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Este documento es una traducción oficial del foro Eyes Of Angels, por y para
fans.
Esperamos que este trabajo realizado con gran esfuerzo por parte de los
staffs tanto de traducción como de corrección, y de revisión y diseño, sea de
vuestro agrado y que impulse a aquellos lectores que están adentrándose y
que ya están dentro del mundo de la lectura. Recuerda apoyar al autor/a de
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Staff
Sinopsis
Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capittulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Sobre la autora)
Moderadora de Traduccion:
Key
Traduccion:
Katiliz94 JessicaM
Apolineah17 Sandra289
Nessied Nanami27
Yolismimi Key
Moderadora de correccion:
Pily
correccion:
Key Katiliz94
Marta_rg24 AryannisG
Revision final:
Katiliz94
diseño:
Karool
En la segunda entrega de la serie Star Kissed, Melrose está de regreso y
determinada a llegar a conocer mejor a su cantante superestrella.
Cole invita a Melrose a su ciudad de origen para que pueda ver al auténtico
chico detrás de las cámaras. Viéndolo en su habitad natural, rápidamente se da
cuenta de cuanto tienen en común.
Jets privados, noches hasta tarde en charlas por Skype, y eventos de caridad,
eso es todo en un día de trabajo cuando estás saliendo con la más grande
superestrella del mundo.
¿Pero, Melrose finalmente conseguirá su primer beso del elusivo Cole Newton?
Traducido por katiliz94
Corregido por Key
¿Cómo diablos llegué aquí? Había seguido haciéndome esa pregunta una y
otra vez de nuevo. La pequeña yo, Melrose Morgan, estaba en un jet privado. Eso
es verdad, del tipo que vuela por el aire y no requiere tres horas de espera para
embarcar.
Considerando que ella solo tenía nueve años, eso incluía mucho de todo.
Podía respirar y comer, eso era.
Él podría ser una de las estrellas de una banda de cinco, Two Dimension,
pero él quería pasar sus pocos días libres conmigo.
Odiaba volar. No lo había hecho mucho antes por lo que cada vez
prácticamente tenía un ataque al corazón cuando el avión salía o aterrizaba. Era
antinatural, solo los pájaros se supone que volaban, ¿verdad? No tenía ni idea de
cómo las malditas cosas permanecían en el aire y esperaba que cayesen en
cualquier plataforma.
Agarré ambos reposabrazos y cerré los ojos, intentando tomar unos pocos
respiros profundos y fingir que ya habíamos aterrizado con seguridad.
Hasta que recordé que era peor no ver lo que estaba ocurriendo y abrí de
nuevo los ojos. Miré fuera de la ventana, viendo las partes superiores de los
edificios zumbando aparentemente a solo unas yardas de distancia.
No respiré de nuevo hasta que estuve completamente a salvo en el asfalto
en mi limusina esperando. Prefería cuatro ruedas a dos alas cualquier día.
Me aseguró que casi estábamos ahí pero no dijo nada más. Desde algún
lugar en la distancia habían amortiguados gritos y música la cual se volvía más alta
cuanto más nos acercábamos.
—Sí, gracias.
Ellos sólo cantaron tres canciones más antes de dar su última reverencia de
la noche y correr fuera del escenario en la oscuridad. Las luces de la casa en el
centro se prendieron unos segundos más tarde. No tenía ni idea de lo que se
suponía que tenía que hacer, así que me quedé ahí, esperando a que el Señor
Auriculares volviera para rescatarme.
—¿Umm, Cole?
—¿Cómo lo adivinaste?
Nuestra aventura por el espejo llegó a un alto en una gran habitación. Las
ropas estaban colgando en un estante temporal a un lado, sofás y mesas de
comidas estaban esparcidos alrededor de las otras paredes. Vagueando por todos
los lugares estaban los otros miembros de Two Dimension.
—Todos, esta es Melrose —dijo Cole con orgullo. Era tan dulce la forma en
que lo dijo con tal convicción, apartaba mis dudas de venir hasta tan lejos sola.
—Gracias a dios que estás aquí —dijo Dylan con un ruedo de ojos—. Cole
ha estado hablando una y otra vez de ti. Estábamos comenzando a pensar que te
inventó.
Lancé una mirada a Cole, él tenía un toque de rosa en las mejillas. Así que
Dylan estaba diciendo la verdad, él les habló sobre mí. Genial, ahora yo también
estaba comenzando a sonrojarme.
—No sería la primera vez que se ha inventado una chica —bromeó Nick,
consiguiendo una ronda de risas de los chicos.
—No les escuches —susurró Cole, antes de añadir más alto—, solo están
celosos de que tenga una increíble novia y ellos no.
—Nop, estoy diciendo la verdad, yo también tengo una novia increíble. ¿Lo
recuerdas?
Al parecer a todos los chicos tenían que dejarles ahí para ducharse antes del
siguiente espectáculo.
—Es más sofisticado que mi coche. —Y eso no era una mentira. Mi viaje
normal era en un oxidado balde con ventanas que no se bajaban, lo cual era solo
un problema en el caliente verano. Lo cual era de una forma irónica considerando
que me llevaba todo un verano de maldecir hamburguesas a evitarlas.
—Así que, ¿a dónde vamos? No me has dicho nada sobre este fin de
semana.
Me lanzó una sonrisa, del tipo que mostraba todos sus brillantes dientes
blancos.
—Vamos a casa.
Traducido por Apolineah17
Corregido por Key
Por todo lo que sabía de Cole Newton, que averigüé en Google y en todas
las revistas impresas, me imaginaba que viviría en una mansión. Quiero decir, Two
Dimension fueron nombrados como los artistas mejor pagados menores de
veinticinco años el año pasado. No era extraño esperar un poco de brillo y glamour
en el frente interno.
Una versión más grande y más robusta de Cole entró a la sala de estar. Su
rostro se iluminó al ver a su hermano, él también tenía la misma sonrisa.
—No, no creo una palabra de lo que él dice —dijo jovialmente Wilson antes
de ponerse serio—. Melrose, te he arreglado una cama en la habitación de
invitados, así no tendrás que compartir con nosotros, chicos. Cole te mostrará
dónde está.
Levanté la mirada, sobre todo porque era mejor que mirar hacia abajo. El
cielo estaba tan despejado que podía contar las estrellas si hubiera tenido todo el
tiempo del mundo. Continuaban por la eternidad, titilando y brillando como las
hermosas luces que eran.
—Todo aquí es tan tranquilo —comenzó Cole—. Es por eso que me gusta
tanto. Me siento insignificante en el universo, sólo una pequeña mancha en la
galaxia.
—Creo que eso es lo que todos somos en el gran esquema de las cosas.
—Excepto entre sí. Para nuestros seres queridos nosotros somos planetas.
—Me gustó esa idea. Sólo había un número limitado de planetas y no podían ser
reemplazados. Cada uno era único y diferente, al igual que las personas.
—Eso significa que algunos de nuestros seres queridos son los soles que
giran a nuestro alrededor.
Cole sonrió.
—Algunos lo son.
—Desde que tengo memoria. Supongo que eso significa que siempre.
¿Siempre has vivido en Meadowbrook?
Asentí en la oscuridad.
Mi madre no era un tema del que normalmente hablaba pero Cole era muy
buen oyente. Él creó un espacio seguro para mí, uno en el que nunca estaría
avergonzada de compartir cosas.
—Pienso en ella todos los días. Me preguntó qué está haciendo, si está
pensando en nosotros. Sé que es estúpido.
—No es estúpido.
—Guau, siendo comparada con una infección viral. Sabes cómo hacer que
un chica se sienta bien —bromeé. Sabía lo que quiso decir, pero no fue
exactamente una digna canción de amor.
—Lo siento, eso sonaba mejor en mi cabeza. —Se rió, sus dientes blancos
iluminaron las sombras—. Definitivamente eres mucho mejor que una infección
viral.
—Eso espero. —También reí, no pude evitarlo. La afable risita de Cole era
contagiosa, igual que una infección viral.
Permanecimos en el techo durante dos horas hasta que Wilson decidió que
no lo dejábamos dormir e insistió en que nos fuéramos a la cama. Cole se aseguró
de que estuviera cómoda en la habitación rosada antes de regresar a su habitación
azul.
Sin embargo, este sábado fue completamente diferente. Cole Newton tomó
mi mano mientras le seguía en un recorrido por su ciudad natal. Hasta ahora,
habíamos visitado su tienda de café favorita, el almacén corriente donde él solía
trabajar, y el salón comunal donde ganó su primer premio cantando en un
concurso de talentos. Definitivamente no era un sábado normal.
Llegamos a la panadería donde Cole insistió que hacían los mejores bollos
del mundo.
—Debe de ser una persona especial, no has traído a ninguna chica por aquí
desde Sarah Smithson.
—Sarah fue mi fracaso del sexto grado —me explicó, antes de regresar de
nuevo a Maggie—. Y gracias por traer de vuelta ese doloroso recuerdo. Todavía no
pasé de ella desde que me dejó por el mariscal de campo.
—No la vi allí —respondió Cole. ¿Cómo iba a ser capaz de ver a una sola
persona en una persona más allá? No era como si esta chica Sarah estuviera
usando un cartel señalando que fui a la que él quiso en el sexto grado o nada.
Lo hizo sonar tan simple, como si los sueños de todos de ser una
superestrella se hicieran realidad con sólo ver un anuncio en línea.
—Todos excepto Lucas, que ya fue contratado. Les gustó tanto que
decidieron construir una banda a su alrededor. Pero no le digas que lo sabes, ya es
un cabeza dura sobre eso. —Sus ojos brillaron con maldad. Los chicos y sus
bromas, era la forma que tenían para mostrarse entre sí su afecto. Las chicas se
abrazaban, los chicos se burlaban.
Maggie sabía cómo hacer bollos. Cuando terminé, me puse triste porque se
acabaron. Esperé que Cole insistiera que tuviéramos alguno para el camino para
mañana.
Puse mi mano en la suya, como si me gustara hacer algo más. Hasta ahora
habíamos caminado por toda la ciudad, que era demasiado pequeña como para
necesitar un coche. Este viaje no era la excepción. Sólo habíamos caminado dos
cuadras antes de que Cole se detuviera y señalara a una escuela tan pequeña que
parecía solo uno de los salones de clase en mi escuela.
Pasamos por una puerta rota, la seguridad obviamente no era una prioridad
en el parque. Dudo que tuvieran detectores de metales como nuestra escuela
tampoco. La idea de los estudiantes se fue dañando probablemente en un
concepto extraño en una pequeña ciudad como está.
Al menos por fin pude entender por qué Cole estaba tan conectado a este
lugar. Había algo sobre las pequeñas ciudades que se negaban a dejar que el
talento aumentase.
Por mucho que la gente esperara salir de la escuela, todavía había algo
seguro y familiar acerca de asistir todos los días.
Cole frunció los labios tras sus pensamientos antes de que finalmente
arrugara la nariz.
—Hice las paces con la muerte de mis padres hace un tiempo. Puedo
recordarlos ahora sin estar triste por esas cosas —dijo en voz baja.
—No lo hagas. Ellos son una parte de lo que soy. No quisiera olvidarme
jamás de ellos. Me gusta la forma en que este lugar me recuerda a lo que hicieron
o dijeron. Es como un álbum de fotos de tamaño natural.
Cole manejaba el hablar de sus padres con tal gracia que sentía algo de
temor de él. Mi madre se había alejado de nosotros y yo caía en pedazos cada vez
que pensaba en ella. Ella no había muerto. ¿Cómo podía ser tan maduro sobre
todo más allá de mí?
Me encogí de hombros.
—Sí, normalmente sólo a pie, pero no pude hacer nada para que no
tomarán fotos de ti. Tenía que asegurarme de que hubiesen borrado cada una de
ellas —explicó.
Dijo algunas cosas más, pero yo no estaba escuchando. Todo lo que podía
pensar era sobre que Cole se sentía avergonzado de mí, que ni siquiera podía
soportar estar en la misma fotografía conmigo.
Traducido por Apolineah17
Corregido por Marta_rg24
Papá había dado su corazón y quedó hecho pedazos por mi madre. Había
visto lo mucho que le llevó reunir los pedazos y tratar de ponerlos juntos de nuevo.
Podías intentar curar un corazón roto, pero nunca sería el mismo de nuevo. Los
moretones nunca sanaban.
—Melrose, ¿qué pasa?
No podía permitir que me hicieran lo mismo. No quería andar por ahí herida
con un corazón defectuoso por el resto de mi vida. No cuando sólo tenía dieciséis
años y no por una estrella del pop que no se preocupaba por mí.
Cuando abrí la boca para hablar, me di cuenta de que tenía mucho que
decirle.
—Me gustas, ¿de qué estás hablando? ¿Pasó algo? ¿Fue por los fotógrafos?
Sé que pueden dar un poco de miedo, pero te acostumbrarás a ellos. Te
mantendré a salvo, lo prometo.
—No fueron los fotógrafos, fue el hecho de que no querías que te vieran
conmigo. Enloqueciste completamente cuando nos tomaron la foto. No me di
cuenta de que era tan ofensiva.
No dije nada, ni siquiera pude asentir con la cabeza. Sus ojos se movieron a
toda velocidad alrededor mientras intentaba formular una respuesta. Cole dio un
paso hacia adelante, tratando de sostener mis manos pero no se lo iba a permitir.
Las puse sobre mis caderas en su lugar.
—Melrose —dijo en voz baja, suavemente. Estaba preparada para una
discusión, para que empezara a imitar mi tono de voz y se pusiera igual de
enfadado. No estaba preparada para su tranquilidad.
—Cole, sólo… deberías haberme dicho que no querías que nadie supiera lo
nuestro. No habría venido —dije, mi ira bajando un nivel o dos. Maldita sea, Cole
tenía esa manera de desarmarme, incluso cuando realmente no quería que lo
hiciera.
Trató de acercarse otra vez a mí, esta vez no me moví. Muy lenta y
suavemente, apartó un mechón de cabello de mi rostro y lo enganchó detrás de mi
oreja.
—Melrose, quiero que el mundo entero sepa lo nuestro. Lo quiero más que
nada.
—No, no lo haces.
—Sí, lo hago —insistió—. Te dije que te fueras y eliminé esas fotos porque
estaba tratando de protegerte.
—Me han tomado fotos antes y viví para contarlo. No había nada de lo que
ser protegida.
Tomó mis manos de nuevo y esta vez se lo permití. Pero solo porque quería
escuchar su explicación y él parecía necesitar el contacto de piel con piel cuando
me estaba diciendo algo importante.
Cole asintió.
—Una foto, un tweet, una mención, cualquier cosa y se aferran y no lo
dejarán pasar. Amo a mis fans pero puede ser un infierno lidiar con ellas a veces.
—¿Me estás diciendo la verdad? —Mi voz fue tan baja que no estaba segura
de que él me hubiera escuchado—. No podría soportarlo si me estuvieses
mintiendo.
—Todo es tu culpa.
Se rió, derritiendo cualquier dolor residual o ira que sentía. Envolvió sus
brazos alrededor de mí y me acercó más. Estaba completamente dentro de su
abrazo y se sentía como el mejor lugar del mundo para estar.
Al parecer era famoso por sus hamburguesas así que cada uno de nosotros
pidió una. Las sirvieron muy rápido, poniendo a Nación Burger en vergüenza.
Escalofriante Pete y yo íbamos a tener que mejorar nuestro juego.
—¿Te dijo Cole que salvé su vida una vez? —comenzó Wilson.
—No, pero me muero por escuchar esa historia —contesté mientras Cole
palidecía.
—Tenía como dos años —interrumpió Cole, rodando los ojos. Empecé a
reírme, a pesar de que no había llegado al final de la historia. La forma en la que
Cole y Wilson discutían de ida y vuelta me recordaba a Jemma y a mí. Había algo
irracionalmente irritante sobre los hermanos.
—Claro que no, tenías como cinco o algo así —prosiguió Wilson—. De
todos modos, aquí estaba él, yendo a toda velocidad en medio de la calle sin
preocuparse por el mundo cuando un coche dobló en la esquina y comenzó a
acercarse.
—Así que le grité “Cole, sal del camino,” pero no me estaba escuchando.
Sólo me saludó como un idiota. Podía ver el coche acercándose, pero no estaba
seguro de si el conductor había visto a Cole. Así que empecé a correr.
—El coche te rodeó pero luego golpeaste una roca y te fuiste directamente
sobre el manubrio. Te llevé a un lugar seguro. Podías haber muerto por la pérdida
de sangre, hermanito. Todavía tienes la cicatriz.
—¿Dónde? Muéstramela —exigí. Tenía que ver esa infame cicatriz, nacida
por la cercanía de la muerte.
Cole movió la cabeza hacia los lados y lanzó hacia atrás su rubio cabello
arena para revelar una franja blanca a lo largo de la línea del cabello. Era alrededor
de una pulgada de largo, habría sido impresionante cuando estaba fresca.
—No habría muerto por la pérdida de sangre. Probablemente ni siquiera me
habría estrellado si no fuera porque Wilson me distrajo.
—Vaya, está bien, hermano, no necesito tu eterna gratitud por salvar tu vida
ni nada. —Wilson rodó los ojos antes de tomar otro bocado de su hamburguesa.
—No me salvaste.
—Pruébalo.
—Porque no puedes.
Cole abrió la boca para responderle pero decidió no hacerlo. No podía dejar
de reírme de ellos. Sentarse en Apple Marie’s se sentía tan normal, un mundo
aparte del Cole Newton que había visto en los tabloides. Sólo éramos tres
personas ordinarias compartiendo una sencilla comida juntos. Se sentía bien.
Traducido por Yolismimi
Corregido por Marta_rg24
No podía quedarme así más tiempo, tenía que moverme. El techo ya no era
para nada interesante y había más tela rosa de la que podía tolerar. Me fui de
puntillas a mi baño adjunto y me alisté para el día.
Llegué a la cocina a salvo y sin ver algo que no debería por accidente.
Encontré un vaso y me serví un poco de agua. La vista por la ventana de la bahía
era del patio trasero. Más allá había un espeso bosque de árboles. Podría imaginar
a Cole y Wilson metiéndose en todo tipo de problemas entre las maderas, como
niños. Probablemente algunos adolescentes también.
Sin importar cuantos armarios abrí, no pude encontrar los cereales. Me rendí
y lleve mi agua hacia la sala, pensando que vería la televisión mientras esperaba.
Cuando di vuelta a la esquina, me encontré de frente a Cole desnudo. Literalmente,
chocamos. Y literalmente él estaba usando únicamente sus boxers. Se me cayó el
agua, la cual cayó sobre su pecho desnudo.
—Está bien, me estaba costando trabajo despertar. Creo que curaste eso,
gracias.
Estaba tan cerca y viéndose tan guapo con su pelo revuelto de recién
levantado de la cama, que olvidé completamente hacia donde iba, y que estaba
haciendo. Una sonrisa y me derretí completamente.
—Déjame rellenarlo.
—Gracias —murmuré.
—¿A dónde vamos a ir? —-pregunté, aun sin saber, como siempre.
Nos metimos en el coche y Cole aceleró para salir del pueblo durmiente.
Como prometió, entró al autoservicio de McDonald’s en la carretera. Comimos
nuestras hamburguesas de huevo y tocino mientras el manejaba con una sola
mano.
—Tantas como puedo. Imagino que si tan solo con estar en un lugar se
puede juntar dinero, entonces, ¿por qué no? Digo, lo digo porque yo quería hacer
una diferencia en el mundo.
Él se rió.
—No puedo esperar para conocer a Jemma, se oye como una niña
interesante.
Me encogí de hombros.
Una sonrisa curvó los labios de Cole. No podía evitarlo, pero me atontaba
esa sonrisa de enamorado también. Así que estábamos juntos, novio y novia. Es lo
que quería desde el primer momento que nos conocimos en el Nación Burguer.
Solo que nunca imagine que pasaría.
Cole fue inmediatamente señalado por una dama con una tabla
portapapeles quien corrió para encontrarse con él. Se veía como si fuera quien
estaba a cargo.
—Señor Newton, estoy tan feliz de que pudiera venir —dijo, con su voz
aguda y chillona. Ella me recordó a un ratón.
Fue más doloroso obviamente que nuestra relación nunca sería normal o
usual o regular. Cole tenía muchos problemas que otros chicos no tendrían. Yo iba
a tener que superarlo, o alejarme y no lidiar con ello.
—Los koalas tienen grandes orejas, ¿verdad? —me preguntó Katie mientras
comenzaba a hacer grandes círculos con los limpiapipas.
—Sí, también tienen una gran nariz negra —contesté. Ella asintió y tomó un
limpiapipas negro. Trabajamos juntas para hacer el animal, hablando todo el
tiempo que sus pequeños dedos trabajaron.
Katie me dijo que ella tenía leucemia durante nuestra conversación. Ella no
había estado en casa en casi dos meses mientras seguía en terapia. Mi corazón se
rompió completamente por ella y por los niños que estaban ahí. Eran tan valientes
y decididos a vencer su enfermedad. Eso hizo que todos mis problemas parecieran
pequeñeces en comparación.
Le eché un ojo a Cole algunas veces durante la mañana. Cada vez, él estaba
abrazando otro niño mientras esperaba que sus padres tomaran una foto. El pasó
tiempo hablando con ellos, no se movía simplemente al siguiente, en línea, como
si estuvieran en la fila de un banco.
Aún con todas las cámaras ahí, ninguna de ellas era de fotógrafos
profesionales. Los medios no estaban representados del todo, lo que significaba
que nadie sabría cómo Cole cedió todo su día para pasarlo con niños enfermos
mientras recolectaba dinero para el hospital. Conociéndolo, quizás él lo preferiría
de esa manera.
Como si fuera del todo posible, me enamore aún mas de Cole mientras
echaba esas miradas por la tienda. Él estaba completamente feliz entre los niños,
probablemente disfrutando la reunión de la misma manera que ellos. Mi corazón y
yo estábamos en serios problemas.
Traducido por JessicaM
Corregido por katiliz94
Dicen que todo lo que sube tiene que bajar. Usando esa misma lógica, sabía
que lo que vuela del aeropuerto de Filadelfia, debía volar nuevamente. Aun así no
quería volver a entrar a esa trampa mortal incluso si se trataba de un jet privado.
Tal vez no era solo el subir al avión si no también subirme a un avión que
me llevaría lejos de Cole lo que hacía que mis entrañas estuvieran en nudos.
—Sigue siendo un jet privado, Cole, sigue siendo asombroso. Voy a echarte
de menos, —confesé, no estaba planeando ser toda emocional y cursi sobre eso,
pero al parecer no podía parar.
—También te voy a echar de menos. —Le creía, esos ojos verdes nunca me
mentirían, estaba completamente segura de eso ahora.
—Debería dejarte ir, —dijo Cole, dejando salir un suspiro como si hubiese
tomado una decisión muy grande.
Cuando me dejó ir, fue demasiado pronto, no estaba lista para irme pero
supongo que ninguna cantidad de tiempo hubiese sido suficiente.
Cole retrocedió y dejo que la azafata recogiese mi bolso. Era hora de irse.
—Adiós Cole.
—Te llamaré después, para asegurarme de que llegues sana a casa, ¿vale? —
Respondió.
Me miro por algunos segundos, sus ojos muy abiertos y su boca abierta,
mientras formulaba una respuesta apropiada.
—Dijo que quería ser mi novio, —incluso decir las palabras en voz alta
sonaban mal para mis oídos. No tengo ni idea de cómo Dallas puede hablar sobre
eso cuando yo no puedo.
—Entonces, ¿es oficial y todo? ¿Se lo puedes contar a otras personas? ¿Se lo
podemos contar a las personas? —Sacudí la cabeza mientras sus hombros se
derrumbaban con las noticias—. ¿Por qué, no?
—Porque él cree que sus fans se van a volver locas y mandarme amenazas
de muerte. Al parecer es lo que hacen cuando alguno de ellos tiene novia, —
expliqué. Excepto que no estaba muy convencida. Cuando Cole me lo contó, me lo
creí sin ninguna pregunta. Pero ahora, me preocupaba que solo fuese una excusa
para mantenerme en la sombra.
—Las fans de Two Dimension pueden ser bastante locas, —dijo Dallas—.
Probablemente él quiere protegerte de ellas.
Fruncí los labios, preguntándome si lo que iba a decir era algo que en
realidad estaba pensando.
—¿Le dejaste saber que querías que te besara? Porque a veces los chicos
pueden ser tímidos.
—No, Rosy, no hay nada de malo contigo. Los chicos son el problema, todos
juegan con tu cabeza, —Dallas me dio una sonrisa tranquilizadora, siempre podía
contar con Dallas para que me animase, siempre estaba de mi lado –incluso si me
equivocaba. Eso la hacía una mejor amiga—: ¿Cuándo lo veras de nuevo?
—Quien sabe. Oh Dallas, ¿qué estoy haciendo? Él solo está volviéndome
loca y luego me dejará. Tendré el corazón roto.
Tenía un punto… de nuevo. Tal vez necesitaba dejar de pensar tanto y dejar
que las cosas fluyesen naturalmente. Eso sonaba como un buen plan. Lo inevitable
llegaría muy pronto y entonces tendría que recoger los pedazos de mi corazón
roto. Tal vez incluso me convertiría en una reclusa como mi padre. Mi madre solía
decir que yo cuidaba de él.
El resto del día pasó dolorosamente lento. Era difícil volver a mi vida
mundana cuando pasé el fin de semana volando en un jet privado y evitando a los
paparazzi. Sin importar cuántas veces comprobase mi teléfono, Cole nunca me
envió un mensaje. Intenté sacarlo de mi mente mientras reanudaba mi vida normal.
Recogí a Jemma del colegio y nos dirigimos a casa. Todavía sin mensajes.
Hice la cena y bañé a Jemma. Sin mensajes. Mi padre llegó a casa y nos sentamos
en la mesa a comer la cena. Nop, aun sin mensajes de Cole.
Apilé el lavavajillas que se suponía que ayudaría a quitar mis ojos del
teléfono pero no estaba funcionando. Papá me ayudó pasándome plato por plato.
—¿Hizo algo ese cantante para hacerte daño? Si te está presionando sobre
algo, quiero saberlo y lo mataré si pone un solo dedo en mi niñita. —Papá tenía
problemas conmigo creciendo. No solo con Cole, si no con cualquier chico que
mostrará algún interés en mí. Esa era la razón por la que nunca traje un chico a
casa antes –solo la primera vez de todas formas pero nunca más después de ese
incidente.
—Papá. ¿Cómo hace una chica para saber si a un chico le gusta? —Pregunté,
valía la pena intentarlo. Nunca sabia cuando papá podía salir con algunas perlas de
sabiduría. Normalmente hacía un promedio entre lo que decían papá y Dallas y eso
por lo general me mantenía fuera de problemas.
—Vale, vale. Entonces cuando éramos más viejos, supongo que era muy
tímido y actuaba muy raro alrededor de la chica que me gustaba. —Hizo una pausa
para pensar un poco más—. Cuando supe que me gustaba tu madre, se lo mostré
encontrándome con ella en donde estuviera. No sabía si le gustaba pero no iba a
permitir que se olvidase de mí.
Me eche a reír.
—Melly, ven a ayudarme con mi tarea, —gritó Jemma desde la sala de estar.
Sonaba como una gran distracción durante un tiempo, teniendo en cuenta que aún
no tenía mensajes en mi teléfono.
Pero eso no era en lo que tendría que estar pensando. Tenía que trabajar en
mi proyecto de historia o no podría acabarlo antes de la fecha de entrega.
Especialmente considerando que había pasado todo el fin semana sin hacer la
tarea.
Trabajé por más de una hora antes de que mi portátil sonara. Alguien me
estaba llamando a través de skype, alguien llamado… ¿Pato Donald? Consideré
ignorarlo pero mi curiosidad ganó y acepté la llamada.
Traducido por Sandra289
Corregido por AryannisG
—Lo siento, ha sido agitado. Hemos estado haciendo entrevistas todo el día
y luego tuvimos un show esta noche. Acabo de regresar al hotel. Estaba pensando
en ti... bastante —lo dijo tan honesto y feliz que toda mi ira desapareció. Esos ojos
verdes me hicieron algo, aunque fueran solo en mi vieja pantalla borrosa—. ¿Me
perdonas?
—Fue una gran participación. Dylan casi se cayó del escenario hacia el
público, fue divertidísimo.
—Creo que podríamos tener que dejarlo que lo tengan por ser tan estúpido.
¿Cómo no vio el borde del escenario? —Rió para sus adentros—. Fue clásico, sin
duda uno para el DVD.
—¿Se lastimó?
—Ha sido un largo día. —Se defendió—. Cómo iba diciendo, faltan solo
unas semanas para que llegue el verano. Me preguntaba qué tienes planeado hacer
en las vacaciones.
—Si sigues poniéndolo por las nubes, voy a querer cambiar de carrera —
bromeó Cole. Por lo menos esperaba que él estuviera bromeando. El retardo de
tiempo en la pantalla lo hizo pixelado, un tipo de ayuda para perder cosas en la
traducción.
—Me tengo que ir. Gracias por la charla, Melrose. ¿Hablaremos otra vez
pronto?
—Buenas noches.
Ja, eso nunca iba a suceder. Hice lo que pude con mi tarea y luego me fui a
la cama. Cole estaba aún en mi mente cuando me desperté al día siguiente.
Todavía consumía mis pensamientos cuando fui a la escuela. Y mis pensamientos
todavía hacían eco de su nombre en el momento que comencé mi turno en Nacion
Burger.
—Hazlo otra vez y hazlo bien esta vez —dijo con esa voz quejumbrosa que
mantenía reservada solo para mí. Empujó la fregona en mi mano y empujó el cubo
de agua hacia mí. Las gotas de agua sucia salpicaron el suelo.
Me mordí la lengua, así que no le dije lo que realmente quería que él hiciera
con la fregona y asentí. El suelo estaba impecable, además de las nuevas gotas que
Pete había puesto allí. Aun así, pasé la fregona alrededor de los azulejos de todos
modos y esperaba que pasara su prueba esta vez.
—Está en una misión para ver la cantidad de gente que puede cabrear en un
día —le contesté—. ¿Crees que este suelo se ve limpio?
—Puedo ver bajo tu falda, por lo que parece lo suficientemente limpio para
mí.
Lo empujé.
—Te veré en la sala de descanso en una hora. —Me guiñó un ojo y se volvió
hacia el chisporroteo de sus hamburguesas y empanadas. Hice otro barrido con la
fregona. En el momento en que vi a Pete salir de mi camino, decidí que el suelo del
restaurante estaba lo necesariamente limpio y me agaché bajo el mostrador.
Para un martes por la noche, el lugar tenía una buena cantidad de personas,
por lo menos una docena, la mayoría adolescentes de mi escuela. Al parecer
éramos los únicos que salíamos en una noche entre semana. Me mantenían
empleada, así que no me preocupaba.
—Apuesto a que el espectáculo será mucho mejor que el que hicieron aquí.
Será todo europeo —respondió Maddison, poniendo mayor énfasis en la última
palabra como si todo fuera mucho más fantástico si era europeo. Rodé los ojos,
por suerte todavía me encontraba de espalada hacia ellas por lo que no lo vieron.
No habría sido capaz de detenerme.
—No puedes ver a Two Dimension de otra manera. Estoy tan celosa, me
gustaría verlos en París.
Mis orejas tiesas ante la mención de la banda de Cole. Fregué un poco más
cerca, no queriendo escuchar mal cualquiera de los detalles.
Abigail se inclinó sobre la mesa para colocar una mano consoladora sobre
Brianna.
—Tal vez hagan otra gira europea el próximo verano. Puedes ahorrar todo el
año para verlos.
Así que supuse que sabía lo que Cole estaba haciendo con su verano. Esto
en cuanto a la esperanza de que podría tener días libres para que pudiésemos
pasar algún tiempo juntos. Probablemente era absurdo esperarlo, para empezar.
Los tres pares de ojos me miraron. Maddison tuvo el valor suficiente para
hablar.
—Sí, ¿no has oído? Anunciaron hoy una gira de verano por Europa.
Empezarán en Londres y terminará en Madrid. Va a ser épica.
Todavía estaba molesta una hora más tarde, cuando tuve mi descanso con
Andy. No quería descargar mis problemas en él, así que fingí que todo estaba bien.
A pesar de que definitivamente no lo estaba.
Me reí, había muchas cosas que me podrían decir, pero obsesionada con la
salud definitivamente no era una de ellas. Era en realidad todo lo contrario, solo
me gustaba mucho el yogur por alguna razón.
—Lo que no te mata, te hace más fuerte. —Flexionó sus bíceps mientras
reía.
—¿Acaso las chicas no pasáis meses planeando lo que vais a usar y esas
cosas?
Me encogí de hombros.
—No, porque eres real, piensas y esas cosas —respondió, como si eso lo
explicara todo—. La mayoría de las chicas no lo hacen.
Pero así era Andy. Era un gran tipo, genuinamente divertido y feliz casi todo
el tiempo. Podía hacerme reír cuando estaba en el peor estado de ánimo debido a
algo que hiciera Escalofriante Pete o un cliente. Un buen tipo, sí. Un poco… ¿raro?
También eso.
—No comería aquí —dijo, haciendo pucheros con la boca con disgusto ante
la idea—. He venido a verte.
—Eso es genial, Dal. —Ella había estado medio acosando a Dax durante
todo el año, gracias a Dios que finalmente se había fijado en ella. Dallas no era
muy sutil con sus señales tampoco, prácticamente lo había golpeado en la cabeza
con su sugerencia de la cita.
—Necesito saber si crees que debo llevar mi vestido rosa con zapatos
verdes, ¿o mi vestido verde con zapatos rosa? —Esperó mientras yo lo pensaba a
fondo, o al menos fingía hacerlo de todos modos. No tenía ni idea de qué vestidos
estaba hablando.
—Sí, ese.
—Tal vez.
—Necesitaría una cita para poder tener una cita doble —señalé. Teniendo
en cuenta que Cole estaba pensando irse a Europa, y que probablemente no
estaría alrededor para un estúpido baile de promoción. Por no mencionar el hecho
de que no podíamos decirle a nadie que estábamos juntos.
—No me vengas con eso, sabes que eso es lo que dicen los padres cuando
quieren decir que no y esperan que te olvides de ello.
Dallas desapareció tan rápido como había llegado y terminé mi turno a las
diez en punto. Estaba en la habitación del personal, recogiendo mis cosas, cuando
mi teléfono sonó con un mensaje de texto.
XOXO C.
—Te aseguro que lo es. Buenas noches, Pete. —Pasé junto a él antes de que
pudiera decir nada más. Conociendo a Escalofriante, no pondría mi teléfono a su
alcance para que me lo arrebatara y echara un vistazo por sí mismo.
Cualquier otro día y podría simplemente haber tomado lo que estuviera más
cerca y haberme escabullido. Ese día, sin embargo, al parecer quería hacer mi día
incluso peor.
Antes de que pudiera abrir la boca para decirle exactamente cuán mejor era
que ella, sentí un codazo en las costillas. Me di la vuelta, dispuesta a darle a alguien
más un pedazo de mi mente cuando vi a Dallas.
Dallas no dijo una palabra, solo asintió hacia la puerta. Conocía la mirada de
asombro en su rostro tan bien como la palma de mi mano. Me volví lentamente
alrededor para ver lo que la había desconcertado, temiendo cada momento.
—¿Oh Dios mío, es ese Cole Newton? —Brianna se quedó sin aliento,
olvidando la manera en que yo temblaba con nervios.
Se encogió de hombros.
—No puedo. —Gemí en respuesta. Deseé tener un control total sobre mis
piernas, pero no me escuchaban más. Nada lo hacía.
Cole continuó, bailando sobre las mesas hasta que se encontraba de pie en
la más cercana a mí. Su legión de fans siguió, haciendo su camino a través del
laberinto para mantenerse cerca de él.
—¿Qué estás haciendo? —le pregunté. Para empezar, nadie se supone que
iba a saber de nosotros. En segundo lugar, estábamos en el medio de toda la
escuela. En tercer lugar, no podía pensar con claridad cuando él estaba
sosteniendo mi mano.
Se inclinó más cerca, así que nadie nos podía oír por casualidad, como si
estuviéramos compartiendo un secreto, solo sabiéndolo nosotros dos.
Se echó hacia atrás, pero siguió abrazándome. Sus ojos nunca dejaron los
míos.
—Eso hizo que valiera la pena la espera —dijo sin aliento con una risa.
Debería haber cuidado lo que los demás pensaran, mi relación con Cole
acababa de ser expuesta para que todos lo viesen. Ya la gente estaba sujetando
sus teléfonos celulares. Probablemente pasaríamos a ser un tema de tendencia en
Twitter antes de que terminara el día.
Jamie nació en una gran familia alocada de 6 niños. Siendo la más joven,
siempre salía con cualquier cosa y nunca se callaría. Constantemente dejando su
imaginación volar, sus profesores solían frustrarse cuando sus historias de “Lo que
hice el fin de semana” contenían conejitos y princesas.