Está en la página 1de 3

CÓMO EXPLICAR LA SEPARACIÓN A MIS HIJOS

Comuniquemos la decisión de separarnos con normalidad, sin dramas, reproches ni mentiras,


explicando las cosas de un modo que puedan comprender, pero sin darles información que no
necesitan saber y que pueda dañar la relación con alguno de los padres. Asegurémosles que
sus padres van a seguir estando ahí para ellos y que el amor que les tienen no cambiará en
absoluto. No actuemos como si no pasara nada. La separación acarreará cambios y, cuanto
antes los asumamos todos, mejor que mejor. Tampoco confundamos el apoyo emocional que
nuestros hijos pueden necesitar con permisividad y consentimiento; les haríamos un flaco
favor. Démosles el papel que les corresponde: ni son el hombro en el que apoyarnos ni el arma
arrojadiza para hacer daño a nuestra ex pareja. Son nuestros hijos; se merecen disfrutar de sus
dos padres y es nuestra obligación velar por su bienestar físico y emocional.

“No actuemos como si no pasara nada. La separación acarreará cambios y, cuanto antes los
asumamos todos, mejor que mejor”.

“Si hay discusiones, intentemos que no sea delante de los niños y que no les afecte de ningún
modo”.

Los progenitores deben informar adecuadamente de la separación a los hijos. Informar a los
hijos es siempre una decisión difícil y no existe un discurso que elimine todo riesgo de
sufrimiento, pero desde el punto de vista de la salud psicológica del niño, habría algunas
cuestiones fundamentales:

1. Es muy importante que a los hijos se les presente la ruptura como una decisión conjunta.
Los hijos de aquellos padres que en su momento compartieron la responsabilidad de
informar a sus hijos sobre el divorcio tienen, a la larga, un mejor ajuste psicológico. Es
importante que los padres hablen por turnos, en un tono sereno y respetuoso,
presentarse seguros de la decisión, cuidando mucho los aspectos no verbales del mensaje,
es decir el tono de voz, los gestos, etc. Si no se puede hacer conjuntamente, es
importante que los dos padres den el mismo mensaje, aunque lo hagan por separado. Si
se ponen de manifiesto las diferencias con respecto a la separación, sólo contribuirá a
hacer más dolorosa la situación para los hijos.
2. El niño tiene que ser informado. Las explicaciones iniciales deben ser generales, sin
demasiados detalles, y cuando el pase el tiempo se podrán ampliar. Deben ser
informados cuando la decisión está tomada, NUNCA ANTES. Los niños están capacitados
para comprender la realidad que viven, sobre todo si se la explican sus padres. No darles
explicaciones porque “son demasiado pequeños para entenderlo” o “porque causa más
dolor hablar de ellos”, en vez de humanizar la separación y explicarla con palabras, lo
único que produce es mayor sufrimiento por parte de los chavales, ya que, si no tiene
explicaciones, el niño recurre a la imaginación y puede tener fantasías de abandono por
parte de sus padres. Además, si la explicación que se le da, coincide con el día que el
progenitor se marcha de casa, la separación puede tener consecuencias negativas.
3. Al niño no se le informa de los conflictos de fondo que tenga la pareja o que motiven su
separación. El niño no debe “saber toda la verdad”. La información que se le dé al niño
debe aproximarse al máximo a la verdad sin detallar pormenores. La pregunta que los
padres deben hacerse es: “¿Para qué le sirve a mi hijo la información que quiero darle?”
O “¿Qué quiero conseguir con la información que le estoy dando?”. Informar al hijo de
todo tiene que ver más con la necesidad de agredir al otro ex cónyuge, de descarga
emocional o de incapacidad para elaborar el malestar propio, nunca se justifican desde las
necesidades del niño.
4. Hay que explicarles que los padres han decidido vivir separados y que él no tiene nada
que ver con esta decisión.
5. Es conveniente decir que les ha llevado mucho tiempo decidirse y que están seguros que
es lo mejor para todos, por tanto, no es modificable.
6. Informar al niño de quién se irá de la casa y con quién van a vivir.
7. Tan importante es lo que se dice como lo que no se dice: Por ejemplo, “yo no le voy a
hablar mal de su padre/madre, pero lo que no pienso decirle es nada bueno de él”. No
aclarar determinadas cuestiones puede crear una imagen negativa de uno de los padres.
8. No dramatizar ni mostrar comportamientos victimistas. Se consideran actitudes por
parte de los padres, de alto riesgo para la salud psicológica del menor y genera un nivel
muy alto de ansiedad y confusión, aumentando los niveles de inseguridad que ya están
presentes en la separación de los padres.
9. Es importante dejar claro que no hay un bueno y un malo, que no hay víctimas ni
culpables.
10. Es mejor que el adulto no fomente fantasías mintiendo sobre la realidad de la
separación y creando una situación ficticia de pareja. Ejemplos como: “tu padre se ha ido
de viaje” o “pasará un tiempo con los abuelos” sólo contribuyen a dificultar la aceptación
y adaptación de una realidad que cuanto antes se produzca, mejor será.
11. Aclarar al niño que se extingue el vínculo de la pareja, pero no el vínculo padre – hijo,
madre-hijo.
12. Comunicarlo con suficiente tiempo para que el niño pueda ir aceptándolo, SIEMPRE
cuando la decisión ya esté tomada.
13. Dejar tiempo para que, pasado el shock inicial, los niños expresen sus sentimientos y
preocupaciones, para poder conocer su estado emocional, pero siempre recordando
que el ritmo lo marca el niño. Algunas cuestiones que pueden preguntar los padres,
adaptándolas a la edad de los hijos son:

 ¿Esperabas esta noticia?


 ¿Qué te parece nuestra decisión?
 ¿Cómo te sientes?
 ¿Hay algo que te preocupe?
 ¿Qué piensas?
 ¿Tienes miedo de que algo cambie?

ALGUNAS CUESTIONES QUE PODRÍAMOS DECIR A LOS NIÑOS 


 Papá y mamá hemos decidido que ya no vamos a vivir juntos”.
 “La decisión ya está tomada y no podéis hacer nada para cambiarla”. 
 “A partir de ahora vas a tener dos casas, la casa de papá y la casa de mamá”. 
 “Vas a seguir teniéndonos a los dos”. 
 “Te queremos mucho y seguiremos queriéndote”. 
 “Esta decisión no tiene nada que ver contigo, no es culpa tuya”. 
 “Siempre te ayudaremos y te protegeremos”. 
 “Trataremos de ocuparnos juntos de todo aquello que tenga que ver contigo”. 
 “Podrás visitar a tus abuelos y a tus tíos siempre que lo desees”. 
 “Te comunicaremos los cambios que vayan a ocurrir”.

También podría gustarte