vida de las naciones. Es w1 it1Strumento de preparación intelec-
que rcgúnenes políticos, sistemas económicos o ideologías influyentes tual, en cuanto el conocimiento y la práctica del método histórico son
en determinada época sean attalizados, censurados o elogiados a la luz aplicables a otras disciplinas sociales. Es, en fm, \Ul instrumento de
de principios ajenos a ese tiempo histórico, con lo que se incurre en una educación moral, al ofrecer ejemplos de hombres dignos, humanos, y
lamentable confusión de dimensión temporal. con defectos y virtudes semejantes a los que viven en el presente.
Debe cuidar el historiador otra dimensión: la espacial. Resulta siempre También se ha sostenido que la historia contribuye a la formación del
pobre toda mterpreración local, regional o nacional de los hechos histó- vínculo de la nacionalidad. Creemos, sit1 embargo, que, sit1 dejar de
ricos. El ámbito histórico-espacial debe ser cautelosamente estudiado reconocer la influencia producida en este campo, ese servicio no es pro·
para advertir su verdadero alcance. En nuestra historia, a partir del siglo piamente conveniente para el de.'iarrollo de la historiografia, pues se
XV, ese ámbito debe extenderse a la llamada sociedad occidental, pues si corre el riesgo de defonnar la imagen histórica, en beneficio del senti-
se estrechan en demasía los límites, el hecho histórico puede llegar a ser miento local, perdiendo el historiador su juicio histórico, o encontrát1·
itw1teligible. dose en la desagradable disyuntiva de optar por su nación o por su
vocación historicista.
4. Nos encontramos, pues, frente a una discipllita árida, de compleja
búsqueda, de it1ciertos resultados, pero de apasionantes perspectivas. 5. La historia, durante muchos años, limitó vol\Ultariamente su estudio
Llega el momento de pregunt-arse: (para qué sirve la historiar, (qué a los aspectos políticos o guerreros del pasado. Era la historia tradicio·
utilidad presta a los hombres? A la segunda it1terrogación le debernos nalmentellamadagenera/, que se ocupaba de los "gratl.des acontecimientos
quitar desde U11 principio el sentido de beneficio material que parece históricos": batallas, negociaciones diplomáticas, ciertos hecho.'> salien-
it1dícar en nuestro tiempo el tan usado vocablo "utilidad". tes de la política it1terior donde se destacaba la intervención de tal o cual
MANUAL DE HtSTORlA DE U.S INSTITUCIONES ARGENTINAS LAs INSTITUCIONES
personaje, los matrimonios y las muertes de esos mismos personajes y concepto clave, que debe estudiarse cuidadosame11te.
alguna que otra .referencia a grandes catástrofes, pestes o plagas. El estudio de la historia a través del lente de las instituciones constituye
Una ~~ que ~ ~storiador ad~ó que, además de los actos guerreros un moderno y fecundo instrumento de trabajo, que ha sido y es utiliza-
~ po~ttcos, cxtstian otros, de dtstmta naturaleza, pero de igual o supe- do por la historiograf'ta desde hace más de medio siglo.
nor rmportancia, parcializó los estudios para poder comprender cabal- El hombre, a través de su existencia, construye, "hace su vida". Esen-
mente la vida del hombre en d pasado. cialmente, esa vida se traduce en convivencia. De esta convivencia, de
De esta manera, alejado definitivame-.ntc de la mera reconstrucción de esa obra del hombre, queda "algo", a la manera de una decantación
guerras y vicisitudes políticas, el historiador moderno descubrió tUl estabilizada que, siendo creación de él, ya no le pertenece y escapa casi
amplio y desconocido campo de acción, hallando respuesta adecuada a sus posibilidades de control. En forma provisional, llamaremos insti-
en él a múltiples .interrogantes que nna estrecha visión de la historia tución ese conjunto o sistema coherct1te de actos o acciones humanas.
sujeta al individuo, al hecho aislado -generalmente guerrero o polític~ Así, cada individuo, al "hacer su vida", se nutre en gran parte de ~iertos
vcrúa ofreciéndole. elementos que la vida social pone a su disposición. Ese aporte soctal a la
Es que como bien ha sostenido MARRou, "para el historiador moderno vida del individuo no se le presenta de una manera optativa, pues debe
el hombre no es sólo Wl animal político"; por ello, porque es preciso servirse del mismo imperativamente. Ese aporte -que es lo lllStitudo-
atender toda su inmensa complejidad, el historiador se ha visto enfren- nal- ejerce una ll1cuestionable presión sobre el individuo y, más aún,
tado al a~sionante y acuciante problema de analizarlo en sus institu- establece pautas de comportamiento, lo atrapa en sus redes y lo ~~e
ciones, en sus ideas, en sus acciones, en sus esfuerzos, en su vida fami- a que se sirva del mismo. Naruralmente, empleamos el vocablo tnstttu-
liar, social, política, económica, religiosa, jurídica, etc. La respuesta ción como género, pues el individuo puede, hasta cierto ptmto, rechazar
adecuada consistió ct1la aparición de las historias especiales, que sin des- o repudiar determinado tipo o clase de institución. Lo que no puede
e.t_Itenderse de _todos y cada ru~ de aquellos aspectos, vinieron a profilll- hacer es repudiar ese conjunto de instituciones, que cotlStinryen el es-
dtzar el estudto de uno o vanos de ellos, para concurrir luego con su queleto sobre el que existe la vida sociaL
resultado al enriquecimiento de la historia de la civilización, de la histo- Las instituciones forman, por tanto, lUla compleja red, que abarca los
ria d~,hombre en socied:m. Pero estas historias especiales contribuyen más diversos aspectos de la vida del hombre. Cada lUla de ellas repre-
tambten, y en gran medtda, a nuestro juicio, a auxiliar a la disciplina senta sólo sendos ordenamict1tos parciales, pues si bien hay algtulas
que e~ el p~esente ~ocupa de aquel aspecto de la vida del hombre que más importantes que otras, ninguna -en su finalidad específica- se ago·
cada histona especial ha estudiado en el pasado. Nadie dudará del exce- ta a sí misma. ni aspira a constituir una totalidad.
lente e imprescll1dible aporte que la historia del derecho o la historia Nll1gutla institución pretende abarcar la integridad del ser humano._ A~
económica, por ejemplo, brindan al estudioso de la ciencia del derecho aquellas de carácter espiritual-como la Iglesia- se valen de otra~ ulStl-
o de la ecOnomía. tuciones para el cumplimiento de sus fllles sob.renarurales. Es decrr que,
al margen de una escala de valores, la parcialidad y no la totalidad carac-
teriza la institución.
Las instituciones (2>
7. Pero no basta con lo dicho para escl.rrecer el concepto. Cuando ha-
6. El vocablo "institución", en sus múltiples acepciones corrientes se blamos de lllStituciones en ru1 tiempo y lugar dados, estamos tratando
ha convertido et1 una expresión equívoca. Se trata, sin embargo, de' tm . de algo que tiene actualidad espacio-temporal, que ejerce de alguna
nunera mta influencia irresistible' sobre esa sociedad. Es decir que las
(~2 AlFoNSO G~ciA-GALLO, Problema> metO/{()/ógicQS de la hisraria del derecho indiano, R.I.H.D.,
ll1Stituciones constituyen m1 sistema de vigencias.
N 18, 1967; VlCTOR TAu ANzoATEmrr, El t(Jtltepto hirtórito de las instituciones; R.H.A.A., Nros. Pero si analizamos en particular esas lllStituciones vigentes, veremos
7 y 8, 1962-1963; V. TAU A."'ZOÁTEGtn, Institlltif»ur indianas y daecho ffldiano Pauta> pa.rn la que cada nna tiene un conjm1to de fuerzas en estado de tctlSión, las ~ue,
enseñanza de la historia del derecho indiano, R. Ch.H.D., N" 6, 1970. '
presionando la vida hUI11a1la, tienden a. toni~carlas con sus P_0~~1Ctas e
{2a) PAOLO G1l.os51, Stariam:úú e dÍ'Inm!iOnegiuridit:4 en d volumen a su cargo, que lleva d .mismo
titulo, Milano, 1986;_ANl'Ol-.'10 M. ~.Cultura~ europea.,Sfntcris de un milmio, Madrid,
incitan al hombre a buscar en ellas el libre Juego de sus postbilidades,
2002, Cap. 1 a 3; Vrcroa T Al.l ANzoATEmrr, EJ historiadw ante el Derecho, Buenos Aires, 2003. promovictldo así el desarrollo social. Para que tma institución pueda ser

32 33
MANUAL DE H!STORlA DE LAS lNSTlTUCIONllS ARGENTINAS LAs INSTITUCIONES

considerada vigente es preciso que haya alcanzado una cohesión S~* desempeña en este caso posiblemente tUl papel más activo, la valoración
dente, que ésta sea sólida y autónoma. Es decir que no sólo su arflll?O ha obrado en muchos casos de tal manera que la institución ha perdido
sea efectivo en la sociedad, sino que pueda ser perfectamente díferenaa· fuerza, atUlque por un tiempo más ha continuado su uso social.
da de las otras instituciones, Sin embargo, y dada la compleja interrela* La regulación juridica desempeña un ¡xtpel distinto en este proceso. Como
ción de los actos humat10S, no deberá buscarse a las instituciones ftu1* se encuen_tra al servicio de la sociedad y de sus principios, se limita a
donalmente aisladas, sino que ello servirá exclusivamente como méto- reglar la existencia de las Utstituciones nacidas para responder a las ne~
do de estudio. . . , cesidades sociales. Con todo, desempefta tUlll fi.mción irreemplazable y
Debemos buscar ahora los elementos que nos permttan determmar cuan* sin la cual la Ü1Stituaón no podrá existir,
do existe una institución, y ello nos llevará a conocer los ftuldamentos o Conviene aclarar que nos estamos refiriendo al derecho positivo, pues,
pilares sobre los cuales se asienta cada~~· ~~ vigeucia ~e~~ institu- desde luego, lo dicho no es aplicable al llamado derecho u orden natu~
ción depende, en primer lugar, de su u~cton por los ~diVld~ que ral, en cuyos preceptos la institución encuentra sus límites infranquea-
integran detenninada sociedad. Es decrr que el uso socw.l C01tstttuye bles.
uno de los fwldamentos de la institución. El etúoque del jurista corre el riesgo de deformarse curu.ldo ve sólo la
El uso wcial -situación o elemento fáctico- trae aparejado una serie de institución en función del derecho o de la norma jurídica, y no 'advierte
normas Valorativas y reguladoras, cuyo estudio corresponde al campo que ésta se halla subordinada a aquélla en el sentido indicado y que
de la moral y del derecho. No mteresa aquí averiguar ni pun~alizar p~i* forma parte de un engra1uje, por lo que su existencia se halla injertada
núcias. La moral debe interpretarse en este caso eu tUl sentido amplio, en la ll1Stitución que regula.
sin encasillarla en wu moral religiosa ni dejarla al arbitrio del individuo. La ll1Stitución tiene un sentido de permanencia en contraposición, por
Simplemente, lo que puede denominarse moral*media de una sociedad. ejemplo, al dinamismo vital de la generación, cuyo sentido es justamen-
De ahí que, según GARCÍA*GAr.w, la institudót~ se integra con.~ ele- te el de cambio. Ello no quiere decir que aquélla no experimente tam*
mentos: la situación, o hecho social, la valoración y la rcgulacwn. Son bién el proceso de su crisis y transformación, aunque d mismo sea de
necesarios estos tres elementos para sostener que una determinada lllS- una duración temporal mucho mayor. Tampoco implica que el cambio,
tit:ución ha alca~,J.Zado cohesión, estabilidad, en fm, que se ha arraigado la traJ.1Sformación o la renovación no actúen sobre aspectos secundarios
en la sociedad. Cuando alguno de los elementos citados no apoya la e internos de la instituciÓ1.1, adecuándola a las necesidades de las distin*
subsistencia de la institución, es señal de que ésta ha entrado en crisis, tas sociedades.
vale decir que es proclive a traJ.tsfonnarse por necesaria adecuación a La existencia de las Utstituciones no puede medirse con la vida del
nuevos condicionamientos ambientales. hombre, ni siquiera con la vida de las naciones. Hay algunas que se
han conformado en remotos tiempos y que se hallan aún en pleno
8. Las instituciones no pueden ser presentadas ni analizadas en un ám* desarrollo.
bito histórico temporalmente limitado, como, en cambio, sí ,rueden La i.t1Stitucióu es creada, conservada y tral1Sformada por el hombre, y
etúocarse otros aspectos históricos, tales el ritmo de las generaaones o está exclusivamente a su servicio. Es decir que depende, en todo caso,
el desarrollo de cierta ideología. Las instituciones requieren un campo de la actividad humana y necesita su renovada adhesión. Todos los indi*
de observación, a veces tan vasto que escapa a la actual posibilidad de viduos que integra11la sociedad tienen una relación directa con las ll1S-
nuestro conocimiento histórico. tituciones, ya como agentes pasivos que prestan su adhesión o como
Con todo, puede afirmarse que la vigencia de una instituci¿n sólo dura agentes activos que actúan de ruta manera diversa sobre la vigencia de
una parte de su período de desarrollo. El resto de ese periodo se halla las mismas.
cubierto por la fuerza de la inercia. Cua.tldo tUla Ü1Stitución no responde satisfactoriamente a las necesida-
No es posible sentar principios generales sobre este aparente desarrollo des reales y actuales de tUl determ.itudo momento, cesa de ser útil como
y, menos aún, sobre el alcance de cada tmo de l~ tres. elementos enun~ tal, entra en crisis de acondicionamiento ambiental y es adecuada, par-
ciados- Pero puede adelantarse algo respecto de como Juegan en el desa- cial o totalmente, a las nuevas exigencias de la vida social.
rrollo institucional. Los que marcan rumbos son la situación y la v~ra.. De ahí que tal vez la expresión más adecuada para dar cuenta de esa
ción. Ellos son los que da11 vitalidad a la institución. Aunque el prunero actividad humana es la de generación, que da fuerza existencial a las
METoDOLOGíA HisTóRICA
MANUAL DB HISTORIA DI! LAS lNSTITUCIONllS J\RGI!NT!NAS

instituciones, que son, en última instancia, el producto resultante de esa do. Esto es evidente hasta en los actos puramente mecánicos de la vida
actividad generacional. (vestirse, alimentarse, estudiar, etc.). Estas formas ad?ptadas en ~ada
Una historia de las instituciones, de acuerdo a esta idea, debería mos~ oportunidad, aunque sean rutinarias, constituyen mttodos o canunos
trarse como menos formal y más dependiente del ro:xlo de operar de para llegar a la meta buscada.
los protagonistas que las crearon, moldearon y desenvolvieron; es decir, Cuando nos preparamos a realizar un trabajo de inv<;tigación en_ cual-
fueton actores decisivos de su esplendor y ocaso. En un enfoque reno- quier ciencia o disciplina, debemos a~ptar un, metod.o, un o~ena­
vador se hace necesario un mayor conocimiento del contexto social y miento, una serie ordenada de operaciones. As1, podemos decrr que
sobre todo de las redes políticas, intelectuales, familiares, etc., actuantes método "es la búsqueda de los medios adecuados para hacer con orden
en cada momento. una cosa". El método no es el mismo para todas las ciencias. La filoso-
f'Ia la matemática y la f'ISica, por ejemplo, tienen cada una método pro-
9. En síntesis, se puede entender por .instituci6n una ordenación parcial pi~. También lo tiene la historia, y el de ésta se aplica en buena medida
de la vida del hombre en sociedad, que ha /JegatW a un desarrollo sólido y al derecho y a las ciencias sociales.
autónomo a través de la actividad desplegada y la renovada adhesión de
muchasgeneraciones. 11. La investigación histórica se realiza a travé~ ~e tres e~pas:.la
Queda de esta manera explicado el concepto que servirá de pauta y de heurística, que corresponde a la búsqueda d~ ~totlctas o testl~mos
contenido a nuestro enfoque. La historia de las .instituciones constint- sobre los hechos humanos del pasado; la enteca, donde se analizan,
ye, pues, una necesaria introducción a la historia del derecho que, a co1úrontan y valoran esos testimonios, y el ordenamiento y la exposi-
diferencia de nuestra disciplina, agudiza su lente científico en el esntdio ción, que son la adecuada ordenación de esos materiales y la pre·
de uno de los elementos de la .institución (la regulaci6n jurídica), pero sentación de sus resultados.
siempre atendiemio al contexto social en donde actúan. Esta división es sólo de alcance didáctico, pues en la práctica no existen
Si bien el historiador de derecho y de las instituciones tiene su observa- distinciones tan categ6ricas en el proceso aludido y muy especialmente
torio autónomo e instrumental científico propio, le es preciso entablar en la crítica, que debe estar presente en todo el ~urso de la investigación
un fluido y continuo diálogo con los historiadores y otros estudiosos y significar tma actitud perr~anente en.el estudio~. , .
del mundo social. Como afirma PAOLO GRoss1, el Derecho es uno de Resulta dificil explicar, a qmenes son aJenos al ofiCio, como se elige un
los hilos que forma el tejido de una civilización, siendo preciso verificar tema de investigación. Se podría afirmar, tal vez, que el n:ma llega solo
su acción en cada sociedad y culnrra. a la mente del estudioso y que toda cuestión o planteanuento forzado
está destinado al fracaso. Estamos casi en lo que se llama la inspiración
artística, aunque en el investigador no se da con:o, P?r ejemplo, en el
Metodología histórica <3l poeta. Esa "inspiración" llega a la mente del histonador después de
prolijas investigaciones de otros remas, de lecturas, etc:, que le, ~vel.u1
10. Es conveniente que quienes se inician en estas disciplinas conozcan la posibilidad de dedicar sus futuras tareas a ~ deter~mna~o topiCo. !'-
veces el tema surge de las anotaciones de otra mvest1gac10~ y que, .sm
cómo trabajan los historiadores, cuáles son sus problemas y cuáles son
ser útiles para ésta, se revelan aptas para un nuevo .trabaJO. Ha .stdo
las herramientas que utilizan. De esta manera se introduce al estudiante
también frecuente que el hallazgo fortuito de un co~lJUllto de resumo:
en la senda de la investigación, uno de los fm.es de la formación univer-
nios abra el camino para la investigación de detemunado asunto. Y ast
sitaria, y se le enseña la cautela con que debe manejar los hechos histó-
podrían señalarse inmunerables matices que conforman ese estímulo
ricos,· a cuyo conocimiento llega generalmente por informaciones su-
perficiales. promotor de los trabajos científicos.
Toda actividad humana se realiza de acuerdo con un orden determina-
12. La heurística. Elegido el tema., el historiador re~ la b~tsq~<;la
de noticias sobre el hecho o los hechos objetos de su mvesngac1on.
(3) Además de la bíblíognfia citada en d punro primero del capírulo, CASSANI y Ptl<¡¡z Corresponde primero efectuar una compulsa bibliograftca, es decir, in-
Ñ.!UCHASniGVI,MttoM!q¡ia de k ÍWPeJ1Ífi$CÍÓ1l histórica. La heurlstíca y la dMiftcacidn d~ fa; jiuntm,
Santa Fe, 1961, formarse acerca de lo que otros han escrito sobre el tema.

36 37
MI\.NUAL DI! ÜlSTOttlA DI! LAS lNSTITUC!ONBS ARGENTINAS MlrroDOLOGfa HISTÓRICA

De inmediato se impone la búsqueda de las huellas o los vestigios deja· Lo, que cl autor del documento expresa no es forzosamente lo que él
dos por los hechos humanos investigados. A tal fut se debe recurrir a las cre1a en el momento de redactarlo, porque puede haber me11.tido, y lo
fuentes utilizadas por los anteriores autores que se han ocupado del que ha creído Clttonces no era necesariamente fiel reflejo de la realidad
tema, en el caso de que se estimase necesario efectuar ruta nueva inter- porque puede haberse engañado. '
pretación de los testimonios dados a conocer o con el objeto de obtener S~bre estas, ~pótesis debe girar la agudeza del historiador para descu-
nuevos datos, omitidos en la obra utilizada. T.unbién cabe utilizar las bnr los moviles del. autor del doc~ento y las circunstancias que lo
numerosas colecciones de documentos, publicados precisamente con el rod~aron: De allí se unpo~te .la necestdad de confrontar y comp·arar ese
fin de facilitar las tareas de investigación en esta disciplina. Finalmente ~tliUOt:Uo con otros de dlStll~ta procedencia. Este paso de la investiga-
se acudirá a los repositorios de testimonios (archivos y museos), donde CIÓn recibe el nombre de crlttca tnterna o de veracidad.
se podrán examinar los docrunentos originales, éditos e inéditos. Indu- Pero esta ~l.CU:Sta crftica ~el ~ocumatto debe servirnos no para des-
dablemente, el hallazgo de testimonios desconocidos por la historio- echar testunomos, smo mas bten para comprenderlos. Como dice MA-
graf't.a constituye ruto de los aspectos más emotivos en la apasion.<Utte RROU, "'esa Cll.CUCSta, esa investigación se hace para dejar biClt sentado
tarea de la investigación histórica. lo ~ue es .en reali~ad el ~ocumento", y agrega que esa comprensión del
Bajo la denominación de testimonios se engloba todo resto, huella o testlmomo exanunado, ese conocimiento del ser real del_ documento
vestigio material del pasado, y, entre otros, pueden mencionarse los nos CllSCÍ~ a leerlo como se debe, a no buscar en él lo gue no conteuga,
libros, los manuscritos, las monedas, las inscripciones, los sellos, los a no estudt.rrlo desde un puuto de vista deforman te". Esa es la verdade-
per~ódicos, los monumentos, los recuerdos, los restos biológicos, ra importancia de la crítica extema e iutema que hemos seúalado.
etcetera. En la cur:tprensión del testimonio caben la interpretación y la valoración
Esta etapa suele ser la más fatigosa e incierta, y de su resultado depende para ubu;:ar~o en el plauteo del tema elegido y valorar su influencia para
el éxito de la investigación. Todos los datos que se estirnett útiles para la el conocmuatto del momettto histórico examinado.
labor deben ser cuidadosamente fichados, ya sea con la transcripción de
textos o co11 tut fiel resrunen de los mismos, anotándose la procedencia 14. El ordenamiento y la exposición. Los testimonios obtelúdos de-
de·l·a fi..tettte. Lis etapas posteriores de la investigación revelarán la in- ben, finalmente, ser ordenados y relacionados etttre sí mediante ruta
utiltdad de muchas de esas fichas y se escogerán las que realmente con- serie de inferencias. De esta tnanera se llega al momento culrnlltante de
vengan al plan trazado. la re-creación intelectual, que equivale a lo que realmente es la creación
histórica.
13. La crítica. Ett esta etapa -que, como ya dijimos, debe extenderse a E:sta crea~ió1: ~ get~e~alrnettte expuesta por escrito y debe· ajustarse a
todo el proceso de investigación- se analiza cualitativamente cada testi- c~ertos pnnc1p1os CXlgtdos por la disciplina. Si la objetividad y la seve-
monio hallado. ndad. ?eben pres_td~ toda la investigación, naturalmente se imponen
Enfrentado el investigador a t.Ut testimonio, puede preguntarse si es tambten en esta últuna fase, y es lamattable que obras laboriosas pier·
auténtico. Hay que determinar entonces las características del mismo. dan v-alor por defectos sustanciales y formales de carácter estilístico.
~í, si se trata de un rnanuscri~o, se determinará el tipo de papel, de Para que sus afrrmaciones aparezcan fundadas sólidamente es costum-
tmta, de letra, etc. Se establecera, en el caso de un documettto finnado, b:C ~c.rr en notas al pie de cada págllta las fuentes que ha utilizado el
si éste es auténtico y, aun ahí, si se han alterado, a espaldas del autor, histonador y que abonan sus palabras. También ett estas notas se stK!lClt
partes. esenciales del mismo. Este aspecto de la investigación obliga a incluir aquellas referencias o acotaciones que resultan de interés, pero
recurrrr a.ciendas auxiliares, peritajes químicos y caligráficos, etc. No que no deben interrumpir la hilación ttatural del_ texto.
se r:ata, ~ut e~bargo, de tuta exigeltda habitt1al en el hallazgo de cada
testnnomo, smo que la necesidad de su aplicación aparecerá sólo cuan- 15. Métodos en la enseñanza. La historia de las instituciones tiene
do se ponga en duda la autenticidad del documento. Se suele denomi- :ambién sus métodos de ettseñanza. Algwtos se inclinan por el_ estudio
nar este momento de la investigación critica externa o de autenticidad. u:tegral y ~parado de cada institución, sin prestar mayor atención a las
La lectura del manuscrito plantea nuevos interrogru1.tes. Queda por co· crrcunstanctas q~e durante las distintas épocas influyeron sobre ella.
nocer el grado de veracidad de las afirmaciones contenidas en el mismo. Otros, en cambto, prefieren la división Clt grandes períodos o etapas
MANuAL DB ÜISTOIUA DB LAS lNSTITUClONBS ARGBNTINAS

históricas, dentro de las cuales se estudia el conjunto de las instirucio*


nes vigentes.
El primer método tiene la ventaja de que se puede analizar una instittt~
ción en forma continua, sin las interrupciones que significan las distin*
ras épocas, pero presenta el grave inconveniente de que suele ofrecer
una noción falsa y unilateral al abstraerla del ámbito en que ha desarro*
llado su existencia. También omite la necesaria y recíproca dependencia
que caracteriza las distintas instituciones C11 un mismo momento histó~
rico.
El segundo método puede ocasionar una errónea preeminencia de las Primera Parte
rígidas divisiones de los períodos históricos sobre la vida de las i.nstiru·
dones, pero ofrece, en cambi<\ la ventaja de que presenta la estructura
institucional dentro de cada época, y en referencia directa a las ideas
imperantes y al contexto cultural vigente.
Aunque nos inclinamos por este segundo métod<\ que utilizamos en LA ÉPOCA
este Manual, debemos reconocer que el primero tarnbiétt presta su uti~
lidad cuando se estudian instituciones que no han experimentado trans~
formaciones mayores a través de las distitttas épocas. En este caso no IDSPÁNICA
sería adecuado incurrir e11 repeticiones, por lo que sólo cabe señalar, si
las hubiere, las modificaciones que deben tenerse en cuenta.
Capítulo 1

La Península ibérica a fines del siglo XV. Organización política. Or-


denamiento legal. Evolución social y económica.
La conquista de América: títulos.
Los fines de la empresa.
El carácter de la colonización española.
La condición política de las Indias. Incorporación de las. Indias a la
Corona de Castilla.

La península ibérica a fines del siglo XV <11


16. El europeo cristia.tto del siglo XIII te.túa tUla visión limitada sobre
el mundo geográfico que lo rodeaba. Conocía apenas la existencia cier-
ta de la Europa occidental que habitaba-, el litoral norte de África, y,
parcialmente, Arabia y Persia. La civilización europea vivía en tomo del
Mediterráneo, su mar. Del resto del mundo sus conocimientos eran
muy vagos. Fue en ese siglo XIll cuando despertó en algunos espíritus
inquietos la idea de conocer nuevas regiones.
Sólo en el siglo XV los portugueses exploraron las costas occidentales
de África con diversos objetivos y advirtieron la posibilidad de comer-
ciar con el Oriente a través del sur de Africa. Dos importantes razones
aceleraron estas tentativas: el cierre de la commllcación comercial con
el Oriente por la caída de Constantinopla en poder de los turcos ( 1453)
y la necesidad de obtener una victoria definitiva sobre los árabes, inva-
sores de la península ibérica, para lo que se proyectaba cortar su base de
operaciones en África, por donde recibían constante ayuda.
La concreción de este proyecto implicaba un notable desarrollo de la nave-

{1) RAFAEL Am,MJB.A,E.p¡¿Ra J la &ivifizaáón upa.iida en d-'WloXVI, H-N.A., 1939, voL II, <:ap-
VIII; ArroNso G!IRciA-GAI.Lo,.MRmuúde híst<Jriadel dmcho español, segunda ed,, Madrid, 1964;
Jcuo 11'-AzusrA, Cokínysutúmpo, Estudios Amerlcanos,Madríd, febrero de 1955, voL II, N" 39;
JOSÉ LIIRl'AZ, La ipoca del merw.nti/4mo tn Caail/3 {1500-1700), ten:era ed., Madrid, 1963;
ANGL'S MAcur, La Epafia de la Edad Mtdút. Dt!óde la fruntera htma el imperio (1000-1500),


Madrid, 1980; GALo SÁNcH!Jz, Curro de hístrMa del deru/Jo, Intr<Jiluctidn y jiu:nte>, octava ed.,
Madrid, 1952; Ltns G, DE VM..DEAVELUNo, Curro de historia de k1s ímtítuáants espai!clas. De W.
urigenes al final de la Edad Media, MadJ:íd, 1968.
~··
MANUAL Dl! HISTOJUA Dl! LAS lNSTITUCIONll.S ARGBNTINAS lA I'BNÍNSUl.A IBBRICA A FINIIS Dl!L SIGLO XV

gación. Desde d punto de vista científico, los reinos ibéricos eran bs que se FERNANDO, príncipe heredero de la corona. de Aragón, e IsABE~ herede-
encoutraban e.u mejores condiciones para estimular las empresas náuticas- ra de la de Castilla, contrajeron matrimonio en 1469. Una década des-
pese al potencial marítimo de Venecia--, y a ellos les correspondería provo- pués, ambos ya habW:. tomado posesión ~e ~u. respectiva herencia. Los
car la colosal expansión de la civilización europea por el mundo. Este mcr dos reinos estaban mudos por los lazos dll1astJ.cos, pero cada tulO con-
vimieuto expansivo de la pequefla Europa multiplicó de manera asombrosa servaba su personalidad política y admi.ttistrativa y su prol?ia legis~a­
el área ocu~da por la raLl europea o sometida a su influencia, a tal punto dón. En lo relativo a los asuntos externos, la gue-rra y la dtplomacJ.a,
que su dcnunio se hizo evidente en la mayor parte del mundo. El singular actuaban en conjunto.
proceso se prolongó hasta el siglo XIX, y el descubrimiento de América El reino de Aragón era pequeflo, pero bietl organizado. Una monarquía
marcó el primer paso de esa gran carrera. limitada por las cortes gobemaba det1tro de unré~etl donde la.s.per-
Españoles y portugueses la habían iniciado. Sólo en el siglo XVII, In- sonas y las propiedades eran respetadas. En su política ~xren;a, elnlte-
glaterra, Francia y Holanda ingresaron en esta política, amenazando y rés del reino se inclinaba hacia las conquistas en el Medtterraneo.
destruyendo parte de aquella supremací-a, ya colonizando otras regio- E.n cambio, Castilla no ofrecí-a las mismas garantías, atmque su superio-
nes, ya interfiriendo en la vida de las colonias españolas. ridad geográftca era evidente al incorporar en 1492 a Granada --con la
expulsión de los árabes de la. península- y luego a Navarra en 151.5. El
17. E! actual territorio español estaba dividido en varios reinos, que ideal expatlSivo de Castilla se diri~ ~cia Ma.:ruecos, la cos~ afncana
nx:orr~eron tul azaroso camino antes de alcanzar la unidad. La penúlSu- y las islas Canarias, regiones estas últ.u:nas hacta donde tambten P?rru-
la ~bérica -uc:~mbre dado por los íberos, que fueron, según parece, sus gal dirigía sus miras. Esta orientación occi&;ntal de Castilla la iba .a
p~ros habtta.ntes- fue sucesivamente dominada por los fenicios, car- colocar; poco después, al frente de una excepctonal empresa de colom-
taguleSes y romanos. La influencia de esta t'dtima colonización fue no- zación, como fue la del Nuevo Mtuldo.
~ble Y,r:rduró.aun después de la caída del imperio. Principalmente, esa
u~uetu::la se evidenció a través del derecho, insuflando su espúitu en las 19. La turión dinástica de Aragón y Castilla,·y la incorporación a este
legtslanones locales (§§ 24-26). Durante la dominación romana suce- reino de Gratu.da y Navarra, crearon tul ordenamiento Flítico españo~
dió otro hecho destinado a tener enorme importancia eu la historia de que se afianzó etllos descendientes de los Reyes Católico~, al p~~? de
España: la difusión y el arraigo del cristianismo. que el nieto de éstos, CARLOS I de Espaí~ .Y V de Al~arua, rec1b1o 1~
En el siglo VIII los árabes invadieron y ocuparon casi toda la península sólo los reinos penittsula:res unidos pobtJ.camente, smo ~ue,. por vta
ibérica, incorporándola al imperio musulmán. Tan sólo quedaron fuera paterna, heredó el imperio de Alemania, con m~os te~ntonos en el
de su dominio las regiones montañosas del norte (Cantabria, Vasconia centro y el oeste de Europa, d~os de soberama ~l I~~ y un exten-
y Pirineo), de población escasa, economía pobre y cultura rudimenta- so continente en ultramar. Sm embargo, ello no unplico en. manera
ria. Empero, fue en estas regiones donde se inició a principios del siglo alguna la unidad jurídica, ya que este aspecto continuó diversific~do
siguietlte la reconquista cristiana. El proceso fue muy lento al comienzo por un tiempo más. Nuestro enfoque, pues, d;~·centrarse etl <;:astilla,
y sólo alcanzó mayor intensidad a partir de la segunda mitad del siglo estudiando suma.riatnetlte sus rasgos caractensttcos, ~os que drrec~ o
XI con la reconquista de algunas ciudades importantes. La dominación indirectamente se reflejarían etl el proceso de la conquiSta y la col.oruz:a-
musulmana se extendió hasta fines del siglo XV, aunque el territorio ción de América.
ocupado fue reduciéndose considerablemente a medida que progresaba
el avance de los cristia.tlOS peninsulares. Pese a. la activa resistencia que 20. Organización política. En Castilla, se estableció la monarquía he-
provocó la invasión, la influencia árabe quedó reflejada, sin lugar a du- reditaria sobre la base del hijo prünogétrlto varón o, en su defecto, los
das, en numerosos aspectos de la civilización española. demás hermanos. Sólo en caso de faltar éstos les correspondía a las
hijas. . ' l d
18. En el siglo XV existían cuatro reinos cristianos en la península: El rey t.e.túa la facultad de dictar leyes e i.nterpretarl~s, ~gta e ~a.go e
Castilla., Aragón, Navarra y Porntgal. Granada, etl cambio, era desde los impuestos ordi.t1.arios, nombraba los altos .fi.ulCtOnan~,P~hncos Y
1248 el último reducto de los árabes, ardorosametrte defetldido. Dos de los que gobernaban los distritos, era ~jefe s~p~ del C)erctto, Y era
aquellos reinos celebraron tma tutión dinástica de gran. trascendencia. por excelencia el encargado de admi.tustrar JUSttcJ.a y de nombrar los

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MANUAL DB HlSTOlUA DB LAS L"'STITUC!ONBS .ARGB..."'TINAS LA Pm..iNSlJL<\ IBÍ!RJCA A FINES DEL SIGLO XV

fimcionarios judiciales itúeriores. Si11 embargo, el re~ debía respet~ el ria la obtención de recursos extraordinarios, principal objeto de la re-
derecho sancionado, al punto de que cuando se suscitaba un conflicto tutión del organismo. Por otra parte, el sistema de los consejos y jtultas
con tWO de los súbditos, aquél no podía imponer su voluntad m tomar pareció trimúar Cltla conducción política del reino en desmedro de
niugun.a cosa disputada, aunque le perteneciera, antes de que el súbdito aquél. Cou todo, si redujeron su activa participación en el gobierno, no
fi.tera oído y vencido de acuerdo con el derecho. dejaron de intervenir en el acto de juramento de los nuevos reyes.
A partir del siglo XIV exiStiÓ un consejo real como cuerpo reglamenta-
do y con funciones propias de gobiemo y consulta. Co~ los Rey~ Ca- 22. No sólo existían limitaciones de tipo i.J.lStitucíonal. También las
tólicos se acentuó la preeminencia de los letrados en la mtegrac10n del había, y muy poderosas, en el fuero Último del prínctpe. El origen del
consejo. TClúa a su cargo importantes astuttos del rei11o, elaborando la poder poütico (§ 61), el respeto ético-religioso a un ordeuamiCllto su-
leg15lación., que recibía luego la sanción del rey. Actuó también como perior -conocido como derecho natural- y el mismo derecho sanciona-
tribtll11ll judicial de apelación. do por los predecesores en el trono significaban barreras infranqueables
que, penetrando en la legislación, desempeÍlaba.n un papel moderador
21. El establecimiento de las cortes seítaló, a partir del siglo XIII, la de las atribuci011es del ~ matizando de un modo particular el concepto de
aparición de un importante órgano destit~ado ~ moderar ~ poder real. absolutismo, muy distinto del imperante en el siglo XVIII (§ 167).
Concurrían a ellas el rey y los altos fi.utcl011MlOS de palacro, Y los tres
brazvs constituidos por representantes del clero, de la nobleza y del 23. El ejercicio del gobierno local estaba a cargo de los ayuntamientos
puebl~. Estos últimos eran desig.n~ por las ci~ades, por el~ción o municipios. Cabe seíta.lar que esta i.J.lStitución experimentó tul.a evolu-
poptdar o por sorteo Clltre un escog¡_do grupo, segun las modalidades ción, resignando su inicial carácter popular e indepClldiente para alcan-
de los concejos mtullcipales. El rey podía convocar sólo a uno o dos de zar tul sentido anstocnítico y centralista. La elección popular de los
dichos brazos, pero no había cortes sin la concurrencia del brazo popu- cargos mtuticipales fue sustinrida por la designación real y luego por la
lar, que alcanzó así tuta comiderable importancia. . , venta de los mismos oficios, estableciéndose tul régimen que aseguraba
El rey debía convocar las cortes para todos los asuntos de mteres gene- suculentos recursos a la Co.!Oll.a, sin desc¡Udar la calidad de los compra-
ral o de gran trascendencia, pero mmca se dete~minó cuáles eran esos dores, que solí.u1 pertenecer a la nobleza. También contribuyó a la evo-
astmtos y tampoco se fijó el plan para su celebra~tón, Acaso 1~ prerroga- lución apuutada el nombramiento de corregidores, designados por el
tiva más relev.utte de las cortes fi.te el otorganuento de los unpuestos rey, para h1Speccionar el gobierno mtuticipal-
extraordinarios, ya que los ordinarios eran obligatorios y el rey proce-
día directamente a recaudados. Aquella atribución obligó muchas veces 24. Ordenamiento legal. Dur.u1te los siglos XII y XIII había alcanza-
a los reyes, en aprietos económicos, a otorgar concesiones a las ciuda- do su apogeo tul ordCll jurídico basado en los llamados fUeros municipa-
des a cambio del voto a las contribuciones extraordinarias. Era también les o territoriales, que conte11Ía1llos privilegios y exenciones otorgados
costmnbre convocar las cortes para COllStdtarles asuntos de guerra y a los habitantes de deterrniiJ.ados pueblos. A veces, dichas concesiones
paz. provetúan originariamente de señores o de corporaciones .militares y
Las cortes recibían el juramento que prestaba el rey, al ocupar el religiosas, pero en la mayoría la interVención real aparecía como sustan-
tr0110, de respetar los fueros, privilegios y libertades otorgados por cial, ya sea confirmando esas prerrogativas u otorgándolas directamen-
sus predecesores, ri11diendo a su vez al nuevo rey tributo de fidelidad te. Sin embargo, no todo el derecho aplicable estaba contenido en esos
y vasallaje. Les competía, asimismo, entender en lo relativo a la re- fueros, pues gozaban de gran fuerza jurídica la costumbre y las decisio-
nuncia al trono y decidir lo C01lcerniente a la tutoría cuando el mo- nes judiciales.
narca era menor de edad. También presentaban al rey peticiones en las Entre las distitttas clases cabe destacar 1os fUeros tipo, llamados así por-
que, especialmente los representantes de las ciudades, solicitaban que su aplicació11 se extendió a distiutas poblaciones o porque sirvieron
diversas medidas que conceptw.ban convenientes para el rei11o. El de modelo para la redacción de doctunentos análogos, y a los foeros de
rey, eu comulta con el comejo, resolvía en defmitiva. frontera, que eran los que regían Cn poblaciones sinudas en la frontera
Las cortes castellanas decayeron paulatitlat!lCltte. La autoridad real no con el invasor musulmán y en los cuales se solían conceder gr.u1des
sólo se fortaleció, sino que el mejora.miCllto hacendístico hizo inaccesa- privilegios para atraer pobladores.
MANUAL DE HrSTOIUA DE LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS LA PBNINSUI.A IBÉRICA A FINBS DEL SIGLO XV

25. A partir del siglo XIII se intentó llegar a la uniformidad legislativa, ral y romano. Esta sanción dejó subsistente el ordenamiento anterior,
y como fruto de ello surgió el denominado Fuero Real sancionado du- con la sola modificación producida por las nuevas leyes, que pasaron a
rante el reinado de ALFoNso X Recogía la tradición j~dica castellana encabezar el orden de prelación vigente.
Y fue redactado siguiendo el método romanista de dividir la obra en
libros, títulOs y leyes. No se hizo una promulgación general de este 28. A partir de enronces no fueron las cortes quienes intervinieron en la
cuerpo legislativo, pero paulatinamente fue sustituyendo numerosos sanción de nuevos ordenamientos legales, sino que éstos fueron directa-
fUeros locales, los que, sin embargo, no fueron derogado.<>. En realidad, mente sancionados por los reyes. Sin embargo, las cortes continuaron
había cambiado la fisonomía del sistema foral, pues los primitivos fue- bregando por la recopilación única.
ros breves se habían convertido en cuerpos legislativos de vasto conteni- Luego de intensos trabajos, en 1567, FELIPE II promulgó la llamada
do jurídico. Nueva Recopilación obra volum.inosa que contenía más de tres mil leyes,
ordenadas en doscientos doce títulos y nueve libros, en los que se pre-
26. También en esa época se redactó otra célebre obra jurídica que tendía compilar buena parte de las disposiciones vigentes: ~in embargo,
recogió, asimismo, la influencia del derecho iomano y del canónico~ las no fue satisfecha la repetida aspiración de que la sanc10n del nuevo
Partidas. Esta obra, considerada perteneciente al reinado de ALFoNso X cuerpo de leyes signilicara la derogación de los atlteri~res orde~amien­
(1252-1284), se elaboró empero a través de varias redacciones efectua- tos para clarificar así el orden jurídico. Por e~ c~mtrano, en ~ h~~ II,
das en la- segunda mitad del siglo XIII y a{tn en el primer cuarto del título I, ley II, se dispuso mantener, en subsidio de la .J!-ccopt1a~wn,. el
siglo siguiente, según algunas modernas comprobaciones. Sólo tuvo atttiguo orden de prelación legal, con lo que la compleJidad legtslatlva
s~nción legal en el Ordenamiento de Alcalá ( § 27) y constituyó la prin- se agravó aún más. .,
Cipal fuente legislativa del derecho hispánico hasta la segtmda mitad del El nuevo ordenamienro se aplicó hasta la promulgac10n, en 1805, de la
siglo XIX. llamada Novísima Recopilación, que bajo métodos atillogos a la atl:erior,
Las Partidas c~mstituyó un nuevo avance sobre el sistema foral, sen- incorporó las nuevas disposiciones e introdujo algunas modificaciOnes,
t:mdo la doctnna de que la potestad de dictar leyes pertenecía exclu- sin derogar el sistema de prelación vigente.
Sivamente al rey, sin restar valor jurídico a la costumbre, formativa
del anterior régimen. 29. Evolución social y económica. Desde el siglo XI se desarrolló
en Castilla una cruenta lucha entre el poder real, la nobleza y los
27. Sin embargo, faltaba ordenar la legislación vigente para alcanzar la municipios, cuyas respectivas posi,d~nes c~biaron de acuerdo con
precisión en la aplicación de las normas jurídicas. Esta necesidad fue en la mayor o menor frrmeza del pnncipe remante. Desde la corona-
parte remediada con el denominado Ordenamiento de Alcalá. Las cor- ción de IsABEL se acentuó la tendencia de fortalecer los resQrtes de la
tes, remUdas en Alcalá de Henares en 1348, sancionaron no sólo nuevas Monarquía en' detrimento .de aquellas d?s ~~tituci~)l~es, y se buscó
leyes, sino, y esto fue lo fimdamental, un orden de prelación legal para la unifiCación racial y religiOsa. Esta asp1taCion obligo a decretar en
la aplicación de los distintos cuerpos legislativos existentes combinán- 1492la expulsión de los judíos no conversos, y ~iez aítos des~ués se
dose el ~gtiO sistema foral con la más moderna legislació;1 de raigam- adoptó igual medida con los musulmanes qu~ atm se mat1~eman fie-
bre romamsta. De esta manera quedó establecido que primeramente les a su religión. Además, desde 1480 ftulCIOnaba el tnbunal del
debían aplic~e las leyes sancionadas en Alcalá; luego, los fueros en Santo Oficio de la Inquisición, cuya misión era conservar la pureza
cuanto estuvieran en uso, subsidiariamente, se aplicarían las Partidas, de la religión católica. Estos 9bjetivos ,rac~ales y religio~os, no era~1
qu~ así recibían sanción legal: en último término se estaría a la interpre- sólo principios políticos de la Monarqma, smo que const:ttuian arrai-
taCIÓn que diera el rey en caso de duda o silencio de las disposiciones gados sentamientos populares, incubados durante la larga guerra
citadas. contra la dominación musulmana y que, naturalmente, estallaron al
Este Ordenamiento subsistió hasta 1505, pese a las frecuentes peticiones recuperarse paulatinamente el territorio en, I?oder ~e .l~s invasores (§
d~' las cortes p~ que se consoli~ase la legislación en una sola compila- 17). Por otra parte, había fracasado la ~oltttca pn~tiva de ~btener
CIOn. En ese ano las cortes, reurudas en la ciudad de Toro dictaron un una asimilación absoluta de esos extranJeros al ambiente pemnsular.
conjunto de leye<>, especialmente destinadas a conciliar lo~ sistemas fo- No debe olvidarse, por último, que los reinos españoles, a tono con

48 49
M.\Nt.JAL DE HISTORIA DB LAS INSTITUCIONES Aii.GBNTINAS
LA PENÍNSULA IBÉRICA A FINES DEL SIGLO XV

tma época de primada de los valores espirituales sobre los materia* Éste fue el panorama social de la península ibérica hasta que el des-
les, servían con pasión a un ideal religioso. En defensa del mismo, borde del naciente capitalismo, múdo a las riquezas provenientes del
durante los siglos siguientes, continuarían apelando a las armas y a Nuevo Mundo descubierto, precipitaron esta sociedad austera en uu
otros medíos para evitar la infiltración de ideas heterodoxas, espe- devaneo de figuración y fastuosidad, que señaló el comienzo de su
cialmente provenientes de la reforma protestante y en general del decadencia (§ 123).
movimiento renacentista europeo.
33. Cuando IsABEL ocupó el trono, en 1474, la economía cd.ste14na
30. A fmes del siglo XV la Iglesia se hallaba en un dificil trance, aqtte* se encontraba en franca declinación. Con nna moneda depreciada y
jada de graves males; relajamiento de la disciplina, indicios de inmora* m1 comercio paralizado, la actividad económica se desenvolvía en
lidad en el clero, predominio de los intereses políticos y económicos, torno de una agricultura decadente y Ulhl industria larvaria. Los nue*
provisión de las altas prelacías a favoritos de la corte romatu, despreo* vos reyes hicieron mucho por revitalizar la economía de sus reinos, y
cupac1ón por los problemas espirituales a su cargo. En general, existía su acción abarcó todos los ramos de esa actividad. A pesar de ello, en
tul estado de desorganización eclesiástica. Tampoco era muy edificante 1500, la agricultura castell.uu no alcanzaba los mveles de produc-
el clima que se vivía en la corte pontifiaa, especiahnente a flnes del ción que registraban la agricultura flamenca, inglesa o francesa. La
siglo XV, y de ahí que los Reyes Católicos emprendieran con energía un producción lanera, a pesar de ser importante y alcanzar los mercados
conjunto de reformas destinadas a devolver la pureza de costumbres y a extranjeros, fue considerada en los centros manufactureros de Euro-
restablecer la disciplina en las comtuúdades religiosas. Ello dio a la Igle- pa como de segundo orden, y recibida sólo a falta de la inglesa.
sia española cierto particularismo, que se transmitió también ala esta* En cuanto a su desarrollo industrial, si bien la política proteccio1ús*
blecida en Indias (§ 290), y cuya nota especial fue dada por la interven· ta de los Reyes Católicos logró m1 repm1te en esa actividad, sobre
dónde los reyes en el gobierno eclesiástico y por el cercenamiento de la todo en cueros, armas y artículos de plata, la industria del momeuto,
autoridad pontificia, aunque sin_ afectar la stunisión debida en el orden la pañera, no contaba en Castilla con el desarrollo suficiente para
religioso. salir a competir en el extranjero. La producción textil se limitó al
abastecirruento del mercado mterno, basando su comercio exterior
31. La cultura se difi.utdió e intensificó con la crcaaón de cátedras y en el sumllústro de materias pnmas, pero no de productos elabora-
universidades, entre ellas la célebre de Alcalá de Hem.res, con la organi- dos. Siu embargo, Castilla tClÚa mm buena marina mercante -tan
zación de academias y cursos libres, y la educación de la nobleza por sólo Holanda la aventajaba-, y fue esta drcmtstancia la que favore-
destacados eruditos y pedagogos. No hubo, sin embargo, mayor difu* ció su expausión ultramarina. -
sión de la instrucción poptdar. La vida intelecum.l espaüola de los siglos También fue importante su caudal demográfico, qtte constituía un ele-
XV y XVI fue brillante, al punto de que se la sefula como la edad de oro mento de superioridad sobre 11aciones económicamente más desarrolla-
de la literatura y del arte peninsular. das. Castilla te1úa alrededor de siete milloues y medio de habitantes a
fines del siglo XV, y la península alcanzaba por esa misma época diez
32. Con respecto al ambieute social, dice ALTAMIRA que por entonces el millones de hombres. Inglaterra, Cll cambio, no llegaba a los doS millo-
pueblo castellano "era modesto en el cuadro de sus necesidades, sobrio, nes y medio de habitantes, cifra que tampoco superaba la población de
poco solícito a mejorar su tipo de vida, extraúado y hostil alas expresio- todos los Países Bajos. T.u1 sólo Francia contaba con tuhl población
nes ~e fastuosidad, de gula y de diversiones pantagruélicas y sensuales mayor: quince millones.
propias de aquel fmal de Edad Media y comienzo de la Moderna". El Dice ALTAMIRA que, en general, al pueblo le faltaba "el sentido y el
interior de los hogares estaba exento de riqueza y lujo, y si eu el vestir deseo comercial, cosas que la mayoría espaímla parece no haber estima-
~~mas d~s ~,v.tiíolas de las grandes .ciudad~s constituían tula excep- do como de primera necesidad eu la vida". Sin embargo, se advirtió
Clon a ese pnncipio, con todo, esta manifi:stacion era mucho menor que alguna influe11Cia de la clase media de comerciantes e industriales. Em-
en otras audades europeas. De esta manera, las exigencias sociales eran peoró, en cambio, la situación de moros y judios, muchos de los cuales
reducidas, prefiriendo, aun los hombres de fornuu, mantener tm auste- debieron abandonar el territorio peninsular (§ 29), lo que sig¡úficó una
ro nivel económico, sin. pretensiones de elevarlo. indudable pérdida para la economía española.
MANUAL Dl.l H:!STOIUA Dl.l LAS lNSTlTUCIONl.lS ARGI!NTINAS
LA CONQUISTA 01.! AM.áRJCA: liTULOS

La conquista de América: títulos (2)


que el límite entre ambas jurisdicciones lo constituiría un.t línea de polo
a polo que debía pasar a trescientas setenta leguas de las islas de Cabo
34•. To?a nación que aspira a ejercer su dominio sobre determinado Verde hacia el poniente. El tratado fue aprobado por el Pontífice, pero
temtono debe, naturalmente, tener y exhibir sus únUos legítimos persistieron las dificult.tdes técnicas para fijar el límite establecido.
". '.1" le ' ,sus
Justos ?-~u~,' cotru;' se. soha denominar en la época.
La pa:nopac10n temtorial del mundo constituía por entonces l.UlO de 35. Más que las consecuencias derivadas de esta imprecisión geográfi-
los mas arduos problemas de las relaciones entre Castilla y Portugal ca, nos interesa puntual.i7...ar ahora el carácter y el alcance de la donación
E14 de octu~re de 14?9, por el.tratado de Alca<¡:ovas, aprobado po; el pontificia. ¿podía el Papa donar territorios? netúa poderes para dispo-
~pa, se ~b1a reconocido a Castilla el derecho a las islas Canarias y a las ner, a favor de príncipes cristianos, de territorios ocupados por aboríge-
tterras africanas adyacentes. nes? mra una donación territorial perpetua e incondicional o sólo una
f:l descubrimiento de América para la civilización europea (1492) rea· concesión para la predicación evangélica? La cuestión fue prolijamente
VlvÓ .~problema territorial, por lo que la Corona castellana se apresuró analizada por los teólogos y juristas españoles del siglo XVI -algunos
a solicitar al Papa Alepndro VI una interpretación clara y defmitiva del extranjeros se sumaron también a esta indagación-, dando lugar a una
asunto planteado. No conformó a los Reyes Católicos la primera bula polémica de altn vuelo intelectual, que constituyó tul inusrull examen
Inter caetera (3 de mayo de 1493), porque, si bien concedía y asig~uba de conciencia de la propia tución conquistadora.
perpe~nte a los reyes de Castilla y León y sus sucesores las tierras
de_sc?biertas y a descubrir, s~empre que no pertenecienlll a otro príncipe 36. La primera exteriorización de este problema teológico~jurídico
crtstl~lO, faltaba la determmaoón precisa de la jurisdicción otorgada. apareció en 1511 en la voz del religioso dominico fray ANTONio DE
De ahí q~ en la segwlda Inter caetera (fechada el4 de mayo de 1493) MoNTESINos. Recogiendo la tradición tomista y representando el pen-
~ de~e que las tierras debían estar al oeste de una lútea imagina* samiento de los demás religiosos de la orden residentes en la isla La
na ~ue coma de polo a polo, y ubicada a cien leguas de cualquiera de Española, Montesinos pronunció entonces, en presencia de enco-
las ts~s ~res y de Cabo Verde. Todo ello, sin alterar las concesiones y menderos y conquistadores españoles el célebre sermón cuya ver-
los pnvilegms otorgados a otros príncipes cristianos. sión ha llegado hasta nosotros a través del testimonio de fray BARTO-
~ ~~ión pontificia recomendaba especialmente la propagación del LOMÉ DE LAS CASAS. MONTESINOS preguntaba a sus oyentes "Decid,
cnsnarusmo, expresando: " ... procuréis enviar a las dichas tierras fir. kon qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible
mes e islas ho~bres buenos, temerosos de Dios, doctos, sabios y exper- servidumbre a estos indios? ¿Con qué autoridad habéis hecho tan
tos, para que utstruyan a los susodichos naturales y moradores en la fe detestables guerras a estas gentes que estaban en sus tierras, mansas
~t?lica,.. Y les enseúen buenas costumbres, poniendo en ello toda la y pacíficas, donde tan infuritas de ellas con muertes y estragos nunca
cli!ige~1a que .co~venga". Otras bulas posteriores completaron la dis- oídos, habéis consumido? (Cómo los tenéis tan opresos y fatigados,
tn~~n pontifiaa del nuuldo, pero como aún subsistió la imprecisión sin darles de comer ni amarlos en sus enfermedades, en los excesivos
t~tonal, fue necesari? ~ acuerdo directo de las partes. trabajos que les dais incurren y se os mueren y por mejor decir, los
Ast, se celeb~ó, el7 de ¡uruo de 1494, entre Castilla y Portugal, el trata- matáis por sacarles oro cada día? ¿y qué cuidado tenéis de quien los
do de Tordesillas. En lo que respecta al territorio americano, se estipuló doctrine y conozcan su Dios Creador, ,sean bautizados, oigan misa,
guarden las fiestd.s y los domingos? <Estos, no son hombres? <No
(2) VENANCJO D. CARRO, QE,La ttdq¡úr y lort~-jwri¡ta.r ~oks am:e la ttmquista de .América tienen ánimas racionales? <No sois obligados a amarlos como a vo-
Madi1d, 1944, 2 t.; UWIS fll..Nu., L_a lucha.CSJ'"'iiula ~la justícía en Ja conquista de América: sotros mismos? <Esto no entenaéis, esto no sentís?"
~drid, 1959, JOSEPH HOI'l'N:ER,La ética cdoniaf rsprtliula de/ SigkJ de Oro, Madrid, 1957; RICHARD
NUZU,Amlrica latina. La ipo«t c:oloní<JI, vol. 22, HistDlú Universal Ed. Siglo XXI, Madrid, El sermón de MoNTESINOs produjo un gran revuelo, constituyendo el
1972; Thwo LuiS MoLINm, Descubrimiento y ttmqu1!ta de América, Buenru Aires, 1964; SiLVIO punto de partida de un exhaustivo estudio de los útulos españoles e11la
A. ZwAl.A, LM fmtrtucwnes JMfdiCiU m la conquista de América, Madild, 1935.
conquista de Itldias. Las palabras de Montesinos no sólo iban dirigidas
(2a) DEMEnlo RA.'dos,El f!"'*lema de las delímilariones IIUiinicas: 'IOrdtsillas y su fin en J.G.L., gg contra el abuso que cometían muchos encomenderos con los indígenas,
1996; VJcrOII
aut~ d"'-~ ..__,~.;__
~'""'M a la conquista de Am.,..,...,
T AU ANZDATEGUI, Ú1s ikrechiiS de ~r- .t..;._ C · '
oncwntlll
Y ·r-r"V·..,..;.... en América Y Espana: el encuentro de dos mundos. Coord. lli=sto sino que también fueron interpretadas como tul ataque contra esos tím·
A.. J. Maeder y Soma Sttngcl, Buenm.Aú-cs, 1988, oon orientación bíhllogclfka. los. Por ahora nos ocuparemos de la repercusión provocada en este

52 53
MANUAL DI! HISTORIA DB LAS JNSTlTtTClONBS ARGENTINAS
LA o•
ldtin1o aspecto, reservando para su oportunidad el problema. humano
los españoles te1úan derecho a viajar y vivir en Indias sin daúar a los
originado eu el choque de razas (§§ 240-245).
1~turales, pudiendo comerciar libremente con ellos. Si los indios impi·
d1eran a los españoles el ejercicio de estos derechos, era. admisible, lue-
37. Para explicar el akauce del poder papal debemos remontm1os a los
go del fracaso de las· razones y consejos, llegar hasta la guerra.
siglos XIV y XV, distinguiendo entonces dos corrientes ideológicas: la
~econocía también a. los españoles el derecho de predicar el Evangelio,
cesarista, que postulaba la preeminencia del poder civil sobre el religio-
~1endo los natttrales libres de aceptar o no sus CI1Selu.nzas; pero si éstos
so, y la teocrática, que consideraba al Papa como señor uuiversal del
unpedían la prédica, castigaban o amenazaban a los ya convertidos
mlutdo, como autoridad suprema tanto en el orden temporal como en
podían los espa.iíoles, procediendo con moderación, llegar hasta deda:
el espiritual. La tntdición medieval ofrecía en este aspecto varios prece-
rarles la guerra. El mismo procedimiento se autorizaba cuando los prín·
dentes de donaciones territoriales efectuadas por el Pontífice a favor de
~i~ iudigeuas intentaran., por la fuerza y el miedo, hacer volver a los
príucipes cristianos, aw1que ninglllta de ellas alcanzó la importancia
md10s creyentes a las prácticas idólatras.
insospechada que se derivó de las bulas de 1493.
En la España del siglo XVI, la primera de esas tendencias no tuvo eco. Por último, aceptaba -amtque no lo considerase como título de manera
absoluta- qu~ l?s indígenas 1..10 .eran tal vez aptos mentalmente para
~n. camb~o, sí l? tuvo la segunda, dond~ se inspiraron los teólogos y
f~nrurr y administrar una república, por lo que los reyes espifíoles po-
]tmstas que, atnbuyendo al Papa la autondad necesaria para intervenir
ffi:ul tomar a su cargo esa administración para bietl y utilidad de los
en los asuutos temporales, estimaban que la donación pontificia consti-
mtsmos naturales.
tuía el mejor títtdo que poseía Espa.íta para acreditar su dominio sobre
el Nuevo M1mdo.
40. Mientras VrroRIA se empeñaba en sostener que los indígenas eran
seres racimtales y debíau conservar sus bienes, dignidades y jurisdiccio-
38. Sin ~nbargo,, fi:te lUla tendencia media entre aquéllas, inspirada en
las doctn11as teologtcas de ToMAs DE AQUINO, la que mejor sistematizó nes en !OUS reinos, no faltaban las tesis que pretendían justificar el domi-
la cuestión, especialmente a través de las obras de fray FRANCisco Vrro- ttio español teniet1do precisamente en cuCilta la condición humana de
RIA y fray DoMINGO DE Soro. Según ellos, el Papa sólo terúa la potestad esos seres. ]DA,.'! ÜINEs DE SEPÚLVEDA, inspirándose en ARISTÓTELES sos-
e!Opiritttal y no podía intervenir en lo temporal, salvo que ello fuera teJ.Úa .que los hon:bres mdos y bárbaros -así catalogaba a los it1dí~enas
necesario para la obtención de fines espirituales. Tal afinnaáón se basa- amencanos- naCieron para servir a los mejor dotados, y en caso de-
ba Cll una escmpulosa distinción entre dos órdCiles: el natural y el sobre- resistencia, .cab~ obligarlos por las armas. Agregaba que los pecados,
natural. Del primero derivaba la autoridad civil y del segundo, el poder tor~ e un~1edades ~e. los it~eles justificaban la guerra, y que la
con~wsta prevta era el utUCO medio de propagar la fe entre los indios.
del Papa. Agregaba VrroRIA que la jurisdicción del Pontífice se extendía
sólo a los fieles, sin comprender, por tanto, a los aborígenes america- Vanos autores de la época hacían tamb-iél1 particular referencia a otro
nos. De acuerdo con esa posición, el alcance de la bula papal quedaba título: el derivado del descubrimietlto de los nuevos territorios a los
reducido a la concesión de un derecho para difundir el Evangelio y qu~ cabía agregar el de la ocupación efectiva o virtual de los mismos.
proteger su predicación, neg.índosele valor jurídico como do1tación tem- Mas que tul título frente a los iudígeuas ocupantes del territorio, era llll
poral. derecho preferencial oponible a los demás estados europeos.
~ s~ vez, fray BARTOLOMÉ DE LAS CAsAs -incatlSable protector de los
Esm posición, en ct~~nto al alcance del docurnet1to cuestionado, obligó
a VrroRIA a Wl proliJO replanteo del problema de los títulos y dio lugar i~Kh?s-, sin dejar de itlSistir en el alcance espiritttal del docurnen.to pon-
a uua de las más perdurables construcciones teológico-jurídicas en la ~ciO, reconocía a éste mayor valor jurídico temporal, siendo para él el
titulo base de la penetración espaítola en América.
que reco¡pó la tradici?n to~sta.y el aporte~~ ~utos teólogos; juris-
tas de la epoca. La teslS de V 1tona -que no vtaJO nunca a América- tuvo
significativa influencia. 41. Como sostiene SJLVIO ZAVAIA, "la posición de la Corona ante el
problema jurídico de las Indias no podía ser igual a la de los publicistas
39. Segím VrroRIA los verdaderos títulos espaüoles se asentaban en la po~ue s~ in:ereses políticos le rest:abanlibertad". Por eso, pese a se:
sociabilidad utúversal .de todos los hombres y naciones. Así, decía que ~ C:O~lmteres el desarrollo de la controversia y aplicar muchos de los
pru1C1p1os propuestos, admitió todos los títulos alegados, empezando
fu.>.:UAL DE lJ:ISTOlUA DE LAS lNSTITUCIONBS ARGENTINAS
Los PINBS OB LA EMPRESA

por. la dona~ión pontificia,. a la que mantuvo en primer lugar. contraída. Como dice LEW!S H.ANKE, "la religiosidad era una parte inte-
La influencu de las doctrinas expuestas llevó tamb" '
b luci , . ten a a
¡ Corona a gral y vital de la vida espa.f10la". La invasión y la ocupación de la penín-
usc:rr. so ones practtcas, que ratificaran mediante otros títulos su sula por los árabes habían significado mu incitación de tal magtñtud,
donunto sobre el Nuevo Mw1do. Así procuró ob•ener el · · que, apenas expulsados los invasores, la creencia desbordó en f.u1atismo
d 1 · d" · ' ~, sometumento
e os m 10s medtante el famoso Requerimiento, que fue redactado religioso y en deseos de propagar la religión, sin cuya existencia era
enl.SI~ por el doc~ JUAN LóPEZDE PALACios RUBros para ser leído a inconcebible la vida humana. Annque reducido a sus justos lúnites, debe
los u~dígenas a med1da que los conquistadores se enfrentaran con ellos seúalarse que este móvil alcanzó importancia en el proceso que estudia-
En d.icho documento se requería a los naturales el sometimiento a 1~ mos, sobre todo si lo comparamos con otras colonizaciones donde prác-
I~es~ Y a la ~rona, y su consentimiento para predicar la religión cris~ ticamente 110 existió.
tt~, rmpomend~eles severos castigos en caso de negativa. ElRcqueri~ b) El deseo de aventura COitstituía tuu singular característica del esp.ú10l,
'!"~ento, ?bra plauSible.~ la primera época, :fracasó no sólo por b. valla fonrutdo a lo largo de varios siglos de lucha contra el invasor. La guerra,
tdtom.iuc~, su10 tambten porque su formulación jurídica resultaba in- la búsqueda de lo desconocido, la defettsa del honor conformaban la
com,rrenstble para las mentes aborígenes y a veces también para los personalidad de los hijos de Castilla, que prefirieron dejar la tranquila
propiOS conqtustadores.
labor del artesanado a los moros y judíos que aún permanecían en las
:bién recurri? ~a Coron;, en otras ocasiones, y como tul medio para ciudades penittsulares .
. orzar sus tradiciOnales tttulos, a la compra de derechos sobre territo- El individualismo castell3110 vivió por entonces m10 de los momentos
~os en ~e~ ?e los aborígenes, y aceptó, asimismo, los pactos voltuita- más fascinantes al encontrarse con un mtu!do desconocido que le ofre·
d'"'·
r~os de SUJeCIOn celebrados por los conquistadores con los caciques in- cía., por sobre todo, la fantasía y la leyet1da, que si a veces se diluía en un
espejismo desesperante, encontraba siempre nuevos motivos para reno-
var tul optimismo que ntu'lCa se perdía. Impulsados por este móvil,
fueron seguramente muchos españoles los que emprendieron, con suer·
Los fines de la empresa (3 ) te diversa, la "gr-an aventura".
e) El ansia de riqueza o, más propiamente dicho, el objetivo económico,
42. Para .analizar los objetivos perseguidos por España en la conquista fue también otro de los factores que, por sí solo o tulldo a otros móvi-
~e Aménca, es ne:esario recordar que a fines del siglo XV y durante el les, etrroló a muchos penlltsulares en tuu empresa en la que esperaban
~tglo X\_'1. el ambtente que rodeaba esa empresa estaba insuflado de compe¡tsar con creces los peligros que afrontaban.
tdeas religtosas y de.senti.mientos caballerescos, que relegaban tui poco, d) El mejOramiento o la obtención de un rango social fue el motivo que
aw~ no ~preciaban, los objetivos estrictamente económicos. Se determinó el viaje a Indias de quietrs o se encontrab3l'l disminuidos
conJugaron ~~ en la empresa impulsos materiales y espirituales que social y económicamente en razón del mayorazgo o pertenecían a clases
operaron mudos o separados, segtln el tenor de las circunstancias e inte- inferiores. Los títulos, preemit1etrias y cargos más adel31Itados et1 la
reses. administración atrajeron a muchos, que entrevieron así la posibilidad
Sin que implique un orden de preferencia, pueden señalarse los sionien- de obtener lo que en la península le negab311 los rígidos estamentos
tes móviles_· o- sociales.
a) La propagacWn del cristianismo COitstituía tma obligaciÓn para la Co- e) El interés científico fue también factor estimulante en este proceso. El
rona nnpuesta _P~r el Papa en la recordada buJa de donación (§ 34). descubrimiento de w1 continente 110 sólo exigía el desarrollo de los
Sobre el.c~.t;'limiento de esta misiÓn abundan los testimonios no sólo medios para comunicarse cm1 miyor facilidad y seguridad (la náutica),
en 1~ legtslaoon general, sino también en la actividad de los órganos de sino que alentó al desarrollo de los estudios tendientes al conocimiento
gobtemo. La p~upación misional de la Corona aparece frecuenre- de las truevas tierras (geografta, ciencias tiaturales, etc.).
~nte, en espectal, dur~te el siglo inicial de la dominación española. f) Los fines políticos y fiscales perseguidos por la Corona estuvieron tam-
ero no se trataba tan solo de cumplir formalmente con Wia obligación bién prcsetltes en este proceso. Desde el punto de vista poütico, la. for·
mación de un gran imperio COitstituyó la ambiciosa meta de los monar~
(3) F.aANCiscoMoiW.Es P.ml.óN,L&ermquíst/Jdores deAmirica,Madrid, 1974. cas españoles, a.kanzada en el siglo XVI(§ 19).

57
M.\.Ntr<I.L DE HISTORIA DE LAS JNSTITUCIONBS ARGENTINAS EL CARÁCTER DB LA COLONIZACIÓN BSPA."<OLA

En cuauto al objetivo fiscal, cabe seíular, como veremos oportwtamcrt~ bajo agudos cambios ideológicos, políticos y econórmcos, y bajo, tam-
te(§ 146), que también se veía en Indias una suculCllta fuente de htgre- bién, diferentes restdtados de explotación económica. Ello reviste la
sos fiscales, mediante las regalías y los gravámenes establecidos, con los colonización de mta falta absoluta de homogeneidad, al punto de que
que debía hacerse frente, una vez liquidados los gastos de la admhllstra- varían de región a región la sociedad indiana, su cultura, su grado de
cióu indiana, a los cuantiosos gastos que había demandado la guerra riqueza, el trato proporcionado al indígetu, etc., lo que obliga a parti-
contra los árabes, aun impagos, y las nuevas y frecuentes exigencias cularizar el estudio de cada institución a tUl tiempo y lugar determina-
denvadas de los hechos bélicos que se produeían en Europa. do. Pero no impide que, a los fines didácticos, se puedan esbozar con la
No es aceptable la posición de qtüenes se empeítan en demostrar la natural provisionalidad algunos rasgos útiles para enmarcar este proce-
preeminencia de alguno o algunos de estos fines, con exclusión de los so colonizador.
demás. Más bien nos indiuamos a creer que fueron todos, con preemi- Cabe destacar -según apunta SANCHEZ BELlA- que las ordenanzas de
nencia particular o temporal de alguno o varios de ellos, los que expli- nuevos descubrimientos, poblaciones y pacificaciones de 1573, amplia-
can de UlU manera más certera el hecho de la conquista. Así afrrma mente conocidas y aplicadas en todos los territorios indianos, constitu-
LEWIS HANKE: "Entre los dos polos -la sed de oro y la conquista de yeron Ull instrumento adecuado para dar a la empresa el carácter de
almas, no para España, sino para gloria de Dios- aparece Ulta variedad penetración pacífica, que se mantuvo durante el siglo XVII, salvo en
de motiVos encontrados. Algunos conquistadores fiteron a veces tan Chile.
misioneros como los fieles más devotos. Unos cuantos eclesiásticos fue-
ron tan1mmdanos como PrZARRO en su búsqueda de riqueza y de Ulta 44. Resulta peculiar analizar la forma geográfica o territorial en que se
vida fácil en América. Muchos españoles, sin embargo, representaron llevó a cabo la conquista de América-. Las islas Canarias fueron, desde
ambos motivos". los comienzos, el pU1rto de escala obligado eu el camino a las Indias, a la
que también proveyeron con su gente y comercio. La reg¡.ón antillana
constituyó el. foco inicial de la empresa. Desde allí el movimiento se
El carácter de la colonización española <4! proyectó hacia el noroeste, con la conquista del imperio azteca (México
o Nueva Espaíu), y hacia el sur, siguiendo la ruta que abría el descubri-
43. Cada empresa colonizadora tiene sus características peculiares, Para nllento del llamado Mar del Sud (Océano Pacífico), explorando el lito-
ello no sólo hay que tener presente el medio en que se desarrolla, sino ral marítimo hasta el Perú y luego hasta Chile. Estos esfuerzos no se
también el temperamento del pueblo que la realiza. Habiéndonos ocu- limitaron a la región costera, sino que las expediciones de reconoci-
pado de este último aspecto (§§ 29-33), y señalados también los fines miento se internaron en el continente y llegaron a encontrarse al norte
de la couqmsta (§ 42), es conveniente puntualizar algunos rasgos acer- del río Orinoco núcleos humanos provenientes del Perú y del norte del
ca de la forma y el contenido de esa colonización. continente. El río Amazonas, en cambio, fue explorado por primera vez
Se trata de Ull proceso singular no sólo por la manera en que se llevó a hasta su desembocadura en el Océano Atlántico por conquistadores
cabo, sino también por la extensión del territorio sometido a su influen- provenientes del Perú.
cia y por su larga duración. De ahí la dificultad de generalizar concep- Mientras en Ull esfuerzo excepcional se cruzaba el continente, el re-
tos sobre UlM empresa que se desarrolló bajo los más diversos climas, conocimiento del litoral atlántico se realizaba sin tanta prisa -pese a
su menor distanCia del orightario pllltto de partida-, por lo que bue-
(4) GA!!RIEL GuARDA, En turna a !Mp~ma~ en S,CTH,A, t. 1; Uwrs lliNKE,La lucha na parte de la exploración del actual territorio argentino se realizó
española,,,, op- cit. en nota ( 2) del cap. l; RlC:HAliJ) KoNTIZXE, América lati1111 ••• , op. dt. ~n nota
(2) del cap- 1; J, LOCKHARI, El mundu híspanoptruam; 1532·1560, Mbáco, 1982; FRANCISCO
por grupos de conquistadores procedentes del norte (Perú) y del
MoRALES PADRÓN,LI!f cump•ístmlores,.,, op. cit, en nota (3) del e; p. I; DA1sr RIPODAS ARDANAZ, oeste (Chile), los que debieron salvar enormes escollos naturales para
Las citdad6 indiaiiM, AJ!M d~ l3umo$ Aires (dirigido por HoRACJO A DIFIUU!), Buenos Aires, cumplir su objetivo. En cambio, el más accesible ingreso e11 la re-
1981, t- l; Is1.tAE:L SÁNCltE:l: BalA, Las urderttl.nzas de nutPOS derr:ubrimúntQs, pobfaciunes ypadftc¡uíones
de 1573, S.CJ.H.A., tJI; FRANCISCO DE Sor..wo (coordinador), Estudios sobre la ciudad gión rioplatense solo se utilizó tiempo después, y, superados varia-
íbmmmericana,Ma.drid, 1975, dos tropiezos, la corriente proveniente del Atlántico estableció defi-
(4a) MARIA MluGROS DEL V AS MJ.Noo, !,a prohfemdtita iÚ la urdemuión te:rritiJrial ~n Indias (s. nitivamente la primera ciudad en el centro del continente, en Asun-
:XYFXVIII) en R-C.H.A, n" 5, 1999. ción del Paraguay, lejos del mar.
MANUAL DE HJSTORIA DE LAS INSTITUCIONES AltGB?<.'TINAS El.. CiUlACTBA DB u COLONIZAClÓN ESPAÑOLA

Los. agotadores esfuerzos de los grupos de conquistadores no fueron a:


procedimientos y la misma muerte pusiero~1 ~n _rredo~o ~e algu·
re~os. de manera sistemática. Se avanzó en forma continua, sin co· nos jefes expedicionarios, y no faltó la parttCipacio~ auxiliar ~e mdíge-
loruzar pnmero conv<:illentemente el litoral costero y la región antilla· nas armados (§ 333) en estas contiendas entre qtuenes se d~spu~b.m
na, a tal. pU11to que nuen~as ~e establecían cabildos en Chile, aún que· títulos, preeminencias, tierras o simplemente ponían en ev1denCl.a el
daban sm explorar pequenas ISlas en las Antillas. espíritu guerrero de la raza.
Ant~ d.e finalizar ,el ~iglo XVI ya se había concluido la conquista del
terntono, .Y.~~ lurutes .del vasto domirúo estaban ya demarcados 47. Caracteriza la colonización española el establecimiento de ciudades
co.n la flextbihd~d que s1empre tienen esos límites y con el conoci- como base de la empresa, desde donde se proyectaba y realiza~a l.a ex·
nuento superfic1al que se podía alcanzar de tan extenso territorio. La pansión hacia los alrededores. En efecto, siguiendo ~1 proc~en~o
etapa de las profundas entradas había concluido, buscándose en ade- que se había aplicado en la península para~~ reconq~tas d~l temtono
lante el reconocimiento más detallado de esas tierras y el asenta- en poder de los invasores árabes, la c:eac10n de la ciudad uu:l.1~ res-
núeilto de la población. pondió a un plan de acción ya deter~do por la Co~;u al se~al~ la~
obligaciones de los jefes de las expediCiones. La fund~:ron cons.tltuia asi
45. El.conquistad.?r se e~contró con nna naturaleza hostil y desconoci- un acto necesario y solemne de toda empresa, habiendose dictado al
da, .Y SI al fmlogro dorrunarla y colocarla a su servicio, ello fue después respecto una minuciosa legislación, que ll~i~ba no sólo los lugares del
de ~getltes esfuerzos. Pero también se encontró con la hostilidad del territorio más aconsejables para el establecumento de la urbe, smo tam-
~e~o h~. Fue natural para el peninsular enfrentarse con núcleos bién la organ.ización y el trazado que debía adoptarse. .
mdí~ de diferente comportamiento ante d conquistador. Este com- De tal modo, varios cientos de núcleos urb.mos se fueron establecien-
portanuento no era sólo producto de la característica de los distintos do a la manera de wu. siembra de ciudades, villas y pueblos, durante
pueblos nati~, sino también de la experiencia recibida por algunos de todo el período hispánico. Algunos tuvieron carácter defi.niti;o, otros
ellos en antenores contactos con los españoles. variaron su emplazamiento geográfico y muchos desaparenero~l .. El
E! encuentro con d indf~. ofrecía al españo~ la posibilidad de adoptar modelo en damero -es decir, la división cuadricular, en contraposiCIÓn
div;r:sas postur~: podi~ utilizarlo como med10 de propagación de la fe a las i11trincadas formas medievales-, con una plaza nu.yor, donde se
catolica, como srmple UlStrumeQ.to de explotación económica tenién· agrupaban los edificios de los poderes civil y eclesiástico, constituy~ el
dol?,en se~~re, y. cabía también otras posturas, como la~­ rasgo distintivo de estas fundaciones. Este esquema urbano se aphc6
naclOn del indi~ belicoso o la total indiferencia ante el nativo pacífi· incluso a los pueblos de indios. . , .
co, pero la conqutsta española se caracterizó radicalmente por el con· Las ciudades indianas sirvieron de defensa contra el md1gena agresi·
tacto que mantuvo con los núcleos humanos existentes en el Nuevo vo de escala en las com.m1icaciones y de núcleo social Y económico_
Mundo.- Adquirieron de esta manera gravitación propia, alca~ndo algunas
Hubo quienes, em~o JX?r 1~ misma Corona, adoptaron la primera elevado rango y un alto grado de cultura, que se refleJan en el desa-
ro:'tura, pero tamb1en otros Sigweron el segundo camino, como el con- rrollo de las instimciones que esmdiaremos en este libro. La explo-
qwstador FRANc~co PrZARRO, que contestó a un eclesiástico que pro- tación rural creció para proveer a las necesidades urbanas, y el tra?a·
testaba del despoJO que se cometía con los naturales en el Perú y lo jo de la tierra fue dejado en manos de 1~ clases i~eriores. Esta dtfe-
exhortaba a adoptar la postura misional: "No he venido por tales razo- rencia se hizo más notable en aquellas c1udades ncas, pero no resulta
nes. Yo he venido a quitarles el oro". No faltaron los que trataron de aplicable a las regiones de escas_os recursos mineros, como el Río de
seguir ambos caminos. la Plata.
La ciudad era apreciada como el lugar más apto para la vida cíviliza~a.
~·El aspec~ humano de la ~onquista no se redujo a los indígenas, Una verdadera estratificación urbana marcaba la preferencia de espano~
smo que las dificultades u obstaculos de la empresa estuvieron muchas les e indios por aquellas donde la cultura, ~ comercio~ el ~on:fort, el
veces de parte de otros grupos de conquistadores. Así es como las lu· esparcimiento y la proximidad de las autonJ:tdes ofreCian .md~tdables
chas por la supervivencia y el predominio político entre los conquista- atractivos. De tal modo, se destacaban las cap1tales de los Vli"rem.atos Y
dores alcanzaron a veces características inusuales. La crueldad en los gobem.aciones, y las ciudades con wúversidades.

60 61
LA CONDICIÓN POLÍTICA DB LAS INDIAS
MANUAL DB HISTOIUA OB LAS L'<ISTlTUCIONBS .Ali.GBNTINM

48. La colotúzación tuvo un carácter eminentemente popular. Nutrie* ciones en materia religiosa y en aquello que afectara al propio trono.
ron las expediciones conquistadoras quienes integraban la clase media o Amtque este medio haya servicio como elemento de control para evitar
aquellos que se hallaban socialmente desplazados en la penútsula. Nu* los abusos, HAl'<KE lo COllSi.dera especialmente un demento importattte
mero~os miembros de las familias nobiliarias, sin posibilidades econó- en el clinta de opllúón reinante en w1a época de brillo para Espafla.
micas ni sociales en Castilla en virtud del mayorazgo vigente(§ 273),
encoutraron también en estas expediciones la oportunidad de satisfacer
sus deseos de mejoras económicas y de progreso social. Pero, en gene· La condición política de las Indias <5)
ral, predominó el entusiasmo de las clases populares, y tan sólo la aris-
tocracia se sintió atraída, con el tiempo, para cubrir los más altos cargos 50. Nos toca ahora determinar qué rango o categoría tuvieron las In-
en el gobierno indiano. En los inicios de la conquista en el Pení, y a dias. (Fueron simples colonias o partes integrantes de la MonarqUÍa en
pesar de las guerras civiles -tal como lo ha demostrado LoCKHART-, se tUl mismo plano de igualdad con los demás reinos?
formó una sociedad en la que estaban representados los diversos estra* Las luchas por la lltdependencia americruta contribuyeron a la forma·
tos sociales penillSulares (nobles, encomenderos, clero, abogados, mé- ción de w1a literatura de guerra, la que, naturalmente, atacó con deci-
dicos, ;u:tesanos, mercaderes), con mm notoria participación de la mu* sióula acción de Espaúa en América y condenó de lllatlera categórica la
jer espaí10la. Se produjo así wu trattsferencia de la civilización hispana, adrnllústración i..ndiathl. A la luz de las doctrlltas del siglo XVIII y de los
mrutteniéndose, aunque mitigadas, las distinciones sociales existentes principios liberales, la colonización espai1ola resultaba francamente re*
en Espaúa. pudiable para los patriotas de aquellos tiempos. Esa literatura fue ex*
Como lo explica Ors CAPDEQUI, la conquista de las Indias "no fue pro- purgada por las generaciones siguientes, pero quedó incorporada en
piamente, en sus orígenes, wta empresa. de Estado, realizada por ele* nuestra .l:ústoriografia liberal la idea de que los territorios americanos
mentos regulares y costeada con los recursos del Tesoro Nacional". Los habían sido una dependencia colonial de España.
cre<:idos gasto,') que demandaban las guerras sostenidas en Europa, la Eu el siglo XX se volvió hacia el tema con verdadero interés histórico., y
poca confianza que se tenía. en los resultados de la empresa indiana y las los nuevos estudios arrojaron diversos resultados, controvertidos mu-
dificultades financieras de Castilla fueron las causas que determinaron cltos de ellos, al ptulto de que el tema en cuestión es aún de los que
la cautelosa política de la Corona en esta materia, lo que sólo se modi- apasionan si..n hesitación a nuestros historiadores; provoca ltatural ex--
ficó en muy pocas ocasiones. Resultaron vanas las críticas que se for- pectativa y opiniones no coucordantes cuando se lo trnta.
mularon a tal política, la que fue defmitivamente consagrada por FEUPE
II en las Ordenanzas de Población de 1573: " ... mandamos que ningún 51. U11a teudencia historiográfica, patroclltada por RICARDO LEVENE,
descubrimiento, nueva navegación y población se haga a costa de nues- afirma categóricrunente que "las Indias no errut colonias", según expre-
tra hacienda". sas disposiciones de las leyes, sllto provincias, rei.uo~, dominios, sef10*
La Corona, sin embargo, se reservó la tácultad de autorizar los altos ríos, repúblicas.
fmes perseguidos y retribuir a los jefes con tma participación en los Los argumentos de esta tesis son principalmente:
resultados económicos y con títulos, cargos y preeminencias. Todo ello L Las Indias se incorporaron a la Corona de Castilla y, por expresa
se hallaba contenido en las capitulaciones, cuyo estudio realizaremos disposición real, no podíru1 ser enajenadas (§ 55).
más addattte (§ 70). 2. Gozaban las Indias de una autouonúa que sólo las ltacían depender

49. La Corona demostró w1 particular interés en la discusión de los (5) ALfoNso GMCÍA-GALLO,Ln- c<mstitución pdiriCJJ de fas Indias espaiWúu, reeditado en&tudios de
problemas atinentes a los nuevos territorios, al punto de que estimuló bÍ$tllria del túruho indiano, Mad!:id, 1972; RICMDO LEveNE,La.f lndiM no mm rofanias Buenus
el libre tratamiento de los mismos y fomentó 1a corriente de noticias Airn, 1951; JUAN MAN:w-m MANzANo, La inwrprmu:ión de fas Il'llf.iM a la wrona de Crmilla,
Madrid, 1948; RAÚL A. MoUNA, Comidmui.oms y dulamciones dellnrtituto Gonzalo Fmuindn de
provenientes de Indias. Dispuso, así que a ningún integrante de las Oviedo S1Jbre la ttm "Las lndú:ts no mm colonirW', R.l.H,D., N° 6, 1954; RICARDO Zo.RRAQ!Jllc'
expediciones conquistadoras se le prohibiese dirigirse directamente al Bocú,LR rondiddn politica de fas ltll/lM, R.H.D ., N" 2, 1974; R. ZoRRAQUÍN BEcú,Ln- 01Zfanización
po1itica argentina m el períOdo hispdnico, Buenos Aires, 1959.
rey, proporcionándole infonnaciones sobre la vida indiatta. Esta liber-
(5a.) VfcroR T!\IJ A.'lzoAn:om, Las Indias lj!TIJPincúu, fflnus o colrmia.sl" En R.H.D., n" 28,2000.
tad de palabra, como la ita llamado LEWIS IiANKE, encontró sus restric-
M..\NUAL DE HISTORIA Dl'l LAS lNSTITUCIONl'lS ARGENTINAS LA CONDtCIÓN POLÍTICA DB LAS INDIAS

d:J rey, Y ~a:t, en consecuencia, órganos de gobiemo independientes de Castilla, ya que el nombramietlto de los miembros de aquél se efec~
e tguales políticamente a los de Castilla. tuaba con el consentimiento de éste, procedimiento que no se repetía
3.S: había establecido, por disposición real, que 'ias leyes y orden de en el caso inverso.
gobtemo" de Castilla e Indias "deberán ser Jo más semejantes y confor~ 2. El órgano superior del gobierno indiano residía en la penínstda y no
mes que se pueda". et1 América.
4. La potestad legislativa estaba delegada en los órgatlOS indianos. 3. La proclamada igualdad jurídica entre españoles europeos e indíge~
5. Existía igualdad jurídica entre los indígenas y los españoles europeos, nas no alcanzaba a neutralizar la desigualdad real entre ambas clases)
consagrándose la legitimidad de los matrimonios entre ellos. que se evidenciaba en la realidad americana.
6. También eran considerados en tul plano de igualdad los españoles 4. Tampoco se aplicó la igualdad legalmet1te consagrada para los espa~
europeos y los españoles americanos o criollos, y hasta se destacó una ñoles europeos y los criollos, pues la preferencia hacia aquéllos se evi~
preferencia en la provisión de oficios y mercedes a los descendientes de det1ció en numerosas oportunidades, especialmente etl elnombramien~
los colonizadores y también a los nacidos en América. to de funcionarios.
7. En las le~ de Indias y en las obras jurídicas de los siglos XVI y XVII 5. La econonúa estaba regulada en función de los intereses perúnsula~
no se ~etlCiotula palabra "colonia", existiendo una disposición real en res, sirviet1do las Indias como proveedora de materias primas y de mer~
el sentido de reemplazar la palabra "conquista" por las de "pacificación cado consumidor de las mercaderías manufacturadas.
y población". Es así que "la práctica de gobierno", como decía EMILIO RAVIG"
8. El22 de enero de 1809, la Junta Central de Sevilla dictó un decre- NANI, había contrariado los altos principios consagrados en el
to en el que ~ecía "que los vastos y preciosos dominios que España ordenamiento legal.
posee en il~tas no son propiamente colonias o factorías, como las
de otras naciOnes, sino una parte esencial e integrante de la monar~ 53. Tauro la tesis tradicional como la patrocinada por LEVENE parten de
quía espaúola ... ". un signiftcado peyorativo del vocablo "'colonia", referido a la depen~
9. Los .monarcas españoles pusieron especial énfasis en la propagaciÓn dencia de tula región con respecto a la metrópoli, en términos de sub-
en ~dtas de algunos elementos culturales que se introdujeron contem~ yugación y sometimiento. De ahí que sus argumentos se basan exclusi-
por~e~n~ en Espaíu, como la imprenta. Y también se aprecia un vamente en esa acepción del vocablo que, en general, ha sido utilizado
espeetalmteres en la creación de casas de estudios superiores, de una para referirse a la expansión europea durante los siglos XIX y XX.
manera que no resulta habitual aplicar a territorios subestimados. Queda por considerar otra acepción del vocablo en cuestión: el des~
La tesis expuesta fue consagrada por nuestra Academia Nacional de prendimiet1to vohmtario de una parte de la población hacia mu región
Historia en su declaración del2 de octubre de 1948, en la que sugie~ determituda y su posterior asentamietlto. Este significado está enraiza~
re excúsar la expresión "período colonial" y sustituirla, entre otras, do en el proceso colonizador de los griegos, donde la idea "del libre
por las de "período de la dominación y civilización espaiíola" o "pe~ partir" presidía la propagación de los pueblos. Y en nuestro tiempo ha
ríodo hispánico". sido utilizado entre nosotros para seÍlalar la radicación de núcleos de
inmigrantes etl determinadas wnas rurales del país.
5~. Frente a esta estructura jurídica, que daba a las Indias categoría de Esta acepción de "colonia" caree<; sin duda, de la carga explosiva que
remos, cabe recoger algunas observaciones que se han formulado para posee la anterior. <Resulta aplicable a la colonización española etl Amé~
sostener la dependencia de los territorios americanos con respecto a la rica? No enteramente, pero posibilita mu mejor comprensión del pro-
denominada "metrópoli": blema que tratamos. En realidad, ·este segundo concepto no puede apli~
l. La esUilCtura del Estado indiano reconocía, en cierta medida una carse tal cual a una colonización que se desarrolló en tierras ocupadas
dependencia política de las Indias con respecto a Castilla. Pese a deno- por otras sociedades humanas y que, por imposición de sus propios
~e reinos, las Indias no intervetúan en la proclamación y el reco- fines, luchó por imponer su civilización.
nocmuento del nuevo monarca y tampoco cuando se suscitaban con~ Las definiciones absolutas son peligrosas en temas que, como el presea~
sultas dirigidas a determinar la política exterior de la Monarquía. Ade~ te, resultan complejos, desde el propio significado del vocablo en discu~
más, el Consejo de Indias no se etlContraba en igualdad absoluta con el sión. Pero es también indudable que a la colonización española no se le

"
M.\NUAL DE ffisTOlUA DE LAS lNSTlTUCIONBS ARGENTINAS L\ CONDICIÓN POLÍTICA DE LAS INDIAS

puede aplicar tul calificativo peyorativo, en virtud de las especiales ca- jut~dico vigen_te en ca~a ~uto de los reinos incorporados. Pero no podía
racterísticas del proceso que la distinguen de todo tipo de colonización aplicarse el nusmo cnteno ¡;ara Indias.',donde fue necesario tratlSplan-
antigua y moderna. tar el derecho castell:Uto_ y dictar tambten nonnas especiales particula-

54. En tut posterior estudio, RICARDO ZoRRAQUÍN BEcú ha examinado


r:s a los nuevos ternton?S (§ 93). De alú que la incorporación de In*
dtas a la Corona de Castilla se haya realizado en la forma tan peculiar
la constitución política de las indias "en .los hechos y en las leyes" y que acaba de señalarse.
considera que la vulgar denominación de "colonias" carece de sentido El N~o Mundo se destacó pronto por su personalidad política e im·
para caracterizar jurídicamente el régimen político de entonces. A fm pürtalKt.a dentro del vasto conjunto que formaba la denominada Mo-
de establecer aquella coustitución., el citado autor distingue tres etapas: narql.Úa Univers~ Espaúola. Así recuerda ~-GAllo que los pilares
tula primera breve, que se extendió hasta 1810., durante la cual las In- ~e esa Monarqma er~t, de un lado, los remos petlimul.ares (las Espa-
dias constituyeron tul seítorío de los Reye~ Católicos; la segunda, que nas ), y de otro, los remos de Indias.
abarca la mayor parte del período hispánico, en que las Indias eran
provincias descentralizadas de Castilla; y la tercera, impregnada por la
progresiva centralización de la Monarquía producida a lo largo del siglo
XVII. En esta última etapa, atutque continuó en uso la expresión "pro-
vincias", apareció la de "dominios" y empezó a usarse, am1que de modo
ocasional, la de "colonias" para designar, a imitación francesa, regiones
subordinadas.

55. Incorporación de las Indias a la Corona de Castilla. Aunque


desde tul primer momento fue Castilla la que llevó a cabo la conquista
del Nuevo Mtutdo, la formal y defmitiva incorporación de estas tierras
a la Corona castellana sólo quedó asentada cuando CARLOS I, enl518,
ocupó el trono, expidiendo mta pragmática (9 de julio de 1520) en la
que expresaba: "que agora y de aquí adelante e.n ningún tiempo del
mundo las dichas islas y tierra firme del mar Océano, descubiertas y por
descubrir, ni parte algmta ni pueblo dellas no será Cltajenado, ni aparta-
remos de nuestra Corona real nos, ni nuestros herederos, ni sucesores
en la dicha Corotta de Castilla, sino que estarán y las tenemos como
cosa incorporada a ella; y si necesario es de ltuevo las incorporamo~ y
metemos, y mattdamos que en ningún tiempo puedan ser sacadas ni
atrapadas ... y que no haremos merced alguna de ellas, ni de cosa de
ellas a persmta alguna". Como dice ZoRRAQUÍN Bncú, esta incorpora*
ción se hizo a la Corona y no al reino de Castilla, por lo que las nuevas
tierras no er.ut ni propiedad particular del rey "ni dependencia del Esta-
do español, sino propiedad pública de la monarquía en calidad de bie-
nes realengos". El principio señalado fue también ratificado en otros
documentos expedidos por el monarca.
Agrega el autor citado que la incorporación se había efectuado por vía
de accesión. Si bien Castilla era el reino aglutinante de ia Monarquía y
fueron varios reinos peuiu.sulares lo que se múeron a él (Navarra, Gra-

l, nada, etc.), en estos casos la incorporación dejaba intacto el sistema

67
Capítulo TI

La organización política indiana hasta fines del siglo XVII.


El gobierno indiano desde la península. El rey. Origen del poder
político. La Casa de la Contratación de las Indias. El Consejo Real y
Supremo de las Indias. Las juntas especiales.
El gobierno local de las Indias. Las capitulaciones. Los adelantados.
Los virreyes. Los gobcmadores. Los corregidores y alcaldes mayores.
Otros funcionarios. El control de los funcionarios indianos.
Los cabildos y el gobierno de las ciudades.

La organización política indiana hasta fines del siglo


XVII (ll

56. La organización política indiana era bastante diferente de la de los


modernos sistemas de gobierno, no sólo por el distinto concepto que se
tetúa de los fmes del Estado y de los principios que fundamentaban el
poder político, sino también porque esas diferencias se extendían a la
estructuración del régimen administrativo. Por ello resulta inadecuado
cualquier intento de comparar un sistema con otro.
A principios del siglo XVI n.o se conocía el sistema político de la divi·
sión de poderes en el Estado. Había, sí, en la organización indiana, una
diferenciación de funciones que comprendía cuatro grandes categorías~

(1) ALFONso G,uciA-GAU..O, Estudi« de HmarJa.dlt Derech(l Inliúmo, Madrid, 1972; C:tt.RENCE
H. HA!<ING, El ímpcrW híspdnico mAmlrica, Buenos Aires, 1966; JoSÉ MARIA Ors Ciü>DEQVl,
Mtmual de histaria. dd rief'ec/;(1 español en U!s Indias y dd tkrecho propiamente Indiano, Buenos Aires,
1943; DEMrnl.¡o RAMOS Pb.EZ, HistarJa. tk ln.w/onizluúm ~en Ambír:a, Madrid, 1947;
:RICARDO ZoUAQuiN BECÚ,La org;miztuúm polftír;a •• ,, op, cit, en nota (5) dd cap, },
(h) Fruc!./I.No BAll.llOS ( coord. ), Elgobierno tk un lflll.lld(l_ VIYTúnat« y audimriru m laAmirica
Hi;p¡i.tsica. Colaboran varios aurores. Cuenca, 2004; DlANA L CEBM..LOS GáM:Ez, Gobernar IM
Il'lliíM. Por un« historia sotíalde la norm~ en l.C,, XXV, 1998; AuoNSO G.w:iA-GAU..O,Loi
llrigenes espailoks de las imtitucitma amerícirmu. Estudim de Derecho indiano, Madrid, 1987; jEsús
l..wNDE ABADV.,bpaiíay kMbnm'quia Uni'Pm«l (en tomo al C(lll(:eptoik Esttulomod;:rno) en Q,R,
15, 1986: Hoasr PntrSCHMANN, El Estlfdo y su ti'IJiucí61l al prinr:ipío de la wlonízacíón espaiW!a de
Amlriea,Méxí.co, 1989; Vlcroa TAU A.'<zokrnam,LaMonarquia, Podr:rcmtrnlyp¡xkm ka/es en
N,H.N,A, t- 2, cap. 7, con orientación bibliográfica_

69
MANUAL DE HISTORIA Dll US lNS'IlTUCIONBS .A"RGBN'IlNAS EL GOBIERNO IND!hNO DBSDE U PENÍNSULA

gobieruo) justicia, guerra y hacienda. Las dos primeras eran fimdameu· correspondiente", por lo que "cada función conservaba su propia lltdi-
tales, y en realidad, las últimas estaban involucradas dentro de la fuu- vidualidad y sus características especiales, de tal manera que en el ejerci·
cióu de gobierno. cio de las atribuciones superpuestas, cada autoridad debía obrar de acuer-
La fUnción de gobierno comprendla dos aspectos que se distinguíau do con las normas que regulabau la funcióu correspoudiente". Por últi-
con bastante precisióu en la época: el espiritual y el temporal, con- mo, cabe apuntar que "en vez de sefu.l.ar las atribucioues de uu fundo·
formando lo que ALTAMIRA ha denomiuado "la concepción dualista nario -como lo hace el derecho moderno-, se daban vario.-. títulos para
del gobieruo de las Indias". Elgobierno espiritual era una consecuen- $Ígnificar las diversas facultades que le eran coucedidas". De esta m.á.ue-
cia de la finalidad religiosa del Estado espaflol y de las atribuciones ra, cuando se designab-a a ruta perso11a como virrey; capitán_ general y
que le había delegado el papado (§ 291) para la propagacióu de la presidente de la audiencia, por ejemplo, se estab-a indkaudo en cada
religión en el Nuevo Mundo. Ul10 de esos títulos los distintos oficios que debía desempeítar.
De esta manera quedaban comprendidos la organización eclesiástica, la Conviene insistir eum1a clásica distinción de las autoridades y los ótga-
fuudacióu de iglesias y conventos, los impuestos, gravámenes y dere- uos de gobierno, teniendo en cuenta uo solamente la resideucia territo·
chos eclesiásticos, etc. Pero se agregaban otras atribuciones que, atut- ria.l, sino también la jerarquía de los mismos. Los residentes en Esp.úu
que pertenecían a la actividad e interés de la Iglesia, no cabíau estricta- eran de superior jerarquía) en ellos se incubaban las grandes refmmas y
mente eu la materia religiosa. Así, lo relativo a la enseñanza en sus allí morían los pleitos más uotables. Los existentes en Indias 1 pese a la
diversas ramas) la circulación de libros y el establecimiento de hospita- relativa libertad de acción que ¡¡e les reconocía, estaban en última ins-
les. Dentro de la uocióu de gobierno temporal quedaban comprendidas tancia subordinados a lo que resolviesen los organismos superiores. Pero
las más amplias y variadas atribuciones, como la redacción de la copiosa en ciertas situaciones y épocas el grado de autononúa fue mayor que el
legislación, el nombramiento de funcionarios, el trato a los indígenas, que cabía esperar.
el comercio, la navegación, las capintlaciones, las concesiones y merce- Las últimas tendencias entre los estudiosos se orientan hacia la idea de
des, la fimdación de ciudades, etcétera. observar eula Monarquía Española wu variedad de reinos, provincias y
La fondón de justicia, a su vez, no estaba confiada a un poder u órgano territorios que, en razón de la distancia y de la peculiaridad de sus pue-
eu forma excluyente, como acontece en nuestro tiempo. blos, ejercían en bueua parte, uu auto-gobiento sometido a la superior
Había sólo tma distinción de fueros, de manera que el fimcionario direccióu de la Corona, principalmente a partir del siglo XVII.
encargado de determinados astmtos de gobierno era también quien
intervenía como juez en la materia. Coincidía, pues, la competencia
de tut determinado órgano o autoridad en sus funciones de gobieruo El gobierno indiano desde la península 1'1
y justicia.
La fondón deguerra compreudía la organización militar, la defensa con- 58. La dirección suprema de los negocios indianos durante estos dos
tra los enemigos externos, la protección armada del comercio ultrama- siglos residió principalmente en el rey y en su Consejo de Indias. En la
rino, las campaílaS contra los indígenas y otras. imposibilidad de que aquél se ocupara persoua.lmente de todos los asun-
La fonción de hacienda, es decir, la administracióu fma.nciera de la Coro- tos, la tarea fue delegada, al principio, en asesores, y luego, ya más
na, comprendía el cobro de los impuestos, regalías y derechos que le específicamente, en el consejo, que tuvo durante este período Ullil ac-
pertenecían, y la organización del plantel de fuucionarios encargados de tuación cada vez más decisiva. Este poder, con todo, siempre estuvo
stJ percepción y administración. supeditado, en los delicados problemas de la administración indiana, a
consultas con el rey.
57. La mayor parte de los órganos o autoridades indianas ejercían va-
rias de las funciones seúaladas, como veremos al realizar el estudio par-
(2) Mem>is de la bibliografía indicada ene! punto anterio1; ver ALFoNso GAB.da·GALLo, op. ctt.
ticular de las mismas, reuniendo lo que constituirían hoy los poderes en nota (1) dd cap. II; J. Pmt.NAS HURTADO,La CMa de 14 ContmtJU:ión de las IndiR.>, Madrid,
legislativo, ejecutivo y judicial. Esa acumulación de fiu1ciones, dice 1907; EllNESTO SCHAFE!l, El Cl)11$ejo rml y supremo de las Indias. Su húturia, orgtmÍZfU;ión y /a!Jor
IJdministrtuiJJa hasta la terminación de la CMa deAuwta, T. I, Sevillii, 1935; F:s.ANcrs= TOMJ.s
ZoRRAQUÍN BEcú, "no se hacía incorporándolas a la competencia de
V A.UENTE, Los 'l'a!i4m m 14 11W11Mqu/a- españo/4 del siglo XVII. Estudio in.Jritu¡;ionat, .Madiid, 1963.
cada autoridad, sino agregaudo nuevos títulos indicativos de la función

70 71
MANUAL Dll H:fSTORIA Oll US !NST!TUCION:l!S AaGRNTINAS EL GOBIERNO INDIANO DBSDB LA l'BNÍNSULI!.

Un papel, importaute al principio, secundMio después, desempeñó la : res- a validos 0primeros ministros, especialmente, durante el reinado de
Casa de la Contratacióu. FELIPE liT, a don FRANCISCO GóMEZ DE SANDOVAL Y RoJAS, duque. de
Veamos por separado cada uua de estas autoridades y órganos de go- Lerma· bajo FEUPE IV don GASPAR DE GUZMAN, cot1de duque de Oliva-
bierno. res, y don LUIS M.ÉND~Z DE HAR<:> y ?~· El valido era: al mismo
tiempo, amigo íntimo del rey y eJercta dtreetamente el gobterno de ~a
59. El rey. Quien ocupaba el trono de Castilla era también el ritu1M de Monarquía, debido a los poderes que, de h~ho o d~ de:echo, ~abta
los reinos de Indias, en virtud de la incorporación de éstos a aquél (§ delegado etl él el propio rey. La figura del valido ~oluctouo a traves del
55). Como señala ZoRRAQUÍN BEcú, las Iudias no interVenían en el siglo, y en buena parte sus características dependteron d: la perso~:a qt;e
reconodmieuto y la proclamación de sus reyes, y nuuca fi.teron consul- obtuvo el favor real. En la segunda mitad de la centuna aparecto mas
tadas al respecto, ni aun en los casos eu que se admitió como tal a nn perftlada su figura con la denominación de primer ministro~ ..
prú1cipe extranjero o cuando existieron conflictos en las pretensiones al No se abandonaron, sin embMgo, como apm1ta ZoRRAQUIN BEcu, los
trono. De esta mauera, el rey reconocido y proclamado solamente eu principios fundamentales de la Monarquía ~:ti los ~~ de ~a empresa
Castilla quedaba de hecho también aceptado en Indias. · di auuque se advirtió "un mayor descmdo admimstrat:J.vo, un ere-
m ma, b el . de
No corresponde que volvamos a considerar el alcance que por entonces ciente ab.uldono del espíritu imperial, la po reza, est:mcarruento
tenía el poder real, ya estudiado al ocuparnos de las instituciones caste- todas las actividades y el auge de ciertas fallas ~el gobteruo, C_?mD el
llanas {§ § 20-22), pero dese.unos seitalar uua limitación más que, con- peculado y la venta de oficios". Era una decad~tlCla <:-1 todos los ordenes
tenida en el derecho castell.uro, tuvo bastante aplicación en Iudhls. En que, junto a la creciente pujanza de otras tuno~, tba a configurar ese
efecto, por uua. disposición originada en el siglo XVI y reiterada en estado de postración de la EspaÍla de fmes de stglo XVII.
varias oportunidades, se estableció que aquellas disposiciones reales
contrarias al derecho vigeute y que causaran algún perjuicio debían ser 61. Origen del poder político. De acue.rd? con las doctrinas des~ro­
tan sólo obedecidas y no cumplidas, hasta que, mejor infOrmado el Hadas en los siglos XVI y XVII, el hombre, nnpulsado por sus necestda-
monarca, resolviese definitivarneute. De esta manera, como dice GAR- des sociales, establecía la comw:tidad, la que otorgaba ~l ~o del poder Y
ct:-GALw, se dejaba a salvo la autoridad de la ley y; al mismo tiempo, se potestad política al gobernante en determinadas condtctones y fo:mas.
evttaba la injusticia que resultMía de su aplicación. El precepto, pues, El deber primordial del gobernante o d:I prú1Cipe er~ atender el ?ten de
tenía ru1 alto contenido jurídico, y social. Debido a las euormes distan- la commlldad, sin poder usar a su capncho.la autoridad confertda. Eu
cias y al de<>Conocimiento territorial, ruvo ru1 campo propicio de aplica- • · · el pueblo tampoco podía reasmrur esa potestad, salvo en ca-
prmctpl0 , L~ .. '
ción eu el Nuevo Mundo, aunque muchas veces fueron también intere- sos muy graves, como, por ejemplo, cuando el gouc.rua11~ se couvertla
ses egoístas los que se valieron de este recurso para dilatar la aplicación en tirano 0 cuaudo desaparecía el prúlCipe sin dejar legítuno sucesor.
de algm1as disposiciones reales que les eran desfavorables. Esta potestad 0 poder político era, pues, de derecho nat:tlral; eu cu~1to
respondía a las inclinaciones sociales del ~~bre y procedta de Dtos,
60. A partir de la muerte de FER."<ANDo, ocurrida en 1516, y hasta fmes uien lo entregaba a la comm:tidad al consntwrse ésta. ., ,
de la centuria siguiente, la Corona estuvo eu poder de príncipes de la qEl rn>~
rey;r--, recibía el poder de la com.Ul:tidad, y cada suceston de prm-
., d 1 ..
llamada Casa de Austria. El primero de ellos, CARws I de EspaÍla y V cipes en el trono significaba una verdadera renovaeton e pacto ongt-
de Alemania (1516-1556), era nieto de FERNANDO y también de MAxi- nario, formalizada mediante el juramento del nuevo rey de gu.rrdar ,Y
MIIJANo I, y perteJleda a la dinastía austriaca de los Habsburgo. Duran- respetar las leyes y los privilegios vigentes, a lo que el pueblo respondt~
te su reinado el imperio alcanzó gran extensión geográfica, y consiguió jurándole obediencia. De allí, dice GARciA-GALLO, "el rey es. tUl admi-
dotarlo de mm administración eficiente, que su suceso:¡; FEliPE II ( 1556- nistrador de la comunidad, un magistrado que ejerce el ofiao ? cargo
1598), se eucargó de mantener con una singular dedicación a todos los re ha de gobernar conforme a las leyes y en beneficto de la
de ry" e ,qt . el'ul
negocios admiftistrativos. coml.lllidad. En caso contrario, se convertía en Ull ~an~ vmc o con
Los reyes del siglo siguiente, FEI.IPE ill (1598-1621), FELIPE IV (1621- la commüdad se rompía y cesaba el deber de obedteneta. . .
1665) y CARLOS II «el hechizado" (1665-1700), abandonaron los pro- Esta doctrina fi.re elaborada por los principales teólo~ YJUTlS~ espa-
blemas de la administración indiana -también los propios penllJSula- ñoles, y amtque a través de los diversos autores es postble notar diferen-

73
Aft.NUAL DE lliSTORIA DE LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS EL GOBIERNO INDIANO DBSDE LA PENÍNSULA

cias -algunas de ellas importantes-, se puede considerar la enunciada En sus comienzos, la C'..asa era sólo Ulta autoridad intermediaria y admi-
corno doctrina generalmente admitida por la mayoría de los tratadistas nistrativa del comercio con las Indias, y del apresto y el despacho de las
(FRANCISCO DE VrroRIA, Do.MlNGO DE Soro, Lurs DE MaLINA, FRANCIS· flotas, pero paulatinamente a través del siglo XVI le fueron encornenda·
co SuAREz, FERNANDO V Á7..QUEZ DE lliNCHACA, MARTÍN DE AzPILCUE· das nuevas tareas a media que surgían los problemas. Entre las prindpa·
TA, DIEGO DE CovARRUBIAS) y, corno tal, aplicada en el derecho político les señalamos:
de la época. a) <:I,control sobre el comercio con las Indias(§ 139) y sobre la organi·
zanon de las expediciones conquistadoras, por lo que le correspondía
62. La doctrina, sin embargo, no restdtó aplicable desde tut primer llevar registro de los barcos, licencia de pasajeros, registro de mercade*
momento a las Indias, pues el dominio de los Reyes Católicos sobre rías, etcétera;
estos territorios se había originado en otrn<> títulos(§§ 34-41), y no en b) el registro de los despachos que la Corotta enviaba a las autoridades
la voltuttaria concesión de la comunidad indígena. GARcfA~GALLO sos· Cll las Indias;
tiene que sólo hacia 1540, cuando el número de espaúoles en Indias era e) la.atención p-arcial de algunos intereses f.tscales (§ 139), como llevar
considerable y la conquista del territorio se había efectuado con el es- el astento de las entrad.tS y las salidas de los bienes reales evitar la im·
fuerzo de aquellos y a su costa, puede considerarse que "también en portadón el.mdestina del oro; '
Indi.tS el poder del rey sobre los espaÍ1oles lo recibe mediante un pacto d) la aclrn.inistracióu de los bicttes que dejaban los espafloles que morían
de la comunidad". Asimismo, se intentó obtener el reconocimiento en Indias;
voltuttario de los indígenas al rey(§ 41). e) el ejer~icio de funciones judiciales, civiles y criminales, especialrnen·
te las deriVadas de la contratación y la ttavegación con las Indias y de los
63. Sin emb.rrgo, esta idea acerca del origen del poder fue desplazada pleitos fiScales;
lentamente a medida que la figura del Estado alcanzó a diferenciarse de f) el desarrollo de los estudios náuticos, habiéudose creado eu 1508 el
la comunidad y que surgió una concepción providencialista del manar~ cargo de piloto mayor con facultades para examinar aspirautcs y formar
ca, eu el sentido de que por una concesión de Dios ocupaba el trono. las "cartas de mare.rr" (mapas náuticos), y más tarde, Ulta cátedra de
Ello culminó en Espaíta en el siglo XVIII, con los resultados que vere· cosmografía.
mos (§ 167). Tal cúmulo de tare.tS fne, empero, aligerado con la creación en 1543 del
consulado e~1la misma ci~ad de Sevilla (§ 145). Seüa.la SCHAFER que
64. La Casa de la Contratación de las Indias. Establecida en Sevilla durante el stglo XVII, altgual que el Consejo, la Casa experimentó un
en 1503, la C.tSa de la Contratación fue el primer órgano de gobierno nuevo aumento de su personal, el crecimiento de los salarios y de las
indiano creado en la península. Al principio dependió directamente de deudas, así corno el decaimiento de la fuerza y la importancia de su
los reyes, secremrios y asesores, pero gozó de una cierta autonomía que l~bc>r. La decadencia se hizo evidente a fines de ese siglo, durante el cual
subsistió hasta la creación del Consejo de Indias en 1524 (§ 65). A ctertos cargos habían sido distribuidos iuescrupulosamente. Pese a que
p.rrtir de entonces quedó subordinada a la dirección suprema del Con· s6lo se extinguió eu 1790, a partir del siglo XVIII -fue dispuesto su
sejo, y desde la segunda mitad del siglo también dependió, en algunos ~aslado a Cádiz en 1717-, perdió parte de sus atribuciones, languide-
aspectos de la administración fmanciera, del Consejo de Hacienda. Esta neudo paulatinamente(§ 168).
doble dependencia ocasionó permanentes cotúlictos; especialmente el_
Consejo de lndi.tS se sin_tió molesto por la llijerencia de los funcionarios 6~. El Consejo Real y Supremo de las Indias. Durante los primeros
hacendísticos. auos, lo,<> reyes se ocuparon personalmente de los asuntos indianos, pres-
En tw primer momento, la Casa estuvo integrada sólo por tres oficiales tando colaboración Ull miembro del Consejo Real de Castilla, don JUA.....-
-tesorero, contador y factor-, pero a partir del reinado de FELIPE II el RoDRÍGL'EZ DE FoNSECA. Luego de la muerte del rey FERNANDO, en
plantel burocrático aumentó notablemente. Desde fines del_ siglo XVI ~5~9 se creó dentro ~el Consejo de Castilla Ullil jw1ta para los asUlttos
fue posible ya advertir dos grupos de altos ñutdonarios: los administra* uutiauos, que empew a conocerse como "Consejo de las Indias", y se
tivos propiamente dichos y los jueces letrados que constittúan el tribu- ocu~aba sólo de los aspectos administrativos, pues Clt los de justicia
nal de justicia, denominado Audiencia de la Casa de la Contratación. contmuaba entendiendo aquéL En 1524 fue establecido en forma defi-

74 75
llil'lllAL Dll HiSTORIA Dll LAS lNSTlTUC!ONBS ARGIINTINAS EL GOBIERNO INDIANO Dl!SDI! U PBNINSUl.A

~lltiva C: ~nsejo Real ~ Supre~ de las Indias, otorgándosele la alta real de Madrid. Enl717, se trasladó, jtmtame.ttte con los otros conse-
Jerarqwa e indepe.ndencta proptas de estos cuerpos, con gran autoridad jos, a m1 nuevo palacio madrileño. , . .
~dministrativa y judicial. El Consejo indiano ale~ así w 1 plano de El CotlSejo de Indias -al igual que los demas consqos- se commucaba
tgualdad co11 el de Castilla, que no fue, sin embargo, absoluto. En este con las autoridades indianas y con los particulares a través de cédulas
sentido puede advertirse que la designació11 de los miembros del Cot1- reales firmadas por el rey. Sólo con sus fiu1cionarios y en el servido
sejo de Indias la efecruaba el rey en consulta c011 el Consejo de Castilla, interior, el Consejo lo hacía en su propio nombre. A su vez, las presen-
y no se procedía en forma análoga en el caso inverso, y que aquél no taciones que se hacían al Consejo llevaban por encabezamletrto: ';Al Rey
mtervellía con su opinión en los problemas internacionales que afecta- Nuestro Señor, en su Real CotlSejo de las Indias". Sólo eu casos excep-
ban a toda la Monarquía. cionales, y especialmente en la correspondencia de los. ~irreyes, se :Ute-
~11 tomo del Consejo se constituyó una burocracia que aumentó paula- raba esta fórmula, cuando se deseaba que la presentacton llegase drrec-
nnamente, a tal punto que en la segunda mitad del siglo XVII el perso- tamente al rey, y así se decía: "Al Rey Nuestro ~or, _en sus ~eales
nal e~a tres vec<; mayor que el existente medio siglo antes, pese a que el Manos". Es decir, desde el punto de vista de la orgamzactón polínca, el
o:abaJO no ~bta aumentado en la misma proporciÓ11 y a que la sirua- Consejo de Indias se subsumía dentro de la figura del rey, en cuyo nom-
aón f.t.nanctera era muy comprometida. Se integraba el Consejo, princi- bre actuaba.
palmente, c011 Ull presidente, varios consejeros -en tUl principio, cinco En tal sentido su gobierno, pues, era supremo, y no sólo le estabatt
y luego .selle~ hasta diec~ueve-, ,un fiscal, dos secretarios y Ull plantel subordinadas las auroridades y los órganos que ejercían el poder en el
de fiuu:tonanos de menor ¡erarqma. Unas ordenanzas -varias veces re- Nuevo Mundo, sino la propia Casa de la Contratación, establecida en
formadas- reglaban su actividad. Sevilla. Aunque este gobierno fue esetu:~a.lmente Ull "~bierno de .rela-
Fl ~plio poder decisorio del Consejo siempre estuvo supeditado Cll ción", es decir que las disposiciones se_ dtctab:Ul ~ traves de memo:tales,
los unportantes problemas de la administración indiana a consultas con informes y presentadottes de las autortdades llldtanas y de los partu-ula-
.
el.rey, y eu cuanto a los negocios hacendísticos, a partir de la segunda res sin conocimietrto directo de la realidad, paulatinamettte se fueron
rmtad del siglo XVI, a la aprobación del Consejo de Hacietlda. Ello b~ando para las plazas del CotlSejo -sin lograrlo s~empre-1~ perso-
significó en muchas ocasiones Ull considerable y perjudicial retardo en nas que hubieran tenido experietlCia directa Cll el gobterno proptamente
las decisiones. El entorpecimiento se hizo más visible durante el reina- indiano.
do de FELIPE II, por la lentitud con que el rey despachaba las consultas
y el~ de sus respuestas, y en los siguientes reinados por la injerencia, 66. Las atribuciones del Consejo eran:
a veces mescrupulosa, de los ministros o secretarios favoritos. a) Asesoramiento. Según ZoRRAQL'ÍN BEcú, en el sistema de la Monar-
En 1600 fue creada la Cámara de Indias, constituida por w 1 reducido quía hispánica los consejos constituíatt "piezas esetu:iales", a .quienes los
número de consejeros, a la que se le encomendó lo relativo a los nom- reyes debían solicitar asesoramiento para los actos de ~bterno. A s~
brami~~' civiles y eclesiásticos, y la concesión de mercedes. Aunque vez, el CotlSCjo ponía en conocimiento del monarca los uúorn:es prect-
se sup7uruo enl609, fue restablecida enl644, pese a la oposición del sos y las soluciones que estimaba nece:arias para.l~ ,asuntos mdiatlOS.
ConsCJO, que consideraba disminuidas sus atribuciones, sin haberse dado De esta manera, las decisiones eran conJmltas, adqumatl mayor fuerza Y
Ulla s~li?a razón para ello. En realidad, el nuevo cuerpo resultaba útil a eliminaban la sospecha de arbitrariedad. Sin embargo, el rey, como au-
los rrurustros o secretarios reales para influir más direcumettte Cll la roridad suprema, era quien en última ll1Stancia podía imponer su vo-
designación de los nuevos funcionarios, con lo que a veces se satisfacíat1 ltmtad. Pero los co11SCjos -tambi~n el de Indias- no fueron, sobre ~o
apetencias personales, con omisión de los méritos de los candidatos. en el siglo XVI, sumisos y complacientes ala opinión d? mo~~a, s111o
Estas influencias cotttribuyeron a restar independencia y fuerza al Cott- que protestaroll y reaccionarofl vehementemettte .mte ~lSpoSlctúll~ que
sejo de Indias durante el siglo XVII, y así qnedaro11 postergados pro- estimaban erróneas. De alú la i.mportancia que alcanzo esta ftutcton de
yectos y tentativas que partían de tUl conocimiento de la realidad india- asesoramiento. .
na muy s~rior ~ que ~eían los ministros o secretarios del rey. El sistema ofrecía también algunos lllConvetllentes por la larga trarmta:
El CotlSCJO de Indias reslCiía ettla corte del rey, y como ésta era ambu- ción de los asuntos que ambas autoridades tetúan en sus manos. St
lante no tuvo casa oficial hasta 1561, en que se estableció en el Alcázar algunos de los reyes fuetun excesivamente lentos et1 el despacho de los

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"
MANUAL Dtl liJSTORIA DB LAS lNSTITUCIONI!S ARGENTINAS EL GOBIERNO LOCAL DB LAS INDIAS

asuntos -el caso más saliente es el de FEL1PE IT-, no debe olvidarse que e) Real Hacienda. Tuvo a su cargo la administración de los fondos rea-
la lentitud ñte también característica del propio Consejo indiano, que les, pero a partir de la segu11da mitad del siglo XVI el Consejo perdió
110 podía desprenderse de tUl arraigado espíritu de rutina y de la natural esa factdtad, qtte pasó al Consejo de Hacienda. Sin embargo, continuó
carencia de responsabilidad individual en sus decisiones. fiscalizando las cuentas de los oficiales reales, y estableciendo o modifi-
b) Gobierno. La competencia del C'..onsejo comprendía tanto los as- cando los impuestos y demás contribuciones Íltdiau.as.
pectos espirituales como los temporales. Se ocupaba, así, del ejerci-
cio del patronato en un sentido amplio, estando a su cargo proponer 67. Las juntas especiales. Duraute el siglo XVI, y aun después de
al rey los candidatos para ocupar dignidades y prebendás eclesiásti- establecido el Consejo, el rey reunió juntas de teólogos y juristas a fm
cas, como también las divisiones territoriales eclesiásticas de las In- de asesorarse sobre deterrninados problemas, especialmente relativos al
dias, armouizándolas con las jurisdicciones administrativas y la con- justo título y al trato a los indígenas (§§ 240-241). T.unbiénlo hizo
cesión del pase o exequátur a bulas y breves apostólicos que debían para considerar graves problemas de gobiemo, como la llamada Junta
clllllplirse en ludias(§ 293). Magna de 1568
En cuanto al deuomiuado gobierno temporal, el Consejo preparaba la!> A fiues del siglo XVI y dttt'..Utte el siglo siguiente se constituyeron otras
leyes y 4emás disposiciones referidas a Indias, y las expedía en nombre juntas especiales, integradas por diversos funcionarios. La más impor-
del rey y con su aprobación. Determinaba las divisiones territoriales y tante, por su carácter permauente y por los astuttos que le estaban enro-
proponía el nombramiento de los funcionarios indianos. Atendía las mendados, era la Junta de Guerra de Indias, que estaba integrada por
consultas que le elevaban los altos funciouarios de ludias, que no po- miembros del Consejo de Indias y del de guerra, y cuya función com-
dían realizar ningún plan importante de gobierno sin la previa aproba- prendía la organización militar, la provisión de los oficios y cargos del
ción de la Corona. El Consejo otorgaba también aprobaci6u y licencia ramo, y la defensa de los reinos indianos. También cabe mencionar las
para la publicacióu de obras referidas a las Indias, y autorizaba la intro- juntas de la contaduría mayor y de hacienda, en las que se trataban pro·
ducción de libros en el territorio encomendado a su jurisdicción. blemas específicos con intervención de miembros de distintos consejos.
Por expresas disposiciones reales, el Consejo debía archivar prolijamen-
te la correspoudencia qtte desde Indias enviaban a la Corona los funcio-
nario!) y los partictdares, con el objeto de que se tuviera una "descrip- El gobierno local de las Indias (a)
ción y averiguacióu cumplida y cierta de todas las cosas del Estado de
las Indias", tauto las de orden administrativo Como las de índole geo- 68. El establecimiento de los órganos y autoridades en L~ias uo res-
gráfica y las relativas a los indígenas. También se le había encomendado pondió a tUl plau orgáuico previamente trazado, sino que fue el resulta-
el buen tratamiento de los indios y su conversión al cristianismo, ocu- do de las continuas necesidades que se ponían e u evidencia. De ahí que
pándose, asimismo, de los repartimientos y encomiendas. tardMa mucho tiempo en establecerse un régimen organizado, que, con
Pero donde la fimcióu legislativa alcanzó mayor notoriedad file en los todo, no fue definitivo. Esta misma libertad en la creación del sistema
esforzados trabajos destinados a la recopilación de las leyes dictadas
para Ltdias, la que fmal.mente se sanciouó en 1680 (§§ 98-99). (3) Además de la bibliografb indicada en puntw am:criore;, ve~· Gt\'II.LEII.MO CtsPEDES, La visita
e)]usticia. Ejercía el Consejo el control sobre los tribunales judiciales de como imtitH&iún indÍIJnii<, A.E.A., N<> Ill, 1946; AuoNso GAJ\ct...GN..Lo, La ~olución de la
Indias y era competente para entender eu los pleitos originados por vía (lllfl'nizadún trrritmialde las Indins de 1492-1824, A.H.J .E., N" 5, 1980; A. GAl\ciA..O.u.w,Aka.fdes
1HfJ)'Ilfts y r:orregidcrtS m Indias; y Lm primipiG> remwes de la or_gtJnización terriwrial de /liS Indúu m
de apeladóu. Sin embargo, para evitar tUl recargo de tareas que apartase el siglo Xl7, ambos en &tudi<;s de HistiJria ... , op. cit. en nota (5) del cap. 1; BE&NIIltDO GAl\ciA
a sus miembros de la actividad gubernamental, se linútó ese recurso a MA!I.TfNEz, OjMda a las mpiruliUirmes pam la conquisfl!< deAmfrlca, R.H.A., N" 69, 1970: JEsús
I...<.r..!.NDE AMciil, Elrigimm virfflno·smatorial m Indúu, A.H.D.E., 1967, t. 37; SJonmo RADA&.u,
aquellos asuntos que por su monto y naturaleza convetúa llegarau a
Lii< imtituúón rirreinalen las Indias, BuenosAú>:s, 1957; JostM. MA!I.ILUZ Ul\QlJIJO,Ens":YYw/Jre
conocimiento del alto organismo(§ 115). lo! juicios de reridmcia indianO>, Se'lilla, 1952; R:!CA!I.OO ZoRRAQUÍ.'I BECú,EI !Jficio de gobernador
d) Guerra. A partir del siglo XVII, los asuntos militares y navales, hasta m eldern:ho indúmo, R.I.H.D.R.L:, No 23, 1972, y R.H.D., N" 1, 1973.
eutouces de competencia del Consejo, ñteron eucomendados a la Junta (3a) Hour PlETscH.'>LI.NN, Buro<.-radii< y &orrupción en HiJpiUifKimbiCIJ •oloniai. UM apr~Xdmación
tentati:l'a; y Cllf'rn,p,;ión en ,IM Indias españolas: misión de un debate m la historiograjfa $/){:!re
de Guerra. No obstante, el Consejo continuó encargándose de aspectos Hkpmwamlrit:a colonffll en Idem,Mex/¡:o zwisthm Reform und RevoiutWn. Stuttgart, 2000; fost
futancieros de este ramo. M. MAKILuz U!!.QUUO,EII1t}tmtt de la adminiftrnción pUblica m Indias, BW"ncx~ Aires, 1998.

79
MANUAL DB ffisTORM. D.B LAS lNSTITUC!ONBS ÁRGllNTINAS

se n:asmitía a los ~bemantes de cada región, pues al dictarse las leyes · lugar, porque el proceso mismo de la conquista desarrollado a lo largo
,,
¡¡
no siempre era pos1ble tener en cuenta Jas necesidades de cada distrito
por lo que aquéllos gozaron de la facultad de suspender la aplicación d~
del siglo XVI obligó, antes qtre atender una plan.iftcación, a resolver
casuísticamente los problelTh\S creados por la nueva reahdad, y además
las ~rdenes reales que result.tran inadecuadas (§ 59) y ejercieron Ull porque el racionalismo como forma de tula sociedad política planifica-
relativo poder legislativo. da no se conocía entonces.
Est:' ~a,tiva libertad d~ acción fi.re cercenada paulatinamente porque la Sostietre el profesor GAReíA-GAllo que en w1. primer mometltO y como
asptra<:ion de las autondades peninsulares era ejercer un mayor control consecuencia de las capitulaciones de Santa Fe, dell7 de abril de 1492,
sobre las actividades indiauas. La política centralista intentó en los últi- celebradas entre la Corona y CRISTÓBAL CoLÓN, todo el Nuevo Mtmdo
mos tiempos de la domiru.ción espaÍlola que los gobernantes en Indias formaba wl solo virreinato ygobernación, sometido a la única autoridad
Ft:eran simples ejecutores de las órdenes superiores. La vigilancia mitm- del descubridor. A partir de 1501, y más decididamet1te una década
Closa sobre los funcionarios procuraba no sólo que se aplicasen los fines después, al concederse nuevas capitulaciones, esta mridad fite desapare·
de la conquista, sino también que se evitase el mal ejemplo de fimciona· deudo, empezando a constituirse numerosas provincias con adelantados
ros deshonestos y despóticos. o gobernadores a su frente, dependientes directamente del r:Y• y no ~e
El sistelThl. de gobierno establecido en las Indias suponía w1 reciproco CoLÓN. Así afmna el met1cionado autor que durante el pruner terno
control de Jos órganos y autoridades, al ptmto de que las atribuciones del siglo XVI las provincias constituyen "las circwlSCripciones básicas
encomendad.as a cada lUlO impedían que algtula autoridad se constim· del gobierno territorial de las Indias". . ..
yera en suprema, eu detrimento de las restantes. Existía, s~ una mitm- Poco después, lUla nueva organización se superpuso a la pr~mnva al
ciosa y a veces imprecisa escala jerárquica de funcionarios, pero aw1 los desaparecer el virreinato colombino y crearse los de Nueva Espa.na (1 ?34)
que ostentaban más boato y preeminencia aparente, como el virrey; en- y del Perú (1542), en aquellos territorios, considerados co~ remos,
contraban serias limitaciones en e1 desempeño de su cargo, originándo- donde existían fuertes comunidades indígenas organizadas políticamente.
se a.sí w1a verdadera división de la autoridad y la responsabilidad guber- La jurisdicción territorial inicial de los nuev~ v~re~u:os se redujo a
nativa. Debe seflalarse también la gravitación que ejercieron sobre los esos reinos y no comprendía las restantes provmct.as mdiailas, que con-
gobe~nantes locales ciertas fuerzas sociales. Estos grupos se nucleaban tinuaron al margen de aquellos.
especialmente en tomo de la Iglesia(§ 287) y de los cabildos(§ 85). Ya sea por la alta significación política de los virreyes, por el deftciet1te
Tanto los prelados, los sacerdotes y las comunidades religiosas, por Ulla conocimiento de la geografía, por la tentación ~e esquema~ la ?rga-
parte, como, por la otra, los vecirws más caracterizados, constituían jun- nización territorial, o por el intento de d.tr Clertas bases mu~tas al
to con.la bur~racia gubenlanlental, la clase dirigente, con influencia y gobierno indiano, lo cierto es que paulatiuametlte fueron apru:c~en~o
poder lllCuestlOtlable sobre una mayoría que aceptaba su liderazgo. los virrelllatos como los órganos políticos superiores, con una JUnsdtc·
En swna, el régimen establecido era pesado, lento y trabado en virtud ción cada vez mayor. Esto se evidencia a fulCS del siglo XVI, ?-1 que la
de esos mismos controles, de las largas distancias y las deficientes co- autoridad del virrey llegaba a provincias que no habían estado .rnc?rpo·
municaciones que separaban a las distintas autoridades superiores resi- radas en w1 prll1cipio a los virreinatos. Fue tal vez e11. la Rf:cop~l~n de
dentes en América y en Espa!Ía. leyes de 1680 donde se alcanzó nn mayor grado de generaltzacton de las
No es posible realizar una clasificación estática de las autoridades resi- normas y de ordenación esquemática del gobiemo llu:l.iano. .
dentes en Indias, aunque conviene distinguir los orígenes de la adminis- P.tra concili.tr la realidad casuística y evolutiva durante estos dos stglos,
tración territorial, que coinciden con la conquista propiamente dicha, en las diferentes áreas territorialt;S, con la necesidad de ofrecer un es-
de la· organ.izaci6n definitiva que se alcanzó wla vez obtenido el asenta- quema pedagúgico, luego de esta c.tracter~ción general, hemos de es·
miento de la empresa. Como se comprenderá, estas etapas no ruvieron rudiar las diferentes autoridades gttbenlatiVas, empezando por aqueilas
la misma vigencia para las distintas regiones del Nuevo Mundo. que responden a w1 primer momento de la conquista. Así, luego de
El gobierno de las Indias no estuvo sujeto a una planificación o esque- caracterizar las capitulaciones, nos ocupare~ de los. a~~lantados. El
ma político que dividiera el continente en jerárquicas divisiones territo· orden gubernativo ya consolidado nos ~recera la posibilidad de estu·
ri:ll~ Y estableciera w1 orden sistemático entre autoridades y órganos, di.tr a los virreyes, gobernadores, correg¡dores y alcaldes mayores, Y a
dlStnbuyendo entre ellos las distintas funciones. No fue así, en primer otros fimcionarios de menor jer.trqtúa, así como la forma eu que todos

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MANUAL DB HISTORIA DB LAS lNSTITUCIONBS ARGENTINAS EL GOBIERNO LOCAL DB LAS INDIAS

ellos eran controlados en su actuación. En gran parte hemos utilizado la yes) fueron autorizados para celebrarlas Cll nombre del rey, y sujetas a
clara sistematización efecntada por el profesor ZoRRAQUÍN B:ocú, y na- su confirmación.
Utralrnente nos limitaremos a señalar los aspectos más generales de esta Las capitulaciones, como es natural, siguieron en tiempo y lugar las
organización sin aludir a regúnenes de excepción. formas territoriales de la penetración española en el Nuevo Mnndo
(§ 44), y se extendieron durante todo el siglo' XVI, aunque la gran
69. El ejercicio del poder real e11 el Nuevo Mrutdo tuvo tllla trabajosa mayoría de las celebradas directameitte con el rey $e hicieron en la
etapa formativa que, según ALFoNso GARcÍA-GALLo, ha pasado iuad- primera mitad.
vertida para la mayoría de los historiadores. En primer lugar, se debió Aunque el contenido de las distintas capitulaciones difiere, tenieiKlo e11
afrontar las consecuencias lógicas de una inexperieil(:ia gubernativa, que cuenta no sólo la importancia de cada una, sino también la época de su
provocó, con frecuencia, tensiones, choques y reclamaciones a la Coro- concesión, conviene fijar sus características. Geiteralmente, compren-
na. Además mereció partictdar atención el problema planteado a raíz de día tres partes: la licencia propiamente dicha, la enumeración de las
los extensos poderes otorgados a CRISTÓBAL CoLÓN -almirante, virrey y obligaciones del caudillo y de las mercedes concedidas, y, por último,
gobernador- eulas capitulaciones de 1492, que deseitcadenó numero- los privilegios otorgados que se soüan condicionar al éxito de la empre-
sos y complejos pleitos promovidos por su hijo DIEGO CoLóN, que no sa y a la conducta de su jefe.
se resignaba a perder, ni siquiera parciahnente, tan amplias concesiones. Eran obligaciones del caudillo o empresaric:
De esta manera, la Corona, en parte aceptando sus preteilSiones y e11 a) cumplir 110 sólo con los fines específicos de su misión, sil10 también
parte desconociéndolas, no pudo imponer definitivamente un sistema con los objetivos de la Corona e11 cuanto al bue11 tratamiento de los
de gobienro propio y excluyente hasta mediados del siglo XVL indios, buscando su conversión al cristianismo;
b) asegurar la percepción de los bie11es y derechos que correspondían a
70. Las capitulaciones. La empresa conqtústadora, según dijimos, fue la Corona; y
dirigida y fiscalizada por la Corona, pero costeada por los particulares e) llevar a cabo una política de población.
sobre quienes recaían el riesgo y el trabajo de la misma, pues la ayuda No bastaba descubrir: era necesario poblar, y para ello se le fijaban
real fue muy escasa (§ 48). Esta peculiar característica dio origen a rut plazos y formas de hacerlo. A cargo del jefe quedaban el reclutamiento
régimen especial de convenios, las llamadas capitulaciones. de hombres, la formación y la dirección de la hueste (§§ 330-331 ). Para
La capitulación era ruta convención o contrato de carácter público, cele- colaborar en aquellas tareas, y también como rut verdadero control)
brada e11tre la Coro1ta y el empresario, por la cual aquélla concedía per- solían integrar estas expediciones los oficiales reales de hacienda.(§ 151)
miso o licencia para llevar a cabo ruta empresa o establecer rut servicio y los sacerdotes.
público, sujeto a determinadas condiciones. Este ll1Strumento jurídico Las mercedes regias, a su vez) consistían m:
fue utilizado con anterioridad en Castilla, y en cuanto al Nuevo Mun- a) la concesión de títulos o funciones públicas relevantes e11los territorios
do, estuvo especialmente referido al descubrimieitto y la ocupación de que descubrieren y poblaren (como almirante, adelantado, virrey, go-
territorios, aunque no faltaron capitulaciones relativas a otro tipo de bernador, capitán general, alguacil mayor), las que llegaron a conceder-
servicios públicos. se a perpetuidad o para trasmitirlas hereditariamente por varias vidas;
Por su contenido, las capitulaciones revivían, en cierta medida, el siste- b) el repartimiento de tierras, que alcanzaba a veces grandes extensiones,
ma señorial desaparecido en la península. Pero, en todo caso, la Coro1ta parn el caudillo como parn los demás integrantes de la expedición,
uo abandonó ntUl(:a la dominación poütica y el derecho a dictar las el único requisito de la resideitcia;
normas para el cumplimimto de los futes del Estado. A tal efecto, so- <TW'<m'' aprovechamiento de las minas que descubriese, reservándose
Han expedirse las instruccWnes, que conte1úan e11 detalle las normas y la propiedad de las mismas y nna participación en los
previsiones necesarias para la buena marcha de la expedición, ajustadas
a la legislación imperante. en rentas y beiteficios de la Corona en deternúnado
La Coro1ta se reservaba la atribución de otorgar las capitulaciones, pero por rut cierto tiempo y atm a perpetuidad, dentro de ciertos
en el caso de descubrimientos o concesiones meitores, otros órganos y •¡mute•, o la concesión de una renta fija.
autoridades (Casa de Contratación, audieitcias, gobemadores y virre- se agota aquí la emuneración de estas mercedes, pues también com-

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MANu.u DB HISTORIA Dll LAS lNSTirUCIONBS A:aGBNTINAS EL GOBIIlllNO WCAL DB LAS INDIAS

prendía, .se~n los ~ la tenencia de fortalezas, la facultad para enco- 72. Los virreyes. El oficio de virrey para las Indias fue inicialmente
mendar indios, la propiedad sobre la mitad de los tesoros hallados las otorgado a CRISTÓBAL CoLÓN en las capitulaciones de Santa Fe ( 14~2).
exclusividades en d~1adas explotaciones y ciertas exenciones ~iti~ La concesión era amplia, no demasiado clara con respecto a sus atnbu-
vas. Todo ello condicronado aJa importancia de la capitulación celebrada. ciones, y luego se convirtió e11 hereditaria. Ello provocó largos y nWlle-
rosos conflictos, especialmente con el hijo del descubridor, don DIEGo
71. Los adelantados. Según ZoRRAQvfN BEcú -a quien seguimos en CoLóN, y sólo al cabo de e110josos pleitos, que concluyeron en 1535, se
este t~-.' ~os adelantados constituyeron la figura más característica de dio término a este singular virreinato. A partir de entonces la Corona
la etap~ llllcial de la orgarúzación indiana. La forma en que se realizó la consideró el oficio como la más alta magistratura, pero dentro de la
conqmsta d:I .Nuevo M~do obligó a la Corona a conceder a los jefes administración territorial, sujeta directamente al rey y desligada de toda
de las expedtaones ampl.i.ts facultades y privilegios para interesados en capitulación. En tal carácter fueron designados los primeros virreyes
la empre:a, darles m1a jerarquía suficiente para .reclutar la gente necesa- para Nueva EspaÍla y Perú. El del Perú se destacó pronto como el más
na par~ mtegrar la expedición y dotarlos, en fm, de las atribuciones importante, no sólo por su extensión terril?rial, sino también por su
necesanas para enfrentar los distintos problemas que solían presentárse- repercusión económica, de manera q~ los vtrreyes ~as!ada~os de Nue-
les. Así nació la función y el título de adelantado, que ya habían sido va Espaúa al Perú estimaban el camb1o como ml stgnificatlvo ascenso
conferidos en la propia península. en su carrera admllUstrativa. A mediados del siglo XVIIII, las necesida-
El oficio ~grega ZoRRAQUÍN BEcú- era de la más elevada jerarquía, sin des obligaron a la creación de otros dos virreinatos: los de Nueva Gra-
alcanzar, sm embargo, a tener carácter nobiliario. Era común conceder nada y del Río de la Plata(§ 169).
el título en fonna vitalicia y am1 con derecho a trasmitirlo a Wl herede~ Si bie11los primeros virreyes fueron -según Ors C~•DEQUI- "co~o
ro. Reunía funcio~~ gu~;nativas, militares y judiciales, pero no tenía encarnación suprema del Estado español en las Ind1as, altos funClo-
a su cargo la admimstraaon fiscal, que estaba reservada a los oficiales narios que gozaron de un complejo de atribuciones hasta entonces
reales: Es;os func~arios, desigrtados por el rey, jmlto con los sacerdo· nunca igualadas y de la máxima confianza de la Corona", sus po~e­
tes, CJerctall en Clerto modo un control, y sus infonnes a la Corona res, paulatinamente, quedaron limi~dos no s?lo ~or el deber ?e m-
servían para aquilatar la conducta de los adelantados_ Como vemos formar al rey, sino también por las ordenes mmuc1osas prove1uentes
atUl en el momento inicial de la conquista, la libertad de acción de es~ de España que debían cumplir. Conse:varon, sin embargo, tUl ~lto
verdaderos caudillos tenía sus limitaciones. rango jerárquico, que se ponía de manifiesto en la po.~pa y el brill?
~1 adelantado en Indias fue nombrado durante la primera mitad del que los acompaúaba, como en la misma recomendacton en el senn·
Siglo XVI para ejercer sus atribuciones en territorios aún no descubier· do de que se les tuviera "mucho respeto y reverencia", pues repre-
tos o s~1 poblar. Es decir q~ Fa aquellas comarcas que en esa época sentaban la propia persona real.
ya h.ablatl superado la etapa uucial, se nombraron otros fimcionarios y Al principio, los virreyes se designaban sin_ plazo fijo, a volm1tad del rey;
no ~delantados. En muchas capitulaciones se concedían, además de ~te pero desde 1629, el nombramiento era trienal, .atmque podía prorro-
ofiao, .otros cargos po!íticos. ZoRRAQUÍN BECú interpreta esas dobles garse. Se procuraba elegir a las personas desarraigadas del lugar donde
conc.es.IO!l~ como un ~ltento de someter al adelantado a la jerarquía ejercían sus fimciones, prohibiéndoseles terminantemente trasladarse~
admllustratlva y reductrlo a la categoría de un fimcionario rentado y mismo con sus hijos y aun con sus hijos políticos. También se les prohi-
obediente a las órdenes reales. bía toda vinculación con intereses económicos y comerciales en la re·
Desde mediados del siglo XVI, aunque con diferencias entre las comar- gión, y para compensar esas privaciones se les dotaba demu excelente
cas .~dianas, ~a asentada en su mayor parte la conquista espaímla, desapa~ remtuleración, aml cuando se admite que sus ga~tos deb1eron ser tam-
~10 la neces1dad del adelantado, y sus atribuciones pasaron a ser ejer- bién elevados, para mantet1er el decoro de su investidura, Para asegur-ar
Cidas por los órganos y las autoridades que conformarían definitiva- la continuidad de la obra de gobierno e informar -a su sucesor, el Vl.rrey
mente el sistema indiatlO. No se extinguió, sin embargo, el título de saliente debla redactar tula memoria, en la que se consignaba no sólo la
adelatltado, que desde en~nces fi.te ~~lemente m1a dignidad otorga- actividad desarrollada, sino también los principales problemas cuya so-
da por la Corona en prenuo de senr:tctos cumplidos 0 a cumplir por el lución requería d concurso del nuevo funcionario. .
beneficiado. Era asistido en sus finlCiones por una secretaría, cuyo número de nuem-
:MANUAL Pl'l ffiSTORlA P!l lAS lNSTITUCIONBS A.RGIINTINM EL GOBIERNO LOCAL DB LAS INDIAS

b.ros creció al desarrollarse la burocracia, llegando a dividir su trabajo Se le concedió al virrey una amplia facultad legislativa -que no siempre
eu departamentos. pudo utilizarse-, al punto de que "'en todas las cosas, casos y negocios,
El virrey encontraba también ciertas limitaciones en el desem_peúo de que se ofrecierClt, hagan lo que pareciere y vieren que conviene, y pro-
su cargo. Eu primer lugar, su deber de informar a la Corona en furma vean todo aquello que nos podríamos hacer y proveer", con el agregado
detallada sobre la marcha del gobiemo, así como sobre "'las personas de que sus órdenes y mandatos debían ctunplirse y ejecutarse sin dilata-
beneméritas" para ser ocupadas en cargos públicos. Luego por el siste- ción ni consultas previas al rey (Recopilación, lib. III, tít. lli, ley 2).
ma de visitas(§ 80) y juicios de residencia(§ 82), y por el control de la Asinúsmo, el virrey, en cuanto tal, tetúa estas otras atribuciones: hacer
audiencia. Precisamente, se aconsejaba a los virreyes que las materias respetar las leyes protectoras de los indígenas; castigar los delitos que se
más arduas e importantes fueran consultadas en acuerdo con los oido- hubiesen cometido antes de su gobierno; perdonar los delitos y excesos
res, amtque siempre reservándose aquéllos la decisión final. cometidos eu su jurisdiccióu; proveer y ordenar uuevos descubrimien·
Muchos de los virreyes perteuecían a famil.ias nobles y distiug1.tidas de tos; presidir las audiencias de otros distritos dentro del virreinato cuan-
la península. Los hubo también nacidos en suelo americano. En la larga do se hallase de visita en las mismas, ~ara tratar asmttos de gobiemo,
lista de los virreyes hubo quienes se entregaron al servicio del progreso sin e11trometerse e11 los negocios de justicia; abrir caminos y reparar
material,_ espirirual e intelectual de la región. Otros, en cambio, indife- puentes coula coutribución de los que resultasen beneficiados; orde11ar
rellte5 a la obra de gobierno, se dedicaron tan sólo a gozar de los bene- el destierro y la remisión a España de las personas, luego de proceso
ficios y las honras burocráticas. judicial, con CllVÍO de la causa al Rey

73. Las atribuciones de los virreyes deben ser cuidadosamente estudia- 74. Además de estas atribucioues privativas, que le correspondían por
das, teniendo en cuenta la caracterización que hemos dado para todo el su oficio de virrey, tetúa1as siguientes:
régimen. De acuerdo coulo dispuesto en la legislación indiana, los vi- a) En su carácter degobernadm-: ejecutaba las disposiciones reales; dic-
rreyes eran, por lo general, además de tales,gobernatúJres, capitanesgene- taba también leyes y ordenanzas locales; efectuaba nombramientos de
rales y presidentes de las audiencias de su distrito. De esra manera, se funcionario¡¡ menores e, interinamCltte, los de gobernadores de las pro-
quería significar que, aparte de su investidura virreinal de orden políti- vincias menores, corregidores y alcaldes mayores; mante1úa el orden de
co, con jurisdicción en todo el territorio, te1úan funciones gubernati- su distrito; ejercía la política de abastos, sin mCltoscabo de las atribu-
vas, militares y judiciales, en el distrito capital donde residían. Como ciones priv;ativas del cabildo; awtdía la sanidad pública, el sistema de
cada tmo de los cargos teJ.Úa sus funciones privativa¡¡, para conocer las comunicaciones, el control de las obras públicas; promovíq.la funda-
que desempeñaba el jefe del virreinato debe estarse al tanto de las que ción de ciudades y, en general, el fumento de las explotaciones e i.ndus-
resultau de la acumulación de todas ellas. Ello, pues, permite distinguir trias autorizadas por la Corona.
entre el superior gobiemo político del territorio ejercido por el virrey y En materia de real hacie11rla, debía procur-ar el aumento y la percepción
el gobierno ordiuario a cargo de los demás oficios, algtttlOJO de los cuales de las rentas fiscales, y la clara y diligente administración de las mismas.
se solían también acumular en el titular del virreinato. A flll de considerar estos aspectos, y especialmente la reduccióu de los
Algl.lltaS leyes indianas otorgaban atribuciones tan sólo a los virreyes, gastos, debía remllrse coulos oficiales del ramo. Sin embargo, le estaba
pero otras, en cambio, lo hacían conjmttarncnte a los virreyes y a los prohibido librar y gastar fondos de la real hacienda sin especial autori-
presideutes gobemadores que se Cltcontraban al frente de las provincias zación del rey, salvo casos urgentes en que sólo el virrey podía hacerlo
mayores, sin faltar las que incluían también a los de1nás gobernadores. con acuerdo de los oidores y oficiales reales.
Ello obligaría a mlil detallada discriminación que, ajustada al texto le- En materia eclesiástica, debía guardar y hacer cumplir los derechos y
gal, no sie1npre respondería ala práctica de gobiemo, que muchas veces preemi.llCllcias del real patronato y ejercía el denominado vicepatronato
no respetó tau e.~tricto ordenamiento. Pero debe seítalarse esta circmts- (§ 295).
tauda para explicar la difere11cia de grados que siempre se reconoció al b) En su calidad de presidente de la real audiencia, ostentaba la repre-
respecto y también para flOtar que, amtque de manera distinta de la sentación del rey como fhente suprema de justicia. Decidía cuestio-
modema sistematización contenida eu las constitucioue5 políticas, el nes de competencia entre magistrados y ejercía control sobre todos
sistema indiano tuvo también su coherente eJOtmctura. los órganos y autoridades judiciales, debiendo informar al rey sobre
M.rnU'I.L DE HISTORIA DE LAS lNSTITUCIONBS ARGENTINAS EL GOBIERNO LOCAL Dn LAS INDIAS

~a forma en que se administraba justicia y la conducta privada de los nato. Tal es el caso de Buenos Aires, cuyos gobernadores mantuvieron
JUeces, pero no debía interferir en la resolución de los casos judicia- escaso contacto y dependencia con el mismo virrey del Perú, y se atu-
les que no le competían. vieron a los resultados de la comunicación directa con las autoridades
e) Como capitdngcneral, era el.mprerno jefe militar del distrito. A su residentes en la pellÍmmla (§ 158).
c:':go esta~l el.reclutamiento y la provisión de las tropas~ la fortifica-
Clon del t:n:tono, el sostenimiento de cuarteles y hospitales militares, 76. Por regla general, los gobernadores eran nombrados por el rey por
el a?astecllillento y el despacho de las armadas, y la construcción de un período de tres a cinco años, aunque frecuentemente no se cumplió
llilVIOS. Como veremos, ejercía asimismo fi.mcione& judiciales en el fue- con este plazo. Al igual que los virreyes y otros funcionarios, se les
m milit.u- (§ 110) impolÚd.ll ciertas restricciones durante el ejercicio de su cargo. No po-
dían casarse sin licencia real y les estaba prohibido designar a parientes
75. Los gobernadores. A la cabeza de las denomin.adas provincias ma- suyos en cargos admittistrativos. Asimismo, se les vedaba interVenir en
yores y menores se encontraba tmgobernador. Conviene establecer des- todo tipo de negocios particulares. Al ser designados debían presentar
de ya una característica que es fundamental para explicar la diferencia tu1 inventario de sus bienes y otorgar fianza.
~ltre unas y otr~s. I:as provincias mayores eran aquellas en las que fun- En cuanto a las atribuciones, diferían de acuerdo con la categoría de
aoll.<lb~ una audtenCla, por lo que elgobernador era, además, presidente cada tu10 de los gobernadores. Así, los denominados presidentes gober-
de ,la rmsma, a 1~ que. ~e~Ía ~gregarse su fi.mción de capitán general. De nadores telÚ.lll, por lo general, las mismas fiuKiones que hemos seíula-
ahí ~ue en la legtslaClon uldlall.<l se acostumbraba, frecuentemente, de- do para el virrey en su carácter de gobemador, presidente de la audien-
nommarlo -para diferenciarlo acaso de los otros funcionarios del mis- cia y capitán general, aunque reducidas por su dependencia de éste. Los
mo ~mbre- presidente gobernador y capitdn general, a veces tan sólo gobernadores y capitanes generales de las provitKias menores, a su vez,
pres1dente. En cambio, las provincias menores de extensión más redu- tenían análogas atribuciones, con la lógica reducción de poder que co-
cida .o ubi:ación ~os estratégica, no tenían ~udiencias, y su más alto rrespondía a su categoría. En materia hacendística, sus decisiones que-
~UlClOnarto er~ srmplemente gobernador y capitán general, sin perjui- daban supeditadas al virrey o al presidente gobernador respectivo. Des-
Cl? d.e que tuvtera tam?ién atribuciones judiciales. Debe mencionarse, de luego, al no existir audiencias en su distrito, sus funciones judiciales
as~lS~ otra categona de gobem.adores, que estaban subordlludos a eran de menor jerarquía y generalmente se les daba, en este orden, el
los mchcados precedentemente. Ejercían sus funciones en un territorio título de justicia mayor. No faltaron algunos gobemadores que tuvieron
de menor ~~anda .at'm, y la aparición de esta categoría se produjo solamente este título, sin las anexas fiuKiones militares y judiciales.
en 1607 ~ dlvtdtrSe la 1Sla de Cuba en dos distritos, el de La Habana y
el de Sanuago, con sendos gobemadores, estando el último subordin.a- 77. Los corregidores y alcaldes mayores. Se nombraban para "el
do al ~rimero; que era, por otra parte, capitán general de toda la isla. gobierno de las ciudades y sus partidos" donde no hubiera gobernador,
Ademas, el ongen del nombramiento influía en la extensión de suman- y "lo mismo se ha observado respecto de los pueblos principales de
dato Y poderes, segtín fuesen por capindación, por designación real indios, que son cabeceras de otros" (Recopt"tación, lib. V, tít. I, ley I).
por nombramiento o elección local, o por compra del oficio. ' Es decir que ambas clases de autoridades eran designadas tanto para
Como se advierte, era apreciable la diferencia de jerarquía y atribucio- poblaciones formadas por espailoles -de las que aquí nos ocupamos-
nes que SCJ?ar~ban las distintas categorías o clases de gobernadores. Todas como para los pueblos indígenas(§ 253). Se ha sosre1údo que no exis-
es~ provmaas estaban sujetas al mando superior del virrey; a quien tió distinción alguna cutre correF;i;dores y alcaldes mayores, pues la dife-
debw1 consultarle los principales asuntos de cada uno de los distritos rencia de nomenclatura era sólo circunstancial de cada región (en el
obedecer y cumplir sus órdenes. Pero a veces, por prescripción leJ, Perú, corregidores, y en Nueva Espaíu, alcaldes mayores), sin afectar el
~gutlos gobernadores ~ozaron de w;a relativa independencia. As~ por contenido funcional del oficio. Recientemente, GAReíA-GALLO ha plan-
eJ.emplo, se or~enó al VliTey del Pem que no se entrometiera en el go- teado la distinción entre ambos oficios, afumando que mientras la fun-
blemo del pres1dente gobenl.ador de Chile, dependiente de aquél salvo ción de los corregidores era esetlCialmente de tipo gubern.ativo, la de los
en casos ~ves .Y de mucha importancia. En otras oportunidades' fue la alcaldes mayores era judicial, aunque de hecho se les encomendaban a
enorme d1stanaa la que obró de se~aración11<1.tural con el jefe del virrei- éstos actividades de gobierno. Pese a esta distinción fi.uKional, varias

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M..\NUAL DE HISTORIA DB LAS lNSTITUClONBS AltGENTINAS EL GOBIIIRNO LOCAL OB lAS INDIAS

circunstalu:ias llevaron en la época a confundirlos y a considerarlos un Los tenientes degobernador, a su~ eran designados por el gobernador
solo oficio con distinto nombre. para ejercer fi.utciones en las ciudades subalternas de la comarca. Se les
El cargo de corregidor, de origen castellano, estaba regido en cuanto a delegabatt, además, atribuciones militares y de justicia, por las que reci-
nombrantieuto, término, reqttisitos y prohibkiones por las mismas nor- bíanlos tíhtlos de capitán a guerra y de justicia mayor, respectivamente.
mas que el de gobem.ador. Sus atribuciones eran análogas a las de los De manera análoga, los corregidores designaban tenientes de corregi!ÚJr.
gobernadores de la categoría que le precedía, con tuta mayor dependeu- Las atribuciones de estos fimcionarios depend.ieron de las que, en cada
cia de las autoridades superiores del distrito donde se desempeñaba. caso, les delegaban sus superiores, los que eu cualquier momento po-
Agregaba a su título el de justicia mayor, que implicaba funciones j~­ dían ampliarlas o revocarlas. En la práctica, la distancia y el celo admi-
ciales, y a veces también los de lugartenientes de capitán general o capt- nistrativo fueron factores importantes que determinaron el alcance de
tdn aguerra, que significaban atribuciones militares de orden secunda- los poderes de estos funcionarios menores.
rio. Se había dispuesto, espedalmCllte, que los pueblos de ind.ios enco-
mendados fueran puestos trajo la jurisdicción de los corregimientos y 79. El control de los funcionarios indianos. Si bien existía un con-
alcaldías mayores más cercanos, debiendo estos funcionarios vigilar el trol recíproco de carácter funcional entre las autoridades y los órganos
trabajo de los indígenas. del gobierno indiano, la legislación estableció también otros procedi-
Por último, debe seílillarse que se nombraron también funcionarios, mientos para evitar los abusos y excesos de los gobemantes. Eutre ellos,
cou la denominación de corregidores, para administrar algunos pue- merecen señalarse, por la importaltcia funcional alcanzada, los sistemas
blos de indios, con el fin de que se constituyeran en protectores de de las visitas, las pesquisas y las residencias.
ellos, pero eu la práctica pocas veces se crunplió con este objetivo.
La figura del corregidor fue objeto de juicios contradictorios en su épo- 80. La visita era una inspección ordenada por las autoridades superio-
ca, postulándose su abolición en determinadas oportunidades, pero lle- res y destinada a controlar el ñutcionamiento de los organismos públi-
gada la hora de decidir el asunto, las autoridades siempre dieron la ra- cos, con cierta amplitud en cuanto a los lugares donde se realizaba y sin
zón a los que, no conformes con la conducta de muchos de ellos, veían que los ftmcionarios afectados dejasen de ejercer su cargo. Según Gm-
que al fm constituían el instrumento más apto para regir la comturidad LLERMO CÉSPEDES, el tipo más interesante de visita era la general, que
indígena, sirviendo de control y contrapeso a la autoridad que, cada abarcaba todo un virreinato o capitanía general y que se ordenaba sólo
uno en su órbita, ejercían el curaca o cacique y el doctrinero. en circunstaltcias excepcionales. Al promediar el siglo XVII se abando-
En las reducciones indígenas y en las misiones, la denominación de nó esta modalidad por considerarla lltcottveniente e infructuosa, prefi-
corregidor se adjud.icó también al cargo, pero no era ocupado por espa- riéndose las visitas específicas. Sin embargo, durante el reinado de CAR-
iioles, sino por wt indio principal(§ 255). LOS III se la restableció con éxito.
Los alcaldes mayores y los corregidores fueron suprimidos a fines del
siglo XVIII, al establecerse las intendencias(§ 204). 81. La pesquisa consistía en el envío del llamado juez pesquisador o de
comisión, con el objeto de llwestigar e informar sobre algwu grave
78. Otros funcionarios. Tanto en las gobernaciones como en los irregttlaridad (abusos de funcionarios, alteración del orden público,
corregimientos se solía nombrar funcionarios menores, que recibían comisión de algún gravísimo delito y otras). Su función se limitaba a
la denominación de tenientes. Los gobernadores designaban a los te- reunir la información, haciendo las veces de un moderuo juez instruc-
nientes generales, que cumplían las fi.utciones que aquéllos les enco- tor, para remitir lo actuado a la audiencia, que debía fallar en el proceso.
mendaban, desempeñándose en la propia sede de la gobernación.
Cuando el teniente era letrado, dice ZoRRAQUÍN BEcú, directamen- 82. El juicio de residencia consistía en tut procedimiento destinado a
te desempeñaba las fi.utciones judiciales encomendadas al goberna- determinar la conducta del funcionario en el desempeño de su oficio. El
dor y asesoraba a éste en los asuntos gubernativos. Cuando no lo objeto del juicio no era solamente el castigo de los abusos o arbitrarie-
era, se le otorgaban indistintamente algwtas de las múltiples atribu- dades, sino que a través del mismo se exaltaba, si correspondía, la buena
ciones que debía ejercer el superior. Reemplazaba temporariamente conducta del residenciado, lo que significaba un valioso attt:ecedente
al gobernador en caso de muerte o ausencia. para aspirar a ascensos burocráticos u otras mercedes.

"
Los CAlllLDOS LAS CIUDADES
MANUAL Dll HtsTORJA Dll LAS lNSTITUCIONl!S .ARGl!NTINAS

En principio, todos los funcionarios indianos estaban obligados a so· Vreoi<las, el juez formulaba los cargos concretos contra el residenciado, a
me~e a residencia al terminar de desempeñar un oficio, pero, según 'Q1ll"'' "'"' traslado para que produjese su defensa.
sos nene MARILuz URQUIJO, podía ser promovida en cualquier mamen· sentencia debí.t absolver de los cargos o conde11ar al reside11ciado.
to y dWl fue establecida periódicamente para los oficios perpetuos o En este último caso se imponían diversas penas de acuerdo con la falta
permanentes. Se prohibía ocupar Wl nuevo cargo sin haberse sometido cometida y el criterio del juzgador (multa, inhabilitación temporal o
al juicio por el anterior empleo. perpetua, destierro y traslado). En esta oportunidad se solía analizar no
sólo -el desempeño del enjuiciado en el oficio, sino también su vida
Para sustanciar el juicio se designaba un juez especial, siendo fre·
cuente que tal designación recayera en el sucesor del residenciado en privada, moralidad y costtunbres, consignándose, cuando los había, los
el cargo. Awtque durante casi dos siglos en los despachos de resi. actos meritorios.
dencia era común designar un solo juez, con posterioridad se intro- Aunque el régimen 110 fue uniforme ni respetado e11 todos los casos, en
la segunda instancia de este juicio inrervenía el Consejo de hl<.Üas cuan-
dujo la costumbre de nombrar tres personas para suplir en orden
sucesivo al que no aceptase el cargo. Como principio general, el juez do el residenciado ocupaba oficio de provisión real, y la audie11cia, en
residenciador era designado por el presidente del Consejo de Indias, los demás casos. En cambio, en los juicios instaurados por los particula-
cuando el oficio era de provisión real, y por los virreyes, presidentes res contra el residenciado, la apelación era sustanciada ante la audie!Kia,
y gobernadores, respectivamente, cuando el empleo era provisto por La sente11cia definitiva cerraba el caso, y no se podía volver sobre los
estos funcionarios. actos del funcionario comprendidos en ese período, ni aun en un poste-
~l juicio se t:amitaba en el lugar donde el residenciado había desempe- rior juicio de residencia.
nado su ofic1o y, en general, se exigía la presencia de aquél, atmque se
autorizó ocasionalmente a algunos altos funcionarios, que debían tras- 84. Esta institución, juzgada por algunos como inútil, corrompida y
ladarse a otras regiones, a designar un procurador para que los repre- pemiciosa, ha sido valorada por otros no sólo por el control que signi-
sentase durante la residencia. El juicio comprendía no sólo al residen- ficaba, sino, además, porque permitía entrever y subsanar los defectos
ciado principal, sino también a otros funcionarios que hubiesen desem- del gobierno indiano y servía también como adecuado freno a la con-
peñado cargos durante el gobierno de aquéL ducta de los funcionarios. En el siglo XVIII decayó visiblemente y Ú1e
El juez, Wla vez llegado al lugar, anw1<:Ltba la residencia por edictos en objeto de una reforma importante (§ 170).
la capital o en todo el territorio sometido a la jurisdicción del funciona-
rio enjuiciado, invitando a espaf10les e indios a presentar sus demandas
contra aquél y sus auxiliares dentro de un plazo determinado. Los cabildos y el gobierno de las ciudades l•l

8.3. El juicio constaba de dos partes: una secreta, en la que el juez ave- 85. Al fundar una ciudad (§ 47), los conquistadores espaúoles proce·
nguaba de oficio la conducta del funcionario, y otra pública, en la que dían a la constitución del cabi!M, dando así una base jurídica al núcleo
el particular agraviado podía promover demandas y querellas para obte- humano. Según HARIN'G, este órgano era "la w-ridad local de gobierno
ner satisfacción de los agravios inferidos por el residenciado, pero debía político", y su jurisdicción comprendía no sólo el recinto urbano, sino
prestar fianza de pagar una indemnización si no lograba probar sus también la zona rural circwwecina.
acusaciones. Todas las ciudades indianas tenían su cabildo, y también éstos existían
En .la parte secret~ el juez solicitaba informes a organismos oficiales, en las denominadas -villas, que eran centros urbanos de menor imfl:'r·
reVISaba papeles y documentos públicos, recibía denwtcias anónimas, t:ancia y jerarquía, pero con vecindad y jurisdicción separadas de 1? cm-
examinaba testigos, etc. La prueba testimonial era muy importante y el dad. No había un cuerpo orgánico de leyes destinado a regtr la eXIsten-
juez debía elegir testigos probos y desapasionados para someterlos a w1
~tterrogatorio, que preparaba siguiendo los modelos tradicionales y las (4) CONSTANTINO BAYll, S J .,Lar cabíldouer:u/arn en faAmtrica esj>aflola, Madrid, 1952; RICARDO
?rdenes reales al respecto. Cuando la jurisdicción era muy extensa, el 7...oltRAQUÍN BEcú,La organización pt>!itica ••• , op. dt. en nota (5) dcl ~ap, L

Juez enviaba comisionados a las ciudades y villas para que obtuviesen la ( 4a) M.'INtln.A C!I.!STINA GA!KÍA BElNAL,LRS lhtu capitulares indianRS y fm mecanismos d~ poder en

información correspondiente. De acuerdo con las comprobaciones ob- el sígloXVlT enA,EA, LVII·l, 2000,

93

1
MANUAL OllliiSTORIA DI! LAS IN8Tl'l'tiClONIIS ARGIINTINAS Los CA.IHLDOS Y .llL GOBI.IlRNO Oll LAS CIUDAOIIS

da de estos órganos, sino normas aisladas, a veces sin alcance general, des capitulares con voz y voto, ocupando lugares prominClttes después
por lo que la organización mmlicipal se basó en la costumbre y en las de 1~ alcaldes y cuyo nombramiento lo efectuaban-según los cargos,
ordenanzas sancionadas para cada cabildo. Seglu1 afuma ZoRRAQUÍN las epocas y las costumbres locales- el rey; el gobernador o el propio
BECÚ -a quien utilizamos frecuentemente en este tema-, los cabildos cabildo, y auu se adquirían en pública subasta. Esos funcionarios eran,
indianos, en general, no tuvieron carácter popular, como lo habían teni- ctl orden jer-árquico; el alflrez real, de alta categoría social, encargado
do sus antecesores, los ayuntamientos castellanos (§ 23), en su período de portar el estaudarte real en las ceremonias civiles y religiosas, y en las
de esplendor. Representaron~ en realidad, tm grupo o clase social, la de campañas militares; el alguacil mayor, que debía ejecutar las decisiones
los vecinos de mayor prestigio, que erau los conquistadores y sus des- judiciales, dirigrr la cárcel y mautener d orden en la ciudad; el provincial
cendientes. hsta tendencia aristocrática se mantuvo hasta principios del de la hermandad, que tCIÚa a su cargo la vigilancia de la campafla, así
siglo XVII, en que, al implautarse d siStema de venta de los oficios
concejiles, se incorporó a los cabildos uu nuevo grupo de vecinos, an-
como el conocimiento de los delitos que alli se cometían, en :fi.mriones
análogas a las de los alcaldes de hermandad, que continuaron siendo
!
siosos por su afán de figuración y progreso social, no exentos de ftues elegidos; el depositario general, encargado de los depósitos judiciales; el
1
lucrativos. fiel ejecutor, que debía verificar la exactitud de los pesos y medidas em-
Tanto en una época como en la otra, los cargos en los cabildos quedaron pleados en el comercio, atender el abasto urbano y controlar el cumpli-
en poder de una clase dirigente que no siempre evidenció aptitudes para miento de las disposiciones que en este orden había expedido el cabil-
el gobierno de la ciudad. No obstante, cabe reconocer que, como de- do; y el receptor de penas de cámara, que estaba comisionado para recibir
fensores de la producnón y dd comercio, contribuyeron a meJorar d las "penas de cámara" (condenas pecuniarias aplicadas judicialmente a
nivel económico de la población, cuya representación ejercíau, aunque los autores de determinados delitos), pero cuando este cargo no era
de una manera indirecta. cubierto, la percepción la efectuaban directamente los oficiales reales.
ZoRRAQUÍN BEcú sostiene que los cabildos perdieron paulatinamente el Los regidores, a su vez, eran los miembros natos del cabildo, y su mime-
goce de la autonomía que tuvieron al inicio, produciéndose esta trans- ro variaba entre cuatro y doce, de actterdo con la categoría de la ciudad
formación no sólo por la menor resistencia que opusieron a las autori- donde aquél :fi.mdonaba. No era frecuente que los cabildos tuvierau
dades reales los nuevos grupos sociales que predominaron en su com- todos los funcionarios especiales que hemos Cltumerado, por lo que
posición a partir de principios del siglo xvn, sino también por la polí- algunos de los oficios fueron habituahuentc desempeúados por los pro~
tica cada ve;z, más centralista impuesta por la Corona. Con todo, mantu- pios regidores, como ocurría en los cuerpos capitulares existentes en
vteron algunas prerrogativas, como la comtmicación directa con el rey; nuestro territorio.
que les pennitieron reaccionar contra abttsos de algunos funcionarios Hasta principios del siglo XVII también concurrían al cabildo, con de-
reales. recho a voto y con uu rango superior a los propios regidores, los oficia-
les refdes (§ 151).
86. Según ZoRRAQUÍN Bocú, tres categorías de personas itttegraban d
cabildo, las que, enumeradas siguiendo el orden de precedencia en las 87. El fundador de la ciudad tetúa, por lo general, la facultad para
ceremonias y votaciones, eran: los alcaldes ordinarios, los funcionarios designar a los alcaldes y regidores dd flamante cabildo. Si bien se orde-
especiales y los regidores. nó que, a falta de esa autnrizadón, fuesen los vecinos de la ciudad quie-
Los alcaldes ordinarios, de primero y segundo voto, eran cargos armales nes eligieran anualmente a los regidores, pocas veces se practicó este
y electivos. En la mayoría de los cabildos había dos; en los de menor tipo de elección popular. En su reemplazo, se utilizaron procedimien-
importancia, uno solo. Su f'tmción más relevante era la de presidir d tos, ya sea mediante el nombramiento directo por el rey -los que algu-
cabildo cuando no asistían el gobernador o su teniente, no pudiendo nas veces fueron a perpetuidad- o por d gobernador sobre la base de
remllise el cuerpo si faltaban los dos alcaldes, En caso de ausencia o una nómina elevada por el cabildo, o ya mediante la elección que prac-
muerte del gobernador y su teniente sin dejar reemplazantes, asumían L<u~uc~ regidores salientes, la que debía ser confinnada por el virrey
eu forma interina el mando político de la provin.cia. Individualmente gobernador, segúu el caso.
ejercían. ftmciones judiciales C11 materia civil y crimiu.al ( § 106) . el reinado de FELIPE II se introdujo el sistema de veuder ciertos
Existian. ciertos funcionarios especiales que participaban de las activida- :>s;entreellooloo cc>uce.·;ile,, al mejor postor, a fin de obtCiter recur~

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MANUAL DB HtSTO!UA DB LAS lNSTITUCIONilS ARGilNT!NAS Los CAllfLOOS Y EL GOBlERNO DE LAS Clt.lDADES

sos fmancieros para el exhausto tesoro. Se había establecido que debía sus peticiones ante el cabildo o ante otras autoridades locales; los procu-
darse ~referencia a los homb:CS aptos para hl fimción y a los primeros radores, que representaban el cabildo ante las autoridades residCiltes fllera
co~tadores ~sus descendientes, pero HARINa sostiene que esta pre* de hl ciudad; el mayordonw de la ciudad; los alcaldes de hermandad; los
caucton no fue stempre observada. pedáneos; los alcaldes de barrios; los deftnsores de pobres y de menores; el
El nuevo sis~ma ~bó la or~ción de los cabildos no sólo por la escribarw del cabildo, Clrtre otros.
escasa capacidad de qwenes adqwríau estos oficios, sino también por*
q~e los sometió a un indecoroso y contraproducente mercado de pre· 90. Los cabildos debíru.l reunirse necesariamente en las llamadas casas
etos, que al';ru.l7.Ó elevadas cifras en las ciudades importantes, pero que capitulares y tenían las siguientes funciones: . .
no encontro postor algunos en otras secundarias como Buenos Aires a) Registro de títulos. A fin de controlar la legalidad del documento, fi¡ar
~ el siglo XVII y aun después, lo que obligó, ~1 este último caso, a la fecha de posesión de los argos y dar cierta publicidad al acto adminis-
~. diSpone: que las designaciones efectuadas no pudiesen ser rechazadas
por los mteresados. En algtUlOS cabildos -el de Santiago de Chile por
n·ativo todos los funcionarios -a excepción de los virreyes y oidores-
debían' presentar sus títulos ante el cabildo local, donde prestaban jura-
1
1 eje:mplo- se practicó también un régimen mixto, siendo algtulOS e~ mento y ofrecían la fianza exigida. También era el cabildo quien autori-
¡· elecllvos y otros, vendibles. zaba el ejercicio de ciertas profesiones, a veces incluso mediante examen
Sin embargo, en ningún caso el sistema de la venta se extendió a los de competencia(§§ 298-316). . . ., .
cargos de alcaldes, cuya elección efecntaban los mismos regidores sin b) Gobierno comunal. Estabru.1 a su cargo la distrtbucion de uerras, el
poder reelegírselos, salvo que lo fueran por lUlanimidad, hasta dos ~os cuidado edilicio y sanitario de la ciudad, la conservación e inspección
después de haber tenninado su período y siempre que se hubieran so- de cárceles y hospitales, el control del abasto, la regttlación del comer-
metido al juicio de residencia (§§ 82-83). cio, la fijación de precios y salarios, la protección de los ~bres, la ~t~n­
ción de la enseíunza primaria, la organización de fiestas latcas y reltgio·
88. ~os cargos concejiles. debían ser ocupados por vecinos, que eran sas, el mantenimiCilto del orden público, etc., es decir, lo que configtl-
e:spanoles (§ 238) que habitaban en el lugar y tetúan casa propia y fami- raba el gobiemo "por menor" de la ciudad. . .
lia. Esta calidad de vecino debía acreditarse mediante la pertinente in- e) Asesoramiento y control político. A menudo las autondad~ supeno·
fo:maci.ón ~umaria, inscribiéndose luego en un registro que llevaba el res consultaban a los cabildos sobre problemas gubernattvos de la
1 rrusrno cabildo: Muchos ~esos cargos fueron ocupados por criollos, y comarca. También podían formular peticiones e in~rponer recu:sos
e.n. algunos cabildos se sohan repartir entre peninsulares y criollos para ante la audiencia o el Consejo de Indias por medtdas gubernatwas
evttar recelos. que estimaban inconvenientes, dándole así a este cuerpo un verdade-
Los aludido:' ~uisitos impedían que aspirasen a estos cargos los sacer- ro control político. . .
~tes, los~~ en servido activo fuera de su habitual residencia, los d) Administración de justicia. Como veremos al estudiar la orgatuza·
hiJo:' de familia y los dependientes. Tampoco podían ser elegidos los ción judicial, tanto el cabil~o co~ tal, c?m? ~ldivi~h~almei~t~ a~gu­
ofietale:s reales, los deudores del fisco, los procesados, los extranjeros, nos de sus integtatltes, teman func10nes JUdiCiales ctviles y crllTI.liU-
l~s pan~ntes del gobe~nador o de los propios cabildantes y los que tu- les (§ 106).
VIesen ttendas o negoCios al menudeo u "oficios viles". En cuanto a los
alcaldes, las ~genci~s del~ legislación eran mayores, y se indicaba que 91. Para hacer frente a las erogaciones que implicaba este cúmulo de
con preferenct.a debt.a elegrrse a los descendientes de descubridores y atribuciones los cabildos disp01úan de los denominados propios Y ar-
primeros pobladores. bitrios, am~ue su poder fmancieto era muy ~tado. En principio, los
propWs eran los bienes de la ciudad (c~sas y tierras com~Wes), .Y los
89. El plant~l de funcionarios no se agotaba con los que se han enume- arbitrios erru.1los recursos que se obtema.n por la percepciotl de Ciertos
rado. El cabildo nombraba otros, que no tCIÚan voto y en general tam- derechos e impuestos (multas, introducción de vino y g.uudo en la
poco podian intervCirir en sus deliberaciones, a saber: el procuradorge- ciudad, tránsito de puentes, ventas en pública subasta, despacho de be-
ne¡aJ (que después se denominó sindico procurador general), que ser- bidas, juegos y esparcimiCiltOS públicos, etc.). Era frecu~nte que la re-
vta de portavoz de los intereses colectivos de 1a ciudad y debía formular caudación de estos ramos se arrendase ru.malmente al meJor postor.

% 97
MANUAL Dli HISTORIA Dll LAS INSTITUCIONES Al\GI!NTINAS

92. Atmque no se encontrara expresam~1te lcgisl,a~o, en ciertas ocasÍO*


nes, y con el consentimiento de la autondad política, l~ c.abildos ~On*
vocaban a los vecinos, altos :fiulaotlal'ios,. prelados rehgtosos Y Jefes
militares a fu1 de considerar asuntos cxcepc10nales, en los cuales se bus*
Capítulo m
e-aba el apoyo de la opllúón públic~ para l~s .r;'oluciones proyec~adas
por el cabildo, a quien co:respo~J.a la dectston flllaL Estas reumones
recibían el nombre de cabildos abiertos.
El derecho indiano.
La organización judicial. Jueces capitulares. Jueces reales. Jueces ecle-
siásticos. Las audiencias. Los ftscales. Jueces mercantiles. El protome·
dicato. El fuero U1Úversitario. El fuero minero. Letrados y abogados.

El derecho indiano <11

93. El derecho castellano(§§ 24-27) no pudo ser trasplantado íntegra·


mente al Nuevo Mw1do por cuanto las características geográficas del
territorio y las peculiaridades humanas de la empresa obligaron, desde
el momento llúcial de !a conquista, a dictar uormas especiales, que se
conocen bajo la común denominación de derecho indiano, y compren-
den todas las disposiciones emanadas de las autoridades y los órganos
de gobien10, tanto los residentes en España como los que se haUaban en
América, incluyendo no sólo a los que tenían un alcance general, smo
también a los particulares de cada región.
Las normas contcrúdas en el derecho iudiano estaban especialmente
referidas a la organización política, con sus difereutes clases de autori*
dades y órganos; al gobierno espiritual, que debía armonizarse con los
fines de la conquista; al tratanúento del llldígena; al régimen de los

(l) ALFoNso GA!t.CÍA·GAU.o, ~ deHi.st!Jri4 thl Derethalndian~>, op. cit. en Cap II, nota 1;
RlCAJ.OO LEVENE, bltroducciún a !ahímnla de/dcntho imiilm11, Buenos Aires, 1924; ÍUtl.N MANZANo
MM<zwo,HímJriade llunwpilacírmes ik Jndias,Madrid, 1950-1956; EDUARDO Mhit.naJ.t, Guión
.wbre el jJ1'rJCew mcpi!adiJT de /a$ leyes th Indias, Buenos .A.í.=, 197&; VícTQ!I. TAu ANzoATF.GUI,
IQuifoe el demlw índimw?, segunda edición, Buenos Ain:s., 1982; Rlcaoo ZoallAQ!JÍN BEcú,
Híst/JTi4 thl denthaargmt·íno, Buenos Aires, 1966, t. I.
(la) BEllNMDn<o Buvo Llll.A., Dnuiw común y Derecha propí11 en el Nuew Mundo. Santiago de
Chile, 1989; A.NroNJo DouGNAC RoDRÍGUEZ., MalfUIÚ th H/si:/JTÚJ thl Derecho ImiiMIO, Méxioo,
1994; ArulLA.ROO LEVAGG!,NotlM sobre la rígencia de los derechaf índlgenas y la do;.trina indiana en
R.C.H.A., n" 17, 1991; EDUARDO Mhit.TJRÉ, Et Derecha índi<uw, un derer:ha prcpio paniculwr en
R.H.D., n" 29, 200 1; VícTOR TAU AmpAr.EGUl, La ley m .Amtrica HkpiJ.IfiJ.. Del desaobrimiento a
la emam:ipaáón, Buenrn Aires'i 1992; IDliM, Nuems hllrimnm m el estudkJ hístáro:a ikl Iftrtchl>
índittno, Buenos Aires, 1997; lDUI, Ordenes nurmatil>as y prdctírns wde~-juridícas. La ju.rtieía en
N.H.N.A., t. 2, -cap. 9. Una w:ientación bibhográtka integral en Nounro C. Dt~.GaOSSA,
Bíblil>grajia de historí.athl Derech~>indíano, publicado en CD en la Cole<:ci6n Proyectos Históricos
Tavera. Nuevas aporu.ciones a la historia juridíca de Iberoa.mélíca, coocdínada poi José Andrés-
Gallego. Madrid, 2000.

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.MANUIU. DE H!STOlUA Dll LAS lNSTlTUClONl!$ .ARGENTINAS

descubrimientos y poblaciones; a1 sistema de las armas y flotas; al co- - su igualdad con los demás hombres y considerándolos vasallos del
mercio y la navegación marítima; a1 sistema re.ntistico. Es decll; mate· .- aunque 1.1 elocuente crudeza de la re~dad mostra~a mu desigual-
rías no previstas en la legislación castellana en la forma que necesitaban " tan notoria que la conducta del conqwstador espanol con frecuen-
los nuevos territorios. ; da no se Ajustó al principio altruistamente promulgado.
En cambio, otros aspectos legislativos castellanos no requerían, salvo
casos especiales, modificaciones sustanciales para su aplicación en In· 96. La elaboración de las leyes en la Península era realizada por el Con-
dias. Así, lo referido a la organización de la familia, al matrimonio y al sejo de Indias, Este órgano estaba encargado de proyectar y redactar las
sistema sucesorio, al régimen de obligaciones y contratos, a los delitos nuevas normas que erru1 preset1tadas al rey. Una vez aprobada y !irruada
y penas, a1 procedimiento en los juicios civiles y cri.rnillales, etcétera. por el monarca, se procedía a. trrutscribir L1 nue;a ley etl.los lib~ de
En consecuencia, al no constituir el derecho indiano propiamente di- registro, que se guardaban clasificados en el pr?p1o Cons:JO· El on~
cho tUl ordenamiento jurídico completo, en los casos en que no se en- se remitía a las Indias, adoptándose la precaw::tón d: envur un dupbca-
contraba allí la norma buscada, debía recurrirse al derecho castellano, do en distinto viaje para evitar su extravío. Para facilitar la cons~ta de la
que era así supla:orio o subsidiario de aquél. copiosa legishtdón expedida en esta forma, etl L1 segtmda rrutad del
Los historiadores se han inclinado últimamente a usar la denominación siglo XVI se redactaron índices o catálogos.
de derecho indiano en sentido amplio para desigoar todo el ordena-
miento jttrídico vigente en las Indias. 97. Los despachos etwiados por el CollSejo iban diri~?os a las distintas
autoridades y órganos indianos, y atul a prelados ~~gi~ o a pa:ncu·
94. El derecho indiano procuraba dar soluciones jurídicas a los más varia- lares cOllServándolos cada uno en la forma. que cwa mas convemeote,
dos y complejos problemas que presentaba la realidad del Nuevo Mmldo, por io que se producía la dispersióu material de aquellas disposi':ione.~­
m~ desemejante por cierto de L1 peninsular. Aquellas so.h.tciones, en un Sin embargo, por expreso mandato real, p~ipalmente los cab~dos Y
pnmer momento, no fueron análogas para todas las regiones del vasto con- las audiencias guardaron los despachos ongmales en sus archivos, Y
~tente, ni pretendieron alcanzar construcciones generales, sino que sólo llevaron un libro especial donde se copiaban aquéllos, asegurando de
mtentaban resolver cada mteVa situación, por lo que eran casuistas por esta manera su conservación.
excelencia. Paulatinamente se fue tendietldo a una generalización de las Un problema mayor, en cambio, fue el de L1 publfc!~ de las nuevas
normas y a lllla ordetlaciÓn legislativa de las soluciones jurídicas, que tuvo disposiciones. Al prit1eipio se utilizaron dos procedrmtentos: el ~e pre-
su mayor expresión con L1 RecopilacWn de 1680 (§ 98). gonarlas en plazas y mercados, y el de exhibir en 1.m hJtF público. 1.~n
Junto a las disposiciones emanadas del rey o de los órganos residentes sumario de las mismas. Pero si ello -no siempre cumplido- permltla,
en la penúlStda, dictadas sobre la base de los informes que recibían del 1:'
en cierta manera, hacer conocer las leyes nuevas, no aseguraba po;a-
~uevo M~do, cabe tam~ién señalar la existencia de m1a vasta legisla- bilidad de su consulta a través dd tiempo, prestándose a las arbltrane-
ciÓn de ongen local, sanctonada por virreyes, audiencias, gobernado- dades de quien poseía el despacho original, pues los regi~tros tampoco
res, cabildos y otras autoridades, generalmente destinada a regular as- se llevaban siempre correctamente. , ,, .
pectos no contemplados etl aquélla. No puede omitirse la metKión, tan En 1.1 segunda mitad del siglo XVI se alcanzo m1a soluc1~n p-arcl~ ~1
siquiera, de L1 costumbre, que ak:ar1zÓ a tetler una importaucia insospe- autorizarse la impresión de las colecciones de cél:úas y proVISIOnes dm·
c.h:tda como fuente del derecho, aun eu contra de expresas normas legis- gidas al virrey y a la audiencia de ~ueva Esp~-- Ba~o el nombre ~e
lanvas, Así se ha sostenido que el ordetl:allliento indiano tiene m1 "tras- Cedulario de Puga se conoce esta p~J.mera recoptlaCIÓn unpresa ~pareci­
fOndo consuetudinario". da enl563 y realizada por el oido~ VAS~ DE PuGA. En la rmsmase
reproducían cronológicamente las diSposlClOlles co~~adas en los ar-
95. Si bietl el deteeho indiano reflejó fimdamentalmente los principios chivos públicos, con el único fm de facilitar el conocmnento de las leyes
de la civilización europea cristiarta, admitió la continuidad de leyes, dictadas para ese virreinato.
tlSOS y costumbres indígeoas, siempre que no fueran contrarios a aqué-
llos. También cabe señalar la preocupación constante dellegisladru; por 98. El ¿llSejo de Indias era quien se encontraba et1 mejores condicio-
el buen tratamiento e instrucción cristiruta de los indígenas, proclamatl- nes para elaborar una recopilación de ak:ance general, sobre la base de

i;¡ lOO 101


M.\NUAL DB HlsTOlUA DB LAS INSTlTUCtONBS ARGBN'TlNAS EL Dl.IRilCHO INDIANO

sus registros, que parecían ofrecer mayores garantías de fidelidad. La y luego ac:rca de ctudades, cabildos, obras publicas, rég:unen minero y
obra fue ordeuada por FELIPE II en 1570 y sólo quedó concluida un otras regalias.
siglo después. JUAN DE OvANDo, presidente del Consejo, ftte quien pri- Libro V: incluye dispostdones sobre gobemadores, corregidores, alcaldes
mero redactó un proyecto de recopilación, tarea que se interrumpió por y otros fi.mcionarios menores, y aspectos del procedimiento judiciaL
su fallecimiento. Contemporáneamente, ALoNso DE ZoRITA, oidor de Libro VI: está íntegramente dedicado a regular el régimen de los mdios.
Nueva Espa.íla, preparó otra compilación, considerada inferior a la de Libro VII: contiene numerosas normas de orden moral acerca del jue-
ÜVA.NDO que tampoco alcanzó a publicarse. go, los vagabundos, los casados que han dejado sus mujeres en Espalta
Aúos después, el Consejo encargó a ruto de sus funcionarios, DIEGo DE y las cárceles.
ENCINAS, la recopilación de todas las cédulas asentadas en los libros del Libro VIII: trata sobre el régimen hacendístico.
organismo. El trabajo se publicó en1596 en cuatro volúmenes y se conoce Libro IX: versa sobre la Casa de Contratación., los consulados y, en
como el Cedulario de Encinas. Aunque no tuVo sanción real, se lo estimó un general, lo referido a comercio y navegación marítima.
útil instnnnento de consulta que también aprovecharon los que continua- Sin embargo, no todo el material legislativo se encontraba encerrado en
ron en esta tarea. Es considerado act11almente una de las fi.tentes más im- ~ta voluminosa obra, pues sólo se incluyeron en ella las disposiciones
portantes para conocer el proceso legislativo del siglo XVI. dictadas por el rey y el Consejo de Indias, pero reconociendo la legisla~
A priucipios del siglo XVII se reanudaron los intentos recopiladores, dón etnaltada de las demás autoridades indianas, siempre que no estu-
que el Consejo encomendó esta vez a DIEGO DE WRRlllA. La tarea fue vieran en oposición a aquéllas.
continuada por RODRIGO DE AoUIAR Y Act.JÑA, con la ayuda de M10- Se ha observado, además, que uo se consiguió reunir todo el derecho
NIO DE LEóN PINELO, quien pronto quedó exclusivamente el frente de la real vigente a la época de su sanción, por lo que de inmediato se sintió
empresa, que concluyó en 1635. _ . . la necesidad de actualizar la compilación, Pese a ello y a algunos rmpor*
Sin embargo, nuevas dilaciones, censuras, correcctones y complicaCio- tante:s trabajos realizados en tal sentido durante el siglo XVIII, laRew-
nes postergaron hasta 1680, durante el reinado de CARLOS II, la sanción piJación mar~tuvo su vigencia, adicionada y modificada por las leyes dic-
de la llamada Recopilación de leyes de los Reinos de las Indias. tadas postenonnente.

99. La tarea de recopilación consistió en reunir las leyes sancionadas 100. La insuficiencia leg¡slativa en algtnm materias de la Rewpilación
para Indias por los diferentes reyes, agrupándolas por materia en un obligó a recurrir a otros cuerpos de leyes. Así aconteció con la minería,
texto ordenado. La R.cwpilación, siguiendo el método romanista, se di- cuya explotadóu fue regida por ordenanzas locales de los virrellutos de
vidió en mteve libros, que contenían218 títulos y 6.385leyes. De esta Nu~va España y Perú. Fueron céLebres las dictadas por el virrey del
manera, cada disposición recopilada se individualiza con la mención de Peru, FRANCISCO DE TOLEDO, en 1574, con aprobación real, y que rigie-
su número, dentro del título y el libro correspOlldiente. Cada una de las ron en esa jurisdicción, con algunas modificaciones, hasta fulCS del si-
uormas consta de tres elementos: el sumarie, que es ru1 resrunen de su glo XVIII, según la compilación de THoMAS DE BALLESTERos, de 1683.
contenido; la data o procedencia, que indica fecha y monarca que la Fueron reemplazadas por las ordenanzas dictadas en 1783 para Nueva
sancionó; el texto o la norma propiamente dicha, que contiene la parte Esp~ q~, exte~das también al Río de la Plata y Chile, adquirieron
dispositiva, suprimiéndose en geuerallas motivaciones existentes en la as1 vtgencta contlUeutal, aunque su qbservanda no fi.te unánime.
sanción original. Con respecto a la jurisdicción mercantil, laR.cwpii4dón misma Uulicaba
Las principales materias contenidas en la Recopilación son: como fuentes supletorias las ordenanzas de los consulados de Burgos y
Libro 1: se ocupa de la organización de la Iglesia, el Real Patronato, las Sevilla. Tiempo después, las Ordenanzas de Bilbao (1737) fueron aplica-
universidades y los colegios, y la circulación de libros. . bies en la materia.
Ubro U: versa especialmente sobre el Consejo de h"ldias y las audiencias.
Libro lll: trata sobre virreyes y presidentes gobernadores, como tam- De acuerdo con lo expuesto, desde fines del siglo XVII las priud-
1
bién se ocupa de la guerra, de aspectos de organrz.ación militar, de los • jUe>lte!c k¿p'slativ,<lS del derecho indiano eran: '
mformes y relauones de servidos, y del ceremonial. leyes y disposiciones dictadas con posterioridad a laRecopilatMn, ;¡
Libro IV: se inicia legislando sobre los descubrimientos y poblaciones, contenidas en la Recopilación.

102

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MANUAL DE HlSTOlUA DE LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS LA ORGANIZAClÓN JUDICIAL

3. Las disposiciones dictadas por las autoridades residentes en Indias. sición del rey, comunicada por intermedio de los ministros del gabinete
4. El orden legislativo vigente en Castilla(§§ 27-28), y principalmente (§ 168), y el real decreto, que suscribía el rey, reservándose para impor-
L>s Partidas. tantes decisiones legislativas.
Con la enunciación precedente sólo hemos explicado algtmos de los
' 102. En el derecho indiano no existía, como en la act:tulidad, nna ter- principales vocablos legales empleados en la época. Aclaramos, si.u em-
11 minología legal que permitiera, de acuerdo con la denominación de la bargo, que para Ullil precisa ubicación de cada UllO de ellos debe rect:-
[Ji
if misma norma jurídica, conocer su fuer7,a, su coutenido y la autoridad rrirse a atlaliza.r aspectos jurídicos, como la fuerza, el vigor, el coutem-
que la ha dictado. De ahí que en una recopilación legislativa nos encou- do y la forma. de promulgación de las leyes, que escapan a los lúnites de
tramos con múltiples denom.irutcioues para designar normas dictadas nuestra obra y que han servido a ÚARCÍA-ÜALLo para elaborar una em-
por mm misma autoridad o con tul coutenido análogo. dita clasificación de las leyes indianas durante el siglo XVI.
Rajo la denomi.uacióu de ley o leyes se solían designar los distintos tipos
de disposiciones reales, como tambiéu se aplicaba al conjunto de esas 103. En la elaboración, la exposición y la interpretación del derecho
disposiciones y así debe entenderse cuaudo, por ejemplo, se aludía ge- indiat1o deben seílalarse algunos juristas que alcatlZaron grat1 nombra-
néricamente a "las leyes de Indias". Pero en sentido estricto, leyes erau día. JuAN DE SoLÓRZANO PEREYRA es considerado el tratadista más emi-
aquellas normas sancionadas por el rey por propuesta o acuerdo de las nente siendo su obra más conocida ItJlítica indiana, aparecida eu 1647.
cortes (§ 21) y promulgadas en éstas con carácter general para el re.iuo. .ANro~1o DE LEÓN PINELO, a quien se le asigna ru1 papel decisivo en la
A medida que el sist:erna de las cortes fue decayendo, aparecieron con elaboración de la RecopilacWn de 1680 (§ 98), tiene como obra salieute
mayor frecuencia las pragmdticas, que, al igual que las anteriores, eran en la materia el Tratado de ronftnnaciones reales de encomiendas, oficWs Y
sancionadas por el rey para rodo el reino, pero sin intetvendóu de las casos en que se requieren para las Indias Occidentales, publicado en 1630.
cortes. Atmque las primeras gozaban de la máxima autorid.td, las se* JUAN DE MA'n:ENzo perteneció al siglo atrtcrior y legó a la posteri~ad s~1
gundas no le iban a la zaga, pues se establecía que tenían la misma obra Gobiemo del Perú. A JU\N DE HEviA BoiA...;;¡OS pertenece la Cuna PJi..
fuerza y vigor que las leyes pronmlgadas en las cortes. Tanto unas como lipica, aparecida eu_ 1603, y a JERÓNIMO CAsnil.o DE BoBADIUA, la Jbfítica
otras nwierou importancia eu el derecho castella.u_o, pero no eu el dicta- para wrrtgidores y señores de vasaJ/os... , editada por primera vez eu 1597.
do para Indias, que generalmente se basó en otro tipo de normas. Aunque esta última obra es castellana., tuvo amplia circulacióu eu_ ludias.
La mayoría de las disposiciones emanadas del rey se hacían bajo la for-
ma de provisiones y cédulas. Las primeras constinúau los documentos de
mayor raugo y se expedían solemnemente para asuntos de verdadera La organización jndicial <2l
importancia. Las provisiones podíau también ser dictadas, eu nombre
del.rey, por el Consejo de Indias, las audieucias y los virreyes. Las cédu- 104. La justicia era uno de los fines fundamentales del Estado indiano
las, eu cambio, eran del tipo de despacho ordinario empleado para to* y se aplicaba tanto en elnombramiet1to de tul funcionario como en la
dos los asuntos gubernativos. Eran de formulación más sencilla que las
provisiones, pero uecesariamente debían ser ftrmadas por el rey. Tam* (2) }AVIER GoNtiLEZ EcHENIQt:;;:, Los estudíosjuridicosy la almgada m el reino de Chik, Santiago
bién, bajo el nombre de instrucciones, se expedían las órdenes reales de Chile 1954· Juuo CESAR GUII.l.AMONOEOUJ La justiciR umm/ar en Buenos A1ffl (1794-181 0),
para reglar la conducta de determinados funcionarios. B.A.N.H., vol. Xxxrn, segunda secr., 1963; ~F:Uli.OO UvAGG!,Los fol'r!JS especiales. CrmtribucitÍn
at estudia de la adminim'aci6n de justieúJ en ei.RW de úr Plata, R.I.H.D., N"' 22, 1971; EDuA!I.DO
Las cartasreaJes contetúan órdenes o mandatos a las autoridades, y gene- MARTIRÉ, Üf>'ffjtntes tU Buenos Aires. La reforma jud~td india~ de 1776, Buenm Aires, 1981;
ralmente se ocupaban de hechos mtty concretos eu respuesta a informes !J.ENE NoRTMAN As{m:tos de l4 noluciún de l4 juristiietiún romental en d RJq de la Plata hasta la

o consultas elevados al rey Las ordenanzas, a su vez, eran aquellos docu* erecciún dd c(llf~, B.A.N.H., vol. XXVI, 1952; Em!QUE Rtrrz GuiN.Azú, La magistrnJwa
indiana Buenos Aires 1916; lsMAu Si.Ncmz BEI.J.A,L4 jurisdicción de h~ m lndiM (s¡glos
mentas que conteníau tma reglamentación más o meuos amplia de de- XVI y :ivJr;, A-H.D.E., 1959, t. XXIX; Cüws MARio STOJ.Nt,La justicia m la cam~ del RW
t:errnitlada materia u órganos. Así, se conocían ordetlilllZas del Consejo de /4 Plata durante el peri«lo hispdnico, AH.}.E., N° 5, 1980; RICM.DO l..oUIIQUIN BEctJ, La
qrganizaci6n judiciat argentina~~~ el pcrlodo hisplinico, Bucnm Ai11:s, 1952.
de ludias, de las audiencias, de los cabildos, de los consuLados, etcétera.
(.h.} F. BA!I.RJOS (coonl.), El gobierno de un mundo ..• op. cir. en cap. II IWta 1; M.uiA RosA
Ya en el siglo XVIII, y con el cambio de estructura administrativa, se PuGuESE, De l4 justida ltga a !a justiOO /arada. Abq]ados y asesures m el RW de la Plata. 1776-
1
solía utilizar, además de las anteriores, la real orden, que era ru1a dispo- 1821, Bueno~ aires, 2000.
1

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MJ\NUAL DE HISTORIA PE lAS lNSTITUt',lONI!S AltG.BNTINMl LA ORGANIZACIÓN JUD!ClAL

concesión de tula merced, en la sanción de tuu norma gene:al o en la minero(§ 120)-. La característica más saliente que los diferenciaba era
decisión de tma causa judicial. Sin emb-argo, esta conce¡~ClÓU se fhe que mientras l~ primeros abarcaban todos los asuntos judiciales de la
desdibujando en los siglos siguientes, hasta quedar encasillada como ~na sometlda al fuero; los segundos se limitaban a los actos litigio-
atribución del poder judicial exclusivamente, desligándose los d~ás sos vutculados con el ofiCio o la actividad respectivos.
poderes de la obligación moral de hacer justicia en sus actos legislativos La i~~ de una justicia administrada por pares reposaba sobre la con·
y administrativos. . . . cepaon estamental de la sociedad. Pero los problemas que ocasionaba a
La fonci6n de justicia propiamente diCha conslSúa, ~~ ca_mbto, en~ eJer· n~e~~~o este complejo o~~~iento, mUdos a la expansión de la juris-
ciclo de las atribuciones judiciales destlludas a dl.t'UUl[ las cuesnones d!ccion real y al ataque dlngtdo al orden estamental., provocaron en el
planteadas entre los particulares, .Y también y~r éstos con~ Estado, a y
~lglo xv~n la reducción de este privilegio, más tarde, ya en la época
las que se pmúan punto :fi.rutlmediante la declSlon o sentenoa. En todos mdependlente, su total abolición.
los casos la justicia se administraba en nombre del rey.
Bu esta/unción se desconoció el principio de la especializ.ación ju~icial 106: Jrux:es capi?liares. Bajo esta denominació11 se agrupan aquellos
y no existieron magistrados autónomos, como acontece en nuestro?~· funciOnarios que mtegraban el cabildo o recibían su nombramiento de
po. Las atribuciones judiciales se eru::ontraban dispersas enn;e los ~t;m­ este cuerpo y desempefi.aban .fiutciones judiciales. ·
tos funcionarios que teJ.úan a su cargo los aswttos gubernativos, milita- Los ~des o:dinar«:s de primero y segundo voto entendían por turno
res y hacendísticos. De esta manera, quienes administraban iu:>ti:ia no r ~1 p~a mstan~ia en los asuntos civiles y criminales ocurridos en la
_¡unsdicCion de la ciudad y su distrito, siempre que dicho asnnto no
eran, en principia, letrados y, naturalmente, carecian de los conoclllllentos
técnicos que hoy se exigen, por ejemplo, a los jueces. Pero e~~ no ~pn:· corresp~>ndiera .a la ~?mpeten:ia ~e un fuero especial. Sobre los litigan-
sentaba mayor dificultad si tenemos en cuenta que las decl.stones judt- tes recata la obligac10n de retnbtut a los alcaldes los servicios prestados
ciales no debían fiutdarse necesariamente en el texto legal, como ocurre de acuerdo con el arancel establecido.
en la actualidad, y que antes que el saber jurídico interesaba la recti:ud La jurisdicción de los al~aldes .era acumula~va a 1a del justicia mayor(§
de conciencia del juzgador. Sólo la audiencia constituyó una excepctón 108), de ma~era que qwen pnmero conocta en el pleito exdtÚa al otro.
a este priucipio, por cuanto sus integrantes debían ser letrados ..sin En al~~ cmdades, y a fines del siglo XVIII, la función de los alcaldes
embargo, cada vez con mayor frecuencia -especialmente en el siglo fue pnvatlva en esta materia. Los alcaldes de la santa hermandad cono-
XVIII-, los jueces legos recurrieron al asesoramiento letrado en la sus- c~t en 1os delitos que se cometíatl en la zotla rural circuttvecilld a las
tanciación de las causas. cmdades. Su jurisdicción era acumulativa a la de los alcaldes ordinarios
Y la causa se sustanciaba de manera sencilla, sin forma de juicio. '
105. ZoRRAQUÍN Bocú, en tUl esfherzo por sistematizar este tema tan EsO:S alcaldes d~ la santa ~rm~ndad era elegidos anualmente por el
complejo, clasifica la magistrat:t.ua indiana en cuatro categorías princi· cab~~o y) adem~. de l:S atribuoones señaladas, desempeñaban tareas
pales: jueces capitulares, jueces reales, jueces eclesiásticos y jueces que policiales ~ a~nuus~atl:V.::S• y actuabatl como jueces delegados en diver·
integraban el sistema de la audiencia. . so:' Rr~edlrrú:ntos J~d~Clal~. En algunas ciudades también se les per-
Seguimos esta clasificación sin dejar de tener en cuenta que en la~~­ nutlo mterverur en JUlClOS civiles de escasa monta.
tratura indiana -como afirma .ABELARDO LEVAGGI-, al lado de la JU!lS· Los fallos de los alcaldes ordinarios y de la santa hermandad eran
dicción ordinaria, existía wu amplia variedad de tribunales especiales apelable.s ante el cabildo si el monto en litigio era inferior a los se~ !¡'

que administraban justicia a las personas que pertenecían a detenniu.t- , senta ~. maravedíe~, o aute la audiencia si superaba esa cifra. Pero ··,
dos estamentos sociales o profesionales. A este conjunto de excepci?nes fue prachca generaltzada durante los siglos XVI y XVII que el go-
a la jurisdicción ordinaria se le conoce con el nombre de foe:ros espectales. ·- bernador -en su carácter de justicia mayor o su teniente ente:ndierau
Cada uno de ellos ofrecía su propia peculiaridad, debido a que se ha- , apelaciones, especialmente cuando la audiencia se hallaba en
bían originado en distinta!> circunstancias históricas. Algunos de esos alejadas.
fuéros erau estrictamente personales -como el eclesiástico (§ 111) y el
militar(§ 109)-, y otros eran. de marcada índole profesional- como el
de estos funcionarios capitulares, había otros con funciones
muy limitadas. Tales eran los alcaldes de aguas, los fieles eje~ 'j
1
:1
mercantil(§ 17), el protomedicato(§ 118), el universitario(§ 119) y el y los alcaldes de barrio, estos últimos ya en el siglo :x:vrn. ''i

107
M.\NtLI.L DB HISTORIA DB LAS 1NSTITVC10Nl!S ARGENTINAS

107. Jueces reales. Dentro de esta categoría se incluyen los distintos .· nes. En materia de contrabando, por ejemplo, aunque ll1.t:enrenian al
funciotlarios gubemat:ivos, miliares y hacendísticos de nombramiento principio primitivamente los oficiales reales, se admitió más tarde en
real, que tenían las atribuciones judiciales propias de los oficios que algunas ciudades que conociera también el gobernador, jw1.to con aqué~
desempeñaban_ En este sentido debe recordase la distinción que efec~ llos (§ 110).
tuamos al ocuparnos de la organización política, en cuanto a que en w1 A su vez, el presidentegobernador, e11. un rango superior al anterior, agre-
mismo funcionario se acumulaban dos o más oficios (§ 57). De esta gó a las funciones detalladas la de presidir la audiencia establecida en la
manera, las funciones militares que ejercía la persona del virrey o del capital de su distrito.
gobenudor, por ejemplo, no dependían de ese cargo, sino de su oficio E justicia mayor -casi siempre anexado a 1~ funcioi_tCS de go~M?ores
anexo de capitán general_ y corregidores- era, e11. cambio, por su nusmo _m;"lgen ~er~ol~g1co,
El virrey(§§ 72-74), en cuanto tal, carecía, en principio, de las faculta- quien específicamente estaba encarga~o d~ a~mimstrar JUS~a_a, Slendo
des judiciales concedidas a funcionarios de menor categoría, con d pro- competente para intervenir en los plettos c1viles o causas cnmmales, en
pósito de que dedicara sus esfuerzos a las graves materias que se le un mismo grado, con los alcaldes ordinarios, correspondier1do el cono-
tenían asignadas. Sin embargo, algunas leyes le dieron facultades espe- cimiento del asw1to a quien primero se abocara al mismo(§ 106).
ciales. Así, podría conocer en primera instancia en pleitos en los cuales
interviniesen indios, con apelación ante la audiencia. Según ZoRRA~ 109. El capitán general -título otorgado a los virreyes, presidet1r:s y
QUÍN Bocú, esta facultad fue "escasamente ejercida". También podía gobenudores- tenía competencia exclusiva en primera _Y segun~ nts-
intervenir en los procesos criminales contra los oidores, alcaldes y ftsca- tancia en el llamado fi_rero de guerra. Pero en la práctica, la prunera
les de las audiencias, y en las causas judiciales sobre ll1.terpretación y i1tstancia se sustanciaba ante un jefe militar subalten10. En la segunda
aplicación del Real Patronato, con apelación ante la audiencia y el Con- instancia, el capitán general recurría al asesoramiento letra~o para dic-
sejo de ll1.dias. tar su fallo, que era apelable ante la junta de guerra de Iruhas.
Le estaba encomendado al virrey, además, el ejetcicio de una vigilancia Originariamente este fuero, dice ZoRRAQUÍN BEeú, "comprendía los
superior sobre la administración de justicia, y, aunque sin facultades de asuntos civiles y criminales de las tropas regulares, que estaban a s~e!­
iutervención en los acuerdos, era el presidente de la audiencia que fun- do; y respecto de los soldados, solamente cuando estaban en campana .
1
cionaba en la capital virreina!. Hubo luego algunas modificaciones tendientes, e11. general, a atnlll~rar
Los virreyes del Río de la Plata, a fmes del siglo XVIII, tuvieron una su rigorismo, en razón de los abusos cometidos en perjtúcio de parncu-
más amplia intervención en materia judicial, dada la modalidad especial lares que contrataban con personas amparadas por este fue~-
con que se estableció ese virreinato. También ejercieron la jurisdicción En el siglo XVIII se estableció un fuero análogo para la marma.
en los fueros de correos y de hacienda(§ 197),
110. Los oficiales reales (§ 151) i11tervenian privativame~1te e~1los
108. Flgobtrnador, como tal, entendía en las llamadas "causas de go- asuntos del fuero de hacienda, que eran, sobre todo, las eJecuc1ones
bierno", que, según ZoRRAQUÍN BEcú, eran "las de orden contencioso de las deudas fiScales y los pleitos sobre contrabandos. Dicha j~ris­
administrativo, regidas por el derecho público de la época, así como los dicción, reservada en un pri11eipio a las audie11eias, fue conced1da a
pleitos entre particulares, origin.ados por esa legislación". Las principa- los oficiales reales de México en 1560 y extendida después a las de-
les causas de ese tipo eran: más provincias.
a) las relativas al cumplimiento de las leyes protectoras de los indígenas; En el ejercicio de la ftmción judicial, como en las otras rareas a su_ cargo,
b) las derivadas del intercambio marítimo (contrabando de mercade- los oficiales reales debían actuar conjuntamente, formando Wl tnbunal.
rías, delitos a bordo, pleitos entre tripulantes, entrada y salida de bu- De los fallos se podía apelar ante las audiencias, que resolvían en defmi-
ques); tiva. En los casos de comisas por contrabando en los puertos uu:hanos,
e) las vinculadas con el comercio de esclavos. la apelación se sustanciaba ante el Consejo de Indias_ C~o 110 fun-
En estas causas, el gobemador, al principio, interverúa personalmente, cimMba audietlCia etl. la ciudad donde actuaban los ofiaales reales, el
pero luego se hizo frecuente la delegación de funciones en otro magis- gobernador conocía etl estos pleitos, en segunda ll1Stancia. En algunas
trado, variando esta competencia a través de las distintas épocas y regio- provincias, el Río de la Plata, por ejemplo, se autorizó al goben1.ador

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108
.MANUAL DB HlSTOIUII. OB LAS INSTITUClONBS ARoBNTlNAS LA Oli.OANIZACIÓN JUDICIAL

para que pudiera entender juntamente con los oficiales reales en los del Santo Oftdo de la Inquisición, establecidos en México y Clt Lima
pleitos de contrabando(§ 108). dura.ttte el siglo XVI con el propósito de consen'ar la ortodoxia religio-
El ejercicio de esta jurisdicción hacendística sufrió importa.t,t~ refor- sa. Entendían estos tribunales, en forma privativa y con exclusión de
mas en la segmtda mitad del siglo XVIII, al instaurarse el regunen de otros jueces, en todas aquellas cuestiones que afectaran el dogma de la
las intendencias (§ 203). religión católica, como herejía, apostasía, hechicería, blasfemias heréti-
cas, supersticiones, idolatría, adivinación, etc De sus fallos se podía
111. Jueces eclesiásticos. La Iglesia te1úa e11.la época que estudiamos apelar solamente ante el CotlSejo de la Sa.ttta y General Inquisición, en
uua activa injere11.cia en la vida social y política (§ 287), que llevaba a Espa.íu. La actividad de estos trib\Ulales, que tenían delegados en otras
sus más altos diguatarios a controlar la actuación y la conducta de los ciudades, fue mayor dura.ttte los siglos XVI y XVII, decayendo visible·
funcionarios públicos. De esta manera, los jueces eclesiásticos no sola- mCltte en la siguiente centuria.
mCltte intervetúa.n Clt aquellas cuestiones de orden exclusivamente reli-
gioso, sino que, además, estaban a su cargo los juicios en que de~ían 112. Las audiencias. Dentro de la organización indiana, las audiencias
aplicarse nonnas canónicas o que directamente interesaban a la Igles1a o ocuparon un lugar de jerarquía no menor al de los virreyes. Es imposi-
a sus bienes, salvo determinadas excepciones. ble establecer cuál de ellos era superior, eu razón de que la propii legis·
Compeúa a estos jueces todo lo referido al matrimonio (licencias ~t ladón indiana procuró imponer en el más alto nivel tul singular sistema
caso de impedimento, causas de disCllSO, oposiciones, espomales, nuli- de control recíproco.
dad, divorcio, alimCll.tos, litis-ex:pellSas, dott; tellCltcia de hijos). En Segt'm Rmz ÜUIÑAZú, las audiCltcias collStituyeronla base de 1a divi-
cuanto a adulterio, concubinato e incesto, se cotlSideró como de "fuero sión territorial de la Monarquía y de las demarcaciones políticas de los
mixto", es decll; que compeúa al juez ordinario o eclesiástico.que pri- ~tados que suced_ieron a aquella, resta.ttdo de esa manera la importan-
mero conociera Clt la causa. En esta misma situación se COl1Slderaba.tt Cia que en tal SCll.tldo se ha reconocido a los virreinatos.
los procesos motivados por ataques cometidos contra los religiosos, No todas las audiencias indianas tuvieron la misma jerarquía. Ello de-
robos de cosas sagradas, exhumación de cadáveres, blasfemias, duelos, pendía de la ciudad donde se establecían y de las atribuciones otorga-
sacrilegios, etc. Las causas sobre diezmos (§ 140) origiu.aron numero· das. RUiz GUIÑAZÚ distingue tres categorías: audiencias pretoriales vi~
sas conu-oversias a fnt de determinar los jueces competentes, hasta que n:einates, las ~ue fi.utciOl;a_ban en la capital de los virreinatos, eran presi~
en el siglo XVIII se comtituyeron tribunales especiales. didas por el vurey y teman, como veremos, la¡¡ más importa.ttte¡¡ atribu-
También se atribuyeron a este fuero las causas civiles y criminales en ciones gubemativas y judiciales (Lima y México); audiencias pretoriales,
que fueran parte sacerdotes, tanto seculares como perten~iClttes a ór- l~s ~ue, establecidas e11la ciudad cabeza de una gobernación, eran pre-
denes religiosas, y las sucesiones de los religiosos que hubteran legado ¡¡~dldas por el gobemador, provit~endo de alli la denorrúna.cióu de pre·
bienes a la Iglesia u otras obras piadoras. stdente gobemador (Santo Donuugo y Bogotá, entre otras); y audien-
A fines del siglo xvnr se restringió sellSiblemCltte este fuero, eliminá.tt- cias sufmrdinadas (p~x ejemplo: Charcas), las que estaba.tt presididas por
dose de su conocimieuto los aswttos relativos a disCllSOS, alimentos, \Ulnuembro del rrusmo cuerpo y ct1yas atribuci011es Clt materia guber-
litis-cxpetlSas, dote, concubinato y sucesiones. nativa eran SC11Sibleme1tte inferiores a las a.ttteriores.
Los religiosos no podían renunciar al privilegio que significaba el fue- Las audiCltcias eran organismos colegiados que telÚa.tt, al igual que el
ro, y los jueces competentes eran, segün los casos, los arzobispos o virrey, la representación directa del monarca eu ct1yo nombre actuaban.
obispos, los provisores o vicarios generales, los vicarios foráneos y los Se establecieron en las principales ciudades, y a mediados del siglo XVII,
curas párrocos. Había hasta tres i.nsta.ttcias, y desde el siglo XVII los su uúmero alcanzaba a once, llegando a trece a fines de la siguiente
pleitos terminaban indefectiblemente en Indias, sin apelación ante la centuria. La primera fi.utciouó Clt Sauto Domingo a partir de I526. ¡,
.\
Santa Sede. Para reprimir el eventual abuso que podía.tt cometer estos Los miembros de las audieucias recibían el nombre de oidores, y su nú-
jueces se estableció el llamado recurso de foerza, COllSistente en nna que- mero varió Clltre tres y diez, de acuerdo con la jerarquía de cada una. La
ja que el agraviado presentaba ante la audiencia, destinado a corregir designación era vitalicia, efectuándola directamente el rey. El oidor te-
vicios o arbitrariedades del procedimiento seguido. nía sueldo fijo y debía ser graduado en derecho(§ 309).
Dentro de esta justicia eclesiástica cabe ubicar también los trihmlales Lts audiencias i.ndiauas fi.teron creadas no sólo para el ejercicio de altas

uo U!
MANUAL DE HlSTOJUA DE L\S ARGENTINAS

atribuciones judiciales -como las que funcionaban en la o en tercera instancia en los juicios criminales y civiles de de-
también con objetivos políticos, de manera que sus ~~;~~m:onta y en los del fi1ero de hacienda.
do a Zo.RRAQUÍN BEcú, podrían ser consultivas~ gubernativas ,·11 estudiada y resolvía los pleitos sometidos a su COilSidera-
En su primer carácter expedían informes y evacuaban - Se ha* en dos instancias procesales: vista y revista. Producido el primer
bía encomendado específicamente a estos órganos que infurmaran al (vista), las partes podían solicitar un nuevo prommciamiento (re-
monarca sobre todos los importantes problemas existentes en su distri· que constituía la sentencia defuútiva y contra la cual sólo era
to -especialmente los relativos al trato de los indígenas- como, asimis- p<>siblleinterponer los recursos excepcionales ante el rey(§ 115) Pero
mo, que expresaran las quejas que ruvierau contra el virrey o el presi- en las distintas instancias del proceso se habían producido tres fallos
dente del propio cuerpo. Respondíau también a las consultas que el rey conformes, no cabían más recursos ni súplicas.
1 les formulara. Por competencia originaria las audiencias conocían:
Esta función correspondió igualmente a las audiencias de menor cate- a) en_ los llamados "casos de corte" (los pleitos en que eran parte los
goría, am~ue se limitó casi siempre a informar y asesorar al virrey y no cabildos, los alcaldes ordinarios, corregidores, oficiales reales y los pro*
al monarca. cesas por delitos gravísimos, como la falsificación de moneda);
b) en las causas criminales octu:ridas dentro de las cinco leguas de la.sede
ll3. Us facultades gubernativas de las audiencias fueron suficiente- del tribtmal, no habietld.o lugar a recurso alguno contra la set1tenc~;
mente importantes para permitirles intervenir en el mecanismo político e) en los pleitos sobre encomiendas de indios, de valor o l't'.nta mfe-
con frecUencia y autoridad_ Así -dice ZoRRAQUÍN BEcú--, conocían "en rior a mil ducados, siendo los superiores de competencia del Conse-
los recursos acordados contra las resoluciones tomadas por los matld.a* jo de Indias; .
tarios políticos en materia de gobierno, en la resolución de los conflic- d) en las delThl.lldas promovidas contra bietres de los obispos fallecidos.
tos qUe se suscitaban entre diversas autoridades menores, y en la revi- Por último, la audiencia resolvía los diversos y frecuentes conflictos de
s~ón ?e los actos políticos si no eran realizados con arreglo a las leyes". competencia que se suscitaban etltre los funcionarios etlCargados de ad-
En Ciertos actos de gobiemos era necesaria la acción conjm1ta de la ministrar justicia.
a~diencia y del virrey. En los casos de jueces pe_<;quisadores, de comi- Cabe señalar, además, que i.ndividualmetlte los oidores desempeña?an
SiÓn y de residencia, el nombramiento era privativo de los virreyes y diversas magistraturas especiales, entre las que debe~os señalar_~ JUZ-
presidentes gobernadores, pero antes debía la audiencia autorizar el envío gado de bienes de difUntos, encargado de la conservaa6n, la admnustra-
del comisionado, salvo que por la úldole del asunto fuera menester guar- ción_y la liquidación de los bienes de los diftmtos que ~10 dejaban he:e·
dar secreto. También se requería el acuerdo con la audiencia y los oficia- deros en América. También formaban parte de otros tnbunales especia-
les reales para realizar gastos extraordinarios en circtulStancias urgentes. les como el que conocía los recursos deducidos en los juicios mercan~
El rey d_elegaba a veces en las audiencias algunas fimciones ejecutivas, y til~ contra los fallos del consulado(§ 117) y como el tribm1al del pro-
lo propio hada el virrey con las audiencias de menor categoría. tomedicato(§ 118).
También se había dispuesto -se aplicó hasta 1806- que, en ausencia o
imposibilidad del virrey o del presidente gobernador, las audiencias asu* 115. Aunque ordinariamente los juicios concluían en América, la
mieran interinamente las funcioues de aquéllos. legislación había previsto la interposición ~e tul t'll~mo recurso ante
Además, se les había encomendado, junto con los virreyes, presidentes el rey para que, por intermedio del ConseJO de lndi~, c:mociera en
gobenudores y gobernadores, la guarda y la defensa de los derechos y la causa. Este recurso se denominaba de segunda supltcact6n y estaba
preeminencias del Real Patronato (§§ 290-295). restringido a los pleitos iniciad~s ante la audiencia y cuan~o la causa
fuera "ardua y difícil"'. Quien interpoiÚa el recurso debla dar una
114. Las facultades judiciales atribuidas a las audiencias las convertían fianza de pagar mil ducados en carácter de pena, en caso de que se
en el tribunal superior de lild.ias, doild.e terminaban indefectiblemente confirmase la set1tenda apelada. También podía interponerse con el
muchos de los pleitos provenientes de instancias inferiores (competen- anterior el recurso de nulidad.
cia por vía de apelación) y d011d.e se resolvían directamente otras causas En el siglo XVIII se estableció un nuevo recurso: el ?e in;U5t!~ non:rta,
especiales (competencia originaria). En el primer caso, intervenían en destlludo a remediar la comisión de graves y manifiestas lllJUStlcLtS o

113
"'
IIISTORlA DB LAS iNSTlTUCIONilS ÁRGI!NTlNAS L\ ORGANIZACIÓN JUDICIAL

de irregtdaridades procesales. También eul776 se emprendió ruta pro- Los dictámenes y pareceres de los fiscales de las audiencias son ruta
funda reforma judicial dirigida a agilizar la adm.UUstradón de justicia, fuente importantísima para el conocimiento de la aplicación del dere-
destnúr vicios y corruptelas, e independizarla de la tutela de gobema- cho etl Indias, ya que cuando las sentencias de los tribmtales 110 eran
dores y virreyes. Se aumentó el número de oidores, se elevaron sus fundadas, y por lo tanto no surgía de ellas la opllúón oficial en el asuuto
sueldos y se introdujo tm rruevo funcionario en las audiencias indianas que se ventilaba, debía recurrirse a la opllúón fiScal para conocer el
-el regente--(§ 195), que recortaba las atribuciones de los presidentes y derecho aplicado. Los fiScales desarrollaban en sus dictámenes, uo $olo
supervisaba la rna.rcha de las audiencias, velando porque se concedieran ruta relación sucinta de los hechos llwestigados, sllro la aplicación razo-
las apelaciones, se guardara la competencia de los tribrurales y se realiza- nada del derecho pertinarte, aconsejando además la solución que, a su
ra una m.ís pronta y acertada dilucidación de los pleitos. Asimismo se juicio, resultaba más justa.
erigieron nuevas audiencias en tnda América. Los gobernantes utilizaron a menudo la opllúón ftscal para resolver
algún pleito que se sometía a su decisión, o bien para adoptar m1a reso-
116. Los fiscales. La organización judicial indiana se completaba con lución de gobiemo.
la existencia de los ftscales. En efecto, la defensa del patrimonio y la
hacienda real en Indias, así como también la vigilancia de la aplicación 117. Jueces mercantiles. Una de las funciones más importanteS atri-
del derecho y la conducción de los pleitos de la Corona, estuvieron buidas a lO$ consulados(§ 145) era la de administrar justicia. A tal fin,
confiadas a estos funcionarios, que, como los ya nombrados, combina- el tribru1al se integraba con el prior y los dos cónsules, y debía conocer
ban funciones adm.UUstrativas y judiciales. en "las diferencias y pleitos" que se suscitaren entre los mercaderes acer-
Ante el Consejo Supremo de Indias actuaba tUl ftscal. Su función de ca de cuestiones atinentes al comercio, comprendiendo etl esa jurisdic-
control y vigilancia abarcaba a todos los funcionarios indianos, atm a ción los contratos mercantiles, el transporte marítimo, los fletes y de-
los de la CJ.sa de Contratación; intervenía en las cuestiones gubernati- más cuestiones conexas, algunas de las cuales habían sido, en un princi-
vas y contenciosas ventiladas ante el Consejo, y debía enterarse de todos pio, de conocimiento de la Casa de Contratación(§ 64).
sus despachos, que luego comruúcaba a los fiscales de las audiencias o a El establecimiento de ru1a jurisdicción especial para esta clase de asrut-
los fi.urcionarios a quien estuviesen dirigidos. Estaba facultado para de- tos respondía a lllta antigua aspiración de los comerciantes, que de esta
mandar ante el Consejo a los particulares por _cualquier asllllto que inte- manera podían resolver con sencillez, en la núsma corporación que los
resara a la Corona, así como también éstos podían litigar contra él por agrupaba, sus disputas profesionales. A tal fin existía tul breve y stUUa-
pleitos reftridos a Indias. Debía dictaminar en la coucesión de merce- rio procedimiento judicial sUr UttervCirción de letrados. El fallo.del tri-
des o gratificaciones de servidos e intervetúa en el nombramiento de brural era apelable ante el llamado juez de apelaciones, que era un oidor
los altos fiurciouarios iudianos. Taúa igual sueldo que los demás miem- de la audicrrcia, y debía designar a dos comerciantes del consulado para
bros del Consejo y similar jerarquía. que lo acompañasen en el conocimiento del nx,"UJ:S(). Si estos magistra- '·· 1
;·¡
Los fiscales que actuaban ante la audiencia tetúan faadtades importan- dos confirmaban el fallo de primera ll1Stal1Cia, la causa quedaba conclui- j
tes, llegando a ejercer tUl efectivo control sobre los demás integrantes da; pero si, en cambio, revocaban la sentcrrcia recurrida, la parte afecta-
del tribrutal. Existía tul fiscal para los asuntos criminales, y otros para da podía suplicar ante el mismo juez de apelaciones para que reviese la
los civiles; sin embargo, podían actuar etll.lllO u otro ramo, según fuese causa, acompaúado de otros dos comerciantes. El nuevo fallo clausura-
necesario. Estaban encargados de dictaminar en todos los asrurtos que ba defmitivamente el proceso.
se trataban ante la audia1cia, además de ser los defensores natos de la En las ciudades i.ndiattas donde no fiurcionaban consulados y existía
hacienda, los derechos reales y los pleitos de la Corona. ruta actividad comercial que lo requiriera, la jurisdicción mercantil era
Poseíau iguales prerrogativas que los oidores y gozaban de enorme pre- desempeflada por un diputado, que solla enviar aquel organismo, o por
dicamento arla sociedad indiana. A falta de designación de ftscal, o en los jueces especiales que se desigttaba.n por los comerciantes del lugar.
caso de acefalía, era el oidor más joven quien lo reemplazaba. Cuando Sin embargo, en algunas ciudades, durante ciertos períodos, esta juris-
las tareas de los fiscales resultaban excesivas, éstos podían delegar parte dicción fue ejercida por los jueces ordlltarios.
de ellas en los "solicitadores fiscales", designados por la Corona, qtUe-
nes obraban en!>\\ nombre. · 118. El protomedicato. Este organismo, que estudiaremos más acle-

lH
MANUAL Dll HlSTORlA Dll LAS lNSTITUCIONns ARGENTINAS

!ante(§§ 315-317), tenía a su cargo lo relativo al arte de curar, habíén• i la complejidad de los asuntos forenses, que exigía !a intervención
dosde conferido determinadas facultades judidales",;p~ara;:i:;::::·~~::~. personas conocedoras del derecho _par;t atender los mtereses de ~as
en los crúnenes y excesos que en el ejercido de sus F '· ~~::;;:lfe~~~~De igual manera, w1a vez asentado el proceso conqtuS·
ran los médicos cirujanos, boticarios y demás personas dedicadas a di-: ií.1 los empezaron a actuar como asesores de los gobem~n·
cho .arte. También interv<:úa en los juicios criminales y civiles que se - de los cabildos, para resolver las más difíciles cuestiones de gobier-
suscttaran entre los profesionales en relación con sus oficios. Se exigía hov <le la admlll.istración de justicia.
en tales casos que Jos protomédicos fueran acompruíAdos en la resolu- último asesoramiento alcanzó más importancia en el siglo XVIII,
ción del caso por un oidor, siendo los fallos Apelables ante la audiencia. -, al punto de que se estableció el dictamen letrado obligatorio en las
.: causas civiles y criminales que resolvían los alcaldes.
119. El fuero universitario. Se COlJCedió a los rectores de 1as universi- . Si bien los letrados gozaron de una posición distinguid;~_, concediéndo·
dades de. L~ y México -se extendió luego a otras, aprobadas por el seles honores, preeminencias y exenciones, no desapareció con ~o la
( rey- el eJerciCiO de un poder disciplinario y jurisdiccional en asuntos prevención que suscitaba la actuación de los abogados en los pleitos, y
criminales cometidos dentro o fuera del recinto universitario, pero siem- así fue como, al J:lÚSmo tiempo que los letrados teníanm1a mayor mter·
pre que fueran concernientes a los estudios. vención en los negocios públicos, en cambio, se les impedía abogar en
Quedaron excluidos aquellos delitos en que hubiese "pena de efusión de los pleitos mercantiles y mineros, donde se subrayaba que debía proce-
~~ on~utilación de miembros, u otra corporal", y también todos los derse "con buena fe sabida y con verdad guardada".
JUICios Civiles y comerciales. Fue contradictorio también el concepto social del que gozó la abogacía.
Mientras algunos la ensalzaban, considerándola el sost61 de rept'iblicas
120. El fuero minero. Los asuntos mineros tuvieron también su fuero y reinos, otros, Cll cambio, la vitu~aban, cor~ider~ndola o~emiga del
especializado. Bajo la vigencia de las ordenanzas del virrey FRANCISCO bio1 público, y se mofaban de la nusma con mgen~osos ep1tetos, que
DE Toumo (§ 100), ~autoridad judicial con competencia privativa en muchas veces recogían abusos e incorrecciones parnculares de los abo-
todos los asw1tos denvados de esta actividad, tanto civil como crimi- gados. Pero a juzgar po.r la estima y la ubicación social que ~ar~z~~l
nal, .ñre el alcalde mayor de minas, quien debía resolver los pleitos su- letrados y abogados, por el ín;erés que despertaron los .es~~os Jund1·
manamente, procurando no ent01pecer las labores comprometidas con cos -aw1 sin buscar en ellos afm de lucro- y por la const:ttuc1on de foros
apelación para aJlte la audiencia. ' selectos y prestigiosos, el oficio letrado alcanzó, sobre todo .en el siglo
En las ~rdenanzas mineras de Nueva Espaí1a (1783) se organizaron el XVIII, una notable influencia gubemativa, intelectual Y social.
Real Tnbw1al de Minería y las diputaciones mineras, para conocer en
l,_, es~s as~tos, pero tales tribunales no llegaron a organizarse en nuestro
temtono durante el período que tratarnos, pasando Jos casos a ser re-
sueltos por la anterior justicia minera, o bien por la justicia ordinaria.
Las
. apelaciones, según las ordenanzas mexic.u1as, se conCedían ante el
JUZgado de alzada, integrado por 1m oidor y dos mineros.

1~1 .. ~.trados y abog?dos. En los primeros tiempos de la conquista


eXJStt~ ~1erto recel? ~culos letrados y abogados, en la creencia de que
su-actn'lda? contnbUla a originar o avivar los pleitos y discusiones. Así
fite como, Ulterprer:u~~o el sentir de fiulC~onarios locales, vecinos y po-
bladores, .se les rmpidió que pasasen a Iruhas o que, al menos, ejercierru1
s~ profesión. Esta prevención se hizo extensiva, aún a principios del
Slgloxvn, ~ ciudades recién fundadas. Pero paulatinamente, y sobre
~.

1
todo en las nudades del Nuevo Mw1do donde se establecieron audien-
. cias, ya en la primera mitad del siglo XVI se fue revis.uulo este criterio
1 )
116
Capítulo IV

La política económica de las Indias bajo los Austrias. El mercanti~


Jismo. La agricultura. La ganadería. La propiedad de la tierra. La mine·
ría. La industria. El comercio. Los consulados.
La Real Hacienda. Las regalías. Los monopolios o estancos. Los im-
puestos. La administración ftscal.

La política económica de las Indias bajo los Austrias.


El mercantilismo <1>
122. Cuando Castilla se lanzó a la conquista y la colo1úzanón de las
Indias, Europa se transformaba rápidamente, sacudiendo m1a sociedad
estructurada sobre bases que parecían inmutables. El fortalecirrúento de
las monarquías nacionales se había logrado a expensas del poder feudal.
La aparición de la reforma protestante, a su vez, quebraba la unidad
religiosa de Europa, separando de la autoridad espiritual de Roma vas-
tas zonas del continente.

(1) MooESTO BAB.GAllo,La minerfa y /a metaiurgí4 en la América epa~W/a dumnte /a lpocR. coW-
níaJ; M~Buenos Aires, 1955; Gl.I!LLERMO Ctsl'IDU,L4 anrfa m el wmm:io ron Indias, A.E-A.,
1945, vol. U; Guu.u:J!.MO FURLONG,La.r í.ndu.stria. tm el RJQde la Pkml dmk la cobmización hMta
1778, Buenos Aires, 1978; EML H. l-LIM!UoN, El jWreámíento dd c!lpit4/i.m!o y otros fflSil.JOS de
hi#uria económim, Madrid, 194S; HoaACio C, K Gmuu, Hi#uria mmrJmka de la gii1Hideria
argentina, Buenos Aires, 1954; Cr.uE.l>rCE R HA.llNO, Ccm"cíc y tUW~~guWn enm Erp/J'!Ia y !tu
Indúu, Mexíoo, 1939; C. H. HA.lwo,El imperialmpdnico.,,, op. cit. ennOI:a (1) del cap. Il; Jost
LAII.li.AZ,La: iprJa~ del mercantílúmo,,,, op- cit-en nOI:a (1) dd <::~p. l; Gwo Luzz.tro, Storia tcam)·
mít~~ deU'EtdModenul e Omtempor¡u¡ea, Padua, 1955; Joot MAKiA MAKu.uz URQUJJO, Supraíón
d.e jiibricRs en los Pirreí.natos d•l Rh de ltJ Pilua y del PmJ, Revíua de l:a Facultad de Ciencias
Eoonónúcas, N" 28, Buenos Aires, 1950; I':illJDE.NClO DE LA CRuz Mf.NDoM,Hinoriade la gana·
dni4arge/1tinrJ, Buenos Aires, 1928; Jost MARiA Ors CAPDEQm,España enAmiriC4. E1 dgímm
ik #errtu en !+J tfp«a rofoníaJ, M6cioo-Buenos Aires, 1959; J. M, Ors CM'DEQUI,.ManuaL,, op-
ck en !lOI:a ( 1) del cap 11; Jost I'ERAZA DE A'iAl..A, El régimen ~de Ctmaritls COIIilu I'lfdi4s
en lor siglos XVI, XVII y XVIII, Tenerife, 1952-, Rw11u I'Jn>F:R, La rwdu&Wn de lct precios en
BtplliiJJ (15(}(}.1 640)- Sus causas y efecto$. Ba.r<.:elona, 1987; V1ILENTÍN V ÁZQUEZ DE P'MDA, H#to-
ri4 l!ftmémíC4 mundial, Madrid, 1964,
Amomo MIGUEL B!Ul.NII.L, La, ftnaneí1Jti4n de !+J carrm:t ik lndíiM (1492-1824). Dinero y
,~¡.m·' m
el camm;io colonial espt¡ilol COIIA.mfrlctJ, Sevilla, 1992; CARLos M. Sro!l.m,Acerca lk ltJ
' el Derecho indiano. Umt mii'Jl.d4 ricpiluerw robre ltJ
2000.

119
Dll HISTORlA DE LAS INSTITUCIONES

El espíritu del renacimiento individualista terminaba por dividir -. moscm,t><:er -aw1que sea someramente-la evolución económica
fimdamente la sociedad feudal de la que le sucedía. Las nuevas naciones - durante los siglos XVI y XVII. Siguiendo para ello al histo-
inauguraron una época de duro egoísmo, en la que la preeminencia y el LARRAZ, distinguimos tres etapas:
éxito sólo podían lograrse a costa de la sujeción o la ruina de los otros :- 1500 y 1550, el descubrimiento
países. Surgió así un intrincado y tortuoso equilibrio internacional, que Indias constituyó utl poderoso impulso para la producción Laste-
debía mantenerse a costa de cua.lqtUer sacrificio. Los descubrim.ieutos que hizo petlSar e11 un "siglo de oro" para el reino, que contaba
geográficos y el consecuente feuómeno dd colonialismo complicaron posición estratégico-geográfica excelente, tUl potencial colmúal
am1 más la lucha por ese equilibrio. ibtm<' yun• imnensa reserva de metales preciosos americanos.
Acuciados por la necesidad de dotar los flamantes Estados del máximo enormes cantidades de metálico que recibía Castilla de América
de pode7lo:' ~tadistas de esa época consideraron ~prescindible que la i':::::~~:~m:~u próspera coytmtura e11la industria y en la agriculttwa
econonua SlrVlese a tales fines, y estrucruraron en consecuencia una :-- A este inusitado caudal de plata y oro (nús plata que
serie de principios económicos, cuyo conjunto se conoce con el nom- oro) se atribuyó la pronunciada alza de precios que se registró por esos
bre de mercantilismo. Las características esenciales de este conjtmto de años en la península y en toda Europa. Esta revolucién de los precios, nom-
normas económicas eran las siguientes: permanente intervención del bre con que se conoce el fenómeno que abarcó especialmente el siglo
Estado en todas las manifestaciones de la vida económica nacimla.l· es- XVI y parte del XVII, fue estudiada cuidadosamente por EARL J. HA-
pecial-cuidado C11 reglar el tráfico intemacimla.l, a efectos de lograr 'una MILTON, quien realizó utl trabajo sobre el nivel de precios castellanos y
balanza de pagos favorable; fomento de las indu~trias y de toda forma concluyó aflOllando., en 1934, que las abtuldantes rn.llus americanas fue-
':¡
de producción nacional, a ftn de obtener abundante cantidad de manu- ron la principal causa del fenómeno alcista. Posteriormente esta tesis fi.te
facturas para surtir el comercio exterior; restricción de las importacio- sometida a revisión, afirmándose que si bien la masa metálica americaua
nes y fomento de las exportaciones, protegiendo tan sólo la introduc- pudo contribuir a la elevación de los precios, existieron otros n10tivos
ción de materias primas que no se obtuviesen en el territorio del Esta- importantes que, junto a aquélla, la habrían causado. Así, por ejemplo,
do. Una nota más completaba el conjunto: M permanente identifica- el aumento de población, las inversiones· producidas por las cmlStantes
ción de dinero y riqueza. Esta sobrevaloración del dinero, considerado guerras y, e11 general, el fuerte impulso capitalista de esa época.
causa y fuente ~~ toda riqueza, estuvo siempre presente en el pensa- Lo cierto es que los nuevos mercados americanos significaron para Cas-
nueu~ ~ercantil1Sta, y a pesar de 110 haber sido invención suya, pues tilla utla época de apogeo económico que puede circmlSCribírse a los
fue reCibido como herencia del rntmdo medieval y aun del grecorroma- primeros cincuenta aílOS del siglo XVI.
no, COt1Stituyó utu de sus características más seíuladas. b) La segunda etapa de la evolución castellana comprende los años 1550
Todas las naciones rindieron culto incondicional a esta forma económi- a 1600. Los beneficios obtenidos del traro con Indias y la capacidad de
ca, pero cada país dotó de tonalidades especiales su política, y es así que cotlSurno del Nuevo Mundo deterrni11ar0n la participación de la pro-
f!O?emos hablar ~e tUl ~ercantilisrno francés o colbertismo, que acen- ducción extranjera a través de Castilla. Corno dice LARRAZ, "la coyun-
tuo los aspectos tndustriales y manufacrureros del sistema· de un mer- nrra de prosperidad castclhuu bajo la presión de la competencia exte-
c:mtilisr_no inglés, que procuró dar grandeza y pree~ia al comer- rior hace punto fmal y entra en liquidación".
CiO; o bien de utl mercantilismo espafiol, que se limitó a observar cómo La Corona creyó que la fuerte alza de precios que se observó entonces
su bal~ de pagos se rnan:enía favorable, autl a pesar de la permanen- podía ser contenida irnpidie11do la salida de manufactura y protegiendo
te evaston de moneda, debtdo al enorme caudal de metales preciosos incluso la introducción de artículos extranjeros. Esta posición de la Co-
que ~gaban de América. Estos metales cubrían y superaban los saldos rotu fue hábilmente aprovechada por los iudustriales y comerciantes
negattvos que arrojaba el intercambio. for-áneos, quienes introdujeron cómodamente sus mercaderías en Espa-
Espaíu se con~ pronto en la tierra de paso que utúa las zonas pro- íu y desde alli, e11 Indias.
duc«?ras extr.UlJeras con los centros consumidores americanos, y hasta e) La última etapa abarca todo el siglo XVII. En ella, Castilla, exhausta
su nusmo mercado interior cayó en manos del extranjero. cedió a los extranjeros la tarea de satisfacer las necesidades del tráfico
con Indias. Sus fuentes productivas se paralizaron y hasta su propio
123. Para apreciar la política económica de los AuSTRIAS en las Indias, mercado interno cayó en manos de aquéllos. Las potencias extranjeras

m
"'
M:Mil'AL DE HISTORIA DE LAS 1NSTITUC10NRS ARGENTINAS LA POLÍTICA ECONÓMJCA DE LAS INDIAS BAfO LOS AUSTRIAS

entraron en tratos directos con América y abastecieron casi por comple- siot~ada por 1os gas~ provenientes de los permanentes ejércitos mere e-
to sus necesidades por medio del wntrabaruW (§ 144). El comercio nanos que ~ItttVIeron los HA:ssBT.JRGOs en toda Emopa para conser-
legal a través de Sevilla y Cádiz también pasó a manos extranjeras, que var sus posesiones, par~ ;onqtústar, ~mevas o para restablecer y preser~ :i
'
utilizaron a los españoles como simples "prestanombres". var la fe. Esta exportaaon de metálico y una cada vez más acentuada
política impositiva fi.teron causas importantes de la decadencia econó- !
124. En cuanto a las causas de esa evolución, siguiendo siempre a LA- mica castellana.
RRAZ, podernos encontrar cuatro fi.md~ntales: .
1. La superioridad industrial de los anttguos Paises. Ba;os,. I11!Jlaterra, Flo- 125. Deutro de este marco se desarrolló la política económica de la
rencia y Francia sobre Castilla. Flan_tencos, .flore;ttmos e ~1gles~ estable- Casa de Austria en las Indias, la que estuvo determinada por 1a natura-
cieron e u la Baja Edad Media tma mdustrt.a panera que mvad1o el mun- leza de las re~ones conquistadas, la organización político-social del
do conocido con productos de excelente calidad. Ca~tilla no hab!a ~e~­ ~uebl~ conqmstador y las urgencias financieras de la Corotu española.
do esta experiencia industrial, pues ~urante .aquella epoca se hab~a lut!I- ~pec1ah~et1te d~be teners~ en cuenta que los castellanos que se diri-
tado a exportar hacia eros centras mdustrtales s~I lana e.n vellon, cu- gt~ ~ludias no 1bau a la busqueda de nuevos mercados ni a extender la
nmscribiendo su actividad en este ramo a una rudunentaria manufactu- actividad mercantil, que despreciaban.., sino que ansiabau la gloria niili-
ra doméstica. En cuanto a Francia, si bien su actividad industrial no tar, 1a ?bten::ión d~ conversiones religiosas o la adquisición de títulos,
alcau:zó a provectarse hacia el exterior, surtió tm importante y exigente preellllllenctas SOCiales y, sobre todo, riquezas, que podían lograrse rá-
.:
mercado iut~no, del que careció la penútstúa ibérica. pidamente como botín de guerra(§ 42).
2. El elevad{) precW de las mercaderías castellanas en relacWn con las del 1
resto de Europa. Este desnivel de precios constituyó en un comienzo Ul~ 126. La agri~ultura. E! propósito de introducir y fomeutar la agricul- 1

inceutivo para la producción de la península, pero pro.nto se tratts~ormo tur-a en Anténca se advierte ya en las instrucciones dadas a CoLóN en
entuu de las principales causas del desastre económlCo de Castilla. El 1493, en las que se recomendaba preferente atención al cultivo del sue-
menor precio de las manufaéruras extranjeras ~o tllla competencia lo Y a la aclimatación de las especies vegetales castellanas. Cabe seftalar
ruiuosa a las espaüolas, invadiendo su mercado Uiterno. Al mayor pre- que at111que algunos productos agrícolas fireron llevados de América a i.
cio de los artículos castellanos se agregó uua exagerada elevación de los Europ-a (maíz, papas, tabaco, caucho, anauás y otras frutas tropicales)
impuestos hasta exceder éstos el Ílidice de aumento de los precios. fitei?n. muchos más lo que el Viejo Muudo proporcionó a las ludias:
3. El escaso' espíritu capitalista de Castilla. La energía necesaria para opo- Perststtendo en este pr_op¿sito, se ~wiaron colonos a La Española (agt·i-
nerse a la penetración industrial extranjera sólo po~ pro:'etlir de hom- ct~tores, artesau~, t~~cos en nesgo, etc.), semillas (trigo, cebada,
bres prácticos y emprendedores en el catnpo de la mdustna, del co~er­ ~rmz, ceuten~, luto: canamo, alfalfa, etc.), plantas frutales (naraujos,
cio o de la banca. Estos personajes, que fi.teronlos rectores de la vtda lunone:os, olivos; vides, etc.) y otras, como caña de azúcar; también,
económica y muchas veces de la misma política europea, ~tuvieron herranuentas agt·tcolas, animales domésticos (caballos vacas asnos ',!
ausetttes en Castilla. La sociedad castellatu, formada por hidalgos y . cab ras, cerdos). Fue notable el incremento
mttlas, oveJas, ' de la 'caúa de'
caballeros no veía con buenos ojos ni el comercio ni la industria (§§ azú~ar .en La Española, donde se coustmyeron mofu1os y demás esta-
33-42), p~r eso, los pocos industriales y comerciantes, no bien alcanza- blecnment~ para la obtención de ~úcar, la que a mediados del siglo
ban alg{m dittero, trataban de hac~rs.e hidal~s, abattd~n:mdo es?s tra- XVI etnpezo a ex:portarse para Espaua, pasando a co1tstituir el pt'iucipal
tos y dedicándose al hueco lujo a mutar la VIda ~~ los vieJOS r:_nttstas, a producto de la región. También Cuba, Puerto Rico, México y Petú
quienes a veces superaban en tx;>ato y ostentac,I~n. Como senala SA.,...,- fiteron ceutros azucareros.
CHEZ DE ToCA, el español, "taJ.lmdolente y apattco para las artes de la ~ viñetú;.s de Perú y Clúle fuero11 famosos en la época de la domina-
paz, como activo y ettérgico en la guerra,.nliraba con altivez y desprecio ~1011 espanola, a tal punto que los productores y comerciantes metropo-
y como impropio de caballeros los trabaJOS de los catnpos y las especu- ?tanos .trat~ de que se limitase. su producción a fm de proteger la
laciones del comercio y de la industria". mdu~:na espanola de la c~mpetenci~ americana. A fures del siglo XVIII
4. Los e1UJnnts gastfJs ocasionatks por la constante intervención armada de los vmedos cuyauos y chilenos hab1.au logrado tuu expausión notable
los reyes caste{la1UJs en Europa. Una periódica evasión de dinero fue oca- pese a la política restt·ictiva impuesta por la metrópoli. Los olivos tam~

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MÁNUAL DE HISTORIA DE LAS JNSTITUCIONBS ARGBNTINAS LA POÜTIC1\. ECONÓMICA p:n LAS lND!AS .BAJO WS AUSTRlAS

blén alc~nz:uon amplia difusión en Chile y suscitaron duras di!iposicio· cedía para ganaderos, salvo expresa disposición regia.
nes restncnvas de la Ü)rona, a pesar de las cuales se difundieron nota- La C..orporación de la Mesta, especie de asociación de ganaderos, sobre
blemente al amparo de un clima propicio y tma demanda cada vez más todo criadores de ovinos, cargada de privilegios y exenciones, también
interesada. tuvo su lugar en Indias. En1542 se estableció et1Méxic~ y fue reglada
También las plantaciones de 'fn()Ytras, alimento esencial del gusano de por las ordenanzas del vírrey ANromo DE MENooZA y por otras dispo-
se?~' po~laro,I~ el Nu~vo Mt~ndo, sobre todo en Nueva Espaúa. Las siciones contenidas en la Recopilación de 1680. Los extensos domlltios
nustones Jestutlcas dedtcaron nnportantes esfi.terZOS a la difltsión de esas americanos impidieron las seculares disputas entre gatMderos y agricul-
plantas, así como a la industria de la seda. tores, que fueron corrientes etl la España de esa época y de las que
Esta manufactur~ despertó medidas restrictivas de Espalu, pero esta generalmente salían gru.w1ciosos los primeros.
vez la co~petenCia. q~ hacía la seda china, que llegaba por las Filipinas,
y los meJOres rendliillentos que producían otras clases de plantaciones 128. Los españoles introdujeron en América toda clase de animales
auxiliaron a la metrópoli y la industria de la seda americana entró en domésticos: caballos, vacas, cerdos, cabras, asnos, etc., los que, al am-
franca decadencia ya a mediados del siglo XVIII. paro de tUl clima betúgno y de tUl suelo con abundancia de pastos mnt-
En ~n~al, la agri~tura fue auspiciada por la metrópoli, y las medidas rales, se reprodujeron en forma asombrosa y pasaron a constituir, en
restrictivas que se dtctaron et~ procura de amparar la producción espa- provincias como el Río de la Plata, la base de su economía.
ñola mmca fueron observadas con rigor por las autoridades virreinales Desde el siglo XVI se llevaron caballos y vacunos a Mé:xic~ Perú y
ni merecieron celoso cuidado por parte de las peninsulares. Chile. También se introdujeron ovejas en Perú, y desde allí se las etiViÓ
al Río de la Plata (1550), donde se reprodujeron en gran cantidad. En
127. La ganadería. También desde tUl primer momento la ganadería esta wna, el ganado caballar entró directamente desde EspaÍla, en tanto
fi.¡e tema de preocupación para la Ü)rona. Así, ya en 1497, se dispuso el vacuno y el lanar llegaron desde Petit y Chile.
que los terretlOS no repartidos fuesen "pasto común", a fm de poder Los ganados pastaban libremente en las inmensas llanuras am.ericanas.
apacentar el ganado. Las ordenanzas dadas por HERNÁN CoRrt.s, en Los que pertenecían a particulares eran encerrados durante la noche en
~éxico, establecÍ:Ul medidas de protección para los ganaderos, prohi- los mismos poblados, para que no se perdiet·an ni daúaranlos sembra-
bl(~ndo 9-ue se abnesennuevos establecimientos de cría de ganado vacu- dos. Cuando el número del g.uudo hizo imposible retenerlo encerrado
no u OVUlo a menos de tuM legua de los existentes. Tratándose de cria- durante las noches, los animales mansos nwieron que andar libretnente,
deros de cerdos, la limitación se reducía a media legua a la redonda. pasando muchas veces a confi.mdirse con las grandes majadas de gatMdo
También se preveía que no pudiesen instalarse sembradíos en esas zo- cimatTÓn. Los daños producidos a la agricultura y a lo!i poblados file-
nas, como tampoco podían tenerse ganados a media legua de algt'm ron en aumento; prueba de ello es una disposición del cabildo de Bue-
sembradío. En el Perú se estableció en 1541 que los montes, pasturas y nos Aires de 1610, qtte prohibió tener ganado en la ciudad ui en su
aguadas fitesetl de uso comtí.n, a fm de que los ganados pudiesen utili- ejido hasta tUlil legua a la redonda.
zarlos.
La Recopilación de 1680 reunió y actualizó las disposiciones relacionadas 129. El aumento de cabezas de ganado, sobre todo vacuno y caballar,
con este ramo. Los pastos, montes y aguas debían ser de uso común en fue tan prmumciado en el Río de la Plata que, según tUl cuadro realiza-
todas las Indias, lo mismo que los sembrados w1a vez levantada la cose· do por GIBERTI, el precio de tuta vaca, que oscilaba en 1550 en ahede-
cha. Los montes y pastos de las tierras de señorío también serían comu- dor de los cien pesos, se había reducido luego de un siglo a cim::uenta
nes, al igual que los montes de frutas. Cada rebaño de dos mil cabezas centavos. Esta Ilatural procreacióit del gat1ado salvaje señaló una impor-
de ganado debía tener tma legua redonda de tierra para su uso exclusi- tante fi.1et1te de rique7...a para zonas como el Río de la Plata, donde 110
vo, con la obligación de constnllr etl el lugar mu casa de piedra. Si el había abundatiCia de minerales, como ocmría, en cambio, en México y
rebaño era de más de seis mil cabezas, se otorgaban dos tutidades de Petú.
una legua ;ada t~la, d~biet1do levantarse dos casas de piedra; y de ser el La exportación de ganado en pie, cueros, latla, tasajo, cebo, grasa, entre
hato de mas de dtez mil cabezas, se daban tres unidades, con obligación on·os, constituyó pronto la base del intercambio cometdal de estas CO·
de otras tantas constntcciones. Este era el máxin10 de tierra que se con- marcas. En agosto de 1602, la Corona autorizó la e-xportación de cecina

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:MANVA.L DE H:!sTORlA. DE LA.S INSTITUCIONES ARGENTINA.$ La POLJTICA ECONÓMICA. DE LAS lNDI.A.S BA.JO WS AUSTlUAS

del Río de la Plata, y en 1605 --segt'm PRUDENCIO DE LA CRuz MENDo- des propiedades castellm1.as, haciendo surgir tulil sociedad donde el ele-
ZA- se realizó el primer embarque de ovejas y cueros al Brasil y tasajo a mento directivo estaba integrado exclusivamente por espaí10les, en gran
Cuba. También comenzaron los envíos de caballos y mulas a Chile y medida nobles y eclesiásticos, y donde el elemento dependiente, culti-
Pert'1. A pesar de las limitaciones con que se permitió la salida de estos vador de la tierra y trabajador de las minas, estaba constituido por indí·
productos, seúala el autor citado que en el prllner cuarto del ;;iglo XVII genas.
se exportó desde Buenos Aires un total de 27.000 cueros. Eu esta mate- La gracia o la merced real fueron los primeros títulos de propiedad que
ria, el contrabando suplió las limitaciones oficiales, al amparo de tUl podían esgrimir los españoles que llegaran a Indias, e incluso los indí-
litoral casi desconocido y una zona costera muy extensa. Las disposicio- genas que vivían en reducciones, a qtúenes también se les coucedían
nes para evitarlo fiteron tan repetidas que demuestran por sí solas su tierras.
ineficacia. Los conquistadores recibieron en sus capindaciones (§ 70) la merced
Favorecida por esta exportación, la ganadería alcanzó un estado verda- de repartir tierras de la Corona entre los primeros pobladores, con la
deramente floreciente a mediados del siglo XVII. Las estancias con sus limitación de uo entregar las que pertenecímt a los indios, ui conceder
poblados constituyeron por entonces otros tantos ceutros de colotúza- las minas que pudiesen existir en el substrelo, ui la jurisdicción sobre sus
ción pecuaria, que se distribuyeron por toda la zona rioplatense. habitm1tes. Las tierras otorgadas no quedaban en propiedad hasta pasa-
do cierto tiempo (de 4 a 8 años) y siempre que mediase cultivo y resi-
130- Los animales cllnarrones eran sometido,') a verdaderas cacerías, dencia en las misn1.as. Esta factdt:ad de hacer repartimientos de tierras se
que se conocieron cou el nombre de vaquerfas. Esta práctica ;;e genera- ~ndió luego a otras autoridades indiauas, como audiencias, cabildos
lizó hasta elptmto de llegar a constituir tUl peligro para la riqueza gana- y VItreyes.
dera. En tUl principio, las vaquerías se lirnitaban a correrlas que realiza- En Espaúa se había conocido esta fomu de distribución de la tierra con
ban los estancieros por las cercanías de sus campos para recuperar ani- el nombre de aprissio, y fue utilizada en la época de la reconquista.
males alzados, es decir; animales de su propiedad que habíau escapado La prodigalidad regia pronto tocó a su ténnino. Las necesidades finrut-
del control de los peones. Pero este procedimiento pronto se extendió cieras de la Corona detenninaron dutatlte el siglo XVII que se buscase
al gmMdo cimarrón, participm1do en las excm~iones qtúen quisiera ha- obtener dinero vendiendo en pública subasta. las tierras que aún se matt-
cerlo, matándose, por puro gusto o por codicia, enorme nt'unero de teuírut dentro de su dominio. Se exigía a los poseedores de las mismas la
anllnales. exhibición de sus tirulos, para reÍlKorporar todas aquellas tierras de
Los cabildos trataron de remediar estos abusos, creando desde comien- dudosa o discutible propiedad en el dominio regio. Las concesiones
zos del siglo XVII registros para inscribir a qtúenes desearan realizar estuvieron sujetas a la confirmación, que se otorgaba siempre qué media-
vaquerías, y castigando a los que las hiciesen sin licencia. ra utilización efectiva de la tierra. Enl754 se realiz6 un examen general
La actividad fue poco a poco reglamentándose, y pese a que las licencias de tíntlos de propiedad, admitiéndose prescripción para los poseedores
se otorgaron para recuperar animales perdidos o para obtener los nece- rutteriores a 1700. En caso de que el título ofreciese dudas, los poseedo-
sarios para la explotación privada, la confusión y el desorden fueron res debíru1 abonar una suma eu calidad de composición, para sru1ear su
características permanentes. domllúo.

131- La propiedad de la tierra. El derecho de conquista había otorga- 132- Dice ÜTs CAPDEQUI que, a través de las distintas restricciones
do a la Corona de Castilla el dominio de todas las tierras descubiertas, establecidas, la Corona castellana procuró que la tierra ctunpliese mta
tm1to en su superficie como en las profimdidades del suelo. fimción eminentemente sociaL Si bien advierte que sería absurdo pen-
En lo que respecta a la superftcie, la Corona otorgó generosamente sar que los monarcas de los siglos XVI, XVII y XVIII hubiesen esboza-
extensas coucesiones a los conquistadores prllnero, a sus fi.mcionarios do siquiera los fimdan1entos modernos de la fimción social de la pro·
principales después y, en general, a quienes C011Sideraba necesario bene- piedad, los resultados de la política desarrollada por esos reyes pueden
üciar de algún modo, ll1duyendo, por supuesto, en gran medida, a la ser considerados como restricciones al dominio en beneficio de la co-
Iglesia Católica y otras entidades religiosas. Se constituyeron así en mutúdad. Seílala el distinguido historiador que el interés econónúco de
América extensos domllúos de características análogas a las de las gran- fomentar la población y aumentar el valor de la tierra haciéndola pro-

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1\.úNUAL D.ll HtSTORJA DE LAS lNSTITt'CIONES .ARGENTINAS LA POLÍTICA ECONÓMICA DE LAS INDIAS BAJO LOS AUSTRIA-S

ductiva, jtmto a las necesidades fiscales de un territorio impositivarneu- beneficio. Este porcentaje fue generalmente del quinto, aunque a veces
te apto para redin1ar be11eficios, füe-ronlos móviles que llevarou a regla- ascendió al décimo y hasta llegó al 50%.
mentar el derecho de propiedad en las Indias sobre uonnas distintas del América fue Ull<l región minera celosamente vigilada por la Corona, ya
concepto romano~justinianeo que había aceptado el derecho castellano. qtte le proporcim1.<1ba lo necesario para su nunbosa existencia y para la
Eu efecto, la necesidad de habitar las tierras concedidas y de cultivadas consecución de sus fines hegemónicos. Sin embargo, la minería estuvo
para poder constituir el dominio, el compromiso de edificar viviendas siempre atrasada Cll su técnica, eula dirección de las labores, y an1só uu
eu ellas, la limitación en la cantidad de leguas que cada propietario serio desordeu e11. el plane.uniento económico de su producción.
JXXIía tener y otras exigencias de íudole semejante, aparejadas con re- Las labores mll1C1·as estuvieron impulsadas por una pennauente codicia
quisitos de ordeu fiscal, como la confmnación regia para nunteuer la que se compadecía poco o nada con un laboreo razonado e inteligente.
posesióu de lo adquirido, dau W1 especial coute1údo socioeconómico al Es por ello que las Indias se pobl.u·on de ingenios mineros que eran
derecho a la tierra en Indias. abandonados a las primeras dificultades, en procura de otros más gene-
Oaro es que, como el mismo 0rs CAPDEQUI Jo advierte, tales disposi- rosos que entregasen prouto sus preciados tesoros.
ciones no llegaron a cumplirse en la práctica como lo quería la letra de
la ley, pues de lo contrario las jóvenes naciones americanas habrían reci- 134. Desde los primeros aúos del descubrirniClltO se tieneunoticias de
bido de la época hispana un territorio en el que no existirían tierras las riquezas mineras indiatlaS. En su segtmdo viaje, el almiratltc CRISTÓ-
dt;spobladas o sin n·abajar, y en el que la propiedad estaría repartida BAL CoLÓN llevaba con destino a La Española 1.590 hombres, cutre los
cutre los verdaderos trabajadores de la tierra. No es necesario advertir que había muchos destit1<1dos a "'sacar el oro de las millas", segün dice
que 1<1 realid-ad es muy distinta. LAS CASAS. La primera explotación de metales realizada por los espaúo-
Lo cierto es que, por sobre esa legislación previsora e inteligente, la les Cll el Nuevo Mtmdo debe atribuirse a la recolección de oro realizada
tierra en América quedó en pocas mattos, constituyéndose grandes lati- en el río de Martín Alonso o río de Oro, que desemboca en la costa de
fimdios. Contribuyó a este resultado la estrucn1ración de mu sociedad Haití, durante los meses de uoviernbre a diciembre de 1492.
enemiga del comercio y de la iudustria, que veía en la tierra la ünica Las explotaciones de oro realizadas en las Autil~as fueron de e.sca~a eu-
fonna digna de inversión. La propiedad de la tierra era signo de seúorío vergadura, y el caudal que se obtuvo en tUl cormenzo debe atnbmrse al
y distiucióu, y todos procurarou hacerse de ella. almaceuamiento de muchos aúos y a la poca importancia que le daban
Así distribuida, la tierra no alcatlZÓ a briru:lar tu1a producción constante los indígeuas.
ni de importaucia. Salvo las wo.as n·opicales, en que la mat10 de obra En Nueva Espaíu, en cambio, se descubrieron yacllnieutos minerales
(geuerahnente esclava o indígem) abmu:laba, en el resto de América el de mayor jerarquía y de prolougado aprovechamiento. Si bien las pri-
latifimdio desaleutó el laboreo de los campos, dispersó a los colonos y meras remesas de oro provetúau del que los conquistadores quitabatt a
empequeñeció la riqueza de la tierra. los aztecas, prouto comprendieron los españoles que era neces.u·io ~x­
plotar directamente las minas, pues los indí~nas no podían prot:omo-
133. La minería. Para el concepto mercat1tilista de la época, los meta- uarles la suficie11te cat1tidad de metales preciOsos. Por eso, las pnmeras
les que se encontraban en las eun-.úías de la tierra eratl fuente directa de explotaciones auríferas se realizaron en las millas que tr.abajaban des~e
riqueza y su aprovechamiento, preocupación constante de las autorida- antigtto los naturales e11.las provincias de Zacatula, Maluultepec, Tem-
des. Por eso, junto a la propiedad emillente del rey sobre el subsuelo de ch y Tuxtepec. .
Indias coexistió la concesióu de su explotación en manos privadas. La Fuerou impoftantes los descubrllnientos de las mmas de plata de Taxco
legislación en la materia, tal vez uua de las que sufrieron mayores cam- (1534) y de Zacatecas {1548), donde incluso se halló oro. Eu 1548
bios dictados por las uecesidades que fueron advirtiéndose, trató de también se descubrieron las ricas millas de plata de Guanajuato. Cuatro
armonizar estos dos priucipíos. años más tarde se comenzaron a trabajar las de Pachtu:a, donde BARTO-
La Corona participaba eula produccióu minera de dos maneras; me- LOMÉ DE .MEDrnA logró aplicar su célebre método de amalgamación de
diatlte la reserva de mu milla contigua a la descubierta por los patTicu- plata(§ 136) Cll1555. En ese afio surgieron las de Tenuscaltepec, de
lares, que luego arrendaba o vendía, y coula percepción de tul porce.u- abundante caudal argentífe1·o.
taje sobre la explotacióu eu bruto, sin deduccióu de gastos de laboreo ni En el Pení fueron de notable importancia los yacimientos de Porco

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l\LI.NUAL DE HISTORIA DE LAS lNSTITUCIONllS ARGill'<TIN.AS Ú POLÍTICA BCOI'<ÓMICA Dll LAS INDIAS BAJO LOS AUSTRI.t\S

(1540) y Potosí (1545). Eran minas de plata de excelente calidad y pio tUla dirección muy desfavorable para el trabajo ulterior de la mina".
abmldaute coutenido. Su riqueza se consideró inmensa, a tal punto que De esta manera, las excavaciones consistían tilll sólo en enormes cuevas
varios centros mineros peruanos fueron abaudonados para explotar los en procura de seguir la veta, siu preocuparse de las seguridades de la
del cerro de Potosí. La importancia de este yacimiento decidió la funda* excavación ni de las uecesidades del traslado de los mineros. Puede aftr-
dónde la villa imperial de Potosí., donde se instaló en 1572la Casa de marse, continúa el autor citado, que en las minas que se abrieron en la
.Moneda. época hispana hubo "pocos tiros verticales y galerías horizontales y rec-
También revistieron gran importancia las minas de "J.ZOgUe de Huanca- tas, abundJ.lldo el laberinto de tortuosas y desniveladas galerías y soca~
velica, descubiertas enl564, atmque sólo fueron explotadas intensiva- voucs". Erau muchas también las explotaciones abiertas, corno las mi-
mente luego de 1574, al utilizarse el azogue para beneficiar la plata. nas de Taxco, en México, y de Huancavilka, en Perú.
Eu Chile se hallaron ricos lavaderos de oro, y fueron importantes las La extracción del metal al exterior era efectuada, en general, por los
minas de plata de Huantajaya, que se explotaron hasta el siglo XVIII. mismos obreros, en cestas de fibras o de cuero. Rara vez. se veían lnalaca-
tes o toruos tirados por hombres o caballos, pues estos aparatos sólo se
135. A pesar del empirismo con que se explotaron las miuas illllerica* utilizaban en las rninas de grandes dime.tl.Siones. No había escaleras, y
nas, el metal enviado a la penú1Sula alcanzó niveles insospechados. Si* los iudios condudan su carga trepando entre las vigas o por escalas con
guieudo a HA,.\ilLroN, podemos sef1alar que si bien a cornieuzos del nudos de cuero trenzado. El agua que üecueutemente invadia las miuas
siglo XVI el valor del metal introducido en EspaÍla alcanzaha alrededor se sacaba en botas de cuero o metal por igual procedimiento. Como es L
de deuto cuarenta y cinco mil pesos castellanos (de 450 maravedíes ), a de imaginar, el agua inundaba y arnúnaba mnnerosas 1niuas, cml.Stitu- i
mediados de siglo se elevaba a más de rn1 millón, y al ténniuo de la yeudo llllO de los más graves inconvenientes de la época.
centuria, ya descubiertas las minas de Zacatecas, Guanajuato y Potosí, Eu un principio, 1os metales se beneficiaban mediante el anticuado e
el metal enviado a EspaÍla representaba tul valor de casi siete millones incómodo método de molienda y fundición, o tan sólo fuudieudo gran* i 1

de pesos castellanos. A estas cifras, obtenidas de los registros oficiales des trozos. Se utilizaban hornos especiales alimentados con carbón de
de Sevilla, hay que agregar la salida clandestiua de metal, realizada a leúa. Me1ecen recordarse las famosas guairas, pequeÍlos horuos de ba-
través del siempre exitoso contrabando. rro utilizados por los llldios, que se colocaban al aire libre, donde diese
Desde principios del siglo XVII el caudal comenzó a disminuir; y a con más fuerza el viento, para avivar la combustióu. El cerro de Potosí
mediados de siglo el registro oficial sólo arrojaba tm valor de apenas uu se poblaba de estas guairas, que le daban de noche m1a ihuniuación
millóu y medio de pesos. En general, siempre ,fue mayor la cantidad de verdaderamente curiosa.
plata que se extrajo de América que la de oro. Este último solo llegó a la Estos métodos fuerou reemplazados por nuevas técnicas, que imptil.sa-
península en fonna abundante durante los primeros años del descubri- ron uotablemente la minería americana. BARTOLOMÉ DE MEDINA logró
miento. aplicar el sistema de amalgamación de la plata mediaute el azogue (mer* 1

curio) en 1555 eu las minas de Pachuca (Nueva Espaiía), y PEDRO FER* r¡


136. Las minas eran trabajadas por los indios bajo la dirección de los NANDEZ DE VEI.AZCO lo iutrodujo en 1571 eu Perú, adaptándolo a las '
espaúoles. Existían, por lo general, durante los pdmeros aiíos, pocos condiciones de lo¡¡ metales de esa zona. De esta manera, se logró el
especializados en las labores mineras, y, por ello, el trabajo, además de aprovechamiento de muchas minas, cuyos metales era imposible some-
resultar abnunadm; era sumamente improductivo. La legislación india- ter al prllnitivo método de fuudición.
ua trató de remediar los males que aquejaban esta rama de la produc*
ción, la {mica que al principio aparecía como verdaderamente interesan- 137. La industria. La Corona 110 se preocupó, durante el prllner siglo
te. Todas las ordenanzas mineras contienen cláusulas que asegurJ.ll el posterior al descubrimieuto, en desaleutar las actividades industriales
bueu traro a los indios y la obligación de realizar un trabajo razouado y americanas. Incluso se llegó a creer que fomentá.tldolas se abaratarían
metódico. Lamentablemeute, este objetivo fue pocas veces alcanzado. los precios de las mercaderías espaÍlolas, ya que se atribtúa su alza al
La labor Jel1niuero -dice BARGALLo-, sin más guía que el afán de ex- coutiuuo envío de artículos mJ.Uufacturados hacia el Nuevo Mtmdo.
traer; a curto plazo, grandes cantidades de metales "sin conocimientos Las medidas restrictivas que se dictaron durante los siglos XVI XVll
de geología ni geometría subterránea, había adquirido desde un priuci- respondieron más a aspiraciones teóricas que a tula fume convicción, y

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MANUAL Dll HISTORIA DB US JNSTJTUClONBS ARGENTINAS LA_ POLÍTiCA ECONÓMICA DE LAS lNDlAS BAJO LOS At'STRlAS

fueron violadas, generalmente, sin mayor preocupación de las autorida- do y sirvió para fabricar sombt'erOS ingleses y franceses, e incluso para
des. Solo en el siglo XVIII, la Coroua se lanzó a una fuma política confeccionar en Inglaterra tUl tipo especial de paño.
restrictiva con respecto al desarrollo industrial indiano. En general, con excepción de las industrias americanas que ro?ían pe~­
Durante el reinado de los AuSTRIAS al alto precio de los arúculos de judicar las peninsulares, la política de los ~us~RIAS en~ ~ter1a p~rnu­
vestir fue UH incentivo para la instalación de obrajes y talleres en Indias. tió el florecimiento de las manufacturas mdtanas, y s1 la mdustna no
Los trabajos se realizaban no sólo en obrajes o batanes que se servían de alcanzó niveles más importantes, se debió -como señala HARma- a que
mauo de obra indígena, sino también en los chorrillos, pequeüa indus- en el Nuevo Mtmdo "las condiciones narorales eran favorables a la pro-
tria doméstica en la que trabajaba toda la familia. ducción y exportación de materias primas de modo casi exclusivo"·
En Nueva EspaÍla se instalaron los obrajes necesarios para satisfacer la
demanda i.ntema de la lana, algodón y seda, lográudose artículos de 138. América conoció también las asociaciotres corporativas, al estilo
bastante buena calidad. El trabajo se realizaba con mano de obra indí- de la vieja agremiación medieval. Los artesanos de m1 mismo oficio se
gena, esclava, o bien con la ocupación de delincuentes prófhgos. Las congregaban en corporaciones o cofradías r~ligiosas -en general, és~s fi.te-
condiciones de trabajo eran pésimas, los obreros estaban casi desnudos ron el antecedeute de aquéllas- cou el obJeto de mutua protecnon, fo-
y los talleres parecían prisiones. mento y vigilancia. La calidad, la cantid~d y el precio de los productos,
Los abusos cometidos obligaron en 1601 a prohibir en toda América así como las condiciones en que se trabaJaba, eran celosamente contro-
que se ocupara a los indios en las industrias textiles y en los ingenios lados por los veedores que destacaban los ~mos. gremios. En I;Iéxico
azucareros. hubo más de tlll centenar de estas corporactones, s1endo de grau Impor-
En general, se lograban telas de buena calidad, pero l<1.s prefereucias de ta.ucia la de los plateros, igual que en Lima.
las clases adineradas se volcaban por las de origen español, debiendo Se regían por ordenanzas, que dictaban los cabildos Y- eran aprobadas
coutentarse la manufacttwa local con tUl mercado de coudiciones más por el virrey o, a veces, por el mismo m~r~ar~a, que trataban ~e.estable­
modestas. También se desarrolló con bastante éxito la industria sombre- cer, usando p.Uabras de HARmo, tUl equi.hbno entre las cond1ctones de
rera, que se extendió por toda América de Sur. Quito fite tUl importante trabajo, los intereses del consumidor y las necesidades del tesoro real
centro sombrerero, lo mismo que Potosí. En Chile se difundió notable-
urente, lo mismo que en el Río de la Plata. La técnica sombrerera era 139. El comercio. La Coroua castellana inspiró sus disposiciones refe-
deficiente: a pesar de ser trabajados con lana de vicuña, los sombreros ridas al comercio c011 Indias en la doctrina mercantilista en boga, segím
resultaban bastos y a la primera lluvia se ablandaban y convertían en tm la cual puerto ímico y monopolio eran.regl~ esenciales: . . ,
grosero amasijo, según asegura MARILUZ URQUIJO. Eu m1 principio, la Corona se mostró ums15adamente h~":ral, furutan-
La industria textil ttrvo escasa importancia en el Perú, donde se limitó a dose a fmes del siglo XV a exigir a los espanoles que qms1esen C?l~ler­
fabricar telas de bajo precio, como sayales y bayetas. Sin embargo, no ciar con Indias ta.n sólo el pago del qtúnto de los n~etales y del dec~mo
puede decirse que fuera la Corona qtúen desalentara las actividades tex- de las demás mercaderías importadas. Pronto se de¡ó de lado esta libe-
tiles, pues existen constancias de que en 1565 se llev<tron al Perli, para ralidad, para someter el n·áfico indiano a las características permaneutes
que divulgaran sus enseñanzas, dos tejedores, un tintorero y seis tundi- que analizaremos. ~ . . .
dores. El Perú sólo producía en abtmdancia y a bajo costo minerales, La creación de la Casa de Coutratación (§ 64) en 1503 senaló la uuct_a_-
sobre todo plata, y a esta actividad se dirigían todos los esftterzos del cióu de la nueva etapa. Esta instit:ucióu flte fu1~da~a con el objeto d,e
virreinato. lograr un absoluto monopolio de los pt~t~tos mdm1?s, pero los a.rn-
En la zona del Río de la Plata se labraban paños, cordobanes y sombre- culo..<; que se importaron en Indias no facil1~0n ese. npo de orgamza-
ros, especialmeute en Santiago del Estero, Tucumán y Córdoba. Esta dóu y, por lo tanto, las operaciones mer:antiles realtzada;> ~r la Casa
indusn·ia no revesúa grandes proporciones y e11 general sólo satisfacía fueron mínimas. GUILLERMO CÉsPEDES dtce que sólo subslSUÓ respecto
tUl mercado modesto, del que formaba parte importaute la vestimenta del comercio como órgano de inspección y centralización, persiguien-
del indígena. Thmbiéu existían ingenios en que se logralH aztlcar de caña. do principalmente objetivos fl.Scales.
Uu producto americauo que fite apreciado con bastante interés en Es- Estos objetivos se traducían en el cobro de los impuest~ con que,pr~n­
paÍla fi.1e la lana de vkufla, que se enviaba por vía legal o de contr.lban- to fi1e gravado el comercio con América, en la percepctón de los qu111-

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.MANUA-L DE HisTOll!A. Nl LAS INSTJTVCIONBS .ARGENTINAS LA POLÍTICA ECONÓMICA DB lAS lNDJ.t\S BAJO !.OS At!STRI;\S
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tos reales" que se cobraban sobre los productos milteros y en la recauda- 141. FELIPE U regló el tráfico por medio del régimen deJWtasygalwnes, 1'
ción de las rentas de los bienes pertenecientes a la Coroua. También le que te11Ía por objeto vigilar cuidadosame11te el sistema de monopolio
tocó rtX:olectar la tasa de averÍas(§ 143). Asimismo, llevó a cabo irri- español sobre el comercio de ludias y proteger las embarcacioues mer·
t<Uttes incautaciones de metales preciosos, que la Corona embargaba cantes de los ataques de los piratas, que eran cada vez. más fux:uCittes. Ya
por rawnes de necesidad itnpostergable. desde antes se había. previsto la tuvegacióu en conserva de flotas debida*
Hasta la creacióu de la Casa de Contratación ( 1503), las expediciones mente pertnx:hadas, según las normas dictadas por la Casa de Contrata-
para Indias salían de Cádiz, atmque se otorgarou también franquicias a ción (1526), pero fue a partir de 1564 cuaudo la navegación a Indias se
otros puertos. Desde la ittstalacióu de la Casa de Contratación en Sevi- esm~eturó en forma definitiva. Las flotas salían dos veces al aúo desde
lla, pasaron a ser este puerto y su rada de Sanlúcar de Barrameda el sitio Sevilla, una hacia Nueva Espaí1.a y otra hada Tierra Firme. La primera
obligado de partida y llegada de las embarcaciones que navegaban a las
Indias. Este monopolio sevillano despertó muchas protestas y creó en
partía en pritnavera y se dkigía al golfo de México, llegando a Hondu-
ras y las Antillas. La otra flota partía e11 agosto con nlillbo al golfo de
Pauamá, llegando a Cartagetu., Santa Marta y algunos otros ptmtos de
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Sevilla una compleja red de poderosos itttereses que sería difícil romper
en adelante. la costa norte de América del Sur. Ambas flotas se retuúau en marzo
CARI.OS V trató de modificar, aunque parcialmente, el mouopolio de- siguiCllte en La Habana y emprendían jmttas el viaje de retorno. 1
tentado por Sevilla. En 1524 creó tUhl Casa de Contratación en La Las flotas no salieron siempre en las fechas indicadas, ni siquiera pudie*
Conú1.a, p¡u·a atender el comercio de especiería, en atención a que los ron ser aseguradas flotas anuales. Desde 1580 se omitía geueralmCitte
buques de gran calado, utilizados para este tráfico, tCIÚan SClÜs dificul- tuta de las dos, y luego de la segunda mitad del siglo XVII, ya en franca
tades para llegar por Sattlúcar a Sevilla. Más tarde, en 1529, amplió a declinación de Espaí1.a, las saüdas se hicieron sutna.Inente irregulares.
ottos puertos españoles la facultad de comerciar con ludias: Bayona, La Las flotas que se dirigían a Tierra Firme eran portadoras, de regreso, de
CoiUfla, Avilés, Laredo, Bilbao, San Sebasti.ín., Málaga, Ctrtagena y los importantes cargatnCiltOS de plata peruana, y por eso estuvieron
Cádiz. Esta franqtúcia parece haber sido poco utilizada, y FELII'E II la más resguardadas que las otras; lo importante de la custodia hizo cono-
revocó expresamente en 15 73. cCl· a estas flotas con elnombredegaleones, debido al tipo de barcos que
las protegían. En cambio, a las mexicanas se las denominó tan sólo
140. El comercio estaba reservado a los espaúoles, si bieu CARLOS V, fWtas, pues sus custodias consistíatl Cll dos b-arcos de guerra, la ttave
"con uua visión más imperial Cll sus alc.mces o probablemente obligado capitalta y la ttave al.rn.irante. Elnt'unero de Cinbarcaciones mercantes
p•u·a \..Un sus banqueros extranjeros en Italia y Alemania -dice HARmo- que ibatl Cll cada flota osciló Clttre 14 a 25 durattte el siglo XVII, y Clttre
, abrió en1526 el comercio y los puertos americanos a todos sus súbdi- 30 y 90, a fines de ese mismo siglo, para declinar notablemCltte luego.
tos deJttro de los dominios de los HABsBURGos". Los bauque1·os alCina- Convieue record:ar que el puerto t'mico privilegiado reconoció dos im-
nes WESLER, al amparo de esta franqtúcia, establecieron tUl<l. factoría en portantes excepciones: la de Cádiz y la de Canarias. La excepción de
Santo Domingo y explotaron minas de plata e11 Nueva España, llegan- Cádiz parece haber comenzado en 1509 y ha sido reconocida eu m1a
do eu 1528 a col011izar y explotar Venezuela. Junto con la Casa Fugger real cédula del23 de setiembre de 1531. Estuvo limitada a sus frutos.,
costearon eu gran parte los viajes de GARciA DE LoAYsA y SEBi\STIÁ.l'' vino y cera principalmente y sometida a adversas alterttativas de conti-
CABOTO a Las Molucas, y ayudaron económicamente a la expedición de múdad. En 1680, ente11diendo la Corona que la cercanía de Cádiz con
PEDRO DE .MENDOZA al Río de la Plata. Pero ya a1 témti11o del reiuado Sevilla llilcia de ambas un mismo puerto, dispuso que desde y hacia allí
de CARLos V, y más especiahnCilte desde que su hijo FELIPE II llegó al partiera y arribase el comercio americano, trasladándose a Cádiz la Casa
trono, el comercio con Indias quedó reservado a los españoles. Fue de Contratación Cltl717.
necesario desde Clll:onces que los comerciantes fueseu españoles de na- En cuanto a Catlal'ias, su ubicación Clltre los dos mtmdos fi.1e aprovecha·
cixniCilto o por naturalización, radicados Cilla península, y que los b-aJ> da por Espaf1.a, primero como escala y refugio e11la travesía del Atlánti-
cosque n:ansportabattlas mercaderías fi.tesen también de propiedad de co y luego como ptw.rto de embarque de mercaderías; es la excepción
espaüoles. Ya se ha visto cómo, en definitiva, los espaúoles pasaron a ser más antigua. Dice PERAZA DE AYM.A que la primera licencia debió darse
tan sólo "prestanombres" de los poderosos intereses extrmjcros (§§ en1506, o antes, para la isla La Palma. Desde 1508, los comerciantes
122-123). españoles fueron autorizados a cargar en Canarias cualquier clase de

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Ala."l'UAL DE ffiSTORIA DE LM INSTITUCIONES Alt.GENTINAS LA POLÍTICA ECONÓMICA Dll LAS INDIAS BAJO LOS AUSTIUAS

mercaderías para Indias, siempre que no estuviesen prohibidas con ca- dones mmca llegaron a ser óptimas. Por otra parte, el annamento con
rácter general por la Corona, debiendo remitir la Casa de Contratación que se los pertrechaba era pésimo, dándose le poca im.portat1cia a la arti-
d~ Sevilla uu ~gente para registrar.esos euvíos. La coucesión del privile- llería, {mica arma verdaderamente efectiva contra el pirata. La tripula-
gto ~ extendió lue;SO a las demás tslas, con la sola exigencia del registro ción dejaba mucho que desear, pues, reclutada a bajos salarios, resulta-
prev10 ante el escnbano del puerto. Estas excepciones de carácter tem- ba inexperta e indisciplinada. Era causa principal de este sistema el monto
porario se hicieron permanentes, hasta que luego de 1610 se redujo el reducido de la tasa de avería, fi.jada por los mismos comerciantes sevi-
volmnen de la importación, restringiéndose el privilegio. llanos, que preferían correr los riesgos que importaban semejantes con-
diciones de mvegación .ut.tes que aumentar los gastos que posibilitaran
142: No todo~ comercio se realizó por medio de grandes flotas, ya que m1a bieu organizada flota ultramarina. A ello cabe agregar la corrup-
de ~empo en tJempo se pennitía la partida de algún barco solo con ción de los fimcionarios que autorizaban la partida de estas naves en tan
destn10 a Caracas, pagando un impuesto especial. Era el "registro" de deficientes condiciones.
Caracas; seguía la ruta de los galeones y volvía con ellos desde La Haba- Un nuevo inconvetúente era la enorme carga a que se sometían las mal-
na. En iguales condiciones se despacharon "registros" a Maracaibo Puerto trechas naves, haciéndolas correr serios peligros, no ya frente a los pira-
Rico, Santo Domingo, La Ha~.u1a, Matanzas, Trujillo yeamreche.
Con tas, sino ante los vientos y las olas del océano. .
Bue~10s Aires siempre hubo uu tráfico ~pecial, ya que no llegaban hasta No sólo los barcos merc.u1tes estaban cargados en exceso, suto que los
aq~Ilas floCU: y los galeones; Desde el siglo XVI hubo navíos "de regis- de la escolU también llevaban mercaderías, a pesar de estar prohibido
tro que partJeron para elRiode la Plata(§ 162). También hubo conce- hacerlo. A partir del siglo XVII empezó a permitirse el envío de merca-
siones especiales a las provincias para comerciar entre s~ ya que, en derías en las naves de guerra, debiendo abonarse por este flete Ulla smna
general, ese tráfico estaba prohibido. tnayor, ya que -se argumentaba-los cargamentos ibatt mejor protegí·
dos. Tanto se exageró la carga et1los barcos de guerra, que en1615 uno
143. Es interesante sciíalar las condiciones bajo las cuales se hacía el de ellos naufragó por exceso de cargamento.
transporte de mercaderías hacia y desde las Indias.
Las flotas y los galeones circulaban bajo la custodia de naves pertrecha- 144. El contrabando adquirió m1 vohunen inmenso, a despecho de la
das que constittúan la escolta. El finat1ciamieuto de los gastos que de- :minuciosa reglamentación del tráfico con Indias. Floreció tauro en Sevi-
m~ndaba este sistema de protección era realizado a prorrata entre los lla y Cádiz como en los puertos americanos del mar Caribe y del Río de
nusmos car¡p-~ores en proporción al valor de las mercaderías transpor- la Plata rrmchas veces con la connivencia de los propios funcionruios
tadas. Conststia en tma tasa Uamada de avería, cuyo monto variaba de reales que consentían las maniobras ilícitas e incluso las favorecían, pres-
acuerdo con el costo de cada armada y la importancia de las mercade- tándo'se a introducir como de su uso personal mercaderías que h.1ego
rías en viaje. En algtula rara ocasión, la custodia estuvo a cargo de naves vendían en América con pingües g.u1a11cias. Los barcos, en sus viajes de
reales. Desde 1521la Casa de Contratación comenzó a recolectar este retorno, tocaban puertos franceses, pormgueses e incluso espaí10lC:: no
~avamen en colaboración con el consulado de Sevilla. No había excep- autorizados, alegando circtUlSt.ulCias de fberza mayor, pero en realtdad
c~ones, y am1l:S .mercaderías de propiedad 1-eg(a debían pagar la tasa. El descargaban en ellos stlS ricas tnercaderías, eludiendo impuestos y tasas.
Sisten1a fue soliCitado por los mismos comerciru1tes sevillanos para pro- Además, existió también el tráfico que realizaban desde España los co-
teger sus cargamentos marítimos, comprometiéndose a sostenerlo a merciantes extranjeros, despachando sus naves a Indias bajo nombres
prorrata con sus propios fondos. Se aplicó regular y exitosamente a españoles supuestos o usaJ.tdo testaferros.
partir de 1548.
Tanto los barcos que componían la escolta como los que transportaban 145. Los consulados. El intenso tráfico comercial con las Indias deter-
los cargamentO<> se hallaban en deficientes condiciones de navegabili- minó la creación de consulados en las ciudades de Sevilla (1543), Méxi-
dad. Eu Sevilla había barcos de ocasi6n que se adquirían para U1lO o dos co (1592) y Lima (1613). Estos dos últimos fueron los únicos que
viajes de ida o vuelta, o bien sólo de ida, abru1donándoselos en América. fimcionaron en la América española hasta fmes del siglo XVIII, en que
Aunque.los barcos de la annada eran a veces de mejor calidad, sin em- la nueva política económica los estableció en OUDS puertos indianos,
bargo, Siempre eran alquilados a bajo precio, de manera -que sus condi- i.t.1Cluso Buenos Aires (§ 206).

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l\:U.NlJAL DE ffiSTORIA DE LAS lNST!TUCION!.!S ARGEI'<T!NAS LA REAL HACllk"'DA

Integraban el consulado tm prior, dos cónstdes, dos consejeros (que plejo mecruúsmo de ingresos y erogaciones constituía lo que se ll.atn.tba
er<Ul el prior y un cónsul saliente) y varios diputados (seis en Lima y Real Hacienda, cuyo sistema procurare1nos esbozar eu estas páginas.
cinco en México). El prior y los cónsules eran elegidos anualmente por La Corona evidenció casi constantemente un gran interés por incremen-
los comerciantes de la ciudad. Para intervenir en estas elecciones, los tar sus recursos indirutos, e11 consonancia con las doctrinas econónúcas
mercaderes debían retuúr determinados requisitos. Los cargos consula- de la época, qtte daban primacía a los metales preciosos. La avidez de-
re.'> eran públicos, remtuterados y de aceptación obligatoria. mostrada ror el trono :Spaí10l estuvo determinada en muchos casos por
El consulado tenía a su cargo la defensa de los intereses econónúcos de sus aprerru.uttes necestdades para costear las guerras que le impotúa· su
la clase que representaba, constituyendo tUta verdadera corporación grc- posición Cll Europa, et1 defe115a principalmente de la fe católica.
núal. De ahí su intervención en todos los problemas relativos a tráfico Las rentas o los ingresos que la Corona recibía de Indias por todo con-
comercial, marítimo y terrestre, operaciones y docmnentos mercanti- cepto fi.tcron paulatinamCltte en aumento durante los tres siglos, si nos
les, segw:os, préstamos, tarifas, sin descuidar los deberes de asistencia a atenemos a las cifras conocidas. Pero junto a ese incremento también se
sus núembros necesitados y de contribuir con prestaciones y donativos modificó el ntbro de los gastos admitústrativos indianos. De manera
a la Corona en momentos de apremio. que, según HARmG, la burocracia indi.uta collSumiÓ e11 el siglo XVI
Los consulados ejercían también una relativa facultad reglamentaria en aproximadammte la mitad de los ingresos hacendísticos y, a fwes del
cuestiones vinculadas al comercio, aunque tales disposiciones debían siglo XVII, el ochenta por ciento.
obtener la confirmación del mmtarca. Por último desempeúaban ftm- Adcm~s, y pese a las continuas y severas órde11es reales, el complejo
ciones judiciales en los pleitos y diferencias que se suscitaban enlama- mecruustno hacCltdístico no impidió la evasión fiscal en que incurrían
teria, en la fonna que vimos al estudiar la orgruúzaciÓtl judicial(§ 117). con frecuCltcÍa los residentes e11 Indias, los que a veces contabrut con la
A fm de requerir la opitúón de los núembros de la corporación en astm- ayuda de ftntcionarios VCltaies.
tos graves, los consulados convocaban juntas, donde se debatían con El sistema impositivo aplicado era, especialmente e11 algunos ntbros,
intervención de aquéllos esos problemas de interés grenúal y surgíru1 a bastatlte gravoso, pero se admite, en ge11eral, que era más moderado
menudo solut:iones, que se elevaban a consideración del virrey. que el vigente en la penú1Sula, concediéndose en algunos casos exencio-
El consulado de Lima tuvo bajo su jurisdicción hasta fines del siglo nes o considerables rebajas, destinadas a fomentar ciertas explotaciones
XVIII todo el territorio comprendido en el virreinato del Perú. Para o a contemplar circmlSta.ncias particulares.
ejercer sus poderes en tan extenso territorio se nombraron diputados en Las rentas fiscales e11 Indias, ext:luidas las que recaudaban y admitústra-
las principales ciudades, que desempeñaban las atribuciones delegadas brutlos cabildos (§ 91 ), pueden ser agntpadas Cll tres categorías princi-
por el organismo cmmdar. En general, fue el propió consulado qtúen pales: las regalías propiamente dichas, los monopolios o estancoS, y los
designó a los diputados, atmque e11 algunas ciudades la elección se prac- impuestos.
ticaba entre los tnercaderes del lugar.
147. Las regalías. Constituyeron la primera fi.tCllte de recttrsoJ>; con-
sistían en la participación que recibia la Corona por los beneficios obte-
La Real Hacienda <2> nidos e11 diversas explotaciones o descubrimi.Clltos realizados con licen-
cia real. CotlSidera'banse comprendidos dentro de ese rubro los dere-
146. La Corona necesitaba. recursos financieros para atender no sólo los chos percibidos por el aprovechanúet1to de las minas de todo tipo, el
gastos de la admitústración indiruta, sino además los compromisos pe- oro hallado en los ríos o vertientes, las perlas, esmeraldas y demás pie-
cuniarios derivados de su intervención en la política europea. Este cotn- dras preciosas. Se suele comprender también dentro de esta categoría
las minas que retenía la Corona, la participación e11 los tesoros descu-
bi~, el prodw..ido por la venta de tierras y de ciertos cargos públicos,
(2) Cuu¡.;c¡;_ H. HMUNG, El imptric hispiníc(l ... , op. cit. en nota {1) del <:a p. U; JosÉ MARiA
MA!iturz U!lQtJ:llO, E11tibunal.Mayur yAudiem;ia Real de Cumtas lk Bue1ff!fAire>, en R.I.H.D., los btenes vacantes o de propietarios desconocidos, y los que se hubie-
1951, nn 3; JosÉ MARiA ÜTS CI'J'PF.QtJ:l, op. cit. en nota (1) del <:a p. H; !SMAU SÁNcmz BELLA, SC11 perdido en naufragio.
G<Jbiernoy hacienda en el Virreinato del Perú, 1556·1560, B.A.N.H., vol. XXVI, 1952; l. SÁ.'<CHU
BELLA, La urganíuu;iún financiera de las indias (s(íllo XVI), Sevilla, 1%8; FE!INANPO Sl!,.vA V AB.GAS, No restdta fácil referirse, en términos generales, al alcru1ce de la partici-
&quoma de la-Hacienda Real rn Chile indú;.no (siglos XVI y XVII), R.Ch.H.D., N"' 4, 1965. pación real en estas actividades, pues la misma fue disti11ta de acue1úo

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lliNu,u. Dll Hi:STOIUA Dll US lNSTlTl'CION!lS ARGENTINAS

con la época y el rubro en cuestión. En principio, se estableció el por- ganaderos. Era un impuesto eclesiásti~o, cuya percepciót~ el papad??;-
centaje de un quinto de los beneficios obtenidos, de donde surgió la legó en la Corona española a condicion de que se dift~1<hera la rel~gton
conocida expresión fiscal «quiuto real". Sin embargo, el cambio experi- cri<>riana entre los indígenas, y se ayudara y mantuviera la IglesJa en
mentado en esta materia a través de tres siglos fue sensible, pues osciló Indias. Los indios estaban exentos de este gravainctl.
entre los dos tercios y el décimo de los beneficios. e) El proveniente de las bulas de la santa cruzada era originari.unente un
derecho eclesiástico asiguado en Espafu para la lucha contra los musul-
148. Los monopolios o estancos. Se denominabM1 así ciertas produc- manes. Ingresó en las arcas reales por concesión ~pecial del. Papa, Y
ciones y actividades cuyo ejercicio y administración se reservaba la Co- consistía en un monto que variaba de acuerdo con la uhlulgetlCia conte-
rona, con fmes exclusivamente ftscales. Con frecuencia, solía conceder a nida en la bula y la capacidad ecotlÓmica del beneficiado.
los particulares el libre aprovechanúento de esas fuentes mediante una f) La mesada eclesiástica era un gravamen .que deb~~n .abonar las. r:rso-
licencia, que significaba para la Corona la percepción de un derecho y nas designadas para ciertos cargos y ofic1os ecles1ast1cos. Cot1SIStl>l eu
para el concesionario, la exclusividad en su trabajo. Se hallaban inclui- una duodécima parte de las retribuciones percibidas e11 el aúo y se abo-
d~ ~entro de este régimen las explotaciones de azogue, pólvora, sal, naba por {mica vez después de los cuatro meses de haber tomado pose-
puruenta, la venta de papel sellado y juegos de uaipes, y ya en el siglo sión del cargo. La suma gravada se obte1Úa promediruhlo lo que Fr
XVIII, las riúas de gallos y la manufactura y veuta de tabaco. Este últi- rodo concepto habíru1 percibido sus rurtecesores en el cMgo en los últl-
mo> según HA1UNG, fue el más lucrativo de los monopolios. mos cinco aí10s.
g) La media annata, en crunbio, consistía en la ~t:td de la r(':Ifulta del
149. Los impuestos. Eran, a su vez, contribuciones que abonaban los primer aÍlo de rodas las mercedes, los títulos y u1KlOS que no eseu
habitantes de Indias, directa o indirectamente en relación con las acti- eclesiásticos coucedidos por las autoridades itldirulas. Trunbién com·
vida~es desarrolladas y las operaciones efectuadas. Algunos aparecieron prendía los ~censos en los cargos. En el siglo xyrn se extendió a los
o se mcrementaron a lo largo del siglo XVI, respondieudo a las necesi- altos digtutarios del clero, pero no quedaron obligados los que abon:a-
dades ~e. la Corona. Casi todos, salvo el tributo, reconocían su origen bailla mesada.
en el regtmen ftscal castellano. Los principales eran:
a) El tributo se exigía amtalmente a los indígenas como reconocimiento 150. No se agotan con la precedente emuneración las fuentes de ingre-
de vasallaje. Consistía en una smna fija por persona, que se abonaba en so de la Corona. Con fines ilustrativos cabe agregar que, en momeutos
moueda o eu especie. Generalmeute, estaba limitado a los varoues adul- de gran apremio fuunciero, a insinuación de 1~ reyes getl~ralmen~, en
tos, y si bieula legislación recome.odaba que su monto fuera moderado, algunas regiones del Nuevo Mundo se org~aron donatwos ~,a acu-
los eucargados de su recaudación cometierou excesos. dir a solventar aquellas dificultades. Tambten la Corona recurr1o a. los
b} El almojarifozgo era tUl impuesto percibido eu los puertos sobre las préstamos, que en algunos casos fueron forzosos, al apoderarse del dme-
mercaderías que ingresaban o salían. Se determinó primero teniendo en ro que los particulares enviaban a la penú1Sula.
cuenta el valor declarado de las mercaderías, y luego, según vohuneu,
peso o cantidad de los artículos. Como resultado de la aplicacióu de 151. La administración fiscal La recaudación de los reCI~sos de la
estos métodos, las mercaderías europeas -no so1ainente las espaflolas- Corona estaba confiada en su mayor parte a los llrunados oficiales reales,
pagaban menores derechos en su tránsito a Indias que los productos que eran designados directamente por el rey y ~ebían ?edicarse exclusi-
americailOS en su envío a la península. En general, el porcentaje aplica- vamente a la atención de los aSl.Ultos hacendístlcos. Sm embargo, para
do no excedió el quince por ciento sobre el valor de las mercaderías. algunos it1gresos se ha~~n previs~ f~nnas es~iale~ d~ per:e~ióu, ~
e) La alcabala gravaba tanto la primera como las sucesivas ventas de eu otros casos se recmno al procedlrtl.lento de artendar al meJOI posto1
efectos. Al principio fue del dos por ciento sobre el valor del objeto, el cobro de un gravamen o los derechos de un mono IX:'~o. .
llegando a mcrementarse hasta el seis por ciento en los siglos XVII y Los oficiales reales ya aparecieron en las primeras. ~ICtone;s ~Ol~~us­
XVIII con tasas adicionales. Muchos artículos, empero, se hallaban exen- tadoras cuando aun no estaba delineada la orga¡uzac1on admitust:Ianva.
tos de este impuesto (p.ut, libros, caballos, armas, pinturas, etc.). Gozab;n de sueldos reducidos y eran, al principio, cuatro en cada ciu-
d) El diezmo consistía en la décima parte sobre todos los frutos agrícola- dad importante: tm tesorero, un contador, un factor y un veedor; más tarde

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14<J
MAN<-'AL DE HISTORIA DE LAS }NSTlTUCIONES .ARGENTINAS LA Rl!At HACIENDA

estos dos últimos cargos tendieron a desaparecer. Actuaban eu conj1mto vista; ello favoreció la deshonestidad evidenciada por muchos de los
y su responsabilidad era solidaria. Debido a la orientación centralista fmtdon.rrio!O de la hacienda, que mauejaban casi siempre cuantiosos
con que fue organizada la hacienda, separándola de las demás fimdoues intereses. Duraute el siglo XVI ni el CotlSejo de Indias, por el agobiante
del EStado, los oficiales reales gozaron hasta el siglo XVIII (§§ 198, trabajo que significaba el prolijo examen de tantas cuentas, ni los oido-
201-203) de 1ma relativa independencia. No obstante, los virreyes y res, por su falta de conocimientos contables, fuewn remedios eficaces a
gobemadores tuvieron cierta iujerencia en este ramo(§§ 74-76), y las los excesos cometidos. El establecimiento de los tribunales de cuentas
audiencias controlaron el desempeño de dichos oficiales (§ 113). mejoró sensiblemente este aspecto de la administración ftseal, atmque
En numerosos casos los fimcionarios hacendísticos 110 respondieron a muchas veces 110 cumplieron sus tareas con el debido celo.
la confianza que la naturaleza del cargo implicaba, enredándose en gran-
des desfalcos y escándalos administrativos, y cometiendo otros excesos
que afectaron pecuniariamente el tesoro real y desacreditaron el siste-
ma. "Con todos sus defectos -afirma SANcHEZBELLA-, los oficiales rea-
les de la hacienda constituyeron sin duda algmta t.Ul elemento de orden
en la etapa, siempre algo anárquica, de la conquista de las Indias, y
fueron los más celosos defensores de los intereses de los monarcas que,
con su ayuda, consiguieron afianzar su dominio en el Nuevo Mrutdo y
obtener allí los caudales necesarios para su política de amplios vuelos y
cargada de altos y nobles ideales en el Viejo".
Además de sus atribuciones especificas, los oficiales reales recibieron
funciones judiciales para resolver los juicios de este nuno (§ 110).
La recaudación obtenida se depositaba en la denominada caja real, y su
cmtodia estaba a cargo de los mismos oficiales reales. A fines del siglo
XVII se calculaba que en las Indias existían mtas cincuentas cajas reales.

152. Los oficiales reales debían registrar cuidadosamente los ingresos


obtenidos y también los pagos autorizados que habían efectuado. Las
cuentas así confeccionadas eran sometidas al cotttrol de las autoridades
superiores. Al principio este rollo desempefí.ó exclusivamente la conta-
duría del Consejo de Ittdias. Durante la segmtda mitad del siglo XVI se
estableció que la tarea estaría a cargo del presidente y dos oidores de la
audiencia local, y no existiendo ésta, del gobemador y dos regidores,
todo ello sin perjuicio de la revisión fmal a cargo del Consejo de Indias.
A partir de 1605 se crearon tres tribunales de cuentas en México, Lima y
Sauta Fe de Bogotá, integrado cada uno por tres contadores con jmis-
dicción para revi<>ar las rendiciones de cuentas que .umaJmente debían
remitir los oficiales reales y demás administradores de las rentas de la
Carona. El nuevo régimen mantuvo en vigencia el coutrol flllal reserva-
do al Consejo de Indias, atmque a fmes del siglo XVIII se transfuió a
esos tribru1ales -al tnenos, al establecido en Buenos Aires-la facultad
de extender futiquitos de las cuentas. También este tribunal te1Úa fim-
cióu de asesorantiento en materia fiscal.
El régimen de control esbozado fue defecmoso desde varios ptmtos de

142
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Capítulo V

El Río de la Plata durante los siglos XVI y XVIl El sentido colotú·


zador y la organización política. La organización judicial. El desarrollo
comercial.

El Rlo de la Plata durante los siglos XVI y XVII (l)


153. El sentido colonizador y la organización política. El Río de la
Plata -nombre con que se designaba genéricamente tm extenso territo·
río que comprendía las actuales repúblicas de Argentina, Paraguay y
Uruguay- tuvo durante los siglos XVI y XVII tul papel secundario en
el proceso colonizador. El interés de la Corona en esa época se dirigió
especialmeme hacia Nueva España y Peni La conquista rioplatense
surgió como tUl desprendimiento de la acción e.<;pañola en el Petú y
también en forma separada, directamente por el Océano Atlántico, pero
sin despertar en cualquiera de los dos casos la atención que se prestaba
a aquellas regiones. No obstante, nuestra materia nos indica la conve-
túencia de trazar tm cuadro institucional de la época en esta regióu.

154. Ll empresa conquistadora del Perú prosigt-úÓ su avance por el


Pacífico, estableciendo tuu gobenución en Chile, cuyo catnpo de ac-
ción no quedó ciretUlscrito al occidente de la Cordillera de los Andes.
En efecto, fueron enviados de aquellas atttoridades los que, al prome-
diar el siglo XVI, fundaron las ciudades de Mendoza, &u1 Juan y San

(l) GtJ!!.LERMO Ft.JRLO>m, Las imlumiM en tiRio de/a Plata ... , op. cit. en nota (1) dd cap. IV;
CuRwcE H. HAB.!NG, Comercio y naFegaci6n entre .... , op. cit. en nora (1) del a p. IV; RAUr. A.
Mo!.lNA, Una histuria inldira U Ws primeros rx:henta años U Buenos Aires, R.H.A., N" 52, 1961;
1 SERGIO VJtu.r.o11os R., Comercio y contrabando en el Rio dtla Plata y Chile, Buenm Ain:s, 1965;
1 R¡cuno Zo!lltllQuiN Btcú, Orígenes del wmerdo rir>platense (1580-1620), Anuario de Hist¡¡ria
AT!Jmtina, editado por la Sociedad de Historia !u:gentiru, Buenos Aires, 1947, t. V (1943-1945);
R. ZonAQuiN BECú, La organizm:ión política ... , op. cit. en nota (5) del cap. 1; R. Zo"Rl\AQuiN
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(la) JoRGE ÜEJ..Mi>.N, Elr(gimm monetario enN.H.N.A._, t. 3, a p. 16, con orientación bib!iogtifka;
ZAc:.uíASMouro<.lKl...S, Comi!TI'WJproducción en N.H.N.A., t. 3, cap. 17, con amplia orienración
bibliográfica.

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.M,NI)AL DB 1-IISTORlA DB LAS lNSTITtTClON8S ARGENTINAS EL Río DE LA PLATA DUl:!ANTE LOS SIGLOS XVI Y XVII

Luís, quedando desde entonces Cuyo -nombre dado a esa región- de* ubicación, sÍ11o también por su contacto limítrofe coulos portugueses
pendiente de Chile. Al principio se nombraron para ella tenientes de y su más accesible commúcación con Espaúa.
gobemador, pero luego, con esas ciudades se formó m1a entidad políti- La conquista y la colonizaci6n de esta regióu se llevaron a cabo de
ca distinta bajo la denominación de correginúento de Cuyo. Pese a que manera diferente de la de Cuyo y de Tucmnán. Se utiliz6 en este caso el
siguió dependiendo de Chile hasta fmes del siglo XVIII, los obstáculos régimen de las capitulaciones (§ 70), directamente cotwetúdas entre la
geográficos y las lililyores facilidades del comercio y la commúcación Corona y el jefe expedicionario, que recibió el títtdo de adelantado (§
con el Río de la Plata empt~aron paulatinamente a Cuyo a establecer 71). Atmqne la gobernaci6n fue Utcorporada en1567 al virreinato del
contactos con esta t'dtima, de la cual fullimente pasó a depender (1776). Pen't, subsistió durante casi tres décadas más el régimen de los adelanta-
Hacia aquella misma época pertenecía a Chile parte de la Patagonia y dos, los que también desempeñaban el cargo de gobernador y capitán
Tierra del Fuego. Luego de fracasar tul intento de formar con estos general.
territorios una gobemacióu, desde fines del sigo XVI la zona patagóni- El núcleo colmñzador se agrupó -después de haber fracasado la fi.ulda*
ca quedó desocupada y vacante. ción llúcial de Buenos Aires- en Asunción, ubicada lejos del estuario
rioplatense. Desde allí, las posibilidades de expansión y comtuúcación
155. E u forma análoga al proceso cuyano que hemos descripto se desa- reconocían principalmente tres rumbos; una vía terrestre directa hacia
rrolló la entrada y el establecinúento de los espa.Ítoles en el norte y en el el Atlántico, CfUZalldo el actual territorio brasileño; otra vía fluvial uti-
centro de nuestro actual territorio. El gobierno del Pen't autorizó la lizando los ríos de la cuenca del Plata; y tlll tercer nm1bo, la commúca-
expedición Uúcial de JuAN NúNEz DEL PRADO, cuyo esfiter.w chocó con ción con el Perú. De estos tres caminos, predominó por varias razones
los ll1tentos expansivos provetúentes de Chile, planteando conflictos de el segundo, abandonándose por completo la salida marítima por la cos-
jurisdicción., que al fm se resolvieron a favor del Perú. Luego de tUl ta del Brasil, lo que facilitó la rápida expansión portuguesa. La elección
breve gobierno de la audiencia de Charcas., Tucumán se incorporó al de la ruta fluvial y la nueva fimdación de Buenos Aires sellaron defuúti-
vllreinato del Peni, como gobernación., hacia 1567. Atlllque nunca se vamente la orientación de este núcleo colonizador, trasladando el cen-
defuúeron los línútes del nuevo distrito, seg{Ul ZoRRAQUÍN BEcú, su tro de Uúluencia desde Asmtción hacia aquella ciudad. Desde entonces,
jurisdicción comprendía aproximadamente las actuales provincias de AsmKión quedó enclaustrada y aislada, declinando paulatinan1ente en
Jujuy, Salta, Tucmnán, Catarnarca, La Rioja, Sautiago del Estero y Cór* su actividad y perdiendo el brillante papel desempefl.ado culos prime-
doba. Hasta fines del siglo XVII, Santiago del Estero fue el asiento de ros tiempos. Por el contrario, como dice ZoRRAQUÍN BECtl, Buenos
las autoridades civiles y eclesi<isticas, que luego se trasladaron a Salta y Aires acaparó la atención no sólo como escala fluvial, sll1o también
a Córdoba, respectivamente. con1o puerro de embarque para el UtterioL
La creciente Ílnportancia alcanzada por esta gobernación y los peligros
156. La gobernación del Río de la Plata comprendía un extenso terri- que ocasionaban la expansión lusitana determinaron a la Corona, en
torio, limitado por mta línea Unaginaria que partía desde el extremo 1617, a dividir el extenso territorio en dos gobernaciones. Una era la
norte del cabo San Jorge, en la Patagmúa., y comprendía el litoral atlán- del Guayrá -llamada más tarde del Paragttay-, que comprendía aproxi-
tico de esta zona, las actuales provincias de Buenos Aires, Santa Fe, madamente la actual República del Paraguay; la provincia de Fonnosa y
Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Chaco y Fonnosa, u.ua importante los vastos territorios al norte del nacimiento del río Urugttay; que ac-
región del Brasil y todo el Paraguay y el Uruguay. Por el norte, los tua~:nente pertenecen al Brasil. Las ciudades mi'> importantes ubicadas
lúnites llegaban hasta los 15°40', y por el este se encoutraban con la dentro de esta jurisdicción eran Asunción, Santiago de Jerez, Villarrica
lúrea interpretativa del tratado de Tordesillas, que caería en la zona cer- y Ciudad Real.
cana a la actual ciudad brasileúa de San Pablo. Es decir, la gobemación La otra gobernación, que sigttió llamándose del Río de la Plata, com-
rioplatense poseía ml vasto litoral atlántico al norte del Río de la Plata prendía el resto del territorio de la primitiva gobernación, con cua-
y compreudia, además, todo el sistema fluvial interior que desemboca tro ciudades principales: Buenos Aires, Santa Fe, Corrientes y Con-
en aquéL cepción del Bermejo. La primera de esas ciudades era la residencia
Parece Umecesario seúalar que era ésta la más Ílnportante de las gober- de las autoridades, y a fines de 1695 se le confirió el rango de capital
naciones que hunos enmnerado, no sólo por su extensión y estratégica de la provincia, consagrándose de esta manera la evidencia que los

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iWANUAL DE HISTORIA DE LAS fNSTlTUCIONllS .Al!.Gf!!'.TINJ\.S EL Río DE LA PuTA DURANTU LOS SIGLOS XVI y XVII

h.~hos ya señalaban. En efecto, la atracción que paulatiname11te ejer- mas de hostilidad hacia la Corona, cuya autoridad fue respetada y acata-
cto el puerto de Buenos Aires fue creando una amplia zona de i.n- da al llegar el nuevo gobemante designado. Se reducían, pue-<>, a remo-
flneucia, que se extendió alas gobernaciones del Guayrá y del Tucu- ver al gobemanre indeseado o a exteriorizar algtmas tensiones entre
mán, y que comprendió también el corregimiento de Cuyo, consti- distintos núcleos de pobladores.
~ye~o, con independencia de la división administrativa, mu jnris- Por t'dtimo, la apreciable distancia que separaba estas gobernacioues,
dJccton de alcance geográfico y económico. especialmente la del Río de la Plata, de las autoridades superiores india-
nas, dio lugar a que los gobiemos gozaran en la práctica de tulil. consi-
157. Así como Buenos Aires sirvió de escala fluvial en la comunkación derable libertad de acción y de llllil. llamativa independencia del virrey
del litoral, y de puerto de entrada y salida marítima del it1.t~ior a lo del Peni
largo de la gobemación del TtlCU01án las ciudades de Córdoba S~tia­
go ~el Estero, San Miguel de Tucwnán, Salta y Jujuy, ubicadas en el 159. Estas características se modificaron sustancialmente CJ.'l el siglo
camuro que llevaba al Potosí, progresaron al ritmo de las comunicacio- XVII. Disminuyó ciertamente el personalismo de los gobemantes, so-
nes, el comercio y el desan_.ollo de algtuw pequeñas industrias locales. b1-e los cuales las autoridades superiores ejercieron mayor vigilancia,
Tanto la gobernación del Río de la Plata como la de Tucumán eran impat·tiéndoles órdenes precisas, restrit1.giCJ.ldo sus abusos y eliminando
c?nsideradas, dentro de la organización it1diana de esta época, provin- las causas que habían provocado la alteracióu del orden en la anterior
cras mer:ores (§ 75 ), a cuya cabeza se encontraba tUl gobernador, desig- CCJ.mtria. Aflojaron., asimismo, las tensiones entre españoles y criollos
nado d:trecumente por el monarca, que solía tener además los títulos de evidenciadas a fmes del siglo XVI, y paulatinamCJ.lte se alcanzó nna
capitán general y de justicia mayor, it1.dicativos de sus facultades milita- cierta estabilidad política. Ello, por cierto, no implicaba la desaparición
res~ judiciales. Sus atribuciones y limitaciones, así como el plantel de de los abusos de los gobemantes ni de las querellas y pleitos lugareños,
fi~lCI~l<lrios qu~ le seguían CJ.~ orden jerárquico, eran, sin mayores mo- nacidos de intereses encon1J:ados. ZoRRAQUÍN BEcú atribuye esta esta-
dificaciones, análogos a los CXIStentes para las demás provincias de igual bilidad política priucipalmCJ.1te "al profruldo sentimiento del derecho
ran~.), ~ue .hemos analizado en opornuUdad de ocupamos de la orgatU- que impregna la vida colonial hasta mediados del siglo XVIII".
zacton mduna, (§§ 75-76). Sólo a título de curiosidad diremos que Acaso, buena parte de la concordia alcanzada se debiera también a las
durante una decada (1663-1672), la goberuación del Río de la Plata graves preocupaciones y peligros que durante esta époc~ a~~ron l~
alcanzó a ser provincia mayor, en razón de ftmcionar una audiCJ.u::ia en gobernaciones. La de Tucumán debió afrontar desde prmctptos del si-
Buen~ Ait-es, qued~ndo el Tuctunán y el Paraguay, CJ.l cierta medida, glo XVI la hostilidad sucesiva de tribus iudígetw, que mantuvieron ~n
subonilnados al prestdente gobemador rioplatense. constante alarma a las poblaciones. La del Rio de la Plata, en cambio,
enfrentó la continua expansión portuguesa. Tanto la defensa de las po-
158·. ZoRRAQUÍN Bocú ha estudiado deteilidamente las características blaciones como la de las fronteras se hicieron con los escasos elementos
po,líticas ofrecidas por las gobernaciones del Río de la Plata y del Tucu- dispo1Ubles, sit1 obtener la ayuda de la Corona. De ahí que los restdta-
man durante la época analizada, por lo que resulta de it1terés proporcio- dos obtenidos ftreron sólo parciales, sit1 impedir la repetición de las
nar algunas de sus conclusiones. itwasiones itldígenas tU la expansión lusitana.
Durante .el siglo XVI, la organización política experitnentó la influencia La Corona -que parecía declitur en los primitivos ideales políticos .Y
persot~sta, que dependía, nanu·a.lmente, del prestigio del jefe de la religiosos- había reemplazado la actividad dinámica de la cen~1a
~ICIÓn o del mandatario político. De esta manera, cobró fuerza la anterior por una actitud defensiva y conservadora de sus domuuos
presion que en muchas oporttuUdades ejerció lo que puede considerar- en el Nuevo Mundo, al punto que quedó abaildonada la idea de po-
se opitúón pública, llegándose a alterar el ordCJ.1lcgal para reemplazar a blar las zonas del litoral adántico hasta llegar al límite con el territo-
gobernantes que habían dejado de merecer la confianza de la población. rio portugués. La apatía demostrada, que era t~~ consecuencia más
En esos movimientos se llegó, it1cluso, a la designación interina del de la crisis que agobiaba la pCtúnsula, favoreno de tal manera los
reemplazante, ftmdándose eu disposiciones reales que autorizaban a los planes de los portugueses que, pese a los esfuerzos de los goberna-
pobladores a designar el mandatario en caso de acefalía. Pero en estos dores rioplatenses, aquéllos se expandieron rápidamente, oc~~arou
levautunicnl:l:)s contra las autoridades locales 110 se advirtieron síuto- territorios españoles y culminaron su empresa con la ftmdaCion de

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MANl',\L DB ll!STORIA DE LAS !NSTITUClONES $Ghl;"TINAS EL Río DE u. PLATA Dt!RANTl! LO$ SIGLOS XVI Y XVII

Colonia del Sacramento, en 1680, sobre la margen oriental del Río gas a las de otras audiencias indiauas, la de Buenos Aires U1vo tam-
de la Plata, frente a Buenos Aires. bién la de iuterveuir en las causas relativas al comercio ilícito, des-
plazando eu este aspecto la jurisdicción que habitualmeute ejercían
160. La organización judicial La adm.itústración de justicia en el Río los oficiales reales, a solas en algunos casos, y jtmto a los gobernado-
de la Plata fue ejercida por las distintas categorías de fi.mciouarios y res en otros(§§ 108-110).
órganos que hemos estudiado al abordar la organizaci6n judicial gene· El objetivo priucipal de esta creación se cumplió, pero al reprimirse el
ral (§§ 104-121). Interesa, pues, seÍ1alar aquí lo necesario para aplicar contrabando se provocó un conflicto económico, pues, como cOnse-
esa estrucnu·a a nuestro territorio. cuencia de ello, el veciudario bonaerense fue tan seriamente afectado en
Mieutras eu el orden político las gobernaciones del Río de la Plata y del sus .it1tereses que las insistentes súplicas elevadas al rey obtuvieron éxito,
Tucmnáu dependían del virrey del Perü, en cambio, desde el punto de y se decidió suprimir la audiencia diez aítOS después de su estableci-
vista judicial, no era la audiencia de Lima el órgano jurisdiccional su- miento, procurando bllSCar el reu1edio al comercio ilícito con más fre-
premo. Desde 1564 hasta 1785, es decir, durante más de dos siglos, con cuentes viajes de los buques de registro y uo simplemente con medidas
tan sólo una breve intermpción, la jurisdicción sobre esas gobernacio- repres1vas.
nes correspondió a la audiencia instllada en la ciudad altoperuana de
Charcas, la que, además, tenía jurisdicción sobre las restautes regiones 162. El desarrollo comercial. El comercio legal en el Río de la Plata
del Alto Pen't. De acuerdo con la distiución jerárquica que hicimos opor- estuvo sometido, hasta la segunda mitad del siglo XVII, a los .it1tereses
nmamente (§ 112), la de Charcas era tuta audiencia subordinada. En tUl pentanO$, que empeúarou toda sufi.1erza e .itlfluencia eu impedir el trato
priucípio, la Corona le concedió amplias facultades gubernativas, pero directo de esta zotta con Espafia para aprovechar las enormes ventajas
de Um1ediato le fueron sensiblemente restringidas. No obstante, ade- que proporcionaba a L.itna el sistema de galeones(§ 141). Los produc-
más de sus atribuciones judiciales y de su fi.mción consultiva, la audien- tos europeos llegaban hasta Lima, y desde alli los comerciantes penta-
cia ejerció en el orden de gobierno facultades que le fi.teron delegadas nos los distribuían a toda la zona ubicada más al sur. Esta dependencia
por las autoridades superiores, eu virtud del mejor conocllniento del resultaba minosa para el Río de la Plata, pues se traducía eu un í.mpor-
territorio y de la reconocida capacidad de sus miembros. taute amneuto de los precios de las manufacturas importadas, en la
Esa llillnencia política sobre las gobentaciones del Tuctunáu y del Río trabazón de su comercio y en la imposibilidad de dar salida a los fmtos
de la Plata, dice ZoRRAQtJÍN" BEcú "se hizo sentir en forma preponde- locales.
rante eu el período de la conquista y a principios del siglo XVII, pero Luego de fi.tudada por segtmda vez Buenos Aires en 1580, los comer-
una vez transcurridas esas épocas Uúciales, el creciente orden adm.itús- ciantes del Río de la Plata empreudierou tUl atractivo comercio con
trativo y la progresiva disminución de sus atribuciones hicieron perder Brasil, trayendo por esa vía mercaderías europeas y llevando productos
a la audiencia el predom.itúo ejercido, s.it1 que por ello desapareciera que les llegaban desde Córdoba, Tttetmtán y el Alto Perú. ]twto a este
totalu1ente". comercio, autorizado por una real cédula de 1579, existió también tUl
importante contrabando, realizado especiahnente por los portugueses 1
161. Durante unos pocos aí1os (1663 a 1672), el establecimiento de que privó a la metrópoli de cuantiosas riquezas.
uu.a audiencia en Bueuos Aires sustrajo de la jurisdicción de Charcas las Pronto las autoridades peruanas se hicieron oír en EspaÍta. El peligro de
gobernaciones del Río de la Plata, Paraguay y Tucumán. La audiencia que las riquezas mineras escaparau del control de los comerciantes de
era presidida por el gobernador y capitán general de la gobernación Lima, deslizándose por el puerto de Buenos Aires, los lanzó a mta ofen-
rioplatense, por lo que correspondía a la categoría de pretorial, depen- siva que obtuvo éxito. Por real cédula del28 de enero de 1594se prolú-
diendo políticameute del virrey del Pen'L EstA creación otorgó uua su- bieron terminantemente las importaciones rioplatenses, condenando a
perioridad temporal al gobernador rioplatense sobre sus colegas de las esta región a m1.a odiosa dependencia del lejano puerto pema.no.
otras gobernaciones. A pesar de la disposición regía, que se repitió en varias oportutúdades,
La creación de la nueva audiencia te1Úa especialmente por objeto la el comercio clandestino a través de Buenos Aires siguió realizándose s.it1
represión del contrabando, problema que preocupaba seriamente a mayores i.utern1pciones. Como dice ZoRRAQtJÍN" BEcú, ni los vec.ittos
las autoridades. En consecuencia, además de las atribuciones análo- de Buenos Aires se allauaban a wmplir las prohibiciones de comerciar,

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.MÁNUAL Dll H!STOATA Dll LAS lNSTITUClONBS .Ali.GllNTlNAS EL Río DE LA PLATA DURANTE LOS SIGLOS XV1 Y XVII

"ni los maudatarios y oficiales reales teníau interés en restringir un trá- de los intereses de Lima, que de esta forma no vería escapar por Buenos
fico que a ellos también les resultaba benéfico". Aires buena parte de los rninet·ales de Potosí y Thcumán. Sin embargo,
Las solicitudes al rey para que se levantase la prohibición fueron conti- la aduana de Córdoba sólo se estableció en 1625 y fi.te superada por un
l~uas, exponiendo los comerciautes de Buenos Aires la situación angus- contrabando cada vez más exitoso.
tiosa en que se colocaba al puerto y a su zona vecina, condenados a una El comercio ilegal, que fi.te sofocado durante algt1~1os aí1os por una po-
vida lánguida y miser-a~le. Tanta ~ tan angustiosas fueron las súplicas, lítica severa del gobernador Hernandarias, adquinó nueva fi.1eru cuan-
que la Corona cometlZO por autonzar, en 1595, la introducción de ne- do el Río de la Plata se separó del Par-aguay en1617. El flamante gober-
J5!X>S por B~t~os Aires, y el20 de agosto de 1602levantó la prohibi- . dor DIEGo DE GóNGORA que arribó a Buenos Aires e.t11618, se com-
CIÓn, penrutteudo al Río de la Plata comerciar directamente con el Bra- ;fació e.tl cuanta maniobr~ dolosa se intentara y a~mitió sin vacilacio-
sil y con Guinea por ellapsode seis aí1os. El permiso estaba limitado a nes toda clase de navíos en el puerto de Bue.t1os Aires_- ,El contrabaud_o
ciertos productos de la zona (harina, cecina, sebo), y con prohibicióu floreció e.tl el Plata, y años más tarde, con la fi.mdacion de la coloma
expresa de que L.ts mercaderías que se adquiriesen en el Brasil fuesen portuguesa del Sacramento (1680), el comel"Cio ilegal obtuvo s_u centro
llevadas "a otra ninguna parte de ·las Indias". Los porteños abusaron de más importante en la región. Desde allí ~peraron ~in mayores mcon~e-
L.t frauquicia no sólo en cnauto a la cantidad, sino también en cuanto a 1úentes los portugueses y sus aliados los mgles~~,_umndando de merca-
la clase de los frutos importados y exportados. Cabe recordar que la derías eAtranjeras los puertos espa.úoles de Amenca.
~asez de productos en las ccrcatúas de Buenos Aires llevó a los comer-
cumte<> a_ ~aerlos de Córdoba; pero este comercio fue también prohibi- 164. Sólo gracias a este activo contrab~ldo pudo s_oste.tterse la vida
do, ad~?-éudoselo sólo en casos de verdadera necesidad y a falta de económica del Río de la Plata, pues el tráfico legal, su¡eto a los podero-
producc10n en la provincia, segtlll una real cédula de 1609. sos intereses de Sevilla y Lima, se arrastraba a trav~ de dos bar~os
~n 1608, vencida la lice.tlCia, se la prorrogó por dos aÍlos más a instatl- anuales de no más de cien toneladas cada uno, que bien poco P?diall
Cias de los ~eciuos de B?e.t1os Aires. Es interesante señalar que desde hacer por el desarrollo económico de esta t:egión. Las me.t:Cadenas u o
1_607 aparecieron, ademas de las mercaderías permitidas~ pequeíias par- embarcadas e.tl estos dos barcos de registro te.túan que segurr una larga
ttdas de cueros, que fueron~ progres_i;o aume.t1to. En general, siempre ruta: despachadas desde Sevilla, debían arribar primero a Porto Bello,
fue mayor el vo~e.tl de la nnportaClou de mercaderías y esclavos que para ser llevadas desde allí ha.sta la ciudad de Panamá, reemb,arcadas
e1 de la exportaCion de fiutos, lo que hace sostener a ZoRRAQUÍN BEcú hasta Callao y desde all~ por tierra, hacia el Paraguay_ ~ el R10 ~e la
que existió uua gran extracción clandestina de numerario proveniente Plata atravesando las montaúas del Perú y la actual BollVla. Es de una-
de Potosí y Tucumáu para abonar las mercaderías introducidas. gin.; el costo de este flete y el amnet1to de precio que sufrían las merc.t-
derías así o:ansportadas. ~ ,
163. El c?mer;io riopL.ttense estuvo e.t1 mauos de los portugueses, y Para evitar que la región entrara en ag01úa, cada n-es auos mas la ?
Buenos Aires solo se be!leficiaba en su condición de intennediaria. Con Corona enviaba dos o tres fragatas desde Sevilla, que poco po(hau hac~r
todo, los benefici~ debiera~ ser imp?rtalttes, en atención al empeíío para arrancar del estado de postración en que se e.u_contraba el comerciO
con qu~ los portei1os defemheronla licetlCia. Esta depende.tlCia de los rioplatense. .
comerCiautes portugueses fue ameuguada cuando, a instaucias de Bue- Lt política económica de la men-óp~li _con respecto a estas I:Ien:a~ s~
nos Aires, Ulla real cédula de16 de setiembre de 1618 autorizó el tráfico basaba. en la. creencia de que las provmCias del Plata eran de escasa u~
directo d~ Buenos Aires con la península, esta.blecie.t1do Ulla aduana portancia (no producían ni oro ni plata), que l1ab~a ~n ~llas lo neces;trJO
se~a,en Córdoba. Podían fletarse desde Buenos Aires hacia Sevilla dos para la vida huma11a y que debíatl, po~ tanto su~~~ sm mayor~ _rela-
l~vtos anuales ,cargados con frutos de la región. Se hacía escala en Bra- ciones comerciales con elnuuldo extenor. El per:¡mc10 que est~ re~nen
sil, d~nde podia v;nders~ la carga, pero estaba prohibido comprar roer- pudiese ocdsionarles se reputaba_mínim~ frente al supremo nlteres de
cadena algtulil. Sólo Sevilla podía proporcionar a estos navíos las ma- matlteller el sistema de monopoho por vta de los galeones.
nufacntras necesarias para los mercados rioplatenses. Por otra parte, 1a
aduaua, cordobesa, que ~avaba con tm 50% las mercaderías que se in-
troduct.au por Buenos Aires, separaba el interior del litoral, en beneficio

152 ¡53
Capítulo VI

El despotismo ilustrado. Sus manifestaciones en lo político, reli-


gioso, económico y social.
El libre comercio.

El despotismo ilustrado. Sus manil:Cstaciones en lo


político, religioso, económico y social (l)
165. Durante el siglo XVIII, y en especial en su segunda mitad, se
advirtió eu Espa.Íla un afáu renovador que produjo importantes cam-
bios en la vida instit:ucioual de la Monarqtúa, procurando borrar los
rastros de tuu profimda decadeucía. Las nuevas ideas, provenientes de
Francia, lleg.uun en compañía de la CASA DE BoRBÓN, que sucedió a la
de AuSTRIA. Conviene recordar que CARLos II "el hechizado", ldtimo
monarca HABsBtrRGO, murió enl700 sin descendencia, habiendo deja-
do testamemo, por el que llamaba al trono espaiíol al duque de Anjou,
1úeto de LUIS XIV, poderoso rey de Francia, quien llegó a España en
1701 como FELIPE VI. La Monarqtúa se vio a poco envuelta· en tuta
dolorosa guerra, ya que CARLOs, archiduque de Austria, se sentía con
derechos a la Corona española y era apoyado po.r varios .reiuos peninsu~
lares y europeos. La guerra terminó en 1713 con e1 tratado de UTRE·
cm, y FEUPE fue reconocido como soberano de Espafla, pero debió
re<.iguar sus derechos sobre la Corona francesa. Además, Espalta perdió
Gibraltar, Italia y los Países Bajos.
FELIPE V ( 1701 ~ 1746) no demostró condiciones sobresalientes. Some·

(1) juA." BF.NF.rro,Hístaria de la ruiministraciún espttiii)/a e hilpanoamericana, Madrid, 1958; CuLos


CORONA, J{eroluciún y reacción m el rcin44ade Ctu!os JV, Madrid, 1957; LUIS NA,'AB.RO G,ucii\,La
Casa de Contrarar:iJn en Cádiz. Cádiz, 1975; LUIS SÁNcm;z AGESTA, Ef penmmimto politko del
despotimta ilu¡tr44o, Madrid, 1953; JEAN SAARAIIH, La Espaiía ilustrfllh de la SB!Jifflda mitad del
riglo XVIII, México, 1957; RICARDO ZonAQuiN BEcú,La l'lt!Janización pditica•.. , op. dt. en nota
(5) del a>p.l.
(la) F. B.'IJIRIOS (c<Xlfd.), El gobierno de ¡m mundo, op. cit. en cap II, nota l; RAFAEL GARciA
Pllu, El Conujo de Indias dumnte !<JS reinados de Cari<J> III y Ctu!os IV, I\mpJon;¡, 1998; HORST
P;nxHMMlN, Estado colonial y mentalidad l(leia/: ti fjmkW del poder frente a distintos simmtM de
walorn. Siglo XVIII en IoEM,Mixiro... op. cit. en cap. Il, nota 3.
MANuAL DB HisTORIA DB us lNSTJTUOWNES ARGBNTJNAS EL D!lSPOT!SMO ILUSTRADO

tido a la influencia de sns favoriros, sólo en los últimos .uíos de su luutad, con temo¡; respeto y sinceridad de corazón, como a JEsUCRIS-
.reinado, por obra de los ministros JosÉ PATJÑo el marqués de la Ensena- TO". Atmque la tesis 110 se expuso en España con prolijidad doctrinal,
da,, comenzaron a dictarse medidas teudientes a .reorg.urizar la Monar- fi.1e domil1at1te en el Concepto de las generaciones ilustradas. Por eso se
qu~a. FERNANDO'VI (1746-1759), hijo del anterior, melancólico y re- coudenaron las docttínas de VrrORlA, SuÁRE7..., .MARIANA y todos aque-
tr.udo, ab.uuiono los asuntos de Estado en manos del marqués de la Uos que trataron de señalar limitaciones a la autoridad regia.
Ensenada y de JosÉ DE CARVAJAL, quienes continuaron la obra iniciada Como ejemplo de ctw1to dec.Unos, véanse estas pregunr.ts y respuestas
durante d reinado de FELIPE. CARws ITI (1759-1788), hermano de contesr.tdas en un catecismo de carácter político, redacr.tdo por el obis-
Femando VI, rey de las dos Sicilias, llegó al trono ante la ausencia de po de Córdoba de Tucumán, fray Jost AmoNIO DE SAN ALBERTO, im-
descendencia direcr.t y fue el monarca más brillaute de la uueva dinastía. preso en 1783 para la enseñanza de los niños:
Genuino representante del despotismo ilustrado(§ 166) se rodeó de
ministros ~ la talla. de ARANDA, FLORIDABLANCA, CAMPO~"<ES y ]oVE- - "¿Quién, pues, es el origen de los Reyes?
LLANos, nnembros conspicuos de la Ilustración, decididos a emprender - Dios mismo, de quien se deriva toda potestad.
la gran reforma que Espaíu necesir.tba. - <Por qué los Reyes se llamaron Dioses?
- Porque en su Reil1o son tmas imágenes visibles de Dios.
166. Tanto en Europa como en EspaÍla, en las postrimerías del siglo - ¿Qt_uén es superior al Rey?
XVII Y los comienzos del XVIII, existía el convencimiento de wu de- - Sólo Dios en lo civil y temporal de su Reino.
cadencia espaú~la muy profunda. De ahí que los hombres del siglo -El rey; (está sujeto al pueblo?
XVIII empren,heran una denodada lucha por revitali7.ar la uación, y así - No, que ésto seda estar sujeta la cabeza a los pies."
m~ n~t~ble gru~ de pensadores intentó la adopcióu en la península de
prm~1p10s ya aplicados y difimdidos exitosamente en otros países del 168. El cambio postulado por el despotisnw ilustrado se tradujo tan1bíén
coutmeute. Este conjw1to de hombres innovadores, que rodeó a sus en tm acentuado centralismo. Los org.urismos que represenr.tb.u1 algn-
monarcas, constiruyóla llamada minoría ilustrada. Su pensamiento y su ua autoridad al margen del rey fuerou suprimidos o relegados de la vida
obra se conocen como despotismo ilustrado en razón de que para ellos el política del reino. Las cortes (§ 21) dejaron de ser convocadas. Tan solo
poder real, "nervio principal de la reforma", debía ser robustecido hasta se remlleron seis veces a todo lo largo del siglo. Los consejos regionales
el extremo de posibilitar la aplicación de las sustanciales reformas pro- (Aragón, Fl.u1des e Italia) desaparecieron en 1715, para pasar a incre-
yectadas. Segtu1 SANcmz AGESTA, la consecuencia histórica más dura- mentar las attibuciones del de Castilla, que se convirtió en el órgano
dera del despotismo ilustrado español úte la sustitución de una perimi- esencial de la vida política de Espaí1.a.
da continuidad tradicional por tllla cuidadosa ordenación racional es de- Este Consejo quedó esnuctur-ado en tres corporaciones: cá1nara, conse-
cir, por tm orden racionalmente dispuesto por voltmtad delle~lador. jo propiamente dicho y sala de alcaldes, además de tuM escribanía de
cámara y de gobierno. Sus úmciones eran múltiples y de singular impor-
167. La exaltación del poder real fue temacorrieure de toda la üteratu- tancia. Tenía competencia admilristrativa y jurisdiccional, además de
r~ ~lítica de est: siglo. Contra una tradición espaímla que había fijado fimciones legislativas. Preparaba y redactaba órdenes, decretos y regla-
~tes a la autondad (§ 61), se defeudieron a ultranza las prerrogativas mentos. Sus "autos acordados", llamados así por emitirse previo acuer-
reg¡as. ~ manera que uo ~uede extrañar ~:1e haya sido aceptada la do del cuerpo, como sus consultas y demás provisiones) te1úan fuerza de
concepc_ton de tma monarqma de derecho dtvmo, que consideraba que ley. Le correspondía, además, el regisn:o de todas las disposiciones rea-
la autondad de los reyes provCJ.IÍa directamente de Dios a quien sólo les. Su presidente era el fi._mcionario de mayor jerarquía eu el reino, in-
debían dar cuenta de su cometido, con independencia de 1~ comtulldad. mediatamente después del rey, a quien reemplazaba en caso de ausencia.
El obispo fraucés ]ACOBO BENIGNO BossuET desarrolló esta tesis en la En 1714, FELIPE V creó cuatro secretarias de despacho que fonnaron el
¡'. obra Política deducida de las propias palabras de la Sagrada Escritura consejo de gabiuete: enm las del Estado, de asuntos eclesiásticos, de
(1709), traducida al españolen 1743. Decía que la persona de los reyes guerra, y de ludias y marilu, además de una intendeucia mllversal de
e~a sagrada, como representantes de la Majestad Divina para la ejecu- hacienda, que luego se transformó en secretaría. Posteriormente, estJ.s
ctón de sus designios y; por lo tanto, debía servírseles "cou buena vo- secretarías se redujeron a n-es.

J56
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M.\.Nl'AL DE HISTORIA DE LAS lNSTlTl'ClONES ARGENTINAS EL DESPOTISMO ILUSTRADO

Ett 1717 se delinearon las atribuciones de la secretaria de Indias con Eu1717 se creó el virrelltato de Nueva Granada, que, disuelto seis aí1os
gnmmengua para el Consejo de Indias, ya que la nueva secretaría que- después, fite reestablecido defmitivameute en 1739, y en 1776 se esta-
dó encargada de los asmttos de hacienda, guerra, comercio, navegación bleció el del Río de la Plata(§ 191). Además de estos dos nuevos virrei-
y provisión de empleos para todos esos ramos. Esta facultad se amplió natos, en 1731 se organizó la capitanía gpreral de las provincias de
en 1754, cuando se la autorizó para proponer al rey los nombramientos Venezuela, que en1777 se emancipó defmitivamente de Nueva Gratta-
de algtmos miembros del Consejo de Indias y de la Casa de la Contrata- da. Cuba se convirtió en capit:a.túa general en 1764, y la capit:atúa gene-
ción y de otros fimdonarios politicos, militares y de hacienda. Debía ral de Gttatemala alcatl.ZÓ autonomía del virrelltato de Nueva Espaíta.
además presentar las propuestas para llenar las vacautes eclesiásticas. El En 1776 surgieron las ProvÍlKias Interiores de Nueva Espaüa, con vir*
Consejo de Indias vio así notoriamente restrillgidas sus fimciones (§ tual independencia del virrey de México.
66) y debió linút:arse a proponer los nombramientos de personas ecle- Por último, se Ílnplatttó en América el régllll.Cn de l:as intendencias ( §§
siásticas para Ílltegrar su propio cuerpo y los deltlás empleos letrados, 198-205 ), cou el que se buscó gobernar en forma más directa y efectiva
promulgar las leyes que le comunicaba el monarca y evacuar las cottst.d- los dominios ultramarinos.
tas que se le fomndaran, además de las funciones judiciales que de anti-
gtiO ejerCÍ<\. 170. A nrediados del siglo XVIII, dice MARILuz URQUJJo, el juicio de
En cuanto a l<1 Casa de la Contratación(§ 64), su suerte quedó echada residencia (§§ 82-83) "había sufrido wta pérdida de prestigio", debido a
con la creación de esta secretarÍ<t y la apertura gradual del comercio. En la crítica interesada de fi.mdonarios deshonestos y a las observaciones
1717 se dispuso su traslado a Cídiz, donde quedó, pese a las protestas atittadas de quienes destacaban los crecidos costos del mismo, las renci-
de Sevilla, hasta su definitiva supresión en 1790. Uas que despertaba y el penlicioso efecto que causaba sobre el espíritu
La secretaría de ludias fue dividida provisionalmente por CARLOS III en emprendedor de algunos funcionarios, que demostraban temor a ÍllCU-
1787: t.uta, de gracia y justicia, y materias eclesiásticas, y otra, de gne- rrir en respottsabilidade~ por Íltyectar su propia iniciativa a la acción de
rm, hacienda, comercio y navegación, hasta que en 1790 se suprimie- gobiemo.
ron ambas, encomendándose los aswrtos de Iudhts a las demás secreta- En la segunda mitad de la centuria se empezó a dispettsar del juicio de
rías de Estado. "La desaparición de la secretaría especial para Indias - residencia, pero esta concesión sólo alcattzaba la parte secreta, y no la
sostiene ZoRRAQUÍN" Bocú- respondía al propósito, ya manifestado va- pública. La dispettsa se hizo frecuente, llegando a eximirse del juicio a
rias veces con anterioridad, de wüficar los diversos dominios de la Coro- un virrey rioplatettse -CEVALLOS- antes de astUnir sus fimdones.
na, dáudoles wta misma organización y gobierno. Era a la vez el ceutra- Por real cédul:a del24 de agosto de 1799 se introdujeron reformas en el
limto y el deseo de equiparar a las Indias con España, colocando a decaído sistema. Se estableció el juicio de residencia con la at1tigúa se-
aquéllas en tm plano de perfecta igualdad". veridad sólo para los virreyes, presidentes, gobenudores politicos y
Eu 1783 CARLOS III, a Íltstaucias de FLORJDABLANCA, creó !:ajunta de nülitares, gobernadores intendentes e intendentes corregidores, com-
Estado, de organización similar a la de rn1 consejo de ministros. Sus prendiéndose en esos juicios a los asesores de esos fimcionarios. En
fimcioues tendíau a coordinar los distintos departamentos de gobierno, cambio, los alcaldes ordinarios, regidores, escribanos, procuradores,
secretarías y tribtmales superiores, a fm de prevenir resoluciones con- alguaciles y otros subaltemos qtl.Cdaron exentos de este juicio, pues pa-
tradictori<ts, obligando a los fi.111cionarios a tomar decisiones debida- recía suficiente el control que sobre ellos ejercían sus llunediatos supe-
urente razonadas. riores. Por último, a los con-egidores, alcaldes mayores y subdelegados
CARLOS IV reestabledó en 1792 el cottsejo de gabinete, con el nombre de los Ílttendentes o de los corregidores solamente se les sometía a resi-
de Consejo de Estado, que presidía el mismo rey. dencia si existían acusaciones contra eUos. De esta m.a.nera, se procuró
adecuar la institución a las necesidades de la época.
169. El propósito de t.Uta mejor y más ordenada administración, y w1
afán, de centralización ad!ninistrativa cada vez más acentuado, unido a 171. En materia religinsa se advirtió l.Ul pronunciado desarrollo del re-
rarones estratégicas provocadas pot las apetencias británicas y port.tl- galismo, es decir, l.Ul afáu desmedido del rey por controlar la Iglesia,
gtlCS<\S, detenuin-atOl\ también importantes refonnas en la organiuc.ión por hacerla servir a sus intenciones, por colocarla bajo el solio regio y
de \os tenito1:ios amerka.~.too. usarla en beneficio de su poder absoluto.

159
MANUAL DE HISTORIA ARGENTINAS ILUSTRADO

La n:::ligión era co1lSiderada insmuncnto político, y, por tanto, la Iglesia la disciplina y los demás servicios del ejército, dándole una es-
ii1e udecuada a los intereses de esa politica. Es m forma de utiliza.ción del tnx:vm~ más coherente y eficaz. La maritu no fue olvidada por el afán
poder religioso se avetúa muy bien con los propósitos de los hombres refOrmador del siglo, pero no alcanzó a notarse su adelanto.
del siglo, que necesita&an fortalecer al máximo la autoridad del rey para
llevar a cabo Ja.s grandes reformas. 173. En lo econ6mico y social, el despotismo ilustrado se multiplicó en
Los BoRDONEs encontraron e11 Espa.úa una corriente secular a favor disposiciones tendientes a fomentar las artes útiles, los oficios, las cien-
del regalismo, a la que pronto dieron nuevas energías. Baste recor· cias. El propósito de los hombres del siglo era reemplazar una enseÍlan-
dar qne los AusTRIAS ejercían el patronato (§290) sobre las iglesias za basada en la tradición inmutable, que pasa de padres a hijos, por una
de América y del reino de Grallada. Pero este regalismo, en su tesis h1Stmcción moderna y racional.
genuina -dice SANcHEZ AGESTA-, "no supone animadversión a la La agricultura y la industria fberon los dos pilares sobre los cuales se
Iglesia ni impiedad, sino entrometimiento abusivo", que pretendía habría de reconstruir la. decadente Espa.Íla. En contradicción con el ab-an-
convertir al rey en "protector de la Iglesia" y por otra parte defender dono en que hasta entonces se la tetúa, la agricultura fue Cot1Siderada
a sus vasallos de todo perjuicio y de toda fuerza, annque esto último madre de todas las ciencias y por ello, objeto de especial cuidado.
proviniera de la propia Iglesia. La doco:ina de los fisiócrat:as frauceses prendió fácilmente en uu país
En cuanto al espíritu religioso en sí, el despotismo ilustrado significó que t:etúa desmantelados sus campos, arrui.tudos sus sembrados y atra-
un proceso de honda crisis. Dice SANCHEZ AGESTA: "La fe en la razón, sada la téwica de sus mltivos. Surgieron en roda España las famosas
en la ciencia, en la técnica aplicada a las artes útiles, en una palabra, el sociedades de amigos dei país, que se dedicaron a enseií~ las nueva~ t~tú­
dominio de la naturaleza por el esfuerzo humano, oriemado hacia la. cas y a difimdir los conocimientos agrícolas neces~os para re:v1tahzar
utilidad, sugería tUl posible dilema entre tnta fe en la. Providencia y mu el campo, col1Siderado la única fuente verdadera de nq\lCZa y btenestar.
fe eu el progreso, cumplido por la razón y el esfuerzo del hombre." Repoblaciones y colonizaciones interiores, desecac.ióu de .~n~tos, re-
La comprensión del universo en utl orden de causas y efectos ttaturales partos de tierras baldías y disminución de los excestvos ~nvileg¡os de la
creaba tllla seria desconfianza lucia toda afrrmación sustentada en la Mesta no eran más que algunas de las constaut:es medtdas cou que la
revelación providenciaL En esta línea estab-a la crítica impía de VOI.TAl- Corona trató de atender las necesidades agrarias.
RE, pero también existió dentro del despotismo ilustrado un movimien-
to cristiano, inspirado por quienes, sin separarse de la ortodoxia, sufrie- 174. En 1nateria industrial la enseÍl.anza de los oficios útiles y la protec-
ron la influencia avasalladora del siglo XVIII. Este movimiemo ha sido ción a las mauufacturas lo~ales fueron remas corrientes de la legislación
denominado por PAUL l-IAzARD "cristianismo ilustrado", y definido como del momento. Surgieron en Espaíu, sigtúendo el ejemplo francés, Un-
'\m fílOvimiento cristiano que tiende a despojar la religióu de las estra- portantes manufacturas reales y se procuró destn1ir los rígidos gremios
tificaciones que se habían formado alrededor de ella, a ofrecer una creencia medievales (§ 138) que aún subsistían en el país.
tan liberal en su doctrina que nadie podría ya acusarla de oscurantismo; No sólo fomentando la agricultura y la iudust:ria se recuperaría Es·
tan pura en su moral que nadie podría ya negar su eficacia práctica. No paiía. Era necesario también alentar el libre jue~o indivi~ual y obte-
un compromiso, sino la frrme seguridad de que los mismos valores que ner así el equilibrio natural que habría de surgtr de la ltbre comr:-
durante los diez y ocho siglos habían fundado la civilización, valían at'm tencia, siendo necesario para ello elimi.t1ar las trabas que obstacul~­
y valdrían siempre". Figura central del movimiento fue el padre BENITO zaban el comercio y la producción. La influencia francesa era eVI-
JERÓNL"lO Fru:roo, quien luchó denodadamente contra la superstición, dente. QUESNAY, el creador de la escuela fisiocrática, sostenía como
los falsos milagros y los sacerdotes ignorantes, crédulos e indiscretos. base fundamental de su teorÍa la necesidad de obtener una completa
libertad de producci6n y circulaci6n de ~n~rcad~rías, sup:i~e~1do o
172. El ejército (§§ 334-341) fi1e reorganizado por los BoRRONES sobre disminuyendo los impuestos al comerciO mtenor, los r:wllegws. te-
el modelo pmsiauo impuesto por FEDERICO m; PRusiA. Fueron dos los rritoriales o personales, cm1Struyendo y reparando :amu1os: abnet~­
coutingentes básicos del mtevo ejército: laguardia real, creada por FE- do nuevas vías 1uvegables, etc. De esta forma, la nqueza crrculana
LIPE V en 1704, y las llamadru; milicias provincianas, organizadas en 1734. con mucha semejanza a la sangre dentro del cuerpo htmuno. Y de !a
CARLOS III dictó las ordenanzas militares en 1768, que reglaban el go- libertad con que lo hiciera dependerían la fortaleza y la reststeucta

'" '"
M.\.NL'AL DE HiSTORIA DE W\.S L"''STlTLlCIONES ARGENTINAS EL LIBRE COMf!RciO

del mismo. La nllnoría ilustrada espaúola trató de lograr ese libre 177. Las ciencias útiles reemplazaron a las especulativas en la nueva es-
juego iudividual, suprinllendo portazgos y privilegios, tratando de cala de valores. "Me parece más útil al género hmnano la invención de
unificar en tma sola contribucióu todas las reutas provinciales, cons- las aguj~ de -cose~ que laL6gica ~e ~ISTÓTELEs", decía CAMPOMANES, y
truyeudo caminos, reparando puentes, etcétera. Jovm.LA.Nos, refinéndose a las ctenoas 11.aturales, sostenía que contie·
nen "las preciosas verdades en que están cifradas la prosperidad de los
175. La nobleza fue sometida a tma crítica severa y mordaz. Los nobles pueblos y la perfección de la especie humana".
del siglo XVII y del XVIII habían abandonado hacía mucho tiempo las -Por ello, la minoría ilustrada procuraba la difusión de estas cieilcias,
prácticas guerreras e hidalgas de sus antepasados, resignando su fim- para arrancar a EspaÍla de la postración en que se hallaba, sacudiendo a
ción rectora deutro de la sociedad española. A ellos les habían corres- su pueblo de una tradición oscura e iniciándolo en las luces del siglo.
pondido por naturaleza -decía JoVELLi\i."TOs-las fuuciones de gobiÚ:no Claro es que la nueva nobleza surgida de la ilustración no veía con
y la defensa militar, que desempeíuron con toda idoneidad, por tratarse bue.tl~ ojos a ese pueblo inculto, supersticioso e iletrado. Sin embargo,
de tu-la clase en la que imperaban el valor, la integridad y el desinterés. COtlSCtei~te de los deberes de toda aristocracia bien e.tlteudida, procura-
Las familias nobles de Espaúa estaban acostuntbradas a preferir el ho- ba e~enarle, ilustrarlo, sacarlo del tradicionalismo inmutable que lo
nor a la cottveuienda, y a no buscar la fort:tma sino en la reputación y en paralizaba. De esta forma, jmtto a un sentimiento de desprecio hacia el
la gloria. Pero iqué lejos estaban de esas virtudes los nobles del siglo vulgo ignorante, surgió tUl deseo poderoso de instruirlo y educarlo.
XVIII! Con dmeza, decía FEIJOO: «Qué caso puedo yo hacer de unos
nobles fantasmones que nada hacen tcxlala vida, sino pase-ar calles, abultar 178. Pero lo que se ettseñaba al pueblo no concordaba con lo que reser-
corrillos y cmner la hacienda que les dejaron sus mayores ... ". ( ... ) "Dése vaba la minoría al diálogo erudito cutre iniciados. Este e.t·a el sabe.t·
honor a los hombres y a los oficios en la medida en. que sirven a Dios y esotérico, del que sólo disfrutabatt los exponentes más altos de la ilus-
a la República." tración. Por eso, los conceptos sobre libertades civiles y políticas llega-
De esta mauera, aliado de la nobleza de saugre, tradicional e inútil, dos desde Francia, o admirados en Inglaterra, no salían de los círculos
sm·giría la aristocracia de las ltu:es, de la inteligencia, del talento. Esta académicos ni se difimdierou al pueblo, al que no se cottsideraba prepa·
nueva elite constituyó la minoría ilustrada del siglo XVIII, que ejercería rado para conocerlos.
el gobierno para lograr el bienestar del pueblo, pero sin permitir que El pettsamiento del siglo quedó de esta man.era, dice SANCHEZ AGESTA,
éste se inmiscuyese en su manejo. Junto a esta nueva nobleza smgió tula octdto o disimulado bajo "un aparato de cautelas y circmlloquios", pre-
valoración del trabajo manual, que ya no fue considerado como antes parando "la gran explosión de los primeros aííos del siglo XIX".
oficio vil y pudo ser ejercido sinmengna. Decía FEIJOO que "miradas las
cosas a la luz de la razón, lo más útil al público es lo más houorable; y
tanto más honorable, cuando más útiL". La utilidad era, pues, el patrón El libre comercio <1 >
común para medir el valor del noble, del hidalgo, del operario, del la*
brador. 179. La postración del -comercio americano había preocupado a las
autoridades espaúolas atw antes del siglo XVIII, pero fue necesario el
176. Tatnbién el mérito guerrero, fuente primordial de honores y privi- cam~io de dinastía y la aparición de nuevas ideas en el campo socioeco·
legios, file sometido a revisión. El despotismo ilustrado combatió la gue- nónuco (§§ 73, 175-177) JYara que los dominios ultramarinos alcatl.Za-
rra, la couquista, la runbición del poder. Al príncipe guerrero y conquis· ran d volumen comercial que mereCÍatl.
tador, "'a quieu el mundo da el más iujusto ndto", se atltepuso el ideal
del prí.ucipe pacífico y patemal, que vive en arrn01úa con sus vecinos, (2) ~1JILU:l!.MO CÉ5l':EDE5,Lima y BumosAirts. Rq;ercurúmcs económicas y po!itimo de fa creaci6n del
VrrrematodelP!ati!t, A.E.A., '·oL III, 1946; Cuuu::..'<ICE H. HA1<JNG,Et imperiohkpdnico••. , op. á t.
procuratldo la felicidad de sus sübditos. FEITOo, con su plmna incisiva y en nota (1) dcl cap. Il; RICARDO Lf:VENE, Invmigadones acerca de fa histllria econdmica del Vrrreinato
mordaz, defu.úó crudamente al conquistador: "azote que la ira divina def Plata, La Plata, 1927; f>u;:Go Lms MouNAR.I, La repmentación de los hacendaMs, Buenos
envía a los pueblos ... tm hombre eJ.lemigo de todos los hombres, pues Ain:s, 1939; Sumo VILLALOJIOS R., La politka wmen:iaJ del Pirrt:y Ceral/os y fa reacción cbikno·
per~~a~a, T. C., N° 11, 1963; S. VaJ.M.OJJOS R., Comen:i~ y contrabando ... , op. dr. en nota (1) del
a todos quisiera quitar la libertad, y en la prosecución de este desigtúo c~p. \.

a muchos quita la hacienda y la vida". (2a) BE~NM.,La financiaciún de la carrera, op. dt. en cap. rv, nora L

\62 163
Af..I.NUAL DB HlSTO!UA DE LAS lNSTITVCIONBS ARGBNTINAS COMERCIO

Las consecuencias de la llegada al trono de FELIPE V se .hicieron sentir Desde Buenos Aires se despachaban negros hacia Chile y Perú, según se
de .imn~iato. La guerra ~e ~ucesión (1702-1713) que debió empren- autorizó por real cédula de 1725, y estas expediciones eran el conducto
der Espana por el :nant~ento del rey Borbon en el poder, obligó a normal del contrabando con aquellas regiones.
la Corona a recurnr aJ auxilio de su poderoso aliado el rey de Frauda
para atender el comercio con las Indias. De esta manera, Jos barcos 181. El contrabando francés e inglés fue tanto, y la evasión fiscal tan
f:rutc~es frecuentaron las costas americatlas, emprendiendo un comer- importante, que la Corona trató de remediar la situación m:pulsando
cto actl~o y sttmame.nte beneficioso, ya que la benevolencia regia llegó nuevamente el viejo sistema de flotas y g.úeones. El 5 de abril de 1720
-en aJgun caso-- a exceptuarlos de toda clase de derechos. En Buenos se dictó la ordenanza conocida como Proyecto para galeones Y flotas, c?n
Aires, la compaílla de Guinea, con asiento en FratKia, se benefició con la que se procuró restablecer el orden en el comercio, asegurar la peno-
1~ trata de n~os (1702) (§ 264), que le proporcionó notables privile- dicidad de los cargamentos, afianzar la vigilancia de los cm~v?yes Y
gws comerctales, y de esta manera, al rrnrgen de un tráfico legal alta- mantener una pettna.ltente commlicación con todos los don.:uuos de
mente productivo, se sentaron las bases de un no menos provechoso ultramar mediante el envío regular de avisos o correos. Tambtén se re-
contrabando. glamentó el envío de las ttaves .S?~t:a.s de registro. Se fijó la época de
salida de las flotas con toda preclSlOll, procurando observarla am1 a cos-
180. Las mercaderías francesas abarrotaron los mercados americanos ta de que zarparan incompletas, fijándose también el tiempo que debían
tras.toman.do profimdamente su economía, a tal ptmto que no sólo arrui: detenerse en los puertos americanos, a fin de lograr mu. verdadera regu-
naron a los comerciantes y a las industrias locales, sino hasta a los mis- Lu-idad en los viajes. Con estas prevenciones se trataba de robuste:er el
mos traficantes extranjeros, que encontraron serias dificultades para comercio legítimo, a la par que favorecer la producción metro~~tana.
colocar su~ envíos. Las ;nercaderías que entrabatt ilegalmente por los Sin embargo, el sistema de flotas y galor~es no pudo alcan~ar ~ ex::tto ~e
puentes chilenos del Pacífico y por la zona del Río de la Plata superaban antaño, ya que lo obstaculizaban la catttldad de mercadenas llttroduct-
las necesidades locales y eran .remitidas hacia el Pení, invirtiendo de esta das en las Indias por la vía del contrabando y de los barcos sueltos de
manera la tradicional ruta comercial Panamá-Lima que controlaban los registro. Desde 1715 hasta 1736, sólo cinco flotas se despacharon_ a
. '
comerClantes pemanos. Era el primer paso destinado a sacudir ese tute- Tierra Firme; a Nueva Espaíta, en igual período, llegaba mu peque.na
~aje. La abru~anda de ~ercaderías en América, que arribaban por la vía flota cada dos o tres años, pero desde 1738 se suprimieron lO:: galeones
~egal, atentó contra el SiStema de las flotas (§ 141), que se vieron para- a Tierra Firme y se paralizó el envío de la flota a Nueva Espa:~- Lnego
lizadas ante la imposibilidad de vender sus cargamentos en Lima. de un intento de restablecerlas, en 1754, se abandonó defuuttvamente
Lograda la paz de Ut:recht, que puso fm a la guerra de sucesión en el sistema en1789. , . .
17~3, la~ acti~dades francesas tocaron a su término, dando paso a un Pero si el Proyecto para galeones y flotas de 1720 no logr? revtt.thzar el
acttvo tráfico ilegal por parte de los comerciantes ingleses. Ello se debió omercio tradicional, significó el tti.unfo de la navegactón de los bu-
a que Gratt Bretaña recibió, como consecuencia de las negociaciones de ~ues de registro y la aparición de los avisos, que suplieron en ?nena
paz, importantes concesiones negreras. El26 de maxzo de 1713 se con- medida la engorrosa úavegación de flotas y galeanes. Buenos Aires se
c~uyó el tratado de asiento de negros, que otorgaba a esa nación el privile- benefició grandemente con estos navíos de registro, los que ~uc~s
giO de la trata de negros con las colonias españolas (§ 264). Además se veces llegaban con penniso de "internación", es d:Cir, con autonzaeton
le concedió permiso para que un navío inglés concurriese a vender sus para hacer llegar las mercaderías hasta Perú y Chile: La ~1er~a con In-
mercaderías e.n Porto Bello y Veracmz, libres de tndo impuesto. La glaterra y la caída de Porto Bello en manos enenugas stgnificaron .la
compaíúa del Mar del Sur, que se hizo cargo del privilegio, despachó adopción defmitiva de la l"Uta a través del Cabo de Hornos ,por medto
su~ factores a América, y si bien el negocio negrero no file todo lo de 1uvíos de registro (1740), {mica manera de atender el tráfico de los
brillante que se esperaba, significó para Inglaterra la fuente de tUl im- puertos ubicados sobre el Océano Pacifico.
'!'
portante contrabando. El asiento de la compañía en Buenos Aires sirvió
de centro activo al comercio britúlico ilegal. Los barcos ingleses traían 182. También en EspaÍla los intereses monopolistas de Cádiz ~ Sevilla
n~gros, telas, bebidas, armas, zapatos, herranlientas, y llevaban, en c.un- se sintieron en peligro con las concesiones que la Cor~na otorgo a algu-
bto, cueros, grasa y sebo, arutque no estaban ausentes la plata y el oro. ms comp:aíúas privilegiadas para comerciar con Aménca. La Real Com-

16< 165
EL LIBRE COMERCIO
iANUI.L DE HISTORIA DI! LAS INSTlTUCtONI.!S ARGENTINM

. íúaGuipuzcoana de Caracas fimdada en 1728, obtuvo el monopolio productos americanos entre las distintas provincias fue suprinúda en
r:Ua comerciar con Venezuela;'la Compaúía de Galicia quedó ~:ltoriza­
1
1774 para Pen't., Nueva Españ.a, Nueva Granada, Guat:eJ.nala, y en 1776
•ia en1734 a enviar dos barcos anuales a Campeche; la Compama de ~a también para el Río de la Plata. Tan !Oolo se mantuvo la prohibición
~fabana ( 1740) y la Compaíúa C.-atala.na o Barcelonesa ~ 1755) obtm:-e· sobre ciertos productos, en beneficio de la lltdustria metropolitana.
Jn privilegios para traficar con La Española, Puerto Rtco y Margartta. Hu1776, al creatse el virrelltato del Río de la Plata (§ 191), su primer

-
virrey; don PEDRO DE CEVALLOS, debió afrontar el problema que presen·
183. A pesar de estas concesiones y de la proliferación de los naví~ de taban las barreras económicas co11 qtte se separaban 1os territorios con-

·-·
, · tro ¡, m•yor parte del comercio se encontraba concentrado en
.
, .perjuicio de otras regiones espaúol~, y en t'll~ICnca segman
'"::ádiz, en
beneficiándose con él sólo algmtos puertos de mtportanoa. A su ve~ el
fiados a su gobiemo (Río de la Plata, Paraguay, Charcas, Tuctunán y
Cuyo). En efecto, los antiguos territorios de Chile y Perú no podían
comerciar con BtrellOS Aires, según la tradicional prohibición, CEvA-
...ontrabando continuaba en aumento y la evasión ftscal alcanzaba cifras LLOS, en atención a estos problemas, dictó el6 de noviembre de 1777 el

larmantes. "Ni las compaíúas com~rcial~ particulares ~ice ~INo:­ "auto de libre llttentación", que declaró libre y facultativa la entrada de
·ti los pequeúos remiendos en el anttguo stStem~ cotnerct~ hab1an tem- mercaderÍas por Buenos Aires hacia las provlltcias del Alto Perú y de
do éxito en la carea de extirpar este mal o en meJorar aprenablemente el Cuyo, que habíau pasado a integrar el nuevo virrelltato del Río de la
.omercio 0 los ingresos espaítoies". Estas circmts~K~, unida:> a la Plata, lo núsmo que por los puertos de Chile. Los comerciantes y auto-
1rédica por una nueva concepción econónúca que s.tgnificara la libera· ridades chilenos y peruanos lo entendieron con1o tma autorizació11 ge-

c.rin de trabas y barreras pMa la ciretdación d~ los bteues 174), con- neral para remitir mercaderías a Clúle y Perit., y llevar desde alli plata y
<encieron a las autoridad{'.s de que tan solo el libre comercto enn;e espa· oro. Cabe recordar al respecto que el virrey del Perú, don MANt..-EL DE
~10les sería el medio de m.ejorar la aflictiva situación del erano Y de GUIRIOR, mandó publicar tul bando por el que rechazaba el decreto de
•:ompetir con los traficantes foráneos. . . C:tvALLos y ordenaba la fiel observancia de las leyes prohibitivas.
La reforma comenzó con la creación en 1764 de un sen;rcw rrguiar. de Los interese!OlimeÍlos ya se habían visto perjudicados por el decreto de
orreos entre Espaíta y América, comtituido por el en~:o de un avtso CEvALLOS de julio de ese mismo año, según el cual se prohibía el envío
·neusual hacia La Habana, que pronto (1767) se extendio hasta, Buenos de oro y plata a LUna, cerraudo de esa forma el comercio entre la zona
Aires. Esta ciudad recibía cuatro arisos anuales. En la misma epoc.a se altopentana y el centro del virreinato de1 Perú. "El predominio del Pen.'t
Jrganizó el correo en Chile, que múa Buenos Aire~, Mendoza, S.mt:tago había pasado para siempre -dice VILLALOBOs-, la revancha de Buenos
1
Valparaíso. Los navíos de correo estaban autonzados, ~ pes~ ~e su Aires, b-asada en una realidad geográfica ll1discutible, $e concretaría eR
oequeño tamaÍlo, a tramportar mercadc:Í~, y ello. contrtbuyo, Jllll::o tm fuerte desarrollo y en una llnportancia creciente dentro de los domi-
con la rapidez con que se recibíanl~s notlctas y los informes cotnerCia- uios aust:t·ales."
:es, a impulsar la actividad mercantil.
185. Un nuevo paso significó la real cédtda del2 de febrero de 1778,
184- En 1765 se dio el paso decisivo que habría de concluir c.onla por la que se extendió el sistema de comercio libre de 1765 a Buenos
mstattración del libre comercio entre Espaúa y sus domllúos. Se ab~ie· Aires, Chile y Perú. Estas disposiciones fueron müdas a las demás nor-
ron al comercio de las Antillas (Cuba, Santo Domingo, Puerto. Rtco, mas sobre comercio lltdiano y se promulgaron bajo elt10mbre de Regla-
Margarita y'frllúdad) los puertos espaúoles de Cáru:, Sevi~~' Alican~e, mento y aranceles reales para el comercio libre de España e Indias, con fecha
Cartagena, Málaga, Barcelona, Santander, La ,Conuta y GtJon. Altms- l2 de octubre de 1778. Con este Reglamento quedaron abiertos al co·
mo tiempo, se suprimieron los antigu~ gravamenes sobre ~uchos de mercio Uuliano los puertos españoles de Sevilla, Cádiz, Málaga, Alme-
los artículos transportados, para suplantarlos por tUl solo unpues.tt;', ría., Cartagetla, Alicante, Alfaques de Tortosa, Barcelona, Santandet, Gijón
pagadero en Esp~la, d~ ~!rededor del6 ;>el 7% advaiorem. Se ~tia. y La Coruña; y Palma y Santa Cruz de Tene.rife, en las islas de Mallorca
además la libre cm:ulacton de me.rcadenas entre los puertos ~encan~ y Canarias. En Indias se habilitaron los puertos de San Juan de Puerto
seúal.ados. En años sucesivos, la misma concesión fue extendida a Lm- Rico., Satlto Domingo, Monte Cristi, Sat1tiago de Cuba, Trllridad (Cuba),
siana (1768), Yucatán_ y Campeche (1770), Sant~ ~a;ta Y Río de.la Batabanó, La Habatta, islas de Margarita y 'llitridad, Campeche, golfo
Hacha, en Nueva Granada (1776-1777). La prohibKtou de comerciar de Santo Tomás de Castilla y Omoa (Guatemala), Cartagetta, Satlta Marta,

167
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MANUAL DE HISTORIA DI! LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS EL UllRB COMERCIO

Río de la Hacha, Porto Bello, Chag:re, Montevideo, Buenos Aires, Val- \initb;'l1oerrte en el sistema de libre comercio imperan.te para el testo de
paraíso, Coucepción, Arica, Callao y Guayaquil. Indias.
El nuevo Reglamento elimiuó munerosos impuestos que pesabau sobre HARING que "la creciente libertad del m~vimiento cmnetc,tai
el comercio indiano, conservando tan sólo los de ahnojarifazgo y alca- :dentro del imperio, en la segtmda rruta~ del .stglo XV1II,. no. ~o.lo
bala (§ 149), que eran los de mayor irnportaucia. Algunos productos '· trajo aparejada un aumento d.e los neg~ct~s, smo que cOtlStgtuo re-
fherouliberados por complejo y otros vieron reducir notablemeute sus ducir los precios en las colomas, des~m~o e~ ,contraba~do y ~;ob~­
derechos aduaneros, tanto para llegar a España como para hacerlo a blemente contribuyó a una mejor dtstrtbucton de la nqueza · Sm
Indias, sobre todo las manufacturas textiles de la metrópoli y las mate- embargo, la gtan cat1tidad de mercadedas ab~rwtó los mercados
rias primas americauas (algodón, cáúamo, laua de vicuúa y alpaca, liuo, americanos y produjo la desa7-Ón de los comerctantes, que encon~a­
pieles, madera, etc.). También fueron rebajados los derechos sobre los ron cada vez más difícil colocar sus remesas. Tanto en Buenos Atres
metales preciosos. como en Perú y en Chile se hicieron corrieutes las pr_atest:as~ Y los
El comercio quedaba limitado a los españoles, a quienes debían perte- negocios se paralizaron por tm exceso tal de mercadenas que tmpo-
necer las naves, las que también debíau ser tripuladas por ~paúoles, sibilitaba todo it1tercambio mzonable.
admitieudo tau sólo que una tercera parte de la tripulación estuviera A las mercaderías que arribabat1 desde Europa habí':~ue a~.g~ las que
formada por extraujeros uaturalizados. llegaban a América desde Asia a través de la Co~1pama de Filtp:U_as, que
También se procuraba alentar la construcción de barcos eu Espafla, pro- surtía los mercados indianos de efectos provementes de la China.
porciolliUldo la Corona las maderas necesarias. Las embarcaciones ma-
yores de trescientas toueladas gozarían en su primer viaje de tuu rebaja 187. El comercio negrero también fue liberado de las restriccion:s tradi-
del 50% sobre los derechos y arauceles. De esta manera, se trataba de . ale· Una real orden del28 de febrero de 1789 otorgó el hbre co-
ctou s. La" ., d 1
estimular el desarrollo comercial en sus distintas fases, estructurando mercio de esclavos para las Antillas y Caracas. unportacton. e ese a-
un concepto de comercio libre que se refería solamente a las operacio- vos quedaba libre de todo impuesto y gozaba, por ~1 contrano, ?'?
uu
nes mercantiles dentro de la Mouarquía, quedando excluido de este sis- ptemio de cnatm pesos por pieza. Los negros podlilll ser adqumdos
tema el comercio con el exn·anjero. por espaúol~ o criollos en cualquier p~erto, y pagados :on productos
cuya exportación se permitía con ese ObJeto. Estas concestoues se exten-
186. Los efectos del Reglamento se hicieron sentir proñu1dameute en dieron a otros puertos del continente (~ _264). .
todo el comercio americano, excepto durante el período de la guerm Los resultados beneficiosos de esta pohnca fueron unportan~es, pues a
con Inglaterra (1779-1893). Una fuerte corriente mercautil revitalizó la vez que aumeutaba el ingreso de mano de obra. esclava, se u~remen­
los puertos espatl.oles e indiauos. El volumeu del comercio se elevó taba también la exportación de productos .unertcauos, espenahnente
· prodigiosameute, pudiendo hablarse -seglm HARn,m- de setecientos cueros, lo que significó un r10table estímulo para los ganaderos en zo-
por ciento de aumento. nas como el Río de la Plata.
Seúala LEVENE que el valor del movimiento geuetal del comercio de
exportacióu e importacióu entre la penúlSula y sus domitúos america- 188. La política comercial española, orientada ~acia un régimen de
nos, que en 1753 alcanzaba alrededor de ciento setenta y dos milloues .
tnayor ¡·L~.-d
u.->c.n.a , fue completada
,_ con nuevas
, . concestoues.
. El4Ande nut'ZO
' · __
de francos, descendió por efectos de la guerra, en 1778, a tmos noventa de 1795 la Corona autorizo a sus subdttos y restdentes en 1enca a
y ocho millones, pero fmalizada la coutienda se registró un ingreso de comerciar con las colonias extranjetaS. . ~
430 millones de francos en 1784 y más de 630 en 1800. La aduatu de Motivaba esta resolución la paralización del comercto de. Es pana ~on
Buenos Aires, que había recaudado en 1779la srmu de 134.974 pesos sus dominios a causa de la guerta que sostetúa con la Francta tept:bhca-
fuertes, alcanzó a percibir en 1795 alrededor de 850.000. Estas cifras na. De esta manera, se procuraba dar salida a los p~uctos amen~~1os
son harto elocuentes para demostrar la importancia de la uueva regla- traer otros frutos de las colonias portuguesas. Solo e~taba probibtdo
mentación. Y portar por esa vía mercaderías europeas. Ell7 de uoVlemb:~ de 1797
Tatl sólo los territorios de Nueva Gratuda y Venezuela coutinnaron ~Corona dio un paso más y permitió a sus súbditos que utihzaran c~1
sujetos a las restriccioues anteriores, pero eul789 se iucorporarou de~ sus viajes comerciales a América barros neutrales. Esta vez era la gnena

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M.I.Nl.TAL DE ffiSTOlUA DB LAS lN~'TITtJClONI.iS ARGENTINAS

con Inglaterra la que motivaba la nueva conce~ión. Los barcos pod~an


salir de puertos españoles o de pue:ros extrallJe~os ne~ttrales I: ~ebtan
Uegar a cualqtúera de los puertos ab1ertos ~n Indtas. Sól? s.e engta ~~e
el viaje de regreso concluyese en puertos hispanos. Este tÜtuno reqtusl- CapítuloVll
to fue suprinúdo en 1.801. La concesión estu:ro suspendida. casi dos
aí10s (1799-1801) ante los abusos que se cometl.eron y la creaente par-
ticipación de portugueses en el tráfico indiano, pero a{m durante ese
lapso se otorgaron permisos es_r:ciales de.ipuales alca.t1ce;. .
Estas disposiciones alentaron la mtroduccton de mercanctas extranJeras El Rio de la Plata durante el siglo XVIII. Creación del virreinato. La
y dieron motivo a toda clase de tratos fraudulentos, que arrojaban sobre audiencia y la organización judicial. El régimen de las intendencias. El
los atestados mercados americanos enormes cantidades de productos consulado de Buenos Aires. Situación económica. Las nuevas ideas eco-
brasileños y mercaderías europeas. Tal proliferación de efectos extranje- nómicas. La apertura del puerto de Buenos Aires.
w; desalentaba las incipientes industrias nativas y perjudicaba a los co-
merciantes, que veía.tl descender el precio de sus mercaderías en forma
alarmante. De esta manera, así como en otros aúos se habían hecho oír El Río de la Plata durante el siglo XVIll <1)
las voces defensoras del libre comercio, ahora empezó a solicitarse mta
reducción en la liberalidad y aun la supresión del sistema. 189. El siglo XVIII sigtúficó el comienro de la prosperidad económica
del Río de la Plata, impulsada por la dema.t1da crecieute de su produc-
ción pecuaria y la Uegada de importantes cargamentos de mercaderías.
Este comercio de importación satisfacía el mercado intemo hasta ago-
biarlo, por lo que las mercaderías se reexportaban hacia Chile y Perú. El
libre comercio(§§ 179-188) fimdó la prosperidad de esta zona, inde-
pendizándola de la odiosa tir;uúa de Lima y Cádiz. Como dice CÉSPE-
DES, "al compás de su importancia económica, aumenta el valor estraté-
gico de las col01úas, que empiezan, en consecuencia, a ser mejor gober-
nadas, atendidas y defendidas".
En efecto, la roua del Río de la Plata pronto adquirió releva11te impor-
tancia, no sólo económica, sino también política y militar. El autor
citado precisa el nuevo concepto que se tenía de esta región: "En tUl

(1) EDliUTO OseA!< Acavwo, La intmdenoia de Stdta del Thcumán en el Virreinato del Rio de f4
Plata, Mendo-u, 1965; MANU~L BELGR&'<O, Esc.ritof ecandmicof, innuducción de GREGOR!O
WEWl!ER<J, Buenos Aires, 1954; MoDESTO BAR GAllo, La minerla y lll metalmyia ... , op. cit. eu
nota (1) dd cap. IV; ALFREDO R. CAST!ll<\NOS, Bmre histori4 tk la ganadería en el Uruguay,
Montevideo, 1973; Gull.URMO Ctstrou, Lima y Buenos Aires ... , op. cit. en nora (2) del cap.
Vl; ÜCTAVIO <ilL MUNlllA,ElRti>de la Plllfa en lll politica intmuu:ionai, SeYilla, 1949; jlY!.lO C.
GmLLAMONDEGUl,La justicia consular ... , op. cir. "'n nora (2) dd 01p. III; Tuuo fiALrERlN DoNGHl,
Guerra y finanzas "'11 !os mlg"'""'' dd Estado argentino (1791·1850), Buenos Ail-es, 1985; J.
LAlwt>E AllADiA,EJnf!¡imen virreinosenat!Jrial..., op. cit. en nma (il} dd 01p. II; MANUEL JosÉ DE
LAvARow,Nueroaq;u:to del CI.Jmtm:W en dRhde l4Plata, estudio P'-"liminar <k EmtQm WEoovm,
Buenos Aires, 1955; R. LEVEN!';, InvestigiUÍ!)1les tu::CI"Ca de la histori4 ecunómica ... , op. cit. ennot:a
(2) del cap. VI; jOHN Lwct~,Adminiltracidn wlllnial espaiiola, 1782·1810. El sistema. de intendencias
m elwhninatlldel Rio de la Plata, Buenos Arie~, 1%2; ERNF.STO J. A. MAEou, Iiistllria Económica
de CWTientes en el periodo vi>Teinai (1776-1810), Buenos .Aires, 1981; Jost M. MARauz U1!.Q1.llJO,
El virnlinatadeiRiode l4Platam laipoca del.Marquis deAvil4 (1799-1801), Buenos Aire~, 1%4;
J. M. MARauz U!lQlJIIO, NOtidM ¡ofm 1M industriM del virreinato del Rio de In Pl4ta en lll época del

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MA."'UAL Dll liiSTO!UA Dll LAS lNSTITUOIONilS A.itOilNTINAS EL RíO Dll LA PLATA DURANTE RL SJGLO XVIII

momento donde los conflictos bélicos se univcrsalizau, las bases estra- conocidas. Acorde con esta idea fue la ocupación de las Islas Malvinas
tégicas esenciales crecen y se establecen en todo el orbe, y doude las en 1766. Los problemas i.tltentacionales se centraron por tanto eu esta
batallas decisivas no se dau ya sólo en Europa, el Océano Atlántico deja parte de América, y Espaíu trató de hacerse fuerte en ella.
de ser un mar inmenso para convertirse en espacio cuyo dominio preci- El problema más apremiante parecía ser el lusitano. Porntgal reforzó
san cada UHa de las potencias coloniales. Buenos Aires es la mejor base sus guarniciones en Brasil e i.twadió territorio español en varias opor-
del Atláutico Sur, el más eficaz vigía sobre la ruta del Estrecho de Maga- tunidades, ocupando la costa septentrional del Río Grande, ante la
llaues -llave del Pacífico-, y por afladid1u·a, el mejor punto de penetra- impotencia del gobernador VERTIZ, que falto de hombres y arma-
ción al interior del contineute sudamericano". meutos nada pudo hacer por impedirlo. Los invasores, luego de va-
rias vicisitudes, alcanzaron en 1776 a dominar San Pedro de Río
190. La paz de París de 1763, que puso ftn a la guerra que nw1tenía Grande v se enseñorearon de una vasta zona de la Banda Oriental.
EspaÍla contra Portugal e Iuglaterra, dejó mal guarecidos los intereses España ;eaccionó de i.tllUediato, aprovechando que la situación in-
hispánicos en América del Sur. La Colonia del Sacramento debió ser teruacioualle era favorable y que contaba co11la alianza francesa,
devuelta a los lusitanos, quienes se sintieron fuertes y emprendierouuna lograda a través de un pacto de familia entre ambos monarcas. Ingla-
permaneute campaÍla de expansión hacia el sur. La creación del virreina- terra en esos momentos se encontraba empellada en las guerras de la
to de Brasil en 1763 y su preocupación por mantener Sacramento, llave independencia norteamericana. CARLOS III consideró oportuno dar
del estuario platense, son pruebas evidentes de sus intenciones. Pero un golpe maestro: cayeudo sobre Portugal en América, daría térmi-
CARLOS III estaba decidido a reteuer sus dominios americanos e impe- no a sus ambiciones de expansión en esa zona del mundo y dejaría
dir el avance portugués. Inglaterra., aliada con Portugal desde 1702, sorprendida a Inglaterra, desbarataudo de esta forma la tan peligrosa
constituía otro importante peligro, y sllS pretensiones hegemónicas, como alianza británico-lusitana. Con ese propósito preparó una importan-
su creciente interés por las posesiones espaiíolas en América., eran bien te expedición militar que confió a don PEDRO DE CEVALLOs. Este
militar conocía muy bien el territorio en cuestión, pues había sido
Marqués de APili!, R.H.A..I\., Nros. l y 2, 1956-1957; J. M. MMUl.tn UtQUI)o,.Aspectos de 14 gobernador y capitán general del Río de la Plata (1755-1766), desa-
potitica prottccilmitta dumnte la dttat:/41810·1820, B.A.N.H., vol XXXVII, 1965; Ro:anro H. rrollando eutouces 1u1.a exitosa campafla coutra los portugueses .
.MMFANY, El..m-timto dd Rio de 14 Pl4ra y kt gobernación intmdtntia de BumosAri#, H.A., t.ll;
PEDRO SANIOS M.u:tiNEZ,Histaria eclm{]micJfdeMmdaza dumnte d vi.rreinato (1716·1810), Madl"id,
1961; EDtJIIli.DO MA!tnui,Lilrrtgmtt.s de Buenos Aire>..• , op. cit. en nota (2) del cap. III; DIEGO 191. Creación del virreinato. En junio de 1776- cuando aún el rey
LUJ5 MoLIN~l,~ reprnenracWn de ÚJS hac1111dmi11r••• , op. cit. ~nnota (2) del a p. VI; ALFREDO J. no había otorgado el nombramiento de rigor - CEVAllOS presentó m1
MoNTor.-~., HIStrma de l11r m./ader(IS arg1111tinos, Buenm Aires, 1956; Lms NAVhllkO Gll.ll.CiA,
Intendencia; m Indil#, Sevilla, 1959; EM!uo R.-~.vrGNIINI, El virreinato d~l RW tk 14 Plata (17?6-- detallado llúonne acerca de las necesidades que debían cubrirse para el
1810), H.N.A., vol. rv, 1° secc., 1961; Lurs SANTIAGO S.-1.1-t"!.,Elproyecroduxtindóndelrtgimm de buen éxito de la expedición militar. Decía que quien ".fi.tese mandado ha
lai Inrendelicil# 1111 América y la ordenanza genera/de 1803, R.I.H.D., N~ 5, 1953; Cntos S. A.
SEGKEl"l, El >'in"ry Cimeros y la apertura del R.W de la P!Ma al rom!'r"ciO exterior (Pre&ion<f en torno de tener, precisamente, con el gobierno y mando militar, el gobierno y
al acta tk/6 de noviembre de 1809) en I.E., n" 38, 1988; Ct.~tto> M.llli.!A Srotm,LI. justicia en la mando político... porque siu él no podrá mover aqltellas gentes"; ese
crm~pafla di:IRitJde 14Piata, op. cit. en nota (2) del cap.lli; Gnw.N O. T)Al!.xs,El Consulado de mando no sólo debía limitarse a Buenos Aires y Paraguay, sino exten-
Bue.ws Ari<f y sw proyeccit;ms m 14 binaria del.fuQ d: la Plata, Buenos Ail"e$, 1962; GE!lMAN o.
T~uxs y AuClA VIDJ\Ult.RETA DE TJII.ll.KS, El camm::W ing/& y e/ rxmtrabando. Nuevos aspectOS m el
derse también a Tucumán, Potosí, Santa CntZ de la Sierra y todo el
estudio dda pditk4 ettmómka m ef RitJ tk la Plata (1807-1810), Buenos Ain:s, 1962; ]DAN Hn>óum distrito de la audiencia de Charcas. De esta mauera podría contarse con
Vre.YTES,~ntecedente.r ewnómicos de la Rcvolucirfn de~ estudil) p.-,liminar de Felix Wiiinim;g,
abundautes recursos, provenientes de las i.tnportantes minas que se ex-
Buenos Alfes, 1956; SnGlo Vn.l.Al.oBos R~ Comm::•o y crmrrabando. .• , op. cit. en nora (1) del
cap. V; RICARDO ZoRMQUrN BEcU, La crrganizm:Wn politka ..• , op. cit. en nora (5) del cap. I; R. plotaban en esos territorios.
ZoRKAQUIN BECU,La arganizaciónjudil:ial..• , op.cit. en nota {2) del cap. Ill. El monarca nada negó a CEVALLOS. Ell 0 de agosto de 17761o tlombró,
(la) EnB:UTO o< ACEVEDo, Las intendencias altapmu:mas m el R.W de la Plata, Buenos Ail-es, 1992. además de jefe de la expedición militar, virrey, gobemador y capitán
ÍDEM, La intendencia del Ptlmguay 1111 tl Vírrtimao dd R.W de la Plata, Buenos AU-es, 1996· Gn.MA..~ general de las pmvincias a.utes meuciouadilS, comprendiendo asimismo
Eln[¡immm011etario, op. cit. ~ncap. V, nota 1; JostM.M.ut.n.w. UtQt.liJO (direcror), F.dutJios.wlne
la lWd OrdmiVIZil de Intmdmt<f dd R.W de la Plata, Buenos Aires 1995· MM!LUZ UtQUIJo El su jurisdicción los territorios de las ciudades de Mendoza y Sa.n Juan
agente, op. cit., en cap. II, nota 3;MouroUKIAS, Comm:toypm~ucr#n, op.'cit. en noro (1) del:ap. del Pico, dependientes hasta entonces de Chile.
V; MIGUEl.. Ñ<Glll. ROSAL y ROBE.ll.TO ScHMIT, Del reformismo w/rmiaJ h/Jrbónico al libre comm:io: [a¡
~011/Jfpecuaria> dd Rio de la Plata {1768-1854} en B.I.H.E.R., n" 20, 1999.; C1111.tos M.
De esra forma quedab-a fundado el nuevo virrei.tuto del Río de la Plata,
Sml<Nl, lnvert!!Jacitme~ wlm historia del derecho rum1 argmti"llo. Buenos Ah-es, 1997. al solo efecto militar y aceptar:tdo las sugerencias que había efectuado el

172
M/.NUAL DE lliSTOlUA DB LAS iNSTITUCIONES AI\Gill'iTINAS EL Rfo DE LA PUTA DURANTE BL SlGLO XVIII

jefe de las fuerzas .umadas con que Esp-aúa procuraba a1ej.rr el peligro el tempenu~eu~ propuesto por ACEVEDo. El cabildo de Santiago, atm·
portugués en América. . _ ., . ., que no habta stdo consultado, hizo llegar su opiuióu desfavorable al
El l3 de noviembre de ese nusmo ano partto la expedlCton, que fue proyecto, CJ.l .súplica dirigida al monarca el 21 de julio de 1775. Se
todo uu éxito. El primer objetivo, la Isla de Santa Cat~~, fue tom;tdo fundaba este ~úorme eula sepru·~ción de Cuyo de su jtuisdiccióu para
por CEVALLOS sin combatir en febrero de 1777; el.3 .d~ Jtll~O se rendía ~a arte~ado al Rto ~e la !'lata, arru.rna.11do con 'ello el comercio chileno y
Colmúa del Sacramento y cuando CEVALLOS se dtngta trnuúante hana pomeudo en seno peligro esa zona, que Bueuos Aires no podría defeu·
Río Graude, recibió órdenes de detener Lt marcha, pues la Corona ha· der. Estos eran los antecedeutes que obrabau en España cuando CEVA·
bía llegado a uu acuerdo con Por~ga1. , , . LLOS pidió el poder poütico auexado al ruando militar de la expedición.
Eu efecto, uo bien supo la corte lusttana que habta catdo Santa Catalina "Se meditaba sin prisas su creación-dice Gt.JILLERMO CEsPEDES- cuan-
en manos españolas, buscó el arreglo pacífi~o..El1° de,~tubre de 1777 ~o de ,re~ te Y. por ~o tivos ajenos al problelnll en sí, fue impro~isado,
se celebró eu Sau Ildefonso tUl tratado prelinuuar de lúrntes, y el24 de smmas obJeto llllUechato que proporc10uar recursos económicos a lUla
marw del aúo siguiente en El Pardo, un amplio tratado de anústad y empresa bélica, y plena autoridad y libertad de acción al general que la
comercio. Portugal había pasado a ser tma potencia amiga pru:a España, dirigía."
ante el desconcierto de Inglaterra. CARLOS III lograba ademas la pose· Puede considerarse a PEDRO DE CF.VALLOS el verdadero .fi.uidador del
sión defwltiva de la Colonia del Sacrameuto, y los lusitanos, las provit1· nuevo CJ.lte político. Su labor de gobieruo fue de tauta importancia eu el
cias de Río Grru1de y Santa Catalina, que poco importaban a los espa· campo socioeconómico que ha llegado a lltsi.uuarse que 1a fundación
ñoles por entonces. virreiu.al er:a tm pl~1 cuidadosa111e11te elaborado por la Corona -y CEVA-
LLOs, su brillante eJecutor-, y no ya la creación accidemal necesaria parA
192. Así nació el virreinato rioplatense. Si bien su causll llm1ediata fue dotar de recursos político-económicos a lUla expedición militar. Pero
este problema militar, desde varios <ÚlOS antes se buscaba organiz.rrlo. dejando de lado ~ta exitosa gestión de su primer virrey, lo cierto fue
Eu 1770 la Corona había pedido Ulfonnes a sus autoridades eu Améri· q~ el flatnmte vrrrelluto 11acía bajo el signo de la guerra, y '13ueuos
ca acerca de la organización de tmevas reduccioues indígenas en el terri· Aires era. a la vez capit.al vir.rell1al y cabeza de la itunediata retaguardia
torio tucumano. La audiencia de Charcas hizo suyo el Uúorme de su par~ el ststema defenstvo que -desde el Paraguay hasta la Patagonia-
ftscal dou ToMAS ÁLvAREZ DE AcEVEDO, quien el12 de cuero de 1771 debta proteger el amenazado frente atlántico del imperio espaúol de la
aconsejó la creación de una tmeva audiencia y de tUl :mevo virreiuato ~1 ~CJ.~a "terrestre de Portugal, y la marítima de su aliada y protectora
América del Sm. Decía el ftscal que las constalltes disputas entre el Rto bntá.tuca , cesando de tal forma la larga negligencia de la Corona freute
de la Plata y Lima, la gran distanci~ que separaba a es~ dos centros yla a su remot,a posesión sudamericaua, al decir de HALPERIN DoNGHI.
importancia creciente de la zona noplatellSe, aconse¡abat1la orgamza-
ción de una audiencia y uu virreinato en el Río de la Plata. 193. Ium~iatamente tenniuada la acción bélica, ü:vAUos se dirigió a
El rey dispuso, por real cédtú.a del 8 de octubre ~e 1773, que,. en ~ten­ la corte pkhendo que la creación provisional del virrei.uato se tomase
dón a estos y otrOS antecedentes, Uúonnasen el vurey y la audtenna de defmitiva. El14 de jtuúo de 1777 solicitó al ministro JosÉ DE GÁLVEZ
Lima y el gobernador de Buenos Aires sobre las veutajas e ~Ko~wenleu· que se trasladase la audiencia de Charcas a Buenos Aires se crease en
tes que traería aparejada la instalación de tuu nueva audtenaa en sus esta dudad un tribtma.l de cuentas y se convirtiera en deÍitútivo el vi-
dominios runericanos. El virrey peruano don M.ANL'EL DF. A."VIAT, se ex- rrei.ua,to, s?giriendo algunos nombres para sucederle en el cargo. El rey
pidió el22 de CJ.lCtO de 1775, collKidiendo con 1\CEVEDO eula necesi- acepto la tdea, aw1que no a los candidatos, y el 27 de octubre de ese
dad de l.Ultmevo virrelluto y audiencia, pero cotmderando que el ftscal mismo afro expidió e1 títnlo de nuevo virrey del Río de Lt Plata a favor
había olvidado proveer al nuevo virrelluto de los recursoa económicos d~ don JUAN Jost DE VtRnz, sep.rrrut.do de sus atribuciones las de ha-
necesarios para su subsistencia. Por ello, propo~ que se le at1exa.se:-1los cteuda, que habían ido mUdas a la perso11a del virrey eu el nombramien-
territorios chilenos, ricos potelKiahnente en rnmerales, y que el astento to de CEVALLOS. De esta mat1era quedó confirmado el nuevo virreiuato.
del nuevo virrey f\1eSe establecido en Santiago de Chile. El gobemador Eu su petición, CEVALLOS había recordado qtte el Plata "es el vCJ.úadero
de Buenos Aires, don )VAN JosÉ m; V:ERTI7., Y SML'EDO, ocupado el.\ y lutico antemural de esta América, a cuyo fOmento se ha de propett.der
problemas tUnitto(es:, sólo c.onte<;tó e\ 17 de )u\io de 1.776 1 aprobatl.do cou todo e1 empefro", por curu1to "es ellutico puuto en que ha de sub-

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ÑfANVAL DE HISTORIA DE LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS EL ruo DE U PLATA DURANTE EL SIGLO XVIII
1
sistir o por donde ha de perderse la América meridional". La Corona que la justicia tenga el debido y pronto ejercicio que le corresponde". 1
respondió ampliame.nte a esta advertencia de orden estratégico para hacer Era, por otra parte, el órgano de enlace etltre el cuerpo y su presidente
frente no sólo a Jas ambiciones portugttesas, sino a la entonces temida 1
(virrey 0 gobemador), comunicándole las revocatorias que proutmcia-
acción británica. NtUica región alguna de América recibió trato tan de- ra aquél, a fm de que el virrey o gobernador modificase su resolución. 1
ferente como el nuevo virreinato, y sus dos primero virreyes pudieron Debía vigilar la concesión de los recursos de apelación y tomar razón 1
de ~ta forma desarrollar tUla amplia y fecunda labor de progreso, sobre cada semana de los presos que hubiesen sido conde1udos por el virrey o
todo en el campo económico y social. gobernador. Asimismo actuaba como juez de primera instancia etl jui- 1
cios verbales de poca monta que le sometieran voluntariamente las par- 1
194. La audiencia y la organización judicial. CEVALLOS completó su tes. Este importante :fi.u1cionario formó parte de la audiencia de Buenos
labor. de organizador(§§ 191-193) urgiendo .U ministro GALVEZ para la Aires desde su fi._mdación. Había sido incorporado como tUta de las
1
creactón de una audiencia en el Río de la Plata, "'por haberse atunenta- medidas intpuestas por la reforma judicial de 1776, dirigida a fortalecer 1
do en gravedad e importa.tu:ia los negocios de toda dase". Ahora no la admhristración de justicia indiatu, desterrat1do viejos males, comtp-
pedía ya el traslado de la de Charcas (§ 193), siuo la creación de una
1
telas y rémoras, que atent:abat1 contra la bUCiu y pronta administración
nueva en Buenos Aires. de justicia (§ 115). 1
El rey accedió mediante real cédula del25 de julio de 1782, luego de ru1 1
largo trá.mite. Sólo el14 de abril de 1783 se dictó, sobre la base de esa 196. La audiencia porteÍla desarrolló ruta intensa y prestigiosa labor no
1
disposiciót~ la cédula ereccional. El tribunal se compo1úa del virrey sólo judicial, sino de gobiemo. En el ejercicio de su ministe~o, el tribu-
~o:no prestdente, tUl regente, cuatro oidores y un ftscal, siendo este nal tuvo frecuentes divergencias con los vint:yes, las autondades ecle- 1
tÜW.Uo, .además, protector de indios. Asimismo fomuban parte de la siásticas y el cabildo. Señala. ZoRRAQUIN BECú que fueron particular- 1
auchenc1a ~os agentes ftseales, dos relatores, dos escribanos de cámara y mente tiratltes sus relaciones con el marqués de LoRETO, pero siempre
otros funCionarios. La audiencia comenzó a actuar ellO de agosto de fue respetada su autoridad y atendido su consejo, adqtúriendo una pre- 1
1785; su jurisdicción comprendía las provincias del Río de la Plata eminencia jamás discutida. ProcttfÓ en todo momet1t0 oriet1tar "'la ten- 1
Tucwnán, Paraguay y Cuyo. ' dencia avasalladora de los gobernantes o el desordenado dinamismo
El :Xi~mal dictó sus propias ordenanzas, las que se elevaron a Espaíu popular"', obrando con prudencia y decoro. Sus miembros demo:'tr.l~Dn
1
en JtUUO de 1786, pero aru1que no fueron aprobadas, estuvieron en vi- un profi._mdo saber jurídico y tUla conducta digna del cargo qtte e¡eretan. 1
gor hasta tamo se dictasen las defmitivas. Según ZoRRAQt.'lN BEcú, "'eran 1
una reproducción casi literal de las reglas emitidas para el gobierno de 197. En materia judicial, segt'm ZoRRAQUIN BEcú, file imponiéudose la
la primera audiencia de Buenos Aires en 1661, con al_gunas adiciones división entre justicia admúUstrattVa y justicia ordinaria. De esta mane- 1
determinadas por la legislación más recieute"'. ra, en el Río de la Plata a principios del siglo XIX, esta t'útima se inte- 1
graba con los alcaldes ordinarios (§ 106), los tenientes !etr~~os. en.la:
195. El cargo de regente, que fi..te creado en las audiencias indianas por intendencias (§ 203), la audiencia y los oidores en el qerctclo mdlVl-
1
decreto delll de marzo de 1776 (§ 115), significó tuu itutovación dual de las fi._mciones a su cargo (§ 114). Estos fi._mcionarios conocían 1
fimdamental Ha sido considerada ya ru1.a medida tendiente a hacer de en todas las causas civiles y criminales que no esntvieran comprendidos 1
la administración de justicia tma :fi.uu:ión exclusiva de los letrados, des- en los fueros especiales. La justicia administrativa, a su vez, que com-
plazillldo todo elemento político, ya una Íl1cipiente división de poderes. prendía las causas de gobierno, las militares, las de hacienda Y d~ co- 1
Este nuevo funcionario estaba etu:argado del gobien10 interior de las rreos, quedó a cargo del virrey; de los intendet1tes (§ 203) Yde l.a ¡t~1:a 1.
audiencias, limitando las atribuciones de los presidentes y ejerciendo las superior de la real hacietlda (§ 202). Subsistíat1 por entonces la JUstlna
qtte ~orrespondún a los oidores decanos. Estaba facultado para presidir eclesiástica (§ 111), el protomedicato (§ 118), el consula~o f§117) Y
1
el tribunal cu caso de allSC1lcia del titular, asistía a todos los a-cuerdos otros fueros especiales. La aparición de los alcaldes provmCiales de la

con voz y voto, podía dividir el cuerpo en salas y esn<ICturarlas, desig- hermandad cercenó las atxibuciones que etlla campaúa tenían los alcal- ~
nando a los oidores que las compondrían, y debía "informarse con fre- des de la santa herrnatldad (§ 106), provocatldofrecuentes conflictos de
cuetu:ia del estado que tiet1e11los pleitos e.nlas audiencias ( ... ) a fm de
.:¡
jurisdicción.
-:1
176 177 -:1
MANUAL DE HJSTOIUA DE LII.S lNSTtTUCIONES ARGENTINAS fu Río DE LA PLATA DURANTE EL SIGLO XVIII

198. El régimen de las intendencias. Como resultado de las truevas 2. Asunción del Paraguay, que era, como las restantes, sólo intendencia
ideas imperantes, de la necesidad de mejorar la recaudación hacendísti- de provincia.
ca, de promover el desarrollo económico y de acentuar la centralización 3. Córdoba del Tucumán, que comprendía las jurisdicciones de Córdo-
política, al promediar el siglo XVIII se estableció en Indias, luego de ba, La Rioja, Mendoza, San Jua.tl y San Luis.
largos estudios, tUl sistema admitústrativo que modificó la estructura 4. Salta del Túcumán, que abarcaba Salta, Jujuy, Tucumán, Santiago del
tradicional. Estero, Sa.tl Miguel de Tucumán y Catamarca, agregáudosele en 1807
El sistema había sido experimentado en Francia y de allí los Borbo- Tarija.
nes lo ttansplantarou a Espaíta. A partir de 1763la Monarquía, ad- 5. Charcas o Chuquisaca.
virtiendo la necesidad de revitalizar la administración del territorio 6. Potosí.
ultramarino, alcanzó a dar estructura a este régimen, debido en gran 7. Cochaba.tnba.
parte a la actividad y el talento de Jos~ DE GALVEZ, destacado expo- 8. La Paz.
nente de la Ilustración gobernante y secretario de Indias a partir de
1776. Aunque hubo con anterioridad diversos ellSayos parciales y el 201. El intendente, nombrado directamente por el rey, estaba al frente
título de intendente fue utilizado para designar a algunos ftmciotta- de cada uno de los nuevos distritos, y en astmtos importantes y urgen-
rios con atribuciones específicas, en realidad, en ludias el sistema tes podía comunicarse directamente con la Cormu. por la deuomllu.da
empezó a aplicarse con la Real Ordenanza para el establecimiento e vía reservada. Dependía Ílunediatamente del superllttendente subdele-
instrucción de Intendentes de Ejército y Provincia en el Virreinato de gado de re.U haciettda, funcionario superior resideute en Buenos Aires,
Buenos Aires dictada el 28 de enero de 1782, que constaba de 276 y en la cúspide del sistema figuraba el superllltendente general de real
artículos, a los que debeu agregarse 17 "declaraciones" más, expedi- hacienda, ftuwión que desempeí:uba el secretario de Estado o del despa-
das el S de agosto de 1783. Paulatinamente el sistema fue extendido cho ruúversal de Indias.
a otras provincia.s. En 1786 se dictó tma nueva Ordenanza para Nueva Eluuevo sistema uo significó la total elinúnación del vigente, por lo
Espaúa, que contCJ.Úa sólo algtmas modificaciones cou respecto a la que aquél vú1o a insertarse en éste. La acomodación de la nueva lltstitu-
anterior. En 1790 las intendencias estaban implantadas en toda la ción dentro de la tradicional estructura política produjo choques, rece-
Monarquía. los, protestas y desplazamientos.
La Ordenanza decía que "ha de continuar el Virrey de Buenos Aires
199. La aplicación de este régimen tuvo lugar en Utl ambiente poco con todo el lleno de la superior autoridad y orml.Únodas facultades que
propicio, dada la excepcional sintación por la que atravesaban los le couceden tni Real Títttlo e Instrucción y las Leyes de Indias como a
dominios espaiíoles en los t'tltimos aiíos del siglo XVIII y en los Gobernador y Capitán Ge1teral", peto separando las funciones de ha-
primeros de la centuria sig¡.üente. Fue apreciado de distinta manera cienda, que se encomendaban a los nuevos funcionarios. Quedó bien en
por las autoridades indianas, y en tanto algunas lo consideraban con- claro que el virrey conservaba la representación personal del rey y tam-
veniente y oportuno, otras lo atacaron duramente, pidiendo su abro- bién Ulta cierta primacía sobre el propio superiutendente subdelegado.
gación. Estas posiciones encontradas motivaron al fm la introdttc- Siu embargo, las continuas rencillas entre estos fi.mcionarios evidencia-
cióu de algunas reformas en la formulación de uua nueva Ordenan- ron la necesidad de tuúr ambos cargos eu tuta misma persot:u, y así se
za, de carácter general para América, que se dictó en 1803. Aunque dispuso en 1788, coulo que se produjo tuta slltgular arnalgama cutre
se derogó al año siguiente, algunas de sus normas alcanzaron a apli- los dos regúueues.
carse en Indias.
202. También se estableció uua junta superWr de real hacienda, Ílttegra-
200. De acuerdo con el nuevo ordenamiento, el virreúu.to rioplatense da por el superiutendente subdelegado, el regente de la audiencia, tUl
se dividió en ocho intendencias. oidor, el fiscal de hacienda, el mitústro más auriguo del tribunal de
l. Bue;ws Aires, la que se denonúnaba intendencia general de ejército y cuentas y el contador de ejército y hacienda. Sus fi.u1eioues erau prÍllCÍ-
pr(J)Jincia, y comprendía -además de Buenos Aires-, Santa Fe, Entre palmente las de coordinar y tuúformar la admitústración ftscal, contro-
Ríos y Corrientes. lar los bieues de los cabildos y conocer en segmtda Íltsta.ttcia eu las

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M.t!.NUAL Dil HISTORIA DE ARGENTINAS EL ruo DE LA PLATA DURANTE l!L SJGLO
causas .fiscales falladas por los intendentes. Sus resoluciones o fallos gobernador, pero se dispuso en 1783 que los que se hallaban al
eran apelables ante el rey por iutcnnedio de la secretaúa de despacho de las provincias ejercieran la i.tltendettcia, dándoseles a ellos y a
mliversal de Indias. , sus sucesores el tirulo de gobernadt:Jres intendentes, denominación que
prevaleció largos años en nuestra organización poütica.
203. La Ordenanza otorgaba a los intendentes las siguientes atribucio- El sistema de los tenientes de gobentador y de corregidores (§ 78) file
nes, por medio de las cuatro funciones o causas, como aquélla las detlO· modificado, estableciéndose subdelegados con dos categorías. En los pue-
minaba: blos de indios cabeceras de partido, los subdelegados ejercían las cuatro
a) Causa M policía. A través de ella se procuraba el fomento económico causas seíta.ladas, por delegación de los i.tttetldentes. En cambio, en las
y el progreso material. Los intendentes debían impulsar la agricultura y ciudades y villas subalternas, de población española, los subdel~gados
la ganadería, proteger la i.ndu~tria, la minería y el comercio; collStruir y sólo ejercían las atrib11eiones correspondietttes a las caus.as ~e h~enda ~
conservar o1m.inos y puentes, y facilitar su tránsito con medidas de se- guerra, apareciendo etl general sus facultades bastante dism.tnmda~, ~~
guridad, transportes adecuados y buena asistencia de "los caminantes"; lo que no puede asimilárselas a las de los fimcion,arios q1~ en la. practtca
alentar el mejoramiento edilicio; perseguir a los vagos, etcétera. Se les reemplazaban. Todos los subdelegados reconoclMl mta uunedtata sub-
prescribía las visitas periódicas a los partidos de su jurisdicción, y de- ordinación a los gobentadores i.tttetldentes, que solían delegarles expre-
bían informar sobre las tierras y los medios para adelantar su produc- samettte algunas facultades. Así, los subdelegados de dos causas recibie-
ción. Aunque muchas de estas fimciones pueden hallarse también dis- ron de las autoridades superiores algtutaS atribuciones gnbentativas y
persas a través de la antigua legislación indiana, se resumía aquí el ún- militares ejercietldo a veces la romandanda de armas.
.petu de progreso material que animaba a los ilusn-ados peninsulares
como base necesaria pan la revitalización de la Mo11arq1úa. También se 205. Quedó al margen de la org.ulización de intendencias el gobiemo
k<> concedía a los intendentes el ejercicio del vicepatronato real en sus de ciertas regiones fronterizas. Así, se establecierongobernadores políti~
respectivas provincias (§ 295). ro-militares para los distritos de Montevideo, Misiones, Moxas y Chi-
b) Causa de hacienda. En fonna minuciosa, la Ordenanza se ocupaba de quitos, con ~rribucio~es en materia de gobi~110, justi~ia y gtl~rra, ~r?
esta materia- arts. 71 a 219 -. El art. 72 colocaba bajo "privativa ins- que dependían de los mtendetttes ettlo relanvo a la hacletlda, su1 perJUI-
pección y conocinUento" de los intendentes la administración de las cio de su subordi.t1ación a la autoridad general del virrey.
rentas reales, encomendándoles, asimismo, la jurisdicción contenciosa
en la materia, ejercida hasta entonces por los oficiales reales(§§ ll0- 206. El consulado de Buenos Aires. En el Reglamento de libre comer-
151). Se mantenía a estos fimcionarios, pero subordinados a los i.nten- cio de 1778 se había previ~to la creación de consulados en los nuevos
dentes. puerros abiertos en Espafla. Sobre la base de esta disposición, que se
e) Causa de justicia. En la capital de cada intendencia, la administración consideraba aplicable a América por analogía, los comerciantes porte-
de justicia civil y criminal era ejercida - aparte de los alcaldes - por un ños i.tllciaronlas gestiones para lograr la creación de ese cuerpo etl Bue-
teniente letrado, nombrado por el rey, quien además era el asesor "etl nos Aires. La importancia cada ve:z mayor de la ciudad-puerto, que ya
todos los negocios de la intendencia". Las apelaciones de aquellos fallos contaba con audiettcia (§ 194), era cabeza de 1m enorme virrelltato, Y
se sustanciaban ante la audietKia. Correspondía a los intendet1tes vigilar en ella se desenvolvía 1ll1 intenso comercio, movió a que aquellos se
la forma de administrar justicia etl su jurisdicción y el ctunplimiento de dirigieran al virrey, pidiéndole que intercediera ante el rey para obtener
las leyes correspondientes. la erección del trib1UW consular. Así lo. hicieron, previa junta general de
d) Causa de guerra. Se les encomendaba a los intendetltes "que cuiden comerciantes. en setiembre de 1785. Se Ullció con esta petición mtlar- 1
de todo lo correspondiente a guerra que tenga conexión con mi Real go y trabajos~ expediente, en el que llltervitUet-on.los pri.ttcip~es Ór?;a- 1
Hacietlda". De esta mat1era se buscaba la müficación fma.nciera, pero nos y autoridades rioplatenses antes de elevar el nusmo a cons1deranon
sin otorgar a los i.ntetldentes mando militar alguno. Debían atender 1a de las autoridades superiores.
1
subsistencia de la tropa y los demás gastos militares(§ 339). Flltalmente, el30 de enero de 1794~ es decir, nueve años después de la
petición i.tllcial, el rey dictó la cédnla ereccional del consulado de Bu:-
204. Con variantes fiu1cionale<>, la nueva figura del intet1det1te de~plazó nos Aries. La cédula conte!Úa las disposiciones generales a que debta

ISO 181
.M'hNliAL OB HISTORIA Oli LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS EL Rio PE LA PLATA PliMNTE EL SIGLO XVIII

aj-ustar su acción el nuevo cuerpo hasta tanto no dictara sus propios los efectos del libre comercio, los navios alcanzaron a duplicar esa cifra
estatutos, alcanzando su jurisdicci6n a todo el virreinato del Río de la en la últi.ut.a década del siglo. "El auge del comercio -dice CÉSPEDES-
Plata. El cuerpo estaba compuesto por tm prior, dos cónsules, nueve superó todas las demás fuentes de riquezas virreinales", y Buenos Aires
wuciliarios y un súhlico, todos con sus respectivos tenientes, l.lll secre- distribuyó las provisiones que necesitaron no sólo mercados rioplaten·
tario, tul contador y tlU tesorero. Además se preveía el establecimiento ses y altopemanos, sh10 también algtmos del Bajo Perú, en atención a la
de diputaciones consulares en todo el territorio del virreinato, para facili- baratura de sus precios.
tar la atención de los pleitos mercautiles. Los diputados, qtte duraban La población aumentó Cll forma notable, tanto la espaúola y la criolla,
dos aiios en el cargo, debían actuar junto con dos comerciantes, elegi- como la de color, frente a la necesidad de mayor número de brazos y a
dos por ellos mismos, y con la asistencia del escribano del cabildo del una siUtación general auspiciosa. A partir de CEVALLOS srn:gieron los
lugar. Los fondos del tribuual provendrían del deredto de avería (§ partidos como nuevos núcleos de población nrra.l, alcaJ.tzalKio el número
143), y de multas y penas pecm:tiarias. de 19 en I810. En general, el incremettto demográfico durante este
El2 de jtu1io de 1794 el consulado inició sus labores, debiendo re- siglo fue cottstante. Buenos Aires tetúa, según el cetlSQ de 1778, 24.083
cordarse la brillante gestión que cmnplió su primer secretado, MA- habitantes en la ciudad y 12.926 en la campa.úa, en taato ett1810 sólo
NtJEL BELGR."-'.'10, a favor del progreso de la agricultura y las ciencias la ciudad alcanzaba a albergar 41.642 pobladores.
y arte útiles, así como también para obtener la libertad del comercio Se extethlierou las áreas de ctdtivo y explotación gauadera, emprutdien·
(§§ 224-227). do exitosas campaiias contra los indios o htstalando, a partir de 1780,
El consulado ñutcionaba como tribtu1al judicial en astultos mercantiles establecimientos eu la costa patagónica. La producción de cueros au·
(§ 117) y como juuta de fomento económico(§ 145). Encuauto a este metttó etl forma importante, debido a una demanda cada vez mayor.
último carácter debía procurar el progreso de la agriculnrra y la indus· Tanto creció, que CEVALLOS etnprendió una severa vigilancia para limi-
tria, la introducción de herramientas y el amnento del comercio. T.un- tar las vaquerías (§ 130), y ett1780 la Corona recordaba a VñRTIZ que
biéu se ocupaba de la C011StruCCiÓn de obras fYÚblicaS y de COllSerYar las debía preocuparse de que no se agotase la riqueza ganadera mediaute
existeutes que esntviesen vinculadas con su ramo. La importancia que esas matanzas, controlando la salida de cueros. Basta recordar que la
en Bueuos Aires tetúan los hacendados decidió a la Corona a dispone.¡; exportacióu anual de cueros, que en 1778 se estimaba en150.000, se
el31 de marzo de 1797, que el consulado se compusiese de igual níune· elevó a partir de ese aúo a 800.000, y después de 1783 alcanzó a
ro de comerciantes y hacendados, a fm de que "'el comercio y la agrictd~ 1.400.000.
urra cot1Sigau el mismo fomettto". A pesar de la política tettdiente a limitar las matanzas indiscrhnhtada.s
de ganado, duraute la última década del siglo, la produccióit gattadera
207. Situación económica. La prosperidad comercial del Río de la rioplatense sufrió tma importante mengtta por esa razón, siu que las
Plata fue etiDrnte dUi·ante esta cennrria. El auto de libre internación, repetidas medidas oficiales hubiesen podido evitarlo. "El espacio ocu·
dictado por CEVALLOS en 1777 (§ 184), la elimi.ttación del comercio pado etl aquellos tiempos por los ganados cimarrones -dice RICARDO
con Litna media.nte la prohibición de enviar metales sin an10nedar ha- LEVENE- pasaba de 42.000 leguas cuadradas, ettlas cuales podíau exis·
cia el Bajo Pen't, dictada también por CEVAllOS el año anterior(§ 184), tir ctmrenta y ocho millones de cabe-¿as de ganado. Sin embargo., en
y distintas tnedidas de fomento gestionadas ante la Corona o decretadas dicha extensión no había más de seis millones y medio de reses a fwes
por los gobernantes americanos determinaron uua coyuntura franca· del siglo XVIII."
1-uente favorable para el nuevo virreinato. Por otra parte, elRtglamento
de libre comercio de 1778 (§ 185) había c.otilirmado una política más 208. Dtrraute esta época se hllció eu el Río de la Plata, al amparo de la
\ibera\., eviden.temente ben_eftciosa v-ara esta mna. abttudaJ.tte producción pectmria, la hldustria del saladero, que adquirió
t.\ c.omerc.\_o üe toUa. fu.nérka se et\ti._(\\.te.C.ió con e\ 1\\.le.\'o imte.l.'OA \§ al poco tiempo primordial importancia. Desde 1771 se realizaron ges-
\'&6). \Jna estaü\sti.ca M.Ua 'Qüt L1.;;VEt<.í'. señ:a\a (\\.le e\ t'\:\0\.:U.'illet"\ID co~ tiones ett América y en España para explotar esta industria ett el Río de
tnerúa\. e\"Ure Uhl.Ns 'j tl~1.a se sext\lp\l.c.6 ewue \77'& 'f \?,00. N J.:J:\ls· Plata. · sólo en 1784 don FRA<...-crsco MEniNA instaló el
mo autor indica (\'-\C desde 1772 hasta 1776 apen.as babi~• e11.tra.do _ · · . Se trataba de tuta empre-
el Río de la l>la.ta 35 embarcaciones pero \uego (\\.\C se hicieron ocupaba muneroso personal, dispouía de tuta estancia con aire-

'"
MANUAL Dn H!Sl'Ott.!A Dn LAS lNSTlTUC!ONES ARGENTINAS EL Rio DE LA PLATA DtrltANTB EL SIGLO XVIII

dedor de 25.0~ cabezas de g~ado vacuno y 2.000 caballos mansos, y las mttlas se vio seriamente perjudicado. La supresión de los re.parri-
lOO bueyes destlllados al trabaJO del establecimiento. Contaba asimis~ mientos de itu:iígeuas en 1780 fue otro motivo que precipitó la crisis de
'?o con. sus propios barcos parad transporte de carnes y para el aprovi- la cría de ganado nntlat) ya que eran los corregidores importantes com-
~lonanuento de sal. Se elaboraba_-.1 carnes saladas, charque salado o tasa- pradores de mulas, que luego vendían, a los indios bajo su cuidado, a
JO, cueros, grasas, sebo, lenguas y quijadas. Las carnes era.u cortadas eu
plazos.
grandes trozos y sumergidas deutro de barriles con salmuera El char-
que se obtetúa cortaud<;> la carne en tiras largas y flacas que, ~clocadas 212. La agricultura no mvo gran auge dmante la dominacióu española
sob~ cu~s, .eran cubtertas con sal y expuestas al so1. Una vez que e.u el Río de la Plata. La falta de cercos que contuvieran el ganado
h~,b1esen elumuado la nuyor cautidad de líquido, se las colgaba tam- cimarrón, las plagas de animales silvestres de todo tipo, los enojosos
b~e~ al sol durau~ varios días para que se secaran. Este primer estable- pleitos sobre deslindes de propiedades rurales, los pésimos canlÍllos que
cmuen_to suspendtó su producción a la muerte de MEDINA, en agosto de múan las zonas de producción con las de consumo y la falta de brazos
1788, y hasta ese momento había producido 6.000 quintales de carne fi1eron causas permanentes que dificultaron el progreso de esta rama de
salada y 2.000 de charque. la producción rioplatense. Significaron, en cambio, tul aliciente el per-
miso otorgado por la Coron.a en 1788 para exportar n·igo a la penínsu-
209. La industria del ~aladero .tropezó con serias dificultades para su la, que pronto quedó sit1 efecto al quebrar su concesionario, y el régi-
progres? Onrante los pnmeros ttempos. La falta de personal capacitado, men de libertad para el comercio negrero de 1791 (§ 264), qne pernú-
de barriles yde embarcaciones para los transportes, así como también tía i.utroducir, además de mano de obra esclava, elemeutos de labranzas
el alto prec1o de la sal fueron escollos importautes. y herramientas. Los labradores cifraban sus desgracias en la prolúbición
L~ prodttcc~ón se ;nviaba a lrn: mercados esclavistas de La Habana y de exportar sus productos, y fueron varias las solicimdes en procura de
R1o de Jane1ro, as1 como tambtén a Espafla, con destino a la Real Ar- la apertura del puerto (1793-1798), que contaron con el apoyo de BEL-
nud~. SegímAZJ\M, el promedio anual de exposiciones durante el quin- GRANO desde el consulado y el Correo de Comercio y de VIEYTES desde el
~mo 1~92-,1796 fiJe de unos 40.000 quint.lles de came. La exporta- Semanario de Agricultura.
ctou contmuo amnentando notablemente, regisn·ándose eu el seguudo CnvALLos, siguiendo una indicación de la Coron.a, fomentó el culti-
semestre de 1803 una salida de 126.642 quintales, además de 303 ba- vo del cáñamo y ellim, que estaban exceptuados de todo defecho de
rriles y 3.655 líos, conforme los datos suministrados por .ALFREDO J. exportación a fin de poder ser utilizados en la península para elabo-
MoNtOYA. Este mismo autor estima qne se faenabau en los saladeros nrr lienzos, lonas y jarcias. También fueron BELGRANO y VIEYTES,
alrededor de 100.000 cabezas de ganado por aíio. con sus escritos económicos (§ 224-225), quienes instaron a su cul-
Los establecimientos estaban ubicados sobre la banda oriental del Río tivo e industrialización.
de la Plata, a causa de que eu la margeu occidental las haciendas eran
sumamente caras. Esta carestía estaba provocada por divers..as causas, 213. En general, las ideas f!!;iocráticas del siglo XVIII(§ 173) alenta-
entre las cuales ocupaba tUl lugar importante la excesiva m.ttanza eu ron la preocupación de las autoridades por los problemas agrícolas.
procura de cueros .. Sólo en octubre de 1810 se instaló el primer salade- En diciCJ.nbre de cada año se dictaba tm batu:io para movilizar a los
ro eu suelo argentmo, en la ensenada de Barragán(§ 564). peones que debían participar de las tareas de recolección de fmtos. Anota
MARILUZ URQUIJO que en 1799 el virrey AVJL:ts le it1trodujo modifica-
210. 'Thmbié.t1 a comienzos del siglo XIX se itúció la curtiembre, que ciorres, rendientes a contemplar en fonna i.utegral el problema qtre su-
pronto alcanzó notable importancia. Sólo TtK1l11l.lÍ.u producía de 13.000 polúa la cosecha. Se preveía la permanencia de los peones en sus traba-
a 14.000 suelas por año. jos, que no podían abat1dona.r i.utempestivanrente, así como también la
obligación del patrón de itldemn.izarlos en caso de despido. Se prohi-
211. La cría: ~e mulas constin1ía otra ñrente de 1iqueza en el Río de la bíatllos juegos, las pulperías, el uso de daga o cuchillo, etc. Se vedaba la
Pla?. Se u~ban ~1·1 ~a la zona del virreinato y en el transporte práctica de prender fuego a los rastrojos, y el reglamento cont:t'JÚa otr.ts
h.tc~ el P~ru. ~a habilitacton del puerto de Buenos Aires, sit1 embargo, disposiciones tendientes al mejor logro de la cosecha. Al borde del siglo
desVIÓ ellllteres de los ganaderos hacia la nía de vacuuos, y el ramo de XIX se introdujeron nuevos tipos de arados, y algunas máqullw agrko- )

184
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MAN~'AL DE HisTORIA DE LAS !NSTITUCIONES ARGENTINAS EL Río Dl.l LA PU.TA DURANTE EL SIGLO XVIII

las. Se registró el invento de una máquina p-ara pelar trigo y se impulsó b~"?ba, ~iones y espec~ente en el Paragttay; y fábricas de cigarros
la introducción de algunos cultivos especiales. f ~.-tgarrill~ en Buenos Aires, La Paz y Cocha.ba.mba, Una idea de la
unportancta de la producción de tabaco la da el hecho de que entre
214. No se posee una descripción completa de los cultivos que se reali- 1795 y 179~, se e!a~~raron cigarrillos por valor de 337.209 ~os en
z..a.ban en el territorio del virreinato durante el siglo XVIII, pero existen todas ellas, sm pe!_ltucto de lo fabricado en los numerosos talleres clan-
estudios pard.Ues bastante ilustrativos. destinos que existían por entonces.
Seítala EDBERTO O. ACEVEDO que en la región de Salta se cosechaban
anualmente, segün cálculos realizados en 1796, ahededor de 2.000 fa· 21 ':· La repar~ci~n y la ~enta de tierras en el Río de la Plata siguieron
negas de trigo y 1.500 de maíz. Tambiéu se lograban caúa dulce, arroz, el s~tema ordw.arto; sostiene LEVENE que los expedieutes sobre ventas
cáúamo, lino, algodón, aíill, vid, papas, fmta y legwnbres. Ett Jujuy se de tierras realengas eran sencillos y rápidos, awtque bastante costosos.
realizaban ctdtivos semejantes a los salteflos, registrándose eu1789 cuatro En ~neral, .el territorio estaba dividido en wandes estancias, cuyas
haciendas dedicadas a la elaboración de azúcu; que anualtnente produ- mechdas oscilaban entre 4 y 6 legttaS Cllildradas, llegando lltduso en
cía 5.000 arrobas "de una calidad muy .regtdar". En Tucumán se levan- algunos casos a .Ucanzar hasta 20 leguas cuadradas.
taban importantes cosedus de arroz, habiéndose producido en 1796
con tanto exceso que, según decían sus habitantes, podía abastecerse "a 218. La manufoctura rioplatense había alcanzado bastante desarrollo du-
todo el reino". En 1805 se remitieron10.000 arrobas de arroz tucmna- r~nte el siglo xv;r y la primera mitad del XVIII, al amparo de las
no a las provindas vecinas. Thnbién se producían citrus y sandías. d~c,u.ltades_del tráfico con la metrópoli y de la paralización de la elabo-
En Santiago del Estero, la agricultura -segün ACEVEDO- se etlCO:tlO-aba en raCion espanola. Sobre todo en el ituerior del Río de la Plata la indus-
bastante decadencia por las prolongadas seqtúas, al punto de que, en oca- tria, a~ada por tu~ matto de obra UKI.ígena cada vez más c~mpeten­
siones, sus habitantes se alitnentaban "con cogollos de pahua y otras yer- t~, había alcat'IZ<l.do mvelo; notab.les, llegando incluso a surtir el comer-
bas". En Catanurca, eu cambio, tUl clima más benigno favorecía los ctdti- cto exterior. Los tejidos del Alto Perú eran muy buenos y los telares de
vos de trigo, maíz, J:XlrotDs, ají y fi:utas, además de tUl excelente algodón, Cochabamba conswnían alrededor de 30.000 a 40.00Ü arrobas de al.
que smtía la manufactura textil de esa provincia y su zotu cin..l.utvecina. ~odón po~ año y ocupaban a 80.000 operarios, lo que da idea de su
Por otra parte, en toda la intendencia de Salta de Tucumáu se obtenían mtportancta.
excelentes maderas (quebracho, algarrobo, lapacho, etc.), con las que se En Corrientes se lw.bía iniciado la elaboración de tejicbs de algodón y
construían carretas y otros vehíC1.dos. de l~11a, ponchos y frazadas, lo mismo que w1a. importante manufactura
En Mendoza, según indica 1)EDRO SANTOS MARTÍNEZ, se lograban de cu1ehas y vCI·gas, que abastecía todo el virreinato. f"'J.t Catamarca se
abundantes cosechas de trigo y maíz, proveyendo de granos no sólo producíatt tejidos excelentes, y las mujeres de la provincia se caracteri-
a Bt1enos Aires, "sino también alas poblaciones del Pacífico". Asi- zaban.¡;or bordar c~n rar: habilidad paiios fmos, manteles y servilletas.
mismo existían montes de fnttales y de olivos, y extensos alfalfares, Tambten en Tucumatt, Córdoba, Paraguay y .Misiones se elaborru·ru1 te-
que contemplaban -junto con los intportantes viúedos-la fisononlÍa las, aunque 110 revestía mayor importancia la producción obtenida. Las
agrícola mendocina. carretas Y lOs carros utilizados en la zona eratl construidos en Mendoza
Y:ucumán,. destacándose por su excelente madera y calidad. En BuenOs
215. La industria vitivinícola tetúa su asiento en Mendoza y en San Aires, Corneutes. y Paraguay se fabricabatt todo tipo de embarcaciones;
Juan, y en geueral en toda la región cuyan.a se lograban vinos y aguar- fraga~ bergantmes, zurnacas, etc. Los establecimientos patagónicos
dientes de excelente calidad, que se difundían por todo el virrei.mto. se dedicaban a la pesca de ballenas, bacalao y sardittas, habiéndose con-
Seítala ÑIARILUZ URQUIJO que las principales dificultades que debieron cedido permiso para la elaboración de aceites de pescado.
afrontar los productores t.-uyanos fueron los elevados fletes y la compe·
tencia del vino espaúol., que arribó tras el libre comercio y arruinó Un- 219. Las grandes ;ruttidades de producto:; mauttfacnrrados extranjeros
portantes vitíedos de la zona. que llegaron al Rto de la Plata por el puerto de Buenos Aires como
consecuencia del régi~en ~e li~re .comerci? (§§ 183-185), se de'sparra-
216. Existían plantaciones de tabaco en Salta, Tarija, Ymtgas, Apolo- maron por todo el terntono v:t.rrenJal arnunando las ittdustrias locales
'
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:MANLf,u. Dl! HISTORIA Dl! LAS lNSTITIYOIONl!S ARGENTINAS EL Rio DE LA PLATA DURANTE EL SIGLO XVIII

ya que les resultaba imposible competir con artículos de excelente cali- Autonio de los Cobres, Rinconada, Santa Catalina y Santa María, de
dad y bajos precios. donde se extraía plata de muy buena calidad, además de oro y cobre.
La disparidad de intereses cutre las provincias dd interior y Buenos
Aires se puso de manifiesto en breve tiempo. El interior, rico en pro- 221. El trabajo en las minas seguía siendo penoso, o tal vez más duro
ductos nanuales y con industrias prósperas, at111que modestas, dice qtte eulos comienzos, pues como sostiene MARn.uz URQUIJO, si bien la
CÉSPEDEs, vio afluir hacia Buenos Aires todos sus recursos; en tauro, la legislación minera había logrado suprinlir muchos de los abusos come-
capital, centro distribuidor de mauufacturas extranjeras, ejerció un pre- tidos contra los mitayos en épocas pasadas, a medida que se agotaba la
dominio económico absorbeute. Tan sólo las fábricas de carretas y los riqueza superficial, los obreros debían descender a mayores profundi-
astilleros mantuvieron, y atm acrecentaron su importancia, debido al dades con todos los inconvcrlientes que ello significaba. Los indios
, . l
mayor movimiento mercantil. realizaban la tarea más pesada; eran los "apires", es deor, os que lleva-
Ni siquiera las industrias que podrían considerarse "autóctonas" se li- ban hacia la superficie el metal. Par-a ello debían acarrear duraute la
brarou de laminosa competencia extranjera. Es conocido d caso de los noche el metal obtenido por los "barreteros", arrastrando sobre sus es-
ponchos y botas ingleses, que desbarataron la manufactura nacional. paldas costales de cuero de más de cincuenta kilos, por galerías estre-
Tan sólo en períodos de guerras, en que se ameuguaba el tr.ffico exte- chas, bordeando precipicios, para salir del infemal calor de lo:' subterrá-
rior, alcanzabau algún desahogo las industrias locales, "pero esa vida neos al intenso frío del cerro, tantas veces como fi.tera uecesano, a fm de
intermiteute -seÍlala SERGIO VILLALOBOS- no podía constituir una mo- cubrir los 25 costales a que estaban obligados. "Los cambios bruscos de
dalidad económica, y, a la 1Mga, la decadencia industrial se apoderó de temperatura el excesivo trabajo en los ingetlios- dice el mismo autor-
todas las regioues". quebrautab<~lla s-ahui de los trabajaOOres y los hacían contraer enfer-
medades que duraban el resto de sus días." ~
220. La minería rioplatense mmca alcanzó la jerarquía que tuvo en otros Tampoco se había adelantado mayormente en cuanto a n:etodo de r;a-
virreinatos (§ 134). Tan sólo las minas del Alto Pení (Potosí, Porco, bajo y arquitectura subterránea. En general, ~a~ labores mmeras segtuan
Oruro, Chayante, La Paz, etc.) pueden ser consideradas importantes, estando dirigidas por tma pennanente codteta para obtener la mayor
aw1que duraute la segunda mitad del siglo su producción decayó nota- cantidad de metales cou el menor gasto posible y en el más breve tiem-
blemente. A fines del siglo XVIII, eu Potosí, perdida ya su anterior po, circunstancias que impedían todo u·abajo razonable o inteligente.
graudeza (§ 134), trabajaban 76 ingenios, que ocupaban alrededor de A la escasez de capitales, obreros y avíos, que era común eu muchas de
4.000 obreros libres, más de 2.500 mitayos y un reducido número de las zonas mineras del Río de la Plata, había que agregar una confusa
presidiarios. La producción de plata desde 1789 hasta 1803 alcanzó 46 legislación, completando de esta forma un panorama bastante desaleu-
millones de pesos. En la intendencia de Córdoba, dentro de la jurisdic- tador en materia minera.
c~ón de San Ltús, s: explotaban las minas de oro de La Carolina, que si
bien no eran muy ncas, la baratura de la mano de obra de la región y la 222. Las nuevas ideas económicas. Las ideas fisiocráticas llnperantes
abundancia de leÍla para la fimdición del metal hacíau que se obtuvieran en Europa llegaron también hasta América y en el Río de la Plata pren-
rendimientos de alguna importancia. Se ocupaban en las mismas a más dierou fácilmente, al amparo de la decidida protección que !es
prestaba
d~ 7? mineros a fines del siglo XVIII. En cambio, en Uspallata (juris- el despotismo ilustrado español(§§ ~~6; 17~-174). La n~c;esidad .del f~­
diCCIÓn de Mend?za), las minas de plata, oro, cobre y plomo se explo- mento de la agricultura y las Mtes utiles, as1 como ta~lbien la engenna
taban cou gran dificultad, pues escaseaban los avíos y la mano de obra. de la libre circulación de los bienes fi.teron temas comentes en las tertu-
En San Juan la situadóu era distinta. Se trabajaban con bastante éxito lias de los espíritus selectos del virreinato. .
las minas de Jáchal, Gualiláu, Guachi y Rayado, lo mismo que las de BELGRANO desde el Correo de Comercio (§ 327) y con sus memoruu
, , S
Guandaco~ ~n ~urisdicdón de La Rioja. También comenzaron a explo- presentadas al consulado de Buenos Aires, y VIEYTES, a t:raves del- ema-
tarse los yac11Illentos de plat:a del cerro de Famatiua, que prometían IUJrio de Agricultura, Industria y Comercio (§ 327), ,fiteroi~ ~riucipales
grandes result:ados, pero fi.te sólo durante el siglo signieute que se em- difi.tsores de las nttevas ideas económicas, que habiMl recibido de las
prendió nua efectiva explotación de estos minerales riojanos (§§ 576- lecturas deL 'Encyclopédie, dirigida por D 'ALEMBE~T Y D~:mROT, donde
577). En Salta se realizaban labores mineras culos yacimientos de San publicó stlS prinlel'OS artículos el padre de la fistocraCia, FRANCISCO

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~Nl'AL DE I:I!STORJA DE LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS EL Río DE LA PLATA Dl'RANT!J EL SIGLO XVIII
QUESNAY. También los autores espaúoles trasmitieron las máximas de f<:>~tdo par? ben~cio d~ los la~radores. Urgía también por la protec-
esta nuev;t concepción económica a los americanos rioplatenses, que ct~n a la utdt~tna nattva, la lllStalación de escuelas de dibujo, ar-
conocían asll11ismo los escritos de los italianos ÜENOVESI y ÜAUANI, y qmtecnrra, pnmeras letras gratuitas para níiíos y niíías lltstrucció11
del iuglés ADAM: SMrrH. técnica, comer-cio, uáutica. '
A esta prédica, desarrollada desde la tribuna cottsular, tuúa BELGRANo
223. En 1801, FRANcisco A. CABELLO Y MEsA fundó en Buenos sus artículos del Correo de ComercW, d011de continuó su obra de difit-
Aires la Sociedad Patriótica Literaria y Ecouótnica, cuyo objeto era sióu, d~ las nue:as ideas económicas. Nittgtl.n tópico escapaba a la plu-
"la ilustración de este País, en todas las Cieucias y ramos de Litera- ma agil y ennlSJ.asta ,de su autor; la agriculnrra, el comercio, I.a propie-
tura, extendieudo su atención, con particularidad, sobre adelantar el dad del suelo, la cna de gan.ado, los seguros, el crédito, los bancos.
couocimiento de las cosas uaturales y de las Artes útiles por expe- Cuanto tema económico fuera necesario exponer el Correo de Comercio
riencia antiviiedades de esta América Meridional, como también lo analizaba con detalle, trataudo de ilustrar al público sobre las nuevas
' ~- "
sobre las producciones de su delicioso suelo ( ... ) Reflex:totmá sobre soluciones que briudaba Europa.
la Agricultura y su ecouonúa; cría de ganados; plautío de árboles; pes-
quería, adelantamieuto de Mannfacnrras y Fábricas; sobre el n-áfico y 225. El an~ecedente d~ este periódico fue el Semanario de 41Jricultu-
comercio interior y exterior de estas Provincias", usando como órgano r~) In~usr;na y Comerczo de Hll'óuro VIEYTES, quien realizó una pré-
de la Sociedad el periódico Telégrafo Mercantil (§ 327), primero en su dtca snnilar a la de Belgrano a favor de las nuevas ideas. También
género aparecido en el Plata. Sus artículos fiterou muy desparejos, pero VIEYTES estaba profuudamente conveucido de la necesidad de difun-
en geueral evidenciaron elll1terés de la entidad por hacer conocer las dir ~n. el Río de la Plata la fisiocracia europea, y como BELGRANO,
uuevas ideas en el Río de la Plata. parttctpaba de las lecnu-as de los máximos ctdtores de esa nueva con-
cepción económica. JoVELLANOS, FORONDA, WARD, GALIA."<l MIRA-
224. Fue .MAN1.JEL BELGRANO quien más hizo por diftmdir la moderua BEAU, ADA.\1 SMITH eran citas corrieutes de sus escritos. Su S~mana­
ideología. Su gestión como secretario del consulado es bien couocida. ~io, dice FELIX WENBERG, "constituye la divtdgaciónsistemática más
Desde allí di:fimdió la concepción fisiocrática que estaba en boga en mteusa que de la economía política se haya realizado hasta esa fecha
Europa, bregaudo por la jerarq1.1ización de las labores mauuales y la en el Río de la Plata".
agriculnrra. Fue ésa la razón que lo movió a aceptar el cargo que desem- En el prospecto co11 que se inició la publicación, seít.alaba VIEYTES las
peúó eula corporación porteÍla mercantil, " ... ya que por las obligacio- máxllnas absolutas de su formación fisiocrática: "'( ... ) desde que dejó la
ues de mi empleo -decía- podía hablar y escribir sobre tan útiles mate- espada de ocupar el bntzo que hoy se ejercita Cll el arado, ya no Vemos
rias, me propuse, al menos, ed1ar las semillas que alg{m día fuesen capa- con horror aquellos campos que en lugar de espigas parecía brotaran
ces de dar fmtos, ya porque algtu10s estimulados del mismo espúitu se hombres destru-ctores destina~os sólo a aniquilar su propia especie: a la
dedicasen a su cultivo, ya porque el orden mismo de las cosas las hiciese san!p-·e del guenTID ha ~~edtdo el sudor del labrador, y al espantoso
germinar". somdo de la trompeta militar, la flauta pasroril. "( ... ) "la agrictdtura es la
Desde su primera memoria, leída en 1796, BELGRANO lanzó un plau primera, la más 11oble y la más indispensable ocupación del hombre
general para "fomentar la agricultura, animar la industria y proteger que es la base de las sociedades, la que alilllenta al Estado y la que hac~
el comercio", porque eran "los tres llnportantes objetos que deben a los hombres sencillos, fieles y honrados."
ocupar la atención y cuidado" del consulado. Era la agricultura, a ~lo largo de la publicac.ión del periódico, su autor se ocupó de los más
quien Bcigrano conceptuaba como "la madre fecunda que propor- dtversos temas, a fin de ilustrar a los hombres americanos difimdieudo
ciona todas las materias primas que dan movlluiento a las artes y al l.as uuevas teorías ec?nó1nicas. Además de los tópicos obligados sobre
comercio", la que ocupaba primordialme~1te al secretario. ~ropug­ el progreso de la agnadntra, la industria y la liberación del comercio
naba que, a fin de obtener su adelantarrUento, se establectera tma aparecían en las páginas del Semanario estudios sobre educación nave~
escuela agrícola, se liberase el comercio de granos, se fomentaran la gación, ganadería, caminos, economía doméstica sociedades de fo:rtentu
diversificáción de cultivos, la aplicación de nt1evos abonos, la selec- '
J~rnales, salud y beneficencia plililica, qtúnúca, presidios, vacuuas, et-
" '
ción de semillas, la forestación de algunas zonas, la instalación de tUl cetera.

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MANUAL DE HisTORIA DE LAS lNSTITFCIONllS ARGENTINAS EL Rio DE LA PLATA DtJRA1,1Til EL SIGLO XVIII

226. Otro difusor de las nuevas ideas económicas fue el poeta MA."<UEL fundada en setiembre de 1810 por la Primera Jtmta, de la que fue "pro*
JosÉ DE LAVARDÉ..l'-l", a través de sus escritos y discursos, remlldos en el tector" don MANUEL BELGRANO.
Nuevo aspecto del comercio del Rio de la Plata. Hombre de empresa, LA·
VARDEN conocía muy de cerca los problemas económicos que presenta- 228. Al compás de la prédica de los hombres ilustrados del Río de la
ba el Buenos ~ de fines del siglo XVIII. Fue ganadero y saladerista, Plata, se difimdió pronto una concepción distinta en materia ecouónú-
y estuvo asocudo con uno de los más poderosos comerciantes dcl país, ca, que, mUda a las nuevas ideas políticas impera11tes por entonces, fi.te

¡
To:MAS A'ITOmo Ro:MERo. LAVARDÉ.."i se hizo cargo de la estancia de preparando la transformación proftmda que se produjo en el virreinato
FRANCISCO MEDINA cuando, a su rrmerte, la arrendó RoMERO. Era el aúos después.
establecimiento donde MEDINA emprendiera la salazón de can1es en el
Río de la P!ata ~11784 (§ 208). El poeta empresario introdujo impor- 229. La apertura del puerto de Buenos Aires. El sistema comercial
tantes modificaciOnes en el trabajo de canlCS y mejoramiento del gana-
do, habiendo iniciado la introducción de merinos al Río de la Plata en
de Espaúa e Indias había adquirido una liberalidad desconocida hasta
entonces, aumentando considerablemente el voltunen del intercambio
!
;
1794. Al destruirse el establecimiento a raíz de un incendio LAVARDÉN (§§ 207; 208-219). Sin embargo, los sucesos octuridos en Bayona en
continuó las actividades de saladero en otro, que fnndó en' la Colmúa 1808 (§ 353) precipitaron los acontecimientos, produciendo la aperm-
del Sacramento en 1798. ra general del puerto para las naciones amigas y neutrales.
El Nuevo aspecto del com~ del Rio de la Plata parece haber surgido corno Conviene recordar que Inglaterra, en lucha con el imperio napoleótúco,
resultado de apm1tes e~cntos por el antor para ser leídos en la Sociedad había visto cerrar sus mercados del continente, agolpándose culos puer-
~.trf<ltica Lttemriay Ecowimica (§ 223) a la que pertenecía, o bien para que tos británicos gran cantidad de manufacturas, elaboradas al ritmo de
SU'Vlesen de IY;se a sus. exposiciones. Lo cierto es que, compuesto en 1801, mu revolución industrial cada vez más productiva. Por ello, las autori·
nunca alcanzo. a publicar~ hasta ~ue ]UAN MARIA GUTIÉRREZ repro'it~o dades inglesas procurab-an obtener nuevos mercados en sus propias co-
parte del trabaJo enla.RevistadelRiode !a Plata, en 1872. La obra trata los lonias y en las demás naciones, amigas o no, así como también en los
tem~ ~1erales en boga, acentuando la necesidad del libre comercio y la domilllos de éstas.
habilitanón de puertos en la costa marítima y el litoral fluvial, y la posibili-
?ad de ~ontar ~n una bien provista flotl. que pudiera llevar los productos 230. Las invasiones inglesas de 1806 y 1807 fi.teron parte de esos pla-
mdustriales, agnColas y g.maderos de la zona. nes, y en la evolución económica del ptterto de Buenos Aires significa-
ron tm in1portante eslabón. En efecto, no bien llegados los invasores, en
22?·. Cabe agregar además que el consulado (§ 206), animado por la julio de 1806, BEREsFORD, en su carácter de gobenudor de la ciudad,
predtca de su secretario y la difusión de las nuevas ideas realizó tma terminó con el régimen espaiiol, abriendo el comercio a todas tas tucio-
meritoria labor por el progreso de la enseíu.nza de las mate~ias conside- nes, rebajando notablemente los derechos de exportación y fijando los
radas "útiles". de importación en tUl 12% o tul 17%, según se tratara de efectos britá-
En 1?99, se abrió m~ escuela para enseÍlar gratuitamente "geometría, tllcos o extranjeros provenientes de países no aliados a NAPOLEóN. Las
arq~tectttra, perspectiva y todas las demás especies de dibujos que son medidas no alcanzaron a tener aplicación, pues el12 de agosto las fi.¡ef-
tan mteresantes a todas las arres profesionales", llegando a albergar 64 zas inglesas debieron abandonar la ciudad, mantetlléndose solo en Mon-
altunuos, bajo la dirección del profesor JuAN Al'<-romo GAS:PAR HER* tevideo. Desde allí comenzó etltonces mu activa penetración clandesti-
NÁNDEZ. ~n ese mismo añ.o se creó también la escuela náutica, desig- na de mercaderías inglesas, que alcanzaron hasta las wnas más remotas
nando pruner director de la misma a don PEDRO CERVIN'o y segundo, a del viJ:reimto, como el Alto Perú, y llegaron a surtir incluso poblacio-
don J~ AlsiNA. El reglamento fue redactado por BELGRANo; la escue- nes lusitanas.
la tr~tatu de "fomentar el estudio de la ciencia náutica, proporcionando Cuaudo los americanos rechazaron la segunda invasión inglesa en julio
a la J~v:ntud mu carrera honrosa y lucrativa o los conocimientos que le de 1807, los comerciautes británicos debieron liquidar en breve tiempo
penrutlesen progresar en otras profesiones, tales como el comercio o la sus mercaderías, almacenadas en los depósitos de MonteVideo, etltre-
milicia". gándolas a los comerciantes oriet1tales a precios stunan_lCnte bajos. Por
Este instintto se convirtió luego en la célebre escuela de matemáticas, ello, seÍlala TJARKS, cuando se alejaron los barcos inglese.~, dejaron un

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.MANUAL DB HISTORIA DB U.S lNSTITUC!ONBS ARGENTINAS EL Río PE !.A. PUTA PU:RANTE EL SIGLO XVII!
enenúgo nmcho más poderoso que ellos núsmos, sus mercaderías, con- discifli11ad~, lo que exigía la obtención de rentas en cru1tidades ma
tra las que habría de luchar denodadamente la autoridad española para que as ~bttnales. Una solicitud de dos comerciantes ingle yores
impedir su introducción clandestina. El consulado llegó a pedir la inci- proporctonarle la forma de obtener esos rect ses VlllO a
que le acordaba e1 artículo adicional del tratad:~,'gl'doentrp~>-delldmargen
neración total de esos efectos, y prevaleció por suerte un temperamento
más conciliador. La audiencia autorizó, el9 de diciembre de 1807, que
se declararan y sellaran todas las tnercaderías dejadas por los ingleses en
*=11m).
Ll solicitud de los comerciatttes británicos de fecha 16 d .
--·=
Montevideo, abonru1do los derechos de círculo. Esos derechos fueron 1809, promovió tUl largo expediente y, se~ MmJNARI es~b:~?:to- de
rebajados al25% para las mercaderías que se enviasen al interior, pero da en razones de todo ptmto de vista e · ' _ poya-
las evN>Íones fueron tantas y el contrabando floreció de tal manera, que escuadrilla inglesa apostada en el Río sx:~:osp~!,,;np~~,canones della
1ermia· d b · '-"- · t:Utatl que se es
las mercaderías llegaron a raudales, siendo esta circtulStattcia tul<l de las 1 esen esem arcar el cargamento h b'
quejas que se esgrinlleron contra el virrey LINIF,RS. Irlanda y que no habían logrado vender J~ B~~~l =~~:do des:0e
que se encontraba ese mercado. HIDALGO DE CISNE;os . , el ecar~
231- Los sucesos de Bayona (§ 354) cambiaron fundrunentalmente la ~ ~ir~onsulado y al cabildo a fin de conocer su opitúón~acía~~~:
posición anglo-hispana, e Inglaterra se dispuso a entrar en negociacio- . ey.los apuros por los que pasaba el tesoro, ya que se debía a las
nes :.unistosas con su nueva aliada, que también enfrentaba la í11vasión tropas anca meses de pago Ademá , de fuerzas sufict·c11-"
. . bl. · s se carena
napoleótúca. Ell4 de enero de 1809 se ftrmó con la Jtmta Central de P.arae ot tgar. a 1
.os barc · al ·
os tt~,eses a. e;¡arse del puerto, y no podía itúli-
>n-I e=
Sevilla(§ 355) el tratado de paz, amistad y alianza, que contetúa tUl grrs m agravto a mu nanon arruga, como era Gran Bretaí.
artículo adicional por el cual las partes se comprometían, siempre que mome~ltod Por ldtirno, en caso de negarse el permiso las me~a:~r:se
en el Ú1terin se fumase tUl amplio tratado de comercio, a otorgar facili- entrartan e igual modo por la vía del contrabando. ' tas
dades mutuas "al cmnercio de los vasallos de ambas potencias, por med-io En el seno del cmlSulado el sútdico MARTíN' G y -
de reglrunentos provisionales y temporales, fimdados en los principios dió en contra de la soh · 'd REGORJo ANIZ se expi-
d d . cttu , ar~e11tando que ello originaría la salid
de redproca utilidad". e gran es Clllttldades de numerarto y que estando el d e. '
tado d d , · ' merca o avarro-
La situación anárquica en que se e.ttcontraba Espaíu, sin tener realrnen- brar lae :~a enas ~lglesas, la mteva Ílltrodt~ción terminaría por sem-
te tu:ta autoridad central reconocida por las jtultas provinciales, hada , tula de todas las manufacturas nanonales atul las re d
casi imposible obtener tUl régimen uuifonne, y por ello -dice DIEGO a~ttOCtOllJ.S.
diante
En cuanto a la necesidad de fundos p 0 ,dí
~e • • ,
b puta as
atl o tenerse me-
Lms MoLINARI- los ingleses decidieron concertar acuerdos con cada emr.~tttos o cualqtuer otro medio. Sitl embar el e
autoridad local, t:atlto en la penínstúa como e.tl América, a fin de obte- luegodeoutuumemoriadelsccretario "x·Nu~'B go, d ¡uerpo,
.di ' el 6 d . 'l.Hl\.< ,.,._ ELGR.>\NO Y e tw¡or
ner la reglamentación a que se refería el articulo adicional. De esta for- se expt o e SCtlembre en un todo de acuerdo co el' didl-·f¡ "'
ma se realizaron acuerdos con Santo Domingo, Cuba, Puerto Rico, :~~~ a~mp:mando tUl proyecto de reglamento p~visi~tal ~e ~~
Caracas y Buenos Aires, en América, y con Cádiz, Galicia y Sevilla, en sión de . cabild?, por su parte, contestó cons-iderando que "la adrni-
Esp.úu. Posteriormente, el Consejo de Regencia (§ 355) aprobó estas ese comercto es tUl mal necesario en las actuales circ ~M
llllS~..<Utctas,

negociaciones por real orden del17 de mayo de 1810, concediendo el y que debe abr . .
arbitrios n>~r" ,=cgule para .eVI~ otros mayores", acomejatillo diversos
comercio franco "puramente activd' con las naciones runigas y aliadas. ¡;--" M SU eJert:lCtO.
Elar<;>cl:;adod~ consulado de Cádiz, donM.rGUEL FERNANDEZDEAGiJE-
232. En Buenos Aires, la apertura del puerto al comercio británico y al ~o, ptdto s~ otdo, y tUl vez que se le dio vista del expediente se . .
de toda nación anúga o neutral ftte fntto de mulaboriosa gestión, que !esto en abterta oposición al ped.d fi ' mam-
dio cotno resultado el reglamento dcl6 de noviembre de 1809. Elll de U.lgleses. Soste,túa FERNANDEZ DE ~~ÚE~~~:~~e~:o;osars~~¿~~lt~
febrero de 1809 la Jtmta Central de Sevilla había designado viney del na, se. colocana el mercado en martos de los e-'-u ._...anJeros
· g que fi¡ana.n
. , qtu los
Río de la Plata a BALTASAR HIDALGO DE CtsNEROS. Uno de los proble- prectos atul de nuestros propios frntos además de . ~ .
mas apre.tniantes con que se encontró el nuevo virrey fue la conserva- turas de excelente calid d h . .' llltr ttcu mrumfac-
local ., a y aJOS prenos, que destnúrirutlas industrias
ción del territorio, ya que las pretensiones britálúcas y portuguesas eran es, pomendonos a su merced tuta vez l<>o-r·•d' ¡ . d
d -·' · al ~" " a auscttcta e pro·
cada ve:L más a\arman_tes. 'Para e\lo, necesitaba un e}érci.to muneroso y ucuon nacton . Basaba también su opinión en "las leyes fundamenta-

~\ '" '"
.MANti.\L DJl. H!S'fOlUA DB Ur.S INSTJTtJClONJl.S ARGENTINAS EL Rio DE U. PuTA DURANTI! EL SIGLO XVIII

les ,del 1:eino", que prohibían el comercio a los extranjeros y que se el resgttardo visitas y fondeos"; los derechos de importacióu podíau
venan VIoladas con tlll tempenunento como el propuesto; además, ha- abonarse en'cuatro veces, deutro de un plazo máximo de tres ~ses Y
cía presente qne era peligroso conceder el libre comercio a los ingleses, medio; los de exportación , indefectiblemente, al coutado. Podt.a ~1~­
pues de esta manera podían llegarse a fomentar tendencias separatistas ducirse cualquier clase de efectos, con excepciou de los que :onsn~uau
que alejaran al pueblo del "suave gobiemo de nuestros legítimos sobe- estancos de la Corona (tabacos, naipes, azogtle, etc.), y acetres, vmos,
ranos", además de perjudicarse la moral, las costmnbres y la religióu. vinagres y aguardientes, sa~o el d~ caÍla. Los "Mtefacros Y efectos gro-
seros" que perjudicaran la mdustrta local se recargaban ~on 1m 12,5 %
233. El30 de setiembre fue presentada en los autos laR.epresentacWn de sobre los derechos comunes. Todos los artículos que se unportaseu de-
los labradores y hacendadas de la banda oriental y occidental del Rio de la bían pagar los derechos de círculo, que representab-an el monto, total de
Plata, su~cripta por JosÉ DE LA RosA, apoderado de los recurrentes. En impuestos y tasas que hubieseu tenido que pagar las_ mercadenas_ llel}a-
ella quedó seúalada, con la phuna ágil y combativa de MARIANo MoRE- das a Espaúa y exportadas desde allí hacia Buenos Aires, que ~qUlvalían
NO, la posición de quienes bregaban por la libertad de comercio. Argu- a algo así como el 52 % de su valor. Como los p~uctos nac1ouales no
mentaban éstos que la apertura del puerto a las mercaderías inglesas no pagaba.t1 1os derechos de círculo, se establecí:t-n d1versos 1~'argos adua-
perjudicaría las fábricas de la metrópoli, aunque, debido a la guerra cou neros para reemplazarlos. Quedaba prohi?1da la_ extracc1on. de oro Y
Francia, ninguna manufacnrra llegaba desde los puertos espailoles. En plata, amonedados o no, es ded1· que las difereuc1~s eutre el mtercam-
~auto a las. industrias locales, tampoco se verían dañadas, ya que las bio sólo podían ser cubiertas con frutos, no con dmero.
lleudas estaban llenas de artículos extranjeros, a pesar de no haberse
abierto el puerto; por otra parte, el ejemplo de la calidad foránea incita- 235. El auto virreina! no satisfizo a los criollos de ideas avanud~, que
ría a los productores locales a mejorar su mauufactura para poder com- lo consideraba.tt "mezquino", ya que los pesados de~echos ~e crrculo
petir cou aquélla, sin dejar de recordar que había indtlStrias nacionales encarecía.t1 notablemente las mercaderías, la exportacion se vela recarga-
cuya baratura impedía que se las perjudicara con la libre introducción. da con irnporta.tltes impuestos aduaneros_ y los extranjeros, si bien po-
M·auteniendo el monopolio, tan sólo se beneficiarían los comerciantes dían llegar con sus barcos hasta Buenos Aires, dependían para la coloca-
contrabandistas, ya que la libertad mercantil atacaría las bases del con- ción de las mercaderías de los comerciantes locales. Tan pesadas eran las
trabando. condiciones impuestas a los traficru1tes extranjeros --seúala VILlALOBOS-
que los ingleses reclamaron mese:s, después ~1~~ la PrU:Uera Jtmta, la qne
234. Luego del dictamen dubitativo del flscal VILLOTA y del escrito de redujo los derechos de exportac10n y per~mt:o la salida de plata Y oro
don JUI.IAN ~E LE!''A, qne se iuclinab-~ por couceder el permiso, el vi- amonedados. Pero, e11 definitiva, como mdica M.ARnJJ~ ,URQUIJO, _el
rrey convoco tUla JUnta general cousulnva, compuesta por las autorida- decreto de 1809 "no hizo sino consolidar una v?lCtllacton comere1al
des de mayor importancia de Buenos Aires y los representantes de los anudada desde las invasiones y mantenida a tra.ves del COl~traba.ttdo o
grupos interesados. Después de algtmas deliberaciones, en su sesión del por medio de ocasionales permisos otorgados por las aut~ndades loca-
6 de uoviembre de 1809, dictó el decreto de libre comercio, por el cual les de Buenos Aires y Moutevideo", y<l que desde que los mgleses lleJ?a-
admitía eu el puerto de Buenos Aires "a aulquier buque amigo, neutral ron <l nuesn-as playas, en1806, surtierou totalmente los mercados no-
o nacional procede11te de puerros extranjeros con cargamentos y frutos platcrtses, desalojando de ellos toda manufactura local.
de igual procedencia", bajo detenninadas reglas. Es decir, la liceucia :fiJe
?torgada I_Uás allá del pedido originario y abarcó uo sólo los buques 236. Pronto se hicierou oír las voces de los que se perjudicaba.t1 c~m la
mgleses, ·SlllO los de toda Otra uadÓn a.títiga O neutral. Qaro que los legalización del comercio extranjero: los comerda.t1teS coutrabandtstas,
verdaderos beneficiarios del nuevo régimen erau los comerciantes in- los qne se encoun-aba.t1ligados al trá~co monopolista Y los artesa.tto~- ~
gleses que rondab-an cl puerto de Bueuos Aires. industriales del Río de la Plata. El pmner grupo, formado ~r contra
Los comerciautes extra.t1jeros te1úan que ajustarse a varias reglas. Los bandistas y fimcionarios deshonestos, no pudo enfl"Cl1ta.rse _abter~nen­
permisos debía.t1 ser solicitados para cada caso particular por consigna- te conn·a elmtevo estado de cosas. En cantbio, los comerCiantes vmcu-
tarios españoles notoriameute conocidos en la plaza; los barcos estaban lados al comcr·cio gaditano mtlltiplicaron sus. voces det~anda de la
<:1
sujetos a todas las exigencias vigentes para los naciouales, "admitieudo restitución de las antiguas restricciones. Los mdusn-Iales noplatel1Ses,

196
M.A_NCAL DE HISTORIA Oll LAS INSTITUCIONES AitGBNTINAS

. . [;'b ·cas rderse sus fortunas ante la compe·


que ~eí~ ruuquil.rrse st'? a ; ten~~nte al libre comercio, pero nada
teilCla rnglesa, se opusteiOl .
Pudieron hacer por entonces ~te
el consenso general en favor de la
. M·{~ _,delante el abarro-
Capítulo VID
. ¡ · , d 1:nercadenas extratlJeras. .., " '
libre mtrat uccton e fi . gl es habría de aunar voltutta-
truniento de los mercados con~ ectos nl es los intereses locales
des, ensayándose tím.idas reacnoncs para proteger
(§§ 541-543).
La sociedad estamental en Indias.
Los blancos: españoles y criollos.
La condición de los indios. Las encomiend<lS. Reducciones y pueblos
indígenas. Las misiones jestúticas.
El mestizaje.
La esclavitud: la trata de negros.
La familia.
Los extranjeros.
Los der«hos personales.

La sociedad estamental en Indias (l)


237. La sociedad i.ndiruu del siglo XVI, nueva y fresca aún, prese11taba
-según VIAL CoRREA- un espíritu igualitario que desco110C.Ía en general
el menosprecio de clases. Aquel espíritu se originaba eu la concepcióu
medieval que aludía a lllla igualdad esencial del hombre, dada ,por la
muerte. Este sentllniento no sig¡úficaba en manera alg¡.uu tula nivela-
ción de razas y clases, 1Ú la inexistencia de aspiraciones a jerarquizar 1a
sociedad al modo medieval, prÍHCÍpalmeute a través de la encomienda.
Lo cierto es que la estr'ili:.tura social estamental existente en1a península
aparecía ablaudada, los prejuicios, dejados a trnlado o dismllnúdos, y
las fronteras que separaban los grupos sociales no eratl itú:Dt.nqueables.
El clima igualitario, sin embargo, pronto empezó a dismlliuit; especial-
me.ute con la aparición de los mestizos(§ 258), que reprcsentabatltUJ.a
competencia social para los españoles.

(1) GUUUll.MO FmtoNG, $.] .,flistoria racialy cultumidel Riode laPiat4, 1536-1810. El tnuplame
racial, Bueom Aires, 1969, t.l; RrcHARD.Ko;.rnr:zKE,Amirimlatinfl..., op. cit. en nota {2) del cap.
I; ANGEL RoSENIIIM, La población in4(!yn4 tk América 4~t 1492 hasta la 1UtU4IId.a4, Buenos
,'\i.res, 1945; N1cotAs Si.."'CHtZ Au!OltNCYl, La pobJa¡;jó, tk Amlrit:a Latina. Desde k;.s tiemp~
prtcolcmbino¡a{ {.f.ij() 2000, Maddd, 1973; GONZII.LO VIAL Col!.ll.EA, 'Ror/a y prti4ica deJa iguafMui
m Indias, H.Ch., N" 3, 1964.
(la) AllELARno LEvt,GGl, RBpUb!ica de imlio:iy "o/}tiblica de rsp<U'ide:r en lo:> reino! de indias enR,E.H.J .,
XXIII, 2001.

198
Los BLANCOS: ESPAÑOLES Y CRIOLLOS
MANUAL D!l HlSTOlUA DE LAS lNSTITUCIONllS A.RG!iNTINAS

Durante los siglos XVll y XVIII - agrega el mismo autor- se produjo sula y a los hijos de éstos nacido; e11 territorio an1e?c.:~r10, sino también
la leuta pero progresiva decadencia del espíritu igualitario. La sociedad a aquellos que, a1mque reconoCian un antepasado 111~1? o negro cuatro
hispano~indiana fue otorgando más importancia a la pureza de san.gre y 0
cinco ge11eraciones atrás, tenían una escasa propo~10n de sangre pro-
agudiz:U~? su sentido jerárquit;o, lo que se acetmtó e11 el siglo XVIII. ve~Uente de ese mestizaje. A veces también 1m mestlZo o 1m mulato de
Se advrrllo et1tonces el desprecio de los españoles hacia los que no lo buet1a posición social o econó.mica ingresaban ~~ esta, :lase· , .
eran, y se trató de impedir que los integrantes de los grupos sociales Los espailoles ejercían una natural hegemonía social, política y ec?nonuca.
iufet·iores ocupasen cargos públicos, contrajeran matrimonio con per~ Aunque otros grupos gozaron ta.mbiéu de nmchos d~hos altgual que
.sotlas de condición superior, e ingresaran eu las urúversidades o aspira- aquéllos, los españoles reunían un cíunul? d; prerrogat:tvas que le otorga-
sen al sacerdocio. Contra esta última situación reaccionarían las corrie11tes ban esa indiscutible superioridad. Conslltlllill~ el gnlJ?<? gobemante, po-
ideológicas, exteriorizadas especialmente a fines del siglo XVIII y prin- seían gran parte de la riqu~ gozaban ~e la n:'~aon y de la culnrra.
cipios dd Ji1X (§ 348), Pero sobre ellos recaíau tambien correlattvas obligac10nes.
La es~ctura soc.ial era compleja y en cierto modo, original. Estaba Aunque la legislación concedía los mismos dere:~os a los. espaímles
constttwda por diferentes estamentos y castas, provenie11tes del mesti- peninsulares y a los españoles americanos ~tambt~n conc;x:tdos c~o
zaje entre blancos, indios y negros, de los que resultó lUla mm"lerOSa criollos o americanos-, de hecho se establecio mla difere11cta q1:e, segun
serie de tipos étnicos. Las diferentes castas, además del diverso color de las épocas y las regiones, se agudizó y originó verdaderas,temao~res so-
pie~ tet1Ía.n d~tinta condicióu social, econónúca y jur·ídica, que se evi- ciales. La rivalidad entre tulOS y otros abarcó todo~ penado ~pano,
deuciaba desde la manera de vestir hasta los derechos y prolúbiciones aunque particulannetlte pareció agravarse en algtulaS epocas, ara~, eutre
impuestos por la legislación. Con todo, te~úendo e11 CUeilta el severo con- otras razones, de medidas que restringieron al acceso de los crtollos a
cepto estamental de la época, esa separación de castas ofrecía cierta flexibi~ los altos cargos pl1blicos. .
lidad, que pennitía a sus integrantes despojarse de las inhibiciones de lUla Eran muy dispares los juicios que en la época se dabar~ sob~ los cno-
casta e ingresar en otra superior. En lo que respecta a nuestro actual territo- llos, y nllentras algw1os los consideraban de una capaCidad mte~ectual
rio, 1as diferencias sociales no fueron tau prommciadas como e11las regio~ igual 0 mayor aun que la de .los peninsulat-es.' por lo que debta.n ser
nes de gran población indígei1.a (México y Perú) y negra (el Caribe). preferidos a éstos en caso de 1gnaldad de ménto:> para ~1par cargos,
Fue objeto de Ulla especial regulación jurídica la sintación de los extran- otros, en cambio, los considerabatl ignorat1tes, VICIOSOS e mcapaces de
jeros, aunque los fundamentos de esta actitud estah:m dados por moti- aspirar a funciones públicas. . ~ , .
vos políticos y religiosos, y no por razones sociales. En realidad, los La empresa. conquistadora att·aJO a muchos espatmles de la m;as diferente
extraujeros no constituyeron tl11.a casta, sino lUl grupo social, tan sólo coudición social; especialmente los sectores po.J?nl:rres y aq~llos despla-
disminuido en su capacidad jurídica (§ 276). Vamos a referir nuestro zados de posiciones sociales y económicas se smt:leron parttculatnletlte
análisis a los tres tipos raciales puros, realizando además 011 somero dispuestos a enrolarse en las diversas expediciones. De alú que en la
estudio del mestizaje(§§ 256-259), para esbozar de esta manera el cua- realidad indiatla se fueron conformando, dentro .~el secto~ de raza blan- 1
dro general de la sociedad indiat1.a. ca espaímla, gn1pos sociales de diferente exrra.ccton Y,d<:tmo, cuya per-

Los blancos: españoles y criollos <2>


meabilidad dependió a me11udo de la riqueza ecmmnnca y del poder
político de cada regiótL ·,~
l
239. Los gtupos sociales superiores que ~~eron el ~apel r~tor erm:,
238. No existía ur1a rigurosa concepción acerca de la pureza de sangre. según ZoRRAQUIN BEcú, tres. Los benem~tos, es~1e de arlstoeract~ !

Considerábanse blancos no sólo a los espaímles originarios de la petlÚI- de la conquista, eran los primeros descubndores, pacificadores Y pobla
dores, y sus descendientes; d:ntro de est~ pupase des~acabm1 !~ que
(2) RI~D K~Zl<:E,Amtrica L4tina .•. , op. cir. en nota {2) dcl cap. I; Lms Lru :MoNIT, podían exhibir m1 mejor linaJe. La poseston de et~conuendas,. nerras Y
otros privilegios seímriales y económicos, la calidad de .vecum, ~ los
Int'nJdudllm al mmlta de la nobkza en IndW en Boletín de la Academia Chilena de la Hisroria n°
I 13, Sanrt;'go de Chik, 2004; ANGEL RosEN!lu.r ,I..as =ras m la vida de lagobmuuirJn tkf Vtrrdn'ara
Impartanaa de CRdn: sangre m la fUsión itnica hasta 1810, H.A., t. Ili; JOSÉ TO!lll.E R!n>o:I.LO, La cargos capitulat-es les otorgaban un indiscutible poder social, polittco Y
nobleza colonial, B..JJ.H, 1939, t. XIII.; Rrc..utoo Zo!l.R!!.QUlN BB:ú, La c<mdición juridil:4 de !m
gru¡m; srx~ales mpmures m la Argentina (.igfll! XVI a XYIII), R.l.H.D ., N° 12, Buenos Ail'es, 1961. económico.

200
L\. CONDICIÓN DB LOS INDIOS
MANI.'AL DE HISTORlA DE LAS lNST!Tl.JCIONI.iS A.R_GENUNA.S
rou ad<~uirir eu _su trabajo, sino también por la condición de la mujer
El rango uobiliario sirvió para distinguir a algunos integrantes de este con qmen se Uiuero11, ya e11 forma ilegal, ya en matrimonio.
grupo sttperior. En un primer momento, la nobleza :fi1e reservada para
el conquistador o el fi.mdador de ciudad, pero a partir de la segunda
mitad del siglo XVI, empezó a difi.mdirse la práctica de que la Corona La condición de los indios t3l
veudiese títulos uobiliarios con el fin de allegar recursos a stts arcas,
aprovechando la vanidad de muchos acaudalados espaiíoles residentes
240. Para la conquis~ española, el indígena era uu motivo esencial,
eu Indi>tS- Según LIRA MoNTI, la nobleza en América quedó compuesta
ya desde el ptmto de_VISta e~~nómico, como elemetlto de trabajo, ya
por "los hidalgos de sangre o de privilegio; por súbditos de la Corona
poseedores de títulos de Castilla, por caballeros pertenecientes a las ór-
desde
. , el. punto
, . de viSta. rehg1oso, co1no d.,.,_ a,. . ;
..:.• ••-u0 d e 1a pred ICa-
.....,u..u .
CIOn evangehca._ Es d~c.u- que el conquistador no permaneció iudifu-
deues y corporaciones nobiliarias"; y según. las leyes de Indias, "por
rente aute eluattvo, smo que sus actittKl.es, hostiles 0 pacíficas siem-
caciques indígenas y descendientes de famil.ias de origen noble prehis-
pre le preocuparon. '
pátúcd'' .. S~ el pro~l~na de los justos títulos de dominación había despertado
Los sacerdotes constitlÚ<llt tul grupo de gra11 influencia por su aptintd
v~vas ~olermcas ~§§ 34-41), el relativo a la condición de los iudígenas,
intelectual, su ascendencia sobre las conciencias y su intervención culos
VlllCtd~do ~ aqu~ ,uo le ~ eu zaga, y era señal del interés con que se
aspectos religiosos, culturales y de beneficencia, que les otorgabatl tam-
ahondaba la cuestwn. Los mterrogantes fueron varios: (eran los iudíge-
biéu uua parte no despreciable del poder sobre la sociedad.
Los JUncionarios (gobemantes, militares, oidores, etc.) constituían, por
llltimo, un grupo de no me11ot importancia que los anteriores. Aparta-
dos de los demás e11 cuanto les estab-a notablemente ce1--cenada la activi-
dad social y económica, ocupaba11, no obstatlt:e, un lugar de considera-
ción, no sólo por el prestigio personal de cada tu1o, sino wnbién por la
representación que involucraba su alta investidtu·a.
Cada tulo de estos grupos, agrega 2'...oRRAQUÍN BEcú, ejercí:a tura p-arte
del poder, y había entre ellos tul recíproco control, lográndose así tm
verdadero equilibrio de fuerzas.
Estos sectores no se ruatltuvieron, sin embargo, imnóviles durante toda
la época espaúola. Especiahnente durante el siglo XVIII, las nuevas
concepciones ideológicas, acompañadas de los cambios consiguientes,
provocaron algtulaS modificaciones, especialmente en la composición e
influeucia del primer grupo. Se reentplazru:on así los méritos por los
servicios prestados y el linaje de los primeros siglos, por la limpieza de
s-.mgre y la fortuna. E11 algunas ciudades, como Buenos Aires, aprove-
chando una revalorizacióu de los elementos sociales, empez6 a formar-
se mM poderosa e influyente clase mercantil y tul sector i.utelectual iltts-
trado, dispuestos a reformar las antiguas instituciones (§§ 222-228).
Desde luego, por debajo de estos grupos que gozaro11 de especial consi-
deración, hubo siempre tula masa de pequeños agrictdtores, ga_¡Mderos,
comercimtes y Mtesrutos que, sin posibilidades de ascender vertiginosa-
mente en la escala social1ú de ocurar cargos políticos, dedicó sus afru1es
eu los centros trrbrutos y en las zonas nu·ales al trabajo anónimo propio
de Stl condición y oficio. Mw.:has veces sus posibilidades sociales y las
de sus descendientes estuvieron dad;IS no sólo por la fortmta que pudie-
203
202
MANUAL DE HISTORIA DE US lNSTI'fUCIONBS ARGENTINAS LA_ CONDICIÓN Dll LOS INDIOS

nas seres racionaL:-!> iguales que los europeos?, Cqué trato debía dispen- que, a causa de su rudeza natural y limitado entendimiento, los indios
!
sárseles?, ¿podían vivir en libertad?, (era posible inculcarles los princi- debían estar sometidos a servir a los espaítoles, y que sólo en esas con-
pios de la religión cristiana?, (en qué grado? Naturalmente, todas las diciones era posible la predicación religiosa.
contestaciones posibles a estos interrogantes gkaban en tomo del es- Para obtCllcr tales fmes era lícito y necesario hacerles la guerra. Todo
1
quema europeo, cuyas normas y puntos de vista eran los únicos válidos ello se justificaba también por las costumbres y los pecados de los natu-
para juzgar la capacidad de los indígenas. rales, especialmCllte la idolauú, el canibalismo y otras pdcticas contra~
Desde el principio, dos posiciones diametralmente opuestas pretendie- rias a la naurraleza y a la civilización europea.
ron reclutar adhesiones. Algunos consideraban al indio como un ser La posición de LAS CASAS era radicalmente distWta. SostClÚa qt~e los
sumiso, paciente, pacífico, virtuoso, hmnilde, delicado, desinteresado, indios eran virulOSOs y debían ser tratados como seres humanos hbres.
simple y sin maldades, mientras los otros argumentaban que era vago, Agregaba que la predicación evangélica solamente ~ía ef~tu~'Se por
vicioso, cobarde, embustero, idólatra, obsceno, sacrílego. Tanto en una medios pacíficos. Sus juicios se fundabau en su prop~a expenencta, pues
como en ot:l:'a posición se enrolaron teólogos, juristas, funcionarios, LAS CASAS había llevado a cabo durante las décadas anteriores varios
conquistadores y soldados. También existieron opiniones más modera- intentos de predicación pacífica en la~ Indias, atlllque sin alcanzar resul-
das. De todas ll1ill1eras, resultaba dificil formular juicios generales que tados satisfactorios por factores circunstanciales que, por lo visto, no lo
comprendieran los diversos pueblos y tribus indígenas que habitaban el desalentaron en su Cllérgica lucha.
vasto territorio, y es probable que el juicio personal fuera más que nada No resultó fácil para los miembros de la jmtta incli.tlMSe por alguna de
el producto de tula experiencia, afommadi\ o no, vivida por los propios estas argumentaciones, pues mmca tomaron UJla decisión colectiva al
conquistadores. respecto, aunque ambos rivales se creyeron después vencedores de la
L\ cuestión se planteó con vivacidad durante todo el siglo XVI, pero contienda.
ya en la primera mitad de la centuria se habían producido algunos
hechos que daban mla tónica definitiva a este aspecto, como vere- 242. Es interesante consignar que en 1537 el Papa PAULO lii expi-
mos enseguida. dió un breve en el que manifestaba, con carácter general, que los
indígenas, como las demás gentes que. conocier~n los cris~i~nos, "no
241. A partir del sermón de MoNTESINos en La Esp-añola en 1511(§ están privados, ni deben serlo de su libertad, m del domnuo de sus
36}, y durante las cuatro décadas siguientes, se ensayaron en el Nuevo bienes, y que no deben ser reducidos a servi.d:Unbre, dec!arando,
Mmtdo distintos métodos para obtener la p.1cífica y libre conversión de que los dichos y las demás gC11.tes han de ser atra1dos y convidados a
los naturales al cristianismo, aun para llegar a formar una comunidad la dicha fe de CRISTO, con la predicación de la palabra divi11.a y con el
ideal cristiana entre españoles e indios o para que los indios se gobema- ejemplo de la bueua vida".
ran a sí .mismos siguiendo los principios de la civilización domit1.adora.
Si ninguno de los experimentos alcanzó un verdadem éxito, con todo, 243. La Corona, por su parte, luego de algunas vacilaciones iniciales,
pusieron en evidencia lo que LEWIS HANKL: ha llamado "la lucha espa- se inclinó a declarM, en reiteradas disposiciones dictadas durante todo
ítola por la ju~ticia en la conquista de América". el siglo XVI y aún durante el siguiente, que 1~~ i.txli~ eran libres, pro-
Como testimouio más destacado de esta lucha se puede mencionar la hibiéndose terminantemente su venta, donac10n, prestamo, etc. Se re-
reunión de UJla junta de teólogos, juristas y miembros de los consejos comendó Cl1. especial su bttCl1. tratamiento y amparo, condenando seve-
reales en Valladolid (1550-1551}, especiahnente convocada por el rey ramente a quiCllCS i.tlfri.ngieran estas prescripcim!es? y orden~ndo a los
pMa que dictaminase acerca del régimen a establecer para la sujeción y altos fimcionarios y órganos indianos el cumpltm1Cllto estriCto de lo
la cristianización de los indígenas. Los elementos de juicio sometidos a mandando.
la consideración de esta junta estaban contenidos en los vehementes y El prim.Cl· conjunto de disposiciones orgánicas acerca de esta cuestión
extensos alegatos que presentaron fray BARTOLOMÉ Dh u.s CASAS y JUAN fueron las Ordenanms dictadas en1512 y 1513, que se conocen como
GINÉS DE SEPÍJLVEDA, donde se analizaban detenidamente los argumen- Leyes de Burgos. En este doctlffiClltO se establecían los principios de la
tos de cada tilla de las posiciones opuestas. conversión religiosa y el buen tratamiento de lo8 aborí~nes, .con espe·
SostClÚa SEPÚLVEDA, retomando el concepto aristotélico de esclavitud, dales obligaciones a cargo de los encomenderos y ftmciotunos reales.

20< 205
LA CONDICIÓN DE LOS INDIOS
MANtT&L DE fiiSTOIUA DE LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS

Se prescribían la forma de la enseí~JZa, las pr~cticas religi~as, la ceb por el incumplimiento de las leyes protectoras(§ 108), por encomien·
bración de bautismos y matrimomos, la vesnmeuta, el alimento Y el das (§ 114) y por los bienes de las cajas de comtutidad (§ 254).
descanso de los nativos. Además se prohibían los castigos sin orden. ~e
la autoridad correspondiente y las cargas inmoderadas. La proteccton 245- La realidad americat.la no se ajustó, empem, a los altruistas pre-
de las mujeres y los itiií.OS fi.te también contemplada en esas Ordenanzas. ceptos contenidos en la legislación; a Jo largo de 'la domiuación hlspátú-
En la Recopilación de 1680 se dedicó todo el libro VI a regular.la cues- ca en América se percibe, por las comtantes pmtestas y el clima de
tión del indígena. Así en el tít. X ley 3, se recomendaba a los vtrreyes ,Y tCJ.tsión que siempre suscitaron estos problemas, que iti las condiciones
audiencias que "procuren que sean instruid~ en nuestra S~nta Fe <;:at~­ de los indígenas ni el comportamiento de los coloui7.adores espailoles
lica, muy bien tratados, amparados, defendidos y mantemdos en JltSt1- respondieron a la paternal estructura consagrada por la ley.
cia y libertad, como súbditos y vasallos.n~tros, para que :stando co~
esto la materia dispuesta, pued:Utlos .M..llustros d~ Evat.tgelio ,c?nsegu~ 246. La población indígena disminuyó durante la domiuación españo-
más copioso fruto en beuefiClO de los naturales ..Esta políllca ,de la la. El descenso fue abrupto al principio, y menos pronunciado desde
C...orona afiat.u;ada a través de un siglo, se fimdaba sm duda, no solo en fllles del siglo XVI hasta mediados del XVII. No fi.te igual en todas
la obs~ación de la realidad indiana, sino en las influencias que produ- partes. En las Antillas fue fi.dmiuaute, con teudencias más moderadas
jeron las opiuiones de teólogos y juristas, especialmente las ideas ex- en la fase de expansión continental. Esta somera apreciación proviene
puestas por LAs CASAS. . de cálculos que aÚti hoy están en discusión.
Además, es importante tener en cuenta que de11~ de cada or~uza­ Lt causa principal de esta catástrofe demográfica fueron las enfenneda-
ción 0 pueblo indígena existiat.t dis?ntos g;upos sociales. ~-a polillca de des etu:opeas (tifus, vimela, etc.), que produjeron estragos entre los
la Corona fue la de conservar esa 1erarqma, dando espec1al rango a la nativos que carecíat.l de auticuerpos. También iucidió el desajttSte so-
nobleza iudígena1 equiparánd~la a la española y ~~anteniendo sus dere- cioeconómico producido por la conquista eula organización aborigen.
chos, privilegios y preemi.uenCias, atmque son:euendola al rey. A su ~e:z, El régimen de trabajo impuesto y las guerras influyeron asimismo, pero
los indios nobles deslumbrados por la conqutsta, procuraron asemeJar- como factores menores. Desde luego que al tratarse esta cuestión es
se a la nobleza ~1ÚltStllar, sin perder su orgullo por el propio pasado. preciso teuer en cuCJ.lta el proceso paralelo de fUsión del i.ndigena con
otras razas(§§ 256-259).
244. Sin embargo, la libertad jurídica de los indígen~s ~eric~tos
tuvo sus excepciones. Así se consideraron esclavos l?s :n?ios b~lico­ 247. Las encomiendas. Las encomiendas constituyeron una. insti-
sos y rebeldes tomados en guerra j~sta: ;ero este pr~CipiO, aplicad~ tución básica reguladora de las relaciones entre españoles e indíge-
en los primeros tiempos, fue restrn~gtend?se. paulatlllamen~ en la nas. Erau al mismo tiempo una manera de organizar el trabajo de los
legislación, atmque algtmas categonas .de ~1d1o~ -los nabona~, por indios, de obtener su conversión religiosa. y de proporcionar mano
ejemplo- siempre tuvieron nna situa~iÓll mfenor a los ~emas. Se de obra a los colonizadores. Por ídtimo, representaban tilla recom·
prolongó, sin embargo, aquella esc~avt~d hasta fmes d.el S1~o xv,~I pcnsa estimulante -y muy estimada- para los primeros colmúzado-
en Chile con los araucanos, que evtdenctaron tma pertmaz rcbel.dia. res y Stts descendientes. Esta recompensa, que se acercaba al ideal
Al prodamarse la libertad del indíge1ta n? se ignorab~ la.n~ces1dad señorial eula mentalidad de los conquistadores, se daba plenamente
de imponerles tul tutelaje, a fnt de reducirlos a los pnuCipiOS de la en las regiones de gnm población indígeua y de riqueza metalífera1
civilización cristiaua. como el Perú y N neva Espa.úa. En cambio, en otras zonas, las enco-
Esta libertad reconoció, aden1ás 1 otras restricciones inspiradas en ~ma miendas eran a veces demasiado pobres para mantener a stts benefi-
adecuada protección al iudígeru1 a quien ~e co11sider? persona necesi.ta- ciarios. La institucióu se había originado en tula comprobación ex-
da de ayuda y amparo, al igual que los huerfauos. yvtudas (persona mtse- perimental: los indios, segímlos espaí10les, eran incapaces de traba-
rabilis). As~ el ejercicio del derecho de la propiedad y; en ge11eral, de jar libremente, siendo necesario ejercer control sobre ellos 1 orgruú-
disposición de bienes tuvo sus lirrútaciones. Ello <:>b~gó a est~blecer tut zándolos en pueblos y grupos regenteados por los principales espa-
funcionario con la denominación de protector de ind.Ws, Y a dtsponer la ñoles. A la idea llticíal se agregaron luego las otras circunstancias
intervención de los gobernadores y audiencias en los pleitos suscitados que dieron a las eilCOmiendas gran an·aigo, contra las cuales lucha-

'"
LA (',QNDICIÓN DE LOS INDIOS
M.ANUAL Dll HISTORIA DB US lNSTITUClONllS ARGENTINAS

ron denodadamente apostólicos defensores de los indígenas, como más penosa en la explotación miuera., a cuyo fin se dictaron numerosas
fray BARTOLOMÉ DE LAS CASAS. disposiciones destinadas a protegerlos en esta peligrosa tarea.
De esta mauera, cada encomienda, integrada por tUl número variable La mita comprendió al principio la prestación del servido personal por
de indígenas, se concedía al conquistador espailol a fm de que utilizara parte del i.ndígCJ.1a español, pero luego se dispuso, atUlque frecuente-
su<> servicios o percibiera para sí los tributos que debían abonar los mente no se cumplió, que debía pagársele el salaJ:io o jornaL Esa reu·i-
indígenas a la Corona en señal de vasallaje, asumiendo a su vez aquélla bución a veces se abonaba en especie y era, en gCJ.1eral y seg(m parece,
obligación de brindarles protección, adoctrinarlos y defender con las inferior que la que percibía CJ.lfOllCe.s un tmbajador europeo en tareas
armas el territorio. análogas.
Los indígenas que no habían conservado su organización originaria o
248. Las encomiendas se otorgaban por toda la vida del beneficiario habían sido sometidos por la fuerza recibían el nombre de yanaconas, Y
transmitiér:tdose pcr sucesión durante dos, tres y aun cuatro vidas. Aque: vivían en las tierras o casas de los eilCOmClldados en tUl estado de subor-
llas que por ~l transcurso del tiempo u otra drcumtancia quedabau dinación más efectivo.
v~cantes se remcorporaban a la Corona y podían ser nuevamente adju-
dicadas. Eran otorgadas en principio por el rey, pero solía delegarse esa 250. Los abusos cometidos por los encomende1·os distorsionaron el
atribución en los conquistadores y más tarde, en los altos fimcionarios ordCJ.llegislativo; Cll vez de satisfacer los fu1es Clllltlciados, la encomien-
indianos, los. que muchas veces las concedieron sin estar debidamente da sirvió a mCJ.uldo sólo para saciar el egoísn10 y la sed de riqueza y
facultados. En todos los casos se necesitaba la confinnación real placeres de muchos conqtústadores. Ello dio l';lgar a insistentes y enér~
E~ beneficiado de la encomienda debía reruúr ciertos requisitos. Se esta- gicas peticiones a la Corotu para modificar el siStema. Fray BARTOLOME
bleció q.Ue serían preferidos «tos descendientes de primeros dest.-ubrido- DE LAs CAsAs fue uno de los más vehementes detractores del régimen, Y
res, pacificadores, pobladores y vecinos más autiguos"', como lUla ver- se supone que tuvo mucha influC11cia en la Ordenanza del 20 de no-
dadera recompensa a los servicios prestados o a Jos méritos alegados. Se viembre de 1542 - que fonnaba parte de las llamadas Leyes nuevas de
exigía.' además, la resideuda del agraciado, con casa y familia, dentro 1542-1543-, en la que se prohibía la concesión de nuevas etlCOmien-
del .remo o la provincia donde tuviese la eucomienda, y que ni él ni su das, disponiéndose que las existentes se extinguirían con 1~ muerte d~
muJer fi.lttan titulares de otra encomienda, pues estaba prohibida su sus titulares iucorporándose los indios a la Corotla. Lt mechda provoco
acumulac~ón, aunque fuera por vía sucesoria. A partir de 1542 queda- gran revuelo CJ.l México y Cll Lima especialmente, y tres años después
ron exchudos de este beneficio los funcionarios reales en general, los fue dejada sin efecto.
pr~ados? las,c.omunidades religiosas y benéficas, los mulatos y mestizos Eu 1601 se dispuso la supresión del servicio personal de los indígenas,
lUCidos ilegttunamente, y los extranjeros. debiéndose contratar a éstos por un salario o jornal justo. La nueva
Las encomi61das eran inalienables, indivisibles, irrenunciables y no po- r
disposición fue resistida, aunque esta vez n?' hubo r~vo:aroria, es
dían arrendarse ni ser objeto de transacción, permuta o cesión en pago evidente que no fi.te cumplida CJ.l toda su extenston. En tenmnos gene-
de deudas. Podían., en cambio, aportarse al matrimonio como dote. Es rales, se puede afirlThti: que mie11tras esa supresión tuvo lugar Cll los
decir ~ue el sist~ma no sigt~caba la transmisión del derecho de propie- cC11tros principales de las Indias, en cambio el servicio personal subsis-
dad, smo tan solo la concestón de los beneficios y cargas establecidos. tió e11l.t práctica en regiones periféricas, como en ñiCumán y el Río de
la Plata.
249. Las encomiendas presentaban rasgos distintivos de acuerdo con la
clase de ~os indígenas comprendidos en las mismas. Los grupos nativos 251. Las encomieildas decayeron a medida que distintas ciramsl:a!lCias
que hab1an conservado su propia organización y continuaban agrupa- obraron en la transformación del régimen de trabajo. La inmigración
dos en puebl~ eran los llamados mitayos. Su denomllución provCJ.Úa de negfos esclavos(§§ 262-263), el aumCiltO de los hombres de raza
del.vocablo mfta, que significaba el ttrrno para trabajar. No se innovó la blanca y el crecido número de mestizos (§ 258) fi.teron reen~plazan~o
a.nttgua costumbre, y de esta matlCJ.·a la rotación al servicio de los. espa- paulati.n.am.Cllte la matlO de obra indígena, que Cll algmw tegtones dts-
ñoles Yen el trabajo de sus propias tierras permitía a los indígezus matl- minuyó en forma alarmante. ,
teuer sus pueblos. Sin duda, la situación del trabajador mitayo se hizo Fundándose en necesidades fiscales, la Corona decreto en 1718 la

208 209
MANL'AL D!l HlSTO!UA Dll LAS lNSTITtTClON.!lS AltGI:h'4'TlNAS

L\ OOND!ClÓN Dll LOS fNDlOS


extinción general de las encomiendas, disponiendo que las mismas reses. Lls quejas contra ambos fu -
se incorporasen defulltivamente en la real hacienda a medida que causas de los inconvenientes con qe¡rOl~ bastante frecuentes y tuu de las
fallecieran sus poseedores. Sin embargo, hubo excepciones, por lo · ·' aborigen.
IllZaclon le Sletupre tropezo' este tlpo · de orga·
que sub~;istieronnumerosas encomiendas, atmque bajo una constan* En estas poblaciones lo~ m·dí b .
te amenaza de supresión. , " genas tra aJabat tal
como 1as q~e pertenet--ían a la. comlli .d 'd ; ~to sus propias tierr-as
ganado.~, evltando que se conftll d. u a . bd:ían tener sus propios
252. En nuestro actual territorio, las principales encomiendas existie* 1 1era11 con los de 1'-""
.... ~ ..._.pauo
... ~ - es. .
1
ron en Tucmnáu, siendo de menor importancia las del Río de la Plata y
254. Los bienes pertenecientes a los iud· . '
Cuyo, y quedando muy poco de todas ellas a fmes del siglo XVIII. de la. explotación de las ti......., l . tos en comun, como producido
:.L ..,..~ s co ectlvas se mtard b
Debe destacarse en este aspecto la importancia de las ordenanzas dicta- J
ccmun~, cuya adin.llús- · , H
..
b ' e-~ a at1 en las cajas de
das por el visitador FRANCISCO DE ALFARa para las gobem.aciones del .• 1 uauon eva an separ· d
te.ues.. Estos bienes deb1'.,, •
.....,_ser n1vem os exd ·.d a amente los oficiales
Rio de la Plata (1611) y del Thcumán (1612), q\ie trataron de poner en neces1dades de .los indígeu.J.s b . . ttSlvamente en atender las
práctica la supresión de los servicios personales. Las citadas ordenanzas aunque fuera con el cop~... tn;y ~ta adptohibido cualquier otro destino
no sólo ofrecen interés por el espíritu de pmtección al indígena que Se ..,..__~¡ rue.nto e aquéll ,
estableció que los fiscales de las aucf . os. '
donúna su texto, sino porque sus preceptos, aprobados por el rey, fue* defeitsa de las causas toc.u!t b. tennas debtan ocuparse de la
ron luego incorporados en la Recopilación de 1680, convirtiéndose en es a estos 1enes · .
cargo de m1 oidor en prÍlue . . . , cuyo JUzgMruenro estaba a
leyes generales para las Indias. · . ra lltstancla y de 1a . d' .
lllStdllCla.. Se consagraba . , , . au lellcta en segunda
·, , ast, un regunClt de exc .· ,
atenctondeestos asun'""~ ., ··'to fun. . epcton, confiando la
253. Reducciones y pueblos indígenas. A fm de efectivizar su incor- ~V<> " dJ. S ClOnar d 1 ' ·
o btCller tnJ.a me¡·or admi.nis.... . ' d . . I?S e .regiiileu con el fltl de
poración en el proceso colonizador y evitat~ asimismo, la repetición de s· 111 embargo, tan loables propósitos
uaClOn e JUStiCia
difi·· ·
abusos, se dispuso que los indígenas fiteran establecidos en reducciones atenemos a lo que surge de reiteradas d~ilm~t~te se ctunplieron si nos
y pueblos fundados especialmente en lugares adecuados, separados de cmnplir el sistema vigen•- y d . . ~lctoues re.:t.les, mallddlldo
los centros urbanos españoles, pero al mismo tiempo cerca de los luga- .1 u:.,
dJ.gt~J.aS regiones del continente. El d.
e l11Vestlgac10 hi ' ·
nes sto~cas realizadas en
res comunes. Es probable que esta separación haya obedecido también fue mvertido con fines lucrativos Clll:l~~to ~e la~ caJas de commtidad
a razones militares, a fm de posibilitar tma mejor defensa de la minoría cobranza de los réditos fite bas~··· . constttuctón de censos, pero la
española frente a un ataque imprevisto de la mayoría Uldígena. • · L<u.H:C rrreo..Jlar Lo · .
extracc10nes que de esas ca¡·, lú . ,_";!'· · . llUSlllo ocurnó con
La organización de esos pueblos respetaba las cost:mnbres aborígenes, .. s c1eron ~ autor d d · d' ·
ma d e empréstitos atmqtte estab 1
a es Ul tanas en for-
siempre que no contravllúeseu los principios de la civilización cristiana tuación motivó e.u ,1668 tma di~ au. e:¿resamente prohibidas. Esta si-
que se pretendía imponer (por ejemplo, con respecto al matrllnonio, rreyes y presidClltes gobemador~l Icl n. :eal, CllCOlnendaudo a los vi-
véase § 274). Estos pueblos d~bían establecerse en lugares convenientes d d d· . __., a gesnon para logr·ar e1 b
eu as pen lentes, así como tambiéu el re· :o ro de las
y sanos, y contar con asistencia religiosa y médica. Se prohibía que en dos para gd.Stos hacendístico n uuegro de los bienes tonu-
los mismos vivieran españoles, mestizos, mulatos y negros, y tampoco s. rero no parece que ta l .,
m odifitcado stwtaucialmente el ~ndo d l . es reso Ucton haya
se permitía al indígena vivir fuera de esos pueblos o pasar de tillo a otro. es._.. e a cuesttón.
255. ~~ misiones jesuíticas. Entre los e
El gobierno local estaba a cargo de alcaldes y regidores ll1dios, cuya
.
autoridad era más limitada que la existente en pueblos de espaüoles, someturuento de los indígenas a 1 .· _.. sfuerzos ~~dos para el
especialmente en la administración de justicia. Los caciques conserva- na, se destacan, por sus pecul·· os ptlllClj;H~s de la C1Vllización cristia-
banla fantltad del repartimiento de las mitas de sus indios (§ 249), y d ¡d ¡ tares caractensncas y . el •.
mantuviemn, por sobre todo, t1U rru1go que la Corona respetó y atm
?, e e os religiosos deJa Cot aiüa de , pot CXlto alcanza-
lUStraron pueblos indígen" A np h boJesus, que fiuldaron y admi-
aprovechó para sus fines colonizadores. . ""· llltque u m. .
tas regtones, ¡.,que ··'e_,,,,..,~ .
·n-..' .
mones Jwoutuas en distin-
La autoridad política superior era tUl corregidor espaflol, y como en dJ. <UL<.«U.uü
d as desde f111es de 1609 ¡. tnayor nnpo '"' · fi
, ruu.Icta teronlas establecí-
esos pueblos se hallaban también los indios encomendados, el eiKO- U en as margeues su · d ,
ruguay, Cll jurisdicción de las provi.nci ~n;res e los nos Paraná y
mendero designaba t1U mayordomo para la adnlinistración de sus iute· Plata, entre los 26o y 300 de 1atitt d El a~ . araguay y del Río de la
1
• regunen se mantttvo hasta que
210
?:11
MANUAL DE HISTORIA PE LAS INSTITUCIONES ARoll."'TINAS EL MESTIZAJE

los jesuitas fireron expulsados de esos territorios de acuerdo con lUla Después de la expulsión del~ j~uit~ (1767) no pudo mantenerse ~on ''
disposición real, en1767 (§ 344). ' igual eficacia el régimen de gobterno tmperante, pese a la colaboractón
A través de Ulla ceuturia y media estos pueblos fueron numerosos, de religiosos de otras órdenes, y lentamente esas misiones fueron des-
que~~udo como .es~bles treinta ,de ellos, y calculándose que la po~ apareciendo.
bl~non total de mdtgenas supero, en determinadas épocas, las cien
mil personas.
~ org.u~ción de los pueblos estaba fuudada en los mismos princi· El mestizaje <•)
ptos prescnptos en la legislación indiana, pero contó contm orden eco·
nó~co de grar~ magnitud, con sentido solidario, bajo la tutela de los 256. La forma en que se realizaron la conquista y la coloniz~ci~n del
~gtosos. Los mdios no sólo explotaban las parcelas individuales de Nuevo Mundo condujo a tma mezcla entre las razas blanca e mdigeiu.
tierra que se les adjudicaban, sino que también trabajaban las tierras Posteriormente, la Uegada de negros esclavos, proc,edentes ~e Áfric.t,
conn~es: UI1 modelo, simil~r s~a para todas las plantas urbanas, lo originó tm nuevo entrecruzamie1~to r-acial, ~onformaudose as1, dtrrat~te
que dife~. de otros nucleos mdiauos (§ 47): la plaza, la iglesia, la casa la época colonial, mu extensa variedad de ttpos humanos. Aunque .extS·
de los nnsiOJ.J.Cros, el cementerio, la casa de las viudas la escuela los ten numerosos estudios sobre el tema, es tanta la vastedad del rmsmo
talleres, los depósitos de productos y las casas de Jos i.nd,ios. El desa'rro- que aún hoy es poco lo que s~ puede. decir .de~útivarnente ~obre. ;'ta
llo de estos pueblos fue favorecido, al contar cou indígenas más dúctiles cuestión. Por otra parte, esta UlSegundad ctC11tífica se ~~be tambien a
q.~ en ~tras regiones y con tierras vecinas muy aptas para la produc- las apasionadas controversias que ha despertado el.análiSIS ~el tema ~1
non agrtcolo-ganadera. También se consiguió aislar a los indígenas del aquellas regiones del continente donde se han dejado sent:tr con mas
con~~to con autoridades y colonizadores esp.úioles siendo los jesuitas fuerza las consecuencias de ese cruce r-acial.
los mucos de raza blanca que habitaban en los pueblos. Los indios allí Vamos a exponer tan sólo los lineamientos generales de eS~ a;-unto,
agrupados no formaban parte de encomiendas(§ 247) y fueron eximi- refiriéndolos especialmente al Cl1Jzamiento entre blancos e mdigp~s,
dos del p~go del tributo durante los diez primeros años posteriores a su dando cuenta de las principales conclusiones alcanzadas por los especia-
convers10u. listas que han abordado la cue~tión.
La i~iosincr~i,a especial del indígena (desidia, imprevisión y escasa in-
vent:tva) obhgo. a estructurar un régimen especial de orden y disciplina. 257. La unión sexual entt-e los conquistadores y las mujeres indígenas
~m~que el gobierno local era ejercido, en principio, por funcionarios en el momento inicial de la conquista podría explic~e como ;ma nec:-
mdígenas, los religiosos tuvieron lUla activa participación eu todos los sidad biológica en atención al escaso nt'lmero de mu1eres ':'pat1olas resi-
aspecU:S .de la ~da de estos pueblos. No sólo tenían a su cargo el gobier- dentes en el Nuevo Mm1do. Pero luego, al aumentar cmlSiderablemente
no esp:t.rltual, smo que eran quienes administraban justicia en forma el número de éstas, la mCllcionada causa no basta para explicar la persis-
pa~rnal y lo.s que regulaban el sistema económico derivado de la explo- tencia del mestizaje.
taciÓn agrana, guardaudo el producido en depósitos y distribuyéndolo De distintas formas los españoles se procuraban el contact~ s~xual
?e ~~erdo con l~ necesidades, pero respetando el fruto del trabajo con las indias. Al principio fue bastante común el pr?cedum~nto
mdt":dual. También a su cargo estuvo el desarrollo de artes gráficas, violento, raptando ll1dividual o colectivamente a las mu¡eres nattvas.
arqmtecnrra, .escultura, pintura y mt'lsica, manifestaciones éstas -que al· También las obtetúan como prisioneras por derecho de guerra o las
canzaron un lllSospechado relieve. adquiríat1 por compra. Asimismo, las relaciones cordiales con algu-
Las mi~iones dependían, en Wtima ll1St.u1cia de los gobernadores del
Río de la Pl~ta y del P;rr-aguay, am1que ~to~ no interfirieron mayor- (4) R!CliAP.D KoNEUJ:.E,l-1 mestizaje y su importrmtia en el desarrollo d~ la pob~ión hisptffloamr:rimna
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durante,.. "' ,_, Rl
"Ko.;a cwon,_, · ., 1946' Nros · 23y24·R
' · KONETZJ:EAméricalatlna
' · · .••tjiJrm
,op.ctr.en
bre ¡
mente en la VIda de aquéllas. El nombrarruento de los religiosos jesuitas nota (2) dcl cap. I; MWNUs MóRNER, El mertkajt m la historia de Ibero.Amtirll:a, m _ ~ '{ e
que est:tb~1 al frente de los pueblos era efectuado originariamen.te por mtuW d~ la imwtigación p!oe=trndo al coloquio organizado pot d Insnruto de &rudios bero-
el p~vmcial de. la Compaíúa o por el superior de las misiones, pero a Amel:icanm de Es~ Sueda (1960), R.H.A., Nros. 53-54, Mexiro,l962; ANc.a RoSENllU:l',
La población indlgma dtAmtrica ... , op. cit. en norn (1) del cap. VIII, y Las =rasen la vida de !as
part:tr d~ 1654 mter;Uúeron eula designación el gobemador y el obis- gtJbi:rnmioner d~l TTirreinato ...? op. cit. en ~ra (2) del cap. VIII; ALsEno M. SAJ..M, Cr0mm
po, preVIa presentaaón de una tema por el superior de las misiones. jWridR- del mestizaje tú /as Indias, Buenos Ailoes, 1960.

213
MANVAL DE HISTORIA 0:S LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS EL MliSTIZAJE

nos cil.ciques hicieron que éstos ofrecieran sus hijas a l?,s pr~~cipales determinar el rango o categoría dentro de la sociedad, que se tuvo espe-
conquistadores. Pero también fue frecuente la atr~cnon flstca q~e cialmente en cuenta en la concesión de mercedes regias y en el nombra-
sobre las indias ejercía el hombre blanco o extrano, que aparena miento para cargos civiles y dignidades eclesiásticas, dando motivo a las
revestido de valor y superioridad. consabidas informaciones acerca de la limpieza de sangre.
No existía, por lo general, tula repttgnancia sexual de r~~as. En numero- Al prlltcipio, muchos mestizos -así se llamaba especiahneute a los hijos
.~ as desnipciones de la época, los espaiíoles hacen alus10n a la belleza de de españoles e ll1dios- alcanzaron notoriedad y figru-ación expectable,
la mujer indígena o, al menos, al agrado con que la c:nltempla?ar~. ~ obteniendo algtntos Unportantes cargos públicos y am¡_, títulos honorífi-
diferencia de color que a veces no era muy ptmltutctada, no stgnifico cos. Tales los casos de Dmoo DE ALJ.dAG.Ro, ]UAl>J DE ZARATE, el ll101 C'-.ARCI-
. digenas-
tampoco obstáculo' para estas relaciones. Por otra parte, 1os lll LI\SO DE I..'\ VEGA y tantos otros. La dinámica generación de mestizos de la
en especial, las mujeres- cuidaban extremadamente su aseo pcrsonal. primera época desempetló, en general, mta importante labor en la conqlús-
Las diferencias más notables entre espaí1oles e indios se evidenciaban en ta y la colonización, y obn1vo diversa ubicación en la escala social, llegando
el modo de vivir, vestirse, alimentarse, en los conceptos sociales y mo- muchos de ellos a borrar los vestigios de su sangre llldia.
rales, y en el desarrollo culmral. . . Pero ya ell el mismo siglo XVI aparecieron medidas restrictiva~ que
Con todo, este esquema no pttede aplicarse a la totalidad de los p~b~os disminuyeron la cotldición social y la capacidad jurídica de los mestizos.
y tribus indígenas, pues las características de cada tulO er~.n muy distu~­ Muchos de estos impedimentos no se derivaban exclusivamente de su
tas. Así, mientras en los imperios de los aztecas y de los meas fue pos~­ ascetldem:ia racial, sino que se referían a los mestizos nacidos de múones
ble encontrar verdaderas muestras culturales, q11e despertaron la adnu- ilegítimas, pm lo que el vocablo mestiw alcanzó paulatinll.mente tul sen-
ración de los conqtústadores, hubo también tribus ql..te vivían en tul tido casi despectivo, usándose para designar a los tlacidos de rnúones
nivel muy llúerior. Lo mismo puede decirse con respecto a los diversos entt-e personas de razas diferentes que se encontrabatl en un lugar muy
estratos sociales de las mismas razas aborígenes. bajo en la escala social. Sll1 en1bargo, al mestizo nacido de un matrimo-
nio entre esp-añoles e ll1dia noble, descendiente de reyes o caciques anti-
258. La importattcÍa y la cat1tidad de estas mllone~ sext~es entre espa- guos, no lo alcanzaron las llJdicadas difiadtades sociales y jurídicas.
iíoles e indias quedaron demostradas con la proliferac10n de m~s A su vez los hijos de españoles y negras, deuominados mulatos, tuvieron
nacidos de esas relaciones, que vi.tlleron a llttervenir en las sucestvas severas restricciones en su condición legal y social. Sll1 embargo, algu-
generaciones en este proceso procreativo. ~uchas de esas 1ullones :Oc- nos de ellos llegaron a destacarse como predicadores, teólogos, litera-
ron ocasionales, otras se prolongaron en el ttewpo y en el afecto baJO la tos, etcétera.
fonna de concubll1ato o amattcebamiento, y algunas se crist.ilizaron en
la celebración del matrimonio religioso. El concubinato o el anunceba- 259. El mestizaje en el actual territorio argentino ntvo gran llnportan-
núetlto -también conocido como barragatúa- fucron prohibidos y ¡xx- cia duratlt:e la conquista y la colonización. Sostiene el profesor RosEN-
seguidos por la Corona, pero, con todo, se difi.Uldieron fácilmente por- BLAT --cuyas conclusiones recogemos aquí- que tanto en el Río de la
que las diferencias sociales u o~as trabas llnpedÍatl. a los. ~p~mles casar- Plata, como en Asmtci6tl, Tucumán y Cuyo el entrecruzamiento de los
se con las llldias, y éstas prefenan. ma.nten~r lUla srtu.anon trregtdar atl- conquistadores con los Utdígenas existió desde el primer momento. De
tes que desposarse con lUlO de su categona. . . . las expediciones colonizadores que lltg:resaron en nuestro suelo (§§ 154-
La Corotla no fomentó expresamente, salvo en cunmstatlCtas especta- 156), las que procedíatt del Pen't y de Chile ya traían considerable apor-
les la fusióu de razas, pero desde el pril.1Cipio autorizó el matrimotúo te de mestizos. La ímica que no los traía fue la dirigida por don PEDRO
en~-e espaúoles e indias, con tal de que existiera 1~ libre vol~u~~d de l~ DE hiE..NDOZA,. que fracasó en su ll1tent:o de establecerse en la margen
contrayentes, siguiendo los preceptos de la Iglesta. El pre¡mcto soctal occidental del Río de la Plata. La radicación posterior de esta corrie11te
influyó especialmente para que no ab1utdaran matrimonios mixtos. Los en Astmción produjo la pacífica mUón racial de los españoles con los
que los celebraron perteneCÍatl generalmente a capas llúeriores de la gtiara.uies, surgiendo lllla generación de mestizos, a quien correspondió
población blanca. Sin embargo, hubo también prittcipales conqllista- no sólo ejercer el gobiento local, sino participar activamente en la si*
dores e lltdias de noble estirpe que se unieron en matriluoillo. guiente etapa fundadora de ciudades litorales, ll1Clusive la de Buenos
De esta manera, el color de la piel constituía tul factor importante para Aires en1580. A tanto alcanzó su importancia cuantitativa que, según
~
L\. J'lSCL<\VlTUD: LA TRATA DE NI!GROS

'
.MANUAL DE HISTORI1\. DE 1.1\.S lNSTJTUClONilS ÁRGENTIN1\.S

comie11Z0 misrno de la couquista. La utilización del ~dígeua no yudo


estima RosENBLAT, eluúmero de mestizos era superior al de espaiíoles
blancos, iuduidos los criollos, en proporción de 20 a l.
Eu cuanto a los grupos pobladores de Tucmná.n y Cuyo, el medio local
satisfacer plenamente esta necesidad, 1:0 s~l? por sus dtscre~. aptltu~es
laborales, sino también porque la leg¡:slac1o11 protector~ dtctada ~~ la
.,
fi.te distinto. Mieutras en esta úitima región los eutrecmzam.ieutos se Corona trab6 su libre aprovechamiento. Desechada la tdea: pracucada

~j
realizarou cou indias de la pacífica tribu de los huarpes, en cambio, eu en los primeros años, de someter a los .i~dígenas a la esd~vttud, al~are­
1a gobernación de Tucumán, la wllóu biológica enconn:ó cierta resis· ció como solucióulaboralla importac1011 de esclavo.~ ?~ uza ne~a. _
teuda eutl't! las tribus indígenas existentes en su wsto territorio (diagui- Mientras la Corona evidmció una espec~ t:>reocu.raciO~l el~ la prot~:
tas, calchaquíes, lules, comechingones, eutre otros), por lo que el mes- ción de los indios(§ 243), en cambio, la mdiferencl<l.legtslatlva fue casi
tizo, uaddo de esa turión, quedó mas asimilado a la tribu que a la es- t0 tal Cll refel'eucia al esclavo negro. Las interveucioues de la .Corona Cll ~
trUctura social espaflola. No obstaute, eu todas partes estuvo presente la · d se limitaron a regular cl desarrollo del comercio uegrero,
este sentl O . · el on.-io ~
idea de fi.lSión racial, al ptmto de que se le atribuye al gobernador FRA..~­ con mayor interés de percibir derechos y participaCl~ne~ eu ne¡;,--
CJsco DE AoUIRRB -casado con mujer espaiíola y padre de más de 50 que en nleJOrar . A.......
¡a su..... ..._ o .-a.u:viar el trato del mfeliz
1
.
siervO.
.
De
.
esta
., ~
-. ¡· b. · ' de introducir esclavos en Inchas sm autonzac1on
hijos varones mestizos, además de los legítimos- esta expresiva frase:
"Que se hacía más servido a Dios en crear mestizos que el pecado que
manera, JA pro u lCiOn . .
del monarca tuvo principalme11te ob¡etlvos fiscales Y políticos.
,. l
.j
eu ello se cometía".
Auuque fi.Jeron perseguidos los desbordes personales y sociales que este 261 Durante el siglo XVI, autorizados publicistas espa.úoles atac:u:~n >j
entrecruzamiento provocó, el proceso de mestizaje coutinuó durante ¡ ; · en de la esdavintd por consida·ar que tanto esta condlciOll
los siglos XVII y XVIII. Tanto en las ciudades como en la campaña, los e regun ' . . . · p DoMINGO DE j
como el comercio negrero eran Ul_JtlStos e uucuos. ray
blaucos y mestizos iltunentarou rápidamente, mientras la población in- SoTo fray BARTOLo.MÉ DE ALBoRNoZ y también fray B.,~RToLOMt DE LAS 'j
dígena fue disminuyendo. Un co11siderable aumento de la raza blanca, CAS~ se pronu!lciarou durante el siglo XVI ~1 tal seuttdo. En la cennt- 4
en buena parte provatieute de una uueva corrialte inmigratoria peniu- . · · t [padre LUIS DE MOLINA y especuhnente el padre ALoNSo
sulru; se produjo c011 el auge econ6mico virreinal, eu el último cuarto na s1gma1 e, e l · t lj
DE SANDOVAL -considerado un verdadero ap6s~ol de os negros-, Jtlll o
del siglo XVIII. A su vez, por entonces, en Buenos Aires y en d litoral cou el adre PEDRo CLAVER, lucharon en la mtsma senda. , .¡¡j
empezarou a fonnarse importantes uúdeos rurales de mestizos, a los Freute ~ellos, otros autores, sigttiendo p~1cipios que a v~es prove~uru~ ,¡j
que desde fllles del siglo se designó con el nombre degauchos, vocablo del derecho romauo, justificaron la esdavmtd por ~l.ecesidad, por mte
que adquirió luego gran repercusión. reses 0 por considerar que era lícito ejercer la servtdtm~re sobre razas !~
N o J:..l ...., ....... n quienes sin tUl exame11 sustanciOSO del astmto,
.e ·
uuer1ores. la.tuuv ' , • 1 · ~
se limitaron a aceptar el hecho en ~í adtu:!~~ que el ;~guuen ~s~:Vtst: nj
La esclavitud: la trata de negros (S)
existente en Indias provenía de ntulos JUr!dicos leg¡:runos, ya po
compraventa o por nacimia1to. .
260. La escasez de brazos al servicio de los espaúoles pam explotar las
riquezas del Nuevo Mundo fue uuo de los problemas plauteados eu el
La autigtu doctrina espatlola antiesda;ista fue reavivada por la_~~rnen·
te abolicionista difi.mdida dtll'atlte el s1glo XVTII en Europa ocudental "ll
yaunen loS Estadva
~" Unido' que culminóleuramente con la gradual •1
(5) CoNCEPCIÓN GMciA-GALLo PE&'VEl.-<1., &brt el (rrdenMI!ientc jurfdico de fa eJcfaritfld m fas ' . 1 · 1 . ,,
India; espaiioli:ls, A.H.D.E., N" 50, 1980; AllEUli.DO l.JWAGGl,La ronditiónjurúliro del estfal'(l en extiución del comercio negrero y de la esdavttud duraute e Sigo Si-
m ipoc4 hi.sptinica, R.H.D., N" 1, i973; RolANDO MELLAI'E, La esclavitud m HispR»ormufrica, guiente(§§ 621-622).
Buenos AÍl'es, i%4; DIEGO Lms MouN-AR!,La trata de negros. Datos pon ru esrudio en d Río de 1!
la Plata, .s.::gunda ed., Buenos Aires, i944; EuGENio PEm MuNoz, EDMUNDO M. NA:II.MICIO y
JosE M. TtA!BEL Nnas, La condición jurldie4, social, ecrmómica _Y po!itica de los ntgros durtU~tt el 262. Nuestro enfioque se reduce a un tipo de esclavitud, la llamada '1:
coúmiaje m fa Banda Oriental, vol. i, primel'a parte, Montevideo, 1948; ELENA F. S. DE StUDEt, ·
trata de negros, que era cl acto de comercio re·alizad. o por europeos
. .
para
La tratad~ nq¡ros m el Riode fa Plamdunmre el úgloXVlli, Buenos All-es, 1958.
roveer de mano de obra, Cll. este caso, a las. Ú1~ias; Esta act:tvldad se
(Sa) MAJ.1o:a LUCENA &.!..MORAL, Los códigos ntgros de faAmlrica espaiiola, S.d., 1996; ÍDEM, EJ
dm:chodecoarttuión del eJdaPom laA»>IricaespMíofa en RJ., UX, n" 216, 1999; RENIIIO RABEI-
? .. ó eu el siglo XV y sólo tiene mu vinculaCIÓn mdirecta. con los o~s
BALD! Ci\J!ANU.LAS,EI estatuto jmidicodeJ negro m la dom-ina unirersittwia del nj¡loXYI en R.H.D., ~~ de esclavitud conocidos desde muy antiguo, refendos esre:1al·
n" 2i, 1993; ÍD!iM, La esc!Mitud de indim y negro; m la América espaif(J/a y el origen de};¡ mente a los pueblos vencidos en la guerra. Sin embargo, el anuguo
univer!41izadón de /0$ derechos humlffl(JS en R.H.D. n" 23, 1995.

217
"'
LA ESCLAVITUD: LA TRATA DE Nl.lGROS
l STITUCIONBS .ARGliNTINAS
IVL\Nl'AL. DE HISTORIA Dlll.AS N
Los Ílttereses Í11Saciab1es de los aseutistas, los itKumplimientos cont:I.-ac-
. '. cl· . td'baaseraplic.óldoaestossereshuma-
cottcepto Jtl!ldtco de la es aVltl_ 1 _ , tttales, el fraude que frecuentemente se cometía, el intenso cont:rabattdo
.
no~, call
, :los en tan deprllnente sttuacton. _ disimulado bajo esos contratos y las magras compensaciones recibidas
d' . tres períodos en este comercto por la Corona desacreditaron el experitnento de· los gra.ndes a.sientos
263. DIEGO_ L~s ~oL:~ ni: ~;;;:tor lo confiesa, 1to se puede d~
1
1 1
ituema.cionales, volviéndose al sistern11 de pequeúos asientos otorgados a
negrero, y st bten, com . . . ..... 1tan ilustrativas para adverttr espaítoles. En la segmlda mit-ad del siglo XVIII, el comercio negrero fue
L.
1 estas I"WrtodlZaCtOnes, l~W · d objeto de reformas, siguietldo la misma orientación dada al régimen
valor_al~o uto_ a r-:. . _En el rimer período, que se ex,tlen e
los dtstUltos su:retuas t~~~~los escl!vos en A.n1érica se efectuo es pe· comercial Así se llúció el tercer período Cll 1789, en que espaiio1es y
hasta 1595, la mtroducac~n d 1 . ¡· ncias Estas erau permisos con· extrd.lljeros tetlÍatt libertad de tráfico para esta actividad. La razónfiwda.-
cialmente m.edia.nte el régunen e as tce . ~ .-~. hut el pla.zo y el mental couocid.a para adoptar esta medida fite la creciente necesidad de
ti llares en los que se sena.ta matto de obra para el fOmento agrícola-lltdustrial en América. La medi-
cedidos por el rey a _par 1.-1. ' no~rti.cularidad de que, satisfecha la
, d em•1s a u~aresar, con 1a r - - · bl da file aplicada, crtla fecha indicada, pat·a Antillas y Caracas; dos aítos
muneu:>' e u ~:;;r~_- . -~ - Coron:a, las liceucias era.nneg;oc:a es
restac.toll pectuuarl<l afa':'ordela. l •'d· d de esd·avos autoraada. después se extendió a Nueva Gratta.da y al Río de 1a Plata; ell 1795, al
P · ·, d n:oductr a callu a virreinato dcl Pen't, y en 1804, a Paoruná, Guayaquil y Valpa.raíso (§ 187).
y no había obhgac.ton e llld . 1Ó el sistema de los asientos. Estos erall
Desde 1595 hast<l 1789 pre ~ , blico Cll los cuales el particular o
0

verdaderos contratos de derecho pu d' . · do la""" a introdu- 265. Los uegros esclavos _provetúan de África; se prefería los de Angola
-' etían durante eterm1Ua. r~~
1 ma compatua se cmupront ~...-.-.~ antericauos abonando y del Congo por ser tuás robustos, más dóciles y mejores trabaja.dores.
·d d · ·tadeesclavosen 1ospu'--'-""" ' Duraute la segunda mitad del siglo XVIII, muchos de los introducidos
cir una cantt a ctcr · l . gl XVII los a.sientos fueron
los de~chos estipulados: ~~~=-~~-es~Ílt~o y n~eve años, sieudo los eu e1 Río de la Plata procedían del Brasil. Este comercio funnó una
coucedtdos por plazos VM - ses e Wgleses los que se ocuparon espe- organizada red de trafkattte¡¡, que empezaba cou el reclutamiento de los
.,ortum1eses, holandeses, franc~ . , to de .-urtida para esclavos en el continente africauo mediante compra a jefes o ca.ciques
l t:>' ffi1 El asuntO consntuyo e1 pmt r-
cialtncrlte de este tl< ~?- _ erc·al de esas naciones y sirvió general- locales, o directamente, cazándolos. Los negros eru.u conducidos a tra-
uua verdadera expatlSton cotn 1 vés del océano etl buqttes especiales y en deficientes condiciones por el
meute p-ara facilitar el coutrabando. hacinamieuto, la falta de higiene y la mala alimentación, lo que produ-
cía a menudo tUl<1 grau mortandad. Uegados a los puertos de destino,
l igl XVIII el comercio negrero creció n?tablemente, y su
eran clasificados segt'Ul stts aptimdes fisicas, mllrcados, y luego vendi-
264dE~~e ~l~ en la Órbita diplmnática, siendo obJet~ de trata~os y dos en el mismo puerto o conducidos a ciudades del interior.
regt act 11 d Po tu al -ya a fines del s1glo antertor-,
aoterdos con las co~tas e
. . y Gr<lll Bretana, conc o.l
edi':.
dg~e stteesivrunente a compañías de
di El ' l
Franna . .
.
lio de este cotneroo crtlas In as. mas 266. El régitncn. legal del esclavo estaba itlStituido principalmettte por lo
esas nactoualtdades el ntouopo p 1713 110 sólo nnr la dispuesto Citlas Partidas (lib. N, títs. V y XXI, entre otros) acerca de la 1
·el b. io con Grau Bretana en · ' .I;:--
servidmnbre, y por algtul<l.S disposiciones uis1adas de la legislación iud.iat.ta.
inlfhlrtante ftte el t: e Ia(ti ·
nonarcas su10 tam ten b • poI ·la dtu·aaon del
1
intervenciónde 1osrespec vost_d dd
. :iOaflOS-Y[X>tlac<Ultt a en~tr.)S
:..m.
aintn:xlucU·-144-J)()(~--
. _1 ft
Un oniena.roiettto moderno de la cuestión sólo se efectuó crtla real cédula
asteuto -, . io el alto nivel Wternactowu tefOU del3l de mayo de 1789, que estableció un estatuto de la esclavatura, eu
Las razones que dterOll a este copolím~ - se padecía en Ittdias la el qtte se aprecia la preocupación de la Corona por aliviar la condición
varias. AdCiuás de los intereses ~~osilen JUego,_. otor<Mlldo asientvs a social de los negros y garatttizar tul mejor tt·ato personal. Sllt embargo,
la que era dtnC cotlSegull o--
falta de mat10 d e o bra, · . - te u·áfico. Pero estaba las protestas provocaron que en1794 se suspendiera su aplicación.
. úbd' 1
reanos en <W'\tera a e:¡ercer es ___.¡
los proptos s ttos, . /;':- · · d la. Corona lltt:eresaua El esclavo era jurÍdicamente mta cos-a, pero sudueiío estab-a limitado en
· · lO, elutteres pecumMtO e '
muy presente, aslffilSn. ' d 1 derechos por la introducción de los el dominio, pues no podía matarlo, mutilado ni herirlo. Podía el escla-
no sólo eu la perce~t~m de dos q te los aseutistas efectuaba11 para vo, empero, ser objeto de compraventa, donación, arretldamietlto, ce-
· 10 en el autlcipo e Ulero 1. - · · ' sióu en uso y usufructo, embargo, etc ..Es decir que era un donti.tlio sui
uegros_, su . . tambiéu eula lltdecomsa parttctpa.non

que, como verdaderos soctos e


J
remedtaf las urgeuaas flSC~CS, la crn t-esa tuvieron los propios mo-
P '
generis, diferente del que se podía ejercer sobre otra cosa.
El esclavo tetúa, pues, derecho _a la vida, a la integridad fisjca, al matri-
narcas.
MANUAL DE HJSTORlA DE LAS JNSTITUC!ONES ARGENTINAS
d) por habérselo abandonado en su infancia, veje~ o enfermedad, ya
monio y a la adquisición de su libertad. Por disposición legislativa de~ que en estos caso.., el amo debía provee:le lo n~esano para. su manuten·
bía ser instruido en la fe católica (Recopilación, lib. I, tít, I, ley 13).
cióu durante el tiempo que d~e su UlCapactd<l~ laboral, a-
La esclavitud era de por vida y hereditaria, y comprendía a todos los
e) por acto meritorio en bet~IO del rey o d~ remo ?eclarado ex:p~ .
negros sometidos a la trata. Esta condición se transmitía a los deseen· mente, y siempre que el rey reu1~ara su ¡;reciO
al dueno..Las dos ~r,une
dientes por vía matema, de manera que era la madre quien determinaba ras fornus se dieron con frecuenaa en el Rto de la Plata,;: atUl ~biCll ~u
la condición del hijo, que pertenecía al amo de aquélla. Constituía así,
1a pracnca ___~_:ti'o la libertad de vientres
' · se auuu que era nna liberac10n p;rrnal
., ' . d hi.
como dice PErrr MtrÑOZ, '\m estigma jurídico de base racial exclusivo de la esclava que daba a luz y que pemutla la libertad d }O·
de la raza negra". No había limitación alguna para adquirir esclavos.
Podían hacerlo todas las personas libres -blancos, indios y libertos-, 268. Quienes alcanzabaJ? la libertad reci~ían el nombre ?e libertos,! ~t~
tanto nativos como extraujeros, así como la real hacienda, los cabildos, condición jurídica y social COll.')erva~ .aun ~rtes :CS.abt~ de su pasa
las corporaciones religiosas, las cofradías, los hospitales, las sociedades do. Gozaban de mla libertad sui genens, su¡eta a ~tactones7 Y no se
comerciales y civiles, etcétera. hallaban en tUl mismo plano que los bl.wcos y los mdtos. De.btan pag;ar
El tr-ato dispensado al esclavo varió en las distintas regiones. En gene- tul tributo y vivir con "amos conocidos", y si no ,te11Ían oficio, n·abaJar
ral, se ha considerado que el régimen de trabajo fue más severo y hasta eu las mUlaS si se hallaban en las regiones donde estas se explotaban.. S~1
inhununo en las explotaciones mineras de Nueva Espaúa y del Perlt, y libertad ma¿_.imonial estaba restringida, no podían ,oc.upar car!Ps c~vi­
en algunas industrias antillanas. En cambio, en el Río de la Plata, el les y eclesiásticos, ni podían acceder a grados acad~~cos y tuuverstta-
trato fue más benévolo. Muchos de los esclavos fueron destinados al . m· al sacerdocio
nos · . "'<~mnoco
.1'-·-r
podí.w usar armas m. Ulcorporarse
, ~
en1el
servicio doméstico para mejorar el confort de la población urbana. Otros ·~ito, aunque a 1 los t'Utimos años de la domin.ac~on espanola se .?s
se desempeñaron en tareas agrícolas; hubo también jornaleros y otros ~mitió en las plazas inferimes (§ 341). Con todo, estas y on:as f~tliC­
dedicados a algún oficio (zapateros, sastres, barberos, carpinteros, pul- ciones no eran exclusivas del liberto, pues algmm de d!as mcbnan a
peros y tenderos). LEVAGGJ, luego de sus investigaciones sobre el tema, mestizos y mulatos. En el caso de mamunisión, las relact?nes entre el
concluye afmnando que los esclavos negros existentes en el Río de la liberto y su ex amo adquirían., en cierta manera, analogt~ con las de
Plata tuvieron, dentro de su deprimente situación, '\uu amplia esfera adres e hijos y daban a aquéllos ciertos ?:rechos rever~nnales Y ~u­
de derechos y una efectiva protección judicial". fuarios. La condkión de libet'to se tratmmtia tanto por Vl<l patem~ t.On:
La mencionada real cédula de 1789 intentó mejorar la condición del materna -a diferencia de lo .que octrrria con el esclavo-, Y.contulua .~
negro. Se dispusieron el adoctrinamiento cristiano, la alimentación, el por generaciones hasta el desvanecimiento del color eu la ptel. A_ parru:
vestido, el descanso y las diversiones adecuadas, la asistencia en caso de de 1795 se est<tbleció que algunos libertos (los pardos Y los qumtero~
enfermedad o invalidez, la adecuación de las labores a la edad y el sexo nes) podíatl ser dispensad~ de tal co~1dición mediante el pago a la Co-
del esclavo, entre otros. rona de tnta suma determuuda (graCias al sacar).

267. El esclavo podía alcaozar la libertad de diversas formas; entre ellas


pueden citarse: La familia <•>
a) por manumisión, que era la liberación espontánea concedida por el
amo, ya en fonna expresa o ya tácitamente, consintiendo, a sabiendas, 269. La frunilia indiana se hallaba cimentada en sólidas bases morale~,
ciertos actos in1propios del esclavo, como contraer nutrimonio con y su regulación legal era ru:Woga a la caStellana, con sólo algunas madi-
mujer libre, instituirlo heredero o dejado como tutor de sus hijos;
. · - ¡ d l A lrim E!:pafi(l/a La Plata 1934; J.N.
b) por compra de su libertad o rescate, abonando a su dueño eltnismo (6) josE M..>.ll.!A Ors CAPDEQUX,Inrtltu<WII;soc)d~ ~a pe I~· R';;&PO ZoU.A¿DÍN Brn..:If¡storffl dd
orsC&"DEQm,.i\imma!.•. , op. nt. en nota, · ,
importe que se había pagado al adquirirlo. Seg{m LuCENA SALMoRAL, derecho mJJmrino, op. cit. en nota (1) del cap. Ill, t. l. . . . . .
desde mediados del siglo XVIII se reconoció, por costumbre, el dere- .• E!:
a dd derecho di' fomi/ia mdmno, Sanoago de Clúk,
(óa) ANTONIO DouGNA.C RODRIGUf.Z, , l L crmjlir:t(IS marrinumia/es en la rociedad
qJUffl
cho del esclavo a comp¡_·ar su libertad pagando el precio al amo mediau- 2003; Vfi:'JANA Kwon, Esctn_M d~ ' : d. a "i,¡'foa ;..,1:;;_ ensambltula m d RJode la Plata.1.,85·
00 3 1
1 11

te un siste.rna de ahorros periódica<;; virnínal noplatmse, Buenos Aires, ~ , DEM,


1812 en R.H.D.R.L., n° 33, 1997.
e) por abuso deshonesto del amo a la esclava;
221
MAN"l'AL DE HISTORIA DE LAS INSTITUCIONiiS ARGiiNTINAS
LA I'A.MlLIA

ficaciones introducidas por las leyes indianas, a fm de adaptar aquella se adop~n P,a.ta el caso inverso, es deci.J:, cuando españoles casados
legislación a la realidad del Nuevo Mtutdo. con Indtas dcbtan regresar a Espaiia.

270. La familia se sustentaba en el matrimonio monogámico cele- 272. En ejercicio de la patria potestad, el padre o en su defecto l
brado de conformidad a los preceptos de la Iglesia. Segt'mlas Parti~ madre tenía sobre sus hijos la autoridad necesaria,para b · . ..J 1 'la
d ·• l Uhu\tf es a
das, el matrimonio era "el ayuntamiento o enlace de hombre y mujer e ucac1on Y prest~ es el amparo fisico y espiritual. La patria potestad
hecho con intención de vivir siempre en lUlO guardándose mutua c;saba cuando ellúJo contraía matrimonio, cuando alcam.aba la mayo-
fidelidad" (lib. IV, tít. II, ley 9), y sólo podía contraerse válidamente na de edad o por otras causas especiales.
entre c.ristianos. El pa~:C ~e f!Unilia di~potúa de 1ma amplia y fuerte autoridad que le
Debía celebrarse con el libre y mutuo consentimiento de los cónyuges penrutia eJercer el gobtemo de la casa quedando la mu ·er J.... ~ j ··
d •· di . ' 1 ,...,_,UJosy
que remúeseu la capacidad requerida. Se exigía el consentimiento del :ntas mte~~1tes e a commudad doméstica en situación de obedien·
padre en los lújos menores de veinticinco aftos de edad, y en las lújas cta y sometmuento a aquel. GobenJaba la familia y tetúa la lib ..> ·
· ·• d b. re awru-
menores de veintitrés. El matrimouio se disolvía exclusivamente por la mstranou e los tenes, con facultades correctivas sobre los m·
muerte de lUlO de los cónyuges. La regulación de las relaciones matri- otros dependientes. JOS Y
moniales estaba basada en el sometimiento de la mujer a la autoridad
marital, necesitando aquélla la licencia o la autorización de su cónyuge 273. E~. conc.epto de familia no se agotaba en la pareja matrimonial
para la celebración de diversos actos jurídicos. Ysus hiJos, smo que se p~ocuraba 1a extensión del concepto de lUla
Además de los impedimentos canónicos, existían en Indias otras res- manera que, no compret~dte:~ tan sólo ellittaje, sino además los bie-
tricciones a! matrimonio, impuestas en beneficio de la administración nes, a traves de la msttttteton del ma11ora7.no. Coustituía ést·
i-X>Ütica, y también de la más absoluta libertad conyugal. Así, los virre- m?dla 1.dddl
~
'. ., ~ auna
e regunen sucesorio, de gran proyección sociocconó-
yes, presidentes, gobem.adores, oidores y otros altos :fimcionarios india- llllca denvado de.duna concepción estamental de la sociedad, que se
nos no podían contraer matrimonio con mujeres avecindadas en el dis- apoya b~ ~n 1a so~
l ez d~ algtmas i.mportant~ familias. Se decía que
trito donde desempeítaban sus cargos, bajo apercibimiento de perder- se ftmd~ba mayo.raz~ cuando lUla persona dtsponía que lUla parte 0
los. Amtque estaba permitido el matrimonio entre españoles e indias(§ la. totalidad
. de sus btenes se transmitiesen a su muerte a un bene fi1·
258), en realidad, el pre<>tigio social del español de clase alta dependía nar.lO -generalmente el primogé1~to-, sittla facultad de dividirlos y
de su casamiento con una mujer blanca. enaJenados, de manera que los nusmos reconocían un determlltado 1
La necesidad de aumentar la población en los territorios conquistados orden sucesivo de trammisióu a través de las generaciones per
'd ¡·L"·· ,pe-
"'
.
provocó en ciertas épocas disposiciones reales, obligando a contraer tuan ose en a nus1na tamiha. De esta nunera se evitaba la d.
·• d 1 · . . tsper-
matrimouio a determinadas p<"rsOltas, como los que ttwiesen indios SlO~l e os biCn~s ~atnmomales, que fonnaban la base económica
encomendados (§ 248), y hasta se prescribía que "los vecinos solteros" de Importantes linaJes. En Tucumán y en el Río de la Plata, el régi- 1
fuesen persuadidos a casarse. men del mayorazgo ft1e escasamente aplicado. '1

271. Uno de los graves problemas morales y sociales provocados por el 274. Los principios que regulaban el matrllnotúo entre españoles se
descubri.núento del Nuevo M1u1do lo constittl}'Ó la cantidad de mujeres apli:aban también al que celebraban los lltdígenas entre sí. Pero en este
casadas que quedaron abandonadas en Castilla o en Indias, en razón de s;n?do hubo d~ ,rrocederse con cautela, etl razón de la diferente caracte-
que sus maridos habían, segt'm el caso, emigrado a los territorios ame- nst:t~ de la ~01~ ,co~~gal. en las socieda~es a~rígenes. Así, se optó
ricanos o regresado a EspafJa. De ahí que se dictasen diversas medidas por la conval.idaaon canómca de los matrunomos celebrad"" p 1
.d. -oc~
para remediltf la situación. Se prohibió, en general, a los hombres casa- Ul tgenas autes de su conversión al cri~tianismo am1nue esta d · · •
fi ·' ..Joc uJ d > --¡ eClSlOn
dos pasar a Indias sin ser acompaftados por sus mujeres. Hubo algunas o .C:Cto ~1c ta es _r:rá;ticas, ~es era bastante común entre ellos la
excepciones explicables, pero en estos casos las licencias eran concedi· poliganm.,
. . lo que obligo a lUla cwdadosa a.nnonización entre el espmtu
•·
das sólo por detennittado plazo, prestando una fianza suficiente de que cnsttano y las costumbres indígenas.
el regre~o se produciría en el tiempo previsto. Disposiciones análogas En otras disposiciones se aseguró la libertad matrimonial entre lo.~ iudí-
MANUAL D!l HISTORIA DB LAS lNSTJTUC!ONBS AltGI!NTINAS Los BXT\I.ANJEROS

get~s, se prescribió el respeto ata uuión couyugal, impidiendo la sepa- uo ofreció duda alguna, en cambio, para los segtuulos, el criterio varió
raCIÓU de los cóuyuges por los eucomenderos. de acuerdo con las épocas. _ _
Como es sabido, los reyes de Castilla e Indias erm al nnsmo nemro
275. c¿>~o. dice Ü:~ CAPDEQUI, la mujer española era absorbida por el monarcas de oll-os reinos europeos(§ 19), de manera que fi.¡e preclSO
orden Jlmdtco familiar y estaba consagrada enteramente al hogar. La determ.i11ar si los súbditos de esos on-os territorios de la Coro11.a estaban
mujer soltera estaba sometida a la autoridad paterna o, en su defecto a comprendidos en la d('-tlorninación de exn·anjeros. En los primeros ~os
una tutela ejercida por el hermano varón mayor u otros patientes. Al se consideraban como tales a los que no fi.1eseu 1uturales de Castilla;
contraer matrim01úo, quedaba sujeta a la autotidad marital La viudez poco después, los aragoneses dejamn de ser tr<l.tados como extranjeros,
era el estado donde la mujer gozaba de su plena capacidad civil. Las y más tarde CARLOS V adoptó 1m .criter~o ~~lío, permitiendo a t~os
mim1.as normas se aplicaban en Indias. los súbditos y naturales del impeno el eJefClClO de los derechos n:strm-
La mujer soltera o viuda podía pasar a Indias en forma análoga a los gidos hasta entonces. Sin embargo, a partir de 1596 fueron :onstd~-a*
hombres. Hubo prohibiciones especiales dirigidas a las hijas o nueras dos extranjeros en las Indias los que no era.ntut:urales de Castilla, Leon,
de los virreyes, que no podían acompaÍlar a sus padres CJ.t el viaje a Aragón, Valencia, Cataltú1.a, Navarra_ e isl~ ~e Mallorca y M~1~1;a.
Indias ,ni residir con ellos; también, a las extranjeras, a quienes debía Esta distinción tenía una importanCia practlc<l., pues la condieton del
exp~sars_~as de e~1eontrarse ya eu Indias, sin la posibilidad de legitimar extranjero era muy inferior a la del natural, siguiendo el crite~o restric-
su s1tua9on medunte la composición (§ 277), y por último, a las de tivo que regía en Europa, donde existían trabas legales que difi<:ultab:Ul
vida ligera o airada. la permanencia de los extranjeros e impedían muchas veces la libre dis-
N ose concebía~ ~criva participacicinde la mujer en las fi.Ulciones guberna- posición de sus bienes.
mentales, no extsllendo, empero, prohibición expresa al respecto. Sin em-
b-argo, hubo algw1os casos exce¡x:ionales que recuerda Ors CAruEQur: do6a 277. El principio general era que los extranjeros no podí~l pa.s<l.,r _a
MARiA Dt TOLEDO y doúa ANA DE BoRJA fi1eron, atutque sólo accidental- ludias tr<l.tar ni contratar en estas regiones, aunque fner<l. por mterposl-
mente, virreinas; doíta }U\NA DE ZARATE y doíta CATALINA DE MoNTIJo ta pers'ona, bajo pena de perder las mercaderías en cuestión y los bienes
recibierou por herencia el oficio de adelantadas. Hubo también algmm que ruviesen. Sin embargo, existiet-on diversos mod?s I:?ales para sub-
gobemadoras y tuu mujer llegó a lucir el título de almiranta. sanar esta incapacidad. Podían peticionar la natural~zacw~, ~ara lo ~ual
Se consider6, luego de algunas vacilaciones, que la mujer estaba capaci* se requería una residencia "en estos Reynos o en las _IIultas ,de vemte
t<l.~a para poseer encomiendas, aunque con las limitacioues generales años coutinuos diez de ellos con casa, importautes bienes ra1ces y 111<1.-
senaladas en cuanto al ejercicio de esos derechos. trimonio con ~sona 1ucida en los reinos peninsulares e indianos. Todo
ello debí.t ser acreditado con mu información ante las autoridades loca-
les, elevada luego al Consejo de Indias, que resolvía en defuútiva.
I ..os extranjeros (7l Según 0rs CAPDEQm, ~ necesida~ ~e desar~:o~ar en el Nuevo M~md~
algunos oficios y profesiones mecamcos obligo a !a Coro~ a conceder
276. Bajo la denomimción de extranjeros --excluidos los negros esda* licencias ¡\ operarios extraujet:os para pasar a ludias, debiendo p;estar
vos- es posible distinguir dos categorías distintas de personas: fwrr.,a en la Casa de Contratación de que continuarían desempenando
a) los que no eran castellanos ni vasallos de los mo11arcas españoles; esos mismos oficios en el lugar de radicación.
b) los vasallos de esos monatcas, pero que no eran naturales de Castilla. Por ültimo, en algtntaS oportmridades, y especialmente cuando las l~e­
Mientras que para los primeros la aplicación del vocablo "extranjero" cesidades del tesoro real eran apremiantes, se admitió que _los e:x;rllll¡e-
ros residentes clandestinamente eu Indias legalizaran su sttliaClOn me-
(7) FMNc;sco Do.>.ill<GUEZ CoMPANY, La ctmdición juridi;;a del =ro-njero m Ami!rim (rcgún fas
diante el pago de una contribución, que se establecía "en ateucióu al
ltye> de lmfrM) enR.~.A., n" 39, 1955; EDUARDO G. GoULD,La C!J11diáán dd =ronjtrr(l m Amtrica.· beneficio que han recibido", pmcedi~~?se "con toda t~:Uplanz~ Y
las ptmugu~er m CiJrdoba dd Thr:umdn mm 1573 y 1640 en R.H.D. n" 19 1991· ÍDEM Lo¡; moderación posible, conforme a la postbihdad de cada uno (~ptla­
extranjeros y su integración a la l'ida de una ciudad indiana: Ws portug~ m C.fuiol14 d;l Jhcu'mdn
1573-]6!10Cll R.H.D.,n" 24, 1996; ViCTO!\ TAU A"'ZOÁTEGUI, Unad~ftnsade /m extranjeros m e/ ·• lib. IX, "t.
cwn, .... XXVII, leyes 11 y 14). Esa__fonna
, de excepCIÓn
pod' al
BumosAtm de 1743 en S.C.I.H.A., t. IV principio general recibió el nombre de compostcton, y sólo Iall aco*

224 225
l\iANOAL DE liiSTORM DI! LAS JNSTITtlCIONES .AI!.GEN1'1NAS Los DERECHOS J.'E11,SONALIIS

gerse a sus beneficios en los lugares de residencia cuaudo existía UIM uocierc:u como tales los emU1ciados po1· el pensamiento de los teólogos,
expresa disposición del rey. . . . . . . provemet~tes d~ d~cho it.a~ural. Estos derechos, que no podían se ava-
Sin embargo, algtmas normas leg~es lm~tatDi~ en Ind<as la a~.n~dad d~ salla~o:' m restrmgtdos abustvamente por 1a autoridad, dependiat1 de la
estos extrill.ljeros. Así, los que tuv1eseu liceucta para comercw no po COlldtct¿u de las personas, pues estando formada la estructura social
díau internarse en el territorio, debiendo pennru.1~:r en los pu~s, Y por vatios estamentos (§ 237), cada llllO de éstos tetúa sus libertades
tampoco se les permitía r~catar o:o, plata ni ~ochi.nilla .. Los e::rra~JCl~ peculi:U'CS. De ~ta manera 110 se podía hablar de tU1a igualdad general,
"contpuestos", a su vez, solo podiill.l cofne.rct.u· con sus proptos cauda pero Si de lUla tg:uaklad de la$ personas en razón de su estado.
les eu las provincias donde residiesen, y no podían pem1auecei· en luga- ~I-;ou~epto de Jibertad tendía a generalizarse, atwque aüu había serias
res y puertos marítimos. . . limitaCiones eu la sitmción de los sometidos al régimen señorial eu la
Para los extraujeros, y especiahneute los ~omeroantes,, 1~0 cotup,rendt- penú1Sula, eula de los extraujeros (§ 277) v eu la de los indígenas ame-
dos en las excepciones aludidas, la legislactón era categonca: deb1~1.s;r ricanos ( § 244). '
expulsados de las ludias. Se daban razones de defensa de la r~iglO~ fi;
La ~ad residencia y~ c~rculación, aUIKJUC reconocida en genera~
c;ttólica y también de íudole política, pCI·o no parece que estas dtspost- expenmCI1t6 algtul.as restrtcnones por motivos políticos y religiosos.
do11es se hayan cttU1plido estrictamente, si nos atenemos a las frecneu- Eu lo .que respec~ a ,Indias, cabe seüalar la situacióu especial de los
tes reiteraciones de la Coroua sobre este punto. . ex:r~nJ~, ~e los rudtgCI1as y aun de los piDpios castellanos, pues se les
Pese a las estrictas prohibiciones legales, muchos extrauJCI·os (po~­ extgta licencta real para pasa: a América, estando también restringido el
gueses, genoveses, ingleses, etcéte~_.a), desafiaud? las sanc10nes pres~t­ ~aslado de. tU10 a otro contutente a los hombres casados que viajaban
tas, ingresabill.l, residían y con::erct~bat1 d:Wde;>trnamet1te eu la~ Iudt~· SlllSUS mUJCres (§ 271).
Ello surge uo sólo de las invest1gactones J:Ustóncas .efecttta~as, s~:o de la S~ admitía la.li~;rtad ~e. expr~sión siempre que no atacara los princi-
pwpia legislación que admitía al exttatiJeJ:? legalizar.su Sitt~ctou.me­ p.tos de ~~ rehgu~m catohca lll los derechos del rey. La impresión y la
diaute la composición. De talmauera, es postble advern; su extStencta en CJ.rcul.acton de ltbros estaban sometidas a la licencia previa de las
nuestro acn1al territorio desde el siglo XVI. La mayona Cl·au porntgue- auto~tdades reales. y ~c~esiásticas, quieues la uegabau en caso de iu-
ses. EDUARDO GotJLD ha puesto de relieve la .tctiva par~cipación q~u.· fra:c.tón a esosyr;-uClpto.s (§§ .320·321). La regtúación de las ideas
ttJVieronlos portugueses en los negocios y la vida de la c.tudad de ?Sr- reh~o~as a?~Ulrto pectútar relieve en Espaüa e Indias por la conoci-
daba hasta mediados del siglo XVII, llegando incluso .t ser reconocidos da mclmacwn de la Corona a defender el catolicismo, duramente
co1110 vecinos y ejCITiendo oficios capitulares. A ftne~ del siglo. xynr puesto a prueba en esa época por la reforma protestante. De ésta
existía en Bueuos Aires tUl crecido m'unero de extratlJCI·os de dtstrntas manerao la herejía~ cousiderada tlll desvío erróneo del dogma católi~
1¡acionalidades principaln•ente portugueses, dedicados al ejercicio del
co, fue ~e~eramente I;erseguida y castigada. Siguiendo el pens.unien-
comercio y a <;tros oficios. En menor número también los había en el t? teologtco predommaute, se admitió la posibilidad de otras creen-
litoral, Tuauná.u y Cuyo. Cias, pues no c~bí~ impone~ oblígat?riameute determinada religión,
pero, eu ~ur~pluntento deltdeal P?htico, se p.resio11ó eu Espaúa a los
moros YJUdws para que volUI1tanameute se convirtieran bajo atne-
Los derechos personales (S) uaza de expulsión. También fue objeto de especial cott~oversia la
libe~tad religiosa de los aborígenes(§§ 240-243; 285).
278. Los derechos personales no fileron objeto de tilla fonnulación La igualdad, por otra. pa:te,. y especialmente en el siglo XVI) 11o se
precisa y sistemática hasta ftues del siglo XVIII. Sin embargo, se reco- fundaba tatito eu extertonzactone$ políticas o económicas como en la
igualdad esencial del hombre, que descubría la muerte. Es~ idea había
(8) MM!..\. A'"C..ÉUCA FIGUEROA QUJNTER05,Apunta w/Jre d wigtn tk lasg_arantúu a Ws_ d=fhm sido i11Suflada por el pet1Samiellto cristiauo medieval.
humanr1scnla legi1fuá6n hispana.chilcna, F~cul~d de Ci~das Jurídi~<IS y SOC!JJ.les de l.a Urul>cnidad Cabe $eiíalar que, a pesar de estar restringida la expresión de las ideas
de Chile Estudios de Hisrol'ia de las Institl.IC!ones Polin;;;as y So<:Mles, N" 2, Sann.ago de Chile,
1()(>7· furoNSO GARciA-GAUo•.MammJ..•, op. dr. en nora íl) del~<~p. I; GoNZALo VJAL Co.!tREA,
políticas, se d~arrolló un sistema de comUiúcación cutre los súbditos y
1ixnla'} pvd,;úca ..• , op. dt. en nora {1) del cap. VIII; EDUARDO MARrrat,Los dem:hosperomaltsen d rey por tnedto de cartas, memoriales, escritos, en los que se demwcia-
Indias RJ.H.D .. N"' 26,1980. bau abusos, se propotúatt remedios, etc.; éste fue estimulado por la

'"
.MANUAL DE HISTO!UA DE LAS lNSTlTVClONES ARGENTINAS

Corona como tul medio de obteuer una preciosa información sobre Jos
rnllltiples aspectos de la vida en las Indias.
Los derechos pr;ütitos de los naturales para intervenir en el gobiemo de
los reinos peninsulares estaban limitados a la alta nobleza, al alto clero y
Capítulo IX
a los vecinos, por medio de su participación en el régimen rmuticipal.
Estos estamentos tetúau su expresión política en las cortes, y cuando
éstas decayeron, aquellos derechos quedaron notoriamente cercenados.
Los cargos civiles o eclesiásticos se reservaban para los naturales o ex*
tranjeros naturalizados. En cuanto a los españoles peninsulares residen- La Iglesia. La organización eclesiástica. La predicación religiosa. La
tes en ludias y los españoles americanos, su participación más directa y influencia social del clero.
relevante en el gobiemo local se dio a través de los cabildos (§§ 85 ss). El Real Patronato.
Aunque con algtuus resn·icciones políticas y econónticas, el derecho de
propiedad era reconocido como necesario y fundado en el derecho natu-
ral, pudiendo las persotus disponer de sus bienes comerciales. Había La Iglesia (1)
hmitaciones de acuerdo con la condición de las personas. Así, los indí*
ge.nas, por su prestmta incapacidad(§ 244), los extranjeros, por el rece- 279. La organización eclesiástica. Al igual que el or?ettamie~lt~ .polí-
lo que despertaban(§ 277), etcétera. tico, la organización eclesiástica indiana reconocía dtversas dms~01~es
Los derechos personales encontraban su protección por distintos me* territoriales y diferentes categorías de autori~des y órganos. S~ d1s011*
dios: la inviolabilidad del domicilio y de la correspondencia; la obser- guían así tres grandes jurisdicciones territoriales: ~as parroqmas, .que
vancia del derecho, que se impotúa al propio rey; las súplicas o protestas eran los pequeÍlOS distritos de población española ~,st~ados a unatgle- 1
individuales o de todo el reino por violaciones cometidas; el control sia, a cargo del cura párroco; los obispatú;s o las dtoc~s, que comprei_l-
1
político que significaban las visitas y el juicio de residencia; en fin, por díantm vasto territorio, a cuya cabeza se hallaba el obtspo y los arwbts-
los remedios procesales admitidos en casos de privación de la libertad. padns, que remúa.n generalmente ~'?"ias di~is, ~,cuy? frente se hallaba 1

el arzobispo, quietl atendía t.-ambtetl su propta dioc~lS. , . 1


Las órdenes religWsas, e11 cuanto tales, no estaban su¡etas ~este _regm1e1L,
sino que tetúan su propia organizaciÓtL, se~u: l.as parncul~1d~des de 1
cada una aunque file general el sistema de dtvidll'Se en provmnas, con 1
m superior provincial a la cabeu, que de~ía del general deJa orden o
1
de comisarios residentes en la península. Sm embargo, esta fonna de
l
organización de las órdenes religiosas no im~~ía ~u: ;tl algun~ casos 1

sus miembros debieran estar sometidos a la JUrtsdlCCIOll del obtspo. 1

•· "' ·' S¡ Historia M la Itrksia m /a América espano!a desd: d descubrimiento


l
(1) .n.'<f0l'i10 DE =ftNA, · ., >O' L · '· · d
· di' •·XIXJJ-'~,·Asur Madrid 1966•RIIl'AELGÓM!i:t.Horos, rtlg<"Uil e
h liSta camumws e Hffw · ""'~J"' " • > ' ¡
Amtfrir:a en las kyes de Indúu, MadJ.id, 1961; GAnRIEL GUAADA, O.S.B., El apostolado seglar m a
tristianizMWn deAmtfrú:a: fa imtitudón dt los focales, H. Ch., N° 7, 1968; LEoN Lo~~Gm, S.L,
• z s 1 Histuria M la ~r ~trna m la América española desd: Vel descubrwmento hasra
}' FEUX 'U!!n.LAGA, · ., D S El
comienZO> MlsigWXIX,Mixica. Amirú:a Centrnl. Antillas, Mad?d, 1965;. lCENTE - ;~v.,
sentido misúmal M la C(ltlpúrta de América, tercera ed., Buenos Aires, 1944, J;;~ Ca.ws ZOl<ETI!'
Nlm'rt histuria eclesiástica ll"!Jffltina, Buenos Ail-.:s, 1972 (se utilizan en estt úlnmo hbro concepros
provenientes de bs plimeras ediciones de este Manual).
(la) NELSON C. DELJ...\.l'lÓRREBA,Lil Iglesia diocesana: fas i11rtÍtuc:ÍOI'Its en N.~.N-'\., e Il, cap. 12,
con bibliografia; ROBEa:o DI STEFANO y Lous ZmATTA,Histuria de lalgltsm awentma. Desde fa
(lmr¡uirta hasta fines dd uglo XX. Buenos Aires, 2000.

229
228
1
J.\.Lwt'AI. DE HISTORIA DE LAS lNSTITUClONilS AltGENTINli.S L\. !GLBSI/1.
1
La denomittación de doctrinas, en cambio, ñte reservada para designar número de arzobispados se había elevado a ocho, y el de obispadvs era de
la organización parroquial de los pueblos indígenas(§ 253) que habían
asimilado los principios religiosos.
treinta y ocho.
Nuestro actual territorio, en su totalidad, iutegró al principio la di&--e-
j
sis de Cuzco, hasta que PAULO III, en 1547, creó tUl obispado con sede
1
280. Las drdenes religiosas constituyeron la. base de la empresa misional en Astutción, que comprendía los límites de la primitiva gobernacióu
y a. su cargo estuvo la tarea iniciaL Las cinco grandes órdenes del siglo del Río de la Plata. En 1570 se estableció otra diócesis con sede en
XVI füerott: los dominicos, franciscanos, agustinos, mercedarios y je· Santiago del Estero, cuya jurisdicción coiucidía con los línútes de la
suitas. Se caracterizaban estas organizaciones por tUM rígida vida en goberua.ción del Tuctunán. En1699la sede de este obispado se h"<lsladó
comunidad, sus miembros no podían poseer bienes particulares, tratar a Córdoba.
tú contratar y estaban sujetos a uua severa discip!im. Auuque los futes y En 1620, al crearse la diócesis de Buenos Aires, se dividió la exteusa
medios utilizados por las diferetttes órdenes religiosas eran distintos, jtu-isdiccióu rioplatense. Elttuevo obispado, con sede eu Buenos Aires,
tulÍait a estos religiosos los votos de obediencia, pobreza y castidad con- comprendía las acUlales provincias argentinas de Sauta Fe, Corrientes,
sagrados por regla de su comunidad. De ahí la denonlliMciÓtt de clero Entre Ríos, Misiones, Buenos Aires, la región patagónica, la Ba1tda
regular con que se distiugue este tipo de comunidades religiosas. Oriental y el acntal territorio sur del Brasi~ mientras que el resto formó
El clero regular no sólo afrontó con gran espíritu y sorprendente prepk otra división dioces<llta, cuya sede continuó en_ Astutción.
ración la tarea de cristianizar a los indios, sino que durante las primeras La diócesis del Tuo.unán ñte dividida en 1806: tuta parte continuó cou
épocas atendió las necesidades espiriutales de los españoles, sirviendo sede en Córdoba y ñte lla1nada Córdoba del Tucmnáu; la otra, estable-
en las parroquias y doctriuas (§ 279). Paulatinamente fueron llegando a cida ett Salta, ñte conocida como la de Salta del Tucmná.tt.
ludias otros sacerdotes que no pertenecíau a órdenes religiosas y a los La región de Cuyo, a su vez, dependió del obispado de Sa1ttiago de
cuales tradicionalmente el derecho canónico les otorgaba preferencia eu Chile hasta 1807, en que fi.te incorporada a la diócesis de Córdoba del
la provisión de parroquias y curatos. Estos religiosos, que integrabau el Tuetmún.
llanMdo clero secular y estaban directamente subordinados a los obis- De esta mauera, enltttestro acutal territorio, al ténnino de la domina·
pos, tuvieron muy escasa. actividad misionera. A fm de contribuir a la ción espaúola había tres diócesis; Buenos Aires, Córdoba del Tucumán
preparación de los sacerdotes se crear011 colegios seminarios, fonnáu- y Salta del Tuctunán.
dose así tUl clero que inch.úa a fines del siglo XVIII españoles, criollos, Estas diócesis fueron sufragáneas del arzobispado de Lima hasta 1609,
mestizos y alut indígenas. en que pasaron a depender del arzobispado que entonces se estableció
H.nbo algrntos choques entre el clero secular y el regular, especiahnente en Charcas.
cuando los primeros pretendieron desplazar por completo a los segun- Quienes hayan obf;ervado las modificaciones experimentadas en estas
dos de las parroquias y doctrinas. Finalmente, una real cédula de 1753 divisiones eclesiásticas de iudole territorial advertirán ciertas coittcideu-
dispuso que todas las parroquias se proveyeratt con sacerdotes secula- cias con las jurisdicciones políticas. En realidad, ello se debía a qtte
res, alUtque ello no impidió que los regulares continuaran ateudiendo expresa1neute el rey había ordenado al Cousejo de IIulias que "la divi·
algtmas panoquias y doctrinas itulígems. sióu para lo temporal se vaya conformando y correspondiendo cuanto
Los clérigos sectdares no podí<llt tratar, contratar ni explotar miuas. se contpadeciere con lo espiritual; los ..uzobispados y provincias de las
Tau-¡poco podía11 desempeíurse como alcaldes, abogados ni escribmos. religiones con los distritos de las audiencias; los obispados con las go-
Podíllll, siu embargo, poseer bienes, cottlibertad de testar. La Corona bentacioues y alcaldías mayores; y pru:roquias y curatos con los corregi-
vigiló la calidad de estos sacerdotes, y dispuso que fuesen expulsados mientos y alcaldías ordíuMias" (Recopilación, lib. II, tít. II, ley 7).
los dérigos sediciosos y "'de mala vida y ejemplo".
282. El arzobispo -tatnbiénllamado metropolita110- era la más alta pre-
281. Desde principios del siglo XVI la Santa Sede, a pedido de la Co- lacía ittdialta y tetúa, en consecuencia, la suprema a11toridad detttro de
rona, fue cteando en América diócesis dependientes del arzobispado de la provincia eclesiástica, que retUÚll. varias diócesis, ejerciendo í.il poder
Sevilla. En1546 se establecieron tres arzJJbispat.Ws india110s: el de Saltto sobre los obispados sufragáneos.
Domingo, el de México y el de Lima. A principios del siglo XIX d El obispo -talltbiéu llarnado prelado, mditt<U·io, diocesatto- era qtúen
MAN11.4L DE HISTOlUA DE LAS lNSTlTt.lCIONI:IS ARGENTINAS LA_ IGLESIA

presidía con propia jurisdicción el gobiemo de la diócesis. Todos los trataron y resolvieron cuestiones relativas al culto, a la propagación y la
~eles, ec}esiásticos y seglares le debían respeto, veneración y obedien- enseflanza misional, a las costtunbres y disciplina eclesiástica.
cia. ;rema a ,su cargo la administración general de su distrito y en tal Los concilios provinciales eran la retullón de los obispos de tuu provincia
fimctÓtl deb1~ hacer c~plir las resolucio11es de los concilios provincia- eclesiástica, convocados y presididos por el arzobispo. Solían concurrir,
l~ Y de los s~mdos dtocesanos, atender la disciplina eclesiástic~ ad.mi- además, los cabildos y los provinciales de las órdenes religiosas, atutque
rus~ar. ~~tvamente cie:ros sacramento.~ y otros serviciOs religiosos. sólo los obispos suscribían las resoluciones que se adoptaban. Asistían
Su Jt~,tsdicctón se extendta sobre el clero secular y, en ciertos casos, los virreyes, los presidentes o los gobernadores, de acuerdo con el lugar
tambH~ll ~obre el clero regular. El provisor y vicario general colaboraba de celebración. Se consideraba que las resoluciones adoptadas por el
con el obtspo en la propia sede diocesana. concilio obligaban a todos en la provincia, y atm se impotúan al arzo-
Finalmente, el cura pán'Oco presidía las parroquias, que agrupaban tUl bispo y a los obispos en partictllar.
conglox:nerado urbano españoL Estaba a su cargo la administración de Estos c011eilios debían celebrarse en América cada cit1eo años, pero lue-
los .auxiliOs espirituales a los fieles parroquiales, y también llevaba el go ese plazo se amplió a siete y a doce años. Sin embargo, estos térmi-
reg¡stro de los bautismos, matrimonios y entierros. nos no ft1eron respetados, y dunmte la época hispana sólo se retulleron
j!
seis conciliOs en Lllna y cuan-o etl México. La actividad conciliar fue
283. L~s cabildos -o capí~UOs- eclesiásticos eran órganos colegiados mayor Cll el siglo XVI; especialmente los concilios celebradOs en Lima
establec1?0~ en las sedes :ptsc?-rales y a l~ .que correspondía velar por enl582-l583 y en México en 1585 alcanzaron tuta considerable in-
el cumplimiento de las dtspostCiones can01ucas, por la conservación de fluencia, y sus resoluciones tuvieron larga vigencia.
lOs &:echos de la Iglesia y por el esplendor del culto. Colaboraban con Bajo el nombre de s(nodos dincesanos -también llamados concilios dioce-
el ob~po en el gobierno diocesano mediante el consentimiento o el sanos o episcopales- se conocía la remllón entre el obispo y el clero de
conseJo en lOs negocios graves y asistiéndo1o en las ceremonias solem- su diócesis, a cuyo efecto aquél convocaba al cabildo, a los párrocos,
nes._ .En caso de. q~ el. obispo se encontrase impedido de ejercer sus clérigos beneficiados y a los regulares a cargos de cmatos. En estas re-
~lnnones, o el sillon eptscopal quedase vacante, el cabildo astm1Ía inte- tullones, los concurrentes sólo tetúan carácter de consejeros, pues era el
~lan:ettte.el gobierno diocesano, debiendo nombrar de inmediato a un obispo qtúen en t'Uti.ma itlStancia decidía. Con todo, las resoluciones
vuarw capt.tu/ar para que continuase desempeflando esas ftmciones has- estaban sujetas a la revisación y la aprobación de las autoridades reales
ta la designación de un nuevo tintlar. (§ 293). Atmque debían celebrarse anualmente, los sú10dos indianos se
Los cabildos se integraban con varias categorías de ft111cionarios sien- reunieron con bastante irregularidad, debido a la escasez de sacerdotes
do lOs principales: cinco dignidades (deán, arcediano, chanue, m'aestre en algmlaS regiones y a las dificultades de commricación que padecían
escuela y tesorero); diez canonjías, cuatro de las cuales taúan anexo tlll los vastos territorios diocesanos.
ofici? :special? llamándOse, respectivamente, canonjía teologal, peni-
t~nnarta, ~agtstral y doctoral, que se proveían por oposición entre ju- 285. La predicación religiosa. La conversión de los indígenas al cris-
nstas Y teolo~s; doce prebendados (seis racioneros y seis mediOs racio- tianismo ofrecía tul campo propicio al apostolado de los sacerdotes pe-
n~ros). ~ rruembros de esta última categoría no tetúan derecho de ninsulares. Las órda1es religiosas fiteron las que respondieron a este 11
astento Ill voz en lOs acuerdos capinllares. No siempre fueron cubiertos estímulo; así es como gran cantidad de frailes llegaron desde las prime-
todos les cargos de lOs cabildos, sino que ello ocurrió a medida que las ras épocas al Nuevo Mundo, ayudados por la Coro11a. En cambio, el
rentas lo permitieron. clero secular no se dedicó 1ll estuvo adiestrado para la acción misional,
Según GóMEZ HoYos, los cabildos representaron el elemet1to estable cumpliendo sus tareas más bien en las parroquias de españoles.
ape~do .a las tradiciones, mientras lOs obispos constittúan el elemet1~ La predicación tropezó con seriOs problerrus, entre otros, la pectlliar
transttono, ~ ~eces desarraigado y refonnador, lo que provocaba mu mentalidad de los indígetlaS, sus arraigadas prácticas idólatras ); en fin,
nattrral úpOsiCIÓn entre ambos, originando frecuentes desavetlencias y el lenguaje y la ctlltura extraños. Con loable paciencia y dedicación fue-
luchas. ron superadOs estos obstáctllos, atmque a veces no pudo cumplirse ca-
balmalte el adoctrinamialiD. El entusiasmo de muchos misioneros inex-
284. En las Indias se celebraron concilios particulares en los que se pertos los llevó en tUl prima· momento a considerar defulltivas las du-
l\ifu"!UAL DE HISTORIA D.B LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS
LA IGLESIA

dosas conve1-siones tThi.Sivas de indígenas, y así el sacramento cristiano dicación llegara a los nativos con la eficacia y la facilidad con que deb'
del bautismo file administrado, en alguuas ocasiones, en forma multiht- '''el'd
SlUllliustr~ es t eas de este tipo. Uua buena parte del tmterial impre-
u.u
dinaria a indios sin niugún conocimiento sólido de la nueva religión so ~ ~~nca, t:mto en castellano como en las lenguas indígenas, estu-
que, casi sin enteuderla, habían aceptado. Superado ese primer tuomen- vo dirtgtda a satisfacer ese fin misional(§ 319).
to idealista, se dispuso que los bautismos aprest1rados eran incottve- Pero sería peligroso intentar separar faceta$ de la obra misional que en
nientes. su momento marcharon tutidas. La ettseítauu de los misim·........ ~
~'l.. d -~~
La actividad misional se resintió también con la cmeldad con que mu- ~ ta mutarse a a octrinar en la religión católica a los indígenas, sin
chos conquistadores trataron a los indígenas, ya sea persiguiéndolos, Ulct~cades todas las demás f~:ma<; ~~la vi?a hispáttica. Era imposible
provocaudo guelTas injustas, despojándolos o explotáudolos. pensar en tuta pura propagaoon religtosa Slll enseñar al mismo tiCJ.
Después de exponerse doctrinas y opiuiones controvertidas, se admi· al~r Yescribir, 1a vida y las costumbres españolas, el respeto y el v~
tió, como más aceptable, la tesis que propugnaba la predicacióu pacífi- llaJe al rey, <:t~ fin, la ?ase. y la raíz del cristiano español de entonces.
ca, aunque sin desdeñar el empleo de la fuerza si ella era necesaria para Hubo tambten ~~Ud1CaC1011es en el espíritu nli$ional. La extraordinaria
defender y posibilitar la enseñanza religiosa. Reconocidas la libertad del dei?anda de rms10neros .en América sustrajo a muchos religiosos del
indígena y su capacidad jurídica y mental, no se le podía imponer por la r~ttro monacal .e~ la pemnsula y los lanzó a una nueva vida siu la súfi~
fuerza el cristianismo ni bautizarlo compulsivatuente, atmque cabía ctent~ ~repar~ct.on huma.tt~ '!~oral, por lo que, aparte de 110 cmnplirse
obligarlo a esct~char la predicación del Evllllgelio. ~1 obJeUvo religtoso, se facilitO que algunos cayesen en m1 modo de vida
Se admitió, sin embargo, como lícita la utilización de medios iudirectos m1propio de su carácter.
desti.uados a orientar al iudígena hacia la nueva religión. Así, se persi- !~biénla necesidad de.~érigos Cll América dio ocasión a que algtmos,
guió la idolatría, se destruyeron los templos e ídolos, se prolúbieron los mcomodos con Sl.JS supenores o prelados, decidiesen tentar fortuna en
sacrificios hutThlltos, se persiguió a los magos y heclúceros, y se restrin- el N~e~ Mundo, pc;ro sin interés en la empresa misional. La Corona
gieron el constuno de bebidas y la práctica de ciertos bailes indígenas. a.rerctbtda de es~ CltCtulStancia.' ~ictó diversas medidas a fu 1 de qu~
Desde los primeros momentos de la conquista eshtvo presente la idea solo pasasen a Indtas aquellos religtosos que, debidarnente examinados.
de convertir al indio en tUl verdadero apóstol seglar, para que sirviera se encontrasen etl condiciones iHtelectuales y morales de rn·estar se :
como agente de la evaugelizaciótl. De esta manera, no sólo se lograba · ut
ctos ' iles a la· causa nustotlal.
·· r- rv1

soludonar el problema que ocasionaba el escaso tn'unero de misioneros ~dispuso ~bién, a fiu de evitar: conflictos entre las órdenes religiosas i
pMa atender uua población indígena munerosa, sino que además se e mterfeteltct~~ en la laJ;x>r evangehzadora, que e.n el distrito donde algu-
estimaba que la predicación podía alcanzar más eficacia al ser impartida ua congregacton. estuvtera ya predica.ttdo no ingresara con los mismos
por uno de los propios indígenas. El elegido recibía el nombre de fiscal fines otra commudad. Además, los religiosos no debía.tt entrometerse en
y tetúa a su cargo tUl couj1.mto de deberes y actividades, que consistían los ~St~1tos .~e gobien~ ni los fi.utcionarios reales en el gobierno y la
no sólo en catequizar; según los casos, atendía las demás necesidades adn:~uus.tracton de las ordenes ~igiosas, ettcargándose a los virreyes y
espirituales de los fieles iudígenas, e incluso llevaba los registros de audteuctas sólo la facultad de "ajustar las discordias de los religiosos".
bautismos, matrimonios y muerte.<>. Se considera que la institución se
extendió por todo el continente y en algunas regiones, como en Chiloé, 2.87 · La influencia social d~l clero. La Iglesia tuvo tuta activa injeren-
pervive en nuestros días. Cia en el proceso d~ la conqt~sta y la colonización. Esa injerencia no fue
ll~v~da a cabo medtant~ 1~ n~ción de elententos de presión sobre los
286. La labor del m.isiouero requería penetrar pacientemente en el alma dtstultos resortes admuustrattvos del gobiemo indiano, sino por una
de aquellos seres htmt.utos. Para ello era preciso conocer no sólo su c~mpe.netra~ón de fines con el Estado, que llevaron a esta situación tan
lengua, sino la vida y las coshmtbres de esos nativos. Hubo algtmos smgular: truentras e1 Estado se consideraba subordinado a los más ele-
religiosos que estudiaban concienzudamente estos aspectos, como una ~a.d~ fi11es sob~ttahtrales, ejercía, empero, sobre las cuestiones ecle-
manera de contribuir ala futura labor de evangelización, esfuerzo que, sta~tl~as, una cmdadosa vigilancia, destinada a la preservación de esos
por cierto, recogieron con provecho las lUtevas generaciones. El cono- ob¡envos (§§ 30; 34; 42; 56; 290).
cimiento de las lenguas indígenas file también esencial pMa que la pre- En este medio, la influencia de la Iglesia y de sus sacerdotes era iududa-

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MANUAL DE HISTOlUA DE LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS
EL JlsAL PATRONATO

ble, y se hacía notar en todos los órdenes de la vida social. E,nlo políti- En todos los sistemas políticos, L1 determ.itución de los lúnites etttre el
co, los prelados ejercían un cierto control sobre las autoridades reales poder civil y el espirintal ha originado frecuentes cmlflictos jurisdiccio-
ya que sus opiniones e informes al rey eran bien considerados. No te: nales. Aunque también existieron éstos durante la época en esntdio, debe
rúan, empero, a su cargo, ningún recurso previsto en los resortes lega- señalarse que la identidad de fmes perseguidos por la Iglesia y el Estado
les. J?esde el punto de vista del gobierno espirintal, no sólo te1úa la indiatlO dio a estas relaciones tuu peculiar tonalidad. La idea de los fmes
Iglesta tma ponderable gravitación, sino que la regulación jurídica de religiosos del Estado esmvo presente en el pensamiento de la Corona
algtulOS aspectos importantes en la vida social le estaba reservada exclu- durattte la época española -todos los monarcas fueron católicos-, pero
sivamettte. Así, lo referido al matrimonio, su celebración disensos y especialmente etl el siglo XVI. La intervettción, a veces demasiado ettér·
dem.as' cuesttones
. anexas. ' gica, de la Cotom ettlos astmtos eclesiásticos obedeci? al deseo de pre-
servar la Iglesia española de los petjuicios morales, denvados de las rela-
2.~8. D:s~e ~punto de vista económico, la Iglesia gozaba de una posi- jadas cosnmtbres advertidas en otros países y en el mismo papado atttes
Cton pnvilegt.ada por la gran cantidad de bienes muebles e llmtuebles del Concilio de Trento ( 1545~ 1563). Así se explica que los reyes dedica-
que poseía, y que S: ~crecentabatt continuamente por las donaciones y sen preferente atención a la empresa misional de c~nqttis~ ~lmas. Y de
los legados que reCibtan de sus fieles. Ello le permitía disfrutar de una cristianizar a los lltdígeftas americattos. El papado, sm postbiltdad mate-
riqueza considerable que, en gran parte, se destinaba a atender las obras rial ni moral para lleva¡· a cabo esa en1presa, resolvió delegar en los mo~
d: ense~nz': y de beneficencia que estaban a su cargo (escuelas, cole- narcas castellanos tul cúmulo de facultades espirimales que pennit:ieratt
gtos, tlluverstdades, hospitales, hospicios, casas de huérfanos). la obtencióíl de aquella fmalidad. Esas facultades se referían a aspectos
adnllnistrativos del gobierno eclesiástico y a la adquisici/m, posesión y
289. Este cúmulo de funciones requería un clero numeroso, activo y disposición de bimes consagrados al ctdto o destimdos a producir ren-
selecto, otorg~o a l~ Iglesia tlll papel primordial en el proceso que tas para mantener el servicio religioso. En cambio, la Iglesia se reservaba
estam~ estudiando. Sm embMgo, este concepto tan amplio no puede lo atinente al dogma, a los sacramentos y al culto.
ser aplicado a todo el período lltdiano, pues en el siglo XVIII las nuevas
ideas en boga restringieron de hecho el poder eclesiástico (§ 171) con- 291. El papado delegó estas atribuciones a través de varios documen-
sagrando una nueva concepción del Estado y encomendando a é;te al- tos principales:
gtlllas actividades que hasta emonces había desempeíudo libremente el a) la bula Inter caetera, expedida por ALEfANDRO VI el4 de mayo de
clero. Ello no pudo impedir que persistiera en buem medida la llrl1uet1- I493, et1COmendaba a los monarcas "que enviéis a dichas tierras firmes
c~a JX?~tica y culnu·al del clero, como lo prueba, por ejemplo, su parti- e islas, varones probos y temerosos de Dios, doctos, peritos y expertos
C!paciOn ettlos días de la emancipación americatu. que instruyan a dichos indígenas, y os obligttéis a destinarlos para que
instruyan a dichos habitantes en la fe católica y buems costumbres,
poniendo et1 ello toda debida diligencia";
El Real Patronato (2) b) la btda Eximiae devotionis, dada por el mismo pontífice el 16 de no-
viembre de 1501, concedía a los monarcas castellattos los diezmos (§
2.90 .. Se denomllu Real Patrotuto ll1diano al conjunto de facultades 149) que correspondía percibir en las Indias, con la condición de que la
CJerctdas por el rey en cuestiones relativas al régimen y la discipfuu de la Coro1u proveyera a la decorosa sustentación del culto divino y de sus
Iglesia en Indias. sacerdotes;
e) la bula Universalis ecclesiae, de Juuo II, el28 de julio de 1508, ?~~1'­
(2) CJ.YETIINO lkUN?, J?l de:uho pdbliro de ÚJ l¡jlesia en Ind/4$, Salimanca, 1967; A. DE ~ ... , gaba a los reyes la facultad de presentar pefSOltaS aptas para la provtst?n
S .l.;~ rrorfa del rq¡1o ~':"".o.espailol m Inditu, Roma, 1958; Auu.ro D.E L/\ Hn.A,El regafumo de todos los benefkios eclesiásticos, y también de que las construcCIO-
bcrbf;n:ro en su prOJtcr:~ mdu¡na, Madrid, 1963; AI.B.ERTO DE L/\ :H:ul\, JgksiR y Corona en m
Amerna española. Madrid, 1992; Ml\.l.'t.IEL GUTll.(RR.EZ DE AltC.E,Rffgi(J Patronato [ndÍilllt>, A.E.A.,
nes de iglesias enlltdias se hicieratl con consentimiento real; .
1954, t. XI; FA11STINO J. I~GON, Domina y ejmicio del Patronato N4áonal, Buenos Ain:s, 1920; d) las bulas de erección de diócesis. i.ttdiatlas ~el primer, c~rto de~ Stf?lo
PEoRo DE L.EruRJA-, RBMcHmer_. entre la Santa Sede e Hi>ptmomntrica, 1493·1835, Época del MI XVI, facultabatt al monarca para fiJar y modificar los lúrutes terntona-
PatTOnato, Roma-Caracas, 19;)9, t. I; L. LOPITEGUI y E ZUlllllAGI\ Hist!Jria d~ fa Iglesia .. , op.
cit. en not'a ( l) del cap. XI. ' les de las mismas.

236
EL ReAL PATRONATO
1\L\.Nl'AL DE HiSTORIA DE LAS INSTITUCIONES ARGENTiNAS

En realidad, fue la bula de 1508la que con,c~dió propi~nente ~lllat~a­ e) la división y la dC1lwcación de las diócesis y los distritos eclesiásticos;
do patronato. En efecto, en el.derecho canmuco se. constdera patronato ~) e~ pase. o la retención de los breves, bulas y demás docmnentos _l-X)n-
el conjunto de privilegios, con c~ertas cargas, concedtdos. a los fi.mdadores tifktos, snt ntyo requisito las autoridades civiles y eclesiásticas uo po-
de iglesias, capillas o beneftclOS y a sus herederc:s· Sm etru:argo,, ~r dían darles cumplimiento;
extensión, bajo ese concepto se otorgara~ ;:oncestoues a vanos prmct· e) la percepción, administración y disposición de los die-nnos y otros
pes cristianos culo relativo a la presentaCioll de. las perso~:as para pro- impuestos eclesiásticos(§ 149);
veer cargos eclesiásticos. De ahí que el vocablo sl.l'Va tambtett p~a com- f) la autorización para la celebración de coucilios provinciales y sútodos
prender el conjm1to de facultades de los mo.rta:<:as en es ::a m atena, atm- diocesanos, y la. aprobación de las resoluciones que en ellos se adopta-
que 110 correspondw estrictamente a su prmuttvo senttdo. sen(§ 284);
g) 1a licencia previa para que los religiosos y clérigos viajaran a Indias y
292. Sobre la base de estos títulos pontificios, la interpretación Y lii regresaran a Espa.iía;
práctic.t fueron aropliru1do consid~rablemente ~ ~stad de los reyes h) la aprobación de ordenanzas, constituciones y otros estatutos redac·
en esta materiil. Si bien durru1tc el stglo XVI el CJerclClo de las filcul~des tados por prelados, cabildos eclesiásticos y conventos.
se mantuvo dentro de los lúnites previstos en el p-atronato concedtdo,
e.Jl la centuria siguieJ1te el rey se convirtió en un verdadero legado
0 294. Los arzobispos y obispos en ludias eran elegidos y presentados
por el rey al Papa. para que éste, conftrnlando la desiguación, les
vicarW pontificio. , .
otorgase la institución canónica. El obispo así elegido entraba en la
Enes~o,1 'gl XVIII como resultado de las nuevas teortas. . Y
absolutistas
regalistas(§ 171), esa potestad se constitu~ó .el.l tul atrt?uto propt~ e adtn:ínistracióu o e1 gobieruo de la. diócesis aun antes de la conftrrua-
inseparable del poder real, llegándose, por vta mterpretattva, a cam~uar ción papal, _tero sólo cuando ésta se producía tomaba 1a posesión del
la base jurídica del patronato y a sosten~ que ese derech~ perte11ect~ al obispado. La persona elegida por el rey para estas fi.mciones debía
rey en cuanto tal, con1o consecuencia d~c~a de su .rropta soberama Y tener la aptitud y la capacidad canónica necesarias, prestar jurameu~
con iudependencia de la concesión pontificta, constttuyendo lo que se to de guardar y cumplir el Real Patronato, y dar también, tma profe-
ha lla.m.ado uua regalla mayestática. . . sión de fe y tUl juramento de fidelidad al pontífice sin perjuicio del
El patronato indi'auo un fue régime11 típico del Nuevo Mu-:1do, dtsttnto debido al rey. Las designaciones eran vitalicias, y sus funciones sólo
del existente en otros países católicos, y at~l del de la p;opta ~níustda. terminaban por muerte, relllmcia, traslado a otra diócesis, o deposi-
Dadas las circtulStancias que le dieron ongen, fue mas amplio que el ción ordenada por el Papa o el rey en circuustancias muy especiales.
concedido a Espafla. Debe agregarse a ello que núe11tras el. Papado ~ro­ Los arzobispos y obispos debían residir en stts respectivas sedes y no
testaba ru1te el excesivo regalismo desarrollido en Francta, Austrta ? podían viajar a Espaíta siulicencia real.
Espaiia, C1l cambio, se mantuvo en silencio aute la práctica ~ada vez mas Las cédulas que dirigía el rey a los arzobispos y obispos .indiru1os eran
extensiva del derecho que ejercitabaulos monarcas en Indtas. encabezadas con la expresión "rogamos y encargamos", en vez de la de 1

"mandamos", utilizada en los despachos dirigidos a las autoridades ci-


i
293. El ejercicio del patronato indiano estaba rese:vado exclusivamen· viles. Sin embargo, tal diferencia era sólo de coniüderacióu y respeto,
te a la Corona y sólo fue delegado, en casos espeoales, a las alt~ auto- pues ambos tipos de disposiciones tetúan la misma fuerza legal.
ridades indiauas para que lo ejercierau en su nombre. Era const~erado Las dignidades, cauonjías, raciones y medias raciones de las iglesias
eutow:.es, segúu HARING, "el más honorable y valioso de los atrtbutos catedrales se proveían por elecciÓtl y presentación del rey al arzobispo u
de la Corona". obispo respectivo, quieu efectuaba la crutótúca institución del elegido.
De acuerdo con lo expuesto, correspoudía al rey: . . En cambio, los curas y doctrineros erau elegidos por los virreyes, _pt'CSÍ-
a) la institución, fi.u1dación., dotación y cmtstntccióu de Iglesl<ls, con- dentes y gobernadores, quieues los prese11taban t.unbiéu a los arzobis-
veutos, monasterios y hospitales; .. , pos y obispos.
b) la elección y la presentación de persona~ idóneas par~ la provt~!o~ de Estas designaciones, cou todo, erau frecuentemeute el resultado de con-
los arzobispados, obispados y demás ofictos y benefictos eclestasucos cursos de oposición, y también de informes quelos prelados eclesiásti-
(§§ 282-283); cos debíau enviar a la Corona acerca de los sacerdotes bC1teméritos que

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MANUAL DE ffiSTORlA DE LAS lNSTlTUOJONES ARGENTINAS

se hubieran destacado en el adoctrinamiento y la couversión de los in-


dios, y que remllesen aptirudes para servir prebendas y beneficios.

295. La Corona dictó mtmerosas disposiciones tendientes al cumpli-


Capítulo X
miento de los fines misionales que tenía a su cargo. Así, instnúa a los
arzobispos, obispos y demás religiosos para que ellSeiíasenla fe católica
a los indígenas, negros esclavos y mulatos, indicando la forma en que
debían atraerlos y predicarles. Se recomendaba una especial vigilancia
sobre la conducta de los eclesiásticos, que "son los que deben dar buen La enseñanza. U · id d d
Las universidades. La Universidad de Córdoba. La mvers a e
ejemplo y mirar por el bien espiritual y temporal de todos", adoptándo-
se severas medidas coutra los infractores. Se encarecía la buena ateuciÓll Charcas.
de los hospitales "donde sean curados los pobres enfermos y se ejercite La enseñanza del derecho.
la caridad cristiaua." En fm una minuciosa legislación -contenida en La medicina y el protomedicato.
buena parte en el libro I de la Recopilaci6n- se ocupaba de reglamentar La imprenta.
variados aspectos de esta dirección espirituaL Los libros e impresos.
Los virreyes, presidentes y gobemadores -considerados l'icepatronos- El periodismo.
debían hacer guardar y cttmplir los derechos y preeminencias del patro-
nato y las disposiciones que se dictasen al respecto, así como informar
sobre las necesidades en esta materia y el estado de las óttienes religio- La enseñanza (l)
sas. También a las audiencias se les encomendaron la guarda y el cum-
plimiento de esta prerrogativa real. 297. El concepto sobre la enseíwlZa en Europa -y; por lo ~anta, tam-
.é •o- dur-ante los siglos XVI y XVII era muy diferente del
Ind.¡...,
b1nen • péd.
296. Los gastos que originaba la atención del servicio religioso erau actuaL No se pretendía alcanzar un ~on~c~ento enc1c1o. 1co, como
cubiertos con el importe proveniente de los diezmos (§ 149). Así, se hoy: debido a la carencia de los medios mdtSpensables p~a, ello Y a una
había establecido tma distribución proporcional fija de la recaudación con'cepeión diferente sobre el fm de la ensefwlZ<l. ~o eXlStian ~amp~o
obtenida en cada diócesis para sufragar los gastos de manutención de lanes generales de esrudio 1lllos ciclos de ensenanza erru~ cOIU? .os
los prelados y sacettiotes, la atención del culto y los hospitales. La Co- ;ctua.les. Había, sí, tm ottienamiento natural de esos esrudtos, dis~­
rona se reservab-a para sí una pequeí1a. parte de esos ingresos (aproxima- gui61dose los de prime:as letras, l?S d~ lat:Lnidad filosofía, Y, por uln-
damente elll% ), pero si la suma recaudada no alcanzaba a subvenir las mo los de relieve propl<l.lllente Uluversttano.
necesidades indispensables, la real hacienda cubría ese déficit. En caso La hlStrucción de las clases populares no era por entonces mlll ~alpable
de que los cargos u oficios eclesiásticos asignados con determi.t1a.da stuna. neces1·d·~
au, por lo que a la refuuda cultura de las clases supenores
, · · se
se encontrasen vacantes, las rentas pertenecían a la Corona -según se opo1úa la absoluta ignorrulcia de las nw·as, q~e no con::urnan ,st~mera
estableció en el siglo XVIII-, pero fue comúu en todas las épocas que a las escuelas elementales. Tampoco se conoc1a la eJ.lSCIWlZa ~cn~ca, Y
las mismas se destinasen a obras piadosas o a cubrir otras necesidades los artesanos aprendían su oficio por imitación, en forma rut~":ta.
de orden eclesiástico. En el siglo :XVIll, el concepto se modificó y no sólo se propiCIÓ una

'" "'
].L;.Nl'AL PE HISTOlUA DE LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS LA ENStiNANZA

mayor difi.1sión de la enseúanza poptda.r, sino que se propugnó el apren- con sus pruebas reales,. como tatnbién la regla de tres y otras varias."
dizaje de las técnicas útiles para el desarrollo económico. Los efectos de La ens~l~JZa era gratwta en las escuelas convenn1ales. Los demás maes-
las uuevas ideas en el Río de la Plata sólo se experimentaron a fines de C:OS reCibtan de los padres de los alturu1os una módica retribución auto-
esa centuria, y especialmente en la primera década del siglo XIX, con la nzada por el cabildo, el que a veces ayudaba al maestro para posibilitar
creación, en 1799, de las escuelas de ttáutica y de dibujo. la euseñatl.U graluita a los niños pobres.
La instrucción popular, gratuita y obligatoria fue defuúda como tal en
298. La enseñanza elemental o de primeras letras comprendía: lectura, ~ Europa durante el siglo XIX. En América, durante la centuria ru1te-
escrin1ra, aritmética y doctrina cristiana. Todo ello, sin plan tú grados. nor, hubo algunas. Itlalúfestaciones hacia la gratuidad de 1a enseíwl.Z.l.
La lectura se enseúaba por repetición en coro y la escritura, por inúta- en las escuelas capttulares y reales. También se ÍllSinuó la necesidad de
ción o copia de las muestras de letras caligráficas. La aritmética se redu- de,clarar obligatoria la etlSeñattza de las primeras letras para los niños, y
cía a las cuatro regias fundamentales. ast, el28 ~e .m~,de 1810, .el virrey HIDALGO DE CISNEROS dispuso
Había diversas clases de escuelas, pero con análoga orientación pedagó- que ~~1la JUnsdicclOtl del cabildo de Lujá:nlos padres debíatl e11viar a
gica. Las religiosas fimciouaban anexas a los conventos o parroqtúas, sus hiJos a la ~.cu-ela de primeras letras, bajo el apercibinúento de desti-
regenteadas pm clérigos regulares o seculares, y, dadas la preparación y narl~s al semcto de las armas una vez que ctunplieran los dieciséis años.
la dedicación que caracterizaban a los religiosos qne las atendían, eran ~ara mn:lcar los conocimientos y preservar la disciplina, el maestro uti-
consideradas las más eficientes. Las particulares estaban a cargo de .maes- lizaba metodos que estabatl difi.mdidos tuúversalrnente con anuencia de
tros que, geueralmente con la autorización del cabildo, habilitaban tul educ~do~~s Y padres de familia. El principio "la letra con sattgre eutra"
local para la enseú.anza o concurrían a las casas de familia, enseíundo e11 cmt'>tlttua elle1~ de esa técnica ntdúnCHtaria. De ahí que los azotes, los
forma Í111.:lividual a los niflos. En el siglo XVIII se difimdieron nuevos palm~s, el CllCte~ y otros :-~tigos corporales dolorosos y afrentosos
tipos de escuelas: la Jel cabildo, que significó la protección y el control constttuyenul tul ststema auxiliar y necesario de la enseiiattza.
de estos cuerpos a la enseiían.za elemental; y la del rey, así Uamada por ~ CllS~~ elemental era stUllÍlÚStrada a los varones y muje 1~s, e$pa-
estar dotada por la Corona, utilizáudose a ese fm especialmente los bie- uoles e md1os. En crunbio, aparecía más restriugida para los mestizos,
nes pertenecientes a los jesuitas expulsados (§ 344). mulatos Y negros, a los que sólo se les CllSeüaba la doctrll:ta cristiat:ta.
Lo!i maestros eran improvisados y conocían apenas aquello que debían
enseúar, pero las exigencias eran mayores en cuanto a la edad, conducta 2?9. C~trsa~as las primeras letras, los que aspirabatl a continuar estu-
condiciones morales y atmlimpieza de sangre. Necesitaban, en princi- dt~ umvemt.ari~s. se dedicabat1 al aprendizaje del latín -también .se le
pio, autorización del cabildo para ejercer la enseñat:tza, atmque no todos sol~ llamar gratnatlca-, ~1to en escuelas, colegios y tuúver.sidade.s doude
la solicitaron. A veces, el cabildo resolvía exigir al aspiratlte una prueba hubtesen cá~as de Ja;uudad, c?mo por medio de preceptores particu-
de su capacidad, pero, en verdad, sólo en la segunda nútad del siglo lares. El estudio dellatiu se COtlStderaba fimdamental vera la base de los
XVIII se acostmnbró en Buenos Aires a someter a los cat1didatos al estud!os superiores, u~ así la l:ngua patria, que uo m~recía aprendizaje
magisterio a examen de aptinuies Con todo, el examen era bastante esp;~tal algm~. Tambtén en ctertas escuelas solían hacerse estudios de
elemental si uos atenemos al siguiente Uúonne elevado enl797 por el retónca y poenca.
exanúnador de un aspirante: "Principié el examen, haciendo leyese etl Luego se ~tlS~ÍLlba fil~sofia, cuyo ~ll~O era conocido como artes y
tul libro de los Satltos Evangelios traducidos, así de corrido, como sila- co~nprendía dtv~rsas astgnantras, pnnnpalmente, 16gica, fisica y meta-
beado; lo que ejecutó, dando todo el sentido y distinciones ortográficas fistca. Los estuchos solían dmar trr.s años y tennllLlbatl curu1do el alum-
respectivas. Segtúdo le pregtmté por el orden de las reglas para enseüar n~ llegaba aproximadatnente a los quince a.í10s. Con todo, variabru11as
a escribir, a que satisfizo ptultualmente; y habiéndole hecho escribir ast~Llt:nras CtuHdas de acuerdo con los estudios superiores a que se
desde la letra de gruesa hasta la delgada y que fOrmase tula oración asptrase.
completa, lo desempeñó ctunplidameute con forma de letra bastante La llam.ada Facultad de Artes fonnaba pat1:e del régítne11 1uúversitatio
moderna, y acomodando debidamente la correspondiente ortografía. pero se nnp:ntíru~ allí ~atl sólo estudios preparatorios. Otorgaba los gra:
Finalmente le exanúné por ejemplos, en las cuatro reglas principales de d~ de bachilfe? ftcenc~ y maestro. El t:énnino de estos estudios sig¡_ú-
at~tmética, a saber: surnar, restar, multiplicar y partir; las que sacó bien flcaba la postbilidad de mgresar en algtma de las ratnas superiores.

242 243
MANUAL DE HtsTORrA DE US !NSTITVCIONl!5 ARGENTINAS LA.s UN1VRRS1DAPBS

300. Bula segunda mitad del siglo XVIII, se advirtió la necesidad de deraba modelo en su género, digno de seguirse en América.
establecer estudios superiores en Buenos Aires, pues era cada vez más La primera mllversidad en Indias fue fundada tempranamente en Sama
numeroso el grupo de jóvenes porteños que debía abandonu la ciudad Domingo en 1538, pero las que sirvieron de modelo a las demás fueron
para trasladarse a C6rdoba o a Chuquisaca para continuar los estudios. las establecidas en las capitales virreinales -México (1551) y Lima
La idea de establecer tllla múversidad eu Buenos Aires fracasó, pues, si (1553)-. Después se sucedieron casas de estudios en número no itúe-
bien por real cédula del1° de diciembre de 1779, reiterada varias veces, rior a doce, llegando a fimdarse algtuus en ciudades que apenas a:can-
se había autorizado la fimdación, ésta no pudo llevarse a cabo. En cam- zaban los diez mil habitantes. Las que ejercieron mayor influencia en
bio, y aparte de algtutaS cátedras de gramática, ftlosofia y teología que nuestro territorio fireron las de Córdoba (1613), Charcas o Chuquisaca
ya se dictaban en colegios y conventos, se fimdó en 1783 el Real Colegio (1623) y aun la de Santiago de Chile (1728).
de San Carlos o Real Convictorio Caroli1W, aplicando a ese efecto los
bieues pertenecientes a la extiuta Compaíúa de Jesús. 302. Cada mllversidad se regía por constituciones, en las que se determi-
En este colegio se dictaba.H cursos de gramática o latinidad, filosofia y naban las autoridades, el orden de los estudios, los requisitos para optar
teol~a, pero sin facultad para ~múerir grados, por lo que, en realidad, a los grados, etc. Era presidida por tul rector. En Lima se lo elegía anual-
sus catedras servían de preparaciÓn para los alumnos que luego concu- mente por d claustro de docto~C:Y. maestros, debien~o turnars: esa.ele:-
rrían a Córdoba(§ 305) y a Charcas(§ 307). Para ingresaren el colegio ción entre tUl seglar y un eclesiastJ.co. El rector eu Luna y México eJerna
se exigía ~ner diez años de edad, saber leer y escribir, ser hijo legítimo elll.unado fttero universitario (§ 119).
y presentar i.túonnación de limpieza de sangre. Las órdenes religiosas tuvieron freatentemente la dirección ~e ~ta en-
señaoza; en particular, los dominicos y jesuitas se mostraron mdmados
a esta tarea.
Las wúversidades (2) En el aspecto educacional, los jesuitas alc.uw.arou tanta eficacia como eu
la evangelización. Esa enseúanza estuvo dirigida en especi~ a. la fonna-
301. En Indias existieron varias mllversidades con categoría, estructura ción de tUl clero plenamente capacitado en asuntos teologtcos, ~ara
y enseilanza análogas a las peninsttlares. Tetúan mayor preeminencia las hacer frente a la gran disputa i.t1telectual con los protestante.'>. El met~­
q.ue alc.anz~ron a ostentar la jerárquica denominación de Real y Pontifi- do y el plan de esta enseilauza estaban contettidos en la ll~~a Ratw
cta Unwmtdad, COil facultad para conferir grados. Desde el ptmto de Studiorum, promulgada en 1599 por el get~eral de .1~ Com.p~ua deJe-
vista práctico, la doble concesión del rey y del Papa tetúa, e-_specialmente sús, luego de un maduro examen y expert.mentacion, aplic~~dose en
en Europa, mucha importancia, pues mientras el gratW pontificio era todos los colegios y mllversidades jesuitas hasta 1767, y coudici<~nando
válido en toda la cristiandad, el real quedaba limitado al reino donde se las constituciones y reglas particttlares de cada uno. La pedagogta d~ la
había otOrgado. Orden procuraba transmitir sólidamente los principios de la fe catóhca
En España, los priucipales centros de estudios superiores fueron los de y afirmar la disciplina y el orden.
Salamanca, Alcalá y Valladolid, llamados oficialmente universidades ma-
yores. La primera de ellas, especialmente, alcanzó pan:icttlar relieve por 303. Las ramas de estudios --o facultades- tradicionales en esas univer-
los pri~ilegios y rentas que le concedieron reye.'> y pontífices, por la sidades eran; artes o fllosofla de carácter preparatorio y previo, teología
reputaciÓn de sus maestros, la seriedad en los estudios , la solemnidad y cánnnes y leyes. En .Méxi.:O y Lima rambié~1 se cursaba medici~a. Se
.
de los actos públicos y la calidad de sus graduados. Por ello se la consi- explica el auge en la etlSetunza de la teologta por. el papel dommante
que desempefuba en el cam~o ideológico .de.lo_s stf?los XV, ~y aun
XVII que le habían convertido en "una dtsCipluu tnforroa.nva Y tron-
(2) Lms AzNAK,La Unil'midad de Córdoba bajo la dirudún de foJ rrgulam, Bolerin de la UnivaMdad
de La Piara, Labot de los ce:nttns de esrndios, t. XV1TI, N" 6, La Plata, 1935; Guull!I.MO
ai
cal, modo que lo fire la filosofia etl el mundo helénico", como dice
JiRANCOV!CH,l!l pm#tmímto universitario de Chamuyotrru emaym, Sucre, 1948; fuAN M. GA!!.RO, LUISAzNAR.
Bm?UiiJO h~órú;o de la UnWmidad de Cdnk/Ja, Bucnos Aires, 1882; Amomo Ga Df Zi.B.A:rE, De En artes se otorgaban los grados de bachi11er, lic~nciatfo y ~sPro. En
la ~~~e¡;idn pública ~ Espaifa.' t. JI, Ma<h?-d, 1885; LUIS Paz, La U?riPmidad Mayor &al y can1bio er1las otras ranwlos grados eran de bachiller, lecendtu:WY doctor·
Prmtific~a de San Francmo XaP<er de la Capital de las Charrm-. Apuntes para m histeria, Sucre,
1914; A."'TON!NO Siü.VAPOl\R~La UniPmidad de Córdoba, H.N.A., vol. Iv, segunda secc., 1938. El de b:wmler habilitaba para ejercer la profesión, el de licenciado auto-

2M 245
J.\1ANUAL PI! HiSTORIA DI! LAS lNS'flTUCIONBS ARGENTINAS LAS UN!VERSIPADBS

rizaba para ensefw, y el de doctor suponía la m~yor ciencia y autoridad, artes, y de bachiller, licenciado y doctor en teología. Este t'tltimo cons-
da.udo lugar su recepción a solenmes ceremomas. tituía la culminación de la carrera universitaria, y vara obtenerlo se exi-
gía haber recibido el grado itunediato anterior, cursar dos aúos más
304. No existía en las universidades españolas tUl sistema~ tUl ~lan ~e como pasante" y rendir varios exámenes. Para graduarse eu teología era
enseúanza uniforme, no se desarrollaban las mismas maten.as~ m h~bta necesario haber obtenido con anterioridad el grado de maestro en artes.
igual cantidad de años de estudio. Se consideraba que la ensenanza mt· La universidad, n~~enteada por los jesuitas, estaba destinada especial-
partida eu Salamanca, Alcalá y Valladolid era más "ex::ensa y sol~nme". meute a la formactou del clero. De esta manera se explica que el docto-
En moldes parecidos debieron desanvl.larse los estudios en Indtas .. rado en teología sólo podían obtenerlo "los ordenados de ordeu sacro"
La enseúanza se impartía a través de pocas cátedras. Eran necesanas, Yque hasta f111es del siglo XVIII se careciera de estudios jurídicos. '
como mínimo, dos en cada rama para otorgar grados. El des~rollo de La tutivers!dad, ad~más de s~ pr~pia actividad docente, estaba integra-
cada una de ellas duraba v.u:ios años, y como consisúa eusegmr a deter· da por vanos colegtos y sCJ.nutartos, constituyendo tULl estructura que
nú.tMdos autores, sistemas o cuerpos legales, se necesitaban a ve~ ENRIQUE MARTíNEZ PAZ explica así: "La Ulliversidad era el recinto de
muchos aúos para recorrer toda la asignatura. Como para la rec:_pcwn las cátedras, la sede del saber, y los Colegios y Seminarios los lugares de
de los grados se estableció detenninado número d~ c~os o de ano.s, el recogilniento en donde los estudiantes crecían eu disciplina y ea el éjer-
graduado sólo llegaba a con?Cer parci:Umente la ctencta de su predilec- cicio de las virtudes cristianas."
ción, y algmtos solían segtur concurnendo a las aulas para completar Estos centros educativos erau el Colegio Máximo de la Cornpaiíía de
sus conocimientos. Jesüs, el Seminario de Santa Catalina Virgen y Mártir -después llam-ado
Las clases consistían, por lo general, en la lecrura ~o:nentada de !os tex- d~ Nuestra ~ora ?e Loreto y de Santo Tomás de Aquilto-, y el Cole-
tos y autores. Con frecuencia las asignaturas se diVIdtau en dos cate~as: gto Real ConVJ.Ctono de Nuestra Señora de Montserrat. Además tam-
la de prima y la de vísperas, es decir, de mañana y.de tarde. Al conuen- bién connurían a la universidad alnnmos externos, llamados ma.tt~ístas
zo, la prilnera era la principal y la seg¡.mda, dedKad~ iU repaso, pero o capistas.
desaparecida esta distiru::ión, con todo, la primera fue stempre de mayor l._a atttoridad máxima de la mtiversidad era el rector, yen su ausencia, el
importancia. Las ~átedras er;-n tempo:ales ~perpetua~. .. . VICerrector, ambos designados por el provincial de la Compafúa de Je-
Los ahmmo.~ debtan, ademas de la aststenna al aula, mtervetm en las sús. La dirección imnediata de los estudios estaba a cargo del cancelario
"disputas", los ejercicios y las conc~usiones p~bl~cos, en los cual~s se o prefecto de estudios. Todos los catedráticos eran jesuitas. El claustro
demostraban las aptitudes para aspltar a los dtstmtos grados tunver- se formaba con los maestros y doctores residentes en la ciudad, y te1úa
sitarios. fi.tnciones consttltivas.

305 La Universidad de Córdoba. Los estudios universitarios en Cór- 306. Al ser expulsados los jestútas en 1767, los franciscanos se hicieron
dob; tomenzaron con el Colegio Máximo en 1613, pero ...sin fa~ultad cargo de la tutiversidad, introduciéndose algunas modificaciones en el
para conferir grados. Atmque aplicaudo tm breve del papa Gre~no ~ régimen funciona! existente. Se formaron nuevas constituciones y, de acuer-
dictado en 1621 se pudo otorgarlos, sólo en 1664 s~ alcanzo pr~pta­ do con ellas, el.rector era nombrado ahora por el virrey, y el claustro
mente ese privilegio. En este último a.í1o también se dictaron las pnme- tenía voto decisivo en algunas cuestiones. Si bien se 111antuvo el sistema
ras constituciones por el padre visitador ANDRÉS DE RADA. de CllSeúanza de la época jestúta, se produjo tUl cantbio sustancial en las
De acuerdo con dkho docmnento, la universidad comprendía dos ra- doctrinas enseñadas, eligiéudose nuevos textos y evitando la difusión de
mas de estudios: la de .u:tes o fllosofía y la de teología. En la primera, ideas contrarias al absolutismo real imperaute (§ 167).
<¡ue duraba tres aflos se estudiaban súmulas, lógica, f'tsica y metafisica; Se considera una de las reformas más importantes la creación de las
'
eula segunda, que alcanzaba '
los ciltco .útos, se etlS~tahan c~on~, mom! , cátedras de jurisprudencia, que permitiCJ.uu a partir de 1795 conferir
teología de prima y de vísperas, y más tarde, escrtruras e histona sagr-~· grados de bachiller, licenciado y doctor en leyes. De esta 111anera, la
da. Para iltgresar en estos estudios debía acreditarse haber cursado lati.lt tntiversidad perdió su cMácter exclusivamente teológico, y se lltició el
dunutte dos años. período de su secularización.
Los grados que se otorgaban eran de bachiller, licenciado y maestro en Desde la expttlsión de Jos jesuitas, el clero había luchado por obtener la

"' '"
MANuAL DB H!STO!I.lA nB LAS L"'STlTUc!ONES Ali.GBNTINAS

dirección de la universidad, y luego de mu larga y agria lucha con los


franciscanos, consiguieron su prop6sito con la real cédula del 1° de La enseñanza del derecho 13 )
LA HNSBÑti.NZA DBL DBRBCHO
1
1
diciembre de 1800. En ella se rebautizó la casa de estudios con el nom-
bre de Real Universidad de San Carlos y de Nuestra Señara de 1\Wntserrat, 309. Si riendo los planes de esntdio de las tuliversidades españolas Y 1
otorgándose!e los privilegios y prerrogativas de las tuliversidades mayo- algunas ~uropeas, hasta el siglo XVII! la enseúa~
del derecho s61? 1
res existentes en España y América, y alcanzat1do así el doble título de comprendía los derechos ~mam y canónico. Es dec:r que estaba exclm-
real y pontifoia (§ 30 l). do del estudio múversitano el derecho real de Espana. .
Esta real cédula se ejecutó en 1808; desde entonces, el clero secular La enseñanza se efecntaba directamente sobre los cuerpos legales, st- 1
desplazó a los frattciscanos en la conducción universitaria. ict1do sus disposiciones y comentando el pro~esor cada ~recepto ~­ 1
~la base de los problemas que pla.t1teaba y las mterp~tact?nes
dada:- 1
1
307. La Universidad de Charcas. La Universidad de San Frattcisco También participaba el alumno media.t1te pregtmtas, dtscus10nes, etce-
Xavier, en Charcas o Chuquisaca., fue fi.mdada en 1623 por los jesuitas, 1
quienes la dirigieron hasta que fueron expulsados en 1767. De acuerdo :-:terecho romano o civil se enseíuba ctl forma básica sobre el Digesto 1
con las constituciones dictadas en aquel mismo aflo, los esntdios que se · · 1 C&J1·go, y el ""'
,.,.nónico > sobre el Decreto y las ' Decretales.
b Los
cursabat1 eran de artes y teología., existiendo también cátedras de latini-
VlCJOye
estudios aba1-caban de cuatro a ocho cursas, atmque estos ura an, a
d ,¡
dad y de l~1gua aimará. Sólo en 1681 se establecieron los estudios de veces, menos de 1m año, por lo que era posible ~entro ~e los pla.tre~ de
cánones y leyes. El contenido de la enseñanza fi.te análogo al existente en l. ...;:; ...12a se•m;,. más de uno de ellos en el nusmo ano calct1dano.
a C11Svn.u ' b - hill li . d d t I: 1:!
"'
otras mliversidades jesuitas, como la de Córdoba (§ 305). Los grados que se otorgaban eran los de bac e_r, c~t~cu o Y, ~ o ,
Al igual que en las demás múversidades dirigidas por los jestlitas, el siendo éste el más elevado y de verdadera significac10n acadermca Y
régimen funcional estuvo exclusivamente en sus manos. As~ los recto- social(§ 303).
res, profesores y demás personal fueron nombrados por el provincial u
lli
otra autoridad jerárquica de la orden, con facultad de removerlos. 310. En el siglo XVIII se promovió tuta refon'I_l<l en el tradiciot~ ~~:
todo de enseña.tlZ<l, que se utilizaba desde el stglo XIII, aproXllnada l;j
308. La expulsión de los jesuitas provocó mu crisis ctt el régimen de mente. . .'
estudios, haciéndose cargo de la enseúanza el clero secular y adoptált- La et1SeíwlZa sobre los textos legales fue reemplazada P,or la ex~oslClOll
dose provisionalmente, en 1772, las constituciones de la Utliversidad de de los prindptos· y del SIStema
· ·'del de-ho,
gener<U ·~'- y"'
. , , paulaUttamen-
.· ·. lj
San Mat-eas de Lima, lo que implicó mu reforma sustancial en el régi- tituyó la clase comentada por la diSert.tcton doctnll;ll"la del IÍ
se suslleg.utdo a utilizarse y a recomenda.t·se breves fbro
te,rofeso s ded·u~·ados
men observado hasta entonces.
Por tma real cédula del lO de abril de 1798 se dispuso que la t.miversi- P r, te a la enseíwlZa
expresatnen
1
" , en los que se condensaban las noctones
,,
dad gozara de todos los honores y prerrogativas concedidos a la Uni- elementales de la materia. . . . . ~. . d 1 11
versidad de Sa.LunatlCa. Desde ctltOtlCes, los grados conferidos fueron También se introdujo en los e1>tud10s umversttanos la ensetWlZ<l. ~e
11
admitidos en Lima y en las tuliversidades reales peninsulares, y no sola- derecho real. Al principio, enseítándolo juntamente c~n el romano, sena-
mente, como hasta entonces, en el distrito primitivo del at7.obispado y --~
landa sus concoruaJ1Cias · · luego, partrr de 1771 ' en Es-
· y d"IvergetlCtas, .
la audletlCia de Charcas. paña se establecieron cátedras indepettdictltes de de~c~o real o patrloi
A esta casa de esntdios concurrieron muchos jóvct1es procedentes de como tamb.' ten se le llamaba . En cuanto al derecho tndtaw,. no fue, a
ciudades rioplatenses. Según FRANcoviCH, "la mayor gloria de la Utli- parecer, objeto de mayor atctlCiÓn en las universidades runencruus, aun-
versidad consistió en haber sido no solamente tul foco de culnrra,
La imtra escurla lie Leyes, Bu~nos Aires, 1951; JA'-'1» GoNzAuz
~H~~=Íi\<j~ICC$~/a ~ogat:: et dreJ~o!~~~·;:::.:;;.;~:~ j~~ad:~;!;}!!;
que durante la época colonial difundió desde sus aulas el saber filo- Cae

sófico y jurídico, sino en haber constinüdo a principios del siglo


XIX un centro de la conciencia americana, tllla fuerza renovadora ~c;;:m ~:~EiaA;::;~:;:~ ~::;.osln~:. ~ ;~MLOS N:M¿;:;:,~
LDQUE o:LUMBRH,

que contribuyó a la estmcturación política y socid de otros pueblos histmia ~la abogada. El~o unil"IJnitaYÍO, el;ru/o:::a:~:tJ!t:::::¡;::na. Desdes~<;
del continente". R.I.H.D., 1'."' 12, 1.96l;~IA Ido~¡ a¡ScXXOANEB atm Aire• ¡ . BEcú,
RlCMDO ZoRRAQ\I!N
vrlgmes hwa la prrmtra lieCada e s¡g o , uenos , 981 ,
Histuria dtllierer.ho argem-ino, t. l, op. cif. en nota ¡1) del cap. Ill.
248
249
E :r:r.STORIA DE LAS lNSTlTUCIONES ARGENTINAS
J\1ANU<\L D .o.< • ,

":é:::C:CC-- . ·al proyectarse la creactou de uua LA MBDICINA Y !lL l'ROTOMllDICATO


que en 1771 se su.Mt·ió
1::>-
su
••
estudto
tonces, inscripto en la matrícula, se podía ejercer la abogacía dentro de
tuúversidad en Bueuos ~;s. d t enseñanza del derecho natural Y de 1a jurisdicción de esa audiencia. Este sistema regí-a en Espaiía desde
En om1bio, la introducnm~ e a . no GROCIO PtJFF.NDORF, MoN- 1495 y fue especialmente reiterado p<tta Indias en 1563. La única tuú-
gentes, a través de autores m eónlOs, ~,;oott'entpo pu~ en 1794 se supri- versidad que alcat1ZÓ el privilegio de que sus graduados pudier-an ejer-
' RoussEAU dur escas .. ' l
TESQUIEV
.ó ¡)ara yevitar . ' que Poclía I)rovocar la expansión de tno-
aml los peligros cer dU-ectamente la abogada fue la de SalamatlCa, a p<tttir de 1772.
uu, r· Por uua real cédula del19 de octubre de 1768 se estableció que'lOs
deruo pens,u1.Úento po tt1co. ertaron al rincípio resistencias y ero- graduados, antes de presentarse a Ja audiencia, debían efecht<tt práctica
Sin embargo, ~stas reform.as des~atina eu fas últimas décadas de esta forense dmante cuatro aiíos a partir de la obtención del grado de bachi-
:x:zarou a aplicarse en fonna pa . .' . del· lte.
1ceutuna.
. Su ap1... o- se produJO mas a
· ' iuteo-ral
teacton <U ller en leyes; con todo, en posible abrevi<tt este pl-az.o con la especial
autorización del alto tribuual.
. . 1os:.st1.idios
CI,1art:as, La práctica aludida podía efectttarse en el estudio de algún destacado
311 Eula Universtdadde al .jurídicos fherou esta-
t et lasuniversi-
.. 1671 múan el plan tradiClOll vtgen e t letrado, desiguado por la misma audiencia, pero la mayoría de los gra-
blecidos en ' Y se~?~ _der eh ' ·coy derecho romano. El estu- duados en las u.túversidades de Charcas y de C..órdoba preferían concu-
dades espaírolas Yatnen<.:'?laS. e ~ canom:6 al fi.mda.rse la Academia rrir a 1a Real Academia Carolina de Practicantes Juristas, fi111dada en
dio del derecho real, segun parece, <.:omem.'
Charcas en 1776, donde se des<ttrollaban cursos teórico-prácticos, en
Carolina(§ 313). estigio, y a sus aulas acudían Jos que se estttdiabatt las leyes patrias y se iniciaba al gradt1ado en la
Est<t tuúversidad ~zó siempre de ?fat1 pr set- trua de las más cercanas práctica forense. Los pasrurtes, luego de un severo ingreso, debían ren-
muchos jóvenes noplateuses no dS? o p~x por la Unportancia intelec- dir diversas pntebas sobre sus conocirrúetltOS de práctica fureuse y di-
xxi'· seo11 ir estos estu ros, suro
dotK e se 1 ta ~ e:- ·
1
e la res ti ·osa audiencia. En ella estu- sertar brevemente sobre algttnos temas jltríd.icos especialmeute prepa-
tual de la peqnena cm~ad? sede d P ~estacaron en la causa de la rados. En Buenos Aires no hubo academia de este tipo atrtes de 1810,
diaron mttchos de los JllflStas que 1ucgo se
em,Ulcipación. aturque sí fimcio11ó por uu corto lapso a fines del siglo XVIII lUla de
carácter privado.

312. Eu Córdoba, en cat:lbto, atUique s~ la de leves hasta 1795, debí-


. dictlba llll<l cátedra de derecho
' . · tió pmprarnente uua est:ue ; . .
carwmco, 110eXIS , _ hab'· .d.do la organizactón de esa tun- La medicina y el protomedicato <4l
do~ espíritu_t~l~gtco J:l~u:: ;'fas;o:mación del clero(§ 305).
versrdad, dedtcad esp; dr- d It15 titttta en la que se explicaba el dere- 314. La conquista del Nuevo Mtu1do ofreció un nuevo e insospechado
En1791secreótulacate a e -.' diver nciasconelderecho
cho romatw, ~efhllando las ~o~~o~:~~:~~~ios al!Fcursados. En1793 se
campo de experimentación para los estl1dios médicos. La aparición de
nuevas enfermedades, el diferente clima y Ja alimentación, y la existen-
real, lo q~te dro m~~ nu_ev~ ~o:~=b~ecinüento de tma segmlda cátedr-a d~ cia de vegetales de aplicación medicinal desconocida cootribuyeron a
completo la creac_ton cor . . il tr de cdnones a lo que se agrego
derecho civil o junsprudetuta ~tv ~te~te en los ct~sos de teología. De
fonnar twa fanuacopea y lUla terapéutica diferentes de Jas utilizadas
otra cátedra de derecho canónm, e __l!. •
l 1
--M~.-,·a al estudio del dere-
dado conco. ua unpo.L....._.,,_
entonces en Europa. Algunos de esos vegetales (entre otros, la coca y la
quim) produjeron resultados tatl satisfactorios en su aplicación medici- 1
esta tnat1er~, e_ P atl aco~ . . tsistentemente expresadas en Espaúa (~ nal que se difiutdieron exitosamente por e1 Viejo Continente.
cho real, s~gt.~rendo las tje~uU del20 de setiembre de 1795 concedio Los tnayores problemas se presentaron en la cttración de las heridas y en
310). Por úlnmo, una re <.: t a d de badúller licenciado y
a la múversidad la facultad de otorgar gra os ' la aparición de tmevas enfennedades, dorlde Jos conocinúentos clásicos
doctor en jurispmdencia. europeos no podían ser siempre aplicados con éxito. Ur1a de las heridas
más tcnúdas por los conqlústadores españoles fue la de la flecha herbo·
313._ ~a obtenc_ióndel~ado_tuu':erst~::~~uer el título de abogado,
. - - leyes no habilitaba para el
( 4) hl.wm;r_ BALLESTEa$ G.UBROJ5, RAF!If.L SAN:r,u:U!I Y Dot.oR.Es F,sPU<OSA, NAVMlRO, Me>iic<l> y
ejerctcto profesroual. Eu net:esano, pardí . te la audiencia, y sólo en- formadutú:as t.rpañoles m Amlrica, A.E.A., t. IV, 1947; JU11..'1 R..wóN BEURÁN, H#toria dé!
aprobar además Ull exatnen que se reu a atl Prottm~edicato dt Buen., Aires, Buenos Aires, 1937; Jos!\ Luis MoLINAllJ, Buenos Aires:r su muela
midi<:a det >igh XVIII, B.A.N.H .. N" 28, 1957.

250
"'
MANUAL DB HlSl'ORlA DB LAS INSTITUCIONllS i\RGBNTINAS L.\ MEDICINA Y EL PROTOMEDICATO

lada o envenenada, que obligaba a efectuar rápidas y dolorosas curacio- muy difUndida-, se solía autorizar a quienes acreditaban. suficientes co-
nes, a veces con amputación del miembro afectado, para evitar conse- nocimientos prácticos para suplir a aquéllos.
cuencias fatales. Algunas enfermedades desconocidas para el europeo, Sólo a fmes del siglo XVIII, y en consonancia con la importancia
cor~10 la sífilis, ~a fiebre amari.lla, el escorbuto y las fiebres tropicales, alcanzada por la región, en el Río de la Plata se estruc~uró tan im-
obligaron también a un nuevo esfuerzo destinado a aplicar las medici- portante aspecto sociaL Ell0 de febrero de 1779, el vrrrey VERTIZ
nas adecuadas. Es interesaute señalar que en la cura de enfermedades estableció el protomedicato eu Buenos Aires, designando como pri-
puede advertirse tU1 recíproco aporte de conocimientos entre espaí10les mer protomédico a MIGUEL GoRMA."'l. Ell 0 de julio de 1798, CAR-
e indígenas. LOS IV dio creación defulltiva al instituto, con jurisdicción en todo
Ya Clllas primeras expediciones viajaban médicos, cirujanos, boticarios, el virrelluto y cou independencia de los demás protomedicatos. Se
sangradores y barberos. Producido el asentamiento de la empresa, fue crearon también las cátedras rentadas de medicina y cimgía, y los
constante preocupación de los mideos pobladores contar con personas cargos de asesor, escribano y alguacil, como se acosntmbraba en es-
hábiles en el arte de curar, ya que no siempre se pudo contar con verda- tos órganos. . . . ,
deros profesionales. Casi de Uunediato se itllciaron los cursos de mediCUla y de Ctnlgta. A
cargo del primero estuvierou el mismo GoRMAN y, luego, CosME MA·
315. La legi~lación castellana se había ocupado detenidamente de todo ltiANO A:RGERICH, y del segtmdo, AGUSTÍN EusEBIO FABRE, egresaodo de
lo relativo al arte de curar, que comprendía, sobre todo, tres ramas: la los mismos los primeros graduados en la especialidad en el Rí? de la
del médico, la del cintjano y la del botiario. Los cimjanos teiÚan tUl Plata. No se dictaron en esa primera época cursos de farmaCia, y el
menor nivel científico y social que los médicos. La medicina se enseíu- protomedicato se limitó a examinar a los aspirann:s a botic_arios. Pa~a
ba en las universidades peninsulares, expidiéndose los grados de bachi- U1gresar en los cursos se requería itúonnación de vtta etmonbus y. certi-
ller, licenciado y doctor. Pero también se había establecido elprotvmedi- ficado de haber concurrido a las aulas de ftlosofía, en concordaneta con
~to, organismo encargado de otorgar licencias para el ejercido profe- las exigencias de las tuúversidades españolas de que los aspit·antes a es-
SiOnal y de controlar otros aspectos de la salud pública. tos esn1dios fuesen bachilleres en artes.
La Corona evidenció también su preocupación en esta materia en
l~s reinos indianos. En 1570, FELm; II resolvió el envío de protomé- 317. El protomedicato bonaerense tuvo una.~ctiva lab?r _frente a las
dtcos generales a Indias, con las facultades que se les reconocían eu epidemias y enfermedades contagiosas. Tamb1en aconseJÓ mteresan~es
Castilla y con la especial misión de recoger información sobre las medidas profilácticas. A través de su actllación, podemos, en fin, sena-
plantas medicinales americanas, así como sobre su aplicación. Tam- lar sus funciones:
bién se estableció, con carácter definitivo, el protomedicato en las ciu- a) examinaba a los aspllm1tes a ejercer como médicos, cin1janos, botica-
dades de México y Lima, con jurisdicción en los respectivos territo- rios, sangradores, establecía el valor de los títulos que se le preseutaban
r~os virreinales. Sus funciones eran la de examllur a los aspirantes a y persegtúa el curanderismo; .
eJercer la medicina y conceder licencias para ello. Estaba encargado, b) aseSoraba e informaba a las autoridades sobre e~úermedades, epide-
además, de otros aspectos vinculados a la salud pública y desempe- mias, medidas profilácticas, licencias de fimcionanos por ctúermedad,
íuba, asimismo, ftmciones consultivas. Se dispuso también que es- etcétera·
tas organizaciones estuviesen anexas a la cátedra de prima de medici- e) contr~laba el ejercicio de la profesión, el fimcionamiento de los hos-
na de las universidades de México y Lima, doude esta ciencia consti- pitales, la salud de los pasajeros de los- barcos que lleJ?aban o partían de
tuía una· de las ramas de estudio(§ 303). Buenos Aires y la llnportación v la tct1C11Cia de mediCamentos;
d) conocía e:1 las denuncias q~e se hiciesctl contra los profesionales
316. Mientras t:anto, en el Río de la Plata y en las demás ciudades autorizados por faltas cometidas e11 el ejercicio de la profesión y e.n los
indianas que no tetúan protomedicatos, los cabildos se encargaban de litigios sobre montos de honorados; . .
examinar los títulos que presentaban las personas que de<>eaban radicar- e) sometía a exameu médico a los esclavos en casos de tmportactóu Y
se en el lugar para ejercer su profesión; cuando no había profesionales VC11ta·
con títulos -pues la enseilanza de la medicina no estuvo al principio f) act~aba como asesor y médico perito en las causas judiciales.

253
'"
_MAN!.11\.L DE lliSTORIA DE LAS lNSTlTUCIONES i\RGEI'<"TlNAS J...os LlBROs E IMPR!.!SOS

La imprenta (S) ciable ni~el en las artísticas lá~únas que adomaban sus pmducciones y
en las cmdadosas encuadernaCiones.
318. El invento de los tipos o letras movibles por JUAN Gt.JTEMBERG Las _prensas de made~a usadas ~1 EsJ?aña y en América hasta principios
revolucionó el arte de imprinúr emupeo y pennitió que entre 1460 y del stglo XIX no ~ttfneron modificaCiones StlStanciales, y resttltaban nu-
1500 smgieran talleres tipográficos dentro yfi.Jera de Alemania. Duran- merosas las mamobras necesarias para imprimir cada hoja.
te el último cuarto de siglo XV también se estableciewn imprentas en
todas las ciudades españolas de algtuM importancia. De esta manera, se
inició no sólo tma nueva industria, sino que se alcanzó m10 de los más Los libros e impresos
maravillosos medios de difusión ideológica, en su sentido más amplio.
No tardó mucho en introducirse la novedad de América. En México se ~20. La impresión, el comercio, la cirettlaci6n y la tenencia de libros e
esmbleció la primera imprenta hacia 1535 o 1536, según se cree, y en nnp~s~ estab~1 sometid~ en E~p~: y en.América a ruu severa regla·
Lima, la segtmda, en 1584. Sólo en el siglo siguiente la tuvieron las l~lel,l~a~IO.n, destmada a,evttar la di.fi.ISt~n de 1deas contrarias a la religión
posesiones inglesas en Anlérica del Norte. catolica, a la ~on~rqma y a la moral m1pera11te, pero también existie-
En lo que respecta a 1mestro territorio, segt'm F{.JRLONG, en 1700 se lDll algunas d1spos1ciones especiales concenúentes a Indias. ·
impri.núó en las misiones jesuíticas el primer libro, que era tu1.Martiro~ Fueron nm~er~as las normas dictadas en España sobre esta materia.
logia Romano, escrito por el P. NEtr.MA.NN. La imprenta a cargo de ello, ~ttre las prmctp~ puede11 menciona1~e la pragmática del 7 de. se-
de factura indígena, ftutdonó al menos durante tres décadas, produ~ tiembre de 15.58 dictada por FELIT'E II, la resolución de FERNANDO VI
ciendo especiahnente obras de carácter religioso destinadas a auxiliar la del27 de noviembre de 17~2 y el decreto ,delll de abril de 1805 por
labor evangelizadora de los jestútas. C~L?s. IV. Atm.q~te a traves de toda esa epoca no se modificaron los
En1766 ap<1recieronlas primeras obras de la imprenta instalada por los prmc~p10s que ng¡eron esa matelia, sin embargo fueron muchos los
mismos jesuitas en el Colegio de Montserrat, en Córdoba, que había camb1os opera~os e~1 aspectos accesorios, y especialmente en el siglo
sido traída desde Europa. Poca fue por entonces la actividad de la mis- XVIII, las n~odifica.Ciones obedecieron al deseo de reforzar la autoridad
ma, pues después de la expulsión de los jestútas, ocurrida al a.iío si- real Y de utúficar la .reglaJ.nentación y el ejercicio de este ramo.
guiente, quedó fuera de uso. En 1780, por disposición del virrey VÉR-
nz, fue trasladada a Buenos Aires, siendo instalada en la Casa de NIDos 32~- La. impresión de todo libm o papel debía ser autorizada mediante
E-Apósitos, conociéndose desde entonces como Real Imprenta de Niños la ltcen~ que concedían l~s at~toridades eclesiásticas y reales, ~gún la
Expósitos. El retraso con que Buenos Aires recibió su primera imprenta natu:aleza de la obra ..~o n;npli~ba, uatunÚlnente, la existencia de una
de importancia fi.1e tUta consecuencia natural de su escaso desarwllo P!~vta censura: Ta1nb1Cll catan baJo la censura el comercio y la circttla-
social, econónúco y cultural hasta mediados de esa centuria. eton de obras unpresas Cll el extranjCiu.
La licencia para imprimir sig¡úficaba la autorización para comerciar la
319. Las imprentas indianas estuviemn.., al principio, dedicadas prefe- obr~. Pero esa circulacidn tetúa sus limitaciones, pues algtmos libros no
rentemente a obras sobre religión, moral y lenguas indígenas (§ 286), pod~an .~er legalmettte llevados al Nuevo Mundo, de acuerdo con la
pero ya en el siglo XVII solían salir de las misrnas libros sobre variados partlc~tlar reglamet~t~c~ón dictada para éste. Así, por real cédula del 4
temas de lústoria y literantra. de abril de 1531, dlftgtda a los oficiales de la Casa de Contratación se
Los talleres impresores encontraron dificultades por el elevado costo de or~u~a ~ue ~o se permiti~enllevar a ~a~ ~tdias libros "de histor~s y
los libros, por la escasez de papel y por la técnica rudimentaria, que cosas profa,nas , cayen,do ba.J? esta prohibiCIÓn los libros de wmance y
hada smnamente lentos los trabajos. Sin embargo, alcanzaron tUl apre- d~ caballena,. que habtaJ.l tetudo tanta aceptación en la península. Esta
cedttla fi1e rCiterada e.nl543 y 1575.
(S) Josi Et:GENIO m Eot.-'1-ZABM.,.Apuntes para una historia de la legislación española w/Jre imprenta El c~ntrol Y atm, 1~ pers~cuc~ón fueron rigurosos con aquellas obras
de>de el am 1480ai prnmre, Madrid, 1879; GtJILLEiiMO Fmu.oNG, S.j., Orlfjmesdel arte tipt;grdfiro
m A.<nfrka, cspeciaimmtt m la RepliblicaArgentina, Buenrn Aú..:s, 1947; Josl:' ToaRE Rrvn.r.o, cotts1de~das heretlcas e mdmdas ~n los útdices de libros prohibidos y
Bib/iottcarr imjm!l'ltM m /a América ca/oniai,B.A.N.H., vol. XIY, 1941; J. TCRl<E Rl;VELLO,El li/Jro, ~1,1os edtetos emanados por el Tnbunal de la Inquisición, como tam-
la imprcnt« l d perWdismo enAmtrim dumnte la d<m~mación <'Spafll!f«, Buenos Aúes, 1940. blCll aquellas que atacaban a la autoridad del rey o a sus regalías, las

"'
MA..•.JtJAL DE HJSTO!UA DE LAS lNSTITUCJONES ARGSNTfNAS LOS LlBROS il IMPRESOS

consideradas inmorale') y !as de car-ácter sedicioso. Pero, en cambio co11 existentes, "cuanto se producía en Espaúa y podía circular libremente
los demás libros uo hubo mayores reparos por parte de los ministro's dd eu su territorio" pasaba también a Indias, doude era leído y conservado
Tribtmal de la Inquisición de Sevilla ni de los oficiales de la Casa de aparentemente sin dificultad. Resulta revel~or s~a~ que precis;un<:nte
Co11tratacióll encargados de revisar los libros que se embarcaban hada Sevilla se convirtió en llll verdadero empono editorial, pues allt se un-
América y dar la licencia de salida. primió en el siglo XVI la mayoría de los libros de caballería.
El Tribunal de la Inquisición, tanto por edictos especiales como por la Además de la tolera11cia sobre ciertos libros espaiioles, ingresaron en
formación de Ú1dices prohibitorios de libros, ejercía 1.ma suerte de estre- Indias muchos on·os en forma fraudulenta, por medio de ingeniosos
cha vigilancia relativo a la ortodoxia religiosa(§ lll). A partir de 1768 recursos que bm·laban la vigilancia de los celosos fi.mciou~i?S- En pre-
los edictos e úldices necesitaban la previa aprobación reaL visión de estas irregtúaridades, los oficiales reales o los mm.1.sn·os de la
En los casos de libros impresos sin licencia u obras extraujeras que cir- Inquisición residentes en los puertos americanos efectuaban un nuevo
culaban clandestinamente, se aplicaban severos castigos a los responsa- control y aun realizaban inspecciones en las tiendas de mercaderes y en
bles (pérd,ida de bienes, destierro perpetuo y allllla muerte) y, además, las bibliotecas particulares.
se proced1a al secuestro de los ejemplares, los que quedaban deposita- Como la legislación prohibitiva talnbién existía en Francia Y eu otros
dos en los archivos inquisitoriales a la espera de que el fuego dispersara países, el problema del "libro prohibido" mvo relie':'es in~ernacionales,
1~ a~recidas existencias. Pero en algtu1os casos se disponía la quema en y así, las ideas de los autores del siglo XVIII se difi.m_d1eron en gran
publico de_ determinadas obras, con el propósito de dar exteriorización parte, debido a impresiones en Holanda y Suiza, _o en -~prentas cl~­
más solelllile y drástica a la medida adoptada. · destinas que funcionaban especialn1ente en Francu, u~do_las mas
_Queda~~l exceptuadas de la licencia real, aunque 110 de la eclesiástica, ingeniosas tretas, como la falsa indicación del lugar ~e nnprest~n, por
las reedic1ones de los libros de carácter religioso, las cartillas para la ejemplo. De esta manera, la impresión y el comerc1o _dandesru~o de
enseúanza de niños y las gramáticas. libros constituyó llll arriesgado pero productivo negocio rara qUienes
E11 América, los libros y papeles, antes de imprimirse, debían obtener la lucraban_ a costa de los curiosos e insaciables lectores.
licencia del gobemador y del obispo, pero aquellas obras referidas a
t~mas indiauos nec~sitaban la autorización del Consejo de Indias (real 323. Desde 1789 hasta 1804 se prohibió la circulación en Espaíu y en
c~ula del21 de settembre de 1556), al que también correspondía auto- Indias de libros e impresos relaciomdos con las convulsiones de Fran-
:J
nzar pase a las I11dias de obras de esos núsmos temas, impresas en cia y con el movimiento republicano en los Estados Unidos, pero a
Espana o en el extranjero. pesar de la vigilancia rigurosa, dice ToRRE REVhLLO, los "libros, folle-
Hasta el siglo XVIII el comercio de libros estuvo exento del pago de tos y papeles impresos prohibidos circularon profusamente por todo el
grav~eues, tanto de almojarifazgo como de alcabala (§ 149), debicn- continente", y "er-an leído.~ y comentados por ,los hombr~s de ~~yor
d? solo abonar la avería(§ 143), pero en la segtmda mitad de lamen- cultura". Y así como en la prime~a época se lub1a introdnctdo cast !"nte-
cionada cennu-ia se gravó ese comercio, recargándose los libros extJ:au- gra la primera edición del Quijote, a fines del siglo XVIII, en el R1o de
jeros, en protección de los nacionales. la Plata, las obras de VoLTAIRE, MoNTESQUIEU, RoussEAU, RAYNAL y
BAYLE se encontraban en algtuus bibliotecas, y hasta en una de ellas se
322. J?~de principios del siglo XVI hay noticias de libros que pasaron lun registt·ado los veintiocho vollunenes de la Enciclopedia. Co11 todo,
a Amen~a. ne:de I:1ego que las obras de teología, liturgia, ascética y la tenencia de la obra no constituía por sí sola lllU infracción, pues _l~s
catequesiS 110 solo Cltculabanlibremente, sino que se había dispuesto su autoridades eclesiásticas solían autorizar la lectura de los libros prohibi-
fomento y difusión. Pero jtmto a esas obras también pasaron a ludias dos a "personas graves o de letras".
libros de caballería, obras clásicas de la literattu-a griega y latina, cancio-
neros y romanceros, poesías, comedias y novelas. Asimism~ obras di- 324. .A:wtque no haya tenido prácticamente aplicaciÓ11 ~n Indias, es
d_áctic:as y fll~óficas, de temas lústóricos, de arquitectura, nxdiciua y interesaute consignar que por decreto real delll de abril de 18?5 se
cuu~a~ 1? rmsmo que relativas a temas americanos; al igual que cuer- dispuso la creación de tm juzgado de imprenta para todo lo _relanvo al
pos JU~tdl~OS, comeutadores y tratadistas de derecho. Luego de prolijas cumplimiento de la reglame11tación de este ratno_- Sus_ ~mnoues ~ran
nwesttganones, ToRRE REVELLO sostiene que, pese a las prohibiciones las de designar a los censores, hacer observar las dlspos1ctot1CS en vtgor

256 257
ÑlANtlAL DE HIS"rüR!A DE LAS lNST!TUCIONES í\RGBNTINAS
EL PUIUODlSMO

y otorgar hls licencias para la impresióu. Los censo~es uo deb~~ COH* bajo el título de Diario de Lima curioso~ erudito, económico y comercial
tentarse -se decía- "con que la obra no contenga .cosa c?ntr~u a la (1790-1793).
Religión, bumas costmnbres, l~es ~el Reino y a ~U: ~galía~; s.mo qu~
además exanlli1aráu con reflex.ton st la obra sera ütil al publi:<:' o s 327. EH el Río de la Plata, este movirnieHto periodístico se exteriorizó
puede perjudicar por sus errores eH materia deutífica o por l~ ';ctos de s¿~o a prillcipios ?e la ceHturia sigtúente. El P de abril de 1801 apare-
su estilo y leHguaje"'. Los censores debían fimdamentar s~IS dtct<unene~, cto en Buenos Aires el Telégrafo Mercantil, Rural, Pol(tico-Económico e
y los autores de las obras podíau respoHder a las obse~-vact?Hes, despues Historiográft~ .def,Rio de la Plata, de publicacióH bisetnaual y luego se-
de lo cual decidía el juez si correspoudia otorgar la liceuna. manal. Lo dmg10 FRANciSco ANToNIO CABELLo y MESA y duró poco
más de tUl afio y medio. En el periódico se incluyó un variado y hetero-
325. La biblioteca pública, como tal, sólo apareció .m Ettropa en la.pd- ~éueo .material-su título HO era para meuos-, y jlllltO a composiciones
mera 1rútad del siglo XVIII, y ya m la segtmda nutad de la centuna se literanas -algtmas alcanzaroo justa celebridad, como Ll de LAVARDEN al
establecieroH alguuas eu América (México en 1762, Bogotá eu 1777, río Paraná-, aparecietDn descripcioHes geográficas, ensayos natttralis-
Quito e u 1792, y La Habana al a.úo siguiente). f:n ~l Río de.la Plata, e~ tas, obset-vaciones meteorológicas, etc. Era el órgano de la Sociedad
cambio, uo parece qtJe autes de 1810 hayau extShdo proptamente bi- Patriótica, Literaria y Económica, que había fiUidado el mismo Cf..sE-
bliotecas públicas. LLO (§ 223)
EH realidad las bibliotecas más importantes estaban en poder de los 0
Ell de setiembre de 1802 apareció el Semanario de .Agricultura, Indus-
religiosos, Yaun en ellas se solían.et~contrar libros p~hibidos. ~Í, el tria y Comercio, dirigido por Hwóuro VrnrrES (§ 225), que se publicó
importante foHdo Utidal de las btbhotecas de Bogota y de Qtuto se hasta el .11 de febrero d~ ~807. Atlllq~ se insertaron como ext:epción
constituyó coH el material bibliográfico que pertenecía a los expulsados algtmas lntportantes HOhctas de actttalidad, este periódico se mantuvo
jesuitas. det~tro de los lineamientos (;ItlUtciados eH su programa: "Se tratará de la
Las bibliotecas particulares en América fueron umne~usas, y las hubo agncultttra CH general y los ramos que le son auexos ... De todos los
valiosas etl México y Lima, especialmente. De las noplat:nses, suele ramos de industria que sean fácilmente acomodables a nuestra presente
citarse la del c<LllÓttigo JUAN BAITASAR 1\ti.ACIEL, a fines del stglo XVIII. situación, del comercio iuterior y exterior de estas Provincias; de la educa-
De todas maueras la pauta del movintiento bibliográfico en esa época cióH moral, de la economía doméstica, de los oficios y las artes; de las
la da la existeucia ~H Buenos Aires de personas que, segím ToRRE REVE- providencias del gobiemo para el fOmeuto de los labradores y artistas; de
LLO se dedicab<Lll exclusivamente a la veuta de libros. los elementos de química más acomodados a los descubrimieHtos útiles a
'
la economía del campo y a la mejor expedicióH de los oficios y las artes~.
EH1807 se publicó en Montevideo La Estrdla del Sur, que sólo alcanzó 1

El periodismo I•J los siete Húmeros. Destinado a apoyar la illvasión británica al Río de la
Plata -apa.m::ía eu inglés y en espaftol-, cesó al desaparecer las causas 1.
que habían impulsado su publicadóu. ¡i
Eutre octubre de 1809 y euero de 1810 se publicó en BueHos Aires la
Gazeta del Gobierno, órgano oficial en el que se insertaban disposiciones
gubernativas y se reproducían noticias aparecidas en periódicos espafto-
les y ettropeos.
El3 de marzo de 1810 apareció d primer nlunero del Correo de Comer*
cio, de publicación semanal, dirigido por ..MANUEL BELGRANo. Duró hasta
eló de abril. de 1811,. y eH ~lmismo se procurabau difiUidir, al igt1al que
culos autenores, las Ideas ilustradas, COH miras al estímulo y aJ desmu-
llo de la ecouonúa regional(§ 224).

I.a publicación de periódico.$ estaba sometida a las mismas uor*

"' "'
AfANUALDE DE

.IIlds.que Jos de.más impresos(§ 321). Se soUa pedir Ulla .


pre,,:lad.ra:ra el.Pc:riódico, Yluego también el material de cada e¡¡•-·ga
an ~ e rmpruru.rse e ·d uc
. el . ra sornen o a 1a censura aunque resulta dificil
1
prectsar estncro cwnplimieuro de este princiPio. Capítulo XI
:29. Los peri¿rucos carecieron de continuidad y fueron excepcionales
os que aparecieron durante más de una d.(~- -1. • • •
· · al · <:Mtua srnmterrupc10nes L
~ru~tp·. es d~cultades eran el costo de la imprenta, la escasez de P~~
e re UCldo numero de lectores y la inexistencia de tul t .
empresa que respaldaran el tra¡.,...;o y los =ruv· fieq uP? o de una La organización militar durante la conquista y la colonización. La
Todo e11 · . ...,..J • 1eran manoeramente. hueste. El ejército defensivo. La autoridad militar. Las fuerzas militares
. o, s~t contar las ctrctmstancia.s particulares que pudi de
mmar, por eJemplo, la disconformidad o la falta de a eran. ter- del Río de la Plata.
El contenido de los per·ód· . poyo del gobierno.
ciudad . lif . 1, lCOS era muy vanado. En la m.tyoría de las
es u lanas no tenia mayores perspectivas el ·oo·
. pen 1co dedicado
.
exclusivamente a las notic · La organización militar durante la conquista y la
ftnes del siglo .las? ~omo eu. 1a ~Ctttalidad. De esta manera, a
colonización (I)
nu·c·as Y .e1 ansia
XVdeU I y pnnCiplos del slgmente, las nuevas ideas ecotto'.
pronl'•td al · ·
el pen·odi _{_- ~r · meJorarmenro técnico encontraron en
, smo un CXCC!Cltte orgatlO de difusión Así ve ó 330. La hueste. La conquista fue realizada mediattte el sistema de las
~~~rd~~!lata ~r!ódicos
los ptt?licados en es~s ;:te~tdr:t ~~1~~
aftos capimlaciones (§ 70). Uiu de las obligaciones primordiales del jefe
d. .poc~ pa~us tUl Var1ado material acerca de los ternas .' expedicionario era la de retullr la fi.rerza armada necesaria para la empre-
Iversos: fisica, histona lliltural, medk"in artes útiles . mas sa. Para ello estaba autorizado a levantar bandera en las prittcipales dtt·
110mía, agricultura com . hi . a, . , literatura, eco- da des castellanas y, al son del pífano y el tambor, convocar a los españo-
b. ; erao, stona, geografía, ntdustrias y otros Eu
c.und I?, no se.~cla referencia a nuevas ideas políticas ni a d;~·d · ·
e caracter religtoso. wl eilClas
les que quisieran acompaflarlo. En esa oporttmidad, el conquistador
hacía la promesa de tierras, tíudos, h0110res y privilegios para los triun-
fadores, ittvitándolos a embarcarse hacia la aventura.
La edad mínirna para pasar a Indias oscilaba entre los 13 y los 15 años,
reconociéndose la coiweniencia de no embarcar a quienes tuviesen me·
nos edad o fuesen mayores de 50 años, porque las tareas eran muy
pesadas y difíciles de soportar.
Las leyes ittdianas exigían que quien se alistara fi.rera "limpio de sangre"
de toda raza de moro, judío, hereje o petliteitciado por el Satlto Oficio.
No lo podían hacer los de linaje de moro o judío, los recOitciliados o
castigados por la Inqttisición, los negros ladinos, los gitanos, los escla-
vos casados sit1 stt mt1jer e hijos, las mt1jeres solteras sittlicencia, o las
casadas sin sus maridos. Los alistados debían aportar su armamento y
bagaje -al que no se impotúa tm.ifurmidad algmta-, no cobraríatt suel-

(l) JuAN BEVER!NA, El Virrúnato de las Prorinffl# del Rinde la Plata, su urganiZMúfn militar,
Bw:uos Ahes, 1936; ALfONso GARciA•GJI.l_L_o,Blsm>itio mílitMen Indias, A.H.D.E., 1956; josf
M. MARn.uz U!l. QUIJO, La arganizaci6n militar rkl T'írninato m /a i'ptXa rkl Marquá de Arilú,
T. C., n° 3, 1952; JUAN M. :MoNFlliNI,Lahiitori.amilirardurante lossigli»XVIl_1XITII1, H.N.A.,
vol. IV, segunda parte, 1938; DEMEnlO RII.M.os Pá.EZ. Dm:rminantes formaúi'O$ de la "hu-ffle"
ímlirma y su 11rigen modilica, lLCh.H.D., N" 4, 1965; ALBE!I.TO M.u1o SJJ..hS, LM armas de la
crmquiita, Bw:nos Aú.,s, 1950; AGUsriN Zi\J'ATA GotiJ,.."!, La mi/.kía en Imlias, Santa Fe, 1972;
Srtvto A. ZAWJ..A,La> ímtitucírmes jurlditas ... , op. cit. en nor:a (2) del cap. I.

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1\iA};lJAL DE fhSTORlA Dll LAS lNST!TtTCJONIJS ARGENTINAS LA ORGANIZACIÓN MILITAR DVMNTI! LA CONQUISTA Y LA COLON!ZAClÓN

do, y se preveía que sus aunas estaban exentas ~e embargo. iTmtas erau de un des.urollo CJOCepcioual de los sentidos, lo que le permitía recono-
las deudas de quieues se emolaban para Ind1as! Muchas veces era el cer huellas, advertir midos o ver objetos a distaucias asombrosas. Por
propio couquistador quieules proporcionaba las armas y cabalgaduras, ello era considerado como un elemento indispensable uo sólo para fijar
con cargo de abouárselas cumdo mejo~ar~n_de fortuua: ~ el nm1bo de la expedición, sino para evitar los peligros de la marcha.
Los reclutamientos se hacían~ eu tm pnuc1p10, en las ctudades espano- Además ~e estos reclutados, existiau en la empresa los mMinos, religio-
las, pero luego se prefrrieronlos habi~tes de las _Indias, en especial los sos y ofinales reales. Cua.tillo la c.xpedición exigía uavegacióu, se con-
de La Española y Cuba, por estar habttuados al clima y conocer el terre- trataba a geute de mar, pero estos elemeutos eran de características bas-
Ctntes distintas. Su coudición de profesionales a sueldo los colocaba en
uo. La escasez de geutes decidió a la Coroua eu 1526 a prohibir el
reclutanúeuto en América, salvo el caso de algúu iutérprete o guía. En
el Perú, eu ateución a su munerosa población, no rigió esta medida.
una posicióu
.
de privilegio: ayudabau. a la dirección de los soldados
trutto el piloto de la nave como los lUISmos marineros, y recibíau trato
.
deferente.
331. Se formó así una hueste heterogénea, levantisca e indiscipl.iuada, También formabm parte de las huestes los religiosos, pMa atender las
sujeta al jefe de la expedición por medio de un contrato o asiento que s_e necesidades espirituales de los soldados y lograr la conversión de 1os
firmaba siu mayor cuidado. Este contrato, dice GARdA-GALLO, era enu- iudígeuas. Era.tl mirados con especial respeto y reverencia, y muchos de
uentemente aleatorio. El soldado se comprometía a contribuir cou su ellos participarou eu decisioues fi.u1darneutales adoptadas por los jefes
vida y su servicio militar para obtener el éxito de la empresa. Si fracasa- de las expediciones.
ba sólo obtetúa penurias sin cuento; sí, en cambio, teuía éxito, se le Co_mpletaban la dotacióu los oficiales reales, enc-argados de vigilar el
br~1 dabmla gloria y la riqueza. Así, tentados por el botút y la aventura, qumto del rey en los rescates y botines de guerra. En las expediciones
los hom.bres se sornetían vohmtariamente a su capitán, quien ejercía menores sólo ibm veedores, pero eu las de mayor importaucia se euvia- ;¡
sobre ellos plena autoridad y, en casos, jurisdicción. Sobre la base de ban tUl contador, un tesorero y un factor. Estos oficiales reales actuabau
este vú1ndo, el que se alistaba obtetúa el derecho a recibir oficios, privi- libremente deutro de la hueste y dependían directrunente del rey. :¡
legios, encomiendas, tierras, etcétera.
El coutrato entre el soldado y su jefe no sólo articulaba llll VÚKulo cutre 332. Las condiciones en que se desenvolvían estas expediciones erau 11
millos, sÍJlo que am.tdaba otro con la Corona, pues -como bi~u ~tiene bastante rudimentarias. Por lo geueral--dice SALAs- no existía regla-
GARciA-GALLO- la empresa guerrera se llevaba a cabo en mteres del meuto que ordenara la vida de la tropa. Sólo CORTÉS, que enfrentó
Est,1do y en su nombre. El víucul.o era de duración iudefuúda y ordiua- ~a guerra prolongada y dificil, estableció tlll conjunto de disposi-
riameute se ruautetúa hasta lograr el éxito o el fracaso de la empresa. De noues a las que debían someterse sus hombres, que iban desde la
lo contr,uio, se requería la conformidad de ambas partes para rescindir- prohibición de la blasfemia hasta la de escouderse entre el equipaje
lo, sin ¡x;rjuicio de que fueran numerosas las deserciones, las que se en el momento de la pelea.
peuaba.tt con la muerte. . Los bagajes, alin1entos y demás elementos necesarios para la vida en '
L
Los grados de la tropa los distribtúa arbitrariametlte el jefe de la exped~­ esas leja.tlas regiones quedabru11ibrados a la previsión o a la experiencia
ción., quieulos coucedía a sus amigos o a quienes mejor habían coutn- del jefe de la expedición. Por lo general, las cohunnas audaba.tl ham- i1
buido pecmúaria.tneute. A la cabeza de la hueste estaba uugeneraJ, due- brientas y mal vestidas, sufriendo frío o calor, padeciendo toda clase de
Ílo y seúor de sus subordinados. Le seguía bajo sus órdenes direct-as c:I alituaúas y pestes, y expuestas a perder el nm1bo etl sus ma.tcltas por
maestre de campo, especie de jefe estado mayor. Para reemplazarlo y atoo- territorios iuexplorados.
liarlo se designaba un Sa'lfento mayor; al frente de los grupos se encon- El soldado que debía llevar consigo su alimento se hacía acompaúar en
traba.tllos capitanes, los alftreces y los cabos de escuadra. la expedición por su gente de servicio, que se encargaba de prepararle la
El alférez, que te-nía grado y mando dentro de la compaúía, dice SALAS, conúda, plmtar la tienda y atender su cabalgadura. Tambiéule asistía.tl
conducía la bandera y el estandarte. Todos los grados, por lo general, se mujeres, cuyos oficios -según SALAS- erau una burda disculpa. Los in-
entregaban a hidalgos, es decir, a gente de estirpe. dígenas sometidos seguían, en algunos casos, a las caravruw, sirviendo
En estas expediciones ftguró también como elemento• ··~~~;~;,::~::~~~ en la ta.t-ea de trrulsportar los bultos y bagajes.
baqueano o adalid, conocedor de la n-aturalexa y de los l huestes no eran. muy munerosas. En escasas ocasiones alcrutzarou

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MANUAL DE HISTORIA DE LAS lNST!TtrCIONRS A.li.GENTL'IAS
LA ORGANIZACIÓN MILITAR DURANT!l LA CONQUISTA Y LA COLONIZACIÓN

los LOOO hombres, y habirualmeute el nlunero oscilaba entre 180 y ¡x>r facilitadas a los habitantes de América, ya sea mediante préstamo o
200 hombres.
donación., o bien vendiéndolas a su costo y gastos de transpotte.
L,a discipiD.ta se rnanteiÚa .con dureu.; los jefes de la expedición dispo- La tenencia de armas, entm pueblo naturalmente inclinado a la guerra,
man sumarumeute de la vtda de sus hombres, y -dice SAIAS- cuando el fue motivo de munerosos inconvenientes. Las reyertas internas se hicie-
temperamento no andaba por lo justo, cometían barbaridades. Sólo ron frecuentes, con el consiguiente saldo de muertos y heridos, y el
cuando el valor y la destreza del capitán se imp01úan sobre sus títulos número cada vez mayor de indios, negros y mestizos hizo peligrosa la
llegaban el respeto y la lealtad de sus hombres. '
existencia de armas en las casas partictdares. Se comenzó por obligar a
los españoles a depositar sus armas en las audiencias, y se terminó por
33?. ~n muchas oc:u: iones, los jefes de la expedición utilizaban grupos prohibir en algtmos territorios, como el Perú, la tenencia de armas de
L:
de mchos como auxili;ues en tat;a de conquistar nuevos territorios y fuego cortas y largas, estoques y espadas, y su introdtlCciÓn en esas
de luchar contra contmgentes mdtgenas rebeldes.
wnas desde la petúnsula. Posteriormente se exigió licencia para llevar-
A ~111 de enrolar a los indígenas en la empresa, se fomentaban entre ellos las a Indias, la que se otorgaba sin mayores problemas.
annguos rencores o rivalidades, o bien se les prometía la destrucción El indio también esruvo sujeto a la obligación militar, que en muchos
del V~l~ulo de vas~je que los unía a otra tribu, que, como en el caso casos no se hizo efectiva. Recuérdese que dttratlte algún tiempo fue
de Mex:tco, era ternble y sangriento.
COilSiderado como enemigo y se discutió si era libre o no (§§ 241-245).
Estos grupos Íl1dígenas, que a veces eran muy numerosos prestabat1uu Era indudable que en esas condiciones se presci11~iera de su ~~luta­
excele.nte auxilio al conquistador, pero debían ser vigilados constame- m.iento. Pero la obligación existía y en .tlgtuus OCasiOllCS ftte utihzada.
mente,
~
pues nunca
. se estaba se01wo
~
de su fidelidad y obedienca· Los indios como hemos visto <Ulteriormente(§ 333), no podíatltlSar
, '<l. mantener vtva la supremacía del español sobre el indio, se prohibía armas emu'peas ni ejercitarse en su manejo, y estaba celosMnente prohi-
a estos ~oseer armas europeas y montar a caballo. También estaba veda- bido venderse cualquier clase de armamento. También los negros, mu-
do enset~arl~s el manejo.de las ~'y hasta se procuraba que los arme- latos y mestizos estaban sujetos al servido müitar. .
~ no eJercieran su oficiO a la Vtsta de los salvajes, para que no lo apren- A veces la obligación del servicio militar se traducía en Ulla prestanón
diCran. Estas prevenciones fueron muchas veces desoídas y SALAS ·ta pecuniaria. No se trataba -dice GARciA·GALLO- de un impuesto de gtle-
el c~o del Pe~t, .donde ~nagristas y pizarristas, luchandd entre sí, ~~­ rra sino más bien de tul.a comnutación del servicio personal por otxo
trtlla11 a, stlS U~tos auxiliares en el manejo de la pica para deter1er la '
económico. La Coroil.a lo establecía sobre todo en los casOS en que era
caballena enerruga.
necesario leVatltar una fortificación, armar convenientemente un puer·
to, o bien colocar centinelas permanentes en ciertos lugares.
33~. ~~ ejército. ~efensivo. UlLl vez logrado el sometimiento de un Los encomenderos, q1.te se beneficiabat1 con la explotación de su enco-
terntono, el serviCIO de las a.nnas adquiría características diferentes. Ya mienda(§ 247), estabat1 obligados, además de prestar~'; servic~~ p~r­
no er~n necesarios el redutamietlto voltmtario al son de pífano y tam- sonal, a contribuir con arlll.M y caballos para la formanon del e¡erato
bor: lU las promesas doradas de forttma y honores, pues regía. una obli- indiat10 en forma proporcional aln~ero de indios que ttwien;l.. Esta
gaaóu getlCrai so~re todos los españoles, indios, mestizos, IlCgros y obligación se extendió por mucho nernpo, hasta que en los tÜtllnos
ll1ulatos para acudu· a la defetlSa del territorio.
aílOS del siglo XVII comenzó a descontarse parte de la renta que goza-
Se ~ataba del ~e:Vicio militar :·ndiano, al que todos estabJ.ll sujetos, se- ban los encomenderos, para atender el sostenimiento de los ejércitos.
lllCJ<Ulte al semc10 que en Castilla debíatl prestar los 11.attu·ales de actter- En el siglo XVIU se fueron incorporatlrlo en la Corona las etlcomien?as
do con lo prescripto en las. Pa~~ y reiterado en distintas oPortunida- que iban vacat1do, así como también las de las persm1.as que no habita-
des. E~atl numeros~s las dtspostaones que se referíat1 a esta obligación batl en el lugar, a fin de sostener con su producto l?s gastos de la guerra.
~l Indias. Los ~spat10.1es debían estar dispuestos para la defensa y c,onve- En 1718 se suprimieron las eucomietlrla.s en 1n<has (§ 251 ), desapare·
1 tuentemeu~ aunados; por ell? s~ les rec~mendaba poseer arlll<l.S y estar ciendo así paulatinamente el servicio militar de los encomet1deros.
1 pr~1tos. pata defendC: ~1 terntono no solo del ataqtte destructor de los
~os, ~~o de las runbiC!OllCS de conqtústas de otras naciones enemigas. Lt
¡ obligacton de poseer armas estaba unida a la preocupación de la Corom
335. A pesar de esta obligación general de prestar el servi~io de las
armas, parece que hasta fines del siglo XVI no estaba prevista regtt-

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MANPAL DE ffiSTORIA DE LAS INSTITUCIONBS AltGih"'TTNAS LA 0RGAN1ZACIÓN MILITAR DURANTE LA CONQUISTA Y LA OO!..ONtZAC!ÓN

lannente su utilización. En Castilla, sólo se organizaroulas milicias 337. Las fortalezas indianas, leva11tadas siempre cou permiso regio y
en 1598 y en Indias debió hacérselo de inmediato. Seúala Garda- gobernadas por sus fimdadores o por oficiales del rey, mante1úau tma
Gallo qt;e la organización defnútiva de las milicias en At~1~r~ca se guanúción formada por soldados profesiouales, reclutados en Espafla
obtuvo a partir del Reglamento de 1769, dado para las mihn~ de durante las primeras épocas, pero ya eu los conúe11ZOS del siglo XV1II
Cuba, que fue lil base de muchos otros de las Indias. E1 enro1anuen- casi todos los soldados eran criollos; tatl sólo la oficialidad se matlte!Úa
to, que al comienzo parece haber sido volunt,:uio, pronto se toruó espaiíola. Estas gentes percibíatl sueldo y vivían e11la fortaleza. Durante
obligatorio para los varoues mayores de 18 anos y menores de 50, este mismo siglo, esas fi.terzas fijas se orgatúzaban e11 regllniClltOS o
comenzando a incorporarse a los que se ofrecieren y luego, P?r _sor- compatüas sueltas de veteratws, es decir, soldados profesionales a suel-
teo, a los demás, hasta completar los cuerpos. Quedaban ex:1m1dos do. Buenos Aires tuvo la suya eu 1780.
del servicio, entre otrO$, los abogados, escribanos, mayordomos,
médicos, boticarios, cintjanos, uotarios, síudicos, sacristanes y maes- 338. Hasta mediados dd $igl.o XV1II, la asistencia religiosa de h'> hom·
tros. bres de armas e5tuvo confiada a sacerdotes que depeudían del obispo
Los que servían en las milicias indianas gozaban de determinados privi- del lugar Cll que estaba asentado el ejército, y que careCÍatl de los privi-
legios: exención del servicio de hospedaje, del alojanúento de tropas o legios de los militares y de toda organización castrense. A instancias de
bagajes, de todo oficio que les sirviese de car!?a, como la tutela, ~e FELIPE V se orgatúzó la permanencia de sacerdotes e11los ejércitos espa-
pagar carcelaje cuaudo estuviesen arrestados. Mientras duraba el set-vt- ñoles. La máxima autoridad para ludias fue el capelldn mayor del ejército
cio percibían tUl sueldo igual que el de los veteranos. y estaban c?~n­ y la annada, reside11te en Espafla. Desde 1762 este dignatario llevó in-
prendidos en el fitero militar (§ 109). La perlllilllCllCla eu el servtcw, herente el título de vicario general de los ejérciws espafWles. Los capellanes
múda a la escasez de tropas profesionales, transfonnó a lo largo del castrenses erau uorubrados por el rey y te1Úat1 jurisdicción sobre todos
tiempo estos batallones de milicias en tropas veteranas. Así, por ejem- los núlitares Cll actividad, aiíadieudo a las atribucione5 ordinarias de los
plo, la compaíúa de blaudengues de la ciudad de Sauta Fe, que había curas párrocos, otras de mayor importancia. Si bien el vicario general
sido tUta múdad miliciana, fue transformada en veteratta por real orden residía en Espaiía, estaba autorizado a delegar sus filllcioues en tenien·
del3 de julio de 1784. te5 vicarios residentes Cllludias, que gozaba.u de la jurisdicción castreu-
se ~ue el ~pe~ior les concedía. En el Río de la Plata ejerció el cargo de
336. Las milicias podían ser, segün JUAN BEVERlNA, provinciales, regla- temeute VKarto castrense el obispo de Buenos Aires.
das o disciplinadas~ y urbanas. Las primeras eran aquellas que no podían
ser utilizadas fi.rera de determ.iuada provincia, regladas o disciplinadas 339. La autoridad militar. En ludias fue ejercida, eu Ull primer.mo-
eran las que te1Úa11 platlils mayores veteranas, instntctores o asatnbleas meuto, por los adelatttados (§ 71) y luego por los virreyes(§§ 72-74),
regladas, y urbanas, las que no gozaba11 de estas condiciones, coufonne que lllÚan a su condición de tales la de capitanesgenerales. Establecido el
preveía una real orden del 22 de agosto de 1791. Estas t'dtirnas, de régimen intendeucial, se asignaron a los intendentes funciones militares
escasa instmcción militar, eran utilizadas sólo eu casos extremos y para si.u que ello importara el mando directo de los ejércitos indiattos. M~
la defensa del propio lugar. bien se ocupaba11 de «surnitústrarles su haber en dit1ero y su manuteu-
Los tniliciatlOS permanecÍatl ocupados en sus oficios habintales en tau- ci~n en víve~", debiendo ser consultados, sin embargo, "para cual-
to no se dispusiera su movilización. Sólo los ntadros de mando y orga- q~uera expedlCtón, distribucióu o movllniento de tropas", confonne
nización se mantenían en forma permanente. Eu cada pueblo había ofi- dlSpotúa la subordinación, más efectista que real, de todas las autorida-
ciales e instmctores necesarios para adiestrar a los habita11tes del lugar des militares del virrell1ato al Í11tendente, si.u perjuicio de que tanto éste
los días domingos, que constihÚat1las asambleas instnlCtoras. Las ar- c~mo aquéllas debieran subordinación y obediCIKia al virrey(§ 203).
mas eran proporcionadas por las ciudades o la Corona y se guardaban Drrectameute sometido a la autoridad del virrey, gobemador y capitán
en los cabildos. Las cabalgaduras, las montas y los arneses los propor- general se ctlContraba el teniente de rey, quien estaba eucargado de se-
ciou.aba la Real Hacienda, o bien los aviadores, es decir, aquellos que cundarlo en todo lo relativo al ra.rno de guerra y reemplazarlo en caso
habíatl conmutado su prestación personal por la obligación de facilitar de ausencia, es decir que Cll este supuesto no sólo ejercía fimciones
esos elen1entos (§ 334). militares, siuo tambiéu de gobiemo. Seúala BEV:ERINA que eu el Río de

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MA..~UAL DE H!STORlA DE LAS lNSTITUCJONilS ARGENTINAS
LA ORGANIZACIÓN MILITAR DURANTB LA CONQUISTA "'f U COI.ONIZAClÓN

la Plata este funci011ario sólo existió durante la época de los gobemado- ñaba las funciones de jefe del estado mayor, y tUl mayor general, qne
res (1~17-1778) y e11 tiempos de los primeros virreyes, desapareciendo sectmdaba y reemplazaba al anterior. Fue muy frecuente en estos casos,
despues, para ser reemplazado por el sargento mayor de plaza. Este íúti- y también cuando era necesario adoptar nna decisión de trasceudencia,
mo, que dependía del te~liente de ~ o bien directameute del virrey, convocar los consejos o juntas de guerra, para asesorar al virrey. Estaban
estaba ene~? de la dtrección y la vigilancia del servicio regular de compuestos por las autoridades militares que el virrey invitaba y tenían
plaza;; o guarmctones, paradas militares, centitldas, rondas, etc. Existía las :ftmciones que éste mismo les señalaba.
tam~tén el cargo ~e s~j!fento mayor de milicias, que se ocupaba de adies-
tnumento, orgamzanon, ascensos, aprovisionanúentos de las milicias 340. Las fuerzas militares del Río de la Plata. En el Río de la Platl,
de s.u territorio. En los ejércitos indianos, el sargeuto ~yor era el ter· las fuerzas militares estabaJl constituidas, dice MARILuz URQL'IJO, por
cer Jefe del cuerpo.
un reducido número de soldados veteranos, que formaban la guarni-
~ pedido del virrey Ví;RTiz, que se había desempeñado durante poco ciÓJl de las plazas militares y de las fronteras, y que encabezaban a las
tlempo como tal, antes de asumiJ: el virrei.uato fue creado en el Río de milicias virreiuales en los casos de guerra, y por estas mismas müicias
~a Plata ;l cargo de inspector general de todas las n·opas de caballería e organizadas en cuerpos. A fmes del siglo XVIII los cuerpos veteraJlOS
uúautena, por real cédula del 8 de noviembre de 1783 Este mlevo eran el regimiento de infanterla, el regimiento de dragones y los blanden-
f?uc~lario, que dependía directamente del virrey -dice MoNFERJNI- gues de las fronteras, además de un cuerpo de artüleria y otro de ingenie-
eJerc.ta. el. c~ryund~ dir~gía la instrucción, corría con la disciplina, l~ ros. Oficiales envejecidos y soldados remisos e indiscipliuados eran ca-
ad.m.llustracton y el gobteruo de todas las fuerzas exi~tentes en el virrei- racterísticas corrientes de los raleados cuerpos de veteranos.
~ato, salvo las de artillería e ingenieros, que tenían sus inspectores par- El escaso número de soldados provetúa de los retiros y cesaciones por
oculares y se euteudÍaJ1 c011 la dirección del arma en Espaúa. Por real veucimieuto del tiempo de coutrata y de la imposibilidad de cubrir las
orden del4 d~ euero de 1790, el nombre de este cargo fue cambiado plazas vacantes. Los reclutamientos en la pen.úlStÚa resultabatl imposi-
por el de subinspector general, para que no se con:ftuldiese con el de bles por falta de fondos y ausencia de n·a11Sportes, y 1a necesidad de la
msr:ctor general de tropas de Indias, existente en la petÚnsnla. El pri- defetlSa de la Monarquía era tUl motivo más para diftctútar el envío de
mer mspector general del río de la Plam fue dou ANTONIO DE ÜLAGUER efectivos al Río de la Plata. Por otra parte, los reclutamientos efectua-
Y FELiú. Otra autoridad con atribuciones militares fue el teniente de
dos en el propio territorio resultaban magros, además ~e ~er. frecu~t~tes
gobernmkr (§ 78). las deserciones de los criollos, que no se avetúan a la dtsctplma mihtar.
~r;s comandantes militares o de armas eran los jefes de mayor gradua- Señala el autor citado que los blandengues destinados a la defetlSa de las
cton.dentro de la población a que perteuecían; se ocupaban de todo lo fronteras, en cotlStaute lucha contra el indígena, habían adqttirido ca-
refenJ:> ~ organizad~ y consen:a~ión de las milicias de su territorio, y racterísticas parúculares que los distingtúan de los demás cuerpos de
ctunp~ento de la:' ordeues rectbtdas del comando general de armas, línea. Estaban formados, en su gran mayoría, por criollos que conoCÍilll
que restdla en la ~aptta1 de. cada provincia, o bien del comaudru1te gene- bien el terreno y las cosnunbres del enemigo. Diseminados a todo l?
ral de la campana o del mspector general. El tXJmandante general de largo de las fronteras, emplazados en fuertes eudebles y mal gtlartlect-
front~"': se ocupaba de la ,organizacióu de los cuerpos de blandengues dos, llevaban tma vida llena de sacrificios y heroicidades.
qne Vtgila?~lla extens.a .~ea de frot~.teras; los maestres de campo, que Los dragones, según BEVERINA, eran una especie de "infantería monta-
~rau los mih~. que dmgtan los terCios españoles, fnerou en Indias los da" destittada a librar combate a pie y a caballo. RAFAEL DE SoBRE
Jefes de las l~tctas de importancia. Para 1a conservacióu de los anna- Mo~ tetúa especial predilección por las características de este cuerpo,
met~tos y su dtstribucióu existía el mayordomo de arti!Jerla y tenedor de que estimaba excelente pal"a desenvolverse en un país como eluuestro,
basttmentos.
"llru10 y extendido, donde todo se hace a caballo". .
~n caso de ?'-lerra se 11omhr:a~ tUl tXJmandante general de campaña, El cuerpo de artillería estaba compuesto por dos compaíúas, y el de mge-
para que -dtce BEVERINA- utilizaudo los recursos de la región, pudiera nieros, por tUl '"pequeño pero brillante gmpo de oficiales", según pala-
preparar la defensa de los puntos amenazados de invasión o arrojar al bras de MARILUL URQUUO.
o:ro lado ~ 1a froutera las tropas que ya la hubiesen invadido"; tam- También se dictaron etl el Río de la Plata, a itlStandas de SoBRE Mm··'TE,
btén se destgnaban un cuartelmaestregeneral del ejército, que desempe- cursos militares para cadetes, a fm de ll1Struirlos en ordenanzas, ejerci-

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MANUAL DB HisTORIA DB LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS LA ORGANIZACIÓN MILITAR DI.'MNT!l LA CONQl'lSTA y !.A COWN!ZACIÓN

cios, procesos, leyes penales, además d~ recibir leccioues de matemáti- 342. El.fracaso de e~tas milicias duwtte las invasiones iuglesas obligó a
cas. Los cursos se dictaban eu MonteVtdeo. reorgamzadas, .mrgtendo eu1806las milicias voluntarias, que se habíru1
levantado eu armas para la lucha por la reconquista. La primera mUdad
341. Las milicias formaban el grueso del ejército rioplatense ~ debíau que se fonuó:fi.te d cuerpo de húsares, conocido vulgarmente como hl!Sa-
cumplir tllla doble fwalidad, es decir, ~oncurrir a las operaCiones ~e res de ~PVEYRREDÓN, it~tegrado por tres batallones, a las órde11es de JVA.'<
guerra y desempeíur determinadas fwtctones, que re~armente debte- MARTIN DE PUEYRREDON. PostCJ.~C:.rmCltte se crearon otros cuerpos, Cll-
ron estar a cargo de tropas veteranas. Estaban sometidas a las uormas tre lo:' qu,e sobresale el de patrtaos. Para servir la artillería pesada se
del Reglamento para las milicias disciplinadas de infont~ Y caballería de
la isla de Cuba, de 1769, que se extendió a toda A.tnér~ca y luego a las
tt:
cottstituyo el ~ de artilteria indios, parrifJs y nwrenos, orgrulizado
Cll ~cho compamas. Con los vecmos españoles se cmtstituyeron cinco
del Reglamento para las milidas disciplinadas de infanterut y caballerfa del temos o cw:rro,:'• segt'm sus provincias de o1·ígen (gallegos, ru1daluces,
virreinato de Buenos Aires (1801). . catalaues, VIZCaulOs y moutañeses).
Las milicias eran adiestradas por las asambleas, formadas por ofiCiales y Estas m_ilicias volu_ntarias pronto se lúderon obligatorias ante el com*
soldados veterauos. portanueuto rermso de algunos vecinos y la necesidad de contar con
El servicio militar comprendía a todos por i~al. Siu Clnb~·go, los c~­ ~a :fi.terza estable para la defe11Sa del territorio ame11aZado. La audien-
merciautes de BttCltOS Aires lograron ser exilrudos por el vurey A viLES Cla estableció la obligación del servicio militar por bruldo del 20 de
de prestarlo, dada la condición de clase privilegiada de la población ¡;or- noviembre de 1806.
tei'ü., y ni aun pudo lograr AVILÉS formar cou ell~s tUl c~terpo mas o ~a:'ados los peligros de la invasión, el virrey LINIERS, disptlSO la disolu·
menos orgánico de milicias urbanas, que sólo ~ebta acudrr en caso de ClOU de varios cuet'_fOS, reduciendo .las tropas milicianas, a las que se
defCltsa de la ciudad donde se Cltcontrabau sus IUtereseS y fortunas. La mat~tuvo a sueldo, listas para cualqme1· emergencia.
altivez de los comerciantes porteúos tiene su explicación en la política El vu~y Hm~oo DE CrsNERos reo.rgru.lizó estas milicias, que quedaron
seguida por eutonces Cll Espaúa y América: "A lC:S espaú?les de fines del reduCidas a cmco batallones de itlfatltería; tUl batallón de artillería vo· ¡:
siglo XVIII -dice MARILV'Z URQli1Jo- se les habta repettdo t~ttas vec:s lante; tUl escuadrón de hl!Sares; tw batallón de cast:as. Todas estas mili~ ! :

que uua de las causas de la decadenci~ española fi..te el prefenr la ~na cias se COJ.tsideraban regladas y no voltwtarias. Con el cuerpo del comercio
1rúlitar a la riqueza, que ahora estaban dispuestos a tolerar que se deb~tanl se .fo~·maron batallan~ urbru10s. F:>tas errutlas unidades de milicia que
la defensa común autes que molestar a aquellos hombres, que segmt los eXtsti<Ul Clt.~uenos Aires ~ pmduClfSe la Revolución de Mayo y que la
eco110mistas eran el más firme sostén de la grandeza de la patria." Jtmta Provtstonal de Gobtento trattsformaría en unidades veteranas las
Las milicias,uo fueron, sin embargo, una fuerza de importauda para la cuales llegarían a ser el p1atttel del Ejército kgentino. '
defettsa de territorio. La natural repugnancia de los hombres de la cam-
paiia hacia .el servicio de las armas, dice BEVERINA, se veía agravada por
los irritautes privilegios, por los vejámenes, por la falta de tul Sl~eldo
seguro y suficiCltte mientras se prestaba servido, por la ausettcla de
mllforme y de equipo convetllCltte. Fuerou c?nst:ruttes por c;u-tonces las
quejas de los :fimdonarios sobre la poca efictencta q~e podía esperarse
de las fuerzas milicianas, sobre todo, las de la campana.
A pesar del escaso valor defensivo que sign.ifica~ai~ estos cuert;os, la
ausencia cada vez mayor de tropas veteranas obligo a las autondades
virreinales a echar mano de l~ batallones milicianos, que, puestos a
suek-to, pasaron a cmnplir ñmcioues de vigilanchl que debían efectuar
las tropas de lú1ea. , . .
En 1805 las tulldades vetCl"<Utas habtan quedado reduodas a cas1 la
nútad de~ efectiv~ nonnales; en trutto, más de núl milicianos a suel-
do revistaban regularmCltte.

"'
Capítulo Xll

La crisis del régimen indiano. La conducción gubernativa. Tensiones


e intentos de independencia. Los acontecimientos desencadenantes.

La crisis del régimen indiano <1>


343. En la segtmda mitad del siglo XVIII empezaron a incub.ttse los
factores que producirían la fragmentación de la Mon.uquía hispánica.
Las causas concomitantes que suelen emmciarse son m1merosas, y aun-
que ningtma acaso haya alcanzado por sí sola la fue!Z<l necesaJ:ia para
impulsar o ptoducir los hechos que analizamos, en cambio,. todas jun-
tas contribuyeron a conformar el clima propicio para producir la gran
revolución que conmovió a toda la Monarquía provocando la desmem-
bración. No deben., ptres, con:fiJ.ndirse simples reclamos y protestas contra
el mal gobiemo con tentativas de emancipación, ni am1 proyectos radi-
cales de reformas con decisiones separatistas. Tuvieron, eso sí, valor de
factores que, acomodados en ciertas circmtst:ancias, provocaron estímu-
los, reacciones, con las consecuencias conocidas.

(1) CARLOS CoRONA, &volucirJn ."f reacción ... , op. cit. en nor;¡ (1) del cap. VI; Gun.taMO
FUKLONG, S.J., Los jemims y la e!icisión del Reino de Indias, Buenos Aires, 1960; LUDO\"!CO
GAlldA DE LoYDl, La e:x:pan!iión territurial del BrMil, causa; de la expulsión de k!i }es<~ itas del Rfo
de la Piara, A., t. IX, 1967; ALFONSO GAitcfA·G!>LLO, Milnual de histuria dd derecho cspafiol;
}I.ILJO V: GoszALEz,FiUaci6n histórica de/g()biemoreprmntatiPI> argentino, r. J., Buenos Aires,
1937; CLUENCE H. HaJ.!I<G, El imperio hifplinico ... , op. cit. en nota (1) dd cap. Il; }OHN
LYNCH,Lapolltica britdnica e Hispanoamérica, C.C.I.H.A., t. VI; }OSÉ M. MaJ.lLUZ U:a.QUIJO,
La trisú del rigimen j179tJ..l810), HA.; DARDO P:Eu:z GmLHOU, LR opinión pública espafiul.a y
las C11rtcsde Cddiz frente a la emancipación hispanaamericana, 1808-1814, Buenos aiJ-es, 1981;
DEMETRIO RAMos PEREz,Formm:ión de las ideM políticas que operan m el muvimiento de mayo de
Bueno!! Aires en 1810, R.E.P., N° 134, 1964; RICARDO ZoRRAQUÍN BEcú, La 11r.!Janizadón
~/Jrica ... , op. cit. en nota (5) del cap. J.

(la) Jost C.uu..os Cm.-l.ll4MDN":rr, CiudRdes, Pruvincia;, Estadw: orlgenes de la Nación Argmtina
(18(J(J..l846) Buenos Aires, 1997; FRAN<;oJs-XAvra. GUF:Ru,La ruptum de laMrmarquia hispana:
rinnciMy din:ursCJS amtritanm en J.G.L., n° 27, 2000; Enu.l.li.OO MARTIJ.l:', 1808. En!iayohistúrito·
juridico !iohre la tlave de la em&múpación hispanoamericana. Buenos Aires, 2001; HoRST
PIETSCH.\.!.4NN, Candencia de identidad, lq¡i!ihuión y dtrt~cho: aigunaf fflJtll!i m romo al surgimiento
del "'indil•iduo'" y de la "nación" ~n el di!icurw pol#iro de la Monarquia e¡pafiola durante d $i!Jk XT'1II
en iDEM,.M6:iro zwi!ichm, op. cir. en nora 3, cap. IL; DEMETRJO R.w~E>paña m la ind¡;pmdená11
tk.Amhira,Madrid, 1996.
l.\L\Nl'A.L Oll HISTORIA. DB LM lNSTITl'ClON!lS ARGENT!NM LA CRISIS DBL RÉGIMEN INDIANO

T.unpoco debe olvidarse que la crisis fue general, comenzan~~ por los CARLOs IIT (1788). En este caso, el absolutismo y el centralismo, llaves
antiguos reinos peninsulares, anuque los factores de segreganon, natu- reguladoras que los ameriores monarcas y sus ideólogos habían desea-
ralmellte sólo obraron sobre los reinos de Im.üas. do para ll~var a cabo un vasto plMt ~onnador, sólo sirvieron para que
'
los uegoctos fueran confiados por CARLOs N al favorito MANUEL Go·
344. La conducci6n gubernativa. El absolutismo monárquico (§ 167), DOY, el más tar?e PrúKipe de la Paz, carente de todo escnípulo. En
vigorizado a partir del reinado de CARLOS III, la posterior ineficacia y Lt ~neral, se adnute que la excesiva centralización fue perjudicial, espe-
debilidad de poder efectivo durante la época de CARLOS IV fi.1eron fac- ctalmente con respecto a Indias, pues fue visible la despreocupación de
tores que wnuibuyerou a aflojar el vínculo entre gobernantes y gober- la Corona Cll re~cióu cou los problemas indianos, que ya no estaban en
ttados. ~os de autondade~ ~ órganos especializados, sino que dependían
Una de las más sonadas medidas de la primera época fi.1e la expulsión de drrectameute de los muustros del gobierno wllficado (§ 168). Por otra
la Comp.úúade Jesús (1767). Aunque aparentemeotenttinaria,ladr..ls- parte,. y cotno t~tural resultado de las formas políticas: imperantes, las
tica resolución se constituyó en un permanente motivo de crítica contra au~ndades ~!~entes en Indias habían perdido la antigua libertad de
el absolutisu10, no sólo por la eficaz. labor apostólica y educativa reco- acctón, convtrtlendose en simples y obedientes ejecutoras de las ón:l.e·
nocida a los jesuitas, sino tambiéu por el as:ceudieute que ellos ejercían ues emanadas: de la península. A1 faltar, pues, la conducdóu gubemati-
sobre buena parte de la sociedad indiana, debido especialmente a su va de la Corona y al carecer las autoridade~ indianas de poder decisorio
refwada cultura intelectuaL Amtque no parezcan simples las causas que los_ territori?S ultrama:inos aparecieron abandonados cuando, tal ve~
determinaron esa expulsióu, es probable que la medida haya obedecido mas uecesana era la eXIstetlda de un poder efectivo.
eu gnUl parte -si no exclusivamente, como dice el P. FURLONG- al deseo ~as críticas cot~tr-.a GoDoY no se reducían a sullunoralidad e ll1eficacia
de desterrar, jmuo totrlos sacerdotes, las doctrinas contr.trias al absolu- mterna. La vacilaute e llili.íbil política diplomática perjudicó seriamen-
tismo real que la Orden enseftaba en los pri11cipales centros de estudios te la fuer-za de la Monarquía, colocáudola en tUla posición de Uúeriori·
amencanos. dad frente a poderosos enenúgos y a llúleles aliados. De esta manera
Se ha sostetúdo también que las intrigas de la Corte portuguesa uo Inglaterra, Fraucia y Portugal obtuvierotl jugosos resultados de sus víu~
fueron ajct1as a esta expulsión. Las misiones jeslliticas (§ 255), estraté- culos con d decaído poder hispano.
gicamente ubicadas eu las zonas lirrútrofes entre los dominios espafloles
y portugueses, se habían constituido en activas defensoras de la fronte- 346. !ensione~,, ideas e intentos de independencia. La experiencia
ra, impidieudo el avance lusitano. Portugal buscó y logró Lt elilllina- uegatl~a qu~ VIVtan, pues, ~paúoles y americanos ante tm gobiemo
ción de este obstáculo para su expansión territorial. despóttco e mepto, les permitía recoger co11 itiSaciable curiosidad las
Muchos de los jesuitas desterrados -había varios nacidos en América- prédicas reformistas del siglo, que desde tUl mejoramiento al estilo "ilus-
siguieron vivamente interesados en la suerte de estos territorios, y uo tt..ado~, aceptado y estimulado por la propia Corona, llegaban U1cluso al
faltaron lo que se enrolaron abiertamente eu la lucha emancipadora. cambto radical de forma de gobieruo, pasando también por la modera-
Tales !>onlos casos de JuAN JosÉ GonoY y de JUAN PABLO VIZCARDO, a da monarqllia constitucionaL
quienes el mismo P. FURLONG, en consideración a la actividad desplega· Esta ue.cesidad no fue s~lo sentida eu el petiSamiento úttimo de españo-
da, cousidera como precursor y promotor, respectivameute de la ernau~ les pen.uiStd.tres y amencanos ni exclusivamente confiada a las tertulias
cipación hispanoamericana. El P. VIZCARDO fue el autor de la Carta pr!vadas, sllro qu<: la exfresaron s~Uficativamettte durallte Ja segwrda
dirigida a los españoles americafflJs por UWJ de sus compatrWtas, publicada tru!'.td de la ceutuna vanos personaJes del régimen. La necesidad de lUla
por primera vez en inglés eu Filadelfia (1799) e impresa en español dos reforma y, especialmente, d temor de que se desmembrase la Monar-
años después e u Loudres. En este difundido documento se estimulaba a qtúa española con la pérdida de América COtlStituía.tt l.lll secreto a voces.
los criollos para luchar por la independencia, dá.ndoseles las razones Est:a era la preocupacióu del coude de ARAN-DA, expresada enmunero-
que tetúan para ello. sos doctunetltos del último cuarto de siglo, y que lo había llevado a
proponer a CARLOS III, etl1783, la fonnació11 en el Nuevo Mundo de
345. También mereció severas críticas: la deficiente conducción guber- tres relltos llrdepenrlietttes, unidos por tUl pacto de familia. El proyecto
nativa interna y externa que se exteriorizaba después de la muerte de de tma reforma análoga reapareció en los lUtimos años dd relludo de
CRISIS D!IL RÍ!GIMlk"' lNDlANO
AfANlliL DE HiSTORIA DE LAS INSnTUOIONl.l$ .AJtGllNTrNAS

CARLOS IV, entre 1804 y 1807, sin alcanzM a concretarse. Era rrunbién ya sea en forma directa o a través de otro~ textos legales, en c:sre:ial, por
la predicdón del americano VICfORÍAN DE VILLAVA -fiscal de la audien- medio de los autores franceses que habtan esbozado doctrmanamente
cia de Charcas-, quien en1797 escribió los Apuntamientospara la refor- el gran cambio, ejercieron notoria influencia y fiu.•ron preparando c;l
ma del reino, donde se propugnaban medidas tendientes a restaurar el clima adverso al régimen imperante, al pmtto que un espía portugues
concepto de que el rey desempeflaba W1 oficio y no tul mero empleo de en Montevideo decía hacia 1808 que "las ideas francesas eran tma peste
honor. Debía también moderarse el régimen monárquico con órganos que habían infectado el Río de .la Plata en forma inconcebible ... ". ~l
representativos en los cuales interviniesen los americanos. Proponía tam- esta nutrida literanu-a, los amencanos empezaron a encontrar tamb1en
biétt reformas políticas en América, y a través de ellas aparecía la inten- elententos qne permitieran, al amparo de)a deteriorada .situación, ela-
ciÓlt de valorar a los criollos, colocándolos en una verdadera y real igual- borar pianes de emancipación. Fueron atraídos por las ideas fratu::es·as
dad con los peninsulares. figuras de tanta gravitación posrerior como MANUEL BELGRANO, Ju'l..'!
MARTÍN DE PL'EYRREDÓN, ÜREGORIO FUNES y MAJUANO MoRENO.
347. Las ideas del siglo XVIII habían prendido también en América, Simultáneamente con esta corriente frattcesa -señala MARILuz URQL'I-
por influencias recibidas de los mismos pensadores peninsulares o por JO-, operaba una corriente hispátlica, q';e .se integraba con aquella en el
conocimiento directo de los libros más notables de ese tiempo(§ 323). espíritu de los hombres de la epoca, ~s utteres~dos en~ !os
pt?l-
Estas ideas penetraron especialmente en aquellas ciudAdes favorecidas tos de contacto que enseftalar las oposictones. Mientras prutctplos cmn-
por su ubi~ación estratégica o por su actividad comercial. En el Río de cidentes los acercabatt, como el igualitarismo y los limites al poder ab-
la Plata, ello ocurrió particularmente con Buenos Aires y Montevideo, soluto las manifiestas disidencias en el campo religioso procuraban ser
donde era dable advertir a comienzos del siglo XIX la influencia que zanjadas, ya sea conciliándolas con la doctri.tta cristiana o suprimiéttdo-
ejercían los nuevos valores económicos y sociales(§§ 222-228). las cuatulo ello no era posible. Agrega MARILUZ URQUIJO que merced al
fermento fratlCés cobraron nueva vida las antiguas concepciones espa-
348. Junto a estas ideas empe7,aron a divuJgarse también las nuevas flolas sobre limitaciones al poder real, advirtiéndose una parcial revalo-
ideologías políticas, respaldadas por el éxito alcanzado en dos movi- ración de iostinJCiones medievales, como las Cortes(§§ 21 y 357). Los
mientos de extraordinaria repercusión: la emancipación de las colonias hotnbres de la época, más que cmlCebir al Antiguo ~égim<:n .Y a la
inglesas de América del Norte y la Revolución Francesa. Revolución como mtmdos opuestos, "teníatt concienc1a de asiStrr a un
La independencia de las colonias inglesas de América del Norte (4 de proceso en el que lo revolucio~tario se enla~ba frecuentememe con :1
julio de 1776) y la sanción de mta Constitución para regir los destinos pet1Samiento anterior, con las 1deas que ya cll'Culabatt durattte el Antl-
de las mismas (17 de setiembre de 1787) permitieron que por primera guo Régimen".
vez se estableciera tUl régimen de gobiemo republicano y representati-
vo, en conwnancia con las ideas de MoNTESQUIEU y de RoussEAU. Es- 349. Además, se exteriorizó Wl verdadero activismo revo!ucionario por
tos movimientos estaban destinados a ejercer mta honda influencia en pafte de algunas potencias inreresa~ en provO?ar con~l:t~ entre Es-
el mundo hispanoamericano, pues, aparte de la analogía que se des- paña y América. Los intereses brilM:li~os estuVIeron dmgtd~ e~1 este
prendía de la situación política de ambas, el nuevo régimen pemlltía sentido. No sólo estaba presente el vieJO resquemor de que EsJ?<ll'la ha-
abrigar la esperanza de modificar sustancialmente el gobiemo al que se bía apoyado la independencia de las colonias el~ América del No~,
atacaba por ineficaz y corrompido. sino que, sobre todo, se telúan en cuenta las necestdades de la expai1SlOll
La revolución estallada en Francia en 1789 contra el régimen mollár- comercial, que exigíattllnperiosam:nte la obtenci~n de nuevos merca-
quico asumió también mta orientación republicana y proclamó "los dos. En el siglo XVIII y muy espeCialmente a partrr d~ la paz de Utre-
derechos del hombre y del ciudadano" (§ 405). Pero desde d primer cht (§§ 165, 180 y 264), Gratt Bretafla alcaJ.lZÓ 1m pruner platto ~tla
momento, la violencia y el terror que c.uacterizarolt buena parte de su política mtmdial. Apoyada con ellltcremen:o de su poder marínnw,
realización, así como la persecución religiosa, le retrajeron adhesiones, estimuló el desarrollo del comercio ultrama.flllO, fimdamentahnente e~1
y aunque sigiúfiCÓ un poderoso llamado de atención para los tronos la América espaiíola. Los plattes británicos con respect:c? a este conn-
europeos, no contó en España y en América con la simpatía que inspi- nente se fimdaban en una información nutrida y prohja, aunque no
raban en sí algtmos de los principios sustentados. Sin embargo, éstos, siempre realista, y variabatt entre la conquista territorial y la emancipa-

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MANUAL DE HISTORIA Oll LAS lNSTITIJCIONES Ali.GR"'TINAS LA CRISIS OllL R!ÍG!MllN INDIANO

ción, adnútieudo incluso las más diversas combinaciones. La prédica cial y las comunicaciones, debido a la destrucción de la marina española
revoluciouaria inglesa -oficiahnente repmbada por cuanto los cambios y al excluyente dominio marítimo que a partir de entonces ejerció Ingla-
dip!ornátkos de esos aúos ubicaron a veces a Inglaterra en alianza con terra, su vencedora. Como luego vere1nos (§ 355), la Ílwasiónde NAPO-
la Corona de Espaíta- ¡¡e incrementó después del fracaso de ldS teutati- LEÓN agravó la ya dificil posición de la penútsula, por lo que esta t'lltirna.
vas de apoderafl>e de las provincias rioplatenses (1806-1807) y ante la etapa se caracterizó por el aislamiento casi total Clltre las dos partes de la
evidencia de que se hacía impracticable tutnuevo intento, eu razón de la Monarqtúa. Espaíu, preocupada por su suerte, apenas pudo atender a
férrea resistencia del español americano de admitir la dominación ex- los negocios indianos, a la Í11tegridad territorial y a las continuas y apre-
tranjera. Desde entonces 1os esfuerzos se concentrarou en el dominio miantes necesidades de la defettsa militar. Las proVÍllCias america.tlas, a
comercial de esos mercados (§§ 230-236), y para ello era preferible el su vez, debieron enfrentar, sin la dire<:cióu y el auxilio penlltsulares, los
canUno de la independencia, aun cuando se mostraron dispuestos a otras graves problemas políticos y militares, y sobre todo, la defe11Sa del terri-
soluciones si con ellas se complacían sus designios. torio. Ello los llevó a ejercer una autononúa de hecho en sus decisiones
Un estado de iuquietud, tUl presagio revoluciOltario, envolvierou a y a buscar por si mismos los recursos financieros adecuados, dentro
toda la Monarquía desde fines del siglo XVIII, sin limitarse a las todo ello de una modalidad que no encajaba en el centralismo absolutis-
ciudades-puerto por donde, jtmto con el comercio cada vez más abier- ta de los BoRBONES y que, por lo tanto, COtltribuyó a desarrollar una
to, ingresaban las ideas avanzadas, que fácilmente se difnndlan en un personalidad propia e llldepe.ndiente de la Corona. Como dice HARmG,
ambiente propicio. progresivamente los america.ttos advertían que la depe.tKletlCia de la Co-
rona, en vez de cottstittúr tma seguridad, se había tratlSformado en una
350. Las antiguas tensiones entre criollos y españoles peninsulares se carga, pues la ayuda y el auxilio eran ahora Ílwariablemente solicitados
reavivaron con una fuerza desconocida hasta entonces. Había motivos por la petlÚtstda y no proporcionados por ésta a sus domitúos.
para ello, pues núenttas para mantener la integridad de la Monarquía se
emmciaba la necesidad de otorgar una auténtica representatividad a los 352. La Corona de Espaáa se etlContraba Cll situación crítica, que pro-
criollos en la conducción de los negocios comunes y se afirmaban los vocaba la destrucción del antiguo sistema de los reinos y, en C01tsectren-
deseos de éstos en ese sentido, la poütica efectivamente aplicada file de cia, la negación de los rasgos particulares que la múan con Indias. Todo
modo radical opuesta a esa $Cltsata sugerencia. Los criollos :fi.teron así ello, en aras de una tetldencia unificadora y centralista que los criollos
tratados en forma descollSiderada al vedarles en la práctica el acceso a no alcatlZaron a apreciar como beneficiosa, pues el nuevo sistema, eu
los altos cargos de la burocracia indiana, con lo q·ue n.i siquiera alcanza- vez de C011Ced.erles una mayor participación política, les cercenaba su
ban a intervetúr en los negocios peculiares de Stts territorios. Sólo a intervención en el gobierno local. La pérdida de poder aflojó peligiosa-
partir de 1809 se dictaron algunas medidas (§§ 354, 356 y 357) desti- mente los resortes gubema.mentales, provocó el fracaso del centralismo
nadas a c01-regir esa desaforttmada poütica, pero la cortedad con que se reformador y permitió la exteriorización de las protestas que aquella
legisló al principio y lo tardio de las posteriores disposiciones hicieron actittu:l implicaba. En estas condiciones se produjo el aislamiento mate-
que las mismas no ttrvie1-an oporttmidad de aplicarse en la mayoría de rial entre España y América, que condujo, e11la forma en que se verá, a
los pueblos americanos. la separación definitiva.
Desde fmes del siglo XVID, y particularmente en la agitada década
llúcial de la siguiente centuria, se promovieron algtmos ÍlltClttos califi- 353. Los acontecimientos desencadenantes. A partir de marzo de
cados como tentativas de Ílldependencia, bajo la protección lltglesa, 1808 se produjeron los hechos desencadenantes que sellaron la suerte
buscando alg{ut príncipe para el reino, o estimula.ttdo tulll reforma que de la Monarquía. Esta verdadera crisis de poder debe, pues, ser aJ.J.aliza-
pennitiese el ejercicio del gobiemo propio a los criollos o a los espafio- da para advertir a través de ella no sólo el desmembramiento territorial,
les penlltstllares arraigados en América. sino también la sustancia que nut:ría a los movimientos Clnattcipadores.
Los ídtimos afias del rellllldo de Gtrlos IV habíatt despertado una viva
351. Desde fmes del siglo XVIII, y muy especiahneJ.tte a partir de la resistetlCia, especialmente por la ll1eptitud del favorito .MANUEL GoDOY,
batalla de Trafalgar (21 de octubre de 1805), la integridad de la Monar- cottstitttido en el.írbitto de 1os destinos de la Monarquía. La razón de
quía fi.re seria.tnente amenazada al inten'1.m1pirse el intercambio comer- ese descontento quedó evidenciada cuando, después de autorizar el rey
MANt!AL os H!sTOlUA nB us lNST!TUCIONSS ARosNrr:-<As l..\ CRISIS DEL RÉGIMEN lNDIANO

a NAPOLEÓN para cntzar el territorio espaiiol con destino a Portugal, la autoridad. FERNANDO, pues -para éstos-, continuaba siendo el rey. legí-
propia Corona fue victima de los ambiciosos planes dd victorioso ge- timo de EspaÍ1a y América; NAPOLEÓN era considerado como un ttrano
neral francés, quien no tardó en aprovechar las debilidades existentes y y su hermano JosÉ, como rey intruso. ,
en ocupar Espafla con poderosas fi.rerzas. Algunos otros principios, que DEMETRIO RAMos PÉREZ ha sei'ialado,
Al estallar m1motín en Aranjuez, .donde residía la Corte, ell9 de marzo completaban este movinliento popular que desembocó en tula cerrada
de 1808, en tll1 escrito carente de formalidad, CARLOS IV abdicó la defensa de lo espaflol, contra la invasión foránea. Se había.esperado que
Corona a favor de su hijo FERNANDo, quien fi1e proclamado rey días eliminado el gobiemo despótico atribtúdo a GoDoY, el ren1~d?, de FER-
después. Pero como las intenciones de NAPOLEÓN eran apoderarse de la NA."'DO significara w1a rectific~dón y tu~ vuelta. a la trad~Cion, cuyo
Corona española, aprovechó con habilidad y astucia las desintcligencias pw1to mis brillante era la plurnnotlatqma, es decrr, la plemtud gu~,r­
entre padre e hijo para convertirse en el árbitro de la disputa y conse- nativa de los at1tiguos reinos. Ello se completaba con la pr~cl~ClOI~
guir en Bayona, en mayo de 1808, qtte CARLOS IV declarase mda su del derecho de los pueblos a aceptar y reconocer a sus p~1c1pes, ast
abdicación, que FERNANDO remmciara ·,a sus derechos al trono a favor como también el deber de éstos de respetar las leyes del remo. Fuul-
de su padre, que el primero, a su vez, cediese al propio NAPOLEÓN sus mente el redescubrimiento de antiguas tesis, algunas casi olvidadas,
derechos a la Corona española y que FERNANDO hiciera también remm- llevó ~ pueblo a reasumir la autoridad al considerar que la Mofta.rquía
cia a todos sus derechos como príncipe de AsTIJRIAS. Allanado el cami- se encontraba en orfandad.
no de es~ manera, NAPOLEÓN, en poder del trono, lo cedió el6 de jtulio
a su hermano JosÉ BoNAPARTE, hasta entonces rey de Nápoles. El reina- 355. C,on estas bases doctrit1atias se produjeron a fmes de mayo de
do de }osÉ en Espaiia se prolongó hasta el28 de jmllode 1813, pero fue 1808los levantamientos populares contra NAPOLEÓN, ~penas se cono-
precario, pues estuvo linútado a las regiones dominadas por las tropas cieron en EspaÍla las tratativas realizadas en Bayona. Mientras algunos
francesas y fue resistido aun por los propios generales invasores, más altos funcionarios, respetuosos e incondicimules, aceptaron el nuevo
dispuestos a seguir las órdenes de NAPOLEÓN que las de este rey títere. orden impuesto por la fiierza, las rebelim~es populares, espontá~1eas Y
ttunulruosas, con o sin apoyo de las autondades locales, se canali~n
354. Los pactos de Bayona plantearon nuevamente el problema del luego en la constitución de juntas supremas o soberanas en cada cmdad
origen del poder de los reyes. Los qtre habían intervenido en estas ne- 0
provincia) capaces de ejercer el gobien1o vacru:1te, adoptando tllla mo~
gociaciones aparecían consustanciados con las doctrinas absolutistas del dalidad desconocida hasta entonces en el derecho espanol.
siglo XVIIT y consideraban a los reyes como dueúos exclusivos de la La dispersión de estos órganos obligó luego a reu~lir ~luna sola a las
Corona, y a los reinos, como elementos pasivos qtre debían sujetarse a jtultaS de una mis~ provincia o reit~, pero la asp?:CIÓn mayor e.ra la
la autoridad y a las detenninaciones de aquéllos(§ 167). De ahí que la de establecer un orga110 representativo de b N.aCion. Se .rresentarot~
cesión de poder seúalada fuera para ellos válida, y que debieran respe- algunas dificultades para ello, ~ er.a .necesariO determm~r a::~es SI
tarse esos acuerdos; en consecuencia, NAPOLEÓN, o la persona ;1 quien cada comunidad había de resolver nldtvtdualmente la orgaruza.uon de
éste transfiriese el poder, debía ser considerado como legítimo monarca su goblerno o si todas debían concurrir a formar m1a atito:ida~ general,
españoL A~í lo entendían algunos altos fi.mcionarios, por lo que los y en este caso, cuales debÍat1 ser la oatura.le:r..J. y las atrtbucton~ del
órganos políticos superiores qnedaron sometidos a la nueva autoridad nuevo órgano. Por fu~ se aceptó el criterio de esta~lece: en Arat~¡uez la
extrat*ra. junta central suprema ygubernativa de España e Indias (2" de septiem~~·e
Pero, en cambio, la mayoría de los espaf1oles, por convicción o por de 1808), integrada por treinta y cinco miembros con representaCIO~l
circtu1Stancias, preftrió revitalizar las viejas concepciones del poder po- de los antiguos reit10S y también de Maddd, Uwitándose poco despues
lítico, admmecidas durante el siglo XVIII, sosteniendo que el rey no a las autoridades indianas a enviar representantes. De esta tn;UlCl·~ q~e­
podía dispa1er de la Corona a su antojo sin consentimiento de b Na- dó predornitw1te la idea de que Cll esos momentos todas las provmc~
ción, y mucho menos cederb a un exrranjero (§ 61). Por ello, conside- 0 los reinos bajo una misma Monarqtúa constituíru:1. tma sola ~omum­
raban que la renuncia de FERNA1-1DO VII era nula, por existir vicios en el dad, y de qne todos aquellos que la int;egraban de~Íatl remurse para
consentimiento, debido a haber sido arrancada con violencia y coacción adoptar en conjmlto las decisiones políticas convementes para la con*
en el extranjero, y por carecer de capacidad para disponer así de su ducción de la misma.

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1\i,\..'-!FA.L p¡¡ H!STOll.lA DE LAS lNSTlTUClONES ARGENTINAS LA CRISIS DEL RÉGIMEN INDIANO

Si bien el "juntismd'' no iba dirigido contra el re~ sin? en s~: apoyo, lo ua alguna, Y que la "soberanía reside esenciaJmente en la Nación"
cierto es que -como seflala M.ARILUZ URQUIJü- unpltcaba una n?ve· per~enece a és~ el derecho de establecer sus leyes fundamentales. La~
dad política hmdamental", desarrollada. almargefl: de la Monarqma, Y Cortes s,e cm~tderarou representantes de la Nación, depositarias de la
estimulaba la büsqueda de nuevas soluctones políucas. soberat~ta nac¡o~ y, en consecuencia, se atribuyeron todos los poderes.
El agitado aúo de l808no se agotó en.un simple rr:oce:>?
restaurador. ~ut:or~inada a estas, co~~o llll órgano ejecutivo delegado con notables
Segün DEMETRIO RAMos PtREZ; a.parn: ~e la cot~htuCion de la Jt~tta linutacton~, se estab1ecto uua nueva Regencia.
Central, se exteriorizó un carubto tdeológ:tco desunado a prornov:x un El predomuúo de los liberales llevó a las Cortes ~a veces se utilizaba el
profimdo mejoramiento institucional,. alc~~do hasta la I:ropt.a es· vo.c~blo. "congreso"- a disponer la libertad de imprenta, abolir ciertos
U1.Ktma del Estado. Se trataba de m1a sttuacton nueva, excepcwnal, a la P~~vilegros ~eñoriales y nobiliarios, suprimir el tribunal de la Inquisi-
cual no era posible aplicar las viejas leyes. Se debía crear, en suma, como cto!t Y sauct<:'nar fmalmente la Constitución PoUtica de la Monarqula es-
se decía, una nueva patria. , . p~~la, pu,b~cada ell9 de marzo de 1812 y conocida como Constitu-
La Jmtta Central fiJe reconocida en Es.t:aúa y en casi toda Am~nca­ c~on de CádlZ. Esta ~e considerada la tarea principal y suponía, como
donde también se establecieron algtutas ¡untas locales- conto el or~o die~ G~ciA-GALLO, el hec.ho absolutam.ente nuevo en &paila de fijar
suprento y legítimo de gobiemo, amtqm~ subsistieron las juntas provm- ~~ e~~1to Yen forma prectsa y sistemática en una ley fundamental los
ciales, que pasaron a denominarse ~uperwres, y no, supn:mas, como au- prmctptos ):' P:oceptos básicos de la estmctura y organizacióu del Esta-
tes, aunque algmtas actuaron con cterta autottomla. ., do Yde dehrrntar las atribuciones del rey y de las CorteJ;".
Ante el avau1..-e de las tropas francesas, la Junta Central debto trasladarse
de Araujuez a Sevilla (diciembre de 1808), y de ésta a Cádiz (cuero de 3~7. L~,situ.ación de.~nérka cot~tituyó una grave y pennanente pre-
1810), acordmdo ftnalmeute disolverse. y constituir en s:u.I,ugar, el 29 o~u~aclOn para,las dtstwtas autondades que, en la penÚ1StÚa, se suce-
de euero de 1810, tm Consejo de Rtgenua, al que transnutto sus pode- dteron en el penodo dttrmte el cual el_ troHo estuvo vacaute entre 1808
res, aunque siu tener facultades par~ ello. La .Regen~ia, integrada de Y 1814 (Jtmta Central, Cot1Sejo de Regencia y Cortes). N~ sólo se tra-
acuerdo con lo prescripto eulas Partidas por clllCo nuembros -tmo en taba ~e ~ouservar la integridad territorial de la Monarquía de la que las
representaciótl de América-, fue discutida por s:t ori~n y por su ~casa provmctas ul~amarinas ~Ot1StituÍiu~ ~ut.a sigrúficativa po~ión, sino de
representatividad, pero en general se la acepto, debtdo a la dehcada contar cm~ el apoyo efecuvo de Amertca en las críticas circwJSta.ucias en
situación imperante, como íuúco órgano gubernamental hasta la re- que l.a pe~~t;'ula ~e ~ebatía.ante la invasión fraucesa. De ahí que la pren·
múón eu ese núsruo aüo de las Cortes eu la isla de León. sa Yla opuumt publica dedicaran constante atención al tenta sobre todo
cum~~ empezaron a advertir los brotes revolucionarios, es~ecialmeure
356. Las nuevas Cortes (24 de setiembre de 1810) -que luego se tras- a p~ de los de Caracas y Buenos Aires. Todo ello se reflejó fma1mente
ladaron de la isla de León a C.-ídiz- abandonaron su antigua estt-uctura. a~traves de 1~ largos debates de las Cortes de Cádiz duraute los tres
La representación no se efectuaba por estamentos, sino que erru: los attos de fi.mctonanúento. EJ;re importante tema ha sido estudiado por
representantes de las ciudades, las juntas y el pueblo en general qme~es DARDO PEREZ Gt.1II.Hou, y a sus conclusimtes nos atenemos principal-
las i.ntegraban. Las provincias ocupadas por los franceses y las .provm- mente en los párrafos sigtúeutes. '
das ameiÍcmas eran representadas por diputados suplentes destg¡:_tad_os Con motivo del~ situación planteada, se fite perftlattdo tUI nuevo con-
en la núsma Cádiz., por sorteo, entre los naturales de aquellas provmctas c~pt? que pa.ulatuwnente te~dió a aceptar la participaCÍÓtl de las pro-
que se e11contraban en la ciudad. . . vmctas- .arnencrutas en el gobterno general de la Mmtarqtúa y a consa~
En la composición de las Cortes predommaban los burgueses ilustra- O"rar la
o- .
tgttaldad · 'd. d 1 h b. d ·
. , JUn ICa e os ~ tta.utes e uno y otro ongen, ¡unto
·
dos que introdujeron ideas innovadoras. Eran los liberales, en cm~trapo­ ~onla concestotl d: otros beuefiaos. Al núsmo tiempo; se di:fi.mdía la
sición a los realistas, que deseaban mmteuer las estructuras del ststema Idea. sobre la necestdad de emnendar los errores y abusos de anteriores
hasta entonces vigente, conservando eu el rey la totalidad de poderes. gobternos.
Las Cortes "reconocen., proclaman y juran de n'!-evo" a FERNANDO co~no Esta política liberal, siu embargo, no pudo avanzar en dos cuestio-
re); pero expresmdo que la Nación "es la. relu~ón de to~~ 1~ espa.uo- n.es ~~~ve ..~a primera se r:fería al carácter y al alcance que tendría la
ies de ambos hemisferios"., que no es patrunorno de familia m de perso- partKtpacwn de los amencauos en el gobienw comlUl, pues ésta no

283
.MANUAL DE H!STO.IU.A DE US JNSTITtrClONBS ARGBNTlN.AS L\ C!USlS DEL RÉGJMEN INDIANO

podía hacerse de Ja misma manera eu que se practicaba eulas pro* así a los diputados suplentes, elegidos entre los americanos residentes
viucias peninsulares, dada Ja heterogénea composición social de las en Cádiz, y se estableció un níunero fijo de veintiséis diputados para
Indias y la duda acerca de la capacidad de los indios y de las castas cubrir la representación de América, isla de Barlovento y FilipU1as. Es~
para actuar eu igualdad con los demás habitantes de la Monarquía. escasa representación iudiana fue eu parte ÍllCrementada por el ConseJo
Por otra parte, de aplicarse t1t1 criterio de represeutacióu proporcio- de Regencia (§ 355), al disponer en el decreto del 14 de febrero de
nal excesivameute amplio la conducción política de la Monarquía 1810 que cada ciudad cabeza de partido en América eligiese un diputa-
pasaría a mauos de los americanos, lo que naturalmente no estaban do, siempre sobre la base de la elección capitular. Am1 cuando algunas
dispuestos a co11ceder los dirigentes peninsulares. De ese modo, coruo regiones enviaron sns representantes a la Petúnsula, la mayoría -incluso
veremos enseguida, la amplia declaración de igualdad eHcontraría el Río de la Plata- no alcanzó a hacerlo por los acontecimientos ocurri-
sus naturales escollos en la aplicación, que tendería a limitar la re- dos en ese mismo añ.o.
presentación americana para evitar que superase, en número, a la Prosiguiendo con esa política, las Cortes declararon el' 15 de octubre de
europea. 18lú que «Jos dominios españoles en ambos hemisferios for~1 una
La segtmda cuestión aludida era la amplia libertad de comercio que misma y sola Monarquía" y que sus narurales goza~au de los nnsmos
reclarnabatt los americanos. De accederse a tal solicitud, el comercio derechos. A su vez, el9 de febrero de 1811 establecteron que la repre-
pe1únsular se vería arruinado frente a la competencia iuglesa, y eUo re- sentación nacional de las Cortes se hiciera sobre las bases de la "pelfecta
caería p~lCipalmeHte sobre el fi1erte comercio gaditano, que -constituía igualdad", disponiendo la libertad de cultivo y de in?ustria y la igu~­
el principal sostéu económico de las autoridades espaúolas en esos difi- dad de opción para cualquier clase de empleos y dest111os. Otras medi-
ciles alías. De ahí que en este aspecto tampoco se pudieran hacer signi- das, como la abolición del tributo indígena, completaron estas conce-
ficativas COHcesiones. siones, pero, como hemos dicho, la petición sobre la libertad de comer·
cio quedó postergada. .
358. El primer avance de las cuestiones que venimos considerando lo Muchos confiaban por entonces que la sanciÓn de la tan esperada Cons-
encontramos en el decreto del22 de enero de 1809, dictado por la titución, en la cual se contemplasen y ratificasen los derechos ~e los
Junta Central. Se declaraba en eltnismo que "los vastos y preciosos ameácanos, sería un instntmeuto adecuado para sofocar la rebeh6n en
dominios que España posee en las Indias no son propiamente colonias el Nuevo Mundo y, al mismo tiempo, conciliaría a los españoles de
o factorías ( ... ) sino tma parte esencial e integrante de la monarquía ambos hemisferios. Bajo esa esperanza se llevaron a cabo los debates
espaúola"; deseando estrechar los VÚtculos y corresponder a la lealtad y que condujeron a la sanción de la cotlStint<:iót~ de 1~12, en la que se
al patriotismo de que daban muestras, se dispuso que '"'los reinos, pro- cotlSagróla igualdad jurídica entre las provmnas penms~~ y ~J.ltra·
vincias e islas que forman los referidos dominios deben tener represen- marinas, estableciéndose la misma base para la representacton llaCtOllal,
tación nacional e inmediata a su real persona y constituir parte de la aunque con limitaciones en la adquisición de I;l .ciudadanía. .
}tmta Central Gubernativa del reino, por medio de sns correspondien- Por la diferente perspectiva con que desde Amenca se enfocaba. la SlUla-
tes diputados". ción (§ 359), por lo tardío de su sanción o porque las concesH~nes .~~o
De esta manera, los virreinatos de Nueva Espafla, Pen't, Nueva Granada resultaban_ enteramente satisfactorias, lo cierto es que la ConstltuClO~l
y Buenos Aires, las capitatúas generales independientes de Cuba, Puer- fracasó como prenda de paz y conciliación entre peni~~'mlares y amen-
to Rico, Guatemala y Chile, y las provincias de Venezuela y Filipinas canos. Se abrió así como íullco camino el de la represton annada. Des-
debían desiguar cada mta tUl diputado que representase su respectivo de comienzos de 1811, en los periódicos peninsulares se af~mó la .nece-
distri~o. El sistema electoral basado en los cabildos era complicado, sidad de llevar a cabo m1a represión contra los focos amenc<UlOS msur-
combmando elecciones, ternas y sorteos, y fue completado por la real gentes, n·iterio que paulatinamente influyó en la opinión püblica y en
orden del 6 de octubre de 1809. Siu embargo, no alcanzó a hacerse las decisiones qne empezaron a adoptar las Cortes. A fmes de ~81~ Y
efectiva esta representación ;llltes de que ocurriera la disolución de la comienzos del aiio siguiente, ante la evidencia del fracaso co~':'tltucto­
)tmta Cenrral (§ 355). ual se consideraba ya casi sin excepción, que la Ílnica solunou era la
Al convocarse lM Cortes, dada la urgencia eu retmirlas, tampoco fue '
acción ' pues, la situación al momento de producu'Se
armada. Ésta era, . e1
posible contar con la auténtica representación americaua. Se recurrió retomo de FER."<ANDO VII(§ 360).

2&4
'"
~Nl'AL DE HiSTORIA DE LAS lNSTlTl'CIONES .ARGENTINAS LA CRlSIS DllL RÉGIMEN !ND!M-<0

359. Desde América la situacióu era apreciada de una manera diferen- p~a aun quieues, siendo revolucionarios o reformistas, se habíau em·
te. Sin considerar a los que desde aúos atrás esperaban la adecuada opor- penado ea conservar los derechos del rey cautivo. Esta lucha cutre el
tmúdad para llevar a la práctica sus plaues separatistas, era evidente que monarca Y los liberales se prolongó hasta la muerte de FERNANDO VII
el alejanllento del teau·o de la guerra permitía enfocar a los sucesos de la eul833, p;s~ a que eu ~ r<:íodo 1820-1823 se restableció temporaria-
pnúusula bajo otro aspecto. Eu efecto, no existía en América presión mente el reguneu COllStltttcloual de 1812, con el rey a la cabe7..a.
efectiva de las tropas invasoras, y ello permitía una mayor libertad para Las mn~ecueudas del nuevo brote absolutista repen."Utierou también
analizar, discutir y fnlalmeute rechazar la apresurada constitución del en Aménca, y si al prit1cípio el retomo de FERNANDO a Espai'í.a signific6
Consejo de Regencia, considerada como ilegítllm.. Por otra parte, cou- un n<:table progreso para la represióu realista en el Nuevo M1mdo en
tiuuaban desempeúando sus cargos las autoridades nombradas o conflr- y
c~mb~<> su escasa flexib~dad ~acto político para conducir la comPleja
llladas por la Juuta Central, y cabía juzgar, mu vez disuelta ésta, si esas s1tuanou ~e la Monarqllla preap1tarou su desmembración, convenciendo
autoridades podían o uo coutiuuar en :fimciones. Por último, debía evi- a los re.t:usos y conservadores criollos de la in1posibilidad de coutinuar
tarse que, perdida defitlltivrunn1te Espaíu como se suponía, América dependiCndo de la Corona. Durante el largo reit1ado de FERNA."'DD VII
cayese ingenuamente, sin luchar, en poder de los franceses, siguiendo la casi totalidad de los territorios americanos alcanzó su independeucia:
igual suerte que la pe1úusula, o que :fitese objeto de alguna transferencia
territorial, producto de la desesperación de las autoridades españolas,
auuque ello eshwiera exprcsrunente prohibido por el pacto de incorpo-
racióu de las Indias a Castilla (§ 55).
A todo ello cabe agregar la actitud permaneutemente intrigaute de los
británicos (§ 349), que aparecían como aliados de Espalla en la lucha
couU<1 Napoleóu, y al mismo tiempo estimulaba11 o protegían los pla-
nes sep-aratistas e u Hispanorunérica, con el propósito de incremeutar su
comercio.

360. La vuelta de FERNANDO VII a España en1814, Ulla vez retiradas


las tÍupas llwasoras, p1uvocó Ulhl delicada situación política. i\fieuU<lS
algt.mos soste1Úan que los órganos constituidos para ejercer el gobierno
durante su ausencia debían cesar, recabando el rey la plenitud de los
poderes, la 1nayoría de las Cortes se resistía a rentUlCiar a la soberauía, y
decidiemu no prestarle obediencia ni recouocerlo como rey hasta que
éste se presentase aute las Oxtes y jurase la Constitución.
FERNANDO, que contaba cou la adhesión popular y el apoyo de tlll nu-
meroso gmpo de diputados a las Cortes, rechazó esta pretensión, y
apmvechando las críticas fonnuladas a las itmovadones aprobadas y a
la escasa represeutatividad atribuida a la composición de las Cortes libe-
rales, declaró el4 de mayo de 1814 "'nulos y de níngt'ut valor y efectos"
la Constitución y los decretos de las Cortes, las que fi1eron clausuradas,
desapareciendo de hecho la Regencia.
La supresión de\ régimen constitucional signifi.c.ó la restauración del
absolutismo, y aunque se prometieron reformas y libertades, no llega-
ron a concretarse. Las Cortes no hl.eton convocadas nuevamente ni si·
quiera al estilo an.tiguo, y el gobierno pcrsonalista de "F1>RNPu"'1DO
có reacciones qt.\e ht.emn duramente reprimidas, cayendo en esta

286
Segunda Parte

lA ÉPOCA
PATRIA
Capítulo Xlll

La Revolución de Mayo: fundamentos políticos y jurídicos. Las


corrientes ideológicas influyentes. El ejercicio del gobierno propio.
Hacia la declaración de la independencia. El carácter continental de
la lucha por la emancipación.

La Revolución de Mayo: fundamentos políticos y


jurídicos (Il
361. Buenos Aires fi.te conmovida por las noticias que daban cuenta de
la comprometida situación español<~. ante el éxito creciente de la inva-
sión francesa, la que había provocado la disolución de la Junta Central
y la Constitución del discutido Consejo de Regencia(§ 356). De esa
manera, tlll reflexivo análisis de la situación y de sus eventuales conse-
cuencias imponía la adopción de soluciones urgentes.
La inquietud pública encontró ceo en el Ctbildo, que decidió pedir
autorización al virrey HIDALGO DE CISNEROS para convocar en cabildo
abierto a "la principal y más sana parte del vecindario"' para que "expre-

(1) ED~ERTO ÜSCAA ACEVEDO,Ef cich histórico tk la .Rm)iur;i!in de .Mayo, Sevilla, 1957; ENl!.lQUii.
C. Coa:BEI.Llm:,La RePO!uc.ir§n de .Mayo y JiU! anteutknte; desde 1M invasiones ingles~M, 2 t., Buenos
Aires, 1950; Er.'llJQUE DE GA.>miA,Histl11"ia de 1M ideM pclftic¡;¡:¡ m la Argentina, r. IH, Las ideas
políti<:a~ de los hombres de Mayo, Buenos Aú:es, 1965·, RicARDO l:i.Y"WE,EmayohisMrico solm: la
.R.clt<duci6n de Mayo _v.Mariam.Morem~, segunda edición, r. II, Buenos Aú:es, 1925; RosHro H.
MARFAN'I', Episodio; de la &wo!udán tkMayo, Buenos Aires, 1966; R. H. M.hRFANY,El Calúldotk
Miryq, Buenos Aú:es, segunda edid6n, 1981; R. H. MMFANY ,Elpronum:iamientode.Mayo, Buenos
Aires, 1958; BMrroLOMÉ Mnu,Histori« de San MAnin y de la emancipacitJn sud..anuricana, Buenos
Aires, 1889; RoBI'.R'XO l. l'EiiA, El penu:uniento pciitico del Detin Funtr, Córdoba, 19$3; DARDO
P:Éil.EZ Gt.riLHou, La opinWn pública espaiio/a ... op. cir. en nota {1) del ap. XII; CARLOS A.
Pu¡¡nawóN, 1810,La RevolucWn <k May;neglin amplia documentuiOn de la época, Buenos Aires,
1953; JoRGE .MAR.iA RAl.w.:Lo,La;.!)TUj!(IS politicas de la. Revolución de Mayo, tel>:ern edición, Buen01;
Aires, 1983; DEMETIIIO RAMos PÉli.EZ,FmnuWn de 1M #k!M politi= que ojm'an m el movinúento
de Mayo de Buena; Aires en 1810, R.E.P.., N" 134, 1964; EmJQUE Rrnz Gmi<Azú,EpifimU. de la
libertad. i)qcummtos secntas de /.a&rolución dt .MíJyo, Buenos Aires, 1952; E. Rmz GUINAZÚ, El
pn#dente Saandm y el pueblo sabernno de 1810, Buenos Ai.J.es, 1960; CMJ.OS S. A. SE<lRETI, La
Revoiudán popular de 1810, Cól'doba, 1960; C. S.A. StGliETI, La Junta Grande, A.D.H., N" 2,
1964-1965; O. ('AB.ws SroerzER ,El pemamienro pditiw m /aAmirú:a Espaiio/a durante el ¡=iodo
<k la emanápaci6n (1789-1825), Madrid, 1966; R1CARDO ZoRlVIQUÍN BEc.ú,En tomo a /a.Re'PO!ucián
MANU.U DE HISTORIA D!l LAS JNSTJTVCWNBS ARGilNTJNAS LA Ri;VOLUCJÓN DE MAYO: FUNDAMENTOS POLÍTICOS Y JURÍDICOS

se .la voluutad del pueblo y acuerde las medidas más oportunas para acusada de infidencia por el pueblo de Sevilla, no tenía. facultades para el
eVItaJ: toda desgracta y asegurar nuestra suerte venidera". Coucedida la establecin-llento del Supremo Gobierno de Regencia; ya porque los po-
autorizacióu, se fijó el día 22 de mayo para su celebracióu, invitándose deres de sus vocales eran personalísimos para el gobierno y uo podían
a 450 persouas, de las cuales concurrieron sólo 251. delegarse, y ya por la falta de concurrencia de los Diputados de América
Frente a la versióu historiográfica tradicioual que afmna que la convo- en la elección y establecimiento de aquel Gobierno; deduciendo de aquí
catoria ?e est;e Cabildo Abierto fue tuu concesión a las exigencias de Jos su ilegitimidad y la reversión de los derechos de la Soberatúa al Pueblo
revoJuc10uanos, RoBERTO H. MARFANY sostiene que dicho llamamien- de Buenos Aires y su libre ejercicio en la instalación de un nuevo Go-
to fue, en cambio, una estrat.tgema del virrey HIDALGO DE CisNERoS v bierno, principalmente no existiendo ya como se suponía no existir la
sus adictos, con la esperanza de salvar su autoridad ante lo~. exigenci~ España. eu la denominación del señor Dn. FERNANDO SEPn.Mo."
concreta de su renuncta, efecruada por los revolucionarios.
363. Dos ideas fi.mdamentales contenía este discurso: la caducidad del
362. ~ sesión se ~ció con una exhortación del Cabildo, en la que se gobierno legítimo, puesta últimamente en evidencia con la disolución
aconseJaba la adopcton de posturas moderadas, que se tuviero~. eu cueuta de la Junta Central, que carecía de faetdtades legales para estableccr una
el espíritu de la ley, el respeto a los magistrados, y especialmente la Regencia, y "la reversión de los derechos de la Sober.uúa al Pueblo. de
turión con las provincias interiores, cuyo consentimiento general se es- Buenos Aires y su libre ejercicio en la instalación de tmnuevo gobter-
timaba indispensable. 110". La primera idea se fi.mdaba eu un hecho que no se discutía en
Aunque .las actas capitulares no mencionan los oradores ni los argu- atencióu a las i.nformacioues que se habían recibido de Espafta en los
mentos expuestos, por diversos testimonios se ha llegado a una recons- ldrimos meses y que habíat1 deterrn.Uudo ~recisa~ent~ ,la retutión .~1
tnu:cióu de aquellas discusiones. De acuerdo con esas versiones tomó Cabildo. Por otra parte, tampoco era matena en dtscuston la elevacton
luego la palabra el obispo Bru"'rro Ltm Y RIEGA, quien eu un lar~ dis- al trono de JosÉ BoNAPARTE, pues se lo consideró autoridad ilegítima eu
curs~ procur~ persuadir a los asisteutes a mantener el orden y la paz, y razón de la nulidad de que adolecían las renuncias y cesiones efecru.a.das
a no tntroducrr uovedad en la autoridad del virrey, expresando que aun- por CARLOS IV y FERN,\NDO V:U a. favor de Napoleón -y,no ~e la Na-
que las infaustas noticias llegadas fuesen exactas, si "hubiese quedado ción, como correspondía-, abdtcactones que tampoco habtau Stdo acep-
un solo ~~al de la Jtmta Ceutral y arribase a nuestras playas le debería- tadas por las Cortes(§ 21). Con respecto a las Indias, apunta ZoRRA-
mos rectbtr como a la Soberanía". QuiN BEcú, era más evidente la ilegitimidad del poder ~e !OSÉ BoNA-
~rrespondió rebatir estos argut~entos a JuAN Jost CASTEtU, abogado PARTE, pues, segímla pragmática de CARLOs V d~ 9 de ~tdto de 1520,
cnollo Co11nanrrales dotes oratori.aS, quieu en una exposición coherente los monarcas se habían comprometido a no enaJenar m apartar de la
y sólida desarrolló la siguiente tesis, segímla vcrsión que se considera Coro1u, total o parcialmente, los reinos indianos (§ 5~).
más completa y fidedigna: " ... que desde que el señor Infante Dn. A"f- En las condiciones enunciadas se abría paso la segtmda tdea, medular en
TONIO había salido de Madrid, había caducado el Gobierno Soberano de el alegato del abogado criollo y fi.mdamental en el desarrollo del proce-
España; 9ue ~ora con mayor ra~n debía considerarse haber expirado, so que esntdiatnos. Las teorías políticas que influían en el Plata eu esa
con la diSOlunón de la Jtmta Central, porque además de haber sido época(§ 371), aceptaban el principio d~ que, habiendo c~sado la auto-
ridad del rey, el poder volvía a la commudad, a fin de que esta prov:yera
de Mayo: elftmtimnmro dd poderpdftic<J, Revista Juridica de Buenos Aú~ HI 1960· R. ZoRUQl.IÍ» lo más convettiente a su subsistencia, con lo que, como en Es pana ( §
BEcú,La Mxtrina jarid_ica ~· kt _R.mJI=i6n de may/}, R .I.H.D., N" 11 , 1960;'R. z,;R ll4QtoiN BEcú, 354), aparecían revitalizadas las antiguas doctrinas sobre el poder real
A{!ro mdr softre kt dr!Ctrma JUrld¡ca de IJJ. Rn>ofw:idn deMay/}, R.l.H.D<, N" 13, 1962.
(§ 61). .
(la)J.C. CmA!lt.MoNT:E, Ciudades«., op. cit. non 1 del cap. XII; }OSÉ CARlOS CHI41lM!ONTE Pero en trance de obtener la ftliacióu ideológica de la tdea expuesta por
Nacuin Y ErtaM en lbt'I'OMIOirim. El lmguaje pol1rico m tiempos de 1M indepmdmdas. Buen05 Aill':s:
2004; I'ILI.R GON~Z. BERNMOO DE QuJ!lÓS, Cil'ilitfad y po/frica m /m lll'igm:-r de la Naci<Jn CASTELLI, el asunto se complica sobremauera, lo que ha dado origen a
Argmtma. Las.sr~Cmbilid~es en Bumor Aires, 1829·1862, Buenos Aires, 2000; llicro¡¡ R4MóN posiciones encontradas . .'Mientras RoBERTO H. MA.RFANY afrr~a que
LolJos,Los Ci#blldCJS Y la dmdmica rnWucionf#'ia m el R1o de In Plan¡. Un erfoerwde cmnprensidna todos los autores en que se fundó CAS"ffiLLI, "pertenecen a la lmea del
partt;def mwtord!Wés enA.E.A., t. XLVI, 1989; DE.'>!ETR¡o RAMas,Espaiia m fa indtpmdmtia de
Ammro, op. ci<. ~nnota I dd cap. XII. pensamiento es~lástico", .ZoRRA~~ ~;'cú sostiene que ;1 emple~ del
vocablo soberanta denunna la utilizacton de autores mas modernos,

292 293
J:l.iANL'AL DE HisTORIA DB LAS !NSTITUCIONJ.!S A.RGBNTINAS LA REVOLUCIÓN DB _Mayo: FUNDAMENTOS l'OLlTICOS Y JURÍDICOS

pcrteuecieutes a la escuela del derecho natural racionalista, auuque re· currentes que votarou adlúriéndose lisa y llatwnente a algmto de los
m<l.r(:ando que existió por sobre todo "una combinación de todas las votos enútidos con attterioridad, otros se adhirieron introduciendo
influencias que podían gravitar entonces sobre el pensamiento riopla- modificaciones, y algunos votos no obnwieron apoyos.
tense con tuu acentuada inclUución modernista". A su vez, DF.M:ETRIO La. mayoría de los votos, según el propio Cabildo, se inclinó por "que e[
RAM~s PÉREZ, sÍ11 Í11teutar buscar el trasfondo de estas ideas, seúala la Excelentísimo sellar Virrey debe cesar en el mando y recaer éste ¡rrovi-
influeucia directa de las doctrUtas utilizadas en Espafu desde 1808, las sionalmente en el Excelentísimo Cabildo con voto decisivo al caballero
que se difimdían a través del agitado quehacer político y llegaban a Síndico Procurador Geueral, hasta la creación de Ull.a Jtmta que ha de
América como noticias, proclamas, muúfic.stos, etcétera. formar el núsn10 Excelentísimo Cabildo, en la nwtera que estime cou-
vetúente".
364- La argtnnentación de CASTELLI hada recaer "los derechos de la Esta decisión ruayoritaria Unplicaba, pues, que, producida la cesación
SobeTatúa" exclusivamente en el pueblo de Buenos Aires. Se trataba de del virrey, el Cabildo ejercería la autoridad hasta la designación de tma
una postura jurídica muy débil, y ello provocó la réplica del fiscal.MA- jtmta que el mismo cuerpo fonnaría. Se trataba, sin duda, de tma solu-
Nt-'EL GEN ARO DE V ILLOTA. En realidad, VILLOTA aceptó la tesis de CAS- ciónmoderada.
TELLI en lo relativo a la retroversión de la sober.uúa, pero alegó que
Buenos Aires no tetúa sólo ese derecho, y era preciso oír a los demás 366. Conviene hacer referencia particular a algunos de los votos para
pueblos del virrelluto antes de adoptar tul.a deterrrúuacióu, pues de otra puntualizar el alcattce de la tendencia tritmfante.
manera se rompería la mUdad de la Nación. CoRNEUO SAAVEDRA dijo que "debe subrogarse el mando superior que
La contestación de VILLOTA era exacta y hábil, al ptmto que desconcertó obtenía el Excelentísúno Seúor Virrey en el E:xr:elentí<>imo Cabildo de
a CASTELLL, por lo que otro abogado criollo, JUA."' JosÉ PASO, seúaló que esta Capital, Í11.terú1 se forme la corporación o Jmtta que debe ejercerlo;
si bien era acertada la observación del fiscal, en "el acntal estado de cuya formación debe ser en el modo y forma que se estime por el Exce-
peligros a que por su situación local se ve envuelta esta Capital, tú es lentísllno Cabildo, y no quede duda de que el Pueblo es el que confiere
prudente tú conviene el retardo que importa el plan que propone". Se- la autoridad o mando". Este voto recibió 83 adhesiones, la mayoría con
g{m la núsma versión, perteneciente a FRANCISCO SF.GLi -no aceptada algunas leves variatttes. Entre ellas estaba la de CASTELLI, quien dijo
por algunos autores-, PASO agregó que Buenos Aires debía establecer "que se cmllmna con el voto del sellar don CoRNELIO SAAVEDRA con
m1 gobiemo pTOvisional a nombre de FERNANDO VII, el cual Utvitaría a calidad de teuer voto decisivo durante el gobierno en el Excelentísimo
los demás pueblos para que enviasen sus representantes a la formación Cabildo, el Sellar Sútdico, y que la elección de los Vocales de la carpo·
del gobieruo permanente. ración se haga por el Pueblo juuto en Cabildo General sin demOra". La
prirnera observacióu de Co,.sTELU fue también señalada por otros con-
365- Concluido el debate, se procedió a la votación, adoptándose para currentes, al puuto que formó parte de la decisión final; en cambio, la
ello la ¡rroposición siguieute: "Si se ha de subrogar otra autoridad a la elección popular directa 110 contó cou igual apoyo.
Superior que obtiene el Excelentísimo Seítor Virrey dependiente de la Sin embargo, en este t'dtimo aspecto nos parece ilustrativo señ~ar algu-
Soberatúa que se ejerza legítimunente a nombre del seÍlor dou FER- nos votos significativos. El del presbítero doctor Al'.'TONIO SAENz decía:
NANDO VII; y en quién". Se dispuso que la votación fuese pública, por "Que ha llegado el caso de reasumir el pueblo su originaria fiUtoridad y
votos firmados y leídos por el escribano, mu vez que éste llunase eu derechos; y mientras que los afianza en una junta sabia y expei::table, debe
forma individual a los asistentes para enútirlo de acuerdo con el orden subrogarse en el excelentísllno Cabildo con voto eu su lugar .al caballero
de insuipción. Síndico Procurador General". Fray JosÉ IGNACIO GREIA exprCsaba: "Que
Al votar, cada uno podía dar su parecer, sin necesidad de adherirse a tui.a ha feuecido la autoridad del Exr:elentísitno Virrey, que ésta debe recaer
tesis predeterminada tú de expedirse solamente por la afmnativa o la en el Excelentísimo Cabildo hasta que, reunido el pueblo por medif. de los
negativa de la proposición emmciada. De ahí que :fi.tera extremadamen- representantes que él mismo elija, designe los sujetos que deben romponer la
te complicada la tarea de clasificar los votos que contetÚattlas solucio- junta Gubernativa hasta la reuuión de las provUICias Utteriores". Por su
nes con diferentes tuatices, mucho más si cou ello se pretende realizar parte, el presbítero doctor RA.'I.ióN VtEYrEs decía: "Que ha fenecido la
tUl dete1údo examen de las corrientes en pugna. Hubo ntunerosos con- autoridad de la Suprenl.a Jtmta Central y, por consig¡.úente, la del exr:e-

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M4NDAL DB HISTORIA Dll LAS INSTITUCIONBS ARGENTINAS LA REvOLUCIÓN DI! M_ayo: FUNDAMBNTOS l'OLiTI<:'_,os Y !t'RJDlCO~

lentísimo señor Virrey. Que esta autoridad recaiga interinamente en el Por último, el partido revolucionario o del puebln -así calificado por CoR-
Excelentísimo Aytmt:amiento, teniendo voto decisivo el caballero Sín- BEUJNI- compartía el principio del cese del virrey; su reemplazo por. el
dico Procurador General, hasta que exp!Drada por cuarteles la voluntad Cabildo y la formación de tul.a juuta provisional que designaría el nus·
del pueblo, se elijan !Ds miembros que hayan de amstituir una junta provisio- mo Cabildo, pero con la salvedad expresada en el voto de SAAVE~RA de
nat". Como se advierte, en estos votos -hubo algunos pocos más en que "no quede duda de que el pueblo es el que confiere la autondad Y
igual sentido-- se introducía I.l idea de la eleccióu directa de los miem- mando". Muchos de los votos adherentes agregaron que dentro del
bros de la JW1ta por el pueblo, lo que no prosperó en el Cabildo abierto, Cabildo el súuiico procurador general tuviera voto decisivo, con lo que
am~tlC poco ~e;>pués quedó consagrada de hecho al aceptar el propio intentaban robustecer ·al grupo americano al que pertenecía dic~1o fun-
Cabildo la pettcton popular. De todas maneras, el concepto de que "la cionario. También se expresó en algunos de estos votos la necesidad de
autoridad o nlil1ldo" provetúa del pueblo, o de que éste era depositario oír a los pueblos del interior.
de la sobenuúa, quedó claramente triunfante en buena parte de los vo·
tos que, en defecto de tul ejercicio directo o indirecto por el pueblo de 368. Según CoRBELLINI, los votos repartidos entre estas con?entes ?a·
ese. derecho,_ enn;ndían que el Cabildo era d órgano adecuado para ca- ban fi_te1-za a la tetuiencia moderada, pues sumados los sufragws de esta
nalizar esta lllqtuetud a través de la formación del nuevo gobierno. a cualquiera de las otras dos, sig~:rificaban el tritm~o de las fr~ccio:1:s
aliadas de esta manera. Esto exphca el papel de árbitro de la sttuacton
367. EN:RIQUE C. CoRBELLn-.'1, entre otros, ha estudiado minuciosamente que desempeüó el Cabildo y que lo llev~ a la elección de~ Junta del24
los votos emitidos en el cabildo abierto, clasificándolos de esta manera: de mayo, cuya interpretación, seg(m el citado :utor, "se a¡u~taba perfe:-
66 voto~ por el partido del virrey; 66 votos por el partido moderado o tamente al resultado del congreso", aunque era tul acto unpopular .
del C~bildo;_ 92 votos por el partido revolucionario o del pueblo, y 1 Otros, en cambio, han alegado, recogiendo testimonios_ ~e la époc~,
voto mdefuudo, lo que hace tUl total de 225. A través de est-a clasifica- que la desig¡.1ación de esa Junta obedeció a tUl plan prem~ttado, ~estl·
ción, el mencionado autor intenta perlilar las distintas tendencias exis· nado a impedll· que se concretaran los resultados del Ca_bildo abierto,
tentes y no reducir el cómputo a la suma de los votos a favor o en coutra por lo que ha sido severamente enjuiciado el órgano capttular. .
de la permanencia del virrey en su cargo, y; en su caso, de la autoridad La tan discutida Junta se integró con un presidente _vocal (el 0:: Vtrr~y
que debía sustituirlo, pues en este supuesto, seg(m el concepto de CoR- HIDALGO DE CisNEROS) y cuatro vocales, dos del partido revoluCionano
BELLINI, los votos por la subrogación del virrey serían 158, es decir, la (SAAVEDRA y CASTELLI) y dos moderados (SolA e IN_cHAURRE?UI), con
s~una ~e los que constituían los llamados partidos moderado y revolu- lo que el Cabildo pre~etuiía conciliar las ~ tendencias a~verttdas el~. la
Cionano. histórica sesión del dta 22. La Junta canto con el asentarmento genetal,
La t~~nder~ia que C::ORBELLINI denomina partido del virrey votó por la con e1 respaldo de los comandantes de cuerpos y el de los mismos jefes
contu1ttaC1Ón delrrusmo en el mando, pero admitiendo -algunos desde visibles del partido revoluciouario, que aceptaron el cargo Y prestaron
el primer momento y otros para el caso de ser derrotados en la vota- juramento.
cióu- que se asociaran a aquél en el gobierno otras personas, y así, seg(m Pero esa misma noche se advirtió el movimiento "de tul.a parte d_es~~Hl·
los votos, se propotúa a oidores, cabildantes, etcétera, no faltando quien tet1ta del Pueblo" -seg(m refieren las actas capitul~es-, que restsho el
señalara al propio SAAVEDRA para integrar ese gobierno asociado. nombramiento de I:fmALGO DE CisNEROS como presidente de la Jtmta Y
El llamado partido moderado odel Cabildo votó por el cese del virrey y su especialmente que tuvier-a el mando de las armas. Finalmei}te, como los
reemplazo por el C~bildo, como representante legal del pueblo, hasta comandantes de los cuerpos militares manifestaron el dia 25 que no
que _fo~se un gobtemo provisional, sin perjuicio de oír a los pueblos Podían prestar el apoyo comprometido ~ día anterior go~~ue "el ~ue·
delmterior. En esta tendencia figuraron españoles y criollos, hombres blo y las Tropas se hallaban en tUl.a ternble fermentaCion , el Cabildo
revolucionarios y conciliadores. Las fótmulas más votadas fueron las de resolvió solicitar la remmcia de los miembros de la Junta, la que obmvo
Rmz HUIDoBRO Y ÜiiCLANA. De acuerdo con esta tendencia la inter- de inmediato.
vención del pueblo era remota, pues se trataba de una rep~entación
legal que desempeñaba el Cabildo, y no de una representatividad efecti- 369. Seg(mlas actas capitulares, "algunos ll~dividuos del Pueblo~ nom-
va que no existía a través del órgano capitular(§ 85). bre de éste se apersonaron en la Sala, expomendo que para su qmetud Y

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ÑlANtTAt. DE HISTORIA DE LNl lNSTlTVClONES ARGE."'TINAS LA REVOLUCIÓN DE AfAyoo IIUNDAMl!l'<"TOS POLÍTII:'OS y JUIÚDICO,S

tranqtúlidad, y para evitar cualesquiera revueltas ettlo futuro, no teuía el cargo, conserv~ Úttegramente esta parte de América a nuestro augus-
11or bast<mte el que el ExcelentÍsimo Señor Presidente se ~~parase ~el
to soberano el se11or don FERNANDO SÉPTIMO y sus legítimos sucesores
mando; sino que habiendo formado idea de que el Exceletttismto Cabil- Yguardar puntualmente las leyes del Reiuo".
do en la elección de la Juuta se había excedido de 1.1.1s facultades y te- La tesis expuesta cl día 22 en que se proclamaba la reversión de los
1úendo noticia cierta de que todos los S.S. vocales habían hecho remm- derechos de soberilllÍa al pueblo, apat-ecía altora abruptamente cercetlil-
cía de sus respectivos cargos; había el Pueblo reasmnido la autoridad da, r:or cuattto de~Í:U1 co11Servarse Úttegramente estos terlitorios al rey
que depositó en el Excelentísimo Cabildo y 110 quería existiese .la. }tutta cautlvo y a sus legttunos sucesores. La reversión de la soberru_úa no era
nombrada", sino otra cuyos integrantes se dabau con la condictó~ de llevada a la práctica en la forma .unplia e incondicioual proclru_nada en
enviar dentro de los quince días una expedición a los pueblos del Ulte- el Cabildo Abierto.
rior, couduyendo que "ésta era la voltuttad decidida del Pl~,blo y que
con uada se conformaría que saliese de esta propuesta, debteudose te- 37~-. JoRGÉ ~ÍA ~'.al profundizar e1 estudio de los grupos
mer en caso contralio resultados muy fatales". pohtlcos revo!uctonanos, distlllgue tres corrietttes, que se fueron deli-
Ante la exigencia del Cabildo, la petición fue formalizada en un docu- neat~o a partir de las iuvasiones británicas y dieron cuenta, en distiutas
mento así encabeudo: "Los vecÍllos, Comaudantes y Oficiales de los ocas10nes, de sus objetivos. ·
Cuerpos voluntarios de esta Capital de Buenos Aires que abajo ftrma- u~ primer grupo, conducido por don MARTÍN DE ALZAGA, alcalde de
mos por nosotros y a nombre del Pueblo". Fue redactada en el cuartel pr~r voto del Cabildo de Bueuos Aires en 1808, estaba integrado
de Patricios y llevaba 401 firmas, níunero al que deben agregarse los prulClpalmente por espaÍloles europeos --como JUAN LARREA y DoMIN-
seiscientos en cuyo nombre fumaron DoMI!'IGO FRENCH y ANToNIO GO MATIIEu-, pero contaba co11 adherentes criollos --como MARIANo
' -'
Ltns BERUTI, y que constitlúan el gmpo que desempeuo mas acuvo
' .
MoRE."l:O y ]UUÁN DE LEIVA-. Su objetivo era la defensa del Virreinato
papel en la Plaza durante estos días, seg{mlo corJ:?boraron vari~ testi- C?t~tra la donún~ci¿n extranjera y su plan de independencia estaba con-
mouios de época. Seglut MARFM'iY -quien ha realizado tm prohJO estu- thnonado a la perdtda de Espaílil o al predomllúo de los españoles euro-
dio de los firmantes de este docmneuto-, el porcentaje más elevado peos. Su actitud revolucionaria se hizo presente ell 0 de cuero de 1809.
correspondía a militares, amtque también se iucltúan religiosos y veci- ~ segmtdo ~u~, .liderado por JUAN JosÉ CASTELLI, íutentó llegar a la
nos en general. mdependenna utihzando vías distintas, según las ocasioues. Primero
Al recibir la petición, el Cabildo pidió que se congregase el pueblo en la eutraudo en combiuación cou los jefes británicos durattte las iuvasio~
plaza para oír la ratificación de ese escrito, y "al cabo de gran rato salió ues, luego propiciando el p1a.n de la princesa CARLOTA ]OAQUINA DE
el Excelentísimo Cabildo al balcó11 principal y el caballero Sútdico Pro- BaRBÓN, hermana de FERNANDO VII, para futalmente coíucidir con el
curador General vieudo congregado tm corto nlunero de geutes, con tercer grupo eu lllayo de 1810. }mtto a CAsTELLI, se alineaban, entre
respecto al que se esperaba, inquirió que dónde estaba el Pueblo", a lo otros, .MA."iUEL BELGRANo, Hlróuro VmYTES, }UA."< Jost PASo.
que respondieron los peticiouantes que "si hasta eutonces se había pro- ?>R~'E~O" S~~DRA era el jefe Íltdiscutido del ten:et gntpo, el de los
cedido cou prudencia porque la ciudad no experllneutase desastres, se- PatriCIOS , ongu~do en la lucha contra el invasor inglés y fortalecido
ría ya preciso echar mano de los medios de violencia; que las gentes, en la defensa del VJ.rrey LINIER S durante los sucesos dell 0 de C11CI'O. Este
por ser hora inoportuna, se habían retirado a sus casas, que se tocase la gntpo tuvo papel decisivo en mayo de 1810, jwto cou el anterior.
campana dd Cabildo, y que d Pueblo se congregaría en aquel lugar ~~LO, al ~tud~ la c~~posició~. de la Junta Patria del día 25 y las
para satisfacción del Ayuntamiento, y que si por falta de badajo no se stgtUentes destgtta.nones ctviles y militares, advierte cómo aparecen re-
hada uso de la catupana, mat1darian ellos tocar generala y que se abrie- presentados los tres grupos revolucionarios.
sen los cuarteles; en cuyo caso sufriría la ciudad lo que hasta entonces se
había procurado evitar". 3 ~l. Se discute a{-m acerca de la iuterveución del pueblo en este rnovi-
El Cabildo "con el ftn de evitar la menor efusión de sangre", accedió a nuento, y amtque el problema no ha sido enfocado e11 todos los casos
lo solicitad~, y en virtud de los poderes que se le habíatt delegado el día desde tll1 ~sm.o ptutto de vista, couvie11.e seíialar algtlllas opitúo11es de
22, procedió a elegir la nueva }tutta, presidida por CoRNFLIO SAAvE- nuestros histor1adores a1 respecto. En general, se adnúte que elnlunero
DRA, cuyos ÍlJtegrantes de llunediato jurarou "desempeúar legalmente de personas que participó activatnente en los preparativos revoluciona_

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MANUAL DE HISTOIUA Dll LAS lNSTITUCIONllS AltG&"''lNAS LA R.nVOLUCJÓN DB i\!Ayo: FUNDAMENTOS l'OLÍTI<'..OS Y fllRÍDlCOS

lÍos fue ~~ en proporción al cálculo de la población urbana. Así, hiendo entenderse por éstas no el pensam.iento teórico exclusiva-
Rurz GUINAZU a;:mna que era una "minoría dirigente, respaldada por la mente sino también las expresiones de la realidad política más nota-
1~a del .r:uebl? ~ ~EVENE, que fue lUla "miuoría dinámica ... con capa- bies d~ su tiempo, las que, a su vez, habían recogido de aquél mu-
Cidad de ttradt.aciOn sobre la inmensa nusa"· ACEVEDO alude a tll'' chos de sus principios: . ,
«· 'bur" ' ....
rrunona . gt~a ; SEGRETI observa que C1l toda revolución las etapas a) la escolástica española de los stglos XVI y XVII, que se hab1a conserva-
de la con~prranon y la tom~ ?el ~er estáu reservadas a uu pequeño do principalmente a través de la enseñanza mll~ersitaria y cuya :eievau-
gntpo, mtCl~tras que la partictpaCIÓn popular sólo se evidencia en una cia en este momento estaba dada por sus teonas acerca del ongen del
etapa postertor, que es cuando se procura la realización del ideario tra- poder(§ 61);
zado.. Po: su par~, MARFANY reduce los alcances del hecho a un "pro- b) las ideas ilustradas españolas, difundidas ~u el Río ~e la Pla~ d~e
mu~I~euto militar", dado que tire en los cuarteles donde se incubó el fmes del siglo XVIII, con pa.11icula.r referenna a la realtdad econonuca Y
mo~~to, y sostiene q~<; tanto la instalación de la Jtu1ta del 24 y su social(§§ 173-175); _ .
dest1~10u, como la elecnon de la Juuta Patria, fueron provocadas por e) las modernas doctrinas derivadas de la ftWsofta racwnahst«_, que cou-
la actlvtdad castrense. ducíau a tul replanteo o revaloración del homb~ ~1 la s~tedad, .con
ZoRR¿QUÍN BEcú sostiClle que la palabra puebln se utiliza en dos senti- notables consecuencias culos distiutos órdenes; SI b1eu su mflueneta se
dos d.lf':cte.ntes: como con~wlldad política organiuda representada por hizo evidente a través de la Ilustración española, tuvo también una di-
los vecu~os, y como multitud inorgánica. Esta última 110 teJÚa funcióu recta vinculación con el Río de la Plata por la lectura de sus principales
algmla d~tro d.e los reso~ legales, salvo el hecho de que con su lllÍ- autores (§§ 323 y 373);
mero pudier~ eJercer prestones sobre las autoridades. Pero cuando se d) las ideas restauradoras y nuevas, que surgían en ~st?aña desde. ~808,
~ace referet1Ct.a al pueblo como depositario de la autoridad se está uti- y que si bien no conformaban un pensa~ento ong1nal, ~dq~u;Ierou
ltzando el primer significado. ' tónica especial por el relieve de las rmsmas y por la d~tston .9ue
tuvieron en América(§§ 354-355). DEMETRIO RAMOS PEREZ senala
37~; Las ~orrien~s id~ló~a.s influyentes. Eula época de la Revo- así que en la petúusula y en América, eu común, "~ant? ,eu coinci-
lunon, vartas comentes Ideologtcas eran conocidas e11 el Río de la Pla- dencias como en discrepancias, se fraguó la emanClpacwu, el gra~l
c:-', a través de distiutos medios: la enseúanza wllversitaria, la cin_·ula- acoutecimiento que es preciso ver como un proceso profunda y rad!-
!a
ctou ~e modenla li:eraurra política y las proclamas y manifiestos que cahnente hispánico".
se rectbt.au por esos d1as de la propia Espaí1a. Constituían todas ellas Wl
c?mplejo haz. ideológico, sin que sea posible seccionarlo 0 precisar par- 373. Merece lUla especial consideración la llamada escuela racionalista.
ticulares presiOnes de algunas de esas ideas sobre el conjunto de hom- Cabe distinguir en ella las obras de Huoo GRocro, SAM:""EL Puf.ENDORF,
bres actuantes. En general, uo han quedado huellas acerca de la roen- JUAN ]ACOBO BuRI.AMAQUJ, quienes se esforzaron en at~lar los proble-
ció~' de autores -si los ht~bo- en los momentos ctúminantes de la Revo· mas políticos de sus conexiones religiosas, separando ast .el derecho.ua-
lunon, y no resulta pos1ble detenninar certerameute esas influet1Cias tural de la teología y cmtstituyendo la moderna concepctón de la Cien-
sobre la frase tan sólo del couteJ.lldo de los discursos -a veces conocidos cia poüti.ca; y las de THOMAS HoBBES, JoHN LocKE, <;:HARLES DE MoNTES-
~agme~1~eute o eu versiones discutibles- o de los escritos, pues las QUIEU y ]EAN ]ACQUES RoussEAu, entlt: otros, 9-ue 1IDpreguaron de una
tdeas directr~ces eran a veces comtmes a varias tendCllcias ideológicas. uueva tó1Uca la organización política de la soctedad, dando a la prensa
No debe ol~darse, eu ~'. ?ue no ~e trataba de ttua porfia intdectual, eu obras de gran difusión e influencia u~versal: ~
que pre~alec1era la ~rudxnon de Cltar aurores, siuo que lo sustancial era También cabe seíulat; por la repercuston denvada de la ens~nanza y del
aportar Ideas couvmcentes para la causa que se defendía. De manera sistema utilizados, a la célebre Enciclopedia francesa, aparec.Ida e11la. se-
que no puede, en rigor, hablarse de hombres aferrados a illla detennina- gunda mitad del siglo XVIII y que collStifilía lll1 gran trabaJO colecnvo,
da doctrina, silto de políticos que buscaban en las teorías a su alcance en varios vol{uncnes con más de 1.m centenar de colaboradores, cutre los
los argumentos que estimaban mis adecuados para hacer triunfar sus que se destacaban DIDEROT D'ALEMBERT, BoVLANGER, RousSEAu, entre
posturas. muchos otros. Era una verdadera "suma de conocimientos", eu doude
Vamos, pues, a enumerar las principales corrientes ideológicas, de- se trataban los más variados asuntos de una manera hasta e11tonces des-

300 30t
LA RBvoLUClÓN DE M.\yo; !'ttNDAMENTOS POLÍTICos y JUlÜDrcos
MANt',l.L DB HISTORIA Dll US INST!TVCJONES ARGBN~'~'~N~"~-------­

WllOÚda: historia, ciencias téctúcas y aplicadas, religión., política, dere- vocales para cotntuúcar "cuauto creeu conduceute a la seguridad
cho, economía, fllosofia, lenguaje, bellas artes, etcétera. pública y felicidad del Estado".

374. El ejercicio del gobierno propio. "La Junta Provisio~ Gt_1ber- 376. El rrúsmo día 28 la Jtmta fechó tllla circular dirigida al rnÍlústro
tMtiva" establecida el25 de mayo de 1810 (§ 369), reemplazo al vure~ iuglés eu Río de Jaueiro, lord STRANGFORD, al virrey del Perü., dou JosÉ
m.rntct~éndose los demás órganos y autoridades del antiguo régimen. FERNANDO DE ABAsCAL, al ministro de la Corte española Cll el Brasil,
El Cabildo de Buenos Aires, elector del nuevo gobierno, consideró, en marqués de CAsA YRUJo, al gobernador del Cuzco y al presidente go-
la misnu. acta de125 de mayo, que la Jtmta era depositaria de "la auto- bernador de Chile. La importancia de esta circular está dada por ser el
ridad superior del virrellt.ato" hasta la rem~ón de la juuta ~ueral d;l primer documeuto de la JtUtta expedido al exterior, donde se daba cuct1ta
virreinato, que establecería "la forma de gobteruo que se ·~otlStdere mas de las causas que habíau provocado su Íl1Stalación y de los objetivos que
conveniente". Entre tanto, la Jtmta debía proveer a cubnr lo~.s vacantes se proponía. Decía que, en ateucióu a la crítica situación por la que
de los empleos, "celar sobre el orden y la trauquilidad pública y la segu- atravesaba la península, se debió recurrir a "la'> títulos que asisten a los
ridad iudividual de todos los vecinos", y publicar mensualmente tul Pueblos para representar la Soberanía cuaodo el jefe supremo del Esta-
estado de la -adtniuistracióudela real hacienda. No podía imponer con- do, cual es el Re); se halla impedido y 110 proveyó de Regencia al Rey-
tribuciones tú gravámenes siu cmúomúdad del Cabildo, quien también uo". Seíialab.a luego la fidelidad jurada a FERNANDO VII y las miras
se reservó el derecho de depouer "cou causa basrulte justificada" a los pacíficas que llevaba, solicitaudo la conservación de las relaciones cou
miembros de la Junta y reasumir la autoridad. También se dispuso que esas autoridades y gobieruos. Mientras la contestación de lord STRAN-
los núembros de la Jtmta no debían "ejercer el poder judiciario", por lo GFORD fue satisfactoria, en cambio, las del virrey AsAsCAL y del marqués
que las causas c<:>ntenciosas que u? ~~ran.de gobiern~ d~bíau ser ~nvio~.­ de CAsA Y RUJO -luúcas tres que se conocctl-, en tono violento atacabau
das a la audieucta para su sustauct.actou (§ 342). Por úlumo, se dtspuso el camino adoptado.
el envío de circulares a los gobien10s del Í11terior pata que, por Íltter~ne­ E! virrey ABASCAL, luego de pouderar la legitimidad del Cot1Sejo de
dio de los cabildos, se eligierau los representautes que debíau remurse Regencia y de negar derechos a los revoluciouarios de Buenos Aires,
en BuctlOS Aires a fm de detenni.nar la forma de gobierno. dispuso que los territorios de Charcas, Potosí, La Paz y Córdoba del
Con fecha 27 de mayo, la Junta expidió una cllndar a las autor_idades Tucumán quedasenformalmeute Íl1Corporados en el virreinato eu todos
subordinadas del virreinato dando cuenta de los sucesos ocurndos el los rollllos de policía, hacieuda, guerra y justicia hasta que se restablecie-
' . '
ra al virrey de Buenos Aires y demás autoridades legítimas (Bando del
día 25 y de sus consecuencias, y encareciendo eluombranuento y euvto
de los diputados, que debíau ser uuo por cada ciudad o villa, los que 13 de julio de 1810).
"han de irse Í11corporando en esta Jllllta, cmúorme y por el orden de su El marqués de CASA YR UJO contestó con tUl mauifiesto publicado eu
llegada en esta Capital, para que así se hagau de la parte de confianza Río de Janeiro ell6 de julio invitando a los habitautes de Buenos
pública que conviene al mejor se.n¿~io d.e~ Rey y.gobierno de lo~ ,Pue- Aires y a los Ílltegrantes del nuevo gobieruo a reponer en su cargo al i
blos, i.tnponiéru:iose con cuanta ant:tctpactou couVIene a la formanonde virrey HiDALGO DE CisNERos, sosteuieudo que la posicióu bélica de
la gctteral, de los graves asuntos que tocau al Gobierno". los españoles eu la península aute el iuvasor era muy superior a la
realmente existente.
375. El 28 de mayo la Junta publicó su reglameuto interno. De Estas prllneras expresiones llu:licaba.n con bastaute elocuencia la pro-
acuerdo con el trúsmo, le competía el couocimiento de los asuntos fimda división que separaba a unos y otros. Ambos baudos parecíau
de gobieruo, guerra y hacienda. En "los asuntos Íllteresantes de alto coÍ!l(:Ídir, al meuos formahnente, en el respeto y la fidelidad al monarca
gobierno" debían coucurrir todos sus trúembro.s,' pero enl~s denlás cautivo, pero discrepaban., eu cambio, eu cuauto al medio más adecua-
bastaban el presidente y cuatro vocales. Tambten conocena en los do para la cmlSCrvacióu de estos territorios. Sll1 emb-argo, por deb-ajo de
asuntos del Patrouato que competían al virrey (§ 294). La Jutt~a esta COÍ11Cidettcia, ya se iban apreciaudo diferetKias incm1Ciliables y que
debía recibir los mismos houores militares que el virrey, y el prest- couducirían a la inevitable guerra emaucipadora (§ 392).
deute, conto tal, recibía eu su persona el tratanúento y honores de la
Juuta. Se dispotúa qtte todo vecll1o podía dirigirse a la Junta o a sus 377. La Jtutta Guberuativa encontró resisteucias eu dos principales ór-

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M.\Nl:AL DE HlSTOlUA Dll LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS LA REVOLUClÓN DE MAyO: FUNDAMENTOS POLÍTICOS Y JURÍDICOS

ganos de gobiemo: la Audiencia y el Cabildo de Buenos Aires. Esa rrey del Río de la Plata, mariscal FRANCISCO JAVIER DE Euo, designado
resisteucia, producto de un recelo con que desde el principio esos cuer- por el discutido Consejo de Regencia. Ll Jun~, acompañada :mora por
pos ob~~on la actividad de la Junta, se afenó finalmente a tm argu- la AudietKia y el Cabildo, rechazó al nuevo vrrrey; _desconocteu~o a la
n~ento Jllr~tco. ~~cuanto lleg~on a Buenos Aires tUlOS impresos amm- autoridad que lo había nombrado, atmque mantCJ.uendo la fidelidad al
~~and~ la ~1Stalacton en la r<;ll11Sula de~ Consejo de Re~cia (§ 355), rey cautivo (enero de 1811).
la AudtCJ.Kta sostuvo que debta prestarse JUtamen_to y obedienchl al nuevo
órgauo. La Junta contestó a esta pretensióu que uo cabía valerse de las 380. La enérgica actitttd de la Juutaconl?S oidores y !os ca?ild"-?-~ dio
noticias contenidas Cll tUl simple impreso sin las formalidades legales por tierra con buClla parte de la resistenCia en la, propt~ ~apt~~ vUTCmal.
para_p~eder a tUl acto de tanta trascendencia como el que postulaba la Desde entonces, la nueva Audiencia no tuvo mas partlctpacton destaca-
Audtencta. Por fin, el8 de jtulio la Jtmta expresó que "estaudo sobrada- da en el quehacer político, limitando su labor al orden jttdi;ial (§ 434).
~te asegtrr~dos los_ derechos del Rey ... por el jtlriUilento prestado al No ocurrió lo mismo con el Cabildo, pues aunque ya habtan quedado
ll~po de su UlStalactóu ( ... )debería .reservarse el ptmto del reconoci- desplazados los elementos de la oposición., ~n-la d~7ada sigui:nte ct~po
nuento para el acto de recibirse las órdCJ.tes oficiales que deb-au legiti- al cuCl·po municipal tn1a muy destacada part::tctpacton en la ag:tt.tda v1da
marlo". política. Como lo recuCJ.·da JULIO V: GoNzAL~Z, el Cab?do de Buen~~
E122 ?e junio la Junta adoptó tma medida drástica que rompió el peli- Aires se convirtió en ''lma entidad representanva de gobterno demacra-
~roso j~ego de fi_Ierzas entre estos orgatlismos. De tma manera sorpre- rico" reiterándose este concepto a través de los sucesos del 5 Y 6 de
st.va ~ v10lenta d~spuso la expulsión de los oidores y fiscales de la Au- abril' de 1811, 8 de octubre de 1812, 15 de abril de 1815 y 12 ,d:
dtencta, embarcandolos junto con el ex viney HIDALGO DE CISNEROS febrero de 1820, donde su participación ~e decisiva, sí.rviC11d? de util
rumbo a Canarias. En su lugar designó conjueces criollos (§ 434). instnnnento para zanjar esas crisis polít::tcas .. ~n algmta n:Mtda, esta
desusada actividad política también se extendio a otros cabildos argen-
378_ El Cabildo, convertido eu árbitro de la simación política a raíz de tinos.
1? r~uelto el22 de mayo(§ 365), procuró desde un primer momento
lumtar el poder d~ la Junta. Ello motivó algunos rozamientos, pero, sin 381. La Jtmta Gubentativa se vio pronto Cll la necesidad de reunir
duda, el hecho mas grave de todos fue cuando, en acuerdo reservado del efectivos militares para hacer frente a sus enemigos: el virrey Euo l"J~
14 de julio,_ resolvió jurar y obedecer al Consejo de Regencia, a1.m cuan- Montevideo (§ 379), el virrey ABAsCAL proyectado sobre el Alto Pem
do no hubtera.n llegado los documentos oficiales. De esta manera el (§ 376) y los focos de resistencia en las cittdades del int:rior. La guerra
Cabildo compartÍa la posición de los ya expatriados oidores (§ 377). por la emancipación se había iniciado, atu~que todos ~un 1~ petlS~au
Por fm, el 17 de octubre se produjo la destiUlción de los capittdares, en la separación absoluta. Inclinadas las cmdades delmtenor hacta la
efectuada ·por la Itmta en ejercicio de ''lma represeutación inmediata del política de la Junta, quedaron, no obstat~te, .dos pu~1tos cla~ que los
Pueblo, que la CmlStintye órgano legítimo de su voluntad". En el mis- CllCJ.nigos rettrvieron con dificultades y alubaJOS un uempo mas: la Bau-
mo acto procedió a designar, "a nombre del Pueblo", los nuevos miem- da Oriental(§§ 392 y 497) y el Alto Pen.'t (§§ 392 y 500). Por su parte,
bros del Cabildo, los que de inmediato dejaron sin efecto el.reconoci· el Paraguay rechazó a la }tulta porteíu y atmque no quedó en poder de
mieuto al Consejo de Regencia. los españolistas, permaneció al margen del proceso desarrollado en el
Río de la Plata (§ 496).
379. Como se advierte, tanto la Audiencia como el Cabildo habíau
b_uscado la oportwlidad propicia para reconocer al CotlSejo de Regen- 382. Bien pronto se advirtiCJ.Dn algtuw divergencias en _1~ couducción
cta co~no_representaute legítimo del rey cautivo. En cambio, la Juuta 110 política de la Jtmta, la que atravesó por tllla verdadera_ ctlSlS cuan.do los
parecta dts~~esta a W:OtlOC<; <19uienes se ~tribuyeran en la península la diputados de las ciudades del interior reclamaron su mcorporación en
represeutac10n real, smo mas bten se cotlSideraba con suficientes dere- el cuerpo, conforme ala circular del27 ?e mayo(§ 374). ~unque algu-
ch~ par~ resgttardar la so?erruúa hasta la restittteión del rey cautivo 0 la nos de los tniembros de la Junta se opusteron a ello, soste.tu~ndo qt_Ie lo.~
destgnactón de trua autondad verdaderamente representativa. Esa mis- diputados debían sólo integrar el congreso ~ral a retu~·~e, trt;uúo
ma posición observó la Jtmta cuando llegó a Montevideo el nuevo vi- fmahnCJ.lte la tesis de incorporarlos. A parttr del18 de dtcternbie de

305
'"'
HACI<I. LA DECLARA.CIÓN Dll LA fNDilPENDilNClA
1\JfANt•At DE HISTORIA DE LAS INSTITUCIONES ARGllNTlNAS

1810 quedó constituido el primer gobierno representativo de todo el destllro ya que la Metrópoli no cumplió con el pacto tácito que siguió a la
territorio rioplatense, conocido como la Junta C'Jraude, atento al eleva- incorpuración de estas provincias a la Corona de Castilla. En efecto, aqué-
do número de miembros que compmúan este órgano ejecutivo. llas quedaron obligadas a contribuir a la Metrópoli con tul<\ porción de
sus frutos territoriales, y ésta a dispensarles su protección en resarci-
383. Muy lentamente comenzó a elaborarse la idea de que las provin- miento del derecho de dividir su cosecha. Pero Espaúa, potencia pro-
cias rioplatenses constituían un verdadero Estado, y allllque no estuvie- tectora, liD puede ctm1plir con lo pactado y deja a estas ProvÍlKias ca-
ra expuesta la doctrina de la independencia absoluta, se admitía al me- rentes de socorros prontos y efectivos. Ha perdido sus derechos, está'
nos el derecho de las provincias a ejercer el gobiemo propio y am1la roto d pacw que la múa a América. Luego ésta entra en posesión de
posibilidad de modificar los vú1cttlos existentes con la Corona. todos los derechos convenientes para atender pur sí a su seguridad."
.MARIANO MoRENO decía, en noviembre de 1810, en uuo de sus princi- Hemos destacado en las precedentes transcripciones algttnas palabras o
pales artículos publicados en la Gazeta de Buetws Aires: "Separado Fer- expresiones fimdamentales. Según se advierte, tanto MoRENO como
nillldo VII de su reiuo e imposibilitado de ejercer el supremo imperio FuNES expmúau una verdadera teoría política dd nuevo Estado, a través
que es inherente a la corona; disuelta la Junta Ceutral, a qtúen el reÍliD de la cual se refmuaba la retroversión al pueblo de la autoridad y la
había constituido para llenar la falta de ¡¡u monarca; suspenso el recono- posibilidad de éste de fijar nuevas modalidades al gobernante por me-
cinúeuto del Consejo de Regencia por no haber manifestado tiutlos dio de una constitución (§ 396).
legítimos de su inauguración, ¿quién es el supremo Jefe de estas provin-
cias, el que vela sobre los demás, el que concentra las relacioues fimda-
rueutales del pacto social, y el que ejecuta los altos derechos de la sobe- Hacia la declaración de la independencia <')
ranía del pueblo? El Congreso debe nombrarlo. Si la elección recayese
en el Consejo de Regencia, entraría éste al pleno goce de las facultades 384. La fidelidad a FERNANDO VII, jurada por la Juuta de Mayo y
que la Junta Central ha ejercido; si recae eu alguna persona de la real mantenida a través de los siguientes gobiemos, no implicaba necesaria-
farnilia, sería un verdadero regeute del Reiuo; si se prefiere el ejemplo mente Ulla sunúsión absoluta al monarca cautivo. Es así con10, a partir
que la Espaúa núsma nos ha dado, liD querieudo regentes, siuo una de los sucesos de mayo de 1810, pudo advertirse claramente que, apar·
asocia ció u de hombres patriotas con la denominación de Junta Central, te de los móviles del movinúento, los patriotas coincidían en reclamar y
ella será el supremo jefe de estas provincias y ejercerá sobre ellas, duran- ejercer el gobierno propio, que hasta entonces se les había negado. Awl-
te la ausencia del Rey; los derechos de sus personas con las extensiones que cou matices, esta actitud 110 era euterameute novedosa, pues, como
o lllnitaciones que los pueblos le prefijan eu su institución. La autori- consecueucia de las ideas dornina.utes, la autoridad del rey; ;tunque ve-
dad dd monarca retrovertió a los puebWs por el cautiverio del Rey; pueden> nerada y respetada, aparecía ya en la propia EspaÍla sustanciahuente
pues, aquéllos 1n1Jdijicaria o sujetarla a la forma que mds le agrade, en el recortada (§ 357). El absolutisnro nro11.árqtúco, tal conro había sido
acto de encomendarla a tmnuevo representante; éste no tiene derecl10 practicado hasta la abdicación de CARLOS IV, era repudiado vivatnente y
algtulo porque hasta ahora liD se ha celebrado con él ningún pacto SO* jamás se aceptaría restaurarlo en Arnérica. FERNANDO V1I constittúa, en
cía!; el acto de establecerlo, es el de fijarle las condiciones que conveu* cambio, una gran esperanza, :fimdada en que bajo su reinado sería posi-
gau al instituyente, y esta obra es la que llama constitución del estado».
A su vez, el deán GREGORIO FUNES (13 de diciembre de 1810), afirma-
(2) Además de Ll bi.bliografh1 citada ene! punto anrel'ior, JoaGE CoMADaÁN Rt11z, Notas p!Va un
ba que se podía y debía dictar una constitución que redujese a sus justos estudio sobre ftdalismc, reformismo y separatismo en el Riode la Plata (1808-1816), C.C.I.H.A., t. l;
lúnites el poder del rey; y que para ello liD era necesario 1Ú el consenti- BONlfhClO na CARRil., De la fidelidad a fmtando VIl a la lndepmfknr:.ia 1819-1816, diario La
núento de éste 1ú el de la totalidad de la nación espafrola de la que Nación, Buenos Ail'l:$, 6 de julio de 19!18: B. DEL CA!I.RIL, La dedanu:.irin de la Indtpmdeni:.ia,
Buenos AU..,s, 1966; ENRIQUE o¡¡ GM-'DJA,Hi.storia de las ideas politicas m Awentina, r. V, Las ideas
fonuabau parte. Lo prllnero, porque en el pueblo residía el derecho de politir:as de la independen~ia americana, Bueno; Ailc:s, 1968; UoNC!o GUINEU.O. Hi.Jtwia del
soberatúa inalterable. Lo segundo, porque nada se podía esperar de '\m Congreso de Thcmntin, Buenos All-es, 1966; FEDERICO bsARGUREN,Las etapas dtM!:ry<J y el ~erdadero
cuerpo desorganizado, lleno de facciones y la mayor parte bajo el yugo Morena. Buenos Aires, 1963; jost LEóN SVJÍllEZ, Carácter de la R.tro/m;W/1 am¡:ri¡;ana. Un niUI'()
punto de ~im:¡ mis verd&ir::ro y justo sobre la indepcnrf.er~<:.ia hispanaamericana, (en;c:n edición, Buenos
de tm extraujero". Pero agregaba: "Y atm advirtiendo la integridad de Aires, 1917; FRWCISCO EOUA!I.OO T!Uo"SSO, El dt:tuho de la Rtnroluci6n en la emanciptuión americana,
EspaÍla, no tiene derecho a que estas Provincias \.e consulten sobre su Buenos Aires, 1961.

306
'"
.MANUAL DE HISTORIA DB LA$ 1NS1TI'UC10NIJS ARGil"'TlNAS HACIA LA DllOLARAOlÓN DE LA INDEi'llNDllNOlll.

ble efectuar lllta renovación de la alicaída Monarquía, dando llUevas derrotas de las armas patriotas en Vilcapugio y Ayohuma (14 de no-
bases políticas, sociales y económicas. viembre de 1813), la vuelta al trono de FERNANDO VII (marzo de 1814),
]m~to a estas ideas también bullían y circulaban las que estimaban nece- la condena y persecttción del brote liberal y la orden de redoblar. la
sano obtener la toral emancipación de Espa.íia, y establecer, bajo los represión del movimiento americano, detuvieron el ímpen1 revolucto-
postulado.<> .liberales, .Ya tma monarquía constitucional 0 ya tuta repúbli- nario. Hasta se itltentó entonces tul acercamiento con la Corona espa-
ca, ambas 111dependientes. Esta tendencia tuvo por propulsores a los ñola pru:a buscar alguna solución monárquica para el Río de la Plata.
hombres más típicamente revolucionarios (MARIANo MORENO, BERNAR- No obstante, la Asamblea de 1813 dictó medidas que, sit1 llegar a la
DO DE ~oNTEAGUDo, en m;: otros) y fue particularmente impulsada por declaración de la itulepetldencia, evidenciaron ruta inclinación separa-
la Logta Lautaro y la Sociedad Patriótica. Así, MoNTEAGUDO decía en tista. Así declaró que residía en ella la representación y el ej~icio de la
abril de 1812; ''Sería tul insulto a la dignidad del pueblo americano, d soberanía de las Provittcias U1Udas, suprimiéndose la menCion del mo-
probar que debemos ser independientes: éste es tul principio sanciona- narca cautivo; adopto el hinmo patrio; dispuso la it1depetldencia ecle-
do por.la na~rraleu y reconocido solenuleffiente por el gran consejo de siástica de los superiores residentes en Espai\a (§ 660), aparte de las
las ltactones unparciales. El (Ulico problema que ahora se ventila, es si otras importantes y conocidas medidas de retlOVación institucional(§§
convenga declaramos independientes, es decir, si convenga declarar que 617, 621, 622, 624, 627 y 628).
estamos en la justa posesión de nuestros derechos."
En un manifiesto de la Sociedad Patriótica deiS de noviembre de 1812 386. En el Congreso General Constin¡ymte remUdo en 1816 etl Tucu-
se expresaba que: " ... el único arbitrio capaz de fijar d destit10 de 1~ mán, volvió a plantearse el problema. de la itldependet~cia., Y aunque el
pueblos es la declaración de la independencia en la Asamblea General tema era principalísimo, no fue constderado etl los pruneros meses ~e
exn·aordinaria". labor. La urgenre adopción de tm temperatnento al respecto se haCia
necesaria para fimdamet1tar el plan militar destina~o ~ ab~tir a los re~­
385. La A:>am?~ea, r~Uda en 1813, parecía estar decidida a adoptar listas, sobre todo tenietldo etl cuenta que el operanvo mdtcado excedta
esa derenruttacton, habiendo empezado sus sesiones con un franco es- los límites de las provincias rioplarenses.
píritu separatista. Se decía, por ejemplo, d 28 de abril: "Todos hemos El verd<ldero platlteo de la emancipación fue expues~o por JosÉ DE SA.lo.J
j~rado s:r itxlepe:ldientes". Sin embargo, algunos diputados del it1te- MARTlJ..! en la carta dirigida a su amigo el congreslSta ToMAs GoDOY
nor habr.m renbtdo de sus matldantes instmcciones restrictivas. Por CRL'Z ittstando al Congreso para que declarase la it1dependenda:
ejemplo, l~s de Tucumán contenían la siguiente indicación: "Los dipu- "¿~ta cuátuio esperamos declarar nuestra itulependenci~? ¿No lepa-
tad~ de mngw.~ manera consientatl en la detennit1ación de indepen- rece t11ta cosa bien ridícula acuíur moneda, tener pabellon y cucarda
dencia, 9u~ a mas de ser prematura, nos tnl.ení un torrente de males y nacimhll y por último hacer la guen·a al gob~·no de quien en el día S<;
contr~dtcctOlteS, pues no es llegado el tiempo hasta vemos libres de cree depetldemos? ¿Qué nos falta, más que dectrlo? Por .Otra parte, ¿q~e
enenu~~ exteriores y con un ingente erario paril los inmensos gastos relaciones podremos emprender cuatldo estamos a pupilo, y los enenn-
que ocastone tUl pie de Ejército respetable cap-Az de hacer frente a cual- gos (con mucha razón) nos tratan de ittsttrgetltes, pues nos declaramos
quiera Potencia Exn_.anjera que tome por pretexto la itldependeucia para vasallos? Esté Vd. segw.u que nadie nos auxiliará en tal situación: Por
declar.tnlOS la guerra". otra parte, el sistema gru.uría ~ 50 por ciet1to con tal paso. iAt~o!
La idea de it1dependencia, aunque estimulada desde antes de 1810 por Que para los hombres de coraJe se lun hecho las empresas. Ve~nos
agentes británicos, debía ser, segím estos emisarios, manejada eon cau· dar nU amigo: si no se hace, el Congreso es nulo etl todas sus partes,
tela de acuerdo con los v.úvet1es de la diplomacia y de la guerra europea, por~e reasumietldo éste la sober.uúa, ~s una usurr:tci~n que se hace al
de manera qU: pat:a muchos, c?mo decía MoNTEAGUDo, era m1 proble- que se cree verdadero soberano, es dectr a Fen1a11d1to.
~ de convemetlcta u oporttuudad y no algo que a(m estaba por discu-
tJne. 387. El Congreso, luego de it1tensas discusiones, dio, po: f~ la Decla-
Esa razón de conveniencia parece que obró de tal manera en el ánimo ración de Indepetldencia e19 de julio de 1816 en estos te~1os: .
de ~os as~ble~,cas. que los obligó a postergar la ansiada declaración. La "Nos los representantes de las Provincias U tUdas en Su~aménca .reum-
delicada Sttuacton 111terna, tat1to militar como política, agravada por Jas dos en Congreso General, invocando el Eten10 que prestde al Umverso,

308 309
1\.iANVAL DB ffisTOlUA DB LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS IlA.CJA LA DECLARACIÓN Oll LA JNOI!PllNOllNCIA

en el nombre y por la autoridad de los Pueblos que representamos, fue "a semejanza de las de Esp.úu ( ... ) provisoria y a 110mbre del cauti-
protestando al Cielo, a las naciones y hombres todos del globo la justi- vo rey FERNANDO", y constituía tUl paso "marcado con sellos indelebles
cia que regla nuestros votos: declaramos solemnemente a la faz de la de fidelidad y atllor". A contimución agregaba: "El nombre de FER-
tierra, que es voltmtad tmánime e indubitable de estas Provincias rom- NA"<DO DE BoRBÓN precedía en todos los decretos de gobierno y enca-
per los violentos vínculos que las ligaban a los reyes de Espafw., recupe- bezaba sus despachos. El pabellón español tremolaba en nuestros bu-
rar los derechos de que fueron despojados e investirse del alto carácter ques y servía para inflamar nuestros soldados. Las provincias, viéndose
de una nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores eutma especie de o.tfandad por la dispersión del gobierno nacional, por
y metrópoli. Quedan en consecuencia de hecho y de derecho con am- la falta de otro legítimo y capaz de responsabilidad, y por la conq1-ústa
plio y pleno poder para darse las formas que exija la justicia, e impere el de casi toda la metrópoli, se habían levantado tlll Argos, que velase
ct'unulo de sus actuales circunstancias. Todas y cada tma de ellas así lo sobre su seguridad y las conservase intactas para presentarse al cautivo
publican, declaran y ratifican, comprometieudo por nuestro medio al rey, si recuperaba su libertad."
nunplimiento y sostén de esta su voluntad, bajo del seguro y gan.ntía Se lamentaba luego de las violentas represiones de los realistas, pero
de sus vidas, haberes y fama. Comtuúquese a quienes corresponda para más at'm de la "ingratitud" del monarca al ser restituido al trono, que
su publicación y en obsequio del respeto que se debe a las naciones, "no ha querido oír nuestras quejas, ni admitir nuestras súplicas", decla-
detállense entm Manifiesto los gravísimos fundamentos impulsivos de rando "crimen de estado la pretensión de formamos mta constitución.,
esta solemne declaración". para que nos gobernase fuera de los alcances de un poder divinizado,
La Declaración-redactada sobre el modelo de la declaración de la inde- arbitrario y tiránico bajo el cual habíamos yacido tres siglos ... ". Y agre-
pendencia de los Estados Unidos- ofrecía tUl doble significado jurídi- gaba: ''Nosotros impelidos por los españoles y su rey nos hemos cons-
co: como documento de naturaleza internacional, era el ptmto de parti- tituido independientes y nos hemos aparejado a nuestra defensa mnrral.
da de un nuevo Estado soberano y desde el ptmto de vista interno, contra los estragos de la tira.túa con nuestro honor, con nuestras vidas y
constituía llll verdadero pacto de tulión entre los pueblos rioplatenses, haciendas."
el primer pacto de cohesión sobre el cual se apoyaría el andamiaje poli- La significación de este docmnento está dada por el hecho de constituir
rico y constitucionaL la justificación oficial de la independencia, redactado y suscripto por
Desde el punto de vista político, representaba el paso previo y necesario testigos directos o indirectos de los sucesos que había.tt ocurrido en los
para llevar a cabo la ofensiva militar a otras regiones, concretada en la años anteriores, y cua.t1do ya no era necesario guardar ni.ngt'Ul secreto o
magna empresa de SA."< MARTíN. aparentar lo que no se sentía.
Esta Declaración fue en todo tiempo observada como la base constitu-
tiva de las provincias lioplatenses, pese a que no concurrieron al Con- 389. La trayectoria de la idea emancipadora entre 1810 y 1816 ha
greso los diputados de la Banda Oriental, Santa Fe, Entre Ríos, Co- motivado que nuestros historiadores hayan tratado de determinar
rrientes y Paraguay. los verdaderos móviles del movimiento de mayo y de explicar cómo
se llegó desde tlll acto oficial de fidelidad al rey hasta la absoluta
388. El manifiesto a que aludía la Declaración transcripta fue materia emancipación. Para algtmos, el móvil del movimiento de 1810 fue la
de preocupación por parte de los congresistas, y luego de desecharse independencia, respondía a una idea elaborada durante los años au-
algtmos proyectos, se expidió el25 de octubre de 1817 bajo el largo teriores y los sucesos de España fueron sólo la oportmlidad buscada
título de Manifiesto que hace a las NacWnes el Co11[Jreso General Constitu- para adoptar esa deterrnitw.ción. Como no era conveniente hacer
yente de las Provincias Unidas en Sud América, sobre el tratamientfJ y cruel- pública la idea separatista desde un principio, el25 de mayo la Junta
dades que han sufrido de los españoles, y motivado la declaración de su inde- juró fidelidad al monarca que empezó a ser abandonada ya a fines de
pendencia. Más que razones juridicas, el douuuento expresaba hechos 1810. Esta es la posición clásica, sustentada, entre otros, por BaRTO·
justificativos de la actitud adoptada, abundando en mta literatura con- LOMÉ MITRE, VICENTE E LóPEZ, RICARDO LEVENE y CARLOS A. PUE-
denatoria de la acción colonial espaí10la. Pero donde se revela su máxi- YRREDÓN. Estudios posteriores han puesto énfasis en que la invoca-
mo iuterés es en la iuterprctación que realizaba del proceso que condujo ción de FERNAt'IDO VII apareció como una imposición de los britá-
<1 la emancipación. Deda que el establecimiento de la J llllta de Mayo tllcos, aliados entonces de España, para poder comerciar libremente

310 311
fu CARÁCTER CO!-<"TlNilNTAL DE LA LUCHA POR LA EMANCIPACIÓN
:MANUAL DE HISTORIA DE LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS

tan incierto como aquél, hayat1 trat1Sitado sucesivamente por vat·ias so-
con los puertos americanos. De tal modo, como dice PÉREZ GurL-
Hou, aquella "máscara" tanto servía para engañar al gobierno espa- luciones atttes de adoptar la defulltiva.
ñol, como para satisfacer los intereses ingleses.
Según otros autores, la Junta Pat.áa, al igual que las demás juntas penin-
sulares y americanas, se constituyó para ejercer el gobierno siucer.unen- El carácter continental de la lucha por la
te a nombre de FERNANDO VII, salvando a América de caer bajo la hege- emancipación (l)
monía napoleó11ica y con la esperanza de obtener con la restitución al
trono del monarca cautivo tma profi.mda renovación instirucional. Los 391 La Revolución de Mayo no puede ser comprendida cab:rnnente si
sucesos posteriores, entre los que cabe sella!ar la incomprensión por ~ rudia solamente referida a lo ocurrido en Buenos Aires en los
parte del monarca de este acto de fidelidad, llevaron a los patriotas a
2
'd~ e~ a 25 de mayo de 1810. Debe también entendérsela com? tUta
· · ' sudamertt:~ma
adoptar el camino de la independencia. Entre los autores emulados en
P
laS l
arte del proceso de la Revolución por a emanCipaCion . el
esta posición., atmque con diferencias de matices, pueden citarse a Bo- 1 , hasta l>1. defuUtiva derrota de las armas reahstas en
NlFACIO DEL CARRIL., EDBERTO ÜSCAR ACEVEDO, JoRGE CoMADRÁN RVIz, que se pro .ongo (1824) Esta Revolución constituyó la fase fula! de la
suelo amcncatlO · ba fj · de los
ENRIQUE DE GANDIA y FEDERICO lBARGUREN. FRAt'fCISCO E. TRUSsO sos- desintegración de la Monarquía hispánica y fue l>!. se ormanva
tiene., a su vez, que el movimiento de mayo fue dirigido precisamente Estados hispanoamericatlOS. . , d M·
contra quienes desconocían el pucto histórico que múa a la Corona di- No debemos cercenar nuestra visión y t;IlCerrar la Re.v,olucim~ e . ayo
rectamente con los reinos indiauos. De ahí que la fidelidad jurada a eu los límites del virreütato, sin advertu: s~ proyecclOn .contme:n~ en
FERNANDO sólo desapareció cuando el monarca restaurado al trono re- .ón con movimientos atl.Ílogos ocurndos en las oo:~ provulCt~s y
con= B , M'· S nagodeChile
chazó a los patriotas, con lo que, quebrado el pacto, nació el derecho a ciudades, especialmente Caracas, agota, extec;> Y an . d
la revolución emancipadora. E tos movimientos al igual que el de Buenos Aires, desconOCIClúll
También hay quienes se han encargado de puntualizar la identidad de s · de Regencia reasumiCinn la sobetaJ.Úa, destintyendo a las au-
Co nseJ 0 ' · d · d re ervar los
miras entre los liberales peninsulares y americanos contra el absolutis- toridades existentes y constintyeron ;untas, es~na as a p . s .
mo monárquico (Juuo V. GoNzALEz, ENRIQlJE DE GANDIA, entre otros), derechos de FERNANDO VII, a quien jm·aron fidelidad. Esta~ Jtm~s a~­
considerat1do al movimiento de mayo como mu reacción liberal contra mieron ues rovisiotWmente el poder s~pre~o en. sus respecnv~ JU~
ese despotismo (JasE LEÓN SuAREz). _, __.~. ·!nes La actitud adoptada desperto reslStencias en las auton~a
flM.IICCl · 6 · unperan
· .. te en la penm-
des espat1olas en razón de apat·tarse de la t ·'meamir
390. En pocos problemas historiográficos se puede sostener, como en sula desencadenó poco después la represton Itar. ~
éste, que las diversas tesis expuestas, apoyadas en convincente docu- N yrosperó en América la tesis predominante en Espatla de qu~ todas
mentación, son exactas, al menos parcialmente. laso p · · y reinos de la Monarquía constinúatllll'la com1.nuda~ (§
No puede negarse que antes de 1810 habí.t un grupo de patriotas con 35
d
re~c~bio, se impuso en la práctica la división en tantas u~uda­
y~o grandes divisiones administrativas había en el vasto :ontrnen-
ideas de independencia, que hubo conatos subversivos y planes dirigi-
dos a ese fin, y que muchos de los que así pensabat1 ruvieron directa o e,;Ellcoo sin ,.,..nnicio de que las vicisintdes de la época las ~cularan
te. , r-r- al ' ti de muan entre
indirecta participación en el movimiento de mayo. Tampoco puede ne- estrechamente y de que se proyectase 1uego guu po
garse que otros juraron sinceramente fidelidad a FERNANDO VII y de- ella'(§ 395).
searon su vuelta al trono para restituirle el gobierno efectivo de estas
comarcas.
· ·• 1 ~ ......!..en pmvección contiuen-
392. La guerra por la ClnatlciraCion se p at............. . , ; .-: ista No
Pero tatnbiéu existieron quienes se inclinaban por tm distinto tipo de tal, de la misma manera que se esbozaba la represton mihtar r~alnfo. at·-
gobierno, de estructura liberal, con el amado rey cautivo o sin él. El era pos1'ble m. para
. tulos ru· r
n,fa
- otros conformarse con un tnu P
sello indeleble de esta tendencia ha quedado en documentos y disposi-
cioues de los primeros años revolucionarios, en los que se siguió celosa-
mente el pensamiento de los liberales peninsulares. N o constituiría tlll<l
sorpresa hallarnos, por último, con quien o quienes, en un momento

313
ldANc<~.L DE HlSTORl<l. DE LAS lNSTITtJCIONBS AROENTINAS EL CARÁCTER CONTINENTAL DE LA LUCHA POR U EMII.N(;!PII.CIÓN

cial, ni detener la marcha de los ejércitos en algtu1o de los límites adnú· pérdida de Montevideo, que originó el cambio de destino del ejército
1ústrativos del convulsionado continente. Cada región rebelde sabía de MoRILLO, por carecer de zonas adictas que apoyasen su ofensiva, y
positivamente que la suerte de su veciuo era la suya propia. luego con la preparación del ejército patriota en Mendoza, con fiues
En el Río de la Plata, esta visión de la Revolución fue desannllada por ~efensivos al principio, pero ~espués de varios aÍlOS de adiestranúento,
la Logia Lautaro y tuvo su más eficiente realizador eu }ost DE SAN hsto para emprender la ofensiVa.
.MARTÍN, cuya llegada al país dio nuevo impulso a la idea separatista, Si bieu las perspectivas favorables inmediatas en el Río de la Plata se
especialmente proyectada en el. objetivo núlitar. perdieron para los realistas, en cambio, el éxito acompañó a la expedi-
Los planes de operativos núlitares mostraban dos puntos clave en po- ción de MORILLO en Caracas, con lo que sucumbieron todos los levau·
der de los realistas: Montevideo y el Perú. Este último era el más ünpor- tamientos rebeldes, a excepción del rioplatense, que astmúó entonces
taute foco) donde no había estallado movimiento algmto, y sólo se in- tw papel decisivo en la lucha emancipadora.
dinaría a la causa patriota con la eutrada de las fuerzas argentinas y
chilenas. De esta mauera, el frente bélico en el norte del territorio vi- 394. En este momento cmria~ SAN MARTÍN, desde Cuyo, donde conti-
rreiual se constituyó en constante preocupación para ambos bandos, y muba preparando su ejército, instaba a los congresistas de Tucrunán
la ruta del Desaguadero file escenario de triunfos y derrotas para los p-ara que declarasen la independencia(§ 386), la que efectivamente se
ejércitos. Mientras unos pretendíau avanzar por ella hacia el sur para hizo en nombre de las "'Províucias Utúdas en Sudunérica", lo que ha
unir el foco peruano con el montevideano, los patriotas, a su vez, inten- permitido a algunos autores seíular la conconút.mcia entre este acto y
taban marchar victoriosos hacia Lima. Por fm, convencidos los ameri- el plan operativo samnartúúano. Lo cierto es que éste fite, tal vez, el
canos de las dificnltades insalvables que ofrecía esta peligrosa ruta, cam- momento culminante en el que el espíritu americ.uústa impregnó el
biaron de estrategia en la zona, fortificaron Tuctunán y se limitaron a movimiento rioplatense.
111<111tener las fronteras, impidiendo y desaleutando el avance rival con A principios de 1817 se llúció un..1. uueva y defnútiva acción militar,
uua Unplacable guerra de guerrillas, tarea cumplida eficazmente por los encabezada por SAN MARTÍN, destituda a aniquilar el dominio realista.
gauchos de MARTÍN GÜEM.ES. La plaza de Montevideo, a su vez, file Restablecida la causa americana en Chile con el concurso de las fuerzas
posible arraucarla del domllúo realista ~acias a la habilidad y temeri- aliadas, la empresa culminó en 1821 con la toma del foco realista en el
dad del joven y ambicioso núlitar CARLOS MARiA DE Ar.VEAR. Perti, que sólo cedió aute la presión núlitar ejercida por poderosas fuer-
Desechada la ruta del Desaguadero, fue preciso elegir otra más adecuada zas armadas. De esta manera se aseguró la independencia del sur del
para llegar victoriosamente al Perú, habiéndose optado por tlll plan continente. Sllnultáne.unente, SIMóN BoLívAR derrotó a los Tealistas en
combi.uado por mar y tierra, vía Chile. El proyecto sufrió un duro con- el norte del continente, disipando los ten1ores que at'm restaban.
traste en1814, cuando la causa am.ericana sucmnbió en Rancagua (Chile)
y obligó a los jefes delmovinúento trasandino a refitgiarse eu Mendoza. 395. Este exitoso operativo núlitar no se extendió a la orgaiúzacióu
De esta manera se hizo más duro y costoso el plau coucebido, pero nada política. No se pudo mautener la contiuuidad de 111u política contitlen-
de eso desanllnó a los propulsores. En e1b se empeñó todo el afán de tal, la que naufragó aute brotes localistas aparecidos o reavivados cuan·
SAN MARTÍN, cuya designación como gobernador intendente de Cuyo do la causa emaucipadora se encontraba militannente triunfante. En el
estuvo dirigida a modelar en esa región el ejército capaz de efectivizar el Río de la Plata, ese plau empez6 a ser desgastado apenas el peligro
plau aceptado. realista llunediato fue despejado con los triunfos patriotas en Chile, al
pU11to que las luchas Í11ternas entre centralistas y federalistas, y los pro·
393. Mientras tanto, los realistas habían elaborado su estrategia de re- blemas de la frontera lu')if:alu, obligarou a desatender el operativo núli-
presión, también sobre bases continentales. La victoria en Chile abría la tar continental. Es decir que, superado el momento crítico que fue el de
posibilidad de 1m ataque conjtulto sobre el Río de la Plata por tres más estrecha couexión entre el plan núlitar y el político, se disiparon las
diferentes freutes: el cruce de la cordillera, el avance por la ruta norteíu posibilidades reales de una 111úón americaiu, al menos con la participa-
y el apoyo de. m1 poderoso ejército, al mando del general PABLO MoRI- ción rioplatel1Se. Las tentativas persistieron, empero, 1m tiempo más,
LLO, que se aprestaba a partir de la penúmlla con destiuo al Río de la en otras regiones del contiuente.
Plata. Este inmejorable panorama para los realistas se desdibujó con la La idea de la tul.ióu sudamericana tuvo diversas expresiones. Mientras

'"
M:ANUAL DE .HrSTORJA D.ll LAS lNSTITtJCIONBS AlWENT!NhS

algm1os la limitaban a una alianz mil' d . -


el enemigo comlm otros a ltar esnnada a la defensa contra
lt • • • se apresuraron a hablar de tma · . ·,
pouttca contme.nta1, ya mediante la ado ió d . otganlZa:cton
cot~la cons.ritución de un solo Estado, ~co~ e¡:~=~ .mon~ca, ya
:e:~::c~:~~~s agn1p~ada.Lo cierto es que la idea &:u~adest~~
Capítulo XIV
L:_ ' a y practtca por cada uno a su bt , .
lntetuos.unente su realización desde 1810 manera, ISCO m-
RoZAS y ]UA.."< EG.I\ÑA le di . puls ' en q~e ]UA.N" MARTíNEz DE
esfuerzos de BoLÍVAR al rew.~:n~826 loCoen Chile, hasta los últimos
Pes . ' ¡:_ e ngreso de Panamá El constitucionalismo.
e lU Jracaso de estas tentativas el mo · · . . ·
fraternidad sudamericano estuv ' Vlnllen:o de sohdandad y con- Los derechos y deberes de las personas .
.d . ., o presente no solo en la guerr· ·
pa oca, smo tambten en la orgarúzación de cad d 1 ~ ematlct-
enla formación de una sociedad politic· . te a ~111~, de os stados, y
ce,~ y aspiraciones. a Ul mactolw_ e comtmes raí- El constitucionalismo (11
396. El vocablo constitución designaba antiguamente el conjtmto de
leyes fundamentales consagradas por la tradición. También bajo ese tér-
mino se solía designar la estrncuua política del Estado. Pero a fines del
siglo XVIII empezó a difundirse tuta nueva acepción, que pronto des·
plazó las indicadas y se convirtió en tulil de las fuentes más importantes
del derecho moderno. Para esta nueva concepción, la const~·tucidn era el
conjtmto de principios o leyes supremas de la organización política es-
tablecidos racionalmente, por escrito y en forma sistemática, sanciona-
das de tuta vez por tul cuerpo legislativo o constituyente en ejercicio del
poder soberano de la Nación. A dicho ordenamiento supremo debía
someterse la actividad legislativa ordinaria y el desenvolvimiento de las
autoridades y de los ciudadanos, sin posibilidad de que las leyes u otras
nonru.s jurídicas lo contradijese.
La adopción de este sistema constiUtcional fue tuu creación contra el
absolutismo monárquico, y aunque se fundaba en presupuestos concre-

(1) A:R!OSTO D. GoNZÁLEZ,LM primeras fórmulas tonstitutionaks en los paím del Plata (1810·
1814), nueva edición, MontevideO; 1962; }UAN A. GoNzÁLEZ C!J.DERÓN, Derecho Comrituáonal
Argmtino, HistrH'ia, tearía y jurisprodtntia de la Constitución, tei-cen edición, r.I, Buenos
Aires, 1930; Al!EURDO Ln'M>GI, Espiritu del c~mstiruáunalimw argentino de la primera mitad
del sigla XIX, R.H.D., N" 9, 1981; SEGUNDO V. LlN-<1-RES QUINTANA, 'noria e historia
constitudmw:tl, Buenos Aires,l958; Jo sil Al\M.A."'DO Sreo Vn..ul.liA, Fuenw de lt! Cwm:iruci6n
A71]tntina, Buenos Aires, 1943; CARLO> S.A. SEGRETI, La C~m>tituáón de 1819 (ApwW para
su estudio) en I.E. 11" 36, 1987; R!CI>RDO ZoRRAQU!N BEcú, El pr(h!e>o umsritucional d<1815 a
1819, R.I.H.D.,N° 17,1966.
(la) BERNARD!No BRAvo illA, Entre dos comtirucion.r, histórh·a y escrita- Sr:htinkonstiturionalúmus
en Bpaiia, Purtugal e Hispanoamtrica en Q.F., n~ 27, 1998; Al:..E¡ANDRO GvZMÁN BR!TO, El
vocabufanO hütórico para la idea de c!mStirud6n politica en R.E.H.J., XXIX, 2002; DAFonO P:Él\EZ
Gm!.HOu,Ptnsami.nta poUtiwy proyectos t011stirucionak$ (1810.1880) en N.H.N.A., •· V, (a p. 17;
Ml.ll.iA CRJSTINA SEGHESSO DE I.ónz Av.GÓN,Prinurr crmrtitudOilaiismo U1'Uj]Utr/l) y marco riopWmst
(1826·1830) en R.H.D., n" 28. 2000.

"'
MA.Nl.'aL DE HISTORia Dll U.S lNSTITl.!C!ONES ARGENTINaS EL CONST!Tl'C!ONaLISMO

tos y mode111os, no se dejó de iuvocar en España, por ejemplo, a los territ?rio: De ~la coexistencia de constituciones proviuciales y de 1wa
antiguos fueros y limitaciones al poder del rey. cor~stltltetón tlano_n~l, lo que obligó a una cuidadosa ordenación iusti-
~ctonal que perm~nera la ~sn:ucia, sin iuterfereucias, de dos jurisdic·
397. La constitución podía darse tanto en los gobiernos monárquicos ctones sobre lWtlUSnto tetTttono.
como culos republicanos. Mientras en los Estados Unidos ( 1787) y eu
Francia (1791) los ensayos constitucionales seúalaron la aparición de 399. ~lll? la aparición del cot1Stitlteionalismo respondió a la necesi-
nuevas estmcturas políticas, eu cambio, en "Bspaúa, la Constitución de dad d: ~urutar los absolutos poderes derivados de la monarquía de ori-
Cádiz de 1812 (§ 357) y algtmos otros ellSayos posteriores evidenciaron !?ien dt~lll? (§ 167), es n~~nal que esta tendencia haya sido tlltida con el
la compatibilidad del régimen monárquico con el nuevo inst11.mrento h.ber_alismo y qne la sa.:tctou de lllla constitnción fonnal fuera el impres-
político. Así, el Estado moderno conoció la república constitucional o cmdible ptmto ~e p~t:tda para la orgallizacióu política. No se concebía,
la monarquía cOtlStitucional, fórmulas distintas, pero ambas reguladas pues, tu~ c~tlStltllcton para exteud~r los poderes del rey, sino que esa
por este instnunento, juzgado por entonces como insustituible. palabra stgmficab.a, por antonomasta, la linlltación de las atribuciones
Salvo escasas excepciones, la aplicación de este sistema ocasionó diver- d: la autoridad y la concesión de derechos y libertades a los súbditos 0
sas dificultades, debidas especiahnente a las luchas ideológicas en tomo cmdadanos. Así, la Declaración de Jos derechos del hombre y dd ciudadano
de su sanción y aplicación. En nuestro país, este aspecto estuvo princi- (Francia, 1789) decía: "Toda sociedad en la que la garantía de los dere-
palnrente referido a la divergencia entre tmitarios y federales para regu- c_hos no esci asegurada tllla separación de los poderes determinada 110
lar el gobieruo territorial de la Nación(§§ 440-441). tlette verdadera constitnción". '
La ronstitucWn podía ser modificada mediante tm procedinúento que la
misma establecía y que obligaba a veces a convocar a un cuerpo extraor- 400. ~u. el R~o de la ~lata, la elaboración de los etlSayos cOt1StiUtei011 a-
dinario o constitnyente. Pero en otras ocasiones, a falta de requisitos les reabtó la ulfluenna de las doctrinas en boga, la de la Constit:Hcióu
especiales, fueron los mismos órganos ordinarios de gobierno quienes federal de los Estados Unidos ( 1787), la de las co115 tituciones estadua-
proce..iierou a la reforma total o parcial de esas constituciones. les norteamericanas, la de los .text_os constitncionales de Francia (1791,
La estabilidad de las constituciones ha sido, en general, precaria, si se 1793 Y 17_95), la de las COtlStltunones venezolanas de 1811 y 1812, la
pretende que ellas fitesen ordenamientos permanentes destinados a re- ~e !a espanola de 1812, Jos que de fo~na directa o indirecta iuspiramn
gil: por mucho tiempo la vida jurídica de los pueblos y adaptables a las c~st to?os los proyec~os Y text?s sannouados eu la época. También se
trallSfonnaciones paulatiu.as de la sociedad. Así, países de cierta estabi- difundieron algunos hbros destu1ados a facilitar el conocimiento de esos
1
lidad social y política experimentaron desde principios del siglo XIX textos, como la obrita presentada por .M:ANUEL GARCiA DE 1A SERNA en
frecuentes modificaciones en sus ordenan.tientos cotlStituciouales. En la que se indtúa la traducción espa.úola de la CotlStitución federal de' los
cambio, tmestra organización cotlStitucional ofrece una cntenta etapa Estados Unidos, de ~gunas cotlStitltciones locales y de varios esnitos
de cuarenta aúos iniciales de lucha, pero, sancionad.~. en 1853la Consti- de ~OMAS PAINE relativos a temas políticos. Resulta tarea dificü seítalar
tución Nacional(§ 693), se obnwo tma llamativa estabilidad, al punto la dtrecta y exclusiva i.tilluencia de algtwos de esos textos sobre los nues-
que sn vigencia llega hasta nuestros días, luego de las reformas de 1860, ~ros, pu~s auu aquellos que hemos llleucionado reconocíau variadas
1866, 1957 y 1994, y con tlll solo breve lapso de derogación (1949- ulfluennas, corlfomtando tu1 complejo coujtmto de fi1entes ideológicas
1956). Cuando se sancionaron algnuos ÍllStnuneutos de este tipo, pero y legales.
de nua corta dmación ya prevista o por autoridades siu facultades para ABE~no LEVAGGI ~tiene que el espíritu del COtlStitucioualismo ar-
ello, se acosuunbró denonllnarlos estatutos o reglamentos, agregándose· gentrno dur~nte la p~~nera m~tad del siglo XIX. aparece COilStlStanciado
les a veces la palabra "'provisional". con la PI?Pta. tradtcton ~línea y con los modelos emopeos, siendo
escaso elulflu¡o norteamencano.
398. Esta forma de organización se extendió también a los estados o
proviucias iutegrantes de una confederación o de lUla federación, y de 40l.~Nu~tr~ evolución COtlStitnciot~ file muy precaria culos printe-
ahí que, como verem_os (§ 454), cada tilla de nuestras provincias optó ~ anos stgtu~tes ~ 1810. ~o sólo ulfluyó en ella la falta de experien-
por utilizar también ese modo de organización formal para su propio ua en la matena, ·'>lllO espenalmeute la dificultad de definir jm·ídica·
MANUAL Dll H!STOR1.11. Dll LAS fNSTITUClONES AaGJ'il'<"TINAS EL CONSTITUCIONALISMO

fl~ente ,la situ~ción de las provincias rioplatenses (§ 383), que ruante· y administración del F.stado (3 de diciembre de 1817), que mantetúa las
man am1 el VlllC:do c~mla Coron.a. No obstante ello, se aprecian algu- características formales del Estatuto. El Reglamento, como sn nombre lo
nos ensayos de mteres que COllV1e11e rep.tSar desde m1 ptmto de vista indica, estaba destinado a regir provisionalmente hasta la sanción de la
~·amente formal, pues en oporttulldad de ocupamos sobre cada ma- constimción defuUtiva, pero, dados los acontecimientos. posteri~n;s,
tena hemos de volver sobre los mismos para analizar su contetúdo. qued6 como {ullco reglamento nacional en algutl.tS matenas (adnmus-
El 22 de o~~bre de l8llla ]tmta Conservadora sancionó m1 Regla- tración de justicia, ejército, sistema electoral, ~ntre otras), lleg~nd~' a
mento provlSlonal, ?;eve, de s¿1o ~e,intisiete artículos, en el que se regia- ser invocado como tal hasta las vísperas de sannonarse la ConsuttlCion
mentaba la formac10n y la atnbtteion de los poderes del Estado hasta la de 1853.
remúóu ~el con~o constituyente. El Reglamento, que no fue del agra· El mismo Congreso completó su tarea con la sanción de m1a <:onstitu-
do d~ qmenes C:Jel~tan el pode: ejec.utivo, no llegó a aplicarse, y la Junta cWn en 1819, u·abajo lento y <tdecuado a las inciértas rer:pectwas polí-
füe disuelta. El mtsmo CJecuttvo dtctó el 22 de noviembre un Estatuto ticas, al pm1to que tanto podía aplicarse a tma monarqUla co:no a llllil
ProvisWnal de nueve artículos, destinado a detenninar sumari.ameute república. Vigente durante tm breve período en el ordennaCI~nal, fne
los poderes del Estado y sus atribuciones. combatida por los caudillos del interior, pero am1 desR~és de dtsolverse
La As~blea General. Constituyente (1813-1815), convocada para de- el Congreso y el Directorio en 1820, fi.¡e mvocada y utiliZada en algunas
clarar ~a mdependencu y .s~cion.ar una cmtstitución, no pudo cumplir provincias como texto legal en vi~r. .
con l~lll~l~ de esos ob¡ettvos. Con todo, hubo varios proyectos de Un nuevo Congreso General Consntuyente (1824-1827), ~uego de diC-
constltunon que la Asamblea no llegó a considerar. De los conocidos tar lUla ley fundamental el 23 d~ enero de 182~, .alcanzo después de
los dos más importantes fueron los preparados por la Sociedad Patrióti: prolongadas deliberaciones, sannonar ~124 ~e diCiembre de 1826mlil
ca:, en donde adquirían cierta resonancia las ideas revolucionarias de los nueva Constitución, que no entr6 en vtgenna al ser rechazada por las
Estad~ Unidos y Francia, y el de la comisión oficial, cuyo texto recibía provincias. . . .
especialmente la influencia de la constitución de Cádiz de 1812. Desde entonces, y pese a algunas tentattvas pos tenores, la Idea de alc~l­
La Asamblea, además de dictar algunas leyes de notable repercusión za.r lUla Constit-udón remedio íuUco y saludable para los males del patS,
(§§ 616, 617, 621, 622, 624, 627, 628 y 660) sancionó el27 de febre· como muchos la cot~ideraban., se fue esfumando ante la reacción anti-
ro de 1813 el Estatuto dado al Supremo Poder Ejecu#vo, que se limitaba a liberal que encarnó especialmente el gobema~or porteñ~ Ju&"l ~UEL
reglar ese poder del Estado(§ 421). DE RosAS (§ 478). Sólo en 1853, y tras la cuda del régunen rosista, la
El 5. d~ lThlyo de 1812 se dictó el Estatuto Pnwisionai para direccWn y Nación pudo tener mu duradera Constit~ón (§ 693), aunque los con-
admm~ación de!Estado. Fue sancionado por la llamada Junta de ob- tratiempos de la década inmediata estuvieron a pmltO de malograr este
servac.lOn, cuyos mtegrantes habían sido elegidos por el cabildo de Bue- esfucrzo (§§ 696-704).
nos Aires y un grupo de electores que representaban sólo a esta cittdad.
~j EstatutfJ era tm ordenamiento completo resumiendo el derecho polí- 402. A través de esta breve recorrida se puede advertir que en nuestro
tlco de la época. Contetúa no sólo lo relativo a la estmcnrración de los sistema se prefu::ió encmnendar a cuerpos ex~:raordin~ios -las asam-
poderes d~l Estado, sino también lo referente a los derechos y deberes bleas y congresos constituyentes -la tarea de dictar los UlS~1-m:;ntos de
de los habi~ltes. ~o obst~te .el ~ad.c~ múla~eral de su sanción y su tipo i.11Stitucional. Dos de ellos recibieron el título de ~nstttucwn (1819
muy. ~reve vtgencw., alcanzo Sig:nificaciOn nanonal, pues permitió la y 1826), con la pretensión de ser defuritivos. Los de1~1as ensayos, den~­
re:uuml del Congreso General Constin¡yente (1816-1820). Dado el minados estatutos o reglamentos- y algm1os de ellos diCtado~ por auton-
o:IgenJocal del órgano que~ dictó, se había establecido que tendría dades que ostentaban escasa representatividad -, sólo tuvterontm ca-
Vl~l~Ia, fi.Jcr:a de Buenos Aires, en l.as provincias que libremente lo rácter provisional.
admitleran. Sm embargo, no fue aceptado por las provincias. Fueron distintas las autoridades que convocaron a las asambleas Y cuer-
El Congreso remúdo en Tucumán modificó el Estatuto a fulCS de 1816 pos cmtstituyentes, y atmqne algunas d~ ellas n? representabau a _los
pero su~ reformas ~on observadas por el director supremo y; en con~ intereses generales, es cierto que la pos tenor remuÓ~l de los cuerpos con
secue~1Cia, no se publicaron. Sólo al año siguiente, y sobre la base del la debida representaci6n política sirvió para convalidar esas convocato·
antenor, el Congreso sancionó el Reglamento Provisorio para la directWn rías y darles la suficiente fuerza moral y jurídica. La Asamblea de 1813
.MMWAL DE HISTORIA DE LAS lNSTIT1.1C!ONES ARGENTINAS Los DERECHOS Y OEBBRllS O!l LAS PERSONAS

fue couvocada pot el llamado segwill.o ilimwirato; el Co~lgl~O d<:- 1~16 1826 aparecía curios<Uneute reglamentada la adrnitústración provinciaL
surgió ..:muo resultado del Estantto.de .1815 y de la C011SJ.gllleute 111\'lta~ El Estatuto de 1815 iba precedido de tul preámbulo y las cm1Stitudoues
dón porteña, aceptada por las pro~c1<1S; el <¿ngreso de 1826 n::s~n· de 1819 y de 1826, de sendos matúfiestos. La Constitución de 1853
dió a la iuvitacióu y la convocatona del gob1eruo de Bu~1os ,Aires, Y adoptó también un pre.Unbulo.
fmalmente el de 1853, fue obra del Acuerdo de San Ntcolas de los En curutto a la reforma de la Constitucióu, el Reglamento de 1817 y el
Arroyos (§' 690). El criterio del at."Uerdo comúu .o de la ~1:'i~ación acep- texto de las de 1819 y 1826 establecíru1 que estaba a cargo del mismo
tada se impuso en este tipo de asambleas, y tambtén se utihzo en ~gtmas Poder Legislativo declarar la necesidad de la reforma y considerar ésta.
otras que uo alcanzaron a concretarse, como el congreso federativo de
Córdoba (1821) o el propugnado por el pacto federal de 1831 (§ 476). 404. La Cm1Stitudón, como norma fiwdamental, condlciouaba la acti-
La Asamblea de 1813 proclamó que residía en ella "la representación Y vidad legislativa, pues las leyes y demás disposicioues que se dictasen
el ejercicio de la sober<UÚa de las Proviucias Unidas del Río de la Plata"· no podían contradecir los principios prodrunados en aquélla. Además,
También el Cougreso de 1816 entendió que poseía "la Soberatúa de los se establecían pcuas para Jo¡¡ que atentareu coutra la núsma, y así la de
pueblos" represeutados. Eu catnbio, el remúdo en1824 sólo se declaró 1819 prescribía que «todo el que atentare o prestare medios para aten·
cot1Stituyente. tar contra la presente Coustitudóu, será reputado ene11úgo del Estado y
Los órgauos constituyentes de 1813 y 1816 estaban factUt~dos ~:a castigado con todo el rigor de las penas hasta la de muerte y expatria-
dictar L1 Coi1Stintción, y a ella debían someterse los pueblos, Slll posibi- ción, segíwla gravedad de su crimeu". En parecidos ténniuos se expre-
lidad algtma de discutir, ratificar o rediazar la sru1ción. En cambio, el saba la de 1826.
Congreso Geueral de 1824, si bieu podía sanciouar la Constitución, Se establecía asinúsmo que los fiutcionru:ios civiles, militares y eclesiás-
debía ofreterla a la cm1Sideración de las provincias, y "uo será promul· ticos, así como los que redbieseu grados militares y literarios y asmuie-
gada ni establecida eu ellas hasta que haya sido aceptada" (art. 6°, Ley ren alg{lll cargo u oficio, debían prestar jttraJ.nento de observar y soste-
FundaUlental, 1825). ner la CoiJStitudóu (Constitución, 1819). Ta1ubién se dispotúa que fue-
403. En las cm1Stitucioues, los estatutos y los reglrunentos procurábase se jurada solenute.rnente en todo cl territorio (C'.AJnstitución, 1819 y 1826).
?e
recoger la doctrina política vigente, delineando cl cuadro los podere;;
del Estado su iutegración, elección, atribuciones y relactones entre s1,
así co1uo ei conjtmto.de fundatneutales derechos, garantías y de~;res ~e Los derechos y deberes de las personas (Z)
los ciudadauos y hab1ta.utes, El Estatuto de 1815 (218 arts. y 14 provi-
dencias generales"), el Reglamento de 1817 (271 arts. y 1~ "provideu- 405. Pese a que los derechos personales fueron expuestos en el Bitl of
cias geuerales"), la Constitución de 1819 (138 arts. y 12mas er~el apén- rights del Estado de Virginia (1776) y en otras constituciones locales de
dice) y la Constitución de 1826 (191 arts.) er<Utlos que pretendml ctml- los Estados Uuidos antes de 1789, la Revolución Francesa, en suDecla~
plir, al meuos fonnalmeute, con esa idea. Todos ellos te1Úat1 mayor
ración de Ws derechos del hombre y del ciudadaw, formuló uua más au1plia
uúm.ero de ru·tíndos que la Constitución de 1853 (107 arts.), am1 des-
y completa eutwciación de aquéllos. La Declaración fue incorporada en
pués de su refonna en 1860 (110 arts.). . .. la Cm1Stitución de ese país de 1791, y con algunas modificaciones se
Las materias toutenidas en estos ensayos constittiClOluies estabau dtVl- iucluyó t:.u:nbi61 en las sigtlientes constituciones de 1793 y 1795. Al·
didas en sectioues, y cada uua de éstas en capíttdos. ElB:ta~uto de 1815
cauzó rápida difitsión eu Europa y América, adopta1ill.o varias naciones
y el Reglamento de 1817 te1úau siete secci':mes, la C~nstttución de 1819,
seis y la de 1826 diez seccioues. Una secctón se dedi~aba atada uno de (2) Amo ARMAM:lo CocA,Lm dtrechm humanw en las estatutosy d(J{;umtntM poliricos que prew#v<m
los poderes del Estado, y las restantes estaban dedt~adas a trat:ar las a la decfarar;ión de la independenr:ia, C.CJ.H.A., t. V; SEGUNDO V. LINARES QUJNTANA, op. cit. en
1naterias que se cousiderabru1 propias d~ este ordenan~ento supen~r: la
no!:a ( 1) del "'~P· XIV; Di\lóY RIPOOAS hDANAZ, !Wonda cama foente del articulo de Moreno sobre la
libmad de ercribir, R.I.H.D.R.L., N" 13, 1%2.
dedru·acióu de los derechos de la Nacion y de los particulares, la elUda·
(la) DA\1D BusBNUL, fujimn and &a"ion in the Platine PrllPinw, 1810·1852, Florida, 1983;
da1úa, la seguridad individual y la libertad de in1prenta, la rel~?ón, la ARNotDo CwcuNJ:,EI tratado de 1825 Cl)tl]nglafm-a y la Ül!mad de ,utws en LE., n° 48, 1998;
refonua de la CoustittiCÍÓu. Algtutos ensayos agregaron tatnb1en otras Ü!I.ESTE C. CANSANElLO, Concentnwi.m de pod<m~> y garantfar indiridualer en Buen(}S Aires (1810·
materias, como el sistema electoral, el ejército y la marina, y en la de 1832) en R.H.D., n" 29, 2001, ÚR.ESTE CMLOS CA!'<'SAI'<ElLO, De slibditt:Jf a úm/Rdanos. Ensayo
wbrt /n.s libmadcs m 1m arfgmes re.publirunt:Jf. BuenmAim, 1810·1852, Buenos Aixes, 2003.

"'
AfANtJAL DE HiSTORlA Dll t...I.S lNSTITt!ClONES ARGENTINAS loS DIUUlCHOS Y DEBllllliS DE LAS Pl!IlSONAS

no sólo su contenido sustaucial, sino también el método de sistematiza- régimen. La libertad era uu derecho ?atttral. e impre~~iptible, superior
ción de esos derechos. a cualquier otro fundamenro de la VIda SOCial y pohttca, concebido en
Atmque con auterioridad a esa fecha Jos derechos personales no erau tul sentido amplio. La Declaración de 1789 la defuúa ~í: ,
desconocidos (§ 278), lo cierto es que la Declaración significó lllla no- "'La libertad cm1Siste en poder hacer todo lo que no d~1a a on:o; ,asi.' el
vedad en cuanto~ la emmciación precisa y conjllllta, por escrito, de esos ejercicio de los derechos natttrales d~ cada hombre no ?ene mas !mutes
derechos, consohdaudo algunas libertades e incmporaudo nuevos prin- que los que asegttratl a los otros rmembros de la sociedad el goc~ ,de
cipios a la vida institucional de los pueblos. estos mismos derechos". La libertad, pues, era lo nantral; la coaccion,
Unas son las ideas que aquí se exponen y otros son el tiemp<\ la forma mta excepción. A esta libertad. de las persm~as, se la ll~aba civil, ~ara
Y el alcauce de su aplicación. Aquellas marcan a fuego mm senda sobre distinguirla de la libertad políttca, que cotlSIStla en la mdependencta o
la cual se avat.lZÓ, pero a través de un largo proceso que ocupó, al me- libertad de la Nación.
nos, todo ~1 stglo xrx:-Los derechos políticos y civiles proclamados de Nuestros CI1Sayos cm1Stitucionales recogieron esa idea fimdamental. Con-
manera uruversal, tuVIeron una lenta y restringida aplicación, adaptán- siderada como "la facultad de obrar cada tulO a su arbitrio, siempre que
dose a las c:uacterísticas de las distiutas sociedades urbauas y rurales no viole las leyes, ni dañe los derechos de otro" (Estatuto de 1815 Y
q;te ~tuv1ero? ~ su composición fuertes y atTaigados elementos je- RJ¡glamento de 1817), la libertad civil se COI1Stittt~6 ~nl~ llave ~guiado­
rarqmcos y tradtciO.uales. ra de los derechos personales. De esta manera, mngun habitante del
Estado será obligado a hacer lo qu~ no manda la ley ,c~a y :Xpres~en­
406. Estas nuevas ideas comnovieron al muudo occidental en los días te, ni privado de lo que ella del rmsmo modo prohíbe ; y las acn?n~s
en que se p.~oducía la crisis de la Monarquía hispánica, y de alguna privadas de los hombres, que de ning{m modo ofenden .el orden publi-
manera graVItarou sobre espaííoles y americattos, enfrentados entonces co, ni perjudicatt a un tercero, están sólo reservadas a Dioo y exentas de
a la tarea de renovar la estrucnrra de la Nación(§§ 343-358). la autoridad de los magistrados" (Estatuto de 1815, Reglamento de 1817
No pretendemos seüalar las influencias directas de determinadas fnen- y Constitución de 1819 y 1826).
~ legales o ?~ctrinarias. Nos limitamos a advertir cómo esos priuci-
pios fheron raptdamente adoptados en nuestros textos constitucionales. 409. El ejercicio de la libertad civil autoriza~~ hablar, ;scribir ~ ~pri­
La enunciación de los derechos personales fue desde entonces conside- mir libremente, expresando cada tmo sus oprmones, ~m: las rehgto~as,
rada parte it1Sus~nll~le de ese o~enamiento superior. Si bieu algtulilS "en tanto que su manifestación no ntr?e el or?e~l ~mbhco establecidO
de nuestras cousntuciones no UlVIeron prácticamente vigencia es ittdis- por la ley" (Declaración, 1789). El Btll de Vu:guua expresa~a que la
cutible que estos derechos fueron desde eutonces aceptado~ tácita o libertad de prei1Sa era "uno de los grandes. baluartes ~~ la,libertad Y
expresamente, a través de disposiciones legislativas, reglamentos 0 esta- jamás puede ser restringida sino por tut gobterno desponco . .
tutos nacionales, y atíu de los textos COI1Stitucionales de las provitlCias. Nuestro decreto sobre libext:ad de imprenta (26 de octubre de 181~) dts~­
!Úa que ""todo hombre puede publicar s~ ide~ lib:emettte y Sl11 preVIa
407. ElBilJ de Vir~a eutmcia.ba como derechos personales "especial- censura", salvo las obras que traten de relig:tón. CotlSideraba abuso de esta
mente el goce ?e la VIda y de la. hbertad, con los medios de adquirir y de libertad la ofcr1Sa de los derechos particulares o generales, cuando se com-
poseer la propiedad y persegurr y obtener la felicidad y la segtUidad". prometiera el ordcr1 público, la conservación de J:l religión :atólic.a o la
Los derechos fi.mdamentales para la Declaración francesa eran la liber- constiutción del Estado ( § 648). Esta atemperada libertad de tm~?';nta füe
tad, la propiedad, la seguridad y la resisteucia a la opresión. Nuesnns concebida entre nosott"OS bajo el influjo más directo de la llustracwn Espa-
Estatuto de 1815 y Reglamento de 18171os expresaban así: la vida la ííola (§§ 348 y 357). El precepto se reiteró en el Estatuto de 1815, e11 el
hot~a, la libertad, la igualdad, la pmpiedad y la segtuidad. Con algt~as Rcglamenm de 1817, en la Constitución de 1819 y cnl~ ~ ~826. ,
vanautes, los demás ensayos COI1Stitucionales ratificabat1 la existencia En cuanto a la libertad religiosa, el documCitto de Vrrgnua ~b.I~ expre-
de esos mismos derechos. sado que "todos los hombres tienen i~ ~erecho al libre eJerciCIO de la
religión, seg{mlos dictados de la conctCI1Ct.a, y qu~ es un ~e.ber ~e todos
408. La nue~a idea de libertad, formulada por los racionalistas del siglo practicar Cirt:re sí la resignaciótl; el amor y la car,Idad c~tl:Ul<l. . Nu~s­
XVII YespeCialmente por RoU8SEAu, se C011Stituyó en la base deluuevo tros ensayos constintcionales cttados fheron mas resmngtdos en esta

325
J\.iANUII.L DB HtSTORlh DE LAS lNSnTUClONES ARGENTINaS Los DBR!lCHOS Y DBB!!RES DE LAS PERSONAS

materia, pues consagrabau como religión del Estado a la católica, apos- 411. La seguridad individual fue especialmente exaltada deutro deluue-
tólica y romana, prescribiendo que los habitantes le debían el mayor ~o sist~u, y ella. consistía en tul conjunto de disposicimJeS destinadas a
respeto., siu perjuicio de sus opi.túoues privadas o religiosas. No se ad- unped1r la coacctón o la restricción de los derechos personales. La De-
nritía, pues., el ejercicio de otros cultos, pero el criterio fi.lC amplián<bse claración francesa decía que "ningtiu hombre puede ser acusado arres-
patUatinarneute, y en este sentido la Carta de .Mayo de San Juau (1825) tado tri detenido ~ino en los ~asos detenninados por la ley y se~m las
constituyó una excepdón al disponer que "ningt'm ciudadauo o extran- fonnas ~ue ésta ueue prescr1ptas", y «nadie puede ser castigado más
jero., asociación del país o extranjera., podrá ser trabada en el ejercicio que en virtud de tuuley establecida y promttlgada cou anterioridad al
público de su religión cualquiera que profesase, con tal que los que la de lit~ "f le~ahnente aplicada". A su vez, el Bill vi.rginiauo proclamaba
ejerciten paguen y costeen a sus propias expensas su ctUto". El tratado que 1-;utgt~ ~~nbt:e puede ser privado de sulibettad siuo segt'mla ley
cou Gran BretaÍla eul825 admitió para los súbditos de aquella nacio- de.l pm o ~1 J~CIO de sus pares", consagt·audo garautías para el enjtricia-
nalidad el libre ejercicio de su culto religioso (§ 504). La ley del12 de nueuto cruruna1.
octubre de 1825 declaró que eu la provincia de Bueuos Aires era La primera .manifestacióu eu este seutido dada en el Río de la Plata :fi.re
inviolable "el derecho que todo hombre tiene para dar nllto a Dios el decreto de seguridad individual., sancionado el 23 de noviembre de
Todopoderoso., segt'm su conciencia"., quedando esta libertad reli- 1~11. 5_e dispo1úa que "ningún ciudadauo puede ser penado., ui expa-
giosa sujeta a lo que prescribían la moral, el m:den público y las leyes ma~o s111 que p~oceda fomu de proceso y sentencia legal", adoptándo-
existeutes eu el país. se d1versas tnedtdas cautelares para el anesto y la iucommticación de las
personas., y embargo de sus bieues. También se proclamaba la inrWlabi-
410. Ou·o de los principios era el de la igualdad. Segt'mla Declara- lidad deltf:mú:t:tu: cm~,iderándos~ Ll casa ,del ciudadano coro~ l~tgar res-
ción de 1789, "'los hombres nacen y viven libres e iguales en dere- petable) cuya v1olanou es tul crunen; solo eu el caso de res1stu el reo
cho" y la ley "'debe ser la misma para todos; tanto cuando protege re:fi.tgiado a la convocacióu del juez, podrá allanarse; su allananúento s~
como cuando castiga". Los ciudadanos eran igualmente admisibles hará cou la moderación debida., y persoualmente por el juez de la cau-
a "todas las dig¡.Udades, plazas y empleos públicos según su capaci· sa", quieu sólo por nmtivos mgentes podía delegar la diligencia eu otra
dad y siu otra distinción que la de sus virtudes y sus talentos". Reco- persoua adopta.udo los .recaudos correspondientes.
uocút, empero, las distinciones sociales, las que sólo podían ÜUldar- ~1 Estatuto, de 1815 y el Reglamento de 1817 defuúa.n la segttridad como
se en "la utilidad comün". la g~:antia que concede el Estado a cada UllO para que uo se viole la
Nuestro Estatuto de 1815 recogió el principio y así decía que la igual- posestóu de sus derechos., sin que pri!l1ero se verifiquen aquellas coudi-
dad "consiste en que la ley, bieu sea preceptiva, penal o tuitiva, es igual ciones que e')téu seíialadas por la ley para perderla". ·
para todos y favorece igualmente al poderoso que al miserable para la Los posteriores en.sayos constitucionales, a vece') empleando literalmente
couservación de sus derechos". El precepto fi.te reiterado por el Regla- las mism.as p.t!ab~~ reiteraron de manera categórica estos priucipios.
mento de 1817, por la Constitución de 1819 y también por la de 1826. La segundad mdlVldual, pues, tuvo vigeucia desde 1811 sirvieudo la
La CAJnstitución de 1819 estableció: "A ningtin hombre o corporación posterior declaración de los documeutns cm1Stitttcioual~ como una
se coucederán ventajas, distiuciotlCs o privilegios exclusivos, siuo los reiteraci6n de las ideas por todos compartidas.
que sean debidos a la virtud o los taleutos: no siendo éstos transmisi- La vigencia de esta seguridad individual podía ser suspendida temporal-
bles a los desceudientes, se prohíbe conceder nuevos títulos de nobleza mente "eu el remotD y cxtraordit1ario caso de compron1eten;e la tranquili-
hereditaria"; y que "siendo los indios iguales eu digtúdad y eu derecho dad pública o la segttridad de Ll patria", y en tal caso, la medida debía ser
a los demás ciudadanos, gozarán de las mismas preeminencias y serán a<bptada por el ejet.-utivo cou infOnne al legislativo o dilect:alnente a éste.
regidos por las mismas leyes". De esta manera., se reiteraba la ley del12
de marzo de 1813 de la Asamblea Constitttyente, que había reconocido 412. La propiedad., considerada desde antiguo como un derecho natural
a los iudios "por hombres perfectameute libres y en igualdad de dere· necesario al hombre, :fi.JC proclamada enl789 como "uu derecho invio-
chos a todos los demás ciudadanos"; y la del 21 de mayo., que había lable y sagrado"., del cual nadie podía ser privado., a no ser "cuando la
decretado "la extiución de todos los títttlos de condes., marqtJCses y ha· u~esidad p~blica., legalmente comprobada, lo exija evidentemente., y
rones". baJO la coud1cióu de tul<l. justa y previa i.ndenurización".

326
Los DERECHOS y DEEERES DE LAS PERSONAS
MANUAl. DE HJSTORlA DE LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS

Reconocida tambi61 por los publicistas, por la opinión pública y por Estado la de reconocer y garantizar a cada t~~~ de los ci~a~at=~
. b. el ·erciciodelosderechosfimdamettl<Ues,asegnnu o
los sistemas jurídicos europeos y americanos, la propiedad era defln.ida ha ttantes e:¡ ,--1 b . ' -' Estado como nn "estado gendarme o
por el Estatuto de 1815 y el &glamento -de 1817 como "el derecho de úblico. Se consiUera a as1 ;u • · d._
P . ,, , d b' intervenir p.u-a asegurar 1-a libertad de 1os n1 l
gozar de sus bienes, rentas y productos". 1
pohcta , que so o e["-·•eu De esta manera su fiulCiÓn era la de crear
Tauro la Constitución de 1819 como la de 1826 proclatnaban al igual viduos 0 lU.lllteller e Otu · ·. . . '
que el modelo fi"ancés, que la propiedad era "tul derecho sagrado e condiciones de segtlridad para los u~l:r-:s· d 1"cuerpo social" el de
inviolable"; que los habitautes no podían ser privados de ella ni grav-a- ElEstatuto de 1815 expresab~ et~b:e d~os~el ~ombre" y "aliviar la
dos en sus facultades, sino en los casos establecidos en la ley; y que "garantir y afia.tu;ar el goc~ e os rcionándoles los rn:xlios de
cuando el interés público exigiera que se le destinase alguna propie<bd miseria y desgraCia de los cmd.ada.tlOS, pro~ v ....¡ nto de 1817.
· ..,...,;,.~e"· Lo rmSlnO prescnbta el . . uv ame
prosperar e ulS._.,_._._._.,
particular, debía abonarse una justa competlSación o iudemnizaciÓtL La
Constitución de 1826, a su vez, prohibía "la peua de confiscación de
bienes".

413. Aunque uo aparecieran tau reiteradamente enuuciados, el nuevo


sistema imponía también deberes al hombre que vivía e.tl una sociedad
pletórica de derechos. El Est-atuto de 1815 y el Reglamento de 1817,
siguiendo ell alguna medida a la Coustitucióu de la República Francesa
de 1795, e.tmmeraba así los "deberes de todo hombre en el Estado":
sumisióu completa a la ley; obedie.tlCia, honor y respeto a los magisb:a-
dos y fimcionarios; "sobrellevar gustoso" los sacrificios ~aúu el de la
vida- que exija la Patria en sus necesidades y peligros; contribuir al
sostén y la conservación de los derechos de los ciudadanos y ·a "la fulici·
dad pública del Estado"; y "merecer el grato y honroso título de hom-
bre de bien, siendo buen padre de familia, buen hijo, buen hermano y
bue.tl amigo". Como se advierte, la enumeración era preceptiva eu sus
primeras disposiciones, pero ya en las últimas sólo se la podía entender
como paterualista, aconsejando o dictando normas mor-ales impropias
de caer bajo la sanción legal en su sentido más estricto, Estos deberes
eran tanto para el nativo como para el extranjero, con la sola salvedad
para esre último del de dar la vida. No se establecieron, en particular,
deberes para los ciudadanos, y sobre este <lSpecto u o se ocupan las cotlS~
tituciones de 1819 y 1826.
Pero, de todas maneras, pueden enumerarse los siguientes deberes prác·
ricamente exigibles: obedecer las leyes, concttrrir a la defensa de lapa·
tria, contribuir a los gastos del Estado, respetar a las autoridades cOtlS~
tituciouales.

414. Los fu1es del Estado filerou adecuados por el liberalismo a las
nuevas ideas. Así, la Declaración de 1789 decía que "el fm de toda aso-
ciación política es la conservación de los derechos naturales e impres-
criptibles del hombre", es decir: la libertad, la propiedad, la seguridad y
la resistellcia a la opresióu. De allí que se enteudiera como fi11alidad del

328
Capítulo XV

La forma de gobierno. El Poder Legislativo. El Poder Ejecutivo. La


correlación de las fimcioues legislativas y ejecutivas., Requisitos para
ocupar lafi.u1dóu pública. Los secretarios de Estado. Organos consulti-
vos. La organización judiciaL Orígenes del Poder Judicial. Las residen-
cias y la responsabilidad de los fimcionares públicos. Intentos monár-
qmcos.

La furma de gobierno (I)

415. Rápidamente se impuso en el Río de la Plata la idea de que el


poder -o la soberatúa, dicho en términos más moderuos- residía origi-
nariamente eu el pueblo o en la Nación, siendo imprescriptible e ina-
lienable por uaturaleza. Quedaba así desplazada la tesis de atribuir la
sobenuúa al rey. Desde entonces, todas las soluciones, aun las monár-
quicas, se inspiraron en nuestro territorio en aquel principio.
La elección de la forma de gobierno no resultó tarea fácil para los pa-

( 1) ARiosro D. GoNzALEZ, LM primems formulas constitudtmakJ en los paises del Plata ( 1810-1814),
nueva edición. Monrevideo, l%2; JUAN A. GoNz.l,.u:z CM.DEli.ÓN,Dench<> Comtituciom¡IAt:rJmtino.
Historia, twria y jurisprudmcia de la Canrrituc#m, te:t>::era edición, t.1, Bw:nos Aires, 1930; M..-wu:u.
laAl<Ez FaOCHAM, LR organización judicial ao;gmtiwa. Ensayo histtfrico.. ÉpfX4 colonial y antecedmm
patriCIS hn.sta 1853, U Plata, 1938: AIIEJ..MDO l.EvAGGJ, l'ormación del prxl;:r k[fo/afiro rioplatense,
R.I.H.D., Nn». 17 y 20, 1966 y 1969; A. LEvAoor, Origen del poder fwidatiro m Hi.rpam.1amirica
{1810.1814), R.I.H.D., N" 19, l%8;A. U.vAGGI,Espiritudel wnstituci011Rii.rmaao;gffltino, op. cit.
en nora (1) de! <:ap. XVI; Luis MÉNDI:Z o-.tzAt>A, La fimd6n jHdidal en ÚIS primems épocas de la
indepmdenáa, Buenos Aires, 1944; JostM. MMn.uz. Uli.QUUO,LI.ISjuit:Wtderesidmcia m el derecho
patrjq, R.I.H.D., N<> 5, 1953; U.orowo M!Gt..'EZ GÓJI.oou.s,El Comejode ErtruU; de ÚIS I'rOPinciM
Uttidas (1814--1815), R.I.H.D., N" 3, 1951; Jw..r< P. RAMos, El poder cjecutiro en los estatutf)S,
reglmnenti.IS y wmtituáanes de la Nad.tJn y 1M provincias. Su rt¡jlamtmtatWn y fimcionamiento (181().
1853), Buenos Aires,1912; RlO.li.DO Zoli.Ri\QmN BEcú,La<n:glllli=iOn judicial... , op. ~it. en nota
(2) del cap. III.
(la) NOJ<.ll:RTO C. DAGROSM, Tirn,jno de mandato J reekcckfn del Podt:r Ejuutiro. Nllt<IS panuu
hi.mlria en elderuhaargcnti"o en R.H.D., n" 17, 1989; Mluo.i.-1 RosaPtiGUESE,De lajwticia/.cgr<a
la justicia letrada, op. cit. en norn 2 del ,ap. III; ÍoE..'>!,la administmcidn de justicia en N.H.N.A.,
tonlo V, cap. 29, con OJ.ientación bi.bliogcifica; RUJIEN DMl.io SAt.As,La prrnm peri&lica de BumO>
Aires: comiderackmes en rorno a la forma d~go/:Jienw (1810-1819) en f.G.L. n~ 35, 1998; MARiA
CRiSTINA SEOHESSO DE Lól'EZ All.AGÓN, Las poderet públicas J su júnciomunienta (1810-1853)en
N.H.N.A., r. V, cap. 19 con amplia orientaciOO.bibliográfi(a.
MANUAL DI! HISTORIA Dll LAS INSTITUCIONBS ARGENTINAS l..\ FORMII. PE GOlllBRNO

tr~~s ell 1a ~écada posterior a la Revolución de . . 418. El Poder Legislativo. Si bien la funcién de legislar fue inherente
pracnca se Ol"Ientó hacia el ré . br Mayo. Si b1en en la a la Junta Gubemativa patria y a los gobiernos que le sucedieron, en
rentos de establecer una moJ gun<:-1 repodu icdano repr~entativo, los in-
. urqma m era a o constJ.tuciOl·--' c.. cambio, resulta más difícil determinar el preciso momento 01 que apa-
vanos y contaron
. Ivn de fi1guras represe tati
con la adhes'"· 1.<u uteron
Co . reció el Poder Legislativo como tal, es decir, la constitución de nn órga-
pues, estudiar la aplicaci& d l , . . n vas. nv1ene., no específico para desempeñar con exclusividad esa función. En reali-
mo aquellos tentativas fi·'!.de red~entrodrep~bhcat1o y esbozar por úJti-
aui as e m UClr una i -, d dad, CI1 el orden nacional, ese poder, con los requisitos exigidos pof la
monarquía(§ 439). meva vers10n e la
doctrina constitucional, sólo funcionó a partir de 1854. Sin embargo,
en las largas cuatro décadas anteriores, hubo algunos intentos que defi-
416.
... d' Almque
. el vocablo r...,.:e.¡- , ·
"1'""" zca toua anugw data (con el mis nierot1la naturaleza de este poder del Estado y posibilitaroit, como vere-
aul M sunp1emente a "la cosa úbr ") mo se mos, su experimentación en el ámbito provincial(§ 457).
se refería a la forma de gobien! a ~e~ d' ~u ~ema ace_pción política Debe seí1alarse que las fi.tnciones legislativas fi.teron desempeñadas tam-
América del Norte y eu Fr"·c·1a.pEca <U• n tUl es ~dmes
a senn o amdelf siglo XVIII__.u en bién por las asambleas y congresos constituyentes dur.urte el lapso en
como tal ala commlldad poi'ti_ . d P 10, se enteuwa que éstos estuvieron reunidos, agret.rando así, impelidos por la necesi-
dad h . 1 ca orgruuza a sobre la base de la i Jal-
umalla, gobernada por autoridades elegida ·ód· gt dad, una tarea más a las específicame11te constimyentes. Así actuaron la
el pueblo,_~ue obraban en representación de éstes ~isuicam:nt: 1 constgwente por asamblea general constituyente ( 1813-1815) y los congresos generales
responsabilidad · ' . '
~ h Y que eJercw1las functones a través de la d;,,.;~ ·..e d
' constituyentes de 1816-1820 y de 1824-1827.
poderes (n.t<.ISTÓBULO DEL V ) Au .v >->lVll e
La existencia de un Poder Legislativo fi.te prevista tanto et1 el Reglamento
científicas, hayan precisado~:~ n~ue ~~as acepciones, tal vez más del22 de octubre de 1811 como en las cOitstituciones de 1819 y 1826,
es que la enunciada refleja con fidelr;:d ~ucismo _el vocablo,, lo cierto pero en ning{lll caso alcanzaron a ÚUlcionar los órganos establecidos.
donde la expresión r"'ubli,.,.,.,,..
r. -r
fCilS~Cilto de la_epoca,
,_....,..., se opuso sU11nas a la d _. ·
Cll
En las mencionadas cmtstituciones es donde se encuentra de una mane-
ItecUCI1temente mUda .U término liberal 's. . ' e ~om,rqutco ~ ra más precisa y completa la teoría política acerca de este poder.
zar a un ideario político. ' llVto para defuur o caracteri-
El Reglamento de 1811 disponía que el Poder Legislativo residía en la
La trayectoria del sistema republicano de 11d.' ' propiaJunta Conservadora de la soberanía del señor D. FERNANDO VII y de
ción de Jos principios teóri . ...._t..f~ iO no solo de la aplica-
lí . cos, smo uu11U1en de la cambiantes· -' las leyes nacionales, integrada por los diputados de "las Provincias Uni-
po tlca europea, y recién después de 1820 quedó defi . . itllacto~l das", cuyas personas eran inviolables y, en caso de incurrir en delitos,
ga~o., constituyendo uno de los pilares inam .bl duunvamente arra~­ serían juzgados por una comisión interna designada por la misma Jml-
ZilCIÓn política. ovt es e nuestra orgam-
ta. La Jmlta tCIÚa el tratamiento de alteza~ según el art. 4°, sns fi.mdo-
nes privativas eran:''La declaración de la guerra, la paz, la tregua, trata-
417.
L
Las fi.mciones •
• · ~ ..
del Estado fuero nrapiuamente distit1...,,;..¡_,~ úOrme dos de límites, de comercio, m.tevos imp1.testos, creación de tribtmales,
a.ta:S nuevas dOCtrulilS imperantes ¡·.. ,.;,J...h • _ ó..........,, COI o empleos desconocidos CI1. la administración actual". También nom-
.. , en '8...-~vas7 e;ecutwas Udiciales
sm establecerse de inmediato., con · ·' 1 Y! ' pero braba a los integrantes dellbder Ejecutivo en caso de muerte o renuncia,
que ejercier.u1 cada una de ellas Esprecd ts~t, os poderes mdepcndientes y se convertía en juez del Ejecutivo al disponer que éste "será responsa-
-:uf - ecrr que, como en la 0 · ió
u tana (§56), se establecía una división de la actividad bergatuzac ..... ~ ble a la Junta Conservadora de su conducta pública" (art. 13).
pero de una manera di.fi h gu nwnCiluu, Las cmtstitucione'> de 1819 y de 1826, con escasas variantes, estable-
. M erente a 1a asta entonces practicadt
M 1Cl1tras 0",...-..,N"UIEU
-·~'-"-".¿ · el'utaba a fortalecer e1 ó
se tn · · . cían como rama legislativa tm congreso nacional integrado por dos cá-
base del gobiemo RoussEAu .. b . tgallO CJecutnro, nUl.'as: la de representantes y la de senadores. La primera, formada por
1~ asaffiblea Jegisl~tiva en eln!:'~~~ a,01en~amblO, el r:edominio de diputados o representantes elegidos en proporción al número de habi-
brr las fi.mciones de Estado a . r : · . tos dos estilos de conce- tantes, con independo1cia de los pueblos o provincias que los elegían.
1
mulaciones constitucionales ITOJ:Ub. erenctaS conceptuales en las for-
. , ' Y Si ICit, como aftrma LEv:•oor Duraban cuatro años en su mandato., pero se renovaban por nútades
d ucman en nuestro país tUl úi . . , "' , no pro-
los d. tin CI ~entamtento ideologico, se reflejarían en cada dos años.
15 tos textos como una manera de "s tisfo · . , La otra cámara estaba constituida por senadores, qtte ejetdan una dife-
dominante en cada circunstat . hi , _ a acer meJor el Ultere<> rente representación. En1819 se proyectó tm singttlar senado corpora-
lCl.l stortca concreta".

333
hl:ANVAL Oll ffiSTORtA Oll LAS JNSTITUCtoNBS AltGB."<TlNAS :Lo\. FORMA DE GOJHERNO

tivo, en el que figuraban: tm senador por cada provi.ucia, tres s:nad;xes del sistema de juntas -que no :fi.¡e siempre exdusivarnenteibdcr Ejecuti*
militJres, un obispo, tres eclc<>iásticos, tUl senador por cada uruverstdad vo-, se pasó al de dire.:tor supremo, consagrándose defnritiv;unente el
y el director de Estado que hubiera concluido su gobierno. Salv? este régimen tutipersonaL
últ:ituo, los demás duuban doce aÍlos en sus cargos. En cambto, en
1826 se adoptó el más moderno y fi."eeuente sistema de los senadores 420. Eu el Reglamento del22 de octubre de 1811, por primera vez se
por la capital y por las provincias, con tm mandato de nueve años. estructuraba el Poder Ejecutivo independiente. Era tUl trituwirato desig*
Como m1a proteccióu más a los derechos civiles enumerados (§§ 405- nado por la Juuta Conservadora, tetúa tul carácter provisional con du*
409), cabe seúalar que se consagraba la 'inviolabilidad de las personas de ración de tUl aí1.o, tratamiento de excelencia y era presidido por turno
los legisladores mientras desempeúasen sus fi.mciones, salvo que fueran por cada tillO de sus integrantes.
sorprendidas in fraganti en la comisión de algún crimen grave. Decía el art. 2: c<u. defensa del Estado, la organización de los ejércitos,
Las atribuciones del Poder Legislativo eran las habitualmente aceptadas el sosiego público., la libertad civil, la re.:audación e i.nvers.ión de los
por la doctrina política. Desde el punto de vista formal, era el órgano fondos del Estado, el cumplimiento de las leyes, y la segundad real y
encargado de la fOrmación y sanción de las leyes. Las principales eran: personal de todos los cittdadauos forman el objeto del ejercicio de su
declarar la guerra y celebrar la paz; fijar y equipar la fuerza armada; autoridad". T<unbién debía cubrir los empleos militares y civiles, supri·
establecer impuestos y contribuciones, y autorizar la contratación de mir aquellos empleos que esti.mara inútiles -no podía crearlos, en cam-
empréstitos; fijar los gastos generales; exanú.nar y aprobar las i.nversio· bio-, y hacer "las reformas convenientes a la utilidad comt'Ul y compa*
nes y cuentas; crear y suprimir empleos; reglar eL comercio interior y tibies con el sistema de la actual admi.ttistración" ( art. 3°). No podía, en
exterior; demarcar el territorio del Estado y fijar los límites de las pro- cambio, conocer en las causas judiciales, las que solamente se sustancia-
viudas; fOrmar el plan de la educacióu pública; establecer los tribm1ales ban por el PoderJudicial independiente que se establecía.
de justicia.; reglar la m.oneda y el sistema de pesas y medidas. En stuna, El Estatuto del 22 de noviembre de 1811 -atmque prescindía de las
se tendía, en la teoría, a consagrar el principio de la supremacía legisla- distinciones entre los tres poderes en razón de la disolución de la Jtulta
tiva, de raigambre europea. Conservadora decretada por el propio Tritlllvirato- carecía de m1a pre-
cisa enumeración de las atribuciones de este poder. Así decía que "al
419. El Poder Ejecutivo. Contrariamente a lo seúalado para elibder gobierno correspotlde velar sobre el cumplimiento de las leyes y adop·
Legislativo, el Ejecutivo tuvo una animada existencia durante esta épo- tar cuantas medidas crea necesarias para la defensa y salvacióu de la
ca. A falta de lUla autoridad deliberativa, de hecho apareció siempre patria, según lo exija el imperio de la necesidad y las circl..UlStan<;ias del
reforzada la autoridad del Ibder Ejecutivo, al pm1to de que esa preemi- momento" ( art. 6°).
nencia legislativa se trastocó en la realidad a favor del Poder Ejecutivo y Ellbder Ejecutivo, que se titulaba "Gobierno superior provisional de las
constituyó una característica pennanente de nuestro sistema político, Provincias Uttidas del Río de la Plata, a nombre del Sr. D. FERNANDO
que algunos autores enraízau con el personalismo castellano, con la VTI" ( art. 8"), se autolimítaba al disponer que "no podrá resolver sobre
pomposa autoridad de los virreyes y con las típicas peculiaridades del los grandes astu1tos del Estado, que por su naturaleza tengan tUl influjo
caudillo criollo. Lo cierto es que bien pronto este poder no fue sólo tUlO directo sobre la libertad y existencia de las Provincias Uttidas, sin acuer-
de los poderes del Estado, mudlll.s veces su actividad fue entendida como do expreso de la asamblea general" (art. 2°).
toda la acción degobierno, hasta el ptUlto de que esta t'dt:itua denonÚlla*
ción fi.IC usada oficial y vulgarmente para designar a esa rama del Estado 421- El27 de febrero de 1813la asamblea general constituyente san-
y uo para comprenderlas a todas. cionó tUl Estatuto dado aJ Supremo Poder Ejecutivo, también provisional,
La fi.UlciÓn ejecutiva, por naturaleza, debía ser desempeúada por lUla y en el que integraba a ese poder con tres personas, dándose utlll. enu-
autoridad rápida, sin trabas, que procediera a ejecutar las disposiciones meración bastante precisa de las atribuciones que le correspondían, a
legislativas y a cumplir las demás fimcioues asignadas a esta rama. De saber: ejecutar las leyes y decretos, y "gobernar el Estado"; proveer a la
ahí que fi_¡era siempre aconsejable integrarla con el menor ut'unero de seguridad interior y defensa exterior y mantener las fuerzas annadas;
personas. E.u nuestra historia se advirtieron diversas experieucias du- admi.tústrar las rentas del Estado y ejercer la superintendencia de las
rante el primer lustro revolucionario. De los diversos ensayos dentro fábricas de moneda; mantener las relaciones exteriores, recibir a los

"' 335
MANUAL Dll HISTORIA OiJ LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS LA FORMA DE GOBIERNO

embajadores y enviados extranjeros; entablar negociaciones, ftnnar y no legislativo hasta que la Constitución estableciera en forma perma-
concluir tratados con naciones extraujeras con aprobación de la asam- neute ese poder del Estado.
blea; nombrar diplomáticos y jueces, menos los del supremo RJder ju-
dicial~ jefes y oficiales militares y demás empleados; efectuar las presen-
taciones de prelados y eclesiásticos, de conformidad al Patronato; sus-
. .
424. En las cm1Stl~Clones del
tivo unipersonal: du;x:t?r
Esta¿
de 1819
d ]
1826 se insistía en el Poder Ejecu-
se denominaba en la de 1819 y
En ambos casos, la desigua-
pender, en caso de peligro grave, la seguridad individual, dando cuenta 826
presidente de la republica en 1a .eb · . · .... los dos textos eran casi
inmediata a la asamblea; proponer a ésta todas aquellas resoluciones ., · años Las atn uc1011CS ""1 .
que juzgue adecuadas para el bien del Estado. Aunque no existía por c1on era por emeo, · . ed •des con respecto a las autenores.
.il <h~ no ofrec1an mayo1es nov "" .,
entonces tul Poder Legislativo específico, las funciones del mismo eran an ob"" Y - · ' en su emunerac10n y una
Sólo que se advierte una mayor pm:I~Ion idad
desempefladas por la asamblea constituyente. El22 de enero de 1814 se . delimitación de la esfera de acCion de esta autor · del ,
modificó el Estatuto, concentraudo la autoridad ejecutiva e.n una perso- meJor b al d. t presidente la administración general pals,
na, denominada director supremo de las Provincias Unidas, pero creau- Se encarga . a ~~ oro los ramos de hacienda y policía, sobre los
do Ull Consejo de Estado destinado a moderar el nuevo Poder Ejecutivo. ejerciendo 111Speccl?n .sobre .d n fondos del Estado, las casas
establecimientos publicas sost:em os ca aminos Era
ed 1 b os el servicio de con'CO, postas y e .
422. El Estatuto de 1815 organizaba U11 Poder Ejecutivo ejercido por un de mon a, os anc ' , . d · taba los ministros y los remo-
quien proveía los emple~ purlic~, : c o s con acuerdo del semdo y
ciudadauo cpn el título de director del Estado, cuyas atribuciones erau
vía; nombraba los gener es, os P
10 te a del senado. Ejercía tam-
análogas a las de los auteriores ensayos. Cabe seúalar, entre las principa- 1 b. arzobispos a propuesta en rn
les; el cumplimiento y ejecución de las leyes; la proteccióu de la religión os o JSpos Y· to a las iglesias, beneficios Y
dcl Estado; el mando supremo y la organizacióu de las fuerzas milita- bién el derec~~ ~e Patron~-: ~?~~ ~=expedía las cartas de dudada-
1
personas edes1astlcas. Era - . ~Cl tq del SCitado a los miCinbros de la
res; la proteccióu de la seguridad individual y de la trauquilidad públi-
ca; la recaudación e inversión de los fondos públicos; la conducción de lÚa. Desigtdla~a, c.a~l cm1Ss'erb1~:1~~ ~eiÚa atribuciones judiciales, podía
alta corte e ¡usUCla, Y ~ • . · ,..,,.r · s
las relaciones exteriores; el nombramiento de los diplomáticos y la pro- ·tal d termmadas crretms~Ia ·
indultar o cmunutar la pena capt d en_ e tierra y a su cargo se hallaba
visión de los empleos públicos; el establecinúento y dirección de las
casas de monedas y ballCos; la superintendencia general en el ramo de Era el jefe supremo de la~. fi.te~or~::l~mo. Publicaba la guerra y la
proveer a la defensa extenor Y . xtranjeras con el consentimiento
hacienda; el perdón o corunutación de las ejecuciones capitales en de-
terminadas circtmstancias. Paz, celebraba tratados con ~laCIOilCS ~ . tras y •gentes de las w.ciotlCS
·¡ · 1·bta a los IUllUS ""
Dado el carácter provisional de este texto constitucional, no se esta- del Poder Legts atzvo. Y.rec . bli aba y e¡·ecutaba las leyes que
. Era asmusmo qmen pu e .
blecía un Poder Legislativo específico, procurando cubrir tal vacío extratlJeras. ' . '. al ·na los proyectos que estuna-
con la actuación conjuuta o separada de otro órganos (junta de ob- sanciona~a elPoder.Le~la'?vo 'T'a!~é~:nvocaba extraordinariamente
se convCiuetltes al b1en publico. ,~.,
servacióu, comisión militar de guerra, Collsulado, cabildo) y con un al Congreso.
capítulo dedicado a las limitaciones del ejecutivo. Se establecía, en-
tre otras restricciones, que no podía intervCJ.lir en las causas judicia- .6 d las funciones legislativas y ejecutivas. No
425. La correlacl n e · · ' precedente una enu-
les ni alterar el sistema de administración de justicia, excepto el co- 'l se advierta en la exposlcton
uocimieuto de las causas de hacienda y contrabando, y las militares quere~os q~te t:at~,s? ~ os textos constitucionales. Se procura~~ con
que expresamente le competían. mCI·ac¡Ón fna, estanca de 1 b. . lal que fuese a la vez equihbra-
ell istema de go 1erno nac101
os crear tul s . . d racionalmente las atribuciones enu·e 1os
do y eficiente, diSmbuy~n ° todo ello pero ahora vién-
423. El Reglamento de 1817 mantuvo bue11.a parte del articulado del distintos poderes. ConVIet~,' pues, repas.~ . '
Estatuto anterior. El fimcioüamiento del Congreso General Constitu- do.lo a través de la correla~IOn. de esas. atnb~ICl~:~:· y al Poder Ejecutivo,
yente - que sancionó este Reglamento- significaba tma novedad que
permitía regular de una manera más efectiva y precisa las atribuciones y
Correspondía~ Poder Legtslatw:t~Kion:e ~ legisladores, éste podía
Publicarlas y e¡ecutarlas, pero, gualdq tos A su vez, el Poder
limitaciones del ejecutivo. De acuerdo al nuevo Reglamento, el mismo elabo · ' 11, presentan o proyec · '
int:ervetllr en su raciO . l ' elaborada a las causas que
cougreso -siu declinar las tareas constituyentes- hacía las veces de órga- Judicial era el encargado de aphcar a 1ey asl

336 337
MANt1AL DE HISTORIA Dll LAS iNSTITUGlONlliS ARGENTINAS LA FORMA DE GOJHERNO

se suscitaran. El Poder Legislativo creaba y suprimía erupleos, y el ejecu- varint;e eu l~ eda? -treinta y se,is aúos-, suprinlió la resid~ucia previa y
tivo desiguaba las personas para ocuparlos. Al Legislativo correspondía agrego la ex1genaa de que debt.a gozar de 1.U1 capital de dlCZ mü pesos,
declar-ar la guerra y la paz, y al ejecutivo, publicar esas detenninacioues. renta equivalente o "profesión científica" capaz de producirla.
El Poder Ejecutivo, a su vez entablaba negociaciones y celebraba trata- Para desempeitarse como senador, la ConstitucWn de 1819 exigía la edad
dos, pero condidouados a la aprobación del Legislativo. Era este poder de tre~lta aflos ctUnplidos, nueve aúos como ciudadano, ocho mil pesos
el que resolvía el equipanllento de las fuerzas armadas, cuyo mando y de capttal o uua profesióu "que lo ponga en estado de ser ventajoso a la
direccióu correspoudía al Ejecutivo. Solameute el Poder Legislativo po- sociedad". En la de 1826 se aumentó la edad a treinta y seis años y el
día establecer impuestos o imponer coutribuciones, y al ejecutivo co- capital a diez mil pesos.
rrespondía proceder a la recaudación e inversión de los fondos con arre- En cambio, para ser represeutaute o diputado, prescribía el texto de
glo al presupuesto aprobado por el Legislativo, el que también, en últi- 1819 que se debía tener veintiséis aiíos de edad, siete de ciudadanía, utl
ma instaucia, era el e11cargado de aprobar la rendición de cuentas del capital de cuatro mil pesos, o eu su defecto, profesión u oficio útil, y
Eje.:utivo. pert~necer ,al "fuero común''. E.u la de 1826 se elimiuó este requisito,
Algo análogo ocurría coula formacióu de los plaues de educación pú- que unpedía ocupar esos cargos a los militares eu servicio activo y a los
blka y del sistema monetario que correspondía al Poder Legislativo, pero sacerdotes, reduciéndose la edad exigida a veinticinco MÍOS.
la administración de esos ramos era atribución del Ejecutivo. Tanto a los legisladores como al director o presidente se les exigía inde-
Tatnbién se establecía para determinadas decisiones el acuerdo del cuer- pendencia material y moral del otro poder, y de alú que no pudieran
po legislativo o de uua de sus cámaras. Así, para el nombramiento de estar sllnultáneamente al servicio de éste.
ciettos fimciouarios (obispos, arzobispos, jueces, diplomáticos). Para Eu fin, la caracterización de la persona id:: al para el cargo la expresaba
la suspensión de la seguridad individual, la Constitucién de 1819 facul- sabiamente, pero con evidente ingeuuidad, el Estatuto de 1815, al decir
taba al Poder Ejecutivo, pero daudo "inmediata razóu de su couducta" al que la elección del director del Estado debía recaer eu "persona de co-
cuerpo legislativo. uocido patriotismo, integridad, concepto público, buenas costumbres
De esta manera, se procuraba aunar la reflexióu y la deliberación de y aptitud para el cargo".
muchos (Poder Legislativo) con la rapidez y eficieucia de lUlO (Poder
Ejecutivo). Adviértase que esta distribución de funciones era distinta de 427. Los secretarios de Estado. La teoría y la práctica constituciona-
la existeute eu la época anterior, y ahora, más bien, la diferencia radica- les se inclinaron a considerar a los secretarios como auxiliares del Ejecu-
ba en que la realización de un acto de gobieruo estaba parcelada en tres tivo, siu ~tegrar el poder 11i compartir la responsabilidad de aquél. Su
fas:s: s.u origeu eu la ley (Legislativo), su ejecucióu (Ejecutivo) y su nombrarruento y remocióu eran, asinlismo, facultativos del titülar del
aphcactón eu caso de controversia (Judici.U), sirviendo este fracciona- Ejecutivo, sin cuyo mandato y anuencia los secretarios uo podílllt resol-
nlieuto de límite a la autoridad de los fimcionarios. ver los astmtos de sus respectivas carteras.
E u el Reglamento Provisional de Ws Secretarios de Estado del4 de febrero
426. Requisitos para ocupar la función pública. Para ocupar las .Utas de 1814 se establecía11 tres secretarías: de gobierno, encargada del go-
funciones públicas se exigían ciertos requisitos formales. Para ser direc~ biemo interior y de los asuntos extranjeros, de hacienda, y de guerra.
tor del Estado, elEstatutQ de 1815 exigía que fuese veciuo y uatural de De acuerdo con el mismo, los secretarios erlUt jefes de sus respectivos
cualquier pueblo del 'Estado, cou residencia en los tiltimos ci.uco afios, departamentos, propo1úan .U director supremo los proyectos de mejo-
aun cuando se hubiera iuternmtpido por un año de ausencia. El con- ras y refor!ll<lS en sus rnnos, y autorizabau con su fuma los decretos y
cepto de vecino fue abandonado en los textos posteriores. ElR.cglamen- demás resoluciones dictados por el Poder Ejecutivo. Recibían oftciahnente
tv de 1817 determllMba que el director del Estado debía ser ciudadano el tr~t:amieuto de "seiíoría", y sus personas debíau ser "respetadas y
(§ 523) uativo, con cinco nl.os de residencia inmediata a su elección y consideradas en el orden civil como es debido a la alta confianza de sus
txeinta y cll1Co aúos de edad, como múúmo. La Constitución de 1819 se eucargos y al rango distinguido que ocup-an en la sociedad".
expedía en ténninos ntá.logos: debía ser ciudadauo naurral del territo- Estos Jiueamienros se mantuvierou euJos ensayos constitucionales pos-
rio, con seis a.f10s de residencia inmediata y treiuta y cll1Co a.flOS de edad, teriores. La Constitución de 1826 aumeut6 a cinco ei ut'unero de Jos
como múlimo. La de l826ll1.trodujo, para el cargo de presidente, una ""ministros secretarios" - como les llanuba -, creando además de los

339
'"
M'ANtJ<~.L DE HISTORI<I. Dll LAS INSTITIJC!ONES ARGEN'T!N<I.-~ L\ FORMA DE GOBIERNO

existeutes, las carteras de uegocios extranjeros y marina. Pero además Poder judicial. El principio de la independencia de este poder con respec-
t~odificó la condicióu meramente subalterna de las secrera.:ías, pu~ to a los demás se impuso desde el primer momento en los textos cons-
dtspuso que las resoluciones del presidente sin la autorización de los titucionales. El Reglamento del 22 de octubre de 18ll decía "El Poder
ministros secretarios no tendrían efecto, y que éstos erau responsables Judicial es independiente y a él sólo toca juzgar a los ciudadanos" (secc.
de las resoluciones que firmasen., am1 cuando lo hicierau jlllltamente Tercera, art. 1°). El Estacuto del 22 de uoviembre del mismo año
con el presidente. También podíau resolver por sí "lo concerniente al prescribía:"El conocimiento de los asuutos de ju.:;ticia corresponde pri-
régimen especial de sus respectivos departamentos". Finalmente se es- vativamente a las autoridades judiciales con arreglo a las disposiciones
tableció que los cinco ministros formabau "el Consejo de Gobierno, legales" (art. 5°). El Estatuto de 1815 aclaraba que el judicial "no tendrá
que asistirá cou sus dictámenes al presidente, en. los negocios de más dependencia algtuM del Poder Ejecutivo", y lo mismo prescribía el Regla-
gravedad y trascendencia", pero conservando el presidente el poder fi- mento de 1817. Atmque sin declaraciones expresas con las precedentes,
nal de decidir. la doctrina de la separación de poderes y de independencia del orden
judicial fue asegurada también en las constitucioues de 1819 y de 1826.
428. Ó~anos consultivos. Aunque durante breves lapsos, existieron De esta manera, la idea de tmPoderJudicial independiente estaba con-
en la p~era época de nuestra organ.ización política órganos consulti- sustanciada con la formulación del sistema constitucionaL
vos, destmados a asesorar al Poder Ejecutivo en los asm1tos de mayor
gravedad. La .Asamblea General Constituyente estableció, el26 de ene- 430. Pese a tau terminantes principios, la proclamada separacióu de
ro de 1814, un Consejo deEstatW, integrado por nueve vocales o conse- este poder no se hizo efectiva, y durante muchos años más l~s fa~ul­
jeros, destinado a dictaminar eu ''los negocios de mayor gravedad" que tades judiciales siguieron concentradas eu ton10 al Poder Ejecuttvo,
le Sometiera el director supremo, quien debía consultarle sólo obligato- que frecuentemente administró justicia, ya eu forma directa, ya por
riamente las negociaciones de paz, guerra y comercio con naciones ex- la designación de jueces especiales o comisionados, ya por la f?rma-
traujeras. También el Consejo debía elevar a la consideración del direc- ción de comisiones especiales. Con ello se provocó una pehgrosa
t<:'r a~uellas iniciativas o proyectos que estimase de utilidad y conve- combinación de las viejas estructuras indianas, que pretendieron ser
lllCllCta para el Estado. Cuatro de los vocales eran desiguados por el modificadas, y los nuevos principios, que deseaban, a su vez, ser
propio director supremo, quien también elegía entre ellos el secretario aplicados, sin que de rau extraña yuxtaposición de sistemas haya.su~­
del cuerpo. En cambio, el vocal presidente del Consejo era designado gido un ordenamiento eficaz y acorde con los proclamados prHlCl-
por el Poder Legislativo, y suplía al director supremo en caso de enferme- pios de la seguridad individual. . . .,
dad grave de éste. Los tres vocales restantes erau los secretarios de Esta- El primer texto orgánico al respecro :Ue el Reglamento de mstt~n y
do, cuya designación como tales también correspondía al director. administración de justicia del20 de abril de 1812, que, con las modifica-
St:gímlas investigaciones efecntadas por MIGUBZ GáRGoLAs, este Con- ciones introducidas al aúo siguiente, rigió hasta 1815. El Estatuto de
sqo de Estado cumplió una efectiva labor hasta su supresión en mayo de 1815 y el &glamento de 1817 contetúan una sección destinada al Poder
1815, evacuando consultas sobre importantes materias de gobiemo. Judicial, y lo mismo ocurría con las constir:'-ci?ne~ de. 1819 y 18?6.
Atmque eu lUla forma más limitada, la institucióu fite recogida en la Sobre la base de esos antecede11tes y de la practica stgmente, es postble
Constitución de 1826, al establecer "el Consejo de Gobien10" integra- esbozar la orgMll7.ación judicial de aquellos años, con la salvedad. que
do por los ministros secretarios. La idea, sin embargo, fue aplicada en por ahora uos referimos a la existente en todo el país, pues a pa.rt:u: de
otras oportunidades, y así, en el orde11 provincial, puedeu citarse el 1820, y con la sola excepción de la Constitución del 26,. el :u-reglo de la
consejo degobierno, creado por el goberuador JUAN LAvALLE en la provin- administracióu de justicia quedó reservada a cada provwct.a.
cia de Buenos Aires ( 4 de mayo de al 6 de julio de 1829), y el senado
consultivo, establecido eu la misma provincia por el goben1.ador JUAN 431. La jum·a:a ca¡n·tular subsistió varios .ulos más hasta la abolicióu de
JosÉ VlAMoNTE en 1829. los cabildos (§ 456), introduciéndose algunas modificaciones qu~ 110
?e
alterarou mayormente la esU'ttcrora ya conocida. Los. alcaldes p~uner
429. La organización judicial. Orígenes del Poder Judicial Bula y segundo voto telúa.n~ cou carácter privativo, las nusmas atrtbuctones
uueva esnuctura del Estado quedaba reservado llll papel importante al (§ 106). En 1820 se estableció en Buenos Aires tUl tercer alcalde, que

34<> 341
MANt'AL DE HISTORIA OE LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS LA FORMA 011 GOSlllRNO

iuterve1úa exdusivameute en causas crirniuales. Los alcaldes de la santa tanto en Buenos Aires como eu Charcas. El nuevo tribunal se integraba
hermandad tuvieron nuevamente atribuciones judiciales. cou cinco individuos, tres de ellos letrados y dos vecinos legos, debie.tl·
El R.tglamento de 1817 dispuso que las apelaciones de los fall~ de los do todos estar "empeflados en sosteuer la libertad de su patria". Al año
alcaldes eu astmtos civiles y criminales se substanciase.tt ant~ el juzgado siguiente se estableció que todos sus miembros debíattser letrados. Tam·
de provincia, que, a cargo de tutletrado, actuaba en cada capttal de pro- bién había 1U1 fiscal letrado. Duraban eu sus cargos mie.tttras observasen
vincia. buena conducta y estaban sujetos a reside.ttcia regular cada clltco años.
En los asmttos crllniuales, las partes podían apelar clirectame.ttte ~nte la La presidencia de la cámara era rotativa entre sus miembros, ejercíendo
cámara de apelaciones. Este tribunal conocÍ1l también en te~era lllStau· aquella todas las funciones de los antiguos regeutes (Reglamento, 1817)
cía eu los asuntos fallados por el juez de alzada, con excepaou de aque* en lo que fuese.tt adaptables.
llos que, sie.t1do de cuantía .itúerior a mil pesos, tuviesen ya do.$ senten*
das confonnes. 435. Los ro..·ursos de segunda suplicación, de nulidad y de injusticia no-
toria (§ 115), cuyo conoc.itnieuto estaba reservado en el antiguo régi-
432. En el acta del25 de mayo de 1810 se establecía que los .itltegratt* meu al Cousejo de Indias, fueron objeto de diversas disposiciones des-
tes de la Jmtta quedabatt "excltúdos de ejercer el PoderJudicial, el cual se tinadas a ree.tnplazar al tribunal, que, por razones obvias, había perdido
reftllldirá en la Real Audieucia, a quien pasarán todas las causas c~>nte.tt· su jurisdiccióu sobre América. Aunque e.tl 1812 se dio competencia
ciosas que no seau de gobierno". De esta manera, la Jtutta deb1~ des- para ello a la cámara de apelaciottes, el sistema duró poco tie.tnpo, y, ~n
prenderse de las causas militares, hacendísticas y de. correos, que, jtutto general, estos recursos quedaron directamente eu mauos del Poder Eje*
con las de gobierno, cotlStituiatt a principios del stglo ::X:UC 1~ llamada cu:tivo, para resolverlos por sí o mediante la designación de tilla comi-
justicia admllústrativa (§ 197). Pero bie.tt pronto esas atnb,nnon~ fue* sión o tribmtal eve.tttual.
ron uuevameute ejercidas por 1a misma Jtult:a y los d~s gob~ernos En realidad, esta lltestabilidad en el co11ocimie.t1to de los mencionados
que le sucedieron. Y así las causas de contrabatldo y haqeu.da debuu ser recursos se debía, en buena parte, a la falta del tribtmal supremo exis-
resueltas en prllnera Í11Staucia por el director supremo o los gobe11udo- tente en la legislación .ittdiatta y prevista de tuta manera más técnica e.tt
res U1tendeut:es, seg{mlos casos, ejercie.ttdo tambiéu aquélla tradicional el ordeuamie.ttto constitucional de la época. En este se.ttt:ido, cabe sefta-
jurisdicción eu el fitero militar. Por el Estatuto dado al Supremo .Poder lar que ya en1813la Asamblea CotlStituyente collSideró favorablemen-
Ejecutivo en 1813 se factdtó al Ejecutivo para cm~ocer y sentenc~-l~s te ~atmque no alcanzó a sanci01tar- un proyecto para establecer una alta
causas civiles y criminales de los empleados públicos 1 meuos los JUdi- corte de justicia con estas factdtades principales: "conocer enl~s segmt-
ciales. das suplicaciones y recursos extraordiu.rrios de queja, nulidad e injusti·
Pero los prllneros gobiemos no se limitaron al ejercicio de esta justicia cia notoria de los demás Tribtmales Superiores, que antes se llevabatt al
administrativa, sino que frecuentemente conociero1~ en las causas perte* Consejo de ludias"; dirimir cuestiones de competencia; couocer e.ttl~
tK'"tientes a la justicia ordinaria, ya sea resolvieudo dtrectamente algunas asmttos civiles contenciosos en que algun.a proviucia fuese parte; deCI-
de ellas, ya designado a jueces especiales o comisionados para su sust:att* dir privativamente en los delitos de sublevación en alta mar, piratería y
ciación, o ya coustiruyendo comisiones especiales. "demás crímenes contra el derecho de gentes"; conocer en los delitos de
traicióu y conspiración contra la patria. Las constitucioues de 1819 y
433. La jurisdicción eclesiástica mantuvo los pr.ivile~os derivados del de 1826 también establecierou este supremo tribtutal con atribuciones
fuero auuque seusiblemente reducida desde ftnes del stglo XVIII. El24 análogas, pero niugtulil de esas creaciones pudo ser llevada a la realidad
Je m:U.zo de 1813la Asamblea suprimió la jurisdiccióu del Tribunal dd autes de la organización coustitucional defmltiva.
Santo Oficio de la Inquisición (§ 111) .
436. El consulado, por su parte, se mantuvo como tribunal en astut·
434. La audiencia fue mto de los órgauos que sufrió con dureza el tos mercatttiles ( § 117) hasta la creació u de los jueces de comercio
embate revolucionario (§ 377). No sólo fueron reemplazados los oido- en 1862. Sin embargo, perdió sus demás fuuciones de orden admi-
res por conjmx:es criollos, sino que el &glamento de institución y a:tmt* nistrativo(§ 145).
nistracúin de justicia de 1812 la sustituyó por la cdmara de apdacwnes, Las senteucias dictadas en juicios de monto superior a mil pesos eratl

342 343
MANU,\L DB HISTORIA Dll LAS INSTITUCIONilS ARGBNTrNAS
LA l'ORMA DE GOEIERt-10

apelables ante un tribttrul de alzada, integrado por m1 juez de la cárn<1ra dencia, utilizado en la época anterior como tmo de los medios de ejer-
~ ~ come~iantes que aquél nombraba a propuest.l de las partes. Por cer control sobre la conducta de los fuucionarios (§§ 82-84 y 170).
tiltuno, eu Ciertos casos, contra este fallo eran procedentes los recursos Durante la primera etapa se manntvo el antiguo sistema como tm mero
de nulidad e injusticia notoria ante la cámara de apelaciones. resorte de los nuevos principios que proclamaban qne la conducta de
los gobernantes debía ser juzgada -como lo declaró la Asan1blea de
437. Como se acaba de advertir, la organización judicial indiana no fue 1813- "por los representames de la nación que les confiaron el depósito
alterada .~lStancialmente <;n la práctica durante los años siguientes a la sagrado de su autoridad". Fue así como la propia asamblea dispuso
RevoluCion de Mayo, y solo a partir de 1820 se produjeron dentro del someter a residencia a todos lo que habían ejercido el gobien10 de las
~gimen autonómico de las provincias algtmas modificaciones 0 tenta- Provincias Unidas desde el 25 de mayo de 1810 al 20 de febrero de
llvas que significaron tm cambio en la estructura de los órganos judicia- 1813, estableciéndose entonces llll procedimiento especial para sustan-
les(§§ 459-465). Esta ciert.tlentitnd en itmovar el sistema hace pensar ciar los juicios.
a algtmos autores -ZoRRAQUIN BEcu, MÉNDEZ CALZADA, eutre otros- Siempre dentro de una lúu:a vacilante, la residencia volvió a establece.r-
que el mism? resp~ndía a las necesidades de sn época, y que no parecía se por el Congreso de Tuctunán al saucionar el Reglamento de 1817. En
urgente una mmedtata reforma. los años siguientes fi.te objeto de nuevas tentativas e incluso se estable-
P~, .~cambio, quedaron ya asentados en esos primeros aÍlos nuevos ció en algtuMs COtlStituciones provinciales, pero su aplicación no pudo
pntlCipiOs en orden al procedimiemo judicial, especialmente en las cau- efectuarse como en la época anterior. Sobre esta lllStintción hispánica se
:riminalC:,
sas que incorporaban en nuestra legislación lo que la doctri- impusierou, como dice MARILuz URQU!Jo, "las prácticas y leyes france-
na liberal vema proclamando. En este seutido, cabe señalar el decreto de sas, inglesas y norteamericanas sobre responsabilidad", adaptándose el
seguridad iudividual de 1811, algtUlas disposiciones de la Asamblea de nuevo sistema en la CoilStitución de 1819, y a través de ella en los
1813, el Estatuto de 1815 y el Reglamento de 1817. De tal forma nill- sucesivos textos cmlStitucionales. Según el mismo, la cánl.al'a de repre-
gün habitante podía ser penado ni confinado sin proceso previo sen- Y sentantes tetúa el derecho privativo de acusar de oficio, a instancia de
tencia legal, es decir, fundados en el texto expreso de la ley. Esto no cualquier ciudadano, a los miembros de los u·es poderes, a los m.i.tlistros
implicaba, empero- según el Reglamento de 1817-, la derogación de del Ejecutivo, enviados diplomáticos, arzobispos y obispos, generales,
las leyt;s que permitían la imposición de las penas al "arbitrio prudente gobernadores y jueces superiores de las provit1cias, y demás empleados
de los JUeces, según la nantraleza y ciretmstancias del delito". de rango no llúerior a los ll1dicados, por los delitos de traición, concu-
La eliminación de las penas atroces e itiliUlThllm y la supresión de los sión, malversación de los foudos públicos, violación de la Constitución
torment~ pa.ra esclarecer la verdad judicial fue otra de las preocupacio- u otros que, según las leyes, merecieran la pena de muerte o infamia. A
nes doctrmanas expresadas en algunos textos legales y constitucionales. la cámara de senadores correspondía conocer en este juicio público, y el
El concep~ de qu<; las cárceles ~Ml "para seguridad. y no para castigo efecto de la setttetlCia que se dictase era solamente el de separarlo del
de los reos quedo aceptado e Incorporado en vartos de esos textos etnpleo o declar<1rlo itlhábil para obtener otro cargo, sll1 perjtticio del
~lStitucionales. También se dispuso que los reos no quedasen incomu- posterior juicio y castigo cmúorme a la ley.
mcados. des~ués .de. la confesión, y que ésta no podía dilatarse más allá La disposicióu comprendía, como vemos, a todos los fimcionarios su-
de los diez d1as sm JUSto motivo. Se extremaban, asimismo las medidas periores, siguiendo, pues, en este aspe-<:to, los lineamientos del antiguo
cautelares para d~getlcias de arresto del reo, pesquisa de los papeles y sistema de residencia. Pero en la Constitución de 1826 esa amplia enu-
en:'-b~ de sus btenes. La responsabilidad por las infracciones a los meración quedó reducida sólo a los ll1tegrantes de los poderes del Esta-
pntlCipios que atacaran la libertad y seguridad de los habitantes recaía do y a los ministros del Ejecutivo.
sobre los magistrados. Las constituciones de 1819 y de 1826 reiteraban Eluuevo sistema, por lo tanto, aparte de la reducción apuutada, era
expresa o implícitamente esos priucipios. sólo de excepción y no una pieza regtdar del mecrulismo político, como
la residencia. Sólo funcionaba ·curutdo se supo1úa que existía uu hecho
4.~8. Las resi~cias y la responsabilidad de los funcionarios pú- delictivo. De todas maneras, el nuevo mecanismo no puede ser analiza-
blicos. El espmn1 refonnista que transfonnó las estrucnu-as políticas do independientemente de otros factores que sirvieron para modificar
como se acaba de ver, también atacó a la itlStin~eión del juicio de resi: el concepto y alcru1ce sobre la responsabilidad de los funcionarios. -Así,

"' '"
[\.ÚNVAL DE HtSTOR!A DE LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS L<\ FORMA DE GOBIERNO

el carácter representativo de los miembros de los ~eres del ~tado y afianzamiento de la i.ttdependencia rioplateme en tul más vasto plan de
el desarrollo de la libertad de imprenta, como m_edto de expreston de la . . ' atnencMta
entMlCtpaclOn . ".
opi.túón pública, constiwyeron factor~ que d~ben tenerse en cuenta En1815, los enviados de las Provi.ttcias Unidas en Europa (SARRATEA,
para amilizar los efectos de la reforma mtroduada. RIVADAVIA y BELGRANO) apoyaron un proyecto para erigir tUl reino tuú-
do del Plata, Perú y Chile, bajo una monarquía COltstitucional, con un
439. Intentos monárquicos \2l. No deben omitirse algunas referencias príncipe Borbóu a la cabeza, el i.t-úMlte FRANCISCO DE PAULA, lújo de
a los intentos de establecer en el Río de la Plata mu ntonarquía consti* CARLOS V BELGRANO redactó un proyecto de constitución para este
tucionaL Estas ideas, por más que cayetnn defulltivamente dermtadas reino, sobre el modelo i.ttglés. ITeveía tut.Z:Vder Legislativo i.tttegrado por
al tenninar la primera décadl de la Revolución de Mayo, tuvieron gran dos cámaras, tu-w. de diputados y otra formada por la nobleza, que CJ:a
resonancia en aquellos días, recibieron la entusiasta adhesión de algu* de aptitudes y no de sangre. Los actos del rey debían llevar la fmua de
nos núcleos ciudadanos y fueron propugnadas y defendidas por figtu·as ministros respmtsables a11te el Legislativo. El IVder Judiciai era i.ttde-
represeutativas de la época, como tma mauera de conciliar la i.ttdy_pen- pendiente. Además, enU"C otros derechos, se C01tsagraba11 el de propie-
dencia y el orden intento. dad inaliemble, la libertad de cultos, de imprenta y la seguridad i.ttdivi-
Fueron diversas las causas que provocaron, hacia 1814-1815, la apari* dual.
ción de las llamadas "soluciones monárquicas". Entre las principales En 1816, el proyecto de monarqtúa cottstitttcional se presentó de ma-
cabe meucionaJ:: nera distinta. Lo hizo el mismo BELGRA"'"O en el Congreso de Tuctmlán,
a) eu Europa, luego del brote republicano, las Monarquías tendieron a y propuso coronar entonces a tUl desceudiente de los antigtiOS incas,
recuperar el terreno perdido, y tal cambio de orientación no podía ser aplicando en América ellegitimismo que se proclamaba en Europa para
desoído cuando los Estados an_tericanos buscaban el apoyo de las po- restablecer los antiguos troliDS. La idea supotúa la formación de tm
tem_:ias de aquel continente; vasto imperio s1.tdamericano, con sede en el Cuzco, y contó con el entu-
b) la aplicación de la fónnula republicana en el Río de la Plata era aün siasta apoyo de muchos congresistas del Íltteríor. Sin embargo, no al-
vacilante, y no faltaban los que la estimaban i.ttconveuiente para nuesu·a canzó el Congreso a votar este proyecto.
comunidad; Aiios después, las ideas monárquicas volviemn a adquirir actualidad
e) la represión militar realista en América había obtetúdo i.tnportantes con tm nuevo proyecto de establecer tUl trono con jurisdicción sobre las
u·imúos, que potúan en serio peligro la causa de los patriotas; provincias rioplatenses, el Alto Perú y acaso también Chile y el resto del
d) se tenúa por la pérdida del apoyo británico a la i.ttdependencia ame- Pen.'t. Se posttdaba parn el mismo al duque DE LuCA, también de ~a Casa
ricana, ya que, aparte de haber adoptado Inglaterra 1ll1<t actitud más de Borbón, bajo los Mtspicios de FrMtcia, que procuraba así reanudar
indiferente ante el problen-w., a mediados de 1814 había conveuido con sus vi.ttctdaciones con los territorios americMtOS. Se pensaba enlazar al
Espaüa en que, a cambio de que sus súbditos no apoyasen a los Íltstir* nuevo monarca con mu prllteesa del Brasil, con vastos fines i.tnperiales.
gentes americauos, se le concedían ventajas comerciales para el caso de El proyecto fue., lltcluso, aprobado por el Congreso General Comtitu*
que las provi.ttcias indianas - restittúdas al dominio español - fueran yente en 1819, siendo, según algtmos, adlptable a la Cottstitttción SMt-
autorizadas para comerciar con el extranjero. cionada ese núsmo aÍlo. Si.tt embargo, el pla11 quedó desbaratado con la
Segtm PÉREZ Gnn.aou, la causa :fimdamental que sustentó la idea mo- reacción federalista ptnducida en1820 y mmca más volvió a i.tttentarse
nárquica en esos aüos fue "el deseo de imponer tul régimen de orden en nuestro país.
que terminase con los disturbios y anarqtúa relltantes para posibilitar el

( 2) BAATOJ.OMÉ Mmuc,Hist()t'ia de &!!frano y de /a indef<&ndtntia awmtina, cuaru edición, Buenos


Aires, 1887, ts. U yiilo Dll.ll.oo P:tl!.EZ GmiHou,Las ideasmo:mirquirnom el Cungrcsode Tuc:.min,
Buenos A.iJ:es, 1966; RKJJtDO Plccnm.u, San Martln y /a po!itica de lori pueb/()s, Buenos Air~s,
1957; VícToR T ~u ANzoÁTEGut, Ideas ¡wiiticas de Fray Justo de Santa Maria de Oro, en El Congreso
de Tucumdn. Mtituda, dccisionts, hambre>, Buenos Ail'es, 1966.
( 2a) CARLOS S .A. SEGitm,La mdscam de /a Mona:rquk. 1808·1819 (Comribuci6n al estudio "ritico
d~ las 1/amadm <ue:stionts momirquicas bajo la Revalu.:Wn de Maya), COJ:doba, 1994.

"'
1

Capítulo XVI

La forma del Estado: federalismo y unitarismo. Las causas del fede-


ralismo.
La organización territorial.
El régimen de las autonomías provinciales. El Poder Legislativo. El
Poder Ejecutivo. La organización judicial. Carácter y aplicación de los
ensayos constitucionales. El caudillo. Las &cultades extraordinarias y la
stuna del poder político.

La forma de Estado: federalismo y unitarismo (l)


440. La organización del gobierno territorial fhe objeto de ardorosas
polémicas y de cntentas luchas que retardaron la organización constitu-
cional por más de cuatro décadas. Las diferencias radicaban en que mien-
tras algtmos posntlabau la conveniencia de aplicar tUl régimen centrali-
zado o tulitario, con particular hegemmúa porteÍla, otros se indh1abau
por la forma federal o descentralizada, aduciendo para ello la pecnliar
confor!Thlción de nuestro territorio y el legítimo derecho de las provin-
cias que lo integraban. a ejercer el gobiemo local.
El unitarismo consistía en la existencia de tul gobiemo único y general
que ejercía sus poderes sin restricciones sobre la totalidad del territorio,
siendo las provincias simples divisiones administrativas, sometidas di-
rectamente a la autoridad general.
Elftderalismo, en cambio, preveía la existencia armónica de m1 gobierno
central y de los correspondientes gobiernos locales de las provincias o
estados. De esta manera, mientras aque1 ejercía los poderes que se le
hubierau delega.do e>..-presamente, las provincias mantelúan el ejercicio

(1) ARIO>To D. GoNz.Au:z, op. cir. en nora (l) del cap. XIV; Rooouo Rw.ucu,De! •·<f!Jimen
ftdm~tiPD at unitario. Buenos Aires, 1908; ISIDO!I.O J. Rmz Moli.ENO,La lucha par la Constituci&l
(182()..1853), Buenos A.ires, 1976; C.ul..OS S. A- SEou:n, Cuyo y /a forma de Estado hasta 1820 en
l. E., n" 37, 1988; Il!CAli.DO :l.oRRAQTIN BEcú,Eiftdtm&mo argmtino, ret.:e11t ed. ,Buenos Ail'<'S,
1958.
(la) )nEMr ADELMAN,Rt:pubúc uf Capital: BuenOfAire.r and the legal tn:mifimnation ofthe AI!anric
l#lrld. Stanford, 1999; J. C.CHlhl!.AMOI>'TII,Ciudadts ... , op. citen nota 1 del cap. XII; IDEM,Naci!m
y Estado ... , op. cir. en nota 1 del cap. XIII.

"'
LJI. FORMA DE EsTADO: .l'.EDERAUSMO Y L'NlTARISMO
1\IANUAL DE H¡STORIA DE LAS lNSTITUCIONBS ARGENTINAS
dependencia del presidente d.e la República", quien lo nombraba a pro-
de un relativo gobiemo propio. El asiento de la soberatúa en estos casos ~uest~ en tCJ.·ua de l~s COllSCJOS de aillnllti~tración. Eran éstos cuerpos
se eucontraba eu el gobierno nacional, sieudo las provincias autónomas. colegtados, que hacta.u las veces de las leg:tslatt.u·as locales, atmque con
Dentro de la organizacióu federativa cabe, además, señalar una nueva muy esc.asos poderes, ~sta tal ptmto que 11i siquiera podían sanciouar
forma de vinculación más débil que la anterim; la confederación Era ésta su propto reglatnento mtemo. Las fimciones legislativas quedabau así
tma simple uuión de Estados sobera.nos, ligados mediattte pactos otra- reservadas a los ór!?anos uaciouales, siendo las autoridades proviuciales
tados y doude la autoridad del gobierno central aparecía sumamente ~s eucargadas ¿e eJe<...lltar ~1 sus territorios las leyes y los decretos expe-
restriugida por carácter de imperium sobre todo el territorio confedera!. dtdos por aquéllos, y de ejercer la aillninistración local bajo el control
Los Estados nllembros tetúan, pues, el derecho de aplicar o uo las deci- del gobieruo na-cional.
sioues de aqt¡el gobierno eu su propio territorio, y anu tenía.u, por tra-
tarse J.e tma uuión vohmtaria, la facultad de secesión, es decir, de sepa- 443. Las causas del f~e~alis.mo. Dm<lnte los siglos XVI y XVII se
rarse de la confederación. ~utdaron sobre. el ter~tono vrrgen la mayor parte de las priucipales
cmdades argeutwas e::asteutes en 1810. Esas :fi.mdaciones como dice
441. Eu geueral, la tendencia tutitaria encontró adherentes en los libe- ZoRRAQL~ B~ú, se hi~i~rou cou la inteucióu de ocupar ~1 territorio,
rales o ilustrados porteños, y tambiéu en algunos grupos del iuterior so~ne~er alnlihgena y utilizarlas como etapas eu ca.núnos que uníd.u las
afiucados en Buenos Aires. Para éstos, la aplicación del ceutralismo de- prlllct~ales ciudades. Así, las mtas Lima-Buenos Aires Astmción-Bue-
bía efecturu:se sobre la base del predominio porteúo. La tendencia fede- nos Aires y Santiago de Chile-Buenos Aires fuerou jal~uadas por inci-
ral, aunque cunbién fue propugnada por grupos intelectuales y por ri- pientes núcleos urbanos.
cos hacendados bonaerenses, tuvo su mayor adhesión en la masa crio- La decisióu de fi.tudar ciudades -a veces erat1 simples fortalezas 0 reduc-
lla, a cuyo frCJ.lte estaban los caudillos, por lo que predominó más como tos-, como etapas de h~rgos y peligrosos caminos dió por resultado que
uua iuorgátúca bandera de lucha que como doctrina política. Los tnllta- aquella:' estuvteran aleJadas cutre sí y carecieran de recíproco contacto.
rios, sin el apoyo suficiente en el interior para realizar uua inmediata Cada nudad, Rues, rev~stida del poder psicológico que le daba el cabil-
transformacióu política, estimabilll que la lu..llca forma de constituir y ?o Y su~ proptas aut?ndades, d~bía valerse por sí misma, ya que era
eucauzar a la Nacióu era el gobierno ejercido por t..ma poderosa elite m1practtcable uu pedtdo de aux:iho a los remotos vecinos. De este esta-
liberal, concentrada eu Buenos Aires, que elimiuase el caudillismo. En do de ~!amiento surgió el tau meutado espíritu localista.
cambio, los federales, sin las posibilidades de superat· en el predomiuo Cada cmdad, al desarrollarse, se extendió sobre las tierras inmediatas
centralista a los tu..lltarios, los calificabatt de europeizautes y enemigos llevillldo. también a esa zoua rural eluombre de la prinútiva ciudad:
de la tradición, y postulaban que el útllco gobierno adecuado y efectivo Cm~ el ttCJ.~lpo, ésta se convirtió eu el centro o la capital local, dmtde
era aquél eu que los pueblos tuvieran tUta activa participación y ma.utu- aflu~n.los mtereses de una zotta nu·almás o menos extema, de impreci-
vieran el ejercicio del gobierno local. sos lúmtes, r<:ro .que confonnaron cou el tiempo uu (erritorio determi-
Este a.utagmúsmo ideológico esta.bleció dos maneras diferentes para or- nad~: l~ provtncta. D.e e:-ta maue~a se explica el origeu territorial y pa-
ganizar el Estado ttacioual: los mtitarios enteudían que debía dictarse ttDtlllmco de las provmaas argetttl!Lls, que llevaron casi todas elnllsmo
sübitamente una constitución centralista que se impusiera a las proviu- nombre que la ciudad-madt·e.
cias, estimando que cou ello quedaríatt soluciouados en forma inmedia-
ta los problemas políticos. Eu cambio, los federales se iuclittabau por 444. Este .localismo es insuficiente para explicar el federalismo. Sobre
llegar a la constitución federativn después que las provincias se hubieran ~a ~todahdad n~tt.tral que cat·acterizaba las ciudades y zouas del Íllte-
organizado territorialmente, bastaudo, mientras tanto, que la mtión nor ~~uyerou dtversos fac~ores q~1e pusierou de relieve tUl antag01ús-
quedase seUada mediante el sistema de pactos interprovinciales (§ 472). mo ,I~gtonal, prod~cto de diferet:Cl~S sociales, religiosas, ecmtónllcas y
polítlcas que couvteue esbozar stgmeudo a :Z..oRRAQUIN BECÚ. Este an-
442. Un modelo de la concepción tnlltaria acerca de las provincias lo ta~nismo se dio entre el interior y el litoral, especialmeute Bueuos
coustituyó la fracasada Constitución Nacional de 1826. Eula sección Aires, y; con~o se verá, comtituyó una oposición perma.uente que, bajo
VII de la misma, bajo el título DeJa administración provincial, se dispo- formas modificadas, llega hasta nuestros días.
nía que en cada provincia habría uu gobernador, "bajo la imnediata

350
"'
MANUAL DE HISTORIA DE LAS JNSTITUCIONBS ARGENTINAS LA FORMA DE EsTADO: FEDBRAUSMO Y UNJTARISMO

A partir de la segtmda mitad del siglo XVIII, Buenos Aires, la más representantes a un congreso general fue seguida de tUl~ exr::dicióu
joveu de las ciudades argentinas, alcanzó en forma vertiginosa mu he· militar destinad-a a difundir las ideas revolucionarias en el ulteriOr y de
gemmúa que la colocó poco tiempo después como la primera del Río la designación de nuevos gobemautes que recayeron en personas extra·
de la Plata, desplazando a la antigua Asmtcióu, y cousagráudose capital úas al medio donde debían desempeítar los cargos. Este procedimiento
de la nueva estructura virreinaJ (§§ 192-194) lo que, unido a los otros empleado por Buenos Aires no fue bien recibido en el interior, al que
factores, provocó recelo y prevención, no exentos de envidia, de las más aun afectó el contenido de esa propagauda liberal, que -a veces cayó
demás ciudades. eu lo antirreligioso, hiriClldo los sent:imietttos tradicionales arraigados
Las diferencias sociales que separaban a Buenos Aires de las otras ciuda- en las commridades mediterráueas. Los excesos de autoridad en que
des eran notorias. Mientras en estas ídtimas, especialmeute en el centro incurrieron aJguuos enviados porteiios fueron hábilmente explotados
y el norte del territorio, se había formado una aristocracia altiva, cerra- en el interior por los enemigos de la Revolución para crear el des~OI~­
da, conservadora, jerarquizada y a veces adinerada, en Buenos Aires, en teuto con la difu<;ión de afirmaciones exageradas en torno a sus pnnCI·
cambiC\ la sociedad era más llana, abierta, igualitaria y a ve<:es cou pales figuras.
modestos ingresos económicos que 110 le permitían niugtuu clase de Uno de los m.ís vehementes revolucionarios, BhRNARDO Dh MoNTEA-
lujo. Almque esta última calidad se modificó desde fines del siglo XVIII, GUDO advirtió al poco tiempo (1812) el error de esa conducción polí-
al desarrollarse mta pujaute burgttesía, otro factor se sumó a la apunta- ticaal expresar que la Revolución "pttdo haber sido más feliz en sus
da diferencia: la recepcióu en Bueuos Aires de las mrevas ideas sociales designios, si la madurez hubiese equilibrado el ardor ~e uno de _sus
y económiús que cou gran entusiasmo difundió la burguesía intelec- principales corifeos, y si en vez de un plan de conqmsta se hubtese
tual porteiía, contrariando el culto a la tndicióu que aún mautcrúau las adoptado un sistema político de conciliación con las provincias".
commúdades del iltterior.
447. La represenución de los pueblos del interior en 1~ for~~ción
445. Ejercieron también marcada gravitación en el proceso que es- del nuevo orden político fue a menudo retaceada con dtspostctones
tudiamos los hechos económicos. Mieutras el puerto de Buenos Ai- o heehos cuyas consecuencias agravaron la tensión existente. Así,
res estuvo cerrado al comercio legal, las ciudades del interior, gra· después del cuestionado ingreso de los diputados en la Junta de Mayo
das a sus pequeñas industl"ias y al movimiento comercial que tenían (1810) (§ 382), fue disuelta la ]m1ta Conservadora y expt~sados_los
las rutas sobre las que se hallaban asentadas, gozaron de una acepta- representautes del interior que la integraban (181~), y de nnnedtato
ble situación económica. Pero al abrirse el puerto de Buenos Aires al se proyectó y efecn1Ó tma nueva asantblea, tambten fracasada, con
comercio extranjero(§ 232) desaparecieron las barreras protectoras, nna escasísima representación del interior, al punto que el total de
y con ellas las industrias locales y el intenso tráfico comercial, pues ellos era infet:ior al número de diputados porteúos. En oportunidad
las mercaderías importadas eran de superior calidad y de precio infe- de disolver la Junta ('A)uservadora, el diputado jujeílo JuAN IGNACIO
rior a las producidas en el interior. A su vez, Buenos Aires pasó de GoRRITI escribió a1 Cabildo de Jujuy coudenando lo que considera·
un discreto nivel eeonómico, mantenido con el contrabando, a mta ba un atropello a los pueblos: "Si las ciudades disimulan este paso
euforia comercial que provocó enriquecimiento, dando motivo este animoso de una tiranía impotente, uo hay esperanza de fonnar en el
nuevo desequilibrio a ml mayor recelo y antagonismo regional. El Congreso nna c?nstituci¿~ l~becal igualm~nte ?ené?ca a cada terr~~
sistema económico posterior a 1810 uo modificó sustancialmente torio. Buenos Arres se engrra en metrópoli y dtctara leyes a su arb1
este estado de cosas, y ello constituyó para el interior uu pennauente trio a todas las provincias ... La verdadera liberta~ consiste ~n que
recuerdo del egoísmo porteño. los pueblos tengan uu ejercicio expedito en orgamzac su gobierno Y
dictar las reglas o leyes que deben regirlo. Despojar a1 pueblo de esta
446. A las causas enunciadas deben smnárseles los hechos políticos prerrogativa es privarlo de su libertad". .. . ,
producidos a partir de mayo de 1810, culos cuaJes se advierte la preten- El recelo que provocaron estas actitudes poco concthatonas quedo
sión por parte de Buenos Aires de asmnir la conducción del proceso revelado en los afros siguientes, alt:eturirse nuevos cuerpos represen-
revolucionario, ejerciendo una suerte de tutela política sobre el interior. tativos nacionales. En 1813, los diputados concm:rentes a la Asam·
La invitación de la ]tutta de Mayo a las ciudades del interior p-ara enviar blea General Constituyente recibieron, en algtmos casos, il1Struccio-

352 353
LA ORGANIZACIÓN TERRITORIAL
M.\Nt1AL D!l HISTORIA DE LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS

nes muy precisas al respecto. Los de Tucmnáu debían pedir que "'~a La organización territorial
Asamblea se haga precisa e indispeusablem.eute fue~a de B-ue~1os Ai*
res para que las deliberaciones tengan todo el cara~ter de hbertad 449. Al prodocirse la Revolución de Maya, el virreinato del Río de la
que corresponda y que hasta ahora no se ha consegutdo por los abu- Plata comprendía ocho intendencias y cuatro gobiernos político-milita-
sos del poder". . . res (§§ 200 y 205). De aquéllas, sólo tres fi.mcionaban enuuestro actual
Las instrucciones del representante de JuJUY expresaban eu layarte per· territorio. Al principio no se introdujo modificación alguna, linútáudo-
tinente: "Para que la Asamblea no sea un juguete de. las fracoones o tul se la Junta patria a efectuar algunas designaciones de altos funcionarios
instrumento que sMtcione la ,arbitrarieda~ d~l gobt~o:mo, el pueblo d~ de aquellas gobernaciones intendencias con el fin de asegurar los obje·
Buenos Aires, como los dentas de las Provmoas Umdas, no ~ebe t~ner tivos revolucionarios.
más parte en sus deliberaciones que la que le dan sus respectivos dtpu- Poco después, ellO de febrero de 1811, la Jtulta gubernativa estableció
talos o represeutautes". transitoriamente ru1 nuevo régimen. Bula capital de cada provincia o
Al programarse en 1815 la reunión ~e uu nuevo con~reso,,/a desd~ intendeucia (Buenos Aires, Córdoba del Tucumán y Salta del 'Rtcmnán,
Buenos Aires se anunciaba que el m1smo se cele.brana en un lu~ar en lo que respecta a nuestro actual territorio) se constituiría una junta
intermedio en el territorio de las Provincias Umdas". SAN MARTIN, integrada por cinco individuos: tUl presidente, que sería el mismo go-
desde Cuyo, decía que el congreso debía reunirse "distante d~Poder bemador intendente, y cuatro vocales, elegidos por los vecinos. En esta
Ejecutivo y de las bayonetas y en una distancia capaz de evttar las junta residía toda la autoridad del gobierno provincial, debiendo cono-
violencias y el influjo de aquél". Y GüEMES, J~de el norte, Mnenaza- cer en los asuntos que las leyes y orden<Ut7,as atribuíMl al gobernador
ba: "Si en el término de cinco meses uo se reahzase el Congreso en el intendeute (§ 203), pero con «entera subordinación" a la jtutta guber-
lugar intermedio que se ~es.i?nase, qu~dará esta ~ro~iucia en e~. pro- nativa establecida en Buenos Aires.
pio hecho, libre de la SUJecwn al gobterno prov1sono estableudo Y En las demás ciudades y villas que tuviesen o debieran enviar diputados
en una total independencia". ~ . , . a Buenos Aires, se formarÍMl tMnbiénjuntas, integradas por tres perso-
Entre tanto, fray CAYETANO RomdGUEZ, porteno, escnbta a su anu- nas: el comauda11te de MUUS que la presidía y dos vocales elegidos por
go AGUSTÍN MaLINA (lO de setiembre Je 1815): '1\hor~ encue1~tras los veci.uos. Estas jm1tas conocían eu los asm1tos que correspondíau a
mil escollos para que el Congreso sea en Tucumán. ¡y donde qmer~s los subdelegados de la real hacienda(§ 204), y estabMl subordinadas a
que sea! ¿En Bueuos Aires? ¿No sabes que todos se excusan de ven~r las que fi.mciouaban en las respectivas capitales.
a un pueblo a quien miran como opres,or de sus derec~os y que asp1* El régimen establecido, que mantCIÚa la estructura de las intendencias
rana subyugarlos? ¿No sabes que aqUilas bayonetas uuponeula t;y adaptándola a las nuevas circtulStancias, fue combatido, entre otros, por
y aterran hasta los pcnsanúentos? ¿No sabes que el nombre porteno el CMlÓnigo JUAN IGNACio GoRRm, representante de Jnjuy, en nota del
Cstá odiado en las Provincias Unidas o desmúdas del Río de la Plata? 4 de mayo de 1811 dirigida a la Junta de gobiemo. Sostetúa que debía
iQué avanzamos con tul Congreso q';te 1~0 hau de presidir la c~l~all* consagrarse la igualdad de todas las ciudades cabeza de partido, con
za v buena fe! Si te parece que aqUl mtsmo se desea la remuou en derecho a comtuúcarse directamente cou la Jtulta Suprema de Buenos
est~ pueblo, te engaúas ... " . . ., Aires y no mantener la S<lltciouada estructura jerárqtúca de ciudades.
La fuerza absorbente del centralismo se unpuso tMnbten en este caso, Y Las juntas provinciales se constituyeron Cll Cochabamba, Potosí, Char-
el Congreso, remUdo al principio en Tucmnán, fue. luego n:asladad? en cas, La Paz, Salta del Tucmnán y Córdoba del Tnctuná.n, no así en Asun-
1817 a Buenos Aires, donde quedó sometido a la uúluenna portena. ción y Buenos Aires. Las juntas subaJternas se establecieron, al menos,
en Santa Cruz de la Sierra, Tarija, Jujuy; Turumán, Santiago del Estero,
448. Por último no debe omitirse entre las causas del federalismo la Catarnarca, La Rioja, San Juan, Mendoza, San Ltús y SM1ta Fe. Pero a
influeucia doctr~aria procedente de los Estados Unidos a trav~ de las principios del aúo sigtúente (1812) las juntas provinciales fueron nue-
constituciones vigentes en aquella nación y de otras obras Jesun:'"d~s a vamente reemplazadas por los gobernadores intendentes, y las subalter*
difundir ese pensanúento. Esta influencia doctrinaria, pese a st~ lu~uta­ tus, por telÚClltes de gobernadores.
cioues, fue palpable en algunos proyectos y p~uclMnas de la epoca, Y
aun en ensayos constimciouales en las provmnas. 450. En cuanto a la intendencia de Buenos Aires, después de mayo de

"'
MANuAL DE HiSTORIA DE US INSTITUCIONES ARGENTINAS

i810 su gobierno fue ejercido por la propia ]tulta de gobiemo hasta el 15) y hasta se dio el cii.SO de distritos o partidos que integra-
MESen 18 , d ·,¡(
13 de enero de 1812, en que sedesignóuugobernador intendente"con ban_ una provincia que quedaron de hecho separados e su capt · por
COI~ocirniento en las cuatro causas, con la extensión y en la fornM que ejemplo Santa Fe con respecto a Buenos Aires). .
destgnalllas leyes y ordenanzas de intendentes". De esta' manera, pese a la depende.tlCia legal del ~bt~mo general, las
aspiracioues hacia el gobiemo propio de las provme1a.s y aun de las
451. Poco después, el Poder Ejecutivo introdujo modificaciones eu la ·un· d·cciones cabeza de partidos se fueron concretando de acuerdo con
JSl .,Es.
divisi~n territorial, creando nuevas provincias: la de Cuyo, que com- la situación general del país y la particular de cada reg~o~t. as i!.Sprra-
PU:ndia Mend<;>za, San Juan y San Luis (29 de noviembre de 1813), la ciones se formularon después de 1820 de manera orga.ruca a través de
Onental del R1o de la Plata (7 de marzo de 1814), la de Entre Ríos (10 un régimen autonómico.
de setiemb;e de 1814),1a de Corrientes (10 de setiembre de 1814), y la
de Tucuman, que comprendía, además de la jurisdicción del cabildo
local, los territorios de Santiago del Estero y de Catamarca (8 de octu- 121
El régimen de las autonomías provinciales
bre de !814).
Estas provincias, así llamadas oficialmente, debían ser regidas por go- 453. La disolución de las autoridades nacionales en 1820. facilitó la
bertMdores intendentes designados por el gobierno central y con las concreción de los deseos de las provincias de ejercer el gob1en1o local
atribuciones contenidas en las ordenanza!> vigentes eu la materia. De con libertad e independe.ttcia, y con el derecho a establecer sus leyes
esta manera, lOs pueblos no telúan participación directa en la elecrión fundamentales e.tl cuanto no perjudicasen los derechos de las otras pro-
de sus autoridades, las que dependían directamente del gobiemo nacio- . · de la 'unión entre éstas. Si en algunos casos antes de esa fecha
VlllClaS 0 · · t
nal establecido e.tl Buenos Aires. ya se habían_ exteriorizado actoS que denotaban un pronunCiao.1;'-et; o
autonómico, e.tl realidad fue a partir de enton~es cuando s.e, consolido el
452. ~a estaba latente e.ttlas provincias, sin embargo, el deseo de ejercer régimen de las autononúas p~vin~~es, me~MlfC la sane1on de las .nor-
el gobtemo Jocal con relativa iudepende.tlcia de las autoridades getrera- mas fu.tldameutales y la orgaJ.uzacton de gobiernos locales suste11tados
les. Ello se pe~:filab~ en las hzstrucciones de los dip~tados elegidos para en los principios enunciados. . .
representar almtenor en la Asamblea de 1813. As1, e.tltre otras las de Estos movimientos autonómicos e.t'l ningím momento perstgtuerOI~ fi-
Tuetunáu disponían que "se tenga. presente" la Constiutción de :Ñortea- nes separatistas, y arn~que a veces de bs doc~tmentü!', y textos cOilStlnt~
mé?ca; las de c¿rdoba, que "se respeten y salven los derechos y prerro- cionales surgen exprestones que puede.ttdar pte al equivoco (como cuan
gativas de esta cmdad", "adern.is de reservarse el conocinllento de algu- do se aludía a "un formal Estado" o a mM "república"), en realidad, la
nos ast~l~S en materia judicial, hacendística y militar"; las de Jujuy, ·dea de la rnlión aparecía expresa o implícitamente en todas ellas, sal-
que se lmutara la forma de elegir los gobemantes para los pueblos y se ~ándose así el principio superior de la nacionalidad argentina.
asegurase no sólo la libertad general del Estado, sino también "las liber-
(2) LUCAS AYAll.!l/I.G.u.AY, La !fflarquia J el tatUÜilismo, Bue?-: Air<:s, . :~::~LM<())~l~;~;~;
1 93
tades .Y d:1;n.ís den:chos de los Pueblos Unidos"; las de Potos~ que "la
cir en nota 11) del cap. XIV; A. l:i..vAGGI,L(Jf_for:rct tspet;IIJ ..•, op< or. ..
cor:snrunon que dtcte el Congreso debe ser federativa", precisando sus "PR. . • ~VE~ Historia dd derecho aY~rmtino, ts. VIII y IX; Lms Mí.NDE7. CALZ.IDA, La fo~¡;¡~n
ICAlUXJ"""" , .., El d dw públiw m lar prrn•11WM
asprraciones e.tl este sentido de tuu manera bastante completa. Por fut, ·ud· · l. op cit ~n nota (1) del cap. XV; Jt111N P: RAMOS, <m .
} .aa . .., :Buc~ Aires, 1914 r.1; J. P. RAMo~,EI podr:r ejecurivo. ••, op. cit. en nota (1) del ?P·
las de la Bi!.nda Oriental sólo admitían el sistema de confederación, rete-
~=:o R.-WIGNANI, Hístcrria Constitucirmal de la fup~/J~ica Argentina, t. ll, Buen~:'~'
niendo cada provincia "su sober.uúa, libertad e independencia, todo 19;7 )oSÉ MARIA Rosa Dd municipio indiano a la pr!JPI"cta 11T!J&nrma (1580·1852), T; ,
- ; • ' ' · 1821 B Air<: 1982• Vi<;:'fOll AU
poder, juti.sdicción y derecho que no es delegado expresamente por la 1 958· CARLOS S.A. SEGRErl, El pm.; d.sutlto. 1820- . , uenos s, ' H D No
Confederación de las Provincias Unidas juntas en Congreso". AN '·n;cour La adminlm'ació" de justicia en fas pm>inc¡ar a:rgem:mar (1820-1853), R. id ., eh
i
1 1Z::;3· v: ,w At.;zo..inom, Lar facultada exrrarmiínaríM y la suma del podr:r plibltco m e ere o
Est~ deseos se reiter-aron en los años siguientes y tuvieron en la prácti- ;,m,.;;Zú argentino (1820-1852), R.I.H.D., N" 12, 1%1. . .
ca diferentes modos de expresión. Debido a la situación anomul del e tmdJndepodr:ra op. cit. en nota 2 del cap. XIV; DAC".J<.ossa, Tenmnodc
(2a) CANSANELLO, oncen ' e · · rewmtrutcitfn del orden m la
territorio o a conflictos particulares, fueron varias las provincias que se m411dato .•• , op. cit. en nota 1 dd cap· XV; jORGE Gr.LMA.~ ;~#JloXIX B 1 H E.R. no 21
r:.mnpaña de BuenmAires. Estado y socmlad m la pnmer-a mlt . . ~ Sf!J . en · · ·t>Uh~ tri;
apartaron del gobierno nacional, como Eutre Ríos, Corrientes y Cór- 2000· MARiA CRISTINA SEGHESSO DE LórEZ A!I.AGÓN, EJ JUIC<O de rrmdenCJa en el d ~
doba. Otras llegaron a elegir por sí sus gobenlalltes (Salta eligió a GÜE- prmmcw. ' 1 RHD ""131985·ÍoEMLos,.,¡,,.,.,",¡~licw ... ,op.dr.,ennota1dclcap. ·
~n . · ., ., , , ' 1'-·- r-
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M..I..."<UAL DE I:úSTORIA DE LAS lNSTlTUClONBS ARGENTINAS - - - - - - - - - - - - - ' E L RÉGIMEN DE LAS AtrrONOMÍAS PROVINCIALES

El año 1820 seúala, pues, el comienzo de tuta etapa en la cual las pro- 1841, tuta Constitución; en 1822, en Entre Ríos, el Estatuto prrwisorio
viucias se dispusieron a dar su organización interua, como paso previo constitucWnal; Corrieutes eu 1821, el Reglamento provisorio constitucW-
al futuro ordenantiento nacional. Ello significaba tambiéu una decidida nal, y eu 1824 tUta Constitución; Córdoba, eu1821, el Reglamento pro-
iuclinaciórt, como veremos, hacia la instauración del régimeu represeu- visorio, y en 1847, el llamado C6digo constitucional prrwiwriv; Tucmnáu,
tativo repnblicano de gobierno y hacia la adopción del sistema federal. en 1820, la deuomimda Constitución de la República~ y en 1852, el Esta-
Quedó, además, totalmente desgajada la antigua estructura intenden- tuto provincial, t'Ut:itno de este período; Catamarca en 1823, el Regla-
cia! al producirse la separación defutitiva de algtUtaS ciudades cabeza de mento Constitucional; Santiago del Estero, en 1830, el Reglamento Provi-
partido, quedando todas en el mismo rango de provincias autónomas. sional, modificado luego; Salta, eu 1821, mtEstatuto o Reglamento Pro-
Esta uueva modalidad institucional se alcanzó a veces con medios pací- virorio; Jnjuy, un Estatuto Provincial, en 1835, otro eu 1839 y uu nuevo
ficos, pero eu general tuvo lugar después de tens..tS gestiones y de en- Estatuto Provisorio en 1851, que al parecer uo tuvo vigencia; San Luis,
frentamientos armados. Así, la caída del cougreso constituyente nacio- eu 1832, el Reglamento Provisorio; San Juau, eu1825, la Carta de Mayo.
nal y del director supremo fue fruto imnediato de la reacción militar de Buenos A.U:es~ a su vez, fuudó su organización sobre la base de tres
los caudillos litoraleúos, cuya triunfante imposición eu Buenos Aires leyes: la ley electoral, del 21 de agosto de 1821; la de supresión de
obligó a establecer las autoridades representativas locales para negociar cabildos, de dicie1nbre de 1821; y la de organización del Poder Ejecuti-
la paz, daudo así una forma embrionaria al futuro régimen provinciaL vo, de setiembre de 1823. También se apoyó en el Reglamento nadoual
El poder uacional quedó acéfalo, y el mismo Cabildo de Buenos Aires de 1817. Atmque se redactó en 1833 un proyecto de constitución, no
que otras veces había concurrido a cubrir transitoriamente ese vacío, tuvo sanción.
expresaba el 12 de febrero de 1820 que después de aquellos aconteci- Este mmteros-o coujmtto de constitucioues uos Ílnpide desarrollar tw
mientos políticos las prov:Utcias "estáu en estado de hacer por sí mi<>mas estudio analítico completo, pues auuque los principios sustauciales erau
lo que más convenga a sus intereses y régimeu interior". análogos, las variantes fuerou Uúulltas en cuanto a la organ.izacióu de
los poderes del Estado y a la forma de establecer las.dedaracioues gene-
454. La autonomía de las prov:Utcias tuvo a veces expresión formal eu rales, y los derechos y deberes personales. De tal manera, nos limitare-
declaracioues o pronunciamientos específicos, en otras fue producto de mos a esbozar la organizacióu coustitucioual de las provincias eu esa
nua larga separación de hecho, pero eu todos los casos tuvo su iududa- época tomando como base la tónica predominaute eu la mayoría de
ble ratificación al sancionarse las leyes o textos constitucionales. esos textos.
La organizacióu constitucional, mediante la adopción de tut texto No puede juzgarse a todos los ensayos coustitucíonales eu tw pie de
fundamental, fue el medio escogido por la gran mayoría de las pro- igttaldad, pues algmtos tienen limitaciones fi.mdadas en su caráCter pre-
viudas. Mieutras muchas lo dictarou casi de inmediato, otras espe- cario o Clt el mismo pensautieuto que los inspiró. En este último caso,
raron largos aúos su sanción, y hubo algtutas que no tuvieron consti- por ejCluplo, se halla la Carta de .Mayo sanjuaniua, que contetúa sólo
tucidn durante la época que estudiamos (Buenos Aires, Mendoza y una dedaracióu de los principios libetales Clt materia de derecho y li-
La Rioja). Eu estos últimos casos, la carencia de la norma ftmda- bertades persouales, omitiendo todo lo relativo a la organización de los
mental fue reemplazada por algunas leyes destinadas a organizar el poderes del Estado. Tambiéu cabe seítalar que algtmos eran excelentes
fuucionamieuto del gobierno local. modelos de lo que Clt teoría política se entendía por constitución. Así, el
Como advertiremos a través de los títulos dados a esos textos fuuda- Reglamento de Córdoba de 1821 o el Estatuto de Entre Ríos del año
meutales, la palabra constitución no era frecuentemeute usada para de- siguieute. Junto a ellos puedeu hallarse expresioues constitucionales
signarlos, preftriéndose el empleo de términos como rrglamento y esta- rudimeutarias, como el Estatuto santafesino de 1819, el Reglamento de
tuto, a los cuales se agregaban los de provisWnal o provisorio, para signifi- C',orrientes de 1821 o el mismo Reglamento ptmtauo de 1832. Esto uo
car con ello el carácter precario que tetúan, en espera de una organ.iza- significa abrir jtúcio sobre ntál fue más eficientr, si el estatuto o el regla-
cióulocal y geueral defmitiva. mento pobre técnicamente o la constitucidn "ilustrada".
Vamos a emunerar esos textos constitucionales a flll de que se adquiera
uua visión de su importancia dentro del derecho público de la época: 455. Los textos constitucionales prodatnaban, en geueral, las declara-
Santa Fe, en 1819, el Estatuto provisorio, primero en su género, y eu cioues, de1·echos y deberes personales que se hallaban ampliamente di-

358
AfANtTAL DE HrSTOlUA Dll LAS 1NSTITUClON1lS .ARG1l.~TIN.M El. RÉGIMEN DE US AtrfONOMiAS PROVINCIALES

fmu:li~os .cunuestro territorio e incluidos en nuestros primeros ensayos pueblo, partido, curato o departunen~o; incluyendo 1~ :apital ~e ~a
~OtlStlfi!Ctonales o leyes especiales (§§ 405 y 413). En este sentido provincia. Para ser representante se e;ngia una edad mimma (v~mti­
mteresa seí:talar que la reiteración de esos principios en los docume.u~ cinco aÍlos, en varias), la calidad de cmdadano y poseer determmado
~e organización provincial revela el arraigo de la concepción política capital profesión u oficio útil.
h~ral,. ~u~ cuando en la práctica el medio no fuera propicio para su Las atribuciones del Poder Legislativo, al que le correspondía dictar las
apltcactonllltegral. leyes eran, entre otras: ratificar y aprobar los tratados; acordar y con-
L.a religión católic~ era proclamada como religióu del Estado, dispo- sen~ la declar-ación de guerra y la celebración de la paz; establecer
t~ét~ose, 1~ protecctón y apoyo de las autoridades a la misma. Se prohi- derechos y contribuciones; autorizar y recibir empréstitos; crear y s~­
bta tmplíctta o expresamente la existencia de otros cultos, salvo en la pritnir empleos; form:rr los ~~anes de ed~ación pública; conceder pn-
Carta de ..Mayo s.'Uljuanina de 1825, la que prescribía que "ningún ciu- vilegios y patentes de mvenaon; d:n:rmu~ el presupuesto anu:U ~ JUZ-
dadano o extratlJero, asociacióu del país o extrat1jera, podrá ser turbada gar la cuenta de gastos de la admimstracton; re~ar el proced~ento
en el ejercicio público de la religión cualesquiera que profesare con tal judicial; reglamentar el comer~io inU:rior y extenor; celar la calidad d~
que los que la ejercitan, paguen y costeen a stlS propias ~nsas su la moneda y los pesos y medtdas; fiJar los sueldos d.e.los empleados,
cult~" (art. 17) .. Se exigía también, eu geueral, el respeto a la religión otorgar pensiones y premios; determinar la fuerza militar o proveer al
donunante, yla ~~racción de esta disposición era juzgada expresamente mantenimiento de las tropas; enjuiciar al gobemador. No faltaba la que,
como tu-ta vto~acton a las leyes fimdamentales de la proviucia. como la de Corrientes de 1824 agregase algtmas materias específicas al
medio, como el establccimieu~ de nuevas poblaciones, la subsistencia
45~. Todas las pro~incia:' ~~ptaron para su gobierno la forma republi- de los nuevos pobladores, el fomento del ganado vacm10 y caballar, y el
Catla Y representativa, dtvtdtendo las fimciones del Estado C1l los tres adelanto de la campaña, pero, en general, estas inquietudes no hallaron
c!ásic~s poderes: Legislativo) Ejecutivo y Judicial. La aspiración constitu- ubicación en los textos il.llalizados.
ClOna.hsta era la de establecer la indepcudencia de esos poderes entre sí,
aunque consagrando la supremacía legislativa. Pero como ya veremos al 458. El Poder Ejecutivo. Este poder, piedra angular del sistema, era
estudiar la aplicación de estos textos (§§ 466-467) dificilmeure podía de carácter mtipersonal, y estaba encomendado a un ciudadano e?~ los
darse ese presupuesto en la mayoría de las provincias argentinas. títulos de gobernador y capitán general~ amtque a menudo se u~a
La' n~eva organización significó la abolicWn de k;s cabiltWs, pasando sus para designarlo sólo el primero. Era nombrado por el Poder Legtslatwo,
n;tílnp1es funciones a nutrir las atribuciones de los nuevos poderes. Si excepto en el .Estatuto sat1tafesino de 1819, donde se consagraba la ele:-
bten fu~ en Entre Ríos d011de primero dejaron de fuuciorur los cabil- ción directa y popular, pues, según decía, era "~.no de los actos. m:s
dos, es uu:ludable que la ley bonaerense del 24 de diciembre de 1821 esenciales de la libertad del hombre el nombrarmento de su caudillo,·
ordenan~o el cese de los cabildos de Buenos Ait-es y Luján., nwo vas~ Pese a esta disposición, desde 1820 la saJ.:t de Santa Fe era 1~ que elegta
resonancia en el interior, iniciátldose el lento proceso de extinción de el gobemador. En el Reglamento correntmo de 182llo desiguaba una
estos cuerpos, que se exteiu:lió hasta fines de 1837. asamblea electoral.
El período de gobiemo era en la mayo;í~ de las f?ro':incias entre ~os y
457. ;m Poder Legis!a?-vo. Estaba en todos los casos fonnado por tm tres .mos, pero se llegó a seis en el codigo conmtucwnal ~or?obés de
solo organo, que recibia el nombre de junta de representantes sala de 1847. Se admitía, por lo general, la reelección, pero resmngtda a tula
repesen~antes o Jef!islatura . .Sin ~mbargo, Corrientes, en 1824, 'estable- sola vez o con un lapso intermedio entre una y otra elección. Para ser
CIÓ tUl smg_ular organo legtslattvo: tUl congreso general y otro perrna- goben1.ador se requería tener mu ~a d. ~tima (treinta y cinc? año~ en
l~ente; y JuJuy, en 1839, creó una jllllta general provincial y tula comi- varios textos, treinta en otros y vemnsets en algunos), ser cmdadatlO
stón permanente. nativo de la provincia {a veces era suficiente que lo fuera d~ otras p~­
Los integratttes ~e la legislatura eran diputados, elegidos popular- vincias ), acreditar residencia en la provit1~, poseer dete:nunado capi-
meute en forma duecta, C1l algunos casos, e indirecta, en otros. Du- tal, profesión o :itu:lusttia, y a veces se extgt.a que el catu:ltdato fi1era de
raban, segú~ los diferentes textos, entre dos y tres aúos, y su nlunero "legítimo tuci:mieu;o". . . .
era proporcional de acuerdo con la población o era fijo por cada El gobernador debta hacer cumplir y e¡ccutar las leyes, dictando a esos

360 361
1\tL\Nl'AL DE liiSTORIA DE US lN'>TlTl'CIONI!S .ARGENTINAS EL RÉGIMEN Di! LM Al'TONOMIM PROVlNCIAUlS

fines los decretos y reglamentos correspondi~nt~s. Tamb~én ¡;00-ía pre~ las Rrov:incias el reemplazo fue 1uda más que citx:miStancial, y los nue-
sentar a la legislatura proyectos de ley. Sus pnnctp-ales atnbucwnes eran. vos ¡ueces eran legos y designados anualmente como sus antecesores. A
convocar a la legislatura y hacer su apertura; declarar la g1.1erra Y ac<;>:- veces ni siqtúera se les cambió la denominación, continuando la de al·
dar la paz con acuerdo legislativo; ~~~mbrar y remover emplead~s mili- caldes, con la sola diferencia que ya no los elegía el cabildo sino el
tares y civiles; mandar las fuerzas núlitares, por lo que se le COt1StdC:a~a gobernador o la legislatura. '
capitán general; conservar el orden público; aseg1.rrar.los fondos publi- Trunbiéu se establecieron jueces de paz en las parroqtúas urbattas para
cos; ejercer jtu'isdicción en todo lo relativo a la hacten~a del Estado, astmtos menores, y en la campafta en reemplaw de los alcaldes de la
incluso en causas judiciales, cm1Siderá.ndosele c~mo "ult~n~e~tte de san~a hermandad. Los fallos que aquéllos dictaban eran apelables ru1te
hacienda"; recibir enviados y nombrar los que envte la provlllna, expe- los JUeces de primera itiStancia.
dir cartas de ciudadatúa; ejercer el Patronato y proveer los empleos Y Sigtúeudo 1os lineamientos del Rrgiammto de 1817 se estableció tam-
beneficios eclesiásticos; indultar, conmutar o suspender, en casos espe- bién el ju?j!fado ~alzada deprovincia para co11ocer las apelaciones, en
Cl;
ciales, las sentencias de pena capital; conocer en las apelaciones de.l,as seg1.t11da mstattcta, de las causas civiles y criminales, en la fomta ya co-
sentencias del fuero militar; abrir y concluir tratados con aprobac10~1 nocida(§ 431).
legislativa. Se le cot1Sideraba además como el jefe superior de la adnú-
tústración general. , . . 460 .. El. régim~n de las aut~nonúas provinciales obligó a crear CH cada
En la mayoría de los textos comtitucionales se establena tUl mt?~stro o provmna 1111 tnbunal supenor de apelaciones, bajo el nombre de cáma-
secretario para colaborar con el gobernador, y cuyo nombranuento Y ra de apeJJ:cW.~~ cámara de justicia, tribunal de apelaciones o superior tri-
renovación dependían de éste. Debía autorizar con su fmna los ac~os bunal de justtcta, etc., que asunúó las atribuciones desempeúadas hasta
del gobemador, y, excepcionalmente, alg1.1110S de esos te:'t?s establenan entonces por las cámaras de apelaciones de Buenos Aires y Cha.tx:as
la responsabilidad del mitústro ,r~r los actos et~ que parhn~~e. El Esta- su~es~ras de las respectivas audiencias (§ 434). De esta matrera, aque~
tuto tm.:tmuno de 1852 era el muco que constderaba almuustro como ll~s trlbmtales ~uedaron CClX:Cltados en su competencia territorial y li-
integrrulte del Poder Ejecutivo. ~tados al.únbtto de sus respectivas provincias. Las nuevas cámaras se
ut,tegraba.tt, se~1 ~ leyes, por tres o cinco jueces legos o letrados se-
459. La organización judicial Ya hemos ~eñalado los nu~os prit?ci- gun los casos, Y e_Jerewtlas facultades propias de este cuerpo. Los 1niem-
pios en materia judicial introducid~s despu;s de la RevolttctO~l Yaplica- bros perma.tlecÍan en sus cargos tnie11tras observasen "buetta conducta".
dos con carácter nacional en la prunera decada por los gobternos p~­
trios ( §§ 429-437). Al desaparecer las autoridades nacionales y astumr ~l. ~! conoc~úento de los recursos de segunda suplicación~ n"midad e
las provittcias todos los poderes en cada jurisdi~<;J-ó~t, ~ ~1tentó adoptar m;umaa'!'w:za (§§ 117 y435) fue atribuido generalmente a un tribu-
el mismo sistema de it1dependencia de la fi.u1C10n JUd!Clal en cada .pro- nal espenal uttegrado por tres o cinco individuos desigltados por el
vincia. No siempre fue posible reempla~ru; el co~licado me~amsmo gobemador para cada caso y que se disolvía lllta vez fallada la causa. La
it1diat10, pues ello implicaba el establecllluento de J:U:Ces. Y tr.tbt~lales aspiración de organizar en esta materia tUl tribtutal pennaneme e inde-
que no todas las provincias podían matttener y que ru stqluera ¡ustifica- p.endiente del Poder Ejecutivo no fue alca.t1Zada en esta época. Como
ba la escasa actividad judicial de alg1.u1as de ellas. eJemplo de tUl mejor ordenamiento de la cuestiótt, puede citarse cl tri-
A medida qtu: los cabildos fueron abolido~(~ 456),.desapareciendo en bunal de recursos extraordinarios~ establecido Cll BUCllOS Aires en1838.
consecuencia la justicia capimlar, las provu1nas debt~n estab~ec.er tul
nuevo régimen para la sustanciación de las. causas n':'iles y cnrrunales 462. Las causas contenciosas en ntateria de hacienda continuaron co-
que no fi.teratl de fuero privilegiad~ o esp~nal. S~ destgnaron en ree~n­ nociét~~olas en primera Íl1Stancia los gobernadores, generalmente con
plazo de los alcaldes a jueces de prunera u1Stancta. En alg1.mas pro;u-1- apelanon a.t1te las cámaras de justicia.
cias como Buenos Aires, el cambio fi.Ie sustruKial, pues los nuevos ¡ne-
ces ~anletrados e inamovibles, con lo q11e los principios de indepen- 463. En materia mercantil~ IIÚe11tras Buenos Aires mantuvo el consula-
dellda judicial, especialización y conocitnieuto jurídico tendían a, ase· M como tribtUMl judicial, las demás provincias debieron recurrir a dis-
g1.1rar la aplicación integral del régimen liberal Pero en la mayona de tintas soluciones: las que prefirieron ma.tltCller la jurisdicción comercial

362 363
' DE HISTORIA U.S
EL RÉGIMEN DE LAS AUTONOMÍAS l'ROVINClAU!S

est<l.b~ecieron Wl tribmul de comercio o m1 juez de comercio; pero otras ·. normas constitucionales, con lo que los poderes provinciales se couvir*
d~du~-:on eucomendar los astmtos mercantiles a los jueces 0 alcaldes rieron en supremos dentro de su }urisdicci6n; ejerciendo atrib~~ones
o;<I.manos. Al parecer, se mantuvo la ;aplicación en esta jurisdicción del que la doctrina política solía conceder al gobt~rno central (Cln:'ton de
~eg:uneu esDtb~ecido por ~a cédula dd 30 de enero de 1794 (§ 206), moneda establecimiento de aduana, celebrao6u de tratados mtern.a-
amtque eu algw1 caso se dispuso que esta materia se rigiese por d códi- donales' mando militar, concesión de cartas de ciudadanía, etc.).
go de comercio espafíol de 1829, por la ley de enjuiciamiento esp.tf1oJa Con ell~ s61o se procuraba llenar el vacío ~ dejaba la f~ta de 1m
de 1830 y en último término por aquella cédula (Me.n.doza). sistema constitucional general y de m1 gobterno central, sm que se
intentara romper la mlidad nacional. J?ebe advertirse que enlama-
~· Una de las más ~porran:es medidas que se adoptaron en esta yoría de los textos provinciales ~e~1ctonados se afi:maba expresa-
epoc:a, como consecuencta dd Vlgor alcanzado por la corriente aboli- mente el principio de que la provtnna formaba parte mt~grante de la
Ciot~:a, fue la supresión del.fUero personal(§ 105) en las causas civiles Nación y de que, en consecuencia, la vigencia de este U1Stnl?re?to
Y cr~rmnales. ~.es~ ~anera, .los ~clesiásticos y militares quedaron so- estaba supeditada a la re1mióu en Congreso d~ todas las provu~Cias.
meados a la JUnsdicciÓn on:hnana, salvo eu los delitos de naturaleza Veamos algw1os ejemplos. El Estatuto entrerrt.ano de 1822 declara*
eclesiástica ~militar, que sólo juzgarían los jueces de esas jurisdiccio- ba: "'La Provincia de Entre Ríos, en el Río Paraná, se declam Y cons*
nes. La ley dictada el 5 de julio de 1823 eu la provincia de Buenos Aries timye con la calidad de por ahora y hasta la sanción y últimas ~cela­
fue precursora de disposiciones análogas dictadas en otras provincias. raciones del Congreso General de todas sobre la .forma de. gobiem:\
en 1m formal Estado y Gobierno representativo, mdependiente,. baJO
465.. ~~ a la proc~amada independencia del orden judiciario y a la las leyes que por este Esta roto se establecen" ( art. ~ ). y a co.nnnua-
0

p.r:ohi~ICton establectda en algunos textos de que interviniera el Poder .' d ia: "Ella es mu parte integrante de las ProvmCias Umdas del
ctonec N''"( o)P
E;e~Ut>o en el conocimiento ~e las causas judiciales, la realidad superó Río de la Plata y forma con todas una sola ac10n.. : , art. 2 . or
el SIStema proyectado. En pruner lugar, la uueva estructura necesitaba su parte, el Reglamento de Córdob~ de 1821 prescnbta ,que la pro-
un p~antel de len:ados que pocas provincias tetúa.n., pues uo sólo deb-ían vincia "es libre e independiente; restde en ella la soberama Y le c~m­
cubnrse las magt.strantras, sino también quedar el número indispensa- pete el derecho de establecer S\1S leyes fundam:ut~es por coustit:tl*
b.le de abogad~ para atender los pleitos. Ello impidió eu varias provin- ciones fijas y entre tanto por reglamentos provts~nos er~ cu.anto no
~Ias el esta~lecuniento d~ la justicia letrada, inamovible y especializada, perjudiquen los derechos particulare~ de ~as ~emas provmCias Y los
'~se ~e la mdepe;1denct.a o separación de poderes. Además, el Poder generales de la Confedemción". La Con~tt~ucW~ ru~mana de .1820
F.;ecuttvo conservo en algww provincias efectivas facultades judiciales declaraba a la provincia como "1ma Repubh:~ hbre e ~dependiellt~,
).ll'a cono.cer :~1~ los asuntos en grado de apelación, y en otras oportwll- mUda sí con las demás que componen la N acton ~enca..~u del Sud .
iades ~ CJerctCio de~ s~ del poder J?Úblico (§ 470) lo autorizó para El principio de que la nacionalidad estaba por encuna d~ las no.mus
:CI~t<:lC~· en causas JUdiciales. Ello, mudo a la preemiuencia que carac- locales también se evide11CiÓ en la práctica mediante las vmculaqones
enzo. SI~~re a la ~gura del gobemador, impidió que se concretaran de tipo jurídico que tulleron a las provincias dttr.mte esta época (pactos,
os prmctpios CllllllCiadoss, aml.'}ue paulatinamente se fueron obtetllen- delegaciones de funciones y otros) (§§ 472-488).
lo a través de una incesante lucha, especial.men.te librada eu las princi-
Mles ciudades. 467. La práctica de gobierno den10StrÓ que el proyectado equili~rio de
poderes no podía alcanzarse cuando ~l caudillo local, convertido en
kS6. Carácter y aplicación de los ensayos constitucionales. Estos gobertudor, ejercía tma Urevitable prestón sobre los otros ~eres: A<>í,
~lSayos co?Stitucím~es fueron dictados e11 mome11tos en que uo exis* los legisladores eran en muchos casos hechttra del Po~e; E;ecuttvo, y
ta m1 ~biertlO naciOnal tU mxa col!Stitución ge11eral. De ahí que no cuando no lo eran. solían congraciarse con él. Fue tambten f:C.Cu~nte -
:lera postble hacer, como correspondía, m1.a discriminación de las fi.Ul- con algunas excepciones - que, deja..~ldo a \Ul lado las apan~~Cias, s.e
IOI1es que comperian a las autoridades nacionales y las que cottserVa* elltregaran al gobenudor omnímodos poderes, que le pernnn.m, atri-
•an los gobiemos locales. buirse algmw 0 todas las funciones legislativas (§ 470). De ~ que
,as provincias asmniCiun así todas las fimciones, dictando cada wu las Alberdi llamara a este Poder Legislativo provh1cial "un poder SI pode-

365
'"
l\1ANL'AL DE HISTORIA DE LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS EL RÉGIMEN DE LAS AUTONOMÍAS PROVINCIALES

res", expresión bien sugerente del modo en que habla declinado el prin- términos se confUndían, y la expresión "tirano" casi equival-ía a ejercer
cipio constitucional de la supremacía legislativa. el gobierno, y "libertador", a quien conspiraba desde el hano, y asi,
También esa influencia o avasallamiento del gobernador se exteriori- sucesivameute, tma misma persotta pasaba casi sin serlo de tul término
zó coll respecto al Poder Judicial, el que tuvo grandes dificultades a otro y sin que, en realidad, pudiera detenninarse a quién mejor le
para alcanzar en la práctica la independencia con que la teoría pre- correspoudia el calificativo.
tendía dotarlo. De manera que, como ha dicho LEVENE, las atribu- En smna, quienes así procedia.tl veían el mal, la corrupción y la desgra-
ciones principales de hecho y de derecho correspond-ían a este típico cia en el gobernante de nm1o: y precOitizaba.tl que la solución estaba en
persouaje que, atutando el poder efectivo con el poder político, se reemplazarlo, aunque fuera violenta.tnente, pues esta sola modificacióu
convirtió en el caudillo-gobernador. obraría como factor desencadenante de la felicidad del pueblo. Como
los medios legales no le perntitía.tl acceder al poder (por fraude electo-
468. El caudillo. Conformaba en esa época tul peculiar tipo humano ral, por escaso respaldo de los sufraga.t1tes o por la espera que debía
que evidenciab-a frecuentemente poseer tUta afinidad (en el origen y en soportar hasta que expirase el mandato del tintlar), el caudillo recurría
el comportamiento) con la masa, aparte de aptitudes innatas que le al prontutciamiento militar, almotíu, a la revuelta popttlat; que, si ter-
pennitían obtener una fervorosa e incondicional obediencia de sus ad- minab-a felizmente, le deparaba el cargo de gobemador. Esros movi-
miradores, que llegaban a considerarlo como hombre provideHciaL mientos, parece obvio señalarlo, no persegtÚa.tllllta transfonnación ra-
Despreciaba, por lo general, todo lo proveniente de la ilustración, en dical del orden público, sino tan sólo se limitaba.tl al reemplazo de los
cuanto significara la adopción de principios ideol6gicos ajenos a la tra- :fimcionarios derrocados.
dición. Algunos solían acompañar sus actos con muestras evidentes de
su destreza f'ISica o de su tan temido poder psicológico. 470. Las facultades extraordinarias y la suma del poder público.
Colocado el caudillo dentro de los rígidos esquemas del sistema políti- Aunque ya en la década de 1810 a 1820 el.Fbder E,jecutivo necesitó ape-
co republicano, bien pronto éste, en la práctica, fue anulado por la nanl- lar a atribuciones que, en teoría política, perteneCÍa.tl a los otros poderes
ral preentinencia de aquél, que no aceptaba ejercer tu1a autoridad com- del Estado, el fenómeno adquirió síntomas más alarmantes después de
partida. De esta manera, en las provincias donde las personalidades de 1820, constituyendo mta de las fallas más graves experimentadas en el
estos caudillos gravitaron más hondamente, los demás poderes del Es- funcionamiento del flamante régimen republica.t1o. En su primera apa-
tado desempeúaron tul papel menunente figurativo ntientras duró la rición, el fenómeno puede explicarse, al menos parcialmente, por la
hegemonía de aquéllos. brusca tra.tlSición entre dos modelos gubernativos distintos, como eran
Pero quienes llSÍ pensaban y acn1aban no desearon siempre convertirse el indiano y el patrio.
en déspotas. Más bien, en ellos esniVo presente la idea de realizar tul Las focultades extraordinarias eran la delegación concedida por el Poder
gobierno paternal, sin trabas legales, destinado a obtener el bien de la Legislativo al Ejecutivo de ciertas atribuciones de naturaleza legislativa,
connmidad en la misnta fonna que tUl padre de familia intenta dar feli- con el propósito de que el gobernador pudiera expedirse con mayor
cidad y bienestar a los suyos. rapidez. Ta.tnbién se solía incluir dentro de aquel concepto, en fonna
separada o conjtutta con la primera explicación, la concesión al Poder
469. El caudillismo -nombre con que se ha designado a ese ejercicio tan Fdecutivo de facttltades que le pernútía.tl suspender la segttridad indivi-
_personal del poder - carecía de tul preciso contenido ideológico, que dual(§ 41!).
era reemplazado por una fmseología vacía, pero sonora, que también En cambio, la suma del poder púbtiro significaba reunir los tres poderes
contagió a muchos ilustrados. El que intentaba arrebatar el poder era el del Estado y enUX!garlos al gobernador, aboliendo así la división repu·
"libertador"; al poco tiempo se convertía en "tira.110". «Pueblos opri.trú- blka.tl<l. De esta manera, el goben1ador absorbía, además de las suyas,
dos ", ''t'trama
• onunosa
. y b.írbara", "los usurpa dores y tu<tnos,
. nlons- las :fimciones legislativas y judiciab, y atmque materiahnente le fuera
truos que deshonran la htunanidad", etc., eran términos utilizados a imposible ejercerlas todas, especiahnente las t'dtit1tas, el principio abso-
diario para fimdamentar prommciamientos, golpes de estado, motines. lutista quedaba consagrado. Dentro de la stnna del poder público tam-
Todo ello se hacía para "restablecer la felicidad pública", "libertar pue- bién cabía incluir la suspellSión de la segmidad individual.
blos", para lo cual se recurría a "la espada del héroe". De tal forma, los Contra lo que vulgannente se cree, ta.tlto las fantltades extraordin.arias

366
'"
EL RÉGIMEN DE L<I.S AUTONOMÍAS pROVINCJALllS

M.\.NUAL Dil HISTORIA DE LAS lNSTITUOIONES ARGENTINAS


, d · da gloriosamente la guerra con-
:::omo l-a suma del poder público existieron en todas las provincias ar- S. E. hasta dos afíos desp:tes .e te.r.tl111lilU UI"' "(leydd 21 de setiem-
.d .Uva e urutarto RQ un. ...
sentiuas. De 1820 a 1835 aparecieron como uu remedio heroico y tre el loco, trai or, s J ba1 "' teriu dure la presente guerra Y
nomeutáueo para soluciottar graves necesidades locales, pero desde esa bre). Poco después aFgah ~ll~t lll·do el trimúo y completo escar-
íltima fecha hasta 1852 se convirtieron en un elemento ordinario y hasta tres afíos despttes de a o demexo. -rado el Excmo. Seilor Go-
. d
nuC.11to e esos
viles invasores ' que a 1..... .
· ' de mCilSd)e y presu-
:~ennauente del gobierno sin el cual no parecía posible ejercer cl poder, ll deberes (presentacton .
tasta el ptll1tO de que las legislaturas solíau concederlas por todo el bemador nos 61o d e aque. ,os _1 • .. ....... ordinarios y ext:raordr
p

· tambieil de cudlqmera Ou'-"' . ,


~ttDdo legal de gobierno, sin tener eu cuenta su carácter esencialmente puesto anual) , sulO fues que le distraigan de su atencton
1recario. AUllque ROSAS no fi.te el primero ni el {mico en usadas, se fhlrios, sean de la gravedad que .1 • C.ll ~or de la Confederación''. Estas
,. l <Tilf"rra y d1 lllten ¡• ·
ncargó, siu embargo, de difundir esta forma desmedida de robustecer irnportanttsuna a a t>-- . , --'-~·· _ '·ón del -absolutismo po tU·
. r. · .1 onsunuan 1a <--wu=laCx .
t autoridad ejecutiva.
e:xpres1ones Ottcla.~es e . . b. . C.lltrega mayor de atnbu-
co CJ.l esta época, siendo dificil conce tr Ufhl
J Poder Legislativo era quien concedía estas facultades, a veces bajo la
ciones a tm gobernante. rd' "~"' y de la Stllllil. del poder
resióu del Ejecutivo y como restdtado casi siempre de revueltas, moti- .. d 1 s facultades extrao
La conces1on e a . .
u........... .od.
. ., públic-a en el pert lSmO,
es y otras situaciones bélicas que obligab.ut a cuidar la estabilidad del , li d rtÓ resiStC.IlCias C.ll 1a opuno11 ' d
::xl.e.~; o más propiamCJ.lte del caudillo dominante. Si al principio esas pub co ~pe '. los debates legislativos y allli en algmms e
mcesi011es fueron otorgadas por lll1 breve plazo (dos a ocho meses, e.~1 1a doctruhl po!íuca, e~ . ro sólo lograron ser encauzadas
gún los casos) con ciertas restricciones o limitaciones y con la obliga- los textos legales y constltuC~~nalesd ,spep•tés de la caída de RosAS(§ 724).
·
esas reacctones 'o~•poSttlVa e
C.ll1• ....- ~
ón de rendir cuéutas, con el tiempo la elasticidad fi.te en arunento, el
azo se convirtió en incierto, desaparecieron las limitaciones, y las reu-
ciones de cuentas füeron simplemente formales.

71. El c-aso rn.is típico en esta materia lo cOtlStituyeron los omn.Úno-


IS poderes entregados al gobernador de Buenos Aires, don JUA."l' MA-
JEL DE RosAS. El7 de marzo de 1835la sala de representantes local lo
siguó gobemador por Ull período de cinco años, invistiéndole de
xla la suma del poder público de esta provincia ... sin más restriccio-
s que las siguiCittes: lra. Que deberá conservar, deferider y proteger
religión Católica Apostólica Romana; 2da. Que deberá defe.~l.der y
;tener la causa nacional de la Federación que han proclamado todos
pueblos de la República". Y, además, que "el ejercicio de este poder
raord.llwio durará por todo el tiempo que a juicio dd Gobernador
:to fi.1ese necesario". La legislatura, por expresa disposición del pro-
, cuerpo, quedó prácticamente reducida a un órgano secundario CJ.~
J~to sólo se ocuparía de los asmltOS que el gobernador le sometiera a
:onsideracióu. La ley del 7 de marz..o fue respaldada coutll1 exitoso
biscito popular. Las sucesivas reelecciones de ROSAS como goberna-
. bonaerense fi.teron efectuadas concediéndole también dicha suma
poder.
J eu 1851, C.l~ vísperas de la caída del régimeu rosista, los legislado-
porteños, gozosos ante el retiro de la reumlCia por parte de Rosas,
!araban "solemnemente que todos los fondos de la provincia, las
lUlaS, vidas, fama y porvenir de los Representantes de ella y de sus
úteutes, quedabau siu limitacióu ni reserva alguua a disposición de
369

"'
Capítulo XVII

Los pactos interprovindales.


El pacto federal de 1831 y las tentativas constitucionales.
El encargo de las relaciones exteriores. El jefe supremo de la Confe-
deración Argentina.
La generación de 1837.

Los pactos intetprovinciales <1l


472. Los pactos interprovinciales (tratados, acuerdos, convenciones,
etc.) constituyeron un sistema de unión y compromiso redproco cele-
brados por las provin.cias argentinas durante el período que esrudia-
mos. Atmque hubo también pactos entre gobiernos de tendencia múta-
ria, el sistema fue escogido preferentemente por los federales para, al
mismo tiempo que se organizaban terrítorialmente las provincias 1 sen-
tar las bases federativas del Estado NacionaL
Según lo han seítalado algtulOs lústoriadores, con10 ALBERTO DEMICHE-
LI, el sistema de pactos tuvo sus primeras mruúfestaciones en Jost ARn-
GAS a partir de 1813. Pero, sin duda, después de 1820 adquirió tUl
matiz especial, pues se alcanzaron a concretar los esfuerzos en este sen-
tido, algtmos de los cuales se habían expresado sin éxito antes de esa
fecha por la cerrada negativa del centralismo porteño a reconocer cier-
tas prerrogativas a las provincias.
Disuelta la autoridad nacional en 1820 y establecidas las provincias ar-
gentinas (§ 453), el régimen de los pactos adquirió una seúalada tras-
cendencia, respondiendo a dos objetivos fimdamentales: tulO perma-
trente, el de ratificar la cohesión nacional y llegar a la sanción de tUla
Constitución federativa; y el otro, eminentemente práctico y circuns-
tancial, resolver los problemas itunediatos de la guerra, como el comer-

(1) Au!ERTO Dancm:u, Formación ConstitucWnal Rk!plntmse, r. III (Los pam;s m el promo de
owanizar:ión), Mtmtcridco, 1955; A. DEMrCHEU, Fomtuión Nruional A'YJentina, Buc:nos Aires,
1971; E.'>!luo RAVlONANl, El Congresa Nruional de 1821-1824. La convmcWn muiomtt de 1828-
1829. Inwnsritur:í,Jn y rigimm de pactos, en H.N.A., vol. VII, p!Í.men sec., 1949; !siDo& o Rmz
MORL'<O,La luchiJ por la Ctmstituáán ..• , op. cir. en nota (l) del cap. XVL
EL PACTO JlllDERAL Dll 1831 Y LAS TIINTATIVAS CONSTITUCIONALES
) de -mercaderías y armas Jos · .
¡ ríos, los lúnites territo~iales~:~~~~lederos, la na;egacióu de A Córdoba se le debió la itriciativa para el tratado del 17 de mayo de
sertores. ' a 10 n los dehncuentes y 1827 entre esa proviucia, Sarrta Fe, Entre Ríos, Corriet1tes, Santiago del
sistema fue tiliz.tdo Estero, La Rioja, Salta, Mendoza, San Juan, San Luis y la Banda Orien-
· u · desde entonces durante las u . d' d .
teutes, hasta alcanzarse en 1860 la efec . . . tatro eca as St- tal, que fonn6 "uua liga ofensiva y defensiva contra cualquier enemigo
"1 general para toda la N .Ót ttva VIgencta de una tonstitu- it1temo o externo", rechazando la Constitución sancionada et1 1826 (§
mdoelrégimendelos pa:~ ~ (!!;
9 ). Pero füe entre 1820-1831
442) "'por estar formada sobre b. base del sistema de unidad que está en
ficieute, 110 sólo por el m~~ los tUl. desarro~o más espectacular oposición a la voluntad general de las Provincias subscribientes". Postu-
ron casi los únicos .itlStrumeutos ~mos, smo ~biéu porque laba.la. constitución del país "bajo b. forma de Gobierno Federal".
ciales en esa década y aun etl l.- q~e ":gteron las relactones interpro- Fitlaimente, también fue esa provincia el Cet1tro en torno del cual se
-d . us stgutenres.
' e ya couvtene decir que este sis . . . agruparon nueve provincias del interior en la denomiua.da liga Unita-
:górico del régimen de las ~ Stgn~caba el reconocuniento úa (§ 474).
igcncia del federalismo comoau~uomtdas provuu.:iales (§§ 453-454) y Tucumán y Sru1tiago del Estero celebraron el 5 de junio de 1821 el
1 orma e Estado fi · .
o de la org.ullzación constitucional e ect:tva y como pnn- pacto de Vinar-á, sobre paz y libre comercio, que fue renovado con
nuevas estipulaciones en 1825 y 1827.
L Los pactos interprovinciales celebrados , A su vez, las provincias de Mendoza, San Juan y San Luis suscribieron
tal son uumerosOs N d en el penodo preconstiru- etl 1827 el Tratado de Httanacache sobre ~ relaciones recíprocas,
tificativos. . os ereudremos sólo en la mención de Jos más
mediación con las provincias en conflicto y asistencia a la guerra contra

:umentos de unión y consol"d


O, en la Capilla del Pilar, los
Entre Ríos celeb
=
provincias del litoral tuvieron destacado . pe! .
1 3 . , 11 pa en la gesnón de estos
;cional. El 23 de febrero de
go ua ores de Buenos Aires Santa
rarou un pacto con el .fu1 de "ter .
itada entre dichas Provincias de r
'
~.lttar la guerra
el Brasil.

El pacto federal de 1831 y las tentativas


Y de coucentrar sus firerzas ' refoceder a la seg':ndad ulterior de constituCionales (Z)
l trat.ldo e11tre las provincias~ B ursos eu_ UU gobteruo federal"'.
rrientes, coucluido d 25 de en:rou:-~8~-;es, Sat~ta Fe, Entre Ríos 474. Donde se rati.ficarot1 todos "estos principios, consagrándose las
nocido como tratCI/ÚJ cuadrilátero e~ la ~mdad de Santa Fe bases constitutivas de la Nación fue en el pacto ftderal, celebrado el4 de
tderaamistadyuniónper·....,., ... ~. -,se est:tpulo "una paz firme enero de 1831 en la ciudad de Sru1ta Fe, entre las provincias de Buenos
u ue entre las Cl tro
......... . . , Aires, Santa Fe y Entre Ríos. La importancia del tratado radica no sólo
l1tes, cuya recíproca libertad . 1d d . Ia prov111ctas con-
)S, se reconocen y debeu ~ epen ena,a, represeutación y de- et1 que regulaba las relaciones interprov.i.nciales, dando bases para el
como están hoy de hecho ~ns=deurn;, st entgualdad de ténni- sistema federativo, sit1o que sus preceptos se extendieron a todo el país,
827B uenos Aires . u as .... en razón de la adhesión prestada al mismo por las restantes provincias,
1b ,
:Orrientes sobre guc~~m prelac~ bilatera.Jt:s con Entre Ríos, Santa cotúormand.o lo que EMILIO RAVIGNA.NI ha llamado el Pacto de Confede-
1; y enl829 y 1830 llltevos , Y ac10nes exter1ores y 0 · . , ración Argentina.
pactos con San rgan~ctou na-
trar la formación de la Li a Litoral ta Fe YComentes para
.te, con idéntica finalidad,g. cel b . (§;~~~-A éstos cabe agregar (2) Em!Ql.ffi M. BA.ll.u., Formaclón de la tiran/a, H.N.A., vol. VII, segunda =:.,Buena& Aires,

f 1830 . 'y s·a.uta Fe y Corrientes


e raron vvrnentes y Entre R, 1950; Jost Lurs BuumcHE, RmnacWn histórica del Pacw Federal, Buenos Ain::•, 1931;
en 1830 tos en Corruprmdentia entre .Rosas, Quiroga y L6pez, recopilación, notas y estudio prclirni.n.tr de ENRIQUE
•tcactón geográfica y el presti ·o cuJnrrai ·.. M. BA.li.BA., Buenos Aires, 1958; Ric.'JI.oo CMU.ET •Bois, .fu¡¡-as y la Comiffl!n R.epremmaivrt emula
ncia-eje en este régimen d gt hicteron de Córdoba una pqr el Pacto Ftderallk 4 de enero de 1831, en Connihudmles para d estudio de la Hi•roria de
<1. federal como a la mlltarie p~tos, t.mt? en los qne llevaron a la
América, Buena& Aires, 1941; juuo l!t.AZUSTA., Vid# polltica IÚ JU!itn Mtmuel de Ro.ms a travi> de >U
c~pondmeia, Buenos Aires, 1947, 4 t.; R.!CMDO l.:rf.VF.NE, Hisfcria lkl derecho ••. , op. át. en norn
!iaciottes coulas prov·u>c·as'del· :ron. cast f:ecuentes sus contactos (2) del 01p. XVI, ts. VIII y X; EM:rr.IO RA"'GNI>Nl, La Liga Liwral: proceso de su jlmnaci#t y
, , 1 mtenorylito aJ Co B .
tebm tratados en1827 y 1829. r · n trenos Ai.- prei<mlinio, en DtxwnenttlS para /4 hincria a"IJ]entina, LXV, Buenos Aire$, 1922; lsiDO"lO Rmz
Moli.ENo,La /udJa pqr la Crmstitutión .. •. , op. dr. en nota (1) del cap. XVI; ViCTO!t T MJ AN=ATEGUI,
Notrua/.PaaoFederalde 1831, R.I.H.D., N" 15,1964.

372

;j
MANUAL DE HlllTORlA DE LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS EL PACTO FEDERAL DE 1831 Y LAS TENTATIVAS CONSTITUCIONALES

El pacto fue celebrado en momentos en que lÓs unitarios habían 476. Se establecía, además, en el pacto, Ulla "Comisión Representa-
logrado el control de las provincias del centro, oeste y norte del país tiva de los Gobiernos de las Provincias Litorales de la República
(Córdoba, Mendoza, San Luis, San Juan, Catamarca, La Rioja, San- Argentina", integrada por un diputado por cada utu de las provin-
tiago del Estero, Tucumán y Salta), alcanzando a constituirse, me- cias firmantes (art. 15), cuyas atribuciones eran: a) declarar la gue-
diante los tratados de15 de julio y 31 de agosto de 1830, la denomi- rra y celebrar la paz, siempre de acuerdo a 1as instnlCcioncs previas
nada liga unitaria. Se establecía llll supremo poder militar proviso- de los respectivos gobiernos, y en el caso de celebración de tratados,
rio, a cargo del general JosÉ MARIA PAz, a quien se le otorgaban dejando a salvo el derecho de las provincias para ratificarlos o üo; b)
diveTSas facultades militares, políticas y financieras. Se dejaba libra- adoptar medidas militares en caso de guerra, fijar el contingente de
da en esta estipulación la forma de gobierno a la decisión qne adop- tropas de cada provincia y nombrar el general que debía mandar el
tasen las provincias reunidas en congreso, siguiéndose al respecto el ejército; e) ~invitar a todas las demás provincias de la República
método preferido por esa tendencia(§ 441). cuando estén en plena libertad y tranquilidad, a remlirse en federa-
El pacto del4 de enero surgió, pues, en tuu critica situación que debían ción con las tres litorales; y a que por medio de un Congreso Fede-
enfi:entar unidas las provincias litorales, adictas a la causa federal. Ello obli- rativo se arregle la administración general del pais bajo el sistema
gó a dejar de lado ciertas aspiraciones correntinas, expresadas por PlmRo federal, su comercio interior y exterior, su navegación, el cobro y
FtRRE., autor del proyecto originario del tratado, con lo que se explica la distribución de las rentas generales, y el pago de la deuda de la Re-
ausencia de la representación de Corrientes -disgustada anre es re rechazo- pública, consultando del mejor modo posible la seguridad y engran-
en elnlOlnento de su celebración atUlque lo suscribió ¡xx:o después. decimiento general de la República, su crédito interior y exterior, y
la sober.uúa, libertad e independencia de cada ut1a de la!> provincias"
475. El pacto declaraba "ea su vigor y fuerza todos los tratados anterio- (art. 16). Ésta era, sin duda, la más importante atribución de la co-
res celebrados entre los mismos gobiernos en la parte que estipulan paz misión representativa y la que permitía al pacto proyectarse hacia la
firme, amistad y UlÚÓn estrecha y pennanente; reconociendo recíproca- organización constitucional.
mente su libertad, independencia, representación y derechos" ( art. 1).
Luego de establecer la alianza militar ofensiva y defensiva externa o 477. El ttilllÚO de la causa federal en todo el país fue logrado con rela-
interna (arts. 2 y 3), se comprometían a ayudar a la provincia atacada tiva facilidad. Demunbada la coalición unitaria, las restantes provincias
"con cuantos recursos y elementos estén en la esfera de su poder" (art. fueron presentando su adhesión al pacto. En Ull plazo no mayor de los
13), queda.udo las füerzas militares sujetas al mando del gobierno de la dos años desde la celebración del tratado, la liga federal se extendia a
provincia auxiliada núentras permaneciesen en su territorio (art. 14), todo el país.
pero en las estipnladones reservadas se acordó que Buenos Aires facili-
taría los recursos pecUlllarios. 478. Desde diciembre de 1829 JuAN MANUEL DE RoSAS era gobema-
Las provincias aliadas !OC comprometían a no celebrar tratados con nin- dor de la provincia de Buenos Aires, y su acceso al poder había :>ig.n.ifi-
gún otro gobiemo sin el previo consentimiento expreso de las demás cado el trimúo dcfnlltivo de los federales en tan importante provincia.
provincias, las que, a su vez, no podían negarlo si el tratado en cuestión El gobemador de Sllnta Fe, EsrANISLAO LóPEZ, era su amigo y aliado
uo perjudicaba los intereses de las provincias o de la Nación (arts. 4y 5) desde 1820 y había obtetlido tUl creciente prestigio en el litoral, consi-
Algunos de los artículos estaban destinados a determinar el derecho de derándoscle como "el Patriarca de la Federación". Poco después se agre-
los habitantes de mude las provincias en el territorio de las otras ( arts. gó a estos dos caudillos la recia personalidad de FACUNDO QtJIROGA,
8, 10 y 11), a los derechos de exportación e importación (art. 9), y a 1a quien, auttque no ocupaba fimciones de gobierno en ninguna provin-
extradición de criminales (art. 7), dándose de esta manera una Tegula- cia, ejercía tuu avasalladora influencia sobre varias provincias del inte-
ción estable a varios problcnus que, aunque considerados en anteriores rior, especialmente después de la destnKción de la liga unitaria. Estos
pactos, no tetúan at'm solución satisfactoria. Se había convetúdo que las tres hombres constituían lo que se ha llamado "el triunvirato federal", y
demás provincias podían ingresar en esta liga siempre que aceptasen el de ellos iba a partir el programa político de los años siguientes.
sistema federal y se obtuviera el consentimiento expreso de las provin- Estando rewrida la comisión .representativa en la ciudad de S.u1ta Fe, y
cias firmantes (art. 12). una vez que se incorporaron a la liga federal todas las provincias, había

374
MANUAL Dll HiSTOlUA D.ll LAS lNST!TUCIONilS Al!.G!lNT!NAS El. PACTO FUD!lRAL D!l 1831 Y LAS TllNTATIVM CONSTITLICIONALllS

legado el. caso previsto en el pacto de iuvitarlas a tUl congreso federa.ti- 110 tenga más que marchru: llanamente por el canllno que la o_piuión
'O para dictar la Constitución. Así lo eatendieron algunos diputados _ pública le haya designado. Esto es lento, a la verdad, pero e~ prectso que
'lle represenr<~~ a los. gobiernos y 110 a los pueblos-, plaateáadose así sea y es lo único que creo posible en.n·e nosotros, des pues de haberlo
utonces tUl cambw de IdC<tS, que reveló posi:Urlls encontradas. destruido todo y tener que formamos del seno de la nada".
ST~ISLA? LóP~Z, aunque advertía en abril de 1832 que era imposible La posnrra de RosAS, según algunos autores, no revelaba sólo tm pensa-
:mur de uunediato el congreso, pensaba que el mismo se podría con- miento íntimo, sino que significaba u11a hábil matllobra para afianzar
x:ar en uu plaw no mayor de dos años, pues se consideraba como su domino político en el país sobre la base del gobiemo local de BttetlOS
1110 de 1os primeros que clamará por la formación de u11a autoridad Aires y la conducción de las relaciones exteriores. Lo cierto es que el
.ciOHal que dé al fm al país la organización que tanto redamau_ sus poder nacional pasó paulatinamente a sus manos al producir~e los ~1,e­
rdaderos iutereses". chos que exaltaron su figura a un primer p~10 absoluto: la disoluCion
de la comisión representativa (1832), el asesmato de QumOGA (1835) Y
'9. En cambio, el pensamiento de RosAS era muy difereutc. Afumaba la muerte de ESTANISLAO LóPEZ (1837), cuya gravitación política había
:e cada P:Ovincia debía ~rganizarse internamente, dándose un ordeu decaído en los últimos años. De esta manera trimúó la tesis de RoSAS,
.abl.e, y. solo luego .negoctar coulas demás para arribar fmalmeute a 1a que encontró allanado el canúuo para impo11er a la C01úederación Ar-
ns~~1ón federanva, e~ .rn-1 proceso que el gobernante porteño no ge11rina una estructura política muy pea.diar.
:coa lll~~ado ~1 preCipitar: Por el momento, la comisión represen- Las ideas de RosAS respecto de la Constimción 110 variaron durante su
IVa deb1a disolverse y el gob1emo porteiío coutinuar cou el encargo largo gobie~:n~, pues at'm e~1.18~1, en pleno bn;te constituci?Ilalista,
las relaciones exteriores (§ 484). sus adictos ulSlS!Ían en las VIeJas tdeas y reprodnc1at1., como meJOr argu-
s idea:~ de RosAS fi1ero11 especialmeute expuestas eula carta que des- mento, la mencionada carta dirigida a QUIROGA en 1834.
la hactenda de FJGUEROA, en Sau_ Antonio de Arcco, dirigió a FACUN-
QtnROGA el20 de diciembre de 1834. En largos párrafos apuntaba 480. Pese a que el pacto de 1831 quedó tnmco con la disolución de~
<SAS las razo11es que sustentaban su determinación de dilatar la re- comisión representativa, sus restantes artíctdos continuaron eu vigenCia
ón, ~J congreso. Decía que "una Repübhca Federativa es lo más a la manera de tul.a ley ftmdamental para reglar las relaciones interpro-
meneo y desastroso que pueda imagiuarsc, toda vez que no se com- vinciales. Aparte de ser el t'ullco i.nstnunento de alcance 11.acional, ~on
tga de estados bi~ ~~.u~dos CH sí mismos ... ". Aludía luego a las tul.a vigeucia efectiva de dos décadas, se constituyó en un paso prev10 a
~~t;tdes que, a su Jlm;Io, nn~ían la rew.úón del congreso: el lugar la sanción de la Constitución federativa, y atmque por entonces este
'e:'1011, los gastos .~e mstalacwn y funcionamiento, las expensas de ideal quedó postergado, con los aiíos se volvería sobre esa~ cláustdas tilll
dtputados. Tam.!Jlen advertía dificultades para encontrar enn·e los defuútorias.
~.ales hombr~ capaces de ocupar los cargos del gobierno general: Fue considerado el tratado por los dirigentes fedemles como ley supre-
~~ en la actualidad apenas se eucueutr.Ul hombres para el gobierno ma de la Confederación Argentina, y pese a la profmula división ideoló-
J.~ular de cada provincia, <de dó11de se sacarán los que hayau_ de gica de e.~e tiempo, coincidieron muchos en apreciar su~ bondad~ ~ .eu
~ toda la ~epúbhca?" Luego de explayarse CH alguuas materias considerarlo un elemento imprescindible en. la formaciÓn conshUlt:IO-
ptas que de~1a resolver el futuro congreso y de sentar ideas sobre el naL Aplicado por RosAS en sus primeros cator:e artictdos, fue ;-ttarbo-
ncc del gob1en10 ge11eral en el régimen federativo, concltúa dicien- lado por URQUIZA como bat1dera ~ell~vantarru~1.to contra aqueL Con.-
JUe "entre nosotros no hay otro arbitrio que el de dar tiempo a que sider-ado en el acuerdo de Sau NlCOlas como ley fundamental de la
estruyau_ eu los pt~blos los elementos de discordia, promoviendo y República" (§ 690), fue también invoca~o Cl1to~,1C~ J?Or S~IENTO,
entando cada gob1en10 por sí el espúitu de paz y tranquilidad. Cuan- ALBERDI y MITRE, quien en 1852lo constderaba el tnu~o vmculo que
:stc se haga visible P?~ todas partes, eutonces los cimientos empeza- ata a las provincias argentinas, el único fatW que ha ard1do cmlS~at1te­
por. valernos d~ nus1ones pacíficas y amistosas por medio de las mente en medio de la horrible borrasca Cll que nos hemos agttad~,
es Sll1 bullas, ru alborot;>, se negocia amigablemc11te entre los go~ azotados por el vi.CI1to del inforuullo y nadando Cl1 tm mar de s~e ·
11os, hoy esta base, manana la otra, hasta colocar las cosas en tal Integradas las provincias argC11tinas Cl1 el Pacto Federal,~ estableCida e~1
io que Clliltldo se forme el Congreso lo e11cuentre hecho casi todo y el mismo la prohibición de celebrar nuevos tratados sm el couseuh-

376 m
MANUAL DE HlSTORIA DE LAS lNSTlTI!ClONES .ARGU.'ITINAS Et ENCARGO DE LAS RELACIONES EXTERIORES

miento de las demás províucias, disminuyó la vigorosa tendencia pac- 483. Al producirse en 1827la renuncia de R:VADAVIA y la disol~ciÓ~l
tista. Pero no se extinguió. Sobre todo, ella se puso de manifiesto con del Congreso Nacional, nuevamente se planteo el problema del eJerc.I·
motivo de los pronundanúentos militares que llevaron a cabo las pro- do de las fi.mciones nacionales. Bucr1os Aires volvió a asmuir esas fiul-
vincias dellitoul o del norte contra el dictador RoSAS. ciones, pero de inmediato, en ese mismo aúo, varia!> provincias conftr-
maron tal actitud, delegando, mediante sucesivos pactos o leyes espe-
ciales, Cll el ejecutivo bonaerense el encargo de los negocios de guerra,
El encargo de las relaciones exteriores. El jefe supremo paz y relaciones exteriores. . . .
Estos pactos fueron los pnmeros que establecteron una autondad
de la Confederaci6n Argenrina (3 ) ejecutiva de alcance nacional., pero en realidad el sistema de leyes
especiales dictadas por la respectiva legislatura provincial, ~ambién
48 l. Si bien los pactos interprovinciales constituían un efectivo instru- utilizado en ese momento, se iba a imponer en esta matena de las
mento para proyectar la organización defmiriva y am1 para dar solución delegaciones fi.mdonales al gobierno porteí1o. ~gm1os acontecimietl-
a algunos problcrnas comm1es, no establecían, en cambio, autoridades tos políticos posteriores, como el derrocarmento del coronel :MA-
u órganos para el manejo provisional de los astmtos nacionales. En ge- NUEL DoRREGO y su reemplazo por el general LAVALLE en la.gober-
neral, esta materia fue objeto de un ordeuanúento distinto, que pasa- nación de Buenos Aires (1 de diciembre de 1828), ocasionaron difi-
mos a estudiar. cultades temporarias en el reconocimiento de las provincias al go-
La dispersión de las fimciones nacionales después de 1820 no debía ser bierno porteño en el ejercicio de e!>tas facultades, pero en general
con todo absolut-a, pues había ciertas funciones que no podían ser ejer- predominó el criterio que, salvo contingencias polític~s, era el go-
cidas individt1<llincr1te por cada una de las provincias; la más típica, las bierno en mejores condiciones para atender esos negoc10s.
rel,tciones exteriores. Desde entonces, y hasta 1824, fite Buenos Aires
qukn, por natural gravitación-y sin una expresa delegación de las otras 484. Entre 1831 y 1832, luego de gestiones promovidas por el go-
provincias-, atendió los asm1tos de relaciones exteriores, y aunque ofi- bernador RosAS, las provincias volvieron a efecntar expresas delega~
cialmente en el campo diplornático actuaba como "Estado de Buenos dones de estas atribuciones en el gobierno porteño para los nego-
Aires", en realidad las demás naciones enteJ.ldÍ<Ulnegociar con el con- cios de paz, guerra y relaciones exteriores. Las autorizaci~nes fi.teron
junto de las provincias rioplatenses. otorgadas .U gobernador de la provinc~a h~sta qu~ se rewuera el con·
greso general o se sancionara la constltuctót~ nactonaL Estas nuevas
482. El Congreso General Constituyente, remUdo en 1824, dispuso delegaciones obedecieron al deseo de actualiZar las de 1827, pues la
por la ley fUndamental (23 de enero de 1825) encomendar al gobier- formación de la liga tuútaria (1829-1831) había suspendido de he-
no de Buenos AU:es las atribuciones del Poder Ejecutivo Nacional, cho 0 de derecho las anteriores autorizaciones, en lo que respecta a
hasta que se procediera a la elección del titular. Estas atribuciones las provincias que Ílltegraron esta coalición.
eran limitadas y consistían en: la conducción de las relaciones exte- Por entonces ya aparecía delineado el encargo de las relaciones exteriores,
riores; la celebración de tratados, con la posterior ratificación del considerado, segím el propio RosAS, como "la prUnera necesidad gene-
Congreso; la ejecución y la cmmuricación a los demás gobiernos de ral, para figurar en cuerpo de República". De acucrUo .a esta nu~~a
las resoluciones del Congreso y la facultad de proponer a la conside- estrucnu·a las provincias debían Clltender sólo en lo relat:J.vo a su regt-
ración del cuerpo soberano las medidas que estimase adecuadas para men U1ten'1o, no podían establecer contactos con gobiernos extranjeros
Llmejor expedición de los negocios del Estado. Este Ejecutivo pm- ni celebrar tratados con eUos, atmque éstos vers<U·an sobre asuntos es-
visional, ew.:omendado a tm gobierno local, cesó en sus ftUlciones al trictamente locales. El único órgano autorizado para CJ.ltablar negocia-
designarse el Poder Ejecutivo permanente, eligiéndose para desempe- ciones con otras naciones era el encargado de las relaciones exteriores,
ú<U·lo a BF.RNARDINO RIVADAVIA. tanto en los asuntos exteriores comunes a todas las provincias como en
lo$ particulares de cada una de ellas.
( 3) Además de 1>1 bibliografía indicada en los puntounreriores, Vicrol!. TJIU ANZOÁTEGUI,Fomladiin
dd Estado Ftde:ralA1Jjentino {1820.1852), Flgobitrno de JJul!llas.Affe.r.~ las asuntas :nacionales. Segunda
ed., Buenos Aires, 1993. 485. Las facultades otorgadas fi.teron incrementadas con las delega-

378
NUAL DE HISTOIUA DE LAS 1
NSTITUCIONES ÁIWHNTlNAS
EL l>-"'CAllGO DB LAS RELACIONES EXTBR!ORBS ~
o:es concedidas por las provincias eill837
na mayor libertad en el e¡·erc· . d
lClO e Sll$ lC1'o
·ablemenre el campo de ac . , del
. .
¡·
nes, arnp tar consi-
.
fin'que penrutteron, Jnnto las relaciones exteriores y de los asuntos de paz y guen·a de la Confedera-
dón Argen#na) encargatúJ de la dirección suprema de los negocios de
••
eriores. Cton
J obedeció a varias razones En ri
encargado de las relaciones

;ción de JuAN MA..'lUEL DE ·R P roer lugar, a partir de la nueva


guerra, paz y relaciones exteriores de la Confederación Argentina~ y otros
análogos, usándose, además, entre 1846 y 1850, tUl título de mayor
contenido: encargado de la dirección suprema de los asuntos nacionales
••
es con la suma del poder púb~~:(~o~ gobemador de Buenos
dó establecida la dictadura en el rd t marzo de 18~5) (§ 471),
él buscó dar a su acción una roo ece~' ocal, pero al rrusmo tiempo
de la Confederación .Mgentina.

486. El afianzamiento de esta magistratura nacional fue pertinaz-


••
Llencia a las dem.ís P · . P Y e ton nacwnal, extendiendo su
rovmCias aprovechand · dud
mente combatido por quienes se hallaban en franca oposición ideo-

..•
m·a nacional que como be' d _ o, sm, a, la magis- lógica y armada a la dictadura de RosAs. Ello motivó que en varias
1837, los COiúlic~s inte;;:aci::al~; porteilO., terua en sus manos. oportunidades los grupos disidentes, aprovechando su dominio
Boliviana (§ 512) y F . COilla Confederación Perua- momentáneo en algutta provincia o región del país, desconocieran
·ov·
RosAS a las provincias
con rancia(§ 516) · ·
trrollo del encara ... As' .
t, en e1 pnnlCl' ca
d,
ongmaron un maym
l . u!
so, en a cuc ar enviada
le las relaciones exteria'rrs p:;u~:e led~utorizara .ca~ encarga-
aquel sistema de delegaciones y retirasen las atribuciones otorgadas
al gobierno porteño. Sin embargo, en ningún momento el movi-
miento alcanzó la envergadura suficiente para amenazar seriamente
••
¡ toda la plenitUd de [;
-· ·
_, d q pu tera expeduse hbremente
actuta es ... para salvarlas d ¡ al
uuucwnes de aquel insens t . b' .
os 1os parricidas •uu'ta ·
aoam ICiosoydes ·.e
e as evosas
la estabilidad de la magistraUtra analizada.

487. En las postrimerías del régimen, y con motivo de las reiteradas


••
..•
us lluames aso-
• nos, como tarnb · ' renuncias del dictador al gobierno de Buenos Aires, se inició nn
Lto con motivo de tau horro . ten para proveer a todo
., rosa contienda pueda .

,...
ervacwn y seguridad del d .. convemr a la movimiento entre sus mismos adictos tendientes a dar autononúa a
ozan los pueblos confede~d:,Y :_:anquilt?a~ de que felizmen- esta magistratura nacimu~ separándola del cargo de gobernador
ormidad y las respuestas 0 .d· fis proVtnCias contestaron de porteño. Así, el gobernador catamarqueño, MANUEL NAVARRO, de-
· e noct as teron, sin dud su · da que RosAS debía abandonar el "gobierno particular de la heroica
~o: eJeml_plo, el gobemador santafesino EsTA."l:Js~ Lgeso· P nvasl . Provincia de Buenos Aires, cuyas penosas y postradoras tareas que-
nzo amp tamente "para ue ed· '. EZ, o
tingún género de restr' q., pu la expedme con toda libertad y brantan su preciosa salud, más no la dirección Suprema de la Nación 1•
· tccwn en os negocios de
:~n;; ~t~!;~~ii~:~~~~l!~~;e~:ta;: ~~h~~~t; liberf~z~ ~:;z
Argentina".
Como resttltado de esa idea, las legislaturas provinciales dictaron leyes ,.
IJII

cttvas provincias que la e s Y ca a lllta de las


ltlal de la federación". SanoJ~;onen y el sosté~ de la gran causa
(1850-1851) designando a RosAS como jefe supremo de la Confederación
Argentina, invistiéndolo con la stmla del poder público hasta que la ..
e detallaban las 'u ·
. •,
Lba la creac10n de una verd d
n, a su vez, sanciOnó una ley en la
11 nc10nes encomendadas en fo
.
. .
rma tal que sig-
Nación se constituyese formal y solemnemente. De esta manera, por
actos aislados de las legislaturas provinciales, qtte reconocían empero
...
,,..
nfl' . . a era autondad nacional influencias recíprocas, se estableció de una manera formal la autoridad 1111
ICto con Francia dto oporh 'd d · nacional. Se creaba el aparato gubernativo central, concentrando todo el
idad nacional. Desde entone uu a, a RosAs para reafirmar esa
poder en tula sola persona, perdiendo las legislaturas otorgantes la posi-
s exteriores tanto por
1 . ~.mas que encargado de las rela-
eriorizació1; del cargo :e ¿~~~~I~ ,de las at;reftibuciones como por
114premo de la Re11úbHca' d I~ 0 ~~ tm J supremo del Estado
bilidad aun hipotética, de limitar esas atribuciones. Cuhninaba así el
predominio del régimen personalista, que ya en el orden provincial ha- ,,.
r ~ enon:unano11 que s
Jel.unentos oficiales a partir de 1838 a
,
e empezo ,a usar en
bía debido recurrir a análogos procedimientos, pues se consideraba in-
capaz para gobernar con las faettltades ordinarias(§ 470). RoSAS fue ...
eran sanción expresa de las le isla ' unqu~ ~es titulas no formalmente consagrado como jeft supremo el8 de noviembre de 1851
••
..
••
iba, en realidad un títul fi .g turas Pl'DVlllCtales. Awtque y el breve lapso transcurrido entre esa fecha y su caída impide estudiar la
0 0 1
:tratura se utili~aro• . d . . cta1 Y estable para designar a esta
. ' ü tn IStmtatnente va ·0 aplicación de aquellas leyes provinciales y sus consecuencias. Pem no
relac~ones exteriores de la Con¡.;,d ., n s, .como encat;gado parece que de la nueva designación surgieran más atribuciones de las
'J" eracwnA'lfentma) encargado de
que venía ejerciendo. Significaba no sólo dar tm rótulo apropiado a la ,

381
,,.
LA GI.!NERAClÓN DE 1837
MANFI\L DB HISTORIA DI.! LAS INSTITUClONES 1\RGENTIN<\.S

magistratura nacional, siuo también constittúa tilla respuesta a las de- La generación de 1837 (4 )
mandas de orgatúzación constitttcional que por entonces parecúm recla-
marse con mayor énfasis. 489- Cuando el pais se debatía en uua lucha ideológica por su orgaJ.ÚZll-
ción uu conjt.mto de jóvenes con nuevas ideas aparecía en el esceuario
488- El enca'lfado nacional, a partir de 1837 y hasta la caída de su titttlar naci~ual. Jóvenes siu experieucia ni gravitación1 su influencia en la Ar-
en 1852, alcau:zó a reunir las siguientes atribuciones, algmw expresa- gentina de 1837 debía ser,. y ~ectivamente ~e, es~a:'a. El v~or de esta
mente concedidas por las provincias y otras ejercidas de hecho cou el generación fi.1e el de constltuu: un fennentD 1deolog¡co destulildo a su·
tácito consentinúento de aquéllas: perar la situación política mediante la :fi_¡sión de las tendencias existenteS
a) la conducción de las relaciones exteriores, pudieudo declarar la gue- y la promoción de nuevos principios. Sólo astmúeron el papel de gene-
rra, celebrar la paz y furnar tratados íutem.acionales, sujeto todo a la ración actuante después de la caída de RosAS, por razones de edad y
ratificaciónlegislatiw; oportmúdad, y sus ideas de quince años atrás qued-aron plasmadas en la
b) la iuterpretación y aplicación del pacto federal de 1831; organizacióu constitttcional. .
e) el derecho de intervenir en las provincias en casos en que la causa Esta generación se formó en un ambiente, .m~iocre e.n el aspec:o uut-
federal o los intereses nacionales lo exigieran; versitario pero en cambio, rico eu influencia libresca representat:tva del
d) el otorganúento de concesiones miueras a los extranjeros, así como movinúcnto intelectual europeo, cuyas obras empezaron a di:fiutdirse
también la autorización para enajenarles o arrendarles tierras en juris- amplirunente en Buenos Aires a partir de 1830. Las más variadas expre-
dicción provincial; siones y corrientes ideológicas trataban de ser asimiladas y adaptadas a
e) la resolución de las cuestiones de línútes interprovinciales en caso de la realidad nacional. Ejercieron gravitación eu aquella juventud la obra
desacuerdo cutre las provincias interesadas; fllosófica de VíCTOR CousiN; las ideas lústoricistas tle LERMINIER y Jo-
f) el ejercicio del Patronato nacional, concedieudo el pase o reteniendo '-''FFROY; los pl¡mteos sociales de Saint·SL\iON Y LERou:x; la pasión revo·
las btdas, breves y demás documentos expedidos por la Santa Sede; lucionaria de MAzZINi; el esquema de la democracia norteamericana de
g) el mando supremo de los ejércitos federales eu todo el país; Toc~UEVII.LE, etc. Todo ello impregnado de tma sensibilidad románti-
h) el juzganúento de los delitos políticos contra el Estado nacional co- ca, que -con1o dice FELIX WEJNBERG -era "renovación iutelectttal, li-
metidos eu cualquier lugar del país, estableciéndose así una :fimción bertad creadora".
judicial de orden federal; Entre los prütcipales integrruttes de esta generación suele mencionarse .a
i) la concesión del derecho de gracia y perdón; EsTEBAN EcHEVERRÍA, JuAN BAurrsTA ALBERDI y JUAN .MARIA GurrE-
j) el control sobre el tráfico fluvial por los ríos Para.u.í y Umguay; RREZ. A ellos cabe agregar los nombres de ViCENTE E LóPEZ, PEDRO DE
k) la vigilancia sobre la circulación de escritos sediciosos en toda la ANGELIS Ftux FRiAs, CARLOS TEJEDOR, JosÉ MÁRMOL; en el interior,
Repüblica; Do:MINo~ F. SARMIENTO, MANUEL QmROGA DE LA RoSA, MARco AvE-
1) la concesión de pernúsos de iugreso en el país, atui cuando se tratase LI.ANEDA, ANTONIO ABERASTAIN; y en Montevideo se SlllllaJ.Dn luego
de cimladauos argentinos. BARTOLOMÉ MITRE, ANDRÉS LAMAS, JosÉ M. RIVERA lNDARTE, M.rouu
Las atribuciones entutciadas no surgían de tul ordenamiento siste- CANÉ V otros.
mático, como ya se acostumbraba en la época, sino que fueron pro- Enl837 constittryeron el SaiónLiterarÚJ y al aÍlo sigtúeute laAsociacián
ducto de las delegaciones provinciales y de la jurisprudencia política de la ]()Ven Generación Awentina. Aúos después, exiliados en Montevi-
sentada por el propio gobierno ejercitante, quien duraute esta época deo, se fonuó la Asociación de .Mayo.
tendió constantemente al incremento de esas atribuciones hasta el
punto de configurar de esta suerte wu magistratura con el alcance 490- La ideología de esta generación quedó expuesta eu e1 Dogma So-
que <tcaba de verse, restando de una manera defuütiva a las proviu-
cias muchas de las atribuciones que éstas teiÚan cousagradas con sus
(4) Aderruis de las obras dradas en d texto, AtBUTO PM..Cos,Histwia de F.chcvtnia. Buenos Aires,
textos constitucionales. 1960; MAltCO$ SASTRE, JuAN BAUTISTA Al.aElWI, jUAN MAltLI. GVTlliRREZ y EsTJ::!IAN EcHEVERRfA.
El Salón literaria, con eHudio pt'Clim:inar de Félix Wei.nbe1; Buenos .Aires, 1958.
(4a) ÜLSEN A. Grm.!IRDJ,Lageneraáón dd 37 en e/ Rfude la Plata, Córdoba, 2004.
MANUAL Dll HISTORIA Dll LM lNSTlTUClONBs ARo.l.lNT!NAS LA GENERACIÓN DI! 1837

daf~a, de ESTEM>..r ~..CHEVERRiA, publicado enl839 e11 el periódico E! de la P,ttria, buscaba en vano en esas banderas enentigas el símbolo
I~ciado~, de Montevideo y nuevamente impreso e.n fonna de- libro en la elocuente de esa religión. Su corazón virginal tuvo desde la cuna p~e­
~ CI~ad en 1846. La nueva edición fue precedida de una intro- sentimientos y vagas revelaciones de ella. Su inteligencia joven, áVI~a
ducaon titulada Ofeada retrospectiva sobre d tnfMiniento intelectual en el de saber, ansiaba ver realizados esas revelaciones para creer en la Patna
Plata desde 1837, en donde el autor efectúa un análisis de la situaciÓI y en su grandioso porvenir." . .,
del país má~ allá de la fecha indicad¡¡ en el titulo. Significa, en cierr; "Los wlltarios, siu embargo, habían dejado el rastro de una tradlCloll
manera, lUlllttento de ildaptar los principios ideológicos contenidos en progresista estampado en algunas instituciones benéficas, el re~uerdo
el Dog¡na a la r:alidad del país, pMa lo cual debía contar la experiencia de mta época, más fecmtda ell esperanzas ef'nneras. que en reahda~es
recog~da en el t:tempo que separa una publicación de la ot:t·a. útiles; softstas brilla.tttes, habían aparecido Clt el honzonte ,de la Patria,
El propósito de EcmvER~~ era obtener "Ja unidad onmipotenre y sal- eran los vencidos los prosc.riptos, los liberales, los que quenan, en suma
vadora... po~ ~a propaga~1on ?e UJI Dogma formulado que absorbiese un régimen cmlS;itucioual para el país. La generación nueva, edu~~.da la
todas las opuuones y sat:tsfaaera todas las necesidades de la nación"· mayor parte en escuelas fi.mdadas por ellos, aco;'nmt~raba a muarlos
"tut dogma que conciliase todas las opiniones, todos los intereses y lo; con vateracióu en su infancia, debía tenerles s1111patta, o ser nten~
abrazase en su vasta y fratemalmtidad", debiendo "ser, en suma un federal que mlltaria. Así a·a; RosAS lo conocía bien y rrocuraba hmru-
credo, una bandera y U11 programa". llarla marcándole con su estigma de sangre. No hay eJemplo que haya
patrocinado a joven algtuto de valor y ;speranza~. Esa simpatía, em~:
4-91. EcHEVERRÍA trazaba en la Ojeada (1846) mt cuadro de la sin1a- ro, movimiento espontáneo del cor·azon, no tema raíz alguna en la ra
:ión de! país en 1837, que permite apreciar el punto de vista de la zón y el convencimiento." . . . , .
seneraCión: "La situación moral de esa Juventud viril debla ser por lo nusn,to deses-
'La sociedad argentina entonces estaba dividida en dos fracciones perante, inaudita. Los ~e~erales, satisf~h<:'s con el pod:r: habtanllega-
r;econcilia~Jes por stlS odios como por stlS tendencias, qtte se ha- do al cohno de sus ambtciOnes. Los mutan os en el desnetro, fragtJat~~o
:Ian largo tiempo despedazado en los campos de batalla: la facción intrigas oscuras, se alllnetttaban con es~rattzas de ~na ~tat~aci?n
eder~ ,venced~ra, que se. apoyaba en las masas populares y era Ja imposible. La juvetttud aislada, desconoctda en su p~s, de~il, slll vm-
:;crres~on J?CllUlll~ de StlS mstintos semibárbaros y la facción uní ta- culo alguno que la mtiese y diese fi.Jerza,. se consnnua. ett ~~~,tentes
ta, I~lln(;ma V~ll~Ida, con buenas tendencias, pero sin bases locales votos y nada podía pat·a s~ Iti para la Patna. Tal et·a la stmacion.
!e cnten? .SOCiahsta, y algo antipática por sus arnnques soberbios
:e exclusiVIsmo y supremacía". 492. La posición poütica de la getteracióu aparece fonnulada en el IJo_g~
Ha.b~a., entre tanto, crecido, sin mezclarse en esas guerras fratricidas, ni ma Socialista a través de las qnlltce "'palabras sllnbólicas" que resunuan
art1c1par de sus odios, en el seno de esa sociedad una generaciónnne- todo el ideario:
a, que por su edad, su educación, su posición debía aspirar y aspiraba "Lasociación; 2.progreso; 3. fraternidad;~· i~&ad; 5. l~Jx:rt~d; 6.
ocuparse de la cosa pública". Dios centro y peripecia de nuestra creettcta rehgtosa: el crtsttamsmo,
La situación de esa generación nueva en medio de ambas facciones era su I~· 7. el honor y el sacrificio, móvil y nonna de nuestra c~1ducta
ngular. Los fed:rales la miraban con desconfianza y ojeriza, porque le sociaÍ~ 8. adopción de todas las glorias le~timas, tanto iud~~tduales
allab.m ro:o dtspuesta a aceptar su librea de vasallaje, la veían ojear como colectivas de la revolución·. menosprecio de toda reputacion usur-
bros ~ vest:tr frac, traje tutitario ridiculizado y prosc.ripto oficialmente pada e ilegítlltu; 9. con~tu.ación de l~s t:t·adiciou~ _progresiv~ t~e I~
~r su Jefe, en las bacanales inmmtdas con que se solenuU7.Ó su eleva- Revolución de Mayo; 10. rndepettdenaa de las tt·ad~e~o~:S renugr~~as
on al ~udo sup;a:no· Los corifeos del partido mtitario, asilados en que IlDS subordinau al anrl_guo régime~t; 11. em.auc1pacion d~~ ~~~1tu
[onteVJ.deo, conlastuna y menosprecio, porque la creían federalizad:a, antericauo; 12. organizaciondela patrJ.a sobre la base den:ocrattca, 1~.
ocupada solamente de frivolidades." confratenlldad de principios; 14. fi.ISión de todas las doct;rutas progres1~
~~a generació~ nu:va, empero, que mtitarizabanJos federales, y fede- vas en un centro mtitario; 15. abnegación de las simpattas que pued-:n
hzab~t los tuutanos, y era rechazada a tul tiempo del gremio de am- ligamos a las dos grandes facciones que se han disputado el podeno
IS facaoues, no podia pertenecerles. Heredera legítima de la religión durante la revolución."

384 385
MANl'AL PE HISTORIA OB lAS !NSTlTUClONBS ARGENTINAS

El Dogma recoge la influencia ideológica europea a través de LAMENAIS,


lvbzzmr y SAINT-SIMON, especialmente, adapt-índola a la realidad n.acio-
nal r.u1 sólo en forma parcial, por desconocll1lleuto del ambiente. Este
etúoque tiende a corregirse en la Ofeada. Capítulo XVIll
493. Pertenecen a la misma época el Frt1f]mento Preliminar al Estudio
del Derecho de JuAN B. ALBERDI (1837), y Sobre la naturaleza filosófica
del Derecho, de MANUEL J. QUIROGA DE IA RosA, culos cuales se revelan
también las influeocias de las modernas ideas jurídicas y filosóficas. Las segregaciones territoriales. .
Desde otro ptmto de vista las nuevas ideas tuvieron otra elocuente ex- La política exterior. El reconocimiento de la lltdependencta. La gue-
presión en el Facundo, de DoMINGO F SARMIENTO, donde, al desnibir rra con el Brasil: causas y consecuencias.
nuestras costtunbres y medio fisico, consideraba "la civilización" como Conflictos durante el período 1835~1852. Bolivia. Paraguay. Las
la forma de vida culta emupea transmitida a nuestras ciudades, tnien- Islas Malvinas. La Banda Oriental y la ll1tervención anglo-francesa. Chile.
tras "la barbarie", en lucha con aquélla, eran los malos hábitos america-
nos arraigados en la campaíu.
Las segregaciones territoriales I'J
494. Desde el punto de vista jurídico, sobresale el mencionado Frag-
mento Prditninar de Al.BERDI. Se trata de la primera obra orgánica de la 495. El vasto territorio que formaba el virreinato del Río de la Plata
época eu la que, bajo el lltflujo del romanticismo y del historicismo (§ 191), quedó considerablemente desmembrado a r~íz de tres impor-
jm·ídico, se expone un programa de poütica jurídica e ideas sobre el tantes segregaciones o desprendimientos que se produJeron en las déca-
desarrollo de la legislación, la ciencia del derecho y el pensamiento po- das siguientes a 1810: el Paraguay, la Bauda Oriental y el Alto Perú. Las
lítico. Más allá de la presencia del pensamiento europeo, en la obra hay razones que provocaron estas separaciones no :fileronlas mismas en_tos
juicios lltdependientes y sobre todo llll objetivo americano y argentino tres casos, ni los respectivos procesos se desarrollaron de manera análo-
que le otorga cierta originalidad. Es éste el joven ALBERDI, principal ga, lÚ pueden atribuirse sus resultados exclusivameute a la miopía polí-
figura jurídica de esta generación, y futuro arrífice ll1telectual de la or-
tica del centralismo porteño.
g<mízacióu constitttcional (§§ 694, 722).
Las segregaciones de estos territorios ubicados en punt~ pe:iféricos y a
veces estratégicos del ex virreÍluto rest.uon poderío terntonal a la nue-
va Nación, q1.1e aglutinó las restantes provincias rioplatenses.

496. Al conocerse oficialmente en Astutción la constitución de la Jmlta


Patria, tUl congreso, convocado al efecto el24de julio de 1810, dedd}-ó
por aclamación jurar al Consejo de Regencia, guardar armmúa y <UtuS-
tad con la Junta porteíu, sll1 admitir sn superioridad, y preparar la de-
fCllSa militar de la provincia pretextando el acecho portttgués. Contllmó
en el cargo el gobernador BERNARDO DE VELASCO.

(1) EH<AiN C\tcOOZO, El Paraguay y Bumm Aires, en 1~11, B.A.N.H., vol. XIV, 1941; JULIO
CÉSAR CHAVES, Himlria de 1M rti!Jr:iiJ1lts entre Buencs AITts y el Paraguay (1810·1813), Buenos
Aires 1938· J. C. CHilvtS, Unitarios y .fidrnúes m el Paraguay, Revista de Historia, N° 2, Buenos
Akes' 1957: AI..l!u.ro DEMlcrn:u Farmacúln ComritueWnai Rioplatense, t. II, op. cit. en nota (1)
del ca~.xvll· AR.1osro D. Gomlu.z.,Las primerasformulnutmstifuricmJks m les parses ddPfMa. · .,
op. cit. en~ (1) dd<.:ap. XIY, CAKLOS S.A. SEO~ETr,La cuestibnde 1/lrija (1825·1826),1.E.,N"
83,1967.

386
MANUAL DE HISTORIA Dil LAS lNSTITUCIONI'IS ARGENTINAS LAs SEGlU.!GAClONllS TliiUI.lTORIALES

· · para promover en su
triruúos, ~?mo el d~ Las ::dr:~~::~e:~le; éste se encontraba
La ·reacción de Bueuos Aires no se hizo espeur, y como fruto de ella
partió una expedición libertadora al mando de M&'fUEL BELGRANo. carrera militar a JosE ARTI Y ' a tomar la plaza de
Si bien fracasó desde el punto de vista militar, en cambio., quedó al servicio de la Jtmta porteíu. No se alcru1ZO embpero ...,.._rtf'Í•o -el 'llitm·
señalada la coincidencia ideológica entre algunos grupos de patrio- .d fiteentoncescuandoelnuevogo temop...,..-
tas, a través de tuu. singular política de acercamiento promovida por Montevt eo, y . d 1811- decidió negociar la paz con Euo.
virato del23 de senembre e d 1811 se acordó el cese de la lucha, la
el propio BELGRANO.
Por el tratado dd 20 de.oc~bredecEntre Ríos a la jurisdicci6n del virrey;
A raíz de tUl movimiento producido el14 de mayo, VEI.ASCO fue aleja-
entrega de la Bru1da <;:>n~tt ~ tal de las tropas que respondían a las
do del poder, y con él desapareció el régime.11 espailolista. El nuevo
y el retomo del tern~no onen la te mi.nante oposición de los orien-
directivas de Bttenos ~·Pese ad' ~ ués y desde entonces qued6
gobierno -formado por patriot.l.s paraguayos- deseaba la w:tión con
Buenos Aires, pero 1Ula tuúón digna, cuya base fliCSe la igtLlldad de tales el tratado fue ratificado tres tas esp . , -
derechos y no la subordinación, como pretendía la ]rulta porteÍia. Eu ' . . d tre a léllos y las autondades porrenas.
sellada la nvalida en <Jl d decidieron continuar la lucha
los docmnentos de aquellos días ya se expresaba la idea de adoptar tUl Los orientales rechazaron lo pac;.: fio y de ARTJGAS elegido jefe de
pacto de confederación con 1as demás provincias.
por su cuenta. Desde entonces .· ¿.I~li~irigió no s6io las relaciones
Estos principios fueron ratificados eu el congreso del17 de jm:tio, en el los orientales, cobró gran not~~~~ a .Y que introdu¡·o en el Río de
]ue, a iniciativa de MARIANo Amomo MoLAS, se dispuso dejar en su<>- . ·. con Buenos .n..u=, SinO .
de esa provmcu .e: d .-•· extendiendo su influencia a otras
:x:nso el reconocimiento de las Cortes, del Consejo de Regencia y de la Plata las bases del le erattsmo,
:oda otra representación del soberano hasta la reunión del cougreso provincias litorales.
~.11eral en Buenos Aires, gobemándose entre tanto la provincia a sí
. al fi . ·tada a participar en la asamblea
498. Curu1lio la Banda On~t 1
11. :--~ ~ 1813 la 'provincia
nisma, "siu que la Junta de Buenos Aires pueda disponer y ejercer ICBUWI
urisdicción sobre su forma de gobierno, régimen, administración t:ti · te remuda en uenos n.u= '
general constituyen , derechos siu recono~
1tra algtma causa correspondiente a esta misma provincia". Se dispuso, . ., . . rias que asegurasen sus ,
engto condtoones Y gara.n d bediencia a la autoridad cen-
demás, el envío de tUl diputado al co.11greso general, pero con la condi- cer a la asamblea por tUl slmple ac~o e o . dadas a los diputados el
ión de que cualquier reglamento, forma de gobierno o constitución . · tr vés de las mstruccwnes
tral. Ello d1o ongen, a a ad d trit a política que provCIÚa en
lb3 de abrilt dedell8clo~~:~~~disn-:~10:eill~ericru10 y' que respondía al
ue se adoptase .110 podía obligar a esta provincia hasta que la ratificase
a junta ge.11eral. trena par e
l gobierno de Buenos Aires rechazó esta actitud y sostuvo que la pro-
pensamiento de ARTIC:AS. d b' declararse la itldCnMldencia absoluta
tncia del Paragtny debía quedarle sujeta, como Jo estabau los demás Segun' d. ha instrucnones e 1-a r-· b.
IC '_.c:~_l
s · tema de cOiucueracton • , (§ 440) en e1 rn 1e un go 1erno
,
)biemos, por exigirlo así el ioterés general. l SlS "'1~
y adoptarse e·de B Aires co•lOCCrÍa solamente en los
~
a gnUI distancia que lrediaba entre los deseos paraguayos y las exigen- 11te fuera de uenos .
supremo rest d Lo d ás era peculiar del gob1erno de
as porteñas uo pudo ser atemperada, y así el Paraguay inició, bajo la · ·ales del Esta o cm d ·"
negoCIOS genei , ~ bet"'u'• libertad e indepen enna ,
ctadura de Jost ÜASIM DE FRANCIA, m1a larga y oscura etapa de aisla- · · ¡ que retCiua su so "" ,
iento (§ 513). cada proVlllna, . a . . . , d h , rnre no delegara expresan1ente a
" d od " "¡urisdtcnon y erec o "'1~ • ,
to O p er ' C d · · dictarÍa su COilStiUlClOn y COn-
la autoridad cotúeder.U. a a provmna _, tod· ellas Asimismo
)7. El movimiento de mayo de 1810 fue recibido con simpatía eu el ' · ur la gener.u para as · '
curriría con las dem-as a SaJ.lCIOl " . flll de conservar la igual-
rritorio oriental, re--<:onociendo los cabildos allí existentes a la Jtmta de se for:tllatÍa el gobierflO central co?- el objeto yde los Pueblos". Tantbién
)bierno establecida en Buenos Aires, pese a que se mantetúa el predo- dad, libertad y seguridad de los cn~a?auos_,Y -'ianza para la defellS-a, la
inio espill1ol-en Moutevideo. se concretaru , con ¡as demás proVInctas ru. at
priucipios del ill1o sigtlÍente, eltruevo virrey del Río de la Plata, ma-
segtuidad y la felic!dad.. poderes independientes (legislativo,
cal FR..'\..,_"JCISCO JAVIER DE furo, desde Momevideo, declaró la gtiCrra a Se postula~a l~ :mtencta de eltresrd general como en cada tUtl de las
Junta de Buenos Aires por negarse ésta a reconocer el nombramiento • • ._l •c•.U) rmto en o en . . "
CJecunvo y J1.tu~ ~ , , ¡. ¡·bertad civil y re1Igtosa en
e aquél había recibido del Consejo de Regencia(§ 379). A ~: ...... ~~nlo, deb1<1. pron1overse a I
proVIll.Cl.lS . .n.:.u;=.
• •
. ,
lucha en el suelo oriental (§ 381) ofreció a los patriotas memorables toda su extensionunaguuble ·

388 389
LA POLIT!CA llXTBRIOR
MANU<\L DB HlSTORI<\ DE us lNsrrttrCIONBS ARottNTINAS

Desde el ptlllto de vista económico, las instrucciones sostetúan la habili* historia cou la denominación de "guerra de las republiquetas", y que
tación de los puertos de Maldonado y Colonia, sin preferencias de l.lllOS constituyó un poderoso freno al ataque muchas veces victorioso de los
puertos sobre otros, y de que no se impusieran tasas o derechos sobre españolistas~ desempeñando especialmente tUI papel defensivo y des-
los artículos exportados de una proviucia a otra. Thmbiéu procuraban la moralizador de las fuerzas regulares.
protección de las iudustrias vernáculas. Las mencionadas causas naturales y geográficas, y los quince afias de
Estas ideas se hallaban también expuestas, cou ligeras variantes, en las luclta devastadora relajaron el vínculo de las pmviucias altopema11as,
Instrucciones del5 y dell8 de abril de ese mismo aúo. que poco después constituyeron un nuevo Estado, la república de Boli·
via (6 de agosto de 1825). El gobiertiD argentitiD facilitó esta detenni-
499. La actitud de ARTIGAS, contrariamente a la del Paraguay, :fiJe diná- nadón al reconocer a esas provincias el derecho de resolver lo más con·
núca, y auuque sus ideas no hallaron eco en la asamblea y sus diputados ve1llente a su gobierno e intereses (9 de mayo de 1825).
fueron rechazados por defectos formales, alcanzó a impouerse su prédi* Fue distinta, en cambio, la situadóu de mta de aquellas proviucias, la de
ca en algtu1as proviucias arge11tinas. En 1815 se constituyó la Liga de los Tarija, que había sido incorporada en 1807 a la intendencia de Salta.
pueblos libres, que comprendía Entre Ríos, Corrientes y Santa Fe, sus- Luego de varios problemas e11 torno de la jurisdicción que le correspon-
trayeudo temporalmente a estas proviucias del régimen directorial, por día, prevaleció el deseo del propio pueblo de T.uija y de los. distritos
lo que uo concurrieron al congreso celebrado en Tucmnán en 1816. nu:ales, quienes se prommciaron por tua11tenerse unidos a Bolivia (26
En el peusanllento de ARTIGAS se perfllaba ya la tendencia autonomista de agosto de 1826), y la provincia fue incorporada a esta república (23
de las provincias freute al sistema centralista(§ 441) y si bien no estaba de setiembre de 1826). Siu embargo, el congreso constituyente en Bue-
aúu esbozada la idea de la separación de la Banda Oriental, el rechazo nos Aires declaró a Tarija como provincia argentina ( 30 de uoviembre
del pensamiento de Artigas por parte de Buenos Aires y los hechos de 1826). Luego de largos aúos sin modifica.t'>e esta situación(§ 512),
posteriores encaminaron hacia el desprendimiento territorial de aquella por el tratado del10 de mayo de 1889 quedó reconocida Tarija como
provincia rioplatense. pmvi.ucia boliviatta (§ 826).

500. El Alto Perú se incorporó eu el Río de la Plata al crearse el virrei-


nato(§ 191), eu forma "artificial y precaria" y acaso para dar a la nueva La politica exterior <2l
organización política la riqueza minera de que carecía el resto del terri-
torio. Pero se advertía ya que esa anexióu era contraria a la uaturale'Ul y
501. El reconocimiento de la independencia. Declarada la indepen-
al mismo desarrollo histórico de la región. Así, el gobernador de Poto* dencia e11 julio de 1816 (§ 387), el congreso constituyeute dispuso que
sí, ]UAN DEL PINo ÑIANRIQUE, decía en 1783 que, debido a su distancia se detallasCil "en 1111 manifiesto los gravísimos fi.mdamentos impulsivos
de Buenos Aires y a su diversidad en las costumbres e industrias, era de esta soleuUie dedaradóu" dirigido a todas las nadoues. EL 25 de
más couvCillenteutUr aquél al virreinato del Perú. En 1789, el viney del
octubre de 1817 se aprobó dicho .Manifiesto(§ 388).
Pení expresaba al rey que el límite natural del virreinato del Río de la
Tanto la Declaración de 1816 como elll1aniftesto de 1817 colocaron a
Plata estaba en Jujuy.
las Províucias U tUdas en el collCierto intentacional de naciones. Faltaba
Durante el proceso de la revolución por la independencia el Alto Perti
el reconocimiento como tal.
fue la región más castigada por la gtterra, librándose coutinuas y encar-
nizadas luchas entre los realistas y los ejércitos americanos. Partiendo
del foco realista en Lima, el Alto Perú representaba utta de las vías de (2) EmlQm:< M. BAII.aA, [.a¡ ralaciums exteriures ccm !O> paisus amcricancr, H. N.A., t. VII, segunda
obligado e inmediato acceso para entrar en el territorio rioplatense. Por secc., 1951; FERNA..'IDO ENRIQUf. BNl.l.IA, Euro¡>a,E<tadcr UnidO> y la indepemknr;la latinoameriuma,
C.C.LH.A., t. VII; MARIO BELGilANo, La pal(ti¡;a exterior del gobierno de M>J,rrin Rrxir(guez. El
la posesióu de esa ZOlta vital se libró utta lucha, que no terminó de reconocimiento tic la independencia, H.N.A, r. VI, segunda scc., 1947; HU.>.U!EilTO A. hlANDEUJ,
reconocer tUI definitivo vencedor hasta la derrota total de las fi.terzas La política dipklmá:ica argentina en Amérir:~& (182()..1829), H. N.A., t. VI, segunda sec., 1947;
espaf10!istas en América. Dentro de la región, aparte de las fuerzas mi- ls.!DORO Rmz MORENo,Hi>tiJTiade las relacionest.xttrriuras awentinas (1810·1955), Buenos Aifes,
1961 Lms S.ANTIAGO SI>Nz,La politim inttm1adcnal. &laci!mi!S exteriuras y cumWnus limitrofts (181 0-
litares que preslottaban desde el norte y desde el sur con objetivos opues- 1862) enN.H.N.A., r. V, cap. 22; josi LEóN SuÁREz.,Diplomacia Universitaria .Americana, Buenos
tos, accimuba también un movimiento insu:rreccWnal, que ha pasado a la Airs, 1919.

390
l..J\ poLtrJCh EXTERIOR
MANUAL Dll H!STOIUA Dll LAS lNSTlTUC!ON!lS AltGBNT!NAS

. tías aredan inclinarse h<lcia los primeros.


¡\_ ~érica del Sttr sin compro-
502. ¿Qué actitud adoptó el trono español ante la rebeldía americana? rios. Con todo, sus Slmpael P .
En realidad, la vuelta de FERNANDO VII al trono (§ 360) significó la . d 0 desarrollar comerc1o en~.,._,_..
:Mientras pu ~ . ue las exi lcias de reconocimiento por
rupmra defuútiva de los VÚ1ados -si antes no se había producido- wn meterse con Espana Y S~l q. . ~ b·etivo Gran Bretaña, si-
las provincias indianas. La acción militar represiva se intensificó, aun- parte de los ·americanos nnpldier:t"n a'r o. Jtomltic<l no definió su
que todo ello esnwo condicionado por dos factores principales: la posi· . do la senda de una reconocld<l lulea dlp , fi . l
ción de FERNANDO en la propia penínstda y la debilidad de Esp.:tÍla para gtu:n:-'n Recibía a emisarios americanos sin concederles ra.l;goCao ICiat,
posiCIV · . _ · tosas con Espana. rene
imponer soluciones a las demás naciones europeas, y para dominar sus al tiempo que entablaba conversaCiones anus .. 6 bre todo de¡·a-
territorios de ultramar. Hubo también negociaciones entre españoles y . . b sin duda, su futura declSl n y, so .' .
de nnpulsos, razona a, . d Espaúa los reqneruruen-
americ<lnos en medio de la guerra emancipadora, pero las pretensiones · L s protestas conunuas e '
ba obrar al u~po. a iahnente la presión de los propios comer-
de tUlOS y otros eran diarnetra1mente opuestas, y el pllllto de discordia tos de los amencanos y C:di~fi ··'- re a reconocer los pabellones de
radicaba precisamente en el reconocimiento de la independenci<l que . b · ' ·cas la deci o mauuen . _,¡;,
pretendían los aiollos y rechazaban los peninsulares.
oantes nt:am . s·1bien era sólo tula cuestión téoúca, SigtwiCa-
los buques arn~n~anos. ech revio al defulltivo, reserYado a la San-
Si bien después de la derrota defmitiva de NAPOLEÓN (1815) los rnonar-
:as europeos se habían mUdo, coustituyendo la Sa.nta Alianza, destina-
ha un reconocuruen:o de h dob,
"'~ cuyos nuembros e 1an retu
r :ri.rse en el congreso de Vero na.
. d
ta Ali .u , a ITOteger el comerCio e
id a la recíproca protección de sus tronos, Espaf1a no pudo obtener en Sostuvo Inglaterra en este congreso qtle par · t ·a se vería obli-
do · 1·~1...-... re por 1a ptra err,
ting{lll momeuto el apoyo efectivo de sus ali<ldos para sofocar 1<l rebe- sus súbditos, amenaza. .~1~ !-'....._. •.,..I~itniento si no coincidí.u1 todas
ión america.na. Ello se debió a distintos factores. Algunas de las poten- gada <l die~ nuevas m~l . ó :::~: de esta cuestión. No prosperó
".ias europeas estaban dedicad·as por entero <l los complejos problemas bs potennas en1tma s~ ~C6> 'd' A•JStria Prusia y Rusi<l, quienes sostu-
le su continente, y para ellas lo que ocurrí<l en Arnéricil era seomdario. do por a apasto n e • ' d Es •
~te pedi 'an la itldependencia hasta que el rey e. r:ana
)e >1hí que, por ejemplo, Rusia, Pmsia y Austria se mantuvieron casi VIeron que no reco~lOCert be '. sobre los respectivos terntonos.
iempre indiferentes, limitándose a apoyar los planteas espaüoles más no hubiese retltulClado a su so rama: . t de la itldependencia sud-
n fiu1ción de la solidaridad etuupea que por un verd<ldero conocinúen- 'd'da '· gl llegar al reconocuruen o ,
Dec1 1 lll ater:~ a Estados Utlidos tma declaración connm,
o de la cuestión americana. americaJU, negocto con los fu es de 1823 resolvió reco-
, erar-se Entonces a 1 .
pero no alcatlZO a cot:cr ·p . . ' Ullidas México y Colornbld,
:os. La posición de Francia, Portugal y Gran Bretaña era, en C<lm- nocer la itldependenoa de las lDVU1Cl.lS '
·io, distinta. Franci<l, ligada por razones dinásticas, apoyó casi siem- 1 d · ·' bre las restantes
aplazando. <l CClSl?.?- so ' tl eneral WoonBINE PARISH con plenos
·re con entusiasmo los proyectos espaüoles p<lra recuperar los terri- De itunedt<lto env10 al const dg ·,¡y recomendándole <ltenerse
=>rios americanos. Portugal y Gran Bretaíu fueron los que, debido a poderes para negociar un trata o camera ,.
LlS cuantiosos intereses en la cuestión, siguieron con más interés la sólo a este aspecto, sin mezclarse con los problemas políucos.
volución del problema. La habilidad diplornátic<l caracteriz<lba <l ., 12 de febrero de 1825 se celebró
mbas canciller-ías, y muchas veces los problemas americanos l<ls 504. Como resttltado de esta ~non, e ación entre Gran Bretafla y las
acontraban unidas en objetivos comunes. La expansión territorial el trattuW de amistad, c~erao y mweg. granreperctJsiónpar-aeldesa-
ra la antigua meta de los lusitanos, que no descuidaron sus suceso- . · U ·d desnuado a tener una . ,
Provmoas lll ~, . , . elR-íodelaPlatayquemodificonnes-
:s, los brasileños. El interés británico, en cambio, estaba centr<ldo rrollo del cornerno bnt.uuco en.. El . '"-•do coustaba de qnil1Ce artí-
·' al mmas matenas. traw. ,
rincipalmente en la conquista de los mercados sudan1ericanos para tr<l le gisl ~n~n enucho~ d l beneficios convenidos fueron reCip~~,
biotr el excedente de su producción industrial. Para ello no pedía culos, y s1 btetllll os e os. . . ilttsoria ues en la pr-actica
tonopolios, preferencias ni concesiones; le bastaba la libertad de no debe olvidarse qtle esa rectp~ldad era los iugl'~es en el Río de la
mu:rcio, en cuyo ámbito stts mercaderías no podian encontrar com- . vecharÍaJl esas conces10nes eran
qme.nes apro . en los domillios británicos. .
~tencia alglllu por su mejor calid<ld y menor precio (§§ 541-542 ). Plata y no los ~,tmos . ·cienes ritlcipales: la perpetua arrus-
~1úendo por norte este objetivo merc<lntil, Inglaterra deseaba ase- El tratado estableclO etl sus dlSpost . P avegación aún en ca.<;o de
_warse esa libertad, tanto en el caso de que los Estados americanos tad; la recíproca libe~a~li~c;~=~~ k_ ~idet1Cia de los namrales de
lllsiguieran sus propósitos corno si España recuperara esos territo- guerra entre las partes, e ~"t>""--

393
1\fANl'AL DE HlsTORIA DE LAS lNST!Tl'CIONBS AJl.GBNTINAS LA POLÍTICA BXfBRIOR

un país ~11 el ~tro, coucediéudose a los britátúcos en territorio argenri- en adelante considerada territorio st~eto a la colonización de ningún
110 la nusma libertad que a los ttaturales de éste para m.mejar por sí o poder europeo, y que cualquier acritud de éstos para oprimir los go-
por apoderados sus negocios, tratar y contratar; la exención de todo bieruos sudamericanos o controlar sus destinos sería considerada lllta
servicio núlitar obligatorio y de los empréstitos fur.rosos, exaccioues o manifiesta disposicióu inamistosa hacia los Estados Unidos.
r~quisicioues ~úlit~es, es~p1-~ándose que no serí.m obligados a pagar Esta declaración no fue enútida a propósito del tema que estamos
mnguna coutrtbucton ordmana mayor qne la que pagasen los naturales considerando, sino a raíz de la pretensión rusa de reivll1dicar para sus
o ciudadauos; la recíproca "libertad de couciencia", pudieudo practicar súbditos el derecho exclusivo de comercio, pesca e llldustria en uua
cada mto libremeute su culto, a lo que Se agregaba para lo,<, britátúcos la gran zoua adyacente al territorio de Alaska, que entouces le pertenecía.
au~orizació!1 para establecer su~ propios_ cemeuterios. Los ingleses, acle- Esta acritud provocó reacción eu los Estados Utúdos, y la dedaracióu
mas, gozattaudel_d_erecho de diSponer libremente de su propiedad en la de MoNROE fue consecuencia del fracaso de Ulta solución anúgable de la
forma eu qne qmsteran o por testamento. Siendo muy importante la cuestión.
regul.tcióu del aspecto merca.lltil, se estableció tUta cuidadosa reglamen- De todas maneras, la doctrina .Af.onroe se constituyó en un priucipio de
taciót~ para asegurar el c_mnplimiento de los priucipios consagrados, política exterior de los Estados Unidos, que fue iuterpretado de distinta
e~fcnahnente en lo r?atlvo a los derechos de importación y exporta- manera a través de su vige11cia y que ha merecido por ello jtúcios cou-
non, y a los que debtau abonar los buques. Esos derechos no seríau tradictorios.
superiores a los que debí.m pagar artíctúos análogos procedentes de
otros países extraujeros, dándosele en éstos y otros casos el trato de 507. La guerra con el Brasil: causas y consecuencias. La astuta di-
nación más favorecida. Se comprometían, además, las Provincias Uill- plomacia portuguesa no había cesado en sus pretensiones de empujar
das, a colaborar cou Gt>.m Bretatl.a para obtener la total abolicióu del hacia el sur las fronteras de sus dominio.s americanos, pese a que por el
comercio de esclavos. tratado celebrado con España en 1750 habíau sido establecidos los lí·
mites entre ambos Estados, quedando para España la Q)lonia del Sa·
505. 0-u11qu~ por entonces ocupase tmlugar secUlldario en el coucierto crarnento y el territorio de la Banda OrientaL
nnmdtal, es Ulteresaute la posición de los Estados Unidos ante la iude- El antiguo anhelo portugués pareció más fácil de llevar a cabo después
pendeucia sudamericana. Es evidente que los americanos del norte si- de 1810, aprovechatldo la anarquía de las provincias rioplatenses. En
guieron con vivo iuterés el desarrollo de la misma y 110 ocultaron su cambio, el imperio lusitano estaba wúdo en torno a su rey, que había·
f~au~a simpatía hacia ella. Ello se debía 110 sólo al hecho de que el mo- emigrado al Brasil ante la invasiónnapoleóillca a Portugal. Cabe agre-
vmuento recordaba al que ellos mismos habían promovido cuatro déca- gar que el territorio oriental había sido desde 1810 teatro de profuudas
das antes, siuo que los Estados Unidos se encontraban alistados en tm.a disidencias, y ya estuviera en poder de los realistas o de los patriotas, lo
política decididamente anrieuropea. cierto es que las desll1teligeucias con Buenos Aires fuerou continuas y
Los Estados Utúdos enviaronmunerosos ageutes confidenciales a fin notables (§§ 497-499).
de obtener informes completos y directos sobre la revolución sudame- Ü)nocíau bien los portugueses la llnportancia del Río de la Plata, llave
ricana, Y recibieron también, eu forma confidencial a emisarios de los maestra para la commúcación fluvial con extensas zonas del mismo te-
gobiernos revoluciouarios, efectu.íudose en algtu1o; casos venta de ar- rritorio brasileño (como el Matto Grosso) y del Paraguay, a las cuales
mas Y eletnentos bélicos. Por ftn, el28 de marzo de 1822 recouocieron era imposible llegar por tierra. De ahí la importancia de obteuer territo-
la iudependetlcia de algtmos Estados sudamericanos entre ellos las rios baft.ados por el río de la Plata, para impedir que éste fUera de mo
Provincias Utúdas. ' ' exclusivo de las Provll1cias Utúdas.

506. Poco d:Spués, el2 de diciembre de 1823, el presideute MoNROE, 508. Bajo el pretexto de pacificar el territorio couvtúsionado, las fuer-
en _uu_ nlCllSaJe al Ü)11gres<:> de ~os Estados Utúdos, sostuvo que cual- zas porntguesas, al mando del general LECOR, ocuparon la Banda Oriental
qmer Ulteuto de las potenctas aliadas ettropeas para extender su sistema en 1817. En 1822, al cmlSrituirse el Brasil como Estado iudependiente,
al h~nisferio a11.~ericano sería mirado como peligroso para la paz y se- coronando como Emperador a PEDRo I, se ratificó la anexión., iucorpo-
gundad det contlllente. Se declaraba también que América no podía ser rándola a la Nación como Estado Cisplatino.

394
ÚONPUCTOS DURA~Tll !!L PERiODO 1835-1852
MANUAL DE HISTOIUA DE LAS lNSTITUC!ONllS ARG!l¡..'TIN.M
. . artes se comprometían a garantizar y de~en-
Sln embargo, la resistencia de los orientales pudo al f111 quebrar la Ürlental, que ambas P . b asileílas del territorio orlen-
d 1 redro de las trOpas argetltlllas y r
fuerza invasora -recuérdese la épica cruzada de los treinta y tres orien* er; e . . . ' del Río de la Plata para las partes durante e1
tales al ma11Clo de JuAN ANTONIO LAVALLEJA-, y el 25 de agosto de tal, y la hbre tlaVegac~Oll
1825, eu el congreso de la Florida, se proclamó la unión de la Banda término de qulllce anos. .ó era notable. Con todo, si bietl
Oriental con las Provincias Unidas. El congreso general constitu- La diferetlCia entre muy otra ~~nvencdr ol~Uo hasta el Río de la Plata,
il odía ahora exteuuer su 1
yente, remUdo eu Buenos Aires, aceptó tal reitlcorporación (25 de e l Bras no P · . . cionafu:.ación de éste, evitando que
octubre de 1825), y muy pronto el emperador PEDRO I decl;¡_rÓ la había .Uc:Ulzado aln~_nos ~óul~reaciótl de este tercer Estado, obr~
guerm (lO de diciembre de 1825). perl:ellCCietamba~,u so l:::~a ~~teres;l.da la diplomacia británica, fue asi
La guerra no se defulló por la rendición de lUla de las p.trtes, sino por el en la que ta 1en se, . . , . inglés· "hemos puesto Wl algodón
... ..1 un h.íbil dtplomauco · .,
arreglo diplomático. Al momento de negociarse éste, las acciones mili- comenutUa P?r , ía ue el Estad(\ débil por su enens1on y
tares indicabanm1a leve ventaja para el ejército Mgentino. En cuanto a entre dos cnst.Ues · Se ere q . . ,
recursos, sería fu~rte. por _s~ ~ ::;_~ desde etltoilCes segregado defmi-
1
1
la campaíu naval, si bien los brasileúos poseíanmu flota muy superior,
no habían logrado reflejar esa diferencia en los combates y encuentros Pese a que el terntorto on .~ "bilidades o tentativas de
. te .ÚlOS desnJtés se abrtnan m1evas post
libr-ados. Por su parte, los corsarios habían desiUTOllado wu actividad nv.unen , r·. . . . irul (§ 515)
muy perjudicial e11las costas brasileiías, contribuyendo a1 debilit.unietl* llltegr-ar la a.nti~ jurtsd~ccl?ll Vltre prod. u·¡o· flingün hecho grave
to del poderío marítimo de aquel Estado. .AUl etl las decadllS stgtnentes no se fs . ·
1que . el BrllSil la tensión fue caracter nca, casi
qu e afectara las relactOllCS con ' . terés del impe·
rela . 11 razón del permanente Ul
509. El gobierno .trgetuino, deseoso de alcanzar la paz por l.t necesidad constante etl esas Clon:s, e 1 • d l Plata el territorio orie11tal
de emplear lllS fuerzas militares en la consolidación del orden intemo, no. en lllS cuesu , 0 ..,,.s
•a.- relanvas a 1.t cuenca e '
buscó wu manera airosa de concluir la guerra. Fue etlviado a ese efecto y el Paraguay.
a Río de Janeiro el doctor MANuEL JosÉ <JARciA, quien abrumado por
la idea de que el Brasil pensaba proseguir la guerfa hasta aftexar la Ban-
da Oriental, firmó wm convención prelimllhU' por la que las Provincias Conflictos durante el período 1835-1852 <'l
Unidas renunciaban a sus derechos sobre ese territorio, debía retirar las
tropas del mismo, se comprometía a desannar la isla Martú1 García e , d"da entre 1835-1852 fue muy agitada ettlo
511. La epoca co~ren 1 . Se tcedieroll cuestiotles con los
indemnizar al Brasil por los perjuicios ocasi011ados por los corsarios referente a las relaCiones exten?res.~ ~ nantuvo Ull gr-ave conflicto
duraute la guerra. Esta convención significaba para el Brasil lograr ple- , limí'trofes, y durante vanos
p.uses nglanos 1
nametlte los objetivos propuestos, y era doblemente exitosa si tales re* con illrervención de Francia a I aterra.
sultados se alc-anzaban en medio de tilla lucha bélica que no le era favo-
., fro rre con Bolivia preocupó a
rable. De e.~a manera, la renw1cia argentina .U territorio oriental dejaba 512. Bolivia. La simacton en la ~ltera no Aire con eletlCar-
. . ., ~ .... ~ 0 gob1erno ell Buenos s
a1 imperio dd Brasil con la posibilidad de extender su domitlio hasta el RosAS apenas ~lUCIO su se.o........... bernaba a uel país el general ANDREs
Río de la Plata. Parece obvio destacar que la derrota era doble: territo· go de las relac10~es enenore;. Gopoderío aq rincipios de 1836 c.on la
ri.U y moral. La conVetlCiÓn preliminar firrrutda por GARciA .no fue rati*
ficada por el congreso general constituyente, y el comisionado fue enér-
SANTA CRUZ, qtuell amnetlto B Ju lo-BJthriana y persistió en sus
formación de la Confedera: I_lal enw país pro;ectando la atlexión
gicamente desautorizado por el presidente RtvADAVIA. No obsta.nte, el objetivos de expansiÓtl terr1ton para su ' _
exceso del enviado UJVO influenci;l. en la caída del gobiemo nacional.
_ . JosE Ltns BuSM<"ICHE, El bloqueo fome&
3 ) Adern:is ¿.,la bibliografia citada ~l1d194
pun';;~~:R. CA!U.U-Bols, Una tim-aArgenrina.
510. El arreglo diplomático se alcanzó, si11 embargo, al celebrarse el ~e 1838 y f4 misirín Cu!lm, Buel1os Aires, 5 ' Vi/k pofftica de Juan Manud de Rosas.··,
27 de agosto de 1828 una nueva convención preliminar de paz -que Las lilMMR.MntU, Buenos A.U-.:s, 1948; }UlJO blt.=s La intm>mción franma en el Rio de ffl
. nota (2) del cap. XVII, Gt.~~Rm.A. p ' El Rm!U H., N" 35, 19~;
fue ratificada-, concurriendo a Río de Janeiro como enviados argcu- ::rB:nos Ah-.:s, 1958; I = o JoaGE Rt.~z==~;/a;~I/Ertudkhistóriwy jurilbm
tinos los generales JUAN RAMóN BALcARcE y ToMAs GUIDO. En el RIC..;DO ZoRlAQulN BEcU, Ingl4terTII- promet
acuerdo, princif'illmente, se estipuló: la independencia de la Banda
·' B
del confúc.to anglo·espafiut, uenos Aires ' 1975.

3%
M..I.NtraL OE H!:STO!UA PE lAS L"<STITVCIONBS ARGENTINAS CoNFL!CfOS DURANTE EL PERÍODO 1835-1852

de las provincias argentinas de Salta y Tttetunán. También era visible su La independencia del Paraguay fue reconocida, una vez derrocado Ro-
simpatía por los exiliados argentinos, enemigos de RosAs, que se en- SAS, el15 de julio de 1852.
contraban en ese territorio.
La actitud de SANTA CRuz inquiet6 también a Chile, que veía con alar- 514. Las Islas Malvinas. EllO de junio de 1829 el gobierno de
ma la política expansi01ústa de aquél. Como las miras del gobierno de Buenos Aires dictó m1 decreto con estas motivaciones: "Cuando por
Dmoo PoRTALES en Chile eran el dominio del Pacífico mediante tllta la gloriosa revolución del25 de mayo de 1810, se separaron estas
vigorosa expansión económica, pronto estaUó el conflicto entre ambos provincias de la dominación de la metrópoli, la España te1Úa la· pose-
países, en el cual también interVino la Confederación Argentina en alianza sión material de las Islas Malvinas y de todas las demás que rodean el
con los chilenos. Sin embargo, RosAS, ocupado en otros conflictos, cabo de Hornos, incluso la que se conoce bajo la denominación de
dejó a las provincias norteñas la conducción de la guerra, nombrando Tierra del Fuego, hallándose justificada aquella posesión por el dere-
como Jefe del ejército al gobernador tucmnano, general ALEJAl'WRO cho del primer ocupante, por el consentimiento de las principales
HEREDIA. potencias marítimas de Europa, y por la adyacencia de estas Islas al
La guerra terminó con la derrota de S&"'TA CRtrL y la destrucción de la continente que formaba el virreinato de Buenos Aires, de ~uyo go-
ConfedcNción que había establecido, correspondiendo los laureles del bierno dependían. Por esta razón, habiendo entrado el gobterno de
triunfo al ejército chileno, pues el papel desempeil.ado por el argentino la repüblica en la sucesión de todos los derechos que tenía sobre
fi_¡e muy pobre. Uno de los objetivos de RosAs era la reincorporación estas provindas la antigua metrópoli, y de que go7.aban sus virreyes,
de la provincia de Tarija a la Argentina (§ 500), pero cuando ello pare- ha seguido ejerciendo actos de dominio en dichas islas, sus puertos y
cía factible por la derrota de SANTA CRUZ, aquél expresó; "'Que respectn costas, a pesar de que las circunstancias no han pernútido hasta aho-
de Tarija, no es digno de la República Argentina reincorporarie hoy por ra dar a aquella parte del territorio de la república la atención y cuí·
la fuerza, ni reclamar nuestros derechos, en cirnmsta.ncias que Bolivia dados que su importancia exige".
se em:nentra afligida y envuelta en la anarqtúa". Sin embargo, no se En la transcripción precedente se sintetizaba el estado de la cuestión a
habían modificado sus pretensiones de obtener la devolución de dicho ese momento. En efectn, los derechos de Espaúa a estas islas no habían
territorio, según se desprende de las instrucciones dadas dos años des- sido seriruuente cuestionados hasta 1810, y si bien a partir de 1811 fue
pué.s, en 1844, al ministro plenipotenciario en Bolivia. abandonado el establecimiento español, no hubo ocupación temporaria
ni penn<lltente por parte de ningím otro país, utilizando las islas los
513. Paraguay. Lts relaciones con el Paraguay durante este período pesqueros y baUeneros de distintas naciones para sus expedicio~1e~. Hubo
ofrecen características peculiares. En realidad, después de la actitud pa- también algtmas tentativas del gobierno rioplatense para contmuar la
raguaya a raíz de la Revolución de 1810 (§ 496), aquella región se posesión espailola, pero sólo en el citado decreto de 1829 se estableció
había mantenido aislada, siendo el promotor de esta política el dictador tUl comandante político y müitar, con residencia en la isla Soledad y con
JosÉ GASPAR DE FRANciA, quien la mantuvo hasta su muerte, en 1840. jurisdicción en «las Islas Malvinas y las adyacentes al cabo de Hornos".
Quienes le sucedieron en el gobierno modificaron esta actitud y así el Ese ñmcionario "hará observar por la población de dichas islas las leyes
31 de mayo de 1841 celebraron m1 tratado de comercio y de límites con de la república y ctúdará en sus costas la ejecución de los reglamentos
la provincia de Corrientes, que en ese momento se haUaba en guerra sobre pesca de a1illbios".
con el gobiemo de Buenos Aires. El 25 de noviembre de 1842 un con- Habiéndose iniciado la col01úzación de Australia y de Tasmania, las
greso general extraordinario reunido en Asunción declaró la indepen- islas resultaba11 una base muy adecuada para el descenso de las tripula-
dencia del Paraguay y aprobó aquel tratado. ciones y reparaciones de los barcos. Trunbiénla wna era muy explotada
Rosas se negó a reconocer la independencia y siempre le dio al Paraguay en la caza y la pesca de ruillbios. En1831, el puerto Soledad file atacado
el trato de provincia segregada de la Confederación. Alegab-a el dictado por la fragata norteamericana "Le.xington", como m1 acto de represalia
porteúo, entre otras razones, que para reconocer la declaración para- por las prohibiciones del comanda11tc VERNET sobre la caza y la pesca
guaya era necesario convocar a los otros pueblos federales y que el Para· en las islas.
guay podía ser fuerte solamente tmido a la Confederación, pues su ais- Pero los ingleses, adelantándose a cualqtúer otro intento, decidieron
lamiento geográfico perjudicaba seriamente su desarrollo económico. ocuparlas. Así, el2 de enero de 1833, la fragata inglesa "Clío" arribó a

398 ;99
Co~i'LlCTOS OU!l..ANTE BL PERÍODO 1835-1852

, ' """ ~GikV!'!NAS


M.\NUAL DE HfSTORlA p¡¡ LAS INST!TUCION"o A-
de fuerzas navales, declaró el28 de marzo de 1838 el bloqueo del puer-
;;entifta.s y tomó posesión~ nom=d~desaloJ~ a.las autoridades ar-
la isla Soledad, procedió la ft . . to de Buenos Aires y del litor-al fluvial argentino.
La U1terveución francesa provocó tUl<l visible corriente de sim.patía en-
!)esde entonces las Mal . . rey bntamco. tre los bloqueadores, RrvERt'>- y los emigrados mútarios, qtúenes se ha·
., d vuus consttmverou para 1 L •
1011 ehonornact.ot··' El
ld.l.
b' ;·
go lCrllO afO't"11tiu0 h an..Igentlllil-tmacues-
-<' liaban tulldos por el objetivo comím de derrocar ·a RosAS. Pero bien
Jtotestas, siu éxito hast d e- aJormu]adofrecueutes
1050-IO¿i)~ones
' a esemboc.ar eu las negoc· · protlto las inst:Lucc.iones recibidas de Francia y la designación de uuevos
as y eu el conflicto annado de 1982 (§§ diplomáti- enviados parecieran indicar que se buscaba un desentendimiento con
los aliados, procurando tlll<l solución pacífica del entredicho. Inglaterra
·,¡s. La Banda o nen~.<U
· . . . 1 y 1a interven • '
on Brasil en 1828 (§ 510) uo dio una CJJ o? an o-~~ancesa. La paz
g1 era también partidaria de adoptar este remperMUento. Fllulmeute, el
:)bre h. Rmda Orieutal n~-
29 de octubre de 1840 se celebró tUl<l cotWet'ICiÓn etltre el enviado fran-
_ so uct6u defrmt:Iva a la cuestión
· xu..-OS anos después b · , el cés, b.u-ón de MACKJ>U, y el _minj,sn-o argentino, FELIPE MliNA. Se ·acor-
. proceso que vamos a d 'b' se rea no caso. daba levantar el bloqueo, devolver la isla Martín G.m:ía tomada por los
lrgo de casi tres lustros esy: tr ,en s;ts .grandes lúreas se extendió a 1o
• ROSAS l . ' upo pract:touneute el seo-omd b' bloqueadores, recouocer el derecho a indem11izar a los súbditos france-
- Y os .stguientes hasta su caída e U . . o· , o go terno ses perjudicados, conceder llll<l amnistía a los proscriptos después de
oplateuses, smo que corno v; 'el lr:en:uuerou en él no solo Jos 1828 que abandonasen la actitud hostil cotl el gobiemo de Buenos Ai-
d' ' eremos conflicto . l , 0
- l!ectamente .:t dos poteucias europe'as· F ." Iuwo ucro directa res. Se dispotúa también que se firmaría un tratado de comercio y nave-
111835 el brioad· u... · ratl<:ta e glaterra.
'b]' ' v· ter lV.li\..NUEL ORmE fue ele id . gación, segúu el cual los naturales de tUlO y otro país gozarían del trato
1 tea Orieutal en reemplazo del g o prestdente de la Re- de exn·at1jeros más favorecidos. Se establecía, además, que "el gobierno
) de los d ba general FRucruoso RIVERA N'
os cauta por entouces con1- . ' . mgu-
rvJ~RA·, s~patia ~osAS.
de Bttcnos Aires respetará la independencia del Uruguay, sin perjtücio
con el apoyo de los emi ados . a .de Pronto de sus derechos naturales toda vez que lo reclamen la justicia, el houor
es~,ente constitucional cou la~~rma asge.utmos umtanos, enfreutó al
neto eula batilla del Palmar 1 s y, luego de utta larga htch-a, lo y seguridad de la Confederación Argentina".
tenas Aires, desde donde a eu !38. ÜRmE renuució, dirigiéndose a
tma década d retorno t/ ~ra por ~osAS, buscaría dtrraute más
0 517. El arreglo entre Frat'ICia y la Confederación descolocó a RIVERA,
truu;u a su patna. quien buscó entot1Ces el apoyo del Brasil y procuró, asimismo, la paz
con RosAS. Pero éste exigía como condicióH del acuerdo el recouoci-
6.. Mientras
al tauro, RoSAS deb"to abocarse a uu .1:'1 miento de ORIBE como presidente del Untguay y el destierro deRIVE-
Aire' origiuado en una ley d.tetad a en1821 por
:totl uuevo
la cotuÚctO
. . inter- RA. En estas condiciones no p-arecía existir otra posibilidad que la gue-
> s. De acuerdo cou esta los . · provmcta de Bue- rra. ROSAS se había comprometido con ORIBE a restituirlo en el poder.
residencia en la provincia ey,
1
extrallJ~ cou mis de dos aílos
~ ejercierau arte mee-' . ' que reyerau btenes raíces o tieudas y RIVERA contaba para permanecer en el mismo cou el apoyo de los erni·
grados argentinos. Se había aliado, así, el partido gobernante de uu p-aís
.
Jtar, en caso de ser requerido ~a ' e tm prestar servicio
amcooprOJestónlibe 1 d b'
~3 establecía además . l P0 r 1a autondad. Otra ley porteÍJa de con el grupo opositor y enllgrado del otro.
l . ' ,pata oscasosdei.nmineutepel. ¡ La guerra pt-onto estalló, y mientras el almirante BROWN bloqueaba en
os extraiveros transeímtes en las mili' . b tgro, e servicio 1841la ciudad de Montevideo, ORIBE desarrollaba tuta exitosa campa-
>es, los firanceses --cuyo b · . · En d'tversas oca-
,ctas ur anas
eutina en 1830-- pretet:er~~~h:~r:-on<:~:t~o la independencia
ña terrestre, que le permitió derrotar a su rival en Arroyo Grande en
diciembre de 1842, y sitiar Montevideo en febrero de 1843, prolongán-
:1, buscaudo obtener nn beuefi . .11 r eXlll11dos de esta presta-
cto atJaiogo al qu b 1 dose esta situación duratlte nueve años.
)S por el tratado de 1825 (§
504 ) e goza au os britá- El conflicto preocupó a Frauci;l e Inglaterra, cuyos súbditos en el
lpocoobtuvoresultadofavorable.el 1- . ' Río de la Plata se veían perjudicados en sus U1tereses comerciales,
!E RoGER, eu 1837 q u· ad , P mteo del vtceconsul francés
' t en,· enus de ins· tir 1 · ' especialmente por la alteración que aquél prodncía en la navegación
l,tedamóporladetencióudeal 'lS. ene pedtdodeexeu-
~-subdttos frmceses. Al ruante-
fluvial. Por ello, esas potencias decidieron actuar como mediadoras,
;e firme el gobierno de B pero al mismo tiempo los jefes de las fuerzas navales britáuicas y
. . _..,~ uenos .cu.ra; rechazand ¡ ..
:ouoctettuO la autoridad d ' o a pretetlSton y
ioues diplomáticas, el cou~~nte consular para entablat· nego-
francesas arribadas al Plata también ll1tervinieron, apoyatldo la resis-
aute LUIS E J. LEBI.A.."iC, al mando
<01
l\IANPAL DE HISTORIA DE LAS JNSTITUClONES ARGENTINAS

tencia de los orientales, htcursionando por el río Paraná y bloquean·


do los puertos argentinos.

518. Luego de largas negociaciones, las potencias etll'Opeas estimaron


Capítulo XIX
que la cuestión del Plata les había dado preocupaciones, con pérdida de
tiempo y diuero, y siu mayores beneficios. Estaban deseosas de darle
fin. La dilación respondía no sólo a un hábil juego de RosAS, sino a que
las partes en litigio eran varias, awque los bandos en lucha sólo fueran ., ¡¡~ El ciudadauo. Carácter de la representa·
dos. La representaoon po ....ca.
Finalmente, el enviado inglés, ENRIQUE SoUTHERN, celebró el. 23 de dón. El acto electoraL
abril de 1849 tma couveución preliminar cou el mi.tllstro AltANA, eula El derecho patrio precodificado.
que se estipuló la evacuación de la isla Martín García, la devolucióu de
los buques argeutinos apresados y el saludo al pabellón argentino con
disparos de caúón. Las tropas argentinas se retirarían del Umguay tula La representación política <I>
vez que lo abandonasen las extranjeras. Se recouocía, asimismo, a los
ríos Paraná y Umguay como ríos interiores de la Confederadóu Argen- 520. Modificadas las bases del ordeJ.~et~fl? político al d~dar.me qu~
tina, siu perjtúdo de los derechos de la Banda Oriental. Se ratificaba, la sober.uúa residía eula Nación y su e_JerClCIO correspondla a ~s ~u~
además, el carácter independiente del Estado OrientaL El conveuio fue ·d· d e la representasen, fue preciso e;tablecer nuevos p~l':tptos
n a es qu ·' 1 ' · No emnendo
tambien aprobado por 0RmE. destlltados a han~r efectiva esa representact?n egttuna. .
Mediaute la celebración de una conveucióu análoga (LEPREDOUR·ARA- en el íodo indiano tut sistema representativo de la naturaleza del qu~
NA, 31 de agosto de 1850), se soluciouó l.t cuestióu con Francia, pero,
per .... 1:~~~ los {micos antecedentes al momento de pro
nos proponemos ru~ ' 1d d 122 de enero
sin embargo, aquélla no alcanzó a ser ratificada. ducirse la Revolución de Mayo lo constitwatt e ecreto e d l 14 d
La situación pendiente entre 0RmE y RIVERA también parecía tener tlllll de 1809 la real orden del6 de octubre de 1809 y el ~ecreto e .e
solución. Cada tuto mautetúa su posicióu territorial. Una vez retiradas febrero de 1810 (§ 358). Estas disposiciones establecun la repres~nta·
las tropas extranjeras, se realizarí:an elecciones, encargándose de los pre- ción de los americrutos en la J~t~ta Central~ en las Cort~ pemns ·:S'
parativos cada ruto en el territorio que ocupaba. Pero este acuerdo uo prescribiéndose.la repres~ntacton por. las cmdades cabeza de parll y
llegó a concretarse porque antes se produjo el pronunciamiento de la elección por uttennedto de sus cabildos.
URQUIZA, su wúón con Brasil y Montevideo, y la derrota de ORIBE
(§§ 686·687).

519. Chile. La extensa froutera natural que separa nuestro país de Chi-
le ha originado frecuentes y dificiles conflictos limítrofes. En la época
en estudio, tUl hecho ocurrido en 1843 dio la pauta de lo que luego
ocurriría. Eu esa fecha se instaló tUl establecimiento chileuo en las cos-
tas del estrecho de Magallanes, lo que motivó en 1847 el reclamo del
gobierno argentino, sosteuiendo que ese territorio le pertenecía. La pro-
testa fue rechazada por Chile, y la ocupación se mantuvo en los años
siguientes, siu novedades. La demarcacióu de los limites entre ambos
países parecía entonces tllla empresa compleja y delicada, que el gobier-
110 de RosAS prefirió dejar para tiempos más propicios(§ 827).

403
402
<fANUAL Dll HISTORIA DE LAS lNSTITVCIONBS •--
J:'l.lllillNTINas
L\. REPRllSBNTACIÓN POLtfiCA
;21. Cuando, etl virtud del acta del25 d
~ convocó a las e,·,.~ ·des del . . e mayo de 1810 (§§ 373-374) pleos, pensiones o distinciottes de ltobleza de otra nación; la imposi-
IUa 1ntenor: se ·ó 1 '
:>noddos establec"' . ..J '. recurn a os antecedentes ción de penas aflictivas o infamantes; ser deudor dolosamente fallido, si
'
eza de partido debían enviar a Buenos
vez retulidos se determinase "1
llres
tetiUose que cada cabild de 1 ·.• ;~~ ...
as CI_uuaues y villas ca-
llll dtputado para que,
no obtuviera oportlmamente nueva habilitaci6n.
lla Los extranjeros y españoles peninsulares podían solicitar carta de ciuda-
ente. A fm de efecntat esa cl .ó adfobr~na de gobienlO" lnás cotive- datúa, exigiéndose para ello: cuatro años de residencia, salvo que hubie-
pal Ymás sana del vecindario"ecn n e ta, convocarse a " L •
.1a parte pnn- ra prestado servicios distinguidos a la Nación; demostrar su "buena
1
HO) ?uecabía citar al cabild~ ~~:~::luego \19de~niode comportadón pública"; y jurar que defet'!derían la indepet'!dencia del
t la audad, sin distinciÓll de cas dos los vecmos extStent:es Estado.
:bía verificarse sin etiquetas ni ord a d ~ ~olteros Y q~ la existencia: El ciudadano, como "miembro de la soberatúa de la Nación", telúa
·tencia y dilación". De esta mane Cll ale aste~tos para CVJ.tAr toda com- voto activo (podía elegir) y pasivo (ser elegido).
vecillO (§ 88), se permitía la p~· atllJ??~ el antiguo concepto El extranjero mayor de veinticinco años, radicado etl el país, con resi-
teva causa. tpactOn e grupos efectns a la dencia de cuatro años, que supiera leer y escribii; y fuera propietario o
elección popular por medio de vecinos fue .' ruviera arte u oficio útil, tetúa sufragio activo. El voto pasivo sólo podía
creto del lO de febrero de 1811 sob ~~lS~prada tambten en el obten.erlo con diez aí10s de residet1Cia, y 110 podía aspirar a los cargos de
:erior (§ 449) y en alm"·· d.' .re_ orgaruzactondelas jmttas en el "gobiento'' (legislativos y ejecutivos), sino sólo era elegible para "los
. ' . o-......s tspostctoues poste · d al
; pero se ststemati.7.6 nuevamet te
1 el d nores e canee Io- empleos de república" (mtulicipales).
12, que convocó a la asamble en ecrero del24 de octubre de Los nativos, descet'!dientes de negros africatlOS esclavos e hijos de pa*
.úesaba que no habia "fo a¡¡eneral COttstituyeme. En el mismo se dres nacidos libres ("padres ingenuos") tetúan sólo voto activ(\ pudiett·
:nr:e el modo de las clec .rrna guna establecida que regle legítima- do alcanzar también el sufragio pasivo los que esruviesett ya fuera del
' ctones de los represetttat ,
nes debwt efectuarse citand "tod . tres. , Y que las elec- cuarto grado de afulidad con aquéllos.
tla participación del cabildool a al os 1os vecmos bbres y patriotas"
oc .
524. El sistema ~tablecido por el Reglamento de 1817 fue en gene-
2. El ciudadano. Aunque ya ell 1811 se . ral manretlido ettlas décadas siguientes, ya por la vigencia del mis-
lanía, y la as.tmblea de 1813 determinó l~OllCed.~n cartas de ciu- mo(§ 401) o ya por haber seguido esos lil'leamietttos las disposicio-
tarda.ría tu1 tietnpo más afi reqlllSttos para obtetrer- ltes dictadas en las provil1eias sobre esta materia. Sin embargo, hubo
L.L etl tr.tnarse la nueva fi · íd"
umum, que reemplazó en el vocabulario l . . gura Jl_ll' tea del ciertas hmovaciones que convietle señalar. Algunas constiUlCÍOltes
transformaciótt de la fimn·;1 d . deegiS~attvo al veam. (Sattta Fe, 1819 y 1841); Entre Ríos, 1822; Catamarca, 1823 y
-v-- e vecmo la oudad 'bd·
una en ciudadano de la Rep·'bli ll ó ~... Y su lto de la Corrietttes, 1824, extetuiieron la calidad de ciudadano a todos los
· buido •• ca ev tU11a.rgo y 0 1 ·
un de elementos políticos ídeol, . e mp eJO proce- americanos residentes e11 la provi11cia. También en algunas se esta-
tbras gratldilocuentes y e b. :' Ogt~os y caracterizados por blecieron nuevas restricciones al ejercicio de la ciudadattía (por ejem-
nplo de ello son las propf'as dofilos ~pen:epttbles, al mismo tiempo. pl<\ los que no supierrutleer y escribir a partir de determlludo año;
. . uuctones que se fue ·
as COllSiltltetones y otros te.ttos ..... 1 ron regiStrando los peones jornaleros, los soldados de lútea, los notoriamente va-
1e0 ...es.
gos). En ese mismo sentido restrictivo se expidi6 la Constitución
'· Segtln.elReglamento de 1817, ciudadano era tod . Nacional de 1826.
do y restdetu:e en e1 territorio del Estado S '1 . o ~bre hbre,
l.do cwnplía 25 años o se hubiera eman . . o o eJCrcta ese. derecho 525. La conocida ley del 14 de agosto de 1821, de la provincia de
:uuiadruúa se suspendía r "se deud ct~ado. Buenos Aires, regló de utu ma11era diferente el sistema, y así dispuso
r acusado justificad~ ·de dr f or eJecu~do de la hacietlda: que "todo hombre libre nauu·al del país, avecil'Jdado en él desde la edad
tiva o illf.unante; ser doméstico~~ q~ ~erenera pena corporal, de vehtte aflOS y atttes si fuera emancipado, será hábil para elegir". Es
o lucrativo y útil al país· ca anado, carecer de propiedad u decir, lo que se llamaba voto activo. E11 cambio, para ser elegido se
bio, se perdía por· ua.n:rat~r ~~el estad~ de furor o demencia". En requería ser ciudadano mayor de veinticinco aúos que "posea algtJna
. act n etl pats extranjero; aceptar em-
propiedad llmmeble o h'lrlustrial", es decir, el denorn.itudo voto pasivo.

<05
AfANVAL Oll ffisTO.RIA DE lAS lNST!TVClONilS ARGENTINAS
L\ RBl'RESBNTAClÓN POLÍTICA

Esta ley, tnuy discutida, amplió totalmwte la base electoral, consagran- gastos (traslado y estadía priucipalmeute) que ocasio~1ase ~ cumpli-
do prácticamente el llamado sufragio universal(§ 532). mieuto delmaudato. Este último rubro se solía deuonunar du:tas, Y en
1810 la Jmuade Bueuos Aires dispuso establecer por ese concepto lUt.a
526. Carácter de la representación. Aunque sólo una parte de la co- smna fija.
mmúdad (por razones de sexo, edad, nacinúento, posición económica
o social, capacidad mental o jurídica) se encontraba en condiciones de 528 La asamblea de 1813 segúu recuerda SECO VILLALBA, adoptó llll
sufragar, la represeutadón otorgada alcanzaba a todo el pueblo. Y aUll a cou~pto moderno de la re~resentación política. -iusp~~do eu la teorí~
veces dn.:U11Staucias excepcionales obligaron a establecer modalidades francesa revolucionaria- desplazando a la doctrma ctviltsta del manda
imperfectas de esa representación. Un caso típico lo constituyeron en to. De acuerdo con esos principios, los diputados_ ~presentabatl a la
nuestro país los diputados designados en 1816 para representar en el Nación eu general, no pudieudo actuar como.cotrustona~os o mau~a­
congreso de Tucumán a los pueblos del Alto Perú, que, ocupados en- tarios los cuerpos locales que los habíatl elegtdo uo podtatl revocat la
tonces por el etlemigo, no pudieron elegir librenletlte a sus representan- rep~entacióu, las reu1wcias_ de los ~putados debía:1 preseut~e atlt~
tes, debiéndose entonces ret.'l.rrrir a una representación simbólica. la asamblea, y las rernmleractones o dtetas e~atl a cargo_del Estado N~
El ejercido del sufragio, como acto individual del ciudadano o habitan- cioual. Aunque estos principios uo fueron s.tempre aplicados eu_l:u' SI-
te hábil, no fue siempre el medio ordinario de elegir las autoridades, guientes convocat~r!as, t~u~iero~1' a caractenzar d~ n~e:a defuutwa la
pues a veces también el voto por aclamación o el pronmu:iamiento po- representacióu políuca, diStlllgutendola del mandato ctvil.
pular masivo y anótúmo respaldaron algún movimiento destinado a
impouer n11evas autoridades. Etl estos casos, el uso de la fuerza. coadyu- 529. La representaciótl de los apoderados o d!putados alcanzaba,, al
vó de lUla manera destacada a orientar esa decisión popular. principio, siguiendo las antiguas doctrinas, 1~ ctudades que l?S habtatl
El sistema que venimos analizaudo se ltti.li7.ó priucipalmente para la elegido. De ahí que en 1810 se posntlara el ststema de tul dtputado o
desiguadón de 105 representantes eulas asambleas y congtesos consti- apoderado por cada chtdad; r:;o ya en el decre~ del24 de octubre~~
tuyeutes, y e11los órganos legislativos. En cambio, no se practicó para la 1812 que reglametltÓ la elecctou de los asamblets~ de 1813, s~ tuvte
eleo:ión del titular del Poder Ejecutivo, pues en la mayoría de los et1Sayos ron ~1 cuenta la población y la "importaucia políttca" de las ,ctudades
COtlStitucionales, tanto nacionales como provinciales, se dispuso que para detenni.nar el n{unero de representant:es de cada tu~a. ~~, B~euos
aquél fi_1era elegido por el mismo cuerpo legislativo, por lo que la parti- Aires tuvo cuatro diputados: las demás capttales de provmcta, dos, Ylas
cipación de los ciudadanos en aquelnombramiwto fue solo indirecta. ciudades dependieutes, m1o. . . .
Estableciéndose por la Asatnblea de 1813 que los dtputados represe~t,a­
527. Resulta de interés seúalar, <nutque someratneute, algunos rasgos bau a toda la Nación, pareció m.ís adecuado arreglar la representa~~ou
que nos pemútan advertir la nattrraleza jurídica de esta representación, al uúmero de habitantes, y así, eu el Estatuto de 1815, se establecto la
especialmente referidos a aquellos que represet1taban las ciudades y pro- proporción de m1 diputado por cada quiuce mil almas. Igttal precepto
viudas e11 cougresos o asatnbleas nacionales. Siguiendo la doctrina so~ apareció en el Reglamento de 1817. De acuerdo con este lll~O ordena-
bre representación pública impet·atlte en las autiguas cortes espaúolas y miento, se eligierou los diputados a los cong¡.esos collStltuyeutes de
en otros países europeos, los diputados exatl C011Siderados apoderar:Ws de 1816 y de 1824. . .
sus electores, aplicándose la clásica figtrra delu1at1dato civil, por lo que Con todo, la preemineucia de esta modaltdad uo :fue a.bsoluta. Al cm~­
redbíau de éstos un poder extetldido atlte escribat1o eu la forma acos- trario, tanto la represetltacióu de acuerdo con la pobl~ción c.omo la base
tumbrada para los actos civiles y; además, las correspoudientes instruc- fija por provit1cias -que sustituyeron el sisten;a ~e ctudade~- se al.tera-
ciones, alas cuales debían ajustarse etl el desempeÍ1o de su misión. De la rou en uuestra evolución política y a veces srr;terou, c?nJllllt~nte,
uattu·aleza jm·ídica del rnaudato se desprendía que: los diputados sólo para variar la composición de los cuerpos colegtados. Ast, por eJemplo,
represeutabau a sus maudat1tes o, mejor dicho, ejerCÍat1la represetlta- en las constituciones de 1819 y de 1826,. mientras la cát~1;ua de repre-
dón legal. de la ciudad o la jurisdicción que los había elegido; los electo- sentatltes se integraba por diputados elegtdos en proporcto~,a 1~ po~la­
res podÍatl retuoverlos en cualquiet· momento; los diputados debían ción, la de se1Mdores, en cambio, consagraba la represe.Iltactoutguaüta-
preseutar sus retmucias a sus mandautes; y éstos debíatl abouru·les los ria de las provincias.

4<)6
ANUAL Dll ffiSTO!UA DE LAS lNSTITUC!O."'llS A ~G
-<1l< li1<"11NAS
10. El acto electoral LA Rl!PR!lSBNTACIÓN POLiTICe\

,.'
"C.. __
' • numerosos 1 ·
• "'· l.lCl:Oll
act:J.cas existentes n:.ra el . . os SIStemas utilizados L-
r~ acto con:uctal dt la , Y= que consumaban sus vencedores, o, no sintiéndose satisfechos con la
j . .
a provmcta, después de 1820, rr-ante epoca en estudio-
Jo~~ de este libro, efecni<U" un a¡::?s ~esuyo- Yno podemos, dada la
marcha del comicio, provocaran el desorden, destinado a lograr la
suspensión y anulación del acto.
,.
!,os
CCtOlt por grados cou el .fin de "p ifi nusmos. Era frecuente la
mera eleccieíu se elegían sólo los ~Ir te~· el voto, de modo que en la
En general, durante esta época era reducida la cantidad de votantes que

Jtesumida capacidad. y responsabilia:~ o dector:s, que, en razón de
-~tes ~a nevar a cabo la elección fu~ 'J:representatlte,
supontan_ eu mejores con-
concurrían a estos actos eleccionarios. El sufragio, cabe recordu; era
por entonces un derecho facultativo del que lo poseía y no un deber que
lo obligara a votar bajo apercibimiento de tuta sanción.

~
,ton~to que fi1ese.
~lecctotleS se practicaban, lo .
0 diputado

tia represeuracióu de las n:::r~eral, a plurahdad de votos, y no
532. Algunos publicistas de la época se encargaron de seítalar también
vicios más proñmdos del sistema -no exclusivo de nuestro país- que •
..•
distorsionaban el sentido de la representación política y que revelaban
. ':amos sólo a presentar un modelo 1.ma inquietud acerca de sus verdaderos alCaitCCS. EsTEBAN Ect-rnvERRiA.,
1CUidad de Buenos Aires establ .. y para ello elegirnos el vigente en el Dogma Socialista, afirmaba que "la sobera1úa del pueblo sólo pue~
to de 1821. ' eado por la conocida ley dell4 de de residir en la razVn del pueblo y que sólo es llamada a ejercerla la parte

:roelectoralseabríaeld'afi· d
la ciudad. en ~ho "
.
I blelJa o a las die?, de la tnañana divid.,
asam as" que e
Xl"ro.:'· A la hora mencionada <{
,.J, , ten~
. OI'n'-SpO!IU.tan a otras tantas
sensata y racional de la commlldad social. La parte ignorante queda
bajo la tutela y salvaguardia de la ley dictada por el consenthniento •
;114
;o fué el juez de paz- abría la ~a:::mbro d~ la Municipalidad"
tntiforme del pueblo racional. La denwcracia, pues, no es el despotismo
1.
J
es para elegir a nombrar, a pluralidad procedteudo los presentes
o escrutadores de la mesa. Esta rime evo~, el presidente y los
.' pues el tritnúo de una fracci& P . :~ elecctón era muy impor~
absoluto de las masas, ni de las mayorías; es el régimen de la razVn". De
allí que cotldena.t·a el sufragio mriversal y considerara ñmesta la ley bo~
naerense de 1821 que, prácticamente, lo concedía. .
..
touatio v la exclus. ' d
:
1 püStbihtaba el "mane¡"o" del
ton e sus adversarios , acto
Aitos después, en su obra Elnnentos de derecho público provt·ncial, }VAN
BAt.."'TISTA ALBERDI expresa ha conceptos coincidentes eon su compañero ,,.
ol efecttvo sobre el desarrollo del
)a el registro de los ufi:-a
. ; que no podían ejercer 1m
conucto. La mesa así constituida
de generación: "El sistema electoral es la llave del gobierno representa~
rivo. Elegir es discernir y liberar. La ignorattda no discient(\ busca un
:.-
.tno fuera hábil para ;llo. ganres, con atribuciones para excluir a tribuno y toma tUl tirano. La miseria no delibera, se vetlde. Alejar el ioC
oto.s eran verbales y dados r . sufragio de manos de la ignorancia y de la indigencia es aseg1.1rar la
1
atleta de ello en los registropo os nusmos sufragantes quedando pru:eza y acierto de su ejercicio. ¿os lo impide la demagogia, que ha
~
es. A las cuatro de la tard s q~~ nevaban por separad~ dos esc.ru~ enseíudo a explorarlo a medias entre el comprador y vendedor del su~
·~
.
cado el escnttinio de se ausuraba el Comicio.
fragio? Dadle diversos grados y aplicaciones en va de suprimirlos; dad
d en ca a asamblea, los .de
! e~ ~mesa CoUCttrrírut al cabildo, d 1d P~l ntes y un escruta~ a tutOS la elección de legisladores, y a otros, la elección de cabildantes". '-e
restdida por el akoUde d . 01 e Ultegraba.t1 la ~a cen~ Estas ideas, sin embargo, no impidieron que paulatinamente se fueran
· · e Primer voto el 1
utuuo get~eral, proclamaba los el , que, uego de practicado abolietldo las restricciones que at'm pesabatt sobre el ejercicio del sufra~ illfé
:ema fi , ectos
o recta graves fallas q d. . gio (§§ 804y 810).
~ de Constituir la expresÚ)nt~ tero~ lugar a que las elecciones ~

.
En la visión historiográfica de MARCELA TERNAVASlo se produjo en
s de pasiones políticas verd·•de a v~- tllllltad popular, fuerot, et; esta época "la revolución del voto" con la instauración de un régi- ~
·n
~
ganar ¡a mesa por el ' , " eras U<tta as, euya estrateO'ia con~ .,
ll' 1 r numero o por la fu o--
men representativo que regulaba la sucesión de las autoridades y
a l a tst~ d~ representantes de la fr . ' eu.a, para imponer estaba fundado en las modenus concepciones de legitinridad y lega-

~
~s procedimientos: impidiendo r
de sus adversarios 0 te . po
:::fu:'l ganadora mediante
rza o con la amenaza
lidad del poder política. At'in cuando los procesos electorales -con
sus apasionadas y a veces violentas luchas de facciones- no fueron
.dolos a la propia lis¿_. A rgiVersando los Votos contrarios y siempre regulares y pacíficos, desde entonces quedaron fijados los
en la elección de la mes" su vez, era frecuente que los perde nunbos políticos, a través del principio de que las al!toridades de~
"' no aceptaran P astvamente· los actos· bía.tl surgir de elecciones periódicas.

"'
Mfu"'l'AL DE l-I!STORIA Dll LAS 1NS11Tl'CIONES ARGENTINAS EL DERECHO PATRIO PRECODll'lCADO

El derecho patrio precodilicado (Z) los extrru1jeros y de las personas de diferentes religiones (§ 6~?), ~te.
Otras veces, eu cambio, ftteroll disposiciones de menor proy;cton <rn;-
5.~3. La, ~evolución de Mayo modificó sustancialmeute la organlza- poniendo m1a costumbre contraria a la ley vigente, llCll<Ul o un vacto
cton poüttca, derogawJo tUl<\ buena parte de las leyes indianas. Siu em- de la legislación, etcétera). .
bargo, quedó en vigencia el antiguo on.ien jurídico(§§ 27, 27 y 101) No corresponde que nos ocupemos en este Manual .de ~1~zar en
en ,tque~os aspectos que no ftteron objeto de legislación por los gobier- detalle esas reformas, sieudo sufkie11te por ahora de¡ar mdtcado el
nos patr~?s o que no se opotúan a los principios consagrados por Ja problema.
Revolunou.
Las uuevas id~ encon~·~ron el campo más propicio para su aplicación 534. Desde la segunda mitad del siglo XVIII se fite desarro~ando la
e~1 ~¡ ordeuanueut~ políttco, por ser el aspecto más atacable del antiguo idea de sistematizar el derecho vigente e11 códigos que contu"l:er~.n los
reguncn. En cambto, no se alcanzó a modificar con igual intensidad e1 preceptos relativos al derecho:i~ penal, comerc!al, y los procedimientos
derecho castellano supleto.rio vigente en América y que regulaba Un- civiles y criminales. Estos códtgos se caractenzaban por o:rec:r ~ma
portantes ~SJ?Cctos de 1~ Vlda socia~ más especialmente, los llamados regulación sistemática y completa de cada una de ~as matertas mdica-
~ere~hos Ctvil, m~rcan?J, penal y de procedimientos (§ 93). También das, y eran redactados con s~ntido de m~d~d y sat1Cl01U~OS de 1.ma v~.
~.:o.nunuaron en vtgeuCta otros cuerpos de leyes, como las ordenanzas Se diferenciaban de las ant:tguas Rccopilacwnes C1l que estas se habt;lll
mmeras (§ lOO). elaborado sobre la base de normas ya sancionadas, por lo que el traba¡o
~g(11~ CHAl·~E:roN, ~a modificación de esa legislación no respondía a las principal consistía eu ex:tractarlas y ord~uarlas. . .
llllpet:lOsas extgenctas del ambiente, siuo era, más bien, tilla necesidad Aunque cronológicamente no hayru1 stdo los pnmeros, es u~dudable
experunentada ~10r alg~m~ }mistas con el propósito de dotar al p.ús de que e11 cada materia la llill1.te1~cia francesa~ ~1otable. a. traves .de.los
1111 ~~elantad?. SIStema ~urkhco en estas mate.das. Además, las urgencias códigos civil, penal, de comercio y d~ proced~~ntos ctviles y ~.nnuna­
l)()~tUcas Ymiht~-es, la me~tabilidad de los gobiemos y am1 la escaseL de les sancionados a partir de 1804 ba¡o el ausptcto de NAPOLEON. Este
Jt~·tstas qu~ pudteran dediCar su tiempo a esta obra, dilató pm varias sistenu de la codificación del derecho se exte11di6 rápidamente por
decadas ,cl.uuento de modemizar la legislación, dictando códigos. Esta Europa y América.
C<u·actensttca era común a la mayoría de los estados sudamericanos.
En nuestro país, la vigencia de las leyes castellimas e indianas persistió 535. En mtestro país, el movimie11t0 codificador sólo e1npezó a con-
hasr:-la S<utci~n de los códig?s nacionales (§§ 785-790), el primero de cretarse Cltla séptima década del siglo, pero existieronmunerosas tenta-
l~s t:uales s~ dtetó en 1862. Slll etnbar€;?, fueron lltmretDsas las disposi- tivas desde época temprana e inclusos~ difimdie~n obras recomCll~~­
t:~OI~:S sanctotud~s, ya en el ~rdeu nactona.l, ya en la jurisdicción pro- do la conveniencia de adoptar aquel siStema. Mie11tras ello no ?'urno,
v~ual; ~ue m~~caron parnalmente las antiguas leyes. A veces, esas persistió el antiguo derecho en las materias. que no fueron modificadas,
dtspos~:lOlles Sl!Vleto!~ rara transfom1ar importantes aspectos, como Ía debiwdo tenerse e11 cuenta al respecto lo diSpuesto C1l el Reglamento de
st~pre·HOll de la fimdanon de mayorazgos y de lts vinculaciones (1813) 1817: "Hasta que la Constitución determine lo conveniente, ~u~isti­
(~ 628), 9-ue renovru·o11los regúnenes de fruuilia sucesorio e inmobilia- rán todos los códigos legislativos, cédulas, reglamClttos y demas dispo-
~o; o la libertad de vie1me de la~ ~~clavas(§ 622) y otras leyes igualita- siciones ge1terales y particular~ del antiguo .gobiern~ español, qu~ 110
nas, que ~a11sfonnru·on la condiCton o estado de los hombres legislado estén e11 oposición directa o indtrecta con la libertad. e m~eFdencu de
e~1 ~1 <Utt:tguo. dere~o; o las diversas disposiciones dictadas sobre el estas Provincias, ni con este Reglamento y demás dtspostnones que no
regunen matnmmual canónico destlludas a coutCluplru·la situación de sean contrarias a él libradas desde el25 de mayo de 1810".
Las modiftcacion~ posteriores a 1810 fi.J:Cron dicta~as durant~ la pri-
(2) Aa;;.L Ül~EON, Hist"':ia de Vifez Sarifield, 3~ ed., Buenos Ail:e<, 1969, übro 2~, 1o parte; mera época revolucionaria por los congresos y gobternos tucronales,
A& E !.ARDO Lt' AGGt,
Supen•lllmcta del di!Yuho castdlano·indiana m el Rfo tk la Plata (siglo XIX' pero en las tres décadas siguientes -salvo el período.18~-1827- esa
\~·~··XXII, 1985: Rt~no u_,~,Hi:toria deldm:d;o..., op. cit. en nora (2) del ~11 p. xv'r,e~ facultad quedó absolutamente en manos de las provmnas (§§ 453 y
l ' i ICTOR TI>U ANZOA.1EOUJ, Las tdcas }wridicas en [a A1Jientina. Siglas XIX y XX, 3" edici6n,
!~~~;,~~~· 1999; RtcAB.oo ZoRRAQ!Jl>< BEcú, Historia del deruho .•• , op. cit. en not:a. (l) del 46). Como consecuencia de ello, mientras Cll el pn:ner ca:'o ~as leyes se
extendían a todo el país, e11 el segmtdo, en cambto, se lumtaban a la

'" "'
EL DBlUlCHO PATIUO PIUICODlFICA~

1ANU\!.. oB HisTORIA D!l LAS INSTITUCJONBS ARGENTINAS

.uisdicción provincial, por lo que no se observó tuu tulifonnidad le-


i~lativa en todo e1 Estado. Esta situación subsistió hasta la sanción de
>S códigos tudonales.

36. La aplicación de los principios racionalistas tendía a uniformar


terminología legal, am1que durante este tiempo no se alcanzó ple-
•mente. La actividad del Poder Legislativo se traducía en leyes y a
:ces en decretos; y la del Poder Ejecutivo, en decretos y resoluciones.
:ro las denominaciones de reglamento, estamto, ordenanzas, edic-
', bando, etc., continuaron usándose para designar materias esped-
:as, pant dar mayor solemnidad a algtma disposición o para indicar
medio de publicidad.

17. La elaboración de las leyes en la nueva doctrina correspondía


Poder Legislativo, y se exigía para su aprobación una mayoría abso-
:a o especial de _legisladores para alcanzar la sanción. Comunicada
ley al Poder Ejecutivo, tenía éste el derecho de observarla y devol-
da al legislativo. Si no lo hacía de¡ltro de cierto tiempo, se consi-
raba promnlgada. No obstante el rechazo del ejecutivo, los Iegis-
!ores podían insistir exitosamCllte Cll la sanción si obtCltÍan tma
terminada mayoría: los dos tercios. El Poder Ejecutivo, además,
.aboraba en la actividad legislativa enviando proyectos de leyes.
imismo, para ejecutar Jas leyes, podía dictar los decretos corres-
1
ndientes. Este mecanismo teórico, con todo, debe ser comprendi- 1.

dentro del mart:o uah1ral de desequilibrio de poderes que carac- 1


lzó nuestro sistema político en la época(§ 567).
1
~- Las leyes, decretos y demás disposiciones solían publiame por la 1
nsa oficial, mediante periódicos o registros oficiales, sirviendo espe-
1
mente estos últimos para mantener la colección de leyes. No obs-
te, cuando se trataba de disposiciones que debían hacCl-se conocer 1
entemente o en ciudades donde no existían aquellos medios de difu- 1
1, continuaron utilizándose sistemas de publicidad especiales prove·
1tes del período indiano (e1 banda, por ejemplo).
1
bo también algunos esfuerzos destinados a retulir el cúmulo de dis- 1
iciones legislativas dictadas después de 1810. Aunque sin valor ofi-
' los principales fi.reron el realizado por BERNARDO VÉLEZ, bajo el
1
!o de Compilación de/ Derecho Patrio (1833), y el de PEDRO DE A.NGE- 1
Recapilacidn de las leyes y decretos promulgados en Buenos Aires desde el
1t mayo de 1810 hasta fin de d-iáemfrrede 1835, que apareció en cua-
1
tomos, publicados en Buenos Aire~ Clttre 1836 y 1840, completa-
1
con otro volumen en 1858. 1
!
412
Capítulo XX

La economia. Librecambio y proteccionismo (1810-1829). La ley de


aduana de 1835. El rnovU:uiento c01uercial La ganadería. El saladero.
La agricultura. Las industrias. Lt minería.
La tierra pública.

La econonúa (l)
541. Librecambio y proteccionismo (1810-1829). La decidida polí-
tica liberal emprendida por la Corona española en sus dominios duran-
te el tíltimo tercio del siglo XV1II (§§ 184-188) y las disposiciones
librecambistas adoptadas antes y después de las invasiones inglesas por
los gobernames lltdianos (§§ 232-2..%) seúalamtt con trazo fume el
nunbo de nuestros primeros gobiernos patrios.
La legislación liberal impuesta por Buenos Aires perjudicaba los intere-

(1) EoBuuo O. Ac:EVF.JX:J,Im>migar:iones St.Jbn el am1trcio r;U'Yiftw (1800-1830), Buenos ~s, 1981:
JuAN .ÁJ..YAI\E'l., La ~uciM ewnámica (1810·1829). cufflercio e intl.ustria:¡, moneda, !JMUI!Úrlll,
«gricul!w:ra, H.N.A., t. VII, l"' =~ 1962; El'ltlQVEM. BM!lA,La buhapr!1"elfttimtlismoargenrino,
B.A.H.H., vol. XX"YU, 1956; M.IRON BmmN,AspettMet:omimici!Sdel ftderalimwm:gel<tino, Buenos
~, 1960; H. S. FERNs, Gral! BrlltatiayAYgmtinaen d:;ig/oXJX, Bueno:; Ain-s, 1966; liORACIO
C. E. G!BERTI, HistOf"ia eCM~6mica de la ganaderlá ... , op. dt. en nota (1) dd a p. IV; GAS!óN
GoRI, Inmi!fraóón y coWnizacilin m laAtymtina, Buenos Aires, 1964: PRuowqo DE l.A CRuz
.M.l'.NDOZ-A, Hiltlllia de la .!JMit«fe:rta... , op. cit. en nota (1) del c~p. IV; ALFREDO J. MoNTOY.-1.,
Histr11"ia de /qs ralatkr<JS ... , op. cit. en notll ( 1) del cap. Vll; TosE M. :M.Iútru.rz URQUlJO,Antuedenw
acerca M la p<Jlitica ecomiwrica M 1M Priwin;W Unidas (1810-1816), R.l.H.D., N" 4, 1952; J. M.
MA.Ru.w. URQrn¡o,A.<pea-os de la polirica proteccionista durante la dic44 1810-1820, B.A.N.H.,
vol. XXXV:U, 1965; J. M. Mun..uz URQt.rno, Pt-oreccWn y ülm cambio dumnte el pm(ldo 1820.
1835,B.A.N.H., vol. XJV, 1963; J. M. M.o\.R¡t.uz UBQUJJo,ErtcdoeindJMtria (1810.1862), Bue.nos
Aires, 1969; HoR.o\.C!O Pu.EYRA,NotMso/Jre la txi"PI!Jmía blLit¡pa/Argmtino (1820-1836), Hum.,
t. XXXV; TosE M. RoS~~, Defonsa y pérdida de nuestra independmd4 e~ca, Buenos Ail'es,
1954; CAR!..OS S. A. SEGRETI, La CfOMJnia del interiw en la primera mitiUi tki sigW XIX, Buenos
Aires, 1981.
(h} SN-!va 1\.M.o.aAJ., J>roducti<in llff'"opecuaria (1810·1850) en N.H.N.A., t. VI, cap. <>5, con
arrtpli¡l orientación bibliq#fica; BuSHNEU., .Reform and &acrion ... , op. cit. en nota 2 dei cap.
XI\'; fosE M. MAt.u.uz URQU¡o,La industria. sambr-trem pm~iia. 1780-1835. Dtrtcho. Saciedad.
Eronamia., Bueno.~ Ail:es, 2002; juwCAAt.os NKotAU,Artesank, manujil4uru e im/.11-Sfria (1810-
1850), enN.H.N.A., t. V1, cap. 38<:onorientaciÓn bibliog.l:ifica; ROSAL YScmm:,Delreformismv
cokmia/ ... , op. át., en nota 2 del cap. Vil; Hu.NAN Ast>RÚ!lil.l. Su..v,_, El cumtrti.o exterior del BW de
la Plata hasta 1820 en N.H.N.A., t. VI, cap. 34, oon amplia orientaci6n bibliogrif~ea.

415
M.\.NU.u DE HiSTORIA DE LAS JN
STITUC!ONJ'!S ARGENTINAS

s~ del interim; cuyas illdustrias decaíautlOtabl


dtcados por el régimen de I"be . d d emeute. Pero los perju* tamiento de que ha sido capaz y que la época de esta fatalidad ha sido la
dtiStriales· tambiéu lo 1 :ra a uanera no fuerou sólo Jos in-
, s comerctantes del país · misma del comercio libre con los extraujeros, es tau manifiesto que no
por los ingleses a cuya• m"· , · se Vtero11 suplantados deja lugar a la meuor duda".
' ' " ...tospasolad· ., d
Rto de la Plata. Cabe t-ecord· . b. uecc 10u e1 comercio eu el
l809 (§ 234) exigía que las n~~r¿: s\ teu el ~ecret~ ~ Crst-.'EROs de 543. A pesil.l" de la arrolladora corriente librecambista, los intentos de
:l~ a comerciautes locales te ~as extranJeras Vllliesen consigna- tonificar la economía uacional mediante una adecuada legislación adua-
. Cu , es reqmstto fue violad d d .
.o. ando en 1812 el Tri .. o es e llll conueu- nera no se hicieron esperar. Seíta.la MARILuz URQUIJO que en esta líuea
iberal- elimiuó esta exi ~lllvtrat~ -:acentuando atm más la política se encueutranlas instrucciones dadas por el congreso de las Tres Cntces,
nó la libertad de cultivoge~Kxa,_;upnrruó el es~co del tabaco y procla-
, , , a.tttuactura y comerao el . el5 de abril de 1813, a los represeutantes orientales aute la Asa.tnblea del
¡uedo practic;UUeute liqu"dad El , comerctonacionaJ año 1.'\llll, donde se exigía que se recargaran todas aquella mamlfactu-
'asó de manos, ya que, efu:Wta~~ el estatlCO ~el ta~co -por ejemplo- ras "que petjudiquen nuestras artes o fábricas a f111 de dar fomento a la
ES quienes lo ejercieron, acaparand~~~lio o~ctal, _fileronlos iugle- industria de nuestro territorio", y el a.raucel sancionado por el Triunvi- 11
,as voces de protesta fi.terou tantas as extstencLlS de la plaza. rato para 1814, que gravaba en un 35% la iutroduccióu de viuos, acei-
eute resolvió en marzo de 1813 que la Asamblea General ConstiU¡- il
. d enas
' llegaseu
' , restablecer la exiOP• · d tes, ropa, calzado y muebles, y en un 50%, las gasas y los sombreros. ,,
letea consig:u d o-1Cta e qt¡e las Si bien estos antecedentes autorizan a sostener que el libre ca.tnbio no
a
-eÓ a estos fmes la matricula
•s de -la plaza. Siu embar
z:
ar a los ingleses ha~er par~ _as a COlhe.rcia.ttt~S UaCionales, pat-a obJi-
eu s':l uegoao al comercio local. Se
estasmem~ntes, eu ~nde se registraban
fue total, en geuera1, los ingleses sigllieron dueítos de la SÍtt¡aci.ón al
amparo de una legislación liberal que los beneficiaba.
Con la revolución de abril de 1815, que disolvió la Asamble-a y el régi-
11

d
rl:ra.ttjeros -dice MARrruz~
,,•
medidas no dteron resultado. Los
men de ALVEAR, las esperanzas de tlllmejor trat-amiento de h<> proble-
'icial al mismo tiempo q _RQU1Jbo-- se aprestaron a eludir la medida
· ue ll1Sta an su derogación "La ..-t nus económicos naciorW.es cobraron nuevas fi_¡crzas. Pero fue sólo -al
lmerCiatttes aumentó rápidru.neure l · IThlu,ctlla de afto sig1.üente, duraute el directorio de PUEYRREDóN, maudo la tenden-
u-os y descouocidos simples tite cou os nombres de persouajes os* cia proteccionist-a encontró eco eu el gobierno. El decreto del 23 de 11
l1l su nombre para ~brir las res ~ue a cambio de un salario presta- noviembre de 1816, que reservaba d cabotaje menor (carga y descarga ~
' necesid d d operactones de k>s iugleses ,
a e llla.tttener mta estrecha . d · de bs buques de ultramar en los pt1ertos de Buenos Aires y Ense1uda)
•remios de la glletra impulsarou al b" anusra con Iuglarerra y k>s
octubre de ese mismo aúo 1813 go temo a suspeuder la exigencia
a los naturales del país, y el arancel p-ara 1817, que gravaba con pesados
derechos a la importaciónmanufactm-era (el valor medio de la tarifa era
,,•
~2. La plau de Buenos Aire l .
del 33% ), flleronlas medidas con que PUEYRREDÓN demostró el cam-

••
bio de polític-a económica. Pero los iutcr-eses ingleses se movilizaron
ido, as~ en manos de co s. y e ~mo comercio interior habíau rápida.t.t'lellte y, a1 amparo de la protección de su país, a quien. era nece-
meraaures lllg!=, qu · d d
ropa ban en cámaras de e,......... . b . , . ' te.nes es e 1811 se sario no disgustar e11 esos momentos, exigierou una rectificación algo-
"d - vm,_,'CU) rtta.mcas de las q ··'b
u os espauoles y criollos. En estas ' . ue.qt<Q.lil an ex-
s absolutos del mercado-- fi" bru corporaciones, los mgleses -due-
•nes de oferta y demanda n~Jtae -.~ ~ pdrecdtos y detenniua.bau las condi-
. · ·
·1lHCIO de 1a economía nac· tal
· .c.:s ""'ta o e cosas red d b .
UU a a en eVldente
biento. PVEYRREDÓN, que había ido más lejos, llegando a acordar una
rebaja del8% a las i.nu-oducdones que estuviesen consigtudas a nom-
bre de eomercia.t.ttes tlacionales, debió ceder, y por decreto del 1° de
junio de 1818 redujo notablemcrtte las ta.J.ifu.s, a la vez. que disminuyó al
••
SAL DE A'iCHORENA- t·Old· -~ya que, como decía JuAN Jos:E CRIS- ~
"el . tm acau atado comerciante - de 4% la t-ebaja Concedida a los nacionales.
_·, com?rcio se halla destruido
unportacion de todos los efec Ypoco m:uos que a.tuquilado, que
tos del P ' hallau tnot•opo"·
port~o . la épo~

tos ultnunarlllOs y la ev.V'\rr-·~:' de


Este arancel de 1817, con las modificacioues de 1818, siguió rigiendo
hasta que ea1821-1822 el gobien10 porteño de MII.RTiN RoDRÍGUEZ lo ,,
~

· --r~ «tWOll

aiS se ·d modificó.
• • L UL.a os por los extr
tstgmente los comerciantes naciotta.l aHJeros y que por Mereccrt recordarse los debates que e11 junio de 1818 ocupawn al Con-
nayot· pa..t"te de los art'"'··•·
.
.
'-".u10S Slll ocnnació
es se ven cou las manos atadas
d ·d ' greso Constitnyeute a raíz de un pedido de vitivllliwltores t--uya.t.tos, ~
tl1.uda la iudusttia del"' ' ¡ , d t" n Y re Uct os a la miseria que querían ver mejor protegidas sus actividades de la competeuci-a
rats, a cna e ga..ttad ·
. O$ Slll t
od o aquel adelau- ,
foránea. El diputado mendocll10 ToMAs GoDOY CRuz expuso sin éxito ~
~
416
417 ~


LA SCONOMiA
MANt'AL DE H!STO!UA D.E LAS lNsTlTUCIONES ARGENTlNAS

los inconvenientes que el librecambio producía en las econonúas del Esta moderación librecambista obedecía a que Buenos Aires aspiraba a
interior. El pedido cuyano fue desestimado. dirigir al resto de las provincias, a quienes esperaba reunir en su torno y,
por lo tauto, no podía disgustar en demasía sus intereses. .
544. El metálico oro y plata mvo un régimen dubitativo. En jtúio de El arancel de 1822 rigió casi toda la década siu mayores alteranones, a
1810 se permitió la salida de metal amonedado, pagando moderados pesar de preverse su modificación anuaL MlRoN BURGIN lo considera el
derechos. En enero del aüo siguiente se extendió el permiso al metal en primer ru.·ancel general) dada su amplitud y minuciosidad.
pasta o piñas, pero a los dos meses se viró en redondo, prohibiendo la
exportación de metales tanto en moneda como en pastas o pÍÍ:taS. 546. La elevación al poder del elemento federal fimdó nuevas y más
El decreto del Trituwirato de 1812, al fomentar las actividades mineras seguras CSJ:"~eranzas de orientación proteccionista. En octubre de 1829
(§ 5 77), permitió la salida de oro y plata. La Asamblea autorizó al año se recargaron los derechos de importación, elevándose la tasa general de
siguieute la exportación en moneda o pastas. 1822, dellS al17%, del20 al24% y del30 a.l40%. La modificaci~n
De cualquier modo, como dice MARILUZ URQUIJO, el metal siempre era de carácter eminentemente fmauciero y tendía a acrecentar el erarto
eucontró la forma de ser exportado, ya sea por la vía legal o la del de la provincia. Por ello, se preveía que los recargos ces~i'an en cuanto
coutrabaudo. Los retornos en metálico eran imprescindibles en aten- hubiera mejorado la situación monetaria. Esta alteraaon del araucel
ción a la escasa producción del país, y por ello las disposiciones oficiales significó Ult primer paso hacia la legislación proteccionista que se san-
fi¡eroHletra muerta cuando vedaron su salida. cionaría en la década siguiente.
Los prolegómenos del pacto federal del 4 de enero de 1831 (§§ 474-
545. La disolución de la tulldad nacional (1820) seilaló una nueva po- 479) acentuaron la tendencia liberal, ya que Buenos Aires trató de de-
lítica económica portuaria. "La quiebra de los vínculos políticos -ha fender los recursos de su aduana contra los inteutos de protección in-
dicho MARILUZ URQUIJO- exacerba el cantonalismo ecouómico incita a dustrial sostenidos por Corrientes. Fue intensa la polémica entre el di-
buscar el provecho del lugar antes que a armonizar los intereses' a veces putado porteíto JosÉ MARiA RoXAs Y PATRÓN y el correntino PEDRO
encontrados en las partes del ex Virreinato". En esta línea de conducta FERRÉ, donde se esgrimieron los argmnentos en pro y en co~1tra del
la tendeuda liberal se acentuó en Buenos Aires, y en agosto de 1821, s~ librecambismo. La pertinaz y decidida posición de RoXAS imptdió que
decretó la primera rebaja de aranceles. Sin embargo, el araucel sancio- el pacto federal conntviese cláusulas proteccionistas, pero ello no ~e
nado para regi.r en 1822 no alcanzó a ser todo lo liberal que hubiesen obstáculo para que en Buenos Aires los intereses industriales obtuVIe-
querido los defensores de la política librecambista, que atronabau enfá- sen tut.a decidida protección estatal, porque la posición librecambista
ticamente desde la pl"Cnsa porteüa. Se estableció tma tasa general del porteña te1úa como principal iutención impedir la modificación del ré·
15% ad vaWrem, y gran nt'unero de artículos extranjeros merecieron gimen aduanero en beneficio de otras provincias. Al respecto es notable
t~la tasa especial, alcanzando en algunos casos a pagar el30%, como los la protección dispensada a la más típica de las industrias partefl.as, la
licores, y el20%, como ciertas manufacturas que competían con las del sQm/;rerera) que vio elevar el impuesto fijo que pesaba sobre los sombre-
interior. También existieron gravámenes fijos, como los que pesaban ros extranjeros, de 3 a 8 pesos, en 1829, y de 9 a 13 pesos) en 1831.
sobre los sombreros y más tarde sobre la sal, el trigo y la h.uina. Se
alentó, en cantbio, la iutroducción de materias primas y maquinarias 547. La ley de aduana de 1835. Parece cierto que, co~no afirma ~t.lR­
para la agriculnu:a y la minería. Las exportaciones abonaron tllla tasa GIN, la política arru.tcelada de la década de 1820 no satisfizo a tM.die? y
geuera.l del 4% siempre ad vaWrem. Cueros, om y plata pagaban im· tanto los partidarios dellibrecru.nbio como los defensores del protecCio-
puestDS' especiales más reducidos, y las carnes saladas, bizcochos y pie- nismo se sintieron defraudados.
les elaboradas estaban exentos. Después de 1831, al formru.·se la Confederación(§ 474), el gobierno
Con respecto al comercio interproviucial, se estableció tUl<l tasa comt'm de Buenos Aires se enfrentó con un problema com.plic:ado. Los aran·
para ,todas las introduccioues de14%, igual que .U comercio extranjero. celes eran un instrumento directo de política económica, que reper-
Habta productos excepntados, como las maderas, cames saladas, lru.:taS, cutía en todo el territorio del país, y eran, a la vez, la más importante
algodón, arroz, licores, etc., y otros recargados con tasas del10 al20%, fuente de ingresos para esa provincia. Casi todo el comercio de la
como yerba, tabaco y cigarros. Confederacióu se articulaba a través del puerto de Bueuos Aires y,

"' '"
MA.>mAL DB ffisTOR!A Dll LAS lNSTITtJC!ONBS ARGENTINAS

por tanto, esta proviucia teuía en sus manos la regu1acióu de la polí-


tica ecouómica del país.
El sentimiento proviuciano se ideutificaba con el federalismo, y parecía
evidente que el sistema federal no podía meuos que adoptar mu políti-
ca francamente proteccionista de los intereses de cada una de las partes
del antiguo virreiuato. Por eso, las vacilacioues de los primeros años de
la década de 1830 despertaron serias resistencias eu el interior, que con-
sideraba ese comportamiento como "una categórica traición a la causa
federa.!".
Los intereses proteccionistas de Bueuos Aires, sin embargo, diferíau de
los de las dcrnás proviucias. Los porteños procuraban proteccióu para
los artículos que se producían en la provincia. Nada o casi uada les
interesaba la produccióu de «tierra adeutro", ya que se sentían muy
cómodos con el C011StllllO de manufactura extranjera de excelente cali-
dad y bajos precios, que además vigorizaba las fueutes de su aduam. La
pretensióu proviuciana de proteger todas L1s iudustrias vernáculas y alen-
tar el stugÍ1tliellto de otras nuevas parecía excesiva a los ojos de los
porteiios, qne euuada se beueficiarían cou esa política. Sostiene BVR-
GIN que esa falta de acuerdo entre federales porteños y federales proviu-
cianos permitió a RoSAS soslayar durante su primer gobierno el proble-
ma tarifario.

548. Luego de algnuas disposicioues de la legislatura portefia ubicadas


en tuJ:a misma línea de protección a la uumúactura local, el gobemador
RosAS dictó la ley de 18 de diciembre de 1835, que significó el primer
;u·ancel completo proteccionista que rigiera el tráfico del puerto de Bue-
nos Aires. Esta vez la proviucia, desatendiendo los iutereses egoístas del
puerro, miraba hacia el interior en procttra de proteger y fomentar su
econonúa.
Las novedades más importantes de e~;te arancel, que estaba desti.ua-
do a regir eu 1836, consistían en una lista de manufacmras de intro-
ducción prohibida y otras gravadas cou el 50% ad valorem, a la ve:r,
qne se preveía la libre introduccióu de algunos artículos extranjeros
cuya competencia podía ser soportada por la industria uativa, coruo
las pieles crudas, cerda, crin, la.ua, sebo, tasajo, astas, huesos, oro y
plata se1Iados.
Se estableCió lUla tasa geueral de 17%, qne se aplic.l.ba a las mercaderÍii.S
no señaladas en forma especia~ pero, en verdad, eran pocas las que ca-
bía.u deutro de esta categoría, pues la ley era muy minuciosa. El grava-
men a las mannfacttu·as y productos exn·aujeros qne podía.u obtenerse
eu el país oscilaban de un 1 O a un 50%. Con esta ltltima tarifa estaban
cargadas las sillts de montar, los fideos, la cerveza. Los sombreros paga-

420
"'
LA ECONOMÍA
MANUAL DE HJ:STORlA DE LAS L'>~STITUG!ONBS ARGENTINAS

cir trigo y harina del exterior. Sus manufacturas encontraron en las altas de precios fue considerable, disminuyó el nivel de vida medio y, por
tarifas el fomento necesario para progresar, sobre todo las relacionadas consiguiente, la demanda de artículos de consumo.
con el n·abajo del cuero.
Las industrias vitivitúcola y licorera de Cuyo y Tucurnán :fi.1eron pa.rti* 552. El movimiento comercial. Durante los primeros ailos posteri<r
culannente favorecidas, lo mismo que la textil de Córdoba y Santiago res a 1810 la necesidad de mantener los ejércitos libertadores constitu-
del Estero. La ganadería de las provincias litorales, sobre todo la cría de yó tu1 permanente drenaje de dinero, logrado casi ~lusi~an_tente a. tra-
ovejas, encontró rápida difl.tsión. vés del Unpuesto aduanero(§ 591), que se mantema enltnutes baJOS a
Claro que, como dice HoRAciO PEREYRA, los derechos de tránsito que fm de no desalentar la introducción de mercaderías y el consiguiente
gravaban los productos de las provincias interiores dificultaban su com- cobro de derechos.
petencia en el m.ercado de Buenos Aires y, en deflllÍtiva, la que verdade- Por ello el movimiento comer<:ial rioplatense fue particularmente acti-
rarnente alcanzó a beneficiarse en gran medida fue esta sola provincia. vo. La ~rincipal potencia men:antil que traftcaba et~ el Río ~e la Plata
RosAS, dueño de la situación en Buenos Aires, se lanzó con este arancel era Inglaterra, estrechatnente vmculada a la eco norma argennna de esos
a la conquista del interior, y en vet:dad fue mlliUme la complaceucia de aúos. Seíula FERNS que entre 1810 y 1815 Inglaterra exportó de Btre·
las proviucias hacia la política económica del dictador porteí10. En el nos Aires más de tres millones de cueros, que significaban más de la
plan de RoSAS, el arancel de 1835 era tm anna más de su política de mitad del total de cueros que había adquirido ese país en el exterior.
hegemmúa y dirección del resto de las provincias argentinas. Por otra parte., era este mbro de los cueros el principal elemento del
comercio de exportación rioplatense, además de charqtre, grasa, sebo,
551. La guerra con la Confederación Pen1ano-Boliviana (§ 512) obli* crines y demás productos pecuarios. MomoYA asegura que todo el co-
gó a RosAS a tratar de elevar las recaudaciones, estableciendo recargos mercio por Buenos Aires hacia el extranjero estuvo prácticamente mo-
que iban del2 al4%. Esta elevación tarifaria ( 1837) significó tuta nue- nopolizado por el cuero, que en cantidades que oscilaban entre los 10.000
va medida proteccionista para la ittdustria nativa, pero, cotno dice BUR· y 20.000 por navío, se ex:portab~ hacia Gran Bret:oña. .
GIN, fue efúnera. El bloqueo francés (§ 516) y la paralización conse- Al amparo de tilla legislación hberal, el comercto exten<:'r fue cons*
cuente del tráflco exterior decidieron al gobiemo areducir los derechos tantemente en aumento. Terminada la guerra con el Brastl (§§ 507 y
de 1835 en una tercera parte (27 de mayo de 1838), y alfwalizar 1841, 510), que mantuvo paralizado el comercio exterior, la activi~ad. re-
a permitir la enn·ada de las mercaderías prohibidas. cuperó su rinno febril. Durante la dictadura de RosAs el movuruen-
El conflicto de 1845 con Francia e Inglaterra y tul nuevo bloqueo (§ to comercial siguió siendo importante y salvo los aúos 'del bloqueo
517), sig1úficaron modificación del araucel, que se había vuelto a aco- (§§ 516-517), los barcos mercantes extranjeros Uegaron fr.ecuente*
mcx.iar a los montos de 1835. Nuevanrente se redujeron las tarifas en mente a Buenos Aires.
una tercera parte para "alentar el espíritu de empresa v acrecentar los La legislación proteccionista impuesta luego de 18?5 (§ 547) tuv.o e~­
ittgresos" del Estado, y a pesar de que en jtuúo de 1848, mta vez levan- casa influencia sobre el voltunen del comercio extenor, ya qtre la dtsrm-
tado el bloqueo, se volvió a la tarifa de 1835, las condiciones económi- nución de los gravámenes por efectos de los bloquros impidió la erec-
cas de la provincia de Buenos Aires redujeron la capacidad de absorción ción de barreras aduatlCrus exteriores.
de su mercado interno y volvieron imposible todo fomento industrial a Nos hemos referido tan sólo al movimieuto del puerto de Buenos Ai-
través del régimen aduatrero. Sin embargo, los bloqueos del puerto de res, por cuanto por entonces era la lullca ptrerta de salida y e~1n·ada del
Buenos Aires también produjeron, de alguna rnanera, el fomento de las comercio exterior. Era ésa, por otra parte, la plaza de mayor lUlportan-
indusn·ias vermkulas, ya que, a pesar de las rebajas arancelarias decreta- cia del país, que contaba con comerciatltes mayoristas ~inctdados con el
das dttr<Ulte esas emergencias, las mercaderías del exterior encontraban exterior y el interior, y a donde concurrían los comernantes de las pro-
dificultades en llegar al Río de la Plata, que entonces debía contentarse vincias para proveerse de artículos manufacturados.
con el consumo de la producción interna.
Sostiene BtJRGIN que, "lejos de <Uilinar la expilllSiÓn industrial, la tarifa 553. La ganadería. Constituyó la principal rit}Ue~ de las provincias
de 1835 sirvió meramente para encarecer la vida hasta tm extremo en el litorales, que eran las de mayor importancia e;on?rmca. _Bu efecto, una
que ya no era posible la extensión de los mercados provinciales". El alza econonúa vinculada estrechan1ente con el comerc1o extenor encontraba

'"
M.\NUAL D!l HlSTORlA Dlll.As INSTITUCIONES Alt.o!lNTINAS

tan sólo en la producciÓt1 que surtía ese tráfico (cueros, charque, grasa, L\. IICONOMÍA
criues, lanas, etc.) las fuentes de riqueza.
tos espinosos) o ~nJa~ pro ~aislar plantaciones . .Alull}'lte ~ ,1845
. fund o troncos clavados a ptqne.· Estos
A pesar de la importauda de la gattadería, podemos sostener q·ue, en
general, las estancias argentinas mantuvieron las prácticas gauaderas medios eran tambtetl
. trodu¡· o elutilizados P ti!.
alambre me - tco, lus
. ta 1855 no se conoclo una
heredadas del periodo hispánico (§§ 128-130 y 207). Las labores se N EWTON 111 ' tro
. WA..!H
estat1Cla ·'·-brada en todo su perune .
mautuvieronlimitadas a la marca de los animales y a su castración, en
tanto continuaban las matanzas iudiscriminadas.
556. El primer gobterno de ~os~. u1 a que lUla prolongada seqma
. ( 1829-1832) debió contemplar m~
Eu procura de terminar con esa práctica que diezmaba peligrosamente
las e:tistendas ganaderas, la ]tnlta Patria ptohibió toda matanza de ani- etapa de (..Tisis de la ganadena l1ilc10ll , yatudos se alzaran y se alejaran
males, salvo que mediara causa justificada. En Buenos Aires, se decretó diezmó los C~lpOS, pro~ocan~o ;:~as~s{a
escasez de decidió. al cat·t~e
igttal medida e11 1816, y tUl año después el director PvEYRREDóN, alar- de las estancta.S et~ ~us~.:a de a~
gobernador a prohiblf la matanza g.ude lado con el solo objeto de apiO-
mado por la escasez de canw, clausuró los saladeros.
vechar su cttero. . d'¡o eil combinaci6n con fuerzas
554. Alrededor de 1840, segíu1 asegt.Jra MONTOYA, tlll estanciero de Proyectó una cnnpa_na ~ contra 1 111
'hil e ue llevó a cabo dmante e¡ goh'lemo
·
Caúuelas, el inglés JoHN MnuR, adqtúrió en Inglaterra tm toro Shor- de Santa Fe, La Rto¡a y C e, ~ la coo ración de LóPEZ y QuiR?-
thom de nombre Tarquino, COn el que se comenzaron los intentos de de sus sucesores .. ~ero, fra~~ad RosAs :.prendió solo la con<pat1il
GA, y sin el auXth? _de C e,
mejoramiento vactuto. Pero las preferencias de los estancieros bonae-
(1833), que nwo eXtto.
renses no se conciliaban con estos animales de cuernos Cortos y cuerpos
gordos y pesados. El saladero exigía CJrues flacas, cueros gruesos v gran-
557. Hasta 1837la producclo~ Pi1
ecuaria akanzo• un destacado nivel
·'
des astas, CJcigencias que satisfada iilllpliamente el animal criollo. La de la actividad del puerto de
falta de alambrados dificuJmba también toda mestización en grau esca- al amparo de la demanda sala er . ~. l casi e».:lusivamente en pro-
E uenos Aire•.. , cuyos' retornos con.stS a 1
la. Sólo en1845 RICARDO NuvrDN trajo los primeros alambres, c-on los
que cercó su quinta de verduras. duetos ganaderos.
La descendencia del toro Tarquino tomó su nombre y fue especialrnente . , su ·~....._uw
,....,,.-L .. PY11ansiva.
--~ El
d uuCI~
lechera. Sin embargo, también se destin.aron toros de su raza a los ro-
558 ... , esta epoca
. L• producción , lanera en . o J¡
ácttcatnente v ·d,do hacia 1810. Sostie-
deos, iniciándose así lUla imperfecta e Íllcipieute me<>tización del gana- ga.t1ado ovino habt.a esta ~ pr . entonces altededor de dos o tres
do criollo. La influencia de este toro en la gatladería argeuti11a ha dado lle GrnERTI que ~l país d~~la tet:; ~- No había raus definidas, l;:ro,
lugar a que la época que va desde su arribo hasta el comienzo de los millones de ove¡";' de _re:sunair~~as llamadas criollas, de cuerpo chkoy
registros de pedigrée, lnego de 1852, se CollOZ(:a como "era ta.rqullla". sin embargo, podw1 d~~~~ntos colores, y las pampas, de mejor laua y
Hada 1841 se introdujerou vacUllos Hereford desde el Uruguay que- poca latlll, enntlada y d . coloradas en la cara. .
atmque n-atándOSe de anirnales mesti?.os- Contribuyerou al mejoramiento más cuerpo, con m.anclu.:' ~1egi ~H~:MAS HALsEY quien introdt~Jo en el
Fue el c6nsul norteamencan~
de las especies arge.ntlllas.
1 de cien ovejas de raza m.efU1a y sus
Río de la Plata en 1813 _tm p antbe , e ••elo "'=entino, destinada a la
555. Seíula GmERTJ que por esta época las únicas mejoras que se notan
d l neraca atu n.,~ -t> • ' .
cameros, fundat1 o a pm ' El establed.tniento ÚulClono con
en el sistema de explotación fueron el balde voleador y el uso de señue- cría de ovtnos, · tt b.tea. da en Moron. . · ules pero un 111cen · d 1·o lo
los. Con el primer sistema se lograban agtlildas artificiales, descollOLidas éxito, ya que en 1821 contaba con.900LamnUmaies salvados del desas·
, HAr.s liquidó eluegocto. os M
hasta la década de 1820, y con la utilización de Ull grupo de vactmos destruyo, Y EY . :r allí se perdieron. . '
lUatlSos como señuelos se permitía arrear las tropas chúcat-as hacia los tre ftteron llevados a Quili 1CS y d ' RtvADAVIA hizo velm al pals
La segtmda cab~ UlVo ~ treinta southikwn ingl~es.
mataderos, como así también trasladarlas de un lugar a otro sin la con- , IThlyor urae1on. Co to
n es s
sabida pérdida de grat111íunero de atllinaJes y de muchos días de trabajo. en 1824 cien me:rmos espanoles y Gal lCS" en San Vlcente, q'-le en
Las estancias el1Cetrabat1 ocasionalmente sus hacieudas para separarlas, ·--.-~es se fttndó ,la_cabaf1a
atlllua..t . .
"L~ 1
~~ ' ........biénllegarondesde
TillOS n'Ll.S, que ....... u ad:
castrarlas o marcarlas, en corrales fonnados por cercos vivos de ru·bus- 1826 se mcremento con a;~n'~a difusi6n y, debido a la demanda e 'a
E •paÍ1a Esta raza encontro rapl . . ' e' --endió por todo el patS,
vez
o nus • • 1'n<-u•·e~ada
o.u. " de 1atlil, l·a ruestiZacton s .....,.,,
'"
"'
:MANUAL DE HISTORIA DE lAS lNSTlTl'CIONES ARGENTINAS
LA llCONOMÍA

al puuto que en pocos aúos existían11o menos de tres millones de atú- duetos pecuarios constituidos por cueros y carnes saladas que ellos pro-
males mestizos, segú~ aptmta MENJ?OZA. La exportación de lana, que porcionabilll.
et~ 1822 ak~lZÓ a solo 384.000 kilos, llegó en 1837 a más de dos El primer saladero instalado en Buenos Aires fi.te el de RoBERT STAFLES
t~ones de kilos. A ~arde estas cifras, ett1837la exportación ovina y JUAN McNEir., ubicado en Ensenada de Barragán, ett1810. El estable-
solo representaba, segun datos de GrnERTI, el6,6% del total exportado, cimiento, de relativa importru1cia, ocupaba catorce técnicos extratlje-
en t',lllto los cueros vacunos y el tasajo-a pesar de no pasar por su mejor ros, bajo cuya dirección trabajabrut de cuarenta a seset1ta hombres. La
etapa- alcatlzaba el 75%. política oficial trató de favorecer este tipo de actividades, liberar~ de
todo derecho la exportación de carnes saladas, tasajo, lenguas y la rm-
559. Fue tal~tbiéH.RIVADAVIA quien introdujo ett1825 tres padrillos y portación de elementos necesarios para la fabricación de toneles (7 de
tu~a yegua shire (frisones), y un año después w1 plantel de cabras cache- octubre de 1812), y dos aúos más tarde el director PosADAS excepnlÓ de
muas y otro de cabras de angora. todo gravamen la introducciÓ11 de las máquU.us utilizadas para el bene·
ficio del sebo y la salazón de canres, como también la sal, toneles, arcos
560- Conviene recordar que el ganado equino sufría lo¡; embates del de hierro, etc. A pesar de estas medidas, la demanda de cueros monopo-
saladero, p11es al lado de la producción de carnes saladas estaba la elabo- lizaba el ptterto de Buenos Aires, y sólo en 1815 el saladero logró verda-
ración de grasa y .la obtett~ión de cueros, a cuyo efecto se sacrificaban dera importattcia. En este afio y en el siguiente se instalaron varios esta-
alreded~r ~ qlllluwtas mil yeguas al afio, seg{u1 datos de GIBERTI. A la blecimientos en las márgenes del Riadmelo, entre los cuales sobresalía
ve.z, los md1os que poblaban las pampas argentinas eran grandes consu- el de DoRREGO, RosAS y TERRERo.
nudores de yeguas, con cuya carne se alimentaban. La gratl matat:tZa de vacunos para abastecer las necesidades de los nue-
vos saladeros porteúos, tuúda a utta prolongada seqtúa., produjo la esca-
561- Luego de 1837 !>e advirtió.undecaimiettto de la actividad ganade- sez de la carne para el abasto de la ciudad y su consiguiente encareci-
r~. El bloqt¡eo de 18~8 ~r~UJO la paralización de las estancias, que miento. En atención a los graves perjtúcios, el director supremo PtJEY-
VIeron not~blen~~te d~nlli1U1da la demanda de carnes y cueros. Hacia RREDÓN decretó en 1817 el cierre de todos los saladeros existentes, pro-
1840 entro en cnsiS la mdustria saladeril y, a consecuencia de la falta de vocando el decaimiento de la industria, que sólo subsistió mediante
peones y de ~ab~~os, se alzaron grandes cantidades de cabezas de gana- esporádicos permisos para matar animales y salar carnes.
do. La paral:zaCion del p;rerto, como consecuencia de los bloqueos de
1838 Y 184:,, repercutto hondamente en la econonúa esencialmente 564. En 1820, desaparecida ya la prohibición, el saladero encontró tul<l
ganadera de Buenos A.ires. Las provincias litorales en cambio -sostiene valla importante en el pesado derecho de exportación de tUl peso por
GmERTI-, vierc:'n a?rirse un gran porvenir a su g:Utadería, beneficiada quitttal (45,94 kg) de carne salada, pero, suprimido este impuesto etl
por un c~mercto drrecto con Europa, señalando que eu 1851 entrmun 1821, la industria recomenzó su marcha ascendente.
con d~tmo a Entre Ríos Inás de mil buques y salieron más de mil En el lapso 1820-1825 se fimdaron nuevos establecinúentos, l.!egmtdo a
ochoCJentos portadores de carnes saladas, cueros, astas, grasas y otros ser más de veinte los que funcionaban en Buenos Aires.
productos.
Las actividades siguieroit progresat1do y, luego del paréntesis de la gue-
rra con Brasil, que cerró el puerto (1826-1828), las exportaciones de
562. A la gestión oficial en pro de mta reducción de las lMtanzas de carne fueron Cll aumento.
gM;!~o debe agregarse la política de entregar tierras baldías a qtúenes se El auge del merino e11la década de 1830 paralizó el progreso saladeril,
dectdt:sen a prob;~las y explotar~as :on;etlÍentemetue, que, aunque no pero en la década siguiente volvió a retomar su ritmo ascendente incor·
tuvo Siempre el ex1to deseado, significo mu decidida vocación de fo- parando nuevas téCiúcas y mejoras importantes, que agilizaron los pro-
mento hacia las actividades agropecuarias. cedinúetttos y amnentaron el rendimiento.

~63. El saladero. Fue el saladero la actividad que más estrecha1neute 565. La demru1da siempre creciettte del exterior y la falta de competen-
h.gad<t estuvo a la produccÍÓit gamdera (§ 208). El vohunmdel comer- cia en el interior del país favorecieron las actividades del saladero, bene-
CiO de exportación estaba integrado casi exchJsivmneltte con los pro- ficiado por mu legislación liberal. Los establecimientos se ubicaron

426
MJ\.NUAL DB HlSTOlllA DB lAS lNSTl'ftJCIONllS ÁRGBNTINAS

ptt/ereutemente en Buenos Aires y Eutre Ríos, provincias de grandes


---------------------~~~~~==~::,::~~~LA~~NOMiA
tribus no constiuúa la segun al' pu
.d d es otras tribus invadían efl cual-
nios que otras parcialidades
rodeos de gttnado vactmo. quier mOlnento, sin reconocer os conve
habtan' acord ado , ·
566. Las labores eu los saladeros eran verdaderamente brutales y asom- . . _ rácticas agrícolas se evidenció
braron a los viajeros extnu1jeros que las observaron. El sabio futt1cés 569. El interés oficial pot .U;nt~ las Jvió ennoviernbre de 1811 pro-
ALcrnEs D'ORBIGNY, que visitó nuestro país entre 1828 y 1832, rewr- desdetmcomienzo. Ll.Jtmta atn.arels r ser ~..~.Aicial para los
. d 1ado en las e lacras, po 1-"-"J~ •1 d , .
daba que "el europeo que contempla la explotaci6n de un saladero no hibir la tenencta e gat dis un relev-amiento gener<U e w
sembrados. Al ano I .
- i guiente se puso '
puede dejar de impresionarse por la destreza y la ferocidad de 1~ peo- . . d B ......,. ,.,;.,.~a fin erep
d artir las tierras bakhas para ser
__ 1 •
nes, así como por la habilidad con que esquivan las cornadas de los provu1oa e ue1.,_,., ~,~, después se resrnVl 6 asegtwar
destitladas a la producoon (§ 580 )>y poco que quisieran tra-
toros furiosos al ser enlazados, que se debaten con fiterXJ. extraordina- ·. el palS de los extra.t1
¡eros·

ria, cuando se acercan a stts hermanos ya muertos en el lugar, saltaudo, el ~-¡greso y pennanenc~a en eles tierras ara ello y la segoridad de po-
coceando y hacieudo correr al jinete, a cada instante, un verdadero pe- baJar los catnpos, ofreaéndos . gualdad ~e condicioflCS qne lo:> Ilatum-
ligro"; más adelante se asombraba de la frialdad con que se matab-an las der comerciat· sus productos ;n 11 viniesen a explotar ¡n.inas. Se
bestias; "ocho o diez hombres repug:tlillltes de sangre, el cuchillo en la les Igual facilidad se otorgo a os qm: . ' de semillas y hefra-
. . . d todo derec~ la unportaCIOll .
mano, degoJlaudo o desollando o carneando a Jos a.tlirnales muertos o liberab-a, asmUSill:O, ~ En ara combatir la escasez de u·1go,
mientas agrícolas YInnn·as. .1817 'P 1 arutderos la obligación de
moribundos ... ".
Por otra parré, la falta de higiene y salubridad de los saladeros fi.te se prohibió su exportación y se. unpttsO a ~d~ bajo pella de multa. En
proverbiaL Basta mencionar, para dar una idea de estos lugares, que declarar las cantidades que UlVlesen aca~aró a d ~ .• ..; ...,s n<>fO estas medi-
hib.' 1 • 1trodUCCl ll e ll<U'-'>« > r---
para asearlos se recurría a algtmas docenas de cerdos y otras t.antas 1821 yen 1824 se~ _1~- a~ . ron ara alentar las laborés agtkolas.
de perros, que devoraban los desperdicios luego de las matanzas al das, de corta duraCion, m a Cie ít el in o de máquinas y herra-
aire libre. Tatnbién el arancel de 1821_~~~~ . bl!e:las lurinas extranjeras a
.
rruentas , ¡as, y ¡¡1·aba
agnco _ den::w~os vana
567. La agricultura. Tuvo escasa importancia durante este período, fin de fomentar las mCionales. . . , de inmi,......_,,.;,.¡n y al año
, . ~ se creó Ulla comtswn 't1' ~ '
eminentemente ganadero. Los intereses de los agricultores resulta- En este ultuno ano LAS HERAS siguiendo las su-
siguiente e¡ go erna
b dor GREGORIO DE
. '
'
d creto que reglamentaba las un-
f
ron bm-lados con frecuencia, y las medidas oficiales que se adopta-
rou para favorecerlos no supieron encontrar la solución apropiada ge rencias de RtvADAVIA, ~1~-t~..lun . de t•aba¡·adores en el Río de la
?
· ·' ¡. UrnJUUCClOn ~ !
para el fomento de tan importante riqueu. Por otra parte, Jos pode- ciones de la common Y a ~ . . e referían específicamente a
de sUS d1spOSIClOnes S pod' de
rosos intereses gauaderos resultaban un obstáculo importante para Plata. Al gtulaS . . b n terrenos -que nunca Jan ser
el desarrollo de sembradíos. fomento agrícola. Se adJttdiC~ a enfiteusis o arrendamiento a los
menos de 16 cuadr:a;> cuadra a~- ~~ldes osibilidades, se les efec-
568. El indio fue otro inconveniente insalvable que se opo1úa al pro- labradores en relanon con sus ap 1 . ydpaba un derecho preferen-
greso de la agricultura e incluso de la ganadería. Mantenía las poblacio-
'
ruaban ptestan10S en dinero y se es a~:.-or . 1 También se preve1a ' ¡a
l l t que exp1otarai · J.i
nes dentro de Wl cerco que restaba enormes extensiones de tetreno, cial de compra d_e o_s o es f. ma privada, por medio de con-
impidie11do la expansión económica del territorio. Como señala E.Jdrr.ro introducción de numgran=~~~:.e~~entes ell el p-aís.
A. CoNr, Wla estrecha faja que corría ·a lo largo del Paraná, desde la tratos celebrados con pers , d ¡...... contratos celebrados por el
. .'
La iunngraaon cr
istalizó a u-aves e ..,.,R ""RTSON entre otrOs, pero
Magdalella,_ sobre el océano, y que llegaba al arroyo del Medio, consti- .tú:ricos BEAUMONT Y o.,_., ' . · .·
tuía, en la provincia de Buenos Aires, el dominio del cristiano. Eu esa gobierno con 1os br1 falta de un amb1ente prop1uo
extensión, eu 1823, habitaban alrededor de 143.000 hombres, de los las colonias _f~acasaron ~ot~lei~ed~ieute situación política del país.
cuales casi la mitad vivían en las ciudades. hacia las acttv¡dades agfiColas Y . talada en Monte Grande, fi.1e
. de los ROBERTSON, U1S ~ a1·
La vida en estas tierras, cercadas por el salvaje, "era de contiuuo Ll coloma escocesa. O. Seflala FERNs que también se re· tzalún
sobresalto, pues no se estaba nunca segttro de la tranquilidad del totallnente saqueada enl82
. . ·'
.
la <~. .-o-p• tlna en
Sttec''
= y Holat1da. En1826
indio, ni del cumplimiento de sus promesas. La paz con tula o varias tratativas de UU1Ugrac¡on a ~u e~1

"'
:M.\NIJII.L DE HISTORIA DE LAS INSTlTUCION!!S AJtGENTlNAS LA ECONOMÍA

se instalaba en la Chacarita de los Colegiales la primera colonia alem.a~ de 1835 significó un importante estímulo para la producd6n de granos
na, que dio origen al pueblo de Chorroarú1. y harinas, cuya introducción desde el exterior se había prohibido, siem-
pre que el precio del trigo local fuese llúerior a $ 50 la fanega. En este
570. Las actividades agrícolas, por lo tanto, permanecieron reducidas caso se necesitaban permisos especiales p-ara importarlo(§ 548).
al cultivo de cereales en pequeúa escala alrededor de las ciudades, o a Durante los af10s 1837 y 1838 la producci6u de trigo file notable en
algunas chacras que formaban parte de las grandes estancias dedicadas a Buenos Aires, lográndose satisfacer el mercado local y exportar al exte-
la ganadería. Los trabajadores agrícolas eran por lo común asalariados y rior y al interior. Pero estas pequeíias señales de prosperidad no-se man-
pequeños arrendatarios, y la producci6n servía para satisfacer tuhl redu~ tuvieron. Los bloqueos al puerto de Buenos Aires obligaron a liberar
cicla dem.mda local. En Santa Fe, las labores agrícolas eran, en general, las tarifas, y la itKipiente agricultura careció de la enveJ:gadura necesaria
dice ÜASTÓN ÜORI, trabajo de esclavos negros, que realizabau de mala para expandirse. .
gana y con rendimientos stunameute bajos. En las zonas del interior, la existencia de una demanda reduCida, pero
segura, perrniti6 el desarrollo de algunas manifestaciones agrícolas. Se
571. La enfiteusis rivadaviana (§ 581) signific6 m1nnevo intento para lograban cosechas de cereales, hortalizas, algodón, tabaco, uvas, etc.,
fomentar la agricultura, pero no alcanzó el éxito esperado. Las tieJ:ras que no alcan:r.aban el .mercado de Buenos Aires, pero servían. para satis*
públicas se repartían mediante el pago de tUl canon anual más bajo para facer las modestas necesidades del lugar. Corrientes se caracterizó por
el caso de ser destinadas a labradíos ( el4%, en tanto las tierras de pas~ los cultivos de mandioca, yerba y olivos; Tummán obtuvo importantes
toreo pagaban el8% ), reservándose una zona alrededor de los poblados cosecha.$ de arroz, y las provincias cuy.mas continuaron cultivando la
destinada a sementeras. vid con bastante éxito.
En general, el cuadro agrícola del país hasta el ténni.no del gobierno de
572. Los fracasos de la política agraria deben buscarse en las deficie11* RosAS fue bastante precario, y la agricultura no constituy6 en fonna
das que existíau para el arraigo de eSta actividad. Se confiaba ciegamen* algtma uua actividad de importancia.
te en los beneficios de la libre empresa y en la fertilidad exuberante del
suelo como únicas bases sobre las que habría de crearse la agricultura. 574. Las industrias. Durante esta época las llldustrias no alcanzaron
Sin anbargo, eran muchas las barreras que se aJzab.tn en su contra: la mayor jerarquía, y se desenvolvieron dentro de los carriles que les im-
falta de mano de obra abundante, imprescindible para trabajar los cam- ponían un mercado exterior i11accesible y tllla demanda inter11a reduci-
pos; el azote del indio; la ausencia de téaúcas modemas, que se tradu- da por la competencia de la mercadería extraujera.
cía en bajos J:emli.mientos; los altos costos del transporte, que obliga- A pesar de ello, la ley de aduana de 1835 logr6 reactivar, durante
ban a establecerse en las llunediaciones de las ciudades, donde los cam- algún tiempo, las actividades manufactureras de Buenos Aires y del
pos eran más caros; y, por ítltirno, la competencia exterior l'tliuosa, que interior. Pero las rebajas arancelarias de 1838 y 1845, causadas por
arrasaba con todo itltalto agrícola. Señala BURGIN que era este último el bloqueo del puerto y la disminución de la demanda del mercado
factor el más importante que atentaba contra la agrkultura. Los granos intemo, motivada por la deficiente situación económica que debía
y la hariua importados llegaban a bajos precios y eran de excelente cali- soportar Buenos Aires, fmstraronla evolución favorable que se ini-
dad, y frente a ellos los agricultores tenían escasas probabilidades de ció con la ley de 1835, y las industrias del país debieron contllmar su
subsistir, sobre todo tetúendo e11 cuenta el reducido mercado interno. penosa supervivencia. Con todo, lo!> efectos de los bloqueos, la de-
Es decir que el librecambio, que hada exitosa la producción ganadera, manda lo<:al y alguna exportaci6n a países vecinos lnantuvieron la
atentaba contra las b-ases mismas de la producción agrícola, y por ello actividad industrial del interiqr dentro de las características hereda-
las soluciones debían dirigirse uo tanto a la introducción de agriculto- d" del periodo lllipánico (§§ 218-219).
res extranjeros, sino a a-e-ar en el país las condiciones necesarias p.rra
que la agricultura pudiese prosperar, limitando la entrada de granos y 575. Buenos Aires contaba con una excelente mamúactura de som-
hariuas del exterior, y creando tul ambiente de paz y tranquilidad. breros, industria de antigua prosapia que había sido particularmente
protegida de la competencia extranjera. Existían talleres de carrua-
573. RosAS alentó las esperanzas de los agricttltores, y su ley de aduana jes, de muebles, de talabartería y zapatería, de platería y de herrería.

43<> 431
J

¡
VfANUAL DE ffiSTORIA DE LAS
• _ NSTITUC!ONES ARGENTINAS
LA IICONOMIA
'\.1 amparo de la ley de 1835 h·•b•'·• .d , -
• , aSUro-! oalgtmm ¡· h .
a
.n esta epoca tambiéu se difimdjól- ~o . o ~o amlero, y
'acunas, llltroducida en 1829
:ACERES.
t
Ut?n~tna del acette de patas de
por e qunruco francés ANTONio CAM-
577. El Trituwirato, el4 de setiembre de 1812, procuró fomentar la
minería permitiendo la explotación de minas por extranjeros y liberan-
do de derechos la introducción de elementos de trabajo minero y la
)irdoba, San Luis y Santia o d l E salida de los metales. La Asamblea de 1813 reiteró, el 7 de mayo, la 1/
adustria textiL Tttclunán COI~tinu:ba :::l~b:an~e,nían una eficiente decisión de liberar de todo derecho la introducción del azogue, maqui- rl
os y tabaco, exportándose est '1 . :aclOu de cueros curti- narias y demás elementos mineros, disponiendo también brindar pro-
• de azucar
aua
, akanzó lSSO
e u tuno a Chde B ¡· · p ,
, o IVIa y eru. La
1[
' eu a contar cou 13 · · tección al extranjero que quisiere veiúr a trab-ajar las minas, considerán-
!llla una eficiente iudusrr· d b .
taeeantst'
:>res. En Salta se hilaba al.-...,.,A'0
1
mgemos. También
b
febn~ y se o?"ra an huellOs li-
dolo con los mismos derechos que el natttral El Trimtvirato, el 9 de 1
diciembre de ese mismo aúo, volvió sobre el particular y declaró libre la
.s~-"'• 11 Y se a ncaban c1g
' .
l prad una VInos y alcohol .
1o nusmo arros. Catamar- introducción de herramientas, máquinas e instrumentos de minería,
! end oza tambiéu p•oduc, es, h . .
que las · ·
proVIncias cuyau"' como tambiéu el azogue para beneftciar los minerales, y el director
•· la ar111as tr · b' ·
tladas, que se exportaban hacia Ch; Igo y Ja on, ade~lás de carues PlrnYRREDÓN, el21 de mayo de 1819, dispuso la creacióu de tma Casa
. ganadera, lo mismo que Entre ~~· Santa Fe era _p;unordialmen- de Moneda en Córdoha y m1 Banco de Rescates y Callana de fimdición
taderas y tabaco. En Co . os, pe:o tambteu se obtetúan en La Rioja, a fm de fomentar las labores mineras de esa provincia. El
ucacioues. _ rnentes se mautellla la fabricacióu de em-
arancel de 1821 favoreció, asimismo, la entrada de máquinas y herra-
mientas miueras.
76 La . •
· mmena. Esta actividad uo tt . Durante el gobiemo local de :M.A:RTIN RoDRÍGUEZ se resolvió encomen-
mientos del Alto Perü q IVo grauimportaucia. Los ya- dar al ministro BERNARDn·<o RrvADAVIA la formación en Londres de tula
' , ue eran 1os mayoces de tr d 1 .
~1 R IO de la Plata(§ 220) . ued °n e VnTeinato compaíúa destinada a explotar las minas de oro y plata que existieran en
:Sn del gobierno de las p:.;;vit ~rouJ~ :echo fuera de la jurisdic- todo el territorio de l-as Proviucias Unidas.
tanto a los demás, se encontra~:~a~ 111 as (1815) (§ 500), y eu En 1824, Hullet y Cía. de Londres, formó la River Plate Minning
de auxilios de horubres d ' . n general abandonados por fa1- Association, cou 1m capital nominal de un millón de libras esterlinas,
c . ' , emaqmnasydeca ·r-1 L
arohua, eu jurisdicción de San Luis
.
'. pt a es. as mmas de
l para explotar el mineral del Famatina; pero no bien llegaron los pri-
s, y los hombres del lugar se b , tent<Ul sus labores p<U·aJiza- meros técnicos ingleses, se encontraron ron que, además de los
ts pedregosas, de las que extra:.~;ead an_ eu reco~er arenillas y tie- problemas políticos existentes, los gastos excedería11 en mucho los li
bastaba¡1 para vivir. Pero nin ' ~c~das cantidades de oro que beneficios que pudieran obtenerse del Fama tina. Por otra parte, an- 11
Carolina No conocemo gun Ira aJo razonado se realizaba en tes que se constituyera la compaíúa inglesa, auspiciada por el go- r'
•pallata y San Juan Los y- s .ql~e se trabaj~ran en esa época las de bierno de Buenos Aires, el de La Rioja h.tbía concedido la explota-
•1
yado -en otro ti~ ~uni~ntos de Jachal, Gwtiláu, Guachl y cióu del cerro a una firma local, la que vendió la concesión -dice l
abaudonados; sólo se ~:gis~t~o:J se eucm~n:aban prácticamen-
Ito en Gualilán se trabajabas 't a gt~.na actiVIdad en Jáchal, en
San Antonio de los Cob o o una mnu. En Salta, el yacimieuto
res 110 se explotaba· 1 d R.
FERNS- a la Fama tina Minning Company. Ninguna de las dos compa-
íúas obntvo éxito algtmo y terminaron en ba11earrota. Es que los
minerales del cerro Famatina dist-aban mucho de ser el tesoro escou-
¡
ata Catalina se encontr· b . d
a aumun ados e unp od ·
. · , os e lllcouada y dido que supmúanlos hombres de la época. 1
{ates sólo se recogía oro lavand . r llctlvos. Eu estos
eiías cantidades. Ett Ju¡·uy
1
~ as tierras Y arenas, pero eu pe-
j
. se creia qUe era d · 578. Fueron causas permanentes que atentaron contra las labores
' rumas de oro y plata, pe n e llllportaJ.Kia algu- mll1eras la falta de hombres, que eran reclut-ados por los ejércitos 1
:erro F. .. _ .. ro uo se trabajaba ninguua.
. amat111a, en La R1oJa, era el centro de a ., , patriotas, primero, y por las montoneras, después; la derogación de 1
tsideraba de una riqueza incalculable ten~on de ~epoca; se la mita; y la penosa situación económica general por la que atravesa-
1tar sus labores s·
t • •
b Y fueron vanos los mteuros de
. 111 em argo, salvo algtma pequeiia ed .• ba el país, además de las constantes revueltas internas. Todo.<> estos 1
a, que stgnificaba muy poco de d
ntro elaeco ' d •
· r uccion de
., factores, unidos a una confusa legislacióll; impidieron el progreso de 1
tezas resultarou ilusorias. uonua e m regton, sus la minería en un territorio donde los minerales no se daban cou
prodigalidad.
1
1
433 1
·1
.l\LI.Nn"t. DE HISTORIA DE LAS INST!TlJClONES Al\GENTlNhS LA TIERRA PÚBLICA

La tierra pública <2 l traordinarias que se advertíau y dar mayor impulso a la prosperidad del
país. Ell0 de julio de 1822 se completó esta medida resolviendo que la
579. Una de las preocupaciones constantes de los gobiemos patrios fue tierra inmovilizada sería dada en enfiteusis, con arreglo a ''la minuta de
el destino que correspondía dar a las enormes extensiones de tierra que ley sobre terrenos". El propósito seítalado en el decreto era el de au-
perteuecían al dominio del Estado y que permanecían incultas. mentar «el valor de la propiedad del Estado".
El gobierno, constantemente acuciado por sus escasos recursos veía ApMeció así, en la legislación sobre tierra pública de nuestro país, la
. ' enfiteusis, que tan azarosa trayectoria tuvo en los aÍ\os subsiguientes.
esas 11erras como tula fi.tente productiva que era necesario hacer rendir
de algtma manera. La concesión en propiedad, la entrega en enfiteusis y
la venta privada o en público remate, fueron algunas de las fonnas que 582. Conviene, por tanto, antes de seguir adelante con el tema, dar
se teutaron para dar solución al problema, enfocado, en general, desde el algm1as uociones generales sobre esta lltstitución. GUILLERM:O AllENDE
punto de vista haceudístico. ha definido a la enfiteusis como el derecho de cultivJr tll1 fimdo y gozar
de él de la manera más extensa, en furma perpehta o por muy largo
580. El4 ~e ~etiembre de 1~12 se ordenó levantar un plauo topográfico tiempo, mediante tma renta que se debe abonar al propietario. Es la
de la provUlcta de Buenos arres, a fin de repartir las tierras baldías entre desmembración más fuerte que puede soportar el derecho de propie-
lo~ hijo~ del país y los extranjeros que desearan trabajarla. Fue éste el dad, ya que el enfiteuta se asemeja mucho al propietario.
pru~er mtento de dar solución al problema de la tierra pública, y su Sus orígenes deben buscarse en Roma, en las tierras que, arrebatadas a
gesttóu corresponde a RIVADAVJA. Al año siguiente la Asamblea autorizó los pueblos veucidos, ingresaban en el ager publicus o dominio público
al Ejecutivo a repartir tierras baldías, a la vez que garantizaba a naciona- y eran concedidas a los patricios, que debían, en cambio, abonar tul.a
les y extranjeros el trabajo de los campos (§ 569). suma determinada al Estado. Esta suma poco a poco fi.te olvidada, y, así,
Sólo eu la época del Directorio se hicieron efectivas algtulas mercedes el enfiteuta pasó a ser lllt verdadero propietario de las tierras que poseía.
de tierras. El Congreso autorizó a PuEYRREDÓN a conceder tierras en En el derecho español ya no era exclusivamente el Estado el que entre-
prop~edad en la frontera con el indio (13 de mayo de 1817), y el Direc- gaba la propiedad, sino que se pennitía usar este sistema entre particu-
tor hizo entrega de tulas pocas extettsiones, cuyos propietarios debierou lares. El cauon debía pagarse en dinero o frutos, y el propietJrio gozaba.
soportar largos inconvetúentes para obtener sus títulos, frente a las le- de importantes derechos, como ellaudemic (participación en el precio
yes que sobre e'!fi~eusis se dictaro~l años más adelante. Por fm, la legisla- de la venta del derecho del enfiteuta), comiso (reintegración del derecho
tura de la provmCia de Bttenos Aires, por la ley del 7 de jmúo de 1830, concedido en caso de negligencia en el cumplimiento de las obligacio-
VÍ!l~ a reconocer esas concesiones y a dJr a sus poseedores los títtdos nes del enfiteuta), tantee y retracto (adquisición del derecho del enfiteu-
pertmeutes. ta en igualdad de condiciones que las ofrecidas por un tercero). A su
vez, el e11fiteuta tetúa la libre disposición de su derecho, que podía ven-
581. Separadas las provincias luego de 1820, el gobierno de Buenos der, hipotecar, arrendar, etc. Además, debía ser preferido por d propie-
~es ofreció mercedes en Pata~nes. Pero pronto el gobierno, vol- tario en caso de venta del dominio, y el propietario debía i.nderruúza.rlo
viendo sobre sus pasos, decreto, el 7 de abril de 1822, la inmoviliza- por las mejoras que hubiese introducido en el predio, tUlil vez finalizado
dóu de toda la tierra pública, con el objeto de garautizar la deuda el contrato.
p~tblica (ya uua ley del :u-10 anterior había hipotecado todas las pro-
piedades, los muebles e mmuebles del Estado en gJrantía de la deuda 583. El 28 de noviembre de 1822 la legislatura de Buenos Aires
pública)(§ 597), hacerse de recursos en atención a las necesidades ex· autorizó al Ejecutivo a levantar tUl empréstito externo por cinco
millones de pesos, y en 1824 se concertó el acuerdo respectivo con
(~) GUILLE!lMO ALLENJ?E,Enftcewis, de'>'tchode projímd(Jc(mtenido¡acial, La Ley, 114-937, B=nos la Baring Brothers Co., hipotecando, en g-arantía del pago de capital e
Aires, 1%4; I>:?<>m. ANGEL CARcANO, Evoluci6n hiMrir:a del régimen de la tierra pMü¡;g, 1810- intereses, todas las tierras públicas de la provincia(§ 598). De esta
1916, Bumi$AJrn, 1917; Ewuo A. CoNI,La vrniad sobre fa mftte~~Sis de Riradavia Buenoo AÍl'l's
1927; EaN:Esro f. FJTTE,Hiftwia lk un empristito. La emisión lkBaring Brothm e~ 1824, B=~
manera, la enfiteusis veía a ser el sistema ideal para obtener provecho
AU;~' 1962; :t.!ARIA ~". !Nfma y lvLut.TA V M..E.'IUA, Lll> criterios kgaler en la. rwisión de la. de la tierra pública, que ahora, más que nllltca, estaba inmovilizada
palmea rostm~ de tterrat públicm. Buenos Aires, 1852-1864 en LE., n" 41, 1991. y resultaba imposible enajenar.

'" "'
\o:L\.NU4L DE H!STO.IU4 DE lAS INSTITUCIONES ARGENTINAS

j84. El gobiemo otorgó algunas tierras en enfiteusis de conformidad de pesos, que tenía por garantía las tierra~ q~e, poseía y pose~et-e en
ou el decreto de 1822, ajustándose -segúu sostiene EMILio A. CoNI- a adela.ttte la nación. En la ley sobre consolidacton de la ~euda ~tte_r~\a
lS regla:: cou~ñdas ~~un proyecto de ley general sobre tierra pública, (15 de febrero de 1826) se ratificó la hipoteca sobre las t:terras pubht-as
ue el Ejecut:1vo habta enviado a la legislatura a fmes de ese año y que · ~-•es · El decreto regl<Unetttario de las leyes de
naCIOUaJ. . 1825 (16
· de "ó
marzo
tmca llegó a sauciouarse. de 1826) declaró hipotecadas las tierras y prohibtda su ena~e~';c1 n.
e preveía un lapso de duración del contrato de 32 aúos, con 1U1 canon Por fm, el 7 de abril de 1826, el presidente Rrv~AVIA renutto al Con-
~ual renovable cada ocho años. Este canou fijo se graduaba de confor- greso nna ley general sobre enfi~e~s, qtle ~ s~J.lCtOnada ~ 18 de ~uy?
udad a la zona en que estaba ubicado el terreuo y tetúa relación cou el de 1826. En el mensaje de renustón., el EJec_uttvo s~t~ma. que a_~a_ves
tlor de la tierra. Así, los terrenos ubicados eu zonas de tierras fértiles de la ley proyectada se procuraba que la t:terra ~übhca nuno~ihzad~
sados en$ 2.000 la legua cuadrada, tetÚa.tl un canon autlil! de $ 80 po; rindiese por lo menos lo suficietl.te para pagar los mtereses de la deuda
gua, en tanto en zonas más pobres, donde el vaJor de la legua cuadra- que garantizaba. . . las
t era de $ 500 o $ 250, el canon se fijab-a etl $ 40 por aflo. Las características genet·ales de la nueva ley er.Ul snnilares a · que
J. 1823 se d!ctaron algt~J.aS nonnas regla.tncntarias. Se estableció que vetúan observá.udose desde la sancióu del decreto de 1822 (§§ 581 Y
· ~ '"no·elca-
canon debta_pactarse hbremeute cutre los particulares y el Estado, 584). El término del contrato era d e vemte anos como llllllll ,
:ro nada se diJO sobre medidas de los lotes ni duración del contrato · d"
non <Umal para los pruneros tez anos ~na - ·. del 8% sobre
. el valor
" del
trrant~ el gobiemo de GREGORIO DE lAS fuRAS la preocupación por ia t no destinado a pastoreo y del 4% s1 se trataba de t:1err-as de pau
fiteusts fue constante. Segt'm decreto del27 de setiembre de 1824 se
'
J eu una suerte de estancia (1/2 legtta de frettte por 1 lh legua de
'. ;r:."
e
(ao-ricultura); el valor de la tiet·ra sería determinado P?r un;m;
o- . · 1 · -" d tres s no habta
integrado por cinco proptetanos de. a vecnrua o por . 1 . _
11d~) la cautidad múúma de tierra que podía recibirse en enfiteusis, y esa c<Uttidad. En caso de di.~confornudad con el valor ~tgnado, las par
seúalarou aJ!?'-mas normas de procedimicutos para formu.!M los pedi- tes (el Estado y el enfiteuta) podían apelar <Utte_ orro_;ury for~do de
~ d~ concesiOnes. Otro decreto del mi~mo aÍlo (28 de setiembre) igual manera. Uua vez ve1tcidos los pritneros dtez anos, la legtslatura
:mo ~ los poseedores sin licencia de tierras públicas a solicitarlas etl seíularía el nuevo cauon. . l
zt~s en tml~pso de seis meses, bajo apercibimieuto de perderlas. El27 de julio el Ejecutivo 1-eglamentó la _ley; establenen~o las ~~g_ as a
X:b1en se sa.ttctonaron al año siguieute algtmas nonnas tendientes a ue debíau ajustarse las solicitudes de tterras. Las medtdas llllllll~S
hzar los procesos de adjudicación y lograr una mejor demarcación :;ran fijadas en media legua de frente po~ una y media de f?ndo s1 s~
los terrenos concedidos. trataba de tierras p<U·a p.tstoreo, y en medta legua cuadrada s_1 eran des
~ecir que, durante este primer período, la enfiteusis fue una solución tinadas a agricultura. Se preveía la inscripción de las conces10~1es en el
ICada por los gobieruos porteúos para obtcuer recursos sobre la base " -attlibro de la propiedad püblica", y su control por el notariO mayor
la tierra pública. En general, la institución gttardaba las característi- !l' .
de la presidenCia. . . . d esta
que tu~o en el derecho espaf1ol, con la diferencia de que el propieta- Al mes siguiente RIVADAVIA resolvió mcorporar etl el regm1en e
era el Estado y que, atento al escaso valor y el poco interés que por ley los tetTetlOS ~barlOS y suburbanos, prohibiettdo, asimismo, ?ar en
época
.
ruso, tanteo y retracto (§ 582), linñtíndose a exigir el pago de ca-
.
ofrecía la tierra, 110 se ejercitaba.ttlos derechos de laudemio enfiteusis los montes 0 bosques, que de esta forma se cmtvertlan eu
reservas forestales del Estado. . ,
L Ya veremos que tampoco esta prestación fue cumplida por el en- Los terrenos ubicados eu la fi-ontera con el indio me,re~tCIOtl, se~n
uta(§ 586). decreto de RIVADAVIA de fecha 5 de mayo de 1827, unregtmen ~penal.
A quienes quisiesen pobl<U·los se les cottced~a.tl un solar ;n el CJI~~ del
i. El Congreso General Constituyente reunido en 1824 dictó varias eblo y una suerte de esta.tteia etl la campa.tta, que debtan poblat e~~
Pu ' · d e tUl ·ano, - so pena de r- nt':l·der u
oS iruporta.ntes que itunovilizaban todas las tierras públicas naciona- 200 cabezas de gauado etl el tenruno
Por la primera (25 de octubre de 1825) se autorizó a Ievautar un · "d·
concesiÓll, a la par que que d ab illl exnm as del pago de c<UtOn durante
)réstito de 9 a 10 millones de pesos, quedaudo hipotecadas como ocho años las tierras agrícolas y durante cuatro, las de pastoreo. En esos
mtía del mismo las tierras del Estado. Por la segtmda (15 de no- nismos lapsos la tierra no podía ser cedida. ,.
obre de 1825) se creó un fondo público nacional de quiuce millones 'Es decir que en' estas concesiones en cn;.teusts
,e · se ad VIC
· rte una pohnca

<36 437
MANUAl· DE ffisTOIUA DB LA.S INSTITUCIONES ARGENTINAS L\ TIERRA PÚBLICA

más severa y a la vez más realista, contemplándose la necesidad de po- nes, al disponer que se concedieran e11 enfiteusis terrenos recie11temente
blación y trabajo, así como también la prohibición de cesión de la tie- arrebatados a los indios (decretos del26 de noviembre de 1827), pero
rra. De esta forma se obtendría una más efectiva utilización del predio no llegó a aplicarse porque los indígenas recuperaron las tierras perdi-
concedido. das. Los registros previstos hasta Clttonces no habían funcimudo, por
Por otro decreto, dell4 de mayo, se limitabattlas concesiones a wtlote lo meuos eula forma convenieitte. DoRREGO creó tut registro de enfiteu--
por persmu. sis (4 de diciembre de 1827) y prohibió conceder tierras sin previo
registro y pago del canon auual establecido.
586. Al trat1Scurrir un año de la sanción de la ley de 1826 el balance La legislatura sancionó, el26 de febrero de 1828, tuta ley otorgando
resultaba evidentemente adverso. El Estado se había desprendido de tierras eu enfiteusis por diez aítos para destinar a ganadería y estableció
'-- casi todas sus tierras públicas y lio recibía nada por ello. Hada fwes un catton anual de 2%, fijatKlo precios a las tierras según su ubicación.
de 1827 sólo se había recaudado en concepto de cánones la suma de Una vez, cumplidos los diez aúos, se podría reitovar la enfiteusis, pero
$ 5.008. Los jury que debían tasar las tierras burlabatt escaudalosamen~ con tma nueva tasación de la tierra, que sería establecida por ley: Se
te al Estado, fijattdo precios irrisorios. Estos tribunales estabatt forma- preveíatt tul máximo de doce leguas por enfiteusis y la obligación de
dos generalmente por enfiteutas que se hacíattfavores recíprocos y con- poblar las tierras coulOO cabezas de vacunos o yeguarizos por legtta en
trn cuyas resoluciones el Fisco nada podía, pues las apelaciones eratt un término no mayor de dos años, SatlCionatKlo esta omisión con la
resueltas por otro jury de parecidas características que el primero. Se pérdida del terreno cmtcedido. La VCltta o la cesión del derecho del
dio el caso de que terrenos tasados por el jury a $ l. 000 la legua estabatt ClÚlteuta debíatt hacerse con pe-nniso del gobierno. Es decir que la enfi*
'- ubicados en zonas en que ¡¡e habían producido ventas que oscilabatt teusis se perfeccionaba, teniendo en vista el interés general del pafs. Las
entre los$ 6.000 y$ 12.000 la legua. tre<> uovedades importantes cmtstitl.úau el límite máximo, la obligación
Las tierras se habíau otorgado sin uingtuu limitación, ya que no existía de poblar y la interveitción del Estado e11 caso de VCltta o cesión del
-salvo eulas zonas fronterizas- máximo legal. Los poseedores de enor- derecho del e1úiteuta.
me¡¡ extemioues, de 40 a 50 legttaS cuadradas, veudian o arrendabau su Esta ley cm1Stitl.¡yó un importanre avattce para el sistema, que quedó
derecho, percibiendo tuu renta por ello sin ningú.tt trabajo ni desem- completado con la dell6 de julio de 1828 que, con parecidos requisi-
bols(\ pues el canon del gobierno ca¡¡i mutca se pagaba. Incluso euor- tos, autorizaba a entregar tierras destinadas a la agricultura.
mes catttidades de legttas estabait en manos de geme de la ciudad que
pedía eu enfiteusis parcelas ocupadas por campesinos o ganaderos igno- 588. Poco a poco se fue abattdonaudo la concesión enfitéutica. Los
rantes y atrasados, a quienes con eugaúo se las arrendabati, trat1Sfor- nuevos gobieruos federales se sentíatt menos sujetos que Sus anteceso-
mándolos eu meros i.nquifutos. Adviértase que e11 ese mismo afio de res mritarios a la inmovilidad de la tierra pública y comenzaron a Clltre*
1827, 85 estancieros telÚan asignadas 919 legttas cuadradas de tierras garla en propiedad. Por otra parte, casi todas las tierras estaban conce-
públicas, siu pagar por ello casi nada. Seúala CoNI que "el Estado se didas, y era corrieitte sosteuer que la garantía hipotecaria sólo alcanzaba
había quedado sin tierras, siu rentas, y no había poblado". Las enormes a esas exteitsiones y no, a las que posteriormente fueron quitándose a
extel1Sioues de tierras públicas seguíau incultas y, sin embargo, casi to- los indios. Se olvidaba la ley nacional dell5 de noviembre de 1825, que
das ellas estabatt dadas en enfiteusis. gravaba las tierras existentes y las que llegaseita obtenerse en el futuro
RrvADAVIA, cmJSciente del fracaso del sistema, dictó el decreto del lO de (§ 599).
mayo de 1827 que, recouociendo los errores cometidos, resolvía ser La entrega eu propiedad de las tierras arrebatadas al indio se efectuó
más parco en la concesión de tierras en enfiteusis, pero sin sancionar eutonces bajo determinados reqtrisitos. Los beneficiados debían ser
uorma algtuta concreta. Todo quedaba, como ames, libr-ado al bttClt natl.trales del país, poblar con ganado o sembrar la tierra, y levatttar
juicio del poder concedente. rancho, no pudiendo ser las concesiones mayores que tuta suerte de
estancia. Los pobladores debían, además, acudir en defensa de las fron-
587. Durattte el gobiemo de DoRREGO en la provincia de Buenos Ai- teras cou armas y caballos propios (decreto dell9 de setiembre de 1829).
res, se dictaron algunas medidas acertadas sobre esta materia. Por pri- La tierra en propiedad también se dio como premio para recompensar a
mera vez se fijó un máximo de doce leguas cuadradas eu las cottcesio-
i
1
los integrantes de la expedición al desierto Cltl834, o a los militares y

438
1 "'
'\L Dil HISTORIA DE LAS lNSTITUClONilS ÁRGiiNTIN.M

:ados civiles que cooperatu11 en sofOcar .la. revolució11 del sur en


La enajenación de la tierra fiiC., eu otras oportunidades, tJn medio
tender los apuros del erario.
, que el gobiemo de RosAS miró con preveución la enfiteusis y
ó ve11der o conceder la propiedad de la tierra, por considerarlo uu
Capítulo XXI
a más productivo, fi.re durante su gestión cuando las tierras ante-
::nte concedidas en enfiteusis ah:auzaron a producir al Estado :Un-
:tes ingresos, debido al empeño con que se aplicó el decreto dicta-
l de 110viembre de 1832 que organiu.ba la percepción del canou
~anzas.
1tico. La política financiera IlilClOll<U
. ··' (1810 - 1820) · La politica
Las
fmatlCiera . ·,¡ (1820-1852). La moneda. Los bancos.
provmCI
in general, la enfiteusis constituyó uu fracaso, y resulta justificable
sióu con que la observaron Jos gobiernos posteriores a Rivada-
bre todo teniendo en cuenta que en nuestro país el Estado pro- Las finanzas<')
::> 110 ejercía los derechos que le correspondían por la legislació11
La política financbt~ nactotnosU:U ..~tuvo presidida por la imperio-
a, quedaudo la explotación del suelo librada al antojo del enfiteu- . . (1810-1820). La política fman-
591.
. d 1 lineros go 1ernos pa ._.,
·ante los gobiemos federales se trató de corregir este abUS(), pero, _
Ciera e os pr l tdaciones fiscales ante .taS
1 enormes
nitiva, siu mucho resultado. E11onnes cantidades de tierras flsca- sa necesidad de aumentar as recat . . to de la guerra de la inde-
, · 011ificaba el manten.umen . , efi
Icedidas desde tiempos anteriores, se mantuvieron sujetas al té- I::r se echo, mano a aw.~to expediente pareCio 1caz,

liberal fijado enuu comienzo. erogaciones . nque llo


pende11C1a . .1:ara e . . f¡ osos y los impuestos aduane*
$ de la caída de RosAS, la legi<>lacióll sobre tierras ptíblicas en . do los empréstitos, voltmtanos Y orz. , '
Sien , . d percepcion de rentas.
; Aires fi.¡e objeto de revisión y debate a través de un proceso que os las formas mas corrietltes e . . t del COil:lcrcio
Idió hasta 1864, segímlo han esttuliado las profesoras INFESTA y r ' · ' d los lligtesos provemen es
:IA. Fue la creciente expal1Sion_ e 'odo Para el nuevo Estado la
exterior la constante flllatlCiera ~e este pendi~.. partir de 1809 (§ 232)
· d ¡~te erCialempren uaa
liberalizaciÓn e u-aJICO com os de los impuestos a la
n las deiD<is provincias argentinas, las guerras civiles, la falta de · -· almente sus re-curs
le pcnnitía
· • ,
obtener
-1-
pnncip . d
• derías sm pro tlclf un
. alza en sus precios que
e para las .tctividades agrícolas o ganaderas, y Ja pobreza general importaoon uc merca 'unild n·cho de otra manera, al favore-
:c0110mÍas p.u-alizaronlos iutentos de obtener mu adecuada uti- perjudkase a las clases más ln ~'>- . 1 sar de los gravámenes que
t de la tierra pública. Sll1 emb.u-go, en las provincias del litoral,
cer el comercio externo se prod~c~, ~ pe ercaderías de :Unportación.,
as que sus hermauas del interior, se advirtió alguna preocupa- recalan sobre él, una baja del precio e as m
esta materia., adoptáudose los diversos sistemas conocidos para
·el aprovech<lilJiento de las tierras: la euajenación por donación, l PEDRO Af;;OTE,!n[tlnfle deiPreJ;idmu del Cnfd¡~~;;;;rJ.S CA$un'lo:E/ Banro de la Provinda
. . BuenosAil"es 1881;1\.f!JlONBUll.GIN-,
en carácter de premio, la enfiteusú y el atreJ:ldamieitto. Merece ~aas.wn6micas l1i ~i~b
... , op. cit. en nora nU::nosAires, 1922; HolVICio JuwCuccoRESE,
rse la implantación de la enfiteusis en Corrientes (1831), algo dehum0$Airestmm primer centerumo, 2 · 'Tucumdn Buenos ai.l'es, 1968; H. L Cuccou;E,
:e del ensayo bonaere11se, que no alcanzó, s:U1 embargo, los resul- Bxmamiay fimmzasdunwte la época del Can.!JTI:W~ B ' AU..,. 72. El Banco d~ la Nación
u" - ¡[e/ .&neo tk la: PrOI'incia d• Bue~a> Aire>, ~Buenos' Aires 19
}941; ERNESTO J. frtn:,
n!Storta . edici6 ofiaal de homena¡e, ' Guerra y
:perados. Tambié11 cabe seflalar la domción de tierras en las fron- Argentina en su cJntuentenarto, . n ( ) ddap. XX; 1'tr~IO JLuFERJN DoNom:, , . , :..
e~~ ~-.:_no
2 del p VII· EMluo HF>NSEN,'"""
•n el indio, que se practicó etl Santa Fe y también se utilizó eu - d twésrlto op ctt. en nora
~trlw:>v•oo
Historta 1
:,;;,-nes bi"btado argentino .•.• op. cit. en nota () 'La moneda, el tridito
•a. Fue frecuente, además, como vimos en Buenos Aires, la veu-
> tierras para obtener recursos fiscales.
moneda M!ftmtina, emutio histárito, n:s 192
Y las bancm rnlaArgentina, Buenos B • , ,.'
Ail"e 1916·NoRliERT0ru'"" >
~·. AGU~iN. PE VEDlfl., El .Banto Nacional, hmorta
• •

úbl' ATnmtma ucnos """"• 1890


financiera de fa fufJ tea "' ' . de! XIV RoBERto CoRTES CoNDE,

(la) BvSHNEU., ~·
Rc'm-m and !I.NI•ritm •.• , op. ctt., nota 2
Finanza> púb/ua¡, mon
eda- bancm (181().1899) en N.H.N.A.,
y
Clip. V. '¡;:a, 51. RoliERTO CoRTEs
t: .' p.· '· (1810·1860)en
Ublicas Y la moneda m fas JiT111'fflCIM de! mtenw
CoNPE y onus aurm-es,La-s finan::::¡orieru;ci6n bibliogl·ifiCll.
N.H.N.A., t. V, ~-a p. 32, ambos

MQ
44>
MANllA!. D!l fliSTORJA DE !.AS INSTITUCIONES AJ.GttNTINAS LAs FINANZAS

que eran consumidas por sectores hasta eutonces nurgiuados de su dis- al fisco a cambio de los bonos de empréstitos recolectados) y mitad
fmte. De tal mau:era, a juicio de HALPERm DoNGm, las clases populares en dinero metálico. Esos vales o billetes servían también, segt.'m el
wntribtúa.n en forma nada desdeñable al ingreso ftscal. art. 3° del decreto, para pagar las pensiones o asignaciones que ha-
Una larga lista de empréstitos intemos jalonó la primera década de vida bían dejado los militares a sus familias y para saldar los gastos ordi-
nacionaL En general, se trataba de contribuciones voltwtarias, que se- narios del gobierno. Asimismo, se preveía que las deudas atrasadas
rían restitLúdas por el Estado deutro de U11 plazo más o menos breve, de la aduana podían cancelarse totalmente en billetes. Para agilizar la
coulos correspondientes intereses. Se establecieron colectas de donati- circulación de estos documentos, el Estado los emitió fraccimudos
vos, y también contribuciones forzosas impuestas a los españoles y ex- en valores de diez, veinte, treinta o más pesos. Si bien, como sostie-
traujeros. ne el autor citado, no se trataba de tUla emisión oficial del papel
Aute la posible evasión de capitales espaúoles, el31 de julio de 1810 se moneda, los efectos eran muy parecidos.
dispuso la couftscación, sin proceso previo, de los bienes de todas aque- Ell0 de jmllo de 1818 se buscó facilitar aun más el pago de los dere-
llas personas que se ausentasen de la capital sin licencia. El13 de enero chos de exportación, resolviéndose que pudiesen ser abonados ~l. ter-
de 1812, acuciado el gobiemo por la necesidad de fondos, decretó el cio del total en billetes y el resto en doaunentos endosables enuttdos
secuestro de las propiedades enemigas. Los "bienes extraúos" que se por el fisco, con la mención de "admisible en su todo como dinero
eucoutrabau: en poder de los comerciantes locales fuerou embargados, y efectivo".
se aplicaron fuertes multas a las personas que los ocultaron. En 1819, a Los comerciantes ingleses, dueños del comercio exterior (§ 542), se
fw de lograr la declaracióu espontánea de estos bienes, se resolvió que convirtieron en los iutermediarios forzosos ent:t-e el gobierno y los tene-
en esos casos se aseguraría la propiedad pacífica de la mitad de lo de- dores particulares de documentos. Adquirían éstos .a bajos p~ios y los
muiCiado. canjeaban_ en la aduana en pago de los derechos de unportacton, come-
Eu ese mismo aí10, a fin de evitar la salida deluumerario que había tiendo fraudes escandalosos.
pertenecido a los españoles fallecidos, se prohibió a los peninsulares ser Adviértase que el flSco, además de tener que recibir los papeles emitidos
administradores de bienes sucesorios, albaceas, tutores o curadores, y C11 canje de empréstitos, voluntarios o forzosos, también debía ate~der
se gravó con el 50% las herencias o legados de los espaí10les a favor de a las letras de tesorería que expedíau los jefes de 1os ejércitos patrtos y
herederos transversales o extraños que no residiesen en el territorio pa- am1 los gobemadores de provincias en pago de servicios o bienes im-
trio, o bieu en los casos en que se hubiesen hecho a beneficio de sus presciudibles para mantener la lucha por la libertad. Todos estos ?ocu-
almas. mentos debían descontarse en la aduana, y tan sólo los comerctau:tes
Luego del desastre de Sipe-Sipe -que significó la pérdida de la ceca vinculados al tráfico exterior estaban en condiciones de utilizarlos.
potosi.na, en donde se acuñaba la moneda del Estado- y ante la situa-
ción comprometida del erario, se suspendió el pago de los créditos atra- 593. El29 de marzo de 1819 otra vez el gobierno admitió la mitad de
sados del Estado, destinando las pocas rentas existentes al sostenimien- los derechos aduaneros eu papel, pero ahora también preveía tmauueva
to de la guerra. docmuentación de deudas contra el Estado, ya que el 50% de los dere-
Para remediar en algo la afligente situación que provocaba esa medida, chos de exportación, que hasta entonces se pagaban en metálico, podría
el Directorio resolvió admitir el pago de las contribuciones de comer- ser abonado en órdenes libradas "con la calidad de admisible por extrac-
cios, fi.ucas y gremios con títulos de los empréstitos públicos. Ciones".
A todo esto -dice CuccoRESE-, la plaza comercial de Buenos Aires gi- Pero l<lS e:xigeHCias de la guerra aumentaron, y entonces el Estado., urgi-
raba con pesadez. Espa.ítoles y americanos desconfiaban de los vales que do por la necesidad de contar con metálico, suspendió la. ~nortiza~ióu
emitía el gobierno por pago de los empréstitos, y la falta de circulante de créditos (19 de agosto de 1819) y, por ende, la expedtctón de bille-
era día a día mayor. tes, medida que se suavizó admitiendo las libranzas expedidas por los
ejércitos en campaña (1° de setiembre de 1819).
592. Eu esta situación, el gobierno dictó el decreto de amortización En ese mismo año (16 de setiembre), cuando la necesidad de umuera-
del29 de marzo de 1817, que admitía el pago de los derechos de rio llegaba a su cúspide, se resolvió lib1·ar mensualmente c}el.lmil pes~
ituportación mitad en papel (vales, billetes o pagarés que entregaba en billetes garantidos con la renta aduanera. Era, eula pract:tca, la ellll-

442 443
lAS FINANZAS
s~óu del papel moneda sin garantía lnetá.lica Claro
solo telnan fuerza ca.ncelatoria contra el fi . pud" es que estos billetes sólo la provincia bonaerense pudo conteuer la crisis general al amp-aro
aceptarlos 0 no. seo, tendo los particulares de su poderosa aduana.
La caja nacional de fondos de Sud ' . La escasez de fondos etl el interiOT -dice MJR6N BUllGIN- obligó a me-
uoviembre de 1818, estaba facultad~tca (~ _606),_ creada ellO de nudo a los gobiernos provinciales a suspender el servicio de los emprés-
bies a cambio de los d , . P~~ crmtu· certificados endosa- titos, a reducil· los sueldos de los funcionarios civiles y militares, y a
, . epo~ntos que rec1b1era Est ~=-"'
od
pr unanmterés tamb;e'•~ · ~---~- · os cerwtcados que limitar la actividad pública a lo UKlispeltsable.
'
D e tal manera Cll 1 820~ • Cl.tCUM«J~.t en el
. , d
merca o. '
A la mala administración, qt1e fi.Je un mal congénito de la época, se unió
' , extstia en la plaza de B A,_
variedad de papeles inconvertibles . . uenos .n.J.res una gran la insignificante recaudació11 flScal, la escasez de actividades eco116mi-
~embrando el caos en el comercio , ~:refuh-adan la~ v:-ces de moneda, cas remtmerativas y la devastación de la producción local Anota BUR-
configllrando una de las caracte ,
la década de 1810.
J.
;anzas ~ubhcas y privadas, y
ns cas mas Ilotonas de las fma.nzas de
GIN que, en 1824, Córdoba, que eta tm.a de las provincias más ilnpor-
tantes delll1terior, tenia una retlta atmal de $ 70.000, en tanto la de
BuenoS Aires asce1Klía a$ 2.500.000.
594. La preocupación lucia los b Las fmatlZas de las provincias se manteníat1 a costa de los derechos de
uente. Los ensavn.<:. COtJS"tu . .• 1 pro lemas hacendísticos fue penna- importación, exportación y tránsito que pesabat1 sobre la producción
;-- "' Cioll<ues de estad' d ,
lUla secreta.t·ía _de Estado d d" ad: . eca a preveun, eugetleral, local y sobre las mercaderías que circulaban por sus territorios. A e.<;tos
setiembre de 1816 el d'·ecetoKP a a ese ramo del gobiemo. El 7 de impuestos se agregaban los recursos obtenidos a través de los sellados
' .. r l.l'EYRREDÓN · d
mas económicos.finauq·--os 1 .' ' acttcta o por los proble- ftscales y las patentes, los antiguos impuestos (§ 149), corno el diezmo
'--"' , reso vtoo:eartm ;,a
ptlesta de ci.uco miembros , a com..,wn econ6mica, com- y la sisa, y las contribuciones exn·aordinarias que periódicamente se
Hacie.nda con funciones d '.que acn:a.na a la par de la Secretaría de decretabat1 para tobustecer sus exhaustos erarios. Las COltstantes crisis
. ' e asesoranuento Proc ba ,
cuttvo, logtill; una más adecuada soluc·' .· _:ttra . ,' asl el Poder Eje- políticas y las guerras int:erprovinciales minaban los fondos públicos de
ell que se encoutraba. el gob· 1011 a la SttuaCion comprometida las provincias y agotabat1 sus reservas fiscales. De esta manera, los em-
ces con que obtetler recurso~er~~ y, sobre todo, hallar las medidas efica- préstitos forzosos fi.teron el remedio usual para el ahogo económico, y
.· T--r
na. La."S 1actlltades de lar"*'· ·,
paran1a11tenerlagu«ta d e ¡a lhuepetlden-
··-'
....,.znon 1"ban desd 1 · -6 los impuestos extraordinarios pasaron a formar parte de las cargas per-
nero en vigor hasta 1a prep'· . , d _e a revtsl n del arancel adna- lllat1entes que debíatl soportar los habitantes del interior. Ni siquiera las
.... acton e 1os lllStllJ ,
tes para fon1C1ltar la miuerla y d , fi metttos mas convenien- provlllCias litorales, 1nás ricas que el resto, se salv.u-on de esta regla. Es
Dice AGusTÍN DE VEniA 1 ema.s __ lentes produc"toras del Estado sintomático comprobar que los mayores gastos provinciales correspon-
. . que a cotrus 1ón ' 'tiles ·
adnmustración debiéudose . . presto u servicios a la dían al rubro gtJerra.
Directorio. ' · a su COltse¡o muchas de las medidas del Con los derechos de las aduanas locales cada provincia procuró desarro-
llar tUl<l verdadera guerra económica contra su vecina, que generilinen-
595., El gobierno de PuEYRREDÓN se . - . ' te era su dval Por eso los derechos de tránsito, e.<;pecialmente, exatl
su afan de sanear las finanzas 'bli ~ractenzo especiahneute por elevados y variables. La expansión de las administraciones provinciales
te su gestión que se lluuguróptl ca\- asta recordar que file duran- -dice MIRóN BtJRGIN- reclamaba crecientes sacrificios económicos y
do, se creó la comisión eco mi ~ gran tbro de contabilidad del Esta- fuuncie1-os, y era nanu-al que cada provil1eia tratara de pasar la carga a
fundóla Casa de Mou d· m;_ca a que nos acabamos de referir se las otras. Eso se o:aduda, generahnente, en el aislamiento económico y
. e a, se lOlnentó la · ' (§ "
ca¡a nacional de fondos de S d Am' . nunena 577), se creó la el rechazo de todo comercio o industria que no perteneciera a la propia
ta. if ' u eru::a ( § 606) .· '
r ~mas proteccionistas el arancel d . , se ajusto a nuevas provincia.
medidas de esa íudole. e aduanas(§ 543), entre otras El ettsayo presidencial de RNADAVlA no alcanzó a modificar esas carac-
terísticas.
596· La política financiera rovi ·
beraJ_ d~ puerto de Buettos ~ § ;~l ~ ~_2?- 1 ~52). La política li-
1
597. E.n Bue110s Aires, la sin1aci6n fue distinta. Los ü:tgresos aduaue-
J
proVUlClales y, por COltsiguieute ~ . Mbt~ arn1ulado las econo11úas
' ecta o senamente sus flllanzas. Talt
ros, que representabatl alrededor del 80% de la recaudación geueral de
rentas ( 1822-1829), se mantuvieron COltstantes, y sobre la base de ellos

«5
.l.\iANUAL Di! HISTORIA DE LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS LAS FINANZAS

las fUtanzas porteíus fueron relativamente saludables. El gobien1o de 598. Jtlllto a esta deuda intenta se encontraba la provetúente del em-
.MARTíN RoDRÍGUEZ, por acción de sus ministros BERNARDINO RIVADA- préstito externo, contratado en Londres, por la suma de cinco millones
VIA y .MANua JosÉ GARciA, emprendió lUlil tarea de depuracióu hacen- de pesos. La negociaciótt fue complicada y azarosa, y no alcanzó a solu-
dística que organizó y rehabilitó las finanzas provinciales. cionar las finanzas públicas nacionales durattte largos años.
Se a~ la admllústración fiscal y se impuso, a partir de 1821, la Este prímer empréstito exterior argentino fue autorizado por leyes
práctica de elaborar presupuestos anuales, programando las rentas y del 19 de agosto y 28 de noviembre de 1822, satlcionadas por la
gastos del Estado. En este presupuesto, el mbro de la guerra era el más legislatura de Buenos Aires. Se preveía la obtetlción de cinco rrúllo-
importante, igtta.l que en el resto de las provincias. Buenos Aires debía nes de pesos en el exterior para ser destittados a la construcción de
sostener una irnportaute organización armada con que defender su lo- diversas obras públicas ettla capital y la ftmdación de pueblos en la
calismo y aspirar a regir toda la nación. froutera iudígena. Se concretó la operación con la ftrrna Baríng Bro-
Se revisaron los impuestos y tasas existentes, muchos de ellos heredados thers Co., la que remitiría 700.000 libras (se garantizaban tul mi-
~e la admU~stración hispana, aboliéndose los que resultaban irnprodttc- llón) en seis cuotas mensuales, a partir de julio de 1824. La Baring
~vos o attttcuados. Desaparecieron la alcabala de venta (la de reventa, descontó, además, el equivalente a dos años de amortización, inclu-
¡~utto con. la ~outribución extraordinaria de comercio y gremios, habíatt yendo los intereses respectivos, o sea, 130.000 libras: Tambié~ se
stdo Sttprurudas por PUEYKREDÓN en 1817), la sisa, la media anata y el descontaron 10.000 libras más por comisión y gastos de trarruta-
diezmo(§ 149). ción. El Estado de Buenos Aires pagaría el 6,5% anual semestral-
De tal manera, las rentas provittciales quedaronlllnitadas a los derechos mettte sobre tul millóu de libras (6% en concepto de interés y 0,5%
araucelarios, los de puerto (comprendían los barcos que tocaban los por capital). En el contrato se señalaba que los representant~ argen-
puertos .de.la proviocia), pape~ sellado, patentes pagadas por todos los tinos obligabatt a Bueuos Aires, "con sus bieues, rentas, tterras y
e~~bl~uruentos comerctales wdustriales, y tlll impuesto o contribu- territorios al debido y fiel pago de dicha s1.1!U.l de 1.000.000 de li-
cton dtrecta moderados sobre el capital y la propiedad, que oscilaba bras esterlinas y de sus intereses", quedando hipotecadas todas las
cutre el 0,02 y el 0,06%. También ingresaba algútt diuero de los cáno- tierras públicas.
nes fijados sobre las tierras cottcedidas en enfiteusis(§ 584). No se sabe a cieucia cierta de qué forma llegaron los fondos del emprés-
Con respecto a la enorme deuda pública que pesaba sobre la provittcia, tito a Bueuos Aire-s, pero gran cantidad se renútió en letras et1lugar de
ya que se había hecho cargo de la que dejaron pendieute las autoridades oro, ya que no se había previsto expres<Ultente que los envíos de~Íatt
uacionales, se negoció su consolidación, transformándola eu deuda a hacerse en met:álico. Lo cierto es que, conforme a los cálculos realiza-
largo plazo. De esta forma se amenguaronlos aptrros de la tesorería. dos por el presidente del Crédito Público, don PEDRO ~ooTE, las 560.0?0
En efecto, de la smna total que adeudaba la provittcia, estimada oficial- libras habrían de costar al gobierno nacional, al ténUlllo de la negocta-
mente en alrededor de dos milloues de pesos en1821, la gran mayoría ción, la stmu de$ 23.743.766.
eran le.tras atnortizables y demás obligaciones a corto plazo que expedía En1825 se autorizó a etltl-egar a particulares los fondos del entpréstito
el gobterno eu pago de empréstitos y gastos, pero que ingresabanuue- al i.ttterés de O, 75% mensual y por plazos 110 mayores de seis meses.
vamente en el erario por la aduana, viéudose entonces precisado el ftsco La inversión prevista eu las leyes de 1822 nmtca se realizó. Los fon-
a volver~ ,enútir es?s p-apeles para poder mantener las futanzas públicas. dos del empréstito fueron utilizados para ateuder uecesidades mu-
La solunon era, evtdentemente, convertir esa deuda flotatlte en deuda a cho más impet·iosas que la construcción de obras públicas o la ftut-
largo plazo. P.rra ello se emitieron entre 1821 y 1824 bonos por lasmna daciótt de nuevas poblaciones. Lo cierto es que luego de varias rene·
de $ 7.100.000, con los que quedó consolidada la deuda iuterna. Una gociaciones y de haberse suspendido el servicio de la deuda por die-
ley de fines de 1821, que creó tUl fondo público de$ 5.000.000 ciséis aítos en 1828 y por cuatro más, en 1845) se la consolidó en
declaraba ~potecadas todas las tierras fiscales en garautía de esa sum~ 1857 por medio de bonos diferidos, sal<Llndose totalmente sólo en
(§ 581). Stu embargo, nuevas obligacioues exigieron la enúsión de 1904. La carga de este empréstito pesó en parte sobre el patrimonio
otros empréstitos internos, hasta que, a futes de 1a década de 1820- nacional, ya que etl virtud de la ley del 3 de octubre de 1866, la
1830, segün señala Bt.iRGIN, la deuda consolidada había alcanzado los Nacióu se hizo cargo de la deuda pendieote. Entre los pormenores
S 12. 700. 000, de los cuales se habían cancelado poco m•ÍS de $ 1.800. 000. de su larga vida, conviene recordar que en 1828 se vendieron dos
MANUaL DB HISTORIA DI:; LAS lNSTITUClONES ARGENTINAS

fi:agatas para cmnplir los compromisos y que RosAs llegó a propo-


ner el canje de las islas Malviuas para cancelar el empréstito.
601. RosAS afronto la desasnosa SI~a-~ le interesó restablecer el valor
' . . . e. Ón fuunciera con un plan dis-

599. Duraute el breve petiodo en que funcionó el Congreso Geueral tinto del emplea~o hasta ,en_tonces~C:os Procuró sauear las fmanzas
Constituyente instalado en 1824, las necesidades fiscales, siempre en dd ~s~ deprecudo ~ l~u:a~evera c~ntención de los gastos p~lbli-
rovutciales sobre la base e _.~_ ·--'- . "VVl~itiva Incluso procuro no
p
amneuto, determinaron la sanción de la ley del25 de octubre de 1825, ' fi "ettte recauuaClUlt Ut 7 --" · .
que autorizaba a levantar tUl empréstito de 9 a 1 O millone-s de pesOs, cos y una mas e ICI _ d d logr•"' más rentas pcrfecCio-
to d ctos tratan o e ""'
hipotecaudo en g.u-antía todas las tierras públicas. Al mes siguiente se elevar
d los
l impues s u-e ' . , p ro la economía en los gastos no
· t 1 as de pe<eepcton. e · .
creó nn fo11do público de 15 millones que redituaría el 5% y se iría o os ~1s
alcatlZÓ a mvelar las entradas Y salidas del erario, y el gobierno se Cllcon-
nan Clt
negociando pau.lal:iu.atnente, conforme lo exigiesen las necesidades fis-
cales. & hipotecaban esta vez 110 sólo Lis tien:as ptÍblicas existentes, tró siempre eu apuros. . bro' que existían desde la
rent~s
' de los mismos ru
sit1o tambiéuJas que llegasen a obtenerse en el fi.tturo. Ut atío después Las pro::mau 1821 (§ 597), pudiendo seííalarse como nue-
se decretó la COllSOlidación de toda la deuda pública attterior al 1o de reforma Im~stti~a de saban sobre saladeros y corrales, que
febrero de 1829,"procedeute de suplementos o servicios a objetos na- vas las conU1.buc10nes que pde
b
·r, do p•ra consumo o exporta-
~ionales", debidatnente doculnentada. Tambiéu esta llueva ley ( 15 de
de gana o sacn ICa "' d
gravaban las ca eza . ma.s de dinero por venta e
ción. También se obtttviet:on a1gunas su
febrero de 1826) declaraba hipotecadas las tierras de la Nación y prohi-
Jida su venta sin especial permiso del Congreso(§ 585). tierras públicas(§ 58S). _ l- legislahlra no se abandonó,
::Stas medidas no tuvieron significado efectivo y no dieron solución a la La práctica de prescrttar presupuestos adeal ~'-· ¡)úblico (§ 470), se
¡ od E. tivo con la stuna l""""'"'-'-
errible sihtación ftnanciera, que se agravó con el bloqueo del puerto de Jero el B er , - JCCU te , a uú0n1.tar
. auu·'-·eute sobre los gastos pro-
~uenos Aires y los gastos de la guerra con Brasil.
<illH
limitaba, practtcan1.Cud_,' d quedaba en total libertad para au-
gramados, pero t;nten ICidr ooel ~e ··ón fm.uteiera se tornó verdadera-
mcrttarlos. Tan solo cuan o a s1 ~c1 . b
iOO. Las necesidades de 1a contienda contra el Bt·asil, la paralización de 1 . . . la l · latura d 1scutrr esos ru ros. _
l actividad del puerto a consecuencia del bloqueo (1825-1826) y 1a met te difícil tocó a egts . b" 1 durante el primer atto del
onsiguieute merma de los derecho~ aduaueros, mUdas a las disensiones
Los déficit fueron pennancrttes, Y s1, .1Cld _.LA-dor de$ 1.800.000,
. tó un superavit e <.t.U-cuc
tteruas y al desorden nacional, autorizau a BURGIN a decir que 1a pm- gobiemo de RO.'!AS se ano . . deficitarios Señala BURGI!'! que
i.ucia de Bue110s Aires, al asumir la gobernaciÓn el general VJAMONTE los atíos subsiguicrttes fi.¡emu sie~npre dad m-déficit de casi cinco
1833 1.. rerit hab1a acumt o t , d
.t1829, cantinaba a pasos acelerados hacia la battcarrota. de 1830 a · ta teso . . . d !834 se elevaba a mas e
l e a pnnClpios e ~ "'fu 1
asta indicar que el papel circulatite, sin respaldo metálico y de curso ntillm:CS de_pesos, e qu al el rubro uemásdiueroinsunuo ce
)rzo.ro, con el que se habían ateHdido todos los compromisos del Esta- diecisiete millones. En g;ner , 1839 ~ta 1852, entre el 50 y el70%
de guerra, que represellto, desde
:>, ascendía ett ese aií.o a alrededor de 15.300.000 pesos. Los papeles
~crédito emitidos por el Estado se colocabatt al2% de interés meu- de los egresos. . les RosAS recurrió en gran medida a
Para en¡·ugar esos crtortnes desmve , d 1 . be las¡·uzgado "crimen de
!al, y en el comercio, los papeles privados alcanzaban tut interés del . 1 ed-.. a¡:lCSar e ta r .
J6 mensual. La depreciación del peso papel era permanente, y el go- las ClnisiOncs de yape tnon .., fi ·al Sólo en dos oportumdades
erno se propuso detenerla atm a costa de grattdes sacrificios. Para ello lesa patria", ?b~Iga~o por e~ ah~~7~~ li-br-aron diecisiete millm;es de
eó, en octubre de 1829, la Caja de amortización de bületes de Banco, realizó empresutos mtCI·nos. ~1. .. •• do diez millones mas. En
' . 1844 salieron <u1 merca .
:stinada a retir.u· de citculación el pape] moneda; se destinaban a e.~os fondos•
pubhcos
_
1
, •
y en
del período rosiSta se abíatt Cittitido más
. h· . de ciento
tes fondos provetlietltes de diversos impuestos. A pesar de lo pronti· cambio, <u tennuto 'todo, RosAS ev taba os apu-
·'". d , papel con este me 1 1
río del plan, la Caja se limitó a retiJ:ar de circulación, hasta noviembre quince UllllOnes e peso . . tes que acarxeaba todo cm-
ros de tesorería y no tC11Ía los mcou~em_<:-;
: 1831, alrededor de dos millones de pesos, que el gobiemo, en lugar ·' ·111t S, atllOrtlZ<lUOn). · ·
quemar en acto público, cmtforme se había previsto, destinó a pag.u- préstito (colocaCiou, et-ese. _ d" ·t- dura logró capear las cnsts
Con las emisiones ntonetanas 1a ' IC a e •r· sobre todo a raíz de
us acreedores. De esta forma se hizo ilusoria la tarea de la Caja, que se . atrav _s ..ias, ·durante los confi·Ic-
rró defutitivamenre en enero de 1833. económico-finanCiera qu_e .le toco
d
. . , d l s acttv 1da es portuar ,
la parahzaclO~t e a _ §§ _ ), aunque, claro esta, a
tos con FranCia e Inglaterra ( 516 518

"'
JVL\.NVAL Dli HISTORIA DE LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS lAS FINANZAS

costa de una gran inflación y una pronunciada elevación de los ítolas. Esta acuíución no fue muy abtmdante, ya que Potosí cayó eu
precios en generaL poder de los realistas en 1815, dejando de pertenecer a las provincias
Una vez futalizados los bloqueos, RosAS pudo exigir twa econonúa rioplatenses. Utu actútación dispuesta en ese mismo aí10 en Córdoba
satisfactoria. Los ingresos fiscales volvieron a estar representados casi no alcanzó a tener éxito.
exclusivamente por los impuestos a! comercio exterior que significaban
el93,20% del total, y la reducción del gasto público no cejó, a punto tal 603. Desde entonces, el país comenzó a sentir la escasez de moneda
que las penurias de los empleados civiles y militares fueron per.muteu* metálica. El gobierno procuró remediar este problema creando tuta ceca
tes. La holgura fiscal que surgió de Ll combinación de esas dos fórmulas que reemplazara la de Potosí. En1818, el Congreso Nacimtal autorizó
se vio acrecentada por el empuje creciente de la econonúa, que provino la instalación de tm Banco de Rescates, Callana de Fundición y Casa de
de tul mayor equilibrio eutre exportaciones e importaciones. La uueva Moneda, y el Poder Ejecutivo resolvió al año siguiente que la Casa de
situación pennitió al dictador, dice HALPERIN DONGHI, reducir en dos Moneda fimáonase en Córdoba v los otros dos establecimientos en Ll
aúos el circulante en tut 10,19%, mediante el simple proceditniento de Rioja. La falta de metales para 'acuitar obligó al Estado a vender en
retener eu sus arcas ese margen eutre ingresos y gastos. pt'tblica subasta el derecho de acuítación.
"En su dorado otoño -dice el autor citado- el régimen rosista tiene, por En 1824) una compaíúa particular obtuvo del gobieruo de La Rioja el
fm, ocasión de beneficiarse plenamente de la consolidación de la econo- permiso para instalar tuta casa de moneda, que fiutcionó hasta 1855.
núa exportadora eulas tierras porteñas", debido en gran parte a la ade- También Buenos Aires, enl825, resolvió -sin éxito- crear mta casa de
cuación de la economía pastoril a! momento econ61nico mtutdial. moneda de la provincia.
Ll pérdida de Potosí(§ 591) y los fallidos intentos de reemplazar esa
602. La moneda. "La moneda metdiica" durante el período indepen· ceca, ya que las aaútaciones no dieron nunca el resultado esperado,
diente y pr-ácticamente hasta la sanción de la ley de 1881, fue la hereda- produjeron una ausencia tal de moneda en todo el país que se buscó
da de España. Hasta 1813 circuló la moneda española de oro o plata, remediarla con soluciones de emergencia. Buenos Aires mtdtiplicó sus
acuitada confonne a las disposiciones dictadas por CARLOS III en 1772. emisiones de papel moneda inconvertibles, que esruvieron precedidas
En ese año, la Corona devaluó las monedas existentes hasta entonces en por gran cantidad de pagarés del Estado y por vales de las casas de
todos sus donúnios y dispuso una nueva fabricación, tanto en Espaíta comercio, que se canjeaban como moneda. Enl821 dispuso la fabrica-
como en América, de monedas de oro y plata. Es decir que su sistema ción de monedas de cobre de valores pequeúos en el exterior del país
monetario era bimetilico, y su tmidad, el peso de plata (patacón, peso (Birminghru.n, Inglaterra). En 1827, RrvADAVIAordeuó tuta nueva acu·
fuerte, duro) y la onza de oro, existiendo entre ambos twa relación fija l-ución de mouedas de cobre. También el goben-udor GREGoruo DE LAS
establecida por ley Cada onza de oro equivalía a 16 pesos de plata. Esta H:f:RAS resolvió acuiíar en 1827, fabricándose monedas en el BatlCO
relación sufi·ió diversas modificaciones durante el período lúspánico. Nacional hasta 1831. En 1840 y 1844 se repitieron estas actútaciones.
Eu la época independiente, tuta de las primeras medidas del Triunvirato
fi.1e variar la equivalencia, fijando el valor de la onza de oro en 17 pesos 604. Las otras provincias recunieron para solucionar la escasez cada
fi.1ertes. Conviene aclarar que la moneda usual en las transacciones era la vez más alarmaute de moneda a la acuítaciónlocal de piezas maaiqui-
de plata, elpeso fUerte, que se dividía eu8 reales, los que se acuñaban "de uas o cortadas, de tosca fabricación, e incluso a la implantación de la
a dos", y constinúan la peseta, y "de a cuatro", fonnando el medio peso o moneda de cobre o los billetes porteítos, como en el caso de San Juan
tostdn. Las monedas de oro más corrientes erau la onza y el escudo, que introdujo mil quinientos pesos de moneda de cobre, y el de Entre
representando éste 1/8 de onza. Existían también otms monedas meno- Ríos, en donde circularon los billetes del Banco de Buenos Aires. En
res de cobre y plata. algtutos casos, como Salta y otras provincias norteñas, se realizaron
La Asamblea de 1813 dispuso la acuñación de nuevas monedas en la falsificaciones, que, aunque fueron perseguidas por el gobierno, vinie-
ceca de Potosí, suprimiendo los signos de la Corona y reemplazándolos ron a auxiliar el estado desastroso de Ll economía provinciru.ta. Es cono-
por el escudo de la Asamblea y la leyenda: Provincias Unidas del Río de la cido el caso del goberuador GL'EM:ES y los problemas que le trajo la
P_lata en d anverso y tUl sol en el reverso, con la inscripción: En unión y falsificación realizada en su provincia. Fue la llamada "moneda de GDE-
ltbertad. Los valores seguirían siendo los 1nismos de las monedas espa- JoJ.ES", que sirvió para pagar a los aguerridos gaochos salteÍlos.

450 451
11ANUAL DE HlSTORlA DE LAS INSTJTl'CIONES AaGENT!NAS LAs FINANZAS

>os.. Flpapel moneda fue la solución con que los gobien1os procuraron 607. La posición económico-financiera de la provincia de Bue~1os
·u.bnr t.ransitoriru_nente los déficit de sus presupuestos. Los estableci- Aires durante el gobierno de MARTÍN RoDRÍGUEZ apru_·ecía pronuso-
mentos bancarios autorizados a emitirlo lo hicieron en cantidades enor- ria. Se habían depurado las finanzas estat.lles, se mantenía u~ ~to
nes. Las emisiones de billetes :fi.terou en constru_lte aumento y asl en el ingreso -aduanero y se procuraba consolidar la enorme deuda publica
•etlodo 1822-1854, aproximadamente ell% corresponde al~ años (§ 597). En esa misma época se inauguraba c<:>n gra11 é~to la Bols.a
822-1826, el6%, a los diez ailos siguientes y el resto, es decir, el93%, Mercantil (1° de febrero de 1822). En tales cm:unstanCias, los nu-
ntre 1836 y 1854. nistros RrvADAVIA y ÜARCÍA proyectaron la creación de un Ban~o
e tratab-a ~e billetes inconvertibles y de curso fot7..oso, c11yos valores provincial para, de esa manera, solucionar la escasez de nu~erano.
ran garanozados por el Estado. Autorizados por decreto del15 de enero de 1822, emprend~eron la
imbién en algtmas provincias del litoral se hicieron emisiones de bille- tarea, y luego de varias remüones con los principales comerCiantes y
:s garantizadOs con las tierras públicas provinciales. capitalistas de la plaza, se resolvió la creación del Ba.nc:' .de Buen~s
a emisión de papel moneda inconvertible tuvo por resultado inmedi<~­ Aires, con un capital de un millón de pesos fuertes, dtVld~do en ac-
~ la acelerada depredación de los billetes con respecto al peso fuerte ciolles de mil pesos cada una que podía aumentarse prevta aproba-
:et<Uico. ción legislativa. Su principal objeto era el ,descuent~ de le~:as Y_.P~­
garés a tm plazo no mayor de noventa dws; aden:as podta reCibir
)~..~os ba?cc:s. En 1818, el director PUEYRREDóN, aCOtlSejado por la sumas en depósito y a rédito, emitir billetes convernbles al portador
f'fttswn eamomtca (§ 594) y por su ministro de hacienda, elevó al Con- y a la vista. La ley que autorizó el funcionam~en~o del Bo1nco con
eso el proyecto de creación de un establec.imiento financiero destina- especiales privilegios fue promulgada el ~5.de JlllllO de 182~ ..
) a reunir fondos para el Estado. Se trataba de la Caja Nacional de Se le concedió el privilegio de que no eXIStiese otro establ~ru~nto
ntWs de Sud América, con la que se pensaba fonnar el q·édito público similar dentro de la provincia por 20 años; las propiedad:S u:vertldas
mmenta.r los fondos fiscales. La Caja era un establecinllento perma* en acciones quedaban libres de gravámenes fiscales; los acclotUStilS per-
nte destinado a recibir los depósitos particulares que los habitantes segtlldo.s judicialmente podían ser obligados ~vender~ ac~iOl~ en la
las Provi.nci<l.S UnidM quisiesen depositar en ella hasta la suma de plaza; la falsificación de los sellos del Banco unportan~ falsi:ficactón de
~.millones de pe~os. Dichos valores, depositados, eran canjeados por moneda; el Banco tetúa acción hipotecaria sobre los btenes ?e sns deu·
orificados etldosables y ve1ldibles que producían interés. La tasa de dores; estaba exento del uso de papel sellado en sus transacnones, y los
:e variaba confurme a la calidad de los depósitos. Los réditos se paga- depósitos judiciales se harían en el Ba11CO.
n cada tres mese"Jl, y el Estado garantizaba con sus bienes y rentas los
pósitos. Los fondos no podían retirarse sin acuerdo del Estado y del 608. FlBanco de BuewsAires fue una entidad privada (la mayo~·a .de ~us
positante. Todos los depósitos pasaban a fonnar parte de las rentas capitales eran británicos), pero estuvo dotado de taJ.l,:unplios P~IVileg1os
.1erales del Estado1 con la sola obligación del pago de intereses ya que en la práctica se constituyó en un Ban?o de Estad.~, muendo su
ialado. suerte a la de la Provincia. Debido a sus :fi.mCiones, tamb1en se lo deno-
establecimiento :fi.1e tUl fracaso, pues al cabo de U'es años sólo había minó de Descuentos, y abrió sus puertas el6 de setiembre de 1~22. Su
ibido siete mil pesos etl plata. Una ley porteÍla ordenó su liquidación primer balance arrojó una utilidad líqtúda del 12~, ~o q.t~ ammó l~s
1821: Es que ......::omo señala DE VEDIA- se trataba de una caja de inversiones y autorizó al gobierno a sostener que "la ulStlttiCIOn del Banco
t~os Jtn fondos. E~1 esos momentos difíciles pru_·a las fuunzas públicas que viene e11 apoyo del comercio progresa más allá de toda esperar~·a Y
•nvadas, los part:tcula.res encontraban peligroso dejar depositado en ofrece utilidades muy superiores a su edad". Pero luego de este p~·m~er
nos del Estado su dinero, por un tiempo incierto y con dudOsas año disminuyeron sus utilidades, sin por ello ~esalenta..r :,los acCioms-
libilida~es de reintegro, dada la angustiosa situación por que atrave- ta..<>. Durru_1te los primeros aílOS el Banco cumplió una fi.mc10n de fomen-
•a .el pa1s. A pesar de su fracaso y de no tratarse de tUl banco, debe to verdaderanrente meritoria, pero su economía se resintió ante la escasa
lStdet·ru_·se esta caja como el primer intento serio de lograr la revitali- reserva metálica con que contaba. El escaso metá~ico alannaba a los
ión de las fmanzas pilblicas por medio de lo que, se petlSÓ, podía directores de Banco, que trataron de atmlentarlo mcorporando ;r1 el
;ar a ser un banco del Estado. establecimiento parte del empréstito de la Bru_ing Brothers Co. (§ ;,98) ·

452
M.ANtlAL DE ll!$TOR!A DI! LAS lNSTITUClONBS ARGENTINAS LAs FINANZAS

El crecinúeuto de los negocios y el auge de las especulaciones produje- El resto estaba representado por documentos de crédito. El primer pro-
rou mm gran demauda de créditos bancarios. Por otro lado, el destúvel blema que debió afrontar el establecimiento fue la conversión de bille-
cutre importaciones y exportaciones arrojaba ru1saldo desfavorable, que tes, ya que su reserva metálica era prácticamente uiugtwa. El gobierno
se pagaba eu oro y que hada desaparecer el metal de la plaza. La guerra acudió en su auxilio dispmúendo, por ley del S de mayo de 1826, que
con el Brasil y las demandas cada vez más constautes de auxilios por sólo se pagaran los billetes en lingotes de oro pot: valor de mil pesos y de
parte del gobiewo, unidas a la paralización del puerto a raíz del blo- plata, por valor de qullúentos, declarando que los billetes del Banco
queo, produjeron en el Banco una situacióu insostetúble. Sus billetes, Nacioual se reputarían dinero conieute en todo el territorio argeutiuo
euútidos en gran tn'm1ero, eran couvertidos eu metálico, y prottto el por su valor escrito. Un decreto del día lO del núsmo mes y aíto dispuso
establecinúeuto se encontró eu situación desesperada. Se pidió entonces que toda obligación de pago se cancelase en moneda coniente, más allá
al gobieruo la inconversiOn, que se decretó el9 de enero de 1826. Estos de lo que hubiera sido acordado por las partes, y el 24 otro decreto
hechos, múdos a los proyectos de constitución de otro Banco sobre la obligó a pagar eu billetes del Banco las obligaciones c011traídas por el go-
base del de Buenos Aires, terminaron con el establecinúeuto portcÍlo, biemo y a recibir en esa moneda los ingresos en el tesoro. Era, eu verdad, el
que cerró sus puertas, incorporáudose eu el Banro Nacional (§ 609). establecimiento del curso jimx;so de los billetes del Banco Nacional, que desde
entonces fueroula t'uúca moneda que ciro.tló en Buenos Aires.
609. Luego de algtnJOs iuteutos anteriores, euenero de 1826, el minis- Las emisiones de papel moneda, limitadas en uu conúenzo a la canúd.ad de
tro C't.ARCiA propuso al O)llgreso Geueral Constituyente la formación créditos que poseía, prouto fiterou desbordada¡, por las necesidades de
de uu banco uacional, a fin de remediar la situación angustiosa por que la guerra y la paralizacióu de los ll1gresos. Las emísiottes ascendieron en
atravesaba el de Bneuos Aires (§ 608) y a la vez revitalizar las finanzas forma alarmante.
del país, que veía constunir sus recursos en la guerra coutra Brasil. Lue-
go de tm auimado debate parlamentario, se sancionó la ley de creacióu 611. Los créditos se otorgaron con gran liberalidad, representados en
del Banco de las Provincias Unidas del Rio de la Plata (conocido como general por descueutos de letras o pagarés. Sólo durante 1826 se des-
Banco Nacional), que fue promulgada el28 de enero de 1826. El capital coutaron más de $ 28.000.000. El gobiemo, alarmado por esa prodiga-
estaría integrado por diez millones de pesos, provenientes: del emprés- lidad, obligó al Banco en ese mismo aúo a no otorgar más de $ 80.000
tito Bariug Brothers Co. ($ 3.000.000), del capital del Bauco de por persoua y a reducir los préstamos mayores hasta alcanzar esa suma.
Buenos Aires que quedaba iucorporado en el nuevo establecimiento Más tarde le seflaló que debía linútar sus descuentos tan sólo a los que
( $ 1.000.000) y de u11a suscripción que se levantaría eu todo el territo- fuerau accionistas del Bauco.
rio de la República($ 6.000.000). Si bien el establecimieuto habría de El crédito abierto al gobieruo, por dos millones de pesos, fite rápida-
constituirse, en la práctica, en un Banco del Estado, se preveía su admi- mente agotado y superado en sumas verdaderameute enormes. Las ur-
llÍstracióu independiente, confiada a los propios accionistas. Estaba gencias de la gtterra contra Brasil y rula situacióu econótnica compro-
autorizado para abrir sucursales donde lo juzgara convctúente (tuvo metida obligarou al Ejecutivo a exigir constantemente la ayuda del Ban-
tres, en Salta, Tucttn1án y San Juan., de vida efnnera), recibir sumas en co, debiendo incluso abrirle uu crédito de S 300.000 eu Londres para
depósito, girar letras dentro y fuera del país, tomar diuero a interés, uso del gobiemo y amortizar, a uombre del Estado, los servicios del
acuúar rnoned.a de oro y plata, enútir billetes convertibles al portador y en1préstito Baring Brothers Co. 'Thmbiéu ckbió ateuckr los vencimien-
a la vista. Sólo podía hacer CJ.npréstitos al gobierno de la Nación, y ello tus de letras y pagarés del gubieruo. Eu 1827, el Estado libró tUl em-
previo acuerdo de la asrunblea general de acciotústas. Debía sujetar sus préstito vohmtario de tres millones de pesos, y el Banco accedió a ade-
operaciones a la inspección del Mllústerio de Hacieuda, y gozaba de lantarle $ 500.000 sobre el mismo, a pesar del poco éxito que se le
parecidos privilegios que los que se habían otorgado al de Buenos Ai- vaticimba.
res, pero estaba obligado a abrir tUl crédito al Estado de dos millones de
pesos, "como uua rutticipación sobre el producto de sus rentas". 612. Desaparecidas uuevamente las autoridades naciouales enl827, el
gobernador DORREGO trató de ú1eorporar el Banco en la provincia de
610. Cu.mdo el Banco Nacional abrió sus pttertas el l l de febrero de Bueuos Aires, pero el proyecto quedó paralizado ante la fmne oposición
1826, la \mica suma que había recibido en efectivo metálico era$ 19.829. de los acciotústas. Auuque el Banco fite privado de la faCitltad de enútir
M.\NW.L DE HISTORIA DE LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS

billetes, la provincia autorizó nuevas emisiones, ala par que exigía une-
vos préstamos. De esta manera, casi la totalidad de Jos créditos fi1e ab-
sorbida por el Estado, desapareciendo, adenús, el eucaje metálico. Capítulo XXII
613. Al expirar el plazo de diez años previsto por la ley de creación del
Banco, RoSAS dispuso su disolución por decreto dd 30 de mayo de
1836. Sostetúa que el Bauco no existía ya; que stts billetes estab-au ga-
rantizados por el propio gobiemo, el que, por otra parte, retenía casi . , Los espaÍloles penlllStllares.
Las reformas sociales de la Revolucro~- La familia. La abolicióu
tres quintas partes de su capital; que había sido un engendro del partido , _ "tud Los indíO't"nas. Los extrallJeros.
tulitario, que lo utilizó pam imponer tul pesado yugo sobre toda l<l La esci.aVI · e---
República, sirviéndose del mismo para difimdir el desorden, la disipa- de títtllos.
ción y b corrupción, llegando a autsarlo de fmaudar el asesinato de
DoRREGO. De tal manera, mUdo el Banco a los destiuos del partido
., (1)

execr<ldo, erauecesario terminar cou él, puesto que se Jo consideraba


Las reformas sociales de la Revo1UCIOD
reducto de la oposicióu más encanada contra el nuevo sistema. odifi ' el orden social imperatlte. Si
61 6 . La Revoluciónd de ·g1
Mayo m tco , pe "-~o Ulla transforma-
J{VIII se vema o r.,_,_ru
614. La situación económica del país durante la vida del BaJJCO Nacio- bien ya desde.fu1es el~~ ~de las ideas sociales y económicas en boga
nal impidió que el establecimiento .UcatlZata los pretenciosos fmes para dónde la soctedad en vtrtt . . d 1810 aceleró ese proceso, al
que hab-ía sido creado. Siu industrias, con una incipiente agriculmra y §§ 222-22 8 y 2 39) , el movuruento c. tos
e _ .
na·sdilatadosenelttempoetl
( ,.;.,btivo con e1ec t
con las fmatlZas devastadas, el país desbarató los planes de sus ñmdado- menos en el ord en 1e~ , .
res. Fue el Estado el principal gestor de la mina del Banco Nacional, ya tulto a la ejecución de los c~nbJOS. '1 mu irresistible tendencia
P ·• p,-odu¡o no so o por · ·' d
que lo sujetó a sus necesidades, considerándolo tl1la depeudeucia del La rransfor.ma.cton se , ú· · Ulllente a la desapannon e
___ p_o (§ 410) que llevo pat atu . .,
gobiemo, y obtuvo de él la solución a los enormes problemas económi- hacia la igmuUUI4- ' b. • ¡. distinta constde.ranotl qt~e
cos eu qne se debatía, am1 a costa de hacer peJigrar su propia existen- sino tam ten por a .' ·ó
los antiguos estamentos, .al Est- rransfonnanon se opcr
. ~•pos soc1 es. a ,
cia. Eu definitiva, el BatlCO etm1plió sólo con una misióu importan- merecieron los d tve.rsos o:-- s aÍlOS revolucionarios, y eucontro su
te, pues gracias al mismo pudo manteuerse el decoro uacioual y sal- declarativa en los tres pnmel"?. de la Asatnblea de 1813. Conlo
var las diftcultades que provocaba la guerra exterior. Si pensamos máxllno exponente en las dectstones d'•posiciones destiu.tdas a
bl . dictó numerosas "" . ¡·
que nuuca alcanzó a integrar su capital legal, pues el mismo apeuas vamos a ver, esta >l.~am e~ . , .al, introduciendo las bases 1gua ~­
llegó a $ 5.180.000, advertirnos lo empeí1oso de su acción. desn:uir la antigua Jer-.uqurzano~l socl os consriruciooales. Coum-
rarias que recoged~ ~os po~tenor: ~:::~ ' lea de los ejércitos ~m~n­
615. La Casa de .Moneda fue la deuomitucióu del nuevo establecinlleu- buyó a ello la forma. non soctalmen ~almente en las provmctas
to creado a raíz de la disolución del Battco Nacional. El decreto del30 cipadores (§§ 673-680). No obstautt; y espect -
de mayo de 1836 dispuso que la adtnin.istración del papel moueóa y de . .. /a e~cl:n>itud en /tu Pro>'ináa~ ~nidas
la Casa de Moueda (§§ 603, 609), estaría ejercida por tmajunta a cargo C STEI.l..hl'O SA:Em CAVIA,Lil aholmon d~ V G NZÁU:Z Filiación histiJr/CII ... ,

de uu presidente rentado y seis vocales houorarios. Esta nueva itlStitu- ~!J!~~:E~ ~iauto:~0-186~i~É~~~~·:r~
op cit. en nota (1) cap. '
~·. ~~~n:;,,ol~i~n::;~~¿"f:~7~,::;:~
¡ · M MARlLUZ URQU!JO, . ~ce< . cir en
cióu tenía amplias facultades; podía recibir depósitos en dinem, efectuar ·O 1869
181 a
Buenos Aires 1969; OSE •
' _ lo social T.c.LH.A., t. IV; Ro~ND 0
MEr.!.ME La esc/a,.,tud ... , op.
o'tiales en la AJamb/ta del afio
·
descuentos de letras y pagarés al tlllO por cieuto metlSUal, recibir depó- sobra lo ,conómJco YVIII· R;c.&RDO Zou.AQUÍN BECU, Prob!mtitS r upos sociai!JS m lit ReMiuúón
sitos judiciales, ere. Es decir que tetúa las características geuer.Ues de tlll now {5) del cap. ixx:rv 1964 . R. ZoRll!LQUÍ" BEcu, Los !P
XIII, B.A.N.H., voL , · ' ~
unevo Bat1co del Estado. La Casa de Moneda cumplió eficazmente las d•Mayo, T.C.LH.A., r.IIL . mBumosAirt< 1810·1853tn R.H.D., ~
fi.mcioues, descontando gran cantidad de letras. Sus emisiones de papel , , u DE y wz! FnRUKA,LII ~~Sdii-Nrnd , del ~ap XIV JosÉ LuiS MoRENO,
(la) Mlll<.CEWI n-oPE • and:RBaction_ •. , op. cit. ennom- · '
17, 1989; BmHN~L.L,lttform
noneda fueron cotlStautes (§ 605 ), akatlZ<mdo el cirndatlte enlltido, al
:érmll1o del gobiemo de ROSAS, a más de cien millones de pesos.
1
Histurffl-delajirmtliame ="
_,", de 111 Plafl!l, Btlenos Aires, 2004·

456
l'dANl'AL DE liiSTOlUA DE LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS LA5 RIIFORMAS SOCIALES Dl.l U REvOLUCIÓN

del interior, persistió durante mucho tiempo más mu concepción jerár- febrero de 1813la Asamblea dispuso remover de los empleos eclesiásti-
quica y tradicional de la sociedad. Del mismo modo, el proceso de cos, civiles y militares a los europeos que no obtuviesen la ciudada.túa.
cambio fite mucho más lento en las campañas Quedaron también suprimidos los sueldos o pensiones existentes a su
También los grupos sociales superiores (§ 239) fueron notoriamente favor. y el27 de julio la misma Asamblea dispuso que l<l.S vacautes de
alterados por el cambio revolucionario. Segün ZoRRAQtJÍN" BEcú, triun* aquellos empleos se proveyeran en "personas beneméritas por su mayor
farotl entonces los militares criollos y los intelectuales ilustrados, que aptitud e idoneidad para servirlos, especiahnen:e por su acreditado va-
arrastraron tras sí a la mayoría del clero, a miembros de las clases eleva- lor, celo patriótico, energía, fmneza y constancta a favor de la causa de
das y a americanos de extracción popular. la libertad de las Provincias Unidas del Río de la Plata".
En cuanto a la población general del territorio, seg{m.MAEDER se pro*
dujo tul amnento gradual y sostenido desde 1778 hasta 1825, pero ese 618. También se adoptaron otras medidas que, directa o indirectamen-
incremento se aceleró at'm más en el período 1825-1857, debido al me- te, afectaron el patrimonio de los espaf1oles europeos. Así, el31 de julio
joramiento de las condiciones de vida y al comienzo del movimiento de 1810 se dispuso que a todo individuo que se ausentara de la dudad
itmllgratorio (§ 625). El atUnento fue muy superior en la región del sin licencia del gobierno le serían confiscados sus bienes; y por el decre*
litoral, en donde el ritmo de crecimiento demográfico se aceleró a par- to del13 de enero de 1812, el gobierno procedió a ittcautarse del dine-
tir de la década de 1850 para llegar a fines de la centuria con tUl claro ro perteneciente a individuos radicados en Espaúa u otro territorio do-
predominio munérico sobre el resto del p-aís. minado por los re..Uistas y que se encontrara aún en poder de personas
residentes en el país. Si bien ambas medidas no estaban exclustvamente
617- Los españoles peninsulares. Por considerados adictos al sistema dirigidas contra los españoles europeos residentes, en la práctica afecta-
vencido, los gobiernos patrios adoptaron medidas que afectaron seria- ron principalmente sus patrimonios.
mente a los espaúoles penitlSttlru"eS, tanto en sus personas como en sus Asimismo, cl18 de abril de 1819 el Congreso Constituyen~~ dispuso
bienes. Esta medidas fi.1eron, naturalmente, dirigidas contra los funcio- que se percibiese el cittcuenta por ciento "de todas las herenctas y lega-
narios peninsulares (virrey; oidores, etc.) (§ 377), pero en virtud de que dos que dejasen los españoles europeos a favor de sus herederos trans-
éstos se hallaban desarraigados social y patrimoniahneute del medio en versales 0 extraños que no :>ean runericanos", i.nhabilitándose también a
que actuaban(§ 72), posiblemente no fi.reronlos más perjudicados. los espaítoles europeos para desempeíJ.a.rse com~ albaceas, tu~ores, cu-
El26 de mayo de 1810 la junta gubernativa amenazó castigar severamente radores admitústradores de bienes de testamentarias y cualesqtuera otros
a aquellos que estimtdase.t1 «ia división entre Espaímles Europeos y Espa* ejecuto~es de últimas voluntades, salvo los padres y demás ascendientes
úoles AmelicatlOS, tan contratia a la gran utilidad de los p-articulares y bien por línea recta.
general del Estado". Pero el3 de diciembre de 1810 la misma junta dispuso
que "ningún nibunal, corporación o jefe civil, militu· o eclesiástico confe- 619. Segt'm afirma ZoRRAQUiN BEcú, ya en 1811 el problema que
rirá Clnpleo público a persona que no haya nacido en estas provitl.Cias". Se planteaba la situación de los espaúoles petlinsulares fue tema de re-
ext.epuu.ba a "todos los empleados europeos actual.rnellte existentes". Poco uniones públicas y de debates periodísticos. ~ientras algm~os se la-
después, el26 de diciembre de 1810, se publicó una importante rectifica- mentaban de habérseles tratado con üldulgettcta y benevolencta, otros,
ción a la anterior disposición, extendiendo los be11Cficios de la excepción a en cambio, se empeñaban en denunciar el sistema de persecución y
"los espaúoles europeos que no delinquieren contra el gobienm". Decía la venganza que se había utilizado para desplazarlos social, política y
jtutta que reconocía a los espa.ítoles europeos por hennanos, estando "muy aun económicatnente.
distante de pretender la menor diferencia entre ellos y sus hijos los america-
nos", agregando que aquéllos "serán colocados en los empleos públicos a la 620. Elll de abril de 1817 el director supremo PUEYl\REDÓN, luego de
par de sus hennatlOS los atnericanos y gozaránmlOS mismos privilegios y seílalar qtre los españoles europeos "contit1Üan obstinadatnente en el
prerrogativas". sistema de erupefiar todos sus conatos por detener los progresos de la
Pese a estas enfáticas declaraciones, la posición fue cada vez rnás incó- libertad y de la dicha de la Patria", influyendo de esta ~na11e7a en las
moda para los peninsulares, dictátl.dose contra ellos algunas medidas relaciones fat11iliru-es, dispuso que no se celebraratl m.atrunmuos Cl~tre
destinadas a preservar la seguridad del gobiemo revolucionario. El3 de jóvenes americanos y españoles europeos sin la autorización del gobter-

458 459
LAs REPORMAS SOCJALllS DE LA R.Ev~

trabaj~! en:.~edci;~c~~~~~~1~~~~ ~~ ~~;:


MANUAL DE HISTORIA DE LAS INSTITUCIONES ÁRGENTINAS

lactancia, educación,
no nacionaL Esta limitación fue derogada en la provincia de Bueuos 1 miSlllo los varoues JiaSta lit
con e ' bar d b 'ru permanecer en la casa
Aires el 3 de agosto de 1821, cou el propósito de remover los obstáCl¡- hasta los dieciséis, si antes no se c>l.Sa · 1, ~ 1 1 _ _
los para "el aumeuto de la poblacióu"'. . . nd <YT'atis hasta los q_¡UHce y catorce anos, respec
de sus patronos, srrvte o o-· . .' bl ·d·
. zaudo luego de mta retrtbuoon esta ect a. .
621. La esclavitud. Ya durante los siglos XVI y X\111 los teólogos y nv.m~ente, y go ' a W extremo que el gobiemo de Bu~n~ Aires
predicadores habían atacado la esclavitud, y su trata i.uchtsive había El afrut de lucro llego . b d 1821 tul decreto prohibtendo la
debió dictar, ellO de noVIem ~ .e extr~l¡ero de las criad>l.S esclavas
merecido conde.tw del papado. También durante el primer dece.tllo de a1· da d la provincia p-.u·a terrttono .
la centuria eu el Río de la Plata se insinuaba un clima favorable a la s· 1 e lib hubieran alcrulZ<ldo la emanCipa·
embarazadas, de los er~ que no bos sexos sin que se pre-
ción y de los pequeílOs crtaddosb esc.lavos ~~- ~dida obedecía a que "el
abolición de la trata, en consouaucia con las corrientes igualitarias eu
boga. Pero lo cierto es que el paso decisivo fi.te dado por Gran Bretaíu, v·ameute la fe e auttsn1o. .L<~.
la misma potencia esclavista de otrora. Los iugleses aparecíau ahora sen~ra pre 1 reudido alt.une.tlCC en saber qlle la codicia a{m con-
como los más interesados eu abolirla, ~premiados por la nueva política f.
~~tertlO : : l o empeño de hacer esclavos a los que por las leyes
colonial que habían emprendido en Africa, la que exigía cour.tt cou ~~ttaa~1;e~l ser libres ... llegando la audacia hasta el e~mo de ~at'lS.·
población autóctoua, evitando su dispersió11 eu otros conti.ue.t1tes atta· p ' 1 criadas embru·azadas pura esclaviZar en os a
vés del comercio negrero. De alú que durante las primeras décadas del portar a otros pa1ses as b.. hi¡os· ya u acidos para darles tm destino
1
los hijos por Itacer y t~ 1en ,os
siglo XIX la ~uye11te política brit.úllca en Europa y América buscase tatl degradaute como lllJUSto ·
obteuer la supresión de la trata de Itegros y el severo astigo para quie·
nes la practicasen, eu contravencióu a las mrevas disposicioues enter· 23 El liberto con todo, tardó e.tl .UcrulZat la igttaldad jurídic~ ydpod lí-
6 . ' l demás clases de la soc1e a , V
gerites de tratados .internacionales y de leyes locales. Veamos cómo se
produjo, e.tltre uosotros, ese proceso abolicionista. !~as:::~:ós:i:~a~~~~~~~~~d~ de descende.ttcia de los negr~
Por decreto del9 de abril de 1812 se prohibió "la introducción de eXpe-
africatlOS (§ 523). . , . status jurídico (§§ 266-
diciones de esclavatura" y por decisión de la asamblea del4 de febrero El esclavo, a su vez, contllluo en e1 nusmo
de 1813 se ordenó qtte "todos los esclavos de países extranjeros que de 2867) hasta 1853 (§ 729).
cualquier modo se introd1tzcat1 desde este día eu adelante queden libres,
por sólo el hecho de pisar el cerrítorio de l>l.S Provincias Utúdas"; pero : __¡:.......,.,., (l). Los efectos revolncionarios se hicieron notar tam-
poco después (21 de enero de 1814) se aclaró que noestabat1 compren- 624. Los ...~...,·-¡ . dí Ello de setiembre de 18llla hurta
b.' n respecto a os m genas. . __.~~
didos eu la ley los esdavos que .u-ribaseu huyeudo de otro país o llega- ten co . "- _L...Á 1 . ·oo dd tributo que pagabatllos UlUlOS a 1a
G !befll<lÍlVa ~v a extmct del ·
sen al servicio de viajeros extranjeros. Para este último caso se adopta- l u de Es aíu. (§ 149). CabeseíWar qtte ya,el ~3 de rn:uzo nusmo
rou tiempo después (3 de setiembre de 1824) algtmos recaudos a fmde Corrn P · llares habÍatl adoptado tde.tltlca medida.
aí10 las Cortes pellll~ . ,
112 de marzo de 1813, aquel
evitar que la ley fi1era burlada, disponiéudose que el esclavo uo podía La asamblea constituyente rat~ficol, e ·end.ts el yanaconazgo

=
ser vendido ni enaje.tMdo a ningmu persona del país. Siu embargo, esta d ás derogó la 1mta as encorm ,
d ecreto y a em . . ' tal d los indios debiendo tenerse
prohibición fue derogada ell3 de octubre de 1831, aunque dos afros (§§247y249)ytodosemC10persm. e . w'd ddederechosa
después se hizo preciso adoptar uuevas medidas para evitar el restable- , "hombres perfectamente libres y e.tllgt a , .d
~~~~l~emás 1;
Edel~spau ~~~~ 1 ;
1
cimiento del infamante comercio. 1
ciudadat os". !amb.ié.n en dse
á! . y . sÍ por diSpúSlCIOllCS e .
de manera an oga, a , fuero . .das esas atltigtus regtilacto-
622. Si estas medidas significaroula conde.thl y prohibicióu de la trata, del9 de JlOviernbrede 1812, nsupruru
en cambio, la abolición de la esclavitud fi¡e tUl proceso qtte se desenvol· nes de trabajo.
vió más lentamente. El2 de febrero de 1813la asamblea decretó que
¡,~nda r disolución de la comunidad de bime> indigem;> en
todos los nacidos de madre esclava a partir del31 de e.tlttO de ese afro (2) CARl.OS J. D~ REMENmtlA, Suptn' "30. 1995; GASTbN GABJ!.lll DouCET,l.aabo/JCII!I1de/
fueseu considerados libres. A cOilSCcttencia de ello se dictó tUl regla- JaArgenti~tadeiSI!JinXlXcnR.H.D.R.L,n ' Inda!} 1. e>entanwtfuntemamalcunor;¡doen
mento para Ws libertos (6 de marzo de 1813), e.u el que se dabat1 normas rribu!o indÍ!Jtn«- en 1M proPindM dd RiD d~~~:,; nn. ; : :: nora 3 del ""P· VIII.
R.H.D.,n" 21, 1993·, Ll;vAGGl,fuzen r~n '~.-
tendientes a evitar los fraudes eu los nacimientos, y a contemplar la
461
:MANUAL DE HISTORIA DB LAS lNSTITtTClONBS ARGENTINAS L!!.S IUlFORMAS SOCIALES DE LA REVOLUCIÓN

La ConstitucUJn de 1819 ratificó estas ideas al dispouer que "siendo los La nueva política económica(§§ 541-542) y la inflttencia de los iHtere-
iudios iguales eu digttidad y derechos a los demás ciudadanos, gozarán ses británicos otorgaron a éstos tma posición privilegiada con respecto
de las mis.IU;iL<; preemiueucias y serán regidos p:>r las mismas leyes". a los demás extranjeros, a raíz del tratado celebrado con Gran Bretai'ía
Pero reconociendo su difereucia real, agregaba que el poder legislativo en 1825 (§ 504).
"promoverá eftcazmente el bien de los naturales por medio de leyes que
mejoreu su condición hasta ponerlos al nivel de las demás clases del 626. La familia. El matrimonio continuó siendo regido por el derecho
Estado". canónico, manteniéndose los principios y prácticas ya analizados opor-
Es muy imp:>rtante) p:>r su trascendeucia, la proclamada igualdad de nmamente (§ 270). Era, como eu la época anterior, el sustento de la
derechos con los demás ciudadanos, pues atmque la libertad del indíge- vida familiar. Aunque el jefe de la casa mantetúa mu amplia y fiterte
na había sido proclamada tres siglos antes por la Corona (§ 243), en autoridad(§ 272), estas características se debilitaron ante el auge de las
cambio, de acuerdo coulos estameutos sociales existentes, no cabía por ·corrientes individualistas e igualitarias y de las que atacaban la subsis-
entonces hablar propiameme de una igualdad. tencia de los fuujes familiares.
Una de las principales modiftcacioues introducidas en este régllnCll fue
625. Los extranjeros. La Revolución significó tambiéu m1 cambio de motivada por la constintción eu el país de colectividades extr?fljeras de
actitud hacia los extranjeros. Mientras durante la é¡xx:a anterior el recelo y otras creeucias, al amparo de las uuevas disposicioues. Ello originó se-
la desconfianza con que se los mirab-a habían originado tuta legislación rios problemas, pues 111iC11tras no pudieran practicar libremente su cul-
restrictiva, aunqtte siu impedir su llegada y permanencia en las Indias to -los británicos lo obtuvierou a partir de 1825 (§ 504)- uo les era
( § 277), eu cambio, se inició a partir del movimiento de Mayo tulJ. revisión posible celebrar el matrimonio.
de tal política. En la circular de la Junta del 3 de diciembre de 1810, al El problema fite grave, asimismo, cuando uno de esos extranjeros de
tiempo que se desplauba a los espaí10les europeos (§ 617), se expresaba distiuta creencia deseaba contraer matrimonio con 1.ma persona católi-
que "los ingleses, p:>rtugueses y demás extranjeros que uo estén en guerra ca, pues el derecho castellano no se lo pC1'1nitÍa. A partir de la ley bonae-
con nosotros, pcx:lráu trasladarse a este p.ús francameute: goz..arát1 todos los rCJ.lSe del26 de marzo de 1833, estos matrinwnWsmixtos pudieron cele-
derechos de ciudadanos y serán protegidos por el gobien10 los que se dedi- brarse coula previa dispellSa del impeditnCJ.ltO por parte de las autori-
quru a las artes y a la ntlnrra de los campos". La invitación era, pues, dades civiles y eclesiásticas.
general, y la generosidad en la concesión de derechos no pOO:ía ser mayor.
Era m1 claro sú1toma de los nuevos tiempos. 627. La abolición de títulos. El 21 de mayo de 1813 la Asan1blea
El decreto del4 de setiembre de 1812 seÍlalÓ ya las bases para atraer la dispuso la extinción eu el territorio de las Provincias Unidas de todos
i.nntigración, asegurando la adecuada protección "a los individuos de los úutlos de condes, marqueses y bn:rones; y el 26 de ocntbre de 1813
todas las nacioues" que deseasen residir en el Estado, "'asegurándoles el ordenó que no debían desde entonces "existir Cll las fachadas de las
pleno goce de los derechos del hombre en sociedad" y otorgándoles casas y demás parajes públicos, armas, jeroglíficos ni distinciones de
facilidades para dedicarse a las actividades ntrales y mineras. 110bleza, que digan relación a seúaladas familias, que por este medio
Los etlllayos coustituciouales se encargaron de ratificar esta política. El aspiran a sll1gularizarse de las demás".
Estatuto de 1815 inc.húa a los extranjeros, al igual que los americanos y
los ciudadanos, en el goce de los derechos a la vida, la honra, la libertad, 628. Otra de las refornus sustanciales fue la supresión absoh1ta de los
la igualdad, la propiedad y la seguridad. Se les llegaba a reconocer tam- mayara:qJos (§ 273) y de cualquier otra vincuJacUJn que trallSntitiese la
biéu el sufragio activo y pasivo, auuque sujeto a determi.uadas exigen- propiedad a los sucesores sin la fandtad de etujenarla. Se excepntaban
cias y a algtmas restrkcioues. Eu igl.lales térmiuos se expedía el Regla- las vÍtlCttlaciones que nrvierau tul objeto religioso o piadoso. En esta
mento de 1817, que, además, seflalaba el modo y coudidones en que los disposición., más que el iuteuto de solucionar tul problema iuexistente
extranjeros podían obte.uer la ciudadanía. Las constitudoues de 1819 y en nuestro territorio, debe verse tula mteva indinacióu hacia la procla-
de 1826 otorgabau los derechos civiles a todos los habitantes del Esta- mada igualdad y uua 110table influencia de las doct:ritus ilustradas.
do y no sólo a los ciudadanos, con lo que aquel concepto amplio i.ncltúa
a los extraujeros.

462 463
Capítulo XXIll

La enseñanza elemental.
Fundación de la Universidad de Buenos Aires.
La enseñanza del derecho.
La libertad de imprenta. La cin..·ulación de übros. La Biblioteca Púbh·
ca de Buenos Aires.
El periodismo.

La enseñanza elemental (l)


629. La enselÍ.anza elemental o de primeras letr\lS no sufrió una mo·
dificación sustancial con respec-to a la existente en el período ante-
rior(§ 298), aunque cabe seíular algtuu.s itmovaciones que tendie-
ron hacia la renovación de su contenido, método y extensión. En
Buenos Aires se implantó en 1810 como texto de lecutra la obrita
Tratado de las obligaciones del hombre, que versaba sobre los deberes
para con Dios, para con uno mismo y para con los demás hombres.
También se instituyeron los exámenes públicos, cuyo efecto más
positivo fue la propaganda cultural. Además, en consonancia con las
circunstancias políticas, se procuró la exaltación del espíritu pauió-
tico a través de cánticos y conmemoraciones.
Respecto del contenido de la ensefuulZa, es muy ih1strativo el reglamen-
to dado por MANUEL BELGRANO para las escuelas fmuladas conl<l dotla-
ción de sus premios militares (1813): "Se enseÍ1ar.Í en estas esct'lelas a
leei; escribir y contar, la gramática castellana, los :fi.111d<lmet1tOs de nues-
tra sagrada religión y la doctrina cristiana por el cateCismo Asmrr, FLEU·
RY y el compe1ulio de PouoET; los primeros ntdimentos sobre el origetl
y objeto de la sociedad, los derechos del hombre en ésta y sus obligacio-
nes hacia ella y el gobiemo que la rige".
Se reaccionó en esta época contra la aplicación de castigos corporales a
los escoLues, tendiendo a que aquéllos :fi.teran moderados. Por un de-
(l) CAl!. LOS NEWIJ~.>ID,Ensefianza elemmral y superior {1810.1862). N.H.N.A., t. 6, a p. 43, con
ori=ción bibliográfica; ANroND!o S!J-VADORES,I4 instruaWn primaria desde 1810 hMta !asanáiín
de la ky 1420, Buenos Aires, 1941.

465
FUNDACIÓN DE LA UNtVEli.SIDAD DE BuENOS A.UUJS
MANUAL 01! HISTORIA DI'! LI\S lNST!TUCIONI'!S ARGENTINAS

c1"etodel9 de octubre de 1813 se abolió la pena de azotes, dispouiéndo- exiguos recursos del Estado para volcarlos en este rubro. Pero el hecho
se que en su reemplazo se usaran otros estímulos docentes y at'm "otras más salie11te en este aspecto, por lo negativo, lo constituyó el decreto
t:orrecciones que no sean penas corporales aflictivas". Esta disposición dictado el 27 de abril de 1838 por el gobemador RosAS, en el cual se
fue derogada en 1815, pero quedó restablecida en 1817, y aunque su COIÚesaba la imposibilidad del gobierno local de abonar los sueldos y
aplicación no debió ser tan conttmdente como la letra del decreto, sir- gastos correspondientes a la lltstrucción pública, disponiéndose que los
vió ya para dar nueva tónica a la escuela. maestros solicitasen a los padres de los almnnos la cuota necesaria para
afrontarlos, y si no se pudiese remúr la suma necesaria, debía clausurar-
630. Otra de las novedades en esta materia fue la introducción del siste- se la escuela. AtuJq_Ue esta drástica medida se :fi.mdamentaba en las difí-
ma lancasteriano. Consistía en elegir a los almnnos aventajados o moni- ciles drcmtstancias derivadas del bloqueo francés (§ 516), la misma no
tores para que, con la dirección del maestro quedarau cada uno a cargo fue modificada culos catorce aííos más que duró la dictadura de Rosas.
de grupos homogéneos de ah.unnos. En este sistema se lograba reducir Esta sintación debe ubicarse de11tro del marco educacional de ese mo-
los gastos de la enseúanza, pues Ull solo maestro podía encargarse de la mento. Se_glm CARLOS NEWLAND, durante esas décadas se produjo tula
enseúauza de varios cientos de escolares. El método fue implantado a notoria declinación de la educación pública en Buenos Aires y en otras
fmes del siglo XVIII en Inglaterra por JosÉ LANCASTER y alcwzó tun provincias, como Córdoba. Fue Clttonces cuando el sector privado, de
rápida difhsión en varios países europeos. La primera escuela lancaste- composición heterogénea, cubrió ese vacío. Los establecinlieutos pú-
riana en Buenos Aires se instaló en 1819. Luego el sistema se difi.uldió blicos de hecho se privatizaron, quedando las escuelas en manos de
en otras provincias. laicos y en pocos casos de sacerdotes seculares. A su vez, las cmrumida-
des de llunigra.ntes que empezaron a fOrmarse con la llegada de los
631. Ll enseúanza elemental se extendió con la :fi.mdación de nuevas prime1·os grupos al país, abrieron sus propias escuelas, en donde el1Se-
escuelas en casi todas las provincias y en Buenos Aires, tanto en la ciu- úabau su religión e idioma. La mayor actividad educativa se desanDlló
dad como Cltla campaúa. La educación femenina fue impulsada con la Clttonces en el Litoral y especialmente Cll Buenos Aires.
fi.mdación de la Sociedad de Beneficencia ( 1832), que, entre otras fimcio-
nes, tomó a su car:go la dirección e inspección de las escuelas para niúas.
Fundación de la Universidad de Buenos Aires<>)
632. Durante esta época la CllSCÍl<l.nza elemental continuó siendo lln-
par?d~ en escue~as religiosas, particulares o estatales. Pero pronto se 634. La Uttiversidad de Buenos Aires fue fundada con un cmtsiderable
advunó la necesidad de coordinar estos es:fi.terzos, estab1eciCltdo el or- retraso, si tenemos e11 cuenta el rápido e importante cretirnienro que
ganismo adecuado para dirigir e lltspeccionar esta enseñanza. Así, en experimentó la urbe en las ültimas décadas del siglo XVIII y en la pri-
1817, el cabildo de Buenos Aires nombró a SATURNmo SEGUROLAcomo mera de la centuria siguiente. Si bien la real cédula expedida por CAR·
dll·ector general de escuelas, y Clt1821, al :fi.mdarse la Uuiversidad de LOS TII el 31 de diciembre de 1779 autorizó la fimdación de esta UIU-
Bue110S Aires, la ettseúanza elemental oficial pasó a depender de e~te versidad, no pudo, sin embargo, concretarse su establecllniento duran-
órg.mo, coltstituyéndose el departamento de primeras letras. Se estable- te el resto del período hispano. No obstante, como hemos visto, fimcio-
ció e11tonces que la dirección de las escuelas de la ciudad y campaña naron algtmas cátedras de estudios superiores(§ 300). Después de 1810
dotadas con fondos públicos quedaban bajo la dirección del prefecto este movimiCltto intelectual prosiguió, fimdándose tUl i.ttstituto médico
del departamento, quien también ejercía la lltspeccióu de las escuelas
religiosas y particulares. Sin en_l.bargo, en 1828, el departamento fue (2) Gt..'IUEMO Gii.LU!tDO, Origmes de la Unil'midad de Buen/!$ Aiw, C.C.I.H.A., t. V; Tuuo
HA!..l'filN DoNGB!,Histcrla de fa Univmidad de Bumi!$AirM, Buenos Aires, 1962; U UniJ'CTSidnd
separado de la Universidad, qttedaudo a cago de tUl ittspector general Naci<mal de BummAircs, 1821·1910 (publicadón ofidio! de la Universidad Nacional de Buenos
que dependía UuuediatamCltte del ministro secretario del gobierno. Aires), Buenos AÜ>:>, 1910: fu CARDO LEvnrE,La fUndación de fa Universidad de BumasAJres. Su
vida cultuml m los wmienzos y ia publkacir!n de las CUTW$ de sus poftwres, Buenos Aires. 1940;
ANTONt.'<o SAI.Vii.OOltES,La Universidad de ]Jamas Aires dmk $U fUndación hasra la caida de R1!$itS,
633. El desarrollo de la ettseÍlanza elemental encontró escollos e11la La Plata, 1937.
carencia de útiles, el mal estado de los edificios y la escasa retribución (2a) }OROE MM<.iA R¡~,'lALLO, El Cokgio y la Universidad de Buenas Aires m la /poca de Ros.;s.
de los preceptores, que fueron salvados dificultosau1ente debido a los Buenos Aires, 1992.

466
MANUAL DE HISTOlUA DE LAS lNSTIT1.JCl0NBS ARGENTINAS
FUNDACIÓN DE LA DNIVl!RSlDfi-D Dll BuENOS AlRES
(1813), tUla escuela de dib · (18 15 )
(1816). En1815 se fundó =-bién f. ~una ~cad~.a de matemáticas Segdn decreto del21 de junio de 1827, en la Universidad se otorgaban
ca y práctica (§ 644). a acadetrua de JUrtsprl!dencia teóri-
sólo los grados de bachiller en ciencias y letras para los que hubiesen
aprobado los estudios preparatorios, y de doctor en teología, jurispnt-
635. Luego de tmlargo tránúte el 9 d dencia, medicina, cirugía y matemáticas para quienes hubiesen aproba-
Buenos Aires I"Ynidi6 el edi t ' . e agosto de 1821 el gobierno de do los cursos correspondienres de las facultades mayores y rindiesen
-·-r e o erecc1ona.l de tma "U · ·d
con fitero y jurisdicci6u ac d, .. ,. d b. mverst ad Mayor satisfactoriamente, además, tUl examen general y t.ma disertación en la-
. . a ermca , e 1endo c:uvB ,. d 1 de h
preetruneuctas y prerrogativas e-~... e os rec os, tín o en castellano "sobre tma tesis clásica".
con más plivileg¡o' (§ 301) Eq1 ule2'deoliauconce~erse a las universidades
. . · agosto se lllaUgt ' 1
te esta 111Stltuci6n. Fue designad . rro so emnemeu- 637. Numerosas disposiciones dictadas por esos a.6os IrKXiificaron el
Al-.'ToNro SAENz, quien durante f pr~ner r:_cror el p~sbítero doctor plan de estudios inicial y reglamentaron diversos aspectos de la 11aciente
preparó y llevó a cabo su fundaci<: cmco anos antenores promovió, Universidad. Todas estas disposiciones se recopilaron, en 1833, bajo el
Esta Universidad se creó sobre la b · d las , título de Manual o colección de Ws decretos orgánicos de la universidad, que
tes, agregándosele otros or .. ase e . cate:u.as y estudios existen-
¡"' d 1 . , . • ganizándolos Slstematlcameute y do--"··d se publicó al aúo siguiente. La enseñanza de las primeras letras había
e a Jerarqtua propu de esta r d . L<U.l o- sido separada de la Universidad en 1828. Los estudiospreparatorins evo-
factible la expedici6n de los ti'... ·' amad: ~tudios, con lo que se hacía lucionaban lentamente hacia tm método enciclopédico, que buscaba
_
1a el1Senanza LLUOS aca enucos El reord ·
bonaer-lSe fue
.....
·
comp1eto, pues t b · , ued ,
enanue:t1.to de agregar nuevas disciplinas a los conocimientos tradicionales. De las res-
la Universidad de e:t1SeÍ1anza d las . am len q o a cargo de tantes ramas, las que alcanzaron mayor impulso fueron las de medicina
G e pnmeras 1etras.
JUll.LtR.'•iO GAU.ARno C011Sidera 1 . y jurispntdencia.
tuúversidad bonaeret1Seinflu óel qued~n ~concepc1ó~1 del plru1 de la El rector continuaba siendo la máxima autoridad. Durante un breve
ca, di.fu.udido e:tltonces en El~ a c~:tin o la uruvemdad liapoleón.i- período (1834-1835) se estableció un consejo dtYectiVo encargado d: los
cipal era el monopolio es.. ~tal dp
._..
:r•ta.l,
e 1a e11Senat12a.
Ycuya característica pliu- asuntos de e11SeÍla111.a y de administración, pero la innovación uo pros-
peró, por lo que el rector asumió nuevamente sus amplias atribuciones.
63~. ~<:acuerdo con el primer plan de estttdios 1 . . La Universidad dependía directamente del gobiemo local, que la soste-
se dlVld1a en seis depa,...._.,,..... t . d . ( 822), la Umvers1dad lúa econónUcamente.
. H<Uuen os. eprtmerasletrardc stud.
rws, qne comprendía Lts cátedras de 1·ru· 'd· d d ' e. wspreparato-
• Ió.
firances, gtca metafisica, retó . fí ." u a ernayoresym
,. euores, 638. Durante la dictadura de RosAS la Universidad fue presa de una
rica; de dencia's exactas cou e 'tedrncaa, d'"d?b-m_-atemallca y economía polí- paulatina postración, agravada Cil 1838 al suspender aquél el pago de
.
sus aphcaciones· demedi • · " s e 1 UJoygeomeu1a ,..., descnptwa
· . y
méd· as . . , . a_~, que comprendía cátedras de it1Stitucioues los sueldos de los profesores y demás gastos necesarios para el fimdona-
• • lC , lllS.tltuclOUes qmnrrgicas y de clúrica médica . , . nUento de establecinllento. A fm de continuar la et1SeÍU11za, se dispuso
JUt"tSpruc/enaa, con tilla cátedra de derecho · Y qmnrrgtca; de que esos gastos recayeran directamente sobre los estttdiautes, y si bien
derecho civil; y de ciencias sruwadas L nanrr~ ~de gentes, y otra de se trataba de tuM medida tratlSitoria y excepcional, tenie:t1do etl cuenta
. , . ·v·, · os cuatro últimos depiw•-~··
C~lStltluan proptamente las facultades ma ores . o.<uuc.utos las difit.ctltades financieras del gobierno ante el bloqueo francés(§ 516),
qmera de ellos era necesano· "be d .Y • Y para tngresar en cual- en realidad, esta situaci6n persistió hasta la caída de RosAS.
eada departamento era dir.1 .d r con 1udo los estud.lOS preparatonos.
Jld ·
sidad se hallaba el canc ¡ . !9 ° por tUlf!;eftcto. Al frente de la Un.iver- 639. La reglamentacióumliversitaria no exigía que los estudios prepa-
los re . e ano rector y un tnbunalliterario iute ado
asn!:~~u1: ~:~e!.~:resdo~~~;os de cada facultad~ e~tabl:,
Se
ratorios se curs.:mu1 en su seno. Bastaba que los aspirantes rindierau el
examen correspondiente, por lo que fueron munerosos los jóvenes que
Una novedad en el método d 1 -· realizaron los estudios en los colegios privados que empezaron a esta-
gubernamental deló de marzo ~= ~:~:l1',a .la COl1StitLtyó la disposición blecerse. En 1852, la_ mayoría de los alulllJlOs mliversitaríos prove1Úa de
profesores la preparación po . d poi la q~e se encomendaba a Jos estos colegios, algunos de los cuales contaba con la protección oficial;
las. Algunas de eUa al . r escnto ~sus lecclOtles a ftn de imprímir-
s canzaron a publicarse en los años siguientes. incluso fi1eron eximidos sus egresados del examen reglamentario previo
al ingreso en las facultades mayores.
468
469
1\L\.Nl'AL DE HISTORIA Dll L<\'l lNST!Tt'()IONES ARGENTINAS l...t. BNSEN.WZA DEL DERECHO

640. En 1817 se estableció el Colegio de la Unión del Sud, que a partir de derecho uatuml y de geutes, correspondiente a 1834, que dictó el
de 1823 se denominó Colegio de Ciendas Morales. Se trataba de uu iu- doctor V ALENl'ÍN Ar.siNA.
teruado de la Utúversidad, siguiendo el modelo del colegio de Moutse-
rrat (§ 305), que permitía la concurrencia a los estudios superiores de 643- Eu ct.unplimiento de la disposición gubernativa de 1823 que ha-
jóveues de las provincias, muchos de ellos en calidad de becados. En bía encomendado a los profesores la exposkióu por escrito de sus lec-
1829, el colegio file refuudido, juuto cou el de Estudios Eclesiásticos, en ciones, se publicaron varios cursos. El de SoM.ELLERA, titulado Princi-
el Colegio de la provincia de Buenos Aires, que al aúo siguiente fue supri- pWs de Derecho Civil, apareció enl824. El del presbítero Eusebio Agüe-
mido, especiahuentc por razones financieras. ro, Instituciones de derecho público eclesidstico, se publicó eu 1828. No
alcanzó a editarse por entonces el preparado por Sáeuz;, Instituciones
641. A raíz de lafimdacióu de la Universidad, el11 de febrero de 1822 elementales sobre el Derecho Natural y de Gentes, ni el Curso de Derecho
se abolió el tribunal de protomedicato (§ 316), disponiéndose que sus Civil de CASAGEMAS. Como textos en la enseil.auza se ut:iliz.aron, ade-
fuadoues fi1eraa reasumidas por los catedráticos que integrabat1 el de- más: Jost MARiA A.r.vAREZ, Instituciones de Derecho Real de España, edi-
partamento de mediciu.a, presididos por el prefecto. Pero 1.ll1 decreto del tado, cou notas y adiciones, por DALMACIO VELEZ SARSFIELD eu1834; y
9 de abril siguiente creó el tribunal de medicina, cou muchas de las FRANcisco JAviER <iMErNER, Instituciones de derecho eclesidstico, que el
atribucioues del antiguo proromedicato (§ 317). El decreto reglamenta- mismo VELEZ SARSFIELD reimprimiÓ eu 1835.
ba a través de uoveuta y ocho artíct.dos, distiutos aspectos del fimciona-
mieuto del tribut1al y del ejercicio profesionaL 644. Eu 1815 se inauguró en Buenos Aires la academia de jurispruden-
cia teórica y prdctica, uombráudose como director al doctor Mfu'lT..lEL
AmoNIO DE CASTRo y romo presidente al doctor A"';lONIO SAENz. Esta
La enseñanza del derecho <'' acadenlia siguió el nmdelo de la que fimciouaba en Charcas (§ 313), y
su misión era la de adiestrar a los gnduados eu derecho para obtener d
642. La creación del departamento de jurisprudencia en la Ulliversidad título de abogado aate la cá.trutra de justicia. Para iugresar se exigía el
de Bt.Ienos Aires significó la hlidación de los estudios jurídicos superio- grado de doctor, licenciado o bachiller en derecho civil y t.rua prue~ de
res en esta ciudad. De confornúdad al plan de estudios aprobado, se suficiencia, que solía ser l.llla disertación sobre uu pt.mto de la Instttf!ta
crearon dos cátedras: la de derecho natural y degentes, a cargo del doctor de JusTINIANO. Una vez incorporado, debía et.unplir tres años de asis-
ANTONIO SAENZ, y la de derecho civil, dictada por el doctor PEDRO So- tencia a los ejercicios que se realizabaa y rendir los exámenes y diserta-
MELLERA. Poco después se agregruuu las cátedras de eronomía política, cioues correspoudieates. La academia subsistió hasta 1872 e influyó,
que pasó del departamento de estudios preparatorios al de jurispmden- segt'm LEVENE, "en la fonnacióu de la meatalidad pwfesional de los
cia, y la de derecho canónico. De mauera que al publicarse eu 1834 el abogados, eu el estudio del derecho patrio" y propagó "la necesidad de
Manual de la Universidad(§ 637) existían estas cuatro cátedras, que se la reforma de la legislación geueral".
cursaban en tres años. Luego de tUl examen geueral y de una "diserta-
ción" se alcanzaba el grado de doctor, de acuerdo con lo dispuesto en el 645. Separadas las proviucias altoperuauas de la jurisdicción rioplaten-
decreto del21 de junio de 1827 (§ 636). se(§ 500), la Utliversidad donde couti.uuó la enseúanza del derechofite
La cátedra de economía política desapareció aúos más tarde, quedando, la de Córdoba. En1815 fue aprobado por el director supremo U1l nue-
al producirse la calda de Rosas, e.u 1852, la de derecho canónico, que vo plaa de estudios para toda la Utúversidad, que había proyectado el
desempeñaba entonces el presbítero JosÉ LEÓN BENEGAS, y las de dere- deán GREGORIO PUNES. Bulo que respecta a los estudios de jurispru-
cho civil y de gentes, a cargo del doctor RAFAEL CASAGEM.AS, quieu las dencia, el plaa preveía en watro aúos la duracióu de los cm-sos, dictáu:-
dictaba i.niuternunpidamente desde 1832, con la sola excepción del cmro dose prillcipalmente derecho romano civil, derecho canótlico, derecho
uatural y de gentes, y legislación nacional o castellaaa.
(3) JtiAN M. Ü!IB.RO, Bosquejo histórico ... , op. cit. en nota {2) del cap. X; RICARDO U.VENE, La Eu 1823 se abrió uua academia de jurisprudencia te6rica y práctica, bajo
Academia rle juris¡rrudcn.:ia y la l'irl4 de m fUndador, Mmtuel Ant¡mio de Castro, Bueno~ Ail:~:s,
1941; CMtcs Lt!QUE CoLOMDREs, Notas para la historia de la IÚJ!!!J"'/4, op cit. en nota (3) del ~~p. la dirección del doctor JosE DAMASo GIGENA, con análoga flnalidad a la
X; MARÍA lSA»EL SEOANE,La msefíanzadcl derecho m /aA'!}mtina, op. cit. en not~ (3) del cap. X. existente en Buenos Aires (§ 644). La vida de esta institución, sin em-

470
l 471
MANu.u. DE HISTORI IN
. A DE LAS ST!TUC!ONES All.GBr<.'TlNAS
LA LIIIIDITAD DE IMPRENTA
bargo, fi.te cfunera Y ello se debió s ' Luq_ -
dificultades económicas si.t>o ta 'b. ~; UE CoLOMBRES, no sólo a de noviembre de 1810, lo que constituye una nueva prueba de la i.n-
. . , m ten <u escaso nÚrn d .
J~ms~, al punto de que entre 1823 y 1830 fu ero ; practtcanres fluetlCia de la llttStración cspaúola en la legislación de aquella época.
110
hcenct.ados en leyes cgresados d 1 . . crou mas de trece los
e a muvers1dad cordobesa.
648. Poco tiempo duró el Reglamento, siendo reemplaudo el26 de
octubre de 1811 por el decreto sobre libertad de imprenta, que fhe más
La libertad de imprenta (4) amplio et1 Ms franquicias otorgadas, aunque mat1tuvo, sin embargo, los
conceptos fundamentales del a.ttterior: "Todo hombre puede publicar
646. La libertad de imprenta era uno d 1 . . . ' sus ideas libremente y sin previa censura"; "El abuso de esta libertad es
Illi!dos por ellih--l:~no ¡ gl Fe os prll1Ctptos básicos procla* un crimen. Su acusación corresponde a los interesados, si ofende dere-
~ U<OJ:4ID.l • n aterra 1 Es ·'
ranc"a .
panarevolucionariahabíat _1: • • d' , tdUos Umdos y la Es* chos pMticulares; y a todos los ciudadanos si compromete la tranquili-
1 o::utn:tna o 1as nP~adas tn' . .
so bre esta rnateria (§ 32!) MAR r- res cnones vtgentes dad pública; la conservación de la rcligi6n católica o la constin1ci6n del
·1ires del 21 de junio de lsw IA.N"~~ORENo, en la Gaztta de Buems Estado". Las obras que n-ataban de religión no podían imprimirse sin
hbertad para hablar en todo , pos ba "tm.a absoluta franqtticia y previa CetlSura eclesiástica. Se COtlStituía, además, una Junta protectora
1 asunto que no se opo od de la libertad de imprenta, compuesta de nueve miembros, cuya finali-
a as verdades santas de nuestra . . nga en m o .alguno
del gobierno, siempre dimw d augusta rehguSn Ya las determinaciones dad era determinar si se había cometido abuso de esta libertad, corres-
, a- e nuestro tnayo' re; to" A pondietldo a la justicia ordinaria el castigo del delito.
GRANo deua, en el Correo de Co . d pe · su vez, BEL-
tan injusto oprimir la libertad ~ercto elll de agosto de 1810, que era
tener atadas las lenguas las nan e ~ns~ Y de hablar como lo sería el 649. En el Estatuto de 1815, además de reproducirse íntegramente el
que las tres exccpcio~ aJ-~_?b'IY osptcsdclosciudadanos. Sostenía a.tlterior decretx\ se disponía, para "facilitar el uso de esta libertad", que
el do '-IU1L'>l CS en materia de rbcttad d las imprentas públicas podían ÜlStalMsc libremente en las ciudades y
eran gma, la sátira y la obscenidad Co ~ e prensa
MORENo, bregabatl por una moder da i·~---~o se a?VIerte, BEtGRANo y villas., previo aviso a Ms auroridades respectivas, y con la exigencia de
a lucnad de unprenta. que los impresos llevasen el nombre del impresor y el htgar donde fun-
cionaba la in1prcnta. El Reglamento de 1817 reprodujo tales disposicio-
647. El 20 de abril de 18llla Junta Gu . . '
mento sobre libertad de Imprent, bemattva sannono tm Regla- nes. Las constituciones de 1819 y de 1826 declaraban la libertad de
publicar los pemamicntos de a.';;l que ~~c. cxprcsab~ que la facultad de publicM sus ideas por la pretlSa como un derecho apreciable al hombre
arbitrariedad y un medio de ill as ~6 Itlcas constttuía un freno a la y esettcial para la conservación de la libertad civil(§ 408).
ltStract n Se dis ' "
cuerpos y personas particulares de ct¡al ·u· po~~a, que todos los
sean, tienen libertad de .b. . . . q ter COJ.ldtcton y estado que 650. La aplicación de esta nueva libertad no fue, sin etnbargo, tan bri-
. escn u; tmpnrrur y public 'd llante como parece desprenderse de esta insistencia legislativa. Ya redu-
smncccsidad de lic-,c,·. . ., M sus 1 eas políticas
'"'' ... a, revtston y apr0 b ·¿ al ' ciéndonos al ámbiro provincial, diremos que en 1820 se asistió en Bue-
publicación". Quedaba abolid l an. n · guna anteriores a la
a a censura prcvta cxce to 1 . nos Aires a tUl verdadero desborde de la prensa., a través de la cual se
que versaran sobre religión. Tamb'ét d' ~ P en os escntos
matorios, los escritos calumniosos 1 ll ~· ISp~mta que "los libelos Uúa- cometieron lamentables excesos. Ello promovió un clima de crítica al
cencia pública y buenas costumb:CS::S ~:lClOSO~ y conn'arios a la de- régimen consagrado en 1811 y especialmente al complejo mecartismo
legales. Para "asegurar la libertad 1 casngados con las penas de la junta protectora(§ 648). Se habló entonces de sancionar otra ley
, o " se crea ba mu junta supr de y contener al misn'"" ... ~ ...:uempo su abu- de imprenta, pero, en realidad, la legislación sólo alcanzó a decretar la
duos. Otras attálot>""as ftulC·:a' censura, compuesta pord.tlCO indivi- extinción de la junta protectora y a encomendM el castigo de los abusos
Re, l o· 1 la!la.tt en cada capital d · · a la jttSticia ordinaria, a la cual se asociaría.tt cuatro ciudadanos, extraí-
'{8 amento es la reproducció . __ 1 · e proVInCia. Este
n casi texttw del decreto de Cortes del10 dos por sorteo de una lista de cincuenta (lO de octubre de 1822).
Pese a los inconvenientes apuntados, el periódico El At;tJOS de Buenos
Aires decía etl 1825 que la libertad de imprenta ha producido "en el
ordm social una revolución más saludable que cuantas han emprendido
los formidables ejércitos de los conquistadores". Consideraba que so-
471
1\'iANl\1\L DE HISTORIA OE LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS EL PERIODISMO

bre esta libertad descansaban todos los derechos y garantías persouales, sar en Buenos Aires sin otro requisito que el permiso del ministro de
y ~>Ostetúa que los gobiemos debían promoverla eu todas las provincias, gobierno, el que se prestaba siu previa censura del conteuido de la
como m1o de los medios más eficaces para el mejoramiento social y la obra. Sin perjuicio de esta libertad, se dispuso el 3 de ocrubre de
prosperidad del Estado. 1831 que serían castigados como crimiuales, "según la gravedad y
circunstancias del delito", aquellos que vendieran por menor o hi-
651. La necesidad de adecuar la legislación vigente a la realidad en esta cierau circular libros que atacasen la religión católica, o pinturas,
materia llevó a la legislattu·a porteña a sancionar un nuevo decreto el 8 grabados o esculturas obscenos.
de mayo de 1828, en el que se declaraban abusivos de la libertad de
imprenta los impresos que atacasen la religión., que excitasen a la sedi- 654. La Biblioteca Pública de Buenos Aires. Un hecho significativo
ción, a alterar el orden público, a desobedecer a las autoridades o a no para la época fi1e la fimdación en 1810 de esta institución, dispuesta por
cumplir las leyes; los que fueran contrarios a la moral o la deceucia la jtmta gubernativa.
pública; los que ofendieseu con sátiras e invectivas el honor y reputa- En m1 articulo aparecido en la Gazeta de Buems Aires, MoRENO decía al
ción de algt'tn individuo, o ridiculizaren su persona, o publicasen defec- respecto que "en todos los tiempos las bibliotecas públicas han sido
tos de su vida privada, designándolo por su nombre, apellido o señales cousideradas como lUlO de los signos de la ilustración de ~os pueblos y
que perrrútiesen individualizarlo, alm cuando el editor ofreciera probar el medio más seguro para su conservación y fomento".
la existencia de los defectos deu1ruciados. No se consideraban compren- La biblioteca contó al principio con los libros que habían pertenecido
didos en esta emwciación los impresos dirigidos solamente a "deutm- al obispo porteño AZAMoR y RAMiREZ, los del colegio San Carlos, los
dar o censurar actos u onúsiones de los fuuciouarios públicos en el de los jesuitas de Córdoba y con varias donaciones particulares.
desempeño de sus funciones". Unjury, presidido por magistrados judi-
ciales, se eucargaba de juzgar estos delitos.
U u decreto del gobernador Rosas, dictado el1 ° de febrero de 1832, El periodismo <5l
dispuso que para establecer imprenta o para administrar las existen-
tes era necesario pernúso previo del gobierno, el que era también 655. Favorecidos por la betúgna legislación implantada (§§ 646 y 648),
indispensable para editar periódicos. Estableció, asimismo, uua ma- empezaron a publicarse eu Buenos Aires numerosos periódicos. El pri-
yor responsabilidad del editor acerca del contenido de los impresos mero y principal fue la Gazeta de BuenosAires, órgano de la Revolución,
que publicase. Este decreto, si bien no derogó las anteriores leyes y destinado a reflejar generalmente la opinión oficiaL Aparecido eu1810,
otras disposiciones vigentes sobre la materia, impuso, indudable- se publicó hasta 1821, con variantes en su deuominaciólt. Entre otros
mente, una restricción a los principios consagrados eu aúos anterio- periódicos de esta primera década de la Revolución pueden mencionar-
res, y en ciertos aspectos restablecía las limitaciones imperantes an- se: El Censor (1812); .Mdrtir o libre (1812), dirigido por BERNARDO DE
tes de 1810. Auuque fite derogado por un breve lapso -del 22 de MONTEAGUDO y consagrado a la vehemente defensa de la causa patria;
juuio de 1833 al3 de setiembre de 1834--, rigió hasta el28 de febre* El Grito del Sud (1812); El RedMtor de la Asamblea (1813); El Indepen-
ro de 1852. diente (1815), dirigido por MANUEL MoRENo; El Redactor de Congreso
(1816) y La PrensaAwentina (1815).
652. Las sucesivas disposiciones que acabamos de analizar no significa- Una de las más interesantes muestras del periodismo después de 1820
ron la derogación absoluta de las normas precedentes. De esta manera, la dio El Argos de Buenos Aires ( 1821-1825), caracterizado por la regu-
y ,u_ no haberse alca.ttz<ldo a dictar lUta ley defulltiva sobre la materia, laridad de su publicación, la seriedad de su información y el pennanen-
cabía aplicar aún el decreto del26 de octubre de 1811, co11las modifi- te interés de su contenido. Eu 1823 apareció La Gazcta Mercantil, que
caciones y agregados de 1815, 1817, 1822, 1828 y 1832. alcanzó a tener una larga vida. Duraute la época rosista fue el vocero
653. La circulación de libros. Los nuevos principios liberales se (5) JuAN RóNULO F:E!I.NÁNDEZ, Himn'ia del periodismo argentino, Buenos Aires, 1943; Fátx
WEINBEB.G, El perWtiismo en in. fprxa de .Rmas en Revista de Historia, no 2, Buenos Aires, 1957;
extendieron también a la introducción en el país de libros, pinturas y
Ftux WEII'il!ERG, El periodismo (1810·1852} en N.H.NA, t. VI, cap. 50, con amplia orientación
grabados, los que a partir del3 de setiembre de 1821 podían ingre- bibliográfica.
EL PllRIOPlSMO
MANUAL DE HlSTOR!A DE !..AS }NSTITIJCIONES ARGENTINAS

oficialista, y desde 1835 publicó preferentemente documentoS oficiales duda la adopción de medidas restrictivas, las que de,ll~mediato reper-
y ammcios comerciales. rutie~n sobre la difusión pedodí.stica. Seg_úu_la estadlS~c,a ~~ ~.TON!O
"·b,'a en Buenos Aires dtecnmeve penódtcos, al ano
El Diario de la Tarde apareció en Buenos Aires en 1831, y a partir de Z INNY en 1830 llil 1832 ~ d !· l y
1837 adoptó tnla posición política prescindente, dedicaudo sus n{une- . · 'te ttern·' ' Ylli'"
"guten .....,, descendiendo a catorce en •al ' ano
- · e ·a et
. . ' b . . (§ óS1) Volvió a ascender ano stgmen e
ros a insertar anuncios mercantiles, extractos de noticias extranjeras, restncnva so re mtprentas · . · al reim·
informaciones locales y hasta dio a conocer libros por entregas. En 1843 de su dero dón., lleg.utdo a cuarenta y dos, pero de mmedtato,
empezó la publicación del Archivo Americano y Espíritu de la Prensa del gal 'une•o de nPriódicos volvió a caer notablemente y ya en
plantarse, e nt • r- ,
Mundo, periódico que se editaba en Buenos Aires en tres idiomas - forma defntitiva por toda esta epoca.
castellano, francés e inglés-, insertándose documentos oficiales y co-
mentarios destinados al exterior. Constituía tUl vehículo de propaganda
para el régimen de RoSAS y alcanzó a publicarse hasta fines de 1851. Lo
redactaba PEDRO DE ANGEUS.
Aunque no corresponde propiamente a nuestro país, cabe mencionar la
difusión que alc.ulZÓ el periodismo en las naciones vecinas durante la
época 1835-1852, a raíz, precisamente, del aporte intelectual de los
emigrados argentiuos. Entre los munerosos esñrerzos de esta útdole,
podemos mendonar el Onnercio del Plata, aparecido en Montevideo en
1845 y dirigido por FLORENCJO V ARELA. Pese a su actividad combativa,
era tUl periódico escrito en tono serio, carente de los instútos que solían
utilizar otros impresos, bien informado, constituyendo, seg{m WEIN-
BERG, "el más alto exponente del periodismo rioplatense de la época".
Thmbién en las demás provincias argentinas se empezaron a publicar
hojas impresas, pero la mayoría no alcanzó regularidad ni se prolongó
eu el tiempo.

656. El periodismo vivió durante este período en mt verdadero estado


de aclimataciÓtL Exaltada la libertad de imprenta, derogados los obstá-
culos imper.uttes en la época hispátlica, empezó m:ta verdadera profu-
sión de periódicos, de existencia effmera muchos, de aparición discon-
tinua los más, no alc<UlZaudo ninguno a sobrevivir toda la etapa que
estudiamos.
La libre expresión del pensamiento político nutrió las páginas de casi
todos los periódicos de la época inicial, quedando desplazados en hue-
lla parte los temas económicos y sociales que habían cubierto las pági-
nas antes de la Revolución ( § 329). Este periodismo de combate sufrió
a menudo la falta de sustento económico o de apoyo del públic~ vién-
dose entonces obligado el editor a cancelar la publicación. De ahí la
gran cantidad de periódicos que sóJo alcanzaron a publicar pocos nú-
meros.
En algunos momentos críticos, la impaciencia por predicar e imponer
sus ideas arrastró a ciertos periódicos a librar ven:Llderas batallas patlfle-
tarias, cargadas de insultos e infamias. Esto e:xr::esos provocaron~ sin

471
476
Capítulo XXIV

La Iglesia ante la emancipación americana. En el Río de la Plata. La


posición de la Santa Sede.
Origen del Patronato Nacional.
La Reforma eclesiÁstica.

La Iglesia ante la emancipación americana <I)


657. Los sucesos que condujeron a la emancipación de la América es·
paiiola obraron fuertemente sobre la Iglesia indiana y repercutieron en
mta sociedad de arraigadas convicciones religiosas. La cama principal
que signó esta época fite la incomtuúcación de la Iglesia Mnericana con
respecto a la Santa Sede, al haberse intermmpido el obligado nexo que
pasaba por España. En efecto, al quedar en tm comienzo de hecho y
luego de derecho, separada la América espaúola de la península, los
vútnllos religiosos y eclesiásticos que múan al Nuevo Mundo con la
Silla Apostólica a través de EspaÍla quedaron rotos durante varias déca-
das. Este período de iucomunicación no fne uniforme para todos lo$
países de la América espaúola. Ya en la década del '30 la gfave situación
empezó a ser superada en algunos países, pero sólo en 1858 se estable-
cieron oficialmente las relaciones entre el gobierno argentino y la Santa
Sede(§ 938).
Esta singular situación dio origen a varias cuestiones que conviene abor-

(l) CAYETANO BRtJNo,La Igksia rioplatense durante su intQmunin<ci6n ~on Roma. R.F.D.C.S., N"
27; RóM.Ul.O D. CAlll!IA,L4 reroi~Uión de ..Mayo y la Iglesia, segunda ed., Buenos Ail:es, 1945; jl.W<
CAS!EU.O, Iglesia y Ertado en la Awmtinlf. Rigimen de sus relatifmes, Buenos Ail'eS, 1948; RualiN
C. Go!<ZÁllz, O.P., LM l}rdcncs religiosa! y la Revolución de Mayo, A., r. IV, 1960; PEDRO A. DE
Ll;TU:RIA, SJ., La Endc/ica de PW VII (30 de enero de 1816), A.E.A., IV, 1947; P. A. DE LE!U:RIA,
&lm:iones cmre la Santa Sede e Hirpanoamlrica, t. ll; Lms MromA AsCXNSIO, Nueras /w:es so/m la
F..nddica de León XII, A., 1943, t. I, cuaderno 2; AMÉlllcO A. TONDA, lA Iglesia Argentina
incQmunicada wn }'{pma (1810·1858). Problemas, crmfliaO$, solu/;icnes, Santa Fe, 1965; RUilÉN VAllGAS
UGA:RTE, S.]., El tpíscop41W en /{)S timtpos de la emancipación >Udameri&a1m, segunda ed., Buenos
Aires, 1945.
(la) BUsHNil.l.;Jkftrm and Jkactifm ... , op. cit. en nota 2, cap. XIV; FUNANDO CARLOs Uli.QUlZA,
Iglesia y RePolución: un mudio acen:a de la actuación polltica del clero pqrtefíq m la década 181().
1820 enA.E.A., XLIX, 1992.
ANUAL DE HISTORIA DE LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS LA lGLllSIA ANTE LA EMANCIPACIÓN AMERICANA

tr ,ror :ep~rado, aunque guarden entre sí una estrecha vitKtdaciÓtl. vacante. Durante casi dos décadas se prolongó este régimen de excep-
:r-~~ ~1 objeto de especial análisis el orden eclesiástico rioplatense, la ción, suscitándose en Buenos Aires numerosos conflictos entre el v~ca­
>SlC10ll adoptada durante este periodo por la Santa Sede, el origen de rio, el cabildo y los distintos gobiernos con respecto a los nombranuen-
tesU:O Patronato Nacional y Ll. espectacular .reforma eclesiástica em- tos y atribuciones de aquel funcionario.
endida por el grttpo rivadaviano en la década de 1820.
660. La asamblea general constituyente, que se destacó por su posi-
)8. En e! Río de la Plata. Eu_ 1810, las órdenes religiosas existen- ción regalista, decretó el4 de junio de l813la independe~ia de las
; en el Rw de la Plata (dominicos, franciscanos mercedarios agus- Provincias Unidas de "toda autoridad eclesiástica que extsta fuera
lOs, ~thlemitas y los ~ennanos hospitalarios d~ San Juan de' Dios) del territorio, bien sea de nombramiento o de presentación .real".
pendían de sus supeno~es generales residentes en España(§ 279). (§§ 293~294). El16 de junio dispuso que todas las órdenes o comu-
clero secular, et~ .c~bw, estaba sometido a los obispos que go- nidades religiosas eXistentes en el país quedaban, "por aho~·a", en
rnaban las tr~ dioceslS en que se dividía nuestro actual territorio: absoluta independencia de todos los prelados generales restdentes
.de Bunws Atres, que comprendía Buenos Aires Sauta Fe Entre fuera del territorio del Estado(§ 279).
1;
~s'•. Corrientes, Misi~11~s y la Banda Oriental; de Córdoba, que A fm de remediar los problemas que estas resoluciones implicabat7 ht
Juta Córdoba, La Rwp, Meudoza, Sau Juan y San Luis· y la de misma Asamblea estableció mu comisaria general de regulares, desuna-
l~a~_que abarcaba S_alta, Tucmnán, Catamarca, Santiago d:l Estero da a ejercer la autoridad "en los mismos términos y casos en que lo
fanJa. Lo~ tres obtspos que presidíau esas diócesis simpatizaron hacían los generales y comisarios residentes en la penír~snla". Est~ orga-
sde tm prnn~r momento con los adversarios de la Jnnta patria, nismo, creado en 1813, fue suprimido e.n 1816. Asmrismo, dtspuso
nla cual ruvterou serios problemas. El de Buenos Aires don BE- que mientras durase la lllComtmicación, los obispos _ejercerían "las fa-
ro LUE Y RiEGA, murió en 1812. El de Córdoba don RoDRIGO cultades primitivas ordinarias", a fin de salvar las dificulta~es q~~~ ,en
ITONIO DE ÜRELLANA, luego de munerosos tropi~zos con el go- este orden significaba la sep-aración de la Santa Sede. Esta disposu:tou,
:~1? Y ~e ser confinado por e11emigo de la Revolución, regresó a según.AMÉRICO ToNDA, convertía a los obispos en "pequeí1os P~l?as''.
d~oce~lS e~ 1812, pero como poco después se lo volvió a confmar, La Asamblea dispuso tatnbién, el23 de marzo de 1813, la supreston del
yo a &pana. El de Salta, don NICOLÁS VIDELA DEL PINO fue des- tribunal de la inquisición (§ 111), declaraudo que se devolvía a "los
ndo ~~su diócesis. De esta manera, poco tiempo des~nés de la orditurios eclesiásticos su primitiva factdtad de velar sobre la pure~ ?e
volucwn quedaron vacantes Ll.s tres diócesis rioplatenses. la creeucia". En esta resolución es probable que influyera una sanc1011
anterior en igttal sentido de las Cortes peninsulares.
9. S~ planteó el problema de reemplazar a esas autoridades. No
t P?~tble apelar al régimen vigente en la materia, dada la incomu- 661. La tensión social existente en el Río de la Plata entre españoles Y
:actou con Espaúa y con Roma. Ni los americanos estaban dis- criollos tuvo también exteriorización dentro del clero. Si ya antes. de
estos a acep~ar lo~ prelados designados por Roma y presentados 1810 se ha.bíat1 producido resistencias e insubordinaciones, ~0~1monvo
r ~l_r,ey espan?.~ lll el Papa estaba dispuesto a quebrar mu antigua de la Revolución y de los sucesos producidos en el orde11 relig1oso, esta
d1c1on de lllllOn con la Coroua hispana, entablando contacto di- división se acentuó. El clero criollo adhirió con enntsiasmo a la causa
:to c?n los revolucionarios americanos. Debió entonces recurrirse revoh1cionaria, y ello quedó evidenciado con su acntación e~1 el cabildo
olnctones de emerge11cia. abierto del 22 de mayo, con la predicación desde los pülpttos, C(;m la
>si~o posible obtener la designación e institución canónica de nue- colaboración espiritual en los ejércitos liber~dores, y c?n tma a.ctnra Y
> ob~~pos, en r~~npl~ de _1~ que por l.u razones aptmtadas, deja- eficiente participación en las tareas gubernanvas, espeaahnente en hts
1 vacantes, 1~ diocests, _deb1o recun·itse a la solución prevista en el asatnbleas y congresos constittl)'entes. Así, por ejemp~o, eu el celebr~d~
:-echo canomco para ellllterregno rutre la .rennncia 0 muerte de 1111 en Tucumán en 1816 tma buena parte de los congresJ.Stas fueron sa~.:er­
:lado y la toma de posesión_ por el sucesot: Eu estos casos, como ya dotes. Pero frente a este entusiasmo del grupo criollo se levantó tam-
nos(_§, 28~), el c~bildo eclest~tico asumía interinamente el gobiemo bién la cerrada obstinación de los prelados españoles, con l~ _qt.le se
la dtocesL'>, des.tgnando de Inmediato uu vicario capitular en sede plautearon serios conflictos que afectaron a la disciplina e<.:lestasuca Y

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1\L\Nt'AI. Dll HlSTOIUA DE LAS lNSTITUC!ONES ARG!ll'<'TINAS ANTE LA E.'dANC!PAC!Ól'i AMERlCANA

dierou lugar a la intervención del gobierno, a requerinúeuto a veces de altos siguientes, el enfoque papal fhe modificándose no sólo por una
los propios religiosos. mejor comprensión del caso americano, sino también por cierto distan-
ciamiento en las relaciones diplomáticas con Espafta. Ese cambio hizo
662. La posición de la Santa Sede. Durante los primeros aúos de la que la Santa Sede retomara su proverbial pntdencia y atendiera princi-
década de 1810, la situación de la Santa Sede ante el problema de la palmente a las necesidades de las almas, dejando a m1lado el problema
emancipación sudamericana se presentaba dificil. Atmque los nuevos político.
Estados acudienut directamente a Ronu en busca de auxilio espirinlal,
su condición de rebeldes --como eran considerados por el ordo1 políti- 663. No obstante, el 24 de setiembre de 1824 el Papa LEÓN XII,
co ettropeo-, hacía imposible trato oficial alguno. La América espaúola sucesor de Pío VII, expidió tul nuevo breve, dirigido a los prelados
atomizada en muchas repúblicas, aparecía ante los ojos del Viejo Mtm- americanos, en el que, luego de seí1<1lar "la deplorable situación en
do en estado de agitación política e ideológica., y en algunos países que tanto al Estado como a la Iglesia ha venido a reducir en esas
existía el peligro de uu cisma religioso. regiones la cizaña de la rebelión que ha sembrado en ellas el hombre
Frente a esta situación, Lt comtuúcaclón con Roma aparecía cerrada, no enemigo", exhortaba a los arzobispos y obispos para que trabajaran
sólo porque el uso tradicional había sido hacerla a través de Madrid, a favor de la paz y tranquilidad deseadas. No contenía. uua expresa
sino por la situ.··tción política del continente europeo en esos momen- condena al movimiento de independencia 1Ú se incitaba concreta-
tos. En efecto, desde julio de 1809 hasta principios de 1814el Papa Pío mente a guardar fidelidad a FERNANDO VTI, pero, en cambio, se insi-
VII fiJe prisionero de NAPOLEÓN. Al producirse su liberación, aparecie- nuaba La conveniencia de que los prelados esclarecieran ante los fie-
ron d poderoso influjo de la Santa Alianza y la presión dcl restaurado les "las augustas y distinguidas cualidades que caracterizan a nuestro
"Y FERNANDO VII (§§ 353, 359 y 502). nmy amado hijo FERNANDO, Rey Católico de las Espaiias, cuya su-
Fue precisam.ente la activa y firme diplomacia peninsular la que obtuvo blime y sólida virtud le hace anteponer al esplendor de su grandeza,
que el Papa condenara a los revolucionarios americanos, conduciéndo- el de la religión y la felicidad de sus súbditos".
los a la obediencia absoluta a FER."''ANDO VII. Así fue como se expidió el Desde su núsma publicación se desató una polémica acerca de la auten-
breve del 30 de enero de 1816, dirigido a "los venerables Hermanos ticidad de este doctunento papal, sostelúéndose que sn texto contetúa
Arzobispos y Obispos y a los queridos hijos del Clero de América suje- algmta maliciosa interpolación. Sin embargo, los tnodemos estudios
ta al Rey Católico de las Espaúas", en el cual se incitaba a los pastores han c01úirmado su total autenticidad, seflalaudo que LEóN XII expidió
evangélicos "a no perdonar esfuerzo para desarraigar y destruir comple- conscientemente el breve, amtque bajo la fuerte presión del embajador
tamente la funesta cizaíu de alborotos y sediciotteS que el homb1~ elle- español en Roma, don ANTONIO VARGAS LAGUNA. .
migo sembró en esos países". Para ello, debían demostrar "a sus ovejas El breve no satisfJZO al rey, quien deseaba mu condena más expresa de la
con todo el celo que puedan los terribles y gravísimos perjtúcios de la revolución emancipadora. Tampoco produjo bue.uos efectos en Améri-
rebelión", y recome1tdar "con el mayor ahínco la fidelidad y obediencia ca, pues núentras los católicos dudaron de su autenticidad basándose. en
debidas a vttestro Monarca". otras declaraciones poutificias, los que no lo eran encontraron motivo
Segútt LETVRIA, este breve pontificio no significó tula declaración pro- para atacar al Papado.
gramática y defuútiva contra la libertad y autononúa del Nuevo Mun-
do, sino una exhortación patemal fi.mdada en tlll reconocimiento moral 664. La Santa Sede, a través de emisarios y obispos a.J.nerica.uos, fue
del pontífice hacia el rey FERN.&-..;no y expedida con tUl evido1te desco- adquiriendo, a partir de 1821, tUl mejor conocú.uiolto de la situación
nocimiento del problema americano. Sus efectos eu América depCltdie- religiosa del Nuevo Mtmdo. Así, en el mismo aíto 1824llegaba a Bue·
roo de las circllilStancias. Donde entonces imperaba la fidelidad al rey, nos Aires el arzobispo de Fclipos, monseñor JuAN Muzi, enviado por el
como eo Nueva Espaf1.a y el Perú, sirvió para formular entusiastas co- Papa con amplias facultades apostólicas para at~-der las nec~sidades
mentarios. En Venezuela y Nueva Granada dio origen a CllCCtldidas espirituales de varias regiones a.J.lterica.J.tas, espectalmetlte Chile, para
polémicas. En el Río de la Plata, dottde la independe11Cia parcela más donde se le había expedido el título de vicario apostólico. La tuisión
consolidada(§§ 385-387 y 392-394), no tuvo repercusióo y sólo sirvió MuZI 11o alcaJ.lZÓ los objetivos propuestos, y encontró serios escollos Cll
para retrasar el coutacto con Roma. Agrega el .mismo autor que, eolos Buenos Aires por parte de las autoridades civiles y eclesiásticas, pese al
ÚRIGEN DRL PATRONATO NAClONAL
MANUAL DE HISTORIA DE LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS

qtúa episcopal y da11do término a la etapa transaccional de los obispos


cariñoso recibimiento popular. Sin embargo, sirvió para que la Santa
Sede a.dquir~ese tul c~nodmiento directo de Las necesidades espirituales in partibus.
de vanos pa1Ses amencanos y hallase modos de atenderlas(§ 665). ]tul·
to con mollSeñor Muz1 viajó, en cadcter de secretario, el canónigo JUAN
111AsTAI FERRETI, quien en1846 alcanzó el solio pontificio con el nom· Origen del Patronato Nacional <'l
~re de Pío IX, por lo que también esta misión estaba destinada a pmdu·
crr fi·uros mucho tiempo después de su realización. 666. E128 de mayo de 1810 la Jtmta dispuso que los aStultOS de P~tm­
nato se le dirigieran "en los mismos términos que a los seflores Vrrre-
665. D~~ndo conciliar la rígida posición española que negaba todo yes; sin perjuicio de las extensiones a que legahnente conduzca el suce~
reconoclllllento a la independencia americana (§ 502) y las uecesidades sivo estado de la PenúlSula". Es decir que la Jtmta sólo ejercía el llama-
espirituales de los pueblos del Nuevo MtuldO, el Papa instiruyó por fin do vicepatronato (§ 295), reservándose la posiPilidad de extender este
en América obispos in partibus inftdelium, designando a esos 1nismos derecho.
prelados como vicarios apostólicos de las diócesis americanas. Estos casos Poco tiempo después, al quedar vaca11te en la iglesia de Buenos Aires
no se e11contraban comprendidos dentro del régimen de patronato, pues tlllll canonjía nlllgistral (§ 283), que era de provisión real(§ 293 b), se
los vicarios apostólicos se solían nombrar para las misiones cr1las regio- solicitó el dictamen del deán GREGORIO FUNEs y de JUAN LUIS DE Acur-
nes de infieles, y a los obispos in partibus se les asignaban diócesis de RRE y TEXADA acerca de si el Patronato Real era tUU regalía afecta a la
antiguos pueblos ya desaparecidos, pero concediéndoseles todo el po· sobera1úa o ala persmlll de los reyes de España, y si la Junta podía llcr1ar
der eclesiástico que dimanaba de esta alta autoridad, con la que aten- la vacante a nombre del legítimo mmlafCa. Seg{m FUNES -coincidente-
dían el fin primordial de su nombramieuto. Este cambio de actirud se mente se expidió AGUIRRE-, el PatrolllltO era "un derecho unido a la
hizo evidente a partir de 1826 y bien pronto fueron designados nuevos soberanía y que no tiene sus raíces en ningtma consideración personal a
obispos para las diócesis americanas. En el consistorio del 15 de di- favor de los poseedores de este derecho", agregando que "nadie podría
ciembre de 1828 fueron nombrados obispos para la Gran Colombia, el dudar por tm momento que a falta de ese represcr1tante cierto de nues-
Río de la Plata y Chile) echándose así las bases de solución a la crisis tro Rey cautivo, debe la Junta ejercer todas Las fimciones a su cargo".
sufrida. En dicha oportuflldad fberon nombrados fray JusTo DE SANTA Sin embargo, aconsejaba proveer sólo Las vacantes cuando fuera impres~
MARÍA DE ÜRO como obispo de Thumaco y vicario apostólico de Cuyo, cindible haccr·lo.
diócesis que se creó desmembrándola de la de Córdoba, y MARIANO Ya sea por la autoridad de este dictamen o por otras circunstancias
MEDRANO como obi~po de Aulón y vicario apostólico de Bucr1os Aires. coadyuvantes, lo cierto es que trimúó la tesis de que el Patronato era
La solución de la Santa Sede provocó protestas de la Corona espailola, un atributo de la soberanía del monarca, transmisible a quien ejer·
por cuanto significaba tUl entendimiento directo con las que aúu consi- ciera el poder en su nombre o en su reemplazo, y no una concesión
deraba provincias rebeldes. Fue también cuestionada en América por personal de los pontífices a los reyes. Esta conclusión ~10. era más
quienes sosteiúan que no cabía designar obispos in partibus en países que uua lógica consecuencia del concepto sobre la materia Imperan-
donde existían arraigadas comunidades cristianas. Encontró asimismo te en el siglo XVIII(§ 292).
resistencia en algunos eclesiásticos, embebidos de ideas heterodoxas,
667. Los textos constitucionales sancionados a partir de la primera
que a raíz de la larga incomunicación con Roma se habían habituado a
vivir al margen del gobierno pontificio. Pero, cabe señalarlo, constituyó década de la Revolución ratificaron esa posición. En el Bstatuto dado al
mu solución transaccional en momentos en qlle era difícil conciliar tan Supremo Poder Ejecutivo (1813), dictado por la Asamblea Constituyen·
encontrados intereses. re, se prescribió como atribución de ese poder la de efecttlM presenta-
Apenas elevado al solio pontiftcio el nuevo Papa Gregorio XVI, a partir ciones de prelados y eclesiásticos de confomlldad al Patronato. El Esta-
de 1831, precotúzó obispos residenciales para diversos países de la <Ul· (2) FAUSUNO j. UooN, ]Y.Jctrina y ejercicio del PatrtmaUJ ... , op. cit. en nora (2) del cap. IX;
tigua Am6'ica espaúola y entre ellos designó a MARIANo lliDRANO como 1>:\.Al<rliEL Rlo,Lalgbia, su hisr!ffia y smrclaciones con el Bmd.o (1810-1928), H-~·· t. V; A/.!ERICC
obispo de Buenos Aires (1832) y a fray Jusro DE SANTA MARÍA DE ÜRO A. ToNoA.,El dein Punes y el Patronaro,A., r. V, 1963·1965; A. A. ToNoA,M.rmano Mtdrano. Su
nombramiento de Ficario _Apmtálico en BuenQS Aires, Santa Fe, 1971.
como obispo de Cuyo (1834), normalizando así la situación de la jerar-

#5
MANUAL DE HlSTORlA DH LII.S INSTITUCIONES All.GENTINM ÜRIGBN DEL PATRONATO NACIONAL

tuto de 1815 dispouía, en cambio, que el poder ejecutivo "no proveerá jura.ba l.a ~obera1úa e iudependeucia del país, si reconocía eu el gobiemo
o preseutará por ahora, niugmta ;:al~njía o pr::ben~a eclesiástica", pero el ejerctcto del derecho de Patronato, y si sabía que debía presentarle
el Reglamento de 1817, atutque tmúdamente, mclma el Patronato como todos los derechos y docnnrentos que recibiera de Roma. Finalmente
atribución del Ejecutivo. Decía que, "presentará, por ahora, para las el Ejecutivo bonaerense otorgó, el 24 de marzo de 1834, el pase a~
piezas eclesiásticas vacantes de las Catedrales de las Provincias Unidas y bulas de MEDRANo, con la aclaración de que el mismo era vohmtario,
demás beneficios eclesiásticos del Patronato". p~es los doctunen~ adolecía11 de la falta del requisito de presentación.
Las constituciones de 1819 y 1826 fueron ya categóricas en esta mate- DlSpuso, en cambto, retener las bulas del nombra1niento de E.<>ealada,
ria. Correspondía al Ejecutivo el nombramiento, de los arzobísp,os y pero finalmente debió concederles el pase ante la resolucióu favorable
obispos a propuesta en tenta del senado, y ademas, la presen~c1on. al adoptada por la legislatura.
arzobispo u obispo de las personas idóneas para ocupar CallOllJla~, d~g­ A raíz de est:m hechos, ~l fi¡¡cal AGRELO pidió al gobierno la publicación
nidades, prebendas y beneficios eclesiásticos. Atmque estas coustltttelO- de los ~~entes tranutados, y obtuvo acogida favorable por decreto
ues 110 tt1vieron aplicación en la materia, es interesante adve~ 1~ evolu- del 2 de d1C1C1nbre de 1833. Se resolvió que, uua vez impresos, los
ción producid<t. Cabe también seítalar que en a1ubas constltuaones se doctnnentos fuerau sometidos al dictamen de tuta junta especia}, de teó-
indica como atribución del Ejecutivo la de twmbrar y uo la de presentar l<:'gos, ca1101ÚStas y juristas para que se expidiera acerca de las proposi-
a los a1~bispos y obispos, como era la doctrina aceptada en la materia. Clones que formulara el gobtento acerca del derecho y ejercicio del Patro-
nato Nacional.
668. Elnombrrunieuto de .MEnRAr·JO (§ 665) efectuado directruneute Los docmnClttos fueron publicados en 1834 en un vohunClt titulado
por Ro1na, sin presentación del gobierno bonaerense, dio ?rigen tal~­ M~moriai aJustado. de los diVersos. expedientes seguidos sobre la provisi6n de
bién a mt conflicto en Buenos Aires. Al ser consagrado ob1spo en R1o obispos en esta .Iglesea de Buetws Atres. La jtwta no alcanzó a reunirse y, eu
de Jaueiro, MEDRANO envió las bulas de su nombramiento al gobierno Stllug.u; sus m~egrantes elevaron al gobierno, por escrito, los dictáme-
de Buenos Aires para obtener el pase de las mismas. Se opuso elflScal de nes correspond1entes, que se publicaron ese mismo aiío eu otro volu-
Estado doctor PEDRO JosÉ AGRELO, sosteniendo que previamente el men titulado Apéndice al MmwriaJ ajustado.
prelad~ debía exhibir las instrucciones reservadas que había ro.::ibido de La gran l~ay?r.ía de las opllúoues fonnuladas reconoció en el gobierno
la Santa Sede. El Poder Ejecutivo accedió, sin embargo, a la no presen- local el e;te~tcto de! Patro~at?, .contiuuando así la tradición reg~ista
tación de esa doctuneutación, pem dispuso que, al tomar posesióu del qtle provema de la epoca hispamca (§ 292), y que habían ratificado en
cargo de obispo, M:EDRANO debía prestar juramento de cmnplir y hacer 1810 PUNES y AmnRRE (§ 666).
cumplir las leyes del Estado, quedando de es~ manera salvada la falta Pese a ~ue l~s cuestiones relativas al Patronato, corno ~a·publicación del
de presentación del electo confünne a la doctl1.Ua del Patronato. . . ~al a;~, se resolvi~n dentro de la jurisdicción de la provin-
Afros después la cuestión se complicó a raíz de que por bulas pontifiCias Cla ?; Bttel~OS Aires: la do;=trma emer~ute de este episodio tuvo reper-·
del 2 de julio de 1832 fuerou designados MARIANo MEDRANO como custon nac1onal, ~ msuflo l~ postenores textos constitucionales y la
obispo de Buenos Aires y M.ARIA..NO JosÉ DE EsCALADA com? ?hispo de conducta del gob1en10 argentmo Cll !a materia.
Atllón, eu reemplazo de aquél: Si el hecho era en par~ auspKtoso, p~tes
dlrectaJ.neute se proveía al ob1spado bonaerense, haqendo caso onuso 66~. Cabe seftalar que después de 1820 la dispersión de las fi.mciones
del Real Patronato, sin embargo, creaba uu problema al gobien10, que ua~10nales pla11teaba tUl problema, debido a que las jurisdicciones terri-
se consideraba heredero de aquel derecho, pues los nombramientos se toriales de las trece provincias no coincidía11, naturalmente, con las de
efectuaron sin que hubiera existido la previa presentación de los caJ.Kli- las tres ~iócesis (BtlCllOS ~' Córdoba y Salta), de manera que cada
datos por el Poder Ejecutivo local. Ante esta circunsta.ncill, el fiScal una .de estas compr~t~Ía vanas provincias. Se aillnitió entouces que eJ
AGRELO itlSistió en defender a ultranz<t los derechos del Patronato, Y gobterno de la provUlcla Clt cuyo territorio residía la autoridad diocesa·
pidió la retención de las bulas y la confirmación del jurameuto prestado na era el que ejercía el derecho de presentación del caudidato, coufonne
por el obispo M:EDRANO en el sentido de que guardaría y haría gu~ar, al Patronato.
sittlimitaciones, el Patrouato NacionaL Con respecto alnombrrumeuto
de EsCAL\DA, opinó que el uuevo prelado debía declarar si reconocía y 670. El 27 de febrero de 1837 el gobernador Rosas dictó un decreto

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L\. REFORMA ECU!SlÁSTlCA
MA."l'UAL DB HlSTOlUA DE LAS lNSTITUClONBC'~AR:O::G~O:::IT~>N~A~'--------

disponiendo que todos los documentos emanados directa o indirecta- y puede perjudicarlo. Esta, sin disputa debe ~tar subordinada a lavo-
mente de la Santa Sede o de persona u órgano autorizado por aquélla, y hmtad del jefe del Estado, si es q11e se ha de ev1tar que ~ya d~ ~eres
que debieran cwnplirse en el país, necesitaban el pase o exequatur del en. lo civil que se combatan constantemente y que el bten publico pa-
encargado de las relaciones exteriores (§ 484), con excepción de los dezca detrimento. El ejercicio de la disciplina está muy Ú1.timamente
referentes "al fuero sacramental de la Penitencia o interno de la Con- mezclado con los objetos de poder común., p-ara que ella pu~a subs-
ciencia". Como los demás gobiemos provinciales adoptaron este decre- ttaerse a la autoridad de éste: él no puede disfrutar toda la plemtud del
to a pedido del propio Rosas, la disposición tuvo alcance nacional, tal mando sin reunir todos los derechos que exige la prosperidad del Esta-
cual lo demostró su aplicación en los años siguientes. do". D~ acuerdo con estas palabras, FUNES facultaba al poder civil para
Los gobiernos provinciales, sin embargo, continuaron ejerciendo el dere- efectuar por sí la reforma del orden eclesiástico, pero reconoc~endo la
cho de Patronato en lo relativo a cuestiones de su propio territorio -vicep-a- potestad privativa y excluyente de la Iglesia en los asuntos relanonados
tronato-, mientras quedaron reservados al encargado de las relaciones exte- con el dogma. . .
riores los aspectos del Patronato que afectaban las relaciones con la Santa Esta posición de Fv'NES -comp-artida por algtmos religtosos a1m9t!; cen-
Sede -patronato propiamente dicho-. Esta distinción provetúa de 1t época surada por otros-, y el mism? deseo de Rw~AVIA de con~e~ la ~s­
hispánica(§ 295) y pcrsffitió aún después de 1853 (§ 937). trucUtrll jerárquica de la Iglesta en prolonganon del poder nvil .-s:guu
GALL!\RDO-, explican la grave decisión del gobiemo de la provmna de
Buenos Aires de llevar a cabo 1ma reforma sustancial en este mden.
La reforma eclesiástica <3) Am1que en otras provincias se adoptaran también algunas providencias
al respecto, sin duda, por su contenido y consecuencias, la efectuada en
671~ Desde fines del siglo XVIII y principios de la centuria siguiente se el territorio bonaerense fue la más trascendente de todas. Como tantos
difundieron en Europa doctrinas favorables a la intexvención del poder otros aspectos institucionales, la reforma eclesiástica no fi.1e ex:Insiva de
civil en los as1mtos de disciplina eclesiástica, a la exaltación de las .atri- nuestro país. Ya había sido aplicada ell E11ropa -en CllYO e¡emplo se
buciones de los obispos en detrimento de las del Papado, y a la supre- inspiró RIVADAVIA-, y por esos aí1os también se llevaba a cabo en otros
sión del sistema de vida com{m en los conventos y casas religiosas. p-aíses de nuestro continente.
Muchas de estas ideas estaban dirigidas contra el Sumo Pontífice, cuya
autoridad se SllStentaba principahnente en el desarrollo vigOl'oso de las 672. A fmes de 1821 y dmante 1822, el gobiemo bonaerense dictó
órdenes o commtidades religiosas. varios decretos sobre esta materia, disponiendo principalmente: que los
La necesidad de una reforma en 1t disciplina monástica fue palpada eclesiásticos no podían iugresar en la provincia sin previa a11torización
inch1so por muchos religiosos que advertían el peligroso relajamiento del gobierno; que la recaudación y distribución de los diezmos \ § 149)
en que aquélla había caído. Hubo así quienes intentaron una revitaliza- estaba sometida al control y dixección fiscal; q11e las casas de las ordenes
ción del régimen de vida comlm mediante lUla reforma efectuada den· religiosas quedasen bajo la sola dir~cci~n de ~s snperiore_s; sujetas e1~ lo
tro de los lúnites de la Iglesia, sin intervención del Estado o, a lo stuno, espiritual al vicario capintlar y "baJO la mmed1ata protecnon d~l,gobter­
concediendo a éste una mínima injerencia. Pero también se destacaron no"; q11e las pensiones y goces se repartieran en igu:J_proporcion enrr:
los qne admitían la intervención del poder civil en estas cuestiones dis- ''los individuos de cada conventualidad"; que el rehgtoso que no habi-
ciplinarias. tase regularmente en la respectiva casa provincial queda~a _separado de
Enrolado en esta {lltima posición, el deán GREGORIO PUNES decía que la misma y snjeto a la autoridad diocesana; q11e el r~h¡p-os~ que no
"la potestad de la Iglesia debe ser independiente de la civil en cuauto a deseare continuar en el convento debía obtener del muusteno de go-
la fe y a la doctrina q11e regía el fuero intemo, pero no es así con respec- bierno el correspondiente permiso; y que se estableciesen cementerios
toa lo que ella ordena sobre la-policía exterior que toca al orden público públicos. .
En realidad, :fi_¡e la ley del21 de diciembre de 1822, SatlClOn~~i.a luego
( 3) Aíkmás de la bibliogmfía indicada en los p:tmros anr~riores, GUILLERl.lo GA!.!.Al<OO,La polirka
rd!!ficm d~ .Ril'adai'ÜJ, Buenos Ailes, 1962. de prolongados debates, la q11e deftnió e~ta predom~1a:1te pohnca ~ega­
( 3a) FERNA..'IDO URQU!ZA,La reforma edrsidstica de RiMdill'irt: ''io/M dat(j$ .r una nutl'{l inurprc;caci6n
lista. La ley constaba de neinta y tres ;u·nculos, y pnHctpalmei~~e dispo-
~n A.LE.H.S., n~ 13, 1998. 1úa: la abolición del fi.Jero personal del clero(§ 111); lasnpreston de los

"' "'
.l\1ANUAL DE fiiSTOIUA DB LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS

die"tmos, haciéndose cargo el Estado de los gastos que con los mismos
se atendían; la reforma del cabildo eclesiástico -o senado del ~lero, como
se le llamó entonces-, reduciéndose el número de sus nuembros; la
supresión de varias casas de regulares existentes et~ 1~ provincia, pasan· Capítulo XXV
do sus bienes muebles e inmuebles al Estado y aphcandose sus rentas al
sostenimiento de las respectivas commlldades; la conservación de la
disciplina en las casas de regul~ a cargo del di~~sano, así como ~'?­
bién la SC(ttlarización de los religtosos que lo sohcrtasen; y la supres1on
de las casas de regulares que no alcanzaren a tetter dieciséis religiosos, El Ejército patrio. Las tropas veteranas. Las milicias. Lts armas y ele-
no pudiendo exceder el númer~ de treinta en_ ~a~a. tma. ~ toma de mentos bélicos. La marina de gtterra. El .mando de las armas
hábito y profesiónoo se efectuana antes de los veutttcmco anos de edad.
Estas disposiciones afectaron el fimcionamiento de tres de las órde-
nes religiosas existentes por entonces en Buenos Aires: los merceda- El ejército patrio (l)
rios, los franciscanos y los dominicos. Sus casas y con~entos fueron
clausurados y expropiados, y los religiosos debieron mgresar en e1 673. El ejército continuó manteuieu.do, en general, la organización his·
clero secular. La orden dominicana volvió a organizarse en Buenos pana(§§ 340-342), gobemándose por las ordenanzas militares espaúo-
Aires en 1835, y las otras dos sólo recobraron en parte su antigua las, modificadas en algtmos casos por resoluciones de los gobiernos
situación en la segtutda mitad del siglo XIX. En cambio, la orden de patrios. Adviértase que el derecho militar heredado de España estuvo
los bethletnitas -dedicada al servicio hospitalario-, también supri- en vigor en nuestro suelo hasta fines del siglo XIX, ya que los códigos
mida por la refonna, se extinguió. militares que lo reemplazaron se sancionaron eu 1894. Hasta entonces
rigieron las ordenanzas dictadas por CARLOS III en 1768 para el ejército
y la arruada de Espaíta.

674. Las fuerzas aunadas estaban integradas por tropas veteranas·per-


ma.nentes, que constituían los ejércitos de línea, y por milicias, fonna·
das por los habitantes del lugar que se a.nnaban en defensa de la patria.
LlS milicias creadas con lUOtivo de las invasiones inglesas y modifica-
das por CisNEROs (§ 342) fueron transformadas por resolución de la
jtmta. gubemativa eu trepas veteranas (29 de tnayo de 1810), la que
dispuso, además, la vuelta al servicio activo de todos aquellos indivi-
duos dados de baja que no estuviesen ejercieudo"alg(m arte mecánico o
servicio público", y el levantamiento de tulil "rigurosa leva", en la que
se incltúría a todos los "vagos y hombres sin ocupación conocida".

{1) PIU!LO E. AltGUL'<DEGl.JY y HoJJ.Acio RooRtoutz,Ltu.fi«= navales argentinas. Hi.>toria de la


Rata de Mar, Buenos Aires.l995; HUMSERTo F. BVRzm,Armada Nm:Wnal, nsrlia histórica de su
origen y desarrolla 01Jldniw, Buenos Aires, 1960; LAURIO H- DESTEFM"I,.M.anual de Historia Nami
Argentina, Buenm Aires, 1980; AUGUSTO A. MALIGNE, Historia militar d~ !a Argentina (1810·
1910), Buenos Aires. 1910; Jost M, MAKILUZ URQD!JO, La mano de obra en la industria portrlia
(1810-1835), B.A.N.H., vol. XXXIII, 1962: Juw MANUELMEOJ.V>NO,Elmandode las armasen la
hi.>toriaddderechomgmtino, R.f.H.D., Nros.15 y 16, 1964 y 1965; RICARDO PlCClRU:U,Leccionct
de Historia NaralAwentina, Bucnm Aú..,s, 1967: josi MAitiA SAROl.IE,La cabalkriag~JJ~J:fm en /¡;¡¡
guerra! apmtinm, sus armas, m tá<:tica y m espiritu, B.A.N.H .. voL XlV. 1941.
(h) CA.'<SANEllO, Da ni/ldit(>f a ciudadan(>f ... , op. cir. en nota 2 del cap. XIV

49Q 491
lANUAL DE H!STOIUA DE LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS EL EJéRCITO PATRIO

ste primer decreto de reclutamiento fol7.oso o leva general fite seguido entregaba al soldado intereses y amortización en bonos del Estado.
)t otros mlKhos y constituyó la forma más característica de iutegrar No formaban parte del contingente los impedidos fisicameute; el her·
.s Cllerpos del ejército. mano mayor de huérfanos de padre y madre; el hijo mayor o único de
ice AuGUSTO A. MALIGNE que los ejércitos patrios eran "masas hetero- .madre viuda; los comerciantes matriculados; los dueños de fábrica, ta-
!tleas, sin enlace entre sus pares, sin arrnonía eu el conjunto, reclutadas ller o establecimiento nrral vahudos en más de mil pesos y q11e se eu·
la fuerza para marchar de inmediato a la guerra, sin instrucción mili- centrasen en actividad; los practicantes de leyes o medicina; los .Uum-
r ni disciplina. Se componían de escasa o ningtula artillería, uo mu- nos de la múversidad y todos los empleados a sueldo del Estado.
tO más de infantería (que generalmente iba montada en las lThllx:h;LS) y Los vagos eranmu de las fuentes más efectiv;LS del reclutamiento forza-
resto, que era c;LSi todo de milicias de caballería, mal armad;LS, mal do. En1822, el gobierno de Buenos Aires disp11SO que todos los que se
outadas, sin organización ni solidez, que no se disgregaban mientras aprehendieran fheran destlludos a los ejércitos de lútea por ml término
!diese imponérseles la disciplina del terror". Resultaron una excep- doble al del menor señalado para los enganches vohmtarios. En caso de
Snlos ejércitos organizados por militares de carrera, como SAN MAR- que el vago no fhese útil al ejército, p;LSaba a presta: onDS servicios
-< durante la guerra de la independencia, donde el ejemplo del jefe públicos durante un año, gozando del respectivo salano.
perimentado y la rigtirosa observancia de las normas castrenses impo-
lll un rm.yor grado de eficiencia y disciplina. 676. La oficialidad de estos ejércitos se preparaba en los propios cuer·
1 estos casos, al. entusi;LSmo por integrar las fuerus armad;LS de la pos, o bien alcanzaba los grados en campaÍla, en atención al mérito
tria se stunaban, en l;LS clases más hmnildes -segt'm opina HALPERW guerrero. Los oficiales no podían ser menores de 20 años, y los cadetes
J;<~-, el esúmulo económico y la elevación de jerarquía en la escala debíru1 tener como múllmo 16 años o 14 en caso de ser hijos de oficia-
c.tal. Todo ello geuer~ba un singular atractivo para ingresar eu el ser- les. Los cadetes estaban obligados a concurrir a la escuela de matemáti-
:10 de l;LS armas pan·tas. cas del Estado; recibían, además, instrucción militar y tltla conferencia
diaria sobre ordenanzas rnilicues, a la que también debían C01Kltrrir los
'5. Las tropas veteranas. Las tropas de línea se formaban por medio oficiales de la guarnición.
"enganches" voluntarios o forzados, ya que la necesidad de soldados Los grados, hasta 1813, eran; brigadiet; coronel, teniente coronel, sar-
~permanente. gento mayor, capitán y teniente. Más adelante se crearon los de tetúente
t 1815, el director .ÁLVAREZ THoMAS estableció un premio de seis primero y subtenie11.te.
sos a todo recluta que voluntariame1ue se alismse en las fllas del ejér-
o, y de cuatro pesos si lo hiciese por medio de enganchador, corres- 677. Las milicias. Las milicias estaban integrad;LS por los habitantes en
ndiéndole entonces dos pesos a este último. El enganchador era la edad rnilitar que fi.tesen aptos para servir en las fllas. En1814 se dispuso
rson~ encargada de "conveucer" al recluta de su alista.tniento y de la obligación de todo habitante de la ciudad de alistarse en algunos de
aductrlo h;LSta la autoridad rnilitar respectiva. También los vagos u los cuerpos de milici;LS existentes. Los que no .Ucanzaban a,40 rulos y
mbres sin ocupación conocida fhcron incorpor<ldos e11las fil;LS . pudieran vestirse, armarse y mantetler caballo a su costa, deb1aJ1 hacerlo
. la provincia de Buenos Aires se reglamentó la incorporación de sol- e11la caballería ligera, y el resto, en los demás cuerpos. Los mayores de
:los en los ejétx:itos de lú1ea por ley dell 0 de julio de 1822. Se reclu- 50 años q11edabatl exceptuad~. . . ... , .
Jatl los hombres de acuerdo con "contll1gentes" eu los que se in- El Estatuto de 1815 se referia a la orgamzaCIÓn de l;LS mütetas etvtcas,
úan los solteros de 18 a 40 aÍlos, seleccionados ro'r lUl jurado fonna- disponiendo que "todo habitru1te del Estado nacido en ~érica, todo
por el juez.de paz y doce vecinos del lugar. La cantidad de cada extranjero con domicilio de más de cuatro años, t~o espanol europeo
lltlllgente era propotx:ional a la población de la ch1dad o la campaúa. con carta de ciudadru1o y todo africatlO y pardo hbre, son soldados
•S ?u!ividnos escogidos de esta funna esmban obligados a servir en el cívicos excepto que se halle11. incorporados a las tropas de línea o <lJ:rm.·
rctto por C11ann años. Tambiét1 existían alistamientos vohmtarios por da". L~ edad núlitar era de 15 a 60 aflos, "si tuviesen robttstez". Se
lapso de d?S a cuatro años, q11e podía renovarse previo aCllerdo del establecía q11e los milicianos no disfmtaban del ~;o .rnilitar, pero de-
dado y del Jefe respectivo. Los servicios eran abot1.ados con cien pe- bían ajmtarse, sin embargo, a ~as orden~nzas del e~rc1t0: . .
' q11c se depositaban en la caja de atnortización del Estado, la que El ~glamento de 1817 tarnbien contema algunas dtspostnones mtere-

492 493
MANUAL Dl'l HISTORIA DE lAS lNSTITUCJONES AltGENTINAS EL l'l}Él!C!TO PATRlO

santes sobre marer:i¡¡, militar. Refiriéndose a las milicias, establecía que Estado por invasión o rebelión". Mientras estuviese bajo las armas
"todo individuo del Est:.ldo, nacido en América, todo extranjero que era "provista de las raciones necesarias para su subsistencia" y debía
goce de sufragio en las Asambleas cívicas, todo espailol .europeo con observar las ordenanzas militares. Se trataba de cuerpos de llúante*
carta de ciudadatúa., y todo africano y pardo libres, habttantes de las ría solamente.
ciudades, villas, pueblos y campaií.as, desde la edad de quince aí~ has- Quedaban exceptuados del servido de las armas en la milicia activa los
ta la de sesenta., si ruviesen robustez, son soldados del Estado, obligados enfermos o ineptos para el ejército; los practicantes de leyes o medici-
a sostener }¡¡,libertad e independencia que se halla declarada". tla; los alumnos de la universidad, los abogados, escribanos, médicos,
Disp01úa que en todas la provincias s~ formasen ;uerpos de ~cias boticarios, notarios, procuradores, corredores, maestros de escuela; ca-
nacionales regladas (§ 336) de i.ufantena o caballerta, correspondiendo pataces o mayordomm de establecimientos de catupo cuyo capital fue-
al gobemador o tenieute goberuador la dirección de ~s. cuerpos, ~l~~o se mayor de cuatm mil pesos; los extranjeros transeúutes; los que llega-
objeto era el de "acudir ala defensa del Estado y al auxilio y repostcton sen a las provincias por contratos especiales; los padres de algún lújo
de los Ejérciros de lú1ea, cuando la necesidad lo exija". También pre- alistado; los que tuviesen a su cargo a hennanos meuores huérfanos; el
veía la constitucióu de la milicia cívica, semejat1te a los batallones hijo t'uúco de madre viuda; ellújo único o mayor de uu padre impedido
urbaJWs (§ 336), que estaría formada por los habitantes de los pueblos y o septuagenario; y los empleados públicos. Todos éstos, amtque no fue-
ciudades que contaran con determinado capital, bajo la dirección del sen mayores de 45 aííos, formaban parte de la milicia pasiva, salvo los
cabildo del lugar. Estaba destiJJ.ada a .manteuer el orden en las ciudades y enfermos e impedidos, los extranjeros transet'mtes y los extranjeros con-
villas, auxiliar a la admiu.istradóu de justicia y "defender la patria". tratados en forma especial.
En1821 quedaron exceptuados del servicio militar los postillones, a El reglamento establecía moderadas penas para los que omitieran el en·
fm de asegurar la regularidad del correo. Al afto siguiente se liberaba rolamiento o la concurrencia a los ejercicios. Al respecto, la milicia acti-
de la obligación de alistarse a los extrat1jeros que hubiesen ingresado va t:etúa dos reuniones de asambleas(§ 341) por aúo y la pasiva sólo
eula provincia en virtud de 1u1 coutrato especial, y en 1826 tambiéu una, cuyo tiempo y duración se regularíau cada aúo. Por ley del 2 de
se exoneraba de todo servicio de las armas a los que se encargaran de dicie~bre de 1825 se rnodifica.rou algunas de las cláusulas señaladas,
levantar la cosecha de trigo de la provincia. Estas disposiciones, vá- pet-o sm alterar lo ftmdamental de la organización.
lidas ta.u sólo para las fuerzas porteñas, fueron también frecuentes en Una ley nacional dictada por el congreso general constitnyeute acordó,
las demás proviucias. eu diciembre de 1825, que cualqtúer regimiento de milicia provillcial
q~te fuese c?locado en servicio activo gozaría de igual sueldo, privile-
678. La milicia de Bueuos Aires tuvo su reglamento especial (ley del17 gtos, CXCllCtones y deberes que el ejército regular mientras durase la
de diciembre de 1823), que es útil conocer para tener lUla idea más cantpaÍla.
exacta de la organiz-ación miliciaJ.JA de la época.
La milicia, que era reglada (§ 336), se dividía en acttVa y pasiva. En la 679. El tratado celebrado con Inglaterra el 2 de febrero de 1825 (§
primera se enrolaban los varones de 17 a 45 aúos, prefiriéndose a los 504) exceptuó de la obligación del servicio militar a. los 11aturales de ese
solteros y; de no haberlos, a los casados con menos lújos. En el arma de país residentes en el territorio argentino; y el celebrado con Francia el
caballería sólo se admitía a los mayores de 20 aúos. En la milicia pasiva 29 de octubre de 1840 (§ 516) exteudió ese beuefi.cio a los franceses
se enrolaban los que tuviesen de 45 a 60 aúos. por medio de la cláusula de la nacióu más favorecida.
La milicia activa estaba destiuad¡¡, a "suplir la deficiencia del ejército
pennaueute para la defensa y seguridad del territorio", gozaba del 680. La guerra de la indepetuieucia, la contienda con Brasil, las guerri-
mismo sueldo que el ejército de 1ú1ea cuando entraba en actividad y llas iuterprovinciales y la lucha contra el indio detenninaron permanen-
estaba obligada a observar las ordenanzas militares. Se la proveía del tes reclut:anUent:os, y obligaron al gobien10, en repetidas oportunida-
vestuario 111i1itar necesario y su tiempo de servicio duraba ocho años, des, a echar mano de los esclavos, a quienes rescataba, abonando su
pero no podía ser obligada a estar sobre las armas por más de seis precio a los d11eños, o bien confiscaba, con cargo de oportuna ituiemni-
meses corridos. zación al t:émtiuo de la contienda. El general SAN MARTiN ftre lUl decidi-
La milicia pasiva era llamada sólo cuando peligrase ''la seguridad del do partidario de la illCOlpOración de los negros en las filas patriotas, a

"' 495
MANUAL DE Hl:STORlA DE LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS
fu Bj"ÉRClTO PATRIO

fin de organizar con ellos cuerpos de infantería, pues los criollos sólo se zaba a nuestro hombre de campo y que, aplicado a la guerra, le daba
destocabau en la caballería. En julio de 1816 se crearon varios cuerpos de tuu ventaja enorme sobre el enemigo.
esclavatura cívica que, eu calidad de milicias urbanas y siu perder su El caballo pasó a ser durante la época de llltes~as gue~as un el:rneJ.ltO
condición de esclavos, se ejercitaron para entrar en acción eu casos ex- de batalla que fue necesario conservar a cualqmer preciO. En vanas oca-
tremos. siones se lo declaró "at·tículo de guerra" y se dispuso su confiscación, Cll
Pero 11~ sólo los negros fueron incorporados compulsivamente wlas atención a la urgencia por que se atravesaba. .
filas. Dtce MARILL1Z URQUIJO que el temor a la iucoqxu-ación en el Las armas de la caballería gaucha fueron el sable, la latlZ<l, el cuchillo, las
ejército llegó a ser un freno a la movilidad de los trabajadores libres del boleadoras y el lazo, que sus integrantes matlejaban con destreza siu
iuterior, quienes, con tal de no caer en las redadas de los reclutad ores se igual. Utilizabau poco las armas de fuego y, en ga1eral, eran malos
abstaúan de trasladarse a Buenos Aires, a pesar de abonarse eu ésta '
tiradores.
mejores salarios.
Las levas o reclutamientos forwsos llegaron a ser el pánico de los trabaja- 682. Las marchas por el desierto a través de los montes eran dirigidas
dores y de l01s dueÍlos de tilleres y esta.blecimientos de campo, que veían por baquianos, quienes, como aquellos adalides de la conquista española
desaparecer sus escasos peones culos cuerpos del ejército. (§ 331), conocían a las mil maravillas la_ naurrale7A que les rodeaba y
Fue DoRREGO, durante su breve gobieruo eu la provincia de Buenos sabían interpretar con acierto todos los stgnos que se p~enta~au a su
Aires, quien por decreto de120 de agosto de 1827 suprimió las levas vista de lince, ya sea para orientar la marcha, p~ra a~vert::rr el ~Igr? -~el
c?mo sit~tema corriente de reclutamiento, atendiendo a que "perju- indio o para acechar la proximidad del Cll~go. Con ~a nltutClOn
dic~n la. ~griculnrra, la industria y el pastoreo, pues promueven la notable -dice SAROBE- y sin errar una vez, ehgen la mepr ruta entre
emigraCion para fuera de nuestra provincia" de los hombres de tra- cieu sendas distintas, encuentran la huella en el bosque o descubren el
bajo, además de que "desmorali7All y humillan al pueblo a fuerza de vado en el rio."'
~costurnbrarlo a presenciar actos de violencia que degradan la ma- Otra figura notable de los ejércitos patrios fue el chasquí o correo mil~­
Jestad ~e las leye~:'. Tan sólo en caso~ de suma necesidad y urgencia, tar, que cubría el servicio de noticias eiltre los ej~rdtrn: o con las auton-
y preVIa resolunon expresa del gobteruo, se procedería a levantar dades de la ciudad. Los jinetes recorrían largas d1stanctas a todo galope,
levas. Pero, caído DoRRBGO, las levas continuaron realizándose. En ocultándose de día y cabalgando de noche, entre enormes peligros Y
1835, para reemplazar a los soldados que habían cumplido su tiem- salvurlo mil obstáculos.
po de en~anche, se comisionó a los jueces de paz de la provincia de
Buenos Aires para que remitieran al ejército un múlimo de dos hom- 683. Las reglas de batalla eran elemaltales: las fuerzas se col~aban a
bres por mes hasta cubrir las plazas faltantes. tiro de caúón y despegaban guerrillas para desalentar al euenugo. La
artillería y la infantería formaban en líuea, una al lado de ?n·a, y la
681. Las annas y elementos bélicos. Las armas de la época eratl fusi- caballería cubría las alas. La faz decisiva de la lucha quedaba Siempre en
les de chispa o eslabón, que se cargabatl por la boca, con balas redoudas manos de la caballería, de quien dependía luego la persecución del ven-
de 14 a 18 milúnetros, y luego, fhsiles de percusión, con balas puntia- cido hasta destruirlo o tomarlo prisionero.
gudas y cónicas de 12 a 14 milímetros. La lanza y el sable completa.batl
el armunento de las tropas de líuea. 684. La marina de guerra. "La armada" en uuestro país fue integr.in-
La caballería gaucha constin1yó el más importante elemento de lu- dose lenta y trabajosamente. Los oftc~al~ -según pal~bras de BURZID-
cha dtrr:U:lfi'; la época de los caudillos. La infantería y la artillería no care.cían de uniformidad en sus couocumeJ.ltos profesiOiuies, y lo hete-
se, c~ncihaban con el espíritu de la población campesina y con sus rogéneo de su origen era un factor negati~? ~nla efkia1ci~ del servicio
habttos naturales. La destreza con que el criollo mat1ejaba el caballo, naval. El personal superior provaúa del eJerctto, de la manu~ mercante
además de las excelentes condiciones de estos animales, dóciles, lige· y de la oficialidad extranjera contrata.da ~or ~empo determuudo. Los
ros y sumamente resistentes, lo convirtieron en un guerrero irrem- grados navales eran iguales que los del eJérctto (§ 676), e"':epto ~de
plazable. A estos elementos debemos agregar el profundo conoci- brigadier, que no existía; eJ.l cambio, figuraban los de guardian1MUla Y
miento del terreno, de los hombres y de los animales, que caracteri- aspirat"lte, esta.blecidos especiahnente pat·a esta arma.

4%
MANUAL DE HISTORIA D!l LAS INSTITUCIONBS ARGENTINAS
EL !lJÉRCJTo !>ATRIO
La organización general siguió ajustada a las ordenanzas que para la LLERMO BROWN y del armador GUILLERM:O Pío WHrrn. "De mercanto-
armada regía.u en Espaúa, ya que poco se llmovó durante el período en nes Y, stunacas de cabotaje fluvial, :rrrnados con caÍlones c01uprados 0
esrudio. extraídos de los arsenales de la Patrta, donde dormían su veter.uúa, fOr-
El personal subalterno fue reclutado en la misma fo!1Ihl. que el del ejér- maron una fherza respetable", compuesta por la fragata "Hérctdes", la
cito(§§ 675 y 677), ofreciendo serias dificultades ante la dureza de la corbeta "Céfiro", el bergantín "Nancy" y la goleta "Julieta" además de
vida a bordo y la exigüidad de las remuneraciones. varias embarcaciones menores, según expfu.:a llisTEF&"fl. '
GUILLERMO BROWN ha dejado llil cuadro bastante claro de las tripula- Como acabamos de seilalarlo, los buques de guerra eran por lo común
ciones que se embarcabatt en las naves de battdera nacimtal: "'Eran tuta veleros merc~ntes armados para la guerra, con troneras y caúones de
mezcla de gentes de todas las ltllcionalidades, de las cuales sólo mu bronce que disparaban cargas de metralla, sin corazas ni defetlSas sufi-
pequeña parte (priucipaltnente ingleses y norteamericanos) eran mari- cientes. Aguautaban la lucha hasta que se hundían a causa de los destro-
neros; el resto se reclutó entre los emigrados, ingleses y franceses que zos producidos por las balas enemigas.
estaban si.u empleo por la quiebra de la sociedad de inmigración y entre ~1;-cuanto a la navegación a vapor, debemos recordar que en 1825 par-
los hljos del país, que a excepción de los paraguayos y correntinos, eran no ~esd~ ~puerto de Buenos Aires el primer buque a vapor. Se trataba
enteramente novicios". del Drnd , llegado a puerto desde Gibraltar como velero y al que en el
Tantbién se improvisaron marineros con los soldados de las tropas re- Riachuelo se 1~ instaló la maquinaria a vapor, con nted.a.s, lta.vega.ndo
gulares del ejército y con los negros libertos, quienes, jtmto con los con ella por prmtera vez en viaje a San Isidro. Tan sólo enl845 se contó
marineros que llegaban con el barco, generalmente adquirido en el ex- con el primer buque de guerra a vapor: "La Merced".
terior, C()mpletaban la tripulaciÓIL
En general, la falta de hombres file permanente en la marina, aún más 685. El mando de las armas. El mando superior del ejército, la
que en el ejército. Recuerda tul autor que incluso llegó a echarse mano armada ylas ~nilicias nacionales correspondieron después de 181 Oal
en algmta. ocasión de los presos de las cárceles, a quienes se les ofrecía la Poder EJecut1vo, de acuerdo con lo prescripto en los sucesivos ensa-
libertad a cambio del servido en la armada. yos coustitttcionales y demás disposicioues sobre la materia. Con-
Movida por las necesidades de la guerra, la Junta de gobierno, a forme a ello, quedaron principalmente reservados a este poder: el
iustancias del diputado salteÍlo FRANCISCO DE GURR UCHAGA, formÓ mando y la organización de los ejércitos, el nombramiento de. sus
una llnprovisada fuerza naval y de esta manera "con más entusiasmo jefes y oficiales, la adopción de todas las medidas convenientes para
que elemeutos" -al decir de LAURIO H. DEsTEFANI- surgió "nuestra la defensa común, y el conocimiento en ídtima lllStauda de las cau-
prllnera, heterogénea y débil escuadrilla naval". Estaba compuesta sas judiciales del fuero militar.
por el berga.utín goleta "La Invencible", el bergantín "25 de Mayo"y Sin embargo, esta autoridad .~uperior se encontraba limitada en algunos
la balandra '"Americana". Actuó bajo el mando del teniente coronel aspectos por el órgano legislativo. Se necesitaba la aprobación de éste
de marina JuAN BAUTISTA AzoPARDO. Las fuerzas navales depeudían para d~ar.u: la guerra y celebrar la paz, formar nuevos cuerpos arma-
en esta primera época de la capit.uúa del puerto de Buenos Aires. dos, fiJar las fuerzas de línea de mar y tierra, y aím para efectuar ascen-
Los aspectos económicos y logísticos estaban a cargo de la mesa de sos a los grados superiores del escalafón militar.
cuenta y razóu, creada cl12 de enero de 1811, reemplazada poste- Des~u~ de 1820 las p~viucias asumieron esas fimcioues, las tropas se
riormente (1814) por la comisaría de marina; ambas estuvieron a convrrtteron en prov111ciales y, siguiendo la tradición, el mando militar
cargo de BENITO JosÉ GoYENA. En 1815 surgió la com.utdancia de fi!e eHComendado algobernador, quien tmió a ese cargo el título de capi-
marina, a cargo del general MATiAs DE lRlGOYEN. tangmera/.
Luego de derrotada la prim.er escuadrilla naval frente a S.ut Nicolás, el2 Los pactos i.uterprovittciales (§§ 472-473) buscaronsolud011ar esta dis-
de marzo de 1811, las actividades de nuestros improvisados efectivos persión del mando. El de 1831 alcanzó en este sentido algt'ut restdtado
navales hostilizaron, con mejor suerte, las fuerzas espaúolas. Habrá que satis~actorio a través de la comisión representativa, encargada de fijar el
esperar, siu embargo, la decisión de la As.unblea del aúo XIII para ver conttngente ~e tropas de cada provincia en caso de guerra y de nombrar
formar la escuadra nacional. La decisi6n se adoptó por instancias de el gener~ e~ Jefe del ejército(§ 476), pero en caso de ayuda militar de
ALvEAR y LARREA, media.udo la decidida actuación profesional de Gm- mw provUlcta a otra, el mando de las ftterzas militares quedaba sujeto al

498 499
'
MI\NUAL DB HISTORIA DB LAS JNST!TUCroNl!S All.GBNTINAS

gobicmo de la provincia auxiliada mientras las troptS se hallasen en su "


territorio (§ 475). "
Finalmente, a través del encargo de las relaciones exteriores y de los
negocios de guerra y paz (§ 483), y del incremento de atribuciones
nacion;l]es obte.tlidas por el gobernador ROSAS (§ 485), se alcanzó a
mlificar el mando militar superior(§ 488).
t

Tercera Parte

lA EPOCA
CONSTfl'UCIONAL

500
Capítulo XXVI

La organización constitucional. El Acuerdo de San Nicolás. La Cons-


titución Nacional de 1853. Formación del Estado de Buenos Aires. El
conflicto entre la Confederación y Buenos Aires. La reforma de 1860.
La turión defulltiva.

La organización constitucional (ll

686. La larga dictadura de RosAS no parecía ser el camino adecuado


para alcanzar la constitución tantas veces postergada. Las ideas del die·
tador al respecto (§ 479), mantenidas i.nvMiablemente; la aplic<tcióu
f¡_.agmentaria del pacto federal (§ 480) y la formación de una jefatura
suprema de la Confederación Argentina (§ 487), eran síutomas elo·
cuentes de esa situación -~llt ténnino, de esa postergación .iudefmida de
la organización constitucional.
Así lo entendió el gobernador de Entre Ríos, general JusTO JosÉ- DE
URQUIZA, quien enl851 inició decididamente la campaÍla destiuada a
promover la demorada organización constitucional. El 5 de abril diri-

(1) ENRIQ!ll:M. BARBA,E!Acuerdork San Nicolds, Hum., XXX!, 1948; RA."'ÓN f. CulCANO,La
rtllr.!]Miitm;ión del par. después rk Careros, H.N.A., ''Ol. VII, 1946; EQI.II1'05 DE INV:ESUGACIÓN
HISTÓRICA, l'al'dn ;r la crisis de la C011ftdemd.6n, Buenos Aires, 1966; H. S. I'ERNS, GniJJ Bretaiia
_v A':!]enti#a.... , op. cit. en nota (I) dd .:ap. XXI; fuw A. Gom:Auz CALOliliÓN, Dere¡;};o
Constitucirm.alA'Jf~ntüw ... , op. cit. en n001 (l) del cap. XIV; Au!Euo G. PAPILLA,Ltxiones sobre
la Comtitucián, 2da. Ed., Buenos Aires, 1965; A. G. PADUL~.,La Comcitución de ErtiJdos Unidor
comoprceedmteargentino, Buenos.AU-es, 1921; Is:u:>oRO J. Rmz MORENo,Bnm R/()J;yBJICn()J;Aim
a la .:aida de la Confr4enu:idn, R.H., N" 8, 1981; LEóN REliOLto PAz,Histori4 de la(ll'f]anizaci<Jn
nadO!I;ll, t. I, Buenos Ail-.:$, 1951; I. J. RmzMORENo,La lucha por la Crm.rtitucidn ... , op. cit. en
n<m (1) del-cap. XVI; JAME> R. Scoar<:,La lu,:/m pur la conwlidacidn rk fa nacionalidad a1J]tl1tirnJ,
1852-1862, Bueno~ Ai.res, 1964; Jo5F. A. SEco Vn.r.AUIA,hentes de la Comtituúún ... , op. dt. en
not~ (1) del cap. XIV; O. CAnos Sror:tER, .Rafees intelectuales de la Comtitucidn A1JW11tina de
1853 en J.G .L., XXI!, 1985; Vic:rOll T AV 1\Nzoi.TIGU!, Rmnaciln rkl Errado Ftdoml.. ., op. cit. en
nota (3) dd ..:ap. .XVH.
(h) ~'\D!ll.MA.'I, R.tptWlic o/Ca.pita/ ... , op. cit., en n<m 1 dcl cap. XVI; BEAntlZ BoscH, En la
Conji:dcnuiÓ/1 A1J]tntina. 1854·1861, Buenru Ail-.:s, 1998; GoNÚU.Z BERNALDO DE QUJRÓS,
Cil'ilidtui .f pofitiC/.1 ... , op. dr. en n<m 1 del cap. XIII; An~no Ronouo LErru;u,La repdblica de
fa opinión. Poder poHtico y sodcdtui civil de lJue/WS .Aim entre 1852 y 1861 en RJ. n~ 210, 1997;
DARDO PEl<.Ez Gmrnou, Historia de la originalidad «m.rtitucilmn.i m:gentina.l'rJ!imicas y debates.
1810-1880. Mendoza, 1994.

503
MANIML DE HISTORIA Dil LAS lNSTITIJCIONES ARGE."'T!NAS
l.A ORGANIZACIÓN CONSTITUCIONAL

pó tUla circular a los demás gobernadores, invitándolo.~ a cooperar eu go de obligarlo a capitular y de obtener el ingreso oriental en la alianza,
a lucha por el derrocamiento de la dictadura, "cuya caída -decía- es l.lll URQlJIZA volvió a Entre Ríos. Desde allí cruzó el Par.má y pudo av-anzar
·estdtado necesario del poder de las cosas, y el triunfo de la justicia f.ícilmente sobre Buenos Aires, aprovechando la llamativa pasividad del
'ública que tarde o temprano es condignamente satisfecha". El 1 de ejército rosista, que prefirió no adelantar sus tropas, siuo esperar al ene·
na yo expidió m1 decreto por el cual la provincia reasurrúa las facultades migo cerca del campameuto militar de Sautos Lugares, donde proyec·
lelegadas en el gobernador RoSAS para la dirección de las relaciones taba librar la batalla decisiva. El3 de febrero de 1852, en Monte Caseros,
·-xter~o:CS y demás asm1tos nacionales, quedando, en consecuencia, eu quedó resuelta la lucha a favor del ejército aliado, que pudo así entrar en
ondtctmles de enteuderse directamente con las demás uaciones "hasta Buenos Aires.
anto que congregada la Asamblea Nacional de las demás Provincias RosAS, apresuradamente, presentó su renuncia como gobemador de la
tennanas, sea definitivamente constituida la República". Poco después, provinci.t y la remitió a la legislatura de Buenos Aires, atmque no aludió
1 25 de ~y~, eu send~ proclamas a los pueblos confederados y al por entonces a su cargo de jefe supremo del Estado(§ 487).
•neblo y eJercito entrernanos, URQUJZA sostuvo que la delegación de
acuitarles dadas a RosAS habían sido cou el objeto de constituir la Na· 688. El general VCllCedor reorganizó el gobierno de Buenos Aires, de-
ión, y e;;to no se había ctunplid(\ por lo que debía aplicarse m1 "ejem· signando gobernador interiuo al doctor VIcENTE LóPEZ. En las demás
,¡ar casngo para el usurpador de las prerrogativas nacionales". provincias no hubo de inmediato cambios sustanciales, y la mayoría de
Upronunciamiento de URQlJIZA sólo encontró adhesión eula provincia las legislaturas y gobiernos se apresuró a adherir a la causa tritmfaute,
~Corrientes, la que reasumió los _¡xxleres nacionales, delegados a RoSAS. demostrando una fácil adaptación a la nuev-a situación.
,as dcm.ís provincias condenaron oficialmente la actitud de URQlJIZA Al quedar acéfala la autoridad que ejercía los asm1tos nacionales, debió
onsiderándolo reo de alta traición a la patria, y reiteraron su adhesió1~ también, como solución inmediata, resolverse acerca de su destino. A
l dictador porteÍ1o. fm de explicar a los gobiernos del interior su política de fi.1sión, olvido
y tolerancia, URQL'IZA comisionÓ al doctor BERNARDO DE lRIGOYEN Y,
•87. A fin de preparar la camp-aí'l.a militar, el gobernador URQlJIZA como resultado de ellC\ las provincias de San Juan, Mendoza, San Luis,
elebró m1a alianza militar múltiple. E129 de mayo de 1851 se sus· Córdoba, U Rioja, Tucumán., Sat1tiago del Esrero, Catamarca y Salta
ribió el tratado de alianza ofensiva y defensiva contra el general reasumieron las facultades acordadas a RosAS (§§ 485, 487 y 488) y
)RJBE. (§ 518) entre la_rrovinda de Entre Ríos, el imperio del Brasil y encargaron. a URQUIZA la conducción de las relaciones exteriores hasta
[ gobterno de Montevtdeo. Por fin, el21 de noviembre se celebró mu la remtión del Congreso General Constituyente. Algunas de ellas tam-
ueva conveución entre las mismas partes, a las que se unió Corrientes bién hicieron extensivos los poderes otorgados a los uegocios geuerales
ou el ~ropósito .de ~li~.U: ~ Pueblo Argentino de la opresión que de la Confederación.
tÚ~e.baJo la donun.actón.nramca del gobernador D. ]UAN M. RosAS, y Las provincias litorales -Buenos Aires, Sauta Fe, Entre Ríos y Corrien·
uxiliarlo para que organizado en la fonna regular que juzgue más cou· tes- procedieron en forma análoga, aunque la delegación tuvo otro ori·
eniente a sus intereses, a su paz y amistad con los Estados vecinos, gen, ya que emanó de la conferencia de gobernadores de aquellas pro-
-ueda Cm1Stituirse sólidamente, estableciendo cou ellos las relaciones vincias, celebrada el6 de abril de 1852, y cuyos restdtados constatl en el
olíticas y de buena vecindad, de que tanto necesitan para su progreso llamado Protocolo de PaJermo. De acuerdo con el mismo se autorizó al
engrandecimiento recíproco". geueral URQlJIZA para conducir las relaciones exteriores hasta la reunión
.i bien estos acuerdos constituían una infracción al pacto federal del congreso constituyente. Se dispuso tambiéu que cada provincia de·
§ 475), corrn lo ptultualizaron algunas legislanrras provinciales, cabe se· signaría llll plenipotenciario p-ara integrar la comisión representativa, a
alar que el propósito del pronunciamiento era obteuer la aplicación in- fin de que se procediera conforme a lo prescripto en el art. 16, atribu-
~gral de aquel pacto en cuanto atendía a la orgrulización constintcion.aL ción 5' del pacto federal(§ 476).
IRQm~ había prouosticado en la prodatna del 25 de mayo que "'la De esta manera, qt1edó URQlJIZA provisimuhnente a cargo de las
ampana com:ra RosAS será m1 paseo militar nada más". Debió, sin relaciones exteriores, sin haber obtenido que todas las provincias le
mbargo, operar primero sobre la Banda Oriental, en cuyo territorio las delegaran poderes para conducir los demás negocios generales de la
Jerzas federales del general ÜRIBE sitiaban Moutevideo (§ 517). Lue· Confederación.

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MANVAL DE HiSTORIA DB US INSTITUCIONES ARGENTINAS LA ORGA.'IIZACIÓN CONSTITUCIONAL

689. El vencedor de Caseros quería llegar inmediatamente a la sa.t1.* constituidas; el mando de todas las fiterzas militares existentes en las
dónde las ta.tttas veces postergada Constitución NacionaL Dos ca- provincias; la reglamentación de la navegación de los ríos interiores y
minos o procedimieutos se le presentaban: tillo era el de dar cumpli- del sistema de correos, y la mejora en general de los medios de commll-
miento estricto a los arts. 15 y 16 del pacto federal, convoca.ttdo a cación. Debla también atender lo relativo al funcionamiento del Con-
las provincias a un Congreso General Constituyente, ya por inter- greso General Constituyente, proveyendo los viáticos y dietas de los
medio del restablecimiento de la comisión representativa, ya directa- diputados, y otros gastos; la instalación y apertura de sus sesiones, ase-
mente. En el Protocolo de Palermo se habla escogido la primera de gurando la libertad de las deliberaciones y el respeto al cuerpo y a sus
estas soluciones. Quedaba otro camino, y era el de crear tmnuevo miembros; y promulgar la Constitución que se sancionara, haciéndola
instrumento legal basado en la victoria militar. Este último era el ctunplir y observar. Podía también el director provisorio constituir tUl
más tápido, cmúorme a los deseos de URQUIZA, y posibilitaba la Consejo de Estado para consultarlo en los asmttos que juzgare graves.
ampliación de los estrechos poderes nacionales que URQUIZA había A fin de sufragar los gastos que demandase la atCltción de los negocios
recibido en las ya seftaladas delegaciones de las provincias (§ 688). generales, se estableció que las provincias concurrirían proporcional-
Pero presentaba también sus tropiezos, como veremos. mClltC con el producto de sus aduruw exteriores.
El 8 de abril el general URQL'IZA dispuso el envío de una circular a los El Acuerdo fue ratificado o aprobado Cltlos meses siguientes por todas
gobiernos de las provincias, invitándolos a tilla retmión solemne de to- las provincias (§ 457), a excepción de BuCllOS Aires, donde se produjo
dos ellos, "'que forme el preliminar de la Constitu(:iÓn Nacional", y que tUl grave conflicto.
se celebrada en la ciudad de San Nicolás de los Arroyos. Parecía, pues,
inclinarse URQUIZA hacia la formación de tUl nuevo instrumento legal. 691. Los términos dcl.Acut:rdo acrecentaron la desconfianza y el recelo
con que en Buenos Aires se miraba a URQUIZA. Aunque el tiempo se
690. El Acuerdo de San Nicolás. Respondiendo a la invitación for- encargó de demostrar que esos temores eran injustificados, lo cierto es
mulada, concurrió a Sa.tl Nicolás de los Arroyos la mayoría de los go- que parecieron excesivas las atribuciones encomendadas al general UR-
bernadores provinciales. Sólo faltaron el de Catamarca, cuya represen- Q"li'IZA, teniendo en cuenta que era sólo 1u1a autoridad provisional y que
tación füe confiada al propio URQUIZA, y los de Córdoba, Salta y Jujuy; muchas de las fimciones encomendadas correspondían, en buena téctli-
qtúen~ adhirieron posteriormente a lo resuelto en esta cooferencia. ca COllStitucional, al Poder Legislativo. El temor a la socesión de RosAS
. '
Luego de deliberar sobre su contenido, el doctunCltto se suscribió el31 quien había gozado de análogos poderes(§ 488)) fue entonces una de
de mayo de 1852. • las razones de la oposición que leva.t1tó elAcuerdo, pero no la única. De
Eu este Acuerdo se estableció: a) la observancia del pacto de 1831 en conformidad al mismo texto, las fuerzas militares de las provincias pa-
todas sus dáusulao:.; b) la retullón de tUl Congreso Geueral Constituyen- saban a depender de la nueva autoridad, que, asimismo, podía interve-
te, de acuerdo con lo previsto en el art. 16, S• atribución, del menciona- nir Cll el territorio provincial. También aparecían seriamente afectadas
do pacto, Cll la ciudad de Santa Fe, que debía instalarse en el mes de las remas aduaneras del puerto, sostén principal del presupuesto local,
agosto siguiente, Cltviando cada provincia dos diputados, los que actua· las que, de conformidad a lo conve1tido eu la conferencia de gobe.mado-
rían libres de instrucciones especiales (§§ 527*528) que pudiCl·a.tt res- res, debían coutribuir a sufragar los gastos nacionales. Si hasta Clltonces
tringir sus poderes; e) la abolición de los derechos de tránsito (§ 596) aquellos ingresos hablan sido afectados al pago de algtmos gastos de
sobre las mercaderías que circulasCll de mta provincia a otra; d) la for- esta naturaleza, lo cie11:0 es que ello se debía a la tradicional fonna de
mación de una autoridad de carácter nacional, bajo la dCllOnlinación de admitt.il;tr.acióu de los negocios generales auexa al gobiemo de Buenos
director provisorio de la Confederación Argentina, y que ejercería sus :fi.m- Aires. Pero ahora esas rentas debían pasar, almenas parcialmente, a
ciones hasta que se sancionara la Constitución NacionaL mrutos del uuevo director provisorio, que no en porteño.
Correspondían al director proviSfJrio las siguiClttes atribuciones: la con- Durante varias sesiones, celebradas en jutlio de ese año .1852, la legisla-
ducción de las relaciones exteriores; la ejecución del pacto federal en tura de Buenos Aires debatió el contenido del Acuerdo. Ya BARTOLOMÉ
todo el territorio nacional, como, asimismo, velar sobre el cumplimien- MITRE, tu1.0 de los diputados, habla expresado en el periódico Los Deba-
to del propio Acuerdo; la tna.tltClKión y el restablecimiento de la paz tes ( 19 de junio) los fimdamentos que, a su juicio, obligaba.tt a rechazar
interior si ésta fuera alterada, wstenie1tdo a las autoridades legalmente el Acuerdo: "La autoridad que crea el tratado de Sa.tt Nicolás, es decir, el

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MANUAL DE H!STOR1A DE LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS ORGANI7.AC!ÓN CONSTITUCIONAL

Difectorio Provisorio que se confia al general URQUIZA, es inaceptable rechazado. Ello motivó la enérgica intervención del general URQUIZA,
por muc~s raz~:m~: Ira. Porque legaliza mayores facultades que las quien expatrió a los principales diputados opositores, cl~us.uró la legis-
que ha temdo nmgtm poder de la República Argentina, incluso el de latura y asmnió provisionalmente el gobierno de la p~vmc¡a. Pero ba~­
RosAS, que de derecho no tuvo jamás sino el encargo de las Relaciones tó su allSencia fiSica para que estallase, el 11 de setlemb~, llll movi-
Exteri,ares. 2da. ~rque da :Ú J:?~ector mayore_s faetdtades que las que miento militar, que restableció en el gobierno a los adversanos delAcm;·
tend:a, por cualqmer constlUICIOll que se sattctone, el Presidente de la do, que eran ahora también enemigos de URQUIZA. Pocos días des pues,
Republica. 3ra. Porque lo inviste hoy de mayores atribuciones que las el 22, una ley dispuso retir-ar a URQUIZA el encargo de las relaCiones
que el Con~_o Nacional va a tener. 4ta. Porque le concede facultades exteriores otorgado en el Protocolo de Palermo (§ 688), con lo. ~ue Bue-
que son. .rnvatiVas del Congreso Nacional, tales como regiunetttar la nos Aires quedó separada de las demás provincias, y etl condiCIOnes de
navegac1on de l?s ríos y.disponer de las rentas nacionales. Sta. Porque ejercer directamente la conducción de los negocios int~nms Y~xt~rnos.
establece una dictadura rrresponsable, sin colltrapeso y sin anteceden- Con todo, Buenos Aires intentó extender a las demas provUlctas los
tes. 6ta. Porque sattciona tul principio ñmesto que ha sido el origen de efectos de la revolución de setiembre, tratando de cn1zar los pla.t1es ~e
todas nuestras ~esgracias, prilt~ipio que fue vencido en Caseros y que organización constitucional de URQUIZA y busca.tl~O una nueva org;am-
por consec~tencta no puede servrr de base a la organización de la nación, zación bajo la dirección porteña. Sin embargo, la mtentona fracaso.
porque sena querer llegar a tm buen término por tm mal carnina".
~ precisamen.te el mismo MITRE el primero en hablar cuattdo se ini- 693. La Constitución Nacional de 1853. El Congreso General CotlS·
Ciaron las deliberaciones legislativas sobre el Acuerdo. Calificó entonces tituyente, convocado por el Acuerdo de Sa.tl Nicolás(~ 690)., se instaló
a la. aut~ridad establecida como dictatorial, irresponsable, despótica y solemnemente en la ciudad de Santa Fe el 20 de novtembre de 1852,
arbitraria, aclarando qtte atacaba el principio en sí y no la persona de con la representación de todas las provincias, ~ e~-epción d: Bt!enos
URQtJJZA. Aires. A fin de redactar el proyecto de Constltuctón se destgno m1a
DALMACJo V Buz SARSFIELD sostuvo que los gobernadores remUdas ca- comisión integrada por los diputados PEDRO DiAz CoLODRERo, MAR·
recía.t~ de poderes para legislar en materias que eran propias del poder TÍN ZAPATA, JUAN DEL CAM.Pll.LO, MANUEL LEIVA, PEDRO FERRE, Ju~
::onsntuyente, por lo que el Acuerdo resultaba ilegal. MARíA GUTIÉRREZ y JosÉ BENJAMÍN GoROSTIAGA, quienes ell8 de abril
La defensa del Acuerdo estuvo a cargo principalmente de los doctores de 1853 presentaron el proyecto a la cmlSideración del Congreso.
ft.JAN ~fA ~~R~Z y VICENTE ~ID~L LóPEZ, .ministros de gobierno El proyecto de la comisión de negocios co11Sti~ionales fi¡e puesto a
r de lllS~tccion publica de la proVlltcia, respectivamente. Sostuvieron discusión en general y en particular. Los cm~es1stas aprobaron lama·
a necesidad de formar un poder capaz de conducir a la Nación a la yoría de los artículos sin discusión, introducténdo~e en otros algunas
)rgan~ción constitucional; que las demás provincias habían aceptado modificaciones. Hubo también varios puntos espe-Cialmente controver-
~ carruno adoptado por el Acuerdo, y que las facultades delegadas a tidos, como los referentes a la religión(§ 935), la libertad de cultos (§
.JRQUIZA eran por naturaleza de carácter nacional. López consideraba 937), la cuestión capital, el juicio político a los gobernadores ~algunos
lue.elAcuerdo ~a. un acto de gobiemo ema.tudo de la obligación de dar aspectos impositivos. Las discU'>iones finalizaron el 30 de abril, con la
·.strtcto ctunplimiento al pacto fimdamet1tal vigente y reanudar así la intettción de que se fmnase la Coustituc.ión. ell 0 de mayo, ett celebra-
Uta hacia el objetivo final, que era la Constitución. ElAcuerdo no crea- ción del segundo a.tllversario delpronunctamtentv contra RosAS (§ 686 ).
)a, seg{Ul.LóPE~., tuda nuevo, y sólo se encargaba de regl.unentM los Fue promulgada por el director provisorio ;I 25 de ~~yo .de .1853,
:omprorrusos extstentes. Lo convCllido en San Nicolás no era pues un dispmllé.ndose que fi_tese jurada en todo el pats el 9 de JUho Sigtnente.
rat~, ya que ~lo establecía nuevos derechos y deberes. Sólo había ;ido
m'lado a la legislatura para que ésta detenni.nara si se le habían usurpa- 694. El proyecto de ConstiUtción, decía la conlisión redact~ra, no e~a
lo algunas de sus prerrogativas y también para acallar las agitaciones obra exclusiva suya, "es la obra del pensamiento ac~lal.argetltmo, n~ill­
•rovocadas. festado por sus publicistas y recogido etl el trato dtano que los nuem-
bros de la Comisión ma.tttiet1Cll con sus dignos colegas". . .
·9.2 .. ~s deliberaciones no pudieron terminarse, pero a través de la De acuerdo con ello, ALBERTO G. PADILL-\ señala tres .fuentes pnnct-
pnuon expresada por la mayoría de los diputados el Acuerdo aparecía pales: la Constitución de los Estados Unidos, como lo demuestran

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M..\.N~TAL DE HlSTOR~A DE LAS INSTITVClON!'!S A.aGE."'TINAS
LA ORGANIZACIÓN CONSTITUCIONAL

las palabras de JosÉ BENJAMÍ."! GoROSTIAGA, el principal redactor del Las futuras relaciones con la Confedención estabau dadas por el art.
texto, al decir que el proyecto estaba "vaciado eu el molde de la 1_71: '"~1 Estado de Buenos Aires no se reunirá al Congreso C'JCneral
Constitución de los Estados Utúdos, único modelo de verdadera fe· s_uto ba¡o la base de _la f~:ma feder-al, y con la reserva de revisar y aceptar
deración que existe e11 el mundo"; la ConstiniCión argentina de 1~26, hbrenrente la consntuc10n general que se diere".
especialmente en lo relativo a la organizacióH de_los poderes Leg~la­ ~entro ~e- Buet~os Aires existían divergencias en cuanto a la conduc-
tivo y Ejecutivo; y la obra Bases y puntos de parttda para la ot;gamza- CIÓn pohtlca. St bien luego del fracaso de la expansión de la revolu-
ción política de la fupública A':t]entina, de JuAN BAunsTA ALBERDI, ción de _setiembre hacia las demás proviucias (§ 692) parecía preva-
que se publicó por primera vez en Valparaíso en 1852, pero que lecer la tdea de fortalecer a Buenos Aires como Estado independiClt-
alcanzó rápida difusión y sobre todo especial gravitación en el u·aba- te (autonomistas o localistas), no obstante, redoblaban sus esfuerzos
jo de la comisión de negocios constitucionales. los que luchaban por una organización nacional bajo la rectoría por-
Cabe, además, reconocer particular influencia a la experiencia política teña (nacionalistas) .
del país, recogida en tnás de cuatro décadas y revelada priucipalm.ente a
través de la formación del Estado federal, del régimett de las autono· 696. El conflicto entre la Confederación y Buenos Aires. La acti-
núas locales, de los pactos interprovinciales, de las delegaciones provin- tud de BuCltOS Aires al oponerse al platt de organización constitucional
ciales, y muy especiahnente derivada del pacto de 1831 y del Acuerdo ~bozado ~or URQUIZA plauteó serios problemas. No era, sin duda, tan
de San Nicolás. Eso tuismo lo compreudía ALBERDI, y así decía que en solo la acntud rebelde de una de las catorce provincias argentinas, sino
Bases "no hay nada núo sino el trabajo de expresar debidamente lo que que era t~biénla oposición de la principal de todas ellas, fuettte inago-
pertenece al buen setttido general de esta época y a la experiencia de table de dntero, hombres y capacidad intelectual. Hasta sus amenazas
m1estro país ... La historia, señor, los precedentes del país, los hechos de convertirse en tul Estado independiente adquirían verosllnilitud a1
normales son la base gratútica eu que descansattlas constituciones du- cotnprobat· la ext:11si~~t que podía dar a su territorio, segt'ut surge del
rables"' (carta a URQUIZA, 30 de mayo de 1852). art. 2 de la Conslltunon de 1854 (§ 695). Su fuerza material y moral
era tanta, que se_ o~otúa Cl~ iguales condiciones, si no en mejores, al
695. Formación del Estado de Buenos Aires. El recelo personal a res_t? de l~ prov:-nnas que llttegraban la Confederación. De allí que la
URQtJ1ZA, las amplias atribuciones que se le concedieron a éste en el umonitaCtonaL sm BuCltOS Aires constinúa un resultado lltsatisfactorio
Acuerdo, la pérdida imninente de las rentas aduatteras (§ 690) y del para quienes luchaban IX?r ese ideal. FACUNDO ZuvmíA, presiden~ del
maudo milit.u; mUdo todo ello a la intervención violenta de URQUIZA Congreso General Cottslltuyente de 1853, decía que "'intereses de todo
coutra los poderes públicos porteños ( § 692) y el fracaso de lo,~ planes género cottstituyen a Buenos Aires una especialidad en Ia familia argett-
expansivos de los revolucionarios de setiembre, constituyemn las ~rin­ tina. Antes de la revolución y después, se han ejercido allí y desde allí, el
cipales causas detennina.utes de la separación absoluta de BuettoS Aires. p~r gCiteral ~~la colonia y de la Nación. Buenos Aires es por esto la
Ya en1852 se habíau oído voces en Buenos Aires reclamando la s.utción mas alta exp~ton de nuestras trecesidades, de nuestros sentinúentos,
de mta Constitución. Al quedar al margen de la Constitución N<tcional de nu~tras pastones, de nuestros caprichos, de nuestra política, de nuestra
( § 693), pareció aun más apremiante [a necesidAd de dictar aquélla. La fuerza mtelec:Ual, poder ygenio"' (3 de mayo de 1853). Acaso por todo
núsma legislatura, considerándose órgano constintyente, saucionó el ello los COllStttuyentes fiJaron la capital de la Confederación en la ciu.
11 de abril de 1854la primera Constitución t}UC tuvo la provincia. dad de Buenos Aires, precisamente cuando 6.ta estaba al margen de la
Segün el art. 1°, "Buenos Aires es tUl Estado con el libre ejet-cicio de su organizacióttnacional (§ 695). ·
soberatúa interior y exterior, mientras no la delegue expresamente en En ambas partes, pues, había una conciencia de la nacionalidad común
un gobierno general". Se declaraba que su ten·itorio se extendía "'desde pero faUaban los ~edim: P~,a hacerla efectiva. El período sigtúente:
el Arroyo del Medio hasta la entrada de la Cordillera en el mar; lindan· hasta 1859, revelo una te1ts1on constante entre ambos contendietttes.
do, por tilla línea nordeste y este con los ríos Paraná y Plata y con el Ro~a:ruentos, amenazas, acercamientos y mpturas, luchas por ganar
AtláHtico, cmuprendiendo la isla de Martín García y las adyacentes a sus pos1e~ones y por obtener el reconocimiento de las potencias extranjeras,
costas fluviales y marítimas". Todo ello "sin petjnicio de las cesiones mvas10ues en territorio enemigo, guerra económica y financiera, etcé-
que ptledan hacerse en Congreso Geueral" (.u·t. 2). tera, fueron facetas de tUl conflicto que impacientaba por su larga dma·

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MANUAL DE HISTORIA DE LAS INSTITtJClON'JlS ARGENTINAS LA ORGANlZAClÓN CONSTlTUClONAL

ción. Ambos contendientes, como demostrando la paridad de fuerzas mamentos "al estado de paz". 8. La República del Paraguay garantizaba
~teiÚan relaciones de igual a igual, como si fiteran Estados indepetl~ el cumplimiento de lo estipulado.
dtentes. Acaso por esto mismo, o porque no olvidaban su condición de Como se advierte, el pacto, más que un convenio entre vencedor y
h:rmanos, lo cierto es que ambos bandos no parecían decididos a recu~ vencido, significaba el cumplimiento de un ideal que, en buena me-
rnr a las armas para solucionar sus diferencias. dida, ambos bandos habían proclamado: la unión nacionaL Tampo-
co );as bases de este entendimiento eran tan diferentes de las que
6.~7. Finalmettte,. resttelta la Confederación a obtetler la reincorpora- tiempo atrás habían servido para las negociaciones. Si la meta se
ct~l~ de Bueno~ Aires, y l~~ de fracasar nuevas mediaciones de diplo- había alcanzado, faltaba aún la ejecución de los medios para su efec-
matl~os extrMlJeros, los eJercttos, al mando de URQL1ZA y MITRE, res- tivo cumplimiento.
~?;amente, se enfrentaron sobre la cañada de Cepeda. La h1cha se Un convenio celebrado el 6 de jrullo de 1860 complementó algunos
luruto a un ataque frontal de la caballería de URQUIZA sobre las posicio- aspectos de las estipulaciones del pacto de San José de Flores. Entre las
nes defensivas adoptadas por MITRr. (23 de octubre de 1859) y, corno más importantes pueden seüalarse las relativas a la convocatoria de la
resultado del encuentro, este último quedó en inferioridad de condicio- convención provincial, la elección de los convencionales nacionales, la
nes,, tanto d~sde el ptmto de vist~ estratégico como militar, por lo que incorporación de los diputados y senadores bonaerenses en el Congreso
opto por ret:trarse; para salvar as1 la mayor parte de sus fi.terzas y con Nacional, y la entrega al gobierno de la Confederación, por pMte del de
ellas defend.e; l"' cn~ad, de Buenos Aires. Entretanto, el ejército de la Buenos Aires, de la suma de tUl millón y medio de pesos mensuales para
Confederacton contumo su avance sobre la ciudad. concurrir a los gastos nacionales(§ 715), modificándose en este senti-
~~ovid~ nuevas gestiones de los diplomáticos extranjeros, luego de do la estipulación contenida en el pacto.
vanas reumones, s~ alcMlZÓ fmalmente el acuerdo esperado, celebrán~
dose, el 10 de llOvtembre de 1859, el Pacto de unión, en SM1 José de 699. La refonna de 1860. Examinada la Constimción de 1853, Bue-
Flores -ratificado al día siguiente-, con la mediación oficial del repre- nos Aires propuso algunas reformas importantes orientadas hacia una
~etltilllte paraguayo, brigadier general FRANCISco SoLANo LóPEZ. protección de sus intereses y de su autonomía, pues debía ingresar en
tma orgatllución nacional controlada por sus enemigos de ayer. Ello
698. Las principales cláusulas del pacto disponían: l. Buenos Aires se detenninó que las modificaciones propuestas significaran un refuerzo
:ieclara~a part~ integrante de la Confederación Argent:ina. 2. Como tal, considerable de la doctrina federalista dentro de la teoría constitucio-
~fectuan.a un libre examen de la Constimción Nacional de 1853 me* nal, alejMuio el peligro de una excesiva injerencia del gobierno central
1iante la convocatoria de tuta convención provincial; si esta convención en la jurisdicción bonaerense.
propotúa reformas al texto constitucional, las mismas debíatl ser some- En consonancia con esta idea, las principales reformas votadas por la
tidas a decisión~~~ de.una convención nacional, con la participación convettción provincial fueron:
:l~ ~as las provmctas, utcluso Buenos Aires. 3. El territorio de la pro- l. Supresión de la ciudad de Bue110s Aires como capital de la Confed.e-
vmcia de Buenos Aires no podía ser dividido sin el consentimiento de ración y, en su reemplazo, la indicación de que la residencia de las at¡to-
m legislatur-a. 4. Buenos Aires se abstendría etl adelMtte de mantener ridades nacionales seria fijada por el Poder Legislativo, previa cesión
relaciones diplomáticas con otras naciones (§ 692). 5. ContitmarÍMl del telTitorio a federalizar por la respectiva legislatura local (art. 3).
bajo jm·ísdicción de Buenos Aires las propiedades y establecimientos 2. Modificación del régimen de las intervenciones federales (§ 764),
~üblicos dTe ~ prov~1cia, con excepción de la aduMta, por corresponder procurando a tl'a.Vés del nuevo ordenamiCJ:rtouna mayor protección C0110'a
~sta a la ~acton. Sm embargo, para cubrir sus gastos se gM·a.ntizaba a la amenaza latente de la intervención del gobierno central ( art. 6).
Buenos ~es su presup:'esto de 1859 hasta cinco años después de la 3. Supresión del requisito de revisión de las constituciones provinc!-ales
ulcO.q)QraCIÓn. 6. Se eshpulaba "un petpetuo olvido" de todas las can* por el Congreso Nacional Mltes de su promulgación (arts. 5 y 64, me~.
;as que provocaron la desrullóu y, etl consecuencia ningún cilJdadatlO 28 y 103, respectivamente).
1rgentino podía ser molestado por hechos u opitú~nes políticas expre- 4. Supresión del juicio político a los gobernadores provinciales por rar-
:adas dtJrante la lllencionada época. 7. El ejél"cito de la Confederación te del Congreso Nacional (art. 41).
;e rerirM·ía del territorio bonaerense, reduciendo Mnbas partes sus ar- 5. Agregado en el texto de que el Congreso Nacional no dictaría leyes

512
MANUAl. DB HISTORIA Dt! LAS INSTITUCIONES ARGBNTJNM LA ORGANIZACIÓN CONSTITUCION.<\L

que restringieuu la libertad de imprenta o establecieran sobre ella la a su predecesor y de acercanllento cou las autoridades porteúas. URQUI-
jurisdiccióu federal. ZA tambiéu buscó la amistad de Buenos Aires y; así, cada uno de los
6. Supresióu de la atribudóu concedida a la Corte Suprema de Justicia uúdeos influyentes -DERQUI, URQUIZA y Buenos Aires- trataron de
para couocer culos conflictos entre los difereutes poderes ptí.blicos de obtener el predominio en las restantes provincias.
tilla misma proviucia (art. 97). Superada esta primera época de enteudimientos cutre DERQUI y URQUI-
7. Prohibición de que los jueces federales fi.teran al mismo tiempo ma- ZA c~n los porte~os, bien prouto afloraronnuevamCllte las divergencias,
gistrados provinciales. las diSputas, los mtereses encontrados, que, en realidad, nunca habían
8. Prolúbición de suprimir las aduanas exteriores existentes en cada pro- d~sa.parecido? sólo e:-ta?an disimulados. En este momento, la lucha que-
viuda al tiempo de su incorporación y de conceder preferencias a llll do cuctutscnpta pnuctpalmente a Buenos Aires -cuya cabeza notable
puerto respecto de otro por medio de leyes o reglamentos de comercio. era ya BARTOLO.MÉ MITRE- y a la influyente personalidad de URQUIZA,
9. Imposiciótl a los senadores y diputados nacionales del requisito de en cuyo derredor giraba el partido federal del i.nterim. DERQUI, entre-
residetKia tnúüma en la provincia que los eligiera. tauro, no tenia la fi.terza suficiente para oponerse a cualquiera de ellos.
10. Indicación de que la aplicación de los códigos nacionales (§§ 785-
791) correspondía a las jurisdicciones locales (art 64, inc. 11). 701. Fueron varias las cuestiones que sirvieron de excusa para romper
11. Un nuevo agregado, esta vez el art. 101, aclarando que las provin- nnevamente la utüdad. La intervencióu a la provincia de San Juan y el
cias conservaban todo el poder no delegado por la Constitución algo- ases.inato de.su gobenudor fuerou motivo para que se lanzaran recípro-
biemo federal y el que expresamente se hubieran reservado al tiempo de cas mctdpactone.~. Pero la batalla principal se libró, tal vez, en romo del
su reiucorporación. donilillo de~ Congreso Nacional, que fimcimuba en Paraná, capital de la
Confederanón desde 1852. Al iuaugurarse las sesiones del cuerpo en
Algtuus otras reformas completaban el conjunto. Como se advierte a 1861, clebíau incorporarse eu el mismo los senadores y diputados
través de la precedeute enmKiación, la orientación reformista estaba elegidos por Buenos Aires de confornlldad a la Coustitucióu jmada
sigmda por el temor de Buenos Aires de ser avasallada por un gobierno el a~o anter~or. Los diputados bouaeren.ses habían sido elegidos
medtante el ststema electoral vigeute eula provincia y uo de acuerdo
ceutral que le fuera adverso.
coula ley nacioual En esa forma también habían procedido las de-
La couveución nacional, remUda en Santa Fe, aprobó el 24 de setiem-
más provincias cua11do eligieron sus primeros senadores y diputados
bre de 1860, sin modificacioues sustan.ciales, las reformas propuestas,
al Congreso bajo los principios de la CoHStitudón de 1853, porque
quedando así exteudida a todo el raís la Constitución Nacional.
entonces no habia ruta ley nacional eula materia. Lu<ogo de intensas
gestiones al respecto, 1a cámara de diputados rechazó a lo.~ represen-
700. La unión definitiva. La mllón de todas las provincias bajo un
tantes bonaerenses, dispotllendo que debían efectuarse nuevas elec-
solo texto coustitucioualno podía, sin duda, suprimir las profundas ciones de acuerdo con la ley uacional vigente. Si bien los senadores
diferencias ideológicas y de predominio político, económico y fi- P.orteiíos f~ueron aceptados por la cámara respectiva, aquéllos dispu-
uanciero que se habían deliueado durante la separación cutre Bue- SltTOU no tncorporarse hasta que se resolviera defuútivamente la si-
nos Aires y la Confederación. El antiguo problema de poder político tuación de los diputados de Buenos Aires.
venía a replautearse bajo tma misma estructura constitucioual. ¿Quién El dominio del Congreso fite, pues, defutido a favor de URQUIZA, pero
dominaría el gobierno nacional? <Las provincias seguirían a URQUI- a costa de tmnuevo conflicto con Bueuos Aires, que quedó nuevamente
ZA o se volcarían por la conducción porteña? En torno de estos inte- separada de la Confederación. Como dice SCOBIE, ''d esfi.1erzo de for-
rrogantes se desenvuelve uno de los capítulos más apasionantes de mar una nacióu fracasó en el momento de la pnteba fuudameutal: la
nuestra historia política. admisión de los represeutautes porteíios al Coug¡.-eso y la verdadera par-
La elección del doctor SANTIAGO DERQUI como presidente de la Confe- ticipación de Bt1enos Aires eu m1 gobierno nacional ( ... ) El peligro de
deración (1859) complicó, sin duda, el panonuna, y atUique no dispo- wta influencia porteíu dominante en el Congreso y; por eode, eu el
IÚa de toda la autoridad efectiva, pues continuaba aún URQUIZA domi- Ejecutivo Nacional había sido evitado".
nando muchos aspectos de la conducción política de la Confederación,
aquél bieu pronto adoptó ruu posición de iudependencia con respecto 702. Volvieron otra vez a aglutinarse las fi.1erzas. El presidente DERQVl

'"
1\úNUAL DB HISTORIA DB LAS INSTITUClON.BS ÁRGENTINAS LA ORGANIZACIÓN CONSTITtTClONAL

se acercó uuevamente a URQl.lTZA., distanciándose de Buenos Aires. En Buenos Aires demostró, en todo este proceso, una actimd contradicto-
esta proviucia aceutuóse la crítica al gobierno nacional. Ningím acuer- ria. En tanto pretendió afrrnur vehementen1.ente su posición localista,
do cabía, pese a las negociaciones entabladas, porque estaba eu juego el reservando sus instituciones y sus fuentes de recursos, que sólo por la
coutrol del poder político nacionaL Ambos grupos habían tratado de fuerza entregó a la Confedet·ación, no pudo ocultar:, por otro lado, un
crear situaciones favorables a sus ideas eu las demás proviucias. Des- irrefrenable afán hegemótlico, que la llevó a exigir una posición rectora
pués del rechazo de los diputados porteños en el Congreso, estos esfuer- fi:-e11te a las demás provincias. Buenos Aires disfrazó sus pretensiones de
zos se redoblaron. La toma de algunos gobiernos provinciales constitu- rectoría uacional bajo el manto de los priucipios liberales en boga eu
yó, así, una operación necesaria para mantener el poder de la Confede- Emopa, que era impt-escindible aplicar a nuestro país y que ünicamente
racióu en las manos de URQL1ZA o para entregarlo a los porteiio.<>. En sus hombres, cultos y refnudos, podían lograr. Pero sancionada la Cons-
este sentido se advertía uua situación diferente con respecto a lo ocurri- titución de 1853 por los hombres del interior, sin el conctrrso de los
do en vísperas de Cepeda. Mientras entonces el apoyo de las provincias porteílOS, no era posible ya --dice FERNS- querellar sobre principios li-
al gobiemo de la Confederación era total, en cambio, ahora las simpa- berales; sólo quedaba una desnuda lucha por el poder. En esa lucha terri-
rías se hallaban divididas, habiéndose formado en la nuyoría de las pro- ble, Buenos Aires contó con tma aüada poderosa, su aduana, fueute de
vin.cias núcleos de liberales que apoyaban a los porteños, ya sea desde el inagotables recursos y llave fundamental de la econonúa argeutiua, y su
Jropio gobiemo local o desde la oposición. Estos núcleos recibieron el imnenso poder se impuso por fln etl Pavón.
:onstante estímulo e incluso la ayuda fuunciera de Buenos Aires.
Desde el puuto de vista fm.atlCiero tampoco se mantenía el cuadro de las 704. Logrado el triunfo, MrrRE debió vet1cer uua tendencia iuter1u de
1ísperas de Cepeda. El estado de hl. Confederación se había agravado, su partido, que pretendía la sustiniCiÓn de la Constitución de 1853,
10 cóntaba con el crédito y las rentas pmvinciales de Entre Ríos., y reformada en 1860, o bien la separación radical de Blrenos Aires del
:a.mpoco recibía de Buenos Aires la pactada subvención(§ 716). Esta resto de las provincias. En esta ocasión MrrRE supo anteponer los inte-
)l"OVincia, en cambio, se hallaba en condiciones de proveer a mrevos reses tucionales sobre las pretensiones localistas, y de esta forma reor-
trreglos para movilizarse militarmente y aún ayudar a los gobiernos del ganizó la Nación, teuiet1do como ceuu·o a Buenos Aires.
nterior que le eran adictos(§§ 719-720). Para ello fire necesaJ:io destacar fuerzas militares a fin de volcar a favor
del min·ismo las simaciones provitlCWes, o bieu emprender negociacio-
703. Pese a las nuevas disidencias entre DERQUI y URQUIZA, bien pron- nes con algunos caudillos qt~ como URQUIZA, o los TABOADA en San-
o la Confederación adoptó la decisión de reincorporar a Buenos Aires tiago del Estero, se avinieron a la organización tucional que proyectaba
)()r la fuerza si era preciso. Desig;Iudo URQL'IZA como jefe del ejército, el vencedor de Pavón.
TatÓ reiteradameute de acordar una solución pacífica, pero la iutransi- Luego de esta tarea de consolidación del poder, las provi11cias, empe-
~ncia de ambos bandos lo llevó, lotnismo que dos afros antes, aetúren- zando por Córdoba, reasumieron la soberatúa il1terior y exterior, dele-
<li" al ejército porteño, al mando de MITRE. Ll batalla se libró et1 los gada eulos poderes nacionales por haber e.~tos caducados "de hecho y
:ampos de Pavón el17 de setiembre de 1861, y esta vez fue URQUIZA el de derecho", y autorizaron al general MITRE pat·a convocar al nuevo
1ue, aute el giro del combate, se retiró, mauteniendo intactos los bata· Congreso Nacional de conformidad a hl. Constitución, otorgándole
lones entrerriauos, que con~tinúan la reserva del ejército. Se repetía, mientras tauto algtuus provincias las facultades del Poder Ejecutivo
mes, aunque en forma inversa, el resultado de la batalla de Cepeda cutre Nacional, y otras, sólo las relaciones exteriores. Estas uuevas delegacio-
os mismos rivales. nes provinciales ftreron otorgadas por las re.<>pectivas legislaturas entre
:Omo Cll aquella oporttulidad, fne preciso completar el resultado de la fures de 1861 y los pritneros meses de 1862. Ennuyo de este año se
Jatalla con negociacioues etlU"e Mitre, el vencedor y jefe del pru:tido re111lió fmalmente el Cougreso Nacional, y en octubre fue elegido MI-
iberal porteflo, y URQUZA, como cabeza del partido federal. Luego de TRE como presidente de la Nación múficada.
argas tranlitaciones, la situación se resolvió al declararse eu receso el De esta m.atrera, luego del laborioso proceso que acabatnos de esrudiar,
}jecutivo Nacional y quedar reducido a Entre Ríos el poder de URQUI- se alcanzó, al cabo de 1uu década, la múón efectiva de todas las proviu·
A De esta manera, MITRE pudo llevar a cabo sus plaues de reorganiza- cias, bajo la vigeucia de una Constitución general. Para llegar a ello
ión mcional bajo la égida porteúa. había sido preciso que el poder uacional volviese a Btrenos Aires.

516 517
Capítulo :x:xvn

Aspectos económico~financieros de la organización constitucional.


La libre navegación de los ríos. Factores económicos en la separación
de Buenos Aires. Las fmanzas de la Confederación. Los bancos de la
Cmúederación. Las fuNnzas del Estado de Buenos Aires.

Aspectos económico-financieros de la organización


constitucional <1>
705. No bien cayó la dictadura de RosAS, las viejas rivalidades ecouÓ·
micas cutre Buenos Aires y las demás provincias trataron de ser solucio-
nadas en el Acuerdo de Sau Nicolás de los Arroyos (§ 690). Se pactó
allí la libre circtdación de los "artíndos de producción o fabricación
nacional o extranjera, así como los ganados de toda especie, que pasen
por el territorio de una provincia a otra", como también "los carruajes,
buques o bestias en que se transporten_..,, estableciéndose que "niugúu
otro derecho podrá imponérseles en adelante, cualquiera que sea su
denominación, por el hecho de transitar el territorio" ( art. 3). Se otor·
gó al general URQVIZA, en su carácter de director provisorio, la facultad
de "reglamentar la navegación de los ríos interiores de la República, de
modo que se consulten los intereses y seguridad del territorio y de las

(1) ANDa Es 4J.,u:NPE,NI!fM sobre et comercio y la ec<mrnnla mendocina despuis de Pavón, T. C., N" 12,
1964; JUAN At.V!UIEZ, Guerra ecanámica entre la Conftderacidn y BuenC<Aim, H.N.A., vol. VIII,
l%2;El Banco de laNuidnArgcntinaen su c.inr:uentmario, op. cit. ennorn (1) del Cap. XXI; H.S.
FEANS, Gran Bretaña y Argentina... , op. cit. en notll. (1) del cap XX; JAIME GAL\"EZ, R= y la
navegacidn de n=trnsnO:,Buenos Ail-es, 19SS;]uAN A. GoNZÁLEZCALOO!till<,DtrtcliQ wmritucicmU
argentino ..• , op. cit. en notll. (1) del cap. XIV; Jost M. Mh.ln.m URQUlJO, Fcmmto Indwtrial y
criditobancariom elEmuWde Buenas Aires, T. C., N" 19, 1969; NoRl!EHO Pr&ao,Lamoneda, !IJS
triditiJS y !M bancw... , op. cit. en nota (1) del cap. XXI; ]AMEs R. Scol!re, El de.rarrotk; manetttrifJ de
la RepUblka Argentina dura~tte el perlado 1852-186S, Revista del Museo Min-e, N" 7, Buenru
Aires, 19"=>4; Sc:os¡E,L<: f.udta por la conwlidación ... , op. cit. en nota (1) del cap. XXVI; Josi A.
TuRY, Crmtri.bución a lahistoriafinanci.ra de la.R$plibticaAwentina, Bueno,¡ Aires, 1910.
(la) BoSCH,.En la C<mftderm:KmAwenrina ... , op. cit., en nota 1 del cap. XXVI; CouEs CONDE,
Fi11anzas Púb/.kas: ... , op. cit. en nota 4 del cap. XXI; CoRTES CoNOE,LatfinanZM públicas... en las
provincias del i.nretior, .. , op. cit, en nota 1 dd cap. XXI.

519
!~
1ANl1AL DE ll!STOIUA DI! L\..'1 INSTITUCIONES ARGENTINAS

entas fiscales", autorizándolo, asimismo, a procurar la apertura y con*


AsPOCTOS BCONÓMlCO-FlNANC!EROS Dll LA ORGANIZACIÓN ('..OSSTITUClONAL

9). URQUIZA completó su programa de libertad absoluta de comercio ,.


ervación de caminos públicos; y de "postas de bueyes para el transpor-
~ de mercaderías" (art. 16).
)e esta fonna se trató de solucionar el problema de la casi imposible
fluvial celebrando, en julio de ese aíto, un n-atado con Gran Bretaña,
Est-ados Unidos y Francia, abierto a la adhesión de Umguay, Paragu·ay,
Bolivia y Brasü. Por este acuerdo se convino la neutralidad de la isla
•.
egada de los artículos de fabricación intem.a al puerto de Buenos Ai-
~s, no sólo por el encarecimiento que significaba el pago de los distin-
)S derechos de tránsito al pasar del territorio de tma provincia al de
Martín García, que no podría ser armada por nuestro país, y se canee·
día a todos los pai<:ies una servidumbre de paso por los ríos Paraná y
Uruguay. Conviene recordar que en esa época la isla se encontraba en
••
tra, sino también por el deficiente estado de los caminos y los anticua-
os sistemas de transporte.
poder de Buenos Aires(§ 695), que se había separado del resto de la
Confederación y que podía -evenntalmente- obstaculizar la navegación
~

06. La libre navegación de los ríos. La libre navegación de los gran-
de los ríos desde la misma. De ahí la preocupación de URQUlZA y los
demás Estados por decretar la neun-alidad de Martín García.
,,
es ríos argentinos fue tuJ.a preocupación constante de las provincias 1
torales. RosAS había guardado celosamente las puertas del Río de la 708. Este sistema de libre circulación fluvial y terresn-e de los produc-
lata y, por ende, las del Paraná y Umguay, reservando el control de tos y mercaderí-as mcionales y extranjeros, con la abolición de las adua- 1
:os ríos a los porteños, que los mantuvieron clausurados. AJgtmos pactos tus interiores importó, en la práctica, un motivo más para agravar el 1
tterprovinciales habían previsto la libre navegación para los naturales empobrecimiento de las economías provinciales. Tan sólo las provin-
~las provincias conn-atantes, como el de Pilar de 1820, el del cuadri- cias litorales encontraron beneficio con la libre tuvegació.n, ya que pu-
tero de 1822 y el federal de 1831. dieron intensificar el comercio entre sí y con el puerto de Buenos Aires.
in enibargo, la libertad fue siempre relativa y sujeta a las restricciones Las del interior, en cambio, debieron soportar las dificultades de pési-
Je Buenos Aires impotúa; la navegación fluvial quedó reservada a los mos caminos para acercarse a Buenos Aires y vieron disminuir en for-
1cionales, previo pago de los derechos correspondientes en Buenos ma importante sus rentas, debido a la supresión de los d:r~hos. ~ie
rres. tránsito, con los que habían mantenido a duras petus la adlllllustraCion
n vísperas de la campaíu de Caseros, URQUIZA celebró con Brasil y de sus territorios. Tanta fue la pobreza de los erarios provinciales que, a
'mguay el tratado del 21 de noviembre de 1851 (§ 687), al qne se pesar de haberse abolido esos derechos, en el Acuerdo de San Nicolás,
.Lió Corrientes, comprometiéndose el gobemador enn·erriano a "em- primero, y en la Constitución de 1853, después, las provincias los man-
ear toda su influencia cerca del gobierno, que se organizase en la Con- tuvieron en forma más o m_enos disimulada, a fm de calmar el ahogo en
deración Argentina para que ésta acuerde y consienta la libre navega* que se encontraban. Algtmas de estas provincias realizaron e1~tre 1~52 y
ón del Paraná y de los demás .rlluentes del Río de la Plata", y que en el 1862 persistentes esfi.terzos para abrirse paso hasta el Param m,~tante
1so de no logrado, desde ya se señalaba que "los Estados de Entre Ríos la navegación del Bermejo y del Salado del Norte, con el propostto de
Corrientes la mantendrán a favor de los Estados aliados". Ya se había encontrar um salida más cómoda para sus productos.
:evisto esr.a libertad de los ríos en el tratado del29 de mayo de ese año, Las provincias de Cuyo y del norte mantuvieron la vinculación comer-
rmado por Entre Ríos, Brasil y Montevideo(§ 687). cial con Chile, concertada dmante épocas anteriores (§ 575) ante la
imposibilidad de competir en el puerto de B_net_tos Aires. Los c?~ner­
07. Celebrado el Acuerdo de San Nicolás, URQUIZA dictó, el27 de ciantef> chilenos proporcionaban a estas provmetas moneda met~hca y
~sto y el 3 de octubre de 1852, sendos decretos reglamentando la manufactltras europeas que les llegabau por el puerto de ValparalSo. La
lVegación de los ríos. Establecían que la mvegación de los ríos Paraná u·avesía a n·avés de los Andes resultaba mucho m.í.s segura que los cami-
Uruguay sería pennitida a todo buque mercante, cualquiera que fi.tese nos hacia Buenos Aires o los puertos de la Confederación, con la venta-
;u nacionalidad, procedencia y tonelaje", al igual que "la entrada in- ja de que el país u-asandino pagaba mejores precios por los productos
fensiva de los buques de guerra exn·anjeros". de esas provincias.
a Constitución de 1853 dispuso que "la navegación de los ríos interio-
·s de la Confederación es libre para todas las b-anderas", con sujeción a 709. Factores económicos en la separación de Buenos Aires. Ade-
reglamentación dictada por el Poder Legislativo (a.rts. 26 y 64, in-c. más de las causas de orden político(§ 695), existieron también on·as de

520 511
l\.:L\.NUAL DE ffiSTORIA DE LAS }NSTITUCIONI!S ARGENTINAS AsPECTOS ECONÓMtcó~FlNANCIEROS DE LA ORGANIZACIÓN CONSTITt;ClONAL

índole econónúca que precipitaron la secesión de Buenos Aires. Una de ~ituyet~«: ~ue habría de sancionar la Constitución de 1853, y ante la
las más importantes fue 1a nacionalización de la aduana porteÍla. El nnpo~t~ilidad de poder contar con los recursos de la aduana portefla,
Acuerdo de San Nicolás preveía que "para sufragar los gastos que de- auto~IZO a URQUIZA, el2,6 de febrero de 1853, a levantar U1l empréstito,
manda la administración de los negocios nacionales declarados en este o~rectendo como garantía las futuras entradas fiSCales y las tierras y pro-
acuerdo, las provincias concurrirán proporcionalmente con el producto ptedades de la Confederación. Luego de trabajosas negociaciones se
de sus adnauas exteriores". Ello importaba, eu la práctica, que Buenos logró que don JosÉ DE BusCHENTHAL eutregara en Montevideo$ 225.000
Aires cargaría con el grueso de los gastos nacionales, ya que su aduana en moned~ ~1etálic,a al1~~ anual, estableciéodose que los cupones de
era la íuúca de verdadera importancia. Adviértase que -como lo seíula este empreSti~ senan rec1b1dos en las aduanas de la Confederación por
Jufu'l ÁI.vAREz- en 1851 el presupuesto de Buenos Aires superó al de su valor nommal. A fm de que pudiesen circular con mayor facilidad, se
tcxias las otras provincias juntas, y las rentas de ese presupuesto prove- los fraccionó en cantidades pequeúas.
túan principalmente de los derechos adtL<meros. La aduana de Corrien- La Co~lSÚtiu.:ión de 1853 nacionalizó las aduanas provinciales, pero Bue-
tes, para el tráfico de aguas arriba, y las terrestres ubicadas sobre la nos Aires, a pesar del sitio núlitar que le impmúa el coronel HILARlO
cordillera, poco producían; tan sólo lo suficiente para mantener pobre- LAGOS y la escuadra al mando del almirante CoE, se manuwo firme en
mente a las provincias en que estaban ubicadas. su posición separatista. Las fmanzas de la Confederación .laJJ.gtúdecie~
El núsmo autor seíula que si Buenos Aires dejaba de gozar de los bene- ron de tal forma, que el almirante CoE resolVió vender s-tlS fiterzas a la
ficios de su aduana, ya que bueua parte de ellos deberían pasar a la ciudad siti~~a, que de esta forma se vio librada del asedio por agua. En
Confederación, <con qué se cubriría su presupuesto, que sobre la base de cuanto al sttlo por tierra, el coronel LAGOS debió recurrir a la venta de
esta fi.tente de ingresos se vetúa sustentando desde treinta aí10s atrás? cueros de animales de la campaña para poder ma.nteuerse.
Esta pregtmta inquietaba profi.mdamente a los porteños. URQUIZI\ había abierto aduanas en Martú1 Garda Corrientes P·,..aná
' ' <U '
Por otra parte, Buenos Aires veía con disgusto que, a pesar de tener que Concepción del Urugttay y Rosario, las que jtmto a la de Buenos Aires
soportar sobre sus espaldas las finanzas del nuevo cuerpo nacional, 110 habrían de recibir el comercio de ultramar (decreto del28 de agosto d~
podía dirigirlo en proporción a ese sacrificio, ya que la Nacióu se orga- 1852) (§ 707); pero, segregada Buet10s Aires, los registros de la ciudad
nizaba conforme al plan de URQUIZA, que importaba dar igual repre- homónima y de Martín García quedaron fuera del control de DRQUIZA
sentación a cada provincia y respetar a los caudillos del interior, a quie- sietxlo la de Rosario la aduan.a más próxima. El21 de setiembre Buen~
nes se llamaba a participar en la tarea de la organización constituciotul. Aires trató de. jaq~tear las aduanas de la Confederación y abrió tw regis-
Buenos Aires, de esta manera, sólo representaba lo mismo que Córdo- tro en San Ntcolas, a escasas doce leguas de Rosario, con la esperanza
ba, Mendoza, La Rioja o Jujuy; y esta pariedad no se conciliaba tú con de que las mercaderías iugresaran por allí desde el exterior' y pasaran a la
la riqueza ni con la supremacía que había venido mautetúendo desde la Confederación por la vía del contrabaudo.
formación del virreinato. A pesar de éstos y otros inconvetúentes, la Confederación, sin el con-
Luego del rechazo del Acuerdo de San Nicolás, de la disolución de la curso de la provincia bonaerense, se puso a la tarea de org.uúzar las
legislatma porteúa y de la intervención de URQUIZA en los negocios fiua¡-¡.zas nacionales. La tarea resultaba verdaderamente dificil. Era nece-
provinciales(§§ 691-692), Bueuos Aires debió soportar el decreto de sario atular los Íl~tereses de trece provllKias pobres, pat<t poder formar
libre navegación de los ríos (28 de agosto de 1852) (§ 707) y la supre- con ellas UHa enttdad comercial capaz de subsistir y de enfrentarse eco-
sión del derecho diferencial del25% que los porteños cobraban desde nónúcameute a la poderosa Buenos Aires. '
1836 a los efectos ultramarinos llegados de Montevideo por reembarco JosÉ A. TERRY ha seúalado las características augtlstiosas de esos mo-
o trasbordo(§ 549) (31 de agosto de 1852). Días después estallaba la tnelltos: "Con excepción de las [provitiCias] del litoral y las de Cuyo
revolución de setiembre, y Bue110s Aires se separaba de la Confedera- qt1e mautetÚ!Ul escaso comercio exterior, las demás 110 contaba111Ú con
ción(§ 692). los elementos más lltdispe11Sables de vida propia. Sll1 mayores v:incula-
cioues cutre sí, sitt hábitos ttacionales, sin precedentes adin.Ílústrativos
710. Las finanzas de la Confederación. La secesión de Buenos Aires counutes, de vida aislada hasta entonces, sometidas a caudillos iguorau-
produjo, además de problemas de otra úxlole, tUl importante impacto tes y presmttuosos. Sitt bancos tÚ moneda propia, siu el recurso bien
en las fuw:rzas de la Confederación. Reunido el Congreso General Cons- socorrido del papel moneda, porqtte eran poblaciones habituadas a la
l\.fANVhL DE HiSTORlA DE LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS ÁSPllC"rOS ECONÓMlCO-FlNANCli!ROS DB LA 0\\GANlU.ClÓN CONSTlTUClON!\1-

cifculación metálica de monedas febles; siu aduanas y siu uua C<l.pital las mismas llegasen desde et exterior tocando alguno de los puerto~ ~~1
común que represent<l.se poder, riqueza, iutelectualidad, como l<1. ciudad Untguay o de Buenos Aires. El antecedente de esta ley era la dispostcton
de Buenos Aires. Sobre est<l.S bases bien deleznables por cierto, había de RosAS del 4 de marzo de 1836, que fijaba derechos tnayores a los
que crear y sostener un gobierno nacional con necesidades apremiantes productos que se embarcasen en Montevideo (~ 549) con el objet~ de
creadas por la misma situación y con tul enemigo al frente, relativamen- perjudicar el comercio d~ ese puerto en bene~clo del de B_uenos Aires.
te poderoso". La ley de derechos diferenciales procurab-a desvtar el comerc1o d~ Buenos
Aires hacia los puertos de la Confederación, pero produjo más mconve-
711. Las ftnanzas de la Confederación amenazaban una total mina. nientes que beneficios. Gran Bretaúa y Uruguay recl~aron por est;
Se pidió nuevamente dinero a BusCHENTHAL, quien entregó $ 50.000, arbitraria modificación de aranceles, y d puerto de Rosan o, que ofrecta
pero fue preciso reconocer el carácter uacional de los $ 400.000 que la Confederación para el comercio directo, no alcanzó a satisface~ 1~
en 1851 Brasil había facilitado a Entre Ríos y Corrientes para soste- remotamente las exigencias del tráfico internacionaL No había all1 lll
ner la guerra contra RosAS. La contribución directa fue dejada en capitales ni productos en cantidades suficientes como para llenar los
manos de las provincias, que languidecían sin ningún recurso, y el retornos de la producción rrunufacturera provenie~1te de Europ~- Las
canon que se cobraba sobre las propiedades mineras fue ilusorio. A rotas del interior, que convergían sobre Buenos Aires desd~ la_ epoca
ftn de 1855 se emitieron nuevos bonos, por valor de $ 250.000, hispana, habían anudado tma larga serie de intereses que era difícil rom-
para ser colocados en el iuterior del país, los que serían recibidos per y eucaminar hacia el puerto rosarino. Por otra parte, los ~uques d,e
por el ftsco en· pago de derechos aduaneros. ultramar miraban con recelo la invitación a internarse por el no Parana,
Los recursos de la Confederación por esa época se reducían al prodtKi- absolutamente desconocido, sin balizas, ni prácticos, ni seguridades, del
do de los impuestos sobre el territorio de Entre Ríos, que estaba fede- que sólo se conocía que taúa graudes batlC~ de arena en donde podían
ralizado, y de los derechos de aduaua. eucallar las embarcacimres al menor descmdo. Por otra parte, en esos
A fines de ese aiío se celebró tUl nuevo empréstito con el financista momentos la crisis europea de 1857 hacía sentir su influencia en todo
catalán EsrEBAN RAM:s Y RUBERT por $ 250.000 en plata boliviaua, a el mm1do, 'desalentando las inversiones rioplatenses y debilitando las
cambio de$ 300.000 en bonos que podrían servir para el pago de los corrientes mercatrtiles que buscaba aprovechar el gobiemo de la Confe~
derechos de aduaua, pero comprometiéndose el gobieruo a uo aceptar deración. El traslado del centro comercial de Buenos Aires a Rosario
duraute seis meses otros bonos que los provenientes de este préstamo. resultaba, por tatrto, ilusorio. Como seíula JUAN Ár.vAREZ, "también aqtú
En enero de 1855 se celebró cutre la Confederación y Buenos Ain~s un el conn·abatldo, harto fácil entre una y otra margen del Arroyo del Me-
acuerdo de convivencia pacífica, a fru de no entorpecer el comercio de dio, colmaría esa lagtUM con mayor rapidez que el lentísimo n:aslado de
l~s partes. Se permitía el cabotaje de buques de ambos contendientes, se consignatarios, casas de comercio y capitalistas, de Buenos Aires a Ro-
libeuban de los derechos de eun-ada los productos provenientes de ambas sario u otras ciudades de la Confederación". Vana fue la clausura de los
partes, así como se autorizaba el n·ánsito de los artículos de comercio camin_os que llegabatl al Arroyo del Medio, pues el contrabaudo se rea-
por tierra o agua. Sin embargo, poco duró este acuerdo, que fue denun- lizó pennanentemenre.
ciado por la Confederación ante la invasión de su territorio por füerzas Buenos Aires, por el contrario, se sintió poco perjudicada con elnu~vo
annadas porteíías. régimen. Contestó a la ley de dere<:hos diferenciales aliger_.uul:' los ~n­
puestos a la uavegación, eximiendo de los derechos de eshugaJe (gum-
712. Roto el entendimiento, la Confederación procuró acreceutar sus ches) y alrnaceJ.Mje a las mercaderías depositadas cou destino a tras~r­
fmanzas eu perjuicio de las bonaerenses. En j111úo de 1856 se debatió en do, y prohibie11do que se recibierat1 de los puertos de la Confederacton
las cámaras tm proyecto de los diputados LUCERO y RumA) quienes efectos extranjeros. . ..
propici~ban establecer derechos-diforenciaies a las mercaderías que no arri- Los derechos diferetlCi-ales tuvieron una sola conse<:uencta postnva Y
baseu directanrente a los puertos de la Confederación. Luego de agitado duradera: el progreso de Rosario, que desde entonces pasó-~ ser tma de
debat;, el19 de febrero de 1857 comenzó a regir el nuevo sistema, que las ciudades portuarias de tnayor empuje den~ d~ la Na;1on, estable-
preveta tUl recargo del 30% ad valorem para las mercaderías gravadas ciaulo relaciones pennattentes con zonas del mtenor: Córdoba, Men-
con derechos especiales y de dobles derechos pan las restaures, cuando doza, Río Cuarto, entre otras.

525
"'
MANVAL. DE HJsTOR!A DB !.AS !NSTfftTClONES .ARG!lNTJNAS AsPBC'TOS llCONÓMlCO~PINANCIBROS O!l U ORGANIUCIÓN CONST!Tl.TCIONAL

713. Las penurias contiuuaba.n, ea cambio, eu la Confederación. Los La Confederación había procurado fondos para la contienda emitiendo
impuestos aduaneros, trabajosamente recaudados, significaban una tasa bonos de la deud~ pública, que canjeó a BuscHEJ,tfHAL al18% de inte-
del12% para los Mt.ículos de importación general ydel30% para aque- rés a.uual. SegtÍu ALV;~REZ, en verdad ak:auzaba el24%, por la diferencia
llos que podía.u fabricarse en el país. ~~e lograba el fm.ttKlSta al entregar el capital. La ga.r.uttía de esta enú-
Algunos productos, a instancias de las provincias del iuterior, se veían SlOll alcanzaba las aduanas confederadas e incluso a la de Buenos Aires

recargados especialmente, como el algodón y el ají, los vinos y las hari- para cua.udo se dispusiera de ella. Se suspendió la difereuda que se co~
nas, cuyos derechos oscilaban entre el 50 y el 80% de su valor. En se- braba a los efectos llegados desde Montevideo, ya que allí se dirigía la
tiembre de 1854 se decretó un adicional del6% sobre las irnportadones escuadra. nacional para abastecerse. Luego de uua uueva sobretasa para
con el objeto de recaudar más dinero, pero oo se obtuvo éxito alguno. los ?erechos de irnport~ción del 8%, con el resultado de siempre, se
Frente a estas tarifas, en general proteccionistas, ya que sólo las provin- echo mano de uu expcdtente desesperado: el arriendo de las aduanas de
cias litorales erau partidarias del libre cambio, Buenm Aires ostentaba S~ta Fe y R?sario al mismo BuscHENTHAL, incluyendo en el arrenda-
uua política arancelaria liberal y tentadora. Era., pues, de toda evidencia tmento la caJa menor de Coronda y la que pensaba abrirse en Villa
qtle, a pesar de los recargos araucelarios, los efectos extranjeros habrían Constitución. Por la de Rosario, BusCHENTHAL pagaría$ 90.000 meu-
de llegar irremisiblemeute a Buenos Aires para que, almacenados sin suales, Y por las otras, uua parte de su rendimiento. También se eucar-
pago de derechos en los depósitos porteños, fueseu a dar a las ciudades gaba de cobrar por cueuta del Fisco el 8% de sobretasa descontaudo
del interior del país por la vía siempre beneficiosa del contrabaodo. los ga~tos de comisión. El banquero se vio llmtediatame;1te obligado a
Ll Confederación volvió al expediente del crédito. Esta vez fue Brasil hacer .unportantes adelautos al gobieruo.
quie11le facilitó, en setiembre de 1857, 300.000 fuertes en plata, que se
consolidaron con la deuda de 400.000 prestados por ese mismo país en 715. Iucor_porada Buenos Aires por medio del Pacto de unión (§§ 697.
1851, estipulándose que el Estado acreedor no percibiría intereses hasta 698), terUllllaron los aptuus del gobierno confederado. Buenos Aires
1860 c~:mse1:VÓ su banco y sus Íltstituciones ful<l.llcieras, la aduana quedó na-
A todo esto, y siempre en procura de dinero, volvieron a elevarse las c~onaiD;ada, ~,hasta tanto se Íl1corporase defmitiv.unente la pmvÍll·
tarifas de aduana para 1858, alejando atm más la posibilidad de un trato c1a, J;eru admuustrada por ella misma. Por su parte, la Nación garauti-
directo con las potencias ultramarinas. En efecto, la renta de la Cmúe- zaba el presupuesto provincial de 1859 duraute ci.tKo años más a co1.t-
deracióu di.snúnuyó en su crecimiento a pesar de los derechos diferencia- tar d~~e la efectiva incorporación. Se lev.uttar011las iuterdiccio:tes y se
les. En 1857, apeuas alcanzó a representar $ 2.060.000, es decir, tan supnrrueronlas leyes de derechos diferenciales.
sólo$ 285.000 más que la recaudada en 1855, en tanto los gastos as- Las demoras en resolver la incorporación definitiva de· Buenos Aires
cendían a sumas enomtes para atender los servidos de correos, la colo- decidieron a DERQUI, presidente de la Confederación, a suscribk cou
nización., las obras de fomeut:o a la 11avegación, el transporte terrestre, las aut:ori~ades de la provincia el conve1úo del 6 de jtuúo de 1860 (§
etcétera. 698), segun el cual la adttana porteúa y los demás establecimieut:o5 fi.
Se buscó perjudicar la exportación de los productos de la Confedera- na.ucieros pt~viu~ialeJ; segu~fan ~u manos de BllCllOS Aires, pero no ya
ción que hacían escala en Buenos Aires, estableciendo también derechos hasta su efect:tva lllcorporanon, smo hasta que, producida ésta, el Con.
diferenciales para aquellos que no saliesen directamente de puertos na- greso; retUtido con ,los representantes porteños, resolviera al respecto. A
douales con destino a cabos fuera del Río de la Plata. Asimismo, se catn~o de eJ;ta prorroga, Buenos Aires entregaría mettsualmente a la
rebajó la tarifa de importación. Buenos Aires contestó dificultaudo la Nactonla stm1a de$ L500.000en billetes, o sea, alrededor de$ 75.000
salida de los productos de la Confederación. Con ello, ésta no enconna- en m:tálico. Las adu.uus confederadas recibirían en pago los billetes
ría quién acopiase y almacenase sus efectos, ni los capitales necesarios portenos.
para el tráfico de exportación. DERQUI, enrolado por eutonces en tula política proclive hada los hom-
bres de Bueuos Aires, modificó, por decreto del 3 de noviembre este
714. La situación resultaba iu.sostenible, y fue entonces cuando estas convenio y resolvió que, en lugar de la suma fija mCitsual, Buenos Arres
circtmstaudas mUdas a otras de distinto orden, determinaron el enfren- entregaría tan sólo el sobrante de sus re11tas, tula vez cubierto el presu-
tamiento de los ejércitos de ambos bandos en Cepeda(§ 697). puesto de 1859, que garantizaba la Cotúederaci6n. Una victoria más

526
MANUAL DE HISTORIA DE LAS INSTITUCIONBil ÁROl'lNTrNAS AsPECTOS ECONÓMICO-FINANClllROS DE LA ORGANIZACIÓN CONSTJTI1CIONAL 'j
para Buenos Aires y un agravio más pan los hombres de Para.ná que da de mültiples fimdones, transformándose, ala vez, en crédito ~lbli­
habían vencido por las armas a la provincia. segregada.. co, contaduría, tesorería, banco uacion.U, ministerio de obras púbhcas,
f
aduatl<l, dirección de correos, intendencia, registlu de propiedad y otros. 1
716. La convención reformadora portell.<l sugirió distint<lS modifica~ La base principal de toda la organización era la creación del !Janco 1
ciones al texto de 1853 (§ 699), algunas de l<lS cuales se referían expre- Nacional de la Confederaci6n, el que se encargaba de la percepctón de
samente a la guerra fmancier:a y económica que habían sostenido la. ciertos impuestos como la contribución directa sobre fmcas y el 1
Confederación y Buenos Aires. Así, por ejemplo, la prohibición de es- canon de las mis:Uas. Actuaba como contaduría y tesorería de la
tablecer puertos preferidos por medio de leyes o reglamentos de comer- Nación, quedando facultado para emitir billetes, recibir de~sitos,
cio, y la factdtad para las provincias de s.Udar los impuestos nacion<lles conceder préstamos y demás operaciones bancarias. La pecuhar ?r-
con las mon~~s corrientes en sus respectivos territorios, lo que impli- ganización de este establec~ento lo ~an~fonnaba en una o~cm~
caba, en defnuuva, ampliar y otorgar jerarqtúa constitucional a la facul- administrativa del Estado, smla necesana hbertad para evoluct<:'uaL
tad concedida por DERQUI eu el convenio del 6 de junio de admitU: en Apetus cuatro meses duró su vida, y fue liquidado el26 de settem-
las aduanas nacion.Ues el papel moneda de Buenos Aires. bre de 1854. Hasta esa fecha había emitido casi$ 1.700.000 de los
Las diferencias entre Buenos Aires y el resto de las proviudas continua- seis millones autorizados. Sus billetes, sin garantía ni respaldo, fue-
n;>n, la tensión hizo crisis, y el Congreso, si.J1la representación porteíu, ron rechazados por el comercio, a pesar del curso forzoso que se
diSpuso ?erogar el decreto de DERQUI del 3 de noviembre (§ 715), impuso, produciendo la mina de la institución.
restablectendo la suma fija con que Bueuos Aires debía contribuir al
tesoro ll.<lcion.U. Asimismo, y hasta tanto no se incorporase definitiva~ 718. Fracasado el intento de lograr un banco ofici<ll, la Confedera-
mente la provincia segregada, se la consideraba potencia extranjera a los ción procmó obtenerlo de los particulares. El 3 de abril ~e 1855,
efectos fiSc.Ues. Ante la negativa de los porteilos de aceptar estas medi- autorizó a JosÉ DE BuscHENTHAL, para establecer en Rosarto u otra
das, se declararon rotos los compromisos de junio, y vigente el régimeu ciudad de la Confederación un banco de descuentos y depósitos, con
diferencial anterior a Cepeda. un capital de$ 4.000.000, que podría abrir sus puertas con solo dos
Volvieron los apuros para las arcas de la Confederación, que ahora no millones. Tetúa facultades para emitir billetes y monedas d.e plata Y
contaban con los recursos del territorio eutrerriano, ya que la federali- oro. Sus fondos y créditos gozarían de especiales privilegtos, que-
zación sólo alcanzó a Paraná. Se intentaron varios empréstitos, se san- dando autorizados, asimismo, a prestar dinero en hipoteca al 12%
cionaron adicionales sobre las exportaciones, se emitieron bouos de la. anual. A cambio de esta concesión, BuscHENTHAL debía adelantar al
deuda pública. Todas ellas eran medidas desesperadas. Cuando DERQUI gobierno$ 60.000 al6~ at~uaL . .
renunció luego de la batalla de Pavón(§ 703), el vicepresidente PEDER- El mismo banquero habta stdo autonzado a levantar un emprésttto
NERA U1tentó at'm resistir, y para ello, entre otras medidas, hipotecó el de$ 5.000.000 fi1ertes en Europa, .U interés del6% anual, hipotecand~
p.Uacio de gobiemo de Paraná a su ministro de hacienda, VICENTE DEL las aduanas y concediendo distintos privilegios. Thmbién se le etlCru·go
C~LO ~1 garautía de tul prés:amo que éste había obtenido para el la obtención de capitales para la constnteción de ferrocarriles. BmCHEN-
gobteruo baJo su fll"lUa- y entrego la sumaca "San Juan Bautista" a tul THAL 110 logró nada de lo previsto, y el bru1co, el empréstito y los fen·o-
fi.mcionario de gobiemo en pago de deudas. carriles fracasaron.
De esta forma, expiró el gobiert10 confederado, sin fondos, sin ejército En setiembre de 1855, previendo el fracaso del anterior, se auto~riz6la
y sin territorio. fundación de un banco privado a los fmandstas franceses ARrsTIDES
TRoUVE-CHAUVEL y ANToNIO DtlBOIS, con especial encargo de adelan-
7~ 7: Lo~ b~ncos de la ?onfederación. En procura de organizar <ld- tar dU1ero .U gobierno, pero tampoco obtuvieron éxito algtmo.
mullitranvameute la Nactón, el Congreso había sa.uciotudo en diciem- En 1857 se volvió M proyecto de banco privado, ofreciendo a !a ~rrnl<l
bre de1853 el Estatuto para la organización de la hacienda y crédito púhli- brasileíu del barón de MAuA la concesión respectiva. El estableclllllent?
;n, sobre la base de un proyecto del ministro de hacieuda, MARIANo abrió sus puertas en cuero de 1858, pero no alcanzó a integrar su capt-
FRAGUEmo. Esta organizaciónftscal-adminisn·ativa se integraba con una tal de S 800.000, que podría aumentarse hasta $ 2.400.000. Por ello t~~
¡unta centr.U presidida por el ministro de hacienda, que estaba encarga- pudo emitir monedas de oro, como se preveía en su estatuto, y debto

528 529
M..\.Nl'AL DE HlSTORIA DE LAS lNSTITtTCIONES ARGENTINAS
AsPECTOS ECONÓMlCO•fiNANCIEROS Oil LA ORGANIZACIÓN CONSTITt.'ClONAL

:1
cerrar sus puertas el16 de octubre de 1860, cuando establecimiento mn $ 10.000.000; en 1858 $ 12.00.000; en 1859 $ 20 000.000; en
se eucoutró imposibilitado de afrontar sus compronusos. 1861 ,$ 24.000.000; al año siguiente$ 50.000.000 más. Para ateuder
los servicios de este t'dtimo empréstito se creó tlll porceutaje adicional
719. Las finanzas del Estado de Buenos Aires. El Estado de Bueuos del2,5% sobre la exportación de frutos del país.
Aires debió también pasar por trances dificiles, ya que sus finanzas, a Los billetes de baueo y los bonos de la deuda pública salvaron la situa·
pesar de no ser precarias como las de la Confederación, sufrieron los ción fumn.ciera de la provincia, apoyados en la aduana, siempre produc·
inconvenientes de la guerra y de la crisis general de 1857. Pese a ello, la tiva. Esta _posición fmanciera era tul.a ventaja importaute en la lucha con
situación de la proviucia segregada podía considerarse relativamente la Confederación ); en defmitiva, fue tlll factor decisivo para lograr el
estable, siu perjuicio de las fluctuaciones de la moneda y la escasez de trituúo de Bueuos Aires.
fondos del gobien10. Buenos Aires contaba con tul excelente banco y
con una poderosa aduana, y estos dos factores fuerou suficientes para
tonificar las finanzas del Estado.

720. Una vez dictada la Constitucióu provincial de 1854 (§ 695), que


atribuía a la legislatura la facultad de reglamentar la ere~ció.n y el f_'un:
ciouamiento de los bmcos que se estableciesen en el terntono, se dicto
la ley de octubre de 1854 que reorganizaba la Casa de Monda, subsis·
tentedesdela época anterior(§ 615), transformánd~la euBanco y ~asa
de JM¡;neda y confiriéndole las atribuciones necesan.as para fimctOllar
eomotal.
Esta nueva instiuu:ióu fue tUl bwco de Estado, colocado al servicio
permwente del gobierno, al que sectmdó durante esos años dificiles,
fmanciando todas sus ernpresas bélicas, que termit1aron con el triunfo
eu Pavóu (§ 703).
El Banco y Casa de Moneda adquirió gran importancia, y su giro repre~
seutó muchos millones de pesos. Depositario de la confianza pública,
se wusolidó y logró una posición firme dentro y fuera del país. Hacia
1863 tetúa tlll depósito de casi$ 2.000.000 en metálico y alrededor de
$ 335.000.000 eu billetes.

721. El Estado sufría, empero, permauentes déficit, provocados sobre


todo por el mantenimiento del presupuesto militar, que representaba el
ciucueuta por dento del total de los gastos de administ:ración. Para
satisfacer estos desequilibrios presupuestarios se acudió, como en épo-
cas anteriores, a las enUsiones inconvertibles. El1 de enero de 1854la
circtdadón ascendió a casi$ 212.000.000, que signifkabau alrededor
de$ 75.000.000 más que la existente en el últim.o año del gobierno de
RosAS. Las emisiones se repitieron, y a.,<;Í, entre 1859 y 1862, se emitie-
ron$ 185.000.000 eu billetes inconvertibles. Para amortizar estas repe-
tidas emisiones de moneda corriente se asiguó tul porcentaje de las en-
tradas de la aduana y el producido de la venta de tien~ públicas, a pesar
de encouo:arse éstas l:úpotecadas desde 1824 (§ 598). En 1856 se libra·

530
Capítulo XXVIll

El sistema político constitucional. Los derechos y deberes de las per-


sonas en la Constiuu::ión Nacional El Poder Legislativo Nacional. El
Poder Ejecutivo NacionaL El Poder Judicial Nacional. La Corte Supre-
ma de Justicia. Los gobiemos de las provincias.
La práctica constitucional. Las intervenciones federales.

El sistema político constitucional (l)


722. Segt'ln ALBERDI, "dos períodos esencialmente diferentes compren-
de la historia constitucional de nuestra América del Sud: tmo que prin-
cipia en 1810 y concluye con la guerra de su independencia contra
Espaíu, y otro que data de esta época y acaba en nuestros días". La
independencia y la libertad exterior fueron "los vitales intereses"' del
primer período. En cambio, los del segtmdo período debían buscar los
medios para hacer realidad esos flnes, y así debía fijarse la atención en
"la inmigración libre, la libertad de comercio, los cami110s de fierro, la
industria sin trabas".
Debemos, pues, tener muy preset1te esta concepción alberdiana de nues*
tra Constitución para advertir sus diferencias respecto de los preceden-
tes ya estudiados(§ 401). Con todo, no advertiremos mayores innova-
ciones en cuanto a la técnica empleada.
Al esmdiar el sistema político constitucional creemos más conveniente
seguir en este.ftianuaJ la numeración de los artículos de la Constitución
tal como quedó después de 1860, salvo en los casos en que sea necesa-

(1} }tMN Bi\U!lSTA AuiERDl, Basu y punto; de ptmida para la argrmizac#Jn politica de la &pub/ita
Argentim:J, 'hlparaíso, 1852; GUMAN BIDAKT CAMPOS, La. tipologfa ik la OmstiturirínArgmtina,
Anales de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Ain:s, año XV1, 2da.
Epoca, N" 13, Buenos Aires, 1972: }UA..'I P. RAMOS, El dtntho público ... , op. cit. en nota (2) del
cap. XVI; IlicAl!.DO Zol!.l!.Qm'N BEcu,La formar:#nconstitudcmal del ftderalismo, R.I.H.D., N" 5,
1953; ÍDEM,Ltu imtttuciones potitiessy rocisles, H.A.C., voL ll, lra se<:., 1964.
(la) BEATl!.lZ BoSCB, En /a Om.fod!:mdrín .AYgen;fna.. , op. cit. en nora 1 del cap. XXVI; NORBERTO
C. DAGRoSSA, Thminode mandato y reelección ... , op. cit. norn 1 del cap. XV; GoNZALO SEGoviA,
La> nombres de la Na&WnArgmtimf en R.H.D. n" 25, 1997; Juw F. SEGOV!A,La> poderes pUblica>
nationakry su jim<:Wnamitnto (1852·1914) cnN.H.N.A., t. V, cap. 20, con orienl\lción bibliogtifica.

533
.MANUAL DB HISTORIA DB LAS l:NSTITUC!ONBS ARGENTINAS EL SISTilMA POLÍTICO CONSTITUCIO!-ML

rio efectuar la correlación de ambos textos para explicar mejor la evolu· leyes provinciales, a su vez, debíru1 ceder curutdo se CllCOlltrasen en pug-
dón de detenninada institución. na con alguna de aquellas normas (arts. 27,28 y 31).

723. La Constitución establecía para el gobierno de la Nación la forma 726. La Consti~cián podía reformarse total o parcialme11te por medio
re¡mseneativa (§§§ 520, 526, 528), republiuma (§ 416) y ftde>"al (§ de mta conVCllClC:ll, convo~da especialmente al efecto, después de que
440) (art. 1), vocablos que ya nos resultan conocidos y que armoniza- el Congreso NaCional hubtese declarado la necesidad de las reformas
ban con los antecedentes más aceptados desde 1820 en adelante. con el voto de al menos, las dos te1·ceras partes de sus ntíe1nbros (art.
La adopción de este sistema implicaba la existe!Kia de tul doble gobier- 30). En el texto de 1853 se estableció que las reformas sólo se introdu-
no: uno nacional, cuya jurisdicción se exte11día a todo el territorio, y de cirían tra!1Scttrridos di~z añ?s des?e que hubiese sido jtu·ada por los
cuya integración y atribuciones se ocupaba especialmente la Constitu- pueblos, pero la necestdad nnpenosa de akattzar la tutidad nacional
ci6n; otro provincial o Wcal, autónomo (§ 453), que conservaba todas las obligó en 1860 a infrhtgir esta cláusula.(§§ 698-700).
atribuciones no delegadas a aquél (art. 104). Las provincias quedaban,
pues, ett condiciones de regirse por la constitución local que dictaseo., 727. Los derechos y deberes de las personas en la Constitución
debiendo., e1npero, ajustarse a ciertos principios básicos i11dicados e11 el ~~cion:U· ~ text~ de 1853 y 1860 recogieron una arraigada tradi·
nUsmo texto constitucional (art. 5) (§ 750). cton leg¡slauva de mas de cuatro décadas que había consagrado enfáti~
camCilte los derechos personales(§§ 405-406).
724. El gobierno de la Nación estaba reservado exclusivrune11te a las
autoridades establecidas por la constitución, ya que "el pueblo no delibe- 728. Aunque sh1 n.ingtma defmidón al respecto., el concepto de libertad
ra tú gobierna, sino por medio de sus representantes y autoridades crea· (§ ~8) so~res~ía Cll el texto cottstitliCional. "Nhtglm habitante de la.
das por esta Constitucióu. Toda fuerza armada o remllón de personas Nacton sera o.bli¡?ad,? a hacer lo que no manda la ley, oi privado de lo
que se atribuya los derechos del pueblo y peticione a nombre de éste, que :Ua no. pwlúbe (art. 19). Con esta ltorma se cotiSagraba la idea
comete delito de sedición" (art. 22). a.J.n~lia de ltbertad, cuya :CStri.c~i?tl ~lo con~a a la ley. El concepto
Esas autoridades te!Úa!l explícitamente señaladas sus atribuciones y de- se t.:mnpletaba con esta dlSpostnon: Las acCiones privadas de los hom-
beres, sin posibilidad de que al}uéllas pudierru1 ser extendidas e11 forma bre~ qt_le de niug{m modo ofe1tda.J.1 al orden y a la. moral pública, ni
alguna. Con horror se recordaba la utilización de las facultades extraor- petJu?tquen a tul te~ero, están sólo reservadas a Dios y exentas de la
dhm·ias y de la smna del poder público(§§ 470-471), concedidas du- autondad de los ma.g¡strados" (art. 19). Las mismas palabras tCIÚan ya
rante la mayor parte del período indepe!ldiClltC, por lo que los constitu- tma respetable tradición(§ 408). ·
yentes sancionaron este artículo tan categórico: "El Congreso no puede El ~j~rcicio de la libertad permitía trabajar y ejercer toda indusu·ia lícita,
conceder al Ejecutivo Nacional, ni las Legislaturas provinciales a los pettc.tonar aJ.~te .las autoridades, entrar, salir y circular por el territorio,
gobernadores de Provincia, facultades extraordinarias, ni la suma del po- ¡;t~blicar las ideas por la prensa sh1 censura previa, asociarse con fmes
der público, ni otowaries sumisiones o supremacías por las que la vida, el utiles, pr<?f~~ cttalquier c:ú~ r:Jigioso, y ellSeÍtar y aprender ( art. 14).
honor o las fornmas de los arge11tinos quedeu a merced de gobiewos o ~a emruct.aCion de estos prmCiptos no era e11 todos los casos una nttina~
persona algmta. Actos de esta nanrraleza llevan consigo una mdidad na repetición de otros a11tecedemes patrios. Algtmos constituían mn
htsanable y sujetarán a los que las formulen, cmiSiCltta.J.l o flrme11, a la ~erdadera l~cación de la legislación impcrrutte. Así, el concepto de
respottsabilidad y pena de los hlfa.J.nes traidores a la Patria" ( art. 29). hberta.d de unprenta aparecía. en térmil1os menos restrhtgidos que en el
~ecre~ de 1811 ~§ ~8); 1~ ~~d de cultos estaba por entonces sólo
725. Establecía la ConstitucWn un claro ordenrunie11to jurídico, con di- t.:OtlCedtda. a los subditos b:uruucos y a los habita11tes de la provhtcia de
ferencia de grados; aquélla era la nom1a. fiu1da.mental y suprema (§ 396). Buenos Aires (§ 409); 1a libertad de enseúrul.Za había enco11trado tam-
Le segtÚa.J.t las leyes dictadas por el Congreso Nacional y los tratados bién ciertas limitaciones, que ahora desapareda11.
celebrados con otras naciones. Las leyes y los tratados no podíru1 estar
eo pugna con los principios co1tstitucionales, pues en caso de que así 729. Con resJ?Cct? al esclavo, a "los pocos que hoy existe11" -seg{mdecía
ocmricra se establecía la prioridad de estos t'dcimos. Las constituciones y el texto cottst1tlictotlal-., la modificación fue profiiuda, pues se dispuso

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MANUAL DE HISTORIA DE LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS EJ.. SISTEMA POLÍTICO CONSTJTUClONAL

su libertad desde el momento en que se jurase la Constitución, debiendo docni.na dominante en la época, como inviolable, perpetuo, exclusivo, amplio
ruu ley especial determinar las indemnizaciones que origlluse tal decla- y sólo limitado por la propia Constitución. Así, todo habita.ttte podría
raciótt. También se estableció, restableciendo una antigua ley derogada "ttsar y disponer de su propiedad" (art. 14). Cuando el interés o la
(§ 62.1 ), que "los esclavos que de cualquier modo se introduzcan que- utilidad pública exigieren la expropiación, ésta debía ser califtcada por
den libres por el solo hecho de pisar el territorio de la República". ley e indemnizada previamente (art. 17).
Además, se consideraba corno crimen "todo contrato de compra v ven- Se abolió la petla de confiscación de bienes, no pudiendo, además, nin-
ta de personas" (art. 15). ' gún merpo armado hacer requisiciones tti "exigir auxilios de ninguna
especie" (art. 17).
730. La igualdad fue consagrada en el categórico art. 16: "La Nación
Argentina no admite prerrogativas de sangre, ni de nacimiento; no hay 733. Los derechos y garantía.<; personales debían ser entendidos en tUl
en ella fueros personales ni tí rulos de nobleza. Todos sus habitantes son sentido amplio, pues por el texto reformado ett1860 se agregó que "las
~guale_s a11te la !ey y admisibles en los empleos sin otra condición que la declaraciones, derechos y garantías que enumera la Constitución, no
idonet~ad. ~ !gttald.:W es ~a base del impuesto y de las cargas públicas". serán entendidos como negación de otros derechos y garantías no enu-
Esta dtspostaon tema vanos ootecedentes en las décadas anteriores ( § meradas, pero que nacen del principio de la soberatúa del pueblo y de la
410), pero la ~ónica de la mi~ era sensiblemettte mís amplia que las forma republicatla de gobiemo" (art. 33).
:onocidas, e mcluso las extend1a a todos los habit.:mtes (§ 735). La
tgttaldad era ahora absoluta, atmque la idotteidad continuaba siendo un 734. La Constitución no enumeraba los deberes de los habitantes en for-
factor de natural desigttaldad. ma similar a otros textos precedentes(§ 413). Cabía, sin embargo, exi-
gir de ellos la obediencia a las leyes, el respeto a las autoridades legal-
731: Siguiendo una tradición legislativa (§ 411 ), no siempre aunplida, mente constinlldas y la contribuci6n al sostenimiento del Estado. El
se dtspuso, en lo tocante a la seguridad individual, que ttingím habitante art. 21, a su vez, prescribía que "todo ciudadatlO argentitto está obliga·
IJOd.:ía ser penado sin jt~cio previo fimdado en ley ooterior al hecho que do a armarse en defensa de la Patria y de esta Constitución, conforme a
motivó el proc~o, tu JUZgado por comisiones especiales (§ 432), ni las leyes que al efecto dicte el Cottgreso y a los decretos del Ejecutivo
separado de sus Jueces naturales. Tampoco podhl ser obligado :a. declarar Nacional".
contra sí mismo, 1~ ;rre~tado sin orden escrit:a ~: la autoridad compe-
tente. Se proclamo UtVlolable la defensa en Jtucto de la persona y los 735. La Constitución otorgaba también a los extranjeros los derechos
derechos" (art. 18). enunciados. Atmque ya durattte el periodo anterior la legislación los
El d<:>mic~o era t.unbiétt inviolable, como, asimismo, "la correspon- había favorecido(§ 625), esa protección culminó con el texto de 1853.
dencta epiStolar y los papeles privados", debiendo determinarse por una Uno de los medios para lograr el ansiado progreso material era elfo-
ley especial "en qué casos y con qué justificativos podrá procederse a su mento de la inmigración(§§ 849-859), y de allí la uecesidad de adecuM
allanamiento y ocupación" (art. 18). la legislación a este objeto.
Se abolió la pella de muerte por causas políticas y también toda clase de Luego de otorgar a todos los habttantes los derechos del art. 14 la y
torme11tos, lo mismo que los azotes. Quedó establecido que las cárceles seguridad del art. 18, el texto constitucional agrega?~: "Los e~an;eros
debían ser "sanas y limpias", para segt1ridad y 110 para castigo de los gozan en el territorio de la Nación de todos los derechos ctvt'les del etudadatw;
reos detenidos en ellas (art. 18). pueden ejercer sn industria, comercio y profesión; poseer bienes raíces,
Las garantías constitucimla!es podían ser temporaria.mente suspendidas comprarlos y enajenarlos; navegar los ríos y costas; ejercer libremente
e11 caso de grave conmoción interior o de ataque exterior, pero la medi- su culto; testar y casarse conforme a las leyes"' (art. 20).
da (estado de sitio) quedaba limitada, respecto de las personas, a la facul- No estaban obligados a pagar contribuciones extraordinarias. PocH;ttt
tad .del.pre.sidei~te de arrestarlas o trasladarlas de un lugar a on-o del nacionalizarse con utla residencia contitma de dos años en el territono,
temtono stlos mteresados no prefiriesen salir del país (art 23). pero, alegando y probatu:lo servicios al país, ese término podía ser dis-
mhmido (art. 20). .
732. El derecho de propiedad(§ 412) debía entenderse, siguiendo la En estas disposiciones puede apreciarse, aunque moderada, la uúluen·

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l\1AN(TI\L DE HisTORIA DE LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS EL SISTEMA POLÍTICO CONSTITUCIONAL

da ideológica de A.LBERDI, quien remarcaba la necesidad de facilitar la comercio iuterior y el externo; legislar sobre postas y correos naciona·
llegada de extraujeros para poblar el país, y de extender a todos las les; dictar los códigos nacionales y las leyes sobre naturalización y ciu-
franquicias ya concedidas a los británicos enl825 (§ 504). dad.atúa, batKarrota, falsificación de moneda y documentos públicos, y
juicio por jurados; establecer tribunales inferiores a la Suprema Corte;
736. El Poder Legislativo Nacional. Era desempeúado por~ <:on- fijar los límites de las provincias y crear nuevas; org.ullzar el gobierno
g:reso, integrado por dos ~ámaras: tma de SeJ.~dores de las provn~ctas y de los territorios nacionales; arreglar los límites de la Nacióu; proveer a
de la capital, y otra de dtputados de la Nac1on, 1~ que se remua11~en la seguridad de la frontera, conservattdo el trato pacífico coulüs indios
sesioues orditwi.as entre ell de mayo y e130 de setlembre de cada ano. y promoviendo su conversión al catolicismo; crear y suprimir empleos;
La cámara de senatkres se comp01úa de dos senadores por cada pro- otorgar pellSiones y conceder anulistías geuerales; considerar la rellun-
viucia, elegidos por la respectiva legislatura, y dos por la capital, cia del presideute y del vicepresidente de la Nación; aprobar o rechazar
elegidos por un colegio electoral formado al efecto. Se reuovaban los tratados celebrados con uacioues extranjeras y los concordatos de la
por tercios cada tre,<> aúos, de manera que el mandato de cada sena- Smta Sede; arreglar el ejercicio del Patronato Nacional; autorizar al
dor duraba uueve afi.os. Elut'unero igual de senadores por cada pro- Poder ejecutivo para declarar la guerra o negociar la paz; fijar la fuerza
vincia sin tener en cuenta la ca11tidad de habitantes, o la importatl· militar, autorizar la convocatoria de las milicias y formar reglame11tos y
' .
cia ecouómica o política de las mismas, representaba un reconoci- ordeJ.ta.nzas para el gobierno y la admittistración del ejército; declarar el
miento a la igualdad jurídica ya proclamada en los documentos del estado de sitio (§731) en caso de conmoción interior.
período auterior (§§ 472, 473 y 475). . . No se agotabau e11 esta exteJ.lSa euumeración las facultades legislativas,
La cámara de diputadcs se iutegraba, a su vez, con dipu.tados clegtdos ya que en el i.nc. 16 del mismo attículo se eucome1t.daba al Congreso
directatnente por el pueblo de las proviucias y de la Capital, a mzón de "'proveer a lo conducente a la prosperidad del país, al adela11tamiento y
un representante por determinada ca11tidad de habitantes. De esta ma· bienestar de todas las provincias, y al progreso de la ilustración, dict:all-
nera, las regiones n1ás densas demogr.üicame11te tetÚatl una mayor re- do planes de ÍllStmcción general y mtiversitaria, y promovieudo la in-
prese.ntación e11 esta cámara, lo que no ocurría con respecto al se1~do. dustria, la llunigración, la construcción de ferrocarriles y canales nave-
El maudato de los diputados duraba cuatro años, y eratt reelegtbles, gables, la colonización de tierras de propiedad nacional, la Ílttroducción
reuováudose la cámara por mitad cada dos aflOS. y establecimie11to de industrias, la importación de capitales extrattjeros
P.mt ser senador se exigía tener treiuta años de edad y seis de dudada- y la exploración de los ríos Íl1teriores, por leyes protectoras de estos
1úa, disfmtar de Wlil renta auual de dos mil pesos fuertes o ingresos fines y por concesiones temporales de privilegios y recompetlSas de es-
equi valeutes, y ser natural de la provincia que lo eligiera, o al menos tímulo". Esto sólo sigttifkaba un ambicioso plan de gobiéruo, que re-
tener dos -.úlOS de resideucia eula misma (art. 47). cogía en buena medida el pensamiento alberdiano.

737. Las atribuciones del Congreso eran las qtte tradicionalmente la 738. Tlunbién había algtmas atribuciones particulares de cada cámara.
doctrina e!K0111e11daba al Poder Legislativo y habíau sido recogidas en A la de diputados correspondía el derecho de acusar a los fimcionarios
attteriores ensayos constituciouales (§ 418). No obstante, cabe realizar superiores por mal desempeiio de sus cargos o por delitos cometidos, y
una enumeración de las principales (art. 67): también la. üúciativa en leyes sobre contribuciones y reclutatniento de
Legislar sobre las aduanas exteriores; establecer los derechos de impor- tropas. Al senado, a su vez, le competía el juzgatniento de los acusados
tación y exportación e imponer contribuciones directas; contraer em- por la otra cámara y también autorizar al Poder Ejecutivo para decretar
préstitos; disponer del uso y la enajenación de las tierras .p~tbli~as nacio- el estado de sitio en caso de ataque exterior. Asimismo, era el encargado
nales· establecer tul banco nacional con facultad de etmtlr billetes; le- de prestar acuerdo a las designaciones de ciertos ftuKiOiwios públicos,
gislat~ sobre moneda, pesos y medidas para toda la Nación; arreglar el magistnldos, diplomáticos, militares y eclesiásticos.
pago de la deuda interior y exterior; fijar atmalmente el prest~puest?,de
gastos de la Nación, y aprobar o desechar las cuen~as de su mv~r;non; 739. La actividad del Poder Legislativo se evidenciaba principal·
acmUat· subsidios a las provincias; reglatne11tar la hbre navegac1on de mente a través de la sanción de leyes. Los proyectos de tales leyes
los ríos interiores; habilitar puertos, creat· y suprimir aduanas; reglar el podíatt ser presentados en cualquiera de las cámaras por sus inte-

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grantes o por el Poder Ejecutivo (art. 68). Una vez leídos, eran gira- materia que no ofrecía mayores problemas a la doctrilu política que ya
dos a 1a respectiva comisión iutema para su iiúorme o directamente se hallaba aftrmada en nuestros precedentes constitucimules y en la prác-
considerados sobre tablas si as{ lo decidía una votación especial. tica de gobierno(§§ 420-424).
Super~da esta etapa, se procedía a la discusión en general del proyec- Sus principales atribuciones ( art. 86) eran: ejercer la jefatura local de la
to, y SI era aprobado se pasaba a la discusión en particular de cada capital; nombrar los jueces de los tribtmales IlaCio?ales con.act~er?o ~,el
artíc.ulo del mismo. Una vez aprobado en ambas cámaras, quedaba senado; indultar o conmutar penas por deliros SUJetos a la JurisdtcCion
sa:?c~onad~ ~omo ley y pasaba al Poder Ejecutivo para su promulga- nacional; conceder jubilaciones, retiros y licencias; ejercer los derechos
uon. Podia este. hacer uso del derecho de veto parcial o total, y enton· del P.atronatn Nacional; nombrar y remover a los ministros secretarios,
ces e.ra nec~sana ~ma may?ría especial en ambas cámaras para qne la a los empleados de la administración pública, a los agentes consulares y
sanciÓn se Impusiera al EJecutivo (arrs. 69 y 72). a los diplomáticos, estos ítltimos con acuerdo del senado; abrir las se·
siones del Congreso, prorrogar las ordinarias y convocar a extraordina·
740. A fin de garantizar la libertad en las deliberaciones del Poder rias·, recaudar las rentas nacionales e invertirlas de acuerdo con el presu·
.
Legislativo, se estableció que ningún senador ni diputado podía ser puesto aprobado por el Poder Legislativo; firmar tratados con naciOiles
"ac~1~ado, interrogado j~icialmente o molestado" por las opiniones extranjeras y recibir a sus enviados diplomáticos; ejercer el mando ?e
emmdas en el desempeno de su mandato (art. 60). Tampoco podía todas las fuerzas de mar y tierra, como comandante en jefe de las nus-
ser ~rrestado, ~.alvo. "el caso de ser sorprendido infraganti en la eje- mas; proveer a los empleos militares, necesitat~do en algunos e~ el
cuciÓn de algun cnmen que merezca pena de muerte infamante u acuerdo del senado; declarar la guerra o negoct.tr la p-az con autoriZa·
otra aflictiva" (art. 61). ' dón del Congt'CSo; declarar el ertado de sitio en caso de ataque e>.'terior
con acuerdo del senado, y, en caso de conmoción intem.a, durante el
741. El Poder Ejecutivo Nacional. Era desempeflado por uu ciuda- receso del Congreso.
dano con el título ~e z;esidente de/a Nación A'lfentina (art. 74), cuyo El inc. 1 del mencionado art. 86 expresaba que el presidente "es el Jefe
mandato duraba sets anos, y no podía ser reelegido sino con intervalo Supremo de la Nación y tiene a su cargo la adminisn<tdón general del
de Wl período (art. 77). Debía remllr los siguientes requisitos: ser nati- país". Especialmente la primera de esas expresiones ha sido atacada por-
vo o hijo de <;:i~~adano ~utivo, si hubiese nacido en el extranjero; perte- que ' si nos atenemos a la int"~"nretación gramatical. pretendía consagt·ax
-r , .
necer a la religton catóhca; tener treinta años de edad; disfrutar de una la supremacía de tm poder sobre otro, lo que era contrario al espmtu y
renta anual de dos mil pesos fuertes o ingresos equivalentes (art. 76). a la letra de la misma Constitución.
~n e~ de enfermedad, ausencia de la capital, muerte, renuncia o des- El Poder Ejecutivo también estaba encargado de dictar las disP?s~dones
~tuciOt\ 1o reempl~ba el vicepresidente, y en el supuesto de que con reglamentarias para ejecutar las leyes (art. 86, inc. 2). Su actmdad se
:!Ste se. dieran tambien aquellas causales, tuuley e,;pecial' la 252, dell9 manifestaba a través de k>s decretos. Como hemos visto (§ 739), tam-
:le setiembre de 1868, determinó que el Poder Ejecutivo fuera desem- bién participaba en la formación de las leyes mediante proyectos y,
peflado por estos funcionarios, en orden sucesivo, a falta de los prece- tma vez aprobados por el Congreso, con la promulgación o el veto,
:I:ntes: presidente provincial del senado, presidente de la cámara de según el caso.
1Iputados y presidente de la Corte Suprema de Justicia.
~l pre~id~1te y el vice eran elegidos por el pueblo de la República en 743. El vicepresidente no tenía función activa mientras el presidente
:orma llldirecta, votando por electores. Estos, retmidos en colegios elec- ejerciera el cargo. Ocupaba sólo la presidencia del senado, donde no
:orales, procedían a elegir presidente y vicepresidente de la Nación. tenía voto, salvo en caso de que hubiera "empate en la votación"
Practicado el escrutinio por el Congreso Nacional, en fonna separada (art. 49).
Jara cada cargo, en caso de que ninguno de los candidatos hubiere al-
:anzado la mayoría absoluta, el mismo Congreso lo elegía entre los dos 744. Los ministros secretarWs, que desigtuba y removía el presidente,
1ue hubiesen remUdo mayor número de votos. tetúan a su cargo el despacho de los diversos asm1tos nacionales que
competían al Ejecutivo, refrendando y legalizando con su fmna los ac-
7
42. Las atribucWnes del Poder Ejecutivo constituían por entonces wu tos del presidente. No podían por sí solos adoptar resoluciones, salvo

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MANt'<I.L DE HlSTORIA Dll LAS INSTITVCIONBS ARGENTINAS EL SlSTEMA POLÍTICO CONSTITUCIONAL

las concernientes al régllnen económico y administrativo de su ministe- Ell4 de setiembre de 1863 se sancionaron las tres leyes básicas de esta
rio (arts. 87 y 89). . . . . . justicia federal: la 48, sobre jurisdicción y competettcia de los tribunk
La Constitución fijó en cinco el número de muustenos, a saber: m tenor; les nacionales; la 49, acerca de los crímenes cuyo juzgamiento competía
relaciones exteriores; h<tcienda; justicia, culto e instrucción pública; y a los tribunales nacionales y la 50, sobre procedimiento de esos t:J:ibtula·
guena y marina. En l~ r_eíor:na c<:'ns~tl~cional de 189.8 se. ~tunen~ó a les en lo civil y comercial.
ocho el nlunero de nu.mstenos, sm mdtcar la denonlllMCton de cada
cartera, que quedó libmda, a tma ley especial: La ~ey 3. 72~ (10 de oc~u­ 747. También enm jueces y tribtutales ttacionales los que adniínistra-
bn~ de 1898) los establecía de esta manera: mtenN; ¡·elaciones exteno- ban la justicia ordinaria en la capital federal y en los demás territorios
res y culto; hacienda; justicia e instrucción pública; guerra; marina; sujetos en fonna directa a las autoridades nacionales (§ 800).
agricultura; y obras públicas.
748. La Corte Suprema de Justicia (Z). Constituía el más alto tribtmal
745. El Poder Judicial Nacional. La justicia ordinaria era ejercida, del Poder Judicial de la Nación. Después de la reforma constitucional
en püncipio, por los jueces y tribmtales ~s~blecidos e~1 cada una d.e de 1860, y confonne a la ley respectiva., se integró con cinco miembros
las pmv.incias, de acuerdo con el proced~1Iento que, estas detern~­ y tUl procurador general. Para ser miembro de la Co1·te, la Constitución
naban (§ 791 ). Pe m en algmtos casos espeCiales, en razon de la matena., exigía ser abogado de la Nación con ocho aflos de ejercicio, tener trein-
de la persona o del lugar, se consagt:Ó ~ ~ompetenci~ ,de la llam~a ta aí1os de edad, con seis aítos, al menos, de ciudadano, y disfrutar de
justicia nacional oftderal, que era tUta JUSUct.a de excepe1on, no conmn, mu renta anual de dos mil pesos fi.tertes o tU'hl. e11trada equivalente. La
suprema en lo que le concenúa. desigttación de los miembros la efectuaba el Pode1· Ejecutivo con acuer-
Estos casos se hallaban emunerados en el art. lOO de la Constitución do del senado.
Nacional: a) por razón de la materia: causas que versen sobre ptuttos La Constitución de 1853 estableció que la Corte se integrara con tmeve
Kgidos por la Constitución de un modo particular, por l:res nac.ional~s jueces y dos fiscales (art. 91 ). La primera composición del tribunal fue
especiales (aduanas, tierras públicas, moneda, correos, mstrucCIÓn pu- desigttada el26 de agosto de 1854 por el presidente URQtJIZA, debien-
blica) o pm· tratados con naciones extranjeras; b) f?r razón de las pers~­ do funcionar en Paraná, capital pmvisional de la Confederación. Pero
nas: causas en que la Nación sea parte, que se susciten entre d~ o mas no todos los miembros desigttados llegaron a tomar posesión de sus
pmviucias, entre tUN provincia y los ~ec~tos de otr~, entre vecmos de cargos, por hallarse tUlOS en Buenos Aires y otros entregados a diversas
diferentes 1wovincias, y entre tu'hl. provmaa o sus vecmos c?n tUt Estado actividades públicas. De esta manen, sólo alcanzó a fonnarse lllta cá-
o ciudadano extranjero; e) por razón del lugar: causas suscitadas donde mara de justicia con los miembros que asmuieron el cargó; ésta tuvo
la Nación ejerce jurisdicción exclusiva (causas de ahnirantazgo y de ju- tma escasa labor. La reforma constitucional de 1860 suprimió la dete1··
risdicción ntarítinu). minación del nümero de jueces que integraban el supremo tribmul,
dejando este aspecto para la ley orgátúca que sob1·e la materia debía
746. El Poder Judicial Nacional se integraba con la Corte Suprema de dictar el Congreso Nacional. El 30 de octubre de 1860 el presidente
Justicia (§ 748), residente en la capital, las cámaras de apelaciones, que DERQT..ll dejó sin efecto las designaciones efectuadas años atrás, quedan-
atendían las causas dentro de la jurisdicción territmial asig¡1ada a cada do así cenado este período en la vida del tribtmal.
una, y los jueces ftderales, establecidos en las Pt?vincias. Todos.los ma- Luego de la wúón defmitiva (§ 704), el presidente MnRE procedió a la
gistrados judiciales eran designados por el presidente de la N anón., con
;tcue1·do del senado, conservaban sus cargos mientras dm·ase su buena (2) BF.aTRlZ Bo.scH, El podor judicial m 14 ConftdemcidnArgemina (1854-1861) en R.I.H.D.,nQ
conduct,l (art. 96) y gozaban de independencia en el ejercicio de sus 15, 1964; MAJITJI MARfil ÑIAGDJILENA HUERTAS, El modefo constitUO:ÍOna/ nrJrteam¡:rir;ano m Jr;r fo//m
funciones. Su remoción sólo se producía mediante el juicio politico, tk 14 Corte Supnmade Juakia tk laNtuidn (1863·1903), Buenos Aires, 2001; JuuoÜl'liANfl.'lTE,
HiJtwia dd Poder Judicial en Todo es Hütolla, n° 61, Buenw AU:es, 1972; Htcro8 J. TN-<Zl,
prontovido por la Cántara de Diputados y sust:attciado en el Senado. El Historia ideológica de fa Corte Suprema de Justicia de 14 Nación (1862·182); y ÍDEM ( 1892·1905) en
1·wesidente de la República no podía en ning{ut caso "ejercer fi.1nciones R.H.D.R.L., n" 33, 1997 y n"' 34, 1998, respectivamente; CLODOM!RO ZA.WJ.i.A, Historia de 14
Cme Suprema de Jmtiáa de 14 RepúblicaArgmtina en re14dón con su modelo ameriumc, Buenos
judiciales, arrogarse el conocimiento de causas pendientes o restablecer Aü..,s, 1920; RJ.CJIJI;,OO ZoRll.AQt!ÍN BECÚ, La Cone Suprema y susgrandes presidentes en B.A. N.H.,
las fenecidas" (art. 95). vol xxxrv, l9ñ4.

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MANuAL DI! HISTORIA Dil LA,~ JNSTITUClONBS Ali.GBNTINAS EL SISTRMA POLÍTICO CONSTlTUCJONAL

designación de los miembros de la Corte el18 de octubre de 1862 de constitucion~ ha permitido a nuestra Corte -al igual que su modelo
ac;terdo con la Jey orgá.tllca de la justicia federal, que estableció el nu~vo norteamericano- erigirse en el guardián e intérprete de la Constitución,
numero de miembros. Los nombrados fueron los doctores V ALENTÍN con la facultad de declarar, en última instancia, la inconsrirucionalidad
Ar.siNA, FRA."<CISCO DE LAS CARRERAS, SALVADOR MARiA DEL CARRIL, de leyes, decretos o actos realizados por las autoridades cuando ataca-
FRANc~co DELGADO y JosÉ BARROs PAZOs. Como procurador general sen la letra o el espírint de la Constitución.
fue destgna.do el doctor FRANCisco Pico. ALsiNA no aceptó el cargo y La inconstitucionalidad no se formula en declaraciones generales 1ll en
fue reemplazado por Jost BENJAMÍN ÚOROSTIAGA sólo en junio de 1865. cuestiones abstractas, sino en la resolución de causas judiciales. El al·
La Corte entró en funciones en octubre de 1863. cance del fallo no va más allá de esa causa, pues, de no ser así, penetraría
E~ 6 de enero de 1863 el Poder Ejecutivo designó presidente del alto en el campo rescrvado al Poder Legislativo.
':'btmal al doctor ~RANCISC.'O DE LAS CARRERAS. Desde entonces, la prác- Sin embargo, nuestra Corte, "con tm santo temor de contaminarse,,
tica de que el presidente de la Nación designase al presidente de la Cor- como dice ZAvAiiA, se ha desentendido sistemáticatnente de toda cues-
.
te .con carácter vitalicio continuó hasta 1930. Sin embargo, duran.te una
p~ra epoca se respetó la costumbre de nombrar para ese cargo al
tión política que se vincule con ésta o que afecte la actividad de los
poderes consagrados en la Constitucién, aunque se infrinja algún pre-
m1embro más antiguo del ni.bunal cepto constirucional. Segt'm esta tesis, la verificación de los actos políti-
Entre los siete presidentes que sucedieron a DE LAS CARRERAS durante cos corresponde en forma exclusiva a los otros poderes del Estado, Al
esta época, s~ destacMo11 SALVADOR MARiA DEL CARRIL, BE.¡.,¡JAMiN Go- adoptar esta posmra, la Corte se apartó del modelo norteamericano
RoSTIAGA y Al-.'TONIO BERMEJO. Este último condujo la Corte durante reduciendo, por propia vohmtad, el papel de guardián e intérprete de la
24 años entre 1905 y 1929, atlo en que falleció. Constitución.
En las decisiones de la Corte de los tres primeros deceJllos del siglo XX
7~9. La Co~·te Suprema ejeráa la superintendencia sobre los demás se obscrva tma aplicación inflexible de la concepción liberal en cuanto al
n·tbunales y JUeces nacionales, y tetúa las siguientes atribuciones en lo contrato, la propiedad privada y la libre empresa. De igual modo apare-
que respecta al conocimiento de las causas judiciales: cen restringidos el poder de policía y las facultades expropiatorias e
L Origi~rf:a y exclu:ivamente en "los asm1tos concenllentes a Embaja- impositivas. Sin embargo, los efectos de la Primera Guerra Mundial
dores, Muustros y consules extratljeros, y en los que alguna Provincia llevaron a admitir la doctrina de emergencia, como ocurrió en el caso
fhese p;trte" (art. 101, Constinteión Nacional). de las leyes que prorrogaron los contratos de locación.
2. ~or ap~la~ión ordinaria en causas tramitadas ante la justicia federal,
segtu1lo mdiCado en el art. lOO de la Constitución Nacional. 750. Los gobiernos de las provincias (31. Sigtüendo la tradición auto-
3. Para dirimir cuestiones de rompetenda, entre los magistrados judiciales nómica(§§ 453-454), la Constitución Nacinnal estableció LJlle las pro-
que no ntviesen un tribunal superior comlm ( arts. 17 de la ley 48 y 9 de vincias "conservan todo el poder no delegado por esta ConstinKión al
la ley 4.055). gobierno federal" (art. 104), dándose sus propias instituciones locales y
4. Po.r apelacWn extrtwrdinaria: a) cuando se hubiera cue<>tionado la rigiéndose por ellas (art. 105). En consecuenda, cada provincia dictaba
validez de tm trata~?, de tma ley nacional o de una autoridad ejercida en su constitución (art. 106), la que debía consagrar el sistema representa-
nombre de 1~ Nanon, y la decisión hubiese sido contra su validez; b) tivo y republicano, asegurar la administración de justicia, el régimen
cuando ~a, vati~ez de Ulla le~, ,decreto o autoridad de provincia se pusiera municipal(§ 751) y la educación(§§ 909-914) (art. 5). Las provincias
e:1 cnest10n baJO la pretensiOn de ser repugnante a la Constinteión Na- podían así "celebrar tratados parciales p;u·a fmes de adntllllsn·ación de
nona!, a los tratados o leyes del Congreso, y la decisión hubiera sido a justicia, de intereses econónllcos y n·abajos de utilidad común, con co-
~av01: de la validez de la ley o autoridad de provincia; e) cuando la nocinúento del Congreso Feder.U; y promove1· su industria, la imnigra-
~ltelige!teia d~ ~gw~ c~áustlla constitucional, de un tratado o ley na- ción, la construcción de ferrocarriles y canales navegables, la ml01úza-
CIOnal, o conuSion e,ernda en nombre de la autoridad nacional se hu-
biera cuestionado, y la decisión fuera contra la validez del tíndo 0 el (3) Además de la bibliogmfia cirada en las nouu ly 2 de esre capilulo, LmsM.utl,;. C.~TERlNA,L$
gobimti)S de 1M pro,inán:;. 1~rritoriD> nnr:iona!t'S. Régimen municipal (1852·1914) en N.H.N.A.,_ t.
derecho fimdado en los textos mencionados.
\~cap. 21 con bibliografia; ANDRÉS ALLENDE, La pofimicn de 1869. Sd>re ddimimn6n de lru p1'0!'mtm.<
Esta última atribución, surgida de la ley 48 (§ 746) y no del texto y territi!YiO> n!láon!llcs nzr¡mrinos en l. E., n" 42, 1992.

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EL SISTEMA POLÍTICO CONSTITUCIONAL
MANUAL DE HISTORIA OB LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS

cióu de tierras de propiedad provincial, la iutroducción y establecimiento las del Legislativo., por las que tradicionalmente correspondían a esta rama
de uuevas industrias, la importación de capitales extranjeros y la explo- del gobierno(§ 458), aunque teniendo en cuenta el m¡evo ordenamieuto
ración de sus ríos, por leyes protectoras de estos fines y con recursos político nacionaL Petu debe resaltarse el deseo de linútar la autoxidad del
propios (axt. 107). No podían, en cambio, ejercer las atribuciones dele- gobentador haciéndole compartir, en cierta medida, su<> atribuciones cou
gadas al gobierno uacional (art. 108). los secretarios. Sin embargo, esta modalidad no fi.re continuada en los nue-
NingtU1a provincia podía declarar la guen·a a otra provincia, debiendo vos textos o refOrmas sancionados _posreriormenre.
sus quejas ser dirinúdas por la Corte Suprema de Justicia de la Nación ~lPorW:Judicial era ejercido por una cdmara de justicia y pox los demás
(<uct. 109) (§ 749). JUeces uúeriores. Se exigía en varias constituciones que los jueces fi.1esen
Sancionada la Constitución de 1853, todas la provincias, a e.xcepción de letrados; y eran inmovibles en sus cargos mientras durase su buena con-
Buenos Aires (§ 695), dictaron nuevas constituciones, adaptadas a los ducta. La designación era efectuada pox el Podex Ejecutivo, a propuesta
principios consagrados por aquélla, reemplaza11do así el antiguo siste- o con aprobación de la asamblea legislativa.
ma de los reglamentos o estatutos (§ 454). En 1854, la sancionó Meudo- Esto? tribtmales y j~1eces conocían en todas las causas judiciales que se
susc~tasen en el ten1.torio provincial, a excepción de aquéllas resetvadas
za; en1855lo hicieron Córdoba, San Ltús, Catamarca, Juju}; Salta y La
Rioja; un aúo después, San Juan, TUCUlnán, Santiago del Estero, Santa a la JUSticia nacional o federal(§ 745).
Fe y Corrientes; en1860, Eutre Ríos. El texto constitucional de 1853 De acuerdo con el art. 5 de la Constitución Nacional, las pro\ÍÍncias de~
( art. 5°) exigía que las constituciones provinciales, mu vez sanciona- bí,u~ organizar su régimen municipal. Las facultades delegadas a los or-
das, fuesen sometidas a la aprobación del Congreso Nacional. Algtutas gamsmos commules fi.tetun simplemente adnúnistrativas y sujetas al
disposiciones contenidas en esas constituciones fueron observadas por control de !as autori~ades supeáores. Paulatinamente., las municipali-
el Congreso, pero, salvadas esas discrepancias, todas alcanzaron fmal- dade:' p~teron fi.mCiones, las que fi.1eron absorbidas pox los poderes
meute su s.mción. El requisito del examen de las constituciones provin- provmciales. En ningún momento se alcanzó a constituir tUl auténtico
ciales por el Congreso Nacional fue suprimido en la reforma de 1860, gobiemo conuul<tl, tú pudo restablecerse el amplio y efectivo poder de
siu que con ello se afectara e1 ordenanúento jurídico establecido (§ 725). los antiguos cabildos(§ 85).
Duraute las décadas sigtiÍentes se sancionaron en las provincias uuevas
constituciones -entre las más importantes cabe citar la de Buenos Aires 752. No corresponde realizar en este Manual tUl exhaustivo estudio de
de 1873- que se mantuvieron en los cauces clásicos del constituciona- la integración y las funciones de los poderes públicos provinciales, so"
lism.o liberaL Para uua nueva dirección en estos criterios habría que bre todo porque el examen resultaría complejo., al no poder atenernos a
esperar hasta las pximeras décadas del siglo XX(§ 1007). u~~ texto t'uúco para todas las provincias, ni siquiera a Utta scla constitu~
e ton para cada tilla de ellas. Para ofrecer lUl<l sucinta enumeración de las
751. Lis amstitucWnes pmv:inciales se ocupabau especialmente de la atribuciones del Legislativo y del Ejecutivo, es suficiente señalar las
organiución del gobiemo local a través de los tres clásicos poderes y de que, .se~ut MATIENW, se encontraban vigentes en la mayoría de las
los muuidpios, consagrando algunas disposicioues sobre la religión proVlllctas hacia 1910.
oficial, los derechos y garautías personales, la ciudadanía y la reforma L.as atribuciones de tqs legislaturas provinciales wutlas sigtlientes: orga·
de la propia Constitución. tuzar la administración de justicia; dictar el procedinúento judicial; fox-
El R!der Legislativo estaba constituido., en geueral, por una sola cdmara mar J?l:Ures de instrucción pública y crear escuelas; organizax el régimen
o asamblea, elegida popularmente, cuyas atribuciones trataban de con~ mmuctpal; legislar sobre apertura y cierre de caminos, policía urbana y
ciliar las seíl<tladas pox la doctrina, las ejercidas hasta entonces(§ 457) y n~al; r~glamentar los derechos constitucionales; promover la indus-
las que uo habían sido delegadas a las autoridades nacionales en la Cons- tna, la uunigración, la construcción de fenocarriles y canales uavega-
titución de 1853 (§ 750). bles, la exploración de los ríos, etcétera; crear y suprimir empleos; aprobar
El R!der Ejecutivo era ejercido por elgobernadm y por tU lO o más secretarios anualn~ente ~1 presupuesto proviucial, y aprobar o desechar las cuentas
elegidos por aquél, agregándose en algunas provincias un consejo de gobier- de las. mverstones; someter a juicio político al gobernador; declarar la
no. En casi todas las provincias, la elección del gobemadox era efectuada uecestdad de la refornu de la constitución local, convocando a mu con-
por el Poder Legislativo. Las atribuciones del Ejecutivo esta bandadas, conlO Vetlción especial. Estas atribuciones no deben ser interpxetadas restric-

"' '"
l\1A.."!tli\.L DE HiSTORIA Dll LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS LA PRÁCTICA CONSTITUCIONAL

tivamente, pues correspondía, además, legislar sobre las demás mate- En cambio, los senadores eran elegidos en número igual por cada P~*
rias 110 delegadas al gobiemo general. vincia (§ 736) y la Capital Federal, sin teuer en cuenta la snperfine
El gobernador, a su vez, teiúa principahneilte estas atribuciones; regla- territorial, la población ni el desarrollo económico. Al fo_rm:use es~ cá-
mentar y ejecutar las leyes; nombrar los fiUlcionarios y empleados de la mara sin las tluctltaciones demográficas, siempre las provmnas del Ulte-
administración local; recaudar Lls rentas y decretar su iuversiÓil confor- rior contaron con veinte senadores, y las del litoral, incluida la Capital
me a lo dispuesto por el Legislativo; conmutar en determinados casos Federal, con diez. Los dos tercios de la cámara de diputados a favor del
las penas impuestas por los jueces locales; celebrar tratados con otras litoral quedaban compensados con los dos tercios de esta cámara. Se-
provincias sobre admitústración de justicia o de asm1tos de interés eco- g(m JUAN ÁLvAREZ, el senado constituyó así "tuta fórmula polític~ del
nómico; nombrar a los magistrados judiciales locales; ejercer el coman- eqttilibri.o intemd' y, a medida que la población se volcaba ~acta_ el
do en jefe de las milicias provinciales: Participaba, uanu·almente, en la litoral, se constituyó en un baluarte inexpugttable) donde el u1tenor
formacióu y sanción de las leyes. Era también el "agente il.aturaJ" del defendió airosamente sus derechos.
gobierno federal "p.u:a hacer ctunplir la Constitltción y las leyes de la
Nación" (Constintción Nacional, art. 110). 755. Al Congreso de la segunda mitad del siglo XIX le correspondió
desarrollar tuta intensa actividad legislativa sin precedentes. Para poner
en marcha el si'>tema constitucional era necesario dictar tlll conjunto
La práctica constitucional (4 1 muneroso y complejo de leyes. As~ ~n aquell~ aií~ se sanci~~ar:n _l~
códigos nacionales y las leyes org.uucas sobre JUStlCia y adnun~stia~1on
753. No es suficiente el estudio teórico del régimen constitucionaL Con- pública, sistema impositivo, moneda, comercio, transporte, umugra-
viene) aÍlu cuando sea de lllta manera muy somera, seúalar las c.u:acterís- ción., educación y ejército. Eu fu~ era la época en que se tnnsfom1aba
ticas principales de su funcionamiento) que han confu·mado) contraria- en sus raíces el ordenamiento jm·ídico) que ltasta entonces conservaba
do o desvirtuado, según los casos, el propio texto constinlcional. muchas regulaciones del período hispánico. , .
Este febril trabajo no hacía olvidar tlllO de los rasgos mas saheutes del
parlan1entarismo del siglo XIX: la oratoria. Se libraban ~erdaderas bata-
754. La diversa manera de integrar el Congreso Nacional, según fi1era
lil cámara de senadores o la de diputados) tuvo una derivación que con- llas en este terreno) y la p-alabra ronca, grave) expresiva, elocuente y
v~t;ne seí~-- Al establecerse que los diputados se elegían eu pl"Opor-
ampulosa era una de las condiciones indispensa~les para d_estacarse en
CIOn al mm1ero de habitautes, la integración de la respectiva cámara las bancas y para imponerse culos torneos oratOriOS. La brillantez en la
quedó librada a los movinúentos migratorios. Como la población del exposición parecía ir tulida al talento,, y ~ra un arm~ poderosa ~ara el
triunfo de las ideas sustentadas. El publico, y espeCialmeute la ¡uven-
país fite recostándose sobre el litoral y, en consecuencia, disminuyó la
proporción de los habitantes del interior, el m'unero de diputados que nu:l) concurría a las sesiones del Congreso con el enntsiasmo de asistir a
representaba a esas regiones también se modificó. Así) en 1853-1860) su espectáculo preferido.
treinta diputados pertenecían al interior y veinte, al litoral, pero en los
años siguientes la sintación fi.te transfomúndose tan sustancialmente 756. En el eugranaje constintcional) bien pronto el Poder Ejecutivo
que cuarenta años después, en 1893) los diputados del litoral ocupaban asumiÓllll papel dominante. Las amplias atribuci?nes otorga?as p~r la
las dos terceras partes de las bancas, mienn·as que los del interior debían ConstituciÓi~ la irresistible influencia que como ¡efe del partido tnun-
confonnarse con sólo tul tercio de ellas. fante te.uía, la nuyoría parlamentaria que a veces alcanzab~ y, en fm, _el
culto popular que sie1npre ha visto en él a la. más alta autondild, convu·-
tieron al presidente de la República en figura preeminente. Su p~er no
(4) Jost N1coús MAm:Nzo, Elgobim~orepremrrMi:'O federal en la RepúblicaAwmt/J1a. Buenos
Ain,s, 1910; Lms H. SOM.\!IüC!V1>.,Historia df las int<'t'r'enciones federales m 1M pNll'in~úu, Buenos sólo se apreció en el orden nacional, sino que a menudo absorbio tam-
bién a los gobernadores de provincia, que a veces represei~tab;ru_en el
Aires, 1929; RICARDO ZoUAQUÍN BECÚ, Sen'timiento ftdtrRI Vrtrt/idad untra!istrt RJ.H.D. N"
~- . . . ámbito local el papel que el presidente teiÚa en el' escena::IO nacio~lal.
(411) Lurs.l\_1AI<iA CATERlN.~,LM int<'t'r'mciont!Sftderaksdetradiatlismo (1916-1922) en R-H.D.,n" De esta manera) la práctica constitucional daba nrr..on, en nerta m~d1da,
14, 1986; lm.M,Las intm>emiones ftderaks en la presidencia deAI1'1'ar (1922-1928) en R.H.D. n~
17,1989. a la criticada expresión contetllda en el inc. l del art. 86: el presidente

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ÑlANFAL DE HISTORIA DE LAS iNSTITUCIONES t\RG!lNTINAS LA PRÁC'f!(',A CONSTlTUClONAL

"es el jefe supretno de la Nación"(§ 742): Es ~ugestiv~, por otra ¡;ute, sns medios asegurara la elección. Esta proteccióu hada el caudidato
que sea bastante frecuente pe~iodiza~ la h1~tona argen~~ de esta epoca predilecto 110 era, sin duda, m1 acto de ética política, pero formaba
tetúendo en cuenta los c<Unbtos prestdenCiales, como Sl estos nlüdtfica- parte de las coshunbres imperantes y se la había bautizado como el
mn drásticamente la evolucióu del país. sistema de las "sucesiones presidenciales". De más está decir que, pese
al dudoso origen de su mandato, los presidentes de esta época respon-
757, La política nacional se ejerció c?mo \.Ul~ ~grillla superior reserva- dieron con reconocido patriotismo y realizaron gra11des esfuerzos para
lla a la clase dirigente, donde los partidos políncos era11 meras desmem- el progreso del país.
braciones que respondíau a los intereses o a las pasiones de sus leaders, Si bien la elección de presidente y vice se efectuaba por medio de electo·
quienes -por otra parte- se consustanciaban perfect<Unente con sus se- res, en la práctica, el sistema uo servía como purificación o calificación
guiJ.ores y coulas necesidades del país. . . , . del voto, pues lm electores recibían un ma1hlato imperativo de votar
Los partidos polítkos de esta época C<U'CCÍ<Ul de coutemdo tdeol?gtro, por determiuado c<Uldidato, y el ciudada110 que votab-a por esos electo·
como no fuera la común participación de todos ellos en el credo hberal, res ya lo sabía de antemano. En todos los casos, los presidentes fueron
suprema ley a la que se someúan sin excepción los políticos de entou- desigmdos por los colegios electorales, sin que haya sido necesario re-
ces. Las variaciones má.s importantes fberon dadas, hasta 1890, por las ctUTir a la votación del Congreso(§ 741). En cambio, sí fue necesario
corrieutes católicas, que pugnabau por lograr una legislación menos recurrir a este procedimiento en la elección del vicepresidente.
laka, pero sin por eso alejarse de los cartabones liberal~ del n10m:~to.
La Uni<Jn Cívica Radical inició 1Uta uueva caracterísnca al proptctat~ 759. MAu:ENzo asigna gran importancia al régimen ministerial dentro del
como supren10 objetivo de su ¡¡_cción, la pureza del sufragio, que por sistema COllStitucional argentino. Y si bien su tesis al respecto no ha sido
entonces estaba relegado a prácticas má.s o menos frauJ.nlentas. acogida por los constituci011<Úistas posteriores, lo cierto es que no puede
Cuando ven10s ejercer la dit-ección política a fignras como MITRE, .ALsi- negarse la importancia de los ministros secretarios, aun dentro del sistema
NA, AVELLANEDA, RocA o PELLEGRINI, advertimos las complicadas. cou- mllpersonal que caracteriza a nnestro Poder Ejecutivo. Son sintomáticas la
tiugencias de esa alta m-ea, que se llevaba a c~~o co1~ ~levadas rmras y calidad y la represeutatividad de los hombres, a veces notables, que han
sin escatimar fatigas 1Ú sitlSabores. La conducCJon poÜtlca de esos hom- conformado los m.inistetios argentinos. La ll1tegración de los mism.os ser-
bres, itnpecable y provechosa, ha dejado lUla tradición de ho110r que vía para demostrar la orientación política del presidente, y las renovacio-
enorgullece al país. nes m.iu.ist:eriales, para seílalar lUla refomu o la proximidad de las luchas
Roca, que tal vez fue el exponente más alto de l~ clase dirigente; en electorales. En general, los ministros gozaron de amplia libertad para
cxasión de haber sido elegido por segunda vez prestdente de la NaCión., aduililistrar los asm1tos de sn cartera y aÍtu, también, ruvietoula fuerza
dejó estas palabras, que pueden servir para conocer mejor a aquellos moral y el prestigio para imponer soludoues al presidente. TetÚ<Ul, asi·
~.:onductores: "Muchas horas de borrascas y amarguras me esperan por Ulismo, la facultad de "coucurrir a las sesiones del Congreso y tomar
delante, en la uneva jornada que me marcó el destino, y au~~ue. en patte en sus debates, pero uo votar" (Co11Stitucióu Nacional, art. 92).
verdad no de otro modo se cosecha gloria y reuombre, es t<Unbteu aer-
to que se llena nuo de barro y espit1as hasta las naric~, Y las 1~1alas 760. El sistema de elección presidencial cada seis años y la retlOvación
noches y los iusonullos es el lote de los que en el gobtenlO qmereu parcial del Congreso daban como resultado que, cuando se elegía al
.1
hacer ;ugo por su palS' ,
. presidente, también se renovaran la mitad de la cámara de diputados y
la tercera del seuado. Como no se exigía al Ejecutivo poseer la "cmúiau-
758. Para ser presidente de la República, aparte de los requisitos consti- za" legislativa ni podía el presidente disolver las cámaras, dice MATIF.N-
tucionales (§ 741), las costumbres políticas habían impuesto -sef?ÍU1 zo qne "en teoúa, el Congreso, o cada tula de sus ramas, puede marchar
.MA'nENZO... condiciones suplementarias. Así, el candidato "debe s_er J~fe por un lado y el presidente, por otro, o lo que sería peor, el Congreso o
de partido o disponer de fherzas políticas poderosas, k~ qt~e ?rdmana- mt.a de sus ramas puede hallarse eu conflicto activo con el presidente
mcnte se obtiene en el cargo de gobernador de una provmaa Importan- desde la lluugmación de cada nueva presideucia, imposibilitátldose así
te 0 en tUl mlltisterio nacional". Ta1nbiéu era pa11icularmente impor- la gestión de los negocios públicos y provocando la llltr<Utquilidad del
tante el apoyo del presidente saliente, a fin de que con su llúluenda Y país". Todo ello obligaba a ll1te11Sas gestiones destitladas a obtener el

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MANUAL Dll HlSTORIA DE US lNSTJTIJCIONilS ARGENTINAS
l.J.. PRÁC'fl('..A CONSTITUClONA.L

voto~' al menos, evitar la sistemática oposición de los legisladores ad- ción de las llamadas intervencWnes federales 1 que pasamos~ e:'tttdia;..
versanos. La política centralista triunfante estaba apoyada en el, prest119;o ~ht1co,
intelectual y social de Buenos Aires, Y, o: su podeno e.cononuco. E:"a
761. Tanto el Poder Legislativo como el Ejecutivo terúan "medios de orientación, q1-te er·a el resultado del múltiples y complejOS facto:CS his-
reprimirse mutuamente", segtín MATIENZO. El presidettte terúa d reau·- tóricos, se impuso por gravitación, '! en esa línea .cola~rMOn mduso
so de vetar las leyes (§ 739) y de que prevaleciera su decisión si ambas los propios provincianos, que, a~atdos ~r ~ brillo m~lectual de la
c~·as no.~wúan, Jos dos ~rcios de los votos para insistir er1 1a san- capital 0 por las mejores perspecnvas econorrncas, se radiCaban ert ésta,
Cion. Tamb~etl pocha el prestdente dejar de convocar al Congreso du- abat1donando sus provincias natales y privándolas de su concmso.
r:'-nte el penüdo de receso, y con ello imposibilitar su reunión dmante
Siete meses del año, pues las cámaras no podían convocarse a sí mismas 764. El art. 6 de la Constitución de 1853 autorizaba al gobierno federal
durante este períOdo. a intervenir ett el tetTitorio de las provincias "con requisición de las
E~ Co~greso to.úa también diversos recursos para er:tfrentar al POder legislautras 0 gobemadores provinciales, o sin d!a. ~solo efecto de res-
EJecunvo: des.echar sus proyectos, negarle fondos, no aprobar el presu- tablecer el orden püblico perutrbado por la sedin~:m o de a~e~~~er· a la
Ruesto anual, utterpelar a los ministros, someto· a juicio poütico al pre- seguridad nacional amenazada P?r tlll ataque o ~li!p'o extenor . Estos
Sidente o negar el Settado los acuerdos para nombramientos propuestos dos casos, perfectamente detenmnados, eran los. t~cos ~n que se ~uro­
por el Ejecutivo. rizaba lUla medida de excepción, como lo era la mJerenna del gob1emo
Pese al uso qUe ocasionalmente se ha hecho de estos recursos las rela- cetrt.ral en la jurisdicción provincial. En cantbio, ~i se prodt~cía.n conflic-
. '
ClOnes enn·e ambos poderes, segt'm MATIENzo, "se han mantenido por tos etttre los distintos podet·es públicos de "lUla mlSm~ ~rovmCia, :orres-
lo general ett paz y concordia, gracias al ascendiente personal del presi- ponclía a la Corte Suprema de Justicia con~er .Y dec1~1t' en. los rrnsmos,
dettte d~ la Rep~blica y a la ct:ctmstancia de ser él casi siempre el jefe sin intervención algtnla de los poderes Legtslauvo y EJecuuvo ( art 97).
del pa.rndo dorruna.nte en las camaras". ' En la reforma de 1860 se modificó el art. 6, quedando redactado de
esta manera: "el Gobierno Federal interviene en el territorio de las
762. La pr-áctica constitucional revela, por último, tm hecho sorpren- provincias para garantir la fot;~.~epublicaua de ?obierno o ~ep:l~r
dente.; de;>de 1862 ~ta 1930 no fi.~e alterada la vigencia del régimen invasiones exteriores, y a reqmstcton de sus autondades constltmdas
COl:'ntucu?nal, y los org.u~~ y autondades se renovaron periódicamert- para sostenerlas o restablecerlas, si hubiesen sido depuestas. P<:>: la
te sm motllles o golpes mihtares. Aunque se produjeron algtmos rnovi- sedición 0 por invasión de otra provincia". Además, se St1pnm10 la
mietttos revolucionarios (1874, 1880, 1890, 1893, 1905 y otros), nin- atribución de la Corte para intervenir en los conflictos entre los po-
guno ~e ellos alcanzó a quebrar el orden constitucional, y, a lo sumo, deres públicos locales. , .
obtuv~eron;como .el ~e 1890, la renuncia del presidente(§§ 773-774), Esta modificación estuvo inspirada, como todas las demas retonn~s
pero sm que ello Significara la mpttu·a de la continuidad jurídica. de aquel aÍlo, en el deseo de acentuar la defem>a de .la autono~ma
local(§ 699), pero ello no se logró en el aspecto que vo.u:nos es~d¡an­
763. La:s intervenciones federales. El armóuico sistema que regulaba do. Si bien se limitó la facultad del gobiemo federal para mtervemr por
!as relacu;>nes erttre las provincias y el gobiemo nacional tuvo graves si en el territorio provincial en caso de sedición, ett c~hio, s: ~tu·odt~­
mconvo.uentes en su desarrollo, deteriorando el sistema federal consa- jo tula vaga locución, a uavés de la cual se producma una m¡erenna
grado ettla Constitución. cada vez más frecuertte y abusiva del poder cett~ral. En efect?, la e~pre­
Desde los. primeros aÍlos de práctica constitucional pudo advertirse una sión "para g.u·antir la forma republicatta de ~~1etno" n<? :ema la nusma
con~tante absorción de funciones por parte del gobiemo nacional en precisión que las ouas causales de intervencton, y servma ~ara ft~nda­
d~n:unento de los poderes provinciales. Así ocurrió paulatinamente en mo.ttar la mayoría de las intervettciones decretadas por mot¡vos ~¡e~1os
d1~~1tas materias: militar, impositiva, electoral, educacional, de obras a los indicados en el texto constitucional. Por on·a parte, al suprumrse
publicas; laboral, etcétera, con lo qtle la resistencia de las provincias la facultad de la Corte para actuar en los cOlúlic~s entre l?,s poderes
fi.1e vennda desde el doble ptmto de vista económico y jm-ídico. Pero 'bli ,, locales debió recurri.rse al remedio de la mtervencton cuando
pu c'-"' , , . · 'al
también su régllnert político resultó seriamente afectado por la aplica- aquéllos no podían ser resueltos do.ttro del atnb1to provutct· .

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Jl.iANFAL DE l-I!STORIA DE LAS lNSTlWCIONBS ARGENTINAS

De esta manera, el gobierno central tuvo a la disposición los resortes


necesarios, cuando lo estimaba conveniente a los intereses políticos
en juego, para eli.rniuar a los gobiernos provinciales que le resultaran
desafectos. Capítulo XXIX
765. Duraute los primeros aflos de vigencia constitucional, las inter-
venciones pretendieron, segt'm ZoRRAQlJÍN BEcú, sólo restablecer o SOS*
tener a las autoridades locales amenazadas o depuestas por motines.
Pero con motivo de la i11tervención en Entre Ríos en 1870, a raíz de la Las tendencias políticas predominantes. El testunento político de
rebelión de RICARDO LóPEZ JoRDAN, se dispuso por primera vez que el Mitre. La política de conciliacióu. La época de Roca. La revoluci6n de
comisionado presidiera la reorganización de los poderes públicos locales. 1890. La política del Acuerdo. La seguuda presidencia de Roca. La
A ftnes del siglo pasado se acrecentó el envío de intervenciones a las terrni.nación del predominio roquista. El radicalismo en el poder. La
provincias, afianzándose la teoría de que "los poderes nacionales -dice revolución de 1930.
ZoRRAQVÍN" Bocú- no estaban obligados a reponer o a proteger a las
autoridades constituidas, sino que podían investigar la legalidad de sus
títulos y tomar a su respecto las detenninaciones que quisieran. Así, la Las tendencias políticas predominantes <1l
actuacióu de los comisionados federales -cada vez más amplia, prolon-
gada y discrecional- nrvo por objeto casi siempre convocar a nuevas 766. El testamento político de Mitre. Una vez lograda la mllón defi-
elecciones, en las cuales se proctu-aba favorecer a los candidatos adictos nitiva (§ 704), se sucedieron en la presidencia de la Nación BARTOLOMÉ
a la política presidencial". MITRE (1862-1868), DoMINGO F SARMIE'ffi> (1868-1874) yNicoLAs
Desde ell2 de octubre de 1862 hasta el6 de setiembre de 1930, anota Av.ELLA.'\'EDA (1874-1880), altdtimo de los cuales tocó abordar la fede-
el citado autor, el art. 6 fue aplicado en89 opornmidades, 51 por decre* ralizacióu de la ciudad de Buenos Aires (§§ 792-798).
to y 38 por ley del Congreso. De estas intervenciones, 34 correspondie- MrrRE llúció tUl gobieruo liberal y progresista, seúalando la tótúca de
ron a los t'dtimos catorce años del período. El presideute YRIGOYEN fue los que le sncedierou. Luego de Pavón, estmcturó las fi1erzas políticas
quieu usó más frecuentemente este recurso. Lo hizo eu 19 opornullda- que, bajo el uombre de mitrismo, acn1arou prácticrunente hasta su muerte
des, la mayor parte por decreto.
La autouomía provincial, eufáticamente proclamada tUl siglo atrás (l) ACADEMIA NACIONAL DE LA H!STORJA,HistoriaArgmtina <antemponinta, 1802·1930, ,· 0 1.
(§§ 453-454) y ardorosamente defendida a través de tantas décadas, l, Hist<:>IÜ de Lu presiden~ias, Ira. y 2da se~cs., Buenos Aires, 1963; }DAN BIILEST!lA, El
naJ'Imtrt, Buenos Aires, 1935; NATAL! O R. BoTA.NA, El orden wnscrvador. La politica argmtina
fi.¡e así patdatinrunente avasallada por el centralismo y abandonada por mtrt 1880 y 1916, Buenos Aires, 1977; ROBERTO ETCHEMJ<EWRDA, La r.wolu.:ián argentina
los propios provincianos. dd naJ·enta, Buenos Aire~, 1966; IDEM. Trtrr.wolurWnts, 1890-1893-19{)5, Buenos Aires, 1968;
Equ.ipm de lm·esrig~ción Histólica, Parón} la crisis .... op. cit. en nota (1) del cap. XXVI;
CARLOS Ar.su.TO ft.ORJ/1 y CESAR A. GARdA BELSUNCE,Himwiadc kJs awmtinos, t. Il, Buenos
Aires, 1993; GUSTAVO FEKRARl y EZEQUJEL GALLO (compiladores), LaA1Jjtl1tina del iJChenta
al centtnano, Buenos Aires, 1980? EDUARDO MAAnRE,LaArgtf!tina m los umbrales del sigk;
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'"
MANUAL DE HISTOIUA DE LAS lNSTITUCIONIIS A.!I.GE!-IT!NAS LAs TBNDBNCIAS POLÍTICI>S PRl!DOMlNANTES

(1906) y significaron una importantísima corriente de opinión que siem- do Autonomista, cuyo caudillo indiscutido fue ADoLFO ALSlNA. Al lado
pre de!'ió ser tenida en cuenta., e incluso, eu ocasiones, incorpomda en de MITRE se formó el Partido Nacionalista.
el gobterno, a fm de dar a éste mayor solidez y representa.tividad. Los AtslNA er<'l gobernador de Buenos Aires y desde allí dirigía con mano
cons:jos de ~E, sus enseúanzas y sus directivas fueron utilizados por firme su política de oposición a Mitre, quienhab.ía u::minado por a?or:--
proptos y extranos, coula certeza de que siempre estaban inspirados eu dar las divergencias con su proyecto de federahzactón de la provmna
un .úán de bien público, convirtiéndose así eullllA de las personalidades (§ 795). URQUIZ.">. apareció también en el panorama poH~co apoyado
más ~escollautes de la vida nacional y en el inspirador de Ja política por importa.n:es sectores del ~1terior, ~~~tll~dos e~1 ~!Partido F~er~l, Y
portCita. SARMIENTo, sm pMtido propto y CilllUSlOll dtplomatlca Cll el emau¡er(>
Su, actintd, serena y decidida Juego del tr:ümfo de Pavón, impidió que el aparecía propiciado por sectores del ejército, y con simpatías en la capi-
paiS se desangrara en una anarquía de contornos imprevisibles. Eu fe- tal y las provincias. También se habló de las candidaturas de ALBERDI y
brero .de ~~62, d~igién~ose a MARcos PAz, señaló su política de paz y de RAwsoN, aunque, en definitiva, no alcatlZMOn significación.
orgamzactonnacwnal: Una sola cos<'lle vuelvo a recomendar, y es que El testamento político, que rechazaba la candidanrra de ADoLFO ALs.U:A,
no s<'l.Cri:fique, a venta.j.ts inmediatas y del momento, las VCilCljas del lanzó a éste¡:¡_ buscar mu. alianza. positiva que destruyese la que proptua~
futuro, ~ue soulas que ,h~l de salvar b Reptíblica de nuevos males, y ba el Partido Nacionalista de MITRE. SARMIENTO ñ1e el person<l.je elegi-
que medtte Ud. que b log~a de la revoJucióuno es precisamente llevar- do, y la fórmula SARMIJi.¡_"-."TO-ALslNAlogró vencer a la de ELIZAIDE-PAUNE-
se po1: delante. todo lo que no nos cuadra enteramente, sino conquistar RO en las elecciones de 1868.
~ anustad de los pueblos, y obrar el cambio de sintación con sus pro- Pronto advirtieron los autonomistas que el presidente electo no habría
ptos e~:ne~tos, coutando cou su simpática c.ooperación ( ... )", y agre- de escuchar sus consejos ni sus exigencias, y que ejercería su mandato
gab<'t; El tiempo, b paz, el poder en nuestras manos, y sobn~ todo, el con total prescindencia de las fuerzas políticas que lo llevaron .tl poder.
poder legal, acabarán de perfeccionarlo todo, siu necesidad de mayor En medio de tma permanente oposición parlamentaria, dominada .por
derramamieuto de sangre". mitristas y autonomistas, SAR.\UENTO cumplió sus seis aúos de gobter-
no., al término de los cuales b sucesión presidencial se trat1sformó en un
767. MITRE había logrado imponerse a URQUIZA, y ello importaba problema complicado.
la s~1p!emacía por,teña s~bre el resto del país. Pero las provincias
adv1rt1eron que atUl podtau disputar a Buenos Aires esa rectorü 768. Las fuerzas políticas que apoyabau a MITRE trataron de lograr
utilizando los medios que les brindaba la ConstituciÓ;l de 1853. S~ nuevamCilte para éste la primera magistratura tucional. El ministro .~e
CO<'lligarou y lograron imponer sus candidatos, a despecho de lavo- instrucción pública de SarmiCiltO, NICOLÁS AVELLANEDA, que tamblCil
luntad de Buenos Aires, que quería reservar para sus hijos la direc- había sido ministro de gobierno del gobemador V ALENTÍN ALsiNA, re-
ción del Estado Nacional. unió a los elementos provincianos que se 0po1Úan a la hegem01úa por-
Cuando MITRE concluyó el período presidencial, seííaló a RUFINO DE teíu, enn·e los que se couuban importantes sectores del Partido Federal,
ELIZALDE, su ministro de relaciones exteriores, para sucederle. En el deshecho con el asesinato de URQUIZA (1870), formando con todos
célebre testamento político, que consistió eu tma carta dirigida a JosÉ ellos elPartidoNacional. ALsiNA y sus <'l.Utonomistas -que habían modi-
.MARIA Gt..JTIÉRREZ, en uoviembre de 1868, desde su campameuto en ficado su anterior posición(§ 767)- se adhirieron, quedando ·así crea-
Tuyú-Cué, luego de señalar b necesidad de que el Poder Ejecutivo se do, el15 de marzo de 1874, el Partit:W .Mttonomista Nacional. El nuevo
lll<~ntuviese prescindCilte eu la coutiend<'l política, tenninó por indicar grupo político llevó a las elecciones presidenciales de ese aíio lafórmula
mas o m~os vcladameute que sus simpatías estaban por ELIZALDE. integrada por NicoLÁS AVELI.A-...."'EDA y el candidato autononnsta, .qne
Pero MITRE no contlba ya coula unanimidad anterior a Pavón. Su par- esta vez no ñte ALsiNA, sino su amigo y gobenudor de Buenos Aires,
~do, elLi~eral, se había quebrado con motivo de su posición naciona- MARIANo AcoSTA.
liSta, tCildiente <'lmantellCI·la Constitución jurada de 1860 y a orgarllzar Esta coalición se impuso sobre la fórmula BARTOLOMÉ MrrRE-!UAN E.
s~bre la bas~ ~;ella la Nación. Los gJ.Upos más localistas, que preteu- ToRRENT, que sólo obmvo los di'itritos de Buenos Aires, Sannago del
dlantula revtston genCI·al de la Cottstitucióu y aünla separación absolu- Estero y San Juan. Los mitristas se habían levantado en annas, denun-
ta de Buenos Aires del resto de las provincias, se fi.tsionaron en elParti- ciando fraude en las elecciones de legisbdores, pero ñteron derrotados

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fúANVAL DE H:isTORIA DE LAS lNST!TUCIONBS ARGENTINAS ÚS TBND!lNGIM POLÍTIGAS PllEDOMINANTBS

por Juuo A. RocA en Santa Rosa (Mendoza) y por JosÉ L"<OCENCIO 771. Juuo ARGENTINO RoCA llúció, jtutro con su gobieruo ( 1880-1886),
ARIAS eu La Verde. t?ta nueva etapa de nuestra vida nacional. Hasta ese lllomento la Argen-
Con AVELLA."<EDA llegaba al poder la llamada liga de gobernadores, for- tu~ conservaba muchas de las características de la atltigua sociedad vi-
mada por los mandatarios de las provincias del interior, que aunaban :reu~aL Pero desde entonces, al llúlujo de los enormes contiugentes de
fuerzas eu su lucha por el poder para desbaratar la hegemmúa porteña. mnugrantes y de una uueva época de progreso, el país se tratlSformó
nota~lemente. R_oCA ñ1e. el director de esta nueva época. Se valió del
769. La política de conciliación. AVELLANEDA gobernó en medio del Parttdo Autononustn,_ Nacwnal, para crear cou él un grupo compacto y
encono y la oposicióu subversiva del Partido Nacionalista de MITRE, homogéneo, Ulla ~tte, con la q:Ue dirigió el país. Reservó para sí y para
quien., desplazado de la esce11a política, tentaba destruir al gobierno por su grupo las ñulctones de gobtemo, pero con tUI noble seutido de na-
medio de u.ua revolución. Esta tensa situación política y los problemas cionalidad y tUI verdadero interés en el progreso, el bienestar y el desa-
económicos de toda índole (§ 884) decidieron al presidente propiciar, rrollo de toda la N ación.
junto c011 el gobernador de Bueuos Aires, CARLOS CASARES, una políti- ~ coy~ntura que se pre~1taba al país era Ílllllejorable. La Revolución
ca de conciliación, llamando a colaborar en el gobierno a grupos oposi- n1dust:n~ se expaud~ ~tosamente por Europa y había desalojado de
tores, porque, como dijera AvELLANEDA, "un partido fuera de la Cons- ese contmente las actiVidades ligadas a la tierra, buscat1do obtener sus
titucióu es tUl cañón eu la calle". produc~os en otros países menos desarrollados, donde pudiera, a su
De esta milllera, con el apoyo de ADoLFO ALswA y la colaboración de vez, ubtcar su abundaute producción. Los capitales buscaban colocarse
BARTOLOMÉ MITRE, ingresaron en el gabinete nacional los mitristas JosÉ eu estas nuevas zonas, y nuestro país necesitaba ese elemento vivifican-
.MARIA GunERREZ, eula cartera de instruccióu pública, y RVFwo DE te, a fin de lograr tul verdadero progreso.
EuZALDE, eula de relaciones exteriores (1877). Pero para tentar esas iuversiones, para despertar verdadero Íllterés era
La utuerte de ALswA (29 de diciembre de 1877) y la elección de CAR- preciso. lograr un país unido y fuerte, cou una autoridad respetada y
LOS TEJEDOR como gobernador de Buenos Aires, al término del perío- ?bedec!~a. Fue necesario terminar cou viejas rivalidades y brindar tul.il
do de CASARES, junto con la intemperancia del sector porteño, dio por m1pres1on de. orden permauente, de paz, de tranquilidad interior y de
tierra con esta política de unión. ftnneza ex~nor. ~OCA logró esas condiciones, que soulas que Lutzaron
a la Argeutma hacta delaute, colocándola en lllta posición de privilegio
770. La época de Roca. Al finalizar la presideucia de AVELLANEDA, las que nunca había tenido hasta entonces.
fiterzas políticas se polarizaron hacia dos figm·as: JULIO ARGENTll'lo RoCA.,
que se había prestigiado cm1la batalla de Santa Rosa y la exitosa con- 772, Fue su com~uñado Mro~'l>L Ju~EZ CF;LMAN, apoyado por RocA y
quista del desierto(§§ 843-845), y CARLOS TEJEDOR, que desde lago- el grueso del Partido Autonmntsta Nacwnal, quien logró sucederle (1886-
bemación de Buenos Aires acaudillaba a los porteños. 1890). CARLOS PELLEGRINI, del círculo más estrecho de ROCA fue elec-
ROCA c011taba con la adhesión de la liga de gobernadcres, que le acercó el to vicepresidente. '
connu·so de todas las proviucias, con e:xr:epción de Buenos Aires y Co- BERNARDO D~ IRIGOYEN y DARDo RocHA habían obtetúdo alglu1 apoyo
rrieutes. En esta ltltima provincia, el gobernador CABRAL briudaba su dent;r? del rn;smo partido, y los ~pos católicos que formaban la Unión
apoyo a TEJEDOR, quien, en Buenos Aires, había creado el Partido Libe- Cttrolu:a habtanlevantado la caudtdatura de Jost BENJAMÍN Go&osTIAGA.
ral, turiet1do el Partido Nacionalista de .MITRE y grupos disgregados del Agrupados los opositores en lo que se llamó Partidos Unidos propicia-
Partid<JAutonomistaNacWnai. El seguro trimllo de Roc.A detennll1ó el ron la caud.idatttra única de MANtiEL ÜCAMPo, ex gobentad;r de Bue-
alzaJ.niento de la provincia portefta, que, al mat1do de TEJEDOR, gober- nos Aires, pero sin éxito. Conviene seúalar que la candidatttra de Ro-
nador-Catldidato, se pertrechó y preparó afatlosamente, adiestrando a ~HA disgustaba sobremanera a RoCA., quien creía ver en ella tUl serio
sus milicias y poniendo en pie de gueria todos los elementos aptos para mconvettiente para el país.
la lucha(§ 797)
Pero las armas de la Nación vencieron a las de la provincia, y, luego de 773: La ~vo1ución de 1890. JuAREz CELMAN, a pot.o de asumir la
largas y euojosas tratativas, se federalizó la ciudad de Buenos Aires p.restdenCia, se separó de Ja tutela de ROCA y se transformó en el úniro
(§ 798), deshaciéndose las aspiraciones de TEJEDOR. depositado del poder, no sólo del gobierno, sino también del partido

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M!.."l'IJAL DE HISTOIUA DE LAS INSTITUCIONES .ARGilNTINAS L\.S TENDENCIAS POLÍTICAS PREOOMINANTES
,
1
que lo había llevado a la presidencia. Las provincias fueron volcadas a Agrega BALRSTM qtte "en el parlamento, transfonnadas las representa-
su política, y los gobernadores que se resistieron, como AMBRosto OL- ciones en dádivas presidenci.Ues, dejaban de ser deberes a cumplir .Uti*
Mos en Córdoba, JUAN PossE en Tucumán, o TmVRClo BE.l''lEGAS en vamente para convertirse en mercedes a retribuirse con sumisioues,
Mendoza, fueron eliminados por revoluciones adictas al primer magis- cuando no, en ocasiones de enriquecimiento. Uua mUdad mansa supri-
trado. Como señ.Ua CARLOS R. MELO, "en el país no había quedado mía la contradicción y las itllciativas".
mis partido organizado que el oficial, uo existía oposición, y lll1 am- ROCA se había alejado de su concufiado cuando advirtió que éste se
biente de adulación cortesana rodeaba al primer magistrado". independizaba de su tutela y recogía nuevos amigos. PELLEGRn-:n, el vi-
Por otra parte, la situación económico-social del país asumía caracterís- cepresidente, dejó oír su voz de censttra a la conducta del gobierno.
ticas singulares. Una enorme masa inmigratoria había an·ibado a nues- JuÁREZ fue, así, convirtiéndose en el t'lnico responsable de los errores.
tro suelo. Entre 1880 y 1890 casi alcanzaba las 900.000 personas, y
estas inyecciones de sangre nueva produjeron una enorme transforma- 774. Ell de setiembre de 1889 los gmpos opositores se remúerou
ción en la vida de la Argentina. La producción agrícola-ganadera asimi- en el Jardín Florida, como respuesta a un banquete eu que tmos jóve-
ló el imp;tcto y arrojó cifras desconocidas hasta entouces (§§ 870 y nes cordobeses se declaraban "incondicionales" de JuAREZ CELMAN.
8?6). Los créditos públicos y privados se movían ágilinente, y el go- El movimiento encontró el apoyo de MITRE, BERNARDO DE lRtGo-
b1en10 emprendió grau cantidad de obras públicas. Los negocios opor- YEN, A.RISTÓBULO DEL VALLE, LEANDRO N . .Al.EM y muchos otros,
tunistas, los j~tegos, la avaricia y la disipación fueron signos frecuentes habiendo correspondido a FRANCISCO A. BARROETAVBÑA el mérito
de tma utteva sociedad, que surgía de la combinación de los habitantes de atraer voluntades a través de un célebre artículo titulado Tu quo-
de nuestro suelo y los grupos inmigrantes. El país marchaba. en pos de que juventud. En tropel al éxito, que apareció en La Nación el 20 de
mi st'lbito y espectacular progreso material, que lo arrancaba de la attste- agosto de 1889. De esta reruúón surgió la Unión Cívica de la Juven·
ra pobreza en que había vivido hasta entonces. tud, que propiciaba la pureza. del sufragio y la vuelta a las prácticas
El gobiern? también se vio arrastrado por la fiebre del oro. Se otorga- republicanas de homadez y austeridad.
ron concestones -a manos llenas- de ferrocarriles , de tranvías, de subte- Fácil resultó encontrar adeptos a la oposición. La crisis babía hecho
rráneos. El crédito ofici.U se brindó sin garautías, sin previsión, sin res- pordioseros a los millOnarios, delincuentes a los pobres y desequilibra*
pot1Sabilidad. Se buscaron préstamos a cualquier interés, prometiendo dos a los más. El obrero se encontraba siu trabajo, el comerciante sin
grandes beneficios. A la hora de los reembolsos, el pánico se apoderó ventas o quebrado, el empleado había visto cerrar las puertas de los más
del país. La cesación de pagos, la f.Ueucia, el desastre y la ruina fuerou importantes comercios. Tan sólo el gobiemo parecía no acertar a com-
términos comunes para calificar las empresas privadas y los uegocios prender la terrible situación por la que atravesaba el país y, ajeuo y
del Estado. distante, recibió el itúo.rme de la comisión oficial de ta banca Y el comercio
Agotados todos los recursos, se echó mano a soluciones desesperadas. que había estudiado el conflicto y que sólo atittó a opittar que "el país se
A la emisión incontrolada de billetes de banco se sucedieron las emisio- encuentra en tma sit:u.ación económica penosa debido evidentemente a
ues clandesti.uas, autorizadas por el propio gobier110 (§ 885). una epidenlla moral que llamaremos fiebre de progreso". En esos mo-
}uÁREZ CEI..MAN, rodeado de un círculo de advenedizos que se benefi- mentos, el oro se cotizaba al 300% de su valor en papel molteda, y los
ciaba con su política y su generosidad, estructuró el unicato. Esta "bas- b-ancos oficiilles cerraban sus puertas y cesaban en stts pagos.
tardía del idioma salida de la entrafla popular para motejar el bastardeo Ell3 de abril de 1890 se reruúó una grau concentración pública en la
del gobierno, defuúa lo que imputaba", dice }UA."' BALESTRA. Era el cancha de pelota Frontón Buenos Aires, y la Unión Civica de la Juventud
avasallamiento de toda autoridad, sea legislativa, administrativa o judi- se transfmmó en la Unión Cívica. Los oradores fueron MITRE, ALEM,
cial, pertenecientes .U orden nacional, mruúcipal o proviucial, por el
poder omnímodo del presidente de la Nación. Ese avasallamiento 110
..
DEL VALLE, NAVARRO V toLA, GoYENA y EsTRADA. Todos los grupos
políticos opositores se ruúeron en esta nueva agntpacton, que procura-
había sido emprendido por el Poder Ejecutivo, sit10 que fueron las otras ba la plena vigencia de las itlStituciones republicanas y el libre ejercicio
autoridades las que, mediante w1a obsecuencia atrofia.nte, habíanle en- de los derechos del ciudadano.
tregado las riendas de su auronomía, y el presidente, consecuente con El gobierno entró en crisis, y sólo a fuerza de grandes cabildeos logró
esta abdicación, repartía entre stts allegados toda clase de beuefocios. JuAREZ it1tegrar su gabit1ete. El26 de julio estalló la revolución armada:

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.MANUAL DE HISTORIA DE LAS JNSTlTlJC!ONES ARGENTINAS LAs 11lNDENClAS POLÍTICAS PREDOMINANTES

el parque de artillería se sublevó y, apoyado por varios batall011es, exigió mente para derrocado, decidierou a SAENZ PENA a confiar la estructtrra-
el derrocamiento del gobierno. ción del gabinete al líder de la oposición radical, ARISTÓBUW DEL VA-
LF.ANDRO Ar.EM dirigió el movimiento civil, y los ge.t~erales MANV'E~}· LLE. Cot~o. con.secuenci~ de esta medida, los radicales, alentados por el
CAMPüS y JoAQUÍN VIEJOBt.l"EN~'. el militar. En ~efuu~va, la revoluctm~ nuevo muusteno, produ¡eron m1a serie de levautamientos provinciales
c. ._ '
1ra~.:.tso, pero
ju'•EZ
O.E'
sin el auxilio de RocA y diStatlctado de PELLEGRl
b ll ' par~ v?lcar las provincias a sn favor y preparat· tUM revolución general.
NI debió renunciar. MANUEL D. PIZARRO, senador P?r Córdo ;t. ev? Enjulio d:: 1-893, HrPótrro YRIGOYEN se alzó contra el gobernador de
la 'revolución a la cántara: "'La revolución, señor prestd~~nte, e~ta venci- ~ueu~ Au·es, Juro A. CosTA, y en Sat1 Luis y Sat1ta Fe se produjeron
da, pero el gobierno está muer~o ( ... ) . Las fu~1Z-3.S es~ arrmt~das,. el Situaciones alannantes. SAENz PENA despidió entonces su ministerio
crédito público y priv-ado, perdidos, el c~m~rc1~, agomzante, la libertad radical y eu~omeudó a MANuEL QuiNTANA mta nueva reestructuración,
política, suprimida. Eu una palabra, las U1Sllt;t:10nes son t-Ul mont~!l de Pero los radiCales se levantaron en armas, decididos a no abaudonar mM
escorubros como el que acaba de hacer el canon en nuestras calles · situación que les había resultado propicia.
En setiembre de 1893 estalló trua revuelta en Tucmnáu. CANmon se
775. La política del Acuerdo. PELLEGRlNI asumió la presi~enc~a de la levatltÓ en Santa Fe, y ALEM se proclamó presidente de la Nación en
Nación ( 1890-1892), y JULIO A. RoCA fue su. mll~tro del Ult~or. En Rosario. El gobiemo reaccionó con energía y, 0011 el coUettrSO de PE-
1891 ROCA se encargó personaltneute de la dtrecc1ón del Partúio Autv- LLEGRINI ~,RoCA, que .~te desigmdo jete de las fuerzas uacionales, y la
nomi~a Nacional.> dejando la cartera nlluisterial. ,. colaborac10n de los militares leales FRANCisco BoSCH, Lms M. CAMros
Al acercarse el térmllto del período de I'ELLEGRlNI, las fuerzas políncas y JosÉ M. ARREDONDO, derrotó la revolución radical.
comenzarou a moverse intensamente. La Unión Cív-ica proclamó la c~1: !..-a situa~ión del presidente, cada vez más alejado del Congreso, se hiw
didatura de MITRE, a la sazón et-íEuropa, pero éste, al regresar, se tuuo lllSOStemble, y debió reutmciar. Su vicepresidente JosE EvARJsTo URI-
a RocA fumtalizando el Acuerdo (18 de marro de 1891), que atutaba BURU (1895-1898) entregó alAcuerdo ( § 775) la formación del gabine-
' .
las fuerzas políticas de ambas personalidades. . te y la coudlKción del gobierno.
La UnWn Ctvica se dividió a causa de eUo, y al lado de Mitre se form~ ~a
Unión Ct'vica Nacional, en tanto Ar.E<'\4 y DEL VALLE fimdaban 1~ Umon 777. La segunda presidencia de Roca. De esta fonna volvió ROCA al
Cívica Radical, que se mantuvo intratlSigente con todo acercarruento al poder eu su segunda presideucia (189 8-1904). La elección se desat·ro-
régitnen1·oquista. lló sin iuwnvenientes políticos. Los peligros de tuta contienda con Chile
hacían desear tUl gobiemo de orden y tranquilidad inten10s, y RocA
776. Las fuerzas de ROCA y I'ELLEGRINI, el famoso P.A.N. (Partido Au- resl.Útaba para e~o. ~~ caudidat? ideal. La efnnera turión de dvkos y
tonomista Nacional.), encontraron tul escollo serio en la candidatura del radiCales en o_postClOll a la caadtdatura de RocA, que se couoce como la
doctor ROQUE SAENZ PENA, levat1tada por el gobernador ~e Bueuos polí~ca de ''las Paralelas", si.u figttra comt'm que opouerle, prouto se
Aires, Juuo A. Co~rrA, quien formó alrededor de ella el Partido ~der­ deshizo aate 1a falta de apoyo del grupo radical-que respondía a Hiro-
nista. Para destntirla y lograr a la vez llevar un nom~re de prest1gt~ el LITo YRIGOYEN- y a la indiferencia de MITRE. Sólo en la provincia de
Acuerdo propició la caudidatttra del padre del Catldidato .~denusta, Buenos Aires logró éxito esta política, llevando al gobierno a BERNAR-
doctor Lms SAENZ PEN"A, que se desempeúaba como numstro de la DO DE !RIGOY~N. Desaparecido el Acuerdo, no se presentó oponente aJ-
Corte Suprema de Justicia. De esta forma ~e logró el tri':~úo, con el gtnto al candtdato del P.A.N. (§ 775). Los radicales comandados por
retiro de la catldldattrra de RoQUE SAENz PENA, que aconse¡o votar a su Hrro~o ~RIGOYm,p~·oclamaronla abstención electoral y la acción re-
padre. BERNARDO DE lRIGOYEN, propiciado por la Unión Cívica Radical, voluctouarta como luucos medios de alcatlZar el poder, separándose de
obtttvo escasos votos. otros gmpos radicales coalicionistas, qtte siguiemn a BERNARDO DE IRI-
El nuevo presidente (1892-1895) atltu1ci? tUl gobi~no presdn~~te de GOYEN y que co11 el apoyo de los cívicos consiguieron ]a elección de éste
todo partidismo, en lo que sólo él creyo. El__roqutsmo y el nutr.tsmo, como goben1ador de la provincia de Buenos Aires.
desalojados por SAENz PENA del poder y d~enos del Congr~o, dific;.~­ Durante este período presidencia~ RoCA vio dividirse su monolítico
taron permaneutemente la acción del prestdente. Las c?ntmuas ::nsts partido y alejarse de su lado a su viejo atnigo y compañero político,
políticas y el constante asedio de los radicales, que conspuaban abterta- CARLos PELLEGRJNI, por difereucias eula concreción del platl fmanciero

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MANUAL Dli HISTORIA DE U.S lNSTITVC!ONllS AltG!iNTINAS LAs TBND!iNClAS l'OLÍTICAS 1''1\.liDOMINANTllS

de unificación de deudas públicas, que PEttEGRINJ había concerudo en Sostiene MARIANO DE VEDIA, amigo y confidente de RocA, que en esa
el extranjero y que RoCA, debido a tuta inusitada oposición popular, época el presidente "había llegado en realidad al término de una cons-
retiró de las cámaras. trucción política que defuúa sus contornos y coronaba armónicamente
Cuando fue necesario elegir sucesor de RoCA, el panorama político el ciclo de tUU amplísima evolución", opinando que a ello se debieron la
había variado singularmente. El viejo partido Autowmista Nacional elección de QuiNTA."lA y su retiro del escenario político. LUis H. SoMMA·
(§§ 768 y 771) se encontrab.l dividido en elAutowmista, que siguió a RIVA cree que el desgaste del Partido Nacional, producido por su larga
PELLEGRINJ y que contaba con importante fuerzas e.nla capital y en la permanencia en el poder y la pérdida del favor porteÍlO y del bonaeren-
provincia de Buenos Aires, y elNacWnal, fiel a RocA, quien conservaba se, con la separación del grupo que sigtlió a PELLEGRINT, resolvió a RocA
el apoyo del resto del país. MITRE ¡;e había retirado de la vida política, a entregar el gobierno a un grupO distinto, alejáJ.l<iose del poder. CARLOS
desapareciendo la Unión CivicaNadonai y el Acuerdo(§ 775). Utsfi.1er* R. MELO, por el contrario, wstiene que no estaba en los designios de
zas mitristas fueron reorganizadas por su hij{\ el ingeniero EMILIO MI- ROCA permitir su definitiva exclusión, ni rentmciar a sus aspiraciones a
TRE, quien fundó el Partido Rq;ublicaw, de oposición a ROCA. Se cOllS* un tercer mandato presidencial, luego de pasado el período COtlStimcio-
tituyeron nuevamente los Partidos Unidos, a cuyo frente se colocó el nal pertll1e11te. Pero no podía permitir que PELLEGRINI Úlese presidente,
gobernador de Buenos Aires, MARcELINO UGARTE. pues se había apartado de su lado. Para destruirlo no tuvo más remedio
que recurrir a mu flgtrra que no era de su círculo ni de su amistad. Hasta
778. Por entonces se había operado una trascendente evolución en el el mismo vicepresideute, JosÉ FIGUEROA Al.coRTA, le disgustab-a, pero
país. El caudal inmigratori{\ siempre comtante, había cooperado a crear esperaba dominar a ambos basado e11 su falta de fuerza política propia.
nuevas ideas, nuevas apetencias, nuevos ideales, difi.mdiéndose también Lo cierto es que, una vez astunida la presidencia por MAl-rDEL QUINTA-
ideologías extremas (§§ 899-907). NA, éste se complació en seflalar la distancia que lo separaba de ROCA y
Jwtto a este fermento, el partido radical (§§ 775-776), aglutinado alre- la firme deci~ión de gobernar sin su consejo. Una nueva revolución radi-
dedor de YRIGOYL"', remúa a vastos sectores de la población y aspiraba cal estalló en 1905, dirigida por YRIGOYEN. Se extendió por el interior y
a alcanzar el gobierno por medio de la acción revolucionaria. La pureza logró tomar prisioneros en Córdoba al vicepresidente, junto con oh·as
electoral, vieja bandera surgida en los uovema, segtúa enarboladá en los personalidades. Vencidos los revolucionarios, quedó claro, sin embargo,
mástiles del radicalismo y resultaba eficaz para engrosar sus ftlas. que el régllnen de gobierno vigente hasta entonces tocaba a su fin.
La Iglesia Católica, alarmada por las agitaciones obreras de Europa,
condenaba, por boca del severo LEÓN XIII, el liberalismo ateo, y exigía 780. Cuando e11 1906 murió QUINTANA, y JosE FIGUEROA AI.coRTA
Wla más humana c011Sideración del obrero en sus relaciones con el capi- asumió la presido1eia, el gobierno se dedicó a terminar coulas fi..terzas
tal (§ 902). roquistas qtte permanecían at'm en pie. Siete intervenciones f~erales
En la Argentina, el gobierno había reaccionado en forma diversa ante la suprimierOn las situaciones provinciales que no restdtaban adtctas al
apremiante efervescencia popular. En 1902 se dictó la ley de residencia Ejecutivo, y la clausura del Congreso de 1907, por medio de un cuerpo
para expulsar a los extranjeros agitadores; en 1903 se trató de dar ma* de bomberos, afianzó la autoridad presidencial y alejó para siempre al
yor representatividad a las cámaras, estableciol<io la elección de diputa- roquismo del poder.
dos porcircwlScripciones (§ 813); en 1904, el Poder Ejecutivo remitió
ll1l proyecto de código de trabajo, redactado por el mitústro del inte- 781. El radicalismo en el poder (l). La situación político-social del

rior, JOAQUÍN V. GoNZÁLEZ (§ 904). país se tornaba día a día más amenazante. Los atlmlCios de tUta nueva

(2) ROBERTO ETCHEI~\lU:l!ORDA,Presidencia Yrigoyen, Vicepresidencia J?r. Pe!Rgio Luna (1916-1922),


779. La tenninación del predominio roquista. Para elegir a su suce* H.A., t. IV; CARLOS A. FLORl/1. y CESA!t A. GARCÍA BELSUNCE, op. Ot. en nota (1) del cap. XXIX;
sor, Ro~ mutió una convención de notables, dml<ie surgieron con fuerza Gtm..LERMO GlllUJ!.OO, Pnsil:kncia Alveat: Vice_prnidencia Elpidio G<mzd/n; (1922·1928), H .A., t.
IV: M.a.l<u:EL GÁLVEZ, VIda de Hiprf!ito Yri!Joyen. EJ homlm del mim:rio, ten:el'a edición, Buenos
las candtdaturas de PEUEGRINI, por el autonomismo; MARco AVELlANE- ~s, 1969; Fliux LtwA,Alvear, Buenos Airl:s, 1958; Fiux LUNA, Yri!foyen. El templario de la
DA, por el nacionalismo; y MANUEL QuiNTANA, auspiciado por los oposi- libmtUi, Buen01 Ail-.:s, 1956.
tores de PELLEGIUNI. El presidente volcó el peso de su autoridad hacia (2a) Lms MMiA CKfERINA,LitLiga PluriótímArgenrina. Un gru]'llde prnkm frenre 11 las com•ulsWnt$
QUINTANA, y así Úte éste, su viejo enemigo político, quien le sucedió. wcillles de la dktulll del '20. Buenos Airl:s, 1995.

564 565
MANl'ii.L DE HISTOIU;\. DE Li\S INSTJTUCIONBS .ARGENT!Nii.S LAs TllNDilNCiii.S roLlncAS PRilDOMINANTEll

revolución radical erau pennanentes, y las agitaciones resultaban mt antig_uos partidos Federal y Autorwmista, desplazados del poder en el
mal eudémico. El gobiemo, inoperante, procmó acercase al grupo radi- 8?,' VIO et:grosar sus ftlas con los aportes compactados de la inmigra-
cal, sin éxito. ~Ion. La JUVentud, amante del progreso y uegadora del pasado, se le
El futuro presidente ROQUE SAENz PEf<A sabía de sobra las necesidades mco~poró ~e tnauera decisiva y IUunéricamente importante. Su exis-
del país. Por ello, cuando aúu no había alcanzado la presidencia, convi- t~~lWL ten~a t~l pu~~lte entre las n;asas criollas emancipadas y los
uo con elcaudilk> radical HIPóLrro YRIGOYEN la pacificación de su par- hiJos de la uurugraciOn que entrevetau la posibilidad de proyectarse
tido frente a la promesa de l.Uhl eficiente refonThl electoral. Fue ésa la en el quehacer nacional. Eu sus filas militaban miembros de todos
baudera de su progratThl de gobien10 anuuciada autes y después de asu- los estrat~s sociales, desde el peón al estanciero, desde el proletario
mir el c.argo. al comerciante, tanto el modesto empleado como el profesional libe-
Sus esfi.'IClws por lograr la saución de l.UMlegisladón adecuada en materia raL Todas las capas sociales le prestaban su aporte, iuterpretada su
electoral fueron notables. Por medio de wnferencias, cartas y nllüvas a honda protesta de renovación instit:ucioual".
a1nigos, correligionarios y goben1adores de provincias, fue convenciendo a YRIGOYEN fue un hombre público y tm caudillo singular. Desde la tnuer-
sus partidarios de la necesidad de rnl<l verdadera refonna electoral, aunque te de ALEM se convirtió eu el jefe del radicalismo, y mantuvo a su movi-
ello importat·a el surido del grupo político al que pertenecían. nrien~ et: la abst;eución revolucionaria hasta obtener las garantías del
La reforma debía ser profimda y efectiva, sacar al país del ahogo políti- sufr~g:to .libre ..Fno y .calculador en los juegos pequeÍlos de Li política,
co en qne se encontraba y zanjar de tma vez por todas el problema fite tdealista e urtranstgente en los grandes principios. Demostró reite-
candente de la falta de represeutatividad de los gobiernos. En su ímpro- rada:netlte su desll1terés por los cargos públicos y la riqueza. Se sentía
ba tarea, SAENZ PEÑA contó con la colaboración de su ministro del inte- tmg:tdo para regenerar a su pueblo. Rara vez hablaba en público y evita-
rior, lNDALECIO GóMEz, quien luchó a su lado y defendió en el parla- ba el contacto con las rrudtit.udes. Prefería la pequefu terndia 0 el diálo-
mento con alúuco y acierto los proyectos presideuciales. No fue fácil la go donde sobresalía su gran atracción personal. Cuando escribía sn
aprobac.ión legislativa, pero, por fin, ell3 de febrero de 1912, se san- estilo era tan rebuscado y rnacarrón.ico que sus enenrigos se mofab~ y
ciouó la ley electoral (§§ 815-816), a través de la cual llegó al poder el muchos de SllS vocablos pasaron a formar parte de la Í11evitable cuota de
radicalismo. ~-n.:nor polític~. No obs~te, tanto por lo que decía como por lo que
Esta reforma electoral seúaló el fm del grupo gobemante que había ser- msmuaba, gozo de ascendtente sobre las masas y fue, sin duda, el presi-
vido al país, creando tu1<1 sociedad organizada constitucionalmente, en- dente tnás poptdar de todos hasta 1930. Mtdtin1des etlfervoriza&s lo·
troncada en el m1.mdo de su tiempo. La Argentina aparecía, así, como acompaúaron, tanto cuando asrnuió el poder en1916 como cuando lo
tnta nacióu rica y udta. Pero ya ha.cia 1910 había couduido el ciclo de dejó en 1922.
esos hombres. Su decadencia era debida a su insistencia en fórmulas y El mdicalisr~o se pr?po1úa sobre todo reformar las prácticas políticas,
sistemas aptos rara épocas anteriores, pero q1.lC ya por entonces estaban pero uo ~ego. al gobiern? con tUl programa concreto, dado por escrito,
perimidos, arrollados por uu.a realidad política, económica y social dife- lo que dio ongen a la cntica de sus encarnizados opositores. Su trimlfo
rente, y en geueral, por la falta de apoyo de la opiuióu pública en forma- electoralfilC estrecho, pues uo alcanzó a obtener la mayoría absoluta de
ción que exigía la expansión de la representatividad política hacia otros los electores para collSagrar la fórnuda, y necesitó el aporte de los radi-
estratos sociales, especialmente constituidos por los hijos de los lluni- cales disidentes de Santa Fe.
grautes llegados al país eu las últimas décadas de la centuria auterim: Llegó YRIGOYEN a la presideucia con un Congreso Nacional domit1ado
por la oposición y con la mayoría de los gobiernos provinciales de ten-
782. La eleccióu de la fórmtda radical HlróLITO YRIGOYEN-PELAGlO dencia conservadora. Con respecto al Poder Legislativo, sus relaciones
B. LUNA en los comicios presidenciales de 1916 significó el adveni- fueron ~~1y tensas.' y a la oposición sis.temática del cuerpo) YRIGOYEN
miento de nuevos hombres y nuevas formas al gobieruo de la cosa r~pondio ~on aclln~es de. menospreciO. En relación con las provÍll-
pública. La Unión Cfvica Radical era, según ROBERTO ETCHEPARE- ctas, el prestdente opto por mtervenir todas aquellas cuyos gobiernos le
BORDA, una agrupacióu política de características propias, que hacía erandesafuctos y en las que consideraba que exisúau sítuacioues ilegíti-
del sufragio libre y garantizado su postulación más fervorosa. Agre- ntas provetrientes del pasado que obligaban a Uevar a cabo 1o que él
g<t el menciouado autor que "integrada por núcleos residuales de los denominó ''la obra de reparación política". Para ello, fue necesario que

'"
LAs TI!.'i!DllNCIM POLtnCAS PRllDOMlNANTI!S
l
MANUAL DE HISTORIA DB LAS lNSTJTUCION!lS AJI.G~"'TINAS
j
la mayor parte de esas intervenciones las llevara a cabo por decreto y no YRIGOYEN que inspirándose en sus objetivos se llamó antipersonalista.
por ley del Cong=o (§ 765). En realidad, aglutinó a su alrededor sólo a ut1 pequeño sector del parti-
1
El gobit;n10 de YRIGOYEN se caracterizó por su absoluto personalismo, do y obtuvo otras adhesiones fuera del mismo. La masa radical, en 1
desdibUJat~o la acción de m.inisn-os y colaboradores, y aceptando la catnbio, permaneció fiel a YRIGOYEl'l, como lo demostró el aplastaute 1
obsecuencia. Pero fue muy respetuoso de los derechos y libertades cons· triunfo que éste obtuVo al postularse nuevamoue para el periodo presi·
1
titucionales, y dejó obrar con independencia al Poder Judicial. De vida do1cial1928-1934. En esta oportunidad, el viejo caudillo radical alcatl·
austera, d caudillo radical se caracterizó por su probidad en el mat1ejo zó a contar con 245 electores contra 71 de su contrincante antipersona-
de los fondos públicos. Su altiva política internacional(§ 836) consti- lista L:wroLDo Mnw.
tuyó m1o de los rasgos salientes de su gestión. No aportó, en cambio,
soluciones sustanciales en los problemas sociales y económicos. 784. La revolución de 1930 (S). YRIGOYEN volvió a la presidencia
con 76 años, y aunque los resultados electorales parecían sefl.alar un
783. ~a gran popularidad de que gozó el personalismo que impuso en incremento de influencia carismática, ya en el gobierno se advirtió
d gobtcmo y en el partido permitieron a YRIGOYEN designar su sucesor una paulatina y alarmante declinación de su salud física y me~1tal que
presidencial. Así, en las elecciones de 1922 triunfó el doctor MARCELo coincidió con utla dismll1w.::ión del vigor de las fuerzas políticas que
T DE ALVEAR, fervoroso militante del radicalismo desde los críticos días lo respaldaban. Su deseo de resolverlo todo hizo que esta vez los
del 90, que desde varios años atrás se hallaba desempeflando la repre- problemas se acumulasen sin llegar a una solución. Ello provocó que
sentación diplomática del gobiemo argentino en Francia. La decisión predomin.asenlos políticos subalternos, que aparecieran el pec:Uado
de YRIGOYEN -recibida con sorpresa por nmchos de sus adictos- fue y la corrupción administrativa, y que d desorden y los desaCiertos
interpretada como m1 deseo de contar con tUl hombre fiel a sus ideas y fueran característicos de m1 gobierno personalista sin cabeza. A ello
a sus designios, o bien de que lo sucediese quien, falto de gran apoyo se sumó tuu grave crisis económica que fue un reflejo de la gran
pop~, ~~habría de .disputarle la jefatura política. Sin embargo, desde crisis mut1dial de 1929.
un rt:tnnpto, d prestdente ALVEAR puso distancia de su antecesor y En cuanto a la incidencia que en ese momento pudo tener la presión de
espectalmente combatió el excesivo auge del personalismo dentro de la los intereses petroleros anglo-americanos contra la política nacional
conducción del partido y del gobien10 pese a que su encumbramiento sosteJ.úda por los radicales, la crítica histórica, ~in desconocer su ~por­
era exclusivamente debido al viejo caudillo y al voto de masas radicales rancia dentro del conjut1to de causas, no le asigna papel detenmnatlte
que poco lo conocíau. sobre los acontecimientos que se sucedieron.
Según lBARGUREN, "la personalidad de ALVEAR, sin tener rasgos brillan- En este clima decadente del gobierno de YRIGOYEN empezaron a obrar-
tes de talento, ni vigor ni miras de estadista, defmíase por el po11de.rado dicen FLORJA y ÜARCÍA BELSUNCE- dos factores estrechamellte vincula·
equilibrio de sus cualidades morales e intelectuales, por la claridad y dos, el ideológico y el militar. El primero, especialmente expresado por
~usteza ~e .su )uicio, por la firme actitud de sus procederes y por su el nadonalisnw, era utl movimiento intelectual que hacía una fuerte crí-
l1111ata dtstmctón" , ya que pertenecía por familia y tradición al antiguo tica al liberalismo y a la democracia política, hasta entonces vigente y
patriciado argentll10. aceptada por casi todas las fuerzas acturu:ues. Atmque s; nutría et~ algu-
El gobierno de ALVEAR se desenvolvió en tllla época extraordinariamen- nos otros movimientos e ideologías ettropeos de la epoca, tema tma
te favorable tanto en el orden inten1acional como inten1o, sin grar:tdes
problemas, en ''una época de felicidad idílica" -como dice GALlARDO- (3) Roa~no ETCHE!'MEBORDA,Brn>es anrmuicmes !()bre la rffl>ludón dd 6de septiembre de 1930, I.
y E., N" S, 1970; CAKLOS A. FwRJA y CESAll A. GAKCÍA BEL.SUNCE, op. cit. en nota ( 1) dcl cap.
, de tranquilidad, orden y respeto institucional, alcanzáudose a vivir tal XXIX; MANuEL GA:tVEZ, op. cir. en nora (2) del cap. XXIX; C~¡_os IRAII.GUllEN, op. m. "'n nora
vez en mayor plenitud el régimen constitucionaL Nada ni 11adie supo- {2) del cap. XXIX; FEDERJCO ltlAII.m.l'!UtN, Orfgmes deii/IICWnalmnoargenuno, 1927·1937, Buenos
Ail..,s, 1969; Fán:LuNt., ~n... , op.cir. en nota (2) del cap. XXIX;MAII.YSANAVAKROGEilASSI,
lÚa por entonces la tremenda crisis económica mundial que estallaría en L<JSnaffim~ BllellClS Aires, 1969; El.m;ro PALACIO, op. aten nota (1) dcl cap. XXIX; ROB!ill.TO
1929, ~año después de haber dejado ALVEAR la presidencia. A. PoiASH, EJ ejénit:o y la ¡wlitita m laArgmtina, 1928·194?: De Y11.1oo~ a Pu6N, ~~
A medida que tratlSCutTía el período presido1cia.l se fue acentuando wta edición, Buenos Ail-cs, 1971; JosÉ Lms ROMEa o, !.M ideaspdificn.s m~rgmrma, 1egunda edk16n,
Buenos Aires 1956· EmtQUE ZuLETA Al.VAKEZ El mwiona!ismo argmrmo, Buenos Aire~, 1975. El
división dentro de la Unión Cívica Radical. La élite intelectual, que a-eom- Il1'unelo 3 de '1a R"'~ism de Historia, BuellO$ ~:ics, 1958, esci dedicado a e~re tema y contien<:
pañaba a ALVEAR, constituyó w1a fracción disido1te del absolutismo de trabajos de investigación, testimonios, aunologías y una importante bibliognfia.

569
"'
Mt~.Nt't.L DE HISTORIA D'S LAS INSTITUClONES ARGENTINAS L\S TBNDENClM l'OLÍTIC./I.S PRIIDOMINANT:SS

raigambre tradicional e hispátúca que sus fri.ncipales ideólogos .remar- La revolució11, que estalló el 6 de setiembre de 1930, contó con
caban. El nacionalisrno sostetúa la necestdad de rec~b.rar los v~ores apoyo popular. Dentro del Ejército, URIBURU logró movilizar a un
permanentes de la t;adición' naci:mal, p'ara hallar allí los ~edi~s- ~ sector muy reducido, entre los que se contaban oficiales y cadetes
soluciones que el palS requena. DICe ERNESTO P AIACIO que su p~ma del Colegio Militar, la Escuela de Commticaciones y la Aviación
nente ataque a la democracia se dirigía, sobre tod?, contra el prun~o. ~e Militar. La Marina no participó, atmque dio su apoyo institucionaL
convertirla en religión, con olvido de su ca.rácte~- lllSU:unental: n:ligton El desplazamiento de las reducidas tropas encabezadas por el general
expresada en la creencia de que el simple fi.ll~IOllaUUento del slStema. URIBURU, acornpafladas de civiles <lnnados, constituyó tm paseo tritm-
constituía una panacea para todos los males . A fin de ?btener ~;' fal hasta la Casa de Gobierno. Pese a qtte los preparativos revoluciona-
transfonnación fi.mdamental, el movimiento reclamó la uttervencton rios alcanzaron estado püblico varios meses atrás, el gobierno y el parti-
militar en la vida política. Había llegado "la hora de la espada", como do radical evidenciaron una total inercia. Aquél dejó avanzar la revolu-
decía por esos aúos LE-OPOLDO LuGONES. . . , ción sin adoptar las más mútimas medidas de represión. Esta actitud se
La incipiente parúcipación política d~ eJérCito s~ ac~ttttO durante la debió, acaso en gran parte, a tul enfrentamiento intento de dirigentes
segunda presidencia de YRIGOYL"<, no solo por la difust,o.n de l.os nuevos radicales que, COl.lSCÍentes de la imposibilidad que continuara YRIGOYEN
credos que reclamaban su presencia en ~ campo pohuco, s~no por la en el gobierno por su debilidad setúl, pretendían captar su here~tcia po-
evidente ineficacia y corrupción del gobterno, Y.por su defiuen~e ~on­ lítica y la sucesión gubernamental. Por primera vez desde 1862 se había
ducción de los asuntos núlitares. Se ha sostetndo que la parCialidad quebrado el orden constitucionaL
puesta de matúfiesto por YRIGOYE."", ya ettla primera presid~n~ia~ en la Seglmlo seítaló entOl.tces tillO de los ideólogos del movinúellto, el doc-
selección de los oficiales para ascettder en su carrera~~ re~tt:mpora­ tor CARLOS l:sARGUREN, el anhelo de la revohKión era implantar lUla
ción de aquellos que habían sido separados for su partlupacton en aso- democracia social, representativa de todos los intereses, evitando que el
nadas militares contra los gobiernos antenores, generaron una nt~~va gobiemo fi.tera de exclusivo resorte de los partidos políticos. Sin embar·
concepción de la fi.mción que cabía a las fuetzas ~~~as en la políuca go, la presión de éstos y de la opllúón püblica, y la enfermedad del
partidista, a la par que debilitaba los lazos de la dtsctplina y f<:>mentaba pre~idente provisional, general URIBURU -que murió poco después-,
la formación de ligas y agrupaciones más o mettos dandestmas en el obligaron a éste a convocar rápidamente a elecciones, sin alc<Ul.Zat a
seno del ejército. . . concretar las proyectadas reformas ÚlStitucionales. En los comicios efec-
De tal manera preparado el clima por la convergenua de vanada~ cau- tltados apettas tm año y dos meses después de la revoluciÓtJ, fi.te elegido
sas el movimiento revolucionario era, para muchos sectores, tllhlllUpe- presidente el general Aous'li:N P. Jusro.
ri~a necesidad. Los principales medios periodísticos se encargar~n de Los ideales nacionalistas de la Revoluc-ión de 1930 había11 ftacasado,
formar tuta opinión pública cada vez más favora~le al dert?c~ettto pues, en definitiva, llegaba al gobierno de la Nación el jefe del grupo
del gobierno. El general JosÉ F. URIBURU en:~bezo la couspuauon e~­ que. dentro de la revolución lnbía representado a los cmlServadores,
presando que su plan era "hac,er. una :ev~luct.on verdad~a que .cambt~ radicales antipersoualistas y socialistas, que aspiraban prilKipalmente a
muchos aspectrn. de nuestro regunen mstltttctonal, ~nodifique la Cons un cambio de manos del poder.
titución y evite se repita el imperio de la demagog¡.a que hoy nos ~es­ El arribo a la presidencia de JusTo n9 fue sencillo, pues vastos secto-
qtúcia". "Haré --decía- tm levantamiento trascendental y construcuvo res de la población se mantenían fieles a sus sentinúentos radicales, y
con prescindencia de los partidos". . . el candidato oficial no era más que tuta reedición del "régimen" tan
Este criterio encontró oposición en algmtos sectores del e¡él':tto,. ~ara combatido por YRIGOYEN. Entre los prúKipales escollos deben con-
los cuales la bandera de acción debía ser la defensa de la Consutttclon Y tarse la elección, posteriormente anulada, en la provincia de Buenos
las leyes electorales, sin excluir a los políticos, para dar a éstos la fi.ttura Aires (5 de abril de 1931), donde resultó triunfante e1 rad-icalismo) y
dirección del Estado. El general AousrtN P. JuSTo encabezaba ~ta ~1· la revolución radical protagonizada ett Corrientes por el coronel
deucia, que impuso su pm1to de vista et~ la .~rodama revoluctonarta, ÜREGORIO PoMAR, sofocada por el gob-ierno (20 de julio de 1931).
donde se expresaban el respeto a la ConstltuClOIJ, a ~as leyes fi.utd<Un~l­ Las fuerzas políticas que llevaron a JusTO al poder se agmparon en
tales, y el anhelo de volver cuanto antes a la normalidad con la eleccton lo que se llam.Ó la "Concord<Utcia", unión electoral que comprendía
de legítimos representantes. a CmlSetvadores, radicales antipersonalistas y socialistas. El doctor

570
,
MANUAL Dll HrsTORJA DB LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS

Juuo A. RoCA, hijo del dos veces presidente argentino, ocuparía la


•i
vicepresidencia(§ 968). 1
Los radicales yrigoyenistas, encabezados por ALVEAR, que por enton·
ces, sep.u-ado de los antipersonalista!l, había vuelto al circulo de YRIGO·
Capítulo XXX
YEN, declararon la abstención electoral al vetar el gobierno la fónuula
Ar.VEAR·AnOLFO GüruJ:ES.
Los demócratas progresistas de Santa Fe y los socialistas de la Capital
levantMOll la candidatura de LISANDRO DE J..A TORRE-NICOLÁS RE-PETIO,
sin éxito. El Partida Demócrata Progresista) fundado por LTSANDRO DE LA La sanción de los códigos nacionales.
TORRE en 1914, respondía fielmente a su fundador, había recogido la La cuestión capital.
mayoría de sus simpatizantes de las filas conservadoras y proclamaba la Los territorios nacionales.
austeridad republicana y la moralidad pública junto a la pureza del su· El sistema electoral. Régimen anterior a 1912. La ley Sáenz Peña.
fragio. El Partidn Socialista fimdado por JUAN B. Jus-ro y afiliado a la
Segmlda Internacional stúrió con el correr de los aí10s numerosas esci·
siones, producto de las diversas corrientes marxistas, leninistas y nut:s· La sanción de los códigos nacionales (l>
kistas existeutes e.u su seno. Tanto tUl O como otro se caracterizaron tam-
bién por su constante prédica anticlerical y su posicióu atea, lo que les 785. Al dictarse la Constitución de 1853 se enconu-aba aún vigente en
impidió -a pesar de sus postulados, democráticos o socializantes- abar- el país la antigua legislación castellana, modificada por. al~tuta.S ley~s
car amplios sectores popul.tres. patrias(§ 533), muchas de ellas sancionadas por las_ pwvmcla;' des~)ues
de 1820. Se consideró entonces como una necesidad no solo diCtar
códigos modernos (§§ 534*535), sino también dar a ést~s ~aráct~r_na­
cional, pues, seg{Ul ALBE-RDI, "el país que tuvi;se tantos códiJ?OS crviles:
comerciales y penales como provincias no sena tul Estado, l1l federal U1
mtitario. Seda un caos".
La Constitución Nacional incluyó pues, entre las an·ibuciones del Po-
der Legislativo, la de "dictar los códigos civil, cm~ercial, pe1~a1 )~ de
rninería" así como leyes generales sobre ciudadama y naturaltzanón,
bancarm~, falsificación de moneda y docmnentos públicos del Estad~
y juicio por jurados (art. 67). . .,
Pero ya se había adelantado a esta disposlcl~ll ~decreto del24 de agos-
to de 1852, susa-ipto por el director provtsor~o URQ'UIZA, a-e;~ndo la
comisión encargada de prepar.tr los códigos civil, penal, comercial Yde
procedimientos. Los acontecimientos subsiguientes, entre ellos, la re-

(1) &u CHANETOli Hirrl»'ia rle T'ilez Sarsfie/d ... , op. cit. en nota (2) dd cap. XIX; RI<.A.ROO
LEvENE Histl»'ia. del derecho... , t .X, op. dr. en nota (2) del cap. XVI; M01sfs Nm"E,_EI fYOJ_"'fD
Tlif~dl»' ~11 /a hiswría dd demho patria aY!Jtntino, RJ.H.D., ~o 7, 1955:1956; _VICTOl'- f AV
ANzoAnGUI,La todijicacidll en la Argentina (181{)- ~870). Mentalid4d waal ~ idwJUridimr, Buenos
AÍl"es, 1977; R¡c¡u¡,DO 7...ouAQUW BEcú, LM imrm.awnes poHtm:rs... , ap. en. en nma (1) dd e:. p.
XXVIII; R. ZoRRAQUIN BEcú,Hístl!1"ia del dlln!cho..., t. II, op- cit. en nota (1) dd cap. IIL
(la) BAi!-TOLoMi CLI.VERO, Codifo:aciM_J y coostitl!ción: panuJ_Íf!"'asde un bir!(Jmio ~ Q.E,
n,"18,
1989; JosÉ M. DiAZ CousELo, J>cmamunro jurid&co y •·mlll'acwn lt!J~>lntlva en N.H.N.A., t._\; cap.
28, con amplia olientación bibliogr~fka; Al!ELAitDO LEVAOOl (coon:l.), Fuenm ldtol!!§lCtn .1'
nrmnatiJ'IU de la codificatión fnri:noamerttana, Buenos Aii'<:S, 1992.

573
l\1AN<JAL DE H~ t>B LAS lNSTITUQJONBS AltGENTlNAS
LA SANCtÓN t>B LOS CÓDIGOS NACIONALES

volución de setiembre ( § 692), aplazarou el cmn~)limiento .d~l dC:reto. núsmo VÉLEZ SARSFIELD, eu las que se explican las razones o los
Uua ley del 30 de noviembre de 1854 encomcndo al Poder Ejecutrvo el fuudameutos de cada disposición, aclarando su conte1údo o citando
umnbrauúeuto de tma conúsión para redactar los códigos, pero la ten- las fi.tentes utilizadas.
tativa corrió igual suerte que la anterior. Las principales materias contenidas eu el código son relativas a:
las persouas jurídicas y de existencia visible; el matrimonio los
786. Entretanto, en Buenos Aires, separada de la Confc~era~i?n ~ij?s? la tutela y la curatela; las obligacioues; los hechos y a~tos
(§ 695), ernpezó a renovarse la campaña en favor de la co~ificacton. ¡un.d1cos que crean, modificau o extinguen los derechos y obli-
. En 1856, los doctores EDUARDO ACEVEDO y ÜALMACIO :'ELEZ SARS- gaclOues; las obligaciones uacidas de los distintos contratos (com-
FlEL.D se dediotron a la redacción de tul proyecto de códtgo de comer- praventa, loc:acióu, sociedad, etcétera); los derechos reales (do-
cio, que fue presentado al año siguiente al P<:'der Ejecutivo Y qt~e se minio, hipoteca, etc.); las sucesiones; la preferencia a los crédi-
couvirtió en ley para el Estado de Buenos A1res, el 7 de octubre de tos _Y el derecho de reteución; la prescripción de las cosas y las
1859. En 1857 también se había encomendado a los doct~r~s ~­ accwues; y la aplicacióu de las leyes civiles.
CELO Gfu\i:BOA y ÑIARCEI.INO UGARTE la redaccióu de un codtgo CtVt/, ~a,sfoentes princ~pales utilizadas por.el codificador fueron la legisla-
pero uo alcanzó a realizarse el trabajo, y sólo se conoce una parte del cton castellana v1geute, cou las mochficaciones introducidas .por las
proyecto escrito P?r Uo~TE. , , _ . leyes patrias y por la práctica de nuestros tribunales; el código civil
El código de comercto sancwnado tema l. 755 artlculos, contemdos. en francés; el código civil de Chile; el Esbo;o, del brasileiío AUGUSTo
ctu:tro libros divididos en títulos y capítulos. Se ocupaba espeCial- TEIXEIRA DE FREITAS; los proyectos de EDUARDO AcEVEDO para el
meutc de las personas que ejercen el comercio; de los contratos me:- Unt~tay y los d~ uua comisión presidida por GARciA GoYENA para
cantiles (n1<md<1to, sociedades, co1npravent<\, seguros, etc.); del re- Es~ana; la doctnua francesa, la anglosajona, los roma1ústas y los
gimen de la uavcg<lcióu; y de las quiebras y los coucordatos de los auttguos comentadores españoles.
cou1erciantes. Dice ZoRRAQUÍN BEcú que este código fi.te tulo de los "más perfectos
delumnd? por su método, el acierto de sus disposiciones, la riqueza de
787. Producida la tuúóndefitútiva (§§ 700-704), nuevruneute afloró la su contemdo y la novedad de algunas construcciones jurídicas que hasta
idea de dictar los códigos uaciona.les. Así, ~1 .10 de sctien~bre. de 1862 entonces uo habíru1llegado a tener estado legislativo". Mantttvo su vi·
una ley del Congreso declaró nacioual el codtgo de c~me:ao vtgeute en geucia durante el siglo XX, pese a las refonnas introducidas en diversas
Buenos Aires que ya habírut adoptado algunas provutCla~ (§ 786). En materias (§§ 945-946 y 999).
1889 sufrió una importante refonna y en 1902 se sustrtttyó todo el
libro sobre las quiebras. . 789. El proyecto de código penal encomendado al doctor TEJE-
Otra ley, deló de jmúo de 1863, autorizó al P~~ Ejeü~~vo a nombrar DOR (§ 787) fue presentado al Poder Ejecutivo en 1865 (la parte gene-
las conúsiones encargadas de proyectar los códigos ctvil., penal y de ral) y eu 1868 (la parte especial).
minería, y las ordeuruu:as del ejército. El20 de <:'ctubre de 1864 el pre- El Congreso Nacional, por ley dellS de noviembre de 1886, satl-
sidente MITRE uomhró al doctor DALM;\CIO VELEZ SARS>FIELD para la cionó el primer código peualuacioual, elaborado sobre la base del
redaccióu del código civil, y el S de diciembre de 1864, al doctor CARLOS proyec~ !ejedor, aunque con importantes reformas introducidas por
TEJEDOR para proyectar el código penal. las conns1oues revisoras. Este código, objeto de numerosas críticas
fue sustittúdo eu 1921 por otro, cuyo autor principal fue el docto;
788. Luego de cinco años de intenso trabajo, V~LEz.SARSFIELD conclu- RODOLFO MoRENO.
yó su proyecto, el que, enviado P?r el Poder EJeCUtlY~ al Congreso el Es i.nteresatlte señalar que, como lo ha comprobado MoiSÉs NILVE, el
25 de agosto de 1869, fue convertido en ley el25 de seuembre de 1869, p~uyecto ~ejedor fue adoptado como ley loctú por casi todas las provin-
dispmúéudose que empezada a regir el~ de ene~ d~ 1~71. _ Cias argentu1as a11tes de que recibiera SatlCión nacional. Se procedió en
La magna obra constaba de 4.051 arnculos, diStnbmdos eu ~..uatro esos ~asos de conformidad al art. 108 de la Coustitucióu Nacional, que
libros, seccioues, partes y títulos. Ha sido cosnu~bre uu~1tener en autonzaba a las provincias a dictar los códigos ruttes que los srutcionara
las ediciones del código las exteusas notas adara tonas escntas por el el Congreso.

574
LA CUl.lSTIÓN CAPITAL
M.\.NUAL DE HISTORlA DE LAS lNSTITUCIONIIS ARGENTINAS

El código de 1886 constaba de 299 artículos, distribuidos en dos La cuestión capital (ll
libros con dos seccioues cada wto y veinticuatro títulos. El libro
primero (disposiciones generales) se ocupaba de la voluntad criminal, 792. El problen1a de lograr un territorio que stt;iese para <;apital de la
de la tentativa, de la culpa o la imprudeucia, de los autores, cómpli~ República en el que tuviesen su sede las antondades nac~~nales c~m
ces y encubridores, y de las penas en general. El libro segtmdo (de los exclusiva jurisdicción sobre el mism~ fue tUl<l preocupaCIO~ que m-
delitos y sus penas) trataba de los delitos contra las personas, contra la quietó en muchas oporttuúdades a nuestros hombres de gobiertto:
honestidad, el estado civil de las persouas, las garantías individuales, Quien primero intetttó lograrlo fue RIVADA~, ~urante.s~ perwdo
la propiedad particular, de las c<tlumnias e injurias, de los delitos presidettcial. En febrero de 1826, el Poder EJeClltiVO rermtl~ un pro-
contra la seguridad interior y orden público, de los peculiares a ftm- yecto de ley al Congreso Constitu~ente, .declarando a, la .cmdad de
ciouarios y empleados públicos, de las falsedades y de los delitos Buet1os Aires y a parte de su cam.pana cap\tal de la Re~ublic~. Luego
cometidos contra la salud pública. de 1m agitado debate donde se expusieron las ventaJa: e mcouvc·
Según NILVE, las fuentes principales del proyecto Tejedor :fi.rero11 el códi- nientes de la medida programada, el4 de mayo de es: ano el proyec-
go de Baviera, el de Luisiana, el de EspaÍla y la legislación romana. to quedó convertido en ley. La ciudad de Buenos A1re~ y una zona
contigna fuerou declaradas capital del Estad~, y ~1 gobtemo central
790. El código de mim:ría fue encarg<1do por el Poder Ejecutivo, el26 de ejercería exclusiva jttrisdicción sobre ese terntono y todos ]o!; esta-
febrero de 1876, al doctor ENRIQUE RoDRÍGUEZ, y sancionado, con blecimientos existentes en él.
modificaciones, el8 de diciembre de 1886, disponiéndose que etttraría Las diverget1cias entre R:IVADAVIA y el go~n:tador GR;GORIO o: LAs
en vigencia el1 de mayo de 1887. Const:.tba de 375 artículos, distribui- HER.'\S, y el fracaso de su gestión presideuCial a f?CO mas ?e tm ano de
dOs a través de 17 títulos. Se ocupaba de la adquisición, enajenación, sancionada la ley, impidieron qtte la misma se luCiese efectiva, y de esta
venta, prescripcióu y .urendamiento de las minas y demás cuestiones fomu la cuestióu quedó postergada.
vinculadas a la ex:plotacióu y al ejercicio del derecho sobre esas riquezas
metalíferas. 793. Cuando URQL'IZA, vencedor etl Ot.seros, preparaba el Acu.e~~o de
San Nicolás (§ 690), se pensó en resucitar esa ley, pero la opostcton de
791. Eu cuanto a los códigos de procedimientos, si a la Nación corres- los porteúos hizo fracasar el proyecto. .
pondía dictar los códigos civil, penal, comercial y de minería, en Los constituyentes de 1853 volvieron sobre~ tema y, c~l-e~tdtendo
cambio, la aplicación de las nonnas contenidas en los mismos co- la imperiosa necesidad de contar con u11a capital pMa resi.dencta ?e las
rrespondía a los jueces y tribunales de cada provincia, salvo las reser- autoridades de la Nación, resolvieron que fuese, Buenos ~-es la cmdad
vadas a 1a justicia federal (art. 67, inc. 11, Constitución Nacional) elegida (art. 3), aún cuando la provincia no habta conctu:r~do a Santa Fe
(§§ 745 y 751). De esta manera, las provincias no sólo debían esta- (§§ 692-693). La designación de Buenos Aires como c.tpttal ~el~ C~~~.­
blecer su propia organizacióu judicial, siuo ta:mbiéu dictar las nor- federación (concretada por ley el3 de mayo de ~853) ~po~taba prua
mas de procedimiento a que se ajustaríau las causas que tramitasen los porteÍlos algo muy distinto que ~~nrar ~su ~n~ad. Stgnificaba de.-
ante sus magistrados. Estas normas formaron los llamados códigos de capitar la provincia, quitándole su VleJa capital vuTellla! para que pasar,l
procedimientos, taltto en materia civil y comercial como en lo penaL a ser propiedad de la Nación. Por otra p~e; los portenos ~eg.aban que'
Aunque ya en las décadas anteriores se habían dictado algunas leyes la Constitndón cercenaba parte del terrttono de una provutcta qt;e no
de este tipo, la sanción de los modernos códigos nacionales obligó a participaba de la convención y que, por lo tanto, no había hecho olf sus
actualizar el sistema procesal; de ahí que, a partir de 1870, se acen- objeciones. . .. _
tuó la tendencia a sancionar los códigos respectivos. También, des- Durante el tiempo en que Buenos Atres se mantuvo sepatada de
pués de 1880, tuvo su código de procedimielttos 1a Capital Federal,
el que, asimismo, se aplicaba en los territorios nacionales. (2} ADoLFO CARRANZA, La cuestüin capital, Buenos Ail<es, 1?32; FEUI'E YOfAE,: :;o;;.IP.~ ¡f;
Be! ano (ano 1880), Buenos Ait'es, 1928; EDuAJmO MAI\nRE,La C(JI'te Su¡mmm •_ fMmu e
Fiualmente eumateria militar, cabe meucionar que en1898 fue sancio- 'ti' d 1880 H ~"' 19 1962· E MART!RÉ La Capital de la Naadr!A":!fmrma, Acl•s d
{{!S SUtt!SOS t ' ., ~• - ' ' • • ' - 1981 !· I o J RuiZ
nado por el Cougreso Nacional el código de justicia milit:at; elaborado Buenos Ail"es (dirigido pm· HoRA-ClO A. DlFRIER!), Buenos Aires, ·.t. ' ::=R ·
MonNo,La ftdtrnlizacíón d~ ]Ju(nosAir,:s, Los debates y las leyes, Bueno.< Aires, l. 80.
por Jost MARiA Busnuo (§ 959).

'"
M:AN"trAL DE HisTORIA DE LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS
Ú CUESTiÓN CAPITAL

la Confederación(§ 696), las autoridades nacionales residieron 797. En 1880 se Ventilaba la sucesión presidencial de AvELLANEDA
en Paraná, que fue designada capital provisoria de la Confedera- Y los candidatos con mayores probabilidades eran CARLos TEJEDOR'
ción po.r decreto del presidente URQUIZA del24 de marzo de 1853, ~bernador de la provincia de Buenos Aires, y ]t!LIO A. RocA, mi~
quedando federalizada toda la provincia de Entre Ríos. Poste- ~ustro de guerra de ~VELLAI..EDA. RoCA contaba con tUl triunfo seg¡.1•
rionnente, la federalización se redujo sólo a la ciudad de Paraná r~, apoyado por la ll¡f]a de gobernadores, en tanto TEJEDOR sólo reci.
(29 de setiembre de 1858). bta el concurso de elen~eutos porteííos y correntinos (§ 770). La
lttcha electoral se antmnaba tormeutosa, y TEJEDOR había asumido
794. Cuando tocó a Buenos Aires revisar esa Constitución en 1860, la p~tura de nu arrogante e incómodo dueúo de casa, que recibía en
una de las reformas propuestas consistió en ~uprimir la designaciÓH de caracter de huésped poco deseado al gobieruo de la Nación. Además
capital y dejar que el problema fuera resuelt<:> por el Poder Le~la~vo conveucido de qu~ las ur~us no le harían presidente, apeló a las ar:
Nacional, previa cesión por parte de las legtshtturas de los terntonos mas para conse~·lo, adtestrando y pertrechando a sus partidarios
que comprendiese la federalización. La couvención reformadora de ese par~ arratlcar ~~ trnuúo a RocA, a quien consideraba el candidato
mismo año aceptó la enmienda, y de este modo, una vez más, el proble- ofictal del prestdente. La tolerancia de AVELLANEDA había llevado las
ma de la capital quedó postergado. cosas a lúnites extremos. RocA, indignado, lo dejó claramente ex·
puesto: "La autoridad del Gobierno de la Nación es htunillada de-
795. Luego de Pavón(§ 703), instalado nuevamente el Congreso Na- ~rimid~ Y ajad~ a cada paso. La tolerancia del presidente y su ~túal
cional, MITRE, que ejercía el Poder Ejecutivo de la Nación (§ 704), ww.lescendenc1a han dado pábulo a sus aprestos núlitares (se refiere
remitió al Congreso, el6 de jmúo de 1862, tul proyecto de federaliu- a ,lo.s ~el gobernador ?e la provin,cia) que se haceu cot1 el mayor
ción de la provincia de Buenos Aires. El proyecto logró sanción del des~.:aw a la luz del dta y pregonandolos por todos los pasquines
Congreso y, con algunas modificaciones, quedó convertido en ley, pero como actos de patriotismo".
la legislatltra porteÍla lo rechazó. También desestimó otro que limitaba En e! áninm del gobierno nacional no cabía duda de que había que
la federalización a la ciudad de Buenos Aires. ternuuar de una vez por todas coula incómoda situación de lilS autori-
Entonces MITRE propuso tUl acuerdo a la provincia, mediante el cual ~~es l~e la Nación, y era. necesario para ello federalizar <1 Buenos Aires,
pudiesen subsistir en la ciudad porteÍla las aut~ridades nacionales y lo- tunea ctudad qtte se constdcraba convetúente para el asietlto del gobier-
cales. El acuerdo se conoce como ley de rompromtso y fue celebrado por el tJO central.
ténniuo de cinco años a partir de 1862, quedando la Nación con juris· A t?;io es:o, s~ realizaron elec:cioues provlltciales y nacionales de reno-
dicción sobre aduanas, correos y otras reparticiones de orden federaL vanon legts~attva dentro de un clima tenso. TEJEDOR lltaugt.tró tls sesio-
Vencido el término de la le); y hasta 1880, las autoridades nacionales y nes de la leg¡s.latttra con un discurso preñado de aettsaciones y amenazas
provinciales continuaron conviviendo sin mayores problemas en la ciu- contra el gob1~n10 nacion~. Además se atentó contra los diputados que
dad de Buenos Aires. lle~aban de Córdoba para utcorporarse eu el Congreso y que eran slln-
paozantes de ~OCA, se atacó la residencia del propio presidente AvE-
796. Nll1gmlil de las muchas soluciones proyectadas para dar a las auto- LLAN~~A, la legtslatura aprobó c~lCuenta millones de pesos papel para
ridades tlilcionales su propia sede pudo concretarse durante ese perío- adqmnr armamentos, se pretendtó balear eu el mismo recinto del Con.
do. Una ley dictada en 1869 declarando capital a la ciudad de Rosario greso a los diputados roquistaJ> por medio de un batallón de voluntarios
fue vetada por el presidente SARMIENTO. Tuvo la misma suerte otra ley, porteúos, Yhasta se tltvo sospechas de tUl atentado contra las vidas del
dictada e11 1871, que con aquel objeto ordwaba la fundación de una presidente y del general ROCA.
uueva cittdad en Córdoba, sobre el río Tercero. Dos aííos más tarde fue A:rurado por tautos. agravios, A:VELLANEDA declaró en rebeldía al go-
nuevamente vetada una ley que insistía en la designación de Rosario bteruo de Buenos Aires por medio de un manifiesto dado en Chacarita
como capital_ de la República. Otras tentativas tampoco alcanzaron a ~ 3 de jmúo de 1880. Al día si~ente .dictó el decreto que designaba
cristalizarse, pero todo ello revela la preocupación existente para hallar ~pueblo de Bdgrauo para la restdenna de las Autoridades de la Na-
uua solución al complicado problema y también} la notable divergencia cton". El selltldo lo acompañó, coula sola cxcepci6n de st¡ presidente,
de opllúones sobre esta materia. A('..oSTA, Y la cámara de diputados se dividió, trasladándose

579
EL SISTEMA ELECTORAL ~
MhNllAL DE ffiSTORIA DI! LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS

buena parte de sus rrúembros a Belgrano. La Corte Suprema permane-


14 de abril de 1884 quedaron instalados en la nueva ciudad los poderes
públicos.
•j
ció, en cambio, en Bueuos Aires, atendieudo importantes gestiones de
paz. Ni los buenos oficios de tau alto tribunal, ni la intervención del
1
cuerpo diplomático, ni la gestión de la comisión encabezada por Ftux 3
1
FRÍAS lograron acuerdo alguuo. Las armas decidieron la suerte, y la Los territorios nacionales <)
1
Nación resultó victoriosa.
Inmediatamente, el Congreso, dominado por RocA, presionó al pre- 800. En la Constitución de 1853 se estableció como atribución del
sidente, que se debatía en largas y complicadas negociaciones de paz Cougreso Nacional la de proveer a "la organización, adminisn·adón y
con el vicegobernador, JosÉ MARiA MORENO, ya que TEJEDOR había gobieruo que deben tener los territorios nacionales que queden fuera de
renunciado. MoRENO había arraucado a AVELLANEDA la promesa de los lhnires que se asignen a l<~.s proviud~s" (art. 67~ i.uc. 14). La l~y ~8,
no disolver la legislan1ra. Sin embargo, ésta se mantenía en rebeldía, sancionada ell3 de octubre de 1862, d1Spuso que todos los temtonos
otorgando premios y subsidios a los combatientes, como Estado vic- existentes fi1era de los lúnites o posesiones de las proviucias, son nacio-
torioso luego de la contienda. El Congreso permaneció fume con el nales, auuque hubiesen sido enajenados por los ~biernos provinciales
apoyo de RocA, y AvELLANEDA debió ceder. Luego de rechazar la desde el1 de mayo de 1853" .li~ decir que a parttr de esta épocl. apare-
remmcia que presentara el presidente y de insistir en la sanción de la ció la preocupación por deslindar los territorios qt~ e.~tabau bajo el
ley que disolvía la legislatura de la provincia, que acababa de ser domllúo de las provincias de los que se hallaban desiertos u ocupados
vetada por el Ejecutivo, el proyecto se convirtió en ley. por los ll1dios salvajes. No bastaba que se alegase el det'Ccho a un ~et~r­
mlllado territoüo si no había sido reillrneute ocupado por la provrue1a.
798. Disuelta la legislatura e illtervenida la proviucia, se renovaron los El caso más uotable en este aspecto era Buenos Aires, que en su Consti-
mandatos. A todo esto, AVELLANEDA remitió al Cougreso el proyecto tución de 1854 había declarado comprendidos en su jurisdicción todos
de federalización de la ciudad de Buenos Aires, que fue rápidamente los territorios del sur argentino(§ 695), pero su resis no prosperó cuan-
tratado y aprobado. Asimismo, se aprobó un proyecto dispanieudo la do llegó el momeuto de deslindar esos territorios. . .
convocatoria de tula convención reformadora del art. 3 de la Constitu- La preocupación por la suefte de estas enormes extens10ne~ de uerra
ción, la que debería seúalar directameute la capital de la República, para tenían m 1 profundo significado económico, y la organizaCIÓn de los
el caso de que la nueva legislatma no cediese el territorio de la ciudad de territorios fue tilla consecuencia natural de haberlos arrebatado al
Buenos Aires. indígena o de proceder a su :xplotación, exte~ieudo s~bre los mis-
El8 de octubre de 1880 AvELLANEDA remitió la ley de federalización mos la protección y la segundad de las autondades naCionales.
a la legislatura porteña) expresando que "la ley que declara a Buenos
Aires Capital de la República no hace sino ratificar uu hecho que es 801. La ley básica de organización de los llam.ados territorios nacionales
el resmnen y tma de las causas a la vez de toda nuestra historia". Por fue la dictada ellO de oculbre de 1884 bajo el número 1.532. Se
eso, pedía la patriótica adhesión de la legislatura. El cuerpo le establecieron nueve gobenladones: La Pampa, Río Negro, Neuquén,
prestó acuerdo, 110 sin antes oír la voz airada de ALEM, que se Chubut, Santa Cmz, Tierra del Fuego, Misiones, Fonnosa y Chaco. En
oponía al proyecto. Buenos Aires pasó a ser desde entonces la 1903 se agt'Cgó la de Los Andes.
capital de la República. AvELLANEDA había terminado ya suman-
dato, y tocó a RocA proclamar la federalización dando solución (3) AcADEMJA- N,\OONAL DE u HrsroRu., Swundo Congreso dt Hist(!l'i~ Argentina y .fugirm(/1
definitiva al problema. {Comodoro Rivadavia), Buenos Aires, 1974, r, III) e ÍDJ!..\!, C~ngr'->oNrwonaJ dcHmom• >obre lrt
Conquirta ¡Jef Desierto, Buenos AU-es, 16!'0, t. III, d~ se publican al¡pmas ~~~~.,fias refe>~das
a la actividad irutitucÍDnal en detemnnados tetlltonos durante !a ep<:..:a u:uc!al. ALLENDE, La
799. La provincia de Buenos Aires debió designar una nueva ciudad polimictJ de 1869.•• , op. át. en nora 3 dcl cap. XXVIII; C!üERINA,LO:f [jl)bicrnos de /(!S prtll'lnttM ·::,
para establecer su capital. Luego de varios estudios al respecto, se optó op. cit. en nora 3 dd cap. XXVIII; RoBERTO D. 0,\L\TTI y Mnt.W A CmQUEGB.ANI, L(/ mmrponwor;
dt: fa; territoriiJS natianales patagOnitos a la estructura juridi.:o-inmtu.r:.ional awmtt_ntl en A; D · LE!V.\
por fimdar um ciudad "frente al puerto de Ensenada, sobre los ten'Cnos ( 'd) Los tarriU»"ill:i nadcma/es aUftmles m la hi;r(!l'/a eonsrirucumal awmrmrt. Balúa Blmc~,
altos", que llevaría el nombre de La Plata (1 de mayo de 1882). Se 2:'~; C~uos R.li&:Lo, Leyes sobf< los rnriwrio; nm:Wnalcs ~"~su rmnsformaciOn ¡wtttim en R .I.H.D .,
colocó la piedra fimdameutal el19 de noviembre de e~;e mismo año, y el n"9, 1958.

581
5&)
b:L\NVAL DI! ffisTOIUA DE LAS lNSTITUCIONl'!S AitGENTlNAS
ELSlSTEMA
Al ú~tlte de cada tUla de ellas estaba elgobernador, que era nombrado
por el Poder Ejecutivo Nacional con acuerdo del set~ad~ por ttn pe-
El sistema electoral <4l
ríodo de tres años, pudiendo ser reelecto. Dependta drrectameute
del ministerio del interio¡; y sus atribuciones y deberes lo convertían 803. Durante el período auterior a 1853 no se alc.ulZÓ a confonnar un
eu un funcionario con pocas posibilidades de ejercer el gobierno con satisfactorio sistcrna electoral(§§ 520·530). Fue, entonces, llllO de los
independencia adnllnistrativa. Eu su mayoría fueron militares de alta ~sa~~s probl~m~, como tantos otros, que heredó la época de la orga-
gn\duacióu, que habían acttiado eula regióu. Se detennin6 también t~cton cotlSUtuetonal y que, sin darle una solucióu defuritiva. transfi-
que las gobenucioues que alcanzaseu treiuta mil habitantes tendrían no a los gobernantes del siglo XX. -
una legislatura, con limitadas facultades, pero este cuerpo no llegó a La evolución electoral se encuentra, como es obvio, íntimamente viu-
establecerse. Se dispuso asimismo que en la capital de cada goberna- culada al proceso político y social del ctl<ll depende, y ello debe teoerse
ción funcionaría un juzgado letradtJ, y en los distritos con n1ás de mil muy eu cuenta para obteuer tuta visión ll1tegral de la cuestión.
habitantes, un juzgado de paz. También en estas secciones se estable- A fu1 de,f~cilitar el es.tudio de este tema, se puedeu distit1guit dos eta-
cieron concejos municipales. p~s: el re!91:'1.en autenor a 1912 y el que surgió de la ley dictada eu ese
La falta de población, la exigüidad de los recursos económicos, la ex- ano; .La prun::a etapa, que comp.reude medio siglo de azarosa vida
tensión de las jurisdicciones y la apatía de los gobiernos tiacionales fue- pohuca, ofre,cl? lllla frecuente renovación legislativa en la mater-ia, pero
ron los problemas principales que enfreotaroulas autoridades locales y las leyes orgru~cas fueron, a partir de la unión defmitiva, las siguientes:
mmtidpales thu:ante los primeros h1stros. 75 (13 de novtembre de 1863), 623 (25 de setiembre de 1873), 893
(16 d~ ~~bre de 1877) y 4.161 (7 de enero de 1902). La segunda
802. Con una organización análoga a la de las provincias, aunque sen- etapa, uuctada con la ley 8.871 (13 de febrero de 1912) conocida como
siblemeute dependiente del gobierno nacioual, estos tetTitorios se pre- ley Sáenz Peña, significó lllla profunda tratlSfonnaciói; cr1 la evolución
paraban para cuando llegase la oportmridad de convertidos en nuevas del poder político, debido a las pocas pero sustatlCiales modificaciones
proviucias. Ello ocurriría cuando su población alcanzara las sesenta mil introducidas en el régirneu electoral.
almas, y competía al Cougreso Nacioual elevados a esa categoría (art. Para obtene~ m:a más clara y sencilla sistenutización de este complejo
13, Constimción Nacional). ~roceso,le~tslallvo,, v:unos a attalizar, en primer lug-ar, las principales
La Patnpa fue el primer territorio en contar con la población requerida ~.:aractensucas del regunen auterior a 1912, sllt particularizar el estudio
pat·a alcatlZM la provincialización. Enl912 tcrúa 88.000 habitatltes. El eu cada una de las leyes citadas, y con ello, advertir las reformas intro-
censo de 1922 rnuesh·a que el Chaco y Misioues también nunpÜatl ese ducidas por la Ley Sáeuz Peíu.
requisito. Los prllneros movimientos a favor de la autonomía se regís~
tnu·on en esos territorios, pero tatnbién hubo diversos sectores locales 8.04. Régimen a':"tecior a 19~2. Para ejercer el sufragio se exigía ser
que, por diversas razones, consideraban lllCouvetúente la pretendida pro- cmdadano argentmo o naturahzado tener 18 años de edad hallarse
vincialización. Durante las presideucias de YRIGOYEN y ALVEA.R se Íln- iuscripto en el registro civil nacion~l, y no eucontrarse af;ctado de
ptdsaron llúciativas y proyectos para la declaración de aquellos territo- las. Ü:capacida~es ~s~ablecidas eu la ley. De esta manera, quedaban
rios como provincias, o al menos pat·a dar pasos intermedios hasta llegar exdUldos del CJCtTtcto de aquel derecho los menores de 18 aftos lO$
a la autonomía, pero el apoyo de atnbos presideutes y de varios legisl<t-
de~entes, los S?fd?mudos que no supieran hacerse enteuder 'por
dores radicales no fi.1e suficicr1te, pues dentro del mismo partido había es~.:nto, los ede'>Iasttcos regulares, los soldados, cabos y sargentos de
quienes 110 compartíau esa idea. De tal modo, la mestión quedó sin
resolverse eu esta época(§ 1008). (4) JuAN ÁlYAAEZ,~udiosobre IM.f!Un7M drilera~!fentU/M, ten:et\\ edición, Buenos Arte~, 1938;
EXEQVlEL ÜRn:ru, <QuJem el pueblo -votar?~ Histeria elearmú my¡entina d"de la Rerolución dt
Mnyca la ley Sdtnz r:ma. 1810·1912, Bahía Blanca, 1963; Josi NICOLÁS MAT!ENZO, El obiernq
npresentatnYJ .•• , op, crc en nota (2) del cap. XXVIII. g
(4a) ~ON!O A'<NlNO (coord.), H~oria de W_ elucUmtt, op. cit. en nora 1 dcl cap. XIX,
e•pec¡~!m<:nte esr~ att:ícu!os:. HILDA SM<ATO,Elemanesy prd~tkas electorales en BuenOfAires, 1860·
1880 ~Sufragw umJwml sm ciudrdania pqlitinr1; EM.A Cmorn, Sufragio, prema inilfn ública:
laselecetones de 1883 m Bueno-s Aires. y "i' p

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M!.NtiAL Dil .H!STO!UA DI! LAS INSTITUCIONES AltGENTlNAS

tropa de línea, los gendarmes de policía, los condenados por ciertos militar y q'llC la libreta de enrolamiento sirviera como partida cívica p~a
delitos (por ejemplo, falso testimonio, quiebra fraudulenta), o cou el ejercicio del sufragio. Los fimcion.arios e?'ca~gados de la formac10n
determinadas penas (presidio o penitenciaría), o los detenidos por del padrón eran los jueces federales y los comtSarws de padrón.
orden de juez competente.
Como se advierte, el ejercicio del sufragio se concedía ampliamente, 808. El funcionamiento de las asambleas electorales constituía uno de los
restringido sólo por razones de edad, incapacidad mental, estado ecle- aspectos fundamentales del sistema. Según la ley 75, el act~ elecroral se
siástico, militar subordinado o indignidad. En este seutido se maute- abría en el atrio de la iglesia parroquial o en los portales del Juzgado. En
túan algtmas disposiciones ya vigentes en el período anterior(§ 525). las ciudades capitales de provincias, lo presidían tmmiemb~ de la ~egis­
latura, tul magistrado judicial y el juez de paz. En l~s demas secctoues
805. Uno de los aspectos más importantes del sistema radicaba en la electorales, el juez territorial y dos vecinos. En la prunera hora se ef~­
formación de rrgistros dviros adecuados para garantizar el ejercicio del tuaba la elección definitiva de la mesa mediante el voto verbal o escnto
sufragio a los ciudadanos en condiciones de hacerlo. de los ciudadanos presentes, quienes elegían a ~ttan·o c~t~adanos para
En cada sección electoral-que correspondía eu las ciudades a una parro- qtlC se asociaran a aquellos funcionarios en la llltegracton de la mesa
quia, y en la campaíu, a una parroquia) juzgado de paz o depaftamento-- electoral.
se formaba tm registro cívico, en el que se recibía la inscripción de todos Luego se procedía a la elección propi:UUeute dicha.,~ ciudadauos
los ciudadanos hábiles que quisieran hacerlo. El registro se renovaba inscriptos emitían su voto verbal o escnto en fomu pubhca y personal,
Ú1tegramente cada cuatro años (ley 623) o cada dos (ley 2.742), y su anotándose los mismos en sendos registros que llevaban por sepat·ado
fonnacióu estaba a cargo de una junta calificadora, cou atribuciones para dos miembros de la mesa.
decidir acerca de los reclamos sobre it1.SC.ripciones o exclusiones, con El acto comicial se iniciaba a las nueve de la maíuna y concluía a las
apelación ante la justicia federal. A los ciudadanos inscriptos se les en- cuatro de la tarde, sit1 que autoridad alguna pudiera itlt:emunp~lo tti
tregaba una boleta de calificación, a los fllles de su presentación ante las snspenderlo. El escruti.ttio se practicaba en el ~~ acto, Yla legtslaUl-
asambleas elector-ales. ra provit1eial procedía luego a efectuar el escn1tuu0 general y prodatrur
los electos.
806. La ley 4.161 de 1902 estableció un registro o padrón cívico perma-
nente, que se ampliaría cada cinco aÍlos y cuya fonnación est'.tba a cargo 809. Las leyes 623 y 893 procuraron corregir l?S ~husos~ vicios m~s
de una comisión inscriptora en cada sección electoral, integrada por tres comm1es en este aspecto electoral, y con tal monvo nltrodnJeronmodt-
ciudadanos. Además, se establecía en la capital de la Repüblica y en la de ficaciones.
cada prov:iucia tul:a junta electoral de distrito, constintida por el juez fede- Se dispuso que la mesa receptora de votos debía col~arse en lugar
ral, el presidente del tfibuml de justicia local y el presidente de la legi~­ accesible y demarcarse un espacio alrededor de la nusma donde no
latura. podían estar más que los fimcionari.os electorales, el votante de ~lr­
A los ciudadanos inscriptos se les otorgaba la partida cfvica, que los tlO y un representante de cada parttdo electoral que fo~·1mtl~se las
habilitaba para la concurrencia a las asambleas electorales. Eran otorga- observaciones que seatl justas, especialmente sobre la tdenttdad de
das por los jefes del Registro Civil, organismo que se consideraba como las personas". Se suprimió, asitnismo, la elección de los tniembros
"oficina permanente" del registro dvico nacionaL de la mesa receptora por los mismos ciudadatlOS presente~, pues cons-
Los ciudadanos debían proveerse obligatoriamente de su correspon- tituía ello un resabio vicioso del período antenor, destmado a pro-
diente partida cívica y debían exhibirla uecesariameute todos los que vocar disturbios y arbitrat·iedades. De acuerdo con el nlisnl(: siste-
desempeúaseu tlll:a fimción para la que se requiriese el ejercicio de la ma las mesas receptoras se integraban por sorteo de una hsta de
ciudadatúa. Pero esta obligatoriedad no se extendía a la concurrencia a ciudadauos que supieran leer y escribir, y el voto se emití~ en boletas
los comicios. individualizadas que se depositaban en una urna convementemente
veriftcada antes del comicio.
807. La ley 8.130, sancionada ell9 de julio de 1911, dispuso que el Finalmente el escrntitllo general y la prodat11:aciÓn de los electores eran
padrón electoral se fomta.se sobre la base de las listas de enrolrunieuto practicados' por la 11llsma junta que intervetúa en la designación de los

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1\!ANUA!. DB ffiSTOR!A DB l.J\S INSTIT'UClONES ARoBNTlNAS EL SiSTEMA EUlCTORhl

integrantes de las mesas receptoras, y no por la legislatura, como dispo- integrantes de la mesa o por grupos ubicados en sus i.mnediaciones.
IÚa el sistema anterior. Sin embargo, se advierte que todas las leyes referidas mantt!Vieron el
carácter público del voto. Si bien las leyes 623 y 893 estableciero11 un
810. La ley 4.161 acentuó las precauciones en tor110 del desarrollo de régimen que permitía su individualización, pero no lo daba a conocer
los actos conúciales. La modificación fundamental introducida en esta en elmomCllto de su ernisiÓl:t, en cambio, la ley 4.161 volvió decidida-
materia fue la integración de las mesas receptoras por sorteo practicado mente a la publicidad Uunediata del sttfragio.· Hasta entonces habían
por la junta ekctvral de distrito (§ 806) entre los ciudadanos q11e supie~ prevalecido las opllúones de los partidarios del voto público, que.alega·
nu1lecr y escribir inscriptos en cada mesa. El nombramiento constittúa ban, enu-c o~as :az~nes, que el sufragio era "tUl derecho y, como todo
una carga pública y era irremmciable. Las mesas debíau funcionar en derecho, debu e¡erntarse a la luz del día, que el voto secreto era una
"sitios amplios y cómodos'", y además de los atrios de las iglesias y los cobardía cívica y que, en todo caso, era sólo practicable para los electo-
portales de los juzgados de paz, se instalarían en los frentes de los edifi- res que sabían leer y escribir. A estos argmnentos replicaban los soste-
cios escolares y en otros establecimientos estatales que no fueran in~ nedores del v~to sec«:tc.: qu~ con la Unplautación de éste se lograría
muebles destinados a la policía o al ejército. Quedó también incorpora- 9-uebrantar la. u~uen~1a m~Istible de los comandantes de campaúa y
do en la mesa '\m fiscal en representación de cada partido político orga- J~ICCCS de paz, evitar ~lS.tltrblO~ y ~enganzas, garantizando la libre expre-
nizado o de cada caudidato públicamente proclamado'". stón del votante, y elimmar, asmusmo, e1 fraudulento rec"ttrso de la com-
Esta ley a..:lnútió nuevamente el voto de "viva voz", al igual que d emi· praventa de votos.
tido por esnito o en boleta impresa. Se restableció el procedimiento de
auotar el voto Cll el mismo registro a continuación del nombre del ciu~ 81? ..Poco du~ó, sin embargo, el sistema de voto público, que había
dadauo S\Jfragante, y desapareció el uso de la "ttrna introducida por las reVlvtdo espeCialmente cou la ley 4.161. El26 de setiembre de 1905
anteriores leyes. por ley 4. 71-8, se introdujo ya el voto secreto al establecerse que el
El escrutinio particular continuaba cfectttándose e11la propia mesa re- e!e~tor debería presentar al presidente de mesa, jmtto con su partida
ceptora y, en general, lo practicaba la junta electoral de distrito. nvtea, "lUla boleta en papel blanco, Ílnpresa o manuscrita, doblada en
Esta ley estableció, además, "tUl conj1mto de principios destinados a cuatro, donde expresara 1~ personas por las que votaba. El presiden-
garantizar la libertad de sufragio. Dispuso, así., que el derecho era te, luego de rubncar extenormcnte la boleta la introd"ttcÍa en la urna
.
respectiVa. '
individual; que el ciudadano elector no podía ser arrestado dura11te
hts horas de conúcio, salvo el caso de flagrante delito y orden emana·
da de autoridad competente. Se prohibía a los fmKionarios públicos 813. D: acuerdo con 1~ leyes 75, 623 y 893, cada ciudadano votaba
imponer a sus subalternos la manera en que debían votar, y cual- po~ el numero total de diputados o electores que de_sigu.asc la convoca-
quier otra medida que tendiera a estorbar y privar al ciudadano del to~~~' de manera que la ~Sta triunf~lte a,sunúa út~gramente la reprcsen-
ejercicio libre de este derecho. tau~:m del e~e..:tor~~o, sm que la m111ona, por mas mmrerosa que ft1era,
Los jueces federales, on.linarios o de paz, según sus jtrrisdicciones, de* tl.Mese parnopanou en esa representación.
bían atender y resolver de imnediato las quejas que al respecto se for· La ley 4.161 estableció un sistema diferente. De acuerdo con el mis-
mulasen. mo, la Capital y cada "lUla de las provincias se dividían en tmnúmero
de ~ircmtscripciones igual alníunero de diputados o electores que
811. Como se advierte, la evolución de la legislación electoral eu lo designaban. De esta manera, cada cirnulScripción elegía m1 diputa-
referido al acto comicial fue bastante notable, si comparamos el ntdi· do a~ ~ngres~, dos electores para presidente y vicepresidente de la
mentario sistema de la ley 75 y los posteriores. La elecció11 imparcial de Repubhca, etcetera. Mediante este sistema se abría la posibilidad de
ciudadauos para integrar las mesas, los recaudos para el ftmcionalllÍCll- otorgM cierta representación a grupos núuoritarios. Así ocmrió en
to normal del acto, la participación de los representmtes o fiscales de las l~ práctica,. y es frecuentemente recordado el hecho de que con este
li.stas intervllúentes fueron mejorados a través de las difereutes leyes SIStema se mcorporó en la cámara de diputados de la Nación al doc·
expuestas. Todo ello contribuía también a evitar las presiones que so- tor ALFREDO L. PALACIOs, socialista, elegido por la circunscripción
lían hacerse sobre los ciudadanos concurrentes por parte de los propios de La Boca, en la Capital FederaL

'"'
MANUAL DE HISTOIUA Dll LAS INSTITUCION!lS A.!lGl.lNTINAS t:
Poco duró, sin embargo, esta innovación, pues la ley 4.578, dictada en
1905, restableció el sistema anterior.
mento para e\ funcionamiento de\ acto; \a formación de \as )untas es-
en
crutadoras; ta e\lminación de\ escn:rtinio \a mesa re~e~tora; una n:l;-
va enumeración de \os de\itos elector-ales y e\ procedmnento a segnu.
••
814. La necesidad de desterrar las distintas formas de fraude e.n los
comicios llevó a las mencionadas leyes orgánicas a ir elaborando un 818. Con la nueva ley, que recogió la buena exper~enda de las preceden-
•1
verdadero sistema represivo de los delitos electorales, que en la ley 4.161 tes e introdujo refonnas esenciales, se alcanzo, stn dttda, un verdadero
fue ya expuesto en forma sistemática, procurando de esta manera en- ideal en materia de legislación electoral, ~ues se ensancharon no~ble­
cuadrar y castigar todos lo.~ actos ilícitos cometidos para distorsiouar la mentc las bases de la representación polí~ca populaf; pero tarp-bten se
libre expresión de los ciudadanos e11 el acto comicial ( anl.elJ.aZas; pro- reacmalizaron los temores de quienes vacilaban, segtnl J~ AI.v~E~
moción de desórdenes; falsificación., destntcción y adulteración de ac- et'l "etltrega.r el gobiertlD a los U1eptos o goben~ con .prescwdencta te
tas o doc1m1entos electorales; uso de armas en los comicios; dobles la mayoría". La vigeflciade dicha ley se prolongo enelttempo (§ 1001).
i.t1scripcioues; secuestros de electores, etcétera) Las penas, según los
casos, consistían en prisión, arresto, multa, y, además, la privación del
derecho de sufragio y la pérdida del empleo para el fiu1ciOt1ario público
responsable.

815. La ley Sáenz Peña. El13 de febrero de 1912 se saocionó la ley


8.871, c011ocida con el nombre del presidente ROQUE SAE."'z PEÑA, qnieu
la ·i.t1Spiró, e impuJsg en un momento histórico trascendental (§ 781 ).
Aunque no fueron muchas las itu10vaciones introducidas e.n la materia,
las pocas modificaciones alcanzaron tal magnitud que diemutul.a nueva
orientación al régimen electoral y a la estrucmra del país, posibilitando
un notable cambio en su conducción política, que quedó patenti7.ad.o
en la siguiente elección presidencial de 1916 (§ 782).

816. Las refonuas principales iutroducidas fuerou: la obligatoriedad del


voto, de la que sólo estaban exentos los electores mayores de 70 años, y
los jueces y sus auxiliares, quienes por disposición de la propia ley de-
bían asistir a sus despachos durante las hordS del acto electoral; el carác-
ter secreto del voto) que debía emitirse por el elector, quietl., luego de
acreditar su idet1tidad, pasaba a una habitación preparada al efecto, donde
encerraban la boleta en un sobre, depositaJ.ldo éste en una ttnla coloca-
da en la mesa receptora; el sistema de lista incompleta, que permitía la
represeutación de las minorías, ya que el elector votaba sólo por las dos
terceras partes del nluuero de candidatos a elegir, quedando de esa ma-
nera el tercio restante para los candidatos de la lista que segtúa ennú·
n1ero de votos a 1a triunfante.

817. Hubo otras liUlovadones destinadas a mejorar el fiUlcionamiento


del e.ng:rafhlje electoral. Se dispuso, dSÍ, un nuevo sistema de distribu-
ción de las mesas receptoras; 1a elección del presideute del comicio y los
suplentes directamente por la junta escrutadora; un minucioso regla-

588 589
Capítulo XXXI

La política exterior. La guerra con el Paraguay: Las cuestiones linútro·


fes. Relacione$ con las naciones europeas. La polític<l. continental.

La política exterior (l)


819. El período que estudiamos en materia de política exterior revela
tuto de los momentos más tr<tscendentales en la evolución del país: su
proyección hacia el mmtdo, el contacto con los princip<tles p-aises Ctlto-
peos, la soluáón de sus grandes cuestiones linútrofes, la eumtdaciÓit de
perdurables doctrirtts de política internacional, la disputa de la hege-
monía continental y, por último, la firme posiciónneutnilista adoptada
en la Primer-.a Guerra MundiaL O,nlos triunfos y reveses que se <tdver-
tll:á.n, quedó, por encima de ello, bien afirmado el prestigio iutemacio-
nal del país, cimentado en nna conducta exterior fi.utdada en el respeto
hacia las demás naciones y sustentada en principios de justicia y hum.a-
Ilid.u:l.

820. La guerra con el Paraguay. Muy poco tiempo después de haber-


se consolidado la unión defuUtiva (§ 703), la Repúblk.¡¡_ debió hacer

( 1) RrCARDO R. Ct.JU.ET-BOIS, Cuestiones internaci<Jnales (1852-1 !lóó),Bl.IJ:llm Aires., 1970; RAMON


J. CMCANO, La gur;rm del ParR!J«aJ, Buenos Aires, 1939-1941; Ausmtm A. Comt PAZ, Historia
dr /a d«trina Drnga, Buenos Aires, 1975; RoBERTO ETCHlil'>\Rlll!OIIOA, Historia de 1m n:l<uionts
int!:rnar:ionalcsat;gen#nas, Buenos Aires, 1978; Gusuvo FERRAIU, Esquema de la politica extcriw
argemina, Buenos Ail:e~ 1981; THoMAs F. McGdm<, Argmtina, Estadas Unid<Js y el sistema
intemmerictU~c, 1880-1914, Buenos Aires., 1960; LEóN REBOLLO PAZ, La guerra de/ Paniglllly.
Historia de una epopeya (1865-1965), Buenos Aires, 1965; ls!DORO RmzMo-swo,HifturiR-dc 1m
rd<u:Wnes =crlort! fttJ}et'ltiJ'Ias..., ¡p. cit. en nota (2) del cap. XVIII; L Rmz MORE.l<ro, Or(!Jmes de
fa diplumaáa italo-41J!~ntina, R.H., N" 2, 1978 (segunda edición, Buenos Aires, 1983); y Relaciones
hispano-<Jrgaminm, R.H., N ros. 4, 6 y 7, 1979-1980; Lms SM-r!Aoo SANZ,La historia diplamlitioa
desde la prnidmcia de Mitre, 1862 ht.W4 1930, H.A.C, voL 11, lrn. Sec., 1964; GEilMliN O. E.
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Buenos Ail'es, 2003; .MA&:iAMON5EIIIIAT LL.-\111.0 y RAIM!..'NDO Sill>E,Azymtina m Europa. Yriffo/<'1'
y fa miedMI de las NtUiones (1918-1920), Buenos Aires, 1997; BEATRIZ R. SoLVEJIIA, La polltim
internacional: relaciones exteriores y .uestkmes Umitrofo (1862-1914) en N.H.N.A., t. V, cap. 23,
conorient1tción bibliogrifiao.
Afa."<UAL DE HISTORJA DE US lNSTlTUClONES AaGENTINAS

frente a tma de las más largas y exigentes guenas de su historia. El


panonuna de esta contieuda se presentó de una manera muy compleja
por la íutirna vinculación existente enh"e los sucesos externos y la politi*
de perfe<:to acuerdo de todos". Se preveí~ también que, al término d~ ~a
guerra los aúados exigrrían al m:tevo gob1en1o paraguayo l~ ce\ebractm':
de tratados limítrofes de acuerdo con las bases y pretet1Stones que allt
ll
ca interna, de IThlnera que aún hoy couti.núan, entre nosotros, los traba- mismo se expmúan. El presidente MITRE fue designado general en jefe
jos polémicos sobre este grave episodio de nuestra vida diplomática. del ejército aliado.
Según el profesorTJARKS, el fm últimod~la ali.ulZaera obtener la hege·
821. Eul863, el general VENANCIO FLORES, jefe del Partido Colorado mo1úa de la política liberal ei~ los pa~s uw~lucrados ~~;la gu~rra? pro-
uruguayo, exiliado en la Argentina, decidiÓ invadir su patria y p011er fm pósito que en parte se Üu<>tro por la unprevts? duracto~ ~e la miSma.
al gobierno del Partido Blanco. La 1ucha en territorio oriental se pro- La guerra se prolongó por varios añ?S, termuwldo pracncameu~ en
longó durante varios meses, y en su solución se interesaron t.ulto el marzo de 1870 con la muerte del presidente LóPEZ, atmque des~e hen:--
gobieruo argeutino como el brasileño, cuyos países eran garantes de la po antes el triunfo aliado estaba asegurado. Enb:~t.Ulto, la reSiStellCla
independencia uruguaya, de acuerdo con lo convenido en1828 ( § 5 70). hacia la prolongación del estado de guerra se matlifestaba agudamente
Fracasadas las instancias mediadoras, el imperio del Br-asil ocupó terri- en las provincias argentinas.
torio uruguayo, apoy.uuio francamente la posición de FLORES. Ten:ninada la lucha, la c.Ulcillería brasileña buscó 110 sólo obteuer l~s
La actintd brasileúa despertó simpatías entre los colorados uruguayos y límites fronterizos expuestos en el tratado, sino ~ir que la Arget:~i·
aun fue admitida eu Buenos Aires, pues se había convenido entre los na alcanzara los suyos. Este propósito ñte fav~ree1do po~ la de;lara~lOtl
gobiernos dé ambas naciones la licitud de la iuterveución como un medio del ministro argentino MARIANo V ARELA, qmen expreso que la ;l~to­
de restablecer la paz, sin afectar la soberatúa e integridad territorial del ri..:L no da derechos a los aliados para imponer como suyos los hnutes
Uruguay. En cambio, la injerencia brasileña fue recibida con indigna- seflliados eu el tratado". Según LUIS SANTIAGO SA.NZ, "el principio de
ción en las provincias argentinas que aím resistían la política del presi- V ARElA estaba nutrido de noble y elevados sentimientos, pero desde el
dente MITRE y, sobre todo, provocó la inmediata reacción paraguaya. ptlllto de vista diplomático y jurídi.c? .constiruyó tu~ gr~ve er~r":.. pues
Desde 1862 era presidente del Paraguay el general FRANCISCO SoLANo fi.te esgrimido itlOporttulatllente, facilitando ~os desigmos brasilei~OS:
LóPEZ, quien proyectaba la exp.u1Sión de su país, sacudiéndolo así de la Pese a lo estipulado por las partes, en el senttdo de que las uegonaCl~­
marcha letárgica observada hasta entonces (§ 496). Estimando que la nes de paz con el Paraguay no debían ~fectuars<; separad~~nte, Brasil
invasión a territorio oriental constituía el primer paso de una acción lo hizo, imponiendo sus límites al vene1do, ?'a~tas ~la presl?~l constau·
destinada a imponer definitivamente el poder brasileÍlo en el Rio de la te de su ejército en suelo paraguayo y a la mdtscuttble. ~~bihdad de su
Plata, y azuzado por el propio gobierno uruguayo en apuros, LóPEz diplomacia. Al mismo tiempo, mantuvo su fmne opoMClotl a tu~ acue~­
declaró la guerra al imperio. Poco después solicitó al presidente MITRE do paraguayo-argentiuo que sigtúficara reconocer a nuestrO patS tern·
autorización para transitar cou sus tropas el territorio de Corrientes, y rorios al norte del Río Pilcomayo. Por fm, el 3 de febrero de 1876 se
como la contestación fue negativa, declaró la guerra a la Argentina, el suscribió t"Jl Buenos Aires el tratado de paz entre la Argentina y el Para-
18 de marzo de 1865. Aunque los aprestos paraguayos provenían de guay, quedatldo conveilida la forma de soluciouar el problema de lúni-
varios años an·ás y se había logrado obtener una fuerza militar conside* tes (§ 824).
rabie, tlO parecía sensata la actitud de LóPEZ ni posible esperar tuta
victoria frente a enemigos tatl poderosos, mUdos en la emergencia. 823. Las cuestiones limítrofes. Durante esta época se ~lcanzó a d~ter·
minar gran parte de los lúnites territor~es, los q~.se fi~aron rr:ediallt~
822. El 1 de mayo de 1865 se suscribió en Buenos Aires el acuerdo los conoespondieutes tr·atados o recurnendo, en últ:una mstauCla, al at·
secreto entre Argentina, Brasil y Uruguay -conocido como tratado de bitraje intenucional. . . . . . .
la triple alianza- con el objeto de derrocar al gobien10 de LóPEZ, "res- Como principio general, se aplicó el utt posside~ pms de 181?, e~ dec':
petando la sober.uúa, integridad territorial e indepeudencia de la Repú- que "la delimitación admi.tllstrativa colonial dtspuesta por Espaua, vi-
blica del Paraguay". Los aliados se comprometian a "no negociar con el gente en 1810, debía ser la frontera políru:a ell~"e los estados en elmo*
enemigo común separadamente 1li firmar tratado de paz, tregua, a.rmis~ mento de la emancipación", según lo explica Is1d?ro. Rmz MoR~No.
ricio ni conveudótl alguna, para poner fin o suspender la guerra, sit10 Vamos a efecntar una rápida recorrida de las prmCipales cuesuones,

592 593
JM.\NtTII.L DE HISTORIA DB US INSTITUCIONES Al!.GE.."'TTNM LA POLÍTICA EXTERlOR

y a través de las mis~1.as s: advertirá que no ~rojarou para el pa.ís tu"l blemas uo se redujerou a la exacta de.marcacióu dellúnite geográfico
resultado satisfactono, s1 entendemos por este el deseo natural de cottstinúdo por la cordillera de los A.till.es, siuo que abarcaron tambiéu
obtener por vía pacífica el reconocimieuto de los derechos a los te- la discusión sobre importantes regiones ubicadas al este del macizo. Ya
rritorios cuestionados- hentos visto cuáles erau las intencioues de Chile sobre el Esm~cho de
Magallanes, las zonas australes y aUll sobre la Patagon.ia (§ 519). Mien-
824. Segúu el tratado de paz celebrado. con el Para~ay. en 1876 tras se debatían aprtsionadamente los derechos de cada país a esas regio-
(§ 822), se reconoció la soberatúa argentuta hasta el r;-o Pilcomayo, nes, la Arge11rina se lanzó también a la efectiva dominacióu de los terri-
disporúéndose que el territorio si?-.Udo entre és«: y el no Verde fuera torios patagótúcos (§§ 843-845).
sometido a arbitraje. El laudo a.mtldo por el p~es1~~1te de los ~tados El23 de julio de 1881 se suscribió ttu tratado entre ambos países eu
Unidos fue favorable al Paraguay, al que se le adJttd.Ko en su totalidad el el que se estableció como línúte norte-sur, hasta el paralelo 52° de
territorio litigioso, pasando, en consecuencia, a su jurisdicción, !a loca- latimd, la Cordillera de. los Andes, corriendo la líuea por "las cmn-
lidad de Villa Occidental, hasta entonces en poder de la Argentma. bres más elevadas que dividen aguas" y pasando "por entre las ver-
tieittes que se despreudeu a uuo y otro lado". La zoua de Tierra del
825. La cuesrióu de línútes más importante con el Brasil se refería .a Fue¿,ro se divídió en dos partes por tma línea vertical que partía de la
tUla parte del territorio ocupado ;n su tiem.ro por las misiones jC:tútt- boca este del Estrecho de Magallanes, el que, a su vez, quedaba neu-
cas (§ 255), y el conflicto provema de la ant:lgua pugna entre espanoles tralizado a perpetuidad.
y lusitanos. Luego de algunas ~rion~ ~~ru~tuosas, ambos p-aíses p~­ Dice SANz que al aplicar sobre el terreno la lútea convenida surgieron
curarou robustecer su respecttva postctmL, mstalaudo Brasil colomas grandes dificultades. "La pugna de los dos grandes principios sustenta-
militares en esa región y creatill.o la Argentina el terrj-W:W nn-c.io~ de dos como fimdamento de las lúnites -las altas ctunbres y el divortio
Misiones. En 1889, por último, se convino, de no extStlr aveiumt~to, aquarum-, que constituyó el te1na ftwdatneutal eu las negociaciones
en someter la cuestión al arbitraje del presidente de los Estados U rudo:'. diplomáticas de los acuerdos, resurgió y, por momentos, en ténniuos
El laudo de éste, dictado eu1895, fue ampliamente favorable a la tesiS de gran viole11.Cia". "'Si en la zoua ceutral de la cordillera ambos priuci·
brasileña. pios coincidían sobre el terreito, eu catnbio, uo ocurriría lo mismo en el
sur, dmill.e los ríos que desembocat1 al Pacífico "'han avan7...ado sus cabe·
826. La frontera ntestionada con Bolivia abarcaba tres zonas: Tarija, la ceras por erosión regresiva hasta el faldeo orieutal, capturando los to-
Plwa de Atacatna y el Gran Chaco. Luego de munerosas gestiones, el rrentes que desceudíat1 por esa ladera hacia el Adán.tico e iucorporándo-
10 de mavo de 1889 se celebró el convenio que pernútió alcattzar la los a la pendiente del Pacífico". De allí que en esa regióulas altas ctun-
solución. E.t
territorio de Tarija fue defuútivamente otorgado a Bolivia bres no dividían las aguas.
(§ 512), y ésta cedió la Puna de Atacama y renunció a sus pret~tsi?u~ Ello provocó nuevas desavenencias, crecientes tensiones y hasta se estu-
sobre parte del Chaco. Si bielt se ha afirmado que el tratado stg¡úfico vo muy cerca de llegar, eu 1902, a la guerra entre los dos países. Sin
una transacción, SANZ sostiene que ello no es exacto, pues "'en ~~t embargo, la cordura finalmente se impuso, y la solucióu llegó a través
medida se operó uua cesión de territo~io :rrgentiuo" al ceder a Bol~v1a, del principio por el que el ámbito de acción de la Arge11tiua era eu el
además de Tarija, otros territorios que ~nd~~ut:tblemente pertenec~an a Adáutico y el de Chile en el Pacífico, esbozado ya en el protocolo del
la Argentina de acuerdo con el uti f!JSsidetis JUrtS,de 1810. C~~ señalar 1 de mayo de 1893 y afmnado en los pactos de mayo, suscriptos el28 de
también que, al aplicarse el c.onvemo, se tropezo con un seno mconve- ese mes de 1902. Eu esta oportwúdad tJmbiéu se acordó la limitación
uiente, pues desde varios aúos atrás C~le ocu~aba la Pmta de Atacama. de armamentos, debieudo cada _país conservar las fuerzas necesarias para
Estas y otras difictdtades de deutarcanón efectiva de la froutera pr<:>mo- la defensa de sus respectivos ámbitos de acción. SostiC1le SANz que esta
vierou uumerosas tratativas, hasta resolverse en 1925 las cuestiOUCS estipulación "trasciende a tuta mera fórmula de lúnites y se eleva para
peudieutes. concretarse en tuta directiva orientadora de tma _politica", quedando
. desde entouces concltúdas las cuestiones fimdatneittales con Chile.
827. Los problemas linútrofes más complejos se hatt suscitado a través No obstaute, la tarea demarcatoria de la frontera continuó a través de
de la extensísima frontera que separa nuestro país de Chile. Esos pro- ~las décadas siguientes (§ 1049).

'"
M.il.NllAI. DE HrSTORl-11. DE LAS INSTITUCIONES A.RGEI'<"TTNAS LA POLÍTICA EXTERIOR '
1
828. Con el Uruguay, las cuestione'> linút:rofes se han referido a. los ríos hijos residentes en el país, y al reconocllnien::o ~e la deu?a contraída
de 1~ Pl~ta y ;?ruguay ~n 1910 se fmnó un protocolo en el que se por las autoridades espaímlas en el acutal terntono -argentmo at1tes del
cotlSlguo que la navegactón y uso de las aguas del río de la Plata conti- 25 de mayo de 1810.
nuarán sin alteración, como hasta el presente". Esta indefmkión planteó Producida la definitiva tmiónnacional, después de Pavón(§§ 703-704),
problemas y dio lugar a incidentes, hasta que, luego de un intenso traba- se acordó entre los gobiemos espafml y argentino un nuevo tratado,
jo diplomático, se alcanzó la solución en el Tratado del Rio de la Plata suscripto el21 de setiembre de 1863, que no hizo más que repr~uc~
celebrado enl973, cuya originalidad consistía en que no fijaba m1lúni~ el anterior con la sola modificación del artículo referente a la nactonah-
te en el río, sino que estableció un estatuto para el uso de sus aguas, dad y el agregado de tm preámbulo explicativo. Se dispuso entonces
firera del área en la que cada Estado ejercía la jurisdicción exclusiva. que la cuestión de la nacionalidad sería regida en cada país po! las cons-
Con respecto al río Uruguay, existía hastal916, dice SANz "tul modus tituciones y leyes pertinentes, zanjándose de este modo las dificultades
vivendi, respetado por las dos naciones, segtin el cual la di~ria pasaba qtte ofrecía la aplicación del criterio anterior.
por la lúrea del canal que navegan los buques de mayor calado, hasta
que estudios técnicos posteriores llegan a la concltt'>ión de que en nu- 831. La. gran masa de llunigrantes europeos llegados a nuestro. país e;t
merosos sectores del río el canal más profimdo era distinto del balizado la segmtda mitad del siglo pasado originó algtmos problemas dtploma-
hasta eutonces". El acuerdo definitivo se alcanzó enl96L ticos que, como en el período anterior(§§ 516 y 518), fueron afron~­
dos por el gobierno -argentino con un alto concepto de la soberama
829. Relaciones con las naciones europeas. ALBERDI decía en Bases: nacional, rechazando la pretendida injerencia de los diplomáticos ex-
"Nosotros, l~s que nos ~amos americanos, no somos otra cosa que tranjeros. . .
europeos nactdos en Amenca (...).Con la revolución americana acabó Enl872, varios colonos ingleses radicados en el sur de la p~ovutcta de
la acc~ón de la Europa espaíml~ en este contitlente; pero tomó su lugar Buenos Aires reclamaron por los daños que les habían ocastotMdo los
la acnón de la Europa anglosaJmta y francesa. Los .unericanos hoy so- n1alones iudígenas y solicitaron la intervención del represeutaute diplo-
mos eun;>peos 9ue hemos cambiado maestros: a la iniciativa española, mático de su país, quien promovió gestiones ante el mitllstra de relacio-
ha sucedido la ruglesa y francesa. Pero siempre es la Europa la obrera de nes exteriores, doctor CARws TEJEDOR. Rechazó éste la intervención
nuestra civiliza~ión ( ... ). Es tiempo de reconocer esta ley de nuestro diplomática y sostuvo que los extranjeros radicados en el país se halla-
progreso arnencatm y volver a llamar en socorro de nuestra cultura ban sujetos a las leyes locales, y debíau recurrir, en todo caso, a las
incompleta esa Europa que hemos combatido y vencido por las armas autoridades argentinas y aceptar las resoluciones de éstas. .
culos campos de batalla, pero que estamos lejos de vencer en los cam- En 1876 con motivo de un conflicto suscitado entre el gobterno de la
pos del pensamiento y de la industria". El desarrollo vertiginoso de la provll1ci~ de Santa Fe y la sucursal del Banco ~e Lo~~s e~~b~ecida eu
inmigracióh europea y la estrecha vinculación económica y cultural con Rosario también ll1tervll1o el repre~>entante d1plomattco bntamco, pero
los principales países del Viejo Mlli1do dieron expresión práctica al emm- su acti~d fue doblemente redlazada por el entonces ministro de rela-
ciado alberdiauo. ciones exteriores doctor BERNARDO DE IRIGOYEN. Éste sostuvo, en pri-
mer lugar, que q:Uenes se creían perjudicados te~úau a su disposición la
830. Uno de los actos más significativos de este período fue el recono- vía judicial para hacer valer sus derechos. Ademas, afirmaba que el.Ban-
cimieuto de la independencia por parte de Esp.úta, efectuado ya en el co de Londres era una sociedad atlÓnima, autorizada por el gobterno
tratado suscripto el29 de abril de 1857 en Madrid, que no fue ratifica- argentino a funcion-ar en el país, formada por capitales y no por perso-
do, y confirmado defnútivamenre en otro acuerdo celebrado el 9 de nas. Carecía, en consecuencia, de nacionalidad y del derecho de acoger-
julio de 1859 ·.En ambas ?portwúdades, JUAN BAUI1STA ALBERDI ejerció se a la protección diplomática extranjera.
la representación del gobtenm de la Confederación Argentina.
La celebración de estos tratados suscitareu resqtremores políticos con el 832. La más conocida actiu1d argentina en defensa de la soberatúa te-
Estado de Buems Aires, entonces separado de la Confederación(§ 696), rritorial fue la asmnida en 1902 con motivo del ataque conjunto de
Yademás provocaron concretas observaciones por las cláusulas relativas Alemania Gran BretaÍ1a e Itali:.t contra Venezuela. A raíz de la guerra
al mautenimiento de su nacionalidad por parte de los españoles y sus civil desa:ada en este país, varios súbditos británicos, alemanes e italia-

5%
J.iANt TAL DB HISTORIA DE LAS lNSTITUClONBS ARGENTINAS
La POLtr!CA EXTERIOR
nos reclarnaron al gobieruo local por los daúos personales y patrimo- tCllida a1.111 -t."Uando e11 1917 varios países americanos e11traro11 en la gtte-
niales sufridos. A ello se sumó la insolvencia del gobierno venezolauo rra, apoyando a los aliados.
para ateuder el pago de la deuda pública. La ,neutralidad observada dificult~ la posición de la Reptíblica des-
Las tres naciones euxopeas promoviero11 actos de fuerza, bloqnearon La ~es de la guerra, cuaudo se constttuy61a Sociedad de Naciones, des-
Guayra y Puerto Cabello, efectuaro11 bombardeos y apresaron algunas tillada a establecer el11uevo ordenarniento internacionaL Con todo
uaves venezolanas. Alemania había connuúcado al gobierno de los Es- e11 esta emerge~tcia,. e~ presidente YRIGOYEN se opuso tenniuante:
tados Unidos que los procedi.mie11tos en lliug{m caso tendrían por ob- 111e11te a cualqm:r dlStlll.!?o. ~utre los países beligerantes y 11eutrales,
jeto "la ad~1uisicióu y la ocupación perwanente del territorio veuezola- Y so~tt~vo que, ~m la adnus10n de todas las naciones, la Arge11tina 110
no". El presideute estadounide11Se THEODORE RoosEVEIT aceptó el tetn- pod1~ m:ervetur eu el nuevo organismo internacim1al, que se hizo
penl!l'!eUto al manifestar que "'no g-arantizamos a ning{m Estado contra efecttva mtegmlme11te en 1933.
la represió11 que su tnala conducta pudiera excitar, cou tal de que dicha
represión 110 asuma la adqt.Usición de territorio por una potencia no 834. La política contin~n.tal. Si. bien la vinculación económica y
anrericaua". ct.dtttral co11 Emupa ~bm nnpe~do en la segtmda mitad del siglo
El miuistro de relacioues exteriores argeutino, doctor Lms MARIA Xl~ 1.~1' mayor y efecttvo acerca1rue11to con los países americanos, se
DRAGO, e11nota a nuestro representante diplomático en los Estados advu.tto a fmes de esa CC11turia el deseo de l'CaJ.lUdar y estrechar estas
Unidos, lúzo saber, con fecha 29 de diciembre de 1902: "Lo lmico relac1o11es. Muchas de esas iuquientdes se fueron candlizaJ.1d 0 a tra-
que la Repüblica Argentina sostiene y lo que vería cou gran satisfac- vés de l~s conforencias interamericanas, la primera de ellas celebrada
ción cousagrado con motivo de los sucesos de Veuezuela, por t.ma en Washington en 1889. En las confere11cias iniciales la desconfiau-
nación que, como los Estados Unidos, goza de tan grande autoridad za y el recelo hacia la política expansionista de los Estados Unidos
y poderío, es el principio ya aceptado de que 110 puede haber expan- provocó 1.111a rígida posición argeutiua, que fue brillaute1nente ex-
sión territorial europea e11 América, ui opresión de los pueblos de pu:Sta en la primera de ellas por los representaJ.1tes ROQUE SAENz
este Contiueute, porque t.ma desgraciada situación fmanciera pudie- PEN~ y MAN?EL QuiNTANA. Paulatiuameute pudiero11 cristalizarse
se llevar a alguno de ellos a diferir el cumplimiento de sus compro- medtdas tendte11tes a estrechar los vínculos, obtener l.Ul conodmien _
misos. En una palabra, el principio que quisiera ver reconocido, es t? ,recíproco, fijar principios de convivencia, facilitar la comunica-
el de que la deuda pública tW puede dar lugar a la intervención arma- Clon y promover el desarrollo eco11ómico y ctdtt1raL
da, ni menos a la ocupacWn material del suelo de las naciones americanas
por una potencia europea". El gobierno de los Estados Unidos, al re- 835. A p~iucipios del siglo XX el sur del co11tiuente tt1vo eh Brasil y eu
cibir la pertinente conlt.uticación, no modificó su posición. l~ Argetltllla.a dos fu~ poderosas que se disputaban la hege1n01úa.
La doctrina Drago, parcialmente consagrada e11la Segt111da Conferencia S! ya era atltlgtta la dtsputa e11tre estas dos 11aciones (§§ 507-510) lo
de la Paz ret.mida eu La Haya (1907), fue admitida en el ámbito ameri- Cierto es que en la .Primera década del siglo la lucha por ellideraz;g; en
cano eu la Confere11cia !uteramericana de Consolidación de la Paz (Bue- esta parte del contmente adquirió contomos tales que en detenniuado
nos Aires, 1936) y en la Carta de la Organizacióu de los Estados Ame- momct1to pareció desembocar en uu conflicto an11ado. La carrera ar-
demos (Bogotá, 1948). Seg{m CoNa PAz, "su valor residió e11 consti- ntatneu~sta y el deseo de captar la buena vohmtad de los países 1UC110 _
ttúr la más formidable advertencia contra la penetracióu imperialista en r~s consnmy~ron aspe~tos drarnáticos de t.uu verdadera guerra fi:ía que
América". so~o se atenu~ ~ ast.mur ROQ~ SAENz PENA la presideucia de la Rept.Í-
bh~a, 11o volVIe.udose lll.lllCa mas a repetir. El hecho debe ser enfocado
833. Fue también signo de la independencia con que se desenvolvió la teme11do en cuenta q~te en esa época tanto uno como otro país se eu-
política exterior, la actitud asumida por el gobierno argen.t:ino con mo- contrabau eu la ple!untd de su poderío rnoral y material, siendo esa
tivo de la Primera Guerra Mm1dial (1914-1918). La decisión del presi- fue1:a interua el estímulo que los la1u:aba a la lucha por la prlluacía
dente VIctORINO DE LA PLAZA de mautener la neutralidad, ft.te continua- conuueutal.
da con mayor frrmeza por su sucesor, "HrróLrro YRIGOYEN, puesta a
prueba a través de varios incidentes diplomáticos con Alemania y man- 836. La posidóu del presideute YRIGOY&"< fue contraria a aceptar cual-

59S
"'
MANUAL DE ffiSTOIUA DlliA~ INSTITUClONllS ARGENTINAS

quier supremacía o tutclaje entre las uaciones del Continente. Ello se


evidenció al opone:se a la ratificación del tratado celebrado en mayo de
1915 ent;e Argennna, Brasil y Chile (conocido como el A.:B.C.), del
que surgta Ull acuerdo entre esas naciones para ejercer conjuntamente Capítulo XXXII
su mayor poder en la soluciÓ11 de los problemas políticos sudamerica-
nos. Frente a los Estados Unidos, sin perjuicio de consolidar los vú1cu-
los amistosos, ad~ptó, cuando lo estimó necesario, actin1des que reve-
laron .su fi.rlneZa e independencia de criterio. Ello se puso de manifiesto,
por eJemplo, cuando ordenó a un buque de guerra de nuestra armada La conquista del desierto. Ll Patagonia. El Chaco.
saludar el pabellón dominicano en momentos en que esta nación era Inmigración y colonización. Llley 1876.
ocupada por fuerzas norteamericanas. El desarrollo ferroviario.

La conquista del desierto <1l


837. Bajo la denominación de "conquista del desierto" se conocen
las luchas libradas especialmertte en la segunda mitad del siglo XIX
para obtener el efectivo dominio sobre extensos territorios de la
República que aún permanecían en poder de tribus indígenas, de
cultura inferior, que acechaban con sus incursiones las ciudades más
próximas a las líneas de frontera. La ocupación de esos territorios,
tanto en el sur, la Patagonia, como en el noroeste, el Chaco, resulta-
ba vital para los intereses del país en mta época de gran expansión
económica y progreso material.
Se advertirá que la consideración del problema del indio había variado
notablemente desde las leyes prote<:toras del siglo XVI hasta la nueva
actitud que parece prevale<:er en esta época. El cambio obedecía ett parte

( l) Act.DEM!A NACIONAL DE U ilrsrORIA, Congrtso Nadon4/ sobre la C¡mt¡uista dd Desierto, B=nos


.Al.=, 1980, 4 romos. Se reúnen 164 monografias sobre los m:is dive1ws upecros de e$t:l empresa;
JosE Ma,Ruca, su J>ida., su obra, BUC1lw Aires, T.1, 1960; NESTOJ. ToMASAUu,La ocuptJtWn del
esp¡uioPIUiQ: de la frontera ittte:ritff a la frontera ~rterifff (187(}.1910), GUSTAVO Fa lt.Alll y EZEQIJ!EL
GAllo (compiladores), LaArgenrina del m:hn!ta ..., op. cir. ~n nota (1) dd cap. XXIX; Mu.rroN
GONZÁI.Ez,El Gmn ChiWiarJ!fflffllo, Buenos Aires, 1890; CMi.LOS Hu.as,Prnidmda deAI'd!ant:da,
H.A.C., Vol. l., lra sec., 1963; RlCAli.DO M. Q¡¡:m;, Histuria wmúmica de la Argentina, Buenm
Aires, 1955; PASCUAL R. PAEsr., S.D.B., Influencia dd ambiente histórico m 1M formas de
evange!izad6n de los indlgenas patagónicos en 1879, A.t. V., 1961; MóNICA QUIJ..\DA, La
ciudlJdanizaciiín dd 'indio bdYbaro'. lWitiros oficiales y ofo:iiJsas hada la población ind(gena d~ La
Pnmpay laPmngonia.1870..1920 enR.I., n° 217, 1999; Aumrro D. H. SCUNio,La ctmquistatfd
Chaco, B=nos Aires, 1972; DlOISlSlO SC!iOO LAsn.A, El indio del desierto, B=nos Aires, 1928;
}UAN CAB.LOS W AI.THF.R, La ctmquista del deiiert(J, 2da. Ed. Buenos .Aire$, 1964.
(la) LEvAGGJ (coord.),El aborigen ... , op. cit. nota 3 del cap. VIII; UvAGGJ,Paz m la frontera ... ,
op. cit. en nota 3 de cap. VIII; PEDRO NAVAA&O FLORIII., EJ 'saJMje'ysu tratamiento en eJ distum>
polltico aY!Jentino robn la frontera sur. 1853-1879; MÓNICA Qun~~DA-, Repensando la fron~mt sur
aY!Jmtina: umupro, rxmrmiM, rxmtinuidades y dimmtinuida.des de una reahdad espacial J étnica
(siglO! XPTIFXIX) en R.1. n" 224, 2002.

601
MANVAL Df! HISTORIA DB LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS LA CONQUISTA DEL DBSll.IR:t'O

a la idiosincrasia de las tribus indígenas que ocupaban esas regiones Y al desesperación en todos los hogares, y mostraba la imposibilidad de asi-
fracaso de las tentativas para pacificadas y atraerlas a la civilización cris- milarse a la vida del blanco. Por otra parte, el peligro constante del
tiana. Pero también era debido a una cierta despreocupación por obte- malón paralizaba las labores del campo y perjudicaba la economía.
ner esa asimilación como fruto del predominio de coucepciones mate- En 1810, la Junta Patria encomendó al coronel PEDRO A. GARCÍA la
rialistas. Esto ldtimo fue lo que posibilitó la couquista y ocupación .de inspección de la frontera y la realización de tUJ.a expedicióu armada has-
estas tierras eu fmn1a de operativo militar, frecuentemente con prescm- ta Saliuas Grandes para abastecer de sal ala CapitaL La memoria que
denda del problema humano del indígena. Hubo, sU~ d~Kla, e;:cepcio- presentó GARcÍA al gobierno potúa de manifiesto la deplorable situa-
ues, y así como en el Chaco se levantaron voces para asimila: alm~getta ción de la campaña y propotúa tm avance ofensivo sobre el indio, a fm
a la vida de las nuevas colmúas establecidas, eula Patagoma trabaJaron de garaut:izar la línea de la frontera y alejar el peligro de los malones.
en igual se.utido, cou tenacidad y eficacia, los sace~otes sales~anc~s. Nada se hizo por e.tttouces, preocupado el gobierno por problenus de
Finalmente se produjo en gran parte la Ílltegrac~ón d~ los mdtgettas mayor importancia. Prácticamente, la línea de frontera dura.tlte la pri-
como campesinos, peoues de estancia o de obn<Jes, nne.tnb~s de las mera década patria estuvo dete.túda en el río Salado, siendo Cltascomlts
fi.Je.tus armadas efectivos del servicio doméstico y otros destlllos. Así la población más avanzada. Carme.u de Patagoues, sobre el río Negro,
considera Móm~ QUIJADA que la gran mayoría de los habitantes de era un lugar desamparado y sujeto a los despojos de los rauqueles.
origen iudígena de la Pampa y la Patagmúa ha experime.tltado uua diso-
lución eu el conjuuto de la nacioualidad arge¡1tina. 840. En 1823, cuando ya se había alcanzado m1a mayor estabilidad
exterior, el gobiemo de Buenos Aires resolvió emprender la primera
838. La Patagonia. Dm·ante el período hispánico los ind~os del sur campaña contra el iudio. El gobernador 1\tL\RTÍN RonRÍGtJEZ avanzó la
arrinconaron a la población española eu una ;m~sta frau¡a so~r~ ~l froutera en muchas leguas, fimdando el fuerte Indepeudeucia sobre las
Río de la Plata y el Paraná. Hada 1810, los lmutes de la zona ClVl- sierras de Ta.t"ldiL Los resultados no fueron muy efectivos, pues la nueva
liuda"' eran: al nordeste, tma línea que salía de Luján y pasaba por población, sin mayores commúcaciones con la zona civilizada, quedaba
Salto y Pergamino; al norte, el río Cuarto y luego una lú1ea que aislada y sometida a las depredacioues del enemigo. Un año después,
pasaba por la dudad de Sau Luis y couduía en el fortín San Carlos, wta nueva expedición, al maudo del general RoNDEAU, llegó hasta la
en Mendoza; al oeste, la capitanía de Chile. Hacia el stu· de la pro- Sierra de la Ventatta, pero retomó sin fundar población. Estas incursio-
vincia de Buenos Aires se había formado una líuea de fortines que nes detuvieron a los indios y sirvieron para que e.tl 1825 se lograra
trataba de avanzar la frontera. celebrar la paz con ellos, por intermedio del coronel JUAN MANUEL DE
Las relacioues entre los hombres blaucos y las tribus indias eran varia- RosAS. ·
bles. Por momentos reinaba la paz, conseguida gracias a concesiones, En 1826 y 1827, el coronel RAUCH actuó contra los indios eula fronte-
dinero, alimentos y bebidas, pero e.u general la guerra asolaba los pue- ra y aseguró el dominio del gobierno sobre mta amplia faja de terreuo,
blos fronte.t·izos. Los malones erau el medio de vida usual de los rau- sin alterar en geueralla línea divisoria. Al aiío siguieute se llevó a cabo
queles. Las poblaciones y estancias cercanas a las :routeras ~rau Uwa~­ tUla nueva expedición auspiciada por el gobemador DoRREGO, quien
das, y allí obte.túau los indios el ga.ttado, que vendtan eu Chile; ademas, extendió la lú1ea de frontera hacia el oeste, fimdando los fbertes Federa-
cambiaban los cautivos por indios prisioueros y toda clase de artículos cióu (Junú1), Cn1z de Guerra (cerca de 25 de Mayo) y Protectora Ar-
cou que cubrían sus necesidades. gentitta (Balúa Blanca).
En 1833 y 1834, RosAS desarrolló su campana, ava.t1zaudo hacia el
839. Durante la primera década de nuestra vida iudependie.tlte persis- oeste y sudoeste de Buenos Aires, y reconociendo nna amplia zona que
tió la táctica conciliatoria que había prevalecido dura.t1te las postrime- iba desde más aUá de Balúa Blauca, llegaba hasta Médano Redondo y
rías del período lúspánico. Se consideraba a los indios como eleme.tttos coucluía en Canneu de Patagones, representando alrededor de dos mil
de posible adaptacióu a la vida civilizada, y por ello se trataba de 1~0 uovedeutas leguas cuadradas. Se recorrieron los ríos Negro y Colora-
irritarlos y de linútarse a contener sus correrías y pactar con ~llos. Sm do, y se asentó el domllúo de Buenos Aires sobre la isla Choele-Choel,
embargo, pronto se abaudonó esta política, ya que la indiada asolaba que la legislaurra ofreció e.tt donación a RosAS e.tl prenúo por el éxito de
sistemáticamente las poblaciones cristianas, sembraudo el terror y la la empresa.

602
603
MaNUAL DE HISTO!U,¡_ DE LAS lNSTITUC!ONJ';S ARGENTINAS I...t,. CONQUISTA DEL DESIERTO

84~. L~tego de la caída del dictador porteño, las derrotas infligidas por los malones, ui la zanja fue obstáculo suf1eiente para que la indiada
los indtos al coronel BARTOLOMÉ .Mn'RE y al geueral HoRNOs hicieron dejara de asolar las poblaciones ubicadas dentro de la línea de fron·
re~ceder la frontera hasta la lú1ea de 1826, es decir, casi al límite de la teras. Con astucia usaron mil formas para salvar la zauja. Una de
prunera expedición de MARTiN RoDRÍGUEZ. Tandil, Olavarría Alvear ellas consistía en amontonat: ovejas dentro de la misma y pasar cou
Bragado, Juníu, Rojas y Bahía Blanca quedaron a merced de la 'indiada' sus caballos por sobre los animales.
qu~ a;:acaba sin piedad las poblaciones. La superioridad del enemi~ El sistema de fmtines impott:aba la posesión de lugares esn·atégicos y
obligo a c~ebrar tma paz desesperada con los caciqttes más próximos a dificultaba la invasión de los malones, pero resultaba sumamente gra-
Buer~s Aires. Es;a paz "casi humillante", por la que el Estado de Bue· voso. Se mantetúan eu las fronteras más de 9.000 hombres, todos pa-
nos Aires conc~ta_grados militares a sanguinarios caciqttes- dke WAL· gos, y aunque los stteldos llegaban tarde o mmca, el presupuesto militar
~E~ - sólo se ¡ustificaba ante la situación por la que atravesaba la pro- alcanzaba sumas enormes. Por otra parte, más allá de los fortines, los
VlllCta segregada. indios se senúau segtu-os y contiuuaban vendiendo los arúmales, roba-
Las expedicio~es se s~cedieron siu mayores resultados y eu muchos dos en sus malones, a comerciantes chilenos, quienes les proporciona-
casos con ternbles baJas. En la presidencia de MITRE se celebró tma ban armas y municiones.
nueva _PaZ conl~ indios (1863). Dtu-a.ute Jos ai'íos siguientes se avanzó Muchos impacientes criticarou el método de Al..siNA y n·ataron infntc-
poco, mc~rponiudose algtUtas legtias en Sau Luis, Mendoza, ('..órdoba y ttiosamente de animarlo a dar "tm malón" a los iudios pan vencerlos
B~etlOS Aires. En esas provincias interiores se había desarrollado ram- dentro de stiS propias guaridas. Por esa época, ROCA, que era jefe de la
?te~ dtu-ante toda esta época una constaute lucha contra los malones comandancia de frontera de Cuyo, eon asientn en Río Cuarto, auotaba
mdígenas. en su libreta de apuntes: "Es necesario hacerles comprender a ALsrNA y
al Presidente que es sacando el honniguero como se acaba con las lwr-
84~. Durante la presidencia de NICOLÁS AvEI.L'\NEDA la sittución era migas, no esperando a cazarlas a éstas tul.a por tuu, cuando salg¡¡n de la
crínca. A la angustia económica producida por la crisis de 1873-1876 cueva". Pem el pmpósito de ALsiNA de ir ganando terreno por medio
(§ 884) seturicr:>nlas de_pre~ciones deliudio en la frontera sur y oeste, de lúteas sucesivas de fortines, hasta llegar al río Negro, que era la etapa
que _era necesano remedtar sm demora. Por otra parte, compre.t1día el fmal, se mantuvo inval"iable hasta 1877.
gobterno que la expansión económica del país estaba vinculada estre-
chameute. con la extensión y seguridad de su territorio, qtte no podía 843. RoCA sucedió a Al.siNA en el mitústerio de gtterra, y una de sus
~ru:dar SUJeto a las contingencias del malón ni a las transacciones coula pt:imeras preocupaciones tite la desn1.Kción total del peligro itulígeua.
mdtada. Convenció al presidente AVELLANEDA de la necesidad de emprender una
No ?ien se pacificaron los espírittiS luego de la revolucióu de 1874 luclu a fondo, abandonando el plan_ segtlido hasta entonces. El 14 de
lograndosda conciliación de los partidos en pugna (§ 769), el minis~ agosto de 1878 el Poder Ejecutivo envió al Congreso el proyecto de ley
de guerra, ADoLFO ALsiNA, emprendió la complicada tarea de concluir delineado por Roe.!\, a fin de que se votarau fondos para la empt:esa.
con el dorn.iuo del iudio eutruestro territorio. Se propmúa al Congreso abruulonar el sistema de las ocupaciones suce-
Se extendió ~Ul.a larga Huea de fortines qtte pausadame.t1te fue apoderán- sivas, que obligaban "a disemiuar las fuerzas nacionales en uua lútea
dose de las tierras en poder del iudio. Las fortificaciones estaban unidas dilatadísima y abierta a todas las incursiones del salvaje", que había
por tul.a zanja de tl-es varas de profundidad, media de aucho CJl el fondo demostrado "ser impotente pat·a gilxat1tizar la vida y la fortuna de los
Y d~ al nivel del suelo. Con la tierra lograda al cavar la zanja se cons- habitantes de los pueblos fronterizos, constanten1eute an1euazados". Era
~ua un parape::O a ftn de arrancar del poder de la indiada más de dos preciso "ir directan1ente a buscar al indio eu su gttarida, para someterlo,
nulleguas, que mgresaron eu el patrimoirio nacional y se tradujeron en o expulsarlo, oponiéudole en segtlida, no mu zanja abierta en la tierra
uuevas fuentes de riqueza. por la mat10 del hombre, sit10 la grande e insuperable barrera del río
A la :nuerte de ALsiN~ eu 1877, la situacióu podía calificarse de Negro, profundo y navegable en toda su extensión, desde el océano
prorrus,oria. ~os ind~os, desalojados más allá de Trenque Lauquen, hasta los Andes". No era ésta, por cierto, tma idea nueva. Recordaba el
~~hue y P~;, habtan comprendido que no podían disputar con Poder Ejecutivo que ya FÉLIX DE .A:LARA aconsejaba la ocupación del río
extto la poseswn de esas tierras a los cristianos. No por eso cesaron Negro eu épocas de la dominación hispana, y que durante la presiden-

ws
MANUAL DE HisTORIA DE LAS lNST!TllCION!lS ARGENTINAS
LA CONQUISTA DBL DES!BRTO

cía de MITRE este lúnite quedó consagrado por ley de la Nac~óu (1867), la exploración del territorio, debiéndose seúalar los lugares más conve-
sin que los avances sucesivos realizados hasta eutonces hub1esen alean· nieutes para fuudar colonias.
zado esa 111_eta. La frontera natural del río podría ser guardada con po- El platl operativo de RoCA preveía el avauce sitmdtáneo de cit1co co-
cos hOJ.nbres, 1.500 o 2.000, en tanto en ese momento se_ ocupa~an ltunnas, que ""barreríat1" la pampa y desalojaríatl o destruirían los focos
gran número de soldados y oüciales sin logr_ar res1útados sattsfact~m_os. de indios que se hallarru1 a su paso, para evitar que quedasen "euemigos
Se[Waba el mensaje que debía teuerse espeCialnte.tlte eu cuenta elmt.te· a retaguardia".
mcuto considerable que tomaría la riqueza públic~ con ~1 aumento de Eu la expedicióu ibau cieutificos, sacerdotes, y hasta uu periodista y uu
todos los valores. La población podría extend~rse Slll ~hgro sobre v~­ fotógrafo. El 24 de jmúo RocA llegó a Choele-Choel y orgatúzó con
tas phuúcies, y los criadores obtendriau an~~lias extens1o~~s para ~edt­ todo éxito la línea de frourera del río Negro, a cuyo freute quedó el
car al trabajo productivo, bajo la protecC10n de_ la ~aCion. Por o~a corouel CoNRADO VILLEGAS. Se habían conquistado 15.000 leguas cua-
parte, la c:ampaúa programada f~cilitaria 1-a,colomzaClÓU d~ gran c_antl- dradas, y el gobierno ejercía efectiva soberatúa sobre ese territorio.
dad de leguas cuadradas, que se mcorporanat~ por ese_ med10 a la nque-
za lllKiOlt<ll El núuistro hacid saber que habta rec?rndo esos l~gares Y 845. ROCA había advertido que la coyuntura internacional favorecía la
que se trataba de tierra fértil, apta para ganadena y auu agrtcultnra, radicación de capitales. Iugleses, franceses y hasta alemaues· podríau
mucho de ella con enormes montes de excelentes maderas. eucoutrar interesaute hacer itwersiollC$ productivas en nuestro suelo,
La importauc:ia política de la o~ración era evid,eute. C~ile ma11t~- sobre la base de su llune.t1sa riqueza agrícola-ganadera. Pero para tener
1úa pretensiones sobre la Patag01ua, y nuestro pa1s n?,tem~ ~1 doiru- esas iuversiones era preciso ofrecer m1 pru1orarna de segUiidad iuterior,
nio efectivo de esa a1nplia zona. Luego de la operac~O~l nlü1tar pro- siu problemas cruciales, como era la ause.tlCia de autoridad 1lilcional en
yectada, el gobierno argentino podría rechazar cou ex1to. as I:~etcu­ el atnplio territorio patagó1úco, disputado por Chile y asolado por sal-
~ioues chilenas, porque mejoraría sus títulos con la donunac10n to- vajes, que eutorpedau las aspiraciones econónúcas y ctdturales del país.
tal de la zona cuestionada. Terminar con ese problema fue tmo de los hechos más importantes de
Y, por ftn, se seítalaba que la preocupación m~s importaute de 1~ campa- la presidencia de AVELLANEDA. Su gestor, Roa, se reveló como un sol·
úano era alcmzar el río Negro, sino no de:¡ar tul solo enenugo en el dado cou clara visión de ñtttrro, pues la couquista del desierto se debió
desierto que se prete.t1día conquistar, sometiéndolos, l~utándolos,o ex- .
a su fe v decisión. No sólo en el campo se libró batalla·' también eu el
pulsándolos más allá d~l río. De esta m~er~, el trab~Jado~ p_odna p~­ Congreso fite necesario ve11eer a diputados y senadores, quienes escu-
blar las pampas siu peligro .Uguno, y elmd10 quedana redmdo eu las charon de boca de RoCA las razones que les movieron a votar la ley que
reservas que le coucedería el gobiemo. . ., autorizaba y financiaba la catnpaíta. ·
El Congreso prestó acuerdo al proyecto, que_ de esta ~om~a se COllVlt~O
en la ley 947 de octubre de 1878. Se autorizó al E¡ec~1:1vo a, llevar la 846. El Chaco. Largas y mdas luchas demaudó también la couquista
frontera con el indio hasta lo$ ríos Negro y Neuquen., unputandose el de la exte11Sa parte uoreste de nuestro actual territorio, conocida b-ajo el
asto al producido de la venta de las tierras públicas que se obtuviesen nombre de Chaco. Comprendía la ZOllil ubicada al occidente de los ríos
1110
~~ consecuencia de la catnpaúa, y fijándose nuevos línútes pat-a las Parru1á y Paraguay; al oriente del río Salado del Norte y la cordillera
provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdo~a, Satl Lt~s y Me~1doza. chiriguatlil, al sur de los ríos brasilefios Pirapití y Otuqtús y al norte de
Para completar las disposiciones de esta ley; d1as despues se creo la go- la conflue11eia del Salado del Norte cou el río Paraguay
bernacióu de la Patagouia. La región, caracterizada por su suelo, vegetación variable y dinta sub-
tropical, fue habitada por varias commúdades indíge1lils. Los tres priu·
844. Imnediatatnente se iniciaron las operaciones. RoCA ord~1Ó _a las cipales grupos eran el charrúa, el mataco-metaguayo y el guaycurú, siendo
fuerzas de las fronteras mlil batid-a general de la pampa. Desde ¡uho de los dos últimos típicamente chaqueúos. De los guaycuriies se destaca-
1878 hasta enero de 1879 más de veinticinco expediciones preparato- rou por su superioridad los tobas, abipoues y mocovíes. Estos iud{ge-
rias se interuaron con ese propósito. También se dispuso comblllilr la uas erau uómades y considerabau el Chaco c01no suyo, al punto que
operacióu militar con la coloniz-ación efectiva de ;mtb~s ~árget~s del celosanrente lucharou en defensa de su territorio. Al igual que los iu-
río Neg.fo y tierras adyacentes. A tal fm se encargo a tecmcos militares dios del sur -aunque sin la gratl habilidad de éstos- orgmúzabatl malo-

606 607
lNMlGRAC!ÓN Y COLONIZACIÓN
AfANUAL DE IIISTORIA DE LAS lNSTITUOlONES .J\RGllNTlNAS
ción política y admitllstrativa. Se creó entonces la gobemac~ón del Ch~­
nes a caballo para robar g-anado y destruir lo que encontraban a su paso, co, y en 1884, al organizarse los territorios nacionales, aquélla se sttbdt·
y luego desaparecían rápidamente valiéndose de la espesura de los bos- vidió eu dos: la del Chaco y la de Formosa (§ 801).
ques y de otros accidentes del suelo que conocían admirablemente. En una época de creciente desarrollo econónllco y de ~ra1: coo:fianza_en
Tanto las características geográficas como humanas de la región dificul- el progreso material, la conquista de tan extenso temtono fue segmda
taron el dominio territorial por parte del hombre blanco, el que sólo de tUl rápido aprovechamiento de su suelo. En 1890 MarroN GoNzA-
pudo defmitivamente conquistarlo y colonizado durante el siglo XIX.
LEZ publicaba una obra destinada a presentar las bondades de esta Z01~a
y seflalaba la riqueza de la tierra, apta para el ganado que se reproducl<l
847. En el siglo XVII los espaímles llegaron a introducirse y dominar "en número, t.uruú10 y precocidad no conocidiiS en otri\S regiones". Luego
parcialmente esta vasta región, pero a partir de la destrucción de la
de indicar el aprovechanliwto que podía hacerse de los Um1.ensos bos-
ciudad de Concepcióu del Bermejo (1631 ), se abandonó en gran parte
ques frondosos, expresaba que el Chaco "será así convertido en campo
la iniciativa conquistadora. Sólo a fines del siglo XVIII, y gracias a tma
fecundo de actividad y movimiento y entrará con todo su poder a ser
lú1ea de fortines y a un pacto con los indígenas, se consiguió preservar
factor en el gran progreso material de la República Argentina".
la seguridad de las ciudades y poblaciones del norte y noroeste de uues-
tro actu.U territorio, contra el latente peligro de los malones. T:ampoco
tuvo mayor éxito la labor evangélica que desarrollaron los jesuitas. Va-
rios de elle& fueron mártires de la fe. Inmigración y colonización (2)
Las luchas emancipadoras y las guerras civiles desguarnecieron las fron-
t~ras interiores. Al mismo tiempo, los indios fueron estimulados para 849. Desde tm comienzo, los gobiemos pan·ios se preocuparon por
intervenir en las contiendas políticas, y algunos caudillos se sirvieron de fomentar 1il inmigración y colonización en nuesn·o ,territorio. El_decre-
ellos. Reaparecieron así los trágicos malones, que afectaron con. sus co- to del4 de setiembre de 1812 (§ 625), que protegta a los extr<lllJel-os Y
rrerías y depredaciones las provincias de Corrientes, Córdoba, Santiago sus familias que vitliesen a trabajar y nllrivar los ounpos, dánd~les tie-
del Estero, Salta y muy principalmente, Santa Fe. Las autoridades pro- rras en propiedad, inició una larga serie de disposici~nes rend1ct1tes a
vinciales quedaron a cargo de esas fronteras, y su actividad no siempre estimular la corriente imnigt·atoria para despertar as1 las fi_¡entes pro-
pudo ser eficaz. dttctoras del país. . .,
RIVADA'illA fue mm de los rrús decididos en Iow:ar la radtcacwn de tra-
848. Esta situación --dice Sct.lNJo, a quién seguimos en este tema- em- bajadores europeos, y a su gestión s~ ~;bie~n ~s pr~neras ~lo1~as._ En
pezó a superarse cuando en 1858 el gobierno de la Confederación dis- 1824 se creó en Buenos Aires la common de tnmtgracWn y al auo stglllen-
puso restablecex la lú.tea de fronteras y fuertes sobre el Chaco y estimu- te se dictó tm reglamento destinado a esos fines. Sit1 embargo, todas
lar la población blanca en esa 7..ona. Pero sólo después de la tmión defi- estas medidas no pasaron de ll1tentos más o me110s infruct_tl~?s, Y po_-
nitiva (§ 704) y de concluida la guerra con el Paraguay(§§ 820-822), cos fi_1eron los resultados obtcrlidos. Enl830, RosAS suprumo la comt-
pudo empezarse tma sostenida acción nacional para llevar a cabo la sión> argmnentando su poco éxito.
conquista militar y la exploraciÓtl técuica y científica del vasto territo-
rio. Varias expediciones lo recon·ieron, a partir de 1870, en pennanente 850. La necesidad de poblar el itunenso territorio fue nuevamente plan-
lucha con los indomables indígenas, y sólo con la gnu1 campaña de teada enl852. ALBERDI decía en Bases que "los gobiernos a.rnerica¡tos,
1~84, que dirigió personalmente el ministro de guerra, general B:&'<JA- como instiUlción y como personas, no tiencrt otra misión serú por
MIN VrcroRICA, quedarml concluidas la conquista de más de 5.000 le-
guas cuadradas de territorio y la incorporación de muchos indígenas en
la vida laboriosa de las nuevas poblaciones y colonias establecidas. No
obstante, debió continuar durante largo tiempo la acción de penetra-
ción y sometinliento del indígena, siendo necesario manteuer las fuer-
zas de seguridad para preservar a los nuevos pobladores.
A~inUsmo, a partú· de 1870 se empezó a dar a la región una organiza-

608
MANtTAL DE HISTORIA DE LAS INSTITUCIONES AltOEN1TNAS
INMIGRACIÓN y COLONIZACIÓN

ahora, que la de fonnar y desenvolver la población de los terri~orios de Clúvil~oy; ~r~.e~es, Bahía Blattea y Nueve de Julio Wiciarou tm proce~
su mando"'. Esa población debía fonnarse con el trasplante vtvo de la so de wl~tuza.uo.n qu~, en gene~al, 1~ ttl~? mayor éxito. La provWcia
mejor civilización ctuupea, pues "cada cttropeo que viene a nuestras se ben~uó, ~1 t.:.unbt.o, con la umugracton espontánea, que elevó la
playas nos trae m.ás c-ivilización en SllS hábitos, que luego comunica a supetficte
. 1 · ctdtlvada
1a LO ·, . . , sorprendentes. En el resto de las provulCtas,
a cifras · ·
nuestros habitantes, que muchos libros de ftlosofía"'. Para arraigar los Otuzaaonno revtstlo cara~terísticas relevatttes.
hábitos de orden, disciplina y de industria había que traer gente con
esas cosuunbres, pues "'ellas son pegajosas; al lado del industrial ctuu- 853. La ley de 1876. Com? ~eñala GASTÓN GoRr, hasta. la presidencia
peo, pronto se forma el industrial americano". Agregaba ALBERDI que de ~';iLI.ANEDA IM caractenstlcas generales de la colonización e inmi-
"la planta Je la civilización no se propaga de senúlla sino con extrema grac·t~n. estaban deternú.t1.ad~ por iwuu~terables proyectDs oficiales y
lentitud. Es con1o la viúa, que prende y cunde de gajo". De al:ú su lema parhc~dares, Y por gran c~1~dad de medtdas estatales, que no siempre
tan divulgado: '~n América, gobernar es poblar". produJ~ll rest~~ados posttlvos. "Las más variadas proposiciones pri-
vadas -d1ee- asl?uat1 a ser factores de progreso, y las solidtt1des de tierra
851. Con el período C011StiUteional comet1ZÓ la efectiva inmigración y con fmes colomzadores acu~en a las oficil:tas públicas como si el país,
colmúzación europeas. El art. 25 de la Constitución de 1853 decía que e~1 tmmonrento dado, ~tu~tese absorbido por la fiebre de negocios eu
"el Gobieruo Federal fotnentará la inmigración ctlrOpea; y uo podrá tierras? ~1los ~ales la umugración jugaba uu papel fundamental.l'
restringir, linútar ui gravar con impuesto alguno la entrada en el territo- Ll. acnvtdad pnvada superó ala pt~blica, y no fueron raros los negocios
rio argentino de los extranjeros que traigan por objeto labrar la tierra, fraudulentos tom.ando como base ilusorios proyectos de e 1 · .. · '
El ·d o omzauon.
mejorar las industrias e introducir y et1SeÍlar las ciencias".
·pres1
· ente
d AVELLANEDA
· tetÚa ideas claras sobre lama~~ . 5·teu do
.....na.
Con legislación tan generosa, fácil resultó atraer inmigrantes, a quienes lllllUStro e gobtert~o ~ie ADOLFO ALSINA (1866-1868), había desa-
les tentaba, además de la benigtúdad· de las leyes, la feracidad de nues- rrollado en la provmcta de Buenos Aires fecunda Iabo.t; iniciando
tras tierras y la gran demanda de mano de obra. una etapa ~e ve:dadero fomeuto del régimen agrícola. En1875 des·
de la prestdencta de la Nación, consolidó la colotúa galesa ubicada
852. Las provilteia..s que mayor UnportancÍJ. dieron a la colmúzación de :n
de~de 1865 el Chubur, entregando a los colonos 100 hectáreas l
mas ~e. las 2:, q~e ya poseían, con facultad para cada tmo de ellos de
1
sus tierras fuemn Sauta Fe y Entre Ríos. En ht primera, el contrato
celebrado por el gobierno con AARóN CASTELLfu"'OS pernútió la funda- adqumr 40? mas: a$ 2la hectárea, pagaderos eu 10 atíos. En jtdio de
i
ción de la colotúa Esperanza, de grau significación para el progreso 1876 or-?at~tzó la colotúa Caroya, cerca de Jesús María, en Córdoba, !
agrícola de la zoua. URQUIZA apoyó desde el gobierno nacional esta que habta stdo donada al Estado Nacional. Por fJ.J.I, el19 de b 1
colonización, solucionando los problemas económicos por los que atrave- de 1876 se dictó la ley general sobre llmúgración y colonizac~ ~~t~~ 1 !
saba. Muchos fueron los contratos celebrados en Santa Fe, al punto de se con()ce cot}tO ley Avellaneda. '
cubrir el 28% de toda la extensión de la provincia. En Entre Ríos, el Dice ~guel ANGEL CARCANo que con justicia esta ley lleva el nombre
nÚ.'>tllo URQL'IZA se destacó como tu1o de los más entusiastas empren- del pr~std~nte ya. que fi.1e el n:sultado de su propio estt1dio y esflierzo.
dedores de la colonización del suelo entrerriano. La colmúa San José, CotlS~tt~yo la base fume y arr:culada de la política agraria segtúda por
fundada por él, remúó gran número de extranjeros y dio origen a Co- el gobter~to dunmte muchos anos con escasas modificacioues de orden
lón, uno de los centros agrícolas más importantes de la provincia. Imtu- secundano.
merables colonias poblaron Entre Ríos: en 1889 se trabajaban317.000 Seü.aló AvELlANEDA, ~n elntet1Saje con que renútió el proyecto al Con-
hectáreas, y se había duplicado la población en sólo diez ai'íos. greso, qt¡~ ,la prospendad y porvenir de la república "dependen de dar
Córdoba recibió el influjo de la colonización sa.ntafesina, registrándose ~:a solunon ~ prob1em~ de la llunigraciát~ espontánea"', y luego de
luego de 1886 un importante auge de este sistema. En 1890 había 69 seúal,rr los defineutes medios con que se n1a.ne¡aba tan itn_portante asunt
colmúas que cultivaban 750.000 hectáreas. Corrientes, si bien fue la r~cordaba que hasta en~nces no se había buscado la innúgración, "ace;
prinrera provim.:ia que contrató la colonización de su s·uelo por inter- tat~dose la.·'que espouta.tteatltente ha querido venir a la Repúbli ·a
. . e ,yen
medio del médico francés AuGuSTO BROUGNES, no alcat1ZÓ a lograr re- S~Ju~te.rnat.:~?tl Y~como~o se u~vte~.leü s~unas c~t1Sidcrables sin ex.unen,
stdtados positivos. En Buenos Aires, los centros ubicados en Baradero, sut calificaqón, sm avengtlar stqmcra st el immgrante ha de ser tm tra-

610 6II
M.\NlJAL DE HISTORIA PE LAS lNST!TUC!ONBS ARGENTINAS INMIGRACIÓN Y COLONIZI\.CIÓN

bajador útil que con su trabajo awnente la producción del país y contri* ción y colonización en Europa, CllC<U·gado de ofrecer a los itmúgrantes,
buya al fomento de la riqueza pública, y al mismo tiempo sus costlun* ·agentes y ctnpresar:ios de colonización los informes necesarios para con-
bres y su educación contribuyan a consolidar los elementos de civiliza- certar la ve1úda de extranjeros a nuestro país. El primer comisario fi1e
ción, de orden y de paz". CARLOS CALvo.

854. La ley preveía la creación de tUl departamento general de inmigra- 856. La ley --dice GoRr-logró su mejor estructur-a jurídica e it1StitlKio-
ción, bajo la dependencia del Ministerio del Interior, destinado a acon- nal Cll su primera parte, referida a la inmigración. La segunda, dedicada
sejar medidas tendientes a detener la imnigración que pudiese resultar a la colonización, dejó abiertas las puertas para el fracaso y aun para
nociva o inútil, inspeccionar los barcos y vigilar que se brindasen a los abusos, a pesar del bien que perseguía par; el p~ÍS: . .
inmigrantes suficientes condiciones de higiene, alimentación y como- Doce años despttés de satlCionada la ley, solo CXIsttan en los terntonos
didades; proveer a la colocación de imnigrantes fomentando su interna- nacionales seis colonias y dos en Córdoba, habiéndose entregado más
ción y trasladándolos sin cargo hasta las zonas que ofrecieren recibirlos. de 161.000 hectáreas. Los factores que habíat1dererminado tan escasos
En las capitales de provincia y puertos de desembarque de inmigrantes resultados fi.teron., segt'm informe oficial, la falta de personal, la gran
debían fimcionar comisiones de inmigración, dependientes de aquel distancia Clltre los centros de colonización existentes, la mala fe de algu-
departamento general de inmigración, a fin de recibir y alojar a los nos cm1eesionarios y la lct1idad con que se los sancionaba, el escaso
extranjeros y trasladados a los lugares de trabajo. Estas comisiones de- conocilnictlto del terreno y las dificultades materiales de todo orden.
bían realizar\ma activa propaganda sobre las condiciones y situación de Un ejemplo de la irresponsabilidad de quict1es solicitab<Ul tierras para
sus respectivos territorios, promoviendo asociaciones particulares para colotúzar sit1 tener siquict·a la Ílltención de hacerlo, lo demuestra el
asistencia de los llunigrantes. Asinúsmo, se preveía el fimcionamiento hecho de 'que 19 cm1eesionarios de 943leguas perdieron sus títulos por
de tma oficina de trabajO, o bolsa de empleo, para colocar a los extranje* no cumplir con la ley de sellos.
ros, procurándoles mejores condiciones laborales. A la ley de 1876 siguieron ott·as que concedían tier_ras en ven;a_o dona-
La ley defuúa al i.tunigrante como "tot:W extranjero jOrnalero, artesano, ción con objeto de poblarlas y colonizadas, pero sm mayor extto.
industrial, agricultor o profesor, que siendo mt'IW1" de sesenta años, y acredi-
tando su moralidad y aptitudes, llegase a la República para establecerse en 857. La imnigración llegó a raudales; en veit1te años ( 1~70-1890)_ ~rri­
ella". Reuniendo estas características, el extranjero se hacía acreedor a la baron al país 1.500.000 personas, y la afluencia no se mtemunp10 en
asistencia del departamento general de inmigraci6n, que consistía en el Jos años sucesivos, llegando a más de 3.000.000 en 1913. ~ro esta
alojruniento y alimentación dmante CÍllCO días después del desembarco gran masa inmigratoria no se afmcó en el Íllterior, F<:r~nanec1Ó en ,su
en hoteles habilitados a esos fllles; en ser colocado en la industria o mayor parte en las gr<U1des ciudades, donde las cmuhctones parec1an
actividad de su preferencia; en ser trasladado gratuitamente al lugar que mas pmpicias. _
quisiera dent:to del territorio nacional; y en quedar eximido del pago de Seüala CARcmo que las admin.istracimles posteriores a AvELLANEDA "'ol-
derechos por la ll1troducción de su equipaje y de los inst:nlffietltoS del vidaron prll1eipios demct1tales de economía y buctl gobi~rno. Abriero~l
arte y oficios que ejerciera. la válvula de las grandes concesiones, tDmpieron los tornillos de segun-
dad, y el desgaste fue continuo e imnenso. La tierr-a pública se repartió
855. También se ocupaba esta ley de la coWnizacWn, a fin de fijar la por todo el país sin C0!1Seguir jamás poblarla"._ . , . .
permanencia de los Ílmúgrantes en nuesttu suelo. Al efecto, reglaba los La forma usual en que el imnigr<U1te se convrrno en pro11Jetano fue
sistemas más eficaces a juicio del gobierno, que eran: a) colonización mediante su tránsito por una etapa intermedia, en la que se ocupaba
directa por el Estado en ten-itorios nacionales y en tierras cedidas por como asalariado a fin de reunir dinero, pero ese capital, atesorado a
las provincias; b) colonización ll1directa, a través de empresas privadas; fi1erza de un trabajo agotador y de un régimen de severas ln·i~acio­
e) colmlización por iniciativa ll1dividual; d) colonización de los gobier- nes, estaba sujeto a los v.üvenes de la economía general d~l- palS Y se
nos de provincia, alentados por el de la Nación; e) colonización por esfumaba frente a varias nulas cosechas, a 1ma etapa de cnSIS o a una
particulares bajo la supervisión y fomento del gobierno nacional. T<Un* baja de salarios. . . ., . ., .
bién se creó en noviembre de ese año tm comisario general de inmigra- A1 hacer 1.m balance general de la mnugrac1on y colomzaCion argenl:l-

612 613
(
EL DESARROLLO FERROVIARIO
( .MANUAL DB HlS'tORIA DB LAS }NST!Tt'ClONES .Ali.GENTINAS

nas, FERNS sostiene que la colonización consistente en la trausferencia atados a nuestro. suelo. por lazos de familia , de ..<Ucecto
1 o de 111. t ereses y
de familias euteras desde Europa por intermedio de empresas qne les en · · 1es fue unpostble retornar. Se iutrodu·Jeron en 1a V1"da argentma
defit onces '
pronu·aban tierra y demás elementos para establecerse, fue un fracaso. uub.vamente y alcanzaron todas sus capas sociales A tr· ' d 1 .
ma ed ti 1 1' · . . · aves e stste-
En c.unbio, gran cantidad de extraujeros llegabau al país por su propia . . ltca vo, a po ttlca y el scrvtcto militar obligAtorio los hijos de los
uumgrantes quedaron plenameute integrados a la sociedad entina
voltmtad, con el pasaje pagado por el gobierno, pero luego quedaban
librados a su suerte, instalándose, en general, en los centros m·ba.uos o t~uchos _de ellos empezru:on a destacarse eu la vida política ~ instit:L[
transformándose, luego de fatigosas jomadas, en chacareros o peque~ Clones_, como la Umvemdad, el Ejército o la Iglesia. y .
La pr_unera guerra mtmdial (1914-1918) provocó tilla ab .
f¡os propietarios de tierras. nupc ó d 1f]_ • · • rupta mte-
1 n e UJO uurugratorio europeo y hasta geueró tul movimiento
858. La corriente inmigratoria se nlimtuvo durante toda esta época, de re~~n}~a los países de origen para enrolarse en los ejércitos. A ello se
pero la mejor llunigración, la más calificada, la que verdaderamente :tuno a . ~a de emp~~ en la ~gentina por el fin de la grau expansióu
llegaba para dedicarse a las labores de campo, fue la que arribó entre gropecuana
1 Y la cnsts de la mdustria · UP·' "' vez fiu--"-·d
Wl..llA a 1a guerra
1860 y 1870. Dice FERNS que con esta fuerza hmnana la econonúa muy
.U entamente se
bl fueron recomponiendo las CoPdic'o·
• • ~1es, su1 . que se'
argentina se volvió más productiva, amnentaudo las cosechas de cerea- . canzar:a a resta ecer aquella corriente inrnivratoria abierta que hab'
caractenzado
tl b la~ e t al?~ antenor,
· dados los recaudos
o--· y controles que difi- ta
les y el país se colocó en posición no sólo de autoabastecedor de granos,
ta an 1a ern_tgranon de los paises de origen, como Italia Es af1a
l~s mayor~ extgencias que se habían desarrollado al respect¿ en la po'J
Cl
siuo t;unbiéu de exportador de maíz y trigo.
El censo de 1869 seúala que, si bien ingresaronm.ás de 145.000 imrú-
grantes, 65.000 habían vuelto a su tie1ra. Es decir que sólo se radicaron tlca argennna..
algo más de 80.000. La m.ayoría de esos hombres eran italianos, espa-
iioles y franceses, y se ubicaron en la zona del litoral. La generalidad se
ocupaba eu tareas agropecuarias, que se realizabau preferentemente en El desarrollo ferroviario (3 >
esil zoua, ctunpliendo, en definitiva, con el objeto perseguido por el
Estado al facilitarles su llegada al país. 860. ~1 ~r:ro;arrillle:? el progreso social y económico hasta los luga-
: . t~as. _CJa os y umo las zona~ de _rroduccióu y de consumo, vincu-
859. A partir de 1880el níunero de üunigrantes que pennauecían en la . d esuechamente ~o el terntono uacioual. En tal sentido, si úfi-
Argentiua comenzó a elevarse como consecuencia -según ÜRTIZ- de las có un eleme~·~
nal. Su ap '
de pruner orden en la consolidación del '""'<ldo Ng, . -
. ~l' . acto
nuevas actividades industriales urbanas(§ 880) que absorbían a los tra- anc~on,_ por otra parte, prodUJO lll'la revolución en el mm1do
bajadores, desaleutados aute l-as dificultades para obteuer la propiedad de las comutucaclor~s de_ la segunda mitad del siglo XIX. Antes de la
de la tierra. Aptmtala el autor citado esta afirmación con el hecho de llegada del ferrocarril el SIStema de transporte'i eJ>taba formado r ca-
que enl869 residía eu el campo m1 30% más de población que en las rretas y recuas
. , de mulas. y por las más modemas uu 11•• eas d e metlSaJenaspo •
que perrrutian 1ma relanva fluidez de circulación a las pe-o ,,.
-'-" 1'-'><> y merca-'
ciudades, eu tanto que en 1895 ese porcenmje había disminuido al16%,
derí· a ' d od . .
es decir, a casi la mitad. En este último aúo, la población extranjera que l as ~aves_ e t o el te.rntono, que se mantuvo hasta bien entrada
se había afmcado en el país alcanzaba alrededor de 1.000.000 de habi- ra seS'l:m. a trutad de la centlu-ia, cuando comenzó a extenderse la red
tantes, y sostiene ÜRTIZ que "su lugar de desempcúo no había de ser terrovMna.
sino temporarian1.ente el campo, los que quedaban eu el país o eugrosa- ~ prim:ro fue coustnlido por la empresa del Ferrocarril Oeste y
b;m las ciudades o contribtúan a los trabajos que con gran Unpulso se maug¡.u·o el30 de agosto de 1857. Se trataba de Ulla compaíúa ~1~~
realizabau entonces, como ser la constntcción de vías férreas, y en gene-
ral de obras públicas".
Esm nueva corriente Uunigrator:ia constituyó una masa social descou-
teuta, dispuesta a sobn~llevar cualquier sacrificio y a intentar cualqnie1·
avenu1ra con tal de obtener ganancias provechosas qne le penrútieran
retomar a su p¡ltría. Pero de pronto los Uunigrantes se encontraron

615
"'
M.IJ..'DAL DB HlSTOlUA DE LAS lNSTITiiOIONBS AltoBNTINAS EL DESARROLLO FERROVJARIO

na, habiendo suscripto el gobierno porteño tma tercera parte del capi- La provittcia de Btl.enos Aires, por su parte, concedió en 1862 al it'lg'lés
tal, comprometiéndose a no percibir beneficios hasta que los inversores EoUARD LUMB la const:rucción de un ferrocarril hacia el sur. Fue el Fe-
privados obtuviesen una renta del9%. El Estado se obligó a conceder rrocarril Sud, al que se le aseguró una gmancia del 7% sobre tm capital
las tierras necesarias para el tendido de rieles y eximió al material ferro- de;[, 10.000 por milla de rieles, durante 40 aflos. La provincia se reser-
viario de todo derecho aduanero. La lútea tenía diez kilómetros y unía vó el derecho de fijar las tarifas y de adquirir el ferrocarril por el capital
la ciudad de Buenos Aries con el pueblo de Flores. itúcial con más tut20%. Sólo se otorgó la concesión de las tierras por
Luego de esta "maravillosa aventura" se trazaron las demás lúleaS. Se obser- las cuales corría la vía. La pritnera lútea llegó a Chascomüs, pasattdo
vó en su desarrollo tUl primer período cauteloso hasta 1880, que se aceleró por una zona poblada de chacras y terrenos cultivados. Se ext~~~eron
dur.ulte la década siguiente, tomándose vertiginoso entre 1906 y 1915. luego los rieles más allá del Salado, hasta Dolores, y se pen:runo una
extensión hacia el este: Las Flores, Tandil, Azul.
861. Dice RICARDO M. ÜRTIZ que l-a malla ferroviaria se trazó sin tUl También en 1862, otro gmpo de capitalistas británic~s concertó c~nla
plan orgánico, económico y técnico. Los particulares y las socieda- provincia de Buenos Aires la concesión para constrmr ~m ferrocarril d,e
des extranjeras rivalizaron, junto con el Estado nacional y el provin- Buenos Aires a San Femando. Se trataba del Ferrocarril del Norte, pe-
cial, en la tarea de construir ferrocarriles. El mismo autor seíta.la dos sitn.unente adrn.ini!strado, que fue vendido luego al Central Argentino.
tendencias bien definidas: una era la que correspondía a la iniciativa A estas primeras empresas ferroviarias deben agregarse, entre on·as mu-
oficial o priyada, pero nativa, que n·ataba de afianzar la unidad na- chas, el Ferrocarril Andino, de Villa María a Río Cuarto; el Central
cional, alcanzando las capitales de provincias y acercando el país a Córdob-a, con una extensión de 400 kilómetros, que fue la primera lú1ea
sus vecinos limítrofes; otra, propiciada por las empresas extranjeras, de trocha augosta; y el de BuenoS Aires al Pacífico que tuúa Men~edes y
trataba de unir las llrunu·as del interior con los puertos, para favore- Chaca buco.
cer la exportación de productos, con tUl fin estrictamente económi-
co y protector de sus propios intereses. 863. Hacia 1880 se habían construido 2.500 kilómetros de vías fé-
rreas, de las cuales 1.220 pertenecían al Estado. En la década siguiente
862. El S de setiembre de 1862 se garantizÓ a las inversiones ferrovia- (1880-1890) la extensión ferroviaria ascendió a 9.400 kilómetros, pero
rias tma utilidad mínima del 7%, fijando, por otra parte, tUM serie de en esta época el90% de la inversión de capitales era britátúco, y el resto,
condiciones bajo las cuales operarían las empresas ferroviarias. Se n·ata- fra.ttcés. A fines del siglo XIX la extensióu se elevó a 16.500 ki1Ón1etros,
ba en esta forma de no demorar el progreso del país, procurando la de los cuales sólo 2.000 eran del Estado. En1907 se dictó la ley Mitre,
inversión de capitales destinados al tendido de lúteas féiTeas. En mayo que constituyó un nuevo marco institucional para la itwersiÓtl extranje-
del año siguiente ,!;e otorgó la concesión a "Wheelwright para construir ra y el desarrollo del sistema ferroviario en el país. . .
tul ferrocarril de Rosario a Córdoba. Además de gru:anti7...ar los benefi- Las disposiciones fiscales de la ley Mitre fueron an·actlvas para las mve-1~
cios, el Estado nacional le otorgó tllla legua a cada lado de la lú1ea y tres siones. al otorgárseles considerables exenciones impositivas, etltl"C las
leguas cuadradas en Rosario, y otro tanto en Córdoba, liberando de cuales -esta.banlas aduatteras (1ue permitiutla importación de materiales
derechos de importación a las maquillarías por 40 años y excepumtdo y equipos. Además se volvieron a otorgar concesiones p~r cuarenta aftos,
del servicio militar a los empleados de la empresa. La compaúía se com- pa.t·a competlSa.t" la limitación en el tope ~e las gananc~s netas q~Je ~e 1
prometió a librar el servicio al público eu 5 aflOS, a cottducir gratis el fijó ettel6,8%. Este nuevo marco itlStituCIOllal, favoreetdo por _la liqm-
dez de los mercados financieros mundiales, produjo una c011Slderable 1
correo, y a mitad de precio, a Jas n·opas del ejército. Así se fo.rmó el
Fen-ocarril Central Argentino, con tUl capital autorizado de;[, 1.600.000. afluencia de nuevas itwersiones, en especial de procedencia británica, al 1
Enl870 quedó terminada la consnuccióu de la lútea. pm1to que entre 1907 y 1916 se regisn·ó la más importante e:xtensión
de vías férreas que auntentó las existentes en un 50%. P-anda dec~·a dd
1
Se trataba de tUla empresa ferroviaria y de colonización a la vez, porque
las tierras cedidas teuíau ese objetivo. Dttratlte sus primeros aflos de 20 ya estaban defuú(bs las característiC<lS zona~es de b. r:d-_ nanonal. 1
vida,_ el Estado debió concurrir permanentemente para mantener la ga- Seis gra.ttdes agrupa.tnientos 1-egionales de proptedad ~ntalllC\ operJ- 1
nanCia grtratltida, ya que los beneficios resultaban exiguos debido a la batl en la región pampea.tla, el noroeste y la Mesopo_t~ua; tres redes d<'
compafúas francesas pt-estaba.tl servicios en las provmuas de S.mt,\ Fe~·
1
escasa producción de ltlS tierras qne an·avcsaba el fenocatTiL
l
616
M.ANt'AL DB l:IISTOlUA DB LAS INSTlTUCIONiiS AitGBNTlNAS

Aires· una cotnpaíúa de capital privado nacional, el Ferrocarril


Bueuos ' --H · · ' ¡ . "-. ¡~e y por
('_.entral de Buenos Aires Ltda., ateUUla servictos mas OC;u.u.a( ~'
tütimo los Ferrocarriles del Estado operaban lúteas troncales at~lad~s, Capítulo XXXIll
de tr~ha angosta, en las provincias del noroeste y en los terrttonos
uacion.ales del sur y del nordeste. ., , fi'
Como consecuencia de este desarrollo, la extettstou de las Vlas e~
rreas alcanzaron en 1930 a casi· 39 ·000 kilómetroS : Era el momento
de auge del ferrocarriL Ya se vislumbraba el comtenzo de su deca- El desarrollo económico. La ganadería. Los frigoríficos. La agricultu-
dencia(§§ 1026~1027). ra. El wmercio de exportación. La miuería. Las industrias.
Las finanzas. La moneda. Los bancos.
La cuestión obrera.

El desarrollo económico (I)


864. La ganadería. La consolidación de la múdad uacional, la con·
quista del desierto, el est>tblecinúento de relaciones comerciales penna-
m~ntes y la coyuntura favorable que representaba para los paises pro-
ductores de granos y cantes la exprutsióu de la Revolución Industrial eu
Europa(§ 771) fueron causas detennlltantes en la Argentiua del pro-
greso de la gauadería y de la llúciación de una importante producción
agrícola, que en pocos aúos arribó a cifras notables.
Elganado ovino había alcanzado verdadero Utcremento, auspiciado
por la abundattte demanda exterior de lanas de los centros fabriles
europeos y norteamericanos. La salida de lanas, que eu 1855 fue de

(1) jtJAN iu.w.FEZ,Ertudias mbrdasgucrrrM... , op. cit. en nota {4) del cap. XXX:; Jos!\ A CMvioTTo.
La mümia y el pt:trólco (1862·1930). H.A.C., III; HQAAClO jtJAN CuccORESE. Lll crmn>rraci<in de
mmer en laArgmtina. Historia sobre les ori!Jmtr de la induaria frigorifo:a, T. C. Na 14, 1965; H. S.
FE~Ns, Gran Brctafla }' A1JJ~mlina ... op. cit. en nota (1) del cap. XX; HoRAUO Gtsun, Hiu:oria
¡xonJmitade /agantderia ..., op.dt. en nota (1) dd a~p.IV; LUI5 ROQUE GoNDRA,H#wria ccomfmica
de la Repúblic~rA1J)tntina, Buenos Aires. 1943; P~<.t!DENCJODE u C:l!vz ME~-<>>oZA,Hi>twi<J de la
ganad•ria. .. , op. dt. en nota (1) dcl cap. IV; Atfll.EDO J. Mol'fl'ot<~.,H#toriadc lossaladcr/JS.,. op. ár.
en nota (1) del 01p. VII; RICARDO M. Ou1z,Hi.storia cwnrímim .... op. cit, en nota (1) del ~'~P·
XXXII; }osE PMIETIWtl, La crisis ganadera (1866·1871), La Pbta, 1%6: IDEM, Simcsú himirica
de/desarrollo industrial argentino, Buenos Aires, l%9; CAII.ws M. U!UEN y Ez¡_o CoLOM!Jo, Gtogmfla
mz¡mrina, Buenos Aires, 1905.
(la) Roauuo Cosrl!.s CoNDE,La eeommria awmrina m ellafJJO plazo (siglos XIX y XX), Bueno:;
Aires, 1997; EZEQUJEI. GAllo, La expansión ff:!PUrla y el dcsarro/W industrial mArguitina (1880-
1930) enA.I.E.H.S., no 13, 1998; JVANCARLOSKOROI.,La indu>tria (1850·1914) enN.H.N.A.,
t. VI, cap. 39; EouJUtDO Mlomcz, La grun expansitin a!}TMia (1880·1914) en N.H.N.A., t. VI,
cap. 37; BEAJ:RlZ l. MoREYR<~.,Agricultura yganatkria {1850·1880) enN.H.N.A., t. VI, cap. 36;
JoRGE ScHYARZER, NueWM p=pcctivcu wlm: el origm del dm;rrollo industrial WQJtntino (1880·1930)
en A.I.E.H.S., n" 13, 1998; HILDA Saa.uo, Capitalismo_rganaderia m Bumas.Airts. La fiebre del
lana¡; 1850-1890. Buenos Aire~, 1989.

618 "'
MANUAL DE HisTORIA DE US INSTITUCIONES ARGENTINAS EL DBSARROLLO BCONÓMteO

casi 12.500 to11eladas, alcanzó alrededor de 19.000 en 1858, y 90.700 la producción saladeril no alcauzó ni a la mitad de lo obtenido en el
eu1875; es decir, el ganado lanar había adquirido una importancia período at"lterior.
co11síderable dentrO del cuadro ganadero de la época, a tal punto que
representaba de tul 50 a uu60% más que la producción vacnna. Esta 866. En Entre Ríos, en cambio, durante esta época, la industria de la
vertigiuosa carrera sufrió las consecuencias de menores exportacio- salazón de can1es tuvo verdadera Unporta.ncia. Dice MoNTOYA q11e los
nes ocasionadas por el abarrotamiento de los mercados exteriores y 14 saladeros entrerrianos existentes en 1871 faenaban anualmente casi
la importante producción algodonera de los Estados Unidos. Ll baja tat1tos animales corno los más grandes de la provincia de Buenos Aires.
de precios fue protnUlciada, lo mismo que la depreciacióu de las
majadas. A estas circunstancias se sumó la ley proteccio11ista 110rte- 867. Cuando la demauda de tasajo por parte de los mercados de Cuba
americana dictada en 1867, que gravó fuertemente la introducción y Brasil come11zó a descender a causa de, la d~miuución de la escla:i~ttd,
de la lana argentina. la situación de los saladerist:as se torno cntlca. Europa no admitta la ·!
La mestizacióu del lanar había adquirido altos niveles. Entre 1863 y producción de los saladeros, dadas las escasas cond,iciones_ b~-omatoló­
1880 se iutrodujeron en el país 625 reproductores Lincolu y 3.269 gicas de sus productos. Inglaterra, desde 1864, habta prohlb~~o la ven-
merinos, y este creciente intel·és por las ovejas repercutió beneficiosa- ta del tasajo. Era 11ecesario obtener tul sistema de conservanon de c~r­
mente en el alambrado de los campos y en el afmcatniento de trabajado- nes que satisficiera los mercados europeos o remi_~ los ganados en pte.
tes en la catnpaña, ya que ellattar exigía mayores cuidados para expor- La Argentina contaba con una enorme producnon gat~~era, que era
tarlo convenlentemente. imprescindible canalizar hacia los mercados de ~xportacton, ya que _su
consumo interno, co11 ser 'unpOJ."tante, resultaba rucapaz de absorber !J.
865. La mestización del vacuno no había seguido, en cambio, igual producción, y, púl" otra parte, esa producción,era la co11tr~l?artida d~_la
ritmo, ya que como hemos visto, las necesidades de los saladeros. 110 importación de infinidad de mauufacntras, ast como tambten de arllcn·
alentaban el mejonuniento de los ganados(§§ 563-566). los de primera necesidad. En 1877, ocupaba el tercer lnga; como ~ro­
Eran esos establecimientos los principales sostenedores de la produc- ductor de gatlildo vamno, co1113.340.000 cabez-as: despues ~e Rus1a Y
ción ganadera, sobre todo vanma, ya que el charque de oveja 110 se los Estados Unidos, y el primero etl la producctón de ovmos, con
intentó hasta 1877 y mmca alcanzó gran difusión. Durante el período 57.500.000 latl.MCS.
1862-1866 se sacrificaron más de ocho millones de vacunos, de los
cuales se aprovechó en el saladero el40% de la came obtenida. 868. Señala GIBERTI que entre 1860 y 1870 las circunstancias fi.1eron
Desde 1863 debe agregarse la producción de extracto de caru.e. Los particttlarmente adversas para la producción gatudera. La ~erra e?~
establecimientos producton~s de este artículo se ínstala.ro11 primero e11 Paraguay consunúa los recursos fiscales y ac~mtaba las cargas unposm-
el Umguay y luego, en Entre Ríos y Sauta Fe. vas sobre la ganadería, y prolongadas seqmas asol.u:o11los campos bo-
Eu gener-al, hasta la aparición del frigorífico la producción vacuna se naerenses debiéndose agregar a estos inconvetúentes la menna en las
mantuvo retraída. La industria saladerü había sufrido los emb-.ates de exportaci~11es de lana y tasajo que acab~os de ~ílaiar. Fue en est~
una legislación que trataba de alejar el peligro que, para la salud de la época cuando tUl grupo de estancieros fuudo la Soaedad RltralArgentt-
población, significaban los nauseabtmdos mataderos. En 1868 resolvió :J
na (16 de agosto de 1866), entre cuyos objetivos estaba fomento de 1
el gobiemo de Buenos Ail"es paralizar las tareas de esos establecímie.utos la preparación de carnes para la expo:ración y la -~tención de nuevos
a causa de tlll brote de cólera, y eu1871 se sancionó la defmitiva supre- mercados. En 1868, el gobierno nactotl.al org.uuzo tul concurso para
1
sión de los saladeros en las inmediacioues de Buenos Aires, ante la epi- premiar al mejor sistema de conservación ~e carne f:es,ca, pct·? ~1e de· 1
demia de fiebre an1arilla que azotó a la ciudad. Desde entonces, dice clarado desierto. La provincia de Buenos Aires orga¡uzo otro sunilar en 1
Mm·rroYA, las faenas saladeriles 110 volvieron a alcanzar ni la magnitud 1872 con idéntico resultado. En este mismo orden de ideas., y a fm de
tú el volumen que habían tenido. El pmlto más alto de la ex:pat1SiÓ11 del
saladero se había obtenido cutre 1868 y 1869, época durmte la cual
dar s~ida a la producción pecuaria, el Estado liberó ~~ derech~ por
siete años la exportación de g.ulildo en pie. La fr.ul~utcta fue _utiltza~a

sólo eu Buenos .A.U-es se faenaro11 casi 615.000 animales y trabajaron 16 con provecho registrándose Unport.ultes exportaCiones hacta Brasil, 1
establedmie.utos, ubicados en general en Barracas. Entre 1871 y 1875, Chile y Um~ay, además de Inglaterra. Estos actos oficiales y privado-~

620 621 1¡
Jl.iANt'AL Ü!STOlUA DE l../LS lNSTlTt'ClONES ARGENTINAS
EL DESA.\l.ROLLO l!CONÓMICO

trataban de solucionar el problema que presentaba a los gauaderos el definitiva


• •
benefició en forma importante a los g.u" ~e~'' . . tu.lOS)
1<1ll ~...., atgett
retrainúento de la denundll exterior. qmeues vteron aumentar la detnanda de carnes jtutto con el precio del
prodtlCto.
869. Por fut, en octubre de 1877, CHARLES TELLIER, htgeniero francés, La promoc.ión de la gatudería argentina al amparo de la demanda de
n:gistró su ~1veuto de conservación de carnes a cero grado, mediante carnes etúr~adas o cmtgeladas fue enorme. Las 2L700.000 cabezas de
una corriente de aire frío. El barco equipado con este sistema llamado vacunos eXIstentes ett 1895 alcanzuou a casi 30.000.000 en 1908.
Le Frigorifique, había llegado a Buenos Aires en diciembre de 1876
trayew. io carnes faenadas en Ruán tres meses antes. Eu setiembre de 871. El frigorífico tuvo UtfluellCia en lo que se llamó 1 "d .· ·
·· ' "del ' El · . a esmemuza-
1877 arribó otro barco, el Paraguay, esta vez equipado con uu nuevo c~ou pm. meruto, nttroducido eu 1824 (§ 558), se habla difi.w-
sistema, ideado por el francés }uuEN, que registró su UwCltto en julio dido notablemettte a causa de la detnaltda de lanas pe el c. · tc.
· b· . . , ro 1ngoru1co
de ese año; ya no se trataba de transportar las cantes etúriadas a cero necestta
- . d a ovu1os de meJores
' . carnes
. que las de e¡¡te ...:
. upo,ypore O, a ll
gtado, sll10 de llevarlas congeladas a tuta temperanrra de -20° a -300. partrr, e 1881, com,et~ a difi.mchrse la raza LUtcoln, cuyos animales,
Este último sistema, llamado Carré-Julietl., obntvo éxito, y fue utilizado adetnas de .ser II?-ás rusttcos que los merinos, producían mayor catttidad
por las compafúas Utglesas para conservar y transportar carnes a su país. de .cante, S~t deJar p~~ ello de brindar bastaltte lana, amtque de inferior
~altdad. La mtpo;taCiou de reprodw::to.res Lincoln fite notable y Prácti-
870. Los frigoríficos. La consecueucia lluned.iata de la nueva técnica <.:amente desplazo a otras razas. El merino se mru:rtuvo en los territorios
fue la aparición de los frigoríficos. El prhner establecUniento que fim- del sur,. que uo tc;ibierou la Urllueucia del frigorífico y coutllmaron
ciouó fue el que organizó ett1883 el ganadero argentino EuGE..l>.!IO TE-
lproducteudo., tan solo lana.., Hacia . el fin. del,~
s;glo XIX uc"·g6 asucuspte
• 'd
RRASON en su antiguo saladero de Sau Nicohis. Ese mismo a.úo se insta-
ló la River Plate hesh Meat Co. con uu frigorífico eu Campana. La
Ie e;:J..lJSlOll de la producctOlt ovma, rcgtstrMldose, ett1895, 74.000.000
tares.
compaíúa Sansineua S.A. abrió otro establecUnieuto shnilar en 1884 Los pr~neros ~os del siglo siguiente marcan mt decaimiettto de la cría
sobre el Riachuelo, dettomlltado La Negra, y al poco tiempo los herma- de. ovejas. La. disttlluución de la dema.uda de J.at•._...,
,.. del extenor,
· ¡os w-
·
nos Jaime y Hugo Nelson organizaron uno sobre el río Paraná. Estos vteruos lluVIOSos de 1900 y la imno.~ibilidad de crwia.r d ·
lugl .d r~- gana Oetlplea
tttatros establecinúentos fueron los illúcos que fimcionarolt hasta fines aterra, ~~u os a la preferencia cada vez mayor del frigorífico por los
del siglo XIX, y sus actividades- dice MoNTOYA- se limitaron a faenar vacwtos, hictcrou de~aer el Utte~és por el ovino, que ya 110 volvió a
y conservar casi exdusivamet1.te canl.CS ovllus. tener la preponderanCia de otras epocas.
La actividad de los saladeros quedó ntaltrecha con la aparición de los
frigoríficos, y, a su vez, la actividad de éstos obtuvo su mayor Unpulso a 8_72. Para tener tm.a idea más exacta de la importancia de la a ·*
partir de la prohibición de importar animales vivos de la Argentiua, qt_te ClÓ d l c.. ifi . d. pan 1
n e tngor Ko, lll tcaremos algunas cifras tomadas de GrBERTI~
sancionó el gobierno británico Clll900, a raíz de tlll<l importante fiebre en ~890 se expo~taban43.500 toneladas de tasajo, en tattto sólo se '
aftosa declarada culos gau.ados de la provincia de Buenos Aires. Esta euvtaban al extenor 21.000 toneladas de catne congelada. Diez ai'ios
drctulStancia determi11ó el faenamiento de gran número de vacunos en después se exportaban 16.500 toneladas de tasajo, y, en C<llnbio, la
los frigoríficos y obligó a los ganaderos a procurar el tipo de carne que ca~e congela?a se elevaba a 81.000 toneladas. En 1904, el tasajo
exigían estos establecimientos, dando e110rme llnpulso a la mestización hab1a desceud~do a menos de 12.000 toneladas, en trutto las carnes
de los ganados. alcan:z;arou cast190.000 toneladas. Al año siguiente salieron hacia el
Los primeros frigoríficos Ulgleses trabajaron sUt competencia (el de TE- extenor 230.000 toneladas de carne congelada, de las cuales 152.000
RRASON fue cerrado en 1898) hasta la llegada de los norteamericanos, eran vacun~. ~u los aítos sucesivos, la cifra siguió eu acelerado au-
quienes utilizaron distinto método de enfriado (el chiUed beef), sobre la meuto, regts:r:mdose en 1925 la cantidad de 8.400.000 cabezas de
base del sistetna ideado por Tellier. ganado adqutndas por los frigoríficos.
Los capitales norteameric<lltos llegaron a nuestro suelo desalojados del Convi~e seítalar qne la p.roducdótt de tasajo se obtetúa en los saladeros
suyo por la legislación Mttitrust y; decididos a hacerse dueiíos del mer- s~taf;sutos y entrerrianos, e11 cuyas provUtcias no se habían U1stalado
cado, emprendieron tUta agitada lucha de tarifas con los ingleses, que en fngoríficos.

622 623
i
1111
MANUAL DI! .H!STORJA DH LAS INSTITUCIONES AROHNTINAS
\~
873 .. Las razas bovinas Shor~on, Hereford y Aberdeen Angus se di- ganados de estas provincias decldió a \_os terr~t~nientes ""- intent:ar
11
fw:dteron ~otablemente, haCIClldo desaparecer casi por completo los mayores beneficios en esta nueva rama de la actlvtdad agropecuana.
animales cnollos. Se logró, así, lUla producción ganadera de excelCllte
~alidad, q.ue com~tía ventajosamente en los mercados europeos. La 876. La primera exportación degranos ocurrió durante la presidencia de
mtroducCión de animales de raza del exterior y su CIÚ en el poaís fueron A_VELIA..>•HmA (1879\ pero sólo entre 1880 y 1890 file cuando adquirió
sumamente importaut~ en este perícx:to. En 1888 se creó lUtlibro-regis- verdadera importancia. Puede decirse que en esta misma época queda-
tro para anotar los ;lllllnales de pedigree de la raza Shorthon, que se ron delitteadas las características de la producción agraria y sus zonas de
conoció comoHe:¡;/..BookArgentino. Posteriormente ese registro pasó a influencia. Santa Fe se reveló como productora de trigo y lino, en tanto
manos de la Soctedad Rural Argentina (1901), incorporáudose otras que Buenos Aires y Cón:loba di~~on preferencia a otros gr~lOS de mejor
razas y especies de bovinos. aprovechamiento en la depuracton de 105; c~mpos que, destwab~t al va-
cilllO. En1895, Santa Fe cultivaba un millon de hectareas de tngo que
874. L~ it.úll~tcia del frigorífico no sólo se limitó al mejoramiento y a representaban la mitad de todo lo que producía el país. L.t itú1uencia
la mulnp~~<l.Cl~ de los !fa.nados, tanto b?vinos. corno ovinos, sino que del ferrocarril, que hizo más fácil la salida de los granos, volcó a Córdo-
se extendto hacia la agncultura y el meJOranuento de los medios de ba y Entre Ríos al cultivo del trigo. El desarrollo ~grícola de ~uen~
transportes. Seiíala ÜRTIZ que el frigorífico había n·ansfonnado la es- A :.·es en cambio fue más lento domi11ado por su mmensa eXIStenCia
.(ll1 , , ,

tat~cia primitiva hasta acordarle el carácter de tma fábrica de vacunos y de ganados.


ovmos, y el transporte, hasta mecaniz.arlo en todas sus fases: la ferrovia-
ria, la portuaria y la marítima. 877. La producción de granos representó, a comienzos del siglo XX,
tUl rubro verdaderamente importante, alcanzando a superar la ganade-
875. La agric.ultura. Las ~~tividades agrícolas de esta época tie- ra. Según datos de Ár.vAREZ, en 1880 llegaba al 1.4%, pero en 1900 ~a
nen poca o mnguna relac10n con las que se desarrollaron ante- la producción agrícola había superado a la g.utader~, y en, 1912la a~n·
riormente. ~quéllas procuraban satisfacer el mercado iuterno y, ettltura producía el57,9%, en tanto que la ganadena hab1a descend~d?
en oportu111dades, obtener algúu excedente que canalizaban ha- al39,1 %. Estos porcentajes demuestran a las claras el progreso verttgt-
cia el exterior(§ 570). A partir de la segunda mitad del siglo XIX, noso de la agticultura. En la última década del siglo XIX la exportación
la Argentina se transformó paulariuamente en luto de los principales de cereales alcanzó ah-ededor de siete millones de toneladas anuales, y,
exportadores de granos. Fueron varios los factores que lograron este además de esta cifra, debe anotarse la producción destinada al mercado
~echo económico, pero el principal fue la necesidad de Inglaterra de interno, que, al compás del aumento de población, fue adquiriendo
1mpor~ar ~ereales, ra. que, C~mo hemos di~ho, había desalojado de verdadera relevancia.
su terntono las act:tv1dades Vutculadas a la t:terra, para dedicar todos Ll Argentll1a se convirtió así en el "granero del millldo" y abasteció con
sus esfuerzos a acrecentar su poderosa producción industrial. Tam- abundancias los centros itulustriales de ultramar, recibiendo en cambio
bién debe anotarse como factor de importancia la influeucia del fri- los artículos industriales, que no elaboraba.
go~ífico, .que, al necesitar de auimales de más alta calidad, exigía el
U1CJOranuento de los campos naturales, y ello se obtetúa mediante el 878. El comercio de exportación. La enorme producción agrícola-
cultivo de forrajes y de cereales. El trigo, el lino, el maíz, la cebada, gattadera se canalizó hacia el comercio exterior, arrojatulo cifras verda·
la avena y el centeno fueron utilizados como intermediarios entre el deramente importautes en el período que nos ocupa. De 1861 a 1880,
campo virgen y l?s alfalfares, y ese fomento agrícola por parte de los dice ÜRTIZ, el valor del comercio exterior se elevó de $14.000~.000 a
ga.naderos pr~UJO la ~nvivencia de agáculnu·a y ganadería en una $ 58.000.000. Durante los priineros cinco aúos el saldo fi.te Siempre
nnsma extensiOn de tierra, separadas por los alambres de Newton negativo, pero en los posteriores se tomó positivo, co~ excer:ión de
que alcanzaron una difusióu nunca vista hasta entonces. Estas carac: 1878. Entre 1880y 1890 los saldos volvieron a ser negativos sutexcep-
terísticas son válidas en especial para l.t zona bonaerense, eu tanto ción, alcat1Zando su punto máximo en1889, con$ 75.000.000 desfa-
que en Santa Fe y Córdoba la ag:ricultur¡¡_ se expandió en fontla inde- vorables, a pesat· de registrarse tuta permanente elevación de las expor-
pendiente de la ganadería, y, en este caso, la menor densidad de los taciones, sustentadas principalmente por carnes, lattaS y granos. Los

624 625
Mi\NUAL DE HISTORIA DE LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS EL DEMRROLLO ECONÓMlCO

países que maym vinculación mantetú~t con la Argentina eran Gr~t htstaucias de MoscoNI, poco tiempo después, el13 de abril de 1923, el
Bretaúa, Francia, Bélgica y algunos amencanos, como los Esta~os U~u­ gobierno dio fiutcionamiento autónomo a la repartición., al crear la
dos, Chile y Brasil. La década siguiente (1890-1900), en~ambto, sena- Dirección Genetal de Yacimientos Petrolíferos Fiscales, luego Y.PF.,
ló invariablemente saldos positivos, llegando las exportaciones. a alcan- quedando MoscoNI al frente de la conlisión administrativa. "La iuter-
zar$ 185.000.000 duraute 1899. Los años siguienu:s mantttvte:on los vención directa del Estado -a través de Y. P.E-, en la explotación de los
saldos a favor. Dnraute el período 1900-1904, por eJemplo, las unpor- yacinUClltOS penulífffos, ha pernUtido ejercer una fimción de alto con-
taciones sumaron$ 1.450.000.000, las exportaciones,$ 2.250.000.000, trol, siendo posible evitar los efe<:tos de la espe<:tdación en todos los
y el saldo favorable ascendió a$ 800.000.000. órdenes de los intereses petluleros, hasta el punto de haberles hnpreso,
en este país, un sello de tr.mquilidad y de normal desenvolvhniento,
879. La minería. En las décadas posteriores a la batalla de Casero~, la dentro de lo que puede pedirse a una lógica y natural emtdación", ha
n.inería tttvo mt desarrollo notable. Las zonas tradicionalmente nuue- dicho con acierto Jost A CRAVIOITO.
1
ras vieron activada su e<:ononúa ( § 576). Las minas de Famatina fueron
objeto de especial explotación. Eutre 1885 y 18~0, dice GoNDM¡ se 880. Las industrias. La población de la Argenthu en 1895 alcanza·
trabajaban 27 minas, que produáau plata, oro, hierro, cobre, !?lomo Y ba casi los 4.000.000 de habitantes y eu 1900 sobrepasaba los
galena argeutífera. En Londres se constituyó 1I.l1a empresa tnut~a en 4.500.000, advirtiéndose tm importaute y constaute aumento anual.
1869 para explotar las de Gualilán: En 1883, otr.a empresa lm~m~tse Este crecimiento demográfico significó, a la par que una abtmdaute
hizo lo propio con las de La Carolma, en San Lms. Eu Tuc:mwt, Salta mano de obra~ un incremento cottsiderable de la demanda de pro-
y Jujuy se obtetúa abundante hierro, cobre, plata, oro, carbón~ ~alena. ductos alimeuticios y mamúacturados y; por ende, un notable im-
A partir de 1880 se advierte un dec~~Ueuto gene.ral de 1~ a~tlvt?a~es pulso a las htdustrias.
miueras, debido a los progresos verngmosos de la mdustna frtg?nftu Y Por otra parte, el desarrollo ferroviario, que vinndaba permanentemen-
al iuaemento de las labores del campo. Dice ÜRTIZ que a part:tr de ese te zonas distantes del país, y la expansión éconómica general producida
af1o "la economía argentina comenzó gradualmCllte a abandonar toda luego de 1880, que se tradujo en una desbordattte producción agrope-
actividad extraíu a las agropecuarias". Debido a ello las entpresas fue- cuaria, trajeron aparejado también el desarrollo industrial. Sobre todo,
ron cesaudo en sus actividades, que, en definitiva, fueron abaudmud~. las industrias vinculadas al agro tuvieron Cll esta época tm exitoso desa-
Los combustibles, como el carbótt, recibieron entlX: 1870 Y ~880 algt~ rroUo, sin perjuicio de que otras, como las alimentarias, textiles, de la
impulso, atenuado luego de ese último alto pm: las nnportact?ues reali- cottstmcción y otras, alcatlZa.ratt tambiéu niveles desconocidos hasta
zadas desde Inglatena. A raíz de la Primera G11erra Mundtal (1914- entonces(§ 1024).
1918), paralizada prácticamente la importación ~e carbón de piedra,' se La legislación aduanera se orientó también, desde fwes del siglo XIX, a
produjo el smginUento de mu iudustria de car~t~ vegetal en el ~,aLs. proteger algunas industrias nacionales, que de esta forma encontraron
En la zona litoral, en cambio, se desarrolló con ex:tto la explotacton. de clima propicio para su desenvolvimiento. Por supuesto que el desanu-
piedras calizas o calcáreas, arena, canto ~ado y sal: Dice el at:tor Cita- llo industrial argentino, no alcanzó la jera.rqtúa sttficieute para satisfacer
do que a fines del siglo XIX eran las actlVIda~es ~eras del ~toral las todas las necesidades del país, que dependió en grau parte de la produc-
t.'uúcas que se desenvolvíatt, iguonlndose la existenCia de las nuuas me- ción foránea.
talíferas de la zona noroeste, trabajadas en otra época.
El petróleo, descubierto en Comodoro Rivadavia en forma casual en 881. La industria lechera se desarrolló rápidamente con el objeto de
1907, alcanzó a producir 200.000 toneladas en 1922 y 1.000.000 Cll satisfacer el mercado interior. En 1895 existían, en la zona del litoral,
1929 . más de 1.500.000 vacas lecheras. La elaboración de leche pasterizada,
La desig¡ución del coronel iugeniero ENRIQ1.JEMosco:n como director manteca, queso y caseína sólo empezó enl891, cuaJ.Jdo se pudo contar
general de los Yad.nUeutos Petrolíferos Fisc~es, medt.mte decreto del coula nuquina.ria importada necesaria. La producción de le<:he, en cam-
17 de octubre de 1922, suscripto por el prestdeute ~CE~o ~·DE~­ bio, Úte adquiriendo paulatino amnCllto desde tlll comienzo, y en 1890
VEAR y su ministro de agriculnrra ToMAs LE BRETo:-:,,stgtúfico t~n hito ya se registraban saldos exportables. Seis aúos después comenzó la ex-
de singuhu· importancia en el desarrollo de la extraccton del petroleo. A portación de mrutteca.
1\.LwlJAL DE HISTORIA Dll LAS lNST!TUClON!lS AltG.llNT!NAS
. •nt"'~ del exterior fueron seriamente afectadas. En camblo,
La industria vitivinicola de Cuyo esnlVo en permanente expansión. A mos prove1U ... '"" . . d tiliz:ab-
a uellas otras que contaban con maqumanas a~ecu.a as Y u. . - an
fines del siglo XIX se cultivaban con vide~ 50.000 hectáreas y se produ-
qateria prima nacimtal no sólo pudiet·on contmuar sus actiVidades,
cían 115.000 kilolitros atntales, satisfaciendo ·ampliamente el men:ado
intemo. EI ferrocarril fue tUl nuevo elemento que favoreció el traslado
~:o que incluso se ben~ficiaron de esa situación. Tal fue el caso de la
del producto y, por ende, su comercialización. industria textil lanera.
Las industrias azucareras tucumanas, salteíw y santiagueñas también
progresaron notablemente, fomentadas por el ferrocarril Se expandie-
Las finanzas 12) 1
ron sus áreas cultivadas y se logró entre 1890 y 1900, saturar el merca-
do interno y remitir el sobrante al exterior. La producción anual de
882. La sinución financiera del país, al hacerse cargo de la ~1resi­
r
azúcar a comienzos del siglo XX era de ochocientos millones de kilos,
exportándose alrededor de cuarenta y dos millones. dencia de la Nación el general MITRE, resultaba bastante dehcad~. 1

La producción de harina se diñmdió junto con la agricnln1ra y las nue- Las excesivas emisiones de papel moneda habían operado una sens~­
vas técnicas molineras. En1877, la Argentina dejó de impoltll· harina, ble depreciación de ese signo mone;ario. ~l.g?bierno r.roet:ró revi-
para convertirse en exportador. En 1895 se produjeron337.000 tonela- talizarlo decretando que sólo pagana y ex1gma ~us ob!1?ac10nes en
das, exportándose alrededor de 50.000 al Brasil y Umguay. En1914 se papel moneda, tanto en el país como en el extenor, u~IZ<l~ldo pa~.~
alca11zaban a producir 1.000.000 de toneladas por año. Los fenocarri- ello el cambio equivalente en el momento de efec~ai el pago. ~1
les pusieron. en contacto los centros harineros del litoral y de Córdob.t mismo, para infundir mayor seguridad a las t;ransacc.I~:)lles, se estip~·
con las zonas urbanas, favoreciendo la expansión de esta industria. Ió el curso legal de diversas monedas extranJeras, fiJandose su eqm-
La producción de aceites romestibles, que alcanzaba a 7.000 toneladas en valente en papel moneda(§ 889). .
1900, ascendió rápidamente a 24.000 en 1914 y a 40.000 en 1929. Pero LI guerra contra el Paraguay (§§ 820-822) vino a con;~licar las
También se logró tUla importante prodtKciÓn de aceite mineral, del que fmanzas públias, debiendo el Estad~ ~ttrr.ir a n;tevas enusi.~n~s de
se exportaban, a comienzos del siglo XX, 500.000 kilolitros anuales. p<tpel moneda, de bonos de la deuda pu~l~ca y de pres~~s extlatt}eros,
Los establecimientos estaban instalados preferenternettte etl Buenos Aires a fm de poder mantenerla, con el auxilio de la provmc1a d~ Buettos
y Santa Fe. Aires También se recurrió al empréstito extemo, que fue autoriZado por
La industria tabacalera fue otra actividad que tomó gran impulso en el ley d~ mayo de 1865, hasta la suma de doce millones de pesos fuertes,
siglo XX. En1914 existíatt 55 fábricas de cigarrillos, que abastecían el colocados por intennedio de la Barby¡ Brothers Co, durante 1866 y 1868.
consumo local.
Las f.ibricas de cet-veza se desarrollaron en la segm!da mitad del siglo 883. Durante la presidencia de SAR.'illENTO se gestó t~n1~uevo emp!-'ésri-
XIX y alrededor de 1900 se obtetúan trece millones de litros anuales. to extento esta ve:z para emprender diversas obras pubhcas, autoriZado
Las industrias que no estabatt vinculadas a las actividades agropecuarias por ley de' agosto de 1870, hasta la suma de .treinta millo!te~ de pesos
tuvieron también tUl importante progreso. La manufacturera atendia, fuertes. A pesar de la penosa situación fmanctera, el etnpreshto se con-
sin colmarlas, las necesidades del mercado intento. Dice Ortiz que des-
de 1890 se registra rula corriente continua de instalación de grandes ·
(2) JUAN BALESTRA, El niWmta••. , op. nt. en noU A. ca á
(1) dd p XXIX· HoxA-ClO JuAN CuccOHSE,
J.J86 7) La Pbra 1959; ÍDEM,
fábricas de bebidas, artículos de alimetttación, gas, electricidad, alpar· Historia de la tonrmuin MI papel moneda en B¡unm
H;'
= 86
'
· tctmdmica jinanderam;gmtina (1862-1930), H.A.C., vol. III; IDEM,H .
istvria del Banco de
_
gatas, papel, fósforos, etcétera. Las industrias que tuvieron mayor difi.t- rstcn~ . . l) dd ca XXI· El Banco de la Nm:<án Argenrma••• , op. ot. en
siónfi.Jeronlas de materias alimenticias y textiles, y las de vestido, cons- la Provmcm .•. , op. Cit. en notaF( EJ P· ~ ~· _ 14. Inglaterra y Argentina¡ Buenos
nota (1) del cap XXI· A. G. ORP, patron
1880 19
· · 1966 E
trucción, muebles, productos químicos, metalurgia liviana y gráfica. !\h..:s 196t,. En~ARoo' Ñ!AILTIRE, Lit r:risis argentina de 1873 -1876, BummA~ ; ~~ori:
La disminución de la importación de carbón de piedra, a causa de la ~orno~IR sa;cióndelR ley monetaria de ]875,R.IH.D.,N" 16, 1%5;R!CAROO ,· 0 R~zi.t·ro /o:;
· · (1) dcl ·ap XX."UI· NoRBu.ro PINERO, La mone a, e r:r ' _r
uonúm•ca ••. , op. nt. en nota ~ • . ' .b M la histm-iafinanciem ... , op.
Primera Guerra Mundi~ sirvió para fomentar la aparición de plantas bancos, op. cit. en nota (1) dcl cap. XXI; JoS.E A. Thur, Conm m na
industrializadoras del carbón vegetal en Santiago del Estero y Chaco. cir. en nora {1) dclcap. XXVJI. . 1
El impacto de h guerra mundial sobre la industria fue diferente} seg(u1 "" "' p.,."-~• moneda y bancos (1810-1899) en N.H.N.A., (. \,
(2a) ROBEllTO CoKfES ....-vNDE,.c.nanzas '""'~'
sectores. La mayor parte de las manufacturas que dependían de insu- cap. 31, ron orientación bibliográftca.

629

""
i\.iaNt'AL DE HISTORlA DE LAS lNSTITtlCIONBS AltGE>rriNAS LAs FINANZAS

aetó rápidatnente por medio de la ftrma.Murrieta_y _Cía, de Londres. $ 321.800.000, además de las daudestinas que realizaba el gobierno
Para medir la siruación del momento basta transcnbrr las palabras del para detener las corridas de los bancos oficiales.
nuevo ministro de hacienda de Sannieuto: "El infrascripto verá como A estos hechos alarmantes debemos agregar los saldos desfavorables de
mt hecho providencial el fracaso del empréstito de los treinta millones la balanza comercial, que en 1888 er·au de 28.300.000 pesos oro y en
de pesos fuertes, pues no concibe cómo pudo ser autorizado por ley en 1889, de 74.424.000. El gobierno debió cesar culos pagos de la deuda
medio de la rebelión de Entre Ríos que estaba constUnieudo medio que n~antelúa con la Baring, colocando a la ftrma inglesa en apuros
núllóu de pesos f\tertes al mes, y en lo más recio de la guerra franco- finanneros.
prusiana que nos cierra dos mercados de los más importantes que a.len- Los inconvenientes se agravaron al producirse la revolución de la Unión
tab;lll y aseguraban el progreso de nuestras rentas". Cívica en julio de .1890 (§ 773), colocando al país al borde de la ru.llu.
Eu efecto, la rebelión de LóPEZ }ORDAN en Entre Ríos, la guerra euro- Se echó mano a las emisiones de papel moneda y de billetes de teso-
pea y la fiebn~ amarilla eran factores que perjudicaban las rentas del rería. Sobre to<lo, las emisiones mouetarias fueron enormes a raíz de
Estado, que por entonces no alcanzaban a superar los gastos. la existencia de bancos garantidos(§ 896). De 1887 a 1890 se emi-
tió, por intermedio de los bancos oficiales y particulares, la smna de
884. Entre 1873 y 1876 se produjo tut.a gr-ave crisis ecouómico-futalt· $251.628.000.
ciera, causada por influencia de la crisis mtmdial de 1873, provoca11do
tma situación alarmante, agravada por las obligadones señaladas aJ.lte- 886. El presi~ente PELLEGRINI, "piloto de tormentas", adoptó inmedia·
rionnente. Se suspendió la convertibilidad de los billetes de bauco, y el tunente medidas extremas: en agosto de 1891 itunovilizó el Banco de
pánico cayó sobre el país. Se depreció la propiedad itmmeble, se cerra- la Provincia, paralizándose_sus actividades dur-ante quince años (§ 893),
ron los bancos particulares, se clausuraron los principales comercios, se reestrucnrró el Banco Nacwnal y, por fin, orga11izó el Banco de la Na-
difundió la bancarrota. Ll crisis no afectó las fitentes productoras, y por cióu Argentina (§ 897).
ello, tm plan de severas economías y los fondos que facilitó la provincia Un uuevo empl"éstito extemo, llamado de moratoria, por 75.000.000
de Bneuos Aires salvaron la simacióu (§ 893). de' pesos oro, fue concertado en Londres por ilttermedio de .Mln;gan y
La Argentina, en proceso de plena e:xpaitsión y sin llll canda! de rentas Cta., luego de .azarosas negociaciones. Ya se habían obtenido dentro de 1
considerable, debió recurrir pennaJ.tentemente al préstamo exterao. De la República 50.000.000 de pesos corrientes, que, convertidos en oro,
1881 a 1885la deudaexrerior alcauz6los 101.190.000 pesos oro, pero fueron a saldar eu algo las deudas del Estado con la Baring, que recla-
1
ert los cinco aítos siguientes se duplicó. Sólo el Estado nacioual se había maba desesper<ldaJ.nente el pago de sus obligaciones. Estas dos medidas
eudeudado er1 $ 114.000.000, y las provincias casi alcanzaron esa StUlta. se lta~ían adoptado a fm de no perder el crédito en el exterior, pero
Seúala mta publicación oficial que hasta 1885los empréstitos tuvieron produJeron grandes trastornos eulas finanzas públicas.
por objeto la construcción de ferrocarriles y obras públicas, pero a par- La enorme deuda flotante fi.te consolidada en enero de 1894 mediattte
tir de entonces sólo buscaron procurar fondos al erario público. Hasta la. emisión de$ 15.000.000 e11 fondos públicos, cou Utterés del6% y
1892la deuda externa, i.ucluyendo lo invertido en empresas, consisúa otro tanto de amortización anuaL
en 922.545.000 pesos oro; de esa sUlna, el70% se concretó eu el perío-
do 1885·1890. 887. En 1899 se sancionó la ley de wnversión, que f~ó el tipo de cambio
Tatt excesiva carga de compromisos internacionales ahogaba las ftnan- de 44 centa.vos oro por peso papel(§ 891), disponiertdo la formación
zas del Estado. Gobierno y particulares, contagiados por tm período de de tula re:'~a metálica y ofreciertdo convertir a ese tipo. Esta ley, dura-
prosperidad que se creía ilimitado, se habían obligado más allá de sus mente cntlcada en su momento, sirvió para ajustar la moneda nacional
posibilidades. al oro, s~eándola nota~lemente. Ll Cafa de ConversWn era la encarga-
da de realiZar las operactones previstas por la ley(§ 891).
885. La situación comerlZÓ a tomarse a11gustiosa. El papel n1oneda,
que había vuelto a la couvertibilidad después de solucionatla la crisis de ~88. La deuda externa del Estado seguía en atmtento, lo mismo que la
1873-1876, dejó de serlo por disposición del gobierno en 1885, multi- ~lteru_a; a ca~a de la "paz _M"1Ililda", c01n~ se llamó por entonces la.
plicándose las enúsiones. De 1884 a 1891 se registraron emisiones por sttuacton de tirantez con Chile, que se soluaonó con los pactos de maJO

630 631
M.ll.."l"OAL DE HISTORIA DE US INSTITUClONES ARGENTINAS

'(§ 827). Hasta los fondos de la Caja de Conversión habían sido utiliza- las monedas que se acuíuhru.t eran et argentirw y et medio argentirw \de
dos, al punto de que en 1902 el encaje de esta i.nstintción r.m sólo 5 y 2.50 pesos oro); tru.nbién se preveía la eXistencia de moneda de plata
llegaba a 2.843 pesos oro. Sin embargo, nuevamente las riquezas del con fuerza cancelatoria. Se dispuso la instalación de casas de moneda y
país le pennitieron salir adelante, y en pocos años el encaje ascendió a se efecntaronlas acuñaciones necesarias. El sistema de libre convertibi-
más de trece millones (1906). En esta misma época se había logrado la lidad previsto por la ley debió ser suspendido en 1885, y se decretó la
consolidación de la deuda intema ($ 66.000.000) y la externa circulación forzosa de los billetes de banco, que tctúan un equivalente
(333. 900.000 pesos oro). Para ello se obtuvieron dos créditos: uno de legal de un peso papel por lOO cen~vos oro. En 189.~ se desv~orizó el
Inglaterra, por L 4.000.000, y otro en Francia, por L 3.500.000. peso papel mediante la ley de conversión, que estableClo el cantbto ctl tlll
peso papel por 44 centavos oro (§ 887).
889. La moneda. La falta de moneda metálica fue uno de los males
crónicos de las finanzas nacionales desde la pérdida de la ceca de 892. Los bancos. El Banco de la Provincia de Buenos Aires, como se
Potosí ( 1815). Para remediarla se echó mano a expedientes desespe- ll>liTIÓ al Bance y Casa de nwneda (§ 615) desde 1863, fue la ÍUlica insti-
rados (§ 602), y en defulitiva, se hiz.o necesario permitir la circulación tución., hasta 1873, que emitió billetes, usando esta factútad en fonna
d.e mot~e;Ia extranjera. El gobierno de la Confederación legalizó esa excesiva. La enorme masa de circulante -hacia 1861 se la estimaba en
ctreulac10n por ley del 7 de enero de 1854, >~.dmitiendo que se realizaran más de$ 300.000.000-- decidió a la provincia de Buenos Aires a itlten-
en moneda extranjera los pagos en sus oficinas fiscales, fijándose por ley tar su conversión, a cuyo efecto se dictó la ley respectiva en 1864. Esta
posterior (3·de setiembre de 1855) el valor de las mismas. También el ley nunca pudo ponerse en práctica y, en cambio, el Banco debió auxi-
Estado de Buenos Aires adoptó igual temperamento en julio de 1857. liar al gobien10 nacional a sostener la guerra contra el Paragttay con
Una vez unida Buenos Aires a la Nación, el gobierno nacional dictó la nuevas emisiones de papel moneda. Los anticipos que hizo el Banco a
ley del 26 de octubre de 1862 que fijaba nuevos valores a las monedas la Nación alcanzaron los 15.000.000 de pesos fuertes.
extra.njeras, seflalando como unidad monetaria para las equivalencias la La situación general no hacía más que alterar el valor del papel moneda
onza de oro de 16 pesos fuertes. p 1"0vincial, y para remediar esa situación, el gobiemo de la provitlCia
Esta situación constituía un grave inconveniente para el comercio y las atttorizó el Banco en 1867 a ctltregar $ 25 p>~.pel por cada peso fiterte
tramacciones en general. La profusa circulación de monedas de todo metálico, y viceversa, creando a estos fmes ~oficina de cam!J!o d~l Ban-
tipo y la ausencia de moneda metálica nacional eran hechos de contor- co. De esta forma se esrnbleció la conversión a un cambiO fip y se
nos alarmantes y constituyeron algtulas de las causas que agravaron, en aseguró el valor del papel moneda, que era emitido por la mencionada
nuestro suelo, los efectos de la crisis europea de 1873 (§ 884). oficitu. Su éxito fue rotundo: al año de su itlStalación había recaudado
casi 3.480.00 pesos fitertes, y en 1872 alcanzó casi los 15.500.000.
890., En 1875 se sancionó tllla ley monetaria integral, que fijaba un
patron oro y organizaba casas de moneda, actúlaciones, entre otras dis- 893. El Banco agilizó sus operaciones y aumctltó sus depósitos, atrave-
posiciones, pero que, debido a la crisis económica por la que atravesaba sando por· Ulu etapa excelente de su econonúa. En1872 registraba de~
el país, no pudo aplicarse. El gobiemo autorizado por esta ley a fijar pósitos por más de $ 464.000.000 y hasta otorgado préstamos por
nuevos valores a las monedas extranjeras que circulaban, sobre la base v.úor de alrededor de$ 524.300.000. Sin embargo, los inconvenientes
de la nueva mUdad establecida (el peso fUerte de 1875), declaró corrientes financieros del país entre 1873 y 1876 seúala.ronla caída de la oficina de
casi todas las que existían., asignándoles un nuevo valor. De esta forma cambio, que cerró sus puertas ctla.ndo se decretó la inconversi?n en ~~o
la confi.tsión se agravó, y la ley de 1875 vino a empeorar las cosas. Por de 1876. Por otra parte, tula competencia ruinosa enl:ll.aterta credtncia
decretos Sucesivos se modificaron las equivalencias. En 1879, una nue- mantctllda por el BaflCO de la Provincia con el Nacional, qtte había sido
va ley tampoco pudo aplicarse, pero, en cambio, se fija.rou otros valores fundado en 1873, agravó la situación de ambas instintciones. ~ecesida­
para las monedas extranjeras. La situación era cada vez peor. des urgentes del Estado Nacional obligaron al Banco a facilitarle un
préstamo de $15.000.0~, que s~a ~"C~~lsado c.o~1la .renta aduane-
891. Por fin, el3 de noviembre de 1881 se organizó en fOrma efectiva ra, otorgándole en cambto la proVlllCla diStllltos pnvilegtos. ..
el sistema monetario nacional. La unidad monetaria era el peso de oro, y El Banco continuó sus actividades hasta que, arra.su·ado por la cnsts de

632 633
I TUCIONES A.ROENTINAS
MNWAL DE HISTORIA DB lAS NSTl .
- bierno decretó su liquidación etll891, paralizando tamo que le había otorgado el Banco de la Provincia significaban la
1890 (§ 885), el go .~ E1 1906 se fusionó con el Banco de nillu del Banco Nacional, ya que se le privó de la facultad de emitir
sus actividades durante lar~ anos.! . ~1rlo desde entonces a retomar la y convertir billetes en la provincia de Buenos Aires y de amnentar su
Comercio Hispano Amen;:ano, vo ~ores y que 110 decayó desde ese ciretdacióu, dificultáudose, además, la circulación de sus billetes en
importaucia que uwo en epocas au el resto del país. A pesar de todo, los esfuerzos del directorio y la
lllOiHClltO. reorganización dispuesta por ley de 1876 salvaron al Bru1co, que pudo
894 Enl872 comenzó a funcionar e! Banco Hiff!tecario,.:deilir.endiet~t~ contiuuar ftmcionaudo, aunque sobre nuevas bases.
· . . d B 105 Aires Su obJeto era utc tar pres Luego de 1880, pacificada la República y establecida la capital federal,
del Ranco de la ProvmCia e UCl . . d édukts que tetúan como el Bauco atunentó notablemente sus operaciones, al puuto de que en
tamos lúpotecarios a largo plazo, en~nen od e 1 8% . ,.. ,¡ y li!. amor- 1882 se autorizó a elevar su capital hasta veinte millones de pesos, que
SO El. t ' 110 podíaexceere ;u .... '
valor múlli~o $ · ll1 eres El Banco se reservaba el derecho de sería suscripto por partes iguales entre la Nación y los particulares. Asi-
tiz·aciónoscilab~ ~l~'e. ell Y.el 2 %. . hi tecados de uienes no abo- mismo, se dio mu mejor organización al establecinúento.
vender SÍ.ll preVIO J1.UClO los uun;tebles ro. il · te ~entes a hacer La crisis de 1890 (§ 885) sacudió las flllanza.s del Banco, al punto de
narm la deuda, y se le recononan otros pnv ~g:tos l que en 1893 debió disponerse por ley su liquidación, fi.mdándose para
lll<ÍS segura su sintación como acreedor bancano.
reemplazarlo el Banco de la Nación Argentina (§ 897). El Banco había
895 El Banco Nacional fue ant~rizado a funcionar por ley' del 5 ~e
participado de la barahlmda general, brindando sus créditos siu garan-
: b de 1872 eil momentos de apogeo, cuando se creta que -s tías 1Ú seguridad; emitiwdo billetes más allá de lo previsible, sujeto a 1os
novtcnl re . _' _. la producción podían sostener vaive11es y necesidades de las finanzas del Estado, sufrió las consenteJ.l-
excelentes com:hCiones del colTJerClo Y r. d 1873 el esta- cias de su mala política financiera ~ esta vez, sucumbió.
. porriesgosaquefuera.uuugura oen '
cualqmer e1ni:r~~' . 1 efectos del desastre fwancie-
blecinúeuto sultlO desde un conUeJ.lZO os 896. Los bancos nacionalesgarantidos surgieron por ley de noviembre de
w d' 1873-1876 (§ 884). 1 " y p•- 1887. Se procuraba con esa ley unificar las emisiones monetarias de la
- b- [; _ titado para en1itir billetes, descontar e as .
El :m::~e~:: d~l:;~ a los gobiernos uadouales y proV~lciales y a~nr República, dispmúendo que los bancos establecidos o a establecerse que
gar ' P d l N · • 1 Los billetes eran convertibles a la vlSta enútier·an billetes lo hiciesen telÚeJ.ldo garautia de la Nación y fi1erza
·alseutoaaaCIOI· fi'
stKUbt~· e d .fdos como moneda corriente en todas las o tcmas cancelatoria eu todo el territorio. Por entonces eran varios los ba.llCOS
y de 1<l.ll ser a mt t , d $ 20 000 000 pero podría que eula capital y el Íllterior libraban billetes iuconvertibles, que circu-
, bl. El pi tal del Banco sena e · - '
pu teas· ca $ 3 000 000 depositados laban tan sólo en los territorios donde se enútía.n. Los bancos que se
comenzar a ftUlcionar cuando contase con . .
acogieran al régimen de la ley debían depositar e11 garantía de sus emi-
en sus arcas.
. . , de los negocios impt.d.ó t recaud ares.'' 1'Utima suma' sioues fondos pt'tblicos nacionales de la detKla Ílltema, y los que uo lo
La paral tzacton · haber alcanza- lúcieran debían cesar en SliS operaciones de enúsióu. Los fondos debían
! B ·o debió ser autoriudo a abrir sus puertas_ sm
ye :mbc
do a cu nra.
1- Las perturbaciones financieras contuluaron en aumen-
ll El roducido del em-
ser veudidos a los b-ancos por la oficina inspectora que se creaba, al 85%
de su valor. El producido de esta venta, eu oro, debía depositarse a Íllte-
la iustituciónuo pudo StlStraerse a e a~- P ., .
to,,Y. . d 1870 (§ 883) fue depos1tado cast u1tegtam~nt~ rés en el BaucoN acional durante dos ailOS, y luego de ese lapso desti.tlar-
prestlto _ex~~t~~ 1-: rovincía de Buenos Aires y Nacional a pnnCI- se a cancelar la deuda extema. Lts emisi01.1es anteriores debíMl irse reti-
e~tlo~ ba{~73 peroplas necesidades [lScales obligaron al Estado a rando y sustituyendo por las que autorizaba esta ley. De imnediato se
ptos e . ' d ' . fi e del año siguiente. Del Banco fi.u.1daron bancos de este tipo, y los existeutes se acogíer01.1 a sus benefi-
retirar cas1 todos sus eposltos a lU s . b. 3 500.000 pesos cios. En poco tiempo la emisión llegó de$ 88.000.000 a$161.800.000.
Nacional se retiraron e~ltr: octubrle y no~t~n ~e o~itado. La rebe- Los efectos de la ley fueron desasn-osos. Las provincias se CJ.ldeudaron
f y culos meses stgmentes, e resto e o ep d l
u;rtes, R' decidió al Estado a cerrar todas las sucursales e para conseguir oro y adquirir fondos públicos; el oro, en lugar de depo-
lían ~e En~: fi:~s rulte la impotencia por parte del establecUuient~ sitarse, fite lanzado a la circulación; apurado el fisco por obligaciones de
Bam. o, y I . ' etálico los billetes que le presetltaban, se decreto toda úld.ole, muchas veces veudió los títtdos, recibiendo, en lugar de
¡)ara convertlf en tn b.
. ' en Ula. yo de 1876. Los apuros del go terno y e
1 prés oro, pagarés.
la .UlCOtlVerstOll -

635
'"
MANUAL DE HlSTORlh DE US lNSTITt'CIONES ARGENTINAS LA CUilSTlÓI< OBRERA

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~a inmensa masa circulante, sin garantía ni respaldo, que surgió de este La cuestión obrera l'l
SIStema fi.te tul elemento más que agravó la crisis de 1890. La conver~
sióu de 1899 termiuó con los billetes de estos baucos (§ 887). 899. La población de la República Argentina hab~a amnen~ad~ enor-
memente(§ 880), sobre todo, al influjo de los contrugentes nmugrato-
897: El Banco de la Nación At¿]entina fhe fundado por gestión del rios (§ 859). Esta circtulStancia, unida al vertiginoso progreso ~c~~ó~
pr~stdente PELLEGRINI y de SU ministro de hacienda, VICENTE FIDEL mico general, creó una importante clase o~rera, que t:>~nto advtrtlo la
LoPEz. El nuevo establecimiento reunía las mismas característi- necesidad de asociarse en denu.nda de meJOres condu.:Iones laborales.
c~s del Banco. N acioual, pero se lo reorganizó para que perteue- La situación social había adquirido coutornos distintos, y las uuev~s
c!era eu esenCia a los accionistas particulares. Su capital asceude- características eran factores propicios para la organizacióu del movi-
r~a a $ 50.00~.000, _divid~do ei~ acciones de $ lOO cada una; el pre- miento obrero.
Sidente del drrecro_no se~1a ~es1gn.ado por el Poder Ejecutivo, y el Los trabajadores, animados por el ejemplo europeo que l~ ~rulSrnitia~
res~o, por los ~rop10s acCiomstas. Se le coucedíaulos mismos privi- los ínnúgrru1tes, comenzaron a agrenliarse. En 1878 lo htcieroulos n-
legtos Y exenciones que al anterior Banco Nacioual, pero se preveía pógrafos; en 1885, los carpinteros y ebanistas; eul886, los pan~deros;
que qu~daba inhibido de emitir billetes mientras no tuviera el encaje los maquinistas y foguistas del ferrocarril formaron La Fratern~ en
necesano que indicaba la ley. 1887; en 1890 se agremiaron los albañiles; los sombrereros lo hicierou
L:>s t:>rimeros tiempos del Banco no fueron muy promisorios. La sus- también en esa época. Hacia 1895 existían, según JosÉ P &'IETIIERI, 25
cnpCIÓ~ d~ accion~~ uo ~vo mayor éxito entre los particulares, y el sociedades cotlSt:iUúdas.
e~tablec~en~ debtó contmuar gobernado en forma provisional por el Las huelgas, fenómeno típico de la nueva sociedad capitalista, ~omenza­
drrectono destgna.do por el Ejecutivo. Sn marcha se vio difietdt:ada por ron en nuesn-o país en 1887. Cou anterioridad, s61o se regtstró una
el temor de volver a los excesos que habíau significado la mina del huelga aislada en 1878. Pero a partir de entor~ces se hici~ro~1 frecuentes;
Banco Nacional, hasta que la ley de 19041o reestmcturó, dándole nue- todos los años se producía11 algunas, y cada auo eran mas vn1.~eutas. Eu
vas bases.. 1890 hubo cinco, nueve en 1894, y veintiséis en 1896. A pru·ur de 1900
Esta ley le otorgó el carácter de Banco de Estado, con un capital de $ los movimientos huelguísticos aumentaron considerablemente y comen-
50.000.000 que ya le había adelantado el Fisco, y quedó transformado zaron a const:intir un serio pwblema social.
en agente fm~1ciero del ~bieruo. A sus arcas irían todos los depósitos
del Estado, y este garant.Juba todas sus operaciones. 900. Enl882 se creó el Club W01wáerts (Adelante) ~orrnado p01: so-
cialistas alemaues, que file el primer intento de orgam~ar una enttdad
898. El Banco Hipotecario Nacional fue creado por ley de setiembre obrera. E.u 1891 se fonnó la~Federación ObreraArgenttna (FOA.),_de
de 1886, a instancias del ministro de hacienda, WENCESLAO PACHE- corte marxista, que pretendía agrupar al movimiento ??rel"O argentw.o
co. Tenía por objeto facilitar préstamos sobre hipotecas en toda la y obten.er, entre on·as COSaS, la posesiÓn del poder poht1CO r;ua la d~,SC'
Nación, emitiendo cédtdas de parecidas características a las que li- obrera, la colect:ivizacióu de la pwpiedad privada, la supresion del e¡er-
braba el Banco Hipotecario de la Provincia de Buenos Aires que le
sirvió de antecedente. ' (3) Jost ARcE, El COtligo dt r.-abajo (1904), Buenos Aires, 1963; Hlli.OSH! Mn.Tsu:HIU,
Orgnnizackms sindical~ y rdacirm~ /a!Jim;IJ~en N.H.N.A., r. 9, cap. 44; Al.FREDO L PALA<::,os,EI
La inst:itucióu sufrió ~os embates de la crisis de 1890 (§ 885), pero nUPO d.mcho (lcgi;/ación del trabajo), Buenos Aires, 1920; jost Pa.-<EmER!, Lo.< rraba¡/dorcs en
pudo mautenerse en pie, a pesar de haber alcanzado a emitir por entou- tiempos de fa inmigración masiPa mA7JJmtina, 1870-1910, La Plata, 1966; lon1, E! Jlf"!rltrtodt 11')·
ces alrededor de 90.000.000 en cédulas de curso legal y 20.000.000 en nacional de trabajo (1904), T. C., N" 13, La Plata, 1965.
cédulas en pesos oro. (3a) MM<::EI.A J\sl'ELL, Lo.< preccdmt~ legi;latiros drl primer proymo de ley m1:'ional dd trabajo ~n
R.H.D., n" 8, 1980; NiSTOll TOMÁS Auzr.,La_PollriiXI- del Estado en la cu~wn olm:rn ~! •-om:~Bza{
En 1893, el presidente LUis SAENz PENA confió la direccióu del Banco el !'Í(J!o:XX. El DepartammtoNtuiona.ldd 1hlba;o. 1907 -1912 en ~-H.D., n 15, 1987, N_::s -
a C:ARI~s PELLEGRINJ, quien, mediante lUla acertada conduccióu, logró A1ÍzA La legislacúin la!mral y la c(ll¡lpkjidad del mundo dd rmba;o. El Depa-rtamento Nmwnal del
Trrtba}o 1912-1925 euR.H.D., n" 17, 1989; CaT~!Na,LaLigaParriórica ... , op. nc en no~ cap:
~vttahzar sus fmanzas. El campo de acción de los préstamos hipoteca- XXIX· juuo GoDio Histwia dd mmWniento obrero m;gcnttrw, 1870-2000, Buenos .'Jres, -000,
nos alcanzó, a partir de entonces, a todas las clases sociales y a todos los Eou.~oo M-\RnRi,Notas parad estudio del derecho !almml a7JJentino en RJ.H.D., n" 25, 1979.
lugares del territorio nadonal.

636
M.II.N"I'AL DE HtSTOIUA DE LAS lNSTITL'ClONES ARGENTINAS L\. CUESTIÓN OlHUlM

cito permanente, el arma;nento gener<tl ~el ~~teblo, la supr~si~r; del 11es gremiales y profesionales, y la obtención de mta legislación del tra-
presupuesto del clero, e:cetera. Esta or?a~uzaCion y l~ que le srgmo. ~­ bajo que protegiera a la clase obrera. 1hvo la Liga Ulld vigorosa existen-
seían estrechas vinculaCiones con movuruentos llldrxiStas del extenot. cia, en permanente lucha con socialistas y anarquistas (§§ 901 y 953).
El 25 de mayo de 1901 surgió la Federación Obrera !Ugion~l Argen-
tina (F.O.R.A.), continuación de la anterior, que en su qumto c~n­ 901. Durante esta época, la Argentina sufrió influencias socialistas y
greso (1905) proclamaba st~ ~s~ción id~ló?ica y recomendaba "'~1- anarco-comuuistas importadas de Europa. Afluyeron gmpos de socia-
cukar en los obreros los prmClptos econonucos y filosóficos del ~.:o­ listas franceses, españoles e italianos, lo mismo que reconocidos anar-
numismo anárquico". qtústas, quienes pugnaban por la transformación radical de la sociedad,
En 1903 se realizó el primer congreso de la Unión General de ~r~aja~­ atentando contra sus valores tradicionales.
res (U.G.T.) que, alejada del sectarismo de la EO.R.~., proptcta~a,.m­ La Intentacional de Trabajadores cm·opea tuvo su primera sección en
dcpendientemente de la lucha gremial, que los trab~¡adores parttct~a­ Buen?S Aires en 1872, constituida por franceses, y fue de orientación
ran en las contiendas políticas, votando por los paJ:tldos que :ontuvte- manasta.
sen en sus plataformas programas de reformas 9-ue bene~c~~~'lll a la El Oub Worwiíerts fi.te expresión del socialismo alemán. La F.OA pu-
clase obrera. Estas dos asociaciones buscaron :fustonarse, sm eXItO: d:- blicaba el periódico El Obrero, de ftliación anarco-commústa, como la
bido a las diferencias ideológicas, pues en tanto la EO.R.A. constltuia institución que lo editaba. En 1885 apareció La Tiánguardia, como ór-
un reducto anarco-commllsta la U.G.T. estaba dominada por el socia- gano permanente del socialismo argentino, y mt año más tarde se fim-
lismo. En 1906 Lt U.G.T. s; transformó en la Confoderación Obrera daba el Partid<! Socialista, dirigido por JUAN B. JusTO. El conocido anar-
ReginnaJAr:gendna (C.O.R.A.), pero tampoco esta organización alcan- quista italiano E.>.<RIQUE MALATESTA visitó el país en 1885, y en l898lo
zó a agrupar a todo el movimiento obre.ro. hizo PIETRo GoRL Ambos di.fi_mdieron sus teorías a través de los perió-
Las luchas, escisiones y nuevos agrupanuentos fi.teron frecuentes dumn- dicos La Q¡ustione SocialeJ E1 Perseguido) La Protesta humana) I!AYenireJ
te el resto del período. Se pueden definir -siguiendo ~ ~TSUSHITA­ Ni Dios ni Patrón, entre otlus. En 1905, la F.O.R.A. proclamó su filia-
cuatro corrientes principales en la relación entre eltnovmuento obrero ción anarco-cmmuústa (§ 900). Todo este fermento propagandista de
y los partidos políticos con respecto a la es.trategia de luc~a que susten- ideas exóticas produjo actos de violencia e intimación, que, más que
taban a favor de los trabajadores: la comuntsta, que sos tema la suprema- mejorw laborales, pretendían fines políticos, como los emmciados por
da del partido; la socialista, que admitía la mutua independencia; la J. F.O.A. en 1891 (§ 900).
sindicalista1 que se indinaba por el predon~o del movimi~nto ob~~ro; Para contrarrestar esta influencia y orientar a la opUúón, el Padre GROTE
y la anarquista, que rechazaba toda relacton c~n el partido poünc~. :fi.mdó en 1900 el diario católico El Pueblo. ·
Cada mta de estas corrientes tetúa a fines de la decada del 20 su propta En el meusaje de 1903 al Congreso, el Poder Ejecutivo señalaba los
ccnu·al, pero los intentos de múdad. ~indical que se vet~an realizando efectos perturbadores de esos elementos foráneos: "Las agitaciones obre-
dieron su fruto en 1930 con la creacron de la Confoderactón General del ras del_ año pasado en forma de propaganda oral y escrita y de huelgas
1Yabajo (C.G.T.) sobre la base del acuerdo entre las corrientes socialis- parciales o generales, que llegaron a veinte y seis, veinte de las cuales se
tas y sindicalistas, con predominio de una lú1ea Uúcial de prescUtdenda propotúan obtener disminución del trabajo y aumento de salarios, asu-
de iodo partido político. mieron desde el primer instante tul carácter violento y agresivo contra
Sou dignos de señalar, asinúsmo, los esfi.terms desarrollados por la Igle- las personas y los bienes de los obreros que se negaban a seguir el mo·
sia Católica, a u·avés de los Círculos de Obreros, que agrupaban a co- vinúento, y contra la autoridad núsma, impulsadas por las socieda-
mienzos del siglo XX casi 24.000 asociados en todo el país, organizados des de resistencia, cotlStituidas en federación, y en cuyos consejos direc-
par acdóndel sacerdote alemán FEDERICO G~oTE: qmen, en1892, ~m­ tivos predominaban elementos anárquicos y los habituales más exalta-
dó el primero de estos círculos, que estaban ~lSprrados_en las ens;uan- dos agitadores de las clases trabajadoras".
zas de la encíclica Rerum NflVarum (1891 ), retteradw anos despues por
la Quadragesimo Amw (1931). Este mismo sacerdote fi.mdó en 1~0? la 902. En medio de esta proliferación de ideas extremas, la Iglesia Cató-
Liga Detnocrdtica Cristiana con el objeto de que los obreros catoli~os lica, a la vez que nx:ordaba los inalienables derechos del hombre traba-
actuasen en el carnpo cívico. Se propouía la formación de corporacto- jador y también sns obligaciones, proctu·aba que las conquistas sociales

"' '"
M.\.NUAL DB H!STOR14 DE LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS Ll\_ CUES'tl.ÓN OBRliR/!.
'",,."'
se obruvi:Xat1 por medios pacíficos, y que las relaciones entre el capital elevando más la persona social del obrero, a nivel de las exigencias tr_te- 1~
y el trabaJO uo fueran nua lucha despiadada de clases, sino wta "equili- dias del ambiente en que vive y de actlerdo con pri.t1eipios más amplios
brada concordia". En la encíclica de León XIII, Rerum Novarum (15 de de justicia ya reclamados con imperio po1: los hechos tuliversales, ~r la ~
~yo de 1891), seíulaba la Iglesia que "no es denigrante en el hombre convicción de los hombres de gobierno más autorizados, y por legtsla- ~
eJercer por salario lUl oficio que le habilite para poder honradamente ciones de las na.cim1es más cultas".
defenderse en la vida. Lo que verdaderamente es denigrante e inlnuna-
110 ~~abuso_ del hombre, ~amo si fuera tilla cosa, para sacar provecho
El proyecto procmaba, decía el Ejecutivo en el mensaje con q1~e l~ pre-
sentaba a las cámaras, "eliminar en lo posible la causa de las agttaciOlleS
•4
de el, srncons!derarlo en mas que culo que dan de sí sus músctdos y sus que se notan cada día más crecicr1tes en el seno de aquellos grenlios, 4
fi¡erzas". Las partes que aparecen antagónicas en las relaciones laborales cuyo amnento y organización paralelos cou el desarrollo de nuestras
no lo sou, decía la Iglesia, puesto que "necesitlla mude la otra entera- industrias. del u·áfico comercial interior e internacional, y de los gran- l
mente, ya que, sin trabajo, no puede haber capital, ni tampoco, sin des ce11~ ur~anos, donde se acumulan las fi1erzas fabriles y se prod~­ 1
capitll, trabajo". cen los fenómenos de la vida colectiva, hacen cada vez más necesariO
Al amparo de estas doctrinas se trató de quitar vinUencia al rnovinlleu- que el legislador les preste una atención más profimda y busque solu-
1
tt:> obrC:O -encau:zándolo por el orden y la legalidad- y alejarlo de la ciones defmitivas". l
VlOletKia, cualqmera fitese la forma que adoptara, ya que ella resulta Se contemplaban pri.t1Cipaln1C11te: a) la regulación legal de las horas ?e
repugnante a ~s enseñanzas del Evangelio. trabajo; b) el establecimiento de b:ibmules de arbitraje para 1~ _conflic-
1
tos entre pan-o nos y obreros; e) el derecho del obrero o su famil1a de ser l
903. La. cuestión obrera alarmó al gobieruo, que, desconcertado ante el indemnizados en caso de daúo o muerte del trabajador en horas labora-
fermento social que se expandía por el país, reaccionó en forma drásti- les; d) el derecho a una peusióu por .UlCi.ulldad; e) la reJltricción de la
ca. En 1902 se dictó la ley de residencia, que facultaba al Ejecutivo a inmigración de los extr.u1jeros indigentes; f) la posibilidad-de c:u1ceder
ex:puls~ del terr~torio· a todo extranjero cuya conducta comprometiera préstamos a los obreros para compr-ar sus viviet1das, y el alojanllCilto de
la segur~dad naciOnal o perturbara el orden público, o bien, estuviese los pobres en lugares adecuados. .
persegrndo o condenado por tribmlales extranjeros. Contet1Ía también mu serie de disposiciones tendientes a meJorar la
En 1910, ante la proliferación de las huelgas y uu atcr1tado ocurrido cu situación del trabajador, como la iuembargabilidad de sn sueldo hasta
d Teatro Col6n, se sancionó la ley de deftnsa social, que prohibía la en- tma qui.t1ta parte; la 1:egl.unet1tación del trabajo de las mujeres y los
trada en el país a los que comtUgaran con ideologías anarquistas o per- niños, para quienes procuraba "me110s han de ciller y_ más h~ras .de
turbadoras del orden social y a los que hubiesen sido expulsados. Se hogar"; la admisión de la huelga que tuviera por objeto ·'reivi.tldicaciO-
prohibía también toda asociación o retutión de pet-sonas que tuviera nes pacíficas y la acción metódica y gradual" de los trabajadores, en uso
por objeto la ·~1Stigacióu a cometer hechos reprintidos por las leyes. de su derecho de "no trabajar".
J?ice MIGUEL ANGEL CARCANO que en tanto "el Congreso olvidaba san- El proyecto era verdader.unente importante y consistía en el ~ruto de
Clonar los ~r?yectos de ~istetlCia social que se hallaban en las carpetas pacientes investigaciones de legislación e:l..'traujera y de la real1d.ad na-
de sus COllllSIOnes, el gobierno afrontaba la crisis votando en veinticua- cional. A estos fines se había comisi01udo a JuAN BIALET MA.ssE la re-
tro horas la ley de defensa social. La terapéutica oficial reccu-rfu a un dacción de un i.túom1e detallado previo, sobre las condiciones del traba-
procedintiento simple pat·a domiuar uua situación compleja". jo y de la población obrera en gcr1eral. .
El proyecto mmca fite aprobado, quedando tau sólo con10 el pru~er
904: No todos los gobiernos reaccionaron de esa forma. En 1904, e] intento se1·io y orgátúco de esu·ucUJrar:, sobre bases 1111evas, las relaoo-
prestdente ROCA rCI~~ó al Congreso uu proyecto de Código de Trabajo, nes laborales.
redactado por su nmllStro del ÍJtteriot; JoAQUÍN V. GoNZÁLEZ.
Decía RocA que "ha llegado el tiempo de afrontar este estudio -con 905. La llegada del pri.tner diputado socialista al Congreso en 1904,
án.iu1? _resuelto de dotar a la Nación de una ley que no sólo regule las ALFREDO L PAL'\Cios, i.tnpulsó la sanción de varias leyes que contem-
condiCIOlleS de adntisión y permauetlCia eu ella de los itunigrantes en pl.u-on la situación de los t:ra~ajadores, la primera de las cuales tuvo su
gener-al, siuo tan1bién de la ejecució11 del trabajo de la grande iudustria, origen en el proyecto del código rnencionado. Se tt;1taha de hl ley de

&n
'"
lvlaNl'AL DE ffisTORlA DE LAS !NST!Tt'CIONES ARGENTINAS

descanso donúuical (1905). PALACios, desde la banca parlamentaría, la


cátedra y el libro, atacó la libertad absoluta de contratar, emergente de
la concepción liberal que, en esa materia, había inspirado al código
civil. Proclamó la necesidad de lUla legislación del trabajo, amplia, que
Capítulo XXXIV
atenuase los efectos perniciosos provocados por el abuso del capitalis-
mo y elevaxa las condiciones morales y materiales del obrero.

906. Por otras leyes sociales se dispuso la creación del Departamento


Nacional del Trabajo, a cuyo frente estuvo el doctor JosÉ NicoLÁS MA- La enseñanza elemental y media.
TI&'Izo; la regulación del trabajo de menores y mujere'); la reglamenta- Los estudios universitarios. La ley Avellaneda. Ftmdación de la Uni-
ción del descanso de las madres obreras; la indenutización por accideu- versidad de La Plata. Autecedet1tes y creación de la Universidad Nacio-
tes de trabajo y enfermedades profesionales; la creación de agencias nal del LitoraL La Utúversidad Nacional de Tbctnnáu. La reforma de
gratuitas de colocaciones; la iuembargabilidad total de sueldos, jubila- 1918
ciones y pensiones de escaso monto, y en detennÍl1.ado porcentaje cuan- La enseñanza del derecho.
do excediera el núnimo fijado por ley; la forma y la condición del pago Las academias nacionales.
de las remlllletaciones; la prohibición del trabajo nocturno en las pana- El periodismo.
derías; y la limitación de la jomada de trabajo.

907. A pesar del acceso al poder del radicalismo(§ 782) sostetúdo por La enseñanza elemental y media <1>
amplias bases populares, la agitación obrera siguió en aumetlto. Nuevas
leyes laborales sancionadas en este período (reglametttación del trabajo 908. El período educativo iniciado en 1853 ofrece perspectivas dis-
a domicilio y jubilación de obreros y empleados de etnpresas particula- tintas de las existentes hasta entonces (§§ 629-639). Para EcHEVE-
res de servicios públicos), y algunas reglatnetltando las relaciones loca- RRIA, la instrucción eletnental había significado una necesidad impe-
tivas, no alcattzaron a contener los desórdenes obreros que eran fomen- riosa, un modo de educar a las masas ignorantes en sus derechos y
tados por la prédica disociadora de anarquistas y conuuústas. deberes de ciudadano para el ejercicio de los derechos políticos. Sin
La guerra arreciaba en Europa, y sus cotlSecuettcias se hacíau seutír etl descuidar este aspecto, ALBERDI puntualizaba en Bases la necesidad
todo el numdo. En 1917 estalló la Revolución Rusa, y a poco se empe· de ouo tipo de educación, y; así, decía: "La instrucción para ser
zaron a sentir sus efectos sobre la paz. La útcipietlte úKiustria surgida al fecunda ha de conuaerse a ciencias y artes de aplicación, a cosas
ampatu de la contienda se vio en situación desesperatlte al enfreutar la prácticas, a lenguas vivas, a conocimientos de utilidad material e
paz; la falta Je productos de prllnera necesidad asoló la República; los inmediata", por lo que sugería "multiplicar las escuelas de comercio
precios, siguiendo el ritmo de la escasez y la especulación, subieron y de industria". Estos dos etúoques (.'Xiucatívos nos anticipan ya un
vertiginosamente, y pronto una situación de grau apremio alcanzó a profundo cambio de orientación pedagógica en la segunda mitad del
todas las clases sociales, especialmcr1te la obrera, agitada por el extre- siglo XIX.
mismo anarco-marxista. Los conflictos obreros procuraron solucionar- La Constitución de 1853 señaló como una de los prittcipíos básicos de la
se dentro de la política arbitral del gobierno, pero las huelgas no cesa- organización de las provincias «la educación primaria" (art. 5), y como
ron. Enl917 hubo 138; en 1918, 196; en1919, 367. Las huelgas y los atribución del Congreso Nacional "la de proveer al progreso de la ilus-
sabotajes se mtdtiplicaron., y el gobierno se sintió impotet1te para dete- tración, dictando planes de iustn.tcción general y universitaria ( ... )" (art.
ner la agitación. Se etúrentaron grupos atttagónicos etllas calles de Bue- -------------------
nos Aires, y el país vivió la terrible Semana Trágica en euero de 1919 y (ll LEOI-'ClO G!ANEllO, La emeiianw primaria} secundaria (1862-1930}, H.A.C., vol U, ha.
contetnpló azorado los fusilamÍetltos represivos de Santa Cmz etl1921. 5e<X:., 1 964; FERNANDO MARTÍNEZ PAZ, EJ sistema edw:atir'(! nacional. Rmnación. DelWTOIJo, Crifit,
Tucumiin, 1978; Juw P. R.'I.M05, Hi<toria M la instrucción primaria m la Rl:pública Argmtina
(1810·1910), B<Ienos Aires, 1910: JuAN C. TEDESCO. Educación y Soátdad m /a Argentina (1880.
194~), Buenos Aires, 1993.

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MANUAL DE HISTORIA DE LAS INS'I'ITUClONES ARGENTINAS

'67, inc. 16). Todo ello, bajo el postulado de la libertad de enseñar y La ley 1.420 fue largamen;e discutida más ~ue por ta7-?nes de téc,ni~~~
aprender, consiguado en el art. 14. educativas, porque a traves de ella. se ventilaba l.~"';' vtolenta pol~nu<;_a
entre liberales y católicos(§ 943), que t\l\'0 tamb1.en consecuencws so·
909. La enseñanza elemental o primaria c011tó con el decidido apoyo bre aigtum disposiciones de la n:Usma. La ley sostetúa que "la escuela
inicial de los gobiernos constitucionales. Si bien el mencionado arr. 5° primaria tiene por único objeto favorecer y dirigir sim:'ltáneament: el
potúa a cargo de las provincias la tarea de sostener esta enseúanza, pron- desarrollo moral, intelechul y ftsico de todo niño de sets a catorce ar~s
to se admitió la necesidad de que la Nación cooperara al menos econó- de edad", determinando que la enseil.a.nza debía ser obligatoria,gratutta
micamente en esta empresa. Ya en 1857 se dispuso subvencionar las
escw;las en las provincias, alcanzando carácter regular durante la presi· ygra4ual. • b d b l . .. d l
En forma sistematica y completa se a or a a a org.uuzanon. e a
dencta de MITRE (1862-1868) y atunentá.ndose notablemente en el pe- enseíunza en sus distintos aspectos. La dirección y la adrninistranón de
ríodo de SARMIR"'"TT (1868-1874), Siu desconocer la labor realizada en Lts escuelas estaban a cargo de un Consejo Nacional de Educación como
este sentido por sus predecesores eu el cargo y los múltiples inconve- autoridad superior.
nientes que distrajeron su atención y, por ende, los recursos flllancieros, Los debates legislativos sobre esta ley conmovieron la opinión pública
lo cierto es que con Sanniemo se inició lo que JUAN P. RAMos llama "la cu.ul.do se discutió acerca de la exclusión de la enseíunza religiosa de las
verdadera difusión de la instrucción pública en nuestro p-aís". escuelas oficiales. Hasta entonces la enseñat1Za de la doctrina cristiana
La educación popular era para Sanrúento la base de la democracia polí- había constituido una de las más importantes funciones de la enseñanza
tica, recogieúdo principahnente las ideas pedagógicas fi'ancesas y norte- elemental(§ 629).
amelicanas. De ahi que atendiera empeñosamente dos aspectos del mis- Sin embargo, los liberales a:lcanzaron una victoria eu este. deb~t: al
mo problema: la instmcción primaria y la fonnación de maestros capa- imponer su opinión e inchür, en el texto de la ley; una disposlCJÓll
citados para impartirla. según la cual la enseñanza religiosa sólo po~ía. administrarse en las
En cuanto a la enseñanza primaria, la República tenía, en1872, 1.407 escuelas públicas por los ministros de los dlStmtos cultos fuera de
escuelas, de las que 946 eran públicas y 461 particulares. Una buena las horas de clase, con lo que en la práctica quedó excluida de la
parte de ellas estaba en la provincia de Buenos Air~, pero dmante esos instrucción pública oficiaL
a?os se promovió el establecimiento de esct1elas en las demás provin-
e~, .Ugtut.aS de las cuales, como Ll Rioja, no teiÚan ningmu al tiempo 911. Si bien la ley 1.420 promovió un mayor y mejor desarrollo de la
de miciarse la adn1inistración de SAR..\.!IENTO. De todas maneras, pese al enseíunz.a en la Capital y territorios nacionales, la mayoría de las pro-
enonne esfuerzo reali7..<tdo, el saldo continuaba aún siendo pobre, si vincias no siguió el ritmo de aedmiento neces.uio en materia escolar,
tenemos en cuenta que a fmes del mismo aúo 1872 sólo concurría.u a pese a que se sancionaron leyes locales inspiradas en aquélla. Para aten·
las escuelas .poco más del 20% de los niúos de ambos sexos en edad der este problema se dictó, el30 de setiembre de 1905, la ley 4 ..874,
escolar. conocida por el nombre de su autor, el doctor M:ANuu. LAINEZ. DlSpo-
~a ob~a educativa en esta materia continuó en atllllento durante la pre- iÚa la creación, en hts provincias que lo solicitasen, de escuela~ de¡.~en­
sidenCia de AvELIA."·<EDA, quien había sido el ministro de justicia e ins- dientes del Con.~ejo Nacional de Educación. Aunque la medida unphca-
tlucción pública de SARMIEN"TT. Este ritmo persistió aÍUl durante la si- ba para las provincias que se acogie~atl .al beneficio tma ma1~esta clau-
gtúente década, m.anteu.iéndose hasta 1890. En este aiio, el número to· dicación en sus atribuciones COilStltuciml<Úes (§ 752), lo Cierto es que
tal de escuelas alcanzaba las 2.893. fue bien recibida, al punto que etl 1930 se habÍatl establecido en todo el
país 3.549 escuelas de acuerdo con esta ley Se afumó así la cenmilización y
910. Un he~~ destacable de esta época fue la sanción de la ley nacimulización de la educación primaria, desdibt~átl.dose la acción esc?l.u·
1.420 (8 de ¡uho de 1884) de educación común. Si bien fue dictada de Jos gobiernos provinciales. Pese a ello, el problema del amrlfabettsmo
para la Capital Fed:ral y territorios nacionales- pues correspondía a y la deserción escoJa-¡; dado su alto potcenta~e, con~,ua.ro~1 pre?cup.uhlo
cada provmcia leg:t..slar sobre la materia -, lo cierto es que tuvo in- vivamente a los órganos enc.u·gados de la nlStrucaon prunana.
fluencia nacional, pues las provincias se inspiraron en esa ley para
dictar la legislación locaL ,¡
912. La nueva y vigorosa política educativa exigía la formación de maes-
1
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Mi\Nl.'.'I.L PE HiSTORIA 01! LAS INSTITUC!ONBS .ARGENTINAS Los ESTUDIOS "UNIVERSITA!U~

tros idóneos. Si bien existieron algunos valiosos auteced:ntes, GIANE· predominó eu este aspecto de la eusefunza la característica apuutada.
LLO considera que la ley del6 de octubre de 1869, auton~and? la fun- De entre esos proy<X:tos, se destacattlos de los ministros OsvALDO MAo*
dacióu de las escuelas normales de Paraná y Tuetunán, coushtur<.' el ptm- NASCO en 1899 y CARLOS SAAVEDRA LAMAS en 1916.
to de partida de esta nuna educativa. Con la instal~ción de la prunera de
esas escudas, inspirada en el modelo norteamcrtcano, empezaron los 914. Dirrante esta época también se organizó cou criterio moderuo la
estudios del magisterio de modo orgánico y pcrmauente. , e'!señanza técnica especicúizada, requerida por el desarrollo del comer-
A su vez., con la creacióu de la Escuela Normal de Maestras de Tucmnan no, los progresos de la industria y el perfeccionamiento téctúco y cien·
eu 1875 empezó mu activa participació~l de la rnujer ~tlas tareas ~du­ tífico en general. Est~ oriet~tación educativa no había logrado plasmar·
cativas, al punto que hacia fmales del siglo, las matnculas de mu¡eres s~ den~ de los .colegws nacwnales. Entre los prittcipales esfuerzos en tal
casi triplicaban las de varones en las rttmterosas escuelas uormales de d.rrecciÓu cabe seúalar la fimdación, eu 1890, de la primera escuela na·
cwnai.de co~cÚJ en Buenos Aires. En 1897 empezó a fuucionar la es·
~cl~ . . •
El aumento de plazas en dicltas escuelas ocastonó, bieU prout~ una ple- cuela tndustrial de la nacidn, que había sido creada el aúo anterior como
tora de maestras y maestros, que a su egreso careCla de ocuraClÓll en las departam:nto anexo a la escuela de comercio. También sirrgierou Íl1StÍ·
escuelas primarias. Esta situación se agravó en algmus regto~tes, donde tutos dedicados a la ellSeúanza de conocinúentos prácticos para el des a·
su desequilibrio se hizo más palpable. A todo esto se agrego la falta d.e rrollo de la agrindtura y gauadería. ·
un régimen que garautizara la selección en el uom~nuniento, .la estabi- Es tantbiéu i111portante destacar, en otro ordeu de actividades la crea-
lidad funcional y la retribución adecuada, males estos repetidamente ción en 1905 de la Acadenúa Nacional de Bellas Artes, surgiru' sobre la
denuuciados hasta el final del período que estudiamos. ~ase de la As;>ciación Est0ndo de Bellas Artes, con la finalidad de orga·
IUZ:U la e~lSeuanza de la pmhrra, grabado, escultura y demás artes deco*
913- L 1 enseñanza seamdaria adquirió verdadero relieve a raíz de la ranvas e mdustriales.
creación de los llanudos colegios nacionales, que sig:niftcaron una profi.~n­
da modificación en esta ranta de la enseíunza. Hasta entonce:s se habt.aJl
considerado exclnsivamente estos estudios como preparatonos para .m- Los estudios universitarios (2l
gresar a los cursos superiores, y fomtaban parte del régimen ntu:Versit~­
rio. Se Unpuso por esos días la idea de que la enseñatl.Zil secundaria de~ta 915. El ~esarrollo de los estudios superiores durante esta época nos
ser iutegral y adecuada para furmar los fi_tturos ciudadru:os, :onyrescm- lleva a delinear ya su perfil moderno. La tradición l.UÚversitaria descatt~
dencia de la prepatacióu específica para las carreras .umv~Itanas. ~a~a hasta en_tonces principalmente sobre la et1Sefiat:t.Za de la teología, la
Ya d1urutte la presidencia de URQUIZA se notaron mqmetud~ fa.vora- JUnsprudencia y la medicina. Estas dos tütimas mantuvieron la prefe-
bles como la proyectada creacióu de varios colegios tmCÍOlUles, stgmendo rencia. de los jóvenes aspirantes. Las múversidades de Córdoba y Bue-
el u~odelo del Colegio del Uruguay, en Entre Ríos. Pero fue durant~ ,el nos Aires representarou esa lútea tradicio11al, que incluso desptuttó en
gobierno de MITRE cuando cris~alizaron esos esfi.Jerzos coula creacton
del Colegio Nacional de BuenosAtres (14 de marro de 1863), modelo de {2) JasE CMMELo Busa."-!cm:,Anti'Ctikntcs y r:read6n de la Univmidtul NacionRi del Lk/Jral U.
N° 8~, 1977; VICE.NTI: Os':Alllo CurOLo,ÚFacldtad de Derecho despuis de Caseras, BuertO$ ..\ú-es:
otros a establecer en el resto del país. El 9 de diciembre de 1864 se 1951, Debate p431ammtarw .solmJ fa lryAFd/aneda, Ed. Uni,'enidad Nacional de BuertO$ Aú-e~
crearon colegios tuciormles enMendoza, ?ru:
Jurut, Tucmnán, Ca~am:u­ 1959: llinJMDO L. Bm.I.U y NouEJt.TO Pri!F.Ro,Historiad~ la UnivmidaddeBumCI!Aires Buen~
ca y Salta; y en1876 ya había 14 establ:cum~~ntos en todo el ter:ttono. Ail:-es, 1888.; Ju~ M. Gt.aw,Busquejohistúriw .... op. cit. en nma (2) del o:ap. X; Tuuo H:Al..l'l:B.w
DoNGGl,Hl~llrUI de la UniPmidad ... , op. dr. ennot> {1) del cap. XXJII; La UniPersidadNackmal
El plan de ~tudios sufrió frecuentes mo~ifi~aCioues, pero ~u~tanCialmeu­ de Buenos Amz... , op. cit. en nota (1) del ~a p. XXIII; La UniPersidad Nacional de La PIMa.
tc estaba basado en tUl profi.tso conocnruento enctdopédtco, con tula Mmtma.sobre 111~ndación par el Dr.]caquin V. Gom41cz, Bueno. Aú>:.~, 1905; Juuo RAi'l l.Aso..NO,
~.hrraci6u que oscilaba cutre cinco y seis a.úos, al téntúno de los cuales se Lostst"'!'l>f fllpertares m /a hi.<taria t:k BuenosAirn, BuertO$ Ai.te1, 1981; fuNESTO J. A. MAfDER, La
Um~midad enN.H.N.A., t. IX, cap. 52, con amplia bibliog¡,.fia; JoRGE A. NÚÑF.z,Historiadtlas
otorgaba el título de baclúller. . , 11nwmidades )' S/Jf enseflanws. H. A., t. V; ALnEOO L. PALACios L~> uniPenidad nulti'IJ. Buenm
Nnlllerosas itúcíativas y proyectos se sucaheron dmattte todo el peno- Ail:-e~ 1957; Jos:t TOlll<E REVF.u.o,Histaria de 1M uniPersidades y ,k fa. cultllnt mperiar, H.A.c., JI,
. In. S«(:., Juw B. T~,La Uni=idtui y la vida, B~um Aúes, 1921 (ed. Obmscompletas, c. V.
do eu estudio, destUudos a 1miformar el sistema educativo en todls sus · &r¡ Miguel de TllUI.IllJln, 1980); RICARDO Zoi!.IIAQV.N BEcú,Histaria del dm:cbo m:gmtino, op.
ranms o a transformar el tipo de enseúanza impartida, pero, eu geueral, (l) del cap. III.

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MANUAL Dll HISTORIA Dll LAS INSTITUCJONBS ARollNTINAS

la nueva Universidad de Santa Fe (§ 923). Aun cuando estos centros de Se establecieron cinco facultades: htuTlalñdades y filosofu., ciencias mé·
~ntdios también incorporaron nuevas carreras científicas y técukas, es dicas, derecho y ciencias sociales, matemática y ciencias fl!>icas y natura-
mdudable que las universidades de La Plata(§§ 921-922) y de Tucu- les. Se advierte, pues no sólo tm c<Unbio de denominación general, re-
máu (§ 924) fueron las que representaron mejor la penetración del pen- emplaz<Uldo la de departamentos por facu!tades, sino que también se
samiento positivo y experimental de la época. modificó la correspondiente a cada rama de esU1dios: la de medicina
Otra característica de este período füe el proceso de nacionalización de por ciencias médicas, la de jurisprudencia por derecho y ciencias socia-
las unlversidades. Ello ocurrió tanto con las autiguas de Córdoba v les, y la de ciencias exactas por matemáticas. La facultad de ciencias
Buenos Aires, como con las nuevas de La Plata, Santa Fe y Tuctlll1át{. físico-nanu·ales se instaló en 1874 con muy escasa concurrencia de alum-
Atm ~~1do algunas voces se lev<Ultaron en defensa de las prerrogativas nos. La de hmnanidades y ftlosofu no pudo funcionar como casa de
provmaales, Jo cierto es que fueron las propias autoridades universita- estudios superiores hasta 1896, en que ft1e rebautizada como fat.<útad
rias y provinciales quienes reclamaron la medida como tul medio de de filosofta y letras. En 1904 se agregó al pla11tel mliversitario la de agro-
man~ener o fortalecer esas instituciones, agobiadas por dificultades fi- nomía y veterinaria, y en 1913, la de ciencias eCfJnómicas.
nJ.llcteras. De este modo se produjo tmlento pero firme paso hacia la En 1916 cursaba11Medicina 3.701 alumnos; Derecho, 1.358; Exactas,
centralización de la enseíla11Za superior, registrándose eu este ámbito m1 1.101; Ciencias Económicas, 343; Agronomía y Veterinaria, 258; y
fenómeno similar al ocurrido en otros niveles de la educación y am1 et1 Filosofía y Letras, 222. El total de la matrícula alca112aba casi a los siete
otros ramos gubernativos. mil esnuii<Ultes.
Con motivo de la federalización de la ciudad de Buenos Aires, por los
916. En 1852, la Universidad de Buenos Aires subsistía precariamente acuerdos del9 de diciembre de 1880 y 18 de enero de 1881, la Univer-
(§ ~3~) a través de los departamentos de estudiospreparatorios (§ 639) y sidad ft¡e incorporada eu la Nación.
de ;urisprndencia (§ 642), ya que en ese mismo año se había producido
la separación de los estudios de medicina, dándoseles a éstos tUla nueva 918. La Utliversidad de Córdoba y el Colegio de Monserr-at fi.¡eron
organización. nacionalizados en 1854, queda11do bajo la inmediata dependencia del
El departamento de estudios preparatorios debió afrontar no sólo la gobiemo de la Cotúederación y a cargo del tesoro nacional. Aparte de
competencia de los colegios particulares, sino que también debió los fines políticos de la medida, dado el conflicto existente entonces con
hacer frente a la profunda renovación que se operaba eu la ense.úanza Buenos Aires (§ 695), lo cierto es que la nacionalización contribuyó a
secundaria (§ 913), y aceptar los certificados de los nuevos colegios mejorar el fi.mcionamiento de la instiU!ción.
para el ingreso de los estudiantes en las carreras superiores. Finalmente, En 1857, la Universidad comprendía los estudios preparatorios y las fa·
en 1881, el departamento se reftmdió con el Colegio Nacional ( § 913). cultades de teología y derecho. En 1864 se suprimieron los esnuiio.<> teo-
Los estudios de jurisprudencia fueron reorganizados en forma paulatina lógicos; en 1873 se estableció la fanútad de ciencias ftsiaJ-matemáticas
( § 926). En 1866 empezó a funcionar nuevamente el departamento de (luego de ciencias exactas) ftsicas y naturales); y en 1877, la de ciencias
ciencias exactas) contratándose al efecto a profesores europeos. médicas. Esta t'útima fue incorpora11do patúatiu<Unente los estudios de
El gobierno tuliversitario continuaba. concentrado en mauos del rector. farmacia) obstetriciay odontología. En1916 cursabMlMediciua 536 alum-
Entre los que por entonces ocuparon este cargo sobresalió la figura del nos, Derecho 222 y Ciencias Exactas 141.
doctor JUAN .MARíA GUTIERREZ, quien durante su rectorado ( 1861-18 73)
impulsó notablemente estos esnulios. 919. La ley Avellaneda. En mayo de 1883, el doctor NICOLÁS AvELLA-
NEDA -entonces rector de la Utliversidad de Buenos Aires y sen<tdor
?17. El.?ecreto orgátlico del26 de marzo de 1874 estableció que la nacional- presentó a la c<Í111M·a de la que formaba parte un proyecto de
utstmccton sectmdaria y superior e.~taba a cargo de la Utliversidad y ley mliversitaria geueral Decía que "la vida de nuesn·as mliversidades
que la ~ttseÍlMtza eragratuita, coulas linútaciones que se estableciera11, es. hasta hoy incierta, precaria, sobre todo en lo que se :refiet-e a sus
y accesible a todos los ha.bit<Ultes de la proviucia. La múversidad sería relaciones con los poderes püblicos; porque, a pesar de las diversas ten·
gobernada por un conseJo superior, integrado por los decanos y delegadvs tativas que se h<u1 hecho con este propósito, mmca ha sido formulada la
de cada facultad y presidido por el rector. ley que debe imponerles uu c<U·ácter pern1auente y estable". La e-xpe-

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MANUAl. DE HISTORIA DB L.\S lNsTITUClONBS ARGENTINAS
Los l.!STUD!OS 1.!N!VIlRSlTAruOS
rienda había demostrado la dificultad para qtte cl propio Congreso se ticas de st~s diversas sec~iones, ~o sólo tendrá cabida f.-ícil, sino que
abocara a la consideración de los estatutos orgá.túcos de cada mtiversi- respondena a una necestdad evtdente de todas las clases sociales de
dad. Parecía más adecuado sancionar una ley que contuViera solamente la Nación, y en parti~tda~ de las que miran más a la prosperidad
"bases adm.Uústrativas", para que luego cada universidad dictase su pro- g~ner~, baJ_o su faz nentífica y económica, que del solo ptmto de
pio reglamento o estatuto. vtsta litet·arto, al cual se han consagrado desde sus prllneras fimda-
El proye\.-l:o presentado por AVELLANEDA se sancionó como ley, luego ~~o~t~s coloniales". Sos:etúa, así, que había llegado el momento de
de algtulilS modificaciones, el26 de julio de 1885, bajo clmllnero 1.597, llllct~ una 111-t~va corneute tutiversitaria que, sin tocar el cauce de
y se la conoce por el nombre de su auto.t De acuerdo con eltnismo, las las anttguas, Y sm comprometer en lo más núnllno el porvenir de las
múversidades de Buenos Aires y Córdoba debían dictar sus estatutos, dos un~versid~es lústóricas de la Nación, consultase, junto con el
sujetá.t1dose a las disposicioues contetúdas en la ley, y someterlos a la porvemr del pats, las nuevas tendencias de la enseftanza superior, las
aprobación del Poder Ejecutivo. La tmiversidad sería gobernada por un ~n1eva.s n~cestda~es de la cultura argentina y los ejemplos de los me-
rector, elegido por lt1 asamblea. tmiversit:aria cada cuatro afíos; y por tm ¡ores mstttutos sm1ilares de Europa y América".
consejo superior, integrado por los decanos de las facultades y por los dele- Se pretendía, ptles, introducir en la esfera universitaria esu1dios diferen-
gados que éstas designasen. Cada facultad ejercía "la jurisdicción poli- t~s de los clásicos (derecho; medicina; ciencias exactas, fiSica y matemá-
cial y disciplinaria dentro de St\S institutos respectivos", proyectaba los llca; fllosofia), lo que implicaba mu dificultad por la resistencia de los
planes de estudio y expedía los certificados de examen, debiendo la consejos acadéttúcos a aceptarlos, ya que los L-"DUsideraban como "envi-
universidad otorgar los diplomas correspondientes. Los profesores eran lecimieuto de.l~s es~dios", según anotaba el propio GoNZÁLEZ.
elegidos por el Poder Ejecutivo de ml<l tenl<l que en cada oportunidad El plan del nutustro mduia, dentro del ente universitario los estudios
formaba la faettltad respectiva con aprobación del consejo superior. ~e agrouon~a y veterinar!a, c~Cltc~ 1:atl~~es y antropoló~cas, quúni-
ca y fannana, astron~nua, ctet1Ctas Jttrtdtcas y sociales, pedagogía 0
920. Fundación de la Universidad de La Plata. Instalada la ntteva profesorado, y htmlamdades o letras. Estas dos últllnas ramas forma-
capital de la provincia de Buenos Aries en la citulad de La Plata (§ 799), rían parte de la facultad de ciencias jurídicas y sociales hasta que pudie-
bien pronto cristalizó la idea de fiuular en la misma tma universidad. s:t~ figurar ~?n1o fandtad~ independientes. El plan tomprendía tam-
Por ley del2 de enero de 1890 se dispuso erigirla, estableciendo cuatro btenla cre~cton ?e un co~:g10 nacional, de estilo múversitario, que brin-
facultades: derecho y ciencias sociales, ciencias médicas, ciencias fisico- dara no ~lo la u~strttccron getteral, sino también la preparatoria para
matemáticas, y quínúca y farnucia. Sólo se instaló el14 de febrero de los. estlt~IO~ supe,n~res. Todo ello fonnando tuta armoniosa tonjtmción
1897, gradas al impulso del doctor DARDO RocHA, pero tuvo m1a exis- m~versttaJ.la, practtca, t?odenu y similar a los existentes e.u los países
tencia precaria e.u sus primeros aúos. mas a:v~lZildos. Su gobterno y administración debían estar a cargo de
tUl presidente de la Universidad, del consejo superior, de los decatws de
921. En1905, el doctor JoAQUÍN V. ClONZÁLSZ, núnistro de justicia e cada facultad y de lo~ cotiSejos acadétnicos, integrados por profesores
instrt1cció.u pública del presidente MANUEL Q:u!NTANA, impulsó la idea de cada fal-'tdtad elegidos por el cuerpo docente.
de crear eu La Plata tma universidad nacional, aprovedtando para ello
las facultades existentes, el museo de ciencias naturales y antropológi- 922. Ell2 de agosto de 1905 se celebró el couvettio defuútivo entre el
cas, el observatorio astronómico, la facultad de agronomía y veterina- gobi~rn?, de la ~aciÓJ} y el de la provincia de Bttettos Aires, por el cual
ria, y la escuela práctica de Santa Catalina. éste :edto a aquel, a títldo grahltto y en absoluta propiedad, los bienes
GoNZÁI.EZ .uo quería ftmdar una tmiversidad al estilo de las existen- que mte~~banla p~inúti;a Universidad provincial y algtmos otros para
tes, sino algo distinto. Estimaba que no había en el país "mucho ~ue se hictera efecttv~ la lllStalación de la nueva casa de estlKlios supe-
ambiente ni espacio bastante para tma tercera múversidad del tipo t-¡otes, que se denonunaría Universidad Nacúmal de La Plata. El conve-
de las clásicas de Buenos Aires y Córdoba". Pensaba, en cambio, que ttio ~te aprobado por la legislatura de la provincia y por el Coug¡-eso
"una tercera Universidad de tipo modenw y experimental, que se aparte Nanonal, Cottct-etándose de esta manera tma de las itúciativas ndnrrales
de aquéllas por su orgatúzación., diferente carácter y métodos de sus más resonantes de la época.
estudios, sistema de gobiemo interior y direcciones especiales y prác- La wúversidad, bajo la orientación del doctor GONZALEZ -quie1tla

650 65!
MANUAL DB H!STORlA DB LAS INST!TUCIONIJS ARGENTINAS
Los ESTUDIOS l'NlVBRSITAIUOS

presidió hasta 1918- fue extendiendo y consolidando su actividad ser éstos dirigidos por hombres consustanciados con los intereses y ne-
en distintas ramas del saber. Hacia la finalización del período que cesidades dd norte argentino, se constinryó entm verdadero exponente
esrudiamos, formaban parte de la misma las siguientes orientaciones en es.a región.
científicas y profesion.ales: facultades de ciencias jurídicas y sociales, Los estudios de .agrietdtura y de qtúmica eran los que, según el :ect~r
ciencias físicas y matemáticas puras y aplicadas, ciencias quúnicas, TERÁN, podían representar mejor el espírim moderno de esta. tuuver~I­
htUnanidades y cienci.as de la educación, agronomía y veterinaria; dad, compuest.a por escuelas, instimtos, laboratorios y talleres de dlS-
escuelas de ciencias naturales (anexas al Museo), de ciencias astrO* tinto Illvel y orient.aciones, que fueron esta.bleciéndose en forma p.aul.a-
nómicas (en el Observatorio); de ciencias médicas; superior de be- tino~.. También se prestó tm·a especial atención a la llamada "extensión
ll.as artes. También integraban el elenco universitario colegios y es- tuUversitaria". Incluyó dentro de su ámbito una escuela de pll~mra 7
cuelas de estudios elementales y prácticos. Se formaron nutridas bi- plástica, y otr.a normal y vocacional de mujeres. Enl921 fiJe naciOnali-
bliotecas y las series de publicaciones empezaron a mostrar el impul- z.ada.
so dado a la investigación.
925. La reforma de 1918. El ámbito universitario fue alterado
923. Antecedentes y creación de la Universidad Nacional del por tm importante movimiento e,studiantil qt~e,. con el apoyo, de
i:itoral Los estudios lllliversitarios en el litoral fluvial del país tu- profesores, graduados y otros nudeos de opuuón, prod.amo l.a
VIerontma.larga y esforzada gestacióu. En 1869 se establecieron las necesidad de alc.anzar una retlOvación profunda en l.as estructuras
primeras cátedras de jurisprudencia en el Colegio de l.a Iumacul.ada universitari.as.
Concepción, regenteado por los jesuitas, en la ciudad de Santa Fe. El movimiento estuvo estrechamente vinculado a acontecimientos
Sobre esta b.ase se creó en 1889, bajo la inspiración y ejecución del dd momento: l.a cada vez mayor fuerza de los grupos de origen llt-
doctor JosE ÚALVEZ, la Universid.ad de Santa Fe. A los estudios de migratorio, el cam~io político pr~~cido en 1916 (§ 782), la ;ri-
jurisprudenci.a se agregaron después de 1910 los de fannacia y obs- mera Guerra Mundial y la RevohKtOn Rus.a de 1917. 1llvo ast un
tetricia. Durante largos años se bregó por obtener la validez nacio- acenruado matiz social y político extra-mllversitario que par.a mu-
n.al de los título~ expedidos, que sólo er.an reconocidos en las provin- chos fue el objetivo principal. El foco húci.al del movimieiltO estalló,
CI.as de Entre Rtos y Corrientes. en forma violenta, en la ciudad de Córdoba, se propagó a otras c.asas
Después de muchas vicisitudes y cuando la universidad atravesaba una de estudio del país y tuvo también repercusión en naciones hispauo-
gr.ave crisis, se logró en 1919, por ley del Congreso Nacional, que se atnericanas.
transformara eu la Universidad Nacional del Litrrral. Para ello se debió Algunos de sus promotores o adherentes buscabatltma reforma sus-
superar opiniones divergentes y pugnas localist.as, de tal mod-o que ta tancial, tanto en el gobierno de la mllversidad, como en. la maner.a
nueva entidad, con sede en la ciud.ad de Santa Fe, quedó constituida de impartir la enseñanza, proetlr.ando con ello proporciOI~r .a los
por siete facultades, dos en esta ciudad (denci.as jurídicas y sociales; esrudiantes tUl<l formación más amplia y científica. A este último fm
químic.a industrial y agrícola), tres en la ciudad de Rosario (ciencias respondió la creación de los seminarios de investigación. En cat?·
médicas, fa~·ma<;ia y ramos rneuores; n1atemátic.as, físico-químicas y bio, otros parecían conformarse con alcanzar tatl ~ólo algunos ?b¡e-
u~tnrales; ctenci.as económicas, comerciales y políticas), tll1a en Co- tivos -como el nombramiento de delegados esnuitantes en los orga-
mentes (agriculrur.a, ganadería e industrias afines) y otra en P.u--an.á (cien- nos de gobierno mllversita.rio o la supresión de la asisten:i.a obl~*
cias económicas y educacionales). La solemne inauguración tuvo lugar gatori.a .a clase- que no resultaron a l.a postre aforrunados. El movi-
el18 de_ abril de 1922. miento reformista impulsó con éxito la modificación de los estatu-
tos de l.as tres tmiversid.ades más at1tiguas.
~· ~Universidad Nacional de Thcumán Bajo l.a inspil:ación y Según ZoRRAQUIN BECú, la reforma "produjo Ulla retl:OV>lci?n de l~s
drreccron del doctor JuAN B. TERAN, la provincia de Tucumán fimdó en cuerpos de profesores y de los métodos de enseflanza, pero mtroduJ<>
1?.12 tma mllversidad, dedic.ad.a a investigaciones experimentales y po- t.unbién en los claustros mu .actividad política que frecuentemeute per-
Sitlvas. Este ceun-o de enseñanza reuÍ<l. su modelo en la Uillversidad de u1rbó la disciplina mllvcrsitaria y eltllvel mismo de los estudios"· La
La Plata, pet-o al establecerse sobre institutos y talleres ya existentes y presencia de este movimiento se prolongó después de 1930.

652
'"
MJ\NVAL DB HlsTORlA DB LAS JNSTITIJCJONBS ARGENTINAS

La enseñanza del derecho (>l


Bulos t'lltimos lustros del período que nos ocupa, la incorporación del
régiruen de seminarios de investigación y la reforma del doctorado sig-
nificaron tul considerable avance científico.
:~ 1

926. Ll enseítanza del derecho en Buenos Aires se impa.r?a en 1852 a El plan que rige a partir de 1922 se distribuye así: 1° año: Introduccióu
través de sólo dos cátedras (§ 642). Paulatin~nente, fue ~tcrementada al Derecho, Romano, Internacioual Público, Economía Política; 2° aúo:
con la formuladóu de un nuevo plan de estudtos que, haCia 1865, com- Romano, Finanzas, Civil, Político; 3° aíto: Civil, Constitucional Ar·
1'- . derecho civil, derecho romano, derecho de gentes, derecho ge.ntino y Comparado, Penal, Legislación del Trabajo; 4° año: Civil,
pren~ u.il . . ... 1 economía política y derecho canónico. En 1869 Comercial, Pcrta1, Rural y Minería, Procesal; 5° aíto: Civil, Comercial,
mercaut y crlllllllill, edi
se agregó la cátedra de derecho c~nstimcional, y en 1872,_ l~ de PrD?. - Procesal, Adtnin:istrativo, Filosofía del Derecho; 6° aíto: Civil, Intenu-
· "'" que sustituyó los estudtos que se cursaban en la acadcrma de cional Privado, Comercial, Pltblico Provincial y Municipal. El Doct<r
nueu , . ·d E ¡ ~ · · ttesse
\trisprudenda (§ 644), la que fue supr11;~ a. n os anos s~gwet rado constaba de estas materias: Historia de las Instituciones Privadas,
~rearou nuevas cátedras: la de i.ntroducCion ~te~al al.estudio del dere- Historia de las Instituciones Públicas, Civil Comparado y Comercial
cho 0 enciclopedia jurídica, la de derecho admuustratlvo y la de f~oso­ Comparado.
fía del derecho. Se produjo, asimismo, ,la separació~ del derech? ~t~­
uadoual público del privado, reemplazandose la antigua de11orou~cton 927. Una transformación paralela a la oc-urrida en Buenos Aires, ·aun-
de derecho de gentes, y también la enseúanza del derecho mercantil cou que 110 en todo coincidente, se registró eu la Facultad de derecho cor-
respecto al crimiual. _ dobesa, a partir de su nacionalización(§ 918), con la creación de nue-
_ de las más importautes llmovaciones en el método de ensenanza la vas cátedras -entre éstas sobresale la de derecho cottstitucíonal argenti-
Um · il como textos
onstitnyó la adopción de los códigos de comercto · y ctv 110, establecida. en 1859-, y con la incorporación de nuevos textos de
~te Las lecciones de los profesores. Los estudios duraban entre cuatr? Y estudio.
seis aúos, seglmlos distintos planes, y el tíu~? de abog~ era expe<hdo Entre 1870 y 1918 se sancionaron varios plaues de estudio, además de
directamente por la casa de esutdios, Tambten se preveta eu el plan de incorporaciones o supresiones de materias en otras ocasiones, lo que
1875 la concesión del grado de bachiller, pero cay~ en desuso, por lo muestra tuta prommciada inestabilidad. El carácter enciclopédico del
qtle el de abogado, jtutto con el de doctor; fueron los nutlos otorgados en plan coincide con el de Buenos Aires, lo mismo que la dettominación
esta rama de los esU1dios superiores. de las asigua.ruras. La enseftanza. de la Historia del Derecho, con cátedra
De tal modo quedó configurado hacia 1875, eu sus rasgos ftmd~;enta­ prc:yia, quedó consolidada a través de diversas variantes a partir de 1907,
les el moderno plan de estudios, coincidente con la transformac1on_dcl aUllque reconocía autecedentes.
autig¡.1o Departamento de jurisprudencia eu la Facultad de derecho Y cun·
cías sociales. De ahí en adelante fueron muner~os los Pn:.:~ectos que se 928. Duraute 1a segtmda mitad del siglo XIX también se establecieron
redactarou y los planes que se aplicaron, con lllcorporactou de nuevas cursos de derecho en las provincias de Entre Ríos, Santa Fe y Tucumán.
discipli.uas -como fllosofia e historia jurídi~a, ~iol?gía,_ ~tcétera-, ~u- Los dictados eu Concepción del Uruguay (1854 y 1881), TlKtunán
resión temporaria o definitiva de otras, var1ada dtstnb~.teton de ~ astg- (1872) y Rosario (1873) tttvierou corta vida. En cambio, en Sauta Fe,
~aturas y diversa duración de los cursos. La teud~ncta predotiUUaUte 1a creación de las cátedras de jurisprudencia fue el origen de la tuúversi-
fue la de conjugar la información legal de los estud1a.ntes co~tlos COl~O­ dad provincial(§ 923).
cllnieutos prove1úentes de la historia, la economía y la realidad social.
Al proyectar 1a Universidad Nacioual de La Plata(§ 921), JoA-
· (2) ,_, ~p ~v~m. )u··• M GMRO Bo>quciohimfrico ... ,
'3)\'!CENTEO.Cm:oLo,op.ot.ennota ""-'~~ .AAAl-•, ''" •. _ ' _, . 0 d ' V. GoNZALEZ la necesidad de renovar los estudios jurí~
' · (2) dd cap X· Tuuo llA:L.PERW Do~Gm, La Unmmidiui Nuzom;¡l e Buenos
op.cit.ennor.t · • . N· L p.,_ 'te non espfritu tradicional y dogmático con elm1evo y
· -t en nora (1) del cap. XXlll:La Univmidad aczonal lk a mta, op. <;t · n .
A ¡res ••. , op. e¡ . . .__ •. ¿.J· .....mwnal ('"'Ws

('' :\el cap XXXIV' ALBERTO Ü<I.VlD i.EIVA,Aprtndizajt JU7mle4J tntrtl'lafffltnf(ll""J- •"'. las ciencias contemporáneas". Agregaba que "el movimiento
)¡_;i'll:r..YX)~ Buen~ Aires,
1996: AGUSTÍN PEs:rA!JillDO, H.Í!t(IT'ÍfJ de la ense~anza de las cienCiaS rer,it,<ri<Hll<XIeruo tiende a estudiar al hombre, a la sociedad, a los
jurídicas y sociales en la Univenidadde BuemJSAirs. Buenos Aires, 1914; MARlA lsAl!EL StOAN_F.,L4
tnsffl1u¡:@dtl derecho ••• , op. cit. ennOCJ. (3) del cap. X; Ra.>.~bNProao YANU FEB.B.E!IlA,Lae~mm::za tales como son, y uo sólo como los hallan las leyes couvendo-
del dmxho en la Unhwrsidad Nacúmat de CánúJ/:Ja, 1854-1918 en Cuadernos de Histona, n 2, - eu cuya virtud se educarou, se organizaron y se mantienen y go-
Córdob:l, 1992.

6.54 '1-
,!
M.\.."'UAL Dl'i IliS!'ORI.h Dl'i L4S INSTITUCIONES .ARGUNTIN/1.$
EL PERlOP!SMO

biernan de hec.~; y es prec~amente la ciencia jurídica y social la que más tardía, en forma coincidente con la creación de las respectivas fa-
revel,a las condtclol~es ocultas que labran los organismos por debajo de cultades(§ 917). En cambio, la Academia de Ciencias Exactas de Cór-
las .formulas .mater1ales del derecho escrito". La ocasión propicia para doba fire creada en 1873 por decreto del presidente SAR.\IIhNTO, bajo la
aphcar estas 1deas se presentaba, pues, al crecer el nuevo centro de estu- dirección de CARLOS GERMAN BURMElSTER. A su vez, la Junta de Histo- .
1

dios, ya que parecía dificil extender el plan reformista a las otras dos ria y Numismática Americana -luego Academia Nacional de la Histo-
facultades de derecho tradicionales existentes en el país. ria a partir de 1938-, con antecedentes que se remontan a 1893, tuvo
De acuerdo con lo expuesto, GoNZÁLEZ estimaba conveniente deno- su organización defmitiva en 1901, siendo su primer presidente el ge-
minar a la casa de estudios Facultad de ciencias jurldicas y sociales neral BARTOLOMÉ MITRE.
agrupando en la misma tres órdenes de materias diversas; las jurídi: Por decreto nacional del 13 de febrero de 1925 las acadenlias, hasta
cas Ysociales propiamente dichas, las de pedagogía y las de humani- entonces dependientes de la Universidad de Buenos Aires -aunque ya
dades o letras. La primera de esas ramas constaba de una carrera no fuuciona.seu como arerpos directivos sino científicos-, queduon
~rofesional de cuatro años, al término de los cuales se obtenía el organizadJS como instituciones autónomas, con rango oficial. Se regla-
titulo de abogado. Las materias eran: en primer año, introducción al mentó su fuucionamiento, estableciéndose eln{unero de rnieniliros que
d~recho, sociología jm·ídica, derecho antiguo y romano, derecho ci- las iutegraban, con carácter vitalicio. Su fm priucipal era esnKliar y ?-i-
vil y derecho penal; en segundo año, derecho civil, derecho comer- lucidar cuestiones científicas y literllrias concernientes a su respectlva
c~al, derecho internacion.al público y legislación agraria, tanto na- disciplllia, debiendo evacuar las consultas de organismos oficiales y de
CIOnal como provincial; en tercer año derecho civil derecho comer- otras instituciones.
cial, dero::ho público provincial y m~licipal, procedimientos civiles Ann cuando la ordenación moderna de estas corporaciones rectoras de
Y comerciales; en cuarto año, derecho civil, derecho intemacional la a..llt.l.rra nacional no tiene m1 pnnto de putida común., sin embargo, es
pr!vado, derecho constitucional federal y administrativo, procedi- posible afirmar que en las tres primeras décadas del siglo XX quedó
miento penal y elocuencia y literatura forense. Para obtener el título establecido, en sus lú1eas fi.mdamentales, su régimen, y consolidado su
de doctor debía seguirse tm curso de dos aiios más destin.ado a estu-
.
desenvolvimiento. La expansión y ordenamiento com{m de estas entt-
dios intensivos de las ciencias jurídicas y sociales.' dades se producit·ía posterionnente (§ 1065).
Remarcaba GONZÁLEZ que, am1 dentro de las materias codificadas el
e:'tuciio no d;bía ~tarse a grabar en 1a memoria la letra del códi~,
suto que deb~a ser co~tado a la luz de las ciencias contemporáneas, El periodismo <•l
de las mutaciOnes SOClales, de la jurisprudencia y de las orientaciones
prospectivas de la sociedad".
931. La amplia libertad para publicar las ideas por la prensa sin
censura previa, cOllSJgrada en la Constitución Nacional (art. 14) (§
728), significó un poderoso estímulo pua el periodismo, que fue
Las academias nacionales alcanzando así, en forma paulatina, m1 desarrollo desconocido hasta
entonces. Ello quedó reflejado no sólo en la profusión de diado~,
~30. Entre las entidades destinadas al estudio y al fomento de las cien· periódicos y revistas, sino en la formación de sólidas emp:esa~ edi-
c1as Y letras, se destacan las academias naciomúes. Estas corporaciones toras, que posibilitaron la existencia de importantes pubhCJclones
empezaron sus actividJdes durante este periodo y alcanzuon antes de independientes, que cumplieron una permanente misión fiscalizado·
1930 el reconocimiento oficial a través de tm estantto propio. Integra- ra de los it1tereses del país. Jmtto a ellos, subsistió el periodismo.~e
das por relevantes personalidades en las distintas ramas del saber, tuvie- combate, con la irregularidad propia del mismo, pero que tambten
ron ~Íget~es dif~-e.ntes. Algunas lo reconocen en los cuerpos académi-
cos drrecnvos --sm fimciones literarias o científicas- creados en la Uni- (4) NÉSTOR Tow.s AVZA,Elperiodismcde la Conftdemdón.1852·18ól, Buenos Aire•, 1978; Ju~N
versidad de Buenos Aires en 1874, como las academias de medicina RóMULO FERNÁNDE:t, HimJria del periadimtc•.. , op. dt. en non (3) dd cap. XXIII; C. GAI.VAN
MoRENO, El ptriadimto argentino. Amplia y d(Jfummtad4 hiftlll'ia desde sw ori!Jmes hlllta ti presente,
de;echo Y~ene~ s~i~es; cie.ncfas .exactas, físicas y nanrra1es; agrono: Buenos Aires, 1944; PATRICIA PASQUALI,EI periodismo (1852·1914) en N.H.N.A., t. VI, cap- 51.
nua Y vetennanJ; c1enc1as econonucas. Estas dos fueron de aparición con orientación bibliográfica.

656 657
M,\Nl.TAL DE HISTORIA DE LAS lNSTlTUCIONJ!:S ARGENTINAS EL PERIODISMO

desempeÍlÓ a su manera, por encima de la pasió~t volcada en sus Aires, hru1 sido considerados entre los más importantes, no sólo del
páginas un análogo papel en defensa de la comumdad. país, sino también del mmtdo de habla española. El relieve alcanzado se
El perio,dismo se constituyó así ~1 w1 valioso ~uxiliar del régime~l re- debe no sólo a la gran circulacióu que han teuido, sino al amplio y
preseutativo republicano de gobteruo y en unt.rremplazable medto de variado conteltido infor.m.ativo y cultural de sus ediciones, y a la objeti~
cotmuticación e información de la vida moderna. vidad que ge1teralmente han inspirado sus comentarios, destinados a
orientar la opiuión pública o a hacerse eco de ésta. Ambos periódicos se
932. Después de 1852 se desarrolló tm movimiento de renovación y destacaban, sobre todo en la década del20, por sus suplementos domi-
expansión del periodismo, en consonancia con los cambios que se pro- nicales, e11los cuales colaboraban las plumas más destacadas del país y
dudan e11 el país. El periódico representó entonces tm símbolo del pro- del extranjero.
greso, a través del cual no se difUndían solamente las ideas federativ~s o En l881.MANtiEL LAINEZ fi.utdó El Diario y más tarde surgió La R.a:Wn,
liberales -o ambas-, sino también otras manifestaciones de la vida lite- ambos vespertinos de larga vida y de altas tiradas. NATALIO BoTANA, eu
raria, social, econórnica o religiosa. Se convirtió de este modo en tUl 1813, dio a luz el vespertino Crítica, sensacionalista e irrevere11te, que
poderoso medio de educación que los gobiernos apoyaron frecuente- en los años 20 adquirió notoriedad por su estilo y amplia diii.1Sión, al
mente con subsidios o suscripciones, ya que no podían costearse sólo ptutto que por su tirada, se colocó en el tercer lugar detrás deLa~ación
con su publicidad y venta. Todas las provincias alcanzaron por ~ y La Prensa.
años a contar con algún periódico, atmque más no fi.Jese, modesto y sm En las provincias, los diarios más importantes que surgieron en este
continuidad. periodo fi.teron: en Rosario, La ('..apitaJ (1867); en Me1tdoza, Los Andes
También se desenvolvió después de Caseros w1 periodismo combativo (1882); en La Plata, El Día (1884); en Córdoba, Los Principios (1894)
dedicado a defender la posición política de sus editores. En esta lútea se y La T-Vzdel!nterior (1904); en TIKmnán,La Gaceta (1912); y en Salta,
encontraban, entre otros, Los Debates (1852) y El Nacional (1852), di- El Intransigente.
rigidos por MrrRE y VELEZ SARSFIELD, respectivamente, y dedicados a Otros muchos diarios de i.nforntación general, de vida larga o de corta
luchar contra el Acuerdo de San Nicolás y la política urquidsta. La existencia, han aparecido en las distintas ciudades del país, pero tam·
Reforma Pac(fica ( 156) fundada por N reo LAs CALVO se enroló, en cam- bién cabe seítalar la profusión de periódicos, revistas, y amt diarios des-
bio en la causa de la C01úederadón. tinados a tratar detemtinadas materias, de interés general o profesional
En' Parallá apareció El Nacional Argenti1w, que respondía a la política (política, religión, educación, derecho, letras y artes, comercio y econo-
del vencedor de Caseros y contaba entre sus redactores con JUAN FRA-...¡- mía, deportes, etc.), e incluso la aparición de algtutos redactados e11
crsco SEGUL, SALvADOR M. DEL CARRIL, JuAN MARiA GtrrrERREZ, MA- otros idiomas, destittados a las distintas colectividades extrrutjera:S radi~
RIANO FRAGUElRO, entre otros. cadas en el país. En esta época se destaca la revista Caras y Caretas,
Otros periódicos de importatlcia en la época fueron La Prensa, de ADro- aparecida e11 1898 y que se caracterizaba por su nutrido material de
DATO DE GoNDRA, FJProgreso, de DELFm HUJ:;RGO;La Thbuna, de llic- imágenes gráficas y sus excepcionales dibujos y caricaturas.
TOR y MARIANo V ARE LA; La República, de NrcoLAs AVELlANEDA. El período se cierra con tm hecho singular que pone de manifiesto la
Por entonces los diarios no se vendían en la vía pública, sino que los fuerte influe1tcia de los periódicos en la vida política del país. El diario
lectores se suscribían a ellos o los adquiríau en la propia redacción. de BoTANA que había hecho grandes inversiones en edificios y equipos,
Desde 1865 y por iuiciativa de La República, entonces dirigida por fue principal artífice del movintie11to cívico-ntilitar que derrocó al pre-
MANUEL BILBAO, se implantó la venta callejera de los diarios, impri- sidente YRIGOYEN en 1930 y su edición del día siguie11te de la revolu-
miéndole tUl carácter moden1o. ción setembrina alcanzó la cifra de 438.000 ejemplares.

933. En 1862 BARTOLOME .MrrRE, para defender su posición naciona- 934. Por último, cabe seítalar, e11 contraposición a lo ocurrido en
lista luego de Pavón, fi.mdóLaNacWnArgentina, que se publicó hasta épo:as anteriores (§§ 329 y 654), la solidez económica alcanzada
1869. Al.ú10 siguiente el mismo MrrRE publicó La Naci6n (4 de enero por las empresas periodísticas, el desarrollo paralelo de lt1 industria
de 1870): poco antes, el18 de octubre de 1869, JosÉ C. PAZ había impresora y los maravillosos adelantos de la témica en este aspecto,
fmtdado La Prensa. Estos dos diarios matutinos, publicados en Buenos ·.que posibilitaron la existencia de modernas y veloces máquinas des-

"' '"
MANUAL DE HISTORIA DE LAS INSTITUCIONES A -o<•~
nK ='>!NAS

tll:adas a lo~ trabajos de linotipia e impresión de los periódicos Del


ffilsmo mo o, desde llls primeras décadas del siglo XX s h"
la actu · ' d la
SAP
· .
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e lZO notar
actf~~~) s agenctas nottciosas intemacionales Y de la local
'1
tras~~n d ' qu~ ~aban may?r rigor, precisión y rapidez a la
eriodí . lae las not~clas. Tamblen cobraron relevancia en 1a tarea
Capítulo XXXV
P saca s agenctas de publicidad.

La Iglesia y el Estado. La libertad de cultos. El Patronato NacionaL


Relaciones con la Santa Sede. El matrimonio civiL La organización
eclesiástica.
La acción política y social del catolicismo.

La Iglesia y el Estado (11


935. El art. 2 de la Constitución Nacio11al prescribe que "el gobierno
federal sostiene el culto católico apostólico romano". Tal expresión susti-
tuyó las reiteradas disposiciones de los ensayos constitucionales nacio-
nales y provinciales de la época a11terior, que col'L'>agraban la religión
católica como religión del Estado(§ 409). La sustitución no fue m1a
mera cuestión de redacción, pues fue materia de a1xlorosos debates en el
Congreso General Constituyente. Finalmente triunfó la tesis de que no
cabía en el texto constintcional declara1· mta religúin del Estado, sin per-
juicio de recm-wcer a la predominante el fomento y la ayuda económica
del Estado.
Pese a esta restricción aparecida en la Constiuteión de 1853, algunas
provincias, al dictar sus constintciones provinciales(§ 750), insistieron
en la tradición de consagrar la religión católica coluo religión de la
provincia (por ejemplo, Corrientes, Córdoba, Santa Fe, Catamarca,
Jujuy), o expresaron que la adoptaban y sostetúan (por ejemplo, San

(1) NésrorT. Aw:a,La política rebgillla de 14 C/l'~Jftdttrldón. EJ umode 1854, R.H. N°3, 1978; Las
mursos económicas de 14 i!Jiffla hrlst41853. Anteudentes MI pmupuato th tulw, R. H., N" 8, 1981;
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Gl.llLLE!I.MO Full.t..oNo, S.J., El catolicismo argentino entre 1860 y 1930, H.A.C., voL ll Ira secx:.;
JoRGE EMruo GAll..M.loo, Conflicto t:(l1l Roma (192J..l926). La pdimica por mommur De Am:b:ea.
Bucnoo AU,.,s, 2004; Ll;:GÓ.'I, Daarina y ejercicio ... , op. cir. en nora (2) cap. IX; M.I.NuEL Rio,La
Iglesia, su historia y JliSrdacirmes..•, (ij!. cit. en norn (2) dcl cap. XXIV; EmtQm: VDAoNDO,Anturdentes
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2002; )OSS'H-!GNASl SARANYANI\ (director), 1Miq¡{a en Ambú:aLatinrt, voL III,Eis{ff!odc las twl'ifplu
fatímxnnericanistm (1899-2001). Madtid-FrankfiutamMain, 2002.

'"' 661
MANl'AL DE H!STORIII. DE LAS lNST!TUCIONBS ARG!!ISTINII.S LA lGLSSIA Y EL EsTADo

Luis, Meudoza, La Rioja). En la primera postura también estaba la del ejerc~cio del Patrona~ et~ toda la Nación" (art. 67, inc. 19), y como
Estado de Buenos Aires de 1854. fi.trU:tón del Poder EJeCutJ.vo la de ejercer "los derechos del Patronato
Nanonal en la presentación de obispos para las iglesias catedrales, a
936. A través de otras disposiciones constitucionales quedó seúalada la propuesta en terna del senado" y la de conceder el pase o retener los
prim_acía de la religión católica. Así, w1o de los requisitos exigidos para decretos de los concilios, bulas , breves y rescriptos papales con acuerdo
ser ptesideute de la Nación o vicepresidente era "pertenecer a la comu- de la Corte Suprema, reqtúriéudose una ley del Congreso Nacioual cuan-
!Údad católica apostólica romaua" (art. 76), a lo que se agregaba la do conhtviesen disposiciones generales y permanentes (art. 86, Íllcs. 8
fónmda de jurameuto que debían prestar por Dios y los Santos Evange- Y 9). De esta mauera, el derecho de Patronato y su ejercicio aparecíau
lios (art. 80). Además, se estableció como uua de las atribuciones del distribuidos ~mónk:unet~te entre los tres poderes del Estado. Atmque
Congreso Nacional la de "conservar el trato pacífico con los indios y no fue matena ta:t diScutJ.da como las otras cuestiones religiosas, uo
promover la conversióu de ellos al catolicistuo". faltaron. los consntuyentes que expresaron su disidencia cou el proyec-
to, en vuttld de que entendían que la cuestión del Patronato debía so-
937. La libertad de cultos. La Constitucióu Nacional coucedió ato· metcr'Se a tm acuerdo con la Sllllta Sede y no ser resuelta de ntllllera
dos los habita.utes el derecho de "profesar libremente su ctdto" (art. unilateral por la Nacióu.
14). Es decir, el derecho acordado por el Estado para que los habitantes
realizarau librem.ente los actos externos y públicos exigidos por sus creeu- 939. De acucr·do con la doctrina constitucional expuesta, la práctica se
cias religiosas. Como eu otros aspectos relativos al ejercicio de la liber- adet.'UÓ, seg(m C~IEL~, al sigtúeute procedimiento. Al producirse la
tad (§ 728), también eu éste fi.te notable la extensión que implicaba el vacaute eu uua dtócests, el Poder Ejecutivo la comunicaba al Scrtado,
nuevo priudpio, desconocido hasta eutonces (§ 409). que formaba la terua de caudidatos, de los que el presidente elegía tuto
La libertad de cultos formaba parte consustancial del plan inmigra· para prescrttarlo a la Santa Sede. Casi siempre, el Pontífice nombraba al
torio de ALBERDl. No era coherente atraer a la inmigración con un caudi~to ~ropuesto, pero lo hada motu proprio, sin menciouar la pre-
Wltjuuto de derechos y uegarle el ejercicio de su creeucia n:Iigios~; seatanou m aceptar el Patronato. La btda de nombranúento era some-
"es traerlos siu el ageute que los hace ser lo que son; a que vtvan sut .r:x
tida el Poder Ejecutivo a la consideracióu de la Corte Suprema de
religióu, a que-se hagan ateos". La comisión redactora de la Consti- Justlcta, la que prestaba su coufonnidad, haciendo reserva de los dere-
tucióu afinnaba que este derecho era "directamente protector de tma chos del Patronato. Fiualmeute, el obispo así electo prestaba jm·amento
de las miras que uo ha perdido de vista la comisión: la mira de atraer de respetar la Constimcióu Nacional, dejando a salvo "las leyes de Dios
la poblacióu activa, útil y moral al seno d~ la Conf~dera~ióu". Aun- y d~ la Iglesia": pe estatnanera se llegó a tUl mcdusvivendi, que orilló la
que el tema fi.te, al igual que el art. 2, ob¡eto de dtscustones, fmal- espmosa cuesnou planteada y que perduró gracias a la buena vohmtad
mcute se aprobó en la forma directa in.dicada. :Mieutras alguu.os cous- de ambas partes. 1
tituventes sostetúan que no podía concederse ese derecho sin antes Ea 1923 se planteó una grave cuestión a raíz de que el caudidato pre-
con~enido coula Santa Sede, por considerarlo vinctdado a la disci- seutado por el Poder Ejecutivo para el arzobispado de Bueaos Aires
plina eclesiástica, el criterio de la mayoría, expresado por GoROSTIA- mm~e~or M:GL!EL DE ~"<DREA, u? fue aceptado por la Santa Sede, pes~
GA, argmnentaba que el artículo sólo se refería a la libertad «políti- a la lllStsteucta del gobterno. Segun parece, eu esta delicada cuestión se
ca" de cultos. Otro diputado, el Padre Lavaysse, sostuvo que esta sucedien~u VaJ.'Í<:s errores diplomáticos y sobre todo jesuitas influyentes
libertad "es un precepto de la caridad evaugélica, eu que está coute- eu el Vatlc!lllo JUgaron tut papel deterrninaute al acusar al prelado de
túda la hospitalidad '"lue debemos a uuesn·os prójimos_". "intr<UlSigeute y belicoso". Finalmeute, la relltmda reiterada del cru.tdi-
d.ato zaujó el ent;r~kho, siu it~~ir que se susdtarru.t algtmas ittciden-
938. El Patronato Nacional. Entre 1810 y 1852 había ru:raigado la oas con la eleccton de Ull admuustrador apostólico designado directa-
tesis de que el Patrouato pertenecía a la soberanía y que su ejercicio mente por la Sauta Sede mientras se solucionaba el problema plantea·
mrrespondía a las autoridades naciouales (§§ 665, 666, 668 y 670). d?. En 1926, y quedando a salvo las calidades persouales y morales de
Ello quedó defm.itiv;uneute consagrado en la Coustitucióu de 1853, al dteho prelado, se eligió a tut nuevo arzobispo, monseñor JosÉ MARíA
establecerse totno atribución del Congreso Nacional la de "arreglar el BorrARo, de acuerdo con las reglas tradiciouales.

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MANUAL Dll HISTORIA DB us lNSTITtJC<ON"" , •
- ""' nKGllNTINAS
LA IGLESIA Y EL EsTADO
940. I:a
.iuterveucióu que la Constitución confería a la Co
de Jusllna en esta materia se ha eutend'd . . rte Suprema sabana ambas tendencias: la eru;eilanza laica (§ 910), el matrimonio
tos ~'"' . 1 o Cll'Cunscnpta a los docum
pouuuctos euunciados (decretos de l ili eu- civil(§ 945), el divorcio, y la separación de la Iglesia y el Estado. Todo
res~~~~tos), Y. a .o~; la Corte sólo de~ ~~~c:~i b:;:~ br~ves Y
110 ello, precedido de tUl clima nmchas veces violettto y preparado con la
se u•Ulaban d1spos1c1ones d' nusmos formación de asociaciones, publicación de periódicos y realización de
afectar la soberatua" de l Nqu~ ,ru Ieran teuer implicaucias políticas o
a ac10n. congresos, COlÚerendas, etcétera.
La sanción en 1884 de la ley 1.420, de educación corm'm, produjo nna
941. En cuanto a la atribución dcl Pode Le 'sl . conmoción e11tre los católicos, quietle5 se aprestaron a defetlder su po-
sostiene CAsiEuo que cl Cot r gt attvo en esta materia, sición, culmiru.11do todo ello con nn decreto del gobiemo nacional, del
Pat:on~to, sino, conforme a l;re~ ~~ =a:o~~:c~a~'~ derecho de 6 de jrulio de 1884, que separó del obispado de Córdoba al vicario
decu, a~ust:at; concerr.u; avenir las partes. Además el ~~......, ~rreglar; es capitular, JERÓNL'do CLARA; además se emitió, otro decreto de destitu-
art. 67 mcluye como atribucióu delCo , nusmo lllC. 19 del ción del obispo de Salta, fray Bu-mAVENTURA Risso PATRÓN (3 de se-
los «concordatos con la Silla Apostóli ~eso la de aprobar o desechar tiembre de 1884), se propició la separación de stts cargos de ntunerosos
ca.
católicos que se habían adherido a la actitud de los prelados, y se entre-
942. Los gobemadores d 1 · · garon los pasaportes al delegado apostólico, monseñor Lurs MATERA
Poder Ejecutivo dell o de ~asop~~~~~s "e~,m, segt.'m tUl decreto del (13 de octubre de 1884), iuterrumpietldo así las relaciones amistosas
fundadas en el territorio de st~ mando , VlC~patrouos de las iglesias
delegación del gobienlo nacional el
remoción de curas beuefi ·
¿ etl calidad de tales, ejcr·ce.n en
tronato para la presentación y
con la Sa11ta Sede. El principal ageute de esta política fue el ministro de
justicia e instrucción pública, doctor EDUARDO WILDE, quien, jtmto
. "~ d . , . Cios menores de las iglesias catedrales ~-..·bili. ~ con los doctores NICANOR LARRAil'l y ÜNÉSIMO LEoUIZAMON, fue uno
ta Ciun e capillas creac ' d" · . , , Ha de los prll1eipales jefes de la tet1dencia liberallaicizante.
e. . . d , ton y IVlSiou de cm·a tos y demás relati al
Jercicto e este derecho como vice a . . vos
Provincia" · Trvuo
..1 ll 1-... P tronos dentro del temtono de su
e o nasta que el Conon-~r. N · .. 1 944. Aunque casi de inmediato el mismo presidet1te ROCA y luego su
tivo al Patronato. Al uas . 17 -:'~ aCloi~ ~reglase lo rela- sucesor JuAREZ CELMAN trataron de dar una solución amistosa al enu-e-
1855 y 1856 inclu~el . de~~ ~nstttuciOues provmciales dictadas en dicho con Roma, ñre sólo dttr<Ulte la presidencia del doctor Lrns SA:ENz
del Poder Ejecutivo. El v;~en:,:o e este det;cho elltre ,las atribuciones PEÑA que se reanudaron las relaciones restableciéndose de manera regu-
1852 (§ 670). ep nato proverua ya de la epoca <Ulterior a lar e11 1900 -durante el segundo período presidencial del general ROCA-,
Esta atribución de las provincias ha ,,·do .d d cuando la Sru1ta Sede acreditó tmuuevo enviado. Durante las tres pri-
e · · . COliSI era a por LEO meras décadas del siglo XX, aun con algurta grave cuestión de por me-
amo mcotiStitucwnal y, en realidad no . h . ON
mente ejercida. ' parece que aya s1do activa- dio(§ 939), no se alteraron las relaciones diplomáticas cou el Vaticano.

943. Relaciones con la Santa Sede. Lu d . 945. El matrimonio civil (!). El régimen matrimonial regulado por el
oficia1 con Roma (& 657) 1858 ego e la larga mcommlicación derecho canónico coutinuó aím después de la sanción del código civil,
. . ~' , en se reanudarou ofi ·a1m , ~-
Clones diplomáticas entre la Santa Sede 1 lCI . ' ente la.'> rela- pues éste dispuso que el matrimotlio enu-e católicos quedara sometido
euviando aquélla como . Y a ~nfederac10n Argentina, a los principios y solemnidades prescriptos por la Iglesia. Los matt-imo·
ÑlA.RINr, quien se radicóp~~:~:':Sstólt~ a :"OllSetlor MARINo 1lios mixtos (§ 626), a su vez, se celebrabru1 sepa1·adamente ante los
ción. La medida fi b ' P PtoVtiOna de la Cotúedera- ministros de cada culto, previa dispensa canónica. Los mau"imonios
. arma a parte de uu vasto prom-· d u . .
gtosa trazada por el gobiemo del ·al U c--ama e po~ttca reb- coutraídos etltre cónyuges no católicos se celebramn cmúonne al culto
ron cordia1es, aunque Ja llúluencia~:~ber~~ur~ ..~s reladClOlres fue- respectivo y prodttcÍ<Ul todos los efectos civiles del matrimonio válido.
nería obrarou siempre como, t dv ISmo alCISta y e la maso- Mientras los tribrula.les eclesiásticos debían conocer e11las causas sobre
Sl.6n tuvo sus mo.n"'"tos , ac ores , . a ersos a esos vínc t ti os. Es ta teu-
1
impedimentos, divorcio y uulidad de los matrimotlios celebrados ante
. ~·"""~ mas cnttcos en la d' d del 80
libraron verdaderas batall .d 1 , . , ~a a , donde se la Iglesia, en c<Unbio, el juez civil et·a competente para intetvenir en las
berales las . ~ 1 eo ogtcas y políncas entre católicos y li-
, en cuales se pttsiet'Ou en juego cuestiones vitales que iutere- (2) JuAN G.mu.o, lgle>ia y Estado e11 h>ArgentimL .• op. dr.ennom (1) dd cap. XXXV; RlCAADO
Zo!i;uQU!N BEcú,Ltu imtitutiones pditicm y.wcia/es•.• op. cit. en nota (1) de! cap. XXVIII.

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MANUAL PE HISTORIA DE LAS lNSTITli"C!ONES ARGENTINAS LA ACCIÓN POLÍTICA Y SOCIAL DEL CATOLICISMO

.:ausllS que se suscitasen en los matrimonios que no se hubierau celebra* siguientes diócesis: Santa Fe, TtlCtmlán y La Plata en 1897; Sautiago
do ante la Iglesia Católica. del Estero en 1907; Cat:amarca y Corrientes en 1910.

946. La ley 2.393, dictada el 2 d~ noviembre ?e 1~8~, después de 949. No hubo sustanciales modificatioues co11 respecto al régimen de
fuertes debates fue uua consecueucu de la lucha tdeologtea eXIstente y gobiemo de la Iglesia en nuestro país, por lo que cabe aplicar atul para
produjo efect~ importantes en la regulación del rnatrimouio. Seg~l.n esta época lo que estudiam.os en el período de la dominación espatl.ola
esta ley, el matrimonio debía celebrarse en todos los casos ante~ ofinal (§§ 282-283).
püblico a cargo del registr~ civ~, qu~~ndo los cóuyuge~ en li~rtad
para celebrar luego elmatrunomo religJ.Oso. Esta .s,ustann~ m~c,a­ 950. En la provincia de Buenos Aires la abolición de los diezmos, y
ción del régimw obligó a dar tma nueva regulac101~ de ~ mshtucton la apropiación por el Estado de nrunerosos y valiosos bienes Ílmme·
con efectos generales. No se adm.itía en esta ley el dt;orClo ~ c~ta.nto bies(§ 672), qtútó a la Iglesia m10de los más poderosos medios econó-
significaba la disoluci6n del vínculo, y aunque en las decadas stgtn~t;s micos que le pennitía afrontat· sus gastos y los ÍJ.Úlerentes a la actividad :¡
munerosas proyectos iuteutaron implantarlo, no alcanzaron la sauc1o11 bméfica y educadora que dc.sarrollaba (§ 288). En esas mismas disposi- ,,
ij

del Congreso. ciones confiScatorias se había establecido que el Estado tomaría. a su !


La nueva ley tuvo su antecedente legislativo más notable en la efímera cargo los gastos que con aquel gravamen y las demás rentas se atendían.
ley de matrimonio civil dictada en la provin.cia de Santa Fe en 1867, a Si bien estas medidas se dictat·ou eu la provincia de Bue110s Aires, lo
instancillS del gobernador NICAS10 ÜRoÑo. , . derto es que después de 1853 tuvieron vigencia na.cioual. De ahí sm-gió
De acuerdo con el sistema vigente hasta entonces, uo ¡xxha.n tuurse en el llamado presupuesto de culto, que, segün UDAONDO, «110 es más que el
matrimonio aquellas personas que no profesaban ningtma religión o pago de tma deuda de estricta justicia", debido 110 sólo por el compro-
que m te1úan eu el país rni.nistros del n:~to. Al _dar car~cter general al miso astnnido, siuo también como tnla indemnización por los bienes
matrimonio civil, la nueva ley comprend1o tambtéu a qmenes se encon· coufiScados.
traban en esta situación. E11las restantes provincias, el sostén econónúco de la Iglesia provCJ.Úa
de la precaria subsistencia de los diezmos - que adt1Unist1·abau los go-
947. Hasta eutouces, los registros parroquiales eran los encargados de biernos locales- y de la percepcióu de los aratKeles eclesiásticos, ya que
comprobar el estado de las personas, su fl.liación y matrimonio (§ 282). no dispmúa de significativas rentas propias. Eu c1..unplimieuto de su
Por la ley 1.565, del25 de octubre d~ 18~4, se dispuso_la de~n~tiva política religiosa y de la obligación constittteional pertiuwte, el gobier-
secularización de esos registros, constltnyeudose los regtstros Ctvtles a no de la Confederación sancionó el presupuesto de culto -la primera vez
cargo del Estado. Si bieu esta medida se limitó a la Capital Federal y a en 1855 -, tomando sobre sí esa carga económica y suprimiendo los
los territorios nacionales, las provincias fi.leron d.ict:audo sucesivameute antiguos diezmos. Según lo ha demostrado el profesor Avu, ese presu-
leyes análogas. puesto se elaboró teniendo en cuenta los aportes proveuiwtes de los
diezmos que percibía hasta entonces cada Ulta de las diócesis.
948. La organización eclesiástica. Enl853 existían cuatro diócesis en el
territorio argentino: las tres antiguas de Buenos Aires, Córdoba y Salta, y la
más reciente de Cuyo(§ 667). En 1859 se creó la de Paraná, con asiento en La acción política y social del catolicismo <3l
esa ciudad, que era por entonces capital de la CoufederaciÓlL I¿ nueva
diócesis compreudía las proviudas de Entre Ríos, Santa Fe y Con1.entes, y 951. Dice el P. FURLONG que "cuando se llúció la era de la orgatllzacióu
los teni.torios del Chaco, Fonuosa y Misiones. Todas las diócesis argentinas nacional el viejo clero patricio, formado seria y sólidamente en la virtud
continuaban dependiendo del arzobispado de Charcas.
En 1865, el Papa Pio IX, a pedido del pn~sidente MITRE, elevó a Bu:nos í3) NESTOR T. Auu..,Los catdlicilS ...rgenún(l5. Su c;xpcrimcia poli:ica y social, Buenos Aires, 1962;
Aires a la categoría de arzobispado, con jurisdicción sobre los obiSpa- IDEM, Cat6/ic0$ y übcrnk.r m /a gm,rrar;.ión del ochenta, Buenos Aires, 1975; Guu.LERMO FURLONG,
dos de Córdob<t, Salta, Cuyo, Paraná y Astmción del Parag¡.1ay: S.j., op. cit. en nom (1) dcl ~-ap. XXXV; A.M:!Iil.OSlO ROMERO CM!\AN..M. y Oll'OS, Controrersias
politicas dt:l ochenta, Blu:nos Ail:es, 1964; JuAN CARLOS Ztnt.ETTI, Nueva histaria tcktidst:iat ..• , op.
Con posterioridad, y hasta 1930, se crearon en nuestro territorio las cit. en nota (1) del np. IX.

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.MANUAL Dll HiSTORIA DB LAS iNSTITUCIONES ARGENTINAS L\. ACCIÓN POLÍTICA Y SOOJAL DllL CATOLICISMO

y enl.ls ciencias sagradas, había ya fenecido y el de los lustros posterio- y aunque en las décadas siguientes hubo nuevos esñterzos paa agn~par
res a la Revolución era escaso y poco satisfactorio, así en las ftlas de los líticamente a los católicos, lo cierto es que e~ fracaso de esta expenen-
sacerdotes regulares como en las del clero secular". Ello trajo como ~ reveló que la mayoría de ellos rtcr:ería contmuar acmando o apoyan-
consecuencia que la predicación evangélica y la administración de los do a los partido!> políticos no confestonales.
sacramentos fueran muy deficientes, especialmente en la campaf1a, y
atul así, algunos de los que atendían el servicio religioso no daban el 953. Eula última década del siglo XIX y las ,rrll~l:ras del XX, el catoli-
ejemplo propio de su condición. El recelo, pues, contra los sacerdotes y . el ' una viva preocupación por los mctptentes problemas so-
el desconocimiento de la doctrina cristiana fueron características de la ctsmo rev o la · 1 bo a1 s (§ 902)
ciales, emergente!> prllKipalmente de las re Clones a r e .. d· d _·
evolución religiosa hasta 1880, por lo menos. En neral, la labor desarrollada en este ord:u esn~vo sep~t.a. a .e _.a 1
Sostiene el mismo autor que, sin embargo, entre 1860 y 1880 se produ- acCÍtl política y cuando, en algtmos casos, se m~euto P:Oyec~a.da. ~~la
jo "el despertar del catolicismo"', alcanzando durante la década sigtúen- . no se obtuvo un apoyo de llnportauCia munenca cot_lSI. era-
te un "enorme desarrollo externo", debido a diversos factores: la enver- ese campo, . ' social provocó dice AuzA, "un forralecmuento
ble. Esta preocupacton ' od .. le ·slación
gadura de alg¡_u1os prelados; la creación de seminarios; la aparición de d 1 . reli ·oso" y conu·ibuyó a elaborar una m ema gi
tul nÚcleo de católicos de profundas convicciones y de acción decidida, e vtgor gt N · ·'! d. tadosSA.N-
social orla que bregaron en el Congreso actOlla.t os tpu .
como FÉLIX FRIAS, PEDRO ÜOYE.>..rA, }osE MANunt EsTRADA, TRISTAN ,b 'FARREL JuAN F. CAFFERATA y ARTURo M. BAS, elegtdos por
AcHÁVAL RoDRÍGUEz., MANUEL D. PrZARRo; la llegada de nuevas órde- ~~~os político; católicos. Esto~ represetltantes llevaron al cuerp~ le~
nes religiosas (bayoneses, jesuitas y salesianos), destinados principal- ~slativo el pensamiento de grupos llltel~cntales obreros, a~pad~-
r
mente a la educación de la juventud; el arribo de sacerdotes cultos y llas lltstitucioues del movimiento católtco de la epoca; ~ m~ ~epre
apostólicos, algtmos de los cuales estaban destinados principalmente a el ·
sentattvas . ¡os c._._
fueron :•·culos obreros, la Liga Democrattca Cnsuana Y
prestar los auxilios espirituales a colectividades extranjeras; la forma- la Liga Social Argentitu (§ 900).
ción de centros o núcleos de militancia católica, destinados a la difusióu
religiosa en todos los órdenes, especialmente en lo que respecta a la
culnrra, la educación, la beneficencia y la atención de los problemas
sociales, incluso los relativos a la cuestión obrer-a, que ya se insinuaba
cou todas sus implicancias.

952. Hasta 1880, siendo el culto católico casi exclusivo, la creencia


rehgiosa uo fonnaba parte de los programas políticos, de manera que
los católicos se encontraban dispersos en todas las agrupaciones de tal
carácter. Pero a partir de ese año el auge incontenible del liberalismo
laicista y ateo, que atacaba a la Iglesia, obligó a Jos católicos a proyectar
nueva~ formas de defensa de su credo. Dtrrante la década del '80 las
nuevas ideas y la complacencia del gobierno facilitaron la sancióu de
leyes, como la del matrimonio civil (§§ 945-946) y la enseñanza co-
mím (§ 910), precedidas de tm clima tonnentoso que provocó conflic-
tos con la Santa Sede(§ 943) y hasta llegó a originar drásticas medidas
gubernativas contra profesores y ñt11cionarios que habían expresado sus
ideas contrarias a esa política oficial.
En las luchas electorales de 1886 y 1893, tUl importante grupo de cató-
licos intentó formar tma agrupación política, pero no alcanzó la ñrerza
y la representación que se esperaba. A partir de entonces, y superado el
período crítico del ataque liberal, la acción política confesional decayó,

669
Capítulo XXXVI

El ejército nacional.
La marina de guerra.
La aviación militar y naval.

El ejército nacional (ll

954. Instalado URQUIZA al freute de la Confederación(§§ 688~690),


fi.te necesario rodearlo de la autoridad militar necesaria para poder afron·
tar cualquier posible contingencia. El Acuerdo de San Nicolás le confi-
rió "el mando efectivo de todas las fuerzas militares que actualmente
tenga en pie cada provincia, las cuales serán consideradas desde ahora
como partes integrantes del ejército uacional". De esta forma se creaba,
atutque fi.tese nominalmente, el ejército de la Confederación, bajo las
órdenes del director provisorio, quien nombró al general JosE M. GA-
LÁN nt.Uústro de guerra y marina.
Pero lo cierto es que fue recién durante la presidencia del1nismo UR-
QUIZA cuando se dispuso organizar el ejército regular de la Confedera-
ción, sobre la base del que había luchado en Caseros y alm acompañaba
al presidente, utúdo a fuerLaS enviadas por las demás provincias.
En 1855 se estableció la obligación general para todos los ciudadanos
de prestar servidos en las milicias nacionales desde los 17 hasta los 60
años, y también se realizó tUl enrolamiento generaL

(1)ARGVlNPEC:tJYY RoDRÍGU:Ez,Lasfo~mm navales argmtin~J~; .•., op. cit., en notl 1 del <.'lp. XXV;
NüroR T. A~.--u, El tjirúte> m la ipoca de la Ce>nfodemciún {1852·1861). Buenos Ah-es, 1971;
AUGUSTO A. MAL!GNE,I:futarÍIJ militar de /aArgmtina ... , op. cit. en UOI.ll (1) del cap. XXV; MARiA
HMD~E MAl\rfN, AU!U.TO S. J. DE PAULA y RAMóN GUIIÉRREZ,L<lf ingmimlfmilifarny ¡¡.¡,¡ prt¡;utl!Jro
m d desaiTOI!O awmrmo (hasta 1930), Buenos Aires, 1983; EDUARDO L. 0Ruz, Ciemia, ~m<tíanza
mperi¡¡ry Fllm'4!Amu#i~J~;. 1850-1950 en Ciclos n" 6, Buenos Aires, 1994; GUI.tl.E.RMO ANDliÉS
0rARZÁBAL,LasFuerzasArmadas.l914·l943 euN.H.N.A., t. VIII, cap. 22; RoEERTOA PoTASH,
Eiejin:.itoy !apoliticaen laArgentina ... , op. cit. en nota (3) del cap. XXlX; AuausroG. RoDlllDU:EZ,
furetla histórica del ejército a7JJmti1W, Buenos AU-es, 1964; ÍDUI, Ején:ito Nuirmal, H.A.C.,li, 2da
seo:.; AlAtN ROUQU!.É, Padermilitar y sociedad politica m laArgmrina, t. I (hasta 1943), Buenos
Aires, 1981; CAB.INA F. DE Sll.EUS1HN,La rejimna militar de 1901, Res. Gesta, N" 11, ROSlllio,
enero/junio, 1982.

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MANUAL DE HISTORIA DE LAS lNSTITUC!ONBS ARGENTINAS EL BjÉRC.ITO NACIONAL

955. Luego de Pavón, tocó a Mm~; formar tul nuevo ejército nacional, trucción, el ciudadano debía concurrir a adiestrarse todos los domingos
pero esta vez sobre la base de las tropas porteñas, transfiriéndose a la duratlte tres meses.
Nación el ministerio de guerra y marina, y la inspección general de
muas de la provincia de Buenos Aires. El primer ministro fite el gene- 957. En 1865 se org.utizó una escuela militar en Palermo, que formaba
ral JUAN A. GEI.LY y ÚBE!i. parte de la escuela de artes) oficios y agrowmia: que ha?ía inaugur.tdo el
Una vez finalizadas las campañas del interior, el presidente MITRE ingeiúero FEBRES DE RoVIRA. En.l~68 el go.bierno ~~ó los ahuru.to~, Y
decretó la o~g~liz~ción del ejército permanente, compuesto por 6.000 desapareció este primer establecuruent,o pnv~do militar, c;-tyo obJeUvo
hombres, dtstribwdos en un regimiento de artillería seis de infante- era preparar a los cadetes que luego senan etlVIa?os;. estudiar a Eur~pa.
ría y ocho de caballería, de 400 plazas cada uno. En las fronteras con Durante la presidencia de SARMIE.c'ITO se Sa.tlCIOI~o la ley que ere? la
el i~1dio se organizaban piquetes fijos y cuerpos de indios amigos primera escuela militar del Estado, que fue orgat~da en 1870 ~~JO el
reg¡mctttados. nombre de Colegio Militar, egresando en 1872l.a pnmera promocion de
Los grados militares respondían, en general, al esquem.a anterior oficiales. .
(§ 676), y se divi~ían en tres categorías: oficialesgenerales (brigadier y Enl881 se creó la escuela de cabos y sargentos, para prepaur subofinales,
co~nel mayor), jefes (coronel, tenicttte coronel y sargento mayox) y y CJ.l 1900, la Escuela Superior de Guerra, destinada a perfeccionar ~ los
oficiales (capitán, teniente 1°, teniente 2°, y subteniente, alférez, abatl- oficiales del ejército, tenicttdo en cuenta para ello el modelo alem;u~.
d~·r~do y portaesu.ndarte, que representaban el mismo grado, pero en En 1879 se creó la oficina topográfica militar, con la finalidad ~e realizar
disbntas armas). tareas topográficas, geográficas y cartográficas. Estos estudtos cobr~­
La vida del oficial - dice AUGuSTO G. RoDRÍGUEZ - era de continuo ron nuyor relieve cuando se reorganizaron en 1904 con el estableci-
s~c~ificio, y las posi~ili~ades de adquirir tuta mediatta ilustración espe- miento del Instituto Geográfico Militar, el que en 1919 fi¡e encua,J:ado
Cializada eran muy limitadas. Los oficiales se formabat1 en los mismos administrativamente como gran repartición. Sus trabajos geodesicO..'>,
regimientos, donde ingresaban como cadetes, o bien como soldados topográficos y cartogr-áficos han gozado de reconocido valor científico
vohmtarios. en los ámbitos militar y civil.
Los suboficiales eran escogidos de entre la tropa, y sus grados fueron El papel desempeñado por las Fuerzas fumadas, y en particular por el
sargen~ ~o, sargento 2°, cabo 1° y cabo 2°. En general, eran analfabe- E·ército, en el desarrollo cictttffico y tecnológico empezó a ser recono-
tos y dtrlgtatt a los soldados con energía y bmsquedad, imponiéndose cfdo. A partir de 1860 la cicttcia y el ejército actuaron de mod? esrr:-~c·
por su valor personal y sus hazañas. tmado -especialmente la ingeniería- en el ava.ttce de la tecnificac10n
militar (relégrafo, aunas nuevas y m.ás complejas, relevamiento~ roRo-
956. Las milicias) de tattta trascendencia en épocas anteriores (§§ 677- gráficos, etc.). Las univ~~si~des Iu:i?nales cons~tuy~~~_.on_~l ~nbito
678),.se :Uistaron en ocasión de la guerra con el Paraguay; la lucha con- donde los oficiales del eJercito adqmnan su capacttaClon uentffica Y
tra el mdto o alguna revuelta intenta. Se las denomiltabaguardias nacio- técnica. Jtmto a ello, la contratación de instructores extranjeros Y ~1
nales y se ajustaban a la org.ullzación tradicional. envío de graduados al C}.'terior sirvieron par.t perfeccionar esos conoCI-
En junio de 1888 se incorporó la guardia nacional en el ejército y fire mientos. El Congreso Cientifko Intentacional Americano, celebrado
reestructnr~da en tres secciones; el ejército activo, que comprendía las en Buenos Aires en julio de 1910, mostró el interés que despertaban l~s
tropas desunadas a guarnecer la capital y las provincias, y se integraba temas militares y 1tavales, que no sólo tenían sus secciones de estudt?
con hom?I"CS d~ 17 a 35 años; la reserva del efército activo) fonnada por específicas, sino que se insertabatl y debatían e.n otras secciones de di-
las guardias naciOnales de la capital y de las provincias de Buenos Aires cha reunión científica.
Satll:a Fe, Córdoba y Entre Ríos, compuesta por hombres de 35 a 4Ü
años; el ejército pasivo, que se integraba con los ciudadanos de 40 a 50 958. La ley de reclutaJ.niento general se dictó en 187~ y fu: el primer
altos, a quienes se exceptuaba del servicio activo. p<lso hacia el servido militar obligatori?·. Preveía la eXIstenCia de so~da­
A fin de adiestrar a los ciudadat1os que formarían esos cuerpos, se dis- dos voluntarios y "'destinados" al serviCIO. de las armas co~m casngo.
puso ei,l1895 que ~os los :rgentinos fueran incorporados en el ejérci- T<lmbién dispOIÚa el reclutamiento de contmgentes propmuonados por
to de línea, al cmnplir 21 attos, durante dos meses. Luego de esta ins· las provincias y designados por sorteo entxe los varones de 18 a 50

673
MANl't\L DE H!STO.!Ua DE Lt\S lNHlTUCIONES Ali.GBNT!Nt\S EL EJERCITO NACJONAL

aí1os, a cuyo fm debían estar enrolados en la guardia nacional, bajo flnencia francesa, uo hay duda de que la germánica file la más peuetran-
severas penas. te, sobn~ todo entre 1904 y 1914. La contratación de profesores o i.ns-
Las ordenanzas militares españolas de 1768 rigieron en nuestro país tmctores de esa nacionalidad, y la incorporación de oficiales argentinos
largo tiempo, hasta que en 1894 se sancionaron los códigos militares en las ~cad~nias alenlilllas o en su ejército constituyeron daros indicios
preparados por una comisión formada por MANUEL ÜBARRIO, AMAN- de ese mflUJO, que la Primera Guerra Mtmdial i.ntemunpió y desdibujó
ero ALcoRTA, CEFERINO GARMENDIA, CLODO.MIRo URTUBF.Y, CEFERI- en parte, pero no extiuguió. La rigttrosa selección de sus cuadros de
NO ARAUJO, AGUSTÍN ÁLVAREZ. y ÜSVALDO MAGNASCO. A los dos aúos oficiales y suboficiales lo dotó de mejores condiciooes para cumplir con
se reformaron, conforme a un proyecto presentado por Josn MARIA el fm específico que le prescribe nuestra Constitución.
Busnuo, que se sancionó eu 1898. Duraute el siglo xx se le hicie- Encuad~dd?,en las a~~na.s de infantería, caballería, artillería, inge1úe-
ron nuevas modificacioues. ros y avuct~ll, el EJerctto se compuso, a partir de 1913 y hasta el
959. Fueron el presidente RocA y su ministro de guerra, PABLO Ric- fu~~ del penod-o, con m1a plana de oficiales que, con variantes nu-
CHIERI, quienes dieron estructura definitiva y moderna al Ejército ar- mer~cas, se acercaba a los dos mil hombres, con un cuadro de sub-
gentino. El 5 de abril de 1902 se dictó el decreto que reglarneutaba la ofict<lles y tropa que promediaba los cinco mil hombres v con una
uueva ley de "orga11ización del ejército"', sanciounda el 5 de diciembre dotación de. conscriptos de unos veinte mil jóvenes, que' mostraba
de ese mismo aÍlo; mediante estos instrumentos se organizó sobre nue- una tendeucu euleve aumeuto. Este pla11tel estaba distribuido con
. . '
vas bases el ejército, y se estableció el servicie militar obligatorio para los cnteno gcopoütico, en unidades milita.res concentradas en el Río de
argentiuos de 20 aüos cmnplidos. Estos ciudadanos debíau incorporar- la Plata, el Litoral y los principales pasos fronterizos audinos, a los
se en el ejército regttlar durante seis meses la gran mayoría y durante que se agre~aron otros establecimientos eulas proviucias de Mendo-
dos aÍlos la quinta parte, que pasaba a servir en la Annada. El ejército za, Sau Lms, Salta, Corrientes y Neuquéu. Las müdades tuvieron
de línea quedaba integrado, de esta manera, con los oficiales y subofi- frecuentes crunbios de fimciones y emplazamiento confonue lo acon-
ciales profesionales, y los ciudadauos que cmnplían con el servicio mi- sejabrullas circunstancias estratégicas. '
litar obligatorio. La reserva se constituía con los que ya habían ctunpli-
do la obligación núlitar y que uo sobrepasen los 28 aí1os. Se preveía la 961. El sm·gimiento dd poder militar, basado ciertarueute en una rulti-
fonnacióu de la guardia nacional con los ciudadanos mayores de 28 gu& tradición, fue determiuado de modo decisivo con la creación del
altos y que uo alcanzaran los 40. A los que excedían esta última edad se ~uo.derno ejército, a pri.ucipios del siglo XX. Así, de modo pattlatino e
los destinaba a laguardia territorial, a la que pertenecían hasta ctunplir mntada por diversos factores y circunstancias, la institución fue ocu-
45 aúos. pando un espacio cada vez. más preponderante eu el esquema político
La ley tenninó con la posibilidad de que la oficialidad se formase cou del Estado, segünlo ha estudiado AlAIN RouQUIÉ.
personal que había ingresado eu el ejército como soldado o suboficial, La frec.uente i.utervención de militares en las revueltas provocadas por
prescribieudo que sólo los egresados del Colegio .Militar podrían alcan- los radtcales tendió a desaparecer después del fracaso revolucional"io de
zar esa jerarquía. De tal modo se pudo obtener una cohesión profesio- l?O~ (§ 779), con el afianzamiento de uu espíritu profesional en el
nal y espiritual en el cuerpo de oficiales. e¡érn~o que en gt"all medida fue perjudicado por el propio YRIGOYEN al
Se seúalaron de esta forma las características generales del nuevo ejérci- asmmr l,a pr~ideucia de la Nación, reiucorporando militares adictos
to, que desde entonces cumplió una notoria labor de integración nacio- que habtan stdo separados por su i.ntervencióu en asonadas anteriores
nal y de educación, ya que el servicio militar obligatorio reunió en sus o bien prefiriendo a sus partidarios en los ascensos(§ 784). No obstat1:
filas a hombres provenientes de los más diversos lugares del país y de las te, los radicales e YRIGOYEN coufiaban en que la institución acompañase
más distintas clases sociales, muchos de ellos hijos de inrnigrantes. su caus~, y esa coufiru1za detemlinó que, a su pedido, se encomendara a
la autondad núlitar la confeccióu de los padmncs electorales.
960. Durante la última parte del siglo XIX y los primeros años del XX, Esta estrecha relación se enfrió durante la primera presidencia de YRI-
el Ejército adquirió, coulas reformas seúaladas, las condiciones de roo- GOU::N ·.Fue entonces cuaudo el caudillo radical utilizó al ejército para
denUdad y eficieucia que caracterizaba a los ejércitos eUJ:opeos, de los repnnur algt:nos graves conflictos laborales, como la huelga geueral de
que el argentino tomó buen ejemplo. Si al principio se percibió la in- 1919, couonda como "la semana trágica", o el estallido obrero de San-

'"
L\. MARINA DE GUBRRtl.

M.\.NuAL DE HISTORIA DE LAS lNSTITUCJONES ARGENTINAS


" que elevó a ocho el número de ministerios, se crearon los de agricultu-
ta Cmz en 1920, al mismo tiempo que ciertas actitudes sociales provo· ra, obras públicas y marina. Desde entonces el arma tuvo su núnisterio
caron ~esco_n:fianza en los cúullo_s, militares, doude ya se gestaba una independiente, como correspondía a tma más moderna concepción bé-
fuerte tea:CIÓn contra la pe11etraaon bolchevique. lica. El primer ministro fue el comodoro MARTíN RIVADAVIA.
~as_ rel_acwnes e~ltre ~jército y gobierno perdieron tensión durante Los grados de los ofiCiales de la marillil de guerra fueron los mism.os
la stgmente prestdenna. ALVEAR se acercó a la instituciÓH para b _ que los del ejército hasta 1882, en que se les dieron nuevas jerMquí-as,
car~u apoyo, poniendo así distanciils con el caudiUo que lo ha~~a estableciéndose las siguientes: viceahnir.ulte, contrahnirante, comodo-
nngtdo (§ 783). La gestión de su ministro de guerra, coronel AGu~ ro, capitán de navío, capitán de fragata, tenietlte de navío, te1úente de
P Jusro, contnbuyó al cr~cimiento del poder militar, tauto en el ordetl fragata, alférez de uavío, alférez de fr-agata y guardiamarillil.
de armamento,_ COllS~aones y efectivos, como eu su gravitación detl· El reclutamiento de los marinems sigttió siendo tm grave probJenlil
tro del escet1ano pohnco.. La ~:ueva denominación de Ejército Argenti- para la Armada(§ 684), que fue en parte soluciouado al disponerse,
no~ que,~ adopto en sustJtuCion de la de Ejército Nacional simboliza por decreto del12 marzo de 1898, que el ejército destinara 500 solda-
es . -~~pmtu, dentro del cual se destacaba como objetivo la profesionali· dos pertenecientes a la guardia nacional de la Capital para servir en la
z;non de los ,cuadros y el alejamiet~to de la actividad política. En estos m.u·i11a. Por fu1, el16 de setien1bre de 1900 se promulgó la ley de enro-
at os des~to en algtmos de sus rmembros la conciencia de que la de- lamiento general para la -armada, que dispotúa la concurrencia a las
fensa naClonal hacía preciso el desarrollo industrial independietlte lo fllas, por el término de dos a.ílOs, de los ciudadanos que tuviesen 20
que tu~ ~lilttu·a.lme~1t: reperc~~ión eu o_tras áreas económicas(§ &79). af1os cumplidos. La ley para el ejército dictada poco tiempo después
~Sta pohttca de crecuruento milttar auspiCiada por el Ejecutivo fue cues- vino a complementar sus disposiciones.
~onada en el Congt"e.So Nacional~ principalmente por d setlildor socia- Elnt'unero de efectivos de la Armada eJJ_tre 1913 y el fin del período era
ltsta }UA,'•-1 B. }USTO. -en ut'uneros aproximados- de unos setecientos oficiales, ctJaUD mil
Con ~a llegada al_ ~er, por segtmda vez, de HrPóLITO YRIGOYEN el quil1ientos suboficiales y entre cinco a seis mil conscriptos. El Puerto
~1tenor recel~ mihtar_reaparec~ó, esta vez dentro de un clima parti~u­ Militar, ubicado en Puerto Belgrano, cerca de Balúa Blanca, era la más
lanneute hostd al gob1erno. , estunulado por la Ol"'>r><:
c--lCIOn
• •' po¡'1t1ca.
, Aun import.ulte base naval del país, donde se concentrabatl las principales
cuando Jos ~ueldos y pe11S1011es militares fueron mejorados eu relación
tu1idades de mar.
con la .u~tenor prestdenci~ dismitmyeronlos gastos de equipamiento, Según un esttldio técnico realizado en 1922, la Arn1ada Argentitu, por
se -~etuv1en:nlas cOI1Strucnones y quedaron abandonadas las industrias su poderío y equipamieuto, ocupaba el séptimo lugar en e1 mtmdo,
U:W1tares. SUl embargo,_el Ejército en COlljunto, como estructura profe- después de las de Inglaterra, Estados Unidos, Japón, Frattcia, Italia y
siOnal, no tuvo l!l,lil activa participación eu el movimiento setembrino Rusia. Aventajaba con holgttra a las de Brasil y Chile.
(§ 784), que abno una nueva etapa en la historia política y nil"t· d 1
Argentitlil. 1 1 ar e a
963. EI5 de octubre de 1872 el presidente SARMIENTO pmmulgó la ley
elaborada por il1Spiracióu del comodom CLODOMIRO URTUBEY, que crea-
ba la escuela de ndutica, que luego se transformaría en Escuela Naval
La marina de guerra (Z) Milita1", para la insU'ucción de los cadetes de mari11a, que fi.n1cionaba etl
el vapor de guerra "General Bmwn". Con esta satKiÓil se buscaba f01··
~62_- E11 ,esta ~ca~ 1? mru"ina de_ ~:rra adquirió Ja jerarquía de un nur tma marina nacional competente y científica. La es(..--uela nwo varias
ar~la auto~10ma, separandose del eJernto, al que esnwo múda desde los ubicaciones en tierra y en distit1tos buques, hasta que en 1909 se la
prm1eros tlem.ro:s- E1~ 1876 se organizó la romandancia_general de mari- empl-azó eu Río S-anti·ago.
na) que le daba c1er:a wdependencia, rumqne segttía vU1culada al minis- Si la cre<ldón de la escuela nav-al militar cot1StiUt}'Ó un hito importantí-
trO de guerra ymarma, peto a raíz de la reforma constitncional de 1898, simo en la preparación del personal superior del anna, la escuda de apli-
cación de oficiales, fundada en 1904, ilnportó la solución a los problemas
que presentaba la complicada guerra moderna.
Con respecto al personal subalterno, desde 1875 ftJucionaba en la ban:a

'"
M.t\.NU\L DE HISTORIA DE LAS INSTITUCIONES ARGEl•ITINAS
LA AVIACIÓN MILITAR Y N;I.VAL

"Vanguardia"' la escuela de marinerla, a~ustad~ a mt reglameuto ~r;para­


d.da el empleo de los materiales dedicados a esa actividad ofrecieron al
do por el comodoro URTUBEY. Dos anos mas tarde se estableoo en el
~Uústerio ~e Guerra st~~ s<:rvicios y elementos .necesarios 'para preparar
1nmútor "El Plata" una academia de artillería, y en 1879, tuu escuda de pilotos destu1.ados al eJerc1to y la armada", dice AuGUSTO G. RoDRÍ-
qrumetes en la barca "Cabo de Hornos", a cargo del comand.mte LUIS
GUEZ. Tatp.?~én donaron al ~~tado tres aeroplanos y 1111 completo par-
PIEDRA BUENA. que aerostattco, comprornehendose a itJStruir a su costa a los nuevos
En 1881 se :fimdó, para el personal subalterno., la escuela de marineros, que
pilotos militares. La itticiativa, entusiastamante recibida por el gobier-
tuvo su asiento en la goleta "Rosales" y la corbeta "Cabo de Homos".
no, se materializó en la fimdación el4 de setiembre de 1912 de laEscue-
964. El equipamiento de la armada nacional fue emprendido con éxito
ladeAPiaci6nll1ilitar. Enl929 se creó la Base Aérea Militar El Palomar
donde te1úa su sede la mencionada escuela. '
por el presidente SARMIENTO, quien la dotó de la primera escuadra. I~a::ta
~,esfue~ principal durante este período estuvo dirigido a la fabrica-
entonces pc11:enedan a la Annada nacional buques en mal estado, VlC)OS
Clan de av1ones en el paÍ'>, que llevó a la creación de laFdbricaMilitar de
v sin las meuores condiciones de eficiencia. La ley de mayo de 1872
~üspt!So la adquisición de modernas tuúdades de hierro y a vapor. A Aviones en 1926. En esta época, desde la Dirección Nacional de Aero-
ná~tti~a, el coronel ENRIQUE MoscoNI propugnaba el desarrollo de la
partir de entonces, todos los gobiewos nacionales han. pro~mado no~­
quipar la escuadra para mantenerla en el grat{o de efiCienCia necesariO avta~~~n como ?bjetivo. ~Kiustrial, ret:narcando su utilización para n:-
creauon deport:J.va y achvtdad comerciaL Esta aviación civil constittúa
en cada montento. para él, una gran reserva militar en caso de conflicto bélico. '
La instrucción de los oficiales y suboficiales, el adiestranriento de los
soldados couscriptos, el perfeccionanriento de los métodos y la penua-
966. La aviación naval se üúció como respuesta a las necesidades de
nente modenúzacióu de la escuadra dieron nuevas y defuútivas caracte-
la guerr~ ,m<?derna. La escuela de aviación militar preparaba pilotos
rísticas a nuestra m<u·ina de guerra enldS primeras décadas del siglo XX.
para el eJeretto y la armada; pronto se vio la necesidad de contar con
En1916, el capitán de navío SEGUNDO STORNI bregaba por gestar una
Wl insti~tto especialmente de~icado a la formación de pilotos nava-
verdat{era conciencia nacional sobre los problemas del nur y por la
les: E~ pmner antecedente de 1mportancia lo constituyó la Escuela de
necesidad de desarrollar una concepción estratégica del poder naval.
Po1Úa énfasis en las industrias 1necánicas, en tula marina mercante pro-
-, Avtaaon del Arsenal.del Rí<:> de la Plata, dirigida por JoAQUÍN ÜYTA-
BE.."< (1915). Otros hitos de unportancia en el desarrollo de esta arma
pia, en las poblaciones marineras y en las pesquerías. El nlli~tro de
. especial lo constituyeron: la creación de la División de Aviación Naval
marina del presidente ALVEAR, almirante .MANtJEL DoMECQ ClARCIA, con-
· (1919), la formación de la escuela de aviación en Puerto Militar ( 1921)
sideraba necesario incrementar el poder naval para defender y desarro-
Uar el pat:rím01Ú0 nacional, lo que le llevó a impulsar tUM política de
'y de la escuela de aerostación naval (1922). Por ftn, por decreto del 29
. d~ octubre de 1921 se creó la Escuela de Aviación Naval que fimcio-
equipantiento de ntaterial qtte se proseguiría después de 1930. Como el
no en Puerto Belgrano, transfonnada en1927 en Estación Aerona-
otro n:lliústro castrense, DoMECQ GA:ReíA estaba también empeúado en
. val de Puerto Belgrano.
la profesionalización de los cuadros. . .
La Marina asumió ya en la época la tru:ea de los relevos y aprovlSlOHa-
uticnto de las dotaciones ;mtárticas y de islas t{el sur; del reconocintie11·
to y patrullaje de las costas marítimas; y de las campafMS de balizanúen-
to e hidrogrMicas en ese extenso litoral.

La aviación militar y naval


965. La aJ>iacúin militar surgió a itúciativa de tul conjtmto de ciudada·
nos presididos por JoRGE NEVVBERY y agrupados endAcro Club Argen-
titlO. "Vislmnbrando la itnportancia que en las guerrdS del fitttun ten· .

678
679
Cuarta Parte

lAS INS1TI'UCIONES
ENTRE 1930 Y 1983
Capítulo XXXVll

Las tendencias políticas predominantes. Entre gobiemos civiles y


rnilitares. Los presidentes de la Concordancia. La Revolución de 1943
y las presidencias de Pe1·óu. La Revolución Libertadora. L1 presidencia
• de Fmndizi. La. presidencia de lllia. La Revolución Argentina. El retor-
no de Perón y su tercera presidencia. El Proceso de Reorganización
NacionaL

Las tendencias políticas predominantes (lJ

967. Entre gobiernos civiles y militares. Dmante el medio siglo com-


prendido entre 1930 y 1983 e1 orden político consistió en un mecanis-
mo de altemancia en el poder de los partidos políticos (gobiernos cons-

(l] Srt.\JUEL A..'>iARAL,DcPmJna I'min (1955-1973) cnNH.NA., r. VII, cap. 10 (con un exhaustivo
enMyo bi.bliogr<ilko); SAMUEL AMA!!.AL y MAEiiiNO BEN PLOTO:IN,l'crán: del exilio a! podtr; Buenos
Aires, 1993; LitA CoU.'>M'.Rl,La era pmmista (1943-1955) enNH.NA., t. VII, cap. 9 (con amplia
orient-tción bibliog¡-a.fiC!.); CAil.lOS FWRJA,Militarizat:ión y violencia enNR.NA .. t. VIl, ~'~P· 11
(con un intc>..,santt ensayo bibliogritico); CARLOS Fl..ORIJI r GMciA Busm<c~, op. cit. en nom
(l: del cap. XXIX: CARLOS FLOR lA y GA!!.CÍA BELSUNCE, Hi.<ttJria Politica de la Argmrina
Conumponi.m:a. 1881) -1983, Buenos Aires- Madrid, 1998: CMLOS A. EGUEs, El pcmamimw
poliriw (1914-1943) en N.H.N.A., r. VII,cap. 12 (~mumplia orientación bi.bliogrifica); MAI<.CEJ.A
GA.Rd<' SuASTlÁ.'<, Pcrcmismoy oposici6n politica m el Plfrlat1mrto ~Pl!fntino. La dimemilin del conflicto
can la Unión CirkaR.tulicall946·1951, enR.l. vol. LXI, n• 221, 2001; TULlo HALrU.lN DONG!il,
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ampli• otiemación bibliogniti~'a clasificada po.r terrus); MARiA EsrELA SPL>m.J..J., El ddmta wbrccl
arden po!itico durantr los primavsgobicrnos antipe:ronirtM 1955-1958 enA.1.E.H.5., n" 16, 2001;
EMruo V..i.tQ!JEZ V JERA, Et proceso mbv=iw m la A1Jjmtina a tmr0_ de la bib!iografta nadonal.
Origm )' erofucidn (1955·19?5), Cónloba, 2000; EN1UQt111 Zt1t.rrA Ar.VAJtEZ, Lm gobiernos dt la
CDncwtlancia enN.H.N.A., t. VII, cap. 8(con amplia bibJiog¡·,lfia).
i
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::--,.......,.. '-'" =•~IUR.IA DH LAS lNSTITlJClONHS ARGENTINAS

titudonales) y de las fi_ . • . •


Esta altem.attcia gozó terza~ .U~lladas (gobternos militares de facto). LAs TENDENCIAS POLÍTICAS PREDOMINANTES
. 'Cll mayo1 o menor med"d 1 d . .
soctal y coutó con el aval d l Co. S a, e COllSent:uniento 968. Los presidentes de la Concordancia. Concluido el período revolu-
e a He uprema d ¡ · · ,
sendas acordadas que reconoc · 1 b . . e UStlcta a u·aves de cionario (§784), AGUSTÍN P. Jusro, general e ingeniero civil, asumió la
biernos defacto de 1930 y J9 "'ro 7 aJObCiertas COndiciones, a los go- presidencia el20 de febrero de 1932. Tenaz y ambicioso, pero al mismo
43. 5 U1en1 argo lo b" c.. __
Y abruptos, produjeron uua :>erm<111e11 . ~ . s. carn tos, a-.:x::uentes ticrnpo hábil y flexible, buscó desde el comietlZO afianzar st1 poder polí-
en toda la sociedad dado el 1 . te mestabihdad, qne repercutió tico, sustentado en una heterogénea coalición de fiterzas. En el gabiuete
. .
dtstmtos ' crecteute papel que • ¡ Es
ordenes de la,,.;_.,~ del , asmrua e tado en los se destacabau LEorowo MEw, prit1Cipal figma del radicalismo auriper-
Las . . V.IUa pats.
lllterrupctones constitucio11a1 "b · sonalisu y ANToNIO Dr ToMASO, en represet1tación del socialismo inde-
nes. Así, revolución del6 d : es rect terou eJ nombre de revoludo- pendiente. Más adelante se hizo notoria la labor ministerial de FEDERICo
Revolución Libertadora (l'ó"d'P nem~re 9 30) 0 del4de jnnio (1943),
(t_ PlNEDO, como impulsor de tma nueva política económica.
· e septtemure de 1955) R ¡ ..
gentuta(28dejuniode1966 ) L ., ' evouctouAr- El escenario político interno, reflejo en buena parte del convulsionado
de Reor&aniza . , N . . a ext:epcton file el dCllOminado Proceso panorama internacional, manifestaba cm1.siderables fragmentaciones y
-o· uou actonal (24 de marzo d 19 .
militar de marzo de 1962 d e . 76). La nltervención constantes variantes. En las provincias, a la tradicional división enu·e
características seme¡"autes .' que ep~tso al ~restdente FRoNnrzr, tiene radicales y conservadores, se agregaban los desprendimicr1tos de impor-
fi1e el sucesor de éste ettla, aunque qutw se hizo -. d ,_ . .
lfu . . Largo e ta prestde.ucta tantes fuerzas que respondían a caudillos locales. Hubo violentos con-
Jos últiruos tiemnn~ ha ea ~OtlStltuciOnal y uo un jefC militar. En flictos que provocaron en varias oporttllúdades el envío de la interven-
r -- se generaltzado la denomil · ' d
do o golpe militar para desiguar. d" . laCion egolpe de Esta- ción federal(§§ 763-765). El clima electoral fue cou frecuencia htrhu-
Se trata eu realidad de . ~u IStut~eute a todos ellos. letlto y el oficialismo rectwrió al fraude cuaudo fite necesario para ase-
• • ' > lllOVJllUeutos CIVICo-m.ilita:res
mihtar uwtca operó en el vado Actt , . Il , ya que el poder gurar el trimúo etl distritos claves.
sociedad civil, de la )re . · lO estn~t. ado por sectores de la Mientras el presidente buscaba la cohesión de las fiterzas que lo apoya-
dd . 1 f IlSa y de las Úietozas pohncas cou vari· d . .
a seguu os casos , YW>>to' con mt contexto iut a atntetlSI- ban, para mantener la mayoría parlatne.ntaria iudispetlSable y para llevar
ble para producir el cambio. en10 Y e:xtemo favora- adelante su plau de gobicr·no, tttvo que enfrentar a una fuetle oposición~
Cada uno de estos movimie . agresiva e it1claudicable en sus posturas. Por trua patte, la oposició11
1930 1943 y 1955 •-·b . utas tuvostlS proptas características. Los de
.V« neron en poco tten
política de los radicales dio lugar a conatos revolucionarios que tuvie-
'
1 el .
apeuas fiteron removidas Jas caus· .ro Can11Uo de las urnas, ron por respuesta la represión y persecución de sm militantes. De otra
cambio, los de 1966 y 1976 as que. mot¡varOH su intet-vCllción. Eu parte, la bandera del antiimperialismo cobijó a grupos de distintas pro-
gobieruo propia y prolon d:e ~ropusteron llevar a cabo una obra de cedencias e ideas, dentro o fuera de los partidos políticos. Las críticas
toruo al régimeu democrá~ ' q ¡e como meta final ammciaban el re- fueron particularmente dtwas en oporttuúdad del tratado RocA-RUNci-
M" ICO.
t~n·as los gobicr·nos defacto sur ·¿os eu 193 MI\N en 1933, y posteriormcr1te en el debate producido eu el Scrudo en
proptos sucesores Col'~..;n,,,.0,.. , ll'j O Y 1943 u·earon sus 1935 sobre la política de carnes(§ 1016).
"'u '- I.<Ues - USTO Y PER. • ·
en,c<l.lnbio, Jos de 1955, 1966 V 1976 frac .. ON It~pecnvarucrtte-, El regreso al país en 1934 del ex-presidente A.urEAR modificó la situa-
mas prolongada fue Ja pe>ln·" · . _:1" a:;aron e.u ese llltetlto. Cuanto ción y produjo el fm de la abstención electoral de los radicales. Al con-
·' a..teucta Illurtar eu el¡>Od . ¡ d
no mayor, no alcanz¡¡udo a l .. . . . . er, .e esgastc pare- currir a los comicios obtttvieron algtwos éxitos. El más destacado fue cl
sus gestiones. Ogtat las soluctones anUHCiadas al inicio de de la provincia de Córdoba etlnoviembre de 1935, que COllSagtó como
Desde la perspectiva de la soc,·olo ' ]" gobernador a A.\iADEO SABATIINl, médico, radicado en Villa María. SA-
. rupttwas del · t
senau . P.r o -, - d ·tscontmut · ·dades no BATflNl forjó detltro del Partido Radical tllla corriente intema denomi-
sts ema Slllo arnc 11· •
complémentaban nmndo a1' d t ac!ot~es que se combittab<l.lt 0 tuda intransigencia nacinnal. Capaz y honesto, hizo tUl gobierno efi-
paso al otro tipo ..-.,~,· ·m· · lesgastarse
. uu ttpo de go b'temo se daba
' ...._.., " VIO eucta S ll ' a1 fi ciente y respetuoso de la ley, llevando a cabo importantes obras públicas
agotamie.uto de la altema.ncia A . . e ego mal del ciclo por el (escuelas, caminos, diques, etllre otros), que dieron a su figtua cierta
excluidos de toda participació~ p~tu~e 198~ ~os militares quedaron dimensión nacional. Pero etl buena parte debido a su pectdiar idiosin-
va etapa. eu P er pohnco Yse abrió una nue- crasia nunca alcanzó, JÚ tal vez buscó, tul efectivo liderazgo nacional en
el partido ni se postuló para fimciones relevantes en la adm.itústrac.ión
del país, aún después de la desaparición de ALVE.AR.
684
L..\s TBNDENCIN! l'OLÍTICM PREDOMtNANTiiS

l\iANUAL pp;ll!STORIA DB LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS


que integraban la Coucordaucia. Su programa apuntaba a mautencr la
Duraute la presidencia de JusTO se percibe la penetración de las ideas neutralidad, evitaudo caer en el área de influencia norteamericana. En
que circulaban eu el muudo sobre el nuevo papel asignado al Estado en el orden interno se inclinaba a tma líuea conservadora, más rígida que la
la interveución y regulación de la economía y en la promocióu de diver~ de JusTO en su relación cOillos radicales, que sus adversarios entrevie-
sas áreas sociales y culturales. Además del iuterveuciollÍ.smo en materia ron como m1 retoruo al fraude.
ecouómica, plasmado en la legislación y en la creación de diversos entes Duraute las gestiones de ÜRTIZ y CAsTILLO se mantuvo tma continuidad
regulatorios, se destaca el impulso dado a las obras públicas (como sustancial en la política de ll1tervención del Estado en las áreas de eco-
diques, hoteles de hrrismo y otras) y priucipalmente la concreción de uonúa y fmanzas y en la promoción oficial de la t.-ultura.
llll<l gran red de carreteras a cargo de Vialidad Nacional(§ 1028). De Una imprevista modificación del escenario político se produjo cuando,
igual modo fue importante la modenllzación del equipamiento militar eu menos de seis meses, fallecierou tres ex presidentes: el15 de julio de
y lacoustmcdónde uuevos edificios(§ 1084). Esta uueva fi..mción asig- 1942, ROBERTO M. ÜRTIZ; tres meses después Ml\RCELO T. DE Ar.vEAR;
ll<tda al Estado se hizo extensiva al orden nllnrral, siendo ejemplo de y elll de cuero de 1943, AGUSTÍN P. Jusro. ALVEAR y JuSTO mantctúan
ello la creación en 1933 de la Comisión Nacional de Cultltra. auu su liderazgo y ciertas posibilidades de retomar a la presidctlCia. Sus
inesperadas muertes dejaron sin cabezas a la Unión Cívica Radical y a la
969. El presidente JusTo, que mauejaba hábilntente los hilos políticos Concordancia, produciendo un vado político que fue imposible de cu-
de la Concordancia, logró al fiu de su mandato imponer la cmdidatlwa brir eu lo Uunediato ante la auseticia de otras persoualidades que pudie-
de su sucesor, el doctor RoBERTO M. ÜRITL, que pertenecía al radicalis- rau mantener, como aquellos, posiciones de equilibrio frente a la próxi-
mo antipersonalista y que había sido ministro de ALVEAR. En la fórmula ma renovación presideucial de 1944.
lo acompaiíaba, como vicepresidente, el doctor RAMóN S. CASTILLO, Eu esas circunstancias, el presidente CASTILLO apareció etl sitltación po-
catamarqueúo, profesor tu:tiversitario, quien estaba respaldado por las lítica favorable para postular la nueva fónnula presidencial de la Con-
fuerzas conservadoras del interior del país. En los comicios del 5 de cordancia, integrada por los doctores RoBUSTIANO PATRÓN CosTAS y
septiembre de 1937 esta fónnula se impuso a la de la Ut:tión Cívica 11ANuEL lRioNDO. El primero era líder conservador del Interior, seua~
Radical, integrada por MA:RcELO T. DE ALVEAR y ENRIQUE MoscA, cou dor salteíio y un emprendedor iudustrial del azúcar. Desde 1932 se
el 57% de los sufragios emitidos. El radicalismo trhmfó en las proviu- desempeflaba como presideute provisional del Senado y por entouces,
cias de Córdoba, Tuctm1án y La Rioja y hubo acusaciones de fraude en eula líuea sucesoria presidetlCial, era el sustituto del presidente CASTI-
otros distritos. LLO. A su vez, lRIONDo pertenecía al radicalismo antipersonalista de
Uuo de los principales objetivos del presidente ÜRTIZ, en materia polí- Santa Fe. Lt Unión Cívica Radical, sin couducción visible, uo.había
tica, fue garantizar la limpia pr-áctica electoraL Ese propósito lo llevó a llegado a postltlar sus candidatos.
disponer la iutervencióu federal en dos provincias -Catamarca y Bue- Siu embargo, las condiciones que posibilitaron el triunfo de la Co11C0r~
nos Aires- donde se habían realizado comicios fraudtllentos. En el fren- dancia eulas dos oportlutidades anteriores aparecían modificadas. Mieu-
te iuteruo coutiuuaron los fuertes embates ideológicos de nacionalistas tras la gestión de CASTILLO perdía apoyos políticos, ctl cambio, la fuerza
y otros gmpos que enarbolaban las banderas del anti-imperíalismo bri- de la oposición iba en aumet1to, e11earnada en radicales, nacionalistas y
táuico o norteamericano. socialistas, principalmente. Como factor decisivo apareció eu estas dr-
El estallido, en 1939, de la Segunda Guerra Mtmdial trasladó al país los CtUlStancias mm logia militar, el Grupo de Oficiales Uuidos -conocido
conflictos ideológicos que la habían desatado. ÜRTIZ actuó hábilmente como GOU- que surgió en marzo de 1943, sugestivaJ.neute dos meses
y siguió la tradición neutl:alista argentina, atmque más matizada. La después de la muerte de JusTO, co11 el propósito de Unpedit·la candida-
diabetes que ya afectaba la salud de ÜRTIZ desde que asumió la presi· tura de PATRÓN CosTAS -cuyas sllnpatías aliadófilas uo coiucidían con
deucia, se agravó en los dos aiíos siguieutes hasta obligarlo a delegar el el GOU- y que estaba decidido a actuar ulilitannente apenas se defmie-
maudo eu el vicepresidente Castillo y en jmúo de 1942 a renunciar ra de manera oficial esta postulación.
defnútivamente a la primera magistratura.
Cuando CASTILLO se hizo cargo de la presidencia, buscó fortalecer su 970. La Revolución de 1943 y las presidencias de Perón. Cuan-
posicióu política introduciendo cambios en el gabiuete mllústerial, para do el presidente Castillo dispuso el cese del mü:tistro de guerra gene-
integrarlo con figuras relevantes de las prll1Cipales corrientes políticas
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MANUAL DE HISTORIA DE LAS }NSTITVCIONES .ru<GENT!NAS
,_ LAs TilNDENClJ\.S POLÍTICAS PREDOMINANTES

ral PEDRO PABLO RAMÍREZ- · El año 1945 abrió un proceso nuevo en la política argentina. Dur-ante
veían como futuro cat~didata qtue~ldalgt~alos sectores del radicalismo
• oprestetlci -sed·¡ - los primeros meses fue crecicrtdo una corriente de oj_Xlsicióu al presi-
a seua1 esperada
10
para que se produjera el mov· . ..' dente FARRELL y al corouel PERÓN, que era alimentada desde distintos
drugada del 4 d . . La untento rruhtar, que estalló en la ma-
sectores de la ciudadanía -políticos, tmiversitarios, militares y empresa·
Rosada sin CllCO~l~~:~~o~i~i::P~ ::e encaminaron ~acia la Casa rios- que llegaron a solicitar la renuncia de PERóN y más tarde la entre-
cou su gabiuete se había emba . d n ~anto, el Prestdente, juuto ga del gobiemo a la Corte Suprema hasta tanto se produjera el retomo
comandar la resistencia allevrut::n~u: e :tread?r Drumond para a la normalid<ld constitucional. PERÓN había intentado, sin éxito, acer-
yos necesarios tu . 'P careCiendo de los apo-
. ' va que retnutc1ar. camicrttos y ofrecimientos a altos dirigentes radicales. A su vez, deutro
Coutranameute
' a lo ocurrido en 1930' el movmuento . . revoluci · del Ejército un ptulto de cuestionamicrtto era la relació11 scrttimental
no h abta contado con lUla agitac. , , bli . onano que PERÓN, viudo, mante1Úa c011 MARIA EvA DUARTE. Tal fue la presión
sorprendió a todos a tal puntoqwul pu e~ prevt.a y la decisión militar
' ue "'proptos auto'""~ del! · que el 9 de octubre PERóN debió abaudonar sus cargos e11 el gobicruo y,
to uo tetúan acordados 1os o b.JCtlvos . próxun . · ....., · . evantanueu- tras ser dete1údo, se le llevó a la isla Martín Garda. Cua.udo la sit:t1ación
persona que asumirí;;~ la pres·d . El os lU taJ.t stqmera elegida la parecía volcarse definitivamcrtte en favor de quicrtes lo habían desaloja-
. 1 e11c1a. grupo d el d
necesttabaqneUllgeneralasumier· l :ld . , e coro11 .es. el GOU do del gobieruo, se produjo un prontutciado giro a raíz de la multinrli-
papel lo desempeñó el general ARa a co~ UCC1on del movmue.uto y ese naria marcha y concentración popular eu Plaza de Mayo dell7 de ocnl-
neó su fitturo abinete s ., TUR?. ,AWSO': · Pero apenas éste deli- bre que exigió la liberación y prescrtcia en el lugar del coronel PERóN.
d d l g. ' urgtolaopostc1ondectertapartedelaofi ial'
a ' o qu_e provocó su re.uuncia dos días después 1C I· La jornada se cerrÓ a las once de la noche con el discurso que éste
Fue e.utouces cuando el general PEDRo PABL0 · . prontmció desde los balcones de la Casa de Gobiemo, flanqueado por el
mera magistrat:t.Ira. La influ . del RAMiREZ asumió la pri-
·rios se reflejó en la composi:~~el grupo d~ coroneles revoluciona- presidente FARRELL·
me.uto apareció como figura princi;~:T ~~~e:;. En
GoNzALEz pero el curso de 1 . .
':t primer mo-
corot ENRIQUE P.
El gobierno militar convocó a elecciones generales para el24 de febrero
de 1946, bajo la garantía de las Fuerzas Armadas. La situación existente
condujo a una visible polarización de los candidatos. La Unión Cívica
coronel]~"< DoMINGO p ó os a~utecmuent~ ~evó a primer plano al
ua se al" mil' ER ";> qtuen ganó püS1C1ones e.u la lucha inter- Radical constituyó su fórmula presidencial con Jost P TAMBoRmi y
' 10 con 1ta.utes naCJonalist· . . ., ENRIQUE M. MosCA, apoyada por la denominada Unióu Democrática,
coulos gremios. Su desimla,..; ' as e. uucto provechosas relaciones
• ¡;y ......011 como drrector del D N que integraban radícales, socialistas, comunistas y demócratas progreH
CJonal de Trabajo -pronto transfi d Se epartame.uto a- sistas. Los conservadores, sin adherir fomtalmente, la favorecicrnu al
visión-le permitió promover lao~ti o en . cretat·ía de Trabajo y Pre- no presentar fórmula ptnpia. Se habían reunido así los partidos políti-
posterior em:urnbramie.uro (§ §g) ;; soctal, tma de las ~ases de su cos n·adicionales, en la creencia de que esa fiterza mtida podría impedir
10
MÍREZ mautcrúa con dificultad la · 1eutras ta.uto, el pres1de.ute RA- el acceso de PERóN a la presidencia. La Unión Democr-ática co11taba
mtmdial, b. . l· fu . es postura de neutralidad e.u la guct'Ñ
aJo as ertes pres10nes encontradas d 1 · con el patrocinio de los grandes periódicos y Cllcat'thlba en el país el
de germanóftlos 0 aliadófilos y del D e os grupos rutemos espíritu de las tendencias victoriosas en la reciente guerr-a mundial.
ricano. Finalmente eu d ep~amento de Estado uorteame- La otra fórmula presentada se integraba con el coronel PERóN y el radi-
. ' crtero e 1944 d!Spuso la n d e1a ·
d 1plomáticas cou Alematúa y J , L , rup u-a e r · Ctones cal correntino JUAN HORTENSIO Qu!J&"''o. En su favor remúa a algrutos
intensa y tUl mes des és ~n. a. enrie~ militar e.utouces se hizo dirigentes menofes de los partidos tradicionales -como conservadores,
que asumió el o-t>~t~ EZ se VIo obligado a resiguar el cargo,
. e-· DELMIRO J. FARRELL La carrer Ü. d radicales, socialistas y aún commllstas-, a in1p0rtantes núcleos del na·
RoN se afmnó cuaudo pasó a ocup--e! . _ · . a po ttca e PE- cionalismo y sobre todo contaba con el apoyo corporativo de los sllidi-
.. . . .... nurusteno de '"'"rra y ' •. ~
1a \'lcepres1dct1c1a de la Nacióu · band e~~ mas Lillue catos, del Ejército y de sectores de la Iglesia Católica. La principal es-
mediados de 1944, PERó 's~t a onar la secretaría de trabajo. A
tructura política era proporcíonada por el Partido Laborista, que lidera-
mil·r· 1 . N pareua tcrter C:ll sus manos tauto el pod
1 ar como e grermal. Los .dos poli . . e.c ba el sit:ldicalista CIPRIANo REYES.
contactos cou algun<>S fi . parti . ttcos estaba.u d!Stteltos y sus La campaúa electoral fhe intensa y agitada. PERóN aprovechó hábil·
1guras pronuue11tes --elltre ll S
fueron ale.ut<ldores. La actividad de PERó e os, ABAITINI- no mente algtmos ertnres de sus adversarios, como la desaforttunda y tor·
el apoyo de aquellos sectores nara fav N se v;fuolcó eutouces a obte.uer pe injerencia del embajador norteamericano BRADEN (§ 1039) o el apo-
r· orecer sus turos plaues políticos.

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"'
M.f,.NU\1.. DE H:lSTORlA DB US lNSTITUClONBS J\RGBNTIN!I.S
LAs Tl.lNDilNCfAS POLÍTICAS PRliDOMINANTBS
yo económico de la Unión Industrial Argentina a la fOrmula radical, y
en los comicios del24 de febrero se adjudicó el trit.uúo por un margen lamentaría. PERÓN sintetizó su programa de acción eu tres eslóganes
estrecho de sufragios, pero que resultó muy atnplio en el nt'unero de que alc~lZM'on euom1e difusión popular: justicia social, h1dependencia
electores. Esto mismo le pennitió obtener tUlll cómoda mayoría en ambas econónuca y soberruúa política.
cámaras del Congreso NacionaL El acto comicial se desarrolló bajo el La fractura Clltre gobierno y oposición desde el cotniCilZO fire absoluta.
control de las Fuerzas Aunadas y se caracterizó por la ausencia de iucí* Después de los cotnicios de 1946la tensión política, lejos de amainar.
deutes y la corrección del procedimiento. Desde en.tonces ésta ha sido la se ~cen~ó. No ~abía posibilidad algtma de convivencia política y la
característica invariable de los comicios posteriores a lo largo del siglo. antmotrua peromsta·antiperonista gauó la calle y se insertó eu la socie-
dad, afectando indl.Jso las relaciones de familia y amistad. Para unos
971. El trim:tfo de PERÓN cambió el escenario poll:tico en la Argentiua. PERóN era el líder indiscutido e insustituible; para los otros era e1 dicta~
Desapareció defmitivamente la Concordancia y las fuerzas conservado- doro tirano que debía desmllrse. Esta visión dual dominó la sociedad
ras que había.u sido componente principal de la alianza quedaron en por cerca de treinta años, atlllque el clímax se dio dttraute el dece1llo
adelante alejadas del poder, salvo en algmllls situaciones locales. Los 1945-1955. Por entonces, cualquier intento de acercamiento era visto
radicales asunúau el principal papel en la oposición, pero desde la muerte por UllOS u ot:ros como t~~ defección o traición a sn propia causa. El
de ALvEAR carecían de tmlíder capaz de atraer a la ciudadatúa en gene- debate _sobre tdeas o políticas de Estado pasaba a segtwdo plauo ante
ral. Los caudidatos presidenciales de 1946 no remúau esas condiciones, ~a pastón desatada. Ll oposición se quejaba, cou razón, de la falta de
al punto que después de la derrota sus figuras quedaron eclipsadas. A su h~ertadcs y esto se hizo muy visible en el control que el gobierno ejcr-
vez, AMAnEo SABATIINI no alcatl.ZÓ ntlllCa ese liderazgo vacatlte. ua sobre la prensa (§ 1067). Miwtras tulOS apostaban aUlla reeleccdón
Frente a este pauoram.a depresivo de las fuerzas políticas tradicionales iude~nid~ de PERóN como presidente -para ello fue clave la refom1a
se levantaba vigoroso el nuevo movimiento que se había gestado Cll COllStltunonal de 1949-, confiados en los iuvariables éxitos electorales
tomo a la personalidad aglutinante de PERÓN, el "coronel del pueblo" o q.t~e iba_ swnau~o el ~ronismo, ~os otros só~o pensabau en la desapari-
el "abanderado de los trabajadores", eslóganes que expresabau el origen non fistca del hder -tlfCularon stempre vers10nes falsas sobre su estado
popular del nuevo oficialismo y al mismo tiempo los principales puntos de salud-? ett su deposición por la ftterza. El pauorama político carecía
de apoyo. La ruptura con los viejos partidos y los políticos que los de t.'ualqUier otra alternativa.
em:arnabau era absoluta. El discurso perotústa llevó ya desde la campa- La ~lución del régimen perouista tuvo sus etapas. Su faz ascendente
fu electoral y luego en la presidencia, una agresiva carga contra ellos. El se Sltúa entre 1945 y 1949, atmque mautuvo tw buen nivel hasta con·
nuevo movimiento carecía de mta estructura mlificada y ello produjo ~uir la p~nera presidencia en 1952. Es la época de las graudes realiza·
tensiones y luchas iutemas entre grupos <.üferentes como eran el siudi* non~ soc1ales del peronismo, donde brilla el carisma presidenÚal de
cal y el político. Fiualmente en 1947 se fundó el Partido Peronista, ~RON y la ~rza y atracción de su esposa, MARIA EvA DuARTE DE PE·
desplazatllio toda otra denominación atlterior y afinnando el carácter RON, convertida en poco tiempo Cll EvA PERóN o EviTA. El aúo 1952
personalista deltnovhniento. En ese mismo aúo surgió la ratna femeni- ~e clave e11 e~a r:ayectoria. Eu junio htició Perón su seg¡.mda presideu-
na del partido, una verdadera novedad en la vida política argentina, que Cl<l Y al mes. stgutente moría EvrrA a los 33 aííos de edad. Dttrante ese
adquirió enorme protagonismo bajo la conducción de EvA PERÓN. ~nis1:ru:',aúo se prodl.~o ~~a ft~er~ re~ión econ?tnica (§ 1017) que
El1mevo partido tetúa además otras características que lo diferenciaban llUptdto mantener la pohtlca diStnbutlva que habt.a caracterizado al ré·
de las auteriores organizaciones políticas. Así se producía la h1Serción gime~ desde sus húcios y que le había proporcionado la adhesión de
m.asiva de los sectores obreros organizados en la base poütica partidaria amplios sectores de la clase media y obrera. Empezó entonces tllta etapa
(§ 1039); se hnpmúa la afiliación obligatoria a1 partido o a otras orga- en la cu~ el p~pio_ Rresidente d~o seúales de fatiga y hastío del poder,
nizaciones partidarias a fimcionarios y empleados estatales; y se hacía qt~e. se hizo lilas VlSlble ~r _elrucesante acoso de la oposición, que
del peronisrno tmtnovinllento impregnado de tma "doctrina nacional". util.iza~a toda clase _de artílugtos para atacar al régimen y buscar su de·
En fin, se confmba en la hegem01Úa absoluta del partido, sin la posibi- rrocrumeuto, espenahnente ctta11do la vía electoral se le hizo hwiabJe
lidad de que otro partido p'-td:iese. alcat1Zat· a ejercer el poder tattto eu el para producir el cambio apetecido, después de la nueva derrota sufrida
orden nacional como provinci.al. Sólo se le adnritía como minoría par- en 1954 cuaudo se convocó para elegir nuevo vicepresidente en reem·
plazo del fallecido JuAN HoRTENSIO Qmrmo. Sh1 espenu¡zas en la leja-
69<>
691
MANUAL DE H:!STOR!A DI! lAS INSTITUCIONES ÁRGENTINAS

na reuovación presidellcial de 1958 . -


ansiedad sobresaltad la . .' , p 1~zo demasl<ldo largo para una Lt primera fracn:u:a de las fuerzas revolucionarias tuvo lugar e\ 13 de
les de debilidad eu ~ co~::~~~~: ~~rc~eute de ~ue PERóN. ~aba seña- noviembre uu.ndo el general LoNARDl-a q_uien se: le consideraba pro-
conspiración cívico-militar que vol te· P~ ís,, b~ó la sohtcton Cll um
1 clive a tu1 entemfuniento cou los peronistas- fue reemplazat\o en la
El · de . , ara ;u regmten.
tmptu ute e lmpohtico conflicto ID presidencia por el get1eral PEDRO EUGENIO Al:v.MBURU, mante1úéndose
Iglesia eul954 fi.¡e ·' "n, P . . 1e que et rentó a PERóN con la en la vicepresidencia al contralmirante ROJAS. El cambio fue interpreta-
, .U ti rmctpa tacto·1 d t ·
Además de malquistarse ab· rt e ernunante eu su caída. do como el trimúo de los liberales-antipermústas, apodados como "go-
le amente con la ¡·erarq • ¡ .. ·
en d onde había contado e 011 ma ec esl<lsttca - rilas". Se impuso entonces la proscripción del per01úsmo: quedó di-
110 pocos apoyos la sin ·' · d ·
muchos católicos a alejarse del . ·- JaCion m UJO a suelto el partido, iutervenida la CGf e itiliabilitadas todas las personas
ban 110 pocos fi. · . . peromsmo, eutre los cuales se conta-
mclonanos JUeces e int gr d que habían ocupados cargos políticos desde 1946. Ademá.J; se prohibió
ruadas. La o sidó11 ·' ., e an~s e 1as Fuerzas Ar- cantar la marcha partidaria, exhibir emblemas, bustos y libros y hasta el
pasó a la acc~n cívic~~~c~r~e muo a esta reststeucia, que eul955 uso en la prensa de los nombres de JuAN y EvA PERÓN. Se hizo común
Am1que nna parte considerable de las Fuerzas entonces que la prensa se refiriera a PERÓN como "el tirano prófugo" o
adhesióu al régime 1~ en las tr . Armadas ~antetúa su "el depuesto dictador". Otra_ de las medidas fi.¡e la itlCautación del cadá-
~ue dieron lugar a las conspir~c~= ~~!:~:f~1 ~t~~ucrrse grietas
::~~tods, po~ futla sublevación militar estalló Cl1la ci{;a~od~~
e septlembre encabezada po 1 al e o a
1: ver embalsamado de EvA PERÓN que, bajo secreto de Estado, se mm-
tendría oculto durame tres lustros. Muchos dkigentes, legisladores y
fuJ.lCionarios fi.reron encarcelados, acusados de diversos delitos; y se ce-
es~ba retirado del 'servicio ac~vo r ~euer EDUARDO LoNARDI, que Sattteó a profesores universitarios o se los colocó en trauce de renunciar
tc~va participación de los colnatld.os ci%esd:l:p~~s ~ ·l~h;, con --como a su ve:z lo había hecho el peronismo-. Pocos meses después se
a lota de Mar, al mando del contralrniran , o nn a o por anuló, por decreto, la reforma constitucional de 1949 y se declaró vi-
vo para volcar la sittmdóu e d te IsAAc E RorAS fue decisi- gente la Constitución de 1853. E11 cambio, fueron respetadas las leyes
a tavor e 1os revolucionar·
en que las tropas leales marchab 1 . · lOS en momentos laborales promovidas por el permtismo a part:ix de 1945. Con este con-
• il1 para donu.nar el foco cordobés Fue
en estas Circunstancias Cllatldo el .d . . . · jtmto de disposiciones y actintdes, el gobierno -acompaíudo en gran
guo texto dd ' · presl ente PERoN, mediante lll1 ambi- parte por los partidos políticos tradicionales y por Se.Ltores itldepeu-
fuerza de los h:~~ ~~= : di.~~
1 10 11
jtmtt de militares, la cual, bajo la
, ~_~A'e..._. uta nota como wu ren e· d dientes- se propo1úa alcanzar la desaparición defutitiva de tUl régime11
se diftmdió aquel texto, miles de ciu& da tUlCia. uan o considerado como corrupto y atttidemocrático. Pnreba de esa decisión
las calles de Btleilos Aires para feste¡'ara ]nos ;dspodneltátle~ente ganru:ou la dio cuando castigó duramente a los autores de la t'ebelión peronisra
• bolo
105 sun a ca1 a réo-t,.... .... n y desrru·
s que Jo repre8e11taban--carrele ::>~'""-' Lr fmstrada del9 de junio de 1956, encabezada por los generales VALLE Y
popu1ar dd movimiento ruvo , s, fotos, bustos-. Esta fuerza T&"l'co, irnp01tie11do la pena de muerte por fi.tsilamiento bajo la aplica-
multitud lleuó la Plaza de Mayos~ :as,. d~a de~tración cuando la
·
como prestdente provisional S·
a at 23
ha .
asmn.t.r el general LoNARDI
ción de la ley lllMcial a muchos militares y civiles implicados en este
levat1tamiento.
ba, otro medio quedaba sil . .1 --comobse. diCho- medio país festeja- Desde el principio el gobiemo revolucionario tttvo en mira el reestable-
ennoso y a ando pomue ' ·
sus manos tutos aflOS debo . . , --"1. veu escurnrse de cimiento de los partidos políticos democráticos, excluido el peronista.
Al UlOS . 'nanza y promanan soctal que no olvidaría
Se con~tituyó así tUl "pequeño parlamento" con carácter asesor, bajo el
do~do. t;~~:: ~:;~:~ e~ fastid~o 1
0
que su líder los había aban~ nombre de Junta Consultiva NacionaL Atmque hubo algunas nuevas
se refi.1gí6 Cllla emba·ad~ rvar e l-"urso de los acontecimientos agrupaciones -la prll1eipal tal ve:z fuese la Democracia Cristiaua-, el
largo exilio que durarla 18~~~aya y poco después marchó hacía tul patlOratna político, ml<l ve:z excluido el permúsmo, estaba constinlido
por la Unió11 Cívica Radical como mícleo dominante y Jos antiguos
972. La Revolución Libertadora. El . . . partidos socialista y demócrata progresista, con sus tradicionales pro-
bertadora no había sido previatne~. te d?ro~ama de la RevoluciÓn Ll· gramas partidarios. El Partido Demócrata Nacional, atmque mautenía
fuerzas cívico-militares _ . 1 ISCut1,d<:' Y consensuado por las fue1u en algunos distritos, había perdido defulltivamente elitnportall·
era derrocar a PERóN y;ue ~a ~Je<:utaron. El umco objetivo que las tuúa te lugar ocupado hasta 1943.
tl regtmen. El día siguiente era tma illCógn.ita.
La fractura del Partido Radical se produjo con motivo de la próxima

'" 693
LAs TilNDENClAS POÜTICAS PREDOMINANTES

.MANVAL DE HISTORIA DE LAS lNSTITUCIONl.!S Ail.GEI'TII'<AS


del cattdidato triunfante. Pero sería erróneo reducir todo a un simple
puja electoral. La proclamación de l.a c~tdidatur~ presid~1:-~~ d~ ARTU- juego de nt'uneros. Es evidente que la sociedad percibió en FRONDlZl a
RO FRONDIZI en la convención part:1dana condu1o a la dtvtston mtem.a. lllt hombre nuevo, que propotúa hacer tUl programa de gobiento mo-
Bajo su conducción nació la Unión Cívica Radical lntratlS~!}ente (UCRI), denúzador, tanto en lo político como en lo econótnico ( § 1O18), dejatt-
que tendría un largo lustro de es_pl~x:lo~., La ~~·a fracc~on encabezada do atrás la querella peronismo-antiperonismo.
por RICARDO BALBíN, se denommo Umon Cn'lca Radical del Pueblo FRONDIZI asumió la preside.ttcia el1 de mayo de 1958. Su gestión tuvo
(UCRP). BALBÍN y FRONDIZl apareciemn ya como líderes naturales del importantes logros en el campo económico pero, en cambio, la sittta·
radicalismo dur-ante los años duros de la oposición a PERóN. Fueron dón política quedó empantanada desde el comie.tlZO mismo. La cú¡}ula
diputados nacionales y en1952 integraron la fórmula presidencial opo- militar, designada por la Revolución Libertadora, era enteramente anti-
sitora que fi_te derrotada. perouista y exp11So sus recelos attte el origeu de los votos que habíatt
Antes de llamar a elecciones generales para nmninar a las nuevas auto· llevado a FRONDIZI al poder. Esta actitud era compartida por los radica-
ridades constitucionales, el gobierno revolucionario detenniuó convo· les balbinistas y por el sector independiente más duro, que parecían 1

cara tUl<!. convención para regtdarizar la attóma.la situación constituyen- insistir en el afán de exduir al peronismo del juego político, pese a las
te. Era tatnbién la oportmúdad para conocer las tendencias que se ma- evidCitcias electorales. También ciertos sectores acusaron al preside.ttte
lúfestaban en la ciudadattía después de la exclusión del peronisrno. En de cripto·comunista, basándose Clt algtul<l.s actitudes atnbivalentes en
estos comicios, la UCRP obtuvo el 24,2% de los sufragios y la UCRI política internacional y en su militattcia juveniL Por su parte, los pero·
el21, 7%. PERÓN había ordenado a sus seguidores que votaratt en blan· nistas se sintieron defraudados porque no eratt satisfechas las concesio-
co y éstos sumaron el24,3%. Los otros partidos se repartieron el resto. nes cotlVCllidas en el pacto preelectoral y l'ERÓN decidió la ruptura con
Los nÚJ.neros se prestatl a diversas interpretaciones. El simple hecho de el nuevo gobie1·no.
stUnar los sufragios de los dos radicalismos y de considerar al voto en Desde el ptmto de vista institucional empezaron a crecer los denomina-
blanco como expresióu positiva del peronismo arroja tUl resultado que dos pianteos militares que, a veces referidos a conflictos int-entos de las
invierte la vÚltuttad electoral anterior a 1955. Pero esta comparación no Fuerzas Armadas, terminaron por involucrar a los distintos aspectos de l
era enteramente válida ni tampoco satisfactoria para quienes buscabatt la conducción gubernativa y de la misma política frente al perotúsmo,
l
la eli.trúnació1t del peronismo. El elevado número de votos en blanco - sin olvidar que el m\utdo vivía la delicada época de la guerra fría.
más de dos millones- era un súttoma de que, pese a la campaúa llevada En las elecciones legislativas de 1960, la UCRI vio reducido su caudal
a cabo pat·a erradicar al peronismo del juego político~ de la imp?sib~­ electoral al 20, 44% al perder los votos de origen peronista. Dos años
dad de presentarse e11los comicios como fuerza prop1a, sus partldanos después Clt marzo de 1962, llegó al 25% superando a la UC~P. Lo
constituían tlll<l. importante porción de la ciudadauía. U u fi.terte núcleo, novedoso de esta última elección fue la participación del peronismo
conocido como la «resistencia peronista», por diversas vías y con mu· con candidatos propios, bajo diferentes rótulos partidarios. En torno al
chas vicisitudes, mostraba la supervivencia de esta corriente política. partido U!Uón Popular se aglutinó la mayor parte de sus adictos, atut-
que sólo obtuvo el 17,8% de los sufragios y quedó detrás de los dos
973. La preSidencia de Frondizi Fue FRONDIZI quien mejor percibió radicalismos. En estos comicios del18 de mat:zo de 1962, además de
esta nueva realidad política y se propuso captar los votos pero1ústas en renovar parcialme.ttte las cámaras legislativas, se eligieron nuevos go-
;i
las próximas elecciones presidenciales, para lo cual celebró tUl pacto bernadores e.ttl<t.S provincias. El peronismo tritulfó en nueve distritos-
1
con PERÓN que permaneció secreto durante algún tiempo. En los comi· cinco e1·an del neoperonismo-, el oficialismo lo hizo Cll once y la UCRP
dos esta vez la fónnula de la UCRI, ARTURo FRONDIZI-ALEJANDRO y lo,') conservadores en tmo cada uno. En San Juan se impuso el bloquis-
Gó.M.EZ, obtuvo el 44% de los sufragios, 1nientras RICARDO BALBÍN- mo, de tradición radical. Se perciben así nuevos líderes en cada provin-
SM'TIAGO DEL CASTILLO por la UCRP stUnaron el 28%. El resto se cia, algtmos de los cuales pertenecíatt a lo que se empezó a dCitominar
repartía entre 37 partidos, de los cuales el socialista era el que alcanzaba como neoperonismo. En realidad, un sector más moderado del antipe-
mejor posición con el2% de los votos. LA UCRI consigtúó imponerse rmúsmo confiaba en encauzar el movimiento proscripto a través de lo
en la elección de todos los gobemadores y logró amplia mayoría en el que se llatnó "pero1úsmo sin PERóN", especulando con la muerte de
Congreso. Una ele.tnental operación descubría que los votos en blanco éste o con la atomización política de aquel. El frondizismo había perdí·
de la elección anterior habían pasado sospechosatnente a engrosa~.· los
695
694
UIJ U!STORIA

do la mayor parte de los gobernadores, pero aÍin así lograba conservar. :


un caudal electoral que 1e permitía mautenerse como primera minoría. ( ., alianzas electorales y otras propuestas d es tinadas. a canali-
' ,
Se teJta!.i . . d. ro· La idea de un "peronismo smPeron
Siu embargo, la lectura de este resultado electoral por la cúpttla militar ;. el voto perotusta en tsco IJ.. . l más duros de
~e mucho más pesimista y 110 sólo entrevió un fitturo regreso del pero~ latente etl estas tratativas, pero Slll conmover a os
tus~ al poder, sino que en lo inmediato COltsideró iuadmisible que el y otro sector.
gobteruo de la proviucia de Buenos Aires tuviera que eutregarse, en
conformidad con los resttltados electorale<>, a un combativo dirigeute . . . . En las elecciones presidenciales de 1963
, La pres1dencta de Illia. d., la UCRP que pre-
de la rama gremial del peronismo, ANDRÉS FRAMINr. Los militares pre~ ¡ la peieru= minoría, con tm 25,15%, correspou !O a l lda era
sionarou entonces sobre el presidente para impedir el acceso de los pe- ¡.. AR: U ILLIA*CARLOS H. PERETIE; a segm
la fórmula TURO Ú
ronistas a 1~ gobi~ Pn;>vinciales y al mismo tiempo para que fOr-
· Al.ENDE q1.úen había sido gobern.a-
.. la UCRI -enca~da por ~":
1
'
mase un gabu1Cte antlperomsta. Muchas consultas y la actu<lciónmisma · dor de Buenos Aires entre
1962
Y , el
_; y la tercerJ. con un 13,7%
artidario de centro-derecha
'
dd general ARAMBURu como mediador uo llevaron J. ningún acuerdo. correspondía a un nuevo y fug-J.z nu e? P (UDELPA) aglutinado en
Fiualmente FRONDIZI se 11egó a remu1eiar y fue depuesto po.r los ruau- denominado Unión del Pueblo Axpgentm.oE ARAMBURu.' Reaparecieron
dos militares y confmado al sur del país. .>'d del m>neral EDRO · ·d
tornoalacatllll atura ¿:,- ....... d._....,l....bíansidoexclm os
otravez.losvotos;en ':nc ·. ~ d PE óNelFrenteNacionalyPopular
bl o 1 os per01usu= hu= u" -
974. Cuando e1 más alto jefe militar se dispotúa a asumir Ja presideucia de los co~cios y ~r d~cnvas co:l.Se;,.J.dores populares, frondizistas ~
se iuterpuso uu opera~vo político que coutó cou e1 respaldo de la Corte que reuma ·J. la Umon 1 opular,bl el res"ttltado de un 17,5%. St
d. taren anco con .d
Suprema de Justicia. Esta consideró que era aplicable al caso la ley de otros grupos ISpuso vo 18% del ele~torado votaba por otros partl os
acefalía, y a falta de vicepresidente -ALEJANDRo Gó.MEz habla renuucia- a esto se agrega q~ llll político estaba fragmentado en
·do tiempo atrás- correspoudía asumir al presidente provisional del Se- metlOres, se aprec:a <;lue el p~~lOran:enmunerosas agrupaciones polí-
nado. Así fue qUe el senador froud.izista JosÉ MARiA Gumo -como hom- varias minorías pnnctpal~ Y F<;s
15
d"c'6n de fi.terza más impor-
. alis 1 mantetua su con 1 ~
ricas. Elradic ~ ~n s . tremas lo habíatl llevado a lUla crencure
bre de partido se supone que ntvo la anuetlCia del maudatario depues- .

to- juró como presideute ante la Corte Suprema el 29 de marzo. De


ta!lte, pero sus divtst?nes u ' en la UCRI de la cual se separaba el
U:unediato accedió a los reclamos militares, anuló las eleccioues, disol- fragmentación. La últuna ocurrbí"e dad T .• 'misma. elección de lLLIA
VIÓ el Congreso Nacional y proscribió a peron.isras y comunistas de la f ~=-· ue la ha a um o. Ld l'd
actividad política. propio rOUuu.ISmo q . 1 propio partido y su 1 er
como presidente no estaba ,rrevtsta por e o postularse para la pri-
Siu gravitación propia, GUIDO ejerció el gobierno dunutte un año y RICARDO BALBiN' había decidtdo por esta vez,~:idente contó en el Cote-
medio y asi<;tiÓ a varias crisis iuteruas de los militare~, divididos en dos mera magistrarura. Para cons~grarse co~~ pues de los 239 electores
grupos autagóni.cos, COllocidos por colorados y azults. Los primeros eral.! .o Electoral con el voto de dlVers~ par '
obstiuados partidarios de la exclusióu política del peronismo y habíau gt . b '10 1úa. 169 proptos.
que necesita ~S<? te. , . .ó lLLIA ell2 de octubre de 1963, llev~­
sido los promotores de la destitución de FRoNDrzr. Eran eluúcleo del En esa precarta SIUlact?n as~mu .
a~~peronismo duro apoyados por la geueralidad de la marUt.a y grupos
rcenta·e de sufragios tan baJO
do hasta el sillón prest~etlCial por t~l ~ :tal djl siglo XX. La sinución
c¡viJes. Los azules, en cambio, sostenían el profesioualismo militar, la . , tro residente CO!lStlttlCIOI ,
como mngtm o P Pe . ú dos fucos J.Ctivos que segman en
presciudeucia eu política cou subon:liuación al poder civil, y el derecho general no le era favorable. rslS .'?-1 mil' tar: Atmqne la economía no
al voto de la ciudadanía sin exclusioues. El enfreHtamieuto de los gru- ebullición: el peronismo y la cuesfretlou . ~~:.al -embatlderado con el
~ llegó a1 uso de las armas para d.irirni.t la coutie11da, que dieron el Presenta ba graves pro blemas > el nte SlllUIC
li .. d dividido entl-e st a opto
, d ,
tttunfo al sector azul, que etlCUIUbró como COlThltldante en jefe al getle- . mili re-fuertemwtepo tiZa 0 Y .
perotusmo tan . 1Cnte jaque al gobierno.
ra1 ]VAN CARws ÚNGANiA. La. illSólita acción armada ntvo por testigo lUla actitud dura que mantuvo en r::rl~ mérito de la gestión de lLLIA.
presci.ndeute al presidcute Gumo, quieu carecía de toda posibilidad de
encauzar la situacióu. Dentro de este contexto, cabe a~recw; dad, COil un estilo afable y llauo
r'
Reconocido por Sll homad~ austen mendJ.da por la ciudadanía. Sin
La provisionalidad dellThlttdato de Gumo obligó a tma uueva elección desempeñó con decoro la l~sto~ C11CO li . Ol"c<:tiÓn administrativa
presidcucial. El panonuna_ político se presentaba fragmcutJ.do e inesra~ condiciones de esta ts , . ulsar prosegtlir el empre11u1~
d. ta tu de líder po neo, su t:>--
.
-~·
careció de la visión necesarta para lffiP 0

6%
ó97
MANOo\L DB HISTORio\ DB LAS JNSTITt'ClONBS AR.GBNTINAS
LAs TENDENCIAS POLÍTICAS PRBDOMlNANTES
miento llúciado por FRoNDIZI. Atlllqtte invocando razoues de princi-
pios, su mayor error fue quizá. la a.uuladón de los contratos petroleros considerable de la opiuión pübüca la convicción de que el gobiemo
que aquél había celebrado con compañías extranjeras y que habían per- debía ser removido. Al propio tictnpo, diversos periódicos promocio-
mitido alcanzar el autoabastecinúento de combustible. t~~)~ la figura ?e ÜNGA.>.<:ÍA quien después de haber puesto orden en el
Las eleecioues legislativas de marzo de 1965 dieron a IuJ.Ala opottttni- EJet-ctto, aparena como nuevo líder uadoual El golpe de Estado próxi-
dad de levautar las p.roscripüones vigentes contra perotústas y comu- n:mya tCJ.Úa Presidente. La sociedad asistió pasiv<Unente -y casi compla-
nistas. En ese nuevo escenario, la neo-perotústa Unión Popular alcanzó Cida y esperanzada- a la deposición del presidente constitucional en la
el29,6% de bs sufr.tgios mientras el oficialismo llegaba al28,4%. De- tarde del28 de jt.Uúo. En una digna actitud el doctor ILLIA resistió en ün
trás estaban la UCRI de ALENDE y el Movimiento de Integración y primer momento la Ultimación militar, pero debió dejar la Casa Rosada
Desarrollo (MID), la nueva denominación adoptada por los seguidores aute la presencia de la fueu.a armada.
de FRONDIZL Entre los tres partidos de extracción radical.mperaban el
40% del electorado. Otros partidos menores completaban el cuadro 976. La Revolución Argentina. Constunado el derroc<Utlicnto 1ma
pero con escaso caudaL UDELPA, la gran revelación de la anterior elec- Jtutta Mili~ <Ul:tttció el cese de las autoridades naci01-ules y provhtcia-
ción, caía al 2%. Se afirmaba así una tendencia a la bipolaridad entre les, t<Ulto e¡ecuttvas como legislativas y judiciales; la disolucióu de los
perouismo y radicalismo, atu1 cuando la ebullición intema de esas fuer- partidos políticos; y la puesta Cll vigencia de un estatuto revohKionario
zas no permitía considerarlas como sólidos pilares de una democracia por encima de la Constitución. El movitniento se denomiuó oficial-
ett constnKción. Desde su exilio en Madrid, PERóN afi.nnaba su con- meute Rt:voluci6n At;gentina y el cargo de presidctlte sería ejercido por
ducción de las huestes per01ústas de manera inorgátúca y a veces con- cl tcttiente geueral JUAN CARLOs ÜNGANÍA.
tradit.:toria lo que por cierto no contribtúa a estabilizar el orden políti- ~utque la proc~ama revolucionaria hacía hincapié culos errores y debi-
co. Eu 1964, sus seguidores planearon el regreso del líder al país y h~ades del gobterno derrocado, la motivación prll1eipal de este movi-
articularon el "operativo retomo" que fracasó, pues PERóN fue deteni- nueuto era prevettir tUl eventual retomo de Perón o de sus adictos al
do en Río de Janciro y obligado a regresar a Madrid por el go~iento poder, lo que podría producirse si las próximas eleccioues de 1967 -que
brasileúo después de tuM gestióu del canciller argentino MIGUEL ANGEL renovarían tul tercio ?e los diputados y todos los gobiemos proviucia- ,¡
ZAvAIA ÜRuz. les- se convocaban sut proscripciones electorales. Se temía, en stuna,
Al astmúr el doctor lLLIA, se encontró cou wu sitttación militar más que se repitie')C. la crisis frondizista de cuatro aí1os atrás.
controlada, gracias a la gestión del comandante en jefe, general ÜNGA- Frente a la imagen de tm gobieruo democdtico de ntinoría, desgastado
NÍA. Sll1 embargo, éste pidió su retiro en uoviembre de 1965 por deslll- por tilla cn~dente íudisciplina social y slltdkal se prese11taba la opción 1

teligencias con el presidente. La presencia de los tuilitares cerca del po- de tUl régimen autoritaJ:io que ordct1a.ra la economía impusiera 1á disci-
der, Cll permanente vigilancia de los actos de gobierno uo había desapa- plina social y diese una soludótt defuútiva al recttr~lte problema del
recido durante esos aúos, pero era menos visible. Se volvió a pouer en peronismo. El movimiento contaba con el apoyo esrructtll'al de las Fuer-
~s ~madas, tCIÚa ?e ~u p~te a tm sector importautc de la dirigetKia
evidencia con algunas críticas al presidente, sict1do tuta de las más noto-
rias la que hizo el sucesor de ÜNGA,.>.<:íAe129 de mayo de 1966 en el acto suu:hcal y a ~tpos Slgni:ficattvos del poder ccouóntico y era mirado cou i
1
celebratorio del Día del Ejército. cmnplacctlo.a por tUl amplio sector de la ciudad<Uúa llKlependiente y de
El gobiemo de lLLlA fi.te respetuoso de la libertad política y de la sindi- la prellSa.
cal, pero la oposición lo fue cercando. En el Congreso se demoraba la La Jtmta Militar estableció nuevas reglas de gobieruo, pero sobre todo
sanción de leyes fundamct1bl.les para su gestión. Cou el apoyo de la ere? tm -':'.residctKialismo defacto. Estaba hecho a la medida para quieu
preHSa se fi.te cre<Uldo la imagen de tUl gobieruo moroso e ineficaz, que sena destgnado. ÜNGANÍA <UlWlció que eu su gobiertto habría tres tiem-
aparecía avasallado por tllla actitud obstinada de los sindicatos que de- pos: el económico, el social y el político, sin fijar plazos. Aunque mlllca
darabau huelgas y ocupab<Ul fábricas. Entre taurO, el clima político se hubo una precisión al respecto, se espenllaba con tUl régimeu de larga
perturbaba con las luchas ldeológicas y la violencia revolm:ion.aria que duración, que podría ir más allá de la vida de PERóN, que ya había
asunúau distiutos grupos en el país y que reflejabau las tensioues del
muudo occidental al promediar esa década. Se fOrmó así Cll una parte
ctUnplido los 70 a.Ílos de edad. Mientras tanto llegara esa oporuutidad,
la actividad política quedaba clausmada.
t
El gabiuete elegido por ÜNGANÍA se componía de civiles sit1 recouocida 1

"'
'"
L.\S TEND~CHI.S POLi'flCJI.S i'REOOMlNAN'l'ES
~
MJ\Nt:..U. DE HISTORIA DE LAS lNSTITUClONBS ÁRGENTINAS 1
acotar las facultades del flam.lílte presidente, estableció que ella teru..-\ría
militancia política. No había -se ha dicho- tUl proyecto político sustan- injerencia en los asuntos de "significativ~ t;rasc~?-den~ia", de mod~ que
cial. El mayor éxito fue en el orden económico, donde la gestión del las Fuerzas Armadas akanzaron1.ma partlctpaeton actlva en_ el gobierno.
ministro AnALBERTO KRIEGER V ASENA se desarrolló dentro de tUl largo El general LEVINGSTON interpretó que la solución política busc~da de-
período de Cfecimiento econónúco ininterrumpido entre 1963 y 1974 bí;t hacerse mediat1te tu1a renovación generacional de los"p~ndos; lo
( § 1 017). Si en este campo predominó el modelo neoliberal, en cambio que significaba abordar tul plan de largo alcance. Era la ~oñm~IZa­
en Jo cultural dorrllnaronlas tendencias nacionalistas. ción de ta Revolución Argentina". No sólo esto cot~tradecta l~~ Ideas
El núcleo opositor inicial se manifestó en intelectuales de izquierda. A sustentadas por el general LANUSsE, sino que los trusmo.<; pohnco~ le
sólo tUl mes del golpe militar se decretÓ la iutervetlciÓtl de las turiversi- dieron mta conumdente t:espuesta a través del documento conoodo
dades nacionales lo que suscitó algtmas protestas, que alcanzarounoto- como La Hora del PuebW, suscripto elll de novien1bre por va:ios. par-
riedad cuando en algunas factlltades de la Universidad de Buenos Aires tidos, entre los que sobresalía la participación conjtmta del radiCalismo
-cieucias exactas y arquitectura- profesores y estudiantes ocuparon los de BALBÍN y el peronismo -a través de un dele~ado d~ Perón-. Ante. el
edificios y dieron motivo al desalojo policial por la fuerza. Este hecho fracaso de su gestión política, LEVINGSTON se VIO o~hga~~ a rei~unoar
quedó simbolizado en la expresión "la noche de los bastones largos". en marzo de 1971, a sólo nueve meses de sn desigtlaCion. Mienn·as
Hasta principios de 1969 el país pareció tranquilo. Sin embargo, ya se ra11to el terrorismo producía uuevas víctimas. .,
incubaban los fermentos que estallaríatl durante la primera mitad de ese El 26 de marzo asumió el tercer presidente militar de la Revolucton
año y ql.).e dejarían en descubierto la falta de adecuada respuesta de parte Ar;gentina: ALEJANDRO AGUSTÍN u;ussE. De~ e el.c_omienzo de su ges-
del pre<>ideme. El hecho más espectacular que conmovió a la opinión tión el aspecto político Úte prioritariO. La des1gnaCIOll de ARTURO MoR
pública Úte la violenta revuelta que se produjo eula ciudad de Córdoba RmG como ministro del interior marcó el rumbo. MoR Rora era nn
en el mes de rru.yo, que puso de relieve la actividad de una gtterrilla político radical, apreciado por su idoneidad y cali,d.ad personal. El r:an
mbatla y al mismo tiempo la debilidad de tul gobiemo que se presunúa puesto en ejecución llevó. a lev~ntar la v~~ pohnca y a .promov~I .l~
fuerte. La reacción del presidente consistió en desprenderse de su exito- reorganización de lo.~ parndos, su1 proscnpCion~s para qme11e.S adhine
so mitlistro KRIEGER V ASE."l"A y de otros ñuu::ionarios y esto se i.nte!pre- sen a los f111es de la Constitución, a la democracia representanva y a las
tó como una concesión a los revoltosos. Poco después, fue asesinado el vías pacíficas de acción. El pro~~to del gobieruo er.a alc~1Zar una
dirigente gremial AuGUSTO T V ANDOR -cabeza de lo que et1tonces se conciliación preelectoral, que penrunese lograr una candid~tura de tran-
denomit1Ó "peronismo sin PERóN"- que había apoyado la gestión de sición. El movimiento se denominaba Gran Acuerdo Nacwnal (G~).
ÜNGANÍA. El hecho de violetu::ia más trágico ocurrió el29 de mayo de Se pretendía que el propio PERÓN lo apoyase o al n1en~s no se opusu~xa,
1970 -en el primer aniversario del rordtJbaw- cuando fue secuestrado y y consagraría como presid~~n~e consti~t~i~nal al pro~IO general LAN~S~
posteriormente asesinado el general PEDRO ARAMnmu por el grupo sE. Para lograr este entendinuento se uucialúll tratanvas y gestos anus
guerrillero Montoneros. tosos para ganar la voluntad de PERÓN, entre los et~ales se destacan la
El carisrru. de ÜNGANÍA se iba esfumando, perdiet1do los fuertes apoyos devolución del cadáver embalsamado de EvA PERON, el pago de los
sindicales, empresariales y castrenses que tuvo al comienzo de su ges~ sueldos de teiliente getlCral desde 1955, y la colocación de su bust<:> en
tión. Los acontecimientos ocurridos mostrabatlla fragilidad y el aisla~ la Casa Rosada, jnnto ·a los detnás presidentes. Pese.~ ,estos acercanuen-
miento del presidet1te. En el seno del Ejército se empezó a co11Siderar la tos las respuestas de PERÓN fi.¡eron evasivas y no deJO de respaldar a l.ls
posibilidad de abrir el juego político, vedado desde cuatro años atrás. ft¡e~as subversivas. Cuando LANUSSE se hartó de tantos desplantes,
Esta inquietud era liderada por el comandante en jefe, general ALEJAN· empezó a hostigarle incitándolo a que retomara al país.
DRo AGUSTÍN LANussE y culmiuó en la decisión de la ]tulta Militar de
solicitar el8 de jtuüo de 1970 la renuncia del presidente, que éste pre- 977, Duratlte el gobierno de ÜNGANiA o1pareciefOn ~ocos gtl~rrilleros
sentó de inmediato. que mantuVieron en vilo al país dmante una década, ~nt:roduClendo u~1
Con ese nuevo nunbo, la Junta eligió días después a tul nuevo presidetl- elemento nuevo en las luchas políticas. Aunque su ongen pued: dete-<;-
te. La designación recayó etl el general RoBERTO MARCELO LEVINGS- tarse en aislados intentos desde f111es de los años 50, en realidad las
TON, que se encontraba en misión oficial en el extranjero y que era operaciones de la guerrilla urbana en el país comenzaron enl970 wn el
desconocido fuera de la esfera castreme. La ]mlta Militar, empeñada etl

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lMANt'AL DE HlSTORlA DE LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS
L\s T!lNDl!NC\AS l'OÜT\CAS PlUiDOMINANTI!S
smgimiento de Montoneros -de origen nacionalista católico- y poco
después, de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) -proveniente diferencia con su propio caudal hada, a su juicio, llmecesaria esta se-
de jóvenes ~omunistas, vinculados con el Cm GtJ""EVARA- y del Ejército gunda vuelta.
Revolucionario del Pueblo (ERP) -originado en un sector del troskis* E: cuadr.o electoral reiteraba la situación de dos décadas atrás. El pero*
mo-. Cada m1o de estos grupos anUllció sn aparición cou asesinatos y msmo diSfrutaba ?e una .holga~a mayoría y el radicalismo era ta segtm-
secuestros de diversa notoriedad. En cierto sentido la existencia de un da fuerza a apreCiable dtstauCia. Las demás fuerzas políticas recogían
régimen militar pndo servir de justificación para qtúeues pn:dicaban la escaso caudal, salvo la de ceutro-derecha de MANRIQUE o la de centro*
violencia, pero la iiKLtbadón era más profunda y provenia de las diver* izquierda de OseAR ALENDE. La alianza que encarnaba el oficialista GAN
sas doctrinas extremistas que postulaban el cambio social a través de la sólo. alcanzó ~l. 2~91% de los votos. Conservadores y socialistas, como
toma del poder por las ar:mas (§ 1090). La Revolución c.ubana de p~dos tra~nonales, desaparecían casi del mapa electoral. En las pro~
1959 era el modelo más imnediato, que encarnaba los llamados :Utcias, el trmnf'? del FREJULI fue tambiéu considerable y pudo así
movimientos de liberaciónuacional. Las conexiones de estos grupos unp~:mer sus cauchdatos a gobemador eu casi tOO.os los distritos ( § 1004).
cou el peronismo les permitierou usufructuar sus banderas e inte- De Igttal modo pudo lograr mayoría eu ambas cámaras del Cougreso
grarse en ese masivo y ambiguo movimiento de masas que encontra- NacionaL
ba umchas adhesiones culos jóvenes que por entouces se acercaban Tan amplia victoria, sin embargo, no dio la deseada estabilidad política,
a la política. A su vez PERÓN, desde su exilio, se sirvió de ellos para pues la luc~ por ~1 po~?r y el ca?s int~mo del_ movimiento peronista
hostigar al gobieruo militar. JUUto con Lt mtensificacton de la violencia guerrillera, mMcarou a fuego
Eu 1971 el terrorismo asmuió características alanna.ntes y continuó eu los tres luctuosos aúos sigtllentes. Bajo la ba.udera de PE.RóN se había.u
crecllniento durante el año siguiente y comienzos de 1973. El presiden- remUdo grupos e i?eas a.utagóni~o~, de ultraderecha y ultraizquierda : 1

te LANUSSE confiaba eulas virtudes de su plan político para erradicarlo que empezaron a disputarse los diStultos sectores del poder ante la mi-
de tal modo q11e pospuso la utilización de la represión milihtr. Así, se rada atónita de la sociedad. El mismo día que asumió, el25 de mayo,
dictó llll<tlegislacióu especial pMa sanciotl<tr los delitos que se cometie- C~PORA ttt;o q~ conceder el indulto a los guerrilleros presos cuando
sen bajo la nueva ntodalidad openttiva de la guerrilla y se creó en197l ya estos hab,ia.u stdo sacados de la cárcel por sus compañeros de armas.
1<~. Cámar<~. Federal culo Peual de la Nación con competencia específica Poco de:'pu~ ,el nu~vo Cougreso Nacional dispuso mu amnistía gene*
en este tipo de delitos, que demostró su eficacia. ral Y extmgmo la Camara Federal que juzgaba la actividad terrorista.
~l presid~nt~ CÁMPORA careda de autoridad y de idoneidad para coudu-
978. El retomo de PERÓN y su tercera presidencia. Eu medio de crr a ~os distultQs gruP?,s que, componían la alianza triunfante y ap~ía
estas dificultades, LANUSSE llevó adelante su plan político, que cuhninó d~m~.uado por la fraccton mas extrema deJ peronismo. Se hizo entonces
con las elecciones celebradas ell1 de marzo de 1973. Como en la con- pu~lico el eslo?M: "CAMPORA al gobierno, PERÓN al poder". El20 de
vocatoria se e.~tabtedó que estaban inhabilitados para ser candidatos ¡uruo~ se prod_nJo el r~torno defmitivo de Perón al país. En noviembre
quiene~ uo residieren en el país antes de125 de agosto de 1972, PERÓN del ano antertor hab~a esta:t.o cuatro semanas. El PERÓN que volvía 110
no pudo presentarse como candidato. Designó entonces para iutegrar era el arrogante caudillo I~1;ar de veinte aÍlOS atrás. Discursos y actitu-
Lt fónnula del Frente Justicialista de Liberación (FREJULI) a lo.~ doc- des lo ac~rcaban ahor~ al diálogo con los dirigentes de otros partidos,
tores HF.croR J. CÁMPORA y VICENTE SoLANO LUna, quienes se impu- sus euenugos de antauo. El abrazo entre PERóN y BALBÍN quedó como
sieron ~ou el49,56% de los votos. En segtmdo lugar quedó la Unión símbolo de este nuevo tiempo.
Cívica Radkal eu~abezada por RICARDO BA.LBÍN y EDUARDO GA.'v10ND ~uando PE~ÓN abandonó su cómodo exilio madrileño, 110 podía llna-
con el21,29% y tercera, la Alhmza Popular Federalista que postulaba a gmar su accidentado regreso. Uua multitttd acudió a recibirlo al Aero-
fRWClSCO G. MANIUQUE y RAFAEL J. .MARTÍNEZ RAYMONDA. Las nor- P~~to. de Ezeiza, pero estaba lejos de constituir la masa entusiasta y
mas electorales preveíautma segtmda vuelta electoral cuando la fórmula discip~da de la epoca de oro de1 peronismo. Al producirse llll salvaje
trimúaute no obtuviera más del 50% de los votos, pero en este caso el Ysangnento combate entre grupos antagónicos de militantes, con mu-
radicalismo renunció a presentarse a los nnevos conlicios, dado que el chos. muertos, tt.tv~ que desviMse el avión a otro aeropuerto. PERÓN
estredto mMgen que sep<traba a aquella del porcentaje exigido y la gran · aterrizó en lUla realidad convulsionada por feroces enfi:e.ntamieutos lli·
_ten1os que ha.bía llevado a sindicalistas de utu pMte y a miembros de la
MANUAL DE HlSTOklA DE LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS LAs TENDENCIAS POLtrlCAS PREDOMINANTES

juventud peron.ista aliados con Montoneros de otra a tomar los edifi- de jmlio, ocasión en la cual prommció su ültimo discurs?..J?iez días
ci~ de l?s organismos del Estado para disputarse palmo a palmo las después caía en cama y el 1 de julio moría. BALBÍN de<>pidto con un
destgnaCiones de los fimcionarios que regirían esos organismos. sensible discurso los restos del '<viejo adversario y del amigo". La cues-
PERóN retomó la conexión con sus tradicionales aliados: el Ejército - tión peronismo-antiper01úsmo quedaba superada con la irKorporación
que le devol~ó.el grado de. teniente gener-al, que le había quitado en defuUtiva del peroi1ismo a la vida política democrática. Quedaba pen-
1955-; los s~dicatos; los drrigentes del "'peronismo histórico"; y aún diente la violencia gtterrillera que PERóN había condenado al fmal de
con sus opositores democráticos. A partir de los hechos de Ezeiza PE- sus días, pero sin poder abatirla. .
RÓN tuvo en claro que debía desprenderse de sus aliados extremistas Asumió entonces la vicepresidenta MARÍA EsTELA MARTINEZ DE PERo~,
que habían copado el gobierno de CAM:roRA. Ell3 de julio -luego de cuva estabilidad apoyaron todos los partidos políticos. La nueva prest·
cuarenta y och~ días de gestión- el presidente y el vice renunciaron para d~1ta carecia de toda capacidad política y administrativa para llevar
dU: paso a PERoN, en tul acto que sólo tuvo la apariencia de voltultario. adela.tlte la gestión, y sobre todo para hacer frente al caos en que .se
Se rmpuso así otro gobiemo transitorio que llevó a tmnuevo acto elec- stunergía su propio partido. Se sucedieron así, con inusitada frecuer~CJa,
toral dos meses después. Esta vez la fórmula justicialista fue PERóN- los cambios de ministros u otros funcionarios y atmlos enfrentanuen-
~ERó:'. fu~ evitar disputas y para no crear sucesión posible, el viejo tos con dirigentes gremiales fieles a PERÓN.
líder mcluyo como segtuldo término del bi11omio a su tercera esposa, En cuanto a la lucha contra la subversión, el 5 de febrero de 1975 se
MARiA ~STELA MARTiNEZ DE PERóN. Obtuvo el 61,85% de los votos dictó tm decreto en acuerdo general de ministros, que autorizab~ al
contra el24,42% de los radicales RICARDO BALBiN·FERNANDO DE LA Ejército a ejecutar las operaciones militares neces~as para «neutralizar
RúA y el 12,19% de la Alianza de MANRIQUE-MARTiNEZ RAY:MoNDA. y/o a11iquilar el acci01w de los elementos subversiVOS» que a~tuaba11 en
Esta V~~~ el mayor trituúo de su carrera política. Dos días después, la r
la provincia de Tt1aunán, comandadC:S P?r el ERP que habia11llegado
org.uuzacton Montoneros asesinaba a JosÉ IGNACIO Ruca, m10 de sus a dominar tm sector nu-al de ese terntono, favorectdos por el terretlO Y
sindicalistas mi<> fieles. la vegetación. El despliegue militar que se detlOminó «Üf?Crativo Inde-
pendetlcia» se extendió por varios meses y a fines de ese ano las Fuerzas
979. Ll tercer-a presidencia de PERóN apenas sobrepasó los ocho me- Armadas atlmlciaba11 que se había retomado el control de toda la pro-
ses. N~ hubo tiemtx? I~ condic~ones propicias para una normal gestión vincia. Sirt embargo, la violencia IlO cesaba en otros lugares. De ahi que
~e gobie;no. El decamuento f'lSJCO y mental del presidente se hizo noto- en octubre otro decreto del presidente provisional !TALO A. Lt.JDE~ en-
no. Segun sus allegados, su lucidez declinaba ya en horas de la tarde. comendó a las Fuerzas Armadas que llevaran a cabo las operactones
Tuvo que atender los intereses CIÚrentados de distintos sectores mien- militares y de segtrrid~d necesarias a efect?s d.e "a.tUqu?:r el ~~cionar de
tras la gtterrilla arreciaba. Ya se había declarado la ilegalidad del ERP. los elementos subversivos en todo el terntono del palS , utiliJ;ando un
En enero de 1974 este grupo lanzó m1 ataque sa.ngriCiltO contra el Re- lenguaje casi idéntico al a11terior decreto. También se dispuso .t1ue las
gimiemo de Caballería Blindada de AzuL PERóN los calificó de "verda- policías provincial~ quedara11 su~rdirudas a l_?S. comand~. l~~tares.
deros enemigos de la Patria" y sostuvo que debía a.tl.iquilarse cua.t1to Entre tanto, la presidenta aparecia cada vez mas mcomu~cada c?n su
a.tttes ese "terrorismo crllninal". A su iiUciativa el Congreso Nacional partido, con la oposición, .c?n l~s .sind.icatos y con .la sonedad nusnu,
U;.corporó ~'código pet~al nuevas figttras deli~tivas como la sustrac- etl medio de reiteradas criSIS muustenales y cambtos de sus asesore.~.
ctót~ retetlCIOn y ocultam!Cnto de personas, secuestros extorsivos y agru- Entre septietnbre y octubre de 1975, resolvió tomar. ~s de treinta días
Parr;tento con fmes de lucha ideológica. El sigtúente 1 de may(\ cuando de desca1ts0 y entonces asmnió el presidente provmonal del Senado,
~erOI\ lublaba desde los balcones de la Casa Rosada en el Día del Traba- doctor hALo A. LUDER, cuya gestión representó, al decir de FT"ORL'\ Y
JC) ~ nuO:ido grupo de montoneros ir1terrumpió al anciano líder con G:\RCÍA BELSUNCE, "tma suerte de intervalo l{tcido". Muchos crey~ron
Ca.tltlC~s e mstdtos a su t~era esposa. Con dmeza PERóN los increpó y que era el fm del gobierno de M.ARTÍJ'<EZ DE PERóN, pero ella se remte-
expulso de la Plaza, pomendo fm a tmlargo idilio con esa juventud. gró al cargo, se negó a 1-enuncíar y atm pudo superar un pro):ecto de
En otro orden, PERÓN se enfrentaba con tma crisis económica que lo Diputados para someterla a juicio político que ~llan.ara el Cat1ut10 para
llevó rcx:o despr:és a a:itica.t· a sirldicalistas y empresarios y tern~nó con alca11ZM mu solución dentro del régimen COitstttucJOnal. Era el 26 ~e
una mastva mamfestaciÓn de apoyo, otra vez en la Plaza de Mayo d 12 febrero de 1976. El faccionalismo de las :fi.Jenas políticas, del pmpto

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Las TENDENCIAS POLITICAS PREDOMINANTES
AL\.NllAL DE HISTORIA DE LAS INSTITliCIONES AitGBNTINAS
para el retorno del poder a la civilidad, pero se daba a entender que e>e
partido gobernante y del sindicalismo condujo sin v.uia.ntes otra vez a plazo sería prolongado a través de tma periódica renovación de los matl-
la alternativa militar, que era admitida por esos días como inevitable. dos militares y de los caJgos ejecutivos. Naturahneute que para ello era
Esta vez, las Fuerzas Armadas no se apresuraron~ sino que dejaron ac* preciso la co11servación de la cohesión entre las tres anuas, la que efec·
tuar a los mecanismos políticos, hasta que éstos mostraron explícita- tivameute no se dio después de la primera fase de la gestión. A esta
mente su impotencia. defullción del esq11ema de poder se llegó dentro de un contexto en el
que estaba ausente la figura típica del cat1dillo m.ilitu; jefe del movi-
980. El Proceso de Reorganización NacionaL En la noche del23 de miento armado. Con el acuerdo de las tres fuerzas, la Jtruta Militar
marzo la presidenta .MARTÍNEZ DE PERÓN fue detenida por orden militar designó presidente al general V roELA, que retuvo su cargo de comatt·
y confmada a una resideucia en el sur del paL<>; y el 24los comandantes dante general. Aunque sus cunaradas de atutas destacabatl su recato,
de las tres fuerzas iuformarou a la ciudadruúa que habían tomado el corrección y apego a los reglrunentos jtmto con su fm:neza en el ejercÍ·
poder y dieron a conocer los doc<Unentos que constituían las normas cio del mando, V mELA no era tUl caudillo 11i tul hombre político.
ftmdameutales del régimen militar que ~e deuomi.naba Proceso de Reor* FJ Proceso tuvo una dmación de siete años y uueve meses, cou cambios
ganización Nacional. De sus objetivos concretos, se destacan tres: la aui· periódicos en la integración de la Junta Militar y cuatro presidentes
quilación de la subversión y sus causas; la reestructuración de la econo- efectivos, que ejercieron el cargo con diferentes características. La. ges-
mía; y la posterior "instauración de una democracia republicana, repre* tión mi'> extensa fi.te la de VIDELA, del 29 de marzo de 1976 al 29 de
sentativa y federal", con renovación de la dirigencia política existente. marzo de 1981, dividida en dos períodos. Le sucedió el gt-·neral RoBER-
El poder fue astunido por los tres comandantes generales: tcrllente ge- TO VIoLA, pero elll de diciembre de ese aí1o la Junta dispuso su cese.
neral JORGE RAFAEL VIDELA, del Ejército; almirante EMILIO EDUARDO Se de>iguó entouces al general LroroLDo FoRTUNATo GALTIERl para
MAssERA, de Lt Marina; y brigadier general ÚRIA..,.DO RA'vi:ÓN AoosTI, completar el período presidencial anterior, que- vencía el 29 de marro
de la Fuerza Aérea. Ellos comp01Úattla Junta Militar, que dio a conocer de 1984, pero a n.íz de la derrota en la guerra de Malvinas, GAITLERI se
Lt proclama, el acta de objetivos básicos, el acta de reorganización, las vio obligado a remmciar el18 de junio de 1982, cou escasos seis meses
bases para la intervención de las Fuerzas Armadas y el Estatuto. Las de gestión. El ültirno presidente de este ciclo militar fite el general RE-
constituciones de la Nación y de las provincias.manteníatt su vigencia YNALDO BENITO BIGNONE, quieu asmtlló el 1 de julio con la misión
en trutto no se opusieratl a aquellos entutciados. específica de liquidar el Proceso, convocatldo a elecciones sin proscrip·
La Jmtta Militar se declaró "'órgano supremo de la Nación" y quedó cioues y eutregando el poder a quienes resultasen triunfantes en los
eucargada de velru· por "'el normal fi.utcionamiento de los demás pode- conllcios, lo que efectivamente se <..illnplió ellO de diciembre de 1983.
res del Estado y por los objetivos básicos a alcanzar». Ella designaba al Esta simple crouología indica que el Proceso constituyó el m;ÍS piolon*
presidente de la Nación, a cargo del Poder Ejecutivo, y lo removía "'cuan· gado de los gobiemos de facto en la Argetttina, y q11e esa permanencia
do por razoues de Estado lo considere convetllente". Quedaba así el se aseutó fundamentahnente sobre los primeros ci.ttco años de la ge.~­
presidente subordinado a la }truta Militar. Las tres fuerzas asumieron la tióu de VIDEIA, pue> las etapas siguie.utes ft1erou extremadantente bre-
plenitud del poder y se lo repartierou por sectores. Al declar.u caducos ves, acusando ya con distintos matices la pérdida de la legiti.t11idad y el
los mandato~ del presidente y de los gobernadores, disolver el Congre· agotanllento del régimen, si.tt haber cmnplido enteramente los objeti-
so Nacional, las legislaturas provinciales y los concejos mtUllcipales y vos básicos planteados al conllenzo de su gestióu.
remover a los micrnbros de la Corte Suprema de Justicia y de los tribu-
nales superiores de las provincias, se designaron en todos los organis- 981. Las disidencias intemas --entre las disti.tttas füerzas y aún dentro
mos estatale> a miembros en actividad de las Fuerzas Armadas durante de cada una de ellas- constituyeron una característica del Proceso, que
la primera etapa de la nueva gestión. En cambio, en la mayor parte de se hizo scrttir especialmente en cuestioues tau acuciantes como e1 pro-
los mmllcipios continuaron en fi.ruciones los intendentes elegidos en el grama económico y la propuesta política. Eu crunbio, la lucha contra la
período attterior. subversión ettcontró a las tres armas múdas en su erradicación y en la
Esta conformacióu del poder, bien distinta de las anteriores interven- fonna de llevarla a cabo. Plattteada como pri.tnera prioridad, contó con
ciones militares, se había planificado sobre la base de la tUlldad del fren· el tácito asentinllento de la sociedad y el silencio prudencial de los par·
te militar ante la situación que se vivía. No se estableció plazo alguuo

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MANUAL DE H!STOIUA DE L.IIS INSTITUCIONES ARGENTINAS

LAS TEND'ENCIAS POLlTICAS PREDOMINAN1"t;S


tidos políticos. El mat1dato legal a las Fuerzas Armadas se había dado
por los gobema.ntes eonstimcim1ales y el sistema de represión había . t al tiempo que debíarl permanecer los militares en el poder y
sido aprobado en septiembre de 1975. El gobierno militar acenntó esa :nlac~:~ de trarlSferir el mismo a la civilidad. Por, enton~::es_ s: especu-
lucha con tma contundencia tal que sorprendió y desarticuló a los mili- c · de1 poder se concretana. a pnnc1p10s
laba que esa tra11Sterenna l de
. bla
tantes guerrilleros hasta llegar a su aniquilación, en una campaúa que se década del90, bajo las condiciones de ~ber conclu~do la luc l<l al~~u -
consideró conchUda a mediados de 1978 (§ 1094). verstva, . .
conso !"dado
1 el orden econórmco y prodtlCtda la renoVaCion de
El triunfo militar fite cuestionado por el procedimiento empleado (se- partidos y dirigentes políticos. . . 1979
cuestros, torturas, ejecuciones clandestinas y desaparición de personas). Despues . d e 1.at'. gas deli"--acr·L.>Cl ones internas ' el 19 de dtctembre adade J
"Guerra sucia", para mtos, "btutal represión" para Ohos, fueron eslóga- e dieron a conocer las Bases Politicas de las Fuerzas Ann s para e
nes que dieron lugar a dos memorias his:tóricas contrapuestas e irrecon- s
Proceso ..J~ J_v;.u,-gamzac
~* n~~ · ión .1NTacional · Su propósito era . ,fmuiar un nuevo
. mili" .
ciliables. A medida qne el gobierno militar perdía consenso y se atemu- Iti lític en donde se dieta tllJ.a convergenCia ctVlCO-. . tat, que
banlos efectos del terrorismo, surgió el reclamo por tma revisión de lo en~ ,~'
ose cot1St1tluna . sobre la base de partidos políticos pluripart1dlstas, . d l" con
¡- -
actuado en esa lucha conh·a la subversión, a 1a cual sólo se llegaría en exclusión de las ideologías totalitarias y de las expresto?es e ~pu;s
toda su magninu:l después de 1983. d :ta , gico y arlátquico". Se declaraba que el preambu1o y os e-
Mientras las Fuerzas Armadas llegaton al poder con tm claro y contun- m~; :.antias establecidos en la Constitución cra11 "un ctedo doc-
dente esquema para combatir la subversión y con un plau económico :itwio y tma filCJlte de it1Spiración permane~lte" par~ ~eso_;~ el que
consensuado, en cambio, no había un programa político establecido, la 1 alizadón de los partidos políticos serta matena de dtspostctot~es
más allá del propósito de reinstalar en algún momento un.a democracia ~rm
le!J".ues que se tr . ¡an p ro1n'.I!J1"ldo
.uo""- durante el aÍlo siguiente. . Se· anuncta-
b' ·
representativa y de asignar lugar a la formación de tm mwimiento de baoqt1e a n·aves ' d e1di"ogo>U se buscaría "el logro de coinndenctas astcas
opinión o de tuJ.a convergencia cívico-militar, que se constituyese en here- Para l a solucton . ' polr'"ca u funu·a del país". El nuevo ocien dpropuesto "l
dero del Proceso. Si bien la actividad política estaba suspendida --no contar·ía con la itttervennon . ' orgamca ' · de. las Fuerzas
. Arma as _CJl ta
prohibida-, los dirigentes actt1aban con prudencia, esperando más bien cond nc.,;.t.•un""' "'"tr"'te' o-le• tJ.a.CiOiul ' la semmdad
.,_ rY" o· nanonal , .y la defensa1· de tia
el encauzamiento de aquellos primeros objetivos. Los partidos que en CollStl"ttJClOn . ' N·acr·oiJ.al". Es decir., se trataba de un· regunen · · mu f np·ar
d -l
las dos últimas elecciones habían alcanzado un alto catu:lal de votos no dario, fimdado y controlado por el pod<: milit~· ~1Stlh1C~~l~ tza o, e
estaban en condiciones de actuar. El nuyoritario peronista había perdi- cual reemplazaría a la alternancia de gobtemos ctviles y militares que se
do a su l-íder indiscutido, sus afiliados estaban desorientados, algmtos venía dando desde 1930. ,. . _
de sus dhigentes presos y el jefe partidario legal era un dirigente provin- Estas Bases no enconn·aron buetJ.a recepción en la clase pohnc,a m e_n 1a
cial de escasa relevancia. El radicalismo mantCJÚa sus cuadros en orden, cindadatúa. Fueron pnu:le.ncialmente objetadas por la mayona y fion-
bajo la jefatura reconocida de RICARDO BALBÍN, pero era consciet1te de tahnente rechazadas por una minoría. . . . _
sus limitaciones par·a aspirar a gobentar en esas circunstancias tan com- n.~;ara ...~ el des!J"aste
·- entone....,, va deterioraba al gobterno con cast cuatro
- o· • . · ' l . eco-
plejas y advetsa'> para el ejercicio de una aurolidad en dem.ocracia. Po- años de gestión y sobre todo los reproches se dmgtan a. Pr:>!p"ama . .
cas setn.utas después de124 de marzo de 1976, en una carta que envió a ' . o cu ros resultados no eran satisfactorios y ellos lltndtan ~legau­
los dirigentes radicales, BALBÍ!'I decía: «Recibimos con satisfacción que ~:~:lt~ so~re la ya acotada acción política que te¡Úan_l_as aut?n~iade_~­
las Fuerzas Armadas en el poder hayan ratificado su voluntad de arribar· No se había podido activar una econonú_a de J?~odnccton; la,_mt us:n~
a llll proceso democrático y republicano; que no hayan definido otros había caído por la apernrra exterior; la inflanon no se habta p~dtd_
enemigos que los responsables de deshottestidades administrativas y de detener y la refonna fmanciera había provocado un proceso especulan-
la quiebra moral y los que se han marginado vohmtariarnente del Proce- vo (§ 1020). A ello cabía agregar en desmedro del ptog:ran:ta, los gastos
so recurriendo a la subversión y el tet-rorismo, y que hayart reconocido a.I"lllalne.ntistas exigidos por las Fuerzas Arnladas (§ 1087). . .
la necesidad de los partidos políticos». Altuismo tiempo se planteaba la designación del nuevo pr~~tdenn:; ~l_u·
En marzo de 1977 el gobierno ammció el estudio de la propuesta politi- . para e l peno
htar ' do 1981-1984 y sobre todo la finura acnon l pohnca.
el · '
ca, qne se daría a t.-onocer un año después. El examen del tema dentro Lue de una pmlongada controversia en el frente milita~, a e~non
de las Fuerzas Arnuda~ se dilataba, ya que lubía posiciones divergentes ~
recayo en e l gener;u ·' RoBERTO VIOLA -a¡myado ,por . el prestde-lltel \ IDE- 1
LA--, cuya tend encta . aper n In., .... '-"- en materia poht:Ica y renovat ora e11 o
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MANFAL DE HlS1'0R!A DE LAS lNSTlTUCIONBS A.RGBNTINAS L\s TENDENCIAS I'OLÜ1CAS I'RBDOMlNANTBS

económico tuvo escasas posibilidades de expresarse, acechado tanto por El gobieruo de ÜAITIERI empezó con el propósito de recomponer la
las presiones internas de las Fuerzas Annadas cm~? por la reducciót~ de fdosofia política y económica del Proceso diseúada en la época de VIDE-
sus facultades presidenciales frente a la Jtmta Milttar. Las expectatlvas LA-.MARTINEZ DE Hoz y de desattdar los pasos dados para Wla apertura
que había getterado su ftgura en la socicrhld c01 y el alcance de algo.nas política. Su margen de acción -pese a constituir W1 gabinete cou perso~
medidas adoptadas -liberación de la ex~prestdente ~T~~z DE ~­ nalidades civiles reconocidas- fue estrecho y su proyecto político -in-
RÓN consultas co11los partidos políticos y 1nayor partlctpaoon de cwt- clusive cou el retomo a la idea de formar tUl partido oficial-restJltaba
;n
les los gobiernos uacional y provincial- y la percepción ~e una ma- imposible de llevar a cabo en un clima social que cnx:ía rápidamente en
yor libertad de expresión política y cult11ral, no fberon su.fictentes para hostilidad hacia el régimen militar. La recuperación militar de las islas
obtener el apoyo de las ft1et-za& políticas. :Malvinas (§§ 1050-1051) apoyada por el pueblo y las fuerzas políticas,
Convocados por el radicalismo, presidido por BALBiN, e11 julio de 1981 abrió tUl interregno favorable a la figura de CiALTIERI, que >;e cerró con la
se remúeron los principales partidos políticos y el día 28 de ese mes derrota en la guerra. Obligado por sus pares, solicitó entonces su retiro
diet·on a conocer tUl documento titldado Convocatoria al país en el que voltmtario del servicio y el17 de junio rctltUlCió a la presidencia, dando
se establecían, como objetivos básicos de esta Multipartidaria, e~ retor- fm a tula gestión gubernativa que no había llegado a los seis meses.
no al Estado de Derecho, con plena vigeucia de la Constituctón; la Los desacuerdos por la designación del nuevo presidente llevaron al
uonnalización inmediata de la actividad política, gremial y en1presarial; momento institucional más crítico del Proceso, pttes la Junta Militar se
la elaboración de tUl plan político con plazos inmediatos para la defmi- disolvió al ser abandonada por la Marina y la Fuerza Aérea, qucrhutdo
tiva institucionalización; el libre acceso a todos los medios de conllllll- eu cmiSecttencia a cargo exclusivamente del Ejército la conducción po-
cación estatales y la supresión de toda fon:na de censtu·a. PosU!laba tam- lítica del gobierno nacional. Fue entonces cuando el nuevo comaudattte
bién la reconstmcción de la econonúa, el libre fimcionanllento de las en jefe general CR!STINO NICOL'\IDES, eu soledad, designó al general
convenciones colectivas de trabajo y eltnejora.miento de la educación. RF1."NALDO B. BtGNONE como presidente, qtte debla cmnplir con tma
Más que la constitución de un polo de oposición frontal, la Multiparti- etapa de transición hasta los primeros meses de 1984, en que asmniría
daria exteriorizaba la primera aparición conjtmta de las ftterzas políticas llll gobiemo cotiStitucional. El gabinete que acompaíMba a BIGNONE
mayoritarias ocupand~ tUl espacio y f~nmd.~tdo mu y~opuesta .nego~ era civil, con la t'mica excepción delmitústro del it1terior. El presidente
ciadora con la pers11ect1va de que la destguacton del proxuno prestde~te buscó de itunediato un acercanúento con los dirigentes poHticos, dis-
en 1984 surgiese de un acuerdo entre civiles y núlitares. En esta gestlóu puso el levantamiento de la veda y promulgó el estatltto de los partidos
estólban juntos el justicialismo, el radicalismo de BALBÍN y ellvllD de políticos. Sin embargo, la relación de fuerzas entre tutos y otros había
FRONDlZl, lo qtte marcaba un significativo retorno a tuta múdad del cambiado. Esto se puso de manifiesto cuando la }Wlta Militar -yá re-
sector político. Las Fuerzas Armadas, qtte continuaban cou el proceso compuesta con las tres armas- propuso tuta concertación para asegurar
de diálogo a partir de su propuesta, vieron con recelo el es11acio que la fittura estabilidad, cuyos ptmtos prittcipales erattla preseucia cmiSti-
aspírabatl a ocupar los políticos y se eucargamn de :ttmnar --c?n la l'?s- tucional de las Fuerzas Armadas etl el próximo gobierno uacioual y la
terior confirmación de VIOLA- que. el filttuu prestdeute sena elegtdo no revisión de lo :actltado en la ludla contra la subversión. Estos puntos
exdusivameute por la Jmtta Militar. fileron rechazados por la dirigencia política.
El presidente VIoLA, asechado por fuerzas de dis~tos siguos ~ envuel-
to por problemas de gobierno, no tuvo la capandad requ~nda para 982. Eu el cronograma electoral se fijó el30 de octubre de 1983 para
superar esas barreras. Lt muerte de RrcAR~ BAL.B~, OCl.UTtda el 9 de realizar los comicios generales en todo el país para elegir las autoridades
septietnbre, quitO de la escena a un reconondo dtngente que buscaba constitucionales, desde el presidente de la nacióu hasta los concejales de
<ll1Siosan1eute el diálogo y la negociación. Un accidente en la salud del los mtullcipios. Se había descartado la alternativa de realizar elecciones
general V roLA -qt1e uo resultó de entidóld suficiente- dio pretexto para escalonadas. Lt campaí1.a electoral se desenvolvió en un clima que mar-
que la Junta Militar dispusiese su cese en el cargo el11 de diciembre y caba el dista.tKiam.iento cutre los partidos políticos y el gobierno mili-
designase, para completat· el período preside11cial, al general LEoro:no tar. Los comicios dieron1a victoria a la fórmula de la Unión Cívica
FoRTUNATO GAITIERI, con retención de su cargo de comaudaute en Jefe Radical, RAÚL ALFONSÍN- VícroR MARTÍNEZ que logró el51,74% de
del Ejército. los sufragios -y la mayoría en el Colegio Electoral- frente a los caudida-
MANllii.L DB HisTORIA DB LI.S INSTITUCIONES AllGilNTINAS

tos del Partido Justicialista, ITAI.o A. LUDER-DEOLINDO EBFITit, que


quedaron en el 4<?,15% de los votos. Fue talla polarización electoral
que las re:'tantes dtez fórmulas presidenciales no alcanzaron en conjtm-
to ,a remur el lO% del electorado. El i.lltransigente OseAR ALENDE el
ufr· .' .
Capítulo XXXVlll
D votado
mas 'd entre estos últimos ' tuvo sólo el 2 ,4% d•. . lossagiOs
. espues , e lll~ receso electoral de diez años, el radicalismo y el justicia-
lista segtuan Slet~o las. ~rerzas dominantes abnunadoramet1te, amlqne
esta vez con ~a mverston del caudal electoral de cada mu. Por primera
vez el peromsm~ era derrotado en lUla elección nacional. Nada, con El funcionamiento del sistema poütico. La vigencia de la Constitu-
grandes expectativas y esperanzas, un nuevo ciclo democrático. ción de 1853 y sus reformas. Los poderes ejecutivo y legislativo: sn
funcionarrúento. El poder judicial. Lt Corte Suprema de Justicia. La
legislación nacional. Los gobiernos provinciales. El constitucionalismo
provincial. Los territorios Jlacionales y su conversión en provincias. El
régimen municipal.

El funcionamiento del sistema político (l>


983. La vigencia de la Constitución de 1853 y sus refonnas. La
Constitución de 1853 siguió vigente durante todo el período, salvo el
interreg:tlO 1949-1956. En 1957 se le introdujo un nuevo e importante
artículo y etl 1972 fue objeto de algunas etlmiendas transitorias en su
parte orgánica. Las sucesivas irmpciones de gobien1os de facto produ-
jeron la fractura de la continuidad i.nstiUlCÍOtul corno tambié11 el recor-
te de algunas de las libertades y garantías. Los movimientos cívico-
militares de 1955, 1966 y 1976 sometieron su vigencia a las directivas
revolucionarias, pero al mismo tiempo reconocieron a la Corte Supre-
ma de Justicia como órgano cotit:tllar del podet·. La ftlosofia liberal de la
Constiti1ci.Ón dio origen a munerosas críticas y hubo proyectos para
modificarla, pero adquirió nuevo fervor ciudadano cuando se retomó a
su aplicación integral en 1983.

984. A comienzos del siglo XX la ConstituciÓtl segtlÍa siendo conside-


rada como tm buen programa de organización política, qtte compartían
las distintas fi..lerzas políticas, y que era necesario afianzar mediante su
cumplimiento. Pero 110 tardaron en apJ.recer algtuus propuestas refor-

(1) Ga.MÁ."! J. BID-'IltT CAMPOS, Histm·irt polltkrt v c(JI'IStitucional argmtina, Buenos .'\ires, 1977;
CnLOs G!JJUE!tMO FltONTE!tA,La reforma wmtÚucional ~omo objairod~ la &Palm:.ión de 1930 en
R.H.D., no 23 1995; Au.EUO DAVID l..BI'.I y EZEQUlEL AllÁSOLo,E/ !;l)tiStituCÍ¡malismoargmtilm
m el siglo XX, Buenos Aires, 1997, con bibliografía; DARDo Plti<EZ Gun.HOIJ, El con>titwümalismo
enN.H.N.A., c. 7, C11p-14, con amplia orientación bibliog¡-dftca; Jvtuuo D. SERRAfllto,.iHomcnto.r
inrtituá¡mafi'S.J' modelos comtitueionalc>. Buen~ i\ires, 1903.

712 713
MANl'AL DE HISTORIA DE LAS INsTITUCIONES .ARGENTINAS EL l'l'NCIONAMIENTO DliL SISTEMA I'OL!TICO

mistas, la mayoría de las cuales partían de iniciativas iudividuales. Se DO. Constituía -al decir de DARDO PÉREZ GUILuou-m1 verdadero "ale-
destaca entre ellas el proyecto del diputado radical LEOPOLDO BARD en gato critico de la historia argentiua'\ que te'>pondía a uu fi.Jerte movi-
1926 que introdujo la idea de que el Estado tetúa.la obligacióu de asis- tnieuto Íl1telectttal revisi01ústa, encaruado en dos de lo.~ diputados fu.
tir a los sectores menos favorecidos de la poblacióu y propotúa crear mautes del proyecto: JoAQUÍN DiAz DE VIVAR y ERNESTO PALACIO.
tres nuevos mitústerios, cutre cuyas áreas figuraba.nlas de u·abajo, asis- Las propuestas fueron evaluadas por la contisióu de asmttos constitu-
tencia püblica y previsión social. En este mismo sentido, al aflo sigttien- cionales y llevadas al debate en Diputados, donde se aprobó la dedara-
te destacados diputados socialistas propusieron ~'ttstitnir el artículo 15 ci?n de la reforma, pese a la oposición radical que impugnó el piocedi~
de la Constitución, que trata sobre la esclavitud, por otro que, eu tUl nuento empleado, ya que la mayoría oficialista interpretó, en su beuefi-
extenso texto, consagraba los derechos del trabajador. NÍllgtmo de estos cio, que el requisito de los dos tercios de los ntiembros exigido por el
proyectos prosperó por entonces, pero abrieron la senda para futtrras artíndo 30 de la Constitucióu para esa declaración, se daba por cumpli-
reformas. do con los miembros preseutes en el recinto. Más fácil Ú1e el tratan-tien-
La Revolución de 1930 trajo su propio proyecto de reforma constittt- to en el Senado ante la ausencia de toda oposicióu. Sitt embargo, aque-
cioml que, basado en la experiencia política reciente, procuraba -seg{m lla intpugnación acompaúó siempre como tuta mácula a la obra consti-
decía- erradicar el personalismo, el ceutralismo y la oligarqtúa de gm- ttJyeute peronista.
pos políticos con fmes electoralistas. Después de tUl zarandeado debate, La conveución constituyente se estableció en cuero de 1949 y fmalizó
el general URIBURU tdtimó su proyecto en consenso con los partidos su labor el 11 de marzo, aprobaudo lo que se consideró como "una
politic os y lo entregó al nuevo presidente constitucional, general Jusro, nueva ConstittJCÍÓH". En los debates y en la redaccióu defutitiva tt1vo
cou vistas a su envío al Congreso, lo que mmca se hizo. papel prit1cipal ARTURo ENRIQUE SAMmr, profesor universitario y fiScal
Aunque esta ilticiativa se esfi.unó con la Revolución misma, a lo largo de Estado de la provincia de Bneuos Aires, que tetúa rec.onocida versa-
de la détada hubo nuevos proyectos que respondían, con stts propias ción en filosofía política y derecho plÍblico. La asamblea trabajó siu
temáticas a los distintos tipos de reformismo: conservador, radical o oposición algmu a pa.t-tir del retiro de la baucada radical minoritaria, la
socialista. Lo más novedoso fue la aceptación de lUla tendencia que cual volvió a impugnar el procedimieuto que había llevado a la saución
bregaba por atenuar el Íl1dividualismo liberal y por acordar mayores del Cougreso Nacioual.
garantías sociales, a través del poteuciantiento del Estado. Junto a ella Notas distintivas deluuevo texto fuerou, eu su primera pa.t1:e, la cousa-
se observa llll selecto núcleo de juristas y políticos que, mediante ensa- gración del proceso expansivo del Estado frente a la sociedad civil (so-
yos históricos, políticos y jmídicos, predicaban la defensa a tdtranza del bre todo, el artíctdo 40) y la indusióu de dedaradones y ganUttias acer·
texto de 1853, afia.t1Za11do su valor sitnbólico como norma suprema de ca del trabajador, la familia y la a.ttciauidad. El marcado tono Wti-iw.:ti-
la organización política uadoual. vidua!ista también se evidenció al restringir el uso de los derechos indi-
viduales (artictdos 15 y 35). En la parte org.Utica, los cambios fi.tCIDn
985. Cua.ttdo en1943 se produjo tma nueva mpttrra del orden consti- menos piDftmdos, pero se destacau el sensible acrecentautieuto de las
tucional, la primera itnpresión muestra qne las autoridades de facto no atribucione.s del presidente, la forma directa de sn elcccióu -en vez del
veíau a la Constitucióu como lUl obstáculo, a tal pmtto que al asmnir sistetlla anterior de colegio electoral- y sobre todo, la posibilidad de su
PERÓN la presidencia el 4 de jtulio de 1946, tras su trillllfo electoral, reelección ittdefmida. Para muchos, este último pmtto fue el eje de toda
afrrmó que iba "a Íllterpretar, cumplir y hacer cumplir la Constitución, la reforma, pues estaba etl juego no la reele¡_:ción de cualquier presiden-
haciendo de ella e'>encia de uuestro propio ser". Sit1 emb-argo, no tardó te sit10 la de PERóN, y éste era uu impedimento qne -segt'm expresó el
en cotlfigtrrarse el ca.tnbio. Los proyectos de reforma aparecieron en propio SA.\.:IPAY- debía qtútarse de la CoustiU1Ción. Sin dejar de marcar
1947 y siguieroneu 1948 por parte de los legisladores oficialistas. Gira- este touo personal que estaba en la sustancia del régimen permústa, hay
ba.tl principalmeute en toruo a la Íl1corporación constitucional de los que seiíalar que las propuestas plasmadas en el nuevo texto recouocían
derechos del trabajador; la ampliación de la órbita del Estado, en detri- antecedeutes en proyectos o itúciativas, de diversa ú1dole e ideología,
mento del it1dividuo; y la posibilidad de reelegir al presidente de la formuladas eu las décadas anteriores. La mayor fragilidad de esta
Nación. El principal fue presentado en junio de 1948 por diez diputa- Constitucióu --que selló su suerte futura- fiJe su imposición como he-
dos perotústas, encabezados por JoHN WJLLIAM CooKE y RICARDO GUAR- chma de tm régimen y no como restlltado de un act1erd.o nadoual. De

714
MANUAL DE l:I:rSTORIA DE LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS El. l.'WCIONA..'>IU!N'l'O DEL SISTEMA POLÍTICO

tal. modo su potvenlr quedó atado a la perdurabilidad eu el poder de refornu de facto de la Constitución en su parte orgánica.. A este fm
qu1enes la habían sancionado.
desigtlÓ tuu ComisiónAseso~a para et ~io ~e la Re~ Institucío~al,
integrada por juristas de diferentes onenta.ctones pohtlcas y doctru~­
986. Pr~u~da 1~ Revolución Libertadora(§ 972), la Constitucióu del rias la cual dio su opinión sobre la viabilidad de las refonnas y su post-
49 conti~mo en vtgencia durante la efímera presidencia del general Lo- ble ~ontenido. El gobierno defacto, asumiendo el poder constituyente,
NARDI jttraro~~ por ella los nu~vos mit~tros ?e la Corte Suprema- declaró la necesidad de la reforma mediante una ley especial y meses
pero .al produ;:rrse el desplazanuento de este, trmnfó la postura de los después, el24 de agosto de 1972, la Junta de Comandantes ll1t1ndujo
Of?Sttor~ mas enconados del per~nismo que abogaron por su deroga- las enmiendas. Las principales Úteron: múficar la duración de los m~­
non, atnbuyeudo un p~er constituyente revolucionario al gobiemo datos del presideitte, gobernadores y legisladores nacionales y provm-
de fac~. ~I, ~ 27 de abril de 1956 el presidente Arambum derogó la ciales en cuatro aúos; disponer que el presidente y los senadores fuesen
C~nstituc~óu_;~gente y decbró que el gobiemo provisional se ajustaría elegidOs directamente -sllt colegio electoral mediante-, necesicit~d~e
a .la Q;>t1Stltuc10n de 1853 eu cuanto no se opusiera a los fmes revolu- para el primero la o~t~nción de la mayoría absolu~;. acelerar ~l tranu~e
c.Ionanos ei!m1ciados eitlas directivas básicas del 7 de diciembre ante- legislativo de la sattclon de leyes medtante procedlllllentos mas ex~1cx:h­
r~~r. Por prm1era vez se producía tauro la derogacióu de una constitu- tivos; y establecer un jurado especial para juzgar a los jueces infenores
nou na.ClOI~l como la subordinación de la restablecida a las normas en sustitución del juicio político.
revoluc10nanas, por seudos actos de tlll gobien10 de facto. Las opinio- Las opiniones de juristas y políticos no fueron coiucidentes en cu~l~ a
nes de los juristas fueron dispares.
la posibilidad de llevar adelattte .esta reforma 1~ r,am~o cou relanon a
Poco d~pue:,
' el nusmo
· •--··
n.IV\MBURu, llivocando nuevamoue poderes las cuestioues tratadas en la nusma. Predommo la Idea de que, eu el
revolunonanos, convocó a una convención constituyo1te para conside- mejor de los casos, debía ser una emnienda para mejorar la funciona~­
rar reformas a la Constitucióu de 1853. El procedimio1to encoun·ó dad de los poderes. Es cierto que la mirada de m1os y otros no PO:h.a
~~~~~v~ escollos.L.: elección ?e los constituyeutes no contó con la par- estar alejada de la intencionalidad que la impulsaba, y que era la proXI-
tictp~CIÓn del partido peromsta proscrito y sus simpatizantes se pro- ma convocatoria a elecciones geuerales sin proscripciones. En el acorta-
mmct.arm~ por el voto en bla.uco, el cual representó el24,3% del electo- miellto del mandato presidencial y en la necesidad de que el electo ob-
rado, eqmvalenn: a l~ primera miuoría. Tanto la fonrut empleada para tuviese la mayoría absoluta se podí.m entrever condiciouamientos para
derogar la Constltunou del49 como la validez de la convocatoria for- el regreso del peronismo al poder. Sólo bajo esta mirada euteramen~
mulada por el gobierno defacto fuerou vigorosamente impugnadas por política, puede explicMse que muchos jttr~tas .~ceptasen uu procedt-
la UC~I :Iu~ había alcanz~do el21,7% de les sufragiOs- y otros parti- miento tan atlómalo para reformar la ConstituCion.
d?s ~nontan:os, que se rettraron luego de la Couvo1cióu. Couuu fi:á- La Jtmta de Comatldatttes dispuso que esta reforma se aplicase hasta el
t?I q~1?nup., la asamblea sólo alcanzó a ratiftcar la do·ogación de la Cons- 24 de mayo de 1981-es decir, durante los dos siguientes períodOs pre-
tlhlCIOll de 19~9 y a sancionar llll importante artículo -que se aiiadió al sidenciales proyectados-, salvo que antes del25 de agosto de 1976 una
14 con;o 14 bts- en el cual se incluyeron derecl1os y garantías de carác- convención constituyente Uteorporara esas disposiciones al texto, en
ter soctal: 1~ derechos del n·abajador eunuciados de modo amplio y cuyo caso aquellas refonnas dejarían de aplicarse el24 de mayo de 19?7.
los b.eneficws de la segurida? social integral e irrenunciable a cargo Bajo las nuevas reglas se realizaron las eleccione.'>. de _197~ F'
~eb1?o
d~l.E,~tado, entre los que se mduye "la protección integral de la fa- a la orieutación del nuevo gobiemo y a la precaria slUJaCIOn u1Stltt1CJO-
llliha (§ 1036). De estas cláusulas derivaban las atribucioues del Con- ual que sobrevino, esta reforma no tuvo aplicación posterior.
greso de die~ un ~~igo del n_.a?ajo y seguridad social. Uua vez apro-
ba~ e.'>tas dispostnoues, el retiro de los once constituyentes de los 988. El turbulento regreso del peronismo al poder en 1973 ~10 llevó la
par,tldos de Ceu~u provocó la extinción de la Asamblea al quedarse sin COI1Signa de reim.platttar la Cot1Stitucióu de 1949, am~que se wtentaro~l
quonun p-ara ses1onar.
revalorar algunos de sus pritKipios. PERóN era consCiotte de que debJa
buscar el eutendimiotto con las demás fuerzas políticas y el re(:Uerdo de
987..C:uando e~l.1971 el pres.idente LANUSSE encaró la reanudación de aquella CotlStitución no era, sin duda, la mejor prenda de paz. De ~
la actmdad poltnca -suspeudida desde 1966- volvió a proyectarse oti·a que PERóN y BALBi:N coincidieratt en llevar adelattte una refomu COI1Stl-
í
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EL FUNCIONAMil!NTO DEL SISTEMA POLÍTICO
1\IANUAL DE H.iSTORlA Dl! LAS INST!Tt.iC!ONES ARGENTINAS

tudoual que fuese expresión de la unidad nacional. La designación de establecidos en la Constitución, faltó la necesaria continuidad de los
uua comisión oficial, las opiniones de juristas y políticos y otras activi- mismos. Abtmdarou las proscripciones y abstenciones electorales, las
dades académicas dieron muestras de tm iuterés sobre la cuestión, que persecuciones políticas y diversas faltas de transparencia electoral que
se apagó cou la muerte de PERóN, cuando otras preocupaciones más impidierou practicar los mecanismos regulares de una alternancia en el
urgeutes asecharon la vida política. Sólo a priucipios de 1976 se reavivó poder y de u.u juego político entre gobierno y oposición.
(a inquietud en vista de las eleccioues que debían realizarse al año si- Durante esos años se afianzó la figura presidencia~ tanto en los gobier·
guiente. Sin embargo, la inteución de convocar a una convención cons- nos constitucionales como en los defacto. La reforma de 1949 se orlen·
tituyente para dar claridad al orden constitucional se fntstró con la caí- tú eu esa dirección, continuaudo la práctica del período anterior. Es
da del gobierno de MARTÍNEZ DE PERóN. que, como dice SERRAFERO, la adtura política fOrmó la imagen del pre·
sideute como "'una suerte de líder deL sistema institucional". Con el
989. Cuando la Junta Militar asumió el poder eu marzo de 1976, se crecimiento del papel del Estado en el siglo XX, los ejecutivos Ú1eron
volvió a declarar --como en 1955 y 1966-la sumisión de la Constitu- depositarios de mayores atribuciones, que ensancharon su poder, ya
dóu a los fines revolucionarios. Cabe seflalar que en el acto de asumir, por expresas delegaciones legislativas, ya por la propia acción política.
los nuevos miembros de la Corte Suprema juraron por los objetivos y Aunque desde la doctrina se seiíaló con insistencia el desborde que eso
Estatuto del Proceso y la Constimcióu Nacional, sin subordinar ésta a significaba en el principio de la división de poderes, las transferencias
aquellos. Así, la Corte pudo sostener posteriormeute que la Constitu- de competeucias legislativas al presidente fueron en aumento. De forma
ción estaba vigente e.u su parte dogmática y tambié.u en lo referente a la paralela, disminuyeron los controles políticos o técnicos por parte del
i.udepeudencia del Poder Judicial. En cambio, se dio una orga.nizacióu Parlamento.
peculiar a los poderes ejecutivo y legislativo, adaptado al diseño militar Para acceder a la presidencia, la experiencia previa en ñmciones legisla-
de reparto del podeT entre las tres armas y al ejercicio temporario de los tivas, ministeriales o de gobierno provincia~ es decir en cuestiones de
c.argos (§ 980). Estado, constituía un requisito observado, salvo excepciones, en la prác-
La Constitttc.ióu de 1853 gozó de una singular revitalización durante la tica política anteTior a 1930 (§ 758). La fonnación y reuovacióu de la
época de transicióu que llevó al nuevo gobierno constimdonal en 1983. dirigencia política fue afectada eu el período posterior por las proscrip-
El candidato presidencial tritutfante solía recitar en los actos proselitis- ciones y las rupruras in')titucionales --con períodos de veda política-
tas tma parte deL Preámlndo. El texto alcanzó entonces cierta difusión que interrumpieron las carreras políticas de los nttevos dirigentes y así
popular y muchos argentinos volvierou a su lectura. Fue, sin duda, uno no pudo recrearse mu ctdtura política propia, que a través de diálogos
de los símbolos que acompañarou ese cambio. No obstante, a partir del y acuerdos diera gobernabilidad al sistema y geuerara la renovacióu de
afto siguie.ute empezarou a couocerse numerosos proyectos que, luego ideas y hombres. Bu su lugar, el etúrentamie.uto cutre los partidos hizo
de diversas vkisitudes políticas, culminarían eu1994 coula sanción de imposible la convivencia y la válvtda de escape fue el rectu-so al golpe
tnta importante reforma. militar o a la violencia armada. Lo ocurrido e.utre 1946 y 1973 es bien
elocuente al respecto.
990. Los poderes ejecutivo y legislativo: su funcionamiento (2). El La. formación, experiencia y carrera política de los presideutes coustitu-
funcionamiento del sistema de gobiemo diseúado en la Constitución cionales del período fue diferente. Hubierou dos milit.ues -Jusro y
de 1853 requería del libre juego de partidos y dirigentes sin exclusiones PERÓN-, cuatro abogados -0RTIZ, CASTILLO, FRONDIZI y GUIDo-, un
v de la estabilidad institucional. Estas condiciones estuvieron ;tusentes, médico -ILUA-,utl ingeniero -el mencionado Jusro- y un odontólogo
Í1or diversos factores, de la Argentina durante la época que examina· -CAMroRA-. Carecía de estudios superiores MARTÍNEZ DE PERÓN. De
mos. Si bien hubo periodos en los cuales fu.ucionarou esos poderes ellos, Jusro, ÜRTI:Z, CASnLLo y PERÓN tetúan experiencia nillústerial;
FRONDIZI y CÁMPORA como diputados; lLLIA como vicegobernador pro-
(2) NoRBERTO C. DAGit.OSSA, Término &k mandato yredaciónde poder ejecutivo, op. cir. nota 1, cap. vincial; GUIDo como set1ador. MARTÍNEZ DE PERÓN no había ocupado
XV; N. GU!l.ll!<MO MOU!<ELU, M. V ALER!A PAUNZA y G!SELA Sll<, Congresv, Presidencia y Jmticía
en la Argentina, Buenos Aires, 1999; ARTURO PELU:T LASTRA, El Congrew p!1r dentro, Buenos cou auterioridad cargo algtmo.
AiJ:es, 1992; MA$.10 D. SERRAFERO,Lm" pad= públicos n<UWm;ksy m. jimcionamimto m N H.NA., Eu cuanto a los presidentes militares de facto, la experiencia política
r. 7, e~ p. 15. eon ampli>l bibliogtafia;MAlUO D. SEKRAFERo,Momentos inn:itudonales., op. dt. not11 auterior estaba casi exclusivamente vinetdada a su actividad castren-
l de este ~"apíru!o.
MANUAL DE HfSTORIA DE US lNSTlTtJClONBS ARGENTINAS EL FUNCIONAMlllNTO DEL SISTEMA POLfrlCO

se, en la cttalla mayoría habían ocupado cargos relevantes. Sin em· política de mrno. De este modo se daba al_mis~no tiempo una contiuui-
bargo, hubo dos generales que llegaron a la Presidencia - LEVINGS- dad y mta renovación. Las reformas constttuCIOtW.es de 1949 y 1972 -
TON y BrGNO~E- siendo desconocidos por la ciudadatúa y accediendo que fi.teron fugaces- optaron por la renovación itltegral de la Cámara de
a la alta magtstratura dentro de cl"isis internas producidas durante Diputados jtulto con la elección presidencial, para n-atar de asegurar a
los propios gobiemos militares. De los frece presidentes de facto, éste tma mayoría parlamentaria.
sólo el general ARAMBURU fue con posterioridad candidato presiden- En la práctica, los presidetttes constintciouales del período gozaron de
cial en las elecciones de 1963. mayoría parlamcrttaria propia u obtcrUda mediante alianzas pemtanen-
Dado el papel protagónico fuerte que el presidente ocupa dentro del tes 0 precari.as. Pero es cierto que la llegada al poder de mu~hos d~ ,ellos
sistema político, la relativa brevedad de muchos de los rnaudatos inci- coll1cidió con la iuauguración de un nuevo parlamento. Asi ocurno con
dió sob~ la :Stabilidad ll~tiniCioual. El derrocamiento de Jos presiden- JusTo, PERÓN, FRoNDIZI, CAMPORA -y nuevameute PERóN·MARTiNEZ
tes consn~teimW.es se atnbuyó al fracaso de la gestión personal o a los DE PE:RÓN- y ya eu 1983, ALFONSÍN. ,
d~~eos de Imponer ~lUevas tendencias políticas, sin que se diese la posi- Durante el período 1932-1943, en el Seitad? se mantuvo la may~na de
bilidad de que funcionasen los mecanismos de remoción de la Consti- los partidos que llu-egraban la ConcordatlCia ~bern.~.nte. En Diputa-
tu~~ón. Esta misma situación se dio eu las remociones de presidentes dos, la mayoría oficialista existió durante la prestdencla de Jusro, pero
militares deru:ro de los propios gobienlOS de facto. Esto explica que no se perdió durante el gobiemo siguiente de ÜRTIZ-CASTILLO. ~n-1936
?aya fi.mcion.ad? la institución del juicio político, pese a constituir el reapareció la opositora UCR con ml número de bancas en cr~1111lell~o,
utsn:urnento mas poderoso que dispmúa el Congreso para coutrolar al que en 1940 llegó a las 76, muy cerca de alcanzar la mayon¡¡_ propi~
presidente, lo que no ocurrió ni siquiera en casos extremos como fue el pero declinó et'l 1942 a 63, quedando por debajo de la ConcordatlCia
promovido contra la presideuta MARTiNEz DE PERóN enfeb1~ de 1976 que repuntó a 67 bancas. . . , .
eu medio de uua profunda crisis instinteimW, previa a su posterio; En la era peronista (1946-1955), el ofi.Cialismo ocupo la totalidad de
derroc.múeuto. los sillones del Senado. En Diputados mantuvo siempre m1a cómoda
mayoría. La UCR tuvo tUl bloque inicial de 44 diputados; que lu~go,
991. En el Cougreso Nacimtal se expresan las priucipales corrientes por divcr·sos factores, se redujo ~ta queda: en 1955 en sol~ 12 dlpu-
~litio~~ represen~tivas? siendo así uulugar de criCueutro de la dirigeu- tados. Es sintomático que los partldos que uttegra.?an la an?gua ~n­
Cl.l polín ca y al rrusmo nempo de formación y cmtsolidación de lideraz- cordatlCia -demócratas nacimW.es y radicales annpersmWistas- solo
gos. En tal sentido, las reformas electorales producidas a mediados de alcanzaron a tener en coujmtto dos batlCas etltre 1946 y 1952, quedan-
este periodo_ ampliara~ la base representativa y pemlltieron el ingreso do sin representación alguna e11los aí10s siguicr1tes. D~de etltOllCes, el
~~entar1~ de p~ndos de menor caudal electoral o de carácter pro- Partido Demócrata desapareció del mapa electoral naCional como fi.ter-
VlllCial. Al.nusmo tlempo se registró tUl cambio bastante significativo za aglutinante, am1que mantuvo preseucia en varias provll1ei.as con es-
en c~anro_ ~ la extracción social de los congresales, con la cmtsiguietlte porádicos éxitos electorales. El ~voto conserva?or" etl general, desde
modificaCion de comportam.ietltos y estilos parl.uncr1tarios. Es notorio entonces osciló dispetw etltre diversas altenunvas.
el cam?io p~ucido ~ 1946 con el ,acceso masivo del peronismo, que Al iuidat~se la presidencia de FROl'<'DIZI et11958, su partido, la UCRI, se
alcanzo ampha mayona etllas dos camaras. Junto a políticos e intelec- alzó con todas las bancas se11.atoriales, aunque en la l'íltima parte de la
tuales,_llegaron eut:nlCes a ~ bancas diri~~tes obr;ro_s, empleados y misma perdió tres. En Diputados su amplia ~yoría en.los comienzos
~uenos empresan~ que dteron nueva romea al tranute parlamenta- de 133 representantes --que se acercaba a los meJOres regtsn·os del pero·
no y qne_ en es,a OC~IÓn unpusieron descamadametlte el peso nwnérico 1úsmo- disminuyó e11 1961 a 98 diputados. Se advierte para etltonces
de una may?na_ ~guneutada para silcr1eiar a la minoría opositora. un repunte de la otra fracción del radicalis~o, la U:CRP._ Esta fiua.lmeu-
Bu la Constltucton de 1853 estaba previsro que d mandato de los dipu- te alcanzó el tritmfo en 1963 con la eleccróu prestdenCial de lLLIA. La
~dos fuese_de cuatro años y que la renovación de la Cámara se produ- elección de este aiío ntvo la particularidad de que se aplicó el sistema de
Jese por trutades cada dos aflOS. La existencia de este ciclo electoral representación proporcimW., y en cmtsecue.ncia ob~viero1~ ba1~~s otros
bie1W -que a veces coit1eidía con elecciones de preside11tes y gobema- partidos) mientras tUl sector impo~tte del peromsmo se ~1efu10 por el
dores- tendía a reflejar la opllUón de los ciudadanos frente a la gestión voto en blanco. En Diputados, la trnmfante UCRP logro 72 batlCas,

720
MaNUAL DE HISTORIA Oll LAS INSTITUCIONBS ARGENTINAS
Er. FUNCIONAMIENTO DEL SISTilMA roLITIGO

igual que en el período at1terior, mientras la UCRI declinó abmpta- rrido en la elección de 19671' El temor a sus eventuales restdtados fire
mente hasta quedar en 40. Obtuvieron b-ancas otros partidos, algunos factor importante en esas intervCitciones militares.
antiguos como el Demócrata Progresista, con 12, y las dos fracciones La tendencia del electorado a polarizarse en dos partidos mayoritarios
socialistas conll, y otros recientes como la Utúón del Pueblo Argenti- es lUla característica de esta época. Durat1te los aí1os 1932-1943 fueron
no (UDELPA), qtte encabezaba el ex-preside11te A.itAMBVRu, con 14 conservadores y radicales; Clltre 1946 y 1955, permústas y radicales;
representantes. Ocho partidos neoperotústas que acudieron a la elec- entre 1957-1965, los radicalismos de FRoNDizt y de BALBÍN, con el
ción y luego se integraron en tul bloque justicialista, sumaroul5 dipu- peronismo proscrito, que reingresó dividido a las lttchas clecto.rales al
tados. En la Cámara de Senadores la UCRP alcanzó una ajustada mayo- final del período; entre 1973 y 1976, otra vez se registra la polarización
ría con 25 sillones, mientras la UCRI solo tuvo 5 y otros 16 se repartie- Clltre peronistas y radicales, que se repite Cll 1983.
ron entre divet:sos partidos provinciales. La relac~ón ~ntre el p~sidente Y. el Congreso ofrece variantes a lo largo
En1965, la UCRP mantttvo su representación en Diputados co1168 esca- del medto stglo. La crrctU1Staltcta de que varios presidentes asumieran
í-os, mientras el bloque jrL~ticialista creció abmptamente a 52 bancas. La cou parlamentos Ú1tegramente renovados facilitó que dispusieran de
UCRI, en tUl proceso de división intenM, alcanzó sólo a incorporar 11 mayorías en atnbas cámaras y que la pltdiesen conservar durat1te sus
representantes, en tanto la fracción separada (MID) slmtaba 16. UDELPA matldatos. Así ocrmió con los presidentes Jusro, PERÓN, FRONDIZl,
perdió la mitad de sus bancas y la Federación de Partidos de Centro --que en CA.'v!PORA y nuevatnente con PERÓN-MARTÍNEZ DE PERÓN. En cuUbio,
1963 había alcanzado 13 bancas-- perdió tres. En síntesis, volvió a polari- 0Rnz-CASTILLO perdieron la mayoría en Diputados y su relación fite
zarse la representación parlamentaria entre radicales y peronistas. más conflictiva. lLLIA asumió con lU:ta ajustada mayorÍa en Senadores y
Esta situaóón se repitió -luego de tul largo paréntesis electoral-- en sólo la primera. 111Í11oría en Diputados q~ se hizo mís endeble después
1973-1976, pero esta vez con tul claro vuelco a favor del perotúsmo, de 1965, espenalmente en el enfrentarruento con la batlcada justicialis-
que concurrió a las elecciones del73 en alianza con varios socios meno- ta. Sll1 embargo, no siempre las mayorías parlamentarias aseguraron la
res bajo el róndo de FREJULI. Obtuvo la mayoría de senadores con44 tranquilid~d ~e los presidentes. A veces, la acción de las minorías oposi-
bancas, la minoría fue de la UCR -ahot:a sin aditamento- con 12, mien- t~ras fue nsp1da e u."?placable,. c?tno los radicales en el Congreso pero-
tras otros partidos stltThlron en totall3 sillones. En Diputados, el FRE- tusta de 1946 a 195!:), los balbuustas en la presidencia de FRONDIZI o los
JULI alcanzó la mayoría absoluta con 145 escaños contra 51 de la UCR. justicialistas ~n el ~bierno de lLLIA. No.~altaronlas mayorías fragtnCilta-
Varios partidos provinciales y otros me11ores srunaron 47 bancas. das por conflictos uttemos, como ocumo con los peronistas durante la
Un tmevo vuelco de la sitttación se produjo enl983. Esta vez encl Senado p.residenda de .M.AltríNEZ DE PmóN. Estas actitudes facilitaron, incluso, la
la pritnera 11ti.noría fue justicialista con 21 bancas y la segunda correspon- desestabilización constitttcional, como ocurrió en los casos menciot:tados,
dió a los radicales conl8. Como árbitros de muchas decisiones aparecieron ~ po~ ,el enrarecid_o clima político que cot1tribuyeron a fonnar qu~ por la
los 7 senadores de partidos provinciales, que con stL'l votns podían ofrecer u~aon. d~ .los dive~<>os mecatúsmos cottstitltcionales -interpelación a
ocasionales lnayoúas. En Diputados los radicales alcanzaron 1.29 bancas numstros, JtllCtOS pcJíucos, entre otros-, a los cuales 110 podían acceder por
COiltra 111 de los justicialistas y obruvieron así mta ajustada mayoría abso- carecer del níuuero suficiente de legisladores para imponerlos.
luta. Apenas 14 se repartieron entre otros partidos.
993. El poder judicial (Sl. Fue el íurico de los poderes que mantuvo
992. Las sucesivas interrupciones del orden constitltcional afectaron la sus propias características a través de este período, lo que permitió lUla
continuidad de este cuadro electoral, distorsionatldo el juego poütico
expresado en la representación en el Congreso Nacim1al. Se puede así (3) EllQlllELAB.ÁsoLO, AI.l!ERTODAVJD {..¡,;¡1~ y MM.iA ROM P".;GUESE,La Justicia e:nNH..,_VA t.
8, cap. 32 .(con omp!M oriem:aci6n bibli~ifica); AllJANPl!.O CMRlÓ, La eme Suprema y'1u
$eúalar dos momentos decisivos de este juego que se internunpe con mdepmdencm. Un rmdiisis a tmvtfs de fa Ht.Stana, Buenos Aires, 1996· ADoLFo R. GAaRrell! La
golpes militares. La antigua disputa entre conservadores y radicales marca Con~ Suprema de Ju.rticía _v !a oj!Íilirfn pti!:tica. 197H983, Bue.rK>$ Ñ!-es., 1986; ANA KJJNz.,,Lor
un nivel de igualdad representativa al llegar elmovin:riento de 1943. mfWIStmdw de ~ Cmt Suprema de f~kia de la Nackfn (1930·1983), Bue.rK>$ Ail-es, 1989; Juuo
ÜYHANMTE, Hmwm del Poder ]wi1CJ'al en Todo M Histwia, ¡¡" ól, Buenos A.íJ.,s, 1972; AKT!XRO
H~1.1é hubiese octtrrido en la elección de 1944? De igt1al modo, el de- Paur L\s:rM.,HistrJria pditica de fa Om:c (193().199()), Buenos Aires., 2001· DMDO I'EREZ Gtm.Hou
rrocatniento de lLUA se produjo cuando el peronistno, que regresaba a L~ Carft Supr¡m¡a de Ju-.stiria y losgabimws de foc.to-(186].]983) en ldem, E11wcrJudicial, Buen~ 1
~s, 1989; AI..FoNso SM7IAGo (H.),Historia de la Corre SupremaArgmtina.Algunw fincamimtos
las lides electorales) amCiuzaba a la n1.ayoría radicaL aQué hubiese ocu- lnil1ca:ry fomM pam su mwJ,o enE! Dm:dm Buenos A.iJ.,,, 22 de ocmbre de 2001.

723
J
¡:
1
MANUAL Dl.l HISTORIA DE LAS lNSTITtJClONl.lS ARGENTINAS EL FUNClONAMlENTO DEL SISTEMA POLÍTJCO

e;?Iución ~los. tr~~áric~ que, la de Jos otros poderes y la conserva* fijando mm docuina que es observada por los jl.~~es en ~os. casos an-.ilo-
c:on de un est:tlo JUdtc~ mas allá de las remociones de jueces que, bajo gos. Esto dio lugar a tula fina labo,r d~ adecua~10~ ?e códigos y leyes a
diversas razones, practicaron tanto gobiernos consrituciouales como de la cambiante realidad socio-econormca. El eJerocto por parte de los
facto al comenzar su gestión., afectaudo el desarrollo normal de la carre- jueces de esta labor tendía a superar el cerrado sistema legal consagrado
ra judi~ial Y. ~e modo rarticu.lar la trayectoria de muchos magistrados. en el siglo XIX.
La destguaCton y estabilidad de los jueces nacionales se maatuvo dentro
de ~~ pautas constitucionales (§ 746). Las intervenciones del poder 995. La Corte Suprema de Justicia. La Corte Suprema., como cabt;a
polítiCo, con algu~.tos prect"fleutes., fueronnDtorias sólo a partir de 1946. del Poder Jtu:licial y órgano cotitular del poder a lo larg~ de este pen?-
La r~orma constttttetonal de 1949 puso en comisión a todos los jueces do nuntuvo su estructura y gozó de cierto margen de mdependenc~a
YexJgtó un nuevo acuerdo, coulo que afectó la continuidad de muchos política. La frecuente renovación? alejarnient;> d~ sus integrantes debi-
de ellos. ~spués., esn: pn:cedimiento se hizo habitual cada vez que un do a las alternancias etltre los gobternos constttuctonales y defacto des-
nuevo gobtemo constittlCtOtlalllegaba al poder y a partir de 1955 cada pués de 1947., no impidió que los n~evos nombr?"-rnientos recayeran,
vez que asumía un gobierno defacto. En 1973 se sancionó una atracti- por lo general, en juristas de reconoCida trayector~a y conduc;a. Pudo
va ley de jubilación anticipada para los jueces eu actividad con la excusa así mantener el control judicial de constitucioualidad a traves de los
de renovar los cu~dros superiores del Poder Judicial, pero cuyo fm era casos concretos sometidos a su decisión. . . ,
que eluue.vo g?~t;rno constitucional ruviese mayor múnero de vacan- La postura de la Corte, a través de sus fallos y acordad~, se melino a
tes a su;d~poslCiOtL ~ 1983, otra discutible ley previsional de esas acompaiiar moderadamente -y no a enfrentat·-los cambiOs que se p:o-
caractenstic~ fi1e SatlCIOilada por el propio gobiemo militar saliente ducían en el país configurando., lo que Jmro ÜYHANARTE denommó
para ~rev:mr los.esp~ados cambios que produciría el nuevo gobieruo "realismo político". . . . . .
c?~lSt!tuctonaL St se nene en cuenta que cada ascetlSo 0 cambio de :fi.u1* La composición de la Corte se mantuvo con los. cmco muustros o~lgt­
Ci?n de un magistrado implicaba la necesidad de unuuevo nombra- narios, salvo entre 1958 y 1966 cuando hubo stete. Atmque eranma-
nuento, qu~a en e~~encia q·ue fueron muchos los magistrados afecta- movibles., como los demás jueces, sólo hasta 1947 se m~l~tvo Cll ~a
dos por esta mes~bilidad y altos los costos pagados --en experiencia y práctica tal carácter, pues en el resto del período la renovacton ~te mas
Cll recursos fmancteros- por estos procedimientos ocasionales. acelerada, por remmcia o cese., producidos frecuentemet1te al ntmo de
~~1 cuanto a la forma de remoción de los jueces previsto en la Constitu- los cambios entre gobiernos constitucionales y defacto. ~uet?n 53 los
cton ~el 53 a trav~ del juicio político., fite alterada durante este perio- ministros que se sucedieron en la Corte a lo largo de medto siglo, pero
do.,.~nmer~ ~ t;rav~ de la reforma de 1949, la cual dispuso que la insti- el mayor número se dio a partir de 1955. . .
tu~lOll del JlllCiO sol? se aplic~se ~ los ministros de la Corte Suprema, Desde la creación de la Corte, los antecedetlteS políticos de los muustros
nuentr~s l?S demás JUeces senatl JUzgados segün el procedirnietlto que elegidos fueron una constante que pe~d~ó hasta 1955, ~n que et~peza~
se estableciet·a por una ley especial. Durante Jos prolongados gobiernos ron a prevalecer los atltecedentes )tu::ltciales de los candtdatos, sm des
de fa~t~ ~e 1?66 Y.1976 se crearon a esos efectos tribwt.ale~ especiales aparecer aquellos. Ll mayoría de los elegidos ~ran orimu:los de Buenos
de enJUlCtanuento mtegrados por magistrados. Aires y de su zona circunvecina. Los dos terctos habían ;gre.<>ado de la
Universidad de Buenos Aires y el resto de La Plata y Córdoba. Todos
..
?9~ Durante este período los principales cambios en la organización fi.teron varones, salvo tUla mujer., .MARGARITA ARGúAS., desiguada en 197?.
JUdiCial fiteron la creación de la justicia de paz letrada eu la Capital Dos tercios procedían de la carrer~ judicial y ta.m.bién de la docenCia
Federal (ley 11° 11.924); el establecimiento de los tribuuales de trabajo lllllversitaria., en cuanto era compattble con la mag~stranrra. .
(d~cn:t<;-ley ~3247/45); y la nueva nonnativa sobre la organización de El presidente de la Corte antes de 1930 era designado. ~r el prestdente
la JUStiCia nactonal (decreto-ley 1285/58). Desde tm puuto de vista sus* de la Nación y tetúa carácter vitalicio (§ 748). El falleclffilento de ~o­
tancial, lo más s~g~lificativo fue la afirmación de una teudenda ya mani- NIO BERMEJO Cll 1929 dejó el cargo vacante y el decreto del prestdente
festada ~ilas prun~as décadas del siglo XX: el surgimiento de la juris* YRIGOYBN que designó como reemplazante a JosÉ FrG~~OA Av=:oRTA
.p~dencta d~ los trtb~males como fuente de derecho. Se entieude por no alcanzó a ser commllcado oficialmeilte. Cuando asun~o el go?iemo
JUttspnu:lencta al conJtUlto de fallos judiciales que van e~tableciendo 0 revolucionario, el general URIBURU, en acuerdo de mitustros., diSpuso

724
MANlTAJ. DE HISTORiA DE LAS lNSTITFClONES ARGENTINAS EL FUNCIONAMlBNTO DBL SISTEMA POLÍTICO

que dicha designación fuera fandtad de la Corte y no del Poder Ejecuti- Durante la etapa 1955-1973la Corte sufrió varias alteraciones en su
vo. Eu virtud de ello, el tribmlli eligió al mismo FIGUEROA ALcoRTA y a integración -la de 1966 ab-arcó a todos sus ministros- y formaron parte
la muerte de éste en 1932 a RoBERTO REPETID, siempre con carácter de ella juristas de valía. De esta época se destaca entre las creaciones
vitalicio. Una acordada del tribtmal de 1947 introdujo tma importante jurisprudenciales el surgimiento del recurso de amparo para asegurar la
modificación al establecer que el mandato del presidente fuese por tres vigencia efectiva de los derechos constitucionales de los habitantes
aftos y se sucediesen por orden de antigüedad. Aunque el plazo de dura- ( 19 56); y del principio de control de razonabilidad sobre disposiciones y
ción se mantuvo en adelante, desde 1955 se practica la elección por actos concretos del Poder Ejecutivo (1959). A Sll vez, la Corte surgida
mayoría de votos del tribmuL Bajo este sistema, cinco presidentes fue- del gobierno justicialista en 1973 mantuvo tma postura cercana a las
ron reelectos, atmque ninguno alcanzó a ctunplir el último mandato. direcciones dadas por el Ejecutivo. Por t'tltimo, la nueva Corte del Pro~
Sólo tmo de ellos, EDUARDO ÜRTIZ BASlliLDO, alcanzó tres reelecciones ceso úúciado eu 1976 adnútió la doctrina nacional de la seguridad del
entre 1966 y 1973. Estado, pero también hizo avances en el principio de control de razona·
El plantel de funcionarios y empleados de la Corte Suprema ha atunen- bilidad de los actos del poder político.
tado considerablemente durante el período estudiado, creándose una
dispendiosa buromtcia. Entre los primeros están los secretarios del tri- 997. Abandonando su tradicional abstiuencia en cuestiones de or-
bmtal, que tienen alta jerarquía, y los secretarios y prosecretarios letra- deJ.t político, la Corte se vio impulsada durante el período e~1 exa-
dos de cada juez. men a adoptar algunas decisioues de esa naturaleza. La más saliente
fue, sin duda, la referida a la legitimidad de los gobiernos de facto.
996. La inestabilidad política, las transformaciones socio-ecouómicas e Cuando el general URIBtJRU tomó el poder el 6 de septiembre de
ideológicas y los cambios en su composición muestran a una Corte Su- 1930, commúcó oficialmente a la Corte Suprema la constitución de
prema cada vez más pragmática y menos defuúda doctrinariameute. Esta un gobieruo provisional de la N ación. El tribmul dictó el lO de
situación ya se advierte en el tribunal presidido por REPETIO entre 1932 septiembre, en acuerdo extraordinario, una acordada en la cual acep-
y 1946. Sus decisiones aceptaron la injerencia económica del Estado, taba la uueva situación, emergente de "la revolución trimlfante".
como también las leyes que iuterveJ.Úan en materia contractual, como Sostetúa que "ese gobien10 se encuentra en posesión de 1as fuerzas
hipotecas, intereses y alqtúleres. Se ensanchó e11tonces el ámbito del núlitares y policiales necesarias para asegurar la paz y el orden de la
poder de policía y del instituto de la expropiación; y se aceptaron prin- Nación, y por cousigtúente para proteger la libertad, la vida y la
cipios del nuevo derecho laboral. Asimismo, la Corte se dese11tendió de propiedad de las personas, y ha declarado, además, en actos públi-
los problemas jtui'dicos militares cos, que mantendrá la suprem.acía de la Constitución y de las leyes
Uu fuerte golpe a la estabilidad del Poder Judicial se produjo cuando el del país, en el ejercicio del poder". Tiene pues -agregaba- "la posibi-
gobierno constitucional surgido en 1946 decidió promover el jtúcio lidad de realizar válidamente los actos necesarios para el cumpli-
político a los núnistros de la Corte, con excepción de uno, y al procura- núento de los fiues perseguidos por él" y su título "no puede ser
dor general de la nación. El Senado los destituyó en "llll proceso que judicialmente discqtido con éxito por las personas". Pero si ''llOrma-
mvo un inocultable tono político. lizada la situación", se desconocieran las garantías individuales o las
La Corte "peronista" del47 al 55 fue atípica. Indudablemente era la de la propiedad u otras de las asegttradas por la Constitución, actua-
más politizada y con cuatro jueces nuevos de arranque pudo impo- ría la justicia para restablecerlas. Esta doctrúta fue reiterada por la
ner sus criterios. Se consustanció de tal modo con el régimen políti- Corte con motivo de la revolución de 1943. La misma tuvo couse-
co imperante que no dudó en romper la parquedad y seriedad del cucncias prácticas en la jurisprudencia del tribunal y en el halo de
estilo judicial cuando emitió las <\Cordadas de homenaje a EvA PE- legitimidad que rodeó a los posteriores gobiemos defacto de 1955,
RÓN. Se le atribuyeron actitudes serviles que ataron su suerte a la del 1966 y 1976, aún cuando no hubo entonces prommcianúento algu-
régimen, al punto que se desmoronó junto con el núsmo, siendo no de dicho tribunal en razón de haberse modificado la totalidad de
removidos todos sus ministros por la Revolución Libertadora. Esa su composición. La pertinencia de esta doctrina ha sido objeto de
postura ocultó algunos de sus frutos jurisprudenciales, que no fue- controversias en e1 campo teórico, en e1 análisis político y eu1a vi-
ron recogidos por las siguientes com.posiciones del tribunaL sión histórú::a.

m
M!.NUU. DE HISTORIA DE U.S INSTITUCIONES A.IlG!lNTINAS EL F\.JNCIONU\H!NTO Dl1L SISTI!MA FOÜriCO

998. La legislación nacional <*>. La legislación es fimción principal del tuego de muchas consultas y estudios académicos. Enviado al ~ngreso
Congreso Nacional. De dicha tarea participa el Poder Ejecutivo a través Nacional, nunca fue tratado. Otro anteproyecto de refonna mtegral,
de las atribuciones de itúciativa -envíos de proyectos-, promulgación y el.aborado por encargo oficial, bajo la d~ión de JoRGE JoAQUÍN LLA~­
veto y de modo directo mediante los decretos que expide, ya para BÍAS, entre 1950 y 1954, tampoco alcanzo a tener estado parlamentano.
reglamentar leyes, ya para dar nonnas en la esfera de sus atribucio- Hubo que esperar m1os af1os más hasta que se cot~cretara u~u refor·
ues (§§§ 737, 739 y 742). ma parcial del código. Ocurrió ello ~~:, 1968: b~JO el go~1~rno d~
Bulos gobiernos de facto, la facultad legislativa se concentró en el Po- facto del general ONGAl-<ÍA.. Una cotrnSIOn de JUnstas, prestdida pol
der Ejecutivo y se llevó a cabo mediante los deuominados decretos-kyes, GUILLERMO A. BoRDA, preparó la modificación de algunos puntos
pero culos regímeues de 1966 y 1976 los más itnportantes actos de concretos del código y leyes complementarias, que insufló en la le~
~bierno recibieron directamente el nombre de leyes, y se les dio el gisladón civil un espírint más soli&;~rio, super_atldo cri~erios exce~i­
nnsmo o~euuumérico correlativo que tenían las dictadas por el Con- vamente iudividualistas que caractenzan al annguo códtgo. Fue piO-
greso Nac10nal. La Corte Suprema de Justicia recouoció esta facultad mulgada como ley 17.711. . .. .
de los gobiernos de facto, aunque sometiéndola a la ratificacióu del Varias leyes especiales en torno a la_s relaClon~ fa:n;ll!tares, b p~p1edad,
futuro Cougreso. A partir de 1947 el tribunal equiparó dichos decre- los contratos y obligaciones modificarou diSpostnone;- codificadas o
tos-leyes a las leyes. cubrierou sus vacíos. En una ley muy avanzada para su epoca, en1926,
La relevancia de la legislacióu extra parlamentaria sancionada entre 1930 se había mejorado sustancialmente la capacidad civil de la mu~r casada,
y 1983 fue de tal magnitud que numéricamente alcanzó al60% de toda sin borrar el principio de la incapacidad (ley n° 11.357). Solo co~ la
la legislación dictada en ese período y entre su variado contenido se reforma de 1968 se t:econoció a la mujer mayor de edad, cualqUiera
anotan materias sustanciales que llegaron hasta la reforma de los mis- fitese su estado, la plena capacidad civil. En materia matrimonial, la ley
mos códigos. 14.394 de 1954 it1trodujo: entre otras reformas, la fucult:ad de los espo-
sos de solicitar, mt año después de la sentencia de divorc~o, la _disolu-
999. El codigo civil(§ 788) se ha mantenido vigente durante el perío- ción del vínculo con la posibilidad de contraer nuevo matrtmOlllO: Esta
do que llega a 1983, pese a los itttentos que hubo por sustituirlo. Sin ley destinada a at:acar a la jerarquía e~esiástica, fue_ dictada en medto ?el
embargo, se le it1trodujeron varias reformas concretas, que ya habían conflicto que enfrentaba a b Igles1.a COl~ el ~restdet,lte ~ó~. Ca1do
empezado en el siglo anterior con la ley de matrimonio civil (§§ 945- este, el precepto file suspendido Cll s1.1 aphcac101~ y ,ast contult~ hasta la
946). También fue objeto de adaptación mediante la jurisprudencia de década de180. Con la citada ley 17.711 se autonzo la separac1on de los
los tribwules (§ 994). cónyuges por mutuo consentimieuto, sin que se disolviese el VÚ1Ctdo
El período comprendido entre 1920 y 1950 estuvo marcado _por una matrimonial.
transformación del derecho civil en Europa y América. El itldividualis- Ou-a ley del año 1954 (n° 14.367) eliminó las distiutas c~tegor.ías de
mo cedía su lugar a las nuevas corrientes sociales. Así, aparecía limitada hijos fijadas en el código -legítimos; natur~le~, ~dultennos, mce~­
la au~ononúa del~ voluntad contracn1al; atemperado el uso y goce de la tuosos y sacrílegos-, estableciendo solo la dtstmciÓ~l e~ttre l.os n~~~­
prop1~ad; .ur:phada la órbita de la responsabilidad y amenguada la dos dentro o filen!. del matritnonio. Con esto se meJOro la Situacto~t
autondad mar1tal deutro del ámbito f.uniliar. hereditaria de algtmos de aquellos. También fue importante lo relat~­
El principal proyecto de reforma integral del código civil fue promovi- vo a la adopción, atltigua iustintciÓn que_ Vi>LEZ. SARSFIELD _h~bia
do en 1926 por el presidente ALVEAR y culminó diez años después. La excluido del código. A favor de tuta sostemda cornente ~e ~pnuón,
comisión de juristas encargada de la tarea eucomendó a JU\N A."'TTNIO expresada en escritos, tesis doctorales ~ p~·oyectos legislatiVos, se
B~rroNr la preparación de un anteproyecto y con posterioridad, dos concretó su incorporación como figura JUndiCa en 1948 con la ley
llliembros de la comisión., HtcroR LAFAILLE y GAsróN R ToBAL dieron 13.252, luego modificada en 1971. .. . . , . . .,
forma defmitiva al proyecto que en 1936 se elevó al presidente Jusro, La propiedad, figura jurídica con un largo ttlller:'-no histonco, adqu:-no
lugar central en el ordetl socio-económico del s~glo XIX. L:as consttt;.t·
( 4) BERNAJ.D!NO BRAvo Lm.-1, La lry ~parlamet¡taria m la Argentina 1930.1983: teyery decretor-
~eyes enLaLey, t.199Q.C, Secc.Doctrma.Buml.lfAms, 1990; VíCTOR TA!.I AN:zoÁTEGUl Pemam/mt(l
ciones y códigos de la época acogierm: tma_t~IÓll de la_rrusma, segt~l
)UridÍC(Iy acd6n lo/}i.rlatiJ>a en NH.NA., t. 8, cap. 31, con orientaci6n bibliognifka.' la cual el titular tenía el uso, goce y diSpOslCIOn de la rmsma en forma

728
MaNUAL D!l HISTORIA DB LAS lNSTITUClONES ARGENTINAS EL FVNC!ONAMlllNTO DllL SlSTHMA POLÍTICO

absoluta, exclusiva y perpen~a. Salvo algunas lirrútaciones e~a tul dere- Cabe también destacar que dentro del avance de uaa concepción más
cho iudividual, inviolable y sagrado (§ 412). Durante el stglo XX tal excluyente de la jurisdicción militar, eu C011SOllallCia con el crecimieuto
coucepto sufrió restricciones, introduciéndose principios de mayor so- del protagotúsmo político de las Íl1Stituciones armadas, en 1951 se sau-
lidaridad y justicia. . . cionó un nuevo código de justicia militar, que ntvo algunas reformas
El régimen de domllúo del autiguo código civil estaba ~rwapalmente posteriores.
referido a los bieues inmuebles -tierras y edificios- cm1Stderados como En materia de procedllnieutos (§ 791), tUl acontecllnieuto destacable
de mayor valor que los biene$ muebles. Esta aprec.iación se modifi~ó en fue la sanción en 1967 de tmnuevo Código Procesal civil y comercial
el siglo XX ante 1~ llnport:at1~a ecouómica adquinct; J(Or ~tos t'U~os~ de la Nación, aplicable en la justicia federal y nacional de la Capital
entre los que se mcluye.n avtoues, barcos, automoviles, mstalac10nes Federal en los fueros civil, comercial y de paz (ley 17.454).
industriales, títulos de créditos, acciones, entre otros. .
La libertad de contratar y la fi.terza obligatoria del convemo fueron 1001. Si bieu la ley Saenz, Peúa, sancionada eu 1912 (§815-818) se
pilares del código civil que en el siglo XX quedaron recortadas por mauntvo en vigencia, hubo algunas refom1as parciales que modificaron
nuevos principios y figuras. Así aparecieron los ~ontratos labo.r~les el régimen electoraL Acaso fueron dos las más llnportautes. La primera
o los llamados de adhesión y también la posibiltdad de la revlSlÓn fue la ley sobre sufragio femeni.uo (1947), que pemútió la parti,cipa-
judicial, con posibilidades de rescisión, de ciertos couvenios, invo- ción activa de las mujeres en la vida política, a partir de las elecciones
cando las teorías de la imprevisión o de la lesión que afectase a tma presidenciales de 1951.
de las partes. La segl.lllda refonna Ílnportaute fue la adopcióu del sistetna de repre-
Eu esta materia la más sígtúficativa y di:ftmdida alteración del régi- sentación proporcional o sistema D'Hont en reemplazo del de lista in-
men contractual ocurrió coa los alquileres urbanos y los arrenda- cmnpleta prescripto eula ley SÁENz PENA. De esta manera aumentó la
mientos rurales a través de las sucesivas leyes de emergencia -las pri- posibilidad de m1a mayor participación de distintos partidos políticos,
meras datan de 1921- que dieron lugar a la prórroga de los plazos de evitándose reducir la repre.entación a sólo los dos partidos más vota-
dm<J.ción de los coutratos y al cougelanúento de los precios conveni- dos. El nuevo sistema se puso en práctica por primera vez en las eleccio-
dos. Solo a partir de 1967 se produjo el retorno gradual al régimen nes de 1957 para elegir los convencionales de la Asamblea Comtit:uyen-
locativo del código. te convocada para la reforma comtintcional, pero se abandonó eu la
sigtüeute elección presidencial y legislativa de 1958. Volvió a estable-
1000. Como núcleo legislativo mercantil ha subsistido el viejo código cerse eu1962 para las elecciones pró.xúnas que debían elegir presideute,
de AcF.VEDO y VÉLEZ de 1862 (§§ 786-787), pa.sado por la profi.mda diputados nacionales y senadores por la Capital Federal y continuó apli-
reforma de 1889, y sucesivamente modifiCado por diversas leyes que cándose en las elecciones para diputados nacionales de 1965 y 1973 y
reemplazaron libros, tínllo y artíctllos, al ptultO de ser relativamente eulas generales de 1983.
escaso lo que quedó del texto originario. El libro primero, sobre las En cuanto al modo de elegir al presidente y vice de la Nación previs-
personas del comercio, no sufrió cambios en cuauto a su estructura y to en la Constitución de 1853, consistente en el voto iudirecto de
fue el menos retocado eu su contetúdo. los ciudadanos que elegían los componentes de tUl colegio electoral,
El código penal de 1921 (§ 789) ha m<mteiúdo su vigencia pese a los el cual a su vez era el encargado de elegir a 1as más altas autoridades
repetidos iutentos reformistas que se manifestaron a poco tiempo de su de la N ación, no podía ser modificado por vía legislativa. Se lo hiw
saución. Los proyectos de EusEBIO GóMEz y JORGE E. CoLL (1936), eu la reforma comtitucional de 1949 y luego por el gobierno de
JosÉ PECO (1941) y los posteriores de 1960, 1972 y 1974 --en los dos facto en 1972 (§ 986). En cambio, pudo n1odificarse por vía legisla-
prillleros nwo principal participación SEBASTIÁN S~LER- no pr~s~ra­ tiva el sistema representativo dentro del colegio electoral y así fue
ron. Sin emhargo, junto al código se dc.seavolvió un mtenso movmuen- que se introdujo el sistema D'Hont para las elecciones presidencia-
to legislativo que se propuso actualizar su conte1údo y complementarlo les de 1963 y 1983. Sin duda, aparte del argumento de atunentar la
en diversas materias. Entre los "nuevos delitos" que fueron objetos de representación de los diversos partidos políticos, su utilización fi.te
regtllación estaban los de carácter económico y los vinculados a activi- uno de los Íltstnunentos para dificultar el retomo del peronismo al
dades terroristas y subversivas. poder, con mayoría absoluta.

730
i
EL J.rtlNC!ONII.MlllNTO DJlL SlSTBMA POLÍTICO
MANUAL DE ffiSTORIA DE LAS INSTITUClONBS Al!.Gl.!h'TINAS

1002. Los gobiernos provinciales (S). En la década cid 30 nuevas fuer- otros jefes para desempeíurs: como delegados de la Se:retaría de Tr~­
zas poli~cas ejercieron el poder en el ámbito proviucial. A partir de bajo y Previsión~ con el objel:tvo de estructurar o coftsohd~ la~ orgam-
1932 --dtce CATERINA- "la realidad política provincial mostró 1lll.inédiro zaciones sindicales locales y de este modo montar la maq1muria electo-
mos~co de ~bilidad~: partidos pr~>vinciales de origen conservador, ral que renovaría sustancialmet~te la base política en Jos conUcio.s, ge~re­
y radicales aunpersonahsms que se umau a nivel nacional bajo el manto rales de 1946 a favor del candidato JUAN D. PBRÓN. Fue tambten un-
de la Concordancí~; e:rres,~onet> locales, y a partir de ~93~, las expresio- portante el apoyo eclesiástico ~ de gmpos nacional.ist~s.
~~ ~o::ai~ del ~adicalL~~no . De este modo cada provmna tuvo su pro- El trimúo de PERÓN se produjo en todas las provmctas, salvo en Co-
pia tdiosnu:rasia reparada entre esas fuerzas, que se alternabau en el rrientes donde ganaron mUdos autonomistas y liberal~, pero p~nto
poder. Rar:unente hubo provincias donde apareciera 1111 solo partido llegó allí nuevamente la intervcru:ión federaL L_as elecc.tones n~'l:ron
con preenuuencia duraute todo ese período hasta 1943. Las interven- mla enonne consecuencia, pues quedaron reductdas a mveles nummos

ciones federales de lUla parte, las mauip1daciones electorales de otra todas las expresiones políticas anteriores. Los conservadores sólo. eu
. .
jtllito con mtentos revolncionarios locales aparecieron como renlrSOS,
' pocas provincias presentaron ~andidatos para gobernador. L~ ra?ICa-
ya para mantener, ya para alterar esas situaciones de11tro de 1U1 clima les a.utipersonalistas desaparecteron, vo~vicr1do al ;eno del radiCalismo
general que marcaba la existencia de una paridad de fuerzas entre con- 0
ingresando en el permtismo. Este se mcremeuto con fuertes aportes
servadores y radicales. Ejemplos de administraciones eficientes y de di- de los antiguos partidos, llu:lusive de los conservadores: . .
ferente color partidista fueron: en Santa Fe, los gobiernos de LUCIA.'<o El ascenso vertiginoso del peronistno, compuesto .con distmt;as vertt~n­
M~LINAS, dcinócrata progresista y MANuEL IRJONDO, radical a.ntiperso- tes ideológicas y políticas, planreó disputas sectonales en vartas prov¡u-
nahsta; eu Córdoba, los gobiernos radicales de Al.,{ADEO SABA'ITINI y cias, que ftteron resueltas de diver&OS modos y en .casos exrrem.os me.-
SANTIAGO DEL CASTILLO; en Mendoza, después de la experiencia del ra- diaute el remedio de la i.ntervención federal. Paulatmamente, los gober-
dical bloquista CARLOS W: LENCINAS, los gobemantes conservadores Gtrr- . dores se alinearon ba¡·o un líder y m1a doctrina nacional. En provin-
na ·'¡d.
LL~o CA."<o,. RoDOLFO CoRoMINAS SEGURA y ADOLFo VICCHI; en Tn- cias donde faltaba 1miúrido liderazgo local, PERóN destgno a os can t·
cuman., los radicales MIGUEL M. CAMPERo y Mraua CRrrro, entre otros. d tos que en m11ehos casos fueron militares adictos y orümdos de esas
~ gobemador, como en la época anterior (§752), continuó siendo el p:CvhKias, q1lienes ocuparon el cargo luego de ganar las eleccioues. La
e1e de la estructura política provincial. En consonancia con las orienta- p 1uvi.tu:ia de B11enos Aires d-m-ante el régimen peronista .nwo dos go-
ciones polític;ts, los gobiernos provinciales más allá de su tinte partidis- bemadores de extracción militar: el primero, que concluyo su mandato,
ta y de s11s luchas intentas, asumieron tareas commlCS, como el desarro- fue el coronel DoMlt'!GO A. MERCANTE, q11e hizo una adtninistr?ción
llo de la obra pública, especialmente de 1a red caminera; la regulación eficiente; y el segundo fue CARws A. AI.ot, 1111 modesto s11bofioal de
~~tecto.ra de las ~aciones laborales y la creación de órganos de previ- escasas luces surgido del círculo íntimo del líder.
siOn sonai . .Tambien fue notoria la creciente intervención estatal en la En estas coudiciones, la oposición quedó reduc~da a la múúma expre-
actividad económica -la vid, el tabaco- y en materia fmanciera -mlifi- sión y las formas de convivencia locales dependteron de l~ bomb~s .e
cacióu de impuestos intemos y cobro de otros gravámenes-. En este idiosincrasia de cada provincia, a1n:que en gei~ral no. ~uVIero.nla nsp¡-
período continuaron las remtiones regionales de goberuadores para tra- dez q11e se observaba en el nivel naci~nal. Est;a m1pres1~n ~e hizo patCil-
tar cuestiones económicas, que tenían su precedente en las celebradas te durante el conflicto con la Iglesia CatÓlica en la 11ltuna etapa del
en 1926-1927 en el Noroeste. régimen. . . . . _
La labor de estos gobiernos estuvo vmnllada a las onentanone.~ u~par­
1003. ~ Revolución de 1943 modificó este escenario. Las provincias tidas desde Bueuos Aires. En general, continuaron cou obras publica:'-
~ron ~tervenidas ~r el gobicruo nacional de facto, el cual designó a canlinos, ll-rigación- pero se incrementaron la :onstrucción de l~~n~s
Jefes militares en actiVIdad para ocupar los cargos de interventores y a de viviendas obreras, hospitales, hogares de annanos Y. ou-os. El re~Ite
a las fimciones de esos gobiemos fue dispuesto por vartas leyes nanona·
( 5) ~ms ~J11. Ci'JU.rw.,Lmgobiernos de prorimia enNH.N.A., c. 8, cap. 16, crm amplio mareria! les y sobre todo smgió de la expansióu. de Clnp;es.as estatales, ~m~
bihhogr~fico; DMDO PllltEz GUllHO~, El co~stitucitmalismo, op. dt. en nota 1 de esr.: eapitulo; ypp teléfonos ferrocarriles, o de orgamsmos pnbhcos, como los en
M~ lO D. Su.ki!.FUO,Losp()dr:m púbhcos n~ y m foncimamimw, op. cir. en nota 2 de en..,
capitulo. cariados de la; relaciones de trabajo y previsión social.

733
MANFAJ. DE fbsTOJUA DE LAS lNSTITUClONES ARGENTINAS fu FUNCIONAMIENTO DEL SISTEMA POLÍTICO

1004- Euu~ 1955 y 1976la iuestabilidad política afectó la continuidad mistas, pero no pudo itnpedir que la violeucia igualmente se adueíura
de los partidos provinciales, aúu cuaudo en cortos per~odos se percibe de la situación en sitios concretos del país.
el interés que ofrece la época con la aparición de exprestones y hontbr~s Cuando en marzo de 19761as Fuerzas An11adas astUnierou nuevamente
políticos que se alternarou eu el ~:r, justamente cuwdo 1~ ~xpectatl­ ' el p:xler, los cargos de gobernador füeron conftados a miembros de las
vas por tUl desarrollo socioecouonuco de munerosas provmctas alcau· tres fuerzas y civiles provenie.utes de los partidos provinciales ocuparon
zaron su ptmto más alto, cou un visible impulso transfonnador. . . mitústerios, itttendCHcias y otros organismos locales. Lt lucha contra la
La Revolucióu Libertadora euvió intervenciones a todas las provwaas, subversión ñ1e eucarada en eltllvel 11acional, al prutto que los jefeS de
pero los otros dos golpes del66 y 76 -que anuuciaroumta más prolon* mlldades del ejército radicadas eu cada provincia tuviero.u tUla actua-
g•tda permauencia en el podef- iutroduje~ou la fi~rra del goberu.ador ción itúluyeute en el accionar represivo. Solo eu los últimos años del
como fuucionario desiguado por la autondad tuctonal y dependiettte Proceso aparecieron figuras civiles al freute de províucias itnportautes,
de ésta. En esas ocasiones, fueron disueltas las legislaturas locales y re- como Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba; y represe.utautes de los parti·
uovada la composkióu de los tribunales superiores de justicia. dos locales eu los gobiernos de Me.udoza, Jujuy y Sau Juau. De estas
En las elecciones generales de 1958la UCRI se llevó el triunfo en todas gestiones militares en los gobiemos provitKiales, hubo algtmas figtrras
las proviHcías, inclusive eulas nueve que eran anteS territorios ttaci~t;a· que volverían al ejercicio del gobiemo media.ute el voto popular y euca-
ks (§ 1009). Entre los gobernadores que se destacaron por su gesuou, bezaríau nuevos partidos locales·después de 1983.
c;tbe rnenciouar a OseAR A.LENDE en Bueuos Aires, CARLOS SILVESTRE
BEGNIS eu Santa Fe, RAúL URANGA en Euu~ Ríos, CELESTINO GELSI en 1005. Los cortes políticos abruptos no impidieron ciertas lúteas de
Tucmmin, euue otros. De este momeuto excepcional y al mismo tiem· conti.uuidad marcadas por la presencia en las provincias de ciextos orga-
po fugaz del froudizismo perduraron alguuas expresiones locales como nismos nacionales de carácter téc1úco, empt~sario o científico, someti*
el Movinúento Popular Jujeiio, liderado por el gobemador HoRACIO dos a una dirección y planificacióunadonales. Aparte de esta tendencia
GuzMJi.,•·..r. hacia la centralizacióu, a fines de la década del 50 surgieron los llama-
Dentro del moviullento ueopermústa surgido en esos aítos, se fornta- dos pactos interproviuciales. Uuo de los primeros y más importautes
ron varios partidos provinciales. El más destacado y perdurable fue el llevó en 1958 a la creación del Consejo Federal de luversiones, y en las
Movinúeuto Popuhu· Neuquino, liderado por los hermanos FELIPE y décadas de los 60 y 70 a otros consejos que abarcaban problemas cotnu*
ELiAS SAPAG, que gobemó la provincia de fonna casi ini.uterrumpida, nes específicos de obras públicas, energía eléctrica, vialidad, educación,
aun b<tjo gobiernos de facto. culnu·a, seguridad social, bienestar social y actividad agropecuaria. A
Si bien los gobemadores designados por el presidente ÜNGANÍA fueron partir de 1966 se fomudó la idea de la región., como agrupaciOn que
en su mayoría militares, hubo muchos civiles en los elencos gubemati· reuuía a varias proviudas para plautc:a.r políticas y emprenditnientos
vos locales procedeutes de diversas expresioues políticas. Alguuas de comtutes. Lu itttegración regional en el sur se buscó coula creacióu del
cst<LS fuerzas, que respondían <l mta u·adicióu conservadora, y adopn- Ente Patagónico.
ban una postura "ceutrista", ittteutarou forwar agrupaciones de a.l~a.uce
nacional, contando en sus filas o apoyando a algunas figuras núlitares 1006. Eu este período, el remedio constitucional de las intervenciones
que se destacaban eu la opinión pública cou la Íllteucióu de ofrecer federales(§ 764-765) p1esent6 tuu aplicación dispar, según fuese utili-
;tlternativas a la de los dos partidos con ntayor caudal electoral. zada por gobiernos constitucionales o de facto. La 1nisma altemaucia
Eu las elecciones de 1973 el justici<llismo se itupuso holgadameute eu la de tmo y otro tipo de autoridad impide observar líueas de continuidad
mavoría de las provincias, salvo en Neuquen y Sa.u Juan, donde trituÚa· en el auálisis de la materia. La figttra del Íllterventor federal fue utilizada
r 01{, respectivamente, el Movinúento Popular Neuquitlo y el Partido de modo amplio e ittdiscrimi.uado en todos los golpes de Estado para
Bloquista. Eu otras ocho provincias, fuerzas políticas locales desplau.* modificar la situación política local, amtque e.u los de 1966 y 1976 tuvo
ron al radicalismo en la elección de autoridades provinciales. En esa sólo tm uso trausitorio, pues luego aparederoulos "gobernadores" de-
ocasión, se repitió la antigua iutagen de un perotúsmo trimúador, pero siguados por parte de la autoridad nacional de facto.
dividido eu sus lÚteas intemas. PERÓN echó mano de diversos recursos E.u cuamo a la aplicacióu que tuvo dtrraute los gobieruos constitu*
para sepafa.r a los gobernadores díscolos, que respondían a ideas extre- donales, se registra eu el periodo 1932-1943 uu total de 13 iuter-

73<
AfANVAL D!l HtSTOR!A DI! LAS lNSTITtJCIONI!S Ali.GI'!NT!NAS
'EL HJNClONAMll!N'!'O tlEL SlS1:EM!I. POÜflCO

ven~iones. -lO por d,ecreto y 3 por ley-; durante las dos primeras vi.ncias se adelantó en algt-uus materias a lo que más tarde se recogería
presidenciaS de PERoN hubo 15 -11 por decreto y 4 por ley-; y en las reformas nacionales de 1949 y 1957.
final~ente en el período 1957-1976, se dispusieron otras 16 inter- • ' • • (6)
venciOnes -9 por decreto y 7 por ley-. Aunque el recurso file menos 1008. Los territorios nacionales y su oonverston en provtnctas ·
usado que en las presidencias radicales de YRIGOYEN y ALVEAR de la Diversos factores dieroll a los antiguos territorios (§§ 800-802) des-
época anterior, su número es igualmente considerable. Las interven- pués de 1930 una mayor presencia en el esce.nario. nacional: }'Jo s?lo el
ciones decretadas se dirigían, ya fuese a la totalidad de los poderes notorio crecimiento demográfico y producuvo, smo tambteula ulSer-
provinciales, ya solo a algtmo de ellos. ción de cuestiones geopolíticas y de los entornos naturales de e~as re-
giones, despertaron el ~ueré~ d: e.scritores, científicos, 1~tl1~ahstas ~
1007. El constitucionalismo provincial Mieutras en el orden nacio- ·uristas por conocer y difuudu dtStmtos aspectos de esos ambitoS geo
nal cont~nuaba vigente la Constitución de 1853, alt.rtmas provincias ya ~áticos y humanos. La Pampa, Cha~~' Misio11e~ y Río ~egro ya h~­
en las. pru:neras décadas del siglo XX se indinaron por renovar sus textos bían alcanzado con holgura el requlSlto poblactonal esupnlado .P.~ a
~omttt;teionales a ~n? con la corriente del constitucionaJismo social, que convertirse en provincias. Hada 1943 también remtieron esa condtcJotl
nnpotua nuevos cntenos en cuanto a la intervención estatal como regu- ChubutyNeuquen. , . . , .
la~or de la economía, a la fi.mción social de la propiedad y al reconoci- Si bien la provincialización era la demanda m.axuna, extstlan d~vcrsos
nuento de derechos a los trabajadores. Este movimiento se inició con la pasos intermedios que satisfac~atl, segú.nlos ~~s~, las expectativas. ~e
Constitución de Mendoza de 1916 y siguió con las de Santa Fe de 1921 los territorianos. La autononua de los mmuctptos, la repre:sentacJoll
San Juan de 1927 y Entre Ríos de 1933. Es coetáneo con el que s~ parlamentaria con VO'Z y sin voto, la participación en las ele~cton~ pre-
desar:oll~ba en otros países, cuyas expresiones más conocidas son las sidenciales la creación de legislattrras territoriales, la desJgtucton de
const:ttttctones de Querétaro (México) de 1917 y de Weimar (Alema- gobernada'res nativos -e inclu~ive la pr?ptteSta o elecciÓtl popul~: de
ttia) de 1919. éstos-, eratl aspiraciones que se fi.teron hilvattando tanto ~r los tet.nto-
Las reformas nacionales de 1949 y 1957 (§§ 985-986) dieron origen a ri:anos como por los gobetilaJltes y legisladores de la Nact~n. Las Ideas
tUl nuevo ciclo de constituciones provinciales, en donde se acentuaron de unos y otros se entrecmzabatl seg{Ullas diferentes realtdades de los
estos rasgos. Según PÉREZ Gt.JILHOu, se hace evidente, particularmente territorios y los puntos de vista que sustentaban cada una de las men-
en las constituciones que sancionaron las nuevas provincias: Chaco, ciomdas propuestas. En esta cuestión los presidentes de la ('_,o1tcorthm-
Neuquén, Chubut y Santa Cruz en1957; Misiones en 1958 y La Pam- cia abandonaron la idea de la provincialización que habí~ sustent.ad_o
pa en 1960. En esta misma línea estaba la constitució11 santafesllia de los presidentes radicales de la década mterior (§ 802) y aun el propto
1962. Además de dar cabida a la uonnativa social, los textos de Nen- presidente provisional URIBURU. . . , .
quén y S¡mta Fe introdujeron disposiciones propias del denominado Enu-e tanto la vida política se desarrollaba conmtensidad en el ~nbito
"constitucionalismo
.,
pos-industrial"' encomendando al Estado mu fim- de las mmúcipalidades, donde interVenían socialistas, radicales yngoy~­
c~on de p~omocióu general, consistente en buscar el mejoramiento del nistas y antipersonalistas y grupos vecinales, geoeralmet~te d; te~denCla
mvel. ~e vtda y la subsistencia social, fomentando cooperativas de pro- conservadora. El mmllcipio (§§ 1011-1012) se cotlSUtuyo a~t en un
ducctOtl, consumo y crédito, e inte-.rv:iniendo en la actividad comercial e ámbito de práctica Cívica. A través de congresos y otras remuones ?e
industrial cuando ello fi.tese necesario para alcanzar el bienestar general. índole mmllcip.tlista se plantearon los requerimientos de la antononua,
En esta orientación cabe mencionar también la adopción de los conse-
jos económicos y sociales en constituciones de la década de 1970. 16) RoE<:RTO D. Qo.v,_n¡ v .Ml:RIAM A. C!NQUEGRM-"', Territorios nm:.ilmalc; paragónicm.v !'mtrn!iml~.
En~·~ los cambios que estas constituciones introdujeron en el orden begobernaciones aprorinciM (1901-1958); !' SILVIA T. AlVÁREZ. )'ELENA B. T O:l.RE,Ú! t~corpor_rt.:~o;
de Tierra riel Futgo al sistema ftdcral argentmo ambos en AL!Iu.ro DAVID Un A ( ~'OOI'C-!tnddO! ),
políuco, se destacan!~ elección directa de los gobernadore.~, la consulta rn-rítorím nacionalts australts m la hiltoria umstitucional m:gmtm~. El caso dt Tierra dd Fuego.
popular como mecamsmo de las reformas constitttcionales; la fijación B bú Blanca 2000· Srr.VIA l.EOI'<"' DE ROSC!ANl, Los tcrrirwios 11tiCionaltr en NH.N.A., t. 8: Olp.
de. nuevas pautas el~;torales y la concesión del voto femenino, que por 1; ~on amplia O!iC~taci6n bibliográtka; ERNESTO J. A. M.'I.EDER, LapoHtica sobl~ Ir>< remr7·~¡
na;ionales durante la etapa pemnista: 1946·1955. UndCcirno Contp"l':so Naqonal Y Refo~ e
prnnera vez aparecto en la sanjuanina de 1927. Historia ."u·gentina, Academia Nacional de la Histo.ria. Buenos Aires, 2001; CARLOS · ·LO,
En smna, como afmna el autor citado, el constittJCion.alismo en las pro- · • po,..
Leyes so&rt los trrritorir>< nacúmale> y su tmmjimnaaun rw1 en RJH"
-u., n
.,(1058\ ·

736 737
MANtrAL DE HISTORIA DE LAS lNSTITtJC!ONES ARGENTINAS EL fUNCIONAMIENTO DEL SlSTl!M.A l>OLÍTIOO

representación política y prov:incialización. Surgieron también agrupa- ció11 elegida pot~ los chaqueí10s y "Provincia Eva Peróu" la que adopta-
cioues dvicas, sin af.t.liación partidaria, que fueron formando tuta con- r~)lt los cot~Veuo<::males pampeanos. Eu la elección de sus propias auto-
ciencia territorial, más allá de pt.Ultuales reclamos. ndades se nnpttster:'u d~ modo tau absoluto los candidatos peron.istas,
El gobierno de facto de 1943-1946 creó las gobernaciones ltL"trÍtimas que 1~ cuerpos legtsla~vos de ambas provincias quedarou integrados
de Tierra del Fuego en 1943 y militar de Comodoro Rivadavia en 1944, exclusivamente por leg:tsladores de ese partido, cou exclusión total de la
a cargo de oficiales superiores de la nurina y del ejército, respectiva- oposición polítiot.
mente, con vistas a asegurar la sobenuúa sobre la Patagonia y; en el A fines de 1953, otra ley declaró a Misioues como nueva proviucia.
segtmdo caso, para garantizar la continuidad de la explotación petrolí- El proceso. de. trallSicióu se desarrolló de ntodo auálogo y también
fera. A su ve-Len 1943 se dispuso disolver la gobernación de los .c\ndes en las substpuentes elecciOltes para gobernador, triunfó el caudida·
y repartir su territorio entre las provincias de Salta, Catamarca y Jujuy. to peronista.
Ya ~tlas posttim~rías del régimen, durante los aÍlos 1954 y 1955, se
1009. El recambio presidencial de 1946 tuvo enorme i11fluencia en la sanc~naron StlCest:atl~tte y en rápidos trámites legislativos, dos leyes
política de los territorios, ya que apareció como fuerza incontrastable la reJanva~ ,a la orgru~acton general de los demás territorios y m1a sobre
organización gremial del per01úsmo, con nuevos dirigentes, que actua- la creanon en.los nusmos de, tribunales de justicia. Aquellas leyes pasa-
ba bajo la dirección tuli.ficada impuesta desde la CGT (§ 1039). Se rc:'n eu poco tiempo de un regimen de autononúa restrillgida a otro de
produjo entonces una ruptura con la tradición siudicalista anterior -eu duttta províncialización. Mientras la primera no llegó a aplicarse, la
general apolítica y heterogénea-. Al enrolarse en la acción política los seguuda -promulgada dos meses y medio autes de la caída de PERóN-
gremios desplazaron a los partidos opositores y se convirtieron en prin- marcó la irreversible conversióu en proviucias de los territorios de For-
cipales representantes de los intereses territori<Ulos. Avauces cottcretos mosa, N~u9-ttéu, Chu?ut, Río Negro y Sauta Cruz, aunque por enton-
para los derechos políticos de éstos fueron la habilitación para elegir ces ~~ ültuna qu:Jo <".nglobada con Tierra del Fuego en la efúnera
presidente y vicepresidente de la Nacióu-induida en la reforma consti- creacton de la proVlllcia de la Patagotlia.
tucional de 1949- y la elección de delegados de los territorios en la
Cáttt<lfa de Diputados, con voz y sin voto. Los delegados que actuaron 1~10. Producida la Revolución Libertadora, como et1 otras materias
hasta 1955 tuvierou un desempeño seetmdario, brindando su apoyo a se unpus_o la .revisión de lo actuado. El gobierno defacto dejó sin efect~
propuestas del Ejecutivo y promoviendo algunas obras públicas para las constituetones de La Pampa, Chaco y Misiones, saucionó 1111 Estatu-
SUS jurisdiCCÍOltes. to ptuvisional para las ocho m1evas provllKias y desigttó a conúsimM-
Desde 1946los gremios chaqueiios y pampeanos movilizaron a la po- dos federales al frente de las respectivas admi.tústraciones. ·
blación a favor de la provi.ncialízación y varias delegaciones entrevista- Enl957 se realizaron las elecciones para cmwet:tcionales constitlJyetrtes eu
ron al presidente PERÓN y a su esposa, .MARÍA EvA DuARTE, para obte- ~~ellas. La ap~cacióu d~ sistema D 'Hout pet-nlitió la antplia represen-
ner su apoyo. Esta última, eu su carácter de presidenta del Partido Pero- ta~tou de los p~dos políticos, a e:xcepcióu del peronista que estaba pros-
tústa Femenino fue quien solicitó a la Cámara de Senadores la provin- cnpto. En ese mtsmo aüo seis provincias dictaron sus nuevas cotlStitliCio·
cialización de dichos territorios. El trámite legislativo fue tan rápido n:s, .Misiones lo hizo al <Úto siguiettte y La Patnpa eu 1960. Lasituaciáude
que eu sólo treinta días se consiguió la aprobación de ambas cámaras y Tten-a del Fuego eutre tanto fi.re objeto de particular regtdación. Separada
la ley fue promulgada el 8 de agosto de 1951. La oposición delltmció de S;u~ Cruz, se creó t'1;tl.957 el Tenitorio N~ciooal de Tierra del Fuego,
que este trámite tau acelerado tetúa tma finalidad electoralista, dada la ~ttarttda e I~las ~;1 ~tl~tn~o Sur; con tUl particular Estatuto, que estable-
proximidad de los conúcios generale!o de noviembre de ese año, en que cta una o.rgatl.l.ZilCtOU ltlStltllClottal dependietue del Ejecutivo Nacional. Sólo
por primera vez votarían los territorianos. La presmtción queda confir- eu 1990 alcanzó a convertirse et1 provincia.
mada al observarse el alto porcentaje de votos que el peron.ismo obtuvo
entonces en esos distritos. 1011. El régimen municipal. (7) El gobieruo nnuúcipal fue previsto en
Las dos nuevas provincias dictaron, en poco tiempo, sus constituciones
y adoptaron también nuevos nombres, que mostraban tm clima de in- (7} T~s Dtao': ~ERNMD, Bigimm municipal mz¡em:im;, Buenos Alr<:s, 1976; AmONIO .MA!l.M
HUN<INPE~,Elro/}mll:nmumcipal enNR.N.A., t. 8, ~11p.l8; AmoR;\, RAV'JJ!IA,MuniúpWebi.staria
tolerancia y servilismo. "Provincia Presidente Perón" fue la deuomina- /iXal en Rcr~.rtaAulaAhicrta, año I, n° 3, Buenos Ail:es, 1992.
EL FUNCloNAMIENTO DEL SISTEMA POLt'rlCO

MANUAL DE HlSTOR.lA DE LAS INSTITUCIONES AII.GENT!NAS


más teóricos que efectivos- hacia un siste.nu.
ftcwm av.:utces - al gunos
la Constitución Nacional de 1853 y en algunas constituciones provin·
ciales del período anterior a 1930 (§ 751). Había quieues iuterpretaban de autononúa municipal., . d 1 te ritorios nacional.es un
'odo contmuo ftu\CtOtlall o ett os r .
que el régimen mtulicipal era autárquico y otros sostenían que era autó· E~ ~te ~:unid al al diferenciado del existente ell \-as anuguas pro~
nonw. Principal exponente de la primera opinión fue el jlU·ista RAFAEL r~gu:tet..l-d la P ü~dad de anuéllos y \a ausencia de utu. reprcsen_ta·
BrnLSA quien en 1930 sostuvo que correspondía la autarqtúa a los mu- vutctas ua a pecu .,_ . · d" ·' E tal sentido
ción política en el gobierno superi?~ de la jUflS tecton. n
tlicipios, la autonomía a las provincias y la soberruúa al Estado na- su importancia en el escen.ario poünco fue mayor.
cioual. Es decir, que los mmlicipios <tparecían como entidades creadas
por ley; con finalidades específicas y sometidas a conn-oles por parte de
las autoridades superiores de la provillcia. La Corte Suprema avaló este
criterio ylo mismo hicieron varias constituciones provinciales. En cam-
bio, la idea de que los mmlicipios eran entidades políticas esenciales y
base de la organización institucional fite defendida por varios juristas -
tempr.uwneme la sostuvo el político LISA.t'fDRo DE LA ToRRE- y espe-
cialmente sustentada en1944 por ADoLFO KoRNVILI.AFANE, profesor
de la Universidad de La Plata. A partir de 1957 la tesis autonomista
smnó nuevos adeptos y quedó plasmada en las cotlStiU!cioues de las
nuevas provincias y en las de Gal:alnaft.a y Sruttiago del Estero. Su con-
solidación se produciría después de 1983.

1012. Et1la mayorí-a de las provincias, los mmlicipios se regían por un


concejo deliberante, cuyos miembros se elegían de modo directo y uu
intendent:e --ejecutivo- que en algunos casos era elegido por el propio
concejo y en otros desigtl.<ldo por el gobemador. Bula ciudad de Bue·
nos Aires, como distrito federal, lo designaba el presidente de la nacióu.
El voto, según las constituciones anteriores a 1957, era calificado y
comprendía también a los extrru1jeros. Con posterioridad tuvo carácter
mliversal.
Los municipios estaban facultados para cobrar tas\LS y contribucio·
nes, usar el crédito y administrar l<ts rentas, pero ht percepción de
impuestos fue concesión otorgada solo en algunas provincias. El
poder de policía en lo relativo a costumbres, tránsito, publicidad,
pesas y medidas, propiedad, sru.lidad y servicios mortuorios fue res-
tringido y en algunos casos lo asunlieron directamente los gobieruos
provinciales.
Eul<l práctica, existió una dependencia financiera de los mmlidpios con
relación a los gobiernos pl"Ovinciales) que se dio tanto en gobiernos
constin1cionales como defacto. Solo a partir de 1957 en1pezaron a co-
brru· filet"za las tendencias autonómicas. El surginlieuto de tribunales de
cuentas o administrativos de faltas por una parte, o el est.ablecimiento
en la órbita tmulicipal de ftguras de la democracia directa o semidirecta
como la iniciativa, el referéndum y la revocatoria popular -sobre la
continuidad o no de tul funcionario local en su cargo--, por otra, sigui·
Capítulo XXXIX

Lineamientos de la economía y las finanzas en sus marcos institu*


cionales. La producción agraria. La industria. La moden:Uzación del
transporte: vías :ferreas y carreteras; lineas fluviales, marítimas y aéreas.

Lineamientos de la economía y las finanzas en s.us


marcos institucionales (I)
1013. Al trazar las grandes lúteas de la evolución económica, RoBERTO
CoRTEs CoNDE sostiene que hasta la Segtutda Guerra Mtmdial, la Ar-
gentina progresó a un ritmo similar -y a veces más rápido- que los
países más adelantados, pero que en la segtmd¡tmitad del siglo comen-
ro un proceso de declinación. En una y otra época actuaron factores
externos junto a decisiones propias de los gobiernos, dentro de un con-
texto mtmdial que exigía, según las circtmstandas, adecuar los marcos
institucionales a las cambiantes realidades y a prever su futtmt evolu-
ción. Aquelhts decisiones gubernativas estuvieron condicionadas por

(l) A!..oo A. AANAt.'OO,El sistema financiero (1945·1983) enN.H.N.A., t.8, cap.3ó, con orienradón
bibliográfica; :MARIA lmi:s BARBERO}' FE!<.NANDO Rocau,La industria (1914-1945) en NH.N.A.,
r. 9, cap. 39, con amplia orienta<:i6n bi.bliognifica; MARiA INEs IIARBEIIO y Fl;:aNANDO Ro<:<.:Hl,
Emprtsarilli, empresas y m:ganizaciones empresarÚ{s en NH.N.A., t.9, cap. 43, con orientación
bibliogr:ífica; Rol!ElliO Coarts CoNDE, Pragreso y declinación IÚ la uonrnnia m;gmtina. Un análi>i$
himirito imtirucional. Buenos Aires. 1998; MANVEL FERNANDEZ Lól'Ez,EI pefJ$1lmiento eccndmico
enN.H.N.A., t.8, a p. 34, con otientación bi.bliogcifica; NOEMÍ M. G!RBAL-B!.ACHA,A,griwltum
yganaderill (1914·1945} enN.H.N.A., t.9, cap. 37, con amplia orienración bibliográfica: No:E..\!Í
G!RBAL·BtAO"ll'l., Mitos, paradojas y realidades m la Argentina pcronista (1946-1955). Una
interpretación histórica de sus decisilmes politico-ecornimi=, Berna! 2003: NoEMÍ G!RMt·Bt"'-CHA,
DiRgn&;tico, legislaúón fo>anr.iem y pianiftcaciim efonrJmica (1946-1955). La trama polirica dt una
negociación perdurable en R.l{.D. n' 23, 1995; NoEMi M. GntBAt·BtACH.I>. (COOll;D.), AoaUN
Gu:suvo ZAliRu.u, JtiAN JAviER BALM, litado, sociedad y e~Momia m /aAwmtina (19.3().·1997).
Ikrnal, 2001; Cout< M. LEWIS, Tmnsporm y Cmnunictt.ci!.mes enNH.N.A., t.'\ ~'~P· 42, corumplia
orientación bi.b!iogcifica; JttAN f. Lue«, La indtMtria (1945·1983) en N.H.N.A., t.9, cap. 40,
con amplia 01ieut~ciOn bibliogtáfica; R.Ai'AEL ÜLARM Gl,),J.ÉmZ, boluúón monctm"ia, Buenos Aires,
1976; :MMto RA.!'Ol'CRT y colabor:u:lm~s,His:toria ewnrimica,pvlitita y sa.:ial de laAr:gantina (1880..
2000), Buenos Aj¡:e<, 2000; ANDRÉS M. Rro.,u.sKr yMARIA L'<ts BAaJJERo,.Lm invmiMos cxtmnjems
.r el tomeráo txtffior en N.H.N.A., t.9. ~~p.4l, con ampli~ orientación bibliogr>itiCI: ÜITO T.
SoLBRJG, A!f'Ü:Uitura y ,ganadgrii< (1945-1983) en N.H..I:fA., t.Q, cap.38, con oriemaciOn
bibliogr~fica.

'43
1\ MANtJAL DE HISTORIA DE LAS lNSTITtJCION!lS ARGENTINAS •'-'US.l.l.N S.1JS. MARCOS.lNS.'fl'!\.lClON!!.LE.S
1..J,. l!CONOM1h Y 'U.S. ''N "''

un amplio cuadro iuteruacioual de múltiples causas, que influían sobre . . 1 . . do de las pasturas, además de la disponibi-
el país. Este vivía eu dependencia de un mercado ecouómico numdial me)Orar la calid~d· de ffia:lll
Ey11 tal sentido la Uwerslón en reprodncto-
sobre el cual no podía ejercer ninguua accióu significativa para modifi- lidad de barcos ngor !l-OS. tr ·••s'a'rmación La Sociedad Rural
c.. bro importante en esa ....... 1-' •
carlo. Los marcos institucionales exitosos, basados en el buen fiutdom- res n1e un
·
nl , d d"
u vez se encargo e ullll ....
d: .. información y estimular esas
miemo de la econorrúa y de las fmat1Zas, se expresabau a través de las
leyes y prácticas que lo regulaban, y de los órganos estatales y eutidades
~~:~a~1tre l~~ productm~. ~n ~~:!:o:e~I:n:;_a~:~~~~~~
da, ya entonces se tns.ertaro~l los tnge. -econl:uca en b~eficio de la
privadas que se ocupaban de esas actividades. Eu este seutido, cabe
desenvolviendo una tarea de ~l~.lolde soao,·a y del arraigo de la familia
destlcar a la empresa -y dentro de ella el tipo jurídico dominante de la · • rmxra· de la proptcua agrar
explotaaon
sociedad auónima- como la insritucióu que fi.1e adquirieudo importan-
cia en la economía industrializada coutempodnea; y a los numerosos r:·~:a~::~ade precios y moneda en un mundo en el que cit~t~!a:~~
órganos estatales que se fueron creando para estimuLu; controlar o ejer- , . ·tales y las personas, penm I
libremente las mercadenas, 1os capt ' · D d ftnes de la
cer difereutes ramos de la produccióu nacionaL
Deutro de este proceso económico, las inversiones de capitales extranjeros
-europeos y norteamericanos- tuvieron una notoria importancia, atm*
l t esttltados econonucos. es e
en
Argen~u obt~'!er. e~a:~: ~wersiones infraestructtua había~l ~r­
centuna anter~or, las gr
'
, . d modernización -redes ferrovtanas,
mitido el conuenzo de tma e~a1 e "de......, edificación pública y
que estuvieron sujetos al variable contexto internacional y a las decisio· bl · · 1tos agnco as Y g.u.... ''-"'' '
nes políticas interuas. Según REGALSKY y BARBERo, esas iuversioues tu- puertos, esta ecUlller. -~~ _ tendría aun eu el posterior peno-
privada urhaua- cuyo unp<u:.o se mau
vieron una fase asceudente entre 1920 y 1934 y otra desceudeute en los
quiuce aílOS siguieutes. A partir de 1950 volvieron lentameute a recu- do de crisis. · rovocada por el estallido
La paralización generalizada de 1~ ~~g7ct?s. P en de la convertibilidad
perarse los flujos fmaucieros interuaciouales, pero a comienzos de los
de la guerra en 1914 y la supreston e_.,re~[ "u'"'·anamieuto pleno
70 se preseutó una época de desaceleracióu y profundos reajustes eu 1a ' beli rantes ;uecto e u ._
economía mundial, coincidentemente con restricciones locales a la en- declarada por los patses gel Ar ' tina permaneció neutral duran-
trada de capitales. Entre 1976 y 1981 uu Huevo cambio de la sitttación, del merca~o muudiall' at~~e it~vol~:da. en sus efecros econónúco~.
tauto externa como .intern.a, abrió las puertas a muchas inversioHe'>.
te el conflicto (§ 83 ), qt
0
---~ ...~ la producción agrana
' h b rtos períodos en 1os ct~._,
Una Mnplia movilizació11 de capitales inyectó fondos en Jos mercados Aun cuando u o co , d l blos uropeos recuperó su lugar,
fmanderos mundiales y coudujo a la crisis de sobreeudeudamiento que destinada a la ~limentacion e os ;ued lrM~te su desarrollo como a su
envolvió a los países en desarrollo en Jos ailos 80, como ocurrió eu la
las consecuenaas. d~ la guerra, ~~o \ 1 las econonúas del Viejo

Argentina de 1981-1983. ftnalización, se smneron pmfludt :unenbeil~d<~.d monetaria y de volatili·


· · · ' ulose uua etapa e 1nesta I
Las inversiones ext:rM1jeras tuvieron sus marcos institnciouales coH- MUHdo, nucw . d mes inflaciones y déficit fiscales,
cretos y variables -alguuos atractivos, otros restrictivos- eulas leyes dad de capi~es, caracteriZa ~ J?Oree::rvenciones estatales cou propó·
coudicionanuentos del comercto d ' imposible volver al equili-
14.222 (1953), 14.780 (1958), 19.151 (1971), 20.557 (1973), sitos proteccionistas. En la posgu<;ra rest to
21.382 (1976) y 22.208 (1980), las cuales estaban articuladas con
brio anterior y n:;st~blecer e~ patro; ~· ltina tuvo que soportar el de·
otras disposiciones relativas a la promocióu iudust:rial. Eu el sector Con este e.:;cenarto mternanonal, get d l expo--.-.ción de
, las el ·
manufacturero tuvo UHa preseuda domitlMlte durante todo el perío-
do el capital norteamericano. d de merca os a a
clive de los precios agnco ~ Cier~po -entre ellos el cambiario- y
• ._. _
sus carnes. Los conn·oles e verso. «...~. mercio abier-
ia1 d. · ·l.atonasdausuraron uuco
1014. El siglo XX, afirma CoRTÉS CoNDE, comenzó con buenas expec- las políticas comerc · es ISCr.unu . . p1· "ados provocaron pmble-
td 0 " Los nuevos cntenos a h.. d
to con el mm · . . . nal-t:al el cierre dispuesto en Estl os
tltivas económicas ya que se había superado, c011 austeridad y trabajo,
los aúos de desaciertos y duros ajustes originados en 1a crisis de 1890 mas tanto en la relaCI6n mn:;n.tact~wocando motivos sanitarios-, como
Unidos a las carnes argentUlaS, . tre productores y 1nanu*
(§§ 884-885) y el país volvía a .recibir flujos de capitales exteruos. El . tales el enfre.ntarmeuto en .
mayor crecimiento en la década itticial de 1<~. centuria se debió a la ex- en el orden mterHo - . . . , de carnes cereales, 0 el desa¡uste
factureros en la co~ierctalizanon . l afec~dos a solicitar la protec-
pansiÓll de la ganadería, generada en un cambio en la inversión y la eutre precios y salanos* y llevaron a os
tecnología. A fin de producir came<; para exportación fi.te uecesario ción del Estado nacional.

745
MANUAl, DE HISTORIA Dll LAS INSTITUCIONES .ARGENTINAS LA EOONOMJA Y LAS l'!NANZAS EN SUS MARCOS INSTITUC!ONALBS

1015. Entre 1926 y l928las reservas de oro habían aumentado en la ron las que se ocuparou de los granos, las carnes, la leche y la viticultu-
Argentúta un 30%, pero con la crisis de 1929 eu Estados Unidos caye· ra. También, en otro orden de cosas, se envió a Loudres en 1933 tUla
ron eutm25%, lo que determinó al gobiemo de YRIGOYEN a suspender núsión oficial Cltcabezada por el vicepresidCitte Jv'LIO A. RoCA (h) para
la convertibilidad. Los efectos de la crisis se extendieron al declinar la negociar tul convCIÚo bilateral de pago de comCI-cio con Gr<Ut Bretaña,
dem<Utda mundial de los productos agrícolas y caer los precios, situa- que fue conocido como tratado RoCA-Rt.mciMAN. Este acuerdo pernú-
ción que se agravó coula mala cosecha de 1930. El gobieruo provisio- tió continuar con la exportación de carnes a ese gran mercado europeo,
nal del general URIBURU, que había derrocado al presidente YRIGOYEN, a cambio de ciertas condícioues, algunas de las cuales mcreciCiun .la
tuvo que adoptar tnedidas de emergencia para eqtúlibrar las finanzas filerte crítica, príncipalmente de los grupos políticos e ideológicos que
públicas, con tma drástica disminución de sus gastos. Al fi.terte déficit se defuúan como nacionalistas y antiimperialistas. Este tipo de conve~
fiscal que se arrastraba de 1929, se le sumaba la caída de la principal 1Úos bilaterales se habían generalizado en el mundo, después del aban~
fi.teute de ingresos, que eran los derechos aduaneros, provocada por la dono del patrón om.
menna de las importaciones. Fue entouces cuando se impuso, con ca- Hacia 1934 se registró tma recuperación Cltla agricultura al subir los
rácter transitorio, tUl nuevo gravamen, el impuesto a los réditos, que precios intentaciouales a raíz de las malas cosechas producidas en los
desde entonces quedó incorporado al sistema impositivo nacional, _pese Estados Utúdos. 1iunbién se marcó tutnotorio crecimiC11to industrial,
a que, en realidad, correspondía a la órbita fiscal de las provincias. impulsado por la demanda de bieues de consumo qtte había quedado
La suspensión de la convertibilidad, decretada como medida de emer- insatisfecha ante la caída de las importaciones, debida a las restricciones
genci>I, sigtú.ficó tUl cambio monetario importante, a la larga defilútivo, cambiarías y a los altos precios que esos biCites representaban para el
que incidió en la situación económica. El oro se empezó a cotizar a tm mercado locaL Si biCit el creci.núento mayor fue Cltla industria textil, el
precio mayor que el oficial, iniciándose mta depreciación del peso, que beneficio alcanzó a otros rubros, como los artículos derivados del cue-
iutentó deteuerse con diversas medidas. Se autorizó a la Caja de Con- ro, la alimentacióu, la metalurgia, el cemento, los artículos del hogar y
versión a hacer las enúsioues sobre la base no sólo de las reservas de oro de farmacia, entre otros. Algmus inversiones de empresas uorteameri-
-como era hasta entonces- sino también del crédito de la banca comer- canas contribuyeron a esta expansión industrial, al establecer plantas Cll
cial y del empréstito público. A esta medida se agregó en 1933 tm régi- el país para de esta manera evitar que sus productos finales quedasen
men de control de cambio, que estableció dos mercados oficiales, tUlO bajo tul régintCll de importación particuLartnCllte desfavorable. Esta
para exportaciones y otro para importaciones, lo que daba facultad al decisión, a su vez, dio empleo a operarios argentúms. Lo cierto es que
gobierno para intervenir en la economía -sostCiúendo precios, fij<Utdo en esos años se asistió a tul crecimiento sig¡.ú.ficativo del proletariado
prioridades y discriminando el comercio exterior-, Cll ate11ción a que urbano, constittúdo por masas obreras que emigraban hacia la ciudad
otras transacciones quedaban libradas a 1111 mercado libre de precios de Buenos Aires y el conurbano, atraídas por la oferta de trabajo Cll las
más elevado. Estas diferencias Clltre los tipos de cambio constituyCiun industrias.
en adelante una :fi.teute de fm<Uteianúeuto del gasto público. En estas coudiciones el país afrontó los largos años de la Segunda Gue-
La reforma fmauciera quedó completada coula creación en 1935 del rra Mtutdial, período durante el cual las exportaciones de alimentos se
B<utco Central de la República Argeutiua. Se le encomendó la fimción mantuvieron, principalmente a Gran Bretafla, pero en cambio las impor-
de emisión que había tenido la Caja de Conversión y la de age11te fmau- taciones tradicionales cayeron fuertemente. La industria local pudo
ciero del gobierno que había cumplido el Bauco de la Nación Argenti- mantener su actividad gracias a los insmnos intentos y a que el smUÍlÚs·
na, (1uedaudo con los activos y pasivos de la Caja. Las emisiones que UD de Cltergía fue satisfecho con tul mayor abastecinÚCitto local del
dispusiera estarían respaldadas por las reservas en oro y divisas y los petróleo y con la sustitución del carbón por leÍla en el transporte ferm-
créditos al sector fm<Uteiero y al gobierno. Tetúa una fi.mcióu estabiliza· viario. Las respuestas dadas a la crisis y luego a la guerra habían ido
dora de la moued<1 y fue autorizado a adoptar 111edidas que evitaran las <.:reatuio condiciones favorables a mu situación de auto-abastecinúeuto,
fluctuaciones en el valor del peso que se produjeran a raíz de h estado· que se potenció aúu más en la inmediata posguerra cuando el país debió
nalidad e inestabilidad de las exportaciones. soportar nuevas dificultades por su pertinaz neutralidad. En tul contex-
El papel intervencimústa del Estado llevó a la creación de varias Jtmtas to internaciotul donde los movimientos de capitales y la práctica del
reguladoras para defeuder la producción agrícolo-ganadera. Así nacle- comercio tropezaban con restricciones y el Estado intervCI:lÍa Cltla ma·

747
MANUAL D!l HrsTO.IHA DI! LAS lNSTlTUCJONBS ARGENTINAS

yoría de las actividades económicas se


nistas que postuJ b .
1" .
' exp 1cau las tr'.J:tdenC!as aislacio~
estatal de\ comercio con el exterior, colocado b-ajo e\ control de un orga-
,
1nos. a illl o pracocabru1 tilla econam{a ~---~- ,
w;rruuu, segtut vece-
nismo poderoso·. el Instituto Argentino de Promocióndellntercamblo,
más conocido por sus siglas IAPI, encargado de regtUar la venta de \os
Resulta iuteresru1te destacar que .· . productos de exportación, pero sin poder de negoci-ación frente a ias
en 1940, el entonces ministro de~~tasdt:n"CtulStannas, precisamente
redactó el . d Cien a, doctor FEDERICO PINEDO vari-ables de los precios i.ntenlacionales, que arroJab-an beneficios o pér-
pnmer octunento de Estado d ti1 d 0 .:.: ' didas, segtmlas circunstancias.
reactividad de la economía 1 . . es la a on"CCet un plru1 de
industrialización y economí:~~~n~, pf¡ropuesta que procu~·aba conciliar Las negociaciones que se et1tablaron con Gran Bretaña para poner flll al
tados Unidos y crear llll m:Cal~tade ~~~ltar el ~nercto con los Es·
bloqueo de los créditos en libras de los exportadores argentinos acumu-

COilSiderar _que el agro seguía siendo "la


propuesta mteutaba preparar al país ara la
~~~=~le fa~~ d~:,r
mrua ·
t lados durante la gtrerra condujeron a dos acuerdos, a n·avés de los cuales
se liquidó la deuda a largo plazo que se teJÚa con ese país y se adquit·ie-
ron los activos y pasivos de los ferrocarriles británicos eu la Argentitla,
tma filerte presencia del Estld l ~- . posguerra Y se fillldaba en
fue enviado al Cou N . o en a ltCCC1Ón de la economía. El plrul que estabru1 Cll condiciones de descapitalización por falta de renovación
d. , gres o anona! pero la falta de ap 0 0 1í · · de las vías y del material rodante (§ 1027). Seg(m CoRTÉS CoNDE el
10 qne tuviese concreción legislativa. · Y po !:leo unpi-
gobiemo argentino "comptó símbolos de independencia económica y
se llenó de una retórica nacionalista a m1 precio que redundó negativa-
~~~~ ~1~ la, llegada d~ re:o~li:~mo al poder en 1946, dice CoRTÉS mente en el progreso del país" .
., ' e creo un marco UlSI:ltunonalnu · La actividad empresaria del Estado se extendió a la directa producción
cton distintl del Estado y de la ecm '. evo, ~ue unpuso tula concep·
do durante el gob·e mil" lOnna. Esta tdea ya se había itlS.iuua- de bienes y servicios; nacionalizó otras com.paiúas extr.utjeras, como las
11 . , 1 n10 1tar que lo precedió. de teléfono y gas; y participó en proyectos como la sidenrrgia., el carbón
rrulSClll"l"lall entonces los años iuciertos de J- d y el transporte aeronáutico. Estos emprendimientos se alil"1eabrul con
gunos teJrúan ·. . ~ segtm a posgue.rra y al-
rim -fresca aú~l:l s~ ~~:~~andlas e~¡~nennas deplorables de la ante· Lls teudencias de acción estatal diftmdidas en el mundo y obedecían a la
tuO e llll"-.uos- que h•b"
ves conflictos ·. 1 , . ' "" Ia provocad o gra· falta tat1to de un mereado internacional de capitales como de lUlO local .
., SOCia es Y CCOHOtrucos. En el e~ . . . Pero lo cierto es que esas empresas fireron consideradas como un itts-
ClOn del feJtÓmetlO de ruttatlo pod'· . . aso argentmo, 1a reitera-
población obn~ra -estitnada en u ~~a~arse por Ja e110nne masa de
trumento político y económico del gobierno que, salvo excepcim1es,
bado a Buenos Aires . 11.1 . 011 te personas- que habí-an arri- adolecieron de una mala administración, con fuertes pérdidas, origina·
por el empleo ittdns~u~umlCdtaaones en los últitnos <lÍÍos atraídos das en el excesivo número de empleados que rech1taban y en las tarifas
coudiciOilCs it . . rente a este p-auoranla y tuúdo a las demás fijadas por debajo de los costos, que mostraban la ausencia de tlll espí-
por "cerrar la~~~~:~;l :~!Jaís, el régimeHlllilitru· se llabía indinado ritu empresario.
eventuales conflictos soci~es ;::_edgtU:ad~ ~l pleno empleo" )' evitar así El presidetlte PERóN había iniciado su gestión en 1946 en mu buena
• JC ec1 10 pues tnautene. """ situación fulilllCiera, aÍln cuando se carecía de un mercado de capitales
parte, las reso·iccioues y regttl . d . r,
'--.!.L su mayor
de guen-a. Para CoRTE" Co aciOnes a ?J?~das eH tiempos de crisis y en el país y no se te1Úa acceso al fma.nciamieJlto externo. Estaban por
. S NDE esta dec1s10n p ti' d ., entonces muy reducidas las cargas de lól deuda extema. Además tuvo la
eqtuvocada de las tendencias fu~ras s. .fi , ar o ~ tula evaluacton
retomaba 1m ritmo de . . , Y 1gru 1co que, nuentras eltmmdo posibilidad --que no dudó en aprovechat~ de acceder a los fondos de las
comumcaaon, la Argentina · lab , cajas de previsión, que ofrecían saldos positivos en la recaudación al
Ni el país tení¡¡_ cierro poder ue ·iador fre . . se aiS a alm_más: haberse extendido en esos ídtimos años el régimen de la seguridad so-
se produjo la tercera mterra gocd_al nte a las grru1des potenCias 111
, , ?- 11mn 1 que se vaticittaba cial a una gran masa de asalariados. Al entregar a las cajas, en compen-
l\u a sustentar la pohl:lca de pl ·
sidiar a ciertos sectores ittd .~?alemp100 adoptada se hizo preciso sub- sación por el retiro de fondos, títulos públicos a tasas Ulferiores a la
1.,..._,. es que no ...,...,.u_,., COI ..;~ lo itúlación, dio lngar en pocos aúos a la dramática descapitalización del
p rod uctositnnnrl"·~dos me.-1=--,-d. !"'""-'--""--' upe .... con s
r-~ , UJaJ u... 1versos 1necrutisn1os pro - sistema, cmlSmlliéndose el ahorro de los trabajadores.
ce1es aduru1eros tipos de can b' ~ ....LJ· . . teccvl"CS -ara.ll·
d" ' l 10, . . .._.;;uttos subs1dMdos y 0 tro El crecimiento de la actividad it1dustrial exigió el aumwto de las im-
pu 1erou concretar gracias a Jo be!. fi.. . s-que se portaciones -comestibles e insumas-, pero al no i11crementarse al mis~
dad agraria. A las medidas it ~ le_tCl~ qne arro¡aba Ja productivi-
1 rveuCiomstas se agregó elmoHopo1io mo tiempo las exportaciones -en su mayor parte agropectlarias- se pro·

74& 749
MANVJ\.L DE HlSTOl!J.J\. DE LJ\.S INSTITUCIONES AitGENTINJ\.S LJ.. ECONOMÍA Y LAS FINANZAS EN SUS MAI!DOS INSTITUCIONALES

dujo el desequilibrio del balance de pagos. Para corregir esta situación ron proñmdas, pues uo había coincidencias en los enfoques de los e<:o-
mediante el fomeuto de las exportaciones agrícola-ganaderas se acudió nomistas y tanto los militares como los políticos recomendaban pru-
a la devaluación del peso, lo que implicó el aumento de los precios deucia en los cambios dada la división en que se encontraba el país
iuternos. A su vez, los reclamos sindicales en esta coym1tura fueron después de la caída de PERóN (§ 972).
satisfechos cou subas de los salarios. De este modo se fue generando El presidente FRONDIZI, cuando asumió en1958, pareció más dispues-
tUla espiral inflacionaria que, iniciada tibiamente entonces, pa.1:ttrbó t<;> a modificar los marcos itlStitudonales existentes. Su doctrina, cono-
gravemente la econonúa del país en las décadas siguientes y que sólo se Cida corno desarrollismo sostetúa que las crisis eu la balanza de pagos se
podría dominar a comienzos de la década de 1990. debían a la ausencia de las divisas necesarias para profi.:u:u:iizar el proceso
La imagen de tUl Estado protector y paternalista que atendía y encauza- de industrializadón y desarrollar los sectores que proveyeran de los lll-
ba las aspiraciones de los trabajadores apareció entonces como m1a al- smnos que entonces se importaban. Era pues necesario estimular el
ternativa para evitar conflictos sociales generados por la rigidez del sis- iugreso de capital extranjero para explotar los recursos naturales --el
tema capitalista. Una medida controvertida --con autecedeutes ya en la petróleo- y para atender tm mercado interuo que, por décadas, había
década del20- fue el cougelamiento de los alquileres urbanos adoptada padecido de una demattda reprimida -los automotores-. La visión era
en 1943 con carácter de emergencia, que tuvo una extensión desusada y que el desarrollo de la llldustria pesada y energética abriría camino a las
se prolongó por varias décadas. Su aplicación favoreció a los inquili.uos demás. Para atr-aer ese capital había que ofrecer un marco estable ...:Cuen-
y perjudicó a los propietarios, creando muchas veces sitttaciones de tas ftscales, estabilidad monetaria y tipo de cambio--. Se celebró enton-
manifiesta injusticia, ya que los últimos eran en buena parte gente de ces tUl acuerdo de estabilización con el Fondo Monetario Internacional
clase media que había invertido sus ahorros en vivieudas o locales para Las consiguientes medidas de ajttste provocaron protestas y wnflictos,
obtener pequeíw rentas. Además, la mautención de una medida de lo que sumado a una aplicación no del todo satisfactoria del plan y a las
emergencia por tiempo i.udefinido desalentó la fonnacióu de tUl merca- repetidas crisis políticas planteadas por los militares, hizo que el mode-
do de capitales para la construccióu y; en stuna, dificultó el acceso a la lo careciera del espacio necesario para su desenvolvimiento. No obstan-
vivienda propia de las generaciones más jóvenes. te, es evideme que duraute la. gestióu de FRONDIZI se apreció una mo-
Los problemas que ocasionaba la política implementada empezaron a dernización de la econonúa con la superacióu del déficit energético y
presentarse en la crisis de 1951-1952. La recuperación producida en los con el avat1Ce de tm ptoee'>o de capitalización y concentración en varios
aüos siguientes, obtenida en base a ajustes fiScales y salariales y a la sectores de la industria. También se registró tula mejora en la situación
bt'tsqueda de inversiones extraujeras, dio lugar a protestas sindicales y del agro y en los af10s 1960-1961 se vish.unbró una re01peración de la
críticas de qttieues hasta entonces habíau apoyado la gestión peronista. economía que, sin embargo, no tuvo continuidad. Dentro de la con-
Fue, sin duda, tUl detonante más que llevó al derrocarniento del gobier- cepción del desarrollisnw, empero, faltó el propósito de abrir la econo-
no eu1955 (§ 971). núa y hacerla más competitiva.
Para CoRTÉS CoNDE los nuevos marcos institucionales que el peronis- Después de dos aílOS de recesión, en el último trimestre de 1963 se
lllO introdujo en la economía del país "perduraron más allá de las produjo una ligera recuperación ecouómica, en colltcidenc.i.a con la asun-
drctUlStaucias que los hicieron surgir y fueron la fuente de numerosos y ción del presidente .ARTURo lLLIA. Dato saliente de ello ñte el atnnento
cada vez más agudos conflictos que afectaron la gobemabilidad y el de la produccióu y de las exportaciones agrícolas en1964 y 1965. Las
crecllnieuto de la economía en la segunda mitad del siglo". pautas económicas quedaron bajo coutrol y aunque hubo algtmas deci-
siones aparentemente negativas --como la anuladóu de los contratos
1017. Ante la sitttación heredada, el gobiemo de la Revolución Liber- petroleros celebrados por FRONDlZI-, las buenas e.."<pectativas económi-
tadora procuró poner orden a las ftnallZas, estabilizar la moneda y las cas acompaí1ar011 la gestióu de este presideute, eu contraste cm1 los
cuentas extemas. Entre otras medidas importantes, suprimió el sistema problemas políticos que debió enfrentar y que llevaron a tUl final abrup-
mt'tltiple de cambio y estableció el mercado libre del dólar; concluyó to de su rruuldato.
cou el monopolio del comercio exterior y liquidó el IAPI; puso fm al Había en1pezado, en verdad, una década de expansión que llegó hasta
sistema de depósitos nacionalizados; y aumentó las tarifas públicas, que 1974 y abarc6 al gobieruo militar de la Revolt1Ción Argentitla a través
estaban atrasadas. Auu así las reformas en la política e<:onÓlnica uo ñre- de sus tres presidentes. El objetivo de ÚNGANÍA --eu cuyo ministerio de

750
~NUAL DE HISTORIA DE LAS lNSTJTUCION"" •.
"" n.t<.GBNTINAS
L.!,. ECONOMÍA Y 1..1\S FINANZAS BN SUS MAli.C..OS lNSTITUClONALES
~nomía se destacó ADALBERTo KRIEGER V •
slÓn económica sobre la base de la est b~~A-eralograrmuexpau­ Los últimos meses del gobierno de MA:s:riNEz DE PERÓN se desenvol-
preciso un acuerdo entre 1 d:.r: a a ' para lo ctJal se hacia vieron en medio de la violencia guerrillera y represiva y de la puja
ficul ta des Y alteradoues diversa os uerentcs sectores sociales A:t d"
· ll1 con I- distributiva de los gremios y empresarios. La conducción política y
tantes capitales e--1-. fi s, ~e pudo por entonces atraer llnpor- económica era errática, con un alto déficit fiscal y con tma inflación
. u....... ,
V<>

ciones, como El Chocón, Salto Grande .fl:a


para lll<UlCiar ob úbli
P- cas de grandes proyec- vertiginosa que en marzo de 1976 -mes en que fue derrocada la
Lllucha contra la inflación tuv b , te ~tazo Largo, etttre otras. presidenta- llegó al 30% mensual, y con la pérdida casi total de las
reducirla al 7 6% al o . astaute éxtto, ya que se alcanzó a reservas del Banco Central.
, anu en 1969 cifra 110 n>n-i~tr. da desd
clima de bonanu se empozo" d ' --o~ a e 1950. Este
a escomponer en lo ~ · ·
1os dos presidentes militares que s ed. r...~ anos Stgutentes con 1019. El programa de reorden.atniento económico anunciado por el
UC lCron a VNGANiA y d
un cuadro político cada vez .' h ti1 , a entro de gobien10 militar, que tomó el poder en tnarzO de 1976, aptmtó a los
escaparse.Aímasí elcrecimi mast os '(~ 976). La inflación volvió a mismos objetivos que el anterior: reducir la inflación, soluciOllar el mal
L.- ' en oeconorruco sem'u d···
vo ua.sta 1974 a tul promedio del S% anual. ' o-1 IJunos, se Ithllttu~ estado del balru1Ce de pagos y proyectar el crecimiento de la ecouonúa
en el largo plazo. Así lo explicó el ministro de la cartera, JosÉ ALFREDo
1018. El peronismo retomó al ped 197 ' MAitriNEZ DE Hoz., un conocido empresario ·y profesor mllversitario
tma agitada P""cripeiól' se .~. ertó en 3, despues de 18 aúos de con experiencia en la econonúa pública, quien se mantUVo en el cargo
' . ., Y Clmt::n con un com 1 ·
normco, nue distaba delq•• hab' "d P eJo panora.tna eco* durante los cinco aílOS de la preside.t1Cia del general VtDElA. El empeúo
• '1 e ta COllOCI o eu 1946 ld ,
Pt11UCcfugobiemo. ~control de la inflación y el equili~: delo eb~~~desu lllicial dio sus frutos: en el primer .ÚlO se logró bajar la inflacióu al6, 7%
pagos eron sus pnmeros b· · d.ld11CC mensual, se disminuyó el déficit fL~al, se mejoraron las reservas del
' ., . . "al al o Jetlvos. El nnevo gobiemo pudo lo .
cxt o uuc1 contar con el a . gnu un Banco Cetttral y aumentaron las exportaciones.
(Confederación General Eco ~Y? corpoalranvo de la CGT y de la CGE Los contratiempos aparecieron ya en 1977. Las medidas adoptadas-
.,
U111011 nonuca) · que poco desp ' ,
Industrial Argentll Lo ad, ues se 1e sumo la sobre todo para combatir la inflación., siempre rebelde- sólo lograroll
salarios por d . - .lil. gr· o Wl congdaJ.niento de precios y
. os anos y tulido a tUl aumento en d precio de las éxitos parciales y de corta duración, como la de pennitir la libre contra-
Clones y a tlllil e.'!Cdente cosecha ' la exporta* tación de las tas<lS de ittterés o la de establecer Ullil pauta decreciente de
tietnpo el crecimietlto d l ag;tco , se pudo mautener, por Wl devaluación del peso por tUl período prolongado., conocida como la
' e a econonua que v ' d l -
Pronto, el déficit flSCal em , . en.~ e os allOS anteriores. tablita y aplicada a fmes de 1978.
·' pezo a ser desatend1do y cree· ó al
pomon que runetlaZÓ la estabilidad Aq el erd 1 en t pro- E.n mar.r..o de 1980 se produjo una grave crisis financiera desatada -
Inatltenerse por un cambio de l· · ...:~ .a~u 0 Corporativo no pudo según A:ll.N.AtJD()- por la peligrosa combit1ación de la libre contratación
• a Shut~ClOll extCnH rod ·
lllCrentento en el precio de las · . .. ..., que p UJO el de las tasas de lltterés y de la garantía estatal de los depósitos, posible
a fines de 1973 estaba en tlll 8~~=~nes., A StJ_vez: la ~úlación que, dennu del marco regulatorio de la legislación liberal de 1977. Dos ban·
En julio de 1975 -ya en la presidet . d ~ ~ ano slgutente al40%. cos privados nacionales, el Banco de Intercambio Regional y d Banco
tuvo su pico máximo, ante elllttet~~ad e fuTINEZ :m. PERóN-la crisis de los Andes, ambos de modestos orígetles y estructura, abrieron st¡cur-
RoDRIGO, de aplicar un ro e un gaz numstro, CELESTINo sales y atrajeron multitud de ahorristas ofreciendo tasas de ittterés más
inflación. La fuerte deval~c~~ ~:;:t.?~0 para co~batir la rebelde altas que las del mercado en la colocación del dinero a plazo fijo. StlS
cios públicos y de los combusti~Ies . non. de las tarifas de los servi* conductas irresponsables los llevaron a la previsible caída, que generó
salarios, 11o fue acom . - d ' Jt~lto a unportantes amnentos de un clima de desconfianza generalizada qtJe afectó a todo el sistema fi-
fiscaleS y monetarir..~ ~illlil la de una CUidadosa atettción a los aspectos
--, con e agravrutte de que el cu dro lí . nattciero.
sentaba cada vez más crispado El ñ· d a . po tlco se pre- Para CoRTÉS CoNDE las causas prit1cipales que provocaron el fracaso del
cionario fue total y COl 1 6, ucaso e este expemnento .ulti.infla- pwgca.tThl económico ñreron el déficit fiscal y la falta de Ullil apertura
inflación se adneúó por :.~~y :Ondeut~ _efecto contrario al btJscado; la comercial paralela a la fmanciera. A fmes de 1980, la iuflaci6n había
...... 1os anos t.a preocup · ' "ud·· >
magnitud que alcrulZÓ E 1 adelau aClOll Cl au.uu por la descendido a utt40% anual, pero la manera en que se flllanció el déficit
se ubicó en los tres dí~~ aJ.male:~, salvo etl algtmos períodos breve~ llevó a un atunento considerable de la deuda externa. De igual modo, la
apertura comercial y el ittgreso masivo de mercaderías provenientes del

7S3
1\fANUAL DE HISTORIA DE LII.S INsTITUCIONllS AaGm."TTNAS LA ECONOMÍ,\ Y LAS FINANZAS !iN SUS MARCOS INSTITUCIONALES

exterim provocó el cierre de numerosas industrias que no podían compe- nales protectores. Al mismo tiempo, los productores se agruparon en
tir con los precios internacionales. Más allá de las asignaciones de cul- corporaciones para defender sus intereses, lo que ocasionó acuerdos y
pas que pudieseu hacerse las partes iutervinientes, el descalabro pro- disputas sectoriales segtlnlas ciramt>t:wdas cambiantes que afectaron la
vocado en las industrias locales afectadas por la masiva importación de economía y el régimen fma.nciero. A estas situaciones fácticas se unie-
productos, constituyó tUla de las secuelas más visibles -y por cierto ron transformaciones más profi.utdas, vlilCtdadas a la tenencia y liSO de
dolorosa- de esta experiencia económica frustrada. la tierra y a las condiciones legales de los trabajadores agrarios. Un
En las siguientes gestiones de los presidentes núlitares VIOLA, ÜALTIERI elemento nuevo, muy relevante, se introdujo ya eu la segmtda mitad de
y BIGNONE -breves y agitadas- con distintos ministros en el área., se la centuria: la tecnología agraria. Presentaremos a continuación algtutas
sucedieron, por diversos factores explicados en otro capítulo(§ 981), de las princivales tra11Sformaciones de esta actividad productiva.
nuevos fracasos en reencatJZM la econonúa y sobre todo eu atacar la Entre las primeras medidas adoptadas por el Estado en este período
inflación y el déficit fiscal. Para entonces ya era pronunciado el declive cabe mencionar la creación de la Jtutta Nacional de Carnes en1932 y, al
político del régimen militar. La incertidumbre era uua de esas causas. aúo siguiente, la Juuta Regtdadora de Granos, ambas con el objeto de
La inflación arn.tal fue en crecimiento, volviendo a registrarse altas cifras regular la comercialización de la producción y proteger sns intereses
qne se creían superadas: 105% en 1981, 168% en 1982 y 344% eu ante los vaivenes del mercado mmtdial. Se trataba, por cierto, de nu
1983. Esto significó un constante movimiento en el tipo de cambio, en subsidio al agro por la vía institucional. Otras jmttas se sumaron por
los precios y salarios y hasta obligó -dada la magnitud de los nt'mteros entonces, con sus propias peculiaridades, a esta red de protección esta-
en juego- a modiftcar el siguo monetario quitándole varios ceros con el tal: fueron las relativas a la producción de azúcar, vino y yerba mate.
propósito de facilitar las operacioues contables. Desde la segtmda mitad del siglo XIX surgieron diversas corporaciones
A la inflación eu atunento se sumaron los desequilibrios fiscales y espe- que empezaron, con distinta suerte, a agrupar a los principales sectores
cialmente el crecimiento de la deuda extema, pública y privada, que de la producción. Así, la Sociedad Rural Argentina, la Bolsa de Cereales
llevó en este t'lltimo aspecto a la controvertida decisión de que el Estado y la Federación Agraria Argentina (1912), eran las más autigttas y re-
Nacional asumiera ante los acreedores externos una gran parte de la presentativas que permanecían activas ea 1930. Después de este aúo
deuda privada, bajo condiciones que significaron un subsidio a esos surgieron otras entidades con los mismos fiues, eutre las cuales pueden
deudores externos, que a la larga recayó sobre todos los contribuyentes mencionarse por su relevancia a la Confederación de Asociaciones Ru-
del país. Segt'm explica ARNAt.:no, al practica.rse la sustitución del en- rales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) eu 1932, la Corporación
deudamiento privado por endeudamiento estatal, los partictdares de- Argentina de Productores de Carue (CAP) en1934 y las Confederacio-
bían renovar sus deudas con el extranjero y luego se las transferían al nes Rurales Argentinas (CRA) en 1943. Estas entidades, adenlás de
Estado, quien se hacía cargo de las obligaciones pertinentes. Para deter- muchas otras a lo largo de todo el país, cttrnplían no solo la :función de
nú.nar los montos que aquellos partiadares le adeudaban a partir de enca·uzar las gestiones públicas enrepreselltación del sector sino de aten-
entonces al Estado las obligaciones en moneda extranjera fueron trans- der los problemas de la respectiva actividad y ofrecer ideas y propuestas
fonnadas en moneda doméstica a un tipo de cambio futuro iuferior a la para el mejoramiento de la explotación agraria, ante las tmevas posibili-
tasa de inflación, geueráudose así mt subsidio para el deudor locaL Como dades ofrecidas por el medio en el que actuaban.
éstoo tenniuaron pagaudo metlOS que la deuda inicW, la transfOrma-
ción constituyó una '<Jicuación" de las deudas contratadas con el exte- 1021. Es en la región pamperuta dmtde se registra la parte más conside-
rior. Esta «licuación" se hizo extensiva a los deudores del sector futan- rable de la producción agropecuaria nacional. Comprende, geográfica-
ciero doméstico. mente, casi toda la provincia de Buenos Aires, sm: de Srutta Fe, sur y
Esta situación económica y fiscal fue acentuando el clima general de este de Córdoba, nordeste de La Pampa y una estrecha zona al oriente
incertidumbre y desconfianza que contribuyó a profundizar la crisis de Srut Luis. Durante la década de 1930 terminó de ocuparse en esa
final del gobiemo militar que entregó el poder a la civilidad en 1983. región toda la tierra apta para la agrialltura. A partir de entonces, el
capital y el conocinúento técnico se convirtieron en principales elemen-
1020. La producción agraria. A partir de 1930 se acentuó la inter- tos en la producción agropecuaria. Entre 1930 y I945los cambios pro-
vención del Estado en la actividad agraria, creando marcos institudo- ducidos en esta región llevaron a tUl progresivo reemplazo del produc-

'"
MA.•>~t1AL DE H!STORlA DE LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS U l'.CONOMiA. y LAS FlNAN7.AS 'EN S1JS MARCOS INSTITUC1~

tor tradicional por la empresa agrícola que abarcaba unidades de mayor P"asado. Así, a los más pubüci;ados ~~yos crediticios a ~~lCÚ<\s e~·
escala de explotación. presas, trabajadores y econorma familiar, se ~umaro~ los c;éd1tos ofloa_-
El uso de la ~erra estaba destinado principalmente a la explotación ga~ les de montos importanteS y tasas preferenc1ale:' de m~es qn~ ~e otor-
nadera, espec1ahnente vaama. Los propietarios de las grandes estancias gaban_ a grandes empresas, estancieros y agromd~lStrt~ tradtClonal:',
a:re~1daban una parte de sus tierras a agricultores, que aportaban cono- con destinos q-ue no siempre contemplaban tula uwerstón productiva
C~Cllto.y trabajo. Esta distitlC~Ón entre estanciero-ganadero y arrenda- adecuada.
tano-aptcultor -~pezó a modificarse al promediar el siglo, sobre todo ¡)
por la mtervetlClOn ?el Estado en los contratos de arrendamientos agrí- 1022. En la segunda mitad de la cCllttrria se prodn~o m1 cam?~o sustan-
colas ~ue, por suces1vas leyes y decretos, fueron prorrogados hasta 1960 cial en la explotación agrícola pampeana, con la m:rodu~aot~ ,de 1~~
Y redUJerOn la rentabilidad de los mismos. Los propietarios trataron de nueva tecnología que, utilizando los adelantos de la mvesttgaet~n bast-
abandonar esta forma contractual, reemplazándola por otra distinta ea agron6mica, logró aumentar los rendimientos a través de vaneda~es
como la explotación por cosecha o asmniendo ellos mismos directamen~ de cereales que eran más productivas y resistCl~~ a las plagas. Este
1~ ,tarea agrí~la. Pese a la paulatit1a desaparición de esta antigua divi- paquete tecnol6gico, conocido como ~ revoJucwn ver~e adop~ado en
ston del trab_aJO, el uso dual de la tierra e11tre agricultura y ganadería se Emopa y Estados Unidos, se introdUJO en la Argentuu. med1<~nt~ la
mantuvo baJo las figuras del propietario-productor o del contratista- realización de estudios v modificaciones, de acuerdo a los requenrruen-
agricultor. tos específicos de cada ;egi6n. La nueva tecnología exigía e~piral, cono-
Otro efecto importante fue el originado con la sanción en 1944 del cimientos técnicos y capacidad de administración. La ere-anón en1956
~tatuto del peón de campo, que significó mejoras en las condiciones de del lttSrituto de Tecnología Agropecuaria (INTA) marca un hito en ~ta
Vl~ Y en el sal~o de dicho trabajador. De este impacto legislativo transformación, desde el pm1to de vista de la politica estatal. Ob:o luto
devmo la estrategta de aumentar la productividad de la. mano de obra de la nueva agricultura fue la introducci6n de los lubridos del ma~ por
m~iante la mec:u~ción de las tareas n1rales, lo que se hizo posible parte de agricultores particulares a partir d~ 1_945, pero que. solo se
hacta fines de esa mtsma década con la importación de equipos agríco- difundieron en la década de160. Lts caractensttcas de esta vanedad de
las emopeos y, más tarde, norteamericanos. cultivo obligaron a prestar m1a mayor atenci~n al cuidado del. predio 'j
La política agraria implantada por el gobiemo de PERÓN es conside- de este modo se pudo emprender la explotactón de otros culnvos del1·
rada como desfavorabl~ para los productores, pues el IAPI compra- cados, como el de la soja. . . .
~a los w:anos a un prec1o bastante inferior al vigente en el mercado En este mismo sentido cabe seíl<llar que Clltonces adqumó relevancta la
mtema~10nal ~ara capturar parte de las ganancias y aplicarlas al fo- fmrión dd COllSUltor-agrónomo y el surgimiClltO de instituciones par·
l~;nto 1~1dusrnal; En ~tas condiciones desalentadoras, la produc- ticulares de asesoramiento y de cooperadoras, así como el ~ayor uso de
cton agncola cayo COllSlderablemente y la actividad se volcó hacia la insumes químicos. También, desde la década de 1950, JUnto con la
ganadería, destinada sobre todo al mercado intemo. Bajo est.a situa- introducci6n de una renovada maquinaria, aparece la nueva fi~rra del
cióh entre 1949_ y 1951, com~ resultado de una extensa seqtúa pam- contratista de labores. La tecnificación de la labor agropecnana pam-
peana? se produJO lUla. grave cnsis, que impidió cumplir con los com- peana fue akanzando un alto nivel y panlatinamClrre concentr.Í.1~dose en
promtSo~ de exportación de ~ereales y que -hecho insólito- hizo que la producción de tres cereales -trigo, maiz y sorgo-~ dos oleag111osas ~
faltase aun para el cOllSumo mtemo una harina de calidad. La crisis girasol y soja-, pasa11do el lino y la avena -o~o:a tmportant:s- a ser
ob~i~ó al gobiemo a modificar su política, empezando a estimular la cultivos menores. Junto a estos cambios tecnologtcos se produjeron los
acttvtdad agraria. atinentes a la administrad6n de las unidades de producción, qne se
Con~ lo ha seÍlalado NoEMí GIRBAL-BLACHA, la gestión liderada por co118tin1yeron etl verdaderas empresas agropecuarias. Los ~úveles de
PERON entre 1946 y 1955 fue "un fenómeno complejo y más heterogé- productividad crecieron considerablemente y no solo abasree1eron a un
1?
neo d<; que su image1~ ,monolítica muestra". Por ejemplo, un análisis 111ercado intemo en exprulSi6n~ sino que provocruun el aumento ~e las
d~ crédtt~ a la produ~ton durante este periodo pennite observar que, exportaciones de cereales y oleagit•os~s entre 19~~ y 1986 a m~ :~nno
leJOS de aJUStarse al dL<;eurso polirico descalificatorio que sustC11taba ruma! acumulativo superior al 5%, a1.U1 en cond1nOnes de pohttca de
contra los productores tradicionales, marca lúu~as de continuidad con el precios agrícolas poco estirnulru1.tes.

756 757
MANUAL DB HISTORIA DB LAS lNSTITUCIONBS ARGENTINAS LA ECONOMÍA Y LAS l'tNANZAS g¡.; SUS MARCOS INSTITUCIONALES
·..
La ganadería vaama ha sido la ~cti;~dad más Pf?miuente en. la re~ón 1024. La industria. La investigación económica, que a principios del
pampeana, auuque tum generalizacton resulta stempre compromenda siglo XX encontró su cauce institucional con la creacióu de la Faadtad
en razón de que los suelos de la regióu son variados en_ cuanto a su de Ciencias Económicas de Bueuos Aires (1913) y con la aparición de
aptiUld para desarrollar la actividad ganadera o la agrícola. Pese a que la dos revistas de la especialidad, alentaba a través de sus figuras más pro-
participación de esta ganadería eu la producción ha declinado ~1l~ dé- minentes, la instauración de mta. etapa industrial, aún con proteccionis-
cada de 1970, continuó siendo de importancia eulas zonas prmnpal- mo, pues consideraba que el modelo agropecuario exportador estaba
ntente agrícolas. De 34 millones de cabezas existentes en 1945 se ~egó agotado.
a duplicar ese nlunero, para estabilizarse hacia 1980 en unos 53 t:UUo- Eu consonancia cou esta propuesta, en las tres década.~ transcurridas
nes. En cambio, la ganadería caballar sufrió ruta fi..rerte caída, perdtendo entre 1914 y 1945, el sector ma.nufacrurero tuvo ruta progresiva diver-
e11 treiuta aftos -entre 1947 y 1978- el 60% de las cabezas existentes. sif!-cación de su producción y tut crecimiCltto anual que le permitió asu-
fumque en menos proporción que en d caso agríco~a, ~bién en e_ste mu tul papel destacado Cll el proceso económico. Las ramas textil y
ramo se aprecian tendencias hacia tma mayor tecnificaCion, espeaal- metalúrgica, lideradas por el capital local, fueroulas más expallSivas. En
mente en el área lechera. El crecimiento del mercado interno provocó cambio, se produjo el retroceso relativo de los productos alimentarios y
que el saldo exportable de carnes se redujese., pese a haberse aumentado las bebidas, que desde el comie11Z0 del siglo ocupaban el primer lugar
la existencia de cabezas. en el pano.ra.nta. industrial, Cll buetta. parte debido al auge de las empre-
sas frigoríficas exportadoras. A su vez, stugíannuevas actividades, como
1023. Aun cuaudo la región pampeaua absorbe, cuantitativa y la química y la maqulltaria.
cualitativamente, lo más relevallte de la actividad agropecuaria nacio- Al finalizar esa época, en 1947, la estructura sectorial de la industria
Il.al, las denuís regionc.s del país mereceu también consideración por su argeutina se compotúa así: alimentos, bebidas y tabaco, 34%; textiles,
diversificación productiva, por sus características y por los distintos vestidos y cueros, 26%; metalúrgica y metalmecánica, 14% y quúnica,
ritmos de su crecimiento histórico. 11%. Entre otros ramos menore~ se destacaban, courut 5% cada tuto,
Entre los priucipales cultivos de esas regiones extra-pampeanas, a las iudustrias maderera y gráfica.
veces industrializados, se pueden mencionar: el azúcar (Tucumátt y Desde la década de 1920 la actividad industrial se fue constituyendo e11
Salta), el algodón (Chaco y Formosa), la vid (Mendoza y San Juan), U1l factor cada vez más importaute en el creci.miCltto de la ecouomía y al
las frutas (Río Negro), la yerba mate y el té (Misiones), el tabaco mismo tie1npo se fue haciendo más dependiente de la acción del Esta-
(Salta y Jujuy), la explotación forestal (la región del Gran Chaco) y do. Fue iuducida principalmente, por la uecesidad de hacer frente a las
en rubro pecuario, la lana (Patagonia). En su gran mayoría estaban restricciones a las importaciones de productos manufacturados y por el
destiuados a abastecer el mercado iuterno y principalmente a las in- aumento del consumo interno.
dustrias nacionales como la alimentaria y la textil. En el último pe- Esta situación permitió J>obrellevar las penurias que, en materias primas
ríodo se registró uua tendencia eu aumento hacia la exportación eu e insumos, provocó la Segunda Guerra Mllildial. Es más, este conflicto
alguuos mbros, como los vinos y las frutas. bélico pemritió que se profundizara la sustitución de las importacione:~
La característica de estas regiones es la existencia de pequeftos pro- y que se expandiese la exportación de mauufacturas a países america-
ductores, con baja inversión de capital y con ruta especialización local nos. Al futalizar la guerra, la industrialización ya era considerada como
con inclinación al monocultivo. Estos productores tienen escaso poder tuta. materia propia de la política de &tado. Bien vale recordar el ya
de negociacióu frente a las pocas empresas industriales que emplean citado plan del ministro FEDERICO PIN"EDO en 1940 (§ 1015), Cll el que
esos cultivos para su produccióu. propotúa mtdesarrollo iudustrial exportador, especializado Cltlas mate-
Estos etdtivos e industrias, que se :fi.teron desarrollando a riunos des- rias primas lta.cionales, hacia los Estados Unidos, Brasil y otros países
iguales según las regiones, crecieron en el período 1955-1983, pero en vecinos.
volt'unenes menores que en la zona pampeana. Allí también se pueden
observar tendencias en aumento hacia la tecnificación de los cultivos, la 1025. En el nuevo escenario iutemaci01tal de la posguerra, el gobierno
reducción de la mano de obra empleada y el atllllCllto de la productivi- de PERóN ante la disyuntiva de dar preferettcia en esta actividad al mer-
dad de la tierra y el trab-ajo. cado externo o al interno optó por este último, atendie1tdo a razones

758
MaNUAL D!i HISTORIA DE LAS lNSTITUCrüNllS ARGD<"Tl};AS Ll,. llCONOMfA y LAS FlNANUS EN S1JS MARCOS INSTITUCIONALES

-políticas y sociales. La decisión, atmque al principio pareció exitosa sión privada cuando ésta decaía o no lleg<'tba a lugares o fegiones
~uego 1~ostró sus limitaciones. El propósito era impulsar tUl desarroll~ escasamente rent<'lbles. Sin emb<'trgo, fue en la déc<'tda del $0 cu<'tndo
mdustnal que, cerrado al mundo, atendiese al mercado interno. quedó establecida como función del Estado tanto l<'l polític<'l e~ ma-
Sostiene LLACH que la fiterte iutervencióu del Estado en la economía teria ferroviaria como en b construcción de las ~ar~eteras naclollil-
":IVO cor~o pllllto determinante el sostenimiento de un sistema de pre- les. Ya prevista en la ley Mitre de 1907, la exprop1ac:~u po~ el Esta-
CiOS relanvos favora~l; a la industria y perjudicial para el agro, salvo en do de i<'ls redes ferroviarias que operaban las compautas. pnv~da~ ~e
momentos de exc~~I<:'n cuando se hacía necesaria lllla devaluación para ·nn•·e· ó ba¡·o la presidenci<'l de JusTo y culminó con la nacton<'lhUCIOnd ..
restablecer el equiltbno. Además, la actividad fue apoyada por sucesi- de todas ellas en 1947, durante el gobierno de PERÓN. :U a rru~us-
~ n:gimenes de promoción industrial y de fmanciamiento a tasas sub- tración de estas redes, que mantetúan un<'l independenCla operati.va,
SI~lanas, eutre otras franquicias. Pero también, agrega dicho autor, debe quedó ¡:¡_ cargo de l<'l Empresa Ferro~<'lrriles d~l Estado ~~e~1tmo
sen:Uar~ ~ue en el escenario macroecon6mico de todo el período, con (EFEA) y su esquem<'l se m<'lnttwo sm sustanCiales,modific<'lClO~t;s
V~Ias cns1s del ~ector externo y de procesos de inflación e hiperinfla- hasta más allá de 1983, pese ¡:¡_ que hubo cierre de lmeas, supres~on
Clon, no era pos1ble un desarrollo uormal de la industria con el desen- de ram<'lles y un<'l disminución de varios miles de kilómetros ~e vtas.
v<:lvimien~ de todas sus potencias. Este sistenu file a~yado por tma Hacia 1946 se había proyectado la creación de una ~mpresa ~a que
~lanza .social en la que participaban principalmente los empresarios asociara capitales públicos y privados, con el fin de myectar un mtpor-
mdustnales, las firerzas armadas y lUla bueru parte de los sindicatos tanre aporte par<'tla modernización de la red. Se trataba de wu con~ep­
aunque éstos últimos lo hicieron con intermiterlCias. Así el model~ ció11 empres<'lria que estaba por entonces etl boga etl el mundo. Lt 1dea
mercado inter1llsta y sustitutivo de importaciones persistió bás:icamen- 110 prosperó y{¡:¡_ red ferroviaria etltrÓ paulatinamente eu llll proceso de
te.dtu·a.nte varias décadas. Para LLACH el período mas prolongado en el dedllución en el que convergieron varios factores, erttre ellos sud~­
~recimie.nto industrial fue entre 1960 y 1974 deutro de un contexto cieute administración y la falta de fmnes políticas para <'tdecuil.r el servi-
u;tertlilC!Ol.lal de ~an bonanza económica y hacia el fmal de dicho pe- cio <'ll<'ls nuev<'ls circunstancias que se vivían. .
nod? ~a mdustna se encontrahl. en condiciones de emprender "tm El sistema ferroviario que había contribuido de manera de.termulat~te <'l
cre.:uruertto aun:::sostenido" basado en la incorporación de tecnología y la coufignr<'lción de un p<'tís moden10 desde, la .segunda rrutad del ~~glo
capt~es. Despues de 19761a tendeucia a abrir la economía y la reforma XIX{§§ 860-863), tanto en lo socio-econormco como en lo pohtlco,
fruanaera c?mer1zaron a desmantelar el régimen protector y a modifi- empezó a ser ll1te11S<'tmet1te cuestionado desde diversos ángulos. eu la
car las relactones etltre los empresarios industriales y el Estado. década de 1930. Las críticas ideológicas, provenier1tes de comentes
En c:'anto a las inve.rsiones extranjeras en el campo industrial, pre- mcioualistas y antiimperialistas, ap1mtab.Ul .¡:¡_ mostr~r una estmcttlr<'l
domm~ron hts de ongennorteamericano. Después de registrarse tlll ferroviaria monopólica montada par<'t benefiCio de los mtereses .~rcan­
aporte Importante en las décadas de 1920 y 1930, las inversiones se tiles británicos, que era preciso corregir. med~atl~ la ll1terv~l~on esta-
detuvieron durante ~a Segunda Guerra y l.:t posguerr<'l, para retornar tal. A ellas se múa, desde el punto de VJSta recmco, el decamueuto del
c~u alguna r;Ie.vancla durante las presidencias de FRONDIZI y ÜNGA- servicio por el obsoleto material no renovad.o, l.a falt<'l de respuesta ade-.
NIA, etl este ultlmo C<'lso en la época que KRIEGER V ASENA se desem- cuada <'ll<'l crisis financiera y el desafío qtre s1gtillicaba el transporte po1
peñó como ministro de econonúa. Paulatinamente esas inversiones carretera.
ernpe7Mon a adoptar la mod<'llid<'ld de comprar empres<'ts lo que se
ger1eralizaría más t<'lrde. ' 1027. Si hasta 1930 los ferrocarriles ejercieron un monopolio virtual
del transporte de pasajeros y cargas, tanto er1la 1~1edi<'t como en la ~arga
l 026. La: modernización del transporte: vías férreas y carrete~ distanci<'l, en lás tres décadas siguier1tes se produ¡o un fi.1erte cambw ~e
ras; líneas fluviales, maritimas y aéreas. Desde mediados de la la situación que llevó a convertir al transporte por carretera en el metilo
?é.c~d~ del 20 se vishunbra una tendenci<'l del Est<'ldo por asumir la dominante de comunicación. Los ferrocarriles fueron perdiertdo acele-
uuciatt.va en la m?dernización del sistema de tmnsportes en el país. r<'tdan1erlte el volumetl de cargas y el movllniento de pasajero~. ~a com-
A parttr del cotruenzo del tendido de {¡:¡_ red ferroviaria es cierto peterlCia cutre vías férre<'ls y carreteras fi.1e fa~~able a estas ultu~ so-
había desempeñado llll papel de control y de sustitt1ción de la inver~ bre todo en distat1cias inferiores ¡:¡_ los 300 kilometros y con canunos

"" "'
Mwl.'t\L t>B HISTO!UA t>B LAS lNSTlTlJClONBS .AitGBNTlNAS LA BCONOMÍII. Y LAS F!NII.NZAS I!N SUS MARCOS INSTJTUC!ONALES

pavimentados. El transporte por carret~a permitía a~ustarse a las de- Delta y en los puertos mesopotá.micos. En la década del 40 ostentaba
mandas ca¡_nbiat1tes del mercado -horartos, frecuencia y otros- Y sus un virtual monopolio regional, con el84% del tmrelaje nacional.
c.ostos era.u menores dado que se aprovechaba la inversión pÚblica en Eul941 se creó la Flota Mercante del Estad<J para hacer frente a la esca-
redes intenrrbanas. Eu cambio, el ferrocarril soportaba mayores gastos sez de transportes maútimos durante la guerra mtutdial, sobre la base
generales operativos, que exigían ma.ntettimientos y servicios, estaba11 de buques y en1barcacioues merca.utes de los países del Eje, detenidos
limitados por reglamentaciones y tenían que etúr~~ntarse a. t~ fuerza e u el ptrer:,o, de Bue~os AU:es. ~la uueva entidad estatal se incorporaron
laboral organizada en sindicatos fuertes. Era, e11 s1 un servtcto mucho la Compa1ua de Mih.u1ovtch, JU11to cou otras que fueron nacionaliza-
nliÍs rígido, frente a la flexibilidad que ofreCla el que operaba con ca- das. Con ello se alca.tlZÓ U1l control estatal sobre los servicios de cabo-
mioues y autobuses. . ., taje y U1la prese11Cia eu la navegación internacional. Mientras la Flota
El marco institucioual que prodUJO esta transformacton estuvo dado ~~rcante .del Estado se ctlCargaba de las lúreas uacionales y de los ser-
por la ley nacional de carreteras, sancionad~ e11 1932 y por la. ~abor VICiOS regwnales, otra compafúa, la Flota Argentina de Navegacióu de
desenvuelta por la Dirección Nacional de Vffli.idad en la construcc.!Oll de Ultramar, servía las n1tas más distantes. Al fusionarse ambas eu 1960
Las carreteras y eu la mant:e.tlCiÓn del servicio. Para etltonces, nuentras adoptaron el nombre de Empresa Lineas M.arltimasA1lJentinas (ELMA) ~
había casi 39.000 kilómetros de vías férreas, la red caminera alca.tJ.Zaba Eutre 1935 y 1985 el tmrelajc naviero de ba.udera nacional a-eció de
a 24.000 kilómetros, que en su casi totalidad era.11 camitlOS de tierra que 340.000 a 1.840.000. De~pués sobrevino tma aceutuada contracción.
sólo podía11 transita.rse cllilll<io estaban secos. El parque automotor.ha-
bía crecido de manera vertiginosa. Mie11tras en 1910 era de 4.700 muda- 1029. Los _¡;rime~ vuelos comerciales, operados eu forma regtdar,
des enu-e automóviles y camioues, eu 1930 llegaba ya a 45~·0?0· . por compa.tllas nactonales corresponde11 a la década de 1920. Dentro
El impulso estatal en la construcción de carreteras fue muy s1gnifkat1vo del país, los vuelos fueron atendidos por dos lúreas semiprivadas y otras
eu la década de 1930. Hacia 1944 Vialidad administraba 64.000 kiló- <ID: ;stat~. Los i.nten:'cionales eran prÍ11Cipalmeute servidos por com-
metros de carreteras, atmque sólo algo más del6% estaba.tl pavimenta- pa.utas pnvadas extrMlJeras. En 1946 se creó la Flota Aérea Mercante
das. El crecimie11to del sistema continuó en las décadas siguientes hasta A'llfentina (F.AAfA), dentro de las poüticas de transportes eutouces im·
llegar a los aúos 90 con 640.000 kilómetros de carreteras y caminos en pera11tes; y eu 1949, las empresas mixtas y estatales comerciales fuerou
uso, aunque sólo 51.000 estaban pavime11tados. Había, :iu embargo, absorbid~s por U11a uueva eutidad,AcrollneasArgentinas, constinúda e.n
crecido la cantidad de vías transitables durante todo el a110. Este mo- monopolio estatal, que tuvo uu rápido credmieuto y U1l servicio en
vimiento estaba acompaúado por un enorme desarrollo del parque au- C011Stante renovación de su flota de aviones) que posibilitó el enonne
tomotor, que a comietlZOS de la década del60 llegaba a más de l.~ 00. 00? aumento de sus vuelos de cabotaje e interu.adou.ales y pennitió ma.ute*
tulldades de automóviles, camiones y autobuses y tres decetuos mas 11er durante varias décadas U11a reconocida calidad eu sus servicios de
tarde, superaba los seis millones de ve?lculos. _ . pasajeros y carg<~.
El ca.tnbio fue tan completo que a corruellZOS de los anos 90 se es tunaba
que el tra11Sporte por carretera absorbía al 90% de los pasajeros y ~
85% de las cargas. Con todo, el ferrocarril conservaba cierta preferetlCla
para el tra.t1Sporte iuterregional de ciertos productos agrícolas a gr~rel,
como el az{u::ar y el vino, o para el trátlSito de pasajeros entre detertl1llhl-
dos destinos.

1028. El desarrollo de la naveg-ación marítima y fluvial alca11ZÓ tUl fuer-


te impulso a través de dos protagonistas principales: la Compañía Ar-
gentina de Navegación (N. Mihamwich) Ltda. y el Estado. Aquella em-
presa privada, nacida a priucipios del siglo, mediante m u acción expan-
sionista, desplazó a otras empresas y compitió exitosamente con el fe-
rrocarril por el transporte de pasajeros y mercaderías en la zotu del

763
Capítulo XL

Población, inmigración y estructura sociaL


El mundo del trabajo. Legislación laboral. Org.uúzación sindical

Población, inmigración y estructura social (l)


1030. Entre 1914 y 1980 la población total del país creció de ocho a
veintiocho millones de habitantes. Para analizar los cambios experi-
mentados durante este período, los esntdios demográficos han tomado
en cuenta pl"incipahnente los censos nacionales realizados -a partir de
aquel de 1914-, en los afios 1947, 1960, 1970 y 1980. Seguimos en
este tema las priucipales conclusiones expuestas por Gunys-MAsSÉ.
Aquellas cifras globales del aumento de la población merecen ser co-
mentadas en cuando a su evolución. Es así que el ritmo de crecimiento
que hacia 1914 mostraba una tasa media superior al 30 por mil, fi1e
disminuyendo desde la década de 1930 y ya en la segunda mitad del
siglo era inferior al20 por mil. Esto :fi.1e consecuencia de la disnUuución
del aporte inmigratorio y del bajo crecimieuto vegetativo. A su vez,
durante aquellas fechas extremas también se modificó el origen de la
corriente inmigratoria que llegab-a al país. Mientras en las primeras dé-
cadas del siglo era mayoritarian1ct1te de origen europeo, hacia la mitad
de la Cct1t:uria -por diversas causas- pasó a predominar la proveniente
de los países limítrofes.
Asimismo se altet-ó la estructura pobhtcion.al en raz-Ón de la edad y el
sexo. De l.ltla composición demográfica joVctl y con predomüúo mas-
culino, observada a priucipios del siglo XX, se fue pasando a utt.a pobla-
ción 111.adura y en proceso de envejecimiento, con tendencia a 1.111a ma-

(1) fERNA.'IDO J. DB'OTO,La inmigmc.Wn c:nNH.N.A, t. 7, cap. 2, (011 orientación bibliogrilka


general y cspedfu:a sobre disónr01; grupos innúgl'<ltorios; Ü!NO GE!I.MANJ., Estructura wdal de/;¡
Argentina.Andliris madlstito, Buenos Aire~, 1955; Gun>-sMAsst,La jwblruitm en N.H.NA, r. 7,
a p. l, con miem:ación bibliog¡·áfia genel'<ll y especifica; HERNÁN ÜTfRO, La (ID'"cmm de fa
si)(Íedad enN.H.NA, r. 7, cap. 3, con ampli. orlent.tción bibliog¡·.ifica genc•-al y espedfka;
Susr.l"l>. T. R~ll-<1, UnaArgmtina másta. Histllria de 1m ideas acm:a dt su pueblo _v ru pablaáón
(1930-19.50),Mendoza, 2004; SUSANA- Tol\1\ADO,Estru"rum s(ll;ia/ dt /aArgmrina.l938-1945. 2~
ed., B~ Aires, 1994.

765
1\iANUAL DE HISTORIA DB LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS POBLACiÓN, !NMIGRAClÓN Y llSTR.VCTI'RA SOCIAL

yor presencia del sexo femenino. Los estu~~~ también sef~~ un pro- En contraposición al crecimiento apuntado para el área metropolita11a
mmciado cambio en cuanto a la compostclon de la poblaaon, ya que de Bue1~s Aires, se observa que re~ones como el Litoral (Santa Fe y
mientras en 1914 el 30% de la misma era nacida en el extranjero, en ~ntre R10s) y el Centro-Noroeste (Córdoba, La Pampa, Tucumán, San-
1980 ese porcentaje se había reducido al 7%. nago ~el Estero, Catamarca, La Rioja, Salta y Jujuy) disminuyeron su
El riuno de los cambios demográficos no fue siempre igual, ni tampoco poblanón en términos relativos.
se produjo del mismo modo en todas las provincias. Las causas que los En c~bi?, la Pata~1~a, acusando ;u-1 gran dinanúsmo demográfico, se
motivaron fueron múltiples y diversas, relacionados con los sucesos y consntuyo en la regton que supero a todas .las demás en crecimiento
transformaciones de toda índole registrados en el mundo occidental y relativo. Es cierto que su población representa tm úllnno porcentaje
en nuestro país durante esos decenios. En cuanto a las causas internas con respecto a la totalidad del país --de 1,4% en1914 pasó a 3,7% en
relativas a la estrucl:trra de la población, cabe remarcar la disminución 1980-. En las provincias de la región se fueron asentaudo habitantes de
de los índices de mortalidad -muy significativo es el de la mortalidad otras provincias y de países linútrofes atraídos por las nuevas activida-
infantil- y el descenso del nivel de feetUldidad en las mujeres. des econ~rrúcas de distintas características que se desarrollaban en su
Durante el siglo XX es digno de señalar el sosruúdo proceso de ur· v~to terr~torio (petrolífera, minera, agropecuaria, centrales hidroeléc-
banización producido. Ya en 1914 la población residente en asenta- trtcas, l:tU1SlllO~ entre otras).
mientos mbanos alcanzaba al 52% de la totalidad existente, porcentaje
que llegó al 80% en 1980. Sin embargo, resulta interesante observar 1032. El proceso de la imnigración, tan vinctdado al crecimiento
que entre 1960 y 1980 se produjo una desaceleración del ritmo de este poblacional y a la formación social de la Argentina contemporánea
crecinúento. (.§§ 857-859) tuvo características especiales durante el período poste-
En t::uanto a la distribución de la población, el área metropolitana de nor a 1930. El marco jurídico general continuó siendo en lo esencial la
Buenos Aires aparece eu alza constante cutre 1914 y 1970, desde un Constitución de 1853 y la ley de lluuigración y colonización de 1876
26% en la primera fecha hasta tul 36% en la s~gunda, con respecto _al (§§ 851 y 853). Am1que hubo nuevos proyectos de ley sobre la materia
tot<tl de habitantes de la República. En la sigmente década se prodUJO en 1923, 1?38 y 1949, no se alcanzó el acuerdo necesario para sancio-
tUta leve disminución de este porcentaje en razón de la redistribución narlos. Vanas reglamentaciones dictadas por el poder ejecutivo no alte-
interna originada en los desarrollos económicos regionales. Dentro de raron la política fijada en aquellas nom1as básicas, aunque se establecie-
aquella área metropolitana, el crecinúento mayor se produjo en el deno- ron recaudos y meca.Iúsmos de control adecuados a cada circunstaucia
minado conurbano bonaerense, donde se pasó de contener en1914 al Los prÍil~il?ales organismos encargados de atender estos problemas fue~
6% a contar en 1980 con el 25% aproximadalllente de la población rot~ e~ .Mllus~erio de ~~cio!1e:' Exteriores y.la. Dire:ción de .Migracio-
total del país. En cambio, la ciudad de Buenos Aires, entre esas mismas nes (est~ ttltnna a<kJ.tnno mas JCfa.tqtúa admitustratl.va en 1949).
fechas, disminuyó su población del 20 alll %, con respecto a aquella Al ftmlizar la Segtmda Guerra Mundial las cuestiones relativas a la
. .' '
núsma totalidad. Este proceso de concentración poblacional provino enugranon europea fueron Íltcorporadas a la política de muchos Esta-
del desarrollo de la industria(§§ 1015 y 1024) y del desplazanúento de dos, ~o que ll~vó a la celebración de tratados entre países y con org<uÚS-
la actividad agropecuaria hacia la pampa húmeda(§ 1021). mos llltentactonales. La Argentina concertó acuerdos con Italia (1947
Otra área urbana qtte concentró muchos pobladores fi.te la de la ciudad Y ~948!, España (1948) y con el (';()nÚté Intergubemamental para las
de Rosario, constituida en centro comercial y portuario, con el agrega· Mtgranones Europeas (1953).
do de una buena actividad industrial. Su crecimiento le permitió La. cr~is ~conónúca mundial de 1929 produjo un decainúento en el
constituirse en la segmtda ciudad del país, lugar que perdió en 1980 flUJO nnmgratorio de origen euwpeo, debido al cambio de las ~ondi·
ante el área de la ciudad de Córdoba. Esta última, a mediados del siglo ciones econónúcas y políticas que afectaron los movinúentos migrato·
XX, se mmsfonnó en un polo de atracción poblacional de otras provin- ríos trasatlánticos. Aparecieron entont::es en los países europeos de don-
cias del interior, dado que a su actividad nl<Ís tradicional vinculada al de prove1úa la tradicional Ílltlúgración, medidas restrictivas para des-
agro, al comercio, y a los estudios superiores, smnó un llamativo em- <llen~arla, ~ lo que se unió la menor posibilidad de etnpleo culos países
prendinúento industrial, dentro del cual se destacaba la actividad auto- destmatartos de la misma. En los primeros afíos de 1a década del 30 la
motriz. disminución se hizq notoria., pero no por efecto de esas medidas sino

766 767
MANUAl DI! HISTORIA DB LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS PoBLAClÓN, !NMlGRAClÓN Y BSTll.tlcrl.JRA SOCli\.L
··~
como co~ecuenci~ de tUl cambio de las condiciones económicas gene· Uunigrantes del :xrerior y entre ellos d~ ~a Arge~1t~1a. Atraíd?:' por estas
rales, que mvolucro a todos los movimientos trasatlánticos. Como dice circunstancias e tmpulsados por las cnslS econmmcas y pohllcas que se
~EVOTO, en épocas de crisis disminuye no sólo la atracción sino tam· producían en el país, se estiro~ que entre 1955 y 1985 ~migraron aproxi· ~
bién. el eJ~nje migratorio. La rápida recuperación de la econonúa ar- madamente hacia aqnel destu10 unos 650.000 argentmos. . . .
gentula d1o nuevas posibilidades al flujo inmigratorio, pero fue enton- Si bien la inmigración de países limítrofes (Paraguay, Chde, BollVla
4
~ cua.n~o aparecieron nuevos problemas y por otra parte la situación y Ufllguay) había sido bastante significativa desde el siglo XIX, los j
mtema.non~ se complicó con e1 conflicto ideológico desatado en Euro- registros estadísticos y la definición misma del Uunigrante sólo pres- 1
pa Yel estalltdo de la guerra civil en España en 1936 y la segunda guerra taban atención a aquellos que provenían de Europa. En parte, ello. se
mundial en 19 39. explica porque, s~ trataba h~bi~almente ~e trasla~os :emp~ranos 1
Empezaron 1~; entonces a hacerse notar los inmigrantes de países limí- vinculados a los ciclos economicos de regiones pe11féncas, sm qne
trofes, y tan~bien otros. ~e procedencia europea que ingresaban al país hubiese una radicación e lllSerción del inmigrante en la sociedad ar-
por Vl<l flu,vtal. Apareno en estas circtulStancias la figura del refugiaM, gentina. Por otra parte, la longitud de las fronteras con e~os. países
que,geue.ro de~tes ~n pt~to a la política inmigratoria. El refugiado -se hacía difícil, cuando no llnposible, el control de esos movnm~nto~.
dena-no ~Ia ser md,mdo e.¡~ el tipo de inmigrante tradicional, pues A partir de la segunda mitad del siglo XX la presencia de e;a uum-
su for;zada saltda ~el paiS de _?ngenno lo predispouia para integrarse a gración fue mayor, con radicación en zonas centrales de~ pais y en el
la soCiedad argentuu. Ademas, la mayoría de ellos procedían de núcleos área metropolitana. Seg{m el ceilSO de 1980, el porcentaJe de extran-
urbanos y no-estaban en condiciones de ser destinados a áreas rurales jeros provenientes de países limítrofes ~e ace~·caba al3% del~ p~bla·
donde era más necesaria la labor del inmigraute. Por entouces se podí~ ción total, lo que muestra que se habta n:gtstrado tlll considerable
observar que ha.bía tul cierto CO!ISellSo sobre la política irunigr~toria del crecimiento durante las n·es décadas antenores.
Estado que rad1cab~ en. dos .consideraciones básicas: el papel positivo
que representaba la uurugraCIÓn europea y la prefere.~Kia por su carácter 1033. A partir de 1914 -y tomando como base el censo de ~se aÍlo-
mral, e.11cauzada a través de los proyectos de colonización. se puede caracterizar a la población argent~u con:~ una sonedad de
Esta id~ fue continu~da por el gobiemo de PERÓN a partir de 1946 y clase media en expallSiÓn, con mu notona movihdad ascendente,
en el pr~er plan .quu.Iquenal (1947-1951) se propuso incorporar a aún cuando existieran diversidades regionales. Las áreas que, en tal
cua~ millones de u~gran~, pauta que resultó muy alejada de lo que sentido alcanzaron mavor desarrollo fueron el Litoral, Córdoba y
efecuvamente ocurno. Despues de 1945 se registra tm crecido nt'unero Mendo~a en contraste ~on las provincias del Noroeste. En esa con-
de ~ersonas (trabajadores, refugiados, prófugos y criminales de gnerra)
' . .
formación social mvo papel destacado el elemento nurugratono eu·
.

urgidos a. abandonar Europa, tras el fm de la guerra. Muchos eligieron ropeo que en su heterogeneidad aportó cr~encias y pa;1tas cnlmrales
la Argeutu1a y llegaron al país por vía marítima o fluvial doctm1entados de sus países de origen. Este esquema soCial se afianzo con el desen-
o indoctunentados, procediendo de diversas extraccion~s sociales y cnl- volvimiento progresivo del denominado Estado ben~factor. La ten-
~rral.es. Gran parte de esos migrantes e.11contraron en la Argentina el dencia se manmvo, aunque sin tener Ull desarrollo lm~al, hasta .los
ambtto ~ecuad?. para reconstruir sus vidas tras la tragedia bélica 0 la años setenta, época en la cual se inició una trayectona regres1va.
persecuc1Ón políttca. Este movimie.11to poblacional file breve atmque Atmque este proceso tiene sus propias pecu!iaridades, se p~1ede ~eco­
u:tenso entre 1947 y 1951. Después decayó, pues los flujos más tradi- nocer tUl cierto paralelismo con lo aconteCido en otros paises his~a·
clon.ales, como los italianos y españoles, se encaminaron hacia otros noamericanos y europeos de la misma época. M~ent~as en elme}~r
deStlll?S y la Inayo: pan:e de los que arribaban a la Argentina respondían momento de esa trayectoria ascendente se produJO Cierta expansion
?~hv~ de reunificanóu ~Mnili~. Así llegó a su fm el ciclo de la gran de la clase obrera a sectores medios, el cambio posterior de la ten-
~graciÓn europea, al nusmo nempo que se empezaba a hacer más dencia.llevó a prese.11tar una alarmante caída del nivel de la clase
VISible la procedente de los paises limítrofes. media. El cetlSO Iucional de 1980 mostró así que un 27?% de la
Es m:fs, a partir de los años 50 se inició un proceso inverso. La recons- población vivía en hogares con necesidades básicas ~atis:~chas.
tnlcCI~l de la Europa de posguerra y la disminución del crecimiento Como había ocurrido en el momento del ascenso, aqm tambiCil ha·
vegetanvo de su población, obligó a países del viejo contit1eJ1te a recibir bría que marcar las mismas diversidades regionales.

768 769
MANUAL DI! HISTORIA 0"11 LAS l"'STlTUCIONIIS AitGHNTINAS

El mnndo del trabajo <'l pos~ión sostení~ que se ~taba.n de reformas al código civil en lo
relanvo a la locac10n de servtctos y~ las o?llgaciones de hacer y que por
1034. Legislación laboral. De las grandes transformaciones econó- ~o r::u1to era asunto de competenCia nactonal. En cambio, qtúenes se
micas de las últ:irnas décadas del siglo XIX surgió tul mtuldo del trabajo mclin.aban por la segunda posición colocaban la cuestión dentro del
nuevo, que ya empezamos a estudiar en la época anterior(§§ 899 ss.). llamado po~ de policía:, ~uyo ejer~icio correspondía a la jurisdicción
Las regulaciones laborales establecidas en el código civil fueron supera- local, mtuuctpal () provructal. E$ ast como la$ provincias dictaron diver-
das por u11.a nueva realidad, que se encargaron de poner de relieve algu- sas leyes laborales .en esta época, cu~os textos fueron, en algunos casos,
nos juristas, políticos y legisladores, entre los cuales se destacaron el muy aVaJ.lZ¿tdos. Sm embargo, por diVersos factores, se fi.re impotlieudo
diputado socialista ALFREDO L. PALACIOS, el juez ERNESTO Q.t.r:&sADA, el la trndencta que postulaba la unifOrmidad tlOnnativa a través de la le-
civilista HJtcroR LA:fAILLE y el ius-laboraüsta LEONIDAS ANASTASI, entre gislación tt.adotl.al.
otros. Así nació la legislacWn del trabajo, denominación que se utilizó Después de 1930 nuevas leyes laborales continuaron el tamino iniciado
iniciahnente para designar a esta incipiente rama jurídica, hasta que a en el período anterior.(§§ 904~907). La llamada "'ley de la silla" para
priucipios de la década del40 se impuso en la cátedra tuliversitaria la emplea~os del comercto y de la mdustria (1935); y la de los viajantes de
del Derecho dei Trabajo. A su vez, la jurisprudencia de los tribml.ales comercio (1940) fueron ejemplos de esa actividad. En lo relativo a
civiles muy lentamente empezó a admitir tmevos criterios en esta mate- ~ateria previs.ional se expa.ndien;mlas cajas de jubilaciones y penSiones
ria, hasta que la aeadón de los tribmules de trabajo en 1945 permitió creadas .a parur de 1904, des~atldose la ~e ferroviarios (1915), la de
el desenvolvimiento de tula jurisprudencia laboral propiamente dicha. depet~tentes de emp~sas pnvadas de servtcios públicos (1921), la de
baucanos (1~22, modificada en 1929 y 1942), la de periodistas (1939)
1035. Esta rama jurídica, originariamente surgida para atender las rela- y la de la manna .mercaute (1939). Otras leyes previsionales ampararon
ciones entre patrones y obreros, fue ampliando paulatinamente su cam- a. I<: madre tra~a¡adora y a los obreros en su pretensión de acceder a la
po de aplicación hasta incluir a todo trabajador sujeto a una relación de VIVIenda propta.
dependencia. El Derecho del Trabajo alcanzó así su esplendor y mayor
expansión, pues bajo su amparo quedaba la mayoría de la población, 1036. Con la revolución del4 de junio de 1943 se inició mt.a mreva
directa o indirectamente. Aparece pttes como tulO de los elementos cla- etapa legislativa. Sobresalen la serie de tlOrmas relativas a detrnnittadü.':l
ve del Estado de bienestar, q1-te protegía 110 sólo al proletariado sino sec~res del m~uldo laboral, det101I1Íllados estatutos profesWnaies y la ele-
también a la expansiva clase media que desarrollaba sus actividades OOjo vacto~ ?el ~1t1guo Departatnento Nacional del Trabajo(§ 906) al ratl-
relación de dependencia. go muustenal de Secretaría de TraOOjo y Previsión., cuyo primcr. titular
El crecimiento de la acción legislativa en este plmto suscitó la cuestión e!
fi.te coronel JUAN D. PERóN. A su vez, el estatuto del peón de ca1npo,
at:et-ca de quién era la autoridad competente para dictar las normas; si satlCtomdo en 1944, marcó un hito CHla legislación rural, ya que hasta
los poderes nacionales o los proviuciales. Quienes apoyaban la primera Cl~tonces era ~asa la regulación en e,')ta área. La pujatlU. de este des-
--------------------------------
{2) .hlAACELA As!'Fll DE Y ANZ! fU.ltEili.<\,LOS proyutos de trJdigq del trabajo prtsmtadrJS a las Cámaras
pltegue labora!tsta tuvo su ptlllto de ctilinínación coula Declaración de
los. derechos del trabajo que atnulCió el_ presidente PERÓN en 1947 y que
del CongresaNa~Wnal, 1904·1974 en C=demos de Hist<:>ria, n~ 3, Córdoba, 1993; Jc.LlO Gomo,
Historia ddmil!'imimtci.!brcroargenti1ff.J 187().2000. Buenos Ail:es, 2000; DAMa JAMES, Resistencia se nKorporaron a la Constitución dos aílOS después(§ 985). Los dere-
t mtcgmáám el ptronismo .Y la clMc tralmjndurturtyentina. 1946·1976. Buenos A.ires, 1990; EDUAilOO
~lOS proclarnad?S. fi.teron.: a trabajar; a mu retribución justa; a la capa-
MA1trlll!L J.iiJtar para el tstudio del deruho fabqmlargmtirw enR.lH.D.R.L., n° 25, 1979; HlllOSHI
ñ1l>TSPSHITA, ()lganiuu:iones sindicaies.v n:/m:Wnes labiJ>Ylles, op- cit. en not.l (3) del cap. XXXIII, ctta~tón; a conchctone:' dtgnas .de trabajo; a la preservación de la salud;
~on ~mplia olientaci6n bihliog¡·.if<ca; HutOSHJ MArsusHlTA, M())limiento obrero argentino 19J(J. al bt.Cllestar; a la' segundad

soctal; a la protección de la familia·' al n'lf'io-
·--¡
1945. Sus proyecciqnes, en lrJS llrfgents del ~ronismo. Buenos Aires, 1983; LAm.a SAN l\iM<nNO DE rrurn?-1to ecm1011llCo y a la defensa de los intereses profesionales. En
DRo~u,Los sindi<·alirtas. 15()a1losde protagrmismo. Buenos .'l.ires, 1992; VICTOil TAU J\..~zoÁIEGt;1.,
Pmmmiento j¡oddicoy accWn /q¡i!latira, op. cit. en nota ( 4) del cap. XXXVIII; }u/IN CARLOS T Oltl\E esta e~a, la fue:te preset,Kia del Es~o nacional, bajo la conducción
(ed.),Lfl JimnarirJn del sindi~alismo p;;ronisra_ Buenos Aires, 1988; JuAN CA!tlOS TOitKE,La vieja del parado peromsta, llevo a la absorcton de los organismos provincia-
•ifuardia sindical y PenJn: rllbre los on!Jcnes del peronismo. Buenos Ah-es, 1990; Amo~;o V ÁZQUEZ les qtre se ocupaban de los asm1tos laborales .
YtA!AKD, Cin~uenta Mios en /a mJludJn tül dcrt:dW de/ trabajq en AcADEMIA NAUONAL- DE DERECHO
Y ÜENCIAS SOCIALES DE CóltDOl!A, El dercchq argentino entre J941.v 1991. CÓl:doba, 1992. Después de la caída de PERóN, si bieu se derogó la Constitución de
1949 (§ 986), en la inmediata convetlCión constintyente de 1957 se

m
EL MUNDO OEL TRABAJO
MANUAL DE HISTORIA DE LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS

introdujo, como reforma más importante, tUl agregado al artículo 14 en general la legislación laboral siguió acrecentándose en d"¡stintos as-
de la Constitución de 1853, que contenía un emutcia.do de priucipios, pectos. . . ' l ·
que no sólo siutetizaban la len·a y el espíritu de la legislación hasta En aquelaí1o 1973, tnientras en la Arg~ntln~, se astStta a con;-1e1YLO
entonces dictada, siuo que agregaron algunos otros principios que re- de un corto periodo expansivo de la le.g¡slaClOll laboral, en pa1ses ~e
presentaban aspiraciones de deterrninados sectores. De esta mauera se alto desarrollo económico y con motivo _del alza brusca del, preno
estableció en dicho precepto que las leyes asegurarían al tr<~.bajador: del etróleo, se producía un reacomodam1ento de la economta mun-
«condiciones dignas y equitativas de labor; jornada limitada; descanso diaf, cuyas consecuencias ~ban a exten?e_rse al re~t? ~el n:und~. ~~
y vacaciones pagadas; retribución justa; salario múllmo vital móvil; transformaciones económiCas, tecnolog¡cas, pohtlcas e tdeolo~cas
igual remuneración por igual tarea; participación en las gauaucias de las registradas desde entonces han conducido a :s~ mundo del trabaJO Y
empresas con control de la producción y colaboracióu en la diJ:ección; a la rama jurídica que lo sustenta a una criSiS profunda, que abre
protección contra el despido arbitrario; estabilidad del empleo público; interrogantes sobre su futuro.
organización sindical libre y democrática, reconocida por la simple ins·
cripción eu un registro especial». 1038. Organización sindical. Pronto hizo crisis el frágil acuerdo
A sn vez, resulta de alto sentido programático el párrafo final de alcanzado entre socialistas y sindicalistas que había llevado ett1930
dicho precepto en cuanto ataúe a la seguridad sociaL Dice así: «El a la creación de la Cotúederación General del Trabajo (C.G.T.) (§
Estado otorgará los beueficios de la seguridad social, que tendrá ca- 900). A u1ediados de esa década se produjo el fraccionamiento de la
rácter de integral e irrem111ciable. En especial, la ley establecerá el C.G.T., mu sindicalista y otJ·a socialista, pe~ cómo esta ult,Ílna re-
seguro social obligatorio, que estará a cargo de entidades nacionales gistraba nna ·abrumadora superioridad de afiliados, se quedo con_la
o provinciales con autonomía fmauciera y económica, adnúnistra- sigla, que el sector minoritario abandonó. ~11bos g¡·upo~ mantuv~e­
das por los interesados con participación del Estado, sin que pueda ron en la práctica y por el momento una actltud de relanva prescm-
existir superposición de aportes; jubilaciones y pensiones móviles; dencia política. . .
la protección integral de la familia; la compensación económica fa- Paulatinamente empezó a snrgir dentro del movlffilento obrero lo que
miliar y el acceso a una vivienda digna». se ha llanudo una conciencia nacional, exteriorizada principalmente etl el
reclamo de nacionalizar ciertos servicios públicos, como los ferrocaniles,
1037. Entre 1973 y 1976 se produjo el tmbulento regreso del peronis- los teléfonos y otras actividades. La Segunda ~erra ~mdi~ _Y sus reso-
mo al poder, luego de una. larga proscripción electoral. Esto explica que naucias en el país llnpulsaron hacia tma actuacton pohnca mihtante, qu.e
la legislación dictada dnraute esos años tuviese mu notoria iudiuación tuvo tma clara manifestación en la decisión de la central obrera de parn-
eu favor del trabajador, ya que sus impulsores fueron abogados con cipar en el frente político opositor que se estaba constituy~;cto p~ra las
actuación_profesional eulos sindicatos. Destaca VAZQUEZ VIALARD que elecciones presidenciales de 1943. Una nueva mptura samdto a la C. G:T.
se produjo entonces un can1hio importante de las uornla.S de fondo, en marzo de 1943 queda¡ldo los sindicalistas por mu parte Y los socu-
cuyo mejor expresión fue la ley 20.744 de contrato de trabajo en1974, listas y comun.is~ por otra. Sin embargo, poco d<:pués ambas_ C:G.T
que recogió la jurispmdeucia de los ttibnnaies favorable a los trabajado- declararon su apoyo al gobiemo provisio~ ~t~rgidO del mov~ueuto
res. Asimismo se produjo la tmeva transferencia de la policía de trabajo militar de14 de jrulio. Aunque las relaciones uuciales con el gobtemo de
laboral del ordeu provincial al nacional, reafirmando el criterio adopta- facto no fueron buenas, la llegada del coronel JUAN D. PERóN a la Secre·
do en1943, que se había dejado sin efecto en l957ml.a vez derrocado taxía de n-abajo y Previsión dio un giro a la situ,ación, al itnpulsar. un.a
el gobierno peronista. Finalmente, también se registraron cambios en fuerte y abierta política pro-obrera, que encontro apoyo entre los s~~~­
lo relati\ro a la concertación de los convenios colectivos. Sin embargo, calistas por estimar que era um vía adecuada p~a meJor.u; las cot:dtCIO-
eu esta rama jm·ídica, mmca se alcanzó la codificación fon:nal, pese a los nes laborales de los n·abajadores. El entonces dmgente m~~ r:ormnel~te
varios proyectos que se elaboraron desde principios del siglo XX. de esta corriente, JosÉ DoMENECH, a fllleS de _194~,' califico a ~o~
Cuando las Fuerzas Armadas tomaron el poder en 1976, fueron recorta- como "el primer trabajador argentino", denon1111acton qt~e se conver~¡­
dos algunos de los beneficios y privilegios concedidos en favor de los rÍa en lUla de las banderas de la acci~n proselitista del na~tente perom~­
trabajadores y de los siudicatos en el período itunediato anterior, pero mo. Diversa fue la reacción de los dll·igentes obreros VUlCulados mas

m
EL MtJNDO DEL
Mii.Nl'AL DE HiSTORIA DE us lNSTlTt'C\ONES .ARGENTiNAS
desaparecer cou el mencionado decreto de 1945, que dispersó a sus
estrechamente a los partidos socialista y comunista, que se enrolaron en afiliados.
la oposición a PERÓJ'L
El discurso nacionalista y pro-obrero de PERÓN -en bueua parte extraÍ· 1040. La amplia adhesión del stX:tor obrero almovinúento peronista
do de la doctrina social católica y de los pt-incipios socialistas- volcó a empezó a d~a~r ~cía 1?~2, despt~s de la muerte de EvA PERÓN y
su favor la C.G.T., que entró en el campo político apoyando su candi- cuando tma utctptente crtsts econormca euturbió el clima de bonanza
datura presidendal, después de haber desempeilado tm decisivo prota- de l~s aúos anteriores. Al producirse el derrocamiento del presidente
gmústno eula jornada del17 de octubre de 1945. La imnediata fi.U1da- r;>~oN e~.1955, el gobi:mo provisio11al emergeu:te de la revoludóÍ1
dóu del Partido Laborista, promovida por dirigentes sindicales -la fi~ ctvtco-~~ar se CllCOlltr? con tula C.G.T dispuesta al acuerdo, pero
gura saliente era la de CIPRIANO REYES- fi.te la vía operativa para afinnar esta postbllidad se esfi.uno por el fi.terte autiperorrismo dominante en el
esa participación política de la masa obreu. La elección de 65 diputa- tlltevo gobierno presidido ~r el general A.RAMBtJRU (§ 972). Atmque
dos delm1evo p.utido en las eleccioues de febrero de 1946 -eulas mis- las leyes laborales del peromsmo uo fueron modificadas se intentó siu
mas que consagraron presidente a PERÓN- significó un uuevo hito en la éxito destruir el aparato sindical peronista. La refonn: constituci~11 al
vid.t política. Se interpreta que esta adhesión provino tanto de los obre- de 1957 garantizó a los gremios la concertación de convenios colecti-
ros tradicionales, que ya aparecían cotl tuu creciente i.uclinadón hacia vos de trabajo; el acudir a la vía de la cotlCiliación y el arbitraje; y ejercer
la participación política, como de los obreros nuevos o migrantes del el derecho de huelga. Además estableció que los representantes grenria-
interior del p<tÍS. ~ ~~a.tl de las garantías necesarias para el cumplinúeuto de su ges-
tlon suuhcal y las relacionadas con la estabilidad de su empleo.
1039. Apeuas aJ>tunió sus :fi.tttciones, el nuevo presidente se propuso C~a.t~o en 1~~7 se. ~ecidló t~ormalizar la C.G.T., que se CHcontraba
agrupar eu.uu partido t'uúco a los partidos y entidades que había apoya- b?JO ~tterveucton mil~t~, ,surg:¡_ero~l tres grupos sindicales: las 62 Orga-
do su caudtd<ttura y uu año después quedó configurado el Partido Pero- ntzacwnes, de clara filiacton peromsta; los 32 Gremios Democráticos 110
nista, eu el cual quedó absorbido, 110 sin resistettcia, el grupo laborista peronistas; .Y 1~ 19 org;uúzaciones .cor~uuústas ~ i.ndepeHdientes, 'que
(§ 971). Otro paso fue la subordinadóH de ht C.G.T. a la política ofi- ~ronto se dtsolvteroH. Las 62 Orgaruzacwnes domwaronla C.G.T, cons-
cial, lo cual se logró en diciembre de 1947, después de deponer a dos tltuyerou el ala activa del perotúsmo y llevaron adela.tlte el discurso
secretarios generales. Se alcanzó así una convergencia política y siudical nacion~-pol;l';llar de los obreros, además de los reda.tnos grenúales. La
de apoyo al gobierno, que fi.te retribuida por éste coH uua profundización nueva sttuacmn mostraba que la i.túluencia del perouismo sobre la masa
y ampliación de la política a favor de los obreros desenvuelta en 1943- obrera se .mantetúa y aún crecía. U11a larga serie de c01úlktos y
1945. en:frentanuentos de la ceutral obrera con los gobienlOS sucesivo¡¡ alcan-
La magnitud de este nroviuriento se puede conocer a través del creci· zó su punto ~~no eH .1963, cuando el presidente lLLJA tuvo que
miento del ut'uuero de afiliados a organizaciones sindicales, que de soportar tuu U1Solita medtda de fuerza adoptada por la C.G.T de ow-
529.000 eu1945llegaron ,1 2.257.000 eu1954, con tUl atunento para- par fábricas con:o factor de presión para que el gobierno hiciera lugar a
lelo en el nt'unero de sindicatos. La org.utizadón si.udical mouolítica SllS r~amos -atu~entes a astultos de la política geueral del país y uo
lograda por Peróu tuvo su base en el decreto 23.852 del aÍlo 1945 que redundas ala acctón gremial. Dada su magnitud -segt'mla central obrera
sólo recouoció la existencia de tut si.udicato por actividad laboral, lo fi~eron ocupadas 11.000 fábricas, segt'm el gobierno 2.361- se constitu-
que condeuó a la desaparición de la libertad silldical, deutro de la cual yo CH. tUl hech~ releva.t1te que contribuyó a socavar la legitimidad y
habúutlogrado establecerse importa11tes organizaciones católicas y so- eficacl<l. del gob1eruo de lLLIA (§ 975). En ese momento cobró notorie-
cialista.s. Següu vimos, en el período anterior (§ 900) fi.te intensa la dad el líder si.tKlícal AuGUSTO T. V ANDOR, qtúen fi.te i.tlSiuuaudo cierto
;tcciÓH desarrollada por los católicos a u·avés de los Círculos de Obre- grado de independ~nd~ del propio PERÓN, exiliado en Esp-aíu.
ros, que agrup-ados eu una federación de carácter nacioual fiteroH cre- Tauto las 62 Organtzacwnes como la C.G.T. sufrierotlnuevas divisiones
dcmio y atuplilllldo su red de servicios a los afiliados. Deutro de ella se origiuadas en enfreutamieutos intemos de los dirigentes. En1968nue-
creó la pujante sección juvenil de las Vanguardias Obreras Católicas y ~amente surgieron dos cCHU·ales, tma conocida por la de Paseo Colón,
eH 1942 se fi.mdó la Confederacióu Católica de Trabajadores Agrenúa- liderada por el gráfico RAL'J.UNDO ÚNGARO, más combativa, y la otra
dos que remúa a 18 greuúos. Esta última orgmúzacióu fi_¡e coudeuada a
MANIUr.L DE HISTORIA Dll L\S lNST!TUClONilS ARGENTINAS

que tenía su sede en la calle Azopardo, más negociadora, que respondía


1
a las directivas de V ANDO R. Este grupo moderado perdió fuerza cuando
la guerrilla montonera asesinó a VANDOR y se abrieron mayores posibi-
lidades a la acción de dirigentes más comprometidos con los elementos
Capítulo XLI
subversivoS, quienes etltonces se erigieron en tma amenaza no sólo para
el gobierno militar sino para el propio peronismo tradicionaL Esto se
pudo comprobar cuando, en mayo de 1973, al volver el peronismo al
poder con el Presidente llicroR J. CM.i.PORA, se hizo intetlSa y violenta ·d La Semmda Guerra
...:ca exterior Europa y los Estad os U Ill os. e>-_
la lucha por la disputa de posiciones entre la G G. T. y las 62 Organiza- La poliu · . al D'1 ¡ . · polítiCa y comer-
Mundial y el nuevo orden UtternaCIOll · P omac~~· · M . _.
ciones, por una parte, y algunos gremios disideutes e ideólogos de iz- 1
cio en la posguerra. Las relaci~nes c~l~ Iberoamertca. Las a vmas.
quierda que rodeaban al presidetlte. Los sucesos se precipitaron etl poco
negociación diplomática y conflicto bélico.
tiempo y aquella dirigencia tradicional devino en triunfadora cuando el
general PERóN asumió la presidencia pocos meses después. A poco de
iniciada la nueva etapa, el secretario geueral de la C.G.T. fue asesinado
por los montoneros. Luego la muerte de PERÓN y la errática política La política exterior ' 11
económica del gobierno de MARTÍNEZ DE PERÓN llevaron paradojal-
mente a nn enfrentamiento de la central obrera con su propio gobierno. 1041 Europa y los Estados Unidos. Europa oc~ident-al} p~tict~":.-
. . . ates aíses -Gran BretaÍla, FranCia, Espana, emat~a
Tal fue el camino sin salida que etl enero de 1976 phutte-aron las 62 mente sus pnnop P d la política exterior at·geutl-
Organizaciones al retirar su apoyo a la presidenta, dejándola en wu po- Italia- han ocupado un destaca o 1ugar en ' . l' . - -
e_ d todo el período. La. vinculación diplomahc~,. po lllt:a, ~o-
sición de poder extremadamente débil, lo que coudujo dos meses des-
pués a su derrocamiettto por las Fuerzas Armadas (§§ 978-979). Esta :~m~i:~--ultural fite per~ente, atmqduale es:v~ ~opocnd~cyto~;:i~:re:t~
actitud contrastó con la legislación ampliamente concesiva para los sin- . · · id d los acontecirruetltos mtm r es a
VlClSltl es e . l S da Guerra Mundial y de la posterior cou-
dicatos peronistas que tuvo ese gobierno. te por lo;> ~ectos 'd~ a egunEstados Unidos y la Unión Soviética du-
Al asumir el poder las Fuerzas Armadas en marzo de 1976 empezó frontacion ideo1ogtca entre ,
tma etapa dura para el movimiento sindical. La C.G.T. y las 62 Or- rattte la dettonlltudaguerrafria. . de tlll proce-
ganizaciones fueron declaradas en la ilegalidad, se iutervllúeron mu- ell . ul· . 'n tieue stlS raíces en las sucestvas etapas ' '
Aq~ ~ vutc .~ct~te desde la rimera mitad del siglo XIX habta atratdo
chos gremios y se prohibieron las huelgas. Numerosos dirigentes soumugraton q_ d P blac"ón europea proveniente de esos
fueron perseguidos y detenidos. Un año después empezaron a 1
importantes contutgentes e po ' rendedoras
constituirse algunas agrupaciones gremiales que buscaron dialogar ' ue dio h.to-.u· a la formación de numerosas y el_l~P '
pa1ses y q e>. . •, '"'""' famihMeS de mas
con el gobierno en cuestiones estrict-amente labor-ales. Sin embargo, l ti "dades y también a la mserCion en grur-- , e
co ec V1 . ' L . dad ar ntina contemporattea se nte
antiguo arratgo ende~ p~s. ,·,~~~: con !as distintas ideutidades. Uua
la ley 22.105 de asociaciones gremiales de trabajadores, promulgada
por la Junta Militar eu1979, eliminó la org.uúzaci6n de tercer gra- llltegrando, en sus tvetsos '
do, disolviendo la C.GT, prohibió 1-a actividad política de los sindi-
catos y descentralizó las negociaciones colectivas. Sin embargo, esta - unE Hi>twia General d~ /¡¡srtlllr:Wncs ~'di!Tiom d• la Jü;púb_li.-a
(1) A.>mRf.sC!SNEROS y CARLOS Ese. ' . Al.llERTO CONIL PAZ y GUSTAVO fEUAE.l, J'diWrt
ley no pudo llnpedir que de hecho se reconstruyera la C.G.T a fines 9
i
Awenrina, tomos IX y X, B\I<'-nos AireSAt: 964 _ Rt."DOI.l' DoLZl!K, El mrtm rerrirorinl de IM
de 1980, y, adoptando tma actitud política combativa, se uniese a e:aerior argenrina 1930--1960. Buenos ' ,¡de' s/f· TVAN AltCHJMl.DO r..w-é"s,DtChllpulrtpoc
otras fuerzas políticas y sociales en sus reclamos por el retorno al JJ/asE<lkland-~lvinas. I_mmtoyf'T:sm';·::S$o. B~n,;, Ail:es, 1984; MARIO R.U'Of'ORT, Gnm
al Beaglt. Polfttca ~¡ar argcntma._ _ r entinas. 1940-1945. Buenos Aires, 1980; M.um
régimen constitucional, dentro de tUl clima de hostilidad hacia el Bretaña, Esmdos Unidos y la> dast!i dmgentt!i ~," is!no La M/itim inremmertmnn m /11
EstatMs Um M V e1 pcrtm · r- La neurralmll :.1 d ,·na
gobieruo militar. Seguía siendo el ala más activa del peronismo. RAPOl'ORT 1' CulJDIO SP!OUEI., · ¡ R 7 , MoRENO argm,r
B Aires 1994· IsiDORO · u'· ' · ¡ 194- 1983
Arnentina
"'
1949-1955. uenosA:.. 1997· ' ' R ''" '-p·'ítim intemariMlll .
Ro~ERTO \/So ~~,-'-"' "'
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en /¡¡stglf11dil_ffUf!TTII. Buenosn.u-.,s, _ ? "ó t "bli ¡-áfica· BEIITIUZ R. SOLV"!URA,Ln fW Iltrl
enN.H.NA., ¡_ 8, cap. 20, con amplia one;;rao n ~ .:ampli~ orientación bibliog1:ati<l.
1
1

internacional. 1914-1945 enN.H.NA., t. 'cap. 'e

771
776
.iM.A.Nl'AL OE HISTORIA D:S LAS INSTITUCIONES ARG:S."'TINAS
L\. I'OLÍTICJI. EXTERIOR
red de Utstituciones -cenum culturales, bibliotecas y colegios, aJ>ocia·
cioues crnpresarias y laborales, iglesias y organizaciones religiosas, m u· tetúa para ellos esa neutralidad argentina -y así lo demostrabau a través
tualidades, clubes deportivos o de esparcimiento, eutre otras- man_tu· de la acción de hábiles diplonúticos-, en cambio, Washington, sólo
vieron vivos y abiertos a los uuevos ticrnpos estos trasplantes culturales. ~arecía, empeÍlad~ e11 observ~ en los gobiernos argentinos prestmtaJ>
Cabe destacar que la Argentina se constituyó, en los decenios centrales sunpattas ~ro·uazis .o pro-fasctstas y adoptó el camino de uua ca.mpaÍla
del siglo XX, eu un vais de acogida para numerosos contingeutes de de dentlllClas y prestones.
europeos occidentales y orieutales obligados a exiliarse por las guerras y Cuando Estados Unidos se hizo parte de la accióu bélica, atuneutó sus
persecuciones desatadas en el Viejo Mundo. Muchos de ellos quedaron p~siones sobre los gobiemos del continente americano para que rom.
defulitivamente incorporados a la commlidad nacional. ptes<:n relaci~ues diplomátic~ y comerciales coulos países del Eje (Ale-
mama y Japou). La Argcntma, eula Tercera Retltlión de Cancilleres,
1042. El modelo agro-exportador y el bilateralismo comercial con Gran convocada al efecto eu Río de Jaueiro eu 1942, se opuso a que es 4
Bretaúa había sido mm fórmula exitosa desde fines del siglo XIX, que rnptLU'.l fuese obligatoria y consiguió que quedara sólo como recomen-
continuó al finalizar la primera guerra y at'm después de la crisis econÓ· da:ióu. A partir de ese momento Estados Unidos redobló su hostiga-
nlica de 1929 -reactivada a través del Tramdo RoCA·RUNCIMAN de 1933- tmeuto al gobierno del presidente CASTillO para que abaudouase la
pero ya lmbía entrado eu un ciclo de agotamiento ante la aparición de neun:~i?ad y .con ese propósito le. impt1so un bloqueo ecouómjco y
los Estados Unidos como nueva potencia mundial. En el plano econÓ· proptcto el rel:lto de todos los embaJadot"CS de Bueuos Aires. Estas me-
mico, la relación cou el país del norte era imprescindible para el desa· didas se extendieron al gobiemo militar que derrocó a CASTILLO y tam-
rroUo de Lts nacioues iberoamericanas. Mientras el acuerdo bilateral poco quedó satisfecho con la mera ruptura de relacioues diplomáticas
con Gran BretaÍla garantizaba el mercado para los productos del agro con Alemania y Japóu decretada por las nuevas autoridades el 26 de
argentino, 1~ vinculación con los Estados Unidos proveía de capitales y enero de 1944. Hasta Gran Bretaúa misn1a fue compelida por Washing-
bienes para el proceso de la moderna Í1ldttstrialización. La conservación tou a retirar su embajador de BtlC1lOS Aires, aunque se resistió a inte-
de uua conexión triangular C'-.ran Bretaúa-Estados Unidos-Argentina rnuupir la relación comercial que era vital para ella. La mayoría de los
era convetliente, no sólo por razones de orden mercantil, sino porque países iberoamericanos tuvieron que retirar sus diplomáticos accedieu-
una vinculación más C'>trecha con los americauos del norte era mirada do a la pn~sióu11orteamericatla.
cou recelo y desconfianza, dada su pretettsión de imponer tul liderazgo Aute este aisla.ulieuto diplomático y bajo la <llllCtJ.a.Za de no ser reconocido
hegemónico en el orden panamericano. La Argentina se había opuesto por la uueva commlidad mundial que se estaba constituyendo, el presi-
con fuerza a lo largo de la primera parte del. siglo a esa pretensión, con dente FARRELL se vio obligado frnalmeute a dedill·ru· la guerra a los
actitudes que se hicierou pateutes en las Conferencias Iuteramericauas países del Eje el 27 de marzo de 1945. Este acto till·dío ·cuando el
(§ 834) y eulas reunioues de consulta de los cancilleres, donde aúu eu conflicto bélico estaba defurido- permitió, sin embargo, que ese gobier-
la década del 30 se vivía tru clima de confrontación cutre la diplomacia uo de facto alcanzara su recouocinliento iuteruacionaL Pese <l ello, la
estadounidense y la argentina. desconfianza mutua cutre mnbos gobieruos no cesó. En el Depill·ta.
n1euto de ~stado de Washington se impuso uua lútea dura y agresiva,
1043. La Segunda Guerra Mundial y el nuevo orden internacio- que se manifestó a través del embajadoreuviado a Bueuos Aires, SPRUI·
nal. La alteruativa entre Gran Bretaña y Estados Utlidos dom.iuaba la LLE ~RA"?,EN, persouaje prepotente e inoportuno eu su gestión, que sólo
escena y dividía a la clase dirigente cuando estalló en1939 la Segunda cottsiguto empeorru·las ya teJ.lSas relaciones. Este clitna hostil se exten-
Guerra Mundial. Frente aluuevo conflicto el gobiemo argentino deda· dió ha:'ta 1949. Segü~ afuma LANús, durante ese tie1npo el gobiemo
argentino <<mantuvo rnalterable una posición indepeudiente en la for.
ró la neutralidad, como lo había hecho eu el caso anterior (§ 833).
Además. de no encontrarse involucrado en las causas del hecho bélico la
Argentllla, como nt-'Utral, podía mantener sus vínculos económicos cou
. mulacióu de su política externa, uo uegoció principios políticos por
veutajas ecouómicas ni remrnció a SO$teuer una posición crítica frente a
Europa, lo que favorecía especialmente el comercio con Gran Bretaúa, l~s pretC11Siones continentales que al parecer ÍllSpirabml L-t política re-
que recibía el abastecimiento alimentario' esrv>,·ialmente
r··
la carne' d~ gtoua1 de los Estados Ullidos»-.
productos argentinos. Mientras los británicos apreciaban el valor que La r~i.ucorporacióu de la Argentina al nuevo orden de la posguerra
cOtlSt1tuyó uua dura etapa de trmlSicióu que getlCrÓ eu el país opitlioues
M.\Nlli\L DI; HISTORIA Dll LAS JNSTITVClONllS Alt.GllNTIN.AS
_ __¡_,
. .
enlosañosslgt.Uentesene ¡ fl aman.
. te orP'anismo
t:;- mundial.
d !·
rnantetlW.ta d 1 mCJOr ilustra acerca e a
conn"Overtidas eu la época y eu 1a posterior visióu de los estudiosos.
Unos han valorado más la acrin1d iudepeudieute que significó laman-
El~ espafw~ es~ sin d~lda,dun: 1
~1::V~':ión y de respeto a la libre
políttca extenor argentllla e del leVO orden. Las grandes poten·
tellción de la neun·alidad casi hasta el ídtimo extremo, desafiando el determinación de los países,dentro 11_\ . ,rrrt>Im de Esn.1ña a la ONU,
acoso estadounidense y el desagrado de la Unión Soviétic~ !.as dos gran- d l se hab1an opuesto ;u U"t:>""--~ r--- .
cias e a posguerra . ill más te}os condenaball:ab~.er-
pero algtu1os p~íses, c~:c~~~:~~~~CIS~ FRA."<C~ e invitaban al pue-
des poteucias de 1a posguerra. Otros, eu cambio, han seiíalado cl costo
político estéril que ello significó al quedar la Argeutina desubicada eu el
tamcnte al gobterno g •.:. esp''\Ol.,·oe prevalecia en
comienzo deltmevo orden muudial illStaurado. - d ¡ El fuerte tono arll.l.- "" ,_ .
blo espanol a errocar 0 · . fu de 1946 a dtsponer
al d la ONU conduJO a 1es ,
la Asamblea Gener e · . l . ¡ '¿ las ,n.isiones diplomáticas
1044-. E11 el mes de febrero de 1945 se celebraron dos importantes ' · b ·os reruasen os 1e es e
reuniones diplomáticas que proyectarou el mundo de la posgue1.1:a. En que 1<¿ patses ~~·~ La Argentina votó en contra y ft.mdamentó su
1
acreditados en~ a : . o de su dele ado,}ost.ARcE,enfavor
h Couferencia de Yalta (Crimea), las tres graudes potencias -Estados postura con l.ill encendtdo dtScurs . g de los Estados. El total
Unidos, Rusia y Gran Bretafta- deddierou que la Argentina no sería de la no intervención en los asuntos mter~~ cl ·d· de todos los
invitada a la Conferencia de Sau Francisco, que se couvocaba para esta- . . d Es . ~ . dó consumado ;u ser ex¡ Ul a
alSlarruento. e p~u que L Ax tin~ en notoria disideucia, man-
blecer el orden intemacional esbozado por los vencedores de la guen'<l..
A su vez, a fines de ese mismo mes se reunió en 1a ciudad de .México, en
organismosbu~t~nuciO~e~d apes!~:quella resolución y aun más, es-
nwo su em .aJa or ~n a fi . ale destacándose como hecho relevante
el palacio de Chapultepec, la Confureucia Interamericana sobre proble- rrechó sus vu1cttlac10nes 0 lCl~ s, ~ íA E A DUII.RTE esposa
mas de la·guerra y de la paz, de la cual tambiéu 1a Argentina file excluida
por presión de los Estados Unidos. Paradójicamente, era el gobiemo la visita 9ue
10
~a ~err;:)~ ~~~ s=~~~on¿uó la pridica de
del pres1dente ERO~. d 1.. Ol\."U y,. pudo ir modificando
argentino quien había promovido esta reunión hemisférica de los caucille- A-~ r ordeEspauaene1 seno ern ,
res para informar sobre 1a sintacióu de aislamieuto que enfrentaba. La ~.t< a lav 1950 l Asamblea General revoco aque-
ese clima adver~ hasta que el: . tr-'~ Sólo a fwes de 1955 se admitió
respuesta de Washington fue convocar a la Conferencia cou1a exclusióu lla recomendacton de cuatro allO~ a a .
argentiua. De este modo, pudo el Departamento de Estado eludir el a EspaÍ1a en el org.ullsmo mundial. tantes permru_lentes y miembros
tratamiento del caso argentino, eu vísperas de la Confereucia de San La Argentiua, a través de ~us rep~~n ·. ' l s asambleas generales y
Francisco, y al mismo tiempo doblegar al gobierno de Buenos Aires, del gobierno, tuvo mu acnva part!clpanoldl e~- aONU durante todo el
obligándolo a declarar la guerra a los países del Eje. Sin embargo, el · d · ti os y asesores e rn
en Jos orgatus~ trec ~ :talmente hasta 1980 ocupó cuatrO veces,
acta final de la Confere11cia de Chaptdtepec quedó abierta a la adhesióu
argentitM que se pudo efectuar después de la dedaracióu de guerra, ~~; J~::=~=~manente de1 Consejo de Seguridad.
quedando de este modo incorporada eu eluuevo orden interamericano.
La Argentiua estuvo tatnbiéu ausente cuando se inauguró la Conferen- . tal, .d también de la posgtlerra,
1045. En el nuevo ordeu regtoi · s:!~~ Interamericam celebrada
cia de Sau Francisco, pero una vez que ésta quedó instalada, se 1a admi- cabe destacar que en1a NovelU ~~úc · ·ó de los Estados
tió pese a la fi.1erte resistencia y el voto eu,contrade la Unióu Soviética. ' 1948 uedó C011St1nuda la 0 rgamzao n .
en Bogota en q . . , d 1 Argentina fue contrana a toda
El jefe de la delegación, doctor MIGUEL ANGEL CÁRcANo, desplegó en- Americanos (OEA). L~ pos 1~
1011
e. a excesivo compromiso íntera-
tonces tllta intensa y hábil tarea diplomática para explicar las razones . ..o·¿ do uuón, su1 asunnr un .
suprananona.u a t ' de los Estados Umdos,
que lubían motivado al gobierno a manteuer la ueutralidad en el re- · elosa de la evenntal hegemoma úl'
tnencatlO, rec · . ~tud moderadora en los co1 Ktos
dente conflicto y contrarrestar tambiéu la imageuuegativa del país que, tietnpo astUlll 6 tilla
pero .u rmsmo . ,_¡ Expreso, con v1gor
.1 • acu .. , . _J:c.il .
. su opos•r•on
'-'- a toda um tra-
con evideute mala fe, se reflejaba en la prensa estadounidense, con armados y temtonues. . cine tales en clara refe-
repercusión en la opinión pública mundial. En cambio, su participación ción y agresió~\por pa_rt~ de potenCias extracon n ' .
en los debates acerca de la Carta de la Organizacióu de las Nacioues rencia a la Umon Sovlénca. . -. ' El momento álmdo
Unidas (ONU) -tema principal de la retnllón- fi.1e más limitada ya que r b · lo de esta postuon. v·
El caso cubam Oirece- u~n e¡e~ F IZI Fue cuando la revolucióu
su conte1lldo estaba predetenninado por el acuerdo de las grandes po- ocurrió dttrante la presidenCia e ll.OND • · ómarxist.t-lenitllstades-
tencias. Esto no impidió que hubiesen algtuJ.<lS interesantes intervencio- cubana etlCabezada por Fidel Castro se proc1am
nes de la delegación, que hicieran vishunbrar la activa participacióu que

no
"'
M.\Nt'AL DE HlSTORlA DE LAS INSTITtiCIONES .ARGENTINAS
Ú I'OLITICA EXTERIOR
pués de tma breve luna de ttúel con los Estados U1údos en pleua vigen*
cia de la guerra fría. Washington reaccionó, advirtiendo que semejante ción de tul lugar relevante a las cuestiones econÓlllÍcas eu la relación
pronunciamiento sigtúficaba la penetr.tción en el continente del movi- bilateral y regiou..tl; y la oposición a la intervención llOrteamericatJ.a en
miento comttUÍSta internaciotul, bajo el empeúo de la Unióu Soviética los asnn~ ~internos de los países del hemisferio. Según RoBERTO Rus:e*
por exportar la "revolución" a toda América. Cuando el presidente JoHN LL este diseno se mantuvo eu lo esencial, cou circmtstanciales desbordes

F. KENNEDY aslUtúÓ la presidencia de los Estados Unidos en1961 se vio Ycon las adap~ciones ne<:esaria.s a los cambios que se fiterOn produciendo
presionado por la opinión pública de su país a adoptar medidas enérgi- en los ~enanos l?cal e ut~J.acional a lo largo del período en estudio
cas para elimiuar este motivo de perturbación contll1ental. Hubo entou- y a traves de sucesivos gobtemos constitucionales y de [acto.
ces diálogos y debates entre las cancillerías del hemisferio que se encau- Se destaca así la preservación de ciertos espacios de autouomía frente a
zaron en la convocatoria a tuta Remúón de Consulta de Ministros de l~ ~t:ados U~tidos 9ue pemútieron atenuar sus pretensiones hege·
Relaciones Exteriores con el objeto de establecer los medios convenien- momeas y al nusmo t:tempo atender a los requerirnientos de un discurso
tes para mautener la paz y seguridad en el contll1ente americano. Las "autiimperialista" sustentado en el orden U1temo por algunos sectores
posiciones de los presidentes KENNEDY y FRoNDm concordaban en cuanto con P.erceptible irradiación en la opinión pública. Este doble objetiv~
al rechazo del commúsmo internacional y su acción subversivll en Amé* constituye el trasfondo de oposiciones o abstenciones en remúoues de
riat, pero disentían en las soluciones para hacerle frente. Mientras el l~ ~tados ameri:ru~ que ~han difureucias de criterios en la ;~pre­
primero abogaba &.ísticamente por la expulsión de Cuba del sistema ClaClon de la polít:tca mterttaC101tal, eu la ejecución de resoluciones de la
iatenunericauo y su aislamiento, el mandatario argentll10 -y su canciller OEA o en doctrinas aplicadas por Washington en otros continentes.
l\llJGUEL .ÁNGEL CARcANo- se opotúa a la nlptttra y al aislamiento para Además de este juego diplomático, también obró como elemento de
evitar que se convirtiera en un satélite de la Utúón Soviética. FRONDIZI eq~brio la ce~ebración de couve1~os bilaterales con países de Europa
trataba de convencer a K&>.JNEDY que la mejor manera de combatir el oc;idental ,Y or~eutal, de Iberoaménca y con la. Utúón Soviética, ya que
commúsmo era acentuar el desarrollo socio-económico de los países de as1 se pod~ ev1tar caer en mta dependencia de capitales y tecnología
Ibcroamérica daudo llnpulso a la Alianza para el Progreso que el presi- norteamenca1ta.
dente norteanrericano había emmciado. Finalmente, la Remúóu de Con- P~a mantener la. contiuuidad de este esquema de política exterior inci-
sulta celebrada en Plmta del Este en enero de 1962 aprobó, por mayo- dieron de modo significativo -según RussELL- tanto la tradición de esa
ría, la exclusión del «actual gobiemo de Cuba de su participación en el política en años .w_teriores como el papel moderador desempeúado por
sistema íntenunericat1Q». Una de las seis abstenciones que arrojó lavo- la C<lllcillería.
tación fue precisamente la de la delegación argentina. Poco después, siu Eu es~ puuto cabe ubicar a lo que el presideute PERÓN, desde 1946,
embargo, bajo llll<l fuerte presión militar iuterna, el gobierno de FRON- Clltll1CIO como Tercera Posición, en oposición a la. división del rimndo
DIZI rompió relaciones diplomáticas con Cuba. en dos bloql~ a.Iltagótúcos, como posición superadora del capitalismo
y de~ commusmo atribuidos como paradigmas de las dos grandes po-
1046. Diplomada, política y comercio en la posguerra. La progre- tencias. Es~ doctr~a guió la política exterior de los gobiemos permús·
siva hegemotúa que Estados U1údos iutentó imponer en el hemisferio tasen el per~o e unp~tlsó eul973la incorporación de la Argentiua al
americ<lllo se hizo patente en la posguerra. Para el gobierno del presi- Grupo de Países No Alineados. Esta doctrina constituyó un marco con-
dente PERÓN fue necesario buscar tul repl<lllteo en la relación con el país ceptual en la gestión exterior, aunque no -fue invocada por gobiemos de
del uorte, tuJ.a vez superado el aislan.úento diplomático y en la medida otro sigtm político.
que la Argentina se podía rein.sertar en el orden unuidial. FJ diseíío de la
política exterior matltenidll con el gobierno de Washington se podría 1047.. Europa era,. en general, uu importante mercado para las ex-
expresar en estas pautas: la pertenencia cultural de la Argentin.a a Occi- portacwnes argentmas. Agotado el ciclo de preferente enteudimieu-
dente; el aliueattúento cou Estados Utúdos sólo en el caso extremo de to con Gt:au Bret~ña, desde la. primera presidencia de PERóN y deu-
un conflicto bélico con la Utúón Soviética, pero uo necesariamente con tro d~ ~n nuev? ststema multilateral de comercio, la relación se ge-
otros iutereses propios de ese país por considerar que existían diferen- neraliZO al COl~JU~lto de los países de Europa occidental, qtúenes pa-
cias de objetivos y visiones dentro del orden internacional; la asigna- saron ~ consntturse en prmcipales compradores de la. producción
argentuta, a pesar de que distintas medidas proteccionistas establecí-
MANUAL Dll H!STOIUA Dll LAS lNSTITUCJONIIS AltGilNTINAS

das por esos. países e~1 conjnnto. fueron imponieudo restricciones y


LJ,. l.'OLÍTICA EXTERIOR

sólo en el período que examinamos cuando adquirieron un Unpulso


\1
trabas a las unportac10nes. Haeta fines de la década de 1960 esos nuevo que aptmtaron a mejorar los contactos, abrir mercados y ~sbozar
países pudieron ofrecer a la Argentina equipos y materiales p:U.a el ciertos modelos de integración regional. Las cuestiones de lú1utes, en
desarrollo de ~la industria nacional de armamentos y de tecnología gran parte solucionadas durante la época anterior (§§ 823-828) queda- ¡!
nu7lea.r, ~ue evttabau las reticeucias y prohibiciones que en esta ma- ron como aspectos residuales de esas relaciones, aún cuando genera~~n '
tena stgmficaba la dependencia de Washington. en un caso, el del Beagle, una grru.1 tensión transitoria. En m~.cuestlon
Los países europeos que al fin de la Segunda Guerra conformaron el linútrofe ajetlil, que se produjo et1 el Chaco Boreal entre Bohvta y Para-
bloque socialista bajo la tutela de la Unión Soviética, entraron_ también guay, fue relevante la actuación del canciller argentino Ü\1.\LOs, SAAVE-
en este sistema multilateral de comercio. Esta "apertura hacia el Este" DRA LAMAs, quien logró poner fm a la guerra entre ambos patses: En
se inició tímidamente apenas fmalizó el conflicto bélico mwulial. Las 1936 presidió etl Buenos Aires la Conferencia de la Paz y en ese nusmo
relaciones diplomáticas, consulares y comerciales entre la Argentina y la año se le concedió el Premio Nóbel de la Paz, reconociéndosele la labor
Unión Sovi~tica --cuyos principales jerarcas se habían opuesto al in- que había desarrollado en favor de la wliversalización de los mecru.lis-
greso argentu10 en la ONU- se restablecieron en 1946 habieudo esta- mos de pacificación. .
do internunpidas desde 1918. Como consecuencia de ~Uo en 1953 se La apertura hacia los países de la región buscaba en los aÍlos preVIOS y
celebró w~ ~~rtante convenio comerciaL El mismo gobiemo de PE- durante la Segunda Guena impulsar el comettio y constituir, hasta donde
RÓN s~cnbto o~ acuerdos bilaterales con Bulgaria, Checoslovaquia, era posible, un bloque económico con uniones aduaneras e iute:cam-
Poloma y Rumama. El contacto con estas naciones se fue consolidando bios regionales. En el clima del período de guerra y de posguerra umre-
~n la medida que las exportaciones agropecuarias encontraron difietdta- diato, estos intentos 110 pudieron ejecutarse, más allá de los tratados
des en los mercados habituales. celebrados.
~espués d: 1955, ~o~ gobiemos constitucionales y defacto que se suce-
dieron .et~vtaron nustones y celebraron convenios con Moscú y los paí- 1049. Durante las dos primeras presidetu:ias de !'ERóN los esfuerzos se
ses ~oCtalistas, que ñreron ampliando los acuerdos económicos y tecno- crulalizaron hacia Brasil y Chile y tuvieron además de los objetivos eco-
lógicos, pese a las diferencias ideológicas existentes, las cuales en algu- nómicos de forta1ecer la autonorrúa regional, tula ambición política que,
n~ ~mentes llevaron a amenguar y hasta internnnpir esas relaciones, wlida a antiguos recelos y prevenciones, impidió llevar adelante la idea
prmnpalmente con la Unión Soviética. de esa integración. Sin etnbargo, PERÓN, al pregonar la necesidad de
La «apertura hada el Este" se afirmó en 1974, durante la tercera· implementartma política de unión con esos paises, visualizó las tend~n­
presiden~ia de PERÓN y quedó consolidada por el gobierno militar cias que se desarrollarían cuarenm aílOS después. En el caso del Brasil-
que tomo el poder en 1976. Éste intensificó los coutactos y acuer- que había fijado wu política exterior pro-n~rteameric~1a, e11 con~~te
dos con la .Unión So~ética, en quien encontró además apoyo et1 con la de la ArgentUu- PERÓN no etlCOntro en el presidente brasileilO
otras mater1as que se mcorporaron entonces al debate internacional GETULIO VARGAS el apoyo suficiente para concertar los acuerdos. Con
-tales la cuestión de los derechos humanos y la recuperación militar Chile, las gestiones avanzaron más, al ptulto que en1953las co~versa­
de las Malvinas-. Los vínculos comerciales se extendieron también a ciones con el presidente chile110 CARLOs lBA.':mz DEL CAMPO cuhruna.ron
China, que fueron intensificados durante este mismo gobierno. De con la suscripción del Tratado de Unión Económica Argentino Chile-
tal modo, bajo un criterio pragmático, la actividad mercantil con el no, que no entró en su etapa de ejecución. .
Este se hizo mayor ettla medida que empezaron a ser más restricti- Un momento lt'icido etlla relación argenri11o-brasileña se produJO en
vas las condiciones para la venta de productos argentinos en la Euro- 1961 cuando el presidet1te FRoNDIZI impulsó y logró un entendimiento
pa occidental. con el presidet1te J&-....-Io QUADRos, con quiett suscribió el22 de abril de
ese afio la denom.lluda Declaración de Uruguayana -ciudad donde se
1?48. Las .relaciones con Iberoamérica. Aunque ya en la segunda celebró-, consistente en un acuerdo de cooperación política y económi-
decada del Siglo XX y sobre todo a p.u:tir del primer gobiemo de YRIGO- ca entre ambos países, que marcó tUl hito en ese difícil cam.h10 de la
y~.,.-, las relaciones con los países de Iberoamérica empezaron a ser con- amistad y cooperación entre las tuciones vecinas frente a los grrutdes
Stderadas etl un lugar cada vez más destacado de la política exterior, fue ce11tros de poder mtmdial. Los efuneros gobiernos de ambos mattdata-

78< 785
LA POLÍTICA IIXTIIR!OR

l.VLu<t<AL DS HISTORIA DB US l!'>óST!TUCIONBS .t\aGENT!NAS


1050. Las Malvinas: negodaci6n diplomática y conflicto bélico. La
ríos y el clima ideológico internacional impidiero1: avanzar por el. mo* recuperación de las islas Malvi.nas (§ 514) cobró nueva fuerza a partir
mento en el rumbo propuesto. En los aí10s sigwentes, las relac~ones del ordeu rntUldial establecido en 1945, y priucipahneute a n·avés de la
bilaterales fueron absorbidas por la construcción de las represas hidro* Orga.ttizacióu de las Naciones Unidas. Al comienzo hubo reclamos y
eléctricas relegaudo toda otra iniciativa. Luego de nnlargo proceso de reservas formulados por los delegados argeutinos CJ.l distintos comités y
negociación, se puso pnnto fmal a esta cuestióu en el Ac~rdo de 1~79, en la Asamblea Geueral, pero a partir del.t resolución 1514 (XV) apro-
en el cual participó también el Paraguay. Un aí10 despu~ se celebro tUl bada en 1960, se pudo CJ.lcauzar la cuestión de uua tllil.llera más orgáni-
convenio de colaboración para el desarrollo de la energta mtclear Y su ca. Dicha resolución se refería a la concesión de la íudependct1cia a los
aplicación con fines pacíficos. . , países y pueblos que atm se Cllcontrabau bajo la tutela de potencias
A su vez la ejecución de políticas de cooperación con Chile q~ed~ tra- coloniales. La Argeutina entrevió la posibilidad de introducir el astmto
bada en su avance de modo principal, porque toda la euergta dtplo- de las Malviuas en esta vía y así fue como en 1964 --durante la gestión
mática de ambos ~aíses se centró ct1 la tramitación de uu anti~to y del presidente ILLIA-llúció una acción diplomática destinada a alca.ttZ.tr
complejo diferencio de límites en la zona del canal de Beagle. Su histo- uua resolucióu de las Naciones Utúdas sobre esta disputa. Correspon-
ria se remonta al tratado de límites de 1881 (§ 827) y desde entonces dió al embajador y jurista JosÉ MARiA RunA preseutar el alegato en
uwo diversas instancias de negociación que se desenvolvieron al<:> largo defensa de la sobera1Úa sobre las Malvinas y sus dependeucias, daudo a
del siglo XX, en la que partidpar~n casi to~o~ los, gobteruos conocer a la opinión mundial la existct1cia de esta cuestión litigiosa.
constitucionales y de facto que se sucedteron en la tiltnna epoca, desde Desde tm primer momeuto se dejó eu claro que lo que se pretendía era
el presidente Perón eu 1954 hasta el presi~e~1~e ALFoNsÍN e~1 1~~· el reconocimiento de la soberatúa sobre las islas para restablecer la mú-
Debatida la cuestión entre los expertos, adqruno uua resona.tlCt.a publi* dad terriroríal de la República, opotúéndose a todo iutento de que por
ca mayor culos años setenta aute la posibilidad de que el desanterdo vía de la autodeterminad6u de los colonos se llegase a cotwalidar el
desembocara en un conflicto bélico. despojo con1etido por les ingleses más de tm siglo atrás. La prevalencia
Sometida la cuestión en 1971 a nna corte arbitral integt·ada por ju- del principio de la «integración territori.ll» sobre el de "autodetermina-
ristas, que erau miembros de la Corte Intemaci~nal de Jr~sti:ia, el ción" ha sido el núcleo argtll11Clltal de la tesis argeutiua, defuudida. en
laudo dictado por la reina IsABEL II en 1977 dtspu~o adJud~car a todos los debates e lltstaucias.
Chile las islas en litigio, Picton, Nueva y Letnwx, depudo abtertas Esta accióu diplomática culmiuó eu1965 con la resolución 2065 (XX)
ciertas posibilidades para una futura expansiótl chilena sobre el At- de la Asamblea General, que llwitó a los gobiernos argeutiuo y brit:átú-
lántico. Dicho fallo, considerado más jurídico que político, fue re* co a prosegtllr las negociaciones a ftu de rocouu:ar uua solución.pacífica
chazado por el gobieruo argentillo, quien lo declar? nulo por ~dole­ al problema de la sobera.túa, teniendo en cuenta las disposiciones y ob-
cer de defectos graves y violar las nonnas internaciOnales. Chile re- jetivos del eute internacional y "los intereses de la población" de las
chazó esta declaración. Se abrieron a partir de entonces nuevas e islas. La resolución fue aprobada por 94 votos a favor, ninguno en cou-
iutensas negociaciones entre ambos gobiernos que se extend~eron tra y 14 abstenciones, entre las cuales se destacau las de Estados Utú-
por varios meses siu mostrar significativos adelantos, pese a la mter- dos, Gran Bretaña y Francia. Este resultado fue considerado como m1
vencióu persollal de los presidentes VIDELA y PINOCHET. Cuando a trituúo diplomático del presidente ILLIA, ya que obligó al gobierno bri-
fines de 1978 se vivía ya una situacióll pre-bélica, la gestión diplo- tánico a maoteuer J.legociaciones bilaterales sobre tuta cuestión que siem-
mática se impuso a través de la mediación del PaR.t)uAN PABLO II, pre se había negado a considerar.
que fue aceptada por ambos gobiernos. Ell2 de dtnembre ~e 1980 Si bict1 eu el S-Cllo de las Nacioues Unidas se produjeron, durante la
se hizo entrega a las partes de la propuesta p.tpal, que conto con el década siguiCllte, varios informes y resolucioJ.les sobre la materia, las
asentimiento de Chile, pero no de la Argentiua. maymes ttovedades se trasladaron al ámbito de las negociaciones bilatera-
Se puso punto fmal a este diferendo en 1984 con.la fumad~ un trata~o les. Fuerou ento11CCS munerosas las reuuioues, los diálogos, formales o
cutre ambos p-aíses, en el cual se reconoció a Chile las tres ISlas en .d~­ itúormales, it1duso confidenciales, para explorar nuevos cam.lltos y
puta pero quedó mejorada la posición argentina con respecto a ~a delitm- soluciones. Pese a algtmos av.a1tces en esas conversaciones, queda la
tacÍÓll marítima y en relación a su jurisdicción sobre la boca onental del impresión de que en el ánimo de los británicos la negociación era con*
Estrecho de Magalla.nes.
787

'"
MANUAL D!l HiSTORIA DE LAS lNSTITUClONllS ARGENTINAS LA POLÍ1'1CA "BXTRRlOR

siderad~ ~ como un recurso dilatorio que como una vía para llegar a gestiones fueron intensos, algt.u10s conftdenc.~ales, otros die:on lugar a
la soluc1on del problema de la sobera.túa. comunicados de prensa conjtmtos. La.s reumones se sHcedteron entre
El mayor acercamieuto entre las partes se produjo en 1968 cuando 1977 y 1980 en diferentes ciudades de América y Europ·~, dtu·atlte las
con~o resultado de una de esas rennioues, se elaboró tUl documet1~ cuales las delegaciones de ambos países profund1zar0n.~versos ,te~w
COHJllllto, siu firma, considerado como un "compromiso de caballe. vinculados a la jurisdicción, la soberatúa y la coopera.cto~ CCOllOI~C<I..
ros"·. ~1 el mismo se sosteiÚa que «el objetivo com{m es solucionar Entre los papeles producidos entonces se destaca tm ~escrito ;u~ntlllo
d~llllttvamente y en forma amistosa la disputa sobre la sobera.túa, te- sobre admllllstración conjtmta de las Islas por ocho anos, al t~m~no ~e
mendo et1 cuenta los intereses de la poblacióu de las Islas». P.ua al- los cuales la Argentina asumiría el gobieruo plet10 d: ese terntono. Sm
canz~rl?, ambos gobiernos se proponían promover la libertad de embargo, el juego británico parecía consistir en dilatar, entorpec~; Y
movmuet1to y commllcaciones entre las Islas y el contineute, que esti- prolongar Uhlefulldamente la negociación. De es~ ~odo 1~ entet1d1o el
mulase «el ~arrollo de VÚlC~tlos cttlturales, económicos y otros». Lue- presidente GAITIERI cuaud~ a ~mes de 1981 asu~o el gob1emo de ~a;­
go se .punntahzaba: «El Gobterno del Reino Utúdo, corno parte de esa to. Dado que en febrero s1gmente estaba pre~lSta ~na nueva ret~n~D~l
soluCIÓn fmal,. reconocerá la soberatúa de la República Argentiua sobre diplomática en Nueva York, el gobien10 argentulO hizo saber al bntam-
las .Islas a ~arttr de lUla fecha a ser conveillda tUla vez de que estuviesen co que el reconocimiento de la sobera.túa ~ra un elemento fi.J~ldamen~al
sattsfactonamente asegurados los intereses de los isleúos.» Cuando meses de su postura v requisito para resolver la dtsputa que estaba crrcnnscnp-
después se quiso transformar este memorathlurn de "caballeros" enm1 ta a ambos i>biernos, con atención sí a los "il1tereses" re;~ 110 a los
acto oficial de ambos gobiernos, los brit.úúcos, sin desco11occrlo, alega- "deseos" de los isleflos. PropoiÚa establecer en esas condiCtones.ulta
ron que por razones de política intenta no estaban eu ese momento etl comisión permanente negociadora. La delegación britllúca evadió el
condiciones de aceptarlo. El avance hacia el reconocimiento de la sobe- tratamiento de la propuesta en la retullón celebrada el ~6 de febrero. A
ranía asentado et1 este documento era bastante significativo. raíz de ello el gobierno argentino expidió tm com;uucado en el' qne
Una m:eva ronda de negociaciones se inició en 1971, de la cual snrgie- expresaba que se había negociado con Gran Bretau.a durante mas de
ron vanos acuerdos relativos a facilitar las comwllcaciones entre las Islas quillCe aúos con paciencia, lealtad y buena fé y que st no se aceptaba el
y el ~ritori.o continental. Era propósito de las at!tori.dades argeutinas mecatllsmo propuesto, se reservaba el derecho de aband~narlo par~ ele~
mcennvar el mutuo conocimieuto y viucular a los isleúos con la cultura gir otro más conveniente a sus intereses. En Gran Bretatla se considero
r
economía ~tica del país, como base de la negociación diplomátic~ que el comtullcado era agres!vo. . . , . .
en~· SI bien se :Mcan~aron eu este ordet1 avances significativos, hubo .Mientras estos hechos ocurnan en elmvel dtplomattco, se produ¡o un
tambteu al~na tesi~teuCia por parte de la dirigencia isleña. incidente de tono menor etl una de las islas de las Georgias del Sur con
~t1974 se llltrodUJO un nuevo cufio en estas ya complicadas negocia- motivo de un entredicho formal etltre las autoridades británicas locales
Ciones. La ~ibilidad de que eu las Islas o en el mar adyacet1te pudie- y tm grupo de operarios argentinos contratados para ~~ru:mar una fac'to-
Setl hallarse hidrocarbnros, llevó a los britátllcos a ettviar una misión ría ballenera. El il1eidente fue considerado por los bntamcos como pre-
~ara ha~er ~Ul relevamietuo económico del área, que el gobierno arget1- meditado y por los argentinos como pretexto para justificar el congela-
ttno esttrno como willateral y provocativo. Las relaciones entre Lon- mieuto del diálogo sobre la soberanía de las Islas. . .
dres YBuenos Aires entraron en tensión, con retiro de los embaj<Klore<>. Esta situación de fi.terza dio ocasión al gobierno mihtar para poner en
Para ent;oilCes Gran Bretaí1a insistía eu que no habría cambios etl la ejecución la operación de desembarco en las Malvinas, q.ue estaba .di-
sobe:ruua eu cont:a de los deseos de Jos isleflos. Mientras tanto, el rele- seflada desde tulOS meses atrás como tm proyecto altemauvo. El a~nbo
varruento qtU: hac:ta el buque Shackleton fue considerado por las autori- de las naves de laMarh1a se produjo el2 de abril de 1982 y la m.uuo~ra
dade~ ,argentu~s como w~ violación a la jurisdicció11 marítima y la militar fi.1e exitosa a11te la débil resistencia de los il1gleses, que no tu~l-e­
reacc1on represiVa de la rnarma fue denunciada por los británicos como ron bajas. El gobernador británico se rhldió las y ruer::as, de ocupaCIOll
peligrosa. aswnieron el control de la isla. Aunque el plau cOI1SlStla en que sólo
quedarían en la isla el gobernador argeutino que se d:Siguara Y nna
1051. El gobierno militar que asumió en marzo de 1976 retomó al pequeí1a fi.rerza para :espaldar su autori~d en la creenCia de .qn:, desde
camino de la negociación a mediados de ese afio. Los encuentros y esa posición era postble etltablar VCilt:aJosarnente ruta negocuaon, los

"' 789
t.fANUAL DE HISTORIA DE V.S iNSTITUCIONES ARGENTINAS
L\ POLÍ'l1CA
acontecimientos que se sucedieron se encargaron de alterar dicho plan y
obligaron a refOrzar de manera considerable la dotación nlllitar defeusi- te sobre la soberanía o jurisdicción territorial y marítima sobre las
Islas y áreas circundautes.
va ante el apresto de mia poderosa anru.da británica destll1ada al escena-
rio del conflicto. Según un estudio posterior al conflicto bélico realizado a la luz del
En el campo diplonlático, Gran Bretaña pudo lograr de inmediato al- derecho intentacional por el jurista alemán Rt.JDOLF DoLZER, la invoca-
gtutos éxitos importantes y decisivos para su acción. El mismo <:Üa del ción del dere..::ho a la autodetermiuación de los pueblos aplicado a las
desembarco, el O:lusejo de Segtuidad de la ONU, a propuesta y voto circunstaltcias reales y legales de las Malvinas «110 afecta los derechos de
favorable de los británicos dictó la resolucióu 502 que dispuso el imne- la Argentina como legítimo soberano territorial».
di.tto cese de las hostilidades y el retiro de las fuerzas argentinas de las
Islas, cou exhortación a los dos gobiernos para buscar una solución
diplomática a sus diferencias. Al agregarse en esa resolución que debía
respetarse iutegralmente los propósitos y principios de la Carta del Or-
ganismo, Gran BretaÍla pudo fimdar el envío de sus tropas en el derecho
de autodefensa ante un ataque armado. También fue cont:tludeute la
condena de los países de la O:lnu:ulldad Económica Europea a la inter-
vención a11nada, jmtto con 1m embargo sobre la exportación de arma-
mentos con destino a la Argenti:ua y tlua prohibición a las importacio-
nes de productos argentinos. Mientras ta.uto, Estados Uuidos, luego de
1m aparente intento de mediacióu, decidió apoyar a Gran BretaÍla, ce-
diéudole el uso de la importante base aérea de la isla AsceHSión y el
acceso a los medios de comunicación y decodifiCación satelitaL A su
vez, las autoridades chilenas autorizawn secretamente a los británicos
para operar en su territorio cou aviones de reconocimiento e inteligen-
cia. Por ídtimo, la infonnacióu para conocer la capacidad militar argenti-
na provino de fuentes norteamericanas y chilenas. Uuido todo esto a la
poderosa fuerza militar que los bricl.túcos destinaron a la empresa de
rentpenu: la ocupacióu de las Islas, el14 de jtuüo se puso término a las
operaciones con la rendición del gobernador argentino.
Durante la contieuda la Argentina recibió el apoyo diplomático de la
OEA, eu partictdar de la gran mayoría de los países iberoamericanos, y
también del movimiento de Países No Aliueados, pero ningtmo de los
met:\UÚSlllOS previstos pudo impedir la acción británica.
Pocos meses después de futalizada la gtterra, en noviembre de 1982, la
Asamblea General de la ONU aprobó la resolución 37/9, que instó a
arubos gobiernos a re\llmdar las negociaciones para alcanzar a la breve-
dad tuta solución padftca a la disputa de la sobenuúa. Fue presentada la
propuesta por los países 1uinoamerÍCll110S y obtuvo el voto favorable de
los Esrudos Unidos.
El 19 de agosto de 1989 se celebró en Madrid un acuerdo entre
Grau BretaÍla y la Argentina en el que se declaró el cese de las hosti-
lidades y la reanudación de las relaciones, quedando aclarado que
quedaba al margen del mismo o de su posible interp1·etación el deba-

'"' 791
1
Capítulo XLIT

La enseñanza elemental y media.


Los estudios universitarios. La enset"'íanza del Derecho.
Las academias nacionales.
La investigaci6n científica.
El periodismo: prensa gráfica, radio y televisión.

La enseñanza elemental y media <•>


1052. La cuestión educacional constituye un problema central del Es-
tado contemporáneo, en cuanto a su promoción., dirección y financia-
miento. Es tm punto clave en la planificación del desarrollo de la socie-
dad, dado que se pretende darle tUl tratamiento integral desde el nivel
preescolar hasta el universitario. Con este propósito se crean nuevos
orgatúsmos nacionales, se convocan congresos y reuniones de especia-
listas y se establecen foros internacionales dedicados a la materia. La
cantidad de ideas y proyectos de diferentes orientación y contenido ha
dado por resultado lUla política educativa discontinua y vacilante; no
obstante, lo cual se registran avances importantes con relación a la épo-
ca anterior. La nociótl misma de educación adquiere wu mayor ampli-
tud .U extenderse a aswltos conexos como la salud, higiene y esparci-
miento infantiles. Los comedores y roperos escolares, la copa de leche, y
las colonias de vacaciones en el período estival, desde los aÍlos '30 cum-
plieron tUl servicio necesario, especialmente en los lugares de mayor
pobreza. En estos emprendimientos, además de los poderes públicos,
actuaron las asociaciones cooperativas y las de padres de familia, jtmto
a los propios docentes, supliendo o complementando los casi siempre

(1) FERNANDO Em!QUE BARBA, La ens:manza nudia en N.H.N.A., r. 9, cap. 51, con amplia
mient~dón bibliográfica y CQil fuenres para su esmdio; fu.NANDO M..uttiNEz PAZ, El :;istema
educativo nacional. Formación. D~!lo. Crísi.r, Tucumán, 1978; AP!liANA PmGGllós (Dirección),
Hirroria de la educatiún en la AY!Jmtina, romos m a Vlll, Bueno!; Aires, 1992-1997; Joao¡;_
MAiliA RAMALLo, Etapas históricas de la ed=Mn a:rgentina, segunda ed., Buenos Ailu, 2002;
JUAN CAII.LOS TED¡;_sco, Eduuu:Mn y $1)(;iedad en laAY!fentina (188(}.1945), Buenos Aires, 1993;
MAltíA CB.rsnNA VERA DE Fu.rns, La enseñanza primaria, enN.RN.A~ t 9, cap. 50, con amplia
orienrnción bibliogr:ifka.

793
L\ ENSENANZA ELEMENTAL Y MEO!<\
l\1ANU<I.L DE HISTORl<l. DE LAS !NSTITUCIONBS ARGENTINAS
La reacción no se hizo esperar al producirse la caída del régimen pero-
insuficientes presupuestos oficiales, debido en part:, a la constante am- tústa, como también OCltrrió en otras áreas. Hubo entonces tUl fugaz
pliación del horizonte educativo, y en parte tamb1eu a las recurrentes retomo al modelo liberal y laico de la ley 1420 y se restableció el Cou ·
crisis fiScales. . sejo Nacional de Educación. Pero prouto un nuevo platlteo de la liber-
Diversas concepcioues -a veces aJ.ltagó1úcas-- se sucede~1 o combman, tad de enseñanza, fundado en tlll phtralismo espiritual e ideológico,
eu parte derivadas de U11 proc~o de ~":olución id~lóg¡ca,general, en respetuoso de la diferencia de creencias e ideas, pareció superar la estre-
parte provenieutes de los cambtos políncos en :l pai.S. Segun v~~os, chez de los anteriores modelos.
el modelo liberal laicista se mautuvo en los anos 30, en la stgutente Hac.iala década de160 otros conceptos aparecieron eu el campo educa-
década irnuupió con fi.terZa el nacionalismo ca~ólico -que entroucó con tivo al considerar que) siendo la educación tul elemento clave eu el
el permúsmo eu condiciones bastante complCJas- )':luego ~ u~1 :fi.tg~ desarrollo ecouónúco de tUl país, el gasto educativo COitstituye una ver·
regreso de aquel modelo en 1~~5, se :fi.teron Íln~tuen.do cr~tenos ~ dadera inversión. Se crearon entOilCes organismos téCiúcos, se avanzó en
amplios que conduyer.01~ admin~ndo una plurali;fad educativa a través la formulación de amplios programas, y se establecietDn nuevas pautas,
del reformulado prÍlKtpto de la ltbertad de ettsena:-lZ.a. No obstaJ.lte su que eran U1duidas en los Íltstnunetltos estatales que entonces se redac-
paulatino decaimiento, la bandera de la escuela pubitca -como estatal, tabaJ.l, como el Plan Nacional de Desarmllo 1965-1969.
laica y gratuita- contÍllUÓ siendo enarbolada por llll fuerte sector de la
commúdad. 1054. En esta época hubo un notorio crecimiento del nümem de es-
cuelas püblicas existentes en el país, tanto de jurisdicción uacional como
1053. Con la revolución de 1943 y el subsiguiente gobicn~'? re:rotústa provincial. El modelo establecido por laieyLainez (§ 911) marcaba una
se produjo, en el nivel oficial, la sustitucióu de la concepoon h~:al Y progresiva ua-cionalización de la ettseÍÍ.aJ.lZa clemeutll a cargo del Esta-
laica por la nacionalista y católica. El decreto_ 1_~411 d;l_ 31 de dinem~ do. Esta tendencia Sl.Ú!:ÍÓ tul cambio eu los ültitnos aúos del período.
bre de 1943 introdujo la enseúanza de la rehgton catolic~ en las aulas En 1978 el gobierno nacional trausftrió a las provll1cías las escuelas de
primarias y senUldarias nacionales, disposiciónq'!-e.~e ratiftcada ¡;orla enseúattz.a preprimaria y primaria dependientes del Consejo Nacional
ley 12.978 de 1947. Se trataba de Ul:proceso uuna~'? en la d~a~ de Educación. Sí bietl este retomo a la jurisdicción provincial se presetl·
anterior(§ 1073), que concluyó en19~5 con la supres10n de la nusma tó como trua vuelta a la letra COitstitucional, en realidad se trataba de
en el marco del conflicto con la Igl_esia (§ 971). , una incipiente política de reducción del Ílunenso aparato del Estado
El discurso peronista se caracterizó por destacar los el~1eutos autocto- nacional, que se contllmaría culos aÍlos siguíetltes.
nos freute a las llillueucias foráneas y los valores esp_mtuales fr~t~te al Desde mediados de la década del60 se incrementó la ettseí1anza privada
materialismo. Su amplio programa educativo tuvo abtert~ cxpreston en -uo estatal-, tanto primaria como senwdaria. Bajo ciertas condiciones
la reforma cottstitucional de 1949 y en los dos planes q1.unquenal~. Se y pautas, los colegios y escuelas recibíall subvenciones del Estado. Este
puede destacar, en los _hechos, el ~~unento del presupuesto edu~~nvo Y apoyo econónúco se había llúciado ya en la primera presidencia de PE-
uua nuyor preocnpactón y ateunou por los probl0:1as de l~ ;UllCZ. Se RÓN cou la ley 13.047 de 1.947, que conttulaba y regLamentaba este
iucentivó entonces la educación preescolar, voluntarJA para muos de 4 a sector educativo. A partir de 1959, con el establecinúeuto de la Direc-
6 aúos -ya prevista en la autigna ley 1420-, la cual_ d~ ahí en adelante ción General de EitseÍlaJ.tz.a Privada se acentuó esa supervisión y se re-
creció hasta el fm del período que exanún.amos. Asurusmo cabe desta- glamentó la contribución ec011Ónúca del Estado.
car la instalat.:ióu de jardines de llúantes en b-arrios obreros. . El crecimieuto de la matrícula de la escuela primaria fi.te constante.
Uno de los objetivos del pero1úsmo fi.t~ alcaJ.:z.ar una mayor ~e,ntr~lZ<l­ Seg{Ullas estadísticas estudiadas por TEDESCO, entre 1930 y 1960 los
cióu del gobierno educativo. El CouseJO Nanonal de E:Jucanon, org~­ escolares se duplicaron. Más del90% corresponde a la enseúanza oficial
no rector de la enseÚaJ.lZa primaria hasta eutonces, pcrdtó su aut01101~a y de ésta cerca de la mitad al gobierno nacional. El porcentaje de des-
y se couvirtió en una depeudetlC~a delnúni~terio de_l ramo. Pero, sut granamiento a través de los siete grados del ciclo era alto y alcaJ.tz.aba
duda, la nota más negativa fue su mtento de mtrod~crr ~nlas at~a~ --eu niveles superiores al 70%. A su vez, la tasa de promoción de alumuos
todos los 1úveles- el adoctrinatUÍeJ.lto político parndano --explicitado del primario al secundario fi1e en a1.uuento: en 1930, 39%; e11 1945,
bajo el nombre de Doctrina Nacioual-, jtwto con el uso de las figuras 41,6% y ell 1955, 65%.
de PERÓN y EvA PERÓN culos textos escolares. .
MANUAL DB HIST
O !tiA DE LII.S lNSTITUC!ON"" • _
=.n.KGENTINAS
Uuo de los problemas que , , Los
analfabetismo, que se daba et~ preocuP? a los edticacionistas fue el
l!S'f1Jl:ltoS \_1NlVERslTII.RlOS

14 años-, en los adultos y en los ::r~ mveles: en la edad escolar -6 a 1056. La incentivación y ampliación de la actividad indtlstrial despnés
~ C01úerencia Nacional sobre~:· .En 19 ~4 se reunió la Pri- de 1930 demaillió una mayor atención y desenvolvimiento de la ense-
SIOll.eS alcanzaran a concretars . ttsmo, sm que sus conclu- Í1al1Z.a técnica que se realizaba en el ámbito de las escttelas industriales y
.
ha considerado que Jos ' d. e en un lllS. tnuneuto 1ega1· En ge11eral, se de artes y oficios. En estas escuelas se incorporan de modo significativo
, m tces eran ba¡os e 1 .
paises. SegLÍn los censos ttacionales de ~ 'comparación con Otros alumnos provctUentes de sectores obreros urbanos.
fabetos de catorce años en adelat rbla~~on, el porcentaje de anal- En 1944 se creó la Dirección General de Enseñanza Técnica, con el fln de
13 6% <1161%
• •
s· lte CCtec¡Q entre 1947 y 1980 d 1
• 1 se arranca con el . e dirigir, administrar y controlar los establecitnictltos que preparaban a
1869, el avance ha sido verdad pürcetltaJC de 77,4% en el censo de técnicos especializados y artesanos. Ta1nbién en ese año se instituyó la
erameute notable.
ComisWn Nacional de Aprendizaje y Orientación Profesional) destinada a
1055. La enseña.tlZ edi organizar el aprendizaje indtlStrial y reglamentar el trabajo de menores.
· ~m a se mautuvo con la mis
nor (§ 913), pese a nuevas ideas . ma estructura ante- Esta Comisión hizo su aporte en la creciente demanda de mano de obra
se conocieron durante -~~ ~ YE"m:rerosos proyectos de reforma que calificada por parte de las plantas ind1.1Striales e11 actividad. Estos dos
. ~ anos. 1 s1stema ed · .
este m;e!, como en Jos otros, tm constante crec~ca~IVO experun;:~nró en institutos fueron reemplazados en 1959 por el Consejo Nacional de Edu-
~e mas nnportame durante el b. .uruento, pero Slll duda cacWn Técnica (CONET) bajo cuya dependencia quedaron 454 estable-
ClÓu oficiaL go temo peromstl, producto deJa ac- cimientos de distintas especializaciones que fi.mcionaban en el país con
Bajo la denÓminaciótl de enseíunza med'· . una matrícula de casi cien mil alumnos.
d~n, ~n primer Jug.u; tres ramas . ta o sectmdarta s~ compren-
gtSterw y comercial. En el pe 'odunpor~a6ntes: a saber: badn7leratoJ ma- 1057. Luego de un fugaz. Estantto sancionado por el presidente PERóN
, · n ocrec1 elmt '
tecmca o ~·ndust:nat E 11 el . . eres por otra rama la en 1954, se dictó eu 1956 el Estatuto del Docente, el primer cuerpo
· · crectmtento de la e ~ . '
uotona participaciót' Ja e ~ . nsenatua med1a n 1v0 tula nonnativo orgánico de la profesión, ya que las disposici011es anteriores
.,
1930 Y 1945 y descct·.-~·' d nsenanza pnvad·~ · _,
, .., que se mcremento entre fueron aisladas y parciales. Fue ratificado por la ley 14.473 e11 1958.
1uego la tendencia alcista. IUIO urame Ja decada .
peromsta, para retomar Regulaba las distit1tas categorías del personal docente; establecía sus
La matrícula de alUilltlOs es revel d derechos y obligacioues; la forma de ingreso y las promociones; las
rato fi.te en constante . . a ora de esta sintación. En el bachille- condiciones de trabajo; la estabilidad; el régimeu jubilatorio; el servicio
1~30 y 1955; eu el ma;~~:~~~:%l~át~dose holgad~ente entre de salud, entre otros. Mejoró de manera significativa las remuueracio-
phcó. El incremento fue aw1 P coY en el comercial se decu- nes de los docentes de enseñatlZ<l media. El Estatuto sufrió algunas
La etapa de maym c.....,.· • mayor, 14 veces más, en el nivel indmtrial modificaciones posteriores y uo siempre se observó su texto y espúiru.
~'-A.muento COtTeSpond al dec . ·
mente en d comercial y en el .. > 'al e etuo 45-55, especial- Otro avance de la época fi1e reconocer la aspiración de los docentes a
d 1 al lllUUStri· A su vez, . d
e os tunnos se observa q 1ba hill. SI aten emos al sexo actualizar y perfeccionar sus conocitnientos en las materias que enseúa-
' uee e eraroyel .
ces predominantemente masculino, . comercial eran enton· bail, lo que se hizo explícito a través de diversas medidas.
yentemenre femenit10 Aún de tro nuentras el magisterio era -aclu-
e::
avance uumérico deJa. rrmjer 1 ~e esta. característica fue evidente el
rato pasó dell2% en 1930 a135; o;_gnmeros,ya que en el bachille- Los estudios universitarios (l)
en Jos mismos años del 21% a1 4;~~ 55; y en el.comercial asceudió
mauntvieron tm abrumado red . : En el ma_g~sterio, las mu¡·ere, 1058. La Universidad es una de las instituciones qúe en el siglo XX ha
r P omuuo• COl 1 tUl porcentaJe · Ulvariable
·
que rondaba el 85%
tenido papel decisivo en la confonnación del país. En sus aulas se for-
Si avanzamos en los datos tad, .
tras en 1955 había 377 713~ tSticods, el aumento es constante. Mien-
1 ·295 · 815· Con respecto
· a la UllltlOs (2) MMCE!.A AsPUL DE YAN1l FERU!ll.i\ y RAMÓN YWZl FEllKE!R/l, Los IJStudios del Dtrecbo tfJ
bla . e enseñanz·a me d'm, en 1979 eran C6rdobrt 1791 "1991, en Uni"ecidad Nacional de CáJxloba. Hommajc al bimmnario ] 7 91·1991,
representaba casi el 4 ,5% . po CI6 n total del país, esta tÜtitna cifra r. I, Córdoba, 1991; CULOS COSSIO, La fondón >oáal de lar r:scm/as de abogada, u:n:era ed.,
Buenos Aires, 1947; ERNESTO J. A. MA!IDE'R, La Univcrsidtld en N.H.N.A., t. 9, ""P· 52, wn
amplia orie1U11ción bibliográfica e indi(ación <k fuentes pan su estudio. Veásc mmbién bibliogralia
citada en esteManual, capitulo XXXIV, nora 2.
'"
191
Los BSTUDlOS UNlVllRSITARIOS

M.f..Nl'A!. Dll HtSTQRIA Dll LII.S lNS1"11"UClONES ARGENTINAS


Sm, con sede en Bahía Blauca y la del Nordeste en Corrientes y Re~is­
marOn los grupos dirigentes. Su creci.tnien~ cuantitati':o ~cualitativo, teuda. Esta última se originó eulas carreras que en esas t.iudades habia
sobre todo en la segtmda mitad de la centlma, ha constttludo tUl cauce establecido la Utllversidad del Litoral entre 1951 y 1954.
prittcipal para el ascenso sociaL . . La expruJ.Sión cobró nuevo imptúso tilla década después. En 1968 se
La época examinada ofrece característtc<~ que es preciso establecer. S: establedó la Universidad Nacional de Rosario, sobre la base de faculta-
observa así el surgimiento de una plmaltdad de saber~ y cru;nT':', mu- des y carreras que tetÚatl su asiento en esa ciudad y que dependíau de la
versitarias, acompañadas ntuchas de ellas de centrOS .de lllvesngact~~; ,el Utllversidad del Litoral. Entre 1971 y 1973 se crearon quince mllversi-
crecinUento del nlunero de tullversidades estatales jtlllto a la apannon dades nuevas, cou el ftn de descentralizar el sistema y satisfacer la de-
de otras tautas no estatales; y el enonne aumeuto de la matrícula estu- manda de las distintas provincias. Pru·a ello se contó, en la mayoría de
di<ultil, que impulsó las consigtúeutes ?bras ?;
itúraes~uctLu·a. A .lo los casos, con facultades o carreras ya existentes que se separabru1 de las
largo del medio siglo, la vida mllversitana refle¡o las sucestvas alterano- antiguas universidades o provenían de centros universitarios provitlCia-
nes del clima político del país y del mtmdo y vivió algtmos .mon~entos les. De este modo surgieron las mllversidades naciouales de Río Cuarto
couvulsionados. En buena medida, el gobterno de las umvcrstdades (Córdoba), del Comahue (Neuquén y Río Negro), Catarnarca, Salta,
nacionales dependió de esos mismos sucesos .. Las leyes y estat1.1tos que Lomas de Zrunora, Luján y del Centro (estas tres t'Utitnas eu la provin·
regúm ht <tctividad sufrieron frecueutes cambtos. Entre 194~ Y 1980 s~ cía de Buenos Aires), La Pampa, Misiones, Patag01lla, Santiago del Es-
sanciouaron seis leyes a n·avés de las cuales se eusayaron dtversas fot- tero, Sru1 Luis, Entre Ríos, San Juan y Jujuy: Así, eu 1973 existíatl 23
mas posibles de gobie;uo mllversitario, sin eru:~u~ru· m~a ~olució~ a~ep­ mllversidades nacionales. Este número sufrió tllla leve disminución,
table y duradera. La inestabilidad o itltolerrulcta tdeo~ogtca. d~ dtsunto cuando en 1980 se cerró la Universidad de Lujá.n.
sig11o, emergente de crunbios y crisis polí~cas, provoco en distmtas oca- Un caso atípico fire la denomit1ada Universidad Obrera Nacional, fiiDdada
siones el alejrunieuto forlOSo o voluntariO de muchos profesores,. que en 1948 como ru1 iiJ.Stinlto superior de enseflanza téallca, con una carrera
d(:bilitó de modo irreparable el cuadro docente y a veces produ¡o la qtre otorgaba el título de ingeniero de fobrica. Se diferenciaba del molde
mptura de e$cuelas y tradiciones científicas. . . lUÚversitario clásico por sus actividades, fmes y régirnen de labor que a
El diseúo que en 1940 hiz,o BERNARDO A. HoussAY s~bre ~ t~nvena­ veces aparecíru1 superpuestos con los de otros centros de estudio. &a tUl<l
dad ;u:gentina apuntaba a la constll.JCCÍÓn de catupus mnversttanos, que expresión ostetJ.Sible del gobierno peronista y su denominación fi1e critica-
fiKilimrru1 las relaciones entre distintas ramas del saber, tru1to en la euse~ da por la oposicióu. Ftutcionó descentralizada en diversas facultades regio-
[lanza como en la ittvestigación; a l;t existencia de un profesorado de nales. En 1959 fire convertida en la Utllversidad Tecnológica Nacional.
dedicación pleua y a uu almnnado selectivo, a través de 1~ pruebas de
ingreso, y estiuuúado mediaute uu sistema de becas y pr:nuos. Am1que 1060. Cuaudo en1955, a la caída de PERÓN, se dispuso la reorganiza·
en esta dirección se han alcat1Zado algunos progresos, las tdeas de Hous- ción de las tuúversidades nacionales, el decreto-ley 6.403 ittduyó la
SAY siguen siendo tul progrruna de fut1.1ro. posibilidad de que, por itllciativa privada, se coustituycrrultulivet~ida­
des libres del monopolio estatal. La medida despertó tma fuerte po1é·
1059. Desde la década de 1930 se hizo evideute mu acentuada diversi- mica, que ganó la calle COll movilizaciones de los grupos antagó1llcos,
ficación de los esn1dios superiores, a través de nuevas facultades y carre- que marchaban tras las banderas de laicos o libres. La pugna nació por-
ras mllve1~itarias, que eu1pezaron por las ciencias médicas y ~ieu~ias que se sostetúa que la Iglesia Católica era la principal destit1atruü de la
exacms y se fueron propagando a las dem1ÍS ramas del saber. Los mstttlt- medida. La oposición levantada dio lugar a que la reglatnentacióu per-
tos dedicados a la investigación especializada, que difi.m<:.Uan sus estu- tinetlte se dilatase. El conflicto nuevamente tomó fuerza cuando el pre-
dios a través de revistas, rumarios o publicaciones seriadas y poseÍatl una sideute FRONDIZI se propuso llevar adelrutte dicha reglamentación. Fi-
Ulfi:aestructura adecuada de laboratorios, talleres y bibliotecas, dieron a nalmente se logró la sattd6n de la ley 14.557, luego de uu debate parla-
la enscú.anza u u c.ompleu1ento nec.es..trio en la fonnadón de los gndua- mentario intenso y complicado. Se establecieron entonces las condicio-
do' (§§ 1066-1067). nes bajo las cuales podrían funcionar estas utllversidades. El Estado
En 1930 existían cinco universidades nacionales en todo el país: <=¿r- contitn1aba ejerciendo el monopolio edtu:ativo, a través deJa interven-
doba, Buenos Aires, La Plata, Litoral y 1bctunán. En1939 se fimdo la ción en las distiutas fases del fi.utcionamiento de las casas de estudio.
U1úvet~idad N<Kional de Cuyo, con sede en Meudoza; yen l956la del
MANUAL DE HISTORIA Dll LAS lNSTITUCio~~~ '"-o
'"'" LU<- llNTINAS

Análogo poder fiscali7.ador se exp ' · · cipales modifiCaciones se canalizaron a través de los estatutos que dicta-
1967 (núm. 17 604) s· b reso en 1a stgwente ley orgánica de
ba cada mUversidad, con la aprobación fmal del Poder Ejet.-utivo. Dada
::;:;;;!~:!~rt>d de:;:, ~~~;,e::~~~';,~~~:;:.:~: la amplitud que ofrecía ia ley vigente, fue éste un campo fértil a las
1958 1 ~nt?. ~gunas ya se habían creado antes de la ley de innovaciones, especialmente referidas al gobierno de las mUversidades,
• pero en os anos stgtuentes afloraron muchas .' al al régimen electoral, a la promoción de la docencia libre y a la libre
1972 eran 26 en tod0 el , mas punto que eu
•. l b p.us, atlllque la mayoría se asentaba en Buenos asistencia de los alumnos a las clases teórica!s .
Aires Y.......1 e conur ano Las p · · Otra etapa se inició en 1946. La llegada de PERÓN al poder se produjo
Católica Argentina, la· Utliv~~::OFstradas fueron la. Uni~ersidad en medio de la oposición de profesores y estudiantes, que continuaba el
Museo Social Aro.>ntino lit . e alvador, la UniVerSidad del
o- Ye lStiUtto Tecnológico de Buenos Aires. enfrentamiento mantettido con el gobierno de facto surgido de la revo·
lución de 1943. Aunque la resistencia activa de los primeros meses fue
. aes tud.tanti! corres¡xmdienteal930rc · b 19
.1061 · La matrícul vencida, nmtca logró PERÓN an·aerse la simpatía masiva del medio, pese
alunmos en las cmco univers·d d . gt'ltra a .018
t a es CX1Stentes. La de Buenos Aires a diseñar un programa de apoyo a las múversidades destinado a generar
11.165, superaba ampliamettte a las restantes El . '~on confianza en su obra de gobierno. Dispuesto a establecer nuevas reglas,
constante e · · · UlCrcmento se hizo
el , • das~sm retrocesos y a veces acelerado, hasta alcanzaren 1955 a su itticiativa, el Congreso sancionó en ochtbre de 1947una nueva ley
u~ e ~.597 utúversitarios, siendo siempre la de Buenos Ai múversitaria (núm. 13.031), que en contraste con la esquemática nor-
res mas concurnda seguida porl d La PI - ma vigente, fue un ordenamiento de 119 artículos que comprendía una
estadi · d ' ~ . .a e · ata. Luego de tnu leve ba¡•
snca urante los anos Sigtnentes a partir de 1959 .d regtllación detallada del régimen mtiversitario, incluyendo rarte itnpor-
aumento lleva hasta e1 ffi<tS " lUto
.1 '
registro con 536 959 tm tud.sostetu o tante de los asrultos qtre habituahnente contetúan los estatutos de las
1975 cifra que d · d 1 · es untes en distintas mtiversidades. En 1954, se sancionó una nueva ley (níun.
'ifi escien e uego hasta situarse en 1983 en 416 571 D
l· e ra,
esta . d334.359 corresponde na la· s umverstdades
. . •
tucionales · 81 ·076e 14.297) que reproducía gran parte de la anterior, pero agregaba precep-
~;;~~:d~: Y 1: 1~6 a las provinciales. El rinno de crecimien~o d.e las tos de tono político partidista, bajo el eufemismo de incorporar a la
. . pnva as se muestra como el más constante Al bo d enseñanza la doctrina nacional jnsticialista. Al caer PERóN, se derogó la
~dio Siglo, la matrinda estudiantil en las uttiversidades ~eciócma ~ .. de ley dictada el aúo anterior y se volvió a la antigtta ley Avellaneda, aunque
vemte veces. ..., e con las modificaciones establecidas en el decreto-ley 6403 expedido a
La infraestructura múversitaria tttvo 1 ad , . fi.U.es de 1955, que dispuso ru1a órbita de mayor libertad para las mtiver-
mentos desborda . q re . a~tarse a este rapido y por mo-
:6 nte aumento. Ftre necesano lllC.re:menta.r las lazas de sidades. Entre las novedades, l.Uta de las más salientes file la que institu-
es~ y tolerar la del~gación de fimciones docentes en p n.U au:x~:­ yó la representación de profesores, graduados y eshtdiantes en los con-
Pese a que se e~rendierounuevas obras edilicias para au:::: al d. . . sejos directivos. Nuevos marcos legales para las mtiversidades naciona-
t:as dependenciaS y se.provecharo ~-lifi . . . . ~¿:,- as L'ltJ.n- les dieron l.s ley" 17.245 (1967), 20654 (1974) y 22.207 (1980),
. · ·-l _ _J • n cu CIOS ong1nanamente destlludos a
as ~tlVluaues, que tttvieron cortas vigencias y ttaufragaron en el agitado e iuestable
oml
a cre<:1 te · ' las previsione.-; filClDn rápid'~"'"
ifiSIClnpre ...u............ su•~"· >
r-auas por
"--- len ~ c~on de la en'lCitanza. En la Uttiversidad de Buenos mmuio universitario y político de la época.
n...uc:>, os mas notonos esfirerzos por la
ext · · nueva. arqmtectura
. . . .
wuversttaria s La mliversidad continuó rigiéndose, en lú1eas generales, por el antiguo
enonzaron en los ailos 40 con los tal e esquema de la ley .APellaneda: un gobien'IO central, a cargo de un rector
tades de Medicina y de Derecho C ~uu::.~ - es edificios de las Facul- elegido por la asamblea múversitaria y de l.Ul consejo superior; y un gobier·
con I:t C~1Strucción
de la Ciudad biti~~taria, q~es~bergóy
en,~ ~~a ~~60 no para cada faadtad, desempeñado por el decat'IO y el consejo directivo.
de Ctenctas Exactas y Arquitectura. a as act es Sob1-e esta base, los estattitOS de cada t11tiversidad inn-odt~eron variantes y
lo mismo hicieron hls leyes posteriores. La elección del rector quet.ió eu
1062.
tt La ley Avellaneda
. . de 1885 (§ 919 ) se mantttvo h asta 1947 pero manos del Poder Ejecutivo Nacional en las leyes de 1947, 1954 y 1980. La
no wo tma VIgencia pacífica y consensuada Contin . . . . ' patticipación esttJClia.ntil en el gobiemo empezÓ rn Córdoba en 1918 y de
ras fi.terou po rnd d . · uas cnsis y revuel-
. . r oras e nuevas Ideas, en particular las . b d l inmediato se adoptó en Buenos Ah-es y La Plata. Quedó reducida a un
ruovumemo reformista de 1918 (§ 925)· ' . Ul~u a as Cll e delegado sin voz tú voto en la ley de 1947, pero después del 55 se consoli-
de leyes que no alcanurou tratamiento o's: .l~ClCll·o~\~~tos proyectos dó, aunque las leyes de 1967 y 1980 volvieron a limitJrla. El funciona-
CIOll egiSI<~tlvos. Las prin-

"''
M.\Nt'AL DE HISTORIA DS LAS lNSTITUCIONl.lS ARGIINTJNAS Los IlSTl1DlOS I.'N!VBRSITAR!OS

mientu de este régi.mett1egal fi.te alterado frecuetttemente con las interven- den01nit1ado Ciclo de Enseñanza Básica que comprendía tres n1aterias:
dones decretadas por el Poder Ejecutivo. . . . . Historia de las Instimciones ArgentitlaS, Histoda de la Civilización y Fih
El principio de la gratuidad de la enseñ<11~a mliversttana fue mt;t::'duCI- soft.a. La distribución de las materias en la carrera de abogacía era la si-
do en 1950 por el decreto 6401 del Prestdente PERÓN -y admiudo en guiente: 1"' aí10: Introducción al Derecho, Romano, Civil I, Penal I y Polí-
las leyes posteriores-, que consideró que todos los alu:rutos er<111 "'beca- tico; 2° aÍlo: Econonúa Política, Internacional Püblico, Civil II, Penal II, y
dos dd Estado" y dispuso que "los estudi<111tes que mgresen y c,msen Constitucional (argentit10 y comparado) I; 3° aíto: Finanzas y Derecho
regularmente C<llTeras en las mliversidades nacionales no abonaran de- Financiero, Civil III, Comercial I, Procesal I, Constitucional (argentino
recho algtmo de tThl.trícula, enseiiaoza o examen". y comparado) II, Trabajo y Previsión Social; 4° aíto: Civil rv, Comer-
cial II, Procesal II, Adtnittistt·ativo, Sociología y Filosofía del Derecho;
1063. La enseñanza del Derecho. En estos años se pl<111tea de modo 5° año: Civil V, Navegación, Política Económica Argentina, Agr;u·io y
más tútido el papel del abogado en la sociedad y en con.<;ecuencia el tipo .Minería, Historia del Derecho Argentino, Intemaciona! Privado.
de enseÍ1<111za que debía imperar en las aulas. En1947, mlO.de l~ pnn- U11a comparación con el plan de 1922 (§ 926) revela unníuuero de asigna-
cipales juristas <ll·gentinos, CARLOS Cossio realizó tu~ es~o ~nttco de turas casi igual-26 en 1922 y 28 en !961-, sin vari<Ultes en las detlOmina-
la situación, en el cual smtetúa que el modelo alberdtano, mspuador de ciones. Ya se había dejado de enseítar Derecho público pmvincial y l~tturici­
los planes de estudio hasta entone~ vigentes, e~taba agotad~. La fa~ul­ pal. En cantbio, apareciemn Sociología -que estaba en el plan anterior-,
tad, seg{m él, debía abandonar un hpo de ensenanza ht~usta Y Cien- Historia del Derecho Argentino -al1ora con cátedt·a autónoma- y Polí-
tífica, propia de una época en la que el abogado desen:penaba, m~ :fi.m- tica Econónúca Argenti.t1a. Se modificaba la intetlSidad en el di~tado Je
ción nuíltiple en la sociedad, para limitarse a mla.ensenanza te~mca del algunas otras: Romano disminuía de dos cursos a uno, y Constitucio-
Derecho, dirigida a la profesión de abogado estnctameme. Mtentras - nal, a la inversa, crecía de uno a dos cursos. Los cambios insinuaban tUl
decía-la f.'tctÚtad úgue pretendiendo que de sus aulas "salg~n ab.ogados leve incremento de la enseÍl<llrza de tipo hun1<ulista.
y jueces, pensadmes y periodistas, políticos y parlame~l~tos, li.tera~os En la Uuiversidad Nacional de Córdoba, el pl<111 de estudio más repre-
y pedagogos, tnitlistros y directores de empresas econonucas, bis tona- sentativo de este períod.o es el aprobado el13 de diciembre de 1955,
dores y nuestros, jefes de reparticiones públi~os y diplomátic?,s", en que cotlStaba de 29 asignaturas repartidas en seis años, de acuerdo a este
cambio debería limitarse a "hacer abog.tdos y JUeces solamente , pues orden: 1"' aiio: Introducción al Derecho y a las Ciencias Sociales, Roma-
todos aquellos ya tienen lugares propios para su formación. Cuando la no I, Intem.acional Público e Historia Diplomática Argentina, Civil y
factútad te1úa aquella función social, ostentó una hegemonía cultural y Comparado I; 2° año: Civil Argentino y Comparado II, Penal I, Ron~­
política que la llegó a conver?r en ~casi tul gxler del Es:ad.o" y que no II, Econonúa Política, Finatrzas y Derecho Tributario~ 3" año: Civil
empezó a perder por la paulatma desmtegracton d~ esas mülnples ,fun- argentino y comparado III, Penal II, Milt<lS y Agrario, Derecho Políti-
ciones sociales que cumplía, a lo cual no parece restgnarse. Despues de co, y Comercial I; 4" af10: Civil argentino y comparado rv, Comercial II
fornmlar la crítica del plan vigente, Cossro proponía el suyo, en el que y Legislación Industtial, Derecho del Trabajo y de la Previsión, Consti-
se destacaba el incremento de las lThl.terias filosóficas -él era tUl iusflló- tucional Procesal Civil y del Trabajo; 5° aÍlo: Civil argentino y compa·
sofo- con exclusión de las históricas y económicas y con reordena- rado V, Procesal penal y Ética forense, Derecho Público Proviltdal y
mien~o del derecho positivo. La crítica de Cossro es valiosa por el diag- Mtulicipal, Derecho de la Navegación, Inttuducción a la Filosofía;. 6"
nóstico de la situación, pero 1li sus ideas ni el plan propuesto erK:ontra- aúo: Sociología e Historill de la Ctúttu·a, Internacional Privado, Histo-
ron buena recepción en el medio múversitario. ria del Derecho Argentitto, Adm.Utistt·ativo, Filosofía del Derecho.
Este platl segt!Ía en sustancia al de 1944, con particular atención a la
1064. La enseíianza del Derecho mantuvo sus antiguas características: formación de los abogados en las htmw.údades y ciencias sociales a
enciclopédica, con fi.lClte presencia del fl?Sitivismo leg~ y de.los códi~ través de diversas disciplinas de útdole económica, sociológica, históri-
como objeto didáctico, con escasos espactos para matenas. soaales, econo- ca, fllmófica y política. Su vigencia se extendió, con algunas modifica-
nlicas, políticas, históricas y fllosóficas. El más representatlvo de l?S pl~nes ciones, hasta más allá de 1983.
de estudio de la íútitna época fue el aprobado enl961 por la UmveiSidad Bajo la influencia de estos platies, se diseñaron los estudios en las res-
de Buenos Aires. Para entonces fi.mdonaba como curso de ingreso anual el tatttes Facultades de Derecho, con algunas modificaciones.

"' 803
LAs ACADEMl.AS NACl~

Las academias nacionales (3)

1065. Alas cOrporaciones existentes en 1930 (§ 930) se agregaron en los


aítos siguientes las Academias Argentina de Letras y NaciOt:tal de Be.11as
Artes, creadas por sendos decretos de 1931 y 1936, respectivatne~tte. En
1938, l.t antigua Junta de Historia y Numismática, presidida por RrCARDO
l.EVF.h'E, adoptó la denominación de Academia Nacional de la Historia.
Dmante el primer gobiemo de P:ERóN se impulsó la idea de dotar de
tllla organización común a las academias existentes y de snjetarlas a la
dependencia del Poder Ejecutivo Nacional. Este cambio fue establecido
por la ley 14.007 (1950) y el decreto 7.500 (1952). Según dichas nor-
mas, se quitaba a esas corporaciones la facultad de elegir sus presidentes
y secretarios y se les retaceaba la elección de sus propios miembros. Es
más, al fijru· en 60 años el límite de edad para los académicos existentes,
las cOrporaciones perdÍatl a sus mis caracterizados miembros y sns va-
cantes podrían ser cubiertas directamente por el presidente de la Na-
ción hasta alcanzar elnümero JllÍnimo exigido de la mitad más 11110.
Valga tUl ejemplo: de los 35 miembros de número que tenía entonces la
Academia Nacional de la Historia, 24 superaban los 60 afX>S de edad,
por lo cual el Ejecutivo hubiese tctúdo que designar directamente a 7
miembros para que, jtutto con los ll existentes, constituyeran J.a base
de la "nueva" corporación.
El proceso de reorganización quedó detenido tllla vez que un delegado
administrativo se hizo cargo de los bicttes Cll cada institución y éstas
entraron en receso obligado que se prolongó hasta la caída del régimen.
Producida la Revolución Libertadora., se restableció la indepcttdcttcia y
liht-rtad de las academi.ts mediattte el decreto-ley 4362 dictado el30 de
noviembre de 1955, que por primera vez estableció tul régimen general
para est.tS corporaciones, que se mantiene vige11te. En ese decreto-ley se • ' ctenUU!
• JC!ca < ) 4
cttumeran las nueve academias nacion.úes en d siguiente ordctt: Medi- La investigacton
cina, Cicttcias, Historia, Derecho y Ciencias Sociales, Letras, Bellas ' d más rorninente científico argentino
.AJ:tes, Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Agronomía y Veterinaria y 1066. BERNARDO A. Hou~, ' PI ~Aen'odetmpaís moderno se
' ''La ct..,...,tua y e e~
Ciencias Económicas. Otro decreto-ley de abril de 1956 incorporó a del siglo XX,sostctna: · ) ~'1. • • ·6 científica. Estadepen-
esta nómina a la Academia de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba, basan, Cll grado fundat_ncttt.ú, euld mvesngact n .. -
que había creddo la Universidad de Córdoba y aprobado e1 presidente _ , . r. 9 ca .53.couampliaorienr.a~
J.\.{EDINA CimdmlwmtidH:m,enN.H.N.A., ' PSS c<mamplia 011enraaon
CASTILLO enl941. Cuatro acadenlias alcan.za.ronel reconocinúento ofi- (4) A:Rl~,~~~\.s Buc;,, La ttcndogia en NH.N.A., :;at:::k
9
en'N.H.N.A., r. 9,c.~p. 54,
cial en 'los años posteriores, hilSta 1983. En 1960 la de Ciencias de b;bliog • a: CA:ar.os D. GAI.LES, Ciem:iaHXfl.ttas,ftnr:M .Y • ;,vesrigacidn ámtifi.:a, Buenos
Buenos Aires -que flmcionaba como entidad privada desde 19 35--; en bib\wgr>~f:~iertrndón bibliogr.iftca; B:oKNMDoLA. ~o~r;:j{ri:¡rwatemdricM y biológi.:ns .Y lo>
<Aio.nai9SS· CEUNA A. LERTO!I.A MumoZA, as/~Je:,.radfHisturii<JNmnismáticaAm"·'a~na
res, ' N NALPEL.O.HlsTORlf,,LM Ah 1996· Rp:;.\RDO
histuriadwar;enA~A • ACIO mrina (1893-193$), tor!lOil, Bueno< .,,, ' ·
(3) Actulemia. Nacionales. Ediciones Culturales Argentinas. Buenos Aires, 1968; MlDUEt S. y etmiJl'imimtohmur.ú;grdfiC.: m !aAr:p itaria y culrwtt gmcral, La Piara, 1933.
M-11\U:NHOFF, Las Ai:aritmiiiS Nationala. El cincumrmario d~ fa Atadtmia Naci011al de Ciencias de LEVENI:C, Jm•t.<tWac1on, enrmanza u.nwtrr
Burnar Aln.r. Unirmidud .Y Academia. Bueno<; Aires, 1985_
805
804
MANt'AL DE HISTORIA Dl.i LAS INSlTI'UGIONRS ARGENTINAS LA INVESTIGACIÓN Cll.iNTiFICA

de en primer término de la originalidad e inventiva de sus hon:bres de política produjo entre 1943 y 1946 tUl hecho determinante: el gobier-
ci;ncia y luego de la capacidad y ~1Úm:ro ,de las ~rs_onas dedtcad~s, a no militar dispuso primero la cesantía del doctor HoussAY y luego de
tareas cieutíficas. El verdadero capttal cten~co yteauco ~e mta _tuaon reincorporado lo jubiló de oficio. HocsSAY, junto cott tUl gntpo de co-
está dado por la calidad de sus hombres de aenoa y por la rntenstdad de laboradores y discípulos se retiraron de la Utúversidad para fi.Uldar eu
su trabajo". . , 1944, con meceuazgo particu.lar, el Instituto de Biología y Medicina
Si bien desde ftnes del siglo XIX se formaron en la Argeutma nucleC:S de Experimental, al que se agregó en 1947 el It1SÚU!to de Investigaciones
estudiosos de las cieucias, su actividad se ru:o ~nanifiesta enl~s ~{llne­ Bioquímicas de la Ftmdacióu Campomar, mya ftgura principal y direc-
ras décadas del siglo XX co~1 uu fran~o crecum~~to que ~uinut~o et~ ,la tor fue el doctor LUIS FEDERICO LELOIR.
seguuda mitad de la centnna con la mcorporaCIOll de la uwesugaCIOll Eu el campo de las hum;uúdades y ciencias sociales se destaca RICARDO
cieutífica a la política del Estado. LEVENE por el énfasis que pone eu la promoción de la investigación.
Algunos centros de inves~igación ,se destacarou com~ precursores de Como presideute de la Utúversidad Nacional de La Plata rewrdaba en
este movimiento en las prunera.s decadas, cmno el Iustituto Mod~o ~e 1933 que en Europa los profesores "entregados al ideal de la investiga-
Clúúca Médica en el Hospital Rawson (1914); el Instituto Ba~tenolo­ ción, vau todos los días a la tuúversidad, pero no a enseñar luúcameute
gico del Departamento Nacion~ ~e Higieue (~91~); y el Instituto d_e el programa enciclopédico de twa discipliua profesioual ( ... ) siuo priu-
Fisiología de la Facultad de Medtcma de la Utuverstdad de Buenos Ai- cipahneute a hacer inqtúsición y crítica científica y f:tlosófica, rodeándo-
res (1919), dirigido por HoussAY- Las ciencias exac~ y ttatur~e~ cou- se del grupo de alunmos o ex alumnos con quienes practica en el esut-
taron ya desde frnes del siglo XIX con obse:Vatono~ astrouo~~cos Y dio de las fuentes". Sostetúa que "estos profesores investigadores( .. .)
museos de ciettcias naturales. En 1911 se creo el Instlf:uto de FlSlCa de sou los llamados a colaborar decisivameute en los otros fmes que debe
la Universidad Naci011al de La Plata, en 1912 la Sociedad Quínúca cmnplir la Utúversidad: la docencia y la cultura general". Seíulab-a como
Argentina, algo después el Seminario .Matemático y la Sociedad Ento- modelos de i.llStituto de investigacióu deutl-o del sistema múversitario,
tnológica Argentllu. _ al Museo de Ciencias Nautrales y al Observatorio de La Plata. Estas
La formación de las vocaciones científicas estabot entonces ltbrada al ideas fueron puestas en práctica por LEVENE eu su campo específico al
empeíío y vohmtad de las pers~nas y uo había tlll sis~ma o reglan:en~­ fundar y dirigir en la Universidad de Buenos Aires elllJStituto de His-
ción que respaldara esa fonnauóu, s~vo t:ecas ocasto~ales de muversl- toria del Derecho Argentino (1936) yellliStitutode Sociología (1940).
dades, empresas o fimdaciooes. El pnmer mtento de n:rt~ ,envergad~1ra
en esta dirección fue la fundación eu 1933 de la Asocu.cton Argentllta 1067. Eu el primer gobiemo per01Ústa se dieron los pasos llúciales
para el Progreso de las Ciencias, con el objeto de contribuir -se decía- para organizar la investigación científica a túvel ttacional y esta vez c01no
·li desarrollo de l<~. ciencia uacional, útdice de la ctdtura Y ftmdamento expresión de la política estatal. Era un movimiento que se empezaba a
~iei poderío económico y de la verdadera ~~,tad de ~~N a~ión; Hous- ma.rúfestar etl el mundo occidental de posguerra. Ya eu 1946 hubo tres
SAY fue elegido como presideute. La Asoctacton remuo a CI_entíficos de proyectos de leyes relativos a la creación de institutos de investigación
las ciencias biomédicas, exactas y naturales. En 1936, Y a mtpt~o ~el cieutífica, de los cuales se aprobó tmo relativo a las ciencias fisico-qtú-
presidente JusTO, se sancionó la ley 12.338 qu~ a~ignó a la Asoct<~.ctou núcas, pero no fue promulgado por el Poder Ejecutivo. Eu 1950 el
1111 fondo permanente eu títulos de la deuda publica, para que su ~.11ta presidente PERóN dispuso la creacióu de la Dirección Nacional de lu-
fuese aplicada a otorgar subsidios y becas. Hasta 1944 se coucedterou vestigacioues Cieutíficas y Téaúcas y también de la Conúsión Nacional
77 becas y otros tautos subsidios. _ . ., ., de la Energía Atómica.
Por esos aúos la expansión de la uwesttgacton U~vó ~ la. creactou de Este proceso -culminó con la creación del Consejo Nacional de Investiga--
varios ceutros e institutos en diversas áreas de la Ciencta, mcluyeudo a ciones Científicas y Técnicas (CONICET), establecido por decreto del
las hmmuúdades y cieucias sociales. En geueral, éstos ftu1(:ionarou d~n­ presidente Aramburu a principios de 1958, como eute autárqtúco de-
tro del sistenta múversitarío. Entre ellos se puede destacar el ya menCio- pendiente de la Presideucia de la Nación y dirigido por uu directorio
uado Instituto de Fisiología, que formó médicos eu distllttas especiali- que ftre úttegr-.ado al comienw por siete investigadores biomédicos, CÚlCO
dades y con alta capacidad. A su ejernplo se ftmdaron otros insriuttos e u deJas ciencias exactas y naturales y uu tecuólogo, además de m1 repre-
el país durante los años 40 y 50. Sin embargo, el eacouo de la lucha seutante cieutifico de las Fuerzas Arruadas y eJ secretario de cultura.

806 807
MANUAL DE H!STO
IUA DE LAS lNSTITUClONES ARGENTINAS
EL l'UIUODISMO; PRENSA GRÁFICA, llADlO Y TELl!V!SlÓN
Atmque sin representación pro ·. . ,
torio, l.l.s ciencias sociales y h,,r;:.~edured Científica en este primer direc- más tarde l<!. televisión. Estos medios fireron acomodando su propio
... ...._u a es entra d · .
esquema de la etaru fundado S ¡· . , ron e .tnmedtato en el espacio sin desplazar uno al otro. De hecho, las cadenas empresarias
H r- ra. e e tgto como ·d
OUSSAY, quien esn1v0 al frente d l . prest ente al doctor solían operar en los tres medios. Sin embargo, la úldole de cada 'lmoy el
ta su fallecimiento y pud . . e or~usmodurante una década has-
' O ap1tCar con eJf'mnl f ·de intp<l.cto que en su momento tuvieron sobre el püblico, hizo que la
habta predicado durante mucho - El-·"t' ar unpt z las ideas que
s anos. otor=n · de bec<l.S Ulter-
. relación con el Esmdo y las nonnas que regían su funcionamiento tu·
uas y externas para la forma . ' de '6 e~.uento viesen distintas características. Mientras el ejercicio del derecho de pro-
. . ,
para 1a realtzaaon de invesr1"' ·
aon 1 venes
fue segmdo gradt···
. l<lUOS..1 d ..
Y e substdtos
b! . . -z:,aoones 1960 piedad y de la libertld de prensa <!.parecía como más absoluto y afirma-
ecumento de la carrer<l. del · . d . en con el esta- do en la prensa gráfica; en cambio, en los ouos medios, las limitaciones
pleta, y con la creación de l:ves~ga or ~~e~tífico, de dedicación com-
y precariedad de las licencias estatales de explotación, fimdadas en el
un estilo, al mismo tiem de rtru:neros '!tstlrutos. ~OUSSAY inauguró
"interés público" y aún en la seguridad, de hecho recortaron con fre-
que ha distinguido desdfetlt gor palrofesto~ y de libertad intelecnlaJ,
La ·' onces orgaiUsmo cuencia el uso de aquellos derechos y libertades y acentuaron el control
Al ·creac10n de otros import"'".6~ "-'-''-'-" centros exte 1d ó el ·
:
del Esmdo.
,11l1f'lrlso que alcatlZÓ desde 1955 la Com ·~ In :~tsterm científico.
Atomtca-<11)'0 ·re t nJ.v.acwnaldetaE "gga
te e ingetllero Ó~ l~fire desde es~ año b.asml973 el contr~.ut­ 1069. Dentro del periodismo gráfico se produjo tUta enorme expau-
sión en diarios y revistas, muchos de los cuales provctúan de la época
ficas de la: enerai'a atórru·
n . e·
UlHILU:::' unpulsor de las aplicaciones pací-
ca- se muo en 1956 U fun'· · • anterior(§ 933). De los grandes diarios de Buenos Aires -que tienen de
~v.actonal de Tecnolonla A..._. •
o· ..,:o¿¡,upecuana {IN'I:&) al ~ . . del Instituto
uacion
hecho un akattce nacional- La Nación fite el que maumvo ittalterable-
to Nacional de Tecnología lndumial {IN'ITJ Y· ano Stgt~tente e IJmtitu-
mente tUl alto lugar en la preferencia del público. Bajo el patrocitllo de
portantes apoyos del agro y de la it d . ' que se c?nsttruyeron en im-
en el orden provll1Cial cabe desta l¡U,Cotria, ;~specttvamente. A su Vf>7 su fimdador BARTOLOMÉ Mrrn.E, la propied<l.d y adminisuación del dia-
t(< d ' car a mtsufn d l . . -~ rio continuaron en poder de sus descendientes. Sus UU:s <l.ntigttos com-
'J.cas e la proviucia de Buenos Aire e twesttgacwnes Cien-
les y regionales. Por tílrimo las F s , : otras creaciones provincia- petidores no tuvieron la misma S1.Jerte. En 1941 des<!. pareció El Diario y
en sus respectivas fuerz-•s ' uedrz:s . adas también establecieron diez aílOs después La Prensa) el periódico de los PAZ, fue duramente
... centros e lllVesng · persegtúda y fmalmente expropiada por el primer gobierno peronista.
p~gramas de interés nacional(§ 1089) actones que desarrollaron
Reintegrada a su propietario Atr>ERTO GA1NZA PAZ en 1956, por diver-
Fmalmente, en 1968 el doctor ALBERTO CAR sos factores no logró recuperar su antiguo esplcttdor. En 1945 surgió el
l~ de HotJsSAY- promovió la creación de la SLOs T~VlNI -onu discípu- matutino Ctart'nJ fundado por RoBERTO NoBLE, como órgano itúonna-
mca, de la que ftre su pru·ne ..:....1 __ ecretarta de Ciencia y Téc-
r u~utaJ:: con el ' · d tivo e independicttte. Pttdo consolidar S'lllugar entre el público y en su
tro de la_ estnlCtura del Estad ' , propos¡to e establecer den-
cietltífica que coordinase la tm_~a t~~ ~rg~no. responsable de la política
notorio C!C(imiento alcanzó a ftnes de la décad<l. de 1970 una tirada no
ciencia y la técnica. <l.S lllStll:tiCtones promotoras de la inferior al medio millón de ejemplares diarios, que c<l.si se duplicab<l. en
las ediciones dominicales. La Nación y Clarín son los dos grandes ma-
tutinos, de atllplia circulación en todo el país que cubren el período
examinado y llegan a nuesuos días.
El periodismo· pr 'fi Entre los vespertinos, Crítica manhlVo stl crecimiento hasta que en 1941
. ensa gra ca, radio y televisión (S)
se produjo el inesperado fallecimictlto de su director NATALIO BoTAI"'A.
1.068. Después de 1930se . . .. A partir de entonces empezó su decllltación., entre pleitos fanllliares y
dtsmo, ~· d·d , ProdtlJo un ntcesante crecurueuto d 1 .
-"·r·<lll t o a traves de tres ví de ., e perta- disputas políticas, hasta acabar con stt cierre definitivo en 1963. Tem_-
prensa gdfica -diarios . as exprestou. A la tradicional prano competidor de Critica fi1e Noticias Gráficas y Ll.tando aquel de-s-
YreVIStas- se agregaro ·
- n sucestvamente la radio y apareció empezó la trayectoria de otro diario sctts<l.cionalista, que alcan-
(5) LuctANO H. EllZ.u.m:: Acwroo . ..
onentacióu bibliognífica _CAR ,Radwy Tclwmón, e:nNH.N.A., tumo 9 . ~ zó altas tiradas: Crónica. Entre tilnto, La Razón, con al$unas vicisitu-
48, con amplia orle1m1ciÓn bi~ ~~ DVE!;A TouE {u),Elp..riodisma enN.H~A49~n;mplia des, mantuvo tmlugar destacado entre los vespertinos. Estos llegaron a
esre .J1.1anuaJ. g . ease hibliogr:tfia indico~da en a¡Nruio ,;..,;;""', lO , cap.
r· ·'-""U v, nota +de tir.u· dos ediciones diarias.
Las revistas generales y t<Unbién las dedi:adas a determinados géneros
808
EL PBRIODISMO' PRENSA GRÁFICA, RADIO Y T!lL.BVlSlÓN
l\.1J.Nlli\.L DE HISTORIA OS !.AS lNSTITtJCIONBil A.ll.GID-<"TINAS

proliferaron durante esos afios. Entre las primeras, se mantetúa como túdos atrajeron a una at1diencia masiva: música clásica y popular, entre-
tul<t de las principales, Caras y Caretas, que desapareció en 1939. La
teninúentos, radioteatro, humor, fútbol, conferencias y conciertos, jun-
política, la religión, la literanu·a, el arte, el deporte, la economía y pro- to a informativos de los sucesos cotidianos. Al constituirse en tm arte-
ducción., el espectáculo, la historieta, el htunor o la sátira, la mujer y el facto de ttso diario en los hogares, sobre todo de la clase media, fi_¡e m1
m.tmdo infantil fueron géneros que suscitaron la aparición y larga vi- elemento social de crecietlte relevancia. En la primera época las príttci-
gencia de revistas dedicadas a ellos. Entre las más destacadas se pueden pales enúsoras fueron Splem#d y Belgrano. Para 1936 se estima que exis-
recordar a Nosotros> Sur y Criterio, en el ámbito de las ideas y las letras; tían un millón y medio de aparatos en el país. Entre 1940 y 1955 tuvo
a Billiken, constittúda en un verdadero complemento de la enseñanza su etapa de n.uyor expansión.
escolar; a El Gráfico, la más difundida en deportes, entre otras. Pese a su Los empresarios obtetÚatl una licetlCÍa estatal para administrar y explo-
corta duración -1962 a 1969- cabe mencionar tul semanario de noti- tar tma onda de transmisión, que se cmJSideraba propiedad del Estado y
cias y opi.túón, Primera Plana, creación de }ACOBO TtMERMA."<, que irnml- que éste podia utilizar cuando lo creyera necesatio. La primera regla-
pió con tul estilo periodístico nuevo -fi.te comparado con el de Time- y mentación se dio en1929, durante la presidencia de YRIGOYEN, estable·
tuvo gran influencia en la política y en la ctUUtra de esos aúos. ciendo directivas sobre contetúdos. Los propósitos itltel'VCllCÍonistas se
lúcieron más i.tttensos en el nuevo RegLunetlto de Radiocommúcacio-
1070. En las primeras décadas del período exanúnado, la prensa gráfica nes dictado en 1933 por el presidente JusTo, en donde se regulaba el
alcanzó un buen 1úvel profesional y de org.uúzación, expresado con la conuul técuico, la formación de los locutores y se velaba por m1os con-
creación de la Escuela Argentina de Periodismo en 1935 por el Círcttlo tetúdos qtte trasnútiesen a la audietKia prograrnas de fonuación artísti-
de Periodistas de la provincia de Buenos Aires bajo los auspicios de la ca y culrur-al. La Dirección General de Correos y Telégrafos era la ofici-
Utúversidad de La Plata; con la formación en1946 del Instituto Verifi- na estatal que operaba en dicho contlul téaúco y administrativo de las
cador de Circulaciones, destinado a certificar las cifras de las tiradas de enúsoras, en ejercicio del poder de policía.
las distintas publicaciones; con la sanción en ese núsmo año del Estatu- El i.ncipie11te i.t1tervenciotúsmo fi.te proñmdi7.ado por el gobierno surgi-
to del Periodista Profesional; y en 1945 con el establecimiento de la do de la Revolución de 1943 y dunt.nte el posterior mandato constitu-
Sociedad de Distribuidores de Diarios, Revistas y Afmes como entidad cional de PERÓN. A través de un decreto del presidente F ARRELL de
gremial. Afios después, en1962, los propietarios de las empresas fi.m- 1946 y de la ley 14.241 de 1953, se estableció una amplia y precisa
daronla Asociación de Entidades Periodísticas (ADEPA). nonuativa para el fi.Uicionanúento del sistema, positiva en muchos as-
En 1945 aparecieron dos nuevas agencias noticiosas qtte se mantuvie- pectos. Lo más negativo fue la utilización de la radio como instn1men·
ron durante todo el periodo: la italiana ANSA y la argentina TEI.At\11, to político, confundiéndose los intereses del Estado con los del gobier-
que crecetú en la década del 80. En 1981 surge DYN. Entre tanto no de turno. Si ya en la carnpaúa electoral PERÓN pudo ttsar amplia·
continuó la antigua agencia SAPORm que cesó en 1984. mente de la radio, fi.te dttratlte sus presidetlCias cuando la cadetta de
Entre los cambios técnicos más salientes se registran durante la década e~nisoras ftte utilizada para trasnútir SttS ,:lisctu1>os y mensajes políticos,
del '70 la introducción del sistetnaoffiet, que reemplazó al taller de ar- su1 que la oposición tuviese oportmúdad par-a hacerlo. Si.t1 embargo, no
mado con tipografia de plomo y, Cll el siguiente decetúo, la adopción de se produjo entonces la estatización de la radio, sit1o que en tma hábil
las máquinas electrónicas e11la composición y diagratnación. Con res- operación las e11Úsoras quedaron, por compra, en manos de personas
pecto al papel de diario, lo más destacado se produjo Cll 1982 con la adictas al gobierno. Se formaron así tres cadenas empresarias que agtn-
instalación en la provincia de Tucumán de tula planta fabril de la empre· paban a diarios y radios de todo d país.
sa Papel de Tuetml.án, que lo elabora a partir del bagazo de caña de A fines de 1951 se i.ttauguró el Canal7 de televisión, el primero eula
azúcar, con una alta producción que ha pernútido su exportación. Argentina, cuhnllundo una larga etapa experi.tnental iuiciada a comiett-
zos de la década del30. Surgió como monopolio estatal. Al principio,
1071. La radio, concebida a principios del siglo XX como medio de si bien se C011Stituyó en mta gran atracción popular por la novedad de
tele- commúcación e instrtunento de defensa estratégica y seguridad del las imáget1es, el alto costo de los aparatos y la reducida programación la
Estado, empezó en los años 20 a desarrollarse como empresa comercial mantuvieron alejada de tul ttSO masivo. En diez aÍlos el sistenu hizo
rentable, donde la publicidad asumió tul importante papel. Sus conte- notorios progresos al Íltcorporarse otros tres canales, con licencias ad-

Sil
'"
MANUAL DE HISTORiA DE LAS lNSTITOClONES ARGENTINAS EL PBIUODISMO: PRID<SA GR.Ál'lCA, RADIO Y TELEVISIÓN

quiridas por particulares y entró eu competencia con la radio. Las emi- iación más resonantes y que alcanzaron reperu:sión interuaciona:, fue-
soras radiales tuvieron entonces que adoptar nuevas maneras de comu- ~n los de los diarios La Prensa de Bu~1os Aires que pertenena a _I,a
nicación para no sucumbir aute el mrutdo de imágenes. La aparición familia GAINZA PAZ en 1951 y El Intranstgente de Salta, que perteueCla
del aparato portátil hizo de la radio un medio de comrullcación que a DAVID MicuEL ToRINO enl949, pero hubo otros muchos, tempora·
pudo abandonar su reclu~ión hogareíu. De igual modo, se hizo presen- rios y acciones de hostiga1niento que alcanzaron a to?o y
el pats afecta-
te en regiones, como las patagótllcas, que empezaron por entonces a ron a antiguos diarios locales y atm a modestas hoJas lu~1as. Los
experimentar tma acelerada rrausformación socio-económica. efectos de estas acciones fueron contraproducentes para el rrusmo go-
Como en otras materias, la Revolución Libertadora propuso una modi- biemo, pues con ellas se fortaleció el cli~na de ir;snrrecc~n, que c~ntri­
ficación completa del sistema de radiodifitsión heredado del peron.is- buyeron a crear publicaciones clandestmas. Caído ~oN, el_ gobteru?
mo, sin dejar de aprovechar el uso de los medios para combatirlo. No cívico-militar que lo derrocó intentó, ~n contrapamda el entierro ~h­
sólo desarticuló las cadenas de emisoras, sino que estableció las bases tico de PERóN y del peronismo, medtante el empleo de la censtua, lo
para ru1 sistema de radiodifitsión comercial y privado, que se hizo reali- que igualmente fracasó. . .. . . _·ó
dad entre 1958 y 1973, aru1queno de modo totaltll con la captación de Durante los primeros años del Proceso, el gobte~lO milt~ establ~~
todos los intereses e.n juego. El regreso del perotllsmo en 1973 trajo ruu. fuerte restricción a la prensa, en todo lo relauvo a la ulfon~anon
otra vez un sistema estatal de radio y televisión, mediaute la expropia- sobre la lucha que las Fuerzas Armadas librabat~ contra la gtterrilla (§
ción de bienes y licencias, que continuó y pro:fi.mdizó el gobienlo de las 981). La gratl mayoría del period~o ¡;e acogtó a una aut~ns~rra.
Fuerzas Armadas C111976. Solo en1980, el mismo gobiemo, por la ley También se impuso la cettsnra prevta durante _la gtterra de las Malvmas
22.285, preveía la privatización de canales y emió>oras de radio, pero (§ 1051) con respecto al desarrollo del confltctO armado.
ello no se alcanzó a producir, salvo algtmas excepciones, durante toda la El periodismo ha tetUdo en este período tm enorme pod~ en la :orm~~
década siguiente. Es de recordar que en esos aÍlos, entre los adelantos ción de la oplllión pública y en el impulso dado a la: dectston~ LOlect:t
ténúcos registrados, se introdujo la televisión cromática y la grabación vas. En este sentido, algtmos medios de la prensa ~á!ica de 1~vel profe-
de cassetes. . onal y de grat1 difi.tsiÓtl acompaíu.ron con su prédtca los dtversos de-
~:ocamietltos de los gobien1os constitucionales. Ej?mpl~ d~tacados
1072. Las declaraciones de estado de sitio por parte de distintos go- .1: •.• ·, Critica que actuó como l.lll ar1ete prmnpal entre
son: en 1930 el LlllU 0 .
biemos --constitucionales o defacto- entre 1930 y 1983 significaron la prensa opositora~ par<l- el derrocamiento del pres1ru;-1te ~RIGOYEN; en
restricciones a la libertad de prensa, que afectaron de manera generali- 1966, las revistas de opitlión, entre las que sobresalía ~era Plana:
zada a todo el periodismo o en particular a algtmos de los medios, re araron el ambiente y alentaron el derrocamietltO del prest~nte ILLIA,
según las situaciones concretas. La etapa 1nás conflictiva en este sentido p p 1976 el d. ·0 La Ra:ain estimuló con espectaculares undos en la
yen , tan . . El.· ·0
tuvo lugar entre 1943 y 1955. Cuando Perón asumió la presidencia, los primera página la caída de la presidenta MARTINEZ DE P~RON. JlUCI
grandes diarios estaban en la oposición y él se propuso modificar la -'n des m'"·~at1 dependerá.t1 del punto de vtsta que se asu-
que eS<tS acu. 1 ....... . _ l' ._
situación. A esto respondió la creación de la Secretaría de Prensa y Di- roa; es decir, si esos cambios represet1taron et~J:"'as de un s_Istetna po 1t1
fitsión, orgatllsmo gubernamental encargado de centralizar y ordenar la co 0 :ftteron alteraciones etl el orden democratlco repubhcano que de-
información periodística, que daba directivas y ejercía presiones sobre bieron ser evitadas.
las publicaciones independientes. Además, el gobien10 fue formando,
por compra o expropiación, una cadena periodística que respondía a
sus indicaciones. A su caída en 1955, esta cadena se compotúa de 17
diarios, 10 revistas, 4 agencias informativas, más de 40 radios y tm
único ca.rW. de televisión. Aún así, se empeñó en silenciar o atnedrentar
a la prensa opositora o iudependiente, para lo cual empleó diversos
artificios, desde el manejo de la importación y distribución del papel
hasta la persecución más abierta, canalizada a través de una comisión
bicameral creada en el Congreso Nacional. Los casos de cierre y expro-

'"
Capítulo XLm

La Iglesia y la cultura católica.


El Concilio Vaticano I1 y la renovación religiosa.
La relación con el Estado. El Acuerdo de 1966 sobre Patronato.
La organización eclesiástica.

La Iglesia y la cultura católica <1>


1073. La iglesia como institución y la religión católica como creencia
experimentaron durante este período t.m crecimiento interior. En tuhl
primera etapa que abarca las décadas de 1930 y 1940 se percibe, segt'in
ZA.'IA'ITA, el nacimiento de '\uta nueva cristiandad en la Argentina",
que ntvo diferentes ptuttos de apoyo, artindados entre sí.
Por tma parte, la estrucntra eclesiástica se fortaleció con la incorpora-
ción de tUl dero bien preparado, con la creación de nuevas diócesis y
con la designación de obispos que respondían a tuta nueva generación
proveniente de fa1nilias de origen itunigrante. Por otra parte, creció la
participaCÍÓll de los laicos en la propagación del catolicismo. Se destaca
en este sentido la Acción Cati)lica Argentina, creada en 1931, que se
constituyó hasta la década de160 -según AmA-- en «la gran animadora
de los imptúsos renovadores del catolicismo en materia de espirinlali-
dad, liturgia y profundización de las Sagradas Escrituras».
Fue también fuerte la presencia del catolicismo en el plano cultural y
principalmente en la f.dosofia, el arte, las letras y el derecho. Aunque el
germen de este movimiento se percibe en la década de 1920, su desa-

(1) Nffioll TOMÁS AuZA,LalglesiaCatdlíM (1914-1960), enNH.N.A .. t. S, <.:a p. 26, con amplia
orienraci6n bi.bliogcifia; Llu M. CA1MM1,Pmin ;t IR Iglesia Catdüca. Ret¡gum, Emulo y Sixíednd
m !aAt:gentintt (1943-1955), Buenos Aires, 1995; ROl:IE!\"!0 DJ SUffiNO y Loars ZMIAITA,Histuria
de IR lgks!R argentina. Destü IR C!lnr¡uistf¿ htura fines del siglo XX, Buenos Ail:es, 2000; Ro.BElt.TO
DI STU.ANo,De /4 twf.qgiaa fa historia, op. cit. nota l del capítulo XXXV; Nü!lliE!lTO PAPU-l..li.,La
Iglesia Católica (1961-1983) en N.H.N.A .. t. 8, o p. 27, wn amplia mieru;ació.n bíbliográfia:
JosErn·IGNASl SMI.IINYA.'<A (direcror), 71wlugfa m Amfrka Lati71a, vol. III, op- cir. eunora l del
capitulo XXXV; LoRJs ZANATTA, Del Eltaio liheml a la Nación Carólica. Igles!R y EjfrciUJ ¡m las
orígenes del peroHismo. 1930-1943, Buenos Aires, 1996; JuAN CMLOS Zmu:rn, Nueva Historia
Eclesiástica ... , op. cit. en nota 1 del capítulo IX.

'"
MANUAL DB HiSTORIA Dll LAS lNSTITUCIONBS ARGENTINAS EL ÜONCILIO VATICANO li Y l..A RENOVACtóN RELIGIOSA

rrollo. e inflt:encia se hiZ? tútido en los dos deceiÚOS siguientes. Bu

. .
rrientes, Catanurca, Santa Fe y Córdoba y file el precedente del decreto
matena ftlosofica es muy tmportante el movimienro tomista, que sirve del31 de diciembre de 1943 que la implantó con carácter obligatorio
de punto de reflexión para cuestiones planteadas en la política, el dere-
cho, la economía, el arte, entre otros. El cenáculo más destacado se
--d~
Otra preocupación principal de la Iglesia y de los mtelecntales catolicos
constituyó en torno a los Cursos de Cultura Católica, a partir de 1922, ftre la denominada cuestión social, que urgía la atención de los problemas
eu donde se formó un núcleo gravitante de intelectuales. Entre los pe- y la promoción del amplio sector de los trabajadores. Algu~~s de l..lS
riódic?s ~a.tólieos sobresalieron los diarios El Pueblo (Buenos Aires) y ideas expuestas en este ordetl quedaro~1 incorpora~ ~ la poht:tca social
Las Pri;mpws (Córdoba). La publicacióu más representativa de esa inte- del gobierno emergente de la revoluct6n del4 ~e }utuo de 19:43 y, por
lectualidad fue la revista Criterio, dirigida en sus primeros aílOS por lo tanto, se enraízan con los orígenes del movnmento peromstl. Pero
Anuo DELL'ÜROMAlNI, en el período 1932-1957 por monseñor Gus- hubo también tempranos enfrentamientos con el entonces coronel Pe-
TAVO J. FRANCESCHI, y con posterioridad por el Pbro. JoRGE MEJfA. rón cuando éste propició en 1944 desde la Secretaría de Trabajo y Pre-
El catolicismo ganó considerable espacio público. Las celebraciones re- visión tlll sindicalismo oficial, único, que despla7..ó -y disolvió compul-
li~os~ reutúan en plazas y calles a crecidas concurrencias. Muestra sig- sivam.ente- a los sindicatos carólicos y socialistas(§ 1039). Sin embar-
nificat:tva, d~ ello fue la <;elebracióu en Buenos Aires del XXXII Congre- go, aunque debilitada, se mantuvo la Federación de los Círntlos de
so Eucanstlco Intemac10nal eu 1934.Se trató de tUta manifestación de Obreros Católicos.
fe colectiva, de tal magnitud como lUUICa se había visto eu el país. Ade-
más de su ~ropia e ú1t;Una significación esn_.ictameute espiritual-como
el acercanuento de miles de varones a la práctica religiosa- tuvo tam- El Concilio Vaticano II y la renovación religiosa
bién efectos instit:ttcionales en cuanto a la presencia de la Iglesia eu la
vida pública. De particular interés en el orden de las relaciones con la 1074. Un movimiento proftmdo de renovación etl el seno de la Iglesia
Santa Sede fite el hecho de que el del;gado pontificio a dicbo Congreso, Católica Romana, a principios de la década de 1960, produjo transfor-
el cardenal EUGENIO PACELU, resulto en 1939 elevado al trono pontifi- ntaciones en la práctica de la liturgia, en la valorización de la. Bi?lia; eu
cio bajo el nombre de Pio XII. l.lS relacimres con ou·as iglesias cristianas y mvo consecuetlCias mstttu-
La culntra católica enfrentó al modelo liberal laicista (§ 962), ya deca- cionales et1la organización eclesiástica y en las relacimres con el Estado.
dente por entonces, pero sobre todo se erigió frente al modelo marxista Este proceso se Uúci6 bajo el Pontificado de Juan ~II y se prolongó
del com~~Usmo .~~ema:ional, que actuaba bajo el impulso expansivo durante el de su sucesor, PAULO VI. Aquél convoco a fu1es de 1961 M
de la Umon SoVlet:tca, liderada por STALIN. Absorbió, et1 algunas de sus Concilio Ecuménico Vaticano II, que se inauguró en Roma el.ll de
lúreas, eletneuros provenietrtes del nacionalismo y mostró simpatías - octubre de 1962 y reunió a t111os 2.400 prelados -cardenales y obtspos-
a~nque con res~rvas-, h:tda aquellos movimientos europeos que se opo- de todos los países de la Cristiandad. Entre los cardenales COilClllTtero~l
mar~ -en lucha tdeologtca o armada- al proyecto comunista. De modo los argentinos SANTIAGO Luts CoPELLO y ANToNIO CAoow-:o, aden~s
parttcular:abe señalar al fascismo italiano y a los uacioualismos espaflol de otros obispos del país. Hubo observadores d~ las co~uuudades cn~­
y portugues. tiauas separadas y también se incorporaron auditores laicos. El ConCI-
Por es?,s ~os se prod~~ ~trma ZANATIA- una alianza entre la Iglesia lio se desarrolló en cuatro etapas, con intemtpeiones temporales, y con-
y el EJercito, que postbiltt6 UlLl activa labor de cristianización eu las cluyó a fmes de 1965. . . , . .
filas militares y a través de ellas de toda la sociedad. Las bases de esta La materia tratada en las deliberaCimres abarco dtstmtos puntos del or-
acción se establecieron entre fines de los aúos 20 y comienzos de los 30 den eclesial de la linu-gi.a. y de la relación de la Iglesia con la sociedad
cuando se estrecharon los VÚ1Culos institucionales, se vigorizó la fun- contemporkea. Entre otras disposiciotres litúrgicas se mod~tcó. ?1 rito
ción de la vicaría general del Ejército e ingresaron como capellanes sa- de la misa con la inuoducción de la lengua vemácula en sustltuCI?n d~l
cerdotes idóneos que "fueron las abejas obreras del reencuentro entre la latín. También se dio tma mayor participación a los laicos en la hturf?ta
cruz y la espada". Dentro de este clima se produjo el retomo de la y en el apostolado. Asimismo, es ~e destacar el dCC:eto sobr~ ecuure~s­
enseÍlanza religiosa en las escuelas públic.lS. Durante la década de 1930 mo destinado a promover la mudad con las denlaS commudades OL'>-
la misma se estableció en las provitlCias de Buenos Aires Salta Co~ tiat~s y particularmente con las iglesias orientales.
' '
816 817
l\1ANUAL DE HtSTORlA DE LAS INSTITUCIONES ARGENTINAS LA RELACIÓN CON EL EsTADO- EL ACt..'tiRDO OS 1966 SOBRS PATRONATO

1075. Deutro de este movimíeuto renovador cabe tambiéu mencionar, argeutino a suprimir el autiguo régimen del Patronato y otras adhereu-
como doctunentos pontificios principales, las encíclicas Mater aMa~ cias propias del antiguo estilo que enmarcaba esas relaciones. Se adop-
gistra (1961) y Pacemin Terris (1963) de JUAN~Il~ y Populorum.~~ tó, entonces, tUlllttevo criterio para encararlas, presidido por los con-
gressi.o (1967) de PABLO VI, eu las cttales se ana.hza, a la luz del cnsua~ ceptos de libertad, autononúa y cooperación.
nismo, los problemas del mUJ.ldo contemporáneo como la cuestióu ~o­
dal y la paz mnndial. Estos doctm1entos tuvieron enorme repercus1Ón 1077. Durante los gobiernos de la Coucordauda, las relaciones se de-
internacional. sarrollarou sin conflictos, tuM vez superado el acouteddo durante la
Eu el ámbito coutinental se destacan las asambleas episcopales de Me- presidencia de ALVF.AR (§ 939). Fue tma época de entendimieuto y co-
dellín (1968) y Puebla (1979), inauguradas por los Papas P~LO VI y operación a raíz de los acontecimientos que colocaron a la Iglesia eutm
JuAN p ABLO II, respectivamente. Los documentos fmales exped1dospor lugar relevante, como .el ya meucionado Congreso Eucarístico Interna-
las meudonadas asan1bleas abordaron problemas palpitantes de Latm.o- cional de 19 34 o la creación del_ primer cardenal argeutino, que recayó
américa y respoudieron a las expectativas de cada m.omento. El de Me- eu monseúor SANTIAGO Lms CoPELLO, arzobispo de Buenos Aires. Por
dellin se muestra más comprometido en el auálisis de la siruadóu de lo demás, las primeras disposicioues provinciales eu favor de la ense-
atraso, ignorancia y miseria que afectaba a países latiuoa.t?ericanos, ~al úanza religiosa eu las escuelas públicas o la labor pastoral dentro de las
mismo tiempo eu señalar la mauera de superarla, mediante camb1os filas del Ejército son elocuentes muestras de ese acercamiento, que cul·
estructurales dirigidos a suprllnir la injusticia sociaL Propotúa, a:>imis~ minó en la Revolución de 1943 y en el subsiguiente gobierno peronis-
mo, tma catequesis renovada y actualizada. El doctm1ento, expedido en ta. La mayor parte de los católicos y la misma jerarquía eclesiástica -sin,
tieu1pos de auge de ideologías extremas y de justificacióu de métodos duda, cou excepciones- asistió con aprobación a los comienzos de ese
de violencia, despertó adhesiones y críticas. En cambio, el men~aje gobierno, aunque hubo tUl sector de iutelectuales católicos indinados a
emanado de Puebla diez aí1os más tarde puso el acento en la evangeliza- exaltar los valores de la democracia y la libertad, que manifestaron su
ción, destacaudo como temas prioritarios los de la familia, las vocacio- oposicióu al régimen. Paulatinamente se fi.te deliueando tul cristianismo
nes sacerdotales, la juveutud y la justicia. Marcó también la opción pre- peronista, que se hizo incompatible con la prédica de la Iglesia y que
ferencial, uo excluyeute, de la Iglesia por los pobres. llevó lenta pero irremediablemente al grave conflicto que desataría el
Eu la Argeutiua, el Episcopado elaboró en 1969 el deuomiuado Docu- mismo PERóN en 1954 con tul discurso agresivo y acusador coutra
mentn de San Miguel, destinado a asumir la renovacióu conciliar, en el sacerdotes y laicos católicos. La campaúa anticlerical subió de tono rá- ·
cual se tomó distancia de ciertos enfoques sociologistas de Medellú1. pidameute al impulsarse en el Congreso N acionalleyes para legalizar el
divorcio, igualar a lújos legítimos e ilegítimos y proyectar tula reforma
constinKional para establecer la separación de la Iglesia y el Estado,
La relación con el Estado. El Acuerdo de 1966 sobre medidas todas ellas que entouces aparecían destinadas a golpear el sen-
Patronato (Z) timiento católico. Este conflicto ntvo fuerza determinante en la caída
del gobieruo de PERÓN, annque sus heridas no Utv:ierou demasiada re·
1076. El cuadro de las relaciones cutre la Iglesia y el Estado eula Ar- percusión en el fhturo.
geutiua experimentó diversos cambios y vicisitudes en e~ ,medio siglo
estudiado. Mientras hasta fmes de la década del 50 la relacton se mautu- 1078. En la presideucia defacto del general.Al!Atl'fBURU se estableció tUl
vo deutro de las pautas conocidas (§§ 935- 942), desde los comienzos nuevo diálogo coula Sauta. Sede, siendo portavoz del gob\emo argeuti·
de los 60 se asistió a tul profi.mdo cambio concepntal eu esas relaciones, no el embaj.ador .MANUEL Río. Antes que tUl arreglo global se propuso
que llegó mediante acuerdos y consensos entre la Santa Sede y el Estado la celebración de convenios que, paso a paso, dieran soluciones parda-
les a diversas cuestioues. El primero y único ak:anzado eu esta gestióu
(2) Ade.m.is de la bibliografía citada al comienzo dcl capitul.o,ElAcuerda entre/a Sama S~de y la fue el acuerdo sobre jurisdicción castrense y asisteuci<t religiosa de las
Rl!públi<:a Argentina del lO de q¡;tui:Jre de 1966 enAnuarioArgmtino de Derecha Camimco, vol.III, fi.terzas annadas, celebrado el 28 de jtutio de 1957, seglu1 el cual el
Buenos Aires, 1996; NOUERTO PADJLU., A treinta afiiJf dd Acundo con la Santa Sede. Buenos
Ain:s, 19%; RlCAltDO Zo!lMQtJÍN Bw:J,Eljummentode!mohirpM, enR.IH.D.RL., n" 15 (1964). vicario castrense, con carácter episcopal, sería designado por el Papa
previo acuerdo con el presidente de la Nación.

818 819
M:.\.NUAL DE HISTORIA DB LAS lNSTITl..:CIONES ARGENTINAS La RELAClÓN CON EL EsTADO. fu AcUERDO O!l 1966 SOBRE PATRONATO

I?tu'aJ.lte_la preside~1cia de ARTURo FRONDIZI continuaron las negocia- el orden de la relación entre Iglesia y Estado es el Concordato». Él opi-
Ciones e mterca.mbtos de propuestas para alcanzar una solución concor- naba que el Patr011ato "fi.1,e tU1il fónnula j.urídica par~ resol~er t~n :S~ad,?
d.ataria y hubo al~~-s actitudes que prepararon el camino. Así, por de necesidad tUl2. situaci011 de emergenna, tllla contu1genna lustom.:a .
eJemplo, la compostcton de las ternas en el Senado para proponer obis- Bajo esta n~va visión se hizo facti~le tU~ rápida ~le~o~iación.du~ante
pos pasó a formarse en sesión secreta; y el juramento que los arzo-bispos la presidencia de ILLIA, que qued~ ~efunda a prmap1os de JUIUO. de
y obispos prestab-an en acto público ante el presidente cuando asumían 1966. Sin en1bargo, no pudo suscnbrrse el acuerdo en la fecha prevista
s:-ts funciones, ~ empezó a realizar en el despacho del primer mandara- por haber sido derroc-ado el presidente. Después de una breve espera, el
no en ceremoma pnvada. Otra muestra de ese espíritu fue que en. los documento se fumó ellO de octubre en la presidencia del general ÜN-
de:retos de~ Poder ~jecutivo que antes utilizaban la expresión nombrar GANÍA y entró en vigencia el28 de enero de 1967. El Papa PABLO VI lo
obtspos, se mtrodtlJO en su lugar el vocablo revistar, con lo cual se reco- consideró como el primer fruto del Concilio VaticaJ.l.O II en las relacio-
nocía que el nombramiento procedía de la Santa Sede. nes entre la Iglesia y el Estado.
Una antigua práctica administrativa erigía desde 1831 que los arzobis- En el Actrerdo se abordaron tres astmtos principales. Por el primero, la
pos y obispos al asumir el gobierno de sus jurisdicciones, prestarau Santa Sede podía erigir nuevas diócesis o modificar las existentes, pre-
JUt~ento de fidelidad a la Constitución y leyes de la República. Dicha via comunicación confidencial al gobierno para que éste formulase, even-
prácnca se asentaba en los anteriores juramentos de fidelidad al rey y de ntalrnente "las observaciones legítimas". En el segundo se estableció
guardar y CtJ?lplir el Real Patronato (§ 294). El objeto y la fórmula que el no~bramiento de los arzobispos y obisf>?s era de compete,ncia
~tilizada tuvie~n diversas variantes. En 1964, el Presidente ILLIA dejó de la Santa Sede, pero antes de hacerlo, en tránute secreto, se hab1a de
sm efecto este JUramento por considerarlo innecesario. commúcar al gobiemo eltwmhre de la persona elegida "para conocer si
existen objeciml.CS de carácter político general en contra .de la ~ma",
1079. El avance fmal hacia el acuerdo definitivo en materia de Patrona- las que de existir debían hacerse saber dentro de los tremta d1as. Este
«;'tuvo lugar .en 1965, tanto por parte de la Sa11ta Sede como del go- sistema tite denomlludo "prenotificacióu oficiosa". Por último, se esta-
bierno argentmo. En efecto, cabe recordar que el Concilio Vaticano li blece el reconocimiento de la libertad de comunicación enn:e la Sa11ta
(§ 1074) había rogado, con carácter general, a las autoridades civiles Sede y la Iglesia en la Argentina, así como la de los obispos con sus
que <<Se dignen remmciar por su propia voltn1tad, previo entendimiento feligreses, suprimiéndose el régimen de los "pases" existeutes (§ 938).
o;.u la Sede Apostólica, a los derechos o privilegios referidos de que Esta libertad también se extendió a que el Episcopado pudiera valerse
dtsfruten actualmen.te por convenio o por costumbre», en cuaJ.1to a la de congregaciml.CS y órdenes religiosas y sac~rdotes secul~s e~~nje­
presentación o d~ignación. ~e personas para el ministerio episcopal. ros que estimase útiles para la asistencia espintual Y: educaCIÓn cnst1a11a,
A. su vez., Ullil. remterpretact<»;l del texto constitucional permitió al go- sin sujetarse a la autorización del Congreso Nactonal en (__"llanto a la
bterno argentu10 .aVaJ.lZat hacta el Acuerdo. Según se ha visto, después admisión de órdenes religiosas, como lo establecía la Omstitución ( art.
de 1810 tire donunante la tesis de que el PatroJuto pertenecía a la sobe- 67, inc. 20). .
r.uúa nacional, estando su ejercicio a cargo de las autoridades nacimu- Hasta ahora la aplicación de este Acuer?o uo ~ ge.ne~do confl1c~s
les. Este concepto quedó incorporado a la Constitución de 1853 (§§ entre las partes, que hayan hecho necesariO acudtr a las vu.s de entendi-
938-942). Frente a quienes soste1Úan que, dada esta tesis, la supresión miento previstas en_ el documento.
del Patrmuto sólo era posible mediante tma previa reforma constitucio-
nal-así lo había .proyectado el presidente FRONDIZI-, se abrió camino, 1080. La presencia de altos digtutarios de la Iglesia en los actos oficia-
. . les, junto a autoridades civiles y mili~, fi1e tma costumbre a~entada
con escas~s opostCimres, tlllil nueva mterpretación del texto constitucio-
n.al, según la cual el 'Patromto no había sido incorporado a la Constitu- hasta fines de la década del 60. Haaa esa época, algtul.OS obiSpos y
CIÓn como tUl principio ni tlllil institución que integra la organización sacerdotes empezaron a cuestionar esa presencia de rigor. Esta idea,
política de la Nación, sino como tU1il regulación que estaba sujeta a tm nacida entre qtúenes asumían posturas de confr?I~tació~, cobró fue~u.
arre~o posteri~r cm1la Sa11t~ Sede mediante un concordato. Segün el en los años sigttientes hasta tal ptulto que en los úlnmos nemros se. hizo
canciller ar~nru:?• MlGL'EL ANGEL ZAvALA ÜRTIZ, "el {mico supuesto notoria la ausencia casi total de los prelados en los actos ofiCiales aJCilOS
que la ConstttllCion COllte.mpla c011 fi.rerza operatoria para arreglar todo estrictamente al culto.

820 821
LA Oii.GANlZACIÓN liCLilS!ÁSTICA
MANL'AL DE HISTORIA DE LAS lNST!TUC!ONIIS ARGENTINAS

Al mismo tiempo, en el seno de la Iglesia, después del Concilio Vatica- tuúón o asatnblea de obispos tetúa existencia desde 1889 y estab-a desti-
no, los altos dignatarios empezaron a reducir el uso personal de osten- nada a consCllSUar acciones comtutes, la nueva et1tidad pasó a constinúr
tosas vestiduras, pectorales y anillos, con la i.ntetKión de acomodarse a tul<l colegialidad, integrada por los obispos, que ejerce en común la
tUl estilo más llano que reflejase el compromiso cristiano con los diver- dirección de la Iglesia en todo el país. Se ret'me no menos de dos vcres
sos sectores sociales. al a.il.o y expide documentos públicos sobre la vida espirintal de la 1gle*
sia -liturgia, pastoral, sacratnentos, y otros- y cuestiones itlherentes a la
1081- El presupuesto de culto, establcrido de acuerdo al mandato consti- vida temporal, de ordetl político, socio-económico o moral, y de rela-
tucional (§950), fue reemplazado a fmes de 1969 por diversas contri- ciones con cl Estado. Una Comisúín Permanente acn'~a y dcride deterrrú-
buciones estatales. Se puede así distinguir tUl aporte indirecto, consis- nados ptmtos que le hatl sido encomendados en el intenegno entre las
tente. e~1la exención de impuestos en los ámbitos nacional, provincial y retuúones plenarias. El presidente y los dos vicepresidentes de la Confe-
mtuucpal De otra parte cabe el aporte directo, concretado a través de rencia constintyettla Comisión Ejecutiva del Episcopado. H.att presidi-
las asignaciones otorgadas a los obispos (ley 21.950 de 1979) y a los do la Conferencia Episcopal hasta 1983, con distinta periodicidad, los
seminaristas del clero regtdar y de las órdenes religiosas existentes en el monseñores .ANTONIO CAGGIANO, ADoLFo ToRToLO y RAÚL E PRIMA-
país antes de 1853. A estas t'dtimas se agregó, como tula exce¡x:ión, la TESTA. La fi.mción de la Conferettcia como intérprete colectivo del Epis·
c.on~gación de los s:Uesianos. ~n reconocllnie1:to a su la~or de evange- copado no obsta a la expresión individual de los obispos y a sus factdta-
hzanon en la Patagoma. Tambten el aporte se hizo extensivo a las parro- des de regir sus propias diócesis.
quias de frontera para sostener el culto (ley 22.162 de 1980). A su vez.,
la Confederación Episcopal recibe anualmente una contribución para
atender parciahnente sus gastos.

La organización eclesiástica
1.082- La organización de la Iglesia ma.nnrvo las tres grandes jurisdic-
Cl~nes territoriales e.xistentes desde el período lúspano: la parroquia, el
obtspado y el arzobiSpado (§ 279). La parroquia encauzó la labor del
clero Y. agrupó a los fieles en los servicios religiosos, la difi.tsión de la fe
y la aSlStettcia sociaL El númem de parroquias aumentó etltre 1910 y
1_960 de4:'*0 a 1290, pero e~ crecitniento fue inferior al de la población.
El mayor u1cremento se regtstra entre 1910 y 1945. El caso de la arqui-
diócesis de Buenos Aires merece destacarse. Durante la gestión del car-
denal CoPELLO, entre 1932 y 1959 se crearon 88 nuevas parroqtúas
llegando a 137 al finalizar dicho período. '
~u cu~1to a obispados y arzobispados, el mapa eclesiástico registra tUl
ntmo mteuso de acrecentatniento. Por leyes nacionales dictadas prÍllci-
palmCltte en1934, 1957 y 1961 se establcrieron nuevas jurisdicciones.
De tm arzobispado y 10 obispados existentes en 1930 se llegó en1983
a 12 arzobispados, 41 obispados y 4 prelaturas territoriales. Los arzo-
bispados sou: Buenos Aires, Córdob-a, Salta, Sat1 Juatt, Paratl<Í, La Pla-
ta, Satl~ ~e, 1lu::umán, Bahía BlatKa, Rosario, Corrientes y Mendoza.
En e~ ;egunetl de gobierno se itttrodujo tUl nuevo orgatúsmo con la
creanon ett 1957 de la Conferencia EpiscopalA¡yentina. Atu1que la re-

822 823
Capítulo XLIV

Las Fuerzas Armadas. Ejército, Marina y Aeronáutica. El desarro-


llo científico e industrial. La seguridad continental y la lucha contn la
subversión.
Las Fuerzas de Seguridad. Prefectura Naval Argentina. Gendarmería
Nacional. Policía Federal Argentina.

Las Fuerzas Armadas: Ejército, Marina


y Aeronáutica ! 11
1083. Durante este medio siglo, las Fuerzas Armadas ocuparon un
lugar importante en el esquema instirucional de la República no sólo
por el desarrollo de sus fimciones específicas sino también por su con-
tribución en el desarrollo científico y tecnológico (§ 1089) y por su
intervención en el gobierno político de la Nación(§ 967). En el Ctllll-
plimiento de sus tareas propias, corno custodios de la sobcr.uúa nacio-
nal, han gozado del aprecio de la ciudadauía y de tma adhesión popular
exteriorizada principalmente en oportunidad de las celebraciones cívi-
cas. Cuando las Fuerzas Armadas asumieron tUl papel activo en la vida
poütica del siglo, que les condujeron a ejercer el gobierno del país en
diversas ocasiones, q11edaroll atrapadas por los vaivenes de una acción
de crítica y desgaste de imprevisibles consecuencias. El deterioro se
hizo más evidente en 1973 y enl983 cuando, después de extensas expe-
riencias militares de gobierno, las Fuerzas Armadas entregaron el poder

(1) A!<.GUINDEGUY r RoDJ!.ÍGUEZ, La; fiur= nava/a argentina;, ctr. nota 1 del capítulo XXV;
Bmzm, Historia de la Emnla NaPIÚ Militar. t. 1 y II, cit., nora 2 del ca pirulo XXXVI; RosENDO
FRAGA, La cuestión ntilitaral ftmúizm' los 90, Buenos A11.,., 1997, cap. XIV; RosENDO M. FK.wA,
La; fot:rZM arntadM (1973·1983) en NH.N.A. r. 8, cap. 24, con orientación bibliográf!a;
0YAa2'.J\l!AL,LM}Uerzru armadM, cit. en nota 1 del cap. XXXVI; RoliERT A. PorASU,LM júsrzas
arntadM (1943·1973) enNH.NA., L 8,c~p. 23, conOI"iel1!llci6n bibliográfica; ROliUT A. POTASH,
EJ qifrüto y la polltica m laAY.!Jmtina, 1928-1945, cir. en nora 3 del capítulo XXIX; Roaur A.
PoTASH, El aj&dto y la polltir;a m la AY.!]mtina: 194$-1962. De Pmín a Frondizi, Bueru.>$ Ail:cs,
1981; R011n·r A PoTASH,El ejoiróto y la po/ftica m la Argentina: 1962·1973. De la caída de Fr011dizi
a la rntrtUTación pmmiml, Buenos Aires, 1994; A:u..!:N ROUQI.Jni, Podermi!itary sociedad política m
laArgcntina, dos romos, Buenos Aires, 1983.
MANUA-L DE !IISTORM DE LAS !NSTITUCIONBS .ARGENTINAS Ll.s FUERZAS ARMt.n.>.S: E¡ÉF.CITO, M.\RlNA Y AERONÁtmCA

a las autoridades elegidas en las uruas, siu haber alcanzado el resultado ZABAL, que eu esa década se construyeron los cittUem~ de la organiza-
que habían anuuciado al tomar el poder. ción militar actual.

1084. El presideute JusTo, durante su mandato, limitó la particip~ción 1085. Cuaudo el general Peróu asumió la presidencia en 1946, el
de los militares en la política. Las Fuerzas Armadas se mantuvieron Ejército encaró la modernizacióu de sus fuerzas y armamentos des-
fieles a la constirucionalidad, pese a que existieron esporádicos y frus· pués de la ftrma del tratado interamericano de defensa en 1947.
trados intentos insurreccionales. Se dio preferencia a la labor profesio- Adquirió elementos militares en Europa y Estados U1údos, pero so-
nal de las núsmas y así se encomeudó a oficiales del Ejército y de la bre todo puso empeño en el desarrollo de sus propias industrias, a
Marina tareas vinculadas al desarrollo industrial en función de la defen- través de la Dirección General de Fabricaciones Militares, a cuyo
sa nacional, en lo relativo a transportes, explotación de hldrocarbm:os, frente estaba el general SAvro.
fabricación del acero, mariua mercante e industria aeronáutica. En ~te Del mismo modo, la Fuerza Aérea, que en 1945 surgió como institu-
ámbito se destacó la figura de MA."1UEL NtcOI.AS SAVIO, eutonces temen- ción independiente del Ejército, alcanzó uu alto grado de adelanto téc-
te coronel del Ejército(§ 1089). La inversión en infraestructura tuvo nico y de capacitación de sus miembros. Eul947 diseñó prototipos de
tUl crecimiento constante entre 1932 y 1937, dando lugar a los proyec- aerouaves, compró aviones y trajo al país pilotos y diseúadores alema-
tos y constntcciones de los grandes edificios .militares: el Colegio Mili- nes para incorporarlos a la Fábrica de.AYitmes Militares de Córdoba.
tar en El Palomar; la Fabrica Militar de Aviones y la Escuela Militar de Las relaciones del presideute PERóN coulas Fuerzas Armadas hasta 1949
Aviación en Córdoba; la Escuela de Artillería en Campo de Mayo y el fi_;eron buenas y ajustadas al respeto mumo y la no-interferencia, sin
Hospitallviilitar; la Fabrica Militar de Pólvora y Explosivos de Río exigencias de opiuiones ni lealtades políticas. Con posterioridad, esas
Ten:ero, entre otros. relacioues en el Ejército empezaron a deteriorarse, se abandonó la no
En esos aí10s la burocracia militar fue en amnento. Se establecieron la interfere.ucia, hubo problemas económicos y se acentuó el papel que la
Diret.:cióu General de Institutos Militares para coordinar y orientar los esposa del presidente asumía en el gobierno. Un alzamiento abortado
planes de estudios y adiestramiento y la Dirección General de Material eu 1951 fue la primera expresión de ese iuconformismo. Ideas políticas
del Ejército, para coordinar la adn:únistracióu relativa a armas y comu- y exigencias de lealtades partidarias para las promociones y los destiuos
túcaciones. Eul943 se creó el Comando eu jefe del Ejército. Entretanto militares fuerou el origen de tm espíritu de rebelión que, unido al des-
se había iucrcmentado considerablemeute el número de efectivos que contento civil, condujeron al derrocamieuto del presidente en septiem~
compmúan el Ejército, que representaba las dos terceras partes de la bce de 1955 (§ 971).
totalidad de las Fuerzas Armadas. En ese aí10 el plantel de oficiales ha-
bía atuneutado eu un 50% con relación al de 1930 y el nümero de 1086. Con la Revolucióu Libertadora se iuició uua etapa de extraordi-
suboficiales, tropa y conscriptos estaba largamente duplicado. En total, naria inestabilidad militar, caracterizada por p1.1rgas de oficiales en las
enm uuos 67.000 hom.bres. A partir de entonces el crecimiento fi.te 1nás tres annas y; en sentido contrario, por la reincorporación al servido
pausado. activo de otros oficiales que había pasado a retiro forzado o voluntario
La Marina, a su vez, evolucionó hada tula mayor especialización técui- durante el gobiemo de PERÓN. En algunos casos, jtulto coula reincor-
ca. Su misión principal era la defensa de la sobenuúa en el mar ~ la poración hubo promociones uo habituales en el orden castrense. La
promocióu de los intereses marítimos 11.acionales. En 1934 se Cl"CO la operación más profunda se hizo eu el Ejército: 75 de los 86 generales en
Escuela de Guerra Naval, constituída en el principal instituto de fonna- actividad pasaron a situadóu de retiro. También otros oficiales y mu-
ción del arma. Hacia 1943la flota. -núcleo ceutral de la fuerza- contaba chos suboficiales entrarou eu la pmga. Esta remoci6n de los cuadros
cou41 buques de guerra y 18 auxiliares. Continuaba ocupando el pri- creó malestar entre los oficiales del Ejército que quedaron, dando ori-
mer h.1gar en América del Sur, seguida por las de Brasil y Chile(§ 963). gen, jtmto con nuevos factores, a luchas y divisioues que afloraron eu
El crecimiento del Ejército y de la Marina durmte la p~idencia de toda su magnitud durante los gobiernos de FRONDIZI y GUIDo. Si bien
JusTo y la de su sucesor, ÜRTIZ, fue notorio. Los presupuestos asigua- la figura del general JUAN CARLOS ÜNGANiA, como jefe del Ejército,
dos y el franco apoyo que esos mandatarios brindaron para la adquisi- significó el retorno a tma postura más profesional en la couduccióu
ción de medios e infraesu·uctura edilicia permiten afmnar, según ÜYAR- militar, con respeto a la COllStitucionalidad, bien pronto esa aparieuda

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MANUAL DE HiSTORIA Dll LAS lNSTITUCJON"" • -
"~ I'U<.Gl'!NTINAS !..M FUEAZAS ARMaDAS: E¡áaciTo, MARINA Y AllRONÁtrf!CA

Se quebró con el movimiento castrense de 1966 del e -' 1 . siempre alto y constituía aproximadamente algo más de los dos ter-
ÜNGANiA sur · ' ·d ' u;u e nnsmo
Ar d gt~ como prest eute designado por la cúpu.Lt de t F cios del total de los efectivos. ÚYARZABAL apunta que la conscript.--ión
zas rna as. Dtce POTASH que ÜNGAN. ,d , as uer-
se tUta imagen civil, cultivando IA trato e qt~,su regimen tuvie-
obligatoria cumplió "una función social de gran trascendencia, a partir
mas, cuya interferencia en su es:: pmdente. rdaoon con las tres ar- de la ejecución de programas de alfabetización y relevamiento sani·
aceptar. Pero ca ó al fu g gubeJ::a,nva no estaba dispuesto a tario, además de la prevención y tratamiento de enfermedades du-
tar (§ 976). y' 1, preso de una deClston de aquella cúpula mili- rante el período de servicio".
E.n estas intervenciones, ya a travt'.s de . 1088. Para la atención de los gastos militares -o de Defensa, como se
btemos constitucionales . . .I:'restones o planteos sobre go·
to tuvo papel ' . ' ya CJerctem:io drrect.unente el poder, el Ejérci- solía indicar- el Estado dispuso de los recursos asignados en los presu-
protagomco en todas ellas La Mar" IÓ puestos nacionales votados anualmente por el Co11greso Nacional. Aun-
do plano después de la Revoluci'011 L·be~ ma.actt. en tm segun-
Aérea fue e1 . 1
ora. El influJo de la Fuerza que en esta materia las comparaciones deben hacerse con mucho cuida·
menos notono. Esta relación de t fu do y sin asignarles valor absoluto, una mirada ·al siglo XX anuja intere-
general, aun en el período 1976_ xl as e.rz.as se lllillltuvo en
zas Annadas fi_1e de cará · . 1983 . ' cu.u 0 el gobtemo de la<;: Fuer- santes resultados. Dtltante el primer quinquenio de la centuria, el gasto
de las tres anrus que secd«:r .ud~tituc~onal, con la participación tripartita militar constituyó, en promedio, tUl 20% del total del presupuesto. De
. • lvt teronmcumbencias y d · · ahí y hasta 1943 disminuyó, oscilando durante este laq,ro período entre
mvel de ministerios g be . estgnactoues en el
. ' o maaoues y embajadas e titu d un 13% y un 17%. A partir de este último aí10 y etl coincidencia con
ptamente un 'régimen militar (§ 980) La . ' ons yett o pro-
mayor partici · ' el · Marma ttwo entonces lUla una mayor participación militar en la política nacional, el porcentaje
paaon en poder de decis·ó11 la b a-eció significativamente. Así, de 1944 a 1965 osciló entre. tm 20% y
entonces. En menor grado tamb., ~ q~e o servada hast-a
Aeronáutica. le.ll se pu e aplicar este concepto a la un28%, aunque en 1957 alcanzó excepcionalmenteel31 %. Desde 1966
y hasta 1983, pese a continuar durante la mayor parte del período el
poder político en la órbita militar, se produjo nuevamente una sensible
1087. Entre 1973 y l983Ias FuerLas Armad ,
GA se coustitu . . as, segun RosENDo FRA- disminución del porcet1taje. La oscilación fue entonces enn·e nulO%-
' . yeton en las meJor equipadas de lberoaméri_ ed. hubo sólo tn19% en 1974- y munáximo de 19%, que se dio excepcio-
tma unport.ulte renovación de su material ca, m lante
co corno de la capacid•d de ba D y tUl desarrollo tanto orgáni- nalmente en 1982, aúo de la guerra de Malvinas. Después de 1983 -ya
, . .. com te. e mod 0 ·al . L . en un proceso político de desmilitarización- se redujo el porcenntal
Aeronautlca la renovación de 1 flo _ d . espect se ucstaca cula
poración de unidades de tr a ta : avtones de. combate y la incor- anual a tul sólo dígito, con alguna excepción.
touces etl la fabricación d::&: Y~ etlt:re:l.affil<:l:to. Se ava:lZÓ etl-
Córdoba fue · mod enuzaua · ~..:~- y a princ·· · Fabrica
d 1 Mthtar de Avwnes de
1089. El desarrollo científico e industrial <2 l. La creación de la
desarrollar el proyecto misili . e :rloos e os ochenta se etnpezó a Escuela Superior Técnica del Ejército en 1930 bajo la dirección del
tismo de fuego" en las Mal . stlcod old r II. Esta Fuerza tuvo su "'bau- entonces teniente coronel.MANL'EL N. SAVIO constiUJyó un paso sig-
no:ida. La locha contra la =~~án ~ ~~ ~ci?~~1tar fue muy ceca- nificativo en el desarrollo de la investigación dentro de las Fuer-
Chile fueron los factores que impnl . d·cf' IS e ~la guerra con zas Armadas, tal como se venía haciendo en las décadas anterio-
La totalidad de los efectivos de lass~ 1 a renovaaon. res (§ 957). Con dicha creación tendió a disminuir la dependencia
hombres etll973 d 1 , rzas Armadas era de 140 000 téCiúca y científica que el Ejército mantenía con las universidades
ma..t.• 30 000 .'. Fe os cuales el Ejercito contaba COll 90.000· Ar-
.....,_, · Y .1a uerza Aérea 20 000
h'
nacionales, aunque no deja1·on de cornpartirse profesores. En esta
nümero de'efec . ' . ' . . Una década más tarde el decisión influyó no sólo el interés por evitar la intetferencia de las
efo • tlvos se habta tncrementado en tUllO% El ' 'd discusiones políticas en las aulas, sino también la posibilidad de consa·
ectlvos comprendía tres niveles. oficiales . . numero e
criptas que prestaban el senric.10 . . . '~bofi:iales y soldados cons- grar la investigación científica y tecnológica a las áreas que el Ejér·
la Mariua). militar obhgatono por llll año (dos en cito consideraba necesarias para sus propias actividades.
En 1983 había en el Ejército unos 6 000 0 fi . . (2) THOMM Bu01,La ter:nologia enNH.N.A, r. 9, cap. 55, con orientación bibliográfic~; 0Rnz,
oficiales y 63.000 soldad .· taales, cast 25.000 sub- Cimtia, mseñanm superior y jUerzas m'ffladas, cit. en nota 1 dd cap. XXXVI; D~ P¡,_uB, MiLKTiN
os conscnptos. El porcentaje de éstos fue y GunÉRUZ,Los ingenieros militares, dt en nota 1 dd Clp. XXXVI.

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.MANt'AL DB HISTORIA Dti LAS INSTITUCIONES .ARGENTINAS LAs FUERZAS ARMADAS: EJÉRCITO, MARINA Y AIJRONÁ1.ITICA

S AVIO pertenecía a una generación de oficiales técnicos no directamente das y la commúdad científica. Quienes compreudían y favorecían el va-
vinculados a la universidad, que establecieron nuevos criterios en la lor de los intercambios entre científicos militares y civiles para el progre-
enseñanza de la tecnología de avanzada en el átnbito militar. A princi- so de las fuerzas armadas -agrega Ortiz- constinúan un grupo reducido,
pios de esa década, la producción del acero empezó a considerarse c~mo que no podía modificar el criterio que se irnpotúa en los países más
un objetivo principal de la detensa militar y por tanto en consonm1c1~ se desarrollados de impulsar tuta investigación científica patrocinada por
trataba de reducir su importación. Así, la adaptación de la producnón el Ejército, que fue la al tentativa finalmente adoptada. Así, se establecie-
i.ndustri<li local de tiempos de paz a condiciones de guerra fue conside- ron el Centro de Investigaciones Tecnológicas (CITEFA), el Servicio Naval
rado como el punto prindpal de una nueva disciplina. Movilización in- de Itwestigación y Desarrollo (SENID) y el Institutn de Investigaciones
dustrial, que SAVIO con1enzó a enseñar en la Escuela y dio a conocer en Aeronáuticas, con funciones de preservar y actualizar el potencial de las
un libro en 1933, donde desarrolló tma noción de la guerra que era Fuerzas Armadas en las áreas de investigación científica y tecnológica.
novedosa en el país. Dada la importancia alcanzada por la ciencia y la Si bien las relaciones entre el ejército y la múversidad después de 1955,
tecnología en el campo castrense, la conducción de mta guerra no era estuvieron cíclicameute expuestas a conflictos políticos e ideológicos,
sólo mt conjunto de directivas relativas a las operaCÍOltes en el campo de ello no impidió que se mantuviesen vinculaciones enne deutíficos de
batalla sino era una coordimción de actividades industriales para apo- 1ma y otra procedencia.
yar el esfnerw bélico. La movilización industrial, que implicaba una Cabe seüalar, en ouo orden de cosas, la labor desarrollada por la
transición de la producción de tiempos de paz a la de guerra, debía ser Fabrica Militar de Aviones, creada en Córdoba en 1928 y que tuvo
ejecutada sin provocar una brusca ruptura de las actividades económi- diversas denomlluciones. En los años 30 se destacó en la fabricación
cas normales pm·a que -decía- "el precio de la victoria no fuera tllta de aviones y de motores de aviación. Enl947 construyó tulO de los
econonúa fracturada". Los graduados de esta Escuela y de otros institu- primeros aviones de propulsión a reacción, el Pulqui II, cuando ésta
tos de capacitación del Ejército y de la Aunada fomuron -sciíala Or- técnica estaba en sus primeras etapas en el mundo. Más tarde se
tíz- una commúdad de oficiales con orientación indusuial y algunos de desarrollaron otxos cuatro modelos del Pulqui IL La Fábrica realizó
ellos recibieron, adenús, su perfeccionmniento en centl:os extranjeros. interesautes proyectos en cohetería y produjo pequeñas series de avi o-
Otro paso importante en la nueva direccióu fue la creación en1941 de u es, como el Pucard y el Pampa.
la Dirección General de Fabricaciones l'v!ilitares, tan1bién dirigida por SA- Por último se puede meucionar, como hecho saliente del período, que
VIO, con cl fm de promover y coordinar los esfuerzos indusui.ales de en 1941 el Instituto Grogrdfo:o Militar (§ 957) fi.1e eucargado por ley
interés castrense. El nuevo ente absorbió a laFdbricaMilitar de Aceros- nacional de la ejecución de los trabajos geodésicos fundamentales que
que instalada en1935 había producido una parte considerable del ace- condujeran a la elaboración de las cartas topográficas de ttido el país,
ro-, y a otras más pequeúas; y entre sus actividades también hubo espa- dentro de tm plazo de treinta "aí10s, que fue prorrogado en1971. Esta
cio para la investigación científica. Enl943, el mismo SaviO fimdó los actividad cartográfica fue considerada como tul procesodlllámico nece-
Altos Homos Zapla y cuatro aiíos después obutvo la sanción de la ley sitado de constante actualización.
12.987, que estableció el plan Siden'u·gico Argentino, en el cual se pre-
veía la inst.úadón de varias fábricas de armas. Sin embargo, la produc- 1090. La seguridad continental y la lucha contra la subversión (a).
ciólt no alc.mzó a satisfacer las máxitnas aspiraciones y así, por ejemplo, La política de seguridad eu el henúsferio surgió como asunto militar y
hubo que comprar las armas más sofisticadas en los Estados Unidos diplomático muy relevante en la época de posguerra. Dm·a.nte los pri-
entre 1946 y 1948. meros años, el enemigo en potencia era extracontinental, pero a partir
El general SAVIO también propuso la creación de institutos de investiga- de mediados de la década del cincuenta erupezó a cobrar cada vez ma-
ción cientÍfica dentro de las Fuerzas Annadas para atraer a profesores e
investigadores que ltabían quedado separados de la tuúversidad por los
(3) SAMUEL AMAI<.AL, Guro-a revolucionaria: de Argelia a !a Argentina. 1957·1962 en I. E., 43,
conflictos ocurridos a mediados de la década del40. El intento llevado 1998; Pedro Antonio Boosso, El plan C(lrrientes: implicancias juridicas de su aplkaci6n en Res
a cabo durante el primer gobierno permústa contó con la aprobación Gesta, nUlll- 41, 2003; Co.'<AO:EP, Nunca más, dt. en nota del cap. XXXVII; FllAGA,LM fUer=
a:rmR.dM, dr. en nota 1 del capítulo XLIV; JowAN, El Procew, cap. 3 y 4, mn bibliogrdia de
del Senado, pero -dice Ortiz-la iusisteuda de que hubiese un control distintos enfoques e ideología, cit. en nota del cap. XXXVII; Lwús, De Chapultepec al :&llgle, cit.
núlit.u· en aquellos centros perjudicó la relación e~1tre las Fuerzas Arma- en nota del cap. XLI.

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MANUAL DE HISTORIA DE LAS INSTITUClONilS .ÁRGENTINAS LAs FUERZAS .All.MADAS: EJÉRCITO, lliRlNA Y AtlRONÁVTJCA

yor presencia el enemigo in.temo, escudado bajo las bauderas del comu· co, cuyo ejemplo más destacado fue la Alianza para el Progreso lanzada
nism:o o de otras ideologías extremistas. por el presidente KENNEDY. Et!- ~ierto mod<?, esta u:c~ida:' de comple*
La Jtmta Iureramericana de Defensa, creada en 1942, constinúa por mentar ambos procesos, el militar y el soc1o·econonuco uúluyó uoro·
entonces el íuúco organismo internacional que, sin tener tul.a ubicación riamente en esos años sobre importantes sectores de las Fuet7...as .A11na·
relevante en el esquema instinteional interamericano, servía para reali· da:s y en especial sobre algmus figuras militares que por entonces asu*
ZM contactos y acuerdos bilaterales cutre los estados mayores de los rrúeron fi.utciones gubemativas en la región.
ejércitos del continente. En 1945 México propuso establecer tm órga.uo
militar permanente en el que participaran los estados mayores de los 1091. La posición de la Argentina fue, hasta 1951, de oposición, am~·
ejércitos americauos, pero la falta de apoyo a la propuesta por parte de que pmdente a una integración militar americana. Es así que hacta
los Estados Unidos, debido a factores coytmturales, impidió su concre· 1958 ]a Cancillería argentll1a sólo reconocía a la J1mta Interan1ericana
ción. De cualquier modo quedó expuesta la idea de que no podía con* de Defensa funciones técnicas y no capacidad para proponer nuevos
cebirse a un ejército encerrado dentro de las fronteras de tUl Estado esquemas o principios de seguridad continental. ~ distintos gobier·
nacional. Las objetivos militares) la formación y eutrenamiellto de sus nos vieron con temor mta sumisión a los Estados Umdos en esta mate-
hombres, las armas y equipos utilizados y el diseño de las estrategias ria. Pese a la insistencia de las FuCl"Zas Armadas en celebrar tm acuerdo
exigían acuerdos eutre los distintos países, más allá de las dificultades u de asistencia militar con el país del norte, la cancillería y el presidente
objeciones .que se preseutaban para establecer "un Estado Mayor de las FRONDIZI en 1958 no accedieron a ello. Sólo en 1964, durante la presi·
Américas" o de introducir un org.mismo militar en la OEA. de11Cia de IttiA, se concretó el demorado acuerdo, que puso a disposi·
En1951, la Juuta Interamericaua asumió funciones de planificación ción del país equipos militares, materiales y servicios. ,
Ocupándose de la política de seguridad continental. Hacia 1958 y~ Durante los gobiernos de facto de ÜNG&"'ÍA y LANUSSE, se propugno
era dominante la presencia de cuestiones atinentes a la seguridad reforzar el sistenta militar comím, lo que tnvo ejetm:ión a través de
interior de las republicas americanas. A su vez, Estados Uuidos, que confere11eias, cursos, misiones castrenses, órganos de cotlSUlta e i.nstitlt·
había volcado tul mayor interés por la región, ya tenía en 1955 cele- dones de esntdio y adiestramiento, con el priudpal objetivo de hacer
brados ac?erdos militares con casi todos los países, salvo México y frente a las agresiones a la seguridad interna de los países de la región.
la Argentma. Si bieu el comunismo había sido elttrevisto como tma
amenaza continental cierta, las relaciones de defensa sólo se modifi* 1092. La exitosa respuesta técnica del Ejército fraucés a la rebelión pro·
caron con el fenómeno de la revolución cnbana, al convertirse el independiente desatada en Argelia Cll 1954 -y el~niuada e1~ la primera
esquema de la seguridad en tUl objetivo estrictamente interno de los rrútad de 1957- dejó Ull método y tm marco de tdeas para JUstificar su
países. Esto se hizo patente a fines de la administración EisENHAWER uso en fun1ras luchas contra el terrorismo, según sostiene S&'v!UEL AMA·
y comienzos de la de JoHN F. KENNEDY. RAL. De acuerdo con esa concepción, el campo de b-atalla uo era el tra-
Pan enfrentar a la nueva forma en que se presentaba en el iuterior de los dicionaL La guerrilla tu:bam se U1Sertaba en. la población y para id~uti·
países la actividad subversiva y ]a acción guerrillera, era preciso em- ficar al Cllemigo era necesario ejercer tul estncto control sobre la uusma
prender la actualización teórica, el eutrenamieuto, el armamento y el y ganar su confianza. La derrota del terrorismo se producir~ sólo con la
modelo organizativo de los ejércitos. Las docn·inas y tácticas de la Se* completa desh1.1cdón de la organizaciót; arma~ a claud~r_ma. Para .e~o
guuda Guerra Muudial dejaban paso a las que empezaban a ser practi· era preciso conocer e5a estrucl1Jra a traves de, la uúorm~uon prorOIClO-
caJas o preconizadas eulas luchas antiguerrilleras, como, por ejemplo, nada por el terrorista apresado -que uo debta ser cons1derado m como
las empleadas por Francia en Argelia. En 1962, la Jm1ta Iutenunericaua un soldado enemigo ni como un crllniual comím- tnediante 5ll ll1te·
de Defensa propuso la realización de un esn1dio sobre la conducta de la rrogación breve y expeditiva. Era esta tarea propia del ejército y u? de la
guerrilla y de la contraguerrilla. Nuevamente se volvió a plautear por policía y sus operaciones debían cot~ducirse con un plan estableCido el~
entonces la creación de una fi1erza iuteramericana de paz y el encuadre el superior nivel de comando. Estas tdeas centrales ft1eron expuestas pm
instin1cioual de la Jtmta Interamericaila dentro del sistema regional. RoGER TRINQUIER en su lihro La guerra moderna y la fucha contra la
Este nuevo enfoque de la seguridad hemisférica no implicaba solo una y
guerrilla, ,que apareció enlC11gua francesa eu 1961 tuvo traducción a~
idea ln.ilitar, siuo también el desarrollo de tul programa socio·econ6mi· U1glés y ai castellmto (Barcelona, 1965 y Buenos Aires, 1975). El autoJ

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J\iMHlAL DE HISTORIA DE LAS JNST!TUC!ONES ARGENTINAS

había participado en las operacioues en Argelia y su obra di.ftmdió esta ~10 y fue incorporada a la CilSeúanza de la Escuela Superior de Guerra.
experiencia autiguerrillera francesa. Sm embargo, conjetura AMARAr., cómo los núlitares COllOCÍanlas conse-
cu<:nci~' de métodos tat~ drásticos "prefirieron dem.orar su completa
1093. Bula Escuela Superior de Guerra de Bueuos Aires, ya enl957 aphcaCion cuando la tem1da amenaza pat·a la que tan largamente se ha-
se planteaba como hipótesis la posibilidad de tma guerra social bíatt preparado apareció finalmente en 1970". Cuando cinco años más
revolucionaria y eu 1959, un trabajo publicado en la revista del or- tarde -agrega dicho autor- decidieron su aplicación, flterou soslayados
gauismo daba cuenta de la experiencia argeliua. En los plauteos teó- los problemas políticos derivados de la efectividad militar de la doc-
ricos o en los estudios descriptivos, las referencias concretas que se triiJ.a, que habían taúdo lugar en la experiencia francesa. ·
hadan eran generahneute a otros países. En1961 y 1962 ya preocu-
paba la subversión comunista, alentada por Cuba y se planteaba la 1~94. En el capíudo respectivo(§§ 977-981) se ha tratado, desde la
posibilidad de que ese feuómeno se diera en la Argentiua. Esta gue- nura política, la lucha contra la subversióu en sus distintas etapas, con
rra subversiva aparecía como opuesta a la guerra clásica y a la nu- una,s~cinta re;~ta de los f:':Íllci~~es acontecinrieutos. Según JoRnAN,
clear. Se consideraba que sus principales medios de acción erau la la rap1da y drasUca operac1on militar contra las organizaciones guerri-
propaganda, las huelgas, la desobediencia civil, la inseguridad gene- lleras durante el primer aúo de gobieruo núlitar produjo el mayor uü-
ral, la agitación armad;~_ eu forma de atentados, sabotajes y agresio- mero de bajas (detaúdos, fallecidos y desaparecidos). Los atentados
nes y fmabuente de insurrección general destinada a destnúr el régi- terroristas, que eran noticia diaria, disminuyeron abruptameute eu los
men político y derrocar a la autoridad constituida. años 1977 y 1978, produciéudose los últimos eu 1979. Segt'm RosEN-
Un primer experimento eu este seutido tuvo lugar eu la Argentina en D~ FRAGA, entre 1974 y 1976 hubo mtas 1.000 víctimas cutre los gue-
marzo de 1960, aute la actividad insurreccioual y actos de terrorismo rrilleros y entre 1976 y 1980 el uíuuero alcatlZÓ a 8.000. Esta es la ci.fi:a
desatados por la denominada resistencia peronista (§§ 972-973), consis- dada en1980 por el tenieute geueral VroLA, que había sido comandante
teute en revueltas callejeras, atentados, huelgas, incendios de transpor- eu jefe del Ejército c.n aquellos años: 8.000 bajas entre guerrilleros
te, ocupación de fábricas. Con vistas a restablecer el orda4 ante la in- muertos eu acciones y desaparecidos y 2.000 bajas entre las Fuerzas
mediatez de los comicios legislativos, el presidente FRONDlZl, además Armad~, de se~u:idad y civiles. El Ulfonne de la CoNADEP, de siguo
del estado de sitiO ya decretado, puso en vigencia el Plan Conintes (Plan contrano, expedido.eul984, se acerca a los 9.000. Un aporte que ayu-
de Co1mtocióu Interior del Estado). En este Plan, las Fuerzas Armadas da a confirrnar esa cifra es el que surge posteriormente cuando en1995-
·1SU11Úan un papel priw.:ipal eula represión y juzgam.iento de los terro- se promulgó la ley 24.411 que acordó Utdamúzar a las familias de los
tistas. Los métodos eutpleados estaban inspirados eu los conocimien- fallecidos por el acciouar de las Fuerzas Armadas o por des<.lpariciones
tos adquiridos a u·avés de la doctrlllil. francesa para obtena·la Ulforrna- forzadas, ocurridas eutre 1955 y 1983. Las solicitudes presentadas en
ción nece-.saria que permitiese desarmar la estmctura subva·siva. Su apli- esa ocasión sumaron unas 7.400.
cación se prolougó hasta agosto de 1961 y fi.¡e exitosa -dice .AMARAL- Dnrante el tiempo at que el gobierno núlit.u· combatió a los tenoristas
dada la escasa magnitud de la amenaza de la resistencia peronista y el tuvo.apo~o ciudadano, sobre todo por la garatltÍa de ordeu y seguridad
respaldo político que ofrecía tul gobierno constituciouaL que .unphmba. En septiembre de 1979 visitó el p<~Ís, invitada por el
Mientras la doctriua francesa estaba destinada a alfrentar la guerrilla gob1en~o, la Conúsióu Iuteramerica.na de Derechos Humanos, Uttegra-
urbana, en Estados Unidos, a partir de la presida1cia de KENNEDY, se da por Juristas de distintas naci01talidades. Recogió cielitos de denuu-
prestaba especial ateución al fenómeno de la guenilla mral y a los méto- ~ias de ciu?~auos y coutra lo que esperabau los milit<U~s, produjo lUl
dos para combatida. En estas técnicas de la contrall1snrgencia fueron mfonne cnuco, del cual tomó nota la asamblea anual de la oEA. Si bien
entrenados nlllitares argentinos. Sin embargo, sn aplicación eu el país voces representativas se alzarou attouces eu defetlSa de la posició11 gu·
fi¡e limitada. Se empleó sólo en 1975 para abatir la guerrilla nu·al del bernamental, aquel respaldo se fue deterioraudo. Bula segtmda nlitad
ERP eu la proviucia de TuctuThÚ4 pues algtutas iuteutos subversivos de 1982 asomarou fuertes críticas sobre los drásticos métodos emplea-
anteriores flterou elinllnados por la policía y la gendarmería, sin tener dos por los núlitares en la lucha autisubva·siva. Como había ocunido,
que llegar altúvelnúlitar. eu Argelia, eu otro escenario y cin:mlStaHcias, la solución técnica utili-
La doctrllu francesa tuvo fi.1erte presencia en el medio castrense argeu- zada daba tlll;t respuesta militar exitosa al grave desafío planteado por la

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L\.s ftiB:l!.ZAS DE SEGURIDAD
irrupción del terrorismo, pero a la larga sus resultados fuerou iuacepta* Desde 1911 hubo varios proyectos para crear tm cuerpo de gendarme-
bles para el orden político democrático. ría destlluda al servicio de policía y vigila.Ju:ia aduaJlCra en la frontera.
Era considerado como tuu especialidad, independiente del ejército
perma.11Cnte y de la policía civil. Pero ya en 1922 se proyectaba esta
Las Fuerzas de Seguridad (4 ) fi.lCu,a como mu policía militarizada federal con dependencia del mi-
nisterio de interior. El pfesidenre Jusro expresaba en 1936: "Stu·ge evi-
1095. La Prefectura Naval Argentina. Atmque con distintos nom- dente la imperiosa tlCcesidad de tener una gendarmería nacional, móvil,
bres al actual, esta fuen:a de seguridad es la más antigua de las policías activa y disciplinada, que fraccionada en unidades patntlle los caminos,
nacionales. Su jurisdicción era muy vasta ya que comenzaba en el recorra las regiones y en su carácter de fuerza militarizada lleve a esas
Pilcomayo (Formosa) e Iguazú (Misiones) en el norte y llegaba a la tierras del patrimmúo tucional, jtmt:amente con la segttridad para sus
Antártida Argentina en el sur. Su función es "la prestación de servicios lubitantes la representación de las autoridades ttacionales y la soberanía
de policía de seguridad, judicial y de la navegación, culos mares, ríos, del Pabellón de la Patria".
lagos, canales y puertos sometidos a la jurisdicción nacional, además de Finalmente, después de larga espera, en 1938, en la presidencia de ÜR-
atender todo lo que guarda relacióu con la navegación y comercio de nz, se sancionó la ley 12.367, que creó la Gendarmeria Nacional. Se la
cabotaje y marítimo"'. Así lo expresaba la ley 3.445 de 1896. defmió entonces "con el carácter de policía militarizada federal, sin que
En sus orígenes, en el siglo XVIII, la organización de la policía ma- esto importe considerarla como parte inregraJ1te del ejército de la Na-
rítima estaba a cargo de las capitaJÚas de puerto. A pa.11ir de 1882 apa- ción del cual es independiente, salvo en los casos expresamente deter-
reció la denominación de Prefectura Marítima, que en 1950 cobró nue- minados en esta ley". Su misión era velar por el ma.11tenirniento del
va dimensión como Prefectura Nacional Marítima, hasta llegar a su orden y la segtu-idad pública y asegurar el cumplimiento de las leyes de
acnul denominación de Prefectura Naval Argentina, que le dio fmal- la Nación y denús disposiciones legales. Sus funciotlCs se ejerCÍa.11 en
menre, junto con tul régimen orgánico, la ley 16.398 de 1969. todos los lugares sujetos a jurisdicción federal --con excepción de los
Esta nueva norma estableció tllla dependencia directa de la instintción sometidos a jurisdicción militar- y en cualquier parte de la Nación,
del comauda.11te en jefe de la Arnuda. Su máxima autoridad es el prefec- siempre que fi.tesCll requeridas para auxiliar a las autoridades fede1·ales
to tlacional naval, que asistía a aquél en todo lo relativo a la administra* en el ejercicio de sus ftmciotlCs.
ción, gobierno y justicia de la misma. Se estableció su depe11dencia del ministerio del intCI·ior, atmque eu cier-
tas materias estaba: sujeta al nrinisterio de guerra. Al frente de la fi.¡erza
1096. La Gendarmería Nacional. Esta fuerza de segtu·id:ad tuvo su estaba.11la dirección general de gendarmería, a cargo de tm corouel del
origen en la necesidad de cubrir vacíos de autoridad en espacios imerio- ejército permanente, y n-es inspecciones (norte, CClltro y sm), que in-
res y desprotegidos del país. Así eu 1877 por ley nacional se organizó cluían a los territorios nacionales existentes. El plantel de efectivos se
tm cuerpo de gendarmería destinado a prestar servicios en el territorio componía de un número fijo de oficiales, y de un personal de tropa,
nacional del Chaco, bajo la dependencia del gobenudor. La denomina- integrado por suboficiales y 3.000 gendaJ·mes, iucorporados éstos bajo
ción degendarmeria era por entonces imprecisa. Parecía referirse a indi- el régimen de "contrato de servicios"' renovables. La orga11izaciónllevó
viduos reclutados para misiones especiales. En los territorios nacionales más tiempo del previsto, pues había que incorporar y de~plegar todos
(§§ 1008ss.), sobre todo en los más poblados como Chaco y Formosa, sus efectivos, establecer su equipamiento y dar asiento a su estructura.
se fi.teron estableciendo distintos cuerpos de policía para la seguridad, La tarea empezó por los tCI-ritorios nacionales de la zona um-re y sobre
que en algtulOs casos tomaron el110mbre de gendarmería. todo se destacó en tma primera etapa la persecución del bandolC1-i~u1o
Cll el Cluco y Fonnosa. Dentro de esta orgru:Uzación fue relevaute la
(4) MAlt.Jo E~IQ:re NiCOLÁS DI MAlo_, Gmdarme:ria {...) mm d roble y e{ laurel, 1877-1955, Escuela de Gendannería Nacional establecida en Cru:npo de Mayo.
tomo I. HntorU<Itntr:gral de la Gmdarmerla A!Jlmrina, Buenos Aires, 2003; ADoLFO Em.IQ!JE Muchos años después, Cll1971, 1.Ula nueva ley (mí.m. 19.349) desarro-
RooaíG.tm~ Y li;V<ill'llo JuAN ZiLPPrETRo, Hktoria de la Poticia RtderaiArgem:ina a fM p.unas del
lló en 132 artículos la moderua ordenación de la instintcióu que, con
tmer mllenro. Génem y d=mJIW. Dfflle 1580 hasta la acrualidad. Buenos Aires 1999· JOSÉ DoM.'NGO
SMim,Antecedmrc:< histórkosy ewJlutión de la Prefero¡;ra NrwafArgenrina. B'uenos,Aircs, 1976. modificaciones y agregados parciales, se mantuvo vigeute eu las déca-
das sigtlientes. Si bien se mantuvo el carácter de foerza de s~...f¡uridad

836
J\UNL'AL DE H.!STORIA DE Lii.S !NSTITl'CIONES ARGENTINAS
LAs fUERZAS DE SEGURIDAD

militarizada, la novedad. fi.te que se estableció su depeudencia del co· ron los llamados edictos poUciales, a través de los cuales se ejercía la fand-
mando en jefe del ejército, estando a su fi-eute Utt oficial en actividad del tad de actuar y juzgar en algtmos delitos menores y contravenciones.
ejército wn gtado no inferior a geueral de brigada. Esta nueva depen- Entre los organismos destinados a la formación y perfeccionamieuto
dew:ia no implicaba --segíut el artículo 43- "niugt'ln tipo de superiori- del personal policial, se destaca por sn antigüedad y trayectoria, la Es-
dad entre los i.ntegrautes de las respectivas instituciones". De acuerdo cuela de Cadetes, fi.mdada en 1906 por el corouel RAMóN L. FAl.CÓN-
con la 11ueva nonna, estaba a cargo de la fi.1e1-u "el servicio regular de desde 1928lleva su nombre-, constitllida en uu instituto modelo eu su
policía eu "'la zona de seguridad de fronteras y demás lugares que se género, en el que se fonnabattlos futuros oficiales de la fi_terza.
determiueu al efecto", pero sus fimciones estaban abiertas a cualquier
otra que se le asignase "conforme a su misión y capacidades".

1097. La Policía Federal Argentina. A partir del1 de enero de 1945,


la. Policía Federal sucedió a la autigua Policía de la Capital y extendió su
jurisdicción a todo el país. Desde casi tuta década atrás se estudiaba la
n-eación de este organismo aute la comprobación de que las bandas de
deliw.:ncntes organizadas eu todo el país dispotúan de medios de mo-
vilidad que le permitíau eludir la acción policial capitafuta y la de las
provittdas, aprovechando las grietas de las difet-entes leyes procesales.
Finalmente, el gobierno de fa(..l:O del presidente Ranúrez creó a fmes de
1943 la Polkía Federal, pero mantuvo en un prilner monteuto a la
policía local, a cargo ambas de un solo jefe.
Todas las provincias tetúan desde el siglo XIX sus fuerzas policiales pro-
pias. En 1880, al declararse a Buenos Aires como capital de la Repúbli-
ca, .~e constituyó la que entpezó a denonllnarse Policía de la CapitaL La
hu·ga o:ayectoria y experiencia de este cuerpo, juuto a la idoneidad de su
persoual pasarou a formar parte de la nueva fi.1eru creada eu1943. Así
la flatuante Policía Fed.eralt-ecibió una organ.ízaci6n modema en equi-
paulleuto y plantel de efectivos. No obstmtte, Ú1eronuecesarios nuevos
avattces en el conocimiento ya que el carácter federal que se le daba
extendió sus úmci011es, como la de perseguir la criminalidad nacional e
interprovincial, la entrada y salida de deliucuentes por las fronteras, el
tráfico de estupefacientes, la trata de blancas, el contrabando de armas,
la falsificación de moneda, el secuestro de personas y otros.
Su sede central se estableció en la ciudad de Buenos Aires, con dele-
gaciones en las capitales de provincia y eu otras ciudades importantes.
Estas delegaciones se agruparon al co11llenzo en cinco ciretmscripcio-
nes federales ·Buenos Aires, Litoral, Centro, Cuyo y Norte-. La iustitu-
cióu estaba en dependencia del ministerio del interior y su máxima autori-
dad era el jefe de policía. Caracterizada por lUl fuerte espíritu profe-
sional, quedó apartada de las coutiugencias políticas.
Su organizadóu quedó precepmada en mt cuerpo orgátllco de regla-
meutos, que recogieron proced.lluientos y prácticas policiales. De los
más conocidos -y también controvertidos en los {dtimos tiempos- fi1e-

838
839
'
Indice de autores y de nombres citados
(por página) 1''
1
i
A
Abascal, José E de, 303, 305 1Uzaga,1irurtúlde,299
Abásolo, :&,equiel, 713, 723 Amara!, Samuel, 693
Aberastain, Antonio, 383 Amat, Manuel de, 174
Abexg Cobo, Martín, 55 Anchorena,Juan J. C. de, 416
Academia Nacional de Historia, 11, 64 Andrea, Miguel de, 663
Academia Nacional de Derecho y Cien- Angdis, Pedro de, 383, 412, 476
cias Sociales de C6rdoba, 770 Antonio, Infante de España, 292
A<.:evedo, Bdberto 0., 291, 300, 312, Aquino, Santos Tomas de, 54
415,171,172,174,175,186 Arana, Felipe, 401, 402
Acevedo, Eduardo, 574-, 575, 730 Aranda, Pedro Pablo Abarca y Boka, con-
Aduival Rodríguez., Th.stin, 668 de de, 156, 275
~~,11ariano,557,579 A.raujo, ("..eferino, 674
Adelman, Jeremy, 349, 503 AJce,José,601,637, 781
Agrelo, Pedro J., 486, 487 A.rgerich, Cosme M., 253
Agiiero, Eusebio, 471 Arias, José Inocencio, 558
Aguiar y Acuña, Rodrigo dé, 102 Aristóteles, 55, 163
Aguirre yTex:ada, Luis de, 485,487 Arnaudo, Aldo A., 743, 753, 754
Aguirre, Francisco de, 216 Arredondo, José M., 563
Alberdi, Juan B, 365, 377, 383, 386, Artigas, José, 371,389, 390
409,413,510,533,538,557,573,596, Aspell de Yanzy Ferrcira, Man.:ela, 45 7,
609,610,643,662 637, 770, 797
Albonmz, fray Barto!omé de, 217 Austria, Carlos, archiduque de, 155
Alcorta, Amancio, 674 Auza, Néstor T., 601, 637, 657, 661,
Alejandro VI, 52, 237 667,669,671,815
Alem, Leandro N., 561,562, 563, Avellaneda, Marro, 383, 564
567,580 Avellaneda, Nicolás, 550,555,557, 558,
Alfaro, Francisco de, 210 579, 580,604,605,607,611,613,625,
Alfonso X, 48 644,649,650,658
Almagro, Diego de, 215 Avilés, Gabriel de, marqués de, 172,
Alsina, Adolfo, 557, 558,604,605,611 185,270
Alsina, Juan, 192, 609 Ayarragaray, Lucas, 357
Alsina, Valentin, 471, 544 Azamor y Ramirez, Manuel, 475
Altamira, Rafael, 43, 50, 51, 70 Azara, Félix, 184, 605
Alvarez de Acevedo, Tomás, 174 Aznar, Luis, 244, 245
Ahrarez, Agustín, 674 Azopardo, Juan Bautista, 498
4Jvarez, Alejandro, 313 Azpilcueta,.Martin de, 74
Alvarez, Jo.•é M., 413
Álvarez, Juan, 415,519,522,525,527, B
549,583,589,619,625
Alvarez, Silvia T., 737 Balbín, Ricardo, 694, 697, 701, 702,
Alvare:z, Tomás, 492 703,704,705,708,710,717,723
Alvear, Carlos M. de, 314, 417, 498 Balcarce, Juan R., 396
Alvear, M=lo T. de, 568, 572, 582, Balest.ra, Juan, 555, 561, 629
626,676,678,685,686,687,690,728, Ballesteros Galbrois, Manuel, 251
736, 819 Ba11esteros, Thomas de, 103

841
hl.ANt~L DE HISTORt.\ Dti US INSTITUCIONES ARoJl\>;fTINAS

Bals~, Ju~u J. 743 Bunio,Humberto E, 491,497,676, 825 Casiello, Juan, 479,661,663, 664,665 CH
Barba, Enrique M., 373,391 Busa.niche, Jose Carmelo, 647 Cassan.i, Jorge L., 27, 28, 36
Barba, Fernando E., 793 Busaniche., José Luis, 373, 397 Castellano saenz Cavia, Rafael M., 457 Chaneton., Abel, 241, 410, 573
Barbew, Maria I. 743, 744 Busche!lthal,Joséde, 523,524,527,529 ('.-asi-ellanos, AaOOn, 61 O 01aves, Julio C., 387
BargaUo, Modesto, 119, 130, 171 Bushnell, David, 323, 403, 415, 441, Castellanos, Alfredo R., 171 Chiaramonte, José C., 273, 292, 349,
Barrios Medina, Atiel., 805 457, 479 Castelli, Juan J., 297, 299, 292, 293, 403
Barros Pazos, José, 544 Busrillo, Jose M., 579, 674 294, 295 Chiclana, Feliáauo, 296
Bas, Arturo M., 544 ('.-astillo de Bobadilla, Jer6nhno, 101
Bayle, Constantino, 93 e Castillo, Ram6n S., 686,687 D
Bayle, Pedro, 257 Castillo, Santiago del, 694, 719, 721,
Beaumont, John A. Barber, 429 Cabello y Mesa, Francisco A., 190, 259 723, 732, 779, 804 D'Alembert, Jea.n Le Rond, 189, 301
Bdgrano, Manuel, 171, 182, 185, 189, Caboto, Sebastián, 134 Castillo, Vicente del, 528 D'Orbigny, Alcides, 428
190, 191,192, 193,195259,277,299, Cabra!., Felipe Joú, 558 Castro, Fidel, 781 Dagrossa, Norberto C., 99, 331, 357,
347,388,465,472 Cafferata, J= F., 669 Castro, Manuel Antonio de, 413, 471 533, 718
Belgrano, Mario, 391 Caillet-Bois, Ricardo, 373,397,591 Cateri.na, Luis M., 545, 548, 565, 581, De Paula, .Alberto 671, 829
BeltrÁn, Juan R., 251 Caimari, Lita, 683,815 637, 732 De Pauta, Francisco, 347
Ben.egas, José L. 470 Calvo, Carlos, 613 Ceballos G6me.1, Diana L., 69 De Riz, Liliana, 683
Benegas, Tiburdo, 560 Calvo, NicoLis, 658 Cervill.o, Pedro, 192 De Rosciani, Silvia, 737"
Beneyto, Juan, 155 Cambaceres, Antonino, 432 Céspedes, Guille:nno, 79, 91, 119, 133, De Soto, Domingo, 54, 74, 217
BerestOrd, Guillermo, 193 Cautpillo, Juan del, 509 163, 171, 175, 183, 188 Delgado, Francisco, 544
Bentard, Tomas D., 739 Campomanes, Pedro Rodriguez, conde CevaUos, Pedro A. de:, 159, 167, 173, Dellaferrera, Ne!son C., 229
Beruti, Antonio, 298 de, 156, 163 174,175,176,182,183,185 Demicheli, Alberto, 371, 387
Beveri.na, Juan, 261, 266, 267, 268, Campos, Luis M., 563 Cimatti, Roberto D., 581, 737 De.n.¡ui, Santiago, 514, 515, 516, 527,
269, 270 Campos, Manuel J., 562 Cinquegrani, Miriau1 A., 581, 737 528, 543
Bialet Massé, Juan, 641 Canclin.i, Amoldo, 323 Cisne ros (ver Hidalgo de Cisneros) Destefani,Lamio H., 491,498,499,676
Bidart Campos, Genn:in, 533, 713 Cane, Miguel, 383 Cisneros, Andrb, 777 Devoto, Femando J., 764, 768
CausaneUo, Oreste C., 323, 357, Claver, Bartolomé, 573
Bidau, Eduardo L., 647 Di Estefano, Roberto, 229,661, 815
Bilbao, Manuel, 658
403,491 Claver, Pedro., 217 Di Maio, Mario E. N., 836
Carbia,R6muioD., 479 Coca, Aldo A., 249, 323
Biodt, Marc, 27 Di Tomaso, Antonio, 685
Cill:can.o, Miguel A., 434, 780, 782
Bolivar, SimOn, 315, 316 Coe, Juan H., 523 Díaz Colodrero, Pedro, 509
Cardozo, Efraim, 387
Bonaparte, José, 293 Collingwood, R.G., 27 DiazCouselo, Jos6 M., 203, 403, 573
Carlos I, 45, 66, 72
Bonaparte, Napoleón, 280 Colontbo, Ezio, 619 Diaz de vivas, Joaquin, 715
Carlos II, 72, 102, 155
Borbón, Cadota Joaquina de, 299 ColOn, O:istóbal., 81, 82, 85, 123, Dia:r. Re:menteria, Carlos J., 203, 461
Carlos III, 91,155, 156,158,160, 172,
Barbón, Fernando, 311 129, 610 Diderot, Denis, 189, 301
173,174,274,275,450,467,491
Borja, Ana de, 224 Colón, Diego, 82, 85 Difi:ieri, Horacio A., 58, 577
Carlos IV; 155, 158,253,255,275,276,
Bosch, Beatriz, 503, 519,533, 543 Comadrán Ruiz, Jorge, 312 Dolzer, Rudolf, 777, 791
279,280,293,307
Bosch, Francisco, 563 Carlos V, 134, 225, 293, 347 Coni, Emilio A., 428, 434, 436, 438 Dom.et:q Garcia, Manuel, 678
Bossuet, Jacobo Benig¡10, 156 ConilPaz,AlbertoA., 428,434,436,438 Dominguez Company, Francisco, 224
CarrE., 27
Botana, Nata.lio, 555,659, 809 Carranza, Adolfo, 577 Corbellini, Enrique, 291, 296, 297 Doncet, GasWn G., 203,461
Boulanger, 301 Carreras, Francisco de !as, 544 Corona, Carlos, 273 Dorrego, Manuel, 379, 427, 438, 439,
Bravo Lira, Bennrdino, 99, 317, 728 Carril, Bonifacio del, 307,312 Cortés Conde, Roberto, 519,619, 743, 455,456,496,603
Brougnes, Augusto, 40 Carril., Salvador M. del, 544, 658 744,748,749 Dougna<: Rodríguez, Antonio, 99, 221
Brown, Guillermo, 401, 498, 499 Carri6, Alejandro, 723 Cortis, Hernáu, 263 Drago, Luis M., 598
Bruno, Cayetano, 236, 479 Carro, Vemu;<.:io, 52 Cossio, Carlos, 797, 802 Dubois, Antonio, 529
Buch, Thomas, 805, 829 Carvajal, José de, 156 Costa, Julio A-, 562, 563
Buren de Sanguinetti, Luisa, 241 Casa Yrujo., marques de, 303 Cousin., Victor, 383 E
Eurgin,Mir6n, 415,419,420,422,430, Casagemas, Rafael, 470, 471 Covarrubias, Diego de, 74
441,445,446,448,449 Casares, Carlos, 558 Craviotto, Jose A., 619,627 E<:heverría, Esteban, 383, 384, 409
Bttrke P., 27 Casarino, Nicoi:is, 44 Cuccorese, Horacio J., 441, 442, 615, Egaña, Antonio de, 229, 236
Burl:nnaqui, Juan Jacobo, 301 Casas, Fray Bartolmné de las, 53, 55,204, 619,629 Egaña, Juan, 316
Burmeister, Carlos Gennán, 657 205,208,209,217 Cutolo, Vicente 0., 647,654 Egües, Carios A., 683

'"
MANUAL Dll HISTORIA DE LM JNSTJTUCfONBS ARGENTINAS

Eguizabal, José E. de, 254 Ford, A.G., 629 Giane11o, Leoncio, 307,643,646 Guerra, Fran<¡Ois-Xavier, 273
Elio, Francisco Javier de, 305,388,389 Foronda, Valentin de, 191 Giberti, Horacio, 119,125, 415, 424, Guido, Tomás, 396
Elizalde Acevedo, Luciano H., 808 Fraga, Rosendo, 825,828, 831, 835 425,426,619,621,623 Guillamondegui, Julio C., 105, 171
Elizalde, Rufmo de, 556, 557, 558 Fraguciro, Mariano, 528, 658 Gigena, José Dámaso, 471 Guirior, Manuel de, 16 7
Encinas, Carlos W, 732 Francía, Jose Gaspar de, 388, 398 Gil de Zárate, Antonio, 244 Gutemberg, Juan, 254
Encinas, Diego de, 102 Francovich, GuiUenno, 244, 248 Gil Munilla, Octavio, 171 Gutiérrez de Arce, Manuel, 236
Equipos de Investigación Histórica, French, Domingo, 298 Girbal-Blancha, Noemí M., 765 Gutiérrez, José M., 556, 558
503, 555 Frías, Félix, 383, 580 Gmeíner, Francisco J., 413,471 Gutietrez, Juan M., 192, 241, 383, 508,
Escalada, Mariano Jrue de, obispo de Frontera, Carlos G., 713 Godio, Julio, 637,770 509,658
A.ulón, 486 Punes, Gregorio, 277, 306, 307, 471, Godoy Cruz, Tomás, 309, 417 Gutiérrez, Ramón, 671
Escudé, Carlos, 777 485,487,488,489 Godoy, Juan José 274 Guzmán Brito, Alejandro, 317
llipinosa Navarro, Dolores, 251 Furlong, Guillermo, 119,145 199 203 Godoy, Manuel, 275, 279,281 Guzmán, Gaspar de, 73
Estéves Sagui, Miguel, 413 241, 254, 273, 274,661,667 ' ' Gómez de Sandoval y Rojas, Francisco, 73 Guzmán, Horacio, 734
Estrada, José M., 561, 668 Gómez Hoyos, Rafael, 229, 232
Etchepareborda,Roberto, 555, 565,566, G Gómez, Alejandro, 694, 686 H
569, 591 Gómez, Eusebio, 730
Gabrielli, Adolfo R., 723 Gomez, lndalecio, 566 Halperin Donghi, Tulio, 171, 175, 441,
F Galán, José M., 671 Gondra, Adeodato de la, 658 442,450,467,492,467,654,683
Galiani, Femando, 190, 191 Gondra, Luis R., 619,629 Ha.lsey, Thomas, 425
Fabre, Agustín R, 253 Gallardo, Guillermo, 467,468,488,489 Góngora, Diego de, 153 Hamilton, Bar! H., 119, 121, 130
Farrell, Edelmiro J-, 688 565, 568 ' González Bernardo de Quirós, Pilar, 292, Hanisch Espindola, Walrer, 203
Febres de Rovira, Jacinto, 673 Gallardo, Jorge E., 661 403, 503 Hanke,Lewis 52, 57,58, 62, 63,03,204
Federico de Prusia, 160 GaUes, Carlos D., 805 González Calderón, Juan A., 317, 331 HallSen, Emilio, 441
Feijoo y Montenegro, Fray Benito Jeró- 503 519 Harii1g, Clareru:e H., 69, 93, 96, 119,
niino, 160, 162 g::;~E~' ~~Ó~~1, 619 GonzalezEchenique,Javier, 105,249,403 133, 134, 138, 139, 140, 145, 13, 166,
Felipe TI, 49, 62, 72, 74, 76, 78, 95, 102, Gálvez, Jaime, 519 González Rodríguez., Adolfo L., 203 168,169,238,273,279
134,135,252,255
Felipe m, 72, 73
Felipe rv; 72, 73
g~~:: r;:::;, ~:~', ~:~
Gamboa, .Marcelo, 574
652
González, Ariosto D., 317, 331, 349, 387
Gonzál.ez, Enrique P., 688
González, Joaquin V., 564, 640, 647,
Hazard, Paul, 160
Hera, Alberto de la, 236
Heras, Carlos, 601
Felipe V, 155, 157, 160, 164,267 Gandia, Enrique de, 291, 307 312 650,651,656 Heras, Gregorio de la, 429,436,451,577
Felipe VI, 155
Feliú Cruz, Gui11ermo, 203
~;~;lsunce, César A., 555,'565, 569, Gonzál.ez,Julio V.,273, 305,312,403,457 Heredia, Alejandro, 398
Hemandarias (Hemando Arias de Saave-
González, Melitón, 601
Fernández de Agüero, Miguel, 195 Garcia Berna!, Manuela C., 93 González, Rubén C. 479 dra), 153
Femández de Velazco, Pedro, 131 Garda de La Sena, Manud, 319 Gori, Gastón, 415, 430,609,611,613 Hemández, Antonio, 739
Fernández López, Manuel, 7 43 García de Loaysa, Jofré, 134 Gori, Pietro, 639 Hemández, Juan A.G., 192
Fernández, Juan R., 475, 657 Garcia de Loydi, Ludovico, 273 Gorman, Miguel, 253 Hespanha Antonio, 32
Fenlalldo VI, 156, 255 García Goyena, Florencio, 575 Gorostiaga, José B., 509, 510, 544, Hevia de Bolaf1os, Juan de, lOS
Fernando VII, 280,285,286,287,293, García Martinez, Bernardo, 79 559,662 Hidalgo de Cisneros, Bah:asar, 194, 195,
294,299,303,306,307,309,310,311, García Sebastián, Marceia, 683 Gorriti, Juan, 353, 355 243,271,291,292,297,303,304
312,313,333,335,392,482,483 Garda, Gould, Eduardo G., 224, 226 Hobbes, Thomas, 301
Ferns, H.S., 415, 423, 429, 433, 503, ' Manuel José, 396,446,453 , 454 Hóffner, Joseph, 52
G an:1a, Pedro A., 603 Goyena., Benito José, 498, 561
517,519,609,614,615,619 Gar~a-Gallo Peiluela, Concepción, 216 Goyena, Pedro, 668 Homos, Manuel, 604
~=~tP!~~~o ;ss, 591,601, 777
1 GarCla-Gallo, Alfonso, 32, 34, 43, 63, 67, Gregorio XV, 246 Huergo, Delf'm, 658
69, 71, 73, 74, 79, 81, 82, 89, 99, 105, Gregorio XVI, 484 Houssay; Bernardo A., 798, 805, 806,
Figueroa Akorta., José, 565, 725, 726 203,226,261,262,265,273,283 Grela, fray José l., 295 807,808
Figueroa Quinteros, Maria A., 226 Gannendia, Ceferino, 674 C..rocio, Hugo, 250, 301
Fitte, Ernesto J., 434, 441 Garro, Jurul M, 244,470,647,654 Grosi P., 32, 36 1
Flores, Venancio, 592 Gelly y Obes, Juan A., 672 Grote, Federico, 638, 639
Floria, Carlos A., 555, 565, 569, Gelman, Jorge, 357 Guarda, Gabriel, 58, 229 Ibáñez Frochrun, Manuel, 331
683, 705 Genovesi, Antonio, 190 Guemes, Adolfo, 572 Ibarguren, Carlos, 569, 571
Floridablanca, José M., 156, 158 Gennani, Gino, 765 Güemes, Martín, 314,354,451 I~,Federioo,307,312,568,569

844 845
MANV,\L DE ffiSTORIA DE LAS lNSTITUCIONilS ARGENTINAS

ln<:h.iunegui, JosC Santos 297 León Pirdo, Antonio de, 102, 105 .Mackay, Angus, 43 Meio, Leopoldo, 569,685
Irazusta, Julio, 43, 373, 397 ~1]]1,479,483 Maeder,Ernesro J.A, 52, 171,203,457, MéndezCalzada, Luis, 331,344,357
1rigoyen, Bemardo de, 505, 559, 561, Leon XIII, 564, 640 647,737,797 M.Cndez de Haro y Guzmlin, Luis, 73
562, 563, 597 Lepredour, Fortunato José, 402 Magnasco, Osvaldo, 647,674 Mendoza, Antonio de, 125
1rigoyen, .Matias de, 498 Lerminicr, Eugenio, 383 Mallll, Marllto, 816 Mendoza, Pedro de, 134, 215
Leroux, Pedro de, 383 Ma!atesta, Enrique, 639 Mendoza, Prudencio de la C., 415,
Lértora ,Mendo:w, Celina A., 805 .Maligne, Augusto, 491, 492, 671
J Let:uria, Pedro A. de, 236, 479, 482 Mandelli, Hwnberto A., 391
426,619, 126
Miguez G.irgolas, Leopoldo, 331, 340
James, D::miel, 779 Levaggi, Abelardo, 99, 105, 106, 199, Manzano Manzano, Juan, 63, 99 Miguez, Eduardo, 619 ·
Jord>in, Alberto R., 683,831, 835 203,216,220,317,319,331,332,357, Maravall, JosC A., 27 Miller, John, 424
Jmúfroy, Teodoro, 383 410,461,573,601 Marfany, Roberto H., 172, 291, 292, Mirabeau, marques de, 191
JoveUanos, Gaspar M. de, 156, 162, Levene, Ricardo, 63, 65, 99, 163, 168, 293, 298, 300 .Mitre, Bartolomé, 291, 311,346,377,
163, 191 171,182,183,187,249,291,300,311, Mariana, Juan de, 157 383, 507, 508, 512, 515, 516, 517,
Ju.i.rez Celman, Miguel, 555,559,560, 357,366,373,410,413,467,470,471, Marienhotf, Miguel S., 543, 550, 555, 556, 557, 558, 561,
561, 562, 665 573,804,505,807 Mariluz U·quijo, JosCM, 79, 92, 119, 132, 562, 563, 564, 574, 578, 592, 593,
Julien, 622 Levillier, Roberto, 11 138,159,171,182,185,186,189,197, 604, 606, 617, 629, 644, 646, 657,
Julio 11, 237 Lewis,ColinM, 743 261, 269, 270, 273, 277, 282, 331, 345,
658,666,672,761,809
Justiniano, 471 Leyva, Juli:ill de, 196 415,416,417,418,457,491,496,519
Mitre, Emilio, 564
Justo, Agustin F., 570, 571, 676, 685, Lll1ares Qullltana, Segundo V., 317, 323 Minnol, JosC, 383
Mitre, Jorge A., 472
686,687,714,719,721,723,728,761, Lllllers, Santiago de, 271,299, 194 Mru:.rou, Henri Irene, 27, 28, 29, 30, 31,
Lobos, HCcror R., 292 32,39
Molas, Mariano Autonio, 388
806, 811, 826, 837 Molina, Aguscin, 354
JWJto, Juan B., 572,639,676,684 Locke, John, 301 Martitlez de Perón, Maóa E., 704, 705,
Molina, Luis de, 74, 217
Lockhatt, J., 58,62 706,710,718,719,720,721,723,752,
Lonardi, Eduardo, 692, 693, 716 753, 776, 813 Molina, RaUI.A., 63, 145
K M.olinru:i,Diego L., 52,163,172,194,
Lopetegui, León, 229, 236 Martinez de Rozas, Juan, 316
L6pez Jordán, Ricardo, 554, 630 \1artínez Paz, Enrique, 247 195, 216, 218, 251
Krn1etzke, Richard, 52, 58, 199, 200, 213 Moiinari, JosC L., 251
López, Estanislao, 375,376,377,380 Martil.tez Paz, Fernando, 643, 793
Kluger, Viviana, 221 Molinas, Luciano, 732
López, Vicente F., 311, 383, 425, 508, MartinezRaymonda,RafaelJ., 702,704
Kuu.z, Ana, 723 Molinelli, N. Guillermo, 718
592, 593, 636 Martú1ez, Victor, 711
Lucen-a Salmoral, Manuel, 216,220 Martire, Eduardo, 9, 27, 99, 105, 172, .Montetini, Juan M., 261, 268
L Lucero, Manuel, 524 226, 273, 577,629,637, 770 Monge Alfaro, Carlos, 203
Lue y Riega, Benito, 292 Masse, Gladis, 765 Monroe, Jacobo, 394, 395
Lagos, Hilario, 523 Monteagudo, Berrum:io de, 308, 353, 375
Lugones, Leopo!do, 570 Mastai Ferreti, Juan, 484
Laiuez, Manuel, 645, 659 Montesinos, Fray Antonio de, 53, 204
Luis XIV, 155 Matera, Luis, 665
Lalinde Abadía, JesUs, 69, 79, 171 Montesquieu, Charles de Seco1ldat, 250,
Lumb, Eduard, 617 Matheu, Donlingo, 299
Lamas, Andres, 383
Luna, Fdix, 555,565, 569,683 Matien.ro, José M., 547, 548, 550, 551, 257,276,301,332
Lamenais, Fdidté Robert de, 386
Luna, Pelagio B., 565,566 552, 583, 642 Montijo, Catalina de, 224
Lancaster, JosC, 466
Luque Colombres, Carlos, 249, 470, 472 .Matienzo, Juan de, 105 Mon.toya, Alfredo, 172, 184, 415, 423,
LatTain, Nicanor, 665
LWJa, Alberto D. 581,654, 713, MatsWJhita, Hixosh.i., 637, 638, 770 424,619,620,621,622
Larraz, JosC, 43, 119, 121, 122
723, 737 Maximiliano 1, 172 Morales Padrón, Francisco, 56, 58
Larrea, Juan, 299,498
Luzzato, Gll10, 119 Mayer, Jorge, 472 Morales, Martín M., 203
Lascano, Julio RaW, 647
Lynch, John.., 171, 273 McGum, Thomas F., 591 Morea10, Jose M., 457, 580
LavaUe, Juan, 340, 379
Lavalleja, Juan A., 396 McNeil, Juan, 427 Moreno, Manuel, 475
Le Breton, Thm<is, 626 LL Medina Ascendo, Luis, 479 Moreno, Mariano, 196, 277, 291, 299,
Leblan<:, Luis Francisco Juan, 400 :Medina, Bartolome de, 129, 131 306,307,308,323,472,475
Lecor, Carlos F., 395 L!ach., Juan J. 743, 760 :Medina, Frattcisw, 183, 184, 192 Morea10, Rodo!fO, 575
Legon,Fautino,236,485,664,661 Medrru.to, Juan M, 491 Morillo, Pablo, 314, 315
Leguizamón, Üt1ésllno, 665 M Medrano, Matiano, obispo de Aulón, Mórner, Magnus, 203, 213
Le[va, Alberto D., 581,654,713,723,737 484, 485, 486, 487 Mosca, Enrique M., 686, 689
Leiva, Julioin de, 299 Ma<:iel, Juan Baltasar, 258 1 Mel!afe, Rolando, 216, 457 Mosco1ll, Enrique, 626,627,679
Leiva, .Manuel, 509 Mackau, Rene, barón de, 401 Mdo,CarlosR., 555,560,565,581,737 Muzi, Juan., arzobispo de Felipos, 483, 484
1

'" i '"
M.I.NUAL Dll HISTORIA Dll !.AS INSTITUCWNES AltGRl...¡TINAS

N Paine, Tomás, 319 Pío VII, 497, 482, 483 Repetto, Nicolás, 572
Palacio, Emesto, 555, 569, 570, 715 Pi.zarro, Francisco, 60 Repetto, Roberto, 726
Narancio, Bdmundo M., 216 Palacios Rubios, Juan López de,56 Pizarro, Manuel D., 562,668 Ricchieri, Pablo, 674
Navarro Floria, Pedro, 601 ~;~;; Alfredo L, 587, 63 7, 641, 642,
0
Plaza, Victorino de la, 598 Río, Manuel, 485,661,819
Navarro Garda, Luis, 155, 172 Plotkin, Mariano B., 683 Ripodas Ardanaz, Daisy, 58, 323
Navarro Gerassi, Marysa, 569 Palanza, M Vaferia, 718 Pomar, Gregorio, 571 Risso Patrón, Buenaventura, 665
Navarro Viola, Miguel, 561 Palcos, Alberto, 383 Popescu, Oreste, 203 Rivadavia, Bemardino, 347, 378, 379,
Navarro, Manuel, 381 Panettieri, José, 609, 619,637 Portales, Diego, 398 396,425,426,429,433,434,438,440,
Nehon, Hugo, 622 Parish, Woodbine, 393 Posse, Juan, 560 445,446,451,453,489,577,609
Ndson, Jaime, 622 Paso, Juan J., 294, Potash, RobertA., 569, 671, 683, 825, 828 Rivadavia, Martín, 677
Neumann, Juan Bautista, 254 Patiño, José, 156 Pouget, Francisco Amado, 465 Rivarola, Rodo!fO, 349
Newbery, Jorge, 678 Patrón Costas, Robustiano, 687 Puentes, Gabriel A., 397 Rivera Indarte, José M., 383
Newton, Ricardo, 424, 425, 624 Pau!a, Infante Francisco de, 347 Pueyrredón, Carlos A., 291,311 Rivera, Fructuoso, 400, 401, 402
Nifve, Moisés, 573, 575, 576 Paulo m, 205, 231 Pueyrredón, Juan M. de, 271, 417, 424, Rivero &tengo, Agustú1, 555
Nortrnan, Irene, 106 Paz., José C., 658 427,433,434,444,446,452,459 Robertson, Guillermo T., 429
Núñez del Prado, Juan, 146 Paz, José M., 374 Pufendorf, Samue~ 250, 301 Roca, Julio A. (h), 747
Núñez, Jorge A., 647 Paz, Luis, 244 Puga, Vasco de, 101 Roca, Julio A., 550,555, 558, 559, 561,
Paz, Marcos, 556 Puiggrós, Adriana, 793 562,563,564,565,572,579,580,605,
o Peder.nera, Juan L, 528 Pug!iese,María Rosa, 105,331,723 607,640,665,674,685,747,778
Rocchi, Fernando, 743
Pedro I, 395, 396
O'Fan:el, Santiago, 669 Rocha, Dardo, 559,650
Pellegrini, Carlos, 550, 559, 561, 562, Q Rodríguez de Fonseca, Juan, 75
Oban:io, Manue~ 674 563, 564, 565, 631,636,639
Oca"mpo, Manuel, 559 Rodríguez, Augusto, 672
Pellet Lastra, Arturo, 718, 723 Quesnay, Francisco, 161, 190
Olaguer y Feliú, Antonio de, 268 Rodríguez, Enrique1 576, 836
Peña, Roberto L., 291 Quijano, Juan H.
Olarra Jimé.nez, Rafael, Rodríguez. Fray Cayetano, 354
Peraza de Ayala, José, 119, 135 Quintana, Manuel, 563, 564, 565, 599,
Rodríguez, Horacio, 491,671,825
Olmos, Ambrosio, 650 Pereyra, Horacio, 415,422 650
Orellana, Rodrigo Antonio de, 480 Rodríguez, Martín, 391, 417, 433,446,
Pérez Amuchástegui, Antonio J., 27,28 Quiroga de !a Rosa, Manuel, 383, 386
Oribe, Manuel, 400, 401, 402, 504 36, 313 , 453, 603, 604
Quiroga, Hugo, 683 Roger, Aimé, 400, 833
Oro, Fray Justo de Santa María de 346 Quiroga, Juan Facundo, 377,425
484 , , PérezGuilhou,Dardo,273,283,291,312, Romero Carranza, Ambrosio, 667
317; 346,503,713,715,723,732,736 Romero, José L., 555, 569
Oroño, Nicasio, 666 Peron,JuanD.,569,683,684 687 688 R Romero, Thmás A., 192
Ortega, Ezequiel, 583 689,690,691,693,694 695,697,698,
Ortiz, Eduardo L. 671, 726 Rondeau, José, 603
699,700,701,702,703:704:705:706: Rabbibaldi Cabani!las, Renato, 216 Rooscvelt,Theodore, 598
Ortiz, Ricardo M, 601,609, 614, 615, 710,714,715,717,718,719,721,723, Rada, Andrés de, 246 Rosa, José de la, 196
616,619,624,625,626,628 629 686 729, 733, 734, 736, 738, 739, 749, Radadli, Sigfrido, 79 Rosa, José María, 357
687_, 719, 721,723, 826, 83o', 831,83.2 751, 756, 759, 761, 768, 770, 771, Ramallo, Jorge M, 291,299, 467,793 Rosas, Juan Manuel de, 368, 369, 375,
01'1JZ, Roberto, 686, 687 773, 774, 775, 776, 781 782 783 Rame!la, Susana T., 765 376,377, 378, 379,380, 381,383,385,
Otero, Hemán, 765 784,785,786,794,795 797 799 801, Ramos Pérez, Demetrio, 52, 69, 261, 386,397,398,399,400,401, 402,415,
Ots Capdequi, José María 62 69 85 802, 804, 807, 811,
119,127,128,138,221,224, ;Z25, ' 817,819,825,827
812, 813,' 815: 273,281,282,291,292,294,301 420,421,422,423,425,427,430,431,
Ramos, Juan P., 331,357, 533,643,644 440,448,449,450,456,467,469,470,
Ovando, Juan de, 102 Rams y Rubert, Esteban, 524
Pestalardo, Agustin, 654 474,476,487,488,500,503,504,505,
Oyarzabal, 676, 825, 829 Rapoport,Mario, 743,777 507,508,509,519,520,524,525,530,
Petit Muiioz, Eugenio, 216, 220
Oyhanarte, Julio, 543, 723, 725 Rauch, Federico G\.lillenno, 603 603,609
Piccirilli, Ricardo, 313, 346,491
Pico, Francisco, 544 Ravignani, Enli!io, 65, 172, 357, 371, Ro<Jas, .Miguel A., 615
p 373 Rosenblat, Angel, 199, 200, 203, 213,
Piedra Buena, Luis, 678
Piernas Hurtado, ]., 71 Ravina, Aurora, 739 215, 216
Pacheco, Wenceslao, 636 P1etschmann, Horst, 69, 79, 155, 273 Rawson, Arturo, 688 Rouquié, Alain, 671, 675, 683, 825
Pad~a, Alberto G., 503, 509 Pinedo, Federico, 685, 748, 759 Ra\vson, Guillermo, 557 Roussseau., Jean Jacques, 250, 257, 276,
Padilla, Norberto, 815,818 Pino Manrique, Juan del, 390 Raynal, Guillaume, 257 301, 324, 332
Pae.~a, Pascual, 601 Rebollo Paz, León, 503, 591 Roxas y Patrón, José María, 419
Piñero, Norberto, 441, 519,629,647
Paez de !a Torre, Carlos (H), 808 Pío IX, 484, 666 Regalsky; Andrés M., 743, 744 Rueda, Miguel de, 524 ·

'"' '"'
Russell, Roberto, 777, 783 S arra tea, .Migu.el de, 347 Tejedor, Ou:!os, 383, 558, 5 73, 57 4, 575, Vázquez de Menchaca, Feman.do, 74
Ruiz Gu.iñazil, Enrique (h), 555 Sastre, Marcos, 383 579, 580, 597 Vázquez de Prada, Valentín, 119
Ruiz Guii'J.azú, Enrique, 105, 111,291, Scalabrini Ortiz, Raúl, 615 Tel!ier, Charles, 622 V~zquez Vialard, Anto1llo, 770

300, 307 Schafer, Ernesto, 71 Terin, Juan B., 653 V.izquez. Viera, Emilio, 683
Ruiz Huidobro, Pas..:ual, 296 Schóo Lastra, Dionisio, 601 TerrasOn, Euge¡llo, 622 Vedia, Agustin de, 441, 444, 452
Ruiz Moreno, Isidoro, 349, 371, 373, Scunio, Alberto D.H., 601,608 Terrero, Juan Nepontuceno,"427 Vedia, Mariano de, 565
391,397,503,577,591,593,683,777 Seco Villalba, José A., 317,403,407,503 Tjarks, Gennán O., 172, 193,591, 593 Vega, Gracilazo de la, 215
Seghesso de López Aragón, María C., Torre, Juan Carlos, 770 Velasco, Bernardo de, 387, 388
S 317. 331, 357 Torre, Elena B., 737 VelezSarsfield, Dalmacio, 413, 508, 574,
Se~via, Juan F., 533,683 Tocqueville, 0Jarles Alexis Oerel de, 383 575, 729
Segreti, Carlos, 172,291,300,317, 346, Thledo, Francisco de, 103, 116 Vélez, Bernardo, 412, 730
SaaveJ.ra Lamas, Carlos, 785
349,357,387,415 Toledo, María de, 224 Vera de Flachs, Maria C., 793
Saavedra, Carlos, 647
Segui, Fran<.:isco, 294 Tonda, Antérico, 479, 481, 485 Vewet, Luis, 399
Saavedra, Comdio, 297, 298,295,
Segu~ Juan E, 294 Torre, Lisandro de la, 572, 740 Vial Correa, Gonzalo, 199, 226
296,299
Segurola, Sarunllno, 466 Torren; Juan E., 554 Viamonte, Juan José, 340, 448
Sabattini, Amadeo, 685, 688,690, 732
Seoan.e, \iarÍa Isabel, 249,470,654 TorreReveUo,Jose, 200,254,256,257, Vicchi, Adolfo, 555, 732
Sabio, José D., 836
Sepúlveda, Juan Ginés de, 55, 204 258, 647 Victorica, Benjru11in, 608.
Sácnz Peiia, Luis, 562, 536, 665
Serrafero,Mario D., 713, 718,719,732 'fraibel Nelds, José M., 216 Vidaurreta de Tjru-ks, Alicia, 172
Sáenz Pe:il.a, Roque, 562, 563, 566,
Sierra, Vi<.:ente D., 229 'frouvé-Chauvel, Aristides, 529 Videla del Pino, Nko!ás, 480
588,599
Silberstein, Ou:ina F., 671 1l:usso., Francisco E., 307, 312 Videla, Jorge R., 06,707,709,711,
Sáenz Quesada, María, 683
Silva Vargas, Fernando, 138 ThuAnzoátegui, Victor, 9, 32, 52, 63, 69, 753,786
Stienz, Antonio, 295, 468, 470, 471
Sin, Gisda, 718 99, 224, 346, 357, 373, 378, 41, 503,
Saint~SiniOn, C!aude Henri, 383, 386 Viejobueuo, Joaquút, 562
573, 728, 779
Salas, Alberto Mario, 213, 261, 262, Smith, Adam, 190, 191 Vieytes, Juru1 Hipólito, 172,185,189,
Sobre :M.onte, Rafael de, 269
263, 264 191,259,299
Salas, Rubén D., 331
Solá, Juan Nepoumceno de, 297 u Vieytes, Ramón, 295
Solano LOpez, Fran.<.:isco, 512, 592
Salcedo, Saturnino, 403 Villalobos, Sergio, 145, 163, 167, 172,
Salvadores, Antonino, 241, 244, 265,467 Solano, Francisco, 58 Udaondo, Enrique, 661, 667 188, 197
Solbrig, Otto T., 743 Ugarte, Marcelino, 564, 574
Salvat Monguillot, MatJuel, 203 Viilava, Victorán de, 276
San Alberto, Fray José Antonio de, 157 Solorzano Pereyra, Juan de, 105 Uriburu, José E., 563, 570, 571, 714, VH!ota, Mrumel G. de, 196, 294
Sa.nMartín, José de, 309,310, 314, 315, Solveira, Beatriz R., 203,591, 777 725, 727, 737, 746 Vitoria, Fray Francisco de, 54, 55, 74, 157
Somellera, Pedro, 413, 410, 471 Urien, Carlos M., 619
354, 492, 495 Vi.zcardo, Juan E, 274
Sommariva, Luis H., 548, 555, 565 Urquiza, Fen1ando, 488
Sru1 Martino de Donn~ Laura, Voltaire, 160,257
SindlezAgesta, Luis, 156, 160, 163 Soto, Fray Domingo de, 54, 74,217 Urquiza, Justo José de, 369, 377, 402,
Sou~n, ~uiqu~402 503,504,505,506,507,508, 509, 510,
Sándtez Albornoz, Nicolás, 199
S.inchez Bella, Ismael, 58, 59, 105, 138, Spiguel, Claudio, 777 511,512,514,515,516,517,519,520, w
Spinelli, María E., 683 521,522,523,543,556,557,573,577,
142 Stengel, Sonia, 52, 203 Ward, Bemardo, 191
Sinchez de Toca, Joaquút, 122 578,610,-640,664,671
Stoetzer, O. Carlos, 291 Urtubey, Clodomiro, 674, 677, 678 Weinberg,Félix, 172,191,383,475,476
Sánchez, Galo, 43
Sronll, Carlos Mario, 105, 119, 172 Weinberg, Gregorio, 171
Satldoval, Alonso de, 217
Santa Cruz, Arukés, 397, 398 Stonll, Segundo, 678 V White, Guillen110 Pío, 499
Santaella, Rafael, 251 Strangford, lord, 303 Wilde, Eduardo, 665
Santiago, Alfonso (H), 723 Studer, Elena F.S. de, 216 Wilde, Guillenno, 203
Valdeavellano, Luis G. de, 43
Santos Martútez, Pedro, 172, 186 Suirez, Francisco, 27, 47, 157
Valiente, Fran.cisw 'Thm.is, 71
Sanz, Luis S., 172, 391, 591, 593, 594, Suárez, José León, 307, 312, 391 Valle, Aristóbulo del, 332, 561, 562, y
595, 596 563,693
Sanmyana, Joseph-Ignasi, 661, 815 T Varela, Florencio, 476 Yruüz, Martín Gregorio, 195
Sarmiento, Domingo E, 377, 383, 386, Varela, Mariano, 593, 658 Yotl:e, Felipe, 577
555, 557, 578, 629, 644, 657, 673, Taboada, Antonino y Manuel, 517 Vargas Laguna, Antonio, 483 Yrigoyen, Hipcilito, 554, 563,564, 565,
677,678 Tamborllll, José P., 689 Vargas Ugarte, Rubén, 479 566,567,568,569,570,571,572,582,
Sarobe, José M., 491, 497 Tedesco, Juan Carlos, 643, 793, 795 Vargas, Getu!io, 785 591,598,599,659,675,676,683,725,
Sarrailh, Jeatl, 155 Teixeira de Freitas, Augusto, 575 Vas Mingo, María M. del, 58 736, 746, 784, 811,813

851
MANUAL DE HISTORIA DE LaS lNSTITUCIONBS ARGENTINAS

'
z Indice temático
(por número de parágrafOs)
Zanatta, Loris, 229, 815, 816
Zapata Golián, Agustín, 261
2Apa~,~anin,509
ZappictrO, Eugenio J., Abogados
Zárare, Juan de, 215 En Indias, 121
Zárate, Juana. de, 224 Academias nacionales, 930
Zarri!li, Adrián G., 743 Acuerdn de San Nicolás, 689-692, 705
Zavala, Silvio A., 52, 55, 203, 261
Zavalía, Clodomiro, 543, 545
Adelantados, 71
Zinny, Antonio, 477 AdministracWn de Justicia
Zorraquín Be~;ú, Rkardo , 63 , 66, 172' Ver Organización Judicial
1 73,177,200,201,203,317 331 349 Aeronáutica) 965-966, 1083-1089.
351,410, 555, 573,647,653,665 , Agricultura
Zorrilla, Diego de, 102 Siglos XVI y XVII, 126
Zubi!laga, Félix, 229, 236
Zule~ Alvarez, Enrique, 683
Siglos XVIII, 173, 212-216
Zuretti, Juan Carlos, 229,667 815 En la época patria, 567-573
Zuviría, Farundo 511 ' En la época constitucional, 875-877
Entre 1930 y 1983, 1020-1023
AJcaldes ordinarios, 86-88
Alcaldes mayores, 77
Alto Perú
Su desmembramiento de las Prov:itl.Cias Unidas, 500
Ver Bolivia
Arzf)bispados
Ver Iglesia. Organización eclesiástica y Patronato
Audiencias
Namraleza y categorías, 112
Atribuciones, 112-116
de Buenos Aires, 161, 194-196, 377-380
de Charcas, 160
Aviación
Ver Aeronáutica
Banco
de Buenos Aires, 607-608
Nacional, 609-615, 895
Nacional de la Confederación, 717-718
de la Prov:it1cia de Buenos Aires, 892-893
Hipotecario Nacional, 898
del<~. Nación Argentina, 895,897
Banda Oriental
Su desmembramiento de las Provi.JKiM Unidas, 497-499
La intervención anglo-francesa, 515-518

853
M.\NlJII.L DE HlSTORlA DI! LAS lNSTlTl'ClONBS ARGENTINAS

Bolivia Clases wciales


Iudependem:ia de las Proviucias Unidas, 500 Ver Sociedad
Conflictos con la ConfederacÍÓlt Argentin.a, 512 Códigos
Cuestiones de líuútes, 826 Elaboración y sanción de los Códigos Civil, Penal, Comercial, de
Brasil Minería y Procedinúentos, 785-791; vigencia y reformas, 999-1000.
Guerra con las Provincias Unidas, 507-510 Código de trabajo, 904
Cuestión de límites, 825 Comerci()
Guerra con el Paraguay, 820-822 Eula época hispátúca:
Rebciones entre 1930 y 1983, 1049 Disposiciones generales, 139-140
Cabildo Régimen de flotas y galeones, 141, 181
Abierto de Mayo de 1810, 361-369 Barcos de registro, 142, 182-183
de Buenos Aires en 1810, 377-380 Transporte de mercaderías, 143
Cabildos Contrabando, 144, 163-164, 181
Antecedentes castelhmos, 23 CotlSulados, 145, 206, 224
Fundación y carácter, 85 En el Río de la Plata, 162-164, 183-186, 207
Iutegrantcs y reqtúsitrn. de designación, 86-89 Libre comercio, 179, 183-188,226,229-236
FtllKioues, 90 En la época patlia:
Recuxsos, 91 Librecambio y protecciOlúsmo, 541-546
Abiertos, 92 Llley de aduana de 1835, 547-551
Supresión, 456 Movimiento comercial, 552
Cabildos eclesiásticos En la época con~titucional:
Ver J[¡lesia. Organización eclesiástica De exportación, 878
Capital Entre 1930 y 1983, 1014-1019, 1042-1043, 1046-1047
De la Nación, 792-798 Concilios provinciales
De la provincia de Buenos Aires, 799 Ver Iglesia. Organi7...ación eclesiástica
Capitdn general Conftderación Argentina
En la época hispánica, 73-74, 109, 339 Su origen en 1831,474
En Lt época patria, 458 Estrru::Utra política hasta 1852, 481, 488
Capitulaciones, 70 El conflicto con Buenos aires, 696-698, 700·704 y 709
Casa de la ContratacWn de las Indias, 64 Conquista de .América
Castilla Títulos, 34-41
Ubicacióu histórica, 17-19 Los justos títulos de Vitoria, 38-40
Organización política, 20-23 Fines, 42
Ordeuanúeuto legal, 24-28 Características de la colonizaci6u, 43-49
Evolución social y ecouómica, 29-33 Conquista del desierto
Incorporación de las Indias, 55 Generalidades, 837
Caudillo La Patago1úa, 838-845
Concepto, 68, 469 El Chaco, 846-848
Ciudadatw Consejo Real y Supremo de las Indias
Coucepto y alcance, 522-525 Su fortThl.CÍÓn, 65
Ciudades AtribuciOltes, 66
En Indias, 47 La labor legislativa, 97~ 100
Su gobierno y los cabildos, 85-92 Eu el siglo XVIII, 168
'
854
f
MANUAL DE llrSTORlA DB !AS lNSTITUC!ONllS ARGENTINAS

Constitución
Concepto, 396-399, 722 Fuentes legislativas, 101
En el Río de la Plata. Evolución, 400-404 Las leyet>, 102
de Cádiz, 358 Juristas, 103
Ideas de Rosas, 479 Abogados y letrados, 121
Nacional de 1853. Antecedentes y sanción, 686, 693 Persistencia después de 1810, 533
Nacional de 1853. Contenido, 723-750; vigencia y reformas de 1949 Derecho patrio o mcional
y 1957, 983-989 Características, 533-540
RefOrma de 1860, 699 Codificación, 534-535
del Estado de Buenos Aires de 1854,-695 Terminología legal, 536
La práctica constitucional, 753-765 Elaboración y publicación de las leyes, 537-538
Ver Poder Ejecutivo, lbder Legislativo, lbderjudicial, Derechos Personales, Juristas, 539
Provincias A'lftntinas Entre 1930 y !983, 998-1001
Omstitucionalismo Derechos diferenciales
Ver Constitución Ver Finanzas
Consulado de BUC1Ws Aires Derechos personales
Creación y fi.uu:iones, 206, 224, 227 En la época hispáni~a, 2?8 .
Como tribtmal después de 1810, 436 En el régimen consntuctonal patrto, 405, 414
Consulados En la Constitución Nacional de 1853, 727-735
Organ.iución, 145 Derechos politicos
Su fimción judicial, 117 En la época hispánica, 278
'::orregiáores, 77 En la época patria, 520-552
::urte Suprema de]usticia En la época constitucional, 803-818
En la Constitución Nacional de 1853, 748-749 Despotismo ilustrado
Entre !930 y 1983, 995-997 Concepto, 166, 178
)m, Exaltación del poder real, 167
Concepto, 21 Centralismo político, 168
La.s uuevas Cortes del siglo XIX, 357, 360 Refonnas administrativas, 168-170
::uestión obrera, 899-907 Rega&mo, 171
7hile Agricultura e industria,173-174, 222-225
Cuestiones limit.rofes, 519, 827 Crítica a la nobleza, 175
)eberes personales Ejército y guerra, 172, 176
C. oncepto constitucional, 413 Las ciencias útiles, 177, 227
Eu la Constitución de 1853, 734 Doctrim Drago, 832
)trecho castellano Economía
Ordenamiento legal, 24-28 En Castilla, 33
Su vigencia en Indias, 93 Eu Indias bajo los Austrias, 122-145
Su vigencia después de 1810, 533 En Ituiias en el siglo X:Vlii, 173-174, 179-180, 207-236
>erecho indiarw En la época patria, 541-578
Derecho castellano y derecho indiano, 93 En la época constitucional, 705-709, 864-881
Características, 94-95 Entre 1930 y !983, 1013-!029
El Consejo de Ituiias y la labor legislativa, 95
Recopilación de leyes de 1680, 99-100 Ej~;Ú7..ación durante la conquista y la colonización, 172·330-342
En la época patria, 673-685
856
857
MA,"'UAL DE HlSTORIA DE U.S INSTITUCIONES ARGENTINAS

En la época constitucional, 954-961 Estado


Eutre 1930 y 1983, 1083-1094 Fmtciones y fmes en Indias, 56-63, 167
Elecciones Fines y funciones según el constitucionalismo, 414, 417
Ver Régimen electoral República y monarqtúa, 415, 439
EmancipacWn Federalismo y unitarismo, 440448
Ve1· Independencia Ver Poder Ejecutivo) Poder Legislativo, PoderJudicial> Rtry) Residencia>
Encargo de las relaciones exteriores Patronato) Santa Sede
Concepto y evolucióu de la magistratura, 481-488 Estados Unidos
Encomiendas Posición ante la emancipación sudamericana, 505-506
Concepto y características, 247-252 Doctrina Monroe, 506
Enfiteusis Su política expansionista, 834
Ver Tierra pública Entre 1930 y 1983, 1041-1046
Enseñanza del derecho Extranjeros
En la época hispátúca, 309-313 En la época hispátúca, 276-277
En la época patria, 642-645 En la época patria, 625
En la época constitucional, 926-928 Eula época constitucional, 735, 849-859
Eutre 1930 y 1983, 1063-1064 Facultades extraordinarias
Enseñanza elemental y media En las provincias argeuti.uas, 470-471
Eu la época hispánica, 298 En la Constitución Nacional de 1853, 724
Eu la época patria, 632-633 Familia
En la época constitucional, 909-911 Eu la época hispátúca, 269-275
Entre 1930y 1983, 1052-1057 En la época patria, 626-628
Enseñanza nonnal Matrirnmúo civil, 945-947
E11 la época constitucioual, 912 Entre 1930 y 1983,
Enseñanza preparatoria Federalismo
En la época hispá.túca, 299 Concepto, 440-442
Bula época patria, 637-639 Sus causas, 443-448
En l-a época constitucional, 913-914 En el sistema político constitucional, 723-725, 736~765
Entre 1930y 1983, 1052-1057 FeiTocarriles
Enseñanza universitaria Su desarrollo, 860-863, 1026-1027
Ver Universidad Finanzas
Esclavitud En la época hispá.túca, 146-152
Régimen, 260-268 En la época patria, 591-615
Comercio negrero, 187 En la época constitucional, 710-716, 719-721, 882-898
Prolúbición de la trata, 621-623 Entre 1930 y 1983, 1013-1019
Supresión, 729 Francia
bcuelas lnterveucióu en el Río de la Plata, 515-518
V<.'f Enseñanza elemental Frigorijiros, 868-874
España Fueros castellanos, 24-25
Actimd ante la indepeudeucia, 502-503 Fueros especiales, 105, 109-1ll, 117-120
Recouocinúeuto de la Independencia, 830 Fuerzas Annadas
El caso espaúol eu la ONU, 1044 Ver Ejército. Marina. Aeronáutica
Ver Castilla

"' 1 859
MANIM.L DE li!STOIUA Dll LAS lNSTlTUCIONllS ARGENTINAS

FundonarWs
Imprenta
Su control en indias, visita, pesquisa y residencia, 79-84 Introducción en América, 318-319
Ganadcrla
Libros e impresos, 320-324
En la época hispánica bajo los Austrias, 127* 130
Libertad de imprenta, 409, 646-652, 728
En el Río de la Plata en el sigfo XVIII, 207-211
En la época patria, 553-562 Independencia
Entre 1930y 1983,1020-1022 Ideas e intentos, 346"352
En la época constitucional, 864-874 Hacia su declaración, 384-390
Gendarmería Nacional, 1096 La lucha continental por alcanzarla, 391-395
Generad/m de 1837 El reconocimlento internacional, 501-506
Sus ideas e integrantes, 489-494 El reconocimlento por España, 830
GobernadiJres Indios
En la época hispánica, 75-76, 103 El conquistador y el indio, 45
En el Río de la Plata, 156"159 Su condicióu, 240-255
En 1as épocas patrias y constitucional, ver Poder ejecutivo El mestizaje, 56-259
Golpe< de Est41W Disposiciones en la época pattia, 624
Ver Rcvoluci6n. Proceso de Reorganización Nacional Industrias
Hacienda En la época hispánica, 137"138, 173-174, 218-219
Rentas fiscales en1ndias, 146-150 En la época patria, 574-575
FU.ucionarios y órganos indianos, 151-152 En la época constitucional, 880-881
Problemas en la época patria, 594-595, 601 Entre 1930 y 1983, 1024-1025
Ver Finanzas Inglaterra
Historia Tratado de 1825, 504
Concepto, 1-5 Reconocimlento de la independencia, 503
Metodología, 10-15 Intervención en el Río de la Plata, 515-518
Rueste Relaciones entre 1930 y 1983, 1041"1044, 1047 y 1050-1051
Org.mización, 330-333 Inmigración
Iglesia Primeros intentos, 625
En Castilla, 30 En la época constitucional, 849-859
Organización eclesiástica, 111,279,284, 658"660, 948-950 Entre 1930 y 1983, 1032
La predicación religiosa en 1l1dias, 285-286 Institutinnes
La influencia social del clero, 289-29, 661 Concepto, 6-9
Real Patronato, 171,290-296 Intendencias
Ante la emancipación, 657-665 Su régimen y evolución, 198-205
Origen del Patronato Nacional, 666-670 Intervenciones federales
La reforma eclesiástica, 671-672 Régimen constitucional y aplicación, 763~765
La acción política y social del catolicismo desde 1860, 951-953, 1073- Investigación científica, 1067-1067, 1089
1075
Jueces capitulares
Relaciones con el Estado. El Patronato en la Constitución, 935-944, Alcaldes ordinarios, 106
1076-1081
Alcaldes de la Sama Herma11dad, 107
f¡ualdad
jueces eclesiástiros, 111
Concepto moderno, 410
Jueces reales
En la Constitución Nacional de 1853, 730 Virrey, 107
Ver Sociedad
Gobemador, 108

'"' "'
MANt'AL DE HISTORIA DE !.AS lNST!TUCIONBS ARGENTINAS

Justicia Mayor, 108 Municipios, 751, 1011-1012


Capitán C'-.eneral, 109 Navegación de los ríos
Oficiales reales, 110 La libre navegación, 706, 708
juicio de residencia Obispam,,
En la época hispátúca, 82-84, 170 Ver Iglesia. Organización eclesiástica y Prttronato
En la época patria, 438 Oficiales reales
Justicia Ftmciónftscal, 151-152
Concepto y fimción de justicia, 104 Función judicial, 11 O
Ver Ot;_!JanizacWn judicial y poder judicial Organizacidn judicial indiana
Justicia mayar, 108 Concepto de la justicia, 104
Le__!JislacWn laboral, 904-907,953, 1034-1037 Jueces capitulares, 106
Letrados Jueces reales, 107-110
En las Indias, 121 Jueces eclesiásticos, 111
Libertad Audiencias, 112-116
De residencia, circulación y expresión política en Indias, 278 Jueces mercantiles, 117
Concepto modemo, 408 Protomedicato, 117
De prensa, 409, 646, 652 Fuero universitario, 119
Religiosa, 409,932 Fuero minero, 120
En la Constitución Nacional de 1853, 728 Letrados y abogados, 121
Libros En el Río de la Plata en los siglos XVI-XVII,160-161
Régimen de impresión y circulación, 320-324, 646-653 En el Río de la Plata en el siglo XVIII, 197
Bibliotecas públicas, 325-654 Organización judicial patria
Malvinas, 514, 1050-1061 Concepto, 429-430, 437
Marina de Guerra Justicia capitular, 431
En la época constitucional, 962-964 Audiencia, 432-434
Entre 1930 y 1983, 1083-1089
Cámara de Apelaciones, 434
.Matrimonio
Jueces eclesiásticos, 433
Ver Familia
Justicia adnillústrativa, 432
Mercantilismo
Ju<>ticia mercantil, 436
Concepto, 122
En las provincias argentinas, 459-465, 467
Mestizaje
Concepto, características y evolución, 256-259 Organización judicial constitucional
Minería Ver Poder judicial
En los siglos XVI y XVII, 133-136 Pacto
En el Río de la Plata en el siglo XVIII, 220-221 De 1831, 474-478
En la época patria, 576-578 (Acuerdo) de San Nicolás de los Arroyos, 689-92
En la época constitucional, 879 de unión de 1859 (San José dé Flores), 697-698
.Ministros Pactos interprovinciales
Ver Poder Ejecutivo Concepto, características y emuneración, 472-473
Misiones Jesuiticas Paraguay
Su orgrttúzación, 255 Su desmembración de las Provincias Utúdas, 496
Moneda Las relaciones durante la época de Rosas, 513
En la época patria, 602-605 La guerra con la Argentina, Brasil y Untguay, 820-822
En la época constitucional, 889-891 Cuestiones limítrofes, 822-824

862 863
'-ANUAL Dll HISTORIA DE LAS iNSTITUCIONES ARGENTINAS

artidos políticos
~d de la tierra
Principales expresiones desde 1862 hasta 1930 766-784 952 962
Entre 1930 y 1983, 968, 982, 984-992 ' ' ' En la época hispánica, 131-132,217
rtronato En la época patria, 579-590
En la época hispánica 290-296 En la época constitucional, 849-859
Origen deJ Patronato Nacional 666-670 Protomedicato
En la época constitucional 938-942 En la época hispánica, 118, 314-317
El Acuerdo de 1966 107Ó-1079 Su supresión, 641
Yiodismo ' Provincias at;gentinas
En la época hispánica, 224-225 326-329 Su formación, 449-454
En la época patria, 655-656 ' Constintción y orga¡Uza.ción política, 454-456, 466-467
En la época conRtitucional 931-934 Poder Legislativo, 457, 467
Entre 1930 y 1983 I068-l072 Poder Ejecutivo, 458,467469
ler Ejecutivo ' Organización judich\1, 459~465, 467
~u concepción constitucional 419-424 Facultades extraordit1.arias y stmu del poder público, 470-471
:::Orr~~ción de las fhnciones l~gislativas y ejecutivas, 425 Los gobiernos provittdales en la CollStitución Nacional de 1853,
~equlS!~OS para ocupar la fimción pública, 426 750-752
JCcretanos de Estado, 427 Los gobiernos provlltdales después de 1930, 1002-1005, 1007
':>rganos consultivos 428 Las intervenciones federales, 763-765, 1006
Lulas. provincias ar~rinas 45 8 46 7469 hducciones y pueblos indígenas, 23-254
¡n la ~nstin1ción Nacional de 1853, 741-744 Reforma universitaria de 1918, 923
m pres~dentes entre 1862 y 1930, 766-784 Rr,gilkres, 86-88
.os prestdenres entre 1930 y 1983 967-982 990 Régimen electoral
'r judicial ) )
El acto electoral en las provincias después de 1820, 530-532
ttS orígenes, 429-430
Entre 1853 1912, 803-814
n la Constitución Nacional de 1853 745_ 749 La ley Sáenz Peña, 815-818; vigencia y reformas, 1001
ntre 1930 y 1983, 993-994 ' Relaciones exteriores
~r Organización jUdicial patria
En la época patria, 495-519
::r Corte Suprema de¡usticia En la época constitncional, 819-836
"Legislativo
Entre 1930y 1983,1041-1051,1090-1091
t concepción constitucional 418
Ver Encm:go de las relaciones exteriores
~rr~l~ción de las fi.mciones l~gislativas y ejecutivas 425 Representación política ·
XJUISltos .par~ ocupar cargos legislativos, 426 ' Concepto y caracteres en la época patria, 520-?21, 526-529
tlas provmc~as argentinas, 457 467
República
'Ja C',oustintción Nacional de 1'853, 736-740
.U< 1930 y 1983, 991-992 Concepto político, 416
l Federal Argentina, 1097
Revolución
turaNm>alAt;gentina, 1095 De 1890, 773-774
De 1930, 784-967
~'!RrorgariizaciónNacional, 967,980-981 De 1943, 967, 970
el derecho indiano, 278 De 1955,967,972
ncepto constitucional 412 De 1966, 967, 976
la CotiStintción Nad~nal de 1853 732 RePolucúfn de Mayo
:re 1930 y 1983, 998 ' La crisis del régimen indiano, 343-360
Fundillllentos políticos y jurídicos, 361-370

&65
MANUAL DB I!JSTOR!A D!ii LAS lNSTITUCIONBS ARGENTINAS

Comentes ideológicas influyentes, 371-372 Tierra pública


El ejercicio del gobierno propio, 373-383 Stt régimen y aprovechanUeuto, 579-590
Reformas sociales de la Revolución, 616-628 La enfiteusis, 582-589
&y La colonización, 849-859
En Castilla, 20-22 Trabajo
En Indias, 59-63 Ver Cuestión obrera, Legislación laboral
Exaltación de su poder en el siglo XVIII, 167 Transportes, 1026-1029
Saladeros Ver Ferrocarriles
En la época hispánica, 208-209 Umversidad
Eula época patria, 563-566 De Cón:ioba, 305-306, 312, 918, 1062, 1064
Después de 1853, 865-867 De Charcas, 307-308, 311
Ver Frigoríficos De Buenos Aires, 634-641,916-917, 1061, 1064
Santa Sede De La Plata, 920-922, 1062
El Papa en los asuntos temporales, 37-38 Del Litoral, 923, 1059
Ante la emancipación americana, 657-665 De Tucmnáu, 924
Relaciones con el Estado Argentino, 935-944 Universidades
Ver Iglesia y Patronato En Indias, 301-304
Srguridad individual En la época patria, 634-645
Concepto en la época patria, 411 En la época constituCional, 915-925
En la Constitución Nacional de 1853, 731 Entre 1930 y 1983, 1058-1062
Ver Derechos personales Uruguay
Sindicatos Cuestiones línútrofes, 828
Orígeues, 899-901 Ver Banda Oriental
Organización, 1038-1040 Vecinos
Sínodos diocesams Los vecinos y el Cabildo, 88
Ver Iglesia. Orgamzación edesidstica Virreinato del Rio de la Plata
Sociedad Su creación, 191-193
La sociedad estamental en Indias. Generalidades, 237 Su desmembración, 495
La sociedad igualitaria en la época patria, 616 Vírrryes
Españoles y criollos, 238-239,617-620 Carácter del oficio, 72
Indios, 240-255, 624 At:ribudones, 73-74
Mestizaje, 256-259 Fttndón judicial, 107
Negros, 260-268,621-623
La familia, 269-275, 626-628, 999
Extranjeros, 276-277, 625
Suma del poder público
En las proviudas argeutiuas, 470.-471
Eula Constitución Nacional de 1853, 724
Territorios nacionales
Concepto y org.ullzación política, 800-802
Su conversión en provincias, 1008-1010

'"' '"'
Eduardo Martiré "1
Doctor en Derecho y Ciencias Sociales, se ~
desempeñó como Profesor de Historia de las
~
Instituciones Argentinas y Profesor Titular de
Historia del Derecho de la Facultad de Dere~
~
cho y Ciencias Sociales de la Universidad de ~
¡ Buenos Aires. Es miembro de número de las ~
Academias Nacionales de la Historia y de ~

~
Ciencias Morales y Políticas.
Actualmente es Presidente del Instituto In~
1 ternacional de Historia del Derecho Indiano
y Vice Director del Instituto de Investigado~ ~

nes de Historia del Derecho. ~


Desde 1998 ha dictado anualmente semlna~
~
rios sobre Historia del Derecho Indiano en la
Facultad de Derecho de la UniVersidadAutó~ ~
noma de Madrid. Se desempeña como Profe~ ~
sor Titular de Historia del Derecho en la ca~ ~
Este libro se telminó de imprimir rrera del Doctorado de la Facultad de Cien~ ~
encl mes de mayo de 2005
das jurídicas y Políticas de la Universidad del
en Lanng:rifica, RocarnOl';l 4161
(CP 1184) Buenos.Ain:s. Argentina
Museo Social Argentino. ~
De su amplia producción intelectual en el cam- ~
po de la especialidad se destacan los siguien~ ~
1
L
tes títulos: Panorama de la /egiSiadón minera ~
argentina en el p~odo hispánico ( 1968); El Có-
digo Caronno de Ordenanzas Reales de las Mi-
1
nas de Potosi y demás prOVincias del Río de la 1
·1. Plata de Pedro Vicente Cañete (Edición y Estu~ 1
dio, 2 vals., 1973~ 1974); Consideraciones meto-
dológicas robre la Historia del Derecho ( 1977);
1
Los regentes de Buenos Aires. La reforma judicial
1
indiana de 1776 (1981}; 1808. Ensayo históri-
co-juridico sobre la clave de la emanapaci6n his- 1
pano americana (200 1) y La Constitución de 1
Sayona entre España yAmérica (2000). 1

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