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1. El Risorgimento italiano.

(Droz)

Primera etapa.

La Revolución Francesa le proporcionó a Italia la idea de la nación como una


comunidad de ciudadanos cimentada por el vínculo contractual de la conciencia cívica.
A pesar de ello, en 1815 Italia tenía que enfrentar a mayores dificultades que Alemania
por ejemplo. La lucha contra la Santa Alianza no pudo adquirir en el comienzo más que un
carácter local dirigido contra el despotismo de las instituciones políticas y judiciales.
Por otro lado, en Nápoles, lugar donde el régimen feudal fue parcialmente restablecido,
el ministro Luigi de Médicis puso en práctica una política que tenía por objetivo conservar
los hombres y las instituciones más validas del régimen francés.
El risorgimento fue promovido por la burguesía cuyo ideal político e intereses
coincidían con las reivindicaciones de un nuevo orden.
La fuerza de las masas se dio por oleadas, pero nunca lograron ser un problema para el
gobierno. Los periódicos también tienen una gran importancia aquí, en estos se hablan de
temas políticos y de las preocupaciones estéticas.
Sin embargo, la burguesía liberal no era una gran oposición a los gobiernos absolutistas.
Esto se refleja en que Italia fue el país en el que más sociedades secretas se encontraban.
Los que conformaron una verdadera oposición fueron la burguesía media y el ejército.

Segunda etapa.

Los primeros sucesos revolucionarios se dieron en Nápoles, donde el general Pepe


intentó aprovecharse de los sucesos de España para levantar a las guarniciones. El rey
Fernando IV al principio prometió el establecimiento de una constitución que imitaba a la
de 1812. Pero tras los congresos de Troppau y Laybach, los liberales napolitanos fueron
aniquilados porque no querían una Sicilia autonomista.
Diez años después, la Revolución francesa de 1830 generó esperanzas. En Paris, el
comité de la emancipación italiana había creado una gran propaganda. En Módena los
liberales pensaron que contaban con Francisco IV, pero resultaron engañados y como
consecuencia se sublevaron, esta protesta se extendió hasta Bolonia, donde la autoridad
pontificia no pudo controlar la situación y fueron proclamadas las Provincias Unidas de
Italia Central en 1831, también se extendió a Parma, y como consecuencia María Luisa
tuvo que salir huyendo. En este caso, el movimiento se volvió más extenso, pero las masas
no se entendieron, por lo que al mismo tiempo fue inútil.
El fracaso de las revoluciones de 1821 y 1831 puso fin a la sociedad secreta de la
carbonería. En su lugar, surgió una nueva tendencia que se preocupaba por resolver los
conflictos de una forma italiana. Este pensamiento comenzó a desarrollarse gracias a la
emigración política.
Mazzini fue un gran impulsor de la revolución. Sin embargo, no conocía a los hombres,
y en la práctica decidió recurrir a los mismos métodos que los carbonari y constituyó una
sociedad secreta. En 1833 tras ser descubierto por un complot armado por su amigo Ruffini,
se suicidó.

Tercera etapa.

El fracaso de diversas intentonas generó un desaliento. Pero surgió el Rissorgimento,


movimiento que era mucho más grande que el anterior. Esto es parte se debía a que la
economía del país había crecido, de la construcción de ferrocarriles y de la celebración de
reuniones científicas.
N. Tommaseo, emigrado a Paris, planteó la idea de un papa reformador que encabezara
la regeneración del país. Así, Gioberti reclamó la unión de los italianos que presuponía la
de la nación civil en torno al papado. De esta forma, según su opinión los príncipes
italianos debían estar bajo la dirección del papa. El neogüelfismo fue adoptado por una
parte importante de la burguesía y de la nobleza, apegada al nacionalismo, pero que al
mismo tiempo veía en el papado la garantía de la estabilidad de las instituciones políticas y
sociales.
La orientación ideológica también se vio influenciada por la monarquía piamontesa. Si
bien Carlos Albero no era liberal, tampoco quería estar bajo la influencia de nadie.
Massimo d'Azeglio incitaba en su libro a que sus compatriotas renunciaran a las
insurrecciones locales y depositaran su confianza en Carlos Alberto. En la nobleza
piamontesca esto comenzó a ser aceptado. El conde de Cavour, bajo las ideas del libre
cambio, a favor de la construcción de ferrocarriles y de la política nacional, funda el
Risorgirnento hizo al partido albertista un órgano de expresión.
Sin embargo, de las tres posiciones políticas que se encontraban en Italia (el unitarismo
mazziniano, el neogüelfismo de Gioberti y las simpatías piamontesas), la segunda parecía la
mejor para alcanzar el triunfo.

Cuarta etapa.

Las elecciones del Papa Pio IX concretaron las aspiraciones liberales y nacionales.
Aunque el cardenal Mastaí estuviera muy lejos de ser un liberal, el espíritu evangélico con
el que abordó los problemas romanos, así como sus primeras medidas reformadoras, le
dieron inmediatamente una gran popularidad.
De mayo a octubre de 1847, tanto en Turín como en Florencia, se dictan reformas
liberales, y Carlos Alberto sustituye a Solaro della Margherita por un gabinete más
avanzado. A finales de 1847, las negociaciones entre Roma, Turín y Florencia sobre la
cuestión de una posible unión aduanera señalaron una nueva etapa en el camino de la
unificación.

LA UNIFICACION DE ITALIA. (Grenville).

Primera etapa.

Cavour había ido a Paris a extender el poder del Piamonte, pero a pesar de sus esfuerzos
y el aporte que la región tuvo en la Guerra de Crimea no consiguió ningún territorio.
Sin embargo, también tenían un problema a nivel internacional, ya que las políticas de
Gran Bretaña y Francia eran opuestas a la cuestión italiana en 1856.
Por otro lado, nos encontramos con que Austria tenia posesiones en Lombardía y
Véneto, y Napoleón III tenia a sus tropas en Roma tras la derrota en 1849.
Austria y Francia querían mantener a Italia débil y dividida. En cambio, la política de
Gran Bretaña se ajustaba a la diplomacia continental, es decir, creaba barreras
independientes, mientras que los otros Estados proponían una intervención.
Un obstáculo con el que chocaba la unificación italiana es que había una ocupación en
los territorios, y para solucionar esto Gran Bretaña y Francia debían llegar a un acuerdo
pacífico.
La idea de la unidad se identificaba con un programa revolucionario republicano, y éste se
mezclaba con una política dirigida también contra los soberanos y la estructura social de los
diversos Estados italianos. El intelectual de los republicanos fue Giuseppe Mazzini,
ciudadano de Génova y, era enemigo de Víctor Manuel y Cavour. Mazzini fue un fracaso
como principal propagandista de la unidad italiana, sin embargo se destacaba muy bien en
la escritura. También creía que el nacionalismo solucionaría todos los problemas del
continente europeo.
En 1860 se produjo el cambio. Este año estuvo caracterizado por las luchas sociales y
políticas.
El objetivo original de Víctor Manuel y Cavour era más limitado: sólo querían obtener el
predominio de Piamonte en el norte y centro de Italia. La unificación no fue algo planeado,
sino que fue la consecuencia de rivalidades, del descontento local y de casualidad.

Segunda etapa.

El primero de los levantamientos ocurrió en Palermo, Sicilia, el 12 de enero de 1848. En


esta región había muchas sociedades secretas, por lo que la violencia era muy alta. A esto
se le suma que los sicilianos deseaban independizarse de los borbones de Nápoles.
Los soldados napolitanos saquearon aldeas de Sicilia. El rey Fernando de Nápoles, para
intentar calmar un poco la situación otorgó a Sicilia y Nápoles constituciones que fueron en
vano. Después de una fuerte resistencia, los gobernantes italianos en el resto de la península
empezaron a otorgar constituciones al enfrentarse con la agitación política liberal.
Por otro lado, los desordenes de Milán de enero a marzo de 1848 fueron los que causaron la
transformación de la situación de protestas en el norte y centro de Italia en una guerra
abierta.
El resentimiento de los milaneses incrementó desde enero. Pero tras la caída de Metternich
se dio el levantamiento de las cinco jornadas gloriosas, durante los cuales los milaneses
obligaron al mariscal Radetzky a retirar sus tropas de la ciudad. Mientras tanto, en Venecia
una revolución casi aislada llevó a una república.

Tercera etapa.
Los milaneses le pidieron ayuda a Carlos Alberto para enfrentarse a Austria, pero este al
principio se negaba. Sin embargo, lograron persuadirlo y éste le declaró la guerra a Austria
y su ejército ingresó a Lombardía.
De esta forma parecía que iniciaba la liberación de Italia. Mazzini fue a Milán. Los
ministros liberales del rey Fernando enviaron soldados a Lombardía. El duque de Toscana
se declaró partidario de Italia e incluso tropas de los Estados pontificios se unieron a la
guerra para ayudar a Lombardía. Sin embargo, Carlos Alberto no confiaba en los ejércitos
que se encontraban luchando en Lombardía, además de que no tenía tanto interés en luchar
a favor de Italia, sino que quería anexionarse a Lombardía y a los ducados independientes
de Módena y Parma.
El Papa Pío IX al principio se mostró como una figura liberal para ganarse al pueblo,
pero al ver como las cosas se iban volviendo más complejas decidió dejar de apoyarlos y
hacerse a un lado. A partir de ese momento la Iglesia pasó a ser vista como el enemigo de la
patria. A él le siguió el rey de Nápoles, quien decidió retirar a las tropas de Lombardía
cuando Fernando recuperó el poder.
En cuanto a Carlos Alberto, éste no tuvo éxitos en sus planes, retiró a sus fuerzas debido
a su desorganización y esta situación terminó en un armisticio con Austria. De igual forma,
la paz no duró mucho tiempo, ya que Carlos Alberto quería vengarse de su derrota, y en
1849 le declaró la guerra a Austria. Radetzky derrotó nuevamente a los piamonteses unos
pocos días más tarde en la batalla de Novara, el 23 de marzo de 1849.

Cuarta etapa.

Durante la primavera de 1849, los austriacos tomaron la decisión de reprimir el


nacionalismo y el radicalismo italiano tanto en el centro como en el norte del país.
Entraron en Toscana, Módena, Luca y los Estados pontificios en 1849. Pisa, Luca,
Liorna, Bolonia y Florencia cayeron ante el avance austriaco.
Además, durante la primavera y el verano de 1848, el papa se negó a aprobar una guerra
contra Austria, y esto provocó un gran resentimiento en Roma. La situación empeoró
cuando el conde Rossi, un ministro liberal muy importante, opuesto a la guerra con Austria,
fue asesinado por las masas. Frente a esto, Roma pasó a manos de los revolucionarios y el
papa huyó a territorio napolitano.
Después de unas elecciones democráticas, se estableció la República romana. Mientras
tanto Venecia también conservaba su independencia.
Mazzini fue elegido en Roma para que formara parte del triunvirato. Sin embargo, esta
utópica república social no iba a durar mucho tiempo debido a la intervención extranjera.
Entonces, para defender Roma también llego Garibaldi, quien era un excelente guerrillero.
Comenzaron a encontrarse algunas diferencias entre Mazzini y Garibaldi, ya que el
primero creía que la república y la unión italiana eran inseparables, mientras que el segundo
estaba dispuesto a abandonar el republicanismo con tal de conseguir la unificación de Italia.
Garibaldi comenzó a pensar que Mazzini era un idealista poco práctico. Así, Garibaldi
comenzó a servir a Carlos Alberto ya que creía que era el símbolo.

Quinta etapa.

Garibaldi llegó a Roma en febrero de 1849. Tanto él como Mazzini estaban dispuestos a
defender a la República romana. A mediados de mayo de 1849, los españoles, como
respuesta a la llamada del papa, desembarcaron en la desembocadura del Tíber. Los
austriacos habían ocupado Toscana y la parte septentrional de la República romana,
incluyendo Bolonia. Sin embargo, el combate no lo llevó adelante la república de Roma,
sino que lo hizo el ejército francés. Luis Napoleón buscaba obtener una aprobación de la
Iglesia y del Papa realizando esta acción.
El 24 de abril de 1849, con el general Nicholas Oudinot al frente, 10.000 soldados
franceses desembarcaron cerca de Roma. Cuando estos llegaron a Roma no recibieron una
buena bienvenida, ya que a Garibaldi no le agradaba la idea de que los franceses
intervinieran. Por lo que los atacaron. Después de negociar durante un mes, los franceses y
romanos concertaron una tregua.
De igual forma, el ataque por parte de los romanos a los franceses hizo que Napoleón
tomara rencor, por lo que el 2 de junio los franceses comenzaron a atacar las avanzadas
fortificadas de la ciudad. Para ese momento el general francés poseía a 30.00 hombres.
A finales de junio, la Asamblea nacional romana aceptó que continuar la lucha llevaría a
una gran pérdida de vidas sin sentido. Entonces le entregaron la ciudad a Oudinot el 3de
julio de 1849.

Sexta etapa.

Los cardenales volvieron para terminar con la República, y como consecuencia se


estableció un gobierno mucho más reaccionario que el de 1848 en los Estados pontificios.
Cuando la huella liberal desapareció de Roma, también volvió el Papa en 1850.
Mazzini terminó yéndose a Inglaterra, mientras que Garibaldi se quedó para dar una
batalla en el centro de Italia. Si esta lucha fracasaba tenía planeado irse a Venecia, la ultima
república italiana libre. Garibaldi fue rodeado por todos lados por cuatro ejércitos que
tenían unos 86.000 hombres. Se enviaron tropas españolas, napolitanas y francesas para
perseguirlo. Los austriacos le esperaban en el norte. Ni Garibaldi ni sus seguidores llegaron
a Venecia, su destino fue azaroso. Ante esto, Garibaldi se vio en la obligación de irse a
Nueva York.
Los austriacos controlaban fuertemente el centro y norte de Italia. El papa estableció un
régimen reaccionario, protegido por el ejército francés. En el sur, Fernando restableció su
autoridad en la península y en Sicilia, lo llamó el reino de las dos Sicilias.
De esta forma se comenzó a ver que el patriotismo y el nacionalismo comenzaron a
decaer, por ejemplo, el tema de la propiedad privada importaba más que esto.
También nos encontramos con la abdicación de Carlos Alberto tras su derrota en
Novara. En su lugar asumió su hijo Víctor Manuel II, quien estaba a favor del gobierno
constitucional y le pidió a Radetzky que suavizara las duras condiciones del armisticio.
Víctor Manuel tenía la capacidad de enfrentarse con los radicales sin el apoyo de los
austriacos. Un ejemplo es cuando el principal puerto de Piamonte se negó a aceptar las
condiciones de paz, el primer ministro de Víctor Manuel, un general piamontés, bombardeó
la ciudad hasta su sumisión.

Séptima etapa.

Al iniciarse la década de 1850, el Statuto piamontés seguía intacto.


Víctor Manuel reconocía que la inteligencia y capacidad para gobernar de Azeglio y de
Cavour, eran esenciales para la recuperación de Piamonte.
Víctor Manuel y Azeglio, ignorando a las opiniones del parlamento, firmaron el tratado
de paz de Milán con los austriacos en agosto de 1849, y al mismo tiempo disolvieron el
parlamento.
Las elecciones de otoño, aseguraron una mayoría en la cámara favorable para el
gobierno y el rey. Por lo tanto. Ya no existía el peligro de un golpe de Estado real.
Azeglio tuvo un importante papel en la abolición de los privilegios de la Iglesia en el
Piamonte.
En noviembre de 1852, Cavour, el ministro más importante de la administración de
Azeglio, sustituyó a su jefe. Estableció con una mayoría en el parlamento una alianza
política entre un grupo de diputados moderados de centro-izquierda y los conservadores
moderados, sus propios partidarios.
Gracias a Cavour, las normas parlamentarias se consolidaron y el gobierno
constitucional se transformó en una especie de gobierno parlamentario.
Las políticas de Cavour permitieron la unificación italiana, aunque esta no se planeó. Él
luchaba por una Italia libre formada de estados independientes y libres de extranjeros.
El Statuto otorgado por Carlos Alberto en 1848 le permitió presentarse a las elecciones al
Parlamento y al segundo intento fue elegido como diputado conservador en Turín. También
consiguió un cargo en el gobierno de Azeglio en octubre de 1850. Ocupó el puesto de
ministro de marina, de agricultura, de comercio y luego también de finanzas. Finalmente en
1852 reemplazó a Azeglio como Primer Ministro y pudo poner en marcha sus políticas.

Octava etapa.

En 1853 Mazzini organizó un levantamiento en Milán y las autoridades piamontesas


arrestaron a sus partidarios en Piamonte. Ante esto, los austriacos expresaron su
agradecimiento a los piamonteses por la ayuda.
Si comparamos al Piamonte con el resto de los Estados italianos podemos ver este se
encontraba en primer lugar, incluso había superado a la Lombardía austriaca. La política de
Cavour de librecambio y finanzas públicas estimuló el crecimiento de la economía
piamontesa, sin embargo el progreso fue lento.
Para lograr tener un Piamonte más poderoso, Cavour invirtió dinero en el ejército y la
marina por si se podrían enfrentar a una guerra.
Cavour alentó en secreto a un grupo de patriotas de izquierda, cuyos miembros más
destacados eran Manin, Giorgo Pallavicino y Giuseppe La Farina, estos organizaron la
Sociedad Nacional en 1857. Esta propagó la idea de que solo Piamonte y su monarca
podían proporcionar la fuerza necesaria para derrotar a los austriacos. Así, había que
renunciar al republicanismo y al programa de Mazzini.
Cavour no confiaba en la fuerza del Piamonte, ya que sabía que sin la ayuda de Francia
sería difícil ganarles a los austriacos. Además, Gran Bretaña se oponía a una guerra en
Europa y Napoleón III quería deshacerse del acuerdo de 1815.
Luego del intento de asesinato a Napoleón III éste se replanteó ciertas cosas y decidió
reunirse secretamente con Cavour para declararle la guerra a Austria. Una vez que llegaron
al acuerdo Napoleón y Cavour acordaron como seria la redistribución del territorio italiano.
El primero creía que Fernando de Nápoles y el papa serian un problema, pero Cavour le
dijo que esto no sería así, dio a entender que eran figuras fáciles de manejar. Napoleón dijo
que le gustaría ver a Lucien, el hijo de Murat en el trono de Nápoles.
Ambos acordaron que el valle del Po, la Romaña y las Legaciones formarían el reino de la
Alta Italia bajo la Casa de Saboya. Piamonte recibiría Lombardía, el Véneto y parte de los
Estados pontificios. Roma y sus alrededores más próximos se dejarían al papa. El resto de
los Estados pontificios, junto con Toscana, formaría un reino de Italia central. Estos cuatro
Estados italianos formarían una Confederación.
Hay que tener en claro que los intereses de Cavour eran simplemente ampliar al Piamonte y
expulsar a los austriacos. A cambio de este trato Cavour le cedió el territorio de Saboya a
Napoleón.

Novena etapa.

El acuerdo de Plombières se formalizó en un tratado secreto franco-italiano en enero de


1859 y a la hija de Víctor Manuel la casaron con el príncipe José Carlos Napoleón. Este
Tratado secreto además de darle el territorio de Saboya a los franceses también se le
entregaba a Niza, por otro lado, se dejaba de lado la idea de una federación italiana liderado
por el papa.
Cavour buscó ayuda en la izquierda y en Garibaldi, pero no estaba de acuerdo con sus
opiniones sobre la realidad italiana ya que no se adecuaban con la realidad de la diplomacia
europea.
Cavour organizó un encuentro entre Garibaldi y Víctor Manuel. Le comentó a Garibaldi
sobre los planes para la guerra y él se ofreció para entrenar y alistar voluntarios, y entonces
accedió a obedecer al rey. Esta alianza entre el rey y Garibaldi fue muy importante en
1860.
Parecía que los planes de paz que querían plantear las potencias europeas iban a arruinar los
planes de la guerra. En marzo de 1859 los rusos propusieron un congreso para solucionar
esta situación. Luego, los británicos le dijeron que si desarmaban al Piamonte lo admitirían
en el congreso. Napoleón III le insistía con que lo acepte, sin embargo Cavour rechazó el
ultimátum.
Austria declaró la guerra el 29 de abril de 1859 y los austriacos avanzaron rápidamente en
Piamonte. Más tarde, Napoleón III anunció que ayudaría a los piamonteses y declaró la
guerra a Austria.
Napoleón III mandó personalmente los ejércitos en Lombardía a mediados de mayo de
1859, éste ejército no se destacó por ser el mejor, ya que tuvo errores como por ejemplo no
llevar la suficiente munición o vendas, sin embargo, el ejercito de Víctor Manuel fue peor,
hubo faltas de municiones y solo pudieron reunir a 60.000 hombres.
Sin embargo, los austriacos no pudieron aprovechar la mala organización de los ejércitos ya
que ellos también estuvieron en esa posición.
Al comenzar la guerra, el ejército austriaco no atacó a los piamonteses antes de que llegaran
los franceses. Los austriacos dejaron que los franceses concentraran sus fuerzas y sufrieron
dos derrotas en Magenta, batalla que se dio entre los austriacos y los franceses. Luego en la
batalla que se dio en Solferino sufrieron una dura derrota que dejó a Napoleón III y a Víctor
Manuel angustiados.

Decima etapa.

Napoleón III veía el futuro de esta guerra incierto, por lo que no sabía si quería continuar y
arriesgarse a provocar relaciones hostiles en su país por los italianos, y tampoco por la
adquisición de Saboya y Niza. Frente a esto, el emperador resolvió esto por la vía
diplomática. Persuadió a Francisco José de que hiciera la paz y a Víctor Manuel de que
aceptara sus condiciones que le daban a Piamonte la conquista de Lombardía, pero los
austriacos se quedaban con Mantua, Peschiera y el Véneto. Víctor Manuel aceptó este trato
sin consultarle a Cavour. El 8 de julio finalmente se firmó el armisticio. Lombardía fue
cedida a Napoleón III, y éste luego se la entregó a Víctor Manuel.
Cavour dejó su cargo en julio de 1859 hasta enero de 1860, y creía que su trabajo de
convertir a Piamonte en una potencia de la península había fracasado.

Undécima etapa.

El comienzo de la guerra entre Piamonte y Austria en abril de 1859 fue la señal para que se
produjera una revolución en Toscana y como consecuencia de la misma, el gran duque
Leopoldo huyó del ducado. Frente a esto, se formó un gobierno provisional que le ofreció
un cargo honorable a Víctor Manuel. Éste sabía que esto le molestaría a Napoleón III, por
lo que rechazó este cargo, pero aceptó el mando nominal del ejército toscano.
Víctor Manuel envió administradores piamonteses y ocupó el territorio de la Toscana. Estas
ocupaciones también se extendieron hacia Romaña, cuyas ciudades principales le pidieron a
Víctor Manuel que asumiera el control.
Después de Villafranca, el ejército piamontés se retiró de la Romaña y de los tres ducados.
En agosto de 1859, el gobierno provincial de Toscana celebró elecciones y convocó una
asamblea que votó que Toscana debía ser anexionada por Piamonte, a pesar de Villafranca.
Cavour fue quien finalmente terminó con la anexión de los ducados y Romaña.
Cavour nuevamente le ofreció Niza y Saboya al emperador a cambio de recibir su apoyo
para anexionarse los ducados y la Romaña. Se organizaron plebiscitos en marzo de 1860 y
los ducados y Bolonia votaron a favor de la unión con Piamonte. Mientras tanto, los
franceses se aseguraron Saboya y Niza ocupando estos territorios y después, organizaron
plebiscitos tras su ocupación.
Garibaldi no estaba de acuerdo con la intención de Víctor Manuel de ceder Saboya y Niza.
De esta manera planeaba hacer una expedición desde Génova hasta Niza y destruir las
urnas el día del plebiscito. Pero en lugar de dirigirse a Niza, lo persuadieron y marchó a
Sicilia, lugar en donde comenzó un levantamiento. Este levantamiento cada vez fue
aumentando mas, entonces le pidió ayuda a Cavour, pero como éste se quería deshacer de
Garibaldi se negó.
El 11 de mayo, los mil hombres de Garibaldi desembarcaron en Sicilia y se enfrentaron
contra 25.000 hombres napolitanos. Sorprendentemente, el ejercito napolitano fue
derrotado, así obtuvo la victoria el ejercito de Garibaldi. Una de las causas de esto es que
los ejércitos napolitanos tenían una pésima organización. Por otro lado, el levantamiento de
los campesinos, que estaban cansados de la opresión que sufrían por parte de los
terratenientes también, tuvo una gran importancia.

Duodécima etapa.

A pesar del triunfo de Garibaldi, éste se negó a entregar la isla a su monarca. Esto se debe a
que necesitaba a Sicilia como base para atacar a la península y sabía que Cavour se lo iba a
impedir si Sicilia era administrada por el Piamonte. Por lo tanto, Garibaldi pasó a
convertirse en el dictador de Sicilia. Como tal, se negó a apoyar la revolución social de los
campesinos que había contribuido con el derrocamiento de los Borbones. Garibaldi sólo
tenía un interés, y este era la unificación italiana.
Los británicos se preocupaban por esta decisión tomada, ya que la situación podría llevar a
que aumentara la influencia francesa en el Mediterráneo debido a que Cavour podría llegar
a un nuevo acuerdo con Napoleón III para impedir que Garibaldi triunfe en el sur.
Garibaldi logró derrotar a las últimas tropas napolitanas que se encontraban en Mesina en
julio de 1860. Esto alarmó a Cavour, Napoleón III, Víctor Manuel y el gabinete británico,
quienes decidieron tomar acciones al respecto. Sin embargo, los británicos no querían
luchar junto a los franceses, y así fue.
Garibaldi se dirigió hacia Melito y desembarcó allí con un pequeño ejército, pero a pesar de
esto derrotó a las tropas napolitanas. Además de esto, los campesinos se pusieron de su
lado. Así, éste se dirigió rápidamente hacia Nápoles. A principios de 1860, el rey se retiró
de Nápoles. Una vez que Garibaldi llego, fue recibido muy bien por todos, le ofrecieron el
gobierno de la ciudad y él por supuesto que aceptó.
Garibaldi gobernó como dictador, hasta que le entregó el reino a Víctor Manuel en 1860.
La única manera que tenían de recuperar el poder del Piamonte era que el ejército
piamontés avanzara hasta Nápoles y que el rey tomará el poder, aunque también se corría el
riesgo de iniciar una guerra civil.

Decimotercera etapa.

A mediados de septiembre, las tropas piamontesas invadieron el territorio que aun estaba
bajo el dominio del papa. Los súbditos del mismo que se opusieron fueron fusilados como
traidores.
El gabinete británico, en la nota de Russell de 1860, defendió las acciones de Víctor
Manuel de derrocamiento de los gobernantes italianos y esto le dio a Piamonte cierto apoyo
frente a las reacciones mayormente hostiles de los monarcas europeos.
Se realizaron plebiscitos en Sicilia, la península napolitana y en los estados pontificios
ocupados por Víctor Manuel. Todos estuvieron de acuerdo en anexionarse a Piamonte.
El 8 de noviembre Garibaldi renunció a su dictadura y le dio oficialmente el poder a Víctor
Manuel.
La constitución piamontesa se hizo aplicó en el resto de Italia. Se eligió un parlamento y el
17 de marzo de 1861 Víctor Manuel fue proclamado rey de Italia.

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