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La 

Organización Internacional del Trabajo (OIT) es la


base de muchas de las actividades de la OIE.
La OIT es el organismo de las Naciones Unidas encargado de abordar los asuntos de
empleo y de políticas sociales. Esta organización, única dentro de las Naciones Unidas,
posee una estructura tripartita donde la gobernanza se comparte entre los gobiernos, las
organizaciones de trabajadores y las organizaciones de empleadores.

La OIE es la Secretaría del Grupo de los Empleadores de la OIT. Brinda apoyo a dicho


Grupo en su labor durante el Consejo de Administración y la Conferencia Internacional del
Trabajo, y representa los intereses de los empleadores en la OIT fuera de estas reuniones
formales, desempeñando una función fundamental en la preparación del debate y la toma de
decisiones. En definitiva, el papel de la OIE consiste en garantizar que los intereses
políticos de los empleadores estén reflejados en la labor, las actividades, los programas y
otros resultados de la OIT.

DIVERSOS FOROS
Aunque la OIT es primordial para las actividades de la
OIE nuestro foco de atención no se centra
exclusivamente en esta organización.
Los temas que afectan a los empleadores son amplios y siguen creciendo, al igual que lo
hacen los tipos de foros en los que se debaten estas cuestiones. La OIE participa con un
conjunto de organismos de las Naciones Unidas y con otras organizaciones mundiales y
regionales encargadas de la definición de políticas. Algunas de estas participaciones se
basan en mandatos formales; sin embargo, todas ellas se basan en la firme credibilidad de la
OIE, en su experiencia consolidada y en su red mundial de miembros, que la convierten en
una voz potente y equilibrada para las empresas.
Qué son las Naciones Unidas

El sistema de las Naciones Unidas es una red formada por diferentes organismos
especializados, entre ellos la OIT, así como por varios fondos y programas, todos con sus
propios miembros, liderazgo y presupuesto. Con todo, la esencia de las Naciones Unidas
son sus 193 Estados Miembro, representados en la Asamblea General, el principal órgano
de deliberación, elaboración de políticas y representación de las Naciones Unidas. 

La Secretaría de las Naciones Unidas, con sede en Nueva York, realiza la labor diaria de las
Naciones Unidas tal y como lo dispone la Asamblea General, y es un socio importante en
temas relacionados con el desarrollo sostenible, la migración y las alianzas, entre otros.

Por qué son las Naciones Unidas pertinentes para las empresas

Las Naciones Unidas elaboran normas, políticas y reglamentos internacionales sobre


derechos humanos y migración, entre otras cuestiones, que definen el entorno para las
empresas a nivel nacional e internacional cuando los gobiernos las implementan.

Cómo colabora la OIE con las Naciones Unidas

Desde 1947, la OIE goza de condición de entidad consultiva formal dentro de las Naciones
Unidas. La OIE asiste a varias conferencias de la Asamblea General, así como a los debates
generales anuales en los que se reúnen los jefes de Estado y de gobierno.

Cómo influye la colaboración de la OIE con las Naciones Unidas en la


promoción de la agenda empresarial

Aunque las Naciones Unidas y sus Estados Miembro conservan el carácter


intergubernamental de los debates, estos reconocen cada vez más la importancia de
consultar a los agentes no estatales cuando se examinan los marcos para el desarrollo
sostenible. Por ejemplo, la OIE participa de forma activa en el Foro Político de Alto Nivel
sobre Desarrollo Sostenible, que hace un seguimiento del progreso en la consecución de los
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). La OIE también contribuye activamente al
proceso del Pacto Mundial para una Migración segura, ordenada y regular (PMM), al
ofrecer sus aportaciones y experiencia a los gobiernos. 

El Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, ha iniciado un importante


proceso de reforma con el fin de garantizar que la organización cumple su propósito en el
futuro. La OIE participará en ese proceso para garantizar que las Naciones Unidas se alían
con las voces representativas de las empresas, ya que se continuará recurriendo a los
conocimientos especializados y la experiencia del sector privado.

Desde 2006, el Secretario General de la OIE goza de la condición de miembro permanente


de la Junta Directiva del Pacto Mundial, una oficina de las Naciones Unidas que pretende
poner en marcha un movimiento mundial de empresas sostenibles y otros agentes para la
consecución de los diez principios del desarrollo sostenible.
Qué es el Pacto Mundial de las Naciones Unidas

En enero 1999 se puso en marcha el Pacto Mundial, una iniciativa liderada por el difunto
Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan. Este Pacto es un llamamiento a las
empresas de todo el mundo para que ayuden a crear el marco social y medioambiental que
apoye y garantice la continuación de los mercados libres y abiertos, garantizando a su vez
que las personas de todo el mundo tienen una oportunidad para compartir los beneficios de
la nueva economía global.

El Pacto Mundial engloba diez principios pertenecientes al área de los derechos humanos
(extraídos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos), el trabajo (extraídos de
la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo),
el medio ambiente (extraídos de la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el
Desarrollo) y la corrupción (extraídos de la Convención de las Naciones Unidas contra la
Corrupción).

Se exige a los Signatarios del Pacto Mundial que:

 Integren los diez principios en sus estrategias empresariales y operaciones diarias.


 Presenten una Comunicación de Progreso y declaren públicamente ante las partes
interesadas (inversores, consumidores, sociedad civil, gobiernos, etc.) el progreso realizado
en la puesta en marcha de los diez principios y el apoyo a los objetivos generales de
desarrollo de las Naciones Unidas.
 Promuevan el Pacto Mundial.

Pese a que el Pacto Mundial es principalmente un llamamiento para las empresas, también
colaboran en él entidades ajenas al ámbito empresarial, como sindicatos y ONG dedicadas a
los derechos humanos y al medio ambiente.

Por qué es el Pacto Mundial de las Naciones Unidas pertinente para las
empresas

El Pacto Mundial para las Naciones Unidas es la iniciativa voluntaria de sostenibilidad


empresarial más grande del mundo. Ofrece a las empresas información y creación de
capacidades, así como intercambio de experiencias y la posibilidad de crear alianzas. Los
diez principios del Pacto Mundial de las Naciones Unidas están ampliamente reconocidos y
se reflejan en numerosos códigos de conducta empresarial.

Cómo colabora la OIE con el Pacto Mundial de las Naciones Unidas


La OIE es miembro de la Junta Directiva y de la Red de Expertos del Pacto Mundial de
Naciones Unidas. Muchas organizaciones miembro de la OIE son el punto central de las
Redes locales del Pacto Mundial.

Cómo influye la colaboración de la OIE con el Pacto Mundial de las Naciones


Unidas en la promoción de la agenda empresarial

La OIE representa los intereses de las empresas en la Junta Directiva del Pacto Mundial de
las Naciones Unidas, que es de naturaleza multilateral. La Organización ayuda a que el
Pacto se centre en apoyar a las empresas en la aplicación de los diez principios. También
adopta un enfoque inclusivo que reconoce los diferentes recursos y posibilidades de las
empresas, y garantiza que el Pacto no se utiliza de manera inapropiada con fines de
campaña.

CUALES SON LAS FUNCIONES DEL BANCO MUNDIAL

Las funciones más importantes del Banco Mundial son las siguientes:

 Prestar apoyo tanto a los países desarrollados como a los países en desarrollo en la forma de
financiamiento, garantías, estudios analíticos y de asesoría, alivio de la deuda, iniciativas
para el fortalecimiento de la capacidad y actividades de seguimiento y promoción a nivel
mundial. La estrategia de lucha contra la pobreza del Banco Mundial se basa en  reforzar  el
clima de inversión e invertir en las personas pobres.
 Hacer frente al desafío de la pobreza a través de los siguientes objetivos:
1. Erradicar la pobreza extrema y el hambre.
2. Lograr la educación primaria universal.
3. Promover la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer.
4. Reducir la mortalidad infantil.
5. Mejorar la salud materna.
6. Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades.
7. Asegurar la sostenibilidad ambiental.
8. Promover una alianza mundial para el desarrollo.

CUALES SON LOS PROGRAMAS SUBSIDIADOS DE AMÉRICA


LATINA
(IEDEP)
La crisis sanitaria generada por la pandemia de la COVID-19 y sus consecuencias, que aún nos
afectan, exige a los gobiernos de Latinoamérica destinar mayores recursos en programas
sociales. Más aún en un contexto en el que la pobreza en la región se incrementaría, según la
Comisión Económica para América Latina (CEPAL), a 215 millones de personas, pasando de
30,3% en 2019 a un promedio de 34,7% en 2020.

 Los programas sociales son recursos del Estado dirigidos a la lucha contra la pobreza, apoyo a
poblaciones vulnerables o el desarrollo de una mejor infraestructura social para mejorar las
condiciones de vida de la población. Por ello, un reto para el próximo Gobierno es mejorar,
paralelamente, la eficiencia y eficacia de dichos programas, cuyos recursos asignados para el
presente año fueron incrementados en alrededor de 34,1%, según señala el Instituto de
Economía y Desarrollo Empresarial – CCL (IEDEP).

 Los efectos colaterales de las medidas de contención de la pandemia han incrementado


drásticamente la población en situación de pobreza y vulnerabilidad. La tasa de desempleo en
Lima Metropolitana pasó de 6,6% a 13,0% entre el 2019 y 2020; mientras que la población no
activa pasó de 32,6% a 45,1%. 

Los datos disponibles a nivel nacional evidencian la misma realidad, para el trimestre julio-
agosto-setiembre del 2020 respecto a similar periodo del año anterior, el desempleo se elevó de
3,5% a 9,6% y la población inactiva de 27,6% a 36,7%.

 La llegada de las vacunas fortalece las proyecciones de crecimiento de 9% para el 2021, así
como la esperada recuperación de sectores productivos intensivos en mano de obra y de
componentes del gasto como el consumo y la inversión privada y pública. Sin embargo, es
requisito que las vacunas se apliquen a un alto porcentaje de la población y en todo el territorio
nacional, no teniendo aún una fecha segura.

Reactivación económica
 

Ante esta realidad, hay que reconocer que aún nos encontramos en una etapa de reactivación
económica, es decir, camino a alcanzar los niveles de producción y empleo pre pandemia.

La necesaria reactivación económica dependerá de la ejecución de los presupuestos de Arranca


Perú (S/ 3.268 millones), Reconstrucción con Cambios (S/ 5.963 millones), los Proyectos
Especiales de Inversión Pública (S/ 993 millones) y los acuerdos Gobierno a Gobierno (S/
1.199 millones).

 
Cuando dichas inversiones se realicen y se desarrollen los mecanismos de transmisión de
empleo e ingresos a los hogares, el Gobierno debe desplegar sus programas sociales para
apoyar a ese 30% de la población que se encontraría en situación de pobreza. Los programas
sociales son la respuesta y una necesidad por la severidad de la crisis sanitaria, la gradual
recuperación económica y el lejano crecimiento económico.

Los programas del Midis


 

El Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) cuenta con cinco principales programas
sociales adscritos. Se trata del Programa Nacional de Apoyo Directo a los más Pobres (Juntos),
el Programa Nacional de Asistencia Solidaria – Pensión 65, Programa Nacional – Cuna Más;
Programa Nacional de Alimentación Escolar – Qali Warma; Fondo de Cooperación para el
Desarrollo Social (Foncodes), y dos programas transversales de menor escala: Programa
Nacional Pensión no contributiva a personas con discapacidad severa en situación de pobreza –
Contigo; y el Programa Nacional Plataformas de Acción para la Inclusión Social – País.

Foncodes tuvo un presupuesto promedio de S/ 234 millones en el trienio 2018-2020. Para el


2021 se le asignó un presupuesto de S/ 299 millones, dirigido principalmente a mejorar los
sistemas productivos de los hogares rurales para que de este modo accedan a mercados
particulares.

AQUE SE DEDICA LA OCNOR DE CHIAPAS

La oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) tiene la
autoridad para liderar y coordinar la acción a escala mundial con el fin de proteger los derechos y el
bienestar de decenas de millones de personas. Entre ellas se encuentran los refugiados, los
desplazados internos, los apátridas, los solicitantes de asilo, los repatriados y las comunidades de
acogida que los rodean.

El organismo, que interviene en alrededor de 120 países, contribuye de manera única a la respuesta
internacional al sida. Se encarga de asistir a personas que se han vuelto más vulnerables al VIH,
debido al desplazamiento y al hecho de estar expuestas a situaciones de conflicto, con un amplio
abanico de intervenciones y programas regidos por la capacidad y la experiencia en cuestiones
relacionadas con el sida que se han desarrollado a lo largo de las décadas.

ACNUR mantiene en funcionamiento importantes programas sobre el VIH en África, Asia, las
Américas, Oriente Medio y Europa Oriental. Este organismo, bajo la división del trabajo de
ONUSIDA, convoca al Equipo de trabajo interinstitucional sobre emergencias humanitarias
relacionadas con el VIH, que incluye, entre otras tareas, la coordinación del apoyo técnico al VIH
para las poblaciones desplazadas. Como la organización líder responsable de estos grupos de
población, ACNUR desempeña un papel crucial a la hora de servir de llave de acceso para los
gobiernos y otras partes importantes interesadas a nivel nacional que requieren el apoyo técnico
particular de ONUSIDA.

Con el objetivo de cumplir su obligación, ACNUR fomenta las relaciones eficaces y hace hincapié
en las ventajas comparativas de tener un amplio espectro de asociados. Entre ellos se incluye a los
refugiados y a las comunidades de acogida; a los gobiernos; a los organismos donantes; a los
organismos de las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales; a los organismos no
gubernamentales nacionales e internacionales (como las organizaciones de carácter religioso); a las
instituciones académicas y de investigación; y al sector privado.

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