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EL NACIONALISMO

ÍNDICE

5.0. INTRODUCCIÓN.

5.1. EL ORDEN INTERNACIONAL.

5.2. FACTORES DE LAS UNIFICACIONES.

5.3. LA UNIDAD ITALIANA (1859-1871).


A). ANTECEDENTES.
B). DIVERSAS CONCEPCIONES DEL NACIONALISMO.
C). EL PROCESO DE UNIFICACIÓN.

5.4. LA UNIDAD ALEMANA (1864-1871).


A). ANTECEDENTES: LAS RAÍCES DE LA UNIFICACIÓN.
A.1. Raíces políticas.
A.2. Raíces económicas.
B). ETAPAS DE LA UNIDAD.
B.1. La Guerra de los ducados daneses.
B.2. Guerra austro-prusiana de 1866.
B.3. La guerra franco-prusiana y la formación del Imperio Alemán (1870-1871).

BIBLIOGRAFÍA.
5.0. INTRODUCCIÓN.

Desde principios del siglo XIX, y despertado por la Revolución francesa así como por la reacción de
determinados pueblos contra el dominio napoleónico, el Nacionalismo se convierte en una de las fuerzas
ideológicas y políticas más determinantes. Sus principios básicos son:
a) Soberanía nacional, como reflejo del Estado-nación.
b) Autonomía como expresión de la libertad.
c) Concepción romántica del "pueblo", reflejada en la potenciación de los factores geográficos,
lingüísticos, etnográficos, culturales. Las tradiciones pasan a ser consideradas como "manifestación
permanente de la personalidad nacional".

La crisis de la legitimidad monárquica tradicional (acentuada en el periodo 1820-1848) provoca la necesidad


de una nueva definición del término «nación»:
a) Unos la identificaran con la idea del genio nacional ("volksgeist"), con lo perenne de cada pueblo (caso
del francés GOBINEAU o del alemán HERDER, que se apoyan en la idea de raza; o de ARNDT, que lo
hace en la lengua). La nación aparece así como algo por encima de los indivi duos y sus voluntades.
Esta sería la esencia del llamado nacionalismo germano, muy en consonancia con el historicismo que
caracteriza al romanticismo (corriente cultural del momento).
b) Otros (nacionalismo latino) la relacionan con la soberanía nacional y la libertad de una comunidad a
vivir unidad porque así lo decida. Según MAZZINI: «la patria es ante todo la conciencia de la patria».

Si ideológicamente el nacionalismo no es algo unívoco, tampoco es una corriente homogénea en sus


manifestaciones:
a) El periodo 1789-1848 está caracterizado por un nacionalismo liberal-revolucionario, e incluso
democrático y republicano, que se encuadra en el marco de la lucha contra el Antiguo Régimen
restaurado en 1815 y cuyas manifestaciones más importantes son:
- Independencia de Grecia (1820).
- Independencia de Bélgica (1830).
- Movimientos de 1848: Hungría, Italia, Alemania.
b) A partir de 1848, el nacionalismo es conservador (en consonancia con los intereses de la oligarquía
triunfante tras las revoluciones: así, por ejemplo, tanto la unificación italiana como la alemana tienen
mucho que ver con el interés de las burguesías, piamontesa y prusiana respectivamente, por ensanchar
el tamaño del mercado nacional) y, en gran medida, imperialista (la expansión nacional sería, por tanto,
manifestación del poderío nacional).

Al igual que el liberalismo del XIX no presenta una unidad doctrinaria, el nacionalismo también aparece
desgajado en dos grandes corrientes:
a) Nacionalismo democrático, imperante hasta mediados del XIX (Mazzini) y asociado al
liberalismo. Defiende la voluntad popular como causa de la nacionalidad.
b) Nacionalismo conservador, de talante ideológico reaccionario.

Por otro lado, el nacionalismo actúa tanto en un sentido centrífugo (disgregador de estructuras imperiales:
nacionalismo belga, griego, eslavo, hispanoamericano), como centrípeto (concentración de pueblos separados
por la dominación extranjera: Italia y Alemania).

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5.1. EL ORDEN INTERNACIONAL.

Las unificaciones italiana y alemana son el punto final de la crisis del sistema de la Restauración.
El Congreso de Viena había instaurado un orden europeo fundamentado en el legitimismo y en el equilibrio
internacional, cuyo máximo exponente sería la Quíntuple Alianza. Este orden, con motivo de las revoluciones
burguesas, sufre un paulatino proceso de revisión:
La primera gran ruptura se produce en 1830, inaugurándose una nueva forma de equilibrio: monarquías
liberales (Francia, Gran Bretaña, España, Portugal, Bélgica) frente a monarquías absolutistas (Austria, Prusia,
Rusia). El bloque liberal está dominado por la «entente franco-británica».
La ruptura definitiva se produce en los años cincuenta: con motivo del inicio de la Cuestión de Oriente
(desintegración de los territorios europeos del Imperio Otomano), Rusia inicia una guerra contra Turquía,
produciéndose múltiples efectos:
- Se rompe la unión entre las potencias autoritarias (ni Austria ni Prusia apoyan la expansión rusa en los
Balcanes).
- Francia y Gran Bretaña refuerzan su entendimiento.
- Austria se une a Gran Bretaña y Francia contra Rusia (Guerra de Crimea). El Congreso de Paz (París
1856) consagra un nuevo estado de cosas:
- La Francia de Napoleón III se convierte en árbitro de Europa.
- Desde este momento las relaciones internacionales quedan desprovistas de la anterior carga ideológica
(liberalismo versus legitimismo). Un ejemplo de ello será la rivalidad entre Austria y Prusia por el
control de Alemania.

Con el nacimiento de Italia y, sobre todo, con la unificación alemana (1871) culmina esta reorganización de
Europa; una Europa que, entre 1871 y 1890, va a estar marcada por la supremacía alemana que establece en el
continente un nuevo sistema de relaciones: los sistemas bismarquianos.

5.2. FACTORES DE LAS UNIFICACIONES

Durante el siglo XIX, tanto en Italia como en los Estados alemanes, surgen un conjunto de factores que
preparan y posibilitan sus respectivas unificaciones:
a) El impacto de la revolución francesa, cuyas ideas de libertad, igualdad y soberanía nacional
despiertan un sentimiento nacionalista en el cual, por primera vez, se identifican nación (como
conjunto de italianos o alemanes) y estado (gobierno y organización política de la nación. Tal
sentimiento se vería exacerbado por la resistencia al dominio francés y sería fomentado por diversos
intelectuales (Kant, Herder, Fichte, Mazzini).
b) La formación de unos primeros núcleos de unificación territorial durante el Imperio Napoleónico
(Reino de Italia y Confederación Germánica, respectivamente).
c) El rechazo a la reordenación territorial de la Restauración, que eclipsa las aspiraciones
nacionalistas en favor del legitimismo monárquico.
d) Expansión económica e intentos de incrementar el tamaño del mercado: en gran medida ambos
procesos de unificación responden a los intereses de las burguesías piamontesa y prusiana, que ligan el
incremento de sus beneficios al crecimiento político de sus respectivos estados.
e) La existencia de dos reinos, Piamonte y Prusia, que actúan como impulsores y aglutinantes.
f) El abandono del nacionalismo liberal en favor de un nacionalismo conservador, menos romántico y
mucho más realista, que utilizará la diplomacia, los intereses económicos y el ejército como elementos
claves -más incluso que la ideología nacionalista- de dichas unificaciones. Ejemplos de este prag -
matismo son tanto el conde de Cavour como Otto von Bismarck

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5.3. LA UNIDAD ITALIANA (1859-1871).

A). ANTECEDENTES.

Tras 1815 la Península Italiana queda fragmentada en siete Estados (ver mapa), hasta el punto de que, en
palabras de Metternich, el término «Italia» no designaba sino «una simple expresión geográfica». De todos
modos el Sistema de la Restauración había olvidado la presencia de un importante factor aglutinador: el
nacionalismo.

El nacionalismo italiano, en su expresión más moderna, comienza a conformarse en la época napoleónica


que:
- crea unos primeros núcleos de unificación territorial (Reino de Italia, por ejemplo).
- suscita una reacción nacionalista contra los intentos de afrancesar la lengua y las costumbres; reacción
nacionalista en la que se va forjando una incipiente conciencia nacional que fue articulada por ciertos
intelectuales (Manzoni, Leopardi) y que, unida al liberalismo (Mazzini), se convirtió en un movimiento
políticamente revolucionario (revoluciones de 1830 y 1848).
Si el fracaso del nacionalismo es patente durante estas revoluciones (ver Tema 4), éstas dejan claro una serie
de fenómenos:
- el fracaso de los movimientos nacionalistas liberales, basados en asociaciones secretas (carbonarios) y
en la insurrección popular, así como de la vía republicana a la unidad.
- la necesidad de un núcleo aglutinante para el movimiento nacionalista, disperso y fragmentado hasta el
momento: tal papel lo desempeñará el Reino de Piamonte, único estado que mantuvo un régimen liberal
tras los fracasos revolucionarios de 1848.
- la imposibilidad de realizar la unificación sin contar con apoyos diplomáticos exteriores que
compensaran la superioridad militar austriaca (esto sería bien entendido por Víctor Manuel II, rey del
Piamonte, y el conde de Cavour, que conseguirán la alianza francesa: Tratado de Plombières, de julio
de 1858).

B). DIVERSAS CONCEPCIONES DEL NACIONALISMO.

Desde los años treinta, cristalizan en Italia tres posturas nacionalistas:


1. La liberal-democrática, que pretende crear una República italiana unificada mediante revueltas e insu-
rrecciones populares. Tal sería el ideal de Mazzini, que funda la «Joven Italia» como organización para
conseguir tales propósitos (VER TEXTO 1).
2. La defendida por Gioberti (neogüelfismo), que propone la creación de una Confederación de reinos
bajo la presidencia del Papa (VER TEXTO 2).
3. La nacionalista-conservadora, que propone una vía monárquica: la unidad en torno a la casa de
Saboya (dinastía reinante en el Piamonte). Tal es la idea defendida por Cavour y d'Azeglio
(Risorgimento) y potenciada por La Sociedad Nacional Italiana desde 1856.

El fracaso de la opción republicana (Mazzini en Roma, Mazzoni en Toscana, Manin en Venecia) en 1849,
junto con la negativa del Papa Pío IX a apoyar la sublevación de Lombardía contra Austria, harán que la tercera
vía resulte la única viable.

C). EL PROCESO DE UNIFICACIÓN.


La unidad italiana se realizará en torno al Reino del Piamonte, el cual se preparará para ello tanto interior
(conservación del régimen constitucional; impulso de la construcción ferroviaria como forma de aglutinar
intereses económicos; modernización del ejército; laicización del estado para atraerse a los sectores liberales;
creación de organizaciones políticas -como la Sociedad Nacional Italiana- para coordinar las acciones
unificadoras) como exteriormente (búsqueda de apoyos internacionales para expulsar a los austriacos: a tal fin
obedece la participación de Piamonte en la guerra de Crimea. Al fin -Tratado de Plombière s- se obtiene el apoyo
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de Napoleón III).
La Unificación, propiamente dicha, se desarrolla a través de una serie de etapas:
1. La guerra contra Austria (1859): ante las provocaciones (totalmente premeditadas) de Piamonte,
Austria declara la guerra. El ejército franco-piamontés vence en las batallas de Magenta y Solferino,
tras las cuales cae Lombardía. Ante la fuerte corriente de anexionismo al Piamonte que se desarrolla en
Italia central y la oposición de Prusia, Francia firma la paz con Austria. La paz final se firma en Zurich:
Piamonte se anexiona Lombardía.
2. La anexión de Italia central: tras el relativo fracaso de la alianza francesa, Piamonte va a ensayar la
vía revolucionaria: se fomentan insurrecciones en los Estados y la celebración de plebiscitos que
acordarían la anexión al Piamonte. Tal ocurre en Parma, Módena, Toscana y Romagna (marzo de
1860).
3. La anexión del Reino de las Dos Sicilias: aquí fructifica la alianza de Cavour con los republicanos
(Garibaldi). Al estallar una revolución en Sicilia contra el rey Francisco II, un ejército popular (los
«Camisas rojas») parte desde Génova, toma Sicilia y Nápoles. Aprovechando la insurrección de las
Marcas y Umbría, un ejército piamontés parte hacia el sur. En octubre de 1860, mediante plebiscitos, el
reino de las Dos Sicilias, las Marcas y Umbría se incorporan al Piamonte. En febrero de 1861 un
parlamento reunido en Turín proclama la constitución del reino de Italia, con capital provisional en
Florencia.
4. El fin de la Unidad: para la incorporación de los dos territorios restantes (Véneto y Roma) resulta
crucial el comienzo de la Unidad alemana (la política internacional juega en favor del nacionalismo
italiano).
En 1866, pese a las derrotas de Custozza y Lisa, el triunfo de Prusia sobre Austria (Sadowa) posibilita
que (Paz de Viena) el Véneto se incorpore a Italia.
La anexión de Roma presentaba dos problemas. Por un lado, la oposición del Papa 1; por otro, la de
Napoleón III que mantiene un ejército en Roma. La retirada de las tropas francesas (guerra franco-
prusiana) posibilita la entrada en la ciudad de Víctor Manual II. En 1871, por plebiscito, Roma pasa a
ser la capital del reino de Italia, quedando los territorios pontificios reducidos al Vaticano.
Quedaba por incorporar el Trentino, Tirol e Istria, los territorios irredentos.

5.4. LA UNIDAD ALEMANA (1864-1871).

A). ANTECEDENTES: LAS RAÍCES DE LA UNIFICACIÓN.

A.1. RAÍCES POLÍTICAS.


Alemania en 1789 era un conjunto de 360 estados que, tras el Congreso de Viena, quedan reducidos a 39
(Confederación Germánica: Reino de Baviera, Württemberg, Hesse, Baden, Palatinado, Sajonia, Turingia,
Hannover, Oldemburgo, Schleswig, Holstein, Mecklemburg, Prusia, Austria). En virtud de sus posesiones
territoriales, en ella participan soberanos extranjeros (por ejemplo el rey danés, al que pertenecen los ducados
alemanes de Schleswig y Holstein) pero, sobre todo, la Confederación era una zona hacia la que se dirigían los
intereses hegemónicos (y por ello antagónicos) de Prusia y el Imperio Austriaco:

- Prusia pretendía realizar la unidad alemana excluyendo al Imperio Austriaco (Pequeña Alemania o
«Nationalverein»).
- Austria, una federación de estados bajo la dirección del emperador austriaco (Gran Alemania o
«Reformverein»).

En este mosaico territorial existía, no obstante, un cierto sentimiento de pertenencia a un mundo germánico
común (pangermanismo), de existencia de genio nacional («volksgeist») manifestado en una civilización, unas
1 ?
En la encíclica «Syllabus errorum» Pío IX condena el liberalismo y la democracia, y pregona la sumisión del trono al altar así
como la oposición de los católicos italianos al nuevo Estado (abstención en las elecciones). Este sería uno de los primeros y principales
problemas de Italia.
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costumbres, una lengua (ARNDT) y una raza (HERDER). Tal idea hallaría su formulación intelectual más
acabada en FICHTE («Discursos a la nación alemana», de 1807). Desde entonces la idea nacional alemana sería
desarrollada por filósofos como Hegel, historiadores como Ranke, economistas como List, poetas como Heine o
músicos como Wagner.
Pese al desarrollo de esta ideología nacionalista (con fuerte componente romántico), todos los intentos de
unidad anteriores a 1850 (en los que el nacionalismo se mezcla con el liberalismo) fracasan, tanto por la reacción
conservadora de los príncipes alemanes, como por la oposición de una Austria más interesada por el
fraccionamiento de Alemania (lo que facilitaba su dominio) que por su unidad.
Por otro lado, este fracaso deja clara dos situaciones:
- El descalabro del nacionalismo liberal en favor del conservador.
- La necesidad de vertebrar la unidad en torno Prusia.

A.2. RAÍCES ECONÓMICAS.


Junto con el desarrollo de un sentimiento nacionalista, la consolidación de unos intereses económicos
comunes juega un papel decisivo en la unificación alemana: en 1834, y a inicia tiva de Prusia 2, se firman una
serie de acuerdos comerciales y de transportes entre los Estados del norte de la Confederación, constituyéndose
el Zollverein o Unión Aduanera que, en 1852, agrupaba a todos los Estados alemanes a excepción de Austria.
Esta unión aduanera no sólo potenció los intercambios, sino que reactivó la industria y, al fomentar la
construcción de una red de ferrocarriles alemanes, unificó el mercado alemán.

B). ETAPAS DE LA UNIDAD.

Al igual que en la Unificación italiana, la unidad alemana acabará realizándose en torno a un Estado
(Prusia) que ha desarrollado previamente tanto intereses materiales como políticos en torno a dicha unidad. Pero,
por contra, la unidad alemana es un proceso mucho menos popular (no se hace en gran parte por plebiscitos,
como en Italia) y muchísimo menos dependiente del exterior (Prusia realiza la unidad por su propia fuerza).
En la unidad alemana pueden diferenciarse tres etapas:

B.1. LA GUERRA DE LOS DUCADOS DANESES.


Los ducados del sur de Dinamarca, Schleswig, Holstein y Lauenburgo, de población alemana, pertenecía a
Dinamarca desde 1815. La muerte, sin descendencia masculina, del rey danés en 1863 plantea el problema:
según la ley de los ducados debían pasar a príncipes alemanes; según la ley danesa al futuro rey danés. Prusia y
Austria, en una convocatoria extraordinaria de la Confederación Germánica, deciden invadir militarmente estos
territorios y declarar la guerra a Dinamarca. Por el tratado de Gastein (1864), Holstein queda bajo tutela de
Austria y Schleswig y Lauenburgo bajo la de Prusia.

B.2. GUERRA AUSTRO-PRUSIANA DE 1866.


Pese al acuerdo llegado en Gastein la rivalidad entre Austria y Prusia se va a ir acentuando:
- Prusia firma en nombre del Zollverein un tratado comercial con Francia suprimiendo los derechos
de aduanas, del que se excluye a Austria.
- Prusia, para atraerse a los liberales de los Estados del sur, promete la reorganización de la
Confederación mediante un Parlamento elegido por sufragio universal, a sabiendas que el régimen
de Austria no podía aceptar tal propuesta.
- Por otro lado, y ante la inminencia de un conflicto, se aísla diplomáticamente a Austria: tratados
con Rusia, Francia e Italia.
2 ?
Para Prusia se trataba no sólo de desarrollar su industria, agricultura y comercio, sino también unificar económicamente su espacio
político (Renania y Reino de Prusia), cortado geográficamente por otros estados alemanes, por lo que resultaba necesario anexionar dichos
estados al sistema prusiano.
s
s.or este tratado, Francia apoyaría a Piamonte en una guerra contra Austria, secundaría la formación de una Confederación de Cuatro
Estados (Italia del Norte, Italia Central, Roma, Reino de las Dos Sicilias) y obtendría a cambio Saboya y Niza.
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En junio de 1866, Bismarck pide la exclusión de Austria de la Confederación, y ocupa Holstein. Se produce
entonces la guerra entre Prusia y Austria y sus aliados alemanes, en la que la iniciativa y las victorias
corresponden al ejército prusiano: Prusia ocupa Sajonia y Hannover, domina a Baviera y derrota a Austria en la
batalla de Sadowa en julio de 1866, que pide la paz. La Paz de Praga, firmada en agosto de 1866, representa un
giro importante en la historia alemana:
- Prusia se anexiona Hannover, Hesse, Francfort y los ducados de Schleswig-Holstein.
- Austria reconoce la disolución de la Confederación Germánica y su práctica exclusión del Estado
alemán.
- Italia consigue de Austria la cesión de Venecia.

Bismarck llega a un acuerdo con los estados del sur de Alemania (Baviera, Wurtemberg, Baden, Hesse del
Sur) por el que entran en el Zollverein y ponen sus ejércitos, en caso de guerra, bajo la autoridad de Prusia.
Bismarck también llega a una reconciliación con los liberales, al mismo tiempo que la burguesía alemana le da
toda su confianza para completar la Unidad alemana que el desarrollo de la economía hacía necesaria.
En estos momentos, y excluida Austria, se elabora ya el embrión de tal unidad al constituirse en julio de
1867 la Confederación de Alemania del Norte, organizada por Prusia, que engloba a 23 Estados alemanes bajo
la hegemonía prusiana; la Constitución daba una estructura federal a esta unión; su presidente era el rey
Guillermo I de Prusia, el canciller federal era Bismarck, y disponía de una Cámara elegida por sufragio universal
con poderes limitados, y de un Consejo federal donde estaban representados los príncipes y las ciudades de la
unión; el gobierno federal residían en Berlín, y el ejército seguía el modelo prusiano; la Constitución aseguraba
así el predominio prusiano en la Confederación. Con estos logros, la unidad económica y militar de la "Pequeña
Alemania" de 1848 estaba ya realizada en torno as Prusia, faltando sólo rematarla con la unidad política, lo que
se haría con motivo de la guerra contra Francia.

B.3. LA GUERRA FRANCO-PRUSIANA Y LA FORMACIÓN DEL IMPERIO ALEMÁN (1870-1871).

B.3.1.- LA GUERRA FRANCO-PRUSIANA (1870).


Después de la victoria de Prusia sobre Austria, Napoleón III se muestra inquieto por el
engrandecimiento prusiano e intenta presionar sobre Prusia a través de los Estados del Sur de Alemania:
extendiendo su influencia, sosteniendo las tendencias particularistas de algunos de los estados, apoyando los
intentos de una Federación profrancesa de Alemania del Sur, y planteando reivindicaciones sobre algunos
territorios. También en relación con Francia se mantenía sin resolver la llamada cuestión romana, por la ayuda
del emperador al Papa para impedir que Roma se convirtiera en la capital del nuevo Reino. Bismarck piensa en
una guerra contra Francia que resolvería todas estas cuestiones:
- Alejaría a Francia de los estados del Sur de Alemania.
- Los estados del Sur se unirían al resto de Alemania.
- Italia ocuparía Roma.

La ocasión para el conflicto se presentó con motivo de la candidatura Hohenzollern al trono vacante de
España, cuya negociación fue hábilmente manipulada por Bismarck para que Napoleón III aparezca como
agresor. Al plantearse tal candidatura, el emperador presiona para que el rey de Prusia renuncie a apoyarla;
Guillermo I renuncia, en efecto, pero el gobierno francés, por cuestiones de prestigio sobre Prusia y para
consolidar su régimen imperial en Europa, no se contenta con la renuncia y exige garantías de futuro, viajando el
embajador francés a Ems para forzar la situación ante Guillermo I. Éste envía un despacho informando a
Bismarck, en Berlín, cuyo contenido es transformado en un resumen hecho público por el canciller alemán, que
resulta injurioso para Francia: es la provocación a Francia, con el llamado telegrama de Ems. El 17 de junio de
1870, Francia declara la guerra a Prusia y a los Estados aliados del sur, que es lo que deseaba Bismarck.
La Guerra Franco-prusiana se desarrolla entre agosto de 1870 y enero de 1871, y constituye una total
victoria alemana: Francia está aislada diplomáticamente, con un régimen con problemas internos y un ejército
mal preparado, mientras Prusia dispone de un magnífico ejército bien organizado bajo la dirección de Moltke, y
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cuenta con el apoyo de los Estados alemanes del Sur, y con la actitud favorable internacional, como la de Italia,
que aprovecha para incorporar Roma como capital del reino italiano (septiembre de 1870). El desarrollo de la
guerra es totalmente favorable a Prusia: en agosto, ocupa Alsacia e invade Lorena; en septiembre, derrota a
Francia en Sedán, donde capitula el emperador, y cuya consecuencia inmediata es la revolución republicana en
París, que liquida el IIº Imperio y forma un gobierno de Defensa nacional que se repliega hacia Tours,
reuniéndose la Asamblea nacional en Burdeos; desde septiembre está cercado París, que capitula ante los
prusianos en enero de 1871, llegándose así al armisticio entre Francia y Prusia, que pone fin a la guerra.

B.3.2.- LA PROCLAMACIÓN DEL IMPERIO ALEMÁN (1871).


Bismarck consigue con la guerra franco-prusiana su objetivo de alcanzar la total unidad alemana: se produce
la integración de los Estados del Sur con el resto de Alemania, y el 18 de enero de 1871 es proclamado el
Imperio alemán en Versalles, y a Guillermo I, emperador de la Alemania Unida, con Bismarck como canciller.
La Francia derrotada, que se reorganiza como República, firma con Alemania el Tratado de paz de Francfort en
mayo de 1871, que estipula: la cesión de Alsacia y Lorena a Alemania, el pago de una indemnización de guerra
y una garantía con la ocupación militar alemana de departamentos franceses del norte.
En 1871, con la unidad del Imperio alemán, se establece la hegemonía alemana sobre el continente europeo.
El Imperio Alemán se organizará como una federación de estados (lander) bajo la presidencia del rey de Prusia
(Guillermo I), con un Parlamento federal (Reichstag) elegido por sufragio universal. La Constitución imperial
de 1871 fija las características de este nuevo Imperio alemán:
- La delimitación territorial con la unión federal de todos los Estados alemanes.
- Las instituciones políticas y administrativas.
- Los principios y los aspectos del federalismo y la unidad.
Alemania se engrandece: Berlín concentra la vida política alemana, más que prusiana, y actúa como una de
las grandes capitales políticas europeas; el desarrollo económico se intensifica hasta hacer de Alemania uno de
los grandes países capitalistas e industriales de Europa; y en la política inter nacional del continente se impone el
llamado sistema de alianzas bismarckiano.

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TEXTO Nº 1. LA JOVEN ITALIA. Giuseppe MAZZINI (1831).
«La joven Italia es la confraternidad de los italianos que creen en una ley del progreso y del Deber; los
cuales, convencidos de que Italia está llamada a ser una nación -que se puede conseguir con sus propias fuerzas-,
que el fracaso de las pasadas tentativas provienen no de la debilidad, sino del insignificante mando de los
elementos revolucionarios -que el secreto de la fuerza está en la constancia y en la unidad de los esfuerzos-,
consagrar su pensamiento y su acción, íntimamente asociadas, al gran designio de volver a hacer de Italia una
nación. Una, independiente y Soberana, de ciudadanos libres e iguales. La Joven Italia es republicana y unitaria.
Republicana: porque, teóricamente, todos los hombres de una nación están llamados, por la ley de dios y de la
humanidad, a ser libres, iguales y hermanos; y porque la forma republicana es la única que asegura ese destino;
porque la soberanía reside esencialmente en la nación..., porque la serie progresiva de cambios europeos conduce
inevitablemente al establecimiento del principio republicano.
Republicana: porque prácticamente Italia no posee elementos de una monarquía, ni de una aristocracia
venerada, potente, que pueda interponerse entre el trono y la nación... y porque la tradición italiana es
completamente republicana...
La Joven Italia es unitaria: porque sin unidad no hay realmente nación, porque sin unidad no hay fuerza y
porque Italia, rodeada de naciones unitarias, potentes y celosas, tiene necesidad ante todo de ser fuerte; porque el
federalismo, daría rienda suelta a las rivalidades hasta ahora apagadas... Los medios de los que la Joven Italia
pretende servirse para conseguir su objetivo son la educación y la insurrección...»

TEXTO Nº 2. V. GIOBERTI: El primado moral y civil de los italianos, 1843.


«Me propongo demostrar que Italia contiene en sí misma, sobre todo a través de la religión, todas la
condiciones requeridas para su renacimiento nacional y político, y que para llevarlo a efecto no tiene necesidad
de revoluciones internas, ni tampoco de invasiones e imitaciones foráneas... Las revoluciones intentadas o
penosamente efectuadas desde hace cincuenta años aquí en Italia, en España, en Alemania y en otros lugares, no
fueron más que imitaciones mal dirigidas de la Revolución francesa... Yo afirmo cuál es el verdadero principio
de la unidad italiana. este principio es sumamente nuestro y nacional..., es concreto, vivo, real... porque es una
institución, un oráculo, una persona...; es sumamente eficaz porque está simbolizado por el culto, corroborado
por la conciencia, santificado por la religión...; porque es un poder organizado por Dios mismo y constituye el
centro de la sociedad... Que el Papa sea naturalmente, y debe ser efectivamente, el jefe civil de Italia, es una
verdad probada por la naturaleza de las cosas.. y solamente puesta en duda desde que los unos y los otros han
bebido en fuentes extranjeras y traído el veneno a su patria...»

TEXTO Nº 3.
«Me ha alegrado saber que V.M. había reconocido que el resumen de los puntos acordados en Plombiéres
eras exacto (...) V.M. cree conveniente retrasar la época ya fijada para el inicio de las hostilidades, aplazándolo,
si es posible, a la primavera de 1860 (...) Este punto ha llamado sobre todo la atención del rey, que me ha
encargado transmitirle las siguientes onsideraciones. El aplazamiento de la guerra tendría a los ojos del rey
grandes inconvenientes. en efecto, es incontestable que gracias a la habilidad de V.M. Europa está en estos
momentos favorablemente dispuesta para facilitar la ejecución de los proyectos..., mientras que en Italia los
ánimos están admirablemente dispuestos para la preparación que hemos tenido desde hace veinte años... El
retraso de un año podría modificar, y probablemente en perjuicio nuestro, tal situación.
El acercamiento de Austria a Rusia o a Prusia no es imposible.
(...) Por lo que se refiere a Italia... Hoy todo está dispuesto en un sentido que le es favorable. La influencia
del partido está..., sino destruída, al menos reducida a proporciones insignificantes. Si Mazzini conserva todavía
algunos adeptos en las capas bajas de la sociedad, con ayuda de las ideas socialistas que él ha acabado
adoptando, ha perdido todo prestigio entre las clases medias y altas, que han sido casi enteramente captadas por
los princios de orden y moderación, los únicos que pueden conseguir la emancipación de la patria...
¿No es de temer que la naturaleza meridional de mis compatriotas se agote? (...) Si en el intervalo tuviera
lugar en Italia una tentativa revolucionaria cualquiera, el plan tan bien combinado por V.M. peligraría por estar
minado en su base.
Carta de CAVOUR a NAPOLEÓN III. Turín, 1858.

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TEXTO Nº 4.

«En primer lugar, no tiene duda que los límites primeros, originarios y verdaderamente naturales del Estado
son sus límites internos. Todos los que hablan un mismo idioma... hállanse unidos entre sí desde el principio por
un cúmulo de lazos invisibles, porque pueden comprenderse unos a otros y se comprenderán cada vez con mayor
claridad formando, naturalmente, un todo homogéneo. Siendo así, le es imposible al Estado aceptar de ningún
otro pueblo noción alguna de abolengo y de idioma diferente, sin perjudicarse a sí mismo y a su propia
formación. De esos límites internos, constituidos por las propias fuerzas de la naturaleza espiritual humana, se
originan luego los límites o fronteras materiales, de modo que los hombres no forman una nación porque vivan
en éste o al otro aldo de una cadena de montañas, o de un río, sino que viven juntos... porque primitiva mente, y
en virtud de la leyes naturales de orden superior, formaban ya un pueblo.
Así la nación alemana, gracias a poseer un idioma y una manera de pensar comunes, hallábase
suficientemente unida y se distinguía con claridad de los demás pueblos en la vieja Europa, constituyendo el
muro de separación entre razas heterogéneas, bastante numerosa y esforzada para poder defender sus fronteras
contra los ataques del extranjero y, bastándose a sí misma, inclinada naturalmente a no preocuparse de las
naciones vecinas ni a mezclarse en los asuntos de éstas, y todavía menos a turbarlas o convertirlas en enemigas
suyas.»
J.G. FICHTE: Discurso a la nación alemana (1807).

TEXTO Nº5.

«2. La Confederación ejerce el derecho de legislación en los límites del contenido de la presente
constitución, y de tal manera que las leyes federales pasen por delante de las leyes particulares de cada estado..
3. Existe, para todo el territorio federal, un derecho de ciudadanía común..
5. La legislación federal es ejercida por el Consejo Federal y el Reichstag. El acuerdo de las dos mayorías
de amabas Asambleas es necesario y suficiente para un ley federal...
11. El Praesidium de la Confederación corresponde a la corona de Prusia, quien tiene derecho, en calidad de
tal, de representar a la Confederación en las relaciones internacionales, declarar la guerra y la paz..., acreditar y
recibir embajadores...
17. Al Praesidium corresponde la expedición, la promulgación de las leyes y la vigilancia de su ejecución...
20. El Reichstag emana de elecciones por sufragio universal y directo...
23. ... tiene el derecho de proponer las leyes...
33. La Confederación forma un territorio aduanero y comercial rodeado de una frontera aduanera común...
53. La Marina de guerra federal es unitaria... La organización y composición corresponde a S.M. el rey de
Prusia...»
Constitución Confederación de Alemania del Norte (1867).

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