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Se encuentra regulado en el articulo 35° del decreto legislativo N° 1071, el mismo que
establece lo siguiente:
1. Las partes podrán determinar el libremente el lugar del arbitraje. A falta de acuerdo, el
tribunal arbitral determinara el lugar del arbitraje, atendiendo a las circunstancias del
caso y la convivencia de las partes.
2. Sin perjuicio de lo dispuesto en el numeral anterior, el tribunal arbitral podrá, previa
consulta a las partes, reunirse en cualquier lugar que estime apropiado para oír a los
testigos, a los peritos o a las partes, o para examinar o reconocer objetos, documentos
o personas. El tribunal arbitral podrá llevar a cabo deliberaciones en cualquier lugar
que estime apropiado.
Las partes tienen plena libertad para regular el procedimiento arbitral, pudiendo a tal efecto,
establecer el tipo de arbitraje, el lugar de arbitraje y las reglas a aplicarse, de acuerdo a lo
establecido en el convenio arbitral o según el reglamento de la institución arbitral al cual las
partes sean sometidas.
Si estas partes no logran llegar a ningún acuerdo, será el árbitro o los árbitros designados los
que decidirán el lugar y las reglas del procedimiento del modo que consideren mas
conveniente para ellas, debiendo notificarles dicha decisión. (libro, soto coaguila, Carlos
Alberto, tema: el arbitraje en el Perú y el mundo año del libro 2008, editorial instituto
peruano del arbitraje, pag. 19)
En ese sentido desarrollaremos un análisis respecto a dos frases del articulo 35° inciso 1
a) Circunstancias del caso. - Debe entenderse que los árbitros deben de tomar en
consideración las características particulares de cada conflicto en concreto para esto se
entiende que los arbitro deben evaluar, conocer y estudiar el caso y así poder dar una
solución imparcial, por ejemplo, podrá escogerse el lugar donde domicilie la mayor
parte de los árbitros, las partes, entre otros o el lugar donde se encuentre la mayor
cantidad de pruebas a actuar.
b) Conveniencia de las partes. - El árbitro no puede elegir un lugar a solo albedrío, este
deberá considerar los criterios, perspectivas que a su parecer determinen el lugar en
favor a la conveniencia de las partes, ello con el único fin de asegurar que el proceso de
arbitraje sea lo más justo, célere y eficiente posible. (Tovar gil María del Carmen)
Cuando las partes son de una localidad distinta a los integrantes del tribunal ya que estos en su
mayoría podrían ser de Lima, es entonces donde se presenta el problema, en este caso el
tribunal generalmente establecerá como lugar del arbitraje la ciudad de Lima, a menos que las
partes quieran asumir el costo de su traslado, pues ahí el tribunal puede conducir en la
localidad en que radican las partes, esto va a depender también del tiempo del tribunal,
sin embargo, los tribunales siempre van a buscar lo que resulte más económico y conveniente
a las partes.
El tribunal arbitral podrá disponer la realización de actuaciones fuera de la sede, por diferentes
circunstancias, ya sea porque el o los testigos no se encuentran en la sede tribunal y que el
traslado resulte imposible por motivos de salud o que incluso encontrándose en la misma
ciudad no puedan movilizarse. Hay diversas formas de citarse fuera de la sede ya sea por n
motivos y en circunstancias excepcionales, hasta se podría hablar de una sede virtual, dicho
sea de paso, no está establecido en la norma, sin embargo, es pasible de ser asimilado a estas
normas.
Ahora bien, como se dijo solo será en circunstancias excepcionales ya que el tribunal arbitral
debe prestar seguridad, logística, equipos, etc. Para llevar de una manera idónea las
audiencias.
1. Las partes podrán acordar libremente el idioma o los idiomas que hayan de utilizarse
en las actuaciones arbitrales. A falta de acuerdo, el tribunal arbitral determinará el
idioma o los idiomas del arbitraje, atendidas las circunstancias del caso. Salvo que en el
acuerdo de las partes o en la decisión del tribunal arbitral se haya previsto algo
distinto, el idioma o los idiomas establecidos se utilizarán en los escritos de las partes,
en las audiencias, en los laudos y en las decisiones o comunicaciones del tribunal
arbitral.
2. El tribunal arbitral podrá ordenar que, sin necesidad de proceder a su traducción,
cualquier documento sea aportado o cualquier actuación sea realizada en idioma
distinto al del arbitraje, salvo oposición de alguna de las partes.
Con los años la cuestión en cuanto al idioma arbitral ha pasado regularmente inadvertida en la
doctrina peruana. A través del tiempo la globalización del sistema económico internacional se
multiplica la posibilidad de enfrentar un arbitraje con socios de todas partes del mundo y es
por ello que el hablar acerca del idioma debe estar sin duda presente en la redacción de la
clausula arbitral.
Ejemplo una empresa brasileña y la otra peruana en este caso las partes podrán delimitar que
idioma del arbitraje sea el portugués, no habría ningún problema para tal efecto. Es aquí donde
rige la norma articulo 36 de la ley de arbitraje que dice que, a falta de acuerdo entre las partes,
el tribunal determinara el idioma o idiomas del arbitraje.
Debemos tener en cuenta que la comunicación que se tiene entre las partes y árbitros es
gracias al idioma es por ello que no debemos hacer mayor problema ya que también en la
actualidad contamos con la tecnología que puede traducir cualquier idioma o traductores
personales.
Sin embargo, si se tratara de documentos en idioma distinta al oficial, la parte deberá, adjuntar
la traducción de dicho documento.
(https://www.unife.edu.pe/publicaciones/revistas/derecho/Lumen13/EL%20LUGAR%20Y
%20EL%20IDIOMA%20EN%20EL%20ARBITRAJE.pdf)
Para poder desarrollar este tema de manera concisa debemos referirnos al Decreto Legislativo
1071 por el cual se aprobó la nueva ley de arbitraje moderno y flexible aplicable a el
mecanismo alternativo de solución de controversias que cada año se viene utilizando con
mayor magnitud, así como los procesos ad – hoc que se considera hay mayores casos o bien a
través de arbitrajes institucionales.
De la misma manera debemos hacer mención al tercer párrafo del articulo 33 de la ley 26572
que es la anterior LGA, en el cual nos indica que el tribunal debe respetar la igualdad entre las
partes y darle a cada una de ellas el plazo razonable para hacer valer sus derechos, con lo cual
se garantiza el debido proceso.
a. Toda notificación o comunicación se considerará recibida el día en que haya sido entregada
personalmente al destinatario o en que haya sido entregada en el domicilio señalado en el
contrato o, en su defecto, en el domicilio o residencia habitual o lugar de actividades
principales. Si no pudiera determinarse, tras una indagación razonable, ninguno de esos
lugares, se considerará recibida el día en que haya sido entregada o intentada su entrega, por
correo certificado o cualquier otro medio que deje constancia, en el último domicilio o
residencia habitual o lugar de actividades principales conocidos del destinatario.
b. Asimismo, será válida la notificación o comunicación realizada por fax u otro medio de
telecomunicación electrónico, telemático o de otra clase semejante que permitan el envío y la
recepción de escritos y documentos, dejando constancia de su remisión y recepción y que
hayan sido designados por la parte interesada.
c. Los plazos establecidos en este Decreto Legislativo se computarán desde el día siguiente al
de recepción de la notificación o comunicación. Si el último día del plazo fuere inhábil en el
lugar de recepción de la notificación o comunicación, se extenderá hasta el primer día
laborable siguiente. Los plazos establecidos por días se computarán por días hábiles. Se
consideran inhábiles los días sábados, domingos y feriados, así como los días no laborables
declarados oficialmente.
Según el articulo 34 inciso 1. Las partes pueden determinar con libertad las reglas a las que se
debe sujetar el tribunal arbitral. A falta de acuerdo lo asumirá el tribunal arbitral este decidirá
las reglas que considere apropiadas teniendo en cuenta las circunstancias del caso concreto.
Conforme al inciso 8 artículo 139 de la constitución política, se podrá recurrir a los principios
arbitrales en caso que no existiera disposición aplicable en las reglas aprobadas por las partes o
tribunal arbitral. Con esta norma se reconoce la discrecionalidad de los árbitros para integrar
los vacíos de las reglas pactadas o de la propia ley arbitral.
En específico a la regulación sobre notificaciones dentro del proceso arbitral el articulo 12 del
decreto legislativo 1071 establece en su primera línea que: salvo acuerdo en contrario de las
partes se aplicaran las reglas establecidas en el mencionado artículo. Esta precisión encuadra
con la flexibilización del proceso arbitral.
Asimismo, será válida la notificación o comunicación realizada por fax u otro medio de
telecomunicación electrónica que permita el envió y la recepción de escritos y documentos,
siempre que se deje constancia de la remisión y recepción y hayan sido designados por la parte
interesada.
La regulación del articulo 12 del Decreto Legislativo 1071 es mas precisa y moderna, hace
especial énfasis en precisar cual es el día que se haya realizado su entrega.
Así, dentro del proceso de flexibilización de la normatividad sobre arbitraje hay una nueva regla
sobre la aplicación de los plazos, y es la contenida en el inciso 4 del articulo 34 para la cual el
tribunal podrá, a su criterio ampliar los plazos que haya establecido para las actuaciones
arbitrales, incluso si estos plazos estuvieran vencidos. Ello se explica por la flexibilización del
proceso impulsado por el decreto legislativo 1071 solo es posible en este tipo de proceso en los
cuales los árbitros tienen amplias facultades y atribuciones en la conducción de los procesos.
En lo conserniente al plazo para laudar, conforme al articulo 53 del decreto legislativo 1071, la
controversia sometida a arbitraje debe decidirse y notificarse dentro del plazo establecido por
las partes, por el reglamento arbitral aplicable o en su defecto por el tribunal arbitral.
De acuerdo con el articulo 48 de la ley 26572 el laudo debía pronunciarse dentro del plazo de
20 días de vencida la etapa de prueba o en un plazo adicional que en ningún caso podía
exceder de 15 días, hoy en día hay mayor flexibilidad.
Respecto a la notificación del laudo, conforme al artículo 53 del decreto legislativo 1071, el
plazo también debe ser establecido por las partes, por el reglamento arbitral aplicable o en su
defecto por el tribunal arbitral.
Al respecto de las solicitudes que se pueden presentar contra el laudo salvo acuerdo distinto
de las partes o disposición diferente del reglamento arbitral aplicable y conforme al artículo 58
del decreto legislativo 1071 dentro de los 15 días siguientes a la notificación del laudo,
cualquiera de las partes podrá solicitar la rectificación, interpretación, integración y exclusión
del laudo.
El tribunal por iniciativa propia podrá rectificar, interpretar o integrar el laudo dentro de los 10
días de notificado este.
Por último, en lo relativo al plazo para el recurso de anulación, este se interpone ante la corte
superior competente dentro de los 20 días siguientes a la notificación del laudo.
Ahora bien, si fuere el caso que la corte superior anulara el laudo por extemporáneo se puede:
1. Iniciar un nuevo arbitraje con los mismos árbitros salvo que las partes acuerden
componer un nuevo tribunal arbitral para que, sobre la base de las actuaciones
resuelva la controversia.
2. Tratándose de arbitraje nacional dentro del plazo de 15 días de notificada la resolución
que anula el laudo, las partes pueden decidir que sea la corte superior que conoció del
recurso de anulación la que resuelva en única instancia sobre el fondo de la
controversia. Esta es una situación excepcional al control judicial ex post. Puesto que a
diferencia de las causales que solo le permiten a la corte revisar los aspectos de forma,
en este único caso, si así lo acuerdan las partes, podrá entrar al fondo de la
controversia merituado las actuaciones arbitrales, los medios probatorios ofrecidos y
las alegaciones de las partes. (file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/3730-Texto
%20del%20art%C3%ADculo-14079-1-10-20190320.pdf)
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFIA
GUERRA LEON, J. María Elena “acerca de los aspectos procesales en al ley general de
sociedades” Lima: colegio de abogados de Lima, agosto 2008.
file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/3730-Texto%20del%20art%C3%ADculo-14079-1-10-
20190320%20(1).pdf
https://www.unife.edu.pe/publicaciones/revistas/derecho/Lumen13/EL%20LUGAR%20Y%20EL
%20IDIOMA%20EN%20EL%20ARBITRAJE.pdf
https://portal.osce.gob.pe/arbitraje/sites/default/files/Documentos/Legislacion_aplicable/DL-
1071-ley-que-norma-el-arbitraje.pdf