Está en la página 1de 86

GEORG HENRIKVON W RIG H T

g a n zl9 1 2
U N ENSAYO DE LOGICA
DEÓNTICA Y LA TEORIA
GENERAL DE LA ACCIÓN
ip.
¡U

A a : A A
Y r Y
P ite Y
Y . T
i Y
A
y
A
Y
A
Y
A y Ay A A
y
A A
IP lfc Y Y
to w AA A A A
Y Y Y Y Y Y
Ñ’vv.'.i>■•i'. .
. j t o -¡ -
A. A y A A A A
Y Y Y Y Y
£íY'-.< .A A A
r t e AY Y Y Y
-
' '*+,
j§g£Íj&jp£'¿
rr
7Y-Y ..'.'''j.

INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOSOFICAS


UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO
^5-, ’ .
CUADERNO 33
p5§te>:;te
lá te te ■
k¡k>
UN ENSAYO DE LÓGICA DEÓNTICA
Y
LA TEORÍA GENERAL DE LA ACCIÓN
B iU N fX
Fermín Calbetón. 30
Tel. 4 2 0 9 30

DOXVOSZm
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOSÓFICAS

Colección : C uadernos
Director : F ernand o S a lm er ó n
Secretario : J av ier E squive !
Ediciones : M argarita M . V aldés
Titulo original ■-l
An Essay ¡n Deontíc. Logic and the General Theory of Action

. Primera edición en inglés publicada en 1968


jr. por Sodetas Philosophica Fennica-Helsinki
■V'."
*

Distribuida por

North-Holland Publishing Company .


Amsterdam
*

' Primera edidón en espaftol: 19)6 CONTENIDO

Págs.
PREFACIO 7

CAPITULO I. Algunos sistemas de lógica deóntica 11

1. Distinción entre tres grupos de conceptos: nociones deon-


- tológicas o normativas, nociones axiologicas o . de valor y
nociones praxiológicas. Axiologiá y deontologia como ramas
;de :la praxiologia o de una teoría general de la acción.
2. ;Lógica deóntica originada a partir de la observación de una
analogía- entre los cuantificadores, las modalidades y las no-
- ciones normativas.
3. El lenguaje formal de los cálculos deónticos. La lectura de
las fórmulas deónticas. La naturaleza preposicional de las
- variables. Las- frases “está permitido (es obligatorio) que” -
y ‘‘se le permite (se lo obliga) a procurar que”.
’4. U n sistema axiomático de lógica deóntica. La cuestión de
la jnterdefinibilidad de los operadores deónticos “P" (para
permisión) y “O” (para obligación).
- 5- Observaciones acerca de la metateorla del sistema axiomá­
tico. La noción de un'constituyente deóntico de una fórmula
y de uña tautología deóntica. Procedimientos de decisión.
Cómpletitud del sistema.
g a n zl9 1 2 6. Algunos rasgos' contraintuitivos del sistema. La paradoja de
• Ross. La noción de una permisión de libre elección.
. 7. Lógicas deónticas monádicas y diádicas. Definición de los seis
.conceptos de permisión condicional. La permisión condido-
nal como una relación de altematividad entre mundos posibles.
- D-R.© 1976, Universidad Naaonal Autónoma de México' 8.. Definición de los correspondientes conceptos de obligación.
La noción de restrictor ae la libre elecdon.
Ciudad Universitaria. México 20, D. F. - 9. La noción de verdad lógica en. la lógica deóntica diádica.
Observaciones acerca del prindpio “P(t /t) ”. ¿Es esta una •
D irección G eneral de P ublicaciones proposición sintética, una metanorma, o una verdad concep­
tual (lógica) ■? Observaciones acerca del principio "O (p/q) ->
' Impreso y hecho en México P(PN)"-
3
CONTENIDO 5
4 GEORG HENMK YON WRIGHT
11. Distinción entre estado de cosas qúe están y estados de cosas
10. Los sistemas monádicos de lógica deóndca como, "casos li­ que no están dentro del control del agente. Redefinición
mite” de los sistemas diádicos. Los dos tipos fundamentales. . de la noción de una acción total. Una persona puede dejar sin
de sistemas monádicos. La concepción de las fónnulas mo- cambiar sólo aquello que podría haber cambiado y dejar que su­
nádicas como "imperativos”. ceda sólo aquello que también podría haber evitado.
11. Revisión de las paradojas. Las paradojas se deben a una 12. Distinción entre determinismo ondeo y epistémico. El árbol
i confusión, en el plano intuitivo, entre diferentes conceptos-P de la vida en un universo con diversos grados de deterninis­
y conceptos-O. mo (indeterminismo).
12. ' Relaciones de fuerza lógica entre los distintos conceptos-P
. y los distintos conceptos-O. Sistemas "combinados” de lógicá
. deóntica. Esbozo de un sistema que parece ocupar una posi­ CAPITULO III. Lógica deóntica de la acción .................. 69
ción de privilegio desde el punto de vista de nuestra- com­
prensión intuitiva de los conceptos de permisión y obligación. 4 1. La permisión como posibilidad deóntica. Nuestra noción
de posibilidad deóntica como “almagama” de la noción de
lo que una persona puede hacer (legítimamente) y la no­
CAPITULO II. Elementos1de una lógica de la acción . . . . 43 ción de las oportunidades para la noción que puedan existir,
(legítimamente).
1. Estados de cosas y acciones en tanto contenidos de las ñor- - 2. Relación entre las modalidades deónticas y lógicas. Crítica
mas. Distinción entre reglas ideales (normas) y reglas de al punto de vista dé que solamente las cosas lógicamente
' i acción: Seinsollen y Tunsollen. La necesidad de una lógica contingentes pueden ser contenidos de las normas.
deóntica de las acciones. 3. Relación entre las modalidades deónticas y naturales. Consi­
2. Definición de acción como producir y evitar cambios en el \ deraciones acerca de siete casos de superposición y no super­
mundo (naturaleza). Actos y actividades. Comportamiento. posición de ramas de un árbol de la vida deóntico y natu­
Acción y omisión. ralista. La idea de que "deber” implica "poder”. Los argu­
3. Una lógica de la, acción presupone una lógica del cambio. mentos para aceptarla son de naturaleza axiológica.
La noción de un estado de cosas. Estados genéricos e in­ 4. La derivación de un árbol de la vida deóntico a través de
dividuales. un proceso de "poda” de otro árbol de la, vida. Los dos casos
4. La suposición del atomismo lógico. Su utilidad heurística. ' extremos de normas que son derivables de principios supe­
La suposición del carácter discreto del tiempo. La noción ./' < riores y de normas que son puramente convencionales. Nor­
de una historia. El- cálculo-T. mas técnicas y reglas de un juego como ejemplo. La relación
5. La naturaleza de una acción está determinada por. el resul- í de las normas con la verdad.
tado de la acción en el escenario de la situación para actuar 5. Cómo la acción es relativa a una oportunidad, las normas
u oportunidad para esta acción. . . •. de la acción tienen que ser expresadas en un cálculo deón­
6. El elemento contrafáctico contenido en la acción. Acción e tico diádico. Esbozo de un cálculo combinado de operado­
intencionalidad. El cálculo-/, una contrapartida formal del res monádicos y diádicos.
cálculo-T. El cálculo-T/. r J 6. La noción de una "calda”. Después de una "caída” una
7. Los modos elementales de la acción y la omisión. La noaón ~ < persona puede quedar sujeta a un nuevo orden normativo.
de. una acción total. Una sucesión de acciones totales cons-1 Imperativos Contrarios-al-Deber. Un cálculo deóntico diádico
tituye una vida. Biografías. La noción de una situación.- i-, es necesario para poder conectar el orden normativo antes
de vid?. ,v de la calda y después de la calda.
8. Interacción de agentes. Nuestro tratamiento se limita al caso v* 7. La noción de mandato; Las Paradojas de la Obligación De­
de un agente "sólo con la naturaleza”. Pero, Ío que sucede' . ; rivada. Cómo pueden ser evitadas en un cálculo diádico.
en la naturaleza puede ser el resultado de otros agentes que. . 8. La noción de predicamento o de conflicto interno de obli­
actúan en ella. . ..| gaciones. La historia de Jepthah en el Libro de los jueces.
9. Introducción de un operador mpdal "Ai”. El cálcuIo-T/AL El teorema "O ( ~ t / p ) O ^ p " . El predicamento genuino
Distinción entre posibilidad lógica y natural. Nuestra noción es sólo lógicamente posible mediante una "caída”. La so­
de posibilidad natural como una "amalgama" de posibili- lución de predicamentos.
dad humana, y posibilidad física. Lo que una persona puede
hacer en una situación para actuar dada depende parcial­ t
mente de su capacidad y parcialmente de la causación (détér-- . , i CAPITULO IV. Lógica deóntica y algunas controversias
/ minismo) en la naturaleza. m etajuiídicas............................................................................. 99
10. El árbol de la vida-en un universo determinista: Los casos -...
extremos de omnipotencia e impotencia. La noción de grado • v | 1. Los problemas de la interrelación de los operadores deón-
de libertad. '1
6 GEORG HENRDC VON WHIGHT

ticos y de su interdefinibilidad. Redefinición de ty nodón


de fórmula bien formada.
2. Sistemas normativos. La noción de determinación deóntica.
Sistemas abiertos y sistemas cerrados de normas.
3. Distinción entre determinación deóntica con respecto a las
acdones y con respecto a los estados de cosas. ¿Es todo
sistema de normas trivialmente cerrado?'
4. Defensa de la interdefinibilidad de los operadores deón-
tieos. El aparénte fracaso de la inferenda desde V P ^ ' 1 a
"Op" es debido a una confusión entre diferentes conceptos
de permisión y los correspondientes conceptos de obliga-
ción. La clausura no trivial de un sistema normativo me­
diante una metanonna.
5. Los prindpios “todo lo que no está prohibido está permi­
tido’’ y “todo lo que no está permitido está prohibido”.
Su aparente asimetría debida a una confusión de la cuestión
óntica de la existenda de las normas y la cuestión episté-
mica de establecer esta existenda. El prindpio nullum crimen
sine lege.
6. Normas de orden superior. Acdón normativa, es dedr el acto
de dictar una norma por parte de una autoridad normativa
puede a su vez, estar sujeto a una norma.
7. ¿Existen leyes ló icas que vinculen normas de orden dife­
rente? El fracaso del prindpio ab esse ad posse válet conse-
tia en la ló ica deóntica. Se sugiere una forma más
S del principio para la ló ica deóntica.
8. Las nodones de competencia y validez. El Principio de Va­
lidez. Su uso como criterio de la unidad de un sistema
normativo.

BIBLIOGRAFIA ......................................................... ........... 116

INDICE AN ALITICO ............................................................... 131


PREFACIO

El presente ensayo es el resultado de un permanente análisis


de los problemas que surgieron de mi trabajo “Deontic
Logic” publicado en Mind, en 1951.
La lógica deóntica, en su forma moderna, nació como una
consecuencia de la lógica modal. Su punto de partida fue la
observación de una análoga formal entre los conceptos de
posibilidad, imposibilidad y necesidad por una parte, y las
nociones de permisión, prohibición y obligación, por otra.
Pronto comprendí que una lógica deóntica análoga a una
lógica modal preposicional era inadecuada para la formáliza-
ción de las normas (regf.as) de la acción. N o permite expre­
sar la distinción, por ejemplo, entre una obligación de des­
truir un cierto estado de cosas* y una prohibición de
producir este mismo estado. Para expresar esta distinción era
necesario crear medios simbólicos que pudieran establecer una
diferencia entre el modo “activo” de comportamiento y el
modo “pasivo”. Esto, a su vez, requiete medios para expre­
sa r que un estado de cosas corpienza a existir, continúa, o
desaparece. Lo que se requiere es pues una lógica de la ac­
ción basada en una lógica del cambio.
En Nonn and Action (1963)1 traté de satisfacer estos re­
querimientos. Los rudimentos de una teoría formal del cam­
bio y de la acción fueron desarrollados y usados como base
de la lógica deóntica. Esta nueva construcción presentaba
un aspecto mas bien diferente de la original. En particular,
* Traducimos "state oí afíairs” por- "estado de cosas” (N. del T .)
1 Hay traducción castellana de esta obra publicada -por la Editorial Tecnos
de Madrid.

7
8 GEORG HENRIK VON WRIGHT

la estrecha analogía con la lógica modal amenazaba derrum­


barse. Como consecuencia, él edificio de la lógica deóntica
me llegó a parecer como algo “mucho más radicalmente d e ­
jado de la teoría lógica existente que lo que en un primer
momento había pensado”.
Los elementos de una lógica del cambio y de la acción da­
dos en aquel libro exigían un mayor desarrollo. La lógica
del cambio que yo había imaginado residió ser un frag­
mento de la lógica del tiempo t d como ha sido desarrollada
por A. N. Prior y otros. Una descripdón completa de este
fragmento se encuentra en mi trabajo “And Next”,s la cual
no está repetida en este libro. Las extensiones necesarias del
formdismo de la lógica del cambio para los propósitos de una
teoría de la acción fueron esbozados en mi contribución a la
Conferencia sobre Lógica de la Decisión y de la Acción rea­
lizada en Pittsburgh, en 1966.3 El contenido esencial de este
estudio está reproducido en el Capítulo II.
Otra incitación para continuar esta investigación tuvo su
origen en las dificultades (“paradojas”) vinculadas con las
obligaciones y permisiones condicionales. E n respuesta a d -
gunas críticas formuladas por Prior,4 sugerí que para superar
estas dificultades5 era necesario una lógica deóntica diádica.
Nuevas críticas de Chisholm6 esencidmente en él mismo
Sentido, constituyeron un nuevo impulso pard seguir esta su­
gerencia.7 Durante este tiempo, Rescher había trabajado
también con la idea de una lógica deóntica diádica 3 En con-
versaciones con Rescher se me ocurrió la idea de una varie-
’ En Acta PMosophica Fennica 18, 1965, pp. 293-304.
5 “The Logic of Action, a Sketch” en The Logic of Decisión and Action,
Univcrsity of Pittsburgh Press, Pittsburgh, 1967.
* "The Paiadoxes of Derived Obligation” , M ind 63, 1954, pp. 64-65.
• "A note on Deontic Logic and Derived Obligation”, M ind 65, 1956,
pp. 507-509.
• "Contrary-to-Duty Imperatives and Deontic Logic” , Analysis 24,' 1963, pp.
33-36.
7 En los trabajos "A New System of Deontic Logic” , Danish Yearboolc of
Philosophy, vol. 1, 1964, pp. 173-182, y “A Correction to a New Systema of Deontic
Logic”, ibid., vol. 2, 1965, pp. 103-107.
* Cfr. sus trabajos “An Axiom System for Deontic Logic” , Phüosophical
Studies 9, 1958, pp. 24-30; "Conditional Permission in Deontic Logic” , ibid.,
vol. 13, 1962, pp. 1-6; y "Semantic Foundations ■for Conditional Permission” ,
PREFACIO 9

dad de conceptos condicionales diádicos) de permisión sobre


la base de una relación alternativa entre mundos posibles.9
É n el Capitulo I de este ensayo se elabora esta idea con
un cierto grado de completitud sistemática. En el Capí­
tulo III se indica de qué manera puede ser combinada con
una teoría formal de la acción.
Con no poca sorpresa comprobé que la analogía entre la
lógica deóntica y la lógica modal que en Norm and Action
había parecido derrumbarse, surgió de nuevo restaurada cuan­
do a la teoría formal de la acción se le dio una forma más
acabada. La lógica deóntica, tal como veo las cosas ahora,
es esencialmente una rama o una faceta de la lógica modal.
La peimisibilidad, en tanto posibilidad deóntica para actuar,
guarda un estrecho parelelismo con la capacidad en tanto
posibilidad humana (y naturalista) para hacer cosas. Ade­
más, los diversos conceptos condicionales de permisión su­
gieren como sus análogos a una serie de modalidades re­
lativas. Si estas sugerencias residían ser fecundas para él
análisis de los conceptos modales, uno quizás podría llegar a
decir que la lógica deóntica ha pagado su deuda a la lógica
modal, a quien le debía su nacimiento.
La lógica deóntica tiene aplicaciones en la ética y en la
filosofía del derecho. Parecería que las aplicaciones a la ética
requieren, para ser fecundas, una complementación a través
de una lógica de los conceptos de vdor. Las aplicaciones a
la teoría jurídica son, según me parece, de una naturaleza
más directa. Hay dos problemas para cuyo tratamiento la
lógica deóntica parece proporcionar una base útil: los de com­
pletitud de los sistemas normativos (jurídicos) y los de la
jerarquía dé normas en un orden jurídico. Un esbozo de
la marvera como las herramientas de la lógica deóntica pue­
den ser aplicados d tratamiento de estos problemas es pre­
sentado en el Capítulo IV . Un tratamiento más completo
requeriría afinar aún más estas herramientas.
La redacción de este ensayo en su forma actud tuvo su
origen en una invitación para dirigir un Coloquio sobre ló­
gica de las normas en Cracovia, en febrero de 1967. Deseo
9 Presentado por primera vez en mi trabajo "Deontic Logics” , American
Philosophical QuarterJy 4, 1967, pp. 136-143.
10 GEORG HENRIK VON WRIGHT

agradecer al profesor Kazimierz Opatek de la Universidad


Jagellona por la invitación y a los participantes en el Colo­
quio por sus sugerentes y estimulantes respuestas a mis pen­
samientos.
Un año más tarde, fui invitado a dar conferencias sobre
el mismo tema en la Universidad Nacional de La Plata,
Argentina. Mantuve allí fecundas discusiones con varips
miembros del Instituto de Filosofía del Derecho de la Univer­
sidad de Buenos Aires. Debo d profesor Carlos Alchourrón
úna importante corrección en mi tratamiento anterior del
cálculo deóntico diádico.
Agradezco también al señor Tauno Nyberg su ayuda en
la preparación de este texto para su publicación y, especial­
mente, en la elaboración de la bibliografía.

G. H. von W right
Hensinki, F inlandia
Mayo, 1968
C A P ÍT U L O I

ALGUNOS SISTEMAS DE LÓGICA DEÓNTICA

I. Por lógica deóntica entendemos el estudio lógico-formal


de conceptos normativos.1 Son ejemplos de conceptos norma­
tivos, en primer lugar, las nociones dé obligación, permisión
y prohibición. Los conceptos jurídicos tales como derecho,
pretensión o privilegio, son conceptos normativos. Las herra­
mientas de la lógica deóntica han sido hasta ahora aplicadas
al análisis de estos últimos en una medida relativamente
reducida.1
2
Los conceptos normativos son usados en dos formas dife­
rentes: prescriptivamente, en el discurso normativo para enun­
ciar reglas de acción y otras normas, por ejemplo, para
otorgar un permiso, imponer una obligación u otorgar un
derecho; pero también son usados en el discurso descriptivo,
" para hablar acerca de normas, por ejemplo, para decir que,

1 ■El nombre ‘lógica deóntica” me fue sugerido en 1951 por C. D. Broad.


“ Deóntico” es una derivación de los verbos griegos 8éo|xai ('ligar” ) y 8atv
( “deber” ). Benthara usaba deontologfa como un liombre de “la ciencia de la
moralidad” . Mally, un pionero del estudio lógico-formal de los conceptos nor­
mativos, usa el término Deontíic.
2 Un “clásico moderno” en el campo del análisis conceptual d e . las nociones
jurídicas es el libro de Hobfeld, Fundamental Le gal Conceptíons (1923) [hay
traducción castellana de esta obra por Genaro Carrió bajo el título Con­
ceptos jurídicos fundamentales, Buenos Aires, 1968 (N. del T.]. Reciente­
mente S. y H. Kanger ( “Rights and Parliamentarism”, Theoria 32, 1966) han
llevado a cabo cotí éxito desarrollos formales de alguno de los temas de Hobfeld.
Con respecto al uso de la lógica deóntica en la filosofía jurídica ver: Kalinowski,
Introduction á la logique /uridique (1965); Conte, Bibliografía di lógica giuridica
(1961, con nuevas adiciones) y la revista Mull (Modem Uses of Logic in
Law) publicado por la Yale Law School desde 1959.

11
w m y -
12 GEORG HENRIK VON WRIGHT ALGUNOS SISTEMAS DE LOGICA DEÓNTICA 13

de acuerdo con un cierto código, una cierta acción está agente..-A ellos pertenecen, en primer .lugar, las
prohibida. ^nociones de agente, acto y actividad (comportamiento), pero
Según mi opinión, las expresiones (fórmulas bien forma­ ^ ta m b ié n aquellas de elección y decisión, deseo, libertad y
das) del lenguaje formal de una lógica deóntica tienen que !ífM uht3d. El estudio de los conceptos praxeológicos podría
ser entendidas descriptivamente, como representac ones es­ ^ s e r llamado praxeología.6 Se podría considerar a la praxeolo-
quemáticas de proposiciones que dicen que tales o cuales |¡|?|p éÓ ín ó preliminar o preparatoria para el estudio de normas
normas existen.8 \.Ly valores, o se la podría ver como un campo más amplio de
Es importante distinguir —de una manera más exacta que ||^ é |tu d |o del cual la axiología y la deontología serían dos ra-
la usual— entre conceptos deontológicos o conceptos nor­ resultados. De las dos concepciones, la más amplia
mativos por una parte, y conceptos axiológicos o valorati- * ■; me parece ser la más fecunda.
vos, por otra. Ejemplo de conceptos axiológicos son las
nociones de bueno y malo, útil y agradable, bello y feo. La
importante noción de preferencia es también axiológica. 2. La lógica deóntica, en su forma moderna,8 tiene su ori-
Los conceptos axiológicos son usados en el discurso valo- ¿;gén en la observación de la siguiente analogía:
rativo para valorar cosas, es decir, para juzgarlas buenas o -^' Supongamos que “A” denote una propiedad cualquiera, tal
malas. Pero también son usados en el discurso descriptivo' "cómo la de ser rojo o cuadrado. “EA” significará que hay
para hablar acerca de valoraciones, o sea para decir que, se­ .'(triste), al menos una cosa con esta propiedad, o que alguna
gún la opinión de una cierta persona o grupo de personas, ms cosa es A. Él signo será usado como símbolo de nega­
una cierta forma de comportamiento es reprochable. ción. “~E A ”, significará, consecuentemente, que ño existe
Hablando gramaticalmente, el discurso normativo está es­ una cosa con la propiedad en cuestión, o que ninguna cosa
trechamente vinculado con el uso del modo imperativo (“haz es A- “~ E ~ A ”, finalmente, dice que ninguna cosa no tiene
esto”, “no hagas aquéllo” ) mientras que el discurso valo-
Iá propiedad, en otras palabras, que (ninguna cosa carece
rativo tiene afinidad con el uso de interjecciones ( “¡hurra!”,
de la, propiedad, o, aún en otras palabras^que todas las cosas
“ ¡ufa!”, “ ¡bravo!” ).
que hay, si és que las.hay, son A.
Los conceptos normativos y los conceptos valorativos, aun­
que distintos, están también relacionados. Hay varias con­ Supongamos que “p” represente un estado de cosas cual­
cepciones acerca de la naturaleza de esta relación. No anali­ quiera, tal como que está lloviendo o que una cierta ventana
zaré este problema aquí. Baste decir que, personalmente, me
que...habíá Usado para la dase de conceptos que aquí consideramos, en publi­
inclino eñ favor de una posición según la cual los valores son caciones anteriores. (T he Varieties of Goodness, Cap. I, Sec. 4 ; T he Logic of
básicos y primarios, las normas son derivadas y secundarias. Preferénce, . Sec. 1 ¡hay traducción castellana de esta última obra por Roberto
Vérnengo, ron el titulo La lógica de la Preferencia, Buenos Aires, 1970. (N. del T .)]
De acuerdo con esta concepción, se dice a menudo que laS • • Él término fue introducido en la filosofía moderna por Kotarbinski. Kotar­
normas son instrumentales para , la realización de algunos binski lo escribe “praxiologíá” . Con este término se refiere primariamente a la
valores. Los portadores del valor son, a su vez, de la natu­ . ciencia de la aorión eficiente (pláneadón). Este es un uso d d término que,
. dé alguna manera, es más espedfiro que el que sugiero aquí. E l término
raleza de los fines o de los ideales. "proHáiretic” (proeretica) ba sido también sugerido por G . VaSati y M . Cal­
Debería también mencionarse aquí un tercer grupo de derón! en un estudio ‘X ' ‘arbitrario’ nel funzionamento della vita psi-
cfiica"; Rivista di psirologia applicata, 1910. (Debo esta información al Dr. A.
conceptos que está vinculado con las normas y con los .valo­ , Conte.). Los autores propusieron el nombre para una "ciencia general de las
res. Los llamaré conceptos praxeolóf^cos.* Se refieren al hom- . acciones humanas” (sdenza gene rale delle azróni hum ane). E l término teoría
: ..general de la acdón ba sido asodado, en épocas más recientes, a la obra de los
* Cfr. Norm and Action, Cap. V III, Sec. 2. - sociólogos Talcot Parsons y Edward A. Shas.
4 Creo que el término "praxeológico” es mejor que el término "antropológico” ? * Con esto me refiero al desarrollo del tema después de 1951.
14 GEORG HENRIK VON WRIGHT ALGUNOS SISTEMAS DE LÓGICA DEONTICA 15

está cenada. “M p” significará que es posible que p, es decir gendrar a los otros dos de manera uniforme, con una doble
que es posible que esté lloviendo. “ ~ M p ” niega esto, es aplicación de la negación.8
decir, dice que es imposible que p. “~ M ~ p ” dice que no La lógica de los cuantificadores ha sido bastante investi­
es posible que no sea el caso que p. Pero esto es sólo otra gada. Puede decirse que su teoría es, si no la base misma,
forma de decir que es necesario que p. al menos el núcleo de la lógica. Los conceptos modales
Supongamos, finalmente, que “H ” nombra una acción cual­ ocupan también un lugar tradicional en la lógica. Su estu­
quiera o un modo de comportamiento, tal como fumar o dio, comenzado por Aristóteles y continuado por la esco­
robar o cerrar la ventana. “PH” significará que esta acción lástica, fue descuidado durante largo tiempo. Revivió a me­
es permitida, que uno puede hacer H, por ejemplo, que uno diados de este siglo y se ha transformado nuevamente en
puede fumar. “~ P H ” dice, entonces, que esta acción no es una floreciente rama de la lógica. Por el contrario, los
permitida, en otras palabras que está prohibida, que uno no lógicos han prestado hasta ahora muy poca atención a
debe hacerla. “~ P ~ H ” dice que no está permitido no hacer los conceptos deónticos (normativos).
La observación acerca de la analogía formal, presentada
H, que está prohibido omitir esta acción, o en otras pala­
más arriba, permite alentar una nueva esperanza. Quizás,
bras, que es obligatorio hacer H, que uno debe hacerlo.7
fuera posible desarrollar una lógica de conceptos normativos
Podemos presentar estas similitudes en una tabla de la
“paralela” a la lógica modal y a la teoría de los cuantifica­
siguiente manera: dores y, de esta manera, transferir a su estudio parte del
conocimiento ya obtenido y algunos de los métodos usados
E alguno M posible P permitido en el estudio de las modalidades y de los cuantificadores.
~ E ninguno ~ M imposible ~ P prohibido Pienso que hoy podemos decir que esta esperanza está jus­
todos necesario obligatorio tificada y que la lógica deóntica está aquí para quedarse.

Las nociones de alguno, ninguno y todos son llamadas 3. Introduciremos ahora el lenguaje formal de una lógica
cuantificadores. Las nociones de posible, imposible y ne­ deóntica (proposicional). El lenguaje tiene el siguiente vo­
cesario son conceptos modales. Las nociones de permisión, cabulario:
prohibición y obligación ( “puede”, “no debe” y “debe” )
son conceptos deónticos o normativos. a. Variables p, q, r, . . . en número ilimitado, que represen­
Entre las tres tríadas de conceptos hay una sorprendente tan algunas entidades que son “como proposiciones”.
similitud. Dentro de cada uno de los tres grupos podemos, b. Conectivas lógicas ~ , &, v, <-», para la negación, con-
partiendo de uno de los miembros, definir o derivar o en- - junción, disyunción, implicación material y equivalencia
material, respectivamente.
7 Las relaciones definitorias entre los conceptos normativos fundamentales pa­
c. Un operador deóntico “P ” (para la permisión).
recen haber sido notadas y señaladas por primera vez por Alois Hofler. Esencial­ d. Símbolos auxiliares. Ellos son los paréntesis, la letra “t” y
mente, las mismas observaciones se encuentran en la obra de Westermarck, The
Origin and Development oí the Moral Ideas, Cap. V I. Hay una discusión algo
un segundo operador deóntico “O ”, “f” representa una tau-
desafortunada con respecto a las relaciones lógicas entre los conceptos norma­
tivos en las Logische Untersuchungen, Vol. I, Sec. 14. de Husserl. Para mayor 8 Aunque las relaciones dentro de cada uno de los tres grupos de conceptos
información, acerca de la historia del problema ver los artículos de Chisholm, tomados separadamente, ha sido notada desde hace ya mucho tiempo, la analogía
“Supererogation and Offence” (Ratio 5, 1963) y ' Kalinowski, “La logique des entre los tres grupos no habia sido señalada, o al menos no habla sido siste­
normes d’Edmund Husserl” (Archives de Philosophie du Droit 10, 1963). máticamente explotada, hasta donde yo se, antes de mi trabajo de 1951.
ib ? ' ...
16 georg h e n h ik von w r ig h t ¿ - - ALGUNOS SISTEMAS DE LÓGICA D EÓ N TICA .17
tología cualquiera de la lógica preposicional, por ejempló jP ü rá h té un tiempo consideré que las expresiones mixtas y
“p v ~ p ” y “O ” es definido en términos de “P” y ‘de la apdeí orden superior tenían que ser excluidas del cálculo
negación (Cfr. Sección 4). ©Mico por razones filosóficas, vinculadas con la interpre-
l|ón EeláS fórmulas.'Ya no sostengo esta posición. Sin em-
Las expresiones (fórmulas bien formadas) del lenguaje, las gb, Iá^razón por la cual damos aquí una definición restrin-
definimos de la siguiente manera: á de-la clase de las fórmulas bien formadas es simplemente
m . esíó basta para nuestros prepósitos. En su momento
a. Una expresión déla forma “P (—) ” está bien formada c *® .
iñáfémós las restricciones (Capítulo IV , Sección 1).
do el lugar de ” está ocupado por una expresión abría? que decir algunas palabras acerca de la lectura de
formada de LP. (Las fórmulas bien formadas de LP son ^ fórmulas. En mi primera construcción de un sistema de
las variables y los compuestos veritativo-funcionales ./iflógíGa-deóntica, las variables eran consideradas como nombres
variables). ^%s^üémáticos de acciones. (Cfr. supra Sección 2). De acuerdo
b. Los compuestos veritativo-funcionales de expresiones bien' córLésta concepción, “Pp” tendría que ser leída “está permi-
formadas son bien formados.

Para economizar paréntesis adoptaremos la siguiente con­ -ml usó-de lás córiectivas lógicas para formar nombres compues-
vención con respecto a la “fuerza vinculatoria” de las conec-; i'osfdé ^acciones es lógicamente legítimo. Además, es obvio
tivas: ~ es la más débil, y luego siguen en orden de fuerza^ r ¿que'óqn esta concepción de las variables, las expresiones de
creciente &, v, -» y <-». En virtud de esta convención podemos; ’ ?:’■--©rden superior se vuelven sin sentido. “Pp” no puede ser, por
por ejemplo, escribir, en vez de “(((~(p)&q) v r)-*s) Psífinismo, el nombre de una acción: por consiguiente no pue-
simplemente la expresión “~ p & q v r -* s <-> u”. También' ®tde'-áparecer a su vez dentro del alcance de otro operador
adoptamos la convención de que cuando un operador deón- ^ ‘deóntico.
tico está seguido por una variable, la variable no necesita 't^ M é parece ahora que es mejor tratar a las variables como
estar entre paréntesis y la convención de que cuando un ope-> feapiones esquemáticas que expresan proposiciones. Esto con-
rador deóntico está seguido por una expre ión ” de LP- ‘ ^ctferd a con el curso seguido/ por la mayoría de los autores
precedida por ~ , no necesitamos encerrar “ ~ ” entre' ica deóntica.9 En lugar de “proposición” podríamos tam-
paréntesis. A í, por ejemplo, en vez de “P( p ) ”. escribimos'' Sbíén ‘decir “estado posible de cosas”. De acuerdo con esta
Sis
simplemente “Pp”; y en vez de P( ~ ( p v q ) ) ” escribimos' SSoricepCión, “Pp” podría ser leído “está permitido que (sea
“P ~ ( p v q ) " . Igcaso que) p .
Cuando las expresiones de una lógica deóntica están defi­ j^§iníembargo, en contra de esta lectura puede objetarse que
nidas de la manera antes indicada, las expresiones “mixtas”,t |ño;concuerda mucho con el uso ordinario. Sólo pocas veces
es decir los compue tos veritativo-funcionales de expresiones^ í-pééimos de un e tado de cosas que éste sea permitido, obli­
LP y expresiones del cálculo deóntico, no son consideradas • gatorio, o prohibido. Generalmente decimos esto de las ac-
como bien formadas. Tampoco lo son las expresiones de “or­ :: Pero es plausible pensar que cuando una acción está
den superior” es decir, expresiones en las cuales aparece uní - itida, etc., entonces un cierto estado de cosas está, en un
operador deóntico dentro del alcance de otro operador deórn, ido “secundario”, permitido, etc., también. Este es el es-
tico. Un ejemplo de una expresión mixta sería “p -* Pq”-, por - - " - El pümet autor que sistemáticamente tomó esta posición en la lógica
otro lado, un ejemplo de una expresión de orden superior parece haber sido Prior en Formal Logic (1955). La misma posición
adoptada y definida por Anderson en T he Formal Analysis oí NbrmatrVe
sería “P(p -> Pp) ”. (1956).:
18 GEORG HENRIK VON WRIGHT ALGUNOS SISTEMAS DE LOGICA DEÓNTICA 19

tado que, en un sentido técnico que será explicado más ade­ que uno debe comportarse de manera tal que el estado de
lante (Capítulo II, Sección 5), puede ser llamado el resul­ cosas que resulte. Esto parece ser totalmente incontro­
tado de la acción en cuestión. vertible —siempre que “acción” sea entendida en un sentido
Podemos tomar en cuenta esta combinación de acción y amplio que incluye también la omisión. (Cfr. Capítulo II,
estado de cosas resultante, en nuestra lectura de fórmulas Sección 5). Hablando en términos generales: tlO ~ p ” puede
deónticas. En vez de decir simplemente “hacer p” o “que p”, ser leído “está prohibido que p” o “no debe ser el caso
empleamos la frase “procurar que p”. La fórmula “Pp” es que p”.
leída así “está permitido procurar que p (que sea el caso Más problemática es la cuestión de saber si, como sugiere
que) p” o “se puede procurar que p”. Hay que notar, sin Dm, el carácter deóntico de la obligación puede realmente
embargo, que esta lectura, aunque conveniente y natural es, ser definido en términos de permisión (y negación), y la
de alguna manera restrictiva, ya que se aplica solamente a permisión en términos de obligación (y negación). Con res­
normas que son reglas de acción. pecto a esta cuestión mi propia posición ha sido oscilante.10
Trataré de argumentar más adelante en favor de mi punto de
vista actual'. (Capítulo FV, Sección 4).
4. Dentro del marco del lénguaje formal que hemos presen­ Se podría dejar abierta la cuestión de la interdefinibilidad
tado en la sección precedente, un simple cálculo deóntico entre obligación y permisión y considera a ambos ope­
puede ser construido sobre las siguientes bases axiomáticas: radores como términos primitivos. Uno podría tomar entonces
“Op ~ P ~ p ” como un axioma sin prejuzgar la cuestión acer­
AdO. Todas las tautologías de LP (con expresiones bien for­ ca de si su verdad es una cuestión “puramente verbal” . Podría
madas del lenguaje deóntico sustituidas por las varia­ uno también conformarse con un axioma más débil, por ejem­
bles). plo “Op y rechazar la implicación conversa.11
AdI. P ( p v q ) Pp v Pq. Con la ayuda de AdI, se muestra que Ad2 es equivalente
A d2. Pp v P~ p . ( = Pt) a “P( p v ~ p ) ”. Usando la constante auxiliar “í” para la
tautología, podemos escribir la última expresión en la forma
Las reglas de inferencia del cálculo son: “P t”. Esta fórmula dice que está permitido que algo o lo otro
sea el casó o, hablando negativamente, que por razones lógi­
R 1. Sustitución (de fórmulas de LP por las variables) cas no todos los estados de cosas lógicamente posibles pueden
R 2. Modus ponens estar prohibidos. La plausibilidad e importancia de este prin­
R 3. Una regla de extensionalidad que dice que las fórmulas cipio serán analizadas más adelante (Capítulo I, Sección 10;
de LP que son susceptibles de ser probadas equivalen­ Capítulo III, Sección 8 y Capítulo IV, Sección 5).
tes, son, salva veritate, intersustituíbles en las expresiones “Pp <h> ~ ~ P ~ ~ t” es verdadero en virtud de AdO y
bien formadas del cálculo deóntico. R3. En virtud de Dm obtenemos de aquí “P t «-» ~ 0 ~ t ”,
y en virtud de Ad2 y R2 obtenemos de aquí “~ 0 ~ t ”.
Do “O ( - ) ” = “~ P ~ ( - ) ’\
10 La posición que yo adopto aquí es la misma adoptada en mi primera
publicación (1951) sobre este tema. En Norm and Action adopté y defendí
El carácter deóntico de la prohibición puede, obviamente, tentativamente una posición según la cual los operadores-O y P de la lógica
ser definido en términos de obligación (y negación). Decir que deóntica no son interdefinibles. (Op. c it Preface y Cbap. V Sec. 16).
31 En mi trabajo "Deontic Logics” (1967) el principio de conección es
a uno le está prohibido actuar de manera tal que el estado de tratado como un axioma y los operadores deónticos como dos primitivos di­
cosas que p resulte de la propia acción, es equivalente a decir ferentes.
20 GEORG HENRIK VON WRIGHT ¿-ALGUNOS SISTEMAS DE LÓGICA DEÓNTICA 21
. -'i'ííj
“ ~ t ” representa cualquier contradicción. Así, la fórmiul detestado. Llamaremos a estas expresiones los cons-
dice así que, por razones de lógica (deóntica)jSip feY^déóntícos o constituyentes-P de la expresión orí-
puede ser obligatorio que algo que es lógicamente imposilf -i e 1" '
sea el caso. Esto puede ser considerado, como una reflexión jtuniverso de la fórmula es de un ancho n, el número
en nuestro cálculo deóntico de una faceta del bien conocid ápeiohes de estado es 2". Los correspondientes 2n
principio “metajurídico” : impossibde nulla obligatio. ¡yentes-P serán llamados también unidades-P (unida-
Una forma equivalente de Ad2 es “ ~ P ~ p -» Pp”. Col pMtieas) del universo determinado por las variables n.
la ayuda de D m obtenemos de esta fórmula la fórmula equ. Ipiérsíóimula dada de nuestro cálculo deóntico pue-
valente “Op -> Pp". Esto dice que si debe ser el caso qué^ÍJ Jltransformarse en un compuesto veritativo-funcdo-
entonces puede ser el caso que p, o que lo que es obligato­ j|JlfeÓnstituyentes-P, es decir de algunas unidades-P en el
rio es también permitido. ajjs&Kde la fórmula. Se sigue que cualquier fórmula F
El sistema de lógica deóntica que hemos esbozado en ésta expresa una función de verdad de (las propo-
sección es, sustancialmente, una versión axiomatizada áe‘ l^cpresádás por) sus constituyentes-P. En una ta-
sistema que había presentado en 1951. f/irérdad puede investigarse cuál es la función de ver-
jpéóexpresa. Al construir la tabla de verdad tenemos
Ipseryar la siguiente restricción en la distribución de los
5. Consideremos una fórmula cualquiera bien formada F ^ ^ ¡ieíverdád con respecto a los constituyentes P.
nuestro cálculo deóntico. Si en esta fórmula aparece el ope­ /todas las 2" unidades P en el universo de F aparecen
rador deóntico O, reemplazamos “O ” por el signo compléj' fÉ ffj constituyentes-P de F, la distribución de los valores
:exdad que,asigna el valor “falso” a todos los constitu-
A partir de aquí hacemos una lista de todas las variablé PP, está excluida. (Esta restricción refleja el “conteni-
que aparecen en F. Diremos que estas variables, constituyen,, le !Ad2'. Si sacamos este axioma de nuestro sistema,
d universo de la fórmula dada. El número n de variables ¡te fmbién la correspondiente restricción con respecto a
dirá que mide el ancho del universo. Las variables singular! albres -‘de -verdad).
se dirá que representan estados elementales dentro del uni­ a- que hacer mención especial del caso en que la
verso. Los 2” diferentes descripciones de estado (siéndo iirp n LP,/dentro del alcance de un operador P, es una
levante el orden de los conyuntos) representa, en términos,dé '¿‘dicción LP. Entonces, “desaparece” su forma normal
n variables, los estados totales del universo. Estos estadp íñtiya).- se convierte en unádisyuntiva de descripciones
totales serán llamados también mundos posibles (en el uní " dó de 0 términos. Cuando éáte es el caso, escribimos
verso de estados elementales representado por las variablis fórmula normal “desaparecida” : “ ~ t ”. La expresión
preposicionales del conjunto). | í ’’%sérá considerada también como un constituyente-P.
Remplazamos todas las expresiones LP que se encuentran | e tiene en cuenta ésto, el número total de unidades-P en
dentro del alcance del operador-P por su forma normal dis­ pniyerso- de ancho n es, así, 2” -j- 1). En caso de que
yuntiva perfecta en términos de todas las variables en‘I ‘í ’í/se .cuente entre los constituyentes-P de una fórmula
universo de la fórmula. CF>’t¿nemos qué consignar la siguiente restricción adi-
Luego distribuimos el operador-P delante de las formas nofv j-c'pn- respecto a la distribución de los valores de ver-
males. Después de la distribución, la fórmula dada sé -h|r ?,cori relación a los constituyentes:
transformado en un compuesto veritativo-funcional de expíe-; li a-algunos de los constituyentes-P de F se les asigna el
siones que consisten en el operador “P” delante de una üésf r : “falso”, se deberá asignar el valor “falso” también
22 GEORG HENRIK VON W RIGHT ALGUNOS SISTEMAS DE LÓGICA DEÓNTICA 23

al constituyente “P ~ t ”. Sólo si todos los otros constituyen­ lo pero que parece entrar en conflicto con nuestras intui­
tes tienen el valor “verdadero”, puede darse al constitu­ ciones, y con respecto a otra fórmula que coincide con la
yente “P ~ t” el valor “verdadero”. (Puede decirse que en este intuición pero que no puede ser probada en el cálculo.
caso la restricción refleja una consecuencia de la fórmula Consideremos la fórmula “O p”. Por el principio de exten-
“~ P p -* ~ P ( p &■£/)” que es un teorema del cálculo. De ella sionalidad (R3), es equivalente a “0 ( (p v q) & (p v ~ q ) ) ”.
obtenemos, por sustitución “~ P p -* ~ P ( p & ~ p ) ”, es de­ Con la ayuda de D m (y extensionalidad) podemos derivar
cir “~ Pp ~ P ~ t ”). fácilmente de AD1, el principio de distribución para el ope­
Si “P ~ t” está incluido entre las unidades-P, el número rador O: “0 ( p & q) <-» Op & Oq”. Por transitividad
total de distribuciones de valores de verdad en las unidades, tenemos la equivalencia “Op <-» 0 ( p v q) & 0 ( p v ~ q ) ”,
en un universo de ancho n, es 2n. de la cual se sigue la implicación “O p -* 0 ( p v q ) ”.
Si se piensa que “P ~ t ” tiene que ser siempre falso, debe­ La última fórmula dice que si cierto estado de cosas debe
ríamos agregar como otro axioma a nuestro cálculo, la fór­ ser el caso, entonces éste estado o cualquier otro estado
mula “~ P ( p & ~ P ) ”- En virtud de Dm (y R3) esto es debe, ser también el caso. Así, por ejemplo, si uno debe
equivalente a “0 ( p v ~ p ) ” o “O í”. llevar una carta al correo, entonces uno debe también lle­
La fórmula F será llamada una tautología-? (tautología var la carta al correo o quemarla. Esto parece extraño. Esta
deóntica), si y sólo si tiene el valor “verdadero” para todas extrafieza fue señalada por el jus-filósofo danés Alf Ross
las asignaciones (permitidas) de valores de verdad de sus en un trabajo que puede ser considerado como una acerva
constituyentes-P (constituyentes deónticos). crítica a la idea misma de “lógica deóntica”.12 Nos referire­
La noción de una tautología-P proporciona un criterio mos a esta situación extraña con el nombre de la para­
plausible de verdad lógica para las fórmulas de nuestra lógica doja de Ross.
deóntica. La paradoja de Ross ha inspirado un gran cantidad de
En una tabla de verdad puede verse si una fórmula F escritos.18 Entre los muchos argumentos elaborados para en­
es una tautología-P. Puede mostrarse que toda tautología-P frentar la paradoja, mencionaremos el siguiente:
es un teorema de nuestro cálculo, es decir, puede ser pro­ Si procuramos que p y, por consiguiente, cumplimos la
bado a partir de los axiomas, con la ayuda de las reglas de obligación expresada por “Op”, entonces también, en virtud
inferencia. También puede mostrarse que vale la conversa, de las leyes de la lógica común, procuramos que p o q.
es decir que toda fórmula que es un teorema (o un axio­ Pero de aquí no puede concluirse, en virtud de ninguna
ma) de nuestro cálculo es una tautología-P. lógica (“proposicional” o “deóntica” ) que sea obligatorio,
Nuestro cálculo es así decidible y, con respecto al criterio tO ni siquiera permitido, que sea el caso que q. Decir que
supuesto de verdad lógica, completo. “Op” implica “0 ( p v q ) ”, en realidad, no es más para­
dójico que decir que “p” implica “p v q”. Quienes estén
poco familiarizados con la lógica podrán encontrar que esto
6. A partir de las bases axiomáticas de nuestro cálculo deón- último es difícil de asimilar, pero muy pronto' superarán
tico podemos probar una cantidad de teoremas que coinci­ la dificultad.
den con nuestras “intuiciones” con respecto a los conceptos
normativos y que, sin embargo, no son, en un sentido psico­ “ “Imperatíves and Logic”, Theoría 7, 1941.
lógico, triviales. No haré aquí una lista de estos teoremas “ EDtre las contribuciones m is recientes deben ser mencionados los trabajos
ni presentaré su prueba. Tan sólo llamaré la atención con de: Jan Wolenski, “ O tzw. paradoksie Alfa Rossa w. logice norm” (Síudia
Filozoficzne, 1966) y Z. Ziemba y Z. Ziembnski, “ Uwagi o wynikaniu norm
respecto a una fórmula que puede ser probada en el cálcu­ prawnych” (1964).
24 GEORG HENRIK VON WRIGHT ífíí) ?ALGUNOS StSTEMAS DE LOGICA DEÓNTICA 25

Este argumento ha parecido satisfactorio a mucha geñt', libré elección. Y las. dificultades vinculadas con
Yo también traté de aceptarlo, pero nunca estuve muy cofr ~‘t£uljf ‘lP{p v q) -* Pp & Pq” será llamada la paradoja
vencido. Siempre sentí que había algo más en la parado'f ftftefínisión de hbre elección.
de Ross que no podía ser atacado con esta forma de .ráf ’^&iós que hay una cierta conexión entre la paradoja
namiento. Espero poder mostrar que este sentimiento ■^ss’jy la paradoja de la permisión de libre elección. Es
justificado. |a ‘;que en nuestro cálculo puede probarse la fórmula
En una comprensión ordinaria de la frase “está per ’ 1 'füitiva” “Op 0 ( p \ q ) ” que no puede ser aceptada
tido que”, la fórmula “P(p v q ) ” parece implicar intuitivamente plausible “P(p v q) -» Pp & Pq”.
Pq”. Si yo digo a alguien “usted puede descansar o tra: Retiría que la razón más profunda por la cual
jar” normalmente quiero decir que la persona a quien ..if&Q(p v q )” nos choca cómo absurda, es que esta-
dirijo tiene mi permiso para trabajar y también mi per Snélinados a pensar que lo obligatorio es también
para descansar. Depende de él la elección entre estas ’íjdó y'entendemos “naturalmente” a las permisiones
alternativas. Pero, en el cálculo deóntico que hemos es’;, ^ Ja s rcomo permisiones de libre elección. Por ser esto
zado, “P(p v q) Pp & Pq” no es un teorema. Sij| ja*páradoja de Ross parece permitir concluir a partir
fuera, obtendríamos consecuencias muy extrañas. ComÓf 'Obligatoriedad de una cierta acción, la permisibili-
señaló en la Sección 4, “Op -> Pp” es un teorema. Q^ipl! fj¡|büálquier otra acción.
hemos visto en esta sección, “Op -> 0 ( p v q ) ” es unK§l J^fivam ente sentimos que tiene que existir un sistema
rema. De estas tres fórmulas podríamos derivar otro téq!' Ogica deóntica en el cual la permisión signifique permi-
ma: “Op -> Pq”. Esto último es verdaderamente absüfií’ libre elección. Pero si esta lógica deóntica contu-
Significa que si algo es obligatorio entonces cualquier téjg ^lórm ula de la paradoja de Ross, entonces se inferi-
está permitida. Y de aquí puede concluirse que, en realidad; <gñsecuencias absurdas. Por lo tanto, tiene que existir
nada puede ser obligatorio. Pires “O p Pq” implica ’-ma de lógica deóntica que satisfaga la noción de una
“Op P ~ p ” y “Op «-» P ~ p ” implica “Op ~ P ~ p ”, y \t sión de libre elección y que sea tal que en ella no sur-
dos fórmulas implicadas son conjuntamente equivalente^ 4, paradoja* de Ross. Pronto veremos que existe un tal
“Op -* P ~ p & ~ P ~ p ” la cual, en virtud de LP, -impide
“ ~ O p ”.
Se podría tratar de encontrar una salida a estas difidjí
tades diciendo que una permisión disyuntiva es . compati, in vez; de tratar las “paradojas” directamente, vamos á
ble con la permisibilidad de ambos disyuntos, pero que ^ n , rodeo. >
implica su permisibilidad. Se podría admitir que, normál Cálculo deóntico que^hemo^ presentado es una lógica
mente, la permisión “P(p v q ) ” va a la par con la conjüfr g&jnonádica (absoluta, categórica, incondicional). El
ción de permisiones “Pp & Pq”, pero que ésta no es üri; ,Jpqúe:-vamos a construir ahora es diádico (condicio-
necesidad lógica. Yo mismo he argumentado antes de est- J hipotético, relativo) ,15
manera.14 Pero ya no pienso que esto sea todo lo que pue­ ^ p ^ q ü l o monódico los operadores deónticos operan
da y deba decirse acerca de este caso. i |É |f ^ l á - expresión de la lógica proposicional (LP).
Una permisión disyuntiva para la cual vale que cada'al­ ¿cálculo diádico, los operadores operan sobre pares
ternativa en la disyunción está permitida, será llamada peg resiones de LP.
■e^élifPrefacíd para una breve nota histórica acerca del desarrollo del
u Ver "Deontic Logic”, pág. 7, nota.
26 GEORG HENRIK VON WRIGHT ALGUNOS SISTEMAS DE LÓGICA DEÓNTICA 27

El vocabulario de un cálculo diádico difiere del de un acciones. La acción, en términos generales, es una interfe­
cálculo monádico (tal como ha sido descrito en la Sec­ rencia con un estado de cosas (una situación, un mundo)
ción 3) sólo en que contiene un símbolo auxiliar adicional existente (dado) y consiste en sustituirlo por otro estado de
“ / ”. Este es usado para parear expresiones de LP. cosas (alternativo). La expresión “P ( s /s ')” dice así que un
La definición de las expresiones (fórmulas bien forma­ mundo de la descripción ‘Y ” puede ser transformado en un
das) de un cálculo diádico se obtiene a partir del caso mundo de la descripción “s’\ (E n el próximo Capítulo se
monádico (Sección 3) a través de la siguiente modificación dirá algo más acerca de acciones y cambios).
menor, remplazado a (pág. 16) por: Después de estos preliminares terminológicos, usaremos
c. Una expresión de la forma “P (—/ —)” está bien formada las nociones de un mundo posible y de un mundo alterna­
cuando los lugares de “—” están ocupados por expresiones tivo para definir seis conceptos de permisión condicional.
bien formadas de LP. Para referimos a estos conceptos en el metalenguaje usaré
(La definición puede fácilmente ser ampliada de forma la letra “P” con un índice “i” (i = 1, 2, 3, 4, 5 ó 6). Las
tal que admita también expresiones “mixtas” y de “orden definiciones son las siguientes:
superior”.1Ver Capítulo IV, Sección I) .
El operador diádico O es introducido por la definición: “P i( p / q ) ” significará que en algún mundo posible en el
que es verdad que q algún mundo posible está permitido en
Da “ ( 0 ( —/ —) ” = at “~ P ( ~ - / - ) ”, el que es verdad que p.

en donde los dos ” a la izquierda de “ / ” deben ser llena­ “P 2 ( p / q ) ” significará que en todos los mundos posibles
dos con la misma expresión de LP y, similarmente, los en los que es verdad que q algún mundo posible en el que es
dos ” a la derecha de “ / ” . verdad que p, está permitido.
Para el símbolo “P ( p / q ) ” sugerimos la siguiente lectura:
“está permitido que p, dado que q”. En vez de “dado que” “P 3 ( p / q ) ” significará que en algún mundo posible en el
podemos también decir “bajo la condición de que” o “re­ que.es verdad que p es tal que (este mundo) está permitido
lativo a que” o “en las circunstancias cuando”. en cada mundo posible en el que es verdad que q.
Haremos un comentario especial con respecto al caso en
que los espacios en “P (—/ —)” estén ocupados por descrip­ “P i ( p / q ) ” significará que cada mundo posible en el
ciones de estado en términos del mismo conjunto de varia­ que es verdad que p es tal que está permitido en algún mun­
bles proposicionales. Supongamos que “s” y ‘Y ” sean dos do posible en el que es verdad que q.
descripciones de estado. Ellas describen mundos posibles
en el universo de estados elementales representados por las “Ps ( p / q )” significará que en algún mundo posible en el
variables proposicionales del conjunto. Para una expresión que es verdad q todos los mundos posibles en los que es
de la forma “P ( s /s ')” sugerimos la siguiente lectura: “en verdad que p están permitidos.
el mundo posible s' el mundo posible s está permitido como
un mundo alternativo a s'”. (Estrictamente: en el mundo uPa(p/ q ) ” significará que en todos los mundos posibles
posible descripto por ‘Y ”, etc.). en los que es verdad que q todos los mundos posibles en
La terminología sugerida puede parecer un poco artifi­ los que es verdad que p están permitidos.
cial. Pero, en realidad, se aproxima mucho al “significado”
de las normas. Las normas se refieren (usualmente) a las Aquí alguien podría querer plantear la siguiente objeción:
28 GEORG HENRIK VON WRIGHT ALGUNOS SISTEMAS DE LOGICA DEÓNTICA 29

Definimos los seis conceptos de permisión usando en el: entonces el beneficiario de la permisión es libre,
finiens un concepto de permisión. ¿Es este último un ta-'situación, para elegir entre todas las alternativas
timo concepto diferente de permisión, o es uno de los permitida.
conceptos anteriores? Si es uno de los seis conceptos, ¿no;
entonces circular la definición propuesta?
La respuesta apropiada reza, según creo, de la siguienf también los seis conceptos diádicos O de la
manera: si sustituimos “p” y “q” por descripciones de esta mañera:
do (en términos del mismo conjunto de variables); ^ t¡©k (p lq Y ’ significará que en todos los mundos posibles
distinciones entre los seis conceptos de permisión desapár íiQS-(que es1Verdad que q, ningún mundo posible está per-
cen. Una descripción de estado es verdadera en un úiiic él que no es verdad que p.
mundo posible (en su propio universo),'es decir, en el nuijii
do posible del cual él mismo es una descripción. Por có^ ip íq )” significará que en algún mundo posible en el
siguiente, “todos los mundos posibles en los que es verd\ •y.
tes 'verdad que q, ningún mundo posible está permitido
que q ( p ) ” significa aquí lo mismo que “algún mundo jTl, lúe no es verdad que p.
sible en el que es verdad que q (p) Y, por consiguiente
no tiene sentido preguntar si el concepto de perm‘ m significará que todo mundo posible en el que
que aparece en el definiens es una permisión-Pi, -P2,
erdad que p, es tal que (este mundo) no está permi-
-Pi, -Pe, o -Pe. No es ninguna de ellas y, al mismo tie
(tíZgún mundo posible en el que es verdad que q.
es las seis ya que, de alguna manera, representa el p:
límite en el cual todas convergen.
Un universo de un ancho dado puede quedar incl í[j¡¡q)” significará que algún mundo posible en el que
dentro de un universo más amplio. Dentro de este uní vferdad que p, es tal que no está permitido en ningún
más amplio tiene sentido preguntar si el concepto del liposible en el que es verdad que q.
misión en el definiens de los seis conceptos-P con reía
al universo más estrecho es una permisión-Pi, -P2, significará que en todos los mundos posibles
-P4, -Pb o -Pb. es verdad que q, algún mundo posible en el que
La distinción entre los seis conceptos es casi relátiva a‘ ^pverdad que p no está permitido.
universo de estados elementales en términos de los cr gpi '
concebimos nuestros mundos posibles. ti^p lq )”' significará que en algún mundo posible en el
Los conceptos P 4, Ps y Pe son definidos de manera ta l. verdad que q, algún mundo posible en el que no
si el estado de cosas permitido cubre diversas alternat jírlSd que p, no está-permitido.
entonces cada una de las alternativas está también p f )
tida. Llamaré a las permisiones del tipo P 4, Pb y Pe,<: felfeedecirse que los seis conceptos-P y los seis concep-
misiones de libre elección (Cfr. más . arriba Sección 6)v> 1‘sÚAconesponden de la siguiente manera: si estamos
existencia de una permisión de libre elección no si^fí en que la expresión “O i ( p / q ) ” tendrá el mis-
ca necesariamente que las alternativas, que caen 1 unificado que la expresión “ ~ P i ( ~ p / q ) ”, en donde
cosa permitida, estén todas permitidas bajo las mismas fe1tener cualquiera de los valores I, 2, 3, 4, 5 ó 6 y
cunstancias. Pero si, dado un estado total del mundo-; idemis, equiparemos la palabra “prohibido” con la frase
cripción de estado), hay una permisión de libre ele permitido”, entonces podemos derivar las definiciones
30 GEORG HENRIK VON WRIGHT ALGUNOS SISTEMAS DE LOGICA DEÓNTICA 31

anteriores de uO¡ ( p / q ) ” de nuestras definiciones previas de 9. También un sistema de lógica deóntica diádica “se apoya
“Pi ( p / q ) ” y viceversa. sobre los hombros” de la lógica proposiciúnal ordinaria (LP),
Para todos los conceptos-P, la lectura del símbolo es decir, acepta como verdades lógicas todas las tautologías de
“P i( p / q ) " como “está permitido que p, dado que q”, es co­ LP (con expresiones bien formadas del lenguaje deóntico
rrecta. La lectura de “O i(p/<j)", “0 2( p / q ) ”, y “0 3(/>/</)” sustituidas por las variables). Las fórmulas de LP que se
como “es obligatorio que p dado que q ” es también correcta. prueben equivalentes serán consideradas, además, como in-
Pero para “O i ( p / q ) ”, “Os ( p / q ) ” y “Oe ( p / q ) ” esta lectura tersustituibles salva veritate en las expresiones deónticas bien
no lo sería. formadas. (Regla de Extensionalidad).
Consideremos por ejemplo, el significado de “O i ( p / q ) ” Consideremos la fórmula F del cálculo diádico. En virtud
como una norma de acción. La expresión dice entonces que, de Da, podemos eliminar de ella todas las aparciones del
dadas tales y cuales circunstancias, alguno de los mundos operador-O. Podemos suponer que esto se ha hecho y que
posibles en los que no es verdad que p, puede no ser pro­ la fórmula contiene sólo el operador-P. Hacemos una lista
ducido. No se sigue de esto que uno deba procurar que se de todas las variables que aparecen en F. Remplazamos to­
dé un mundo en el cual es verdad que p y que éste resulte das las expresiones LP a la izquierda y a la derecha de
de la acción de uno mismo. La obligación es mucho más “/ ” por sus formas normales disyuntivas perfectas. Si la
débil. Algún estado en el cual no es verdad que p tiene que forma normal “desaparece”, es una disyunción de descrip­
ser evitado, pero quizás los otros están permitidos. Lo ciones de estado cero términos, entonces rempalazamos las
que la norma dice equivale realmente sólo a una negación expresiones-LP en cuestión por “~ t ” o por algún otro sím­
de la permisión de libre elección: no se es libre para elegir bolo convencional.
producir cualquier situación en la . que no es verdad que Para poder distribuir los operadores deónticos, tenemos
p. Esta restricción a la propia libertad (permisiones) es en que saber (o decidir) cuál de los seis conceptos diferentes
verdad, una especie de obligación que se debe cumplir. Es de permisión está representado por los distintos operadores.
una obligación “con respecto a” el estado que p, pero no Sin embargo, no es necesario que todos ellos representen el
es, necesariamente, una obligación “para procurar” que este mismo concepto-P.
estado resulte de la acción de uno mismo. Lo mismo vale, Cuando el carácter de los operadores-P está determinado,
mutatis mutandis, para el significado de uOs ( p / q ) ” y “Oe podemos usar sus definiciones en términos de “cuantificado-
(P /fl)” res” y mundos posibles para distribuir las expresiones en
En tanto conceptos de obligación, O 4 06 y Oe parecen unidades deónticas (diádicas) o constituyentes-P. Estos cons­
carecer de un interés independiente. Su función está vin­ tituyentes son “normalmente” de la forma “P ( s /s ')’\ En
culada con la noción de una permisión de libre elección. casos extremos puede ntambién ser de la forma “P (—/ ~ f ) ”
Podríamos llamar a las obligaciones del tipo O í , O b y Oe o “P ( ~ f / —) ” o “P ( ~ f /~ f ) .”. Estos casos extremos reque­
restrictores de la libre elección. rirán un tratamiento especial, análogo al que sé ha dado
Es conveniente, para algunos propósitos, llamar a los al caso “P ~ t ” en el cálculo monádico. Ignoraremos aquí
conceptos de permisión de libre elección P4, Ps y Pe, permi­ estos casos.
siones fuertes y a los conceptos de permisión Pi, P 2 y P 3 Cualquier fórmula F del cálculo diádico es, así una fun­
permisiones débiles. Conversamente, podemos hablar de los ción de verdad de un cierto número de constituyentes deón­
conceptos de obligación Oí, O2 y O3 como de obligaciones ticos diádicos. Podemos construir una tabla de verdad a fin
fuertes y de los restrictores de libre elección O4, Os y Oe de investigar qué función de verdad de sus constituyentes
como de obligaciones débües. expresa la fórmula. Si la función de verdad tiene el valor
32 GEORG HENRIK VON WRIGHT ALGUNOS SISTEMAS DE LÓGICA DEÓNTICA 33

“verdad” para todas las distribuciones (permitidas) de va­ permitido en algún mundo posible. En otras palabras, cual­
lores de verdad con respecto a los constituyentes-P, llama­ quier cosa es tal que hay circunstancias bajo las cuales está
remos a esto una tautología-P (diádica). permitida. Esta es una idea interesante acerca de las nor­
Ser una tautología-P en una tabla no mutilada de cons- mas. Equivale a la negación de la existencia de obligacio­
tituyentes-P, tiene que ser ciertamente considerado como nes (o prohibiciones) sin excepción. El que no deba con­
un criterio suficiente de verdad lógica en una lógica deón- siderar esto como una verdad lógica es otra cuestión.
tica diádica. El problema es si este criterio es también “P s ( t / t ) ” dice que en algún mundo posible todos los
necesario. Esto equivale a preguntar si hay leyes lógicas para mundos posibles están permitidos, es decir, que bajo ciertas
las expresiones diádicas —además dél principio Da de inter- circunstancias, todo está permitido. Esta es también una afir­
definibilidad, la regla de extensionalidad y las definiciones de mación muy fuerte y podría plantearse muy bien la cuestión
los distintos conceptos-P— que impongan algunas restriccio­ de si es o no una verdad lógica.
nes a la libre distribución de valores de verdad en las tablas “Pa( t / t )” dice que en todos los mundos posibles todos los
de verdad de los constituyentes-P. mundos posibles están permitidos. Esto podría ser llamado el
Un candidato obvio para ocupar la posición de tal ley principio de anarquía o de “anomía”. Si fuera verdad, enton­
es el análogo diádico del axioma Ad2 de la lógica deóntica ces no podrían existir, por razones lógicas, obligaciones o pro­
monódica, o la fórmula “P ( t / t ) ”. La fórmula puede ser hibiciones de ningún tipo. Esta idea no es filosóficamente tan
leída “está permitido que una u otra cosa sea el caso, dado absurda como puede parecer. Plantea la cuestión de saber qué
que una u otra cosa sea el caso”. Sin embargo, el significa­ son las obligaciones y las prohibiciones. Pero la aceptación de
do de esto es diferente según el concepto de permisión de “P e (f/t)” como verdad lógica nos exige aceptar una concep­
que se trate:
ción más bien excéntrica de las normas.
Por la definición de Pi, “P i ( t / í ) ” dice que en algún
Podría defenderse una concepción según la cual ninguno de
mundo posible en el que es verdad que f, algún mundo po­
los principios “P ( t / t ) ” expresa una verdad lógica, pero to­
sible está permitido en el que es verdad que f. Pero como
es verdad (lógicamente, trivialmente) que t en cualquier dos ellos expresan alguna idea “cargada de contenido” acerca
mundo concebible, podemos omitir la frase “en el que es de las normas.16 La cuestión que surgiría entonces sería la de
verdad que t” por ser superflua. “P i ( t / t ) ” dice así, sim­ saber cuál es la naturaleza y el status de este principio “P (t jt) ”
plemente, que en algún mundo posible, algún mundo po­ “cargado de contenido”. ¿Es éste un enunciado fáctico, sin­
sible está permitido, esto es que bajo ciertas circunstancias tético? O, ¿es alguna especie de meta-norma acerca de aque­
algp está permitido. Esta es una afirmación muy débil. llo que debería ser el caso en un sistema de normas tales
“P z (f/t)” dice que en todos los mundos posibles algún como un código jurídico o moral? O, ¿es una idea que se
mundo posible está permitido, es decir, que en cualquier refiere a aquello qjie-debería ser considerado como un rasgo
circunstancia hay algo que está permitido. Esta es una idea característico del concepto de permisión? De las tres posibi­
deóntica mucho más fuerte y más interesante que la que lidades sugeridas la primera me parece la menos plausible. La
corresponde a Pi. tercera equivale a dar al principio el status de una regla ló­
“P s ( t/t) ” dice que algún mundo posible es tal que está gica (conceptual). Esta me parece la sugerencia más razona­
permitido en todos los mundos posibles. Esta es una idea ble.' Sin embargo, la diferencia entre considerar la idea como
aún más fuerte que la expresada por “P2( t / t ) ”; significa que
- “ Esto correspondería a la posición adoptada por Erik Stenius en su inte­
hay algo que, de hecho, está siempre permitido. resante trabajo “The Principies of a Logic of Normative Systems” en Acta
uP i ( t / t ) ” dice que todo mundo posible es tal que está Philosophica Fennica 16, 1963, pág. 247-260.

(
34 GEORG HENRIK VON WRIGHT ALGUNOS SISTEMAS DE LOGICA DEONTICA 35

una meta-norma y considerarla como una regla conceptual da y “(/” a la derecha de “ / ”, obtenemos para P = P 2 la
no es, en mi opinión, muy grande. fórmula “(P(p/q) v P ( ~ p / q ) ) & (p / ~ q ) v P ( ~ p / q ) ) ”.
Si consideramos “P ( f / f j ” como una verdad lógica acerca Si. el segundo disyunto en el primer conyunto es falso, él
de jas permisiones-Pi tendremos que tachar de las tablas de primer disyunto tiene que ser verdadero. Esto significa que
verdad, la columna en la cual a todos los constituyentes-P “0 ( p / q ) & 0 { ~ p f q ) ” es una falsedad lógica y esto, a su
(posibles) que pueden ser formados en términos de n varia­ vez, significa que la situación que hemos llamado predicamen­
bles preposicionales, se les da el valor falso. Si, a su vez, con­ to, no puede darse. En virtud de esto, el principio que “de­
sideramos “P ( f / f ) ” como lógicamente verdadero para las per- ber” implica “poder” (en el sentido de permisión) vale irres­
misiones-Pe, tendremos que tachar todas las columnas excepto trictamente para O = O 2 y P = P 2 si aceptamos “P ( t / t ) ”.
aquella que atribuye el valor verdadero a todos los constitu­ Si expandemos “P ( t / t ) ” paraP = Ps, obtenemos a(P(p/ q)
yentes. Sobre la base de las elucidaciones semánticas dadas a & P ( p / ~ q ) ) v (P ( ~ p / q ) & P ^ p / ^ q ) ) ”. Si el primer
los conceptos-P es fácil calcular el carácter y número de co­
conyunto en el segundo disyunto es falso, es decir si tene­
lumnas que han de ser tachadas si consideramos que “P ( f / f ) ”
mos “0 ( p / q ) ”, ambos conyuntos en el primer disyunto
es verdadero para los diversos conceptos-P “intermedios”.
tienen que ser verdaderos. En este caso, también “deber”
Tiene algún interés notar que si se acepta “P ( t / t ) ’\ la fór­
mula “0 ( p / q ) -* P ( p / q ) ” es una tautología deóntica para implica “poder” (en el sentido de permisión).
O = O 2 y P = P 2, pero no para O = O í y P = Pi. Si Con respecto a ninguno de los conceptos de una permisión
distribuimos “P ( f /f ) ” en términos de “p” a la izquierda y de libre elección (y los correspondientes restrictores de li­
“q” a la derecha de “ / ”, obtenemos para P = Pi, la fórmula bre elección) el principio “0 ( p / q ) -» P ( p / q ) ” es dedu-
v P ( ~ ( ~ p / q ) v P { p / ~ q ) v P { ~ p / ~ q ) ”- En cible de “P ( t / t ) ”.
virtud de Da “Ó { p / q ) ” significa que el segundo disyurito de Los problemas lógicos vinculados con la noción de pre­
la disyunción de cuatro términos es falso. De esto no se sigue dicamento serán discutidos, más adelante, en el Capítulo III.
que el primer disyunto tenga que ser verdadero. La verdad
necesaria de la disyunción es compatible con la falsedad del
primero de los dos primeros disyuntas. Supongamos que efec­ 10. Una lógica deóntica monódica puede ser considerada
tivamente son ambos falsos. Entonces tenemos “~ P ( p / q ) & como un caso “degenerado” o “límite” de un sistema diá-
~ P { ~ p / q ) ”. Cambiando a “O ”, esto puede ser.escrito tam­ dico correspondiente. Esta reducción puede obtenerse de di­
bién “0 ( p / q ) & 0 ( ~ p / q ) ” Esta expresión dice que dado versas maneras. En esta sección mencionaremos dos de ellas.
que es el caso que q, entonces debe ser el caso que p pero tam­ Una tercera forma de vincular los sistemas monádicos y diá-
bién que no debe ser el caso que p. Llamaré a este tipo de si­ dicos entre sí será discutido en el Capítulo III, Sección 5.
tuación predicamento. Es a causa de la posibilidad del predi­ Es natural pensar que el operador monódico “está per­
camento que cuando O = Oí y P = P i el principio “deber mitido que—” es la deteriorización del diádico “está permi­
implica poder” no vale irrestrictamente. En la situación de tido que —dado que—”, cuando las condiciones bajo las cua­
predicamento hay un “deber” pero no el correspondiente “po­ les está permitido esto o aquello son tautológicas y, por lo
der”. Lo que el agente debe hacer en este caso le está también tanto, no son “condiciones particulares”. Esto sugiere, en
prohibido (no permitido). Pero cuando la situación no es la otras palabras, que “P—” = . « “P (—/ f ) ”.
de predicamento, entonces trivialmente “O i ( p / q ) ” implica Veamos qué significan, de acuerdo con la definición su­
“Pi ( p / q ) ” también para O = Oí y P = Pi. gerida, los seis conceptos monádicos-P que responden a los
Si distribuimos “P ( f / f ) ” en términos de “p” a la izquier­ seis conceptos diádicos:
36 GEORG HENRIK VON WRIGHT ALGUNOS SISTEMAS DE LÓGICA DEÓNTICA 37

“Pip" ( — “P i ( p / t ) ”) significa que en algún mundo po­ es, después de la distribución, “Pp & P ~ p ”; como axioma
sible algún mundo posible está permitido en el que es esto puede ser simplificado con “Pp”.
verdad que p. Hay, pues, dos tipos principales de lógicas monódicas deón-
ticas. Del cálculo monádico del primer tipo es caracterís­
“P2p” ( = “P2 ( p / t ) ”) significa que en todos los mundos tico que la noción de permisión se distribuye disyuntiva­
posibles algún mundo posible está permitido en el que es mente en estados de cosas disyuntivos. Del cálculo monádico
verdad que p. del segundo tipo es característico que la permisión se dis­
tribuye conjuntivamente sobre las disyunciones.
El sistema “tradicional” de lógica deóntica que fue presen­
“Pop” ( = “P s (p /f)” ) significa que algún mundo posible
tado en las Secciones 6-4 es del primer tipo.
en el que es verdad que p es tal que está permitido en todos
El concepto de permisión de una lógica deóntica del se­
los mundos posibles. gundo tipo es lo que hemos llamado, en la Sección 7, una
permisión de libre elección.
“Pip” ( = “Pi ( p / t ) ") significa que cada mundo posible en
A un cálculo de cualquiera de estos dos tipos se puede
el que es verdad que p es tal que está permitido en algún agregar, como un axioma, la fórmula “Pt”. Para los equiva­
mundo posible. lentes monádicos de los conceptos diádicos Pi-Pe este axio­
ma diría que todo está permitido. Esto no debe ser equipa­
“P$p” ( = “P b(p / í ) ” ) significa que en algún mundo posible rado a una aserción de anarquía o anomía. El axioma cubre
todos los mundos posibles en los que es verdad que p están tres ideas diferentes, acerca de la permisión que son, sin em­
permitidos. bargo, monádicamente indistinguibles. En su forma más
fuerte (para el monádico Pe) dice que todo está permitido
“Pop" ( = “Pe(p/ t )”) significa que en todos los mundos po­ bajo todas las circunstancias. Esta es una aserción de “anar­
sibles todos los mundos posibles en los que es verdad que p quía”. En la segunda forma (la más débil) dice que bajo al­
están permitidos. gunas circunstancias todo está permitido. Esto significa, en
términos generales, que pueden surgir circunstancias bajo las
Con respecto a los conceptos monádicos Pi y P 2, es váli­ cuales haya “anarquía”. Sin embargo, en sú forma más dé­
do el principio de distribución “P{p v q) <-» Pp v Pcf". Como bil el axioma sólo dice que todo estado de cosas es tal que
se ha visto, por definición, este principio no vale para el bajo algunas circunstancias está permitido. Este no es un
equivalente monádico de P 2. Por esta razón, el cálculo mo­ enunciado de “anarquía” sino que equivale a una negación
nódico para el concepto P 2 parece carecer de interés indepen­ de deberes incondicionados o sin excepción. Esta es, cierta­
diente bajo la interpretación sugerida. mente, la manera-más interesante y sensata como puede ser
Para Pi y P3, el equivalente monádico del principio “P (t ¡ t ) ” entendida la idea de jjue “todo está permitido”.
es, después de la distribución, “Pp v P ~ p ”.
Para los conceptos monádicos P 5 y Pe el principio de dis­
tribución “P(p v q) ** Pp & Pq”, vale. Para el monádico Pi,
la expresión “P(p v q) " no es distribuible. El cálculo mo­ Supongamos que “s” signifique el estado total del mundo
nádico para el concepto Pi se presenta pues, como no inte­ que, en un tiempo dado, es “la situación presente”. Una se­
resante. gunda manera como puede ser considerado el operador mo­
Para PBy Pe el equivalente monádico del principio “P ( t / t ) ” nódico “está permitido que—” como un caso especial del
/

38 GEORG HENRIK VON WRIGHTt ALGUNOS SISTEMAS DE LÓGICA DEÓN TICA 39


diádico “está permitido que —dado que—”, es cuando las de una permisión de libre elección no implica que todo esté
condiciones bajo las cuales hay una permisión son las de la permitido. Esto es así, porque en estos cálculos no puede
situación presente. probarse que si algo está permitido (es obligatorio) entonces
De acuerdo con esta concepción, los primeros tres con- esa cosa o alguna otra está también permitida (o es obliga­
ceptos-P (y los correspondientes conceptos-O) coincidirán toria). En los cálculos de permisión de libre elección, la fór­
en el caso monádico, y también los últimos tres conceptos-P mula “Op 0 ( p v q )” no es un teorema. Hemos suge­
(y conceptos-O). “Pi ( p / s ) ”f cuando i = 1, 2 ó 3, dice que rido (p ___) que lo que hace que la fórmula se presente como
en la presente situación, algún mundo posible está permi­ contraintuitiva, es nuestra asociación de la obligación de que
tido en el que es verdad que p. “Pi ( p / s ) ”, cuando i = 4, 5 p sea el caso, con la permisión de libre elección de que p o q
ó 6, dice que en la situación presente todos los mundos posi­ sea el caso. Cuando vemos claramente por qué no es legí­
bles están permitidos en los que es verdad que p. tima esta asociación, la apariencia de paradoja desaparece.
Bajo esta interpretación, el principio de distribución Hay pues cálculos deónticos en los cuales la paradoja de
“P(p v q) «-» Pp v Pq” es válido para P = Pi, P 2 o Ps y Ross no surge y en los cuales se distribuye la permisión
“P(p v q) <-> Pp & Pq” es válido para P = Pt, Ps o Pe. conyuntivamente sobre las disyunciones. ¿Concluiremos, en­
Para los conceptos-P fuertes, “Pt” diría que, en la situación tonces, que estos cálculos deónticos concuerdan con nuestras
presente, todo está permitido. Esto podría ser llamado el intuiciones acerca de la conducta lógica de los conceptos nor­
permiso de “anarquía momentánea”. Permisiones, obligacio­ mativos y que, por consiguiente, tienen mayor derecho a la
nes y prohibiciones que son relativizádas a la situación pre­ verdad que los sistemas de lógica deóntica estudiados y cons­
sente pueden ser llamadas imperativos. Aceptando está termi­ truidos previamente?
nología podemos hablar de los sistemas monádicos de lógica ‘ Esta conclusión sería precipitada. En efecto, en los cálcu­
deóntica, así relativizados, como de lógicas de imperativos. los de permisión fuerte también surgen “paradojas”. Estas
(Este, sin embargo, es sólo uno de los muchos usos del tér­ son “paradojas” sólo debido a una asociación mental ilegí­
mino “imperativo” ).1 tima de los rasgos lógicos de los conceptos normativos de
estos cálculos, con rasgos lógicos de los conceptos de los j
cálculos de permisión débil; así como las “paradojas” en •:í
11. Volvemos ahora a las dos “paradojas” o acertijos que los cálculos de este último tipo surgen debido a una confu­
presentamos en la Sección 6. Estas eran la paradoja de Ross sión con los rasgos de los cálculos de permisión fuerte.
que dice que si algo es obligatorio, entonces este algo o cual­ En los cálculos monádicos de permisión débil probamos
quier otra cosa es también obligatoria; y la paradoja que dice el teorema “Pp -* P (p & q ) ”. Dice que si una cierta cosa está
que si la permisión para hacer esto o aquello significa tener permitida, entonces esta cosa en conjunción con cualquier
una libre elección entre dos alternativas, entonces parece se­ otra, también está permitida. Esto sería desastroso. Pues en
guirse que cualquier cosa está permitida. Trataremos primero este caso la lógica deóntica que permite el paso de “Pp” a
el segundo acertijo. “P ( p & q ) ” también permitiría la transición de “P ( p & q ) ”
Desde que presentamos el acertijo en la Sección 6, hemos a “Pq”. Pero este no es el caso. Las inferencias de “Pp” a
descubierto la existencia de cálculos deónticos en los cuales “P (p & q )" y de “P ( p & q ) ” a “Pq” son ambas válidas,
el operadorrP se distribuye conjuntivamente sobre las disyun­ pero válidas para diferentes conceptos de permisión.
ciones. La permisión aquí significa la libertad para elegir E n términos de acción, la fórmula “Pp -» P ( p & q ) ” pa­
entre todas las alternativas, si hay alguna, que cubren la rece decir que si a una persona se le permite, por ejem­
cosa permitida. Sin embargo, en estos cálculos, la existencia plo, fumar, también se le permite, a fortioti fumar y ma-
40 GEORG HENRIK VON WRIGHT

tar. Esto sería mal interpretar completamente el contenido


de la fórmula. Supongamos que “p” represente el estado de
cosas cuando una persona está fumando y “q” cuando otra
t-
persona está muerta. Una permisión de fumar, normalmente
es una permisión de comportarse de manera tal que se
produzca el estado que p, si este no existe. Ahora suponga­ j|: •
ü:
mos que el estado que q está ya dado pero no el estado que í.
p. Al encender su pipa, la persona en cuestión produce el
estado que p & q. Esto puede estar perfectamente permitido
aunque esté estrictamente prohibido producir el estado que
\i q, esto es, matar a alguien.
i ¡.
La moraleja que puede sacarse de estas consideraciones es
que hay varios conceptos de permisión y obligación. Las “pa­
radojas” de los diversos sistemas de lógica deóntica surgen
$i debido a una confusión, a nivel intuitivo, entre los diferentes
conceptos. Si se distinguen claramente estos conceptos, en­
I^ tonces no hay “paradojas”. Su distinción se logra a través
de la construcción de una variedad de lógicas deónticas.

12. Los seis conceptos-P que hemos distinguidos no carecen


de relaciones lógicas entre sí. Como puede verse a partir de sus
1i definiciones Pe es el concepto más fuerte e implica a todos los
demás. “Ps(p/q)” implica “P2(p/q)” y “Px (p/q)”; “P2(p/q)”
implica “P i( p /q ) ”; “Ps ( p / q ) ” implica “P i ( p / q ) ” y ambos
Üi implican “P i( p /q ) ”. Se sigue de aquí que Pi es el más débil
de todos los conceptos de permisión.
Entre los seis conceptos-O, el orden de fuerza es el inverso.
lí. Oí es el concepto más fuerte de obligación y De es el más
débil. “Q¡(p/q)”, además, implica “Oa( p/ q) ” y “Oe(p/q)”;
“Oi ( p / q ) " implica “0 6(p/q)” y “O«(p/q)”.
Estas relaciones de fuerza lógica entre los distintos concep­
tos puede ser ilustrada en diagramas, de la siguiente manera:
ALGUNOS SISTEMAS DE LOGICA DEONTICA 41

Se sigue que las seis versiones de “P. (t / t ) ” también; tienen


relaciones lógicas entre sí. “Pa( t / t ) ” implica “P 2 ( t / t ) ” que
implica, a su vez, “P i ( t / t ) ” . Si algo es tal que está permitido
bajo todas las. circunstancias,, entonces en todas las circuns­
tancias algo está permitido y, trivialmente, en algunas circuns­
tancias algo está permitido. “P e (t/t) ” implica todas las otras
versiones.-‘T B (t/t)” implicá “P i ( t / t ) ”. .
Parecería que la idea de obligación o de “deber” es, intui­
tiva o naturalmente, entendida en el sentido de Oí es decir,
como una obligación del tipo más fuerte. “Debe ser el caso
que p” cuando ninguna circunstancia está especificada, se
entiende más naturalmente como significando que debe ser
el caso bajo todas las circunstancias y no como significando
que tal o cual cosa debe ser el caso bajo algunas circunstan­
cias (no especificadas).. “Debe ser el caso que p dado que q”
es, a su vez, más naturalmente entendida como establecien­
do una> obligación bajo todas las circunstancias que incluyan
como un componente conjuntivo el estado que q y no bajo
alguna de tales circunstancias únicamente.
¿Cuál concepto de permisión está más cerca de nuestra
comprensión “natural” de la frase “está permitido que p” o
de la frase “está permitido que p, dado que q”? Me parece
que la forma más natural de entender las frases es ésta:
“está permitido que p”, cuando no se especifica ninguna
circunstancia, significa que está permitido que p, sin que im­
porte cuales sean las circunstancias, es decir en todas las
circunstancias. “Está permitido que p dado que q” significa,
a su vez, que está permitido que p siempre que q, es decir
sin tener en cuenta, ninguna otra circunstancia fuera de q.
Esta comprensión de la permisión, aunque en un sentido
anSogo a/lo qufe parece ser la forma más natural de enten-
; der la obligación, no hace que la permisión y la obligación
se correspondan en el sentido de nuestras definiciones. Nues­
tra sugerencia equivale a decir que el concepto más “natu­
ral” de obligación es Oí y el concepto más “natural” de per-
' misión es P 2. Es difícil decidir si esto es estrictamente así o
no— y no es muy interesante plantearse esta prgeunta.17
'■ 17 El concepto de permisión condiciona] presentado e investigado por Rescher
_ en "An Ariom System for Deontic Logic” (Pbilosoplucal Studies 9, 1958) es v -
\

42 GEORG HENRIK VON WRIGHT

Podríamos construir una lógica deóntica en la cual el ope-


rador-O obedece las leyes para Oí (es decir para P i), y el
operador-P obedece las leyes para P 2 (es decir para O 2).
En este sistema serían tautologías deónticas las siguientes
fórmulas:

0 ( p &q / r v s ) -* 0 ( p / r ) & 0 ( q / r ) & 0 ( p / s ) & 0 ( q f s ) ;


P ( p v q / r v s) ** (P(p/r) v P ( q / r ) ) & (P ( p / s ) v P ( q / s ) ) ;
0(p/q) -*~P(~p/q).
CAPÍTULO II
En este sistema, además, “~ P ( ~ p / q ) -> 0 ( p / q ) " no se­
ría una tautología ni tampoco, por consiguiente, la equiva­ ELEMENTOS DE UNA LÓGICA DE LA ACCIÓN
lencia “0 ( p / q ) * * ~ P ( ~ p / q ) ”. En otras palabras: del hecho
de que una cierta cosa sea obligatoria-Oi puede concluirse 1. Vimos en el Capítulo I (Sección 3) que la lectura (inter­
que la contradictoria de esta cosa no sea p erm itida^. Pero pretación) de las fórmulas de la lógica deóntica presentaban
del hechoi de que algo no sea p e rm itid o ^ uno no puede con­ un problema. ¿Qué representan las variables que aparecen en
cluir que su Contradictorio sea obligatorio-Oi. Esta relación las fórmulas? ¿Qué tipo de cosas son aquéllas de las que
entre obligación y permisión tiene alguna relevancia con se dice que son obligatorias, permitidas o prohibidas? Lla­
respecto a la discusión acerca de las “lagunas” en un orden maré a estas cosas los contenidos de las normas.
normativo. (Cfr. Capítulo IV, Sección 4). Una respuesta a nuestras preguntas podría ser que los con­
Uno puede definir el concepto-P que corresponde al “O” de tenidos de las normas son acciones. Pero ya hemos decidido
este sistema (este concepto-P sería P i). Y uno puede definir que las variables representan estados de cosas. El problema
un concepto-O que corresponda a “P” (este concepto-O se­ que surge ahora es el de saber de qué manera los estados de
ría O 2) . Pero uno no puede definir el concepto-P del sistema cosas están vinculados con los contenidos de las normas.
en términos del concepto-O -ni viceversa. Tanto obligación A veces se hace una distinción entre reglas ideales y reglas
como permisión son ambos conceptos básicos de esta lógica de acción —en la terminología alemana, entre SeinsoUen y
deóntica. Tunsollen. Una sugerencia plausible sería que los contenidos
Sólo si aceptamos como ingrediente axiomático del sistema de las reglas ideales son estados de cosas, por ejemplo un
que ahora analizamos, el principio de que en todo mundo cierto estado de carácter tal como que una persona es va­
posible algún modo posible está permitido, “0 ( f i / q ) -* liente o templada o justa.
P ( p / q ) ” será una tautología deóntica. Aceptar esto es excluir Pero las reglas ideales son un caso especial y nosotros, cier­
por razones lógicas, la posibilidad de la situación que hemos tamente, no pretendemos que las leyes de la lógica deóntica
llamado “predicamento”.
se apliquen solamente a este tipo de normas. Es dudoso, ade­
más, que las reglas ideales puedan existir independientemente
de las reglas de acción. Aquellas requieren (lógicamente) que
algo se haga o se evite en aras de la obtención o preservación
el mismo que nuestro P ,. Esencialmente el mismo concepto de permisión es
del ideal. Pero las normas de acción, según parece, no depen­
mencionado por Hintildca en su trabajo “Quantifiers in Deontic Logic" (Com- den lógicamente de las reglas ideales. Pensamos que una ló-
mentationes humanarum Jitterarum Soáetatis Scientiarum Fennicae XXU1:4, 1957].
43
44 GEORG H EN RIK VON W R IG H T ELEMENTOS DE UNA LÓGICA DE LA ACCIÓN 45
gica deóntica tiene que ser elaborada primeramente para in­ • 2. ¿Qué és actuar? Quizás no pueda encontrarse una res­
corporar normas acerca de la acción. puesta que cubra todos los casos. Pero una respuesta que
Ya se sugirió (Capítulo I, Sección 3) que una forma con­ capta un importante tipo de acción es ésta: actuar es pro­
veniente de lectura de las fórmulas “Pp” y “O p” es “está ducir o evitar un cambio intencionalmente (“a voluntad”)
permitido (es obligatorio) procurar que p” o “uno puede en el mundo (en la naturaleza). Según esta definición,
(debe) procurar que p". La frase “procurar que p ” puede, omitir una acción es o bien dejar algo sin cambio o dejar
a su vez, ser considerada como una abreviatura de “actuar que algo suceda. Según esta concepción, hay dos tipos de
de manera tal que el estado de cosas que p sea el resultado de acción. Podemos llamarlas acción productiva y acción pre­
la acción de uno”. Puede decirse que esta lectura vale tanto ventiva. A estos corresponden dos tipos de abstención (omi­
para la concepción que sostiene que los contenidos de las sión). De esta manera, obtenemos una división de actos
normas son acciones como para la concepción de que las va­ y omisiones en cuatro tipos elementales.
riables de las fórmulas de lógica deóntica representan estados - E n lo que sigue, la palabra “acto” ( “actuar”, “acción” )
de cosas. será usada para referirse no solamente a la interferencia
Consideremos ahora el significado de, por ejemplo, “0 ~ p ”. productiva o preventiva con el mundo, sino también para
La expresión dice que uno debe procurar que ~ p es decir, la abstención.
procurar que el estado de cosas que p no sea el caso. ¿Qué es Ejemplos de acción son: abrir una ventana, dejar que
este “procurar”, qué acción requiere? Supongamos que es el una puerta se cierre, matar una persona, firmar un contrato,
caso que p. Entonces lo que la norma ordena es:una acción dar permiso a alguien para que haga algo.
que “destruya” este estado, lo cambie en su opuesto (contra-: Se puede hacer una distinción entre acciones y activi­
dictorio). Supongamos, sin embargo, que no es el caso que dades.1 La noción de actividad está vinculada a la de pro­
p. Entonces la norma prescribe no una acción sino la abs­ ceso de una manera muy similar a como la noción de acción
tención u omisión de la acción. Nos pide que evitemos la está vinculada a la de cambio. Un cambio se obtiene a tra­
producción del estado que p. De la expresión simbólica pre­ vés de un proceso. Similarmente, una acción presupone
sentada más arriba no puede comprenderse si la norma pres­ para su ejecución, úna actividad.
cribe un acta o una abstención. La presencia del signo de Ejemplos de actividades son: respirar, correr, fumar o es­
negación no indica abstención. La verdad es que la distinción cribir. A veces es conveniente usar el término comporta­
entre; el modo de comportamiento “activo” y el modo de miento para cubrir tanto la acción como la actividad.
comportamiento “pasivo” no puede ser expresado en el len­ Las actividades también pueden ser contenidos de las
guaje simbólico de las normas con que ahora contamos. normas. “Prohibido fumar” sería un ejemplo.
La distinción entre actuar y omitir es obviamente impor­ Parece que las normas que se refieren a la actividad son,
tante para una teoría de las normas. Una lógica deóntica en un sentido importante, secundarias con respecto a las
que no pueda expresar esta distinción ha de ser calificada L
normas que se refieren a acciones. Las palabras “prohibido
de defectuosa. Para eliminar este defecto tenemos que em­ fumar” cuando son usadas como una formulación de nor­
barcamos en un análisis de la noción de acto humano y ma, prohíben la actividad de fumar. Pero esto también or­
desarrollar herramientas simbólicas que capten los principa­ dena (implícitamente) el acto de cesar de fumar, en caso
les aspectos conceptuales de esta noción en el lenguaje de que el destinatario esté fumando y prohíbe el acto de
formal de la lógica deóntica. comenzar a fumar, en caso de que el destinatario no esté

1 Cfr. Norm and Action, Cap. III, Sec. 6.


46 GEORG HENRIK VON WRIGHT ELEMENTOS DE UNA LÓGICA DE LA ACCIÓN 47

fumando. Parecería que la “relevancia práctica” de la nor­ mo tiempo, estar lloviendo en este lugar y en otro tiempo
ma que se refiere a la actividad se produce y agota en dos no. Que esté lloviendo en el tiempo t es un estado gené­
normas que se refieren a la acción.2 Consideraré aquí que rico en la dimensión espacial. Puede estar lloviendo en un
estas observaciones me eximen de decir algo más acerca de lugar en este tiempo y en otro lugar no. Que esté lloviendo
las actividades y de las normas que se refieren a ellas. es un estado genérico, tanto en la dimensión espacial como
en la temporal.
En lo que sigue, los estados de cosas serán entendidos
3. Si la acción consiste en producir o prevenir cambios, en­ siempre como genéricos, al menos en la dimensión tem­
tonces para dar una versión de la acción, tenemos primero poral.
que dar cuenta del cambio. Puede decirse que una lógica de
la acción presupone una lógica del cambio.
¿Qué es un cambio? Una respuesta preliminar es que un 4. Supongamos que el estado total del mundo en una oca­
cambio es una transformación de estados. Un cambio tiene sión dada puede ser completamente descripto indicando
lugar cuando un estado de cosas cesa o empieza a existir. para cada uno de un número finito n de estados (genéri­
Cuando un estado continúa, el mundo permanece sin cam­ cos) lógicamente independientes pi, . . . p» si se da o np se
bio con respecto a este estádo. Es conveniente, sin embargo, da en aquella ocasión. Una descripción de este tipo es lla­
usar la palabra “cambio” de manera tal que incluya tam­ mada una descripción de estado (Cfr. Capítulo I, Sección
bién el no cambio, es decir progresiones inmediatas en el 5). Como es bien conocido, el número total de estados po­
tiempo con el mismo estado inicial y final. sibles de un mundo compuesto por n estados “elementales”
La noción de estado de cosas es así básica para la noción lógicamente independientes, es 2”. Podemos ponerlos en una
de cambio. No intentaré responder aquí la cuestión acerca de secuencia y referirnos a ellos por medio de nombres: si, . . .
qué es un estado (de cosas). Me limitaré a la siguiente S2b . El número n se dirá que mide el “ancho del mundo”
observación: (Ver arriba p. 20).
Se puede distinguir entre estados de cosas en sentido La noción de independencia lógica no deja de tener sus
genérico y en sentido individual. Individualmente, el mismo problemas. Para nuestros propósitos bastará la siguiente elu­
estado, por ejemplo, que el sol esté brillando en un cierto cidación de esta noción: Los miembros de un conjunto de
lugar y en un cierto tiempo se da solo una vez en la his­ estados de cosas (genéricos) posibles son lógicamente inde­
toria del mundo. Genéricamente, el mismo estado, es de­ pendientes si y solo si una respuesta a la cuestión acerca de
cir que el sol esté brillando puede darse repetidamente y si uno de ellos (o un compuesto veritativo-funcional de
en diferentes lugares. De los dos sentidos, el genérico me algunos m de ellos) se da o no en una cierta ocasión, no
parece que es el primario. Un estado individual es, por así presupone lógicamente respuesta a las cuestiones:
decirlo, un estado genérico instanciado (“encarnado” ) en a) acerca de si alguna otra de ellas (o compuesto verita-
una cierta ocasión en el espacio y en el tiempo. tivo-funcionales de algunas m ' de ellos) se da en la misma
Habría que notar que un estado de cosas puede ser ge» ocasión o no y,
nérico en una de las dos dimensiones (espacio y tiempo) e b) acerca de si algunos de ellos (el mismo o algún otro) se
individual en la otra. Que esté lloviendo en el lugar l es un da en alguna otra ocasión.
estado genérico en la dimensión temporal. Puede, al mis- Podemos llamar a esta suposición que se refiere a la cons­
titución lógica del mundo, una suposición de atomismo lógi­
a Cfr. ¿bid. Cap. V , Sec. 3. co. No necesitamos discutir aquí la importante cuestión
48 GEORG HENRIK VON WRIGHT ELEMENTOS DE UNA LÓGICA DE LA ACCION 49

ontológica acerca de si nuestro mundo real satisface o no cional (LP) enriquecido por la conectiva “T ”. Para el pro­
esta suposición. La respuesta es quizás negativa. Pero nadie pósito de formar expresiones “T ” funciona exactamente de
negaría, según pienso, que, en tanto modelo simplificado la misma manera que las conectivas binarias. Para econo­
de “un mundo”, la idea atomística tiene un gran valor mizar aceptemos la convención de que la fuerza vinculatoria
teórico. A lo largo de nuestro estudio de los cambios y de “T ” es más fuerte qua la de cualquiera de las conectivas
las acciones emplearemos este modelo. veritativo-funcionales. Los axiomas del cálculo son un con­
Supondremos además que el tiempo es un médium dis­ junto de axiomas de LP y los cuatro axiomas siguientes:
creto de ocasiones (“momentos”, “puntos temporales” ) en
orden lineal. Introducimos el símbolo “T ” que ha de ser AtI. (pvqTrvs)*+(pTr)v(pT$)v(qTr)v(qTs).
leído “y luego”. “síT s ” dice que el estado total del mun­ At2. (pTq)&(pTr)-*(pTq8rr)i .
do es ahora s* y luego (en el próximo momento) sy. Si e - A t3. p**(pT qv~q).
presamos las descripciones de estado en términos de los At4. ~ (p T q & ~ q ).
estados (“elementales” ) subyacentes, podemos, comparán­
dolos, decir exactamente en qué características el mundo
cambiará y en cuáles permanecerá sin cambio, cuando él La inferencia en el cálculo se realiza mediante sustitu­
ción (de fórmulas del cálculo por variables), modus poneos,
“tiempo pase” del momento presente al próximo.
y remplazo dé expresiones por expresiones que pueden pro­
Consideremos m ocasiones sucesivas, en el tiempo. Si barse como equivalentes (en el cálculo).
para cada una de ellas indicamos cual es el estado total
Cualquier expresión dada de este cálculo puede ser transfor­
del mundo que se da en aquella ocasión, obtenemos una mada en una forma normal que es una disyunción de histo­
descripción completa de cómo el mundo cambia (y no rias de longitud m de un mundo de ancho n. Si la forma
cambia) en aquel intervalo de tiempo. Una descripción normal de una expresión enumera todas las 2“” diferentes
de este tipo la llamaremos una descripción de cambio o historias posibles (de longitud m de un mundo de ancho n) di­
historia del mundo de longitud m. Es fácil ver que el nú­ remos que esta expresión es una tautologta-T o una tautolo­
mero de historias posibles de longitud m de un mundo de gía temporal. La forma normal de una tautología-T dice que
ancho n es 2™. Podemos nombrarlos y ordenarlos en una un cierto mundo en un cierto lapso tiene o bien esta o esta
secuencia hi, . . . hstmn. o . . . historia y enumera todas las posibilidades. Por consi-
No necesitamos aquí analizar la cuestión ontológica de siguiente, una tautología-T no dice nada efectivamente acerca
la naturaleza dél médium tiempo, o sea de saber si el tiem­ de cómo el mundo cambia y no cambia en este lapso. Es
po es discreto o no. Se estará de acuerdo, pienso, en que totalmente vacía de “contenido” y, por lo tanto, es una “tauto­
las descripciones de cambio de longitud finita tienen, en logía” en el sentido estricto de la palabra.
todo caso, un considerable interés y valor como modelos La noción de tautología-T establece un patrón obvio de
simplificados de (esbozos de) una historia del mundo. La verdad lógica para el cálculo-T.
lógica del cambio sobre la cual construimos aquí una lógica Puede mostrarse que todas las tautologías-T son teoremas
de la acción es una teoría formal de la constante lógico- del cálculo-T y también que todos los teoremas del cálculo-T
temporal “y luego”} llamaremos también a esto el cálculo-T. son tautologías-T. A través de su forma normal puede verse
El vocabulario de esta lógica es el de la lógica proposi-
* En la presentación original del cálculo había en lugar de AT2 un axioma más
1 Pata una presentación completa de esta teoria formal, el lector puede fuerte "(pT q) & (rTs) ^ (p & rT q & s ) ” . Sin embargo la fórmula más fuerte pue­
consultar mi trabajo “ ‘And N e x f" , Acta Philosophica Fennica 18, 1965. de ser probada a partir de AT2 con la ayuda de los otros axiomas.
50 GEORG HENRIK VON W RIGHT
ELEMENTOS DE UNA LÓGICA DE LA ACCIÓN 51
inmediatamente si una expresión es una tautología-T. Así
pues, nuestra lógica del cambio, el cálculo-T, es decidible y, resultado de la acción. Cuando el término “acción” es en­
con respecto al patrón establecido de verdad lógica, com­ tendido de manera tal que cubre también las omisiones,
pleto. el resultado no es necesariamente “producido” por la ac­
ción. Puede también “darse” gracias a la omisión. Es ter­
minológicamente conveniente decir en todos estos casos que
5. En el cálculo-T podemos describir cambios (y no cam­ el estado “resulta de” la acción (comportamiento) del
bios) de un momento al próximo y a lo largo de un cierto agente.
período de tiempo. Pero con este instrumento no pode­ Los estados a) y e ) , tomados conjuntamente, puede de­
mos describir acciones (y omisiones,). No es difícil com­ cirse que constituyen la situación para actuar o, también
prender que esto sea así: pueden ser llamados, oportunidad de la acción. Por ejem­
Supongamos que hay un solo agente en nuestro mun­ plo: si el mundo está inicialmente en un cierto estado y
do. Supongamos, además, que con respecto a este mundo, permanecerá en este estado suponiendo que no hay inter­
es verdad que p y luego que ~ p. De esta información no ferencias de ningún agente, entonces hay una oportunidad
puede concluirse nada acerca del papel del agente con res­ o bien para destruirlo o bien para dejarlo continuar. Si,
pecto a este cambio. Supongamos, sin embargo, que se nos por otra parte, el estado en que se encuentra inicialmente
da la información adicional de que si este agente no hu­ el mundo desaparecerá a menos que intervenga algún agen­
biese interferido con el mundo, si se hubiese quedado te, entonces la situación ofrece una oportunidad o bien para
pasivo, el cambio no hubiese tenido lugar. Entonces, po­ evitar que este estado desaparezca o bien para dejarlo des­
demos concluir que él produjo el cambio, es decir destru­ aparecer.
yó el estado que p. Y si se nos dice que, independiente­ Los estados a), b) y c) determinan, conjuntamente, la
mente del agente, el cambio se hubiese producido, entonces naturaleza de la acción. En otras palabras: la naturaleza
podemos —con la reserva que se mencionará enseguida— de la acción está determinada conjuntamente por la opor­
concluir que el agente dejó que el cambio sucediese, es decir tunidad y el resultado.
dejó que desapareciera el estado en cuestión.
Hablando en términos generales, para una descripción de
acción en términos de estados y transformaciones (cam­ 6. La relatividad de la acción con respecto a una oportuni­
bios), se requieren tres puntos. dad puede también ser llamada el elemento contrafáctico
a) Primero, se nos tiene que decir el estado en el que envuelto en la acción. Toda descripción de una acción con­
se encuentra el mundo cuando se inicia la acción. Llamaré tiene, tácitamente, un enunciado condicional contrafáctico.
a este estado el estado inicial. Cuando decimos, por ejemplo, que un agente abrió una
b) Segundo, se nos tiene que decir el estado en que se ventana, implicamos que si no hubiese sido por la inter­
encuentra el mundo cuando la acción ha sido completada. vención del agente la ventana hubiera permanecido cerra­
Llamaré á este estado, el estado final. da en esa ocasión. Cuando decimos que un agente impidió
c) Tercero, se nos tiene que decir el estado en que se que una puerta se cerrara queremos decir que “de otra
encontraría el mundo si el agente no hubiese interferido manera”, es decir si no hubiera sido por el agente, la puer­
sino que se hubiese quedado pasivo o, como podríamos ta se hubiera cerrado en esa ocasión.
decir, independientemente del agente. Los condicionales contrafácticos están vinculados con no­
El estado b ), el estado final, puede también ser llamado torias dificultades. En el caso de la acción, estas dificulta­
des están, además, complicadas por la naturaleza peculiar
ELEMENTOS DE UNA LÓGICA DE LA ACCIÓN 53
52 GEORG HENRIK VON WRIGHT

de la relación entre el resultado de la acción y lo que llamadas “coordinadoras de mundos posibles”. “T ” coordina
hubiera sucedido si no hubiese sido por el agente. En esta el mundo que es ahora y el mundo que será luego. “I” co­
relación está implicada la noción de intenáonalidad. ordina el mundo como es con un agente en él y el mundo
Tomaremos un atajo y simplemente dejaremos de lado los que sería si el agente hubiera permanecido pasivo.
problemas vinculados con lo contrafáctico y lo intencional. Las expresiones-T y las expresiones-I pueden combinarse
Esto no lo hacemos porque queramos negar o minimizar con la ayuda de las conectivas de verdad o con “T ” o “I”.
la importancia filosófica de estos problemas con respecto a Las expresiones combinadas serán llamadas expresiones-Tí.
una clarificación completa de las nociones de acción y de El sistema axiomático de las expresiones-Tí será llamado
agente. Pero para los propósitos limitados de la presente el cálculo-TI. Sus axiomas son los de LP más los del cálcu­
investigación basta simplemente tomar nota del hecho de lo-T y los del cálculo-I. Sus reglas de inferencia son: sus­
que en la noción de oportunidad para la acción, está im­ titución, modus ponens y remplazo de expresiones probada­
plícita una correlación entre el estado actual de cosas que mente. equivalentes.
resulta de la acción y el estado hipotético que hubiese No se analizarían aquí los problemas metateóricos vin­
resultado de no mediar la intervención del agente. Para culados con el cálculo-I. Se mencionará tan sólo que po­
esta correlación introduciré el símbolo “I”. Esta es una demos definir un concepto de tautología para el cálculo,
conectiva binaria. Expresiones formadas con su ayuda se­ el cual es una generalización de la noción correspondiente
rán llamadas expresiones-I. A la derecha y a la izquierda (en LP y) en los cálculos-T e l y que nos da aquí un pa­
de una “I” (no iterada) se encuentran descripciones es­ trón natural de verdad lógica. Puede mostrarse que el
quemáticas de estados de cosas (genéricos). La descrip­ cálculo es decidióle y, con relación a su patrón de verdad,
ción a la izquierda de la “I”, en la expresión-í, se afirma completo.®
como verdadera de un mundo en el cual hay un cierto
agente. La descripción a la derecha es verdadera respecto a
un mundo que sería el caso si este agente, en la ocasión en 7. El cálculo-T nos da los medios que necesitamos para una
cuestión, no interfiere, permanece pasivo. descripción esquemática de .la acción en tanto producción
Las reglas formales que gobiernan el comportamiento ló­ o impedimento de cambio. La forma general de la cual
gico de la conectiva “I” son exactamente las mismas que puede extraerse una descripción de acción es “—T(—I—) ”
las de la conectiva “T ”. Los cuatro axiomas característi­ en donde los espacios ” son llenados por variables o por
cos de la conectiva ,son los siguientes (Cfr. arriba p. 49-50): compuestos veritativo-funcionales de LP.
Para nuestros propósitos tiene particular interés el caso
Ail. (p v qlr v s)<*(PIr) v (pls) v (qlr) v (c/Is). en que las descripciones de LP que llenan los espacios son
Ai2. {plq) & (pír) -*■ (plq & r). descripciones de estado en términos del mismo conjunto de
Ai3. p**(plq v ~ q ). variables. La expresión-TÍ dice entonces que el mundo ini­
Ai4. (pTq & ~ q ) . cialmente •se encuentra en un cierto estado total y luego
se encuentra en un cierto segundo estado total en vez de
Las reglas de inferencia del cálculo-I son las mismas que encontrarse en un tercer estado total. La lectura con “en vez
las del cálculo-T. de” es conveniente pero debe ser entendida en el sentido de
La validez de A il—Ar4 debe ser ya obvia después de
* Esto fue mostrado en detalle por un miembro del grupo que asistió a mi
las explicaciones dadas con respecto a la función correla­ Seminario para Graduados en la Universidad de Pittsburgh en 1966, la seño­
cionante de “I”. Ambas conectivas, “T ” e “I” podrían ser rita B. Lang.
ELEMENTOS DE UNA LOGICA DE LA ACCION 55
54 GEORG HENRIK VON WRIGHT
Consideremos ahora un universo de ancho n. Ahora hay
que incluye también el caso en que el tercer estado es el un total 2” X 2” X 2” es decir 2S" modos posibles de lle­
mismo que el segundo. nar los espacios con descripciones de estados. Supongamos
Consideremos un universo de ancho 1, cuyo único ele­ que sí, s¡, Sk, sean las tres (no necesariamente diferentes)
mento es el estado de cosas que p. Hay entonces 8 ( = 2 3) descripciones de estado en este universo. En virtud de las
formas diferentes posibles como uno puede llenar los es­ reglas del cálculo-TÍ, la expresión “s¡T(siISk) ” es equiva­
pacios en “—T (—I—) ” con una de las dos descripciones lente a una conjunción de n expresiones de acciones ele­
de estado “p” o “ ~ p ” : “p T ( p I p ) ”, “p T (p I~ p ”, mentales, una acción elemental para cada uno de los n
“~ p T ( ~ p I ~ p ) ”. La descripción de la acción (hablando es­ elementos del universo. Este compuesto de n acciones ele­
trictamente: omisión de la acción) que puede ser extraída o mentales (y/o omisiones), que es atribuíble al agente en
“leída” en la primera expresión, es que el agente deja que cuestión en la ocasión en cuestión sobre la base de la ex­
el estado de cosas continúe siendo, omite destruirlo. En presión “síT ( silsk)”, será llamado un curso o patrón de ac­
el segundo, podemos ‘leer” que el agente evita que desapa­ ción o una acción total.
rezca, ..., y en el octavo, que deja que el estado continúe Por ejemplo: “p & ~ q T ( ~ p & q l ~ p & ~ q ) ” describe el
ausente, omite producirlo. Me referiré a estos ocho casos el curso de acción que un agente elige cuando deja que
como a las ocho acciones elementales (y omisiones).6 uno de los dos estados desaparezca y produce el otro. La
Se pueden dividir los ocho casos de la manera siguiente en expresión es equivalente a la conjunción l‘p T ( ~ p I ~ p ) ) &
dos grupos: al primero pertenecen los casos en los cuales (~ q T (q I~ q )y .
el estado inicial consiste en la presencia del estado que p. Podemos usar la conectiva “T ” para formar cadenas de
Al otro pertenecen los casos en los cuales el estado inicial descripciones de una acción que se extiende a lo largo de una
es la ausencia del estado que p. Las cuatro acciones del pri­ sucesión de ocasiones: T ( (—I—) T ( ( —I—) . . . ) ) . . . ”, en
mer grupo pueden ser descriptas en términos generales donde la serie de puntos a la derecha del último paréntesis
como: dejar que un estado continúe siendo, destruir un indica que habrá tantos paréntesis como repeticiones del pa­
estado, dejar que un estado desaparezca y evitar que un es­ trón “—I —” en la expresión. Consideraremos aquí sólo el
tado desaparezca (apoyándolo). Las cuatro acciones del se­ caso en que los espacios son llenados por descripciones de
gundo grupo pueden ser descriptas en términos generales co­ estado en términos del mismo conjunto de n estados ele­
mo: dejar que un estado continúe estando ausente, producir mentales. (El caso general puede ser disuelto en una dis­
el estado, dejar que un estado se produzca y evitar que un yunción de casos de este tipo). Podemos extraer o “leer”
estado se produzca (suprimiéndolo). Pero la presencia del es­ en la expresión una sucesión de cursos de acción llevados
tado que p es lo mismo que la ausencia del estado que a cabo por un cierto agente en una secuencia de ocasiones
~ p y la presencia del estado que ~ p es la ausencia del sucesivas. Es conveniente llamar a tal sucesión una vida y a
estado que p. Por consiguiente, el patrón lógico compuesto su descripción una biografía. Por el largo de una vida enten­
por los cuatro casos del primer grupo es estructuralmente demos el número de momentos que en nuestro tiempo dis­
idéntico al patrón lógico compuesto por los cuatro casos del creto cubre la descripción. (Este es el número de apariciones
segundo grupo. En última instancia, los modos elementales de “T ” en la biografía, aumentado en 1.)
de acción se reducen a cuatro, es decir a dos tipos de ac­ E n virtud de las reglas de nuestro cálculq-TI, una expre­
ción productiva y acción preventiva, y los correspondientes sión del tipo que llamamos una biografía implica una ex­
dos tipos de omisión. (Cfr. supra Sección 1.) presión del tipo que hemos llamado más arriba una his­
toria. Es fácil ver que esto es así: en virtud del Ai3 (y L P ),
’ Cfr. N onn and Action, Cap. III, Sec. 7-8.
56 GEORG HENRIK VON WRIGHT ELEMENTOS DE UNA LÓGICA DE LA ACCIÓN 57
una expresión del tipo “Sils/’ implica “sí”. Por lo tanto estado, tomadas en conjunto y en su orden adecuado, pue­
“síI sí” puede probarse que es equivalente a la conjunción de decirse que determinan una situación de vida. Así, se
“sí & ( síI sí ) ”. Pero para la conectiva-T tenemos el teo­ podría decir, que la situación de vida de un agente en un
rema “ (pTq & r) -* ( p T q ) ”. Por lo tanto, T (Si & (SilSj))” estadio dado del viaje de su vida está determinado por la
implica “—T s ”. Mediante aplicaciones sucesivas de este vida total de él y por lo que sería el próximo movimiento
resultado, extraemos de una biografía dada, la correspon­ de la naturaleza independientemente de él. Esta noción de
diente historia. Esta última es una sucesión de estados to­ una situación de vida es una generalización de nuestra no­
tales por los que el mundo pasa en realidad. Una historia ción previa de una situación para actuar. (Sección 5).
nos dice lo que sucede en el mundo, en el cual hay tín cierto
agente. Pero no nos dice lo que este agente hace, qué cur­
sos de acción elige en los diversos estadios del viaje de su 8. Nuestra lógica de la acción considera hasta ahora sólo la
vida; dicho brevemente, cómo vive. Para saberlo tenemos que presencia de un solo agente en el mundo. Sin embargo, po­
saber no sólo cómo cambia el mundo en realidad, sino tam­ demos generalizar la teoría para los casos en los que hay
bién cómo hubiera cambiado de una ocasión a la siguiente dos, tres, o más agentes. Entonces nuestra teoría de la
si no hubiese sido por el agente. acción se convierte también en una teoría de la interacción
Si el número de posibles estados totales del mundo “en de agentes.
cualquier tiempo dado” es 2”, entonces él número total de Indicaremos aquí, en forma muy esquemática solamente,
historias posibles del mundo de longitud m es 2mn, y el nú­ de qué forma puede lograrse esta extensión de la teoría.
mero total de vidas posibles de esta longitud es 2 con el Supongamos que hay dos agentes, ai y as, en el mundo.
exponente (2m—l)n . Podemos ordenar las vidas en una se­ Para poder “leer” a partir de una comparación de descrip­
cuencia y llamarla h, h, . . . ZaC2™—I)n- ciones de estado lo que cada agente ha hecho (y omitido)
Para m = 1, la fórmula del número de vidas se reduce a en una ocasión dada, tenemos que dar los siguientes da­
2”. Uno podría decir que una descripción de estado descri­ tos: primero, el estado inicial del mundo; segundo, el estado
be una vida “momentánea”. En esta vida no sucede nada. final subsiguiente del mundo con los dos agentes en él;
Por consiguiente, no hay aquí lugar para la acción. tercero, el estado final que se hubiese obtenido si ai hubiese
Para m = 2 y n = 1, la fórmula asume el valor 8. Estas sido el único agente en el mundo; cuarto, el estado final
vidas posibles son los modos elementales de acción. Po­ si as hubiese sido el único agente; y quinto, el estado final
drían ser también llamadas “vidas mínimas”. si no hubiese habido ningún agente en el mundo.
Para m = 3 y n = 2, la fórmula adquiere el valor 210 o Supongamos, por ejemplo, que los cinco estados sean:
sea 1024. En un mundo “compuesto” de sólo dos estados p & q, ~ p & ~ q , & q ,p & ~ q y p &c q. Comparándo­
elementales y que dure sólo tres momentos sucesivos, son los, “leemos” que ai destruye el primer estado y deja que el
posibles para un agente no menos de 1024 vidas diferentes. segundo desaparezca (gracias a la actividad de as), y que a
Habrá que recordar, sin embargo, que el curso de una vida destruye el segundo estado y deja que el primero desaparezca
depende, no sólo de la acción del agente sino también del (gracias a la actividad de ai). Si remplazamos la segunda
curso (movimientos) que la naturaleza tomaría (haría) in­ descripción de estado por “~p&q”, entonces la comparación
dependientemente de aquél. nos diría que ai destruye el primer estado y evita que as
Supongamos que todos los lugares menos el penúltimo destruya el segundo y que <12 deja que el primer estado des­
en el esquema “—T ((—I —) T( (—I —) . . . ) ) . . . ” están lle­ aparezca (gracias a la actividad de ai) y deja que el se­
nos con una descripción de estado. Estas descripciones de gundo estado permanezca (porque evita que ai lo destruya).
58 GEORG HENRTK VON WRIGHT

A un nivel formal, esta “superposición” de descripciones


de estado se expresaría por medio de una iteración del ope-
rador-I. En un mundo de dos agentes, por ejemplo, las
formas generales de una descripción de acciones (totales)
sería T (—J(—J (—J—) ) ) ”, en donde los espacios son lle­
nados con descripciones de estado. La teoría del uso ite­
rado de “I” es formalmente idéntica con la teoría del uso
iterado de “T ”.
En la presente investigación continuaremos prestando aten­
ción explícita sólo a aquel fragmento de la lógica de la
acción que trata de las acciones y de las vidas posibles de
un agente. Nótese sin embargo, que esta restricción es total­
mente compatible con la existencia, en el mundo de este
único (“privilegiado” ) agente, de cualquier número de otros
agentes. Pero las interferencias (y no interferencias) de aque­
llos otros agentes aparecen, en la biografía de este único
agente, simplemente como cambios (y no cambios) “en la
naturaleza”. No podemos decir cuales son las acciones que
aquellos otros agentes realizan. Pues no se nos dice qué hu­
biese sucedido de no mediar aquellos agentes. Como los
otros agentes no aparecen en la biografía como agentes, po­
demos caracterizar el caso que estamos considerando aquí
como el caso de un agente “a solas con la naturaleza>>.

9. Introducimos un nuevo ingrediente en nuestra teoría. Es


ün operador modal. “M ” que será leído como “es posible
que”. Una expresión que consista en “M ” seguida de una
descripción: de acción o de una biografía dice que uná cierta
acción o vida es posible.
Por ejemplo: “M ( p & q T ( p & ~ q l ~ p & q ) ) ” dice que es
posible que un cierto agente en una cierta ocasión impida
que desaparezca el estado que p pero destruye el estado
que q.
La posibilidad de una cierta acción o vida puede decirse
que depende de dos factores. Depende, ante todo, de la capa­
cidad del agente con respecto a b que puede hacer en las
diversas situaciones para actuar. Pero depende también de
cuáles son las situaciones para actuar posibles en la natu-
ELEMENTOS DE UNA LÓGICA DE LA ACCIÓN 59

raleza, de cuáles son las oportunidades para la acción que


la naturaleza (que incluye a otros agentes) “permitirá”. Po­
demos llamar a este factor deterninismo.
En nuestro ejemplo anterior: la posibilidad de p & qT
(p & ~ q l ~ p & q) requiere no sólo que el agente pueda evitar
que un estado desaparezca y destruir el otro, sino también que
la naturaleza pueda proporcionarle una oportunidad para
que ejerza su capacidad, es decir, que sea posible que los
dos estados se den y que el primero desapareciese y el se­
gundo permaneciera, de no ser por el agente.
Al aspecto de posibilidad que es relativo a la capacidad del
agente, podemos llamarlo, posibilidad humana. Al aspecto
que es relativo al determinismo de la naturaleza podemos
llamarlo posibilidad física. Ambos aspectos pueden ser inclui­
dos bajo el término posibilidad natural.
Puede pues decirse que en el concepto “M ” tal como es
usado aquí por nosotros, están “amalgamados” dos aspectos de
la posibilidad. En esta “amalgama” no hay nada no natu­
ral desde el punto de vista del uso ordinario, ni nada ilegí­
timo desde el punto de vista de la lógica formal (modal).
La posibilidad natural es una especie de la posibilidad ló­
gica. Todo aquello que es humana o físicamente posible es
también lógicamente posible; pero algo puede ser lógicamen­
te posible y, sin embargo, humana o físicamente imposible.
Además, lo humanamente posible es también físicamente po­
sible pero no siempre a la inversa.
El lenguaje formal que tiene el vocabulario de LP más
los opeíadores “T ”, “I” y “M ” será llamado el lenguaje del
cálculo-TÍM. Los axiomas del cálculo son los de LP, los
cuatro axiomas característicos de “T ”, los cuatro correspon­
dientes a “I ” y los siguientes tres axiomas para “M ”.

AmI. M ( p v q ) <-» M p v Mq.


Am2. p -> Mp.
Am3. ~ M ( p & ~ p ) ( = ~ M ~ t ) .

Las reglas de inferencia siguen siendo las mismas: susti­


tución, modus ponens y extensionalidad.
Un operador de necesidad “N ” puede ser introducido por
60 GEOSG HENRIK VON WRIGHT

definición como una abreviatura del signo complejo


O podemos agregar “N ” como un signo indefi­
nido el vocabulario y así tener el axioma de conexión:
“N p ** ~ M ~ p ”.
La lógica modal con los axiomas mencionados más arriba
y las reglas indicadas es también conocida, en la literatura
como el Sistema M. Una versión alternativa y en cierto
modo, más elegante, de este sistema es conocido como el
Sistema T (de Feys). Esta versión, que utiliza el operador
de necesidad como concepto básico, tiene sólo dos axiomas
“N ( p -> q) -» (N p -* N q ) " y “N p -*■ p”. En vez de la regla
de extensionalidad, emplea la llamada Regla de Necesidad
[Necessitation]. Esta regla tiene por efecto que si una fór­
mula “F ” es un teorema del cálculo, la fórmula “N ( F ) ” es
también un teorema. En el sistema M la regla de necesidad
es derivable.
Podría plantearse la cuestión de saber si el sistema M es
la lógica modal que mejor satisface los propósitos de nues­
tra lógica de la acción. Con respecto a esta cuestión yo sólo
diré que la lógica modal que necesitamos tiene que ser, en
mi opinión, por lo menos tan fuerte como el sistema M.
Quizás podría ser una lógica modal más fuerte, tales como
los sistemas S4 o S5 de Lewis. Pero no analizaré esta cues­
tión aquí.

10. Supongamos que M(siT(tIs,-)). Esto significa: supon­


gamos que la situación para actuar, que está determinada
por los dos estados totales en cuestión del mundo, es po­
sible. No hay aquí ninguna suposición acerca de cuál ac­
ción es posible en esta situación ya que es trivialmente
verdadero que el estado final de un mundo en el cual hay
un agente será “uno u otro” (“i” ). —“s¡T(tls¡)” puede ser
considerada como la forma general de descripción de una
situación para actuar o de una oportunidad para la acción.
Consideremos ahora la función “M ( síT (—Isj)). Podemos
usar esta función para obtener una división de la clase de
las 2n descripciones de estados en dos subclases. La pri­
mera subclase consiste en aquellas descripciones de estado
ELEMENTOS DE UNA LÓGICA DE LA ACCION 61

que satisfacen la función, es decir, que se convierten en una


(oración que expresa una) proposición verdadera, cuando
se las incerta en el lugar de las variables. La segunda con­
siste en aquellas descripciones de estado que no satisfacen
la función de que estamos de que M ( s í T (tls¡ ) ), es decir, la
suposición de que estamos tratando con una posible situa­
ción para la acción, nos garantiza que la primera subclase
no es vacía (que tiene al menos mr miembro). Esta divi­
sión de la clase de descripciones de estado refleja la capa­
cidad del agente en la situación para actuar que se con­
sidera. Dada la función y la división podemos decir qué es
lo que el agente puede y qué es lo que no puede hacer,
cuáles son las acciones totales que puede elegir y cuáles
las que no puede elegir, en esta situación.
Una situación para actuar es un caso límite de una si­
tuación de vida. (Cfr. supra p. 57). Podemos aplicar el
procedimiento anterior de dividir la clase de las descrip­
ciones de estado en dos subclases, a todas las situaciones
que puedan surgir en el curso de una vida (de una longi­
tud finita m ). De esta manera, obtenemos un inventario
completo de todos los cursos de acción que están en po­
der del agente en los diversos estadios posibles del viaje
de su vida. En general, estas posibilidades de acción serán
diferentes en cada estadio, según como haya actuado en el
pasado, es decir, dependiendo de la vida que tenga detrás
de sí en ese estadio.
Podemos representar las posibilidades bajo la forma de
un árbol topológico (“árbol de la vida” ) como sigue:

Arbol de la vida en un universo, determinista


62 GEORG HENRIK VON WRIGHT ELEMENTOS DE UNA LÓGICA DE LA ACCION 63

Supongamos que un círculo lleno representa el estado to­ l-' no tiene elección, es impotente. Si uno acepta el punto de
tal del mundo del agénte cuando él, por así decirlo, se em­ vista de qué la posibilidad de elección es esencial para la
barca en el viaje de su vida. De allí una línea conduce a acción (y la omisión) habría que negar el nombre de “curso
un círculo vacío (a su derecha) que representa el estado de acción” a lo que sucede en tal ocasión. (Cfr. Sección 11).
total en el que se encontraría el mundo en el momento Sea H (1 — n — 2”) el número de descripciones de estado
subsiguiente, si no fuera por el agente. Desde el círculo vacío que satisfacen la función. Se puede considerar a la fracción
las líneas conducen a tantos círculos llenos como estados M— 1
totales hay a los cuales el agente puede llevar el mundo
(y/o dejar que cambie). Cada triple formado por el primer 2 » -l
círculo lleno, el círculo vacío y uno de estos últimos círcu­ como una medida del grado de libertad del agente en la si­
los llenos representa un curso de acción (total) que está tuación para actuar determinada por st y s¡. Para [i = 2” esta
abierto al agente. De cada uno de los círculos llenos el medida equivale a 1 ( = omnipotencia). Para n = 1, es 0
árbol continúa hacia un nuevo círculo vacío (a la dere­ ( = impotencia).
cha) que representa el próximo estado total que asumiría
el mundo si no fuera por el agente. De los círculos vacíos 11. Supongamos que “pk” parece o bien en todas las descrip­
parten nuevamente líneas que conducen a uno o varios ciones de estado y. que satisfacen la función “M (s.T (—1 sy))”
círculos llenos que representan la capacidad del agente en o en ninguna de ellas( esto es, “~pk” aparece en todas).
la nueva situación para actuar, y así sucesivamente. A Entonces, el estado de cosas que fne está (completamente)
Hay dos casos límite de la división de la clase de las fuera del control del agente. Su elección de un curso de ac­
descripciones de estado que merecen especial atención. ción no afectará el curso de la naturaleza con respecto a
Uno es cuando todas las descripciones de estado satis­ este estado.
facen la función. En este caso, el agente puede llevar al Se dirá que un estado de cosas está dentro del control del
mundo a cualquier estado total en el que desee que esté, agente (en una situación para actuar dada), cuando no está
I (completamente) fuera del control del agente.
puede “sacudir el curso de la naturaleza” completamente de
acuerdo con sus propios deseos. Cuando el número máxi­ Dada las descripciones de estado n que satisfacen la fun­
mo (2n) de cursos de acción están abiertos a un agente, ción “M ( síT (—Is j)) ” podemos dividir la clase de estados
decimos de él que es omnipotente. elementales, con los cuales están “compuestos” los estados
Ejemplo. Supongamos que la función sea “M ( p & qT totales del mundo, en dos subclases. La una está formada
(—Ip & ~ q ) ) ”, y las descripciones de estado que las satis­ por aquellos estados elementales que se encuentran bajó el
facen: “p & q”, “p & “~ P & </”» y “~ P & ~<7”. En control del agente y la otra, por aquellos que están fuera de
la situación para actuar en cuestión el agénte es “omnipo­ su control.
tente”, pues él puede o bien dejar que el primer estado Sea v (v ;= n) el número de estados elementales bajo el
continúe y evitar que el segundo desaparezca, o dejar que el control del agente. Es fácil ver que el valor máximo de n
primero continúe y el segundo desaparezca, o destruir el pri­ es 2v. Cuando H alcanza su máximo diremos que el agente
mero y dejar que el segundo desaparezca —y estas son todas tiene completo control de los estados elementales bajo su
las posibilidades de desarrollo del mundo que hay en esta control. Puede entonces producir o suprimir estos estados, de­
situación. jar que continúen o que cambien en cualquier combinación
El segundo caso extremo ocurre cuando sólo una descrip­ permitida por la situación para actuar. Cuando de nuevo n
ción de estado satisface la función. En este caso el agente es menor que el máximo, entonces algunas combinaciones de
64 GEORG HENRIK VON W RIGHT

actos y omisiones con respecto a los estados elementales v es­


tán más allá del poder del agente, aunque los estados v indi­
vidualmente considerados están bajo su control. Si (J. tiene el
valor mínimo 1, el agente, como lo hemos dicho (Sección 10),
es impotente. Se sigue de nuestras definiciones que, en este
caso, ningún estado elemental está bajo el control del agente.
Ejemplo. Supongamos que el mundo está “compuesto” por
tres estados elementales, que p, que q y que r. Supongamos
que u sea 3 y que los estados totales en cuestión sean que
p&~q&r, que ~p&q&r y que ~p&~q&r. Entonces el estado
. que r está fuera del control del agente, (“r” aparece en las
tres descripciones de estado). Que p y que q están bajo su
control, v tiene así el valor 2. Ahora bien 2v equivale a
4 y 4 > 3. Esta desigualdad refleja el hecho de que los dos
estados, aunque bajo el control del agente, no están completa-
tamente bajo su control. El puede procurar que uno de los
estados esté presente y que el otro ausente o que ambos estén
ausentes. Pero no puede actuar de manera tal que, como
resultado de su acción, ambos estén presentes.
Si aceptamos el punto de vista de que la posibilidad de elec­
ción es esencial para la acción y la omisión tendríamos que
describir los diversos cursos de acción (total) que están abier­
tos a un agente en una situación para actuar dada en
términos de aquellos estados elementales que están bajo su
control. Que esto es no sólo posible sino necesario, si que­
remos que nuestras descripciones de acción estén de acuerdo
con el uso ordinario, es particularmente claro en el caso de
las omisiones. Supongamos que, en las descripciones de ac­
ción, no se presta atención a la capacidad. Entonces debería­
mos decir con respecto a todo estado elemental que aparece
idénticamente a la izquierda y a la derecha de “I ” en una
expresión de la forma “SiT(s#ÍSk)” que o bien el agente la
deja tal como es o bien que deja que se produzca o desapa­
rezca. Pero esto está de acuerdo con el uso ordinario sólo
bajo la condición de que hay otra acción total posible en la
misma situación “siT(s/Isk)”, que es tal que s / contiene
como un coyunto lo contradictorio del estado que aparece
idénticamente en s# y s*. Pues no tiene sentido decir de
aquello con lo que el agente no podía haber interferido, que
ELEMENTOS DE UNA LÓGICA DE LA ACCIÓN 65

lo dejó sin cambio o que dejó que sucediera. Nosotros no


decimos que dejamos que el sol salga o se ponga ya que
no podemos hacer nada para impedirlo.
Tenemos pues que hacer una corrección respecto a lo que
hemos dicho antes (Sección 7) acerca de la posibilidad de
extraer descripciones de acciones y omisiones (elementales)
de una expresión de la forma general T (—I—) ”. Como
sabemos, cualquier expresión de este tipo puede ser disuelta
por las reglas del cálculo-TI en un compuesto veritativo-fun-
cional de expresiones constituyentes de una forma especial
T (—I—)” en las cuales el lugar de ” es ocupado por
una misma variable, con o sin signo de negación delante de
ella. Pero de las expresiones por sí solas no podemos ver si
estas expresiones constituyentes describen actos y omisiones
elementales por parte del agente, o cosas que pueden tener
lugar en la naturaleza independientemente de él. Tenemos
que tener, además, un inventario de todos los estados totales
alternativos del mundo en el cual el agente en la ocasión en
cuestión, puede “conducir” el curso de la naturaleza. Sólo
entonces podemos decir exactamente cual es el papel del
agente en el proceso descripto por T (—I—) ”.

12. Hemos supuesto hasta aquí que en cualquier momento


de una historia (vida) hay un estado total del mundo y tan
sólo uno que sería verdadero en el momento subsiguiente si no
existiese la posible interferencia de un cierto agente. Esto
significa que suponemos que el curso del mundo (natura­
leza), dejando de lado toda posible interferencia del agente,
está estrictamente determinado.
Sin embargo, esta suposición podría ser objetada. Podría
plantearse la cuestión acerca de si el curso del mundo, ó.ntí-
camente está estrictamente determinado. Alguien podría que­
rer defender una respuesta afirmativa. Este aspecto del
problema del determinismo no necesita preocupamos aquí.
Nadie negaría, sin embargo, que hay un mayor o menor
grado de “indeterminismo epistémico” en el mundo, es de
cir, que el curso de los eventos no puede ser previsto (pre­
dicho) siempre de forma unívoca en un momento dado y
ELEMENTOS DE UNA LÓGICA DE LA ACCION 67
66 GEORG HENRIK VON WRIGHT

con respecto al próximo. A veces, puede ser que podamos de entenderla es como expresión del “indeterminismo epis-
prever lo que sucederá si no interferimos con el mundo témico”. Entonces significa que no podemos decir exacta­
(actuamos). Pero, a veces, tenemos que tomar en cuenta mente cómo cambiaría el mundo independientemente del
varios desarrollos alternativos, independientemente de nues­ agente y, por consiguiente, tenemos que tomar en cuenta
tra acción. Este es casi invariablemnte el caso cuando aque­ varias alternativas. Esto, dicho sea de paso, es un caso muy
llo que aquí es llamado “naturaleza” incluye la presencia común, y perfectamente natural de la frase “es posible que”.
de otros agentes (ver supra Sección 8). Estos otros agentes Si sólo una descripción de estado satisface la función
pueden hacer ésto o aquéllo y, a menos que nosotros pen­ “M(s»T(fI—) ) ”, diré que el curso del mundo (“naturale­
semos que sabemos con certeza qué harán en realidad, za” ) está determinado con relación al estado inicial su En
tenemos que considerar los desarrollos alternativos a que vez de la frase “con relación al estado inicial s ” a veces es
pueden dar lugar sus acciones. conveniente usar la expresión “en el punto s»” .
Diferentes desarrollos alternativos, independientes de nos­ Si todas las 2n descripciones de estado satisfacen la fun­
otros, significan diferentes situaciones posibles para actuar ción, diré que el curso del mundo (naturaleza) está com­
con respecto a nosotros. El que podamos hacer esto o aque­ pletamente indeterminado en el punto su
llo en una cierta ocasión futura depende, no sólo de nuestra Sea p el número de descripciones de estado que satisfacen
jí_1
capacidad, sino, también de las oportunidades para la acción la función. A la fracción podríamos llamarla la me­
que existirán en aquella ocasión. Tomar en cuenta desarro­
llos alternativos en la naturaleza independientemente de dida del grado de lib e rta d lo indeterminismo) del mundo.
nosotros equivale, por consiguiente, a calcular con una alter­ Para p = 1, este grado es 0. Esto significa determinismo
nativa de oportunidades (situaciones para actuar) én deter­ (rígido). Para p = 2n, este grado es 1. Esto significa com­
minadas ocasiones. pleto indeterminismo.
Supongamos que Ms», es decir, que es posible que el mun­ Podemos aplicar este procedimiento para obtener una di­
do se encuentre ahora en un cierto estado total. En virtud visión de la clase de descripciones de estado para cualquier
de las leyes del cálculo-TI, “M s ” equivale a “M (siT( tlt ) )” . función de la forma general “M ( U T (tI —) ) ”, en donde “U”
Consideremos la función “M ( síT(£Í—) ) ” . Usamos esta es la biografía de una vida posible de alguna longitud m (del
función para una división de la clase de descripciones de agente que consideramos). De esta manera, obtenemos un
estado en aquellas que satisfacen y aquellas que no satisfa­ inventario completo del grado en que está determinado (e
cen la función. Nuestra suposición de que M (siT(tlt)), ase­ indeterminado) el curso del mundo en cada estadio de toda
gura que hay, al menos, una descripción de estado que la vida posible del agente.
satisface. El árbol topológico de vidas posibles (“árbol de la vi­
Que una descripción de estado, por ejemplo “s ”, satis­ da” ) puede ser enriquecido de manera tal que represente,
faga la función, significa que es posible que surja una situa­
además de los cursos alternativos de acción abiertos al agen­
ción para actuar que esté determinada por el par de estados
te en cada situación para actuar, las situaciones para actuar
del mundo sí, s,-. El que dos descripciones de estado, “s,” y
“sis” satisfagan la función, significa que es posible que el alternativas que pueden surgir independientemente del agen­
te, en cada estadio del viaje de su vida. Para indicar que te­
estado total del mundo s» cambiara, de no ser por el agente,
al estado total s,-; pero, que también es posible, si no fuese nemos que tomar en cuenta varias situaciones posibles para
por el agente, que cambiara a s*. La frase “es posible que” actuar en una ocasión dada, conectamos el círculo lleno
puede ser entendida de varias maneras diferentes. Una forma que representa el mundo en aquella ocasión con diversos
68 GEORG HENRIK VON WRIGHT

círculos vacíos. El árbol de la vida tiene ahora la siguien­


te forma:

CAPÍTULO III

LOGICA DEONTICA D E LA ACCION

1. En el capítulo anterior desarrollamos las herramientas


Arbol de la vida en un universo indeterminista simbólicas para expresar algunos aspectos del concepto de
acción (“hacer y omitir” ) y capacidad (“poder hacer y
Cuando un círculo lleno está conectado con un solo círculo omitir” ). La noción de capacidad que teníamos en mente
vacío a su inmediata derecha, esto indica que el curso del era, por así decirlo la capacidad en su forma “desnuda” o
mundo, en ese punto, está completamente determinado. Cuan­ “naturalista”. Con esto queremos decir capacidad sujeta sólo
do un círculo vacío está conectado con un sólo círculo lleno a las restricciones impuestas por las leyes de la naturaleza,
a su inmediata derecha, esto indica que el agente no tiene incluyendo las limitaciones a la capacidad innata del hom­
libertad de elección sino que está compelido a actuar o con­ bre para crecer y aprender.
denado a la pasividad. Se puede contrastar este concepto “naturalista” de la capa­
cidad con otro. Cuando, en este otro sentido, decimos de •
un agente que puede hacer o que le es posible hacer cierta
cosa, queremos decir que al hacer esta cosa no violará un
conjunto de reglas (normas) o condiciones tales como, por
ejemplo, las reglas de un cierto orden jurídico o de un có­
digo moral. Este es un oso común y natural de las expre­
siones “puede hacer” y “es posible hacer”. Muy a menudo,
cuando planteamos la pregunta: ¿“podemos hacer esto”? lo
que estamos preguntando es: ¿“permite hacer esto la ley
del estado, o nuestra conciencia, o el código moral de nuestra
sociedad”? Si la respuesta es que no podemos hacer esto, que
es imposible, lo que queremos decir, a menudo, es que
la ley, o nuestra conciencia, o el código mo'ral 'lo prohíbe.
Hemos denotado con “M ” el concepto de posibilidad den­
tro de los límites de la ley natural (incluyendo las leyes de
69
70 GEORG HENRIK VON W RIGHT
LÓGrCA deónttca d e la ACCrÓN 71
la “naturaleza humana” ). El concepto de posibilidad den­
El círculo en la extrema izquierda representa un estado
tro de los límites de un orden normativo será denotado con
total posible de un mundo en el cual hay un cierto agente.
“P ”. Podemos hablar de la primera noción como de la posi­ . Los dos círculos vacíos a su derecha representan dos estados
bilidad “natural” y de la segunda noción, como de la posibili­ totales posibles de este mundo en el momento subsiguiente,
dad “deóntica”. suponiendo que el agente no interfiera con ello. Los dos pares
Es posible definir en términos de posibilidad (y de ideas formados por el círculo a la izquierda y uno de los círculos
veritativo-funcionales) los otros conceptos modales: necesi­ vacíos representan dos posibles situaciones para actuar. Los
dad, imposibilidad, contingencia, y algunos otros. Según cuál tres círculos superiores en el extremo derecho representan
sea el concepto de posibilidad que usemos como base, po­ (con el primer par de círculos a la izquierda) tres cursos
demos hablar de las familias de conceptos así engendradas posibles de acción en una de las dos situaciones para actuar.
como de modalidades lógicas o naturales o deónticas. Los dos círculos debajo de ellos representan (con el segundo
Para la necesidad deóntica tenemos el símbolo “O ”. Para par de círculos a la izquierdá) dos cursos posibles de acción
la necesidad natural introducimos el símbolo “N ”. en la otra situación para actuar.
Ya hemos notado en el Capítulo II, Sección 9, que nues­ ¿Qué significa la palabra “posible” tal como es usada por
tra noción de posibilidad natural es una “amalgama” de dos nosotros en esta descripción? En nuestra presentación ori­
nociones de posibilidad. Hemos llamado a la una posibili­ ginal de la noción de un árbol de la vida, en el Capítulo II,
dad física y, a la otra, posibilidad humana. Hemos visto tam­ significaba posibilidad “natural”. Pero no hay ninguna ob­
bién que la posibilidad natural es una especie de la posibili­ jeción para que signifique posibilidad “deóntica” y tampoco
dad lóffca. hay nada que objetar a la noción paralela de un árbol deón-
Puede plantearse la cuestión acerca de si nuestra noción tico de la vida.
Si el fragmento lo es de un árbol deóntico de la vida, la
de posibilidad deóntica es también una “amalgama” de va­
significación deóntica de los tres círculos que representan
rias nociones. La respuesta es afirmativa. La “amalgama” de
cursos de acción es claro: representan cursos de acción que
nociones tiene, además, una cierta similitud con. una distin­ están permitidos al agente. (Así como en el árbol naturalista
ción, que hacen algunos autores entre lo que debe (o pue­ de la vida representaban cursos de acción que estaban den­
de) ser y lo que debe (o puede) ser hecho. En la termino­ tro de la capacidad del agente). Pero, ¿cuál es la significación
logía alemana estos dos modos deónticos son mencionados, de un par de círculos uno lleno y otro vacío (a su dere­
a veces, con los nombres Sein-Sollen (-Dürfen) y Tun-Sollen cha) en un árbol deóntico de la vida? ¿Qué quiere decir
(-Dürfen). que la situación para actuar, en tanto que distinta del curso
Consideremos un fragmento de nuestra representación de de acción, que ha de ser elegida es posible deánticamente
un árbol de la vida, por ejemplo este: como algo diferente de lo naturalista posible?
Se recordará que el agente es responsable de (cuando
más) “una mitad” de la situación para actuar, es decir,
por llevar al mundo al estado que hemos llamado el estado
inicial de una acción y que está representado por el círcu­
lo lleno a la izquierda de nuestro diagrama anterior. La
responsabilidad por la segunda “mitad” pertenece no al
agente, sino al factor que hemos llamado “naturaleza”. Si la
naturaleza no contiene otros agentes además de aquel cuyo
72 GEORG HEÑKOC VON WRIGHT LÓGICA DEÓNTICA DE LA ACCIÓN 73

árbol de la vida estamos representando, puede pensarse que conveniente considerar los dos tipos de modalidades, la
carece de sentido distinguir entre movimientos “físicamente” deóntica y la lógica, como recíprocamente independientes.
y “deónticamente” permitidos (posibles) por parte de la na­ Estaremos justificados en adoptar esta actitud con respecto
turaleza. Podemos entonces identificar los dos tipos de po­ a la cuestión de su relación, si podemos convencemos de que
sibilidad de una transición desde un círculo lleno hasta uno esto no está vinculado con graves inconvenientes desde el
vacío. Pero si la “naturaleza” contiene también agentes, es punto de vista filosófico.
perfectamente razonable considerar algunos movimientos por Consideremos los diversos casos posibles en los que el
parte de la naturaleza como deónticamente legítimos (permi­ “contenido” de una norma o bien es una tautología (“t” )
tidos) y otros como deónticamente ilegítimos (prohibidos). o bien es una contradicción (“~ t ” ).
El que una situación para actuar sea deónticamente posible Un cálculo deóntico que contenga la fórmula de la para­
significa pues que su creación (aparición) está permitida doja de Ross “Op 0 { p - v q ) ” tendrá o bien que aceptar
tanto en la parte que depende de la acción del agente, cuyo como teorema la fórmula “Op -> O t” o tendrá que im­
árbol de la vida estamos considerando, como en la parte que poner algunas restricciones a la sustitutividad (RI) de las
depende (o puede depender) de la acción de otros agentes. variables.
Las dos subespecies de posibilidad deóntica cuya noción Diré que “Op” enuncia una obligación especifica cuan­
general puede decirse que es una “amalgama” son pues: por do el estado que p no es tautológico, y que “O t” enuncia
un lado, la noción de lo que un agente puede hacer y omitir una obligación vacía. Si aceptamos él teorema “Op -> O t”
en una situación para actuar dada y, por otro lado, la no­ aceptamos que de una obligación específica se puede deri­
ción de una situación para actuar legítima. Desde el punto var una obligación vacía. ¿Hay algo que se pueda decir en
de vista del agente, la primera es un Tun-Dürfen y la se­ contra de esta derivabilidad? Para responder la cuestión exa­
gunda, un Sein-Dürfen. minemos a qué equivale una obligación vacía y a que no
equivale cuando las normas que consideramos son normas
de acción humana.
2. ¿Cómo están vinculadas las modalidades deónticas con “O t” no expresa una obligación de “crear” o “produ­
las modalidades lógicas? cir” un estado de cosas tautológico. La forma general del
La cuéstión no carece de complicaciones. Es claro que lo enunciado que dice que una tautología es “creada” es:
física o humanamente posible tiene también que ser lógi­ “~ T ( t I ~ t ) ”. Pero'esto expresa una falsedad lógica. Prueba:
camente posible. No es claro el que lo deónticamente posi­ “í l ~ t ” es lógicamente falso en virtud de Ai4 y equivalente
ble (permitido) tenga que ser lógicamente posible ni tam­ a “~ f ” solo. Y “~ t T ~ t ” es lógicamente falso en virtud de
poco es claro que lo deónticamente, necesario (obligatorio) At4. Así pues, toda la expresión “~ tT ( f l ~ t ) ” es equivalente
pueda ser lógicamente necesario. a “~ t ”. Esto significa que el enunciado que dicé que se ha
Hay, según pienso, una cierta presunción a favor del producido o creado una tautología es una falsedad lógica; la
punto de vista de que sólo cosas que son lógicamente con­ producción de tautologías como resultado de una acción es
tingentes pueden tener un status deóntico (normativo) es una imposibilidad.
decir, estar permitidas, ser obligatorias o prohibidas. Podría Tampoco “O t” expresa una obligación de dejar que conti­
elaborarse una lógica deóntica de manera tal que esté de núe un estado de cosas tautológico. La forma simbólica del
acuerdo con esta concepción. Pero esta empresa estaría vin­ enunciado que dice que un estado tautológico continúa (de
culada con considerables complicaciones e inconvenientes un momento al próximo) es “tT t ” que, por las reglas del
formales. Desde un punto de vista formal es mucho más cálculo-TI, es equivalente a “tT ( tlt) ”. Pero esto significaría
74 GEORG HENRIK VON W RIGHT LÓGICA DEÓNTICA DE LA ACCIÓN 75

que un agente deja que continúe el estado tautológico sólo si mera expresión “dice” es simplemente que hay alguna obli­
también fuera verdad que M ( t T ( ~ t í t ) ). En el cálculo-TIM gación específica sin especificar cuál es. Sólo mediante un
podemos probar fácilmente que “M ( t T ( ~ t I t ) ) ” es una false­ malentendido puede parecer que “O í” diga que un estado
dad lógica. Por lo tanto, el enunciado que dice que un tautológico debe ser producido o continuado. Por lo tanto,
agente deja que continúe un estado tautológico es también admitir “O í” en nuestra lógica deóntica parecer ser total­
una falsedad lógica; enuncia algo que ningún agente puede mente inocuo.
hacer, por razones lógicas. Consideremos ahora la expresión “P t”. Si “P ” significa un
¿Qué dice pues “O í” cuando es explicado en términos de concepto de permisión débil (p. 30), “P t” es una consecuencia
acción? En el cálculo-TI “t ” por sí mismo es equivalente lógica de “Pp”. Cuando “P t” puede ser establecida por infe­
a “tT (tlt) ”, que es equivalente a “p v ~ p T ( p v ~ p l p v ~ p ) ”. rencia, lo que dice es simplemente que hay una permisión es­
Esta última expresión puede ser resuelta en virtud de los pecífica sin especificar cuál es. Cuando “ Pt” no puede ser
axiomas de distribución AtI y Ail, en una disyunción de los establecida por inferencia a partir de una permisión especí­
8 casos elementales que presentamos en el Capítulo II, Sec­ fica, el lógico deóntico puede decidir ad libitum acerca de su
ción 7. Los disyuntas describen ocho diferentes acciones y omi­ valor de verdad. Puede decidir, por ejemplo, que “P t” deba
siones “elementales” siempre que (ver Cap. II, Sección 11), ser considerada falsa. O puede decidir que puede ser consi­
en cada una de las cuatro situaciones para actuar (“p T (tlp )”, derada verdadera. Parece ser mucho más razonable la se­
“p T ( t I ~ p ) ”t “~ p T ( t i p ) ” y “~ p T ( T I ~ p ) ” ambas alterna­ gunda alternativa que equivale a aceptar “P t” como un axioma.
tivas (la que resulta en que p y la que resulta en que Si “P ” significa permisión de libre elección, “Pp” es una
~ p ) sean posibles. Así pues, lo que "O í” , dice es que el consecuencia lógica de “P t”, pero no viceversa. “P t” equivale
agente está obligado a actuar de una u otra manera (de las ahora a la negación de (la existencia de) obligaciones sin
vías de acción que están en su poder). Parece ser algo excepción (o de prohibiciones sin excepción). Lo que “P t”
totalmente inocuo el que esta obligación “vacía” deba ser dice puede ser discutible, pero no puede ser rechazada con
derivable de la obligación específica de actuar de manera tal el argumento de que un contenido normativo no puede ser
que algún estado ( no tautológico) resulte de la acción tautológico.
de uno. Veamos ahora el caso en que un contenido normativo es
Ahora bien, o existe o no existe esta obligación especí­ un estado de cosas contradictorio. Implícitamente, este caso
fica (en una cierta ocasión para un cierto agente). Supon­ ya ha sido considerado, pues “0 ~ t ” no es sino otra forma
gamos que la primera alternativa sea verdadera y que es de escribir “ ~ P t” y “P ~ t ” otra forma de “—O í”. Estos ca­
obligatorio que p sea el caso. Entonces, en virtud de las leyes sos en los que el contenido normativo es Un estado de cosas -
de nuestra lógica deóntica, es también trivialmente obliga­ contradictorio pueden pues ser reducidos a (las negaciones
torio que t sea el caso. . de) casos en los que se trata de un estado de cosas tautoló­
Supongamos que la segunda alternativa es verdadera. En­ gico. Vale la pena hacer aquí algunas observaciones espe­
tonces no se sigue que Oí. Podríamos, para este caso, esti­ ciales.
pular que O í o podríamos estipular que ~ O í. Es difícil ver “Pp -» ~ 0 ~ t ” es un teorema del cálculo monádico de
en qué medida importaría decidir lo uno o lo otro aquí. obligación fuerte y permisión débil. Así, si' aceptamos como -
Un legislador no se ocuparía de este caso y el mejor con­ axioma “P t” podemos por lo mismo también negar
sejo que podría darse a un lógico deóntico es que tampoco Para P = Pi y O = Oí, “ '^ 0 ( ~ 'f / q ) ” no es una conse­
estipule nada acerca de este caso. cuencia de “P ( t / t ) ”. La fórmula “0 ( ~ f / q ) ” dice que bajo
Cuando “O í” se sigue lógicamente de “O p”, lo que la pri- las circunstancias en que q, no hay nada que esté permitido.
76 GEORG HENRIK VON WRIGHT LÓGICA DEÓNTICA DE LA ACCION 77

Se sigue que todo posible curso de acción resulta en algo pro­ es decir de si hay u n a. contradicción lógica (conceptual)
hibido. A esta situación la hemos llamado predicamento. contenida en la idea de que alguien debe hacer algo que no
(Ver supra, Cap. I, Sección 9 e infra Cap. III, Sec. 8). puede hacer. La idea de que “deber” implica “poder” es aso­
Puede discutirse que esto sea una situación lógicamente po­ ciada tradicionalmente con la ética de Kant.

'\
sible. Pero la cuestión no puede solucionarse con el argu­ Se podría ampliar el problema “Kantiano” y preguntarse
mento de que un contenido normativo no tiene que ser si “poder”* implica también “poder”**, es decir si por nece­
autocontradictorio. sidad (lógica) alguien puede hacer lo que le está permitido
Consideremos finalmente Supongamos que “P” sig­ hacer. Si “deber” implica poder en el sentido de permisión,
nifique una permisión débil. “Pp -> ~ P ~ t ” es un teorema. y este último implica poder en el sentido de posibilidad
Por consiguiente, la existencia de una prohibición (obliga­ natural, la idea de que la obligación implica capacidad sería,
ción) singular específica es suficiente para refutar la verdad una consecuencia de una idea más general que dice que la
de “P ~ t ”. Si, sin embargo, no hay obligación específica, permisión implica (presupone) capacidad.
estamos en libertad para decidir el valor de “P ~ t ”, o dejar­ Pueden darse argumentos en favor de la idea de que, por
lo sin decidir. razones conceptuales, el status deóntico de cualquier tipo
Supongamos que “P” significa permisión de libre elec­ que éste sea, implica (presupone) capacidad o, hablando
ción. Entonces, “Pp -» P ~ í ” es un teorema. La existencia negativamente, que aquello que está fuera del alcance de la
de una permisión específica singular es suficiente para esta­ capacidad humana no puede decirse con sentido que esté
blecer la verdad de “P ~ t ”. Sólo cuando no existe tal per­ sujeto a una norma. Se diría entonces que no tiene sentido
misión podemos decidir libremente el valor de verdad de permitir o prohibir lo imposible ni tampoco ordenar lo nece­
“P ~ t ”. Así pues, lo que “P ~ t” dice, cuando esto puede sario, aquello que es o sucede de todas maneras, indepen­
establecerse mediante inferencia, es simplemente que hay dientemente de lo que nosotros hacemos.
una permisión de libre elección específica sin especificar Yo mismo he defendido en el pasado una forma más
cuál es. bien fuerte de la idea de que la posibilidad deóntica es una
Debería ser claro ahora que la aceptación de algunas pro­ especie de posibilidad humana.1 Si se toma esta posición
posiciones como verdaderas, que afirman la existencia de se puede obtener un “árbol de la vida deóntico” a partir
una norma con contenido tautológico o autocontradictorio es, de un “árbol de la vida natural” mediante un proceso de
desde el punto de vista “filosófico”, algo totalmente ino­ “poda”. Simplemente uno corta todas las ramas que parten
cuo. La apariencia contraria se debe a una mala interpreta­ de un curso de acción prohibido en una situación para
ción de “O í” y de “Pt” como obligaciones o permisiones actuar dada.
para “producir” o “dejar” que continúen estados de cosas Un árbol de la vida natural es una representación de cómo
tautológicos —algo que,'en sí mismo, no es una tautología una persona puede vivir (arreglar su vida) dentro de los
sino una imposibilidad lógica. límites de sus capacidades y del orden causal. Esta represen­
tación necesariamente incluye una representación de la vida
que, en realidad, aquella persona elige vivir.
3. ¿De qué manera están relacionadas, en el caso de estarlo, Puede decirse que un árbol de la vida deóntico refleja
las modalidades deónticas con las modalidades naturales? un orden normativo o “l e / ’ que regula la vida de un indi-
Hay un aspecto de esta cuestión que ha sido muy discu­
i * E n inglés may, esto es, ‘poder* en él sentido permisión (N . del T.)
tido en la filosofía moral (y jurídica) tradicional. Pienso * E n inglés can, esto es, ‘poder’ en el sentido de posibilidad natural (N. del T.)
aquí en el problema de saber si “deber” implica “poder”, 1 Norm and Action, Cap. V II.
I

78 GEORG HENRIK VON WRIGHT LÓGICA DEÓNTICA DE LA ACCION 79

viduo (a lo largo de un cierto lapso, contando desde el pre­ i Todos los estados que son naturalmente posibles lo son
sente). Supongamos que las descripciones de estado que también deónticamente y viceversa. En este caso, todo lo
responden a los círculos en la representación han sido ex- que el agente puede hacer en la situación que consideramos,
plicitadas en términos de los estados elementales subyacen­ le está también permitido. Las cosas que no le están permi­
tes. En el árbol podemos ver o “leer” exactamente lo que este tidas hacer son aquellas que tampoco puede hacer. Por con­
individuo está obligado o tiene permitido hacer en cada siguiente, “desde un punto de vista práctico” las prohibiciones
etapa y en cada una de las vidas posibles que él puede carecen de interés. Por “punto de vista práctico” entiendo
vivir “legítimamente”. Obsérvese, de paso, que si una cierta la coerción sobre el agente para permanecer dentro de la
acción es obligatoria o le está permitida a este individuo región de lo permitido. Esto es (aquí) lo mismo que obli­
en una cierta situación de vida, no se sigue de aquí que la garlo a hacer su deber, pues su deber es actuar de manera
misina acción tendrá el mismo status deóntico para él en tal que alguno de los estados totales permitidos resulte (de
una situación de vida diferente. su acción). Como actuar de manera tal que alguno de los
Un árbol de la vida deóntico no refleja necesariamente la estados naturalmente (humanamente) posibles resulte es
vida real del individuo. Una persona puede romper (“pecar algo que necesariamente hará, el agente aquí, también nece­
contra” ) un orden normativo pero no puede romper (“pe­ sariamente hará su deber. Esto, sin embargo, no significa
car contra”) las leyes de la naturaleza. Esta es la diferencia que el agente creará un estado de cosas necesario y que esto
lógica más im portante. que existe entre los dos árboles de sea, de alguna manera, su deber. (Ver supra Sección 2).
la vida.
Podemos superponer las dos representaciones (árboles de ü. Todos los estados en la columna vertical son natural­
la vida). En general, la imagen así obtenida contendrá algu­ mente posibles pero sólo algunos son deónticamente posibles.
nas ramas que pertenecen sólo al árbol deóntico, algunas que Este es un caso interesante desde el punto de vista práctico
pertenecen sólo al árbol natural y algunas que son comunes y es también, un caso “normal”. Aquí no hay una necesidad
a ambos árboles de la vida. natural de que el agente permanezca dentro de la región de
Consideremos un segmento del árbol del siguiente tipo: lo permitido; por consiguiente, tampoco es necesario que cum­
pla con su deber. Por inferencia, es decir, usando la fórmula
de la paradoja de Ross podemos establecer que toda disyun­
ción de estados totales que incluya entre sus disyuntas to­
dos los estados permitidos, es obligatoria. Pero esto es “ino­
cuo”. Aún si la disyunción comprende todos los estados tota­
les posibles, natural o lógicamente, esto no equivale a una
obligación de crear lo necesario.

El par a la izquierda, formado por un círculo lleno y otro iii. Todos los estados en la columna vertical son deóntica­
vacío, representa una posible situación para actuar. La co­ mente posibles, pero sólo algunos son naturalmente posi- -
lumna vertical de los círculos llenos a la derecha representa bles. Desde el punto de vista práctico este caso es muy pare­
los estados totales del mundo que son, en esta situación, o cido al caso i. No hay problema de obligar al agente a que
bien naturalmente (humanamente) o bien deónticamentie po­ cumpla con su deber, ya que su acción está confinada, por
sibles. Hay las siguientes posibilidades de superposición y no necesidad natural, a los límites de lo permitido. Además,
superposición: hay algunos frutos permitidos en el árbol que él no puede
80 GEORG HENRIK VON WRIGHT LÓGICA DEÓNTICA DE LA ACCION 81

alcanzar. Podríamos, si quisiéramos, adoptar d punto de vista la página. 78 representa un segmento; o bien pertenece
de que estas permisiones “vacías” no tienen sentido y podar solamente al árbol deóntico de la vida. Sin embargo, por
en el árbol deóntico todas estas ramas. Pero me parece que razones de lógica, podemos excluir la primera alternativa. Pues
no hay ninguna razón fuerte para insistir en esta poda. Más si la situación para actuar es una posibilidad (natural) en­
aún, insistir en ella estaría vinculado con inconvenientes des­ tonces, en virtud del axioma de distribución Aml, alguno
de el punto de vista lógico-formal si es que las permisiones de los estados totales alternativos en la columna vertical a
son del tipo fuerte P 4, Ps o Pe. la derecha es también una posibilidad (natural) y esto con­
tradice la suposición de que ninguno de ellos es posible.
iv. La subclase de estados que son naturalmente posibles Por lo tanto, la única alternativa bajo la cual puede resul­
y la subdase de estados que son deónticamente posibles se tar verdadero el caso vi es cuando el par de puntos que
superponen parcialmente. Desde el punto de vista práctico este representan la situación para actuar pertenece únicamente
caso es muy parecido al caso «. Difiere sólo en que contiene, al árbol deóntico de la vida. Esto significa que el caso que
en adición a las permisiones “reales”, algunas permisiones de estamos ahora considerando {vi) puede surgir sólo en una
las cuales el agente, por razones de necesidad natural, no situación para actuar que es “naturalístamente”, imposible
puede servirse. Esto último no tiene importancia práctica. es decir en una situación para actuar que (por razones de las
Podríamos precindir de ellas decidiendo podar en el árbol leyes naturales o de la incapacidad humana) no puede surgir.
deóntico las ramas en cuestión. Esta sería una decisión con Por lo tanto, desde un punto de vista “práctico” este caso
el objeto de que las cosas que no pueden ser hechas estén carece de interés.
prohibidas. En este caso reduciríamos el caso iv al caso i i
Pero no hay ninguna buena razón para insistir en la nece­ vzz. Ningún estado de cosas (en la columna vertical) es
sidad de llevar a cabo esta reducción. i una posibilidad deóntica. Con un argumento análogo mos­
tramos que este caso puede surgir sólo en una situación para
v. Las dos subclases son mutuamente excluyentes. Este caso actuar que, aunque naturalístamente posible, es deóntica­
no puede ser dejado de lado aduciendo que carece de inte­ mente imposible. Desdé un punto de vista “práctico” este
rés tanto desde el punto de vista práctico como desde el es un caso, interesante. Es un caso que puede surgir y en el
punto de vista teórico. Pero ciertamente es un caso “anor­ cual ?1 agente puede hacer varias cosas. Pero cualquier curso
mal”. Pues significa que cualquier cosa que el agente haga de acción que elija estará, por necesidad lógica, fuera de la
—y hay cosas que el agente puede hacer— por razones de región de lo permitido (desde el momento que no existe una
necesidad natural, quedará fuera de la región de lo permi­ región de este tipo). Este es el caso que llamamos predica­
tido. “Pecará” necesariamente. Y aquí es pertinente plantear mento. (Cfr. supra, Sección 2 y Cap. I, Sección 9). Y, como
la cuestión: ¿es éste un caso lógicamente posible? en el caso v, podemos nuevamente plantear la cuestión:
¿es esto lógicamente (realmente) posible?
vi. Ningún estado de cosas (en la columna vertical) es El hecho de que un predicamento pueda surgir sólo en
una posibilidad natural. Para comprender el carácter y la im­ una situación para actuar deónticamente imposible es muy
portancia de este caso (y del siguiente) tenemos que consi­ interesante. Significa que una persona puede entrar en este
derar el par de círculos a la izquierda, que representan la dilema si y sólo si ha cometido un pecado previo o ha roto
situación para actuar. Con respecto a esto hay dos alternati­ el orden normativo. (Cfr. Sección 8 .).
vas a considerar. O bien pertenece al árbol natural de la vida Los casos problemáticos desde el punto de vista de las
(y posiblemente también al deóntico) del cual la figura de relaciones entre las modalidades deónticas y las modalidades

j
82 GEORG HENRIK VON W RIGHT LÓGICA DEÓNTICA DE LA ACCION 83

naturales son así v y vii. La cuestión con respecto a ellos es Como nuestra noción de posibilidad natural es una “amal­
la siguiente: ¿Deben ser admitidos como posibilidades lógi­ gama” de la posibilidad física y de la posibilidad humana,
cas o deben ser exduidos por razones conceptuales? Excluirlos la poda que resulta en un árbol de la vida naturalista puede
significaría que deseamos modelar los conceptos deónticos de asumir una de dos formas. O bien cortamos una prolonga­
manera tal que estos casos “carezcan de sentido” . ción de un círculo lleno a uno vacío por ser imposible, lo
La idea de que “deber” implica “poder” equivale a la idea cual refleja una restricción en la posibilidad física, o corta­
de que los casos v y vii son imposibilidades conceptuales (ló­ mos una prolongación de una círculo vacío a un círculo
gicas). Pues pensar que es conceptualmente (lógicamente) ne-, lleno, lo cual refleja una restricción en la posibilidad hu­
cesario que una persona pueda hacer lo que debe hacer es mana
equvialente a pensar que, necesariamente, en cualquier situa­ Nuestra noción de posibilidad deóntica es asimismo una
ción para actuar dada, hay al menos un curso de acción amalgama de dos nociones. (Cfr. supra, Sección 1). Con
(para el agente en cuestión en la ocasión en cuestión). Tie­ respecto al origen de un árbol de la vida deóntico, también
ne algún interés notar que estas dos ideas son, en realidad, entran en consideración dos tipos de “poda” del árbol lógico
lógicamente equivalentes. de la vida. El corte de una prolongación desde un círculo
Desde el punto de vista de la lógica deóntica no es im­ vacío a uno lleno significa una restricción en lo que el agente
perativo y ni siquiera. deseable adoptar una posición defi­ puede (en el sentido de permisión) hacer en una situación
nida con respecto a estas cuestiones. Una decisión de acep­ para actuar dada. El corte de una conección desde un
tar la idea de que “deber” implica “poder” tiene que estar círculo lleno a uno vacío significa, nuevamente, una restric­
motivada, me parece, por consideraciones de tipo analógico. ción en las situaciones para actuar que puede ser creada
En una sección más adelante (8) se harán algunos comenta­ legítimamente en virtud de la actividad de (la naturaleza y)
rios acerca de cómo esto puede suceder en el caso de los otros agentes.
predicamentos (vü). La forma de un árbol de la vida naturalista puede decirse
que refleja una ley u orden náturaL La forma de un árbol
de la vida deóntico refleja una ley u orden normativo. Sería
4. Imaginemos un árbol de la vida que no tenga restric­ equivocación hablar de leyes de la naturaleza y de leyes
ciones a las posibilidades, ni desde el punto de vista natural de algún sistema normativo como de principios para la
ni desde el punto de vista deóntico. Este es un árbol en el poda del árbol de la vida lógico. (Más bien ,la cuestión es
cual desde cada círculo, vacío o lleno, hay una línea que la inversa: el árbol podado nos “da” las leyes). Pero, po­
lo conecta con tantos círculos a su inmediata derecha como dría plantearse la cuestión de si hay algunos principios supe­
estados totales posibles del mundo hay ( = 2 n). Llamemos riores, por así decirlo leyes de orden superior, a partir de las
a este árbol de posibilidades ilimitadas, jaute de mieux, un cuales pueda decirse de qué manera debiera ser cortado el
árbol de la vida lógico. (Como figura topológica carece com­ árbol en sus distintos nudos. La cuestión se aplica tanto
pletamente de interés ya que no tiene una “forma carac­ al árbol de la vida naturalista como al deóntico. Aquí sólo
terística”. ) nos interesa el último.
El árbol de la vida naturalista y el árbol de la vida deón­ Podemos distinguir dos casos extremos entre los princi­
tico puede decirse que se originan en el árbol de la vida pios para derivar un árbol de la vida deóntico.
lógico mediante un proceso de “poda”. La poda consiste en Un caso extremo es cuando el principio o los principios
cortar y sacar de la figura todas las prolongaciones im­ hacen posible una rigurosa derivación lógica de lo que debe­
posibles. ría ser obligatorio, permitido y prohibido en el curso de
84 GEORG HENRIK VON WRIGIÍT LÓGICA DEÓNTICA DE LA ACCIÓN 85

cualquier vida posible del individuo o individuos en cuestión. árbol de la vida lógico podría ser llamado ideal. Nos dice
A veces se ha pensado que los principios morales deber an cuáles serían las cosas correctas que una persona debe hacer,
ser o son de este tipo. Un ejemplo podr a ser la ética si no existieran restricciones de ningún tipo de respecto a
utilitarista, en alguna de sus variantes. Supongamos que el aquello que puede (en el sentido de posibilidad natural)
principio moral supremo sea que una acción es moralmente hacer.)
conecta y, por lo tanto, moralmente permisible, si y sólo si Normalmente se supone que las normas y los sistemas ju­
es al menos tan buena como cualquier acción alternativa rídicos de normas están al servicio de ciertos fines o valores.
en la ocasión en cuestión. Y supongamos que podemos dar Estos fines además, son, en gran medida, de naturaleza
un contenido preciso a esta noción de bondad (comparativa) “moral” es decir se refieren a lo que es bueno y malo para
de una acción (o acción total) de manera tal que su valor los sometidos a estas normas (loS “ciudadanos” ). Consis­
pueda ser afirmado en cada caso. No es necesario que nos ten en cosas tales como el mantenimiento del orden y la
preocupemos aquí de saber si esto es posible. Si aceptamos seguridad, una justa distribución de los bienes materiales
las suposiciones, podríamos derivar del principio moral su­ y culturales, etc. Varían, en alguna medida, de país en
premo, la forma exacta del árbol deóntico de la vida. Este país, según la ideología política en cuyo espíritu haya evo­
sería un ejemplo de la manera como las normas pueden lucionado o se haya organizado el país. Hay, por ejemplo,
derivarse de bases valorativas (axiológicas). diferencias esenciales entre un país capitalista y uno so­
El árbol deóntico de la vida así derivado a partir del árbol cialista.
lógico de la vida (de posibilidades ilimitadas) puede super­ Estos fines axiológicos situados detrás del orden jurídico
ponerse a un árbol de la vida naturalista dado. De la imagen muy pocas veces, quizás nunca, están claramente articulados.
resultante podemos entonces “desprender” las formas legíti­ Por esta razón no es fácil pensar que las normas de un or­
mas como el agente, cuyo árbol de la vida (naturalista) esta­ den jurídico sean derivables, en un sentido lógico estricto,
mos aquí considerando, puede arreglar su vida. Las vidas legí­ de los fines o valores a los que se supone (vagamente) que
timas de este agente son las ramas comunes de los dos árboles. sirve este orden jurídico en su totalidad.
Supongamos, sin embargo, que no hay ramas comunes. Esto En el otro extremo de la escala de derivabilidad de normas
significa que en cualquier vida posible del agente en cues­ está el caso en que no hay ningún principio exterior que
tión habrá situaciones en las cuales le es humanamente im­ dicte la forma del árbol de la vida deóntico. En este caso,
posible cumplir con sil deber. puede decirse que las normas y la forma del árbol son (pu­
Podemos querer excluir, por razones conceptuales, el caso ramente) convencionales.
en que los dos árboles no tienen ramas comunes (“principio Es una cuestión filosóficamente muy discutida la de saber
de Kant” ). Podríamos obtener esta exclusión relativizando si las normas, pueden tener valor de verdad. Es útü vincu­
los principios de poda (normas de derivación) a un árbol lar este problema a la cuestión de cómo las normas de un
de la vida naturalista dado. Por ejemplo: el principio utili- código dado o de un orden o de un sistema están relaciona­
rista, así relativizado, diría que es permisible para un agente das con algún conjunto de fines (valores). Las normas que
dado, cualquier acción que sea al menos tan buena como en sentido estricto pueden ser derivadas de un conjunto dado
cualquier acción alternativa que le esté abierta a él en la de fines pueden considerarse verdaderas o falsas con rela­
ocasión en cuestión. Al menos para los principios morales ción a aquellos fines (y a las restricciones a la posibilidad
utilitaristas esta relativización (del deber a la capacidad) natural). Las llamadasnormas técnicas son de este tipo. Las
parece totalmente sensata. normas no relacionadas con fines, las normas que son pura­
(El árbol de la vida deóntico que resulta de podar el mente convencionales, tampoco tienen relación con la ver-
86 GEORG HENRIK VON WR1GHT LÓGICA DEÓNTICA DE LA ACCION 87

dad- Las reglas de un juego ofrecen un ejemplo d e tale? 5. Al vocabulario de la lógica deóntica presentado en el Ca­
normas. (Pero el ejemplo puede ser más o menos “puro” ). pítulo I Sección 3 y 7, agregamos las conectivas “T ” e “í ”.
Las normas que se encuentran entre estos dos extremos puede En las definiciones de fórmulas bien formas, a en la pá­
decirse que tienen una relación más o menos “laxa” con gina 16 y c en la página 26, remplazamos las palabras “ex­
la verdad. presión de LP” por “expresión del cálculo-TI”. En las reglas
La compleja aglomeración de normas que es un orden de inferencia R1-R3, (p. 18) remplazamos similarmente, las
jurídico, contiene probablemente algunas prescripciones que “fórmulas de LP” por las “fórmulas del cálculo-TI”; mediante
son bastante semejantes a las reglas técnicas (y, por consi­ estas modificaciones de nuestras reglas y definiciones previas
guiente, son verdaderas o falsas con relación a los objetivos logramos la aplicabilidad de los operadores “P ” y “O ” de los
del ‘legislador” ) y otras que son puramente convencionales sistemas de lógica deóntica del Capítulo I no sólo a des­
y más parecidas a las reglas de un juego. Las reglas del pro­ cripciones esquemáticas de estados de cosas, sino a descripcio­
cedimiento penal y civil y las del derecho constitucional nes de cambios y acciones.
pueden quizás ser citadas como ejemplo de partes de un Consideremos ahora la expresión “P(siT(sjIsk))”. ¿Dice
orden jurídico que pueden, adecuadaménte, ser comparadas ésta que, en la situación para actuar determinada por el es­
con las reglas de un juego. tado inicial s%y el estado final hipotético Sk, la acción (total)
Así como podemos superponer un árbol de la vida deón- que resulta en el estado s¡ está permitida?
tico y un árbol de la vida naturalista, podemos superponer Mediante los principios del cálculo-TI, se puede probar
dos (o más) árboles de la vida naturalista o dos (o más) que “siT(sjlsk)” es equivalente a “siT(tlsk)) & (tTsj) ”.
árboles de la vida deónticos. La figura obtenida a partir de En virtud del principio de extensionalidad R3, se puede
dos árboles de la vida naturalistas nos diría lo que cada probar que “P(siT(s¡Isk))” es equivalente a “P(siT(tISk))
uno de los dos agentes pueden hacer (individualmente) y & (tTsj)”. Suponiendo que el concept-P es uno del tipo
en dónde se separan sus capacidades. La imagen resultante Pi, Pa o Pa, la última expresión y por consiguiente también
de dos árboles de la vida deónticos nos diría cómo un agente “P( sí T ( síI sic) ) ”, implica la conjunción “P(siT(tIsk)) &
debe y puede arreglar su vida para vivir de acuerdp con P( tT sj )”.
dos leyes (conjuntos de normas). De interés particular es “P(siT(tISk))” dice que está permitido que el mundo esté
el caso en que las dos leyes están integradas por normas de en un estado total st el cual, independientemente del agente,
diferente tipo. Una. ley puede ser “técnica” es decir estar cambiará en s*. Si esta permisión es una norma de acción,
derivada de (“dictada por” ) consideraciones de medios a podríamos también expresarla diciendo que está permitido
fines. La Segunda ley puede ser “convencional” es decir dic­ crear la situación para actuar que está determinada conjunta­
tada por (“derivada de” ) la voluntad de un legislador. Es­ mente por los estados s» y Sk. “P(tTsj) ” nos dice, a su vez,
tudiando la figura resultante uno podría descubrir de qué que el cambio de un estado total del mundo a s¡ está per­
manera pueden lograrse los fines en cuestión en caso de ser mitido.
esto posible, con medios que son iguales ante los ojos del La expresión de la cual hemos partido dice así algo más
legislador. Otro ejemplo de árboles de la vida deónticos super­ que simplemente que dada una cierta oportunidad, una cierta
puestos sería cuando el uno refleja las reglas de un cierto acción está permitida. También permite que esta oportuni­
juego y el otro las reglas de cómo jugar para ganar el juego dad se dé, o que sea creada.
(o para optimizar la elección de las jugadas). La expresión correcta para la permisión de hacer la acción
que resulta en Sj, dada la oportunidad constituida conjunta^
mente por sí y ss, es, lo sugiero, “P(tTsj/siT(tIsi¡)) ”. Se
88 GEORG HENRIK VON WRIGHT LÓGICA DEÓNTICA DE LA ACCIÓN. ' 89

puede pensar que la siguiente equivalencia vale también en La penúltima fórmula se origina de la última, si sustituimos
un sistema de lógica deóntica (cuando las permisiones son “p” por “p T ( tI r ) ” y remplazamos en el miembro izquierdo
del tipo Pi, Ps y P 3 ) : “( p T ( t l r ) ) & (t T q )” por la fórmula equivalente “pT(q!r”).
P(SjTASjlSk)) «-» P(siT(tIsk)) & P(tTsj/siT(tIsjt) ). La fórmula (3) dice que está permitido un cambio de un
estado inicial a un estado final, si y sólo si el estado inicial
Esta fórmula, hablando en términos generales, dice que está permitido y también lo está el estado final, dado el es­
está permitido crear una cierta situación para actuar y pro­ tado inicial. Si el estado inicial es una oportunidad para una
ducir un cierto resultado para el cual esta situación ofrece acción, el resultado del cual es el estado final, entonces la
una oportunidad, si y solo si está permitido crear esta situa­ regla permisiva permite esta acción.
ción para actuar y también está permitido producir este re­ La fórmula (3) puede ser considerada como un ejemplo de
sultado, dada esta oportunidad. sustitución de una fórmula aún más general:
Habría que notar que la equivalencia más sencilla
P ( s í T (sjlsa <-> P(siT(tIsk) & P(tTsj) no puede ser una ver­ (C) P (p & q) * » P p & P ( q / p ) .
dad de la lógica (deóntica). (P = Pi, Ps o Pa). Pues aunque Si en (C) sustituimos “tT q ” por “q”, obtenemos la fór­
el miembro izquierdo de esta equivalencia implica el miem­ mula “P(p & (tTq) *+ Pp & P ( t T q / p ) ”. Pero esto es equi­
bro derecho, la conversa no vale. De las proposiciones que di­ valente a (3), ya que por las leyes del cálculo-T “p & ( t T q ) ”
cen que una cierta oportunidad para la acción está permitida es equivalente a “p T q ”.
y que un cierto resultado de la acción está permitido, no se Podemos considerar a (C) como otro axioma de una ló­
sigue, obviamente,. que este mismo resultado esté permitido gica deóntica cuyo concepto-P es del tipo Pi, P 2 o Pa (permi­
en esta misma oportunidad. Las circunstancias bajo las cua­ sión débil). El axioma combina, en la misma fórmula, un
les el resultado de la acción “t T s ” puede ser producido de operador deóntico monádico y otro diádico.
manera permitida, podría ser totalmente diferente de la opor­ Sustitúyase en (C) “t ” por “p” y “p” por “q”. Como
tunidad “siT(tlsk)” que podría surgir de manera permitida. “t & p ” es equivalente a “p ”, (C) se reduce a la fórmula
La equivalencia: (4) Pp*> P t & P ( p / t ) .
“P( sí T ( S)I s*)) *»-P («T (tI& )) & P(tTs,/siT(tI$*))” En una lógica deóntica en donde “Pt” es un axioma (o
puede ser considerada como un ejemplo de sustitución de teorema) podemos probar a partir de (4) la equivalencia
una fórmula más general que utiliza una sola variable en “Pp *-> P ( p / t )”.
lugar de descripciones de estado: Como hemos visto antes (Cap. I, Sec. 10), es posible de­
rivar los sistemas monódicos de lógica deóntica, de los sis­
(1) P(pT(qIr)) ~ P ( PT(tIr)) & P ( t T q / p T ( t l r ) ) . temas diádicos correspondientes, en virtud de una definición
o regla de traducción, “P—” = « “P (—/ t ) ”. Pero, como se
Esta fórmula es equivalente a la fórmula ha mostrado en los resultados anteriores, de una lógica deón­
tica que incluye los principios (C) y “Pt” podemos “extraer”
(2) P((pT(tIr)) & (tT q)) ^P (p T(T Ir ))& P (tT q./pT (tI r) ). un sistema monádico y un sistema diádico correspondiente
sin la ayuda de la regla de traducción.
Esta, a su vez, es un ejemplo de sustitución de la siguiente
fórmula más general3
6. Supongamos que una persona se desvía del ”camino co--
(3) P(pTq) <*Pp &P(tTq/p). rrecto” y entra en una ramificación del árbol de la vida. En-
90 GEORG HENRIK VON W RIGHT

tonces, nada de lo que él haga después de esta “caída” puede


anular el hecho de que la vida que había vivido fuese una
vida prohibida.
Pero aún en la vida subsiguiente de un hombre que ha
“pecado”, lo que él hace después de la “caída” es relevante
desde el punto de vista normativo. Ciertas posibles acciones
subsiguientes le están (normalmente) permitidas y otras
prohibidas.1 No es necesario pensar que, después de la “caí­
da”, todo le está permitido y sería absurdo pensar que todo
le estuviese prohibido.
El código normativo que gobierna la vida de una persona
después de una caída puede ser, desde un punto de vista
material, el mismo, o casi el mismo "que el que gobernaba
su vida antes de la caída. Por esto quiero decir que los
mismos tipos de acción (asesinato, robo, fraude) le pueden
estar prohibidos en ambos códigos y permitidos los mismos
tipos de acciones. Pero puede también haber, y normalmente
las hay, diferencias sustanciales entre los dos códigos.
Una persona que ha “pecado”, que ha hecho lo prohi­
bido, normalmente está por esto obligado a sufrir una cierta
pena o a hacer algo para “reparar” el mar (error) que ha
hecho. Supongamos que ha herido los sentimientos de al­
guien y debe ahora pedir disculpas; o que ha dañado la pro­
piedad del vecino y debe pagarle una compensación. El
profesor Chisholm, que fue quien llamó la atención acerca
de la importancia de este tipo de normas acuñó para ellas
el nombre de imperativo contrario al deber.2
Un tipo especial del imperativo contrario al deber es
cuando algo que le estaba permitido a una persona, deja de
estarlo después de una caída.
Metafóricamente hablando, los imperativos contrarios al
deber se encuentran en aquellos puntos del árbol de la vida
en donde ha tenido lugar una caída y ha de comenzar una
nueva vida después de aquélla.
Desde el punto de vista de la moral o del derecho lo que
hasta ahora se ha dicho en esta sección es de sentido común
2 R. M . Chisholm, “Contrary-to-Duty Impeiatives and Deontic Logic”, Analysis
24, 1963, PP. 33-36.
LÓGICA DEONTTCA D E LA A CCIO N 91
pero no es muy interesante. Sin embargo, desde el punto de
vista de la lógica, aquí hay un grave problema:
¿De qué manera, en el lenguaje de nuestro cálculo for­
mal, expresaremos el status normativo de acciones después
de una “caída”? Hablando en términos más generales: ¿cómo
expresaremos formalmente la transición entre códigos nor­
mativos? o ¿cómo engancharemos formalmente el código
normativo después de la caída con el código normativo antes
de la caída?
La respuesta a esta cuestión es, según creo, que el “engan­
che” debe ser efectuado por medio de la noción de una
permisión, obligación y prohibición condicionales. Ya he­
mos usado esta noción para decir que una cierta acción,
dada una oportunidad, está permitida (es obligatoria o prohi­
bida), pues el enunciado es lógicamente independiente del
status deóntico de la oportunidad. Podemos ya generalizar
ésto para poder enunciar que una acción, dada ésta o aquélla
situación vital, está permitida (es obligatoria o prohibida) y
enunciar esto de una forma que sea lógicamente indepen­
diente del hecho de que esta situación vital pueda ocurrir en
una vida permitida o pueda surgir sólo después de una o va­
rias “caídas”.
Supongamos que h consista en los siguientes tres estados:
primero, una acción total que resulta en el estado s í en la
situación para actuar determinada por el par de estados
s í , s¡; segundo, una acción total que resulta en si en la situa­

ción Sj, Sm; y tercero una acción total, que resulta en Sn en


la situación si, So. Supongamos que la primera acción está
permitida, la segunda prohibada y la tercera es obligatoria.
El agente que vive a través de esta vida cae en el segundo
paso y luego comienza una nueva vida después de la caída
haciendo algo que es su deber. (El que la norma que le
impone este deber sea un imperativo contrario al deber,
consecuencia de su caída, es algo que no puede verse fácil­
mente en nuestra descripción del caso. Para ello, tenemos
también que saber si la misma acción hubiera sido su deber
en una vida alternativa después de un segundo paso diferente).
Una descripción más completa de U sería la siguiente:
92 CEORC HENRIK VON W RIGHT - LÓGICA DEÓNTICA DE LA ACCION 93

“siT((sjIsk) T ( (silsm) T ((siJso ))))” Podemos dividir esto con vidas permitidas, es decir, si pudiéramos siempre supo­
en una conjunción de los siguientes tres estadios: ner sin correr riesgos que las situaciones para actuar están per­
“(SiT(S}Isk)) & (t T ( SjT(siIsm) ) ) & (t T (t T( si T (s Js o))) )”. mitidas, entonces el uso del operador diádico sería realmente
Podemos expresar que el primer paso está permitido me­ superfluo. Lá función principal del operador diádico puede
diante “P(stT($jIsk)) ”, si con esto queremos decir no sólo decirse, por consiguiente, que es conectar órdenes normativos
que la acción está permitida, dada la situación, sino que más allá de un punto de un árbol de la vida en donde tiene
también la situación para actuar misma es legitima. lugar una “caída” con los órdenes normativos que existían
Que el segundo paso está prohibido puede expresarse por: antes de la caída.
“~ P ( t T ( s }T(siIsm) ) ) ”. Aquí no es necesario emplear la
noción de norma condicional; pues, suponiendo que la situa­
ción para actuar esté permitida, no introduce ninguna diferen­ 7. Un imperativo contrario al deber es un caso especial
cia decir que dada esta situación una cierta acción está prohi­ de compromiso. Este concepto ha causado dificultades a los '
bida o decir que la “vida” que consiste en crear primero lógicos deónticos.
esta situación y luego hacer la acción, está prohibida. Que Al realizar una acción, un agente- puede comprometer a
ésto tiene que ser así pueda ya verse en el principio de conexión alguien a hacer algo, es decir, hacer que la realización de
que dice que P(p & q) ** Pp & P ( q / p ) . Este principio im­ esta segunda cosa sea obligatoria para alguien. El agente crea
plica que Pp (P(qfp) *-> P (p & q)) o que Pp el compromiso y el agente comprometido puede ser el mis­
( ~ p (9//>) ** ~ P { P & ?))• mo o puede ser diferente. Se pueden distinguir los dos casos
Pero que el tercer paso es obligatorio no puede expresar­ y hablar de auto-compromiso y alio-compromiso. Prometer
se por “O (tT (tT (szT (s«Iso) ) ) ) ”. Esto es equivalente a y aceptar un contrato son ejemplos de auto-compromiso (ac­
“~ P ~ '(tT (tT (siT (s Js o )) ) ) ” lo cual por las leyes del cálcu- ciones que nos comprometen).
lo-T, es equivalente a “~ P ( íT (íT ~ (s¡T (sJs0) ) ) ) ”. Y este Como una primera aproximación a una formalización
último está implicado por “~ P (tT (s,T (sJsm )) ) ”. de la noción de compromiso', puede sugerirse la expresión
Hablando en términos generales, “~ P p ” implica “O (p q ) ”. En tanto regla de acción dice que uno debe
“~ P (/) & (tT q )) ”; pero no implica " ~ P ( (tTq) /p ) ”. Aho­ actuar de manera tal que es el caso que q, si es el caso que p.
ra bien, ¿cómo diremos qué, después de p, debe ser el caso Esta sugerencia tiene inconvenientes obvios. Podemos pro­
que q? “~ P ( ( t T ~ q ) / p ) ” seria una forma de decirlo. bar fácilmente en el sistema monádico esbozado en el Capí­
“~ P ( p & ( íT ~ q ) ) no lo sería. La última expresión sería tulo I, Sección 4, los teoremas “0 ~ p -* 0 ( p q)” y
(necesariamente) verdadera, si “~ P p ” fuera verdadera. Pero “Oq -* 0 ( p -» q ) ”. La primera fórmula parece decir algo
en este caso lo sería,“ ~ P (p & ( t T q ) ) ”. Por consiguiente, si así como que una acción prohibida lo compromete a uno a
~ P (p & ( tT ~ q ) ) fuera una forma correcta de decir que cualquier acción y la segunda, que cualquier acción lo com­
después de p debe ser el caso que q, entonces se seguiría promete a uno a hacer aquello que, en cualquier caso, uno
que después de lo prohibido cualquier cosa es obligatoria debe hacer. Las fórmulas han sido llamadas Paradojas del
—y no podríamos discriminar entre los estados deónticos Compromiso o de Obligación Derivada.8
después de una “caída”. La segunda “paradoja” quizás puede atacarse satisfactoria­
Así pues, para expresar que, después de una “caída”' una mente si incluimos en nuestra definición de compromiso la
cierta cosa, en tanto diferente de otras ciertas cosas, es obli­ estipulación de que la acción para la que hay un compromiso
gatoria, permitida o prohibida, necesitamos la noción de un
operador deóntico diádico. Si nos moviéramos solamente 9 A. N. Prior, ‘‘The P aradora of Derived Obligation”, M iad 63, 1954.
I

94 GEORG HENRIK VON WRIGHT LÓGICA DEÓNTICA DE LA ACCION 95

no tiene que ser “por sí misma”, o simpUiciter, obligatoria. 8 ). El cálculo tal como se encuentra, permite la interferencia
Esto parece ser razonable como estipulación con respecto a f de agentes extraños en la creación de la situación para actuar,
la terminología. Sin embargo, no podemos eliminar la pri­ es decir, en la producción del estado de cosas representado
mera “paradoja” mediante una maniobra puramente verbal. por las descripciones de estado que se encuentran en la ex­
Una sugerencia alternativa a la mencionada más arriba trema derecha, en una expresión de la forma “sT aíI s') ”. Pero
es que los compromisos son de la forma “p -* Oq”. Esto eli­ no puede diferenciar entre el papel de los agentes y el papel
mina la paradoja de que una acción prohibida lo compromete i de la (mera) causación en la producción de este estado.
a uno a cualquier acción; pues “0 ~ p -* (p O q ) ” no es
un teorema. Esto no elimina 'Ta paradoja”, si es que se piensa
que hay alguna, de que una acción lo compromete a uno a 8. Una “caída” tiene lugar cuando un agente entra en una
hacer el propio deber. “Oq -* (/> -* O q )” es un teorema. región del árbol de la vida en la que no le está permitido
Además, “~ p -* (p O q ) ” es un teorema. Esta fórmula introducirse. Un “predicamento” Ocurre cuando un agente se
parece decir que si un estado arbitrario no se da, uno estaría encuentra en una situación para actuar (vital), de la cual
comprometido a cualquier acción en el caso que se diera. no hay ninguna salida permitida. Un agente está en un pre­
Pero, ciertamente nosotros queremos también ser capaces de dicamento cuando su situación es tal que al hacer cualquier
discriminar entre lo obligatorio y lo no obligatorio bajo cir­ cosa, hace algo que debe omitir y al omitir cualquier cosa,
cunstancias hipotéticas que nunca se materializan. Esto es deja de hacer algo que debe hacer.
algo que no puede hacer la definición de compromiso por El predicamento es una especie de conflicto de obligacio­
medio de lá fórmula “p -* Oq”. nes; se puede distinguir entre conflictos externos y conflictos
Un concepto diádico dé obligación parece estar en me­ intemos de obligación. La distinción presupone la noción de
jores condiciones para captar la forma lógica de los compro­ un código \i Orden normativo (sistema). (Cfr. Cap. IV , Sec.
misos. Las obligaciones del tipo de estos compromisos son 2). Un conflicto extemo de obligación se da cuando diferen­
típicamente obligaciones condicionales. Son así, del tipo ex­ tes códigos normativos imponen a un misino agente obli­
presado por la fórmula “ 0 (—/ —) ”. gaciones que entran en conflicto. Por ejemplo, cuando el
“ 0 ~ q -» 0 ( p / q ) ” no es teorema de ninguna de las lógi­ deber jurídico de una persona es hacer algo que su código
cas deónticás que hemos considerado aquí. Del hecho de moral (o su conciencia) le prohíbe. Un conflicto interno
que esté prohibido actuar de manera tal que un cierto esta­ se da cuando un mismo código normativo coloca a un agente
do de cosas resulte de la acción de uno mismo, no se sigue bajo obligaciones conflictivas.
que en el caso en que este estado surgiera o se produjese, La noción de conflicto extemo de obligación no da lugar,
uno estaría comprometido a realizar cualquier tipo de acción. me parece, a problemas interesantes de naturaleza lógica for­
Hay que observar que ninguna de las formas de expresar mal. Por lo menos parece sensato dudar de la “posibilidad
compromiso que hemos mencionado, dan cuenta del hecho lógica” de tales conflictos.
de que las circunstancias que dan lugar al compromiso son, Con la noción de conflicto interno de obligación el caso
ellas mismas, resultado de una acción. N i tampoco dan cuenta es diferente. Esta noción es lógicamente interesante. Un as­
de la diferencia entre auto y alio-compromiso. Para marcar pecto de este interés es el de si la noción es (auto) con­
esta última diferencia en el lenguaje de nuestro cálculo deón- sistente.
tico, la lógica de la acción por él incorporado, tiene-que Siendo “conflictiva” la noción de obligaciones exige elu­
contener una teoría de agentes múltiples (Cfr. Cap. II Sec. cidación. Que dos obligaciones “entren en conflicto” signi­
fica que es imposible satisfacer ambas. Aquí “imposible”
96 GEORG HENRIK VON WRIGHT LÓGICA. DEÓNTICA DE LA ACCIÓN 97

puede ser entendido como imposibilidad lógica, natural o Esta es la “moraleja” que la lógica (deóntica) nos permite
deóntica y, según cómo se le entienda, obtenemos diferentes sacar de la historia de Jefté.
subnocioñes de la noción de conflicto de obligaciones. Llamaré a la fórmula “0 ( ~ t / p ) 0 ~ p ”, el teorema de
El predicamento es una especie de conflicto interno de obli­ Jefté.
gación, en donde “conflicto” significa imposibilidad lógica de La persona que se encuentra en un predicamento reac­
satisfacer todas las obligaciones en cuestión. cionará,. necesariamente, de una u otra manera, o bien ha­
La naturaleza de un predicamento está ilustrada por la ciendo algo o bien permaneciendo pasiva. Aún cuando cual­
historia de Jefté en el Libro de los Jueces. Jefté había pro­ quier reacción sea un pecado, ¿no es razonable pensar que
metido al Señor sacrificar al primer ser viviente que encon­ hay aún algo que él debe hacer mejor que cualquier otra cosa?
trase a su regreso de la guerra, si el Señor le daba la victoria Negar ésto sería admitir que, deóntícamente, no hay ninguna
en la batalla. Jefté ganó la batalla —y el primer ser viviente diferencia en lo que él hace. Pero, ¿es esto razonable?
que encontró cuando volvía a su casa no fue, desgraciada­ Podría haber normas para resolver los casos de predica­
mente, un carnero sino a su hija. Las promesas deben ser cum­ mentos. La norma podría ser tirar una moneda. Pero una
plidas— así pues, Jefté debía sacrificar a su hija. Pero el norma más razonable podría ser buscar una solución sobre
Señor también había dicho: “no debes matar”, así pues, alguna base axiólógica. Si todas nuestras elecciones son entre
Jefté no debía sacrificar a su hija. De esta manera, haciendo cosas prohibidas, nuestro deber es elegir la cosa menos mala.
cualquier cosa el pobre Jefté, pecará. Esto es el predica­ (Suponiendo que la maldad de las acciones alternativas pu­
mento. Una situación terrible desde el punto de vista moral diera graduarse). Un hombre racional en la situación de
y muy interesante desde el punto de vista lógico. Jefté debería preguntarse a sí mismo: ¿cuál es el mal mayor,
Consideremos nuevamente nuestra fórmula “P(p & q) ** romper mi promesa hecha al Señor o matar a mi hija?
Pp & P ( q /p )" . Sustituyamos “t” por “q”. Cómo “p & t” Se podría elaborar la idea dé que tiene que haber en nues­
es equivalente a “p”, obtenemos “Pp+* Pp & P ( t / p ) E s t a tra lógica deóntica, es decir en nuestra concepción de lo que
fórmula es, a su vez, equivalente a “Pp •* P ( t / p ) ” que es son las obligaciones, permisiones y prohibiciones, una vía
equivalente a “~ P ( t / p ) ~ P p ”. Cambiando a “O”, la permitida para salir de cualquier situación en la que un
última fórmula puede escribirse uO ( ~ t / p ) •* 0 ~ p ”. hombre esté colocado. Lo hacemos aceptando el principio
“0 ( ~ t / p ) ”’ simboliza un predicamento. Dice que, dado “P 2( t / t ) ” de acuerdo con el cual en todos los mundos posi­
que sea el caso que p, todos los estados de cosas (todos los bles, algún mundo posible está permitido (como alternativa).
mundos posibles) que pudieran resultar de la acción de un “P 2( t / t ) ” es equivalente a “P 2 { t / p ) ” que es equivalente a
agente están prohibidos. Cuando es el caso que p, desde la “~ O a ( ~ t / p ) ”. Aceptar “P 2( t / t ) ” es así equivalente a negar
situación dada, no hay ninguna “salida” permitida. la posibilidad lógica del predicamento. Si consideramos los
Pero, dice la fórmula, una situación desde la cual no hay conflictos internos de obligación como absurdos lógicos, de­
una salida permitida es una situación prohibida. Así, el pre­ bemos ser capaces de mostrar que los predicamentos que pare­
dicamento aunque lógicamente posible, puede sólo surgir si cen surgir en la “vida real” son sólo aparentes. Esto puede
ha habido un pecado anterior, si se ha hecho algo deóntica- hacerse de varias maneras. Una es interpretar el conflicto
mente imposible. Es sólo como consecuencia de una caída como siendo externo. Las dos obligaciones no pueden, pre­
que un hombre puede llegar a estar en un predicamento. El cisamente porque entran en conflicto, pertenecer al mismo
predicamento de Jefté se produjo por haber prometido al sistema. El Señor que ordena que todas las promesas que se
Señor un sacrificio de un cierto tipo, en ciertas condiciones. le hagan deben ser cumplidas y que ninguna persona debe
Esto no debió haberlo hecho. Su promesa estaba prohibida. quitar la vida de otra es (potencialmente) una “persona-
■■t s k
1® ^

98 GEORG h e n r ik von w r ió h t . - :v ¿;|9 p


lidad escindida”, es la fuente de dos leyes y no de iiná^s- t M . .
Otra forma es reinterpretar las obligaciones de manera; 3 tíl^
tn l £

que no entren en conflicto. Podemos hacerlo diciendo^poríl


ejemplo, que las promesas tienen que ser cumplidas, exceptó^
cuando su cumplimiento implique quitar la vida a alguien;^
o bien diciendo que uno debe matar, excepto cuandoílafl
muerte sea un deber frente al Señor. Estas réinterpretacioñesS'
solucionarían el dilema particular de Jefté. Una r e ^ á f é í | ^ ^
axiológico mencionada más arriba (“hacer la cosa menq£hK}f| í|f!§|
la” ) proporcionaría también una salvaguarda contra cualquier1,
predicamento genuino. , - T^ s H
La aceptación de “P2 ( t / t ) ” excluye (por razones lógicas) el
predicamento, la aceptación de “P i( f /f ) ” es compátiblésbon
el predicamento. Sin embargo, “P i ( í / í ) ” no es compatible m
con un caso en el que, no sólo esté prohibido todo-curso
posible de acción en alguna situación para actúár, sino que
en toda posible situación para actuar hay predicamento:'Un
predicamento puede surgr sólo-cuando una persona peca,
es decir, se devía del camino recto de la vida y digería pro-, •
hibido en vez de lo permitido en un cierto punto del viaje ¡
de su vida. Sin su propia falta no puede caer en el-predica­
mento. El predicamento depende siempre de sü equivoca­ m
o
ción. Lo que “P i ( t / t ) ” excluye es, podría decirse, la especie
de “predicamento absoluto en la cual caería uña pérSona,
cualquiera que sea lo que hubiera hecho en el pasado.i\fe|
parece perfectamente sensato excluir esto cómo un ábsítirdo 9
-
conceptual.4
mm

* Esta parece haber sido la actitud adoptada por Tomás de Aquino (Cfr Summi
Theologica iefioe, Q. 19 art. 6; Summa Theologica iii», Q. 64, De
Veritate, Q. 17, art. 4 ). Tomás de Aquino distinguía entre estar perpleui
simpliciter y estar perplexus secundum quid. El segundo tipo de "perpie|idid"
corresponde al caso 0 ( ^ , t / p ) ; el primero, a la situación' 0 ( ^ t / t ) , Tomas de
Aquino pensaba que una persona puede estar perplexus secundum qin'd ipeb no
perplexus simpliciter. Ha sido el profesor Geach quien me señaló esféím ttrc-
sante pasaje del filósofo medieval. _'
Qm
*

; '
Ite.Y.'
i . : ■

I 7 C A P ÍT U L O IV

i r LÓGICA DEÓNTICA Y ALGUNAS CONTROVERSIAS


METAJURÍDICAS

U En este último capítulo analizaré dos problemas. Uno está


Wm vinculado con las nociones de sistemas normativo cerrado y
sistema normativo abierto. En el nivel formal, este problema
se refiere, entre otras cosas, a la interrelación de los dos ope­
radores deónticos “P” y “O ”. El otro problema se refiere a
la noción de normas de orden superior o a la de jerarquía
-Yen las normas, tales como las prohibiciones de permitir o las
^ obligaciones de prohibir, etc. A nivel formal este problema
se centra alrededor de la cuestión de iterar los operadores
^deónticos.
?'r 'Ambos problemas tienen considerable interés para la teo-
sh ría jurídica aunque aparentemente tengan un interés menor
|Vpára la teoría moral. Ambos han sido muy discutidos en la
^ ' literatura tradicional de la teoría del derecho y del estado,
¡l ' Pero ninguno de los dos problemas ha recibido, hasta ahora,
mucha atención por parte de los lógicos (deónticos).
fe?:;."

El lenguaje formal de los cálculos deónticos que describimos


ién el Capítulo I, secciones 3 y 7 (y que fuera ampliado en
$ el Capítulo III, Sección 5) no admite entre sus fórmulas bien
¡? formadas expresiones “mixtas” y “de orden superior”. Estas
^restricciones tienen ahora que ser eliminadas. Para el len­
guaje monódico la definición modificada es la siguiente:
99
100 GEORG HENRIK VON WRIGHT ALGUNAS CONTROVERSIAS META JURÍDICAS 101

a. Una variable es una fórmula bien formada. ma S, cuando está o permitida o prohibida en ese sistema.
b. Una fórmula bien formada (entre paréntesis) precedida por Recordando qúe el carácter de una acción está determinado
o por “P” es una fórmula bien formada; dos fór­ por su resultado al establecer una oportunidad para realizarla
mulas bien formadas (entre paréntesis) unidas por (situación para actuar), podemos precisar aun más nuestra
“v” o (o “T ” o “I ”) constituyen una fórmula definición diciendo: una acción está deónticamente deter­
bien formada. Si se admiten también fórmulas diádicas, minada en S si y sólo si, dada una oportunidad, a uno le está
tenemos que agregar una tercera cláusula: permitido o prohibido, actuar (comportarse) en virtud de
c. Una expresión de la forma “P (—/ —) ” es bien formada, las normas de S de manera tal que se produzcan los resulta­
cuando los lugares de ” están ocupados por fórmulas dos de esta acción.
bien formadas. Podernos ahora distinguir entre un sistema normativo ce­
rrado y uno abierto. Un sistema normativo está cerrado
También es necesario introducir algunos pequeños cam­ cuando toda acción está deónticamente determinada en este
bios en la axiomática. AdO (pág. 18) puede ser remplazado sistema. En vez de “toda acción” simpliciter uno podría de­
por: sear hablar de toda acción dentro de alguna clase de acciones
y decir que un cierto sistema está cerrado con respeto a esta
AO. Un conjunto de axiomas de LP. clase. Un sistema que no está cerrado será llamado abierto (o
abierto con respecto a alguna clase de acciones).
En la formulación de las reglas de inferencia, R1 - R3, eli­ Las definiciones de determinación deóntica y de clausura
minamos la restricción de sustitución de las fórmulas de LP. de un sistema normativo que hemos dado en esta sección son
tan sólo provisorias. Cuando tratamos de expresarlas en un
lenguaje formal, tropezamos con dificultades. Estas dificulta­
2. No intentaré definir aquí la noción de orden normativo des, tal como espero mostrarlas, no carecen de interés fi­
o sistema. Hablando en términos generales: un sistema nor­ losófico.
mativo es una clase de normas que provienen de la misma
“fuente”. Esta “fuente” puede ser algunos objetivos o valo­
raciones —y lo que proviene de ella consiste en la derivación 3. Podemos distinguir entre una acción deónticamente de­
de un conjunto de normas o reglas de acción a partir de ellos. terminada y un estado de cosas deónticamente determinado.
Un ejemplo de un orden normativo de este tipo sería un Que un cierto estado de cosas esté deónticamente deter­
sistema de moral basado en alguna versión de la idea utili­ minado (en un cierto sistema) significa que o bien está per­
taria de acto en el sentido de la maximización del valor. Pero mitido o bien está prohibido que se dé este estado. Suponga­
la “fuente” puede ser también alguna autoridad suprema que mos el estado de cosas que p. El que este estado esté deón­
dicta (promulga) normas para un grupo de gente. Los órde­ ticamente determinado, lo expresaremos provisoriamente, me­
nes jurídicos de los estados soberanos pueden ser considerados diante “Pp v 0 ~ p ”.
como ejemplo de sistemas normativos de este tipo. (La cues­ El enunciado que dice que todo estado de cosas está deón­
tión acerca de en qué sentido los órdenes jurídicos forman ticamente determinado es el enunciado de que, para todos los
“sistemas” es, sin embargo, una cuestión compleja. Cfr. infra. valores de la variable ("p” ), es verdad qúe Pp v 0 ~ p . Si
Sec. 8 ). queremos hacer de este enunciado uno de los axiomas de
Introducimos la noción de determinación deóntica. Diremos una lógica deóntica, simplemente agregamos la fórmula
que una acción está deónticamente determinada en un siste­ “Pp v 0-~ p ” a los axiomas. Pero si queremos decir simple-
10 2 GEORG HENRLK VON WRIGHT ALGUNAS CONTROVERSIAS META JURÍDICAS 103

mente que este enunciado es verdadero, sin querer decir a) Cuál de los seis conceptos-P y cuál de los conceptos-O está
qué es lógicamente' verdadero, tendríamos que cuantificar bajo consideración y
la fórmula con respecto a la variable. b) si el concepto-P considerado y el concepto-O considerado
La naturaleza de una acción, como sabemos (Cap. II, Sec. son conceptos que se corresponden.
5), está determinada por su resultado al momento de esta­
blecer una oportunidad (situación para actuar). El resultado Supongamos que la respuesto a esta segunda cuestión sea
es un estado de cosas. N o hay objeción en llamar a la oportu­ que son conceptos de permisión y prohibición que se co­
nidad un estado de cosas, aunque su descripción envuelva rresponden.
un elemento “contrafáctico” característico. (Cap. II, Sec. 6 ). Cuando, en el Capítulo I, construimos nuestros cálculos
El enunciado de que una cierta acción está deónticamente deónticos, aceptamos las definiciones Dm“ 0 ( — ) ” =
determinada puede ser parafraseado en términos de estados “~ P ~ ( - ) ” y Dd“ 0 ( — / —) ” = “~ P ( ---- / - ) ”. Si las apli­
de cosas, es decir, su resultado y la oportunidad correlativa. camos a las fórmulas “Pp v 0 ~ p ” y “P(p/q) v 0 ( ~ p / q ) ”,
Pero este enunciado tiene también que relacionar estos esta­ obtenemos las nuevas fórmulas “Pp v ^ P p ” y “P( p / q ) v
dos qua resultado y oportunidad. El enunciado dice que, ~ P ( p / q ) ” que son tautologías de LP. Así, si consideramos
dado un cierto estado de cosas (el resultado de esta acción) los dos caracteres deónticos de permisión y obligación (pro­
o bien está permitido o bien está prohibido. ¿Cómo debe hibición) como siendo interdefinibles, se sigue de la res­
expresarse esto en el lenguaje de un cálculo deóntico? Hemos puesta anterior a la cuestión b que todo sistema normativo
adoptado aquí el punto de vista de que requiere, para su es, trivialmente, un sistema cerrado.
expresión adecuada, operadores deónticos diádicos.
Consideremos el enunciado que dice que para todos los
valores de las dos variables, “p” y “q” es verdad que P( p / q ) v 4. Nos enfrentamos ahora con las siguientes tres alterna­
0 ( p / q ); o consideremos la posibilidad de que agreguemos tivas:
esta fórmula como un axioma a un cálculo deóntico.
El enunciado mencionado más arriba sería más fuerte i. Aceptar como necesidad conceptual (lógica) que cual­
que el mero decir que toda acción está deónticamente de­ quier sistema de normas dado es cerrado, que no puede ha­
terminada, pero también cubriría este caso. Entre los va­ ber “lagunas” en ninguna ley;
lores de “q” están todas las descripciones de situaciones para ii. Modificar nuestro punto de vista acerca de la relación
actuar (oportunidades de la acción) y entre los valores de “p” conceptual (lógica) de las nociones de obligación y per­
todas las descripciones de resultados de acción. Por consi­ misión de manera tal que permita lo posibilidad de que
guiente, cualquier sistema S de normas es cerrado cuando es un sistema de normas pueda ser abierto;
verdad con respecto a él que para todos los valores de las iii. Asegurar esta misma posibilidad dando a nuestra defini­
variables pertenece a este sistema o bien una norma que dice ción de la noción de determinación deónñca un sentido
que P( p / q ) o una norma al efecto de que 0 ( ~ p / q ) . tal, que no requiere que los conceptos de permisión y
Consideremos la fórmula “Pp v 0 ~ p ” o la fórmula de prohibición implicados en la definición sean “corres­
“P( p / q ) v 0 ( ~ p / q ) ”. En el Capítulo I distinguimos no pondientes” .
menos de seis conceptos-P y, correspondiendo a ellos en for­
ma unívoca, seis conceptos-O. Si leemos la primera fórmula Tomemos primero la cuestión de la relación entre obliga­
como diciendo que un cierto estado de cosas o bien está per­ ción y permisión. Bastará considerar los conceptos moná-
mitido o bien está prohibido, es pertinente preguntarse: dicos.
104 GEORG H ENRIE VON WRIGHT ALGUNAS CONTROVERSIAS META JURÍDICAS 105

La cuestión es, en primer lugar, saber si aceptaremos la Pero ¿para qué interesaría querer negar que lo que él hizo
equivalencia lógica entre “Op” y “~ P ~ p ” y no si conside­ estaba permitido, si estamos de acuerdo en que no estaba
raremos la equivalencia como que se infiere de una defini­ prohibido (y hasta inclusive puede haber sido su deber)?
ción o como axiomática. Pues, tan pronto como tenemos Parece que el único interés sería subrayar que del hecho de
“Op <-» P ~ p ” en nuestra lógica deóntica, cualquier sistema que algo no está prohibido no se sigue que esté permitido
normativo será necesariamente cerrado con respecto a toda en algún sentido diferente (y quizás más fuerte) que aquel
la clase de estados posibles de cosas, si es que clausura sig­ que en virtud de la equivalencia “Op <-» ~ P ~ p ” responde
nifica validez de la fórmula “Pp v 0 ~ p ”. a la prohibición en cuestión. Pero, a menos que esto sea lo
Se podría rechazar la equivalencia y aceptar tan sólo la que estamos diciendo cuando discutimos la legitimidad de
implicación en una dirección. “Op_>~ P ~ p ” parece suma­ la inferencia que conduce de la ausencia de una prohibición
mente plausible. Dice que si debe ser d caso que p, entonces a la presencia de una permisión, parece carecer de todo in­
no está permitido que sea el caso que ~ p . La verdad de terés discutir esto.
esto, uno está tentado de decir, tiene seguramente que ser in­ Cuando la prohibición y la permisión se “corresponden”,
herente al “significado” de las nociones de obligación y per­ la inferencia que va de la falta de una prohibición a la pre­
misión. Mucho menos auto-evidente parece ser la implicación sencia de una permisión es legítima y es lógicamente equi­
“ ~ P ~ p - >Op” o su forma equivalente “ ~ O p ->P ~ p ”. valente la inferencia que va de la ausencia de una permi­
Notemos la siguiente diferencia entre las implicaciones: sión a la presencia de una próhibición. Cuando la permisión
en una, que consideramos extremadamente plausible, con­ y la prohibición no se “corresponden” las inferencias son
cluimos de la existencia de una cierta norma (obligación) la inválidas.
no existencia de otra cierta norma (permisión). En la otra, En particular, no es lógicamente legítimo concluir de la
que puede parecer dudosa, concluimos, de la no existencia de falta de una prohibición (“O” = “Oí”, “O 2”, o “ 0 3” ) la
una norma, la existencia de otra norma. existencia de una permisión de libre elección, aun cuando
Analicemos esta última inferencia. ¿Es o no es razonable sea del tipo más débil (“P” = “P*” ). N i tampoco se pue­
concluir de la ausencia de una prohibición de hacer una de inferir de la ausencia de una permisión de libre elección
cierta cosa, la permisibilidad de hacer esta otra cosa? Y, ¿es que lá cosa en cuestióri está prohibida.
o no es razonable concluir de la ausencia de una permisión De las tres alternativas que hemos mencionado al comienzo
de hacer una cierta cosa, la naturaleza prohibida de esta de la presente sección hemos pues decidido no aceptar la
otra cosa? segunda. No es modificando nuestra actitud con respecto a
Consideremos la inferencia que va de la falta de una pro­ la relación lógica “0 ”=<u “ ■~P~” entre obligación y permi­
hibición a la presencia de una permisión “correspondiente”. sión como nosotros debemos hacemos cargo de la posibili­
No hay una norma que diga que un agente en una situación dad de que un sistema de normas esté abierto. Si queremos
para actuar dada, no tiene que actuar de una manera tal que hacemos cargo de esta posibilidad, esto tiene que hacerse
un cierto estado de cosas resulte de su acción. ¿Puede enton­ aceptando la tercera alternativa, es decir modificando nuestra
ces no conducirse de manera tal que resulte este estado? definición de la noción de determinación deóntica.
Supongamos que, en realidad, el agente se comporta así. Podríamos, por ejemplo, adoptar esta definición de deter­
El podría no haber hecho lo prohibido ya que nuestra pre­ minación deóntica: un estado de cosas está deónticamente
misa es que su comportamiento no está prohibido. Podría, determinado si y sólo si, o bien está prohibido-Oi o está
inclusive, haber hecho algo obligatorio, pero no podemos permitido-Pí. Para el caso diádico esto significa: que dado
saber si este es el caso sin consultar otras normas del sistema. que q, p está deónticamente determinada si y sólo si es
106 GEORG HENRIK VON W RIGHT

verdad que O i( ~ p /q ) o que Pi ( p/ q) . Esto significado bien


que en todos los mundos en los que es verdad que q, todos
los mundos en los que es verdad que p están prohibidos o,
que en todos los mundos en los que es verdad que q, algún
mundo en el que es verdad que p está permitido. Si ésta es la
deficinión de determinación deóntica, entonces ciertamente
no es una tautología decir que cualquier sistema de normas
está cerrado. Podría parecer más razonable pensar que bajo esta
definición, todo sistema es de jacto abierto a menos que con­
tenga una norma de clausura que diga que para todo par
“p, q” es el caso que o bien O i ( ~ p / q ) o bien que P2 (p/q)-
Se podría generalizar la definición de determinación deón­
tica y decir que el estado que p, dado que q, está deóntica-
mente determinado en el sentido-i, 7 si y sólo si, o bien está
prohibido. Oí que p, dado que q, o permitido-P/ que p, dado
que q. (1—i— 6 y 1 ^=7—6 ). Para i= j, la fórmula “O i ( ~ p / q )
v Pj ( p / q ) ” es trivialmente verdadera. Para i ¥= j la fórmu­
la no es trivial. Al decir que un sistema no está trivialmente
cerrado uno podría querer decir que para todo par p,q y
algún par i,j la fórmula “O í ( ~ p / q ) V P¡ ( p / q ) ” no es tri­
vialmente verdadera. Esta es, quizás la mejor definición de
clausura que podemos sugerir.
Podemos ahora dar respuesta a la pregunta acerca de por
qué la implicación “0/>_>~ P ~ p ” tiene mucha mayor aparien­
cia de plausibilidad que la implicación “ ~ P ~ p _>O p”. La res­
puesta es la siguiente: si “O ” significa una obligación de la
naturaleza más fuerte “Oí”, entonces para todos los seis con-
ceptos-P, es válida la implicación “Op ~ P ~ p ”; mientras
que la implicación inversa vale sólo para el casó especial
en que P=Pi.
Ahora bien, si estoy en lo cierto al pensar que “natural­
mente” tendemos a entender “deber” en el sentido de una
obligadón-Oi, y “poder” en el sentido de una permisión-Pí,
se sigue que, naturalmente, tendemos a entender la obliga­
ción y la permisión de manera tal que es válida la impli­
cación “O p ~ P ~ p ” y que no es válida " ~ P ~ p -» Op”.
ALGUNAS CONTROVERSIAS META JURIDICAS 107

5. Inferir a partir de “~ 0 ”, “P ~ ”, es inferir de acuerdo


con un principio que dice que “todo lo que no está prohi­
bido está, ipso jacto permitido”. Inferir a partir de “~ P ”,
“ 0 ~ ”, es argumentar de acuerdo con un principio que dice
que “todo lo que no está permitido está, ipso fado, pro­
hibido”.
Una inferencia se contrapone a la otra. Por consiguiente,
las dos son lógicamente equivalentes. Sin embargo, parece
haber una presunción a favor de considerar que la primera
forma de argumentar es, de alguna manera, “más segura” o
“más sensata”. Parece más razonable concluir de la ausencia
de una prohibición, la existencia de la “correspondiente” per­
misión, que concluir de la ausencia de una permisión, la
existencia de una “correspondiente” prohibición. ¿De dónde
procede esta impresión de asimetría entre las dos inferencias?
Es importante distinguir entre el problema óntico de dón­
de radica la realidad de las normas y en qué consiste la exis­
tencia de una norma, y el problema epistémico, es decir, cómo
llegamos a conocer (decidir, establecer, verificar) la exis­
tencia de las normas.
Me permito sugerir que la sensación de asimetría se debe
a una confusión entre el aspecto óntico y el aspecto epis­
témico de las normas. En el nivel óntico de la existencia, las
dos inferencias son innegablemente equivalentes (“simétri­
cas” ). La asimetría reside sólo en el nivel epistémico. Si la
inferencia desde la ausencia de una prohibición es más segura
que la inferencia a partir de la ausencia de una permisión,
esto se debe a que es más fácil establecer, por métodos inde­
pendientes, si una prohibición existe o no, que estar seguro
acerca de si una permisión existe o no. “Métodos indepen­
dientes” significa aquí métodos que no se basan en los dos
esquemas de inferencia que ahora examinamos.
Supongamos, en primer lugar, que podemos decidir, para
cualquier estado de cosas que p, si es o no es el caso que
Op — y para cualquier par dado de estados de cosas, que p
y que q, si es o no es el caso que O (p/ q) . No investigare­
mos aquí en detalle cuáles son las bases sobre las cuales
se formula esta decisión. Pero haremos la suposición adi­
cional de que la inferencia desde “~ P ~ p ” a “Op ” y de
ALGUNAS CONTROVERSIAS META JURÍDICAS 109
108 GEORG HENRIK VON WRIGHT
Si aceptamos Ad2, tendríamos que concluir de nuestro des­
“~ P ( ~ p / g ) ” a “ 0(p/q)” no tenga juego ningún papel
cubrimiento que el sistema S no constituye una unidad, sino
en la decisión. Con otras palabras, suponemos que la deci­
que alguna de las normas que hemos considerado, por ejem­
sión se hace independientemente de una inferencia que va
plo, que ~Pp o que ~P~p, pertenecen, en realidad, a sis­
de la ausencia de una permisión a la presencia de una obli­
temas diferentes. Las mismas conclusiones se nos hubiesen
gación (prohibición), correspondiente.
impuesto si, partiendo de nuestra primera suposición de decidi-
Puede ahora suceder que haya pares de estados de cosas
bilidad, hubiéramos tropezado con el caso que Op & 0 ~ p o
“p,~p” y pares de pares “p,q”, “ ~p,q”, tales que nues­
0(p/q) & 0{~p/q), sin concluir de la ausencia de una
tras decisiones son que ~Op & ~ 0 ~ p así como ~Ó(p/q) &
permisión la presencia de una obligación (prohibición). Pero
0(~p/q). Cuando estas decisiones han sido hechas, pode­
tenemos la sensación de que esto sucedería con mucho menor
mos usar el principio de inferencia que concluye de la au­
sencia de una obligación (prohibición), la presencia de una frecuencia si partimos de la primera suposición de decidibi-
correspondiente permisión para establecer que Pp & P~p y lidad y no de la segunda.
Si esta intuición está justificada, tiene que ser porque la
P (p/q) & suposición de que podemos decidir acerca de si es el caso que
Hagamos ahora otra suposición acerca de la decidibili-
dad. Suponemos que siempre puede decidirse si es o no el Op o que 0(p/q), independientemente de recurrir a una in­
caso que Pp y de si es o no el caso que P(p/q). Con res­ ferencia a partir de “ ~ P ~ p ” o de “~ P ( ~ p /c / ) ”, es una su­
posición más segura acerca de la decidibilidad, es decir,
pecto a los fundamentos sobre los cuales las decisiones están
basadas, decimos simplemente que las inferencias de “~ O p ” acerca de la manera, como llegamos a . conocer la existencia
a “P~p” y de “ ~0 (p /q ) " a “P( ~p/q)n no juegan nin­ de las normas, que la suposición de que podemos decidir
gún papel en las decisiones. Con otras palabras, las deci­ acerca de si es el caso que Pp o que P(p/q)f independien­
temente de recurrir a una inferencia que parta de “~ 0 ~ p ”
siones son independientes de una inferencia que va de la
ausencia de una obligación (prohibición), a la presencia o de “ ~ 0 ( ~ p / q ) ” .
de una permisión. Esto no significa sugerir que sería más razonable concluir
En esta situación puede suceder que existan pares de la ausencia de una prohibición, la presencia de una per­
misión, que concluir de la ausencia de una permisión, la
de estados de cosas y pares de pares de estados de cosas,
tales que ~ P p & ~P~p y ~P(p/q) & ~P(~p/q). presencia de una prohibición. Ambas inferencias son igual­
Cuando se han logrado estas decisiones, podemos usar el mente razonables, y a. que ellas son lógicamente idénticas.
principio de inferencia que dice que la ausencia de una Significa simplemente sugerir que es más razonable pensar
permisión se concluye la presencia de una obligación (pro­ que uno puede decidir, independientemente de las inferen­
hibición) correspondiente para establecer que Op & 0 ~ p y cias que parten de la ausencia de una norma y llevan a la
0(p/q) & 0(~p /q). Si “O” significa aquí una obligación presencia (existencia) de otra cierta norma, acerca de si
del tipo más fuerte —que es la forma como naturalmente algo está o no prohibido en un sistema S de normas que
entendemos las obligaciones— y aceptamos el axioma Ad2 si algo está o no permitido en él.
para “O ” = “Oí”, cosa que es sumamente razonable hacer, Si esto es conecto, se sigue también que una frase que
entonces la primera conclusión significaría que hemos en­ dice “todo lo que no pueda probarse que está prohibido,
contrado una contradicción en el sistema de normas S que debe ser considerado como permitido” es más razonable que
estamos considerando. Lo segundo significaría que hemos una que diga “todo lo que no pueda probarse que está per­
mitido, debe ser considerado como prohibido”. La segunda
descubierto que en el sistema puede surgir una situación de
licencia (meta-norma) probablemente nos imponga la con-
predicamento.
1 10 GEORG HENR1K VON WRIGHT ALGUNAS CONTROVERSIAS META JURÍDICAS 111

dusión ulterior de que hay una contradicción o al menos 6. Paso ahora al problema de las normas de orden superior
una posible situación de predicamento en un gran número 'o, al nivel formal, de la iteración de operadores deónticos.
de casos en los cuales esta conclusión, si no fuera por dicha ¿Qué significado, si es que tiene alguno, podemos dar a una
licencia, parecería carecer de fundamento. (Y como resulta expresión tal como, “POp” o “PPp”?
embarazoso verse obligado a aceptar esta conclusión, esta­ Si se acepta el punto de vista, que acepté en mi primera
mos contentos de poder escapar de ella). publicación sobre este tema, de que los operadores deónticos
¿Por qué existe esta asimetría entre las dos suposiciones están unidos a nombres de acciones y no a descripciones de
de decidibilidad o, como podríamos también decirlo, entre estados de cosas, entonces, como “Pp” evidentemente no es
el status epistémico de las prohibiciones y obligaciones por el nombre de un acto, el uso iterado de operadores ha de care­
una parte y las permisiones por otra? ¿Existe generalmente cer de sentido.
una correspondiente asimetría entre las nociones de necesi­ Pero aún si uno acepta el punto de vista de que “p” en
dad y posibilidad? No analizaré esta segunda pregunta. Con “Pp" es la representación esquemática de una descripción
respecto a la primera formularé tan sólo las siguientes de algún estado de cosas, no es claro ipso facto qué sentido
breves observaciones que pueden indicar de qué manera pue­ tiene aquí la iteración.
de ser entendida y explicada la asimetría en el caso de sis­ Supongamos que “OPp" sea leída como “debe ser el caso
temas jurídicos de normas. que esté permitido que sea el caso que p". Una expresión
En primer lugar, quien formule la ley desea imponer cier­ de esta forma es muy poco usada y no parece ser muy clara.
tos modelos de comportamiento a fin de que la gente se Supongamos que “OPp" sea leída como “uno debe procu­
conduzca de cierta manera y no se conduzca de otra. Pór lo rar que sea permitido procurar que sea el caso que p". Esto
tanto, la tarea primaria del legislador es imponer obligaciones es bastante rebuscado pero parece vislumbrarse en la frase
y formular prohibiciones, y castigar a aquellos que no actúen algún significado. ¿Cómo se puede procurar que algo esté per­
de acuerdo con sus disposiciones. Con respecto a todo esto, mitido? Evidentemente dando una permisión, permitiendo
el legislador tiene que ser explícito; en cambio, puede dejar a alguien que haga algo (en este caso: procurar que p ).
que se concluya de su silencio en algún punto que ésto o Así como “p" en “Pp" puede ser considerado como des­
aquéllo está permitido, ya que no está prohibido. cribiendo el estado de cosas que resulta del modo permitido
El principal interés del súbdito, es por otra parte, saber •de acción, podemos considerar “Pp" en “OPp” o en “PPp”
claramente cuáles son sus deberes, qué es lo que debe hacer como describiendo el resultado de una acción. La acción es
para no ser castigado por negligencia y qué es lo que debe el acto de dictar una norma, en este caso: dar una permi­
evitar hacer a fin de no ser castigado por una acción cri­ sión. El resultado de la acción es la existencia (subsiguiente)
minal. Sobre todo, tiene que ser posible para él poder saber de la norma, aquí: una permisión para hacer una cierta cosa.
todo esto mediante la consulta de la ley, sea directamente Una norma no es un “estado de cosas”. Pero es un estado
“consultando el código”, o indirectamente, recurriendo al de cosas el que cierta norma exista en una sociedad.
asesoramiento jurídico. Si el resultado de tal consulta en un La acción cuyo resultado es que una norma se dé (exista),
punto específico es “no hay obligación”, entonces puede será llamada acción normativa. Este tipo de acción humana
concluir que le está “permitido” actuar de determinada ma­ ocupa un lugar preminente en la vida jurídica del hombre (le­
nera, es decir, que puede actuar así sin riesgo de ser casti­ gislación), pero también en la vida militar y en otras formas
gado por violar la ley. Esto me parece que es el sentido de de organización de “acciones conjuntas”, en la relación entre
la norma metajurídica nullum crimen sine lege o nulla poena padres e hijos, profesores y alumnos y en un gran número de
sine lege: otras instituciones y prácticas sociales.
112 g e o r G h e n r ik von w r ig h t
ALGUNAS CONTROVERSIAS META JURÍDICAS 113
No negaré que hay otras normas de orden superior dife­ importantes de los diversos principios relacionados con las
rentes de aquellas que regulan la actividad normativa (la modalidades iteradas que han estudiado los lógicos modales.
actividad de crear normas); pero creo que las normas de or­ Tales principios de la lógica modal son, por ejemplo, el prin­
den superior más comunes y, probablemente las más impor­ cipio S4, “M M p -> M p ” y el principio S5, “M ~ M p ~ M p ”.
tantes, son las de este tipo. Un análogo del primero en la lógica deóntica sería un prin­
Cuando una acción normativa es el contenido de una nor­ cipió que dijese que si hay una permisión para permitir una
ma, el agente (“autoridad normativa” ) que realiza la acción
cierta cosa entonces, de hecho, también hay una permisión
normativa es generalmente una persona (o institución) dife­ para hacer esta cosa. Esto no parece plausible con respecto a
rente de la autoridad que se encuentra detrás de la norma normas que son, ellas mismas, un resultado de la actividad
de orden superior. Y los agentes (“sujetos de normas”) para normativa. Un análogo del segundo principio modal en la lógi­
quienes es formulada la norma de primer orden, son usual­ ca deóntica sería el principio que dijese que si hay una permi­
mente diferentes del agente (el cual no está incluido entre los sión para prohibir algo, entonces la cosa en cuestión está
primeros) que dicta la norma de primer orden y que, a su prohibida. Esto parece ser muy poco plausible como princi­
vez, es sujeto de una norma de orden superior. pio que verse sobre la acción normativa.
De estas observaciones se deduce que una teoría de nor­ Como se ha señalado a menudo, una diferencia fundamen­
mas de orden superior que no disponga de medios simbóli­ tal entre la lógica deóntica y la lógica modal “ordinaria” es •
cos para referirse a las autoridades normativas y a los sujetos que la lógica deóntica carece de un equivalente al principio
de normas tienen interés bastante limitado. En el lenguaje “p -> M p ” de la lógica modal. Si algo es verdadero, entonces
deóntico que hemos desarrollado hasta aquí, no existen estos es necesariamente posible, pero no se sigue del hecho de que
medios. No trataré de crearlos ahora.1 algo sea que también esté permitido. La falla de la infe­
Pero aún si permanecemos en el marco de discusión “im­ rencia “ab esse ad posse” en la lógica- deóntica está vincu­
personal” que hemos hasta ahora utilizado en nuestra lógica lada a la idea de que las conclusiones normativas no pueden
deóntica, hay varias cuestiones de interés relacionadas con las ser extraídas a partir de premisas tácticas o de que existe
normas de orden superior que podemos plantear y tratar de un abismo lógico infranqueable que separa el mundo de
dar respuesta dentro de este marco. los hechos del mundo de las normas, el “ser” del “deber
ser”. Esta idea es impotrante. Puede también ser discutida.
Sin embargo, no la discutiremos aquí.
7. La única cuestión de interés relacionada con normas de Debe observarse que las expresiones de nuestros cálculos
orden superior que trataré de analizar brevemente aquí es la deónticos son expresiones para un tipo de proposiciones, es
siguiente: ¿existen relaciones lógicas entre los órdenes? decir, proposiciones que dicen que existen tales y cuales
La cuestión correspondiente en la lógica modal ha sido
normas. Difícilmente puede formularse alguna objeción a
ampliamente discutida. La riqueza y variedad de los siste­ la idea de que tales proposiciones son “tácticas” y de que
mas existentes de lógica modal se debe, en gran medida, a
tienen relaciones con otras proposiciones tácticas. Pero ad­
las variaciones en los principios que gobiernan las relaciones mitir esto es totalmente compatible con el rechazo del
entre los distintos grados de fórmulas modales.
principio deóntico equivalente, del ab esse ad posse. Por lo
Uno está tentado de preguntar si hay análogos deónticos
tanto, rechazar esto no es tomar posición con respecto al
1 U n esfueizo interesante por crear una lógica deóntica de normas de orden “abismo” entre los hechos y las normas.
superior (jerarquía de mandatos) es el trabajo de Hanson, “ A Logic of Com- Formularé aquí la sugerencia de que aunque en el nivel
mands” en Logique et AnaJyse 9, 1966.
más bajo no vale el principio “p -> Pp”, es decir, del hecho
ALGUNAS CONTROVERSIAS META JURÍDICAS 115
114 GEORG HENRIK VON WRIGHT
consiguiente, podemos llamar a esto el Principio de Validez
de que se dé algún estado de cosas no es posible inferir de las,normas.
su permisibilidad, sin embargo, puede valer en niveles supe­ El principio puede ser entendido de dos maneras diferen­
riores, es decir, cuando “p” representa, en sí misma, una ex­ tes: puede ser entendido como diciendo que la validez
presión de la forma “Pp” o “Op”, es un requisito (lógico) para el éxito del acto normativo,
La sugerencia es, pues, que “Pp -> PPp” y “Op -» POp” que una norma no puede llegar a existir en un sistema como
sean consideradas como principios lógicos de algún tipo. resultado de una acción normativa, a menos que sea dada
Modificándolos mediante la contraposición, podemos escribir­ por una autoridad adecuada, es decir normativamente com-
los también en la forma “OOp -> Op” y “OPp -*■ Pp”. . petente. Pero el principio puede también ser entendido como
Pero, ¿es ésta sugerencia del todo aceptable? “Pp -> PPp” diciendo que una norma, al llegar a existir como resultado de
dice que si hay una permisión, entonces estaba también una acción normativa exitosa, establece, de esta manera, su
permitido el acto de dar esta norma y “Op -*• POp” dice que propia validez (permisibilidad).
,si hay una obligación, estaba permitido imponerla. Pero, A cuál de los dos puntos dé vista nos adhiramos depende
¿no puede una persona dar permisiones o imponer obliga­ de la prioridad que otorguemos a las dos nociones: existen­
ciones sin que le esté permitido hacerlo? ¿No sucede esto cia o validez de una norma. “Prioridad” puede significar
de hecho muy a menudo? aquí prioridad óntica o prioridad epistémica. Hablando ón-
La respuesta a estas preguntas, en su forma general, es ticamente la cuestión es: ¿la existencia establece (crea) la
quizás afirmativa. Sin embargo, los principios merecen aten­ validez, o la invalidez impide que una norma exista? Hablan­
ción en tanto principios de una lógica deóntica. do epistémicamerite: para establecer la existencia de una
norma en un sistema, ¿tenemos que establecer, ante todo,
su validez en este sistema? O, ¿podemos, mostrando que
8 . Diré que una norma es válida (en un sistema norma­ existe en este sistema, mostrar que tiene que ser válida?
tivo S), si y sólo si, el acto normativo de dar esta norma En un cierto sentido, la existencia parece que tiene prio­
está permitido (en ese sistema). De una autoridad norma­ ridad con respecto a la validez. Si la existencia de una nor­
tiva que da una norma que es, en tanto que es dada por él, ma presupone su validez, es decir, presupone una norma
válida, se dirá que tiene competencia normativa para dar permisiva que diga que el dictado de la primera norma es-
esa norma. taba permitido, entonces esta segunda norma, por la misma
Una norma es inválida (en S ), si y sólo si el acto norma­ regla, presupone la existencia de otra norma permisiva (de
tivo de dar esta norma está prohibido (en S). tercer grado). Se supone entonces que también la segunda
La noción de validez (y de invalidez) tal como es defi­ norma ha sido dada, es decir que resultó de una acción
nida aquí, presupone que las normas válidas son creadas normativa.
como un resultado de la acción normativa. Pero no todas Así pues, si la validez tuviese prioridad epistémica debe­
las normas son creadas de esta manera Más aún, la noción ríamos, para establecer la existencia de una norma de cual­
de validez es relativa a la noción de un sistema de normas, quier orden en un sistema, recorrer toda la jerarquía de
pero no todos los sistemas de normas contienen normas que normas permisivas superiores que dan validez a las nor­
regulen la actividad normativa. mas de orden inferior. ¿Puede este proceso de normas de
La forma más débil, ya sugerida, de un análogo del prin­ validación continuar indefinidamente, o llegar a un fin, en
cipio ab asse ad posse con respecto a las normas dice, usan­ un número finito de pasos? Pienso que tiene que llegar a
do nuestra nueva terminología, que una norma que es crea­ un fin. De otra manera, deberíamos disponer de un número
da como resultado de una acción normativa es válida. Por
1 16 GEORG HENRIK VON WRIGHT

infinito de actos normativos que tendrían por resultado


normas de orden cada vez más alto. Pero, en cualquier
tiempo dado en realidad sólo un número finito de tales
actos puede haberse llevado a cabo. Supongamos, por con­
siguiente, que el proceso llega a un fin en un número finito
de pasos.
Supongamos que terminamos este remontarse de las nor­
mas dentro.de un sistema S en una norma que,, o bien está in­
valida por alguna norma superior o no está validada por
ninguna norma superior. Si está invalidada, la cadena de
normas a las que daba validez queda separada del sistema. BIBLIOGRAFIA
Estas normas no existen como miembros de S. Si por otra
parte, la norma no está ni invalidada ni validada por ninguna
norma superior, su existencia como miembro de S tiene Esta bibliografía contiene publicaciones en los campos de la lógica
d eó n tica e¡ im perativa (y la teoría del “silogismo práctico” ). No
que, o bien ser supuesta, o bien ser establecida con inde- incluye trabajos que caen bajo el título “lógica jurídica” (jurístische
pertinencia del Principio de Validez. L o g ik , logiqu e ju rid iq u e ), excepto cuando tienen una relación di­
Así pues, el análogo débil del principio áb esse ad posse recta con la lógica deóntica o imperativa. Tampoco esta bibliografía
en la lógica deóntica “P ( 0 ) p -» P P ( 0 ) p " puede ser con­ incluye trabajos sobre la lógica del valor (lógica de la preferencia,
siderado como un principio que se refiere a la unidad de teoría de la utilidad) o de la teoría general de la acción.
un sistema de normas que se originan mediante la acción Una buena bibliografía de lógica jurídica, que también incluye tra­
normativa. El principio dice que una norma, para poder ser bajos en los campos vecinos de la lógica deóntica e imperativa es
considerada como miembro^ de tal sistema, tiene que ha­ la “Bibligrafía de lógica jurídica (1936-1960)” de Amedeo Conte.
ber sido dictada por una autoridad competente. El lector también puede encontrar útiles referencias bibliográficas
Si el requisito es que todas las normas que resultan de en G. Kalinowski, In tro d u ctio n á la lo g iq u e ju ridiqu e (1965).
la acción normativa tienen que satisfacer el Principio de
Validez para ser consideradas como miembros de algún Aelman, E., “Saamisen kasitteen suhde pitámisen kasitteeseen” [The
sistema S, la norma suprema que da validez a la cadena Relation of the Concept of Permission to the Concept of Obliga-
de normas subordinadas no puede ser, ella misma, el resul­ tíon] A ja tu s 11, pp. 5-19, 1942.
A ldrich, V. C., “Do Commands Express Propositions?”, Journal
tado de un acto normativo. Esta norma básica (Grund- o f P h ilo so p h y 40, pp. 654-657, 1943.
nonn) que es requerida para legitimar los actos normati­ Aix e n , L. E., “Deonhc Logic”, Mod e m U ses o f Logic in L a w ,
vos de la suprema autoridad normativa (“soberano” ) del May 1960, pp. 13-27.
sistema, tiene que ser una norma de tipo diferente al de Anderson , A. R., T h e F orm al A n alysis o f N o rm a tiv e S yste m s,
aquellas normas que están “dadas”. Esto es en lo que han Technical Report No. 2, Contract No. SAR/Nonr-609 (16), Office
of Naval Research, Group Psychology Branch, New Haven, 1956.
insistido, y creo que con razón, los partidarios del derecho Anderson, A. R. & M oore , O. K., “The Formhl Analysis of Nor­
natural. Pero no han logrado convencemos de que esta mative Concepts”, A m erican S o á o lo g jcá l R e v ie w 22, pp. 9-17,
norma básica sea algo más que una ficción lógica. 1957.
Anderson, A. R., “A Reduction of Deontic Logic to Alethic Modal
Logic”, M in d 67, pp. 100-103, 1958.
Anderson, A. R. “The Logic of Nonns”, L o g iq u e e t A n dtyse 1,
pp. 84-91, 1958.
117
118 BIBLIOGRAFIA
BIBLIOGRAFÍA 119
Anderson, A. R., “On the Logic of ‘Commitment’ ”, P h ilosoph icál
C astañeda, H. N., “A Note on Imperative Logic”, P hilosophicál
S tu d ie s 10, pp. 23-29, 1959.
Anderson, A. R., “Logik, Normen und Rollen”, R a tio 1, pp. 32-
S tu d ies 6, pp. 1-4, 1955.
43, 1962. C astañeda, H. N., “Nota sobre la lógica de los fines y medios”,
Anderson, A. R., “Reply to Mr. Rescher”, P h ilo so p h icá l S tu dies
U n iversidad d e S an C arlos 39, pp. 63-75, 1956.
13, pp. 6-8, 1962. C astañeda, H. N., “On the Logic of Norms”, M e th o d o s 9, pp.
Anderson, A. R., “Some Nasty Problems in the Formal Logic of 209-215, 1957.
C astañeda, H. N., “Un sistema general de lógica normativa”,
Ethics”, N o ú s 1, pp. 345-360, 1967.
Anscombe, G. E. M., In te n tio n , Oxford, 1957. D id n o ia 3, pp. 303-333, 1957.
C astañeda, H. N., “Á Theory of Morality”, P h ilo so p h y and
A p Ostel, L., “Game Theory and the Interpretation of Deontic
Logic”, L o g iq u e e t A n alyse 3, pp. 70-90, 1960. P h en o m en ologicál Research 17, pp. 339-352, 1957.
C astañeda, H. Ñ., “Imperatives and Deontic Logic”, A n álysis 19,
Bar-H illel , Y., “Imperative Inference”, A n álysis 26, pp. 79-82,
1966. pp. 42-48, 1958.
C astañeda, H. N., “The Logic of Obligation”, P h ü osoph ical S tu d ies
Beardsley, E. L., “Imperative Sentences in Relation to Indicatives”,
T h e P h ilo so p h icá l R e vieiy 53, pp. 175-185, 1944.
10, pp. 17-23, 1959.
C astañeda, H. N., “Obligation and Modal Logic”, L o g iq u e e t
Becker, O., U ntersu ch u n gen ü ber d en M od a lk a lk ü l, Meisenheim
am Glan, 1952. A n a lyse 3, pp. 40-48, 1960.
C astañeda, H. N., “Outline of a Theory on the General Logical
Bednarski, F., “Propria principia ethicae methodo axiomática de-
Structure of the Language of Action”, T heoria 26, pp. 151-182,
monstrandae”, A n g elicu m 32, pp. 3-20, 1955.
1960.
Berg, J., “A Note on Deontic Logic”, M in d 69, pp. 566-67, 1960.
C astañeda, H. N., “ ‘Ought’ and Assumption in Moral Philosophy”,
Bergstrom , L., “Comments on Castañeda’s Semantics of Prescrip-
Journal o f P h ilo so p h y 57, pp. . 791-803, 1960.
tive Discourse”, T h eo ria 28, pp. 70-72, 1962.
C astañeda, H. N., “Imperative Reasonings”, P h ilo so p h y a n d P h e-
Bergstrom , L., Im p e ra tiv es a n d E th ic s, Filosofiska studier utgivna
n om en ological R esearch 21, pp. 21-49, 1960-1961.
av Filosofiska Institutionen vid Stockholms Universitet, Hafte 7,
C astañeda, H. N., “Imperatives, Decisions, and ‘Oughts’: A Logico-
Stockholm, 1962.
Metaphysical Investigation”, M o ra lity a n d th e L anguage o f C on -
Beth , E. W., “Discussion”, S yn th ese 5, pp. 94-95, 1946-1947.
d u c t (ed. G. Nakhnikian and H. Castañeda), pp. 219-299, De­
Black , M., “The Gap between ‘Is’ and 'Should’ ”, P h ilo so p h icá l
R e v ie w 73, pp. 165-181, 1964'.
troit, 1962.
C astañeda, H. N., “The Semantics of Prescriptive Discourse”, T h e o ­
Blanché, R., “Quantity, Modality and Other Kindred Systems of
ria 28, pp. 72-78, 1962.
Categories”, M in d 61, pp. 369-375, 1952.
C astañeda, H. N., “Correction to 'The Logic o í Obligation’ ”
Bohnert , H. G., “The Semiotic Status of Commands”, P h ilo so p h y
P h ilo soph icál S tu d ie s 15, pp. 25-28, 1964.
o f S cience 12, pp. 302-305, 1945.
C astañeda, H. N., “The Logic of Change, Action and Norms”, T h e
Broad, C. D., “Imperatives, Categorical & Hypothetical”, T h e
Journal o f P h ilosoph y 62, pp. 333-344, 1965- -
P h ilosoph er 2, pp. 62-75, 1950.
C astañeda, H. N., “A Note on Deontic Logic (A Rejoinder)”, T h e
Bulygin , E., “Zwei Systembegriffe in der rechtsphilosophischen
Journal o f P h ilo so p h y 63, pp. 231-234, 1966.
Problematik”, A rc h iv fü r R e c h ts- u n S o ziá lp h ü o so p h ie 53, pp.
C astañeda, H .N ., “Imperatives, Oughts, and Moral Oughts”, T h e
329-338, 1967.
Australasian Journal o f P h ilo so p h y 44, pp. 277-300, 1966.
Bulygin , E., “Sentenza giudicaria e creazione di diritto”, R ivista
C astañeda, H. N., “Ethics and Logic: Stevensonian Emotivism Re-
in tem a zio n a le d i fü osofia d e l d iritto 44, pp. 164-180, 1967.
visited”, T h e Journal o f P h ilo so p h y 64, pp. 671-683, 1967.
C astañeda, H. N., A n E ssay in th e L o g ic o f C o m m a n d s an d
N o rm s, Minnesota, 1952 (M. A. Thesis).
C astañeda, H. N., “Acts, the Logic of Obligation, and Deontic
C astañeda, H. N., T h e L ogical S tru ctu re o f M o ra l R easoning, Calculi”, C ritic a 1, pp. 77-99, 1967.
Minnesota, 1954 (Part II, Ph. D. Thesis). C hisholm , R. M., “Supererogation and Offence: A Conceptual
Scheme for Ethics”, R a tio 5, pp. 1-14, 1963.
C astañeda, H. N., “La lógica general de las normas y la ética”,
C hisholm , R. M., “Contrarry-to-Duty Imperatives and Deontic Lo­
U niversidad d e San C arlos 30, pp. 129-196, 1954.
gic”, A nálysis 24, pp. 33-36, 1963.
120 GEORG HENRIK VON WRIGHT
121
BIBLIOGRAFÍA
C hisholm , R. M., “The Ethics of Requirement”, A m erica n Philos-
F ischer, M., “A Three-valued Calculus for Deontic Logic”, T heoria
oph ical Q u a rterly 1, pp. 1-7, 1964.
C lark, R. L., “On Mr. Tammelo’s Conception of Juristic Logic”,
27, pp. 107-118, 1961.
F ischer, M., “A Logical Theory of Commanding”, L o g iq u e e t
Journal o f L e g a l E d u c a tio n 8, pp. 491-496, 1955-1956.
C ohén ,' J., “Three-Valued Ethics”, P h ilo so p h y 26, pp. 208-227, A n dyse 4, pp. 154-169, 1961.
F ischer, M., “On a so-called Paradox of Obligation”, T h e J o u m d
1951.
C onté , A. G., “Bibliografía di lógica giuridica 1936-1960”. R ivista o f P h ilo soph y 59, pp. 23-26, 1962.
in tem a zio n a le d i filo so fía d e l d iritto 38, pp. 120-144, 1961. F ischer, M., “A System of Deontic-Alethic Modal Logic”, M in d
C onté , A. G., Saggio su lla c o m p le te zza d eg li o rd in a m en ti giuridici, 71, pp. 231-236, 1962.
Universitá di Torino. Memorie dell’istituto giuridico. Serie II. F ischer , M., “Strong and Weak Negation of Imperatives”, T h eoria
Memoria CXI. Torino, 1962. 28, 196-200, 1962.
C onté , A. G., “Incalificación e indiferencia”, D iá n o ia 9, pp. 237- F ischer, M., “A Contradiction in Deontic Logic?”, A n d y s is 25, pp.
257, 1963. . 12-13, 1964.
C onté , A. G., “Un saggio filosófico sopra la lógica deontica”, Ri- F itch , F. B., “Natural Deduction Rules for Obligation”, A m erican
vista in tem a zio n a le d i filosofía d e l d iritto 42, pp. 564-577, 1965. P h ilo so p h ica l Q u a rte rly 3, pp. 27-38, 1966.
C onté , A. G., “Décision, Complétude, Clóture. A propos des lacunes F ogelin , R. J., “On the Devolvement of Obligation”, L o g iq u e e t
en droit”, Logiq u e e t A n d y s e 9, pp. 1-18, 1966. A n dyse 9, pp. 210-218, 1966.
Cossio, C., “Las posibilidades de la lógica jurídica según la lógica F rutiger , P., “Logique nécessaire et Logique obligatoire”, P roceed­
de Husserl”, R e v is ta d e la F acu ltad d e D e re c h o (Buenos Aires) in gs o f th e T e n th I n te m a tio n d C o n g ress o f P h ilo so p h y. Amsterdam,
23, pp. 201-241, 1951. Nueva edición, con cambios: “La norma y pp. 33-41, 1949.
el imperativo en Husserl”, R e v is ta B rasileña d e F ilosofía 10, pp. G arcía M aynez, E., “Los principios jurídicos de contradicción y
43-90, 1960. de tercero excluido”, F ilosofía y L etra s 19, pp. 47-62, 1950.
Cossio, C., “La lógica jurídica formal en la concepción egológica”, G arcía M aynez, E., “La lógica deóntica de G. H. von Wright y la
L a L e y , 93, pp. 1-7, 1959. ontología formal del derecho”, R e v ista d e la F a c d ta d d e D erech o
Cossio, C., L a teoría egológica d e l derecho y e l co n c e p to jurídico d e M é x ico 3, pp. 9-37, 1953. Nueva edición en: E. García Máynez,
d e libertad, segunda edición, Buenos Aires, 1964, E n sayos filosóftco-jurídicos, 1959.
C resswell, M. J., “Some Further Semantics for Deontic Logic”, G arcía M aynez, E., P rin cipios su p rem o s d e la o n tología form al d el
Logique e t A n d y s e 10, pp. 179-191, 1967. d erech o y d e la lógica jurídica. Universidad Nacional Autónoma
D awson, E., “A Model for Deontic Logic”, A n d y s is 19, pp. 73-78, de México (Seminario de Problemas Científicos y Filosóficos, 1955,
1959. 5). Nueva Edición en: E. García Máynez, E n sayós füosófica-juxí-
D owning , P. B., “Opposite Conditionals and Deontic Logic”, M in d dicos, 1959.
70, pp. 491-502, 1961. G arcía M aynez, E., E n sayos filosófico-jurídicos. Biblioteca de la
D ubislav, W., “Zur Unbegründbarkeit der Forderungssatze”,Theoria Facultad de Filosofía y Letras 3, Xalapa, México, 1959.
3, pp. 330:342, 1937. ' G authier , D. P., P r a c tic d R eason ing: T h e S tru ctu re a n d F ounda-
D uncan-Jones , A. E., “Assertions and Commands”, P roceedin gs o f tio n s o f P ru den tial a n d M o r d A rg u m e n ts a n d T h e ir E x em plifica -
th e A risto té lic a S o c ie ty 42, pp. 189-206, 1952. tio n in D iscourse. Oxford, 1963.
F enstad, J. E., N o te s o n N o rm a tiv e L o g ic , Avhandlinger utgitt av G each, P., “Imperative and Deontic Logic”, A n d y s is 18, pp. 49-56,
Det Norske Videnskaps-Akademi i Oslo, II. Historisk-filosofisk klasse. 1958.
1. Oslo, 1959. G each , P., “Imperative Inference”, A n d y s is (Supplement) 23, pp.
F enstad, J. E., “Notes on the Application of Formal Methods in 37-42, 1963.
the Soft Sciences”, In q u iry 2, pp. 34-64, 1959. G each, P., “Dr. Kenny on Practical Inference”, A n alysis 26, pp.
F eys, R., “Expression modale du ‘devoir-étre’ ”, Journal o f S ym b o lic 76-79, 1966.
Logic 20, pp. 91-92, 1955. G ibbons, P. C., “Imperatives and Indicatives”, (I) A u strd a sia n
F eys, R., “Reply to A.N. Prior, ‘A Note on the Logic of Obliga-
J o u m d o f P h ilo so p h y 38, pp. 107-119, 1960.
tion’ ”, Revue ph ilo so p h iq u e de L o u va in 54, pp. 88-89, 1956. G ibbons, P. C., “Imperatives and Indicatives”, (II) A u strd a sia n
F ield , G. C., “Note on Imperatives”, M in d 59, pp. 230-232, 1950.
J o u m d o f P h ilo so p h y 38, pp. 207-219, 1960.
BIBLIOGRAFÍA 123
122 GEORG HENRIK VON WRIGHT K alinowski, J., “Interprétation juridique et logique des propo­
sitions normatives”, Logique e t A n alyse 2, pp. 128-142, 1959.
G oble, L. F., “The Iteration of Deontic Modalities”, L o g iq u e e t K alinowski, J., “Y a-t-il une logique juridique?”, L o g iq u e e t A nalyse
A n alyse 9, pp. 197-209, 1966. 2, pp. 48-53, 1959.
G ombay, A., “Imperative Inference and Disjunction”, A n alysis 25, K alinowski, J., T eoría p o zn a n ia pra k tyczn eg o [The'ory of Practical
pp. 58-62, 1965. Knowledge) Towarzystwo Naukowe Katolickiego Uniwersytetu Lu-
G ombay, A., “What Is Imperative Inference?” A n alysis 27, pp. 145- belskiego, Lublin, 1960.
152, 1967. K alinowski, J., “La norme, l’action et la theórie des propositions
G relling , K., “Zur Logik der Sollsátza”, U n ity o f S cien ce F oru m , normatives (Réponse á M. Ota Weinberger) ”, S tu dia L ógica 14,
January 1939, pp. 44-47. pp. 99-111, 1963.
G rue-Sorensen , K., “Imperativsatze und Logik. Begegnung einer Kalinowski, J., “Obligation dérivée et logique déontiqué relation-
Kritik”, T h eo ria 5, pp. 195-202, 1939. nelle”, N o tr e D a m e Journal o f F o rm a l L o g ic 5, pp. 181-190, 1964.
H aefner , A. E., “The Ethical Syllogism”, E th ic s 71, pp. 289-295, Kalinowski, J., “La logique des normes d’Edmund Husserl”, A rchi­
1960-1961. ve s d e ph ilo so p h ie du d ro it 10, pp. 107-116, 1965.
H anson, W. H., “Semantics for Deontic Logic”, L o g iq u e e t A n alyse K alinowski, J., “Possibilité et structure de la logique déontiqué.
8, pp. 177-190, 1965. Réflexions critiques á propos du livre de M. Georg Henrik voíi
H anson, W. H., “A Logic of Commands”, L o g iq u e e t A n alyse 9, Wright”, A rch ives d e p h ilosoph ie d u d ro it 10, pp. 313-333, 1965.
pp. 329-348, 1966. K alinowski, J., In tro d u ctio n á la logiqu e ju ridiqu e, París, 1965.
H aré, R. M., “Imperative Sentences”, M in d 58, pp; 21-39, 1949. Kalinowski, J., “Logique déontiqué et logique juridique”, L e s étu d e s
H aré, R. M., T h e Language o f M oráis, Oxford, 1952. (Hay traduc­ p h ilo so p h iq u es 20, pp. 157-165, 1965.
ción al castellano de G. Carrió y E. Rabossi, Cuaderno 30, Ins­ Kalinowski, J., “Les thémes actuéis de la logique déontiqué”, S tu d ia
tituto de Investigaciones Filosóficas, Universidad Nacional Autó­ L ógica 17, pp. 75-113, 1965.
noma de México). K alinowski, J., “De la spécificité de la logique juridique”, A rch i­
H aré, R. M., “Some Alleged Differences between Imperatives and
ve s d e p h ilo so p h ie du d r o it 11, pp. 7-23, 1966.
Indicatives”, M in d 76, pp. 309-326, 1967.
K anger, S., N e w F ou n dation s fo r E th ic a l T h e o ry, Part I, Stockholm,
H edenius, I., “Hypotetiska befallningar” [Hypothetical Imperatives],
A ja tu s 17, pp. 49-77, 1952.
1957. (Miméografiadú).
H intikka, J., Q u a n tifie rs in D e o n tic L ogic. Societas Scientiarum K anger, S., & Kanger, H., “Rights and Parliamentarism”, T h eoria
Fennica, Commentationes Humanarum Litterarum XXIII: 4. Hel­ 32, pp. 85-115, 1966.
sinki, 1957. K eene , G. B., “Can Commands Have Logical Consequences?”, A m er­
H ofstadter, A., & M cK insey , J. C. C., “On the Logic of Iinper- ican P h ilosoph ical Q ü a rterly 3, pp. 57-63, 1966.
atives”, P h ilo so p h y o f S cien ce 6, pp. 446-457, 1939. Kenny , A. J., “Practical Inference”, A n alysis 26, pp. 65-75, 1966.
H olmes , R. L., “Negation and the Logic of Deontic Assertions”, Klug, U., Juristische L ogik, Berlín, 1951.
In q u iry 10, pp. 89-95, 1967. L ahtin En , O., Zurn A u fbau d e r rech tlich en G ru n dlagen , Helsinki,
H orovitz, J., “Ulrich Klug’s Legal Logic. A critical account”. L o g iq u e 1951.
e t A n alyse 9, pp. 78-144, 1966. L ahtinen , O., “On the Relations between Commanding, Oughtness
H ófler , A., “Abhangigkeitsbeziehungen zwischen Abhangigkeitsbe- and Isness”, A r c h iv für R e c h ts — u n d S ozialph ilosoph ie 44, pp.
ziehungen”, S itzu n g sb e ric h te d er kaiserlichen A kaderfiie d e r Wzs- 323-332, 1958.
sensch aften in W ien 181, pp. 1-56, 1917. L edent , A., “Le statut logique des propositiones' imperatives”,
J arvis, J., “Practical Reasoning”, P h ilo so p h ica l Q ü a rterly 12, pp. 316- T h eoria 8, pp. 262-271, 1942.
328,. 1962. L emmon , E. J., “Moral Dilemmas”, P h ü o so p h ic d R e v ie w 71, pp.
Jorgensen, J., “Imperatives and Logic”, Erk en n tn is 7, pp. 288-296, 139-158, 1962.
1937-1938. L em m on , E. J., “Deontic Logic and the Logic of Imperatives”,
Jorgensen, J., “Imperativer og Logik”, T h eo ria 4, pp. 183-190, 1938. L o g iqu e e t A nalyse 8, pp. 39-71, 1965.
Kalinowski, J., “Théorie des propositions normatives”, S tu d ia L ógica L eonard, H. S., “Interrogatives, Imperatives, Truth, Falsity and
1, pp. 147-182, 1953. Lies”, P h ilo so p h y o f S cience 26, pp. 172-186, 1959.
K alinowski, J., “Interpretacja prawa a logika zdán normatywnych” M akkonen, K., “Ajatuksia juridisen kielen loogisesta analyysista”
[Interpretation of Law and Logic of Normative Propositions],
5, pp. 151-169, 1957.
R o c zn ik i F ilo zo ficzn e
124 GEORG HENRIK VON WRIGHT BIBLIOGRAFÍA 125
[Thoughts about the Logical Analysis of Juridical Language], P erelman , Ch., “Logique formule, logique juridique”, L ogiqu e e t
L akim ies 1, pp. 49-72, 1959. A n a lyse 3, pp. 226-230, 1960.
M akkonen, K., Zur PToblem tttik d er ju ridisch en E n tsch eid u n g , P eters, A. F., “R. M. Haré on Imperative Sentences: A Critícism”,
Añílales Universitatis Turkuensis Ser. B, Tom. 93. Turku, 1965. M in d 58, pp. 535-540, 1949.
M ally, E., G ru n d g esetze d es Sollens: E le m e n te d er L o g ik des P óincaré , H., “La Morale et la Science”, D e m ié re s P ensées, París,
W ille n s , Graz, 1926.
1913.
M arcus, R., “Iteratéd Deontic Modalitíes”, M in d 75, pp. 580-582,
P rior , A. N., “The Paradoxes of Derived Obligation”, M in d 63,
1966. '
pp. 64-65, 1954.
M artin , R. M . “Performance, Purpose, and Permission”, P h ilo so p h y
P rior , A. N., F orm al L ogic, Oxford, 1955.
o f S cience 30, pp. 122-137, 1963.
P rior, A. N., “A Note on the Logic of Obligation”, R e v u e P hiloso-
M ayo, B., & M itchell , B., “Varieties of Imperatíves”, P roceedings
o f th e A risto télia n S o c ie ty S u p p lem en ta ry ~Volume 31, pp. 161- p h iq u e d e L ouvain 54, pp. 86-87, 1956.
190, 1957. P rior , A. N., T im e an d M o d a lity , Oxford, 1957.
M cLaughlin, R. N., “Further Problems of Derived Oblígation”, P rior ,. A. N., “Escapism: The Logical Basis of Ethics”, E ssays in
M in d 64, pp. 400-402, 1955. M o ra l P h ilo so ph y (ed. A. I. Melden), Seattle, 1958, pp. 135-146.
M enger, K., M oral, W il le u n d W e ltg e sta ltu n g . G ru n dlegu n g zur P rior , A. N., “The Done Thing”, M in d 73, pp. 441-442, 1964.
L o g ik der S itte n . Wien, 1934. P rior, A. N., “Logic, Deontic”, T h e E n cyclo p ed ia o f P h ilosoph y
M enger, K., “A Logic of the Doubtful. On Optative and Imperative (ed. P. Edwards), vol. 4 New York, 1967, pp. 509-513.
Logic", R e p o rts o f a M a th em a tic a l C o llo q u iu m 2 (Notre Dame, R and, R., “Logik der Forderungssatze”, R e v u e in tem atioru de d e
Üniversity, Indiana University Press), pp. 53-64, 1939. la th éo rie d u d ro it 1, pp. 308-322, 1939.
M eredith , D., “A Correction to von Wright’s Decisión Procedure R each, K., “Some Comments on Grelling’s Paper 'Zur Logik der
for the Deontic System P”, M in d 65, pp. 548-550, 1956. Sollsatze’ ”, U n ity o f S cience F o ru m , April 1939, p. 72.
M ontague, R., “Logical Necessity, Physical Necessity, Ethics, and R escher, N., “An Axiom System for Deontic Logic”, P hilosoph ical
Quantifiers”, In q u iry 4, pp. 259-269, 1960. S tu d ies 9, pp. 24-30, 1958.
M oritz , M ., “Der praktische Syllogismus und das juridische Den- R escher, N., “Conditional Permission in Deontic Logic”, P hiloso­
ken”, T heoria 20, pp. 78-127, 1954. ph ica l S tu d ies 13, pp. 1-6, 1962. ;
M oritz , M., “Pennissive Satze, Erlaubnissatze und deontische Logik”, R escher , N., & R obison , J., “Can One Infer Commands from
P hilosoph ical Essays D e d ic a te d to G u n n a r A sp elin , pp. 108-121, Commands?”, A n a lysis 24, pp. 176-179, 1964.
Lund, 1963. R escher, N., T h e L o g ic o f C o m m a n d s, London, 1966.
M orris, H., “Imperatíves and Orders”, T h e o ria 26, pp. 183-209, R escher, N., “Practical Reasoning and Valúes”, T h e P hilosoph ical
1960. Q u a rterly 16, pp. 3-18, 1966.
M oser, S., “Some Remarks about Imperatíves”, P h ilo so p h y a n d R escher, N., “Semantic Foundations for Conditional Permission”,
P hen om en o lo g jcá l R esearch 17, pp. 186-206, 1956. P h ü osoph icál S tu d ie s 18, pp. 56-61, 1967.
M othersill , M., “Anscombe’s Account of the Practical Syllogism”, R ickman, H. P., “Escapism: The Logical Basis of Ethics”, M in d 72,
P hü osoph icál R e v ie w 71, pp. 448-461, 1962. pp. 273-274, 1963.
N owell -Sm ith , P. H., & L em m on , E. J., “Escapism: The Logical R obison, J., “Who, What, Where, and When: A Note on Deontic
Basis of Ethics”, M in d 69, pp. 289-300, 1960. Logic”, P h ü osoph icál S tu d ie s 15, pp. 89-92, 1964.
N ozick, R., & R outley , R., “Escaping the Good Samaritan Paradox”, R obison, J., “Further Difficultíes for Conditional Permission in
M in d 71, pp. 377-382, 1962. Deontic Logic”, P h ilosoph ical S tu d ies 18, pp. 27-30, 1967.
P eklo, B., “Einige Bemerkungen zu den deontischen Systemen, Ross, A., “Imperatíves and Logic”, T h eo ria 7, pp. 53-71, 1941.
welche Sanktionen und mehrere Funktoren enthalten”, L ogiqu e Ross, A., “Imperatíves and Logic”, P h ü o so p h y o f S cien ce 11, pp.
e t A nalyse 5, pp. 98-121, 1962.. 30-46, 1944.
P eklo, B., “Uber Normeninferenzen”, L o g iq u e e t A n alyse 7, pp. Ross, A., “On the Logical Nature of Propositíons of Valué”, T h eoria
203-211, 1964. 11, pp. 172-210. 1945.
P eklo , B., “Eine Bemerkung zum Anderson’s ‘Sanktionensystem” in Ross, A., D ire c tives an d N o rm s, London, 1968.
der modalen Logik”, L o g iq u e e t A n alyse 7, pp. 196-202, 1964. R tjdzinski, A. W ., Z logiki norm [On the Logic of Norms], Wydaw-
126 GEORG HENRIK VON WRIGHT BIBLIOGRAFÍA 127

riictwa Wydzialu Prawa Uniwersytetu Jagiellonskiego, Kraków, T ammelo , I., L egal D o g m a tic s a n d th e M a th esis U niversális, Heidel­
1947. berg, 1948.
R yding, E., “The Sense oí 'Smoking Permitted', A Note on Erik T ammelo , L, “Sketch for a Symbolic Juristic Logic”, Journal of
Tranoy’s ‘An Important Aspect oí Humanism’ ”, T h e o ria 24, pp. L egal E du cation 8, pp. 277-306, 1955-1956.
188-190, 1958. T ammelo , I., “On the Logical Structure of the Law Field”, A rch iv
Saarnio, U., “Arvo ja eetillisyys” [Valué and Morality], A ja tu s fü r R eá h ts-u n d S ozialph ilosoph ie 45, pp. 95-101, 1959.
13, pp. 113-235, 1944. T ammelo , I., “On the Logical Openness of Legal Orders. A Modal
Schuh , E., “Deontic and Atheoretical Logic”, M in d 76, pp. 123- Analysis of Law with Special Reference to the Logical Status
124, 1967. of Non Liquet in International Law”, T h e A m erican Journal
Segerstedt, T. T., “Imperative Propositions and Judgments oí cif C o m p a ra tive L a w , 8, pp. 187-203, 1959.
Valué”, T h e o ria 11, pp. 1-19, 1945. T ammelo , I., “Axiomatics of Systems of Law and the Logical Bounds
Sellars, W., “Imperatives, Intensions, and the Logic oí ‘Ought’,”, óf Juristic Thinking”, O igu steadu slik ajakiri, 1960, no. 6, pp. 4-7.
M e th o d o s 8, pp. 227-268, 1956; nueva edición ampliada en:
T ranoy, K. E., “An Important Aspect of Humanism”, T h e o ria 23,
M o ra lity a n d th e L angu age o f C o n d u c t (ed. H. Castañeda y G.
pp. 36-52, 1957.
T ranoy, K. E., ''Professor von Wright om ‘praktiska slutledningar’ ”
Nakhnikian), Detroit, 1963.
[Professor von Wright. on ‘Practical Inferences’], T id ssk rift for
Sidorsky, D., “A Note on Three Criticisms of von Wright”, T h e
R e tts v ite m k a p 70,pp. 59-72,. 1957.
Journal o f P h ilo so p h y 62, pp. 739-742, 1965.
T ranoy, K. E., “Reply to Erik Ryding. A Note on E. Ryding’s ‘The
Sluga, H. D., “Some Remarks on Deontics”, T h eo ria 29, pp. 70-78, Sense of Smoking Permitted’ ”, T h eo ria 24, pp. 190-191, 1958.
1963. T ornbull, R. G., “A Note on Mr. Hare’s 'Logic of Imperatives’ ”,
Smiley , T. J., “The Logical Basis of Ethics”, A c ta P h ilosoph ica P h ü osoph icál S tu d ies 5, pp. 33-35, 1954.
F enn ica 16, pp. 237-246, 1963. T urnbull , R. G., “Imperatives, Logic and Moral Obligation”,
S orainen, K., “Der Modus und die Logik”, T h eo ria 5, pp. 202-204, P h ilo so p h y o f S cien ce 27, pp. 374-390, 1960.
1939. • V artiovaara, K. V., “Logiikka ja etiikka” [Logic and Ethics],
S osa, E., “Actions and their Results”, L o g iq u e e t A n a ly se 8, pp. A ja tu s 10, pp. 285-300, 1941.
111-125, 1965. Visalberchi, A., “Forma lógica e contenuto empírico negli enuncia-
S osa, E., “On Practical Inference and the Logic of Imperatives”, ti valutativi. I. La lógica degli imperativi e delle norme”, R ivista
T h e o ria 32, pp. 211-223, 1966. d i F ilosofía 47, pp. 424-453, 1956. “II. Valutazione e 'transazione”
S osa, E., “The Logic of Imperatives”, T h e o ria 32, pp. 224-235, R ivista d i F ilosofía 48, pp. 382-415, 1957; p. 49, pp. 36-68,
1966. 1958.
Sosa, E., “Imperatives and Referential Opacity”, A n álysis 27, pp. W einberger , O., “Uvahy o logice normativnidi vet” (Considera-
49-52, 1966. tions on the Logic of Normative Propositions), F ilosoficky C asopis
S osa, E., “The Semantics of Imperatives”, A m erica n P h ü osoph icál C eskosleven ské A kadem ie V e d 4, pp. 918-926, 1956.
Q u a rte rly 4, pp. 1-8, 1967. W einberger , O., “Über die Negation von Sollsatzen”, T h eo ria 23,
Stenius, E., “The Principies of a Logic of Normative Systems”, pp. 102-132, 1957.
A c ta P h ilo so p h ica F en n ica 16, pp. 247-260, 1963. W einberger, O., D i e S o llsa tzp ro b lem a tik in d er m o d e m e n Logik.
Stocker, M., “Professor Chisholm on Supererogation and Offence”, K o n n e n S ailsatze (Im perative) a is w a h r b e z e ic h n e t w erd en ? Praha,
P h ü osoph icál S tu d ie s 18, pp. 87-94, 1967. 1958.
Storer, T., “The Logic of Valué Imperatives”, P h ilo so p h y o f S cien ce W einberger , O., “Logika nonnativnich vet nebo normativni teorie?
13, pp. 25-40, 1946. F ü osoficky C asopis C eskosleven ské A k a d e m ie V e d 7, pp 91-97,
Strahl, I., “Om praktiska slutledningar inom juridiken” [On Prac­ 1959.
tical Inferences in Jurisprudence], Tid d sk rift fo r R e ttsv ite n sh a p 71, W einberger , O ., S tu d ie k logike n orm ativn ich v e t [Studies on the
pp. 40-45, 1958. Logic of Normative Propositions], Praha, 1960.
Sztykold, J., “Negacja normy” [Negation of the Norm], P rzeglad W einberger, O ., “Théorie des propositions normatives. Quelques
F ü o zo ficzn y 39, pp. 492-494, 1936. remarques au sujet de l’interprétation normative des systemes Ki
T ammelo , I., D rei rech tsph ilosoph isch e A u fsá tze , Heidelberg, 1948. et K2 de M. Kalinowski” S tu d ia L ógica 9, pp. 7-21, 1960.

/
128 GEORG HENRIK VON WRIGHT

W eenberger, O., “Einige Betrachtungen über die Rechtsnorin vom


Standpunkt der Logik und der Semantik”, L o g iq u e e t AnaLyse 7,
pp. 212-232, 1964.
W illiams, B. A. O., “Imperative Inference”, A n tdysis (Supplgment)
23, pp. 30-36, 1963.
W olénski, J., “O tzw. paradoksie Alfa Rossa w logice norm” [On
Alf Ross’s Paradox in the Logic of Norms], S tu d ia F ilo zo ficzn e
44, pp. 93-101, 1966.
W o lff , K., Gru ndlehre d es S ollen s, Innsbruck, 1924.
W richt, G. H. von, “Deontic Logic”, M in d 60, pp. 1-15, 1951.
Reprinted in L ogical S tu d ies, London, 1957, pp. 58-74.
W right, G. H. von, An E ssay in M o d a l L ogic, Amsterdam, 1951.
W right, G. H. von, “Om s.k. praktiskaslutiedningar” [On so-called
Practica! Inferences], T id ssk rift fo r R e ttsv ite n sk a p 58, pp. 465-
495, 1955.
W right, G. H. von, “A note on Deontic Logic and Derived Obliga-
tion”, M in d 65, pp. 507-509, 1956.
W right, G. H. von, On th e L o g ic o f N eg a tio n , Sopietas Scientiarum
Fennica, Commentationes Physico-Mathematicae XXII :4. Helsinki,
1959.
W right , G. H. von, “Practical Inference”, P h ilosoph icaL R e v ie w
72, pp. 159-179, 1963.
W right, G. H. von, N o r m an d A c tio n , London, 1963.
W right, G. H. von, “A New System of Deontic Logic”, D a n ish
Yeaxbook o f P h ilo so p h y 1, pp. 173-182, 1964.
W right , G. H. von, “A Coriection to a New System of Deontic
Logic”, D a n ish Y ea rb o o k o f P h ilo so p h y 2, pp. 103-107, 1965.
W right , G. H. von, “Deontic Logics”, A m erica n P h ilosoph icál
Q u a rterly 4, pp. 136-143, 1967.
Ziemba , Z. “Logika formalna w mysleniu prawniczym” [Formal
' Logic in Legal Thought], P a n stw o I P ra w o 12, pp. 265-283,
1957.
Z iemba, Z., & Z iembinski, Z., “Uwagi o wynikaniu norm prawnych”
[Some Remarks on the Consequence Relation between Legal
Norms], S tu d ia F ilo zo fic zn e 93, pp. 243-254, 1964.
Z iembinski, Z., “Logika praktyczna” [Practical Logic], Panstwowe
Wydawnictwo Naukowe, Poznan, 1959.
Ziembinski, Z., L o g ie zn e p o d sta w y pra w o zn a w stw a [The Logical
Foundations of Jurisprúdence], Warszawa, 1966.
Zinovjev , A. A. “O logike normativnyh predlozenij” [On the
Logic of Normative propositions], Y o p r o s y fü o zo fij, No. 11,
0 1958, PP. 156-159. '
Aqvist, L., “A Binary Primitive in Deontic Logic”, L o g iq u e e t
e A nalyse 5,. pp. 90-97, 1962.
A qvist, L., “Interpretations of Deontic Logic”, F üosofiska stu d ier
tittágnade K o n ra d M a rc-W o g a u d e n 4 aprü 1962 (ed. Ann-Mari
BIBLIOGRAFÍA 129

Henschen-Dahlquist & Ingemar Hedenius), Uppsala, 1962, pp.


0 i 5-23.
A qvist, L., “Postúlate Sets and Decisión Piocedures íor Some
0 Systems of Deontic Logic”, T ite a ría 29, pp. 154-175, 1963.
A qvist, L., “ A Note on Commitment”, Philosophicat Studies 14, pp.
„ 22-25, 1963.
Aqvist, L., “Deontic Logic Based on a Logic of ‘Better’ ”, A c ta
0 P hilosoph ica F ennica 16, pp. 285-290, 1963,
Aqvist, L., “Interpretations of Deontic Logic”, M in d 73, pp. 246-
0 25.3, 1964.
Aqvist, L., “On Dawson-Models for Deontic Logic”, L o g iq u e e t
„ A n alyse 7, pp. 14-21, 1964.
A qvist, L., “Choice-Offering and Altemative-Presenting Disjunctive
0 Commands”, A n alysis 25, pp. 185-187, 1965.
Aqvist, L., “ ‘Next’ and ‘Ought’. Altemative Foundations for von
Wright’s Tense-Logic, with an Application to Deontic Logic”,
L o g iq u e e t A n a lyse 9, pp. 231-251, 1966.
\

\
ÍNDICE ANALÍTICO
(No incluye la bibliografía)
■■íy-:

ctó (Acción) 43-46, 47-58, 60- Calderoni, M., 12.


;;165j .69,, 73-76, .79-80, 83, 87- Cambio, 7, 45-46, 48-51, 53-58.
!'89, 93-94, 99-Í01. dése ipción de C, 48-50, 56, 66.
. ejiones elementales, 54-55, 64, Capacidad, 58, 60-61, 63-65, 69,
/ 74-75. 71-77, 85-86.
Acciones normativas, 111-113. Castigo, 110.
¡omisión de Acciones, 45, 50-51, Comportamiento, 45, 50, 105-106.
, , 54, 57, 63-65, 74-75, 95. Compromiso, 93-95.
Acción preventiva, 45, 54. paradojas de C., 94.
^cción productiva, 45, 54. Competencia, 113-114.
(¿.“resultado de A. 17, 51-52, 73, Condicional, véase Norma, Per­
- ' 88-89, 102. misión, Obligación.
- situaciones de A. véase Oportu- Conflicto, véase Obligación.
-' nidad. Conte, A„ 11, 13.
'¡Acción total) 54, 58, 61, 62, 64- Control, 63-65.'
::65r 91-92. C o n tra fá ctico , (elemento de ac­
ctividad, 12, 44, 46. ción) 51, 52, 77.
" ente, 50-68, 78-81, 82-86, 92, Cuantificador, 14.
.^95.
sAtehourrón, C. 10. “Deber implica permisión”, .35,
.Anarquía, 32, 37. 42.
¡f&ííperson, A. R., 17. “Deber implica poder”, 76, 82,
jAíiuinas, 98. 84.
-Árbol dé la vida, véase Vida (ár- Deóntico
->bol de) constituyentes Deónticos, 21,
Sstóteles, 15- 34-35.
¿tomismo lógico, 47. determinación D., 34-35, 99-
^Sóoloda (Áidológicó), 12, 82- 102, 103-105.
86, 97. posibilidad D., véase Posibili­
V? dad.
íBe’ntham, J., 11. tautología D., 22.
(Biografía, véase Vida. unidad D., 107-108, 115.
‘~ibad,: C. D., 11. Deóntica, lógica. -
•' 1. D. diádica, 25, 31, 35, 42,
“CaídbP, 90-92, 95-96. 89.
132 GEORG HENRIK VON W RIGHT

1. D. monódica, 25, 35, 42, 89. Lógica modal, 7, 9, 14-15, 60,


operadores deónticos
o. D. diádicos, 8, 26, 93, 102.
interrelación de o. D., l9, 99, Mally, E., 11.
103-106. Mandatos, 112.
iteración de o. D., 16, 99, 111- Mundo posible, 9, 20, 29, 36,
112. 37, 53.
o. D. m on ó d ico s , 39, 41.
Norma
Derecho, 11. N. autoridad, 111, 113.
Determinismo, 59-60, 65-66. N. condicional, 8, 26, 92, 93-
D. epistémico, 65-66. 94.
D. óntico, 65-66. contenido Normativo, 43,
45, 75.
existencia de N., 12, 103,
Elección, 63, 64. 106, 108, 110, 114.
Estado (de cosas) jerarquía de N., 9, 99.
—descripción— (véase también N. de orden superior, 16, 11,
Mundo posible), 20, 21, 47, 69, 85, 95.
48, 53-58, 79. 88, 94. N. morales, 69, 84, 95, 96, 99-
Estado final, 46, 50, 57, 60. N. técnicas, 85.
Estado inicial, 46, 50, 54, 57, 71, Normativo
87-89. acción N., véase Acción,
Etica utilitaria, 84. orden N., véase Sistema Norma­
Existencia, véase Normas, existen­ tivo.
cia de. sistema Normativo, 69, 77, 81,
82-84, 93, 95, 99-105, 107-
Feys, R., 60. 108, 113-115.
sistemas Normativos cerrados,
Geach, P., 98. 99-105.
G ru n dn orm , 115.
sistemas Normativos abiertos,
99-105.
unidad de sistemas Normativos,
Hadson, W. H., 111. 107, 114.
Hintikka, J., 42. N u llu m c rim e n (n u lla p o en a )
Historia, véase descripción de sin e le ge, 109.
Cambio.
Hófler, A., 14. Obligación, 11, 14, 18, 30, 31,
Hohfeld, W. N., 11. 38-42, 72-76, 83, 91-98, 104-
Husserl, E., 14. 107, 110, 114.
O. condicional. 91, 94. ->
Im possible n idia obligatio, 20.
conflicto de O., 95-98.
Impotencia, 63. O. fuerte, 30, 74.
O. débil, 30.
Interacción (agentes de), 57. Ocasión, 47-48, 55, 67.
Intencionalidad, 52. Omnipotencia, 62-63.
efté, véase Predicamento,
Íefté, Teorema de, 96.
Opalek, k.) 10. .
Operadores, véase '• operadores
Deónticos.
Kalinowski, G., 11, 14. Oportunidad (de la acción), 51-
Kanger S. y H., 11. 53, 57-58, 60-67, 70-72, 73,
Kant, I., 77, 84. 76-78, 80-83, 88, 91-93, 98,
Kotarbinski, T., 13. 102-104.
ÍNDICE ANALÍTICO 133|
Parsons, T., 13. Rescher, N., 8, 41.
“deber implica Permisión”, véase Ross, A., 23-24.
Deber. paradoja de Ross, 23-24, 38,
Permisión, 11, 14, 19, 30-43, 69, 73, 79.
71-93, 97, 99-111. Regla, véase también norma.
P. condicional, 27, 41, 91. R. de acción, 43, 70-72.
P. disyuntiva, 24-25. R. ideal, 43, 70-72.
P. de libre elección, 24, 26-
28, 33-35, 37-39, 42, 76, 104. S ein sollen (-Du rfe n ), véase Re­
P. fuerte, 30, 80. gla ideal.
P. débil, 30, 75, 89. Shils, E. A., 13.
Posibilidad, 69-71. Stenius, E., 33.
P. deóntica, 69-73, 76-80, 84.
P. humana, 58-61, 70-72, 76- T u n so llen (-D u rfe n ), véase Re­
79, 83. gla de acción.
• P. lógica, 59, 70-72, 81.
Praxeología, 12. Vailati, G., 13.
Predicamento, 34, 42, 76, 79-82, Validez, 113-115.
- 95, 107-108. principio de V., 113.
Prior, A. N., 8, 17, 93. Valor, véase Axiología.
Prohibición, 11, 14, 18, 38-40,
44, '69, 72, 75-80, 83, 91-93, Westeimarck, E., 14.
96-97, 99-101, 107-109.
Wolenski, I-, 23.
Posible mundo, véase Mundo po­
sible. Ziemba, Z., 23.
“Puede hacer”, véase Capacidad. Ziembinski, Z., 23.
U n en sa yo d e lógica d eó n tic a y
teoría general d e h acción , edi­
tado por la Dirección General de
Publicaciones de la U.N.A.M., se
terminó de imprimir en los talle­
res de Editorial Galache, S. A.,
Privada Dr. Márquez N? 81, el
día 31 de agosto de 1976. Se tira­
ron 2 000 ejemplares.

N2 1556

También podría gustarte