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El don de ciencia del Espíritu Santo es una gracia divina que ilumina y guía

nuestra comprensión en la búsqueda de la verdad. Este don nos permite


discernir y apreciar la obra de Dios en el mundo que nos rodea, así como
reconocer su plan para nuestra vida. Al reflexionar sobre el don de ciencia
en el hombre contemporáneo desde una perspectiva católica, podemos
encontrar inspiración en las citas bíblicas y enseñanzas de los santos. A
continuación, presentaré algunas citas relevantes:

1 Corintios 2:10: "Pero Dios nos las reveló por medio del Espíritu, porque
el Espíritu todo lo penetra, hasta lo más profundo de Dios". Esta cita
destaca la importancia del Espíritu Santo como fuente de revelación
divina. El don de ciencia nos permite profundizar en el conocimiento de
Dios y comprender su voluntad.

Proverbios 2:6: "Porque el Señor da la sabiduría, y de su boca viene el


conocimiento y la inteligencia". Reconocer que el don de ciencia es un
regalo de Dios nos ayuda a valorarlo y utilizarlo para el bien. La sabiduría y
el conocimiento provienen de Él y nos capacitan para enfrentar los
desafíos de la vida contemporánea.

Santo Tomás de Aquino afirmaba: "La ciencia no es suficiente para la


salvación. Pero, aunque la ciencia no puede por sí misma salvar al hombre,
puede llevarlo a Dios". Esta enseñanza nos recuerda que el don de ciencia
no debe ser considerado como un fin en sí mismo, sino como una
herramienta para acercarnos a Dios y cumplir su voluntad.

San Juan Pablo II dijo: "La ciencia puede purificar la religión de los errores
y los supersticiones, mientras que la religión puede purificar la ciencia de
idolatrías y falsos absolutos". Esta cita resalta la importancia de la
integración entre fe y razón. El don de ciencia nos permite discernir la
verdad en el mundo y armonizar la sabiduría científica con la verdad
revelada.

San Agustín escribió: "Ama y haz lo que quieras". Esta famosa frase del
santo nos invita a considerar que el don de ciencia debe ser guiado por el
amor a Dios y al prójimo. La ciencia, en manos de una persona que ama a
Dios, se convierte en una herramienta poderosa para construir un mundo
mejor y buscar la verdad en todas las cosas.

Estas citas nos invitan a reflexionar sobre el don de ciencia del Espíritu
Santo en el hombre contemporáneo. Nos recuerdan que el conocimiento
científico y la sabiduría divina no son incompatibles, sino que se
complementan mutuamente. Al buscar la verdad, debemos estar abiertos
a la acción del Espíritu Santo y utilizar nuestros dones intelectuales para
glorificar a Dios y servir a nuestros hermanos en el mundo moderno.

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