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De acuerdo a la ley del servicio profesional docente está reglamentada del artículo

3o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y tiene por objeto
establecer el Servicio Profesional Docente; determinar las bases para el
desarrollo profesional del personal docente y con funciones de dirección o de
supervisión en la educación básica y media superior.

Por lo tanto, los principales derechos de los docentes son: Recibir un trato justo y
respetuoso, Respeto de la integridad física y moral, Derecho a la libertad de
expresión, A perfeccionarse, A la libertad de conciencia, A trabajar en equipo
Y A asociarse

Recuerdo en una ocasión hace aproximadamente 4 años tuve un problema


familiar, para lo cual tuve que trasladarme inmediatamente a mi lugar de origen,
era viernes por la tarde (mi base es matutina), por lo que opte por avisarle a mi
autoridad inmediata lo que me sucedía, para ejercer mi derecho de usar mi
permiso económico la próxima semana de lunes a miércoles, su respuesta fue
tajante al decirme un no por respuesta y te espero el lunes en el trabajo si no ya
sabes que procede.

Me trasladé a mi lugar de origen el fin de semana, pero tuve que


regresarme el domingo para cumplir con mi deber, el día lunes por la mañana me
reuní con mi director para ver la situación y saber por qué me había negado mi
derecho. Su respuesta fue “no se pudo” en la misma semana ocurre un incidente
con un compañero docente, le pide el permiso para esa semana y se lo otorga, por
lo que en ese instante fui con ella y le expuse lo sucedido, haciéndole hincapié
que si volvía a suceder lo mismo en otra ocasión me iba a quejar de ella con su
autoridad inmediata, ya que tenía favoritismo por otros docentes, siendo que en lo
personal siempre estoy trabajando con mi grupo, entrego en tiempo y forma mis
documentos solicitados y cumplo mi función docente de manera satisfactoria.

Después de esa ocasión no volvió a suceder otro incidente como el que


redacté, cabe mencionar que terminándose el ciclo se cambió de centro de
trabajo.
Lo anterior fue en lo individual, en cuanto a lo colectivo recuerdo cuando
ingrese trabajar a este centro de trabajo llegamos 4 docentes de nuevo ingreso y
teníamos un director encargado, el cual era muy ambicioso y ventajista, pues
cuando terminamos el primer ciclo presentamos un examen de diagnóstico (era
parte de nuestro proceso) en el cual él tenía que evaluarnos y para poder hacerlo
nos solicitó una botella de tequila por docente, en caso de no hacerlo nos pondría
la calificación más baja y eso afectaría el proceso de obtener nuestra base.

Cada docente se presentó el día de la evaluación con su botella y se la


entregó. Nunca nos quejamos con nadie porque no sabíamos cómo funcionaba el
sistema, además que nos daba miedo que pudiera afectarnos, cabe recalcar que
los demás compañeros de la escuela que ya tenían años laborando jamás se
acercaron a comentarnos algo, pues defendían la manera de operar del director.

En conformidad con la primera parte del artículo 5 de la Ley General de los


Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, son niñas y niños los menores de
12 años, y adolescentes las personas de entre 12 años cumplidos y menos de 18
años de edad.

Los Derechos Humanos de niñas, niños y adolescentes están previstos en


la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en los tratados
internacionales y en las demás leyes aplicables, esencialmente en la Convención
sobre los Derechos del Niño y en la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños
y Adolescentes (publicada el 4 de diciembre de 2014), la cual reconoce a niñas,
niños y adolescentes como titulares de derechos y, en su artículo 13, de manera
enunciativa y no limitativa señala varios.

Al revisar el documento anterior antes mencionado, soy consciente como


docente que he incumplido con alguno de ellos dentro de mi trabajo con mis
educandos, pero hay uno en lo particular que me ocasionó problemas. “Derecho a
la educación”.

Durante mi primer año de servicio me tocó un grupo (4to) muy difícil en


cuanto a nivel cognitivo, comportamiento y responsabilidad. Había un alumno en
especial, era un caso en la escuela desde primer grado; iba sucio a clases, no
sabía leer, era grosero con compañeros y docentes, no cumplía con trabajos
dentro y fuera del aula.

Para poder ayudar al alumno opte por sentarlo cerca de mí para apoyarlo
constantemente pero no funcionó, mande llamar a sus papás por medio de avisos
con él y con su hermana que se encontraba en un grado superior pero no obtuve
respuesta, por lo que en una ocasión le comenté que me diera una explicación por
qué sus papas no asistían a los llamados, me dijo que no querían venir a la
escuela, entonces le mencioné que si no asistían sus papas no iba a entrar a la
escuela.

Al día siguiente al ingresar a la escuela me paré en la entrada para ver si


algún familiar lo acompañaba, lo mire llegar solo y le dije que no podía entrar a la
escuela hasta que trajera a sus padres, el alumno se regresó a casa solo. Al día
siguiente el alumno llega con su papá muy molesto reclamándome por qué no deje
entrar a su hijo, que me iba a demandar por no darle ingreso al plantel, pues le
estaba negando el derecho a la educación a su hijo y que iría a SEJ a exponer el
caso.

En ese instante le pedí una disculpa por lo sucedido, ya que solamente lo


había hecho para poder platicar con él acerca de su hijo y poder entre ambos
buscar una solución para tener una mejora con él. El padre de familia al mirarme
preocupado por su hijo decidió entablar una plática llegando a acuerdos que
beneficiaran al niño.
Conclusiones

Los derechos humanos son como armadura: te protegen; son como las normas,
porque en ellas se explica cómo puedes comportarte y son igual que los jueces,
porque puedes recurrir a ellos. Son abstractos, como las emociones, y como ellas,
pertenecen a todos, independientemente de lo que pase. Son como la naturaleza
porque pueden ser violados; y como el espíritu porque no pueden ser destruidos.
Como el tiempo, nos tratan de la misma forma a ricos y pobres, a viejos y jóvenes,
a blancos y negros, altos y bajos. Nos ofrecen respeto y nos obligan a tratar con
respeto a los demás. Así como la bondad, la verdad y la justicia, sobre las que a
veces podemos estar en desacuerdo al definirlas, pero que reconocemos cuando
las vemos.

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