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Cómics: De la Piedra al Papel

Por: Carlos Luis Díaz R.

Desde hace más de 70.000 años, los seres humanos comenzamos a plasmar imágenes en las paredes de piedra de las
cavernas, dando inicio al arte de la Pintura. En ese tiempo, aún en el llamado Paleolítico, se representaban animales y
líneas. A lo largo de decenas de miles de años, ya en el Neolítico, con mejores herramientas, se mejoraron las técnicas,
y se diversificaron las muestras pictóricas, con figuras humanas, símbolos, manos, medio ambiente y escenas
cotidianas, esto dará paso a una nueva forma de arte.

Una (no tan) Breve Historia con imágenes

Anteriormente mencioné que el cómic es un arte tan antiguo como la humanidad. Y es cierto, desde el Paleolítico y el
Neolítico, los seres humanos comenzaron a desarrollar habilidades artísticas, pues crearon utensilios y también
empezaron a plasmar gráficamente lo que conocían, su cotidianidad. Muestra de ello son las Pinturas Rupestres
encontradas en las paredes de las cuevas que habitaban momentánea o permanentemente. No sólo pintaban grandes
animales, también escenas de cacería, por ejemplo. Con lo que estaban contando historias por medio de imágenes…
¿Ya ven hacia dónde voy?

No digo que la humanidad primitiva haya estado del todo consciente de lo que habían creado, pero siguieron
haciéndolo. Primeramente por medio de la pintura, que en algunos casos se fue perfeccionando y en otros
simplificando, lo que derivaría luego en la creación de signos y símbolos que utilizarían para comunicarse, como por
ejemplo, los jeroglifos egipcios.

Ya siendo más evolucionados, habiendo perfeccionado sus habilidades, los humanos seguimos contando historias por
medio de imágenes, ya no únicamente con pinturas, sino también con las escultura y arquitectura, como por ejemplo
en las paredes de templos y pirámides, o en columnas, como la de Trajano, una gran columna con figuras talladas que
van contando la historia en forma de espiral ascendente. También en códices de piel con dibujos pintados, o en largos
tapices.

Estas muestras de cómics primitivos y antiguos, pertenecen a diversas partes del mundo, Europa, Asia, África, América,
Oceanía. No todos los pueblos desarrollaron estas habilidades al mismo tiempo, de hecho, en la actualidad hay grupos
humanos cuyas costumbres aún están en el paleolítico o el neolítico, aunque han tenido interacción con personas
actuales y han recibido utensilios y herramientas modernas. Los pueblos que siguieron avanzando en su evolución
cultural pasarían de la piedra a la arcilla, y luego a superficies más versátiles y portátiles, como los pergaminos o el
papiro de los egipcios, para luego evolucionar al papel.

Como se dijo antes, la Pintura se dividió en varias corrientes, hacia el realismo, hacia lo figurativo, hacia lo abstracto.
A medida que los dibujos se fueron simplificando, se convirtieron en signos, símbolos e íconos que cada vez tenían
más significados, en muchos casos muy alejados de su origen. Esto se convirtió en las primeras formas de escritura,
como la cuneiforme, los jeroglifos, los ideogramas y pictogramas. Luego, estas se convirtieron en letras, como las
fenicias, que luego los griegos copiaron y modificaron, y luego los romanos hicieron lo mismo, llegando al abecedario
que utilizamos aún hoy en día.
Los libros ilustrados hechos a mano eran comunes, pero también muy escasos, debido a que las copias también eran
manuales. Hasta que la imprenta de Gutenberg cambió todo e inició la “masificación” de los libros. Con el tiempo
aparecieron otros sistemas y técnicas de impresión más eficientes, que permitían hacer grabados de dibujos simples
y elaborados. Las narraciones por medio de imágenes no tardarían en aparecer. Pero, ni de cerca se pensaba en ellas
como un medio comunicativo y menos aún como literatura.

Contrario a lo que se conoce popularmente, los cómics modernos no nacieron a finales del siglo XIX, ese fue el inicio
de sus masificación, pero no su renacimiento, este honor se lo llevan Japón y Suiza, entre mediados del siglo XVIII y la
primera mitad del siglo XIX, con dos artistas, Katsushika Hokusai y Rodolphe Töpffer, respectivamente. Destacando
sus trabajos, Hokusai Manga (1814-1849), de Hokusai, e Historias en Estampas (1827), de Töpffer.

Probablemente los antropólogos y arqueólogos no estén de acuerdo con lo que estoy planteando y pensarán que es
un desvarío, pero tampoco soy el único que lo piensa. Mucho antes que yo, Scott McCloud plantea esta idea en
Entendiendo el Cómic (1993), específicamente en el 6to capítulo, llamado “Mostrar y Contar”, en el que plantea que
los humanos solemos intercambiar gestos, palabras e imágenes cuando lo vemos necesario, con tal de darnos a
entender, y que esta es una costumbre que traemos desde que habitábamos en cavernas, cuando nuestros ancestros
primitivos empezaron a plasmar sus impresiones del mundo que los rodeaba en las paredes de sus cuevas. Y quizás
estes pensando que esto también sería el origen del grafiti… y sí, también lo es.

Los cómics han tenido un recorrido histórico bastante largo hasta su forma actual, pero aún faltan muchas cosas por
contar, pues ese recorrido también ha sido geográfico, y en cada espacio ha adquirido características propias que le
otorgan una personalidad a cada corriente. Ya iremos conociéndolas…

Por Carlos Luis Díaz

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