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Tan solo vemos el Barroco por la calidad de las telas y el movimiento, pero los rostros no
trasmiten expresión y tampoco hay armonía entre las composiciones, se trata de un Barroco
muy moderado. El sarcófago tiene todo un relieve tallado al igual que son los sarcófagos
romanos.
La estructura es plenamente clásica con el bloque izquierdo de los buenos y el derecho de los
enemigos, además, una división con la parte terrestre y celestial. Estos relieves se ponen de
moda como decoración de la iglesia romana tras la fusión del efecto pictoricista de un retablo y
el efecto escultórico de ruptura de un retablo. Sin embargo, Bernini no hizo ninguno por no ser
una escultura completamente exenta y sin puntos de vista tan marcados. vemos dos grupos
enfrentados divididos por el eje vertical central, una parte es de serenidad y la otra de severidad
(barbaros contra el papado), y el papa señala el cielo donde están unos santos que van a
interrumpir a los barbaros.
La Decapitación de San Pablo, 1641-47
FRANCESCO DUQUESNOY
Nace en Bruselas. Su padre era escultor y desde pequeño tiene contacto en la escultura, pero se
traslada a Roma en 1618 como restaurador, donde además estudia el dibujo de la escultura
antigua. Entra en contacto con la pintura de Rafael. Al igual que Algardi, es clasicista pero dentro
de una línea preciosista y delicada, consiguiendo una escultura de gran calidad, donde su fuente
de inspiración fue la antigüedad clásica. Se decantó por figuras pequeñas, además de las figuras
de los niños y ángeles.
Destacan los pliegues, con la túnica que se pliega al muslo, con el torso
girado, donde vemos el clasicismo romano y no el movimiento del
Barroco. La preocupación del artista fue insertarla armónicamente para
el entorno en el que estaba destinada. La mano izquierda es una
reconstrucción posterior, que debía de estar señalando los fieles
mostrando la espiritualidad del fiel que va a la iglesia. El rostro sin tallar
es más clásico, al igual que le tocado de la cabeza.
Tema 2: La Escultura barroca en Francia: Del Naturalismo a la gran alegoría del alto barroco
Cuando hablamos de escultura francesa barroca, debemos saber que está vinculada a dos
figuras complementarias, Luis XIV y Versalles. Pero antes de llegar a la época de su reinado
tenemos la época de los dos cardenales, donde sobresalen las figuras de Germain Pilon con la
Resurrección de Cristo (donde destaca por el realismo, con carga dinámica y verticalismo).
Seguimos con la dinámica de las líneas verticales que acentúan la verticalidad. Tenemos el artista
Simon Guillain con el Conjunto escultórico de Luis XII, Ana de Austria y Luis, siendo una imagen
real idealizada, siendo una imagen real plasmada desde la cabeza. Otro de las figuras
fundamentales es Jacques Sarrazín con las decoraciones del pabellón del Louvre con el gusto
de lo antiguo. Por último, tenemos a Michel Anguier, con sus dos obras: Natividad (donde
destaca su formación italiana) y la decoración de la puerta de Saint Denis, con las escenas del
asedio y la toma de Magreb por Luis XIV, con una dedicatoria.
Con la muerte de Mazarino se inicia la
etapa madura de Luis XIV donde toma
el reinado, instaura la academia y crea
la fábrica de los gobelinos. En realidad,
Luis XIV fue educado por los cardenales
y su madre, ahora está todo
obligatoriamente bajo su mano,
acabando todo remitiendo a el- Para
ver que él encargaba una obra, él lo
visitaba y le recordaba que debía
reflejar no solo mi imagen sino también
mi fama. Creando su propria biografía y
narración. Su imagen, poder e imperio
se tenía que reflejar en su imagen.
Los grandes ejemplos los vamos a ver en Alemania, con la estatua ecuestre del Gran Elector
Federico I de Prusia de Andreas Schulter. Alcanza
el poder y la fuerza del personaje histórico con la
contraposición de las figuras inferiores. Todas las
artes plásticas van a llegar con muchos años de
retraso. Si nos vamos a la figura de Fischer von
Erlach, con la Columna de la Peste, con una gran
huella italiana. En realidad, está formada por
diversas figuras, tanto alegóricas como reales.
Este realismo es lo que caracteriza la figura de
Leopoldo I, que esta aplastando la peste. Pasamos
a la primera Familia de la Escultura, La Familia
Quellin, en el Frontón del Ayuntamiento de
Ámsterdam. Es un primer caso en el arte de esta
zona donde se crea una dinastía de artistas que se
caracteriza la estética de Amberes y Holanda e
Inglaterra. Estos moldes podemos ver las
influencias de su formación en Roma y cuando
vuelve de roma se le encarga esta obra. Son sobre todo estos detalles de Terracota lo que nos
habla de su capacidad de plasmas la sinuosidad humana.
También tenemos la obra del sepulcro del Obispo Capello, siendo posterior, con un sepulcro
tradicional donde se utiliza el detallismo y virtuosismo en las vestimentas. Pero también se
pueden aprecias los elementos retóricos del barroco con el ángel que enseña el escudo.
Los teóricos del nuevo estilo serán Agucchi, Mancini y Bellari. Los que traten la imagen sagrada
serán Ottonelli y Pietro da Cortona. Sobre el ilusionismo pictórico y como generar a través de la
pintura diferentes ilusiones ópticas destaca Andrea Pozzo, además de los que se encargan de las
biografías, que son: Baglione, Baldinucci y Bellori.
CARAVAGGIO
Es la figura clave de la pintura Barroca, se empieza como consecuencia de los nuevos dogmas
de la Contrarreforma, donde se convierte el arte en el vehículo de estas ideas, y la forma de
expresión de Sixto V. Por estas causas, la mayoría de las obras serán religiosas, donde se exaltan
los milagros (las causas inexplicables), y donde volvemos a ver una misión didáctica y
pedagógica, con el fin de asombrar e infundir respeto. Se caracteriza por el movimiento y los
colores vivos. A partir de 1715, se caracterizará por un gusto muy refinado a modo de preludio
del Rococo.
Características generales:
• Michelangelo Merisi Aratori.
• Gran cantidad de estudios, interés de su figura y obra.
• Obra ligada especialmente a Roma.
• La breve carrera de Caravaggio puede dividirse en cuatro etapas:
- Periodo milanés: aprendizaje.
- Primeros años romanos: De 1592 al 99. Cuadros pequeños, por regla general
de una o dos medias figuras.
- Años de esplendor en Roma, del 99 a 1606, los grandes encargos públicos.
- Obra de los 4 últimos años, también casi toda para iglesias y realizadas con gran
furia creadora, mientras se traslada de lugar en lugar.
Encontramos las temáticas de las Vanitas. Es una tipología de las naturalezas muertas y
bodegones, muy parecidas al memento mori, con simbolismo a la caducidad de la vida y los
placeres terrenales. Cuando vemos el Cesto con fruta de Caravaggio, 1597-98, que está lleno,
pero si lo vemos bien la parra esta mustia, y los higo también. Son bienes que no todos se pueden
permitir pero que al final se acaban muriendo como todos. Todo esto con un fondo neutro que
nos describe la marchitalidad de la vida. La cesta esta sobre un plano horizontal muy plano que
sobresale, siendo un primer intento de plasmar el 3D, sobresale plasmando una sombra.
Este bodegón tuvo mucho éxito y abrió la puerta a que muchos artistas contemporáneos y
posteriores a Caravaggio se salieran de los géneros establecidos. Eran obras más orientadas a
colecciones privadas, de un formato reducido que podían colocar en las diferentes estancias del
hogar y que además rompían con la preocupación hacia la representación de la temática
religiosa impuesta por la Contrarreforma. Detrás de este objeto inanimado vemos una
simbología hacia el paso del tiempo, ya que al final todo acaba por pudrirse y el tiempo no pasa
en balde. Para darle toda la importancia al objeto, lo coloca en primer plano a la altura de los
ojos, y tan al borde la mesa que da la sensación de que sale hacia el espectador; le da volumen
también a través del fondo neutro pero luminoso y la luz incide en las frutas del cesto, las cuales
hacen referencia al final del verano, con lo que nos dice que llega a su fin una época de diversión
y jolgorio por la llegada del invierno. Lo mismo ocurre con las hojas, vemos algunas muy frescas
y otras mustias y podridas, el avance del tiempo hacia el fin.
Lo que nos interesa es que, a partir de 1592, que se encuentra en Roma donde su primera obra
es el Muchacho Pelando Fruta, un muchacho rico, muy bien arreglado. Tanto esta como la obra
anterior, forma parte de esta primera etapa romana. Uno de los cuadros mas importantes es
Baco Enfermo, que, a pesar de ser un joven musculoso, vemos todos los síntomas de que esta
enfermo. Es posible que sea uno de sus primero retratos, donde se aleja del retrato tradicional,
donde su arte se define por las tinieblas de la realidad, por la filosofía de los Desamparados del
mundo, donde rompe con lo tradicional. Otra obras es la del Muchacho con Cesto de Frutas o
el Muchacho mordido por el Lagarto. Se piensa que las jugadoras de Cartas o la Buenaventura
puedan ser sus primeras obras, donde entra roma bajo el servicio del cardenal Francesco María
del Monte, que al tener rostros similares nos hace pensar que se movía en el mismo entorno.
Son unas obras que nos hablan del ilusionismo. En la buenaventura la obra nos habla de una
gitana que lee el futuro al hombre, donde al mismo tiempo le está robando el anillo. Refleja el
mundo de donde procedía, con las vestiduras de la época, pero se va introduciendo el
trasegundo de la trampa.
Dentro del escenario de los encargos privados, va a hacer muchas pinturas similares. Su obra
“Muchacho pelando fruta”, de 1592 es la primera que se le conoce, prácticamente estaría recién
llegado a Roma y todavía es bastante contenida. El fondo es totalmente oscuro y no podemos
intuir el lugar en el que se encuentra el personaje; sin embargo, es interesante la captación de
un instante cotidiano. Casi a la par, realiza las otras dos obras, donde las escenas representadas
son diferentes; en ellas se aprecia más la sensualidad de las figuras, sobre todo en “Muchacho
con cesto de fruta”, donde vemos de nuevo la fruta realizada con gran tratamiento técnico.
Destaca en esta obra el fondo, que, a pesar de seguir siendo neutro, empieza a jugar con las
luces, en este caso utiliza una luz diagonal que impacta en la mejilla izquierda del joven y que
enmarca su rostro. Vemos también una escena cotidiana en “Muchacho mordido por un
lagarto”, donde vemos un rostro completamente expresivo y texturas muy cuidadas.
La buenaventura, 1593-94
Esta obra tuvo tanto éxito que su gran mecenas de esta época, que va a ser el cardenal Franceso
María del Monte, le encarga poco tiempo después que haga una copia de este cuadro para
incorporarla a su colección. Caravaggio realiza entonces esta obra en 1596/97 y se vuelve menos
sutil que la primera. Las figuras tienen otro tipo de dialogo, las telas son mejor ejecutadas y el
muchacho tiene una actitud menos inocente. La espada en este caso sobresale hacia el
espectador y nos da mayor sensación de ser partícipes de la escena.
Siendo de sus primeras obras religiosas para la capilla contarelli, donde realiza los primeros
encargos religioso. Vemos a la sagrada familia con el ángel musico que representa la leyenda de
la huida por inspiración divina, donde el ángel le da la inspiración y donde José respeta y sostiene
una partitura. Fue encargado por el cardenal Monte. Vemos a María con una imagen muy
aniñada, siendo la misma que veremos en los siguientes cuadros. Vemos la obra de Los Músicos,
donde en esta época era Roma el centro de la escena musical, por lo que en la escena vemos a
los tres jóvenes acompañados por Cupido, siendo una alegoría que representa la música como
sustento del amor y de la vida. En la Magdalena Penitente vemos a la misma niña que en la
Huida.
El realismo extremo que hemos visto en sus obras de temática profana hace que también
termine por conseguir encargos de temática religiosa. Fue un encargo del cardenal del Monte y
termina por regalarlo al papa Clemente VIII y pasa a formar parte de la decoración de la capilla
del Palacio Aldobrandini y forma parte de un juego de diferentes lunetos que decoraban esa
capilla y los demás también son obras, que durante mucho tiempo de debatió la atribución pero
hoy día podemos decir que son de Domenichino y de Albani, dos de los seguidores más
importantes de los Carracci y contrastan con la obra de Caravaggio de una forma muy
contundente. Todos ellos van narrando escenas de la vida de la Virgen, por eso esta obra,
aunque no fue pensada para esa ubicación, encaja con las demás.
La escena está narrada por San Mateo y es que hay un aviso angelical a San José para que huyese
con su familia, ya que Herodes iba a realizar la decapitación de los inocentes. San Mateo no
narra qué sucede en esa huida, y Caravaggio representa un momento estático, es como si se
detuviese el peregrinaje para descansar. Interpreta de manera creativa la visión del ángel que
se aparece y que toca el violín para amenizar el descanso de la familia. Esto podría ser un guiño
al gusto musical del cardenal del Monte, la escena queda partida en dos por la figura central del
ángel, a quien coloca unas alas negras de golondrina, pues se vincula esta ave a los gustos
callejeros de Caravaggio. San José sostiene la partitura común gesto de resignación. La Virgen
aparece con un gesto de gran cercanía al niño Jesús y existe gran detallismo de nuevo en los
objetos que acompañan la escena. Se van dando pequeños pasos en los contrastes lumínicos
hasta lo que será el tenebrismo, pues juega con donde impactan los rayos de luz, que vienen de
fuera de la obra, para enmarcar unas figuras más que otras, atrayendo la mirada del espectador
hacia una zona u otra y creando volúmenes.
Es una de las piezas más impactantes que va a realizar Caravaggio en esta época. Según la
mitología, Medusa era un monstruo con la cabellera de serpientes, su peligro era que, al mirarla
a los ojos, petrificaba a todo aquel que se enfrentara a ella. Caravaggio desarrolla esta obra con
la idea del mito, cuando Perseo se lleva la cabeza de Medusa para usarla como escudo; en
realidad se tratade una pintura sobre lienzo, que recorta y coloca sobre un Tondo circular de
madera para que parezca un escudo. De nuevo se considera que la cabeza es un autorretrato de
Caravaggio, aunque aparezca tan desfigurada por el terror de la degollación. Todo aquel que
miraba la obra, huía despavorido y fue duramente criticada, Caravaggio siempre dijo que si la
Gorgona petrificaba con su mirada, él había conseguido lo mismo ante todo aquel que se
colocara delante de su obra.
Volvemos a ver a esa niña, pero ya más adulta, con las dos obras encargadas en pareja, Santa
Catalina de Alejandría y Marta y Magdalena, que sabemos gracias a un historiador. Es muy
probable que la modelo sea la famosa Fillide de Menandroni. Sabemos que era una cortesana
que habían perdido su nivel de prestigio, pero ella aparece como la modelo de Catalina y
Magdalena. Se trata de escenas del Nuevo Testamento, sobre todo en el que Marta intenta
convertir a Magdalena con la flor como símbolo del pecado.
Según cuenta la leyenda, Judith lo emborracha y lo decapita. Decimos que el pintor con el
dramatismo subrayado por la cortina/mantel rojo, con todos los colores muy oscuros, a
excepción de los protagonistas bien iluminados con el fondo negro. En ella vemos el gesto de
fuerza y esfuerzo de brazo, en cambio su asistente lo vemos asustado y a Holofernes
sorprendido.
Está basada en una historia apócrifa, este pasaje de Judit decapitando al general Holofernes, fue
duramente criticado por los protestantes y Caravaggio lo pinta porque los papas Sixto V y
Clemente VIII mantuvieron el pasaje en la Biblia hasta la reforma de 1592. Holofernes había sido
engatusado por Judit cuando el general intentaba someter a la ciudad y a sus habitantes, los
grandes ancianos mandan a Judit a que se deshaga de él. En aquella época era imposible no
estremecerse al contemplar obras tan violentas, las expresiones faciales hablan mucho de la
psicología del personaje y de la acción que están llevando a cabo. La cabeza de Holofernes gira
en torno a la misma posición que la cabeza de Medusa y opuesto a eso, la serenidad y
contundencia de Judit, que le tira del cabello para poder rotar la cabeza. A través de una
diagonal, Caravaggio centra nuestra atención en el rostro de Judit, la cual está acompañada por
su criada que la mira con ansia y atención. La potencia del drama queda remarcada por grandes
cortinajes que se pliegan como telones de fondo, y que dan la sensación de que estamos ante
una escena teatral.
Representa este tema bíblico de una manera totalmente diferente a las imágenes escultóricas
que se habían hecho anteriormente. Vemos a un joven pastor, que ya ha vencido a Goliat y le
ha cortado la cabeza para llevárselo como trofeo. No vemos la decapitación de Goliat, sino el
momento en el que el joven ata un cordón a su cabello para poder portar la cabeza, cosa que
no aparece narrada en ningún sitio y que Caravaggio interpreta. La composición se vuelve más
compleja. Quizás sea uno de los mejores ejemplos que tenemos del gusto de Caravaggio por la
representación de escenas violentas y dramáticas y durante mucho tiempo estuvo atribuida al
círculo de Caravaggio, pero no al pintor. Sim embargo en los años 90 del siglo pasado se
estudiaron radiografías y se vio que había un primer diseño de la cabeza de Goliat y que
recordaba a la obra de Medusa.
También otro gran ciclo de su pintura son las telas de la Capilla Contarelli. Un ciclo que abarca
todo el dramatismo de la Vida de San Mateo, donde empieza con la vocación de San Mateo.
Donde vemos una figura en la penumbra (Jesús), que con el dedo señala al que cuenta dinero y
le llama, siendo sorprendido y se señala a si mismo (mateo). El único que no entiende que está
pasando por su cara de sorpresa. Los protagonistas son las manos, la mano de Jesús que nos
recuerda a las manos de Miguel Ángel que se complementaría con la mano de San Mateo. Vemos
la admiración de Caravaggio por Miguel Ángel, y volvemos a un Jesús que vuelve a ser hombre,
en la mano que falla al extenderse del todo y la grandiosidad del hombre humano, que se aleja
de la caducidad de los bienes materiales porque ha alcanzado la luz. Esta es la primera parte del
ciclo.
La primera obra que realiza es “La Vocación de San Mateo” y representa el pasaje donde Jesús
ve a un hombre llamado Mateo que era un cobrador de impuestos, se acercó a la mesa donde
estaba, y le dijo: Mateo, levántate y sígueme; Mateo, abandonando su vida pasada, se convirtió
así en uno de los principales apóstoles. La escena tiene una fuerte intensidad dramática, aunque
no llega a explotar la violencia, sino que lo consigue a través de la posición de las figuras y de un
fondo muy estudiado y sobre todo, con el lenguaje de la luz, que tiene simbología. En la
composición podemos ver dos planos muy diferenciados: la parte superior, que no tiene nada
más que pared y una ventana; y la parte inferior, en la que se desarrolla toda la escena, con siete
personajes que están divididos en dos grupos, justo en el momento en el que Jesús entra a lo
que parece que es una taberna, levanta su mano, señala a San Mateo y se lleva a cabo la vocación
de San Mateo. El grupo donde se encuentra el santo, a la izquierda del lienzo, es casi como una
escena de género sin ningún tipo de elementos espirituales ni místicos, coloca al protagonista
justo en el centro señalándose y es llamativo las indumentarias que llevan, pues Caravaggio los
viste con la indumentaria propia de finales del siglo XVI y principios del XVII. Con ello pretende
el acercamiento del público a los personajes. Para contrastar, coloca dos figuras a la derecha del
lienzo, que son Jesús y San Pedro, que está colocado de espaldas, y que visten acorde a su época,
con túnicas y descalzos. Existe un doble eco del movimiento del brazo de Jesús, por un lado, la
luz, una luz diagonal que sigue la proyección del dedo para impactar en la figura de San Mateo,
es la presencia de Dios materializada en la luz, quien en realidad llama a la vocación a Mateo. El
segundo eco está en la propia posición de la mano de San Pedro, que levanta la mano en el
mismo gesto que Jesús, aunque nunca a la misma altura, pues representa ese refuerzo de la
figura del papa como mediador entre dios y los hombres.
Caravaggio consigue con esta obra captar un momento de una rutina diaria en la que de la
manera más inesperada se interrumpe el acontecimiento para que ocurra un hecho milagroso,
daba pie a justificar los argumentos propios de la Contrarreforma de que dios es omnipresente
y que en cualquier momento puede acontecer un milagro.
Tenemos la imagen que se coloca justo enfrente, el Martirio de San Mateo, por el Cardenal Del
Monto, con una arquitectura en el fondo, con diversas figuras y la escena de que el Santo es
víctima de un asesinato. Casi toda la escena es la que se encarga de explicar el significado. La
verdadera protagonista se encierra en la masa, en el tumulto, porque por este tumulto Mateo
cae al suelo y es por esta caída por la que su verdugo tiene la posibilidad de atacarlo. San Mateo
no mira a su asesino, mira al Ángel para coger la palma, siendo el ángel siendo su propio regalo
que el solo puede ver. Si el tumulto se define por varias emociones de sorpresa y asustados, el
único que no está asustado sino agradecido es San Mateo. El ángel como ayuda para pasar al
otro lado.
Tenemos trece personajes y ocupa todo el espacio. Refleja el momento de la muerte de San
Mateo, que tuvo lugar en un templo donde había una piscina para bautismos, y según la
tradición todo el que entraba en esas aguas salía renovado espiritualmente. En el centro aparece
el agua, lo que justifica el desnudo de los personajes; toda la obra gira en torno a la figura del
santo, que ha caído vencido ante la muerte que le espera, pues su verdugo va a clavar la espada.
Todos los personajes que rodean esa escena parece que están sufriendo el efecto de una onda
expansiva, pues da la sensación de que salen despedidos hacia fuera. Hay dos personajes que
son especialmente llamativos, uno es el niño que huye de la escena; el otro, es un personaje que
aparece al fondo y casi pasa desapercibido, que es un autorretrato del pintor, y que está bien
iluminado.
Con esto ha querido hacer una representación simbólica de que estuvo tan presente en ese
momento, que su captación de la escena en esta obra es fidedigna. Podemos ver la agitación de
los personajes por la posición anatómica tan compleja que tienen, juega con las espirales, los
escorzos y todo ello fomentado por el dramatismo de la luz. La mayor crueldad se ha querido
ver en el gesto que tiene el verdugo y que se entiende mirando la parte superior del lienzo, ya
que no lo encontramos en el momento en el que clava la espada a San Mateo, sino cuando éste
le sujeta la mano y le niega la posibilidad de coger la palma del martirio que le ofrece el ángel
que baja de los cielos. Está personificando el pensamiento contra protestante. Es de las pocas
obras de Caravaggio en las que el ángel se suspende en una nube.
San Mateo y el Ángel
Termina con San Mateo y el Ángel, la imagen que demuestra la progresión de la evolución de
esta tela, y en realidad en ambas van sobre las escenas de la escritura, con un fondo oscuro
donde solo resplandecen los personajes principales. Tenemos una dirección diagonal que toca
tanto sus brazos como su rostro, y todo lo demás queda en oscuridad, para dar a entender que
ahí hay una falta de Dios. Le da más teatralidad.
Caravaggio realizó dos diseños, pero uno fue destruido en la II Guerra Mundial, sin embargo, el
primero fue rechazado e hizo una segunda representación que conservamos hoy en día. La
primera obra fue rechazada por el estilo, la composición y la relación de los personajes en la
escena; representa a un San Mateo como un anciano, dejado y con una túnica excesivamente
corta, que además sostiene el evangelio torpemente sin ser capaz de escribir. El ángel era un
adolescente y se interpreta que tiene una posición sensual y demasiado cercana al santo, lo que
no gustó para el altar.
Tuvo por ello que realizar la segunda versión, que si cumplía con el mensaje de la
Contrarreforma. La composición sigue una ligera diagonal ascendente hacia el cielo, donde
aparece el ángel. San Mateo ya no tiene esa mirada analfabeta, sino que es un anciano que
transmite cultura y serenidad en el conocimiento, tiene una anatomía que se intuye mejor
formada. En ángel enumera los acontecimientos, de ahí la posición de sus manos; todo el
conjunto demuestra más firmeza en el mensaje religioso a pesar del carácter de Caravaggio que
se deja ver en la inestabilidad del taburete, pero ni siquiera eso nos hace perder la percepción
de sobriedad del conjunto.
La conversión de San Pablo
Caravaggio interpretó a su manera la escena, parece que estamos en un espacio interior, pero
no queda muy claro, podría ser un establo. El caballo fue muy criticado, porque no era un caballo
de batalla, y lo coloca su zona trasera en primer plano. La Biblia describe esta escena de día, y
Caravaggio nos la muestra en plena penumbra, saltándose los cánones de cómo debería haber
sido reflejada la escena. Hay detalles que nos hablan de la capacidad de materializar lo
inexistente en la obra, se trata de la presencia de Cristo, que la materializa a través de los
espacios vacíos y de la luz. Pese a que el caballo ocupa la mayor parte del lienzo, se genera una
oquedad entre las patas del caballo y los brazos abiertos de San Pablo, donde se ha querido ver
la “presencia ausente” de Dios, que se refuerza con el foco lumínico que desciende de la parte
alta e incide sobre San Pablo, que yace en el suelo, pero no tiene una sensación de miedo, sino
que acoge con los brazos abiertos la luz; su rostro, recuerda más a un éxtasis que al miedo. Estas
dos obras son segundas versiones que realizó, pues las primeras versiones fueron rechazadas.
La obra anterior se complementa con la Crucifixión de San Pedro, que nos vuelve a enseñar al
mismo modelo de San José, con un San pedro mayor, anciano, pero muy musculoso y que tiene
los pies sucios. Con esos pies sucios nos habla que bienaventurados serán los últimos o los
perseguidos. Tenemos tres figuras en la penumbra que sujetan la cruz (el mismo pide que no lo
crucifiquen como Jesús), no hay sangre, no hay dolor, es su último momento antes de que lo
pongan boca abajo. Solo vemos el
momento en el que los dos
personajes hacen el esfuerzo de
colocarlo.
La cena de Emáus
En la Cena de Emaús, que las distinguimos de las siguientes por las manos y por el color rojo. En
realidad, desaparece del todo la escenografía de la habitación, es un fondo neutro con una mesa
en la penumbra, con dos apóstoles, el mesero y Cristo. Representa el momento en el que se deja
reconocer por Cleofás y donde vemos a San Pedro sentado en la silla, una silla en la que solo se
podían sentar los personajes ilustres de la época. Con la espalda de San Pedro se cierra el círculo
creando un ambiente de intimidad. Cristo bendice el pan, dándose cuenta Cleofás de quien es,
en cambio el mesero no. Nos está describiendo de nuevo una situación muy común, la clásica
mesa de la época, con la cesta del borde que nos da la sensación de tercera dimensión.
Este poder es el gran de dios y la iglesia. En la otra cena, la escena es diferente, con dos meseras,
una escena totalmente oscura fruto de su evolución personal y toda la escena oscura nos habla
de su situación personal. Ya no hay cercanía espiritual, donde solo puede comer un poco de
pan. La luz golpea las figuras, pero lo demás está en penumbra. La mayoría de los rostros se han
convertido en espectros, donde todo se ha congelado en un momento.
Es una de las más significativas de toda su trayectoria, pudiendo aplicar todas las características
de esta etapa, con la actitud, complejidad y la expresión de las emociones reflejadas en los
rostros de los personajes, además de los contrastes de luz, que nos lleva la atención a los
personajes que quiere destacar. En esta obra vemos como algo muy característico de
Caravaggio, como son las maravillosas mesas, con el detalle de todos los objetos representados
con gran minuciosidad, donde vemos unos bodegones o naturaleza muerta que nos refleja la
progresión en su obra. Aquí donde vemos el gran cesto de fruta que vemos en primer plano,
jugando con las perspectivas, se representa como si estuviera sobresaliendo de la mesa y del
propio lienzo, acercándose al espectador. La figura principal es la imagen de Cristo, que se sitúa
en el centro, representado con esa corriente del medievo, de Cristo buen pastor, adolescente e
imberbe. Destacan de nuevo los escorzos, la mano de Cristo señalando hacia delante rompiendo
con la profundidad.
El entierro de Cristo
Se ha querido ver un paralelismo con la imagen del Cristo de la piedad de Miguel Ángel respecto
a la composición de la anatomía perfecta, sin embargo, con el avance de su estilo elimina el
dramatismo de la sangre, llegando a ser imperceptibles las heridas en este cuerpo e incluso muy
sutilmente nos medió oculta la herida del costado con la mano de San Juan, el único que nos
narra en el Evangelio la laceración, y por lo tanto es el único que posa su mano en la herida del
costado. Esto nos hace saber Caravaggio era un gran conocedor de los textos religiosos.
La dormición de la Virgen
Fomenta el uso de un color que genera una atmosfera muy pesada y que nos aporta tristeza que
emana de la posición de los apóstoles y la Virgen, con un sentimiento de un hijo que ha perdido
a su madre. María Cleofás cae sobre sí misma y rompe en lágrimas, situada en un primer plano,
acercándose al espectador. Va a ser la obra más contundente de la producción de Caravaggio
en la que va a separarse por completo de esos cánones renacentistas y manieristas de cuerpos
bellos, hercúleos, modelos escultóricos, imágenes heroicas. La tela roja del fondo se va a
convertir en un recurso dramático y teatral para muchos pintores italianos y se va a usar en
muchos de los retratos de la pintura flamenca.
- Orazio Gentilleschi
- Bartolomeo Manfredi
- Carlo Saraceni
- Giovanni Batista Caracciolo
- Giovanni Serodine
- Artemisa Gentilleschi
- Caravaggistas de Utrecht
- Pietro de Cortona
Orazio Gentileschi parte de las corrientes manieristas y conoce de primera mano la obra de
Caravaggio, inspirándose en sus primeras etapas, donde vemos los fondos neutros sobre los que
las figuras tienen esa luz más directa. Es llamado a trabajar en la corte inglesa, con Carlos I de
Inglaterra, donde su estilo se fusiona con corrientes inglesas y aunque mantiene la calidad de
tejidos y la minuciosidad de sus detalles vemos una gran diferencia a las obras que hacía en
roma. Adoptan la luz de Caravaggio. uno de los temas que más tarde recuperara su hija mientras
estudiaba, antes de su agresión sexual, por lo que no sexualiza, ni agrede a los hombres.
Siguiendo la misma estética que la obra anterior, pero esta vez con un fondo de un paisaje
natural, a las orillas del rio. Esta formado por un cortejo de mujeres que acompañan a la reina
cuando se encuentra al niño en la cesta que baja por el rio Nilo y que ha llegado hasta la orilla.
Susana y los Viejos
Es su obra más conocida y bebe directamente de la obra de Caravaggio, aunque vemos rasgos
de la artista en un realismo más desgarrado si cabe que el de Caravaggio. La manifestación del
drama y el dolor está muy presente; los tipos humanos también son gente cotidiana.
Pietro de Cortona. Uno de los grandes, como Bernini o Borromini, tocó todas las artes. Usa
mucho el recurso del trampantojo, como en la cúpula de San Inés de …. o la Cámara de los
esposos de Mantenga?
Aunque la más importante es La divina providencia. Una escena central con cuatro laterales,
llena de soles y abejas, símbolos de los Barberini, ¿mostrando al papa dándoles la llave? como
una alegoría a cuando la familia subió de nivel, provocando el que Barberini se volviera Papa.
Las virtudes fortaleza, dos osos, un hipogrifo, un león por la perspicacia, su virtud militar, etc.…
Tardó mucho en hacerlo debido a que se encontraba haciendo otras dos obras. El culmen de esa
nueva perspectiva es Pietro da Cortona, con una escuela aparte, siendo el que va a llegar al
máximo de su expresión. Vemos una representación más movida de la escena, con un barroco
más acentuado, dando un mayor dinamismo elevando la visión hasta la quadratura,
enmarcando la escena de la alegoría de la providencia, aludiendo al poder del papado de los
Barberini, ya que en el centro vemos la coronación del escudo de las abejas.
Los seguidores de Carracci
Atalanta e Hipomenes
La influencia del estudio de la escultura clásica está muy presente en esta obra, pues parece que
estamos viendo un relieve clásico. La figura del hombre es hercúlea, mientras que la de ella,
responde a un canon de belleza de mujer del siglo XVII, más voluminosa. Intuimos la pesadez de
los movimientos y hay una V muy marcada por el cruce de diagonales. Esta obra es más
contenida y clasicista que la anterior.
FLANDES
Desde el periodo medieval, en la zona de los Países Bajos, no había habido ningún boom artístico
ni ningún nombre de artista importante ni con difusión en el resto de Europa. Vamos a salir de
esos primitivos flamencos, que son el final del periodo medieval y tendremos que esperar hasta
finales del siglo XVI para que empezara a extenderse nuevas corrientes artísticas que emanaban
de la propia problemática histórica que tenía esa provincia; y es que los Países Bajos se quedan
divididos en dos: al Norte, después de la paz de Westfalia, que va a conllevar la aprobación de
la libertad de credo, se impone el protestantismo, que tanto marcó las corrientes artísticas de
Centroeuropa. Sobre todo, porque llevó a que Holanda se convirtiera en un área de mucha
bonanza económica, ya que se fomentó el comercio internacional, que conllevó el auge de una
burguesía poderosa con un gusto artístico arrastrado del periodo medieval. Esto hizo que
hubiera un amplio abanico de artistas que trabajaban allí pero que se sometían a los gustos de
esa burguesía, que va a pedir pinturas sobre todo de género, bodegones, paisajes y retratos.
La zona sur, Flandes, abarcaría lo que hoy día es Bélgica y Luxemburgo, y va a mantenerla religión
católica, siguiendo fiel a la política de los Austrias, dirigidos por los reyes españoles y con capital
en Amberes. En las dos áreas vemos una apuesta firme por la adaptación de los gustos del arte
barroco internacional, que llegaba con corrientes más progresistas de la zona italiana, pero
también con corrientes vinculadas al paisaje y la creación de atmosferas de la zona francesa. Por
tanto, las características que van a tomar las obras son: el movimiento dramático de las figuras,
la exaltación, el dinamismo, etc., si hablamos sobre todo de Rubens; y si nos vamos a la pintura
de género, el intimismo, composiciones más sencillas y que vamos a encontrar contrastes
lumínicos que llegan a la zona holandesa gracias a los Caravaggistas de Utrecht. Se convierte en
uno de los hitos más importantes de la pintura del siglo XVI, y adquiere unas características
particulares, por la influencia medieval que ya traía.
RUBENS
• Influencias:
- Miguel Ángel: monumentalidad de los cuerpos y composiciones dramáticas.
- Venecia, Tiziano: color, pincelada, gusto por la mitología y los desnudos.
- Carracci: grandilocuencia y teatralidad.
• Características:
- Dinamismo, movimiento de las figuras y composiciones.
- Colorido intenso y cálido.
- Exuberancia de las figuras, hombres musculosos y mujeres carnosas y
sensuales.
• Cultivó de todos los géneros:
- Pintura religiosa: composiciones grandiosas y teatrales que conectan el
sentido triunfal de la contrarreforma.
- Pintura mitológica: pretexto para introducir desnudos dinámicos y actitudes
teatrales movidas.
- Retrato: retrato cortesano en el que más que la psicología del personaje cuida
el vestido y escenario como símbolo de su categoría social.
- Paisaje: revaloriza la vida rural con juegos de luces dramáticas y una naturaleza
movida.
Con obras como Hero y Leandro, que no produce miedo. Aunque su obra capital es el Rapto de
las hijas de Leucipo, que podría ser El rapto de las Sabinas. Nos describe un momento con tres
perfiles, con un ….. de Castor y Polux frente a las hijas de Leucipo, pero no se parecen en nada,
de ahí la idea del otro título. Uso gamas de colores muy potentes.
En las mitológicas está también, (Batalla de las Amazonas) con paisaje importante en el fondo.
O las Tres Gracias, que muestra castidad e inocencia, aun si eran la imagen de la belleza ideal y
la sensualidad, siendo las tres hijas de Zeus, Aglaya ('Belleza'), Eufrósine ('Júbilo') y Talía
('Abundancia'). Cambia la relación entre ellas, abrazadas y felices, unidas por un velo que no
oculta nada. Composición triangular, con la de en medio de espalda, ……., enmarcadas entre un
árbol y la cornucopia. Retratando a sus dos mujeres.
Altar Mayor de Santa María In Vallicenlla
El niño está como foco de luz de la pintura, siendo este quien ilumine la fe. Vemos la influencia
directa de Miguel Ángel con los cuerpos monumentales y voluminosos y, a su vez Caravaggio,
con la naturalidad del pie sucio de uno de los personajes. Los colores son muy venecianos, con
una sensación de metalizado en los brillos de las telas y por último una tradición más flamenca
de los detalles que aparecen en la pintura. En la ampliación nos incorpora dos personajes
semidesnudos que nos recuerdan a Rafael, incorporando además un autorretrato en el lado
derecho. La diagonalidad barroca está acentuada, junto a la composición de los personajes que
conforman la escena.
Elevación de la Cruz y el Enterramiento de Cristo
Retrato de un hombre
En 1600 sale de Amberes y se marcha a Italia. En primer lugar, se dirige a Mantua, donde entra
a trabajar al servicio del Duque de Mantua y se convierte en pintor de la Corte de Mantua.
Suposición allí le permite conocer la rica colección que tenían los duques, formarse en los
grandes maestros del Renacimiento y entrar en contacto con las nuevas corrientes barrocas de
Aníbal Carracci y Caravaggio, que estaba extendiéndose por Italia. Los duques de Mantua no
solamente le dan trabajo como pintor, sino que también por su formación tan culta, lo meten
dentro del cuerpo diplomático, y en 1603 lo mandan a España para que entregue unos regalos
al rey Felipe III de España y al Duque de Lerma. Cuando viene a España, realiza esta obra para el
Duque, en la que el éste se quería ver reflejado como los grandes monarcas. Rubens genera una
interpretación diferente, pues se aparta de la representación tradicional que se hacía en este
tipo de pinturas a partir de la obra de Tiziano del Retrato Ecuestre de Carlos V. Se da un escorzo
más barroco, donde tanto el caballo como el caballero miran al espectador. Lo viste con grandes
ropajes. El paisaje es totalmente veneciano, enmarcando la figura del duque. Coloca al fondo
una escena de batalla.
Con los retratos de Ana de Austria, donde aparece con la corona de Francia y otra ya como
regente de luto. Un gran escote con un gran cuello, con vestidos que llevan debajo un paniers
(dos cestas de mimbre en la cadera para abultarla).
El ultimo retrato es el de Felipe IV, en los momentos de los inicios de su reinado. Lo primero que
vemos es que la golilla no es totalmente circular, sino en punta. Lleva todos los elementos de la
consigna española, en la manga lleva brahones (mangas acuchilladas), que hace juego con las
insignias del poder y los botones de oro. Lleva la mano sobre la empuñadura y delante del
cortinaje rojo (típica construcción escenográfica del Barroco).
La segunda mujer de Rubens, un retrato sensual pero que sigue denotando inocencia que solo
despierta castidad. Le ha dedicado muchas representaciones a su mujer.
No podemos dejar Flanes sin olvidarnos de dos figuras muy importantes, como la de Brueghel
el Viejo con su obra la Vista, o Antón Van Dyck. Este último, esta especializado en retratos,
siendo mas que un autor de pasada. En el retrato de Carlos I de Inglaterra se le representa a
caballo, con el bastón de mando entrando por debajo de un arco del triunfo con cortinaje verde.
Al lado aparece el escudo real y va acompañado. En el segundo retrato aparece menos formal,
con la pose a lo Donatello, vestido de campo con las botas altas y la chaqueta con la banda del
mando y con sombrero. Vemos que el está en una parte del cuadro, no está en el centro, donde
el protagonista es más el caballo, ya que es un cuadro no institucional. Destacamos los recursos
manieristas, con la expresión desenfada y el paisaje natural. De Jacob Jordaens le gustaban más
los paisajes desenfrenados y divertidos, relacionados con los vicios.
HOLANDA
Se acaba de separar de España, donde mantenía y reforzaba su fe protestante con una favorable
economía. Donde el arte resalta sobre todo sus valores nacionales. Rembrandt era un gran
humanista que destaca por su etapa creativa. En sus retratos siempre destaca con sinceridad
sus características a lo largo de su vida. Ha sido recibido con admiración donde destaca en los
temas bíblicos.
Es sin duda uno de los grandes maestros barrocos de la pintura, con una repercusión muy
notable, tanto en su vida como ya en su fallecimiento. Fue un hombre de una tremenda
originalidad creativa, perdurando por muchos años. Nació en Leiden, ciudad próspera gracias a
su industria textil, vino al mundo entre una familia de humildes trabajadores, esto lejos de ser
para el un obstáculo, fue un motivo mayor para una aplicación en el trabajo. Era un hombre de
una inagotable actividad, de naturaleza regia, comenzó a matricularse en la Universidad de
Leiden, pero al ser su dedicación, potencia sus estudios artísticos.
Nos encontramos con una imagen del cuadro de La Lapidación de San Esteban o Martirio de San
Esteban. Fue realizado por Rembrandt en el año 1625, siendo esta obra perteneciente a la
pintura barroca de los Países Bajos.
La Lapidación de San Esteban es la primera obra conocida con fecha exacta de Rembrandt,
pintada en Leiden bajo la influencia de Pieter Lastman, su maestro. Como pintor de historia,
Rembrandt debe mostrar el mayor número de posiciones posible, así como la inserción de la
figura en el espacio a través de los paisajes y las arquitecturas. En este caso, se pone de
manifiesto la facilidad del joven pintor para transmitir todas las exigencias demandadas. El santo
se sitúa desplazado hacia la derecha, arrodillado, esperando su martirio. A su alrededor
encontramos a sus verdugos, observando la lapidación desde diferentes posturas los sacerdotes
y los militares, éstos a caballo ocupando una zona ensombrecida. La luz impacta de lleno en san
Esteban y los hombres que le lanzan las piedras, resaltando sus gestos y expresiones, mostrando
un amplio catálogo de reacciones humanas. Las figuras ocupan toda la superficie de la tabla,
destacando sus anatomías escultóricas y sus músculos en tensión. El movimiento y el
dramatismo de la escena, elementos típicos del barroco, están en su momento culminante a
pesar de tratarse de una obra juvenil. Rembrandt se presenta como el pintor más capacitado
de su tiempo y promete obras inolvidables como La lección de anatomía o La ronda de noche.
San Pablo en Meditación o en el Escritorio
Nos encontramos con una imagen del cuadro de La Lección de Anatomía del Doctor Nicolaes
Tulp. Fue realizado por Rembrandt en el año 1632, siendo esta obra perteneciente a la pintura
barroca de los Países Bajos.
Es la demostración de una disección de un cadáver. Esta obra fue la que hizo impulsar la fama
del artista. Excelente retrato de grupo encargado en 1632 por el doctor Nicolaes Tulp, en el que
aparece representada una lección pública de anatomía, costumbre habitual en aquellas fechas
para demostrar la sabiduría de Dios al crear al hombre. Vemos al doctor Tulp con su sombrero,
reflejo de su cargo, con unas pinzas en la mano derecha, mostrando a sus alumnos la disección
de un brazo, los tendones y los músculos. El cuerpo del muerto en el que se realizan las prácticas
es el de un conocido criminal ajusticiado; detrás de él se sitúan siete alumnos del doctor que
escuchan atentamente la lección, destacando el realismo de las figuras a través de sus
expresiones: sorpresa, entusiasmo, atención... Las miradas de cada una de las figuras hablan
por sí solas y hacen que el espectador se sienta protagonista también de la escena y se integre
en la lección, ampliando así el aula de Tulp a la sala donde se expone el cuadro. Las figuras
apiñadas en torno al cadáver suponen una novedad, ya que, en los retratos de grupo anteriores,
se pintaba a las personas en fila; al colocarlas así, Rembrandt ofrece una mayor sensación de
realismo. El pintor está interesado en los contrastes lumínicos que provoca una luz potente y
clara, que ilumina unas zonas y deja en profunda sombra el resto del espacio, según indicaba la
teoría tenebrista que trabajaba por estas fechas. El colorido oscuro también es característico de
la técnica tenebrista, pero además hay que destacar la austeridad cromática de los trajes de
aquella época, animada por los cuellos y puños blancos. Los detalles de los cuellos y los ropajes
o los libros demuestran la altísima calidad del artista, que triunfa en Ámsterdam gracias a estos
trabajos.
En la otra lección de anatomía, es totalmente diferente. Vemos que es una confrontación para
el examen. El esqueleto se coloca en el centro, y el profesor es quien lleva el sombrero y todos
los demás son barberos y van vestidos según la moda protestante de la época. En otra lección
vemos el cuerpo ya abierto, donde estudia el cerebro, y su ayudante tiene en mano la bóveda
cranica. Esta nos recuerda al cristo yacente de Manteña. Suele siempre acompañarse con el
gremio de los pañeros por la similitud de vestimenta y por la diferencia de perspectiva. Al ser
todos oficiales, todos llevan sombreros.
La Ronda de Noche
Nos encontramos con una imagen del cuadro de La Ronda de Noche. Fue realizado por
Rembrandt en el año 1642, siendo esta obra perteneciente a la pintura barroca de los Países
Bajos.
La escena se desarrolla al aire libre, pero no de noche como pone en el título, sino que se
oscureció con el paso del tiempo y por eso tiene en la actualidad ese aspecto nocturno; de
hecho, hasta el siglo XIX no se la conoció como La Ronda de Noche, sino como La Milicia del
capitán Frans Cocq. La representación de retratos de grupo en los que aparecen milicias era
habitual en Ámsterdam por aquellas fechas, pero ninguno supera a esta obra por el realismo
con el que está pintada, captando a la perfección los rostros y las actitudes de todos los
personajes, en una sensación de movimiento y de vida muy difícil de superar. Los juegos de luz
y sombra recuerdan la influencia del tenebrismo de Caravaggio, remarcado aún más por el
oscuro colorido de los trajes, a excepción del hombre vestido de rojo en la izquierda y del color
blanco de cuellos y puños. También hay que destacar cómo resbala la luz sobre los elementos
metálicos, que ofrecen así mayor sensación de realismo. El pintor está en estos momentos muy
interesado en destacar los detalles, como observamos en la banda roja del capitán, la casaca del
alférez o el vestido de la niña que aparece al fondo. Pero las figuras que vemos en segundo
plano están más difuminadas y dan la impresión de que existe aire y polvo entre las figuras. A
pesar de ser una obra maestra, cuando fue presentada en Ámsterdam tuvo una fría acogida por
parte de la crítica; si a esto añadimos la muerte de su esposa, Saskia, comprenderemos por qué
el año 1642 no fue nada bueno para el pintor, que iniciaba entonces un período de cierta
decadencia.
Sansón cegado por los Filisteos
Nos encontramos con una imagen del cuadro de Sansón cegado por los filisteos. Fue realizado
por Rembrandt en el año 1636, siendo esta obra perteneciente a la pintura barroca de los Países
Bajos.
Es una obra brutal en todos los conceptos del término. Rembrandt va a realizar en esta década
de 1630 una serie de obras religiosas, además de los retratos que le van a dar fama y dinero. En
estas escenas religiosas va a acentuar el dramatismo y la violencia, interesándose por el
movimiento y los escorzos, como ocurre en este caso. Sansón era un israelita dotado de una
gran fuerza sobrenatural. Se casó en dos ocasiones con mujeres filisteas, pueblo que era claro
enemigo de los suyos. La segunda de ellas, Dalila, descubrió el secreto donde residía la fuerza
de Sansón: en su cabello. Así que no dudó en cortárselo, momento que fue aprovechado por
los filisteos para cegar y encadenar a Sansón. Este es el instante elegido por el artista para
reflejar en la obra, viendo a Sansón iluminado por la luz al ser la figura principal, tumbado en el
suelo por un filisteo, momento éste que aprovechan los otros para encadenarle y cegarle. Al
fondo, Dalila se marcha con la cabellera en la mano izquierda y las tijeras en la derecha. La
violencia de la escena está ratificada por el gesto de dolor de Sansón y por el rostro desencajado
del filisteo de la derecha. La luz vuelve a ser la principal protagonista de la composición ya que
procedente de la izquierda, ilumina a Sansón de lleno mientras que en los filisteos que le rodean
solamente resbala por sus cascos y sus armaduras. Lo mismo ocurre con Dalila mostrándose su
rostro de pavor, totalmente consciente de lo que ha hecho y de lo que está observando. Este
uso especial de la luz la aprendió Rembrandt de los Caravaggistas de Utrecht, quienes
extendieron el tenebrismo por el norte de Europa. Interesa también destacar la especial
atención dedicada por el artista a los detalles, tanto de las armaduras como de las telas.
Retrato del profesor menonita Cornelis Claesz Anslo y su esposa, ella lleva una cofia de encaje
y paño, usando como muestra de su posición social, ya que cuanto más blanco sea, más alta es
su posición, ya que debían limpiarla mucho. Los libros de Becerro, dando a entender su posición
social y como erudito, Detrás un candelabro de la que viene la luz y una puerta en el fondo,
mostrando solo una parte del cuarto, con un mantel cubriendo la mesa, aunque este mantel
parece más bien una alfombra, con el fin de mantener caliente la casa.
La novia judía, sólo los ricos podían mantener el color de los vestidos, mostrando el encaje y las
joyas que la cubren. No se sabe si la intención es advertir de no ser una novia necia, pero solo
esta una, lo que es raro en esta tipología.
Se dedican a una tipología de retratos de Holanda, llamados los Tronies. La famosa joven de la
perla sea un tronie, siendo en realidad una representación exótica. Es algo que solo
encontramos en el siglo de oro de Holanda, unos estudios de la expresión y la fisionomía para
representar realísticamente la realidad de las figuras.
Fran Hals
Frans Hals manifestó durante su vida una tremenda audacia y un gran coraje que empaparon
sus propios lienzos. Tenía la capacidad de plasmar la psicología del personaje. A diferencia de
otros retratistas contemporáneos, no diferenciaba en su pintura si era por encargo o no.
Utilizaba la misma diligencia y precisión en cualquiera de sus obras.
"Una inusual manera de pintar que superaba a la de casi cualquiera" escribió su primer biógrafo,
Theodorus Schrevelius, en el siglo XVII, sobre su técnica pictórica. En realidad, esta técnica no
fue creación original de Hals, ya existía en la pintura italiana barroca, aunque probablemente
Hals la tomó de sus contemporáneos flamencos: Rubens y Van Dyck.
A comienzos del siglo XVII, ya sorprendía la vitalidad de los retratos de Frans Hals. Schrevelius
apuntaba que su obra reflejaba "tal potencia y vida" que el pintor "parecía alcanzar el natural
con sus pinceles". Siglos después, Vincent van Gogh escribía a su hermano Theo: "Qué alegría es
ver a Frans Hals, qué diferente son sus pinturas -muchas de ellas- donde todo está
cuidadosamente alisado del mismo modo".
Hals eligió no darle un acabado definido a sus pinturas, como hacían casi todos sus
contemporáneos, pues imitaba la vitalidad de sus retratados usando manchas, líneas, gotas,
grandes parches de color, que conformaban los detalles.
Mostrándose lo más elegante y alegre posible. Algo así lo veremos en la pintura inglesa más
adelante. La singularidad de este cuadro estriba en que fue el único con el tema de los esposos
en un paisaje, muy habitual en la pintura flamenca como es el caso de Rubens o Rembrandt.
Tanto el tema como el entorno hizo difícil su atribución a Hals, que hoy es unánime. Algunos
estudiosos identifican las figuras con un autorretrato del pintor con su segunda esposa Lysbeth,
pero no se puede asegurar con fidelidad. Podría ser también una pintura de encargo por un
matrimonio de la ciudad o modelos desconocidos, que era técnica común en la pintura
académica, como cuadro de género. Hoy se identifican con Isaac Massa y Beatrix van der Laen.
¿Los tres mosqueteros? Ya que por ese entonces la gente pedía sus retratos con el fin de
colgarlos en casa y mostrar lo bellos que son a las visitas. Retratos populares, al natural,
expresivos, realizando acciones cotidianas.
La milicia cívica de San Jorge o Banquete de Arcabuceros
Intenta retratar la psicología del individuo individualizando, pero sin crear protagonistas,
mostrando una gala, su vitalidad y expresividad. Estos dos lienzos son de los más destacable de
los ocho retratos colectivos que atesora el museo Frans Hals de Haarlem. Representan escenas
de banquetes de dos de las milicias cívicas de la ciudad, con las que el pintor estaba muy
relacionado. Muestran el poderío y bonanza económica que vivía la ciudad. Estos aspectos son
simbolizados, además de por el carácter afable de sus miembros, por el hecho de que se
encuentren inmortalizados durante un banquete. El retrato de grupo es la gran aportación del
genio holandés y no tenía precedentes en la retratística de la época. La luz de los lienzos destaca
los rostros y las manos con la intención de hacer más notorio los gestos de sus figuras. El juego
de luces, tomada del exterior, sirve para contrastar la sobriedad de los ropajes de estas
asociaciones cívicas de carácter puramente calvinistas. Destaca también la posición de las
figuras, de forma manierista y que van más allá de las meras personas sentadas en torno a una
mesa. El segundo de ellos también es conocido con el nombre de El banquete de los oficiales del
cuerpo de arqueros de San Adrián.
Tratan sobre la caducidad de la vida, destacando el blanco y negro, junto con el claroscuro. Son
dos de las últimas grandes obras del pintor, pintadas por Hals, siendo ya octogenario. Es fácil de
adivinar la impronta de decadencia, vejez y muerte en los lienzos, que puede reflejar su propia
decadencia o incluso el desengaño del autor con la sociedad que permitió su propia penuria
económica. A diferencia de otros cuadros colectivos, Hals usa colores primarios, básicamente
negros y blancos, meramente extendidos por el lienzo sin pinceladas de precisión. Usa más que
nunca el claroscuro al estilo de Caravaggio. Son curiosas las posiciones y la actitud tanto de los
rectores como de las rectoras, adoptando formaciones desordenadas y mostrando falta de
entendimiento con las miradas dirigidas a objetos dispares.
Stephanus Geraerdts e Isabella Coymans. Aun por separado, trata sobre una pareja, ella lleva
un jugón y una doble falda todo con encaje, mientras el hombre también muestra su ropa con
encajes, demostrando su poder adquisitivo.
La cíngara
Jan Vermeer
Prácticamente olvidado durante dos siglos, a partir de mediados del siglo XIX la pintura de
Vermeer tuvo un amplio reconocimiento. Théophile Thoré contribuyó a la consagración de
Vermeer con unos artículos periodísticos muy elogiosos. Actualmente es considerado uno de los
más grandes pintores de los Países Bajos. También es particularmente reconocido por su
maestría en el uso y tratamiento de la luz.
• Cuadros de mujeres
El cuadro Muchacha leyendo una carta, pintado hacia 1657 y, por lo tanto, en la primera fase
de Vermeer, muestra a una mujer con una carta, que determina la acción en el cuadro. El
elemento de la carta fue retomado por Vermeer en otros cuadros. En este, la muchacha está
situada en el centro del cuadro, con una carta en la mano, delante de una ventana abierta. En el
lado derecho se ve una cortina, en primer plano una mesa. La mujer está representada de perfil,
pero el observador puede ver su cara en un reflejo en la ventana. Que la carta sea posiblemente
de amor se puede leer en detalles, como la fuente llena de manzanas y melocotones, en relación
con la historia de Adán y Eva. La cortina del primer plano puede reforzar esta idea, ya que está
abierta en señal de revelación, pero también puede tratarse de un elemento de la composición,
empleado a menudo por Vermeer. En la mayoría de las representaciones de mujeres de
Vermeer, la moralidad tiene un papel importante. Incluso en los cuadros de mujeres tocando
música aparece el tema.
Es una escena de la vida cotidiana, donde se presenta a una mujer trabajadora. En este caso
Vermeer quería poner a la mujer como un ser fuerte y que da ejemplo. Este cuadro tiene
realismo, teatralidad y dinamismo y está hecho con un contraste de luces y sombras. Es un óleo
sobre lienzo y los trazos son finos.
• Paisajes Urbanos
Vista de Delft, se pintó hacia 1660 o 1661. Vermeer lo realizó probablemente con ayuda de una
cámara oscura desde un piso alto. La altura de su punto de vista queda patente sobre todo en
las figuras de la esquina inferior izquierda. El cuadro muestra una vista de la ciudad con el río
Schie en primer plano. Vermeer ordenó los elementos arquitectónicos en el cuadro paralelos al
borde del lienzo, al igual que hizo sus demás cuadros y al contrario que otros pintores, que
intentan transmitir la vida interior de la ciudad con calles que se adentran. Además, colocó en
primer plano dentro de la composición un área triangular de la orilla del río. Este elemento, que
fue introducido en la pintura por Pieter Brueghel el Viejo, ha sido empleado con frecuencia,
como por ejemplo en el cuadro Vista del Zierikzee de Esaias van de Velde. Vermeer empleó para
colorear el paisaje sobre todo colores ocres y marrones. Sobre los edificios en la sombra en
primer plano y los cascos de los barcos colocó puntos de color para representar la estructura de
juntas y las incrustaciones. La luz, que se introduce entre las nubes, ilumina sobre todo los
edificios que se encuentran al fondo y la torre de la Nieuwe Kerk. Con esta iluminación de la
torre de la iglesia, Vermeer quería probablemente hacer una declaración política.
• Alegorías
Johannes Vermeer pintó además de sus cuadros realistas, que tratan habitualmente de asuntos
banales, dos alegorías en las que personificó temas abstractos y tomó posición a través de
símbolos y referencias. Los cuadros llevan por título Alegoría de la fe, pintado entre 1671 y 1674,
y Alegoría de la pintura o El arte de la pintura. En ellos Vermeer se basó en el conocimiento de
Cesare Ripa de la iconografía.
El arte de la pintura (Alegoría de la pintura), es una famosa obra del pintor holandés Johannes
Vermeer. Está realizada al óleo sobre lienzo y mide 120 cm de alto y 100 cm de ancho, por lo
que es la tercera obra más grande dentro de la producción conocida de este artista, después de
las obras jóvenes "Cristo en la casa de Marta y María" y "La alcahueta". Se conserva en el Museo
de Historia del Arte de Viena, Austria, donde ha estado expuesta desde que fue recibida por el
gobierno austriaco en 1946. En neerlandés es conocido como De Schilderkunst o Allegorie op de
schilderkunst. Este cuadro también es conocido con el título de El estudio del artista.
Muchos expertos de arte creen que la obra es una alegoría de la pintura, de ahí el título
alternativo de este cuadro. Es el más complejo de los cuadros de Vermeer y según los críticos,
una de las obras más logradas del pintor, si no la mayor composición, trabajando en ella durante
varios años. Se deduce que es un autorretrato de espaldas. La figura femenina, representando
a una musa, se ha propuesto como la hija del pintor, Maria Vermeer.
La pintura es famosa por ser una de las favoritas de Vermeer, y un buen ejemplo del estilo óptico
de pintura. Creado en una época sin fotografía, ofrece una representación visual realista de la
escena y es, se supone, una muestra del uso de la cámara oscura.
La pintura tiene solo dos personajes, el pintor y su modelo. Se cree, pues, un autorretrato del
artista, aunque no resulta visible su cara. Viste con lujo, lo mismo que hizo Rembrandt en El
pintor en su estudio. El traje es similar al que viste otra figura de un cuadro que se supone que
es también autorretrato de Vermeer, "La alcahueta". La vestimenta lujosa subraya la idea de
que el pintor no es un mero artesano sino ejecutor de un trabajo distinguido. Una serie de
objetos que se muestran en el estudio del artista se ha inferido que están fuera de lugar. El suelo
de mármol ajedrezado y el candelabro dorado son dos ejemplos de objetos que normalmente
estarían reservados entonces para casas de las clases pudientes, por lo que se consideran
idealizados. El mapa del fondo es de las Diecisiete Provincias Unidas de los Países Bajos (Bélgica
y Holanda unidas, antes de la separación política y religiosa), flanqueado por vistas de los
principales centros de poder.
El tema es la musa de la historia, Clío. Esto se evidencia en que luce una corona de laurel,
sostiene un cuerno (que representa la fama, como encarnación de la celebridad) y lleva un libro
(representando el conocimiento), según el texto del siglo XVI de Cesare Ripa sobre emblemas y
personificaciones, titulado iconología. El águila de dos cabezas, símbolo de la dinastía austriaca
de los Habsburgo y anteriores dirigentes de Holanda y entonces reinantes en Flandes, que
adorna el candelabro dorado central, puede haber simbolizado la fe católica y la unión de los
Países Bajos. Vermeer era católico converso por matrimonio en una Holanda
predominantemente protestante. La ausencia de velas en el candelabro se supone que
representaría la supresión de la fe católica. Hay discrepancias sobre la interpretación política y
confesional sobre esto, sin embargo. Como corresponde a una alegoría, la luz natural se
convierte en luz glorificadora, a través del recurso de la luz intensa que proviene de una ventana
invisible, a la izquierda, y que cae directamente sobre la modelo personificando a la musa, que
el pintor pinta.