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PROYECTO EN SALUD MENTAL COMUNITARIA PARA LA PREVENCIÓN DE

ADICCIONES: LUDOPATÍA, ABUSO DE TECNOLOGÍA, DROGADICCIÓN,


ALCOHOLISMO

1. LUDOPATÍA:

El juego patológico o ludopatía es un trastorno adictivo caracterizado por un


comportamiento de juego desadaptativo, persistente y recurrente que lleva a una
alteración o malestar clínicamente significativo.

Con frecuencia, se considera que una persona tiene problemas de ludopatía cuando
pierde importantes cantidades de dinero o se arruina, pero ese, aunque importante, no
es el problema central. El problema principal es que el jugador, implicado en
exclusiva en el juego, descuida o abandona otras realidades como las personales,
familiares, sociales o laborales; es decir, el juego altera completamente su vida.

1.1. IMPACTO DEL JUEGO EN LA PERSONA

En los jugadores con juego patológico es común la preocupación, las conductas de


escape y la recuperación compulsiva del dinero. También se añade la pérdida de
relaciones, falta de tolerancia y síndrome de abstinencia. Pueden aparecer las mentiras
hasta en un 22% de los casos. En un 25% aparecen también conductas ilegales
asociadas a la necesidad de seguir jugando.

1.2. FACTORES DE - RIESGO Y PERFIL DEL JUGADOR

El perfil del jugador es el de un varón de 43 años, español, casado, con nivel


socioeconómico medio-bajo o bajo, con trabajo activo y/o prestaciones sociales. En su
mayoría, consideran sus barrios seguros y sin actividad delictiva. La edad de inicio se
sitúa alrededor de los 21 años, aunque en un 36% de las ocasiones el juego comienza
antes de la mayoría de edad.
En la mujer, se asocia a edades más avanzadas, soltería o divorcio, vivir sola, suelen
percibir sus barrios como inseguros, no trabajar, recibir ayudas sociales y tener un
nivel económico medio-bajo o bajo. Además, presentan peor estado de salud y mayor
número de experiencias estresantes. La edad de inicio también es más temprana,
presenta mayor impulsividad y peores niveles de autodirección que el hombre.
1.3. SITUACIÓN ACTUAL

La pandemia de COVID-19 parece tener un gran potencial para empeorar los


problemas de salud mental y el aumento de las conductas adictivas, probablemente
porque las medidas de aislamiento social afectan al bienestar financiero y psicológico.
Durante la pandemia, se ha producido el cierre de numerosos casinos y deportes (que
limita las apuestas), pero las apuestas y juegos online siguen estando disponibles y
cada vez más cercanos. Además, las crisis financieras también se asocian a aumentos
de los problemas con el juego. El juego online supone una preocupante alarma
durante la pandemia debido a su rapidez y disponibilidad inmediata.

1.4. PREVENCIÓN

Para prevenir la ludopatía debemos incidir en la población infantil y juvenil, antes de que
desarrollen hábitos de juego.

Los programas más interesantes que pueden aplicarse para su prevención permiten:

- Dotar a la persona de conocimientos sobre los juegos de azar y los problemas


causados por el juego, así como sus consecuencias.
- Modificar las creencias erróneas sobre azar, suerte, posibilidad de control o predicción
del resultado del juego.
- Mejorar la oferta de actividades alternativas de ocio, fomentarse y premiarlas.
- Fomentar el entrenamiento en solución de problemas para evitar que el juego sea su
“vía de escape”.
- Desarrollar habilidades sociales y su asertividad para afrontar las situaciones de
riesgo.
- Mostrar modelos relevantes que rechazan activamente el juego.
- Modificar el entorno de los niños/adolescentes, informando y trabajando con los
adultos de su entorno (padres, profesores, etc.).

2. ABUSO DE TECNOLOGÍA

La aparición y progresivo auge de las nuevas tecnologías ha ido paralelo al


surgimiento de una nueva expresión de un viejo fenómeno: La Adicción. Telefonía
móvil, videojuegos, ordenador, Internet, chats, etc…conforman aparentemente el
origen del problema.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que una de cada cuatro personas
sufre trastornos de conducta relacionados con las nuevas adicciones. Se puede hablar
de adicción en todos aquellos casos en los que la afición interfiere en la vida diaria, o
cuando se practica esa afición para no pasarlo mal en vez de para pasarlo bien.
Entre las señales de alerta que pueden indicarnos una adicción destacan las siguientes:

- Pérdida de tiempo de estudio, con o sin malos resultados académicos.


- Deterioro o menor dedicación a las relaciones interpersonales y a otras actividades de
ocio.
- Incremento de las conductas que implican agresividad.
- Sufrir ansiedad, irritabilidad, incluso malestar físico en caso de no poder utilizar el
objeto de la adicción.
- Adoptar actitudes preventivas resulta muy importante, pero en caso de sospechar que
pudiera existir una adicción, se debe buscar ayuda profesional especializada.

Recomendaciones indispensables:

1. Potenciar en nuestros hijos actividades de ocio saludable (deporte, lectura,


manualidades, actividades al aire libre, etc.)
2. Establecer con ellos una relación de confianza que nos permita hablar y dialogar de
forma sincera y abierta.
3. Controlar los tiempos de uso de las tecnologías.
4. Tener en cuenta la importancia de nuestro ejemplo. Nuestros hijos nos tienen como
modelos y tienden a imitar nuestras propias conductas ¿cómo insistirles en no abusar
del ordenador si nosotros pasamos demasiadas horas frente al mismo
5. Ayudarles a desarrollar buenas habilidades sociales que les permitan el desarrollo de
sanas relaciones interpersonales.

Recomendaciones para prevenir la adicción al INTERNET:

1. Romper con las rutinas de conexión: si el menor enciende el ordenador nada mas
levantarse para comprobar su correo electrónico, debemos indicar un nuevo horario y
usar señales y alarmas que le indiquen al adolescente que ha pasado su tiempo y debe
de desconectarse.
2. Ayudar al menor a elaborar un horario realista dentro del cual se contemple no solo el
tiempo dedicado a navegar, sino también otras actividades como el estudio…
Enseñarle al menor la capacidad formativa de la red, incluyendo Internet como una
herramienta de ayuda al estudio y a la formación.
3. Instalar filtros de contenido que impidan a los menores el acceso a páginas con
contenido no adecuado.

Recomendaciones para prevenir la adicción a la TELEFONÍA MÓVIL:

1. Retrasar al máximo la edad de posesión del móvil.


2. Hacer que los menores entiendan el valor económico de las llamadas.
3. Pactar el modelo de móvil: buscar uno adecuado para su edad.
4. Facilitar la toma de conciencia del tiempo que pasan hablando y mandando mensajes.
5. Delimitar los espacios de uso.
Recomendaciones para prevenir la adicción a los VIDEOJUEGOS:

1. Poner la consola o el ordenador en un espacio común, de este modo, facilitamos la


interacción con los padres y la posibilidad de que estos “controlen” indirectamente
cómo, cuándo y con quien se juega.
2. Jugar con ellos, compartir emociones y transmitir de esta forma nuestro punto de
vista. Limitar el tiempo dedicado a jugar.
3. Pactar con ellos la duración del juego y hacerles conscientes del tiempo que pasan
jugando.
4. Informarse del nivel de violencia, la edad mínima y las habilidades requeridas por el
videojuego, antes de comprarlo.

Recomendaciones para prevenir la adicción a la TELEVISIÓN:

1. Poner la televisión en un espacio común de la casa.


2. Evitar que los menores tengan su propio aparato en su habitación.
3. Dedicar tiempo a ver la televisión con nuestros hijos y hablar con ellos acerca de lo
que se está viendo, ayudándoles, de este modo, a reflexionar acerca de los
contenidos.
4. Evitar mantenerla encendida de forma permanente, aunque no se le esté prestando
atención.
5. Ver la televisión con un objetivo concreto (por ejemplo: una serie determinada), no
“ver por ver”.
6. No utilizar la televisión mientras se está comiendo. Aprovechar estos momentos para
el diálogo familiar.

3. DROGADICCIÓN

Una de las mayores preocupaciones como padres, cuando nuestros hijos se acercan a la
adolescencia, es el riesgo de inicio del consumo de drogas legales e ilegales. Y como padres,
nos preguntamos de qué forma podemos prevenir estas conductas de riesgo, sabiendo la
facilidad con la que se pueden adoptar.

Muchos estudios indican el inicio del consumo entre los 12-13 años de edad. La vía de
entrada suele ser el alcohol y el tabaco, progresando hacia la marihuana y la cocaína, en
muchos casos, siendo esta progresión mayor, cuanto más precoz es el consumo.

Se han propuesto varias explicaciones para esta progresión en el consumo. Desde una
perspectiva biológica de pacientes con historia familiar de consumo, hasta como una
herramienta que utiliza el adolescente para “encajar” con un grupo de iguales, o para mejorar
su nivel de socialización, al permitir cierta desinhibición; o en muchos casos, como recurso
para adaptarse a situaciones nuevas o dolorosas (rupturas de pareja, separación de los padres,
adaptación a un nuevo instituto etc.).
Por lo tanto, nuestros adolescentes deben aprender a tomar decisiones en relación a las drogas
y a su alta disponibilidad en nuestra sociedad, eligiendo, con sus consecuencias, entre la
abstinencia o el consumo de las mismas en una etapa vital y tan crítica como la adolescencia,
donde se está formando la personalidad de ese individuo.

Los factores de riesgo (fracaso académico, problemas familiares, baja autoestima,


comorbilidad con otros trastornos psiquiátricos), la percepción del riesgo, el tiempo de ocio,
la socialización con la familia, amigos y escuela son de vital importancia, y deben ser
conocidos por educadores, padres y profesionales, para tomar intervenciones preventivas que
pueden proporcionar recursos para mejorar los niveles de los factores de protección de los
jóvenes.

Pautas para la prevención del consumo de drogas en adolescentes


Estos son algunos puntos fundamentales para la prevención del consumo en adolescentes:

1. Una buena educación familiar. Los programas preventivos en personas con


vulnerabilidad o problemas en la esfera familiar, son otra vía importante para
conseguir reducir el consumo de las distintas drogas, ya que a mayor número de
problemas, mayor probabilidad de consumo de drogas.
2. La interrelación entre el grupo de iguales, familia y colegio es fundamental, también,
para detectar problemas.
3. Fomentar el ocio y actividades recreativas saludables en nuestros adolescentes.
4. Informar sobre la concepción que se tiene sobre las distintas drogas influye en su
consumo. En ocasiones puede haber sesgos sobre los efectos de las sustancias, en un
sentido o en otro. Por ello, es de gran relevancia proporcionar información correcta y
tener siempre presente que el objetivo de una persona es tener las suficientes
habilidades para enfrentarse adecuadamente a su entorno y tener una buena
adaptación al mismo.
5. Ponerse en contacto con profesionales, ante la sospecha o confirmación del consumo,
para valorar la situación y realizar una intervención precoz.

4. ALCOHOLISMO

Lo que parece sencillo realmente no lo es. Prevenir el alcoholismo supone diseñar un estilo
de vida saludable al margen del alcohol. O también promover una serie de acciones dirigidas
a evitar la dependencia. La adicción al alcohol es una enfermedad cuyos mecanismos
bioquímicos continúan en vías de investigación. Aunque resulte difícil de creer, la comunidad
científica no conoce con exactitud los cambios moleculares que se producen en el sistema
nervioso cuando bebemos alcohol. Es por esto que prevenir la adicción al alcohol resulta en
cierto modo imposible de garantizar. Lo que sí conocemos son algunos factores que
determinan la aparición de adicciones.

Sabemos que existen personas más vulnerables que otras al efecto del alcohol, las drogas o el
juego. La genética es uno de los factores determinantes de la drogadicción y el alcoholismo.
Dos personas bebiendo de la misma forma durante el mismo periodo de tiempo pueden
padecer consecuencias diferentes. Es decir, la misma cantidad de alcohol puede provocar
alcoholismo en algunas personas y en otras no. El genoma determina la predisposición
genética a padecer alcoholismo. Por desgracia, no disponemos de tecnología suficientemente
avanzada que permita identificar con precisión los genes que determinan la expresión del
alcoholismo. Hoy en día la vulnerabilidad a los efectos del alcohol y las drogas no es
exactamente predecible.

- ¿Cómo prevenir el alcoholismo?

En el desarrollo de cualquier adicción, como el alcoholismo, interviene claramente la


genética. Este es un factor sobre el que no podemos intervenir. Puedes tener
predisposición a padecer cáncer, asma o adicción al alcohol. Lo dicen tus genes y ese
factor es invariable. Sin embargo, existen otros factores, como los rasgos psicológicos
o el medio ambiente, que también influyen en el desarrollo de las adicciones. Esto
significa que la forma de beber, para qué y cómo usamos el alcohol también
determinan la aparición del alcoholismo.

Efectivamente, estos son los campos en los que interviene la prevención. De manera
muy resumida podemos decir que el alcohol aparece en nuestras vidas escondiendo
una trampa que nadie está preparado para evitar. El alcohol es el agente socializador
por antonomasia. Cambia nuestro estado de ánimo, es euforizante, ansiolítico y
placentero en dosis moderadas. Por estas razones lo habitual es repetir su consumo.
No disponer de habilidades psicológicas o emocionales de afrontamiento adecuadas
puede predisponernos a padecer alcoholismo.

Por otro lado, si en nuestro entorno más cotidiano el consumo de alcohol está
normalizado es más probable que acabemos incorporando al alcohol como parte de
nuestro modo de vida. Alcohol para celebrar, alcohol para evadirse o alcohol para no
sufrir. Y naturalmente, alcohol para relajarse. Prevenir el alcoholismo puede resultar
algo difícil en estas condiciones.

La opción más saludable es no beber. Si bebes, no lo hagas a solas.

El alcohol es una droga muy potente, neurotóxica y que se conforma como único elemento
indispensable para el desarrollo del alcoholismo. Es decir, la única fórmula infalible al 100%
de garantías para prevenir el alcoholismo es no beber. Parece simple pero no lo es. Salvando
las diferencias: no fumar tabaco jamás en tu vida reduce espectacularmente las probabilidades
de padecer cáncer de pulmón.

- Consejos fundamentales para prevenir el alcoholismo

Vamos a citar de forma general algunos consejos fundamentales para prevenir el


alcoholismo. Este es un resumen orientativo de parámetros generales. Como elemento
a resaltar, dentro del seno familiar, muchos padres se preocupan por el consumo de
alcohol de sus hijos adolescentes. En Valencia, la edad media de inicio en el consumo
de alcohol es de 14 años. Posiblemente el factor más relevante para prevenir el
alcoholismo en adolescentes, en opinión del centro de desintoxicación de
alcoholismo, sea establecer una comunicación efectiva con ellos. Interesarse por sus
problemas y mostrarse cercanos. También de forma respetuosa y afectiva, hacerles
saber que nos interesan sus dificultades y sus conflictos, sus gustos y sus aficiones. En
definitiva, tratar de establecer una comunicación efectiva y afectiva con las personas.
Esta es la mejor forma de prevenir el alcoholismo. Algunos consejos fundamentales
para evitar el alcoholismo son:

● La opción más saludable es no beber alcohol. Si bebes, no lo hagas a solas


● Cuanto más baja es la edad de inicio existe mayor probabilidad de padecer
alcoholismo. El cerebro de los adolescentes es más vulnerable a los efectos del
alcohol que el de los adultos
● Beber con moderación.
● No frecuentar excesivamente espacios de ocio como bares, restaurantes y discotecas
● El alcohol como forma de socializar: aprender a relacionarnos sin bebidas alcohólicas
● Desarrollar hábitos saludables: la práctica deportiva puede ayudar a prevenir el
alcoholismo
● Estrategias de habilidades sociales: por ejemplo, aprender a tolerar la frustración o a
superar las dificultades
● Gestión del estrés: el alcohol aparece como bálsamo reparador del estrés excesivo.
Debemos aprender a gestionar el estrés de forma saludable y no con el alcohol.
● La presión de grupo: aprender a decir no. Conseguir integrarse sin beber en círculos
donde la mayoría consumen alcohol puede ayudarte a prevenir el alcoholismo

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