Está en la página 1de 3

MONICIONES DOMINGO DE RAMOS CICLO A

MONICIÓN ÚNICA PARA TODAS LAS LECTURAS: La liturgia de hoy tiene


un sabor agridulce, que comienza con la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén
y termina con la narración de la historia de la pasión y muerte de Jesús, en la
que resuena aquella otra del justo sufriente, tal y como ha quedado plasmada
en los “Cantos del siervo” de Isaías o en el salmo 21. La Carta a los Filipenses
nos ayuda a contemplar este drama de fracaso y sufrimiento humano desde
sus motivaciones más profundas, como fruto de la obediencia a la voluntad
del Padre, que por eso mismo exaltó a su Hijo y no lo abandonó al poder de la
muerte.
Oración de los fieles
Sacerdote: Queridos hermanos, imploremos a Jesús, el Sumo
Sacerdote que en la cruz presentó, con lágrimas en los ojos, oraciones y
súplicas al Padre, y oremos también nosotros por todos los hombres
diciendo: Por tu dolorosa pasión, escúchanos, Señor.
Tú que en la cruz excusaste a los ignorantes y pediste perdón por
ellos, ten piedad de los fieles que han caído en el pecado, dales valor para
recurrir al sacramento de la penitencia y concédeles el gozo del perdón y de
la paz. Oremos.
Tú que derramaste tu sangre en la cruz, por la salvación del mundo,
reconcilia con Dios a los que aún están lejos a causa de la ignorancia, la
indiferencia, la maldad o las propias pasiones. Oremos.
Tú que en la cruz experimentaste la amargura de sentirte triste y
abandonado, apiádate de los enfermos, los afligidos y los oprimidos y
envíales ángeles que los conforte. Oremos.
Tú que recibiste en tu reino al ladrón arrepentido, apiádate de
nosotros, danos sentimientos de contrición y admítenos, después de la
muerte, en tu paraíso. Oremos.
Sacerdote: Dios todopoderoso y eterno, que enviaste a tu Hijo al
mundo, para que, con su pasión, destruyera el pecado y la muerte y, con su
resurrección, nos devolviera la vida y la felicidad, escucha las oraciones de tu
pueblo y haz que podamos gozar de los frutos de la cruz gloriosa de
Jesucristo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén
Monición de las ofrendas: Llevemos ahora al altar las ofrendas de
Vino y Pan. Y como Cristo ofreció su vida por nosotros, ofrezcamos a Él la
nuestra para que la transforme y nos haga merecedores de la gloria eterna.
Monición de la Comunión: Cristo entregó su vida por nuestra
salvación. Ahora nos ofrece su cuerpo y su sangre en el sacrificio del altar.
Acerquémonos a comulgar dignamente y cantamos…
Monición Final: Vayamos ahora a nuestros hogares, no con el
propósito de comenzar una semana de vacaciones, sino una SEMANA
SANTA, obrando con rectitud y participando de todos los actos litúrgicos
que la Iglesia nos ofrece para santificar nuestras vidas en estos días
sagrados.
Oración de los fieles
Sacerdote: Queridos hermanos, imploremos a Jesús, el Sumo
Sacerdote que en la cruz presentó, con lágrimas en los ojos, oraciones y
súplicas al Padre, y oremos también nosotros por todos los hombres
diciendo: Por tu dolorosa pasión, escúchanos, Señor.
Tú que en la cruz excusaste a los ignorantes y pediste perdón por
ellos, ten piedad de los fieles que han caído en el pecado, dales valor para
recurrir al sacramento de la penitencia y concédeles el gozo del perdón y de
la paz. Oremos.
Tú que derramaste tu sangre en la cruz, por la salvación del mundo,
reconcilia con Dios a los que aún están lejos a causa de la ignorancia, la
indiferencia, la maldad o las propias pasiones. Oremos.
Tú que en la cruz experimentaste la amargura de sentirte triste y
abandonado, apiádate de los enfermos, los afligidos y los oprimidos y
envíales ángeles que los conforte. Oremos.
Tú que recibiste en tu reino al ladrón arrepentido, apiádate de
nosotros, danos sentimientos de contrición y admítenos, después de la
muerte, en tu paraíso. Oremos.
Sacerdote: Dios todopoderoso y eterno, que enviaste a tu Hijo al
mundo, para que, con su pasión, destruyera el pecado y la muerte y, con su
resurrección, nos devolviera la vida y la felicidad, escucha las oraciones de
tu pueblo y haz que podamos gozar de los frutos de la cruz gloriosa de
Jesucristo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén

También podría gustarte