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Seducciones neurocientíficas: ventanas y engaños

La neurociencia y los nuevos métodos de estudio del cerebro, nos brindan un


acercamiento al estado de salud mental del paciente psiquiátrico, sin necesidad de
estudios invasivos, haciendo esta ciencia más atractiva. El funcionamiento del
cerebro se sustenta en la actividad electroquímica de las neuronas, por ello
requerimos de algunos métodos adicionales para el estudio del cerebro:

Electroencefalograma (EEG): consiste en medir la actividad de las neuronas,


mediante el uso de electrodos que miden la actividad en segundos.

Magnetoencefalograma (MEG): mide el campo magnético que irradia la actividad


neuronal a través del cráneo y registra la actividad postsináptica a neuronal
sincronizada de millones de neuronas, permitiendo generar mapas funcionales del
cerebro.

Tomografía de emisión de positrones (TEP): viene a ser una radiografía de rayos


gamma que mide el flujo sanguíneo en el cerebro como indicador de la actividad
neuronal y se lleva a cabo mediante la inyección en el torrente sanguíneo de una
sustancia química radiactiva que emite positrones.

Resonancia magnética funcional (RMF): mide la cantidad de agua oxigenada que


es enviada a regiones cerebrales específicas. La máquina mide aumentos en el
flujo sanguíneo detectando un cambio en el magnetismo que ocurre en la
oxigenación de la sangre circulante en el cerebro.

Estimulación magnética transcraneal (EMT): permite estudiar la implicación


funcional de áreas concretas del córtex, viendo la alteración que produce, al medir
la alteración funcional temporal de determinadas áreas corticales debida a la
aplicación de un impulso adecuadamente débil.
Neuroimágenes: ventanas al cerebro

El enorme avance que las tecnologías radiológicas han supuesto para la medicina
nuclear, además de su creciente uso en la neurociencia, incluyendo su aplicación
neurología (diagnóstico de tumores, identificación de lesiones), lo cierto es que no
han supuesto un avance similar en relación con fenómenos psiquiátricos,
psicológicos, sociales y culturales, a pesar del empeño y esfuerzo en tal sentido, la
imagen neuronal apenas tiene aplicación en la psiquiatría clínica. Así, por ejemplo,
la neuroimágen no tiene valor diagnóstico en psiquiatría, sin querer decir que
carezca de utilidad.

Las neuroimágenes nos dicen que algo ocurre en alguna parte del cerebro más
que en otra, correlativo a lo que hacemos, aunque sólo sea pensar o imaginar. Se
trata de correlatos cerebrales concomitantes a actividades conductuales
(cognitivas, emocionales, motoras). Lo que miden las máquinas es en rigor flujo
sanguíneo determinado por el nivel de oxígeno en la sangre y que se toma como
indicador de actividad neuronal.

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