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FORMACIÓN CONTINUADA 52.

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Síndrome metabólico, resistencia a la insulina


y diabetes. ¿Qué se oculta bajo la punta del iceberg?
B. Costaa,b, J.J. Cabréa y F. Martína

Introducción y definiciones órganos diana (tejidos adiposo, muscular y


Las normas de buena práctica en atención hepático, especialmente) de la acción hor-
primaria de salud promueven la medicina monal2,3. La alteración del metabolismo

LECTURA RÁPIDA
basada en evidencias. Y es evidente que un glucídico es obvia pero, teniendo en cuen-
número muy significativo de consultas ta las múltiples vías metabólicas que de-
proviene de los trastornos metabólicos. En penden de la insulina, no extrañan las ano-
atención primaria se baraja a diario un am- malías asociadas del metabolismo lipídico
Introducción y definiciones plio repertorio diagnóstico y terapéutico, y proteico. Aunque las primeras observa-

pero el problema de fondo no siempre es ciones tuvieron lugar precisamente en fa-
La resistencia a la insulina
tan evidente. La punta del iceberg, lo que miliares de diabéticos, sujetos con intole-
(RI) se define clínicamente
vemos, tan sólo significa una pequeña par- rancia a la glucosa (ITG) y pacientes con
por la incompetencia de
te de su dimensión real. De igual forma, diabetes de tipo 2, con posterioridad un
una concentración
trastornos metabólicos singulares o asocia- buen número de estudios epidemiológicos
determinada de insulina
dos (obesidad, diabetes tipo 2, hiperten- corroboraron que la RI es algo más que un
(endógena o exógena)
sión arterial, dislipemia) tienen un nexo defecto glucídico4-6.
para incrementar la
patogénico común, la resistencia a la insu- La obesidad central, la hipertrigliceride-
utilización celular de
lina, que no se suele abordar directamente mia, la hiperinsulinemia, las anomalías del
glucosa. Por tanto, a
sino a medida que aquellos emergen. Este colesterol unido a lipoproteínas de alta
idéntica insulinemia menor
artículo pretende aproximarse a lo oculto densidad (cHDL) y la hipertensión arterial
retirada de glucosa
bajo la punta del iceberg que, sin ser visi- son trastornos relacionados con la RI y, en
circulante y peor
ble, es relevante y merece toda la conside- su día, compusieron el llamado síndrome
rendimiento como
ración del médico de atención primaria. plurimetabólico, metabólico, cuarteto mor-
combustible metabólico
La resistencia a la insulina (RI) se define tal o síndrome X2,3. Adicionalmente, la re-
celular en los órganos diana
clínicamente por la incompetencia de una ducción de la actividad fibrinolítica con al-
de la acción hormonal.
concentración determinada de insulina teraciones de la función endotelial, la
(endógena o exógena) para incrementar la acantosis nigricans y el ovario poliquístico,
▼ utilización celular de glucosa1. Por tanto, a la hiperuricemia, la esteatosis hepática, la
Aunque las primeras idéntica insulinemia menor retirada de hipertensión arterial gestacional (pree-
observaciones tuvieron glucosa circulante y peor rendimiento co- clampsia), la hipertrofia prostática benigna
lugar precisamente en mo combustible metabólico celular en los y ciertas alteraciones en la regulación car-
familiares de diabéticos, díaca (tanto de la frecuencia como de los
sujetos con intolerancia a la miocitos) también se han relacionado con
glucosa (ITG) y pacientes
aInstitut Català de la Salut. Grupo para el Estudio
la RI7-13.
con diabetes de tipo 2, con de la Diabetes en Tarragona. Servicio de Atención La realidad es que este amplio listado con-
posterioridad un buen Primaria Reus-Altebrat. Áreas Básicas de Salud Reus
1 y Reus-2. Tarragona. España. tinúa expandiéndose en función de nuevas
número de estudios bUnidad de Diabetes. Centro de Diabetes Salou. aportaciones y evidencias científicas. En
epidemiológicos Tarragona. España. este enclave figuran los denominados fac-
corroboraron que la RI es tores emergentes de riesgo cardiovascular,
algo más que un defecto Correspondencia:
Bernardo Costa. caso de la proteína C reactiva de alta sensi-
glucídico. Centre de Diabetis Salou. bilidad y el fibrinógeno, indicadores de una
Vía Roma, 32, 1-B.
43840 Salou. Tarragona. España. inflamación crónica subclínica como tras-
Correo electrónico: bcosta@tinet.fut.es

fondo de la resistencia a la insulina14,15, la


Manuscrito recibido el 22 de abril de 2002. endotelina-1 (marcador de disfunción en-
Manuscrito aceptado para su publicación el 24 de
abril de 2002. dotelial)16, el PAI-1 (inhibidor del activa-
Palabras clave: Síndrome metabólico. Resistencia dor 1 del plasminógeno)17 y las partículas
a la insulina. Diabetes. Intolerancia a la glucosa.
Tiazolidindionas. pequeñas y densas del colesterol unido a li-
poproteínas de baja densidad (cLDL)18.

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Aunque algunos autores añaden la homo- bre este síndrome. No fue hasta 1998
cisteína a este conjunto, su papel relativo en cuando la OMS definió un síndrome me-



la RI es controvertido19. Se ha señalado tabólico (SM), a sabiendas de que algún LECTURA RÁPIDA

que los tratamientos actuales para la infec- elemento ya había sido descrito a princi-
ción el virus de la inmunodeficiencia pios del siglo pasado. No se usó el término
humana (VIH) con inhibidores de las pro- de síndrome de RI porque, en su opinión,
teasas han representado un avance extraor- esta condición no está plenamente demos- ▼
dinario en el pronóstico de esta enferme- trada en todos sus componentes23. Según La obesidad central, la
dad, pero de manera fortuita han originado su panel de expertos, el SM incluiría la hi- hipertrigliceridemia, la
un modelo experimental de RI20. pertensión arterial (tratamiento farmaco- hiperinsulinemia, las
lógico y/o presión arterial elevada, sistólica anomalías del colesterol
Medida y valoración objetiva superior a 160 mmHg –reducida a 140 unido a lipoproteínas de
alta densidad y la
de la resistencia a la insulina mmHg en el informe de 1999– o diastóli-
hipertensión arterial son
Hasta hace poco, la valoración de la sensi- ca mayor de 90 mmHg), la dislipemia de-
trastornos relacionados con
bilidad hística a la insulina y la función be- finida por una trigliceridemia superior a la RI y, en su día,
tacelular pancreática era realmente compli- 1,7 mmol/l y/o un cHDL inferior a 0,9 compusieron el llamado
cada. Medir parámetros como la mmol/l en varones, 1 mmol/l en mujeres, síndrome plurimetabólico,
proinsulinemia, la insulinemia o el pépti- la obesidad (índice de masa corporal supe- metabólico, cuarteto
do-C no era habitual y comportaba proble- rior a 30 kg/m2 y/o aumento del índice mortal o síndrome X.
mas técnicos. Con el tiempo, nuevas espe- cintura-cadera mayor de 0,90 en varones o
cificaciones y pruebas de laboratorio han 0,85 en mujeres) y la microalbuminuria ■
mejorado la perspectiva, y actualmente (excreción urinaria de albúmina mayor de Medida y valoración
existen indicadores fiables de la sensibili- 20 µg/min). Una persona con diabetes de objetiva de la resistencia
dad a la insulina obtenidos a partir de aná- tipo 2 o una alteración intermedia bien do- a la insulina
lisis dinámicos de la utilización periférica cumentada del metabolismo glucídico

de glucosa21. Algunos ejemplos son el pin- (ITG o glucemia basal alterada) tiene un
zamiento insulínico euglucémico, el mode- SM si asocia al menos dos de estos ele- Medir parámetros como la
lo homeostásico de evaluación (HOMA: mentos. Además, un sujeto con tolerancia proinsulinemia, la
Homeostasis Model Assessment), el coefi- normal a la glucosa lo tendría si, aparte de insulinemia o el péptido-C
no era habitual y
ciente insulina-glucosa o el índice de Ben- los dos componentes mencionados, se evi-
comportaba problemas
nett. Todas estas pruebas son útiles en in- dencia RI, definida por el cuartil más alto
técnicos.
vestigación, pero requieren canalización o del índice HOMA. Como se ha comenta-
infusión continua intravenosa y, en conse- do, en la práctica podría bastar con la insu- ▼

cuencia, personal especializado. Son de di- linemia y la trigliceridemia basal22. Actualmente existen
fícil aplicación en atención primaria donde, En mayo de 2001 se publicó el tercer in- indicadores fiables de la
por problemas de infraestructura, siempre forme del NCEP (National Colesterol sensibilidad a la insulina
es más práctico medir parámetros estáticos. Education Program)24. Su panel de trata- obtenidos a partir de
En este sentido, se ha demostrado que la miento de adultos (ATP III) reconoció un análisis dinámicos de la
determinación combinada de la insuline- objetivo primario para reducir el riesgo utilización periférica de
mia y trigliceridemia en ayunas, pese a no cardiovascular, disminuir el cLDL, pero glucosa.
informar sobre la utilización periférica de también uno secundario, la mejoría del ▼
glucosa, es una fórmula conveniente para SM. Se emitió una definición eminente-
Se ha demostrado que la
asesorar la RI en estudios epidemiológi- mente clínica del SM basada en la reunión determinación combinada
cos22. Su uso en atención primaria para es- de tres de los siguientes factores de riesgo: de la insulinemia y
te tipo de estudios sería factible y a un cos- obesidad abdominal (circunferencia de la trigliceridemia en ayunas,
te más razonable. Sin embargo, en la cintura mayor de 102 cm en varones y de pese a no informar sobre la
práctica no se recomienda la determinación 88 cm en mujeres), trigliceridemia mayor utilización periférica de
rutinaria de la insulinemia porque para ase- de 1,69 mmol/l (150 mg/dl), cHDL me- glucosa, es una fórmula
sorar de forma indirecta la RI probable- nor de 1,03 mmol/l (40 mg/dl) en varones conveniente para asesorar
mente basta con parámetros clínicos mu- o de 1,29 mmol/l (50 mg/dl) en mujeres, la RI en estudios
cho más accesibles y coste-efectivos. presión arterial mayor de 130/85 mmHg y, epidemiológicos.
finalmente, glucemia basal mayor o igual

Componentes del síndrome metabólico de 6,1 mmol/l (110 mg/dl). Esta defini-
Este planteamiento técnico explica, en par- ción identifica el SM (o una entidad tal vez
te, la demora de un auténtico consenso so- equivalente) con mayor facilidad y basta

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con una cinta métrica flexible pero, proba- cialmente la resistencia (y entonces se suele
blemente, su aplicación estricta aumentaría detectar hiperinsulinemia). A su vez, un au-



LECTURA RÁPIDA
RÁPIDA
LECTURA la prevalencia. En contrabalance, no se in- mento de la sensibilidad hística a la acción
cluye la medición de la microalbuminuria, de la hormona podría compensar un defec-
importante predictor de riesgo cardiovas- to secretor betacelular. El debate entraña
cular. La Sociedad Española para el Estu- cierta complejidad.
▼ dio de la Obesidad (SEEDO) también El propio Reaven sugirió que la RI es ne-
propugnó utilizar el diámetro de la cintura cesaria para que se desarrolle una diabetes
En la práctica no se
recomienda la
porque predice mejor la acumulación de de tipo 2, pero suele ser insuficiente por sí
determinación rutinaria de grasa abdominal que el índice de masa cor- misma para originar la hiperglucemia, ha-
la insulinemia porque para poral (IMC)25. llazgo metabólico en el que se fundamenta
asesorar de forma indirecta Más recientemente (2002) el grupo EGIR el diagnóstico28. El mecanismo inductor
la RI probablemente basta (European Group for the Study of Insulin más común de hiperglucemia basal es la
con parámetros clínicos Resistance) y el Grupo de Trabajo sobre menor supresión en la producción noctur-
mucho más accesibles y Resistencia a la Insulina de la Sociedad na de glucosa hepática, hallazgo habitual
coste-efectivos. Española de Diabetes han publicado nue- menos dependiente de una disfunción be-
■ vos criterios y una revisión de consenso, tacelular que de una disminución en la
respectivamente (referencias incluidas en sensibilidad a la insulina.

addendum). Aunque con componentes sin- En conjunto, los datos disponibles apoyan
Componentes del síndrome drómicos parecidos, la propuesta del que la hiperglucemia es una manifestación
metabólico EGIR es problemática para nuestra aten- tardía de RI. Secundariamente, los pacien-
En 1998 cuando la OMS ción primaria porque apuesta por la tes pueden asociar o no hiperinsulinemia.
definió un síndrome demostración biológica de la RI (en con- Por esta razón se ha considerado que la hi-
metabólico (SM), a traste con las sugerencias clínicas del perinsulinemia basal es más una conse-
sabiendas de que algún NCP-ATP III). De todas formas, estos cuencia que una causa con capacidad noso-
elemento ya había sido nuevos criterios merecen consideración lógica propia. Pero recientemente se ha
descrito a principios del porque provienen precisamente de las po- informado que esta concentración aumen-
siglo pasado. No se usó el blaciones europeas cuya prevalencia se tada de insulina en ayunas puede desempe-
término de síndrome de RI aproxima a nuestra realidad. En este senti- ñar un papel primario en la patogenia de la
porque, en su opinión, esta
do, el grupo de trabajo sobre SM en Reus- diabetes, con independencia de la RI, al
condición no está
Tarragona detectó durante el año 2002 una menos en los indios pima de Arizona. Por
plenamente demostrada en
todos sus componentes.
prevalencia del SM verdaderamente alar- el contrario, todavía no se ha demostrado
Según su panel de mante (superior al 60%) en la población fehacientemente que reducir la hiperinsu-
expertos, el SM incluiría la diabética atendida. Paralelamente, los da- linemia basal mejore la futura incidencia
hipertensión arterial, la tos sobre su prevalencia en España sólo se de la diabetes29.
dislipemia, la obesidad y la han podido contrastar muy recientemente
microalbuminuria. y no extraña su heterogeneidad por la falta Consideraciones etiopatogénicas

de uniformidad definitoria (Banegas y sobre resistencia a la insulina
Ruilope, referencia incluida en addendum). Los factores implicados en el desarrollo de
Una persona con diabetes RI son comunes con el origen del SM. Re-
de tipo 2 o una alteración
Conexión fisiopatológica entre sulta paradójico que la macrosomía fetal
intermedia bien
diabetes y síndrome metabólico sea una consecuencia de la diabetes gesta-
documentada del
metabolismo glucídico tiene
En círculos diabetológicos especializados cional y, en contraste, el riesgo futuro de
un SM si asocia al menos todavía se debate sobre el papel relativo de ITG y diabetes tipo 2 sea mayor para los
dos de estos elementos. la insulinorresistencia y la disfunción beta- nacidos con bajo peso30. De ahí que la
celular pancreática en el origen de la diabe- malnutrición fetal se insinúe como posible
■ tes de tipo 2, porque la historia natural in- causa de RI.
cluye ambos fenómenos26. En sus etapas La predisposición es el trasfondo de las te-
iniciales, algunos pacientes tienen sensibili- orías genéticas sobre el origen de la RI y el
dad normal a la insulina y otros RI, particu- SM. Estas ideas no son nuevas y subrayan
larmente los obesos, y son precisamente los la adaptación evolutiva del individuo a su
primeros quienes asocian un riesgo menor entorno con la finalidad del ahorro energé-
desarrollar problemas cardiovasculares27. El tico31. El proceso de adaptación incluiría
incremento de la secreción de insulina por anomalías genéticas de una o más proteí-
parte de la célula beta puede compensar ini- nas de la cascada de actuación de la insuli-

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na en las células diana con distorsión de la En relación con esta traslación hacia esti-
señalización y acción hormonal, así como los de vida occidentales emergen ciertas

▲▲
▲▲
LECTURA RÁPIDA
sus consecuencias. Por un lado, el aumento observaciones que conectan la disfunción LECTURA RÁPIDA
del IMC y la trigliceridemia27. Por otro, las del eje hipotálamo-hipofisario-suprarrenal
anomalías del metabolismo lipídico (lipo- con el SM, sugiriendo la importancia del
toxicidad) y de los ácidos grasos libres (cu- estrés crónico en su etiopatogenia39. Otro
yo aumento es, además, un tóxico betace- condicionante epidemiológico relevante es ▼
lular conocido). Como la elevación la edad o, más bien, el envejecimiento, pues
Conexión fisiopatológica
nocturna de ácidos grasos libres promueve con la edad no sólo aumenta la adiposidad entre
la insensibilidad hepática a la acción de la abdominal, sino también la visceral37. Por diabetes y síndrome
insulina, es lógico considerar que la RI se citar un ejemplo, un hígado graso no alco- metabólico
proyecta más sobre la hiperglucemia basal hólico suele traducir RI hepatoespecífi-
Todavía se debate sobre el
que sobre la posprandial32. Por su parte, ca10.
papel relativo de la
Groop postuló que en el SM intervienen
insulinorresistencia y la
diversos factores genéticos (genes regula- Síndrome metabólico y riesgo disfunción betacelular
dores de lipólisis, termogénesis, metabolis- cardiovascular pancreática en el origen de
mo de la glucosa y del músculo) y ambien- Todos estos dilemas etiopatogénicos no la diabetes de tipo 2,
tales, hablando acertadamente de un son el problema más acuciante para el mé- porque la historia natural
síndrome dismetabólico33. dico de atención primaria. El tiempo pre- incluye ambos fenómenos.
Digna de mención es la posible influencia ciso para conjeturar contrasta vivamente

de factores hormonales propios de la obe- con el disponible para atender unas con-
sidad, como la leptina. En diabéticos de ti- sultas habitualmente hipertróficas. Sin El incremento de la
po 2 se ha demostrado que la adiposidad rehuir la faceta científica, para estos profe- secreción de insulina por
parte de la célula beta
global afecta a la concentración plasmática sionales es mucho más relevante disponer
puede compensar
de ciertas moléculas de adhesión intercelu- de armas, evidencias y consignas que faci-
inicialmente la resistencia (y
lar. También se ha descrito en ratones que liten su tarea pero que, además, engloben entonces se suele detectar
los adipocitos producen un nuevo media- una buena dosis de realidad cotidiana. Co- hiperinsulinemia).
dor de naturaleza peptídica denominado mo aproximación, el resto del artículo ana-

resistina que, administrado a ratones sa- liza algunas ideas básicas con aplicación
nos, induce intolerancia a la glucosa34. Por práctica, revisando finalmente los concep- ▼
consiguiente, no se puede decartar que el tos terapéuticos de mayor interés para la
Consideraciones
propio tejido adiposo libere uno o más fac- atención primaria. etiopatogénicas sobre
tores que afecten negativamente tanto a la No es ningún secreto que la máxima im- resistencia a la insulina
sensibilidad a la insulina como a la función portancia clínica del SM se debe a su alto
endotelial35. riesgo de enfermedad cardiovascular. Este Los factores implicados en
el desarrollo de RI son
riesgo global y el propio de cada compo-
comunes con el origen del
Consideraciones epidemiológicas nente ya lo establecieron los estudios epi-
SM. Resulta paradójico que
En el terreno epidemiológico, el principal demiológicos. No obstante, la falta de una la macrosomía fetal sea una
condicionante de RI es la occidentaliza- definición clara del SM siempre dificultó consecuencia de la diabetes
ción del estilo de vida, definida por el in- su interpretación. En la actualidad, los cri- gestacional y, en contraste,
cremento de la ingestión de grasas satura- terios mínimos comunes de la OMS per- el riesgo futuro de ITG y
das, la reducción de la actividad física y el mitirán establecer comparaciones. En diabetes tipo 2 sea mayor
estrés crónico. Estos hábitos menos salu- principio, los resultados del estudio de para los nacidos con bajo
dables conducen a sujetos metabólicamen- Botnia, en los que ha aplicado esta defini- peso. De ahí que la
te obesos pese a tener un IMC tan sólo ca- ción, demuestran la mayor morbimortali- malnutrición fetal se insinúe
talogable de sobrepeso, no de obesidad dad cardiovascular en sujetos con SM40. como posible causa de RI.
franca, con los actuales criterios36,37. Una En la actualidad, un aspecto polémico pa-

distribución abdominal de la grasa y la ma- ra la atención primaria es la consideración


yor correlación del riesgo cardiovascular de la diabetes (o cualquier elemento del
con el índice cintura-cadera que con el SM) como equivalente de riesgo o tan só-
IMC invitan a la reflexión. Posiblemente lo como un factor de riesgo. Si se acepta lo
sea necesario redefinir el concepto de obe- primero, los pacientes deberían ser trata-
sidad, en términos de IMC, reduciendo los dos agresiva y tempranamente para reducir
intervalos clásicos tal y como sugieren al- su probabilidad de desarrollar aconteci-
gunos autores38. mientos cardiovasculares. Si se acepta lo

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segundo, se debería calcular de manera sis- hiperglucemia, aunque ahora de menor


temática el riesgo cardiovascular a 10 años graduación, sea todavía el hallazgo fenotí-

LECTURA RÁPIDA
con una de las diversas escalas disponibles, pico en que se basa el diagnóstico de dia-
y luego decidir la terapia en función de los betes. Por descontado, la ortodoxia diag-
resultados. Como esta misma Revista ha nóstica no debería ser ajena al sentido
revisado recientemente este polémico as- común. Pero es obvio que la ortodoxia epi-
▼ pecto, el presente artículo tan sólo lo evo- demiológica todavía generaría conclusio-
cará41. nes de mayor rotundidad, pues la diabetes
Por un lado, el aumento del
IMC y la trigliceridemia. Por
En realidad, en nuestro entorno faltan es- abierta podría ser ya una manifestación
otro, las anomalías del tudios prospectivos de seguimiento a largo metabólica demasiado tardía, cuya preven-
metabolismo lipídico plazo en los que se registren episodios car- ción primaria sería de menor interés que el
(lipotoxicidad) y de los diovasculares en sujetos con un SM bien abordaje integrado del SM.
ácidos grasos libres (cuyo documentado.
aumento es, además, un Terapia no farmacológica
tóxico betacelular Solapamiento de los componentes de la resistencia a la insulina
conocido). Como la del síndrome metabólico La tercera consideración práctica para la
elevación nocturna de En segundo término, el profesional de APS se polariza hacia el tratamiento del
ácidos grasos libres
APS percibirá que cualquier manifestación SM. Con mayor o menor restricción, el
promueve la insensibilidad
del SM puede preceder a las demás y todas médico suele abordar uno a uno sus com-
hepática a la acción de la
insulina, es lógico
ellas pueden solaparse en diferentes fases ponentes y consecuencias a medida que se
considerar que la RI se evolutivas, tanto clínicas como preclínicas presentan. En realidad, la mejor opción
proyecta más sobre la o subclínicas. Desde esta perspectiva, no es terapéutica sería aquella que enfocase el
hiperglucemia basal que del todo exacta la clásica consideración de problema de raíz, es decir, la resistencia a
sobre la posprandial. la dislipemia y la hipertensión, por ejem- la insulina. Si se dispusiera de esta op-
plo, como factores de riesgo de diabetes. ción, estaríamos ante un verdadero trata-

Es posible que ésta ya exista en fase prehi- miento preventivo por actuar contra el pi-
perglucémica o que, existiendo, no se haya vote fisiopatológico común del SM. De
▼ diagnosticado adecuadamente o, tal vez, forma integradora se intervendría a la vez
Consideraciones aunque menos probable, que nunca llegue sobre todo un conjunto de problemas de
epidemiológicas a presentarse. Por tanto, no es imperativo alto impacto en atención primaria, redu-
postergar las intervenciones hasta el diag- ciendo su incidencia. Por desgracia, nun-
En el terreno
epidemiológico, el principal
nóstico de una diabetes abierta o confirmar ca se logró una terapia específica para la
condicionante de RI es la la dislipemia en un obeso para pensar ya en RI, aunque ciertas medidas clásicas de ín-
occidentalización del estilo clave de SM, con todas sus connotaciones dole no farmacológica han demostrado su
de vida, definida por el futuras. eficacia atenuándola, al igual que la inci-
incremento de la ingestión En el campo concreto de la diabetes, es so- dencia del SM y sus complicaciones aso-
de grasas saturadas, la bradamente conocido su alto riesgo de en- ciadas.
reducción de la actividad fermedad cardiovascular (macroangiopatía Las medidas más oportunas incluyen la
física y el estrés crónico. diabética). Este riesgo está ya presente en potenciación de estilos de vida más saluda-
▼ estadios prediabéticos (macroangiopatía bles, abordando la dieta, el ejercicio físico
disglucémica)42 anteriores a la hipergluce- o, mejor, ambos simultáneamente. Algu-
Una distribución abdominal
mia diagnóstica, tanto basal, 126 mg/dl (7 nos estudios demuestran una asociación
de la grasa y la mayor
correlación del riesgo
mmol/l), como a las 2 h de una prueba de independiente entre el índice de grasas po-
cardiovascular con el índice tolerancia oral a la glucosa, 200 mg/dl liinsaturadas y saturadas de la dieta, la ac-
cintura-cadera que con el (11,1 mmol/l). En teoría, la prevención tividad física y la insulinemia basal. Una
IMC invitan a la reflexión. debería iniciarse en fase prehiperglucémi- revisión reciente resaltó la importancia del
ca, incluso antes de confirmar la intoleran- ejercicio físico en la edad media de la vida,
cia a la glucosa o una alteración de la glu- tanto del aeróbico como del ejercicio de re-

cemia basal. De ahí la relevancia de un sistencia, enfatizando su efecto reductor de
abordaje temprano, razonablemente en la la RI41. Lo más probable es que, para con-
prediabetes si, como parece, no se dispone seguir una acción reductora eficaz a medio
de recursos para hacerlo en normotoleran- y largo plazo, el aumento de la actividad fí-
tes a la glucosa o sujetos con glucemia ba- sica debería programarse, intensificarse y
sal normal. De todas formas, y barajando asociarse a modificaciones concomitantes
todos estos argumentos, es chocante que la del patrón dietético43,44.

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En el caso concreto de la incidencia de dia- Las tiazolidindionas o glitazonas actúan


betes tipo 2, la teórica eficacia preventiva en las principales células diana de la acción



LECTURA RÁPIDA
de estas medidas en individuos de alto insulínica a través de un mecanismo cierta-
riesgo ya se puede considerar demostra- mente complejo. En el núcleo de estas cé-
da45,46. Otra cosa es su efectividad, porque lulas existen receptores para un conjunto
modificar el estilo de vida durante la prác- de factores de transcripción estimulados
tica cotidiana no sólo depende del diseño por la insulina. Las glitazonas son ligandos ▼
teórico de un programa de intervención, exógenos (agonistas) de estos receptores,
Síndrome metabólico
sino también de los recursos disponibles. concretamente de los llamados PPARγ y riesgo cardiovascular
En la práctica, la intervención educativa (receptores activados por el proliferador de
quizá no interrumpa el proceso fisiopato- peroxisomas gamma). Al formarse un La máxima importancia
lógico ni sea sostenible a largo plazo en complejo triple que incluye la tiazolidin- clínica del SM se debe a su
alto riesgo de enfermedad
nuestro ámbito a causa de la infraestructu- diona, el PPARγ y el receptor del ácido re-
cardiovascular. Este riesgo
ra actual. La única referencia disponible en tinoico, las acciones de la insulina se po-
global y el propio de cada
España proviene del estudio ITG llevado a tencian aumentando el transporte celular componente ya lo
cabo en Tarragona, donde un conjunto de de glucosa49. establecieron los estudios
medidas higiénico-dietéticas aplicadas a Esta trama de la insulinosensibilización es epidemiológicos. No
una cohorte de alto riesgo no fue suficien- bastante confusa para un médico clínico, obstante, la falta de una
te para impedir la alta incidencia de diabe- pero bastará con retener que el principal definición clara del SM
tes a partir del segundo año, particular- resultado es la reducción de la resistencia a siempre dificultó su
mente en sujetos con intolerancia a la la insulina usando glitazonas. La afinidad interpretación. En la
glucosa47. Por todo ello, la prevención far- por el receptor y la selectividad por una cé- actualidad, los criterios
macológica en individuos con ITG (y tal lula diana varía para cada fármaco de este mínimos comunes de la
OMS permitirán establecer
vez con glucemia basal alterada) tiene su grupo, pero el beneficio terapéutico más
comparaciones.
oportunidad en un futuro próximo. Y, en patente es la reducción de la glucemia ba-
este terreno, tendrían cabida todos aque- sal y, con ella, de la glucohemoglobina ▼
llos fármacos que mejoren la sensibilidad a HbA1c, sin riesgo aparente de hipogluce- En la actualidad, un aspecto
la insulina reduciendo la hiperinsulinemia mia. De forma paralela, se evidencia tam- polémico para la atención
(basal o posprandial), no tan sólo los agen- bién una mejoría del perfil lipídico50. El primaria es la consideración
tes hipo o normoglucemiantes. principal inconveniente es un aumento de la diabetes (o cualquier
inicial de peso, menos acentuado con su elemento del SM) como
Terapia farmacológica uso prolongado. Quizá una acción hepáti- equivalente de riesgo o tan
de la resistencia a la insulina ca predominante de la troglitazona, primer sólo como un factor de
Un fármaco ideal sería aquel que aumenta- fármaco investigado, produjo aconteci- riesgo. Si se acepta lo
primero, los pacientes
se la sensibilidad a la insulina reduciendo mientos adversos graves en pacientes esta-
deberían ser tratados
la resistencia tisular a la acción hormonal y, dounidenses. Aunque posiblemente pun-
agresiva y tempranamente
a la vez, restituyera la disfunción betacelu- tuales, estos casos centinela con daño para reducir su
lar y la pulsatilidad circadiana de la secre- hepático frenaron prematuramente su ex- probabilidad de desarrollar
ción de insulina, habitualmente alteradas pansión. Los estudios con rosiglitazona y acontecimientos
en esta situación48. Pese a los progresos de pioglitazona demuestran mejor perfil de cardiovasculares. Si se
la investigación, todavía no existe dicho seguridad, tanto en monoterapia como en acepta lo segundo, se
fármaco, y las opciones disponibles tienen asociación. debería calcular de manera
ventajas pero también inconvenientes. A la En España, la rosiglitazona y la pioglitazo- sistemática el riesgo
espera de la postura oficial, una buena filo- na son las tiazolidindionas autorizadas. cardiovascular a 10 años
sofía terapéutica sería emplear fármacos Aunque la rosiglitazona ya se ensaya en su- con una de las diversas
escalas disponibles, y luego
que, además de ser útiles en su indicación jetos con ITG para valorar la eficacia en
decidir la terapia en función
específica (p. ej., un normoglucemiante pa- prevención primaria, su autorización fue
de los resultados.
ra tratar la diabetes o un antihipertensivo exclusiva para la diabetes tipo 2 siempre en
para la hipertensión), aúnen un efecto re- terapia combinada con sulfonilureas o bien ■
ductor de la resistencia a la insulina. De es- con metformina. Lo más razonable sería
ta forma, el beneficio terapéutico sería do- asociarlas con fármacos complementarios
ble: por un lado, el efecto sobre dicha aumentando las perspectivas de uso. Por
indicación; por otro, sobre el conjunto del un lado, en pacientes tratados con insulin-
SM en el que, probablemente, se sitúa la secretagogos o cualquiera que mejore la hi-
alteración documentada. perglucemia posprandial (sulfonilureas,

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FORMACIÓN CONTINUADA Síndrome metabólico, resistencia a la insulina y diabetes. ¿Qué se oculta bajo la punta del iceberg?

meglitinidas, acarbosa). Por otro lado, en hipolipemiante como la pravastatina, so-


pacientes con metformina, asociación bien bre los que se dispone de evidencia simi-

LECTURA RÁPIDA
documentada y probablemente muy útil en lar55,56. Sin embargo, los estudios de so-
obesos insulinorresistentes51. De hecho, la porte no se diseñaron para analizar la
acción clave de la metformina es reducir la incidencia de la diabetes, cuya frenación
hiperproducción de glucosa hepática noc- podría ser tan sólo de carácter circunstan-
▼ turna, de ahí la complementariedad, aun- cial. Los autores de todos estos estudios
que eso no significa negarle cierta capaci- probablemente desarrollarán nuevos ensa-
Solapamiento de los
componentes del
dad propia para mejorar por sí misma la yos para dilucidarlo, pero estos resultados
síndrome metabólico
sensibilidad a la insulina52. colaterales preliminares son sugestivos.
Si bien se restringió inicialmente la pri- Desde luego, que fármacos aparentemente
En segundo término, el mera prescripción a las esferas especializa- no relacionados con el metabolismo glucí-
profesional de APS
das, es obvio que las tiazolidindionas han dico sean capaces de ralentizar el inicio de
percibirá que cualquier
trascendido a la atención primaria y el la diabetes apoya su posible efecto en fase
manifestación del SM
puede preceder a las
médico de familia ya está autorizado para prehiperglucémica, donde suelen dominar
demás y todas ellas pueden prescribirlas bajo cierto control adminis- los fenómenos de RI.
solaparse en diferentes trativo desde 2003. Su novedosa aporta- Siguiendo esta línea de argumentación
fases evolutivas, tanto ción sugiere la futura ampliación del uso y teórica, los inhibidores de la enzima con-
clínicas como preclínicas o las indicaciones, no sólo en su premisa ac- versiva de la angiotensina, bloqueadores
subclínicas. tual, la diabetes, sino como terapia globa- alfa y un nuevo fármaco hipotensor de

lizadora del síndrome metabólico. En acción central, la moxonidina, serían an-
ausencia de diabetes, la hipotética conten- tihipertensivos de primera línea para su-
No es imperativo postergar ción del SM ya explicaría para algunos au- jetos insulinorresistentes. Para todos ellos
las intervenciones hasta el
tores la monoterapia con glitazonas53. Y, se ha demostrado un efecto reductor de la
diagnóstico de una diabetes
aunque ahora parezca anecdótico, la rosi- RI; no así con los clásicos diuréticos tia-
abierta o confirmar la
dislipemia en un obeso
glitazona puede reducir experimental- zídicos o los bloqueadores beta que, en
para pensar ya en clave de mente la concentración de resistina. Esta ocasiones, pueden empeorar la sensibili-
SM, con todas sus hormona del tejido adiposo, recientemen- dad a la insulina57. Por su parte, mientras
connotaciones futuras. te descrita, induce resistencia a la insulina que las glitazonas no sean autorizadas
e intolerancia a la glucosa en el animal de para algo más que el tratamiento de la

experimentación, y podría suponer un ne- diabetes, las estatinas podrían ayudar a
En el campo concreto de la xo entre la obesidad y la diabetes34. Segu- reducir la lipotoxicidad, inductora de re-
diabetes, es sobradamente ramente otros autores, mucho más atentos sistencia a la insulina y disfunción beta-
conocido su alto riesgo de al precio de las glitazonas, esgrimirán que celular, al menos en pacientes con obesi-
enfermedad cardiovascular.
todas estas ideas son especulativas. Sin dad, diabetes tipo 2 y, en no pocas
▼ descartar que puedan estar en lo cierto, ocasiones, ya con un SM58.
tampoco convendría menospreciar las de-
La prevención debería
iniciarse en fase
vastadoras consecuencias económicas del Conclusiones
prehiperglucémica, incluso SM. Con fármacos o sin ellos, la reflexión está
antes de confirmar la Por el momento, lo más consecuente al servida. Lo oculto bajo la punta del iceberg
intolerancia a la glucosa o precisar un fármaco para tratar algún es mucho más relevante de lo que parece
una alteración de la componente del SM es elegir uno con evi- en cuanto a síndrome metabólico se refie-
glucemia basal. dencias sobre su capacidad para reducir la re. El equipo de atención primaria no pue-
resistencia a la insulina. En cuanto a la de ser ajeno a esta circunstancia. No es po-
■ obesidad, suponiendo que se requiera un sible saber qué emergerá primero ni con
complemento farmacológico de la dieta y qué cadencia pero, frecuentemente, no
el ejercicio físico, valdría la pena conside- basta con diagnosticar o tratar uno a uno
rar el orlistat. Es un inhibidor de las lipa- cada componente del síndrome sin abordar
sas pancreáticas que entorpece la absor- su raíz: la resistencia a la insulina. Aun dis-
ción de grasas y mejora la tolerancia a la poniendo de opciones terapéuticas más
glucosa, probablemente por disminuir la eficaces contra la insulinodeficiencia, otras
RI, como sugiere algún estudio, donde su mejoran la insulinorresistencia. La opción
empleo redujo la incidencia de diabetes54. no farmacológica (mejorar nuestro estilo
Algo parecido se podría debatir acerca de de vida occidental) es un verdadero reto
un antihipertensivo como ramipril, y un para el equipo de atención primaria, pues

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Síndrome metabólico, resistencia a la insulina y diabetes. ¿Qué se oculta bajo la punta del iceberg? FORMACIÓN CONTINUADA

precisa una acción educativa integral man- Bibliografía


tenida en el tiempo. La opción farmacoló- 1. Lebovitz HE. Insulin resistance: definition



LECTURA RÁPIDA
gica más relevante, las tiazolidindionas and consequences. Exp Clin Endocrinol Dia-
(rosiglitazona, pioglitazona), requiere ma- betes 2001;109(Suppl 2):S135-48.
yor investigación y, por ahora, la diabetes 2. Reaven GM. Role of insulin resistance in hu-
man disease. Diabetes 1988;37:1597-607.
tipo 2 es su única indicación. Entre tanto,
3. Ferrannini E. Insulin resistance is central to
se debería promover el uso de fármacos the burden of diabetes. Diabetes Metab Rev ▼
que, indicados para cada entidad aislada 1997;13:81-6. Terapia no farmacológica
del síndrome metabólico, tengan a la par 4. Keen H, Jarret RJ, McCartney P. The ten-ye-
de la resistencia a la
un efecto reductor de la resistencia a la in- ar follow up of the Bedford survey (1962-
insulina
1972); glucose tolerance and diabetes. Diabe-
sulina. No es únicamente una problemáti-
tologia 1982;22:73-8. La tercera consideración
ca de especialistas o investigadores de alta 5. Ferrannini E, Haffner SM, Mitchell BD, práctica para la APS se
resolución, suena más bien al día a día Stern MP. Hyperinsulinaemia: the key feature
polariza hacia el
en atención primaria de salud y, en efecto, of cardiovascular and metabolic syndrome.
tratamiento del SM.
lo es. Diabetologia 1991;34:416-22.
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Addendum sulin receptors, signal transduction and gluco- La mejor opción
Durante el año que este artículo estuvo en se transport effector system. Am J Med terapéutica sería aquella
prensa se produjeron algunas novedades 1998;5:331-46. que enfocase el problema
de interés. El grupo europeo EGIR pu- 7. Baumgartner-Parzer SM, Wallhausl WE. de raíz, es decir, la
blicó y contrastó su definición de SM The endothelium as a metabolic and endocri- resistencia a la insulina.
ne organ: its relation with insulin resistance.
(The European Group For The Study Of Exp Clin Endocrinol Diabetes 2001;109 ▼
Insulin Resístanse [EGIR]. Frequency of (Suppl 2):S166-79.
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tance in the polycystic ovary syndrome. J Clin oportunas incluyen la
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tion of an insulin resistance syndrome.
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Diabetes Metab 2002;28:364-76), un D. Serum uric acid and risk for cardiovascular abordando la dieta, el
grupo español especializado revisó esta disease and death: The Framingham Heart ejercicio físico o, mejor,
materia (Grupo de Trabajo Resistencia a Study. Ann Intern Med 1999;131:7-13. ambos simultáneamente.
la Insulina de la Sociedad Española de 10. Marchesini G, Brizi M, Bianchi G, Tomasset- Algunos estudios
Diabetes. Resistencia a la insulina y su ti S, Bugianesi E, Lenzi M, et al. Nonalcoho- demuestran una asociación
lic fatty liver disease: a feature of the metabo-
implicación en múltiples factores de ries- lic syndrome. Diabetes 2001;50:1844-50.
independiente entre el
go asociados a diabetes tipo 2. Med Clin 11. Solomon CG, Seely EW. Brief review: hyper- índice de grasas
[Barc] 2002;119:458-63) y también se tension in pregnancy: a manifestation of the poliinsaturadas y saturadas
llamó la atención sobre el impacto del insulin resistance syndrome? Hypertension de la dieta, la actividad física
2001;37:232-9. y la insulinemia basal.
SM en España (Banegas JR, Ruilope
12. Hammarsten J, Hogstedt B. Hyperinsulinae-
LM. Epidemia de enfermedades metabó- mia as a risk factor for developing benign ▼
licas. Una llamada de atención. Med Clin prostatic hyperplasia. Eur Urol 2001;39:151- Por todo ello, la prevención
[Barc] 2003;120:99-100). Probablemente 8. farmacológica en individuos
estas son las aportaciones que los autores 13. Liao D, Sloan RP, Cascio WE, Folsom AR,
con ITG (y tal vez con
consideramos más relevantes, aunque un Liese AD, Evans GW. Multiple metabolic
glucemia basal alterada)
syndrome is associated with lower heart rate
año es un lapso tan extenso para este tipo variability. The Atherosclerosis Risk in Com- tiene su oportunidad en un
de artículos que, seguramente, otras po- munities Study. Diabetes Care 1998;21:2116- futuro próximo.Y, en este
drían mencionarse. Aun a sabiendas de la 22. terreno, tendrían cabida
lista de espera, los autores optamos por 14. Danesh J, Collins R, Appleby P, Peto R. As- todos aquellos fármacos
una publicación convencional y electróni- sociation of fibrinogen, C-reactive protein, al- que mejoren la sensibilidad
bumin, or leukocyte count with coronary he- a la insulina reduciendo la
ca completa del manuscrito original revi- art disease. Meta-analyses of prospective hiperinsulinemia (basal o
sado, rechazando la propuesta de una pu- studies. JAMA 1998;279:1477-82. posprandial), no tan sólo
blicación electrónica algo más rápida, 15. Festa A, D’Agostino R Jr, Howard G, Myk-
los agentes hipo o
pero tal vez demasiado sintética (máximo kanen L, Tracy RP, Haffner SM. Chronic
normoglucemiantes.
4 páginas). Pensamos de inmediato que el subclinical inflammation as part of the insulin
resistance syndrome: the Insulin Resistance
lector inteligente sabría comprender, y tal Atherosclerosis Study (IRAS). Circulation ■
vez disculpar, nuestra parte de responsa- 2000;102:42-7.

bilidad en la demora. Esperamos no ha- 16. Piatti PM, Monti LD, Galli L, Fragasso G,
bernos equivocado. Valsecchi G, Conti M, et al. Relationship bet-

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Costa B, et al.
FORMACIÓN CONTINUADA Síndrome metabólico, resistencia a la insulina y diabetes. ¿Qué se oculta bajo la punta del iceberg?

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sensibilidad a la insulina
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reduciendo la resistencia drome in healthy men. J Clin Endocrinol Me- ponse after glucose load, rather than insulin
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444 | Aten Primaria 2003;31(7):436-45 | 104


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relevante, las
tiazolidindionas, requiere
mayor investigación y, por
ahora, la diabetes tipo 2 es
su única indicación. Entre
tanto, se debería promover
el uso de fármacos que,
indicados para cada entidad
aislada del síndrome
metabólico, tengan a la par
un efecto reductor de la
resistencia a la insulina.

Addendum

Durante el año que este


artículo estuvo en prensa
se produjeron algunas
novedades de interés.

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