TEMA 3: El Impulso Revolucionario (1815-1870). Liberalismo y Nacionalismo.

1º BACHILLERATO

TEMA 3: EL IMPULSO REVOLUCIONARIO (1815-1870) LIBERALISMO Y NACIONALISMO.

1. LA EUROPA DE LA RESTAURACIÓN. EL CONGRESO DE VIENA.

2. NACIONALISMO Y LIBERALISMO EN EL SIGLO XIX.

2.1 El liberalismo.
2.2 El Nacionalismo.

3. LAS REVOLUCIONES LIBERALES.

3.1 Las revoluciones de 1820.
3.2 Las revoluciones de 1830.
3.3 Las revoluciones de 1848.

4. TRIUNFO DEL PRINCIPIO DE LAS NACIONALIDADES (1815-1880)

4.1 Unificación de Italia.
4.2 Unificación de Alemania.

5. CONCLUSIÓN.

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1. LA EUROPA DE LA RESTAURACIÓN. EL CONGRESO DE VIENA.

El período histórico de Europa conocido como La Restauración comienza en 1814-1815 con la

derrota de Napoleón y la vuelta al Antiguo Régimen, y llega a su fin en 1848, cuando tras varias
oleadas de revoluciones, el Antiguo Régimen es ya insostenible: nuevas ideologías, liberalismo y
nacionalismo, se han afianzado entre la sociedad europea.

Una vez derrotado Napoleón, las grandes potencias europeas, Austria, Rusia, Prusia y Gran
Bretaña, junto con la nueva Francia de Luis XVIII, España, Portugal y Suecia se reunieron en el
Congreso de Viena, cuyo fin fue:
 restablecer las fronteras de Europa y el equilibrio entre las potencias (Francia volvería a sus
fronteras de 1789, se restablece el reino de Cerdeña, Austria ocupa Toscana, el Milanesado
y Venecia, Prusia la parte izquierda del Rhin y el Sacro Imperio Romano Germánico fue
sustituido por la Confederación Germánica)
 garantizar el orden, la jerarquía social,
 el equilibrio entre las potencias vencedoras,

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 la solidaridad entre los Estados y la defensa de la religión y la monarquía absoluta.

Es decir, el Congreso cuya alma fue Metternich diseño una nueva Europa conservadora, una vuelta
al Antiguo Régimen y eliminar las huellas de la revolución francesa de 1789. Para ello se firmaron
acuerdos como la Santa Alianza (Rusia, Prusia, Austria) o la Cuádruple Alianza (entre las tres
anteriores y Gran Bretaña).

Sin embargo, dos fuerzas se opondrán a estas decisiones: el liberalismo y el nacionalismo, que
serán los pilares de las transformaciones sociales, culturales, políticas y económicas del siglo XIX.

2. NACIONALISMO Y LIBERALISMO EN EL SIGLO XIX.

2.1. El liberalismo.

En el ámbito social y político, influidos por de Locke, Montesquieu y Rousseau, defenderán:

1. Libertad individual, religiosa y de expresión.
2. La soberanía nacional,
3. La limitación de los poderes del rey a través de una Constitución.
4. La separación de poderes, con un parlamento bicameral
En el ámbito económico, el liberalismo será fundamento doctrinal del capitalismo. El interés
individual es el que guía al hombre, por eso sus principios serán la riqueza y la propiedad.
Defenderá la no intervención del Estado en asuntos económicos (laissez-faire).
Algunos de los principales representantes fueron Benjamin Constant, Alexis de Tocqueville
(Francia), y John Stuart Mill y Adam Smith (Gran Bretaña).
El liberalismo surge como movimiento unitario anti-absolutista, y que decía defender los intereses
de los burgueses, intelectuales, campesinos y obreros, sin embargo, en la realidad solo defendía
los intereses de la burguesía, por eso a partir de las revoluciones de 1830 frente a este “liberalismo
doctrinario o moderado”, surgirá el “liberalismo democrático o progresista”, cuyas diferencias serán:
1. Sufragio censitario frente a sufragio universal masculino
2. Soberanía nacional frente a soberanía popular.
3. Monarquía Constitucional con superioridad del rey sobre el Parlamento, frente a Monarquía
Constitucional con superioridad del Parlamento, o República.

2.2. El Nacionalismo.

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Las reivindicaciones liberales aparecen asociadas a las reivindicaciones nacionales que surgieron
durante las guerras de Napoleón ya que la simplificación territorial había favorecido la toma de
conciencia nacional.

El nuevo mapa europeo surgido tras el Congreso de Viena (1815), favorecerá el surgimiento con
fuerza del nacionalismo, puesto que las nuevas fronteras se trazaron ignorando los sentimientos
nacionales apoyados en las distintas lenguas, y culturas.
Tuvo un carácter doble:
 Centrípeto: que tenderá a la unificación en los países divididos en varios estados como la
Confederación Germánica e Italia como veremos en el apartado 4.
 Centrifugo: con tenencia disgregadora en estados plurinacionales como:
1) El Imperio Austriaco en el que existían un mosaico de pueblos que convivían y
rivalizaban (austriacos, checos, polacos…), y que para reprimir los nacionalismos el
emperador Francisco José I desde 1848 se vio obligado a conceder reformas y
liberalizar su régimen, convirtiéndolo en una Monarquía “dual” de Austria-Hungría.
2) El imperio Otomano (“el enfermo de Europa”), cuya desarticulación estuvo marcada
por: Independencia de Grecia, Guerra Ruso-Turca (Rusia es derrotada), y Guerra de
Crimea (finalizada con el Congreso de Berlín,1878, donde se reorganizan los
Balcanes).
3) Rusia contaba con fuertes minorías nacionales (finlandeses, bálticos, alemanes y
polacos) y era un enorme y atrasado país campesino que permaneció inmune al
liberalismo.
Además, existen nacionalidades sometidas como: Irlanda al reino Unido, Noruega a
Suecia, y Polonia a Rusia, y todos aspiran a la independencia.

El nacionalismo surgido en el siglo XIX, dos vertientes, aparentemente opuestas, pero que
convivieron en multitud de movimientos nacionalistas:
1. Vertiente progresista, para quienes el concepto de nación era subjetivo y voluntarista, es
decir, cualquier comunidad si lo deseaba podía convertirse en nación. Sus defensores
fueron sobre todo franceses e italianos como Giuseppe Mazzini.
2. Vertiente tradicionalista, consideraba que el concepto de nación era objetivo y orgánico, es
decir, una comunidad formaba una nación cuando su historia, su cultura, su tradición y su
lengua así lo determinaba. Fue defendida por románticos y filósofos alemanes como Fichte.

El nacionalismo será una ideología de minorías, se convertirá en un movimiento de masas en 1848

y adquirirá gran fuerza a partir de 1851 como consecuencia de las “doble revolución”, política y
económica, tal y como afirma Hobsbawm.

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El nacionalismo, en principio, estará ligado al liberalismo porque se enfrenta a la legitimidad de la

Restauración y al igual que éste propugnaban las libertades de los ciudadanos y de los pueblos, sin
embargo, tras el proceso revolucionario de 1848, se convierte en un movimiento conservador y en
una de las ideologías básicas en la expansión imperialista.

3. LAS REVOLUCIONES LIBERALES

Entre 1815 y 1851 Europa conoció tres oleadas revolucionarias sucesivas (1820-1830-1848), cuyos
antecedentes estuvieron en la Revolución Francesa y la Norteamérica y tuvieron como causas:
 el descontento popular debido a los problemas sociales causados por la revolución industrial,
 y las aspiraciones liberales y nacionales, que acabaran calando en el sentir popular.

3.1. Las Revoluciones de 1820.

Los principales exponentes fueron:

1) Las agitaciones universitarias en Alemania contra el absolutismo y reclamando el
establecimiento de constituciones, fue el precedente para el resto de las revueltas.
2) En España, en 1820, las tropas acuarteladas en Cádiz al mando del teniente coronel Riego se
sublevaron, la revolución triunfó y Fernando VII se vio obligado a restablecer la Constitución de
Cádiz de 1812, dando lugar al período conocido como Trienio Liberal (1820-1823). Este llegó a
su fin en 1823 cuando, los Tres Mil Hijos de San Luis, un cuerpo del ejército francés, enviado
por el Congreso de Verona, restablecieron el absolutismo en España.
3) Casi al mismo tiempo estalló una revuelta en Nápoles, y en Piamonte, que consiguieron su
constitución. Sin embargo, las tropas austriacas consiguieron restablecer el absolutismo.
4) En Francia fue asesinado el duque de Berry pero el movimiento fracasó.
5) En Rusia, la muerte de Alejandro I llevó a la insurrección decembrista protagonizada por los
oficiales del ejército (a favor de Constantino), pero fracasó cuando Nicolás fue proclamado zar.

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6) En Grecia, bajo dominio otomano, los liberales y nacionalistas, organizados en sociedades

secretas, con el apoyo de la Iglesia ortodoxa y de una poderosa burguesía comerciante,
emprendieron la agitación. En 1822 una Asamblea Nacional Griega elaboró una Constitución.
El movimiento nacional griego, que contó con la simpatía de Rusia, Francia y Gran Bretaña,
derrotó a la flota turca (victoria aliada de Navarino, 1827). Grecia se declaró primero autónoma
y después, en 1830, en la Conferencia de Londres, fue reconocida su independencia y la de
Serbia. El poeta inglés Lord Byron colaboró en el movimiento independentista griego.

La mayoría de las revueltas de 1820 fueron de carácter liberal-político, y adoptaron la forma de

pronunciamiento, fueron promovidas por un jefe militar apoyado por oficiales del ejército y
secundadas por sociedades secretas a las que, muchas veces, pertenecían (como la “liga de los
justos” en Alemania y los carbonario en Italia). Todas ellas fracasaron menos aquellas que estaban
acompañadas de revueltas nacionales como en Grecia, Serbia y en las colonias españolas y
portuguesas en América que consiguieron su emancipación, a excepción de Cuba y Filipinas.

3.2. Las Revoluciones de 1830.

El proceso revolucionario de 1830, continuación de las luchas anti-absolutistas y nacionalistas,

sustituye la forma de pronunciamiento por la jornada revolucionaria en la que intervienen los
liberales, los nacionalistas, la burguesía y las masas populares, muy afectadas por sus condiciones
sociales y económicas, y por la crisis agrícola de 1827.
Sus principales manifestaciones fueron:
1) Francia, donde se inicia con un levantamiento burgués en 1830 conocido como “Revolución de
julio” o “Tres gloriosas”. Carlos X disolvió la Cámara de los Diputados, impuso la censura de
prensa y disminuyó el sufragio (Ordenanzas de Julio), lo que junto con la crisis agraria, y
financiera, provocó la sublevación del pueblo de París. Tras varios días de revueltas y
barricadas, Carlos X abdicó y se estableció la monarquía burguesa y constitucional de Luis
Felipe de Orleans (propuesto por Lafayette). Los beneficiarios fueron la alta burguesía.

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2) En Bélgica, unida a los holandeses por el Congreso de Viena, tras varias jornadas de
manifestaciones y barricadas en Bruselas, se constituyó un gobierno provisional que proclamó
la independencia en 1830 y una constitución de carácter liberal. Sin embargo, Holanda no
reconocerá dicha independencia hasta 1839.

Hubo otra serie de revoluciones pero que fracasaron como:

 En Polonia donde la sublevación contra Rusia, fracasó y perdió su autonomía (se disolvió la
Dieta) y tanto la administración como el ejército fueron rusificados.
 En Italia central (ducados de Parma, Módena y Romaña) estallan revueltas contra el Papado
que son reprimidas por Austria, aunque el nacionalismo se extiende y va preparando el
“Risorgimiento” (Mazzini funda la sociedad “Joven Italia”).
 En Alemania, los soberanos de varios Estados se vieron forzados a conceder constituciones
liberales. Pero la falta de coordinación de los movimientos hizo que se restableciera el orden.

En Portugal y España, triunfan sus respectivos movimientos liberales: En España, tras la muerte
de Fernando VII se abre un período de transformaciones liberales y de guerra civil (Guerras
Carlista).

3.3. Las Revoluciones de 1848

(Primavera de los Pueblos)

Las revoluciones de 1848 son una continuación de las de 1830 pero con algunas diferencias. Sus
causas fundamentales fueron:
1. Crisis económica: provocada por las malas cosechas, la crisis de los cereales, de la industria
textil y la siderurgia, y una crisis financiera debido a la falta de liquidez de los bancos.
2. Crisis política y social: la burguesía ve disminuir sus ingresos, al igual que los obreros y
campesinos, que son despedidos, y culpan de ello a la introducción de maquinaria.

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Por otro lado, los liberales progresistas o demócratas, representados por la pequeña burguesía y
los obreros, que reivindican el establecimiento del sufragio universal, la soberanía popular, y
libertad de prensa, la reducción de las desigualdades entre las diferentes clases sociales, libre
sindicación, y verán la república como forma política más idónea, se enfrentaran a los liberales
moderados o doctrinarios, representados por la alta burguesía y la aristocracia, que ante el temor
de dichas reivindicaciones pactarán con los sectores más conservadores.

En FRANCIA, la negativa a reformas sociales provocó una revuelta en Paris (febrero de 1848), la
huida de Luis Felipe de Orleans, y el surgimiento de varias alternativas: republicanos demócratas
(Lamartine), republicanos moderados (Blanc) y Republicanos radicales (Blanqui). Se constituyó un
gobierno provisional que declaró la II República y abordó reformas sociales (Talleres Nacionales,
jornada laboral de 10 hora, derecho de huelga, sufragio universal masculino…), pero poco a poco
evolucionó hacia posiciones más conservadoras hasta que Luis Napoleón Bonaparte fue elegido
presidente de la Republica y tras un golpe de Estado se proclamó emperador del Segundo Imperio.

El IMPERIO AUSTRIACO, agrupaba multitud de pueblos, por lo que la oleada revolucionaria

provoca la huida de Metternich. El rey de Prusia prometió una Constitución en Berlín, la Dieta
húngara promulga leyes independentistas, Milán expulsa a los austriacos y en Venecia y Toscana
se proclama una república independiente. Sin embargo, la oposición de la alta burguesía, la poca
conciencia política obrera y el escaso interés revolucionario campesino, facilitó que las tropas
imperiales aplastaran a los nacionalistas. El emperador Fernando I abdicó y subió al trono
Francisco José I quien acabaría promulgando la “monarquía dual” de Austria-Hungría.

En Italia Nápoles consigue una Constitución y en Roma se proclama la republica de Mazzini, sin
embargo, ambos movimientos fracasan. Y en Alemania el Parlamento de Frankfort plantea el
pangermanismo pero Prusia reacciona, disuelve el Parlamento y se vuelve a la Confederación
Germánica. En definitiva, las revoluciones de 1848 sentaron las bases del proceso unificador,
analizado en los apartados 4.

Las consecuencias de estas revoluciones fueron importantísimas:

 En Europa fueron abolidos los últimos vestigios del régimen feudal. Excepto en Rusia.
 Supone el triunfo del liberalismo sobre el absolutismo.
 Surgirá un nuevo movimiento: el socialismo, que representado sobre todo por obreros
urbanos, reivindicará derechos políticos y sociales. Algunos pensadores fueron Marx y Engels
que publican “El Manifiesto Comunista”, y Fourier y Louis Blanc, socialistas utópicos.

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 Los movimientos nacionalistas en Italia y Alemania sentaron las bases para su unificación.

Por otro lado, no podemos dejar de mencionar el caso de GRAN BRETAÑA que permaneció
inmune a las revoluciones del 48. Aquí, la segunda mitad del siglo XIX es conocida como Era
Victoriana (1837-1901) y se caracteriza por la prosperidad económica, y la estabilidad política con
la alternancia en el gobierno del partido Conservador y el Liberal.

4. TRIUNFO DEL PRINCIPIO DE LAS NACIONALIDADES

41. Unificación de Italia ( ver Documento 20 pg 80)

La Península italiana estaba divida, desde 1815 en ocho Estados distintos con enormes diferencias
económicas, siendo el norte más avanzado y rico y el sur más pobre y subdesarrollado:
 En el norte, el Reino de Piamonte-Cerdeña, que permanecía independiente.
 Los Estados Pontificios, regidos por el Papa.
 Los Estados de Lombardía y Venecia, sometidos al Imperio Austro-Húngaro.
 Parma, Módena y Toscana, bajo la influencia de Austria.
 Reino de las Dos Sicilias, independiente y bajo la soberanía de los Borbones.

La primera fase de la unificación se extiende entre 1815 y 1849, es la época de las revoluciones
liberales, que aunque no triunfan, sientan las bases de un nuevo movimiento: el Risorgimiento,
cuyo fin fue la unificación de Italia y la creación de un nuevo estado liberal, para el cual existieron
tres proyectos: república unitaria defendida por Mazzini y Garibaldi, república federal defendida por
Gioberti, o monarquía constitucional defendida por Víctor Manuel y Cavour (ver Documento 22 pg
81)
Mientras, la unión del sur estaría bajo el mando de Garibaldi, el motor de la unificación en el norte
fue Victor Manuel II y el conde Cavour, que consolidados en Piamonte, plantearon la unificación
como un proceso en el que era necesario fortalecer la economía (librecambismo), modernizar el
ejército y expulsar a los austriacos para lo que buscó el apoyo de Napoleón III y de Inglaterra, que
reconocieron la unidad italiana a cambio de su ayuda en la Guerra de Crimea.

En la segunda fase del proceso, entre 1849-1861, suceden tres acontecimientos claves:
1. La guerra contra Austria (1859), con el apoyo de Francia, Piamonte anexiona Lombardía.
2. Anexión de Italia central (1860), los ducados de Parma, Módena y Toscana, y la Romaña, se
unen a Piamonte, Francia, a cambio de Niza y Saboya (Tratado de Turín), no interviene.

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3. Anexión de Italia meridional (1860), Garibaldi, con el apoyo de Cavour, entra en Nápoles
acabando con el reino borbónico de las Dos Sicilias. Mientras un ejército piamontés
atravesando los Estados Vaticanos llega al sur de Italia.
Un plebiscito confirma la unión del Norte y del Sur y en 1861 se reúne en Turín el primer
parlamento italiano que proclama a Víctor Manuel II rey de Italia y Cavour, al frente del gobierno,
tendrá que consolidar la política, unificar la administración, y promover el desarrollo económico.

La última fase del proceso, desde 1861 hasta 1870, destaca la incorporación de Venecia y la
“cuestión romana”: con la ayuda de Italia, Austria es derrotada en Sadowa (1866) por Prusia quien
cede Venecia a Italia. Además, aprovechando la derrota francesa ante Prusia en Sedán, que
dejaba sin respaldo al Papa, Italia ocupa Roma que en 1871 es proclamada oficialmente capital
del reino de Italia. Comenzó entonces un conflicto entre el Vaticano y el nuevo estado italiano que
no se solucionará hasta 1929 en Los Pactos de Letrán.

4.2 Unificación de Alemania. (Ver Documento 28 pg 80)

En 1815, Tras el Congreso de Viena el territorio alemán se encontraba dividido en 39 Estados que
componían la Confederación Germánica:
 5 reinos (Baviera, Hannover, Sajonia, Wutemberg y Prusia),
 29 ducados, (Dinamarca)
 4 ciudades libres
 y el Imperio Austriaco, cuyo emperador presidía la Dieta federal, único órgano comunitario.

Aunque se inicia ya en 1815, es a partir de las revoluciones de 1830 cuando se produce el

desarrollo de una conciencia nacional en torno a Prusia, quedando Austria desplazada.

Con los movimientos revolucionarios y nacionalistas de 1848 (Vormärz), el Parlamento de Francfort

se divide en dos opiniones acerca de la unidad de Alemania: por un lado, los partidarios de la “Gran
Alemania” con la inclusión de Austria, y por otro, los de la “Pequeña Alemania” sin Austria y bajo el
predominio de Prusia.

Además, la unificación alemana contaba con unas bases económicas e intelectuales:

1. Había creado en 1834 el Zollverein (Unión Aduanera) un espacio de libre comercio
establecido en torno a Prusia y que permitió su desarrollo industrial y económico y su
prestigio.

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2. Ya en 1838 varias asociaciones forman la Liga de los Justos, que preconizaba la revolución
nacional y social. Además surge un movimiento romántico denominado Sturm und Drang de
carácter germánico y patriótico.

De esta manera, las principales fases de la unificación, auténticamente decisivas, fueron:

 La formación de la Nationalverein o Pequeña Alemania (1859) en torno a Prusia que se
vio muy favorecida por el zollverein, frente a Austria que permaneció estancada. Al mismo
tiempo, en 1861 asciende al trono prusiano Guillermo II que contó con la figura de Otto Von
Bismarck, promotor de la unificación alemana (ver Documento 26 pg 83).
 La “guerra de los ducados” (1864-65), enfrentó a Prusia y Austria contra Dinamarca por
los ducados de Schleswig y Holstein que era semiautónomos. Finalmente por la Convención
de Gastein (1865) Prusia se anexionó el ducado de Shleswig y Austria el de Holstein.
 La guerra entre Austria y Prusia (1866). A pesar de que Austria contaba con el apoyo de
la Confederación Germánica, Bismarck consiguió la neutralidad de Rusia, Francia e
Inglaterra, se alió con Italia para expulsar a Austria del Véneto y aniquiló al ejército austriaco
en Sadowa (1866). Bismark había conseguido desacreditar a Austria internacionalmente, y
que todos los Estados aplaudiesen a Prusia:
-Rusia estaba agradecido por haberle ayudado con los polacos y por el conflicto con
Austria en los Balcanes.
-Napoleón III deseaba la derrota austriaca.
- E Italia decide ayudar a Prusia para debilitar a su enemigo (Austria) y porque Rusia le
promete Venecia.
La guerra llega a su fin con la Paz de Praga (1866). Se suprime la Confederación
Germánica y se forma en torno a Prusia la Confederación alemana del Norte, y Austria
quedó excluida.
 La guerra franco-prusiana (1870-1871). La derrota de Austria no supone la unión total, ya
que Bismarck (1868) presenta un proyecto de unificación que es rechazado por los estados
del sur por lo que se plantea la unificación como una causa común, acabar con la
dominación francesa en los territorios alemanes de Alsacia y Lorena. Además, la propuesta
de un rey para España (tras la huida de Isabel II) pariente del rey de Prusia provoca la
oposición de Napoleón III (temeroso de la reconstrucción del cerco germanoespañol de
Carlos V). Bismarck aprovecha la ocasión y declara la guerra a Francia, que es derrotada
en la batalla de Sedán (y Napoleón III hecho prisionero), lo que supuso:
- La Caída de Napoleón III, la desaparición del II Imperio francés y la instauración la III
República.

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- Y la firma del Tratado de Francfort (1871), tratado de paz en el que Alemania se

anexiona Alsacia y Lorena (franceses). Esta humillación al sentimiento nacionalista
francés, será una de las causas de la 1ª Guerra Mundial (1914-18).

Finalmente, en 1871 Guillermo I fue proclamado emperador (Kaiser) del II Imperio Alemán (II
Reich), resultante de la unión de la Confederación alemana del Norte y los cuatro estados
germánicos del sur, Baviera, Baden, Hesse y Württemberg.

1.1. LA INDEPENDENCIA DE AMÉRICA LATINA

En el proceso independentista influyeron la independencia de Estados Unidos, las ideas liberales
contrarias al Antiguo Régimen, y el vacío de poder que se produjo durante la Guerra de la
Independencia en España a lo que se unió la debilidad militar tras 1814.
La población era diversa: en el Rio de la Plata, era mayoritariamente criolla y blanca
(descendientes de españoles y portugueses); en Perú y México, era mayoría indígena; mientras que
en Caribe y Brasil, predominaban los esclavos negros y criollos. La iniciativa de los procesos
emancipadores fue de los criollos.
Los primeros movimientos independentistas tuvieron lugar durante la ocupación napoleónica,
cuando se crea una Junta de gobierno en Buenos Aires (1810), similar a las de la península, que
pretende influir en el interior. Uruguay, Paraguay y Chile proclaman su independencia de España y
de la junta de Buenos Aires en 1811. Estos procesos se repitieron en las principales ciudades
(Caracas, Bogotá,…): los criollos crean juntas de gobierno
que deponen a las autoridades coloniales existentes y
establecen reformas económicas y fiscales.
Entre 1815-17 España consigue restaurar el régimen
colonial en todas sus posesiones, excepto Argentina y
Paraguay.
La revolución de 1820 en España obligó a restablecer la
constitución de 1812 y los criollos podían mandar a sus
representantes a las Cortes; pero ya era demasiado tarde.
Del foco del Río de la Plata salió José San Martín con
una expedición militar hacia Chile, donde derrotó a las
tropas españolas y tomó Santiago; después contribuyó a la
independencia de Perú, venciendo junto con Bolivar en Ayacucho (1824).
Por otro lado, Simón Bolivar, el Libertador, tomó Caracas tras la batalla de Carabobo (1821) y
Venezuela alcanzó la independencia.
Bolivar pensó crear la Gran Colombia que reuniera las actuales Venezuela, Colombia y Ecuador,
para posteriormente establecer una federación de estados.
Agustín de Iturbide declaró México como un imperio independiente (1821) con el apoyo del
ejército, los criollos ricos y la jerarquía eclesiástica.

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En 1824 las Provincias Unidas de América Central (Honduras, Guatemala, Nicaragua, Costa
Rica y El Salvador) se declararon independientes de España, de México y de cualquier otra
provincia.
La idea bolivariana de una América hispana federada fracasó y los países siguieron trayectorias
diferentes, si bien la mayoría no siguieron los sistemas políticos liberales que se presumían, sino que
los criollos acumularon el poder económico y político, sin conceder las promesas hechas a los
indígenas y manteniendo la esclavitud de los negros.
Brasil fue un caso especial: el rey D. Juan se había instalado en Brasil huyendo de la guerra contra
Francia en 1807 y no volvió tras la derrota de Napoleón, sino que declaró a Brasil como reino, en
igualdad con Portugal. En 1821 regresó a Portugal y su hijo Pedro I se proclamó emperador de
Brasil, independizándolo de la metrópolis. En 1889 el rey Pedro II abdicó y el país pasó a ser una
república.

5. CONCLUSION

El liberalismo y el Nacionalismo, surgido tras los principios absolutistas y la imposición de las

fronteras europeas en el Congreso de Viena, darán paso, unas veces unidos y otras por separado,
a una etapa revolucionaria desarrollada entre 1820 y 1848 en Europa contra la Restauración, el
absolutismo y que culminará con la exaltación del principio de las nacionalidades y la unificación de
Alemania e Italia.

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