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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL COMAHUE

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN


ÁREA ORIENTACIÓN, INGRESO Y PERMANENCIA

Taller de Alfabetización Académica


Ciclo de Minitalleres en tiempos de cuarentena 2020

Temario: ¿cómo realizar una agenda académica? - ¿cómo organizar los tiempos de
estudio?

Ficha interna para el uso de los alumnos de la FACE


¿Cómo organizar los tiempos de estudio?
Prof. Noelia Soriano Burgués

1. Una primera reflexión...

La universidad, un espacio de formación entre el estudiar y el aprender

Al ingresar a la universidad, los estudiantes traen consigo expectativas respecto


de la carrera elegida; a la vez, incertidumbres e inseguridades acerca de cómo
será el proceso y el tránsito en el transcurso de la misma. Cuando se comienzan
los estudios del Nivel Superior, los ingresantes deben poder plantearse qué
diferencias existen a nivel de aprendizaje entre un sistema y otro. Partimos
desde la base de que no es lo mismo informarse que formarse dado que, para
estar formado en algo, no alcanza con tener datos a disposición de un tema
(información), sino que se deben realizar procesos complejos de aprendizaje en
los cuales se asimila el saber nuevo a un conocimiento anterior. La formación en
una profesión implica además muchas más cosas que solo estudiar conceptos,
como por ejemplo el lado ético de una profesión; de modo que el inicio de
formación en una carrera universitaria comienza con el aprendizaje pero nunca
termina.
Cuando se inician los cursados, comienzan a presentarse diversas
problemáticas ligadas a cómo estudiar, cómo rendir, cómo aprender tanta
cantidad de material bibliográfico y, por lo demás, un alto índice de
inconvenientes en la comprensión y producción de textos académicos. En lo que
respecta a los conocimientos que son necesarios que desarrolle el estudiante en
la Universidad, nuestro interés no es poner en discusión la común frase de que
“los estudiantes no vienen preparados, ya que el sistema anterior no los preparó
para la Universidad”, entre muchas otras frases que escuchamos --generalmente
desde posturas que más bien se desligan del problema en lugar de abordarlo.
Nuestro interés, en cambio, es brindar en este espacio un primer
acercamiento a reflexiones necesarias para un futuro estudiante universitario.
No suponemos que el ingresante debe saberlo todo y mágicamente convertirse
en un universitario, suponemos sí que cada espacio del sistema educativo debe
brindarle las estrategias y las posibilidades que los alumnos necesitan para
formarlos en lo que cada área le compete.
Aprender es un “proceso de adquisición y cambio referido a conceptos”.1
Aprendemos en la escuela y en la calle, formal o informalmente. Aprendemos de
todos y durante toda la vida. Sin embargo, estudiar es un proceso que facilita el
aprendizaje, implica saber buscar y organizar información, actitudes y disciplina,
manejo de estrategias y técnicas. Puede garantizar el aprendizaje, pero no es
suficiente para producirlo. Estudiar mucho no es sinónimo de aprender mucho.
Entonces, estudiar y aprender son procesos complementarios, pero diferentes.
Estudiar implica saber manejar, desmenuzar y trabajar la información. Aprender,
por su parte, implica recuperar lo estudiado, retrabajarlo, relacionarlo con otras
cosas que sabemos, tiempo para pensar, para discutir, para explicar, para
escribir o producir, interactuar con otros, plantear posiciones y argumentar.
Para realizar aprendizajes significativos en la universidad será necesario,
tal como plantea Ausubel,2 que el aprendizaje del alumno dependa de la
estructura cognitiva previa que se relaciona con la nueva información, debe
entenderse por “estructura cognitiva”, al conjunto de conceptos, ideas que un
individuo posee en un determinado campo del conocimiento, así como su
organización. “Si tuviese que reducir toda la psicología educativa a un solo
principio, enunciaría éste: El factor más importante que influye en el aprendizaje
es lo que el alumno ya sabe. Averígüese esto y enséñese consecuentemente”
(1983: 32). Todo contenido que se aprende de manera comprensiva implica un
proceso de estructuración y reestructuración de las ideas que, una vez realizado,
produce un conocimiento más duradero.
Finalmente, podemos aconsejarles a los estudiantes que es conveniente
tomar una actitud permeable para comenzar a reflexionar sobre los modos de
aprender y sus principales actividades: escribir y leer en la universidad. Esta
permeabilidad es importante dado que el paso al modelo superior exige de un
determinado desarrollo personal frente a un conocimiento como lo es la
Alfabetización Académica. Se les abre un espacio para adquirir nuevos
aprendizajes, con otras expectativas y dificultades, y habrá que dejar atrás, en
muchos casos, modos que ya no les sirven para afrontar los desafíos de acceder
al conocimiento científico. Podrán comprender la complejidad del discurso
académico, tanto de la lectura como de la escritura, por lo cual los invitamos a
embarcarse en este hermoso espacio del conocimiento y de la formación que
tantas gratificaciones les dará, no solo a nivel de desafíos personales, sino
también profesionales.

2. Organización del tiempo de estudio


El tema de la Organización no es un detalle menor. De ella depende en gran
parte el éxito académico. ¿Qué quiere decir esto?
Organizarse significa tener bien claro cuánto tiempo disponible tenés para ser
alumno universitario. Si trabajás o tenés otros compromisos, disponés de un

1 LEITTE, Analía y ALCALÁ, María Teresa. (2000). “Módulo: Aprendizaje y Estudio en la


Universidad”, Curso de apoyo al Ingresante, Programa UNNE-Virtual, UNNE, Corrientes.
2 AUSUBEL-NOVAK-HANESIAN (1983) Psicología Educativa: Un punto de vista cognoscitivo. 2°

México: Ed. TRILLAS.


tiempo limitado para el estudio. ¡¡Hay que considerar esto!! Porque de acuerdo
con “tu tiempo” deberás tomar decisiones sobre cuántas materias cursar. Es
ésta una decisión personal. Este es un primer paso, porque en la medida que
conocés el plan de estudio podés evaluar cuáles te convienen, cuáles tienen
correlativas y te permiten avanzar.
Como ya dijimos, la organización es crucial, pero tiene que ser flexible, puede
ocurrir que tengas que modificar varias veces tus horarios para lograr la
planificación más favorable.
Ahora bien, estudiar en la universidad implica algo más que cursar: implica asistir
a clases prácticas con un 80% de asistencia, leer comprensivamente, resolver
trabajos, hacer informes, entre otros. Sabés que las clases teóricas no son
obligatorias, pero es muy recomendable asistir, escuchar, participar, preguntar y
sobre todo, conocer la estructura lógica que cada profesor/a da a la materia.
Implica además, tener tiempo para repasos y exámenes.

3. ¿Cómo adaptarse a la vida universitaria? ¿Cómo estudiar?


No hay una receta para ello, nosotros podemos hacer sugerencias y
advertencias que podrás tomar en cuenta, podrás adecuarlas a tu
funcionamiento hasta encontrar tu mejor forma. Las sugerencias o
recomendaciones que hacemos se fundamentan en nuestra propia experiencia
profesional y en los estudios de autores/investigadores que se han ocupado de
estos temas. Es bueno recordar que las competencias para estudiar se
adquieren, se construyen y se potencian con el ejercicio mismo. Es importante
encontrar un estilo personal y un ritmo propio para lograr el mejor rendimiento
de nuestras competencias.
Muchos factores intervienen a la hora de estudiar: nuestra experiencia, factores
cognitivos, emocionales, motivacionales, valor social y todos ellos determinan
nuestra conducta voluntaria, nuestro “deseo de aprender”.
Se supone que quienes ingresan a la universidad, lo hacen para Estudiar,
Estudiar para Aprender.
Querer aprender y poder hacerlo: Querer y poder son dos verbos que enmarcan
y motorizan el dispositivo de las estrategias necesarias para lograr un objetivo
académico, ¿por qué? Porque querer es muy importante, es un factor necesario
pero no suficiente, pues el poder hacerlo incide de un modo determinante.
También forma parte de la Adaptación a la vida Universitaria, el ir resolviendo
situaciones autónomamente. El manejar el propio tiempo sin sentirse a
contramano de los demás, pero estas condiciones se desarrollan siempre en un
contexto que hay que respetar.

3.1. ¿Cómo estudiar? ¿Solo/a o en grupo?


Ambas modalidades son complementarias no excluyentes. El estudio en grupo
puede elegirse como paso posterior al estudio individual, cuando ya se conoce
cuál es el estilo propio de funcionamiento.
Una forma y otra presentan ventajas y desventajas.
Estudiar solo/a puede tener la ventaja de poder concentrarse mejor, no depender
de los demás y manejar el propio tiempo. Pero también presenta limitaciones en
la medida que el estar solo/a impide aclarar dudas, conceptos, optimizar el
intercambio de posturas, comparar el grado de comprensión respecto de los
demás. No hay oportunidad de conocer otras ideas, opiniones.
Estudiar en grupo tiene ventajas: facilita la comprensión de aspectos nodales
de un tema a través del diálogo sobre lo que se lee y se entiende. Se cuestionan
posibles errores conceptuales. Se desarrolla la capacidad crítica, la curiosidad,
el interés en el tema, en la medida que la participación se hace activa. Dadas
estas condiciones, se fortalece la autoestima y el autoconcepto al comprobar
que las ideas de uno son captadas por los demás, que la opinión pertinente tiene
valor.
Las desventajas se manifiestan cuando el objetivo de la reunión se diluye,
cuando se cae en divagaciones y pérdida de tiempo. Pero no son las únicas
causas de la ineficacia del grupo: es importante el número de integrantes,
cuando es numeroso hay mayor dispersión y es necesario que haya coincidencia
en cuanto al interés por la tarea.
Por ello es recomendable tomar en cuenta las características personales de sus
integrantes, proponerse objetivos claros, planificar las tareas y potenciar las
habilidades de cada uno para facilitar el intercambio, la participación y el
compromiso mutuo. Hacer prácticas de examen asumiendo roles rotativos,
formularse preguntas, cotejando respuestas, analizando dificultades,
estableciendo relaciones entre los temas y fundamentalmente, colaborando
unos con otros.

4. La agenda académica.
La agenda académica del estudiante es una propuesta pensada para la
organización tanto semanal como cuatrimestral. Este dispositivo forma parte de
las múltiples estrategias de acompañamiento a las trayectorias académicas
estudiantiles que desarrolla el área y tiene como fin que el estudiante visibilice
cuáles son sus responsabilidades, recorridos y tiempos reales de estudio. La
planificación y organización semanal le permite en forma tangible observar cuál
es el tiempo real que puede o debe dedicarle al estudio. La agenda cuatrimestral
le permite organizar las responsabilidades de cursadas con los tiempos
dedicados a rendir finales.
Bibliografía:

AA.VV. Estrategias de Lectura ¿cómo y cuándo? en


http://www.cba.gov.ar/imagenes/fotos/ME-volLeer2002.pdf (11/03/06)

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