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¿hacemos tabla

rasa del pasado?


a propósito de la historia
y de los historiadores

jean
st chesnéoux
y 7fLedición
A 07

traducción de ¿HACEMOS TABLA RÍASA


, DEL PASADO?
AURELIO GARZÓN DEL CAMINO

10114 propósito dela bistoria y


de los historiadores

por
JEAN CHESNEAUX

(2
AS

veintiuno
editores

MÉXICO
ESPAÑA
ARGENTINA
NA

COLOMBIA
HO
:
ÍNDICE

siglo. veintiuno. editores, sa de cv


CERRO DEL AGUA 248, DELEGACIÓN COYOACÁN, 04310 MÉXICO, D.F.

siglo. veintiuno. de españa, editores, sa


. CIPLAZA 5, MADRID 33, ESPAÑA
resentación
siglo veintiuno argentina editores, sa 1. La historia como relación activa con el pasado
2, Historia y práctica social: en el campo del
siglo veintiuno de colombia, ltda
AV. 3a. 17-73 PRIMER PISO, BOGOTÁ, D.E. COLOMBIA poder,
3. Historia y práctica social: en el campo de las
luchas populares ' 40
4. ¿Era Marx un “historiador”? 51
3. Invertir la relación pasado£S/presente 60
6. Las falsas evidencias del discurso histórico 71
7. Pequeña sociología del saber histórico 87
8.. Las trampas del cuadripartismo histórico 97
9. La nostalgia del “discurso sobre la historia
universal” 105
10. ¿Tienen una historia común las sociedades
precapitalistas? 113
11.. El capitalismo, agente unificador de la historia 120
12. La interioridad nacional en la historia 128
13. Hacer entrar la historia natural en la historia
social 139
14, Tiempo corto y tiempo largo, continuidad y
edición al cuidado de presentación pinero de simón discontinuidad 148
portada de anhelo hernández 15. Historia por arriba e historia por abajo. Las
masas populares en la historia 159
primera edición en español, 1977
“séptima edición en español, 1985
16. Ritmos de la evolución: progresos y retrocesos,
O siglo xxi editores, s. a. /de c. v. desfases y resurgencias 170
1IsBN 968-23-0520-9 , 17. La inserción de la historia en el espacio: la
geopolítica 180
¡primera :edición en francés, 1976 18. Desenclavar el territorio del historiador: ¿qué
. O librairie frangoise maspero, parís
pluridisciplinaridad? 192
título original: du passé faisons table rase?
19. ¿Qué historia para la revolución? 201
' derechos reservados conforme a la ley
impreso y hecho en méxico/printed and made in mexico

[5]
PRESENTACIÓN

Este ensayo sobre el saber histórico está escrito por un


profesional (in)confortablemente instalado en su cáte-
dra y su situación. Sin embargo, ambiciona ir más allá
de las reflexiones generales sobre la historia que publi-
can no pocos “colegas” desde hace algunos «años, siempre
en el interior del discurso intelectual y del “territorio”
del historiador. ¿Qué lugar ocupa el saber histórico en
la vida social? ¿Actúa en favor del orden establecido o
contra él? ¿Es un producto jerarquizado, que desciende
de los especialistas a los “consumidores de historia” a
través del libro, la televisión o el turismo? ¿O está ante
todo enraizado en una necesidad colectiva, una referencia
al pasado que actúa en todo el cuerpo social, y cuyas
investigaciones especializadas no pasarían de ser un as-
pecto entre otros? Todas estas cuestiones son políticas.
He tratado, pues, de abordarlas en términos directa-
mente políticos, a partir de una reflexión de conjunto
fundada en el rechazo del capitalismo, a partir al mismo
tiempo de la práctica social, de las luchas concretás en
las que he tenido ocasión de participar desde hace algu-
nos años. Digamos a partir de una posición marxista y
comunista, cualquiera que sea la imprecisión y la ambi-
gúedad de estos dos términos. Cualesquiera que sean
también las desventajas que representan, para llevar a
cabo esta reflexión política, mi calidad de universitario
y el: aislamiento social que es la contrapartida de mis
privilegios. He tratado a la vez de reflexionar sobre los
problemas más fundamentales del saber histórico —sobre
el carácter científico del conocimiento histórico, sobre la
objetividad y los límites de los documentos y de las téc-
nicas, sobre las relaciones del acontecimiento y de la
larga duración, sobre la inserción de la historia en el espa-

[7]
PRESENTACIÓN PRESENTACIÓN 9
8

cio geopolítico y en el mundo natural, sobre todo lo que a la manera de los doctrinarios cuyo discurso marxista
impide que la historia humana sea realmente univer- da vueltas sobre sí mismo, infatigable, alimentado com-
sal... —y de pensar históricamente la sociedad en la que placientemente de citas teóricas y de referencias libres-
nos debatimos todos, A elld/se debe que, aquí, las evoca- cas, lejos de las luchas populares y de sus conminaciones
ciones políticas de la actualidad concreta y de las luchas concretas. Y tampoco a la manera de esos ex comba-
tientes del ultraizquierdismo intelectual, cuya burla cíni-
militantes sean tan frecuentes, si no más, que las referen-
cias librescas a los escritos de los demás historiadores. ca y altivez destructora son insoportables; de “esos
Estas luchas constituyen el terreno privilegiado a partir desencantados que se refugian en una metafísica de la
del cual la reflexión histórica se vuelve posible; son ellas, rebelión, que pretenden huir de los dogmatismos arro-
y sólo ellas, las que la hacen necesaria y legítima, las que jando a Marx junto con las aguas sucias de la Kolyma,
constituyen su razón de ser profunda. y a quienes el rechazo del idealismo supuestamente pro-
Casi todos los “colegas” aceptan y hasta reivindican letario obliga a lanzarse en las máquinas anhelantes o la
vivir en situación de doble personalidad. Como historia- iluminación mística”, como dicen tan acertadamente
dores, son neutrales, objetivos, científicos; el militante nuestros camaradas de Révoltes logiques.
antimperialista podrá así convivir en el interior de la ¿Para quién escribes?, dice Lu Xun. Es ésta “una cues-
institución con el ex comunista que se ha granjeado tión fundamental, una cuestión de principio”, dice un
la simpatía de la cia y ha sabido sacarles jugo hábilmente cartel que se compra en cualquier librería de Pekín. Sin
a sus cambios de casaca. Pero cada cual, como persona embargo, muy pocos historiadores comienzan sus obras
“privada”, se considera con derecho a “opciones” polí- tratando de definir su proyecto. Les parece evidente que
ticas que sus colegas habrán de respetar por principio, se dirigen en primer lugar “a sus iguales” (M. de
y que en todo caso se suponen sin repercusión en su Certeau), y después al público “culto” en disponibilidad,
“trabajo científico”. Aquí, esta compartimentación con- con buena voluntad y respeto para instruirse con los que
vencional está deliberadamente rechazada, arrollada. “hacen la historia”. Lo >»
En esta tentativa de clarificar políticamente los pro- Aquí, me dirijo naturalmente a los demás historiado-
blemas del saber histórico, me he apoyado a la vez en la res. Y sobre todo a los que se hallan a disgusto en la
herencia teórica del marxismo, no como dogma, sino corporación, en la institución universitaria en general,
como creación continua (especialmente con Gramsci), porque están a disgusto en la sociedad capitalista, sin que
en las experiencias de la revolución china, cualesquiera necesariamente se hallen a gusto en las estructuras “orga-
que sean sus contradicciones (“lucha entre las dos nizadas” de la izquierda o de la extrema izquierda. Los
líneas”) y sus reticencias al formular teóricamente sus intelectuales en conflicto más o menos latente con el
posiciones sobre no pocos problemas, y finalmente en la orden establecido tienen su puesto en el combate común,
experiencia concreta del ultraizquierdismo occidental, Como los demás intelectuales, tampoco los historiadores
new left norteamericana o “posmayo” de Francia. Llega pueden esperar la desaparición de la cultura burguesa y
un momento en que vale la pena tratar de recoger, de de la sociedad burguesa para interrogarse sobre su esfera
reunir todos estos conocimientos y todas estas experien- propia (aquí la historia) como lo que está en juego en
cias, y mi crítica del saber histórico académico espera las luchas políticas. A condición de no permanecer entre
contribuir un poco a ello. Seguramente de manera par- ellas, confortablemente.
cial y provisional, Pero no —-y esto también de seguro—- La historia es en efecto un saber intelectual que con-
ASAS. PAK IN

10 PRESENTACIÓN PRESENTACIÓN 11

cierne a medios muy amplios: millones de alumnos frente especialistas de la historia, para saber de qué historia
a su manual, de televidentes eligiendo su programa, de tiene hoy necesidad la lucha revolucionaria!
lectores de revistas populares, de turistas visitando un cas- No son los historiadores los únicos en enfrentarse hoy
tillo o una catedral. Indudablemente, es a ellos a quie- con los problemas que les plantea su actividad intelectual
nes debería dirigirme en primer lugar para hablar un profesional a través de su lugar social de trabajo y su
poco con ellos de todos los ardides y trampas del discurso situación concreta. No son los únicos en experimentar
histórico. Pero apenas si es más que un deseo piadoso; inquietud, en buscar una revisión radical del saber cien-
tan rígida es la reclusión de los intelectuales en nuestra tífico elitista. Unos físicos de izquierda han fundado la
sociedad (dejando aparte a aquellos que agradan a los revista Impascience.* ya que para ellos cierta “ciencia”
poderosos de la prensa o de la televisión). Las puertas es un punto muerto del que están impacientes por salir.
invisibles de nuestras universidades se hallan tan hermé- Unos geógrafos abren el expediente y el proceso de la
ticamente cerradas como las de las fábricas de los gran- “geografía de los mandarines y de los expertos”, cómplice
des complejos industriales o las de las unidades hos- activa del aprovechamiento del territorio y otros engra-
pitalarias, najes eficaces del capitalismo tecnocrático avanzado.
El pasado es a la vez lo que se ventila en las luchas Unos etnólogos hacen un llamiamiento para “rematar” la
políticas y un elemento constitutivo de la relación de las etnología como saber especializado. Unos economistas
fuerzas políticas. Sin embargo, en el seno del “movi- de la Acses** se interrogan sobre la crisis actual esfor-
miento” en el sentido norteamericano del término, es zándose por romper a la vez con el academicismo eco-
decir, de todos cuantos luchan a su manera contra el siste- nómico y con la economía “aplicada” de los tecnócratas.
ma, ya sean militantes “organizados” o francotiradores, Los juristas del sindicato de la magistratura han abierto
no siempre se cuidan de las trampas del discurso histó- una brecha decisiva en la ideología judicial dominante,
rico dominante. Proclamamos: “¡Hagamos tabla rasa del por ejemplo a propósito de los accidentes de trabajo. En
pasado!”, pero aceptamos con demasiada facilidad las todos estos casos, por medio de fórmulas muy diversas,
falsas evidencias del saber histórico, el corte cronológico se trata de definir nuevas relaciones entre el saber inte-
por períodos, la afición por el relato en pretérito, la auto- lectual y la lucha política, de la que este saber es un
ridad de la letra impresa, la disociación de los documen- componente activo a través de sus implicaciones ideo-
tos y de los problemas, o la utilización no crítica de los lógicas.
trabajos de los especialistas. Espero alentar a cuantos Este libro trata de adentrarse en esos debates y esas
participan en todas estas luchas sociales y políticas en luchas, pero lleva al mismo tiempo el sello de mis expe-
algún lugar de Francia, obreros o ecólogos, mujeres u riencias lejanas y recientes. “El yo es odioso”, se nos ha
occitanos, a romper con estos automatismos del saber inculcado desde la infancia, y este clasicismo es duro
histórico dominante. A ellos corresponde construir por de desarraigar, Tratando de evaluar en curso de redac-
sí mismos su relación con el pasado, sobre la base natu-
ralmente de los conocimientos comunes; pero en igual * Título que, formado arbitrariamente con las palabras
impasse: callejón sin salida, punto muerto, y science: ciencia,
medida apoyándose en su experiencia propia y sus nece- persigue la homofonía con impatience. [r.]
sidades propias, y formando su pasado una de las amarras ** Acses: Association des Certifiés des Sciences Économiques
de su reflexión fundamental, ¡Invertir la relación jurí- et Sociales (Asociación de Profesores Titulados de Ciencias Eco-
dica entre pasado y presente, «entre especialistas y no nómicas y Sociales). [r.]
12 PRESENTACIÓN PRESENTACIÓN 1 /

ción la aportación original de Marc Bloch, en relación O Los grandes viajes, y todo lo que aportan a los
con los demás escritos franceses de reflexión histórica. privilegiados que han tenido la suerte de disfrutar de ellos.
me llamó inmediatamente la atención su tendencia a Mi carrera universitaria me ha permitido, a expensas de
decir “yo” en su Apologie pour P'histoire, para compro- la colectividad y utilizando hábilmente relaciones perso-
bar inmediatamente que, arrastrado por todos los usos nales y facilidades institucionales como tantos otros, visi-
de los historiadores, yo había comenzado por callar tar repetidas veces China y Vietnam, la Unión Soviética
cuanto, en mi experiencia personal, había aguzado mi y Estados Unidos, Australia y Madagascar. Todos estos
sensibilidad y orientado mi reflexión: largos viajes procuran un contacto casi físico con la tota-
O China y Vietnam, tan a menudo mencionados aquí, lidad planetaria. Han aportado mucho a mi apetito de
fueron durante muchos años mi campo privilegiado de reflexión comparativa sobre el hecho histórico en su gene-
actividad académica, la base de mi “carrera”. Pero tam- ralidad, sobre la historia como pasado común de la
bién un terreno de acción política a través de todos los humanidad, y por lo tanto como base de su futuro co-
movimientos de solidaridad con esos dos pueblos. Y ade- mún, Aunque el nuevo internacionalismo esté buscán-
más un lazo afectivo extremadamente fuerte, fundado dose todavía.
sin duda en un rechazo muy instintivo y muy profundo O El partido comunista, en el que he pasado veintiún
de todo lo que me ha impuesto desde la infancia la socie- años. No habrá más remedio que explicarse un día sobre
dad burguesa, la civilización “cristiana”, la cultura todo lo que representa a la vez como aportación y como
“occidental”, la técnica “moderna”. Cuando he cesado mutilación, Para ello, y no es fácil, hay que superar el
de encontrarme a gusto en el discurso histórico acadé- aspecto de amargura emocional que conservan casi todos
mico en general, he renunciado a la vez a seguir siendo los “ex” respecto al “partido”, sobre todo entre los inte-
un “especialista” universitario de la historia contempo- lectuales, El partido comunista es un hecho social de la
ránea de esos países. Ruptura que me ha sido facilitada Francia contemporánea. Puede entorpecer considerable-
sin duda por el hecho de que China y, parcialmente, mente el poder. Goza de la confianza de amplias seccio-
Vietnam han efectuado con la historia académica una nes de la clase obrera y de las clases medias. Sin embargo,
ruptura más fundamental. Estos pueblos viven intensa- para muchos de nosotros, ha quedado rezagado respecto
mente su relación con el pasado, pero se burlan sobe- de nuestras preocupaciones, por estarlo respecto de las
ranamente de producir tesis “de nivel internacional”, de luchas populares entabladas con tanto dinamismo por
brillar en los coloquios y los seminarios de Occidente, otras capas de la clase obrera y por otros grupos de las
de figurar en el sumario de las revistas orientalistas del clases medias radicalizadas. Las formas “salvajes”* de
mundo capitalista, Aviso a quienes siguen buscando ahí lucha en las fábricas, la crítica del modelo escolar de pro-
tests de la “calidad” de las actividades históricas en los moción individual por el saber individual, la reflexión
nuevos estados de Asia o de África. Porque la lucha revo- sobre el contenido político de la delincuencia, la crítica
lucionaria de los chinos, de los vietnamitas o de los del sexismo y del ejército, su ciudadela, la hostilidad a
camboyanos es ya, por sí misma, una crítica activa del los “pequeños jefes” y al elitismo de los cuadros y de los
discurso histórico académico de Occidente, una áspera especialistas, todo esto no es obra de un puñado de inte-
desautorización de tantos “trabajos” doctos y de tantas lectuales de la extrema izquierda manipulados por la
carreras universitarias “brillantes”; esta lucha revolu-
cionaria hace manifiesta su inanidad total. * Es decir, al margen de toda iniciativa y control sindical. [r.]
14 PRESENTACIÓN PRESENTACIÓN
15

reacción; todo esto alienta en amplias masas, que no postrer avatar de un mandarinato que se mantiene pri-
se encuentran en el partido comunista. “La sociedad vilegiado hasta en sus negativas? Ciertamente ; porque
necesita tanto de contramaestres como de médicos y de mi situación académica (profesor titular de universi-
maestros”, ha dicho franca y lógicamente Georges Séguy, dad) me confiere una real autonomía, una real estabi-
el dirigente comunista de la principal central sindical lidad dentro del marco del sistema actual. Sin embargo,
francesa. Ni médicos descalzos, ni universidades de los que me reprochan Jo que en mis rechazos hay todavía
puertas abiertas, mi comités revolucionarios de fábrica. de privilegiado apenas si han respondido a esta simple
En la esfera del saber histórico, esta negativa a criticar pregunta: ¿por qué tan pocos de mis “iguales” utilizan
la ideología dominante significa para el marxismo aca- sus privilegios en el mismo sentido que yo?... Por lo
démico la adhesión al discurso intelectualista, producti- demás, ¿he roto yo realmente? Se trata de autonomía
vista y tecnicista. Significa la aceptación de los juegos y confortable, no de independencia frugal... Permanezco
de las seducciones del sistema universitario. El presente dentro del “sistema” como tantos otros intelectuales.
libro insiste en ello varias veces, porque esta adhesión ¿Y qué significa la fuga individual? ¿Cuántos fracasos
y esta aceptación son fenómenos relativamente recientes. patéticos, entre los que la han intentado? Yo continúo,
Yo he vivido, al comienzo de la década de 1950, el viraje pues, prestando mi servicio de enseñanza y cobrando las
radical que condujo al par a orientar a sus intelectuales cantidades bastante jugosas a que tengo “derecho”,
hacia las instituciones y el discurso de la burguesía en el incluso si trato de proponer a los estudiantes algo un
momento en que se renunciaba a las tesis de Jdanov tanto distinto de un trozo de saber histórico cortado
sobre “ciencia burguesa y ciencia proletaria” ($ 19). de acuerdo con las reglas.
Hasta. entonces, los intelectuales comunistas franceses, [] Mayo del 68 ha representado mucho para algunos
en la tradición de los escritores militantes como Politzer de nosotros. No es casual que la cínica expresión de
y Jacques Decour, caídos contra el nazismo después de soixante-huitards* acabe de hacer su aparición bajo el
años de trabajo oscuro en las organizaciones obreras, reinado del liberalismo “avanzado” giscardiano. Los peli-
rehuían sistemáticamente las delicias y los venenos de la gros de idealización mítica de mayo del 68 son evidentes,
carrera académica, pero esto le va bien a la burguesía, que necesita un poco
Inmediatamente después de mayo del 68, me fui dis- de sangre fresca, de ideas nuevas, de talentos hasta en-
tanciando a la vez del partido comunista y de la institu- tonces mal empleados, para dar cuerpo a las reformas
ción historiadora, por etapas, en apariencia sin choques cuya necesidad siente. Los soixante-huitards arrepent
i-
brutales, por un proceso que me parece hoy tan natural dos, incorporados a los servicios del medio ambiente
del
que me cuesta trabajo explicármelo aunque fuera unido mercadeo sociológico de la gestión cultural, del consejo
a una muy profunda crisis personal, Me es difícil anali- industrial, de la promoción turística, son innumerables.
zar todo lo que me hizo aceptar durante tantos años el Como los quarante-huitards y otros saint-simonianos que
doble condicionamiento de la “carrera” y del “partido”. sentaron cabeza y entraron al servicio del mercantilismo
L] Porque conozco bien los juegos de mandarines, con del Segundo Imperio hacia 1850-1860, Pero el “Lindo
sus satisfacciones de prestigio, de poder y de dinero. Mayo” merece algo mejor. No hundirse en una mitolo-
Cuando hay que analizar ($ 7) los mecanismos de la
minisociedad de los historiadores, sé de lo que hablo. * Soixante-huitards: “los del 68”, con la terminación
ard,
¿Romper al menos parcialmente con este sistema es el despectiva, quarante-huitards, “los del 48”. [r.)
16 PRESENTACIÓN PRESENTACIÓN 17

gía de evocaciones y unas nostalgias de antiguo comba- de “creador” que pueda tener su redactor... ¿Era pre-
tiente sino tomar la dimensión de mayo del 68 como ciso firmar este libro?
brecha y como: etapa. Pensar históricamente mayo del 68 Firmar un libro es algo que parece natural. El lector
en todo lo que ha abierto y en todo lo que ha expresado, va a poner una etiqueta, el debutante podrá hacerse “un
para poder ir más lejos. , nombre”, el editor disfrutará de la notoriedad del autor
Los temas del presente libro habían sido rumiados que ha publicado ya, y de todos modos, dentro de la
durante años, en el aislamiento o a través de mis “ro” * moral individualista-burguesa de Occidente, cada cual
con los estudiantes. Pero la revisión del saber histórico debe asumir la responsabilidad “privada” de lo que ha
ha progresado mucho recientemente, en especial gracias escrito. “Hacer honor a la propia firma”; esta regla
al movimiento del “Forum-Histoire”,* movimiento que elemental del comercio funciona también para los inte-
agrupa cierto número de historiadores y. de personas lectuales. ...
interesadas en la historia, en una perspectiva de crítica Como si un texto, éste por ejemplo, se lo debiera todo
intelectual social radical. El presente libro es una contrl- a su autor y nada a los demás. Como si las informaciones
bución que no compromete al Forum, pero que debe reunidas aquí, los análisis, los temas hubieran surgido
mucho a sus interrogaciones colectivas; se ha enrique- en el espléndido aislamiento del cerebró de un indivi-
cido con todos los intercambios de ideas a que el Forum duo, El autor no es más que un enlace, la escritura no
ha dado ocasión; gracias al Forum, he podido “hacer es más que un reflejo, Un texto, y eso es lo que el pre-
historia” al margen de las facultades, al menos en esta sente se propone, puede ayudar a plantear los problemas,
ocasión... Gracias les doy aquí, muy calurosamente, a a hacerlos madurar. Pero sus informaciones, sus análisis,
todos aquellos cuyas opiniones y reflexiones han permi- sus temas no han podido ser formulados y despejados
tido enriquecer el texto de este ensayo -—ya porque hayan por su autor sino porque ya circulaban en estado la-
aceptado releer su manuscrito, ya porque hayan sugerido tente, porque ya existían en la conciencia colectiva de
una fórmula o una cita, ya simplemente porque yo haya manera difusa, porque estaban producidos por una prác-
podido sacar partido de un intercambio amistoso de tica social; en el caso presente por la crisis del saber
puntos de vista en algún lugar de Bretaña o en Occi- histórico, tanto entre los productores como entre los con-
tania... y sumidores de ese saber. Si la historia es realmente una
De una manera más general, la exposición de las ideas, referencia activa y colectiva al pasado ($ 1), la reflexión
la reflexión, el análisis, sólo son en apariencia procesos sobre la historia no puede ser sino activa y colectiva
individuales. Todo texto se halla antes que nada enrai- también; las contribuciones individuales sólo cuentan
zado en una sociedad, en un medio social y en un movi- en la medida en que se insertan en esta relación activa y
miento político. En cuanto a la ilusión sobre su libertad colectiva, para mejor formularla, para darle más fuerza.
Una firma, de todos modos, es un hecho individual.
Es la afición a destacarse; no hay sino ver la agitación
* pb: trabajos dirigidos. [r.] febril de la inmensa mayoría de los autores cuando se
1 Forum-Histoire, ver, Unité d'Ecoles de Recherches de geo- trata de corregir las pruebas, de firmar el servicio
grafía y ciencias de la sociedad, Université Paris-VII, 2, place de prensa, de pasar revista a las reseñas que se les han
Jussieu, Paris 75005. El Forum-Histoire anima diversos grupos
de trabajo y publica unos Cuadernos (L*Histoire, pour quoi
consagrado, esto sin hablar de sus derechos de autor.
faire?). Gusta afirmarse, llamar la atención sobre uno mismo,
18 PRESENTACION
PRESENTACIÓN 19
porque es lo que cuenta en el juego social del occidente hablar sobre un libro que no se ha leído sino superficial»
capitalista. Gusta pavonearse sobre la cubierta de un
mente, o que no se ha leído en absoluto, Pero si es un
libro, aunque no siempre sea con los dedos del pie abier-
libro sin embalaje publicitario individualizado, no. se
tos en abanico. .. Contra este exhibicionismo no siempre harán juicios sobre lo que dice, no se mencionará siquie-
franco mi asumido, ¿no es el seudónimo el remedio más ra, más que en el caso de haberlo leído efectivamente
sencillo? ¿Ola firma colectiva, o incluso el anonimato?
por sí mismo.
Marx no había firmado.El manifiesto comunista, que
Para librar al texto de todas estas enmiendas, de todas
sigue siendo su “mejor texto” (como se dice entre los
estas escorias, de todas estas proyecciones aguas arriba
críticos cultos), porque estaba convencido de no ser más y aguas abajo, para que desempeñe su papel de refleja
que un enlace y un reflejo; pensaba que estaba ayudando de una práctica social colectiva a la vez que de contri.
a los obreros revolucionarios de la Liga de los Justos a bución a tal práctica, de nuevo, ¿no es la solución el
deducir sus análisis y perspectivas, y nada más. Los jóve-
anonimato o el seudónimo?...
nes intelectuales radicales que fundaron el Partido Co- Y si al fin decidí firmar este libro, tras de no pocas
munista Chino, en los años veinte y los años treinta, utili- - vacilaciones, es porque un texto, cuya forma se mantiene
zaban sistemáticamente el seudónimo, no tanto. por hoy fatalmente individual, debe siempre mucho a la
precaución contra la policía como por antídoto de la aventura personal, a todo lo que el redactor-trascriptor
valorización del individuo. Se han contado cincuenta y
ha vivido, amado, despreciado, creído, sufrido, rechazado.
tres seudónimos diferentes de Qu Qiubai, crítico literario Firmar un libro es hacer el esfuerzo de decir en él “yo”,
que fue en un momento secretario general del pco y ase-
y esto no es siempre fácil. No se nos ha habituado a
sinado por el Guomindang en 1933. Los científicos radi- ello, y ha sido necesaria una crisis excepcional en su ca-
cales de la revista Impascience practican de manera
rrera de gran universitario, para que Bloch se decidiera
sistemática el anonimato: ningún artículo va firmado. a ello, El presente libro tiene evidentemente valor de
Esto en cuanto a los peligros de la firma aguas arriba, autocrítica, Asumiéndolo personalmente, “firmándolo”,
del lado del autor; pero aguas abajo, del lado del lector, asumo todo el pasado individual del que es resultado,
las ambigiiedades son las mismas. El lector cree conocer
para felicitarme por él tanto como para lamentarlo. Asu-
al autor, su imagen destacada, su pasado. No. leerá
mir; pero sin complacencia narcisista. Los balances indi-
tanto el:texto por su fuerza intrínseca de interpretación. viduales están de moda, ya se trate de los que han triun-
como en relación con esa imagen que se forma del autor.
fado o de aquellos a quienes el sistema ha estado a punto
de sus proyectos, de sus intenciones: “Éste, ¿por dónde se
de aplastar, y los editores son muy aficionados a ello...
anda?” Se buscan las fichas del expediente, y en no po-
Pero “volverse a poner a discusión” no ha molestado
cos críticos hay siempre un detective que despierta: se
jamás a nadie, siempre que no se pase de ahí. ¡Es tan
sacan a la luz citas o recuerdos de veinte años atrás, para
agradable para un intelectual hablar de sí mismo una
poner personalmente.al autor en un aprieto. vez roto el hielo! ¿Cómo llegar más lejos? ¿Cómo tras-
Además, la firma es un elemento de valorización mun-
formar un balance complaciente en fuerza política ofen-
dana y publicitaria en la sociedad del espectáculo. La siva?
literatura política tiene sus estrellas, y todos pretenden Este trabajo se presenta bajo una forma adecuada a
haber leído el último Marcuse o el último Althusser.
su objeto, es decir, incompleto. La reflexión da vueltas y
. Cuando se dispone de este punto de referencia, es fácil más vueltas, los hilos se tejen y se entrecruzan, se vuelve
|
20 PRESENTACIÓN

hacia atrás, se repite varias veces la misma cuestión con


| Ópticas diferentes; teoría stalinista de los cinco estadios
| o sentido histórico del movimiento occitano, crítica: del LA HISTORIA COMO RELACIÓN ACTIVA
marxismo académico o balance complejo de la expe- CON EL PASADO
| riencia china. Camino sinuoso, enmarañado, que no es
sino la expresión de mis incertidumbres,
ll
|| Pero la historia es decididamente algo demasiado im-
| | | portante para que se deje al arbitrio de los historia-
| dores... Territorio especializado o memoria colectiva,— El “hambre
de historia”.— En qué campo se sitúa el saber histórico,—
Ñ Trampas del intelectualismo y del profesionalismo.— Una
expansión artificial.

Muchos historiadores viven en la comodidad corpora-


tiva. La historia es su “oficio”,! su “territorio”.? Son los
especialistas, y se les respeta como tales. La prensa, y más
todavía la televisión, han hecho concreta y familiar su
situación de expertos privilegiados del pasado, Esta co-
modidad corporativa se halla sólidamente instalada en la
ambigiedad misma de la palabra “historia”: el movi-
miento profundo del Tiempo, a la vez que el estudio
que de él se hace. La biología estudia la vida, y la astro-
nomía las estrellas. Pero “la historia” estudia “la histo-
ria”: signo de identificación que alimenta una extraor-
dinaria suficiencia, signo de una trampa que se cierra
sobre sí misma,
Sin embargo, todos tenemos conciencia de que la his-
toria es algo muy distinto, y que nos concierne a todos.
El lenguaje cotidiano está lleno de referencias a la his-
toria. Tenemos la “rueda de la historia”, que gira
implacablemente pero que puede detenerse, acelerarse,
volver hacia atrás. Tenemos las “ironías” de la historia,
sus “estratagemas”, sus “lazos”, sus “designios”, sus “in-

1 M. Bloch, Apologie pour U'histoire ou le métier d'historien.


E. Le Roy Ladurie, Le territoire de l'historien.
a

(21)
22 LA HISTORIA, RELACIÓN ACTIVA CON EL PASADO LA HISTORIA, RELACIÓN ACTIVA CON EL PASADO 23
terioridades” incluso para los espectadores...
Diríase tradictoria de nuestra sociedad con su pasado; pero no es
que la historia es una gran máquina autoselectiv
a, capaz más que un aspecto particular, no siempre el más impor-
de “retener”, o de “olvidar” los personajes, las
fechas, los tante, y jamás independiente del contexto social y de la
hechos; tiene incluso sus “vertederos”, ya que
está bien ideología dominante. o
organizada. Sería capaz de dar “lecciones”,
de distribuir La relación colectiva con el pasado, el conocimiento
laureles a los que han conseguido subir a su
“escenario”, activo del pasado es a la vez coacción y necesidad. El
y hasta dictar “sentencias” desde lo alto de su
“tribu- pasado pesa, y se quiere romper con él. “¡ Hagamos tabla
nal”..., y a veces mantiene sus “enigmas”,
se niega a rasa del pasado!”
hablar,
Tras estas fórmulas, tan habituales que A la vez, “existe una gran hambre de historia entre el
ya ni siquiera pueblo”, según la fórmula empleada por el historiador
nos llaman la atención, hay algo coherente y
peligroso. “aficionado” Claude Manceron. “Siempre se tiene nece-
Tan peligroso como la pretensión de los historiadores
profesionales de acaparar el pasado. A saber, sidad de antepasados cuando el presente hace daño”,
la idea de observaba Le Monde del 26 de julio de 1974 con motivo
que la Historia domina a los hombres desde
el exte- de la publicación simultánea de un libro sobre los galos
rior, que ejerce sobre ellos una autoridad
suprema por y de otro sobre los cow-boys norteamericanos.
estar inscrita en un pasado por definición
irreversible En efecto, este “hambre de historia”, puede quedar
y que hay que inclinarse dócilmente ante ella,
Que, por en algo visceral y primitivo, la búsqueda de un refugio
lo tanto, es el pasado el que manda en el presen
te. contra lo que hace daño. Pero puede también significar
Sin embargo, dice Marx, la historia no realiz una voluntad de lucha, un aferrarse activo, La hoguera
a nada, no posee de Montségur, donde fueron exterminados en 1244 los
ninguna riqueza inmensa, no libra batalla
alguna. Es más bien
el hombr e, el hombre vivo realmente, quien realiz últimos combatientes cátaros, se halla intensamente pre-
a todo, quien
posee y quien lucha. sente en la conciencia occitana renaciente, así como la
trata de negros, en el movimiento del black power, cua-
Si el pasado cuenta es por lo que significa lesquiera que sean las ambigiedades y las incertidumbres
para nos- del movimiento occitano y del movimiento negro.
otros. Es el producto de nuestra memoria
colectiva, es La historia, el pasado, es asunto de todos. Algunos his-
su tejido fundamental, Ya se trate de lo
que se ha sufrido toriadores profesionales lo han comprendido, y han tra-
pasivamente, Verdun, la crisis de 1929-1930,
la ocupa- tado de dar de la historia y del conocimiento histórico
ción nazi, Hiroshima, o de lo que se ha
vivido activa- una definición más colectiva, menos especializada y téc-
mente, el Frente Popular, la Resistencia,
mayo del 68. nica:
Pero este pasado, próximo o lejano igual
mente, tiene (D “es lo que a una época le parece bien advertir en
siempre un sentido para nosotros. Nos ayuda
a compren- otra” (J. Burckhardt) ;
der mejor la sociedad en que vivimos hoy,
a saber qué [O] “es la necesidad que siente cada grupo humano en
defender y preservar, a saber también qué
derribar y des- cada momento de su evolución, de buscar y de poner
truir. La historia es una relación activa
con el pasado. de relieve, en el pasado, los hechos, los acontecimien-
El pasado está presente en todas las esfera
s de la vida tos, las tendencias que preparan el tiempo presente y que
social. El trabajo profesional de los histo
riadores espe- permiten comprenderlo, que ayudan a vivirlo” (Lucien
ciali
zados forma parte de esta relación colec
tiva y con- Febvre)..

l
24
y
LA, HISTORIA, RELACIÓN AGTIVA CON EL PASADO LA HISTORIA, RELACIÓN ACTIVA CON EL PASADO 25
Indudablemente, y estos historiadores
ración eran finalmente mucho de la vieja gene- tiva, la apelación a la historia actúan en última instan-
tros
cross Ens más modestos que nu cia respecto al futuro. La relación dialéctica entre pasado
Ó de computadora; aceptaban
lo a la escucha de su tiempo estar ante
bes y futuro, hecha a la vez de continuidad y de ruptura, de
E uían
y de su pueblo; pero se cohesión y de lucha, es la trama misma de la historia.
a Ene a pesar de todo, unos intelectuales:
r en i “adver- ,
pasado » Comprender el
presente”... La historia de la humanidad es un movimiento constante del
¡| reino de la necesidad hacia el reino de la libertad. En una;
| sociedad, en que subsisten las clases, la lucha
puede tener fin. Y la lucha entre lo viejo y lo nuevo, entre!
de clases no|
Con todo, nuestro conoci ¡
miento del pasado es un | lo. verdadero y lo falso, se proseguirá indefinidamente en la |
tor activo del movimient f,
o de la sociedad, es lo sociedad sin clases. [... La función última del saber histórico
ventila en las luchas política de 5

es, pues,] hacer un balance de las experiencias de la humani-


s e ideológicas, e pe
te disputada, El pasado, el l dad, en materia de descubrimientos, en materia de invención,
Órico pueden funcionar al conocimiento his-
servicio del conservatis ''en materia de creación, en materia de progreso.3
social o al servicio de las
1

luchas populares. La hito


ria Al afirmar el carácter no sólo colectivo sino activo del
conocimiento histórico, de la relación con el pasado, se
relegan al mismo tiempo a segundo plano los temas usua-
les del discurso de la historia, sus falsas evidencias tan
comúnmente admitidas que ni siquiera se toma nadie el
y pa los viñadores amotinados de trabajo de demostrarlas:
mn o > Juana de Arco y
1907. Pero el re
los aniversarios de su caba [J El intelectualismo: el conocimiento intelectual del
a , Cada año, los acapar l- pasado constituiría un objeto válido por sí mismo, inde-
a en Francia el nacionali
o y el catolicismo conser smo pendientemente de la vida social concreta, Ingeniosa-
e¿En . qué cam vador
cam po se sit¡túúa el sabe mente, los historiadores han inventado la distinción entre
sp r hist istóriórico, en qué
unciona la relación activa la historia que se hace y la historia que se escribe. La
2 con el pasado? Nin
istoriador puede eludir esta primera sería asunto de los “políticos”, con la interven-
eseos que sienta de hacerlo. cues tión por muchos ción ocasional, afortunada o lamentable (según se sea
y d situar la relación colectiv de derecha o de izquierda), de las masas populares. La
o , Conocimiento a con el pasado como base
hist
órico, se invierte radica segunda, la que se escribe, estaría a cargo de los histo-
ación presente-pasado. Ya lmente la riadores. -
no es el pasado el que está
Pero este intelectualismo está muy profundamente
arraigado, Es algo natural para los historiadores de ofi-
cio, y el “gran público” se ha acostumbrado a él a su vez.
_ Pero el presente no necesi Marc Bloch escribió su Apologie pour histoire cuando
ta del pasado sino en rela
ción con el porvenir. No se se hallaba expulsado de la Sorbona, acosado por los
trata únicamente de “vivir
E mejor, como el nazis, camino de la Resistencia clandestina, las torturas
se contentaba Lucien
o de cambiarlo Febvre
(o de defenderlo) . La mem
oria colec- 3 Mao Tse-tung, Petit livre rouge, p. 248.
32 HISTORIA Y PRÁCTICA SOCIAL EN EL CAMPO DEL PODER 33

bajo. Lo mismo puede decirse de la moda “retro” en el conservador de 1968) funcionan exactamente de la
cine francés. En los comienzos de los años 1970, refle- misma manera: patronato oficial, estatal, de una cele-
jaba muy estrictamente los mecanismos políticos por bración histórica; espectáculo de masas con regocijos
medio de los cuales la camarilla Pompidou trataba de populares; esquematización de un acontecimiento pasado
mantenerse en el poder; los filmes sobre la Belle Epoque, como fondeadero de la ideología dominante; ocultación
los años 1925, y sobre todo, Vichy, destilaban el cinismo de los aspectos no oficizles del acontecimiento elegido,
político, el arribismo individual, la ignorancia deliberada especialmente de los infortunios y de las luchas de las
de los problemas del presente. masas populares.
Así, el estado llega a intervenir más concretamente, El poder controla todavía el pasado de manera mu-|
para ritualizar el pasado y atraerse a su servicio la memo- cho más activa y directa, Funda su práctica política, su!
ria popular, Son las fiestas nacionales, las conmemora- decisión, sus opciones, en el pasado, sobre todo el más'
ciones y aniversarios solemnes, El 11 de noviembre francés reciente, tal como lo conoce por medio de su policía, sus!
es altamente político; fue en 1919 cuando la fecha del oficinas de investigación y sus informes administrati-'.
armisticio de 1918 se instituyó fiesta nacional francesa, vos. Se trata de una “historia inmediata” de estado, que!
siguiendo la huella del nacionalismo “azul celeste” y la opera en secreto, tanto para reunir sus materiales como
demagogia apolítica de los antiguos combatientes. En para utilizarlos. Funciona en provecho exclusivo del po-:
1970, las fiestas de Persépolis servían en el interior al der, y con una eficacia que pueden atestiguar quienes.
poder absoluto de la monarquía irania, y en el exterior la conocen, por ejemplo, cuando esos documentos son |
a su política de integración en.el mundo “moderno” del divulgados súbitamente después de una guerra, de una |
capitalismo multinacional. En 1974-1976, con motivo revolución o de un escándalo. Esta historia activa funda-;'
del bicentenario de la independencia norteamericana, se da directamente sobre la relación presente-pasado es!
han multiplicado los coloquios doctos y los shozes histó- infinitamente más eficaz que no pocos discursos profes
ricos, los discursos oficiales y los gadgets comerciales, las sionales de historiadores...
reediciones de documentos de la época en formato de lujo El poder del estado vigila igualmente, en la fuente, el
y las visitas de colegiales a los lugares destacados de la conocimiento del pasado. La gran mayoría de los “docu-
revolución; todo lo cual concurre a dar al pueblo norte- mentos de primera mano” ($ 6, crítica de esta noción),
americano la misma idea de su “destino excepcional” que tanto les gustan a los historiadores, son de origen
(Manifest Destiny). Siempre tuvo el derecho de su parte, estatal o paraestatal, y es particularmente cierto en
pero a condición de mantenerse unido, respetuoso de sus todo aquello que se refiere:a los documentos cuanti-
jefes, Los muy vivos antagonismos de clase que se advir- ficados:
tieron en la época de la guerra de independencia se
ocultan celosamente, lo mismo que las relaciones racistas E! territorio del historiador está profundamente marcado,
con los indios, de la “joven democracia”, en las que era jalonado por el dispositivo de represión [...], nuestra memo-
indispensable el genocidio para su desarrollo, via es la memoria del poder que funciona como una mons-
Todos estos aniversarios y todas estas conmemoracio- 'truosa registradora [...]: archivos del aparato del estado
nes (se hubieran podido recordar también los funerales (fisco, moneda, etc.); archivos de Iglesia (contabilidad, ecle-
de Churchill, o el bicentenario de la llegada a Australia siástico, hospitales, registros parroquiales); archivos de los
del capitán Gook, o el centenario del Meiji en el Japón poderes privados (grandes fincas señoriales, grandes compa-
nías comerciales) [,..] De lo real, no conocemos sino aquello
34
HISTORIA Y PRÁCTICA EN EL CAMPO
SOCIAL DEL PODER
35
que podemos inferir de las
series de indicios que el apar
de poder ha registrado y nos ato medios en el poder, comprometidos hoy
ha trasmitido.1 con Argel en una
política neocolonialista poco preocupa
da por analizar sus
El control del pasado y de la orígenes. Tema tabú para la opinión
memoria colectiva por el que prefiere pública francesa.
aparato del estado actúa sobr evacuar los recuerdos y las imágenes
e las “fuentes”. Muy a presión, de de re-
tortura, de la guerra hecha contra un
entero, durante ocho años, y así olvid pueblo
ar su propia respon-
sabilidad colectiva. Y tema tabú para
las “grandes orga-
nizaciones obreras francesas”, para
las que la guerra
de 1954-1962 fue, un poco como
la de 1914-1918, un
minuto de verdad, y el signo patente
de su impotencia
Para poner en obra sus principios
de internacionalismo.
La situación no es diferente en la
propia Argelia, donde
recientemente se constituyó un comi
té nacional de in-
vestigaciones históricas, para reuni
r todos los documen-
pleto. En el término extremo tos y todas las reliquias de la guer
de esta lógica de estado, los cional. ra de liberación na-
mandarines confucianos llamab Dirigido por el jefe de la policía,
an fei a los rebeldes ya era de hecho poner al abrigo todo su objetivo
los disidentes; fer, partícula gram material y todo testi-
atical negativa, los que monio que
no han existido, los que no pudieran ser embarazosos para algun
cuentan a los ojos de la pueblo argel os. El
historia. . ino respondió en masa” al Hamamien
y después no volvió a oír hablar de to. ..
La ocultación es uno de los nada. Una vez más,
procedimientos más co- la memoria popular fue desposeída.
rrientes en este dispositivo de
control del pasado por el La política de ocultación del pasado
poder. El pasado es un import por el poder per-
uno del que hay que des- mite un interesante paralelo entre el discu
embarazarse, Después de la rso histórico
derrota norteamericana en degaullista y el discurso histórico
Indochina, en 1975, Kissinge giscardiano. Test reve-
r declaraba: no podemos lador de todo lo que separa estas dos
permitirnos discutir sobre estrategias políticas
el pasado; lo que necesita de la burguesía francesa. Giscard
mos es la unidad nacional con -
vistas al futuro, Y Mans- ha suprimido la cele-
field, jefe de la “oposición” bración del 8 de mayo, aniversario de
la victo
petía como un eco: estoy de acu
demócrata del Senado, re- mome nto culminante de la mitología degaulliria de 1945,
erdo con el presidente; no sta:
es éste el momento de las recrim
inaciones históricas. Esta guerra ha sido fratricida para Euro
Las guerras imperialistas y colo pa [...]; la aspira-
niales constituyen, en ción común de nuestras Opiniones es
que sea la última Loc;
efecto, un terreno favorito para para dejar bien señalada esta cert
estas operaciones reduc- idumbre es por lo que he
toras. En Francia gusta mucho decidido no volver a conmemorar
hablar largamente de la este aniversario. Ya es hora
Resistencia, convertida en est de abrir el camino del porvenir,
ampa popular apolítica, sin
carácter de clase. Pero, ¡en
cuanto a la guerra de Ar-
gelia!... Tema tabú para Con Giscard, se pasa por lo tanto a
las clases dirigentes y los una ideología de
lernidad sistemáticamente cultivada
desde hace largo
1 “L'Idéal historique”, tiempo por el gran capitalismo norteame
Recherches, núm. 14. ricano,
que re-
pugnaba a la burguesía francesa
junto con De Gaulle
36 HISTORIA Y PRÁCTICA SOCIAL EN El. CAMPO DEI. PODER

=i
=
(“continuar” Francia), y a la que no se adhirió
sino No se nos ocurriría acusar a los revolucionarios viet-
muy prudentemente con Pompidou (exaltar
la moder- namitas, cuando después de la liberación de Saigón
nidad, pero sin romper con las tradiciones del
“terruño”). hicieron un llamamiento al pueblo para que olvidara las
Con Giscard, se dio el paso. La ideología
capitalistadivisiones del pasado inmediato y reconstruyera el país.
norteamericana presenta como “ahistórica”
la conciencia Aquí, el pasado, es decir la actitud de cada cual para con
política norteamericana (por simplista que
sea esta fór- la lucha revolucionaria y para con los agentes norteame-
mula). Giscard trata también de coloc
ar a Francia en ricanos hasta 1975 puede, efectivamente, dificultar la
estado de “ingravidez histórica”. Hay que “vivir
en el obra común de reconstrucción, que es la que goza de prio-
presente”; hay que desinteresarse del pasado,
Se pierden ridad. Pero, ¿en qué casos este tipo de razonamiento coñá
de vista los puntos de referencia que permitiría
n criticar fundado en las aspiraciones y los intereses de las masas:
radicalmente el presente, y definir así para
el porvenir ¿En qué casos no es otra cosa que un discurso de mani-
la exigencia de una sociedad cualitativ
amente distinta. pulación? y
El capitalismo se identifica con el único porve
nir posible El control del pasado por el poder es un fenómeno
para él: el suyo propio. El pasado no ha
desaparecido común a todas las sociedades de clase; pero se efectúa
sin duda de las frases oficiales ni del entor
no cotidiano, según modalidades específicas, en función de las exi-
pero no es ya el soberano en estatua que evoca
ba pode- gencias de cada modo de producción dominante. En las
rosamente De Gaulle, El pasado está ahora
hecho pe- sociedades asiáticas, la historia es un dsunto de estado,
dazos, convertido en elementos dispersos de
un sistema un atributo esencial y un apoyo esencial de cada ciclo
inofensivo, Se manipula en función de las exige
ncias del dinástico. En el occidente feudal, la historia es la prolon-
momento: discursos en el aniversario de Juana
de Arco, gación del discurso moral y religioso del cristianismo me-
emblemas muy “Francia clásica” para ident
ificar un dieval; ilustra la edificación de acuerdo con la moral
bloque de cemento de arrabal, o árbol genea
lógico curio- eristiana, la aceptación de la omnipotencia divina, el res-
so del presidente de la República...
a peto del poder monárquico y señorial, En la Unión
ocultación del asado es un procedimiento favo-
rito del poder. ¿Es el monopolio de las clases dirige Soviética, muy alejada en apariencia en su estractara
ntes? social, se encuentra una relación igualmente específica.
Tanto en China como en la Unión Soviética,
son nume- La teoría llamada de los cinco estadios permite desde la
rosos los casos de silencios voluntarios sobre tal
o cual época estalinista esquematizar cómodamente la histo-
aspecto o figura embarazosos .del pasado: Lin Biao, ria del mundo: comuna primitiva, esclavitud, feudalismo,
Trotski, El pasado molesta a quienes se preocupan
por capitalismo, socialismo. El poder de la burocracia ce
preservar, en el interior de un partido o de
un aparato tica se presenta como el punto culminante de toda a
del estado, y cualquiera que sea la etiqueta polític
a ofi- historia, su legitimidad se halla fundamentada para siem-
cial, su poder particular. ¿Pero es censurable
en sí misma pre; la práctica de la historia forma parte de los meca-
toda marginación del pasado? ¿A quién estorba el
pasa- nismos de defensa de la nueva capa privilegiada, En
do? ¿Cuáles son las prioridades? ¿Dónde se detiene el
enfoque selectivo del pasado en función de las luchas China, donde la situación es mucho más compleja, y
reales, de las prioridades políticas reales, y dónde comie donde se habla abiertamente de “lucha entre las dos
n- líneas”, se encuentra contradictoriamente una historia
za la ocultación deliberada, la falsificación por razón
de popular vivida
ivi al nivel
1 de las masas, fundada
pinsobre su
estado? Toda opción política implica un margen de
error, experiencia propia, y unas prácticas autoritarias, dog-
5

38
HISTORIA Y PRÁCTICA SOCIAL EN EL CAMPO DEL PODER 39
máticas. De una parte,
se hace un amplio llamam - Extraer de cada etapa del pasado la relación especí-
a la memoria popular; iento
de otra, se difama brusca fica entre el saber histórico y el modo de producción
toda la Car rera ant mente
erior de Liu Shao-qi cua dominante, tal debería ser la verdadera: función de la
viene la Crisis, O se cubre ndo sobre-
con el secreto de estado historiografía (o historia de la historia). Sin embargo,
Lin Biao, del que no se dan el caso
más que versiones tardías cuando este estudio logra (bien pocas veces) interesar
fragmentarias, al menos
en el extranjero. En la a dos historiadores de oficio, es bajo una forma pura-
época
mente narrativa, Se describen los progresos del saber
histórico a través de los tiempos, por acumulación de
los conocimientos y afinamiento de los métodos críticos:
esta actividad intelectual autónoma progresa como en un
circuito cerrado.
por presione La confraternidad corporativa de los historiadores se
y s ideoC lógicas difusas y Los hist anexiona con gusto los “colegas” del pasado, Tucídides
convencidos de disponer de su oriad ores estáAn
“libertad científica”, pero y Aben Jaldún, Froissard y Gibbon. Son unos pioneros
Pont en su actividad profesional
uctas o cara(58
aj todas las con- que gusta evocar, aunque no sea más que para conven-
cter6ísti
SD,cas de la sociedad e apititali cerse de que se han “realizado progresos”. De hecho, a
alista en su
través de las relaciones específicas de cada sociedad, las
clases dirigentes casi siempre confiaron el estudio del
empo pasado a profesionales o a semniprofesionales: clérigos y
el pod
Así uel aparato. frailes, burócratas, archiveros, políticos apartados del
“la historia de la Iglesia”,
sistema ideológico que poder, ricos ociosos, profesores. Este carácter selecto es
somete
ote a los católicos: a los valo
continuidad, de autoridad,
res de esta bililidad, d
tabi constante, Prescindiendo de unos pocos historiadores
de adaptación lenta; los e “francotiradores” o militantes, de la casta de Buonarotti,
historiador de Baboeuf, o de Lissagaray, historiador de la
Commune de París, el saber histórico está acaparado por
una minoría que, en connivencia con la clase dirigente,
acepta sus valores ideológicos y lleva en líneas generales
la misma vida confortable; del escriba egipcio al acadé-
mico soviético, pasando por el historiador liberal “de
izquierda”.
en su forma 3 tiende a presenta Si el pasado cuenta para las masas populares, es sobre
r como absoluto, como una la otra vertiente de la vida social, cuando se inserta di-
construcción “histórica”, el sistema actual
miento escolar y de condicion de encerra- rectamente en sus luchas.
amiento de los niños por
la ideología burguesa : respeto pasivo al saber,
tición individual, aceptaci compe-
ón de las desigualdades sos
hee Eos de las desigualdades de “capacid
itud”. ad”, o “de
:
EN EL CAMPO DE LAS LUCHAS POPULARES 41
3
Servia, de Rumania eran otros tantos apoyos aportados
a la lucha de emancipación de estos pueblos contra el
HISTORIA Y PRÁCTICA SOCIAL: dominio austriaco o turco.
EN EL CAMPO DE LAS LUCHAS POPULARES _La voluntad de liberar el pasado, de apoyarse en él
para afirmar la identidad nacional, es igualmente fuerte
en los movimientos de liberación del Tercer Mundo en el
siglo xx, Los nombres mismos de los nuevos estados,
Ghana, Mali, reavivan tradiciones de la Edad Media
El pasado como rechazo y como recurso.— Quebequenses, negra completamente olvidadas en la época coloniak
aborígenes y occitanos.— Fondeaderos de los movimientos na- cuando esos países se llamaban Costa de Oro o Sudán
cionales y de las luchas sociales del pasado: burguesía y masas francés, Los revolucionarios tupamaros han recogido y
populares.— Las celadas del pasado mítico: rigor científico pularizado el nombre del último príncipe inca (Túpac-
y rigor político.— Los “Año 01” como ruptura del Tiempo. maru), que se opuso a los españoles en el siglo xvt:
el pasado es un fondeadero de las luchas del presente, El
proceso de los revolucionarios vietnamitas o palestinos
es el mismo: sus unidades militares, sus ofensivas arma-
En la lucha contra el orden establecido, rechazar el pa- das han sido puestas bajo el patrocinio de ilustres nom-
sado y sus imágenes de opresión es una tendencia natu- res guerreros de su pasado nacional: Tran Hung Dao,
ral. “¡Hagamos tabla rasa del pasado!...” Durante la vencedor de los mongoles en el siglo x111, o Yarmuk, la
revolución francesa, se decapitaban las estatuas, se des- gran victoria de los árabes sobre los bizantinos en el si-
trozaban a martillazos los escudos de armas, se quemaban glo vu. ?
los árboles genealógicos y los pergaminos feudales. En La reivindicación del pasado, su reconquista, suelen
China, la revolución cultural ha hecho un llamamiento adoptar la forma de una inversión de signos y de valores;
para barrer los sijiu, las “cuatro viejas”: viejas ideas, da motivo a una burla, Cuando los militantes indios ocu-
viejas costumbres (colectivas), vieja cultura, viejas cos- paron la vieja fortaleza de Alcatraz en 1970, en la bahía
tumbres (individuales). de San Francisco, ofrecieron pagar simbólicamente 25 dó-
Pero el rechazo del pasado no excluye el recurso al lares de plata: el precio ofrecido con desdén por los
pasado. A la versión oficial del pasado, conforme con blancos a los indios, a cambio de instalarse en la isla
los intereses del poder y, por lo tanto, mutilada, censu- de Manhattan en el siglo xvi.
rada, deformada, las masas oponen una imagen más La conservación de los antiguos parajes forma parte
sólida, una imagen conforme con sus aspiraciones y que de estas reivindicaciones populares; el derecho a un
relleja la riqueza real de su pasado. pasado propio se confunde con el derecho a existir hoy,
Este proceso es muy sensible en el siglo x1x en los mo- como lo explicaba un indio cherokee en 1972:
vimientos de liberación nacional de Europa central. Edi-
ción de viejos textos, redacción de manuales de historia El pueblo cherokee se estableció hace alrededor de dos mil
años a lo largo del río Little Tennessee. Construyeron allí
nacional, presentación de obras de arte de la Edad Me-
casas y pueblos, en los que la sociedad cherokee adquirió
lia, recopilación de cuentos folklóricos, todo lo que valo- forma. Hoy, quedan muy pocos parajes o antiguos poblados
izaba el pasado propio de Bohemia, de Hungría, de cherokees. Todos fueron inundados o destruidos. La única
[40]
42 HISTORIA Y PRÁCTICA SOCIAL
UN £L CAMPO DE LAS LUCHAS POPULARES 43
zona que subsiste, y que tiene una significación para los de “bicentenario de Australia”, fue atropellado por los
cherokees, es el valle del Little Tennessee. Y ahora, también
el valle se halla amenazado de inundación. El nanifestantes que llevaban sobre grandes carteles orla-
gobierno se
propone establecer una presa. os de negro los nombres de las tribus exterminadas
[. ..] ¿Por qué destruir la historia del pueblo, cuando toda por los blancos. Una “embajada aborigen” ha sido
la parte oriental del Tennessee está cubierta de lagos? abierta bajo una tienda de campaña frente al Parla-
[....] Los cherokes hán sido despojados de su tierra, apris- mento de Canberra. ..
cados como si fueran reses, conducidos a una - También en Quebec, se considera la revisión de la
tierra extran-
jera. Se les ha robado su identidad. Se ha destrui historia oficial como uno de los puntos de partida de
do a los
indios cuando se los ha alejado de su tierra. Se los
al declarar que no eran ciudadanos de este país,
ha robado la lucha popular:
y que por
ello no tenían ningún derecho sobre esta tierra.
Ahora, el Nuestras élites nos han contado historias sobre nuestro par
gobierno va a acabar esta destrucción declarando
que esos sado. Jamás han situado ese pasado en la Historia, Las histo»
mismos indios no tienen derecho a disponer de
un lugar al rias que sobre él nos han contado fueron imaginada$ para
que puedan venir y decir a sus nietos: aquí era donde
estaban mantenernos, a nosotros pueblo quebequense, al margen de
nuestros pueblos. Aquí era donde comenzó nuestra
cultura. la Historia. :
Aquí era donde cultivamos nuestra lengua. De aquí
fue de La élite que ha colaborado con el colonizador inglés des-
donde partimos.
[...] El hombre blanco quiere privarnos de pués de la derrota de la rebelión de 1837-1838 ha obrado
esto. Comete como toda élite de un pueblo colonizado. En lugar de luchar
im genocidio total.1
por desembarazar a Quebec del colonizador, se ha vuelto
hacia un pasado “heroico” para no enfrentarse con el pre-
Para los aborígenes de Australia, la afirmación sente. Se ha dedicado a glorificar las hazañas de los Cham-
de su
«pasado original forma parte de su protesta plain, de los Madeleine de Verchéres, de los Santos Mártires
contra la
dominación blanca y contra el casi exterminio de su canadienses...
pue-
blo. Acusan a los manuales australianos de histori Generaciones de canadienses fueron adoctrinadas en este
a de
ignorarlos; insisten en que ocupan aquella nacionalismo de retaguardia; en el que nos definimos como
tierra
desde tiempo inmemorial, desde hace decenas de millar un pueblo elegido que tiene la misión de evangelizar el mundo
es y de difundir la civilización católica francesa por toda Amé-
de años, y que su modo de vida tradicional no agrícol
a, fica. [...]
muy lejos de ser “primitivo”, está fundado en un equili-
brio ecológico y demográfico muy elaborado: limita ón quebequenses, sufrimos el colonialismo. Somos
ción un pueblo prisionero. Para cambiar nuestra situación, es pre-
de la pesca y de la caza, limitación de los nacimientos,
ciso primero conocerla. Para conocerla bien hay que analizar
control de las enfermedades. Es la ocupación blanca
la las fuerzas históricas que la han producido. [...] ,
que ha importado las enfermedades que los asuelan, Este pequeño manual trata de ser una recuperación. La
la que los ha confinado en territorios reservados recuperación de nuestra historia, primer paso de la recupe-
con el
pretexto de evangelizarlos. La reafirmación de ese ración de nosotros mismos como preparación del gran paso:
pasa-
do muy antiguo corre parejas con un despertar la recuperación de nuestro porvenir.?
político;
el séquito de la Reina, que fue en 1970 a conmemorar
la llegada del capitán Cook bajo el vocablo insult De la misma manera, entre los militantes occitanos,
ante
1 Liberation News Service, noviembre 2 Léandre Bergeron, prefacio del Petit manuel d'histoire du
de 1972. Québec, Montreal, 1972.
Ni

+ HISTORIA Y PRÁCTICA SOCIAL EN EL CAMPO DE LAS LUCHAS POPULARES 45

el rechazo de la historia oficial, es decir de “la historia “populares escalonadas a lo largo de los siglos son otros
de Francia” centralista, corre parejas con la voluntad de “tantos fondeaderos para las luchas de hoy contra el
reapropiarse su pasado, para revaluarlo y para afirmarse italismo centralista francés.
mejor ellos mismos, a la vez; Porque el pasado alimenta también las luchas socia-
s. La memoria del movimiento obrero está henchida
Se nos enseña la historia de Francia, declaraban unos jóve- del recuerdo de huelgas en ocasiones de amplitud na-
nes occitanos en la concentración de Montségur de junio cional (“36”), en ocasiones locales, olvidadas por lo
de 1972, es decir, la historia de la centralización seguida por demás, pero que han marcado profundamente una
Luis XIV y Napoleón. Nosotros queremos, por el contrario, región, En Millau, en el mediodía de Francia, las gran-
redescubrir la historia de los pueblos que componen Francia. de la industria del cuero en 1935 forman
des huelgas
Se nos ocultan la poesía de los trovadores, el sistema de ad-
ministración de las ciudades
parte de la experiencia colectiva de los trabajadores.
del mediodía en la Edad Media,
la historia de los campesinos En la novela de Roger Vailland, Beau Masque, este
Camisards, en lucha contra los
soldados de Luis XIV, los levantamientos de los viñadores poder movilizador de la memoria proletaria está sim-
del Languedoc... Se nos ha robado nuestro pasado, y hoy bolizado por la figura del obrero Cuvrot, veterano de
continuamos nuestra historia allí donde se detuvo.? la huelga de 1925 contra los fabricantes de hilados
del pequeño valle del Bugey, en el sur del Jura francés,
A medida que se amplían las reivindicaciones políti- y agitador (en la novela) en las huelgas de 1951 contra
cas de los bretones. de los occitanos, de los alsacianos. la normalización de la producción y los efectos del Plan
de los corsos, contra el centralismo francés, se acentúa Marshall. >
el contenido fopular de su herencia propia; de este En China, el recurso a la menioria popular está torga-
modo, cortan con el apoliticismo conservador de los mizado sistemáticamente. Se recopilan las baladas y los
dardos y de los felibres.* El mismo año 1975, el Frente cuentos que reflejan las tradiciones de lucha campesinas
Cultural Alsaciano celebraba la guerra de los campc- contra la opresión. En 1974, con ocasión de un trivial
sinos de 1425; los bretones conmemoraban el tricente- viaje de turismo, encontré una docena de personas de
nario del levantamiento de los Bonnets Rouges de 1675 edad, acostumbradas a narrar sus recuerdos de la domi-
(cuyo nombre mismo es una reconquista, ya que les nación feudal, de las fábricas capitalistas, de la ocupa-
manuales de historia de Francia lo han ignorado siste- ción japonesa, de la tiranía del Guomindang. Es una
máticamente en beneficio del término “levantamiento política sistemática de comunicación entre las genera-
del papel timbrado”, que refleja el punto de vista de ciones. Los recuerdos de opresión y de lucha valorizan
las fuerzas del orden) ; el teatro occitano de la Carriera la capacidad política del pueblo, su aptitud para ocu-
ponía en escena las huelgas de los mineros de los Cé- parse de sus propios asuntos en el curso de los grandes
vennes en el siglo xix; el teatro occitano de Tolón movimientos de masas como el bond hacia adelante
representaba en todo el mediodía la lucha armada contra o la revolución cultural,
el golpe de estado de Napoleón III, tal como se llevó En Estados Unidos, el pasado también se ventila en
a cabo en los Bajos Alpes (1851). Todas estas luchas las luchas políticas muy vivas. En contra de la versión
tradicionalista de la historia norteamericana, la exalta-
3 Le Monde, 26 de junio de 1972. ción de la frontera supuestamente igualitaria de los pio-
neros, el consensus (unidad de miras), la Manifest
* Felibre: escritor en lengua de oc. [r.]
46 HISTORIA Y PRÁCTICA SOCIAL WN EL CAMPO DE LAS LUCHAS POPULARES 47
destiny, la fe ingenua en la' misión de Estados Unidos secta radical de los levellers e? en E
en el mundo, contra todo esto han arremetido los his- contra la monarquía burguesa
toriadores “revisionistas”: W. A. Williams, G. Kolko, de Inglaterra, ali
taba en una imagen ingenua e idealizada de la demo-
Horowitz y H. Goldberg. Destacan el contenido real
cracia sajona primitiva, antes de la conquista normanda,
del imperialismo norteamericano, el racismo, el carácter
el odio contra los señores y los ricos. Los taiping de
ficticio de la democracia, Recuerdan la importancia de 1e en el siglo xIx, se apoyaban, en su lucha contra
los antagonismos de clase y de los conflictos sociales
€l feudalismo chino y la dominación manchú, en una
a lo largo de toda la historia norteamericana. Destruyen n idealizada de la dinastía Zhou (primer milenio
el mito de la “no historicidad” de la conciencia polí-
antes de J.C.), presentada como una sociedad agrícola
tica norteamericana, mito que deja ol campo libre a la : a
igualitaria.
ideología capitalista de laisser-faire y de la expansión. Durante la revolución francesa, desempeñaban el
En esta lucha participan no sólo los historiadores disi-
mismo papel las estampas de la república romana: tra-
dentes del mundo universitario, sino con más vigor aún
es romanos, o más bien seudorromanos, nombres
las minorías oprimidas del país. Los indios recuerdan
(“Graco” Babeuf), vocabulario político, pintura histó-
que el pasado norteamericano no comenzó con la ]le-
Tica de David. La burguesía y sus aliados sacaban de
gada de los blancos. Los negros reivindican en los pro-
este romanismo de teatro armas contra la cultura mo-
gramas de enseñanza de los Afro Studies, en contra de
'"nárquica y cristiana, parte integrante del antiguo régi-
la imagen convencional de una América cuya historia
; que había que abatir. Lo que contaba era el vigor
es la de los blancos. Los chicanos (mexicano-norteame- Mstóceso político, y no el rigor histórico, Se quería
ricanos) y los puertorriqueños afirman su hispanidad
demostrar que la nueva sociedad era legítima, que podía
contra la cultura anglosajona dominante. Los cajuns se
abrigar la ambición de instaurar un orden nuevo con
aferran a la lengua francesa,
pretensiones universales (las “repúblicas hermanas” del
El conocimiento del pasado mantiene a la vez la edad de oro del romanismo revolucionario
irectorio,
nostalgia y la cólera, según la fórmula grata a los román-
francés de 1798-1799), ya que podía invocar preceden-
ticos ingleses, tes republicanos más antiguos y más respetables que la
“monarquía feudal francesa. on ,
Otros historiadores refieren los hechos para informarnos
los hechos; usted los refiere para suscitar en nuestros cora-
de La función de la historia en la práctica social de las
zones un odio intenso a la mentira, a la ignorancia, a la hipo- clases dirigentes era relativamente fácil de definir (82).
cresía, a la superstición, a la tiranía, y la cólera permane Pero la relación activa que las luchas populares han
ce
incluso después de haberse desvanecido la memoria establecido con su pasado es mucho más compleja, De
de los
hechos.1 “ahí el carácter de inventario descriptivo que tienen los
“ejemplos que acaban de presentarse: Quebec y los in-
Pero también abundan los ejemplos —y éste es un dios de Estados Unidos, los occitanos y los aborígenes,
problema más complejo—, de idealización del pasado las luchas de liberación nacional del siglo xix y las
para asentar más sólidamente las luchas populares con- “luchas obreras contra el patronato francés. Se hace ne-
tra los que poseen y los poderosos. En el siglo xvm, la cesaria una clarificación teórica que rebase el marco
del presente ensayo. Las preguntas son numerosas, y a
1 Carta de Diderot a Voltaire. los que participan en esas luchas es a quienes corres-
48 HISTORIA Y PRÁCTICA SOCIAL GAMPO DE LAS LUCHAS POPULARES 49

ponde en primer lugar contestarlas. ¿No cuenta más el Raymond VII”, en lugar de: mentar guardia
pasado en cuanto a las luchas marginales y minoritarias 'a su ataúd. Y no denuncia únicamente el mito
(es decir, la mayoría de los ejemplos precedentes) que alista de una Francia eterna e indiscutible, sino
en cuanto a las luchas “fuertes”? ¿Es tan importante
la relación con el pasado para los obreros como para los mi ología, acomodaticia para los occitanos [.. ), la de la
campesinos (taiping) o los artesanos (levellers)? ¿En d de oro, tan falsa como la precedente y peligrosa por:
qué caso el recurso al pasado ayuda sobre todo a la 'no menos nacionalista, que nace con: la canción de la Cru-
burguesía a reunir las masas en torno suyo (por ejem- la delos Albigenses, para reaparecer con Mistral y Cía. 7
plo con los movimientos nacionales de Europa en el Bl mito del siglo xmt occitano cumple un doble cometido:
siglo xIx) y en. qué caso se trata de un proceso autén- ensolar un poco a cuantos no se han repuesto de la derrota
ticamente popular? ¿Cómo diferenciar los mitos histó- Muret, 1213, y que a falta de poder hacer una, Occitania
ricos difundidos en el pueblo, y los que fabrica la bur- wal en su siglo se repliegan y refugian en un sueño de opio
guesía para consumo de aquél? y también proporcionar la imagen de una sociedad democrá-
Todas estas cuestiones deben ser abordadas en el a burguesa (tolerancia, igualdad, cultura refinada ds ideo-
la de pequeños burgueses de subprefectura sin influencia
terreno en que se plantean realmente: el de la eficacia
bre la historia... Es preciso liquidar esos sueños que no
política y no el de la erudición. Si hemos de poner a
sirven más que para oscurecer el sentido de la lucha Sra
discusión los éxitos fáciles y frágiles que procuran las nista, la cual se desarrolla en el presente y no en el pasado.
imágenes históricas ficticias, es porque estos éxitos ocul-
tan errores, lagunas, trampas políticas, cuya inexactitud o como siempre, lo que se ventila es político. El)

A
“científica” no es sino el signo exterior, r científico no es una exigencia intelectual abstracta,
En la medida misma en que subestimaban los anta- sho una de las condiciones de un análisis político co-|
gonismos de clase, incluso los de la remota Inglaterra herente.
sajona, los levellers utopistas estaban mal preparados
para luchar contra las clases explotadoras del siglo xvi Quien entrega al pueblo falsas leyendas revolucionarias, quien
inglés, Puesto que aceptaban sin criticarla una imagen lo entretiene con historias melodiosas, es tan criminal como el
idealizada de la república romana, las fuerzas populares geógrafo que levantara mapas mendaces para los navegantes.*
de la revolución francesa estaban mal preparadas para
enfrentarse con la burguesía ascendente, ávida de des- Para las fuerzas populares en lucha por la liberación
viar en su propio y único provecho el movimiento revo- nacional y social, el pasado es por lo tanto un objetivo
lucionario contra la monarquía feudal, Cuando se satis- político, un tema de lucha. Pero es al mismo tiempo
facen con una imagen idílica de la Occitania de antes el lugar de una ruptura, la ocasión de afirmar que debe
de la conquista nordista, los militantes occitanos se comenzar un mundo que sea cualitativamente nuevo,
hallan mal preparados para disputar la dirección de Para esto, es preciso arrancarse del campo histórico
su movimiento a unos notables mucho más preocupados clásico y por lo tanto de su cronología. Lo cualita-
por cambiar sus relaciones con París que sus relaciones tivo afirma así su primacía sobre lo cuantitativo, lo
con los trabajadores occitanos. Y la izquierda occitana, discontinuo sobre lo continuo. Se siente que hay que
| consciente de estos equívocos y de estos lazos, pide “que
5 Forabanda, Bulletin occitan de París, núm. 3.
se entierre de una vez para siempre al conde de Tou-
0 Lissagaray, Histoire de la Commune.
Ñ
50 HISTORIA Y PRÁCTICA SOCIAL | Ma

volver a partir “de cero”, No pocos movimientos seo


lucionarios han proclamado su “Año 01”; han afir Me
mado así su ruptura con el orden establecido, runa »
ruptura del tiempo histórico, Es algo que las. masas SERÁ En PEISTORMADORE
populares comprendían y comprenden inmediatamente,
La república francesa en 1792, la república china en
1912 instituyeron calendarios nuevos, signo de caduci- mb
dad de las monarquías seculares que habían acaparado
la estructura misma del tiempo, signo de advenimien- * marxismo como creación continua, sobre la base de la
ca social.— No es un “discurso sobre la historia uni-
to de una era nueva. En China, desde 1949, no se ha
».— La falsa sistematización de los “cinco estadios”.—
modificado el calendario por razones prácticas, pero se xk parte directamente del presente; no es un “historiador
insiste en el advenimiento de una nueva era (shidai, sta”.— Pensar históricamente el presente, para cam-
término casi cósmico), en el hecho de que desde la
liberación de 1949 “los tiempos han cambiado”, como: dl
dicen los campesinos. deela!
pi
La teoría revolucionaria elaborada por Marx y Engels,
4 a en la acción por Rosa Luxemburg y Le-
min, Gramsci y Mao Tse-tung, es una teoría fundada his-
amente. Analizando a la vez la sociedad de su
y las fases anteriores de la historia de las socie-
es como los teóricos del marxismo han definido
se halla en juego, las vías, las esperanzas de la
lucha contra el orden capitalista y la explotación capi-
talista, con objeto de construir una sociedad socialista
(o unas sociedades socialistas). Las nociones fundamen-
tales del materialismo histórico se aplican al conjunto
de las sociedades humanas conocidas históricamente,
incluidas aquellas en las que vivimos.
“Estas nociones fundamentales constituyen una crea-
ción continua. Se hallan enriquecidas en cada etapa
de la lucha por el socialismo, Con Lenin, se
destacaron las contradicciones internacionales concretas
- del capitalismo, los efectos desiguales de su implantación
planetaria, la oposición entre el imperialismo y los
dependientes. Gramsci, siguiendo la corriente de
las luchas obreras en Occidente, recién terminada la
primera guerra mundial, insistió en la complejidad

51
| 53
¿Lua MARX UN “HISTORIADOR”?
52 ¿ERA MARX UN “HISTORIADOR”?
funciióón de las produccioiones Ccon-
expli1car en
de la superestructura: la sociedad “civil” (familia, A
tura, relaciones sociales) es más frágil que la sociedad Pp orque teoría marxista está fundada sobre la
la
“política”, y puede ser un objetivo revolucionario autó- toria no es una “teoría de la historia”, una
univer-
nomo, ya que no prioritario; los intelectuales pueden y rsión nueva de ese “discurso sobre la historia
e
separarse de la clase dirigente y de la ideología domi- 1! cuya nostalgia conservan tantos AnS
ni ha si 3
nante, y ligarse “orgánicamente” a las clases oprimidas | y decir, que su función principal no es,
general, mecá
y a la revolución. El comunismo chino, cuya ascensión más, la de presentar una explicación
histórico
política domina todo el movimiento socialista del si- a y que sirva de comodín, del desarrollo
concre ta.
glo xx, ha aportado a su vez al marxismo cierto número y las sociedades humanas en su cronología de
de produ cción y
de contribuciones creadoras de primer plano: la polí- Esto es cierto ya de los modos
sta, en su princ ipio, no
tica en el “puesto de mando”, afirmando así el papel “sucesión. | La teoría marxi
inmuta-
de conciencia colectiva en relación con el determinismo duce la historia universal al engadenamiento
de produ cción princ ipale s (teoría
económico; el carácter universal de las contradicciones; “de los modos
modos de pro:
la capacidad política del campesinado y de los cam- estalinista de los “cinco estadios”). Los
pero los tipos
pos; la no infalibilidad de los aparatos del estado y ducción caracterizan tipos de sociedades;
, capit alism o, no se en-
del partido en los países socialistas contra el peligro puros”, esclavitud, feudalismo
a muy excep ciona l, Exist en nu-
permanente de reconstitución de una neoburguesía pri- €
cuent ran sino de maner
vilegiada; la reversibilidad en fin, la revocabilidad de fi cione s inter media s o margi nales , La ma-
das situa
Medi a no
la experiencia socialista, mientras subsiste en el exterior dría de los países de Europa en la Edad
fecto , y la ma-
el entorno capitalista y en el interior las relaciones epresentaban sino un feudalismo imper
emporáneo
de “derecho burgués”. ría de los países del Tercer Mundo cont
forma cione s parci almen te capita-
Las nociones de base del marxismo, modo de produc- ho son otra cosa que esca-
, los modos de produ cción se
ción, lucha de clases, carácter determinante de la eco- stas. Por lo demás
o
nomía en última instancia, carácter universal de las nan de manera compleja en el espacio y el tiemp
los que la teoría
contradicciones, que no han “envejecido”, ni se han según toda una serie de desfases de por
“sobrepasado”, como repiten tan fácilmente generación no da cuenta directamente, y no tiene
marxista
al que funciona.
tras generación, los intelectuales desengañados por el qué hacerlo, ya que no es a este nivel
reflejo de la marea de 1917-1919, o del Frente Popular, ser o” en lados mar-
ales desfases deben
o de la liberación de 1945, o de mayo del 68. Sigue xistas al nivel de la historia concreta.
siendo imposible de analizar de manera satisfactoria la MI nasme nte, los modos de producción no se suceden
cada pue-
historia de la revolución china, o de la V República en ¡mecánicamente ni de manera lineal pasando
Francia, sin referirse al modo de producción dominante por los mismo s estad ios. a
“blo de modo inmutable. e
que caracteriza la sociedad de ambos países, ni a las “concepción unilineal ha bloqueado especialmente
el modo de
relaciones entre fuerzas productivas, relaciones de pro- “rante mucho tiempo las discusiones sobre .
pero mecha
ducción y superestructura, ni al papel de los mecanis- p ucción asiático, vishumbrado por Marx
O
mos económicos, ni a las luchas de clases, ni a las ado desde Stalin por el marxismo soviético. En
ente, por el rodeo de los
contradicciones principales y secundarias. Pero una vez po se menciona sino indirectam
sentado esto, todo comienza. Todo queda por formular

j
54 | ES
¿ERA MARX UN “y >:
PARADOR. “pura MARX UN “HISTORIADOR”?

ano una visión confiada y optimista que las crisis


; delel ¡elo xx no han confirmado. La historia progresa en
: : , Ausenci La metáfora vale por lo que
piedad privada de la tierra en la época nl e:Ípiral, dicen los chinos.
“mpPa”, definido por Marx : como la pero tiene el mérito de recordar el juego com-
un poder del estado que ejerce
comb inac ió
ci ole p i de los avance s y de los retrocesos, que forman
el alto mando elisol id olución de cada pueblo.
mico y de comunidades distr
itales semiautárqui
ee > caia analizar mucho mejor “El marxismo, teoría de la lucha revolucionaria y no
Pol led
sociedades precapitalistas, que no soría destinada al análisis
intelectual del pasado, nació
fi avistas ni feudales en el sentido e las exigencias de la práctic a social. No se apartó un
E aer es decir, que en ellas no está aseg
marx ista momento a examin ar el curso de los siglos sino para
e de la producción ni por la esclavit
urad o er mejor a las luchas del present e. Engels ha enun-
y E ns ud p r i do muy bien estas prioridades de la práctica, estas
la e ta personal, o aciones del presente:
está cid an ci s 2 Ar
concretos, de desfases, de bloqueos, de lieeoni
gionales, de retrocesos, de a stos hechos nuevos [se trata del movimiento chartista de los
rupturas de ritmo, e
gencias, de supervivencias, E s ingleses y del levantamiento de los tejedores de seda
de todo lo cual dos palacio Voneses] nos han obligado a proceder a un nuevo análisis de la
marxistas no pueden dar cuenta directamente. En el Ástoria entera. Entonces ha aparecido ésta como la historia
le las luchas de clases. Y estas clases en lucha no son sino el
broducto de condiciones de producción y de intercambio,
en una palabra, de las condiciones económicas de la época. La
itructura económica de la sociedad constituye siempre el
indamento real a partir del cual es posible en último análisis
óxplicar toda la superestructura de instituciones políticas y
de
nrídicas así como las concepciones religiosas y filosóficas
histórica . Así, el idealis mo fue expulsa do de su
. quedaría asegura: tada etapa
último refugio: la historia. Ésta fue en adclante pensada
ea E gral rueda de la lea pr
eo de ae
cir una perspectiva completamente materialista. Era descu-
“objetivo” de la contradicción
e A P bri un nuevo enfoque para explicar la conciencia de los
uctivas y relaciones de producci
social ne ha de llegar. Es inel ón hombres por su vida real en lugar de explicar como en otro
uctable, basta con Mempo su vida real por su conciencia.
eo : as A dro la invención
objetivas” maduren. El socialismo cesaba, pues, de aparecer como
le lalismo será isible de tal o cual inteligencia genial. Estaba conce-
dl Pero + crítica China del sntis i 1
lamittts.soviético. e bido como un efecto necesario de la lucha entre dos clases
o 7 principio de los retroces engendradas por la historia: el proletariado y la burguesía.
os y de las recaídas
sale de también se trata de una aportaci Ya no tenía por misión forjar de pies a cabeza un sistema
ón da
Enea nueva. Marx, hombre del siglo social próximo a la perfección. Debía, en cambio, analizar el
XIX, here="
e las “Luces”, tenía ciertamente “desarrollo histórico de la economía para descubrir en ella
del progreso hecho aparecer esas clases y su
leyes necesarias habían
56 , b
¿ERA “MARX UN “HISTORIADOR > A MARX UN
al
“HISTORIADOR”?”? 5
57
lucha y para descubrir en semejantes datos los medios quí a de la producción más desarrollada y más diversifi-
emplear para llevar a término el conflicto.1
a. Las categorías que expresan las relaciones de esta so-
dad y garantizan la comprensión de su estructura nos per-
¡| El marxismo representa, pues, no sólo Én al mismo tiempo captar la estructura y las relaciones
una inversión
| del discurso filosófico clásico (volver "producción en las sociedades pasadas” (Grundrisse, p. 35).?
del revés el viejo'
| | idealismo, ponerlo de nuevo en pie),
como todos han decir que, para luchar contra el capitalismo, el
| aprendido a repetir, sino una inversión
igualmente ra- vo de Marx y de los obreros cuyo intérprete era,
| dical del discurso histórico clásico: es
el pasado el que tía en tomarlo históricamente como fenómeno pe-
| depende del presente y no ya lo contr
ario. Y esto des.
| virtúa a tal punto nuestros hábit ; conocer sus orígenes para poder considerar las
os mentales, que se
| patentiza con mucha menor frecu spectivas de su caída. Se hacía preciso demostrar
encia este segundo
aspecto, y menos que nadie los “historiad e el capitalismo no era otra cosa que una forma
ores marxistas”. | mporal de una categoría más general a su vez, el
Henri Lefeb vre ha destacado bien esta inversión de de producción, de la que habían existido en
perspectivas:
ado otras formas, y de la que, por lo tanto, podían
en el futuro otras formas también. Para des-
Marx ha indicado claramente el proceso del
pensamiento del tar el mecanismo de la explotación capitalista tal
historiador. El historiador parte del presente,
y no puede dejar 1 o funcionaba a los ojos de Marx y de Engels, era
de partir de él: experiencia práctica, concep
tos por vía de iso saber de dónde procedía, para demostrar que
explicación. [....] Su marcha es al principio recurr
ente. Va del tener fin, De la misma manera que habían
presente al pasado, Tras de lo cual, vuelye
a lo actual, desde - o fin otros modos de producción, históricamente
luego analizado y conocido, en lugar de ofrecer
al análisis una -
totalidad confusa. Este principio o precepto metod arecidos también. Era preciso definir desde el interior
ológico tiene y
un alcance general. El adulto permite conoce
r al niño, y el s otros modos de producción, y deducir su ley fun-
hombr e al mono, afirma Marx, y no al contrario. Ni el niño ntal. El examen de las sociedades más antiguas,
ni el mono pueden aislarse del devenir global,
del que son Avia clásica, Grecia y Roma, Edad Media, no interviene
momentos de la historia (natural, social, psíqui , en Marx, sino para comunicar a la categoría de
ca). Por lo
demás, queda en el adulto lo bastante del
niño, lo bastante modo de producción su sustancia general. Este examen
del mono en el hombre, para que esta marcha
, pueda reha- no pasa de ahí.
- cerse hacia lo actual, captado al fin en sus
diferencias: en su o hay en Marx, por lo tanto, nada de un “histo-
génesis concreta.
Igualmente, según Marx, Ja sociedad burguesa
ilumina re-
trospectivamente la sociedad feudal; la
economía capitalista
ilumina la economía medieval y antigua. sierda”, en París, Moscú, o Tokio, en la contigilidad
Es preciso analizar
la renta territorial y su papel en el capitalismo
para com-
onfortable entre los aparatos políticos_del partido y
prender lo que fue (y lo que no fue) el producto
del suelo
nstitución universitaria jerarquizada.| Marx no con-
e.1 las demás sociedades; tributo, diezmo, prestación
personal,
sideró jamás el estudio del pasado como una actividad
rentas diversas. “La sociedad burguesa
es la organización intelectual en sí, que tuviera su fin en sí misma, enrai-
tatada
da en una zona autónoma del conocimiento. Como )
1 F. Engels, Le róle de la violence dans Phistoire. 2 H. Lefebvre. La fin de l'histoire.
58 ¿ERA MARX UN “HISTORIADOR”? lA MARX UN “HISTORIADOR”?

ejemplo, repetiremos el citado por P. Vilar, de que i el “historiador marxista” se encuentra aislado de
jamás trató siquiera de escribir un breve resumen de. tica social, existe con todo posibilidad —y nece-
historia de España, que conocía a fondo. Lo que con- |! id— para un estudio del pasado, en ocasiones muy
taba para él era pensar históricamente, políticamente, la' mo, en ocasiones muy lejano, que esté ligado explí-
España de su época. El estudio del pasado no era para mente a las luchas populares en las preguntas y en las
Marx indispensable sino al servicio del presente. ¡ uestas, y que a la vez se valga de todas las experiencias
Es, por lo tanto, fútil y risible tratar de ser, como' ficas del marxismo. En lugar del discurso histórico
lo ambicionan algunos, “el Marx de la esclavitud” o! versitario con salsa marxista, una relación activa con
“el Marx del feudalismo”. Porque el elemento primero, asado, fundada en el marxismo, ¿Qué historia para la
original y fundamental del marxismo estaría aquí ausen- dución ($ 19)?
te, como es la primacía de la práctica social. No sólo'
comprender el mundo, sino trasformarlo. Lo cual intro-
duce una diferencia cualitativa esencial entre nuestro
estudio de la sociedad capitalista y nuestro estudio de
las sociedades del pasado, Si Marx no trató jamás de
presentar un cuadro «coherente y sistemático de las
sociedades asiáticas antiguas, de la antigiedad greco-
romana, o de la Edad Media feudal, si se limitó res- |
pecto de aquéllas a observaciones diseminadas . toda
por
su Obra, no fue por “falta de tiempo”, como sz dice.
a veces lamentándolo. ¡Su “cultura histórica” le habría
permitido realizar tal trabajo! Pero su opción era polí-
tica: el conocimiento profundo y sistemático del pasado :
no constituye un fin. en sí mismo. Marx no era un
“historiador marxista”, pero sí ciertamente un intelec-
tual revolucionario. Su actividad intelectual no tendía:
sino a alimentar las luchas de masas, a ayudarlas en la
medida de sus medios, a definir mejor con ellas sus
objetivos y sus perspectivas. f
Es volver la espalda a la función fundamental del -
marxismo, sumirse con la delectación del erudito en el'
estudio minucioso, como tema de conocimiento en sí,
de la revolución francesa, o de la civilización griega,
o de la modernidad española —o incluso de los alza-.
IMIentos Campesinos o ae: movimiento obrero, y esto |
aunque fuese con las herramientas teóricas del marxis-
mo. Porque es sustraer estas herramientas a su función
específica,
61
nr

s cotidianas de las que, para matizarlas allí donde es


o con tintes nuevos, tomamos en último análisis los ele-
Mos que nos sirven para reconstituir el pasado. [...] El
dito que no siente la inclinación de mirar en torno suyo
INVERTIR LA RELACIÓN a los hombres ni las cosas ni los acontecimientos, merecerá
. o el nombre de útil arqueólogo, pero obrará sensatamente
PASADO < PRESENTE
unciando al de historiador.

Todos, si reflexionamos, hemos hecho la experiencia


lo que tiene de estimulante este contacto con el pre-
nt nt Masa aguzar lla sensibilidad histórica, La visita que
Desenrollar la bobina al revés.— “Hacer historia” sobre el
terreno.— ¿Ayuda el presente a “comprender el pasado”?2—
Ice en 1967 a Alma-Ata no era únicamente una visita
Ei presente afina el perfil del pasado.— El rewriting es nece- 1 el vacío histórico. Mientras que el nombre'de esta
sario.— Un informe operatorio de la Edad Media: Dario it dad evoca, en los cinco continentes, el de Trotski,
Fo.— Amín Dada como historiador crítico. de
afinado en ella antes de su exilio, la mención de su
A
uésped ilustre no evocaba estrictamente nada, no obs-
inte todos les intentos de conversación; ocultación sis-
mática poz los más ancianos, ignorancia total por
Esta inversión deriva de la definición de la historia | joven generación. Pero Alma-Ata es además otra
como relación activa con el pasado. “El hombre se sa. Es una dilatada ciudad situada al pie de los
estigiosos montes Altai, y cuyo paraje mismo produce
E
parece más a su época que a su padre.” Marc Bloch, a
quien le gustaba citar este proverbio árabe, la emprende sensación aguda, casi física, del aislamiento político
vivamente con lo que él llama “el ídolo de los orí. - proscrito de 1930, por el mismo tiempo en que, del
genes”. Es preciso, dice, “desenrollar la bobina al ME tro lado de esas montañas, en la China contigua
revés”, partir de lo conocido y por ejemplo del paisaje ' desarrollaba la primera experiencia concreta y colec-
rural actual de la Francia del norte, para tomar los de una revolución comunista que rompía con el
hilos por los cuales se va remontando después a la matismo burocrático del Komintern, gracias a la
largo del tiempo. Bloch insiste, pues (Apologie pou a de masa y a la movilización compesina. A ambos
Phistoire ), sobre el valor irremplazable de la experiencia dos de los montes Altai, hacia 1930, se dibujaban
cotidiana vivida, sobre lo que él llama “el contacto s líneas de oposición y.de reto al estalinismo dos líneas
perpetuo con el hoy”: Y onciliables, y que siguen siéndolo: el minoritario
se obstinaba valerosamente en sus análisis intelec-
Yo había leído no pocas veces, yo había contado con fre: ales de oposición —o la lucha colectiva para pro-
cuencia relatos de guerra y de batallas. ¿Conocía realmente. er la revolución en la base, desafiando al Komin-
en el sentido pleno del verbo conocer, conocía por dentro en los hechos (negativa de Mao a atacar las grán-
antes de haber experimentado su náusea atroz, lo que sor ciudades en 1931, como pedía Moscú). En el terreno,
para un ejército el cerco, para un pueblo la derrota? [sc] to se siente con una agudeza casi obsesiva.
. Igualmente, mi estancia de 1969 en las zonas de
[60]
IR LA RELACIÓN PASADO PRESENTE 63

"imperialismo francés. Igualmente fue bajo Gambetta,


bella época del “oportunismo” republicano de los
1880 en Francia, cuando florecieron los estudios
dóctos sobre Mirabeau: la filiación política entre ambos
brsonajes era manifiesta, las intimaciones del presente
WN ejercían directamente. Estas intimaciones pueden
ercerse también bajo la forma más irrisoria de la moda:
uN manual francés de historia universitaria de la Edad
ledia en una reedición posterior a 1968, se cree obli-
ado a agregar una sección sobre los marginados, “para
lar al día”... Apremiado, el autor se contentó con
lizar la famosa descripción de la “corte de los mila-
ros”? de París de Nuestra Señora de París, de Víctor
Hugo, sin darse cuenta de que tales páginas se fundaban
en una documentación del siglo xvH...
El vínculo con las preocupaciones actuales suele ser
ás explícito. Hemos citado ya llos galos y los cow-
boys... La publicación reciente de un libro sobre La mu-
iv ' celta no tiene sentido más que si en él vemos el re-
“hermosa” carrera
a Nueva Guinea!), se
universitari flejo del actual avance en el movimiento de las mujeres.
por de dend e blo E Juestra reserva de conocimientos escritos sobre los celtas
Istoriadores. Michelet
o que había obtenido ha dicho, sin caes
de sus paseos a hie de duda jamás, aunque las excavaciones arqueológicas per-
una
mitan un contacto más concreto. Con todo, ha sido hoy
y no en el siglo xvm (época en que se conocía mucho
nejor a los antiguos historiadores romanos) cuando se ha
scrito dicho libro.

“y estimulante del presente. Pero este “contacto perpetuo


“con el hoy”, como dice Marc Bloch, no llega con todo
aún a invertir realmente la relación pasado-presente, El
ítulo del capítulo de Bloch que acaba de citarse es, por
que
q envió yun ejércitoo al Líb otra parte, “comprender el pasado por el presente”.
época e ciendato ano, y haciaÍ 1930.1 "¡Comprender el pasado sería, por lo tanto, el objetivo
da en esas regiones ;
temen , Se trataba E vag "principal del historiador! El recurso al presente no pasa-
de eraci olíti ría de ser un truco de trabajo, un artificio pedagógico
E numismáticos, pla .
rrían a dar su “legitimidad A a o heurístico, un medio hábil de encontrar las buenas
histórica” a estas pad istas, así como también de hacer el pasado “interesante”,
INVERTIR LA RE L. ACIÓN: PASADO PRESENTHNVERTIR
le z
LA RELACIÓN PASADO PRESENTE 65
todo lo más
Un rasgo de concienci :
encia profesional, “Si, para Tomemos un ejemplo: el de la democracia de tipo comu-
soviético. De una parte, la Comuna de París prefigura
viet ruso, y los bolcheviques han estudiado las experien-
y de 1793 y de 1871 para captar mejor el sentido de la
se desarrollaba ante sus ojos; pero, recíprocamente,
periencia de los soviets de 1905, y sobre todo de 1917,
yuda hoy a encontrar, en la Comuna de 1793, el em-
| | del soviet disimulado bajo la ganga (engrosada delibe-
AN No basta, Pues, decir como Dáñiel Guério, ed a bon de historiadores) de la A parla-

Es preciso, y esto trastorna todavía más nuestros hábi-'


, tomar en cuenta el hecho de que la reflexión histó-|
: « «Las luchas de cla 4 es regresiva, de que funciona normalmente a partir!
se del presente las
Ente proyectan una luz nueva sob revoluciones del pre ¿presente, en sentido inverso del fluir del tiempo,y que |
re las luchas de cla -
a del pasado. se y las A es su razón de ser fundamental. Los supervivientes |
ESt, A e e
uizo
lo conservador que fue de la gigantesca carnicería interimperialista de 1914-1918
terra, se apoya ER su His , vislumbró algo d
toriaA de la revolución de In baban de vivir una guerra espantosa en sus proporcio-
a le B Ss, que llamaron espontáneamente la gran guerra; cues-
Ppára afirmar que “la ja E ze rev olu ció n fra nce sa
: O hubier
a sido sido ¡ lE
án de dimensión. Cuando el conflicto de 1937-1939-
compren
“qu 0 En de a no haber estallado la L oa bien (ya que su punto de partida varía según los
sobre : la hice a e losE Est
frauar sa, y sindel las vivas : luces
ncedos ue anejo o! ) se extendió al mundo entero, fue este carác-
el pueblo inglés” ojo . 'r planetario lo que llamó la atención. Esto hizo que se
IMÚ be S10 XIX consagradas a la revy oludció
del sigl
n in e
MÉFItos nuevos que las » las obr as fuera retrospectivamente sensible a lo que había tenido
distinguen” E NO Pposeerían
| No vamos a hacer sino utilizar Da ya de mundial el conflicto precedente. La “segunda gue-
re do
ción de Guizot mundial” dio la ocasión para caracterizar mejor a la
era, identificada desde entonces por relación a la
da. El término “gran guerra” está olvidado por
»mpleto hoy.
Cuando el 8 de marzo de 1975 hicieron un llama-
niento para boicotear “el Año Internacional de la Mu-
organizado por la onu, las militantes feministas
nceses volvieron explícitamente “sobre sus pasos”: no
onmemorar fechas-gadgets, sino a restablecer el víncu-
2920,
la revolución esp con el pasado, para vivir más intensamente el pre-
para no omitir la añ ente:
última en el co
estudiado sino ví, id, : O
emos ,
er Francia... ia batalla socia] de junio de 1936

A
IR LA RELACIÓN PASADO PRESENTE 67

¿Incluso después de 30 años de socialismo: domina-


de los varones, del saber, de los burócratas, de los
mtos”, del pasado. Todavía en China, el estudio
as guerras campesinas entabladas infatigablemente
ra los Han, los Tang, los Song, los Ming, confirma
mpesinado en su capacidad política, ayer para
la revolución, hoy para construir el socialismo
una jornada de acción ido contra la “línea negra”. Para los sinólogos nor-
internacional, - El
El 8 de ma
(23 de febrero del cal hericanos y sus amigos, es un simple caso de rewriting,
endario ruso), comien
revolución por una man za E
ifestación de mujeres. ado imperdonable para el historiador científico, Pero
El 8 de pepa
i nueva escritura es nueva en el sentido de que pre-
contra el fascismo mas
culino. ta hechos “nuevos”, ocultos hasta entonces por la
El
El 8 de marzo de 197
7 5 vol vemos a coger pria mandarinal oficial, o considerados como secun-
historia de luchas de muj el hilo d
eres. No para conmem 5, mencionados apenas en los manuales doctos. Esta
afirmar que nuestra his orar, q pd
toria no ha aguardado a escritura, si bien se impone el no alterar ni esque-
,

nada (peligro que existe), permite a la vez un


jor conocimiento objetivo del pasado, y una orienta-
Mm mejor también del movimiento político presente.
gor histórico y rigor político que se apoyan mutua-
nte.
Lo que cuenta, pues, es el carácter operatorio de la
ación con el pasado, su aptitud para responder a las
encias del presente, y no la distancia cronológica.
a Edad Media, al menos en Francia, pasa por ser la
y elo hombre al mono: adela del conservatismo histórico: Ecole des Chartes
> POrque son el adulto
a poseen el domini y el h ue forma el cuerpo de los archiveros del estado), docto
o de sy Porvenir, La
e saber histórico se hal Cinoliias Oluntariado de los hidalguillos y de los canónigos, ideali-
la en la práctica activa,
En China, se dice Gu
wei
1 , ción de la cristiandad medieval, “luz y sonido” en los
jin : ; astillos. Con todo, se pueden definir perspectivas de his-
a de la Edad Media que se hallen enraizadas en
estras preocupaciones, en nuestras luchas, y que sean
apaces de reforzarlas, de clarificarlas.
Tal era ya la actitud de los románticos ingleses. Para
los, la Edad Media era una Edad Media de lucha, un
strumento de supervivencia” contra el capitalismo:
dex* Hoja
(mánode de
propaga
15 nd de las organizaadciones feminista
ó
s fran. + «La tradición no es supervivencia, sino instrumento de
pervivencia; no folklore sino polo de oposición a la orga-
68 INVERTIR LA RELACIÓN PASADO
PRESEN MIR LA RELACIÓN PASADO PRESENTE 9
nización de la miseria intensificada. Se :
reprimido de las instituciones. trata de descubrir
jemplo privilegiado, Por lo demás, incluso en régi-
Los románticos exhuman así pitalista de “libertad del mercado del trabajo s
el mundo celta, la Edad-M
dia, para destacar en é :ción extraeconómica, es decir, el ejercicio de la
a y de la violencia física e ideológica para organizar
mismo que la democracia
mido mítico de los sistemas
primitiva constituye lo rep roducción, ocupa un lugar importante en la vida
de estado, las ideologías feud IL Los trabajadores emigrados saben algo de esto;
por
( ejemplo del honor, del resp ale
Por imaginarias que sean, eto a la mujer) constituye ajan en régimen de salariado “puro”; el escaso
lo reprimido de las relacion que reciben está subordinado a la aceptación de
dinero y de provecho. La es d
memoria histórica no es
La historiografía romántica,
colocada bajo el signo de la
neutral tiples violencias e intimidaciones por la policía, por
talgia y de la cólera,
va, como la memoria
no > tramaestre, por el blanco racista en el metro... La
rodear el recuerdo traumati individual, ; ción extraeconómica, infiltrada insidiosamente en
zante para sacar de la imag
dichas ficticias la certeza en d ( relaciones capitalistas, era la base misma del modo
de que otras dichas fueron
posibles.
lroducción feudal; la Edad Media no está tan lejos de
En Italia,
i el actor de extrema izquierda, Dario Fo. ha stras preocupaciones...
lectura Igualmente también, la ar-
medieval no es sólo una curiosidad para vaca-
tratado de crear:un teatro político militante, enraizad.
Mas o arqueólogos; está cargada de una función
en el pasado. Este intento lo ha conducido, a él también es un signo ideológico. Lo “construido” es uno
a 13 Edad Media. Pero no la de los eruditos. Se ha entro- atributos del poder, un poderoso instrumento de
Lombardía,
a recurriendo incluso
ea a técnicas
Popular muy urbano
medieval de
especia).- lo ación
construido y de crden político. Esta relación
socialy del poder, tan manifiesta en la socie-
sadas (paleografía), ya que tales obras eran casi siempre l medieval, está lejos de haber perdido toda actua-
Inaccesibles
de lucha, Al en versión moderna, Pero es una empresa nunque funcione hoy de una manera diferente.
resucitar la falta de respeto fundamental de ue descifrar la función política de las estructuras

| Jillare y con a vepertorio de los que se nos encajona: torres, autopistas, espacios “ver-
| Dario
Das Fo oa
afirma sin discursos ito ábllcda Populares,
la capacidad política y > (inactivos),
add ; barrios residenciales, supermercados

as o LaS ayuda ¡ Estos, tres ejemplos, lo que cuenta es la relación


Dario Fo (Collectivo Teatrale La commune)
ae ha repre-
compañía de 3 lencia:
plícita tal o. cual nuestras
nuestrosde problemas,
entrehistórica luchas, y la
, sio ¡o aspecto de: la Edad
sentado en toda Italia obras antiguas olvidadas hasÉ, En Mientras que la relación pasado —> presente está
de los más doctos. ,
se en el silencio, la ocultación, la compartimen-
de LAnuestra
Edil Media, Interrogada a partir de los problemas
época, puede aportar igualmente no pocas ón, lo no dicho, la relación inversa, presente —> pasa-
o, debe ser explícita, dicha a la luz del día, y por
lo
bajadores están oca
con frecuencia Boy, las Juchas-de
impregnadas los tra.
de mezquin- Eto politizada. Invertir la relación pasado-presente
Mnbión con bastante frecuencia, invertir los signos,
dad corporativa, de la que la Edad Media constituve Eastocar los convenios corrientes sobre la significación
? Paul Rozenberg, Le
romantisme anglajs, y “el alcance de tal hecho. Duguesclin se halla, desde
juestra primera infancia, impreso en nuestra imagina-
70
IN VERTIR LA RELACI
ÓN
Ó PASADO PRESEN
ción como un personaje
positiw O, héroe
el Inglés, de la lucha
F ara los con
militantes
bretona bretones
, es y la sensibilida
ho y un traido
1 r a Bretaña, un colaboraci
on; 18
'L DISCURSO HISTÓ
ñ:4 | RICO >
s

tales” _de de gobier


j no deberí
los métodos “hábil
la b:
es” de « alto del hecho histórico, fuentes y trabajos, diacronía-sincro-
urgu essia 1n:
ng lessa
3 por que e, .
británicos Cc uando com , 1 prim e; r cuidado 1

donar el imperio. fue yr erOn que habí ;ctivismo:


d; OS e r histórico
' | e 1 Tigo! a ec
'a ñ
e fue bloquear en las colonias: Patos el discurso histórico como reflejo y como apoyo
y la marea asce 2 va s la ideología dominante.— ¿Qué historiador puede estar
guro de que se le leerá en el futuro?

cuyo alcance: e Deia ño

es Político-histórico es ntre “gentes del oficio”, hay cosas que parecen claras.
lodo lo más, el profesor curtido se asombrará de que el
vestigador principiante no acepte espontáneamente las
as evidencias. Este adoctrinamiento implícito fun-
. lona de manera extremadamente eficaz y contribuye a
(carga del. homb re blanco) “N oldar, a perpetuar la cohesión de la corporación de his-
loriadores. Sin embargo, muchas de estas falsas certidum-
mi . O es
;
no pueda ca-
a los periodistas; pero dee €S, cuando se
a j
loac óad a
E Var por negros...” Sevinw; ye bres pueden estar sujetas a revisión, N
Nvierte pasado
nte... El hecho histórico , que sería verdade ro o falso de una
Permitir al hombre vez para siempre, y que se debe tener la ambició n de
comprender
establecer en su desnudez, en su objetividad absoluta.
| « H. Carr. : In
Este positivismo del siglo xrx cientifista sigue siendo muy
¿1 el que da por
dud ablemente profundo entre los Historiadores. No tiene en cuenta ni
sí sólo su bentidod
e pe efectos de la observación humana sobre todo fenó-
meno real, ni las contradicciones inherentes a cada uno
ero,

de ellos. En los países anglosajones, más abiertamente


“todavía que en Francia, este positivismo pragmatista se
expresa por la distinción radical, inculcada desde la es-
cuela primaria, entre facts y values. Los unos existen por
sí mismos, en lo absoluto, los otros se dejan a la libertad
01
a
72 FALSAS EVIDENCIAS DEL DISCURSO HISTÓRICO LSAS EVIDENCIAS DEL DISCURSO HISTÓRICO 73
subjetiva de cada cual (porque se es liber
prohibido, de hecho es inimagin al). Pero está ulada parcialidad del historiador proletario es qY ames
able, analizar las rela- le con la mayor preocupación por la verdad. orqui a
ciones entre los unos y los otros
. ente la clase obrera obtendría toda clase de Mg E
Someter a discusión este positivi
smo no significa de clase de circunstancias, del conocimiento de ES E :
ningún modo que haya que
refugiarse en un relativismo a tiene que ocultar, en la historia por lo menos. Las m ]
cínico (“¡a cada cual su verdad
histórica!”) Los hechos ras sociales siempre han servido, y sirven todavía, e enga
históricos son reconocibles científi ala. Ella las refuta para vencer y vence refutándolas.
camente, pero esta exi-
gencia debe tener en cuenta sus
Características específi-
cas. Por una parte, los hechos Jamás unos sinólogos instalados en el silencio confor-
históricos son contradic- *
torios como el eurso mismo de la
historia; son percibidos
diferentemente ( por estar ocultos ivel de información técnica, hubieran podido liberar |
diferentemente), según
el tiempo, el lugar, la clase, la ' historia china de la versión mandarinal (ciolos dinás-
ideología. Por otra parte,
son inasequibles a la experimentac ti os, mandato del cielo, etc.) y poner en evidencia el
ión directa, a causa
de su naturaleza pasada; no yapel fundamental de las masas populares, de los Sec
son susceptibles sino de
enfoques progresivos, cada vez ientos campesinos sobre todo, en la evolución de la|
más próximos a lo real,
jamás acabados ni com pletos.
La exigencia de rigor cien-
tífico, indispensable para precaver
se de los mitos y de
las fábulas, debe tender a “liberar ca! te sobre las murallas que cercan toda ciuiudad. Sin
los” de todo lo que los
deforma y los oculta 3 se prec er Basto la función profunda de dichas murallas 07
isan los conocimientos,
se les da una sustancia cada vez ía sido nunca puesta en evidencia por los arqueó-
más rica y más objetiva,
Todo esto, lejos de reclamar cual 'os indiferentes a los hechos políticos; esas murallas,
quier “neutralidad polí-
tica”, cualquier “ob jetividad” de tuadas muchas veces a millares de kiló: tros de >
parte del historiador, no
puede realizarse sino a través E
fronteras, no protegen la ciudad contra las in
. S .
e pa
Al Jr

de las exigencias de la
lucha política. Hay que denuncia lo demás, en China no ha habido guerras i
r en sus raíces políticas
las interpretaciones erróneas y
las lagunas voluntarias,
que están ligadas a prácticas de 1] Occidente medieval. Las murallas de las cudaldles:
opresión y de alienación
en provecho del poder y de las tienen una función de clase: proteger el podes xupeial
clases dirigentes. Lo real
cbjetivo es siempre perfectible, y su burocracia, tan fuerte en esta sociedad asiática”, |
a medida que nuevos
problemas políticos planteados contra los accesos de cólera campesina. Para compren-
por el presente permiten
interrogar al pasado con una acui der esto, para poner en evidencia todo el peso del cam- '
dad y precisión cada
vez mayores, si n la historia de las dinastías chinas, es preciso
oso vinculado políticamente a la lucha de los cast
La pretendida imparcialidad pesinos, como lo están los historiadores chinos de China, |
de los historiadores no pasa
ser una leyenda, destinada de popular. Pero dado ese paso, se trata de una experiencia. |
a consolidar ciertas convicci
útiles. Bastarían para destruir ones irreversible, no de una subjetividad política que ia '
esta leyenda, si ello fuese nece
sario, las obras que se han - yera a otra.
publicado acerca de la gran
El historiador pertenece siem guerra.
pre “a su tiempo”, es deci
clase social, a su país, r, a su 1 Victor Serge, prólogo a El año 1 de la revolución rusa,
a su medio político. Sólo la no disi- México, Siglo XXI, 1965.
74 FALSAS EVIDENCIAS DEL DISCURSO HISTÓRICI SAS EVIDENCIAS DEL DISCURSO HISTÓRICO 75
Fue y rebajas Todo historiador, part
cuando se trata de “juzgar” a un debu icularmente aensión del tiempo (la diacronía) y en una serie hori-
tante o de evalua atal, por referencia al conjunto del que es contempo-
el trabajo de un colega, examina
grafía, A una buena bibliografía se
ante todo
la biblio neo (sincronía). Este método de análisis está fundado
le pide que distinga dre otra falsa evidencia: la totalidad del pasado me-
estrictamente los materiales primario
s (“fuentes”) y lo e en el mismo grado nuestra atención y nuestra acti-
escritos. de los demás historiadore
s (“trabajos”). Entre d de estudio, Los fanáticos de la sincronía-diacronía
los escritos que permiten conocer el
pasado, los historia ljeren crucificar al hombre, inmovilizarlo en la inter-
dores. reivindican así un estatuto
a , con base cor ción de estas dos dimensiones inmutables, cuadricular
porativa una vez más. Los escritos
de sus “colegas”, in:
oluso antiguos, se distinguen así de
los demás materiales Pero hay lugar hoy para otra referencia al pasado
relativos al pasado: leyes, otros docu
mentos públicos, do- blando por imágenes, digamos que en lugar del cua-
cumentos administrativos, correspo
ndencia privada ¿As
cursos públicos, etc. Pero este conv
enio cómodo constitu. terior, se puede considerar una especie de éspiral en||
centro de la cual se encuentre el observador interior!
l campo histórico. Esta espiral se aparta de él a me-||
: los hechos o posterior, . efleja_sino incomple da que el tiempo se aleja; pero establece una relación
7 recta con cada punto del pasado, selectivamente en| |
inción de las preocupaciones de su época. La relación! |
? nuestra época con cada época del pasado es más |
portante que la relación de cada época del pasad A
» elmemorialista, el orador-el
Por otra parte, ¿qué es el Info,
m el resto del pasado. Dejemos que los muertos entiez |
rme sobre el movimiento Én a sus muertos... ¡
campesino en el Hunan, compuesto en
Tse-tung, y que
1927 por Mao Periodización. Es una extensión, un refinamiento, de
es un clásico de nuestro cono cimiento diacronía. No sólo el historiador destaca la sucesión
del campesinado chino? ¿Qué es
el imperialismo, fase e los hechos en el tiempo, su “genealogía”; sino que su
superior del capitalismo, de Lenin?
¿Es una fuente o un Ibor principal sería organizar y ritmar este flujo del
estudio? La respuesta no tiene sentido
y, por lo tanto, la Émpo, descubrir sus ejes, las etapas más o menos estáti-
Pregunta tampoco. Cuanto más vinc
ulados a las preocu- Is y las bruscas aceleraciones, los “períodos”. Este tipo
paciones políticas se hallan los estu
dios, como los de > análisis histórico forma parte de la vieja nostalgia del
l Mao y de Lenin, y más se sustraen a
| las categorías técni- scurso sobre la Historia Universal” ($ 9). Era un
cas del discurso histórico, más pate
ntizan su carácter ercicio favorito de los analistas dinásticos de todos
[ artificial,
Ñ Diacronia-sincronía. Los historiadore s países, así como de los filósofos de la burguesía ascen-
| s, solícitos siem- ente, Voltaire, Volney, Gibbon. Ha recobrado un nuevo
pre en poner a la moda del patchwor
k los “vestidos nue- tractivo con el marxismo académico, especialmente en
vos de Clío”, han tomado de la
lingúística formalista | Unión Soviética. El flujo cronológico sería un proceso
llamada saussuriana estas dos categorí
as. Todo fenóme- omogéneo y masivo, externo a aquel que quiere estu-
no histórico, como todo hecho
lingúístico, debería anal;- liarlo, y que es preciso únicamente saberlo recortar con
zarse a la vez en una serie verti
cal, a lo largo de la tabilidad para demostrar el virtuosismo en el manejo

76 FALSAS EVIDENCIAS DEL DISCURSO HISTÓRICO ILSAS EVIDENCIAS DEL DISCURSO HISTÓRICO 17

diacronía bl materialismo histórico. En la universidad de Moscú,


“repartir los programas de los cursos, se ha llegado
Á icluso a cortar el reinado de Kangxi, el emperador
Edad Media Wh= == p- -— lanchú más grande, en función de la revolución in-
lesa de 1688: la lógica formal de los estadios de la his-
Antiguo ria universal goza de prioridad sobre el devenir propio
a Fu e lr bis e cada pueblo.
régimen
realidad histórica sa manía de la periodización se ve todavía reforzada
“puntual” ) ida práctica pedagógica: a partir del momento en que
Napoleón «+ — sincronía
único objetivo de la historia es proporcionar un cua-
to neutro de la serie de los tiempos, cuyo desarrollo se
ectuaría fuera de nosotros, es práctico fijar puntos
111 República «+ —- - — » referencia, cortar secciones. Se divide y subdivide la
istoria militar de la guerra de 1914-1918, la historia
v v le las negociaciones del tratado de Viena, o la de las
observador
sambleas de la revolución francesa... juego sin fin,
(exterior) m el doble sentido de la palabra. E
De nuevo, se ha trasformado en evidencia lo que no
Fa otra cosa que una técnica de estudio, justificada en
lertos casos únicamente. Si se hace necesaria una perio-
conscriptos rebeldes ización correcta del movimiento de mayo de 1968, es
motines de los viñadores del Jorque el estudio de mayo de 1968 tiene una función
Languedoc en 1907 1811
lítica, porque puede ayudarnos a comprender mejor
lómo funciona y puede evolucionar una crisis política
mayor en la Francia contemporánea. Puede ciertamente
er útil conocer mejor la periodización de tal o cual
observador lenómeno más lejano, pero a condición de que sea en
(interior)
érminos que cuenten para nosotros: cómo unas situa-
camisardos tienes políticas pueden volverse bruscamente, cómo el
basado —y por lo tanto el presente— pueden des-

rientífica sino de lo cuantitativo”. Sin embargo, una


técnica de estudio no tiene jamás prioridad sobre la fun-
ón fundamental de este estudio, Los cuantificadores
san por alto obstinadamente cuanto hay de incierto,
de subjetivo (¡sí!), en las cifras con que alimentan sus
voraces computadoras. Estas cifras no valen lo que valían
cátaros
78 FALSAS EVIDENCIAS DEL. USAS EVIDENCIAS DEL DISCURSO HISTÓRICO 79
DISCURSO HISTÓRICO

las intenciones, las ignorancias, los a priori de quien las las , rentabilidad del trabajo, fluctuación de las cotiza-
compiló, en suma, su ideología. Tomemos las estadísti- mes internacionales... Esta encuesta, no obstante su
cas de la población penal de la Francia contemporánea. ¡presionante aparato cuantificado, no nos enseña prác-
Han sido establecidas por funcionarios del Ministerio de tamente nada en cuanto a los mecanismos esenciales
Justicia, para quienes la función social de la detención ¿la explotación feudal de los propietarios territoria-
es asegurar la aplicación correcta de los códigos. Clasifi- ni, por lo tanto, sobre los motores fundamentales
can a los detenidos en primarios y reincidentes, en con- la economía rural china de la época. Es sin embargo
denados de correccional, de tribunal superior, etc., según osible, definir científicamente estos mecanismos, pero
lcs tipos de delitos y de crímenes. No hay nada, en estas dr un análisis cualitativo, como el que proponían por
estadísticas tan bien llevadas, sobre la significación social isma época los comunistas chinos que hacían la
de la delincuencia. ¿Cuántos detenidos hay presos por ierrilla agraria en las colinas de la China meridional,
afán de lucro, en plena conformidad con la ley capita- centenares de kilómetros del confortable gabinete de
lista del provecho? ¿Cuántos están allí, por el contrario, abajo de Lossing Buck, pero en contacto con la rea-
por miseria y desamparo? ¿Cuántos por resentimiento, dad política campesina, oir
desconcierto o desequilibrio psíquico? La cuantificación ¡os partidarios de la historia cuantitativa se sobre-
y la computadora son aquí impotentes. Por la re- san hoy a sí mismos en Estados Unidos, con la new
flexión, por el análisis cualitativo, por el estudio de casos 'onomic history y la escuela cliométrica. Todo se reduce
significativos es como puede esperarse establecer una modelos, a diagramas, a programas de computadoras.
tipología que no será jamás cuantificable. Sin embargo, B trata de saber, a partir de cierto número
de “va-
este análisis cualitativo de las motivaciones de la delin- ables”, cómo habría evolucionado la economía norte-
cuencia es infinitamente más operatorio, más rico en hericana si no se hubieran introducido los ferroca-
enseñanzas... les, o el Sur si la guerra de secesión no hubiese
¿Y qué valen das laboriosas técnicas de lla demografía olido la esclavitud. Hay quienes se dejan impresionar
histórica, trasportadas al espacio político del colonia- )r estos juegos de sociedad...
lismo africano? El estado civil, las declaraciones de las
cabezas de ganado y hasta las estadísticas de vacunación i historia no es un cálculo matemático. No lleva consigo
de hallan alteradas sistemáticamente por los jefes de stema métrico decimal, numeración progresiva, cantidades
circunscripción: saben muy bien que estos datos cuan- males que hagan posible las cuatro operaciones, las ecuacio-
tificados no están destinados a la computadora del histo- ss y las extracciones de raíces. En ella, la cantidad (la estruc-
riador sino al fisco, para la base tributaria del impuesto ta económica) deviene cualidad, ya que deviene instru-
por cabeza, ento de acción en manos de los hombres, esos hombres cuyo
¡ Y la gigantesca pero estéril encuesta de J. L. Buck, mi- lor no se relaciona ni con su peso, ni con su estatura, ni
sionero norteamericano de Nankín, que describió hacia bn la energía mecánica que pueden desarrollar a partir de sus
1930 la economía rural china con gran aparato de cifras lsculos y de sus nervios, pero que cuentan selectivamente
m la medida en que son inteligencia, en la medida en que
y de cuadros! Sus cifras estaban ordenadas de acuerdo
ufren, comprendén, gozan, aceptan o rechazan.?
con “variables” tomadas de la agricultura capitalista
norteamericana de la época: salarios, endeudamiento, »: S
recurso al maquinismo, rentabilidad de las inversiones 2 Gramsci, Ecrits politiques, tomo 1, París, 1975,
80 FALSAS EVIDENCIAS DEL DISCURSO HISTÓRICO
LSAS EVIDENCIAS DEL DISCURSO HISTÓRICO 81

Estas críticas de la cuantificación no significan que el pasado y en el presente. Acaban por olvidar que los
este método no pueda ser una técnica útil, en función chos que narran son un fragmento de vida, de una vida
de las cuestiones que se plantean. Vale la pena, y por 1 tumultuosa como la de hoy. [.....] El obrero revolucionario
qué no a golpe de computadora, .compilar con preci- hoy, si no se hallara obligado a consagrar sus jornadas a
sión, por regiones de Francia, estadísticas sobre los narse el pan y si poseyera el “Sésamo ábrete” de los archi-
muertos de 1914-1918. Entonces se verán escritas con yy de las bibliotecas, se encontraría en mejor situación
letras de fuego evidencias que ciertos “jacobinos” de a comprender al desarrapado de 1793 que todos los uni-
derecha o de izquierda se obstinan en ignorar, a saber, rsitarios y archiveros reunidos.?
el tributo particularmente grande que pagaron al im-
perialismo francés belicista y centralista las poblaciones lenguaje del historiador de oficio es un lenguaje
rurales de Bretaña, de Occitania, de Córcega. Porque O. Aunque no llegue a las exageraciones oscuras
se trata de una verdadera cuestión, de una intimación l yocabulario de los semiologistas o de los psicosoció-
hecha concretamente por las nacionalidades minorita- es de hecho accesible únicamente a los historiado-
rias del hexágono, por referencia a sus luchas actuales. Está atiborrado de alusiones, de referencias im-
Sobre la base de todas estas falsas evidencias, “hecho” as, de citas camufladas, que sólo el experto detec-
histórico, fuentes y trabajos, diacronía-sincronía, perio- rá scgún la fórmula de M. de Certeau, los escritos
dización, cuantificación (y este breve inventario es El “historiador no están escritos más que en apariencia
bastante incompleto), se puede definir cierto número ira el público; de hecho lo están para sus “iguales”.
de caracteres fundamentales del discurso del historiador. de pie de página, cuyo formalismo a |
Son los de la ideología capitalista en su conjunto; el ituye para los maestros una ocasión de “adiestrar”
discurso del historiador es a la vez su reflejo y su sostén.
Es tecnicista, profesionalista. La historia docta es cosa frado. La mayoría de tales notas permite al autor
de la gente del oficio, cuyo orgullo corporativo ingenuo mentar su propio texto con complacencia, haciéndose |
se manifiesta a cada paso. Los historiadores de oficio se
hallan profundamente imbuidos de este desprecio a los
“aficionados”, a los que mantienen apartados, de lo
cual éstos se quejan:
lusiones, fórmulas que sabe que son poco claras, pero
Constituye a la vez la fuerza y la debilidad de la historia el jue ha elegido por afición a los efectos de estilo; o bien |
no ser accesible más que a la gente del oficio. Hoy, en Fran- mtificar minuciosamente todo detalle, toda informa- |
cia, la historia, y entendemos por ello la historia “seria”, es . La mayoría de estas notas o son inútiles, o debe-|
el coto cerrado de los universitarios y de los archiveros. Mo- Tan ir fundidas con el propio texto, redactado éste con |
nopolio legítimo en parte. Sólo unos especialistas que no tie- mayor simplicidad. Lo cual no quiere decir que una |
nen que hacer más que eso pueden disponer del tiempo Cifra, un texto, una referencia importantes no necesiten|
necesario para remontarse a las fuentes. [...] El tecnicismo sel Mentificados.
de la historia (de la historia “seria”, una vez más) la protege Ni tampoco, más generalmente, que una división del
contra los aficionados, contra los audaces elaboradores de
síntesis censurados por Mathiez. [...] Además, la gente del
--3 Daniel Guérin, Les luttes de classes sous la Premiére
oficio vive en el pasado y no, como sería de desear, a la vez
82 FALSAS EVIDENCIAS DEL DISCURSO HISTÓRICO ILSAS EVIDENCIAS DEL DISCURSO HISTÓRICO 83

trabajo fundada en la calificación no sea deseable er odo objeto de investigación es igualmente “bueno”,
historia, ¿Pero qué división del trabajo? ¿Al servicio de ondición de: 1] que corresponda a una “laguna de
qué fines sociales? ($ 19.)
El discurso del historiador, en segundo lugar, es pro
fundamente ¿ntelectualista. La historia quiere ser uni ha especie de gigantesco tablero en el que cada “casilla
“disciplina”, una actividad autónoma del intelecto, una cía” debe ser ocupada por turno; 2] que evite lo más
materia de estudio a puerta cerrada. El saber histórico sible el “doble empleo”, por la misma razón; 3] que
se desarrollaría por progreso interno y continuo, a me- seda ser formulado según la fraseología de moda; 4]
dida que aumentaran de época en época los conoci: se pueda abordar con ayuda de materiales suficien-
mientos, la sagacidad, la habilidad, la capacidad de mente abundantes, si bien de preferencia de acceso
reflexión intelectual de los historiadores. Incluso el pro- fícil. Es decir, que la inserción técnica de un tema
blema de la discontinuidad está considerado en térmi- 1 el conjunto de nuestros conocimientos especializa-
nos intelectuales por Foucault en su “brillante” (como los cuenta mucho más que la función social real y
suele decirse) introducción a su Arqueología del saber; * uuello que se ventile respecto de dicho tema. Es preciso
por el movimiento de las ideas, por los nuevos puntos ue marche la máquina de producir tesis.
de vista de los filósofos o de los lingilistas, es como se Todo esto, tecnicismo profesional, intelectualismo
explica el hecho de que los historiadores hayan tomado cumulativo, productivismo, funciona al servicio del
conciencia a su vez de los fenómenos de discontinuidad. rden establecido, de los valores de base de la sociedad
Pero nada sobre las luchas populares, sobre las revolu- ipitalista y de toda la ideología dominante. El discurso
ciones, sobre todo lo que hace que “eso se agite”... el historiador abre un foso entre las masas populares
Finalmente el discurso del historiador es producti- “los especialistas. Guanto más se' consolida el modelo
vista. Hay que producir, y a ritmo demencial. Este 8 producción industrializada de alto tecnicismo, más
verdadero adoctrinamiento implícito, procedente de Es- ixcluido queda de ella el pueblo, trasformado aquí como
tados Unidos (publish or perish, dicen en los recintos Má en consumidor pasivo... El discurso del historiador
universitarios) lo admiten actualmente todos. Hacen imenta así la pretensión de los intelectuales de desem-
falta tesis y otras “obras magistrales”, artículos beñar en la sociedad un papel aparte, fundado en el
“sugestivos”, publicaciones de materiales, contribuciones saber “desinteresado” y aislado de las luchas del pueblo
a coloquios, simposios y seminarios... Lo cual supone —a reserva de alentarlas ocasionalmente firmando “lNa-
una especialización creciente, en subespecialidades cada mamientos”, dando buenas palabras... Este discurso
vez más exiguas y que a su vez se subdividen cada diez viene además en apoyo de la ideología productivista
años. Se es historiador de la agricultura china bajo el el crecimiento, Los historiadores ayudan a marchar la
Guomindang, o de los ferrocarriles norteamericanos máquina social en su sector particular. 8
antes de la guerra de secesión, Esta colusión entre el discurso del historiador con-
El crecimiento es un objetivo en sí, ya que el saber 'wencional y el orden establecido aparece particular-
histórico está cerrado sobre sí mismo; es acumulativo. “mente clara en un dominio particular: las relaciones
entre países “adelantados” y países dependientes. La
+ La arqueología del saber, trad, de Aurelio Garzón “caída formal de los regímenes coloniales no ha reducido
del Ca-
mino, Siglo XXI, México, 1970, sino agravado la dependencia de la mayoría de los paí-
SAS EVIDENCIAS DEL DISCURSO HISTÓRICO 85
84 FALSAS EVIDENCIAS DEL DISCURSO HISTÓRICO

ses del Tercer Mundo respecto de las antiguas metró- conocimiento objetivo, investigaciones de les principios,
polis. Esta dependencia neocolonialista funciona en el de los encadenamientos y de las leyes. ¿Pero por qué
ámbito de los estudios históricos, tanto como en sectores firmar como cosa evidente que estas exigencias de rigor
más en primer plano: prestigio de la “ciencia” progre- ho pueden realizarse sino a través del modelo domi-
sista, intimidación de los ex coloniales deseosos de brillar ante, tecnicista, de crecimiento del saber tal como existe
ante los “amos” europeos, adoctrinamiento implícito, m los países capitalistas desarrollados?
orientación de la producción histórica de los países El criterio esencial del saber científico sigue siendo el
recientemente: independizados en función del modelo aivén entre teoría y práctica. Y la historia, por defini-
occidental, tentaciones del éxito dentro del marco de
las instituciones universitarias (congresos internaciona-
les, misiones de estudio...) —todo concurre para hacer le conocer el pasado; pero, ¿qué es “conocer”? Conocer
aceptar dócilmente por los historiadores de los países 1 pera, dice Mao, es comérsela, es decir trasformarla
dependientes el discurso del historiador de Occidente. or una relación activa. Para conocer el pasado, claro
Este discurso, hábilmente presentado como “universal” jue no se puede obrar directamente sobre él... Pero
y como “progresista”, es un instrumento de alienación il conocimiento del pasado debe ser una relación activa
de los intelectuales de los países dependientes, en par- aquello de lo que ese pasado es el resultado: el :
ticular de África negra. mundo en que vivimos, A la historia se la llama con
recuencia “ciencia del pasado”; pero no puede ser ple-
Con la industrialización capitalista de Quebec, una élite más lamente ciencia más que si deja de encerrarse en el
ilustrada, más laica, se ocupó de revisar nuestro pasado. Con asado. Es ante todo en el análisis de nuestra sociedad
el pretexto de la “objetividad”, de la investigación científica de iva en el que deben hallarse aislados los principios
los hechos “históricos”, historiadores acogidos en nuestra uni- e conjunto del análisis de las sociedades humanas,
versidades acumularon muchos “hechos”, muchos documen- omprendidas las del pasado. Tal era el método de
tos históricos. Pero aquí se detenía su trabajo. [...] Con ellos, A Los historiadores profesionales que no tienen
nuestra historia es una prolongada exhumación que confirma n la boca otra cosa que el rigor científico, pero que
sin decirlo nuestra derrota y nuestro sometimiento. Al tomar bn incapaces de ponerse de acuerdo en cuanto a un |
de los norteamericanos su método de investigación, han to- rálisis científico del presente, son unos ingenuos o unos |
mado de ellos igualmente su punto de vista, es decir, la su-
critas. Pero les es bien cómodo volver la espalda
premacía del orden capitalista norteamericano y la margina-
ción de los pequeños pueblos, vestigios de otra época.5
¿los problemas que plantea nuestra sociedad, al menos
n el ejercicio de su “oficio”. Sin esto, la falsa unidad
orporativa del discurso del historiador volaría en pe-
Lo que justifica a los ojos de algunos las falsas cvi-
a través de los uEr, los comités de revistas doctas '
dencias del saber histórico, el positivismo, la primacía
de las fuentes, la periodización, la cuantificación, es su los coloquios. ...
carácter “científico”, su capacidad de responder a exi- El modelo dominante hoy del discurso del historiador
gencias científicas. El rigor científico es una cosa: deseo lo es infalible, no es irreversible. No pocos trabajos
de precisión, control de los hechos respecto de la realidad, ¡pecializados producidos hoy sobre la base de sus falsas
videncias parecerán un día tan irrisorios, tan vacíos y
lcticios como esas inmensas bibliotecas de centenares
5 L. Bergeron, Petit manuel d'histoire du Québec, prefacio.
86 FALSAS EVIDENCIAS DEL DISCURSO HISTÓRICO

de volúmenes consagrados en llos siglos xvi y xvm a


problemas que hoy no cuentan ya para nosotros, pro- ¿QUEÑA SOCIOLOGÍA DEL SABER HISTÓRICO
blemas que han dejado de existir pura y simplemente:
así las “evoluciones terrestres” (técnicas de maniobra
de los soldados de oficio sobre el terreno); así el “flo-
gístico” (principio imaginario de la combustión de los
cuerpos), así el “blasón” y la heráldica (las armas de
las familias nobles, la ciencia de su colocación y com- iructuras jerárquicas del poder.— Los holdings oficiosos.—
posición, de sus convenciones y de su significado). La ¡ provincia, los obreros especializados, las mujeres.— Creci-
historia ha ofrecido en el pasado no pocos ejemplos de ento y división en compartimientos.— Estados Unidos y
nulificación del saber... Conocerá muchos otros... lión Soviética.— Las facilidades de la historia-mercancía.—
uchos llamados, pero pocos elegidos.
Mn

pequeño mundo de llos historiadores profesionales


edece a “leyes del medio”, como dice Michel de Cer-
ju, que son sigilosas pero feroces. Sus estructuras insti-
cionales son rígidas y jerarquizadas, “a la francesa”.
in desde el maestro de primaria, que tiene que “dar
toria” como aficionado, hasta el supermandarín del
legio de Francia y de la Sorbona, pasando por el per-
al docente de los liceos y colegios, los historiadores
s universidades de provincia o de la periferia pari-
ase. De un escalón al otro, las promociones están
ntroladas de manera muy rígida. Lo que cuenta es
“poder que tiene un historiador de investir a otra
a con la etiqueta de calidad que la hace entrar
¿la misma corporación. Un “patrón”, en lo alto de la
rarquía universitaria, no podrá procurar a uno de
y protegidos una hermosa carrera más que en el caso
¿que el último posea títulos suficientes y cuente en
¡haber con trabajos “señalados”. Pero estos títulos y
abajos no tienen estrictamente ningún valor en sí mis-
$3 permiten únicamente que funcione la designación
2 arriba.
Este sistema es, por lo tanto, muy duro para los
Aficionados”. Antiguos maestros procedentes de la co-
[87]
88 PEQUEÑA SOCIOLOGÍA DEL SABER HISTÓRICO PEQUEÑA SOCIOLOGÍA DEL SABER HISTÓRICO

rriente libertaria, como Maitron o Dommanget saben ción social, sino por medio de publicaciones en revistas
algo de esto; con toda su erudición apasionada y sus o colecciones especializadas, por informes enviados a
conocimientos casi sin límites del movimiento obrero las fastidiosas sesiones de diversas sociedades doctas,”por
francés, han estado siempre arrinconados por los notables la participación en coloquios y congresos nacionales o
en posiciones subalternas o marginales, Y los estudian- internacionales, por becas y misiones en prestigiosas ins-
bes no tendrán jamás la ocasión de recibir la enseñanza ituciones extranjeras. Facilidades todas éstas que de-
de “francotiradores” de la historia como D. Guérin, C. penden enteramente del capricho de los mandarines,
Manceron, H. Guillemin, B, Charbonneau... Y todavía que controlan las grandes . revistas, las colecciones
pueden considerarse felices si sus libros se mencionan doctas, los comités directivos de las sociedades especia-
a pesar de todo en las bibliografías de estudio, con una lizadas, los comités de patronato y de organización de
discreta advertencia... los coloquios. A.neserva de dejar que el trabajo prác-
La endogamia profesional aumenta todavía más la o lo lleven a cabo celosos debutantes... ¡qué de
cohesión del grupo social de los historiadores. La mayo- atrigas para que se publique un artículo en la Revue
ría de estas relaciones se remontan a los años de facul- listorique o en los Annales, para pasar un comunicado
tad; son la expresión del aislamiento del joven estu- a un coloquio de historia económica, para participar en
diante, a la vez sexual y sociológicamente; contra esta ima reunión internacional de prestigio, para ser envia-
soledad se resiste mejor cuando se es dos... Más refi- do a Harvard o a Moscú! ¡Cuántas impaciencias, cuán-
nados son los matrimonios de carrera, El yerno de un jas esperanzas fallidas!... Y la carrera del investigador,
“gran patrón” está seguro de todas las facilidades, todas us satisfacciones morales pero también su desahogo
las puertas se abren para él en el momento oportuno. naterial dependen enteramente de estos mecanismos
Sin embargo, el apellido de soltera de la esposa no e ascenso, de estas subvenciones, de estos modos de
figura jamás en los curriculum vitae tan apreciados en 10ceso a la notoriedad... y siempre del poder de los
la profesión; es de buen tono ignorar esta vía tan eficaz ue están en la cima de la jerarquía,
de acceso a los honores. Para los “hijos”, por el con- A toda esta máquina oficial hay que añadir las posi-
tranio, es el camino real. ones cada vez más sólidas, recientemente conquistadas
Entre los historiadores, como en todos los sectores de los nctables en el sector de los mass media: trabajos
la vida universitaria francesa, las estructuras del poder a los grandes editores, participación en emisiones de
son, en efecto, muy fuertes. Los mecanismos oficiales de adio o de televisión, puestos de “consejeros” bien re-
la institución confían ya un enorme poder a los “man- tunerados e influyentes, entrevistas en la gran prensa:
darines”, poder que la práctica y el uso multiplican por tras tantas gratificaciones de las que pueden disfrutar
ciento. Los historiadores universitarios más poderosos ) no los jóvenes historiadores, según cl capricho de
controlan sólidamente, por toda una serie de engrana- Os patronos instalados en los puntos estratégicos.
jes administrativos complejos y típicamente franceses, La distorsión París-provincia, tan general en Francia,
los nombramientos y promociones de los demás profe- laracteriza también el pequeño mundo de los histo-
sores de universidad y los créditos y subvenciones de Hadores, De un lado París, el poder central, los esca-
investigación, Un historiador no podrá darse a conocer, mes superiores al nivel de los cuales se toman las
garantizar la “promoción” de sus trabajos en el sentido lecisiones nacionales: créditos, nombramientos, grandes
comercial del término, y por lo tanto su propia promo- itores, grandes empresas de investigación... Un gran
90 PEQUEÑA SOCIOLOGÍA DEL SABER HISTÓRICO EQUEÑA SOCIOLOGÍA DEL SABER HISTÓRICO 91

“patrón” de provincia no cuenta más que si está inserto os historiadores es acusadamente sexista, La proporción
en el juego complejo de los engranajes parisienses cen- le mujeres abrumadora al nivel de los obreros especia-
tralistas. Pero, sobre todo desde el último período, la izados, disminuye muy rápidamente a medida que se
relación París-provincia deviene más compleja. La vida eva en la jerarquía universitaria. Son ya muy mino-
en provincias en más cómoda, más fácil, La colusión di- itarias entre las auxiliares y ayudantes, los investiga-
recta entre la universidad y los notables locales de la lores de clase subalterna. Son muy poco numerosas
burguesía se opera en la provincia más fácilmente y Éán la clase “A”, y jamás en puestos de verdadera
casi a la luz del día: cámaras de comercio a las que ección.
entusiasma la historia regional, grupos capitalistas regio- Todas estas estructuras del poder contribuyen mucho
nales y comités regionales de fomento y de expansión, al crecimiento parcelario del saber histórico. Para man-
grandes periódicos de provincia, políticos locales... sin tenerse y justificarse, la institución necesita crecer inde-
olvidar las inversiones privadas en los vinos o en bienes finidamente, a imagen de la producción capitalista
inmuebles. Una “gran carrera” no termina ya necesa- cuyos mecanismos reproduce y prolonga. Un maestro
riamente en París. e afirma por sus discípulos, un centro de investigaciones
La máquina histórica, como toda estructura de pro- Or sus producciones. Los temas de estudio se eligen
ducción industrializada, funciona de acuerdo con las o más bien se distribuyen) por razones de táctica cor-
reglas de la división del trabajo. Tiene sus obreros espe- porativa: estado de la competencia, disposición de
cializados, sus “blusas blancas”, sus pequeños patrones. inimo de la gente, posibilidades de ascenso. Rewarding
Y el peso, por lo menos numérico, de esta mano de obra telds, dice lúcidamente el inglés: campos de estudio
oscura crece muy de prisa. Temporeros de investigación, que producirán beneficios tangibles en la situación social
colaboradores técnicos, secretarios administrativos se fono solamente la recompensa del saber desinteresado.
han hecho indispensables al historiador que quiere “pro- va ley de Parkinson actúa a fondo. Cada subespeciali-
ducir”, Cuanto más se achica y se especializa el objeto lad se constituye inmediatamente en “campo de teso-
de la investigación, y mayor es la división del trabajo, fos”, y trata a su vez de estructurarse, de organizar su
más mecánica y pasivamente realiza el obrero especia- sistema de influencia, de vigilar a los competidores y
lizado una labor parcelaria cuya finalidad, cuyo sentido le montar la guardia en las fronteras que están en peli-
general le pasan por completo inadvertidos: examen de gro de ser discutidas. Es lo que ocurrió recientemente
archivos, listas bibliográficas, preparación y clasificación Ím cuanto a la historia económica, en cuanto a la his-
de fichas perforadas, cálculos estadísticos... AÁ esta oria del cine, en cuanto a la historia de China, en
mano de obra mal pagada, se agrega el ejército de to a tantas especialidades nuevas que compiten
reserva cuya disposición se ha asegurado todo investi- los campos tradicionales del viejo cuadripartismo
gador precavido: los trabajos de investigación confiados tigúedad, Edad Media, historia moderna, historia
a los estudiantes, para iniciarlos en el método histórico, o ntemporánea).
por lo general en direcciones en que trabaja el propio
“patrón”. Mano de obra inagotable y dócil, cuyo con- Universitariamente, el siglo xvm es un dominio reservado. No
trol hace aumentar con poco gasto la reserva de fichas Dorque su acceso se halle en principio vedado al profano, pero
del patrón. nadie ha sido recibido en él sin una larga preparación y una
Del patrón en masculino, ya que la minisociedad de ceremonia ritual. El especialista en el siglo xvm, que se ha
92 PEQUEÑA SOCIOLOGÍA DEL SABER HISTÓRICO EÑA SOCIOLOGÍA DEL SABER HISTÓRICO
procurado una sociedad de estudios, una revista, unos
U
esta= “coalición oculta de las universidades más antiguas:
tutos y unos congresos, detenta a título de ensayo
un derecho
de explotación sobre una parte del campo común. ard, Yale, Princeton, Columbia, Cornell, Son estos
Hecha la
tesis, la opción puede trasformarse en derecho de
propiedad.! les quienes controlan la omnipotente American
istorical Association; ésta es dueña de las carreras por
Crecimiento y división en compartimientos corren wía indirecta de su asamblea general, verdadero
parejas. Un historiador debe hallarse “domiciliado” ercado de esclavos en el que se negocian anualmente
en
una subsección, casi en el sentido policiaco del términ s los puestos. En Estados Unidos una tesis que no
o:
historia bizantina, historia de las mentalidades moder- iplique el recurso a la computadora veda práctica-
nas, historia bancaria. Los migrantes, los marginados, ento el acceso a las universidades, y una carrera se
los
que no tienen domicilio fijo están mal vistos, El resul instruye sobre el hecho de afirmarse como “el primero”
tado es que a medida que se eleva en la jerarquía uni- Lun sector cada vez más restringido,
versitariay que pasan los años, el historiador curtid La misma estructura jerarquizada, la misma prioridad
o
se identifica con su especialidad de manera cada vez toductivista, la misma concentración de los podercs
mas estricta, ya que cada vez se halla más prendido en landarinales, las mismas intrigas con los notables, las
todas las estructuras de poder analizadas más arriba (las smas rivalidades de clan caracterizan también los
excepciones son muy raras). Este mismo historiador tudios históricos soviéticos, fenómenos agravados por
presenta, pues, una capacidad decreciente para captar hecho de que se trata de una burocracia de estado
en su conjunto el saber histórico, el hecho social de dotada de un monopolio. La aptitud de un director de
la
referencia al pasado. No es ya un “historiador” en stituto de la Academia de Ciencias o de otdel (sec-
el sentido general del término, aunque continúe reivin- ón) para llegar a ser miembro titular de la Academia
dicando esta etiqueta, sino un historiador-de-las-insti ceder, por lo tanto, a la cima de la jerarquía, es
tu-
ciones-griegas, o un historiador-del-movimiento-obrero isiva para todo el personal de investigadores de su
en una sola palabra. Se ha empequeñecido como una stituto o de su otdel. Esta estructura burocrática del
cabeza reducida de los jíbaros. ber histórico, agravada también por la separación ri-
Todo el análisis precedente ha sido conducido sobre 1rosa entre la investigación (en los institutos de la
la base de la situación francesa, pero lo mismo ocurre
en los demás grandes países “desarrollados”. Jerarquía is universidades) se había extendido en los años 1950
profesional, exclusión de los aficionados, estructuras del las democracias populares de Europa y a China, No es
poder rígidas, división desigual del trabajo, caracterizan asual que los institutos de historia chinos estructurados
igualmente los estudios históricos en Estados Unidos la soviética hayan sido inmediatamente disueltos por
.
Un gran historiador de la historia norteamericana, como 4 revolución cultural en 1966.
Charles Beard, ha sido clasificado como “afici El medio social de los historiadores profesionales no
onado”
boicoteado durante treinta años. El poder de hecho 5 neutral. Como la ideología del saber del historiador,
pertenece a los notables de los departamentos de his- unciona en plena conformidad con el orden social capi-
toria de la Ivy League, es decir la “liga de la hiedra” alista. Pueden existir historiadores que se consideren
o “de izquierdas” a título individual, pero el sistema
,

1 P, Chartier, “Le xvynr" siécl iste-ti]?” .


cle existe-t-112”, en Le XVIII sstá vinculado al orden burgués, lo refleja y lo consolida
siécle, núm. 5. la vez, En la esfera particular de los estudios histó-
94 PEQUEÑA SOCIOLOGÍA DEL SABER HISTÓRICO QUEÑA SOCIOLOGÍA DEL SABER HISTÓRICO 95
ricos, contribuye al mantenimiento de las relaci
ones so- itores los cursos, los trabajos especializados, los restos
ciales fundadas sobre el provecho y el dinero,
sobre el sotras obras; se rentabilizan los desechos, se recon-
éxito individual, sobre las jerarquías rígidas del
poder, en los desperdicios. Se ve cundir lo que los editores
sobre la explotación de los trabajadores subalt
ernos, es drteamericanos llaman no books (no libros) : colección
decir, los propios fundamentos de la socie
dad capi- artículos de un mismo autor, selección de estudios de
talista.
Sin embargo, los historiadores, cuyo discurso los autores sobre un mismo tema, reediciones de tex-
se apoya $ antiguos, colecciones de materiales escogidos y co-
en la crítica del capitalismo, es decir aquellos que
están entados.. ., los más ingeniosos combinan incluso estas
próximos al marxismo universitario o lo invoc
an, no ve fórmulas. En suma, el mismo trabajo se paga
han vuelto a plantear jamás esta colusión de la
institu- os veces. Primero por la colectividad, ya que el histo-
ción historiadora y del orden establecido, como
tampoco dor universitario es funcionario y cobra a base del
han vuelto a plantear la cuestión de la colusi
ón del e po completo su salario de “profesor-investigador”
discurso histórico profesional y de la ideología
burguesa. os sindicatos dan mucha importancia a esta fórmula
Todos estos mecanismos de poder están ademá
s am- le: defensa corporativa). Pero los frutos de este tra-
pliados por la comercialización reciente del saber
histó- jo de enseñanza y de investigación están por segunda
rico, por el éxito de “la historia-mercancía” con
los edi- z rentabilizados en el sector privado, y producen fiel-
tores, los productores de películas, los comerciant
es de ente sus 10% de derechos de autor, Todo esto, yo
turismo, los realizadores de radio y de televi
sión. “7: ) he practicado como mis “queridos colegas”...
sells well”, esto se vende bien, declaraba recie
ntemente El resultado es la inflación. Un mismo especialista
en el Times Litteraty Supplement un notable
inglés de ibe solicitudes de trabajo con destino a varias colec-
la historia universitaria “de izquierda”, que
sabía de lo mes rivales o complementarias, y dará infatigable-
que hablaba...
te nueva forma, con escasas variantes, a los mismos
El saber histórico ha entrado en el ciclo del consu
mo ales, aunque la calidad de su trabajo desmerezca
cultural de masa. Ha aparecido un tipo social nuevo,
el corredor de artículos históricos. Estos nuevos Gau-
dissart, salidos directamente de una novela de Balzac hientras se advierten en ese sector los efectos de la crisis
apenas modernizada, tienen mundología, espíri
tu inven- conómica, alza del papel, venta inferior en cantidad
tivo, sentido de la rentabilidad y de la organ
ización, “en precio... La institución les garantiza una salida
y un gran talento de prospección y de persua
sión, Se ceptable: programas de estudios universitarios, biblio-
lHevan bien con los Rastignac de la institución
univer- ecas escolares, deseo de los antiguos estudiantes de
sitaria, con los que han legado a los puestos
de influen- nantenerse al corriente... y el gran público prefiere
cia. Las colecciones de historia que los grandes
editores empre comprar libros de historia, más accesibles, me-
han confiado a estos agentes de ventas, ofrec
en a los los esotéricos que los libros científicos propiamente
universitarios nuevas salidas: dinero bien seguro
, pres- dichos y que la literatura de creación (nueva novela eh.)
tigio, posibilidad de mercadeo para sus discíp
ulos fa- Al libro de historia se agrega aún toda una serie de
voritos. Están principalmente alimentadas por
los histo- otras salidas para la historia-mercancía: la gran prensa,
riadores universitarios, mucho menos por los
que viven el filme, las visitas dirigidas para turistas desocupados,
de su pluma. Así se cambian y reforman para los los espectáculos de “música y luces”, las reconstituciones,
96 PEQUEÑA SOCIOLOGÍA DEL SABER HISTÓRICO

En Estados Unidos, el pueblo de Williamsburg, en Vir

s TRAMPAS DEL CUADRIPARTISMO


ginia, ha sido restaurado por completo en su aspecto
de antes de la guerra de secesión, con sus edificios, sus
pequeños talleres, sus trajes, su alimentación, todo ello STÓRICO
para la atracción y mercado turísticos. El saber histó:
rico se reduce aquí al estado de simple gadget, comple:
tamente desprovisto de toda función social, destinado
tan sólo a divertir y a distraer. Pero este sector aparen-
temente marginal forma parte del ciclo de la produc-
ción histórica. la sistematización muy francesa.— o ra > dE
Todo este sistema de poder, de prestigio y de dinero, y europe ocentr ismo.— La Rp 0
eracia de la historia
que ocupa tanto lugar en el pequeño mundo de los ica específica de la historia “antigua”, “me Pes a
historiadores profesionales, es a la vez ferozmente 'selec- Fracaso del cua oct a
ma” y “contemporánea”.—
tivo e implacablemente coactivo. Está fundado sobre telectual y políticamente.— El marxismo academic
una selección muy dura. ¿Cuántos, una vez puesto el tede restablecerlo.
pie sobre los escalones más bajos de-la jerarquía del
historiador, llegarán realmente a los éxitos del poder
mandarinal y de la historia-mercancía? ¿Cuántos ]le-
garán a ser historiadores-estrellas de la televisión, autores m Francia, el estudio y la enseñanza de la pa
de éxito, o titulares de una cátedra de prestigio? Los mo disciplina integrada en la máquina universi an
grandes ia Se
demás, la masa de aquellos que no han logrado “abrirse stán organizados en cuatro
se supone repart ido de
paso”, se consumirán estérilmente o vegetarán s cuales el tiempo histórico
en la
clientela de los poderosos. Sin tener éxito, sin siquiera . .

historia antigua, de hecho historia de lape


.
odo:

tratar de arrancarse del dominio del sistema. Porque E


E

E
disidencia. Sus mecanismos rigurosos, tras de de grecorromana con una tímida apertura =.
su apa-
faraón ico y los imperi os an e
éste apenas deja lugar a la negativa, a la crítica, a la Egipto
A
rente flexibilidad, dan por resultado que cada cual, a >ríodo se extiende tradicionalmente hasta la caí
Roma por los bárbar os
no ser que rompa individualmento (los drop-out
Imperio romano (conquista de
de io roman o de Occid ente en
las universidades norteamericanas), quede encerrado en m 410, o caída del Imper
una red compleja de complicidades y de compromisos
en la que rápidamente se pierde conciencia. Este sistema lo
bo istoria de la Edad Media, de hecho de la la Edad
descansa entre otras cosas sobre su fuerza de identifica- Y E. deimdtid, con un esfuerzo para A
del este y a los países sn e:
ción: cada cual se identifica con los mecanismos sociales Bizancio, a Europa
período se extien de hasta la e.
y del saber del historiador, los acepta, los interioriza ) editerráneo. Este
en iquista de Bizancio por los turcos (1453) o A
profundidad. ¿Cómo sustraerse a ellos?
CAOS .
descubrimiento de América por Cristóbal Colón
Sen a
-[] historia moderna, siempre de Pano
períod o que
da su expansión colonial de ultramar,
[97]
98 LAS TRAMPAS DEL CUADRIPARTISMO LAS TRAMPAS DEL CUADRIPARTISMO 99

extiende hasta la revolución francesa (¿1789?, ¿1799?, sobre la misma base cuadripartita. En torno de estas
¿1815?); des divisiones cristalizan además las camarillas uni-
O historia contemporánea, la única que se sale, versitarias. Así, los maestros de historia antigua y de
mal que bien, del marco europeo y deja un lugar efec- historia de la Edad Media son lo bastante influyentes
tivo a los países de Asia, de África y de América. m el ministerio para obtener que sus sectores respectivos
Hay que advertir sin más que este sistema cuadri- epresenten cada uno un tercio de los programas de la
partito de organización de la historia universal es un pposición a la cátedra (en el escrito), lo cual les ga-
hecho francés, En otros países, el pasado está organi- fantiza contar con estudiantes, ayudantes, créditos...
zado de manera distinta, en función de puntos de re- Sin embargo, toda la historia del mundo hasta el siglo xv1
ferencia distintos (cf. $ 12, la interioridad nacional O representa, con justo título, más que una ¡pequeñí-
en historia). En Grecia, la Antigiiedad llega hasta el ima parte de la enseñanza que el futuro profesor deberá
siglo xv, y la ocupación turca corresponde a una especie lroporcionar a los alumnos a través del conjunto de
de Edad Media. En China, la historia “moderna” Os programas de historia de las clases secundarias.
(jindai) va desde las guerras del opio al movimiento Función intelectual. El cuadripartismo forma la base
patriótico de mayo de 1919. Con este último comienza le la división del trabajo de investigación entre los
la historia “contemporánea” (jiandai). En Estados Uni- istoriadores, y sus cuatro zonas son otros tantos sub-
dos, la historia nacional se organiza en tres grandes onjuntos cerrados sobre sí mismos. Sin duda, existen
conjuntos, en función de los ejes fundamentales que ras claves, otros modos de reparto del campo histórico
son la guerra de independencia a fines del siglo xvm, | de distribución de las especialidades; es posible afir-
y la guerra de secesión en 1860-1864. e como especialista de un país particular o de un
Pero quizá sea en Francia donde la sistematización specto particular de la actividad social (historia reli-
de la historia universal en una estructura rígida, cua- osa, historia económica, historia de las mentalidades).
dripartita, es la más extremada, la más acabada, Este o, salvo en casos marginales, estas subespecializaciones
cuadripartismo cumple cierto número de funciones pre- lo se consideran legítimas y respetables, compatibles
cisas, al nivel de las instituciones universitarias y al las exigencias de la ciencia histórica, más que si se
nivel de la ideología, a la vez. Desempeña el papel de ectúan en el interior de uno de los cuatro grandes
un verdadero aparato ideológico del Estado. ctores de base: historia económica griega, historia
Función pedagógica, Estas cuatro grandes secciones )l comercio en la Edad Media, historia demográfica
forman la armazón de los programas de la enseñanza erna..
secundaria, de los de los cursos y programas universita- unción ideológica y política. El cuadripartismo da
rios de historia. Lo cual trae aparejada la misma orga- resultado privilegiar el papel del Occidente en la
nización para los manuales escolares o las colecciones storia del mundo y reducir cuantitativa y cualitativa-
de obras históricas. ente el lugar de los pueblos no europeos en la evolución
Función institucional. Sobre la base del cuadripar- aiversal, Por esta razón, forma parte del aparato inte-
tismo es como se efectúa la denominación de las cáte- Íctual del imperialismo. Las fechas elegidas no tienen
dras de enseñanza en las universidades. Los organismos enificación alguna para la inmensa mayoría de la
técnicos que controlan los créditos de investigación y los iÍmanidad: fin del Imperio romano, caída de Bizancio.
nombramientos en las universidades están organizados $tas mismas fechas destacan la historia de las superes-
100 LAS TRAMPAS DEL CUADRIPARTISMO ÍS TRAMPAS DEL CUADRIPARTISMO 101

tructuras políticas de los estados, lo cual tampoco es ente de acabar la historia, de controlar para siempre
inocente. n nombre de su “modernidad” el futuro de la huma-
Las categorías de base del cuadripartismo tienen una idad entera. Desde hace unas decenas de años, la
función ideológica específica, enraízan en el pasado storia “moderna” se ha disociado de la historia “con-
cierto número de valores culturales esenciales para la Émporánea” en el interior del aparato universitario
burguesía dirigente. Así la Antigúiedad grecorromana, ero conserva una función ideológica específica. El pe-
que desde cl Renacimiento y más todavía con la revo- ledo siglos xv-xvIHH1 se presenta como la edad de oro
lución francesa, por razones políticas, es una de las le los antiguos regímenes, aquellos cuyos mecanismos
bases de la cultura burguesa cn Francia. No hace tanto olíticos más flexibles parecen hacer la economía de
tiempo que había que componer versos latinos en el is revoluciones, o reducirlas a simples accidentes del
bachillerato y sostener en latín las tesis de doctorado 2corrido. Este período se ha convertido, por lo tanto,
(¡cosa que hizo Jaurés!). Saber griego, saber latín, era n la zopa de predilección de los adeptos de la “larga
un indicio muy seguro de que se pertenecía a la clase duración” , de la historia llamada masiva y de hecho des-
dirigente; las cosas no han cambiado hasta hace muy litizada' (cf. $ 15, tiempo corto y tiempo largo). Por-
poco, con la ascensión de las matemáticas. ue el estudio de la demografía, de las mentalidades,
La Edad Media es igualmente ideológica. Es, en le las técnicas, de la cultura docta o popular, de las
cuanto a lo esencial, una Edad Media cristiana; pro- ormas sociales desviadas puede desplegarse aquí a sus
porciona, por lo tanto, la ocasión de exaltar los valores puras, sin que se interpongan esos importunos que son
de la “civilización cristiana”: familia, monarquía, cru- s luchas políticas de masa, las crisis, y las rupturas.
zadas, caballería: todo un vocabulario tenaz. Esta Edad in el estudio de este período* “moderno” , historiadores
Media es ideológica en el origen mismo del término: le derecha o de extrema derecha nostálgicos de la so-
una “larga espera”, “una edad intermedia entre la En- 1 edad precapitalista, e historiadores “de izquierda”
carnación que puso término a la Antigua Ley y el día ropagandistas de la “nueva historia”, viven en buena
bendito del Reino de Dios que se espera” (M., Bloch). rmonía, sobre la base de un compromiso político en el
Hacer de la Edad Media una de las categorías de base que lo que se ventila es muy precisamente evacuar de
de la historia universal es perpetuar el prestigio y el a historia su dimensión política.
ascendente de los medios del catolicismo conservador “La edad contemporánea, cuarto pilar del edificio
y de la Iglesia: la civilización cristiana de la que se histórico, entraña una afirmación y una pretensión
pretenden herederos está erigida en uno de los cuatro igualmente claras: la aptitud del Occidente para do-
pilares del Tiempo mismo. minar el mundo entero, política y económicamente. La
Pompidou, hijo de un maestro laico, pasado al campo storia no europea, marginal o excéntrica en el caso
de la gran burguesía, llenó de manera muy coherente las otras tres zonas, deviene aquí un componente
su función ideológica de defensa del orden establecido cial de esta demostración ideológica; tiene derecho
al restablecer el latín en quinto año y al organizar gran- de ciudadanía en la institución de la rama de la his-
des festividades para el séptimo centenario de San Luis toria, El dominio de Occidente sobre el mundo se refle-
Rey de Francia... jaría según esto en la aptitud de los historiadores occi-
El término de “Tiempos Modernos”, desde Voltaire dentales para presentar un cuadro coherente y global del
al menos, consagraba la pretensión de la burguesía ascen- mundo de los siglos xIx y xx, para ser los jefes de fila
-
102 ,
LAS TRAMPAS DEL CUADRIPARTISMi S TRAMPAS DEL CUADRIPARTISMO 103

naturales de la historia africana, asiática o norte 2 aquellas potencias occidentales que gozaban del
americana. )minio total de la son medio siglo antes. ..
Sin embargo, este cuadripartismo es ya inadecuado 'Por otra parte, vivimos “en un mundo de naciones
en el plano intelectual, incluso para. Europa y-hasta e 'hou En-lai). Los problemas de continuidad nacional
el interior del discurso histórico clásico. Corta ¿en trozos $ 12) van sustituyendo cada vez más los vastos es-
arbitrarios ciertas zonas históricas homogéneas y origle hemas. El cuadripartismo no es finalmente sino una
nales: así, la historia de las regiones marítimas del Báltico, e las versiones, y no la mejor, del viejo sueño de un
y del mar del Norte, de los siglos xm al xvm, con la liscurso sobre la historia universal” ($ 9); se halla
preponderancia de esas grandes ciudades comerciales, eteriorado como ese sueño mismo. de
todas las cuales ofrecen hoy todavía un aire de familia, Y sobre todo, la historia como conocimiento de un
de Amsterdam a Riga. El cuadripartismo relega a se. sado externo a nosotros se encuentra hoy obligada
gundo plano los fenómenos más interesantes, las muta. definirse ccmo referencia activa al pasado. La prác-
ciones profundas, los ejes históricos. Un especialista del social hace saltar el encasillamiento del cuadri-
“Bajo Imperio” y un especialista de la “Alta Edad Me- artismo y unifica el campo histórico en función de sus
dia” son adscritos autoritariamente a secciones distintas ropias prioridades. Poner a discusión el régimen peni-
del aparato historiador, se ven conminados a domici- anciario actual, obliga a reflexionar sobre esta institu-
liarse de un lado o de otro, con lo cual se les incapacita ón en el tiempo largo, por encima de las categorías
para un estudio profundo de ese período clave entre la > historia “medieval” o “moderna”. Las militantes del
Antigúedad y la Edad Media. El cuadripartismo pone tovimiento de las mujeres se interrogan no menos in-
además un obstáculo al estudio de los fenómenos espe- amente, y por un proceso coherente, sobre el intenso
cíficos en el tiempo largo: la comunidad lugareña o asallamiento de la “mujer de las cavernas” (¿por qué
la utopía, la guerra no clásica o los marginados. Y final- uestras hermanas se han dejado encadenar?), y sobre
mente, se Mega a un verdadero adoctrinamiento, Un o que la revolución industrial ha aportado de especí-
historiador acaba por persuadirse de que no es compe- camente nuevo a la explotación social de las mujeres.
tente más que en el interior de las sacrosantas categorías ¿Es preciso salvar in extremis el cuadripartismo, en
de base; se vedará toda reflexión general y comparada. ombre de la teoría marxista? ¿Es preciso regenerarlo
Pero el cuadripartismo fracasa sobre todo por el mo- obre la base de la sucesión de los grandes modos de
vimiento mismo de la historia. Resulta incompatible oroducción? La Antigiiedad correspondería al esclavis-
con la evolución del mundo de nuestro tiempo, con mo, la Edad Media al feudalismo, los Tiempos Moder-
los requerimientos del presente. hos al capitalismo ascendente, el mundo contemporáneo
El europeocentrismo del cual es el reflejo, es cada al capitalismo desarrollado, confrontado ya con el so-
vez más irrisorio, El mundo de los blancos, especial- sialismo desde 1917 y 1949. 2
mente el mundo de los wasp (white anglo-saxon pro- Es cierto que cada modo de producción es un pode-
testants), ha terminado, Nixon ha tenido que hacer el roso operador histórico; cada uno de ellos ha estruc-
viaje a Canossa y subir a la Gran Muralla; Saigón y t ado sólidamente el conjunto de la trama social de
Phnom-Penh han sido liberadas por ejércitos campe- 'una época determinada, a través de la unidad ide la base
sinos armados contra la mayor potencia del mundo; la económica y de la superestructura. La familia, los va-
ONU no comprende ya más que una pequeña minoría Jores morales, la práctica de la escritura histórica, la
104 LAS TRAMPAS DEL CUADRIPARTISMO
división del trabajo artesanal, el funcionamiento
la diplemacia se conforman en de
la Edad Media a las
leyes generales de la producción LA NOSTALGIA DEL “DISCURSO SOBRE LA
feudal; todos estos
aspectos de la vida social se hallan profunda HISTORIA UNIVERSAL”
mente im-
pregnados de feudalismo, Igualmente, los
principios
marxistas de análisis de las sociedades perm
iten ado.
Ae ne pie más coherente de la antigijedad
pere , O delic capit
pital
ali ismo ascendente, bajoj todos sus
Pero los grandes modos de producción
definidos por Exaltar el orden presente, como punto culminante del Tiem-
A e son una tipología, una contribución
a la teoría nu.— La historia universal como operación-mercadeo.— Ten-
se las formaciones sociales ($ 4).
Representan casos tativas de reflexión teórica general sobre la historia.— Althus-
a significativos, Pero que no están ser, el azúcar y la historia.
plenamente rea-
IzZados sino en condiciones históricas muy
particulares:
A y Roma, y aun así no todo el Imperio roma
no;
os estados feudales de Europa occidental
en los si-
glos xrxww; el capitalismo de Europa La tentación de construir un “discurso sobre la historia
occidental y de
ent del Norte desde mediados del siglo universal” es una tentación muy fuerte. La fórmula es
xIx. Es
ito poco para tratar de reconstituir sobre de Bossuet, pero no pocos más intentaron como él es-
la base
. Viejo cuadripartismo un “discurso sobre cribirlo, Herodoto y sus Historias, San Agustín y su
la historia
universal” renovado por el marxismo. Ciudad de Dios, Ben Jaldún y su Mujaddima, Othom
¡de Freising y Voltaire con el Ensayo sobre las costum-
"bres, Macaulay, Toynbee, el equipo de la Unesco des-
pués de la segunda guerra mundial...
El propósito principal de tal discurso sobre la historia
“universal es presentar un cuadro coherente de la suce-
sión de los grandes períodos de la historia del mundo,
de acuerdo con un análisis ordenado lógicamente, y de
“modo que dicho cuadro conduzca a, y remate en, la
sociedad a que pertenece el autor. Colocada en una
situación privilegiada, se nos presenta como el punto
culminante de toda la historia del mundo, y es así mag-
nificada, legitimada en el Tiempo. Tal es el camino
que sigue Bossuet al reducir todo el curso de los siglos
pasados a un lento encaminarse hacia la sociedad mo-
nárquica del rey cristianísimo Luis XIV. Tal es el
camino, inverso en su forma, idéntico en su contenido,
de Voltaire cuando escribe el Ensayo sobre las cos-
[105]
106 LA 107
NOSTALGIA DEL DISCURSO OBRE LA HISTORIA UNIVERSAL
tumbres, para exaltar el ascenso prog
resivo de “la Edad iscreto que las grandes empresas que se acaban de
de las Luces” (siglo Xvm), esa
edad escribir es menos real. En primer lugar, son costosas
pués de todo otra .Cosacosa que un frágil compromi i
tural entre las aspiraciones de la uo le ' decorativas, con sobrecubiertas de lujo, ricas en arti-
y la inercia política del antiguo régimen ción icios tipográficos, en ilustraciones y facsímiles. El arte
El proceso de Toynbee es el mismo: le la fabricación aventaja aquí la calidad del texto.
en su gran serie Fodas estas técnicas editoriales concurren a reificar el
A a of history, esboza una tipología
mr ón de las diecinueve grandes y una orde- asado de los hombres, a trasformarlo en producto de
a 'historia del mundo; su punto culm
“civilizaciones” de 'ensumo de lujo, completamente indiferente a los plan-
inante es nat eamientos del mundo actual. Cuando el notable, el
ralmente el capitalismo liberal de
Occidente. La en uadro que ha triunfado socialmente coloca esos her-
E oa de la Unesco, al acometer no bien
termi. nosos volúmenes encuadernados en las estanterías de su
ls y una Historia del desarrollo lving, afirma casi físicamente su dominación sobre la
4 cientifico de la humanidad en seisÍ
ira se resuelve en preconizar “an cúltiral
gruesos historia misma del mundo, y a través de él la de toda
apolitico y cosmopolita como final imo u clase social. Al alcance de su mano se encuentran
y salida para las los tanteos de los sumerios frente a la ciencia, los mis-
crisis de nuestra: época: las responsa
bilidades históricas teriosos mayas, las conquistas de los imperios bizantino,
de los sistemas económicos de poder,
especialmente la sasánida o mongol, los grandes viajes de descubrimiento,
guerra, la represión política, y más part
icularmente aún revoluciones modernas, las guerras mundiales. Desde
la responsabilidad de la Alemania nazi
en estos domi- su sillón confortable, contempla y domina todos esos
10 están indirectamente relegadas a segundo plano, pueblos, sin tener siquiera necesidad de haber leído
dS O como secundarias. En cuanto a las colec-
SOS e “Historia mundial” ( mirounaia istor os esos volúmenes... Sentimiento de señoreo que
ro muy fecundo en la Unión Soviética iia), gé- no excluye el escepticismo, el relativismo: el mundo
desempeñ ha visto tanto... la historia es un eterno recomenzar. . .
la misma función demostrativa e ideol
ógica E .. todo cambia sólo en apariencia... Las colecciones co-
puestas de estricto acuerdo con la teorí
a de los cinco 'merciales de historia mundial son políticamente des-
estadios, se inspiran en el mismo marx
ismo ecc 'movilizadoras.
y culminan en la exaltación de la
sociedad soviétic Por otra parte, en la edad del mercadeo multinacio-
formación de vanguardia que arrastra
historia del mundo. El marxismo en estos tod “e tras sí nal, estas cperaciones son tanto más rentables cuanto
gruesos Sl que se realizan con la colaboración de historiadores de
menes, no es más que un instrumento
técnico de De. diversas nacicnalidades; mantienen “equilibrada la ba-
nación ( Einordung, dicen los marxistas académi
Alemania del Este) de las sociedades d , lanza” entre la historia de los diferentes países, y todo
del Rs ps ; se halla sabiamente dosificado para llegar a los públicos
hay en él nada de un “guía para la acció
n”
Existen también formas degradadas del “discurso dl más diversos. Se ha recortado, por lo tanto, todo lo
bre la historia que podía extrañar o herir. .. Para obtener este mercado
universal”, a saber, las múltiples traducción están asegu-
e cosmopolita, los contratos de
ciones editoriales realizadas desde el siglo
e ig rados desde el comienzo, cuando no la coedición, La-
signo. Son puramente comerciales en
apariencia + e rousse o Fischer, Weidenfeld-Nicolson, La Pléiade y
en cuan to a su contenido ideológico, no por ser de "tantos otros, son diestros en este género de empresas.
108 LA NOSTALGIA DEL DISCURSO OBRE LA HISTORIA UNIVERSAL 109

cuyos imperativos comerciales muy estrictos son tambié


n tata más que de yuxtaponer monografías, relacionadas
ideológicos, Porque esta historia-mercancía multinacio- nicamente por algunas consideraciones generales muy
nal renuncia por definición a toda interioridad
nacional umarias.
($ 12), a tcda fijación específica en los problemas de 0 La historiografía, o descripción razonada de las
una sociedad concreta, a todo vínculo, por lo tanto, tapas del saber histórico. Etapas presentadas como
entre el presente y el pasado. La referencia activa al desarrollo interno, acumulativo, continuo, de un
pasado se vuelve aquí impracticable. aber que se eleva poco a poco a la dignidad de una
Por reacción contra el enciclopedismo histórico y la ciencia verdadera”. El acento carga siempre sobre el
descripción sobre todo anecdótica de los períodos pa- 4 rrogreso”” del saber histórico, y en mucha menor me-
sados, se ha manifestado entre los historiadores cierto lida sobre el papel político específico que desempeña
esfuerzo, con la vista puesta en una reflexión más gene- ÑÍn tal o cual sociedad determinada ($ 2).
ral. Reflexión fundada en el curso de la historia uni- Se debe advertir que en Francia, con escasas excep-
versal considerada en su generalidad, situada a un
nivel jones, estos cuatro “géneros” se han desarrollado mucho
más elevado, Se trata aquí un poco de un “discurso S tarde que en Alemania, en Italia o en los países
sobre la historia universal” en segundo grado, y se ha lengua inglesa. Los historiadores franceses, largo
desarrollado en cuatro direcciones principales: po instalados en la muelle comodidad corporativa
[J La filosofía de la historia, la reflexión teórica y a “buena conciencia abusiva” de que habla Robert
filosófica scbre el contenido y el sentido de la historia Mandrou en la Encyclopedia Universalis), descubren
de la humanidad, Género ya antiguo, desde las medita-
ciones de Jean Bodin y de Vico a comienzos de la edad analizar al menos un poco el contenido específico de
moderna, pasando por Montesquieu y Volney en el siglo disciplina. Las obras con pretensión teórica se han
xvu, por Herder, Hegel y Stuart Mill en el siglo xIx, multiplicado muy recientemente, con la firma de histo-
por Benedetto Croce y R. Aron... HMadores conocidos. Pero esta floración tardía no es
O La metodología histórica, el análisis de las técni- tinta de los trabajos más antiguos elaborados en
cas del saber histórico: Colingwood y Napier, Langlois dtros países sobre estos mismos temas generales del saber
y Seignobos, Samaran y Marrou, ¿Es la historia una histórico. Se mantienen en el interior de sus falsas
ciencia? ¿Cuáles son sus reglas, sus procedimientos de videncias ($ 6); aceptan de entrada su intelectualis-
análisis? , su tecnicismo, su productivismo. Excepto, natural-
O La historia comparativa, los ensayos de análisis nte, la Apologie, de M. Bloch, que es de otra cate-
paralelo de dos o varios “casos” correspondientes al ría. Este libro más antiguo es de un precursor. Ha
mismo fenómeno del pasado. Así el feudalismo inglés ido escrito en unas condiciones políticas y personales
y japonés, tema favorito de los comparatistas, Así los
levantamientos campesinos del siglo xvm, que Roland
Mousnier, en su libro Fureurs paysannes [Cóleras cam- patético entre el “hombre viejo” del que Marc Bloch,
pesinas), estudia a la vez en Francia, en Rusia y en “notable eminente, no conseguía ni trataba siquiera de
China. La revista de la universidad de Chicago, Com- despojarse, y de otra parte su situación sin precedente:
parative Studies in Society and History se ha especiali- 'expulsado de su cátedra por judío perseguido por la
zado en este género de estudios. Por lo general no se "policía. No es por casualidad si los pasajes ajenos más
110 LA NOSTALGIA DEL DISCURSO DBRE LA HISTORIA UNIVERSAL 111

numerosos de la presente obra se han tomado de la enicas discontinuas (las “revoluciones” de la electrici-
Apologie y, sin embargo, en sentidos muy opuestos: ad, del átomo, de las computadoras), juego discontinuo
unas veces como expresión típica del profesionalismo (el e las crisis mundiales y de las guerras mundiales, efec-
“oficio” de historiador) y del intelectualismo, otras s en cadena de amplitud planetaria, todo esto no
como esfuerzo lúcido para aceptar abrir la ventana, es- e su equivalente en el ritmo histórico de las épocas
cuchar las interrogaciones del presente, hablar en pri- edentes. Los ciclos dinásticos de poder fuerte, de
mera persona, someterse a interrogatorio. eltas campesinas, de invasiones extranjeras están
Louis Althusser ha querido ir más lejos. Su ensayo articularmente bien ritmados en las sociedades “asián
“Sobre el concepto de la historia” * es interesante; si icas” antiguas. La guerra y la conquista, fuentes indis-
bien los escritos de los clásicos del marxismo se encuen- ensables de esclavos, forman la osamenta de la época
tran alimentados intensamente con referencias históri- selavista, Son también la guerra y la conquista las que
cas, ninguno de ellos ha tratado de presentar de la alonan la época feudal, en la que el poder está, fundado
relación con el pasado un análisis teórico de conjunto. bre la tierra, y por lo tanto sobre su adquisición por
Para Althusser, se trata ante todo de romper con lo que uerra, herencia o diplomacia.
él llama “los sueños religiosos de la comunión de los Pero Althusser quiere llegar mucho más lejos en la
santos y de la resurrección de los muertos” a lo Michelet, bstracción. Para él, el objeto de la historia sería “no
en suma, con la pretensión de la historia de “reconsti- onocer lo que pasa en la historia, sino la producción
tuir el pasado”, de conocer como un objetivo en sí el concepto de historia en sus determinaciones especí-
mismo, ya que no la totalidad, al menos la masa mayor cas”. Lo cual no pasa de ser extremadamente intelec-
posible y la más coherente posible de los hechos del 1al. Althusser llega a escribir: “El conocimiento de la
pasado. La misión del historiador, dice, es reflexionar listoria no es más histórico que azucarado el conoci-
sobre la historia, pero no como Idea general en la tra- niento del azúcar”: sofisma de una pobreza sorpren-
dición hegeliana: debe analizar “las estructuras especí- lente, que vuelve la espalda a toda la experiencia del
ficas de la historicidad, propias de cada modo de pro- narxismo y en particular a la definición de la ciencia
ducción”. lel conocimiento científico, así como a la combina-
Hasta aquí sólo se puede estar de acuerdo, Los argu- ión de la teoría y de la práctica. Porque el azúcar no
mentos y las formulaciones de Althusser pueden con- s capaz de comunicar su sustancia propia al conoci-
tribuir útilmente a la crítica radical del discurso del miento que se tiene de él. ¡De acuerdo! Pero el co-
historiador profesional —hay un Michelet, un resuci- nocimiento, incluido el de la historia, es inseparable
tador, que dormita en el espíritu de tantos historiadores, del tipo de sociedad histórica, necesariamente histórica,
o un Cuvier... Reconstituir el pasado por medio de que lo ha producido.
sus fragmentos diseminados, ¡qué ambición, qué reto Porque finalmente, cuando se refugia en el “concepto
al Tiempo implacable! Muy fecunda también, en Al- de historia”, cuando en su respuesta a John Lewis acusa
thusser, la proposición de una historicidad propia de 2 la historia de ser una ciencia sin objeto, Althusser
cada tipo de sociedad. De hecho, el capitalismo presenta evacua esta cuestión esencial: ¿quién hace la historia?
ritmos específicos de desarrollo interno: explosiones el pretexto de conceptualización, se refugia en una
ecoría mecánica: serían las fuerzas productivas las que
1 La Pensée, junio de 1965. harían la historia, ellas serían las que impondrían la
112 LA NOSTALGIA DEL DISCURSO

contradicción principal. Lo cual coincide, a través de


las formulaciones marxistas, con el discurso sobre “la
historia masiva”, tan de moda hoy ($$ 15 y 16). Estas ; IENEN UNA HISTORIA COMÚN LAS
dos versiones convergentes de la ¿“continuidad lenta” OCIEDADES PRECAPITALISTAS?
dan por resultado ambas negar a las masas populares
el papel dirigente. En la controversia organizada por los
Annales, Pierre Vilar ha respondido con justa razón a
Althusser que son los hombres los que hacen la historia
y afirman así el dominio de su propio futuro. La his-
toria universal no es el tema de un discurso, por com- elaciones a larga distancia, fascinantes para nuestra época
pleto que sea en el plano teórico, sino lo que se ventila le facilidad.— Fondeaderos muy antiguos.— Imperios, reli-
en una lucha, iones, migraciones, gran comercio, intercambios técnicos,
mandes viajes.— Las sociedades precapitalistas no tenían una
<l

lecesidad estructural de estos intercambios lejanos.

Una cosa es alejar las tentaciones intelectuales y en-


siclopedistas del “discurso sobre la historia universal”
hotra interrogarse sobre las relaciones que han existido,
Én el curso del tiempo, entre los diferentes pueblos,
entre las diferentes sociedades humanas. Es un proble-
ma real, un problema que nuestro mundo de hoy plan-
tea a la historia. Vivimos, a lo largo de todo el siglo xx
y en particular en los años 1970, una contradicción
intensa entre la realidad propia de cada pueblo y la
tendencia a la interdependencia planetaria de todos los
e humanos. ¿Qué ocurría en el pasado?
Marx sostenía que la historia universal, la historia
'común de los distintos pueblos, no comienza sino con
capitalismo, con el mercado capitalista mundial. Las
“tendencias a una historia común, incluso mucho más
"antiguas, se mantuvieron hasta el siglo xvr obstaculiza»
das por las limitaciones y las divisiones inherentes a los
modos de producción anteriores (asiático, esclavista,
feudal) ; el capitalismo no sólo les dio libre curso, sino
que encontró en su principio mismo ($ 11) el funda-
mento de una historia universal y planetaria, movida
por mecanismos comunes,
[113]
114 ¿HAY UNA HISTORIA PRBCAPITALISTA COMÚN? HAY UNA HISTORIA PRECAPITALISTA COMÚN? 115

Desde: antes de la formación del mercado capitalista egros de África oriental, evocando la presencia de
mundial, el destino de los hombres no dependía única- nuestras de alfarería china muy antiguas, recién descu-
mente de la evolución interna de la comunidad a que jjertas en las costas de Tanzania.
pertenecían; pueblo, ciudad, tribu, imperio. Este des- O] La exploración en negativo de las imágenes carac-
tino estaba también determinado por tcda una serie erísticas de nuestra sociedad; búsqueda de sociedades
de intercambios, de contactos, de influencias y de efectos diferentes”, susceptibles gracias al movimiento de re-
a larga distancia. roceso histórico, de dibujar mejor por oposición el per-
El estudio de estas relaciones y de estos efectos a il del mundo actual.
larga distancia es seductor, siempre ha fascinado. En - ¿No es aquí el lugar propio para presentar un; bar
nuestra época de viajes casi instantáneos de un extremo ance sistemático de todas las tendencias que, desde
al otro del planeta, de nivelación radical de los géneros - a edad precapitalista, han contribuido a organizar una
de vida por el cemento y el gadget, los contactos y los listoria común de los diferentes pueblos: tal balance
intercambios que operan a la escala de años, ya que no ludiría difícilmente los lazos del enciclopedismo. Las
de siglos, tienen efectivamente algo de fascinante y de endencias a esta historia común se han manifestado en
angustioso a la vez. Pero no hay aquí tan sólo simple lo pocos niveles, y algunos ejemplos serán suficientes:
curiosidad exótica y afición fácil a la evasión. [[] Reagrupamientos político-militares. Es el fenó-
El interés, tan difundido hoy por las sociedades pre- neno de los imperios, sobre el cual la burguesía ascen-
capitalistas, incluidas y sobre todo las más alejadas de ente se interrogaba con tanta ansiedad: Montesquieu,
nosotros, los sumerios, los incas, los antiguos polinesios, Jolney, Gibbon, han meditado largamente sobre la
los drávidas, responde a varias funciones precisas: taída del Imperio romano. La clase ascendente, con
[D El cuidado que tiene cada pueblo de situarse en a impaciencia de restaurar un nuevo orden social, que
el tiempo largo, de tomar claramente conciencia de sus retendía universal y por ende permanente, necesitaba
raíces muy antiguas, fuente de cohesión nacional, afir- dentificar las circunstancias y las causas de la deca-
mación de la identidad colectiva. Aborígenes australia- encia y de la caída de aquellos regímenes, que tam-
nos y vietnamitas, mexicanos e iranios. Pero también ién se habían creído universales y permanentes. La
vascos, corsos y celtas, conscientes de que su implanta- burguesía quería un porvenir más seguro,
ción sobre el territorio que hoy es francés es mucho Todos esos imperios —chino, persa, egipcio, roma-
más antigua que la conquista romana y las invasiones ho, inca, bizantino, germánico, mongol, mogol...— se
germánicas. sonstituyeron por la conquista militar; alcanzaron cierto
[ El deseo de disponer de referencias antiguas, para rado de estabilidad político-administrativa y de inte-
dar más relieve a las corrientes actuales de intercam- ración territorial, expresadas en una frontera organi-
bios internacionales. Y sobre todo a las corrientes que ada. Después se descompusieron, Pero reivindicaban
rodean Europa, que animan directamente la vida inter- iempre la universalidad, al nivel de los principios ideo-
nacional del Tercer Mundo, ignorando las pretensiones os y no sólo de la extensión territorial, El fenómeno
del Occidente a la hegemonía planetaria. Ya no llevan le los grandes bloques imperiales, relativamente esta-
todos los caminos a Roma, ni tampoco han llevado les, parece común a las diversas formas precapitalistas:
siempre. .. De visita en Dar-es-Salan, Chou En-lai salu- esclavitud, Asia, feudalismo. '
daba la antigua amistad de China y de los pueblos A los imperios se oponen los archipiélagos de ciuda-
HAY UNA HISTORIA PREGCAPITALISTA COMÚN? 117
116 ¿HAY UNA HISTORIA PRECAPITALISTA COMÚN?
y
sjana: migraciones de los normandos y de los hún-
des-estados, donde cada ciudad, en el interior de un
faros en plena Edad Media europea, de los tai de
espacio cultural y social bastante homogéneo, se afirma
dechina o de los peul de África occidental en plena
como un absoluto político, dotado de la investidura
Moca moderna. Esto en cuanto a las migraciones de
divina: ciudades de la Mesopotamia antigua, de la Gre-
nasa a larga distancia. Pero la distribución | actual
cia clásica, de la Camboya preangkoriana, de la civili-
de los grandes grupos étnicos y lingúísticos. refleja tam-
zación maya, de la Italia medieval, del Báltico moderno
bién las migraciones minoritarias, las dispersiones o
(Hanse).
diáspora”: no sólo los judíos, sino los cíngaros, los
lO] Sistemas culturales-religiosos: mundo grecorroma-
armenios y los libaneses diseminados hoy por los cinco
no, mundo confuciano, hinduismo, budismo, islam, cris-
continentes. E
tiandad. Estos sistemas han coincidido ocasionalmente
-[] Gran comercio. Los intercambios a larga distancia
con espacios político-militares relativamente unificados:
jon muy antiguos. Las monedas y objetos de alfarería
religión grecorromana e Imperio romano, confucianismo
romanos o chinos han sido dispersados en un radio
e Imperio chino (con sus “países tributarios”), Imperio
considerable por Europa, Asia y África, y después des-
árabe de los primeros califas. Pero, por lo general, estos
subiertos por las excavaciones. Los geógrafos del Medi-
sistemas religiosos en sentido amplio, cubren una zona
'terráneo antiguo definieron cuatro rutas comerciales
más vasta y duran más tiempo que las formaciones
a larga distancia, que se adentraban profundamente en
políticas que por un momento han sido su soporte, o
países bárbaros: “ruta del estaño”, hacia las islas mi-
su núcleo inicial, Es en particular el caso del budismo;
eras del Atlántico; “ruta del ámbar”, hacia el Bál-
el islam se extendió de las Filipinas a Senegal, de Rusia
tico; “ruta de la seda” hacia el Asia central y el Lejano
central a los archipiélagos del oceáno Índico; el cristia-
“ruta del marfil” hacia el alto Nilo y el
nismo, desde la Edad Media, estaba presente de Terra-
nova al Asia central, y de Etiopía a Escandinavia,
El gran comercio remoto, en la época precapitalista,
Estos grandes sistemas religiosos se difundieron por
tiene como objeto necesariamente artículos de valor
la guerra, por la conversión de los soberanos, por el
“elevado en relación con su peso y no perecederos: los
comercio sobre todo. Fueron capaces de estructurar
í trasportes, por agua o por tierra, son lentos y costosos.
el conjunto de la vida social, sociedad civil y sociedad
Este comercio puede ser de productos casi irrempla-
política a la vez: familia, derecho, instituciones, lite-
=zables, té, sal, medicinas, o productos de lujo de valor
ratura. Se enfrentaron con frecuencia los unos contra elevado, porcelanas, barnices, marfil, lacas, cueros, etc.
los otros en el curso de guerras implacables: cristianis-
El control de los intercambios lejanos, fiscal y militar
mo e islam en el Mediterráneo, budismo e hinduismo
a la vez, era una de las funciones principales del estado
en Indochina... “asiático”, y formaba parte de su “alto mando econó-
[] Migraciones. Las migraciones de masa forman
mico”. En las sociedades africanas antiguas, este con-
la trama misma de la “protohistoria” y constituyen la
trol constituía incluso, en ausencia de grandes trabajos,
base de la implantación más o menos fija de los celtas,
lo esencial de las responsabilidades económicas del
de los germanos y de los eslavos en Europa, así como de il
estado. E
la mayoría de los pueblos de Asia central, de Indo-
[O] Circulación de las técnicas. Los especialistas han
china, de Oceanía y de la India. Las migraciones
podido levantar mapas detallados de los tipos de vela
continúan desempeñando un papel en una época menos
a
118 ¿HAY UNA HISTORIA PRECAPITALISTA coMúN? 'AY UNA HISTORIA PRECAPITALISTA COMÚN? 119

utilizados para la navegación y de su difusión, de la cían y se deshacían. Las proezas de los grandes via-
progresión de las técnicas metalúrgicas entre Europa y os eran apenas conocidas, y pronto olvidadas. Las
Asia, de la distribución de los tipos de escritura, de as comerciales se abrían y se volvían a cerrar...
la de las plantas cultivadas, Los intercambios y las brque todos estos intercambios a larga distancia no
influencias técnicas operan sobre distancias considera- ectaban las estructuras económicas de base, ya fueran
bles, y esto desde las épocas muy remotas y en lapsos ticas, esclavistas o feudales. No eran necesarias his-
de tiempo relativamente cortos. La escritura fenicia, a ricamente para la reproducción de estas estructuras
través de formas diversas, se difundió no sólo en cl ' base. Estos intercambios podían refluir, caer de
Mediterráneo sino en todo el Medio Oriente y en Asia levo en el olvido, como los normandos en América O
del sureste. Con frecuencia se cita la China precapitalista chinos en África. Podían perder por un momento
como un ejemplo privilegiado de estancamiento histó- so, marcar una pausa. Así, sucesivamente, los
rico. Sin embargo, unas cuantas decenas de años úni- abes, los hindúes, los chinos llegaron a la vista de
camente después de la instalación de los portugueses “costas australianas, hacia los siglos x-xw. Pero este
en Macáo, en el siglo xv1, se difundían por toda China intacto era marginal, frágil, reversible. No eran los
los cultivos llamados americanos, y que procedían del aperativos económicos fundamentales de su sistema
Nuevo Mundo: taro, ñame, batatas, cacahuates, ta- cial los que impulsaban a estos navegantes que de
baco. Estas plantas robustas permitían cultivar las tierras lejos venían, a penetrar en Australia y a, instalarse
arenosas y los suelos en pendiente, impropios para los
arrozales irrigados; China pasaba por una verdadera Por el contrario, el modo de acercamiento de los oc-
“revolución verde”. tales a esa misma Australia en la época capita-
[] Grandes viajes. Marco Polo no es una figura ais- a es irreversible, por estar fundado en una necesidad
lada. Viajeros de la época helenística habían penetrado ructural: la de la autoexpansión indefinida del capi-
profundamente en Asia (Megastenes, Cosmas Indico- lismo con vistas a la reproducción ampliada del capi-
pleustes). Un árabe como Ibn-Battuta, en el siglo xv, Esto es lo que Marx quiere expresar cuando dice
visitó mo sólo los mismos países de Asia que Marco e la historia universal comienza con el mercado capi-
Polo, sino vastas regiones de Asia del sur, del Medio alista mundial.
Oriente y de África. Los vikingos llegaron a Canadá
en el siglo x. Los chinos Xuantang (siglo vu) y Cheng
Ho (siglo xv) llegaron, el primero a la India por el
Himalaya para traerse las sagradas escrituras búdicas,
el otro a las costas orientales de África al mando de
las flotas imperiales Ming.
Las sociedades precapitalistas no vivían replegadas
sobre sí mismas. En todos los sectores esenciales de la
vida social, mantenían intercambios a larga distancia y,
con ello, una efectiva interdependencia.
Pero estas relaciones lejanas no eran sino disconti-
nuas, parciales, marginales sobre todo. Los imperios se
AGENTE UNIFICADOR 121
, CAPITALISMO,

11 al
fa ha dado un carácter cosmopolita a la producción y
de los
tonsumo de todos los países. Con gran sentimiento
EL CAPITALISMO, AGENTE UNIFICADOR ha quitado a la industr ia su base naciona l.
accionarios,
DE LA HISTORIA antiguas industrias nacionales han sido destrui das y
contin uament e. Son suplant adas por
tán destruyéndose
n
nuevas industrias cuya introducción se convierte en cuestió
s civiliza das, por industr ias que
vital para todas las nacione
s
a no emplean materias primas indígenas, sino materia
x
:
cuyos product os no sólo se consu
La reproducción ampliada del capital funda la historia uni: s
versal.— El capitalismo da forma a un mundo a su ima- ino en todas las partes del globo. En lugar de las antigua
satisfechas con productos nacionales, surgen
gen.— Nivelación tecnológica, migraciones, guerras y crisis necesidades,
pro-
mundiales: la tierra se unifica.— La polarización entre paí- necesidades nuevas, que reclaman para su satisfacción
más apartad os y de los climas más
ses ricos y países pobres.— Poblado mundial y ciudad ductos de los países
. En lugar del antiguo aislami ento y la amargu ra de
mundial. diversos
las regiones y naciones, se establece un intercambio univer-
esto
sal, una interdependencia universal de las naciones. Y
refiere tanto a la producción materia l como a la inte-
se con-
Jectual. La producción intelectual de una nación
El capitalismo es cualitativamente distinto de las forma- vierte en patrimonio común de todas. La estrech ez y el
ciones socioeconómicas que la han precedido. Está fun- les resulta n de día en día más impo-
e clusivismo naciona
dado a la vez en la capacidad y en la necesidad de un “sibles; de las numerosas literaturas nacionales y locales se
autodesarrollo ilimitado: el capital, base del sistema, “forma una literatura: universal.
no puede subsistir sino ampliando su sustancia; tiene Merced al rápido perfeccionamiento de los instrumentos
de
constantemente necesidad de invertirse en nuevas acti- de producción y al constante progreso de los medios
cación , la burgues ía arrastr a a la corrien te de la
vidades, productoras de plusvalor y, por lo tanto, de comuni
s.
nuevos capitales a los que habrá que encontrar a con- “civilización a todas las naciones, hasta a las más bárbara
a todas las nacione s, si no quieren sucumbi r, a
tinuación nuevos mercados... El dinamismo interno '[...] Obliga
las constri ñe a in-
“adoptar el modo burgués de producción,
imperioso del sistema le abría un campo de actividad burguesas.
“troducir la llamada civilización, es decir, a hacerse
que no podía detenerse sino en los límites mismos del En una palabra: se forja un mundo a su imagen y seme-
planeta. Una de las páginas más célebres del Manifiesto jenza.
comunista describe esta “invasión del globo” en térmi-
la
nos que conservan una sorprendente lozanía, a más En este sentido, la historia universal, la fusión de
ntes pueblo s en un des-
de un siglo de distancia: “historia particular de los difere
No hay
“tino común, comenzó realmente con el siglo xv1.
Espoleada por la necesidad de dar cada vez mayor salida a sus chami ento geográ fico de las corrie ntes
tan sólo ensan
y consti-
productos, la burguesía recorre el mundo entero. Necesita de intercambios a través del planeta entero,
espacial
“tución de una historia universal en el sentido
anidar en todas partes, establecerse en todas partes, crear

del término. Simultáneamente, la historia de cada pue-


vínculos en todas partes.
Mediante la explotación del mercado mundial, la burgue- ención
blo se trasforma cualitativamente por la interv
[120]
122 EL CAPITALISMO, AGENTE 'UNIFICADOR

de mecanismos unificadores y comunes: mercado mun-


dial que orienta la producción de cada país en fun-
ción de sus exigencias, precios mundiales, grupos finan-
cieros mundiales, de la vieja Compañía de las Indias tiedad dominante y de las imágenes que dicha so-
Orientales a las “multinacionales” gigantes de hoy. Todo ad difunde (y esto se ha ampliado en la época d>
esto contribuye poderosamente a universalizar
los pro- s mass media) en los cinco continentes, se fabrican
pios mecanismos de la historia, y no sólo su campo Igoñas y champañas locales, se bebe coca-cola, se
geográfico. Ni aun la formación del campo socialista ¿nsumen conservas de la misma marca y programas
ha modificado fundamentalmente esta situación, tanto televisión ponderando los mismos gadgets, y se vive
antes como después de su ruptura en 1960, Los países 1 alvéolos del mismo cemento monótono.
socialistas de Europa evolucionan cada vez más en el
surco del capitalismo occidental; aguardan sus direc- illones de hombres, que se creían características de la
tivas, necesitan sus equipos de punta, persiguen su mo- Jana protohistoria y por lo tanto desaparecidas para
delo de consumo. En cuanto a China, afirma que es
preciso contar primero con sus propias fuerzas; pero las sociedades sedentarias, han vuelto a surgir a la
sabe que, a pesar de todo, es tributaria del mercado cala de todo el planeta. La mano de obra blanca
capitalista mundial como modo de producción domi- brante o miserable venida de los países industriales
nante: cotizaciones internacionales de materias primas, ' semindustriales de Europa se ha propagado en di-
mecanismos financieros internacionales, fábricas “Maves- ción de los nuevos fcecos de crecimiento capitalista,
en-mano”... América del Norte y del Sur, de África del Sur
Esta ordenación de una historia universal se mani- Australia. La mano de obra colonial ha sido tras-
fiesta en todos los sectores importantes de la vida da masivamente a través de los oceános, según las
social: idades de las plantaciones, de las minas, de los
O El mundo ha sido completamente explorado, in- rtos de América, de África, de Oceanía: negros en
cluido el interior de los continentes más inaccesibles, glo xvur, chinos e indios en los siglos XIX y XX s2
hasta las zonas polares. El planeta se convierte en un an diseminado por el mundo entero. A lo cual se agrega
espacio cerrado, integrado, y los grandes escritores so- davía, muy recientemente, la reimportación de mano
cializantes y utopistas del siglo xix lo comprendieron obra del Tercer Mundo y de los países semidesarro-
muy bien. Fourier y su obsesión de la dimensión plane- idos en dirección de los grandes centros industriales:
taria; Saint-Simon, que decía, y después Enfantin, “la rcos y yugoslavos a Alemania, antillanos, pakistanos
tierra, ésa es nuestra novia, nuestra madre”; Julio "africanos a Inglaterra, mediterráneos y africanos a
Verne: tras ellos, cuyos Viajes extraordinarios son como i Lo que no era necesario en el siglo xix
la epopeya de esta toma de posesión del planeta entero. ás que en las zonas periféricas del capitalismo, cuando
[] Las técnicas de producción, los artículos de con- “economía colonial de plantación importaba sus tra-
sumo, los modos de vida se unifican cada vez más. ajadores, ha llegado a ser una necesidad en las regio-
Esta unificación no proviene únicamente de mecanis- es centrales del sistema.
mos económicos implacables, efectos de la ley unificada [7] El carácter planetario de la sociedad capitalista
del mercado que Marx pone en evidencia en la página e traduce también por la formación de sistemas mun-
ee ic PITALISMO, AGENTE UNIFICADOR 125
diales de dominación política y por el recurso a ope:
Zz más los aspectos de la vida social: control aéreo,
radores históricos de amplitud mundial: guerras mun»
diales,
iterpol, reglas médicas, etcétera. , ;
crisis mundiales. Cuando Carlos V decía com! Las fuerzas políticas revolucionarias suscitadas
orgullo que el sol no se ponía jamás en su imperio,
expresaba una necesidad histórica mucho más general xr el capitalismo operan también a una escala mun-
que los éxitos dinásticos y las conquistas coloniales de al. Esto era ya cierto de la corriente demócrata revo-
los Habsburgo en el siglo xvI. Los grandes imperios cionaria, projacobina, que en la época de la revolu-
coloniales modernos, Francia e Inglaterra, se han ca»
ón francesa encontró ecos en Chile y en Egipto, en
a Inglaterra y en Batavia, en Rusia y en el Mysore.
racterizado por la misma universalidad, y más recien:
¿ mucho más cierto todavía respecto de los movimien-
temente por las empresas internacionales del dólar y
5 revolucionarios anticapitalistas: las tres “Interna-
de la cra. Desde el siglo xIx, las crisis económicas de ales” obreras, la ideología socialista, el marxismo, y
venta a bajo precio, de sobreproducción, de especula:
su vez el izquierdismo extremista contemporáneo han
ción, de caída de cotizaciones, de desempleo, son ca: do y son unas fuerzas políticas de amplitud universal.
paces, por efectos en cadena, de influir adversamente Pero todas estas tendencias a la integración plane-
sobre la prosperidad agrícola e industrial de regiones ia de la historia humana encuentran sus límites en
extremadamente alejadas las unas de las otras; el des. $ propios mecanismos de la economía capitalista, una
plome de las cotizaciones en la bolsa de Nueva York e cuyas contradicciones fundamentales tocamos aquí.
en 1929, arruinó en Birmania distritos agrícolas ente- É una parte el capitalismo unifica, nivela, engloba
ros, hizo arrojar en los hornos de las locomotoras la idos los pueblos en la misma ley del beneficio y del
cosecha del café brasileño, alteró el equilibrio precario adimiento. Pero este capitalismo, a medida que se
as

de las islas del Pacífico dependiente de la exporta- esarrolla, ahonda el foso entre las minorías privilegia-
ción de su copra, puso en movimiento y lanzó en torno as y la masa de los pueblos del mundo, a los que
de Hitler a la pequeña burguesía alemana, preparó el xplota yps a los ques necesita explotar. Este fenómeno
:
frente popular en Francia y la guerra civil z España, le polarización actúa ya e as ia el arE
Las guerras mundiales del siglo xx han influido directa MBA de las sociedades capitálisias desamroriads pala
o indirectamente en el planeta entero: dispersión de los pra igualmente oia rg los ¡Diimieros ha
teatros de operaciones terrestres y marítimas, moviliza- Eo y paras eS : A E ER dial la inde-
ción y desplazamientos de la mano de obra militar tenido sa as Le le 1 o urrnia entre ellos y
(“ejércitos”) y civil, reorientación profunda de la pro- jendencia Pp NN endo El hecho de que los
ducción industrial, crisis del poder político en los países E oa an Oeci a. exploten duramente a los
coloniales y dependientes, ocupación extranjera... La — es od do ños asalariados de su propio
sociedad internacional se ha organizado por su parte ppajadoces a Pi sec a su costa, no atenúa en
en el plano político-administrativ o y se
ha dado estruc- E da dbeepatidad de la oposición entre países ricos y
turas específicas superputstas a los estados en principio E res. Todo habitante de un país industrial, incluso
soberanos: Sociedad de las Naciones después de la pri- explotado en su patria, goza de la situación global de
mera guerra mundial, Naciones Unidas, y más todavía
:
las innumerables agencias la o sociedad a que, ]
pertenece, respecto de los países ex-
técnicas que controlan cada Modos: y o cie cxistii también explotadores
126 EL CAPITALISMO, AGENTE UNIFICADOR L CAPITALISMO, AGENTE UNIFICADOR 127

en los países pobres, cómplices de los privilegiados de lutónomos los unos respecto de los otros. Existe explo-
los países ricos... Si la mano de obra de los países lación estructural, relación de necesidad entre la mise-
pobres estuviera remunerada a la misma tasa que la de ia de los unos y la prosperidad de los otros.
los países ricos (vacaciones pagadas, Seguro Social, sa- Marx, embargado por completo por la visión gran-
lario mínimo garantizado, etc.), la gran masa de los losa de la nivelación capitalista y por sus inmensas
productos de consumo corriente importados del Tercer 'onsecuencias (“la burguesía arrastra en la corriente
Mundo alcanzaría inmediatamente precios inaccesibles, le la civilización hasta las naciones más bárbaras...”),
los supermercados quedarían desiertos. La clientela po- lue menos sensible al efecto inverso: la polarización
pular que se agolpa en ellos se aprovecha, quiéralo o entre países explotadores y países explotados. Aun así,
no, y cualquiera que sea su propia condición de explo- se le deben densas páginas sobre la contribución irrem-
tada, del hecho de que los trabajadores de los países plazable de la miseria hindú al despegue económico de
pobres están todavía mucho más explotados que ella. Inglaterra en el siglo xvnr. Hoy, son estos efectos de po-
Se ha podido evaluar en el 43%. de los recursos del larización los que más nos impresionan. La ciudad
globo el consumo “necesario” (de hecho desperdiciado) mundial, como se dice en China, no puede subsistir
del 6% únicamente de la población del mundo, es decir en su estructura actual y a su nivel actual sino a ex-
la población de Estados Unidos.* Lo cual es tanto como pensas del poblado mundial, no puede subsistir sino
decir que el nivel de vida alcanzado por ciertas minorías 'explotándolo cada vez más.
(aun en el caso de que comprendan a la vez explo-
tadores y explotados) descansa necesariamente sobre la
miseria del resto del mundo. Un simple cálculo de-
muestra que-si otra porción de un 6% alcanzara cl
nivel de vida de Estados Unidos necesitaría igualmente
el 43% de los. recursos del globo. El resto de estos re-
cursos: 100—
(2 X 43) = 14% es lo que quedaría
disponible para el 88% de la humanidad... Cálculo
grosero, pero que pone en evidencia la hipocresía que
se esconde tras de términos como “países subdesarrolla-
dos”, “países en vías de desarrollo”... Estos términos
reflejan una ideología de desfase, de competición, se-
gún las facilidades más o menos grandes de que habría
dispuesto cada competidor. Pero ningún “rezagado” de
los países “subdesarrollados” puede ganar terreno, como
no se pase al campo de los explotadores, donde los
lugares son caros. El caso de Japón es excepcional.
No existe allí desfase trivial y mecánico entre grupos
más o menos bien situados sobre la línea de salida y
1 Claude Julien, L'Empire américain,
INTERIORIDAD NACIONAL 129

12 líticas y territoriales, los recursos humanos que exige


ealización de sus proyectos y de sus ambiciones
LA INTERIORIDAD NACIONAL EN a saber, la reproducción ampliada del
LA HISTORIA
Sobre la base de estos estados-naciones=-mercados, la
jedad internacional se organizó en el siglo xrx: sobe-
Ea de cada estado, relaciones diplomáticas, derecho
ernacional, primeros embriones de instituciones su-
Bhacionales. Cuando otros pueblos obtuvieron la
Los estados-naciones-mercados como espacio histórico de la dependencia y la soberanía estatal, a partir de la des-
burguesía,— La voluntad de interioridad nacional en his- imposición” progresiva de los imperios español, ale-
toria.— La reconquista de su interioridad nacional por los
án, turco, francés, inglés, italiano y portugués, siempre
pueblos del Tercer Mundo.— La crisis de los estados-nacio-
nes de Occidente y el movimiento de las minorías (provi-
1 sido el estado-nación-mercado el que ha servido de
sionalmente llamadas) nacionales.— Interioridad nacional e tructura de referencia. Esos otros pueblos se han visto
inserción en los procesos mundiales.— La revolución china digados a alinearse sobre el modelo nacional y sobre
forma parte de la revolución mundial.— El nuevo interna- estructuras de la sociedad internacional, tales
cionalismo está aún buscándose. mo las había organizado en provecho propio la bur-
lesía de Occidente. Este acceso al estatuto de estado
cional tenía el carácter de una victoria política, y
tultaba temporalmente las consecuencias, el costo so-
El papel unificador del capitalismo está igualmente li- lal y financiero, toda la carga negativa de este alinea-
mitado por otra contradicción: ha impulsado a la pola- lento sobre el Occidente capitalista. Estos pueblos
rización de la sociedad internacional en naciones, mu- berados” seguían y siguen, desde este punto de vista,
cho mejor estructuradas que los imperios, las tribus y risionados en el espacio histórico (nacional) de la
los pueblos de las épocas precedentes. irguesía. Hasta Vietnam, hasta Cuba, hasta China...
Las naciones en el sentido pleno del término apare- os pueblos que todavía hoy tienen entablada en el
cieron en Occidente en los siglos xvim-xrx, a medida tercer Mundo una lucha de liberación nacional no
que se consolidaban las relaciones capitalistas. Son con- ueden a su vez hacer otra cosa que tratar de fun-
juntos homogéneos, comunidades históricas cimentadas lirse en este molde del estado-nación: ayer el Bengla-
a la vez al nivel de las relaciones económicas por el Jesh o Biafra, mañana quizá Eritrea o los kurdos.
mercado nacional unificado, y a nivel político por "Como ha dicho el marxista Chou En-lai, al recibir
el estado nacional. Estos estados-naciones-mercados cons- n 1970 una delegación de universitarios norteameri-
tituyen el espacio histórico necesario para la burguesía tanos del ccas (Committee of Concerned Asian Schol-
ascendente, en Francia, en Alemania, en Inglaterra, y rs), “vivimos en un mundo de naciones”. Afirmación
después en los demás países de Europa. Sobre la base de fealista, en modo alguno entusiasta, y en la que no
una comunidad incluso incompleta de lengua, de cul- hay en absoluto las mismas resonancias que los análisis
tura, de tradiciones históricas, de psíquica colectiva, la visionarios de Marx, ponderando en el Manifiesto co-
burguesía puede así poner en común las estructuras munista las capacidades unitarias del capitalismo: “En
[128]
130 LA INTERIORIDAD NACIONAL Ñ INTERIORIDAD al 131
lugar del antiguo aislamiento de las provincias y de
las naciones, que se bastaban a sí mismas, se desarrollan ra de la Galia romana, del Imperio de Carlomagno,
relaciones universales, una interdependencia universal 31 Santo Imperio romano germánico, de los estados
de las naciones...” La interdependencia es un hecho Igoñones de fines de la Edad Media, de la monar-
real, pero que va unida a una polarización en estados lía de Habsburgo, de la Francia revolucionaria y
nacionales cada vez más lograda, al menos en su. ipoleómica, del reino: de los Países Bajos, no encon-
perficie, ando hasta después de 1830 una existencia nacional
¿Qué significa esto para la historia, para la relez opia, por lo demás, vacilante hoy. Sin embargo, la
rencia al pasado? Cada pueblo, al nivel del estado» storia belga existe en el tiempo largo. Los países bel-
nación, trata de insertarse en la historia mundial a tra. 5 actuales pertenecen a la historia belga :en cada
vés de su perfil nacional original, de afirmar su iden- apa de su pasado, cualquiera que haya sido la auto-
tidad nacional en el tiempo largo. Trata, por ejemplo dad política más dilatada en la que hayan estado en-
—y esta reivindicación ha sido invocada con motivo obados en tal o cual etapa,
de los abusos del cuadripartismo histórico, de Orga- La continuidad nacional, la interioridad nacional son
nizar su propio pasado en función de los ejes princi» iturales en el caso de países como Alemania o Francia,
pales de su historia propia. Para Grecia, la caída de. sia ó Inglaterra, Pero en el caso de la gran mayoría
Bizancio y el término de la ocupación turca. Para Viet. e los pueblos, y especialmente en casi todos los paí-
nam, la Hegada de los franceses en 1858 y la revolución 5 del Tercer Mundo, es una lucha, una reconquista
de agosto (1945), proclamando el advenimiento de la or encima de lo que se ha llamado “el intermedio
república democrática. Para China, las guerras del opio donial”, es decir, el período durante el cual estos países
y el. movimiento del 4 de mayo... jleron integrados por la fuerza.en la dependencia de
La voluntad de interioridad nacional Nes particular. y países industriales de Occidente, En las Filipinas,
mente clara en el caso de pueblos que en el yr ejemplo, se insiste sobre las “raíces nacionales” pre-
trascurso de
los siglos han pertenecido a conjuntos político-histó» ispánicas (national roots), sobre todo lo que puede
ricos más amplios, que se hacían y se deshacían llazar a los filipinos independientes de hoy con las
al azar
de las conquistas militares y de las mutaciones dinás- ibus mallasias de hace cinco siglos. En Vietnam, la re-
ticas, Así Egipto, base de los antiguos imperios faraóni- bnquista de “la continuidad nacional opera al nivel
cos, fue después una provincia anexionada al Imperio ismo del lenguaje, y de las categorías políticas que
persa, al Imperio alejandrino, al Imperio romano, al Im. asmite con él. Durante toda la época de la domina-
perio bizantino, a los califatos árabes, al Imperio otoma- jón francesa, desapareció el nombre de Vietnam, y
no, al Imperio británico, Egipto ha estado sucesivamente on él la idea de que existía una realidad nacional
integrado a estas formaciones imperiales tan distintas las letnamita. No se hablaba más que de “Indochina”,
unas de las otras en su extensión misma. Con todo, e historia “indochina”, lo cual equivalía a negar la
Egipto posee su propia continuidad histórica en el ación vietnamita por los dos extremos a la vez: se
tiempo largo, por encima de la discontinuidad de los
conjuntos a que ha pertenecido; tiene una conciencia
aguda de esta continuidad milenaria. Lo mismo ocurre nidades desprovistas de sustancia histórica y política:
con Bélgica, que ha sido sucesivamente parte constitu- ín, Annam, Cochinchina. En ambos casos, las es-
turas del imperialismo francés estaban impuestas
INTERIORIDAD NACIONAL 133
132 LA INTERIORIDAD NACIONAL

desde fuera. No se hablaba más que de historia “indo- hina es uno de los primeros países en inscribirse en la
istoria de la civilización mundial, con una civilización de
china”, con su sucesión de gobernadores-generales, su 'inco mil años de antigiiedad...
expansión económica, su orden colonial policiaco, “En el curso de su historia varias veces milenaria, el pue-
su ascenso hacia la “civilización”. Reintegrar estos lo chino dio nacimiento a gran número de héroes nacio-
ochenta años de historia “indochina” bajo dominación ales y de jefes revolucionarios; dio nacimiento a gran
francesa, en la continuidad interna de la historia secu- lúmero de estrategas, de políticos, de literatos y de pensa-
lar de Vietnam, es restituir a esos ochenta años su sus. lores revolucionarios. El pueblo chino es un pueblo que
tancia nacional, Los historiadores vietnamitas de este osee gloriosas tradiciones revolucionarias y una notable
perícdo siguen sin duda teniendo en cuenta unas mo- lerencia histórica...
dalidades y unos efectos de la dominación “indochina”: La historia de nuestro gran pueblo desde varios milenios
es un hecho. Pero destacan sobre todo las reacciones e caracteriza por particularidades nacionales y por no
vietnamitas a esta dominación, y especialmente las eta- locas cosas preciosas, Á este respecto igualmente no somos
recisamente unos colegiales, La China de hoy es un desa-
pas del movimiento nacional vietnamita de emancipa-
rollo de la China histórica. Somos historicistas marxistas,
ción: fase de dirección por los antiguos letrados con- ' no debemos mutilar la historia. Desde Confucio a Sun
fucianos, fase de los intentos infructuosos de la burguesía Vat-sen, debemos hacer el balance de toda nuestra histo-
vietnamita para imponerse como fuerza dirigente, fase ia, debemos constituirnos en herederos de todo lo, que hay
de dirección popular a partir de la fundación del par« le precioso en nuestro pasado,
tido comunista indochino en 1930,
La reconquista de la continuidad histórica interna
implica no pocas veces la “reanimación” de toda una - Privilegio nacional xl siii monopolio nacional,
serie de experiencias históricas, ocultadas durante el y hay mucho que sacar de la experiencia histórica de
período en que estos pueblos vivían en la dependencia os pueblos extranjeros . Pero el privilegio nacional exis-
del Occidente. Es lo que significa la vuelta de los te: las experiencias trasmitidas desde la infancia, lo
“bubus” como vestido de gala en África negra, o la obrentendido en los proverbios y en los nombres de
reanimación sistemática en China y en Vietnam de todo las calles, las afinidades consuetudinarias, todas las alu-
el saber médico tradicional, acupuntura, moxibustión, siones de la vida social. Cada cual se encuentra en una
farmacopea. Este saber tradicional estaba como en hiber- situación particularmente favorable, cuando se trata
nación en la época en que únicamente la medicina del pasado de su propio pueblo, Pero este privilegio
cccidental era en el Extremo Oriente fuente de pres- acional no puede dar sus frutos más que en el caso
tigio y de provecho. En Vietnam, llaman actualmente de estar formulado en términos de clase; sólo los his-
a esta política de reanimación la “valorización del capital toriadores vinculados al pueblo pueden reivindicarlo,
antiguo”. Un miembro de la aristocracia andrina, en Madagascar,
Es, pues, a cada pueblo al que corresponde en primer 'no es capaz de afrontar el hecho de que antes de la
lugar hacer el balance de su pasado, seleccionar los “conquista francesa toda la historia malgache se funda
elementos negativos y aquellos que son susceptibles de 'en el antagonismo de los esclavos y de los reyes; su
apoyar sus luchas o sus esperanzas. Mao, en 1940, re- discurso histórico no será “nacional” más que superfi-
clamaba un balance crítico de la historia china: cialmente, no será sino un sucedáneo del de los historia-
dores vazaha (término despectivo con el que los mal-
134
LA INTERIORIDAD NACIONA!, ÁINTERIORIDAD NACIONAL 135
gaches designan a los blancos). El
privilegio nacional ' nel caso de las minorías territoriales de Europa. Plan-
en la historia es un privilegio natu
ral. an en términos nuevos el problema de !a transición
Pero los estados-naciones, al menos
en el Occidente le las sociedades capitalistas desarrolladas al socialismo.
capitalista, están hoy agitados desd
e el interior. Lejos "La crisis de los estados-naciones, hoy, somete de nuevo
de encontrarse “terminados” de una
vez para siempre, discusión su discurso histórico dominante. Los pueblos
lejos de ser dueños Para siempre
del espacio histórico, ninoritarios reivindican su propio pasado y quieren
tienen que hacer frente a movimien
tos anticentralistas econquistarlo, por ejemplo en Estados Unidos o en
vigorosos. Éstos rechazan las disc
riminaciones de que Francia: se han citado no pocos ejemplos en los capítu-
son víctima los más antiguos habitant
es de tales. países, os de este trabajo. Apoyándose en ese pasado propio
o aquellos 'a quienes los mecanismos
económicos han ara rechazar la opresión de que son víctima, nos obli-
atraído al mercado del trabajo. como mano de obra a fan por eso mismo a reconsiderar todo el proceso his-
bajo precio: indios, negros o chicanos
de Estados Uni- lórico de formación de la nación norteamericana O
dos, trabajadores inmigrados de Euro
pa occidental. Re- e la nación francesa. Así, las luchas anticentralistas de
chazan las distorsiones regionales,
la opresión econó- la Francia contemporánea obligan a mirar de frente
mica, cultural y lingilística de pueb
los minoritarios en todo lo que ha costado la constitución de la “nación
beneficio de las clases dirigentes de
la etnia dominante: francesa” a cierto númeró de regiónes y de pueblos del
escoceses, galeses e irlandeses del
Reino “Unido”, cata- país: sangrías demográficas —para hacer la guerra, para
lanes, gallegos y vascos de Espa
ña, walones de Bélgica, construir la burocracia central o velar por la expansión
sicilianos
, sardos o tiroleses de Italia. «+ En Fran
cia, país industrial del norte y del este—, asimilación cultural
forzada —especialmente por la escuela primaria y el
cional, las luchas anticentralistas de ervicio militar—, distorsiones del desarrollo económi-
los corsos y de los co, negación de la originali política y rechazo de
catalanes, de los vascos y de los alsac
ianos, de los occi- la “diferencia”... Otros tañítos fenómenos que la his-
tanos y de los bretones han revelado
la amplitud de la toria francesa centralista menciona habitualmente
crisis de los estados-naciones del capi
talismo avanzado. sino de paso, como imperfecciones lamentables pero se-
El análisis teórico de todos estos movi
mientos comien- 'cundarias, poco importantes comparadas con la lenta
za apenas, y no es sin duda posible
defininlos en función y majestuosa edificación del estado-nación por los reyes
de un modelo único. Lo son todo,
salvo una “tercera por las repúblicas burguesas, de Richelieu y Colbert
ola” de movimientos nacionales,
sucediendo a las luchas Napoleón, de los jacobinos a De Gaulle. 0
nacionales del siglo xrx europeo y a
los movimientos de Las luchas de cada pueblo se sitúan primeramente
liberación del Tercer Mundo en el
siglo xx. Son mo- “en su continuidad histórica interna. Pero se insertan al
mentos de la crisis de la sociedad
capitalista avanzada, “mismo tiempo en el movimiento mundial de la historia,
a la que agitan en su corazón, no ya
sobre su periferia, El análisis histórico debe poner siempre de relieve “estos
Se levantan a la vez contra el esta
do-nación clásico, y dos extremos de la cadena”, pero como dos aspectos
contra el imperialismo multinacional.
Presentan exigen- intrínsecamente ligados, indisociables, y no como “fac-
cias políticas que no pueden resolver
los estados-nacio- tores” que han de dosificarse hábilmente: un poco de
nes capitalistas: ni en el caso de las
minorías no terri- -internacionalismo, un poco de vocación nacional. 2,
toriales (EU, trabajadores inmigrados de Europa), ni [J] La fundación del Partido Comunista Chino en
136 LA INTERIORIDAD NACIONA), LA INTERIORIDAD NACIONAL 137

1921 es a la vez el fruto de una maduración interna favorezcan a su vez la lucha de los demás pueblos. La
(el “4 de mayo”, la evolución de la izquierda del movi- ruerra de Vietnam ha tenido un efecto federador, cata-
miento nacional chino hacia el marxismo y el proleta lizador, para todas las luchas de la izquierda norteame-
-
riado) y de una intervención externa (la llegada
a ana: mujeres, negros, chicanos, disidentes culturales,
China de los delegados de Moscú, conforme a la nueva studiantes, antimilitaristas... Recíprocamente,. todcs
línea del Komintern, de rodear provisionalmente Europa estos movimientos contribuían, en el interior de la so-
y apoyarse en Asia). Hoy los textos soviéticos destacan el ciedad norteamericana, a debilitar a las autoridades, a
segundo aspecto, y los textos chinos el primero, Pero ma- aislar la política de guerra.
duración interna e intervención externa no fueron posi- La solidaridad internacional implica contactos orgar
bles sino porque el otro aspecto existía también. nizados, intercambios de experiencia, ya que está fun-
O Mayo del 68 debió su fuerza a la conjunción dada en una comunidad de objetivos: la lucha de los
entre la crisis interna del degaullismo, expresada prin- mismos contra los mismos, la lucha de los pueblos contra
cipalmente por una gigantesca marea de huelgas (*“¡ diez el sistema capitalista mundial. Sin embargo, el carácter
años, ya es bastante!”) y el auge internacional de las eminentemente integrado de este sistema capitalista
luchas de los jóvenes y de los estudiantes de Tokio a implica también que la lucha es indivisible, y por lo
Berkeley, Pero la unidad no se soldó entre estos dos “tanto que ningún sector, ningún país ha triunfado ple-
componentes, que siguieron siendo virtuales; mayo del “namente mientras el conjunto permanece bajo la domi-
68 refluyó. .. “nación del adversario. Es esto también lo que quieren
[] En mayo de 1970, desfilaron 100 000 personas por decir los chinos cuando afirman que la revolución china
las calles de Melbourne contra la guerra de Vietnam, lo “forma parte dela revolución mundial: es tributaria de
que constituye la mayor manifestación política callejera “los retrasos, de los límites y de los fracasos de esta
de toda la historia australiana desde la llegada del “última. Se trata, pues, de una afirmación mucho menos
capitán Cook. El llamamiento del Vietnam Moratorium, optimista y mucho menos idealista de lo que a veces
comité muy amplio que promovía el aesfile, sirvió “se dice, El internacionalismo se mantiene en equilibrio
de
catalizador externo a toda una serie de descontentos in- “sobre el peso de las c bre este “mundo de nacio-
ternos: cansancio de veinte años de poder conservador, nes”. El gran elsa las revoluciones populares
alza de precios, marasmo económico y político, de nuestra época es el de que se atasquen en el juego
Plantear la cuestión de las relaciones entre la interio- mundial de los estados nacionales, en el “concierto de
ridad nacional y las resonancias mundiales, las interfe- los estados”. La Unión Soviética de Lenin, en su origen,
rencias mundiales, es plantear la cuestión del internacio- aspiró a una estructura política dilatable, libre de una
nalismo. Es afirmar su necesidad y quizá sus límites. ¿Qué base nacional específica. Pero el peso de las cosas y,
significa la frase citada con tanta frecuencia: “La aquí, el hecho nacional ruso frente al hecho de verse
revolución china. forma parte de la revolución mun- cercada, se impusieron pronto.
dial”? Esta frase constituye evidentemente un Jllama- Una de las contradicciones principales de nuestra
miento al apoyo mundial, a la solidaridad; afirma que época, y volvemos aquí al problema de la interioridad
todo movimiento revolucionario necesita de la ayuda de nacional en la historia, ¿no es, acaso, que vivimos en
los demás pueblos, pero que es al mismo tiempo, por este mundo altamente integrado en el que las técnicas
sus éxitos, capaz de provocar efectos en cadena que se unifican, en el que las sociedades multinacionales y
138 LA INTERIÓRIDAD NACIONAL

los aparatos internacionales de represión, como la In-


terpol, son omnipotentes, en el que la información
circula de un continente al otro, pero, no obstante, es HACER ENTRAR LA HISTORIA NATURAL
además dentro del marco nacional-estatal, pequeño o N- LA HISTORIA SOCIAL
grande, donde las masas son capaces de llevar a cabo
sus luchas y de pesar sobre la historia? En esta contra-
dicción hay un término principal como es la “prioridad
de los factores internos”, otra fórmula china. Para
volver al ejemplo de Vietnam, por fuerte que haya sido
el movimiento de solidaridad internacional con las víc- L: naturaleza forma parte de nuestro espacio histórico.— No
timas de la escalada norteamericana en 1965-1970, se existe “historia sin los hombrés”.— El desastre ecológico
ha mantenido bastante fuera de las luchas de masa o presa una contradicción «de base del capitalismo: entre
entabladas en cada país en función de objetivos inter- 'Su apetito de autoexpansión ilimitada y los recursos limi-
nos que seguían siendo, con todo, prioritarios; se ha tados de la naturaleza.— El socialismo debe definirse por-
hecho finalmente, por mantenerse “lejos de Vietnam”, “su capacidad de controlar el “progreso impetuoso” de las
excepto quizá en Estados Unidos. “fuerzas productivas.— La -lucha ecológica invade el campo
“político, se halla historizada,
De la misma manera, por intensa que haya sido la
emoción suscitada por el fin trágico de Allende y la
carnicería chilena, pronto decayó; porque esta emoción
se mantenía al margen de las luchas populares de cada “Y no reintegrar la historia social en la historia natural,
país. Sin embargo, las fuerzas internacionales que ha- “no volver al hombre al estado de naturaleza como se
bían aplastado al pueblo chileno eran las mismas que “estaría tentado de proponer por reacción contra las
combaten en todo país los movimientos populares: las perversiones recientes del crecimiento y de toda la má- .
. multinacionales, la explotación capitalista, la burocra- quina social. Tal actitud tiene hoy cierta boga: que el
cia militar, el sexismo masculino.'.. Pero la relación no hombre se contente con reintegrar los ciclos naturales,
se establecía, porque la identidad de estos adversarios se “con volver a la “vida simple”. Pero tal actitud es derro-
encuentra oculta por toda una serie de relevos, que tista. y anticuada. Tiende, finalmente, a reducir al
difieren de país a país. Un millón de personas se echó hombre a su dimensión zoológica; conduce a no. asig--
espontáneamente a la calle al día siguiente de la ma- narle sino actividades de baja calificación técnica, al
tanza del metro de Charonne por la policía parisiense nivel de las “sociedades” de castores o de abejas,
en 1961; el anuncio de las sentencias a muerte en la Integrar la historia natural en la historia social es
España de Franco no produjo el mismo efecto. Subsiste otra cosa. Es afirmar el poder y con él la responsabi-
una diferencia de temperamento entre la sensibilidad de lidad del hombre respecto de todo el mundo natural,
las masas a los problemas “internos” y “externos” 5 los Ú No se debe oponer mecánicamente hombre y natu-
asuntos ajenos, “extranjeros”, son ajenos a las masas. raleza. La naturaleza “silvestre”, como hace observar
Interioridad nacional e interdependencia mundial no S. Moscovici, está en una gran parte conformada tam-
están vinculados todavía más que virtualmente, El nuevo bién por el hombre. “La naturaleza es tan histórica
internacionalismo se busca a sí mismo todavía. como el hombre y la sociedad” (Sociedad contra natu-

[139]
40 LA HISTORIA NATURAL EN LA HISTORIA SOCIA!
HISTORIA NATURAL EN LA HISTORIA SOCIAL 141
ra).* Por ejemplo, las especies llamadas silvestres son
pu que el hombre ha respetado, aquellas que no yderzee, que sólo en apariencia es un fenómeno
tenido tiempo o no se ha tomado el trabajo de des- zoológico” neutro:
truir. Los complejos ecológicos “naturales”, las saba- n el siglo x de nuestra era, un golfo profundo, el Zwin,
ps los bosques, las estepas, son casi siempre el producto estoneaba la costa flamenca. Más tarde, se enarenó. ¿A qué
e A complejas entre las plantas, los animales ección del conocimiento llevar el estudio de este fenó-
ycc el hombre, como leñador,r, pastor, agriculto
i r incluso
i eno? Sin pensarlo más, todos designarán la geología. Me-
canismo de los aluviones, acción de las corrientes marinas,
cambios, quizá, en el nivel de los océanos: ¿no ha sido esa
No dominamos en modo alguno la naturaleza, a la manera siencia creada y echada al mundo para tratar de todo esto?
de un conquistador o un pueblo extranjero, como si estuvié- ndudablemente. Sin embargo, fijándose más, las cosas
ramos colocados fuera de ella. Por el contrario, le pertene- no son tan sencillas.
cemos enteramente por la carne, la sangre y el cerebro ¡Se trata, ante todo, de escrutar los orígenes de la tras-
formamos parte integrante de ella.?
2? formación! He aquí ya a nuestro geólogo obligado a plan-
Sería, pues, ingenuo, hablar como lo hacen “tearse problemas que dejan de ser estrictamente de su com-
petencia. Porque, sin duda, el taponamiento fue, cuando
historiadores que pretenden ser innovadores
ca menos, favorecido por construcciones de diques, desviaciones
“historia sin los hombres”, que se limitaría a estudiar desecaciones: obras humanas, todas éstas, origi-
de canales,
en si misma” la evolución del mundo natural en el nadas por necesidades colectivas, y que únicamente deter-
tiempo. Si se consideran las diversas categorías de minada estructura social hizo posibles.
tiem-
pos muy largos, tiempos astronómicos, tiempos geoló- En el otro extremo de la cadena, nuevo problema: el de
gicos, tiempos de las evoluciones biológicas lentas “las consecuencias. Á poca distancia del fondo del golfo se
ponerles la etiqueta histórica puede lisonjear
el elevaba una ciudad. Era Brujas. Comunicaba con aquél por
corporativismo historiador, pero nada más. Si se trata un breve tramo de río. Por las aguas del Zwin, recibía y
por el contrario, de estudiar la evolución de fenóme expedía la mayor parte de las mercancías que la convertían,
nos guardando las proporciones, en el Londres o la Nueva York
naturales a la escala humana del tiempo, la supues
ta de la época. Fueron haciéndose cada día que pasaba más
historia sin los hombres” es una contradicción en
los sensibles los progresos del taponamiento. Y por más que
términos, El estudio de la evolución del clima.
de Brujas, a medida que retrocedía la superficie inundada,
los volcanes o de las formas costeras en el tiempo rela-
llevaba cada vez más hacia la embocadura sus antepuertos,
tivamente corto, unos cuantos millares de años, sus muelles se adormecieron poco a poco. Indudablemente,
no tiene
sentido más que si se la refiere al hombre, a la vez como no es que ésta fuera, mi con mucho, la causa única de su
testigo, como agente de análisis y como soporte de estos decadencia. ¿Obra alguna vez lo físico sobre lo social sin
fenómenos. No es significativa para el historiador sino que su acción esté preparada, ayudada o permitida por
porque el hombre puede calcularla por su propia medi- otros factores, los cuales proceden ya del hombre? Pero, en la
da, integrarla en su esfera de actividad. Marc Bloch marcha de las ondas causales, esta causa cuenta al menos,
lo ha demostrado a propósito del enarenamiento del no podría dudarse, entre las más eficaces.
y Ahora bien, la, obra de una sociedad, que remodela según
1 Serge Moscovici, Sociedad contra natura, sus necesidades elguelo sobre el cual vive, es, y esto todos lo
México, Siglo
XXI, 1975. sienten instintivamente, un hecho eminentemente “histórico”.?
2 F. Engels, Dialectique de la nature.
3 Marc Bloch, Apologie pour 'historre.
142 LA HISTORIA NATURAL EN HISTORIA NATURAL EN LA HISTORIA SOCIAL 143
LA HISTORIA SOCIAL

En esta perspectiva es en la que hay que examinar satisfactorio; pero este análisis no ha sido hecho por
crisis que hoy se ha hecho aguda, del medio la
ambiente y ni ía serlo,
y de la ecología. Esta crisis resulta de un e ha sido siempre, sin duda, un agente de
crecimiento
tecnológico desordenado, pero que está funda trasformación de la naturaleza. Ha modificado el equi-
do, sin em-
bargo, en los mecanismos esenciales del siste librio vegetal (pastos), el clima (cultivos irrigados de las
ma capita-
lista y que es del todo congruente con su ley sonas desérticas), la hidrografía costera y fluvial (diques,
económica
de base, la busca del provecho, canales, presas), el relieve (terrazas de las vertientes).
;
En la época de Marx, la naturaleza podía aún apare Pero estos trabajos no afectaban los ciclos fundamentales
cer
como una reserva ilimitada de recursos energé del mundo natural. Hoy se alcanza un umbral crítico,
ticos, in-
dustriales y alimenticios. Constituía un campo p orque esos ciclos de base han sido tocados en puntos
dé activi-
dad ofrecido a la producción humana ; era la base vitales, y de manera que se corre el peligro de que sea
misma
de las “fuerzas productivas”, de cuyo progreso irreversible, y
indefinido
Marx, siguiendo la tradición optimista de las Luces, [7] El equilibrio climatológico está amenazado: explo-
saba que constituía la trama fundamental de
pen-
la historia siones atómicas en la alta atmósfera, aviones supersóni-
humana, Únicamente se trataba de domeñar ; , lenta formación de un capullo de gas carbónico en
la natu-
raleza. o de la Tierra. Este capullo puede llegar a dificultar
Hoy, entramos en una fase cualitativamente nueva llos intercambios térmicos entre la Tierra y el espacio, pro-
del
capitalismo, caracterizada por la incompatibilida wocando así un recalentamiento catastrófico de toda la
d entre
las exigencias ilimitadas del crecimiento del capita atmósfera: lo que se llama el green house effect, el efecto
l, de
su reproducción ampliada sin Cesar, y por otra del invernadero.
parte los
recursos limitados que la naturaleza ofrece al
hombre.
Es una nueva contradicción. Marx y Engels no se amenazado: contaminación química, albañales, deter-
encon-.
traban en situación de analizarla, porque en su gentes, contaminación térmica de las fábricas que utili-
época los
fenómenos de destrucción del medio técnicas de enfriamiento, y de las "centrales nucleares.
ambiente no eran
todavía sino embrionarios, localizados; no Mediterráneo y el Báltico son virtualmente mares
constituían el
aspecto principal del desarrollo del capitalismo indust muertos. Los grandes lagos americanos, reserva inagota-
rial,
Lo cual, dicho sea de paso, precisa a la vez-la ble de pesca y de caza en la época de Fenimore Cooper,
fecundi-
dad y el carácter limitado de los principios marxi no son ya más que inmensas cloacas. a
stas, la
necesidad de aplicarlos de manera creadora. -.[] Los equilibrios biológicos están amenazados por
Los dog-
máticos se encuentran desorientados ante la la acumulación de materiales no biodegradables sobre el
crisis del
medio y del crecimiento, por falta de citas marxistas suelo o en el agua. Lo están todavía más por la constitu-
como
puntos de referencia de este nuevo terreno. ción de cadenas de productos químicos que se acumulan
Se limitan
a repetir que todos estos problemas desaparecerán en los vegetales, en el cuerpo de los animales y en el del
por sí y
mismos junto con el capitalismo. Por su parte, los 'hombre, En- la Bretaña francesa, la nueva POURER de
mioder:
nistas dicen una vez más que Marx está productividad agrícola h reagrupado las parcelas disper-
“sobrepasado”.
Con todo, sólo refiriéndose al inarxismo se puede is pa los
Pi P.. el fin de disminuir las idas
dar de
esta contradicción entre autoexpansión capita y venidas y permitir el empleo de material agrícola mo-
lista ¡limi-
tada y recursos limitado
de sla naturaleza un análisis derno sobre grandes superficies. Esta concentración par-
144 LA HISTORIA NATURAL EN LA HISTORIA SOCIAL HISTORIA NATURAL EN 'LA HISTORIA SOCIAL 145

celaria ha destruido los setos, y ha vuelto el microclima sigualdades entre las clases sociales en el oeste, entre
más riguroso al ampliar los efectos del frío, de la sequía pueblos a escala mundial. Por este control, la relación
y del calor; ha modificado el reparto de las aguas co- Ásica entre: fuerzas productivas y relaciones de produc-
rrientes y subterráneas y ha acabado con las aves consu- ón se hace más compleja. La conciencia social pesa
midoras de insectos. . ida vez más en el curso de la historia.
Hacer entrar la historia natural en la historia social a crisis del medio ambiente exige, pues, una defini-
es calibrar cuando es tiempo aún las responsabilidades mejor del socialismo: es el régimen capaz de garán-
del hombre frente a la naturaleza, y por lo tanto frente de manera responsable su relación con:la naturaleza
a él mismo: no por misticismo naturista, sino porque lo tanto el progreso de sus fuerzas productivas. Es el
eso es lo que se ventila, gimen capaz de liberar las fuerzas productivas de la ti-
Sus responsabilidades incumben a la economía de pro- inía del provecho o de la rentabilidad, y. del fetichismo
vecho, Para el marxismo vulgar, dogmático, el “impulso | crecimiento como fin en sí mismo. Criterio útil, para
impetuoso” de las fuerzas productivas sería finalmente el izgar hoy el carácter socialista de la Unión Soviética,
elemento más móvil y más dinámico del progreso de las “las democracias populares de Europa, así como de
sociedades. A medida que se acentuara la contradicción hina. Bohemia, bastión industrial del bloque soviético,
entre el progreso de las fuerzas productivas y el estanca- tacua cínicamente sus residuos de fabricación en el
miento de las relaciones sociales capitalistas, el socialismo lltava, el Elba y el mar del Norte. Cuando en 1975. los
se aproximaría. Pero se llega así a un puro y simple “feti- eólogos izquierdistas del grupo de Shanghai declaraban
chismo de las fuerzas productivas”, que apenas si es más ue China vive todavía bajo el régimen del “derecho
que una variante ideológica de la filosofía fundamental urgués”, y que las prioridades de la sociedad capitalista
del capitalismo, a saber, la exaltación de la producción lo han sido todavía radicalmente destruidas, admitían
y del crecimiento como imperativo supremo. Esta ver- mplícitamente muchas cosas: las humaredas masivas
sión del socialismo conserva así, trasportándolos al porve- or encima de las grandes ciudades, el abuso de los pesti-
nir, los atributos fundamentales del capitalismo, el cual idas tóxicos en los pueblos y el deterioro de las aguas
sí tiene necesidad efectivamente de un crecimiento ilimi- 'Órrientes en los barrios industriales.
tado para subsistir como sistema. Crecimiento ilimitado ll oy, la relación recíproca entre el hombre y la natu-
que entra hoy en contradicción con los recursos limita- leza ha pasado al primer plano de la historia humana.
dos de la naturaleza. No sólo los gritos de alarma se multiplican, especialmente
Es preciso, por lo tanto, plantear en términos nuevos Francia y en Estados Unidos, con P. Samuel, Barry
la relación entre la evolución de las fuerzas productivas )Émmoner y tantos otros, sino que la cuestión de la eco-
y la organización social. Para poner término a todos esos a invade directamente el campo político tradicional,
efectos negativos del crecimiento productivista con mi- la campaña contra las centrales nucleares, boicoteada
ras al provecho, a todo ese enredo del medio ambiente, es or las formaciones políticas “responsables”, ya sean de
necesario controlar selectivamente el crecimiento de las izquierda o de derecha, ha: encontrado «a pesar de todo
fuerzas productivas, en nombre de los imperativos socia- en Francia ecos muy amplios en la base, tanto como en
les, Control selectivo, y no “crecimiento cero” como lo Suecia o en los países anglosajones. Una lucia militante
desearían ciertos tecnócratas que proponen de hecho, sobre un objetivo reputado “secundario”, la contamina-
detrás de este eslogan, perpetuar las actuales e irritantes ción marina, aceleró la madurez política de lasgonciencia
146 LA HISTORIA NATURAL EN LA HISTORIA SOCIAL LA HISTORIA NATURAL EN LA HISTORIA SOCIAL 147

popular corsa. La campaña de René Dumont en 1975, Así se afirma una vez más la historicidad de la huma-
con motivo de la elección presidencial, fue el signo sen- idad, frente a una sociedad capitalista de ingravidez
peo de esta irrupción de la ecología en el campo políti- tistórica y de exaltación de un presente cerrado sobre sí
o. “Extravagante” en los comienzos, conmovió a la mismo,
opinión profundamente, sobrepasando los 300.000 votos Con todo, si bien la crisis de la ecología ha csranatido
que obtuvo el candidato de la “ecología política”. ya duramente al Occidente, no ha ocurrido lo mismo con
Porque la lucha política de los ecologistas consecuentes
(no la de los defensores de residencias secundarias o de contradicciones fundamentales del capitalismo: la que
privilegios corporativos pasados de moda) pone directa- opone países “desarrollados” y países dependientes, En
mente en causa el orden capitalista. En esto —y así vol- estos últimos, el desorden ecológico no forma todavía
vemos directamente a la inserción de la historia natural parte de la experiencia concreta de las masas, abrumadas
en la historia social—, la lucha política está fundamen- por el hambre y la necesidad. En cuanto a los directivos
talmente historizada, reposa sobre una conciencia aguda de estos nuevos estados, aun en el caso de que sean ínte-
de los efectos de las acciones humanas en el Tiempo. ' gros y desinteresados, no les es posible contrabalancear los
Esto es ya cierto en cuanto al tiempo “corto”. Los ecolo- efectos negativos a largo plazo de un progreso industrial
gistas recuerdan por ejemplo que, según las cifras ofi- 'incontrolado, destructor del medio ambiente, y sus efec-
ciales, cada cinco años, un departamento francés es s beneficiosos a corto plazo: productividad aumentada,
“devorado” por el cemento, es decir, que las superficies 'empleos nuevos... La costa “pobre” del Mediterráneo,
engullidas vorazmente por las autopistas, los supermer- la costa Sur, está todavía más contaminada que la costa
cados, los estacionamientos, los grandes conjuntos, los rica”, por los desechos de la industria, los de las grandes
grupos de casas-gadgets... representan el equivalente a ludades y los de los barcos petroleros. Dentro del marco
de un departamento francés sobre noventa, cada cinco del capitalismo no hay solución planetaria para este mal
años. Y no se parte de cero. "planetario que es el desastre ecológico. Aquí más que
La toma de conciencia ecológica se inserta también en “nunca, unos pueblos que explotan a otros no pueden
el tiempo largo. El acta de acusación de los ecologistas ¡llegar a ser pueblos O pueblos dueños de sus relacio-
contra la sociedad capitalista está sólidamente enraizada nes con la AREA
en una referencia al pasado que es activa y combativa.
Esta referencia al pasado se alimenta de los recuerdos de
las personas de edad: se ha conocido un tiempo en que el
pan tenía sabor, en que este río tenía peces. Se enriquece
al mismo tiempo con todos los conocimientos que esas
personas de edad son capaces de trasmitir, con el fin de
señalar las falsas necesidades y librarse de las tiranías
tecnológicas de la sociedad actual: recetas culinarias, me-
dicina de los simples, aprovechamiento del espacio do-
méstico. ...
Este sentido del Tiempo actúa, por lo tanto, respecto
del porvenir: “¿Qué tierra dejaremos a nuestros hijos?”
CONTINUIDAD Y DISCONTINUIDAD 149
14
ga duración” les ha parecido a los historiadores que
TIEMPO CORTO Y TIEMPO LARGO, ecía una salida, una exhibición; no podían renunciar
CONTINUIDAD Y DISCONTINUIDAD considerar la vida social en: su evolución, el paso del
1po histórico, de la “diacronía”. Pero les hacía falta

as, las revoluciones, la “conyuntura”, más se ahondaba


La larga duración: ¿historia “masiva” o histori una realidad “profunda” cuya casi estabilidad per-
a pasiva?—
Unidad dialéctica del tiempo corto y del tiempo
largo: los turalistas.....
momentos, las guerras, las elecciones.— Las contra
dicciones
sobredeterminadas en historia.— La noción de , Pero ¿qué “larga duración”? Finalmente, si bien con-
generación. —
Flujo histórico a la soviética o a la china.— Contro
versias
cierne a las masas populares, es únicamente en su calidad
intelectuales sobre la pluralidad de los tiempos de seres que consumen, trabajan, inventan técnicas, las
largos, o
reflexión política sobre la unión activa de las fijacio asmiten o las olvidan, se reproducen, están enfermos,
nes his-
tóricas. comen, animan una cultura popular, viajan. solos o en
grupos; es decir, experimentan su destino. Esta historia
masiva” está muy de moda. También porque estos
“hechos de vida colectiva, fáciles de cuantificar, permiten
La “larga duración” está de moda entre los histo alimentar cotidianamente una computadora voraz, in:
riado-
res. Desde hará pronto medio siglo, siguiendo a dispensable al standing de cada investigador. Pero esta
los fun-
dadores de los Annales, Lucien Febvre y Marc historia masiva es una historia pasiva. La larga duración,
Bloch
cierta escuela de historiadores franceses se toma grata a la Nueva Historia, es una larga duración despo-
grán
trabajo para presentarla como una novedad; se ditizada. Basta para advertirlo dirigir una mirada al su-
burla de
“la historia-batalla”, y rebajarse al estudio del mario de Hacer la historia, al de las entregas de los
“aconte-
cer” lo juzga la última degradación. Lo Annales, o a los títulos de las crónicas que publican
que habría
de contar es el “tejido profundo de la historia”, regularmente los principales tenores del grupo en el
la evolu-
ción de las rutas comerciales y la de las menta - Nouvel Observateur, su tribuna habitual. Las guerras, los
lidades
populares, las modificaciones del equilibrio | sistemas, de fuerzas internacionales, las luchas por el
demográfico
y las de técnicas artesanales, los hábitos alimen poder político, las revoluciones, apenas les interesan.
tarios, los
mecanismos de la enfermedad y de la muerte a Excepto para castrarlas, como se ha intentado con la
través
de los siglos... Sabido es de cuánta imaginació revolución francesa, que finalmente no será ya ni bur-
n dan
pruebas esos “pioneros del saber histórico”, guesa ni popular, y se reducirá a algunas crisis de mal
esos “rotu-
radores”, para emplear el vocabulario de conqui humor de las multitudes y a algunos despidos hábiles
sta del
Nora-Le Goff (Hacer la historia), obra en en el personal político, Más todavía, la dimensión polí-
la que se hace
honor a esos “nuevos dominios” del saber histór tica está ausente incluso de los fenómenos de larga dura-
ico.
Además, desde el advenimiento del estructurali ción, que los modernistas recaban como su especialidad.
smo a
las ciencias humanas, a fines de la década Se acumularán las informaciones sobre la alimentación
de los 50, la
[148]
150 TIEMPO CORTO Y TIEMPO LARGO O:, 'TINUIDAD Y DISCONTINUIDAD 151

en el siglo xvx, pero el lector apen


as sabrá quién come le nicas agrícolas el mantenimiento del orden pica
bien y quién come mal, ni Por qué, o y
ni el papel del ham- linamismo rebelde del campesinado, sus
bre y de la saciedad en el equilibrio Para respon cz
de las fuerzas polí- > la lenta ascensión de la burguesía?
ticas, y en las luchas de clases.
stas preguntas es preciso querer hacerlas y no pe E
Existe realmente una larga duración, sionar los grabados antiguos y los viejos aperos sos E
pero es tan polí-
tica como esa historia de los aconteci
mientos tan critica- acen los defensores de “la etnografía francesa”,
da. Es precisamente la unidad del
tiempo largo y del Museo de Artes |; Tradiciones Populares, cs
tiempo corto la que define el verd La larga duración es política; no es, pues, .. la
adero campo político,
hoy como ayer.
más que en apariencia, puesto que va a dar siemp Ace
¿Qué campo político? No se reduce ws l
a las secas crono- discontinuo, a las mutaciones profundas y las sacu
logías diplomáticas y gubernamentales |
res tradicionales de antes de 1914.
de los historiado- brutales. La sustancia misma de estas mutaciones y
La política, son las estas sacudidas está constituida por todos los fenómenos
masas populares las que la hacen de “larga duración”, tanto como por la crisis e |
en último análisis
($ 15). Y todo lo que cuenta para ellas ér-.!
sólo tiene sen- suscita bruscamente. Es lo que significa en bel
tido político. La cultura y las técnicas,
la enfermedad y lino el viejo proverbio de “los pueblos dic sr ns !
la alimentación, las pasiones y las dece A
funciona como un freno o como un
pciones, ¿todo esto tienen historia”... Porque la historia no es en ú
estimulante de las mstancia sino sacudidas y rupturas, y todo cuanto pe !
luchas populares? Recíprocamente, paran en profundidad esas sacudidas y esas rupturas. ||
un cambio político
no es completo, ni por lo tanto real, más La historia está constituida por “revoluciones ; bosirinod l
que si atraviesa
la vida personal de cada cual a todos los !
niveles, si afecta que pone de relieve las mutaciones políticas, Soon e
también a la familia y a la relación deere
con la naturaleza, y técnicas. Está constituida por “momentos
la actitud frente a las herramientas p: E !
y a la muerte. La tum-movimentum, el sentido de cada una de pon
“sociedad política”, para emplear los
ci, no es más que formalmente disti
términos de Grams- bras completa la otra). Estos momentos son a la vez |
nta si la “sociedad 'puntos en el tiempo, y un complejo de procesos llegados |
civil” no ha cambiado también.
“a su ruptura. La amplitud y el alcance, de estos pe
Naturalmente, existen “historias de pend “mentos” sobrepasa, pues, “el mc ento que al |
iente suave,
historias casi inmóviles a la vista”. Sal
Pero forman parte “expresión puntual. La discusión de “lo ai
integrante del cambio político, La front |
era de las len- gira en el vacío; sólo concierne la parte emergen
guas apenas ha variado en Lorena desde
la Edad Media: “Iceberg...
es un hecho político, La demografía
histórica es una (] Momento de 1789, que recoge en un poderoso haz
demografía de clase; no sólo los contr isis interna
explosivo la crisis 1 irigente,
de la clase dirigente, la crisis
astes que ofrece
entre los ricos y pobres son manifiesto
s, sino que esos del aparato monárquico y especialmente de sus impera
contrastes mismos tienen una incidencia
sobre las luchas el ascenso exigente de la burguesía en la esfera de la
de clases, ¿Cuál? No es este tipo de
preguntas las que . ió
producción y del j
comercio, el receso 0
e conómico a corto
oca
“programan” los demógrafos obsesion
ados con la com- . plazo > la impaciencia secular del campesinado, a Cris
putadora. ¿Ha favorecido finalmente ideológi i por los fililósofos. ]
la evolución de las deológica alimentada
0] Móriénto de 1917-1919, cuando maduran de re
1 M. Foucault. La arqueología del saber, pente los movimientos revolucionarios europeos. Las
op. cit. introducción.
152 TIEMPO. CORTO Y TIEMPO LARGO CONTINUIDAD. Y DISCONTINUIDAD 153
sacudidas de la primera guerra mundial
y el cans
ancio mn coyuntura dialéctica de lo. continuo y lo disconti-
de los pueblos vuelven. explosivas las cont
sociales. en varios grandes países capit radi ccio nes m pe un hilo conductor a lo largo de toda la historia.
alistas. Incluso entre Así, los movimientos campesinos chinos se fundan en la
los vencedores: Francia con las huel
gas de 1919, Ingla- acción lenta, infatigable, de las sociedades secretas y
terra con los levantamientos obreros
de Escocia, y más Otras expresiones permanentes pero latentes del descon-
todavía Italia del norte con los
consejos obreros pia- “tento campesino: insumisión, negativa. al pago del im-
monteses, La crisis es más. fuert
e en los paíse
s vencidos,
espartakismo en Alemania, socialis puesto. y del arriéndo, 'ataques esporádicos contra los
mo revolucionario en explotadores y los ricos. Pero la acumulación de todas
Viena, Lo es todavía más en Rusia
, el eslabón más débil: tas luchas difusas puede concretarse de repente en
los bolch eviques. pasan por la brecha. En
estos países, y no sólo en Rusia, la cada uno de explosiones violentas: rebeliones de masas y guerras cam-
explosión revolucio- pesinas de amplitud nacional capaces de poner en peligro
naria lleva consigo toda una
serie de fuerzas sociales y
culturales que se acumulaban en profundidad la dinastía de los Han, de los se de los Tang, de- los
larga duración. y en la i hasta de provocar su caída. ;
[] Momento de mayo del 68. La crisis pes “«querras” +. son fases. temporales de violencia
del. degaullismo como sistema polít a corto plazo “¿militar que alternen con fases de “paz” y de prosperidad,
ico autoritario y ré- ¿como alternan el día y:la noche 5 porque tales la vd
gimen social de expansión a costa
de. los trabajadores '¿mecanicista y moralista de la historia burguesa y antes
abre al mismo tiempo una crisis de
latente hasta entonces. Mayo del ¿que ella de la vieja historia monárquica, Las guerras son
68 pone en juego la «realmente “la continuación de la política por otros me-
“calidad de lavida”
bruscamente el campo político dios”, la expresión de las mismas exigencias históricas
a las luchas de los inmi-
grados, de las mujeres, de las minorías regio ¿que ¡los períodos, de “paz”: búsqueda de la: mano de
contracultura, Quienes no han visto nales, de la obra en la época esclavista, de tierras (con. sus campesi-
más que el aconte- nos) en la época feudal, de ganancias en la edad capi-
cimiento, el “desorden”, son los que
dicen “nunca más «talista. Tomemos. como ejemplo la. guerra de 1914-1918.
mayo del 68”.
La fortuna de esos tres momentos, «En los manuales, no existe más que como fenómeno
1789, 1917-1919, «militar. Es clásico distinguir la guerra de movimiento del
“+ mayo del 68, ha sido bien diferente:
ascensión lograda verano de 1914; la guerra de posiciones durante cuatro
de la burguesía, fracaso a corto plazo
de la “impugna- largos años, las trincheras, Verdun, la: moral. de los de
ción” (cont estation) generalizada, aparente victoria bol.
chevique que no arrastra al resto de la retaguardia”, que corre el peligro de desmoronar-
Europa y que en la se....; después la vuelta a la guerra de movimiento
misma Rusia está llena de asechanz
as para el porvenir. en 1918, Con todo, la guerra estaba lejos de haber sus-
Pero estos, tres momentos son
igualmente ricos, igual-
| | mente densos, Porque el momento, pendido en beneficio de la “unión sagrada” el juego de
a diferencia del acon- las fuerzas económicas y políticas; la guerra extranjera
| | tecimiento puntual,. es la cuestión
de lo posible, es el está lejos de significar la paz civil, Muy al contrario, la
¡momento en que todo se vuelve
posible. (mientras que guerra de 1914-1918 es un excelente revelador de los me-
| la reacción clama que es imposible,
y los derechistas tam- canismos profundos de la sociedad francesa bajo. la
| bién). Agosto de 1945 fue definido
por Ho Chi Min como III República: papel superficial del Parlamento, mer-
: ¡ el “momento favorable” (thoii co
thuan loi) tesis domi- cantilismo de los suministros de guerra por los industria-
: nante de la estrategia revolucionar
ia vietnamita,
154 TIEMPO CORTO Y TIEMPO LARGO CONTINUIDAD Y DISCONTINUIDAD 155

les de poca conciencia, nacionalismo demagógico, im- Louis Althusser ha presentado un análisis de las “con-
potencia del movimiento obrero, lujo inmoral de las clases
dirigentes en contraste con la miseria popular, el hambr tradicciones sobredeterminadas” en historia, en el que
e, insiste en esta interdependencia del acontecimiento sin-
el frío, y además la sangría masiva de los recursos finan-
cieros (oro) y humanos (los soldados) del campesinad .gular y de los procesos profundos, integrados en una
o totalidad. Tomando el ejemplo de octubre de 1917, desta-
francés, sobre todo en las regiones menos indust
rializadas, ca las condiciones completas del lugar y del momento,
Bretaña, Occitania, Córcega. Una guerra es más rica
que una “paz”, más verídica, para la comprensión con una claridad que contrasta felizmente con tantos
pro- ¡Otros textos del mismo autor, hostiles a la historia con-
funda de una sociedad. Esto es cierto respecto de
la creta ($ 9). Octubre de 1917 no es sino en apariencia
Alemania nazi en guerra en toda Europa, de Estados
Unidos en guerra en Vietnam, así como de Franci una crisis marginal, una excepción a la contradicción
a en ' fundamental del capitalismo de esa época. En Rusia,
guerra en Argelia,
Las “elecciones”, sobre las cuales los políticos intern estas contradicciones capitalistas podían parecer menos
a- «desarrolladas, pero allí estaban alimentadas de caracte-
cionales de derecha o de izquierda tienen. los ojos fijos
como sobre el viraje al final de la línea recta, tampoco - res específicos que las hacían explosivas: guerra larga,
tienen sentido más que si se precisa su inserción campesinos oprimidos, subdesarrollo, despotismo, estatuto
en semicolonial, inteliguentsia radical. Rusia era realmente
el tiempo (relativamente) largo. En el mejor de los casos
y haciendo abstracción de las trampas, de la divisió “el eslabón más débil”.
n en ¿Cómo se inserta en la conciencia social esta dialéc-
circunscripciones y del condicionamiento ideológico
de tica del tiempo corto y del tiempo largo? La gente com-
los electores, no son otra cosa que el reflejo discontinuo
y más o menos fiel de una relación de fuerzas políticas prende bien “que ocurre algo”, que se cambia de época.
que se decide en otra parte, Así, las elecciones francesas O, por el contrario, que las cosas no avanzan por lo
de 1936, citadas con tanta frecuencia, dieron la victor - menos en apariencia. Esta percepción no era sino con-
ia fusa, casi imaginaria, en la época de los viejos milena-
al frente popular; pero establecieron la cámara que votó
en 1940 los plenos poderes a Pétain, por una enorme rismos. Pero el sentido y la conciencia de las mutaciones
mayoría, Las únicas efectivas “mareas altas” electorales históricas se hacen cada vez más claros, a medida que
de la Francia contemporánea son las de 1945 y 1958, la historia avanza, Esta percepción tiene ya una sustancia
que hicieron caer de repente la mayoría del lado política e histórica concreta, en la época de la transición
del tri- del feudalismo al capitalismo: radicalismo de la época
partismo (PCF, SFIO, MRP), y después del lado del degaul
- de Cromwell, advenimiento de las Luces en el siglo xvm,
lismo. El advenimiente, de la IV y después de la V
República había sido preparado a fondo en la concie calendario jacobino. En la lucha por el socialismo, la
ncia percepción consciente de un cambio de época se vuelve
pública mucho antes de las elecciones que fueron
su un factor activo y colectivo de la evolución,
simple testimonio. Preparado en un caso por la ocupa-
ción nazi, la resistencia, la descomposición de la 111 Re- Los hombres que viven la misma experiencia, las mis-
pública, y en el otro por la impotencia del juego mas sacudidas, gozan de una “comunidad de marca”
de los (Marc Bloch). Si la noción de generación cuenta en
partidos de la “tercera fuerza” entre 1947 y 1958, por
las guerras coloniales, a causa del fracaso económico historia y en política, es porque pone el acento sobre
de la lo vivido colectivo. El marxismo mecanicista rechaza en
liberación.
nombre de la prioridad de las luchas de clases todo aná-
TIEMPO: CORTO Y TIEMPO LARGO CONTINUIDAD Y DISCONTINUIDAD
157
lisis quese apoye en la cohesión:
de las generaciones, La
revolución cultural china ha afirmar esto, es relegar a segundo plano toda una serie
Puesto en evidencia por el
contrario, la capacidad de interven de controversias intelectuales y de reflexiones recientes
ción de éstas. Uno de
sus objetivos completos era aseg
urar el sobre la cuestión de la larga duración.
relevo revolucio-
nario por la ¡joven generación,
por encima de un grupo
Así F.Braudel, que destaca la diversidad de los nive-
intermedio de mandos instalad
os en un socialismo “otor- les del tiempo largo, según se trate de «comercio, de
: tal era. el sentido; de principio «del llam demografía, de cultura, de tecnología. .:' habría diversos
a las guardias: rojas. La contrapr amiento iempos largos. L. Althusser, en su estudio del concepto
ueba de' esta cohesión
de las generaciones.es el aislamie de historia, toma como base la tesis braudeliana de los
nto patético de los que
sobreviven. individualmente a su:
ser histórico y social,
a su: “comunidad de marca”:
la emperatriz Eugenia,
viuda del emperador Napoleón
III, responsable de la
derrota de Sedán en 1870, muer (8 1), entre la versión modernista y la versión dogmática
ta en:1922. 0 Kerenski
sapos pe Nueva York. en 1970, de la continuidad lenta, como tejido fundamental de la
medio siglo después del
racaso de. “su” revolución. historia. 'Aceptando como algo evidente la' pluralidad
últi
muerto en Siberia en 19492.
Pi e
'apolítica de los tiempos largos, Althusser asigna entonces
rd
El flujo histórico es discontinuo,
heterogéneo Inversa- 'como misión al historiador la de precisar la “articulación
mente al tiempo cósmico que rape: compleja” entre estas diversas instancias, entre estos dis-
regularidad del movimiento de; la implacable
los astros inversamente tintos tiempos largos, para jerarquizarlos, para precisar
al tiempo “civil”, reflejo de ese 'el papel determinante en última instancia de la econo-
tiempo cótmicita través
ía. Foucault, aceptando también la pluralidad de los
“tiempos largos a lo Braudel, opone por el contrario “his-
toria global” e “historia general” (Arqueología del saber,
a la soviética, con la sucesión mecánica introducción). La una tiene la nostalgia de la integración
«d
quinquenales, pretende tener un orgánica de las diferentes instancias (la de Althusser).
flujo ins a
sión de una ideología que favore La otra, por el contrario, “problematiza las series, las
ceel crecimiento con-
tinuo de las fuerzas. productivas divisiones, los límites, los desniveles, los desfases, las espe-
como fundamento de
la construcción socialista. El tiem cificidades cronológicas, las formas singulares de rema-
po histórico 'a'la china
está hecho de avances y de '"nencia”. La una se estrecha “en torno de un centro
retrocesos, de aceleraciones
y de estabilizaciones, de bruscas rupturas único”, la ctra “despliega el espacio de una dispersión”.
el bond hacia delante 'o.la revoluci de ritmo: como
ón cultural: se funda Pluralidad de los tiempos largos, articulación compleja
sobre la iniciativa humana, sobre - de las diversas instancias del pasado, cohesión o disper-
la prioridad de la lucha
política para. movilizar las. masa sión, se trata ciertamente de verdaderos problemas. Pero
s y sobre la «desigual
inercia de los obstáculos que dificult no tienen sentido sino en relación:con la práctica social.
an esta movilización
El problema del tiempo. corto y Disertar haciendo abstracción de estas luchas es, una
del tiempo Targo de
lo: discontinuo. yde lo continuo, vez más, poner cabeza abajo el viejo discurso histórico.
es ante todo político;
Es preciso volver a enderezarlo, enraizarlo en las luchas
* Partidario de la: Comuna de - del presente.
1871, en Francia. [r.]
Los campesinos chinos saben muy bien que están cam-
158 TIEMPO CORTO Y TIEMPO LARGO

biando de época, la cual es para ellos “un


todo cohe-
rente”, no “el espacio de una dispersión”.
Este hecho
fundamental sobrepasa y unifica “la artic
ulación com-
pleja” de las instancias cuya experiencia práct
STORIA POR ARRIBA E HISTO RIA
y que eran efectivamente muy diversas: feuda
ica tenían, OR ABAJO. LAS MASAS POPULARES
lar, terrorismo. reciente del Guomindang,
lismo secu. LA HISTORIA
dependencia
milenaria de las mujeres, explotación imper
ialista desde
el siglo xix. Se trataba aquí, indudablemente,
de una
“pluralidad de tiempos largos” (más o menos
largos).
Pero es en el presente en el que se feder
an, a través de
una mutación de conjunto que es el desenlace
particular 'l historiador se encuentra a sus anchas entre las cree
de cada uno de ellos y que sin embargo irriba.— Recientes esfuerzos para ampliar el campo es sa
los engloba
a todos. hacia abajo.— Ampliar, no invertir — Las masas Pon
istoria, ya la vivan o la alteren.— a y pa pd
Hoy, en Francia, el problema de la pluralidad
de los “Las masas, los héroes y las vanguardias.— ¿Tienen
tiempos largos y de su articulación es un probl
ema polí- jeres una historia? ¿Cuál?
tico. El tiempo largo, vivido como espacio
de lucha, re-
monta para los occitanos a la conquista nordi
sta del
siglo xt, y para las mujeres al neolítico. Para
los traba-
jadores de la gran industria capitalista, coinc
ide con la Estóricamente, la historia se ha desarrollado “por arri-
implantación del trabajo de fábrica en el siglo
xix, y tiene ba”. No sólo la historia funciona en interés del podes, y
desde entonces sus trasformaciones técnicas tra
(trabajo en “de las clases dirigentes ($:2), sino que los hace
cadena, horario de los 3 x 8, etc.). Para ¡ino
los habitantes cionalmente el tema privilegiado de sus estudios.
de las grandes ciudades, corresponde al desar 4
rollo de las O Elección de temas, Así la historia militar, po
ciúdades-cemento del siglo Xx, y para los traba Po Re
jadores in- y diplomática, que sigue siendo un sector cp

migra dos, a la crisis de la descolonización.
Todas estas obstante los ataques de la escuela de los Ánna de e
luchas cuyos fondeaderos en el pasado están
escalonados biografía, género al que se sienten inclinados los
y desfasados a lo largo de los siglos, están al a concreto y , del € “conta cto
mismo tiem- - riadores a causa de su carácter
po unidas por un operador común, el capitalism
o, corres- humano” que procura, pero que en la inmensa mayoría
ponsable en el presente de todas estas opres i mi
másA que a los s miembros de las
iones particu- de los casos no concierne
lares cuyas raíces son a veces más antiguas, tenían tiempo de escribir
Su pasado - capas dirigentes: los únicos que
diferente (la “pluralidad de los tiempos largo
s”) se suel- y respecto de los cuales se solía escribir en su calidad
da en un presente común, en la lucha por
un porvenir de individuos. El mejor manual de historia SES
común. ¿Cómo federar todos estos tiempos es un grueso diccionario : ne
largos autó- bajo la dinastía manchú
nomos, cómo trabarlos en una totalidad explosiva?
Éste ' gráfico. Se titula Eminent Chinese of the Ching per e
es un problema no pará quienes “hacen en 1946, en la época a a
histo ria”; sino y se publicó en Washington
para quienes “hacen la historia”. Para las masas po- icana identificaba China a (eu g
la política norteamer
pulares, y otros “eminente s” chinos del Guomin E
Kai-shek
y en que la sociología weberiana de las “élites” come
[159]
160 HISTORIA POR ARRIBA Y POR ABAJO LAS MASAS POPULARES 161

zaba a hacer estragos en las universidades norteameri- Así, los marginados y los rebeldes de todo género. Así, la
canas. masa “anónima” (otro término favorito de los historia-
O Índole y uso de las fuentes. Casi siempre son los es burgueses, para quienes tanta importancia tiene el
ricos y los poderosos los que dejan materiales. Ya sea a ”: hacerse “un nombre”..,.), la masa de los
título individual, ya sea por el aparato del estado y por trabajadores y de la gente sin más. Así, las mujeres. Un
las demás estructuras colectivas del poder, compañías sondeo en los manuales de historia de enseñanza secun-
comerciales y empresas capitalistas, órdenes religiosas, aria demuestra que las mujeres no figuran en la historia
academias, etc. Esto es particularmente cierto en cuanto de Francia más que como vedettes ocasionales, en pa-
a los materiales cuantificados ($ 2). peles circunscritos; Blanca de Castilla, la madre, Juana
O Definición de los mecanismos. Un historiador bur- de Arco, la guerrera, Mme Rolland, la intelectual... o
gués habituado a frecuentar los salones y los clubes da b ien como auxiliar doméstica: “la mujer del siervo se
mayor importancia naturalmente a la esfera política a 'ocupa de las labores domésticas”;... o también como
que pertenece, Una frase pronunciada en-un pasillo por arpía excitada: la marcha sobre Versalles en 1789, las
un primer ministro cuenta más a sus ojos que una mani- incendiarias.
festación en la calle. Estas manifestaciones en las:calles, Cierto número de historiadores profesionales han hecho
para él, son siempre obra de los “agitadores”. Ignora ecientemente un esfuerzo para poner fin a esta orienta-
todo aquello que sabe cada militante: la dificultad de ión privilegiada del saber histórico en dirección de. las
redactar las octavillas, la elección del recorrido, la difu- ¿capas dirigentes. Este esfuerzo concierne a: los medios
sión, y la incertidumbre del último momento: ¿cuántos “¡de información y a los métodos de trabajo; el recurso
seremos?* “a las tradiciones populares, a. la imaginería, al mismo
(J Lenguaje. El lenguaje del historiador es el de los “lenguaje, y también a las fuentes “literarias” como Ja
demás intelectuales “cultivados”, es decir, el de la bur- “novela, a las correspondencias privadas además, a los
guesía. Pero se ha convenido en ignorar este carácter “sondeos de opinión en cuanto al período reciente, permite
de clase y hacer de este lenguaje un test de neutrali- en efecto obviar un poco el obstáculo de documentos “de
dad, de objetividad científica, así como de cohesión cor- primera mano” demasiado exclusivamente vinculados
porativa. Se hablará de “desórdenes” y de “agitadores”, “al poder ($ 2). El conocimiento del pasado popular se
reproduciendo así el vocabulario y la ideología de la hace más fácil. El esfuerzo es igualmente claro al nivel
policía. Pero hablar de luchas de masas no es “objetivo”. de los temas de estudio: fenómenos de conciencia colec-
Se hablará de presiones diplomáticas y de penetración tiva (miedo, olvido, memoria, pulsiones irracionales);
económica, de acuerdo con el lenguaje de los consejos vida popular (técnicas de trabajo, mentalidades, cultura
de administración y de los presidentes directores gene- popular, incluso si. es en una “larga: duración” despoli-
rales; pero suena a “guerrillero” hablar de intimidación tizada) (8 14) ; formas de rechazo y de lucha (margina-
colonialista o de saqueo imperialista. dos, bandidos, rebeldes, presidiarios, prostitutas, y tam-
[] Exclusiones. Los excluidos del proceso de decisión bién movimientos campesinos, huelgas obreras, vida
política son por ello mismo “excluidos de la historia”. sindical). Estos nuevos temas están de moda entre los
jóvenes historiadores; pero sus esfuerzos reales de amplia-
* Humphrey McQueen, Taking a strong stand in history, ción no dan finalmente otro resultado que el de renovar,
Canberra, 1973, el de consolidar, por lo tanto, la institución universitaria,
162 HISTORIA POR ARRIBA Y POR LAS MASAS POPULARES 163
ABAJO

Revistas como Le Mouvement Social, en Francia, o como ares. Es mucho menus fácil que permanecer en el inte-
Peasant Studies, en Inglaterra, trabajan de acuerdo con tior de la institución y formarse allí una fama de curiosi-
los criterios del discurso profesional de los historiadores: dad con una tesis “original”, “sugestiva”, “estimulante”
espejismo de lo cuantitativo, monografías eruditas, prio- (el vocabulario mandarinal es rico en recursos).
ridad de la documentación sobre los problemas. Los - Porque el lugar de las masas populares en el saber his-
explotados, los campesinos, los obreros son a su vez atra- tórico depende de su lugar en el movimiento general de
pados por la máquina universitaria por intermedio de la historia. ¿Qué significa la fórmula un tanto fácil:
quienes han optado por hacer de ello su “especialidad”, son las masas las que hacen la historia? ¿Cómo actúan
según las reglas de la domiciliación profesional estableci- e _ntervienen? En primer lugar, trabajando. El tejido
das por la institución. fundamental de la historia está constituido por la orga-
Todo esto representa sin duda un paso hacia adelante nización social del trabajo productivo y, por lo tanto, las
respecto del academicismo distinguido de las generacio- “masas cuentan ante todo como productoras, como mano
nes precedentes. Quebrar el monopolio de los documen- d e obra: Que nada en historia se hace sin las masas lo ha
tos de archivos, quebrar la respetabilidad burguesa y sus dicho Brecht en una poesía célebre:
tabúes moralistas, mirar de frente la vida de las masas
populares, es un paso hacia adelante, Paso que no es gra- REGUNTAS DE UN OBRERO ANTE UN LIBRO
tuito, esto es cierto: los excluidos golpean la puerta de la
historia de Francia, enérgicamente: huelgas por sorpresa, Teba, la de las Siete Puertas, ¿quién la construyó?
sobre todo desde 1968, cordones de obstáculos campesi- En los libros figuran los nombres de los reyes.
nos en las carreteras, reto de la contracultura ¿Arrastraron los reyes los grandes bloques de piedra?
de los
jóvenes, movimientos de los detenidos o de las prostitu- Y Babilonia, destruida tantas veces,
tas... Pero el saber histórico ampliado para el pueblo ¿quién la volvió a construir otras tantas? ¿En qué casas
de la dorada Lima vivían los obreros que la construyeron?
no es popular más que en su forma, porque sigue siendo
La noche en que fue terminada la Muralla china,
externo a nosotros; en nombre de los usos académicos y ¿adónde fueron los albañiles? Roma la Grande
de los compromisos necesarios, se niega a enraizarse acti- está llena de arcos de triunfo. ¿Quién los erigió?
vamente en las luchas del presente. - ¿Sobre quiénes triunfaron los Césares? Bizancio, tan cantada,
Hay que ir, pues, más lejos. No hay que limitarse a - ¿tenía sólo palacios para sus habitantes? Hasta en la fabulosa
“trabajar” (otra corrupción abusiva de lenguaje, ya que Atlántida,
el trabajo se define por su finalidad colectiva, por su la noche en que el mar se la tragaba, los habitantes clamaban
uso social), a trabajar sobre las luchas campesinas, sobre pidiendo ayuda a sus esclavos.
las comunidades utópicas norteamericanas, como dicen El joven Alejandro conquistó la India.
con toda sencillez los eruditos de los movimientos popu- ¿Él solo?
lares, los pergeñadores de tesis especialistas de los mar- César venció a los galos.
- ¿No llevaba consigo ni siquiera un cocinero?
ginados, los investigadores de Ann Arbor (Michigan), Felipe 11 lloró al hundirse
que entregan a la computadora la totalidad de las su flota. ¿No lloró nadie más?
huelgas de la historia obrera francesa, con la ayuda natu- Federico 11 venció en la guerra de los siete años,
ralmente de sus obreros especializados. Hay que trabajar - ¿Quién la venció, además?
con los obreros, con los campesinos, con las masas popu- Una victoria en cada página.
165
164 HISTORIA POR ARRIBA Y POR ABAJO AS MASAS POPULARES

¿Quién cocinaba los banquetes de la victoria? expresa también en todas las formas de delincuencia
Un gran hombre cada diez años. pular, de desafío a las leyes de la propiedad y de la
¿Quién pagaba sus gastos? ena conducta. Tal es el mensaje del Voleur, de Georges
arien, y de los Soledad brothers, de George Jackson.
Una pregunta para cada historia La delincuencia industrial, los pequeños sabotajes, el
de
robo, el fraude intencionado forman también parte
de protest a y de rechazo . Esta
Con mucha frecuencia, estos auxiliares indispensables, este vasto movimiento
estos artesanos innumerables y anónimos de los monu- delincuencia pertenece al modo de vida de los oprimidos
mentos y de las victorias son para el orden establecido yy a su protesta. Lo mismo que la delincuencia de los
un apoyo social, en apariencia dócil y sumiso. Las masas “ricos o de los candidatos a la riqueza forma parte de su
aceptan el orden establecido durante largos períodos, o apetito de ganancia y no es sino un camino más corto,
por lo menos lo padecen. Padecen su ley económica y se "generalmente sin riesgos, hacia la ascensión social: Jean
integran en las relaciones dominantes de producción, Valjean y Al Capone no son estampas ingenuas, sino
s de
aceptan el poder político e interiorizan su ideología. Este “condensados vigorosos de estas dos formas opuesta
atravie sa a la
consenso social, esta inercia, pueden ser muy fuertes. Pue- delincuencia. La misma frontera de clase
den estar fundados sobre comportamientos irracionales, vez “la buena sociedad”, legal, y la “mala” sociedad.
como lo ha demostrado Maria A. Macciocchi a propósito ¿Es política la delincuencia? Sí, en cuanto que es un
del consentimiento de las mujeres italianas al fascismo reto a la sociedad política, al estado, a su legalidad. Pero
se
musoliniano: para olvidar unas condiciones “intolera- no, en cuanto que no es sino individual, en cuanto que
bles”, se pone ciegamente la fe en la doctrina, en la patria, mantiene inscrita en la ley fundamental del capitalismo:
en el jefe, en el hombre a quien se entrega dócilmente el enriquecerse individualmente y de la manera menos Cos-
tosa. Un robo no hace que sc ponga en duda, esta ley
anillo de boda de oro, por millones, en el momento de lejos
la guerra de Abisinia. No hay que cerrar los ojos sobre la “fundamental. Un robo se halla, por lo tanto, menos
de la compra en buena forma, a pesar de las aparien cias,
base de masa de que disponía De Gaulle, y Hitler y Napo-
león, y tantos otros detentadores de un poder altamente que de la expropiación colectiva, como la que practicaron
personalizado. La opresión ideológica de los trabajadores en 1973 los obreros de la fábrica de relojería Lip, cuando
es decir, su dependencia respecto de las ideas del poder, confiscaron en beneficio de su huelga los reloj35 almacé-
es tan fuerte como su opresión económica. Quien se nados en la fábrica que ocupaban ilegalmente.
niegue a contemplar este hecho de frente, hoy como Todas estas formas individuales de resistencia al orden
a través de toda la historia, se expone a penosas sorpresas, establecido se inscriben en la vida cotidiana de cada cual,
El orden establecido suscita, sin embargo, la resistencia en lo que se llama los “sucesos”. Descifrados con aten-
de las masas, pero ésta suele mantenerse latente e indi- ción, desembarazados de su sensacionalismo artificial, los
vidual; pasa por todas las formas de marginalidad y de sucesos son ricos en lecciones históricas y políticas. No
insumisión, desde el artesano y el campesino no renta- sólo los del presente, sino los del pasado. Tras el azar
ble” que rechaza la ley de la economía y resiste, hasta el de las circunstancias, se dibujan inmediatamente las con-
joven hippie, desde el obrero que cambia de trabajo tradicciones prefundas de una sociedad, a través de los
“acci-
sin motivo válido” hasta el “viejo extravagante” que incidentes de la calle, de las crisis familiares, de los
divierte pero no le importa. La resistencia de las masas dentes” producidos por una falsa fatalidad, de los “crí-
166 HISTORIA POR LAS MASAS POPULARES 167
ARRIBA Y POR ABAJO

mencs y delitos”. Una colección histórica de sucesos sería terial que haga progresar la historia sino una vez asimiladas
tan característica de un período particular como unas por las masas.?
Cuantas sabias compilaciones de materiales y documentos.
Las intervenciones directas y colectivas de las masas, Lo que confirma este análisis es que la corresponden-
cruzando de un latigazo el orden establecido y el poder, cia rigurosa entre los intereses de las masas y los objetivos
irrumpiendo en la historia para trastornarla, llevando a su de los “héroes” es raro que se mantengan durante toda
punto de ruptura una contradicción latente, son decisi- la carrera de éstos. Tales carreras políticas excepcionales
vas pero poco frecuentes: 1789 y 1793 en Francia, 1911 están constituidas por alternancias entre fases de desapa-
en China, 1917 en Rusia, 1937-1949 en China; Muy a rición y fases de preminencia. Hasta el punto de que la
menudo, estas irrupciones directas toman completamente ideología histórica burguesa, para la cual sólo cuentan los
por sorpresa a los “líderes”, a los mandos, a las organi- “caracteres” y las “fuertes personalidades”, se pregunta
zaciones: Sun Yat-sen se entera de la caída del Imperio cómo personas “mediocres” pueden llegar a aparecer en
chino en Denver (Colorado), John Reed no ha adornado primer plano, cómo uncs “genios” pueden abandonarlo,
en su narración el alegre desorden de los “diez días que cómo cualidades tan eminentes no se habían revelado
conmovieron al mundo”, mayo del 68 no fue previsto por antes. Tales alternativas son, sin embargo, las que pre-
ningún grupo militante ni ningún equipo dirigente. senta el destino histórico de Thiers y De Gaulle, de Sun
Pero el papel de las masas en historia no se limita a Yat-sen y Gandhi, de Churchill y Truman. Lo efímero
estas irrupciones espectaculares. Definir la capacidad y lo discontinuo caracterizan la intervención de los indi-
continua de las masas para orientar la historia es discutir viduos en la historia, tanto al servicio de las clases diri-
unas condiciones en las cuales esta intervención ora se gentes, como al servicio de los movimientos revolucio-
efectúa directamente, ora se delega en personalidades o narios de masas. ¿En qué momento, en qué circunstancias
en organizaciones, o al menos la toman a su cargo esos se opera la repentina adecuación entre la actividad de un
portavoces de las masas. La relación de las masas con individuo y la corriente profunda de la historia? ¿En qué
los individuos de una parte, las vanguardias de otra, es momento y por qué mecanismos desaparece esta ade-
cosa que cuenta tanto en el presente como en el pasado. cuación? :
El problema de los “héroes” en la historia es un tema Pero el análisis marxista es mucho más discreto, mu-
clásico de pensamiento marxista. Ha dado materia para cho más tímido en cuanto a las relaciones entre las masás
más de un debate famoso, de Lenin y de Plejánov y las vanguardias. Se limitar/con mucha frecuencia (Ese”,
Liu Shao-qi y a las guardias rojas: es decir las vanguardias autoinvestidas) a considerar
que la cosa cae de su peso, y que las masas no pueden
Los héroes pueden influir considerablemente, acelerándola, intervenir sino delegando su poder histórico a unas van-
o retrasándola, en la creación de la historia por las masas guardias privilegiadas. Se sale del paso por medio de
populares. Pero no pueden actuar más que sobre el ritmo de metáforas: el pez y el agua, la raíz de la planta y el sol,
la evolución de ésta y no podrían desviarla de la dirección el pianista y las teclas del piano; el Pequeño libro rojo
que ha elegido. Engendrados por las luchas revolucionarias, presenta toda una colección, Pero se trata siempre de
no desempeñan su papel más que si permanecen con las ma-
sas. Las ideas y las teorías de vanguardia traducen la aspi-
relaciones de exterioridad entre la masa del pueblo y
ración de las masas populares a la revolución y resumen la 1 “El pueblo es el creador de la historia”, Pekin-Information,
experiencia de su lucha, y no se trasformarán en fuerza ma- 31 de julio de 1972,
168 HISTORIA POR ARRIBA Y POR ABAJO LAS MASAS POPULARES 169
aquellos que deben ser la raíz, los peces, el pianist
a, apoyarse en fechas de referencia, como las huelgas nor-
el fermento... ¿Cómo ir más allá? El espontaneísm
o teamericanas del siglo xix, en figuras de vanguardia de
integral ha fracasado, por su parte, Se puede, a pesar de
todo, advertir que la definición del partido como van- la lucha popular en 1848 o en 1871, como Flora Tristan
guardia absoluta fue llevada a su colmo por Lenin y 0 Lcuisc Michel, Ya sea interrogar el vacío “anhistó-
Stalin: “Nosotros, los comunistas, somos individuos rico” de su condición (como dice M. A. Macciocchi) , la
de repetición monótona de las cargas y las aceptaciones,
una hechura aparte”, decía Stalin en 1924, en los fune-
rales de Lenin, generación tras generación: tu abuela no hizo otra cosa
¡Pero cuán profundamente ausente se
halla esta concepción de los escritos de Marx, del Man:- nunca, y su abuela antes que ella...
fiesto a La guerra civil en Francia! Una de las experien- - Reflexionar desde ahora sobre las condiciones en las
cias más valiosas de la revolución cultural china es haber cuales cesará la historia de ser el dominio privilegiado
destituido, al menos de los profesionales, para que las masas recobren plena-
por un tiempo, al “partido” de su
l.

misión infalible y de su mandato irrevocable. mente su posesión, es suponer resuelto el problema más
Sa fundamental del tipo de sociedad en que queremos
¿Qué puede ser una historia hecha por las gentes de
abajo, en función de sus necesidades propias? ¿Una his- «vivir, .. Pero es también apresurar su solución. ..
toria que no habría de conceder a los profesionales sino '
1d

un papel de auxiliares, no de depositarios privilegiados? lo

Existen ya tentativas y expcriencias en este sentido. En Es-


tados Unidos, se ha hablado de “guerrilla-history”, en
el
sentido de guerrilla-teatro; un estudio del pasado, flexi-
ble, móvil, calcado sobre las necesidades concretas, libre
de las obligaciones rígidas de la ciencia convencional, y
cuya redacción, tanto como su lectura, estén al alcance
de todos. Se han hecho ensayós de este tipo hacia 1970
en los medios obreros de Chicago. En China, hacia
1960-1965, se convocaba a practicar las “cuatro histo-
rias”: historia de los pueblos, de las comunas, de
las
familias, de las fábricas, Las experiencias, los recuerdos
y tradiciones, los materiales escritos locales se ponían
en
común en la base, con objeto de hacer el balance del
pasado reciente y de calcular lo que el socialismo ponía
en juego. El pasado popular es un instrumento de lucha
popular ($19).
Pero es a las masas populares, no a los historiadores
profesionales, a las que corresponde definir el valor de
esta herramienta y el uso que de ella 'se hace. Es, por
ejemplo, a las mujeres mismas, a quienes corresponde
decidir qué apoyo puede aportarles su pasado. Ya sea
RITMOS DE LA EVOLUCIÓN 171
16
nante. Decir “al progreso no se le detiene”, “es la ley del
RITMOS DE LA EVOLUCIÓN: progreso”,
prog; , es emitir el argumento supremo,
rgu p » el q que las
PROGRESOS Y RETROCESOS, DESFASES masas han acabado por aceptar y por asimilar.
Y RESURGENCIAS El mismo optimismo histórico, la misma convicción
de una elevación progresiva y continua de las condicio-
nes de vida de la humanidad, se han infiltrado en varias
ocasiones en el marxismo clásico. Especialmente con el
revisionismo de la 11 Internacional (Bernstein), y des-
pués con la teoría de los cinco estadios en la época del
E! “progreso” como ideología de la burguesía.— El encade- estalinismo. Este optimismo histórico no estaba sin duda
numiento de los modos de producción es más complejo.— ausente del espíritu del propio Marx, hombre “de las
Desfases, bloqueos, despegues, contrastes de medio ambiente, Luces”.
trasferencias de modelos, resurgencias, supresión de etapas, De hecho, el movimiento general de la historia es
supervivencias.— La ley de la dirección por los menos ade- mucho más complejo. Lo que significa la ley del progreso
lantados (Law of retarding lead, J. Romein).— Progreso, es que a un plazo, pero sólo a un plazo, todas las socie-
regresión, recaída.— ¿Existe en historia un punto de no dades humanas son capaces de liberarse progresivamente;
: retorno?
lo cual no tiene relación ninguna con cualquier seguro
que funcionara de manera automática en todo accidente
del recorrido, “Pasar del reinado de la necesidad al rei-
La burguesía del siglo xix identificaba sus ambiciones, nado de la libertad”... Esta liberación progresiva se
sus intereses, su porvenir, con el curso mismo de la his- efectúa a través de toda una serie de formaciones sociales
cada una de las cuales es resultado de la otra por un
toria. Es el progreso como absoluto, base ideológica del
capitalismo liberal. En el siglo xx, la idea de progreso - vínculo de necesidad histórica. El capitalismo contiene
en germen las condiciones del socialismo, no las del escla-
como movimiento en sí de las sociedades, como fuerza
- vismo; la realización de estas condiciones es otra cuestión.
motriz superior, sigue siendo uno de los postulados de
Cada uno de estos estadios es, pues, cualitativamente, no
base de la ideología tecnicista e imperialista. Especial-
- Cronológicamente, más avanzado que el anterior. El pro-
mente en la esfera de la teoría económica: W. W. Ros-
tow, consejero de Kennedy, organizador del ataque con-
greso no es unilineal. El capitalismo es un progreso evi-
tra Cuba en 1961 y de la agresión a Vietnam, es el autor dente respecto del esclavismo; libertad relativa de las
de la tesis del take-off (despegue), base en Estados Uni- personas, mejor control de la vida y de la muerte, riqueza
dos de todo un estudio de los países subdesarrollados. de los horizontes y de las posibilidades. Pero, a causa del
hecho mismo de que prepara el socialismo y, por lo tanto,
Kennedy había llamado “Alianza Para el Progreso” al
sistema de poder y de explotación organizado por la Casa de que se opone a él, el capitalismo implica formas mu-
cho más refinadas de explotación que las del viejo escla-
Blanca en América Latina. El “progreso” justifica el
vismo y del viejo feudalismo, unas formas nuevas y
imperialismo y suministra la base de referencia capaz
de juzgar respecto de la conformidad de tal o cual so- superiores de opresión. Ha progresado en el arte de en-
cerrar a los hombres, material y moralmente, en el arte
ciedad, de tal o cual capa social con el modelo domi-
de “vigilar y castigar”. Tales son las raíces del viejo
[170]

A
172 RITMOS DE LA EVOLUCIÓN 173
RITMOS DE LA EVOLUCIÓN

mito de la Edad de Oro y de la nostalgia del pasado,


Mediterráneo y de la Europa occidental. Grandes zonas
que se encuentran en todas las sociedades de clases, in-
se han mantenido durante mucho tiempo al margen de
cluso la nuestra. El “progreso” que representa el capita- Así las sociedades “asiáticas”,
esta línea de desarrollo.
lismo no es en el fondo sino virtual, no tiene sentido más
evolucionando tardíamente hacia un feudalismo especí-
que si desemboca efectivamente en el socialismo. Hasta
fico, cerrado sobre sí mismo, y que no es susceptible de
aquí, sus virtualidades están sofocadas por la gigantesca
r por sí mismo al capitalismo privado como motor
máquina de explotación y de opresión que ha tenido que
Bciel pricipal: Así los “reinos bárbaros” de la Alta Edad
poner en movimiento para mantenerse y desarrollarse.
Media en Europa del norte y del noroeste: Escandinavia
Comparemos estas máquinas de guerra sucesivas que son
y las islas anglosajonas. Así las sociedades marginales de
el ejército de Alejandro, ol ejército de los Cruzados, el Entre estas sociedades existen,
Oceanía o de Amazonia.
ejército de Napoleón, el ejército del Pentágono,
- pues, desfases que son complejos. Desfases que suelen
Los modos de producción y las formaciones socioeconó-
expresarse por bloqueós y estancamientos por lo menos
micas, definidas por la teoría marxista, son modelos abs-
- por término medio, y también por despegues espectacu-
tractos. Son irremplazables, pero como modelos abstrac-
lares y privilegiados: el “milagro griego”, dejando atrás
tos. En la realidad, su sucesión no es un encadenamiento
las demás sociedades antiguas, la revolución industrial
mecánico. La historia concreta está inconclusa, incom- países
poniendo a Inglaterra a la cabeza de los demás
pleta. Está constituida por rodccs, desfases, bloqueos, del Occidente feudal, la Camboya socialista en el Tercer
despegues, supresión de etapas, supervivencias, inversio- Mundo. Hoy es muy sensible el desfase entre la India y
nes y hasta regresiones y retrocesos.
China, un cuarto de siglo después de una liberación cuyo
El estudio de todos estos fenómenos apenas ha intere-
propio contenido ha sido muy distinto en los dos casos.
sado a los historiadores domiciliados en su especialidad.
Esta evolución desigual es una evolución combinada.
Este estudio ha sido abandonado a la “filosofía de la
Los desfases se traducen en efecto en contrastes de medio
historia” en el mal sentido de la palabra, a la retórica
ambiente, que son históricamente necesarios para el des-
vacía que diserta a lo largo de páginas sobre el curso arrollo y hasta para la supervivencia de una formación
tumultuoso del tiempo; y este género se halla en deca-
determinada. La esclavitud grecorromana no podía sub-
dencia. Sin embargo, lo que da su realidad a todos estos
sistir sino a expensas de su medio ambiente “bárbaro
fenómenos, lo que exige que se reflexione más sobre
(asiático), no esclavista, pero suministrador de esclavos:
ellos, es que constituyen la trama misma del mundo en una necesidad estructural. El mundo antiguo se
era
que vivimos, el que debemos trasformar y no sólo “cono-
derrumbó cuando los bárbaros entraron en la ciudad
cer”, El problema de la regresión histórica se plantea
(caída de Roma, 410). El capitalismo, por su parte, no
hoy con acuidad en la Unión Soviética, o el problema
puede subsistir sino explotando su medio ambiente am-
de la supresión de etapas para el Tercer Mundo, o el de
pliamente no capitalista, y donde encuentra las materias
la. supervivencia y del resurgimiento en Bretaña; im-
primas, la mano de obra y mercados de exportación; el
porta, pues, estudiar esos hechos y esas nociones a través
“subdesarrollo” del Tercer Mundo es para el capitalismo
de todo el curso del pasado, para mejor dominarlos hoy. ($ 11). Pero no es el mismo
otra necesidad estructural
La evolución histórica es desigual. La línea típica de caso cl del feudalismo, capaz de subsistir y de desarro-
las sociedades de clases, de la esclavitud al capitalismo,
llarse “sobre el propio terreno”, a partir de la sociedad
sólo se observa, y aun así no siempre, en los países del o de la sociedad superficial-
tribal tardía de Germania
175
174 RITMOS DE LA EVOLUCIÓN RITMOS DE LA EVOLUCIÓN

escaso
mente romanizada de Galia. Desde este punto de vista, “de las guerras napoleónicas, y sobrevivieron por
siglo x1x, pero no los de Dinam arca
el feudalismo es cualitativamente diferente de las demás “margen también en el
iado exiguo s para poder desarr ollars e y
sociedades de clase. El esclavismo, más antiguo históri- o de Suecia, demas
y E
camente, aparece como más “moderno” cualitativamente, pasar de las “factorías” a los imperios.
deriva tambi én
Una razón más para rechazar la evolución unilineal y De la evolución desigual y combinada
s que
mecanicista de los cinco estadios. ola posibilidad de la supresión de etapas. Hay pueblo
tamen te al social ismo, saltán dose
La desigualdad de desarrollo conduce también a com- han podido pasar direc
en la medid a en que perte necen 2 con-
prender el fracaso de las trasferencias de modelo. Es el capitalismo,
Tibet,
inútil tratar de implantar artificialmente en determinada juntos políticos capaces de promover este paso:
co elevado
formación social unas estructuras y unos elementos de Mongolia. O en la medida en que el nivel políti
vida colectiva tomados de otra formación social, con el - de su lucha les permite quema r las etapas : Vietn am del
fin de moldear la primera sobre la segunda. ¡El injerto Norte, Camboya.
llega
es rechazado! Fragilidad y fracaso de las colonias griegas Un modo de producción dominante no siempre
al 'con-
del Mediterráneo bárbaro, de los estados francos de a imponer mecánicamente sus leyes económicas
interés en
Siria, de las instituciones feudales francesas en Canadá, junto de la trama social, y no siempre tiene
narse con las
del parlamentarismo en las ex colonias británicas des- hacerlo. Con mucha frecuencia, puede combi
pora
pués de la independencia, de la burocracia soviética en la supervivencias de la época precedente. Unas veces
estas superv ivenci as, como Ocurre con la
China de los años 1950. para eliminar
de la V Re-
El desarrollo desigual y combinado ofrece también la pequeña producción comercial en la Francia
olista.
posibilidad de resurgimientos, tras un período de hiber- pública, tardíamente entrada en la era monop
se apoya sobre esas mismas
nación de determinadas fuerzas históricas. A los indios Otras veces, por el contrario,
asenta r mejor su poder inapai
de Estados Unidos, a los melanesios de Nueva Caledonia, supervivencias para
monár-
se los consideraba “borrados de la historia” (¡malos y político: así las supervivencias del feudalismo a,
la superv ivenci
discípulos!) hasta mediados del siglo xx. Han recobrado quico en la Inglaterra capitalista. Así
esclav itud en la Améri ca
vigor hoy, a través de las fisuras de la sociedad capitalista artificialmente resucitada, de la
quebrantada por doquier. La acupuntura, que renace hoy capitalista de los siglos XVII y XIX. A Ale
cias actúa n tambi én en senti do in-
en China, se hallaba en hibernación en la época de los Pero las superviven
n repres entar escoll eras de resist encia, que
tratados desventajosos, cuando dominaba el modelo cul- verso. Puede a
, y ofrec en
tural occidental y con él las seducciones que ofrecían son contradictorias: continúan el pasado
nueva direcc ión, La
a los médicos chinos “modernos” Shanghai y los otros la vez una base de partida en una
capitalismo
puertos abiertos. Pero esta capacidad de resurgimiento crisis del estado-nación en el Occidente del
e al desper tar de grupo s minorita-
y de nueva arrancada implica haber permanecido por avanzado correspond
falta de un anális is teóric o de. este hecho
encima de determinado umbral. Los aborígenes de Aus- rios que, a
nacion ales
tralia se han puesto de nuevo a flote, pero era demasia- nuevo, se definen provisionalmente como
s Unido s o breton es,
do tarde para los tasmanios, golpeados masivamente por ($ 12). Escoceses, indios de Estado
funda n su identi dad en su
el genocidio. Esta noción de umbral funciona en los sardos, chicanos u occitanos
bajo pena de repro ducir en más
dos campos. Los dominios coloniales de Holanda y de pasado lejano; pero,
cual se
Portugal se restablecieron por escaso margen después pequeño el modelo del estado-nación contra el
176
RITMOS DE LA EVOLUCIÓN MOS DE LA EVOLUCIÓN 177

levantan, les es preciso definirse como vía de paso a


sociedad nueva, socialista. Existe inversión de papele
una - 'Tchernichevski había expresado la misma idea en una
s orma igualmente gráfica:
entre. el adelanto y el retraso.
; Más generalmente, el sector más avanzado en
un esta- historia se parece a una abuela: quiere a sus niños más
dio, por el juego de las leyes económicas de base,
puede pequeños. A los legados tarde no les da los huesos, sino el
resultar. el menos apto para progresar en otro uétano de los huesos que Europa occidental se ha estropeado
contexto
en función de las leyes económicas diferentes. los dedos tratando de romper.
Está desfa-
vorecido por su avance mismo y por la sobrecarga
que
implica, Las sociedades “asiáticas” como Egipto Mao Tse-tung ha repetido la misma idea, con su fór-
no han
mantenido su “avance” inicial ( grandes trabaj mula de China como página blanca. En los viejos países
os hidráuli-
cos) sobre las sociedades tribales de Grecia “adelantados”, como Francia o Estados Unidos, atestados
o de Italia:
éstas han sido las primeras en pasar a la esclavitud on los desechos de sus experiencias pasadas a menudo
fora
más evolucionada, En un artículo de 1913, Lénin negativas y de sus fracasos, las vías del socialismo son
: habla-
ba de 'el Asia avanzada y la Europa atrasada”, particularmente lentas y tortuosas. Todo esto puede resu-
pero en
un sentido diferente: oponía las revoluciones mirse en la “ley de la dirección por los menos adelanta-
popula-
res de Oriente a comienzos del siglo xx, y el “dos”, expuesta hacia 1930 por el historiador holandés
conserva-
durismo de los países capitalistas de Occidente. -J. Romein (law of retarding lead) :
Herzen
antes que él, había expuesto de manera más genera
l este
argumento de los “llegados tarde”, favorecidos —.. «Lejos de desarrollarse de manera gradual, la historia avan-
de la
historia por el hecho mismo de su retraso: za a saltos discontinuos, comparables a las mutaciones cono-
cidas en el mundo de la naturaleza. No es en modo alguno
Nada lleva en Rusia la marca de la rutina, del probable que la etapa siguiente en la línea de la evolución
estancamiento.
del carácter irrevocable que se encuentra en las nacione humana se sitúe en el interior de la sociedad que ha alcan-
s que zado un alto grado de perfección en una dirección determina-
se han creado, por largos trabajos, formas de vida
adecuadas
hasta cierto punto a sus ideas. No hay que olvidar da. Por el contrario, el progreso realizado en el pasado es
además que
Rusia no ha sufrido todavía los tres azotes que retrasa susceptible de actuar como un freno, a costa de nuevos pro-
ron el gresos. Por la atmósfera de autosatisfacción, se oponen obstácu-
desarrollo del Occidente: el catolicismo, el derecho romano
y el reinado de la burguesía. No tenemos los a nuevos progresos que implicarían un desmontaje com-
razón alguna de
repetir la epopeya de vuestra emancipación, pleto de las instituciones y de los equipos.
que llenó vuestro
camino con tantos monumentos del pasado Por lo tanto, y de manera repetida, nuevos progresos en
a tal punto que
Apenas sols capaces de avanzar hoy un paso. la ruta de la evolución humana son más probables en una
Vuestros Ha OS
y vuestras penas os sirven de lecciones; la sociedad retrasada, en la que la resistencia al cambio social
Historia és la
injusta. Los llegados tarde reciben, en lugar es más débil. [...] El papel-piloto en la evolución humana se
de huesos a
roídos, un derecho de prelación en la: mesa halla constantemente trasferido de una sociedad a otra, des-
de la expired
El desarrollo entero de la humanidad no pués de que una ultraespecialización haya conducido al líder
es otra cosa que una
expresión de esta ingratitud de la cronología. de ayer a un callejón sin salida. [...] He aquí algunos ejem-
A plos [...]: el retraso en la electrificación del alumbrado de
Londres, ciudad que fue la primera en adoptar en amplia
e por J. Lentz, De la Russie et de PAmérique, escala el alumbrado de gas, hasta una perfección notable
París,
para la época. El retraso en la productividad de las explota-
178 RITMOS DE LA EVOLUCIÓN ITMOS DE LA EVOLUCIÓN 179
ciones hulleras de Francia, de Bélgica y de Inglaterra, países
que fueron los primeros en practicar en gran escala la extrac- amente: abonos, silos, máquinas, carburantes y todos
ción de la hulla. La superioridad del llegado tarde, Japón, los ciclos implicados en su producción,
sobre Inglaterra, en materia de modernización y de raciona- - La opción entre progreso y regresión no se plantea
lización de la industria textil. Y finalmente la revolución ino en el interior de una formación social determinada.
proletaria en la Rusia atrasada, en contra de las profecías Sociedades que han llegado a cierto tipo de desarrollo, al
marxistas, que hacían aguardar estas revoluciones en Alema- menos en apariencia, están en peligro de volver a caer
nia, el país entonces más desarrollado en el plano de la en un tipo anterior, por no haber alcanzado un nivel
in-
dustria. La línea general de este argumento es demostrar uficiente de cohesión. ¿Existe un punto de no retorno
que
el retraso, en ciertas condiciones, es una ventaja que espolea en historia? '
hacia nuevos esfuerzos, mientras que un avance más rápido
en el pasado constituye un freno. Es [.. -] la dialéctica
[] Asia Menor romana y bizantina, esclavista y des-
del pués feudal, volvió al modo de producción asiática con
progreso [...] (law of retarding lead).2
las conquistas otomanas de fines de la Edad Media.
El progreso no es, pues, unilineal ni ineluctable. Socie- [7] No todas las sociedades precapitalistas han despe-
dades enteras han desaparecido, Angkor es invadida por zado” como Inglaterra, con la misma continuidad. La
la selva. Y las ciudades mayas. Y Nishapur, capital del mm ayoría de ellas, que parecían muy adelantadas en la vía
imperio de Tamerlán, que ya no es más que un pequeño de este nuevo modo de producción a fines de la Edad
poblado sobre
Media, han vuelto a caer en el feudalismo después del
la pista del desierto; entre Teherán y
Meshel, apenas se distingue... siglo xvr: Bohemia, Venecia, y en cierta medida los Países
El progreso mismo no vale sino para ciertos sectores Bajos. e
de la vida social, a costa de otros. La gran economía in- [1] Lenin estaba obsesionado, en los primeros años del
dustrial elimina implacablemente la pequeña produc- siglo xx, por el temor de una “restauración asiática
ción: campesinos de Nueva Inglaterra, tejedores indios (aziachtchina) en Rusia. f
(cuyas osamentas blanquean
- [] Las sociedades socialistas de Europa oriental han
las Manuras del Ganges,
declaraba un gobernador inglés a comienzos del siglo x1x 'yuelto a caer en una forma nueva de capitalismo de
plagiando la Biblia), pequeños oficios de la calle pari- estado, fundada en el acaparamiento de los medios colec-
siense, artesanado ruso liquidado por Stalin y resucitado tivos de producción por una neoburguesía burocrática
para distraer a los turistas y hacer acopio de divisas. e se recluta por cooptación.
Todo esto considerado como el “precio del progreso”, (] Los “inéditos” de Mao Tse-tung, en particular los
como algo natural. ¡Bueno! de la revolución cultural, revelan una verdadera obse-
,
Pero 1llitch hace notar que, para cosechar un quintal ¡sión de ver producirse en China recaídas del mismo
de trigo, se necesita catorce veces más energía que en la
Edad Media. De un lado, un caballo, su alimento y lo ne-
cesario para producirlo, herramientas simples y la fragua
que las fabrica. De otro, una lista que se alarga indefini-

2 W. F. Wertheim, East-West parallels, que resume los tra-


bajos de Romein publicados en holandés.
INSERCIÓN DE LA HISTORIA EN EL ESPACIO 181

“tiva y la historia se inscribe en él a través de una relación


17
compleja. Los hechos gecgráficos ejercen una influencia
real, concreta, dan forma a la evolución, la orientan y la
LA INSERCIÓN DE LA HISTORIA
limitan. Esta influencia de la geografía es relativa a un
EN EL ESPACIO: LA GEOPOLÍTICA
modo de producción determinado, y no actúa sino en el
“interior de los mecanismos característicos de este modo
«de producción, en función de su ley fundamental:
[E] La configuración de las llanuras y de los montes
en las costas orientales de la península indochina ha
Orientado estrictamente la “marcha hacia el sur” (Nam-
Los factores geográficos actúan en relación con un modo de
producción determinado.—
- Tien) de los campesinos vietnamitas en el curso de los
Insularidad, continentalidad, con-
tigilidad.— La ley de correspondencia entre el contenido siglos, por lo cual ha modelado de manera muy precisa
de su territorio nacional: ensanchado en los deltas de ambas
ur fenómeno y su localización privilegiada.— Desplazamiento
del centro de gravedad de las luchas obreras en función de extremidades, estrecho y distendido en el centro, allí don-
su
meta.— Los casos de Alemania, de Gran Bretaña, de China.— de la montaña se une casi con el mar. Pero esta configura-
Desde mayo del 68, París aprende a “seguir” a la provinci ción no ha sido determinante sino en. relación con las
a.
- leyes del modo de producción, predominante entonces
en Vietnam: el feudalismo “asiático”, fundado sobre
pueblos autónomos y sobre la irrigación pública de Ha-
Los desfases, los bloqueos, los contrastes de medio am- nura.
biente se inscriben en el espacio. Tienen una expresión O El aislamiento continental de Bohemia ha in-
geopolítica. fluido en mucho en su “bloqueo” a partir del siglo xv,
Este término asusta, tiene mala prensa. En el siglo x1x en el momento en que a fines de la Edad Media los
fue utilizado por los geógrafos del imperialismo alemán, brotes protocapitalistas se encontraban ya muy desarro-
como Ratzel; para ellos, la configuración natural de cada lados: minas y manufacturas, grandes casas comercia-
país encerraba a los pueblos en un destino irrevocable. les, impulso científico y técnico, en el que participaban
Así, instalada en el corazón de Europa, Alemania había sabios llegados de toda Europa, radicalismo intelectual
de tener la vocación de dominarla; Rusia, llanura sin y religioso con el hussismo. Esta situación continental fue
término, ¡estaba abierta de por sí a todas las conquistas una desventaja muy grande en el amanecer del capita-
del oeste y del este! lismo, en una fase de desarrollo económico en el que el
Contra estas ingenuidades, el marxismo clásico pro- comercio a larga distancia por mar (Inglaterra) era casi
nunció una condenación dogmática y definitiva, por boca indispensable para la acumulación primitiva del capital,
de Stalin: unos párrafos de su compendio de materia- para la puesta en marcha de la reproducción ampliada.
lismo histórico. ¿Basta con esto? Es preciso abrir de A partir de la era de los ferrocarriles, la situación conti-
nuevo el expediente de la geopolítica. nental de Bohemia dejó de dificultar el desarrollo de la
Indudablemente, es irrisorio definir los hechos geográ- gran industria checa.
ficos como determinantes en última instancia, pero no Los hechos naturales intervienen, pues, en relación con
menos irrisorio atenerse a la condena de este determi- una formación socioeconómica determinada. Cuando
nismo geográfico burdo. El espacio es una realidad obje-

[180]
182 INSERCIÓN DE LA HISTORIA 183
EN EL ESPACIO
INSERCIÓN DE LA HISTORIA EN . El ESPACIO

cambia la base económica, estos valores geopolíticos cam- intercambios


1
| talista. En el primer 5 es una zona de im:
caso,
bian de signo, actúan en sentido inverso. - estatuto político impreciso;
comerciales y humano s, de
O] Así la insularidad. La situación privilegiada de la
Grecia antigua deja de favorecerla en la época turca. hay soberanías locales que se instalan a caballo sobre los
Gran Bretaña aprovechó su situación insular ya en el macizos montañosos (condes de Foix y reyes de Navarra,
siglo xv1, pero Japón no pudo hacerlo sino una vez rotas condes de Saboya, pequeños principados ardenneses). Es
(revolución del Meiji, 1868) las estructuras feudales- la. “frontera-zona”, dicen los grógralos, En el eoeo
estatales antiguas. Las estaciones carboneras del imperio caso, se pasa a la “frontera-línea , a una de co! '
británico se habían desgranado a lo largo de los itine- estricta, en función de las exigencias estatales más e te
madas, del control policiaco y f iscal de las le E
rarios marítimos en el siglo xix, para aprovisionar los militare s, pde
steamers a través de los seven seas. Era el “monopolio dentes o migrantes, de las obligaciones
insular” británico, que tanto admiraba Fourier el visio- atribución de los recursos del subsuelo, de los sa
se
nario. Pero esas innumerables islas y escalas han perdido monetarios. .., cada metro cuadrado, cada individuo
atribuye a la soberan ía de un estado o del otro, ce
su valor geopolítico en la era de la navegación a diesel. China y
O Así la continentalidad.
De la misma manera, la contigiiidad entre
Se ha descrito de manera
Vietnam ha sido decisiva en la época feudal; Po: permi-
apresurada a China como encerrada en su continentali-
dad masiva, condenada por ello al estancamiento histó- tido la integración de Vietnam en el mundo co pins
«En la época colonial, los confines ota pe
rico, De hecho, según el contexto económico, la historia de bajas presiones peas
eran más que una zona
de China ha oscilado entre períodos en los que o bien las AS
puesta aparte por los contactos rauy papiro
relaciones por tierra o-bien las relaciones por mar eran e
las más importantes, política y económicamente, Por revolucionarios vietnamitas y chinos; lo esenci
relaciones del Vietnam colonial pasaba por mar, en AnS
tierra, en la época de las dinastías clásicas hasta la época mercad o capitali sta se ton h
ción de la metrópo li y del
mongol incluida, que le abría un espacio continental contem porane as de ' a
En la' época de las guerras
inmenso. Por mar, en la época de los Ming (siglos x1v- oe
-KvH), con el “descubrimiento” de África mucho antes ción, los signos se invierten de nuevo. Ya contra
a partir de 1950, y más todavía durante la san >
de los portugueses, y con los comienzos de la inmigra- sa
norteamericana de 1965, esta frontera del pet
ción en el sudeste asiático. Por tierra de nuevo con el ón e 7
peña un papel de primer plano; asegura el
repliegue voluntario de la dinastía manchú, y el “cierre” :
el pueblo vietnamita y la “gran retaguardia” q
de una China inquieta por la penetración occidental y 2023
poco deseosa de sufrir la suerte de la India, que conocía. él China.
ás generalmente, la contigilidad, la pibas ee
Por mar de nuevo, en la época del imperialismo, de los frontera de una base de apo
tratados desventajosos, de los grandes “puertos abiertos” disponer más allá de la
favorable, o al menos de una neutralidad favorable,
como Shanghai. Por tierra, en la época del bloqueo capi- las pe
talista y de la alianza estrecha con la Unión Soviética. resultado ser una ley geopolítica rigurosa de
Por mar, desde'la: ruptura con Moscú, en dirección de revolucionarias de mediados del siglo Xx. Sin duda, lo
todo el Tercer Mundo y ya no tan sólo del Occidente. “Factores internos” gozan de prioridad; una pura.me
está enraizada en la voluntad de lucha el
lucionaria
[] Así la contigiiidad. La frontera no funciona de la
misma manera en economía feudal y en economía: capi-
pueblo mismo. Pero los maquis argelinos del FLN se apo
rojos
vaban en Túnez y en Marruecos, los de los khmers
184 INSERCIÓN DE LA HISTORIA EN EL ESPACIO INSERCIÓN DE LA HISTORIA EN EL ESPACIO 185

en Vietnam y Laos del Sur, los del nordeste


de Tailan- nam, Benthuy, Faifo, Quinhon, habían desempeñado un
dia en China, los del Pathet-Lao en Vietn
am del Norte. papel esencial en la vida nacional vietnamita de la época
Tenían la seguridad de encontrar en el
otro lado de la feudal; ofrecían una cadena de relevos comerciales y
frontera un refugio para sus campos de entrenamie
nto, políticos entre los grandes deltas del río Rojo y del
una base de abastecimiento y la posibilidad de comun
icar- Mekong, en el norte y en el sur del país, A partir del si-
se con el mundo exterior. Esto, porque la relaci
ón mun- glo xix, dentro del marco de la economía capitalista
dial de las fuerzas diplomáticas prohibía a las
tropas de colonial, fueron marcados, por el contrario, con un signo
represión perseguirlos en sus “santuarios”.
Cuando la negativo; los capitales coloniales no se ocuparon de ellos,
Unión Soviética cerró sus puertas en 1946
a los revolucio- pues se sentían atraídos hacia las zonas directamente
narics de Azerbaidján a cambio de una hipoté
tica conce- relacionadas con el mercado mundial: Saigon, Haiphong.
sión petrolera soviética en Irán del Norte, conces
ión que [] Los puertos más activos de Italia se encontraban
el sha dejó hábilmente caducar, hubo una gran
carnicería en el sur en la época bizantina y durante la Alta Edad
de comunistas aziris: decenas de millares de
muertos en Media, como Amalfi. Pero el centro de gravedad de la
Tabriz. Cuando Tito rompió en 1948 con
el Kominform, vida italiana se desplazó después hacia el norte, a Pisa,
selló el destino de los andartes griegos,
guerrilleros de Génova, Venecia, con el protocapitalismo mediterráneo
izquierda “adosados hasta entonces a las
montañas yu- activo a larga distancia; más tarde subió por la llanura
goslavas.
del Po, más favorable a la industria moderna. El sur se
Los procesos históricos actúan siempre en condi
ciones adormeció como el señor napolitano Don Caesare de
geográficas concretas, diferentes según los países
y las la novela de Roger Vailland, La ley. La correspondencia
regiones, Se realizan, pues, de la manera
más clara, más entre el contenido de la vida económica y su localización
cabal, en las regiones cuyos caracteres geográficos
les ofre- principal ha funcionado rigurosamente en toda la histo-
cen las condiciones económicas, políticas y social
es más ria de las grandes ciudades italianas. o
apropiadas. Es la ley de correspondencia
entre el conte- E] La China “útil” a los occidentales, la que a media-
nido económico y político de un fenómeno
histórico, y dos del siglo x1x les ofrecía el mejor campo de actividad,
su localización geográfica. Esta ley no es más
que una era la China del té y de la seda, en el sudeste; los cinco
aplicación concreta del principio de sobredeter
minación puertos cuya apertura fue impuesta como resultado de la
en historia ($ 14). Una contradicción genera
l fun- guerra del opio se encontraban todos en esta zona, En
ciona en condiciones concretas, sobredeter
minadas, y por la época del imperialismo financiero, medio siglo des-
lo tanto se expresa en una localización especí
fica: pués, fue en el norte donde se implantaron los grupos
[J La India de los portugueses correspondía
a unas financieros extranjeros, promotores de minas y de ferro-
factorías establecidas en las ricas ciudades mercan
tiles carriles. Todavía en 1950, los cinco puertos abiertos
de la India del Sur: Goa, Calicut, Misore
. La India de en 1842 no tenían ferrocarril alguno, o sólo estaban co-
los ingleses tenía sus bases principales más
al norte, municados por líneas de importancia local.
Bombay, Calcuta, Delhi, situación que
correspondía a Esto en cuanto a la correspondencia entre el conte-
un contenido económico diferente del imperi
o colonial nido del desarrollo económico y los focos en que se
británico, con vistas a una penetración
continental y no localiza sucesivamente, por lentas migraciones y alter-
sólo litoral, seguida de un desarrollo indust
rial. nancias. Lo mismo ocurre en cuanto a las contradiccio-
1] Los pequeños puertos costeros del centro
de Viet- nes políticas y sociales, en cuanto a las luchas de clases.
186 INSERCIÓN DE LA HISTORIA EN EL ESPACIO INSERCIÓN DE LA HISTORIA EN EL ESPACIO 187

Se encuentra cn cllas la misma alternancia, el mismo luchas de liberación de los pueblos oprimidos pasan
carácter migratorio. A cada etapa de la evolución histó-
a primer plano, y las victorias del comunismo chino colo-
rica, el centro de gravedad, el lugar privilegiado de la
can a Pekín en una situación privilegiada, central. El
contradicción principal se desplaza allí donde aparece
resplandor internacional de la China popular es conside-
más clara, más significativa, más operatoria. Así,
hacen rable, a la vez en los países industriales de Occidente y
observar en Pekín, el centro del movimiento obrero
se en el Tercer Mundo, la “zona de las tempestades”.
encontraba hacia 1830 en Inglaterra, con el movimiento
La Unión Soviética de la gran época del bolchevi-
chartista; era allí donde la industrialización capitalista
quismo, la China de después de la liberación han sido
“incontrolada” se había desarrollado desde los comienzos
realmente “centros”, en el sentido de que concentraban
del siglo xix, y era allí donde la lucha de clases entre «de la manera más vigorosa las contradicciones mun-
obreros y patrones operaba de lleno, con enfrentamientos
diales de la época, Pero, de “centro de las contradiccio-
directos y brutales, El centro internacional del movi- nes”, es fácil deslizarse a “centro de las decisiones”. Es
miento obrero, con las formas de lucha más avanzadas,
lo que ocurrió en la URSS con el Komintern estalini-
se desplazó después a Francia, a mediados del siglo x1x. - zado; en China, al intento de una nueva “Internacional”
Las luchas políticas eran allí las más radicales, las
siguió inmediatamente la ruptura con Moscú, cuando
revoluciones las más frecuentes. En Francia, la lucha Peng Chen y Liu Shao-qi dirigían en este sentido la
de clases de los obreros era la que mejor podía insertarse
política exterior de Pekín. Mao pone en guardia, en sus
en una dimensión política; allí era donde se planteaba - “inéditos”, contra este peligro de cristalización institucio-
con mayor agudeza el problema del poder político, pro-
nal: “A mediados del siglo xx, el centro de la revolución
blema nuevo para el movimiento obrero, pero esencial:
mundial se encuentra en China; en el porvenir, desde
jornadas de junio de 1848, Comuna de París. Con la: luego, se desplazará...”
socialdemocracia de la 1 Internacional, el centro de Los mismos desplazamientos, el mismo movimiento
gravedad, la zona de altas presiones, se desplaza hacia
ambulante y migratorio pueden observarse a la escala
Alemania; en adelante, todo el movimiento obrero mun-
de un solo país. El centro de gravedad de las luchas popu-
dial mira con admiración hacia este país. Por referencia
lares, el lugar en que alcanzan el nivel más elevado y,
a los objetivos reformistas y parlamentarios dominantes a
por lo tanto, aquel hacia el cual tiende todo el resto del
la sazón en la 11 Internacional y el movimiento obrero,
país, se desplaza en función de lo que se ventila en estas *
Alemania ofrece-el más “hermoso” partido socialdemó-
luchas, en función de su contenido social y político.
crata, los periódicos y los sindicatos más numerosos, las
En Inglaterra, a comienzos del siglo xrx, Londres era
mejores finanzas y el grupo de diputados más fuerte del
el centro de las luchas más radicales, con sus artesanos
Parlamento. Con 1917, se derrumban las opciones polí-
combativos y sus intelectuales militantes y visionarios co-
ticás sobre cuya base se afirmaba la preminencia de la
mo William Blake. A medida que progresa la industria-
socialdemocracia alemana, El polo principal del movi-
lización, la zona de los Midlands, con sús grandes fábri-
miento obrero se desplaza una vez más hacia Moscú ; lo
cas del Lancashire y del Yorkshire, se convierte en el
cual refleja la fundación del Komintern en 1919. La
corazón de las luchas obreras. Éstas, en los comienzos
revolución bolchevique, como contradicción sobredeter-
del siglo xx, se desplazan hacia el norte, a llos focos in-
minada, concentra todas las tensiones del mundo de la'
dustriales donde la explotación capitalista es más dura,
posguerra, Después dela segunda guerra mundial, las
a saber, los Lowlands de Escocia: las huelgas de 1917
188 INSERCIÓN DE LA HISTORIA EN ÉL ESPACIO
| INSERCIÓN DE LA HISTORIA EN EL ESPACIO 189

en las cbras del Clyde presentan una combatividad pre-


rrevolucionaria. Así se inicia la transición hacia el período mismas revisiones fundamentales que los demás aspectos
contemporáneo: las luchas más militantes están locali- del saber histórico. Invertir la relación pasado-presente,
zadas en las regiones del Reino Unido donde la opresión desposeer a los profesionales de sus privilegios, definir
social se halla multiplicada por la opresión nacional orientaciones de estudios que respondan a las cuestiones
Irlandawdel Norte, Páís:de Gales; Escocia. planteadas por la práctica social. Todos los elementos
En Estados Unidos, el mismo desfase en el espacio, de análisis geopolíticos que acaban de ser presentados no
reflejo del escalonamiento en el tiempo. A fines del si- son simple evasión pintoresca en el pasado, simple dis-
glo xix y a comienzos del xx, las luchas más duras curso especulativo. Conciernen antes que nada la estra-
se sitúan en el norte de las grandes llanuras, en Min- tegia política.
nesota, en Wisconsin, en Jllinois, allí donde se conjugan La revolución china presenta un caso excepcional-
una clase obrera militante y unos campesinos radicales, mente demostrativo de esta movilidad geopolítica de las
con una fuerte influencia del socialismo europeo, trasmi- luchas. En 1924-1927, su centro de gravedad se localiza
tida. por los emigrados alemanes y escandinavos nume- sucesivamente en Cantón, base roja de Sun Yat-sen, en
rosos en esa región: huelgas de Chicago, populismo Shanghai, gran centro revolucionario proletario, y
en Wuhan, última tentativa de frente unido democrá-
campesino del gobernador Lafollette, etc. En los años
1930, bajo el golpe de la gran depresión, fue la clase tico. En estas ciudades, unas tras otra, es donde la lucha
obrera de la muy grande industria metalúrgica y minera alcanza su nivel más elevado, sus formas más avanzadas.
del centro-este la que se halla en primera línea, en Ohio, Los mandos y los militantes se desplazan de una ciudad
en Pensilvania. Después de la guerra mundial y la guerra a otra, en función de una estrategia muy móvil, mode-
fría, que congelan por dos veces las luchas populares lada sobre la diversidad de las condiciones políticas y
norteamericanas, las fuerzas anticapitalistas vuelven a sociales en esos tres centros. De los “soviets chinos” esta-
levantar la cabeza en los años 1960, gracias a la guerra blecidos hacia 1930 en el sur, a las “zonas liberadas”
de Vietnam y a la crisis de la sociedad burguesa a la vez. establecidas en el norte hacia 1940, la mutación geopo-
Los intelectuales radicales desempeñan en ello un gran lítica es más fundamental todavía: es la espectacular
papel, tanto como las minorías de negros, de indios, de Larga Marcha. Este desplazamiento del centro de gra-
chicanos y de puertcrriqueños. En Nueva Inglaterra, vedad de las luchas a 3 000 kilómetros de distancia co-
en Nueva York y en California es donde la concentra- rresponde a un cambio profundo del contenido político
ción de todas esas corrientes radicales se opera de la del combate revolucionario, a una inversión de prioridad.
manera más combativa. Unos años antes, cuando toda- El sur era un terreno privilegiado de lucha contra el
vía no había habido ese despertar de la new left, fue el Guomindang y contra su capital Nankin; el norte ofre-
sur el que se encontró en el centro en las luchas de iz- cía una localización privilegiada para la lucha armada
n
quierda, con el movimiento de los civil rights; la lucha contra el invasor japonés. Los dirigentes de la revolució
por los derechos cívicos negados a los negros había po- china han pesado y concretado constantemente en tér-
larizado las aspiraciones democráticas en torno de los minos geopolíticos su estrategia; “China no es más que
estados más reaccionarios y más racistas, Alabama, un solo y dilatado tablero” (Mao).
Louisiana, Virginia. ¿Y en Francia? Las luchas del siglo xIx, para no re-
Los problemas de geopolítica exigen del historiador las montarnos a la revolución francesa, se han desarrollado
con perfiles regionales muy desiguales, muy diferencia-
190 INSERCIÓN DE LA HISTORIA EN EL ESPACIO INSERCIÓN DE LA HISTORIA EN EL ESPACIO 191

dos, según la diversidad de las condiciones locales unos “delegados” únicos soberanos de las negociaciones
, Así,
la resistencia a Napoleón III ha sido la más fuerte con los patronos. En la Francia del oeste es donde tuvo
en el
mediodía, donde adoptó sus formas más radicales: lugar la mayoría de las luchas más avanzadas, con se-
meses
de lucha armada de masas en los Bajos Alpes y cuestro de patronos, cooperación con los campesinos radi-
el Var,
página bastante olvidada de la historia política extrap cales y a veces gestión de la producción: Saint-Nazaire,
ar-
lamentaria de Francia. La Comuna llamada “de París” el Joint Frangais en Saint-Brieuc, Fougéres, Cerisay. Se
fue igualmente un hecho occitano en Narbona y en trata de regiones de industrialización reciente, menos
no
pocas otras ciudades. Era la expresión de un republ marcadas por el condicionamiento sindical; en ellas, la
ica-
nismo de extrema izquierda, alimentado con toda clase obrera comprende una proporción más importante
la pro-
testa anticentralista de los occitanos, El federalismo de trabajadores “incontrolados”, indiferentes a la herra-
era
de izquierda, ya entonces. Sin embargo, se creía mienta de trabajo: campesinos desarraigados, jóvenes,
esto
terminado, terminado del todo. Se creía que, en adelan inmigrados, mujeres. Ya en mayo de 1968, podía obser-
te,
la vida política francesa estaba para siempre estere varse un desfase geopolítico muy claro de la huelga en
oti-
pada en el mapa de los ferrocarriles franceses, prend “los diferentes centros del complejo automóvil Renault,
ida
a esa rígida telaraña cuyo centro es París. Pero la en función ¿inversa de la antiguedad y de la “experien-
resis-
tencia antinazi ha demostrado que no había nada de cia” de las diferentes fábricas. La huelga se inició en
eso,
y más todavía las luchas populares posteriores a mayo Cléon, en Normandía, casi en pleno campo, y después
del 68, se extendió a Flins, en Ile-de-France, y el “bastión de
Entre 1942 y 1944, las grandes ciudades del mediodía, Billancourt fue el último en entrar en la huelga: allí
como Lyon y Toulouse, han sido focos de resist se encontraban los “mandos curtidos” de la cor, que
encia
mucho más activos que París. La geopolítica de r tener que ceder.
los ma-
quis y otros focos de lucha 'armada contra los alema [car co es OR como un hecho positivo este
nes
ponía en evidencia la capacidad de ciertas regiones descentramiento de las luchas populares de Francia, y
con-
sideradas como “atrasadas”, para desempeñar un papel otra cosa es reconocer que se desarrollan cada una por
político de vanguardia: el Ariége, el Limousin, el sí misma. ¿Qué es una estrategia anticentralista uni-
Jura,
el Morvan, siempre la law of retarding lead. ficada?
La libera-
ción de 1944 fue una real toma del poder por el puebl
o
en Limoges, en Valence, en Toulouse, en los Alpes,
mu-
cho más claramente que en la Francia del norte, donde
el juego político funcionaba desde arriba.
Desde mayo del 68, es más claro todavía. Roma no está
ya en Roma, París no está ya en París. Los parisi
enses
han aprendido a bajar de su pedestal, a ir a Franci
a en
lugar de esperar que “suba” hacia ellos “la provincia”
—término amable: pro-vincere, tomar a cargo a los
ven-
cidos. Así se dibuja la geopolítica de las luchas obrera
s
nuevas, las que no están frenadas por el “respeto
de la
herramienta de trabajo” y por la obediencia pasiva
a
¿QUÉ PLURIDISCIPLINARIDAD? 193
18
cología histórica, antropología económica, análisis semió-
DESENCLAVAR EL TERRITORIO tico de los documentos de historia...
Para otros, el saber histórico tiene realmente necesi-
DEL HISTORIADOR:
¿QUÉ PLURIDISCIPLINARIDAD? dad de abrir nuevas perspectivas, de enriquecerse con
toda/la experiencia de las demás ciencias sociales: econo-
mía, lingisística, sociología, psicoanálisis... Pero este en-
riquecimiento, lejos de poner a discusión las reglas y las
convenciones del discurso histórico académico, dará a
este discurso más sustancia y autoridad. El historiador.
¿Ampliar la lista de las ciencias auxiliares de la historia sólidamente instalado como propietario en toda la dimen-
, o sión del Tiempo, dominará mejor, gracias a la pluridis-
poner de nuevo a discusión la autonomía del saber
histórico ciplinaridad, el estudio del conjunto de las actividades
en relación con las demás ciencias sociales?— ¿Pluridiscipli
-
naridad al servicio de la institución académica, o al servicio
humanas; al menos reivindica esta posición central.
de la práctica social?— Etnohistoria o solidaridad activa
con Para algunos, la búsqueda de esta pluridisciplinaridad
los pueblos del Tercer Mundo.— La guerra de Vietna imposible de encontrar representa una inquietud más
m y la
pluridisciplinaridad “incontrolada”, fundamental, y la discusión del saber histórico mismo,
como disciplina “constituida”,
En el interior de la institución universitaria, la pluri-
disciplinaridad puede, por lo tanto, significar para los
El confort corporativo tiene sus límites. En los medios historiadores profesionales tres cosas bien distintas:
de
historiadores profesionales, existe cada vez más la preocu (O Ampliar la lista de las “ciencias auxiliares de la
-
pación de la “pluridisciplinaridad”, y sa afirma el deseo historia”. Aunque se evita la formulación de las cosas
de hacer caer las barreras que separan la historia de las de este modo, para no herir el amor propio de los “cole-
demás disciplinas. Para algunos, es únicamente cuestió gas” de las demás disciplinas, cuya cooperación es. in-
n
de moda y de entusiasmo pasajero, algo que permite dispensable para el éxito de esta operación patchwork.
renovar un poco de paso cl instrumental, mantener Las ciencias auxiliares tradicionales constituían cierto
un
buen ritmo de expansión y presentar en términos nuevos número de técnicas necesarias para el manejo de los
proyectos de investigación “seductores”. La pluridisci- materiales históricos: diplomática y paleografía para la
plinaridad, ofrece un campo nuevo a todo el sistema Edad Media, epigrafía o numismática para la Antigie-
de
saber-poder sobre el cual reposa el pequeño mundo eli- dad, archivología para la historia moderna... Se agrega
tista de los historiadores ($ 7). Hay que ser ingenioso ahora la lingiúística: inventarios de vocabulario relativos
hay que localizar los puentes y los puntos de convergen- a determinado momento histórico, estudio de las estruc-
cia utilizables, entre unos campos que hasta entonc turas del discurso que caracterizan determinado período,
es no
se había pensado en confrontar. Un segundo lengua La matemática y la informática, indispensables para. el
je
técnico que adquirir, algunas lecturas bien escogidas en “tratamiento” de los materiales cuantificados, ellos mis-
un sector hasta entonces más conocido de los colegas mos cada vez más indispensables para el standing del
historiadores, y he aquí una espectacular puesta en ór- historiador y para las formalizaciones abstractas en el. es-
bita, el comienzo de una “hermosa carrera”: etnomusi- tilo cliometriciano, La psicosociología y el psicoanálisis,
[192]
194 DESENCLAVAR EL TERRITORIO ¿QUÉ PLURIDISCIPLINARIDAD? 195

que enriquecen el instrumental intelectual y ayudan al grafías aéreas... La lista es larga y las seducciones con-
historiador a plantear mejor los problemas de la con- siderables para los especialistas de ciencias humanas im-
ciencia colectiva, de la mentalidad de masas. Y la lista pacientes por “tocar lo concreto”, deseosos de aparecer
se alarga sin cesar... tan rigurosos y tarí bien equipados técnicamente como
Todas estas colaboraciones nuevas no son ni buenas sus colegas científicos. Tanto más cuanto que los atrac-
ni malas en sí mismas. Pueden contribuir sin duda a una tivos intelectuales de estas nuevas “ciencias «“uxiliares”
mejor comprensión objetiva de los fenómenos. Existe, van unidos a ventajas más sensibles: vida ai aire libre,
por ejemplo, un “discurso” típicamente estaliniano, in- manejo de instrumental complejo, todo lo cual viene a
cluso en su sintaxis y en sus períodos; los instrumentos alegrar y a animar la vida un poco apagada y austera
lingúísticos permiten captar mejor el hecho político del del especialista en ciencias sociales, Aquí también, la crí-
estalinismo. El psicoanálisis ayuda a precisar lo no dicho tica no recae en esas técnicas, sino sobre el uso que de
colectivo, los impulsos profundos; ayuda a descifrar los ellas se hace. Acumulación minuciosa de informaciones
comportamientos aparentemente inocentes o superficia- buscadas como un fin en sí mismo, y que son de paso
les... Pero estos nuevos instrumentos no valen más de fuente de prestigio y de ventajas. O mejor conocimiento
lo que vale el propio saber histórico. No alteran su papel activo de un pasado sin duda lejano, pero que tiene, sin
social profundo, cerrado sobre sí mismo. No pueden me- embargo, un sentido para nosotros, que habla a nuestras
jorar la calidad de las respuestas del historiador más que preocupaciones. La arqueología puede ciertamente tener
en el caso de que las preguntas se hagan de otra manera. una finalidad política. El poblado neolítico de Panpo,
Lo mismo puede decirse de las ciencias naturales, mo- cerca de Zhengzhou, que excavaciones atentas han exhu-
vilizadas recientemente al servicio de la arqueología, así mado por completo, recibe a diario millares de visi-
como del estudio cronológico de las “sociedades sin histo- tantes. Para éstos los guías y los carteles insisten en la
ria”. Los recursos son aquí inmensos, tanto como los continuidad de los esfuerzos milenarios del campesinado
peligros de gadgetización de estas nuevas “ciencias auxi- chino, en la sucesión histórica de las formaciones sociales,
liares”: dendrocronología (fechado por los anillos anua- y también en la división sexista de los papeles socia-
les del tronco de los árboles) ; carbono 14 (radiactividad les desde esas épocas lejanas. '
decreciente de los metales antiguos según su edad) ; estra- O) Yuxtaponer disciplinas distintas, para el estudio
tigrafía de los suelos (aluviones de los ríos, depósitos de de un fenómeno concreto, Esta práctica de la pluridis-
los glaciares, depósitos de los vientos); arqueomagnetis- ciplinaridad se adapta particularmente bien a los meca-
mo (variación del magnetismo en el tiempo largo); co- nismos de la burocracia universitaria. Cada especialista
prolitología (estudio de los excrementos fósiles, de su continúa funcionando en el interior de su propio discurso,
edad, de su composición y su emplazamiento) ; análisis geográfico, histórico, económico, lingiiístico, y se ponen
de los pólenes fósiles; paleoetnobotánica (estudio de las uno a continuación de otro los resultados de cada cual.
plantas cultivadas, explotadas por las sociedades prehis- Los créditos vienen más fácilmente, ya se trate de Nepal
tóricas) ; paleopatología (enfermedades descubribles en o de un pueblo bretón como Plozevec, entregado hacia
los restos humanos, especialmente en las tumbas) ; espec- 1960 a los asaltos conjugados de equipos de lingúistas,
troscopia de los metales fósiles, que permite el conoci- de historiadores, de sociólogos, de etnólogos, cada uno de
miento de las aleaciones conocidas en las metalurgias los cuales trabajaba finalmente para sí mismo. El resul-
primitivas; arqueología submarina: arqueología por foto- tado fue decepcionante como no podía menos de serlo.
196 DESENCLAVAR ¿QUÉ PLURIDISCIPLINARIDAD? 197
EL TERRITORIO

La pluridisciplinaridad no es aquí más que una fórmula efectos sobre la minisociedad historiadora: intelectualis-
publicitaria atrayente. ; mo, profesionalismo, productivismo... No es una casua-
O Reconsiderar en profundidad las relaciones entre lidad que los sindicalistas y ex sindicalistas gestionarios
el saber histórico y otra disciplina. Por ejemplo, la eco- de las universidades, en especial los próximos al PCF, se
nomía, o la antropología, o la sociología. Conducida de encuentren particularmente a sus anchas en estas empre-
manera consecuente y radical, esta práctica de una pluri- sas de revoque pluridisciplinario del viejo edificio aca-
disciplinaridad a fondo podría dar por resultado el poner démico.
de nuevo a discusión la actual compartimentación, la Así los esfuerzos muy efectivos hechos recientemente
actual división del trabajo entre las ciencias sociales. Así, para derribar los tabiques entre la historia y la antropo-
la ciencia de los hechos económicos tiene ciertamente logía, Como réplica al estructuralismo que reseca, valía
necesidad de historizarse, lo mismo que la ciencia de las la pena demostrar que las supuestas “sociedades sin his-
formaciones sociales. Porque los fenómenos que estudian toria” (por no tener trazas escritas de su pasado) se
han variado considerablemente con el curso del tiempo, insertan también en la dimensión del tiempo —que
en su índole profunda y no sólo en sus modalidades. Pero su pasado es susceptible de ser conocido, a la vez por su
cuanto más se cargan de historicidad las diversas ciencias propia tradición oral, por los relatos de los viajeros
sociales (lo cual plantea de paso el problema de su des- extranjeros y por unas técnicas modernas muy especia-
compartimentación mutua), más discutida es la función lizadas como la estratigrafía o la dendrocronología. Y que
específica del saber histórico. Cuando ciertos historia- esos pueblos tienen ellos mismos conciencia de su inser-
dores, de muy buena fe, proponen operar una unión a ción en el tiempo. Así, los cherokees saben muy bien
fondo entre la historia económica y la economía teórica, que su nación se ha constituido históricamente, y se ha
¿tratan solamente de enriquecer el discurso histórico establecido hace dos milenios en la región del Little
clásico con instrumentos teóricos mejores? ¿O bien acep- Tennessee, con todas sus características culturales pro-
tan que a determinado plazo se disuelva el saber histórico pias (texto citado, $ 3). Todo esto se ha llamado etno-
en un estudio global de las sociedades humanas? historia, o etnología histórica. Igualmente, es útil recor-
Si ss permanece en el interior de la esfera académica, dar a los occidentales que no existe corte cualitativo
existen pocas posibilidades de que esta cuestión se resuel- entre las sociedades “primitivas” no occidentales, y las
va. ¿No es la pluridisciplinaridad un falso problema? sociedades históricas muy antiguas de las cuales proce-
Ingeniosos reformadores, sobre todo desde 1968, han den ellos mismos en occidente. Los griegos antiguos, los
propuesto no pocos dispositivos. Coloquios interdiscipli- celtas y los germanos han sido también “salvajes” en el
narios, ¡de preferencia en una vieja abadía! Proyectos sentido de los etnógrafos.
plurianuales de investigación, de preferencia con misio- Pero ¿qué vale esta reconquista de la dimensión histó-
nes lejanas, batallones de obreros especializados y bate- rica, a propósito de las sociedades no nacionalizadas de
rías de computadoras. Exploración “epistemológica” por otro tiempo y de hoy? ¿No son estos pueblos otra cosa
un pionero que había dominado a la vez dos o varias dis- que la materia pasiva de discusiones entre intelectuales
ciplinas. .. Pero todo esto no es finalmente otra cosa que de occidente, o son parte interesada? Plantear esta cues-
recetas técnicas para debutantes o para veteranos, todo tión es sobrepasar las curiosidades intelectuales de la etno-
esto permanece en el interior del sistema, reposa sobre historia, por seductoras que sean en relación con el
las mismas bases ideológicas y no hace sino ampliar sus álgebra estéril e inmóvil de la antropología estructura-
198 DESENCLAVAR El, TERRITORIO ¿QUÉ É PLURIDISCIPLINARIDAD? 199

lista. Porque plantear esta cuestión es colocarse en el tomados a los lingilistas, a los historiadores, a los econo-
punto de Vista del futuro de estos pueblos. Y, por lo tan- mistas. Por lo general, el saber parcelario de los diversos
to, invertir una vez más la relación pasado-presente. especialistas no responde a las cuestiones planteadas. da
Afirmar que ningún pueblo está excluido de la historia, práctica suscita curiosidades nuevas, revela que el saber
lo. cual es una de las bases de la etnohistoria, es afirmar académico es inadecuado, Se debe buscar por sí mismo,
que cada pueblo tiene derecho a un futuro que le sea Lcs militantes norteamericanos comprometidos en la
propio. Un futuro que no esté, por lo tanto, definido lucha contra la guerra de Vietnam hicieron la experien-
desde el exterior, por otros, a través de las nociones- cia, por ejemplo, contra la empresa gigantesca de Min-
trampas como la aculturación o el subdesarrollo, cargadas neapolis, Honeywell Inc., fabricante de las bombas de
todas ellas de imperialismo económico y Cultural. Para balines de triste memoria. Querían denunciar a esta gran
definir este futuro, cada pueblo tiene derecho a un pa- corpcración multinacional, como criminal de guerra, y
sado realmente suyo, y lo necesita. Pero ¿quién ejerce demostrar su responsabilidad. Pero la enorme masa de
este derecho, y quién afirma esta necesidad, en el futuro los estudios producidos cada año por los “Departments
y en el pasado a la.vez? ¿El antropólogo incluso con-
of Economics” de las universidades norteamericanas no
vertido a la etnohistoria, incluso comprometido como
les servía prácticamente de nada. Estos estudios tan espe-
Robert Jaulin en un combate valeroso contra el etnocidio
cializados respetaban las reglas administrativas, las habi-
en Amazonia? ¿O esos propios pueblos? ¿O una con-
lidades fiscales y los secretos políticos tras de los cuales
junción de los dos? Una vez más ¿cómo definir la rela-
se disimulaban las grandes sociedades multinacionales.
ción entre el saber del intelectual incluso de buena vo-
luntad y las luchas populares ($ 19) ? Si no se desemboca Pretendiéndose técnicos, se vedaban por lo demás toda
en esta cuestión la pluridisciplinaridad no es más que un interrogación sobre los grupos políticos y sociales que di-
juego de sociedad para fabricantes de cursos y tecnó- rigen esas sociedades, sobre su ideología, sus colusiones,
cratas de la investigación científica. su papel político paragubernamental, Fue preciso prac-
ticar la “investigación incontrolada” con militantes
El verdadero federador pluridisciplinario se encuen-
tra en el exterior de las instituciones universitarias. Es la voluntarios e inexperimentados, que estudiaban deteni-
práctica social, siempre ella, y con ella la reflexión teórica damente los Who's who del mundo de los negocios. Los
unificante, emanación de la práctica, que en cambio le organismos de estudio extrauniversitarios han desempe-
proporciona su sustancia y su cohesión. Cualquiera que, ñado un gran papel en la denuncia de la guerra de Viet-
por ejemplo, pretenda preparar un expediente de infor- nam y de las demás empresas del imperialismo norteame-
mación con el que apoyar las luchas de los trabajadores ricano: el NARMIC y Sus investigaciones sobre el complejo
inmigrad»».o una campaña contra la banca mundial, o militar-industrial, el NacLa para América Latina, y el
las compañías militantes de teatro occitano, deberá nece- sespa (científicos e ingenieros comprometidos en la ac-
sariamente practicar la pluridisciplinaridad. Deberá ne- ción política).
cesariamente, y esto no podrá ser un esfuerzo individual, La pluridisciplinaridad había llegado a ser una exigen-
reunir hechos, documentos, reflexiones relativos a la
vez cia de la lucha y ya no era un fin en sí mismo. y Fa
a la historia, la economía, la psicosociología, la lingiiís- Para desenclavar el territorio donde tantos historia-
tica, la sociología médica... Y no procederá por simple dores han instalado su domicilio, es preciso una vez más
yuxtaposición, simple cosecha de informes particulares plantear de nuevo el problema de la condición privile-
200 DESENCLAVAR EL TERRITORIO
giada, y sin embargo patéticamente miserable. del 19
3 ¡ te-
lectual que contempla el mundo tras de los vidrio s al su
ventanay que, soñador, traza en ellos, para su propio PARA LA REVOLUCIÓN?
¿QUÉ HISTORIA
entretenimiento, garabatos sobre el vaho del amane
cer
que los empaña, como dice Lu Xun.

¿Qué “historia inmediata”?— ¿Qué división técnica del tra-


bajo histórico? ¿A petición de quién?— La “práctica teórica”
es una rana en el fondo de su pozo.— Demanda popular en
historia y memoria popular.— Las trampas del culto al pasado
revolucionario: aniversarios rituales, jefes históricos y esque-
mas estratégicos reproducidos,— El pasado como fondeadero
de lucha y fermento revolucionario: ejemplos, no modelos.—
El espectro del jdanovismo, conjurado por intelectuales orgá-
nicos a lo Gramsci.— Un balance de conjunto del pasado, un
historicismo absoluto, pero que termina la historia como saber
especializado.

Entre los historiadores profesionales, se ha entablado


recientemente una discusión sobre la “historia inme-
diata”. En efecto, la historia clásica se encuentra cada
vez más incómoda a medida que se acerca al presente:
necesidad del “distanciamiento”, dificultad de ser “ob-
jetiva” en terrenos demasiado “candentes”. El secreto
de los archivos, forma típica del poder de las clases diri-
gentes sobre la historia, se invoca aquí no sólo como una
excusa, sino como una exigencia intelectual: treinta años
para el estado, cincuenta para las familias, ciento para
el Vaticano...
Algunos, por reacción, por el deseo de extender el
campo del discurso histórico a llos sectores más familia-
res al público, insisten por el contrario sobre las facili-
dades de la historia inmediata: variedad y abundancia
de los documentos; recurso a la investigación oral, al
testimonio directo, a los sondeos de opinión; coopera-
[201]
202 LR
¿QUE É LA REVOLUCIÓN ?
203
HISTORIA PARA LA REVOLUCIÓN ? ¿QUÉ HISTORIA PARA

las exigencias de la
ció.
Es ss po L

csencial es, una vez más, partir de


y
con las demás2 ciencia
.
s sociales, sociología
lemografía, ciencia política, cuyo mAterial de base Ea Los investigadores
práctica social y de la lucha política.
Xxsiem SpIs contemporáne
A o; familia ació n Científica y Téc-
iliari
ridad del historiador con : del orsrom (Instituto de Investig
Joa gracias a la experiencia vivida, ¡Indudable- en París , pueden seguir
nica de Ultramar), con sede
Erie E Pear: con los principios convencionales del a investigar sobre la
yendo a los poblados malgaches
di io mejor elabora-
Sn son los partidarios de la historia insurrección de 1947, con el cuestionar
, Cada vez más s numerosoSOS, y los temporeros
i do, los magnetófonos más modernos
ca
1
lógica de su parte. n sino amontonar miga-
AA mejor “formados”. Pero no hará un mo-
coo ARRacdA inmediata lleva a cabo una apertura efec interna. Sólo
jas de información sin coherencia
es están rela-
vimiento revolucionario malgache y quien
pa preperts pero no modifica en nada las
) s del juego del historiad or. Incluso bien las
és en conocer
cionados con él, a causa de su inter
.reciente,asse eo
: pri de un pasado exterior a nia la gran isla y elaborar
roll condiciones de la lucha política en rica-
pain
tros. unos de captar histó
' profesores de universrsidad
idad eminent
emi es una estrategia política, son capaces
iii pots para millones de televidentes la el leva ntamiento naciona-
mente en su esencia profunda
o interior o la política internacional del año 1947, sus causa s y el alcance de su
lista malgache de
onario tiens im-
fracaso. Porque un movimiento revoluci
de zurrido, no hacen
sino desplazar tan cerca de nosotros
:
Eve o es posible e a condición de
la máquina de cortar y de empaquetar periosamente necesidad de tal análisis,
eme O, pero funciona siempre de la misma manera los hech os con rige:
que exista la voluntad de examinar míticas. . .
> ¡Joa be eres de pensar históricamente el presente es imág enes
7

en lugar de contentarse con fácil


. . e
:

eri . > tamente tam-


a no enriquecida, por estos re Este análisis, esta reflexión implican cier
l informaciones
a historia inmediata, , ya que incluso
i el pasa- . bién unas investigaciones técnicas, unas
slo de la insurrec-
reciente es atrapado por esta máquina cc orales, el recurso a testigos supervivientes es
soñó UHOIÓN inmediata es a la vez una de las forinas examen de material
ción, unos trabajos de archivos, el s.
veces escasísimo
de prensa y de propaganda, que son a
pes eNma
: la a io. Periodismo, dicen
s unive rsitarios tradicionales, . Re Realmente, estos lib iones técni cas no están justificadas
Pero estas investigac
historia inmediata saben hacer “revivir” el poder ecto político de
pra más que en el caso de que exista un proy
peróximo jo, y el recurso
conjunto. La división técnica del traba
e a pei á talento que no pocos trabajos e
riado r, pueden ser
. Pero, si vien.
bien se acercan a las masas a la habilidad especializada del histo del tra-
sngides Pa familiaridad con la. gran ión, valiosos, 4 condición de que esta división
muy
e son cant
con todo aquellos a quie-
os ajenos en cu anto a lo esencial
cial.
j No parten bajo se decida colectivamente por todos
cada como un
paciones reales de las mas as A nes concierne, en lugar de ser reivindi
que de distraer o de “informar” mos aceptar
eY derecho por los únicos historiadores. Debe
para pensar
¿da función- de la historia inmediata debe ser por el el estar al servicio de la reflexión común ticamente el
polí
históricamente el presente, pensando
eaye Aa el presente abierto, con todas sus virtua
hr ae ha parda a reciente. Porque lo esencial no onsa ble indu dabl emente, pero
pasado. De manera resp
-. en los medios técnicos utiliilizados, en1 as en- privi legia da en nomb re de nuestro
jamás en situación
elegi “en toda
r
“saber”. No nos corresponde a nosotros
ci y en los sondeos, en las montañas de recortes
prensa, en los folletos ávidamente coleccionados. el camp o histórico.
Lo libertad” nuestra domiciliación en
e
204 ¿QUÉ HISTORIA PARA LA REVOLUCIÓN? ! ¿QUÉ HISTORIA PARA LA plas?
REVOLUCION ! 205
Aceptaremos que la petición venga de otra parte. ¿Pero
qué “otra parte”? En nuestra sociedad de clases y de pri- revolución. La actividad intelectual se convierte en un
jetivo político en sí mismo. dai as
vilegios, la formulación del encargo social será con más princip ales histori adores fran-
ba Vilar, uno de los
frecuencia hecha a los historiadores por grupos organiza- a, ha defini do muy. no
ceses de la escuela marxist
dos o por los militantes políticos, que directamente por las En el
propias masas... ($ 16). La máquina de desposeer a mente y en varias ocasiones esta opción, esta
de ob jenció
las masas funciona desde hace siglos, y el camino hacia la trabajo entre historiadores profesionales
marxista y directivos políticos. Únicamente a
democracia de base integral es largo... rela-
A regañadientes, dice, tales como Marx, Lenin, Mao, son capaces « e
es preciso sin duda aceptar que de la lucha se ocupen con
frecuencia los más activos...
cionar directamente la teoría y la práctica, de ias
directamente el análisis del pasado y la reflexión sobre e
Aceptar que la petición venga de otra parte no es la
pasado a la elaboración de una estrategia política, dd
actitud de los “historiadores marxistas”, instalados a sus
el historiador de base, es sin duda deseable que cumpla
anchas en la doble vecindad confortable de la jerarquía votar, eventualmente mi-
como todos su “deber cívico”:
universitaria y de los engranajes del partido comunista
litar. Pero sin implicarse políticamente en sus investiga-
ciones personales. Le bastará con ser un buen gu
($ 4). Están convencidos sinceramente de que el marxis-
mo es un instrumento de análisis de la sociedad que de
de la investigación histórica parcelaria, sobre la ase
permite alcanzar el rigor científico, Pero, para ellos, basta investi gacione s
marxismo. Integrar los resultados de sus
con hacer avanzar las “investigaciones históricas” fun- en la reflexión política es asunto de los estados cri
2%
dadas en los principios marxistas; porque aceptan a la centralizados, en los cuales se confía, Y, de todos m
“la
vez las reglas generales de la institución burguesa: espe- los fundadores del marxismo han hecho el trabajo,
cialización, técnica, productivismo, jerarquía, Disocian herramienta” teórica y política. existe co ns
la capacidad del marxismo para interpretar científica- terminada y a punto, ¡ bastaría con saber manejar
mn
mente el mundo incluido su pasado, y su finalidad prime- mejor! Mientras que la relación teoría-práctica, y
ra: cambiar el mundo. Disocian así teoría y práctica, la relación entre investi gación históri ca y rito pe
e tan ?
cuya unión es, sin embargo, indispensable a todo saber tica, es una creación continua, que debe
pun
científico, Los historiadores del marxismo académico en la base como en la. cima, a propósito de luchas
confunden la capacidad potencial del marxismo para tuales tanto como en términos de estrate gia larga.
analizar científicamente cualquier zona de la historia, La “práctica teórica”, tan del gusto de los Alber
yd
cualquier sociedad del pasado y la operación concreta y nos, no es sino una forma mejor codificada, más exp
amente elitista , de Pon en y a
preferencial del marxismo, para estudiar aquellos hechos cita, más abiert
difusas en todo el partido comunis ta, a PR A
del pasado que son susceptibles de iluminar nuestras prácticas
socia a y
luchas. Consideran, como los demás historiadores de la cipación de los intelectuales en la práctica
re se
institución universitaria, que les basta con domiciliarse de efectuarse por el camino indirecto de la
de ideas con ln lec-
a su antojo en tal especialidad. De todos modos, pien- teórica autónoma; los debates
de la rue d Ulmo de Saint: e
san, estos trabajos contribuirán a acrecentar la influen- tuales, en algún lugar
cia intelectual del marxismo en la universidad; su pres- main-des-Prés, podrían constituir ya una “práctica...
intelectual, un historiador, podría pensar por. sí me
tigio social servirá así a la causa de la clase obrera y de la intelec-
sobre la base de intercambios de ideas con otros
206 ¿QUÉ HISTORIA PARA LA REVOLUGIÓN? PARA LA REVOLUC. IÓNAn >?* 2007
¿QUÉ A HISTORIA

tuales o de la lectura de materiales escritos. Para que —a mí me gusta saber que mis antepasados eran modes-
la
adelantara su reflexión creadora, no necesitaría partici- tos agricultores de la Ile-de-France, ferroviarios de
gis o carnic eros de la rue de Turbig o.
par personalmente en las luchas de los trabajadores; su estación de Montar
por
saber histórico podría desarrollarse lejos del contacto Las cartas mumerosas y emocionantes recibidas
dían por lo
activo con éstos. S. Moatti, el realizador de Pan negro, proce
os, por ejempl o de
Todo lo cual nos remite una vez más a la vieja cues- general de telespectadores muy sencill
campe-
tión de las relaciones entre la forma y el contenido. El Limousin; se habían encontrado en la película:
la ciudad por la miseria , obrero s en
marxismo académico considera que el contenido (es decir sinos arrojados a
su propio discurso) cuenta mucho más que la forma, los los fusiles, descu brimi ento del mar con el
huelga ante
necesarios compromisos con las instituciones burguesas. frente popular, maquis antinazis...
pasa
Sin embargo, ¿no habrá que invertir las cosas? Lo real De esta demanda popular difusa e instintiva, Se
a algo politi zado por lo
es la práctica social, son las relaciones que los hombres a la memoria popular, es decir,
El conoc imien to que se tiene del
mantienen entre ellos, a la vez en el campo particular menos implícitamente.
no se re-
del saber histórico y en la sociedad en general (que está pasado, la preocupación, por ejemplo, de que
o que no
influida por ese saber y por las modalidades elitistas de pita y de preservarse la segunda vez de aquell
tamen te en las op-
su desarrollo). Éste es el verdadero contenido. El dis- se supo evitar la primera, influye direc
curso, incluso si es marxista en los términos, es secunda- ciones y los comportamientos polític os:
rio, mientras funciona aisladamente, en el interior de una
rara xo
práctica académica elitista. No es, en fin, sino la forma. Una de las razones por la cual la historia se repite
ntes es la de que los
Es preciso, por lo tanto, ser más exigente. Hay que entre los pueblos históricamente conscie
drama se dan cuenta, en la segund a repre-
insertar concretamente el estudio del pasado y la reflexión protagonistas del
conocimiento
histórica en las luchas populares y en la estrategia revo- sentación, del desenlace de la primera, y este
como ejemplo a
lucionaria. Y para esto, hay que salir del gueto de los influye en su práctica (E. H. Carr, que cita
los bolche viques obsesi onados por el temor de una A
historiadores profesionales de la universidad. Hay que ción de Octub re después de la
ción bonapartista de la revolu
escuchar a llos trabajadores, su experiencia, sus ¡pregun- Lenin, obsesió n que actuó contra Trotski en benefi-
muerte de de
tas. Como dice un proverbio chino que Mao gustaba de tenía era el aspecto
cio de Stalin, “el cual lo que menos
citar: para la rana caída en el fondo del pozo (por ejem- ur. Napoleón”. ..).
plo, de Jussieu), el cielo no es más grande que la boca
e
del pozo (de Jussieu...). Pero la memoria colectiva no es neutral, Á veces, pued
Un primer hecho se impone: la existencia de una un papel negati vo,
i ¡
funcio nar como un lazZO.
desempeñarñ
onarios
demanda popular en historia. Los éxitos de la historia- como un señuelo. No son únicamente los reacci
mercancía, en todas sus formas, no son sino expresiones quienes se empeñan enZ reproducir artifi cialmente el pa- .
: AAN
son nume
pervertidas, recuperadas por la sociedad de consumo, de sado, y los casos de “añoranza revolucionaria”
enses abrieron
.

rosos. En 1848, los revolucionarios parisi


. . .«

esta demanda popular real y auténtica, Hay, como dice A

1871 reanuda-
Manceron, “en el pueblo una gran hambre de historia”. de nuevo el Club de los Jacobinos, y en
Así, por ejemplo, se ha hecho notar recientemente en la Pere Duche sne, es decir cincuenta
ron la publicación del
prensa el éxito de los clubes aficionados de la genealogía
familiar: saber quién es cada cual, de dónde se viene v What is history?
208 ¿QUÉ HISTORIA PARA LA REVOLUCIÓN? ¿QUÉ HISTORIA PARA LA REVOLUCIÓN? 209
y tres y setenta y siete años después de la caída de
La referencia revolucionaria al pasado suele ser, como
Robespierre y la muerte de Hébert, respectivamente, Jean
en el ejemplo de Renault, una técnica para canalizar las
Bruhat ha definido bien lo que él llama esta tendencia
luchas populares, para reducirlas a modelos ya discuti-
del movimiento obrero francés al “mimetismo histórico”:
dos y ya admitidos, para encauzar la creatividad. En 1931,
realizar el 89, ser “el ejecutor testamentario del jacobi-
la estrategia campesina maoísta, fundada sobre la lucha
nismo”. Pero, naturalmente, se abstiene de definir las
armada, la toma del poder en zonas restringidas, la
bases de clase y el contenido ideológico de este fenómeno,
larga duración, era enteramente nueva respecto del mo-
a saber, la contaminación del proletariado francés por
delo bolchevique del “17”: ganarlo todo o perderlo todo
las ideas pequeñoburguesas. Marx, que estaba libre de
en unos días... Sin embargo, la mayoría estalinista de la
toda complacencia nacional y de todo aspaviento patrio-
dirección del paa (los “veintiocho bolcheviques” de re-
tero, declaraba más brutalmente en septiembre de 1870,
greso de Moscú) impuso llamar “soviets chinos” a esta
recién proclamada la 111 República :
creación política original. Se pretendían conformes al
modelo. Se llevó la preocupación por el detalle hasta
El drama de los franceses, :así como el de los obreros, son los
grandes recuerdos. Es necesario que los acontecimientos pon- elegir el 7 de noviembre para proclamar en las zonas
gan término de una vez para siempre a todo este culto reac- rojas el advenimiento de la república de los soviets
cionario del pasado.? chinos...
Gramsci ha sentido de manera aguda lo que había de
Este culto reaccionario del pasado sigue haciendo es- apremiante y de empequeñecedor en estas referencias al
tragos, ¡Se ha hablado con tanta frecuencia de “repetir pasado y a los modelos del pasado, Para él, la revolución
el 36” en el movimiento obrero francés! En mayo de 1968, de Octubre es una revolución “contra El capital”, una
los dirigentes sindicalistas de la cor trataron ingenua- revolución no conforme con el modo de empleo suminis-
mente de representar por segunda vez la obra de junio trado por el folleto —es decir no conforme con el esque-
del 36: el mismo actor de talla nacional, Benoit Frachon, ma reductor de los teóricos de la 1I Internacional, para
el mismo escenario prestigioso, la gran plaza de Billan- quienes El capital se reducía a la ineluctabilidad de las
court frente a Renault, el mismo público selecto, los obre- revoluciones socialistas en los países industriales más ade-
ros de la fábrica más grande de Francia. Pero la obra fue lantados.
silbada. Los huelguistas de mayo del 68 se negaban a dar
una firma en blanco para los acuerdos negociados en su Los hechos han hecho estallar los esquemas críticos en el
interior de los cuales hubiera debido desarrollarse la historia
ausencia por los estados mayores sindicales. Séguy tuvo
de Rusia de acuerdo con los cánones del materialismo histó-
que regresar a discutir por segunda vez... Esto mien- rico. Los bolcheviques niegan a Karl Marx, afirmando, gracias
tras que en el extremo opuesto de París la misma año- al testimonio de la acción consumada y de las conquistas rea-
ranza del pasado hacía estragos entre los jóvenes y los lizadas, que los cánones del materialismo histórico no son tan
estudiantes del Lindo Mayo: eslóganes fourieristas, ba- inflexibles como podría pensarse y como se ha pensado. [..,.]
rricadas al estilo de 1832 o de 1848, populismo revolu- Si bien los bolcheviques rechazan algunas afirmaciones de
cionario cuyo lirismo disimulaba mal el aislamiento en el El capital, no niegan su pensamiento inmanente, vivificante.
espacio exiguo del barrio Latino... No son “marxistas”, eso es todo. No han compilado a partir de
las obras del Maestro una doctrina exterior, compuesta de afir-
* Carta de Marx a César de Paepe, 14 de septiembre de 1870, maciones dogmáticas, y que no se trata de discutir, Viven el
210 ¿QUÉ HISTORIA PARA LA REVOLUCIÓN? ¿QUÉ HISTORIA PARA LA REVOLUCIÓN? 211

pensamiento marxista, el que no muere jamás [...], y este ante los cuales aquél se inclina respetuosa, pasivamente.
pensamiento reconoce siempre como mayor factor de la histo- Mausoleo de Lenin en Moscú, mausoleo de Ho Chi Min
ria, no los hechos económicos brutos, sino al hombre, las en Hanoi... ., mientras que Karl Marx está enterrado en
sociedades de los hombres... .* un modesto rincón de Londres. El discurso histórico es
también una trampa política, porque presenta modelos
La noción y la práctica del “jefe histórico” en los mo- de encadenamiento, de escalonamiento de las etapas es-
vimientos revolucionarios desempeña el mismo papel tratégicas en el tiempo: revolución nacional-democrática,
negativo que los modelos. Hemos advertido ya ($ 15) toma del poder, etapa de transición, paso al socialismo,
hasta qué punto la intervención de las individualidades ataque revolucionario contra las superestructuras... .
en la historia se halla marcada por el signo de lo efí- (esquema chino). O guerra de movimiento defensiva,
mero y de lo discontinuo, Pero hay ciertos individuos equilibrio de fuerzas, contraofensiva victoriosa (esquema
que, aferrándose a su pasado, a la imagen que el acon- militar vietnamita, 1946-1954). Pero estos esquemas son
tecimiento ha podido esculpir en la conciencia popular, otros tantos frenos. En el propio Vietnam, la guerra
tienden a sobrevivir a lo que han podido ser. Ponen en contra Estados Unidos no ha seguido las mismas etapas
juego su prestigio y su notoriedad, frenan la creatividad que la guerra contra Francia, Madagascar no repetirá
popular, intimidan a los jóvenes militantes. ocupan inde- las etapas de la revolución china, ni Argentina las de la
bidamente el terreno, En los movimientos de liberación revolución cubana.
nacional y social del Tercer Mundo, este fenómeno del ¿Habrá que deducir de todos estos lazos tendidos por
“jefe histórico” hace por lo menos tantos estragos como la historia, un “elogio del olvido”, tan de moda hoy entre
en los movimientos populares de Occidente... Burguiba los neonietzcheanos franceses? No, porque estos ejerci-
y Haile Selasie, Chiang Kai-shek y Gandhi, Messali y cios de trapecio intelectual ignoran un hecho fundamen-
Soekarno... Raros son los que, como Sihanouk, gozan tal; el pasado es a la vez un fondeadero y un lazo, porque
de bastante lucidez para romper su propia estatua, ¿Es es ante todo un derecho. No corresponde a unas mino-
Mao un “jefe histórico”? Es la imagen idealizada del rías intelectuales o a unas minorías militantes hacer la
“gran timonel”, cargado de experiencia que Lin Biao selección, por sí solas, lejos del sentido común popular
popularizaba durante la revolución cultural, 4 lo que y de la reflexión colectiva, para fabricar referencias al
Mao se resignaba temporalmente, Pero Mao cargó, en pasado, modelos históricos y jefes históricos. El derecho
cambio, con el riesgo, durante esa misma revolución a la memoria colectiva significa el derecho a definir en el
cultural, de abrir un período de desórdenes necesario pasado lo que pesa y lo que ayuda. Hagamos tabla rasa
para la clarificación política y la movilización de las del pasado, ¡claro que sí!, contra las referencias-trampas
masas, A esta prioridad, sacrificaba la estabilidad del a la historia. Pero al mismo tiempo, pongamos el pa-
poder, a la cual su estatuto histórico podía permitirle sado al servicio del presente, para ayudar a abrir el por-
pretender hasta entonces, venir...
Los “jefes históricos” son con frecuencia “padres su- En China, el discurso académico en historia se halla
blimes”, cuyo papel político eminente continúa “prote- todavía lejos de estar liquidado, A veces les gusta in-
giendo” el pueblo largo tiempo después de su muerte, y fligir a los turistas, y yo tengo la experiencia, intermina-
bles exposiciones magistrales sobre determinado episodio
> Ecrits politiques, tomo 1, París, 1975. de la historia del pca, o sobre la evolución administra-
212 ¿QUÉ HISTORIA PARA LA REVOLUCIÓN? ¿QUÉ HISTORIA PARA LA REVOLUCIÓN? 213

tiva detallada de determinada mina de carbón antes En este collage de numerosos textos de la tradición medieval
británica, Aquí, como en no pocos otros terrenos, la que el camarada Fo ha recogido por toda Europa en el tras-
“lucha entre las dos líneas” es una realidad. Porque curso de años y años de búsquedas, la intención es menos el
al mismo tiempo, se conoce en China el valor movilizador redescubrimiento filológico de formas y de expresiones lite-
rarias y teatrales, que su reinterpretación y el deseo de devol-
de las referencias al pasado, al nivel de las masas. Las
ver a esta tradición la suma de sus valores más auténticos: un
“escuelas del 7 de mayo” están definidas por una fecha valor de protesta respecto a una concepción del mundo abru-
de mucho mayor contenido que no pocas fórmulas más madora y opresiva, y por lo tanto, un valor militante para la
teóricas, ya que perpetúa la experiencia de la revolución afirmación de una concepción del mundo alternativa con
cultural, En los museos, los objetos de arte no son “ava- relación a las de las “clases dominantes”.
lorados”, exhibidos por sí mismos con estetismo, sino situa- La componente cómico-grotesca, constante en las juglarías
dos en su contexto histórico y social, como productos a populares, ha sido siempre un arma constante también para
la vez de un saber técnico y de un régimen de opresión. la crítica, por medio de la sátira del poder establecido. Un
Se alienta a los trabajadores a escribir las “cuatro histo- arma universal en todas las épocas y para todos los pueblos.
rias” ($ 15). La referencia al pasado funciona como un A eso se debe que el discurso de Dario Fo a través de Mistero
fermento revolucionario, buffo (tanto en la reinvención de los textos antiguos, cuya
violencia expresiva original conserva, como en la presentación
En Francia también, puede el pasado desempeñar este
de esos mismos textos, cuyo redescubrimiento se convierte en
papel de fermento revolucionario. Se han citado ya varios
una ocasión para provocar al debate político) no sea única-
ejemplos de este asidero. En los campos, actualmente, mente un discurso histórico —reescribir la historia de la cul-
los “campesinos-trabajadores” (movimiento agrario radi- tura de las masas explotadas desde el punto de vista de éstas,
cal) se ocupan de descubrir concretamente, apelando desde el punto de vista de la clase obrera y no el de los
a la memoria colectiva, los casos de polarización de las historiadores de la clase dominante; todo ello partiendo del
riquezas, el enriquecimiento de ciertas familias, el empo- principio de que es necesario conocer el pasado de un pueblo,
brecimiento de otras, en dos o tres generaciones sola- única fuerza motriz que crea la historia, para contar con más
mente. Son otros tantos signos concretos, perceptibles indicaciones para nuestra acción presente y en la perspectiva
para las masas, de los mecanismos económicos de la so- de la liberación socialista.*
ciedad francesa del siglo xx. El abuelo que hizo mercado
negro bajo el régimen de Vichy y el que tuvo que vender La lista de las movilizaciones del pasado al servicio
sus tierras porque no salía adelante son cosas que no se de la lucha revolucionaria es larga. Se sabe todo lo que
las luchas de los negros de Norteamérica, el combate
olvidan, incluso si molesta hablar de ellas...
de los nacionalistas irlandeses, la resistencia vietnamita
Dario Fo, el militante revolucionario italiano del tea-
tro de calle, ha definido muy bien cómo puede el recurso a las agresiones francesa, y después norteamericana,
al pasado alimentar la lucha popular. Pone a contribu- deben a estos fondeaderos tan eficaces en la historia
ción el fondo de los juglares medievales, aparentemente ($ 3).
Estos últimos ejemplos, Dario Fo o China, la memoria
muy alejado de nuestra sociedad capitalista; reinventa
su valor subversivo, para denunciar a los ricos, poner en campesina o el teatro político irlandés, no constituyen
evidencia la capacidad de creación cultural del pueblo y, sobre todo un catálogo de modelos para ser copiados
con ello, ayudarle a tener más confianza en su capacidad 4 Octavilla distribuida en 1973, con motivo del viaje de
política: Dario Fo a París.
¿QUÉ HISTORIA PARA LA REVOLUCIÓN ? 215
214 ¿QUÉ HISTORIA PARA LA REVOLUCIÓN?

mecánicamente. No se citan aquí sino para afirmar la lismo científico que casaba bien con las instituciones aca-
necesidad imperiosa de la invención concreta. “Ponerse démicas burguesas: la história no tiene características de
a discusión” está de moda entre los intelectuales de clase; así, pues, ¡historiadores marxistas, a vuestras tesis
izquierda, Muchos experimentan un malestar, muchos de doctorado!
aceptarán sin duda la mayoría de las críticas y de los Esta nueva “línea” tenía la ventaja de la sencillez y
agravios formulados en este ensayo, respecto del saber de la comodidad. Pero hacía la economía de una cues-
histórico clásico. Pero es preciso ir más allá de los ma- tión que parece esencial hoy: ¿cuál es el tipo de relacio-
lestares y de los agravios. ¿Cómo elaborar nuevos modos nes sociales producida por la ciencia, ya sea burguesa o
de expresión de la investigación histórica y del conoci- proletaria? ¿De qué práctica social forma parte? Desde
miento histórico: encuestas populares, teatro militante, este punto de vista, ¿es tan diferente el terrorismo jdano-
tiras de dibujos? ¿Y qué libros, si se siguen escribiendo? viano del liberalismo antijdanoviano? En los dos casos,
¿Y qué método de enseñanza? Contra un discurso histó- la ciencia está analizada como un saber intelectual que
rico exterior a nosotros y aislado de la vida social activa funciona en el espléndido aislamiento de los cerebros.
(el famoso “distanciamiento” del historiador, distancia- Indudablemente, existe una oposición en cuanto al esta-
miento de hecho ante el compromiso activo), se ha insis- tuto de ese saber; la línea “liberal” lo considera como
tido constantemente aquí sobre la importancia de lazos independiente de las relaciones de clase, en tanto que la
vivos entre el conocimiento histórico y la práctica social. tradición jdanoviana lo considera como determinado por
Pero estos lazos vivos no pueden anudarse en el vacío, la adscripción o bien al proletariado, o bien a la burgue-
Requieren un mínimo previo de conocimientos, una “acu- sía; pero siempre se trata de un cuerpo de conocimientos
que se desarrollaría intelectualmente sin vínculos con-
mulación primitiva”, para hablar como los historiadores
del capitalismo del siglo xvIr. ¿Cómo definir esa reserva cretos con la práctica social.
elemental de conocimientos históricos? ¿Cómo consti- Cuando yo sugiero que hoy en Occidente el saber his-
tuirla (manuales, enciclopedias. ..)? ¿Cómo ponerla a tórico es parte integrante de la ideología capitalista y de
disposición de todos? las relaciones sociales burguesas ($$ 6 y 7), no se trata
Integrar así el saber histórico a la práctica socialista, de una vuelta a Jdanov. Éste proponía solamente tras-
en función de las exigencias concretas planteadas por las ferir mecánicamente de la burguesía al “proletariado”
luchas populares, ¿es caer de nuevo en el “jdanovismo”, el vasallaje ideológico de los intelectuales. Pero no dis-
cuyo cadáver mal desinfectado sigue infestando tantos cutía el lugar del saber elitista en la sociedad; la ciencia
espíritus y no únicamente de aquellos que influían “socialista” soviética era tan académica en la época de
los partidos comunistas de Occidente, hacia 1950? ¿Es Jdanov como en la de Brejnev. Académica, es decir, a la
caer de nuevo en la oposición mecánica entre una ciencia vez aislada de las masas populares y privada de toda
histórica “burguesa” y una ciencia histórica “proleta- iniciativa política y de toda responsabilidad política efec-
ria”? Esta tesis formulada por Jdanov y Stalin en 1952, tiva. Hoy, nuestra ruptura con el saber histórico burgués
en una forma doctrinaria que repitieron inmediatamente se sitúa en una perspectiva crítica que es muy diferente.
todos los partidos comunistas, tuvo su hora de gloria, y Le debe más a Gramsci que a los aparatos oficiales del
provocó entre nosotros no pocas crisis políticas y no pocos comunismo: los intelectuales tradicionales son agentes
dramas personales. Fue inmediatamente abandonada de la ideología dominante, forman parte del “antiguo
después de la muerte de Stalin, en beneficio de un libera- bloque histórico”; pero disponen de un margen de ini-
216 ¿QUÉ HISTORIA PARA LA REVOLUCIÓN? ¿QUÉ HISTORIA PARA/ LA REVOLUCIÓN? 217

ciativa; romper con la antigua ideología es su responsa= comprende por qué el proletariado, que quiere añadir un nue-
bilidad, con objeto de vincularse al “nuevo bloque histó- vo eslabón a esta cadena, no debería aprender cómo, por qué y
rico”, a convertirse en “intelectuales orgánicos”. Lo que por quién ha sido precedido, y saber todo el provecho que
separa radicalmente el apparatchnik ¡jdamoviano, tal puede sacar de este conocimiento.*
como se nos proponía como modelo hacia 1950, del inte-
lectual orgánico a lo Gramsci, es finalmente la idea de Es, pues, el conjunto del pasado lo que hay que apre-
que en Occidente el socialismo está por inventar, Y que hender, a pesar de todo, partiendo de los objetos políticos
los intelectuales tienen su lugar en esta búsqueda común, y de las soluciones estratégicas del presente. Decía Brecht
sin deber por ello “negarse a sí mismos”, pero renuncian- que el órgano más perjudicial de un burócrata es su
do a su estatuto privilegiado, memoria. Gramsci hacía un llamamiento para “recobrar
En los años cincuenta, los intelectuales marxistas y la posesión de nuestra propia memoria, como producto
especialmente los historiadores, no podían pensar más del proceso histórico que se ha desarrollado hasta ahora
que en dos actitudes: o bien ceder a la propaganda y a y que ha dejado en nosotros infinidad de rastros, a bene-
las presiones que los intimaban a romper con la ciencia ficio de inventario”. A esto se debe que Gramsci defina
el marxismo como un historicismo_ absoluto, fundado
histórica burguesa, para adherirse inmediatamente a un
saber histórico todavía más rígido, o bien replegarse sobre sobre un inventario lúcido y sin omisión. En esto mismo
el liberalismo académico con un “cobarde suspiro de se halla el acercamiento de Mao, cuando asigna como
alivio”, como lo hemos hecho todos en la época, y, por función última al saber histórico “la de hacer un balance
lo tanto, renunciar a toda crítica política del discurso de las experiencias de la humanidad en materia de descu-
brimiento, en materia de invenciones, en materia de
histórico dominante y de la institución de la historia, No
eran muchos los “francotiradores”, capaces de rechazar creaciones, en materia de progresos”, a fin de ayudar
esta alternativa, Hoy, podemos ser más exigentes y más al hombre a pasar del reinado de la necesidad al reinado
de la libertad. | .
modestos a la vez: tratar de integrarnos “orgánicamente”
¿Pero quién va a hacer el inventario de los “eslabo-
a las luchas populares, participar a través de ellas y con
todos los explotados a la invención del socialismo en nes de esta cadena” (Gramsci), quién va a establecer
Occidente, sobre la base del marxismo. este “balance” (Mao)? ¿Qué historia para la revolu-
Se hace, pues, necesaria una reflexión general, distan- ción? Así como nosotros no tenemos el derecho ni la
ciada en relación con las exigencias y las intimaciones libertad de definir solos las modalidades de la división
de todas las luchas concretas, que las incorpora y las técnica del trabajo histórico, en relación, con las exigen-
sobrepasa a la vez. La última función de la referencia cias concretas de la lucha, nosotros, historiadores “pro-
al pasado, es el porvenir, El conocimiento del pasado, de fesionales”, tampoco somos dueños de conducir a nuestro
sus rupturas y de sus mutaciones, fundamenta antojo esta indispensable reflexión sintética sobre la ar-
la posibi-
lidad y la necesidad de nuevas rupturas y de nuevas mu- ticulación del pasado y del futuro. Si nos aislamos en la
taciones: comodidad de nuestro cerebro y de nuestros libros, no
podemos ocupar nuestro lugar en la obra común de inves-
Si bien es cierto que la historia universal es la cadena de los tigación y de invención. Debemos negarnos a ser relevos
esfuerzos que el hombre ha hecho para liberarse tanto de
los privilegios como de los prejuicios y de las idolatrías, no se 5 A. Gramsci, Ecrits politigues, tomo 1, París, 1973,
218 ¿QUÉ HISTORIA PARA LA REVOLUCIÓN? ¿QUÉ HISTORIA PARA LA REVOLUCIÓN ? 219

privilegiados del saber, lo cual nos gusta no menos que sobre la desaparición pura y simpis de su discurso aca-
a los otros “especialistas” de las ciencias humanas, por démico particular:
ejemplo los antropólogos:
Pensar y querer el fin de la antropología como saber especia-
Ya conocemos la canción: trasformemos la sociedad, ¡sí! lizado, es decir, aislado de los grupos sociales que lo “repro-
Trasformemos las funciones intelectuales, ¡sí! Pero sigamos ducen” indirectamente, de aquellos que son su objeto. (J. Co-
siendo estudiantes e investigadores, ¡síl Mientras los otros cor- pans.)
tan el árbol, ¡nosotros quietecitos sobre nuestra rama! (J. Co-
pans.)*
Pero ¿cómo se podrá nunca “acabar la historia” en el
¿Qué pasado para qué futuro? La reflexión general sentido en que se acaba una casa, un viaje, una cosecha?
sobre el pasado, la reflexión histórica en el mejor sentido “¡Hagamos tabla rasa del pasado!”, ¿no refleja esta
del término, no puede ser coherente y fecunda más que fórmula las visiones lineales del progreso humano, con
si se funda sobre un análisis coherente del presente, No que se satisfacía el racionalismo ingenuo del siglo xx?
tiene razón de ser más que si se integra en una estrategia Una sociedad tendrá siempre necesidad de definir su
revolucionaria fundada teóricamente. Es indudable que pasado, tendrá siempre necesidad de su pasado para
los historiadores pueden participar en ello con todos los definir su futuro...
derechos, pero no ellos solos. En este sentido, debemos
aceptar el ser expropiados de nuestro “territorio”, para
después no participar en la obra de reflexión común sino
a petición de la colectividad y de acuerdo con ella.
¿Cómo se formulará esta petición, y por quién? ¿Cómo
expropiar a los profesionales, cómo socializar el saber
histórico sin renunciar por ello a la exigencia de rigor
científico? Cuestiones éstas, todas ellas, imperiosas, ineluc-
tables, pero que ningún intelectual podrá solucionar por
sí solo... “En los comienzos del mundo, dice Lu Xun,
no había caminos sobre la tierra; a medida que los hom-
bres caminaron, los unos detrás de los otros, fueron tra-
zándose los caminos...”
¿Es preciso, pues, “acabar la historia”? Sí, como saber
académico elitista y especializado, como discurso ideoló-
gico que coloca el pasado en el puesto de mando, en
interés del poder y de las clases dirigentes. En este sentido
es. en el que Marx ambicionaba “acabar la filosofía”,
como se arreglan las cuentas a una plaga o a una ilusión.
Los historiadores, hoy, no son los únicos que reflexionan

8 Critiques et politiques de Vanthropologie, París, 1974.


¿Qué lugar ocupa el saber histórico en la vida social?
¿Actúa en favor del orden establecido o contra él? ¿Es

AS
un producto jerarquizado que desciende de los espe-
cialistas a los “consumidores de historia” a través del
libro, la televisión o el turismo? ¿Está ante todo

ds od
enraizado en una necesidad colectiva, una referencia
al pasado que actúa en todo el cuerpo social y cuyas
investigaciones especializadas no pasarían de ser un
aspecto entre otros?

Todas estas cuestiones son políticas y el autor las


aborda en términos directamente políticos, a partir de

rica is
una reflexión de conjunto fundada en el rechazo del
capitalismo, a partir al mismo tiempo de la práctica
social, de las luchas concretas en las que ha tenido
ocasión de participar desde hace algunos años.

ST
De Jean Chesneaux Siglo XXi ha publicado también

A
Una lectura política de Julio Verne y Movimientos

Ba
campesinos er: China (1840-1949).

ad
MEA
ISBN 968-23-0520-9

veintiuno
editores
O
ESPANA
ARGENTINA
COLOMBIA

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