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Capítulo primero

El ser

A. Ser

En la figura del ser, Hegel advierte que el ser, sin ninguna determinación, es la pura
identidad y, por tanto, no contiene ninguna diferencia ni en sí mismo ni fuera de sí mis-
mo. Por ello, en fin, el ser —lo inmediato indeterminado— es, de hecho, nada, ni más
ni menos que nada.

B. Nada

Nada es, con esto, la misma determinación o, más bien, carencia de determinación, y,
por ende, en general, lo mismo que lo que el puro ser es.

C. Devenir

1. Unidad de ser y nada

Das reine Seyn und das reine Nichts ist dasselbe. Como se ve, Hegel identifica el ser y la
nada. Y esto hasta tal punto que el verbo lo emplea en singular: ist. Pero, por lo demás,
la verdad de esta identificación consiste en que uno pase al otro y el otro al uno; es de -
cir, su verdad consiste en el devenir, es decir, «un movimiento en donde ambos son di-
ferentes, pero mediante una diferencia disuelta con igual inmediatez».

Observación 1

«El no-ser contiene la referencia al ser; no es, por tanto, la pura nada, sino la nada tal
como está ya en el devenir» (p. 226).

La crítica consiste, fundamentalmente, en advertir que la afirmación de que ser y nada


son lo mismo es una afirmación abstracta y que, por tanto, aplicarla a algo determina-
do es inapropiado. Hegel arremete contra la prueba ontológica de Kant, la de los cien
táleros.

Observación 2

Observación 3

2. Los momentos del devenir


3. Asunción del devenir

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