Una mirada diferente sobre los trastornos mentales, reivindicando la transformación social. “Cuando pensamos en diversidad, la mayoría de nosotros piensa en cosas como las diferencias étnicas o la orientación sexual. Pero existe otra forma de diversidad que tal vez ignoremos: la neurodiversidad“, dijo MacEachron. “Se presta poca atención a aceptar a la gente que tiene mentes neurológicamente diferentes por lo que son, poca atención a descubrir y celebrar sus puntos fuertes, poca atención a hallar un lugar en la sociedad que valore sus diferencias“. La neurodiversidad es un concepto que ha estado presente durante algún tiempo. En síntesis, significa que las diferencias del cerebro son solo eso: diferencias. Por lo que condiciones como el autismo no son “anormales”. Simplemente son variaciones en el cerebro humano. Para los chicos que tienen dificultades de aprendizaje y de atención, la idea de neurodiversidad tiene beneficios reales. Puede ayudarlos (y a sus padres) a entender sus dificultades como diferencias, en lugar de deficiencias. Además, puede aclarar cuáles son los enfoques de enseñanza que podrían ayudar a destacar las destrezas particulares de los niños. El concepto actual de neurodiversidad se basa en la ciencia. Sabemos a través de estudios de imágenes cerebrales que existen algunas diferencias entre los chicos con dificultades de aprendizaje y de atención y sus compañeros. Esas diferencias aparecen en la forma en que está “conectado” el cerebro, y en cómo funciona para apoyar el pensamiento y el aprendizaje. Estos hallazgos pueden explicar la causa del problema de muchos chicos con dificultades de aprendizaje y de atención. Pero la visión de la neurodiversidad es que las diferencias cerebrales son normales. Y que los chicos que las tienen son tan normales como los chicos que no las tienen.
En qué consiste “el movimiento de la neurodiversidad”
Estamos viviendo una época en la que los movimientos sociales quieren visibilizar esos conceptos que han ido estigmatizados con connotaciones negativas. El diccionario médico y la etimológica científica, especialmente el de carácter psicológico se ha ido encargando de etiquetar colectivos (autismo, TDAH, dislexias) que a menudo padecen la discriminación de los demás. Lo que conocemos como movimiento de la neurodiversidad engloba el conjunto de personas diagnosticadas con trastornos mentales o alteraciones neurológicas que son tratadas de un modo discriminatorio por la sociedad y que reivindican sus derechos a no ser estigmatizados y discriminados. El movimiento de la neurodiversidad fue iniciado por la comunidad autista para referirse a la diversidad de las características humanas que están afectadas neurológicamente. La intención no es otra que sustituir un vocabulario por otro, usando terminología sin estigmas en contraposición a conceptos tales como enfermedad, patología o deficiencia mental. En un principio, es una idea que ha cogido mucha fuerza dentro del sector científico y social, pero existen detractores cada vez más críticos con la aplicación de estas medidas. El concepto de la neurodiversidad se usa para insistir en la naturaleza de los problemas neurológicos y/o biológicos. Es decir, se pretende normalizar de algún modo las diferencias que existen entre las personas que presenten alteraciones mentales y las que no los viven en primera persona. Por ejemplo, ser disléxico es algo normal en el sentido de que es una condición que no debe afectar en el desarrollo personal ni profesional de los individuos, ni servir como excusa para recibir un trato discriminatorio. Simplemente es una condición diferente, ni mejor ni peor. Son variaciones naturales del cerebro humano, nada más. El nacimiento de este movimiento se atribuye a la excesiva medicalización que sufre esta comunidad y que, según sus denuncias, sólo sirve para incrementar los prejuicios y diferencias con el resto de seres humanos. Se les atiende en escuelas especiales, en clases especiales, se les junta con personas de su misma situación, evitando el contacto con los demás. Se les conduce a trabajos específicos, normalmente de mano de obra no cualificada, hecho que les dificulta el desarrollo de sus intereses y talentos. Además, el movimiento de la neurodiversidad resalta el hecho de la constante damnificación terminológica que se asignan a los autistas y demás, siendo este enfoque únicamente negativo, como algo que hay que solucionar o que puede dañar al conjunto de la sociedad. El reconocido doctor especializado en el autismo, Simon Baron-Cohen, o el doctor Thomas Anderson, especialista en las neurociencias, han sido especialmente críticos con el clásico vocabulario de “trastornos”, y ya han sustituido términos como trastorno por diversidad, o diferencia por discapacidad.