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GEOGRAFÍA FÍSICA II

Prof. Adjunta: Cristina Zilio.


Ayudante diplomada: Gabriela D’Amico.

Alumna: Deborah Denise Ptitto.

Trabajo Práctico n°1


Lineamientos teórico-metodológicos para el análisis de catástrofes y
riesgos de origen geológico-geomorfológico.

A) ¿Cómo definirían el concepto de catástrofe y riesgo?

El riesgo sería un suceso de mayor peligro que podría llegar a pasar. Y la catástrofe es el riesgo
ya concretado

B) ¿Cuáles son los principales cambios y continuidades que pueden identificar entre los
distintos enfoques?

El enfoque fisicalista que aparece en 1750 hace referencia que los fenómenos naturales -o la
naturaleza misma- era la única causa de los desastres. Los mismos eran inevitables y que solo
se podía actuar luego de que hayan ocurrido. Aquí es donde se habla por primera vez la idea
de exposición ligada a los desastres.

En 1940 aparece el enfoque funcionalista que considera la participación social en los desastres,
pero desde el punto de vista de la percepción y adaptación humana. Esto último da cuenta de
forma implícita la idea del concepto de peligro potencial (riesgo).

Con la nueva corriente sociológica de 1960 se reconsidera a los desastres como sinónimo de
catástrofe.

Para 1970 y 1980 se conoce un nuevo enfoque llamado estructuralista. Esta perspectiva
considera que los desastres son consecuencia de las condiciones estructurales económicas y
políticas previas a la ocurrencia de los mismos. Aquí se desarrolla la idea de la vulnerabilidad
humana y de peligro.

En 1980 se realizan estudios antropológicos donde se comienza a trabajar sobre la idea del
riesgo como construcción colectiva y cultural y, otros estudios con un enfoque historicista,
consideran los riesgos de desastres como procesos que se configuran históricamente.

Durante la década de 1990 se producen grandes desastres tecnológicos (el escape de gas tóxico
en la fábrica de Unión Caribe en Bhopal, India en 1984 y el accidente nuclear de Chernóbyl,
Ucrania en 1986). A raíz de esto, en 1988 el sociólogo alemán Ulrick Beck propone la teoría de
“sociedad del riesgo” como aquella sociedad industrial moderna que, debido a su afán de
desarrollo continuo hacia una mejora de la civilización, genera como consecuencia mayores
riesgos de desastres. Con esto surge la conexión de la teoría que propone el sociólogo británico
Anthony Giddens que habitamos un “mundo desbocado” haciendo referencia a que la
humanidad esta perdiendo el control de hacia dónde se dirige producto del creciente
desarrollo científico y tecnológico.

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En 1992 se conforma La Red que orienta su trabajo en un enfoque social de los desastres
mediante análisis de casos. Para La Red la Peligrosidad y la Vulnerabilidad son las únicas
componentes del riesgo. Por otro lado, Claudia Natenzon y su grupo de investigación recrean la
propuesta de la Teoría Social del Riesgo en donde se aleja de las posturas naturalista-fisicalista
y toman una posición dentro de la llamada ciencia posnormal haciendo foco en la idea de
Incertidumbre como aquello que domina las decisiones ambientales y tecnológicas a escala
global.

C) ¿Qué aporta la Teoría Social del Riesgo (TSR) frente al enfoque tradicional en la explicación
de los desastres y sus causas naturales? ¿Reconocen en la TSR reflexiones que provienen de
enfoques no-estructuralistas?

La TSR aporta una serie de teorías y metodologías para poder analizar los riesgos de desastres
que pueden llegar a ocurrir en el futuro. La TSR trabaja sobre cuatro componentes del riesgo:
Peligrosidad, que viene del enfoque funcionalista; Exposición, del enfoque fisicalista;
Vulnerabilidad, desde el enfoque estructuralista; e Incertidumbre, ya desde un enfoque de la
ciencia posnormal.

D) ¿Cuáles son los principales lineamientos de análisis de las dimensiones que aborda la TSR?
¿Qué aportes de han hecho desde la cátedra?

Los principales lineamientos de análisis de las dimensiones que aborda la TSR son:
Peligrosidad, Exposición, Vulnerabilidad e Incertidumbre.

Peligrosidad:

Es el peligro potencial de lo que es un fenómeno natural (inundaciones, huracanes, etc.),


fenómeno técnico (rotura de un embalse), híbrido (deslizamiento de tierra en sitios
desforestados). Para su análisis se tiene en cuenta distintas variables: fecha y hora, duración,
características geológicas, magnitud, epicentro, hipocentro, réplicas, antecedentes,
acumulación de peligrosidades.

Exposición:

Es aquello que se encuentra frente a la peligrosidad. Los seres humanos formamos parte de un
ecosistema junto con otros seres vivos. Ellos también están expuestos. Es importante realizar
un análisis retrospectivo del territorio para saber cuáles fueron los procesos de organización
espacial en el tiempo para determinada configuración territorial actual. Hay indicadores que se
utilizan para analizar la exposición: cantidad de población afectada, densidad de población,
infraestructura afectada o por afectarse, servicios afectados o por afectarse, pérdidas
económicas.

Vulnerabilidad:

En términos generales, la vulnerabilidad es la susceptibilidad de sufrir daño y tener la


capacidad de recuperarse. Para Natenzon hay dos tipos de vulnerabilidad, una estructural o de
base y otra emergente. La primera es la configuración social previa al desastre, es decir, tiene
que ver con el proceso de desarrollo de una sociedad desde los inicios de su historia (su
conformación, desarrollo y presente). La segunda, son aquellas personas que se ven forzadas a
migrar por las consecuencias de desastres naturales o híbridos, como los refugios ambientales,
por ejemplo. Para su operacionalización se tiene en cuenta indicadores sobre características
demográficas y socioeconómicas de una población: Indicadores de Desarrollo Humano (IDH),

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esperanza de vida al nacer, Tasa de mortalidad y mortalidad infantil, Producto Bruto Interno
(PBI), PBI per cápita, Índice de Gini.

Incertidumbre:

Tiene que ver con lo desconocido y la falta de certeza (conocimiento seguro). Para varios
especialistas hay dos tipos de incertidumbre: una técnica y otra social. La Incertidumbre técnica
está asociada al nivel de conocimiento que se tiene sobre las demás componentes del riesgo. Si
sabemos poco sobre la peligrosidad, la exposición y la vulnerabilidad de un territorio, mayor
será la incertidumbre. Sus indicadores pueden ser: las investigaciones previas o informes
acerca de algunas de las componentes del riesgo. La incertidumbre social tiene que ver con las
decisiones que toma la población en materia social, política y económica. Para su
operacionalización se tienen en cuenta diferentes indicadores: monitoreo sísmico, planes post-
desastre, educación, organismos estatales involucrados y normativas antisísmicas.

Desde la cátedra se analizan los riesgos de ocurrencia de desastres a futuro y también aplican
la TSR al análisis de desastres ya ocurridos en el pasado utilizando una propuesta teórica-
metodológica de análisis para poder pasar de la teoría a la práctica. También hace énfasis en
que se deben considerar todas las componentes juntas y no por separado para un estudio más
real y completo.

Análisis sobre los terremotos ocurridos en Turquía y Siria en 2023.

SIRIA

Luego de los terremotos que sacudieron Siria el lunes 6 de febrero, según la ONU 10,9 millones
de personas en las provincias noroccidentales de Hama, Latakia, Idlib, Alepo y Tartus fueron
afectadas. Ya antes del terremoto había una crisis humanitaria por una guerra que comenzó
hace 12 años con 15,3 millones de personas necesitadas de ayuda, de los que al menos cuatro
necesitan los artículos más básicos para sobrevivir.

Para empeorar las cosas, el miércoles se producen nevadas y lluvias torrenciales que han
agravado la situación de rescate y refugio de las personas afectadas. Se cree que unas 100.000
personas se han quedado sin hogar sólo en Alepo, una de las regiones más afectadas por el
terremoto y el conflicto, sólo 30.000 han encontrado refugio y los 70.000 restantes todavía no
lo ha encontrado y viven en condiciones terribles expuestos a las condiciones climáticas.

A causa del terremoto las carreteras que conducían a la única ruta de ayuda transfronteriza han
sufrido daños y los equipos de ayuda de la ONU y sus socios no sabían en qué momento la iban
a habilitar para poder trasladar las reservas de alimentos y botiquines. Esta entrega de víveres
es parte del Programa Mundial de Alimentos (PMA) que tiene la intensión de socorrer a medio
millón de personas en Siria y Turquía. Este programa ha entregado raciones diarias a 38.000
personas alojadas en albergues y han informado que tienen suficientes alimentos listos para
125.000 personas en el noroeste del país, donde el 90% de la población, o 4,1 millones de
personas dependen de la asistencia humanitaria. Hasta antes del terremoto, el PMA ayudaba
cada mes a 5,5 millones de personas en toda Siria. Sin embargo, la falta de fondos podría
obligar a la agencia a recortar el 70% de sus operaciones en julio de este mismo año.

TURQUÍA

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(Para este análisis se tuvo en cuenta las características del terreno, para saber si es una zona
donde son comunes los eventos sísmicos, la comparación entre los antecedentes de desastres
y los más recientes a una escala localizada de varias regiones del país que afectaron también
algunas zonas de Siria).

 Características geológicas.
La región de Turquía se sitúa sobre la Falla norte de Antioca, es decir, se encuentra
sobre una zona sísmica. Su suelo tiende a temblar debido a que se ejerce de manera
natural movimientos denominados “tectónica de placas”. Estos movimientos consisten
en el deslizamiento continuo de las placas de la corteza terrestre hasta llegar a un
punto en que el continente que se encuentra sobre ellas de quiebra por la liberación
de energía acumulada. También hay que tener en cuenta las zonas donde el suelo es
blando ya que los movimientos pueden amplificarse, a veces con efectos de
licuefacción (terrenos saturados con agua que no es capaz de soportar edificios ni otras
estructuras).

Terremoto de Turquía en 1999.

El terremoto de 1999 en Turquía tuvo una magnitud de 7,6 y sucedió el 17 de agosto a las 3 de
la mañana. Su duración fue de 37 segundos y su epicentro tuvo lugar en la región de Kocaeli,
en la capital de Izmit, afectando 6 distritos de las zonas más industrializadas y pobladas del país
(Estambul, Golkuk, Darica, Sakaya o Derince). Se calcula que los muertos superaron los 40.000
y hubo 120.000 edificios dañados en infraestructura. La mayor vulnerabilidad de la población
se dio a horas de la madrugada debido a que su nivel de alerta era bajo. El terremoto, además,
provocó un tsunami que causó un accidente en una refinería de petróleo cerca del epicentro
generando una mayor exposición y vulnerabilidad de la población que vivía en los alrededores
que obligó su desplazamiento hacia otras zonas más seguras.

Meses después en Düzce, ocurrió otro sismo de magnitud 7,2 en donde murieron más de 800
personas sólo en el epicentro. En enero de 2020, hubo otro en la ciudad de Elazig y en octubre
un terremoto sacudió el mar Egeo afectando a la provincia de Izmir, cobrándose más de 100
vidas y más de 1.000 heridos.

En este terremoto, los únicos actores autorizados en el rescate fueron las Fuerzas Armadas.
Una de las medidas que se llevaron a cabo desde el gobierno turco fue crear un impuesto
especial de “solidaridad con el terremoto”, destinado al refuerzo de edificios afectados y la
construcción de otros nuevos antisísmicos. El presidente prometió a los sobrevivientes que las
zonas afectadas serían reconstruidas en tan sólo un año. Hasta este momento, todavía no se
tenían antecedentes sobre registros de desastres sísmicos de semejante magnitud en la región,
por lo que los especialistas no emitieron alerta de prevención alguna de riesgo.

Terremoto de Turquía en 2023.

El terremoto que azotó la frontera de Turquía y Siria el 6 de febrero de 2023 tuvo una magnitud
de 7,8 y el epicentro se registró en la provincia de Kahramanmarash, cerca de la frontera con
Siria. Otro terremoto de magnitud 6,6 se midió poco después en la provincia de Gaziantep, y
las réplicas se sintieron a lo largo del día.

La importancia de la infraestructura amplificó las vulnerabilidades de la población luego del


terremoto. Al no seguir con los códigos de edificación antisísmicos pautados en el año 2018, se
derrumbaron más de 17.000 edificios turcos. Esto produjo cortes asociados al agua y

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saneamiento, energía y electricidad, transporte y telecomunicaciones y las líneas de telefonía
se interrumpieron. Otras vulnerabilidades en agricultura, ganadería y pesca, comercio,
industria y turismo. En materia macroeconómica, las regiones afectadas representan el 9% del
PBI, el 15% de la población, el 15% de la producción agrícola, el 9% de la industria y entre el 6%
y 8% del comercio exterior.

También hubo pérdidas económicas con respecto a las finanzas. Turquía tubo que suspender
sus operaciones en la Bolsa y, en 2022, la inflación alcanzó el 86% por lo que la gente tuvo que
invertir su dinero en acciones para que no perdiera valor.

Por otro lado, se estiman los efectos económicos en el desarrollo humano y en la pobreza. En
Turquía las 10 provincias afectadas figuran entre las más pobres, por lo que sus efectos pueden
ser más grandes al tener menos capacidad de resiliencia.

Con respecto al impuesto especial de “solidaridad con el terremoto” creado por decisión del
gobierno en 1999, actualmente muchos ciudadanos turcos no saben qué pasó con los más de
US$4.600 millones de fondos recaudados. Además, en 2018 se han denunciado alta intensidad
de construcción ilegal en las zonas sísmicas sumando que el gobierno permitió que las
violaciones de construcción se eliminaran con una multa y dejando 6 millones de edificios sin
cambios. Otras de las acciones que tomó el gobierno turco fue bloquear temporalmente la red
social Twitter, que se estaba utilizando para ayudar a rescatistas a localizar a los sobrevivientes,
porque estaba siendo utilizado para difundir desinformación sobre el evento. A diferencia del
terremoto ocurrido en 1999, en éste el operativo de rescate recayó en la autoridad civil de
desastres del país (AFAD) integrada por 15.000 empleados y grupos no gubernamentales con
3.000 voluntarios. A esto se le suma la ayuda de organizaciones internacional como la ONU, la
Unión Europea, START (España), el Banco Mundial, Naciones Unidas, la Federación
Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Entre las medias que
internacionales que se llevaron a cabo fueron: la creación de fondos para la reconstrucción,
grupos de salvamento, hospitales de campaña y equipo médico de emergencias, grupos de
rescate, personal especializado y materiales de primera necesidad. Para determinar los daños y
costes económicos se implementó una metodología internacional denominada “Evaluación de
necesidades de Recuperación Postdesastre” con el objetivo de satisfacer las necesidades de
recuperación. Esta metodología se realiza de manera conjunta por el Gobierno, la comunidad
afectada y un amplio grupo de actores nacionales e internacionales.

Por último, no hay que dejar de lado las advertencias. Ya que hubo varios desastres sísmicos en
el pasado, fue posible para los científicos recabar información e intentar prevenir al gobierno
de futuros desastres. Aunque había certezas sobre un terremoto futuro, no esperaban que éste
tuviera lugar a lo largo de la Falla oriental de Anatolia, que se extiende por el sureste de
Turquía, ya que la mayoría de los temblores más grandes han golpeado la Falla norte. A pesar
de haber instalado dispositivos de medición y realizar monitoreos sísmicos desde la década de
1980, la duda de los sismólogos estaba no en si vendría un terremoto sino cuándo sucedería.

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