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ENSAYO SOBRE EL CAPITULO 3 Y 4 DE “PRUEBAS” DE FABIO

LOPEZ BLANCO

PRESENTADO POR: MICHELLE ARRIETA

DAYANA SALAZAR

CAMILA BONNET

JUAN CORONELL

DOCENTE: EDUARDO LASCANO

UNIVERSIDAD LIBRE SECCIONAL BARRANQUILLA

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES

PROGRAMA DE DERECHO

BARRANQUILLA
TALLER EN CLASE

Del material de lectura entregado correspondiente a la obra Fabio


López blanco sobre “Pruebas”, tercer y cuarto capítulo, para desarrollar los siguientes
puntos:

1.- Establecer, de acuerdo al autor y con nuestro C.G.P., en que consiste el objeto de
la prueba y cuál es su finalidad.

2.- Explicar en qué consiste el “Tema de Prueba”, definiendo cada uno de los temas
de prueba y los que no la requieren según lo desarrolla el autor.

3.- Definir la “Licitud de la Prueba”, la “Conducencia de la prueba”, la “Pertinencia


de la Prueba” y “ la útil y superflua”.

4.- Explicar los diferentes sistemas de “valoración de la Prueba” identificando cual


sistema opera en Colombia.

El curso en el horario de clase deberá hacer la lectura del capítulo y desarrollar los
anteriores puntos, en forma de ensayo sobre el mismo.

El texto se adjunta en copias, sin embargo, en la biblioteca de la facultad encontraran


también el texto referido. 

El ensayo lo pueden trabajar en grupos de tres estudiantes y deberá sustentarse por el


grupo en la clase del jueves 25 de mayo, previo envío al correo institucional del
docente.

Con este trabajo tomaremos parte de la nota para el segundo corte y nos permite ir
desarrollando los temas de estudio según el programa.
En primer lugar, debemos tener en cuenta que el objeto de la prueba son los hechos. Es así, como el

objeto de prueba judicial es la realidad que es susceptible de ser probada. Teniendo en cuenta lo que

advierte Jairo Parra se puede definir que se trata de una noción que es objetiva y abstracta.

Teniendo en cuenta la obra de Fabio López blanco sobre “pruebas” el objeto de prueba son los

hechos cuando en el código general del proceso en el artículo 167 se debe probar el “supuesto de

hecho” y los “hechos notorios” cuando las normas se consagran en el efecto jurídico que en ellas se

persiguen.

Por consiguiente, la finalidad del objeto de la prueba en el derecho es proporcionar evidencia

concreta y objetiva que permita establecer la veracidad o falsedad de los hechos en disputa en un

proceso legal. El profesor Santis Melendo señala que los hechos no se aprueban, que lo que en

realidad se aprueba son las afirmaciones, ya que, los hechos no se aprueban porque los hechos

existen, por lo tanto, la afirmación es lo que se aprueba para hacer referencia a los hechos por ser

ellos los que se acreditan y dan respaldo a la aseveración.

El objetivo principal del objeto de la prueba es brindar al juez o al jurado elementos sólidos y

fiables para tomar decisiones informadas y justas, para que la certeza que adquiera el juez coincida

con la realidad, tal como lo dispone el artículo 42 del código general del proceso. La prueba debe

ser pertinente, es decir, estar directamente relacionada con los hechos en controversia, y ser

admisible según las reglas y procedimientos establecidos por la ley.

En segundo lugar, tenemos el “tema de prueba” según Fabio López blanco en su obra “pruebas”

este es constituido por los hechos que son necesarios llevar certeza de ellos al funcionario judicial.

Para desarrollar los conceptos de licitud (prueba ilícita que se obtiene violando los derechos

fundamentales para lograr la fuente de la prueba o el medio probatorio) conducencia (pertinencia de

una evidencia o argumento presentado en un caso legal) pertinencia (relevancia o adecuación de una
prueba) y la utilidad de la prueba (aportar información relevante y fiable que pueda ayudar a

establecer los hechos)

El hecho notorio es aquel que dada sus características fueron originados y conocidos por sus

asociados, es decir, El hecho notorio en el derecho se refiere a aquellos hechos que son

ampliamente conocidos y aceptados por la sociedad, de tal manera que no requieren de prueba para

ser considerados como verdaderos en un proceso legal. Estos hechos son tan evidentes y públicos

que su existencia es ampliamente reconocida y no es objeto de controversia. La notoriedad puede

ser mundial, continental, regional o puramente municipal. No obstante, con el paso del tiempo

puede dejar de ser hecho notorio lo que en determinado momento lo fue.

El hecho notorio se utiliza como una excepción al principio general de presentar pruebas para

sustentar una afirmación o alegato en un juicio. Esto significa que no es necesario presentar

evidencia adicional para demostrar un hecho notorio, ya que se considera que es de conocimiento

común y de dominio público.

El hecho notorio no requiere de prueba ya que no es la imposibilidad o al menos la dificultad que se

presente al momento de demostrarlo, sino lo superfluo de hacerlo. Por el conocimiento general que

se comenta y se ha mencionado anteriormente.

El doctor Jairo Parra expresa en la obra “pruebas” que solo puede ser considerado el hecho notorio

si se alega, porque de no ser así, se constituye una “abierta pretermisión del derecho de defensa”

(Devís Echandía, 1982) En consecuencia a esto, podemos analizar que el hecho notorio requiere que

se llegue para que el juez pueda reconocerlo.

Para concluir el hecho notorio, en este orden de ideas, si el juez reconoce como notorio un hecho

que no es de carácter notorio, es decir, este hecho debe estar probado, porque, aunque no existe una

norma expresa que imponga la carga procesal de invocar el hecho notorio estaría violando el debido
proceso por impedir el ejercicio del derecho de contradicción de la prueba, estaría violando la ley al

decidir sin existir una prueba el respecto.

La determinación de un hecho como notorio está a cargo del juez o tribunal encargado del caso,

quienes deben basarse en la realidad social y el sentido común para determinar si un hecho en

particular puede considerarse notorio. Algunos ejemplos de hechos notorios pueden ser la existencia

de ciudades importantes, acontecimientos históricos ampliamente conocidos o datos científicos bien

establecidos.

Es importante destacar que la consideración de un hecho como notorio puede variar de acuerdo con

la jurisdicción y el contexto específico de cada caso. Además, la posibilidad de que un hecho sea

considerado notorio no excluye la presentación de pruebas adicionales para respaldar otras

alegaciones o aspectos del caso.

En tercer lugar, encontramos los indicadores económicos nacionales como hechos notorios.

Los indicadores económicos nacionales son considerados hechos notorios debido a su carácter

objetivo y verificable, así como a su impacto en la vida cotidiana de las personas y en la toma de

decisiones empresariales y políticas. Son datos cuantitativos que reflejan la situación económica de

un país en términos de producción, empleo, precios, comercio, entre otros aspectos.

Los indicadores económicos nacionales pueden utilizarse como evidencia para fundamentar

reclamaciones o argumentos relacionados con daños económicos, pérdidas financieras, valoración

de activos, determinación de pérdida de ingresos y otros aspectos económicos relevantes. Estos

indicadores son considerados como hechos notorios debido a su naturaleza objetiva y a su

reconocimiento generalizado. Sin embargo, es importante tener en cuenta que, aunque los

indicadores económicos nacionales son ampliamente aceptados como hechos notorios, su

interpretación y aplicación específica pueden variar dependiendo del contexto y los argumentos
presentados en un caso legal. En algunos casos, puede ser necesario proporcionar pruebas

adicionales o realizar análisis más detallados para respaldar afirmaciones específicas basadas en

estos indicadores.

Las negociaciones indefinidas en el derecho se refieren a situaciones en las que las partes

involucradas en un proceso legal no han llegado a un acuerdo o resolución definitiva sobre un tema

en disputa. En estos casos, las partes continúan negociando o discutiendo en busca de una solución

mutuamente aceptable.

En relación con el hecho notorio, cuando se trata de negociaciones indefinidas, es posible que las

partes reconozcan y acepten ciertos hechos notorios como base común para sus discusiones. Los

hechos notorios, al ser ampliamente conocidos y aceptados, pueden servir como puntos de partida o

fundamentos compartidos en las negociaciones.

Al utilizar hechos notorios en las negociaciones indefinidas, las partes pueden centrarse en aspectos

que no están en disputa y concentrarse en los puntos de desacuerdo o controversia. Al establecer

una base común de conocimiento, los hechos notorios pueden ayudar a agilizar las negociaciones y

a reducir la necesidad de presentar pruebas o evidencia adicional para respaldar afirmaciones

evidentes.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que los hechos notorios pueden no abarcar todos los

aspectos del caso y que aún pueden existir desacuerdos sobre otros puntos relevantes. En tales

casos, las partes pueden necesitar presentar pruebas adicionales o recurrir a otros medios de

resolución de disputas, como la mediación o el arbitraje, para alcanzar una solución definitiva. Los

hechos notorios pueden ser útiles en el proceso de negociación, pero no sustituyen la necesidad de

resolver los aspectos en disputa de manera satisfactoria para todas las partes involucradas.
La carga dinámica de la prueba y la negación indefinida, destacan que la negación indefinida

obedece al reconocimiento de que existen circunstancias en las que se presenta dificultad probatoria

de orden práctico para acreditar el hecho que se quiere probar de ahí es donde se desplaza la carga

dinámica de la prueba concepción que era indefinida y que logró ser regulada desde el siglo pasado

en Colombia.

En el inciso segundo del artículo 167 del código general del proceso, consagran la carga dinámica

de la prueba como “Incumbe a las partes probar el supuesto de hecho de las normas que consagran

el efecto jurídico que ellas persiguen.”

La “carga dinámica de la prueba” es un principio legal que establece que la carga de presentar

pruebas puede cambiar o desplazarse a lo largo del proceso judicial, en función de las circunstancias

y las partes involucradas.

Bajo la carga dinámica de la prueba, generalmente la parte que tiene un mayor acceso a la

información relevante o que se encuentra en una posición de superioridad en términos de

conocimientos o recursos, puede tener la obligación de proporcionar pruebas para respaldar sus

afirmaciones o refutar las afirmaciones de la otra parte.

Este principio puede ser especialmente aplicable en casos donde la información está desigualmente

distribuida o cuando una parte tiene una mayor capacidad para obtener o presentar pruebas

relevantes.

La carga dinámica de la prueba busca asegurar que las partes tengan una oportunidad justa de

presentar su caso y que no se coloque una carga excesiva o desproporcionada en una de las partes.

En resumen, este principio busca equilibrar el proceso y garantizar que las pruebas sean presentadas

de manera justa y equitativa.


La legislación procesal colombiana no hizo referencia a la noción de carga dinámica de la prueba, al

menos de manera directa hasta (la aprobación de la ley 1564 de 2012 o código general del proceso)

En Colombia, el principio de la carga dinámica de la prueba se encuentra consagrado en el Código

General del Proceso, Ley 1564 de 2012. El artículo 167 de dicho código establece que la carga de la

prueba puede variar a lo largo del proceso en función de las circunstancias y la disponibilidad de la

información.

Según este principio, cuando una parte no tiene acceso a la información necesaria para probar un

hecho o cuando hay desigualdad en el acceso a la prueba, se puede aplicar la carga dinámica de la

prueba. Esto implica que la parte que tiene un mayor acceso o control sobre la información

relevante puede tener la obligación de presentarla, incluso si no le correspondería la carga

probatoria en principio.

Fabio López Blanco en su obra “pruebas” expresa que la ley colombiana no se debe probar, en mi

opinión, la ley de Colombia no requiere ser probada en el sentido de tener que demostrar su

existencia o validez. La ley se presume vigente y aplicable a menos que se demuestre lo contrario.

En el sistema jurídico colombiano, la ley se establece mediante un proceso legislativo y es

promulgada por las autoridades competentes. Una vez promulgada, se presume que la ley es válida

y vinculante para todos los ciudadanos y entidades dentro del territorio colombiano. Cuando se

presenta un caso legal, las partes no tienen que probar la existencia de la ley pertinente. En cambio,

deben interpretar y aplicar la ley adecuadamente al caso en cuestión. Sin embargo, las partes pueden

presentar argumentos legales y evidencia para respaldar su interpretación o aplicación de la ley en

disputa.
En cuarto lugar, según Fabio López Blanco, los sistemas de valoración de la prueba son las

directrices que han sido dadas para efectos de orientar al juez acerca de cómo debe estimar los

diversos medios probatorios, tradicionalmente se señalan 2 diferentes sistemas:

1. El sistema de la tarifa legal de pruebas: También denominado prueba tasada, prueba legal o

prueba formal, en el cual la ley establece específicamente el valor de las pruebas y el juez

simplemente aplica lo dispuesto en ella, en ejercicio de una función que puede considerarse

mecánica, este mecanismo es un sistema superado por el tiempo y que hoy en día ningún estatuto

procesal moderno aplica

2. El sistema de la libre apreciación: Este sistema faculta al juez que deba realizar un razonamiento

teniendo en cuenta los hechos del material probatorio aportados al proceso por los medios

probatorio y lleguen mediante acuerdos razonables a la conclusión respectivas, sin estar sujetas a

tarifas preestablecidas.

El sistema que opera en Colombia es el de la libre apreciación debido a que se consagra una total

libertad en materia de medios de pruebas.

Es responsabilidad de los jueces y tribunales aplicar la ley de manera justa y equitativa en base a su

interpretación y al análisis de los argumentos presentados por las partes. Si hay alguna duda sobre la

interpretación de la ley, los jueces pueden recurrir a principios jurídicos, jurisprudencia y otras

fuentes para tomar una decisión informada.

La prueba de la costumbre se encuentra en el artículo 13 de la ley 153 de 1887 señala que (“la

costumbre, siendo general y conforme con la moral cristiana, constituye derecho, á falta de

legislación positiva.”)

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