Está en la página 1de 40

INTRODUCCIÓN

La Seguridad Pública es un derecho que el Estado debe garantizar a todos


sus habitantes, tanto ciudadanos como extranjeros para poder tener una vida
tranquila, en cuando al ejercicio pacífico de todos nuestros derechos, sin tener que
sufrir el daño que hagan terceras personas; en caso de que esto suceda tener la
certeza y convicción de que el Estado, a través de sus dependencias de seguridad
pueda restituir el orden y garantice la paz a los ciudadanos.

Por tanto, es de observarse que los espacios públicos como privados, son
los que se caracterizan más por la existencia de amenazas del crimen organizado
que suprimen los derechos y bienes de las personas, en las cuales no existen
condiciones que garanticen la convivencia pacífica y el desarrollo tanto individual
como colectivo de la sociedad.

Hoy en día nuestro país ha entrado en una grave crisis de seguridad, que se
agudiza día con día, por lo que el Estado Mexicano no ha podido hacer frente, a
pesar de las distintas Instituciones que tiene a su cargo para poder garantizar la
seguridad pública.

Nos encontramos ante un Estado fallido por cuanto hace su capacidad para
poder hacer frente a este flagelo que está mermando la forma de vivir en la sociedad
en general, ya que dicho problema no es solo de una cierta entidad federativa, es
un problema que aqueja a todo el territorio nacional; a pesar de que el Estado cuenta
con diversas Instituciones públicas que tienen a su mando para poder detener esta
amenaza nacional, como lo son la Agencia de Investigación Criminal, El Centro de
Investigación y Seguridad Nacional y la Policía Federal.

1
Instituciones a las cuales desde fue la alternancia del poder ejecutivo federal
hasta la actualidad no se han utilizado para las cuales fueron creadas, sino que se
han dedicado más a trámites administrativos desviándolas de sus verdaderos
objetivos.

Tal es el caso de la Policía Federal, Institución que hasta nuestros días ha


sido estéril, y se ha visto involucrada más en escándalos de corrupción que en
realizar la prevención y detención de personas dedicadas a la delincuencia
organizada.

2
ANTECEDENTES HISTORICOS DE LA SEGURIDAD PÚBLICA

En el transcurso de nuestra historia la seguridad pública siempre ha


sido un servicio que brinda el Estado a la sociedad, se puede decir que es una
norma indispensable para el crecimiento político, económico y cultural para todos,
parte de la necesidad de mantener una tranquilidad social y convivencia armónica,
que permita una situación ideal para producir y comercializar.

Se debe de tomar en consideración que las diferentes normas que se han


implementado en distintos momentos es para regular la existencia de la policía
mismas que han estado encaminadas a fortalecer la seguridad individual y colectiva,
así como de salvaguardar sus bienes, de este modo se puede considerar que desde
la época precortesiana la seguridad pública toma su forma como un derecho del
individuo, mismo que le otorgara la confianza para desempeñar sus tareas con la
certeza de que la autoridad velara por sus bienes e integridad.

1.- LA SEGURIDAD PÚBLICA EN EL IMPERIO AZTECA

El México prehispánico contaba con una organización social, política,


económica y cultural perfectamente establecida, en este sentido, se hace referencia
al Calpulli el cual es definido “…como un grupo de individuos que se consideraban
emparentados como descendientes de un antecesor común y se ha pensado

3
también que el clan o Calpulli era el grupo social fundamental en la organización
social de los Macehuales…”1.

Mientras tanto la nobleza y sus renteros los Mayeques se encontraban fuera


de la organización clánica y formaba un grupo de organización clasista, aparte de
la parentil de los Calpulli, en este sentido, “el grupo social que corresponde al linaje
es el llamado Teccalli, término derivado de Teuctli señor, y calli casa; se puede
traducir literalmente como casa señorial”2.

El Teccalli es considerado como una entidad dependiente del señor Teuctli y


comprende ante todo las tierras de las casas con sus habitantes y el título de su
señor, que es uno de los dirigentes en la organización política del señorío, por lo
tanto se trata de un grupo que funciona como corporación en el sistema económico
y político.

En materia de seguridad pública, en el imperio Mexica, el Estado contaba con


los Calpullec (judicial del imperio), su trabajo consistía en vigilar las calles del barrio,
obligar a los vecinos a mantener limpios los frentes de las casas, cuidar que no
llegaran al barrio merodeadores para realizar actos de rapiña y en ocasiones
intervenir para calmar los ánimos de pleitos de vecinos, y no olvidar la vigilancia de
los graneros públicos, considerados de alta prioridad para el Estado.

La designación de los Calpullec tenía lugar en una gran ceremonia que se


realizaba en el Teccalli (casa señorial), colocando a los servidores una cinta verde
en el brazo, de ellos dependía la seguridad de cada uno de los Calpulli (barrio), otro

1
CARRASCO, Pedro. Estratificación Social en la Mesoamérica Prehispánica. 4ª Edición. Editorial Melo. México, 2010. Página 22.
2
Ibídem. Página 25

4
tipo de guardianes del orden eran los Tianquizpan, quienes tenían la
responsabilidad de vigilar los mercados, era una labor bastante delicada, en virtud
de que de escaparse algún ladrón se les obligaba a cubrir parte de los robado.

“La organización policiaca de los Aztecas, tenía una amplia cobertura de


vigilancia en islotes, templos, chinampas, escuelas, mercados, tribunales de justicia
inclusive destinaban escoltas para acompañar a los recaudadores de impuestos y
tributos”.3 La seguridad Pública en el Imperio contaba con una firme estructura
jurídica, un código de conducta de la vida social, las leyes sentaban sus bases en
la religión, motivo por el cual existía una estricta severidad moral y permitía una
mayor protección de la población.

Lo anterior se puede observar de manera fehaciente en el hecho de que


cuando se pensaba que los responsables de ciertos actos ponían en peligro la
estabilidad social de la comunidad se les condenaba a muerte o se les desterraba
de la ciudad, por otra parte, aquellos que cometían el delito de robo eran sometidos
a la esclavitud hasta que restituían el monto del hurto, en caso de asalto en los
caminos y mercados, se aplicaba la pena de muerte, de la misma manera a los
rebeldes, hechiceros, los traidores y a quienes mataban a esclavos también eran
condenados a la pena máxima, a los calumniadores se les cortaban los labios y a
los violadores se les enviaba a la horca.

En el aparato jurídico del imperio Mexica existía el Tletique (juez), mismo que
se encargaba de dictar sentencia a los inculpados, antes de que se emitiera dicha
resolución los delincuentes quedaban en calidad de presos confinados en cauhcalli
(jaulas de madera); donde se les alimentaba con desechos de comida en las épocas
de abundancias, o con las vísceras de los prisioneros de guerra sacrificados a los

3
IÑIGO, Alejandro. Bitácoras de un Policía. 3º Edición. Grupo Editorial Siete, S.A de C.V. México. 2011. Página 18.

5
dioses en tiempos de crisis y sequías; la justicia se aplicaba de manera pronta y
expedita, toda vez que los juicios eran orales en las salas de audiencias y las
sentencias se ejecutaban por lo regular al día siguiente.

Los encargados de ejecutar las sentencias eran los tlayacanqui, en las faltas
menores los jueces sentenciaban a los infractores a la cárcel, destierro, confiscación
de bienes, en algunos casos se sometía a la esclavitud, para otros delitos la pena
consistía en la mutilación y para otros en una serie de azotes y en la obligación de
reparar el daño.

1.2.- SEGURIDAD PÚBLICA EN LA ÉPOCA COLONIAL

Una vez que se consumo la conquista del pueblo mexicano en 1521, Hernán
Cortés, ordena que se reconstruyera la ciudad con calles, plazas, cabildos,
fundición, carnicería horca y picota, iniciando la distribución de solares entre los
españoles para que construyeran sus casas.

Constituida la Nueva España económicamente “se establece un sistema


heterogéneo, en el cual convergen varios modos de producción, desde un inicio se
aprecia el despotismo tributario y un capitalismo embrionario y dependiente; estos
modos de producción no se encuentran separados sino que constituyen un todo
orgánico un conjunto de relaciones que da a cada elemento un sentido concreto.”4

4
SEMO, Enrique. Historia Mexicana, Historia y Luchas de Clases.5ª Edición. Ediciones Era. México, 2010. Página 30

6
La república de los españoles surge del proceso de colonización y mestizaje,
en su estructura los elementos feudales se entremezclaban con el capitalismo
embrionario dependiente, siendo las unidades básicas la hacienda, el taller
artesanal, el obraje y la mina. La clase dominante obtiene ingresos del trabajo
excedente de los indígenas recomendados o repartidos en las propiedades de los
españoles, así como de los esclavos, de los asalariados libres, los peones, la
explotación comercial de la comunidad y el pequeño productor; toma la forma de
renta y de ganancia sobre todo comercial y usurera, pero también industrial.

De ninguna manera se trata de una sociedad dual, desde un principio existen


entre ambas estructuras lazos funcionales que las integran en un solo sistema, el
principal consiste en los medios necesarios para la fundación de la economía de los
conquistadores que surge de la explotación de la comunidad indígena. “Los
españoles no traen capitales ni medios de producción; la única fuente existente es
el trabajo y el producto de las comunidades”5.

Es hasta 1524 cuando se decidió el establecimiento de una cárcel provisional,


sin embargo es en 1525, el momento en el que se instituye el primer cuerpo de
alguaciles de la ciudad, la estructura comenzó a tomar forma con la ordenanza de
Cortés en las que dictaba que los alguaciles tenían derecho de participar en el
cabildo con voz y voto; además se les designaba como policías complementaria de
los alcaldes mayores, quienes tomaron acciones severas en contra de la
delincuencia, así como contra vagos y mal vivientes, al mismo tiempo se
organizaron alguaciles menores y tenientes de alguacil, a falta de adecuados
tribunales se ordenó la ejecución de salteadores de caminos de acceso a la ciudad,
en el lugar mismo en el que fueran aprehendidos.

5
Ibidem. Página 34

7
Los alguaciles menores eran los encargados de hacer rondas y patrullar la
ciudad, asimismo cobraban las multas impuestas por el tesorero de la Audiencia, es
en 1526, cuando a los alguaciles se les entrega la vara de justicia por Cédula Real.

En 1527, la administración de justicia sufre un cambio sustancial cuando por


Cédula Real fueron eliminados los oficiales reales para dar paso a las Reales
Audiencias, todos los miembros de las Audiencias quisieron dictar ordenes sin
coordinación alguna, llegó el momento en que las Reales Audiencias se
encaminaron al fracaso, toda vez que su campo de acción fue rebasado por la
anarquía, instituyéndose entonces el virreinato, en la estructura judicial de este
tiempo se contaba con alcaldes mayores conocidos entonces como corregidores
quienes se responsabilizaban de impartir justicia y defender la moral, también había
alcaldes ordinarios, cuyo trabajo consistía en detener a los indios criminales para
juicio y sentencia, de igual forma existía un alguacil mayor y un sindico de justicia.

La llegada del primer virrey don Antonio de Mendoza provoca gran algarabía
en la ciudad, lo que represento que los responsables de la seguridad pública
elaboraran planes operativos para proteger a los señores y dejarles vía libre entre
los curiosos, en el control de masas la fuerza pública se fue especializando, como
resultado del desfile del Pendón que reunía una gran cantidad de personas,
teniendo su origen como celebración de la conquista en agosto de 1528, y tuvo
verificativo durante toda la colonia.

En 1529, se expide el primer reglamento de policía, “…destacando en uno


de sus puntos la prohibición de los indios de habitar dentro de los límites del casco
urbano destinado a los españoles, salvo aquellos que por necesidad del servicio

8
tuvieran que ocupare aposentos para tal fin en las casas de los señores españoles
y bajo su custodia y responsabilidad…”6.

Los actos criminales rebasaron la capacidad de las autoridades por lo que en


junio de 1530, se reglamento el derecho de portar espada, de nada sirvieron las
protestas ante el cabildo de muchos señores españoles que argumentaban
inseguridad, por lo que la espada resultaba imprescindible.

El julio del mismo año, con la finalidad de eficientar la seguridad pública de


la comunidad, se crearon los títulos de alguaciles de indios y alguaciles de doctrinas,
con esto una parte de la fuerza pública pasa en forma indirecta a la iglesia, con la
finalidad de perseguir a indios obstinados que se resistían a adoptar la fe cristiana.

En este tiempo la gran propiedad privada colonial y el tipo de economía que


en ella se desarrollo tomaron formas desconocidas en el mundo prehispánico; en
cambio la relación entre la corona y las comunidades indígenas vino a ser una
continuación de los elementos tributarios de la sociedad precortesiana

“Don Pedro de Moya Contreras llega a tierras Novo Hispanas el 2 de


noviembre de 1572, y con él todo el aparato de la Santa Inquisición, de esta forma
en febrero de 1574, se efectúo el primer auto de fe por la inquisición, siendo
quemados vivos Jorge Rively, Pedro Monfrie y Cornelio apodado el irlandés,
además otros 78 reos fueron sentenciados a penas más benignas como los azotes,
enviados a las galeras de su Santidad, y recluidos en conventos.”7

6
IÑIGO, Alejandro. Bitácoras de un Policía. 3º Edición. Grupo Editorial Siete, S.A de C.V. México. 2011. Página 32.
7
SEMO, Enrique. Historia Mexicana, Historia y Luchas de Clases.5ª Edición. Ediciones Era. México, 2010. Página 38

9
Es importante señalar que los tintes de discriminación en la época colonial
se acentúan en todos los ámbitos y el judicial no es la excepción, quedando
constancia en el año de 1590, en virtud de que se estableció para la parcialidad de
indios, una cárcel especial, a efecto de no ofender a los señores españoles, aún
cuando fueran delincuentes.

En el primer cuarto del Siglo XVII la ciudad atravesaba por una situación difícil
en materia de seguridad, había una preocupante escases de policías, y los pocos
que había en sus rondas incluso en pleno día eran motivo de burlas y falta de
respeto, para 1625, el aumento de alguaciles dio resultado y el índice de
criminalidad volvió a sus niveles más o menos normales, las mujeres dedicadas a
la prostitución se les ordenó utilizar vestidos de talle alto con olanes de color gris
que terminaban en forma de pico, de ahí la frase que popularizo entre los hombres
cuando decían, vamos de picos pardos.

En 1631, fue inaugurada la prisión mayor construida en el Real Palacio de


Virreyes, con calabozos de castigos y la tan temida sala de tormentos.

En mayo de 1635, se anuncio por bando el nuevo reglamento de justicia,


donde se estipulaban castigos corporales, multas y confiscación de bienes por
embriaguez, lo que provoco burlas irónicas e iracundas protestas.

Uno de los grandes problemas a los que se enfrentaron los alguaciles eran
las riñas y los duelos que se producían por los juegos de azar que se habían
diseminados por toda la ciudad, en plena calle y a la luz del sol, las denuncias contra

10
los timadores eran constantes en los juzgados de barrio, por ende en mayo de 1680,
se expide un reglamento prohibiendo los juegos de azar y la vagancia.

En 1682, se establecen las diputaciones de policía ante la Real Audiencia de


acuerdo a una ordenanza del gobierno para mejorar la impartición de justicia en la
capital de la Nueva España. Es importante señalar que desde sus inicios el
crecimiento de las empresas españolas se efectúo gracias a la aparición de grupos
de trabajadores indios desplazados de sus comunidades, económicamente
hablando la corona solo tuvo un interés en América, la obtención de la plata
necesaria para el financiamiento de los exorbitantes gastos que imponía el imperio.

Para 1711, algunos miembros de la Real Sala de Audiencias fueron


investidos en una nueva función policíaca bajo el rubro de alcaldes del crimen “…se
detenía la jurisdicción territorial de la Ciudad de México, otorgándoles plenos
poderes como funcionarios públicos para acabar, o por lo menos abatir, la ola de
corrupción y anarquía, que había debilitado el principio de autoridad en los cuadros
policíacos, en todos los niveles y jerarquías…”.8

En el mismo año, con la llegada del nuevo virrey Don Fernando de Alencastre
Noroña y Silva, Duque de Linares, los alcaldes del crimen fueron asignados a los
diferentes barrios de la ciudad, comenzando por los cuarteles donde imperaba el
vicio del juego, también son comisionados para realizar rondas nocturnas por calles
y callejones obscuros donde se refugiaban malhechores, vigilar pulquerías, así
como obligar a los vecinos a no convertir las calles en depósitos de inmundicias.

8
IÑIGO, Alejandro. Bitácoras de un Policía. 3º Edición. Grupo Editorial Siete, S.A de C.V. México. 2011. Página 54

11
En el año de 1717, a efecto de resguardar la integridad física de la sociedad,
así como de sus bienes se autorizo la construcción de una cárcel espacial que fue
inaugurada en 1719, para librar a la comunidad de la delincuencia, estaba ubicada
en Calzada del Calvario y la vigilancia de los reclusos estaba a cargo de los
religiosos de San Pascual de Bethen.

Con el crecimiento de la ciudad surge la necesidad de nuevos sistemas y


cuadros policíacos para combatir el crimen, por ello en mayo de 1722, por acuerdo
de las Reales Academias se creo un nuevo cuerpo al que s ele denomino, La
Acordada, vocablo derivado de acuerdo.

Los tribunales especiales que operaban en ese tiempo eran los de la Santa
Hermandad, en su lucha contra los salteadores de caminos, realizando rondas en
los pueblos aledaños a la ciudad, caminos y parajes. En 1734, en el lapso que
comprendió el gobierno del arzobispo Antonio de Vizarron y Quiarreta, la autoridad
policíaca se había deteriorado a tal grado que los ladrones cometían sus fechorías
con sorpresivos desplantes de audacia como el intento de robar las Cajas Reales
de Palacio y que fue evitado por mera casualidad; sin embargo, no se pudo evitar
que robaran a la Secretaria de la Cámara del virreinato, el problema consistía en
que si los delincuentes no eran detenidos en flagrancia, resultaba difícil o imposible
atraparlos, en virtud de que corrían a refugiarse a la las iglesias, donde vivían con
toda la tranquilidad bajo la protección de los clérigos, quienes malinterpretaban la
caridad cristiana, diciendo que eran hombres arrepentidos y se ponían en manos de
la justicia divina.

El Tribunal del Santo Oficio se manejaba muy independiente de la justicia


secular, que tenía su sede en la famosa casa de la esquina chata que había

12
pertenecido a la familia Guerrero, quien la dona a los dominicos y luego pasa a
manos de la inquisición, ahí se estudiaban casos de delitos contra la fe y se dictaban
sentencias; por Cédula Real de Felipe V en 1732, se inicia la construcción de edificio
donde tendrían sus casas los inquisidores.

En marzo de 1743, un acontecimiento estremeció al clero, siendo el sonado


crimen de la Profesa, resulta que los religiosos dan aviso que en ese lugar ubicado
en las calles de San José del Real se encontraba el cuerpo de un hombre que había
sido asesinado a palos, las autoridades identificaron el cadáver resultando ser el
Padre Nicolás Segura, era un hombre culto y excelente orador, había sido teólogo,
literario y ocupaba el cargo de prepósito de la Casa de la Profesa, el asesino era
coadjuntor de la Compañía de Jesús de la Profesa, el motivo principal del asesinato
fue el hecho de que el Padre Segura había hecho severas criticas sobre los malos
manejos que se hacían en el seno de esa congregación de religiosos y considero
como un deber de hermandad eliminarlo. El alcalde Decano de la Real Sala del
Crimen don José Messia de la Cerda lo condena a 10 años de galeote en las galeras
de su santidad, sin embargo, unos meses después el asesino salió libre lo que deja
entrever el poder y la fuerza de ciertas hermandades de aquel tiempo.

En esta época era m{as fácil recoger muertos que basura, el Ayuntamiento
se enfrenta a serios problemas en ese sentido y pese a las recomendaciones a los
vecinos para que no arrojaran basura hacían caso omiso, por ello se tuvieron que
tomar medidas más severas mediante la expedición de un reglamento en octubre
de 1769, obligando a los vecinos a barrer las calles en los frentes de sus casas,
quien no lo hiciera era multado e inclusive corría el riesgo de ser enviado 36 horas
a la cárcel en caso de reincidencia.

13
En 1782, la Ciudad de México se dividió para eficientar la seguridad pública
en 8 cuarteles mayores y 32 menores; los alcaldes de cuartel o barrio recibieron
amplias facultades en materia policial, el año siguiente, un reglamento los obligó a
prestar este servicio en forma gratuita y los puestos eran irrenunciables so pena de
ser desterrados de la ciudad, los alcaldes de barrio eran elegidos por los propios
vecinos, sin embargo, estaban obligados a hacer rondas nocturnas acompañados
del Cuerpo de Guardias o Vivac, destacados en los cuarteles mayores y de los
alguaciles.

De igual modo el Santo Oficio tenía un Alguacil Mayor responsable de


detener, en acciones policíacas y junto con los miembros de la hermandad
inquisitorial, a todos aquellos que cometían delitos contra la fe.

“En 1785, hubo sequía en todo el país, escasearon los víveres y la ciudad
vivió un año de hambre, se temían levantamientos, por lo cual las autoridades
tomaron medidas para una mayor protección de la zona, donde se ubica el centro
del poder, se establecieron vigilantes especiales en la Plaza Mayor para brindar
seguridad a los edificios públicos, mediante una cerca de centinelas; se
construyeron garitas, dos torreoneros como castillejos, varias troneras para instalar
artillería; tres cuerpos de guardias de albarderos, infantes y caballos; patiecillos con
armería y caballería, así como una gran armería con crecido número de armamento
y pertrechos”9.

Un año después, se dan a conocer los nuevos reglamentos dictados por el


Virrey Don Bernardo de Gálvez, mediante los cuales los intendentes sustituyeron a
los gobernadores; y, de acuerdo a esta ordenanza también los alcaldes mayores
salieron para que entraran los subdelegados a ocupar los puestos; estos

9
IÑIGO, Alejandro, Op Cit. Página 70

14
intendentes tuvieron amplias facultades en materia de guerra, haciendo justicia y
policía. Reorganizaron la estructura policíaca para combatir con mayor severidad la
criminalidad, persiguieron la vagancia y sobre ellos también recayó la
responsabilidad de cobrar las deudas fiscales.

Así mismo, surgió un nuevo tipo de policía para asegurar la integridad física
de las personas así como las de sus bienes, el privado; eran contratados por
señores acaudalados para protegerlos y escoltarlos en las calles o lugares públicos
donde se presentaban; estos guardias personales iban armados con espada y el
pueblo empezó a identificarlos como Corchetes. Los ministros religiosos no se
quedaron atrás y contrataron a personas como policía confidencial a quienes se les
llamo Golillas, a estos hombres no se les permitió andar armados.

En 1787, durante el gobierno del Virrey Manuel Antonio Flores, se inició


realmente la vigilancia policial, que habría de convertirse en la policía preventiva de
los tiempos modernos. Una de sus primeras acciones fue evitar el robo del material
destinado a la construcción del convento de la Villa de Guadalupe. Al llegar el conde
de Revillagigedo se formaron las ordenanzas de intendentes para crear nuevos
cuerpos policiacos. Se trataba ya no de preservar la seguridad sino de procurar
también el buen aspecto dela Ciudad de México, se les denominó policías de
Seguridad y Ornato, la orden del virrey fue muy concreta, instruidos, disciplinados y
uniformados, el uniforme sería igual al del ejército con excepción del color del traje.

Antes de finalizar el año de 1789, ordeno las construcciones de


embarcaciones para vigilar las costas, se distingue el hecho de que el propio virrey
dirigía las investigaciones criminales, fue el año en que se produjo la aurora boreal,
cuando la gente creyó que se incendiaba el cielo y se caía a pedazos al ver aquella
lluvia de meteoritos sobre la ciudad.

15
En 1790, se pone en marcha un programa que consistía en imponer un
impuesto de tres reales por cada carga de harina que entrara a la ciudad y establece
el servicio de serenos quienes eran los encargados de cuidar los favores de vidrio
con los cuales se alumbraban las calles de la ciudad; con esto se expide un
reglamento para alumbrado y para los guardas que con el tiempo habrían de
convertirse en agentes de policía, el pueblo pronto empezó a llamarlos Serenos, el
cuerpo estaba integrado por un guarda-mayor, un teniente y doce guarda faroles,
poco tiempo después se designo un cuerpo de cabos armados para proteger a estos
servidores.

Un bando promulgado en el mismo año, sancionaba con doscientos azotes y


cinco años de prisión a quien atacara a uno de dichos servidores; si el atacante era
español se le desterraba a veinte leguas de la ciudad o se le condenaba a purgar
de tres a seis años en San Juan de Ulúa.

También fueron reglamentadas las fiestas, corridas de toros, procesiones,


mascaradas, tomas de hábitos, jura de reyes, canonizaciones de santos, así como
entradas de obispos y virreyes, en virtud de que todo esto siempre terminaban en
borracheras y juegos de zara hasta la madrugada y los serenos enfrentaban serios
problemas con los ebrios escandalosos y rijosos que andaban en las calles después
de las celebraciones.

A menos de dieciocho meses de haber iniciado el virrey la reorganización de


la policía comenzaron a verse resultados positivos; la iluminación en la ciudad y la
presencia de los serenos daban a los habitantes un ambiente de seguridad nocturna
como nunca antes se había dado.

16
“La organización policial se transformo en gran medida, teniendo como
objetivo primordial el de salvaguardar la integridad física de la ciudadanía, por ende,
se procuro que los encargados de cumplir con dicho fin fueran suficientes y los más
aptos, asegurando la seguridad pública; instituyendo un grupo conocido como los
serenos que se dedicaban a patrullar la ciudad de una forma organizada, en cada
esquina se encontraba un vigilante siempre listo a acudir a un llamado de auxilio.
Los serenos conocían a los habitantes del barrio y estos a ellos, quienes tenían la
responsabilidad de encender los faroles a su cargo; además, de acudir como
policías cuando lo requerían los vecinos o víctimas de robo o atentados o cuando
denunciaban”10.

El trabajo de la policía se vio incrementado cuando en la Constitución de


Cádiz del 19 de marzo de 1812, se ordeno la desaparición de la Acordada, esta
medida vino a beneficiar a los miembros del Ayuntamiento a quienes se les otorgó
amplio poder político al poner en sus manos la fuerza de la seguridad.

El 23 de junio de 1813, una ley de instrucción depósito en los jefes políticos


la facultad y responsabilidad de vigilar por la seguridad de bienes y personas en la
ciudad, así como hacer cumplir el reglamento de policía.

10
Manual Jurídico de la Secretaría de Seguridad Pública de la Policía del Distrito Federal. 1ª Edición. Departamento del Distrito Federal.
Secretaría de Seguridad Pública. México. Página 18

17
1.3.- LA SEGURIDAD PÚBLICA EN LA INDEPENDENCIA

Con la Independencia de México, quedaron atrás los años de dominación


colonial, los problemas de las insurrecciones, las guerras, las traiciones a los ideales
de independencia y los cadáveres de los mártires en los potros de tortura, en los
paredones o sus cabezas expuestas en la Alhóndiga de Granaditas como una
advertencia a los insurrectos. La corona española decide dejar a los mexicanos
enfrentarse a su propio destino como país independiente, México tiene ya
autonomía política, sin embargo, sigue prevaleciendo su estructura económico-
social que impero durante tres siglos de colonialismo.

Se producen enfrentamientos entre las tendencias tradicionalista y liberal,


existen insurrecciones, cuartelazos y golpes de estado.; los mexicanos se sienten
extraños, confusos, saben que son libres, pero no saben cómo ejercer su libertad,
se desborda el fervor patrio y en su nombre se cometen actos de vandalismo contra
todo lo que pudiera tener alguna relación con el dominio colonial.

En fue 1821, cuando se establecido un cuerpo de vigilantes voluntarios para


cubrir la falta de policías en la ciudad; es hasta 1822, cuando el régimen policial fue
depositado en jueces auxiliares, el reglamento respectivo establece sus funciones
para perseguir y prevenir el delito, impedir desordenes públicos, abatir la vagancia
y la prostitución, a estos jueces les llaman beneméritos del público, mientras que
los policías se concretaban a cumplir con su trabajo de vigilar la ciudad.

18
En 1827, se establece la primera República, con la ciudad de México como
residencia de los poderes supremos; el espacio territorial es ampliado a dos leguas
en círculo de la plaza mayor.

El Estado preocupado por eficientar la seguridad pública de la sociedad,


busca nuevos mecanismos para elevar el nivel de calidad del servicio, por lo cual la
ciudad se divide en cuarteles y se refuerza la vigilancia, “…un reglamento establece
nuevas bases para el régimen policial y, en ese año los elementos de seguridad
pública se transforman en soldados de policía a los cuales el pueblo les da el
nombre de gendarmes, derivado del vocablo gens d´ arms (gente de armas), sin
embargo comenzaron a surgir vicios y atropellos; hubo muchas críticas contra este
sistema policíaco y finalmente acaba por desaparecer. No así el calificativo de
gendarme que paso a formar parte del diccionario como sinónimo de policía; un
nuevo reglamento dejo en manos de los propios vecinos de barrios o cuarteles…”11.

En ese mismo año desaparecer también el cuerpo de alguaciles, el cual


fungía como fuerza de apoyo de los alcaldes ordinarios; los vigilantes fueron
obligados a registrase y a obtener de la autoridad una boleta de seguridad que fue
precursora de los antecedentes penales, estas medidas se tomaron con base al
reglamento del 20 de diciembre de 1828, incluía también la creación de regidores
de cuartel y jefes de familia por manzana, autorizados a portar sable, así como la
facultad para designar a cuatro vecinos auxiliares que deberían de realizar rondas
nocturnas en un rol alternado y con la obligación de registrarse en un libro
controlado por el regidor del cuartel; los nuevos policías recibieron la orden de vigilar
cada uno un determinado punto bajo su cuidado, se buscaba abatir con estas
medidas los índices de violencia, robos y pleitos, y lo más importante evitar motines.

11
IÑIGO, Alejandro, Op Cit. Página 95.

19
“En 1834, con el objeto de afianzar la seguridad de los habitantes, los
vigilantes cuidaran sus respectivas manzanas, los caballos que usaren no debían
estar herrados, habían de usar pito para que con sus diversos toques pidan socorro,
exciten al alumbrado o avisen su conclusión”12.

La influencia de la moda extranjera en ésta época no solo fue el vestir y


costumbres, también alcanzo los niveles políticos, el caso es que en 1837,
comenzaron a implantarse leyes centralista que vinieron a provocar mayores
divisiones entre quienes participaban directa e indirectamente en la política
nacional, en materia policiaca también se introdujeron cambios como resultantes de
estas leyes que dieron amplias facultades a los ayuntamientos en estos sentidos,
de esta forma la vigilancia de la ciudad queda bajo la responsabilidad de los
prefectos, subprefectos y guardarios; los primeros debían de combatir a la
delincuencia, mientras que los guardarios tenían bajo su cargo la vigilancia de los
ríos de las acequias, los caños y la limpieza de las calles de la ciudad.

En 1847, se producen importantes modificaciones al régimen policial con la


creación de batallones de policía, en los cuales recayó la responsabilidad de vigilar
la seguridad del ciudadano y de la capital; los serenos ya habían adquirido la calidad
de vigilantes nocturnos.

Por decreto del 20 de julio de 1848 y del reglamento del 2 de agosto del
mismo año, la guardia de policía queda conformada en escuadrones de infantería y
caballería, por fin se crea el primer cuerpo policiaco desde la proclamación de la
Independencia. Su reglamento sienta las bases para que la ciudad cuente con una

12
Reglamento de Policía para el Distrito Federal (Antecedentes Histórico-Jurídicos y Texto Vigente) Colección Legislación. Talleres
Gráficos de la Nación. México 2004.Página 14

20
policía profesional a la altura de sus circunstancias, partiendo del principio básico
de institución, disciplina y uniforme.

En 1864, el usurpador Maximiliano expidió una legislación monárquica y en


febrero de 1865, creo una policía secreta para mantener bajo vigilancia a sus
propios aliados, que eran el clero y los conservadores. Un año más tarde se expidió
la Ley sobre Policía General de Imperio, y el nombramiento de un comisario general
con sede en Palacio Nacional, también se designan comisarios imperiales en cada
cuartel y de prefectos para hacer cumplir los reglamentos de policía.

El gobierno Federal emitió un decreto en 1869, para formar un cuerpo de


policías rurales, dependiente de la Secretaria de Gobernación, al mismo tiempo que
suspendió las garantías de los delincuentes; igualmente es reestructurado el
sistema policíaco en la Ciudad de México, el Gobernador de la capital vuelve a
convertirse en la autoridad policial, junto con un inspector general de policía
responsable del mando directo de la corporación.

En 1878, debido al crecimiento de la ciudad, la misma requería de una


estructura más sólida de los cuerpos de seguridad pública, con mayores
atribuciones para proteger la propiedad privada y prevenir la comisión de delitos,
por lo tanto, se implanta un nuevo reglamento de policía en el que las comisiones
de seguridad pasaron a realizar funciones reservadas a la policía judicial, con
atribuciones para auxiliar a jueces y al inspector general de policía en la captura de
delincuentes, así como la integración de pruebas en juicios criminales; asimismo,
se implanto la prohibición de realizar detenciones arbitrarias y dar maltrato a los
detenidos; recibir dádivas, o usar cualquier tipo visible de identificación ; esta policía
judicial también tenía como obligación la supervisión de casas de asignación,, así
como de la higiene pública.

21
El gobierno de Porfirio Díaz no se dio por satisfecho en materia de seguridad
pública y se fueron imponiendo modalidades en los sistemas operativos más acorde
a las necesidades de la ciudad, por lo que a través de una ley se cambió el nombre
de gendarmes por el de policía urbana; se expide el reglamento por el cual se crea
la policía Rural, cuya responsabilidad era la de cuidar los caminos y actuar como
fuerza de apoyo a la policía Urbana, de igual forma tenían la obligación de perseguir
y capturar delincuentes y ponerlos de inmediato a disposición de la autoridad
judicial.

Al estallar la revolución en 1910, en la Ciudad de México, existía un estado


de angustia; para el sector minoritario de la sociedad, la clase pudiente y poderosa,
es inconcebible lo que ocurría, la ciudad es puesta en estado de sitio, el ejército se
hace cargo de la seguridad pública; prácticamente desaparece la gendarmería,
muchos de sus miembros son enrolados en las fuerzas regulares, otros regresan a
sus lugares de orígenes y se incorporan a las filas revolucionarias, los pocos que
quedan dentro de la policía se dedican a auxiliar a los servicios médicos de
emergencia, hay poca actividad policíaca y no existe presupuesto para sustentarla.

2.- LA SEGURIDAD PÚBLICA EN MÉXICO

22
Desde Hace tiempo el tema de la seguridad pública está en el centro del
debate de nuestra comunidad; en el ámbito social y de justicia han pasado a hacer
objeto de análisis y crítica constantes, para lo cual es importante recordar que la
seguridad pública es una de las exigencias más sentidas de la ciudadanía y necesita
ser atendida de manera más eficiente y oportuna por el gobierno.

La seguridad pública forma parte esencial del bienestar de una sociedad; un


Estado de derecho genera las condiciones que permiten al individuo realizar sus
actividades cotidianas con confianza de que su vida, su patrimonio y otros bienes
jurídicos tutelados están exentos de todo peligro, daño o riesgo; ante la realidad de
un Estado que no cumple con una de sus principales funciones, la de suministrar
seguridad, los ciudadanos tendrán que centrar todos, o gran parte de sus esfuerzos,
en la defensa de sus bienes y derechos.

Con el surgimiento del Estado moderno, se establecen los mecanismos


contractuales que buscan proporcionar seguridad al ciudadano ante posibles
violaciones a sus derechos y libertades por parte de otros individuos:
Específicamente, en lo que se refiere a nuestro derecho positivo encontramos el
fundamento primario del régimen jurídico de la seguridad pública en el artículo 21
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que a partir de la
reforma del 31 de diciembre de 1994 se establece que: “…la Federación, el Distrito
Federal (hoy Ciudad de México), los Estados y los Municipios, se coordinarán en
los términos que la ley señale, para establecer un Sistema Nacional de Seguridad
Pública…”; así, parte de un principio orgánico de coordinación e integración, lo cual
en forma alguna implica una derogación del principio de división de poderes y
autonomía de los Estados, pues lejos de convertir a la función de seguridad pública
en materia federal la voluntad del legislador fue establecer canales permanentes de
articulación institucional, que permitan una mayor eficacia operacional.

23
La función de seguridad pública se encuentra vinculada a la idea de
participación; ello es así, ya que la seguridad pública no se puede alcanzar con
estrategias y acciones aisladas de la autoridad, exige la articulación y coordinación
de todos los órganos que intervienen en los tres niveles de gobierno.

Si se parte de la base de que el Estado es el encargado de vigilar el orden


público y de garantizar la paz y la seguridad de la comunidad se debe decir también
que los valores que el Estado protege en función de la seguridad pública es la de
salvaguardar la integridad y derechos de las personas, preservar las libertades,
mantener el orden y la paz públicos.

Pero en las últimas décadas, la seguridad pública se ha convertido en una de


las mayores preocupaciones de nuestra sociedad ante una delincuencia cada vez
más violenta y organizada que ha evidenciado la obsolescencia de los sistemas
policiales. Por tanto, la ciudadanía demanda una mayor eficacia en el combate a los
delitos, así como su prevención mediante capacidades que permitan identificar,
combatir y desintegrar las estructuras criminales.

La delincuencia organizada en México ha ido creciendo día a día, toda vez


que a nivel Municipal sufre un proceso de feudalización mediante el cual llegan al
poder los actores criminales; hoy, la delincuencia organizada se mantiene en México
como una gran fuerza económica, con alta capacidad de fuego y una creciente base
social.

En algunas regiones si es que en casi todo el país, la delincuencia ha


emprendido una ofensiva total contra la sociedad, rebasando en capacidad
operativa y de armamento a autoridades civiles.

24
La violencia causada por organizaciones criminales se ha incrementado, se
caracteriza por la crueldad, por la venganza, por la exhibición de poder y por la
intención de intimidar a quienes son considerados rivales y a toda la sociedad.
Algunas de las actividades criminales más comunes en este contexto son: el
narcotráfico, el secuestro, la trata de personas, el lavado de dinero, distintos tipos
de extorsión y las ejecuciones intimidatorias. Hoy en día podemos identificar las
zonas del país que tienen asentados a grupos criminales y que someten a las
comunidades a sus intereses y su violencia, llegando el caso del abandono de
viviendas y se observan pueblos donde ya hay poca población por el riesgo a perder
la vida o someterse a una mayor explotación, la omisión, la indiferencia, el disimulo
o la colaboración de instancias públicas y de la sociedad no fue justa y toleró o
propició las bandas criminales.

Las ejecuciones, cada vez más crueles, son la manifestación dolorosa y visible del
crimen organizado. Con ellas genera el miedo social y hace sentir su poder o
capacidad de controlar y proteger el desarrollo de sus negocios ilícitos. Se dan por
el ajuste de cuentas entre quienes están involucrados en el comercio ilegal de las
drogas que no cumplen pactos o reglas y se dan también por la disputa armada
entre mafias o cárteles que arrebatan o defienden el control de mercados y de
territorios. Son muy lamentables las muertes de miles de personas, entre ellas
muchas inocentes y efectivos de las fuerzas de seguridad del Estado. Al amparo de
la confusión generada por esta violencia, se consuman crímenes de quienes se
hacen justicia por su propia mano por otra clase de agravios entre particulares.

La persistencia de la delincuencia organizada a gran escala en México


alrededor del lucrativo tráfico de drogas desde aproximadamente principios de la
década de los setenta se ha debido, como es por demás común, a una eficaz

25
protección frente al aparato de la ley. Adquirir la seguridad suficiente para
desarrollar los negocios ilícitos con frecuencia es una tarea costosa tanto en tiempo
como en recursos. Sin embargo, las organizaciones mexicanas del tráfico de drogas
parece que logran construir su red de complicidades dentro del aparato público con
rapidez y eficacia.

La sucesión cada vez más incesante de organizaciones que aparentemente


controlan buena parte del suministro de drogas hacia los Estados Unidos constituye
una prueba de la velocidad con la que se crean estas relaciones políticas. El
conjunto de redes tejidas alrededor de un máximo dirigente difícilmente ha sido
capaz de superar la vida en libertad de sus líderes. El hecho de que muchas de
estas bandas organizadas tengan una estructura basada en la legitimidad de uno o
varios dirigentes explica en parte este comportamiento. Sin embargo, no podrían
explicar la rápida recreación de nuevas organizaciones con altos contactos en la
esfera gubernamental.

Ante tales circunstancias, la estrategia utilizada por el gobierno federal no ha


obtenido los resultados esperados en favor de la disminución delictiva; para ello ha
implementado diversas reformas para transformar a las instituciones de seguridad
pública como lo fue la creación de la Agencia Federal de Investigación; la Policía
Federal y el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN); con el objeto
de que dichas instituciones fueran capacitadas de manera científica y así poder
hacer frente a este gran problema de seguridad.

2.1.- LA AGENCIA FEDERAL DE INVESTIGACIÓN

El Reglamento de la Ley Orgánica de la PGR publicado el 25 de junio del


2013 en el Diario Oficial de la Federación, en el capítulo octavo, refiere la creación

26
de la Agencia Federal de Investigación, en sustitución nominal de la Policía Judicial
Federal. Esta nueva entidad federal tiene como función principal la ejecución de los
mandamientos ministeriales y judiciales, conforme al mandamiento constitucional,
artículo 21 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

La Agencia Federal de Investigación (AFI), tiene la función sustancial de


investigar y perseguir los delitos federales y conexos y las que originalmente
correspondían a la PJF. Empero, hay una novedad en su constitución orgánica: la
de diseñar las estrategias y los mecanismos de control que garanticen que sus
miembros actúan con pleno respeto a las garantías individuales y a los derechos
humanos, apegándose a los principios de legalidad, eficiencia, profesionalismo,
honradez e imparcialidad que señalan los artículos 21 y 113 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Algunas novedades significativas de esta propuesta son:

1. La vigilancia del cuidado de los derechos humanos y las garantías individuales


de los ciudadanos sometidos a investigación.

2. La propuesta del Servicio Civil de Carrera de Procuración de Justicia Federal


incluyendo las políticas, los criterios y los programas para el ingreso, desarrollo y
terminación del Servicio de Carrera de los agentes de la policía.

3. El paso de una policía reactiva, a una policía investigadora basada en métodos


científicos para garantizar su eficiencia de operación.

La propuesta de creación de la Agencia Federal de Investigación, es una


política pública que responde a la necesidad de evolucionar el esquema que venía
operando la Policía Judicial Federal como policía reactiva, para dar paso a una

27
policía investigadora basada en métodos y procedimientos específicos que
garanticen eficiencia y eficacia en su desempeño.

La operación de la AFI delinea las políticas y estrategias que en materia de


seguridad pública y procuración de justicia normarán la actuación del gobierno. Su
cumplimiento permitirá enfrentar a la delincuencia, abatiendo los niveles de
inseguridad y corrupción preservando el Estado de Derecho.

De esta manera, la reestructuración orgánico funcional de la Dirección


General de Planeación de la Policía Judicial Federal se propone crear una
Procuraduría General de la República apta para dar cuenta a la sociedad mexicana
de resultados positivos en su atribución elemental, que es la de procurar justicia.
Así, la estructura organizacional de la Agencia Federal de Investigación está
diseñada para contrarrestar los efectos negativos de la delincuencia a partir de la
eficaz investigación y persecución de los delitos, dando cuenta cabal de su función
en términos de eficacia y certeza jurídica, profesionalidad en el servicio, calidad en
los procesos, plena legalidad en las operaciones e investigación científica de los
delitos, y total respeto a los derechos.

2.2.- LA POLICÍA FEDERAL

Con la sustitución de la Policía Judicial Federal, por la Agencia Federal de


Investigación, se inició una nueva etapa en la forma de concebir la estructura
institucional de la policía, su composición y operatividad.

“Este camino culminó con la creación de la Policía Federal en el año 2009 (y


con la subsecuente desaparición de la Agencia Federal de Investigación), en la que
se distinguen claramente los elementos de un Nuevo Modelo de Policía; éste nace

28
como consecuencia del deterioro del sistema tradicional de policía en México,
debido a la disparidad e insuficiencia educativa, la capacidad de infiltración del
crimen organizado en las instituciones, así como al rezago estructural de las
corporaciones”13.

La tendencia de los esfuerzos actuales en materia de seguridad pública en


México está encaminada a recobrar la eficiencia y dignidad de los cuerpos de
policía, a fin de generar instituciones de seguridad confiables que puedan combatir
la criminalidad y, a su vez, disminuyan la brecha entre sociedad y autoridad.

En consecuencia, la concepción desarrollada en el sexenio del presidente


Calderón se erige en un Nuevo Modelo de Policía que privilegia la homologación en
grados, logística y procedimientos de los cuerpos policiales y que se sustenta en
tres elementos principales: la adopción de facultades de investigación e inteligencia,
la construcción de infraestructura tecnológica y de interconexión, y el desarrollo de
las capacidades humanas para hacer frente a las nuevas funciones de la Policía
Federal.

“En dicho modelo se distinguen dos diferentes esquemas que pueden ser
implantados. Por un lado, el nacional, en donde se fusionan todos los cuerpos de
seguridad del país en una sola institución policial. Por el otro, el federal, en donde
prevalece la existencia de un cuerpo policial federal y cuerpos locales que
reproducen el mismo sistema, lo que da lugar a la homologación y a la
concentración del mando”14

13
GENARO García, Luna El Nuevo Modelo de Seguridad para México, 1ª Edición. Secretaría de Seguridad Pública, México. Página 30
14
GENARO García, Luna, Contra el crimen. ¿Por qué 1 661 corporaciones de policía no bastan? Pasado, presente y futuro de la Policía
en México.1ª Edición. Secretaría de Seguridad Pública. México. Página 42

29
Otra de las grandes premisas que componen el Nuevo Modelo de Policía es
la reproducción del ciclo básico de inteligencia; el cual consiste en cuatro pasos que,
al repetirse indefinidamente, lo transforman en una espiral que produce cada vez
mayor conocimiento; los pasos son los siguientes:

1. Planeación o el diseño de estrategias policiales.


2. Captación o recolección de información.
3. Análisis y procesamiento de la información.
4. Explotación de la información mediante su análisis.
5. Finalmente, con la información producida se regresa a la etapa de la planeación
se continúa con el proceso incrementando la inteligencia producida.

La investigación, como facultad integral ligada a la prevención, es, quizá, uno


de los elementos más importantes del Nuevo Modelo de Policía. El sistema
mexicano siempre mantuvo una separación entre prevención e investigación. La
primera fue una atribución conferida a las distintas policías municipales, mientras
que la investigación prevaleció bajo el monopolio del Ministerio Público. Éste se
apoyaba en un cuerpo de policía especial que se encontraba bajo su mando para
realizar todas las acciones de investigación y persecución de los delitos. En un inicio
se llamó Policía Judicial y, después, fue la Ministerial o Investigadora, según la
entidad federativa.

Este modelo resultaba insuficiente ya que, en muchos casos, cuando la


información llegaba al mp se habían perdido elementos fundamentales para el
conocimiento de la verdad de los hechos. Con el Nuevo Modelo de Policía, la
primera autoridad policial que tenga conocimiento del caso debe estar capacitada y
autorizada para asegurar la escena del crimen y recolectar, al menos, los elementos

30
de prueba más sencillos o accesibles hasta que el personal técnico especializado
recabe los demás. Asimismo, debe mantener la cadena de custodia.

Otra de las transformaciones que propició el Nuevo Modelo de Policía se


refirió al desempeño de la función policial. En este sentido, las reformas han
privilegiado la profesionalización de los cuerpos policiales, es decir, el ingreso de
personal con nivel de estudios de licenciatura. Instaurándose la formación continua
de los funcionarios policiales y se creó un Servicio de Carrera Policial, a fin de
garantizar que el personal esté en condiciones de cumplir con las nuevas funciones
legales que le fueron otorgadas.

Los planteamientos generales del nuevo ideario de la Seguridad Pública se


encuentran inmersos dentro del Sistema Nacional de Seguridad Pública, que, se
desprende del art. 21 constitucional. Los propósitos de dicho Sistema son los
siguientes:

• El establecimiento de una política nacional en la materia, a través del


fortalecimiento del Estado.
• La coordinación de las distintas instituciones.
• El establecimiento de un nuevo concepto de seguridad pública que incluya la
prevención, la procuración e impartición de justicia y la ejecución de las penas.
• La dignificación de las instituciones de seguridad.
• El manejo de la información y tecnologías.
• La participación ciudadana.

Una disposición relevante dentro de la Ley que rige el Sistema Nacional de


Seguridad Pública es la que se incluye en el artículo 2, mismo que refiere que: “la
seguridad pública es una función a cargo de la Federación, el Distrito Federal, los

31
Estados y los Municipios”. Esta disposición se desprende de un fragmento del
artículo 21 constitucional que fue introducido en una reforma del año 1994, en donde
se especifica que la seguridad es una función pública, en oposición a un servicio
público.

La especificación es pertinente si se considera que un servicio público se


entiende como aquellas prestaciones destinadas a satisfacer necesidades
generales de la ciudadanía, reservadas a la administración pública pero que pueden
ser realizadas por el Estado o por particulares. La función pública, por el contrario,
es una actividad esencial y exclusiva de carácter inderogable, reservada al Estado,
por ser una manifestación directa de la soberanía y cuyo ejercicio implica el
monopolio de la autoridad.

Dentro de la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública,


además, se comprenden otros aspectos como los relativos a la profesionalización y
a la homologación laboral.

2.3.- EL CENTRO DE INVESTIGACIÓN Y SEGURIDAD NACIONAL

Entre los años 1989 y 2009 México vivió bajo la vigilancia del Centro de
Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), durante la presidencia de Carlos
Salinas de Gortari, siendo el General Jorge Carrillo Olea su primer Director.

Las nuevas condiciones de la democracia mexicana hicieron que en 2004, con el


primer presidente no priista en “Los Pinos” (Vicente Fox), se reformaran los
esquemas bajo los cuales debía ser concebida la seguridad nacional, pues el

32
Senado de la República legisló en la materia y dispuso el papel del Ejecutivo Federal
en la misma. La Ley de Seguridad Nacional definió con claridad la naturaleza, los
alcances y los controles de la Seguridad Nacional y dentro de los cuales debía
moverse el CISEN estableciendo con toda precisión los niveles de participación y
corresponsabilidad de los tres poderes de la Unión en materia de Seguridad de la
Nación.

Las condiciones generales de gobierno para una sociedad compleja, diversa y


heterogénea imponen la necesidad de investigar los procesos de formación de
liderazgos, así como de focos de peligro para la seguridad del Estado y de la propia
ciudadanía. De esta suerte, la denominada Agenda de Inteligencia para la
Seguridad Nacional, incluye factores estratégicos de riesgo, entre los cuales se citan
los grupos armados, el crimen organizado, la seguridad pública, el terrorismo, la
transición y reforma del Estado, los movimientos sociales y el entorno internacional.

Claramente, la Agenda Nacional no parece incluir otros aspectos que ponen en


evidencia la vulnerabilidad de la estabilidad social, tales como el cambio climático y
sus consecuencias en catástrofes naturales, los terremotos, las epidemias y los
procesos migratorios inconvenientes para las comunidades fronterizas.

En términos de estructura el CISEN es un órgano administrativo desconcentrado de


la Secretaría de Gobernación con autonomía técnica, operativa y de gasto, y que
es definido como un órgano de inteligencia civil al servicio del Estado, un organismo
de la modernidad democrática en México. Para cumplir con esta filosofía, el CISEN
debe desempeñar las siguientes funciones:

1. Operar un sistema de investigación e información que contribuya a preservar la


integridad, estabilidad y permanencia del Estado Mexicano.

33
2. Recabar y procesar la información generada por el sistema a que se refiere la
fracción anterior; determinar su tendencia, valor, significado e interpretación
específica y formular las conclusiones que se deriven (generar inteligencia) de las
evaluaciones correspondientes, con el propósito de salvaguardar la seguridad del
país.

3. Preparar estudios de carácter político, económico, social y demás que se


relacionen con sus atribuciones, así como aquellos que sean necesarios para alertar
sobre los riesgos y amenazas a la seguridad nacional, así como Realizar encuestas
de opinión pública sobre asuntos de interés nacional.

4. Elaborar los lineamientos generales del plan estratégico y una agenda de riesgos
y someterlos a la aprobación del Consejo del organismo.

5. Proponer y, en su caso, coordinar medidas de prevención, disuasión, contención


y desactivación de amenazas y riesgos que pretendan vulnerar el territorio, la
soberanía, las instituciones nacionales, la gobernabilidad democrática o el Estado
de Derecho.

6. Establecer coordinación y cooperación interinstitucional con las diversas


dependencias de la Administración Pública Federal, autoridades federales, de las
entidades federativas y municipales o delegacionales, en apego estricto a sus
respectivos ámbitos de competencia.

7. Fortalecer los sistemas de cooperación internacional, con el objeto de identificar


posibles riesgos a la soberanía y seguridad nacionales;

8. Adquirir, administrar y desarrollar tecnología especializada para la investigación


y difusión confiable de las comunicaciones del Gobierno Federal en materia de

34
seguridad nacional, así como para la protección de esas comunicaciones y de la
información que posea.

El Estado, no obstante de que además tiene a su cargo las áreas de


inteligencia de la Secretaría de Marina, de la Secretaría de la Defensa Nacional, el
Estado Mayor Presidencial, quienes también deben de realizar las investigaciones
correspondientes adheridas a su encargo, para poder llevar a cabo el intercambio
de información con las distintas instituciones públicas; asimismo, es de señalarse
que respecta a los delitos que corresponden al ámbito Municipal y Estatal los
mismos ya son propios de la delincuencia organizada; y las instituciones de
seguridad correspondiente a esos ámbitos no están cumpliendo con los objetivos
para los cuales fueron creados. Toda vez que, la delincuencia organizada está
dictando sus reglas al Estado en virtud de que el mismo hasta el momento no ha
hecho valer el Estado su autoridad para salvaguardar la integridad de las personas,
así como los de sus bienes.

Es menester señalar, que el Estado en la actualidad con el objeto de poder


restablecer la seguridad pública en el país, público la Ley de Seguridad Interior
aprobada por el Congreso de la Unión, por medio del cual le da facultades
excepcionales al Ejército Mexicano, Institución que carece de los conocimientos
más elementales de Derechos Humanos; siendo por todos conocidos las
innumerables violaciones a las garantías individuales de todo ciudadano, con dicha
ley, sele pretende dar toda potestad por encima de cualquier Institución pública las
cuales deberán de estar subordinadas a él; sin embargo, si el ejército comete algún
delito en ejercicio de sus funciones con la entrada en vigor de la Ley de Seguridad
Interior, el mismo, no podrá responder ante la mal llamada autoridad civil; es decir,
que están autorizados para actuar con impunidad sobre todo el territorio mexicano,
de allanar casas, vehículos y cualquier tipo de propiedad por el simple hecho de
estar autorizado por dicha Ley.

35
CONCLUSIÓN

Si bien es cierto, la policía desde la época prehispánica en nuestro país a


sufrido cambios con el paso del tiempo, los cuales se quiere ir ajustando a las
necesidades de cada época, sin embargo son cambios superficiales y no de fondo,
es decir, se le ha ido cambiando solo el nombre a la policía, siendo senderos,
gendarmes, etc., pero el Estado no ha realizado los cambios de fondo para poder
instaurar la Seguridad Pública ya que la misma se ha ido deteriorando día con día,
más en nuestra actualidad donde le delincuencia organizada a extendido el poder
de sus brazos abarcando ahora también con los delitos del ámbito Municipal y
Estatal, es decir, son jefes de los antes llamados delincuentes del orden común.

36
Ante tales circunstancias, no obstante que el Estado pretenda demostrar que
está combatiendo a la delincuencia organizada que se ha apoderado de la vida
cotidiana de todos y cada uno de los ciudadanos, así como de sus bienes; a través
de sus Instituciones Públicas como lo son en este caso, La Policía Federal y la
Procuraduría General de la República, también lo es que dichas Instituciones
obedecen a las órdenes que les dan sus superiores; es decir, ellos, solo hacen lo
que les ordenan y en la actualidad no están haciendo frente a la delincuencia
organizada, la Policía Federal, a través de sus diversas divisiones que la conforman,
en los Estados en los cuales cuentan con presencia de fuerza no están realizando
las labores para las cuales fueron creadas, no investigan ni protegen a la
comunidad.

Solamente están haciendo acto de presencia, así también las divisiones de


inteligencia de la Policía Federal, solamente sirven para realizar investigaciones a
modo que les ordena el Estado, desatendiendo el objetivo por el cual fueron
creadas.

Asimismo, el Estado supuestamente pretende contener a la delincuencia


organizada con el Ejército Mexicano, pero no toma en cuenta que el Ejército como
las otras Instituciones de Seguridad pública, no se han salvado de ser corrompidos
por la delincuencia organizada, y están a su servicio; y, no solamente las
instituciones de seguridad pública han sido objeto de corrupción por parte de la
Delincuencia organizada, sino también los altos funcionarios del Estado, es por ello
que no podrán establecer la seguridad pública, en virtud de que son ellos los que
inclusive están detrás de muchos ilícitos que comete la delincuencia organizada.

No tiene razón de ser las diversas reformas y promulgaciones de leyes para


supuestamente con ellas combatir este gran flagelo y restablecer la seguridad
pública, si solo son letras muertas, las cuales son aplicables para quienes no tienen
la oportunidad de defenderse de la autoridad tanto ministerial como judicial, por

37
carecer de los recursos para ello; pero estas leyes no se aplican a los altos
funcionarios del Estado, ellos son la excepción a la regla de su aplicación; son
muchos los delitos que han cometido y que han quedados impunes. Las
Instituciones de seguridad pública en estos casos se utilizan solo para obtener
elementos incriminatorios en contra de las personas que están en contra del Estado
para que sean exhibidas cuando el Estado lo considera pertinente.

No es dable darle al Ejército Mexicano tanto poder, ya que sin él han


cometido diversos actos de violaciones graves a los derechos individuales de los
ciudadanos, con esta ley los están facultando a cometer diversos delitos y sin que
ello implique que respondan ante la autoridad judicial, ya que ellos son la excepción
a la regla y los que deben de responder son las Instituciones públicas como ellos
las llaman, es decir, las instituciones de seguridad tanto Municipal como estatal.

BIBLIOGRAFÍA

CARRASCO, Pedro. Estratificación Social en la Mesoamérica Prehispánica. 4ª


Edición. Editorial Melo. México, 2010.

GARCÍA RAMÍREZ, Sergio, En torno a la seguridad pública. Desarrollo penal y


evolución del delito, Universidad Iberoamericana, UNAM, PGR, México, 2002

GENARO García, Luna El Nuevo Modelo de Seguridad para México, 1ª Edición.


Secretaría de Seguridad Pública, México. Página 30

GENARO García, Luna, Contra el crimen. ¿Por qué 1661 corporaciones de policía
no bastan? Pasado, presente y futuro de la Policía en México.1ª Edición. Secretaría
de Seguridad Pública. México.

38
IÑIGO, Alejandro. Bitácoras de un Policía. 3º Edición. Grupo Editorial Siete, S.A de
C.V. México. 2011.

MACEDO DE LA CONCHA, Rafael. Delincuencia organizada. INACIPE, México,


2003.

MORENO HERNÁNDEZ, Moisés. Política criminal y Reforma penal. CEPOLCRIM,


México. 1999.

PEÑALOZA. Pedro José. Notas graves y agudas de la seguridad pública. INACIPE,


México. 2003.

PEÑALOZA, Pedro José. Voces diversas en un enfoque multidisciplinario. México,


Porrúa, 2005.

POLINA LEÓN, José Gerardo. La Seguridad pública entre la racionalidad y el caos.


Porrúa. México, 2007.

SEMO, Enrique. Historia Mexicana, Historia y Luchas de Clases.5ª Edición.


Ediciones Era. México, 2010.

LEGISLACIONES

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Porrúa, México, 2016.

Reglamento de Policía para el Distrito Federal (Antecedentes Histórico-Jurídicos y


Texto Vigente) Colección Legislación. Talleres Gráficos de la Nación. México 2004.

39
Manual Jurídico de la Secretaría de Seguridad Pública de la Policía del Distrito
Federal. 1ª Edición. Departamento del Distrito Federal. Secretaría de Seguridad
Pública. México.

40

También podría gustarte