Está en la página 1de 14

En Santiago, a veintitrés de julio de dos mil dieciocho.

VISTOS:
En estos antecedentes RIT O-114-2018 del Tribunal de Juicio Oral en lo
Penal de San Bernardo, por sentencia definitiva de fecha siete de junio del
presente año, pronunciada por una sala de dicho Tribunal integrada por los
señores jueces don Max Enrique Iturra Leiva, doña María Verónica Arancibia y
don Heber Rocco Martínez, se condenó a Juan Carlos Altamirano Matus y a
Constanza Andrea Opazo Rondanelli, como autores del delito de homicidio
simple de Marcelo Veluis Parraguez, cometido el 17 de febrero de 2016, en la
comuna de San Bernardo, cada uno, a la pena de trece años de presidio mayor en
su grado medio y a las accesorias de inhabilitación absoluta perpetua para cargos
y oficios públicos y derechos políticos e inhabilitación absoluta para profesiones
titulares mientras dure la condena, sin beneficios de la Ley 18.216, atendida la
extensión de la pena impuesta. Se condenó asimismo a Constanza Andrea
Opazo Rondanelli, como autora del delito de lesiones menos graves en grado de
consumado, en contra de Marcela Andrea Parraguez Gaete, cometido el 17 de
febrero de 2016, a la pena de sesenta y un días de presidio menor en su grado
mínimo, más las accesorias de suspensión de cargo u oficio público mientras dure
la condena, pena que se tuvo por cumplida con el tiempo que permaneció privada
de libertad. Se eximió a los condenados del pago de las costas. El fallo acogió la
demanda civil interpuesta, en representación de la víctima Marcela Andrea
Parraguez Gaete y se condenó a Juan Carlos Altamirano y a Constanza Andrea
Opazo Rondanelli a pagar solidariamente a la víctima, la suma de $30.000.000,
por concepto de daño moral y $104.000, como indemnización de perjuicios por el
daño patrimonial.
En contra del aludido fallo, don Julio Espinoza Sepúlveda, Defensor Penal
Público, en representación de Juan Carlos Altamirano Matus, dedujo recurso de
nulidad por la causal establecida en el artículo 374 letra e) del Código Procesal
Penal, en relación con los artículos 342 letra c) y 297 del mismo cuerpo legal,
solicitando se anule el juicio oral y la sentencia y se ordene la realización de un
nuevo juicio oral por un tribunal no inhabilitado. En subsidio, dedujo la causal de
EHLJGXMCXS

nulidad del artículo 373 letra b) del Código Procesal Penal, en relación con el
artículo 12 N° 21 del Código Penal, solicitando que se anule la sentencia recurrida
y se dicte la correspondiente sentencia de reemplazo, donde se declare que se
rechaza para su representado la agravante del artículo 12 N°21 del Código Penal
y se le condene a sufrir la pena de 10 años y un día de presidio mayor en su grado
medio, o a la pena que SS. estime conforme a derecho.
También dedujo recurso de nulidad contra la referida sentencia, don
Francisco Pino Faúndez, Defensor Penal Público, en representación de Constanza
Andrea Opazo Rondanelli, por la causal establecida en el artículo 374 letra e) del
Código Procesal Penal, en relación con los artículos 342 letra c) y 297 del mismo
cuerpo legal, solicitando se anule el juicio oral y la sentencia y se ordene la
realización de un nuevo juicio oral por un tribunal no inhabilitado. En subsidio,
dedujo la causal de nulidad del artículo 373 letra b) del Código Procesal Penal, en
relación con el artículo 12 N° 21 del Código Penal, solicitando que se anule la
sentencia recurrida y se dicte la correspondiente sentencia de reemplazo, donde
se declare que se rechaza para su representado la agravante del artículo 12 N°21
del Código Penal y se le condene a sufrir la pena de 10 años y un día de presidio
mayor en su grado medio, o a la pena que SS. estime conforme a derecho.
Por resolución de fecha veintisiete de junio del año en curso se declararon
admisibles los recursos, procediéndose a su vista en la audiencia del día cinco de
julio de dos mil dieciocho, en la cual se escuchó a los abogados doña Pamela
Ballesteros por el Ministerio Público, don Leonardo González por la defensa de los
acusados Juan Carlos Altamirano Matus y Constanza Andrea Opazo Rondanelli
por la querellante particular doña Macarena Car y doña Camila Barros por el
Ministerio del Interior.
CON LO OÍDO Y CONSIDERANDO:
PRIMERO: Que la defensa de Juan Carlos Altamirano Matus, funda su
recurso en que la sentencia adolece del vicio de nulidad contemplado en el
artículo 374 letra e) del Código Procesal Penal, atendido que ha omitido cumplir
con los requisitos previstos en el artículo 342, letras c), ya que la relación de
hechos y conclusiones son insuficientes –a juicio de esta defensa- para ubicar tal
fallo en el estándar exigido por el legislador para la debida fundamentación,
indicada en el artículo 342 letra c) del texto adjetivo, esto es, “Exposición clara,
lógica y completa de cada uno de los hechos y circunstancias que se dieren por
probados, fueren ellos favorables o desfavorables al acusado, y de la valoración
de los medios de pruebas que fundamentaren dichas conclusiones de acuerdo a lo
dispuesto en el artículo 297 del Código Procesal Penal”, en relación con el artículo
EHLJGXMCXS

340 del mismo cuerpo legal que señala “Convicción del tribunal. Nadie podrá ser
condenado por delito sino cuando el tribunal que lo juzgare adquiriere, más allá de
toda duda razonable, la convicción de que realmente se hubiere cometido el hecho
punible objeto de la acusación y que en él hubiere correspondido al acusado una
participación culpable y penada por la ley”, ya que no se ha ponderado
correctamente toda la prueba rendida. El fallo recurrido vulneraría abiertamente el
principio de la lógica de razón suficiente.
En efecto, se habría arribado a veredicto con un hecho no controvertido por
esta defensa en cuanto a la existencia de un delito de homicidio simple en contra
de la víctima, por parte de un tercer sujeto, no acusado y plenamente identificado
por la defensa, el señor Luis Altamirano Matus, de manera que los únicos hechos
controvertidos entre Ministerio Público, querellantes y la Defensa Penal Pública es
la participación de su representado en los hechos de la acusación. Sin embargo,
la sentencia recurrida incurre en errónea valoración de los medios de prueba, pues
tiene por acreditada esa participación y la de la coacusada, en circunstancias que
a su juicio hay elementos ineludibles que valorados conforme a la lógica y las
máximas de la experiencia dan cuenta que su representado no tuvo participación
en los hechos acusados, siendo más bien, sujeto de una incriminación falaz, de un
reconocimiento sugestivo, formal y carente de todo sustrato material de parte de
las víctimas, primero en sede policial y luego ante estrado del tribunal de San
Bernardo.
Analiza las declaraciones vertidas en el juicio oral para concluir que de la
declaración de estas personas, contradictorias, el Tribunal arriba a la conclusión
de que con una sola bala existe autoría de homicidio atribuible a dos personas.
Con dicha información contradictoria, vaga, insuficiente y absolutamente
inespecífica termina el fallo culpando a sus representados. No es que las
personas tengan distintos puntos de vista sino estas afirmaron y dieron por
verdaderas cosas insostenibles entre sí, totalmente incompatibles. Desde lo
anterior se desprende nítidamente el vicio denunciado.
Los medios de prueba rendidos durante la audiencia de juicio oral,
valorados conforme a la lógica y las máximas de la experiencia, indicarían en
forma concordante y directa que no se puede tener por suficiente la existencia de
autoría de homicidio simple con agravante del artículo 12 N°21 del Código Penal
mediante testimonios divergentes lo cual es vacío y carente de todo sustrato
material, en base a versiones contradictorias. La personas testigos afirman cosas
distintas incluso acerca de quien efectúa el disparo, el propio Tribunal reconoce
que existen ciertas diferencias. Además se tiene por válido el relato del
coimputado interesado en obtener ventajas procesales (José Luis fue citado en
EHLJGXMCXS

calidad de imputado), quien dio un relato falaz en todo lo contrastable con la


víctima y con su propia madre. De todo lo anterior queda en evidencia la
existencia de dudas razonables al tenor de lo establecido en el artículo 340 del
CPP, considerando además la grave pena a la cual fue condenado su
representado, de trece años y un día de presidio mayor en su grado medio.
En cuanto a la causal subsidiaria invocada, señala que no sería aplicable la
agravante del artículo 12 N° 21 del Código Penal, ya que no existe odiosidad hacia
un grupo determinado de la población ni discriminación alguna. Del propio cuerpo
del occiso es levantado el cuchillo con el que atacó a Constanza, es decir, no hay
una acción destinada a matarlo por su condición. El tirador José Luis lo hizo
porque Constanza era atacada por Lepe y Parraguez. La agravante no se
configura únicamente por tener la víctima una condición homosexual. En efecto,
se requiere dolo reforzado para tal configuración de agravante. No puede provenir
de una pelea donde queda acreditado que son separados por un balde. También
habría quedado acreditado que el occiso llevaba gran cantidad de sustancias
narcóticas en su sangre. Los sentenciadores han aplicado la agravante del
artículo 19 N°21, en circunstancias que conforme a derecho no correspondía su
aplicación.
Estima que ha habido una influencia sustancial en lo dispositivo del fallo con
los vicios denunciados, por cuanto el tribunal al dictar su condena, determinó la
pena asignada por la ley al delito consumado de homicidio simple tomando en
cuenta la existencia de una agravante y ninguna atenuante, lo que incide en la
pena en concreto a imponer, ya que priva a los sentenciadores de aplicarla en el
mínimo, obligándolos a partir en la pena de presidio mayor en su grado medio,
siendo que sin la concurrencia de la agravante podría partir en diez años y un día
de presidio mayor en su grado mínimo.
De acogerse la causal de nulidad invocada en forma principal, teniendo por
acreditado el motivo absoluto de nulidad previsto en el artículo 374 letra e) en
relación con el artículo 342 letras c) y en relación con el artículo 297, todos del
Código Procesal Penal, respecto del delito de homicidio simple, previsto y
sancionado en el artículo 391 N°2 del Código Penal, pide se anule el juicio oral y la
sentencia, señalándose el estado en que debe quedar el proceso, y ordenando la
realización de un nuevo juicio oral ante un tribunal no inhabilitado. En el evento de
rechazarse la causal de nulidad principal requiere se acoja el recurso por haber
incurrido en la causal de nulidad invocada en forma subsidiaria de aquélla, y tenga
por acreditada la causal prevista en el artículo 373 letra b) del Código Procesal
Penal, esto es, la errónea aplicación de la agravante establecida en el artículo 12
N°21 del Código Penal y en consecuencia anule la sentencia recurrida y dicte la
EHLJGXMCXS

correspondiente sentencia de reemplazo, donde se declare que se rechaza para


su representado, la agravante de responsabilidad penal y se lo condene a sufrir la
pena de 10 años y un día de presidio mayor en su grado medio; o a la pena que
SS. determine conforme a derecho.
SEGUNDO: Que la defensa de Constanza Andrea Opazo Rondanelli, funda
su recurso en la existencia del vicio de nulidad contemplado en el artículo 374 letra
e) del Código Procesal Penal, atendido el hecho que la sentencia, habría omitido
cumplir con los requisitos previstos en el artículo 342, letras c), ya que la relación
de hechos y conclusiones son insuficientes para ubicar tal fallo en el estándar
exigido por el legislador para la debida fundamentación, indicada en el artículo 342
letra c) del texto adjetivo, en relación con el artículo 340 del mismo cuerpo legal,
ya que no se ha ponderado correctamente toda la prueba rendida. El fallo
recurrido vulneraría abiertamente el principio de la lógica de razón suficiente. En
efecto, se habría arribado a veredicto con un hecho no controvertido por esta
defensa en cuanto a la existencia de un delito de homicidio simple en contra de las
víctimas por parte del sentenciado Opazo Rondanelli y Altamirano Matus y otro
sujeto desconocido, de manera que los únicos hechos controvertidos entre
Ministerio Público, querellantes y esta Defensa Penal Pública es la participación
de su representada en los hechos de la acusación. Sin embargo, la sentencia
recurrida incurre en errónea valoración de los medios de prueba, pues tiene por
acreditada la participación del Constanza Andrea Opazo Rondanelli, en
circunstancias que a juicio de la defensa habrían elementos ineludibles que
valorados conforme a la lógica y las máximas de la experiencia dan cuenta que su
representada no tuvo participación en los hechos acusados, siendo más bien,
sujeto de una incriminación falaz, de un reconocimiento sugestivo, formal y
carente de todo sustrato material de parte de las víctimas, primero en sede policial
y luego ante estrado del Tribunal Oral en lo Penal de San Bernardo. Como
cuestión previa destaca que su representada no fue detenida en flagrancia sino
más de un año después de la muerte de Marcelo Lepe. Nunca se formalizó en un
año de investigación siendo citada en calidad de testigo por la Fiscalía. Dicha
alegación fue desestimada por el colegiado por no tener que ver con el homicidio
aun cuando hubiera dudas insostenibles y contradicciones infranqueables.
Alude a las declaraciones vertidas en el juicio oral y señala que de la
declaración de todas estas personas, contradictorias, el Tribunal arriba a la
conclusión de que con una sola bala existe autoría de homicidio atribuible a dos
personas. Con dicha información contradictoria, vaga, insuficiente y absolutamente
inespecífica termina el colegiado culpando a sus representados, no es que las
personas tengan distintos puntos de vista sino estas afirmaron y dieron por
EHLJGXMCXS

verdaderas cosas insostenibles entre sí, totalmente incompatibles. Desde lo


anterior se desprendería nítidamente el vicio denunciado.
Con los medios de prueba rendidos durante la audiencia de juicio oral,
valorados conforme a la lógica y las máximas de la experiencia, sostiene que
indican en forma concordante y directa que no se puede tener por suficiente la
existencia de autoría de homicidio simple con agravante mediante testimonios
divergentes lo cual es vacío y carente de todo sustrato material, en base a
versiones contradictorias. La personas testigos afirman cosas distintas incluso
acerca de quien efectúa el disparo, el propio Tribunal reconoce que existen ciertas
diferencias. Además se tiene por válido el relato del coimputado interesado en
obtener ventajas procesales (José Luis fue citado en calidad de imputado), quien
dio un relato falaz en todo lo contrastable con la víctima y con su propia madre. De
todo lo anterior queda en evidencia la existencia de dudas razonables.
En relación con la causal invocada de manera subsidiaria, señala que no
existe odiosidad hacia un grupo determinado de la población ni discriminación
alguna. Del propio cuerpo del occiso es levantado el cuchillo con el que atacó a
Constanza, es decir, no hay una acción destinada a matarlo por su condición. El
tirador José Luis lo hizo porque Constanza era atacada por Lepe y Parraguez. La
agravante no se configura únicamente por tener la víctima una condición
homosexual. En efecto, se requiere dolo reforzado para tal configuración de
agravante. No puede provenir de una pelea donde queda acreditado que son
separados por un balde. También queda acreditado que el occiso llevaba gran
cantidad de sustancias narcóticas en su sangre.
Los sentenciadores han aplicado la agravante del artículo 12 N°21 del
Código Penal, en circunstancias que conforme a derecho no correspondía su
aplicación. Resultaría necesario dictar sentencia de reemplazo ya que el vicio
explicitado precedentemente provoca un agravio a su defendida, y tal error
denunciado tiene una influencia directa en la parte dispositiva del fallo, por cuanto
el tribunal al dictar su condena, determinó la pena asignada por la ley al delito
consumado de homicidio simple tomando en cuenta la existencia de una
agravante y ninguna atenuante, lo que incide en la pena en concreto a imponer,
que priva a los sentenciadores de aplicar la misma en el mínimo, obligándolos a
partir en la pena de presidio mayor en su grado medio, siendo que sin la
concurrencia de la agravante podría partir en diez años y un día de presidio mayor
en su grado mínimo.
Termina por solicitar que acoja el presente recurso, en los mismos términos
expuestos por el libelo anteriormente transcrito.
TERCERO: Que se analizarán conjuntamente ambos recurso de nulidad
EHLJGXMCXS

sustentados en las mismas imperfecciones de la sentencia, por razones de no


repetición de los argumentos, y claridad en la exposición.
CUARTO: Que, en un primer análisis, la principal formulación de reproche
por el motivo absoluto de nulidad, vía principal de objeción en los dos recursos, se
sustenta en la eventual incorrección del modo en que se expresa la tesis
descriptiva y justificante de las premisas fundamentales del fallo en torno a la
participación de los acusados en él y los delitos atribuidos y, enseguida, sobre el
empleo del sistema de valoración de la prueba, por aplicación de las reglas de la
lógica, en concreto de razón suficiente y no contradicción.
Ello requiere la mención precisa y circunstanciada de cómo cada uno de
los supuestos enunciados se ha transgredido, sea en la debida argumentación del
fallo, como en la valoración de la prueba aportada. En la especie, entonces, el
libelo adolece de inexactitud, pues cuestiona el principio de razón suficiente, sin
precisar de qué forma se produce la transgresión de aquel, y tampoco desarrolla
formalmente la manera en que vulneró el principio de no contradicción, en los
términos que ha de exigirse en esta clase de cuestionamientos especializados.
QUINTO: Que, no obstante, como se observa de lo anotado en los
considerandos décimo tercero y décimo cuarto, la sentencia explicita
exhaustivamente cuál es su tesis argumentativa, y analiza, al tenor de los medios
de prueba aportados la participación de los encausados, y la agravante del artículo
12 N° 21 del Código Penal y concluye que la responsabilidad de Juan Carlos
Altamirano Matus y Constanza Andrea Opazo Rondanelli, logró ser acreditada
suficientemente, lo mismo que la circunstancia agravante que se objeta.
En rigor, los sentenciadores discurren ponderando la declaración de la
madre del occiso, de tres testigos presenciales que se individualizan por sus
iniciales, y dos policías que participaron en las indagaciones que llevaron a definir
la participación de los acusados.
De la misma manera el fallo razona sobre la tesis exculpatoria de las
defensas, y acerca del mérito de la declaración de los testigos que presentan,
deposiciones que desestiman por las razones que latamente explicitan en la parte
final del considerando décimo tercero, y del motivo décimo cuarto.
En suma, existe evidentemente un razonamiento explícito de la prueba
rendida y conclusiones que se extraen a partir de su análisis.
No se divisa, asimismo, la existencia de pruebas encontradas, o
contradictorias, que puedan alterar las definiciones fundamentales del fallo, en
torno a la presencia real del ilícito y de la participación culpable de los encartados.
Si pudieren advenir algunas divergencias menores en las declaraciones de cargo
analizadas, lo cierto es que esas incongruencias son tangenciales e irrelevantes y
EHLJGXMCXS

no tienen la sustancialidad necesaria para entender que se infringe el principio de


la sana crítica de no contradicción.
A su vez, la falta de claridad y suficiencia del reproche, o la vulneración
genérica de las reglas de la sana crítica, en específico de la lógica, sin las
precisiones que requieren, conspira abiertamente con la necesaria ponderación
circunstanciada de esta clase de causales, y su contrastación pormenorizada con
los extremos que el legislador regula, sea para justificar argumentativamente las
premisas del fallo, o para fijar los hechos por medio de una acotada y normada
ponderación probatoria.
SEXTO: Que la sola constatación antes reseñada amerita se desestime
desde ya la petición abrogatoria que realizan las defensas. Sin perjuicio de lo
anterior, ha de tenerse en cuenta que en el debido examen de la causal de nulidad
esgrimida acerca la construcción argumentativa del fallo que permite a los jueces
obtener la condena, aquella se realiza ajustada a los límites formales requeridos,
conforme se explicitan en la sentencia las razones que justifican las conclusiones
que alcanzan en torno a los ilícitos y grado de participación de los condenados, y
se hacen cargo de las observaciones formulada por las defensas; todo ello de
modo íntegro, claro y formalmente lógico, y allí también los magistrados hacen
alusión extensa y específicamente a lo que plantea la tesis de descargo, de
manera acertada. Lo mismo ocurre con la aplicación de las reglas de la sana
crítica para obtener las definiciones fácticas que subsumen luego en las normas
jurídicas atingentes. Todo, sin afectación a las reglas de la lógica – como se ha
mencionado- vertientes centrales en el proceso de valoración de la prueba.
SÉPTIMO: Que, ahora, en torno a la causal de la letra b) del artículo 374
del Código Procesal Penal en relación al artículo 12 N° 21 del Código Penal, ha de
considerarse que esta última norma fue introducida al artículo 12 referido por la
Ley 20.609, publicada en el diario oficial de 24 de julio de 2012, también llamada
“contra la discriminación” o comúnmente “Ley Zamudio”.
La disposición señala: “N° 21 Cometer el delito o participar en él motivado
por la ideología, opinión política, religión o creencias de la víctima; la nación, raza,
etnia o grupo social a que pertenezca; su sexo, orientación sexual, identidad de
género, edad, filiación, apariencia personal o la enfermedad o discapacidad que
padezca”.
OCTAVO: Que sobre el fundamento que se invoca para justificar las
eventuales transgresiones legales, el Tribunal en el motivo décimo quinto, donde
admite la agravante en cuestión, explica que “sobre esta agravante es importante
señalar que con ella el derecho no pretende entrometerse en el fuero interno de
las personas y sancionar una forma de pensar o pensamiento racista, sexista,
EHLJGXMCXS

homofóbico etc., lo que se condena es la exteriorización de tales sentimientos,


ideas o pensamientos odiosos que seleccionan a la víctima sobre la base de lo
que representan, negándose el desarrollo de su personalidad e impedir su
derecho a la participación plena en la sociedad, enviando un mensaje (sic) a los
miembros de la comunidad que comparten la característica del afectado que
cualquiera de sus miembros podría ser un objetivo, enviándose un mensaje a toda
la sociedad en el sentido que tales atentados obedecen a ciertas fuentes de
inferioridad de las víctimas directas creando en la sociedad sentimientos de
menosprecio”. A la vez que “lo determinante y el motor de la agresión fue la
condición sexual de la víctima quien además en ocasiones se vestía de mujer, y
las expresiones homofóbicas proferidas el día de los hechos no fueron lo que
generó el móvil para darle muerte, aquí lo que justifica la agravante, y la causa de
la acción de Altamirano Matus y Opazo Rondanelli, fue la condición sexual de
Marcelo Lepe, los acusados por relaciones de vecindad sabían y conocían con
antelación su condición sexual la cual generaba en ellos la motivación para
menoscabarlo con insultos de diverso calibre, siempre apuntados a su condición
de transexual”. Y luego el fallo reproduce los constantes improperios que aquellos
le formulaban.
Asimismo, los jueces en el basamento décimo segundo explicitaron que:
“debe considerarse que la acusada Constanza Andrea Opazo Rondanelli a lo
menos se representó tal situación con el solo hecho de apuntar con un arma de
fuego al cuerpo de la víctima y percutirla, si bien no logró darle muerte a lo menos
tuvo la intención directa de provocársela, quedando aún más claro cuando su
propósito se exteriorizó no solo disparando sino también verbalizándolo cuando le
gritó a Juan Carlos Altamirano Matus “mata a ese maricón” cuando él le quitó el
arma de las manos diciendo “presta pa ca, yo voy a matar a ese maricón culiao”
apuntando al cuerpo de Marcelo Lepe, disparando e hiriéndolo de muerte y, más
aún, ese fue su propósito, toda vez que lo hirió en una zona corporal en que se
concentran órganos vitales”.
NOVENO: Que lo relevante en esta agravante, según la historia de la Ley
20.609 es que el Ejecutivo al enviar en marzo de 2005 el Mensaje que contenía el
proyecto hizo patente que la finalidad de establecer una nueva agravante fue “la
comisión de un acto delictivo motivado por la discriminación” (página 5 Historia de
la Ley 20.609 en la página web de la Biblioteca del Congreso Nacional).
Si bien en la discusión parlamentaria se hicieron correcciones al texto
propuesto, lo cierto es que se pretendió asemejar su formulación al artículo 22 N°
4 del Código Penal Español, donde se hizo mención que la causal para agravar la
responsabilidad es la comisión de un delito “por motivos racistas, antisemitas u
EHLJGXMCXS

otra clase de discriminación referente a la ideología, religión, creencias de la


víctima, la etnia, raza, nación a la que pertenezca, su sexo u orientación sexual, o
la enfermedad o minusvalía que padezca”. ( página 425)
En el informe de la Comisión de Constitución del Senado, el Senador Sr.
Espina planteo “dudas en relación a la redacción propuesta, la que consideró
excesivamente amplia”, lo que no permitiría definir las conductas reprochadas.
También explicó que “tiene por objeto explicitar que a una persona la agreden en
razón, por ejemplo, de su orientación sexual, como, de hecho, hay gente que
persigue a los homosexuales y los mata brutalmente” y que “no se trata de
cometer un ilícito en razón de una simple diferencia con una persona y, por tanto,
el juicio de reproche que la sociedad hace respecto de esta conducta debe ser
mayor”. (páginas 456 a 458).
El profesor don Juan Domingo Acosta en aquella oportunidad formuló
también diversas opiniones en relación a la enmienda propuesta al Código Penal,
en específico a su redacción que circunscribió en lo medular a “Cometer el delito
por motivo de discriminación arbitraria”, y luego a extenderla a los copartícipes,
aceptando igualmente aproximarse al texto del Código Penal Español. (página
457).
DÉCIMO: Que la alocución “Cometer el delito o participar en el motivado
por”, lo cierto es que debe entender en términos parecidos a la descripción
normativa del homicidio calificado del artículo 433 N° 1 del Código Penal, esto es
que el ilícito constituye un medio para refrendar, en este caso el repudio a la
orientación sexual de la víctima. De allí el aumento del reproche.
Nuestra Excma. Corte Suprema ha dicho sobre el punto “Este nexo objetivo
no es suficiente para el surgimiento de la complejidad delictiva, sino que debe
concurrir, además, una conexión ideológica, en el sentido que la agresión a bienes
jurídicos personalísimos debe estar "al servicio" de (...) motivada por (...) y dirigida
a su obtención. (...). La acción violenta (...) debe tener una dirección subjetiva
específica, debe estar en relación de medio a fin con la realización misma del
delito o con su impunidad. (...)” (Fallo de 5 de mayo de 2016. Rol 17.714-16).
Los profesores Gabriele Fornasari y José Luis Guzmán Dalbora equiparan
el motivo de discriminación con la intolerancia. Y nos racalcan que “Como
múltiples pueden ser las circunstancias de una persona que susciten en otras el
trato discriminatorio, igualmente extensa es la platea de situaciones odiosas que
confieren explicación emocional a la actitud. El odio, estancamiento de la ira, la
actitud enconada de quien, por temor a la reacción o por imposibilidad de acceder
a su meta, no consigue desencadenar un impulso destructivo, esa “cólera en
conserva”, puede canalizarse en odios religiosos, raciales, políticos, nacionales,
EHLJGXMCXS

familiares, sexuales, profesionales, etc”. (Artículo: La agravante de delinquir por


discriminación. Un estudio comparativo del efecto penal de la intolerancia en Chile
e Italia”, en Revista de Derecho Penal y Criminología, N° 13, enero de 2015,
página 211). Agregan: “Pero, por otra parte, queda de manifiesto, la conveniencia
de estamparla en las leyes mediante una redacción conceptual como “actuar
motivado por odio, intolerancia o discriminación”. Los tres son intensidades por la
gravedad del delito que engendraron, según una escala que empieza en el odio
larvado, continúa con la intolerancia, es proseguida por la discriminación y termina
en la violencia desatada. En cambio, el casuismo reinante no sólo efectúa una
selección arbitraria de las identidades particulares amenazadas de discriminación”
(página 212).
El autor Sebastián Salinero Echeverría, nos indica que “Los crímenes de
odio siempre se componen de dos elementos. El primer elemento de un delito de
odio es la realización de un acto que constituya un delito tipificado en la legislación
penal ordinaria, al que se denomina "delito base". Los crímenes de odio siempre
requieren de un delito base que se haya producido. Si no hay un delito base, por lo
tanto, no hay crimen de odio.
El segundo elemento de un delito de odio es que el delito se cometa con un
motivo particular, el que necesariamente debe ser de discriminación. Es este
elemento de discriminación lo que diferencia a los crímenes de odio de los delitos
comunes. Esto significa que el perpetrador, intencionalmente escogió su blanco
para cometer el delito, y ese sujeto amenazado o atacado comparte alguna de las
características que son protegidas por el ordenamiento jurídico (raza, religión,
etnia, nacionalidad, etc.)
El siguiente ejemplo nos ayudará a develar mejor la composición del delito
de odio: En una escuela se prendió fuego. Inicialmente, la policía estima que es un
incendio simple. Sin embargo, la escuela es atendida principalmente para niños de
etnia rumaní, y las investigaciones revelan que ha habido incidentes anteriores de
"graffiti" en la escuela, con consignas contra los gitanos como "gitanos váyanse".
Los autores son aprehendidos y admiten que eran responsables del incendio y el
"graffiti". Ellos dicen que fueron motivados por un deseo de "limpiar" su área de
"extranjeros". El delito base claramente es el de incendio, y la motivación
discriminatoria, específicamente por motivos de origen étnico, lo cual configura el
segundo elemento, y que sumado al anterior, hace de éste un crimen de odio.
De esta manera, la agravante de discriminación es, a nuestro parecer, un
componente de los crímenes de odio. En concreto, configura el segundo elemento
para la existencia de aquel, o dicho de otra forma, la ecuación del crimen de odio
es el delito base (cualquier tipo penal) + la agravante de discriminación.”. (En “La
EHLJGXMCXS

nueva agravante penal de discriminación. Los delitos de odio”, Revista de Derecho


Universidad Católica de Valparaíso, diciembre de 2013, versión on line).
UNDÉCIMO: Que los jueces dan por concurrente, de manera inamovible
para esta Corte, que lo determinante y el motor de la agresión fue la condición
sexual de la víctima y homofobia particular de los hechores para con Marcelo
Velius Lepe Parraguez, de tal manera que la causa de la acción de los acusados
fue aquella condición sexual, la que conocían con antelación y generaba en ellos
la motivación para menoscabarlo, primero con insultos y luego con la acción letal.
DUODÉCIMO: Que, en este orden de ideas, se torna inobjetable entonces
el procedimiento empleado en el fallo y por el que se pondera los elementos de
facto existentes para la aceptación de la agravante ya tantas veces mencionada,
a la que se arribó sobre la base de una situación perfectamente definida que es
congruente con la exigencia cuantitativa de la norma, lo que propició la convicción
que obtienen los jueces en orden a fijar la sanción de conformidad a lo dispuesto
en los artículos 67 y 69 del Código Penal en trece años de presidio mayor en su
grado medio. Y, en suma, no ha podido transgredirse lo previsto en esas normas,
ni en el artículo 12 N° 21 del mismo texto.
Por lo demás, la eventual infracción carece de sustancialidad, desde que
sin agravante, no existiendo otras modificatorias de responsabilidad, el tribunal
pudo recorrer toda la extensión de la pena considerada por el ilícito, al aplicarla, y
perfectamente imponer la misma sanción de 13 años de presidio mayor.
DÉCIMO TERCERO: Que, en consecuencia, y no presentándose la
hipótesis infraccional denunciada en esta última causal y en la anterior adjetiva ya
analizada, los dos arbitrios intentados por los imputados resultan ser inadecuados
e improcedentes
Por estas consideraciones, y de conformidad a lo dispuesto en los artículos
352, 372, 374, 378 y 384 del Código Procesal Penal, se rechazan los recursos de
nulidad deducidos por el abogado Defensor Penal Público don Julio Espinoza
Sepúlveda en representación de Juan Carlos Altamirano Matus y por el abogado
Francisco Pino Faúndez por Constanza Andrea Opazo Rondanelli, en contra de
sentencia definitiva de fecha siete de junio del presente año, dictada por el
Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de San Bernardo, en estos antecedentes RIT
O114-2018, la que no es nula.
Regístrese y comuníquese.
Redacción del Ministro Sr. Roberto Contreras Olivares.
N°1695-2018 Penal
Pronunciado por los ministros señor Roberto Contreras Olivares, señor
EHLJGXMCXS

Carlos Farías Pino y abogado integrante señor Waldo Parra Pizarro. Se deja
constancia que no firma el abogado integrante señor Waldo Parra Pizarro, no
obstante haber concurrido a la vista de la causa y posterior acuerdo del fallo, por
encontrarse ausente.
ROBERTO IGNACIO CONTRERAS CARLOS CRISTOBAL FARIAS PINO
OLIVARES Ministro
Ministro Fecha: 23/07/2018 11:37:30
Fecha: 23/07/2018 11:37:30

EHLJGXMCXS
Pronunciado por la Sexta Sala de la C.A. de San Miguel integrada por los Ministros (as) Roberto Ignacio
Contreras O., Carlos Cristobal Farias P. San miguel, veintitrés de julio de dos mil dieciocho.

En San miguel, a veintitrés de julio de dos mil dieciocho, notifiqué en Secretaría por el Estado Diario la
resolución precedente.

EHLJGXMCXS

Este documento tiene firma electrónica y su original


puede ser validado en http://verificadoc.pjud.cl o en la
tramitación de la causa.
A contar del 13 de mayo de 2018, la hora visualizada
corresponde al horario de invierno establecido en Chile
Continental. Para la Región de Magallanes y la Antártica
Chilena sumar una hora, mientras que para Chile Insular
Occidental, Isla de Pascua e Isla Salas y Gómez restar
dos horas. Para más información consulte
http://www.horaoficial.cl.

También podría gustarte