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Mayor de
San Andrés
2023
PRINCIPIOS DE ANÁLISIS CONDUCTUAL APLICADO
A. ADQUISICIÓN DE CONDUCTAS:
Reforzamiento positivo
El primer paso consiste en definir de la manera más precisa posible cuál es la conducta
final que deseamos obtener; se comienza por elegir una conducta más amplia dentro de
la cual está incluida la que hemos previsto, Esta se la refuerza consistentemente hasta que
se presente con frecuencia. El paso siguiente consiste en restringir la amplitud de esta
conducta y hacerla cada vez más parecida a la conducta deseada. Este procedimiento
promueve la adquisición de nuevas conductas a través del reforzamiento diferencial de
respuestas cada vez más parecidas a la respuesta final prevista. El resultado del
procedimiento es una nueva respuesta, muy diferente de aquella a partir de la cual
iniciamos el moldeamiento: respuesta que se agrega al repertorio funcional del sujeto.
Reforzamiento negativo
Imitación
En general puede utilizarse únicamente con sujetos que poseen un repertorio conductual
mínimo previo. Existentes importantes: a) la semejanza y de la conducta del sujeto
imitador y la del modelo; b) la violación temporal entre estas conductas, y c) la omisión
de instrucciones explícitas para que el sujeto imite la conducta. Un problema de la
limitación es que la conducta del sujeto debe copiarla del modelo que se le presenta; no
es indispensable que las 2 conductas sean idénticas, es suficiente con que se parezcan.
Para que consideremos imitativa la conducta del sujeto, debe existir una relación temporal
estrecha entre la conducta del modelo y la conducta del sujeto; la respuesta del sujeto ha
de producirse inmediatamente después de la del modelo, de no ser así, no podrá
considerarse como respuesta de imitación. Una respuesta o conducta es imitativa cuando
no es forzoso dar instrucciones explícitas para que sea emitida. La respuesta ha de
producirse por sí sola ante la simple presencia de la conducta del modelo.
Cuando tenemos un sujeto que imita, podemos llevarlo a adquirir toda una variedad de
conductas sin necesidad de reforzarlo. esto hace que la adquisición de conductas sea casi
automática cuando se presentan en forma adecuada las conductas del modelo; la imitación
es un procedimiento mediante el cual la conducta del sujeto se coloca bajo el control
topográfico y temporal que brinda la conducta de otro sujeto, Que funciona como
modelo.
B. MANTENIMIENTO DE CONDUCTAS
Reforzamiento intermitente:
Cuando existe una conducta de probabilidad muy baja, Recalcamos la necesidad de que
el reforzador se administre de manera inmediata; Cuando encontramos que la conducta
se presenta con la frecuencia suficiente como para considerar que el sujeto la ha adquirido,
y queremos que esta conducta siga dándose sin necesidad de que la representamos
continuamente empezamos el procedimiento llamado reforzamiento intermitente.
Consiste en presentar el reforzador de manera discontinua es decir que se reforzarán
solamente algunas de las respuestas. Estos tipos de reforzamiento intermitente se
denominan de razón y de intervalo. Debemos aclarar que para hacer la transición del
reforzamiento continuo de la conducta al reforzamiento intermitente debe ser de forma
gradual.
Los programas de intervalo se definen en función del tiempo, pero se refuerzan en base a
la primera respuesta que se obtiene luego de transcurrido el tiempo previsto; es decir, el
reforzamiento, cualquiera que sea el programa seguido, siempre debe ser consecuencia
de una respuesta. En los programas de intervalo fijo, IF, se establece un valor en segundos
o minutos, al término de las cuales se refuerza la primera respuesta que se emite; así, por
ejemplo, en un IFv se reforzará la primera respuesta que dé el sujeto luego de
transcurridos tres minutos, no antes. Si el sujeto tarda más de tres minutos, el
reforzamiento se pospondrá hasta el momento en que el sujeto proporcione la respuesta.
Control de estímulos
Los estímulos no causan necesariamente la respuesta, sino que solo guardan una relación
temporal con ella, con respecto a cuya emisión son en cierto modo neutrales. Si un
estímulo está siempre presente cuando se refuerza una respuesta la conducta en cuestión
se emite con mayor probabilidad ante dicho estímulo que en cualquier otra situación.
Decimos que el sujeto distingue o discrimina el estímulo que acompaña al reforzamiento;
lo denominamos estimulo discriminativo. Los estímulos discriminativos pueden ser todo
lo arbitrarios que se desee. El único requisito o propiedad que deben cumplir es asociarse
siempre a las condiciones en que una respuesta se refuerza.
Para poner una conducta bajo control de estímulos el procedimiento es que una vez que
la respuesta se emite con determinada frecuencia, bajo reforzamiento continuo, se
presenta un estímulo cualquiera, de preferencia fácilmente discriminable y se refuerza la
respuesta proporcionada en su presencia con objeto de obtener que la presencia de tal
estímulo aumente notoriamente Ja probabilidad de la respuesta.
Reforzadores condicionados
Tal aparejamiento se realiza el número de veces necesario, que varía de sujeto a sujeto,
objeto a objeto y condición a condición, pero que puede probarse en la práctica mediante
los efectos que va adquiriendo el nuevo reforzador. Podemos decir que poseemos un
reforzador condicionado cuando este puede sustituir al reforzador incondicionado que
utilizamos, y seguimos siendo capaces de mantener la conducta puesto que no disminuye
sensiblemente su frecuencia.
Encadenamiento
Existe una serie de procedimientos de gran utilidad para facilitar la emisión de algunos
tipos de conducta. Estos procedimientos, que abarcan distintas clases de operaciones, se
utilizan generalmente dentro del moldeamiento de la respuesta o bien vinculados a la
aplicación de reforzamiento positivo. Implican la manipulación de variados tipos de
estímulos; en ocasiones requieren que el sujeto posea conductas previas que permitan la
aplicación del procedimiento. Se les denomina estímulos suplementarios y su función es
importante para la adquisición inicial de la respuesta, como procedimientos de apoyo.
Una vez que, a través de ellas, se ha logrado “extraer” o “facilitar” la conducta, se retiran,
para dejar paso a los procedimientos normales.
Estímulos Instigadores
Los instigadores físicos se utilizan para producir la emisión de respuestas motoras como
la articulación vocal, movimientos corporales, La instigación asume tantas formas
posibles como formas físicas tenga la respuesta.
Hay dos tipos adicionales de instigadores, son las instrucciones y los estímulos imitativos.
Estímulos de preparación
Los estímulos de preparación son otra clase de estímulos suplementarios de gran utilidad
para estructurar una situación que favorezca la aparición de una conducta. Su función
principal consiste en un procedimiento adicional que añade “información” respecto a lo
que se espera del sujeto, en la situación particular donde se está reforzando una conducta
en especial. Podemos disponer de gran multitud de estímulos de preparación, pero en
general, dentro de nuestro campo especial de interés, los más importantes son los
siguientes: a) estímulos para respuestas de imitación; b) instrucciones, y c) estímulos
discriminativos sobreimpuestos.
Son estímulos que ya tienen control sobre la conducta que deseamos reforzar dentro de
una nueva situación, o bien son fácilmente discriminables por parte del sujeto; en
consecuencia, establecer una conducta apropiada ante ellos no representa una tarca difícil.
D. REDUCCION DE CONDUCTAS
Estos procedimientos se aplican cuando deseamos que desaparezca una respuesta que está
dentro del repertorio de conductas de un sujeto, se trata de suprimir aquellas conductas
cuyas consecuencias son aversivas o dañinas para otros sujetos o para el mismo sujeto, o
que le impiden tener acceso a fuentes de reforzamiento adicionales.
Extinción
Lo que se hace es sacar al sujeto de la situación cuando emite la conducta que deseamos
suprimir; como consecuencia, el sujeto pierde contacto con los estímulos discriminativos,
reforzadores condicionados y reforzadores incondicionados. Este procedimiento produce
efectos más rápidos que la extinción, aun cuando tiene la obvia desventaja de que no
modifica de manera directa la administración de reforzadores en el medio y no nos otorga
seguridad alguna de que la respuesta no vuelva a aparecer un tiempo después. Lo más
recomendable es asociar el tiempo-fuera del reforzamiento con estímulos discriminativos
que son una forma de control dentro del medio en el que el sujeto da la respuesta
indeseable.
Castigo positivo
Se emplea cuando el sujeto tiene a mano algún reforzador que es susceptible de ser
retirado, es decir cuando podemos quitarle al sujeto un reforzador que obra en su poder,
la naturaleza de este reforzador puede ser muy variada. Consiste en la posibilidad de
quitar, como consecuencia de la conducta, algún reforzador disponible; ello ocasiona la
reducción de la respuesta, cuya consecuencia es la perdida de reforzamiento.
Saciedad
En este caso la supresión de una conducta se basa en la utilización del propio reforzador
que la mantiene. Se aplica de manera muy simple: se aumenta en forma considerable la
administración del reforzamiento, como consecuencia o no de la conducta indeseable que
está manteniendo, hasta que se sacia al sujeto, de manera que el reforzador pierde su valor
como tal. Un reforzador que se presenta con mucha frecuencia y en grandes cantidades
produce saciedad y pierde su eficacia en el mantenimiento de la conducta.