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¿Cómo resumir, pues, en unos cuantos rasgos lo que fue la economía mundial durante la

era del imperio? En primer lugar, como hemos visto, su base geográfica era mucho más
amplia que antes. El sector industrial y en proceso de industrialización se amplió, en
Europa mediante la revolución industrial que conocieron Rusia

entre 1880 y 1913 se triplicó el comercio internacional materias primas

Argentina se convirtió en un gran exportador de trigo en la misma época, y cada año,


contingentes de trabajadores italianos, apodados golondrinas, cruzaban en ambos
sentidos los 16.000 km del Atlántico para recoger la cosecha.

1913 los Estados Unidos apenaban el 46 por 100 del total de la producción; Alemania,
el 23,5 por 100; el Reino Unido, el 19,5 por 100, y Francia, el 11 por 1005.

Aun habia algo de dependencia de inglaterra

Era el Reino Unido el país que restablecía el equilibrio global importando mayor
cantidad de productos manufacturados de sus rivales, gracias también a sus
exportaciones de productos industriales al mundo dependiente, pero, sobre todo, con sus
ingentes ingresos invisibles, procedentes tanto de los servicios internacionales en el
mundo de los negocios (banca, seguros, etc.) como de su condición de principal
acreedor mundial debido a sus importantísimas inversiones en el extranjero.

La tercera característica de la economía mundial es, a primera vista, la más obvia:


la revolución tecnológica.

Electrodomesticos, cine, auto, aspirina, bicibleta

Para los contemporáneos, la gran innovación consistió en actualizar la primera


revolución industrial mediante una serie de perfeccionamientos en la tecnología del
vapor y del hierro por medio del acero y las turbinas.

la cuarta característica es una doble transformación en la estructura y modus


operandi de la empresa capitalista.

Por una parte, se produjo la concentración de capital, el crecimiento en escala que llevó
a distinguir entre «empresa» y «gran empresa»

La quinta característica es que se produjo una extraordinaria transformación del


mercado de los bienes de consumo: un cambio tanto cuantitativo como cualitativo. Con
el incremento de la población, de la urbanización y de los ingresos reales, el mercado de
masas, limitado hasta entonces a los productos alimentarios y al vestido, es decir, a los
productos básicos de subsistencia, comenzó a dominar las industrias productoras de
bienes de consumo.

Una de las consecuencias más evidentes fue la creación de medios de comunicación de


masas
sexta característica de la economía: el importante crecimiento, tanto absoluto como
relativo, del sector terciario de la economía, público y privado: el aumento de puestos de
trabajo en las oficinas, tiendas y otros servicios.

El porcentaje de mano de obra que trabajaba en el sector del comercio se había


quintuplicado desde 1851.

La última característica de la economía que señalaremos es la convergencia creciente


entre la política y la economía, es decir, el papel cada vez más importante del gobierno
y del sector público, o lo que los ideólogos de tendencia liberal,

Las economías modernas, controladas, organizadas y dominadas en gran medida por el


estado, fueron producto de la primera guerra mundial.

Para los hombres de negocios y para los gobiernos de después de la guerra, 1913 sería el
punto de referencia permanente, al que aspiraban regresar desde una era de
perturbaciones.

La política de la democracia

El Reino Unido enfrentó una crisis constitucional en los años previos a la Primera
Guerra Mundial debido a la resistencia de la ultraconservadora Cámara de los Lores a
los Comunes y al rechazo colectivo de los oficiales a obedecer al gobierno liberal que
apoyaba el Home Rule en Irlanda. La movilización de los trabajadores se produjo en
parte debido a estas crisis. Entre 1880 y 1914, las clases dirigentes descubrieron que la
democracia parlamentaria era compatible con la estabilidad política y económica de los
regímenes capitalistas. Esto era nuevo en Europa y decepcionó a los revolucionarios
sociales, como Marx y Engels, que veían a la república democrática como la antesala
del socialismo. Sin embargo, para Lenin, la república democrática era la mejor concha
política para el capitalismo. Aunque la estabilidad de la vinculación entre la democracia
política y el capitalismo parecía ilusoria, se mantuvo en una minoría de economías
prósperas y florecientes de Occidente.

De cualquier forma, las tensiones entre el elitismo y las aspiraciones populistas de la


cultura «avanzada», es decir, las tensiones entre los deseos de una renovación general y
el pesimismo de la clase media educada ante la «sociedad de masas» sólo habían
quedado amortiguadas temporalmente.

El sueño de un arte para el pueblo se veía enfrentado con la realidad de un público


fundamentalmente de clase media y alta que aspiraba a un arte «avanzado», con algunas
figuras cuya temática hacía que fueran aceptables desde el punto de vista político para
los militantes obreros.

«En la actualidad, la mayor parte de los artistas —se lamentaba el viejo marxista
Plejánov en 1912-1913— se atienen a los puntos de vista burgueses y rechazan los
grandes ideales de libertad en nuestra época.».18

el arte simplemente se hacía eco de una incertidumbre nueva y fundamental sobre lo que
era la naturaleza
estaba la dualidad entre la «naturaleza» y la «imaginación», o el arte como la
comunicación de descripciones e ideas, emociones y valores.

La dificultad estribaba en la crisis de los valores decimonónicos diagnosticada por la


poderosa visión de Nietzsche y, en consecuencia, del lenguaje convencional,
representativo o simbólico, para traducir las ideas y los valores en el arte

existía el problema de combinar realidad y subjetividad.

el arte de vanguardia deseaba comunicar algo aparte del estado de ánimo del artista y de
sus ejercicios técnicos. No obstante, la «modernidad» que intentaba expresar contenía
una contradicción que demostró ser fatal para Morris y el art nouveau.

El lenguaje establecido del simbolismo y la alegoría se modificó o adaptó para expresar


nuevas ideas y aspiraciones,

Para los arquitectos, que ahora construían edificios para cuya estructura era irrelevante
la tradición artesanal y en los que la decoración era un embellecimiento aplicado, el
atractivo de esa pureza racional era comprensible, aunque sacrificaba la espléndida
aspiración de una unión total de la estructura y la decoración, de la escultura, la pintura
y las artes aplicadas que Morris ideó

no hay ninguna razón convincente por la que la utilización de una tecnología


revolucionaria en la construcción deba implicar un «funcionalismo» carente por
completo de elementos decorativos

No existía una lógica convincente en el movimiento del «modernismo» arquitectónico.


Lo que expresaba era fundamentalmente la convicción emocional de que el lenguaje
convencional de las artes visuales, basado en la tradición histórica,

En efecto, ¿cuál era el lenguaje en el que expresar el nuevo mundo, especialmente dado
que (al margen de la tecnología) su único aspecto reconocible era la desintegración de lo
antiguo? Ese era el dilema del «modernismo» al inicio del nuevo siglo.

En primer lugar, la ruptura visible entre las vanguardias de fin de siglo y del siglo XX
ocurrió en algún momento entre 1900 y 1910. Los amantes de las fechas pueden elegir
entre varias de ellas, pero el nacimiento del cubismo en 1907 es tan adecuada como
cualquier otra.

De todas formas, los movimientos de vanguardia de los años inmediatamente anteriores


a 1914 constituyen una ruptura fundamental en la historia del arte desde el
Renacimiento. Pero lo que no consiguieron fue la revolución cultural del siglo XX a la
que aspiraban,

El arte plebeyo estaba a punto de conquistar el mundo, tanto en su propia versión de


Arts and Crafts como mediante la alta tecnología. Esta conquista constituye el
acontecimiento más importante en la cultura del siglo XX.

Certidumbres socavadas: La ciencia


Un estudio más completo debería distinguir entre aquellos campos en los que el hombre
era consciente de un progreso lineal mas que de una transformación (como en las
ciencias médicas) y aquellos que estaban experimentando una auténtica revolución
(como la física);

Asimismo, sería necesario distinguir entre teorías aceptadas que se pusieron en cuestión
para ser luego reafirmadas de forma más o menos modificada, como el darwinismo y
otros aspectos de la herencia intelectual de mediados del siglo XIX, que desaparecieron
excepto de los libros de texto menos avanzados, como la física de Lord Kelvin.

Para las mentes del mundo burgués triunfante, el gigantesco mecanismo estático del
universo heredado del siglo XVII, pero ampliado desde entonces por la extensión a
nuevos campos, producía no sólo permanencia y predecibilidad, sino también
transformación.

La estructuración intelectual del mundo burgués eliminó las antiguas fuerzas de la


religión del análisis de un universo en el que lo sobrenatural y lo milagroso no tenían
cabida y dejó una escasa importancia analítica para las emociones, excepto como
producto de las leyes de la naturaleza.

Pero la nueva estructuración del universo tuvo que rechazar cada vez más la «intuición
y el sentido común», con la tecnología podríamos afirmar que se ha incorporado
existencial más que intelectualmente.

Dos conclusiones pueden sacarse de …[estas situaciones]. En primer lugar, y esto


concuerda con el ideal racionalista que la ciencia y la historia han heredado del siglo
XIX, la de que los hechos son más sólidos que las teorías. (…) La segunda conclusión
es de signo totalmente opuesto. La visión del universo físico que se derrumbó en 1895-
1905 se basaba no en «los hechos», sino en supuestos apriorísticos sobre el universo,
basados en parte en el modelo mecánico del siglo XVII y en parte en intuiciones, aún
más antiguas, de la experiencia de los sentidos y la lógica. En resumen, lo que hizo que
la revolución en el campo de la física fuera tan revolucionaria no fue el descubrimiento
de nuevos hechos, aunque esto ciertamente ocurrió, sino la renuencia de los físicos a
reconsiderar sus paradigmas.

los viejos paradigmas no impiden el progreso de la investigación ni la formación de


teorías que parecen coherentes con los hechos y fértiles desde el punto de vista
intelectual. Simplemente dan lugar a lo que puede ser considerado, en forma
retrospectiva (como en el caso del éter), como teorías innecesariamente complicadas.

En definitiva, las universidades, las academias técnicas, la industria y el gobierno no


coordinaban en absoluto ^ sus intereses y sus esfuerzos.

si bien es cierto que los gobiernos comenzaban a encargar, e incluso instar,


investigaciones que consideraban importantes, no es posible hablar todavía del gobierno
como fuerza impulsora de investigaciones fundamentales, y lo mismo cabe decir de la
industria, con la posible excepción de los laboratorios Bell.

Las transformaciones científicas no hubieran sido posibles sin los avances técnicos
producidos en la economía industrial, como los que permitieron la producción de la
electricidad, o poseer bombas de vacío adecuadas e instrumentos de medida precisos.
Ahora bien, un elemento necesario en cualquier explicación no constituye por sí mismo
una explicación suficiente. Debemos buscar más en profundidad.

Por una parte gracias al neopositivismo propusieron una reconstrucción de la ciencia


sobre una base radicalmente empirista e incluso fenomenológica y, por otra, una
formalización y axiomatización rigurosa de las bases de la ciencia. Eso eliminó las
especulaciones sobre las relaciones entre el «mundo real» y nuestras interpretaciones de
ese mundo, es decir, sobre la «verdad» como algo distinto de la coherencia y la utilidad
internas de las proposiciones, sin interferir con la práctica de la ciencia.

Se ha dicho que la aparición del neopositivismo a finales de la centuria posibilitó la


revolución científica al permitir que las ideas físicas se transformaran sin preocuparse
de las ideas preconcebidas anteriores respecto al universo, la causalidad y las leyes
naturales

Considerar el mundo de una forma distinta, cambiar la perspectiva, no era simplemente


más fácil. Era lo que, de una u otra forma, tenía que hacer la mayor parte de la gente a
lo largo de su vida.

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