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La secuencia de títulos se desarrolla sobre planos detalle de un jabalí.

SEC 1. EXT. CAMPO ABIERTO. AMANECER

Un campo cruzado por la bruma, en la claridad previa al alba. Sobre esa imagen
aparece el título del primer capítulo:

1. Jabalina
Un grupo de hombres se materializa en medio de la niebla: forman una partida
de caza mayor, que se separa en dos grupos antes de entrar al bosque.
El primer grupo es pequeño, de vanguardia, liderado por un joven a quien
llaman CHACHO. Anda por los treinta, es parco y necesita una afeitada. Tiene
aspecto de cazador avezado: ropas abrigadas pero cómodas, un rifle de alto calibre
que parece una extensión de sus brazos, un cuchillo de monte en la cintura. La suya es
un alma simple, de una sola pieza, como su físico compacto; el único signo de
afectación es la cadena de oro que lleva al cuello, con una medallita de la Virgen del
Pilar.
Al grupo principal lo guía el gobernador de la provincia, Rubén Anselmo
ANGLADA, en carácter de anfitrión de un grupo de empresarios franceses tan
elegantes como poco habituados a manejar armas largas. ANGLADA es un hombre
de sesenta y pico muy bien llevados, de palabras simples y mirada complicada, que
trasunta una autoridad natural. Su aplomo contrasta con el nerviosismo de los
invitados. Hace frío; cada vez que exhalan producen un globo de vapor que espesa la
niebla.
Los empresarios franceses son dos, BEINEIX y LAGRANGE. Los acompaña
el TRADUCTOR, con quien hablan en un inglés con obvio acento galo. (En la
provincia no hay traductores del francés.)
El último integrante del grupo es RODRIGO, el hijo mayor de ANGLADA.
Es moreno y ancho como su padre, pero con una morrudez que trasunta cierta
blandura de su alma. Su hablar conserva rastros de una tartamudez que aprendió a
controlar casi a la perfección, salvo cuando lo traicionan sus nervios. Como ahora:
RODRIGO detesta la cacería, suda mucho, el rifle se le resbala de entre las manos.
Lleva una cámara colgada del cuello, que también lo incomoda.
CHACHO bate el terreno para hacer salir a la presa, con la ayuda de cuatro
perros de caza y dos peones, TITO y LEPES, que son sus laderos constantes. TITO es
poco más que un adolescente, LEPES es gordo y fuerte. CHACHO se pone en
cuclillas, examinando el suelo: encuentra mierda tibia y huellas, que traduce a
ANGLADA a la distancia con una seña de sus dedos abiertos en V: las bestias son
dos.

ANGLADA
(PARA SI, DECEPCIONADO)
¿Eso es todo lo que hay?

CHACHO, TITO, LEPES y los perros se pierden dentro del bosque.

ANGLADA
(A LOS INVITADOS)

1
A veces, si hay suerte, uno da con la familia entera. Es mejor cuando se los mata a
todos juntos, sufren menos. ¡Los que sobreviven se vuelven locos!

TRADUCTOR
He says you’re lucky if you kill the whole family. Survivors get grazy. (NERVIOSO.)
They’re extremely dangerous!

BEINEIX
(A LAGRANGE, TEMEROSO)
C’est drole, ça.

RODRIGO
(NERVIOSO)
¡N-n-no hagan ruido!

TRADUCTOR
Keep as quiet as possible.

ANGLADA
Dejen distancia entre unos y otros y apunten siempre al suelo, hasta que llegue la
hora. (SONRIENDO.) ¡No queremos que nadie se quede sin talones!

SEC 2. EXT. BOSQUE. AMANECER

Siguiendo el rastro de las bestias en pleno bosque, CHACHO descubre algo macabro
en una hondonada: el cuerpito semienterrado –y devorado a medias por los animales-
de un bebé recién nacido. Los perros ladran a lo loco, como si se enfrentasen a una
aparición.
En ese instante se le aproxima el peón LEPES, que venía bebiendo de una
petaca para combatir el frío. Patina sobre el terreno húmedo de rocío y rueda hasta el
fondo. Al descubrir a su lado el cadáver del bebé, LEPES grita.
Oyendo ese grito, el TRADUCTOR –que ignoró el consejo de ANGLADA y
se le ha pegado como abrojo- se sobresalta y gira, empujando al gobernador.
ANGLADA se da la frente contra la rama de un árbol, raspándose. El TRADUCTOR
pide disculpas. ANGLADA minimiza el incidente, que le produjo un corte en la ceja
izquierda.

ANGLADA
No es nada. ¡Sigan, sigan!

PPP de un arbusto espinoso. Oculto detrás de hojas y púas, un ojo negro como
la muerte observa la escena. Oímos la respiración del animal, que resopla.
CHACHO deja el rifle contra un árbol y se quita la campera, cubriendo el
cuerpito del bebé. LEPES vomita a un costado.
La bestia aprovecha su distracción y carga contra un flanco de la partida de
ANGLADA. Es un jabalí negro y fiero, que aulla cuando ataca.
Los invitados sucumben al pánico. BEINEIX corre, LAGRANGE se congela,
el TRADUCTOR pierde su arma. RODRIGO dispara, pero en vano; se olvidó de
amartillar.

2
ANGLADA
(A RODRIGO)
¿Qué hacés? ¡Dejalos a ellos!

Pero los invitados no están en condiciones de disparar. La bestia se les va


encima. ANGLADA, que no ha perdido nunca la calma, levanta su rifle cuando ya
casi es demasiado tarde para apuntar bien.
CHACHO dispara entonces contra el jabalí, que hocica y se desploma
levantando tierra. Todavía está sacudiéndose cuando CHACHO se le abalanza y le
clava el cuchillo de monte en el cogote. Es un instante: CHACHO remueve la hoja
acanalada, el aire entra en la sangre, la bestia muere.
CHACHO exhala un suspiro de alivio. ANGLADA se le acerca, evaluando la
presa. CHACHO lo mira con culpa, le pesa el error que cometió al distraerse con el
bebé. Bajando la vista, limpia el cuchillo sobre la dura pelambre del jabalí.
ANGLADA le habla a CHACHO con discreción, para que los invitados no oigan el
reproche.

ANGLADA
¿Qué te pasa, estás dormido? Hay que cuidarlos, a los franchutes. ¡Son más
preciosos que vírgenes!

En el fondo de la hondonada. CHACHO levanta la campera y le enseña a


ANGLADA su hallazgo macabro. ANGLADA contempla al bebé devorado; su
mirada no se altera.

ANGLADA
Debe ser de alguna negrita que ocultó la preñez, o que no podía mantenerlo.

CHACHO
¿Qué hago? (PAUSA; ANTE EL SILENCIO DE ANGLADA.) ¡…No lo voy a dejar
ahí!

ANGLADA da una palmada en el hombro de CHACHO.

ANGLADA
¡Lo dejo en tus manos!

Dicho lo cual se limpia el gotón de sangre que se le ha formado sobre la ceja


cortada. El ojo le llora, parpadeando repetidamente.
El ojo muerto del jabalí, negro y veteado de sangre, refleja a los cazadores.
ANGLADA empuja a sus invitados hasta el cadáver del animal, ubicándolos
para una foto. RODRIGO prepara la cámara. El susto de los franceses, todavía
palpable, es casi cómico; parece que temieran la resurrección del jabalí. ANGLADA
sale del cuadro y se pone junto a RODRIGO, dejando toda la gloria para sus
invitados.

ANGLADA
¡Esta foto los va a hacer quedar bien, allá!

3
En ese instante se oye un bramido que llega desde lo profundo del bosque.

BEINEIX
(ASUSTADO)
Q’est-ce que c’est?

ANGLADA
Es la hembra.

SEC 3. EXT. FINCA DE ANGLADA. DIA

Mediodía. Un plano general de la lujosa finca de ANGLADA, cuyo centro es una casa
de estilo clásico que alguna vez perteneció a una familia muy diferente. Se avecina
una tormenta, anunciada por las nubes y el viento que se ha levantado.

SEC 4. INT. FINCA DE ANGLADA / COCINA. DIA

En la cocina, las mujeres de la familia aprontan el almuerzo con la ayuda de una


COCINERA, AYUDANTES y CAMARERAS. La que comanda la orquesta culinaria
es ANA LAURA, segunda esposa del gobernador ANGLADA. ANA LAURA es
rubia (de peluquería, pero rubia), delgada y todavía sexy, a sus cincuenta y pocos; se
ha hecho varias cirugías, lifting y pechos entre otras. Procede de una extracción social
muy distinta de la de ANGLADA: clase media de Buenos Aires, con pretensiones de
brillo y cultura.
Su belleza elegante contrasta con el tipo físico de RAFAELA, la única hija
mujer que ANGLADA tuvo en su primer matrimonio. Como todos los ANGLADA,
RAFAELA es morena y de huesos grandes. Está embarazada de su quinto hijo; los
otros cuatro, de entre dos y ocho años, juegan por ahí sin hacer alharaca.
La tercera mujer de la familia es LINA, esposa de RODRIGO, el hijo mayor
de ANGLADA. Tímida y reprimida, LINA bebe de más mientras finge ayudar.
Estas tres mujeres trabajan en torno de una mesa con una cálida luz cenital. El
resto de las trabajadoras de la cocina permanece en el segundo plano de las sombras,
moviéndose siempre y en perfecto silencio.
ANA LAURA corta zanahorias. RAFAELA condimenta ensaladas. LINA le
alcanza los condimentos aunque RAFAELA los tenga ya al alcance de sus manos.

ANA LAURA
Le nació seismesino. Te juro, parecía un pescado. Tenía los ojos super separados y
membranas acá, entre los dedos.

LINA
Decí que ahora hay ecografías, y esos análisis que te hacen durante el embarazo.

ANA LAURA
(ESCEPTICA)
¡Con una aguja larga así, que te clavan en medio de la panza!

Inconscientemente, RAFAELA toca su propia vientre como si lo protegiese.

4
LINA termina con su vino y ya siente el vacío de la abstinencia:

LINA
(A UNA CAMARERA)
…Yo me tomaría otro vasito.

RAFAELA
(A ANA LAURA)
¿Y qué pasó?

ANA LAURA
¿Qué pasó con quién?

RAFAELA
¡Con el bebé!

ANA LAURA
La verdad es que no sé. No los volví a ver. Supongo que no tendrían muchas ganas de
andar mostrándose. (REGISTRANDO EL TEMOR DE RAFAELA.) …Vos no
pongas esa cara, que nunca tuviste un solo problema. ¡Te salieron todos sanitos!

RAFAELA
Toco madera. ¡Con la sangre de la familia nunca se sabe!

Uno de los HIJOS de RAFAELA se le pega a la falda y le pide con timidez:

HIJO 1
Mami, quiero pis.

Todavía sugestionada por el relato, RAFAELA se la agarra con el pobre crío:

RAFAELA
¡Pero por qué no me dejan vivir!

IGNACIO (EN OFF)


¡Recién llego y ya me están puteando!

IGNACIO está en el umbral de la cocina, cargando una valija. Es el hijo que


ANA LAURA tuvo en su primer matrimonio, delgado como su madre, de un pelo
rubio ceniza. Al verlo aparecer, ANA LAURA lo recibe con un grito y suelta el
cuchillo:

ANA LAURA
¡Nacho!

ANA LAURA se le abalanza para abrazarlo. IGNACIO suelta la valija y la


deja hacer, tolerando el abrazo con cara de circunstancia.
Una de las CAMARERAS se lleva al HIJO 1 al baño. LINA y RAFAELA
sonríen, mientras tanto, disfrutando de las caras del todavía abrazado IGNACIO.

5
RAFAELA
Tómense su tiempo, ¿eh?

IGNACIO
(A LINA Y RAFAELA)
Sepan disculpar. ¡Hay amores que matan!

En ese instante entran a la carrera los hijos de LINA, los mellizos RUBEN y
HORACIO, de diez años de edad. Están vestidos formalmente, con camisas blancas y
corbatas que disimulan su espíritu malévolo. LINA los reta con una falta de autoridad
que contrasta con el carácter que RAFAELA puso en juego con su hijo –injustamente.

LINA
(BEBIENDO)
Chicos…

ANA LAURA se aparta de IGNACIO como para poder verle la cara.

ANA LAURA
¡Pensé que no ibas a venir!

IGNACIO
No mientas, mamá. Con la presión que metiste… ¡Como si me hubieses dejado
opción!

ANA LAURA se distrae con el escándalo de RUBEN y HORACIO al correr.

ANA LAURA
(A IGNACIO)
Sí, hacete la víctima, ahora… (A RUBEN Y HORACIO) ¡Tengan cuidado, che, que
van a romper una botella! (A RAFAELA Y LINA.) ¡Desde que está de novio no me
da ni la hora!

IGNACIO revolea los ojos ante el reproche y se desprende del abrazo para
saludar a RAFAELA y LINA.

IGNACIO
By the way, Celina te manda un beso.

IGNACIO besa a RAFAELA y a LINA.

IGNACIO
Qué dicen. Tanto tiempo…

ANA LAURA
Si quisiera mandarme un beso me llamaría ella misma.

IGNACIO trata de no engancharse y saluda al personal de la cocina:

IGNACIO

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(AL PERSONAL)
Buenas tardes.

COCINERA, AYUDANTES, CAMARERAS


Buenas tardes, señor.

ANA LAURA regresa a la mesada y a su cuchillo.

ANA LAURA
¡Quién sabe las cosas que le dirás de mí!

IGNACIO
(A RAFAELA Y LINA)
¿Saben por qué Dios es todopoderoso? Porque nunca tuvo madre.

RAFAELA y LINA ríen. En especial RAFAELA, que disfruta cualquier


chanza disparada hacia ANA LAURA.
IGNACIO se inclina sobre el viente preñado de RAFAELA y le “habla” al
bebé,

IGNACIO
¿Oíste, pendejo? ¡Estás frito!

RUBEN y HORACIO, calmados después del reto, comprenden que ya no se


les presta atención. Se roban una botella de vino y salen de la cocina.

SEC 5. EXT. FINCA DE ANGLADA. DIA

TITO y LEPES bajan el cuerpo del jabalí de la camioneta. Pesa mucho, se esfuerzan.
Mientras tanto RODRIGO, que a diferencia de los peones ya se ha cambiado y viste
ropas limpias, los incordia con un pedido. Por el fondo vemos pasar a los niños
RUBEN y HORACIO, que escapan ocultando su botín de guerra.

RODRIGO
La cabeza sola, como se hace siempre. ¡La montan sobre una madera, o un
bastidor…!

LEPES
(MIENTRAS HACE FUERZA)
Pero eso lleva tiempo. ¡Hay que curarla para que no se pudra!

RODRIGO
Se la quiero regalar a los franceses antes de que se vayan. Viajan mañana, creo.

TITO y LEPES intercambian una mirada escéptica por encima del jabalí.
RODRIGO percibe este sutil desafío de su poder, y reacciona.

RODRIGO
¿Q-q-qué pasa? ¡Hagan lo que les digo y dejensé de joder!

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SEC 6. INT. FINCA DE ANGLADA / CUARTO DE HUESPEDES. DIA

ANA LAURA le enseña a IGNACIO el cuarto que le ha destinado. Abre la puerta del
placard semivacío, enseñándole el contenido.

ANA LAURA
Acá hay más toallas, frazadas, almohadas… Las sábanas se cambian los lunes y
jueves, pero si las querés cambiar antes…

IGNACIO
¿Cuánto tiempo te pensás que me voy a quedar?

ANA LAURA
No tenés que volver corriendo a la oficina, que yo sepa.

IGNACIO
¡Tampoco voy a conseguir laburo si me quedo acá!

ANA LAURA
…Vos relajate.

ANA LAURA le acaricia la cara. Ahora que no hay testigos y que no precisa
disimular, IGNACIO revela sus verdaderos sentimientos: aparta la cara, rechazando la
caricia. Ya no queda nada de su afabilidad inicial; se lo ve frío y duro con su madre.
Pero ANA LAURA no se arredra. Se limita a bajar la mano, rozándole el brazo, y
sonríe.

ANA LAURA
Sé bueno. Dejame cuidarte alguna vez.

SEC 7. INT. FINCA DE ANGLADA / SOTANO. DIA

CHACHO lava la sangre de su cuchillo, en el piletón del sótano. La medallita le baila


sobre el pecho.
Después coloca su rifle entre los demás rifles, encajados en un bastidor. El
sótano es el refugio de los cazadores de la familia: hay fotos, armas (de fuego, pero
también lanzas y cabezas de flecha), trofeos, cabezas embalsamadas, ganchos de
carnicero…
CHACHO camina hacia la escalera cuando repara en su propio reflejo, sobre
el vidrio que cubre una foto colgada de la pared. La foto es de ANGLADA joven, con
un rifle en una mano y una liebre en la otra; en los dos niños que posan junto a él
intuímos a los pequeños RODRIGO y CHACHO. Pero lo que CHACHO ve en el
vidrio es su propia cabeza, que le parece despeinada. Trata de aplastarse el pelo con la
mano.

SEC 8. INT. FINCA DE ANGLADA / LIVING. DIA

8
ANGLADA departe con los franceses en el living, whisky –y TRADUCTOR- de por
medio. Lleva un apósito sobre la ceja, allí donde la rama lo cortó. Lo acompaña
ESTEBAN, el marido de RAFAELA, que funciona como su virtual asesor.
ESTEBAN se sienta a su izquierda; el TRADUCTOR, a su derecha. El sitio es
enorme y acogedor, en la proximidad de la chimenea encendida. Encima de la
chimenea hay un jarrón chino: dorado, elegante, con aspecto de antigüedad carísima.
El buen gusto del arte y los muebles colabora con nuestra sensación de que el lugar no
cuaja con ANGLADA; debe ser obra exclusiva de ANA LAURA, la verdadera ama
de la casa.

TRADUCTOR
(A ANGLADA)
Dice que el directorio de Atlantor está dispuesto.

LAGRANGE
The dam is our biggest endeavour to date.

TRADUCTOR
(A LAGRANGE, DUDANDO)
Endeavour?

BEINEIX
(AL TRADUCTOR)
Accomplishment!

TRADUCTOR
(A ANGLADA)
La represa sería su logro más grande, hasta el día de hoy.

ANGLADA alza su copa para brindar.

ANGLADA
Entonces es un hecho. ¡Salud, señores…!

BEINEIX Y LAGRANGE
(EN CASTELLANO)
Señor gobernador… Salut!

Brindan con alegría.

ANGLADA
(AL TRADUCTOR)
Digalés que firmamos cuando quieran.

Pero BEINEIX y LAGRANGE están cuchicheando entre sí. Cuando se


apartan, no dejan hablar al TRADUCTOR, sino que le dicen:

LAGRANGE
We heard about some resistence, in Congress.

9
TRADUCTOR
(A ANGLADA)
Dice que oyeron que había cierta resistencia, en el Congreso.

ANGLADA
Es verdad. (A ESTEBAN, CON PICARDIA.) ¡Están bien informados, los mesiés!

ESTEBAN
Sé que se vieron con el Escorpión.

El TRADUCTOR frunce el ceño, perdido. Pero cuando se dispone a traducir


lo que ha oído, ANGLADA lo frena, poniéndole una mano sobre el brazo.

ANGLADA
(A LOS FRANCESES)
Hubo unos pícaros por ahí, pero enseguida nos pusimos de acuerdo en un número.
¡Todo hombre tiene su precio!

BEINEIX
(CONFUNDIDO)
Prix? Quelle prix?

IGNACIO (EN OFF, CON PERFECTO FRANCES)


Il a dit que tout les hommes sont corruptibles.

Todos se dan vuelta para ver a IGNACIO, que se aproxima a la tertulia.

ANGLADA
Les presento a Ignacio, el hijo de mi mujer.

IGNACIO
Comment ça va?

IGNACIO estrecha manos y prodiga sonrisas.

BEINEIX
Laurent Beineix. Enchanté!

LAGRANGE
Ça va… Michel Lagrange.

ANGLADA le pide a ESTEBAN:

ANGLADA
Conseguime otro vaso, andá.

ESTEBAN obedece, para lo cual se levanta. ANGLADA le ofrece a


IGNACIO su sitial vacío.

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ANGLADA
Los chicos de ahora vienen bien preparados: saben inglés, saben computación…
¡Cómo cambió el mundo! Cuando yo era pibe no había televisión, ni internet… ¡En
mi pueblo no había teléfonos, siquiera! El más pudiente tenía una vitrola…

IGNACIO traduce al francés la última parte de lo que ANGLADA dijo,


deteniéndose y ampliando la descripción de una vitrola. El TRADUCTOR lo ve hacer
en silencio, tolerando apenas su ignominia.

SEC 9. INT. FINCA DE ANGLADA / HANGAR. DIA

En la finca hay un hangar donde se guarda la avioneta del gobernador, al costado de


una corta pista de decolaje. Dos niños entran en silencio, a sabiendas de que están
donde no deben. Son RUBEN y HORACIO, los hijos de RODRIGO y LINA: ven la
nave con ojos fascinados, como quien contempla un cohete. RUBEN tironea de la
manga de HORACIO, para que se aproxime con él al avión. Tocan el fuselaje con sus
manitos, cuando una voz extraña les pega el susto de sus vidas:

TURINI (EN OFF)


¿Qué hacen acá? ¿Quién les dio permiso?

Los pibes descubren entonces a TURINI, el peón que cuida el hangar, un


hombre simple, de unos cincuenta años. Pero RUBEN y HORACIO ya venían
preparados para semejante contingencia. Le enseñan a TURINI la botella de vino que
robaron y mienten:

RUBEN
¡Se la manda el abuelo!

Los ojitos de TURINI brillan de placer anticipado.

SEC 10. INT. FINCA DE ANGLADA / LIVING. DIA

Entonados por el whisky, ANGLADA y sus invitados están en el momento más alto
de su conversación. Se sienten los dueños del mundo, repantigados en los sillones y
exhalando grandes bocanadas de humo.

BEINEIX
La justice, c’est globale, maintenant!

IGNACIO le va a traducir a ANGLADA, pero el gobernador lo frena:

ANGLADA
¡Entendí, entendí!

ESTEBAN
Hay que estar atento a la ley. Pero no olvidar que es tan sólo una de las lógicas con
que se analiza el problema.

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IGNACIO va traduciendo a medida que hablan. Los franceses aprueban la
intervención de ESTEBAN dando cabezazos.

BEINEIX
C’est vrai!

LAGRANGE
Bien sur!

ANGLADA
No hay problemas insolubles. Hay que estar alerta, nomás, tener los ojos bien
abiertos.

El ojo debajo del corte pestañea solo, como si comentase las palabras de
ANGLADA. IGNACIO aprovecha la pausa para traducir a los franceses. ANGLADA
no espera que termine para seguir hablando.

ANGLADA
Una mirada fresca te destraba cualquier situación. Mirá al Alejandro este, sino.
¡Alejandro Magno!

IGNACIO, que seguía traduciendo a medida que ANGLADA hablaba, se


sorprende ante la insólita mención culterana en boca del gobernador.

IGNACIO
Le vieux méchant sait un connerie. Il parle de Alexandre le Grand, maintenant!

Las palabras de IGNACIO se leen en castellano en forma de subtítulos:

IGNACIO
El viejo maligno dice boludeces. ¡Ahora habla de Alejandro Magno!

ANGLADA
¿No le pusieron delante el nudo gordito, y él, en vez de romperse la cabeza como
todos, sacó la espada y…?

IGNACIO suelta una risa y lo corrige:

IGNACIO
Gordiano. ¡Era el nudo gordiano!

Hay un instante de silencio. ANGLADA, que no está acostumbrado a que lo


corrijan ni a que se burlen de él, se ha quedado con una mano alzada, esgrimiendo una
espada invisible. ESTEBAN se revuelve en su asiento. Los invitados perciben la
incomodidad. Pero ANGLADA baja el brazo y sale del trance con una humorada:

ANGLADA
Sería gordiano, ¡pero te juro que era gordito, además!

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Aliviados por la broma, los presentes ríen y se relajan, IGNACIO incluido.
ANA LAURA los convoca entonces, desempolvando su francés de la Alianza:

ANA LAURA
Monsieurs… A la table, s’il vous plait! ¡A comer, todo el mundo!

ANGLADA
¿Tan rápido? (A LOS FRANCESES.) ¡…Lo firmamos a los postres, con un cigarro!

Todos se levantan de los sillones. ANGLADA aprovecha el momento para


presentar al resto de su familia. RODRIGO entra justo en ese instante.

ANGLADA
A Ana Laura, mi señora, ya la conocen… A Rodrigo, mi hijo, también... ¡Mi nuera!
Mi hija Rafaela…

RODRIGO se aproxima a su esposa LINA y la besa. Después dice en su oído:

RODRIGO
¿Y los chicos?

SEC 11. INT. AVIONETA DE ANGLADA. DIA

RUBEN y HORACIO están sentados dentro de la avioneta de ANGLADA, jugando


como locos y tocándolo todo.
Al dar contacto eléctrico nos revelan que la nave tiene poco combustible, de
acuerdo al medidor del tablero. La aguja está en el filo de la zona roja.

SEC 12. INT. FINCA DE ANGLADA / COMEDOR. DIA

Todo el mundo ocupó su lugar en la mesa. En uno de sus extremos se sienta


ANGLADA, con ANA LAURA a su derecha y RODRIGO a su izquierda.
CHACHO llega a último momento, buscando una silla vacía. (Las únicas que
quedaron son tres que están en el extremo que corresponde a los niños, dos de las
cuales deberían ser ocupadas por los ausentes RUBEN y HORACIO.) Se ha mojado
el pelo para poder peinarse, con una raya de prolijidad casi infantil. Cuando está a
punto de sentarse, ANGLADA lo convoca con un gesto. CHACHO acude de
inmediato. El gobernador lo palmea en la espalda y lo presenta formalmente a los
invitados:

ANGLADA
Este es Chacho, mi ahijado, ya lo han visto. ¡Es un gran cazador!

CHACHO y los franceses intercambian formalidades.

CHACHO
¿Todo bien?

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LAGRANGE
Superbe!

ANGLADA
(A CHACHO)
Decile a Turini que tenga la máquina a punto. ¡Quiero llevar a esta gente al glaciar!

SEC 13. EXT. FINCA DE ANGLADA. DIA

En el camino hacia el hangar, CHACHO se cruza con RUBEN y HORACIO, que


regresan corriendo a la casa. Todavía se están riendo por su picardía.

SEC 14. INT. FINCA DE ANGLADA / COMEDOR. DIA

Ya arrancada la comida, ANGLADA se pone de pie y pronuncia un discurso:

ANGLADA
Aprovecho la ocasión para agradecer la visita de nuestros amigos, que se dignaron
viajar hasta el fin del mundo… (A ANA LAURA.) ¿Cómo es que le decís, vos?

ANA LAURA
(RUBORIZANDOSE, EN VOZ BAJA)
Le cul du monde.

ANGLADA
¡…le cul du mondo!

Los presentes ríen, festejando la broma. ANGLADA se toca la ceja rota.

ANGLADA
Les agradezco que nos honren con su compañía.

TRADUCTOR
(A LOS FRANCESES)
He’s thanking you for…

ANGLADA
¿Qué hora es?

RODRIGO
Una, una y diez.

ANGLADA mira su propio reloj y lo sacude, como si anduviese mal; su ojo


izquierdo parpadea como loco, incontrolable. Trata de recuperar el hilo:

ANGLADA
Yo siempre digo que el peor enemigo del hombre es la ignorancia.

14
TRADUCTOR
He says ignorance is mankind’s worst enemy.

ANGLADA
Cuando uno no conoce desconfía, le endilga al otro todos los males.
(PARPADEANDO.) ¿Qué hora es?

Ahora los comensales se miran entre sí, perplejos. ¿No acaban de decírselo?
La tormenta arrecia. Se oye el golpear de ventanas y puertas por doquier.

RAFAELA
Todavía es la una y diez, papá. ¡Una y once, ponele!

ANGLADA parece confundido. Parpadea otra vez.

ANA LAURA
Rubén, ¿estás bien?

ANGLADA se ha quedado tildado, como si estuviese viendo en el aire algo


que los demás no ven, allá arriba, flotando por encima de sus ojos.

ANA LAURA
(ASUSTANDOSE)
¡Rubén!

RAFAELA
(A ESTEBAN)
¡Llamá al médico!

ANGLADA parece regresar, entonces, saliendo de su trance. Mira a todos los


presentes como si los viese por primera vez y dice:

ANGLADA
¡He llegado tan lejos para nada!

TRADUCTOR
(CONFUNDIDO)
He says he has reached… he has touched….

La mano izquierda de ANGLADA, temblando incontrolada, derriba su copa,


que se quiebra y derrama el contenido: un lamparón rojo sobre el mantel claro.
ANGLADA ve el enchastre que acaba de hacer. Un ramalazo de angustia le nubla la
mirada.

ANGLADA
¡Todo lo que toco se pone viejo!

RODRIGO deja la copa y se pone de pie, tratando de salvar la situación.

RODRIGO

15
Yo diría que brinden tranquilos, mientras mi padre y yo…

RODRIGO quiere agarrar a ANGLADA por el brazo para llevárselo, pero


ANGLADA se zafa de un tirón. Al tironear siente dolor y mira a RODRIGO casi con
odio, mientras se aferra el brazo con su mano derecha.

ANGLADA
¿Y vos quién sos?

RODRIGO recula, herido por el rechazo de su padre.

RAFAELA
¡Papá!

ANGLADA trata de decir algo, pero su boca se niega a responderle.

IGNACIO
Llamen a un médico. ¡Urgente, ya!

ESTEBAN se levanta y sale corriendo.


ANGLADA se desploma encima de la mesa, como si hubiese perdido el
dominio de su cuerpo. ANA LAURA y RAFAELA gritan. RODRIGO e IGNACIO
tratan de levantarlo, pero ANGLADA sufre convulsiones, dificultándoles la tarea. La
boca se le llena de saliva, escupe cuando habla y dice una cantinela que al final se
vuelve grito:

ANGLADA
¡El tiempo está roto! ¡Está roto! ¡El tiempo está arrrrrgh…!

SEC 15. INT. FINCA DE ANGLADA / LIVING. DIA

CHACHO está en cuclillas delante de la chimenea, removiendo las brasas con un


tizón.
El MEDICO da su reporte a la atribulada familia: ANA LAURA, IGNACIO,
RODRIGO y ESTEBAN lo oyen en silencio. A través de la ventana apreciamos la
llegada de la ambulancia, con su luz roja en el techo, que se detiene frente a la casa.

MEDICO
Tiene toda la pinta de un accidente vascular.

ANA LAURA
¿Y el corazón?

MEDICO
El corazón está bien. Ahora lo vamos a tener monitoreado. Lo importante son las
primeras veinticuatro horas.

RAFAELA aparece entonces, aferrando la panzota como si la protegiese.

RAFAELA

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¿Y papá, ya lo subieron a la ambulancia?

RODRIGO mira por la ventana, descubriendo que la ambulancia ya está allí.

RODRIGO
Si acaba de llegar.

RAFAELA
Porque en su cuarto no está. Y en el baño tampoco.

Se miran entre todos, confundidos. ANA LAURA es la primera en reaccionar,


saliendo disparada rumbo a los cuartos. Detrás suyo salen RODRIGO y RAFAELA.

ANA LAURA (EN OFF)


Viejo, no te bajés de la cama. (PAUSA.) ¿Rubén?

ESTEBAN
Muy lejos no puede haber ido.

MEDICO
¡Le di sedantes como para un caballo!

Las voces de los tres que lo buscan se van superponiendo, desde distintos
ambientes de la casa. Suenan más nerviosas a casa segundo.

RAFAELA (EN OFF)


¿Papá?

RODRIGO (EN OFF)


Viejo, dejate de joder…

ANA LAURA (EN OFF)


¡Rubén!

De fondo comienza a oírse un zumbido de motor. CHACHO es el único que


parece reparar en el ruido, desde su sitial al pie de la chimenea.

ESTEBAN
Qué viejo más loco…

RAFAELA (EN OFF)


¡No está!

RODRIGO (EN OFF)


Tiene que estar, ¿dónde va a estar?

Se oye un portazo. IGNACIO mira a través de la ventana y ve que CHACHO


corre desenfrenadamente, atravesando el parque rumbo al hangar.

17
SEC 16. EXT. FINCA DE ANGLADA / PISTA DE DECOLAJE. DIA

La avioneta pasa rasante, buscando el cielo.


CHACHO está en medio de la pista de aterrizaje, angustiado, viéndola
elevarse.
Entonces llega el resto de la familia a la carrera, con el MEDICO incluido.

CHACHO
Está ahí arriba. ¡Le hice señas para que frene, pero siguió de largo!

RAFAELA suelta un sollozo en brazos de ESTEBAN. RODRIGO corre hacia


el hangar. El MEDICO le hace señas a la ambulancia para que se aproxime a la pista.

SEC 17. INT. FINCA DE ANGLADA / HANGAR. DIA

Los pies de RODRIGO tropiezan con una botella vacía de vino, que rueda en el suelo.
TURINI duerme la mona después de bajarse todo el vino. Está sentado en una
silla, la cabeza apoyada en la pared y los pies encima de un escritorio.
RODRIGO lo despierta de un cachetazo. TURINI cae al suelo, sorprendido.

RODRIGO
Turini, p-p-pelotudo, ¿no te diste cuenta de que el viejo está enfermo? ¡Rezá para que
no le pase nada, porque si no…!

TURINI no entiende nada. Ve que el avión no está allí, pero le faltan datos.

TURINI
(TEMEROSO)
¿Qué pasó, patroncito?

RODRIGO quiere seguir castigándolo, pero CHACHO lo frena.

CHACHO
Yo lo arreglo, después.

SEC 18. EXT. FINCA DE ANGLADA. DIA

En el cielo, la avioneta de ANGLADA vira en círculos.

SEC 19. INT. FINCA DE ANGLADA / HANGAR. DIA

Con la ayuda de TURINI, IGNACIO intenta comunicarse con el avión mediante la


radio.

IGNACIO
Rubén, ¿me oye? Le habla Ignacio. ¿Rubén? ¡Por favor, vuelva!

18
Se oyen unos ruidos en los parlantes de retorno, como si ANGLADA tratase
de usar su propia radio. Y de repente la voz de ANGLADA, que aturde. Está
cantando. ANGLADA canta un tango apenas comprensible en sus labios torcidos por
el ataque.

ANGLADA (EN OFF, CANTURREANDO)


…decí por Dios qué me has dáu… que estoy tan cambiáu… no sé más quién soy.

IGNACIO y RODRIGO se miran, sin poder creerlo.

SEC 20. EXT. FINCA DE ANGLADA. DIA

Los franceses se han sumado a la contemplación del cielo, junto con parte de la
familia (RAFAELA y ESTEBAN), el MEDICO y los HOMBRES de la ambulancia.

SEC 21. INT. FINCA DE ANGLADA / HANGAR. DIA

Ahora es ANA LAURA la que habla por la radio.

ANA LAURA
Viejo, ¿me oís? Rubén… (A IGNACIO.) ¿Están seguros de que me oye?

La prueba está en que ANGLADA deja de cantar. Todo lo que se oye por los
parlantes es el mismísimo sonido de los motores del avión.
IGNACIO y RODRIGO alientan a ANA LAURA con señas. Ella decide
cambiar de tono y ponerse severa.

ANA LAURA
Rubén, esto no puede ser. ¡Si en dos minutos no estás acá abajo, me mando mudar!

SEC 22. EXT. FINCA DE ANGLADA. DIA

En el cielo, la avioneta parece seguir su curso. Pero de repente vira, regresando.

SEC 23. INT / EXT. AVIONETA DE ANGLADA. DIA

A través de los cristales de la avioneta, vemos el hangar allá abajo, la pista y toda la
gente que se ha reunido en espera del aterrizaje: además de la familia y el MEDICO
se ha juntado buena parte del personal del campo, la casa y la cocina.
Oímos en off la voz de ANGLADA, que contempla el espectáculo. Su voz
suena arrastrada, afectada en parte por el derrame que sufrió y en parte por los
sedantes.

ANGLADA (EN OFF)


La familia toda junta… ¡Mejor así! ¡…Los sobrevivientes se vuelven locos!

19
El motor comienza a ratear. El medidor de combustible ha entrado en la zona
roja.

SEC 24. EXT. FINCA DE ANGLADA / PISTA DE DECOLAJE. DIA

La avioneta desciende sobre la pista, con rumbo inseguro. El motor sigue rateando.
CHACHO e IGNACIO presionan a la gente para que se aparte de allí. Nadie
sabe qué puede pasar.

IGNACIO
¡Corransé todos! ¡…Lejos, más lejos!

Las ruedas de la avioneta tocan tierra y vuelven a elevarse. La nave baja otra
vez, y esta vez sí sigue carreteando sobre la pista.
Hay expresiones de alivio en los rostros y bocas de los que esperan.
La avioneta empieza a frenar, pero antes de detenerse vira hacia un lado y se
sale del camino, metiéndose en pleno campo.
Todos gritan y salen corriendo rumbo a la avioneta.
Poco después la ambulancia parte, llevándose a ANGLADA y al MEDICO.
La familia se amontona en una camioneta: RODRIGO y LINA, ANA
LAURA, RAFAELA y ESTEBAN, los chicos…
IGNACIO se queda. Trata de infundir ánimo en su madre, sin mucha
convicción.

IGNACIO
Vos, tranquila. Yo voy apenas pueda.

La camioneta sale. IGNACIO se queda viéndola.

SEC 25. INT. FINCA DE ANGLADA / COMEDOR. DIA

IGNACIO regresa al comedor donde tuvo lugar el almuerzo interrumpido. Todo sigue
donde quedó y tal como quedó: los platos, las fuentes…
En abierto contraste con la premura que prometió tener, IGNACIO contempla
el panorama, recupera su copa de vino, bebe un sorbo. Un ruido metálico le revela que
no está solo. Se da vuelta.

SEC 26. INT. FINCA DE ANGLADA / LIVING. DIA

CHACHO está en el living, sentado delante de la misma mesita que fue el centro de la
escena entre ANGLADA y los franceses. Se ha servido un vaso de grappa que todavía
no tocó. Parece devastado por los acontecimientos, la espalda curva y los hombros
hundidos. Lo que introduce un elemento disonante respecto de su tristeza es el objeto
que tiene entre las manos, el mismo que produjo el ruido metálico que alertó a
IGNACIO. Es un pequeño revólver, un viejo .38 con las cachas envueltas en tela
adhesiva.

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CHACHO
Che, y el ataque ese que le dio… ¿qué es, qué te hace?

IGNACIO
Depende. Te puede paralizar medio cuerpo, producir una embolia…

CHACHO
Pero después, cuando se recupera: ¿queda normal, al final?

IGNACIO
A veces sí.

CHACHO
Quiero decir, ¿queda igual que antes, o…?

IGNACIO no puede apartar la vista del revólver. CHACHO lo advierte y


sonríe.

CHACHO
Me lo dio don Rubén cuando yo tenía ocho años. Yo hacía poco que vivía con él. Qué
cosas las que se acuerda uno de cuando era pibe… Vos debés tener un montón de
recuerdos.

IGNACIO
(SERIO)
No creas.

CHACHO
Esa noche se tenía que ir, don Rubén; ya era concejal. Había rosca con otra línea
interna, algo así. Todavía vivía doña Rosa, la mamá de los pibes. El Rodrigo tenía
asma, y la Rafa era así de chiquita… Entonces don Rubén me lo dio, y me dijo:
cuando yo no estoy, usted cuida la casa.

SEC 27. EXT. HOSPITAL. DIA

Habiéndose cambiado de ropas, IGNACIO llega al hospital. Descubre en la entrada


un inmenso operativo de prensa y un control policial.
Delante de un POLICIA que conserva su documento en la mano, IGNACIO
espera que alguien autorice su ingreso. Está hablando por su teléfono celular.

IGNACIO (AL TELEFONO)


Apenas bajás las escaleras, a la derecha. Justo antes de las ambulancias.
(AGITANDO EL BRAZO PARA QUE LO VEAN.) Acá, ¿me ves? ¡Yo te estoy
viendo!

RODRIGO está en la puerta, hablando con IGNACIO por su celular. Con un


gesto a la distancia le indica al POLICIA que lo deje pasar. El POLICIA le devuelve
el documento a IGNACIO, que lo mira con cara de orto, y después se aparta.

21
SEC 28. INT. HOSPITAL. DIA

IGNACIO y RODRIGO avanzan por los pasillos del hospital, a buen paso.

RODRIGO
¿Te la hicieron difícil, afuera? ¡Esto es un loquero! Todo el mundo quiere…

El celular de RODRIGO empieza a sonar. RODRIGO revisa el número desde


el que lo llaman, para identificarlo, y decide atender.

RODRIGO
(A IGNACIO)
Disculpame. (AL TELEFONO.) Mal momento, elegiste. Ahora estoy en otra, loca.

IGNACIO es atropellado entonces por un hombre que lleva a su hijita en


brazos; el tipo se ve humilde y la NENA sufre convulsiones.

IGNACIO
Uh. ¡Perdón!

Pero el PADRE no lo registra, desesperado como está; un segundo después se


cruza con la MADRE de la NENA, una mujer que padece de una renquera congénita.

SEC 29. INT. HOSPITAL / SALA DE ESPERA. DIA

IGNACIO está sentado en un sillón de la sala de espera VIP del hospital: se aburre.
RODRIGO habla por su celular, mientras camina como león enjaulado.

RODRIGO (POR EL TELEFONO)


…Si te pregunta por qué, le decís: Rodrigo se acuerda de la vez que te pidió que no
publiques lo de Ergueta. ¡Vas a ver cómo no jode más!

ANA LAURA sufre como una madonna y estruja un pañuelo, consolada por el
obispo, monseñor SIFFREDI, que le da palmaditas sobre la mano libre.

SIFFREDI
…muchas veces, en la hora de la desolación se nos pone a prueba.

En ese instante aparece en la doble puerta un grupo de gente. Son gente


importante, según se desprende de su apariencia y de la premura con que ESTEBAN
se abalanza sobre la puerta para recibirlos. Saluda a Alberto LUJAN, un cuarentón
como ESTEBAN cuyo look lo hace parecer más grande: pelo engominado, fino
bigotito, un villano de película de matiné. Junto a él hay otros dos hombres con
aspecto de MATONES; son sus guardaespaldas.
IGNACIO los observa, intrigado. La voz de su madre lo llama entonces:

ANA LAURA (EN OFF)


¿No querés tomar nada?

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IGNACIO se da vuelta. El obispo SIFFREDI sigue sentado junto a ANA
LAURA, ahora bebiendo un té. De pie a su lado hay un CAMARERO con su bandeja
plateada, en espera de un posible pedido.

ANA LAURA
Un té, un café… ¡Pedí lo que quieras!

IGNACIO dice que no con la cabeza. Cuando se da vuelta para volver a ver
hacia la puerta, descubre delante de sus narices la foto de una vagina.
RUBEN y HORACIO están parados delante suyo, bloqueando su visión. El
que le enseña la tarjeta con la foto es RUBEN. Cuando la mueve un poco, un efecto
holográfico hace aparecer en plano la imagen de un pene erecto.

RUBEN
¡Te la vendo!

RODRIGO apaga su celular. ESTEBAN llega entonces a su lado. Hablan con


un tono contenido, para no ser oídos por los presentes y mucho menos por los
visitantes.

ESTEBAN
¿Viste a…?

RODRIGO
Sí, ya lo vi. ¡…Atorrante!

RODRIGO mira a LUJAN por encima del hombro de ESTEBAN; está


saludando a ANA LAURA y a monseñor SIFFREDI.

ESTEBAN
¿Sabés cómo le dice tu viejo? El Escorpión. ¡Por el cuento del escorpión y la rana!

RODRIGO
¿Qué cuento?

IGNACIO se les suma entonces, tratando de distraerse.

IGNACIO
Che, ¿puedo ayudar en algo? Hacer algo. ¡Cualquier cosa!

RODRIGO
¿Qué querés hacer? Nosotros estamos metidos con cosas del laburo, porque alguien
las tiene que hacer. Pero si pudiese elegir, me encantaría estar libre como vos para
dedicarme al viejo. ¡La sangre de los Anglada no es ningún premio, te lo juro!

IGNACIO
¿Y Esteban, qué? (A ESTEBAN.) ¿Te hiciste una transfusión de sangre familiar?

RODRIGO

23
Esteban es abogado. Siempre es útil tener un abogado cerca.

ESTEBAN
(POR LO BAJO)
Guarda, que viene el Escorpión.

RODRIGO espía de reojo y sigue hablándole a IGNACIO.

RODRIGO
Vos sos ingeniero, Nachito. ¿Para qué mierda sirve un ingeniero?

En ese instante llega a su lado LUJAN, a quien ESTEBAN llamó el


Escorpión. Los MATONES se han quedado más atrás, cerca de la puerta.

LUJAN
Qué hacés, Rodriguito. Cuánto lo lamento. (SACANDO UN SOBRE DE SU
BOLSILLO.) Te traigo un comunicado que firmamos en la Cámara, donde dice lo
apenados que estamos por la enfermedad de tu viejo.

RODRIGO
(CON IRONIA)
Me imagino.

ESTEBAN se hace cargo del sobre que RODRIGO desprecia e incorpora a


IGNACIO a la conversación, buscando que la sangre no llegue al río.

ESTEBAN
Luján, este es Ignacio, el hijo de Ana Laura. (A IGNACIO.) El compañero Alberto
Luján es el presidente de la Cámara de Diputados.

LUJAN
Qué hacés, che. (ESTRECHANDOLE LA MANO.) Encantado. (A RODRIGO Y
ESTEBAN.) Me imagino que los franceses ya habrán firmado, ¿no?

RODRIGO y ESTEBAN intercambian miradas. LUJAN los mira a ambos, en


medio de un incómodo silencio.

ESTEBAN
(A IGNACIO)
Nacho, ¿no nos dejarías…?

SEC 30. INT. HOSPITAL / PASILLO. DIA

IGNACIO sale al pasillo, haciendo batir las puertas. Además de aburrido, ahora se
siente marginado. Va a las máquinas expendedoras, para tomarse el café que no quiso
aceptar de su madre.
Ya ha metido la moneda, en la espera de que se le llene el vaso, cuando repara
en un personaje que está ahí nomás, en el mismo pasillo. Es un hombre de
treintaipocos, alto, elegante, con aspecto de hombre de mundo: su nombre es Martín

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HASSAN. (Se lee jasán.) Habla con un ORDENANZA del hospital, humilde y
diminuto; resulta difícil imaginar qué pueden hablar dos tipos más disímiles.
HASSAN le tiende la mano al ORDENANZA, disimulando un billete. El
ORDENANZA se la estrecha, pero después no hace esfuerzo alguno para esconder el
dinero que acaba de recibir. En ese preciso instante HASSAN percibe que IGNACIO
lo está mirando. IGNACIO aparta la vista.
Acaba de sacar el café de la máquina cuando oye una voz a sus espaldas:

HASSAN (EN OFF)


¿No nos conocemos, vos y yo?

IGNACIO descubre que es HASSAN quien le habla, y confiesa:

IGNACIO
Yo tuve la misma impresión.

HASSAN le tiende la mano, presentándose.

HASSAN
Martín Hassan.

IGNACIO
Ignacio Caldas. (PAUSA; NO SE RECONOCEN.) Soy el hijo de Ana Laura, la
esposa del gobernador Anglada.

El dato no parece agregarle nada a HASSAN, hasta que una luz se enciende en
sus ojos y pregunta:

HASSAN
¿Vos no tenés nada que ver con Celina Baigorria?

IGNACIO
Es mi mujer. (CORRIGIENDOSE.) ¡Mi novia!

HASSAN
Yo estoy casado con Tea, la prima de Celina.

IGNACIO
¡…Martín, claro! ¡El mundo es un Kleenex, diría mi madre! (SE RIEN.) ¿Qué hacés
por acá?

HASSAN
Tengo una consultora. Trabajo mucho con la provincia. ¡Estoy acá de lunes a
viernes, prácticamente!

IGNACIO
Siempre me pregunté, ¿para qué mierda sirven las consultoras?

HASSAN se echa a reír ante la insolencia de IGNACIO.

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HASSAN
Me lo preguntan todo el tiempo, quedate tranquilo… Formalmente, asesoro
empresas. En los últimos tiempos hago encuestas para políticos.

IGNACIO
¿Qué clase de encuestas?

HASSAN
(LADINO)
Las que les dicen lo que quieren oír.

SEC 31. INT. HOSPITAL / SALA DE ESPERA. DIA

Adentro de la sala de espera prosigue la conversación entre RODRIGO, ESTEBAN y


LUJAN, que abatido sacude la cabeza.

LUJAN
Yo no sé si ahora los franceses van a cerrar un negocio semejante, con un gobierno
en crisis. Si tu viejo no sale rápido del pozo…

RODRIGO
Acá no hay ninguna crisis. En ausencia del gobernador, el que manda es el vice.

LUJAN
Tu tío es impresentable. ¿Te creés que los franceses comen vidrio?

RODRIGO
¡Dijeron que iban a firmar, y tienen que firmar! ¡Y si se hacen los boludos, se los
apretará como corresponde!

LUJAN
¿Te volviste loco? ¡Si les tocás un pelo, nomás, en Buenos Aires nos cuelgan!

ESTEBAN
(A RODRIGO)
En eso tiene razón.

LUJAN
No estamos tratando con piqueteros, ni con cuadros, ni con concejales de cuarta.
¡Esta gente juega en otra liga, vive en otro mundo, en otra dimensión! ¡No los podés
patotear alegremente!

RODRIGO
(EXASPERADO)
¿Qué son, lirios del campo? ¡Todo el mundo es apretable!

SEC 32. EXT. FINCA DE ANGLADA. DIA

26
Llega la camioneta que ahora conduce IGNACIO, con ANA LAURA a su lado.

SEC 33. INT / EXT. CAMIONETA. DIA

ANA LAURA
Es un segundo nomás. Agarro un poco de ropa y salgo.

Baja de la camioneta, cierra la puerta, da un paso hacia la casa, parece recordar


algo y se vuelve hacia IGNACIO, hablándole a través de la ventanilla baja.

ANA LAURA
¿Qué va a ser de mí, vos decime? Si Anglada se muere… Yo no tengo nada, no me
corresponde nada, Anglada ya lo tenía todo desde antes de casarnos y el resto está
puesto a nombre de los hijos. Si hubiese tenido hijos con él sería distinto, pero vos me
dejaste seca por dentro.

IGNACIO aparta la mirada, sintiéndose culpable.

ANA LAURA
¿Cómo puede la vida largarte a la intemperie, a mi edad? Ya estoy grande para
hacer de urraca. No quiero otro nido, este es mi nido, ¡esta es mi casa!

ANA LAURA intenta avanzar por el camino de piedras pero tropieza y cae.

SEC 34. EXT. FINCA DE ANGLADA. DIA

IGNACIO baja de la camioneta y abraza a su madre, que solloza, vencida. Le sangran


las rodillas. Desde el bosque les llega un aullido animal.

SEC 35. EXT. BOSQUE. DIA

En la espesura, la jabalina llora la ausencia de su compañero.


Funde a negro.

SEC 36. EXT. RUTA. ATARDECER

Un automóvil mediano con una cubierta pinchada. Está detenido sobre la banquina, al
borde de una ruta. El neumático de repuesto está en condiciones (lo vemos apoyado
contra un lateral del vehículo), pero el crique está roto. Alguien busca y rebusca
dentro del baúl. No hay ruido de autos; la ruta está desierta. (El color de la escena es
artificialmente dorado; con el correr del tiempo virará a una tonalidad más
naturalista.)
Sobre esa imagen aparece el título del siguiente capítulo:

2. El laburito

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Además del hombre que rebusca en el baúl hay un otro tipo al borde de la ruta.
Lo llamaremos el VIEJO, aunque no lo sea: es apenas cincuentón y tiene el pelo
entrecano. Es un hombre atractivo para su edad, bronceado de cama solar, siempre
atildado en el vestir. (Detalle: lleva en el cuello una cadena de oro como la del
CHACHO.) El VIEJO mira la ruta esperando que aparezca un auto, las manos metidas
en los bolsillos.

VIEJO
Tendrías que haberte fijado antes.

JOVEN (EN OFF)


¿Por qué me voy a fijar yo, si el auto es suyo?

VIEJO
Vos quisiste manejar. Y si te hacés cargo, te hacés cargo de todo. ¡Las cosas son así!

Recién entonces vemos al que rebusca en el baúl, en el instante de darse por


vencido. No hay nada con qué levantar el auto y nada con qué reparar el crique. El
tipo es un hombre JOVEN: no llega a los treinta, delgado, moreno, con un aire de
ingenuidad.

JOVEN
(PARA SI, MASCULLANDO)
¡Así de injustas!

VIEJO
Y encima andamos a las corridas.

El VIEJO dice andar a las corridas, pero no se mueve. Sigue parado ahí, como
estatua, sin sacar las manos de los bolsillos.
El JOVEN se aproxima al borde de la ruta. Se oye un auto que se acerca.

JOVEN
Allá viene uno.

El sonido del auto sigue acercándose. Como el VIEJO no saca las manos de
los bolsillos, el JOVEN empieza a hacer signos para que el auto pare.

VIEJO
¿Quién va a parar, ahora? Dos tipos solos, en medio de la nada… ¡La gente se
asusta!

En efecto, el auto pasa de largo sin siquiera aminorar la marcha. El JOVEN se


encoge de hombros con filosofía y regresa al baúl abierto.

JOVEN
Paciencia y saliva…

VIEJO

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Siempre dicen que la gente joven es impaciente. Qué pelotudez. La gente joven puede
esperar, tiene toda la vida por delante. ¡Los impacientes somos los viejos! ¡Para
nosotros, todo es ahora o nunca!

JOVEN
¡Las cosas son así!

VIEJO
¡Uno debería llevar dos criques en el baúl!

JOVEN
¡Y dos gomas de repuesto! ¡Y un negro que te apantalle!

VIEJO
Vos reíte… Gente como nosotros tiene que estar en todo. Anticiparse a lo que puede
pasar, porque nunca se sabe… ¿Qué hora es?

JOVEN
¡Y media!

VIEJO
Qué te dije. ¡A las corridas!

El VIEJO sigue en su sitio, con las manos en los bolsillos.

SEC 37. INT / EXT. AUTOMOVIL. NOCHE

Ya es de noche. El JOVEN conduce por un sinuoso camino de tierra en medio de un


bosque de coníferas; como el camino no tiene una sola luz, el ambiente es gótico, casi
de historia de terror. Pero el VIEJO parece aliviado, ahora que llegan a tiempo. Pone
la radio y busca, quedándose con una versión de Strangers in the Night, el clásico de
Sinatra.

JOVEN
(PROTESTANDO)
¡Pongasé una cumbia, loco!

VIEJO
¿Vos querés ganar? Ponés algo de Sinatra, mirás a la piba a los ojos...

JOVEN
Una piba de sesenta, tiene que ser.

VIEJO
Yo no sé cómo pretenden, los pibes de ahora… ¿Qué les cantan a las mujeres, esas
canciones que dicen lo puta que sos, lavate la boca por la baranda a leche, sentate en
el pelado…?

El JOVEN se ríe, por la versión sui generis que el VIEJO hace de las cumbias.

29
VIEJO
No sé ni cómo logran ponerla, mirá… ¿Cómo conseguiste este laburo?

JOVEN
Por puro pedo. Yo era policía, pero me levantaron un expediente. Inconducta y abuso
de autoridad. ¡Me dejaron en la calle, sin indemnización, obra social, nada! Había
empezado a hacer unas changuitas, yo tengo una chata… Entonces conocí al pibe,
¡por puro pedo! Estaban a punto de chorearlo y yo le salvé las papas. Quedó
agradecido, me pidió el teléfono… A los días me llamó para darme un laburito.

VIEJO
A ver si te conchaba fijo. ¡Mi palabra vale mucho para esta gente!

En ese clima de distensión el VIEJO ve la hora (todavía están a tiempo), mira


a través del parabrisas y tiene una idea. Estira un brazo y apaga las luces del auto.
Queda todo a oscuras, a excepción del mínimo resplandor del tablero. Instintivamente,
el JOVEN pisa el freno.

JOVEN
¿Qué hace?

VIEJO
No frenés, no frenés…

El JOVEN vuelve a encender las luces.

JOVEN
¿Qué quiere, que nos matemos?

VIEJO
Es genial, ¿viste? Una boca de lobo… ¡No ves tres en un burro!

Divertido, el VIEJO insiste en el experimento y vuelve a apagar las luces. Esta


vez el JOVEN putea, pero no frena.

JOVEN
Qué ganas de joder…

Cuando va a encender las luces el VIEJO lo agarra del brazo, deteniéndolo.

VIEJO
Fijate, si mirás un segundo empezás a ver algo con la luz de la luna, nomás.

Fastidiado, el JOVEN libera su brazo y enciende las luces.


Apenas lo hace descubre que hay un animal oscuro en mitad del camino (no
alcanzamos a distinguirlo, lo vemos como quemado por un flash: ¿perro, cabra,
oveja…?) al que no puede sino atropellar y llevarse puesto.
El JOVEN clava los frenos.

30
SEC 38. EXT. CAMINO DE TIERRA. NOCHE

Descienden del auto para evaluar el desastre. Bajo la doble luz de los faros,
encuentran que el animal (peludo y negro, colmillos: ¿un jabalí?) no sólo está muerto,
sino que ha quedado enganchado en la parrilla del auto, salpicada de sangre. Tironean
de la pata metida entre los hierros, pero no sale.

VIEJO
(AGITADO)
Carajo… Va a haber que cortarla. ¡No lo vamos a arrastrar hasta el pueblo!

El JOVEN va hacia el baúl, lo abre, rebusca inútilmente.


Mientras tanto el VIEJO mira la hora (el tiempo apremia, ahora) y saca de su
bolsillo un cortaplumas estilo Victorinox, de esos que tienen mil herramientas
diminutas.

VIEJO
Otra cosa para la lista de lo que siempre hay que llevar. (CONTEMPLANDO LA
HOJA DEL CORTAPLUMAS.) ¡Un serrucho!

Con un suspiro, el VIEJO hace de tripas corazón y empieza a cortar la piel, la


carne, el hueso… Pero el hueso le da mucho trabajo. Corta y corta, y nada.

JOVEN (EN OFF)


Corrasé.

El VIEJO descubre que el JOVEN está de nuevo a su lado, con la barra de


hierro del crique en la mano. El VIEJO obedece y se aparta. El JOVEN le pega al
hueso con la barra; un crujido horrendo.

SEC 39. INT. RESTAURANT. NOCHE

Un CAMARERO sirve una pizca de tinto en una copa.


Estamos en un elegante restaurant del pueblo, prácticamente vacío. Los que
están sentados son el VIEJO y el JOVEN, ahora vestidos más formalmente –saco y
corbata- para no desentonar con el lugar. Pero desentonan de todas formas, como
estamos a punto de comprobar. El VIEJO mira lo que el CAMARERO le sirvió para
que pruebe y dé su aprobación. Como le parece poco, protesta:

VIEJO
Servime más, flaco.

Comprendiendo que el VIEJO no está al tanto de la ceremonia, el


CAMARERO decide seguir adelante y le sirve más.

VIEJO
(SATISFECHO)
Ahora sí.

31
El VIEJO no espera que el CAMARERO termine de servirle al JOVEN:
agarra su copa y se manda un buen trago.

JOVEN
(AL CAMARERO)
Qué poca gente que hay.

CAMARERO
A esta altura, siempre. Pero en Semana Santa se vuelve a llenar. Con permiso.

El CAMARERO se retira. El VIEJO se sirve más vino.

VIEJO
Los restoranes de ahora te complican la vida. (AGARRA UN MENU Y LO ABRE.)
¡Parece que no quisieran que sepas qué mierda comés! ¿Qué es una terrina, por
ejemplo? ¿Qué es un…? (ESFORZANDOSE PARA LEER BIEN.) ¿…coulis? ¿Qué
es una escalivada?

Entonces entra al restaurant una pareja compuesta por Martín HASSAN, el


hombre de la consultora a quien vimos en el capítulo anterior, y una CHICA que
apenas sobrepasa los veinte. HASSAN viste con elegancia, como siempre. La CHICA
es bellísima, pero tiene más aspecto de vedette que de miembro de la familia
Baigorria; HASSAN traiciona a su mujer. Se sientan lo más lejos que pueden, en un
box o privado. El VIEJO, que parece reconocerlos de inmediato, no deja nunca de
mirarlos por encima del hombro. En un momento parece desistir, pero vuelve a
mirarlos y les habla:

VIEJO
Perdón, ¿puede ser que te tenga visto de la tele?

HASSAN asiente con una sonrisa falsa y vuelve a mirar a la CHICA.


El VIEJO se endereza en la silla y agarra su copa.

VIEJO
Estos tipos son todos iguales. Se creen que cagan petunias.

Y bebe.
Al rato, el VIEJO mete la botella vacía de vino, con el pico hacia abajo, dentro
del coqueto florero. Los platos también están vacíos, ya terminaron de comer.
Inquieto y achispado por la bebida, el VIEJO no para de darse vuelta para chusmear.
El JOVEN lo mira con seriedad, como si temiese todo el tiempo lo peor.
Y de repente lo peor ocurre. El VIEJO gira la silla y encara a HASSAN.

VIEJO
Muy linda, tu acompañante. ¿La trajiste de lejos o la levantaste por acá?

Perturbada, la CHICA aparta la mirada. HASSAN se enoja, pero es demasiado


educado como para elevar la voz. Hay hielo en sus ojos cuando dice:

32
HASSAN
Te desubicaste, hermano. ¿Tenés ganas de pasar la noche en cana?

Pero el VIEJO ni siquiera repara en la amenaza.

VIEJO
Minas como esa no pican si no hay guita en el anzuelo. Además tiene que ser un
billete grosso. Aunque yo me la unte con miel y me pegue unos billetes, no me la
chupa ni el Oso Yogui.

El JOVEN se levanta y tironea al VIEJO por el brazo.

JOVEN
(A HASSAN)
Disculpeló. Está un poco alegre. ¡Mil perdones!

El JOVEN se lleva al VIEJO a la rastra, dejando dinero sobre la mesa.

SEC 40. EXT. CALLE DEL PUEBLO. NOCHE

Una vez afuera apuran el paso rumbo al auto. El VIEJO ya no parece sufrir los efectos
del alcohol, por el contrario, se lo ve lúcido y preciso.

JOVEN
Era ese, ¿no?

VIEJO
Mejor apurate. Tendremos una hora, a lo sumo. ¡El pelotudo va a comer a las
corridas, para cojerse a la pendeja cuanto antes!

Cuando llegan al auto, el JOVEN descubre que no tiene la llave. Revisa todos
sus bolsillos y nada. Entonces mira adentro del auto. La llave quedó adentro, en la
ignición. El VIEJO lo quiere matar, se pone verde.

VIEJO
No lo puedo creer… ¿Quién te mandó a vos, el enemigo?

Apremiado, el JOVEN rompe la ventanilla de un puñetazo.

SEC 41. INT. APART HOTEL / HABITACION. NOCHE

La parejita de HASSAN y la CHICA entra en el departamento de un lujoso apart-


hotel. Sin siquiera encender las luces se abrazan, se tocan, se besan.
A los dos segundos están cogiendo, HASSAN abajo y la CHICA arriba. Una
subjetiva de HASSAN nos muestra a la CHICA, en el preciso instante en que entra en
cuadro una pistola con silenciador, empuñada por una mano envuelta en un pañuelo.
Un disparo le vuela la cabeza. HASSAN no atina a nada, porque hay una segunda
pistola apoyada en su propia sien. El VIEJO lo está apuntando.

33
VIEJO
No te quejes. Más querría yo morir como vos, que te vas poniéndola.

Y dispara.

SEC 42. EXT. PLAYA. NOCHE

El VIEJO fuma, sentado sobre el capot del auto, que tiene los faros encendidos. El
auto está al filo de una playa, a una altura de meseta: abajo está la arena y más allá el
mar.

VIEJO
La fatalidad aparece de la forma más estúpida: un accidente en el camino, el olvido
de una llave… ¡No hay que descuidar las pequeñas cosas, los detalles!

El JOVEN escucha en silencio, mientras remueve los vidrios rotos de la


ventanilla, quitándolos del marco. Sigue teniendo un pañuelo atado en la mano con
que rompió la ventanilla.
El VIEJO termina su cigarrillo y se dispone a partir.

VIEJO
Eso sí, esta vez manejo yo. ¡Nos vamos a cagar de frío, con la ventanilla rota!

El VIEJO sube al auto y le da marcha. El JOVEN sigue parado ahí, al lado de


la puerta del conductor.

VIEJO
Ahora que terminaste el laburito, ¿qué pensás hacer?

JOVEN
Todavía no lo terminé.

El JOVEN le clava en el cuello un triángulo de vidrio con forma de daga. (El


pañuelo en la mano lo ayuda a no cortarse.) El VIEJO no atina a nada, empieza a
sacudirse, presa de convulsiones. El JOVEN lo agarra del pelo y saca su cabeza por la
ventanilla, produciéndole más cortes en el cuello con los cristales que todavía quedan
colocados en su marco. La sangre fluye por la puerta. (La cadenita, ahora roja, cuelga
hacia fuera.) Finalmente el VIEJO se queda quieto.
El JOVEN empuja el auto que sigue en marcha, haciendo que ruede hacia la
playa y se clave de nariz en la arena. Después se va caminando por la playa, silbando
Strangers in the Night.
Funde a negro.

SEC 43. INT. FINCA DE ANGLADA / DESPACHO. NOCHE

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Una superficie de cristal, cuya ondulación deforma lo que vemos a través suyo: es un
lujoso botellón que guarda un líquido rojo. Sobre esa imagen aparece el título del
nuevo capítulo:

3. Agua
Estamos en el despacho que ANGLADA tiene en su finca. Se oye en off la
voz de RODRIGO, que habla por teléfono mientras busca algo en el escritorio de su
padre: revuelve, abre y cierra cajones con inquietud creciente. Afuera llovizna; es de
noche.

RODRIGO (EN OFF, AL TELEFONO)


…Todavía están registrados en el hotel, me aseguré, ¿qué te creés? El problema es
que no están ahí. Anoche no volvieron. …No, ¿qué les va a pasar? Deben andar de
joda. Franceses del orto… ¡Se creen los dueños del mundo!

RODRIGO se desplaza, tensando el cable del teléfono.

RODRIGO (EN OFF, AL TELEFONO)


¡…Vos no estás en mi lugar, no es fácil mi lugar!

Al tensarse del todo, el cable del teléfono desplaza al botellón que está en
primer plano, tumbándolo al piso donde se parte en mil pedazos.
IGNACIO, que pasaba por la puerta, oye el ruido y se detiene.
Alterado por la conversación y por el percance, RODRIGO baja todavía más
la voz, dado que IGNACIO entra al escritorio para tratar de limpiar el desastre.

RODRIGO
… Nena, ¿te creées que esto es soplar y hacer botellas? ¿Qué más querés de mí, el
alma, querés? ¡Si tuviese una te la regalaría!

Enojado, RODRIGO corta.


En cuclillas, mientras recoge cristales, IGNACIO pregunta con ironía:

IGNACIO
¿Problemas políticos?

RODRIGO
Sí. Política sexual. Dejá eso ahí, que la Mecha lo limpia. Qué boludo…

IGNACIO se mira la mano. Está roja.

RODRIGO
Uh, ¿te cortaste?

IGNACIO
¿Qué es esto?

RODRIGO

35
Un licor. Pacharán, se llama. Regalo de los gallegos de Repsol. (LLAMANDO.)
¡Mecha! (A IGNACIO.) ¿Vas a venir al acto o no?

IGNACIO
¿Qué acto?

RODRIGO
El Plan de Viviendas. ¿Es cierto que los ingenieros se excitan sexualmente con estas
cosas? ¡Debe ser como ir a un puticlub, para ustedes!

IGNACIO levanta la vista y descubre una vistosa carpeta, caida debajo del
escritorio. Mientras tanto, RODRIGO sigue revolviendo.

RODRIGO
¡…pero será posible, che!

IGNACIO
¿Qué buscás?

RODRIGO
Unos documentos…

IGNACIO
¿Del Plan de Viviendas?

RODRIGO
(BURLANDOSE)
Ah, ya te enganchaste, ¿eh? …No, otra cosa, busco. ¿Viste los franceses? Son de una
empresa que quiere construir un embalse acá nomás, en la confluencia del río Verde
con el Pinares. Van a necesitar gente local, seguro. ¿Querés que les pregunte?

IGNACIO se pone de pie, las manos llenas de vidrios rotos.

IGNACIO
(PICARO)
Me encantaría. ¡Pero para preguntarles tenés que encontrarlos, primero!

SEC 44. INT. FINCA DE ANGLADA / COCINA. NOCHE

La familia improvisa una cena en la cocina, a media luz y sin sirvientes: picotean
cosas que sacan de la heladera y las alacenas. Están ANA LAURA e IGNACIO,
RODRIGO, LINA y sus endiablados hijos y también ESTEBAN. Los ausentes son
CHACHO, RAFAELA y sus cuatro niños.
La conversación tiene un arranque apagado, motivado por la enfermedad de
ANGLADA y por el concierto de ruidos de la comida: vajilla, cubiertos, botellas…

ANA LAURA
Está insoportable. ¡No quiere ver a nadie!

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RODRIGO
(AMBIGUO)
Salvo a vos, me imagino.

ANA LAURA comprende la chicana (IGNACIO sonríe en silencio), pero


elige no hacerse cargo y sigue sirviendo en su plato.

ANA LAURA
A mí no me quería dejar entrar, tampoco. (PAUSA; CON DELIBERACION.) Pero a
esta altura, yo ya aprendí a no hacerle caso.

ESTEBAN
Va a tener que hacer rehabilitación, eso es seguro.

RODRIGO
(PICARO)
¿Te acordás del Tuerto?

ESTEBAN y LINA prorrumpen en exclamaciones: vaya si se acuerdan… La


anécdota por venir modifica el humor general; el ambiente comienza a animarse.

ANA LAURA
Ay, por favor. ¡Cosas de mal gusto en la mesa, no!

RODRIGO
(A IGNACIO)
El Tuerto Brizuela era un hijo de puta. Todo el mundo sabía que violaba pendejos…

LINA se espanta y hace un gesto, aludiendo a la presencia de sus hijos.

LINA
¡Rodri, por favor!

Pero RODRIGO no se frena y RUBEN y HORACIO, alertados por su madre,


prestan gran atención a la anécdota.

RODRIGO
…pero era un anguila, el muy turro. La única vez que cayó en cana salió a los cuatro
meses, con un compromiso de hacer rehabilitación psicológica. Entonces el viejo lo
mandó a Chacho con uno de los peones. Le arruinaron los huevos a patadas…

RUBEN y HORACIO largan la carcajada.

RODRIGO
…y le rompieron todos los huesos: fémur, tibia, peroné… (DUDA, PORQUE NO
RECUERDA EL NOMBRE DE LOS HUESOS.) …brazo, antebrazo… El juez se
enteró, y llamó al viejo para protestar. Y el viejo le dijo…

ESTEBAN
(CITANDO CON UNA SONRISA)

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“Vea el lado bueno…”

RODRIGO
“…vea el lado bueno de las cosas. Usted lo mandó a rehabilitarse de la cabeza. Y yo,
por el mismo precio le hago rehabilitación completa: ¡chapa, pintura, motor y
chasis!”

ESTEBAN y RODRIGO se suman a las risas de los más pequeños, que ya


empezaron a pegarse para impotencia de LINA.
En ese instante entra CHACHO. Está mojado por la llovizna y salpicado de
barro.

CHACHO
Buen provecho…

ANA LAURA lo recibe con especial afecto; CHACHO es buen mozo, dentro
de su estilo salvaje, y ANA LAURA no puede con su genio de seductora omnívora.
IGNACIO no se pierde un solo gesto de su intercambio.

ANA LAURA
Chacho, querido. ¿Querés comer algo?

ESTEBAN
(VIENDO A CHACHO)
¿Qué te pasó? ¿Jugaste al rugby en el barro?

CHACHO
(A ANA LAURA)
La verdad es que no tengo hambre. ¡Le agradezco!

CHACHO sigue camino rumbo a la pileta de la cocina. Abre la canilla y mete


las manos debajo del chorro. Pero hay un par de marcas en la palma de sus manos que
no se van con el agua: dos marcas marrones, gruesas, que atraviesan la carne
horizontalmente. CHACHO agarra una virulana y empieza a frotar sobre la palma
misma. Las marcas empiezan a borrarse, aunque demasiado lenta y trabajosamente
para su gusto.

RODRIGO (EN OFF)


¡El viejo tendría que hacer lo mismo con monseñor Siffredi!

ANA LAURA (EN OFF)


No hay necesidad de ser irrespetuoso. ¡Monseñor Siffredi es un hombre de Dios!

RODRIGO (EN OFF)


¡Hasta Dios se cuida, cuando se agacha delante del obispo!

RODRIGO, ESTEBAN y LINA se ríen. Fastidiada por el tono de la


conversación, ANA LAURA se levanta y va donde CHACHO, que sigue frotando.

CHACHO

38
¿Cómo anda don Rubén?

ANA LAURA
Tirando. Pero es un hombre fuerte. ¿Cuándo lo vas a ir a ver?

CHACHO hace un silencio, dentro del que se cuelan las voces en off de
RODRIGO y ESTEBAN:

ESTEBAN (EN OFF)


¿Qué fue de la vida del Tuerto?

RODRIGO (EN OFF)


Se rajó a Chubut. ¡Ahora es problema de otro!

CHACHO
…No quería molestar.

ANA LAURA
No seas tonto. ¿Cómo vas a molestar? ¡Vos sos parte de la familia!

CHACHO sonríe. Le encanta que ANA LAURA lo considere como un


familiar. ANA LAURA le pasa un brazo por encima del hombro, afectuosa.
A IGNACIO el gesto no le pasa desapercibido.

RODRIGO
(SATISFECHO)
Es dulce la justicia cuando llega.

A IGNACIO se le escapa una risotada.

IGNACIO
Dejame de joder…

El ambiente se carga de tensión. Sólo se oye el ruido de la vajilla, y del agua


en la que CHACHO se lava las manos. RODRIGO prefiere no creer lo que oyó, y
pregunta:

RODRIGO
¿Qué dijiste?

CHACHO cierra la canilla y se da vuelta para observar la escena, mientras se


seca las manos con un repasador. ANA LAURA también se da vuelta. Todas las
miradas se concentran en IGNACIO, pero a IGNACIO sólo le importa ANA LAURA,
que le implora prudencia con los ojos. Es ese mismo pedido tácito lo que impulsa a
IGNACIO a subir la apuesta, en abierto desafío a su madre.

IGNACIO
(A RODRIGO)
Yo tengo una digestión sensible, de veras. ¡Las boludeces me irritan el colon!

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ANA LAURA se adelanta e intercede, para que la cosa no pase a mayores:

ANA LAURA
¡Nacho, no me parece que…!

IGNACIO
(CORTANDOLA)
Nacho cumplió hace rato los veintiuno. ¡Nacho se cuida solo! (A RODRIGO.) ¿De
veras te parece gracioso lo que contaste? ¿Qué tiene que ver ese horror con la
justicia?

IGNACIO se zampa un regio bocado de comida.

RODRIGO
Si v-v-violasen a tu hija y el tipo sale libre por falta de pruebas, te darías cuenta.

IGNACIO
(MASTICANDO)
Será por eso que no quiero tener hijos. Si no podés cuidarlos, ¿para qué los tenés?

Traga y mira a ANA LAURA de reojo, tratando de calibrar su reacción.


En un acto reflejo, LINA abraza a RUBEN y a HORACIO.

IGNACIO
Pero no me vengas con que eso es justicia. Que el gobernador cometa un delito para
castigar a un delincuente no es una piolada, es una aberración. Si el tipo no respeta
el sistema, ¿qué se puede esperar de los que vienen detrás?

RODRIGO abre la boca para responder, pero CHACHO le gana de mano.


Todos parecen sorprendidos, a excepción de IGNACIO; CHACHO no suele meterse
en este tipo de conversaciones. Si se ha visto compelido a saltar, es porque cree estar
defendiendo a ANGLADA. De todos modos lo hace con mesura: tiene el mayor de los
respetos por la inteligencia de IGNACIO.

CHACHO
Vos no entendés. La gente es dura, de acá. (SE GOLPEA LA SIEN CON LOS
NUDILLOS.) A veces hay que hacer cosas, para que entiendan.

IGNACIO
Así empezaron todos los criminales, Chacho. Saltaron la barrera una vez y no
pudieron parar. Hoy les matás a uno para que entiendan, como decís vos. Mañana les
matás treinta mil. O seis millones. O invadís Afganistán en nombre de la democracia,
para que entiendan… ¡Vivimos en el reino del revés! ¿Por qué te creés que acá no
hay mafias como las de las películas? Porque el crimen organizado está en manos de
la gente que, en teoría, trabaja a nuestro servicio. Funcionarios. Policías.
Gremialistas. Si le creés a los medios, el lobo es el pobre ladrón boludo que está en la
calle, atacando a la más indefensa de tus ovejas. Pero el verdadero lobo, acá, es el
que está a cargo del rebaño. El presidente de la empresa. El banquero. El comisario.
El gobernador.

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RODRIGO se pone de pie, como impulsado por un resorte. ANA LAURA y
LINA lo agarran al unísono, tratando de frenarlo. Los chicos abren los ojos,
fascinados: ¡papá le va a pegar a alguien! Pero IGNACIO sigue comiendo como si no
hubiese registrado la reacción: habla para CHACHO, que lo observa con interés
creciente.

IGNACIO
Como el lobo no te mata hoy, la gente ignorante le está agradecida. Pero no se dan
cuenta de que no te perdonó porque te respete, o porque te aprecie. No te mató hoy
porque te está guardando para mañana. Figurás en otra página del menú, y nada
más. Hoy estás acá sentado, chocho de la vida. ¡Pero mañana la oveja podés ser vos!

IGNACIO come con apetito renovado, como si la charla lo hubiese cebado. En


sentido contrario, la conversación parece haber liquidado el apetito de todos los
demás, que miran la comida o juguetean con ella sin decidirse a morder.

IGNACIO
(MASTICANDO)
¿Me pasás la sal?

SEC 45. INT / EXT. FINCA DE ANGLADA / DESPACHO. NOCHE

Las luciérnagas vuelan por el parque. Las vemos a través de las ventanas del despacho
de ANGLADA. Al abrirse el cuadro, descubrimos que IGNACIO también está ahí
afuera, fumando un cigarrillo que brilla como una luciérnaga más.

ANA LAURA (EN OFF)


Yo no te eduqué así, insolente.

IGNACIO responde en un tono zumbón que empleará hasta el final de la


escena:

IGNACIO
La verdad es que no sé para qué me educaste. Nada de lo que aprendí me sirvió de
mucho.

ANA LAURA (EN OFF)


¡Con todo lo que Rubén hizo por nosotros!

IGNACIO
¿En qué quedamos, madre? ¿No me dijiste que no había hecho nada?

ANA LAURA no responde. La cámara empieza a moverse en un travelling


lateral, descubriendo fotos y cuadros en la pared del despacho: desde las fotos de los
padres del gobernador, el viejo artículo que informa sobre su consagración como
concejal, una foto en la que el joven ANGLADA es parte de un grupo que visita al
viejo Perón, un afiche proselitista… Todo esto se mezcla en la pared con elementos de
caza, cuernos, escopetas, cuchillos e imágenes de distintas excursiones.

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IGNACIO (EN OFF)
A veces me pregunto qué le viste. Tuviste tantos tipos…

ANA LAURA (EN OFF)


No empecemos...

IGNACIO (EN OFF)


…que quedarte con éste…

ANA LAURA (EN OFF)


Mi vida privada es mi cuestión.

IGNACIO (EN OFF)


En el secundario, la mitad del curso me evitaba. ¿Sabés por qué? Si estaban conmigo
no podían decir las guarangadas que les inspirabas.

ANA LAURA (EN OFF)


Mirá el lado bueno de las cosas. ¡Te quedaba la otra mitad!

IGNACIO (EN OFF)


La otra mitad me buscaba, porque tenía la esperanza de que la invitase a casa para
verte de cerca. Podría haber cobrado entrada. Hoy sería millonario… ¡Una vez lo
pesqué a Boris hurgando entre tus bombachas!

ANA LAURA (EN OFF)


¿Tengo que sentirme culpable?

IGNACIO (EN OFF)


Las madres son como los mayordomos de las novelas policiales. ¡Uno sabe que son
culpables desde el arranque!

ANA LAURA (EN OFF)


A mí decime lo que quieras, pero no te la agarres con Anglada. Yo sé que es medio
bruto, y pesado, y creído… Pero también es… más. Tiene un talento, por ejemplo, que
me sorprende como el primer día. ¡Sabe lo que yo quiero antes de que yo lo sepa!

Después de la foto final (el abrazo de ANGLADA con Menem), el travelling


concluye sobre la otra ventana, a través de la cual vemos a ANA LAURA dándonos la
espalda; ella también mira las luciérnagas.

ANA LAURA
Parece brujo…

Ahora ANA LAURA mira en dirección a IGNACIO, bromeando:

ANA LAURA
¡Ojalá se te contagiase un poco esa habilidad!

SEC 46. EXT. FINCA DE ANGLADA. NOCHE

42
La conversación prosigue, pero ahora la registramos desde afuera. IGNACIO da
pitadas profundas y compulsivas a su cigarrillo, mientras ANA LAURA se acerca
para hablarle; cuanto más cerca está físicamente, más se turba IGNACIO.

ANA LAURA
Vos nunca tuviste un padre contra el que rebelarte. A veces pienso que eso es malo,
porque te hace más difícil crecer. Y a veces pienso que es peor, incluso, porque esa
ausencia puede hacer que te agarres con la persona equivocada. Anglada no es ni va
a ser nunca tu padre, obvio. ¡Pero puede ser tu amigo!

IGNACIO
(IRONICO)
Anglada. ¡La respuesta a todas mis plegarias!

ANA LAURA le quita el cigarrillo a IGNACIO para darle una pitada.

ANA LAURA
¿A quién querés engañar, Nacho? Si supieses qué hacer con tu vida… (EXHALA
UNA BOCANADA DE HUMO.) …no estarías acá.

SEC 47. INT. CASA DE CHACHO. DIA

El interior de una casa bajo el agua. Completamente hundida. Las cosas flotan a
media altura: los portarretratos, las sillas, una revista, un chupete…

SEC 48. INT. CASA DE CHACHO / DORMITORIO. NOCHE

CHACHO despierta en mitad de una pesadilla, sintiendo que se ahoga. La casa es su


casa, sólo que ahora no está bajo el agua. Lo único húmedo, en este despertar, es su
sudor y la baba que le moja hasta el mentón.

SEC 49. INT. CASA DE CHACHO / COCINA. NOCHE

CHACHO se moja la cara en la pileta de la cocina. La cadenita de oro baila,


pendiendo de su cuello. Ni siquiera se ha molestado en prender la luz. De fondo oímos
el zumbido del motor de la heladera. Así inclinado como está, con los codos sobre el
borde de la pileta, CHACHO la observa de reojo; la heladera zumba todavía más.
Después roza la medallita con sus dedos, como quien convoca los poderes de un
talismán.
Un resplandor verdoso y malsano se cuela por debajo del artefacto, junto con
algo de vapor frío.

CHACHO
¿Qué voy a hacer con vos? ¿Qué puedo hacer, decime?

43
SEC 50. INT. FINCA DE ANGLADA / LIVING. NOCHE

En la finca de ANGLADA, el reloj del living –una antigüedad cubierta por una
campana de cristal- señala que son las tres y media de la madrugada. El silencio es
absoluto, a excepción del tic tac.

SEC 51. INT. FINCA DE ANGLADA / DESPACHO. NOCHE

En el estudio de ANGLADA, IGNACIO (despeinado, en remera y calzoncillos)


enciende una luz y se agacha delante del escritorio, como lo hizo para recoger los
vidrios de la botella rota. La vistosa carpeta que RODRIGO buscaba sigue allí, en el
suelo.
La agarra, se pone de pie. En la tapa de la carpeta, el isotipo del consorcio
Atlantor. Las primeras páginas están dedicadas al larguísimo texto del contrato,
redactado en español, en francés y en inglés; ANGLADA ha inicialado cada página:
RAA.

SEC 52. INT. HOSPITAL / TERAPIA INTENSIVA. NOCHE

La sala de terapia intensiva está a oscuras en la madrugada, a excepción del box en


que una ENFERMERA morocha y bonita conversa con un POLICIA.
En el silencio en que tan sólo se oye el cuchicheo de la ENFERMERA y los
ruidos electrónicos de los monitores, ANGLADA está despierto. Su estado es
lamentable: prácticamente desnudo sobre la cama, transpirado, despeinado, lleno de
cables y de sondas; impresiona. Su mirada se traslada del box a la cama contigua,
donde duerme un VIEJO que parece estar en las diez de últimas: está tan desnudo y
conectado como ANGLADA, pero se ve flaco y sin fuerzas. ANGLADA y el VIEJO
parecen una propaganda de esas que muestran a la misma persona antes y después.
Una lágrima se le escapa por la comisura del ojo.

SEC 53. INT. HOTEL. NOCHE

Tumbado en la cama de un hotel por horas, CHACHO enciende dos cigarrillos al


mismo tiempo. A su lado hay una mujer desnuda como él, de pelo teñido y profuso
maquillaje, a la que entrega uno de los cigarrillos.

CHACHO
¿Me puedo quedar a dormir?

PROSTITUTA
Y yo que pensé que ya no te causaba gracia… ¡Durante un momento, creí que te ibas
a quedar dormido en medio del polvo!

CHACHO
Hace días que no pego un ojo.

PROSTITUTA

44
Preocupado por el viejo, pobrecito… ¿Y si se muere, qué pasa?

CHACHO
(MOSQUEANDOSE)
¿Qué decís? Vos no sos más pelotuda porque no tenés tiempo.

PROSTITUTA
¿Qué dije? ¿Qué tiene? Es un hombre grande, ¿o no?

CHACHO
¡Don Rubén es un roble!

PROSTITUTA
Pero esos ataques son jodidos. Y algún día, tarde o temprano…

CHACHO se levanta de la cama y empieza a vestirse. Ofendido, echa el


dinero que le debe a la mujer sobre la mesa de luz. Encima de la mesa está el viejo
revólver de CHACHO, que habitualmente lleva calzado en la cintura.

PROSTITUTA
No te vayas, dale. ¿Adónde vas a ir? ¿Te espera alguien, en tu casa?

Esta pregunta hace que CHACHO frene la velocidad de su huída. La mujer


aprovecha la vacilación y lo abraza, llevándoselo de regreso a la cama.

PROSTITUTA
Quedate acá. Yo no laburo más esta noche.

CHACHO deja que lo tumbe, con pantalón y todo. Ella se acuesta a su lado y
sigue acunándolo entre sus brazos, con voz de arrullo:

PROSTITUTA
Duerma, mi negrito. Shhh. Que la noche es larga para atravesarla solo.

CHACHO, que había cerrado los ojos, los abre nuevamente.

SEC 54. INT. FINCA DE ANGLADA / DESPACHO. AMANECER

El día ya clarea en las ventanas del despacho. IGNACIO sigue allí, sentado en el
sillón de ANGLADA, estudiando febrilmente la carpeta de Atlantor. Ahora se fija en
los mapas. El primero, enorme y desplegable, muestra la confluencia de los ríos Verde
y Pinares tal como se ve en la actualidad. El segundo reproduce la misma zona, pero
con el embalse ya construido. Después hay esquemas y dibujos que describen cómo
sería la represa.
Desde el bosque llega al grito de la jabalina; IGNACIO sufre un escalofrío.

SEC 55. INT. FINCA DE ANGLADA / LIVING. DIA

45
Por la mañana. Una mano femenina pone un viejo disco de vinilo en un tocadiscos.
Comienza a sonar una gran orquesta.
ANA LAURA estudia la tapa del viejo disco. Es un LP de Sinatra, Songs for
Swinging Lovers. Sonríe. El teléfono comienza a sonar. Deja la tapa y sale de cuadro.
ANA LAURA responde. De fondo sigue la música. El tono de la conversación
es afable, pero debajo se intuye una cierta frialdad.

ANA LAURA (AL TELEFONO)


…Celina, querida, ¿cómo te va? …Sí, me dijo, gracias. …Se debe haber quedado sin
batería, vos sabés cómo es. ¡La cabeza en las nubes! …Está durmiendo, Nachito.
(MIRA SU RELOJ.) ¡Uf, con la hora que es! ¿Querés que lo despierte?

La silueta de IGNACIO, recién levantado, se recorta detrás de ANA LAURA.

ANA LAURA (AL TELEFONO)


…Yo le aviso, quedate tranquila. Chau, querida, chau. ¡Cuidate!

Cuelga el teléfono. La voz de IGNACIO la sorprende.

IGNACIO
¿Quién era?

ANA LAURA
…Hola, bebé. ¿Descansaste?¿Qué querés tomar?

SEC 56. INT. HOSPITAL. DIA

En un monitor, las pulsantes imágenes de una ecografía. En algún sitio, entre esas
manchas grises hay un bebé de palpitante corazón.

MEDICA (EN OFF)


Es un varón.

RAFAELA (EN OFF)


Lo único que me importa es que sea sano.

Al abrirse el cuadro, vemos a RAFAELA tumbada sobre una camilla y a la


MEDICA deslizándole el sensor sobre el vientre. RAFAELA observa la pantalla con
ansias, como si esas manchas pudiesen revelarle alguna verdad.

MEDICA
Los análisis salieron perfectos.

RAFAELA
¿Pero no hay posibilidad de que todo esté bien y en algún momento empiece a ir mal?

MEDICA
Cómo haber… ¿Pero por qué te preocupa tanto? Los otros cuatro que tuviste…

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RAFAELA
Con mi familia nunca se sabe. Corren cosas raras, por nuestra sangre.

La MEDICA, que sabe que RAFAELA es hija del gobernador, la mira con
curiosidad y en silencio. De inmediato RAFAELA trata de distraerla con un
argumento algo más científico:

RAFAELA
¡…Además me saqué una radiografía de la muela, cuando no sabía que estaba
embarazada!

MEDICA
Si hubiese algún efecto de la radiación, ya lo habríamos notado.

RAFAELA voltea la cara, evitando ver la pantalla. Sus ojos están húmedos.

RAFAELA
Tengo miedo de parir un monstruo.

SEC 57. EXT. EXPLANADA PLAN DE VIVIENDAS. DIA

Un terreno pelado, puro desierto. Por fundido aparece una camioneta con logo oficial
de la gobernación. Sus ocupantes clavan el cartel del Plan de Viviendas (que incluye
el dibujo de cómo quedaría el barrio una vez terminado) en medio de la nada y
después se desvanecen en el aire. Un nuevo fundido hace aparecer a un montón de
empleados de la gobernación: arman una tarima, conectan un equipo de sonido,
despliegan sillas, plantan una bandera argentina y también se desvanecen.
Un nuevo fundido nos ubica en el acto inaugural del Plan de Viviendas. Sobre
la estructura ya plantada aparecen RODRIGO, ANA LAURA y los funcionarios
menores y figurantes ansiosos por salir en fotos y TV. Delante de ellos aparecen las
cámaras, formando un cordón que separa a los funcionarios de los presuntos
beneficiarios del Plan. Y detrás de las cámaras, la gente, que ha llegado en micros
alquilados para la ocasión. A todos ellos se les ha entregado cotillón ad hoc:
banderitas, maracas, silbatos, carteles con el retrato de ANGLADA y hasta caretas de
plástico con su rostro, que los niños disfrutan especialmente. En el fondo han
aparecido también media docena de camiones cargados con ladrillos, vigas de madera
y hierro, arena y bolsas de cemento.
Al frente de la tarima, y hablando por un micrófono conectado al defectuoso
sistema de sonido, RODRIGO da el discurso inaugural del Plan de Viviendas.

RODRIGO
En nombre del gobernador en ejercicio, don Aníbal Anglada, quiero dejar inaug-g-g-
g…

Algunos niños del lugar no pueden dejar de reír ante el tropiezo de


RODRIGO, que les dedica una mirada de fuego y hace un esfuerzo para continuar.

RODRIGO
…quiero dar por empezado aquí el plan de viviendas, cuyo objetivo es levantar…

47
IGNACIO aparece entonces en el acto, mezclándose entre la gente. Desde la
tarima ANA LAURA lo ve, y le hace señas para que suba. IGNACIO, que ni siquiera
se ha vestido de traje, se niega de plano.

RODRIGO
A pesar de la enfermedad que aqueja a nuestro gobernador electo, don Rubén
Anselmo Anglada, queremos que sepan que no vamos a bajar los brazos. ¡Los
Anglada cumplimos con la palabra empeñada!

Hay aplausos. El teléfono móvil de IGNACIO suena en ese instante. (Los


niños lo miran con curiosidad, seducidos por la irrupción de semejante tecnología en
medio de la nada; algunos de ellos llevan puestas caretas de ANGLADA.) Es un
mensaje escrito de parte de su novia. Tercer mensaje sin respuesta. ¿Seguís
durmiendo? Love, Celina.

RODRIGO
¡…el momento por todos esperado, en que nuestro Plan de Viviendas deja de ser una
promesa, para convertirse en una realidad palpable y material!

Un gesto de RODRIGO mueve a los camiones a descargar sus tesoros, en


medio de los aplausos y los vivas de la gente: vierten montañas de arena y ladrillos,
mientras docenas de operarios descargan vigas y bolsas.
Al bajar de la tarima, ANA LAURA va a saludar a IGNACIO.

ANA LAURA
Qué sorpresa, verte por acá.

IGNACIO
Siempre me gustó el circo. Vos no lo sabés porque nunca me llevaste.

ANA LAURA
Pobre víctima. ¡Mi corazón se desgarra!

IGNACIO
(VIENDO EN DERREDOR)
¿Y ahora qué? ¿Cómo sigue el Super Plan Anglada de Viviendas Baratas para Gente
Idem? Porque los materiales los descargaron, pero cuadrillas yo no veo. Y no
pensarán dejar todo esto a la intemperie: ¡se les va a arruinar!

ANA LAURA
A mí no me preguntes. Yo soy la mujer de Anglada, nomás. ¡Una figurita decorativa!

ANA LAURA hace un mohín, como si posase para una foto.


Mientras tanto RODRIGO se presta a sacarse una foto de verdad, posando con
los beneficiarios del Plan de Viviendas: familias enteras, niños que hacen la V de la
victoria… Durante los aprestos, RODRIGO observa que ESTEBAN habla
animadamente por su teléfono celular. El FOTOGRAFO le llama entonces la
atención:

48
FOTOGRAFO
A ver, miramos todos a la cámara, es un segundito, nomás.

Miran a la cámara, sonríen. Entonces se oye en off la voz de ESTEBAN, que


le dice a RODRIGO:

ESTEBAN (EN OFF)


¡Los franceses no están en Buenos Aires!

RODRIGO da vuelta la cara en el preciso instante en que se dispara el flash.

RODRIGO
¿Cómo que no? ¿Y dónde mierda están, entonces?

RODRIGO agarra a ESTEBAN del brazo y camina hacia el auto oficial negro.
El FOTOGRAFO y las familias quedaron atrás, esperando la foto que ya no se
tomará.

ESTEBAN
Yo creo que siguen acá. Se deben haber guardado para que no los presionemos,
mientras hacen tiempo a ver qué pasa con tu viejo.

RODRIGO
¿Pero dónde?

ESTEBAN
La pregunta del millón.

RODRIGO abre la puerta trasera del auto, conducido por un CHOFER.

RODRIGO
Que los sigan buscando, entonces. No puede ser tan difícil. ¡Son dos franceses en
medio de la nada!

Cuando mira adentro del auto, antes de sentarse, RODRIGO descubre allí a
ANA LAURA, primorosamente acomodada en el asiento trasero y sonriendo como si
nada.
IGNACIO, que se ha quedado, se acerca a la pila de ladrillos entre la que
juegan los críos. Cuando recoge uno, advierte que lleva inscripta a fuego la palabra
ANGLADA.

SEC 58. INT. FABRICA DE LADRILLOS. DIA

Imágenes de la fábrica de ladrillos de los ANGLADA. Calor, hornos, llamaradas; una


sucursal del infierno.

SEC 59. INT. FABRICA DE LADRILLOS / OFICINA DE CHACHO. DIA

49
En la televisión encendida, un documental sobre lobos del Artico. El volumen está
bajo.
En su oficinita, CHACHO se ha quedado dormido sobre la silla. (El lugar está
lleno de posters proselitistas de ANGLADA; los más nuevos reclaman su reelección.)
TITO también está dormido, sólo que encima de un sofá; ronca con ganas, la boca
abierta de par en par. Tiene curitas en la palma de las dos manos.
LEPES agarra el control remoto y cambia de canal. Va a dar a un videoclip. La
música, más estridente que el locutor del documental, despierta a CHACHO.

CHACHO
(SOMNOLIENTO, A MODO DE PROTESTA)
Estoy viendo, che.

LEPES regresa al documental y habla en un susurro, para no despertar a TITO.

LEPES
¿Cómo se portó la criatura?

CHACHO se mira las manos. Ahora están limpias.

CHACHO
Bastante bien, para tratarse del debut.

LEPES
Le daba cosa, el viejo.

CHACHO le pide silencio a LEPES, cruzando un dedo sobre sus labios.

CHACHO
A todos nos daba cosa.

CHACHO se levanta, inquieto, y va hacia la puerta entreabierta para cerrarla.

LEPES
Qué se le va a hacer… Las deudas se pagan en vida, como quien dice.

CHACHO
Mirá quén habla.

LEPES
(ATAJANDOSE)
Quedate tranquilo, Chacho, que estoy en eso.

CHACHO
Lo que vos tenés que hacer está claro: ¡más laburo y menos paja!

CHACHO empuja la puerta para cerrarla cuando alguien lo frena. Es


IGNACIO, que justo trataba de entrar.

CHACHO

50
(SORPRENDIDO)
¡Qué sorpresa!

IGNACIO
Me perdí.

SEC 60. INT. FABRICA DE LADRILLOS. DIA

CHACHO e IGNACIO pasean por la fábrica. LEPES y TITO, que acaba de


despertarse y se refriega los ojos, caminan detrás suyo, a unos tres metros, como si los
custodiasen.

CHACHO
Vos tendrías que meter mano, acá.

IGNACIO
Yo no sé nada de ladrillos.

CHACHO
Pero sos ingeniero. Le vendrías bien a la fábrica, que está llena de negros cabeza
como yo.

IGNACIO no puede evitar darse vuelta y registrar a TITO y LEPES, que


siguen caminando en sus pasos. CHACHO se da cuenta de la incomodidad que
producen en IGNACIO –que recuerda la historia del Tuerto Brizuela, el violador, y se
pregunta si fueron ellos- y los releva:

CHACHO
Espérenme en la oficina. ¡Enseguida voy!

TITO y LEPES obedecen.

IGNACIO
Tenés dos Sancho Panzas, a falta de uno.

CHACHO
Armamos equipos de trabajo de a dos hombres, para cada función. Don Rubén dice:
un hombre solo siempre es medio hombre.

IGNACIO
¿Y Rubén le da bola a la fábrica, o…?

CHACHO
No, don Rubén está en otra. La conserva por cariño, como un bien de familia. Yo
hago lo que puedo. Acá la gente es vaga, los negros trabajan lo menos posible y
chorean lo más posible. ¡Después se quejan! Yo era como ellos, les digo. Y si hoy
tengo algo, se lo debo a don Rubén. Me enseñó todo lo que sé. (SONRIENDO.) ¡Es
un lobo muy bueno!

51
IGNACIO
(SONRIENDO)
¿Seguís ofendido por lo del otro día?

CHACHO
No, no me ofendí. ¡Lo que no deja de sorprenderme, te juro! Nunca había visto las
cosas de esa forma. Puestas de ese modo. Como vos lo dijiste.

IGNACIO
No quise ofender. No mucho, por lo menos. Rubén no es distinto de tantos otros que
están en el poder, que aman el poder. ¡Quién sabe lo que haría uno, en su lugar!

CHACHO
Será medio lobo, pero es buen padre, también. Y buen patrón. ¡Y buen marido!

IGNACIO
Es mejor que yo, en ese caso. ¡Yo ni siquiera soy buen hijo!

CHACHO
¿Estás seguro de que no te puedo conchabar para la fábrica?

IGNACIO
(BROMEANDO)
Todo hombre tiene su precio.

CHACHO
Don Rubén lo dice siempre. ¡Todo el mundo tiene un precio! (HACE UN GESTO
CON LOS DEDOS, SIGNIFICANDO DINERO.) En contante… (HACE UN
GESTO CON LOS DEDOS, COMO SI SE CORTASE EL CUELLO.) ¡…o en
sonante!

SEC 61. EXT. FABRICA DE LADRILLOS. DIA

Una vez afuera, IGNACIO y CHACHO se inclinan sobre el capot de la camioneta del
primero, donde IGNACIO ha desplegado un mapa de la zona. Sobre ese plano
CHACHO le indica a IGNACIO cómo llegar a un sitio específico.

CHACHO
…serán cinco kilómetros, como mucho. Hay mojones con el kilometraje. ¡Si llevás la
cuenta, no te podés perder!

IGNACIO
¿Qué sentido tiene levantar un barrio que va a quedar debajo de las aguas de un
dique?

CHACHO
Ninguno. ¿Quién haría semejante huevada?

IGNACIO

52
El pueblito del Plan de Viviendas queda acá, ¿o me equivoco?

IGNACIO vuelve a mostrarle el mapa y marca un punto específico con una


cruz.

CHACHO
…más o menos, sí.

IGNACIO
Rubén está negociando un dique, con los franceses, que cubriría esta zona.

Con un lápiz, IGNACIO va grisando una zona entre ambos ríos. La cruz del
pueblito del Plan queda debajo del grisado.
CHACHO se encoge de hombros y sonríe. Está tratando de no hacerse cargo
de la cuestión, aunque no puede evitar sentir una ligera inquietud.

CHACHO
Yo no sé nada. ¡Yo trabajo para don Rubén, nomás!

SEC 62. INT. HOSPITAL / HABITACION DE ANGLADA. DIA

ANGLADA está tumbado en la cama de la habitación a la que acaban de transladarlo,


una vez relevado de la terapia intensiva. Sigue débil; respira con dificultad, una
sombra del caudillo que alguna vez fue. Los signos de la parálisis todavía afectan la
mitad izquierda de su rostro: párpado caído, labios caídos. (Cuando intente hablar sus
consonantes serán confusas, en especial las sibilantes y labiales.)
ANA LAURA le acerca la chata. ANGLADA le pega un manotazo,
arrojándola al suelo. El estruendo hace que un hombre de la CUSTODIA abra la
puerta un segundo después, alarmado. ANGLADA hace un gesto airado con un brazo,
echando al CUSTODIO mientras grita algo ininteligible.

ANA LAURA
(AL CUSTODIO)
Vaya, nomás. ¡No pasó nada!

El CUSTODIO cierra la puerta.


ANGLADA se quita las sábanas con una mano torpe y trata de bajar las
piernas.

ANA LAURA
¿Qué hacés?

ANGLADA gesticula hacia una puerta interior de la habitación.

ANGLADA
(ININTELIGIBLE)
¡…vo al mañ…!

ANA LAURA

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No, no podés ir solo al baño. ¿No ves que tenés conectado el suero?

ANGLADA mira el pie metálico del suero, colocado a un costado de la cama,


y suspira. ANA LAURA lo agarra de un brazo mientras le endereza las almohadas.

ANA LAURA
Sentate derecho, dale.

ANGLADA obedece a regañadientes, sentándose con esfuerzo sobre la cama.

ANA LAURA
¿Sabías que los franceses desaparecieron? Rodrigo los está buscando por cielo y
tierra.

ANGLADA no parece sentir interés por lo que ANA LAURA cuenta. Pero
ella insiste, mientras levanta las sábanas y mete la chata debajo de las piernas de
ANGLADA.

ANA LAURA
¿Dónde pueden estar? Yo le pregunté a Lola, que sabe vida y obra de cada finca,
pero me dijo que no había oído nada. …Casi prefiero que Rodrigo no los encuentre,
mirá. Me da miedo que meta la pata. Ese hijo tuyo…

Pero ANGLADA no parece haber oído una palabra de las de ANA LAURA.
Se lo ve perdido en sus propio mundo, enajenado por la enfermedad y la química.
ANA LAURA repara en este estado y habla casi para sí, en un tono de gran intimidad:

ANA LAURA
¿Y dónde estás vos, ahora? Antes no se te escapaba una, Rubén. No podés dejarme
sola. Todavía no… (MOLESTA POR LA FALTA DE RESPUESTA.) ¿Me estás
oyendo?

ANGLADA reacciona entonces, como si despertase. El gesto de disgusto de


ANA LAURA le produce angustia. Quiere decirle algo, pero todo lo que sale de sus
labios es un mugido ininteligible. ANGLADA se toca el lado paralizado de la cara,
como si no lo reconociese, y después se lo cubre con la mano, en un gesto de
pesadumbre. ANA LAURA se compadece y afloja.

ANA LAURA
(RESIGNADA)
Dale, meá. Yo te ayudo. (PICARA.) Si querés, hasta te la puedo sacudir.

ANGLADA suelta una risa bronca, parecida a un trueno. ANA LAURA


también se ríe de su broma. Pero en medio de la risa, la de ANGLADA va virando
hacia el llanto; se siente tan pequeño, tan humillado por la vida… ANA LAURA
advierte que ANGLADA está a punto de llorar y se perturba: nunca lo ha visto
así, tan indefenso.
ANGLADA apoya la cabeza contra el pecho de ANA LAURA, dejando
escapar un sollozo seco. Ella amaga acariciarlo, pero a la vez siente rechazo. No hay

54
nada que desprecie más en un hombre que la debilidad. Con esfuerzo, palmea la
espalda del viejo y le dice, tratando (muy mal) de sonar consoladora:

ANA LAURA
Te vas a poner bien, ya lo dijo el doctor. ¡Tenés que ser fuerte, nomás!

SEC 63. EXT. RIBERA DEL RIO VERDE. DIA

El río Verde es caudaloso. Con la energía de la vida misma, serpea incesantemente


creando saltos y barrancos. IGNACIO lo contempla desde una orilla, la carpeta de
Atlantor debajo del brazo, abierta en la sección de los mapas.
Al alejarse del río, IGNACIO descubre que el desierto comienza ahí nomás, a
pocos metros: un terreno erizado de rocas en que sembrar algo es casi imposible.
IGNACIO divisa un ranchito, al lado del cual se ve una vieja chata y un parche verde
con algunas hortalizas, hijas del riego constante.
Golpea a su puerta. Lo atiende un PAISANO viejo, rodeado de perros.

IGNACIO
Buenos días. Le pido mil disculpas. ¿Por casualidad no tendrá un poco de agua
destilada? El motor de mi camioneta se recalentó. ¡Me quedé varado acá nomás!

PAISANO
Qué barbaridad. A ver, déjeme pensar… ¡Pero pase, pase!

IGNACIO entra al ranchito detrás del PAISANO y sus perros.

SEC 64. INT. RANCHO. DIA

La vivienda del PAISANO es de una pobreza extrema. Un ambiente único, un


colchón en el suelo, una mesa de pino. IGNACIO se siente incómodo en ese mundo
tan ajeno.

PAISANO
¿Quiere algo de tomar?

IGNACIO
Un poco de agua, nomás.

El PAISANO le sirve en una taza de latón, casi disculpándose.

PAISANO
Le ofrecería otra cosa, pero ahora no tengo. ¡Me toca ir al pueblo, hoy! (LE DA LA
TAZA.) Si quiere más, digamé. Agua sí tengo. (SONRIE.) ¡Es lo único que nos
sobra!

Luego de lo cual desaparece en el fondo, en busca del agua destilada.


IGNACIO se queda viendo el humilde interior de la vivienda y después, al mojar sus
labios con el agua helada, no puede evitar mirar la taza. El agua vibra ligeramente, a

55
consecuencia del pulso que late en su mano. (Y que oímos en la banda sonora, un
latido claro y distinto.)
IGNACIO deja el agua y agarra la carpeta que se había puesto bajo el brazo.
Esta vez ignora los mapas y se concentra en el texto del contrato. Lee con atención.

SEC 65. INT. HOSPITAL / HABITACION DE ANGLADA. DIA

Dos golpes en la puerta de la habitación. IGNACIO entra sin esperar respuesta. Ha


venido directo desde el río Verde; trae la carpeta de Atlantor. Su ingreso sorprende a
ANA LAURA, que hojeaba una revista Vogue. La cama de ANGLADA está vacía.

IGNACIO
Me dijeron que estabas acá.

IGNACIO la besa en la frente, pura formalidad.

ANA LAURA
¿Dónde te habías metido? Te busqué para el brindis, después de la inauguración.

IGNACIO
¿Vos sabías que ese barrio va a quedar bajo el agua, cuando los franceses levanten
la represa?

ANA LAURA parece sorprendida. IGNACIO deja la carpeta de Atlantor sobre


la cama vacía, delante de su madre.

IGNACIO
Pero eso no es lo mejor. ¿A que no sabés cuál es la última de tu marido?

ANA LAURA se alarma. Abre la boca para decir algo, pero IGNACIO sigue:

IGNACIO
Si el contrato se firma… (MOSTRANDOLE EL INTERIOR DE LA CARPETA.) …y
Rubén ya lo inicialó, como podés ver… le va a entregar a los franceses la cuenca
hidrográfica de la provincia. ¡Van a ser los dueños de toda el agua!

Un ruido llama la atención de IGNACIO, que voltea la cabeza. (ANA


LAURA, en cambio, no quiere mirar.)
ANGLADA está en la puerta del baño de la habitación. A su lado está el pie
metálico del suero. Como tiene rueditas, lo arrastra para no desconectarse y a la vez lo
usa como báculo.
IGNACIO trata de zafar de la situación incómoda, recurriendo a su insolencia.

IGNACIO
…Rubén. Qué bueno, verlo levantado. ¡Le contaba a mamá lo del dique!

ANGLADA comienza a moverse hacia la cama. Todo rasgo de debilidad o


autoconmiseración ha desaparecido de su cara; anda erguido, utilizando el pie del
suero como un plateado cetro.

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ANA LAURA
¿Qué hay de malo con vender hoy lo que mañana te van a sacar, de todas formas?

IGNACIO deja de ver a ANGLADA para atender a su madre. Su pregunta lo


sorprende: ¿está defendiendo el negociado del dique?

ANA LAURA
Rubén lo dice siempre. Tarde o temprano, los chinos van a necesitar agua. Y en ese
momento no van a pedir permiso. Nos van a pasar por arriba. ¿Cuál es el problema
de cobrar una compensación, ahora que hay alguien dispuesto a pagarla?

IGNACIO
(ASOMBRADO)
Mirala, a la figurita decorativa…

ANA LAURA
Nadie llega ingenuo a mi edad.

ANGLADA, que reconoció la carpeta de Atlantor, estira su mano entorpecida


por el ataque para tratar de agarrarla. Hay un brillo de ansiedad en sus ojos. Pero
IGNACIO se le adelanta y la quita de allí: simula haberle hecho un favor, para
permitirle que se acueste. Aunque frustrado, ANGLADA se la banca y dice:

ANGLADA
Dejame.

IGNACIO
…Sí, mejor. ¡Ya me voy!

Pero ANGLADA lo detiene con su mano-garfio. Mira a ANA LAURA para


que no quepa error, e insiste:

ANGLADA
¡Dejame!

ANA LAURA duda pero después obedece, dedicándole a IGNACIO una


mirada rencorosa. Una vez que cerró la puerta se hace un pesado silencio dentro de la
habitación. IGNACIO no sabe muy bien qué hacer. ANGLADA lo mira de cerca,
estudiándolo con una curiosidad nueva, como si lo viese por primera vez; no lo suelta
nunca. Finalmente habla. Lo hace con cierta dificultad, pero con el correr de las
palabras irá mejorando.

ANGLADA
Todo lo que quiero… es que mi gente esté protegida, cuando llegue la hora.

La transformación de ANGLADA es completa. Ha vuelto a ser el rey; a pesar


de su limitación física, trasunta dignidad. Entonces acerca su cara a la de IGNACIO y
dice:

57
ANGLADA
Si ese es mi pecado… ¡soy culpable!

Funde a negro.

SEC 66. EXT. RUTA. ATARDECER

TURINI, el peón a cargo del hangar, viene a caballo por la banquina de una ruta,
debajo de la lluvia; la cámara va delante suyo, registrando su avance lento. Está
borracho. Se balancea sobre la montura, canta entre dientes. (El color de la escena es
artificialmente dorado; con el correr de los segundos virará a una tonalidad más
naturalista.)
Sobre esa imagen aparece el título del nuevo capítulo:

4. Don Gómez recibe visitas

Se acerca una camioneta por detrás. La vemos aproximarse más y más a


TURINI, a buena velocidad. Cuando la cámara se detiene y TURINI sale de cuadro, la
camioneta nos sobrepasa también. Oímos el ruido de los neumáticos al quemarse en
una maniobra brusca, el golpe, el relincho del caballo.

SEC 67. EXT. CEMENTERIO. NOCHE

Un cementerio de pueblo; la lluvia ha parado. Dos figuras avanzan entre las lápidas,
iluminando su andar con un sol de noche y una linterna. La figura que marcha al
frente es la de CHACHO, que carga sobre su hombro el cuerpo inerte de TURINI;
lleva la linterna en su mano libre. Detrás suyo va TITO, con el sol de noche y un par
de palas.
CHACHO se detiene delante de una cruz, a la que ilumina. La inscripción dice
Josefina Garayoa, 1936-1976, R.I.P. CHACHO duda un instante pero finalmente se
decide y descarga sobre el suelo el cuerpo de TURINI, cuya cabeza está cubierta de
sangre todavía húmeda. (La sangre es negra.)

CHACHO
Empezá vos.

TITO deja el sol de noche en el suelo.

TITO
¿Acá mismo?

CHACHO
Así se matan dos pájaros de un tiro. ¿Quién va a buscar a Turini en la tumba de
otro?

TITO clava la pala y saca el primer puñado de tierra.


CHACHO se sienta en el filo de una lápida y se seca el sudor con una manga.

58
Esa imagen se funde con la de una de las estatuas del cementerio. Ha pasado
un tiempo y TITO está avanzado en su pozo. De repente su pala choca contra un tope.

TITO
Me parece que acá hay algo.

CHACHO se aproxima e ilumina el pozo con su linterna.


TITO rasca un poco, descubriendo un cadáver semienterrado: lo que se ve es
una porción de pecho masculino cubierto por una campera. Sangre seca. Dos orificios
de bala.

TITO
¡Esa no es una mujer!

CHACHO
Ya me parecía a mí. ¡Esta tumba ya tiene yapa! ¡Me sonaba, la Josefina esta!

CHACHO empieza a mirar las tumbas que tiene más próximas, hasta que
señala una coronada por una lápida de mármol.

CHACHO
Esa. ¿Le das?

TITO asiente con un gesto de dolor, saliendo del pozo pala en mano.
CHACHO lo detiene y le mira las manos; sangran,

CHACHO
Dejá. Sigo yo.

CHACHO agarra la otra pala y empieza a cavar en la nueva tumba.


TITO empuja tierra con el pie, tapando el pozo que hizo. Mientras lo hace, no
puede evitar mirar el cuerpo de TURINI, tumbado de costado.

TITO
Parece inofensivo, el viejo.

CHACHO mira a TURINI y sigue cavando.

CHACHO
¿Sabés qué hacen los animales cuando uno de la manada pone en riesgo a los
demás?

TITO pone cara de no tener idea.

CHACHO
(SORPRENDIDO)
¿Vos no ves la tele? Hay canales que pasan documentales todo el tiempo, día y noche.

TITO
Yo no veo mucha tele. Veo fútbol, nomás.

59
CHACHO
Cuando uno de la manada complica a los demás, lo matan o abandonan. No se
pueden joder todos por culpa de uno. Y eso es lo que hizo Turini. Nos jodió a todos.

TITO
En una época veía esa serie de la playa, la de los guardavidas. Me gustaba la rubia
que corría en cámara lenta. ¿Cómo se llamaba, la rubia?

CHACHO
Los programas que yo te digo los dan por cable.

TITO
Lepes tiene cable.

CHACHO
Decile que te muestre. No sé en qué canal están, cuarenta y pico, cincuenta y pico...

TITO
Lepes ve Fashion TV.

CHACHO deja de palear durante un instante, sorprendido por la revelación.

TITO
(ACLARANDO)
Por las minitas.

CHACHO sacude la cabeza y vuelve a su trabajo. Un segundo después su pala


choca contra algo sólido: el ataúd enterrado. CHACHO sale del pozo y empieza a
arrastrar a TURINI.

CHACHO
Ayudame.

TITO obedece. Entre los dos arrojan a TURINI dentro del pozo abierto.
Después CHACHO arroja paladas para taparlo. TITO lo ayuda con los pies.

CHACHO
Lepes tiene que cortarla con los burros, a ver si le hablás. ¡Tiene más deudas que
poros! Si no hace buena letra, le voy a dar una patada en el orto… ¡y va a volver a
correr la coneja!

TITO
Lepes tiene el canal de Playboy.

TITO se cubre la boca con una mano, incapaz de frenar sus infidencias.

CHACHO
¿Sabés cómo se le dice a la gente que habla demasiado?

60
TURINI (EN OFF)
Pamela Anderson.

TITO y CHACHO se pegan un susto animal. TURINI, a quien creían muerto,


se ha sentado encima del cajón hundido en el pozo. Todavía boleado por el golpe y la
resaca, sólo atina a sacudirse de encima la tierra de las paladas. Ni siquiera repara en
el emplasto de sangre que le cubre media cabeza.

CHACHO
Turini, la concha de tu madre… ¿Qué hacés?

TURINI
La rubia de la serie. ¿No se llama así?

CHACHO
Vos estás en pedo, todavía.

TURINI
Disculpemé, patroncito.

Así como se levantó, vuelve a acostarse sobre el ataúd. CHACHO y TITO se


miran sin poder creerlo. TURINI empieza a roncar. CHACHO le tira encima una
palada de tierra, a ver qué pasa. TURINI masculla algo entre dientes y sigue
durmiendo. TITO le tira otra. Las protestas de TURINI son más débiles. Empiezan a
tirarle tierra a lo loco, apurándose para taparlo. Pero al ahogarse TURINI reacciona,
tratando de incorporarse.

TURINI
Eh, che. ¡Así no se puede!

CHACHO
(A TURINI)
Dormí de una vez y dejate de joder. ¡Y saludos a don Gómez!

TURINI
¿Quién mierda es don Gómez?

CHACHO le pega con la pala en la cabeza.


Poco después, la tumba ha vuelto a quedar tapada. CHACHO y TITO zapatean
sobre la tierra fresca, para apisonarla.
De acuerdo con la lápida, la tumba pertenece a un tal Albino Gómez, Q.E.P.D.
Funde a negro.

SEC 68. EXT. RUTA DE MONTANA. DIA

Un plano panorámico de la montaña. La camioneta de IGNACIO avanza por un


caminito serpeante, un punto en la inmensidad. Sobre esa imagen, el título del nuevo
capítulo:

61
5. La red

SEC 69. EXT. CASA DE ANIBAL ANGLADA / ENTRADA. DIA

Al volante de la camioneta, IGNACIO espera que le den acceso a una casa señorial
ubicada en plena montaña. La camioneta está detenida delante de la enorme reja de la
entrada principal. Dentro de la garita de seguridad, el GUARDIA habla por teléfono.

SEC 70. EXT. CASA DE ANIBAL ANGLADA / JARDIN. DIA

IGNACIO avanza a pie por el enorme jardín de la casa: ligustrinas, pinos enanos,
canteros, cargando un pequeño ataché. Viste camisa y jean, como siempre, pero se ha
echado encima un saco sport, tratando de sugerir una mayor formalidad.
Al final del senderito de grava divisa a un hombre viejo, sentado en un banco
de piedra, el cuerpo quieto y la vista perdida entre los arbustos. A su lado hay un tubo
de oxígeno, conectado a la máscara que el viejo sostiene sobre su nariz y boca; un
sonido asmático. El hombre es más anciano que ANGLADA, pero se le parece
físicamente. IGNACIO se sienta a su lado.

IGNACIO
¿Aníbal? Yo soy Ignacio, el hijo de Ana Laura. La mujer de Rubén. ¿Se acuerda de
mí? Nos vimos un par de veces, hace cinco, seis años…

IGNACIO no logra que ANIBAL lo mire, su vista sigue perdida.

IGNACIO
Ahora que Rubén está enfermo y usted ejerce la gobernación…

ANIBAL ANGLADA saca un bolígrafo de su bata con una mano temblorosa.

ANIBAL
¿Dónde firmo?

IGNACIO
No, no quiero que firme nada. Pero sí quería contarle…

IGNACIO abre el maletín y saca la carpeta de Atlantor.

ANIBAL
(INSISTIENDO)
¿Dónde firmo?

IGNACIO
(INCOMODO)
…Está este proyecto de la represa con los franceses. Como ahora va a quedar a su
firma, quería asegurarme de que entienda bien de qué se trata. (ABRIENDO LA
CARPETA EN UNA PAGINA MARCADA.) La letra chica es engañosa. Lo que se
juega acá no es la represa, es mucho más. (MOSTRANDOLE LA PAGINA.) Vea.

62
Pero en lugar de ver o leer, ANIBAL se limita a garabatear una firma encima
de la página, allí donde cae la punta de su bolígrafo.
IGNACIO retira la carpeta de inmediato, sin entender.

IGNACIO
¡No, no…!

IGNACIO mira el garabato en mitad de la página. Y después, desconcertado,


mira al viejo que sigue atento a la nada.

ANIBAL
Yo firmo y me dejan en paz. ¡Es muy fácil! Firmo y me dejan en paz.

IGNACIO advierte que el jardín está vigilado por una serie de


ENFERMEROS de blancas chaquetas, que se mantienen a prudente distancia del loco.

ANIBAL
Va a llover, ¿no le parece? Llueve y me medican. La medicación adecuada es la
única garantía. ¿Dónde firmo?

Vencido, IGNACIO deja que ANIBAL firme otra vez sobre el papel de la
carpeta.

ANIBAL
Cada trazo es un hilo. ¡El hilo me sostiene!

IGNACIO cierra la carpeta y pasa la mano delante de los ojos de ANIBAL,


que por primera vez reacciona: lo agarra de la muñeca y aparta su mano. Descubre
entonces que ANIBAL no tiene la mirada perdida, sino clavada en un punto
específico.
Está viendo una telaraña. El sonido de un trueno.

SEC 71. INT. HOSPITAL / HABITACION DE ANGLADA. NOCHE

Una manzana, roja y perfecta. Un cuchillo afilado. Afuera ya está lloviendo.


La TV está encendida en un programa político. El hombre que habla en
pantalla nos resulta conocido: es Martín HASSAN, aquel a quien los matones JOVEN
y VIEJO asesinaron en el apart-hotel del capítulo El laburito. Al pie de la pantalla
han escrito su nombre, MARTIN HASSAN, analista, consultora FIAP, y abajo el tema
de su intervención: ¿Quién gobierna la provincia?.

HASSAN (EN OFF, POR LA TV)


…hay que plantear el tema del vacío de poder. El gobernador Anglada está postrado,
con una enfermedad que lo inhabilita. En teoría, el que gobierna en un caso así es el
vice, pero la salud de Aníbal Anglada tampoco es garantía. Si el vicegobernador está
tan bien como dicen, ¿por qué no se presenta nunca, en ningún acto, en ninguna
ceremonia? Yo no quiero entrar en el chismerío, todo eso que dicen del brote

63
psicótico de Aníbal, o de los antecedentes de locura en la familia. ¡Pero los hechos
son los hechos!

La manzana espera sobre un plato, en la mesita adosada a la cama.


ANGLADA agarra el cuchillo con su mano hábil y trata de sostener la manzana con
su mano-garfio, torpe y falta de fuerza. Empieza a cortar, su concentración es
suprema. Saca la lengua al hacerlo sin siquiera darse cuenta.

HASSAN (POR LA TV)


Hay que tener coraje cívico y enfrentar el tema. ¡La provincia no puede meter sus
necesidades en el freezer, mientras esperamos que Anglada se recupere!

ANGLADA lo hace bien al comienzo, pero después la hoja se desvía y corta


un dedo de su mano-garfio. Sangra.

SEC 72. EXT. CALLE. NOCHE

Llueve. En la calle, la cara de HASSAN se multiplica diez veces en la vidriera de un


negocio de electrodomésticos. Ya no lo oímos, porque el sonido de los televisores no
llega al exterior.
CHACHO frena en el semáforo al volante de su 4x4, y observa la imagen
multiplicada de HASSAN hasta que la luz se pone verde.

SEC 73. INT. FINCA DE ANGLADA/ LIVING. NOCHE

En el living de la finca de ANGLADA, IGNACIO apoya el maletín sobre la mesa


baja y se deja caer en un sillón. Prende la tele por puro reflejo, para sentirse menos
solo. Va saltando de canal en canal, pasando de largo por encima del rostro de
HASSAN; reconociéndolo como el tipo a quien se encontró en el hospital, regresa de
inmediato al canal que lo muestra.

HASSAN (EN OFF, POR LA TV)


¡…la provincia no puede meter sus necesidades en el freezer, mientras esperamos que
Anglada se recupere!

IGNACIO atiende como en misa. Las luces de la TV bailan sobre su rostro.

CONDUCTOR (POR LA TV)


Además hay cuestiones pendientes, como la represa Río Verde-Pinares,

HASSAN (POR LA TV)


¡…por ejemplo! No podemos retrasar ese emprendimiento, y tampoco es bueno que lo
refrende un gobierno de legitimidad dudosa. ¡Nadie quiere arrancar con las obras
para después frenarlas!

SEC 74. EXT. EXPLANADA PLAN DE VIVIENDAS. NOCHE

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Un relámpago ilumina el cartel del Plan de Viviendas, revelando el dibujo del barrio
tal como quedaría una vez terminado.
CHACHO llega a la explanada debajo de la lluvia. Detiene la camioneta. A
través del limpiaparabrisas, advierte primero que se han llevado casi todos los
materiales –vigas, ladrillos, varas de hierro- y después ve que hay gente revisando
entre los despojos, a pesar de la lluvia.
Baja de la camioneta y encara a la persona que encuentra más cerca. Es un
CARTONERO, que empuja con dificultad un carrito en el que ha cargado unos pocos
ladrillos y un par de vigas de hierro. A su lado va su hijo, un NENE pequeñito, quizá
demasiado pequeñito para su edad real.

CHACHO
¿Qué hacés?

El CARTONERO se intimida a ver a CHACHO, visiblemente enojado.

CHACHO
¿Por qué se están choreando todo? ¡No ves que son materiales para el Plan de
Vivienda? ¡Para construir tu propia casa! ¿Cómo te la van a levantar, si vos mismo
te afanás los ladrillos? ¿O me vas a decir que vos la vas a construír mejor, ahora?

Pero el pequeño no ve en CHACHO más que una oportunidad, y le pregunta


con una sonrisa mientras le enseña un ladrillo Anglada:

NENE
¿No quiere comprar?

SEC 75. INT. HOSPITAL / HABITACION DE ANGLADA. NOCHE

En la habitación del hospital. HASSAN sigue hablando por la TV. Sobre la mesita, los
restos de la manzana manchada de sangre; parece cortada a hachazos.

HASSAN (POR LA TV)


…seguir la letra de la Constitución y hacer lo que hay que hacer en estos casos. Los
dos gobiernos de Anglada marcaron un punto de inflexión en nuestra historia, nadie
pretende negarlo.

ANGLADA mira la TV con gesto torvo. Tiene los labios manchados de rojo,
la sangre de su dedo que tiñó la manzana y luego su boca; parece una fiera salvaje.

HASSAN (EN OFF, POR LA TV)


Pero todo termina, hasta lo bueno. ¡Llegó el momento de mirar más allá de los
Anglada!

SEC 76. EXT. EXPLANADA PLAN DE VIVIENDAS. NOCHE

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Un plano con grúa nos muestra a CHACHO, ahora solo, que contempla la desolación
del paisaje. El agua de la lluvia circula por encima del terreno, en mínimos cauces que
se parecen a los tientos de una red.

SEC 77. INT. HOSPITAL / HABITACION DE ANGLADA. DIA

PP de una mano que aprieta una bomba de goma: el MEDICO toma la presión de
ANGLADA, sobre su brazo izquierdo. (ANGLADA tiene una curita en el dedo.)
El gobernador está sentado en el silloncito de su habitación del hospital. Su
mano sana se aferra al pie metálico del suero; parece un rey en su trono. Además del
MEDICO, en la habitación están RODRIGO, que ocupa una silla, y a un costado
ESTEBAN, que permanece de pie.

MEDICO
(CONTROLANDO LA PRESION)
…Un milagro, realmente. ¡Está hecho un pibe! ¿Está hablando mejor, o me parece a
mí? (ALUDIENDO A LAS VISITAS.) Lo vi de gran palique, acá…

ANGLADA
(PICARO)
A veces me hago el chancho rengo. ¡No sabe cómo se confía, la gente, cuando piensa
que uno es medio bobo!

MEDICO
Lo veo mañana, entonces. (A RODRIGO.) Se lo dije a él y se lo digo a usted: ¡nada
de política! ¡La política es mala para la salud!

ANGLADA
La política es mala para todos… ¡salvo para los políticos!

MEDICO
(RIENDO)
¡Hasta mañana!

Y se va. ANGLADA espera un par de segundos antes de dirigirse a


RODRIGO:

ANGLADA
¿Preguntaste en Buenos Aires?

RODRIGO
No están, seguro.

ANGLADA
¿No se habrán vuelto a París?

RODRIGO
No, ya preguntamos en Ezeiza y no salieron.

66
ANGLADA
¿Los hoteles, las fincas?

RODRIGO dice que no con la cabeza.

RODRIGO
Ya te lo dije, preguntamos en todas partes.

ANGLADA
¿Quién está controlando a Luján?

RODRIGO se queda con la boca abierta y mira a ESTEBAN en busca de


auxilio. Pero ESTEBAN, igualmente sorprendido, tampoco tiene nada que decir.

ANGLADA
Si no encontrás a los franceses, lo lógico es que vigiles al que los esconde. ¿Y quién
es el primero es beneficiarse si yo quedo fuera de carrera?

ESTEBAN asiente, comprendiendo lo que ahora le parece obvio.

ANGLADA
Si me saca del medio, el negocio con los franceses lo hace él solo. Se queda con la
provincia y con la torta. (A RODRIGO.) ¡Ayudame!

RODRIGO se levanta y ayuda a su padre a ponerse de pie. ANGLADA habla


mientras marchan rumbo a la cama:

ANGLADA
(A RODRIGO)
Y vos que andás siempre en la noche, preguntá por ahí. Si Luján los tiene guardados,
va a tener que entretenerlos de alguna forma.

ANGLADA se sienta en la cama. RODRIGO lo ayuda a acostarse, levantando


sus pies del suelo.

ANGLADA
¿Qué están esperando?

Sobresaltados, RODRIGO y ESTEBAN se ponen en movimiento. ESTEBAN


va hacia la puerta. RODRIGO besa a su padre y sale. Está a mitad de camino cuando
ANGLADA lo llama:

ANGLADA
Nene.

RODRIGO se aproxima a la cama y se inclina sobre su padre, apoyando las


manos encima de las sábanas. Para hablarle, ANGLADA baja el volumen de su voz:

ANGLADA

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Apenas sepas de ellos, me avisás. Venís, me llamás, como prefieras. Pero no te hagas
el vivo, no te cortes solo. Los franceses son delicados. Como animalitos de cristal.
¡No pretendas manejarlos con tus manos de oso!

RODRIGO retira sus manos de la cama, avergonzándose de ellas. Asiente y se


va.
Comienza a sonar la canción Bonnie and Clyde, de Serge Gainsbourg.

SEC 78. INT. PROSTIBULO. NOCHE

Sigue sonando la canción. Estamos en un prostíbulo de nivel, en la capital provincial.


Algunos HOMBRES (edad mediana, buen pasar), aguardan en una sala de espera:
barra con todo tipo de bebidas, diarios y revistas, una TV que pasa películas porno.
Una CHICA semidesnuda aparece en la entrada al pasillo. Levanta un llavero
con el número 16. Uno de los HOMBRES le enseña una ficha con el mismo número;
le sonríe y se levanta, yéndose con ella. Cuando pasa delante de un espejo se mira,
asegurándose el nudo de la corbata.

SEC 79. INT. PROSTIBULO / CUARTO DE VIGILANCIA. NOCHE

Sigue la canción. Del otro lado el espejo es un vidrio, a través del cual vemos al
HOMBRE asegurándose la corbata. El vidrio separa la sala de espera de una suerte de
cuarto de vigilancia, donde un GUARDIA privado controla que nadie se desmadre. El
GUARDIA está hablando con LEPES (no oímos nada más que la canción), que le
enseña una foto. Niega con la cabeza: no, no ha visto a los tipos de la foto.
Es la foto de la cacería, donde se ve a BEINEIX, LAGRANGE y el
TRADUCTOR delante del jabalí muerto, con sus caras de susto.

SEC 80. INT. STRIP CLUB. NOCHE

Sigue la canción. La foto abre al BARMAN de un strip club, que la tiene entre manos.
El tipo también niega reconocer a los hombres de la foto. De fondo vemos a una
STRIPPER sobre el escenario, danzando alrededor de un poste.

SEC 81. INT. FINCA DE ANGLADA/ DESPACHO. NOCHE

Sigue la canción. Frustrado ante la falta de pistas, y atrapado en mitad de una partida
de solitario, RODRIGO cuelga el teléfono.

SEC 82. INT. CASINO CLANDESTINO. NOCHE

Sigue la canción. Estamos en una sala de juegos clandestina, oscura y llena de humo.
La foto de los franceses y el jabalí es colocada encima del tapete verde de una mesa.
Los JUGADORES estiran sus cogotes para verla bien, pero no reconocen a nadie.

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SEC 83. INT / EXT. CAMIONETA DE LEPES. NOCHE

Sigue la canción. LEPES conduce su camioneta por las calles de la ciudad. Pasa por
delante de un boliche bailable de cuarta, lleno de gente semiborracha en la puerta, y se
detiene más allá, al llegar a la esquina donde divisa a aquel que busca. Hace luces tres
veces. El DEALER que estaba apostado en la entrada de una casa apura su
transacción y se aproxima a la camioneta. Se saludan efusivamente.

SEC 84. INT. HOTEL INTERNACIONAL / HABITACION. NOCHE

Sigue la canción. Echado en un sillón, y completamente vestido, RODRIGO recibe


sexo oral de parte de una PROSTITUTA. Sobre la mesita baja hay una botella de
whisky con dos copas y rastros de consumo de cocaína. Suena el teléfono celular. Sin
interrumpir a la PROSTITUTA, RODRIGO utiliza el identificador para saber quién lo
llama. La pantallita digital dice claramente: esteban. RODRIGO responde. (La
PROSTITUTA sigue abocada a lo suyo.) El volumen de la canción de Gainsbourg
baja lo suficiente como para que podamos oír la voz de ESTEBAN a través del
teléfono:

ESTEBAN (POR EL TELEFONO)


Un hombre de Luján fue a la agencia, buscando algún artista que cantase en francés.

RODRIGO
(SONRIENDO)
El viejo tenía razón. ¡Como siempre!

ESTEBAN (POR EL TELEFONO)


¿Querés que le avise?

RODRIGO vacila un instante antes de responder:

RODRIGO
…Dejá, le aviso yo.

RODRIGO corta la comunicación y se abandona al climax. El volumen de la


canción vuelve a subir.
Funde a negro. La canción sigue sonando.

SEC 85. INT. CASA DE FIN DE SEMANA / LIVING. NOCHE

Un TRAVESTI hace el playback de la canción de Gainsbourg. Sobre esa imagen


vemos el título del nuevo capítulo:

6. La traición
Estamos en una casa de fin de semana que LUJAN posee en la montaña. Los
ventanales del living se abren a una espectacular vista del valle. (Que ahora, en plena

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noche, es apenas un rosario de luces.) LUJAN ha montado un espectáculo para sus
huéspedes: además del TRAVESTI hay STRIPPERS esperando su turno y un DJ a
cargo de la música y hasta una QUIROMANTICA que echa las cartas con una
serpiente amarilla enroscada en su cuello; todo contribuye a la sensación general de
decadencia casi circense. Tanto BEINEIX como LAGRANGE están rodeados de
mujeres, prostitutas contratadas para amenizarles la estadía. El otro conocido que
forma parte de la fiesta es el TRADUCTOR, que también ligó con una de las mujeres.
El TRAVESTI se mueve entre ellos, micrófono en mano, jugando con su boa de
plumas.

TRADUCTOR
This is like your own, personal Moulin Rouge!

Todos ríen y disfrutan. Sobre los últimos compases de la canción comienzan a


oírse insistentes bocinazos. El TRADUCTOR es el único que se asoma a la ventana,
tratando de descubrir a qué se deben. La canción termina. Aplausos. El TRAVESTI
agradece, enroscando la boa de plumas en el cuello de BEINEIX.

SEC 86. EXT. CASA DE FIN DE SEMANA. NOCHE

El plano de una estatua de metal que adorna el jardín de la casa de LUJAN: es un


fauno de aspecto perverso, con patas de cabra y ojos sin pupilas.
En la explanada de entrada a la casa hay varios vehículos, entre los que se
destaca un automóvil que los franceses alquilaron para movilizarse: negro, enorme,
lujoso. El CHOFER del auto está de pie junto a la puerta abierta, discutiendo con
varios POLICIAS que han arribado a la casa en dos patrulleros.
Los que salen a ver qué pasa son el TRADUCTOR, LAGRANGE y dos de los
MATONES que ya vimos en compañía de LUJAN cuando visitó a ANGLADA. Al
acercarse, los dos POLICIAS que discutían con el CHOFER los encaran. Uno de
ellos, el POLICIA 1, nos resulta conocido: es el JOVEN asesino del episodio llamado
El laburito.

POLICIA 1 (JOVEN)
Buenas noches. ¿Ustedes están en este auto? Este vehículo está en contravención.

A sus espaldas, el CHOFER interviene:

CHOFER
Tengo todos los papeles en regla, vea…

El CHOFER se pone a buscar dentro de la guantera. Pero a los POLICIAS no


les interesan los documentos. Mientras el CHOFER busca, uno de ellos rompe los
faroles del auto de alquiler con su bastón, mientras el otro le arranca la patente. Tanto
LAGRANGE como el TRADUCTOR se quedan duros. ¿Qué clase de POLICIAS son
éstos?

POLICIA 1 (JOVEN)
Documentos, por favor.

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TRADUCTOR
¡Estos señores son extranjeros!

POLICIA 1 (JOVEN)
Con más razón, entonces.

Aunque con reticencia, LAGRANGE le enseña el pasaporte que lleva en un


bolsillo de su pantalón. El POLICIA 1 (JOVEN) hace la parodia de revisarlo y
concluye en un segundo:

POLICIA 1 (JOVEN)
Para mí que es falso. ¡Voy a tener que verificarlo!

En ese instante sale BEINEIX, todavía alegre y con la boa del TRAVESTI
enganchada en su cuello. No entiende bien qué ocurre, pero ve que el POLICIA se
guarda el pasaporte de LAGRANGE y se pone pálido.

BEINEIX
Mais, qu’est-ce que…

TRADUCTOR
¡Usted no puede hacer eso!

El TRADUCTOR manotea el pasaporte. El POLICIA 2 le pega en la muñeca


con su bastón, quebrándosela. El TRADUCTOR cae de rodillas, arrasado por el dolor.

POLICIA 1 (JOVEN)
(AL TRADUCTOR)
Los documentos quedan retenidos. Llamen a la seccional en veinticuatro horas, a ver
si para entonces está listo el trámite. (PAUSA; AMENAZANTE, A LOS
FRANCESES.) En esta provincia hacemos las cosas en serio. ¡No nos gusta que nos
tomen por negros!

Los dos POLICIAS regresan a su vehículo. El POLICIA 2 conduce. Está a


punto de cerrar la puerta, cuando un indignado BEINEIX se le abalanza, gritando en
un cocoliche de castellano, inglés y francés con el que trata de explicarse.

BEINEIX
(GRITANDO)
¡Tu no pouvez! The passport is…! Document! C’est important, sacré! ¡Yo voy
telephoner l’Embassade!

El POLICIA 2 le pega un empujón para poder cerrar la puerta. BEINEIX,


medio borracho, trastabilla y cae hacia atrás. El POLICIA 2 cierra la puerta y arranca.

SEC 87. INT / EXT. PATRULLERO. NOCHE

Los dos POLICIAS se cagan de risa. El POLICIA 2 mete segunda y acelera, sin
percibir que la gente que quedó detrás (el TRADUCTOR, LAGRANGE, los

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MATONES) empieza a gritar como loca y a hacer señas mientras corre hacia el auto
que se aleja.

POLICIA 1 (JOVEN)
(RIENDO, MIENTRAS MIRA EL PASAPORTE)
¡Qué pelotudos!

POLICIA 2
(BURLANDOSE DEL TRADUCTOR)
“¡Usted no puede hacer eso!” (IMITANDO EL GESTO DEL GOLPE.) ¡Bam!

El POLICIA 1 ríe todavía más. El POLICIA 2 mete tercera.


Detrás del patrullero, la gente de la casa sigue corriendo y gritando. El
POLICIA 1 se da vuelta, ve el espectáculo a través de la luneta y se extraña.

POLICIA 1 (JOVEN)
¿Y a éstos qué les pasa?

De repente el patrullero recibe un topetazo del segundo vehículo policial,


sobre el costado derecho. Sorprendidos, los POLICIAS ven a través de la ventanilla
que el POLICIA 3 les grita desesperadamente:

POLICIA 3
¡Frená, boludo, frená!

El POLICIA 2 clava los frenos. Apenas el auto se detiene, el POLICIA 1


palidece y señala algo sobre la falda del POLICIA 2.

POLICIA 1 (JOVEN)
¿Qué es eso? (DESESPERANDO.) ¡Qué es eso, loco, qué es!

Lo que el POLICIA 2 tiene sobre la falda es uno de los extremos de la boa de


plumas. Lo contempla. Piensa un instante. Abre su puerta. Tironeada por el otro
extremo, la boa desaparece.

SEC 88. EXT. CASA DE FIN DE SEMANA. NOCHE

Los POLICIAS 1 y 2 bajan del patrullero. Oyen gritos y expresiones de espanto, en


castellano y en francés.
En el otro extremo de la boa está la cabeza de BEINEIX, desgajada de su
cuerpo, que rueda como pelota hasta detenerse sobre el asfalto.
Su cuerpo, que el patrullero arrastró desde su arranque, ha quedado trabado
entre las piernas de la estatua del fauno. Su imagen funde con el PP de la siguiente
secuencia:

SEC 89. INT. CASA DE RAFAELA / COCINA. DIA

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RODRIGO es la viva imagen de la derrota. Está sentado sobre una banqueta alta en
medio de la cocina, casi como si fuese el banquillo del acusado. Viste un jogging
medio sucio; la barba de días agrega espesor a su imagen de abandono. Cuando habla,
su voz suena empañada por un dolor profundo.

RODRIGO
No me quiere ni ver. Me manda decir cosas a través de Esteban, o de Ana Laura. He
hecho un esfuerzo tan grande para ser su hijo… algo que debería ser tan natural…
porque soy su hijo por el simple hecho de haber nacido, ¿o no?

RAFAELA entra en cuadro, un vientre prominente seguido de una mujer, y


abraza a su hermano. RODRIGO hunde la cabeza en su pecho.

RODRIGO
…pero yo puse tanta energía en ser su hijo, que no pude ser ninguna otra cosa… y
ahora no soy nada.

RODRIGO solloza, vencido por la tristeza. RAFAELA lo acaricia casi con


desesperación, no tolera el sufrimiento de su hermano. RODRIGO le agarra la mano y
se la besa, mojándola con sus lágrimas y sus mocos.

RAFAELA
No digas eso. El te quiere. A su manera. Como nos quiere a todos.

RODRIGO levanta la cabeza y besa a RAFAELA en el límite entre la


mandíbula y el cuello. La besa otra vez y una tercera, con mayor énfasis.

RAFAELA
Bastante bien salió, para venir de la familia de que viene… Nadie le enseñó a querer.
¿Cómo querés que…?

RODRIGO sigue besándola, con una efusión casi incestuosa. RAFAELA trata
de apartarse, pero RODRIGO la está abrazando.

RAFAELA
Pará, Rodri... ¿Qué hacés? ¡Por favor!

RAFAELA lo empuja con fuerza y logra desembarazarse. En ese instante


entran sus hijos a la cocina, corriendo y jugando. Perturbada, RAFAELA se acomoda
las ropas.

RAFAELA
¿Qué hacen acá? ¿No les tengo dicho…? ¡En la cocina no se juega!

SEC 90. INT. CAMARA DE DIPUTADOS / SALA DE ESPERA. DIA

ESTEBAN está sentado en una sala de espera, la antesala del despacho de LUJAN en
su carácter de presidente de la Cámara de Diputados. La sala está vacía a excepción
de ESTEBAN y de la SECRETARIA de LUJAN, acomodada detrás de un escritorio

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decimonónico. Todo el ambiente apuesta al clasicismo por la vía del exceso, desde las
molduras hasta las sillas.
ESTEBAN está harto de esperar. Para colmo LUJAN abre la puerta de su
despacho, deja salir a sus visitantes y vuelve a encerrarse.
Dispuesto a no tolerar más, ESTEBAN se levanta y encara a la
SECRETARIA:

ESTEBAN
Decile que me tuve que ir. Que no tengo más tiempo.

En ese instante suena la voz de LUJAN por el intercomunicador:

LUJAN (POR EL INTERCOM)


Estela, decile al doctor Ricci que pase.

La SECRETARIA hace un gesto a ESTEBAN, indicándole la puerta.

SEC 91. INT. CAMARA DE DIPUTADOS / DESPACHO DE LUJAN. DIA

LUJAN se ha parapetado detrás de su escritorio. Con un par de anteojos para leer


cargados en la punta de la nariz, revisa una serie de documentos, ignorando a
ESTEBAN con total deliberación.

ESTEBAN
El gobernador te quiere ver.

LUJAN responde sin mirarlo ni dejar de hacer lo que hacía.

LUJAN
¿Qué gobernador? ¿Aníbal?

ESTEBAN
No te hagás el boludo.

Ahora sí LUJAN levanta la cabeza, mirando a ESTEBAN. Primero se lo ve


serio ante el insulto, pero después le sonríe.

LUJAN
No sé si tendré tiempo. (HOJEANDO EL CALENDARIO.) Mi agenda está jodida, en
estos días. Estoy tratando de arreglar el quilombo que armó Rodriguito. Como vos
sabés bien, ese es un trabajo full time.

LUJAN se quita los anteojos y los deja sobre el escritorio. Entonces se echa
hacia atrás en su sillón, contemplando a ESTEBAN.

LUJAN
Me pidieron quince veces que fuese a Buenos Aires, pero le estoy dando largas.
¿Quién quiere poner la cabeza en la boca del león?

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ESTEBAN
Si querés evitar el mordisco, hablá con Anglada.

LUJAN
Eso sería cambiar un león por otro.

ESTEBAN
Sentate a hablar con el viejo, en serio. ¡Por el bien de todos! Ninguno de los dos va a
arreglar este bardo por sí solo.

LUJAN suspira, se levanta, va donde ESTEBAN. Cuando llega a ponerse


delante suyo, lo mira a los ojos unos instantes y le tiende la mano.

LUJAN
Arreglá el encuentro. (ESTRECHA LA MANO DE ESTEBAN.) Que sea en un lugar
discreto. No quiero prensa, ni alcahuetes de Buenos Aires. Esto es entre el viejo y yo.

ESTEBAN trata de reprimir su sonrisa de satisfacción y empieza a irse. Ya ha


abierto la puerta cuando LUJAN le habla, obligándolo a detenerse un instante:

LUJAN
Siempre fuiste un tipo con visión de futuro. ¿Qué hacés trabajando para un tipo que
no lo tiene?

SEC 92. EXT. CALLE CENTRICA. DIA

IGNACIO está parado en una esquina céntrica de la ciudad, por la que pasan muchos
vehículos todo el tiempo. Se lo ve nervioso. Su mirada salta de uno a otro lado. Tiene
los brazos cruzados, protegiendo contra su pecho la carpeta de Atlantor.
Una camioneta negra 4x4 frena a su altura. La puerta trasera se abre.

HASSAN (EN OFF)


Dale, subí.

IGNACIO duda un instante. Finalmente sube. La puerta se cierra, la 4x4 se va.

SEC 93. EXT. LAVADERO DE AUTOS. DIA

Un plano general de un lavadero de autos.


La 4x4 está pasando por los rodillos del lavadero automático. Afuera hay un
par de MATONES, que pretenden actuar como si nada mientras protegen el vehículo.
A través de los cristales empapados intuímos las siluetas de dos personas
sentadas en el asiento trasero de la 4x4. Las voces que suenan adentro nos resultan
conocidas.

HASSAN (EN OFF)


No me digas nada. Te cortaron los víveres por mala conducta y necesitás guita rápida
para bancar los vicios.

75
IGNACIO (EN OFF)
Frío frío.

SEC 94. INT / EXT. CAMIONETA DE HASSAN. DIA

Ya dentro de la 4x4, descubrimos que se trata de IGNACIO y de Martín HASSAN, el


analista político a quien ya vimos morir en el capítulo El laburito. De forma artificial,
IGNACIO está sentado dándole la espalda a su interlocutor.

HASSAN
¿Y por qué hacés esto, entonces?

IGNACIO
Decime, ¿para quién jugás, vos, en la provincia?

HASSAN
Yo tengo una empresa, Ignacio. Las empresas existen para ganar plata.

IGNACIO
Si yo te facilitara un material que podés usar contra Anglada… ¿lo usarías?

HASSAN
Depende. Tendría que ver de qué modo me beneficia.

IGNACIO
Yo te vi en la televisión, el otro día. ¡Le diste durísimo!

HASSAN
Fue una jugada de ajedrez. Moví porque me sentía seguro.

IGNACIO
Moviste porque jugás para la oposición.

HASSAN
Eso es lo increíble de este país, Ignacio. La oposición no existe. ¡El peor enemigo es
el que tenés en casa! Mirate a vos, por caso. Al principio creí que te mandaba
Anglada para hacerme una cámara oculta. Justo a mí, que prácticamente inventé el
rubro… Hay unas cámaras nuevas que son como botoncitos. ¡Por suerte nadie usa
botones en la espalda!

HASSAN palpa la espalda de IGNACIO, como si necesitase asegurarse.

HASSAN
Pero ahora… No entiendo qué te traés bajo el poncho. A cualquiera en tu situación le
convendría que Anglada siga arriba, ¿o no? Lo tuyo es raro, no me lo niegues… ¿Por
qué lo hacés, si no es por guita? ¿Para vengarte del negro que te robó a tu mami? ¡Si
querés joderlo a Anglada contale lo de tu vieja con el guardaespaldas!

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Como HASSAN está a sus espaldas, IGNACIO no disimula su expresión de
sorpresa. ¿Su madre traiciona a ANGLADA? Necesita saber más…

IGNACIO
¿De qué estás hablando?

HASSAN
(SABOREANDO SU PODER)
Yo lo escuché varias veces, ya. Parece que tu madre tiene onda con uno de los gorilas
que Anglada contrató hace poco.

IGNACIO viola el acuerdo y se da vuelta, enfrentando a HASSAN con una


mirada de hielo.

IGNACIO
Yo no vine acá a hablar de mi madre.

HASSAN asiente, casi como disculpándose, y empuja a IGNACIO con la


mano, para que regrese a su posición original.

HASSAN
Pensalo bien, Ignacio. Una cosa es hacerle una putada al viejo para que le reviente el
hígado, y otra muy distinta meterse con sus negocios. Esta gente no es como nosotros.
Razonan de otra forma. Nosotros vemos límites que ellos no ven. ¡Son capaces de
todo!

IGNACIO asiente, apretando la carpeta de Atlantor contra el pecho.

HASSAN
Ahora, si todavía así insistís… ¿Qué me estás ofreciendo? ¿Es eso que tenés ahí?

IGNACIO
¿Qué? …No. Nada que ver. (SONRIENDO CON AMARGURA.) ¡Ni siquiera los
nenes de mamá somos tan estúpidos! …Tenés razón, lo voy a pensar. Cualquier cosa
yo te llamo. Dejame salir. (PAUSA; HASSAN NI SE MUEVE.) ¡Dejame salir!

HASSAN golpea con una llave sobre el cristal de la ventanilla.


Un instante después, los rodillos se detienen. IGNACIO baja y se va.

SEC 95. EXT. HOSPITAL / MORGUE. DIA

La morgue del hospital es un tétrico espacio sin ventanas, lleno de heladeras y de


camillas con cadáveres cubiertos por sábanas. LUJAN espera, nervioso, tratando de
no mirar nada y no tocar nada; prende un cigarrillo con manos inquietas. Lo escoltan
los dos MATONES que ya vimos en su compañía cuando visitó a ANGLADA en el
hospital. La presencia de las heladeras baja la temperatura general, así que todos
exhalan vapor en cada respiración. En el fondo se ve un escritorio y un archivero.
ANGLADA entra entonces, acompañado por ESTEBAN. Viste una bata
lujosa y camina apoyándose sobre un bastón; ya le han desconectado el suero.

77
ANGLADA
Acá no se fuma.

En efecto, hay un cartel de prohibición sobre la pared.

LUJAN
(PITANDO)
Yo no escucho quejas.

ANGLADA
Yo sí. (TOCANDOSE LA SIEN CON UN DEDO.) Acá adentro.

LUJAN decide complacer al viejo, y deja caer el cigarrillo. Lo pisa.


ESTEBAN detiene su marcha, quedándose en un segundo plano. ANGLADA
sigue avanzando rumbo a LUJAN, golpecitos del bastón sobre el suelo a cada paso.

LUJAN
Se lo ve mejor.

ANGLADA
Estoy mejor. (ALUDIENDO A LOS MUERTOS.) Mejor que éstos, por lo menos.

LUJAN
No se puede quejar. Flor de ataque que tuvo, y mírese ahora.

ANGLADA
No fue un ataque. Los médicos no entienden. Tuve una visión, nomás.

LUJAN
(DIVERTIDO; LO CREE GAGA)
¿Ah, sí?

ANGLADA
Fue como si abriesen una cortina delante de mi nariz. ¿Y sabés lo que vi, lo que había
detrás? El tiempo. Todo el tiempo. Todo junto. El principio, el final. Ya sé cómo voy a
morir, y cuándo. Sé quién va a estar conmigo, en esa hora, y quién no.

LUJAN
(IRONICO)
Debe haberme visto, entonces.

ANGLADA se detiene al llegar frente a LUJAN. Lo mira un instante, como si


tratase de recordar su rostro, y después levanta la sábana del muerto más cercano.

ANGLADA
Vi tu muerte, eso seguro.

LUJAN se atemoriza, en parte por el asco que le produce el cadáver y en parte


por lo que ANGLADA le dice.

78
ANGLADA deja caer la sábana nuevamente y mira a LUJAN.

ANGLADA
¿Querés que te cuente?

Aunque atemorizado, LUJAN no es ningún nene de pecho y contraataca:

LUJAN
Lástima que no vio todo eso a tiempo. Podría haber evitado el cagadón que se mandó
Rodrigo.

ANGLADA
Nadie puede escapar a su naturaleza. Ni siquiera vos.

LUJAN
¿Vamos a hablar de lo que importa o no? (PAUSA.) Si seguimos así, vamos a perder
todos.

ANGLADA
(ASINTIENDO)
Vos sentá a los franceses en la mesa…

LUJAN
Eran dos, pero me quedó uno y tres cuartos, nomás.

ANGLADA
…sentá a uno, a cinco o a medio, pero sentalo, y yo te meto en el negocio.

LUJAN se da media vuelta y camina hacia el escritorio.

LUJAN
No va a ser tan fácil. Esta gente tiene la peor impresión de nosotros. ¡Se piensan que
somos salvajes!

ANGLADA
Ellos no son mejores. Vienen por codicia, ¿o qué te creías? ¡Acá ganan lo que no
pueden ganar en ninguna otra parte! Antes venían por el oro. Ahora vienen por los
dólares. ¡Y por el agua!

LUJAN
El problema es que se asustaron. Después de semejante… accidente, ¿quién los puede
culpar?

LUJAN abre el archivero, hurga entre las fichas.

LUJAN
…Va a hacer falta un gesto de su parte.

ANGLADA
Negocialo vos.

79
LUJAN
Mire que no hablo de flores.

ANGLADA
Ofrecé lo que haga falta.

LUJAN cierra el cajón del archivero con cierta brusquedad.

LUJAN
No hablo de plata, tampoco. En Buenos Aires fueron muy claros al respecto.

ESTEBAN frunce el ceño, anticipando lo peor.

LUJAN
Un quilombo como este les caga la existencia, porque ahora nadie quiere venir. No
sólo los franceses: no quieren los españoles, no quieren los yanquis, no quieren los
alemanes…

ANGLADA
¿Qué me estás pidiendo?

LUJAN
Un gesto, ya le dije. Algo que los convenza de hasta qué punto este negocio es
importante para usted. Algo que les garantice que nada parecido va a volver a pasar.

Funde a negro.

SEC 96. INT. HOSPITAL / PASILLO. DIA

Un hombre, el PADRE, corre por los pasillos del hospital con su NENA en brazos. La
niña sufre convulsiones. Detrás, caminando como puede debido a una renquera
congénita, va la MADRE. (El color de la escena es artificialmente dorado; con el
correr de los segundos virará a una tonalidad más naturalista.)
La imagen nos parece familiar porque ya la vimos. (Secuencia 28.) Para
corroborarlo vemos a IGNACIO y a RODRIGO que habla por su celular, mientras
marchan en dirección contraria a la familia, rumbo a la zona de terapia intensiva. En
su apuro, el PADRE se choca con IGNACIO, que le pide disculpas:

IGNACIO
Uh. ¡Perdón!

Pero el PADRE ni siquiera lo registra: sigue avanzando con la NENA en


brazos y la MADRE detrás.

SEC 97. INT. HOSPITAL / OFICINA JEFE DE SERVICIO. DIA

80
Vestidos con otra ropa (la acción tiene lugar otro día), los PADRES de la NENA con
convulsiones están sentados delante del JEFE DE SERVICIO del hospital. Se los ve
entre apichonados y sorprendidos. Sobre su imagen aparece el título del nuevo
capítulo:

7. Insumos
PADRE
(DESORIENTADO)
¿Cómo va a tener sida, si es tan chiquita? ¡Es una nena, todavía es virgen!

JEFE DE SERVICIO
Tratándose de una nena hemofílica, es probable que haya recibido una transfusión
con sangre enferma. Puede pasar; a veces los laboratorios meten la pata…

La MADRE solloza en silencio. El PADRE la abraza, todavía perdido.

JEFE DE SERVICIO
…Pero las perspectivas son buenas. Ahora hay drogas que prolongan la vida, y que
hasta pueden negativizar al virus. Lo importante es empezar el tratamiento cuanto
antes.

El PADRE asiente, enfático.

PADRE
¡Empiecen ya mismo!

El JEFE DE SERVICIO, que temía esta instancia más que el anuncio de la


enfermedad, carraspea y dice:

JEFE DE SERVICIO
Hay un problema. El hospital no les puede dar el tratamiento. Pudo, en una época,
pero ya no: nos cortaron insumos, y esos remedios fueron los primeros en caerse de
la lista de prioridades. Si hablan con una fundación, a lo mejor puedan costearlo de
forma privada.

PADRE
Yo no sé nada de fundaciones.

JEFE DE SERVICIO
Otro camino es ir a la televisión. La gente se sensibiliza enseguida, y a lo mejor algún
particular…

PADRE
Yo no conozco a nadie en la televisión.

JEFE DE SERVICIO
Se podría probar también en el ámbito nacional. A lo mejor el Ministerio de Salud
puede lo que la secretaría provincial no…

81
PADRE
Pero eso va a llevar tiempo. ¿No dijo que había que empezar lo antes posible?

JEFE DE SERVICIO
(INCOMODO)
¿…Por qué no lo piensan, mientras tanto?

SEC 98. INT. HOSPITAL / SALA COMUN. DIA

Los PADRES regresan a la cama del hospital donde está postrada la NENA, hechos
un par de zombies. La MADRE juega con ella mientras el PADRE, atontado, trata en
vano de hacer orden en su cabeza y en su corazón. En el pasillo de la sala, la gente
(visitantes, pero también enfermeras y hasta algún médico) se detiene frente a la TV
para ver a ANGLADA arribar a un cementerio, donde se procederá a un entierro. Con
gesto compungido, un ANGLADA vestido de negro recibe los saludos de todos los
presentes; todavía renquea, apoyándose en un bastón. El PADRE ve la escena frente a
la TV, ve a la NENA jugando con su MADRE, ve a un POLICIA gordo en pleno
entredicho con la máquina de café. Entonces va hacia el POLICIA, le rompe la nariz
de un cabezazo y le quita el arma reglamentaria. En medio de los gritos y las corridas
de todos los presentes, alcanza a atrapar a una ENFERMERA y le pone el caño en la
cabeza.

PADRE
Cierren la puerta. ¡Si alguien sale la mato!

El JEFE DE SERVICIO aparece entonces, atraido por el escándalo.

PADRE
Yo trabajo. Yo pago mis impuestos. Ahora haga usted su trabajo. Llame a una
fundación, a la tele, al Ministerio o a María santísima, pero consígame los remedios.

JEFE DE SERVICIO
(ASINTIENDO)
Está bien. ¿Pero por qué no deja ir a la enfermera? Ella no tiene la culpa. Es una
trabajadora, también, como usted. Hace lo suyo, paga sus impuestos…

El PADRE apunta entonces al JEFE DE SERVICIO.

PADRE
¿Quién tiene la culpa, entonces? ¿Usted? ¿Quién fue que la enfermó, cuando se
supone que la estaba curando?

Pálido, el JEFE DE SERVICIO lo piensa y finalmente dice:

JEFE DE SERVICIO
Yo no soy el que cortó el presupuesto. Ni el que deja que los laboratorios hagan lo
que se les canta.

El PADRE le hace un gesto con la pistola, para que se vaya.

82
Cuando vuelve la mirada a la NENA, la descubre angustiada ante la escena. La
MADRE se limita a cubrirle los ojos.
En la TV, ANGLADA pronuncia un discurso inaudible, la mano sobre un
ataúd y los flashes descargándose sobre su persona.

SEC 99. EXT. HOSPITAL. DIA

Afuera del hospital empiezan a apiñarse los patrulleros, después los carros de asalto y
finalmente los camiones de exteriores de la TV.
Un CAMAROGRAFO descarga su equipo y encara al COMANDO de una
formación especial, que viste de negro, con chaleco antibalas y fusil automático:

CAMAROGRAFO
Vos que sabés, ¿qué está pasando ahí adentro?

El COMANDO se da vuelta la gorra, para que la visera no lo estorbe cuando


apunta, y responde:

COMANDO
Un loco.

Después sonríe y revisa sus armas; parece contento de hacer su trabajo.


Más sirenas. Más patrulleros, sus luces girando sobre el techo.
Funde a negro.

SEC 100. EXT. FINCA DE ANGLADA. DIA

Es un día de sol sobre la finca de ANGLADA. Pleno parque. CHACHO se lleva a


pasear al viejo, empujando la silla de ruedas en la que está sentado, el bastón cruzado
encima de sus piernas. Sobre esa imagen aparece el título del nuevo capítulo:

8. La presa
ANGLADA
Los trajiste, ¿no?

CHACHO
(PROTESTANDO)
Ana Laura se va a dar cuenta.

CHACHO deja de empujar la silla, mete la mano dentro de la campera y


empieza a sacar algo. Pero ANGLADA, que mira en dirección a la casa, lo frena;
CHACHO le ha contagiado su paranoia.

ANGLADA
Todavía no. Es capaz de estar mirando. ¡Tiene esos largavistas que usa cuando va a
la ópera!

83
CHACHO vuelve a empujar la silla. Pero el camino irregular le dificulta la
marcha.

ANGLADA
Mejor caminemos. ¡No estoy tan inútil como pretenden!

CHACHO se detiene. ANGLADA se pone de pie, ayudado por el bastón y por


CHACHO, que le ofrece su brazo. Van rumbo al bosque. ANGLADA parece
contento, como cualquier persona que temió alguna vez no poder regresar nunca a su
casa y finalmente lo logra. Siente el sol sobre la piel, el pasto mullido debajo de los
zapatos, las formas del bosque acariciándole los ojos.

ANGLADA
Qué lindo es este lugar. Juraría que en todo este tiempo, nunca salí a caminar por
acá… ¿Te acordás de la casa de Humboldt? Eso era una tapera, no una casa.
(MIRANDO LA CASA DE LA FINCA.) No nos fue tan mal, ¿no es cierto?

Ríen. ANGLADA tose un poco y se detiene al pie de un árbol añoso.


CHACHO lo ayuda a sentarse con la espalda contra el árbol. De esa forma
queda completamente a salvo de las miradas indiscretas desde la casa.

ANGLADA
Ahora sí.

CHACHO vuelve a meter la mano dentro de la campera. Saca un paquete de


cigarros Cohiba que ANGLADA le quita de entre los dedos con ansiedad. El viejo
agarra dos y le da uno a CHACHO.

CHACHO
No, yo paso…

ANGLADA
Tenés que fumarte uno. ¡Así te echo la culpa por el olor a tabaco!

CHACHO acepta. ANGLADA muerde la punta y la escupe. CHACHO le


ofrece fuego. ANGLADA da varias pitadas, para que el cigarro prenda bien.

ANGLADA
(PITANDO)
Ana Laura dice… todo lo que me gusta es caro, engorda… ¡o hace mal a la salud!

CHACHO muerde la punta de su propio cigarro y la escupe.

CHACHO
¡Me siento culpable, ahora!

ANGLADA
¡Si me estás haciendo un favor! Pensá que no me quedan muchos placeres por
delante.

84
Mientras enciende su cigarro, CHACHO observa a ANGLADA. Lo ve triste.

ANGLADA
Estoy acabado, Chacho. Todo lo que hice, todo lo que construí, con tanta paciencia,
con tanto trabajo… Cuarenta años, Chacho. ¡Tirados a la basura en cinco minutos!

Se hace un silencio entre ambos. CHACHO sabe de qué habla ANGLADA.

CHACHO
Un error lo tiene cualquiera. Rodrigo lo adora. ¡Usted es la luz de sus ojos!

ANGLADA
Tendría que haberlo ahogado cuando nació. Como a un gato.

CHACHO no puede creer lo que oye, expresado por ANGLADA con tanta
calma y naturalidad. ¿Cómo puede hablar así de su propio hijo?

ANGLADA
En cambio vos… Vos nunca me fallaste.

CHACHO baja la vista. Así como lo impresiona el desprecio que el viejo


expresa respecto de RODRIGO, lo emociona que ANGLADA lo valore a él mismo de
esa forma.

ANGLADA
Siempre estuviste ahí, en las buenas y en las malas.

CHACHO
Como usted estuvo por mí, don Rubén. ¡Hasta cuando lo hice pasar vergüenza!

ANGLADA
(SUSPIRANDO)
Pero ahora es tarde. Es tarde…

ANGLADA cierra los ojos y apoya la cabeza contra el tronco.

CHACHO
Estuve pensando. Si me hago un huequito, hasta podría terminar la escuela, ¿qué le
parece?

Pero ANGLADA no le responde. Sigue así como estaba, la cabeza contra el


árbol, tan inmóvil como para que CHACHO se asuste y lo sacuda con una mano.
ANGLADA reacciona y lo mira sin entender. Aliviado, CHACHO le sonríe.

CHACHO
No sea zonzo, padrino. ¡Usted es rico aunque lo pierda todo! La tiene a Ana Laura,
tiene a sus hijos, sus nietos…

ANGLADA

85
¿Vos estás seguro de que me quieren a mí? ¿O quieren lo que soy? ¿Vos creés que en
el momento en que deje de darles todo, plata, notoriedad… me van a seguir tratando
igual? La culpa es mía, fui yo el que armó esa clase de relación con ellos. ¿Pero
cómo la voy a cambiar ahora, a esta altura del partido? Estoy viejo, Chacho. Ya no
soy el que era. Si no les doy lo que quieren, si no logro ser el Anglada de siempre…

CHACHO
Padrino, usted sabe que yo...

ANGLADA
Vos sos vos. Sos único. ¡Tenés suerte de no llevar mi sangre!

CHACHO baja la cabeza. Él piensa distinto, para CHACHO no tener la sangre


de ANGLADA es una limitación, casi una afrenta.

CHACHO
Si hay algo que pueda hacer…

ANGLADA
Lo que habría que hacer nadie lo hará.

CHACHO se pone en alerta, ante la admisión de ANGLADA de que en efecto,


hay algo que se puede hacer.

ANGLADA
No somos bestias. ¡No me importa lo que piensen esos franceses, ni lo que digan en
Buenos Aires! Qué mierda se créen… ¡No somos bestias! Ojalá lo fuésemos, mirá. Si
fuésemos animales todo sería más fácil. La vida haría lo suyo y todo seguiría su
curso. Pero nosotros somos gente, Chacho, ¡más que muchos! Y eso es lo que
significa ser gente: aceptar que a veces la manada tiene que sufrir, por culpa del más
débil.

CHACHO mira a ANGLADA, confundido. ¿Se equivoca, o el viejo está


tratando de decirle algo?

ANGLADA
No te preocupés. Ya hiciste por mí todo lo que podías. (SONRIE, RESIGNADO.) ¡La
vida es así, Chachito! La vida es así…

ANGLADA desvía la mirada, incapaz de ver a CHACHO a los ojos. Una serie
de emociones bulle apenas por debajo de su piel: tristeza, angustia, frustración.
CHACHO siente que daría cualquier cosa por no ver así a su padrino, tan débil, tan
vencido. Finalmente ANGLADA fuerza una sonrisa y le tiende a CHACHO la mano.

ANGLADA
Ayudame a levantarme.

SEC 101. INT. CASA DE RODRIGO / LIVING. DIA

86
RODRIGO está en el living de su casa en pleno día, vestido con el mismo jogging que
usaba cuando su encuentro con RAFAELA. Sigue sin afeitarse. Lo descubrimos
sentado en un sillón de un cuerpo con respaldo alto, una copa de whisky en su mano;
está al filo de la borrachera. Espanta con la mano una mosca insistente, que se resiste
a dejar de zumbar alrededor suyo. De fondo se oye el ruido que hacen sus hijos al
jugar.
RUBEN y HORACIO entran corriendo al living. Sin dar importancia a la
presencia de su padre, prosiguen con su juego mientras corren por todas partes.

HORACIO
¡…Yo soy el capitán!

RUBEN
¡Vos no podés ser capitán porque no existís!

HORACIO
¡Sí existo!

RUBEN
Yo no te veo.

HORACIO
¡Acá estoy, mirame!

RUBEN
(FINGIENDO NO VERLO)
¡Yo no veo nada…!

RODRIGO
(CON VOZ ENTURBIADA POR EL ALCOHOL)
¿Qué hacen acá, ustedes?

Los chicos no le prestan atención.

HORACIO
(A RUBEN)
¡No seas forro! (AGITANDO LOS BRAZOS.) ¿No ves que estoy acá?

RODRIGO
(GRITANDO)
¡Lina! ¡Sacame a estos pibes de acá!

SEC 102. INT. CASA DE RODRIGO / HABITACION. DIA

En su cuarto, LINA duerme un sueño químico: hay una botella de vodka semivacía a
un costado de la cama y píldoras derramadas sobre la mesa de luz. Ronca con fuerza,
sin inmutarse cuando le llegan los gritos de RODRIGO.

RODRIGO (EN OFF)

87
¡LINAAAAA!!! (A LOS CHICOS.) ¡Tomenselás!

SEC 103. INT. CASA DE RODRIGO / LIVING. DIA

RUBEN y HORACIO siguen jugando, como si su padre no existiese.

RUBEN
(A HORACIO, BURLANDOSE)
¡No te veo, no te veo…!

HORACIO trata de atrapar a RUBEN, para molerlo a golpes. Pero RUBEN se


le escabulle, riendo, y se escapa por un pasillo. HORACIO corre detrás.

SEC 104. INT. CASA DE RODRIGO / PASILLO. DIA

En plena carrera, RUBEN se cae delante de un paquetón que alguien ha dejado en


mitad del pasillo, envuelto en papel madera. El zumbido de las moscas es más
evidente. HORACIO frena a su lado y sin preguntar ni pedir permiso rompe el papel.
Adentro está la cabeza del jabalí montada sobre una madera. Chorrea líquido
por la boca, el papel está lleno de moscas. RUBEN y HORACIO gritan, asustados.

SEC 105. EXT. CEMENTERIO. NOCHE

Estamos en el mismo cementerio donde enterraron a TURINI. Un sol de noche, la


tumba de Albino Gómez abierta a puras paladas. El que cava es CHACHO,
transpirado, en mangas de camisa.
Finalmente llega al cuerpo de TURINI. Raspa un poco con la pala, lo
identifica. El olor a podredumbre lo hace apartar la cara, cubrirse la nariz. Pero no
puede ceder, tiene que seguir.

CHACHO
Perdoname, hermano. No sé por qué hago lo que hago.

CHACHO saca el cuchillo de monte que llevaba a la cintura, el mismo que


emplea cuando va a cazar. La hoja relumbra delante del sol de noche.
Hunde el cuchillo en el cuerpo y empieza a cortar.

SEC 106. EXT. FINCA DE ANGLADA / BOSQUE. AMANECER

Amanece. Sucio y transpirado por su actividad en el cementerio, CHACHO se interna


en el bosque de la finca. Lleva su rifle colgado a la espalda y un bolso en el otro
hombro.
En otro paraje del bosque encuentra rastros de pezuñas. Se agacha para
estudiarlos.
Más adelante abre el bolso y mete dentro la mano. Saca algo que arroja al
suelo.

88
Un trozo de carne sanguinolienta.
Sigue caminando. Arroja otro pedazo.

SEC 107. INT. FINCA DE ANGLADA / SOTANO. DIA

La luz del sótano se enciende. CHACHO baja las escaleras. Trae la pala, el sol de
noche apagado, el bolso, el rifle; su comportamiento es furtivo.
Vamos al cuadro donde se ve a CHACHO niño, junto a un pequeño
RODRIGO y un joven ANGLADA. Los movimientos de CHACHO, que regresa el
rifle a su estante, se reflejan en el cristal que protege la foto. Ahora CHACHO se da
vuelta y mira el cuadro. (O sea, a cámara.) Nos quedamos un segundo con él.
CHACHO se aproxima a la mesa y se quita de la cintura el revólver que
ANGLADA le obsequió de niño. Lo contempla. Lo deja encima de la mesa. Lo aparta
de sí, muy lentamente.

SEC 108. INT. FINCA DE ANGLADA / LIVING. DIA

ANA LAURA entra en cuadro con un florero lleno de flores frescas. Oye el zumbido
de un celular, deja el florero, mira en derredor tratando de encontrar el teléfono.
La campera de IGNACIO está colgada del perchero. ANA LAURA encuentra
el teléfono, usa el identificador para averiguar quién llama (dice número desconocido)
y atenazada por la curiosidad decide atender:

ANA LAURA
¡Hola!

HASSAN (EN OFF, POR EL TELEFONO)


¿…Celina?

ANA LAURA
¿Quién habla?

HASSAN (EN OFF, POR EL TELEFONO)


Martín. ¡Martín Hassan!

ANA LAURA se sorprende por el llamado; sabe muy bien quién es HASSAN.

HASSAN (EN OFF, POR EL TELEFONO)


No sabía que también habías venido. ¡Ignacio no me dijo nada!

ANA LAURA se queda dura, sin saber qué decir.

HASSAN (EN OFF, POR EL TELEFONO)


¿Celina? ¡…Hola!

ANA LAURA corta la comunicación, cerrando el teléfono. Respira


agitadamente.

89
SEC 109. EXT. FINCA DE ANGLADA / BOSQUE. ATARDECER

El día se acaba. CHACHO y RODRIGO se internan en el bosque, armas en mano.


RODRIGO se ha echado una campera encima de su jogging sucio; sigue sin afeitar.

RODRIGO
¿En serio atacaron a un peón? ¿A quién?

CHACHO
…Rosales.

RODRIGO
No lo conozco. …Es raro eso. Nunca atacan a gente, a no ser que los acorrales.

CHACHO
Una vez que están cebados… ¿Te acordás del bebé que encontramos? Tenía marcas
de dientes.

RODRIGO
¿N-n-no sería mejor esperar a mañana? Está oscureciendo.

CHACHO
Quién sabe qué barbaridades pueden hacer, de hoy a mañana.

RODRIGO
¿Te puedo pedir un favor?

CHACHO calla, otorgando.

RODRIGO
Dejame que lo mate yo. (PAUSA.) ¡Así se lo llevo al viejo!

Siguen avanzando en silencio. La oscuridad crece a cada segundo.


Las manos transpiradas de RODRIGO resbalan sobre su escopeta.
CHACHO cree percibir un aroma familiar en el aire. Amartilla sin hacer ruido.
Un ruido hace que RODRIGO gire, apuntando con su arma. Pero no encuentra
nada. Respira con alivio. Cuando busca a CHACHO con la vista, no lo encuentra.

RODRIGO
¿Chacho?

Silencio. RODRIGO mira en todas direcciones, buscándolo.

RODRIGO
Chacho, no te veo, ¿dónde estás? ¡Chacho!

PPP de un arbusto espinoso. (Como el de la Secuencia 2.) Oculto detrás de


hojas y púas, el ojo húmedo de CHACHO observa la escena. Oímos su respiración
agitada.

90
SUBJETIVA de CHACHO: un tembloroso RODRIGO sigue buscándolo,
temeroso de cada sombra, con gritos que no hacen más que atraer al predador
buscado.
Un resoplido inequívocamente animal hace que RODRIGO se detenga, helada
la sangre. Se da vuelta con lentitud, mirando por encima de su hombro.
El jabalí se le va encima, con un grito salvaje.
RODRIGO tiene tiempo para un único disparo. Cuando tira, no pasa nada.
Como en la cacería inicial, se ha olvidado de amartillar. Grita, sintiéndose perdido.
Trata de amartillar, pero ya tiene encima al jabalí.

SEC 110. INT. FINCA DE ANGLADA / DESPACHO. ATARDECER

ANGLADA está en el despacho de la casa, sentado en su sillón. Lo vemos de


espaldas, inmóvil, su figura enmarcada por la ventana por la que contempla el parque
de la finca y más allá el bosque. Cuando se oye el disparo, amortiguado por la
distancia, ANGLADA no se mueve ni un milímetro. La cámara se va aproximando
lentamente a la ventana. Lenta. Lenta. Parece haber transcurrido una eternidad cuando
vemos aparecer una mínima figura humana en los confines del bosque: tropieza, cae.

SEC 111. EXT. FINCA DE ANGLADA. ATARDECER

ANGLADA sale de la casa, caminando con la ayuda de su bastón. Carcomido por la


ansiedad, avanza todo lo rápido que puede.
A esa altura ya percibimos que la figura que salió del bosque es la de
RODRIGO.
ANGLADA se transfigura; parece decepcionado, se frena. Pero se rehace de
inmediato y vuelve a avanzar.
RODRIGO está desarmado, manchado de sangre. Tambalea, sonríe como
idiota.

RODRIGO
¡Lo maté! ¡Viejo, lo maté! ¡Yo solito, lo hice!

RODRIGO cae de rodillas y abraza a su padre por la cintura. Pero en lugar de


abrazarlo también, ANGLADA mira a RODRIGO con desprecio y empieza a pegarle.
Son sopapos, que duelen más por su intención que por su fuerza. Al principio
RODRIGO no entiende, se queja:

RODRIGO
¡Ay! ¿Qué hacés? ¡Papá, por qué…! ¡Viejo…! ¡Pará, pará, PARA…!

ANGLADA se detiene, con el brazo en alto.

RODRIGO
¡…fue el Chacho, está bien, fue el Chacho! ¡El Chacho lo mató!

ANGLADA empieza a bajar el brazo lentamente.

91
ANGLADA
¿Dónde está?

RODRIGO tarda en responder. ANGLADA lo sacude.

ANGLADA
(FURIOSO)
¡Dónde está el Chacho, carajo!

RODRIGO
…No sé. ¡Te juro que no sé! No sé qué le picó… ¡Me pidió perdón y se fue corriendo!

ANGLADA observa la mole cada vez más oscura del bosque.


Funde a negro.

SEC 112. EXT. BOSQUE. DIA

Un flashback de la cacería del comienzo: el instante en que ANGLADA, delante del


bebé muerto, le pide a CHACHO que se haga cargo. Pero esta vez el ángulo es
distinto, como si fuese una SUBJETIVA del bebé muerto, que ve la carota de
ANGLADA aproximándose para examinarlo mientras dice:

ANGLADA
¡Lo dejo en tus manos!

SEC 113. INT. CASA DE CHACHO / COCINA. NOCHE

El CHACHO cabecea y se despierta. Se había quedado dormido en una silla de la


cocina, contemplando el freezer abierto. Todavía viste la ropa que llevaba en el
bosque, cuando se metió con RODRIGO.
Sobre el plano del freezer abierto (vapor, el resplandor verde de la luz de la
heladera) aparece el título del nuevo capítulo:

9. No se culpe a nadie
CHACHO se arrodilla delante del freezer abierto. Siente frío.
En el estante de freezer está el objeto que CHACHO contempla con tanto
temblor. Sus formas nos parecen familiares: la tela que lo cubre, ahora congelada; el
parche de ropita raída; el piecito que asoma.
CHACHO ha conservado el bebé muerto dentro de su heladera.

SEC 114. INT / EXT. CAMIONETA. NOCHE

CHACHO conduce por la ciudad, sin rumbo fijo. Lleva al bebé a su lado sobre el
asiento, cubierto por un trapo; su forma es inequívoca.

92
SEC 115. EXT. CALLE. NOCHE

En una esquina, la camioneta de CHACHO se cruza con un camión recolector de


basura y se detiene.

SEC 116. INT / EXT. CAMIONETA. NOCHE

CHACHO mira al camión y después al bebé, considerando la idea de arrojarlo allí


adentro. Pero un ruido concita su atención.

SEC 117. EXT. CALLE. NOCHE

El camión tritura los desperdicios, produciendo un sonido espeluznante.

SEC 118. INT / EXT. CAMIONETA. NOCHE

CHACHO se estremece, pone primera y acelera.


Poco después ve la cruz luminosa de la iglesia a través del parabrisas y se
inspira:

CHACHO
…Claro. ¡Qué boludo! (SONRIE, MIRA AL BEBE.) Te dejo ahí, donde los curas.
¡Ellos saben qué hacer!

Mete cuarta, acelera.

SEC 119. EXT. CALLE DE LA IGLESIA. NOCHE

Cuando llega allí, el umbral de la iglesia está lleno de MENESTEROSOS que


duermen debajo de frazadas y papeles de diario. Algunos de ellos se le van al humo
para pedirle una moneda. No tiene más remedio que acelerar y alejarse a la carrera.

SEC 120. INT / EXT. CAMIONETA DE CHACHO. NOCHE

Su fuga lo lleva a una calle de las que lindan con el cementerio, donde trabajan las
PROSTITUTAS. Le salen al paso para ofrecerle sus servicios, obligándolo a frenar su
marcha. Una de ellas lo reconoce: es la PROSTITUTA con quien ya lo vimos en la
cama, que rápidamente se abre paso entre las otras, colgándose de la ventanilla del
CHACHO. Las demás protestan por sus empujones.

PROSTITUTA
(ALEGRE)
¡Qué sorpresa!

CHACHO

93
(NERVIOSO)
Ahora no.

PROSTITUTA
¿Y para qué viniste, entonces? (VIENDO EL BULTO DEL BEBE.) ¿Qué es eso? ¿Es
para mí?

CHACHO empieza a acelerar, tratando de quitarse a las mujeres de encima.

CHACHO
¡Ahora no, te dije!

PROSTITUTA 2
(A CHACHO)
Me buscabas a mí, ¿no es cierto?

PROSTITUTA 3
¡No, a mí!

CHACHO acelera más, pero la PROSTITUTA no se suelta de su ventanilla.

PROSTITUTA
Hijo de puta. ¡Si querés cojer con otra buscala en otra parte, por lo menos!

CHACHO acelera más, despidiéndola. La PROSTITUTA le arroja su cartera,


que golpea contra la camioneta y cae al suelo desparramando su contenido. Las demás
no paran de reírse, mientras la camioneta se pierde en la distancia a toda marcha.

SEC 121. EXT. ESTACION DE SERVICIO. NOCHE

CHACHO se mete en una estación de servicio. Baja del vehículo y espera que alguien
salga para atenderlo, pero nadie sale. Se aproxima a los surtidores, no ve a nadie.
Entonces oye un ruido que llama su atención. Al darse vuelta, descubre que
hay tres perros que se han acercado a la camioneta; uno hasta se ha animado a meter
la nariz adentro de la cabina, aprovechando la puerta que CHACHO dejó abierta. El
aroma del bebé muerto los atrae como miel a las abejas.
CHACHO los espanta como puede. Los perros retroceden, pero le gruñen; se
les unen más, igualmente hambrientos. CHACHO se sube a la camioneta y parte, sin
haber podido cargar nafta. Los perros corren detrás, ladrándole.

SEC 122. EXT. CAMINO DE TIERRA. AMANECER

Al alba, la camioneta de CHACHO vaga en pleno campo.

SEC 123. INT / EXT. CAMIONETA DE CHACHO. AMANECER

94
Muerto de sueño, el CHACHO maneja por un camino de tierra. De repente el motor
empieza a ratear. Advierte que se ha quedado sin nafta, y putea. La camioneta se para.

CHACHO
Pero la gran puta… ¡Será posible, che!

SEC 124. EXT. CAMINO DE TIERRA. AMANECER

CHACHO baja de la camioneta, patea la tierra, cierra la puerta de un golpe, la patea,


se asoma al interior del vehículo a través de la ventanilla abierta y le grita al bebé:

SEC 125. INT / EXT. CAMIONETA DE CHACHO. AMANECER

CHACHO
¿Y ahora qué mierda hacemos, eh? ¡Decime, qué carajo…!

CHACHO se frena, comprendiendo que no obtendrá respuestas. Sacude la


cabeza, dándose por vencido. Y en esa calma nueva, oye algo que le ofrece una
respuesta.
El sonido del río.

SEC 126. EXT. RIO. DIA

CHACHO se mete en el agua con el bulto entre los brazos; lo carga con enorme
delicadeza, como si fuese un tesoro. Va hacia donde la corriente es más fuerte, con el
agua al pecho. Una vez allí abre las manos y deja ir al bebé. La corriente se lo va
llevando: contra todo pronóstico, flota a media agua. CHACHO sonríe. Alza una
mano, a modo de saludo, hasta que deja de verlo.

SEC 127. INT. FINCA DE ANGLADA / CUARTO DE HUESPEDES. DIA

IGNACIO arma su valija. Parece nervioso. Agarra la carpeta de Atlantor y la mete


bien al fondo, debajo de toda su ropa. Entonces descubre que ANA LAURA lo
observa, de pie en el umbral de la habitación.

ANA LAURA
¿Desde cuándo conocés a Martín Hassan?

IGNACIO trata de disimular su sorpresa, pero no logra engañar a ANA


LAURA.

IGNACIO
¿Y ese quién es?

ANA LAURA
Ay, Ignacio, por favor… ¡Soy tu madre! ¡Nunca pudiste ocultarme nada!

95
IGNACIO
¿Qué sabés vos de mí? ¡No sabés nada!

ANA LAURA
Yo sé de vos más que vos mismo.

Intimidado a su pesar, IGNACIO se concentra en su bolso.

ANA LAURA
Hassan no es trigo limpio. Juega para Luján, el diputado. Luján es el segundo en la
línea sucesoria. Si Rubén queda fuera de juego, y Aníbal es declarado demente, Luján
se queda con el gobierno y negocia él mismo con los franceses.

La cabeza de IGNACIO funciona a mil, mientras disimula preparando el


bolso.

ANA LAURA
Pensá lo que vas a hacer, porque de todos modos no va a cambiar nada. Si el negocio
no lo hace Rubén, lo hará otro.

IGNACIO
¿Y quién te dijo que yo quiero cambiar algo? Todo lo que quiero es joder a tu
marido.

ANA LAURA
¿Aun al precio de joderme a mí?

IGNACIO cierra la valija y se enfrenta a su madre.

IGNACIO
¿Ves que no entendés? Yo no quiero joder a Anglada porque sí. El viejo me tiene sin
cuidado, me importa un huevo. Lo que quiero pura y exclusivamente, la razón de mi
vida, es joderte a vos. ¡Siempre fuiste una madre de mierda!

Lejos de amilanarse, ANA LAURA le dedica su sonrisa más esplendorosa.

ANA LAURA
Y aun así estás loco por mí.

IGNACIO le pega una bofetada. Ella le salta encima, ahora furiosa, pero
IGNACIO la agarra del pelo y la obliga a arrodillarse delante suyo. Una vez que la
tiene ahí abajo alza un puño como para pegarle.
Aun en su situación de inferioridad física, ANA LAURA sabe cómo
dominarlo:

ANA LAURA
Soy todo lo que tenés en el mundo. Todo lo que has tenido. ¡Todo lo que tendrás!

96
IGNACIO la suelta, espantado. Retrocede; agarra la valija y se va. Comienza a
oírse el sonido de un avión que aterriza.

SEC 128. INT. AEROPUERTO. DIA

Los altavoces del aeropuerto anuncian que el próximo vuelo a Buenos Aires tiene una
demora de dos horas. IGNACIO se fastidia. Se deja caer sobre una silla y mira en
derredor, mientras agita su rodilla con ansiedad.
Ve las típicas escenas de aeropuerto. Gente que se despide. Gente que lucha
con los envoltorios plásticos del equipaje. Gente común y gente exótica. Su mirada se
detiene finalmente sobre un niño de tres años que llora en medio del hall. No hay
nadie alrededor suyo que parezca su padre o su madre; los busca desesperadamente.
El celular de IGNACIO suena anunciando un mensaje. IGNACIO chequea la
pantalla. El mensaje es de CELINA, su novia. Todo lo que dice el texto es: tibio tibio.
Trata de llamarla. El teléfono lo conecta con una grabación:

LOCUTORA (EN OFF)


El teléfono al que usted llama está apagado o fuera del área de cobertura…

IGNACIO guarda el teléfono. Mira la hora. El niño sigue llorando.

SEC 129. EXT. AEROPUERTO. DIA

Un avión surca los aires, despegando de la tierra.

SEC 130. INT / EXT. CAMIONETA. DIA

IGNACIO regresa a la finca en la camioneta de su madre. La tensión remarca las


líneas de su cara; su alma sigue dividida.
Al pasar debajo de un puente, le estalla el parabrisas. Volantea, a punto de
perder el control.

SEC 131. EXT. RUTA. DIA

La camioneta zigzaguea, frenética, quemando neumáticos. Le llueven piedras.

SEC 132. INT / EXT. CAMIONETA. DIA

IGNACIO logra controlar la dirección. En el espejo trasero exterior ve las siluetas de


los chicos que, encima del puente, prepararon la emboscada: saltan, excitados y
frustrados a la vez, y arrojan piedras a la camioneta que se aleja.
Una chata se le pone al lado. El hombre que la maneja le grita:

JOVEN

97
¡No frene, no frene! ¡Si frena ahora lo chorean seguro! ¡Yo me pongo adelante y
usted sigamé!

A esta altura ya reconocimos al tipo que maneja la chata: es el JOVEN asesino


del segundo capítulo, El laburito, el mismo que, como POLICIA 1, formó parte del
“accidente” que costó la vida de BEINEIX. Ubica la chata delante de la camioneta de
IGNACIO, prende las luces de posición y lo guía. IGNACIO mira hacia delante como
puede, a través de la rotura en el cristal.

SEC 133. EXT. FINCA DE ANGLADA. ATARDECER

IGNACIO detiene la camioneta en la explanada de entrada a la finca.

SEC 134. INT / EXT. CAMIONETA. ATARDECER

IGNACIO descubre entre las astillas de vidrio que quedaron sobre el asiento el objeto
contundente que reventó el parabrisas. Son tres ladrillos atados con alambre. Ladrillos
que llevan la leyenda ANGLADA.
Suena el celular de IGNACIO, con otro mensaje. También es de CELINA.
Esta vez lo que dice es: ¡caliente! Fastidiado, IGNACIO se guarda el celular y pega
un par de golpes secos contra el parabrisas astillado hasta que lo saca del marco; cae
sobre el capot.
Al quedar libre su visión, IGNACIO descubre algo que lo sorprende. Una
silueta femenina, con un teléfono celular en la mano.

SEC 135. EXT. FINCA DE ANGLADA. DIA

IGNACIO baja de la camioneta, sin poder creer lo que ve. Es su novia, CELINA, que
guarda el celular en su cintura, se le echa al cuello y lo besa. CELINA es rubia,
delgada y elegante, una suerte de eco joven de ANA LAURA. IGNACIO responde el
beso a medias, ansioso por respuestas.

IGNACIO
Celina, ¿qué hacés acá?

CELINA
¿No estás contento de verme? Me quedaban unos días de vacaciones…

IGNACIO
Y te mandaste así, sola, sin avisar.

CELINA
¿Cómo que sin avisar? ¿Y mis mensajitos, qué?

IGNACIO
¿Cómo llegaste acá?

98
CELINA
Boludo, tu mamá me mandó la avioneta de Anglada, ¿podés creer?

IGNACIO se separa entonces de CELINA, para ver en sus ojos.

CELINA
Está hecha una seda conmigo. ¡A ver si terminamos llevándonos bien, a la larga!

IGNACIO
¿No te dijo que me había vuelto a Buenos Aires?

CELINA
(SORPRENDIDA)
¿Vos? ¿Cuándo? ¡…No, no me dijo nada! Lo que sí me dijo es que hay otro cuarto
grande, en la casa, que podemos usar. Puse las valijas ahí. ¿…Me estás oyendo?

IGNACIO mira en dirección a la casa. ANA LAURA, que observaba la escena


detrás de los cristales, se aparta de la ventana.
Funde a negro.

SEC 136. INT. CABARET. NOCHE

La bola de espejos que refleja las luces de un cabarute de segunda. Es el mismo


cabaret que visitó LEPES, cuando andaba detrás de una pista de los franceses.
En escena, una morocha sin gracia hace un strip-tease rutinario. Sobre esa
imagen aparece el título del nuevo capítulo:

9. Una decepción amorosa


CHACHO observa a la STRIPPER desde una mesa al pie de la tarima. Está
muy borracho, la cadenita de oro brillando debajo del cuello abierto de su transpirada
camisa. Lo acompañan TITO y LEPES. Se los ve infelices y cansados, incapaces de
seguir el ritmo de CHACHO, que reparte el fondo de una botella de whisky entre las
tres copas.

CHACHO
¡Pedite otra, pedite otra!

TITO
Yo no puedo más.

LEPES
(A TITO)
Yo te llevo, mejor.

CHACHO
Eh, amargos… ¿Me van a dejar acá, en la estacada?

TITO

99
¡Tengo mucho sueño!

CHACHO
Ya dormirás cuando estés muerto. (LLAMANDO.) ¡Mozo!

CHACHO le enseña al mozo invisible la botella vacía. Después se levanta,


tambaleante, y va hacia la fonola.
Un plano de CHACHO desde el interior de la fonola, a través del cristal.
CHACHO le pone un brazo encima y se inclina encima del vidrio, buscando la lista
de temas mientras rebusca el bolsillo por monedas. Al levantar el brazo, vemos que
debajo de la campera se ha puesto una sobaquera, de la que sobresala la culata de una
pistola. Mete una moneda. Elige un tema y presiona el botón correspondiente.
La música cambia. Cuando CHACHO retorna a la mesa encuentra que TITO y
LEPES ya están de pie, habiendo pagado la cuenta.

CHACHO
(SORPRENDIDO)
¿En serio se van?

LEPES
Hay que ser muy macho para seguirte el tren. ¡Y no es el caso!

Por toda respuesta, LEPES palmea el hombro de CHACHO. TITO le regala


una sonrisa incómoda. Salen de cuadro.

CHACHO
Qué poco aguante, hermano. ¡Se van a perder lo mejor! (MIRANDO AL
ESCENARIO.) ¿No es cierto? ¡Mostrale, mostrale!

Sobre la tarima, la STRIPPER sigue con su rutina.

CHACHO
(A LA STRIPPER)
Ma sí, que se jodan… Mejor, nos quedamos vos y yo. ¿De dónde sos, vos? Yo soy de
Ranquel, acá a cien kilómetros. ¿De dónde sos, vos?

La STRIPPER sigue en la suya, como si CHACHO no existiese.

CHACHO
¿Conocés Ranquel? Es lindo. Solo, pero lindo.

El MOZO le deja a CHACHO una nueva botella y se lleva la vacía.

CHACHO
(A LA STRIPPER)
Vos tenés pinta de ser de acá, de la capital. Las chicas de la ciudad son más serias.
No les sacás una sonrisa ni a gancho. ¡…Oia!

Cuando el soutien de la STRIPPER cae cerca suyo, CHACHO se levanta, lo


recoge y amaga subir al escenario para devolvérselo.

100
CHACHO
Esto es tuyo. ¡Tenelo, porque después te va a faltar!

CHACHO muerde el soutien y se trepa al escenario. Muchos brazos quieren


frenarlo, pero CHACHO ya está arriba, con el soutien colgando de sus labios y
caminando en cuatro patas como una fiera. La STRIPPER, intimidada, empieza a
recular. Entre el público hay gente que le grita a CHACHO que se baje y otra que lo
alienta.
Finalmente los brazos son más (a los clientes se han sumado los agentes de
SEGURIDAD), y tironean de CHACHO, bajándolo del escenario. Al sentirse
arrastrado, CHACHO agarra el soutien con una mano y grita a la STRIPPER:

CHACHO
¡No te voy a hacer nada! ¡No te voy a hacer nada!

Los agentes de SEGURIDAD, que saben perfectamente quién es CHACHO,


se limitan a sentarlo otra vez en su silla. Los tres HOMBRES de la mesa de al lado,
divertidos por la locura que se mandó, se ponen a hablarle:

HOMBRE 1
Quedeseló, que la chica debe tener muchos. ¡Haga de cuenta que es un souvenir!

CHACHO
Gracias, don. ¿No quieren un whisky? Yo invito.

CHACHO se cuelga el corpiño de la muñeca, manotea la botella, descubre que


los tres HOMBRES tienen sus propias copas llenas y se sirve a sí mismo.

CHACHO
Salud. Por la hermandad universal, y, y… (VIENDO EL SOUTIEN QUE CUELGA
DE SU BRAZO.) ¡…la ropa interior femenina!

Brindan. Beben. CHACHO huele el soutien.

CHACHO
Yo soy un tipo ordenado, les juro. ¡Esta es la única cosa que me gusta más cuando
no está en su lugar!

Los HOMBRES ríen. Uno de ellos es el asesino VIEJO del segundo relato, El
laburito; ahora no lleva puesta ninguna cadena al cuello.

HOMBRE 1
¿Qué hace acá a esta hora, tan solo? ¿Celebrando o penando?

CHACHO
…Un poco de cada.

HOMBRE 2
¿Pena de amor?

101
VIEJO
¿Qué otra pena existe?

CHACHO siente que lo que dijo el VIEJO es brillante. Le hace el gesto de


O.K. con la mano y después brinda especialmente con él.

SEC 137. EXT. CABARET. NOCHE

CHACHO sale del cabarute prácticamente en andas, arrastrado por los tres
HOMBRES. En el camino se le cae la pistola que llevaba en la sobaquera.

CHACHO
(ABOCHORNADO)
Ups…

El VIEJO la recoge. Sorprendentemente, no se trata del clásico revólver del


CHACHO sino de una automática. El VIEJO le quita el cargador sin que CHACHO lo
vea y mete el cuerpo del arma en un bolsillo de la campera de CHACHO.

VIEJO
A ver si se lastima. ¡Las fatalidades pasan de la manera más estúpida!

Llegan a la camioneta de CHACHO, que busca las llaves en el bolsillo de su


jean.

HOMBRE 1
Yo creo que el amigo no está en condiciones de manejar.

HOMBRE 2
¿Por qué no nos dice dónde vive, y nosotros lo alcanzamos?

CHACHO
¡Después dicen que no hay gente amable!

VIEJO
¿Adónde lo llevamos?

CHACHO
A mi casa no. Hace frío, ahí. ¡Déjenme en mi oficina, en todo caso, que es calentita!

SEC 138. EXT. FABRICA DE LADRILLOS. NOCHE

CHACHO y los HOMBRES llegan a la fábrica de ladrillos. El auto que los transporta
es el mismo que vimos en El laburito. Lo conduce el VIEJO.

SEC 139. INT. FABRICA DE LADRILLOS. NOCHE

102
Ya dentro de la fábrica, CHACHO camina flanqueado por los dos HOMBRES, que lo
sostienen; el VIEJO va adelante.

CHACHO
…Hay catorce clases de ladrillos. No una, ni dos: ¡catorce! ¿Saben cuál es el secreto
del mejor ladrillo? ¡…La viruta de hierro! ¡Les juro! Acá no hacemos de esa clase,
¿quién te paga el precio de un ladrillo bueno?, pero es así, les juro.

CHACHO se detiene, forzando a los HOMBRES a detenerse.

CHACHO
Toda esta parte de la fábrica ni la usamos, ahora.

El VIEJO se frena también.

CHACHO
Pero tenemos planes. ¿A qué no saben qué pensamos poner, acá?

Los HOMBRES se miran, hartos del parloteo de CHACHO. Entonces


CHACHO los sorprende: saca su pistola del bolsillo, apoya el caño en la sien del
HOMBRE 1 y dispara.
La pistola hace clic. Le falta el cargador. CHACHO palidece.
Los HOMBRES y el VIEJO echan mano a sus cinturas y sobacos, buscando
sus propias armas. Sin más salida que la fuga, CHACHO se echa a correr. El VIEJO
alcanza a manotearlo por el cuello, pero CHACHO se zafa, perdiéndose en los
pasillos y recovecos de la fábrica. Los HOMBRES braman de bronca y le apuntan.

HOMBRE 1
¡Vení acá!

El HOMBRE 2 dispara hacia un sitio en que CHACHO ya no está.


Se dispersan para buscarlo.
Oculto en un rincón oscuro, CHACHO revisa su arma. Descubre que no tiene
cargador. Lo busca con desesperación dentro de la sobaquera, en sus bolsillos: nada.
Se toca el cuello, en un sitio que le arde. Tiene una marca roja. Le falta la cadenita, la
ha perdido; se angustia.
Los HOMBRES siguen buscándolo por distintas zonas de la fábrica, cada uno
por su lado. Pasillos oscuros, trastos, cajas y cadenas.
CHACHO se asoma en un pasillo, asegurándose de que esté despejado. Pero
no lo está: en el fondo ve a LEPES, pistola en mano, vigilante. Una luz de esperanza
brilla en sus ojos. Lo llama con un chistido:

CHACHO
¡Cht!

LEPES da vuelta la cabeza y lo ve. CHACHO le sonríe. Pero LEPES no


sonríe. CHACHO comprende la verdad un segundo antes de que sea demasiado tarde.

LEPES

103
(GRITANDO)
¡Está acá!

CHACHO se esconde. LEPES le dispara en vano. Se oyen los gritos de los


demás HOMBRES, que se precipitan donde LEPES a la carrera. CHACHO sigue
huyendo, alejándose de sus perseguidores.
Transpirado, agitado, encuentra un rincón oscuro donde ocultarse. Desde allí
cree ver algo insólito en uno de los pasillos: un niño pequeño, vestido humildemente,
el rostro tapado por una careta de ANGLADA como las que repartían en la
inauguración del Plan de Viviendas. Es una visión, apenas; CHACHO parpadea y el
niño ya no está allí.
La puerta de la oficina de CHACHO está abierta. La espía a la distancia. La
oficina es su única oportunidad: allí adentro tiene armas. Pero cuando se dispone a
aproximarse descubre al VIEJO que se interpone en su camino, arma en mano. El
VIEJO no lo ha visto, lo cual es bueno, pero necesita apartarlo de ahí.

VIEJO
(GRITANDO)
No la compliqués, Chacho. Es al pedo. ¡Vos sabés cómo es esto!

CHACHO se aleja un poco, para tratar de disimular la procedencia de su voz:

CHACHO
(GRITANDO)
Yo te tengo visto, a vos.

VIEJO
(GRITANDO)
Claro que me viste. Más de una vez. ¿De veras no sabés para quién trabajo?

CHACHO sopesa el arma inútil que tiene en la mano. Una idea brilla en sus
ojos. La arroja entre unos hierros, para confundirlos respecto de su ubicación.
El VIEJO se aparta del pasillo, buscando la fuente del ruido.
CHACHO se mueve en silencio hacia su oficina. Llega a la puerta, entra.

SEC 140. INT. FABRICA DE LADRILLOS / OFICINA DE CHACHO. NOCHE

Lo primero que ve CHACHO al entrar es la TV encendida. Están emitiendo un


documental sobre la sabana africana.
De inmediato oye un sonido familiar. Un arma que se amartilla. Gira la vista y
descubre a TITO, que se había escondido detrás de la puerta abierta. TITO tiene una
pistola en la mano que apunta a su cabeza.

CHACHO
¿Qué hacés?

TITO no dice nada. Serio como la muerte, se limita a apuntarlo. Lo único que
se oye es la voz del LOCUTOR que narra el documental en la TV:

104
LOCUTOR (EN OFF)
…el león como sólo lo que necesita. El resto queda para los predadores menores,
como los chacales y las aves rapaces.

CHACHO comprende que no tiene escapatoria. Se ha convertido en el


miembro más débil de la manada. TITO debe asegurarse de que no perjudique a los
demás, tal como el mismo CHACHO le enseñó.

CHACHO
(RESIGNADO)
…Tirá, dale.

TITO dispara, cerrando los ojos ante el fogonazo.

SEC 141. INT. FABRICA DE LADRILLOS. NOCHE

El estruendo del disparo alerta a los HOMBRES, que salen a la carrera en dirección a
la oficina de CHACHO.

SEC 142. INT. FABRICA DE LADRILLOS / OFICINA DE CHACHO. NOCHE

El VIEJO les gana de mano. Cuando llegan a la puerta, sólo ven el lamparón de
sangre.
TITO está adentro de la oficina, sentado en el sofá enfrente de la televisión.
Parece concentrado en la pantalla, como si nada fuera de lo común hubiese ocurrido;
pero el arma cuelga todavía de su mano.

VIEJO
(DESCONCERTADO, A TITO)
¿Dónde está?

SEC 143. INT. FABRICA DE LADRILLOS. NOCHE

Con una mano en el cuello baleado, CHACHO avanza a trompicones por una rampa
que se extiende por encima de la boca de un gran horno. Sangra a borbotones un
líquido arterial que se ve negro. Los colores del fuego tiñen su cuerpo, cuyos
contornos se difuminan por el humo y los vapores.
De repente oye voces a sus espaldas. El VIEJO y los HOMBRES están en la
boca de la rampa, atemorizados; no se atreven a avanzar. Transpiran; el calor se
potencia a medida que se acercan al horno.
CHACHO les sonríe, sin sacar la mano de su cuello.

VIEJO
¿Adónde vas?

CHACHO mira la mano teñida de sangre. Después mira al VIEJO, a LEPES, a


los HOMBRES. Quiere decir algo, pero no puede: el disparo en la garganta lo ha

105
dejado sin voz. Sacude la cabeza; parece cansado. Apoya ambas manos sobre la
baranda de la rampa, mirando el abismo. Y se impulsa hacia delante, dejándose caer al
vacío.
Las llamas se avivan al abrasar a CHACHO; parecen bramar.
El VIEJO se detiene y mira hacia el fuego, el rostro desencajado. Lo que
CHACHO acaba de hacer lo llena de horror. Es demasiado tarde; allá abajo no se ven
más que llamas y más llamas. El VIEJO repara en lo que tiene en la mano: la cadena
de oro con su medalla, que arrancó del cuello del CHACHO cuando le pegó el
manotazo.

SEC 144. INT. FINCA DE ANGLADA / LIVING. NOCHE

Las llamas de la chimenea iluminan el rostro demacrado de ANGLADA. Está sentado


en el sillón grande, los hombros vencidos, la mirada perdida, las manos encima del
puño del bastón; parece mucho más viejo de lo que es en verdad. ANA LAURA le
palmea un hombro y dice en un susurro:

ANA LAURA
Voy a acompañar al doctor. ¡Enseguida vuelvo!

SEC 145. EXT. FINCA DE ANGLADA. NOCHE

ANA LAURA abre la puerta. El MEDICO sale. Conversan en voz baja en el umbral
de la casa. La silueta de ANGLADA se percibe al fondo, apenas por delante de la
chimenea.

ANA LAURA
(SUSURRANDO)
Me da miedo su corazón. ¡Con tantas desgracias…! El adoraba a ese chico, era un
hijo más. ¡Vivió con él desde los ocho años!

MEDICO
Quédese tranquila. Ahora va a dormir de un tirón, seguro. Con lo que le di tiene para
toda la noche. Cualquier cosa, sabe dónde llamarme.

El MEDICO sale de cuadro. Oímos sus pasos alejándose sobre la grava, el


sonido que hace al subir a su auto, el motor que arranca. ANA LAURA levanta la
mano en un saludo. (Seguimos viendo al inmóvil ANGLADA en el fondo.) El
vehículo se aleja. Entonces vemos que ANGLADA se pone de pie con un movimiento
mecánico.

SEC 146. INT. FINCA DE ANGLADA / LIVING. NOCHE

Al oír el estruendo inicial (estallido de cosas que se rompen, muebles que caen), ANA
LAURA gira y avanza hacia el interior del living. Se ha puesto pálida, no sabe qué
hacer.

106
ANGLADA lo está arrasando todo con su bastón: destruye veladores, macetas
y adornos, voltea sillas, mesitas…
ANA LAURA se le acerca para contenerlo, pero tiene miedo de que en su
locura le pegue a ella también.

ANA LAURA
¡Rubén, por favor…! ¡Te vas a hacer daño, te vas a lastimar!

ANGLADA barre de un golpe con los adornos que hay encima de la


chimenea. El jarrón chino cae al suelo y se parte en mil pedazos. El viejo pretende
seguir con su tarea de destrucción, pero algo lo conmina a detenerse con el bastón en
alto. ANGLADA mira al suelo, ve los fragmentos dorados del jarrón roto,
multiplicando el reflejo del fuego.
ANA LAURA aprovecha esa vacilación para abrazarlo y quitarle el bastón de
las manos. ANGLADA la deja hacer; parece deshacerse entre los brazos de la mujer,
que no puede sostenerlo. Caen sentados sobre el sillón. ANGLADA jadea.

ANA LAURA
Tranquilo, viejo. Tranquilo… Todo va a estar bien, vas a ver.

ANGLADA sigue contemplando los fragmentos del jarrón roto, como


hipnotizado.
En cada uno de esos pedazos vemos ahora –como ANGLADA lo ve- algo
más: las imágenes del relato que hemos recibido igualmente fragmentado, TURINI a
caballo, el VIEJO killer al filo de la ruta, el PADRE y la MADRE de la NENA en el
despacho del JEFE DE SERVICIO…
ANGLADA se aferra con más fuerza a ANA LAURA, como si ella pudiese
salvarlo del destino que está contemplando en cada fragmento del jarrón roto.
Funde a negro.

SEC 147. INT. FINCA DE ANGLADA / CUARTO DE HUESPEDES. DIA

Vestida de negro, CELINA ayuda a IGNACIO a prepararse para el entierro de


CHACHO: le ajusta el nudo de la corbata, da un paso hacia atrás y contempla su obra.

CELINA
Menos mal que te traje más ropa. Si fuese por vos, vivirías en campera.

CELINA sale de cuadro. IGNACIO gira para verse de cuerpo entero en el


espejo. Sobre esa imagen invertida de CHACHO va el título del nuevo capítulo:

10. El universo patas para arriba


Al tocar el nudo de la corbata, IGNACIO advierte en el reflejo que le falta su
reloj.
Abre el cajón de la mesita de luz. El reloj está allí, pero hay algo más que lo
sorprende: el viejo revólver de CHACHO. ¿Cómo llegó allí? IGNACIO lo agarra, lo
contempla, lo hace girar entre sus dedos.

107
SEC 148. INT. FINCA DE ANGLADA / LIVING. DIA

Un flashback nos recuerda la escena en que CHACHO contó a IGNACIO la historia


del revólver. (Secuencia 26.)

CHACHO
Entonces don Rubén me lo dio, y me dijo: cuando yo no estoy, usted cuida la casa.

SEC 149. INT / EXT. AUTO FUNEBRE. DIA

En el auto del cortejo van ANGLADA y ANA LAURA, IGNACIO y CELINA, que
lleva puestas unas medias de red que hacen recordar a la telaraña de ANIBAL. El
silencio es incómodo. De anteojos oscuros, flaco y demacrado, ANGLADA no deja
de ver hacia fuera, la mirada perdida. Lleva un bastón entre las piernas.

CELINA
Era un chico joven, ¿no?

ANA LAURA asiente.

CELINA
¿Había tenido problemas, ya? ¿Algo que permitiese prever que podía hacerse daño?

ANA LAURA
Era un chico introvertido, el Chacho. Dicen que tenía una querida, por ahí.

CELINA
¿Quiere decir que pudo haberse matado por ella? ¿Por amor?

A IGNACIO se le escapa un bufido de incredulidad.


La intervención de ANGLADA, que no deja de mirar hacia fuera, los
sorprende:

ANGLADA
El amor es una cosa preciosa. Hasta que te mata.

El auto del cortejo sigue su viaje en silencio.

SEC 150. EXT. CEMENTERIO. DIA

El cementerio es un desmadre de curiosos y de cámaras. Es la primera aparición en


público de ANGLADA desde su ataque. El gobernador y su familia (ANA LAURA,
IGNACIO y CELINA, pero también RODRIGO y LINA, RAFAELA y ESTEBAN,
los mellizos RUBEN y HORACIO) llegan en dos autos negros. Allí los espera una
turba e infinidad de policías.

108
SEC 151. INT / EXT. AUTO FUNEBRE. DIA

Cuando ANGLADA se dispone a salir del automóvil, quien le abre la puerta es el


asesino VIEJO del capítulo El laburito, el mismo que participó en la muerte del
CHACHO; de allí en más se mantendrá pegado al gobernador, como su principal
guardaespaldas. Pero después de ayudar a ANGLADA a descender, el VIEJO
guardaespaldas le tenderá la mano a ANA LAURA; hay una sonrisa furtiva entre
ambos que IGNACIO registra con su mirada filosa.

SEC 152. EXT. CEMENTERIO / PASILLO BOVEDA. DIA

Cuando los ANGLADA llegan hasta el ataúd, que espera en la boca abierta de la
bóveda familiar, se crea un silencio sólo interrumpido por los flashes de las cámaras.
El lugar está repleto de flores, entre ellas una corona que los mismos ANGLADA han
pagado, y que lleva en su centro una foto de un CHACHO taciturno. ANGLADA se
hace la señal de la cruz y da un paso hacia delante, poniendo la mano sobre el cajón.
Parece a punto de quebrarse. Los flashazos arrecian, es la misma imagen que vimos
por TV en el hospital del capítulo Insumos. Entonces ANGLADA empieza a hablar,
con un tono calmo y a la vez profundamente dolorido que trasunta dignidad:

ANGLADA
Uno viene a este mundo, crece, trabaja, se multiplica. Al hacerse viejo, cuando pierde
las fuerzas y se le ablandan los huesos, son los hijos los que lo sostienen. Esa es la
lógica de la vida. Así debería ser. (AMARGADO.) ¡Uno no puede vivir más que sus
propios hijos…! Cuando eso pasa, es porque el universo está patas para arriba. Se
rompió el orden de las cosas. Los finales se vuelven principios. Los viejos entierran a
los jóvenes, y se quedan sin nadie que los entierre a ellos. Giramos alrededor del
dolor, como el caballo que empuja la noria... Me gustaría creer que todo esto me cae
encima desde afuera, culpa de la fatalidad, la sangre, designio de Dios. Pero no
puedo dejar de pensar que no es así. Que este muerte es obra nuestra, una cama que
hemos tendido y en la que nos hemos acostado. Algo habremos hecho para que las
cosas sean así. Algo habremos dejado de hacer, para que las cosas sean así.

Durante el discurso, pasamos por los rostros de su familia. ANA LAURA,


sinceramente dolida. RODRIGO, atontado por los calmantes. LINA, pálida y tentativa
debido a la resaca. RAFAELA, aprensiva ante tanta muerte en torno de su vientre
hinchado. IGNACIO está en último lugar. Su cara es un microcosmos de emociones
contradictorias con las que no podemos dejar de identificarnos: a pesar de que
sabemos que ANGLADA no es inocente de la muerte del CHACHO, sus palabras y
su actitud (¡el dolor es verdadero!) no pueden dejar de conmovernos, y por ende de
perturbarnos.

ANGLADA
¿Te habré largado en banda de alguna manera, Chacho, para que hoy me largues vos
a mí? ¿Por qué nunca es suficiente lo que uno hace, por qué no alcanza? (PAUSA.)
Debe ser por eso que yo sigo acá y vos no. Vos ya hiciste tu parte. Vos ya lo diste
todo. Yo tengo que hacer más. Yo tengo que seguir tratando.

ANGLADA besa el ataúd.

109
ANGLADA
Voy a seguir. ¡Te lo prometo!

ANGLADA da un paso hacia atrás. Monseñor SIFFREDI se aboca a su


bendición final, mientras los EMPLEADOS del cementerio meten el ataúd dentro de
la bóveda.

SEC 153. INT. CEMENTERIO / BOVEDA. DIA

Por corte vamos al interior de la bóveda, para ver desde la perspectiva del cajón cómo
los EMPLEADOS del cementerio cierran la puerta de hierro, dejándonos a oscuras;
somos enterrados con el CHACHO.

SEC 154. EXT. CEMENTERIO. DIA

ANGLADA, su familia, los POLICIAS y las cámaras se han trasladado a un espacio


más abierto dentro del cementerio, donde sus vehículos los aguardan. RUBEN y
HORACIO ya están correteando por allí, jugando entre las tumbas; son los herederos
de tanta muerte.
ANA LAURA se aproxima a IGNACIO y le pregunta:

ANA LAURA
¿Le diste el pésame?

IGNACIO
Ay, mamá, ¿me estás jodiendo? ¡Si vinimos juntos!

CELINA
Andá a darle el pésame.

Conminado por sus dos mujeres, IGNACIO no tiene más remedio que ir donde
ANGLADA. Entonces presencia el saludo del francés de Atlantor, LAGRANGE, que
se inclina delante del gobernador, expresándole sus condolencias. ANGLADA las
acepta con la mayor seriedad.
IGNACIO espera que LAGRANGE se retire y entonces se acerca. Está ya a
dos pasos cuando ANGLADA trastabilla con su bastón. IGNACIO lo sostiene por el
brazo. Los flashes de la prensa arrecian. Incómodo, IGNACIO apura su pésame:

IGNACIO
Lo siento mucho. De verdad. Chacho me caía muy bien.

Y trata de apartarse. Pero ANGLADA le sonríe, agradecido, y todavía


aferrándolo por un brazo le hace una pregunta personal:

ANGLADA
¿Y al final qué vas a hacer? ¿Te quedás o te vas? Si te quedás, me podrías dar una
mano con la represa.

110
Envidioso del privilegio que ANGLADA está concediendo a IGNACIO,
RODRIGO mira la escena desde un segundo plano.

IGNACIO
Yo pensé que esa historia había quedado en la nada.

ANGLADA
Yo también. Pero el francés me llamó esta mañana. Por lo del Chacho, pobrecito. ¡El
dolor acerca a la gente!

Las cámaras han dejado de disparar y de grabar, las luces se han apagado. Los
equipos de la TV salen apresuradamente, regresando a sus camiones móviles.

ANGLADA
¿Qué les pasa, a estos? ¿Quién los corre?

ESTEBAN le dice algo al oído. ANGLADA medita un instante, mira a ANA


LAURA y a CELINA –que observan la escena juntas, codo con codo- y le tira el
brazo a IGNACIO, diciéndole:

ANGLADA
Acompañame.

SEC 155. EXT. HOSPITAL. DIA

El auto negro de ANGLADA arriba a la entrada del hospital, atiborrada de patrulleros,


ambulancias, móviles de TV y carros de asalto, tal como la vimos en la Secuencia 99.

SEC 156. INT. HOSPITAL / PASILLO. DIA

ANGLADA e IGNACIO avanzan por el pasillo del hospital, custodiados por la


POLICIA y por los propios hombres del gobernador (entre los que está el VIEJO),
con la prensa y las cámaras pisando sus talones.

SEC 157. INT. HOSPITAL / SALA DE INTERNACION. DIA

Los ruidos que produce la comitiva que se aproxima ponen en alerta a la gente
encerrada en el interior de la sala. Han transcurrido algunas horas desde el inicio de
esta acción, tal como la describió el capítulo Insumos: el PADRE está transpirado y
transmite desasosiego, sentado en una silla con el arma reglamentaria en la mano; la
MADRE sigue consolando a la NENA, preocupada por su PADRE; el POLICIA ha
recibido primeros auxilios sobre su nariz rota; el JEFE DE SERVICIO está junto a las
ENFERMERAS, sentados sobre una cama.

SEC 158. INT. HOSPITAL / PASILLO. DIA

111
En la doble puerta de entrada a la sala, el JEFE policial trata de disuadir a
ANGLADA:

JEFE
El hombre está desequilibrado, señor. Si me autoriza, en cinco minutos le resuelvo el
problema.

ANGLADA
No se preocupe por mí. ¡Soy un hombre grande!

ANGLADA empuja la puerta de la sala y entra solo; IGNACIO y el resto del


mundo se quedan detrás.

SEC 159. INT. HOSPITAL / SALA DE INTERNACION. DIA

ANGLADA asoma dentro de la sala, levantando una mano abierta en son de paz.
Al verlo entrar, el PADRE se pone de pie y agarra por el brazo a una de las
ENFERMERAS, usándola como escudo. Después apunta a ANGLADA y le dice:

PADRE
Quédese ahí. ¡Yo no di permiso a nadie para entrar!

A través de los cristales de las puertas, vemos el esfuerzo de los camarógrafos


para tratar de registrar lo que ocurre allí adentro; IGNACIO y el cordón policial
quedan aplastados contra los vidrios.
ANGLADA avanza lentamente, ayudado por su bastón. Le pregunta al
PADRE:

ANGLADA
¿Vos sabés quién soy?

El PADRE, que ahora lo reconoce, asiente.

ANGLADA
Dejá ir a la piba. Esto es entre vos y yo.

El PADRE duda, pero finalmente deja ir a la ENFERMERA.


Cansado, ANGLADA le hace un gesto para que se aproxime.
Con temor, el PADRE lo obedece. Quedan frente a frente. ANGLADA
observa el arma que el PADRE esgrime; le tiembla la mano. Con un movimiento lento
y calmo, ANGLADA pone su mano libre sobre la mano armada del PADRE. Pero en
lugar de intentar quitársela, lleva el caño a su propio pecho y dice al sorprendido
PADRE en un tono de voz para que nadie más lo oiga:

ANGLADA
Yo soy el que buscás. Yo soy el que armó esto, el que le cortó los víveres al hospital,
el que puso a tu nena como está. Si yo fuese vos, tiraría. Tenés una oportunidad

112
única. No sabés la de gente que daría cualquier cosa por estar ahora en tu lugar.
¿Vas a tirar o no?

Confundidísimo, el PADRE no sabe qué hacer. ¿Le está tomando el pelo el


gobernador? ¿O le está hablando en serio? ¿No será una trampa? El PADRE mira a
las ventanas de la sala, temiendo ver francotiradores. Después mira en dirección a la
NENA y a su MADRE, pidiéndoles auxilio con los ojos. Mientras tanto ANGLADA
le insiste, en el mismo tono de voz inaudible para los otros habitantes de la sala:

ANGLADA
¿Vas a tirar o no? ¿Vas a tirar o no?

Finalmente el PADRE se vuelve a ANGLADA y, temeroso, le pregunta:

PADRE
¿Usted no me puede conseguir los remedios?

ANGLADA comprende que el PADRE no tirará, que le perdonará todo con tal
de que lo provea de las medicinas para la NENA. Suspira, vencido, y le suelta la
mano.

ANGLADA
¿Qué necesitás?

Perdido, el PADRE remite al JEFE DE SERVICIO:

PADRE
El que sabe es él…

ANGLADA
(AL JEFE DE SERVICIO)
Asegúrese de que la chica reciba tratamiento. (AL PADRE.) Si quiere que se lo
ponga por escrito, se lo pongo. Yo perdí un hijo, hoy. Y no quiero que nadie más pase
por lo que paso yo.

JEFE DE SERVICIO
(PROTESTANDO)
Hay mucha gente que está en las mismas condiciones, o peores. Gente que ya no
podemos tratar. ¡Esto no es justo!

Creyendo que el JEFE DE SERVICIO trata de arruinarle el pato, el PADRE lo


apunta. Hay exclamaciones de temor dentro de la sala y presión en las puertas. Pero
ANGLADA frena al PADRE:

ANGLADA
¡No le haga caso! (AL JEFE DE SERVICIO, SEVERO.) Hay que ver el lado bueno
de las cosas, ¿no le parece?

113
El PADRE baja el arma. ANGLADA extiende su mano. El PADRE le entrega
la pistola. ANGLADA se da vuelta lentamente y exhibe la pistola recuperada a los
policías.

ANGLADA
¡Tranquilos! ¡Todo está bajo control!

La mayor parte de los presentes está fascinada por lo que ANGLADA acaba
de hacer. Casi a su pesar, IGNACIO también. Y el PADRE de la niña, que abraza al
gobernador. Sólo el JEFE DE SERVICIO tiene un rictus de amargura; sabe que lo de
ANGLADA es demagogia pura, que no se extenderá al resto de sus pacientes.
Cuando la prensa y los POLICIAS los rodean, ANGLADA da una declaración
pública:

ANGLADA
Este hombre cometió un error, pero se le extenderá un perdón oficial. ¡Quiero que
salga de acá caminando, libre, como cualquier hijo de vecino!

La MADRE se abre paso hasta el PADRE, renqueando y con la NENA alzada.


El PADRE le saca a la NENA de los brazos y las besa a las dos con ansias.

PADRE
Va a estar todo bien. ¡Va a estar todo bien!

SEC 160. INT. FINCA DE ANGLADA / LIVING. NOCHE

Las llamas de la chimenea, en el living de la finca de ANGLADA. Algo se quema en


el fuego, además de los leños. Papeles. Al inflamarse por el calor, reconocemos una
imagen: la del isotipo de Atlantor, en la tapa de la carpeta con los contratos.
El fuego abrasa una página. El papel con la firma RAA se vuelve carbón.
Funde a negro.

SEC 161. EXT. CAMPO ABIERTO. AMANECER

Un campo cruzado por la bruma, en la claridad previa al amanecer. Perros. Una


partida de caza que se apresta. Sobre esta imagen aparece el título del capítulo final:

11. Caudillo

ANGLADA desgrana sus instrucciones mientras intenta cargar su escopeta


con una mano que todavía no recuperó toda su habilidad.

ANGLADA
Tratá de no hacer mucho ruido. Dejá distancia entre unos y otros. Y apuntá siempre
al suelo, hasta que llegue la hora de tirar.

El destinatario de las recomendaciones es IGNACIO, incorporado a la partida.

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En ese instante se les acerca el killer VIEJO, que sigue desempeñándose como
guardaespaldas. Se lo ve ojeroso, exigido por el madrugón. IGNACIO, que apenas le
había prestado atención, descubre que en el cuello del killer brilla la cadenita del
CHACHO. Una luz de entendimiento cruza por sus ojos; su mirada va del killer
VIEJO a ANGLADA, que trata al guardaespaldas con familiaridad.

ANGLADA
(AL VIEJO)
Estás a la miseria. ¿Qué te anda pasando, últimamente?

VIEJO
Me está costando dormir.

ANGLADA
A ver si te me enfermás… Si querés, andá, ahora. ¡Ignacio me cuida!

VIEJO
¡Con su permiso!

El VIEJO se va. ANGLADA se vuelve hacia IGNACIO y le dice:

ANGLADA
Según tu madre, vos sos medio pariente de Hassan. ¿Qué clase de gente es? Digo,
más allá de lo que se ve en la tele.

IGNACIO no sabe muy bien qué decir, no entiende a qué apunta ANGLADA.

ANGLADA
Me anduvo llamando en estos días. Quiere hablar y no sé para qué. ¿Qué podrá
querer?

IGNACIO mira sin poder evitarlo en la dirección por la que el VIEJO se


marchó.

ANGLADA
Bah. Querrá guita, seguro. ¡Como todos!

IGNACIO
(TERMINANTE)
No.

ANGLADA se sorprende ante la reacción de IGNACIO.

IGNACIO
Seguro que no es eso. Hassan no es de los que se conforman con guita.

ANGLADA
¿Y cómo lidiás con un tipo así?

IGNACIO

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Todo hombre tiene su precio.

Intrigado, ANGLADA mira a IGNACIO a los ojos. Se pregunta si IGNACIO


está citando para su consumo la frase que a él mismo le gusta tanto decir: todo
hombre tiene su precio, en contante o en sonante. Por lo pronto, IGNACIO le sostiene
la mirada. Siguiendo su instinto, ANGLADA toma una decisión y le dice:

ANGLADA
¡Lo dejo en tus manos, entonces!

Y pone en las manos de IGNACIO la escopeta cargada.


La vanguardia de la partida se pone en marcha. ANGLADA da media vuelta y
empieza a caminar detrás de los perros.
IGNACIO sopesa el arma en sus manos. Mira la ancha espalda de
ANGLADA, un blanco perfecto. Podría matarlo en ese mismo instante; podría dar
vuelta la historia. Pero ya sabemos que no lo hará, que será fiel a su mandato de
sangre y de clase y que se dejará corromper; HASSAN será su primera víctima. Se
cuelga la escopeta del hombro y echa a andar, aproximándose a la partida.
Se meten dentro de la bruma hasta que los perdemos de vista, como en la
secuencia inicial. Ya distantes, oímos que los perros enloquecen. Hay gritos aislados y
finalmente disparos. Funde a negro. Oímos el desesperado aullido del jabalí.

fin

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